4.- Material de Adviento Ciclo A

Transcripción

4.- Material de Adviento Ciclo A
INTRODUCCIÓN
Para la vida cristiana existen dos momentos muy importantes en los que gravita todo el
ciclo litúrgico, la fiesta de la Navidad y la Pascua. Para la preparación de dichas fiestas se
establecieron con el correr de los años, períodos de preparación para estos acontecimientos.
Así nacieron la Cuaresma y el Adviento.
Ya para el siglo VI se tienen noticias de una preparación para la celebración de la
Navidad, que estaba caracterizada por algunos días de ayuno y oración intensa. Esta
preparación, durante el Medievo, fue llamada Adviento, ya que esta palabra (del latín
"adventus"), no solo significaba preparación, sino que estaba referida a la serie de preparativos
que se realizaban en una ciudad para recibir a algún alto dignatario de estado. Por ello, el
Adviento cristiano centraba su atención en la preparación de toda la comunidad, para
celebrar la fiesta de la Navidad con un fuerte espíritu de gozo, pero al mismo tiempo
acentuaba la perspectiva de la segunda venida de Cristo, para la cual era necesario estar
preparado, realzándose el aspecto de conversión personal.
El Concilio Vaticano II, ha querido conservar estas dos dimensiones del Adviento, por lo
que la liturgia y la acción pastoral debe centrarse en una preparación espiritual que mueva a
la conversión a la comunidad en la espera gozosa de la segunda venida de Cristo y al mismo
tiempo, la invite a celebrar en la alegría y la paz del Espíritu Santo la memoria del nacimiento
de Nuestro Salvador. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: «Al celebrar anualmente la
liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga
preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su
segunda Venida» CIC 524.
En esta ocasión la temática del material de Adviento, está tomada de los evangelios
que nos ofrece la liturgia del Ciclo A, y tiene como objetivo que, “los jóvenes preparen la
celebración y vivencia plena del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, a través de la lectura
orante de la Palabra (Lectio Divina)”.
El contenido está desarrollado en cuatro momentos:
I. Jóvenes centinelas de la esperanza.
II. Jesús, amor que libera.
III. Jóvenes, testigos de la luz.
IV. Un regalo para Jesús.
Facilitamos este material que ha preparado el departamento de Pastoral Juvenil de la
Iglesia de Monterrey, para todos los que atienden y viven en comunidades juveniles cristianas
católicas (grupos parroquiales, coros, movimientos eclesiales, comunidades de fe, colegios,
inclusive casas de formación). Recuerda que es una propuesta que hay que aplicar a la
realidad concreta de quienes participarán en él, enriqueciéndola con tu creatividad.
Encomendamos este trabajo a María, Madre de Jesús y Madre nuestra. Ella como fiel
discípula nos enseñe a ser humildes, y dóciles a la voz de Dios.
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Área Formativa
Equipo Diocesano de Pastoral Juvenil
ALGUNAS PREMISAS PARA EL USO DE ESTE MATERIAL
Les presentamos algunas premisas indispensables para el buen uso y aprovechamiento del
presente material, que como anteriormente señalamos, está basado en la Lectura Orante de la
Palabra.
Lectura Orante o Lectio Divina
La Palabra de Dios presente en la Biblia es un lugar privilegiado para encontrarnos con
Jesucristo. Por eso, es importante promover “la reflexión orante sobre la Sagrada Escritura,
realizada por todos los fieles. Esta lectura de la Biblia, acompañada de la oración, se conoce
en la tradición de la Iglesia con el nombre de Lectio Divina, práctica que se ha de fomentar
entre todos los cristianos” (Iglesia en América, n. 31).
Existen muchos modos de acercarnos a leer la Biblia; uno de ellos es la Lectio Divina. La frase
latina “Lectio Divina” significa “lectura divina” y describe un modo de leer la Sagrada Escritura:
alejarse gradualmente de los propios esquemas y abrirse a lo que Dios nos quiere decir.
Pero no es suficiente con fomentar la Lectio Divina 1 ; es indispensable hacerla de manera
adecuada 2 . Esto exige, más que repetir cosas que otros han dicho sobre la Biblia, realizar
nuestro propio itinerario de encuentro con la Palabra. Se trata, como dicen nuestros Obispos
latinoamericanos que la lectura orante realizada con calidad nos conduzca “al encuentro con
Jesús-Maestro, al conocimiento del misterio de Jesús-Mesías, a la comunión con Jesús-Hijo de
Dios y al testimonio de Jesús-Señor del universo (…)3. Debemos ayudarnos de otras personas y
libros en el momento adecuado, pero nunca caer en la tentación de hablar de la Palabra de
Dios sin habernos encontrado con ella; que no cometamos el error de explicar un texto sin
haberlo profundizado como personas de fe en sentido eclesial4.
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Estas convicciones nos ayudarán a asumir y practicar la metodología que decimos conocer.
Sólo así podremos compartir (socializar), más que nuestra opinión, un itinerario de encuentro
con Jesucristo vivo en su Palabra5. De tal manera que la reacción inmediata de las personas a
las que servimos no sea el reconocimiento de una erudición devastadora que minimiza sino el
convencimiento de que es posible, útil, indispensable y urgente encontrarse con la Palabra
personalmente con sentido eclesial como discípulos de Jesucristo para la misión 6.
Con razón el Documento de Aparecida reconoce que la animación bíblica de la pastoral
“exige, por parte de obispos, presbíteros, diáconos y ministros laicos de la Palabra, un
acercamiento a la Sagrada Escritura que no sea sólo intelectual e instrumental, sino con un
corazón ‘hambriento de oír la Palabra del Señor’”7.
1 Debemos ser conscientes de que, con mucha facilidad en ciertos ambientes eclesiales –pastorales y
académicos- se ha trivializado el método de la Lectio Divina por no asumir con seriedad las exigencias metodológicas
que ésta pide.
2 Aparecida hace una precisión cuando menciona la Lectio Divina. Afirma que “esta lectura orante, bien
practicada, conduce…” (n. 249). Es decir, la Lectio Divina realizada superficialmente puede provocar el efecto
contrario en los interlocutores y conducir a una lectura espiritualista de la Biblia. Asumir la Lectura Orante como método
es mucho más exigente de lo que hemos considerado hasta este momento en algunos ámbitos. El hecho de que sea
un encuentro con la Palabra al alcance de todos no significa, en modo alguno, que se pueda realizar de manera
superficial, haciendo caso omiso de ciertas exigencias o criterios básicos de lectura, interpretación y actualización.
3 Ibid.
4 Se trata de tener comprensión más que erudición, de leer la Biblia más que lo que dicen algunos autores
sobre ella; de interesarnos primero por los textos bíblicos y sólo después por sus comentaristas.
5 En esta perspectiva cada vez es más urgente leer la Biblia no sólo para sino desde. Por ejemplo, a la lectura
de la Biblia que hemos hecho para los jóvenes debemos agregarle la perspectiva desde los jóvenes. En la primera
posibilidad se les toma como destinatarios de nuestras ideas, en la segunda, como sujetos de interpretación.
6 Recordemos que “los riesgos de desviación no pueden constituir una objeción válida contra el cumplimiento
de una tarea necesaria: la de hacer llegar el mensaje de la Biblia a los oídos y al corazón de nuestra generación”; así,
Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, IV, A. 3.
7 D. A. n. 248.
His tor ia
La Lectura Orante tiene su origen en la adaptación que hicieron algunos padres de la Iglesia
de ciertas técnicas de los maestros judíos (rabinos) y que después fueron practicadas, durante
muchos siglos, en los monasterios.
