El final del círculo
Transcripción
El final del círculo
Contratado por la Universidad de Oslo para supervisar unas excavaciones arqueológicas queseestánllevandoacaboenelmonasteriodeVaerne(Noruega),BjørnBeltøestestigo de un hallazgo único. Se trata de un cofre de más de dos mil años de antigüedad con un manuscrito en su interior —una serie de leyendas— que podría modificar por completo la versiónoficialdelahistoriadelcristianismo. Beltø tratando de evitar que el cofre caiga en las innobles manos de unos tipos que se escudan en una fachada académica, huye del país nórdico e inicia un periplo que le llevará de Londres a Oriente Próximo. Perseguido por aquellos que quieren hacerse con el cofre, Beltø recala finalmente en Rennes-le-Cháteau, un pueblo del sur de Francia donde los hermanoscustodiosguardancelosamenteunmisteriosoevangelioqueponeencuestiónla propiabiografíadeJesucristo. TomEgeland Elfinaldelcírculo ePubr1.1 fenikz20.06.15 Títulooriginal:Sirkelensende TomEgeland,2001 Traducción:CristinaGómezBaggethun Editordigital:fenikz ePubbaser1.2 PRÓLOGO EmpezóalloverlatardeenquemurióGrethe. Atravésdeloshilosdeaguavislumbroelfiordoradianteyfríoquesemejauntorrentetrasel boscajedesnudo.Pasohoratrashorasentado,mirandolasgotasdeslizarsesobreelcristal.Pienso. Escribo.Lasborrascasdibujanunenrejadoonduladoenelvahodelcristal. Hecolocadoelescritorioantelaventana.Asípuedoescribiryotearalmismotiempo.Racimos de algas podridas van a la deriva sobre la bajamar. El agua salpica perezosamente contra el monte bajo.Unagolondrinagritatibiamente,cansadadelavida. Lasramasdelrobledelpatioseentreabrennegrasyhúmedas;algunaqueotrahojaselesaferra todavía,comosinoacabarandecomprenderqueelotoñonotardaráenirabuscarlas. Eraveranocuandosefuepapá.Llegóatenertreintayunaños,cuatromeses,dossemanasytresdías deedad.Looígritar. Casitodoelmundocreequesetratódeunaccidente. Losprimerostiempos,despuésdesumuerte,mamáseencapsulóenuncapullodepenacallada. Después,enunametamorfosisquenuncahadejadodeinquietarme,empezóabeberyaabandonarse. Se habló bastante del asunto. Las calles aledañas a la nuestra tenían ojos y oídos. En la tienda me dirigían miradas de compasión. Los niños componían canciones despectivas sobre mamá. La pintabandesnudacontizasobreelasfaltodelpatiodelcolegio. Hayrecuerdosquenotequitasdeencimajamás. Es obvio que han estado aquí mientras yo me encontraba fuera. Han registrado todos los cuartos, eliminandolosrastrosquequedabandeella.Escomosinuncahubieraexistido. Peronosoninfalibles.Seleshanpasadoloscuatrolazosdesedaquecuelganlaciosdelospostes delacama. Escriboenmidiariotodoloquehaocurridoesteverano. Sinofueraporlascostrasyelescozor,creeríaqueelveranonohasidomásqueunaalucinación continua,quemeencontrabaenmihabitacióndelaclínica,conunacamisadefuerzayatiborradode Stesolid.Probablementenuncallegueaentendernadadeloquehapasado.Noimporta.Lopocoque hecomprendido,odejadodecomprender,yamesirve. El diario es un cuaderno grueso de piel. Sobre la cubierta, abajo, a la derecha, está escrito mi nombreconletrasdeoro.EllibrodeBjørnBeltø. Haydostiposdearqueología:lahistóricayladelalma,lasexcavacionesdelcerebro. Elbolígraforaspacontraelpapel.Calladamentetejomitelarañaderecuerdos. PRIMERAPARTE ELARQUEÓLOGO 1 ELENIGMA Estoybuscandoelpasado,acuclilladoenelcentrodeunacuadrícula.Elsolmeabrasalanuca.Tengo laspalmasdelasmanoscubiertasdeunasampollasquemeescuecenunabarbaridad.Estoysucioy sudado.Hueloarayos,ylacamiseta,queyanoesmásqueunatiritapegajosayvieja,semeadhierea laespalda. El viento y las excavaciones han levantado una arena fina que dibuja una cúpula de polvo gris amarronadosobreloscamposcultivados.Laarenamepicaenlosojos.Lanubedepolvomesecala boca y me tizna la cara; siento la piel como una costra agrietada. Jadeo silenciosamente. Resulta inconcebible que en algún momento soñara con conseguir esto. Todos tenemos que ganarnos el pan… Estornudo. —¡Salud!—gritaunavoz. Mevuelvosorprendido,perotodoelmundoestáocupadoenlosuyo. Elpasadonoessencillodeencontrar.Algunaspaladaspordebajodelaprimeracapadetierra,en la bandeja de trillar que está entre mis zapatillas de deporte sucias, rebusco con las yemas de los dedosenlahúmedatierravegetal.Lacapaculturalquehemosdescubiertotieneochocientosaños.El olor a mantillo es intenso. En uno de sus manuales, Análisis arqueológico de restos antiguos, el profesor Graham Llyleworth escribe: «Del oscuro humus de la tierra emana el mudo mensaje del pasado». ¿Se habrá oído cosa igual? El profesor es uno de los arqueólogos más destacados del mundo,perotieneciertadebilidadporlalírica.Hayqueperdonarlesuspasosfallidos. ElprofesorLlyleworthestáahorasentadoalasombradeunasábanaamarradaacuatropostes. Estáleyendo,succionandouncigarroqueaúnnohaencendido.Tieneunaspectoinsoportablemente inteligente, colmado de una dignidad entrecana y ostentosa que no ha hecho nada por merecer. Lo másprobableesqueestéfantaseandoconalgunadelaschicasqueestánconelculoenpompa.De tantoentantonosechaunamiradaquesignifica:«Entiemposerayoquiensudabalagotagordaal sol,perodeesoyahacemucho». Loobservodereojoatravésdelasgruesaslentesdemisgafasconfiltrosolar.Merozaconla miradaymeobservaporunsegundoodos.Despuésbosteza.Unaráfagadevientohaceondearla sábana.Hacemuchosañosquenosedejaretarporalguienconroñabajolasuñas. —¿Beltø?—diceconexageradacortesía. Todavía no he conocido a ningún extranjero que consiga pronunciar bien mi nombre. Me hace gestos con la mano de que me acerque, del mismo modo que los negreros llamaban a sus chicos negros en el siglo pasado. Salgo del hoyo de varios metros de profundidad y me sacudo los vaqueros. Elprofesorcarraspeaypregunta: —¿Nada? Le enseño las palmas de las manos y me sitúo delante de él con un gesto de mofa que desgraciadamentelepasainadvertido. —¡Nada!—respondoeninglés. Conunaexpresiónqueapenasdisimulaeldesdénquealberga,memiraypregunta: —¿Vatodobien?¡Hoyestásmuypálido!—Despuéssueltaunbufidoysedisponeaaguardaruna reacciónquenisemeocurriríabrindarle. MuchoscreenqueelprofesorGrahamLlyleworthesmalvado,oquetieneansiasdepoder,pero ningunadelasdoscosasescierta.Eldesprecioesalgonaturalenél.Lavisiónquetienedelmundo circundanteydelasdiminutascriaturashumanasquegateanentornoaldobladillodesupantalónse formó,forjóyfraguóenhormigónarmadoyaenloscomienzosdesuvida.Cuandosonríe,lohace conunaindiferenciadistanciadaycondescendiente.Cuandoescuchaesporimpuestacortesía(laque debedehaberleinculcadosumadreconpalmetayamenazas).Cuandodicealgo,esfácilcreerque hablaennombredeNuestroSeñor. Llyleworthsesacudeunamotadepolvoque,empujadaporelviento,sehaposadosobresutraje grisamedida.Dejaelpurosobrelamesadecampaña.Conrotuladorindeleblemarcaloshoyosque sehanexcavadoyvaciado.Sinningunaexpresión,lequitaeltapónalrotuladoryhaceunacruzenel cuadro003/157deldibujodelaplanta,apoyadosobrelamesabajoeltechodesábana. Despuésmedespideconuncansinomovimientodelasmanos.Enlauniversidadnosenseñaron que cada uno puede mover hasta un metro cúbico de tierra al día. El montón de residuos que hay juntoalcedazoindicaquehasidounabuenamañana.Ina,laestudiantequecribatodalatierraquele llevamosarastrasenespuertasycarretillas,nohaencontradomásqueunpardepedazosdetejidoy un peine que habían pasado inadvertidos a los equipos de excavación. Está metida en un charco de lodo, viste unos pantalones cortos y ajustados, una camiseta blanca y unas botas que le quedan demasiadograndes,ysujetaunamangueraverdequegoteaporlapunta. Es muy mona. Es la vez doscientos doce que la miro esta mañana, pero ella nunca mira en mi dirección. Me duelen los músculos. Me hundo en la silla plegable resguardada del sol de agosto por un sombreadobosquecillodearbustos.Ésteesmirincón,milugarseguro.Desdeéltengounavisiónde conjuntodelterrenoexcavado.Megustatenervisióndeconjunto.Cuandodisponesdeella,dispones tambiéndelcontrol. Por las noches, tras la clasificación y catalogación, firmo la lista de hallazgos. El profesor Llyleworth opina que soy exageradamente desconfiado porque insisto en cotejar los objetos de las cajasdecartónconsulista.Hastaahoranolehepilladoniunasolainexactitud,peronomefíodeél. Yoestoyaquíparacontrolar.Esolosabemoslosdos. El profesor se vuelve, como por casualidad, para averiguar dónde me he metido. Le dedico un burlónsaludodeboyscoutconlosdosdedosenlafrente.Nomesaludaasuvez. Amímegustamásestaralasombra.Debidoaundefectoeneliris,laluzpotentemeexplotaen un chaparrón de astillas en el fondo de la cabeza. Para mí el sol es una rebanada de dolor concentrado.Poresosueloentornarlosojos.Enunaocasiónunniñomedijo:«Tusojosseparecena cuandoalguienhaceunafotoconflash». Dandolaespaldaalcontenedordeherramientas,miroelterrenodelasexcavaciones.Loshilos blancosdelsistemadecoordenadasformancuadradosqueseexcavanporseparado,IanyUriestán discutiendojuntoalmedidordenivelyelteodolito,altiempoquemiranlacuadrículayagitanlos brazos en dirección a los ejes del sistema. Durante un momento me imagino, riendo, que estamos cavando en el sitio erróneo, que el profesor va a tocar su estúpido silbato y gritar: «Paren. ¡Nos estamosequivocando!»,peroporlaexpresióndesusrostroscomprendoquesóloestánimpacientes. Somostreintaysietearqueólogoslosqueestamostrabajando.Losjefesdecampañadelprofesor (Ian, Theodore y Pete, de la Universidad de Oxford, Moshe y David, de la Universidad Hebrea de Jerusalén,yUri,delInstitutoSchimmer)dirigensendosequiposdeestudiantesnoruegosdesegundo ciclo. Ian, Theo y Pete han desarrollado un avanzado programa informático para excavaciones arqueológicasbasadoenfotografíasporinfrarrojostomadasdesdesatélitesyondasdesonarenla estructuraterráquea. MosheesdoctorenTeologíayFísica,yformópartedelgrupoprofesionalqueestudióelsudario deTurínen1995. DavidesexpertoeninterpretacióndemanuscritosdelNuevoTestamento. UriesespecialistaenlahistoriadeloshospitalariosdeSanJuandeJerusalén. Yoestoyaquíparacontrolar. Antañopasabatodoslosveranosenlacasadecampodelaabuela,juntoalfiordo.Unavillasuizaen una jardín lleno de frutas, bayas y flores, de losas de pizarra recalentadas por el sol y espesos matorrales,depájaros,moscasyalegresabejorros.Elaireolíaabreayalgas.Enmediodelfiordo las lanchas competían. Y en el despeñadero que había entre Larkollen y Bolserne, tan alejadas que parecíanflotar,vislumbrabaunafranjademarinfinito,ytraselhorizontemeimaginabaAmérica. Amásdeunkilómetrodelacasadeverano,alolargodelacarreteraentreFuglevikyMoss,se extienden los terrenos del monasterio de Vaerne, con sus dos mil decáreas de campos de cultivo y bosques, y una historia que se prolonga directamente hasta la saga del rey Snorre. A finales del siglo XII,elreySverreSigurdssoncedióelmonasteriodeVaernealosmonjeshospitalariosdeSan Juan. Los hospitalarios trajeron consigo, a nuestro rincón de la civilización, un murmullo de la historiamundial,lascruzadasydevotoscaballeros.EltiempodelosmonjesdeVaernenollegóasu finhasta1532. La suma de casualidades forma el curso de una vida; de hecho, las excavaciones del profesor LlyleworthsesitúanenunodeloscamposdelmonasteriodeVaerne. Elprofesorinsisteenquenuestroobjetivoesencontraruncastillocirculardelostiemposdelos vikingos. Quizá de unos doscientos metros de diámetro, rodeado de una muralla circular de tierra conempalizadasdemadera.EnYorktopóconunmapaenunenterramientovikingo. Nohayquienselocrea.Yotampocomelocreo. ElprofesorGrahamLlyleworthestábuscandoalgo,noséelqué.Untesoroesdemasiadobanal. ¿Unatumbaconunanavevikinga?¿LosrestosdelcofredelreyOlav?¿QuizámonedasdeJwarezm, elimperiosituadoalestedelmarAral?¿Unavasijadeplataparaofrendas?¿Unapiedramágicacon runas?Nomecabemásqueespecularydedicarmedetodocorazónamitareadeperroguardián. El profesor va a escribir otro manual basado en estas excavaciones. Lo financia una fundación inglesa.Alpropietariodelastierrasselehapagadounafortunapordejarnosponersuterruñopatas arriba. Tendráquesertodounmanual. Todavía no he entendido cómo ni por qué el profesor Llyleworth consiguió acceder a tierra noruegaconsustropasdeasaltoarqueológicas.Lacantineladesiempre.Tieneamigospoderosos. Suele ser complicado para los extranjeros lograr los permisos necesarios para llevar a cabo excavacionesarqueológicasenNoruega.ElprofesorLlyleworthnoencontróningunaoposición.Al contrario. El director general de Patrimonio Histórico aplaudió con entusiasmo. La universidad colaborójubilosamenteseleccionandoalosmejoresestudiantesdesegundocicloparalosequiposde excavación. Le consiguieron permisos de trabajo para sus colaboradores extranjeros. Al ayuntamientoleacariciaronlacabezaconsuavidad.Todoestabaperfectamenteenorden.Yluegome encontraronamí,enundespachodelaColeccióndeObjetosAntiguosdelMuseodeHistoriadela calle Frederik. El guardián. El largo brazo de las autoridades noruegas. Un profesor adjunto de Arqueología, de vista débil, alguien de quien podían prescindir durante unas semanas. Una mera formalidad,casiparecíaqueselamentabandemipresencia,perolasreglassonlasreglas,yasesabe. Enelsalóndelacasadecampodelaabuelahayunviejorelojquemarcasolitariolashoras.Amo eserelojdesdequeerauncrío.Nuncavabien.Seponeasonarenlosmomentosmásinsospechados. ¡Las doce menos ocho minutos! ¡Las nueve y tres! ¡Las tres y veintiocho! La maquinaria resuena satisfechaconsusmuellesyruedasdentadasygrita:«¡Amímeimportaunamierda!». Porque¿quiénhadichoquesontodoslosdemásrelojesdelmundolosquevanbien?¿Oqueel tiemposedejaatraparconmecánicafinayminuteros?Tengoelviciodecavilar.Esunadeformación profesional. Cuando desentierras un esqueleto de mujer de quinientos años de antigüedad que no quieresoltarelniñoquellevaenbrazos,elinstanteseamarraaltiempo. Unaráfagadeairearrastraelaromasaladoprocedentedelmar.Elsolsehaenfriado.Odioelsol. Somospocoslosquepensamosenélcomounafusióndenúcleoscontinua,peroyolohago,yme regocijaquedentrodediezmillonesdeañostodohabráacabado. El grito tiene un timbre de agitado pasmo. El profesor Llyleworth se pone de pie bajo su techo de sábana,alertayvigilante,comounindolenteperroguardiánqueintentadecidirsiponersealadrar. Los arqueólogos rara vez gritan cuando encuentran algo. Descubrimos cosas constantemente. Cadagritonosdespojadeunpedazodenuestradignidad.Lamayoríadelosfragmentosdemonedas ylospedacitosdetelaquedesenterramosacabanenunacajamarrónclaro,alfondodealgúnoscuro almacén,bienconservadosycatalogadosparalaposteridad.Tienessuertesienunasolaocasiónde tucarreraencuentrasalgoquepuedamostrarseenunexpositor.Lamayorpartedelosarqueólogos reconocerían, si profundizaran lo suficiente en sí mismos, que el último descubrimiento arqueológico verdaderamente grande que se hizo en Noruega fue el de los barcos vikingos de Osebergen1904. Quien ha gritado es Irene, una estudiante de segundo ciclo del departamento de Arqueología Clásica,unachicaintrovertidaytalentosa.Nohabríasidodifícilquemeenamoraradeella. IreneformapartedelequipodeexcavacióndeMoshe.Ayerporlamañanadestapólosrestosde unoscimientos.Unoctógono.Lavisiónmellenadeunrecuerdovagoyhormigueantequenollegaa alcanzarlasuperficie. NuncahabíavistoalprofesorLlyleworthtanexcitado.SehaacercadoalagujerodeIrenevarias vecesporhoraparaecharunvistazo. En estos momentos ella se pone de pie y escala por el borde del hoyo. Llama al profesor emocionada. Variosdelosdemáshemosempezadoyaacorrerhaciaella. Elprofesorhacesonarsusilbato. Unaflautamágica.Todossequedanpetrificados,susmovimientosparecenentrecortados,como unaantiguapelículadeochomilímetrosquesehaenganchadoenelproyector. Luegopermanecenobedientementequietos. La flauta mágica no tiene ningún efecto sobre mí. Me acerco deprisa al agujero de Irene. El profesor llega por el lado contrario. Intenta frenarme con la mirada. Y con el silbato. Pero no lo consigue.Asíquellegoantesqueél. Esuncofre. Uncofrealargado. Detreintaocuarentacentímetrosdelongitud.Lacapasuperior,demaderarojiza,estápodrida. Elprofesorseparatancercadelbordequeporuninstantetengolaesperanzadequesecaigacon sutrajegris.Representaríaunahumillacióndefinitiva.Peronosoytanafortunado. Está agitado tras la breve carrera. Sonríe. Con la boca abierta. Y los ojos vigilantes. Parece a puntodetenerunorgasmo. Sigosumirada.Haciaelcofre. En un único y largo movimiento, el profesor se pone en cuclillas, se apoya sobre la mano izquierdaysaltaalagujero. Unmurmullosealzaentreloscongregados. Con las yemas de los dedos —las suaves yemas creadas para coger canapés, sostener copas de champán y puros, además de acariciar los pechos de seda de pudorosas señoritas de Kensington— empiezaadesprenderlatierraquecubreelcofre. En su manual Métodos de arqueología moderna, el profesor Graham Llyleworth escribe que el registro minucioso de cada hallazgo constituye la clave para una interpretación y comprensión correctas. «La paciencia y la meticulosidad son las virtudes más importantes en un arqueólogo», sentencia en Las virtudes de la arqueología, la biblia de los estudiantes de esta disciplina. Debería darsecuentadequeestádemasiadoemocionado.Notenemosningunaprisa.Cuandounobjetolleva cientosomilesdeañosenterrado,debemosemplearalgunashorasextraenarasdelaexactitudyla precaución.Debemosdibujarelcofreenperspectiva,conlaplantayelalzado.Fotografiarlo.Medir su longitud, su ancho y su altura. Sólo cuando se hayan registrado todos los detalles imaginables, podremosdesenterrarlofatigosamenteconpaletaycucharilla.Apartarlasuciedadylaarenaconuna escobilla.Protegerlamadera.Sihayalgodemetal,tratarloconsesquicarbonato.Elprofesoryasabe todoeso. Amímeresultaindiferente. Bajo de un salto y me ubico junto a él. Los demás nos miran como si el profesor acabara de anunciarquehapensadocavarhastaelmantoquehaybajolacortezaterrestre. Conlasmanos. Antesdecomer. Carraspeo con solemnidad, de forma exageradamente explícita, y le digo que está procediendo demasiado deprisa. Hace caso omiso. Ha interpuesto una pantalla entre él y el resto del mundo. Incluso cuando mi voz se vuelve autoritaria y le ordeno parar en nombre de las autoridades noruegas,prosigueconsufrenéticalabor.ParaélcomosirepresentoalmagodeOz. Cuando ha despejado la mayor parte del cofre, lo agarra con ambas manos y lo arranca de la tierra.Partedelamaderasecae. Varios de nosotros gritamos. Enfadados, pasmados. ¡Eso no puede ser! Se lo digo. Todo descubrimientoarqueológicohadesertratadoconelmayoresmero. Laspalabrasleresbalan. Sostieneelcofreantesí.Sequedamirándolo,lecuestarespirar. —¿Registramoselhallazgo?—preguntoconvozgélidaylosbrazoscruzadossobreelpecho. Sualtezarealcontemplaelcofreconadmiración.Sonríeincrédulo.Despuésdice,dirigiéndoseal aireconsumásestiradoinglésdeOxford: —¡Estoesincreíble! —Hagaelfavordedarmeelcofre. Memiraconojosinexpresivos. Carraspeo. —¡ProfesorLlyleworth!Evidentemente,comprenderáustedquemeveréobligadoainformarde estesucesoalinstituto.—Mivozhaadquiridountimbrefríoyformalquenoacabodereconocer—. Dudo que la Colección de Objetos Antiguos y la Dirección General de Patrimonio Histórico vean conbuenosojosestemododeproceder. Sinmediarpalabrasaledelhoyoycorrehacialatienda.Desprendepolvodeltraje.Losdemás hemosdejadodeexistir. Sinembargo,yonomerindotanfácilmente.Salgocorriendotrasél. Procedente de la tienda de campaña, detrás de la tensa pared de tela, oigo la voz exaltada del profesorLlyleworth.Apartolalona.Lapenumbrayelfiltrosolardelasgafasmecieganantesdever lasampliasespaldasdelprofesor.Siguerespirandoentrecortadamente. —¡Sí!¡Sí!¡Sí!—gritaporelteléfonomóvil—.¡Michael,escucha,eselcofre! Loquemásconmocionadomedejaesquehayaencendidounpuro.Sabedesobraqueelhumode tabacopuedeperjudicarladataciónconcarbonocatorce. Suvozestácolmadaderisahistérica: —¡ElbuenodeCharlesteníarazón,Michael!¡Esincreíble!¡Esabsolutamenteincreíble,joder! Elcofreestásobrelamesadecamping,juntoaél.Avanzounpaso.EnesemismomomentoIanse materializa en la oscuridad, como un espíritu maligno que custodia la cámara mortuoria de un faraón.Mecogeporlosbrazosymesacaarastras,deespaldas. —Pero,porDios,hombre…—balbuceo.Metiemblalavozdeenfadoeindignación. Ianmemiraconhosquedadyvuelveaentrar.Sihubierapodidodarunportazo,lohabríahecho. Perolalonadelatiendacaelaciaensusitio. Justodespuéssaleelprofesor.Haenvueltoelcofreenunatela.Enlacomisuradeloslabios,el purohumeanteseñalahaciaarriba. —¡Haga el favor de entregarme el cofre! —exijo, sólo para que quede constancia. Pero ni me escuchannimehacencaso. ElcocheprivadodelprofesorLlyleworthesunlargoybrillanteanimaldepuraraza.UnJaguar XJ6 rojo burdeos. Doscientos caballos de potencia. De cero a cien en nueve segundos. Asientos de cuero. Volante de madera. Aire acondicionado. Probablemente una pizca de alma y de conciencia incipienteenlaprofundidaddelbloquedelmotor,detrásdetodoelcromoylapinturametalizada. Iansesientaalvolante,seinclinahaciaunladoyleabrelapuertaalprofesor.Esteentra,sesienta ysecolocaelcofresobreelregazo. Todos nos quedamos mirándolos, con nuestras camisetas sucias y nuestros vaqueros, apoyados sobrelaspalasylasvarasdemedir,conlabocaabierta,arenaenelpeloymanchasdetierrabajolos ojos.Peroellosnonosven.Yahemoshecholonuestro.Hemosdejadodeexistir. ElJaguarsedeslizaalolargodelcaminodelemplazamiento.Alalcanzarlacarreteraabasede tirones,emiteungruñidoqueloenvuelveenunanubedepolvo. Yluegodesaparece. En el silencio que desciende sobre nosotros, sólo perturbado por el viento en las copas de los árbolesyelcalladomurmullodelosestudiantes,comprendodoscosas.Laprimeraesquemehan engañado, aunque no sé exactamente cómo ni por qué. Pero esa certeza hace que apriete las mandíbulas con tanta fuerza que se me saltan las lágrimas. La secunda es un reconocimiento. Yo siemprehesidoelobediente,elcumplido.Laruedadentadaimprescindibleyescondidaquenuncale fallaalamaquinaria.LasautoridadesnoruegasdePatrimonioHistóricomehanconfiadolatareade controlaryyohefracasado. Pero,joder,elprofesorGrahamLlyleworthnosevaalargarconelhallazgo.Estonoessólouna cuestiónentreélylaColeccióndeObjetosAntiguos,laDirecciónGeneraldePatrimonioHistóricoo lostribunales. EstoesunasuntoentreLlyleworthyyo. YonotengounJaguar.Micochepuederecordaraunjuguetedebañoquehayainfladoalgúnniño y después se haya dejado en la playa. Es rosa. Un Citroën 2 CV. En verano le recojo el techo. Lo llamoBola.Élyyoestamos,enlamedidaenqueesoesposibleparaunapersonayunamáquina,en lamismalongituddeonda. Elasientocrujecuandomepongoalvolante,tengoquealzarlapuertaparaconseguirquecierre bien.Lacajadecambiospareceelmangodeunparaguasquealgunatíahistéricahayaclavadopor equivocaciónenelsalpicadero.Pongolaprimera,pisoelaceleradorysalgodetrásdelprofesor. Si lo miramos como una persecución de coches, resulta una imagen ridícula. Bola tarda una generaciónenpasardeceroacien.Peroantesodespuésllegaré,aunqueunpocomástardequeellos. Notengoprisa.PrimeromepasaréporlaColeccióndeObjetosAntiguosparainformaralprofesor Arntzen,despuésiréalapolicíayporfincomunicarépersonalmenteloocurridoalosaduanerosdel aeropuertodeGardermoen,yalosmuellesdelosferris:unJaguarXJ6nodesapareceasícomoasí enlamultitud. Unadelasrazonesporlasquerecojoeltechoenveranoesquemeencantasentirelvientoenel pelo. Entonces me pongo a soñar con una vida en un cabriolet bajo el cielo desenfadado de California, una vida como beachboy morenazo, rodeado de chicas en biquini, Coca-Cola y música pop.EnelcolegiomellamabanOsoPolar.QuizáfueraporquemellamoBjørn[1],claro,perolomás probableesquefueraporquesoyalbino. Cuando el profesor Trygve Arntzen me preguntó en mayo si aceptaría ser el supervisor de las excavacionesquesellevaríanacaboeseveranoenelmonasteriodeVaerne,considerélaofertacon un décimo de desafío y nueve décimos de ansiada oportunidad para salir de la oficina. No es necesarioserpsicóticoparaimaginarsequelascuatroparedes,elsueloyeltechosehanaproximado todavíaunoscentímetrosmásalolargodelanoche. ElprofesorArntzeneselmaridodemamá;noquieropronunciarlapalabra«padrastro». Generaciones de estudiantes han provocado que el profesor se haya quedado ciego para la singularidaddecadauno.Susalumnossehanconvertidoenunamasasinidentidad,yenfrentadoa esabandadadeigualdadacadémica,Arntzenhadesarrolladounaimpacienteirritación.Laherencia desupadrelohahechomuysolventeyunpocoarrogante.Sonpocoslosestudiantesalosqueles gusta,sussubordinadoshablandeélasusespaldas.Nomecuestaentenderlos.Amíélnuncameha gustado.Cadaunotienesusmotivos. Llego a Oslo en medio del atasco de la tarde. El verano está declinando. Hace bochorno, hay vaporenelaire. Tamborileo con los dedos sobre el volante. Me pregunto adónde irán todos los demás, quiénes sonyquéseráloquetienenquehacer.¡Alcarajoconellos!Miroelrelojymesecoelsudordela frente. ¡Quiero la carretera para mí solo! Eso es lo que queremos todos. Estamos afectados por la locuracolectivadelautomovilismodemasas.Sóloquenolosabemos.Esoesloquecaracterizaalos locos. LapuertadelprofesorArntzenestácerrada.Alguienhaarrancadocuatrodelasletrasdelaplaca de la puerta y yo me quedo mirando, leyendo con fascinación infantil: «PRO HSOR RYGVE AR ZEN ». Pareceunjuramentotibetano. Cuandoestoyapuntodellamar,oigovocesprovenientesdelinteriordeldespacho.Tendréque esperar. Me acerco a la ventana, tiene el marco pringoso de polvo. Abajo en la calle los coches se agolpan ante los semáforos, los peatones caminan en el calor con movimientos pegajosos. El aparcamientoparalosempleadosdelmuseoestámediovacío. DebodehaberestadopocoatentoalestacionaraBola.Noespropiodemí.Perodesdearribalo veo.AsíseráparaNuestroSeñor:siempreconvisióndeconjunto.EntreelMercedesgrisplateado delprofesoryunSaab900turbolila,hayunJaguarXJ6. Consuavidadacercoeloídoalapuerta.Unavoz:¡…precauciones!(ElprofesorArntzen).Habla ingléscontonoservicial.Hacefaltaunhombrepoderosoparaqueelprofesorsepongaservicial.Me imaginodequiénsetrata. Otravozmurmuraalgoquenoentiendo.EsIan. Arntzen:¿Cuándollega? Unavozoscura:Mañanaporlamañana.(ElprofesorLlyleworth). Meloimaginaba. Arntzen:¿Vienepersonalmente? Llyleworth:Porsupuesto.Peroaúnestáencasa,leestánrevisandoelavión.Sino,vendríaesta mismanoche. Ian(riendo):¡Estábastanteagitadoeimpaciente! Llyleworth:¡Noesdeextrañar! Arntzen:¿Tieneintencióndesacarloélmismodelpaís? Llyleworth:Desdeluego.VíaLondres.Mañana. Ian:Sigopensandoquedeberíamosllevárnosloalhotel.Hastaquevenga.Nomegustalaideade dejarloaquí. Llyleworth: No, no, no. ¡Piensa con sentido estratégico! La policía buscará precisamente en nuestrocuarto.Siesquealalbinoseleocurrehaceralgunatontería. Arntzen:¿Bjørn?…(risas)…¡Tranquilo!YomeencargodeBjørn. Ian:Detodosmodos¿nodeberíamos…? Llyleworth:Despuésdetodo,elcofreestámásseguroconelprofesor. Arntzen:Nadievaavenirabuscarloaquí.¡Logarantizo! Llyleworth:Esmejorasí. Ian:Siinsistes… Llyleworth:Absolutamente. Guardansilencio. Arntzen:Demodoqueteníarazón.Todoelrato.Teníarazón. Llyleworth:¿Quién? Arntzen:DeWitt. Llyleworthsequedacalladoantesderesponder:ElbuenodeCharles. Arntzen:Tuvorazóntodoeltiempo.Unaironíadeldestino,¿no? Llyleworth:Ahoradeberíaestaraquí.¡Bueno!¡Porfinlohemosencontrado! Poreltonodesuvozparecequehanacabado. Doyunrespingoymeapartodelapuerta.Memarchorápidamentedepuntillasporelpasillo. Enelfieltroazuldelaplacadelapuertademioficina,unasletrasblancasdeplásticoformanlas palabras «PROFESOR ADJUNTO BJØRN BELTØ». Los caracteres curvilíneos recuerdan a una dentadura queprecisaseaparatos. Abroyarrastrohastalaventanalasillacojadeldespacho.DesdeahípuedocontrolarelJaguar. Noocurregrancosa.Eltráficodiscurreenunflujolento.Unaambulanciaseabrepasodandola lata. Ian tiene andares ligeros. La gravedad no causa sobre él el mismo efecto que sobre el resto de nosotros. Llyleworthavanzacomounsuperpetrolero. Ningunodeellosllevanadaenlasmanos. UnpocomástardesaleelprofesorArntzen.Tienelacapasobreelbrazoizquierdo,unparaguas enlamanoderecha.Tampocoélllevaelcofre. Se detiene en el último peldaño y mira hacia el cielo, como hace siempre. La existencia del profesorArntzenestáconformadaporunaseriederituales. SequedadepiedelantedelMercedesbuscandolasllaves.Antesdeencontrarlas,echaunvistazoa miventana.Yonomemuevo.Losreflejosdelcristalmevuelveninvisible. Uncofrequizánoseagrancosa.Sillevaenterradoochocientosaños,notienemuchaimportancia paraelbiendelagenteelquesesaquedecontrabandodelpaís.Seríacomosinuncalohubiéramos encontrado. QuizáselprofesorLlyleworthtengagrandesplanes.Quizáshayapensadovendérseloaunjeque árabeporunafortuna.OdonarloalBritishMuseum,queseapuntaráasíotrotriunfomásacostade unaculturaajena. ConeltotalapoyodelprofesorArntzen. Noentiendonada.Noesasuntomío.Peroestoyfurioso.Yoeraelsupervisor.Mehanengañado. Meimplicaronporquepensabanqueyoerafácildeengañar.Bjørn,elalbinomiope. Detrásdelpalaciodegrajosenelquecrecí,habíaunpradoquellamábamoselCercadodeCaballos. En invierno improvisábamos pistas de salto de esquí en los repechos y durante los deshielos de primavera organizábamos carreras de bicicletas a través de los fangosos caminos. En verano me subía a los árboles y permanecía invisible como una ardilla espiando a los jóvenes que acudían a bebercerveza,fumarporrosydormirjuntosalabrigodelahierbacrecida.Teníacatorceañosyera unespíatenaz. El 17 de mayo de 1977, día nacional de Noruega, una joven fue violada y maltratada detrás de unosarbustos.Ocurrióaplenodía.Alolejosseoíanlasbandasdemúsica,loshurrasyelestrépito delospetardos.Alasemanasiguienteviolaronaotrachica.Corrióbastantetintaenlosperiódicos. Dosdíasdespués,porlatarde,alguienprendiófuegoalahierbaseca.Sucedíaconciertafrecuencia; los chicos del barrio solían ir a quemar maleza, pero en esa ocasión no había ninguna pandilla de chiquillospreparadaparadetenerlasllamas.Elincendioarrasóelcercadoypartedelasarboledas. Elfuegodejótrasdesíunyermoabrasadoyhumeante,totalmenteinadecuadoparaviolaciones.Se supusoqueloshechosestabanrelacionados. Enelcolegiohablamosdeellodurantesemanas.Lapolicíainvestigóelcaso.Alqueprovocóel incendiolepusimosunmote:elPirómanoLoco.ElReydelasLlamas.ElVengador. Nadiesabeaúnquefuiyoquienprovocóelincendio. Sonmuchoslossitiosenlosqueelprofesorpuedehaberescondidoelcofre.Desecholamayorparte deellos.Sécómopiensa. Podría haber bajado al depósito general, podría haberlo encerrado en uno de los armarios a prueba de incendios. Pero no lo ha hecho. Todos tenemos acceso a los depósitos y él no quiere compartirelcofreconnadie. Unadelasparadojasdelavidaesladequesomosincapacesdeverloqueestáalavistadetodos. Así es como piensa el profesor. Sabe que arriesga menos cuando actúa de un modo aparentemente arriesgado.Siquieresesconderunlibro,colócaloenlaestantería. Ha ocultado el cofre en un archivador de su despacho, detrás de unas cajas y unas carpetas. Lo veo ante mí. Mi intuición es certera. Puedo generar imágenes mentales tan claras como en una pantalladecine.Esundonqueheheredadodemiabuela. Elprofesorhacerradolapuertadeldespachoconllave.Noimporta.Cuandoen1996semarchóa Telemark para participar en unas excavaciones, me confió una llave y luego se le olvidó. Como tantasotrascosas. Sudespachoeseldobledegrandequeelmío,einfinitamentemásjactancioso.Enmedio,sobre unaalfombrapersadeimitación,estáelescritorioconelordenador,elteléfonoyunacajaparaclips que le ha hecho mi hermanastro en el colegio. La silla es de respaldo alto con amortiguador hidráulico. En un rincón ha improvisado un saloncito donde toma el café con los invitados. En la paredquedaalsur,laestanteríasecombacargadadeconocimiento. Mesientoenlasilla,cuyosmuellesacogenmipesoconsuaveamabilidad.Elfuerteolordelpuro deLlyleworthsehaquedadoenelambiente. Cierrolosojosymirohaciamiinterior,enbuscadelaintuición.Permanezcoasíunosminutos, alcabodeloscualesvuelvoaabrirlos. Mimiradacaesobreelarchivador. Setratadeunarmariogrisdealuminio,contrescajonesyunacerraduraarriba,aladerecha.Me acercoeintentoabrirelprimercajón. Estácerrado,claro. Podría haber forzado la cerradura con unas tijeras o un destornillador, pero no creo que sea necesario. Encuentro la llave en la caja, debajo de los clips. El profesor tiene llaves de reserva guardadas portodaspartes.DelmuelledelalámparadelescritoriocuelganlasdelchaletyelMercedes. Abroysacoelcajónsuperior.Lascarpetasverdescontienendocumentos,cartasycontratos.Enel cajón de en medio encuentro recortes de revistas internacionales, ordenados sistemáticamente por ordenalfabéticoytemático. Elcofreestáalfondodelúltimo,detrásdelascarpetas,envueltoenunatela,metidoenunabolsa deLorentzenqueasuvezestádentrodeunbolsoarayasgrisesyblancas,debajodeunoslibros. Conelbolsobajoelbrazo,vuelvoaordenarlotodo.Cierroloscajonesdelarchivadoryechoel cerrojo.Dejolallavedebajodelosclips.Colocolasillaanteelescritorio.Echounúltimovistazo— ¿estátodocomodebe?,¿nomehedejadonada?—antesdeescabullirmeporlapuertaycerrarlatras demí.Elpasilloestáenpenumbrayesinacabable.Miroaunladoyaotroantesdeempezaraandar. Hombre, señor Beltø, ¿qué ha estado haciendo en el despacho del profesor? ¿Y qué es eso que llevaenbrazos? Mispasoshaceneco,comoloslatidosdemicorazón.Mirohaciaatrás. ¿SeñorBeltø?¿Adóndesedirigeconeseobjeto?¿Loharobadodeldespachodelprofesor? Empiezaafaltarmeelaire,intentocaminartandeprisacomoseaposiblesinecharacorrer. ¡Altoahí!¡Pareunmomento! ¡He llegado! Las voces resuenan en mi cabeza. Abro mi despacho y me apresuro a entrar. Me apoyosobrelapuertamientrasrecuperolarespiración. Concuidadosacoelcofredelbolsoyretirolabolsadeplásticoylatela.Metiemblanlasmanos. Essorprendentementepesado.Dosfrágilescintasmantienenunidaslasrojizastablasputrefactas. Lamaderaestáapuntodedesintegrarse.Lasgrietasdejanaldescubiertosucontenido.Otrocofre. Noentiendodemetales,peronoimporta.Nomehacefaltabajarloallaboratorioparaentenderde quématerialestáhecho.Oro. Apesardelossiglostranscurridosaúnrelucecálidoydorado. Intuyoalgoinevitable. Mirolacalleatravésdelcristalmugriento,mientrasesperoaquemicorazónrecuperesuritmo normal. Hacedosañospaséseismesesenunaclínicaparatrastornosnerviosos. Tuvesuerteymetocóenlamismasecciónalaquehabíaacudidoenotraocasiónparaunaterapia degrupo.Eltiemponosehabíamovido.Ellinóleodelsueloteníaelmismodibujoqueantes.Las paredesseguíansiendoverdepálidoyestandodesnudas.Losruidosyoloreseranlosmismos.Martín estaba sentado en su mecedora haciendo punto. Llevaba dieciocho años tejiendo la misma bufanda. Guardaba su creación, terroríficamente larga, en un gran baúl de rafia con tapa. Me saludó con un movimiento de la cabeza como si hubiera salido al quiosco a hacer un recado. Nunca habíamos hablado,peromereconocióysupongoquemeconsiderabaunaespeciedeamigo. Nisiquieramamáseenteródequemeinterné;sepreocupaconmuchafacilidad.Ledijequeibaa participarenunasexcavacionesenEgipto. MetíseissobresconsudirecciónyunapeticióndeayudaenunsobreA-4quemandéalaoficina central de Correos de El Cairo. Yo no hablo árabe, así que adjunté un billete de veinte dólares. El lenguaje universal. Un amable funcionario que entendió el guiño franqueó y envió las cartas para mamá.ConsellodeElCairo,Egipto.Bienpensado.Comoenunanovelapolicíaca.Miplaneraque mandaraunaalmes,alfinyalcabohabíaescritoelnombredelmesenlaesquinasuperiorderecha. Perolasmandótodasdeunavez.Elbobo.Seismesesdesucesosinventados—grandiososhallazgos arqueológicos, romances con bailarinas del vientre egipcias, expediciones por las tormentas del desiertosobrecamellosinclinadosporelviento—,comprimidosenunasemana.Dicebastantedemi fantasía,ydelacredulidaddemimadre,elhechodequeconsiguieraqueselotragara.Noestaríadel todosobria. Laterapiameayudóarecuperarme.Unhospitaltienesusrutinas.Paramíseconvirtieronenlos ganchosalosqueamarrarmiexistencia. Mienfermedadnoteníanadadeexótica.NotuvegraciosasfantasíasdeNapoleón.Nooíavoces enmicabeza.Setratabasencillamentedeunaexistenciaenlamáspavorosaoscuridad. Yaestoymejor. Recorro asustado las calles de Oslo. Un hombre desasosegado al atardecer. Delta Foxtrot 3-0, el sospechosoconduceunCitroën2CVyhadeserapresadodeinmediato.Duranteunrato,unToyotaha ocupadoelretrovisor.Cuandoporfintuerceporunacallelateral,suspirodealivio.Elsospechosoha robado un valioso cofre de oro y se le considera peligroso en situaciones de presión. Paso por el monte de St. Hans y me quedo detrás de un minibús que va extrañamente despacio. Nunca se sabe. Consigollegarsanoysalvoalaautopista.Nosehadisparadoningúntiro.Porahora. Alfindivisoeledificiodeapartamentosenelquevivo.Nosonespecialmenteatractivos,perola solavisiónproduceenmíunasensacióndecalidez.Siemprehetenidoesarelaciónconloshogares. Crecí en un palacio de grajos rodeado de un manzanar en una calleja de un suburbio con tranvía, estacióndebomberosygentealegre. Alotroladodemiventana,mamáypapáteníanunaterrazaacristaladaalaquepodíasalirporun ventanuco desde mi cuarto. Lo hacía con frecuencia cuando no podía dormir. En la puerta entreabierta de la terraza había colgada una cortina de tul a través de la que se veía algo. Mis expediciones nocturnas de espionaje me llenaban de un hormigueo dulce y desconocido y de la felicidaddeserinvisible. Una noche, los desnudos bailan en la espesura de sombras del dormitorio. Suaves cuerpos ardientes,manosylabiosquealivian…Mequedéinmóvil,sincomprender,ebrioporlamagiadel momento. De pronto mamá volvió el rostro hacia mí. Sonrió. Pero no debió de descubrir mi cara entrelosplieguesdelacortina,porqueactoseguidosereclinóparaahogarapapáentresussuspiros ycaricias. ¿NocreesqueFreudmehabríaadorado? Eneljardín,entredosmanzanosretorcidos,estabaelmontóndemantillodepapá,queemanaba untufoqueresultabaatractivoyrepulsivoauntiempo.Enelentierrodepapá,juntoalbordedela tumba,mealcanzóelmismoolordesdeelpuñollenodetierrayarena.Conlossentidoscolmados porelolorquesalíadelaoscuridaddelatumba,comprendíqueelhedordelmantilloalbergatanto lamuertecomolapromesadeunanuevavida.Enaquellosmomentosnoeracapazdeexpresarlocon palabras,peroelreconocimientodesencadenóenmíelllanto. Siempre he sido sensible para los olores. Por eso evitaba el sótano, que me estremecía con su mohoyhumedad,conalgoindefinidoydulzón.Bajolacarcomidatrampilladelsótano,ocultaspor lamalezatraslacasa,lasarañastejíansustelasenpaz.Lasnochescolgabancomocortinaspegajosas enlaescaleradepiedra.Cuandopapáatravesabalasortigas,abríaelcerrojoydestapabalatrampilla, millonesdebichosentonabansusmudoschillidosyseapresurabanabuscarrefugiodelaluzquese esparcía,mientrassalíanalasuperficielasnubesdevenenoinvisiblesdeltanquedelsótano.Papáno parecía darse cuenta de nada, pero yo sabía lo que se ocultaba en aquella oscuridad húmeda y maloliente. Fantasmas, Vampiros, Hombres lobo. Asesinos con un solo ojo. Todas las criaturas tenebrosas que pueblan la imaginación de un niño cuando Winnie the Poo y Ole Aleksander se quedanalsol. Todavíasoycapazderecrearlosaromasdemiinfancia.Lombricesaplastadaslosdíasdelluvia. Helado de fresa. Barquitos de plástico recalentados por el sol. Tierra húmeda de primavera. El perfumedemamáylalociónparadespuésdelafeitadodepapá.Bagatelasqueentodasutrivialidad formanunacámaradeltesoroderecuerdos. Puedeunoestarcontentodenoserunperro. Rogern,elvecinodeabajo,esamigodelanoche.Rehúyelaluz,exactamenteigualqueyo.Tienelos ojososcurosycansadosdelavida.Lanegracabelleralellegahastaloshombrosyllevacolgadodel cuellouncrucifijoalrevésenunacadenadeplata.Rogerntocaelbajoenunabandaderockquese llamaBelsebub’sDelight. Llamoasutimbreyespero.Tardasutiempo.Aunquesupisonotienemásdecincuentametros cuadrados, siempre parece que se le ha interrumpido en las profundidades de las catacumbas del castilloyquetienequesubircorriendolaslargasescalerasdecaracoliluminadasporantorchasantes depoderabrir. Rogern es un buen chico. En el fondo. Al igual que yo, encapsula todos sus pensamientos dolorosos.Allísequedanhaciendodañohastaquelapústularevientaeinfectaelcerebro.Seveenla mirada. Losdiosessabránporqué,peroRogernsepareceamí. —¡Coño!