4.- Material de Adviento Ciclo A
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4.- Material de Adviento Ciclo A
INTRODUCCIÓN Para la vida cristiana existen dos momentos muy importantes en los que gravita todo el ciclo litúrgico, la fiesta de la Navidad y la Pascua. Para la preparación de dichas fiestas se establecieron con el correr de los años, períodos de preparación para estos acontecimientos. Así nacieron la Cuaresma y el Adviento. Ya para el siglo VI se tienen noticias de una preparación para la celebración de la Navidad, que estaba caracterizada por algunos días de ayuno y oración intensa. Esta preparación, durante el Medievo, fue llamada Adviento, ya que esta palabra (del latín "adventus"), no solo significaba preparación, sino que estaba referida a la serie de preparativos que se realizaban en una ciudad para recibir a algún alto dignatario de estado. Por ello, el Adviento cristiano centraba su atención en la preparación de toda la comunidad, para celebrar la fiesta de la Navidad con un fuerte espíritu de gozo, pero al mismo tiempo acentuaba la perspectiva de la segunda venida de Cristo, para la cual era necesario estar preparado, realzándose el aspecto de conversión personal. El Concilio Vaticano II, ha querido conservar estas dos dimensiones del Adviento, por lo que la liturgia y la acción pastoral debe centrarse en una preparación espiritual que mueva a la conversión a la comunidad en la espera gozosa de la segunda venida de Cristo y al mismo tiempo, la invite a celebrar en la alegría y la paz del Espíritu Santo la memoria del nacimiento de Nuestro Salvador. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: «Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida» CIC 524. En esta ocasión la temática del material de Adviento, está tomada de los evangelios que nos ofrece la liturgia del Ciclo A, y tiene como objetivo que, “los jóvenes preparen la celebración y vivencia plena del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, a través de la lectura orante de la Palabra (Lectio Divina)”. El contenido está desarrollado en cuatro momentos: I. Jóvenes centinelas de la esperanza. II. Jesús, amor que libera. III. Jóvenes, testigos de la luz. IV. Un regalo para Jesús. Facilitamos este material que ha preparado el departamento de Pastoral Juvenil de la Iglesia de Monterrey, para todos los que atienden y viven en comunidades juveniles cristianas católicas (grupos parroquiales, coros, movimientos eclesiales, comunidades de fe, colegios, inclusive casas de formación). Recuerda que es una propuesta que hay que aplicar a la realidad concreta de quienes participarán en él, enriqueciéndola con tu creatividad. Encomendamos este trabajo a María, Madre de Jesús y Madre nuestra. Ella como fiel discípula nos enseñe a ser humildes, y dóciles a la voz de Dios. Pág. 1 Área Formativa Equipo Diocesano de Pastoral Juvenil ALGUNAS PREMISAS PARA EL USO DE ESTE MATERIAL Les presentamos algunas premisas indispensables para el buen uso y aprovechamiento del presente material, que como anteriormente señalamos, está basado en la Lectura Orante de la Palabra. Lectura Orante o Lectio Divina La Palabra de Dios presente en la Biblia es un lugar privilegiado para encontrarnos con Jesucristo. Por eso, es importante promover “la reflexión orante sobre la Sagrada Escritura, realizada por todos los fieles. Esta lectura de la Biblia, acompañada de la oración, se conoce en la tradición de la Iglesia con el nombre de Lectio Divina, práctica que se ha de fomentar entre todos los cristianos” (Iglesia en América, n. 31). Existen muchos modos de acercarnos a leer la Biblia; uno de ellos es la Lectio Divina. La frase latina “Lectio Divina” significa “lectura divina” y describe un modo de leer la Sagrada Escritura: alejarse gradualmente de los propios esquemas y abrirse a lo que Dios nos quiere decir. Pero no es suficiente con fomentar la Lectio Divina 1 ; es indispensable hacerla de manera adecuada 2 . Esto exige, más que repetir cosas que otros han dicho sobre la Biblia, realizar nuestro propio itinerario de encuentro con la Palabra. Se trata, como dicen nuestros Obispos latinoamericanos que la lectura orante realizada con calidad nos conduzca “al encuentro con Jesús-Maestro, al conocimiento del misterio de Jesús-Mesías, a la comunión con Jesús-Hijo de Dios y al testimonio de Jesús-Señor del universo (…)3. Debemos ayudarnos de otras personas y libros en el momento adecuado, pero nunca caer en la tentación de hablar de la Palabra de Dios sin habernos encontrado con ella; que no cometamos el error de explicar un texto sin haberlo profundizado como personas de fe en sentido eclesial4. Pág. 2 Estas convicciones nos ayudarán a asumir y practicar la metodología que decimos conocer. Sólo así podremos compartir (socializar), más que nuestra opinión, un itinerario de encuentro con Jesucristo vivo en su Palabra5. De tal manera que la reacción inmediata de las personas a las que servimos no sea el reconocimiento de una erudición devastadora que minimiza sino el convencimiento de que es posible, útil, indispensable y urgente encontrarse con la Palabra personalmente con sentido eclesial como discípulos de Jesucristo para la misión 6. Con razón el Documento de Aparecida reconoce que la animación bíblica de la pastoral “exige, por parte de obispos, presbíteros, diáconos y ministros laicos de la Palabra, un acercamiento a la Sagrada Escritura que no sea sólo intelectual e instrumental, sino con un corazón ‘hambriento de oír la Palabra del Señor’”7. 1 Debemos ser conscientes de que, con mucha facilidad en ciertos ambientes eclesiales –pastorales y académicos- se ha trivializado el método de la Lectio Divina por no asumir con seriedad las exigencias metodológicas que ésta pide. 2 Aparecida hace una precisión cuando menciona la Lectio Divina. Afirma que “esta lectura orante, bien practicada, conduce…” (n. 249). Es decir, la Lectio Divina realizada superficialmente puede provocar el efecto contrario en los interlocutores y conducir a una lectura espiritualista de la Biblia. Asumir la Lectura Orante como método es mucho más exigente de lo que hemos considerado hasta este momento en algunos ámbitos. El hecho de que sea un encuentro con la Palabra al alcance de todos no significa, en modo alguno, que se pueda realizar de manera superficial, haciendo caso omiso de ciertas exigencias o criterios básicos de lectura, interpretación y actualización. 3 Ibid. 4 Se trata de tener comprensión más que erudición, de leer la Biblia más que lo que dicen algunos autores sobre ella; de interesarnos primero por los textos bíblicos y sólo después por sus comentaristas. 5 En esta perspectiva cada vez es más urgente leer la Biblia no sólo para sino desde. Por ejemplo, a la lectura de la Biblia que hemos hecho para los jóvenes debemos agregarle la perspectiva desde los jóvenes. En la primera posibilidad se les toma como destinatarios de nuestras ideas, en la segunda, como sujetos de interpretación. 6 Recordemos que “los riesgos de desviación no pueden constituir una objeción válida contra el cumplimiento de una tarea necesaria: la de hacer llegar el mensaje de la Biblia a los oídos y al corazón de nuestra generación”; así, Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, IV, A. 3. 