En el siglo XII, un monje cartujo, llamado Guigo, describió las etapas más importantes de la
Lectio Divina. Estos cuatro peldaños son: lectura (lectio), meditación (meditatio), oración
(oratio) y contemplación (contemplatio).
En la actualidad, aunque hay algunas variantes, se está de acuerdo en los cuatro pasos o
peldaños anteriores. Es el esquema fundamental que seguiremos. Orígenes fue el primero en
utilizar la expresión Lectio Divina, afirmando que para leer la Biblia con provecho era necesario
hacerlo con atención y constancia. “¡Cada día, como Rebeca, tenemos que volver, una y
otra vez, a la fuente de la Escritura!”. Y como lo que no se consigue con el propio esfuerzo
debemos pedirlo en la oración, nos dice también Orígenes: “Es absolutamente necesario rezar
para poder entender las cosas divinas. De ese modo -concluye- llegaremos a experimentar
aquello que esperamos y meditamos”.
Pas os d e la L e ct io Di vi na
a) Lectura (Lectio): Conocer, respetar, situar.
Es el punto de partida y debe hacerse con atención y respeto. Consiste en leer y releer el
texto, identificando los personajes, lo que hacen y dicen, los silencios que guardan, etc.
Además, hay que ubicar la cita observando con detenimiento qué hay antes y qué después.
La Lectura se hace con la certeza de que se está escuchando a alguien; leer repetida y
atentamente lejos de llevarnos a la rutina o aburrimiento ayudará a descubrir mensajes siempre
nuevos.
Con todo esto se quiere captar lo que dice el texto y las intenciones de quienes lo
escribieron. Leer y escuchar nos pide un recogimiento que permita captar lo que dice el texto.
La pregunta clave que debemos hacernos en esta primera etapa del itinerario es: ¿Qué
dice el texto?
b) Meditación (Meditatio): Rumiar, dialogar, actualizar.
La Meditación trata de establecer un diálogo entre lo que Dios nos dice en su Palabra y lo
que sucede en nuestra vida. Meditar es reflexionar en los valores permanentes que presenta el
texto bíblico; es buscar el sabor de la Palabra. La Meditación nos ayuda a descubrir el sentido
que el Espíritu quiere comunicar hoy a su Iglesia a través de los diversos pasajes de la Biblia.
Meditar supone un esfuerzo de reflexión que pone en acción nuestra inteligencia.
Si la lectura nos ayudó a saber LO QUE DICE EL TEXTO, la Meditación nos introduce EN SU
SENTIDO PARA NUESTRA VIDA.
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Las preguntas que aquí nos hacemos son: ¿Cuál es el mensaje que este pasaje tiene para
mí, para nosotros? ¿Qué comportamientos y sentimientos me transmite?
c) Oración (Oratio): Suplicar, alabar, recitar.
La Oración, provocada por la Meditación, comienza con una actitud de admiración
silenciosa y de adoración al Señor, “porque nosotros no sabemos rezar como conviene” (Rom
8,6). Orar es, de algún modo, responder a Dios una vez que se le ha escuchado. En la oración
que surge de la escucha de la Palabra le ofrecemos a Dios nuestra respuesta de compromiso.
La pregunta aquí es: ¿Qué me inspira decirle a Dios el pasaje que he meditado?
d) Contemplación (Contemplatio): Ver, saborear, actuar.
Es la culminación del camino. La Contemplación que resulta de la Lectio Divina es la
actitud de quien se sumerge en el interior de los acontecimientos para descubrir y saborear en
ellos la presencia activa y creadora de la Palabra de Dios. Además, intenta comprometerse
con el proceso transformador de la historia que esta Palabra provoca. No supone, en modo
alguno, huir de la realidad, sino conocerla y adentrarnos en ella lo más que podamos para
descubrir los signos que reflejan la presencia de Dios y los que manifiestan su ausencia. De este
modo, la Palabra cae en una realidad concreta y se abre la posibilidad de la transformación,
personal y de nuestro entorno.
La pregunta guía es: ¿Qué debo hacer a partir de este mensaje?
Re c om en da ci on es
Es importante considerar, en primer lugar, que estas etapas de la Lectio Divina no son reglas
fijas que hay que seguir, sino orientaciones sobre cómo desarrollar normalmente esta manera
de acercarnos a la Palabra de Dios. Así que, con mucha seguridad, al irnos ejercitando
podremos ser más creativos. En segundo lugar, es importante que no confundamos los
momentos. Cada paso tiene su finalidad precisa y se complementa con los demás. En tercer
lugar, lo que se ha dicho aquí es sólo una propuesta, con la finalidad de que sirva de punto de
partida. Debe complementarse con lo que cada quien, con su esfuerzo y con el aporte de
otras personas, vaya agregando. Por último, es recomendable que se procuren hacer los
cuatro pasos para que no se convierta el momento de la Lectio en un estudio más de un texto.
La Sagrada Escritura es…
Palabra de Dios escrita
Leer
¿Qué dice el texto
bíblico?
Comprender la Palabra
Para descubrir lo que Dios
nos enseña mediante el
autor inspirado.
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I.
LEEMOS LA PALABRA
DE DIOS
Por inspiración del Espíritu
Confiada a la Iglesia para la
Santo
salvación
Meditar
Contemplar
Contemplar-Actuar
¿Qué nos dice el Señor
por su Palabra?
Actualizar la Palabra
Para interpelar la vida,
conocer su sentido, mejorar
nuestra misión y fortalecer
la esperanza.
II.MEDITAMOS EL
MENSAJE Y LA VIDA
¿Qué le decimos al
Señor motivados por la
Palabra?
Orar la palabra
¿Qué conversión nos
pide la contemplación
del Señor?
Contemplar la Palabra
(JESUS)
Para dialogar con Dios y
celebrar nuestra fe en
familia o comunidad.
Para conducir la vida
(practicar) según los
criterios del Padre
(conversión).
III. OREMOS EL MENSAJE
Y LA VIDA
IV. CONTEMPLEMOS LA
PALABRA
ESQUEMA DEL PROCESO
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
a. Compartamos la vida
Dios habla por la vida. Nos fijamos en los aspectos de nuestra vida que nos
ayudan a entender el mensaje de Dios y que, a la vez, necesitan ser iluminados
por la Palabra.
b. Proclamamos la Palabra
Dios como Padre nos habla. Nosotros los jóvenes, acogemos de corazón lo que
nos quiere decir.
c. Escuchamos a Dios
Dios habla en la Sagrada Escritura. Nos fijamos en el mensaje que el texto bíblico
contiene. Este mensaje es Palabra “viva y eficaz más cortante que una espada
de dos filos” que discierne “los pensamientos y las intenciones del corazón
“(Hebreos 4,12).
II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Dios habla para la vida. Su mensaje nos interpela, porque ilumina nuestra vida y
nos muestra el camino a seguir.
III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
La vida se ofrece a Dios. Desde la vida iluminada por la Palabra, dialogamos con
Dios, y como comunidad juvenil orante, celebramos nuestra fe.
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
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La Palabra se contempla para vivirla. La contemplación de la Palabra da sentido
nuevo a la vida, descubriendo los desafíos que nos ayuden a imitar mejor a
Jesús.
I DOMINGO DE ADVIENTO
“¡Jesús viene! ¿Estás preparado?”
OBJETIVO
Qué los jóvenes valoren y vivan el Adviento como tiempo de preparación espiritual y gozosa
para celebrar la Navidad y renueven su confianza en el Señor con una actitud vigilante en la
espera de su venida definitiva, dando testimonio cristiano en la vida diaria.