—exclamacasiriendo,cuandoabrelapuerta. —¿Tehedespertado? —Noimporta.Hedormíobastante.¿Ya’svuelto? —¡Teechabamuchodemenos!—Sonrío. —¡Malditaratadetierra! Veounreflejodemímismoenelespejodelaentrada,deberíahabermelavadoycambiadode ropa.Leenseñoelbolsoconelcofre. —¿Podríasguardarmealgo? —¿Quéesloquees?—Suenaa«Quesloqués». —Unbolso. Abrelosojos. —¡Quenoestoyciego!¿Quéesloquehaydentro?—pregunta,yrelincha—:¿Heroína? —Sólosonantiguallas,delosviejostiempos. Para Rogern, los «viejos tiempos» son una época prehistórica llena de lagartos voladores, gramófonosdemanivelayhombresconpelucasempolvadas.Allápor1975. —Hemosgrabadounamaqueta—diceconorgullo—.¿Quieresoírla? Enrealidad,preferiríalibrarme,peronotengocorazónparadecírselo.Entroconélenelsalón. Las cortinas están corridas. A la luz de las bombillas rojas, el cuarto parece una habitación de revelado, o una casa de putas. En una mesa redonda de caoba hay un candelabro de plata con siete velasnegras.Unaalfombraenormeestádecoradaconunhexagramarodeadodeuncírculo.Enlas paredes,sobreelsofádesegundamanoylamesabajadeteca,cuelganpostersquemuestranaSatán y aterradoras escenas del infierno. Rogern puede resultar un poco raro cuando quiere crear un ambienteíntimo. Enmediodeunadelasparedes,comounídoloalqueRogernadoraraahorasfijas,hayunatorre negra que es un equipo de música. Con CD programable, sintonizador digital automático PPL, amplificador de bajos, Súper Surround System, ecualizador, doble pletina con grabado rápido y cuatromontañasdebafles. Agitaelmandoadistancia.Elequipodemúsicadespiertarepentinamenteensilenciososfuegos artificialesdediodosdecoloresyagujasvibrantes.SeabreuncajónenelreproductordeCD,como elqueobedeceenuncuentoárabe.Pulsaelbotóndeplay. Yelmundoexplota. Mástardeesanoche,enladucha,dejoqueelaguaheladaarrastreelpolvoyelsudor,yqueme refresque la franja de piel de la nuca quemada por el sol. El jabón me escuece en las ampollas. Algunas veces las duchas pueden adquirir un aire ritual. Tras un día largo, se quiere lavar todo lo dolorosoydifícil.Estoycansado,peronocreoquevayaasoñar. Mamátienelacualidaddesonarsiempredespiertayalegre,aunquelallamesalastresymediadela mañana. Sonlastresymediadelamañana. He marcado el número de mamá. Es el profesor quien contesta. Su voz está envuelta en sueño. Espesa.Enesesentidoeshumano. —SoyBjørn. —¿Cómo?—ladra.Nosehaenterado. —¡Déjamehablarconmamá! CreequesoymihermanastroSteffen,quenuncaestáencasaporlanoche,quesiempreconsigue encontraralgunachicaquenopuedasoportarlasoledadentrelassábanas. Elprofesorlealargaelpesadoauricularamamáconungruñido.Lassábanascrepitancuandolos dossesientanenlacama. —¿Steffen?¿Ocurrealgo? Lavozdemamá.Nuncafalla.Suenacomosihubieraestadodespiertaesperandoaquesonarael teléfono.Consuvestidodefiestarojo.Conlalacadeuñassecándoselentamente,conrímelyelpelo reciénpeinado.Consubordadoenelregazoysucopitaalalcancedelamano. —Sólosoyyo—digo. —¿Bjørnillo?—Untoquedepánico—.¿Hapasadoalgo? —Lo…Sientohaberosdespertado. —¿Hapasadoalgo? —Mamá…Nopasanada.Yo… Ella suspira en el teléfono. Siempre se imagina lo peor. Accidentes de tráfico, incendios, psicópatasarmados.Creequeestoyllamandodesdelaunidaddecuidadosintensivosdelhospitalde Ullevál,quevanallevarmealasaladeoperacionesencualquiermomento,quelosmédicosmehan permitido hacer una llamada por si la intervención sale mal, cosa que, además, puede ocurrir perfectamente. —Losiento,mamá,notengoniideadeporquéhellamado. Los estoy viendo. Mamá, agitada y con miedo, con su elegante camisón. El profesor, muy malhumorado, con su pijama a rayas. Su desagradable cara tiznada de barba gris. Están medio acostados,mediosentadosenlacama.Lasespaldasrecostadassobreunamullidapiladealmohadas confundasdesedaysusinicialesbordadasamano.Sobrelamesillaluceunalámparaconborlasen lapantalla. —¡Pero,Bjørnillo!¡Tienesquedecirmeloquehapasado! Sigueconvencidadequehasucedidoalgohorrible. —Nopasanadamalo,mamá. —¿Estásencasa? Puedo seguir el hilo de sus pensamientos. Quizás esté tirado entre mis propios vómitos, en un hospiciocutre,quizámehayatragadocincuentaRohypnolytreintaValiumconunlitrodealcoholde quemaryestéahorajugueteandoconunmechero. —Sí,mamá.Estoyencasa. Nodeberíahaberllamado.Hasidounaespeciedeacciónforzada.Nosiemprememantengoen miscabales.Cuandomedespiertoporlanoche,lospensamientosdolorososmerasganlosnervios. Escomoeldolordemuelasodeanginas:todoespeorporlanoche.Peronotengoporquétorturara mamá, no a las tres y media de la madrugada. Podría haberme tomado un Valium; en cambio, he marcadosunúmero,comosiahíhubieraencontradoconsueloalgunavez. —Esquemehequedadotumbado,pensando,yhequeridooírtuvoz.Nadamás. —¿Estásseguro,Bjørnillo? Detrás de sus palabras intuyo un toque de irritación. Al fin y al cabo, es tardísimo, estaban durmiendo,podríahaberesperadohastamañanasiloúnicoquequeríaeraoírsuvoz. —Sientohaberosdespertado. Estádesorientada.Nosuelollamarenmediodelanoche.Tienequehaberpasadoalgo,algoque deseocontarle. —Bjørnillo,¿quieresquevaya? —Sóloquería…charlarunpoco. Vuelvo a oír su respiración agitada, que llena el auricular como la llamada obscena de un desconocido. —¿Sí?—Arrastralapregunta.Apuntaralahoraeslomáscercaquellegamamádecriticarme. —Estabadespierto.Pensando.Enmañana.Yporesomehanentradoganasdehablarcontigo. Esperoquelacomprensiónlelleguecomounvientopolarhelado. —¿Porqueesmartes?—preguntaella. Nolohaentendido.Osehacelatonta. Asusespaldasseoyerefunfuñaralprofesor. Nosécasinadasobrelainfanciademamá;nuncahaqueridohablardeello.Peronoresultadifícil comprenderporquépapáseenamoródeella.Noeracomolasotraschicasdelinstituto.Habíaalgo valiente y misterioso en ella. Durante todos los años de colegio él anduvo detrás de mi madre. Al finalcayóensusbrazos.Enlasfotosdemamádelúltimocursosevequeasomalatripa. En la penumbra, mamá todavía puede parecer una chiquilla. Es hermosa y delicada como una reinadeloselfosbailandoalaluzdelaluna. Avecesmepreguntoquéesloqueharíalainfanciaconmamá.Antesdelaguerra,losabuelos vivían en el norte, en una casa con cortinas de encaje, mantel de hule y unas paredes que no presentabanresistenciacontraelvientodeloeste.Lacasanoeragrande.Lahevistoenfotos.Estaba enmediodeunpáramo.Unacocina,encuyapilahacíanpisporlanoche,unsalónyundormitorio en el desván. El servicio estaba fuera. Siempre estaba ordenada y limpia. Le prendieron fuego los alemanes.Losabuelossóloconsiguieronsalvarunálbumdefotosyalgoderopa.Laabuelavivióun tiempoenelnortedeSueciamientraselabueloconstruíaotracasaenelpáramojuntoalfiordo,pero nuncavolvióaserlomismo.Despuéstuvieronamamá,perotampocoesoayudó.Laguerralehabía hechoalgoalabuelo.EnOsloseinstalaronencasadelhermanodelaabuela.Peronadienecesitabaa unpescadorconlosnerviosdebilitadosoaunamujercapazdelimpiarunbacalaoensietesegundos, curarinflamacionesconhierbasy,además,hablarconlosmuertoscuandocaíalaoscuridad. Encadamojóndesuvidalosesperabaun«pero». Cuando mamá tenía cuatro años encontraron al abuelo flotando junto al muelle. Tras una investigaciónbreveysuperficial,elcasofuearchivado.Alaabuelaledierontrabajocomoamade llaves de una familia acomodada de Grefsen. Llevaba a cabo sus tareas muda y acobardada. Sólo quieneslemanteníanlamiradadescubríanlasólidadignidadquehabitabaenella. Nuncasebuscóunnuevomarido.Adorabalascuatrofotografíasquehabíadelabuelocomoside iconossetratara.Enelarmarioguardabaunacamisaquenohabíatenidotiempodelavarantesde que él muriera. Estaba manchada y olía a sudor y a restos de pescado. En ella había conservado al abuelo. Mamánoeratandevota. Cuandopapámurió,loborródesumemoria.Loborródesuexistencia.Finito.TheEnd.Guardó lasfotografías.Quemólascartas.Regalólaropa.Loconvirtióenunafiguramisteriosa,alguiende quiennuncahablábamos,alguienquenuncahabíaexistido. El castillo de grajos fue despojado sistemáticamente de todo lo que recordaba a papá. Al final sóloquedabayo. Laprimeranochequemamádejóqueelprofesorsequedaraadormirencasa—eraviernes,y tarde—, me encerré en mi cuarto. Para dejar fuera la risa y las vibraciones. Me hice el dormido cuandomamáfueadarmelasbuenasnoches. Demadrugada,aloírelcrujidodelaescalera,salíalaterrazaparaquemiojopudieracentellear en la rendija de la cortina cuando mamá y el profesor se metieran a escondidas en el cuarto. Y cerraranlapuerta.Ydejarancaerlaropaalsuelo. Enunrincón,depie,inmóvileinvisible,estabapapá. Habíanbebido.Elprofesorsemostrabajuguetón.Mamáintentabanohacerruido. Micorazónluchaba,comounanimalencerrado,entreelmiedoylasexpectativasocultas. Durantesemanaslacastiguéconmisilencio. Mástardehubootrosjuegos… Medioañodespuésdequepapámuriera,mamásecasóconelprofesor.Elcolegadepapá,ysu mejoramigo.Perdónamesimisonrisaresultaunpocoforzada. Elañoquenaciómihermanastro,mamáyelprofesorvendieronelcastillodegrajos.Yonome mudéconellos.Cuandoledijeamamáquequeríabuscarmeuncuarto,fuecomosirespiraraaliviada —comotrasunalargaexcursiónqueresultadeliciosorecordar—ypusieralaexistenciaacero. MamáyelprofesorvivenenBogstad,enunchaletblanco.PrefierenllamarloHolmekollenbajo.La casa tiene dos niveles y medio y pinta de haber sido diseñada y construida durante una formidable borrachera de tres semanas de duración. Al arquitecto, consecuentemente, le han concedido varios premios por ella. Todo es un jaleo de rinconcitos, escaleras de caracol y armarios rinconeros empotradosentrelosquemamápuederepartirazarosamentesuarsenaldebotellasmediovacías.La ladera que baja hasta la calle está atiborrada de macizos de flores amarillas, rododendros suizos y rosasLiliMarleen,perosólosehueleladesagradablepestilenciadelosproductoscontralasmalas hierbas y la corteza decorativa. Delante de la casa, parece que el césped ha sido instalado con un nivel.Detrásdeella,sobrelasbaldosasdepizarraimportadasespecialmentedesdeEscocia,hayuna hamacaconbastantescojinescomoparaahogarte,unabarbacoaforjadaporunamigodelprofesory unafuentequerepresentaunángelhermafroditaquevomita,meay,además,ríehaciaelcielo.Todos losviernesvaunjardineroaencargarsedeljardín.Undíaatareadoparamamá. Alabrirlapuertayvermeenlaentrada,sanoysalvo(aunquepálido),juntalasmanos.Yoledoy un abrazo. No suelo hacerlo. Uno ha de racionar las muestras de cariño. Además, odio el olor a vademécumquepretendeocultarelalcoholdesualiento.Nomehepasadoporquemeapetezca,sino porquequierotranquilizarlayrecordarleenquédíaestamos. Lacocinaesampliaymuyluminosa.LossuelosdemaderaprocedendeunagranjadeHadeland. Mamáhahechocaféyelprofesorsehadejadoelperiódicoabiertosobrelamesa. —¿Tienesplaneadolimpiarpescado?—bromeo. Ellaseríecondescendiente,comoparasubrayarque,sí,esamadecasa,perodelamierdatendrán que ocuparse otros. Enciende la radio que cuelga en el marco de la ventana. Está enganchada al programamatinal.Comoatantasotrascosas. —Siemprehasdejadoqueotrostelimpienelpescado—digo.Esunainsinuaciónrelacionadacon algoquepasóhacemuchotiempo.Deberíarecordarlo.Yavergonzarse. —Oye,Trygveacabadellamar. Aguardamirespuesta,peroéstanollega. —Estabamuyagitado.Queríaquelollamaras.¿Quéesloquehashechoestavez,Bjørnillo? —¿Quequéhehecho?¿Yo?—respondoconmivozdeprincipito. —¿Nopodríasllamarloalmenos? —Luego. —Esmuyimportante. —Yaséporqué. —Estáenfadado. —Luegolollamo—miento. —Oye, esta noche vamos a cenar asado. Ayer recibieron una carne de toro muy tierna en la carnicería. Memetoeldedoenlabocayhagounruidodesagradable. —¡Tontorrón!Anda,¿nopodríasvenir?Puedohacerbrócoliconpatatasgratinadasconqueso. —Estosdíasandomuyocupado. —Hacemuchotiempoquenovienes.Anda,miniño. —Sólomehepasadoporaquíparadisculparme. —Vayatontería. —Noestabacompletamenteenmiscabales. —¿Quéesloqueteatormenta? —Nada.Nadadenada. Mebebounatazadetéconella.Charlamosdetodounpoco;esoseledabien.Misinsinuaciones soncadavezmenosveladas,peroellanolascapta,nisiquieracuandoledigoquevoyapasarmepor latumba. Hoyhaceveinteañosquemuriópapá.Antesodespuéslorecordará. Aquel verano no murió sólo papá. Una vida entera se malogró en mamá. Su existencia se ha reducido a hacerles la vida agradable al profesor y a mi hermanastro. Se ha convertido en una asistenta trajinante y atareada. Pone cuidado en que las chicas de la agencia de limpieza quiten el polvoentrelasteclasnegrasdelpianodecoladelsalóndemúsica.Lallamandelacarniceríayla pescadería cuando reciben algo especialmente bueno y caro. Es el ancla del profesor, su amorosa esposa, su deslumbrante anfitriona, su siempre joven y dispuesta amante. Es la alegre madre del chiquillo,laquesiempreestáahí,laqueledaunbilletedecienextracadavezquevaasalir,ylaque lo limpia todo cuando él se emborracha y entra vomitando por la puerta a altas horas de la madrugada. Avecesalgunosdeesoscuidadosmesalpicantambiénamí.Yosoysumalaconciencia.Semeda bieninterpretarelpapel. —¿Ysiguessiendovegetariano?—mepreguntaCasparScott. Esunhombreespecialmentebienparecido.Esverdadquemiimagenenelespejomeproduceun complejo de inferioridad constante y, visto con objetividad, bastante merecido, pero el aspecto de Casparestandeslumbrantequecasiparecefemenino.Lasmiradasdelasmujeresenlacantinadela DirecciónGeneraldePatrimonioHistóricolorozanconcariñoydevoción.Escomosiélnosediera cuenta,peroyoséquealmacenalaatenciónquerecibeenungrantanquequetienereservadopara díaspeores. De estudiantes éramos amigos. Compartimos tienda durante meses en excavaciones por todo el país.Cuandolollamé,tardamosunosminutosenencontrarelviejotono. Ahora estamos sentados en la cantina, actuando como si todo fuera como antes. Huele a café, bollosyalbóndigasconpatatas. Casparesunarqueólogonato.Quizásueneraro.Escapazdeubicarunpequeñoobjeto,queensí mismoparececarecerdesentido,enuncontextomayor.DurantelasexcavacionesdeLaray,bastaron losmíserosrestosdeunasllavesyelcierredeuncinturónparaquesupieraqueporfinhabíamos encontrado la granja perdida de los caciques de Hallstein. En una tumba vikinga hallamos un diminuto puñal de plata con el que no nos aclarábamos (¿un juguete?, ¿una joya?, ¿un arma simbólica?),hastaqueCasparconstatóqueservíaparalimpiarlosoídos. Casparpuedeleerunpaisajecomolosdemásleemosunlibro.Tieneladesconcertantecapacidad dedistinguirtodaslasformasnaturalesdelpaisajedelasquehacreadoelhombre.Dirigiólosdos gruposdeinvestigaciónquedescubrieronrestosdemásdemilañosdeantigüedaddeasentamientos glacialestardíosenRogalandyenFinnmark.Loshallazgosmostraronqueloscazadoresderenosde lazonadelmardelNorteolospuebloscazadoresdeKolafueronlosprimerosenabrirsecamino hastalascostasnoruegas,quenoestabancongeladas. PeroCasparsecansódepasarsesemanasymesesexcavando,lejosdeKristin.Secansódelsol abrasador y de los aguaceros repentinos que transformaban los yacimientos en un lodazal. Se hizo burócrata.LosúltimosañoshatrabajadoeneldepartamentodeArqueologíadelaDirecciónGeneral dePatrimonioHistórico. Avergonzado,reparoenquehasidoporeso,ysóloporeso,porloquehecontactadoconél. Lepidoquemecuentealgosobreelorigendelaexcavación. Bebeuntragodecaféyhaceunamueca. —Escuriosoquemelopreguntes;mequedéatónitoconloquepasó. Yosacolabolsadetédelaguahumeanteylomiroconexpectación. —Comenzó con un par de llamadas al director general de Patrimonio, Loland. Primero de Arntzen,despuésdeldirectorViestad. —¿Llamaronlosdos? —¡Justo! De alguna manera, en nombre de una fundación británica, SIS. Una institución no lucrativadeinvestigacióndeLondres.LaSISpensabaquepodíahaberrestosdeuncastillocircularen elmonasteriodeVasrne.¿Hasoídoalgoigual?¡Uncastillocircular!Nuncaheoídolamásmínima referencia a que alguien hubiera construido un castillo así en el monasterio de Vaerne. Y nos preguntabanquénospareceríaqueelprofesorGrahamLlyleworthdirigieralasexcavaciones. —¿Yosparecióbien? —¿Bien?Quéva.Yameconoces.Nadaencajaba. —Teentiendoperfectamente. —¿Uncastillocircular?¿Allí?Teaseguroqueteníaunmontóndepreguntas.¿Porquédiablosiba ahaberallíuncastillocircular?¿Quiénibaapagarelbanquete?¿Porquécorríatantaprisa?¿Qué pensabanhacersiloencontraban? —¿Llevárseloquizá? Casparseríe. —¡EsoseríapropiodeGrahamLlyleworth! —¿Llegasteaentenderalgomásconeltiempo? —Nadaenabsoluto.Nomedieronniunarespuesta.Sóloojosabiertosdeparenparysuspiros porquemeponíamuydifícil.Joder,paraeldirectorgeneraldePatrimonio,Llyleworthesundios. Los funcionarios jóvenes creen que ha inventado la arqueología. Vale, es responsable de algunos hallazgosllamativosyhaescritoalgunoslibrosimportantes,perodigoyo:¿íbamosadejarqueese arrogante imperialista cultural, Graham Llyleworth, entrara triunfante con sus regimientos y excavadoras?Asíquelesdilargasyolvidétodalahistoria.Hastaque,unpardesemanasdespués, recibimosunasolicitudformal. —¿Unasolicitud?Nohellegadoaverla. —Muy elaborada, con mapas, sellos y firmas impresionantes. Se armó algo de jaleo en el departamento.TardaronunosdiezminutosenconvocarmealdespachodeSigurdLoland.¿Porqué eratannegativo?¿Noveíalasventajasquerepresentabalacolaboraciónarqueológicainternacional? YasabescómoseponeSigurd.«Ladecisiónestuya»,ledije.Peroparaéleramuyimportanteque todosloapoyáramos…,queyolefirmaralaaprobación…Nomepreguntesporqué. —¿Quizáporqueereselmáscríticodetodos? —Nohabíapensadoeneso.Perosiqueríanocultaralgo,eraunajugadainteligente. —¿Recuerdasalgúnnombre? —El profesor Llyleworth era el experto responsable, pero trabajaba para la SIS de Londres. SocietyofInternationalSciences,SociedaddeCienciasInternacionales.Elpresidentefigurabacomo titular de la iniciativa. Creo que presentaron un presupuesto de cinco o seis millones de coronas. ¡Paraencontraruncastillocircular!¡Enunpradonoruego!¡Diossanto! —¿Sabesporquépensaronenmí? —¿Comosupervisor?Notengoniidea.Nosotrosnopodíamosprescindirdenadie,demodoque lesparélospies.CreíaqueeraArntzenquientehabíaelegido. —Pero¿porquéprecisamenteamí? —¿Porquelohacesbien,talvez? Primero me río. Después le hablo de la excavación, del sorprendente hallazgo. Le describo el comportamientodeArntzenyLlyleworth,missospechas.Peronolecuentoquesoyyoquientieneel cofre. Cuandoacabo,Casparmurmuraysacudeabatidolacabeza. —¡Vayajaleo!Yameparecíaquehabíaalgoquenoencajaba. Unajovenquepasacercadenuestramesa—larecuerdovagamentedeunasexcavacionesdehace algunosaños—mesonríealreconocermeylegorjeaaCaspar: —¿Hoycomespronto? Élseinclinahaciamíydicebajandolavoz: —Mira,voyainvestigarunpocoporahíaverquéaveriguo.¿Porquénovienesacasaestatarde? Asíestudiamoselcasojuntos.Conunpocomásdediscreciónqueaquí.¡Además,hapasadomucho tiempodesdelaúltimavez!AKristinleencantaráverte. —Encantado…—SólopensarenKristinhacequesemeacelereelpulso. —Ah,oye,siyofueratú,hablaríaconGrethe.Ellalosabetododeesostipos. —¿Grethe? —¡Grethe!¡Nomedigasquetehasolvidadodeella! Mesonrojo.NoheolvidadoaGrethe. Delantedeledificio,hundidotraselvolantedeunLandRoverreciénlavadoconreproductordeCD, estásentadounhombre.Alvermeapartainmediatamentelavista.Lamayoríamesigueconlamirada. Entroencasa.Elcontestadorestáparpadeando.Nosuelehacerlo. Elprimermensajeesdemamá,pararecordarmequeestoyinvitadoacenar.Losdossabemosque herechazadolainvitación.Elsegundoesdeunaseñoramayorque,cortésydisculpándose,lecuenta alcontestadorquehamarcadomalelnúmero.Elterceroesmudo,sóloseoyeunarespiración. Deprontotengolaimpresióndequenoestoysolo.Mepasadevezencuando.Alguienhadejado unaimprontaespiritualenmicasa.Entrodepuntillasenelsalónyelsolrelumbraenlascortinas. Abrolapuertadeldormitorio,dondelacamadeaguamelloriqueacomoundeseoinsatisfecho.El baño está oscuro. El despacho, que en un hombre de mi edad con una disposición más patriarcal hubiera hecho las veces de dormitorio de los niños, está inundado de carpetas y objetos que he cogido de prestado. Estoy solo, pero la percepción de algo extraño continúa. Abro una botella de cervezaque,trasvariassemanasenlanevera,estáfríacomoelhielo.Lavoybebiendomientrashago otrarondaporelpiso. Hastalacuartavezquepasonoloveo.Alguienhamovidoelordenador.Nomucho,sólounos centímetros,perolosuficientecomoparaqueacabeadvirtiendolahuellaenelpolvo.Medejocaer enlasillayenciendoelaparato.Noocurrenada,nohaypitidosnisilbidos.Elirritanteruiditodelque heestadointentandolibrarmedesdequelocompréhaenmudecidoporfin.Notardoencomprender porqué. Lacajaestásuelta.Consigoalzarelpanelconlaspuntasdelosdedosymeasomoalembrollo electrónico que constituye los órganos vitales y el cerebro de la máquina. No entiendo de ordenadores,peromepercatodequealguiensehallevadoeldiscoduro. Primeromepongofurioso.Invadenmipiso,entranysalencomosileshubieradadolallavede miexistencia. Luego me tranquilizo. Sigo teniendo las riendas, no han conseguido llevarse lo que buscaban. Embargadoporunaexaltacióndiabólica,llamoalapolicíaparadenunciarelrobo.Despuésmarcoel númerodirectodelprofesorArntzen. —¿Dóndeestáelcofre?—megritaencuantocomprendequiénllama. —¿Elcofre?—preguntoconafectación. Alguienlequitaelauriculardelasmanos. —¿Dóndeestáeljodidocofre?—LavozdeLlyleworthvibra. —¿Porquépensáisquelotengo? —¡Cortaelrollo!¿Dóndeestá? —Voy a ahorraros mucho tiempo diciéndoos ya que en mi disco duro no hay más que conferencias,algúnqueotropoemaamediasyalgunosjuegosdeordenadorbastantedivertidos. —¿Dóndeestáelcofre? Cuelgo y voy en busca de otra cerveza. Empieza a intrigarme lo que pueda suceder a continuación. Suenaelteléfono.Estoytentadodedejarlosonar,notengoganasdehablarconnadie,peroélno serinde.Alfinaltriunfasuinsistencia. Esuninglés.EldoctorRutherford,deLondres.DirectordelprestigiosoRealInstitutoBritánico deArqueología.Meofrecedineroporelobjetoqueentiendequetengoenmipoder. —Elhallazgoespropiedadnoruega…—replico. —Cincuentamillibras—meinterrumpe. Cincuenta mil libras es mucho dinero, pero no se me pasa por la cabeza la posibilidad de aceptarlo.Miterquedadsiemprehaestadoancladaenelsanosentidocomún. —Yanolotengo—miento. —¿No? —Melohanrobado.Hoyhanentradoladronesenmipisoyselohanllevado. El doctor Rutherford está a punto de hablar de más. Está a punto de decir que el cofre no se encontrabaenelpiso,quenohandadoconél,perosecontiene.Perciboensuvozquehesembradola incertidumbre: ¿y si los ladrones a los que ha contratado sí han robado el cofre? Como para convencerse,pregunta: —¿Estásseguro? —Desdeluego,bienseguro. Vacila;mimentiralohahechodudar. —¿Podríainteresarteunintercambio?—pregunta. —¿Quétienesquepuedainteresarme? —Podríacontarteloquepasóalmorirtupadre. El tiempo se detiene de pronto. Me asaltan imágenes caleidoscópicas: la montaña, la soga, el pedregal,lasangre.Mehalloenunvacíoenelqueeltiempollevaveinteañosdetenido. Mirosinverantemí.Pasaronmuchosañosdesdelamuertedemipadrehastaquecaíenlacuenta de lo poco que lo había conocido. No es más que una imagen huidiza en mi memoria, un hombre meditabundoqueraravezmetocabaomeinvitabaasumundo.Cerrabalaspuertasdesuexistenciay corríalascortinas.Enmuycontadasocasionesviquelafuriarasgabasusojos,peroporlogeneral era un hombre que volvía del despacho, o de una excavación, para desaparecer en el cuarto del sótanodondeescribíaunaobracientíficadelaqueapenashablabayqueyonuncalleguéaver. Cuandomeimaginoapapá,lohagoconlamiradadeunniño. Mamánuncaquierehablardeél.Elprofesorseponemuytenso,comosinosoportaralaideade quesuqueridamujercitahubieseamadounavezaotrohombreprofundamenteysinbarreras.Tiene quevivirconelhechodequefueelsegundoenlacolaantelospasteles. Sinembargo,hayunaideaquenodejadesorprenderme:mamáhasidolaesposadelprofesorel dobledetiempoqueladepapá. Echo de menos a papá. Pero a veces me pregunto si un hijo puede mirar a su padre sin pensar alguna vez que entre sus muslos cuelga una bolsa de la que un día escapó un vivaracho espermatozoide,queentresuspiernaspendeelórganoquesehinchayllenaalamadredeunocon chocante placer. A veces no estoy del todo en mis cabales. ¿Podría alguien pasarme el vaso de plásticoconlaspastillasrosas? Quizámereconozcaamímismoenmipadre.Seríabastantenatural.Nuncaloadmiré,cosaquea vecesmeatormenta.Cuandoleosobrepadresquehanformadoasushijos,mepreguntoquéeslo que dejó mi padre en mí. ¿El aire apesadumbrado? ¿Que me hice arqueólogo como él? Una casualidad.Unainclinaciónhaciaelsaberhermenéutico,unamateriaqueseajustaamimododeser, indagador y retraído. Las raras ocasiones en las que me aventuraba a bajar a su despacho, él levantabalacabezadesuspapelesosusobjetos,mesonreíahuecamenteymeenseñabaunpedacito detejidoounapuntadesílexsobreelqueparecíasaberlotodo.Yonoconocíaladiferenciaentreuna adivinacióncualificadayunainterpretaciónempírica,peroentendíaquepapáveíahaciaatrásenel tiempo. Surepentinointerésporlaescaladaibaencontradesucarácter.Eraunapersonaprecavida,igual queyo.FueTrygveArntzenquienloconvenciódeiralospeñascos.Conveniente,simepreguntasmi opinión. Quizá por eso nunca le perdonaré que no consiguiera evitar la caída, si es que lo intentó. Tardósorprendentementepocoenhacersecargodelaviudadepapá. Mehequedadodepie,confuso,enelplieguedeltiempo,conelauricularenlamano.Eldoctor Rutherfordmepreguntasisigoahí. —¿Quésabesdemipadre?—preguntoderepente. —Yahablaremosdeeso;ahoraquieroquemedeselcofre. —¿Aquéterefieresconloquepasócuandomuriómipadre? —Denuevo,cuandonosdeselcofre… —Yaveremos.—Carraspeo,leprometoconsiderarsuoferta.Vacilante,ledoylasgraciasporsu atenciónycuelgo. Medirijoalpasillo,bajolasescalerasysalgoalacalle.ElLandRoverrojohadesaparecido.No importa mucho, el conductor parecía grande y fuerte, es posible que sólo estuviera esperando a su novia. No sé quién es el doctor Rutherford, director del Real Instituto Británico de Arqueología, ni cómodefácilpiensaqueesengañarme.Perohaydoscosasquesísé. NohaynadaquesellameRealInstitutoBritánicodeArqueología. Yocreíaqueeralaúnicapersonadetodoelmundoquesospechabaquelamuertedemipadreno fueunaccidente. Papá está enterrado en el cementerio de Grefsen. Una sencilla lápida al pie un viejo abedul. Mamá pagaunacuotaanualparaquecuidenlatumba. Mepongoencuclillasantelalápidadegranito.Elnombredepapáestágrabadoenlapiedraroja; nofiguraelañodesumuertenieldesunacimiento,nadaquelovinculealtiempo.Sólosunombre. BirgerBeltø.Asíloquisimosmamáyyo. En una bolsa de papel marrón he llevado una maceta con lirios amarillos. Los planto ante la tumba,paraqueiluminenapapá,estédondeesté. En el bosque situado entre la casa de campo de la abuela y el monasterio de Vaerne hay una antiguatumbadebajodelosenormesrobles.Bajolagranplanchademetal,delaquehacemuchoque el tiempo ha borrado las letras, descansan personas que siempre me he preguntado quiénes eran. MamádecíaqueunavezfueronlospropietariosdelmonasteriodeVaerne,poresolesdejaronponer la tumba en el bosque. Recuerdo que yo pensaba: «A los demás, en cambio, nos destierran a los cementerios». EnelaparcamientohaydoshombressentadossobreelcapódeunLandRoverrojo.Cuandohe salidodecasa,teníaesecocheenelretrovisor.Alvermeaparecer,unodelosdossebajadeunsalto yseencaminahaciamí.SeasemejaaKingKong.Consigometermeenelcocheycerrarlapuerta antes de que me alcance; aporrea la ventanilla con dedos gruesos y peludos. Lleva un sello de una escuela extranjera. Con la mano libre sujeta un móvil. Pongo a Bola en marcha y empiezo a salir haciaatrás.Eltipoagarraelpicaporte.Quizásestévalorandolaposibilidadderetenerelcocheporla fuerza,cosaquenomeextrañaríaquéfuesecapazdehacer. Afortunadamente,seapartadelapuerta.Veoporelretrovisorquevuelvecorriendoasuvehículo. Bola no está hecho para dejar atrás otros coches; ni siquiera lo intento. Subo con calma por la calle Kjelsás. Cuando llega el autobús rojo, me pongo detrás de él. De ese modo componemos un pequeñocortejo.Elautobús,BolayelLandRover. Junto al cambio de sentido del callejón entre Kjelsás y Lofthus, sigo al autobús a través de las compuertasdeltráfico.Despuésfrenodegolpe.Satisfechodemímismo,dejoquecaigalabarrera entreelLandRoveryyo. 2 ELCOFRESAGRADO —Pero,bueno,Bjørnillo,¿erestú? Haenvejecido.Siemprehepensadoenellacomoenunapersonamayor(aunquequizá«madura» sea la palabra adecuada), pero llevaba los años con una refinada y juvenil dignidad. Cuando la conocí,sepeinabaelpelorubioplateadohaciaatrás,confrescura,yusabafaldasceñidas,tejidas,con mediasnegrasderejilla.Ahoraveocómolahanmaltratadolosaños.Ensufinorostro,dondesus ojoscentelleanconvivezahaciamí,lasmanchasylasarrugasdibujanelmapadeladecrepitud.Sus manos son flacas y temblorosas, como las garras de un polluelo de gorrión. A través de su pelo blanconuclear,leentreveoelcuerocabelludo.Ladealacabeza. —Ha pasado mucho tiempo… —dice, como preguntando, con expectación. La voz es frágil, tierna.Hubountiempoenqueestuveenamoradodeella. Lasonrisaeslamisma,lamiradaeslamisma,peroelmatizlahaabandonado.Seapartayme dejapasar. El piso es tal y como lo recuerdo: enorme, sobrecargado, sombrío y repleto de densos olores. Cuartotrascuartotrascuarto.Puertasencajadasenanchosmarcos,moldurasdeestucoenlostechos. Sobrecómodasyestanteríasestrechasharecreadoconfigurillaslosmomentoscumbredelahistoria delaBiblia.MoiséssobreelmonteSinaí.MaríayelniñoJesúsenelportal.Elsermóndelamontaña. La crucifixión. Sobre sillitas de mimbre y carritos de muñecas de cerda trenzada se reparten rechonchosositosdepelucheymuñecasconmortecinascarasdeporcelana.Quizáséseseaelmodo enqueGretheLidWoienseagarraalainfanciadelaqueseniegaahablar.Creoquenotienefamilia, almenosnadieaquienreconozcacomotal.Nuncalaheoídomencionaranadiequeleseacercano. Grethe ha llenado el vacío con el estudio. Y los hombres. Hay libros por todas partes. Se ha encerradoensupiso,enunadistinguidacalledeFrogner,paracultivarlasoledad. Decaminoalsalónpasamospordelantedesudormitorio;lapuertaestáentreabiertayvislumbro su cama sin hacer. Ver la cama de otra gente me provoca incomodidad. Aturdido, miro hacia otro lado. No es la misma de antes. Se ha hecho anciana. Incluso en sus pasos hay algo de consumido, asustado. Ungatosaltadeunasillaydesaparecebajoelpianodecola.Nuncamehangustadolosgatos,y yotampocoaellos. Ellameindicaelsofádefelpa. —Deberíahaberteofrecidoalgodebeber—dicealtiempoquesedejacaerenunasilla. Algoandamal.Soycapazdesentirlo,peronoconsigoanimarmeapreguntarle. Memiraconunasonrisatorcida.Unsuntuosorelojdepareddadossonorascampanadas. —Necesito ayuda —digo, conteniendo un estornudo. El sofá está cubierto de pelos de gato que medanpicordenariz. —Yameloimaginaba.Noeresdelosqueaparecencadadosportressinohacefalta. No sé si pretende reprenderme suavemente, hacer una escueta observación o aludir a aquella nochededoceañosatrásenquemearmédevaloryledijequelaamaba.Yoteníaveinteaños.Ella habíasuperadolacincuentena.Siemprehesidounpocobichoraro. —¿Teparecequeheenvejecido?—mepregunta. Nunca le he dicho una mentira, por eso no respondo. La edad no es más que un punto en una cronología. La matemática Kathleen OUerenshaw tenía ochenta y seis años cuando encontró la solución del antiquísimo problema matemático del «cuadrado mágico». Sumes como sumes los números,siempretesaletreinta: Enmisilencio,Grethesuspiracontristeza. —Estoyenferma—anunciallanamente—.Cáncer.Haceyadosaños.Doygraciasporcadanuevo día. Letomolamano;escomocogerlamanofríadeunniñodormido. —Elmédicodicequesoycorreosa. —¿Sufresdolores? Seencogedehombrosenungestoquetantopuedesignificarsícomono.Luegoresponde: —Sobretodoenelalma. Leaprietolamano. —¡Bueno!¿Quéproblematienes?—preguntaconeltonodequienhabladenegocios,yretirala mano. El tono muestra un atisbo de la autoridad de la que se rodeaba cuando era catedrática. Hace sieteañosquelodejó.Aúnseguimoshablandodeella. —Siestásenferma,noquiero… —¡Chorradas! —Bueno,pensabaque… —¡Bjørnillo! Memiraconesamiradasuya. Nosépordóndeempezar.Ellameayuda. —HeoídoqueestásparticipandoenlasexcavacionesdelmonasteriodeVaerne—dice. Asíeratambiénenlauniversidad.Siemprelosabíatodo. —Hemosencontradoalgo.—Luegovuelvoaatascarme.Buscolaspalabras.Alfinalexclamo—: ¡Melimitoaintentaraveriguarloquehapasado!—Nocreoqueleveamuchosentido. —¿Quéesloquehabéisencontrado? —Uncofre. —Ah,¿sí?—dicevacilante. —Deoro. Ladealacabeza. —Diossanto. —ElprofesorLlyleworthsehaescapadoconél. Permaneceensilencio.Deberíahaberseechadoareír,deberíahabersacudidolacabeza,perono dice nada. Empieza a toser. Primero con cuidado, luego fuerte y ruidosamente. Da la impresión de que tiene los pulmones sueltos dentro del pecho. Se cubre la boca con ambas manos. Cuando se le pasaelataque,lellevaunratorecuperarlarespiración.Nomemira.Esoestábien.Asíselibradever misojos. Carraspeayexpectoravariasveces.Sacadiscretamenteunpañueloyescupe. —Discúlpame—susurra. Me quedo un buen rato mirando el gato que dormita bajo el piano de cola. Cuando yo era su aplicadoestudianteyadmirador,elquesiempreteníaalgúnrecadoquehacerensucasa,ellavivía conungatoquesellamabaLucifer.Peronocreoqueseaelmismo,aunqueesexactamenteigual. —¿Esauténticoelcofre?¿Antiguo?—pregunta. —Nocreoquepuedadecirseotracosa. —¿Nadielehaechadosalalasexcavaciones? Niegoconlacabeza.Lode«echarsal»aludeaunjuegoquelosarqueólogosencontramosmuy divertido.Consisteenplantarobjetosmodernosenlascapasculturales:unmandoadistanciadeun aparato de televisión entre los tesoros de un rey prehistórico, un imperdible entre los pedazos de cerámicaylaspuntasdeflecha. —Grethe,esantiguo.Y,además—mascullo—,estamoshablandodeunasexcavacionesdirigidas porGrahamLlyleworth.¡Nadiesehabríaatrevidoacontaminarsushoyos! Gretheríeentredientes. —Yélsabíaloqueestábamosbuscando—continúo—.Sabíaqueelcofreteníaqueestarallí,en algúnsitio.Sabíaqueíbamosaencontrarlo.¡Losabía! Ellareflexionaunratosobremisafirmaciones. —¿Creesquizáquequiererobarlo?¿Paravendérseloalmejorpostor?—inquierealfin. —Laideameharondadolacabeza.Peronoestansencillo. —Ah,¿no? —LaColeccióndeObjetosAntiguosestáimplicada. Sequedamirándome,alaesperayconreticencia. —ProbablementetambiénlaDirecciónGeneraldePatrimonioHistórico—añado. Entornalosojos.SupongoqueestarápensandoqueelpobreBjørnillonoestábiendelacabeza. —¡Nobromeo,Grethe! —Ya,ya. —¡Ynomehevueltoloco! Sonríe. —Puesexplícamequéesesoenloqueestánimplicados. —Nolosé,Grethe,nolosé… —Entonces,¿porqué…? —Quizáseaunroboporencargo—lainterrumpo. Permanececalladaunrato. —Pero¿porqué?—preguntaalcabo. —No lo sé —repito—. ¿Es posible que Llyleworth forme parte de una banda internacional de ladronesdeobrasdearte? Ríeconfrialdad. —¿Graham?—dice—.¡Esdemasiadoegoístaparaparticiparennada!¡Ydesdeluegonoenuna banda!—Suvozestácargadadeamargura. —¿Loconoces? —Yo…hetopadoconél. —Ah,¿sí?¿Enunasexcavaciones? —También.YenOxford.Haceveinticincoaños.¿Porquéerestandesconfiado? —Planeasacarelcofredelpaísdecontrabando—digo. —Esojamás.Seguroquesólo… —¡Grethe!¡Conozcosusplanes! —¿Cómopuedesestartanseguro? Automáticamentebajolavoz. —Porquelooídecirlo.—Doytiempoparaquelaspalabrashaganmella—.Yoestabaescuchando cuandoélconspirabaconelprofesorArntzen. Sacudelacabezaconunasonrisacansada. —TípicodeGraham.Yporloqueveo,túhasestadojugandoalosdetectives. —Sólotratodeentender. —¿Elqué? —¿Cómo podía saber que el cofre estaba en las ruinas de un octógono de ochocientos años de antigüedadenmediodeuncampodecultivonoruego? LosojosdeGretheseabisman.Duranteunratonadoensumirada. —SantoDios—dice,másbienparasímisma. —¿Quépasa? —¿Unoctógono? —¿Sí?Yahemosdesenterradounaparte. —Creíaquenoexistía. —¿Conocíassuexistencia? Ledaotroataquedetos.Meinclinohaciadelanteyleacariciolaespalda.Pasanalgunosminutos hastaquerecuperalarespiración. —¿Cómoestás?—pregunto—.¿Quieresquellamealmédicodeguardia?¿Quieresquemevaya? —Háblamedeloctógono. —Noségrancosa.NuncahabíaoídohablardeningúnoctógonoenelmonasteriodeVaerne. —Quizánoenlasfuentesnoruegas,perolomencionanenlabibliografíainternacionalacercade laordendeloshospitalariosdeSanJuandeJerusalényenlosmitoscristianostempranos. Enesaclasedebídeestarausente. —¿CreesqueelprofesorLlyleworthsabíadelaexistenciadeloctógono? —Yodiríaquesí.—Lodicecoquetaycapciosa. —¿Yporquénocontónada?¿Porquélomantuvoensecreto? —Nocreoquefueraunsecreto.¿Otúlepreguntaste? —Decíaqueestábamosbuscandouncastillocircular.Nuncaaludióaningúnoctógono. Asienteconcansancio,comosilaconversaciónlaaburriera.Juntalasmanos. —¿YquédiceelprofesorArntzendetodoesto? Mirohaciaotrolado. —¿Bjørnillo? —Nohehabladoconél. —¿Porqué? —Esunodeellos. —¿Unodeellos?—Lorepiteconduda. Yosonríoporquenotoloparanoicoquesuena. Lecojoconcuidadolamano. —Grethe,¿quéesloqueestápasando? —¿Mepreguntasamí? —¡El profesor Arntzen y el profesor Graham Cabrón Llyleworth! ¿Ladrones de tumbas? ¿Vulgaresladronesdetumbas? Ellacierralosojosconunasonrisasoñadora. —¿Porquésonríes?—pregunto. —Enrealidadnoestansorprendente. —Ah,¿no? —TupadreyGrahamestudiaronjuntosenOxford,¿sabes?Enlossetenta.Almismotiempoque yo.GrahamyBirgereranmuyamigos. Mereclinoenelsofá.Unagolondrinasebalanceasobreuncablefrentealaventanadelsalón.Se quedaahíunratoantesdesalirvolando. —¿NotelohacontadoTrygveArntzen?¿OLlyleworth? —Se les habrá olvidado mencionarlo. Sabía que papá había trabajado en Oxford, pero no que Llyleworthestuvieraallí. —FuetupadrequienpresentóaGrahamyTrygve. —¿AsíquepapáyLlyleworthfueroncompañerosdeestudios? —Colaboraronenuntrabajoquedespertóciertaatención. Mesientoconfuso. —¿Lotienes? Ellaseñalalalibrería. Melevantoconparsimoniaymeacercoalaestantería,dondepasoeldedoporloslibros. —Tercerestante—apuntaella—.Juntoalatlas.Negro,lomopegado. Sacoeltrabajo.Esgrueso.Elpapelhaempezadoaamarillearyresquebrajarse. En la portada leo: «Análisis socioarqueológico comparado de tesoros y mitos intercontinentales. PorBirgerBeltø,CharlesDeWittyGrahamLlyleworth,UniversidaddeOxford,1973». —¿Dequétrata? —Encontraronrasgoscomunesentreciertosmitosreligiososyalgunoshallazgosarqueológicos detesoros. Mepreguntoporquéelprofesorymamáhanocultadolosejemplaresquepapá,indudablemente, tuvoquehaberdejado. Pasolashojasalazar.Enlasegundapáginaleounadedicatoriaqueestátachadaconrotulador. Miroelpapelacontraluz.«Losautoresquierenexpresarsurespetoysugratitudhaciasusconsejeros científicos,MichaelMacMullinyGrethelidWoien». DirijounamiradapasmadaaGrethe,quemeguiñaunojo. En la página cincuenta y cuatro leo algunos párrafos del capítulo sobre el hallazgo de los manuscritosdelmarMuertoenQumrán.Enlapáginacuatrocientoscuarentayseis—nosetratade ningúnhumildetrabajoapresurado—encuentrounanotaalpie,queocupadiezhojas,enlaquese extraen paralelismos entre el tesoro de Hon hallado en Ovre Eiker en 1834 y los objetos de las tumbas de Agía Fotiá en Creta. Busco el monasterio de Vaerne en el índice, pero no veo ninguna referencia,porlomenoshastaqueeldedollegaa«Varna.Páginas296-301». Elcapítulosellama«EloctógonodeVarna:Elmitodelcofredelossecretossagrados».Cuando pasolashojas,caeunmarcapáginas.Esunatarjetadevisita,anticuadayhonorable.