7 D. A. n. 248. His tor ia La Lectura Orante tiene su origen en la adaptación que hicieron algunos padres de la Iglesia de ciertas técnicas de los maestros judíos (rabinos) y que después fueron practicadas, durante muchos siglos, en los monasterios. En el siglo XII, un monje cartujo, llamado Guigo, describió las etapas más importantes de la Lectio Divina. Estos cuatro peldaños son: lectura (lectio), meditación (meditatio), oración (oratio) y contemplación (contemplatio). En la actualidad, aunque hay algunas variantes, se está de acuerdo en los cuatro pasos o peldaños anteriores. Es el esquema fundamental que seguiremos. Orígenes fue el primero en utilizar la expresión Lectio Divina, afirmando que para leer la Biblia con provecho era necesario hacerlo con atención y constancia. “¡Cada día, como Rebeca, tenemos que volver, una y otra vez, a la fuente de la Escritura!”. Y como lo que no se consigue con el propio esfuerzo debemos pedirlo en la oración, nos dice también Orígenes: “Es absolutamente necesario rezar para poder entender las cosas divinas. De ese modo -concluye- llegaremos a experimentar aquello que esperamos y meditamos”. Pas os d e la L e ct io Di vi na a) Lectura (Lectio): Conocer, respetar, situar. Es el punto de partida y debe hacerse con atención y respeto. Consiste en leer y releer el texto, identificando los personajes, lo que hacen y dicen, los silencios que guardan, etc. Además, hay que ubicar la cita observando con detenimiento qué hay antes y qué después. La Lectura se hace con la certeza de que se está escuchando a alguien; leer repetida y atentamente lejos de llevarnos a la rutina o aburrimiento ayudará a descubrir mensajes siempre nuevos. Con todo esto se quiere captar lo que dice el texto y las intenciones de quienes lo escribieron. Leer y escuchar nos pide un recogimiento que permita captar lo que dice el texto. La pregunta clave que debemos hacernos en esta primera etapa del itinerario es: ¿Qué dice el texto? b) Meditación (Meditatio): Rumiar, dialogar, actualizar. La Meditación trata de establecer un diálogo entre lo que Dios nos dice en su Palabra y lo que sucede en nuestra vida. Meditar es reflexionar en los valores permanentes que presenta el texto bíblico; es buscar el sabor de la Palabra. La Meditación nos ayuda a descubrir el sentido que el Espíritu quiere comunicar hoy a su Iglesia a través de los diversos pasajes de la Biblia. Meditar supone un esfuerzo de reflexión que pone en acción nuestra inteligencia. Si la lectura nos ayudó a saber LO QUE DICE EL TEXTO, la Meditación nos introduce EN SU SENTIDO PARA NUESTRA VIDA. Pág. 3 Las preguntas que aquí nos hacemos son: ¿Cuál es el mensaje que este pasaje tiene para mí, para nosotros? ¿Qué comportamientos y sentimientos me transmite? c) Oración (Oratio): Suplicar, alabar, recitar. La Oración, provocada por la Meditación, comienza con una actitud de admiración silenciosa y de adoración al Señor, “porque nosotros no sabemos rezar como conviene” (Rom 8,6). Orar es, de algún modo, responder a Dios una vez que se le ha escuchado. En la oración que surge de la escucha de la Palabra le ofrecemos a Dios nuestra respuesta de compromiso. La pregunta aquí es: ¿Qué me inspira decirle a Dios el pasaje que he meditado? d) Contemplación (Contemplatio): Ver, saborear, actuar. Es la culminación del camino. La Contemplación que resulta de la Lectio Divina es la actitud de quien se sumerge en el interior de los acontecimientos para descubrir y saborear en ellos la presencia activa y creadora de la Palabra de Dios. Además, intenta comprometerse con el proceso transformador de la historia que esta Palabra provoca. No supone, en modo alguno, huir de la realidad, sino conocerla y adentrarnos en ella lo más que podamos para descubrir los signos que reflejan la presencia de Dios y los que manifiestan su ausencia. De este modo, la Palabra cae en una realidad concreta y se abre la posibilidad de la transformación, personal y de nuestro entorno. La pregunta guía es: ¿Qué debo hacer a partir de este mensaje? Re c om en da ci on es Es importante considerar, en primer lugar, que estas etapas de la Lectio Divina no son reglas fijas que hay que seguir, sino orientaciones sobre cómo desarrollar normalmente esta manera de acercarnos a la Palabra de Dios. Así que, con mucha seguridad, al irnos ejercitando podremos ser más creativos. En segundo lugar, es importante que no confundamos los momentos. Cada paso tiene su finalidad precisa y se complementa con los demás. En tercer lugar, lo que se ha dicho aquí es sólo una propuesta, con la finalidad de que sirva de punto de partida. Debe complementarse con lo que cada quien, con su esfuerzo y con el aporte de otras personas, vaya agregando. Por último, es recomendable que se procuren hacer los cuatro pasos para que no se convierta el momento de la Lectio en un estudio más de un texto. La Sagrada Escritura es… Palabra de Dios escrita Leer ¿Qué dice el texto bíblico? Comprender la Palabra Para descubrir lo que Dios nos enseña mediante el autor inspirado. Pág. 4 I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS Por inspiración del Espíritu Confiada a la Iglesia para la Santo salvación Meditar Contemplar Contemplar-Actuar ¿Qué nos dice el Señor por su Palabra? Actualizar la Palabra Para interpelar la vida, conocer su sentido, mejorar nuestra misión y fortalecer la esperanza. II.MEDITAMOS EL MENSAJE Y LA VIDA ¿Qué le decimos al Señor motivados por la Palabra? Orar la palabra ¿Qué conversión nos pide la contemplación del Señor? Contemplar la Palabra (JESUS) Para dialogar con Dios y celebrar nuestra fe en familia o comunidad. Para conducir la vida (practicar) según los criterios del Padre (conversión). III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA ESQUEMA DEL PROCESO I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS a. Compartamos la vida Dios habla por la vida. Nos fijamos en los aspectos de nuestra vida que nos ayudan a entender el mensaje de Dios y que, a la vez, necesitan ser iluminados por la Palabra. b. Proclamamos la Palabra Dios como Padre nos habla. Nosotros los jóvenes, acogemos de corazón lo que nos quiere decir. c. Escuchamos a Dios Dios habla en la Sagrada Escritura. Nos fijamos en el mensaje que el texto bíblico contiene. Este mensaje es Palabra “viva y eficaz más cortante que una espada de dos filos” que discierne “los pensamientos y las intenciones del corazón “(Hebreos 4,12). II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA Dios habla para la vida. Su mensaje nos interpela, porque ilumina nuestra vida y nos muestra el camino a seguir. III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA La vida se ofrece a Dios. Desde la vida iluminada por la Palabra, dialogamos con Dios, y como comunidad juvenil orante, celebramos nuestra fe. IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA Pág. 5 La Palabra se contempla para vivirla. La contemplación de la Palabra da sentido nuevo a la vida, descubriendo los desafíos que nos ayuden a imitar mejor a Jesús. I DOMINGO DE ADVIENTO “¡Jesús viene! ¿Estás preparado?” OBJETIVO Qué los jóvenes valoren y vivan el Adviento como tiempo de preparación espiritual y gozosa para celebrar la Navidad y renueven su confianza en el Señor con una actitud vigilante en la espera de su venida definitiva, dando testimonio cristiano en la vida diaria. ACTITUDES A DESARROLLAR Conciencia de la importancia de Jesús en la vida. Vigilancia llena de gozo y paz. Actitud crítica ante la celebración secular de la Navidad. ORACIÓN INICIAL ¡Ven, Señor no tardes, Ven, que te esperamos! El mundo muere de frío El alma perdió el calor, Los hombres no son hermanos Porque han matado al Amor. Envuelto en noche sombría, Gime el mundo de pavor; Va en busca de una esperanza, Buscando tu fe, Señor. Al mundo le falta vida Y le falta corazón; Le falta cielo en la tierra, Si no lo riega tu amor. ¡Ven Señor, no tardes, Ven pronto, Señor! Pág. 6 Liturgia de las Horas I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS a. Compartamos la vida La esquela Material: Copias del documento de trabajo No. 1 Plumas o lápices. Instrucciones: 1. El instructor entrega a cada participante una hoja de papel y un lápiz. 