ACTITUDES A DESARROLLAR
 Conciencia de la importancia de Jesús en la vida.
 Vigilancia llena de gozo y paz.
 Actitud crítica ante la celebración secular de la Navidad.
ORACIÓN INICIAL
¡Ven, Señor no tardes,
Ven, que te esperamos!
El mundo muere de frío
El alma perdió el calor,
Los hombres no son hermanos
Porque han matado al Amor.
Envuelto en noche sombría,
Gime el mundo de pavor;
Va en busca de una esperanza,
Buscando tu fe, Señor.
Al mundo le falta vida
Y le falta corazón;
Le falta cielo en la tierra,
Si no lo riega tu amor.
¡Ven Señor, no tardes,
Ven pronto, Señor!
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Liturgia de las Horas
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
a. Compartamos la vida
La esquela
Material:
 Copias del documento de trabajo No. 1
 Plumas o lápices.
Instrucciones:
1. El instructor entrega a cada participante una hoja de papel y un lápiz.
2. Les pide que escriban su propia esquela, al día de hoy, explicando que cada uno es
libre de escribirla en la forma que prefiera.
3. El instructor solicita voluntarios que quieran compartir con el grupo su esquela.
4. Se comenta el ejercicio en grupo.
b. Proclamamos la Palabra
Evangelio según san Mateo 24, 37-44.
Cuando se manifieste el Hijo del hombre sucederá lo mismo que en tiempos de Noé. En
los días anteriores al diluvio, la gente comía y bebía, hombres y mujeres se casaban hasta el día
en que entró Noé en el arca; y no sospechaban nada hasta que vino el diluvio y los arrastró a
todos. Pues así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces de dos que haya en el
campo, a uno lo tomarán y a otro lo dejarán. De dos que estén moliendo, a una la llevarán y a
otra la dejarán. Estén pues atentos, porque no saben qué día llegará su Señor. Entiendan bien
que si el amo de la casa supiera a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y
no lo dejaría asaltar su casa. Lo mismo ustedes, estén preparados; porque a la hora en que
menos piensen, vendrá el Hijo del hombre.
Deja un momento de silencio y si es necesario se lee nuevamente el texto.
Se trata, simplemente, de leer, leer y releer el pasaje bíblico hasta familiarizarnos con él.
c. Escuchamos a Dios
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A través de la lectura tratamos de responder algunas preguntas:
- ¿Cuál es la parte del texto que más te ha llamado la atención? ¿Por qué?
- ¿En qué consiste exactamente la vigilancia a la que nos exhorta el texto?
- Al tiempo de Mateo, las comunidades cristianas esperaban la venida del
Hijo del Hombre en cierto modo. Y hoy, ¿cuál es el modo de esperar la
venida de Jesús?
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Nota: Las preguntas pueden cambiar, depende del encargado de la actividad
Breve explicación del texto
El evangelio de Mateo, resalta la parusía, es decir, la segunda venida de Cristo. Mateo nos
recuerda, que en tiempos del diluvio, la gente vivía sin pensar que había sido creado a imagen
y semejanza de Dios, para vivir en armonía con Él, las personas y la creación. El texto no se
refiere, a que los cristianos debemos de dejar de hacer nuestras actividades cotidianas: “a uno
lo tomarán a otro lo dejarán”, para ser llevados, sino de realizar todas las cosas buscando
cumplir la voluntad de Dios y de hacer todo en su Nombre, para su mayor gloria.
Es una invitación a descubrir su presencia que nos conforta, consuela, estimula y alimenta, es
estar atentos a su presencia entre nosotros como comunidad, a su presencia en los demás, a su
presencia en la Palabra y en la Eucaristía.
Con este evangelio, la iglesia nos llama a prepararnos para la Navidad. Así nos disponemos a
vivir centrados en Cristo y estar listos para su segunda venida.
II.
MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
La comercialización excesiva, el que todo sea desechable, la propaganda que ofrece las
cosas como indispensables y fuente de felicidad, nos impiden pensar en la importancia de la
vida y el tiempo. Obtener lo que deseamos (un coche, un viaje, ropa de moda, tal chico/a, un
cuerpo perfecto) llega a obsesionar nuestro corazón.
No saber esperar es un mal actual. Al abusar de los regalos de la ciencia y la tecnología, nos
hemos hecho intolerantes a la frustración y al sufrimiento. Quien tiene todo sin esfuerzo no sabe
esperar sufriendo, pues se ha acostumbrado a una esperanza fácil, y quien no puede adquirir lo
que quiere, no sabe sufrir esperando, pues su visión se limita a la solución de sus problemas.
La esperanza cristiana no es corta ni fácil. Consiste en esperar que el reino de Dios se haga
realidad entre las personas, sin desfallecer ante las adversidades producidas por el orgullo, el
egoísmo, la avaricia y el deseo de poder humanos.
Dios alimenta nuestra esperanza al hacernos sus colaboradores. Orar, denunciar el mal,
construir lazos de amor y comprensión, servir al otro, luchar por nuestra superación, levantarnos
cuando caemos, son maneras activas de esperar, que fortalecen la esperanza.
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Ahora es el momento de reflexionar.
Pregunta para mi meditación personal:
 ¿Qué diferencias y qué semejanzas encontramos entre la situación del texto y la
nuestra?
 ¿Qué dice el mensaje del texto para nuestra situación actual?
 ¿Qué cambio de comportamiento me sugiere?
 ¿Qué sentimientos descubres en ti con respecto a la segunda venida de Cristo?
 Como joven, ¿a qué te exhorta esta lectura en lo referente al cambio y a la
preparación en esta Navidad?
III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
La oración surge de modo espontáneo como súplica,
acción de gracias, alabanza, petición de perdón o intercesión.
Dejar un momento de silencio para orar de manera individual y posteriormente hacer la
siguiente oración todos juntos:
Señor, despierta en nosotros,
El deseo de prepararnos a la venida de Cristo,
Con la práctica de las obras de misericordia,
para que, puestos a su derecha el día del juicio,
podamos entrar al Reino de los Cielos|.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
(Oración colecta, I Domingo de Adviento)
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor?
Adviento significa “venida inminente de algo o alguien, que esperamos ardientemente”. En el
Adviento la iglesia presta atención a las tres formas en que Cristo viene a nosotros.
La primera venida fue hace más de 2,000 años, cuando nació Jesús y transformó la historia. Su
presencia muestra el gran amor de Dios que quiso devolver a la humanidad la posibilidad de
gozar desde aquí y para siempre de una íntima relación con él.
La venida actual se da al encarnarse Jesús en nosotros en el Bautismo y en la Eucaristía.
También se hace presente en los otros sacramentos, al acoger su Palabra, al practicar la
caridad, al reunirnos en oración, al descubrirlo en la comunidad creyente. El Espíritu Santo, el
mismo Espíritu de Jesús, es quien hace posible su presencia actual.
La segunda venida será la definitiva. Cristo vendrá con todo el esplendor de su gloria y
culminará la salvación que Dios ha realizado a partir de la promesa hecha a Adán. Sólo el
Padre conoce el tiempo de esta segunda venida; a nosotros nos corresponde esperarla con fe.
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La primera venida de Cristo fue anunciada y preparada por los profetas de Israel. Escucharlos y
reflexionar sobre la situación del pueblo y lo que impidió a tanta gente reconocer a Jesús como
Dios, nos sirve para disponernos a recibirlo en nuestra propia vida. De esta manera nos
preparamos para la venida definitiva de Cristo.
a. Compromiso
Sugerencias hacia el compromiso
Material: Copia del documento del siguiente Documento de trabajo No. 2, plumas o lápices.