«CHARLESDEWITT -ASOCIACIÓN GEOGRÁFICADELONDRES».Melametomaquinalmenteenelbolsilloaltiempoqueecho unvistazoalcapítulo. Soyunlectorrápido.Tardounpardeminutosenrepasareltexto,quetratasobreelmitodeun templo octogonal que fue construido por la orden de los hospitalarios de San Juan en torno a una reliquiaquesedecía,siesquehecomprendidobien,queconteníaunmensajedenaturalezadivina. QuizádetiemposdeJesús.Quizádelostiemposdelascruzadas.Elasuntonoesfácildeentender.Es probablequelohayaentendidomal.Loheleídomuyrápido. —¿Meloprestarías?—preguntoalzandoellibro—.Megustaríamuchopoderleerlomejor. —¡Sí,sí!—diceconentusiasmo,comosiloquemásdesearaenelmundoesquemelollevara. —Cuéntameentoncesloquesabesdeesteasunto. Sonríeconsatisfacciónycarraspea.Conlavozquebradayvibrante,Grethemehabladelcruzado quellevóunareliquiaalaordendeloshospitalariosdeSanJuandeJerusalénen1186.Mástardela reliquia se conoció como «El cofre de los secretos sagrados». Los hospitalarios tenían orden de ClementeIIInosólodecustodiarelcofre,sinotambiéndeocultarlo,lejosdeladrones,cruzadosy caballeros,lejosdeobispos,papasyreyes.CuandoalañosiguienteelsultánSaladinotomóJerusalén yloshospitalarioshuyeron,desapareciótodahuella.Sólohahabidounhiloconductorqueguiasea todoslosaventurerosycazadoresdefortunasquealolargodelossigloshanbuscadoeltesoro:el cofresagradoestádentrodeunoctógono,deuntemplooctogonal. —¿EnelmonasteriodeVaerne?—preguntoconacidez. Ellaestáreclinadaymemira.Escondeungestodecondescendencia. —¿Porquéno? Noconsigocontenerlarisa. Ellameacaricialarodilla. —Bjørnillo, ya sé lo que estás pensando. Siempre has sido muy impaciente, incrédulo y rápido para sacar conclusiones. ¿Qué es lo que te enseñé en la universidad? ¿No te enseñé a combinar el escepticismo con la imaginación? ¿La comprensión con las preguntas? ¿La duda con la claridad? Tienesqueescucharlosmitos,lassagas,loscuentos,lasreligiones.Noporquetediganlaverdad, Bjørnillo,sinoporquehansalidodeunaverdad. Laintensidaddesuvozysumiradameasustan.Escomosiestuvieradeseandodarmelaclavede lavidaeternaantesdedesaparecerenunanubedehumoychispas.Peronohaceningunadelasdos cosas.Seinclinahaciadelante,cogeuncaramelodelcuencoquehaysobrelamesayselometeenla boca.Oigocómolomueveadelanteyatrásentresusdientes. Ladealacabeza. —El monasterio de Vaerne no era un mal escondite. Estaba tan lejos de Tierra Santa como se pudiera imaginar. Noruega era el puesto avanzado de la civilización y los historiadores nunca han conseguidoexplicarporquéloshospitalariosdeSanJuanconstruyeronunmonasterioenNoruegaa finalesdelsiglodoce.—Pensativa,sacudelacabeza—.Sirealmentehabéisencontradoeloctógono, Bjørnillo,ysirealmentehabéisencontradouncofre…—Dejalafraseflotandoenelaire. —¿Quéhabíaenelcofre? —Ésaesexactamentelacuestión.¿Quéhayenelcofre? —¿Nolosabes? —No, válgame Dios. No tengo ni idea. Corrían muchos rumores. Se dice que la monarquía merovingia ocultó un tesoro de dimensiones insospechadas. Oro y piedras preciosas que habían acumuladodurantesigloslaIglesiaylafamiliareal. —¡Porfavor!—lainterrumpoconunsuspiroprofundoyafectado—.¿Tesorosocultos?¿Alguna vezhasoídohablardealguienquehayaencontradountesoroasí? —Quizásestétodavíaporencontrar. —¡RomanticismodeIndianaJones! —Bjørnillo—empieza,apretandoloslabiosdetalmodoqueséloquevaadecir—,meremitoa los rumores que durante décadas han corrido por los ámbitos académicos. No estoy avalándolos, perotampocolosrechazoconlarotundidaddeciertojovencaballeroqueconozco. —Pero ¿qué decían esos rumores? —Escupo las palabras como si se trataran de una cereza podrida. —Hayunmapa.Yunagenealogía.Textoscodificados.Noconozcolosdetallesdelahistoria.Hay unrelatoqueseoriginóenunpueblodelsurdeFranciaquesellamaRennes-le-Cháteau,dondeun joven cura halló, en el siglo pasado, unos pergaminos enrollados que se dice que le hicieron rico. Enormementerico.Nadiesabeconexactitudquéfueloqueencontrócuandosepusoarestaurarla vieja iglesia a la que lo habían destinado. Se dice que los documentos contenían un gran secreto inconcebible. —¿Queera…? —Si lo supiera, Bjørnillo, no sería un secreto, ¿no? Algunos especulaban con que eran mitos religiosos.QuehabíadescubiertolahojadelPacto,cosaquenoeratandescabellada,yaquelaiglesia se había construido sobre las ruinas de una iglesia cristiana del siglo séptimo. Otros pensaban que habíaencontradotextosbíblicosoriginales.Yalgunoscreíansimpleyllanamentequehabíadadocon losmapasqueindicabanelemplazamientodeuntesoromedieval. —¿YquétieneesoqueverconelmonasteriodeVaerne? —No lo sé. Pero podría pensarse que el tesoro, si es que existe, está oculto bajo el terreno del monasterio.Oqueelcofrequehabéishalladocontieneloshilosquemuestranquécaminoseguir. —Grethe.—Suspiro,yledirijomimiradadeBambi. —¡ElmanuscritoQ!—exclamadepronto. —¿Quéhasdicho? —¡ElmanuscritoQ!—repite. Mevuelvo;nocomprendo. Ellaprosigue: —No es que lo sepa, sólo estoy conjeturando. Todos estos años me he estado preguntando qué podríaseresoqueeratanimportanteencontrar.Ysijuntolospedacitosdeinformación,laspiezas delpuzlesecolocanensusitio.Quizás. —¿ElmanuscritoQ? —QdeQuelle.Significa«fuente».Enalemán. —¿Quelle? —¿Deverdadnohasoídohablardeeso? —No,lociertoesqueno.¿Quées? —Sesuponequeunmanuscritooriginalengriego. —¿Quécontiene? —TodaslaspalabrasquedijoJesús. —¿Jesús?¿Enserio? —Susenseñanzasenformadecitas.EltextoquesupuestamenteusaronMateoyLucascomobase parasusevangelios,ademásdelevangeliodeMarcos. —NoteníaniideadequeexistieraesemanuscritoQ. —Quizánoexista.Esunateoría. —¿PorquéhabríadeacabarenelmonasteriodeVaerne? —Pregúntaleatupadrastro. —¿Quésabeél? —Porlomenosmásqueyo. —Pero¿cómo…? —¡Bjørnillo!—mecorta,yseechaareírdetodocorazón.Despuésmemirapensativa—:¿Tienes ganasdehacerunviajeaLondres? —¿ALondres? —Pormí. Vacilo. —Yamicuenta—añade. —¿Porqué? —Paradesentrañarunaviejahistoria. Nodigonada.Grethetampoco.Seponedepiecomopuede,saledelsalónconpasovacilanteyse meteeneldormitorio.Alvolvermetiendeunsobre;loabroycuentotreintamilcoronas. —¡Vaya! —¿Bastará?—pregunta. —¡Esdemasiado! —Nodigaseso.Quizátengasquehacermásviajes… —¡Estáslocaguardandotodoesedineroencasa! —Yonolecedoalbancomisahorros. Meechoareírdesconcertado,comopreguntando:«¿Dequévatodoestoenrealidad?». —Esoesloquetútienesqueaveriguar—añade,comosileyesemispensamientos. —Grethe.—Intentocaptarsumirada,peroseescabulle—.¿Porquéteimportatantoesto? Ellamirahaciadelante.Finalmentememiraalosojos. —Yopodríahaberformadopartedetodoelasunto—dice. —¿Partedequé? —Deesocuyasuperficieestásrascando. —¿Pero? —Peroocurrióalgo. Selellenanlosojosdelágrimasysemuerdeellabioinferior.Pasaunratohastaquesuperalos sentimientosquelaoprimen. Ya sé que no voy a sacarle nada más, pero sus motivos no son fundamentales. Antes o después llegaréatocarsufondo. —¿Irás?—inquiere. —Claro. —La SIS. Londres. Whitehall. Pregunta por el presidente. Michael MacMullin. Él tiene las respuestas. —¿Aqué? —¡Atodo! Nosmiramos. Mecogeconfuerzadelamanga. —¡Tencuidado! —¿Cuidado?—preguntoasustado. —MacMullintienemuchosamigos. Suenaaamenazavelada. —Amigos—repito—.¿AmigoscomoCharlesDeWitt? Ellafrunceelceñodemodocasiimperceptible. —¿Charles?—dice—.¿CharlesDeWitt?¿Quésabesdeél? —Nada. Reflexionaporuninstante.Luegodice: —Aél,desdeluego,notienesporquétemerlo.—Percibounlevetonodeternuraensuvoz. —¿Quésabesdelaccidente? —Fueunanimiedad.Unrasguñoenelbrazo.Laheridaselegangrenó. Nolaentiendo. —Sematódelgolpe…—digo. Ellamemira,frunceelentrecejo.Entoncesmecomprende. —Ah,¿tupadre?—Sólosusojosrevelanlaagitaciónquelaembarga—.Nohaynadaquesaber —añadeconobstinación. —Pero,Grethe… —¡Nada! —exclama. El esfuerzo le produce un ataque de tos. Pasa un largo minuto hasta que consiguesobreponerse—.Nada—repiteenvozbaja,mássuavemente—.Nadaquenecesitessaber. DoceminutoseseltiempoquenecesitoparallegarencochehastaelDomusTheologica,quesuenaa centrocomercialdelsurdeEuropaperoquenoesmásqueelpretenciosonombredelafacultadde TeologíadelacalleBlindern.ConozcoaunprofesoradjuntodeldepartamentodeHebreo.Creoque puedesermeútil. GertVikersláttenmidecasidosmetrosdealtoyestámuyflaco,tantoquedalaimpresióndeque hadeconcentrarseparamantenerelequilibrio.Nosediferenciamuchodeunavezancuda.Tieneuna barbaquepareceestararraigadacondemasiadafuerzadetrásdelasorejasybajolabarbilla.Todoen él—losdedos,losbrazos,lanariz,losdientes—esunpocodemasiadolargoycomoaccidentado. Empleamosalgunosminutosenrecordareltiempoenqueestudiábamosjuntos.Hablamosdelos conocidos comunes, de los maestros desesperantes, de las chicas con las que soñábamos, pero que nuncafueronnuestras.Comoyo,Gertesunsolitario.Comoyo,cubresuspequeñasneurosisconuna pátinadearroganciaacadémica. Mepreguntaporquéheidoaverlo.Respondoqueestoybuscandoaalguienquepuedahablarme dealgoaloquellamanelmanuscritoQ. Seleiluminanlosojos.Lanuezseleagita.Nadaalegramásaunexpertoquelaposibilidadde brillar. —¿ElmanuscritoQ?¡Yalocreo,muchacho!¡Unmanuscritoquenoexiste! —Peroquedebedehaberexistidoenalgúnmomento—señalo. —Almenosesopiensanmuchos. —¿Incluidotú? —Porsupuesto.—Abredeparenparsuslargosbrazos;duranteunmomentocreoquepretende empujarlasparedesdesuestrechodespacho. —¿Aunquenohayanadiequehayavistoniunasolaletradeél? —EsodeQmerecuerdaaunagujeronegro—responde,formandouncírculoconelpulgaryel índice—.Nosevenisiquieraconlostelescopiosmáspotentes,perosabesqueestáahíporelmodo enquesemueveelrestodeloscuerposcelestes. —Aligualquesabessihayunimándebajodeunahojadepapelconvirutasdemetal—añadoa su razonamiento. Él asiente, y continúo—: Todo lo que sé del manuscrito Q es que está escrito en griegoyquesesuponequecontienemuchasdelaspalabrasdeJesúsenformadecita,talycomomás tardelasreprodujeronMateoyLucas.YtambiénqueseconsideraunadelasfuentesdelaBiblia. —Entoncessabeslofundamental. —Peroexplícameporquéestanimportantesihaexistidoono. —Saber. Comprensión. —Se encoge de hombros—. Visto así, también da igual que los arqueólogoshayáisencontradolanavevikingadeGokstad.Peroesfenomenalquelaencontrarais. —Peroenlapráctica,¿elmanuscritoQimplicaríaalgunadiferencia? —¡Porsupuesto! —¿Porqué?¿Dequémodo? —Porque cambiaría nuestra comprensión y nuestra interpretación de los textos bíblicos. Tú mismo sabes cómo interviene el cristianismo en nuestra vida cotidiana hasta el día de hoy. Como depósitodecultura.Pormediodeleyesyreglas.Nuestravisióndelhombre.Todoestárelacionado. —Todoesoloentiendo.¿DicesqueelmanuscritoQpuedecambiaralgodeeso? —Puede ayudarnos a comprender mejor la aparición del Nuevo Testamento y, de ese modo, a interpretar mejor los textos. Orígenes, el teólogo de la Antigüedad, declaró que la Biblia no debía interpretarsedeformaliteral,comohacemoshoyendía,sinocomosignosoimágenesdeotracosa, de algo mayor. La Biblia ha de comprenderse a partir del conjunto. Cuando habla de una montaña desde la que puede verse todo el mundo, ¡no lo dice literalmente! Aunque algunos insistan en entenderloasí. —¿Cómoesdeantiguo? —Prontotendrádosmilaños.CreemosqueelmanuscritoQfueescritojustoantesdequePablo redactara y fechase sus primeras cartas, es decir, apenas veinte años después de la crucifixión de Jesús. —¿Porquién? —Esonolosabemos.—Seinclinahaciadelantey,bajandolavoz,añade—:¡Lointeresantedela fechaesquefueraveinteañosantesdequeMarcosescribierasuevangelio!—Enarcalascejasenun gestomuyelocuente.Esperaansiosoalgúntipodereacciónpormiparte.Nolahay.Noentiendopor qué piensa que la datación es tan importante. Las cejas vuelven decepcionadas a su sitio—. Como sabes—continúaconexageradaclaridad,casiconcondescendencia—,seconsideraqueelevangelio de Marcos es el más antiguo, es decir, el primero, a pesar de que está el segundo en el Nuevo Testamento. Probablemente fue redactado cuarenta años después de la crucifixión de Jesús, o sea, alrededordelañosetenta. —Asíque,enciertomodo,elmanuscritoQesmásauténticoquelosevangeliosposteriores. —¿Másauténtico? —Porquefueescritomáscercadelosacontecimientos. —Bueno… —Gert vacila, hace una mueca que pone al descubierto sus dientes alargados y sus encíasrosas—.Notienemuchosentidograduarlaautenticidaddelosmanuscritosantiguos,yasean bíblicosono,dosmilañosdespués.Tambiénesunacuestióndefe,peroresultaevidentequecuanto más te alejas de las fuentes y los sucesos, tanto más imprecisas e inexactas pueden ser las reproducciones. —Enciertosentido,losviejosevangelistaseranunaespeciedeperiodistas. —Nosóloeso.Eranactoressociales,predicadores,misioneros… —¡Precisamente!¡Periodistas!—Meechoareír—.¿YteníanaccesoalmanuscritoQ? —Noesimprobable.Creemosquecirculóporlasprimerascongregacionescristianasduranteel siglouno.—Sonríeparasí,comosidisfrutaradealgoquenodeberíadecir—.Locontrovertidodel manuscrito es que hay investigadores que opinan que algunas comunidades cristianas no creían en absolutoqueJesúsfueraunserdivino,sinomásbienunsabiofilósofo.Alguienquedeseabaenseñar a las personas cómo vivir para ser judíos felices. Si se prescinde de los evangelios y de Pablo, el NuevoTestamentoquedacomounapiezadejudaísmoreformado. —Esolopiensamuchagente,¿no? —Pero debes recordar que el manuscrito Q, en caso de que se encontrara alguna vez, tendría muchísima autoridad simplemente por el hecho de haber sido escrito justo después de que Jesús estuviera entre nosotros. Y fue redactado por testigos, no por evangelistas que vivieron mucho tiempodespués.Esemanuscritoera,pordecirloasí,untestimonioperiodístico,almenosenmayor gradoqueloscoloridosevangeliosorganizadosposteriormente.RetratabaelpapeldeJesúscomoel de un agitador apocalíptico y una persona volcada a la sociedad, como un revolucionario de entonces.NosedefiníaentornoalacuestióndesierahijodeDiosono. —¿Quédemuestraentonces? —No creo que pueda demostrar nada. Pero hay que leer los manuscritos de aquel tiempo conjugándolosconunacomprensiónprofundadesucontemporaneidad.Delascondicionessociales dominantes. —YocreíaquelosteólogosconfiabanciegamenteentodoloqueponeenlaBiblia. —¡Ah!¡Lateologíaesunaciencia,nounafe!Yaenelsiglodieciocholosteólogosmáscríticos planteabancuestionessobrelosdogmas.ElprofesorHermanSamuelReimarusredujoaJesúsauna figura política judía. En mil novecientos seis, Albert Schweitzer lo siguió con un sobresaliente tratado científico que exponía cuestiones críticas fundamentales a la visión teológica dominante. Ambos diferenciaban entre el Jesús histórico y la imagen que de él se ha difundido. Esta teología crítica se ha desarrollado hasta nuestros tiempos. Si se combinan saberes históricos, sociológicos, antropológicos,políticosyteológicos,puedesurgirunanuevaimagendeJesús. —¿Cuál? —Jesús nació en unos tiempos turbulentos. Su doctrina fue usada bien y mal. Muchas de las primerascomunidadescristianasnoleconcedíanningunaimportanciaalamuerteyresurrecciónde Jesús. Lo veían como una figura que podía conducir a la sociedad. Una especie de Lenin o Che Guevara.Mientrasqueotrascomunidadescristianassólovalorabanlacrucifixiónylaascensióny, pordecirloasí,seolvidarondelJesúshistórico. —¿AsíqueelmanuscritoQnohabladeunJesúsdivino? —No,deningúnmodo,nisiquieraparecequesusredactoressupierannadadelascircunstancias querodearonlamuertedeJesús.Ysisabíanalgo,dejaroncompletamentedeladolacrucifixión,por no hablar de la resurrección. ¿Comprendes? Aunque confirme mucho de lo que escriben Lucas y Mateo,elhallazgodelauténticomanuscritoQpodríainfluirennuestromododeentenderaJesúsy alterarlo.LosautoresnuncapensaronenJesúscomoenelhijodeDios,sinocomoenunsabioyun agitadornómada.¡Unrevolucionario!Fueronlosevangelistasquienesmástardeañadieroneldogma delaresurreccióndeJesús,cosaqueloconvirtióenunserdivino.Bueno,hayquienespiensanque losdiscípulosrobaronelcuerpodeJesúsdespuésdequefueracrucificadoyqueseinventarontoda la resurrección. No querían reconocer la derrota, el que su salvador muriera sin más antes de que hubiera llegado el reino de Dios. Incluso Jesús creyó durante mucho tiempo que el reino de Dios llegaríaestandoélvivo. —Sigosincomprenderquéteconvencedequeesemanuscritohaexistidorealmente. Gertsepasalosdedosporlasmejillas,bajahastaelmentónysepellizcalasbarbasconairede cura. —Imagínate que tú y yo fuéramos a traducir un texto inglés al noruego. Nuestras versiones se parecerían, pero no serían idénticas. Del mismo modo, los evangelios de Lucas y de Mateo son igualesenmuchossentidos.Losinvestigadoreshanllegadoalaconclusióndequehastadoscientos treintaycincoversículossontansimilaresquehandeestarbasadosenlamismafuente.Aunquelos dos se escribieron independientemente, muchas de las frases de Jesús son idénticas. Palabra por palabra. —¿Entonces? —ElJesúshistóricohablabaarmenio,elidiomaquecuatrocientosañosanteshabíadesplazadoal hebreo como lengua cotidiana en Palestina. No hablaba griego, como en estos textos. Por eso los evangelistasdebendehabercontadoconunmanuscritooriginalengriegoalqueatenerseydelque citar.¡ElmanuscritoQ!¡Quelle!¡Fuente! —¿NopudieronLucasyMateoplagiarseelunoalotrosinmás? —Si fuera tan sencillo… —responde con una sonrisa—. Imposible. Están escritos en tiempos distintos, en lugares distintos, para grupos de lectores completamente distintos. Hay demasiadas diferenciasfundamentalesentreelloscomoparaquehayanpodidoleerseelunoalotro;entalcaso sehabríancompenetradomás.Sehabríancorregidoyajustado.Perodetodosmodospodemosdecir conseguridadquelafuenteeslamisma. —Cuántosesabe—digoconlaconismo. —¡Osecreequesesabe!—Gertsebalanceasobrelasilla.Semepasaporlacabezaqueelhecho dequesecayeratendríaampliasconsecuencias—.LosinvestigadoresestánsegurosdequeMarcos fue el primero que escribió el evangelio. De que Lucas y Mateo escribieron los suyos más tarde, basándoseenMarcosyenelmanuscritoQ,peroconaportacionespropias.Porponerunejemplo,el noventaporcientodelostemasdeMarcosapareceenMateo. —¿CuántohacequelosteólogossabendelaexistenciadelmanuscritoQ? —YaaprincipiosdelsiglodiecinuevelosinvestigadoresdelaBibliaestablecieronqueLucasy Mateodebíandehabertenidounafuentecomún.ApartedeMarcos.Peroesafuentenoseidentificó hastamilochocientosnoventa. —¿ComoelmanuscritoQ? Gertasiente. —No todo el mundo acoge el manuscrito con el mismo entusiasmo. Es comprensible. A la mayoríaleresultadifícilencenderseconalgoquesóloexisteteóricamente. Selevanta.Escomosiseestuvieraviendoanteunaularepletadejóvenesestudiantesentusiastas quedesearan,másqueningunaotracosa,recibirdeélesamismanocheclasesprivadasdeTeología yFisiologíaAplicada,despuésdeunabuenacenayunabotelladevino. —En mil novecientos cuarenta y cinco pasó algo emocionante —prosigue—. Unos hermanos egipciosencontraronungranjarrónsellado,enterradojuntoalpiedelasmontañasdelaregiónde NagHammadi. —¿Y salió un genio que cumplía todos los deseos? —digo riendo—. ¿Alcohol, mujeres y un flamantecamellonuevo? Gertguiñaunojoconpicardía. —¡Casi!Dehecholoshermanosteníanpavoraabrirlo,precisamenteporquepodíaencerrarun genio. Un genio maligno. Es una mala tendencia de los jarrones en Egipto. Cosa que sabe todo arqueólogoexperimentado. Nosreímos.Gerttieneunarisaalegreyalborotada. —Pero al fin triunfó la avaricia de los hermanos —continúa—. Era posible que la vasija no contuvierageniosmalignos,queestuvieserepletadeoroydiamantes.Asíquecorrieronelriesgoy laquebraron. —¿Nadadegenios? —¡Nisiquieralainsinuacióndeunoengestación! —¿Quéencontraronentonces? —Trecelibros.Trecetomosencuadernadosenpieldegacela. Ladeolacabeza. Gertestampalapalmadelamanocontraelescritorio. —¡Elhallazgoerallamativo!Tantoparalosteólogoscomoparalosarqueólogos.¡Labiblioteca deNagHammadi!Losmanuscritosincluían,entreotrascosas,elEvangeliosegúnTomáscompleto. Reflexionoenloqueacabodeoír.EsciertoquenuncaheleídolaBibliademasiadobien,pero creíaqueconocíatodoslosevangelios. —ElEvangeliosegúnTomásnuncafueincluidoenlaBiblia—meexplicaGert. —Aunasí,noatodoelmundoleesconcedidoserrefutadoporDios.¿Losespecialistasconocíais eseevangelio? —¡Sí! Al menos hasta cierto punto. Pero nadie había visto la versión íntegra, no hasta mil novecientos cuarenta y cinco. Antes se había encontrado en Oxyrhynchus, en Egipto, un fragmento escrito en griego. El texto de Nag Hammadi está completo. No sólo eso, sino que los escritos contienentambiénelllamadoEvangeliosegúnFelipeytranscripcionesdelascharlasentreJesúsy susdiscípulos.CasiunNuevoTestamentopropio,perotambiénmuydiferentedeloriginal.Yahora atiende,¡porqueestoesimportanteymuyinteresante!¡Estabaescritoencopto! —¡No fastidies! ¿En copto? —exclamo. La exclamación es pura broma y Gert me pilla inmediatamente. —¡Copto! —repite—. Es decir, el idioma que se usaba en Egipto hacia finales del Imperio romano. —Creoquemevoyacolgar—murmuro,aunquequizáseaunaexageración. Gert me sonríe con complicidad. Debe de ser la misma sonrisa con la que obsequia a las estudiantesdeprimercurso,lasquellevantrenzasycamisetaajustada. —Tomando el texto, los investigadores podían reconstruir el Evangelio según Tomás en la lenguaoriginal,elgriego.AlcontrarioquelosevangeliosqueencontraronsitioenlaBiblia,aligual queQ,elEvangeliosegúnTomásdicepocoonadasobreelnacimiento,lavidaylamuertedeJesús. Sólocontienesuspalabras.Cientocatorcecitasqueempiezantodascon:«YJesúsdijo…».Muchas son sorprendentemente parecidas a las de Mateo y Lucas. Para los investigadores está claro que Tomásusólasmismasfuentesquelosotrosdos.¿Mesigues? —Aduraspenas. —El Evangelio según Tomás confirma de forma indirecta que Mateo y Lucas, al igual que Tomás, debieron de tener una fuente escrita común. Una colección de textos que copiaron y adornaronenfuncióndelanecesidaddeconvencerasuslectoresdesuversióndelavidaydoctrina de Jesús. Lo interesante es que el autor del manuscrito Q, y quizá también sus contemporáneos, interpretaron la palabra de Jesús de un modo completamente distinto de como lo hicieron los escritoresylectoresdelaBiblia. —Unacuestiónbastantedelicada,enotraspalabras. Gertsemuerdeellabioinferioryasiente. —¡Ya lo creo que sí! En mil novecientos ochenta y nueve, un grupo empezó a reconstruir el manuscritoQcomparandolostextosbíblicosdeMateoyLucasconelmanuscritodeTomás.Sólo estetrabajo,ensímismo,haprovocadounaencendidaycontrovertidadiscusiónsobrelosorígenes delcristianismo. Gertyyonosmiramos;imaginoquesepreguntaráadóndenosllevatodoesto. —¿QuépasaríasialguienencontraraelmanuscritoQ?—inquiero. Sacudepensativolacabeza. —Nomeatrevoniaimaginármelo.LeharíasombraaloshallazgosdelatumbadeTutankamóny delosmanuscritosdelmarMuerto.Tendríamosquereescribirlahistoriadelareligión. No puedo dejar de preguntarme si lo que se oculta en el cofre de oro, encerrado en madera podrida,envueltoenplásticoymetidoenunbolsoencasadeRogern,seráelmanuscritoQ. Siyofueraelprotagonistadeunapelícula,habríaarrancadolamaderayforzadoelcofrepara satisfacer mi curiosidad y la de mis lectores. Pero yo soy una persona reflexiva, un investigador serioycuidadoso.Uncofretanantiguo,quellevatantosañosenterrado,nosepuedeabrircomosise tratara de un bote de conserva. Ha de abrirse con las mayores delicadeza y cautela. Deben hacerlo especialistas.Talycomoseabriríaunaconchaparasacarlaperlasindañaralmolusco.Simelanzo aunacazaapresuradayentusiastadelcontenido,corroelriesgodecausarunacatástrofe.Enelmejor de los casos dañaría el contenido, sin haber entendido siquiera lo que he encontrado. No soy muy duchoengriegoclásico,hebreo,arameoocopto.Enelpeordeloscasospodríadestruirlotodo.El pergaminoyelpapiroantiguosquedaríandesintegradosenunasolanoche. Perounacosasé:elcofrehadeserprotegido. Algunasmujerestienenunauraquemellegadirectamentealahipófisis. Es alta, y tiene el cabello rojizo, ojos verdes, labios finos y una insinuación de pecas. La falda ondeaentornoasusdelgadaspiernas,unanchocinturónplateadoleciñeeltalle.Bajolablusade algodónintuyoelpesodesuspechos. Durante dos años estuve enamorado de ella. Espero que no lo sepa, pero creo que sí lo sabe. Ahora la tengo delante, en el umbral de la puerta, esbozando la misma sonrisa que en tiempos me tuvoembrujado.SellamaKristin.EslaesposadeCaspar.SinoseconoceaKristin,sepensaráquees artista de diseño de telas, o modelo de desnudos o quizá trapecista en un circo ambulante. Pero Kristin es economista social. Jefa de sección en la Agencia Central de Estadística. Cuando estudiábamos en la Universidad de Blindern, Kristin y Caspar vivían en un piso compartido en la calleMaridal.Eraunapasada.Jazz,bluesyrock.Defiestatodoelfindesemana. Conmigonovacompartirsegúnquécosas.Lapiladebotasyzapatosenlaentrada.Lasbragas húmedas en las cuerdas del cuarto de la lavadora. Las peleas. Las largas tardes en las habitaciones compartidas,conelsolentrandoporlasventanas.Siemprehayalguienquesabeloquehaces.Quete oyecuandovasalbaño.Quequierehablarcontigosobreunapelículaosobrealgúnlibro,ojugara lascartas,oquetemandaalamierdacuandolepidesuncigarrillo.Alguienqueestápendientedeque te toca a ti fregar los platos o hacer la limpieza. Las asambleas, la comunidad, la solidaridad, los roces,elerotismo,lasvotaciones,laautocrítica.Nadadeesomeva. Una noche que me quedé a dormir en su habitación, Caspar y Kristin hicieron el amor silenciosamente en el colchón sobre el suelo, a mi lado. Era pronto por la mañana. Una luz suave inundabalahabitación.Mehiceeldormido.Ellosfingieronquecreíanqueestabadormido.Recuerdo los gemidos sofocados de ella, los cuerpos que se mecían, la pesada respiración de Caspar, los sonidos,losolores.Porlamañanatodosactuamoscomosinada. Erananarquistas.Yonuncaentendísurebelión.Ahorasumilitanciasehaenfriado.Sehanvuelto socialdemócratas.LoúnicoqueseparaaKristinyaCaspardelasmasasesunararezapropiaqueles quedadesustiemposdecomuna:notienentelevisión.Noquierentenerla.Esporprincipios.Nose puedehacerotracosaqueadmirarlos. —¡Bjørn!—exclamaKristinarrolladoramente,ymemeteenlaentradaaltiempoquememirade arribaabajoconunasonrisa—.¡Perosinohascambiadonada! Nos abrazamos. Largamente. A mí me parece que Kristin tampoco ha cambiado gran cosa. De prontorecuerdoporquéestabaenamoradodeella. Sobrelamesadelsalón,Casparhaextendidocopiasdelospapelesqueatañenalasexcavaciones delmonasteriodeVaerne.Fajosdecartas,documentos,tablas,esquemasymapas;todosazonadocon la maleza de sellos y registros que exhibe toda burocracia para justificar su existencia. Hay solicitudesconsusrespuestas,descripcionesydetalles,enunapacíficamezcladenoruegoeinglés. —Alhacerlasfotocopiasmehesentidocomounespía—diceCasparconnerviosismo. Nosésiestábromeando.Creoqueno.Conlosañossehavueltoprobo.ElEstadotieneeseefecto sobresuslealesservidores.Sesientenpartedelsistema.Comosielsistemafueraellosmismos,lo quenosealejatantodelarealidad. Kristinflotaanuestroalrededorcomounhadaafanosa.Enciendemilesdevelitasquehacenque elpisorecuerdeaunrecónditomonasteriodemontañaenlaviejaGrecia.Nossirvetéenenormes tazasdecerámica.Cadadosportresmedirigeunamirada.Miradasbrevesyexpectantesqueindican que está esperando que diga algo halagador. Pero yo no tengo la menor intención de hacerlo. Ha preparadopastelitosygofres.EnelfondodeKristin,traslajefadesección,traslafeministasexy, traslainvestigadoraeneconomíasocial,traslarebelde,trassuhermosafachadacosmopolita,habita unamujersolícitaquenosquierebienatodos. Cojo una carta al azar firmada por Caspar Scott. Bajo el logotipo de la Dirección General de PatrimonioHistóricoyelleóndelreinoleo: EnvirtuddelaLeydelPatrimoniodel9dejuniode1978,rectificadaporúltimavezel3de julio de 1992, se concede a la Society of Internacional Sciences (SIS), representada por su presidente Michael MacMullin (a partir de ahora mencionado como titular de la iniciativa), permiso para iniciar excavaciones arqueológicas, bajo la dirección del profesor Graham Llyleworth, en el terreno definido (Centro Cartográfico Nacional/referencia en el mapa 1306/123/003). Los planes caen bajo el ámbito de responsabilidad de las autoridades del PatrimonioCultural,yeltitulardelainiciativaestáobligadoaceñirsealasrecomendaciones delrepresentantearqueológiconombradoporlasautoridades(elsupervisor).Labúsquedade uncastillorecaebajolaDirecciónGeneraldelPatrimonioHistórico(véanselasnormativas sobrerepartodetrabajo),perocomoeltrabajoapuntamásallá,sedelegarálajurisdicciónen el Museo Arqueológico Regional (representado por la Colección de Objetos Antiguos de la Universidad,Oslo). HubountiempoenqueCasparescribíapoesía.En1986lepublicaronunpoemaenelnúmerodel sábado del periódico Dagbladet. Durante mucho tiempo soñó con convertirse en escritor. Quizás hubierapodidollegaraalgo.Escuriosoloqueelentepúblicohaceconlacapacidaddeexpresiónde uno. Hay otros documentos: sobre el objetivo de las excavaciones, dónde han de almacenarse y exponerse eventuales hallazgos, las condiciones para las publicaciones… Leo que el profesor GrahamLlyleworth—«renombradocatedráticodeArqueología,autordenumerososlibrosdetexto y artículos científicos publicados por universidades de todo el mundo»— es el especialista responsabledelasexcavaciones.Leosobrelaverosimilituddeencontraruncastillocircularconsus correspondientescuarteles.LeolasanotacionesdelprofesorArntzen,quedasuvistobuenoatodoy respondeinclusodemihabilidadcomosupervisor,yregistroelselloylafirmailegibledeldirector delinstituto,FrankViestad. Dejotodaslascopiassobrelamesayexclamo: —¡Unatapadera! —¿Dequé?—preguntaKristin. ConozcoaCasparlosuficientementebiencomoparasaberqueselohacontadotodo,yconozco aKristinlobastantecomoparasaberqueseestámuriendodecuriosidad. —Sabíanquenoíbamosaencontrarningúncastillocircular—respondo. —Porquenoerauncastillocircularloqueestabanbuscando—apuntaCaspar. —¡Exacto!Estabanbuscandoalgomuchomásgrande. KristinmemirayluegomiraaCasparconunaexpresiónpreocupadaquesignifica:«Debende serlosnervios». —¿Másgrandequeuncastillocircular?—preguntaCaspar. Le guiño un ojo a Kristin con mi sonrisa más picara, asegurándole en silencio que estoy sano comounamanzana. —Másimportantequeuncastillocircular—leaclaroaCaspar. Kristinsevuelveparacogerunpastelito,yelmodoenqueseleciñelablusamedistrae,porque lospezonesseledibujanatravésdelatela.Casparsiguemimiradayyomesonrojoprofundamente. —¿Qué pintan en todo esto los ingleses? —pregunta Kristin, antes de apresurarse a añadir—: Pero,Bjørn,¿tienescalor? —Es evidente que lo sabían —contesta Caspar—. Quiero decir que el cofre estaba allí. Llyleworth.MacMullin.LaSIS.¿Porquésinoibanasolicitarpermisoparaexcavareneseterreno? —¡Exacto!Sabíandesobraqueelcofre…—digo,antesdequesuspalabrasdisparenlasalarmas. Busco la carta que acabo de leer. Allí está otra vez el nombre. Claro como el agua. Michael MacMullin.Sonlastresemeslasqueporfindespiertanmiatención.MacMullineselhombreconque GrethequierequecontacteenLondres.EltutorcientíficoalqueLlyleworth,DeWittypapácitabanen losagradecimientosdesutrabajo.Elmundoestállenodecasualidades. Doyunosgolpecitossobrelacartaconelíndice. —¡Oye!—exclamo—.¿Sabesquiénesestetipo?¿MichaelMacMullin? —ElpresidentedelconsejodelaSIS—diceCaspardubitativo. —¡AdemásdeltutordemipadreydeGrahamLlyleworthenOxfordenmilnovecientossetentay tres!—digo,yacontinuaciónleshablodeltrabajoydeladedicatoria. —¿Deverdad?—exclamaCaspar—.¡Yomeheenteradodeotracosarelacionadaconesetipo! Miraloqueheencontradohoycuandofisgabaennuestrosarchivos. Abre la carpeta que contiene los documentos y saca un ejemplar de la Revista arqueológica noruega, n.° 4, 1982. Busca la página 16 y un artículo sobre un simposio interdisciplinar sobre la colaboración en la investigación más allá de las fronteras nacionales. El organizador noruego del simposioeranuestroInstitutodeArqueología.PeroestabafinanciadoporlaSIS.Casparhasubrayado tres nombres con rotulador amarillo: los conferenciantes Graham Llyleworth y Trygve Arntzen, ademásdeMichaelMacMullin. —Viejosconocidos. —AlgoocurrióenOxfordenmilnovecientossetentaytres—digopensativo. —Llyleworthytupadredebierondeencontraralgoquelesllamólaatención. —Al fin y al cabo, su trabajo era sobre tesoros y mitos. Descubrirían alguna cosa, junto con DeWitt,seaquiensea. —UndescubrimientoquelosllevaríaalmonasteriodeVaerne. —Veinticincoañosdespués. —Estabaclaroquehabíadeseralgomásquelapuntadeunalanza—apuntaKristin.Apesarde sus diez años de matrimonio con Caspar, tiene una idea algo simplificada de lo que hacen los arqueólogos. —¿Hasoídohablardelmitodeloctógono?—lepreguntoaCaspar. Elrebuscaenlamemoria. —¿Algo sobre los hospitalarios de San Juan de Jerusalén, que escondieron una reliquia en un templooctogonal?Heleídoalgoenalgúnsitio. Nohacefaltagrancosapararasparelbarnizdemiautoestima.TambiénCasparconoceelmito deloctógono.Nopuedoevitarsentirmedeprimido.Yoeraelsupervisordelasexcavaciones,debería habermedadocuentadelalcancedelascosascuandoIrenedescubrióloscimientos.Peronuncahabía oídohablardeloctógono. —Encontramoselcofreenunoctógono—digo. —¿Estásdebroma?—Casparmemirafijamentealosojos—.¿Unoctógono?¿Enelmonasterio deVaerne?—Sacudelacabeza. —QuizátambiénhayasoídolosrumoresasociadosaRennes-le-Cháteau. Frunceelentrecejo. —La verdad es que no estoy seguro —dice—. ¿Fue allí dónde hallaron unos pergaminos al remodelarlaiglesia? Suspiro. —¿Porquésoyyoelúnicoqueseperdiólasclasesemocionantes? Casparseríe. —¿Quizáporqueestabasmuyocupadopersiguiendoalascatedráticas? Nopuedoevitarruborizarme.KristindirigeaCasparunamiradadereproche.Evidentementeme doycuenta. —¿QuésabesdelaSIS?—pregunto,intentandoocultarmisonrojoconlamano. —Nomucho.Empecéahacercomprobacionesmientrastramitábamoslasolicitud.Unafundación con sede en Londres. Está vinculada con la Royal Geographical Society y la National Geographic Society y sus equivalentes. Y con todo tipo de universidades y ámbitos de investigación. Financian proyectosinteresantesportodoelplaneta.Apartirdeprincipiosnolucrativos. —¿Principiosnolucrativos?¡Ja!—Kristinseríe—.Enelmundodelainvestigaciónnohayhadas buenas. LeshablodelmanuscritoQ,delEvangeliosegúnTomás. Después hablamos sobre todo de los viejos tiempos, de nosotros mismos. Incluso para los especialistas,misteoríaspuedenllegaraserunpococargantes.LosdejocuandoKristinseponea hacerlacena.Hígadoensalsadenata.Buenprovecho. El policía es alto, flaco y está lleno de suspicacia contenida. Tiene la piel descolorida y los ojos ligeramentesaltones,comosilohubieransacadounpocodemasiadorápidodelasprofundidadesy lohubierandejadoentierra.Unrape.Cuandomemira,piensoqueasusojosnodebedeescapárseles grancosa,inclusocuandoestáncerrados.Loslabiossontensos,autoritarios.Perocadavezquedice algo,lohaceconvozchillonadeeunuco,locualexplicaquetrabajeeneldepartamentocriminaly noenlacalle,entreoscurosbandidos.Llevaconsigounagrancarteranegrayaunentusiastaagente quesehapasadodosminutosbarriendomipuertaconunpinceldemaquillaje. Aldenunciarelrobo,mehetomadolalibertaddeinsinuarquerepresentabaalaUniversidadde Oslo,yqueelrobopodíatenerrelaciónconundelitocontraelpatrimonioculturalqueseguroque despertaría el interés de los medios de comunicación. Ese tipo de cosas suele ayudar. No me había dado tiempo ni a colgar la chaqueta antes de que llamaran a la puerta, como si hubieran estado sentadosenuncocheesperándome. Esquivo,porqueelpolicíaesdeesosqueinterpretaránmishipótesiscomoteoríasparanoicasde conspiración, le explico que los ladrones pueden haber creído que el disco duro de mi ordenador conteníainformaciónsobreelhallazgodeuncofredeorodemásdeochocientosañosdeantigüedad. Elpolicíasueltaunsilbido.Ochocientosañosesmuchotiempo,yparaéltodoloqueesviejoes caro,especialmentesiesmuyviejoyencimaestáhechodeoro. —Nomedigas.—Noparecepensarqueleestoycontandolaverdad—.¿Podríashablarmemás sobreesecofre? Vagamente, porque no quiero revelar demasiado y al mismo tiempo pretendo que me crea, le hablodelasexcavacionesdeOstfold.Élescuchaconatenciónysacaunformularioquerellenacon un bolígrafo. Es concienzudo. Su caligrafía habría provocado las alabanzas de una maestra de Lengua.Meinterrogaconpreguntasprecisas.Cadavezquememira,sientoquemisrespuestasestán llenasdeerrores. —¿CuáleratufunciónenelmonasteriodeVaerne? —Yo era el supervisor. Las excavaciones estaban dirigidas por un catedrático de Arqueología inglés. Yo soy el representante de las autoridades noruegas de Patrimonio Histórico. Ya sabes, las formalidadestienensuimportancia—añadoenunintentodeponerlodemiparte.Almismotiempo me percato de que yo no le he contado que las excavaciones se llevan a cabo en el monasterio de Vaerne. —¿Alguienapartedetitienellavedelpiso?—mepreguntaelagentedelpinceldemaquillaje. —Mimadre—respondo,mientraspienso:«Ymipadrastro». —Lapuertanoestáforzada. —Esecofre—dicelavozdeljefe—,¿esvaliosoensímismo? —Mucho. —¿Dóndeestáahora? Vacilo.Comoespolicía,tengoelreflejomentaldeexplicarlelaverdad,peroalgomecontiene. —Enlacámaraacorazadadelauniversidad—miento. —Ah,¿sí?—Tomaaireentrelosdientesyproduceunsonidogorgojeanteconellabiosuperior. Después suelta el aire, y deben de ser imaginaciones mías que huela a algas—. Explícame por qué creesqueesecofredeoroeslacausadequealguienhayaentradoentucasa. Es un policía eficiente. Pero los policías eficientes a menudo resultan un incordio. Hacen preguntasdifíciles.Sobretodositienesalgoqueocultar.Yamearrepientodehaberimplicadoala policía.Comosiellospudieranhaceralgo,apartedeamargarmelaexistencia,molestarmeconsus desagradablescuestionesyasegurarsedequeelcofreacabeenlasmanosquemenoscorresponde. Lesdigoqueelroboesunmisterioparamíysiquierenunatazadecafé.Noquieren. —¿Haygenteajenaalasuntoquesepaalgodelcofre?—continúa. —Noqueyosepa.Loencontramosayer. —¿Yloguardaronenseguidaenlacámaraacorazadadelauniversidad? Asientotanimperceptiblementequeapenassepuedetomarporunamentira. —¿Lohicistetú? Hayalgoquenoacabodeentender.Yohedenunciadounrobo,aquíenmipiso,peroloúnicoque leinteresaeselcofre. —No,yono. —¿Quién? —¿Importaeso?Hanentradoenmipiso,noenlacámaraacorazada.Elcofreestáseguro. —Elcofreestáseguro—repite,imitandomivozymitonotanliteralmentequesemeocurreque podríahaberestadosobreunescenariosielcuerpojudicialnolehubierapuestoesposas.Pensativoy distraído,VozdePitoaprietaelbolígrafocontralabarbillaylemeteysacalapunta—.Aversime estoyenterandobien,¿quieresdecirqueelrobodetucasatienequeverconelcofredeoro? —Másdeunollegaríamuylejosparalograrlo. —¿Quién?—pregunta. —No lo sé —respondo—. ¿Comerciantes del mercado negro internacional? ¿Coleccionistas de arte?¿Investigadorescorruptos? —Peronocorremoseseriesgomientrasestéseguroenlacámaraacorazadadelauniversidad, ¿noesverdad?—Memiradesafiante. —Nocreoquepuedahaberningunaotrarazónlógicadelrobodemidiscoduro. —¿Porqueteníasalmacenadainformaciónsobreelcofreentuordenador? —¡Nolatenía!Perohabráncreídoquesí;noveoningunaotraexplicación. Elincrementaelritmoconelquejuegaconsubolígrafo. —¿Quépiensastú? —Debíandesuponerqueyoteníadatossobreelcofreenelordenador.Yquelosarchivosestaban bienocultos,demodoqueibananecesitartiempoparaencontrarlos.Nosemeocurreningunaotra causaparaqueselohayanllevado. —¿Porquéhancogidosóloeldiscoduro? —¿Nodeberíaspreguntarleesoalosladrones? —Pero¿quécreestú? —Quizásesperabanquenoloecharaenfaltatanrápidamente. —¿Teníasalgunaotracosaeneldiscoquepudierainteresarles? —¿Mispoemas? —O fotos de adorables niños desnudos en la playa. —Su voz rezuma dulzura. Es de esos que siemprepiensanlopeordelagenteque,comoyo,esdistinta.