2. Les pide que escriban su propia esquela, al día de hoy, explicando que cada uno es libre de escribirla en la forma que prefiera. 3. El instructor solicita voluntarios que quieran compartir con el grupo su esquela. 4. Se comenta el ejercicio en grupo. b. Proclamamos la Palabra Evangelio según san Mateo 24, 37-44. Cuando se manifieste el Hijo del hombre sucederá lo mismo que en tiempos de Noé. En los días anteriores al diluvio, la gente comía y bebía, hombres y mujeres se casaban hasta el día en que entró Noé en el arca; y no sospechaban nada hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos. Pues así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces de dos que haya en el campo, a uno lo tomarán y a otro lo dejarán. De dos que estén moliendo, a una la llevarán y a otra la dejarán. Estén pues atentos, porque no saben qué día llegará su Señor. Entiendan bien que si el amo de la casa supiera a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no lo dejaría asaltar su casa. Lo mismo ustedes, estén preparados; porque a la hora en que menos piensen, vendrá el Hijo del hombre. Deja un momento de silencio y si es necesario se lee nuevamente el texto. Se trata, simplemente, de leer, leer y releer el pasaje bíblico hasta familiarizarnos con él. c. Escuchamos a Dios Pág. A través de la lectura tratamos de responder algunas preguntas: - ¿Cuál es la parte del texto que más te ha llamado la atención? ¿Por qué? - ¿En qué consiste exactamente la vigilancia a la que nos exhorta el texto? - Al tiempo de Mateo, las comunidades cristianas esperaban la venida del Hijo del Hombre en cierto modo. Y hoy, ¿cuál es el modo de esperar la venida de Jesús? 7 Nota: Las preguntas pueden cambiar, depende del encargado de la actividad Breve explicación del texto El evangelio de Mateo, resalta la parusía, es decir, la segunda venida de Cristo. Mateo nos recuerda, que en tiempos del diluvio, la gente vivía sin pensar que había sido creado a imagen y semejanza de Dios, para vivir en armonía con Él, las personas y la creación. El texto no se refiere, a que los cristianos debemos de dejar de hacer nuestras actividades cotidianas: “a uno lo tomarán a otro lo dejarán”, para ser llevados, sino de realizar todas las cosas buscando cumplir la voluntad de Dios y de hacer todo en su Nombre, para su mayor gloria. Es una invitación a descubrir su presencia que nos conforta, consuela, estimula y alimenta, es estar atentos a su presencia entre nosotros como comunidad, a su presencia en los demás, a su presencia en la Palabra y en la Eucaristía. Con este evangelio, la iglesia nos llama a prepararnos para la Navidad. Así nos disponemos a vivir centrados en Cristo y estar listos para su segunda venida. II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA La comercialización excesiva, el que todo sea desechable, la propaganda que ofrece las cosas como indispensables y fuente de felicidad, nos impiden pensar en la importancia de la vida y el tiempo. Obtener lo que deseamos (un coche, un viaje, ropa de moda, tal chico/a, un cuerpo perfecto) llega a obsesionar nuestro corazón. No saber esperar es un mal actual. Al abusar de los regalos de la ciencia y la tecnología, nos hemos hecho intolerantes a la frustración y al sufrimiento. Quien tiene todo sin esfuerzo no sabe esperar sufriendo, pues se ha acostumbrado a una esperanza fácil, y quien no puede adquirir lo que quiere, no sabe sufrir esperando, pues su visión se limita a la solución de sus problemas. La esperanza cristiana no es corta ni fácil. Consiste en esperar que el reino de Dios se haga realidad entre las personas, sin desfallecer ante las adversidades producidas por el orgullo, el egoísmo, la avaricia y el deseo de poder humanos. Dios alimenta nuestra esperanza al hacernos sus colaboradores. Orar, denunciar el mal, construir lazos de amor y comprensión, servir al otro, luchar por nuestra superación, levantarnos cuando caemos, son maneras activas de esperar, que fortalecen la esperanza. Pág. 8 Ahora es el momento de reflexionar. Pregunta para mi meditación personal: ¿Qué diferencias y qué semejanzas encontramos entre la situación del texto y la nuestra? ¿Qué dice el mensaje del texto para nuestra situación actual? ¿Qué cambio de comportamiento me sugiere? ¿Qué sentimientos descubres en ti con respecto a la segunda venida de Cristo? Como joven, ¿a qué te exhorta esta lectura en lo referente al cambio y a la preparación en esta Navidad? III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA La oración surge de modo espontáneo como súplica, acción de gracias, alabanza, petición de perdón o intercesión. Dejar un momento de silencio para orar de manera individual y posteriormente hacer la siguiente oración todos juntos: Señor, despierta en nosotros, El deseo de prepararnos a la venida de Cristo, Con la práctica de las obras de misericordia, para que, puestos a su derecha el día del juicio, podamos entrar al Reino de los Cielos|. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén. (Oración colecta, I Domingo de Adviento) IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA ¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor? Adviento significa “venida inminente de algo o alguien, que esperamos ardientemente”. En el Adviento la iglesia presta atención a las tres formas en que Cristo viene a nosotros. La primera venida fue hace más de 2,000 años, cuando nació Jesús y transformó la historia. Su presencia muestra el gran amor de Dios que quiso devolver a la humanidad la posibilidad de gozar desde aquí y para siempre de una íntima relación con él. La venida actual se da al encarnarse Jesús en nosotros en el Bautismo y en la Eucaristía. También se hace presente en los otros sacramentos, al acoger su Palabra, al practicar la caridad, al reunirnos en oración, al descubrirlo en la comunidad creyente. El Espíritu Santo, el mismo Espíritu de Jesús, es quien hace posible su presencia actual. La segunda venida será la definitiva. Cristo vendrá con todo el esplendor de su gloria y culminará la salvación que Dios ha realizado a partir de la promesa hecha a Adán. Sólo el Padre conoce el tiempo de esta segunda venida; a nosotros nos corresponde esperarla con fe. Pág. 9 La primera venida de Cristo fue anunciada y preparada por los profetas de Israel. Escucharlos y reflexionar sobre la situación del pueblo y lo que impidió a tanta gente reconocer a Jesús como Dios, nos sirve para disponernos a recibirlo en nuestra propia vida. De esta manera nos preparamos para la venida definitiva de Cristo. a. Compromiso Sugerencias hacia el compromiso Material: Copia del documento del siguiente Documento de trabajo No. 2, plumas o lápices. Instrucciones: El documento se contestará de forma personal. Cuando terminen, invítalos a formar un círculo para la oración. Pág. 10 b. Celebración - Dirigir la siguiente oración en voz alta, invitando a que algunos de los jóvenes hagan oración lo que escribieron. - Como signo de su propósito de conversión, darse un abrazo diciendo: “prepárate bien para la venida de Jesús”, “Así lo haré”. II DOMINGO DE ADVIENTO “¡Jesús viene! Nos ofrece su paz y su perdón” OBJETIVO Propiciar en los jóvenes un deseo profundo de ser cristianos auténticos, preparándose para la venida de Jesús Niño que nos ofrece el perdón y la paz de Dios, para ser heraldos de su salvación en medio de las familias. ACTITUDES A DESARROLLAR Paz con Dios. Disponibilidad a la conversión. Perdón a los hermanos y justicia. ORACIÓN INICIAL Himno a Juan el Bautista Profeta de soledades manifestaste con palabras tus iras para castigar mentiras y para gritar verdades. Desde el vientre escogido fuiste tú quien proclama, para anunciar al mundo la presencia del Verbo. El desierto encendido fue tu ardiente maestro, para allanar montañas y enderezar los senderos. 