Instrucciones: El documento se contestará de forma personal. Cuando terminen, invítalos a
formar un círculo para la oración.
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b. Celebración
- Dirigir la siguiente oración en voz alta, invitando a que algunos de los jóvenes hagan
oración lo que escribieron.
- Como signo de su propósito de conversión, darse un abrazo diciendo: “prepárate bien
para la venida de Jesús”, “Así lo haré”.
II DOMINGO DE ADVIENTO
“¡Jesús viene! Nos ofrece su paz y su perdón”
OBJETIVO
Propiciar en los jóvenes un deseo profundo de ser cristianos auténticos, preparándose para la
venida de Jesús Niño que nos ofrece el perdón y la paz de Dios, para ser heraldos de su
salvación en medio de las familias.
ACTITUDES A DESARROLLAR
 Paz con Dios.
 Disponibilidad a la conversión.
 Perdón a los hermanos y justicia.
ORACIÓN INICIAL
Himno a Juan el Bautista
Profeta de soledades
manifestaste con palabras
tus iras para castigar mentiras
y para gritar verdades.
Desde el vientre escogido
fuiste tú quien proclama,
para anunciar al mundo
la presencia del Verbo.
El desierto encendido
fue tu ardiente maestro,
para allanar montañas
y enderezar los senderos.
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Liturgia de las Horas
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Tú, la palabra ardiente
la palabra de acero
En el Jordán lavaste
al más puro Cordero, Cristo.
Amén.
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
a. Compartamos la vida
Carrusel: Vivir con los 5 sentidos
Instrucciones: La actividad consistirá en un carrusel, que estará formado por 5 bases que
tendrán que recorrer todos los participantes. En cada de tener un gran número jóvenes, puedes
realizarlo por equipos. No olvides dar un tiempo prudente para alcanzar a recorrer cada una
de las bases.
Base 1: Vista
Material: Ampliar las imágenes que se encuentran en el Documento de trabajo No. 3
Puede seleccionarse algún otro material (periódicos, revistas, etc.)
Atrévete a mirar a fondo estas imágenes. Abre bien los ojos. Pertenecen a nuestro paisaje
diario, aunque no hayamos reparado en el detalle de estas personas. ¿Qué te dicen las dos
imágenes? Resume en cinco palabras.
Base 2: Oído
Un miembro del grupo lee estos o semejantes datos.
Después se puede entregar una hoja donde aparezcan escritos,
para que sigan sonando. Tras ello, se comenta en el grupo.
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Desempleo de mal en peor: 2.7 millones de mexicanos sin trabajo (Inegi)
Niños y jóvenes son utilizados por delincuentes para engañar a través de llamadas
telefónicas en las que simulan secuestros, marcando números al azar para pedir
rescates o extorsionar (Revista Proceso No. 1932)
Según la firma Wealth Insight (WI), 145 mil millonarios México tienen una fortuna de 736
mil millones de dólares... ¡el 43 por ciento de la riqueza! Una cifra muy superior al
promedio mundial de 29% de la riqueza que acumulan estos millonarios.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en
México 20 mil niñas, niños y adolescentes son víctimas de explotación sexual, 85 mil más
son empleados con fines pornográficos, y en 21 de 32 estados de la República existe el
turismo sexual.
Es imposible calcular el número exacto de niños o niñas que viven en las calles, pero se
estima que hay decenas de millones; algunas sitúan la cifra en alrededor de 100
millones o más. Es muy posible que estas cifras aumenten a medida que crezca la
población mundial y la urbanización siga avanzando (UNICEF).
4 de cada 10 mexicanos son pobres, de las cuales la mayoría son mujeres (CNN).
Todo esto exige cambios profundos en el orden económico, político y moral de nuestro
mundo, de nuestra sociedad. Además, la propia ONU dedica pocos recursos a la
resolución del problema, teniendo en cuenta su magnitud.
Base 3: Olfato
Se puede leer, escenificar o contar este pasaje evangélico.
Después se trata de ver si el grupo «huele» cuanto Jesús quería decir con la parábola:
detalles de la narración, definición de los personajes, qué es eso de la compasión, etc.
Lucas 10 29-37
¿Y quién es mi prójimo? Jesús le respondió: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en
manos de unos asaltantes que, después de despojarlo y golpearlo sin piedad, se alejaron
dejándolo medio muerto. Un sacerdote bajaba casualmente por aquel camino y al verlo, se
desvió y pasó de largo. Igualmente un levita que pasó por aquel lugar, al verlo, se desvió y
pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, al llegar junto a él y verlo, sintió lástima. Se
acercó y le vendó las heridas después de habérselas limpiado con aceite y vino; luego lo
montó en su cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacó unas
monedas y se las dio al encargado diciendo: <<Cuida de él, y lo que gastes de más te lo
pagaré a mi regreso>>. ¿Quién de los tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos
de los asaltantes? El otro contestó: El que tuvo compasión de él. Jesús le dijo: Vete y haz tú lo
mismo.
Preguntas para compartir:
1. ¿Qué te huele mejor: pasar de largo, ir a atender tus pendientes, o interesarte
por los demás, acercarte, ser prójimo?
2. ¿Por qué vende más el perfume de la violencia, el egoísmo, la diversión... que el
perfume del Evangelio?
Base 4: Gusto
Material: Copias de la oración para los participantes.
Momento de silencio. Música de fondo.
Se invita a la calma y a la oración.
Después, siguiendo con la música de fondo,
se recita la oración que sigue.
Dios mío, Dios mío, Tú no nos has abandonado.
Tú has bajado a esta orilla a la vida humana y tangible.
Tu Palabra, Padre, se hizo carne y vino a nosotros
y sigue viniendo siempre como un buen samaritano de todos los caminos.
Tu Hijo se hizo hombre, frágil, sufriente y mortal,
para acompañarnos en todo el recorrido de la vida,
sin dar rodeos, siempre a nuestro lado;
para curar toda soledad y toda herida con el aceite y el vino del Espíritu,
un amor de fuego indecible, sin fin.
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Dios mío, Dios mío, Tú no nos has abandonado.
Dame la fuerza y la valentía del Espíritu para no quedarme indolente,
en mi pequeño cielo, y acercarme a los maltratados
para ungirles de libertad y belleza.
Base 5: Tacto
Material: Rotafolios, colores, marcadores (el material que tengas disponible para la creación de
un mural).
Se puede comenzar por hacer un mural, con el título «Ver cuanto no queremos mirar», donde
se represente cada uno de los participantes.
Se propone ahora a cada uno que se arriesgue a echar una mano, a usar las manos —y no
quedarse en palabras, en rezar sin más— para la fraternidad universal, para hacer algo a favor
de los desfavorecidos, de los explotados, esclavizados...
1.
Proclamamos la Palabra
Evangelio según san Mateo 3, 1 - 12
Por aquel tiempo se presentó Juan Bautista y empezó a predicar en el desierto de Judea; este
era su mensaje.<<Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está cerca.>> Es a
Juan a quien se refería el profeta Isaías cuando decía: Una voz grita en el desierto: Preparen un
camino al Señor, hagan sus senderos rectos. Además de la piel que le ceñía la cintura, Juan no
tenía más que un manto hecho de pelo de camello. Su comida eran langostas y miel silvestre.
Venían a verlo de Jerusalén, de toda la Judea y de la región de Jordán. Y además de confesar
sus pecados, se hacían bautizar por Juan en el río Jordán.