¡Serácabrón!Meentranganasdesacar todaelaguadelacuarioverdeaguaenelquesindudapasasuslargasysolitariasnoches. —Yocreíaqueoshabíallamadoporunrobo—ledigoentonoirónico—;noteníaniideadeque meestuvieraninvestigandoporpedofilia. —Lapolicíaharecibidounadenunciacontrati—anuncia,yposaindolentementesusojosdepez sobremicaraparasondearmireacción. Primeromequedoparalizado.Niegoincréduloconlacabeza. —¿Alguienmehadenunciadoamí?¿Amí? —Yatelohedicho. —¿Porpedofilia?¿Oporcomerciarconpornografíaenlared? —No,nomeestásentendiendo.Porelrobodelcofredeoro. Suenaeltimbredelapuerta.Insistentemente.Comosialguienpretendieraatravesarlaparedcon eldedo.Nosmiramos.Melevantoyvoyaabrir. EnelpasilloestáelprofesorLlyleworthjuntoconsuviejoamigoycompañeroKingKong. Alprincipioselimitanamirarmeconrabia,ensilencio. —¡Idiota!¿Dóndeestá?—exclamaalfinelprofesorLlyleworth. Enrealidadnoesunapregunta,sinounaorden. —¡Entrad,entrad!¡Porfavor,noosquedéisahífuerapasandofrío! Algoconfusospormiamabilidadfingida,atraviesanelumbral.Llyleworthprimero,KingKong aún más dudoso, como si esperase la siguiente orden de Llyleworth, que probablemente sea rompermelosdedosyarrancarmelasuñas,unaauna,hastaquelesentregueelcofre. Entoncesvenalosdospolis. —Tíopolicía—ledigoconalegría,yluegolotraduzco—:Unclepolice!—Bjørn,elintérprete simultáneo. LosagenteslosmiranconindiferenciahastaquelesexplicoquiénesLlyleworth. —Así que tú eres el profesor Graham Llyleworth —dice Voz de Pito en un inglés modélico al tenderlamanohaciaél—.Unplacersaludarte. —Elplaceresmío—responde,yleestrechalamano. Intentóevitarquesemeabralabocadesorpresa,peronoestoysegurodeteneréxito. —¿Habéisconseguidosacarlealgo?—preguntaelprofesorLlyleworth. Elpolicíapasalavistadelprofesoramíydenuevoaél. —Aseguraqueelcofreestáenlacámaraacorazadadelauniversidad. Llyleworthfrunceelentrecejo. —Conquesí,¿eh?¿Esodice? —¿Quéesloqueestápasandoaquí?—pregunto,aunqueintuyolarespuesta. —Hasrobadoelcofre—afirmaelprofesor. —Escucha —le digo al policía—. ¡Pensaban sacarlo del país! Sin permiso. ¡Tenían planeado robarlo! Seproduceunbrevesilencio. —Según entiendo —empieza el policía despacio—, el profesor Graham Llyleworth dirige las excavacionesdelmonasteriodeVaerne. —Sí. —¿Noseríaunpocoextrañoqueplaneaserobarloqueélmismoencontró? —Esoprecisamenteesloque… —¡Espera!—SacaunodelosdocumentosdelquehevistocopiaencasadeCaspar—.Ésteesel permisodelaDirecciónGeneraldePatrimonioHistórico… —¡Noloentiendes!—lointerrumpo—.Estábamosbuscandouncastillocircular.¡Leelasolicitud! Pidieronpermisoparalocalizaruncastillocircular.¡Nuncadijeronnadadequequisieranencontrar uncofredeoro! Elpolicíaladealacabeza. —¿Asíquelosarqueólogossabendeantemanoloqueestánbuscandoyloquevanahallar? —¡No!¡Noexactamente!¡Peroelprofesorenrealidadibatraselcofre!¡Todoelrato!¡Elcofre de oro! ¡El castillo circular era un farol! ¡Quería dar con el cofre y sacarlo del país! ¿No lo entiendes?¡Elcastillocirculareraunacoartada! Elhombrenodicenada.Llyleworthnointentaprotestar. Elsilencioesefectivo.Yomismooigoeltonohistéricoquehandejadomispalabras. —Agentes—diceLlyleworthdelmodomáscálidoyprofesoral—,¿podríamoshablarasolas? Conducealosdosguardiasalacocina.Atravésdelapuertadecristalveoquelesdasutarjetade visita. Es diminuta, pero la larga lista de títulos académicos pesa una tonelada en las pezuñas del policía. Llyleworthlesestáexplicandoalgo.Ellosloescuchancondevoción.VozdePitomemiraconsus ojosdepez.Labocaseleabreyselecierrasinquesalganingúnsonido. Despuésdeunratovuelvenaentrar.LlyleworthlehaceunaseñaaKingKong,queseleacerca comosiestuvieratentándoloconunracimodeplátanos. —Habríainsistidoenqueregistrarantupiso—mediceelprofesor—,peronocreoqueseastan inconscientecomoparatenerelcofreentucasa. —Esosólolosabesporquetuschicoslohabríanencontradocuandohanvenidoabuscarlo. —¿Asíqueadmitesqueestáentupoder?—preguntaelpolicía. —Yonoadmitonadadenada. —Estaremos en contacto —concluye Llyleworth (no sé si sus palabras van dirigidas a mí o al policía)ysellevaconsigoaKingKong. —Bueno,bueno,bueno—diceVozdePito,ysemeteelformularioenlacartera. —¿Quéoshacontadoelprofesor? Selimitaamirarmecomosifueraunpobrehombreconproblemas.Cosaqueenrealidadsoy. Vanhacialaentrada. —Beltø —empieza Voz de Pito, y carraspea—, la policía tiene razones para creer que el cofre estáentupoder. —¿Esunapreguntaounaacusación? —Yoteaconsejaríaquecolaborarasconnosotros. —Haréloqueseanecesarioparasalvarelcofredeloscacos. Sequedaunratomeditandosobremirespuesta. —¿Quévaapasarahora?—lepregunto. —Acausadelespecialcarácterdelcaso,tengoqueconferenciarconmissuperioresantesdeque podamosproseguirlainvestigaciónyvalorarlaposibilidaddepresentarcargos. —¿Yquéocurreconelrobodelpiso? —Siesquehahabidotal. —¿Archivadoporfaltadepruebas?—propongo. —Tendrásnoticiasnuestras. SuenaafrasehechaqueensayanlosalumnosanteelespejodelauladelaEscueladePolicías. Unamentiratanextendidayflagrantequeapenaspuedeconsiderarseunamentira,sinomásbien comounafraseenlíneacon«Tellamoundíadeéstos»o«Deestaveznopasaquenosveamos». Lesabrolapuertaymequedoenelumbralhastaquebajaelascensor.Desdeelbalcónlossigo conlamiradacuandosedirigenalcoche.DelpisodeRogernsubentronadoresritmosdebajo. Undelitoexigequehayaunatransgresióndelaley,unavíctima.Enestecasonohayningunade lasdoscosas. Estoyprisioneroenuncírculodecontradicciones.Intentoevitarundelitoquenosehacometido, ni en sentido judicial ni en sentido práctico. En el que no hay ninguna víctima. Un delito que, estrictamente, no afecta a nadie en absoluto. Lo único que justifica mi intervención es la Ley de Protección del Patrimonio. Un tecnicismo, un conjunto de párrafos desordenados. Nadie es propietariodelcofre.Llevaochocientosañosenterrado,comoundiamanteocultoenelfondodela grieta de una montaña, como una veta de oro escondida. Podría haber permanecido allí otros ochocientosañossielprofesorLlyleworthnohubierasabidodóndeexcavar. Nodejaderesultarirónicoqueyoseaelcriminal. Lanocheesclara,templadayestállenadeunacalladafelicidad.Sobrelossetosdenísperoscuelgan nubes y diminutos mosquitos. De los aspersores surge una leve llovizna. Aparco a Bola sobre una rayueladetiza,alasombradeunacúpuladefollaje.Atravésdeltechoabiertoinhalolosaromasde lahierbareciéncortada,lasparrilladasyelcrepúsculo. Subo caminando por un estrecho sendero y abro una verja de hierro forjado que necesita que alguienleengraselospernos. Lagravillacrujebajomispies.Asciendolaescaleradepizarra.Eltimbrerepica,«dang-dong», conuntonoprofundoydigno,comoenunacatedraldelaEdadMedia.Pasaunratohastaqueabre. Miroelreloj.Soncasilassiete.Supongoquehabrátenidoquecruzarvariassalasdebaile. Llevapuestaunabataconunmonogramaenelbolsillodelapechera.Sehapeinadoelcabello canosoconagua.Enlamanotieneunacopadecoñac.Nodiceniunapalabra.Memiraestupefacto. Losabe.Loadviertoensumirada.Sabelodelcofre.Ytodoloquehapasado. —¿Bjørn?—sueltafinalmente,comosiacabaradecaerenlacuentadequiénsoy. —¡Sí,señor!Aquímetienes. Poralgunarazónmesientocomounmensajeroretrasadoocomounsirvienterebelde.Ledigo: —Hedehablarcontigo. Medejaentrar.ElalientolehueleacoñacMartell.Cierralapuertatrasdemíyechalallave. Nunca he visto a la mujer de Frank Viestad, el director del instituto, pero he hablado muchas vecesconellaporteléfono.Siemprepareceencontrarsealbordedelahisteria.Aunquesólollame porlacomida.Ahoraestáenmediodelaalfombradelaentrada,expectante,conlasmanossobreel pecho. Tiene veinticinco años menos que él y sigue siendo una mujer bella. Nunca deja de sorprenderme que estudiantes atractivas y con talento se enamoren de sus canosos maestros. Claro queyodeberíaserelúltimoenjuzgar. ¿Cómo conseguirá que pasen los días en esa casa blanca dentro de un gran jardín? Nuestras miradas se cruzan durante un segundo o dos; no necesito más para penetrar su mundo de arrepentimiento,tedioyamargura.LesonríocortéscuandoViestadmeconducepordelantedeella. Ellamesonríeasuvez.Esunasonrisaquefácilmentepodríainducirmeapensarquelegusto. DelasparedescuelgaobragráficadeEspolínJohnsonycoloridasacuarelasconfirmasilegibles. PasamosanteunapequeñahabitaciónalaqueViestadsuelereferirsecomolabiblioteca.Unaaraña tintineaconalegría. El despacho de su casa es exactamente tal y como me lo había imaginado. Librerías repletas. Escritoriodecaoba.Cajasdecartónmarrónybolsasdeplásticotransparentesconobjetosdentro.Un globoterráqueo.DondealgunavezdebiódehaberunamáquinadeescribirRemingtonnegra,leha hechositioauneleganteordenadoriMac. —Micueva—dicecontimidez. Por la ventana tiene vistas al jardín de manzanos y al vecino, con pinta de llamarse Preben y a quien parecen importarle una mierda los asmáticos y el efecto invernadero, ya que, sonriente, amontonahojarascasobreunahogueradebroza. EldirectorViestadmeacercaunasillaestilodragónderespaldoaltoenlaquemesiento.Élse acomodadetrásdelescritorio. —Supongoquesabrásporquéestoyaquí—empiezo. Compruebo por su expresión que estoy en lo cierto. Viestad nunca ha sido un buen actor; en cambio, se lo considera un buen director para el instituto y como tal se ha hecho popular. Es ordenado,conscientedesusresponsabilidadesyleal.Yrespetaalosestudiantes. —¿Dóndehasescondidoelcofre,Bjørn? —¿Quésabestúdeeso? —Prácticamentenada. Loescruto. —Esverdad.¡Nada!—repite. —¿Yporquépreguntasporeso? —Lorobastedeldespachodetupadre. SiempresehareferidoalprofesorArntzencomomipadre,apesardequelehepedidoquedeje dehacerlo. —Lapreguntaacercadequiénlorobóestáextremadamenteabierta—afirmo. Élinclinalacabeza. —Bjørn,tienesquedevolverlo. —Además,noesmipadre. Susojosadquierenunaexpresióndecansancio. —¿Uncoñac?—pregunta. —Hedeconducir. Vaabuscarunabotellademostodemanzanayunvaso,mesirveysevuelveasusilla.Seecha haciaatrásyempiezaadarseunmasajeenlosojosconlapuntadelosdedos.Alzasuvasohaciamíy brindamos. —Cuando llegué a la universidad —comienza—, no tardé en aprender que hay ciertas cosas contra las que es inútil luchar. Los molinos de viento, ya sabes. Las fuerzas académicas y las verdades. Los dogmas científicos. No hacía falta que lo entendiera, no hacía falta que me gustara, peromedicuentadequehabíaciertascosasqueeranmásgrandesqueyo.Algunassonmayoresde loquepuedasimaginar. Noentiendodeltodoadóndequieresllegar. —¿CreesenDios?—mepregunta. —No. —De todos modos, seguro que entiendes que los cristianos crean en Dios sin comprender su omnipotencia. Laconversaciónhatomadouncursoquemeconfunde. —¿Estás intentando decirme que esto tiene algo que ver con el mito del cofre de los secretos sagrados?—inquiero—.¿OconelmanuscritoQ? Lapreguntaleafectacomounimpulsoeléctricoenelcerebro.Seincorporaenlasilla. —Escúchame—dice—,estahistorianoestansencillacomocrees.¿Algunavezhashechounode esospuzzlesdeRevensburgerdecincomilpiezas,ésosconunafotodeunbosque,uncastilloyun cieloazul?Ahoramismosabeslosuficienteparajuntartrespiezas,perotodavíatefaltancuatromil novecientasnoventaysieteparatenerunavisióndeconjunto. Me quedo mirándolo fijamente. De vez en cuando mis ojos rojizos tienen un efecto hipnótico, hacenquelagentedigamásdeloquehabíapensadodecir. —Sí —continúa—, el viejo mito sobre el cofre sagrado os una parte de la totalidad. Y, sí, el octógonoesotrapartedelatotalidad. —¿Quétotalidad? —Nolosé. —Hanentradoporlafuerzaenmicasa.¿Tampocosabíaseso? —No,nolosabía.Peroelcofreesmuyimportanteparoellos,esodebesentenderlo.Másdelo quepuedassuponer. —Sólomepreguntoporqué. —Esonopuedodecírtelo. —¿Porquenolosabes?¿Oporquenoquieres? —Ambascosas,Bjørn.Hejuradonorevelarnuncalopocoquesé. Loconozcolobastantebiencomoparasaberqueunjuramentoesalgoquesetomamuyenserio. Fuera,enalgúnsitiodelvecindario,uncortadordecéspedeléctricoenmudece.Hastaahoraque desaparece el ruido que produce no me he percatado de él. De inmediato el silencio empieza a extenderseyallenarlahabitación. —Peropuedodecirtelosiguiente—continúa—:debesdevolverelcofre.¡Tienesquehacerlo!A mí, si quieres. A tu padre. O al profesor Llyleworth. No pasará nada. No habrá reprimendas. Ni críticas.Nidenuncias.Teloprometo. —Mehandenunciado. —¿Ya? —Desdeluego.Lapolicíahaestadoenmicasafisgando. —Elcofreesmuyvalioso. —Peroyonosoyuncriminal. —Ellostampoco. —Hanentradoporlafuerzaenmicasa. —Ytúhasrobadoelcofre. Deuce. —¿Porquélesconcedisteelpermiso?¿Deverdadqueparaexcavar?—pregunto. —Ensentidoestricto,fueeldirectorgeneraldePatrimonioquienselodio.Nosotrosnoéramos másquelainstanciadeconsulta. —Pero¿porquéselesconcedió? —Bjørn… —Suspira—. Estamos hablando de la SIS. Michael MacMullin. Graham Llyleworth. ¿Íbamosadecirlesquenoalosarqueólogosmásdestacadosdelmundo? —¿ConocesbienaLlyleworth? —Haceyaalgunosañosqueloconozco.—Suvozinsinúaalgomás—.Parecesestarllevandoa cabounainvestigaciónentodaregla. —No necesito esforzarme mucho. Por lo visto, todo el mundo sabe un poco. Si hablo con la suficientegente,quizáconsigaentenderdequévaesteasunto. Elríeentredientes. —Supongo que no es ninguna casualidad que se llame investigar tanto a lo que hacen los detectivescomoaloquehacenloscientíficos.¿Conquiénhashabladohastaahora? —EntreotrosconGrethe. —¡Ellasabeloquesedice! —¿Aquéterefieres? —Estuvo muy activa en Oxford. En muchos sentidos. —Me echa una mirada rápida—. Estaba como profesora invitada y tutora cuando tu padre, tu verdadero padre, escribió su trabajo con LlyleworthyCharlesDeWitt.—Seestremece.Sigueconlamiradaunamoscahastaeltecho. —Esunhallazgonoruego.Sealoquesealoquehayaenelcofreyvengadedondevenga,esy seguirásiendounhallazgonoruego.YesaNoruegaaquienpertenece. Viestadtomaaire. —Eres como un pequeño terrier furioso, Bjørn. Que le está ladrando a un bulldozer. Que no comprendecontraloqueestáluchando. Sonríe. —¡Quéindignacióntanjuvenilyautocomplaciente!Peronocaptaselconjunto. —¡AlmenosconozcolaLeydelPatrimonio!Queprohíbesacarobjetosarqueológicosnoruegos delpaís. —Esonohacefaltaquemeloexpliques.¿Nosabíasquecolaboréconlacomisiónqueestudióel casoantesdequeelParlamentovotaralaley?Conozcoaldedillotodosycadaunodelospárrafos. —EntoncesdeberíassaberqueloqueLlyleworthintentabahacervacontralaleynoruega. —Noestansencillo.Esunacasualidadqueelcofrehayasidoencontradoenestepaís.Elcofreno esnoruego. —¿Cómoexplicaseso? —¿Nopodríasconfiarenmíydevolverleelcofreatupadre? —¡Arntzennoesmipadre! —PuesaLlyleworth,entonces. —¡ElprofesorLlyleworthesungilipollas! —¿Yquépasaconmigo?¿Quésoyyo? —Nolosé.Yanoséquépensardenadie.¿Quéerestú? —Unapieza.—Viestadgolpealamesaconlosnudillos—.Yonosoymásqueunapieza.Todoslo somos.Piezasinsignificantes. —¿Dequéjuego? Vuelve a llenarse el vaso. Veo de pronto, por primera vez en todos estos años que llevamos trabajandojuntos,porquétantasdesusestudiantesseenamorandeél.Cuandonopresentaeseaire enfurruñado, como cansado de la vida, su aspecto es el de alguna estrella indeterminada del cine americanodeentreguerras.Tieneunabarbillapotente,lospómulosaltos,lascejassemejantesados arcoirissincolor.Susojossonoscurosydemiradaprofunda. —Unjuegoquenoesniparatiniparamí,Bjørn. Surepentinafamiliaridadmeincomoda.Hagocomositosiera. —Tengoalgunaspreguntas—digo. Callaymemiraconexpresióninterrogante. —¿CómosupoelprofesorLlyleworthdóndeexcavarparaencontrareloctógono? —Hallóunmapa—responde—.Onuevosdatos. —¿Porquésosteníaqueestábamosbuscandouncastillocircular? —Porqueasíera.Fueconstruidoalrededordelañonovecientossetenta. —¿Yloquebuscábamoseraeloctógono? —Sí. —¿YLlyleworthsabíaquehabíauncofreocultoenél? —Esdesuponer. —¿Sabíasqueesdeoro? Sureacciónrevelaqueloignoraba. —¿QuésabesdeRennes-le-Cháteau?—pregunto. Parecesinceramentesorprendido. —Nomucho—contesta—.Esunpueblofrancésdemontañadondeelsupuestohallazgodeunos pergaminoshadespertadoelinterésseudocientífico. —¿Asíquenosabesnadadeuntesorohistórico? Laexpresióndesucaramuestraunaturdimientocreciente. —¿Tesoro?¿QuieresdecirenRennes-le-Cháteau?¿OenelmonasteriodeVaerne? —¿SabeLlyleworthloquehayenelcofre? —Mepreguntassinparar,perodebesentenderqueyosoyunapiezatodavíamáspequeñaquelas demás. Esa diminuta pieza azul de la parte superior derecha del puzle. La que sólo está ahí para completarlaimagendelcielo.—Seinclinariéndosesobreelescritorio—.Bjørn…—añadeconvoz queda,yentoncessuenaelteléfono.Contestaconuntajante—:¿Sí? Elrestodelaconversacióntranscurreeninglés.No,nosabe.Luegodiceyesvariasveces,yen susojosperciboqueunodeesosyesrespondealapreguntadesinoestaréporcasualidadconélen esosmomentos.Cuelga.Mepongodepie. —¿Yatevas?—pregunta. —Tienesinvitados,¿verdad? Élrodealamesayposaunamanosobremihombro. —Confíaenmí.Devuelveelcofre.Nosonunoscriminales.Nosonmalos.Tienensusmotivos. Créeme.Tienensusmotivos.Éstenoesunjuegoparagentecomonosotros. —¿Gentecomonosotros? —Sí,gentecomonosotros,Bjørn—repite. Me acompaña hasta la entrada, sin quitarme la mano del hombro. Quizás esté considerando la posibilidadderetenermeporlafuerza.Perocuandoleapartolamano,noseresiste.Sequedaenel umbral,mirándomemientrasmealejoatodaprisa. Tras una ventana del segundo piso —estoy convencido de que es el dormitorio— su mujer me despideconlamano.AlbajarhaciaelBola,fantaseoconquemeestállamandoynodespidiéndosede mí.Nosiempretengolarealidadigualdebienagarrada. Unahabitaciónblancadetresporcuatrometros.Unacama.Unamesa.Unarmario.Unaventana.Una puerta.Fuemimundoduranteseismeses. Al principio, durante el tiempo que pasé en la clínica, no asomé la nariz fuera del cuarto. Permanecí largos períodos sentado en la cama, o en el suelo, meciéndome, con la cara entre las piernas y los brazos sobre la cabeza. No tenía fuerzas para mirar a los ojos a las enfermeras que acudían con los medicamentos en pequeños vasos de plástico transparente. Cuando me pasaban la manoporelpelo,yomeencogíacomounaanémonademar. TodoslosdíasalamismahoramellevabanconeldoctorWang,quehablabasabiamentesentado ensusilla.Transcurrieroncuatrosemanashastaquelevantélavistaylomiréalosojos. Peroélseguíahablando,yyoloescuchaba. Despuésdecincosemanaslointerrumpí: —¿Quéesloquetengo? Élsolíadecirquehabíaquebuscarenlainfancia. Muyoriginal. —En la infancia te formas como persona —decía—. Es entonces cuando la vida sentimental se colocaensusitioenelcerebro. —Yofuiunniñofeliz—lerespondía. —¿Siempre?—mepreguntabaeldoctorWang. Lecontéquehabíacrecidocomounpríncipemimadoenunpalaciodesedayterciopelo. —¿Nuncapasónadadoloroso? —Nunca—mentíayo. —¿Tepegaban? »¿Abusarondeti?—preguntaba. »¿Abusaronsexualmentedeti?—preguntaba. »¿Teencerrabanencuartososcuros? »¿Tedecíancosasmalvadas? »¿Temolestaban? Matraca,matraca,matraca… Delantedesudespacho,sobrelapareddelpasillo,colgabaunreloj.Latiraníadeltiempo.Todos losrelojesdelmundoseencadenanenunacuerdocolectivodetictacs.Peroaquelrelojeradistinto. EraunodeesosquerigeadistanciaconondasderadiounrelojatómicodeHamburgo.Mepasaba horassiguiendolahuidadelsegunderosobrelasuperficiedelreloj. AprincipiosdelveranodeesteañofuiabuscaraldoctorWang.Queríaayudaparaelaborarunos recuerdos que habían aparecido al abrigo de la noche. Las circunstancias en torno a la muerte de papá.Todaslaspequeñascuriosidadesquenoentendídeniño.Cadapequeñoepisodioesunhilode unenmarañadotelar.Eldoctorsealegródequeporfinhablara,delveranoenquemuriópapá.Algo debíadehabersedesatadoenmí. Dijoqueentoncesentendíamejor. —Mealegroporti—lerespondíyo. FueeldoctorWangquienmerecomendóqueanotaramisrecuerdos.Deesemodotodoresulta másreal.Vesconmayorclaridad,comosiviajarashaciaatráseneltiempoylorevivierastodo. —Deacuerdo—dije.Yescribí. Cuandoeraniñoyalguienmellamabacarapálidaometirabaladrillosalacabeza,eraenmamáen quienbuscabarefugio. Aparco a Bola sobre las baldosas rojo óxido de la entrada de coches. A través de las ventanas abiertas del salón sale una luz cálida y las notas del «Romeo y Julieta» de Prokofiev. Vislumbro a mamáenelmomentoenqueseasoma.Unhadaeneldestellodelglamour. Seríainjustopormiparteafirmarquemamáhaintentadoolvidarmeoreprimirme.Perosuamor ha sido sustituido por un cuidado distante y concienzudo. Hace que me sienta como un pariente alejadodelamadrepatria. Meestáesperandoenlapuertacuandosubolasescaleras. —Llegastarde.—Suvoztieneesetimbreredondoqueindicaqueesdenoche,queellallevatodo eldíabebiendoyquelohacompletadoconunascopitasdespuésdequeelprofesorvolvieraacasa. —Teníaunascuantascosasquesolucionar. —¡Yasabesquesiemprecenamosalassieteymedia! —Mamá,¿elprofesorArntzentehamencionadoalgunavezelmanuscritoQ? —¡Trygve! —me corrige con alegría. Su paciencia no conoce límites a la hora de intentar acercarnoselunoalotro. —ElmanuscritoQ—repito. —¡Quédices!¿Elmanuscritoqué?—diceentrerisas. Entramos.Elprofesorhaestiradoloslabiosenunasonrisabeataquellevaveinteañoscreyendo quepodríalograrqueloaceptecomominuevopadreyelfielamigoyentregadoamantedemamá. —¡Bjørn!—saluda.Confrialdad,conantipatía,perosiguesonriendoparaalegraramimadre. Yonodigonada. —¿Dóndeestá?—añadeentredientes. —Chicos—dicemamá—,¿tenéishambre? Entramos en el salón, un oasis de alfombras y sofás mullidos, tapices de terciopelo, vitrinas y arañas que titilan alegremente en la brisa de verano. En el suelo hay una alfombra persa que está prohibidopisar.Lapuertadoblequeseparaelsalóndelcomedorestáabierta.Enlamesarelumbran lasvelasencandelabrosdevariosbrazosytresplatosdeporcelanapintadaamano.Oigoqueenla ventana un perro se incorpora; está medio sordo y por fin ha entendido que han llegado invitados. Oigoquelacolagolpeaconentusiasmocontraelbancodelacocina. —¿DóndeestáSteffen?—pregunto. —Enelcine—respondemamá—.Conunachica.Unachicaabsolutamentepreciosa.—Seríe—. Nomepreguntesquiénes.Tieneunachicanuevacadames.—Lodiceconcoquetería,conorgullo, comopararecalcarqueésaesunaalegríaqueyonuncalehedado.Acambio,tampocohecogidoel sidanimehansalidoverrugassupurantesenlosgenitales. Nuncahetenidounarelaciónmuycordialconmihermanastro.Esunextrañoparamí.Aligual quesupadre,sehaquedadoconmimadre.Yamímehandejadoenlapuerta,amerceddelfrío. El profesor y yo nos sentamos. En esta casa todos tenemos sitios fijos. Él y mamá ocupan los extremosdelamesa,yomeubicoenmediodellateral.Unritual. Cuandomamáabrelapuertadelacocinaparadesaparecerentresusollas,entraelvorsteherdel profesor.TienecatorceañosysellamaBreuer.OBmyer.Nuncamehemolestadoenpreguntar.Alos perrosselesponennombresidiotas.Sequedamirándomeymuevelacola.Luegolacolasedetiene. Nuncahallegadoaconocerme,anoserqueledéigual.Laindiferenciaesrecíproca.Sederrumbaen mediodelsuelo,comosialguienhubierasacadounaagujadeacerodesucolumnavertebral.Babea. Memiraconsussufridosojosquenoparandelagrimear.Nocomprendocómosepuedequereraun perro. —Tienesquedevolverelcofre—mascullaelprofesor—.¡Nosabesloqueestáshaciendo! —Meencargasteislasupervisión. —¡Justo! —Profesor—ledigoconmivozmásgélida,queesbastantegélida—,esoesexactamenteloque estoyhaciendo. Mamásaleconelasado,luegoseapresuraavolveralacocinaenbuscadelaspatatas,lasalsay finalmentelafuentedepatatasybrécolgratinadosconqueso,paramí. —Nomeechéisamílaculpasilacomidaestáfría—diceentonodereprocheburlón.Nosmiray añade—.¿QuéeraloquequeríassabersobreTrygveyunavaca[2]? Elprofesormemirasorprendido. —Esunmalentendido—digo. Mamácelebrósucincuentacumpleañoselañopasado,peroaparentaapenasunospocosañosmás queyo.Steffentuvosuertealheredarsusrasgosynolosdelprofesor. Elcortaelasadomientrasmamásirvevinoparaellosycervezasinalcoholparamí.Mesirvoel brécol.Mamánuncahaentendidoporquédecidíservegetariano,peroseledabienhacerplatosde verduras. El perro me mira fijamente. Ha desenrollado sobre la alfombra su lengua húmeda de medio metrodelargo. El profesor cuenta un chiste que yo ya he oído y se ríe, por cumplir, de su propia gracia. No consigoentenderporquémamádecidióenlazarsuvidaysusmiembrosconlosdeél.Éseeseltipo depensamientosqueavecesenvenenamismodales. —¿Hasestadohoyenlatumba?—lepreguntoamamá. Sumiradarozaladelprofesor,peroallínoencuentraningúnpuestodeemergencia.Élparteuna patata en dos y corta un pedazo de carne. Luego se lo mete en la boca y mastica. Su capacidad de actuarcomosinadasiempremehaimpresionado. —¿Nohasidotú?—mepreguntaconunhilodevoz. Papáfueenterradounjueves.Unasemanadespuésdelaccidente.Elsueloentornoalataúdestaba cubiertodefloresycoronas.Yomeencontrabaenprimerafila,entremamáylaabuela.Cadavezque mirabaelcrucifijosobreelaltar,recordabaloaltoquecolgabapapácuandoperdióelagarre.Anteel ataúdhabíacoronasdefloresconcintasyesquelas.Elataúderablancoconmanillasdoradas.Papá teníalasmanosunidasylosojospacíficamentecerradosenunsueñoeterno. Elcuerpoestabarodeadodeseday,porlodemás,tandesfiguradoqueerairreconocible.Conel cráneoaplastado,losbrazosylaspiernasquebradosportantaspartesquesehabíavueltoflexibley yanolequedabanarticulaciones. —Elbrécolestáriquísimo—alabo. No es necesario que diga nada más sobre la tumba. Al plantear la pregunta les he recordado a ambos que lo que los unió fue una muerte sin sentido y que, en realidad, era otro el hombre que deberíaestarsentadoalamesademamá. —¿Latumbaestababiencuidada?—inquiereella. Lamirosorprendido.Perciboensuvozciertotonodeenfado,nuncasuelereaccionarcuandome pongodesagradable. —Heplantadounoslirios. —¡Mereprochasquenuncavaya! Elprofesorcarraspeayjugueteaconsusverduras. Semedabastantebienhacermeeltonto. —¡Pero,mamá! Mamáodiavisitarlatumbadepapá.Nocreoquehayavueltoairdesdeelentierro. —¡Hanpasadoveinteaños,Bjørnillo!¡Veinteaños!—Memirafijamente.Lebrillanlosojosdel enfado y dolorosa autocompasión. Coge con tanta fuerza el cuchillo y el tenedor que tiene los nudillosblancos—.¡Veinteaños!—repite,yunavezmásexclama—:¡Veinteaños,Bjørnillo! Elprofesorbebeunsorbodevinotinto. —Esmuchotiempo—concedo. —Veinteaños—llegaadecirtodavíaunavezmás. Paramamálaexageraciónylaautocompasiónsonunartequedebecuidarseycultivarse. Elperrotoseyvomitaalgunaguarradaquedespuéssetragaalegrerápidamente. —¿Piensasenélalgunavez?—digo.Noesunapregunta.Esunmalvadoreproche.Yolosé.Ella losabe. Elprofesorcarraspeaycomenta: —Lasalsaestáverdaderamenteestupenda. Ellanoloescucha.Memira. —Sí—respondeentonotenso;algoextrañoydurosehacernidosobreella—,piensoenél.— Deja el cuchillo y el tenedor sobre la mesa. Dobla la servilleta—. Sé muy bien qué día es hoy — prosigueintimidada.Pasaahablareldialectodelnorte—.¡Todoslosaños!¡Todoslosveranos!No vayasacreerquenoséquédíaes.—Selevantayabandonalaestancia. Elprofesornosabemuybiensiseguirlaoabroncarme.Supongoquedeberíahacerambascosas. Sequedasentadomasticando.Miralasillavacíademamá.Luegomemiraamí.Mirasuplato.Sigue masticando. —¡Tienesquedevolverlo!—dice. Me vuelvo hacia el perro. Algo en mi mirada hace que éste ladee la cabeza y alce las orejas. Gimotea.Lababacaedesubocamedioabiertaformandounafeamanchaenlaalfombradecolor claro.Seincorporaamedias.Despuéssetiraunpedoyseva. LoprimeroenloquemefijoalaparcardelantedemicasaesenqueelLandRoverrojosigueahí. Estávacío. Debendecreerquesoytonto.Oqueestoyciego. LosegundoesenRogern.Estáfumandosobrelacajaconarenaquehayanteelportal. Laluzdelprimerpisoledadelado,dibujandosombrasensucara.SinoconocieraaRogern, apenasmehabríafijadoenél.TodoslossuburbiosestánllenosdechicoscomoRogernqueandan porelbarrioaburriéndosecomoostras.ConsumelenaysucamisetadeMetallicaarrugada,parece un delincuente juvenil cualquiera esperando la oportunidad de birlarle el bolso a una anciana con bastónydeseduciratuhijadetreceaños.PerocomoRogernnuncasueleandardelantedelapuerta, comoestantardeporlanocheycomohayunLandRoverrojoanteeledificio,meinquietaverloahí. Alverme,seacercay,mientrasabreelportal,mepregunta: —¿Tienesinvitados? Lomirosincomprender. Aprietoelbotóndelascensor. —Haygenteentuapartamento.Teestánesperando. SubimoshastaelnovenopisoyentramosencasadeRogern.Cojosuteléfonoyllamoamicasa. Elcontestadorestáapagado.Alguiendescuelgaysequedacallado. —¿Bjørn?—pregunto. —¿Sí?—respondeunavoz. Cuelgo. Rogernestásentadoenelsofáliándoseuncigarrillo. —Hanllegadohaceunashoras. Medejocaerenunasilla. —Graciasporesperarme. Conlosdedosamarillentoslíaeltabaco,humedecelapegadelpapelillo,logiraunaúltimavezy loenciende. —Noséloquevoyahacer—digo. —Llamaalapasma—proponeRogern,ysonríe. Aguardamosmirandoporlaventanahastaqueelcochedepolicíasedesvíadelaautopistayllega hastanuestroedificio. Rogern se queda en su casa mientras yo recibo a los agentes en el décimo piso. Son jóvenes, seriosyautoritarios.YdeSunnmore.Lesdoylallaveymequedoenelpasillo.Esevidentequela CentraldeOperacionesnotieneelteléfonodeemergenciasconectadoconlainvestigaciónencurso sobremí.Nopasaráhastaquealguiendelapolicíahojeeeldiarioporlamañana. Salenunpardeminutosmástarde. Los intrusos son tres. Uno de ellos es fornido, con una expresión de tozudez en los ojos. Mi compañeroKingKong. Elsegundoesunrefinadocaballerocontrajeylamanicurahecha. ElterceroeselprofesorGrahamLlyleworth. Lostresseparanensecoalverme. —Estaban sentados esperando —dice el policía—. En el salón. ¿Los conoces? —El tono es de sorpresa,conunpocodereproche,comosifueraculpamíaqueestuvieranenmicasa. Mirolargamenteacadaunodeloshombres.Luegoniegoconlacabeza. —Soningleses—continúaelagente,ysequedaesperandounaexplicaciónquenuncaledaré. Llyleworthentornalosojos. —Tearrepentirásdeesto—meespetaentredientes. Lospolicíaslosempujanhaciaelascensor.Conmanodura.Apesardequeningunodelostres oponelamenorresistencia. Despuéssecierralapuertadelascensor. Cuando los insectos se dan cuenta de que es imposible escapar, encogen las patas y se hacen los muertos.Amíavecesmeentranganasdeimitarlos. Elmiedoylascontrariedadestienenunefectoparalizador.Unareacciónnuevaeinesperadasurge en mí en estos momentos: me enfado. Ya no estoy dispuesto a tolerar esto más. Al igual que el insecto,pretendohacermeelmuertosóloduranteuncortorato.Despuésmearrastraréhastaponerme alabrigodeunabriznadehierbaparareunirfuerzasycoraje. MiroaRogerntaninsistentementequeacabaporsentirseincómodo. —¿Podríadormirentupiso?—pregunto.Nosoyvalientenitemerario.Vanavolver.Prontose impacientaránysepondrándemalhumor. —Claro. —Mañanaporlamañanamemarchoalextranjero. Rogernnoesdelosquehurganypreguntan. Bajamos a su casa. Me pregunta si estoy cansado. No estoy cansado. Estoy completamente despejado.PoneunCDdeMetallica,buscaunasbotellasdecervezaMackenlaneverayenciendeuna vela negra que apesta a parafina. Nos quedamos sentados juntos, bebiendo cerveza, escuchando a Metallicayesperandoaqueclaree. 3 ELAMANTE Soy uno de esos hombres que apelan más a los instintos de las mujeres que a sus pasiones. Las mujeresvenenmíalhijoperdido. Cuando tenía veintiún años, mi madre me pidió un domingo que fuera a verla, pues quería que habláramossobrealgo.Estábamoslosdossolosenlaenormecasa.Habíamandadodeexcursiónal profesor y a mi hermanastro. Había hecho unas pastas y café. De la cocina emanaba el aroma del asadoylacol.Y,paramí,unatartadequeso.Mamámecolocóenelsofáyellasesentóenunasilla frenteamí.Cruzólasmanosenelregazoysequedómirándome.Susojosenrojecidosmerevelaron que llevaba toda la mañana armándose de valor. Estaba excepcionalmente guapa. Pensé que iba a contarmequelosmédicoslehabíandescubiertountumorylequedabanseismesesdevida. Entoncesmepreguntósierahomosexual. Debía de llevar mucho tiempo meditándolo. Para ella, mi albinismo era invisible. No creo que nuncahayallegadoacomprenderladesventajasocialquesufreunalbinodeojosrojizosalahorade competirporelfavordelaschicasconmuchachostostadosporelsol,deojosazulesypeloclaro. Recuerdolasonrisadealivioquecruzósucaracuandoleaseguréquelaschicasmeatraían,pero evitéañadirqueelgradoenqueellassesentíanatraídaspormíeraalgomenor. Mepreguntoconfrecuenciasifuiyoofuemamáquiencerrópordescuidolaspuertascorrederas entrenuestrasexistencias.Despuésdemorirpapá,fuecomosiellanoquisierasabernadademí.Me sentíacomounrecuerdodoloroso,unanclaaladerivaensuvida,ymeajustéobedientealpapeldel expulsado, el patético desgraciado que prefiere no molestar allí donde no es bien recibido. Seguro quehayquienpiensaquelahetratadoinjustamente.¿Intentéalgunavez,unaúnicavez,ponermeensu lugar?¿Penséalgunavezencómosehabíadesgarradosuvidayencómotratabaderemendarlacon la ayuda de ficciones alcoholizadas y el amor hacia un hombre que se conformaba con lo que le daban? EnLondresmealojéenunhoteldeBayswater.SinohubierasidoporlasvistasaHydePark,bien podríahaberestadoenlacalleLudwigstrassedeMúnichoenelSunsetBoulevarddeLosÁngeles. Sientociertasimpatíaporlosconcertistasdepianoolasestrellasdelrockque,pasadoscuatromeses degira,notienenniideadeenquépaísseencuentran. Lahabitaciónesestrecha,deparedesamarillocremacubiertasconreproduccionesanodinas.Una cama,unasillayunescritorioconunteléfonoyunacarpetaconinformaciónypapeldecartasen blanco. Minibar. Televisor. Armarios con perchas. Baño con azulejos blancos y pedazos de jabón empaquetadoquehuelehistéricamentealimpio.Nohabíaestadonuncaaquí,perocasisemeantoja quesí.Mehehospedadoenunoscuantoshotelesalolargodemivida,y,pasadountiempo,todos parecenidénticos.Esomismolespasaaalgunoshombresconlasmujeres. Unpuñadodemujeressehanenamoradodemíporcuriosidad,entregaocompasión,peroloque todasteníanencomúneraquenoconocíannadamejor.Nadiesehaquedadoconmigomuchotiempo. Esfácilqueyocaigabien.Nosoydeltodofácildeamar. Le gusto a un tipo especial de mujeres. Son mayores que yo. Tienen nombres como Mariann, Nina, Karine, Vibeke, Charlotte. Tienen estudios, son inteligentes y algo neuróticas. Profesoras de secundaria.Asesorasculturales.Bibliotecarias.Sociólogas.Enfermerasjefe.Conoceseltipo.Llevan elbolsoalhombro,chal,gafas,yestándesbordadasporbondadyternurahacialosperdedoresdela vida.Pasanlaspuntasdelosdedossobremipielblancotizacomohechizadasyluegomecuentanqué encuentran delicioso las de su sexo. Con la respiración entrecortada me muestran el modo en que hemosdeproceder,comosiyonuncalohubierahechoantes.Yonolesdejopensarotracosa. Traselviaje,mequedocercadeunahoraenlacamadelhotel,descansando.Meheduchado.Con lasmanoscruzadasenlatripareposodesnudosobrelassábanasfrescasyestiradas.Elestruendode BayswaterRoadylamúsicadetrompadeHydeParkseentretejenenunaextrañacacofoníaqueme acompañaalpaísdelossueños.Perosóloduermounospocosminutos. —¿Charlesqué? —¡CharlesDeWitt! Alamujerdelvestíbulolasgafasdelecturaselehandeslizadohastalapuntadelanariz,ycon unaexpresiónquehasacadodelasoscuridadesmásprofundasdelcongeladormemiradereojopor encima del borde de los cristales. El nombre ya ha rebotado entre nosotros seis veces. Los dos estamos a punto de perder la paciencia. Ella tiene mi edad, pero aparenta diez —¡o veinte!— años más.Llevalacoletatantirantequesucarahaadquiridounaireestirado,comosihubierapasadoen variasocasionesporlasmanosdeuncirujanoplásticodeChelseaalcoholizado.Visteunceñidotraje rojo.Eseltipodemujerquepodríaimaginarmequecayeraenjuegossadomasoquistasalabrigode lanoche. —¿NoestáelseñorDeWitt?—preguntoeducadamente.Frenteatiposcomoella,sólosirvenla cortesíaexageradayelsarcasmo. —Voy a hablarle claro, de… manera… que… lo… entienda. —Mueve los labios como si yo estuvierasordo—.Aquí…no…hay…nadie…que…se…llame…Charles…DeWitt. MesacodelbolsillolatarjetadevisitaqueencontréencasadeGrethe.Elpapelestáamarillentoy lasletras,medioborradas,peroeltextoeslegible. CHARLESDEWITT-ASOCIACIÓN GEOGRÁFICADELONDRES. Leofrezcolatarjeta;ellanolacoge,perosequedamirándomelamanocontotaldesinterés. —¿Esposiblequehayadejadodetrabajaraquíantesdequeustedempezara?—pregunto. Por su expresión comprendo enseguida que, estratégicamente, la pregunta es una completa catástrofe.Trassupulidomostrador,ensuvestíbuloenmoquetadoynecesitadodeunarondaconel cortacésped,conelteléfonodesecretariaasuderechaysuanticuadamáquinadecabezadebola IBM asuizquierda,conunafotoencolordesudistinguidomarido,susencantadoreshijosyelschnauzer enanoantesísobreelescritorio,eslaIncontestableSoberanadelUniverso.Ésteessuimperio,desde aquí gobierna todas las cosas, desde el chico de los recados al director general. Llamarla recepcionista o telefonista hubiera sido una barbaridad, insinuar que no lo sabe todo sobre la AsociaciónGeográficadeLondres,unablasfemia. —Eso—responde—nolocreo. Mepreguntocómosuenasuvozcuandoseacercaasumaridoporlasnochesyestácariñosay excitada. —¡HevenidodesdeNoruegaparaverlo! Me mira a través de una película de hielo. Así deben de haberse sentido las pobres víctimas humanas que miraban a los ojos de la suma sacerdotisa los últimos segundos antes de que ella les metierauncuchilloenelcorazón. Me doy cuenta de que la partida está perdida. Cojo un bolígrafo de su escritorio, y ella da un respingoenlasilla.Probablementeestécalculandolatintaqueestoygastando. —Bueno, señora, si de todos modos recordara algo, ¿sería tan amable de contactar conmigo… aquí?—Lepasomitarjetadevisita,enlaqueheapuntadoelnombredelhotel. Ellasonríe.Nopuedocreerlo.Unasonrisadeorejaaoreja,debedeserporqueestoyapuntode irme. —¡Porsupuesto!—arrulla,ycolocalatarjetajuntoalbordedelamesa. Sobrelapapelera. En torno a un detalle constructivo aparentemente sencillo como una columna, se dispone de conocimientos artísticos y arquitectónicos con una tipología y un vocabulario que pueden llegar a quitartelarespiración. Lasdoscolumnasdemármolqueestoyadmirandosondelordenjónico,dedosmilquinientos añosdeantigüedad.Sobreunacolumnajónica,aunhistoriadordelarteselepuedeocurrirdecirque «las puntas redondeadas de las volutas cubren parcialmente el equino» y que «la base del fuste consisteentorosyescociasalternados».Todaciencia,todamateria,seenclaustraensuterminología yensualienantevocabulario.Losdemásnosquedamosfuera,conlabocaabierta. Lascolumnassostienenunfrontón,yeneltímpano,elfrontóntriangular,retozanquerubinesy serafinesentornoalaño1900. Atornilladasalosmurosdeladrilloaambosladosdelaentrada,hayplacasdelatón,tanpulidas que reflejan los coches y los autobuses rojos de dos pisos que pasan a mis espaldas. Las letras grabadas están rellenas de plata. La puerta doble es de haya color sangre. La aldaba cumple sobre todolafunciónderecordarqueporaquínoandaunocomoPedroporsucasa.Amiderecha—dos metrospordebajodelacámaradevigilanciacolocadajuntoaltecho—hayuntelefonillodeplástico negro incrustado en la pared. Como para compensar esta tremenda ruptura del estilo, el timbre doradotieneformadeflor(¿oesdesol?). Llamo.Ymeabren.Sinpreguntas. Lagranrecepciónmerecuerdaaesosbancosenlosquetienesquepedircitaparametertudinero. Se oye un murmullo de voces bajas y pasos rápidos. Las paredes están cubiertas de paneles color marrón oscuro sobre los que cuelgan óleos que parecen prestados por la National Gallery. Las baldosas de mosaico cerámico brillan de barniz. En medio del vestíbulo, a través de un agujero cuadradoenelsueloysubiendohastalasventanasinclinadasdeltecho,creceunapalmeraqueparece echardemenoselSahara. Loúnicoquerompeelconjuntoeslaabuela. Detrásdeunescritorio,losuficientementegrandecomoparajugaraltenissobreél,unaanciana de pelo gris está sentada haciendo punto. Me mira. Se la ve muy contenta. Teje sin parar. Mi desconciertohadedeberseaqueelentornoarmonizamalconlavisióndeunaabuelaquehacepunto. —¿Puedoayudarenalgo?—mepreguntaalegremente.Lasagujasentrechocan. —¿Quéestástejiendo?