11 Liturgia de las Horas Pág. Tú, la palabra ardiente la palabra de acero En el Jordán lavaste al más puro Cordero, Cristo. Amén. I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS a. Compartamos la vida Carrusel: Vivir con los 5 sentidos Instrucciones: La actividad consistirá en un carrusel, que estará formado por 5 bases que tendrán que recorrer todos los participantes. En cada de tener un gran número jóvenes, puedes realizarlo por equipos. No olvides dar un tiempo prudente para alcanzar a recorrer cada una de las bases. Base 1: Vista Material: Ampliar las imágenes que se encuentran en el Documento de trabajo No. 3 Puede seleccionarse algún otro material (periódicos, revistas, etc.) Atrévete a mirar a fondo estas imágenes. Abre bien los ojos. Pertenecen a nuestro paisaje diario, aunque no hayamos reparado en el detalle de estas personas. ¿Qué te dicen las dos imágenes? Resume en cinco palabras. Base 2: Oído Un miembro del grupo lee estos o semejantes datos. Después se puede entregar una hoja donde aparezcan escritos, para que sigan sonando. Tras ello, se comenta en el grupo. Pág. 12 Desempleo de mal en peor: 2.7 millones de mexicanos sin trabajo (Inegi) Niños y jóvenes son utilizados por delincuentes para engañar a través de llamadas telefónicas en las que simulan secuestros, marcando números al azar para pedir rescates o extorsionar (Revista Proceso No. 1932) Según la firma Wealth Insight (WI), 145 mil millonarios México tienen una fortuna de 736 mil millones de dólares... ¡el 43 por ciento de la riqueza! Una cifra muy superior al promedio mundial de 29% de la riqueza que acumulan estos millonarios. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en México 20 mil niñas, niños y adolescentes son víctimas de explotación sexual, 85 mil más son empleados con fines pornográficos, y en 21 de 32 estados de la República existe el turismo sexual. Es imposible calcular el número exacto de niños o niñas que viven en las calles, pero se estima que hay decenas de millones; algunas sitúan la cifra en alrededor de 100 millones o más. Es muy posible que estas cifras aumenten a medida que crezca la población mundial y la urbanización siga avanzando (UNICEF). 4 de cada 10 mexicanos son pobres, de las cuales la mayoría son mujeres (CNN). Todo esto exige cambios profundos en el orden económico, político y moral de nuestro mundo, de nuestra sociedad. Además, la propia ONU dedica pocos recursos a la resolución del problema, teniendo en cuenta su magnitud. Base 3: Olfato Se puede leer, escenificar o contar este pasaje evangélico. Después se trata de ver si el grupo «huele» cuanto Jesús quería decir con la parábola: detalles de la narración, definición de los personajes, qué es eso de la compasión, etc. Lucas 10 29-37 ¿Y quién es mi prójimo? Jesús le respondió: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos asaltantes que, después de despojarlo y golpearlo sin piedad, se alejaron dejándolo medio muerto. Un sacerdote bajaba casualmente por aquel camino y al verlo, se desvió y pasó de largo. Igualmente un levita que pasó por aquel lugar, al verlo, se desvió y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, al llegar junto a él y verlo, sintió lástima. Se acercó y le vendó las heridas después de habérselas limpiado con aceite y vino; luego lo montó en su cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacó unas monedas y se las dio al encargado diciendo: <<Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a mi regreso>>. ¿Quién de los tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los asaltantes? El otro contestó: El que tuvo compasión de él. Jesús le dijo: Vete y haz tú lo mismo. Preguntas para compartir: 1. ¿Qué te huele mejor: pasar de largo, ir a atender tus pendientes, o interesarte por los demás, acercarte, ser prójimo? 2. ¿Por qué vende más el perfume de la violencia, el egoísmo, la diversión... que el perfume del Evangelio? Base 4: Gusto Material: Copias de la oración para los participantes. Momento de silencio. Música de fondo. Se invita a la calma y a la oración. Después, siguiendo con la música de fondo, se recita la oración que sigue. Dios mío, Dios mío, Tú no nos has abandonado. Tú has bajado a esta orilla a la vida humana y tangible. Tu Palabra, Padre, se hizo carne y vino a nosotros y sigue viniendo siempre como un buen samaritano de todos los caminos. Tu Hijo se hizo hombre, frágil, sufriente y mortal, para acompañarnos en todo el recorrido de la vida, sin dar rodeos, siempre a nuestro lado; para curar toda soledad y toda herida con el aceite y el vino del Espíritu, un amor de fuego indecible, sin fin. Pág. 13 Dios mío, Dios mío, Tú no nos has abandonado. Dame la fuerza y la valentía del Espíritu para no quedarme indolente, en mi pequeño cielo, y acercarme a los maltratados para ungirles de libertad y belleza. Base 5: Tacto Material: Rotafolios, colores, marcadores (el material que tengas disponible para la creación de un mural). Se puede comenzar por hacer un mural, con el título «Ver cuanto no queremos mirar», donde se represente cada uno de los participantes. Se propone ahora a cada uno que se arriesgue a echar una mano, a usar las manos —y no quedarse en palabras, en rezar sin más— para la fraternidad universal, para hacer algo a favor de los desfavorecidos, de los explotados, esclavizados... 1. Proclamamos la Palabra Evangelio según san Mateo 3, 1 - 12 Por aquel tiempo se presentó Juan Bautista y empezó a predicar en el desierto de Judea; este era su mensaje.<<Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está cerca.>> Es a Juan a quien se refería el profeta Isaías cuando decía: Una voz grita en el desierto: Preparen un camino al Señor, hagan sus senderos rectos. Además de la piel que le ceñía la cintura, Juan no tenía más que un manto hecho de pelo de camello. Su comida eran langostas y miel silvestre. Venían a verlo de Jerusalén, de toda la Judea y de la región de Jordán. Y además de confesar sus pecados, se hacían bautizar por Juan en el río Jordán. Juan vio que un grupo de fariseos y de saduceos habían venido donde él bautizaba, y les dijo: <<Raza de víboras, ¿cómo van a pensar que escaparán del castigo que se les viene encima? Muestren los frutos de una sincera conversión, pues de nada les sirve decir: “Abraham es nuestro padre”. Yo les aseguro que Dios es capaz de sacar hijos de Abraham aún de estas piedras. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no da fruto, será cortado y arrojado al fuego. Yo los bautizo en el agua, y es el camino a la conversión. Pero después de mí viene uno con mucho más poder que yo –yo ni siquiera merezco llevarle las sandalias-, él los bautizará en el Espíritu Santo y el fuego. Ya tiene la pala en sus manos para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en sus bodegas, mientras que la paja la quemará en el fuego que no se apaga. Deja un momento de silencio orante, para que la palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida. Si se cree oportuno volvemos a releer el texto bíblico. 2. Escuchamos a Dios Pág. 14 Ahora vamos entre todos a recordar lo que nos dice el texto sagrado Pueden servirte estas preguntas, ya sea que les pidas participar a todos en grupo, o se las entregues individualmente para responder por escrito. -¿Qué dice el texto, de qué habla? -¿Cómo presenta Juan el Bautista al Mesías que viene? -¿A qué se refiere la frase “preparen el camino del Señor”? -¿Por qué es tan significativa la figura de Juan el Bautista en este tiempo en el que esperamos la venida del Redentor? -¿Cuál es el mensaje clave del texto”? Breve explicación del texto Dios utiliza a los profetas como instrumentos para mover a los hombres a convertirse. Antes de Juan, Isaías anunciaba a Jesús como el hombre del Espíritu. Los profetas eran impulsados por la fuerza de Dios, llamada “Espíritu de Dios”. El Bautista aparecer como el primer predicador de la conversión, de la opción por un estilo de vida que facilite la entrada al Reino. Invita a sus oyentes a una conversión auténtica, revisando sus pensamientos, sentimientos y actos, para que su fe produzca los frutos que debe. A Juan le preocupaba su pueblo, oprimido religiosa y políticamente, en una época en que algunas personas hacían pasar sus propios intereses como si fueran los de Dios. De ahí que exhortara con pasión a cambiar de vida, insistiendo que hay que abrir una ruta al Señor que viene y demostrar el deseo de conversión. La predicación de Juan despierta enorme interés porque en ese tiempo los judíos sufren el imperialismo romano, la corrupción de sus jefes, la falta de fe aun en los mismos encargados del culto, radicalización política del pueblo que se divide en facciones y partidos sectarios. El pueblo necesita paz, y el Señor se vale de lo pequeño e insignificante para mostrar su fuerza una vez más. La misión del Mesías consiste en implantar la justicia de Dios y establecer una nueva relación con la creación: un mundo impregnado por la paz. Por lo tanto, ante la inminencia de la venida del Señor y el juez, el Bautista propone vivir enraizados en la fidelidad a la voluntad de Dios y no en las falsas seguridades. Al final, el Bautista revela el protagonista del juicio de Dios: el que bautizará en el Espíritu Santo. En este momento se definen las características de los dos bautismos y se presentan sus protagonistas: un bautismo con agua, para la conversión (y no para el perdón de los pecados); y otro bautismo con Espíritu y con fuego, para la salvación. Este profeta, el mayor de todos en el Antiguo Testamento, anuncia a Cristo como a alguien superior y con un poder mayor que él. Predice una nueva era, donde hombres y mujeres serán movidos por el Espíritu Santo. II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA Se trata de actualizar el mensaje y entrar en dialogo con el Dios que nos habla, en el aquí y el ahora. Preguntas para nuestra meditación personal: 15 El tiempo de Adviento nos llama a la conversión. ¿Qué consideras tú que necesitas cambiar en tu vida y en tu corazón? Juan el Bautista es la voz que invita a la conversión ¿En qué forma concreta yo también puedo ser esa voz para los demás? ¿Qué me pide el Señor que haga yo durante este tiempo? Pág. III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA La oración surge de modo espontáneo como súplica, acción de gracias, alabanza, petición de perdón o intercesión. Puedes motivar a los jóvenes a reflexionar con las siguientes preguntas: ¿Qué inquietudes te gustaría compartir en diálogo con Dios? ¿Qué quieres pedirle? ¿Qué quieres agradecerle? ¿De qué le quieres pedir perdón? Dejar un momento de silencio para orar de manera individual y posteriormente hacer la siguiente oración todos juntos. Que nuestras responsabilidades terrenas no nos impidan, Señor, Prepararnos a la venida de tu Hijo, Y que la sabiduría que viene del cielo, Nos disponga e recibirlo Y a participar de su propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén. (Oración colecta, II domingo de Adviento) IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA ¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor? La contemplación es una nueva manera de ver, observar y analizar la vida, acontecimientos y la historia individual y colectiva: mirar el mundo desde los ojos de Dios. Cuando comprendemos que somos seres humanos, comprendemos también que muchas veces equivocamos nuestros pasos. Por eso es bueno ver hacia dónde vamos y hacia dónde queremos ir. El ser responsable de nuestra vida, trae consigo un compromiso muy serio. Al orientar nuestros pensamientos y sentimientos hacia Cristo, nuestro caminar será más firme y seguro, confiados que por Él iremos al Padre. Pág. 16 Momento de silencio para contemplar nuestra vida y ver cómo es el sendero por donde vamos caminando: ¿hacia dónde voy?, ¡el camino que, hasta el día de hoy, he andado me lleva a vivir la paz? Sugerencias hacia el compromiso a. Compromiso Material: Marcadores, cinta, llevar cada oración propia del segundo domingo de Adviento (Documento No. 4), en 3 cartulinas: 1) personal; 2) relaciones sociales y 3) relación con las cosas. Instrucciones: 1. Forma 6 equipos, uno para cada oración (Ver Documento No. 4). 2. Hacer la siguiente introducción: “La Iglesia formula oraciones para ayudarnos a pedir a Dios lo que muchas veces no sabemos expresar. Reflexionaremos sobre las oraciones propias del segundo domingo de Adviento para apreciar su valor y a prender a orar con ellas”. Pág. 17 En equipos… 3. Ver la relación de cada oración con el tema que se ha compartido: “Conviértanse porque está llegando el reino de los cielos” (Mt 3,1). 4. Escribir en las cartulinas, dos formas de aplicar el fruto de su reflexión a cada dimensión de la vida. Marcar con una palomita los que se repiten. 