Juan vio que un grupo de fariseos y de saduceos habían venido donde él bautizaba, y les dijo:
<<Raza de víboras, ¿cómo van a pensar que escaparán del castigo que se les viene encima?
Muestren los frutos de una sincera conversión, pues de nada les sirve decir: “Abraham es
nuestro padre”. Yo les aseguro que Dios es capaz de sacar hijos de Abraham aún de estas
piedras. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no da fruto, será
cortado y arrojado al fuego.
Yo los bautizo en el agua, y es el camino a la conversión. Pero después de mí viene uno con
mucho más poder que yo –yo ni siquiera merezco llevarle las sandalias-, él los bautizará en el
Espíritu Santo y el fuego. Ya tiene la pala en sus manos para separar el trigo de la paja.
Guardará el trigo en sus bodegas, mientras que la paja la quemará en el fuego que no se
apaga.
Deja un momento de silencio orante, para que la palabra de Dios
pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
Si se cree oportuno volvemos a releer el texto bíblico.
2.
Escuchamos a Dios
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Ahora vamos entre todos a recordar lo que nos dice el texto sagrado
Pueden servirte estas preguntas, ya sea que les pidas participar a todos en grupo,
o se las entregues individualmente para responder por escrito.
-¿Qué dice el texto, de qué habla?
-¿Cómo presenta Juan el Bautista al Mesías que viene?
-¿A qué se refiere la frase “preparen el camino del Señor”?
-¿Por qué es tan significativa la figura de Juan el Bautista en este tiempo en
el que esperamos la venida del Redentor?
-¿Cuál es el mensaje clave del texto”?
Breve explicación del texto
Dios utiliza a los profetas como instrumentos para mover a los hombres a convertirse. Antes de
Juan, Isaías anunciaba a Jesús como el hombre del Espíritu. Los profetas eran impulsados por la
fuerza de Dios, llamada “Espíritu de Dios”.
El Bautista aparecer como el primer predicador de la conversión, de la opción por un estilo de
vida que facilite la entrada al Reino. Invita a sus oyentes a una conversión auténtica, revisando
sus pensamientos, sentimientos y actos, para que su fe produzca los frutos que debe.
A Juan le preocupaba su pueblo, oprimido religiosa y políticamente, en una época en que
algunas personas hacían pasar sus propios intereses como si fueran los de Dios. De ahí que
exhortara con pasión a cambiar de vida, insistiendo que hay que abrir una ruta al Señor que
viene y demostrar el deseo de conversión.
La predicación de Juan despierta enorme interés porque en ese tiempo los judíos sufren el
imperialismo romano, la corrupción de sus jefes, la falta de fe aun en los mismos encargados
del culto, radicalización política del pueblo que se divide en facciones y partidos sectarios. El
pueblo necesita paz, y el Señor se vale de lo pequeño e insignificante para mostrar su fuerza
una vez más. La misión del Mesías consiste en implantar la justicia de Dios y establecer una
nueva relación con la creación: un mundo impregnado por la paz. Por lo tanto, ante la
inminencia de la venida del Señor y el juez, el Bautista propone vivir enraizados en la fidelidad a
la voluntad de Dios y no en las falsas seguridades.
Al final, el Bautista revela el protagonista del juicio de Dios: el que bautizará en el Espíritu Santo.
En este momento se definen las características de los dos bautismos y se presentan sus
protagonistas: un bautismo con agua, para la conversión (y no para el perdón de los pecados);
y otro bautismo con Espíritu y con fuego, para la salvación. Este profeta, el mayor de todos en
el Antiguo Testamento, anuncia a Cristo como a alguien superior y con un poder mayor que él.
Predice una nueva era, donde hombres y mujeres serán movidos por el Espíritu Santo.
II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Se trata de actualizar el mensaje y entrar en dialogo con el Dios
que nos habla, en el aquí y el ahora.
Preguntas para nuestra meditación personal:
15

El tiempo de Adviento nos llama a la conversión. ¿Qué consideras tú que necesitas
cambiar en tu vida y en tu corazón?
Juan el Bautista es la voz que invita a la conversión ¿En qué forma concreta yo también
puedo ser esa voz para los demás? ¿Qué me pide el Señor que haga yo durante este
tiempo?
Pág.

III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
La oración surge de modo espontáneo como súplica,
acción de gracias, alabanza, petición de perdón o intercesión.
Puedes motivar a los jóvenes a reflexionar con las siguientes preguntas: ¿Qué inquietudes te
gustaría compartir en diálogo con Dios? ¿Qué quieres pedirle? ¿Qué quieres agradecerle? ¿De
qué le quieres pedir perdón?
Dejar un momento de silencio para orar de manera individual
y posteriormente hacer la siguiente oración todos juntos.
Que nuestras responsabilidades terrenas no nos impidan, Señor,
Prepararnos a la venida de tu Hijo,
Y que la sabiduría que viene del cielo,
Nos disponga e recibirlo
Y a participar de su propia vida.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
(Oración colecta, II domingo de Adviento)
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor?
La contemplación es una nueva manera de ver, observar y analizar la vida, acontecimientos y
la historia individual y colectiva: mirar el mundo desde los ojos de Dios.
Cuando comprendemos que somos seres humanos, comprendemos también que muchas
veces equivocamos nuestros pasos. Por eso es bueno ver hacia dónde vamos y hacia dónde
queremos ir. El ser responsable de nuestra vida, trae consigo un compromiso muy serio. Al
orientar nuestros pensamientos y sentimientos hacia Cristo, nuestro caminar será más firme y
seguro, confiados que por Él iremos al Padre.
Pág.
16
Momento de silencio para contemplar nuestra vida y ver cómo es el sendero por donde vamos
caminando: ¿hacia dónde voy?, ¡el camino que, hasta el día de hoy, he andado me lleva a
vivir la paz?
Sugerencias hacia el compromiso
a. Compromiso
Material: Marcadores, cinta, llevar cada oración propia del segundo domingo de Adviento
(Documento No. 4), en 3 cartulinas: 1) personal; 2) relaciones sociales y 3) relación con las
cosas.
Instrucciones:
1. Forma 6 equipos, uno para cada oración (Ver Documento No. 4).
2. Hacer la siguiente introducción: “La Iglesia formula oraciones para ayudarnos a pedir a
Dios lo que muchas veces no sabemos expresar. Reflexionaremos sobre las oraciones
propias del segundo domingo de Adviento para apreciar su valor y a prender a orar con
ellas”.
Pág.
17
En equipos…
3. Ver la relación de cada oración con el tema que se ha compartido: “Conviértanse
porque está llegando el reino de los cielos” (Mt 3,1).
4. Escribir en las cartulinas, dos formas de aplicar el fruto de su reflexión a cada dimensión
de la vida. Marcar con una palomita los que se repiten.
5. En sesión plenaria, reflexionar sobre las razones por las que no coincidieron en algunas
ideas y en otras no.
III DOMINGO DE ADVIENTO
“Tiempo de avivar, nuestra esperanza”
OBJETIVO
Que los jóvenes descubran en la persona de Jesús al único Salvador de este mundo, para que
fortalezcan su Esperanza y den razón de ella.
ACTITUDES A DESARROLLAR
 Confianza y esperanza
 Disponibilidad y entrega en la construcción del Reino de Dios.
ORACIÓN INICIAL
¡Acepto tu invitación a la alegría!
Espero con ilusión la venida del Mesías,
su ayuda para vivir la hermandad,
y su fuerza para superar la adversidad.
¡Acepto tu invitación a la alegría!
Anhelo el gozo cristiano sin igual,
pues sólo el amor de Cristo hace posible
la convivencia de la dicha y el dolor.