—semeescapa. —¡Calcetines!Paraminieto.¡Esunencanto!¿Algomás? Lapreguntatienegracia;laamo.Enmanosdeunapersonaconsentidodelhumorpodríahacer quesemeaceleraseelcorazón. MepresentoylecuentoqueheviajadodesdeNoruega. —Latierradelsoldelamedianoche.—Sonríeconcomplicidad—.Entoncesquizásepasquiénes ThorHeyerdahl.—Ahoraseechaareír—.¡Quéhombretanagradable!Pasamuyseguidoporaquí. ¿Quépuedohacerporti? —QuisieraveraMichaelMacMullin. Abrelosojosdeparenparydejaaunladolalabor.Mesientocomounsúbitosolicitantedeasilo procedentedelplanetaJúpiter,comosiacabaradepedirlecambioparapagarelaparcamientodonde heestacionadomiplatillovolante. —Ay,Señor… —¿Pasaalgo? —Está… Me temo que el señor MacMullin está en el extranjero. ¡Lo lamento muchísimo! ¿De verdadteníasunacitaconél? —Enunsentidoestricto,no.¿Cuándoseesperaquevuelva? —Nolosé.Élnoesdelosque…Peroquizápuedaayudartealgunaotrapersona. —Soy arqueólogo —explico. La lengua no me sigue del todo; en inglés «arqueólogo» tiene demasiadas consonantes seguidas. Rrr… kay… olo… gist MacMullin está implicado en unas excavaciones.EnNoruega. —Nomedigas. —Yhedehablarle.¿Seríaposiblecontactarconél?¿Tieneteléfonomóvil? Suspiracondesánimo. —Lo siento. Es imposible. ¡Imposible! Verás, al ser el presidente, MacMullin tiene aquí su despacho,peroentraysalesininformarnos…—añadeinclinándosehaciamíybajandolavoz—a quienes estamos aquí para organizar a todos estos despistados. Pero quizá pudiera servirte nuestro jefedesección. —Claro. —¡Señor Winthrop! Un momento. —Marca un número interno en el teléfono y explica que el señorBaltodeNoruegahaacudidoparahablarconelseñorMacMullin—.¡Sí,asíes!No,notiene cita… Sí, ¿verdad? —¿Podría el señor Winthrop concederle una audiencia en su lugar? Dice «ajá» variasveces,dalasgraciasycuelga—.Desgraciadamente,elseñorWinthropestáocupado,perosu secretariadicequeleseríaposiblerecibirtemañana.Alasnueve.¿Tevabien? —Desdeluego. —¡HabiendovenidodetanlejoscomoNoruega…! Aunque ya han cerrado por hoy, la abuela me da permiso para que le eche un vistazo a la bibliotecadelafundación. La fascinación por las bibliotecas me ha quedado de la infancia, cuando la filial local de Deichmaneraunbuensitioalqueacudirdespuésdelcolegio,cuandomamámeobligabaasalirpara jugarconloschicostostadosporelsolyconbuenavistaquequeríanjugaralfútboloalaconquista del mundo. Hay algo en los metros de estanterías llenas de libros que hace que me embargue un sentimiento de devoción. El silencio. El sistemático ordenamiento alfabético y temático. El olor a papel. Los cuentos, el dramatismo, las vivencias. Puedo pasarme horas deambulando por Deichmanske,sacandolibros,hojeándolos,sentándomeconunoquemeatrape,repasandolasfichas enloscajoneslargosyestrechos,buscandoenlosordenadores. Tambiénenlabibliotecadela SISreinaunapazinexplicable.Escomounaiglesia.Mequedode pieenmedio,conlosbrazosencruz,mirando,percibiendo. —Losiento,peroestácerrado. Lavozesaguda,unpococortante.Mevuelvohaciaella. Debedellevarunratomirándomeencompletosilencio.Esprobablequehayatenidolaesperanza de que yo desapareciera si ella se mantenía lo suficientemente callada. Está sentada junto a los archivadores.Enelregazo,sobreunafaldadetweed,tieneunmontóndefichas. —Lamujerdelarecepciónmehadadopermisoparaqueecheunvistazo—leexplico. —¡Muybien! Lasonrisaañadeañosasucaradeniña.Apuestoaquetienealrededordeveinticinco.Llevamedia melena,tieneelcabelloclaroyrojizoyunaspecasqueapenasseinsinúan.Esbonita.Loqueatraemi miradasonsusojos.Losiris,decoloresdiferentes,brillancomocaleidoscopios.Semehaocurrido alguna vez que puede que haya colores que sólo yo conozco. Un color no se puede describir. Los científicos pueden decir cosas sobre la composición espectral de la luz, o que el rojo tiene una longituddeondade723-647nanómetros,peroenelfondotodocoloresunaexperienciasubjetiva. Poresotienesentidopensarquetodosvemoscoloresquesóloconocemosnosotrosmismos.Esuna ideaseductora. Asísonsusojos. Poneelmontóndefichassobreunamesaconruedas.Esdelgada,nomuyalta.Llevalasuñasmuy largasyafiladas,pintadasderojooscuro.Nuncahepensadoquelasuñasfueranalgosensual,pero nopuedomirárselassinimaginarmecómoseríaquemearañaranenlaespalda. —¿Puedoayudarteconalgo?—mepregunta. Eltono,lamirada,lafinafigura…algoenellaestiraelmuellequeponeenfuncionamientomis piernasymistics.Tieneunmodonerviosodepresencia,unainsistenciadesazonada. —Noestoysegurodeloqueestoybuscando—respondo. —Entoncesteserádifícilencontrarlo. —Mepreguntotantascosas…¿Notendrásalgunasrespuestasbuenasatudisposición? —¿Cuáleslapregunta? —No lo sé. Pero si consigues encontrar una respuesta, seguramente consiga formular alguna pregunta. Ladealacabezayseechaareír;enesemismoinstantemeenamorodeella.Hacefaltamuypoco. —¿Dedóndeeres?—inquiere. —DeNoruega. Enarcalascejas. —¿Quéquieresdecirconquenoruega? Suavizolaerre: —Noruega.Soy…—cojocarrerillaparapronunciarlobien—arqueólogo. —¿ContratadoporlaSIS? —Noexactamente.Dehecho,podríadecirsequetodolocontrario.—Meríotensamente. —¿Estásaquíparallevaracabounainvestigación? —HevenidoparaveraMichaelMacMullin. Nopuededisimularsusorpresa.Estáapuntodedeciralgo. —Ah—exclamafinalmente.Elsonidotransformaloslabiosenunalindaboquitadepiñón. —Tengoalgunaspreguntasqueformularle. —Esonospasaatodos. Yosonrío.Ellasonríe.Yomesonrojo. —¿Quétipodebibliotecaesésta?—pregunto. —Sobretodohayliteraturaespecializada,Historia,Teología,Filosofía,Arqueología,Historiade la cultura, Matemáticas, Física, Química, Astronomía, Sociología, Geografía, Antropología, Arquitectura,Biografías.Yasí… —Ah,lastrivialidadesdelaexistencia. Vuelveareírymemiraconcuriosidad;supongoqueestarápreguntándosequéclasedecriatura soyyquiénhabrádecididoponermeenlibertad. —¿Ytúereslabibliotecaria? —Unadeellas.Hola,¡soyDiane!—Metiendelamanodeuñasrojas. —MellamoBjørn—digo,estrechándosela. —¿Sí?¿Bjørn?¿Comoeltenista? —¿Creesquemeparezco? Meestudiaconatenciónmientrasmordisqueaellápiz. —Bueno—diceentonodeburla—,quizásélteníaunpocomásdecolorquetú. CenoenelrestaurantehabitualdelosvegetarianosseriosdeLondres.Animado,mepidounodelos platos más caros del menú, compuesto por coles de Bruselas, champiñones, espárragos y salsa de natayajo. Debería pensar en el cofre, y en las descaradas maniobras de Llyleworth. Debería reflexionar sobre el misterio en torno a Charles DeWitt. Debería llamar a Grethe. Lo cierto es que podría habermedadoalgunaexplicación:DeWittpuedehaberlodejado.Latarjetadevisitanoteníapintade nueva. PeroloquehagoespensarenDiane. Puedequemeenamorecontantafacilidadporqueveounaposiblenoviayfuturaesposaentoda mujer.Unasonrisa,unavoz,unroce…Nosoyrepugnante.Soypálido,peronofeo.Dicenquetengo ojosbondadosos,rojos,sí,perounosojosrojosbondadosos. Lasideasfluyenentornoafantasíassobremismisteriosinterioresmientrasmecomolascoles deBruselas,loschampiñonesylosespárragosyvacíolabotelladevino. Despuéseructoymevoy. UnaprofesoradeLenguameplanteóunavezunapregunta. —Sinofuerasunapersona,Bjørn,sinounaflor,¿quéflortehubieragustadoser? Solíanocurrírseletodotipodepreguntasextrañas.Creoquelehacíagraciajugarconmigoyyo eraunavíctimaagradecida.Yoteníadiecisieteaños.Ella,eldoble. —Una flor, Bjørn —repitió. Su voz era suave, cálida. Se inclinó sobre mi pupitre. Todavía recuerdosuaroma;suave,especiado,repletodehúmedossecretos. Laclaseguardabasilencio.Todosteníancuriosidadporsaberquéflorlehubieragustadosera Bjørn,oquizásesperabanquetartamudeaseymesonrojara,comoeramicostumbrecuandoellase inclinabasobremícontodossusaromasysuscontoneantestentaciones. Peroporunavezteníarespuestaasupregunta. LehablésobrelaEspadadePlata. CreceenloscráteresdelosvolcanesdeHawai.Duranteveinteañosnoesmásqueunatristebola cubierta de un pelo de brillo plateado. Acumula fuerzas. De pronto, un verano, explota en una fastuosafloraciónenamarilloypúrpura.Luegomuere. Mirespuestaladejópasmada.Sequedóunbuenratojuntoamipupitremirándomefijamente. ¿Quécoñoesperabaquerespondiera?¿Uncactus? Lanotaestáescritaconletradechiquilla,llenadelazosyperifollos,enunahojaenlaqueelhotelha imprimido«Mensajeparanuestroshuéspedes»conletrasgóticas: Para el señor Bulto, habitación 432: ¡Por favor llame a la señora Grett Lidwoyen inmediatamente! Linda/Recepción/Jueves/14,12h. —¿TúeresLinda?—lepreguntoalachicaderecepción. —¡Losiento!Lindahaacabadosuturnoalastres. Entonces Linda debe de ser la gata patilarga que atendía cuando me he registrado en el hotel. Linda…Puedequetengamuchascualidades,seguroqueesbuenaycariñosa.Esguapa.Enlashábiles manosdeuntorturadornocreoquenegasequesucortedepeloatrajomimirada.Perolaortografía noeselfuertedeLinda. Subolasescalerasconlanotaylallave-tarjetaenlamano,abrolapuertademihabitación. Marcoelnúmeroydejoqueelteléfonosuene. Al otro lado de la ventana, los ruidos tienen un carácter distinto al de la mañana. Un autobús, quizásuncamión,hacequevibreelcristal.Estoysentadosobrelacama,laluzcaeporelpapeldela pared.Mequitoloszapatosdeunaspatadasymedoyunmasajeenlospies.Tengopelusaentrelos dedos. Enlaotrapuntaalguienlevantaelauricular.Durantemuchotiempohaysilencio. —¿Grethe?—pregunto. —¿Hola?—EslavozdeGrethe.Suenamuylejana. —SoyBjørn. —Ah. —Acaboderecibirtumensaje. —Sí.—Suspira—.Noeramiintención…—Vuelveasuspirar. —¿Grethe?¿Pasaalgo? —¿Eh?No,nada. —Seteoyemuylejana. —Son…laspastillas.¿Podríasllamarmemástarde? —Claro…¿Nocorríaprisa? —Ya.Peroesque…Mevieneunpocomal. —¿Grethe?¿QuiénesCharlesDeWitt? Empiezaatoser.Elataqueesestertoroso.Sueltadegolpeelauricularsobrelamesa,ymeparece oíraalguiendándolepalmadasenlaespalda.Despuésdeunbuenratolevantaelauricularysusurra: —¿Podríasllamarmástarde? —Grethe,¿tesientesmal? —Se…me…pasará. —¿Hayalguiencontigo? Noresponde. —¡Tienesquellamaratumédico! —Me…las…apañaré. —¿Conquiénestás? —Bjørnillo,ahoramismonotengo…fuerzas…parahablar. Luegocuelga. Lainfanciamevolviósensible.Cuandoeresunalbinointrovertido,aprendesasentirlosgolpes delpulsodelidioma.InclusopormediodeunalíneatelefónicaquellegadesdeBayswater,Londres W2, hasta la calle Thomas Heftyes, 0264 Oslo, a través de cables subterráneos y un satélite de telecomunicaciones en órbita geoestacionaria, percibía el miedo de Grethe. Estaba mintiendo. Me tumbodespatarradosobrelacamayenciendoeltelevisor.Voycambiandodecanalconelmando. UnahoradespuésvuelvoallamaraGrethe.Nocogeelteléfono. Me doy una ducha rápida y antes de llamarla de nuevo veo el final de un capítulo de Starsky y Hutchdelañodelapera.Dejoquesueneveinteveces. Me paso alrededor de una hora leyendo el trabajo que escribió papá junto con Llyleworth y DeWitt.Funcionamalcomosomnífero.Sustesisvantanlejosquenoacabodeestarsegurodeque hablen en serio. En última instancia, afirman, que el hallazgo del cofre de los secretos sagrados podríacambiarelordenmundial,aunqueluego,conlahabitualprecaucióndeloscientíficos,añaden tantasreservasquelaafirmaciónpierdesusentido. Cuandopasolapágina232,unacartacaeporunlado.Tienefechadel15deagostode1974.No estáfirmada.Ynodiceaquiénvadirigida.Loprimeroquepiensoesquelaescribiópapá.Laletraes idénticaalasuya.Peronopuedeser,¿no?Siobviamosquereconozcoloslazosbajolasgesylas jotas, y la raya sobre las úes. En ella describe sus planes para una expedición a Sudán. Lo que no entiendoesporquéhayunacartadepapáenuntrabajoquellevaveinticincoañosenunaestanteríaen casadeGretheLidWoien. Ocurrealgoconlanoche. Paramílanocheesalgoquepreferiríapasardurmiendo.Laoscuridadloagrandatodo.Mesiento másenfermo.Lastrivialidadesdeldíasevanmoliendoypierdentodaproporción. Deberíaestarcansado,deberíaestaragotado.Perotumbado,conlosojosabiertosdeparenpar, miro la oscuridad del cuarto. Al otro lado de la ventana fluye una corriente uniforme de coches. Algunosturistasberreanconánimofestivo.YopiensoenGrethe.Piensoenelcofrequeheescondido en casa de Rogern. Pienso en el profesor Llyleworth y el profesor Arntzen, en Charles DeWitt y MichaelMacMullin.Piensoenpapá.Yenmamá. PerosobretodopiensoenDiane. Alasdosymediadelamañanadespiertodeprontoyenciendolaluzdelamesilla.Ahogadoen sueñomarcoelnúmerodeGrethe. En un pequeño país, en una pequeña ciudad, en un piso de un edificio de Frogner, un teléfono solitarionoparadesonar. Haymanerasagradablesdedespertar.Unbesoenlamejilla.Elcantodelospájaros.ElQuintetopara cuerdaendomayordeSchubert.Elrumordeunabarcaamotor. Luegoestánlasdesagradables.Deésashaymás.Comoeltimbredeunteléfono. Buscoatientaselauricular. —¿Grethe?—murmuro. Sonlasochoycuarto.Mehequedadodormido. —¿SeñorBeltø?—preguntaunamujer. Lavozmesuena,peronoconsigosituarla. —¿Sí? Ellatitubea. —Llamo de la Asociación Geográfica de Londres. —La voz es estirada, fría y cortante; en ese mismoinstantesurgelaimagendelafuriatraselescritorio.Ladominatrizsadomasoquistahadejado en casa la falda de cuero y el látigo y se ha puesto el elegante hábito de secretaria y el tono desagradable. —¿Sí? Vuelveatitubear.Noeséstaunaconversaciónqueaprecie. —Porlovistohahabidounmalentendido. —¿Sí? —¿Fueustedquiénpreguntópor…CharlesDeWitt? —Sí.—Esbozounasonrisamaligna. —Losientomucho…—Eltonoestansecoquepodríasepararlaspalabrasymachacarlashasta convertirlasenpolvo—.AlparecersíhayunCharlesDeWittvinculadoanosotros. —¿Nomediga?—Exagerolasorpresaparaprolongarlahumillación. Elmodoenqueellatomaairemedicequeestáapretandoloslabios.Yodisfrutocadavezmás. —¿Quizáselehabíaolvidado?—añado. Carraspea.Medoycuentadequehayalguienasuladoescuchando. —El señor DeWitt tiene mucho interés en recibirlo. Desgraciadamente no está en Londres en estos momentos, pero esperamos que llegue con el avión de media mañana. Me ha pedido que concierteunacitaconusted. —Québien.Quizáséldeseeapuntarsetambién.Paraqueloconozca.—Esunproblemaquetengo. Avecesmepongosarcástico. Ellaniconsideradarmeunarespuesta. —Siquisierapresentarsealas… —¡Un momento! —la interrumpo. Quiero hacerme el valioso. Nunca he intentado ocultar que puedo ser un Satán—. Que míster DeWitt se ponga en contacto conmigo cuando vuelva. Tengo un programamuyapretado. —¡SeñorBeltø!Mepidióconinsistenciaque… —Seguroqueestanamablededarleelnúmerodelhotel.Podráencontrarmeporlatardeoporla noche. —¡SeñorBeltø! —Puededejarleelrecadoalarecepcionista. —Pero… —¡YsaludedemipartealseñorDeWitt,porfavor!Estoydeseandoverlo. —¡SeñorBeltø! Cuelgo,jactancioso,ydeungiropongolospiesenelsuelo.Enelcajónencuentrocalzoncillos, calcetinesyunacamisa.MevistoantesdellamaraGrethe.Yanomesorprendequenoresponda.Voy albaño.Miorinahuelealosespárragosdeanoche.Mequedéatónitocuandomedijeronquesólouna minoríatieneunolfatocapazdepercibirlosespárragosenlaorina.Meagarroatodoloquemehaga único. —¡Ah!¡ElmisteriososeñorBalto! AnthonyLucasWinthropJr.esunhombrerechonchoybajitoconlacabezaenformadebolay unarisaburbujeantecomoladeunpayasocontratadoparadivertiralosniñosmimadosdeunafiesta decumpleañosmundana.Meofrecelamano.Susdedoscortosparecensalchichasconanillosdeoro. Susojosentreabiertosmemiranconexpresiónburlona,surostroestádesbordadodeamabilidady atenciónpaternalista. Hayalgoensuvoz…Nomefíodeél. Laabuelaquetejehasubidoconmigolasampliasescalerasdemármolhastaeltercerpisoyme ha conducido por el largo pasillo de columnas en que resuenan el eco de los pasos y las voces mitigadas,hemosdobladoenunaesquinayhemosllegadoalaantesaladeWinthrop. Élmeguíahaciasudespacho. Noesundespacho.Esununiverso. Enlalejanía,bajolosarcosdelasventanas,vislumbroelescritorio.Enlaotrapunta,juntoala puerta, hay unos muebles de salón. En medio flotan nebulosas de estrellas, cometas y agujeros negros. —¿DebointerpretarquelegustajugaraserDios?—preguntoconunasonrisairónica. Seríeconinseguridad. —Soyastrónomo.Deprofesión.—Abrelosbrazosenungestodeinhibición,comoparadejar quesutrasfondoprofesionalexpliqueelextrañohechodequehayatransformadosudespachoenun universoenminiatura. Haceuntiempoleíunanoticiaenunperiódicosobreungrupointernacionaldeastrónomosque había descubierto un cuerpo celeste que emitía materia que, al parecer, se trasladaba a mayor velocidad que la luz. La noticia de ese descubrimiento causó sensación en el congreso científico CospardeHamburgo,peroobviamentealgotanabstractocomolavelocidaddelaluznoteníagran importanciaparalosperiódicos,asíquenoseescribiógrancosasobreelasunto.Fueungrupode astrónomoselque,conayudadeunradiotelescopio,localizóelmisteriosocuerpocelesteatreinta mil años luz de la Tierra. A un trecho de aquí, por decirlo así. Si las observaciones son correctas, torpedeanellímitemásabsolutodelasleyesdelanaturaleza:lavelocidaddelaluz.Lasperspectivas sonparamarearse.Poresotampocohubograndestitularesenlosperiódicos. Caminamos a través del Sistema Solar y nos adentramos en el Cosmos, más allá de Próxima CentauriylanebulosadeAndrómeda,hastallegarasuescritorio.Mismovimientoshanhechoque lasgalaxiasseponganatemblarybalancearseensushilosdenailon. —TengoentendidoquevaareunirseconCharlesDeWittestatarde—diceentonovacilante. —¡Diosmío!¡Todoloquesaben! Winthroprefunfuñaconevidentenerviosismoysesientaenunasillallamativamentegrande.Yo medejocaerenunallamativamentepequeña.Escomosentarseenelsuelo.Enunodemisconstantes y recurrentes ataques de maldad, pienso que tras un escritorio pulido incluso un payaso puede elevarsehastaDios. —¡SeñorBalto!—exclamaentusiasmadomientrassebalanceasobresusillayaplaudecomosise hubierapasadoañosesperandoquellegaraestedía—.Bueno…¿Quépodemoshacerporusted? —Estoybuscandoalgodeinformación. —Esotengoentendido.Y¿quéletraealaSISyaMichaelMacMullin?Comoverá,noestáaquí. —Hicimosunhallazgo. —Ah,¿sí? —YcreoqueMacMullinsabealgosobreelasunto. —¿Deverdad?¿Yenquéconsisteesehallazgo? —SeñorWinthrop—digoconexageradacortesía—,vamosadejarnosdechorradas. —¿Disculpe? —Ambossomoshombresinteligentes,peromalosactores.Dejémonosdeteatro. Suestadodeánimosufreunatransformacióncasiimperceptible,peroapesardetodoapreciable. —Está bien, señor Balto. —Su voz adquiere el tono de desconfianza y la frialdad de la de un hombredenegocios. —Evidentementesabequiénsoy,¿no? —Es usted profesor adjunto en la Universidad de Oslo. El supervisor noruego de las excavacionesdelprofesorLlyleworth. —Entoncesesobvioquetambiénsabeloquehallamos,¿no? Seestremece.Winthropesdeesoshombresquenoestánagustobajopresión. —Elcofresagrado—añadoparaayudarlo. —Esotengoentendido.¡Verdaderamentefascinante! —¿Quépuedecontarmesobreelmitodelareliquiadelossecretossagrados? —Pocacosa,metemo.Soyastrónomo,nohistoriadorniarqueólogo. —¿Conoceelmito? —Demodosuperficial.ElArcadelaAlianza,elcofresagrado…,unmanuscrito…,hastaahísé. —PeroseguroquesabetambiénqueloquebuscabaLlylewortheraesecofre. —SeñorBalto,la SISnoseocupadesupersticiones.NocreoqueLlyleworthesperaraencontrar ningúncofresagrado. —¿Ysiresultaquenosetratadeningunasuperstición,sino,porejemplo,deuncofredeoro? —SeñorBalto.—Suspiraconrechazoyalzalosdosmontonesdesalchichas—.¿Sehatraídoel hallazgo?¿Aquí?¿ALondres? Chasqueolalenguaenrespuesta. —Esperoqueestéensitioseguro. —Porsupuesto. —¿Esunacuestióndedinero?—preguntaentonoausente. —¿Dinero? Avecessoyunpococortodeentendederas.Élmemiraalosojos.Ledevuelvolamirada.Tiene losojosdeungrisazuladoylaspestañasbastantelargas.Intentoleerlelospensamientos. —¿Cuántohabíapensado?—inquiere. Deprontocaigoenlacuentadeporquéreconozcolavoz.Hehabladoporteléfonoconél,hace dos días, cuando se presentó como el señor Rutherford del Real Instituto Británico de la Jodida Arqueología. Me echo a reír y me mira desconcertado. Después me acompaña con su risa de payaso. Ahí estamos,riéndonosennuestramutuadesconfianza. Detrásdenosotros,enlaotrapuntadeluniverso,seabreunapuerta.Unángelllegaflotando,con una bandeja de plata con dos tazas y una tetera de porcelana. Sin mediar palabra, nos sirve y desaparece. —Porfavor—diceWinthrop. Dejocaerunterróndeazúcarenelté,peronotocolaleche.Winthrophaceexactamentealrevés. —¿Porquéseniegaaentregarelobjeto? —Porqueespropiedadnoruega. —Escuche —empieza con irritación, pero se detiene y decide cambiar de tono—. Señor Balto, ¿noeselprofesorArntzensusuperior? —Sí. —¿Porqué,entonces,noobedecelasórdenesdesusuperior? Órdenes,mandatos,decretos,dictados,leyes,reglas,instrucciones,prescripciones…Lamayoría de los británicos encuentra seguridad en todas las regulaciones de la vida. Pero a mí me ocurre lo contrario. —Noconfíoenél—respondo. —¿Noconfíaensupropiopadrastro? Unescalofríomebajaporlaespalda.Hastaesohandescubierto. Winthropmeguiñaunojoychasquealalengua.Esespabilado. —Dígame,señorBalto,¿nosufriráunaligeramaníapersecutoria? Nomeextrañaríaquehubieraleídomishistorialesmédicos.Yeldiario.Algunasveceshastalos paranoicospuedentenerrazón. —¿Quéhayenelcofre?—pregunto. —Como ya le he dicho, señor Balto, permítame que le recuerde que es su obligación entregar aquelloquedeningúnmodolepertenece. —Voyaentregarlo… —¡Estupendo! —… En cuanto averigüe qué es lo que hay dentro y por qué tanta gente está tan empeñada en sacarloilegalmentedeNoruega. —SeñorBalto,¡deverdad…! —¡Yoeraelsupervisordelasexcavaciones! Winthropchasquealoslabios. —Enefecto.Peroenrealidadnadielehadichoquéesloqueestabanbuscando,¿no? Vacilo.Comprendoquevaadejarmeformarpartedealgoquesesuponequenodeberíasaber. Perotambiénséqueprobablementemeserviráunamentirabiendirigida,unaseductorapistafalsa. —¿Elmapadeuntesoro? Suscejasformandosuvesperfectascabezaabajo. —¿Elmapadeuntesoro,señorBalto? —¿HaestadoúltimamenteenRennes-le-Cháteau? —¿Dónde?—Memiraconinocencia. Perfeccionolapronunciación: —¡Rennes-le-Cháteau!Yasabe,laiglesiamedieval.Losmapasdeltesoro. —Losiento.Deverdad,nosédequémeestáhablando. —Entonces,¿podrácontarmeloqueestabanbuscandodeverdad? Seestremeceybajalavoz;estáincómodo. —Teníanunateoría. —¿Unateoría? —Nadamás.Sólounateoría. —¿Queconsistíaenqué? Winthrophaceunaextrañamuecaquequizápretendamanifestarprofundasreflexiones,peroque enelfondosólopareceunamuecaextraña,yluegopregunta: —¿Noessorprendentequelascivilizacionesantiguasnofueranenabsolutotanprimitivascomo creíamos? —Yquelodiga. —Tenían conocimientos, tanto tecnológicos como intelectuales, que no parecen corresponder a genteensuestadodedesarrollo.Conocíanmejoreluniversoquemuchosastrónomosaficionadosde hoyendía.Dominabanlamatemáticaabstracta.Erandestacadosingenieros.Practicabanlamedicina ylacirugía.Teníanmuybuenacomprensióndelasdistanciasylasproporciones,delageometríayla perspectiva. Lomiroconatención,intentoleerentrelíneasestudiandosucaraysusojos. —Porejemplo:¿sehapreguntadoalgunavezporquéseconstruyeronlaspirámides?—inquiere. —Enrealidadno. —¿Sabeentoncesporqué? —¿Noerancámarasmortuorias?¿Lossuntuosossepulcrosdelosfaraones? —RepresénteselapirámidedeKeops.Teníacientocuarentaycuatrometrosdealturacuandofue erigidaporelreyegipcioKeops,delacuartadinastía.Losarqueólogosylosladronesdetumbashan encontrado una cámara del rey, una cámara de la reina, hoyos, galerías, pasillos estrechos… Las estanciasconocidasconstituyenentotalununoporcientodelvolumendelapirámide.¿Mesigue? Losigo. Seinclinasobreelescritorio. —Los científicos —continúa— empezaron a practicar radioscopias en las pirámides con tecnología moderna. No tardaron en darse cuenta de que había mucho más hueco del que se ha descubierto.Hastaunquinceporciento. —Noestansorprendente. —Desde luego que no. ¡Pero un quince por ciento, señor Balto, es bastante! No sólo eso: el sensible equipo recibió reflejos que indicaban que un gran objeto de metal está localizado siete metrospordebajodelniveldelsuelodelapirámide. —¿Untesoro? —Porloquesé,leinteresanlostesoros.Ysupongoquesepuededecirquetodoloquehaydentro de una pirámide, por definición, ha de considerarse un tesoro. La presencia de metales en una pirámide egipcia no tendría, en sí misma, por qué extrañar a nadie. Pero no se trataba de un sarcófagodeoronideunacoleccióndecobreohierro.Eltamañoylamacicezdelobjetometálico era de tal carácter que obligó a los científicos a repetir varias veces las mediciones antes de convencersedequelosdatoserancorrectos.Situandoelequiporadioscópicoendiferentesángulosy posiciones,consiguieronelbocetodelobjetometálico.Sucontorno. —¿Yquéesloquevieron? Winthropselevantayseacercaaunarmarioquecontieneunacajafuerte.Tecleauncódigoyla puertaseabreconunbostezo.Winthropsacaunacarpetanegraquetraehastaelescritoriomientras laabre. —Éstaesunacopiadeloquedescubrieron—dice. La hoja está metida en una funda de plástico transparente. A primera vista el dibujo, hecho por ordenador,pareceunanaveespacial. Despuésadviertoquerealmenterepresentaunanaveespacial. Cascoalargado,alaspequeñas,timóndeprofundidad. MiroaWinthropdereojo. —Elañopasadoexcavamoshastalagaleríaenlaqueseencuentralanave—dice. —¿Quéesesto? —¿Nolove? —Pareceunanaveespacial. —Esunanaveespacial. —¿Unanaveespacial? —Exacto. —Espere un momento. ¿Una nave espacial se quedó atascada bajo la pirámide de Keops en un desgraciadointentodeaterrizareneldesierto?—preguntoentonomordaz. —No,no,noloentiende.EsunanavesobrelaqueseconstruyólapirámidedeKeops. Le dirijo mi triste mirada de perro. La que significa: «No pretenderá que me crea todas estas tonterías,¿verdad?».Ydespuéssueltounprofundosuspiro. —QuizáconozcalascontrovertidasteoríasdelsuizoErichvonDániken—prosigue. —¡Sí!SerefierenalasvisitasdeextraterrestresalaTierraenelpasado,yesaclasedecosas. —Esoes. Miroeldibujodelanaveespacial.AcontinuaciónmiroaWinthrop. —¡Nopuedeestarhablandoenserio!—exclamo. Delacarpetanegrasacacincohojasdepapelcubiertasdefórmulasmatemáticas. —Los cálculos —dice empujando hacia mí los papeles—. La NASA ha evaluado las cualidades aerodinámicasdelanave.Apartirdeahoravanaajustarsusfuturasnavesespacialesaestemodelo. Me cruzo de brazos. Empiezo a sentirme mal. No porque me crea su historia, sino porque sus mentirasparecenocultarunsecretoquequizáseaaúnmásterrorífico. —Una nave espacial bajo la pirámide de Keops —digo, como si ya hubiera conseguido convencerme. Inclinolacabezahacialaizquierda.Yluegohacialaderecha.Comosituvieratortícolis.Beboun sorbodeté.Estátibioysabecomoalgoqueesperaríasquetesirvieranenlatiendadeunbeduino ricoenmediodeldesierto. —¿Así que quiere que crea que la pirámide de Keops se erigió sobre una nave espacial prehistórica?—digomirándoloalosojos. —Permítame que se lo repita… Una nave espacial. Creemos que procedía de una nave nodriza mayorenórbitaalrededordelaTierra. —Sí,claro. —Pareceescéptico. —¿Escéptico?¿Yo?Deningúnmodo.Pero,dígame,¿cómoexplicaquelosegipciosconstruyeran una enorme pirámide sobre la nave? No creo que hace cinco mil años existiese el concepto de «garaje». —Considerabanqueerasagrada.Lanavecelestedelosdioses. —¡Debió de ser un verdadero fastidio para los extraterrestres cuando por fin volvieron y encontraronunaenormepirámidesobresunave! Nisiquierasonríe.Creequetienemiconfianza. —Algopudohabersalidomaldesdeelprincipio—apunta—.Quizáfueseunaterrizajeforzoso. Quizá la nave no pudiera despegar. ¿Arena en la maquinaria? O quizá sus astronautas murieran al encontrarse con la atmósfera terrestre, o al entrar en contacto con determinadas bacterias. No estamosseguros.Seguimosenlafasedelasadivinanzas. —¿Asíquenohanintentadohacergirarlallavedearranque? —Aúnno.—Vacila—.Existeotrateoría. —Nolodudo. —Podría pensarse que nunca pretendieron que la nave volviese. Que su misión era traer a un grupodecriaturas,sindudaconaparienciahumana,paraquesequedaranenlaTierra. —¿Quéteníanquehaceraquí? —Quizá quisieran colonizar nuestro hermoso planeta, intentar reproducirse, no hay modo de saberlo.HayquiencreequeesascriaturaseranlosmodelosdelosrelatosdelaBibliasobrebellos ángeles estilizados. Eran más grandes y altos que nosotros, las personas. E inconcebiblemente hermosos. Por la historia de la religión sabemos que los ángeles a veces dejaban embarazadas a nuestrasmujeres.Asíque,enelaspectogenético,debemosdehabertenidounorigencomún. Merío. Elnodicenada. —¿Yustedsecreetodoeso?—pregunto. —Setratadereconocerloshechos,señorBalto. —Olasmentiras. Lomirolargamente.Alfin,elsonrojoemergecomodosrosasensusredondasmejillas. —¿Yelcofre?—pregunto—.¿Quérelacióntieneconesto? —Esoquizálosepamoscuandonosloentregue. Merío. —Tenemos la esperanza de que el contenido del cofre pueda guiarnos hasta esos seres extraterrestres —afirma—. No necesariamente a los que aterrizaron, no creo que sean inmortales, aunque,quiénsabe…—añade,arqueandolascejas—,sinoasusdescendientes.Lalíneadesuestirpe. Talvezencontremosunmensaje.Deellosparanosotros. Guardamossilencio. RecientementeleíalgoenelperiódicosobrelamédicofinlandesaRauni-LeenaLuukanen,queno sóloesespecialistaenenfermedadesterrenalescomolasinusitisolashemorroides,sinotambiénen la filosofía pacifista de criaturas de sistemas solares lejanos. Mantiene contactos regulares con los humanoidesquecruzanlabóvedaceleste.Detodaslasconfidenciasquelehanhecho,memaravilla queoperenconseisdimensiones,queviajenatravésdelespacioyeltiempooqueunadelegaciónde ellosrecibieraaNeilArmstrongcuandopusolospiessobrelaLuna.Lamásfascinantedetodaslas afirmaciones de Luukanen deriva del hecho de que, al igual que yo, son vegetarianos. Y de que el platofavoritodeloshumanoideseselheladodefresa. Meríodenuevo.EsposiblequeWinthropmeconsidereunpocoincrédulo. —Pienseustedloquequiera—diceconvozáspera. —Esohago. —Le he presentado los hechos, todo lo que sabemos, y lo que creemos. No puedo hacer más. Créaseustedloqueleparezca.Odéjeloestar. —Esoseloprometo. Carraspeaysemueveenlasilla. —¿QuéeslaSIS?—pregunto. —¡Ah!—Saltaalavistaquelapreguntaleagrada.Esinofensiva,unadeesaspreguntasquepuede mantenerloenmarchaduranteunahoraodosenesasfiestasdecóctelquefrecuentaconsubellay joven esposa, que seguramente tiene una relación con su entrenador de tenis—. La SIS —añade lentamente, como si tuviera que tomar impulso con cada letra— es una fundación científica, establecida en el año mil novecientos por los investigadores y científicos más destacados del momento. El objetivo era coordinar los conocimientos de muchas ramas del saber en un banco común.—Asumeuntonodidáctico,comosiestuvieraanteungrupodecolegiales—.¡Imagíneseel momento! —Abre los brazos de par en par—. El comienzo del siglo. ¡Un nuevo optimismo! Crecimiento. Idealismo. En la vida económica surgían nuevas y grandes industrias. Una nueva era nacía.Perohabíaunproblema;¿sabeenquéconsistía? —No. —Nadiepensabamásqueensupropioterrenodelsaber.Yésafuelagranideaquepropicióla fundacióndela SIS:controlareldesarrollocientífico,coordinar,ponerencontactoacientíficosque pudieranayudarseentresí.Enunapalabra:pensarglobalmenteenesamarañadeunidades. —Suenaestupendo;pero¿enquéhaderivadolaSIS? —Recibimosapoyoeconómicoyprofesionaldetodaslasramasdelsaber.Percibimosdinerodel presupuesto estatal y de nuestros propietarios, además de donaciones de universidades y ámbitos científicos de todo el mundo. Somos más de trescientos veinte empleados fijos. Contamos con un grannúmerodecientíficosenpuestosdelamayorimportancia.Tenemoscontactosenlasprincipales universidades. Estamos representados en todos los lugares donde se llevan a cabo investigaciones trascendentes. —Nuncahabíaoídohablardeustedes. —¡Esosíqueesextraño! —No hasta que averigüé que la SIS estaba detrás de las excavaciones que me habían contratado para…,¡je,je!,supervisar. Winthrophojea,conelpensamientoenotraparte,unosfoliosquehaysobreelescritorio. —¿QuépuedecontarmesobreMichaelMacMullin?—pregunto. Winthroplevantalavistadesuspapeles. —Ungranhombre—diceentonodedevoción—.Eselpresidentedelajuntadirectivadela SIS. Todo un caballero, ya mayor y muy rico. ¡Un cosmopolita! Lo nombraron catedrático de Oxford justodespuésdelaguerra.Enmilnovecientoscincuentaseretiródelainvestigaciónparadedicarsu vidaalaSIS. —¿Dóndeestáahora? —Creemosqueapuntodevolver.Prontotendráocasióndereunirseconél.Tienemuchointerés enverlo. —¿Cuálessuespecialidad? Winthropenarcalascejas. —¿Nolosabe?Esarqueólogo.Comousted.Comosupadre. Dianeestásentadatraselmostrador,ymiraconlosojosentornadoselordenadorconletrasverdes. Estámonacuandoentornalosojos.Tambiénestámonacuandonolohace. Elsolentraaraudalesporlasgrandesventanas.Acabodecruzarlapuerta.Enlamanoestrujoel folleto enrollado de la SIS que me ha dado Winthrop. Al separarnos, ha reído con su boba risa de payasoymehadichoquelealegrabavermetandispuestoacolaborar.¿Dispuestoacolaborar?Al parecerpensabaquehabíahechosutrabajoyqueyoibaairmecorriendoacasaabuscarelmaldito cofre.Debedecreerquesoyfácildepersuadir.Ybastantetonto. Conuncarraspeodiscreto,queresuenaenelsilenciocatedralicio,doyunpasohaciaelinterior delabiblioteca.Dianememiraconexpresiónausente.Laconcentraciónsediluyeenunasonrisa.La luzmeengaña:poruninstantemeparecequesesonroja. —Túotravez—dice. —AcabodeestarconWinthrop. Selevantayvienehaciamí.Estamañana,alelegirlaropa(melaestoyimaginando),hapuesto cuidado:llevaunablusadesedablanca,unafaldanegraceñidaquelesientabienasufigura,medias denailonnegroyzapatosdetacón. —Lo llamamos el Hombre de la Luna. —Suelta una risa contenida y pone una mano sobre mi brazo.Sonríoforzadamente.Elcontactodesencadenaenmicráneounchaparróndehormonas. —Diane,¿podríasayudarme? Ellavacilaunmomento,luegoresponde: —Claro. —Loquenecesitoquizánoseadeltodosencillo. —Haréloquepueda,peroloimposiblellevaunpocomásdetiempo. —Setratadedatosquetenéisenelordenador. —¿Sobrequé? —¿Hayalgúnsitiodondepodamoshablar?—Bajolavozyañado—:Preferentemente,dondeno tengamosquesusurrar. Me agarra la mano (suavemente, con ternura) y me guía a través de la biblioteca hasta un despacho con una puerta de cristal mate. Es un despacho impersonal. Estanterías llenas de grandes carpetasdeanillas.Unescritorioantiquísimoconunapantalladeordenadorimpresionantesobreun pedestalalaúltimamoda.Untecladounidoconuncabledeespiralalaunidadcentraldelordenador, en el suelo. Un cenicero vacío. Una taza de plástico con un resto de café y colillas. Una silla de oficinapocoestablesobrelaquesesientaDiane.Memira.Yotragosaliva.Meabrumalacertezade estarsoloconellaydeque(demodopuramentehipotético)puedoinclinarmehaciadelanteybesarla. Y sí responde a mi beso y suspira con dulzura, puedo cogerla en mis brazos (todavía en teoría), subirla al escritorio y follarla de forma brutal. Y después escribir una carta sobre el asunto a una revistadehombres. —¿Quéproblematienes?—pregunta. Miproblemaesquetengoalgunosproblemasdemás. Lasillademaderacrujeconmipeso. —¿Eresbuenabuscando?—digo,indicandoelordenadorconlacabeza. —Mmm,sí.Sesuponequeesmitrabajo. —NecesitosabermássobreMichaelMacMullin. Medirigeunarápidamirada.Nosoydeltodocapazdeinterpretarla. —¿Porqué?—preguntaconfrialdad. —Noséloqueestoybuscando—contestoconfranqueza. Su mirada no me suelta. Sólo cuando percibe lo incómodo que me siento, se acerca al teclado, aprietaelF3de«Búsqueda»yescribeatodavelocidad«MichaelMacMullin».Elordenadormascala preguntaysumaantesderesponder:«16documentoshallados.11codificados.»[3] —¿Quieresqueteimprimalosarchivosalosquesepuedeacceder? —¿Acceder? —Oncedelosarchivosestánprotegidos.Paraobtenerlainformaciónsenecesitaunacontraseña. —¿Notienescontraseña? —Claro.Peroatiende… Tecleasucontraseña. «Noautorizado.Serequierenivel55»,respondelamáquinaeninglés. —¿Quésignificaeso? —Operamosendistintosniveles.Alniveloncetienenaccesotodoslosusuarios,incluidalagente ajena a la fundación. El nivel veintidós protege los datos que es preciso documentar y se tiene derecho a consultar. Por ejemplo, proyectos de investigación que se están desarrollando en estos momentos.Elniveltreintaytresprotegelosarchivoscondatosqueestéprohibidohacerpúblicos. Los bibliotecarios tenemos autorización hasta ese nivel. El cuarenta y cuatro atañe a los datos personales y las condiciones internas. Y luego hay un nivel cincuenta y cinco que sólo los dioses sabenquéprotege.Estoes,ladireccióndelaSIS. —¿Estáisligadosaunabasededatos? Dianememiracomosifueraunapreguntatonta.Esunapreguntatonta. —Somosunabasededatos.¿Nohasoídohablardenosotros?Eltablóndeanunciosdela SIS. O www.soinsc.org.uk.¡Lídermundialensuterreno!Tenemosabonadosenuniversidadeseinstitutosde investigaciónportodoelmundo. —¿Quétipodedatos? —¡Detodo!TodolorelacionadoconlacienciaylainvestigaciónenlaqueestáinvolucradalaSIS. Esdecir,casidetodo.Labasededatosestáformadaportodonuestromaterialhistórico,actualizado y con referencias cruzadas. Todos los informes y las descripciones de campo están aquí. Además, guardamos artículos relevantes de Reuter, Associated Press, el Times, el New York Times y algunos mediosdecomunicaciónseriosmás. —¿Puedesbuscarcualquiercosa? —Másomenos. —Pruebaconelcofredelossecretossagrados. —¿Elqué? —Esunareliquia. —¿Elcofredequé? Se lo repito. Ella teclea. Encontramos nueve entradas. La primera remite al tratado que escribieronen1973papá,LlyleworthyDeWitt.Lasegundaesunresumendelmito: La reliquia de los secretos sagrados: mito sobre un objeto sagrado o un mensaje en un cofre. SegúnelfilósofoDidactdemus(aprox.140d.C.),elmensajesóloestabadestinado«alcírculomás internodelosiniciados».Elcontenidodelmensajenoestáclaro. ElcofreconlareliquiaseguardóenelmonasteriodelaSantaCruz,aprox.300-954,añoenque fue robado. Se dice que los cruzados lo entregaron a la orden de los hospitalarios de San Juan de Jerusalén en 1186, pero apenas se dispone de pistas seguras sobre el cofre después de que cayera Acreen1291.Latradiciónoralapuntaaquefueocultadopormonjesenunoctógono.Segúndiversas tradiciones,eloctógonodeberíaestarenJerusalén(Israel),Acre(Israel),Jartum(Sudán),AyiaNapa (Chipre),Malta,Lindos(Rodas),Varna(Noruega),Sebbersund(Dinamarca). Referenciascruzadas: Arntzen/DeWitt/Llyleworthref923/8608hg BérengerSauniéreref321/231lab LosrollosdelmarMuertoref231/4968cc Varnaref675/6422ie Laordendeloshospitalariosref911/1835dl MonasteriodelaSantaCruzref154/5283oc ReypersaCambisesref184/0023fv Rennes-le-Cháteauref167/9800ea ElsudariodeTurínref900/2932vy ClementeIIIref821/4652om InstitutoSchimmerref113/2343cu ProfetaEzequielref424/9833ma Qref223/9903ry NagHammadiref223/9904an Para acceder al resto de los documentos —una sorprendente colección de mitos antiguos europeos, dinastías reales, linajes aristocráticos, ocultismo, saber hermético y referencias incomprensibles— se necesita contraseña. Diane teclea la suya. «No autorizado. Se requiere nivel 55»,respondeelordenadordenuevo. —Quéraro—diceDiane—.Nosolemosprotegerconcontraseñaslainformacióngeneral.Sólo los datos sobre el personal. ¿Es posible que alguno de estos reyes o profetas haya trabajado para nosotros?—añadeentrerisas. —¿Unproyectotemporal?—propongo. Memiradereojo. —¿Quéesestareliquia? —Diossabe.BuscaenEzequiel. —¿Quién? —ElprofetaEzequiel.Habíaunareferenciacruzada. Encuentracuatroentradas.Tresestánbloqueadas.LaqueestáabiertaremitealInstitutoSchimmer. —¿SabesquéeselInstitutoSchimmer?—pregunto. —Un centro que concilia investigación de base arqueológica y teológica. Entre otras muchas cosas. —PruebaconVarna—digo,ydeletreolapalabra. Encontramos siete documentos. Uno remite al tratado de papá. Otro, a los hospitalarios de San Juan. Otro remite a un monasterio de Malta. Otro atañe a las excavaciones en curso del profesor Llyleworth.Otro,alInstitutoSchimmer.Losotrostresestánbloqueados. —¡BuscaenRennes-le-Cháteau! Dianememira. —¡Rennes-le-Cháteau!