5. En sesión plenaria, reflexionar sobre las razones por las que no coincidieron en algunas ideas y en otras no. III DOMINGO DE ADVIENTO “Tiempo de avivar, nuestra esperanza” OBJETIVO Que los jóvenes descubran en la persona de Jesús al único Salvador de este mundo, para que fortalezcan su Esperanza y den razón de ella. ACTITUDES A DESARROLLAR Confianza y esperanza Disponibilidad y entrega en la construcción del Reino de Dios. ORACIÓN INICIAL ¡Acepto tu invitación a la alegría! Espero con ilusión la venida del Mesías, su ayuda para vivir la hermandad, y su fuerza para superar la adversidad. ¡Acepto tu invitación a la alegría! Anhelo el gozo cristiano sin igual, pues sólo el amor de Cristo hace posible la convivencia de la dicha y el dolor. ¡Acepto la invitación a la alegría! Ábrenos a la paz que llegará en Jesús, que aprendamos de María y de José a vivir con sencillez y armonía. Pág. 18 ¡Acepto la invitación a la alegría! Fortalece mi esperanza y hazme paciente, que pueda dar una sonrisa y aliento a quien sufre, y apoyo cariñoso al que necesita. Amén. I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS a. Compartamos la vida De angustia, tristeza y desesperación a paciencia, alegría y esperanza Material: Llevar preparado un periódico mural con ilustraciones y noticias de personas sufriendo angustia, tristeza y desesperación en variedad de situaciones, etiquetas o cartulinas con las frases de la oración y cinta. Instrucciones: 1. Colocar el periódico mural de modo que todos los jóvenes lo puedan ver. 2. Formar grupos de tres. Invitar a que cada joven piense en que oración le queda mejor a qué persona y por qué. 3. Las oraciones puedes imprimirlas en etiquetas o escribirlas en cartulinas, aparte. Etiquetas: “Señor, dame paciencia ante… Fortifica mi esperanza en que… se resolverá bien o me ayudarás a manejar la situación”. “Dios mío, no veo claro por qué estoy metido/a en… Dame la gracia para encontrarte en esta situación, fuerza para… y esperanza en que esta jornada me dará vida nueva”. “Quisiera ir en camino recto hacia… y hago muchos zigzags; quisiera no volver a caer en… y volví a hacerlo. Guíame, fortifica mi voluntad y mantén mi esperanza viva en tu amor salvador”. “Jesús, ayúdame a tener un estado de ánimo sereno ante… Sé que si yo me altero menos, podré gozar las alegrías que se me presenten y ellas fortificarán mi esperanza”. 4. En el grupo pequeño: Compartir su análisis. Después reflexionar: ¿quiénes creen que necesitan más el amor liberador de Jesús y por qué? 5. En sesión plenaria, algunos jóvenes comparten su reflexión personal. Proclamación del Evangelio según San Mateo 11,2-11. Juan, que estaba en la cárcel, oyó hablar de las obras de Cristo, por lo que envió a sus discípulos a preguntarle: ¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro? Jesús les contestó: Vayan y cuéntele a Juan lo que ustedes están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una Buena Nueva llega a los pobres. ¡Y dichoso aquél para quien yo no sea motivo de escándalo! Una vez que se fueron los mensajeros, Jesús comenzó a hablar de Juan a la gente: Cuando ustedes fueron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué iban 19 Proclamamos la Palabra Pág. b. ustedes a ver? ¿Un hombre con ropas finas? Los que visten ropas finas viven en palacios. Entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un profeta? A este se refiere el texto de la Escritura: Yo voy a enviar mi mensajero delante de ti, para que te preceda abriéndote el camino. Yo se lo digo: de entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno más grande que Juan Bautista, y sin embargo el más pequeño en el Reino de los Cielos es más que él. Deja un momento de silencio y si es necesario se lee nuevamente. c. Escuchamos a Dios Ahora vamos entre todos a recontar lo que nos dice el texto sagrado. Te pueden servir las siguientes preguntas - ¿Qué actitudes de las personas que aparecen te llamaron la atención de la lectura? - Le has preguntado a Jesús, al igual: ¿Eres tú quien tenía que venir o hemos de esperar otro? - ¿Dónde están mis resistencias para creer y confiar plenamente en Jesús? - ¿Qué acciones, nos señala Juan Bautista, hemos de realizar para recibir al Señor que se acerca? - Según el Evangelio, ¿cómo podemos darnos cuenta de la presencia del Reino de Dios entre nosotros? Breve explicación del texto Juan Bautista está en la cárcel. Hasta allí le llegan noticias sobre Jesús, pero resulta que las informaciones recibidas a primera vista no coinciden con el tipo de Mesías que él esperaba. Para sorpresa de Juan, el ministerio de Jesús venía soportando continuas contradicciones por parte de la clase dirigente; él estaba en la cárcel y, como iban las cosas, Jesús también está a punto de estarlo. A Jesús se le veía muy humilde, mientras que a los poderosos se les veía como siempre, todavía en sus puestos haciendo fechorías. El trigo no ha sido separado de la paja. Por eso no es extraño que en el Bautista se suscite cierta crisis, casi a las puertas de “escandalizarse” de Jesús. Las acciones de Jesús no coinciden con el Mesías de fuego que había sido anunciado para terror de los indolentes. De ahí se levanta la duda de si Jesús es verdaderamente el Mesías prometido o si más bien no será otro el que vendrá para hacer el juicio. Y a partir de su situación personal y de su conocimiento de las acciones de Jesús, Juan formula la pregunta decisiva, que desde entonces continúa siendo repetida muchas veces: ¿Quién eres tú?, la cual está bien expresada en esta formulación: “¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?” Pág. 20 Jesús les respondió: “Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!‟ Jesús toma la palabra. No da una respuesta clara y directa a los discípulos del Bautista que le fueron enviados, el “sí” o el “no” esperado; sino que toma otra ruta. Es desconcertante el sentido de pequeñez del Mesías redentor de los necesitados y mensajero de las bienaventuranzas. Su respuesta comienza con un doble imperativo: “Id y contad”. Los discípulos de Juan “enviados” se convierten nuevamente en “enviados”, pero esta vez de parte de Jesús. Ellos deben volver en calidad de testigos de Jesús: “¡contad!”. Con la lista de sus obras, Jesús está diciendo que la promesa ha sido cumplida en su obrar: allí, de forma concreta, se puede captar la intervención salvífica de Dios, el Señorío lleno de potencia y de gracia que ha llegado. Por lo pronto el Reino de los cielos se da a conocer en su aspecto de misericordia y de salvación (que es la primera forma del “hacer justicia”). Se ve en la ayuda efectiva a los necesitados. No será la amenaza del hacha ni el fuego ardiente los métodos que Jesús utilice para evangelizar sino su tremenda humanidad manifestada en su misericordia con el dolor humano. A cada persona le corresponderá decidir por sí misma su destino, el veredicto que le vendrá en el juicio, según la aceptación o el rechazo de este amor. Es importante tomar en cuenta lo visto en el tema anterior para complementar. II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA Tras responder a las preguntas de ¿Qué dice el texto?, ahora abordaremos otra cuestión: ¿Qué me dice el texto a mí? Se trata de actualizar el mensaje y entrar en diálogo con el Dios que nos habla, en el aquí y el ahora. A partir del “cara a cara” entre Jesús y Juan, que da pie para la serie de puntos que van a ser planteados, nuestro texto en el fondo nos empuja para responder las preguntas: ¿Quién es Jesús? ¿Qué idea tenemos del Mesías? ¿Jesús responde a lo que estoy buscando? ¿Lo estoy entendiendo correctamente? III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA La oración nos dispone a contemplar a Dios, a exponer el corazón ante Él, es entrar en su divinidad para conocer su plan de salvación y descubrir el inmenso amor que nos tiene. Deja unos momentos de silencio para orar de manera individual y posteriormente hacer la siguiente oración todos juntos: 21 ¿Qué inquietudes te gustaría compartir en el diálogo con Dios? ¿Qué quieres pedirle? ¿Qué quieres agradecerle? ¿De qué le quieres pedir perdón? Pág. Mira Señor a tu pueblo, que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo, y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación con un corazón nuevo y una inmensa alegría, Por nuestro Señor Jesucristo. Amen (Oración colecta, III domingo de Adviento) IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA ¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor? Los cambios, empiezan con cosas pequeñas y cotidianas, todo depende del corazón y la alegría que pongamos en ellas. Si nos hemos encontrado con Cristo, es tiempo de empezar a dejar de ser ciegos, sordos, cojos, leprosos, mudos…porque nos hemos encontrado con Él, hemos renovado nuestra confianza y esperanza, pues nos ha traído una vida nueva y es preciso que la vivamos, dando vida en nuestros ambientes. Sugerencias hacia el compromiso a. Compromiso Pág. 22 Material: Un nacimiento sin el niño Jesús Instrucciones: 1. Colocar el nacimiento frente al periódico mural y hacer la celebración ante ellos. 