¡Acepto la invitación a la alegría!
Ábrenos a la paz que llegará en Jesús,
que aprendamos de María y de José
a vivir con sencillez y armonía.
Pág.
18
¡Acepto la invitación a la alegría!
Fortalece mi esperanza y hazme paciente,
que pueda dar una sonrisa y aliento a quien sufre,
y apoyo cariñoso al que necesita. Amén.
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
a.
Compartamos la vida
De angustia, tristeza y desesperación a paciencia, alegría y esperanza
Material:
 Llevar preparado un periódico mural con ilustraciones y noticias de personas sufriendo
angustia, tristeza y desesperación en variedad de situaciones, etiquetas o cartulinas con
las frases de la oración y cinta.
Instrucciones:
1. Colocar el periódico mural de modo que todos los jóvenes lo puedan ver.
2. Formar grupos de tres. Invitar a que cada joven piense en que oración le queda mejor a
qué persona y por qué.
3. Las oraciones puedes imprimirlas en etiquetas o escribirlas en cartulinas, aparte.
Etiquetas:
“Señor, dame paciencia ante…
Fortifica mi esperanza en que… se resolverá bien o me ayudarás a manejar la
situación”.
 “Dios mío, no veo claro por qué estoy metido/a en…
 Dame la gracia para encontrarte en esta situación, fuerza para… y esperanza
en que esta jornada me dará vida nueva”.
 “Quisiera ir en camino recto hacia… y hago muchos zigzags; quisiera no volver a
caer en… y volví a hacerlo. Guíame, fortifica mi voluntad y mantén mi esperanza
viva en tu amor salvador”.
 “Jesús, ayúdame a tener un estado de ánimo sereno ante… Sé que si yo me
altero menos, podré gozar las alegrías que se me presenten y ellas fortificarán mi
esperanza”.
4. En el grupo pequeño:
Compartir su análisis. Después reflexionar: ¿quiénes creen que necesitan más el amor
liberador de Jesús y por qué?
5. En sesión plenaria, algunos jóvenes comparten su reflexión personal.


Proclamación del Evangelio según San Mateo 11,2-11.
Juan, que estaba en la cárcel, oyó hablar de las obras de Cristo, por lo que envió a sus
discípulos a preguntarle: ¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?
Jesús les contestó: Vayan y cuéntele a Juan lo que ustedes están viendo y oyendo: los ciegos
ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una
Buena Nueva llega a los pobres. ¡Y dichoso aquél para quien yo no sea motivo de escándalo!
Una vez que se fueron los mensajeros, Jesús comenzó a hablar de Juan a la gente: Cuando
ustedes fueron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué iban
19
Proclamamos la Palabra
Pág.
b.
ustedes a ver? ¿Un hombre con ropas finas? Los que visten ropas finas viven en palacios.
Entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un profeta? A este se refiere el texto de la Escritura: Yo voy a
enviar mi mensajero delante de ti, para que te preceda abriéndote el camino.
Yo se lo digo: de entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno más grande que Juan
Bautista, y sin embargo el más pequeño en el Reino de los Cielos es más que él.
Deja un momento de silencio y si es necesario se lee nuevamente.
c.
Escuchamos a Dios
Ahora vamos entre todos a recontar lo que nos dice el texto sagrado.
Te pueden servir las siguientes preguntas
- ¿Qué actitudes de las personas que aparecen te llamaron la atención de
la lectura?
- Le has preguntado a Jesús, al igual: ¿Eres tú quien tenía que venir o hemos
de esperar otro?
- ¿Dónde están mis resistencias para creer y confiar plenamente en Jesús?
- ¿Qué acciones, nos señala Juan Bautista, hemos de realizar para recibir
al Señor que se acerca?
- Según el Evangelio, ¿cómo podemos darnos cuenta de la presencia del Reino
de Dios entre nosotros?
Breve explicación del texto
Juan Bautista está en la cárcel. Hasta allí le llegan noticias sobre Jesús, pero resulta que las
informaciones recibidas a primera vista no coinciden con el tipo de Mesías que él esperaba.
Para sorpresa de Juan, el ministerio de Jesús venía soportando continuas contradicciones por
parte de la clase dirigente; él estaba en la cárcel y, como iban las cosas, Jesús también está a
punto de estarlo. A Jesús se le veía muy humilde, mientras que a los poderosos se les veía como
siempre, todavía en sus puestos haciendo fechorías. El trigo no ha sido separado de la paja.
Por eso no es extraño que en el Bautista se suscite cierta crisis, casi a las puertas de
“escandalizarse” de Jesús. Las acciones de Jesús no coinciden con el Mesías de fuego que
había sido anunciado para terror de los indolentes. De ahí se levanta la duda de si Jesús es
verdaderamente el Mesías prometido o si más bien no será otro el que vendrá para hacer el
juicio.
Y a partir de su situación personal y de su conocimiento de las acciones de Jesús, Juan formula
la pregunta decisiva, que desde entonces continúa siendo repetida muchas veces: ¿Quién
eres tú?, la cual está bien expresada en esta formulación: “¿Eres tú el que ha de venir, o
debemos esperar a otro?”
Pág.
20
Jesús les respondió: “Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los
leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la
Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!‟
Jesús toma la palabra. No da una respuesta clara y directa a los discípulos del Bautista que le
fueron enviados, el “sí” o el “no” esperado; sino que toma otra ruta. Es desconcertante el
sentido de pequeñez del Mesías redentor de los necesitados y mensajero de las
bienaventuranzas. Su respuesta comienza con un doble imperativo: “Id y contad”. Los
discípulos de Juan “enviados” se convierten nuevamente en “enviados”, pero esta vez de
parte de Jesús. Ellos deben volver en calidad de testigos de Jesús: “¡contad!”.
Con la lista de sus obras, Jesús está diciendo que la promesa ha sido cumplida en su obrar: allí,
de forma concreta, se puede captar la intervención salvífica de Dios, el Señorío lleno de
potencia y de gracia que ha llegado. Por lo pronto el Reino de los cielos se da a conocer en su
aspecto de misericordia y de salvación (que es la primera forma del “hacer justicia”). Se ve en
la ayuda efectiva a los necesitados.
No será la amenaza del hacha ni el fuego ardiente los métodos que Jesús utilice para
evangelizar sino su tremenda humanidad manifestada en su misericordia con el dolor humano.
A cada persona le corresponderá decidir por sí misma su destino, el veredicto que le vendrá en
el juicio, según la aceptación o el rechazo de este amor.
Es importante tomar en cuenta lo visto en el tema anterior para complementar.
II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Tras responder a las preguntas de ¿Qué dice el texto?, ahora abordaremos otra cuestión:
¿Qué me dice el texto a mí? Se trata de actualizar el mensaje
y entrar en diálogo con el Dios que nos habla, en el aquí y el ahora.
A partir del “cara a cara” entre Jesús y Juan, que da pie para la serie de puntos que van a ser
planteados, nuestro texto en el fondo nos empuja para responder las preguntas:
¿Quién es Jesús?
¿Qué idea tenemos del Mesías?
¿Jesús responde a lo que estoy buscando?
¿Lo estoy entendiendo correctamente?
III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
La oración nos dispone a contemplar a Dios, a exponer el corazón ante Él, es entrar en su
divinidad para conocer su plan de salvación y descubrir el inmenso amor que nos tiene.
Deja unos momentos de silencio para orar de manera individual
y posteriormente hacer la siguiente oración todos juntos:
21
¿Qué inquietudes te gustaría compartir en el diálogo con Dios?
¿Qué quieres pedirle?
