Si Cenicienta hubiera sido una chica del 2000, su camino a la
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Si Cenicienta hubiera sido una chica del 2000, su camino a la
FLORICIENTA 1º TEMPORADA Si Cenicienta hubiera sido una chica del 2000, su camino a la felicidad seguramente hubiera sido diferente. En lugar de fregar pisos estaría buscando trabajos para sobrevivir y no le pediría al hada ni vestido, ni carroza, sino tiempo y la posibilidad de poder hacer lo que le gusta en la vida. Tampoco se quedaría esperando que el príncipe viniera a rescatarla, sino que saldría a buscarlo por sí misma y entonces veríamos quién rescataría a quien... Esta es la historia de Flor Fazzarino... que como cualquier chica de 20 años tiene muchos sueños por cumplir y una realidad que se empeña en alejarla cada vez más de ellos. Su madre ha muerto y ella crece sola, desconociendo que es la hija de Santillán, un importante empresario muerto recientemente, que se encontraba casado con Malala, mujer ambiciosa y hostil, con quien ya tenía una hija al momento de nacer Flor. Flor llega a la casa de los Fritzenwalden, que si bien no es un palacio podría serlo y allí encuentra un trabajo de asistente de la institutriz que cambiará su vida para siempre. Los Fritzenwalden, herederos de una importante familia alemana, son 6 hermanos, que han perdido a sus padres y quedan a cargo del el hermano mayor, quien debe abandonar su master en Alemania y sus sueños para volver a ocuparse de la familia. Las circunstancias obligaron a Federico a convertirse en un rígido y severo conductor de la familia. A pesar del extenso personal de apoyo con el que cuenta, nada parece ser suficiente para domar a esas fieras por las que debe resignar su propia vida. Flor se convierte en Floricienta para ellos y termina siendo la única persona capaz de sacar de ellos lo mejor y de darles algo más que una correcta educación alemana. Así como el príncipe de Cenicienta alguna vez encontró el zapatito que le devolvió la felicidad, estos chicos encontrarán en Flor alguien que les devolverá la alegría a través de la música. Pero las cosas se complican porque la viuda de Santillán, descubre a su muerte que su difunto marido ha dejado como heredera mayoritaria a Flor. Entonces, junto a sus dos hijas casaderas, decide destruirla y casar cuanto antes a la mayor de ellas con Federico, con el único objetivo de recuperar la herencia. Pero así como siempre aparece algo mágico que cambia la historia... En nuestra historia surge el amor... Y así, en los cuentos, como en la vida, existen los finales felices.