—repito. Carraspea,ylecuestaunratoescribirlobienyencontrarelsímboloâ. Nosdadieciochoentradas.Lamayoríatieneelaccesobloqueado. Diane imprime la información accesible, que habla del joven cura pobre que encontró unos pergaminos cuyo contenido permanece aún desconocido, pero que le hizo ganar una fortuna. Se insinúanconexionesconlascruzadas,lasórdenesdecaballeríayconconspiracionesvinculadasalos masonesyalinajesletrados. —¿PodríasbuscartodaslasexcavacionesenlasquehaparticipadolaSIS?—pregunto. —¿Estásloco?¡Tendríamosquequedarnosaquíhastamañana! —¿YlasexcavacionesquehandirigidoMacMullinyLlyleworthparalaSIS? —Claro.Perovaallevarsutiempo. Lleva su tiempo. La lista es larga. Cuando paso la mirada por la serie de lugares y fechas, me parocasualmenteenAgiaNapaenChipre,Hsifeng-kow en China, Tyumen en Siberia, Karbala en Irak, Aconcagua, junto a la frontera chilena, Thule en Groenlandia, Sebbersund en Dinamarca, LahoreenPakistán,CoatzacoalcosenMéxico,JartumenSudán. En el margen de varios de los puntos pone ASSSA y una fecha. Diane me explica que ASSSA responde a Archaeological Satellite Survey Spectro-Analysis Available. Se trata de una foto de satélite basada en mediciones magnéticas y electrónicas de la composición de la Tierra. Una fotografíageofísicadeesetipopuededesvelarruinasmuchosmetrospordebajodelniveldelsuelo actual. También en el margen de Varna (monasterio de Vaerne), Noruega, hay una referencia. La fotografía por satélite fue tomada el año pasado. He leído algo sobre la técnica usada en revistas internacionales. —Lanzaronelsatéliteenenerodelañopasado—diceDiane. —¿Podríasencontrarmelafoto?¿DeVarna? Conunsuspirodepacienciayunasonrisaquedifícilmentelededicaráatodoslosinvestigadores, Dianebajaalalmacéndelsótanoabuscarlafotografíadelsatélite.Peronoestáallí. GrahamLlyleworthenpersonahafirmadoelresguardoparasacarlacarpeta. —Sigamos—digo—.¿Quétienessobreloshospitalarios? Tieneunmontóndecosas.EncontramosreferenciascruzadasalInstitutoSchimmeryalmitodel cofredelossecretossagrados,queasuvezremitenalmonasteriodelaSantaCruz,alsudoestedela ciudadviejadeJerusalén. El monasterio fue fundado alrededor del año 300, en el lugar en que las leyendas y la historia bíblicasostienenqueLotplantólosbastonesdetressabiosenviadosporelSeñor. Losbastonesecharonraícesyseconvirtieronenunárbol.LaleyendadicequelacruzdeJesús fuehechaprecisamenteconesamadera. Segúnelmito,elcofresagradoestuvoguardadoenelmonasteriodelaSantaCruzhastaelaño 954,momentoenquefuerobadoyocultadoenunlugarsecreto. Nohayningunareferenciahistóricaalcofrehastaqueloscruzadosloentregaronencustodiaa loshospitalariosdeSanJuanen1186. —¡BuscaGrahamLlyleworth!—pido. El ordenador localiza cuarenta documentos. Casi todo son artículos de periódico y citas en revistascientíficas.Peroloscincoúltimosdocumentostienenbloqueadoelacceso. —¡BuscaTrygveArntzen! Lamáquinaencuentracincodocumentos.Estántodoscerrados. —¡Pruebaconmigo! Dianememirainterrogativamente.Atodavelocidadescribe«Bjørn_Beltø». Lamáquinaresponde:«0documentoshallados». —Escríbelocon«oe»—propongo. Deberíasentirmehonrado. El sistema informático de la SIS ha registrado al famoso albino Bjøern Beltøe de Noruega. «1 documentohallado». Nosóloeso.Elregistroestácerrado.Loquesabendemíessecreto. —Metetucontraseña. Miramoslapantalla. «Noautorizado.Serequierenivel55». Seispalabras.Noesgrancosa.Sóloseispalabrasenletrasverdes. Se dice que los delincuentes que han pasado muchos años en la cárcel echan de menos el encierro cuandoconsiguenlalibertad.Deseanvolveralacomunidadqueexisteentrelosmurosdelaprisión, alasrutinasdiarias,alacamaradería,alaabsurdaseguridadentrebandidosyvioladorescondenados porasesinato. Puedoentenderlos.Lomismomepasaamíconlaclínica. DianeconoceunagradablecaféparaalmorzarenuncallejónjuntoalacalleGower.Amínome parecemuyagradable.Todoslosadornos,mesasybancossondecristalyespejo.Mireadondemire, veomiaturdidaexpresión. Mientras le hablo del hallazgo del cofre de oro, de mis vivencias sin sentido en Oslo, de las insinuacionesveladasdeGretheydemiobjetivoenLondres,disfrutodesumiradaydesuatención. Me siento como un aventurero con una misión emocionante. Creo que Diane también lo interpreta así. Cuando volvemos a la SIS para recoger las hojas impresas que nos hemos dejado, Diane me preguntaquéplanestengoparalanoche.Lapreguntadetonaunabombademetralladeexpectativas. Meechoaunladoparanopisaraunadesenfadadapalomaurbanayledigoquenocreoquetenga ningúnplanespecial.Nohayporquéparecercompletamentedesesperado.Cuatropasosmásadelante mepreguntasiquieroquemeenseñeLondres.Mellenoapartesigualesdedichaypánico. —Suenabien—digo. Mequedoesperandoantela SISmientrasDianeentracorriendoabuscarlashojasimpresassobre Michael MacMullin. Tarda su tiempo. Cuando por fin sale y me da el montón de papeles, pone los ojosenblancoyseríeforzadamente. —¡Sientohabertardadotanto!—sedisculpaconungemidoafectado.Parecequetengaenmente darme un beso. Vacilante, interrogativa, añade—: Oye… lo de esta noche quizá no sea tan buena idea…—Lafrasesediluyeenlanada.Memiraalosojos—.¡Ay,esigual!—exclamadepronto—. ¡ElpubKing’sArms!¡Alassieteymedia!—Yoaúnnoheabiertolaboca.Ellatomaaireparaañadir algo,perosecorta.Unamotopasaacelerando—.Oye…Tengounaamigaquetrabajaenlabiblioteca delBritishMuseum.¿Quieresquelallame?Quizápuedaayudarte. —¡Fenomenal!—respondo.Ymequedoesperandoelbesoquenuncallega. Dianememira.Noconsigointerpretarsumirada.Hayenellaalgonodicho. —Nosvemosestanoche—sedespide.Luegosonríeydesaparece. En una tienda en la que las paredes con discos desaparecen en la eternidad, compro un CD recopilatorio para Rogern. Se llama Satan’s Children: Death Metal Galore. En la portada hay un dibujo del diablo tocando la guitarra eléctrica. Llamas de azufre le lamen las piernas. Una cosita monaqueRogernsabráapreciar. Tambiényotengomismalascostumbres.Cuandohasganadolacarreraentrelosbalonesyelhuevo yhaspasadodandotumbosporlainfanciasinserarrolladoporunconductorborracho,cuandohas ganduleadoatravésdelaadolescenciasinencontrarelsueñoeternoconunasobredosisdeheroína en un portal con luz azul, cuando no has sufrido un fallo de riñones agudo ni un tumor cerebral, entonces, joder, has de tener derecho a apretar el tubo de pasta de dientes por el medio y a dejar levantada la tapa del váter cuando has meado. Tener malas costumbres es un derecho humano. Me alegrodenotenermujer. Megustadejarelcepillodedientesenelbordedellavabo.Asísédóndeestá.Vale,esunamala costumbre.Noesracional.Meimportaunbledo. Ahoraelcepillodedientesestásobreelsuelodebaldosas. Noesgrancosa.Puedehabersidoelserviciodehabitaciones.Puedehabersidolacorrientedela ventana ligeramente entreabierta. Puede haber sido Enrique VIII, que ha resucitado en una nube de vaporyazufre. Lorecojoyvuelvoadejarlosobreelbordedellavabo,paraquelachicadelalimpiezapueda tenerlaalegríademeterloenelvasodeplásticodelestantedelespejo. Cuandoerapequeño,noeranloscuentossobrebrujas,caníbalesotrolssanguinarioslosquemás measustaban.EralahistoriadeRicitosdeoroylostresosos. Cuandolosososdecían:«Alguienhadormidoenmicama»,mehundíaenunpozosinfondode miedo.Creoquesedebeamiexageradorespetoporlainviolabilidaddelhogar. Lacremalleradelneceserestácerrada.Siempreladejoabierta.Parapoderencontrarlacajade condonesatodavelocidad(extrafinos,sinlubricante)cuandoporlasnochesentroenlahabitación delhotelconmiharéndemodelos. Sonlastresymediadelatarde.MarcoelnúmerodeGretheenelanticuadoteléfonodelhotel. Cuelgocuandohasonadodiezveces. Un pellizco de miedo hace que llame a Rogern. Diría que lo he despertado. Cosa que probablemente he hecho. Le pregunto si todo va bien. Me gruñe algo en respuesta que debe de significarquesí.Lepreguntosielcofresigueabuenrecaudo.Gruñequesí.Juntoaél,alguienseríe entrecortadamente. LlamoaCasparparapedirlequeaverigüesilehaocurridoalgoaGrethe. —¿Desdedóndellamas?—pregunta. —Londres. Silbaenvozbajaenelauricular,suenacomoelpitodeunateterahirviendo. —Tencuidado. —¿Quéquieresdecir? —¿EstásenLondresporelcofre? —¿Yqué? —Alguienhaentradoporlafuerzaentucasa. —Yalosé. —Ah,bueno.Pero¿tienesideadequiénhasido? —Espera.¿Cómosabestúquehanentradoenmicasa? —Porque el director general de Patrimonio Histórico, y me estoy refiriendo al mismísimo Sigurd,fueconvocadoporlapolicíayporelMinisteriodeAsuntosExteriorespararesponderporsu todopoderosoGrahamLlyleworth.—LarisasecadeCasparsuenaapapelcrujiente. —Yaséquefueél.Lovi. —Pero¿sabesquiénloacompañaba? —¡Dime! —Unodelosladronesteníaestatusdiplomático.¿Quévasadarme?¡Estatusdiplomático!Sedice que es del servicio secreto. La embajada británica ha montado un buen escándalo. Podría dar la impresióndequeatañealasegundadnacional.¡Estohallegadoalomásalto,Bjørn!¡Hastalomás alto!ElMinisteriodeAsuntosExterioreshaintentadoarreglarlodelmejormodoposible.¿Quécoño habéisencontrado? Mequitoloszapatosdedospatadas,metiroenlacamaydespliegolatiradepapeles,devarios metrosdelongitud,coninformaciónsobreMichaelMacMullin. Primeroleounapunte,amododepalabrasclave,sobresuvida.Nofacilitaellugarylafechade nacimiento. Beca especial en Oxford, donde fue nombrado catedrático de Arqueología en 1946. Profesor invitado en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Central para la labor de traducción e interpretacióndelosmanuscritosdelMarMuertoen1948.Presidentedelajuntadirectivadela SIS desde entonces. Catedrático honorífico del Instituto Weizmann. Presidente de la Asociación Geográfica de Londres desde 1953, de la Compañía Histórica de Israel en 1959. Uno de los fundadoresdelaBritishMuseumSocietyen1968.PresidentedelajuntadegobiernodelLondonCity FinanceandBankingCluben1969. Sigo leyendo artículos de revistas especializadas y periódicos. MacMullin ha participado en seminarios, congresos y simposios de Arqueología, Teología e Historia por todo el mundo. Representó a la SIS en las primeras excavaciones. Por medio de la SIS ha financiado una serie de proyectos.CuandoencontraronlosmanuscritosdelmarMuertoenQumrán,MacMullinfueunode los primeros científicos occidentales que convocaron. A lo largo de los años ha ejercido de intermediarioenlasdisputasentrecientíficosjudíosypalestinossobreelderechodepropiedadde losfragmentosdelosmanuscritosqueestánrepartidosentrelaUniversidadHebreadeJerusalényel InstitutoSchimmer.Aúndestacanunpardedetallesenlalistademinuciosasreferencias:desde1953 esdirectordelaAsociaciónInternacionaldeAmigosdelSudariodeTurín,ydesde1956,miembro delajuntadirectivadelInstitutoSchimmer. Vuelvo a llamar a Caspar y le pido aún otro favor. Que me recomiende para una estancia de investigaciónenelInstitutoSchimmer.Esporpuroimpulso,perotengolasensaciónindefinidade que puede ser de utilidad. Caspar ni siquiera me pregunta por qué. Me promete enviarme la recomendación al día siguiente. Por telefax. Con el sello de la Dirección General de Patrimonio Histórico.Deesemodoseguroqueleabrensuspuertas,cajonesyarmariosauncuriosodeNoruega. Nomeresultafácilponermeguapo. Lasmujerespuedenhacermilagrosconelmaquillaje.Lasnoguapassevuelvenbellas.Lasbellas, irresistibles.Loshombrespuedenpeinarseelpelo,dorarselapielconaguadecastañas,dejarqueles crezcalabarba.Enmiaspectonadahacemella. Enlasocasionesespecialeslocompensoconlaropa. EstanochemepongouncalzoncillodeCK,untrajedeArmani,camisablanca,corbatadeseda con flores de loto pintadas a mano, medias negras, zapatos de cuero. Me abotono los puños de la camisacongemelosdeoro. Delcuelloparaabajonotengomalapinta. Me palmeo la cara con aftershave Jovan. Me pongo gomina en el pelo. Cuando era más joven, intentaba adornarme un poquitín las pestañas y cejas descoloridas con el rímel que le cogía a escondidasamimadre.Hedejadodehacerlo. Salgoalpasilloymemiroenelespejogrande. Desdeluegounsemidiósgriego.Peronoestámal. DesgarroelsellodelenvasedeCho-Sanysacouncondón.Soyuneternooptimista.Yabajo,enel pantalón,hayalguienquesehinchaytieneesperanzas. Linda,laderecepción,memiradearribaabajocuandoledoylallave-tarjeta. —Elegante,señorBalto—dicecongestodeaprobación. ¿Seráunapervertida?¿Lepondránlosalbinos?Linda,elliriolibidinoso. —Nosabíaqueestabaaquí—añade—.Herecibidounmensajeparausted. Metiendelanota.HallamadoCharlesDeWitt.Seatanamabledeponerseencontacto. —¿Cuándohallegadoestemensaje?—pregunto. —¿Se me ha olvidado apuntarlo? ¡Ooooh, cuánto lo lamento! Hace un par de horas. No, más. Justodespuésdequeempezaramiturno.Sobrelascuatro,quizá. Se ríe disculpándose con coquetería; debería darme cuenta de que tiene cosas más importantes quehacerenestemundoquerecordarcuándohallegadounmensajeparaunalbinopresumidoenla recepcióndeunhoteldeclasemediadeBayswater. Miroelreloj.Lassieteymedia. SuboalcuartoyllamoalaAsociaciónGeográficadeLondres.Merespondeelporterodenoche. Estádemalhumor.Seguramenteacabadelevantarse.NuncahaoídohablardeCharlesDeWitt,tengo quellamarenhorariodeoficina.Lepidoquecompruebeellistíninternodeteléfonos,porsiacaso. Elauricularchasqueacuandoloestampasobrelamesa.Looigopasarlashojas.Alfondoseoyela histérica voz de un comentarista deportivo. Luego vuelve. Como había dicho, no ha encontrado a ningúnDeWittenellistíndeteléfonos,tengoquellamarenhorariodeoficina. EnlaguíatelefónicasóloencuentrounaDeWitt,Jocelyn,ProtheroeRoad.Marcoelnúmero. —ResidenciaDeWitt—diceunavoznegroidedemujer. MepresentoypreguntosiestoyhablandoconJocelynDeWitt.Noesella.LaseñoraJocelynno estáencasa,habloconelamadellaves. —Quizápuedaayudarme.¿EsésaporcasualidadlafamiliadeCharlesDeWitt? Sehaceelsilencio.Finalmentedice: —Sí,éstaeslafamiliadeCharlesDeWitt.PerosobreesotendráquehablarconlaseñoraJocelyn. —¿Cuándoestarádevuelta? —LaseñoraJocelynestápasandounosdíasencasadesuhermanaenYorkshire.Volverámañana. —¿YelseñorDeWitt? Silencio. —Comohedicho,tendráquehablarconlaseñoraJocelynsobreeso. —Sólounapreguntamás:¿esCharlesDeWittsumarido? Titubeante: —Silodesea,puedodarlealaseñoraJocelynelrecadodequehallamado. Ledejominombreyelnúmerodeteléfonodelhotel. Dianemeestáesperandoenunamesadebarrilalfondodelpub.Atravésdelhumodeloscigarrillos nolareconozcohastaque,conungestodemujerdemundo,mehaceunaseñaconlosdedos. Laseductoraideadelasalmasgemelas—quelacazadelgranamornoesenelfondomásquela búsqueda, que dura toda la vida, de nuestra mitad perdida de lo supraterrenal— se me representa comolaideametafísicamásromántica. Una mera bobada, evidentemente, pero, a pesar de todo, un atractivo curso de pensamiento. No debería descartarse que Diane pudiera ser mi alma gemela. Claro que pienso lo mismo de toda la gentedelaquemeenamoro. Los hombres que hay en torno a Diane siguen su gesto con la mirada. Cuando me ven a mí, vuelvenaexaminaraDiane,quizáparacomprobarsiestámaldelavistaoesunpocoretrasada.Oun contactodeapoyodeviajesorganizadosconsucliente.Oquizásunaelegantenenaqueheencargado porteléfono. Meabropasoadisculpasatravésdelavociferantemuchedumbreyconsigohacermeunhueco entre Diane y un alemán que está cantando una canción de borracho. Hay más de siete mil pubs en Londres.Enmuchosdeelloshayexclusivamenteturistas.Losbritánicosocultansubardelaesquina. Yolosentiendo.Atraemosauncamareroalamesaconunbillete.Dianeencargadoscervezasrubias. Lasbebemosrápido. El tráfico fluye como un torrente de metal. Las fuentes de luz de los anuncios de neón se distorsionanenlosbordesporloscristalesdelasgafas.Mesientoextraviado,enotroplaneta.Para Dianeestoessucasa.Mehacogidodelbrazoycharlarelajadamente,llenadelaautoestimasurgida delaimagenquehavistoenelespejotraspasarhorasentrelacoquetayelarmarioropero.Seha puestomediasrojas,faldanegrayblusarojabajounatoreradeterciopelo.Sobrelaropainteriorno puedosinofantasear.Llevaunbolsitocuyacorrealecruzaelpecho.Seharecogidoelpeloenuna coletaconunagomadetela. —MeheacordadodehablarconLucy.¿Nosoyestupenda? —¿Lucy? —Ladelabiblioteca.DelBritishMuseum.Estámásquedispuestaaayudarte. —¿Másquedispuesta? Seríe. —Lucytienemuchacuriosidadportodasmishistoriasdehombres. MientrasDianemehabladelaalegreLucy,meditosobresiyoseréunahistoriadehombres. Megustanlasmujerescalladas.Lasmujerestímidas,unpocointrovertidas.Noesasquelessilban aloshombresenlosbares.Megustanlasmujeresqueestánllenasdepensamientosysentimientos, peroquenosloscompartenconquienseacuandosea.NotengoniideadequétipodemujeresDiane niporquémesientotanatraídoporella.Menosideaaúntengodequéveráenmí. EnlacalleGarrichayunrestaurantevegetarianofrancésqueesfamosoporsusfantásticosmenus potagesysusconsiderablesprecios.Sisevaainvitaraunamujerhermosaaunacomidavegetariana, estáunocondenadoalcaminodelaperdiciónsinoseaspiraaloperfecto. PersuadoaDianeparaquepruebeunguisodejudíasgratinadoconqueso.Yo,pormiparte,pido ungratinadodeberenjenasyespárragosconvinagreta.Deprimerocompartimoscrepsconespinacas ychampiñones,queesloquearegañadientesnosharecomendadoelcamarerodeojossemicerrados y pronunciación ceceante. Una de las ventajas de los restaurantes vegetarianos reside en que los camarerosestánlibresdeprejuiciosyque,portanto,tratanaunalbinoconelmismodesdénconque tratanatodoslosdemásclientes. Cuando el camarero ha tomado nota del pedido, ha encendido las velas y se ha retirado, Diane apoyaloscodossobrelamesa,juntalasmanosymemira.Porqueelrestauranteestáenpenumbray porquemirostroseestábañandoenlassombrasqueocultaránmirubor,meatrevoamencionarlo innombrable: —Yaséporquéhassalidoconmigo. Laspalabrasladesarman.Seyergue. —Ah,¿sí? —¡Tienescuriosidadporsaberquélespasaalosalbinosamedianoche! Memirafijamente,sincomprender,despuésseechaareír. —¡Puesdimeporqué!—lepido. Carraspea,serecomponeymemiradelado. —¡Porquemegustas! —¿Tegusto? —Nuncaheconocidoanadiequeseaexactamentecomotú. —Nohacefaltaquemelojures. —Nomemalinterpretes.Lodigocomoalgopositivo. —Eh,gracias. —Noeresdelosqueserindenconfacilidad. —Creoquetozudoesotramaneradellamarlo. Seríeparasusadentrosymemira. —¿Notienesnovia?¿Allíencasa? —Ahoramismono.—Setratadeunaligeraexageración.Noquisieraparecerunpobrecito—.¿Y tú? —Justoahora,yotampoco.Peroseguroquehetenidocien.—Duranteunsegundooscilaentrela risayladesesperación.Porsuertevencelarisa—.¡Esemierda!—ledicealvacío. Yo callo. Campear con las penas de amores de los demás no es mi lado fuerte. Ya tengo suficientesproblemasconlosmíospropios. Dianememiraalosojos.Yointentodevolverlelamirada.Nomeresultadeltodofácil.Mimala vistahadesarrolladocontraccionesenlosmúsculosdelosojos.Laenfermedadsellamanistagmus. Losmédicoscreenquesedebealintentodeenfocaryrepartirlaluzqueentraaraudalesporelirisal mismotiempo.Paralamayoríadelagentenoesmásqueunmovimientonerviosodelosojos. —Noerescomolosdemás—diceella. Llegaelprimerplatoycomemosensilencio. Porfin,cuandoelcamarerohaservidoelsegundoplatoyelvino,cuandonoshabufado«Bon appétit»yhaserpenteadoderegresoasuoscuroyhúmedoesconditejuntoalacocina,Dianevuelve aanimarse.Sepasaunbuenratocontemplándomemientrassonríeysemordisqueaellabioinferior alternativamente.Engarzaunajudíayselameteenlaboca. —¿Porquétehicistearqueólogo?—pregunta. Lecuentoquemehicearqueólogoporquemegustalahistoria,lasistematicidad,ladeducción,la interpretación,lacomprensión.Teóricamente,habríapodidohacermepsicólogo.Lapsicologíaesel artedeejercerlaarqueologíadelalma.Perosoydemasiadotímidoparaserbuenpsicólogo.Además, los problemas de los demás me interesan muy poco. No porque sea un egoísta, sino porque mis propiosproblemassonyalobastantegrandes. —¿Quépasaconesecofre,Bjørn? Empujounespárragodeacáparaallásobreelplato,mientrasrespondo: —Estánocultandoalgo.Algomuygrande. —¿Quépodríaser? Miroporlaventana.Unafurgonetaconcristalestintadosestámalaparcadajuntoalbordedela acera. Pincho el tenedor en el espárrago y me recorre un escalofrío. Tras los cristales tintados imaginocámarasymicrófonos.Avecestengoproblemasconmisparanoias. —Algo lo suficientemente grande como para que estén dispuestos a llegar muy lejos para mantenerloensecreto—digoenvozbaja. —¿Quiénesson? —Todos.Nadie.Nolosé.MacMullin.Llyleworth.ElprofesorArntzen.LaSIS.Eldirectorgeneral dePatrimonio.Todosellos.Quizátambiéntú. Nodicenada. —Loúltimoeraunabroma. Meguiñaunojoyhaceunamuecasacandolapuntadelalengua. —Debierondedescubriralgo,enmilnovecientossetentaytres—apunto—.EnOxford. —¿EnOxford? —Todosloshilossereúnenallí. —¿Enelsetentaytres? —¿Sí? Ungestodedolorlecruzaelrostro. —¿Hayalgúnproblema?—pregunto. Detrás de nosotros se vuelca una botella de vino. El camarero acude corriendo con cara de reproche. Dianesacudelacabeza. —Ninguno—respondealgoausente. —Haytantascosasquenoconsigoexplicar…—continúo—.Cosasquenoencajan. —Quizáseastúquiennovelarelación. —¿Túquécrees?¿CómopodíalaSISsaberexactamentedóndeestabaenterradoelcofre? Lapreguntalacogeporsorpresa. —¿Losabíamos? —Claro. El profesor Llyleworth, DeWitt y mi padre ya especulaban, en su tratado de mil novecientossetentaytres,conlaposibilidaddequehubierauncofresagradoenelsitiodelhallazgo. Perohastaesteañonosehandecididoabuscarlo. —No es de extrañar. Hasta el año pasado no dispusimos de las fotografías por satélite que desvelabanconexactituddóndesehallabaeloctógono. Yodeberíahabercaídoeneso. —La realidad no es nunca tal y como la percibimos —digo—. Alguien tira de hilos que no podemosver. —¿Quéquieresdecirconeso? —Sabíanbienloqueestabanbuscando.Ydóndeteníanquebuscar.Yloencontraron.Yentonces aparecíyoymeinmiscuíentodoelasunto. —¡Esoesloquemegustadeti!¡Quéteinmiscuyas! —Nocreoqueaelloslesentusiasmetanto. —Puesesoescosasuya. —Ahorameheconvertidoenunachinaensuzapato. —¡Lesestábienmerecido! Merío. —Realmenteparecestenerlesbastantemanía. —Esquesontan…—Sacudelacabezayaprietalosdientes. —¿Tehagustadoelguisodejudías? —¡Delicioso! —¿Teapeteceríahacertevegetariana? —¡Nunca!¡Apreciodemasiadolacarne!—Meguiñaunojo. NoocurreconmuchafrecuenciaquecrucelascallesdeLondresestrechamenteabrazadoauna chicapreciosa.Lociertoesquenoesmuyfrecuentequecamineabrazadoaningunachica. Elaireestácaliente,denso,cargado.Osino,soyyo.Saludoaloscochesquepasan.Lesguiñoel ojoalaschicas.Unmendigoestásentado,mediodurmiendojuntoaunacabinatelefónica.Dianeme hametidolamanoenelbolsillotraserodelpantalón. Nunca le he dicho a Diane en qué hotel estoy alojado. Pero es ella quien me guía por Oxford StreethastaBayswaterRoad.Anoserqueseamisubconsciente.Mearriesgoaecharleelbrazopor encimadelhombro. —Mealegrodehabermetopadocontigo. Cruzamoscorriendounacallelateralconelsemáforoenrojo.NospitaunMercedes. —Mealegromucho—repito,ylaatraigohaciamí. Deprontoellafrenaensecoyempiezaaagitarlamano.Noentiendoquéestáhaciendo.Yome pongoabuscarmosquitos,siesquehaymosquitosenelcentrodeLondres.Untaxiseparajuntoala acera.Cuandosegirahaciamí,Dianetienelosojosinundadosenlágrimas. —¡Perdóname!—dice—.Graciasporhoy.Eresunencanto.¡Perdón! Cierra la puerta de golpe. Yo abro la boca para decir algo, pero ahí dentro no hay ninguna palabra que quiera salir. Diane le indica algo al taxista. Algo que no oigo. El coche sale a toda velocidad. Diane no se da la vuelta. El taxi dobla la esquina. Desconcertado, me quedo plantado en mediodelaaceramirandoeltráfico. Mequedoallíparado. Lindasigueenrecepción.Lagata.Linda,lapanteradelargaspiernas. —¿Lohapasadobien?—preguntaconprofesionalidad. Asientoconlacabezasindecirnipalabra. —Tengootrorecadoparausted.Yunacarta.—Meentregasunotaescritaamanoyunsobre. LeoquemehallamadoDeWittyquemepidequemepongaencontactoconél. Mientrassubohaciaelcuartodesgarroelsobre.Contieneunahojablancaconunmensajecorto. Recibirá250000librasporelcofre. Seatanamabledeaguardarulterioresinstrucciones. Mepreguntocuántocostarácomprarme.Miorgullo.Miimagenantemímismo.Mirespetopor mímismo.Lociertoesquenoestoyseguro.Pero250000librasnoestánicercadetentarme. Deberíahabermepuestoencontactoconunpsicólogo. —Dianetieneunarelaciónbastanteretorcidaconloshombres. EstoysentadoenunadurasilladelasaladelecturadelBritishMuseum.Sobremí,labóvedadel techoseelevaatreintaydosmetrosdealturadevértigo.Lasmesassedesplieganformandorayos desde el centro, redondo como un círculo, de la sala. La memoria escrita de la civilización anglosajona.Unamontañadegruesoslibrosseapilasobrelamesaantemí.Enelsuelohaydoscajas decartóncondocumentosdelarchivodemanuscritos.Todo—elaire,miropa,layemademisdedos —hueleapolvodepapel.PeroLucyhueleaSalvadorDalí. Llevocuatrohorashojeandoyanotando.HerellenadodocefoliosA-4conapuntes,comentarios y observaciones. Lucy acaba de volver. Ha plantado su bonito trasero sobre la mesa libre que hay juntoamíyestásentadabalanceandolospies.Tieneelpelorojo,llevalospárpadospintadosdeazul yunjerseyabolsado.Minifalda.Resultaevidentequepiensaqueyosubrayolaretorcidarelaciónde Dianeconloshombres. No estoy acostumbrado a que hablen de mí en esos términos. No estoy acostumbrado a que las mujereshablendemídeningúnmodo.Anoserquelesdélástima. —Bueno,loshombres,hombresson—murmuro,eintentodisimularlocohibidoquemesiento. —¡Estánbienparaloqueson!—diceella. —¿Hasencontradoalgomás?¿SobreelmonasteriodeVaerne? —Lo siento, te he dado todo lo que teníamos. —Está afónica, como si llevara algún tiempo de mássaliendodejuergacondemasiadafrecuencia—.Sobretodocartasyreferenciasamanuscritos. Pero,encambio,haymuchomássobreloshospitalariosdeSanJuan,siquieresecharleunvistazo. ¿Porquéteinteresa? —Setratadeunhallazgoarqueológico. —Mehadichoqueeresarqueólogo.¿Encuentrasloquebuscas? —Nisiquieraséloqueestoybuscando. Ellaseríe. —Dianemehadichoqueeresbastanteparticular. La orden de los hospitalarios de San Juan de Jerusalén fue fundada con fines caritativos en un hospitaldeJerusalénenelaño1050yconsagradaaJuanBautista.Losmonjescuidabanaancianosy enfermos, pero más tarde (inspirados por la orden de los templarios, fundada en 1119) asumieron tambiénlaresponsabilidaddeprotegermilitarmenteloslugaressagrados. Cuando Jerusalén fue conquistada en 1187, los hospitalarios de San Juan trasladaron su cuartel generalalcastillocruzadodeAcre.Desdeallí,manoamanoconlostemplarios,lucharoncontralos musulmanes.Almismotiempoempezaronaviajarporelmundo.CuriosamentetambiénaNoruega. CuandoAcrecayóen1291,loshospitalariostrasladaronsusedeprimeroaChipreyluegoaRodas. Atravésdelossiglos,loshospitalariosfueronllevadosdebatallaenbatalla,dehuidaenhuida,de tiemposdegrandezaaderrotasydenuevoatiemposdegrandeza.Laordencrecióhastahacerserica ypoderosa.Recibíanregalosdereyesypríncipes.Loscruzadosvolvíandesussaqueoscargadoscon grandiosostesoros.Dicelosuyoelquelaordensigaexistiendohoyendía. Mientras los hermanos de Europa luchaban contra poderosos enemigos, los hospitalarios del monasteriodeVaernedisfrutabandemuchoapoyo.ElPapadeRomaenviócartasdeprotección,la poblaciónlocalyelreyloscuidabanbien. PerolosmonjesdeVaernenotardaronenencontraroposición.EnunacartadelpapaNicolásII dirigidaalobispodeOslo,pidequelesdevuelvanalosmonjeslosterrenosqueleshansustraído. Sólocabeadivinarloqueseocultatrasesacarta. El gran maestro de la orden sólo reconocía al Papa como su superior. Las tres clases de los hospitalarios—caballeros,monjesyhermanosservidores—extendieronlaordenportodaEuropa. Enlosmonasteriosseguíancuidandoaancianosyenfermos,pero,bajotantavirtud,vibrabaeldeseo delgranmaestrodeconseguirmásposesiones,másoroypiedraspreciosas,máspodertodavía.Para reyes, príncipes y clérigos, las órdenes de los hospitalarios y los templarios acabaron por convertirseenpeligrosascompetidoras.En1312,FelipeIVdeFranciacortóporlosanoydisolvióla ordenmáspoderosa,ladelostemplarios.Losalgomásinofensivoshospitalariossequedaroncon gran parte de las inconcebibles riquezas de los templarios, pero no pudieron disfrutarlas durante muchotiempo.Susposesionesytesorosfueronconfiscados.En1480loshospitalariosderrotarona losturcoscuandoéstosatacaronRodas,peroen1522capitularonanteelsultánSuleimán.Losturcos permitieron que el gran maestro viajara a Mesina y, durante las negociaciones con el emperador CarlosV,loconvencieronparaquelescedieraMalta,GozoyTrípolien1530. DosañosmástardeseacabólaestanciadeloshospitalariosenelmonasteriodeVaerne. Lucy lleva medias rojas. Me distraen. El nailon produce un ruido de fricción entre sus muslos cadavezquemuevelaspiernas.Unruidoquefácilmentepuededesatarlaimaginación. —¿Quiénera?—lepregunto—.ElanteriordeDiane. —George.Ungilipollas.Seaprovechódeella.Esmuyconfiada.—Haceunaelocuentemueca—. Seloencontróconuna…pendona. —¿Rompióella? —¿Diane?¡Ja!Estabalocaporél.Yoselodecía:«¡Noesmásqueuncuerpo!».Carneymúsculos. Unbuenculoynadadecerebro.Peroaellaleibabien. —Dalaimpresióndesermásinteligentequeeso. —Diane es más lista que el hambre. Pero ser inteligente no te convierte en una experta en hombres.Dianeestámuydesarraigada.Enbuscadealgo.Noséquélepasa.Esunpocoespecial. —Amímedalaimpresióndeserbastantenormal. —Sí,claro.Perotuvounainfanciatriste.Supongoqueesoteinfluyecomopersona. —¿Tristeenquésentido? —Crecióinternaencolegios.Supadrelavisitabatodoslosmeses.Ellaloadora.Yloodia,creo. —¿Laabandonó? —¿Elpadre? —Elanterior.George. —¡Esoesobvio!Semudódirectamenteacasadesupendona.QueeramásestilizadaqueDiane, perodiezvecesmástonta.Formabanunaparejamejoravenida,siquieressabermiopinión. —¿Ytú?¿Estáscasada? —¿Yo?—Pegaunalarido.Enelsilencioquenosrodealosdemásnosmiran.Lucysetapalaboca conlamanoysemandacallarasímisma—.¿Casada?¿Yo?—susurra—.¡Tengoveintitrésaños! Comosiesofueseunaexplicación. SinohubierasidoporLucy,habríatardadoundíasóloenobtenerelaccesoalabibliotecayalos manuscritos.Ellamehaconseguidounpasedelectoryparaconsultarlosmanuscritossintenerque esperarturno.Mehanhechounafotografía,heentregadomipasaportenoruegoyherellenadodos páginasdeimpresos. Enmigrancuadernoconrayasheapuntadounmontóndedatosquenosésisonrelevantes.Gran parte del archivo del monasterio de Vaerne —Domus hospitalis sanctijohannis sancti Johannis in Varno en las fuentes latinas— estaba intacto en 1622. Las más antiguas de las cartas de privilegios papales,firmadasporelpapaInocencioIII,fueronpromulgadasparalosmonjesdelmonasteriode Vaerneen1198.AesasalturaselPapayahabíaexcomulgadoalreySverre,porlotantoelmonasterio hadeseranterioraesafecha.Comopocode1194.Perolomásprobableesqueseade1188:justo después de que los hospitalarios tuvieran que abandonar Jerusalén y mudarse a Acre. El papa ClementeIII(quenuncafuereconocidocomoPapa)escribióentoncesunacartaalgranmaestrode los hospitalarios. Con posterioridad, los investigadores han tenido problemas para interpretar su significado.Ensuma,lamisivaeraunaexhortaciónalaordenparaqueocultaraycustodiaraelcofre sagrado.Noesningunacartacentralenlahistoriadelareligión.Nisiquieraestáentera.Peroenla copiadeldocumentodesgarradoveo,enmediodelrotodelpapel,tresletras:VAR.Nadiedebede haberreaccionadoanteellas;comohedicho,noesmásqueundocumentoentremilesdeotros.Pero nosepuededescartarquelasletrasformaranlapalabra«Varna». AvanzadoeldíaLucymellevaaundespacho,allímeesperaunteléfonodescolgado. AlotroladooigoaDiane. Casi susurrando me pide perdón por lo de ayer por la noche. Hay una fría distancia en su voz, comosinosupieradeltodoloquequiereniloquepretende.Noteníaintencióndeabandonarmetan repentinamente,peroesquesesentíamal.Esperaquenoestéofendido. Ledigoquequizánolesentóbienlacomidavegetariana. Mepreguntasimepusetriste. ¿Triste?Lodigoconalegreincomprensión.Detodosmodosestábamosdecaminoacasa,je,je. Mepreguntasipuedecompensarme.Siquieroverlaesamismanoche.Ensucasa. ¿Porquéno?Nocreoquetenganadaquehacer. Hace ya un rato que me he fijado en él. Un señor mayor con un abrigo demasiado grueso. Sus faccionessonligeramenteexóticas,comosialgunodesusancestroshubierasidounpríncipeoriental deexcursiónporLondres.Tieneelpeloblancoplateadoymáslargodelonormalenhombresdesu edad. Tendrá alrededor de sesenta años. Es alto y delgado. Distinguido. Los ojos tienen forma de almendraysondespiertos.Caminadeacáparaallásacandolibrosyfichasderegistrosintonnison. Peroenningúnmomentomequitaelojodeencima.Ahoraseacercadespacioalamesaenlaque estoysentado. Estoycansado.Llevotodoeldíaentrelibrosydocumentosquenoresuelvenningúnenigma.He leídohojatrashojasobrehospitalarios,mitosreligiososycruzados.Acabodeencontrarunapilade documentos que narran los hechos de Rennes-le-Cháteau. He estudiado escritos sobre la visión del mundo de los monjes medievales y sobre la evolución histórica de la postura de la Iglesia ante propiedadesyvaloresmateriales.Decuandoencuandomepreguntoamímismoporquémeestaré tomandolamolestia.¿Quéimportanciatiene?¿Nopodríasimplementeentregarelmalditocofre?No esmío.Noesasuntomío.Peroalgoenminaturalezaseresiste.Yquieresaber. —¿SeñorBeltø?¿SeñorBjørnBeltø? Eselprimeringlésqueconsiguepronunciarbienmiapellido.Lasossuenanclaras,nolanudas. Debe de ser porque en algún momento del pasado aprendió la pronunciación precisa. Por ejemplo porqueeracolegayamigodepapá. PorejemploenOxford. Porejemploen1973. CharlesDeWitt… Porfinloheencontrado.Aunqueenrealidadelquemehaencontradoesél. CierrolaextrañacarpetasobreloscódigosdelaordenRosacruz(queporalgunarazónestaba entrelosdocumentosdeRennes-le-Cháteau)ylomiro. —Soyyo—confirmo,ydejolacarpetasobrelamesa. Está medio inclinado sobre mí. Una de sus manos descansa sobre el panel de separación de las mesas.Leechaunamiradarápidaalacarpeta,despuésposalavistasobremí.Tieneunairradiación monumental.Merecuerdaaunantiguoaristócrata,unlorddelsiglo XVIIIquehadadounpasofuera del tiempo. Normalmente me habría achicado ante su intensa mirada. Pero se la mantengo con una sonrisadiabólica. —Sevequemiaspectomedificultadesaparecer.InclusoenLondres—digoconchulería. No puedo describir del todo los siguientes segundos. En realidad lo único que pasa es que él sonríeantemibromaautoirónica.Peroescomosiesasonrisanoselevaraalosdosporencimadel BritishMuseumynosllevaraaunvacíodondeeltiemposehadetenido.Enalgúnsitiodelfondode la cabeza oigo el tictac del reloj de la casa de campo de la abuela, junto al fiordo, oigo a mamá susurrar:«¡Principito!¡Bjørn!»,oigolosgritosdepapá,oigoaGrethedecir:«Esperabaquenuncalo supieras»,palabras,voces,sonidosentretejidosconelbrillodeunrayoderecuerdos. Enesemismomomentolarealidadvuelveasusitio.Memuevoenlasilla.Nodalaimpresiónde queDeWitthayanotadonada. —¿Hapreguntadopormí?—dice. Yopienso:«¡Diosmío,comoestopasedenuevo,voyatenerquellamaraldoctorWangcuando regreseacasa!». —Supongoquesí—murmuro.Estoydoloridoyconfuso.¿Quéesloquehaocurrido? —¿Quéquieredemí? —Supongoqueyalosabe. Ladealacabeza,peronoresponde. Suspiro. —Todo el mundo sabe más de lo que quiere admitir —digo—. Pero actúa como si no supiera nada. —Asísuelenserlascosas. —Tenemosalgunosinteresesencomún. —Ah,¿sí?¡Quéinteresante!¿Cuáles? —Yotengoalgunaspreguntas.Ycreoqueustedtienealgunasrespuestas. —Eso,evidentemente,dependedelaspreguntas. —Ydequienlasplantee. Enderezalaespaldayechaunaojeadaalasala. —Unsitiofascinante.¿Sabíaqueunadonacióntestamentariadecincuentamilvolúmenes,hecha por sir Hans Sloanes en mil setecientos cincuenta y tres, constituyó la base de la biblioteca del museo? ¿Y que en mil novecientos sesenta y seis se catalogaron las colecciones del museo, y que sóloelcatálogoteníadoscientossesentaytrestomos? —Aalguienselehabráolvidadocontarmeeso.—Lesonrío. —Siento haberlo hecho esperar, señor Beltø; acabo de llegar del extranjero. Tengo un coche aguardandoahífuera;¿mehonraríaaceptandounainvitaciónparatomarunatazadetéenmicasa? Asípodremosdiscutirnuestrosasuntoscomunesenunentornoalgomásíntimo. —¿Cómosabíaqueestabaaquí? Unasonrisaturbadalecombaloslabios. —Estoybieninformado. Nolodudo. Viveenunazonaelegante;unasampliasescalerasconducenalapuertayunaescaleritaestrecha(tras una verja de hierro) lleva a la entrada de servicio. Una limusina de cristales oscuros ha aparecido ante la acera cuando salíamos del British Museum. Durante veinte minutos, el chófer, a quien vislumbrabatraselcristaldeseparación,haserpenteadoporunlaberintodecallejuelas.Mepregunto siseráparadespistarme.Poresomefijoenlaplacaconelnombredelacalleenlaquenosparamos. SheffieldTerrace. LadireccióndeJocelynDeWitteraProtheroeRoad. DeWittabrelapuertaconllave.Dosagujerosdetornillosyuntonomásoscuroindicanellugar donde debería de haber estado la placa con el nombre. Es una vivienda elegante y, al igual que muchas viviendas elegantes, da la impresión de que nadie ha vivido en ella y de que está recién terminada.Nilosmuebles,niloscuadros,nilasalfombrasconsiguendarlecalordehogar.Noveo raíces.Nadapersonal.Ningúnpequeñoobjetoquerompaconelconjuntoperoqueestáahíporqueel habitantelorelacionaconalgoalegre.Todoestátanesterilizadocomoseríadeesperarenunhombre reciéndivorciadoquesehaidodecasayestámontandosunuevavivienda. —¿Asíquetumujersequedóconelamadellaves?—ledigocuandonosquitamoslosabrigos. DeWittmemiraofendido. —¿Mimujer? Podríahabermemordidolalengua.Hasidouncomentariopocofinoynodeliberado.Típicode mí.Unodeesoscomentariosdescuidadosquepuedeunopermitirseconunbuenamigo.Peroparaun aristócratacomoCharlesDeWitt,eldivorcio—sólosemeocurrequesetratedeundivorcioentreél y Jocelyn— tiene que ser una catástrofe social, no apta para bromas por parte de un total desconocido. —Lo siento —digo con docilidad—. Miré en la guía telefónica y la llamé. A tu mujer. Pero no estabaencasa. —¿Disculpa?—replicasecamente.Pareceaturdido. —Jocelyn—tanteo. —¿Cómo? —Noconseguídarconella. —¡Ah! —exclama de pronto. Me mira muerto de risa—. ¡Jocelyn! ¡Ya comprendo! Ah… ¡Ya comprendo! Entramosenelsalónynossentamosjuntoaunaventanadondeelsolcortacolumnasdeplataen elpolvoflotante. —¿Queríashablarconmigo?—pregunta. —Quizásepasdequésetrata. —Quizá.Quizáno.¿Quétehatraídohastamí?¿Hastanosotros? —Encontrétunombreeneltratado.EncasadeGrethe. —Grethe.—Lavozesfrágil,tierna;comolaqueusaríaunpadrealhablardesuhijainstaladaen unpaíslejano. —¿Larecuerdas? Ciérralosojos. —Oh,sí—dicesimplemente.Despuésleatormentalacaraungestodetristeza. —¿Laconocíasbien? —Durante un período fuimos novios. —Dice «sweethearts». Cosa que arroja una luz dulzona sobre el romance. Si conozco bien a Grethe, la relación debió de ser todo menos dulzona. Pero al menosexplicaunpocoelcomportamientodeella.Despuéspasaalgoasombroso.ADeWittlosojos se le ponen brillantes. Se rasca el rabillo del ojo—. Por favor —musita algo aturdido—, no te sorprendastanto.Grethesiemprehasidounamujer…¿cómodiría?,apasionada.Desangrecaliente. Yunalmacálida.Demasiadobuenaycomplaciente.Noesdeextrañarquetuvieramuchos…,eh…, amigosalolargodelosaños.Estofuehacemuchosaños. —Le pedí consejo. Referente a un hallazgo arqueológico. Y entonces tropecé con esto. —Le enseñosutarjetadelaAsociaciónGeográficadeLondres. Mirafijamentelatarjetaamarillentacongestoausente.Seesfuerzaporreteneralgo. —Alparecer,allínuncahanoídohablardeti—digo. —Todosedebeaunmalentendido. —¿Unmalentendido? —Nopiensesenello.PerodesdeluegodeberíanhaberreconocidoelnombredeCharlesDeWitt. —Hevenidoacausadeunhallazgoarqueológico. —¿Sí? —Encontramosuncofre. —Interesante. —Deoro. —¿Lohastraídocontigo? —¿Cómo? —¿Paraqueleecháramosunvistazo? —Noloentiendes.¡Elasuntoesquetengoqueprotegerelcofre! Arquealacejaizquierda. —Ah,¿sí? —Intentaronrobarlo.Queríansacarlodelpaís. —¿Dequiénestáshablando? —Llyleworth. Arntzen. Loland. Viestad. ¡Mis superiores! ¡Todos! Están todos implicados, de un modouotro. Surisasuenaauténtica. —¿Creesqueexagero?