¿Qué quieres agradecerle?
¿De qué le quieres pedir perdón?
Pág.




Mira Señor a tu pueblo,
que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo,
y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación
con un corazón nuevo y una inmensa alegría,
Por nuestro Señor Jesucristo. Amen
(Oración colecta, III domingo de Adviento)
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor?
Los cambios, empiezan con cosas pequeñas y cotidianas, todo depende del corazón y la
alegría que pongamos en ellas.
Si nos hemos encontrado con Cristo, es tiempo de empezar a dejar de ser ciegos, sordos, cojos,
leprosos, mudos…porque nos hemos encontrado con Él, hemos renovado nuestra confianza y
esperanza, pues nos ha traído una vida nueva y es preciso que la vivamos, dando vida en
nuestros ambientes.
Sugerencias hacia el compromiso
a. Compromiso
Pág.
22
Material: Un nacimiento sin el niño Jesús
Instrucciones:
1. Colocar el nacimiento frente al periódico mural y hacer la celebración ante ellos.
2. Disponer el corazón y conducir la meditación, haciendo una pausa después de cada
párrafo y pregunta:
“Hemos reflexionado sobre la alegría de la salvación que nos trae Jesús, al mostrarnos el
camino para construir nuestra esperanza y aceptar el regalo de una vida nueva y feliz
que nos trajo con su amor y servicio. Esto supuso que Jesús salió al encuentro de
personas en necesidad y que personas con necesidades se acercaron a él. A nosotros
nos toca hacer lo mismo”.
“Pensemos en los jóvenes con quienes convivimos y en la juventud de nuestro país:
 ¿Estamos construyendo nuestra esperanza en una vida mejor para todos?
 ¿Cómo estamos colaborando como grupo juvenil cristiano?
3. Invitar a orar a todos juntos, según se vaya indicando y respondiendo: “Jesús,
escúchanos”.
-Oremos por las personas que identificamos en nuestra primera actividad.
-Pidamos perdón por lo que hemos dejado de hacer para crecer como cristianos y
llevar a Jesús a otras personas.
-Oremos por nosotros. Pidamos a Jesús que nos acompañe, ilumine y dé fuerzas ante lo
que necesitamos, recordando lo que decía San Agustín, “Dios que te creó sin ti, no te
salvará sin ti”, pues tenemos libertad de ignorarlo, alzarnos contra él y rechazarlo con
nuestra conducta.
47. Terminar proclamando el Salmo 146. Después de cada párrafo, aclamar juntos:
“Alabaré al Señor mientras viva, cantaré para mi Dios mientras exista”.
IV DOMINGO DE ADVIENTO
“Abrir el corazón al Espíritu Santo,
fuerza de nuestra vida”
OBJETIVO
Que los jóvenes desde su interioridad escuchen la voz del Espíritu santo y con ayuda aprendan
a responder con alegría y entrega generosa a la voluntad de Dios para su vida.
ACTITUDES A DESARROLLAR
 Obediencia a la voluntad de Dios
 Disponibilidad a la vida.
 Sentido de responsabilidad
ORACIÓN INICIAL
Hacer un acto de fe en la presencia de Dios
en medio de nosotros. Con las siguientes palabras…
Espíritu Santo que procedes del Padre y del Hijo,
Tú estás en nosotros, hablas en nosotros a tus palabras,
te pedimos que le demos lugar en vosotros a tus palabras, a tu oración, a tu inteligencia,
para que podamos conocer el misterio de la voluntad de Dios en la historia.
No te pedimos tener acceso a este misterio para podernos así enorgullecer
de nuestra ciencia e inteligencia de los tiempos,
sino únicamente para obrar de manera digna,
para podernos dedicar más totalmente al servicio del hombre
y de la gloria de Nuestro Señor Jesucristo. Amén”.
Pág.
23
(Card. Carlos Ma. Martini).
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
a.
Compartamos la vida
Dinámica: “Reflexiones de María en su embarazo y al dar a luz”
Material:
 Documento de trabajo No. 5
 Hojas de máquina.
 Plumas o lápices.
Instrucciones:
1. Formar 3 equipos.
2. Por equipo, escribir una carta breve de María a su madre, Ana, platicándole sus
esperanzas sobre su hijo, conforme evolucionaba en su seno (Ver Documento No. 5).
3. En sesión plenaria, una persona de cada equipo leerá la carta en voz alta. Al terminar,
algunos jóvenes comparten su experiencia en esta actividad.
b.
Proclamamos la Palabra
Proclamación del Evangelio según San Mateo 1, 18-24.
Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes
de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Su esposo José, pensó
despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla.
Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José,
descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa a tu casa; si bien está
esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás al nombre al hijo que dará a luz. Y
lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta. La
virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa: Dioscon-nosotros.
Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomó consigo a
su esposa. Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús.
Deja un momento de silencio y si es necesario se lee nuevamente.
Pág.
24
c.
Escuchamos a Dios
En nuestros tiempos, el Espíritu Santo se comunica a diario con nosotros por medio de mil modas
y formas, en la Iglesia, en la convivencia, en la palabra de nuestros padres, en la oración, etc.
Pero también lo hace por medio de la naturaleza, de nuestros vecinos, de los marginados y
despreciados a los que no valoramos; de nuestros amigos, a los que en momentos difíciles
ignoramos; de la Sagrada Escritura que hemos escuchado…
¿Qué actitudes de las personas que aparecen te llamaron más la atención de la
lectura?
¿Por qué José después de escuchar al Ángel del Señor, recibe a su esposa?
¿Hay momentos en tu vida en que no alcanzas a descubrir la voluntad de Dios?
¿Dónde están mis resistencias para escuchar y atender a la voz de Dios?
¿Qué te dice e inspira el Espíritu Santo para tu vida de hoy de mañana?
Breve explicación del texto
En el ambiente judío en el que vivían José y María, existía un machismo muy arraigado
que obligaba a las mujeres a pertenecer a un solo hombre, el cual podía ser su padre, su hijo o
su esposo. Por eso José pensaba dejar a María, retirarse, puesto que se le hacía difícil creer lo
que en María sucedía. María su esposa estaba embarazada y él no había intervenido en modo
alguno en ello.
La concepción de Jesús acontece durante el tiempo que según el rito de costumbre de
los judíos, va desde el compromiso matrimonial (son marido y mujer) a la vida matrimonial (vivir
juntos bajo el mismo techo). Este hecho introduce la explicación del verdadero origen de Jesús
y la definición del papel de José.
José era un hombre bueno y no quería desacreditar a María; quiso dejarla al saber su
embarazo. La reacción de José de querer separarse de María es muy natural e indica nobleza
de corazón al no denunciarla. Sin embargo, el proyecto de Dios requeriría una fe y fidelidad
sobrenatural. Sólo si José reconocía al niño como suyo quedaría Jesús injertado en la
descendencia de David de la que nacería el Mesías prometido (2 Sm 7, 5-16). El espíritu de
amor se encargó de dispersarle la duda a José por medio del Ángel, y siguiendo los designios
de Dios, no dudó ni un momento, en obedecerlo. Con su respuesta positiva a Dios, José se
convierte en el padre legal del niño y le da el nombre de Jesús, que quiere decir “Dios salva”.
José muestra la colaboración vital de una persona común y corriente en la obra de salvación.
II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Tras responder a la pregunta ¿Qué dice el texto?,
ahora abordemos otra cuestión: ¿Qué me dice el texto a mí, a nosotros?
Se trata de actualizar el mensaje y entrar en diálogo con el Dios que nos habla, en el aquí y ahora.