2. Disponer el corazón y conducir la meditación, haciendo una pausa después de cada párrafo y pregunta: “Hemos reflexionado sobre la alegría de la salvación que nos trae Jesús, al mostrarnos el camino para construir nuestra esperanza y aceptar el regalo de una vida nueva y feliz que nos trajo con su amor y servicio. Esto supuso que Jesús salió al encuentro de personas en necesidad y que personas con necesidades se acercaron a él. A nosotros nos toca hacer lo mismo”. “Pensemos en los jóvenes con quienes convivimos y en la juventud de nuestro país: ¿Estamos construyendo nuestra esperanza en una vida mejor para todos? ¿Cómo estamos colaborando como grupo juvenil cristiano? 3. Invitar a orar a todos juntos, según se vaya indicando y respondiendo: “Jesús, escúchanos”. -Oremos por las personas que identificamos en nuestra primera actividad. -Pidamos perdón por lo que hemos dejado de hacer para crecer como cristianos y llevar a Jesús a otras personas. -Oremos por nosotros. Pidamos a Jesús que nos acompañe, ilumine y dé fuerzas ante lo que necesitamos, recordando lo que decía San Agustín, “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”, pues tenemos libertad de ignorarlo, alzarnos contra él y rechazarlo con nuestra conducta. 47. Terminar proclamando el Salmo 146. Después de cada párrafo, aclamar juntos: “Alabaré al Señor mientras viva, cantaré para mi Dios mientras exista”. IV DOMINGO DE ADVIENTO “Abrir el corazón al Espíritu Santo, fuerza de nuestra vida” OBJETIVO Que los jóvenes desde su interioridad escuchen la voz del Espíritu santo y con ayuda aprendan a responder con alegría y entrega generosa a la voluntad de Dios para su vida. ACTITUDES A DESARROLLAR Obediencia a la voluntad de Dios Disponibilidad a la vida. Sentido de responsabilidad ORACIÓN INICIAL Hacer un acto de fe en la presencia de Dios en medio de nosotros. Con las siguientes palabras… Espíritu Santo que procedes del Padre y del Hijo, Tú estás en nosotros, hablas en nosotros a tus palabras, te pedimos que le demos lugar en vosotros a tus palabras, a tu oración, a tu inteligencia, para que podamos conocer el misterio de la voluntad de Dios en la historia. No te pedimos tener acceso a este misterio para podernos así enorgullecer de nuestra ciencia e inteligencia de los tiempos, sino únicamente para obrar de manera digna, para podernos dedicar más totalmente al servicio del hombre y de la gloria de Nuestro Señor Jesucristo. Amén”. Pág. 23 (Card. Carlos Ma. Martini). I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS a. Compartamos la vida Dinámica: “Reflexiones de María en su embarazo y al dar a luz” Material: Documento de trabajo No. 5 Hojas de máquina. Plumas o lápices. Instrucciones: 1. Formar 3 equipos. 2. Por equipo, escribir una carta breve de María a su madre, Ana, platicándole sus esperanzas sobre su hijo, conforme evolucionaba en su seno (Ver Documento No. 5). 3. En sesión plenaria, una persona de cada equipo leerá la carta en voz alta. Al terminar, algunos jóvenes comparten su experiencia en esta actividad. b. Proclamamos la Palabra Proclamación del Evangelio según San Mateo 1, 18-24. Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Su esposo José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla. Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás al nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta. La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa: Dioscon-nosotros. Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomó consigo a su esposa. Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús. Deja un momento de silencio y si es necesario se lee nuevamente. Pág. 24 c. Escuchamos a Dios En nuestros tiempos, el Espíritu Santo se comunica a diario con nosotros por medio de mil modas y formas, en la Iglesia, en la convivencia, en la palabra de nuestros padres, en la oración, etc. Pero también lo hace por medio de la naturaleza, de nuestros vecinos, de los marginados y despreciados a los que no valoramos; de nuestros amigos, a los que en momentos difíciles ignoramos; de la Sagrada Escritura que hemos escuchado… ¿Qué actitudes de las personas que aparecen te llamaron más la atención de la lectura? ¿Por qué José después de escuchar al Ángel del Señor, recibe a su esposa? ¿Hay momentos en tu vida en que no alcanzas a descubrir la voluntad de Dios? ¿Dónde están mis resistencias para escuchar y atender a la voz de Dios? ¿Qué te dice e inspira el Espíritu Santo para tu vida de hoy de mañana? Breve explicación del texto En el ambiente judío en el que vivían José y María, existía un machismo muy arraigado que obligaba a las mujeres a pertenecer a un solo hombre, el cual podía ser su padre, su hijo o su esposo. Por eso José pensaba dejar a María, retirarse, puesto que se le hacía difícil creer lo que en María sucedía. María su esposa estaba embarazada y él no había intervenido en modo alguno en ello. La concepción de Jesús acontece durante el tiempo que según el rito de costumbre de los judíos, va desde el compromiso matrimonial (son marido y mujer) a la vida matrimonial (vivir juntos bajo el mismo techo). Este hecho introduce la explicación del verdadero origen de Jesús y la definición del papel de José. José era un hombre bueno y no quería desacreditar a María; quiso dejarla al saber su embarazo. La reacción de José de querer separarse de María es muy natural e indica nobleza de corazón al no denunciarla. Sin embargo, el proyecto de Dios requeriría una fe y fidelidad sobrenatural. Sólo si José reconocía al niño como suyo quedaría Jesús injertado en la descendencia de David de la que nacería el Mesías prometido (2 Sm 7, 5-16). El espíritu de amor se encargó de dispersarle la duda a José por medio del Ángel, y siguiendo los designios de Dios, no dudó ni un momento, en obedecerlo. Con su respuesta positiva a Dios, José se convierte en el padre legal del niño y le da el nombre de Jesús, que quiere decir “Dios salva”. José muestra la colaboración vital de una persona común y corriente en la obra de salvación. II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA Tras responder a la pregunta ¿Qué dice el texto?, ahora abordemos otra cuestión: ¿Qué me dice el texto a mí, a nosotros? Se trata de actualizar el mensaje y entrar en diálogo con el Dios que nos habla, en el aquí y ahora. Son muchos los momentos y situaciones de nuestra vida joven en que nos encontramos con la duda y la indecisión, como en un cruce de caminos donde es preciso decidir y optar, y tenemos miedo de equivocarnos, de dejar a lado lo que era mejor y más conveniente… ¿Qué hacemos? ¿A quién consultamos? ¿Qué es lo más importante para el joven en su vida? ¿Cómo discierne, decide, opta? ¿Los jóvenes