—pregunto—.¿Oquemeloestoyinventandotodo? —Creo que estás comprendiendo mal una serie de cuestiones. Cosa que no es tan rara, en el fondo.—Memira—.Parecesunapersonadesconfiada,Bjørn.Muy,muydesconfiada. —Esposiblequeseaunparanoico.Peroquizásedebaaquetengorazonesparaserlo. Estáclaroqueseestádivirtiendo.Aunqueyonoentiendaporqué. —Entonces,¿quéhashechoconelcofre? —Loheescondido. Sucejavuelveaarquearse. —¿Aquí?¿EnLondres? —No. —¿Dónde? —¡Enunsitioseguro! —¡Esoespero!—Tomaaire,intentaconcentrarse—.Cuéntameporquéteestásimplicandotanto enesto. —Porque todo el mundo quiere quitármelo. Porque yo era el supervisor. Porque intentaron engañarme. Surostroadquiereunmatizcomodesatisfacción. —Elprotector—susurra. —¿Perdón? —Tevesatimismoenelpapeldelprotector.Esopuedegustarme. —Yohubierapreferidonotenerqueprotegernada. —Seentiende.Háblamedelasexcavaciones. —EstábamostrabajandoenunpradojuntoaunviejomonasteriomedievalenNoruega.Dirigía lasexcavacioneselprofesorGrahamLlyleworth,dela SIS.Bajolasupervisiónnoruegadelprofesor Trygve Arntzen y el director del Instituto Frank Viestad. Y del director general de Patrimonio Histórico,SigurdLoland.Yoeraelsupervisordecampo.Ja,ja.Buscábamosuncastilloredondo.Eso decían. Lo que encontramos fueron las ruinas de un octógono. Quizá conozcas el mito. Y en esas ruinasestabaelcofre.Abracadabra. —¿Ypartirdeesodeducesquehayunaconspiración? —ElprofesorLlyleworthseescapóconelcofre.SelollevóalprofesorArntzen,misuperior. —Detodosmodosyodiríaque,hastaahora,todosehahechocumpliendolasnormas.¿Porqué interviniste? —PorqueplaneabansacarelcofredecontrabandodeNoruega. —¿Dequémanera? —Probablementeconunaviónprivado.HabíanconvocadoaalguiendeFrancia. —Ah,¿sí?¿Ycómosabeseso? —Looíatravésdelapuerta. Memiraysedesternilla. —¡Yaloheentendido!¡Esoexplicaunmontóndecosas!¡Looísteatravésdelapuerta! —Mepermitíinterrumpiresapequeñaconspiración. —¡Esunamaneradedecirlo! —Robéelcofreamivez. —¡Quésentidodelaresponsabilidad! Nosésimeestátomandoelpelo. —¿Yquétehatraídoprecisamentehastamí? —Teníalaesperanzadequepudierasexplicarmequéesloquepasaconesecofre. —¿Porquéibayoasabernadadeeso? —TodoapuntahaciaOxford.Milnovecientossetentaytres.Yeltratado. —Ah,¿sí?—dicevacilante. Meretuerzolasmanos. —Ahora me estoy moviendo sobre hielo fino, pero como no estabas implicado en las excavaciones…mefiguro…esperoquepuedasayudarme. —¿Cómo? —Contándomequéfueloqueencontrasteishaceveinticincoaños. Pensativo,seacaricialabarbillamientrasmemira. —Permítemequeteseasincero—dice—.Seamossinceroslosdos.Yosémásdeloquequiero mostrar. Nosmedimosmutuamenteconlosojos. —¿Sabesloquecontieneelcofre?—pregunto. —Primerodeseosaberdóndeestá. —Enunsitioseguro. —¿Nolohabrásabierto? —Porsupuestoqueno. —¡Bien!Bjørn,¿confíasenmí? —No. Mirespuestadirectavuelveadesencadenarlarisaenél. —Amigomío,teentiendo.Entiendotuescepticismo.Peroreflexiona…Noconoceselalcancede lo que estás haciendo. ¡Hay muchas cosas que ignoras! Debes devolver el cofre. —Su mirada es suplicante. —¿Porqué? —¿Nopodríasconfiarenmísinmás? —No.Quierosaberloquecontiene. Cierralosojosyrespiraunratoatravésdelanariz. —Créeme cuando te digo que te comprendo. Tienes curiosidad. Tienes tus sospechas. Inseguridades.¿Miedos?Yquizápiensesqueenúltimainstanciasetratadedinero. —Laideameharondado. —Peronoesasí. —¿Yentoncesdequésetrata? —Esunalargahistoria. —Dispongodeltiempoquehagafalta. —Unahistoriacomplicadayprolija. —Semedabienescuchar. —Nolodudo. —Ahorasóloesperounaexplicación. —Yaloveo.Perohedepedirtequeaceptesquelasoluciónalenigmaestandelicadaquenose puedecompartircontigo. —¡Vayabobadatanpomposa! Miexabruptolodivierte. —¡Biendicho,señorBeltø!¡Vayaquesí!¡Bien!Daslaimpresióndeserunhombrealquesele puedenrevelarsecretos. Noesunapregunta.Esunaconstatación.Oquizámásbienunaorden.Peroyonodigonada. —Se puede decir que no tengo elección —continúa. No es conmigo con quien está hablando. Habla consigo mismo y a mí me deja escuchar la conversación—. No me queda más remedio que confiarte nuestro pequeño… secreto. ¡No me queda más remedio! —repite—. ¡No me queda otra opción! Yosigosinabrirlaboca.Pienso:«Esimposiblequesepongaaúnmásmelodramático». Peromeequivoco. Estáapuntodelevantarse,perosequedasentado. —SeñorBeltø,¿podríahacerunjuramento? —¿Unjuramento? PiensoeneljuramentoqueeldirectorViestadsetomótanenserio. —He de pedirle, como caballero y como científico, que me prometa no revelar nunca lo que ahoravoyacontarle. Noestáclarosimeestátomandoelpelo. —¿Loprometes,Bjørn? A medias espero que se abra la pared y que aparezca un equipo de veinte personas de Cámara ocultaconflores,micrófonosyrisas.Peronopasanada. —Vale.Loprometo—afirmo,peronosésilodigodecorazón. —Bien—ledicealaire;siguesindirigirseamí,sinomásbienaalgúnespírituqueflotaenalgún sitio por encima de mi cabeza—. ¿Por dónde empiezo? —se pregunta a sí mismo—. Bueno… Se podría decir que es un club de chicos. Un club para iniciados. Para sabios. Un club masculino de arqueólogos. —¿Unclubarqueológico? —Noparaarqueólogoscualesquiera.Somoslosmásdestacados.LollamamossencillamenteThe Club.LofundóAustenHenryLayardhacecienaños.Layardreunióentornoasíacincuentadelos más relevantes arqueólogos, expedicionarios y aventureros del momento. El número de miembros nuncapuedesuperarlacincuentena.Cuandounmiembromuere,losrestantessereúnenparavotara quiénquiereninvitaraparticiparenelclub.Noesmuydistintodeunconciliopapal.Claroquenoes tanimportante—añadedeunmodoquedejaunapequeñadudaacercadesipiensaloquedice. —¿YtútieneslasuertedesermiembrodeTheClub? Eltonoácidolepasainadvertido. —Contodamodestia—respondeconsolemnidad—,yosoyelpresidente. Mecontemplamientrasdejaqueesarevelacióncauseefecto.Cosaquenosucede.Perosiempre puedofingirquesí. —Es importante que comprendas el peso que tiene nuestro pequeño club —continúa—. Informalmenteyentonojovial,entotalintimidad,sereúnenloscincuentamejoresarqueólogosdel mundo. Ocurre dos veces al año. La mayoría ocupa cátedras en las mayores universidades. Discutimos, intercambiamos experiencias, evaluamos teorías. Y, no hemos de escamotearlo, nos divertimos… —¡Ay,quedivertido!—exclamo. Memideconlamirada. —Sinduda—dice.Miactitudloconfunde.Debedeestaracostumbradoaquelotratenconmucho respetoyhumilladaadmiración. —¿NohabráporcasualidadsitioparaunprofesoradjuntoalbinodeNoruega? —Creoquenoteestástomandoestodeltodoenserio. Melimitoamirarloporquetienetodalarazóndelmundo. Seleestrechanlosojos,dirigelamiradaalcuarto. —Las discusiones de nuestro club han desembocado en algunos de los descubrimientos arqueológicos más destacados de las últimas décadas. De modo completamente extraoficial, por supuesto. El club nunca se ha llevado los honores por nada que fuera asunto de alguno de sus miembros,aunquepudieradecirseque,comocolegio,habíasidolacausadirectadequeseiniciaran lasexcavacionesodequeserealizaranenunlugarconcretoynoenotro.Elclubfuncionacomoun banco de conocimientos. Un banco común en el que cada uno introduce sus saberes y del que, a cambio,podemossacarrentasenformadelsaberreunidoennuestroscincuentamiembros. Me reclino en la silla y cruzo los brazos. La gente que sabe mucho cae con facilidad en altisonantesobviedadescuandotienequehablardesímismaydelosuyo.Sóloquenosedancuenta. —Quizá creas que somos un grupo de viejos académicos resecos y sin sentido del humor. — Lanza una carcajada—. Amigo mío, disfrutamos de las alegrías de la mesa y nos servimos los mejoresvinosylosjerecesmásnobles. —¿Yquizásalgunapajarillaelegantehaciaelanochecer?Memiraconcaradeofendido. —No.Perosíjugamos. —¿Jugáis? —Organizamosconcursos.Tareas.Algocompletamenteparticular.Unacombinacióndeacertijos históricos,cartografíay,porsupuesto,arqueología.Llámalounabúsquedadeltesoroavanzada.Cada cincoañosproponemosunatareanueva.Elqueprimeroencuentralasoluciónytraeacasaelobjeto quehemosescondidoentraenlapresidenciadelclub.Queenestosmomentostienecincomiembros. Empiezoaentreveradóndesedirige. —La penúltima vez ocultamos una vara con runas en una tumba mesopotámica. Un divertido anacronismo —se ríe alegremente—. Diseñamos un acertijo que tenía su punto de partida en las esfingesdetorodecincopatasdeLayard,enelBritishMuseum,queasuvezcondujeronalosmás despiertosaNimrud. —Yestavez—lointerrumpo—habíaisenterradouncofredeoroenelmonasteriodeVaerna. —Eres agudo, pero no es tan sencillo. Este año celebramos el centenario del club. Por eso queríamos un reto especial. Lo dividimos en diez. —Carraspea, vacila—. Le confiamos a Michael MacMullinlalabordediseñarelacertijo.Sebasóenelmitodelareliquiadelossecretossagrados. Cuandoestudiaba,enlosañossetenta,tupadreyGrahamLlyleworthescribieronuntratadoenelque seinsinuabaqueelcofrepodíaestarenterradoenunoctógonoenVarna,Noruega. Nomencionoque,modestamente,haevitadodecirqueéleraeltercerautor. —Era un acertijo bastante sofisticado —dice—. Solucionarlo era posible, pero difícil. Un magníficoreto. Preveoadóndeva. —Yentoncesalgosaliómal—aventuro. —¡Exacto!Pordesgracia.Exacto.Resultómuyincómodo.Paranuestroclubanónimo.ParalaSIS. ParaelBritishMuseum.Dehecho,lofueinclusoparatodoámbitoacadémicobritánico.—Haceuna mueca—.Podríahabersidounescándalo.Unescándalomuydelicado.—Clavasumiradaenlamía —. Pero aún no se ha evitado del todo. —Toma aire—. Permíteme que te hable de Michael MacMullin. Es uno de los miembros más destacados del club. Está en la presidencia. Un eminente catedrático.Quizáshayasoídohablardeél.MacMullinesunhombreconvisiones,perotambiénsin inhibiciones.RobóelcofredelBritishMuseum. —¿Lorobó?¿Elcofre? —ElcofredeoroquehallasteisesunobjetoqueoriginalmentefuedesenterradoenJartumenmil novecientoscincuentaynueve,yquedesdeentonceshaestadoenelBritishMuseum. Segúnmevallegandolainformación,meinvadeundesagradableestupor.Jartum,enSudán,esel lugar sobre el que escribía papá en la carta que estaba en el tratado de Grethe. ¿Por qué nadie ha sabido,nihadicho,quelareliquiafueencontradahacecincuentaaños?¿MeocultaGrethealgo? Noquisieradesvelarloqueséyloquenosé,asíquelodejocontinuar. —MacMullinsaliódelmuseoconelcofreensumaletín.Alparecerloenterróenelmonasterio deVaerne,enNoruega. Podríahaberapuntadoqueyoestabapresentecuandoelcofrefuehallado.Siélmismonohubiera sidoarqueólogo,lehabríahabladodelasestructurasdelsuelo,decómosecompactanlatierrayla arena con el paso de los siglos y cómo forman capas en paralelo que desaparecen cuando alguien excavaunagujeroyvuelveallenarlo.Habríapodidoexplicarlequelatierraestabaaglomeradasobre elcofreyquelaestructuradelsuelonoteníainterrupciones.Peronolohago. —Fueunavergüenza.Transgrediótodossuspoderes.Meatreveríaadecirqueelclubnuncaseha visto envuelto en un escándalo de semejantes dimensiones. Pero sólo podíamos hacer una cosa, enderezar la fachada. Desde luego, comprendimos dónde había enterrado MacMullin el cofre, el únicoproblemaerasaberexactamenteellugar.Hastaqueencontramoslafotografíaporsatéliteque había encargado ex profeso. Estaba tomada con película infrarroja, para que pudiéramos ver las estructurasquehaybajolasuperficie.Pudimosobservartantounoctógonocomouncastillocircular enelsuelodeVarna.Elrestofuebastantesencillo.Laoperaciónrecibióinclusounnombreenclave. OperaciónReliquia[4].Organizamosunasexcavaciones.Habríasidoimposiblelocalizareloctógono sinunciertomargendevariaciónbasadoenlasfotografíasdelsatélite.Noshabríandescubiertosi hubiéramos intentado sacarlo a escondidas. Por eso procedimos como habríamos procedido si hubiéramos estado buscando un castillo circular. Seguimos las reglas del juego. Pedimos los permisos.Pagamosnuestrastasas.Inclusoaceptamostenerunsupervisornoruego.Unagudojoven queacabócreándonosproblemasinesperados. Seríeligeramenteymemira. —Elgobiernobritánicohainformadoalasautoridadesnoruegassobreelalcancedeesteasunto. LaembajadabritánicaenOslonosapoyaeneltrabajo.Bjørn,nocreoquetengaselección.Hasde devolvernoselcofre. MesientocomounniñoenNochebuena.Cuandoyasehanrepartidolosregalosyteapoltronas en el sofá, acalorado, vacío y agotado porque la tensión se ha relajado. A tu alrededor están tus padres, tus abuelos, tus tías y tíos, sonriendo, tomando sorbitos de sus copas, y sabes que ya ha pasadoyquefaltaunañoparalapróximavez.Porfantásticaquesea,laexplicaciónllegacomouna duchafría,comounanticlímax. —Entiendo.—Estavezsoyyoquienhablaalaire. —¿Com…prendes? —Lodevolveré. —Mealegro.Mucho.¿Lotienesaquí? —Losiento.EstáenNoruega. Selevanta. —Venga—dice—,tengounaviónenStanstead. —Estanochetengounacita.Unacitaquenopiensoperdermepornadadelmundo.Peropodemos marcharnosmañana. —¿Unachica? —Unadiosa. Meguiñaelojo.Silosañoshanenfriadosupasión,aúnbrillaenlosrecuerdos. Alsalir,pasoporelservicio.Elrollodepapelestápegado.Eljabón,sinusar.Latoalla,recién planchada.Peroelespejoestállenodehuellasdactilares.Nadiesehamolestadoenquitarleelprecio. 9,90£.Untimo,simepreguntasamí. DeWittmeestrechalamanocuandomevoy.Acordamosencontrarnosdelantedemihotelalas diezdelamañanasiguiente.Meagradecequeestétandispuestoacolaborar. Enelmomentoenquebajolasescaleras,lalimusinaaparecejuntoalaacera.Abrolapuertayme siento.DeWittsedespideconlamano.Tieneelaspectodeuntíohurañoyrico.Lalimusinasepone enmarcha.Nolehedichoadóndevoy.Perocincominutosdespuésseparaanteelhotel. —Mañanavuelvoacasa. Dianesehaencerradoenunaqueseradelejanaindiferencia.Memira. —¿Tanpronto?—Hayalgopesadoensumirada,comosisehubierarefugiadoenunarayade consueloblanco. Vive en el decimonoveno piso de un bloque con tales vistas que acabo preguntando si no es la torreEiffelloqueseveenlalejanía.Laentradaesuntablerodeajedrezenblancoynegro,alargado por un mosaico de cristal en la pared y con un arco que conduce a un estrecho apéndice que es la cocina.Elsalóndesapareceenelcielo.Todaunaparedesventana.Aestaaltura,Dianetienequesalir todoslosdíasalbalcónalimpiarlasnubes. Elsofádecuerodelsalónrelumbraennegroyrojo.Lamesadecristalestangruesaquepodrías buscarrefugioenellasiaalguienseleocurrieradispararteconunabazuca. Me sitúo junto a la ventana. A mis pies se despliega Londres en un abanico de casas, calles y parques. —¡Unasvistasmagníficas!—exclamo. Ellamedalasgracias. Algovibraentrenosotros,peronoconsigoagarrarloquees. —¡Vaya pisazo! —Estoy a punto de añadir que tiene pinta de haber sido amueblado por un decoradordeinteriores.Peronosésiselotomarácomounacortesíaocomounsarcasmo. —LamayorparteesobradeBrian. —¿Quién? —Untipoconelqueestuve.Brian.Eradecoradordeinteriores. Unasalidadelosbomberosarrastracalleabajounacoladebrillosazules. —Lucymehaayudadohoy—digo—.Haestadomagnífica. —¿Hassacadoalgoenclaro? —Enelmuseono.Perohapasadoalgocuandoestabaallí. —Lucymehallamado.Lehasparecidomajo. —¿Majo? —Ybastantepeculiar. —¿Peculiar? Seríedemí. —¿Quéhapasadoenelmuseo? —Mehaencontradounhombreconelqueestabaintentandoponermeencontacto. —¿Quién? —SellamaDeWitt.CharlesDeWitt. Nodicenada,aunquecomprendoqueelnombredespiertareconocimientoyextrañeza.Perono medecidoapreguntar. Hapreparadounguisovegetarianosegúnlarecetadeunarevistaquesigueabiertasobreelbanco delacocina. —Espero haberlo hecho bien —dice, y junta las manos con un nerviosismo que resulta enternecedorytípicodequienescreenquelacomidavegetarianaexigeunosconocimientosqueestán reservadosapocos. Estoy sentado ante una mesa redonda en el rincón del salón más cercano a la cocina. Diane revolotea de acá para allá, cada dos por tres se acuerda de algo que se le ha olvidado. Me sirvo calabazagratinadaconsalsadequesoyensalada.Ellasirvevinotinto.Meofreceunabaguette, que yopartoendos,yuncuenquitoconmantequilladeajo.Conlasmanossobreelrespaldodelasillase quedadepiemirándomeconexpectación. —¡Delicioso!—exclamoconlabocallenadecomida. Sonríe y se ajusta la falda detrás de los muslos antes de sentarse. Hay algo ancestralmente femeninoenelmodoenquelohace.Alzasucopadevinoymededicaungestoconlacabeza.El vinoesseco. —UntipofascinanteeseDeWitt—digo. —¿Hapodidoayudarteenalgo? —Lohaintentado. —¿Quétehacontado? —Unalargahistoria.Repletadeagujeros. —Ah,¿sí? —Cosasraras. —¿Noconfíasenél? —Mepreguntocuántohaevitadocontarme. —Elmundoestállenodementirosos—diceconcontención.Losojosselevuelvencristal. —Creoquemehanseguidohastaaquí—añadounpocodespués. —¿Cómo? —Uncochehasalidodetrásdemídesdeelhotel.Esperoquenotengaimportancia. —¿Tehanseguido?—preguntaindignada,sorprendida—.¿Aquí?¡Esoscabrones! Estáapuntodedeciralgo,perosecontiene.Fijasumiradaalamíacomouncerrojo.Escomosi quisiera decirme algo triste. Quizá que no tengo que tomarme la invitación muy en serio. Que no debo creer que estamos hechos el uno para el otro. Pero que soy un tipo agradable y que está considerandoincluirmeensulista.JuntoconBrian,Georgeylosotrosnoventayocho. Comemoscasisinintercambiarpalabra.Depostrehahechounpudindefrutas.Enelfondodel cuenco, enterrado bajo el pudin, descubro una fresa y un trocito de chocolate. Llama al postre TentacióndelArqueólogo. DianeponeunanticuadoelepédeChicago.Atenúalaluz.Enciendedosvelasrojassobrelamesa decristal.Susmediasdenailonbrillaneneldestellodelasdosllamitas. El cuero crepita cuando se apoltrona en el sofá junto a mí. Del mismo modo que crepita la música. Tiene que haber escuchado el disco muchas, muchas veces. Durante algunos minutos no hacemosniunruido,inseguros,conmiedoarozarnos.Oanorozarnos. Me pregunta si quiero una copa. Yo acepto. Busca en la cocina ginebra Beefeater, tónica Schweppes,dosvasosycubitosdehielo.Brindamosynosreímossofocados.Despuésnosquedamos bebiendoensilencio.Ningunosabeaquiénletocaempezar.Yoestoybuscandoalgorománticoque decir.Algoquepuedaromperelhielo. Ellasemeadelanta. —¿Teparecequeavanzasalgo?¿Entuinvestigación? Quizánoseamuyromántico,peroesmejorqueeltensosilencio. —Séexactamenteigualdepocoquecuandosalídeviaje.Enrealidadestoyaúnmásconfuso. Seríeporlobajo. —Estanraropensarquetienesuna…vidaallíenNoruega. —Vida,vida.Asílosientoyotambién.Perohabríaquiennolacaracterizaríacomounagranvida. —¡Nosénadadeti! —Entoncesyasomosdos. —¡Háblamedeti! Lehablodemí.Nomellevamuchorato. Fuera,Londresclareaenunmillóndepinchazosdealfilerhechosdeluz. —¡Esosmierdas!—susurraparasímisma. —¿Quiénes? —¡Creenquesoypropiedadsuya! —¿Quiénlocree? —Papá.Ytodossusentusiastassirvientillos.«Hazesto,hazaquello.Diane,séobediente.¡Diane, hazloquetedecimos!».¡Escomoparavomitar! Dianehavaciadolacopa,lamíasiguemediollena.Leveoenlosojosqueempiezaaestarbebida. Sesirveunacopamásyponeotroelepé.HotelCalifornia.TienereproductordeCD,perohoysólo está eligiendo discos de los setenta. On a dark desert highway… Coolwindin my hair… Una ligera ráfagadenostalgiasearremolinaenmí.Warmsmellofcolitas…risingupthroughtheair… Cierro losojosymedesvanezcoenlosrecuerdos. —Merecuerdasaunchicoqueconocíunavez—dice. Abrolosojosylamiroensilencio. Tomaunpardesorbosdesucopayleechadoscubitosdehielo. —SellamabaRobbie.Robert.LollamábamosRobbie. Yosigosindecirnada. —Enrealidadnomehedadocuentahastaestanoche.Deaquiénmerecordabas.Peroahoralo veo. Me recuerdas a Robbie. —Me mira a mí al mismo tiempo que mira a través de mí—. Robbie Boyd.Estuvimosjuntosunverano. —¿Hacemuchostiempo? —Teníamosquinceaños.Estábamoslosdosinternosencolegios. —¿Eraalbino? Suexpresiónesdesorpresa. —Hasdichoqueterecordabaamí—leexplico. —Nodeesamanera.Tenéislamismaesencia. —¿Quéfuedeél? —Murió. —Oh. —Unaccidentedecoche. —Oh. —Meenteréporcasualidad.Nadiesabíaqueestábamosjuntos.Nopodíacontárseloanadie.En algún sentido nunca lo he superado. Cada vez que estoy con un hombre, siento como si estuviera traicionando a Robbie. Quizá por eso nunca consigo atarme a nadie. —Diane se ríe sofocada y pensativamente,inspirahondoyvuelveasoltarelairedespacio—.¿Algunaveztesientessolo?— pregunta,ymealborotaelpelo. —Algunavez. —Nomerefieroa…sinpareja.¡Quierodecir…solo! —Devezencuando. —Cuando era joven, me sentía como la persona más solitaria de este mundo. Nunca tuve una madre.Muriócuandoyonací.Ypapá,él…—Bebeuntrago. —¿Quépasaconél? —Siempre… —Se encoge de hombros—. Siempre ha sido muy distante. Habría podido ser un bondadoso tío cualquiera. Supongo que por eso quise tanto a Robbie. Por fin había encontrado a alguien,nosésimeentiendes. —Perdíamipadrecuandoeraniño. —Esodebedeserpeor.Loconocías.Perdisteaalguienaquienquerías.Yonuncatuveunamadre queperder. —Asíquetampocotienesunvacíoquellenar. —Oquizáselvacíoseatangrandequenoconsigadescubrirqueestoyenmediodeél.—Memira —.Algunasvecesmesientotanjodidamentesola…Inclusocuandoestoyconunhombre. —Puedessentirtesoloenunamultitud. —¿Hasestadoconmuchaschicas? —Nocondemasiadas. —¡Yosí!Bueno,¡noconchicas!¡Chicos!¿Ysabesqué? —No. —Te sientes igual de jodidamente sola. Aunque hayas tenido cien novios, te sientes igual de jodidamentesola. Me encojo de hombros. Cien novios es para mí una teoría equivalente al último problema de Fermat,nisiquieraconciboelproblema. —¿Hastenidociennovios? Ellaseríesofocada. —¡Así lo siento! ¡Noventa y nueve! No sé. En algún sentido sólo he tenido uno. Robbie. Los demássólohansido…,túsabes…—Seapoyasobremí.Yolarodeoconelbrazoizquierdo—.¡A vecesloodio!—exclama. —¿ARobbie? —¡No, a papá! No me malinterpretes. Lo quiero. ¡Pero algunas veces lo odio intensamente! — Suspira, se gira hacia mí y me mira con detenimiento—. ¿Te ha dicho alguien que eres bastante mono? —Claro.Despuésdedosotrescopas. —Noestoydebroma.Esmuyfácilenamorarsedeti. —Diane,séelaspectoquetengo. —¡Eresmono! —¡Tútambién! Seríedesgarradamenteymeclavaundedoenelcostado. —¡Adulador!—Sumiradasehundeenlamía—.¡Mealegrotantodehaberteconocido…! —¿Porqué? —Porque me gustas. Porque nunca he conocido a nadie como tú. Que es completamente él mismo.Aquienleimportaunamierdaelmundo.Eresmuyespecial. —Casiescomosinotuvieraotraopción. —Tú crees en algo. No te rindes nunca. Da igual a quién te estés enfrentando. Siempre he admiradoalagentecomotú.¡Mientrasqueaesosmierdas…! —¿Quiénes? —Secreenquepueden…—Secontiene—.Sitúsupieras…¡Oh,quelesden!—murmura. «Ahoravaapasaralgo»,pienso. Entoncesellaseinclinahaciadelanteymebesa. Laprimeravezquebeséaunachicateníadieciséisaños.Ella,catorce.SellamabaSuzanne.Era ciega. AlbesaraDiane,piensoenSuzy.Noséporqué.NohepensadoenSuzyenmuchosaños.Pero algoenelmodoenquebesaDiane(conunaciertainsistenciatorpe,comosiquisieraynoquisieraal mismotiempo)haabiertouncajónconrecuerdosolvidados.RecuerdoelcuerpodelicadodeSuzyy susformasinacabadas,elmodoenquenosrespirábamospesadamenteenlaboca. ElalientodeDianesabeaginebra.Sulenguaesungusanillorevoltoso.Noséquéhacerconlas manos. Se echa un poco hacia atrás, me coge la cara y me mira. Sus ojos tienen el aire marchito, enrojecido, que se le pone a uno cuando no está acostumbrado a beber. También hay algo más ahí dentro:¿enfado?,¿pena?,¿confusión? Sin mediar palabra, empieza a desabrocharse la blusa. Pasmado de expectación, sigo cada movimiento.Cuandotermina,mecogelamanoysepasamisyemasdelosdedosporelsostén. Memiradereojo.Bjørn,elalbinoagradable[5].Unoentreunmillón. Me lleva al dormitorio. Las paredes son rojo fuego. Sobre la cama doble hay una manta negra desgarradaporunrayoamarillo.Sobrelamesahayunmontóndebrillantesrevistasdemoda. Arrancalacolcha,semeteenlacamayserpenteaparasalirsedelafalda.Sehaarregladoparala ocasión.Elsujetadorrojoytransparentevaajuegoconlasbraguitas.Seretuerceenlacamamientras meespera.Yomedesabrocholacamisaytengoproblemasconelcinturón.Elcinturónsiempreme daproblemascuandotengoquequitármeloantelosojosdeunamujerimpaciente.Claroquetampoco sepuededecirqueseaunproblemamuyrecurrente. Cuandomesientoenelbordedelacama,Dianeseinclinahaciamíymebesaconhambre.Me sientotonto.Desamparado.Séloquetendríaquehacer,peronolohago,mequedoparadoydejoque ellaabracamino. Todouncamino,porcierto.Abreuncajóndelamesillaysacacuatrocortoslazosdeseda.Seríe nerviosa. —¿Tienesganasdeatarme? Estáborracha.Definitivamenteborracha. —¿Perdona?—murmuro.Heoídoloquehadicho,peroescomosinomeentraradeltodo. —¿Quieresatarme? Mequedomirandolascuerdas. —¿Estásescandalizado? —¡Quéva! Comosinohicieraotracosaqueatarmujeresyfollarlashastavolverlaslocas. —¡Estásescandalizado!¡Telonoto! —¡Paranada!¡Heleídosobrecosasasí! —¿Notienesganas?¡Dímelosinotienesganas! Peroclaroquetengoganas.Sóloquenoentiendodeltodoloquequieredecir.Meenseñacómo sehace.Leatolasmuñecasylostobillosaloscuatropalosdelacama.Respiraentrecortadamente. Todostenemosnuestrosplaceres. Nuncalohehechodeestamanera.Nosoyquisquilloso.Perosiempreheidoalgrano. Metumboasuladoconinseguridad.Dalaimpresióndequeapenassepuederesistircuandola enciendoconlasyemasdelosdedos. Entonces surge un problema. Nunca me ha pasado antes. Sigue llevando las braguitas puestas, perosuspiernasabiertasestánatadas.Sisueltoloslazos,desaparecerálamagia.Mepreguntocómo voyalibrarmedelaprenda.Alfinaldesisto.Simplementeapartolagomadelabraguita.Yaestá. Después,cuandoestamosabrazadosbajoeledredón,mepregunta: —Oye,¿puedoirmecontigo?ANoruega. Ellaentiendemalmisilencio. —Nopretendoacoplarme.Perdóname—dice. —No,no,no.Suena…agradable. —Mequedanunpardesemanasdevacaciones.Pensabaquepodíatenersugracia.VerNoruega. Contigo. —Memarchoacasamañana. —Medaigual.Siesquequieresquevayacontigo. —Claroquequiero. Medespiertaalastresdelamañana. —¿Lohabrásescondidobien,no?—pregunta. Noentiendoaquéserefiere. —¡Elcofre!—dice—.Meheacordadodealgo.Dealgoquedijiste.Esperoqueestéseguro. Estoytancansadoqueveodoble.DosencantadorasgemelasDiane. —Estáseguro—murmuro. —No puedes imaginarte lo buenos que son averiguando cosas. Cuando quieren. No son cualquieralostiposaquienesteenfrentas. —¿Porquédiceseso? —Porquequieroquesepasqueestoydetulado.Aunquetrabajeparala SISytodoeso.Entiendo quenopuedasconfiarcompletamenteenmí.Pero,paseloquepase,siempreestaréatulado. —Claroqueconfíoenti. —Esoespero.Detodosmodos,nolohagas.Quizáshayanmetidounmicrófonoenmibolso.O algoasí.Nodebescontarmenuncadóndeestáelcofreninadaimportante.¿Vale? —Esunamigo.Túnoloconoces.Yyoconfíoenti—digo,ymedoylavuelta. Ella se acuesta a mi lado. Sus pechos se aprietan contra la sensible piel de mi espalda. Así me quedodormido. Nohevistoantesalrecepcionista.Esunhombre.Alto,depelorubioclaroyconelaspectodeundios guerreroario.Perocuandoabrelaboca,tienelavoztannasalyunaentonacióntancoquetaquecreo quemeestátomandoelpelo.Conmiradadulcemedicequedebodeseruncaballeromuysolicitado. Luego me entrega dos mensajes. Un telefax y un mensaje escrito a mano de la reina de la noche, Linda.Escortoycasinotienefaltasdeortografía.MehallamadoJocelynDeWitt. EltelefaxestáescritosobreelpapeldecartasdelaDirecciónGeneraldelPatrimonioHistórico. ¡Bjørn!Heestadointentandollamarte.¿Dóndecoñoestás? No consigo dar con Grethe. Lo siento. ¿Tiene algún familiar con quién pueda haberse reunido?Llámame,¿vale? Enelcuartotodoestátalycomolodejé.Casi.Antesdeirme,metíunpalillobajolatapadela maleta,queestádebajodelacama.Sóloporsiacaso.Paraconvencermeamímismodequesoyun boboparanoico.Ahoraelpalilloestásobrelaalfombra. EnladuchamelavotodoslosoloresdeDianeysusjugosresecos. Cuando me he cambiado, y antes de ponerme a hacer la maleta, llamo a Jocelyn DeWitt. No porque necesite hablar con ella, sino porque soy un joven bien educado. Y porque, es mejor confesarlo,tengocuriosidad. Eselamadellavesquiencontesta.Aunquepongalamanosobreelauricular,laoigodecirquees elcaballeroquellamóporelseñorCharles. JocelynDeWittcogeunaparatosupletorio. Yomepresento.BjørnBeltø.ArqueólogodeNoruega. —¿Arqueólogo?—exclama—.Yacomprendo.Esoexplicaunmontóndecosas. Suvozessuaveytiernayllegaamícomodeunsiglopasado. —¿Explica? —LaarqueologíaeralavidaenteraparaCharles.Aunqueavecestambiénera…Bueno.Haceya muchotiempo.Veinteaños. Algomedetiene. —NohaymuchosDeWittenLondres—ledigo. —Lafamiliademimaridoerafrancesa.SemudóaInglaterradurantelaRevolución.¿Quéeslo quequeríassabersobreCharles? LeconfiesoquellaméalazaralúnicoDeWittqueencontréenlaguíatelefónicadeLondres. —Me entró mucha curiosidad, claro —dice ella—. Me he preguntado tanto quién serías y qué querrías.Tendrásqueperdonarme,peroesqueCharlesllevatantosañosmuertoya…¿Enquépuedo ayudarte? Sonlasochoymedia.Dentrodehoraymediavendránabuscarme. JocelynDeWittesunamujerconpintadecisne,cuellolargo,movimientosgrácilesyunaentonación soñolientaconresonanciaacristal,alacazadelzorroyalargassobremesasalafrescasombradel pabellóndeljardín.Lamiradaencierraunaseguridadensímismadivertidayrelajada.Todoenella indica que nunca ha tenido que levantarse de madrugada para echarle carbón a la estufa. Por eso resultaaúnmássorprendentecuandosecuelanjugosasyfuertesexpresionesensurefinadolenguaje yexplotancomounagranadaensuslabios. Dirigeasuamadellaves,regordetaynegra,conrápidosmovimientosdelosdedos.Debende haber desarrollado un lenguaje codificado. Tal y como hacen los señores y los sirvientes cuando llevantantotiempojuntosquesehanconvertidoenunsoloorganismo.Elamadellavessabecuándo los movimientos y los chasquidos significan «Lárgate de aquí y cierra la puerta cuando salgas» o «Traeellicordeplátano»o«¿Porquénoleofrecesuncigarroalnoruego?». Nuncaheestadoaquíantes.Nisiquieraeselmismobarrioenelqueestuvecuandofuiacasade CharlesDeWitt.Odesufantasma. Entramos en un salón cargado de arañas de cristal, ventanas con arcos, gobelinos y gruesas alfombras, muebles barrocos, una chimenea sobredimensionada y, sorprendentemente, incluso una estufadeazulejosenelrincón. Mecogedelamanoymellevahastalachimeneaconelefantiasis. —¡Aquíestá!—dice—.MiqueridoCharlesylosdemás.Lasacaronenmilnovecientossetentay tres. Hacolgadounaampliacióndeunafotografíaporosayenmarcadaenellugardehonorsobrela chimenea. Está descolorida. Los hombres llevan el pelo largo, las camisetas tienen dibujos psicodélicos.Teinvadelacertezadequelaspersonasteestánmirandofijamentedesdeelinstanteque hasidoatrapadoeneltiempo. Estánreunidosenunapiñajuntoaunhoyodeunasexcavaciones.Unosseapoyansobrelaspalas. Otrossehanatadounpañueloalacabezaparaprotegersedelsol. Enelextremodeladerecha,detrásdeGrethe,estápapá. Grethe está extraña. Joven y espléndida. Juguetona. Le brillan los ojos. Se coge la tripa con las manos. Sobre un montón de residuos, de manera que se eleva por encima de todos los demás, reina Charles DeWitt con los brazos en cruz. Parece un tratante de esclavos, propietario de todo el puto grupo.Asíqueeraél.Elancianonomeengañó.Sólohaengañadoasumujer. No sé qué secreto estará escondiendo. O por qué simuló estar muerto. O cómo ha conseguido vivirocultotodosestosañossinquelodescubran.EnmediodeLondres. Pienso:«Soydemasiadocobardeparadecirlelaverdad». ¿Puede haberse cansado de ella? ¿Haberse ido con otra mujer? ¿O es que conoció a un monaguilloirresistible?¿QuizádescubrieraalgoenOxford,juntoconpapáyLlyleworth,algoque lohizodejardeexistir? LaseñoraDeWittmeconduceaunsalónestiloLuisXVI,dondenossentamos.Conlaspiernasen cruz.Comoelgeniodeunalámpara,apareceelamadellavesconunabotelladecristal. —¿Unpocodelicordeplátano?—meofrecelaseñoraDeWitt. Asientocortésconlacabeza.Lamujerhaadiestradoalamadellavesparaquenomireanadiea losojos,asíquesirvelasdoscopitassinencontrarseconmimirada.Ellicormellenadealmíbarla cavidaddelaboca. —¡Jodidamentedelicioso!—dicelaseñoraDeWitt.Nocreoqueseaelprimeroquesetomahoy —.¿Quéesloquequeríassaber?—pregunta,yseinclinaconconfianzahaciamí. —Comoyahedicho,soyarqueólogo… —Pero¿porquépreguntasteporCharles? —Heencontradoalgoquerequiereciertasaveriguaciones.Yenesecontextosurgióelnombrede tu…difuntomarido. Ellicordeplátanoescomounsiropeenlaboca.Mequedosaboreándolo. —¿Dequémodo? Medoycuentadequenotengoniideadecómoexplicarlenada.Yaúnmenosquesumaridoestá vivitoycoleando.Intentoeludirsucuriosidad. —HasmencionadoalgodequelafamiliaDeWitthuyódeFranciadurantelaRevolución. —Charles estaba muy orgulloso de sus antepasados. Se libraron de la guillotina por los pelos. ¡Unafamiliadeadvenedizosaristocráticos,simelopreguntas!Perocuidaronlasrelacionesconla nobleza,sobretodolasmujeres.¡Prostitutasdeclasealta!LuegosaltaronelCanal.Elbisabuelode Charlesfundóunaasesoríajurídica:Burrows,Pratt&DeWittLtd.Elabueloyelpadresehicieron cargodeellasucesivamente.SeesperabaqueCharlesocuparaelpuestodesupadre.Charlestenía… estudios, ¿sabes? Empezó a estudiar Derecho. Luego, de pronto, se lanzó a la arqueología. Fue el profesorquien,pordecirloasí,loconvirtió.ParalafamiliadeCharlesfuepurarebeldía.¡Unaputa revolución! El padre se negó a hablar con él durante años. Hasta que Charles fue nombrado catedrático,elpadrenoretomóelcontacto.Lohizoparafelicitarlo.Peronuncaloperdonó. —¿Ytumaridomurióen…? —Milnovecientossetentayocho. Larespuestamedejahelado.Veoantemíunsalienteenlamontaña.Unacuerda.Unbultosobrela pedregosaladera. Ellanopercibelaconmociónquemedesgarra. —Perodime,joven,¿quéesloquequieressaber? —¿Quésabesdelascircunstanciasdelamuertedetumarido?—tartamudeo. —Estaban buscando una especie de tesoro. ¡Los locos! Lo mantenía todo en secreto. Y eso que normalmentemecontabamásdeloquequeríasabersobresutrabajo.Ay,meaburríacomounaostra con sus historias. ¡Chorradas académicas! Pero esa vez sólo me explicó que estaban buscando un cofre.¡Unputocofresantoprehistórico! «Ay,Dios…». —¿Loencontraron? —¿Aquiéncoñoleimporta?CuandoCharlesmurió,mefuiacasademihermanaenYorkshire. Viví con ella cerca de un año. Para… recuperarme del golpe. ¿Has perdido alguna vez a alguien cercano? —Amipadre. —Entoncessabesdeloqueestoyhablando.Senecesitatiempo.Silencio.Tiempoysilenciopara recordar. Reflexionar. Elaborar la pena. Quizás intentar contactar a través de un médium. Ya sabes. Dime,¿dejóCharlespapelesquetehanimpulsadoavenir? —Sólounatarjetadevisita.¿Cómomurió? —Deunainfección.Sehizounrasguñoenelbrazoizquierdo.Unaridiculez,enrealidad. —¿Quelequitólavida? —Laheridaseleinfectó.Encualquierotrositiohabríasidoalgobastanteinofensivo. —¿Dóndeestaba? —¡Lejos de la civilización! Antes de que consiguieran llevarlo a un hospital, se le había, gangrenadolaherida. —¿Dónde? —¡Enelbrazo!¡Teloestoydiciendo!¡Seloamputaron!¡Todoelbrazo!Peroesosdescerebrados babuinos… perdona mi lenguaje, no estaban acostumbrados a tratar casos complicados. Murió dos díasdespuésdelaamputación. —Pero¿dónde? —¡Enlaputajungla! Mequedocalladounossegundosantesdepreguntar: —¿Lajungla? —Esohedicho,¿no? —¿Quieresdecir…enÁfrica? Arquealascejas. —¡TeaseguroquenoquierodecirenOxfordCircus! —¿NoocurriríaporuncasualenSudán? —¿Porquémelopreguntassihassabidotodoelratolarespuesta? —¿Quépasóconlasexcavaciones? Hechalacabezahaciaatrás. —¡No tengo ni idea! Para decirte la verdad, nunca he pensado en ello. O más bien: me ha importadounamierda.Antesdemorirmeescribió.Unacartadedespedida,comosevioluego. Chasquealosdedos.Elamadellaves,queestádepieenunrincóncomounaestatuadeBudatiesa ygorda,sedespabila,abreelcajóndeunescritorioylellevaunacajaalaseñora.Dentrohaycinco hojas escritas a mano y atadas con una cinta de seda. Ella suelta el lazo y me tiende las hojas crujientes.Yovacilo. —¡Adelante!—meordena. JuntoalNilo,SudándelsurLunes,14deagostode1978. MiqueridísimaJocy: ¡Mira qué mala suerte! Caminando del campamento a la zona de excavaciones iba despistado (¡sin comentarios, gracias!), tropecé con una raíz y me caí por un terraplén de piedras y barro. No te asustes, querida, no fue una gran caída, pero me he contusionado ligeramente la rodilla, y una piedra afilada me ha desgarrado un poco el brazo. Estuvo sangrandomuchounrato,perounboymevendólaheridaymeayudóavolveralcampamento. Pero luego resultó que no encontrábamos el botiquín. ¿No te parece típico? MacMullin me ordenóquemefuesealatiendaydescansaseloquequedabadedía,paraquesecerrarala herida.Noeshorrorosamenteprofunda,asíqueesperoquenoseanecesariodarlepuntos. Perodebemosverlopositivodelasunto,porqueahoraestoyaquísentadoenmicamade campaña aburriéndome, así que por lo menos —¡por fin!— tengo ocasión de escribirte unas líneas.Yalosé,yalosé,quetendríaquehaberteescritoantes,¡peroMacMullinnoesdelos quepiensanqueeltiempolibreyeldescansoseanbuenosparalahumanidad…! Haceaquímáscalordelquemetemía,enrealidadesbastanteinsoportable,perodetodos modoslopeoreslahumedad,quesemepegacomolapinturafresca.¡Ytodoslosinsectos,ni tecuento!(Peroyaquetienesunarelacióntanentrañableconlosinsectos,novoyadecirteni lograndesqueson—¡¡¡enormes!!!…¡¡¡gigantes!!!—nidóndeseencuentran—¡enlacama! ¡Enloszapatos!¡Enlaropa!). Hemosllegadobastantelejos(¡¡obastanteprofundo!!Je,je,je)conlasexcavaciones.No te aburriré con los detalles técnicos, pero: buscamos rastros de una campaña persa. No sé cuántasveceslehedichoaMacMullinqueelcofrenuncaestuvoenmanosdelospersas,que los hospitalarios debieron de ocultarlo en un octógono en su monasterio de Noruega. Pero nadiemeescucha.SóloBirger.Lapazseaconél… Oooops,¡llegalacomida!¡Mástarde,más,gatita! Noche Es la una y media (¡de la madrugada!), no consigo dormir, la oscuridad ahí fuera está llenaderuidosextrañosydepesadosolores. La noche africana alberga algo que nunca he experimentado en casa, es como si te susurrara,comosialgosedespabilara.Noestoypensandoenlosanímalesylosinsectos,sino enalgoinfinitamentemásgrande.Perdónamesidigotonterías. Creoquetengofiebre.Estoyhelado,apesardequedebedehaberporlomenos35grados aquídentrodelatienda,yestátanhúmedacomounmalditoinvernadero. Laheridadelbrazomeduelemuchísimo.Joder,joder,joder… Tendréqueintentardormir.¡Teechodemenos,cariño!Besos. Martes Llevotodoeldíatiradocomounpedazodecarnemuertasobremicamilla.Ochopersonas sehanturnadoenllevarme.Nativos.Charlabanysereíaalternativamente,yyonoentiendoni palabradeloquedicen.PorsuerteMacMullinhamandadotambiénadosingleses.Jacobsy Kennedy.Mehacencompañía,¡peroelcalornonosdejafuerzasparahablardegrancosa! El calor y la humedad son insoportables. La jungla es densa y vaporosa, estoy a muchos kilómetrosdelmarmáscercano,peroapesardetodoestoymareado. Miércolesporlanoche ¡Vayanoche!Yatecontarémáscuandovuelvaacasa. Cuandoporfinhemosllegadoalhospitalestamañana,sehaarmadoungranjaleo.Creo queeralaprimeravezqueveíanunpacienteblanco.Tienebuenapinta,mevanatratarcomo aundiosqueacabadecaerdelcielo. Ahora estamos esperando al médico. Han de buscarlo en un pueblo que está a algunos kilómetros de aquí. ¡Ay, Dios, estoy tan impaciente, Jocy! El hedor es insoportable. Debe de serlagangrena.Peroporsuertenoshemosdadoprisa. Nomesientodeltodobien. Viernesnoche ¡¡Ay,Jocy,Jocy,Jocy,cariño!!¡Tengoquecontartealgoespantoso!¡Prométemequevasa serunaniñavalienteparamí! ¡Mehancortadoelbrazo,Jocy! ¿Meoyes?¡¡Mehanamputadoelbrazo!!Ay,Diosmío.¡Cuandomirohacialaizquierda, noveomásqueunbultoconunvendajesanguinolento!¡Cómometemía,eragangrena!¡Ay, Jocy! Porsuertelosdoloresnosontanterriblescomoseríadecreer,¡perovomitotodoelrato! ¡Mehanatiborradodemorfina! ¡Sientomuchotenerquecontártelodeestemodo!¡Deberíahabertehechocasoyhaberme quedadoencasa! ¡Ahoranotengofuerzasparaescribirtemás! Noche ¡Teechodemenos!Noconsigodormir. Meduelemucho. Helado. Sábado Querida,queridísimaJocyhoy[ilegible] yyo[ilegible]elcura. Pero[ilegible]¡MiJocelyn!