Son muchos los momentos y situaciones de nuestra vida joven en que nos encontramos
con la duda y la indecisión, como en un cruce de caminos donde es preciso decidir y optar, y
tenemos miedo de equivocarnos, de dejar a lado lo que era mejor y más conveniente… ¿Qué
hacemos? ¿A quién consultamos?
¿Qué es lo más importante para el joven en su vida? ¿Cómo discierne, decide, opta?
¿Los jóvenes a quién recurren con más frecuencia en los momentos de duda e
incertidumbre?
Pág.


25
En diálogo abierto con los jóvenes, compartan las siguientes preguntas.
III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
¿Qué le decimos al Señor motivados por su Palabra?
Decir la oración siguiente, en voz alta y pausadamente.
“Espíritu Santo, tú que me aclaras todo,
que me iluminas todos los caminos, para que yo alcance mi ideal;
tú que me das el don divino de perdonar y de olvidar el mal que me hacen
y que en todos los instantes de mi vida estás conmigo.
Yo quiero en este corto diálogo, agradecerte por todo
y confirmar una vez más que nunca quiero separarme de ti,
y por mayor que sea la ilusión material
deseo estar contigo y todos mis seres queridos,
en la gloria perpetua. Amén”
Dejar un momento de silencio para orar de manera individual
y posteriormente, hacer la siguiente oración juntos:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros,
que hemos conocido por el anuncio del ángel la Encarnación de tu Hijo,
para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
(Oración colecta del IV domingo de Adviento)
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
Pág.
26
¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor?
La contemplación es una nueva manera de ver, observar y analizar la vida, los
acontecimientos y la historia individual y colectiva: mirar mi vida y la de los demás desde los
ojos de Dios. Por ello nos preguntamos:
¿Cómo cambia este pasaje del Evangelio nuestra mirada?
¿Qué es preciso hacer o dejar de a lado para dejarnos conducir por el Espíritu Santo y
recibir a Jesús que se acerca en esta Navidad?
¿Cómo me habla el Espíritu Santo en mi vida diaria?
¿En qué momentos de mi vida me he dejado guiar por el Espíritu Santo?
Sugerencias hacia el compromiso
a. Compromiso
Material: Tarjetas de Navidad o en forma de regalo, copias del Documento de trabajo No. 6
para cada joven.
Pág.
27
Instrucciones:
1. Dar a cada joven una tarjeta de Navidad o en forma de regalo.
2. Introducir este momento con las siguientes palabras: La pregunta de María: “¿Cómo será
esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?”, no expresa falta de fe, sino su deseo de
oír de Dios cómo se daría la concepción de su Hijo siendo virgen, ya que humanamente era
imposible. Su respuesta a la acción del Espíritu Santo en ella: “Aquí está la esclava del Señor,
que me suceda como tú dices”, revela su aceptación consciente de su misión, aceptando la
voluntad del Padre, y mostrar que para Dios todo es posible.
3. Invitar a contestar en su tarjeta: ¿Qué acciones concretas comenzaré a realizar para estar
más atento al Espíritu Santo?
4. Cuando terminen, formar dos coros e ir alternando la oración (Documento No.6). Después de
cada bendición, una personas del otro coro hacen una pequeña oración, pidiendo una
bendición especial.
Pág.
28
DOCUMENTO DE TRABAJO No. 1
Pág.
29
DOCUMENTO DE TRABAJO No. 2
DOCUMENTO DE TRABAJO No. 3
Pág.
30
VISTA (Imágenes)
DOCUMENTO DE TRABAJO No. 4
Antífona de entrada
Pueblo de Sión, mira que el Señor vendrá para salvar a toda la humanidad y dejará oír la
majestad de su voz para la alegría de su corazón.
Oración colecta
Que nuestras responsabilidades terrenas no nos impidan, Señor, prepararnos para la venida de
tu Hijo, y que la sabiduría que viene del cielo nos disponga a recibirlo y a participar de su propia
vida.
Aclamación antes del evangelio
Preparar el camino del Señor, allanar sus senderos; y todos verán la salvación del Señor.
Oración sobre las ofrendas
Que te sean agradables, Señor, nuestras ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la
extrema pobreza de nuestros méritos.
Antífona de la comunión
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.
Oración después de la comunión
Pág.
31
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a
no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar más las tuyas.
DOCUMENTO DE TRABAJO No. 5
MES 1: Mide 2.5 cm y es
10,000 veces mayor que al
ser concebido. Su corazón,
sistema digestivo y espina
dorsal empiezan a formarse.
MES 2: Se mueve, aunque la
madre no lo sienta. El
corazón ya funciona.
MES 3: Mide 5 cm y se
distinguen
sus
brazos,
piernas, pies, manos y dedos.
Sus ojos y la mayoría de sus
órganos están altamente
desarrollados.
MES 4: Mide como 18 cm y
puede chupar y tragar. Se
puede identificar su sexo.
MES 5: Sus órganos internos
están madurando y la madre
empieza
a
sentir
sus
movimientos
con
cierta
frecuencia.
Pág.
32
MES 6: Sus ojos se abren por
periodos cortos. Si naciera,
necesitaría cuidados médicos específicos.
DOCUMENTO DE TRABAJO No. 5
MES 7: Si nace, sería un bebé
prematuro
y
requeriría
atención especial.
MES 8: Crece rápidamente,
en especial su cerebro. Sus
órganos, salvo los pulmones,
están maduros. Se perciben
sus movimientos desde fuera.
Pág.
33
MES 9: El bebé está maduro
para vivir fuera del vientre
materno. Se acomoda para
nacer y puede parecer
menos activos, hasta que,
con grandes esfuerzos, se
lanza a la luz del mundo.
Pág.
34
DOCUMENTO DE TRABAJO No. 6
BENDICIONES
BENDICIONES
Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces
bendito tu vientre, donde por nueve meses se
desarrolló el Hijo de Dios, para salvación nuestra.
Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces
bendito tu vientre, donde por nueve meses se
desarrolló el Hijo de Dios, para salvación nuestra.
Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces
benditos tus pechos, con cuya leche se alimentó
Jesús, para poder cumplir con su misión.
Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces
benditos tus pechos, con cuya leche se alimentó
Jesús, para poder cumplir con su misión.
Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces
bendito tu regazo, en donde reposó y durmió
tranquilamente Jesús, para traer la paz en la
tierra.
Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces
bendito tu regazo, en donde reposó y durmió
tranquilamente Jesús, para traer la paz en la
tierra.
Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
benditos tus brazos, que llevaron con ternura a
Jesús, quien nos entrega el amor perfecto de
Dios.
Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
benditos tus brazos, que llevaron con ternura a
Jesús, quien nos entrega el amor perfecto de
Dios.
Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
benditas tus manos, que acariciaron y sirvieron al
Hijo de Dios, ejemplo de compasión y servicio.
Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
benditas tus manos, que acariciaron y sirvieron al
Hijo de Dios, ejemplo de compasión y servicio.
Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
benditos tus ojos, que con deleite contemplaron
a Jesús, sacramento del Padre.
Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
benditos tus ojos, que con deleite contemplaron
a Jesús, sacramento del Padre.
Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
benditos tus oídos, que con atención
escucharon a Jesús, quien proclamó la llegada
del reino de Dios.
Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
benditos tus oídos, que con atención
escucharon a Jesús, quien proclamó la llegada
del reino de Dios.
Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
bendita tu boca, que con gran gozo besó a
Jesús y compartió la fe en él y el Altísimo.
Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces
bendita tu boca, que con gran gozo besó a
Jesús y compartió la fe en él y el Altísimo.

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