a quién recurren con más frecuencia en los momentos de duda e incertidumbre? Pág. 25 En diálogo abierto con los jóvenes, compartan las siguientes preguntas. III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA ¿Qué le decimos al Señor motivados por su Palabra? Decir la oración siguiente, en voz alta y pausadamente. “Espíritu Santo, tú que me aclaras todo, que me iluminas todos los caminos, para que yo alcance mi ideal; tú que me das el don divino de perdonar y de olvidar el mal que me hacen y que en todos los instantes de mi vida estás conmigo. Yo quiero en este corto diálogo, agradecerte por todo y confirmar una vez más que nunca quiero separarme de ti, y por mayor que sea la ilusión material deseo estar contigo y todos mis seres queridos, en la gloria perpetua. Amén” Dejar un momento de silencio para orar de manera individual y posteriormente, hacer la siguiente oración juntos: Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que hemos conocido por el anuncio del ángel la Encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén. (Oración colecta del IV domingo de Adviento) IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA Pág. 26 ¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor? La contemplación es una nueva manera de ver, observar y analizar la vida, los acontecimientos y la historia individual y colectiva: mirar mi vida y la de los demás desde los ojos de Dios. Por ello nos preguntamos: ¿Cómo cambia este pasaje del Evangelio nuestra mirada? ¿Qué es preciso hacer o dejar de a lado para dejarnos conducir por el Espíritu Santo y recibir a Jesús que se acerca en esta Navidad? ¿Cómo me habla el Espíritu Santo en mi vida diaria? ¿En qué momentos de mi vida me he dejado guiar por el Espíritu Santo? Sugerencias hacia el compromiso a. Compromiso Material: Tarjetas de Navidad o en forma de regalo, copias del Documento de trabajo No. 6 para cada joven. Pág. 27 Instrucciones: 1. Dar a cada joven una tarjeta de Navidad o en forma de regalo. 2. Introducir este momento con las siguientes palabras: La pregunta de María: “¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?”, no expresa falta de fe, sino su deseo de oír de Dios cómo se daría la concepción de su Hijo siendo virgen, ya que humanamente era imposible. Su respuesta a la acción del Espíritu Santo en ella: “Aquí está la esclava del Señor, que me suceda como tú dices”, revela su aceptación consciente de su misión, aceptando la voluntad del Padre, y mostrar que para Dios todo es posible. 3. Invitar a contestar en su tarjeta: ¿Qué acciones concretas comenzaré a realizar para estar más atento al Espíritu Santo? 4. Cuando terminen, formar dos coros e ir alternando la oración (Documento No.6). Después de cada bendición, una personas del otro coro hacen una pequeña oración, pidiendo una bendición especial. Pág. 28 DOCUMENTO DE TRABAJO No. 1 Pág. 29 DOCUMENTO DE TRABAJO No. 2 DOCUMENTO DE TRABAJO No. 3 Pág. 30 VISTA (Imágenes) DOCUMENTO DE TRABAJO No. 4 Antífona de entrada Pueblo de Sión, mira que el Señor vendrá para salvar a toda la humanidad y dejará oír la majestad de su voz para la alegría de su corazón. Oración colecta Que nuestras responsabilidades terrenas no nos impidan, Señor, prepararnos para la venida de tu Hijo, y que la sabiduría que viene del cielo nos disponga a recibirlo y a participar de su propia vida. Aclamación antes del evangelio Preparar el camino del Señor, allanar sus senderos; y todos verán la salvación del Señor. Oración sobre las ofrendas Que te sean agradables, Señor, nuestras ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos. Antífona de la comunión Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios. Oración después de la comunión Pág. 31 Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar más las tuyas. DOCUMENTO DE TRABAJO No. 5 MES 1: Mide 2.5 cm y es 10,000 veces mayor que al ser concebido. Su corazón, sistema digestivo y espina dorsal empiezan a formarse. MES 2: Se mueve, aunque la madre no lo sienta. El corazón ya funciona. MES 3: Mide 5 cm y se distinguen sus brazos, piernas, pies, manos y dedos. Sus ojos y la mayoría de sus órganos están altamente desarrollados. MES 4: Mide como 18 cm y puede chupar y tragar. Se puede identificar su sexo. MES 5: Sus órganos internos están madurando y la madre empieza a sentir sus movimientos con cierta frecuencia. Pág. 32 MES 6: Sus ojos se abren por periodos cortos. Si naciera, necesitaría cuidados médicos específicos. DOCUMENTO DE TRABAJO No. 5 MES 7: Si nace, sería un bebé prematuro y requeriría atención especial. MES 8: Crece rápidamente, en especial su cerebro. Sus órganos, salvo los pulmones, están maduros. Se perciben sus movimientos desde fuera. Pág. 33 MES 9: El bebé está maduro para vivir fuera del vientre materno. Se acomoda para nacer y puede parecer menos activos, hasta que, con grandes esfuerzos, se lanza a la luz del mundo. Pág. 34 DOCUMENTO DE TRABAJO No. 6 BENDICIONES BENDICIONES Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces bendito tu vientre, donde por nueve meses se desarrolló el Hijo de Dios, para salvación nuestra. Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces bendito tu vientre, donde por nueve meses se desarrolló el Hijo de Dios, para salvación nuestra. Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces benditos tus pechos, con cuya leche se alimentó Jesús, para poder cumplir con su misión. Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces benditos tus pechos, con cuya leche se alimentó Jesús, para poder cumplir con su misión. Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces bendito tu regazo, en donde reposó y durmió tranquilamente Jesús, para traer la paz en la tierra. Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sea mil veces bendito tu regazo, en donde reposó y durmió tranquilamente Jesús, para traer la paz en la tierra. Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces benditos tus brazos, que llevaron con ternura a Jesús, quien nos entrega el amor perfecto de Dios. Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces benditos tus brazos, que llevaron con ternura a Jesús, quien nos entrega el amor perfecto de Dios. Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces benditas tus manos, que acariciaron y sirvieron al Hijo de Dios, ejemplo de compasión y servicio. Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces benditas tus manos, que acariciaron y sirvieron al Hijo de Dios, ejemplo de compasión y servicio. Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces benditos tus ojos, que con deleite contemplaron a Jesús, sacramento del Padre. Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces benditos tus ojos, que con deleite contemplaron a Jesús, sacramento del Padre. Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces benditos tus oídos, que con atención escucharon a Jesús, quien proclamó la llegada del reino de Dios. Izq: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces benditos tus oídos, que con atención escucharon a Jesús, quien proclamó la llegada del reino de Dios. Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces bendita tu boca, que con gran gozo besó a Jesús y compartió la fe en él y el Altísimo. Der: ¡Oh Santísima Virgen María!, sean mil veces bendita tu boca, que con gran gozo besó a Jesús y compartió la fe en él y el Altísimo.
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