¡Teamo! podrásperdonar[ilegible] Noche Sonlas[ilegible] Jocy,querida,lafiebreme[ilegible] ¡estoytancansado! Escribirémáslue Es una pieza poética arrebatadora. Charles DeWitt debió de relatar su muerte con una sonrisa maligna. La primera página está escrita con letras poderosas, inclinadas hacia la derecha, que se aprietancontraelpapel.Meticulosamente,haidodebilitandolaletrayhaciéndolailegible.Cercadel finallasletrassediluyen. Dejolahojaaunlado. —Murióenalgúnmomentodelanochedeldomingo—dicelaseñoraDeWittabiertamente—.Lo encontraronconlashojasenlacama. Noséquédecir. —Todaunadespedida,¿no?—murmuraella. —¡Tienequehabersidoterribleleerestacarta! —En cierto sentido. Al mismo tiempo, me dio la impresión de haber estado allí. Sabía cómo habíapasado.Loquepensóysintió.Sisabesaloquemerefiero.MacMullintrajopersonalmentela cartadesdeÁfrica.Ymelaentregóenmano. Le da un sorbito a su licor. Me levanto y vuelvo hasta la fotografía de la chimenea. La señora DeWittvienedandopasitosdetrásdemí. —¿Sabesquiénesésta?—preguntoseñalandoaGrethe. Ellaresopla. —¡Esaputa!UnaninfómanafolladadeNoruega. Despuéscaeenlacuentadequeyotambiénsoynoruego.Ydequelamujerteóricamentepodría sermimadre.Queyopodríahaberidoporeso. —¿Túlaconoces?—preguntadócilmente. —Algo—miento—.Medioclasesenlauniversidad. —Sequedóembarazada. Mequedoconlabocaabierta. —¿Embarazada? —tartamudeo. ¿De papá? Me pregunto a mí mismo. ¿O de DeWitt? Él mismo dijoqueeransweethearts.Peronomeatrevoaplantearlacuestión. —Todoshicieroncomosinolosupieran—resoplaella. SeñaloaCharlesDeWitt. —Y éste —digo en voz baja, tengo que esforzarme para que no se note lo conmocionado que estoy—,¿estudifuntomarido? —¡Diosmío,no!—seríeella—.¡Tampocoesquemehubieraimportadoquelofuera! Riéndosedesufrívoloexabrupto,señalaauntipoenjutoymorenoqueestásentadodecuclillas enelextremoizquierdodelafoto.Tieneelaspectodeunvendedordeturbaespañoleinsatisfecho. —¡ÉseesmiCharles!Diosloacoja. —Pero…—farfullosinentender,ygolpeoconlauñaalhombrequeestáenmediodelafoto— ¿quiéneséste? —Ése —responde, muerta de risa— es el jefe de las excavaciones. Un arqueólogo y científico muyreconocido.UnbuenamigodeCharles.¿Nolohemencionado?¡MichaelMacMullin! El coche de mudanzas es tan grande como un petrolero, y llena la acera a lo largo de Sheffield Terrace de tal modo que los peatones son empujados a la calzada. Le pido al taxista que espere. Colmado de un inexplicable miedo de Día del Juicio Final, me aproximo corriendo a uno de los braceros.Tienelosojostontosylosbrazoscomovigasdemadera.Preguntoporelpropietariodela casa.Élnomeentiende.Llamaauntipoquedebedeserelencargado.Repitolapregunta.Sequedan mirándome y se ríen groseramente de mi acento. Para ellos soy una especie de atracción de feria viviente,unpelelealterado,pálidocomounmuerto,quecuelgaagitándoseantesuscaras. —¿Eldueñodelacasa?—repitealfinelencargado—,nosénadadeél. —¿Quiénhavividoaquí?—gritoparaquesemeoigaporencimadeunamotoquepasa.Ellosse encogen de hombros—. Es importante —insisto—, soy un cirujano extranjero, se trata de un trasplantedecorazón,correprisa,¡estáenjuegolavidadeunniño! Se miran entre ellos con inseguridad, luego el encargado se mete en la cabina del camión y contactaconlacentral.Cuandovuelve,tienepintadeaturdido. —Debesdetenermalladirección,estoesunpisodealquiler,¿entiendes?Notenemosnombres, no podemos desvelar la identidad de nuestros clientes, ¿verdad?, normas de la empresa… —Se distraeconlascincolibrasquelemetoenelbolsillodelacamisa,yseinclinahaciamí—:Y,además, tendríasquehablarconlasautoridades,¿verdad?,quesonlasdueñasdelacasa.Éstenoesunpiso cualquiera,¿verdad? Evidentemente puede ser una casualidad. Las casualidades pueden tener su gracia. A veces se ensamblanygeneranunpatrón. CharlesDeWitt,elcompañerodeestudiosycolegadepapáenOxforden1973,seapagóenuna junglasudanesaunanochedeagostode1978.Pocomásdeunmesdespuésdequepapáseprecipitara alamuerteenunaccidentequelapolicíaarchivóporfaltadepruebas. Faltadepruebas. Laformulaciónhacequemeestremezca.Comosisupiera,peronodeltodo. LaAsociaciónGeográficadeLondresestácerradaporsersábado,perosigollamandohastaque unavozmalhumoradarespondealtelefonillo.PreguntoporMichaelMacMullin. —Estamoscerrados—respondeelguarda. AlzolavozyvuelvoapreguntarporMacMullin,esimportante. —Tendrásquevenirellunes—respondeelguarda. Le pido que contacte con MacMullin y que le diga que lo está buscando el señor Beltø de Noruega,esextremadamenteimportantequelellegueelmensaje. —Youmissabellthrumfromnowhere?—crepitalavoz. —¡Beltø! —le chillo en inglés con tanta fuerza que los peatones me miran asustados y se apresuranaseguir—.¡Dilequeelalbinolocoquierehablarconél! El telefonillo deja de silbar. Llamo varías veces, pero no contesta. Me lo imagino detrás del objetivo de la cámara de vigilancia; gordo, satisfecho consigo mismo y seguro tras sus gruesas puertas y metros y metros de cable de cámara. Con los labios formo las palabras: «Llama ahora mismoaMacMullin,¡hijodelagrandísimaputa!».Esposiblequenoloentienda;lehagouncortede mangayvuelvocorriendoaltaxi. Sehaido.Eltaxistanisiquierahacobradosudinero. —¡Ay,Dios!¿Erestú?¿Ya? Incluso distorsionada por el telefonillo de la SIS reconozco la voz de mi vieja amiga, la abuela canosaquehacíapunto.Lededicomimejorsonrisaalacámaraysaludoconunpardededos. Las lenguas tienen gracia. El lenguaje nos separa de los animales. «Ya». Una palabra tan inocente…Peroalgorevela.Revelaqueellasabíaqueyoibaaacudir.Porquealguienlehadichoque ibadecamino. —¡Diosmío!Justamenteahoranohaynadieaquí.Nadiehadichonadadeque… Mientras habla, abre la puerta, y cuando entro, aún sigue sentada tras su escritorio con el dedo sobreelbotónhablandoconmigoporeltelefonillo.Llevalacapasobreelbrazo.Nosésiacaba,de llegarosiestáapuntodeirse.Memiraconunaexpresiónaborregada,asustada.Sientolástimapor ella.Nosabedeltodoquéhacerconmigo. —¿Estáisabiertoshoy?¿Ensábado?—pregunto. —En absoluto. Quiero decir… no, normalmente no. Pero hoy… Ay, no sé… ¿Qué es lo que quieres? —TengoquehablarconMacMullin. Sucarapierdealgodelgestodetensión.Ladealacabeza. —Anda. Qué curioso. Está de camino. Tenía la esperanza de que estuvieras aquí. ¿Estabais citados…?¿Paraveros…?¿Parairalaeropuerto…?Dijoquetú…—Secontieneydejalacapasobre elrespaldodelasilla—.Entodocaso,prontoestaráaquí.Quizádeberíamossubirasudespacho. Meconduceescalerasdemármolarribayporelpasillodecolumnas.Laacústicaresaltaelhecho dequesóloestamosellayyoentodoeledificio.Cruzamoslasbaldosasdemosaicos,eluniversodel señor Anthony Lucas Winthrop Jr. y doblamos otra esquina más. Así nos plantamos ante la puerta dobledeiglesiadeldespachodeMichaelMacMullin.Sunombreestáatornilladoenlamaderaoscura con pequeñas letras de latón recién pulido. Cuando tienes todo el poder en tus manos, puedes permitirteserdiscreto. El recibidor de Michael MacMullin es tan grande como una sala de conferencias noruega. El parquet del suelo relumbra. El escritorio de la secretaria está junto a un exclusivo salón francés dondelosinvitadospuedenesperarsentadoshastaqueasuexcelencialeplazcainvitarlosaentraren lomássagrado.Laslibreríassecurvanconlasprimerasedicionesdelibrossobrelosqueunosólo ha leído. Dos ventanas dan a la calle, profundos pozos hacia la luz. La gran fotocopiadora y los ordenadores están tan arrinconados en la sombra como ha sido posible. La puerta que conduce propiamentealdespachodeMacMullinestáequipadaconunacerraduranormalydosdeseguridad. El marco está reforzado con metal. Sobre la pared parpadea una bombilla roja en una caja con números sobre el panel. Michael MacMullin debe de sentirse como una feliz y segura hucha de cerditodentrodelacajafuertemásseguradelmundo. —Bueno,¡tendrásquesentarteaesperar!—dicelaabuela.Lefaltaelaire.Luegosaledeespaldas ycierralapuerta. Mesientoenelmarcodelaventana.Mientrasoteolacalle,cavilosobreloquevoyadecirlea MacMullin. Nopasamuchotiempoantesdequeun BMW745beistuerzalaesquina.Llegaatantavelocidad que una señora tiene que pegar un brinco desde el paso de peatones a la acera. Por eso capta mi atención,odioalosgamberrosalvolante. En la acera, debajo de mí, el coche pega un frenazo. Casi da la impresión de que chirrían las cubiertas. Cuatro hombres salen del coche, al conductor no lo he visto nunca. Después sale MacMullin(aliasDeWitt).YmiviejoybuenamigoGrahamLlyleworth. Peroeselúltimohombrequienmeintranquiliza.Noshemosvistoantes.EsKingKong. Mepreguntoporquéllevanconsigoasuquebrantahuesossisólopretendenconversarconmigo. Cuandosalgodelrecibidor,losoigoentrarenlaplantabaja. —¡Estáarriba!—exclamalavozdelaabuela. Mequitoloszapatosysalgocorriendoporelpasillodecolumnasconunzapatoencadamano. Alveraloscuatrohombresenlaescalera,meechoaunladoymepegoaunacolumna. Sisedanlavueltaenelmomentoenquepasen,medescubrirán.Peronolohacen. Esperoaquehayandobladolaesquinaantesdeecharacorrerhacialaescaleraybajarla.Abajo deltodomepongoloszapatos. Laabuelasedalavuelta. —Pero…¿erestú?—mepreguntasorprendida,ylelanzaunaojeadaalaescalera—.¿Aquí? —Desdeluego. DesdeeldespachodeMacMullinsuenaungrito. —Pero…—diceella,ydaunpasohaciamícuandoavanzo.Comosifueracinturónnegroenjiujitsuypensaratirarmealsueloconsuspropiasmanos. —¡Detenlo!—gritaunavoz. Ellamesiguedepuntillashastalapuertamientrasgimoteaasustada. Yomelanzoalacalleymehagoinvisible. LamaletadeDianeestálistaenlaentrada.Porlaexpresióndesucarasepodríapensarquellevalas cincoúltimashorassentadaencimadeella,esperándome. —¡Porfin!—exclama—.¿Dóndehas…? Lacortoenseco. —¡Creoquelosmataron! Dianenoconsiguecerrardeltodolaboca. —¡Tenemosqueirnos!—añado. —¿Quiénmatóaquién?—tartamudea. —Mipadre.YDeWitt. —¿Aquiénmataron? —Losmataronaellos. —¡Yanoentiendonada!¿Porquélosmataron? —Sabíanalgo. —Ay,Dios.¿Sobreelcofre? —Nolosé.Peromurieroncasialmismotiempo.Enaccidentes. —¿Y? —Hadehaberalgunaconexión. —Nocreoque… —¡Diane!Nosabesnadadetodoesto.¡Vamos!¿Tienestuscosaslistas?Vamos,quenosvamos. —¿Tantísimaprisa? —¡Vienenpormí! —Esperaunmomento. —¡Nohaytiempo! —¿Quiénvieneporti? —¡MacMullin!¡Llyleworth!¡KingKong!¡LaCIA!¡DarthVader! —¿Cómo…? —¡Vamos! —¿Porti? —Meheescapadoenelúltimoinstante.¡Antesdequemepillaran! Memiraconpreocupación. —Bjørn…¿Noteparecequeestásexagerandounpoquito? —¡Diane! —¡Vale,nosvamos,nosvamos!¿Tuequipajeestáabajo? —Tendráquequedarseenelhotel. —Pero… —Tengoelpasaporteyeldinero. —¡Bjørn,tengomiedo!¿Quéhapasado? —Telocontarémástarde.¡Ven!Hemosdedarnosprisasiqueremosalcanzarelavión. —Pero¿nodeberíamos…? —¿Nodeberíamosqué? —Tengoquellamaramipadre. —¿Ahora? —Bueno,él… —¡Llamadesdeelaeropuerto!¡LlamadesdeNoruega! —Mellevarásólounminuto.Medio. —¡Puesllama!¡Dateprisa! Dianedescuelgaelauricular.Yolamiro.Ellamemiraamí.Vuelveacolgar. —Daigual.PuedollamardesdeNoruega. En ese momento suena el teléfono. Confusa, coge el teléfono. Responde «sí» varias veces, impaciente,distante. —¿Quéquieresdecir?—inquiere. Yescucha. —¿Porquémotivo?—preguntaentredientes. Memirayponelosojosenblanco. —¿Explicar qué cosa? —le grita al auricular. Después cuelga—. El trabajo. Parecería que el mundovaahundirsesóloporqueunasetomaunasvacaciones. Llevolamaletahastaelascensor.Dianecierraconllave,peroseacuerdadeprontodequeseha olvidado de hacer pis. ¡Mujeres! Vuelve a entrar. Tarda una eternidad. He retenido el ascensor colocando la maleta ante la célula fotoeléctrica, y hace «ping» cuando la puerta se cierra detrás de nosotros.Dianeaprietaunbotónconlafiguradeuncoche.Sientouncosquilleoenlaentrepierna. EnelgarajeabreelmaleterodelHonda.Yometolamaleta. Dianesalemarchaatrásdelaplazadegaraje.Lascubiertaschillancuandoacelera,laresonancia suenaavacío.Meechoparaatrásenelsillónytomoaire.Meduelenlaspiernas. Tenemos que esperar a que se haga un hueco, antes de que Diane consiga salir del garaje e introducirse en el tráfico. Uno de los coches que pasa, y que pega un frenazo ante la entrada del edificio,esunBMW745beis.Noconsigoverelinterior.Esimposiblequeseanellos. SEGUNDAPARTE ELHIJO 4 OMISIONES,MENTIRASYRECUERDOS Fueelveranoquemuriópapá. Entornoalacicatrizdeterrenostaladosylíneasdealtatensión,seextendíaelbosqueviejocomo porrabia.Ahorahaceveinteaños.Perocuandocierrolosojos,todavíapuedorecrearlasimágenesy los ambientes de aquellas vacaciones de verano. Bolsillos de cobijo en mi arboleda privada de recuerdos.Ellargoviajeencoche…Elcielosobrenosotrosqueestabatranslúcido.Laradioenuna frecuenciaqueparpadeaba.Yodormitabamareadoporelcocheenelasientotraseroyoteabaatravés delaventanamedioabierta.Enelarcén,nubesdejejenesflotabansobrelahierbaamarillayalta.El calorestabadensoporlosaromas.Fríoslagosrelumbrabancomopedazosdeespejosrotosentrelos troncosdelosárboles.Recuerdounabarracadetroncoscarcomidaqueestabasiendodegustadapor elmusgoylapodredumbre.Unabolsadeplásticocasivacía,conpublicidaddecaféAli,colgabade una rama. Una cubierta de coche tirada. Enormes bloques de peñascos. En el costado de la loma borboteaban riachuelos que desaparecían en tuberías grises de hormigón. Pasamos junto a lagunas cercadasporelboscaje.Yometragabalasnáuseas.Mamámeacariciabalafrente.Papáibaalvolante, silencioso y distante; Trygve Arntzen, a su lado, eufórico y berreante, con los pies sobre el salpicadero. Huellas fangosas de ruedas, dejadas por la maquinaria de construcción, cruzaban el caminodelbosque.Granjasconlasventanasselladascontablonesylospatiosasalvajados.Túmulos del pasado. En uno de los patios había un viejo sentado sobre el tronco de la leña, estaba tallando madera.ComountrasgodejadodelamanodeDios,ocomounviejotíopetrificadoeneltiempo.No levantólavista.Quizánoexistiera. La vereda subía serpenteando prado arriba desde el aparcamiento. Había oscuridad entre los árboles. En la penumbra, las raíces que asomaban semejaban serpientes fosilizadas. El musgo húmedoflorecíasobrelostroncos.Papáestabasilencioso.Mamácanturreaba.Trygvecaminabaun pocopordetrásdeella,yoibaelúltimo.Debíamosdeparecercuatrosherpasdesorientados.Elaire delamontañanospasabaporencima,frescoycrudo. —¡Bjørnillo! Distanteycálida,lavozdemamásemecolabaenelsueño.Comounacaricia. —¿Bjørn?¡Miniño! Incluso a través de la lona de la tienda, me deslumbraba el sol. Eran casi las nueve. Busqué a Trygve,compartíatiendaconél.Susacodedormirestabavacío;desinflado,mediovueltodelrevés, comounapieldeserpienteabandonada.Ahogadoporelsueño,mehundíenlahúmedaoscuridadde mipropiosacodedormir. —¡Principito!¡Bjørn! Con un ruido suave, mamá abrió la cremallera e introdujo la cabeza en la tienda. Una cara de ángelrodeadadepelorevoloteante. —¡Deeeeesaaaayuuuunoooo!—cantó. Empezó a tirar del saco de dormir. Yo luchaba en contra. De forma contenida. En los últimos tiemposhabíaempezadoadespertarmeerecto,perodifícilmentepodíacontarleesoamamá. El desayuno estaba dispuesto en platos de cartón sobre una manta extendida entre las tiendas. Rebanadas de pan cortadas toscamente con la navaja. Mantequilla. Salami. Embutido de cordero. Mermeladadeframbuesa.Huevosybeiconmuyfritosenelhornillo. Trygvemegolpeóelhombroconcamaradería.Hacíaalgunosdíasquenoseafeitaba. A mamá no le gustaba que papá escalara. Papá y Trygve habían comprobado el sistema de seguridad delante de ella. Cuerda, empotras, cintas, mosquetones y ochos. Pero no sirvió de nada. Ellateníamiedodequepasaraalgo. Despuésdedesayunar,mamáyyonosencaminamosallagoparabañarnos.Elaguaestabaoscura ybrillante.Lepreguntésicreíaquehabíasanguijuelasenelabismo.Ellacreíaqueno.Cuandonos metimos,sentimoselaguatibia.Anuestroalrededorflotabanlosnenúfares.Comoenunalagunade trols. Nadamos hasta unos peñascos y nos encaramamos a ellos. Mamá cerró los ojos y cruzó las manosdetrásdelacabeza.Dentrodelbosqueunpájaroechóavolar,peronoseveía.Conlamirada perezosa, seguía las gotas de agua que caían por el cuerpo de mamá. Moviéndose a tirones, como gotas de lluvia sobre un cristal, se deslizaban sobre su piel y goteaban sobre la montaña, donde pasabanmuchoratoevaporándosehastavolveracasa. Tambiénestoesunmomento: Habíapescadodospecesyestabamuycontentoconmigomismo,fuisilbandotodoelcaminode vueltaalcampamento.Llevabalacañadepescaralhombroylospecesenunabolsadeplástico,olían mal. Nohabíanadieallícuandollegué. Coloqué la caña junto a un árbol y colgué la bolsa de una rama quebrada para que los gatos salvajesolososospardosnocogieranlospeces. Entonces: Lavozdemamá,atravésdelalonadelatienda:«¡Tontorrón!». Peguéunrespingo.Amialrededor,elbosqueestabaensilencio.Metransforméenunespírituque deambulabainvisible,inaudible,entornoalatienda. Suvoznoeratalycomoyolaconocía.Habíaadquiridoalgoextraño.Algorepulsivo.Queno estabapensadoparamisoídos. Tierna,suave,llenadeunahumedadpegajosa. Susurros profundos, risueños, desde un saco de dormir. Me quedé completamente quieto en la hierba,escuchando. Mamá(comounsuspiro,casiinaudible):«Erestangustoso». Silencio. Mamá:«Oye.Ahorano». Risaburlona. Mamá(juguetona):«¡No!». Silencio. Mamá:«Oye,puedenvolverencualquiermomento». Movimientos. Mamá(arrullando):«¡Ooooyee!». Unanimalsalvajegruñíadesdeelfondodelsaco. Mamá(riéndoseporlobajo):«¡Estáscompletamenteloco!». Pausa. Gruñidos. Silenciorepletodesonidos.Elvientoenlosárboles.Ellejanobramidodelrío.Lospájaros. Mivoz,débil,enclenque:«¿Mamá?». Durantelargoratohubosilencio. Despuéssonólacremalleradelatienda.Trygvesalióagatasymiróasualrededor.Cuandome vio,seenderezómuertodesueñoybostezó. —¿Yahasvuelto? —Hepescadodospeces.¿Estámamáaquí? —¿Dos?¡Vaya!¿Songrandes? Descolguélabolsadeplásticodelárbolyselosenseñé. —¿Estámamáaquí? —Justoahorano.¿Quieresquevayamosalimpiarlos? Mecogiódelamano.Nuncaanteslohabíahecho.Yovacilé. —¿Noquieresquevayamosalimpiarlos?—mepreguntóconimpaciencia,ymellevóarastras. Así que nos fuimos a limpiarlos. No tardamos mucho. Cuando volvimos, mamá estaba sentada sobre la gran piedra tomando el sol. Le sonrió a Trygve, con un poco de disculpa, con burla. Le parecióquelospecesteníanunaspectodeliciosoyprometióasarlosparalacena. Cuandosepiensahaciaatrás,esdelospequeñosepisodiosdelosquemáscuestadesembarazarse. Mientras que todo aquello de lo que uno cree que va a recordar hasta el último detalle pasa huidizamenteporlamemoria. Unamañanamuytemprano,acompañéapapádecaza.Medespertóalascuatroymedia.Nimamá ni Trygve querían ir. Pero Trygve me guiñó risueñamente un ojo cuando me vestía. Estaba bien despierto,listoparalevantarseytalarunadocenadeárbolesconsupequeñahachadescout. Elsolbrillabapálido.Delatierrasalíaunvaporfrío.Enelfondodelvalle,juntoalgranlago,la nieblaextendíalargaslenguasqueseadentrabanporelbosque.Yotiritaba.Elfríodelsueñomehacía estremecer.Elcansanciosemeacumulabacomoalgodónmojadoalfondodelosojos. Encerradosennuestrospropiospensamientos,papáyyoascendimosalolargodelríoypasamos pordelantedelospeñascosenlosqueacostumbrabanaescalar.Delríosalíaunrebufogélido.Papá llevabasuWinchesteralhombro.Loscartuchospesabanenlosbolsillosdemianorakyserozaban losunoscontralosotroscomoloscantosrodadosdelcaucedeunrío. El bosque estaba salvaje e intransitable. Troncos de árboles caídos, barrancos, pendientes con brezo,elcielocomounespejollenodevahosobrelascoronasdelosabetos.Latierrapantanosay losarroyosgorgoteabanbajonuestrassuelas.Elmusgoempapadoyelaguapodridaolíanarancio. Tocones astillados, raíces volcadas, helechos en los claros de sol. Más arriba, en el collado, canturreabaunpájaro.Elmismotonounayotravez.¿Cómoconseguíanovolverseloco?Laluzera azulbrillanteycasisepodíatocar. En la linde de un terreno de árboles talados ya repoblado, junto a un abeto derribado por una tormentahacíamuchotiempo,papásedetuvoymiróasualrededor.Asintióconlacabeza.Chasqueó lalengua.Hizoseñadequenossentáramos.Lediunpuñadodecartuchos.Élcargóelarma.Esperaba encontrar un zorro rojo. Quería tener un zorro disecado en la entrada. Uno que pudiera señalar cuando tuviéramos invitados para decir desenfadadamente: «Lo cacé este mismo verano. En los caminosdelasprofundidadesdelosvalles». Nos quedamos tumbados en silencio mirando el terreno talado. Olía a hojarasca, a hierba y a tierra pantanosa. Los pájaros cantaban y silbaban al abrigo de la vegetación. Pero todavía era temprano,yelcanturreosonabaamediavozycomoobligado.Noerafácilpermanecerquieto.Cada vez que bostezaba, papá me mandaba callar. Me arrepentía de haber ido. Era mamá la que se había empeñadoenmandarmeconél. Yo lo vi primero. Salió majestuoso del boscaje, al otro lado del terreno talado. Temamos el vientoencontra,asíquenonospercibió.Unmagníficociervocoronado. Lenta y graciosamente entró en el claro. Mordisqueó las hojas de un pequeño abedul y oteó el paisajecongestodepropietario.Teníalapielrojizayresplandeciente,comoelbronce.Lospicosde lacornamentadibujabanunacorona. Miréapapá.Élnegóconlacabeza. Se nos acercó más aún. Papá y yo casi no nos atrevíamos a respirar. Nos habíamos hundido completamentedetrásdeltronco. Deprontoelanimalgirólacabeza. Diounpasohaciaatrás. Sevolvió. Entoncesseoyóeldisparo. Yo giré bruscamente la cabeza. El Winchester de papá estaba apoyado sobre el tronco entre nosotros. Sellevóelíndicealoslabios. El venado cayó de rodillas e intentó arrastrarse hasta algún cobijo. El siguiente disparo lo derribó. Se desplomó de costado. Durante algunos segundos terroríficos estuvo pataleando y temblando. Dealgúnsitiodelclaroemergióungritodetriunfo.Yotromás. Estuveapuntodelevantarme,peropapámeretuvo. Erandos.Cazadoresfurtivos,segúnmeexplicópapámástarde.Unodeellossacóunapetacade bolsillo,lepegóunostragosyselapasóasucompañero.Llevabaunlargocuchilloenunafunda sobreelmuslo.Desenvainóelcuchilloyeructó.Mientraselcompañerososteníaelvasodeplástico deuntermodebajodelcuellodelanimal,éllehizountajoenlaartería.Llenaronelvasodesangrey lamezclaronconelaguardientedelabotella. Ybebieron. Agarraronlaspatasdelanterasypusieronalciervobocaarriba.Enunúnicoylargomovimiento, unodeloshombresleabrióelvientre.Conunsonidorepugnante,gorgoteante,echólosintestinos sobrelatierra,metrotrasmetrodeintestinosazulaceroqueechabanvapor.Luegosiguieronelresto delasvísceras.Elhedornosllegabaporoleadasapapáyamí. Los dos se sentaron en cuclillas. Encontraron lo que estaban buscando. El corazón caliente. El hombre del cuchillo tenía la lengua en la comisura de los labios y entrecerraba los ojos mientras cortabaelcorazónendos.Comosiestuvierapracticandocirugíacardiovascularavanzada,enmedio delmásnegrodelosmontes.Ledioalcompañerounadelasmitades. Luegoseentregaronacomer. Meestabamareando.Losoíamasticar.Lasangrelescorríaporlabarbilla. Papámesujetómientrasvomitabasilenciosamente. Descuartizaron el animal y arrastraron el cuerpo a través del claro, al tiempo que cantaban y berreaban. Cuando papá y yo nos incorporamos, la cabeza del venado estaba abandonada sobre la tierra,mirándonos. Lasmoscasyahabíanempezadoaexigirsusderechossobrelosrestos.Enelbosqueseoíauna bandadadecuervos. Hayquienescreenquetevuelvesvegetarianoparahacerteelinteresante.Quizáshayaalgodeverdad eneso,peromuchosdenosotrosnuncahemostenidoelección.Noshemosvistoempujadosaello. Porlabarbariedelasangre. Grethenoestáencasa. Casi no esperaba otra cosa. De todos modos, me he pasado unos cinco minutos en la calle acariciandosutimbre,conlaesperanzadequesutelefonillodeprontosepusieraajadearodeque ellaapareciera,girandolaesquina,conunsorprendido«¡Hola,Bjørnillo!»yunabolsadeplástico delRema1000. EltranvíadeFrognerpasatraqueteando,coneljaleodeunacargadechatarra,cosaquenoestá tanlejosdelarealidad.Sobremí,enelbaldaquíndegranito,retozanunsátiroyunaninfa.Laimagen recuerdaaDianeyamí. El día de ayer casi está sacado de una película que apenas recuerdas. Un poco como un sueño. Intento recrear la atropellada huida a Heathrow, el vuelo a casa, el viaje a bordo de Bola desde el aeropuerto de Gardermoen hasta la casa de campo de la abuela, junto al fiordo. Pero no consigo atraparbienlasimágenes. Llegamosalacasadecampotempranoporlanoche.Elmarestabaapacible.Enmicuartodela azotea,entreloslibrosdeHardy,lasrevistasylasedicionesdestrozadasdeLoMejorde1969,enel olordepolvocalentadoporelsol,nosamamosintensamenteyconladulzuradelverano.Avanzada lanocheDianesacósuscintasdesedayquisoquelaatarayquevolviéramosahacerlo.Unpocomás duro.Asíestuvimosunrato.AlfinalsoltéaDianeydejélascintascolgandodeloscuatropostesde lacama. Enmediodelanochemedespertósullanto.Lepreguntéquéocurría,perodijoquenoeranada. Pasélanocheescuchandosurespiraciónenlaoscuridad. Unamujermayorqueavanzacondificultadporlaacerahafijadosumiradaenmí.Separaysuelta susbolsas. —¿Sí?—medicealacara.Convozaltaydesafiante. Comosifueraladueñadeledificio.Ydelaacera.YdegrandespartesdelcentrodeOslo.Ycomo sisehubieradejadoelaudífono. —EstoybuscandoaGretheLidWoien—respondo.Igualdealto.Talycomohablanalosviejosy retrasadoslaspersonasdesconsideradas. —¿LaseñoraWoien?—pregunta.ComosiGrethehubierasidoalgunavezlaseñoradealguien. Suvozsesuaviza—.Noestáencasa.Vinieronabuscarla. —¿Quiénvinoabuscarla? Lapreguntasaleunpocodemasiadorápido,unpocodemasiadocortante.Ellamemiraasustada. —¿Quiénesustedenrealidad?—inquiere. —¡Unamigo! —¡Laambulancia! Gretheestáincorporadaenlacama.ElperiódicoAftenpostenestáextendidosobreeledredón. —¡Bjørnillo! La voz es débil. Su rostro parece un cráneo vestido con algo de piel de más. Las manos le tiemblantantoqueelpapeldelperiódicocruje.Elsonidorecuerdaaldelahojarascasecaenelviento deunamañanatempranadenoviembre. —HeintentadollamartedesdeLondres.Variasveces—ledigo. —Noestabaencasa. —Nosabíaqueestabasingresada. —Sólounosdías.Soydecuerorecio.Noqueríamolestarteconesto. —¡Porfavor! —Notienemuchaimportancia.¿QuétaltehaidoenLondres? —Todoesbastanteconfuso. —¿Quéhassacadoenclaro? —Quesémenosdeloquesabíacuandomemarché. Seríecalladamente. —Esoesloquepasaconelconocimiento. Mesientoenelbordelacamaylecojolamano. —Tienesquecontarmeunacosa—digo. —Pregunta,miniño. —¿QuiénesMichaelMacMullin? —MichaelMacMullin… —¿YCharlesDeWitt? Lospárpadosselecierranlentamente,suinteriorseconvierteenunapantallaparasusrecuerdos. —Michael… —Se contiene, pasa algo con su voz—. ¡Un buen amigo muy cercano! Era mi superior cuando estuve de lectora invitada en Oxford. Bueno… —Su rostro adquiere un aire socarrón—. Más que un superior. Mucho más. Un hombre sabio y bueno. Si todo hubiera sido distinto,quizásélyyohabríamospodido…—Abrelosojosyalejalaidea—.Hemosmantenidoel contactoalolargodelosaños. —¿YDeWitt? —CharlesDeWitt.Amigoycolegadetupadre.EscribióeltratadojuntoconélyLlyleworth.Un dulceinglesito,untipocurioso,casadoconunralladordemujer.Murió.EnSudán.Selegangrenó unaherida. —¿Ytodoesoyalosabías? —Claro.Eranmisamigos. —Peronomecontastenada. Memirasorprendida. —¿Quéquieresdecir?¿Acasomelopreguntaste?¿Porquéesimportante? Leaprietoligeramentelamano. —Tengo aún otra pregunta. —Vacilo porque sé lo descabellado que puede sonar—. ¿Podrían haberlosmatado? Grethereaccionadeunmodomuynatural:conasombro. —¿Podríahabermatadoquiénaquién? —¿PodríaalguienhabermatadoaDeWitt? —¿Quéestásdiciendo?—Memirainquisitivamente—.¿Quiénharíaalgotanhorroroso? —¿MacMullin? —¿Michael? —¿Porque DeWitt sabía demasiado? ¿O porque se enteró de algo de lo que no debería haberse enterado? Seríedemodocortante. —¡Anda,quesí!Esoesimpensable. —¿Oalgúnotro?AlguiendelaSIS.¿Llyleworth?Nosé.Alguien… Seríeparasusadentros. —¡Túhasleídodemasiadoslibros,Bjørnillo! —Pasóalgo.Enmilnovecientossetentaytres.EnOxford. Seponerígida.Hayalgoquenoquieresoltar. —¿Quéfue,Grethe?¿Quéesloqueaveriguaron?Algorelacionadoconelcofre.¿Quéfue? Suspiraprofundamente. —Sisemehubierapasadoporlacabeza…Sevieronenvueltosenalgo,Bjørnillo.Peronoséni siellosmismosloentendieron. —¿Quiénes? —Tupadre.DeWitt.YLlyleworth. —Dosdeellosmurieron. —Tambiénamíibanainiciarme. —¿Pero? Sevuelvehacialaventana.Nomemiracuandodice: —Mequedéembarazada. Elsilenciosehincha. —Undescuido—añade—.Cosasquepasan. —Yo…—comienzo,peronosécómoseguir. —Haceyamuchotiempo. —¿Quéocurrióluego? —Los últimos meses me marché. Tuve el bebé. En Birmingham. No lo sabe nadie, Bjørnillo. Nadie. Yocallo. —Nopodíatenerloconmigo—dice. —Comprendo. —¿Sí?Nolocreo.Peroasíera. —¿Hasmantenidoalgúntipodecontactocon…? —¡Nunca! —Pero¿cómo…? Alzalamano.Lacaravueltahaciaotrolado. —¡Noquierohablardeeso! —Noesimportante.Quierodecir…noparamí.Noahora. —¿Siguesteniendoelcofre? —Abuenrecaudo. —Buenrecaudo…—murmura,masticaysaborealaspalabras. —Grethe,¿quéhayenelcofre? —Nolosé.—Suenaadisculpa. —Pero¿quésabes?¿EselmanuscritoQ?¿Oesalgocompletamentedistinto? Se recuesta a medias en la cama. Es como si estuviera intentando sacudirse de encima la enfermedad,ladebilidad,ladecrepitud.Elesfuerzoleentrecortalarespiración.Memiraconlosojos llenosdeobstinadoentusiasmo. —¿Sabíasquehayquiencreequelasramasmásantiguasdelaaristocraciafrancesaybritánica sondescendientesdetribusprecristianasquefueronexpulsadasdeOrienteMedio? —Saber,saber. —¿Yquealgunasdelasfamiliasrealesactualesdesciendendenuestrosantepasadosbíblicos? —Puedequehayaoídoalgunaespeculaciónalrespecto—respondoconvaguedad.Mepregunto silosmédicosleestaránadministrandoalgúnmedicamentofuerte. —Peroquéséyo…—sediceasímisma,comosiselehubieracontagiadomiincredulidad—. Tendráunderechoaadivinar,¿no?Adeducir.Arazonar. Atravésdelapuertaoigoaunniñopequeñoquegritaencantado:«¡Buelo!». —Hayuna…agrupación—continúa. Enelpasilloalguienríe.Meimaginoalabuelolevantandoalnieto. —Nosémuchosobreella—explicaGrethe.Oscilaentrehablarseasímismayhablarmeamí. Comosifueraasímisma,ynoamí,aquienquiereconvencer—.Peroséqueexiste. —¿Unaagrupación?—intentoayudarla. —Hundesusraícesenlaaristocraciafrancesa.Unacongregación. —Pero¿quéhace? —Llámalo una orden masónica, si quieres. Una secta hermética. Secreta. No sé casi nada sobre ella.Nadiesabegrancosasobreella. —Entonces…¿porquélaconocestú?—Meechoareír—.Quierodecir,¿cómopuedescontarme todoesosiestansecreto? Memiracortante,airada.Comosiyodebierasabernopreguntar.Peroenseguidaselesuavizala expresión. —Quizáconozcaaalguienque…—Seinterrumpeasímisma—.Inclusoparalosiniciadosenla orden,elrestodelosmiembrosesdesconocido.Unmiembroconoce,comomucho,aotrosdoso tres.Cadaunosabesólolaidentidaddeunúnicosuperior.Laestructuraesintrincadaysecreta. —¿Adóndequieresiraparar? —Quizáseanellosquienesbusquenelcofre,Bjørnillo. —¿Unaordensecreta? Lapreguntasuenamuyincrédula.Despectivaseríaaúnmáspreciso.Ellanoresponde. —Entonces,¿ellostambiénsabenloquecontieneelcofre?—inquiero. Grethemiraantesí. —Siemprehanestadobuscando.Siempre.Creoqueloquebuscabaneraelcofre.Todoempiezaa encajarensusitio.Todaslaspiezas.—Memiradesoslayo.Losojosledanvueltas.Nosésiestádel todoconsciente. Melevantoymeacercoalaventana.Lapotenciadelaluzmeobligaaentrecerrarlosojos.Unos obrerosestánmontandounandamioeneledificiovecino.Parecealgocojo,perosupongoquesaben loquehacen. —Estáscansada.Yoyamevoy. —Notienesentido—murmura.Ymásalto—:¡SelodijeaBirger! Nosédequéestáhablando. —¡Seloadvertí!¡Selodije! Respirapesadamente,traga,peroluegoseleavivanlosojos.Escomosivolvieraalarealidad. Unaespeciederealidad. —¡Nadaescomosecree,Bjørnillo! Leaprietolamano. —Eshoradequemevaya.Estáscansada. —Haymuchascosasqueenrealidadnodeseamossaber.—Memira,comosiquisieracontarme algoo,sobretodo,comosihubieraalgoquequisieraqueentendierayomismo. —Yalosé.Peroahoratengoqueirme. —Muchas cosas que no deseamos saber —repite—. Aunque lo creamos. Muchas cosas que tampocodeberíamossaber.Muchascosasquenonosconvienesaber. —¿Quéesloqueintentasdecirme? Cierralosojosynisiquieralaresonanciadelaspalabrasproporcionaningúnsentido. —¿Tienesmiedo,Grethe? Abredenuevolosojos. —¿Miedo?—Niegaconlacabeza—.Notemuereshastaquenadiesabequehasexistido. Devueltadelhospitalmeparoenunacabinatelefónica.Supongoquedeberíahabermeagenciadoun teléfonomóvil.Peroestoymásagustosinél.Medaunaabsurdasensacióndelibertad.Nadiesabe dóndeestoy.Anoserqueyomismoquiera. PrimerollamoaDiane.Sóloparaoírsuvoz.Noresponde.Debedeestarenlaterraza. LuegollamoaCaspar. Está agitado, tembloroso. Han asaltado su casa y su despacho. No consigue entender por qué alguien ha entrado en ambos sitios. ¡El mismo día! Está demasiado alterado para hablar conmigo. Quizásealomejor. Porsiacaso,aparcoaBolaenunacallelateral,másabajodeledificio,yavanzosigilosamentehasta laentradaporelsenderoquehayentrelosárbolesjuntoalapistadedeporte. Hacediezañoslospisoserangrisesyfuncionales.Feoscomoeldemonio.Ahoralosarquitectos loshanengalanado.Fachadasnuevas,coloresnuevos,balconesnuevos,ventanasnuevas.Feoscomo eldemonio. Cojoelascensorhastaeldécimoyentroenmicasa.Elpisohueleacerrado.Talycomohuele cuandoheestadodevacaciones.Percibootroaromamás:cigarrohabanoviejo. El desorden que dejó el robo sigue desparramado. Han quitado incluso las sábanas. Mis libros estánapiladosalolargodelsuelo.Loscajonesestánabiertos. Algovamal.Noséqué.Esdenuevomiintuición.Nodeberíahabermepasadoporaquí. Comprueboelcontestadortelefónico.Cuatromensajesdemamá.Ochodelauniversidad.Unode laSIS.Seissilenciosos.YtresdelaVozdePitoque,concrecienteirritación,insisteenquemeponga encontactoconlapolicía. ¡Inmediatamente! Conunsuspirodescuelgoelauricularyhagoloquetengoquehacer.Llamoamamá. Respondeenseguida,convozfríarecitaelnúmerodeteléfono.Comosisuapellidofueraalgo demasiadopersonalparacompartirloconcualquieraquemarquesunúmero. —Soyyo—digo. Se queda callada un ratito. Como si no consiguiera situar del todo mi voz. Como si yo fuese cualquieraquehamarcadosunúmero. —¿Dóndehasestado?—pregunta. —Enelextranjero. —Heintentadodarcontigo. —Tuvequeirmealextranjero.ALondres. —Ah. —Trabajo—añado,comorespuestaasupreguntanoformulada. —¿LlamasdesdeNoruega? —Acabodevolveracasa. —Haymalaconexión. —Yoteoigobien. —Te he llamado varias veces. Trygve también tiene que hablar contigo. Es muy importante, Bjørnillo. —Tuvequemarcharmesinprevioaviso. —Heestadomuypreocupadaporti. —Notepreocupes,mamá.Penséqueseríamejorpedirteperdón. —¿Perdón? Actúacomosinada.Perosabeperfectamentedequéestoyhablando.Ysabequeyolosé. —Por…aquellanoche.Porloquedije.Noestabadeltodoenmiscabales. —Nopasanada.Corramosuntupidovelo. Pormíestábien,porquetampocoséhastaquépuntoestoysiendosincero. Laconversacióndiscurrehaciatrivialidades.Unaocurrenciameempujaapreguntarlesipuedo pasarmeporsucasaparahablarconellasobrealgo.Mearrepientoencuantolodigo,perosepone tancontentaquenoconsigoretirarlapropuesta.Mamásedespideycuelga.Mequedodepieconel auricularenlamano. Despuésseoyeotro«clic». —¿Mamá?—pregunto. Perosólohaysilencio. —¿Erestú?—diceRogern. Estácompletamentedespiertoyvestido.Aunquesólosonlasdoceymedia.Sehaencendidouna colilla.Lamiradaledestella.Seríeparasíymedejaentrar. Elsalónhueleainciensodulce,denso.Podríascolocarteconsóloinspirarlo.Elolorsehincha,se dilataypresionalasparedesyventanasparaconseguirmásespacio.Rogernseríeentredientes. En la entrada, el correo que me ha recogido se apila en un montón. Entre los periódicos, la publicidad y los recibos encuentro, en un sobre de Caspar, un telefax del Instituto Schimmer a la Dirección General de Patrimonio Histórico. Le desean cordialmente la bienvenida a Mister Bjøern BeltøedurantelaestanciadeestudiosparalaquehasidorecomendadoporlaDirecciónGeneralde Patrimonio Histórico. No sólo eso: me ofrecen una beca de viaje e investigación que cubrirá la mayorpartedelosgastos.Comotienentanpocarelaciónconelámbitodeinvestigaciónnoruego… Indican un número de teléfono y un nombre. Peter Levi. Será mi contacto si decido ir. Cosa que esperanquehaga.Loantesposible.Nohaymásquellamar. MemetolacartaenelbolsilloyledigoaRogern: —Tengoalgoparati. Gruñeconexpectación. LedoyelCDquelehecomprado.Éldesgarraelpapel.Cuandohaleídotodoslosnombresdela contraportada,cierraelpuñoenseñaldeagradecimiento. —Dime,¿quéhayenesecigarro?—inquiero. Lapreguntadesencadenaunaexplosiónderisa.Haceungestoconlacabezahaciaalgoqueestáa suespalda.Yomevuelvo. Una chiquilla sale del dormitorio. A primera vista da la impresión de que está buscando su peluche, su osito rosa. No puede tener más de catorce o quince años. Tiene una cara dulce y maquillada,unpelonegrocomoelcarbónquelellegahastalacintura.Llevapuestasunasbraguitas negrasyunadelascamisasdeRogern.Entornoalasmuñecasylostobillossehaenroscadocintas trenzadas de cuero. En uno de los antebrazos luce un tatuaje que parece una runa o algún símbolo oculto. —Nicole—diceRogern.Nicolememirainexpresiva—.Bjørn—leexplica—,eltipodelquete hablé. Ellaseapoltronaenelsofá,echaunapiernasobrelamesa,recogelaotraenelsofáyempiezaa liarseuncigarrillo.Nosémuybienparaquéladomirar.Tienelasuñasdelospiespintadasdenegro. Le descubro otro tatuaje más. En la parte interior del muslo. Una serpiente que parece deslizarse haciaarriba. —Enforma,¿eh?—diceRogern,ymedaunempujón. Pierdoelequilibrioycasimecaigo.Lacarasemeinflamaenfuego. Nicole le hace una mueca a Rogern. Tiene la lengua roja y puntiaguda. En la punta lleva un piercing. Enciende el cigarrillo. El modo en que echa el humo por las fosas nasales le confiere un aspectocurtido.Comosienrealidadtuvieracincuentaañosyhubierapasadocuarentadeellosenun prostíbulo de Tánger. Sus ojos cazan los míos cuando le echo un vistazo. No consigo mirar hacia otrositio.Aunquelointento.Sumiradaesazulhieloymuchomásviejaqueelcuerpo.Buscaenmi interior,atravésdelaspupilasyhastaelcerebro,dondehurgaenlosrinconesmásoscurosyabrela tapadebaúlesqueyocreíaqueestabancerrados.Sedeslizalubricadaysuaveentornoalahipófisis, aprieta y me hace hipar. Después me suelta. Me sonríe. Con dulzura de niña. Una confidente que compartemissecretos. —Hasvueltoatenerinvitados—diceRogern. —¿Invitados?—preguntomecánicamente.Intentoordenarmeyairearmicerebrotraslavisitade Nicoleynoentiendodequémeestáhablando. —Dosveces.Porlomenos.Losoí.—Mirahaciaeltecho. Larealidadmedaentodoelmentón. —¿Quieresdecirquehanentradoporlafuerza?¿Enmicasa?¿Otravez? —Sí.¿Quétienespensadohacerahora?—pregunta. Notengoniideadeloquetengopensadohacerahora. —¿Dequéestáishablando?—preguntaNicole. —Deunascosas—contestaRogern. —¿Quépasa?—insiste. —¡Cosasdehombres!—ladespacha. —Bah—bufa,ysacaellabioinferior. Esunacasualidadquemeacerquealaventana,eigualdecasualesqueveaelLandRoverrojo. Subeatodavelocidadporlacalle. —Uhoh—musito. Rogernmesiguelamirada. —Joder.¿Tieneslaquelivigilada,oqué? —¿Problemasconlapasma?—preguntaNicole—.¡Cómomola! —¡Mibolsa!—ledigoporlobajo. —¡Unmomento!—Sacalabolsaconelcofredeuncajóncerradodelacómodaconcedés. —¡Chao! —nos grita Nicole cuando Rogern y yo nos precipitamos por las escaleras, que nos parecenmássegurasqueelascensorenestosmomentos.Llevoelbolsodebajodelbrazo. En la planta baja, me quedo esperando tras la puerta mientras Rogern sale a echar un vistazo. Cuandovuelve,ponelosojosenblanco. —Tienenelcochefuera—susurra—.Unodeellosestádentro.¡Elascensorestáeneldécimo! Tienelosojosdesorbitados.Loqueocurrenoesdeltodorealparaél.Participaenunjuegode televisióninteractivoentresdimensiones. Muyporencimadenuestrascabezasseabrelapuertadelasescaleras.Primerounayluegodos cabezasnosmirandesdeeldécimopiso. EchoaRogernaunlado—«¡Saltranquilamenteydateunbuenpaseo!»—yllamoalapuertade laseñoraOlsendelprimero.Laviudadelviejoportero. Zumbaelascensorypasosaceleradosrepiqueteanenlasescaleras. La señora Olsen entreabre la puerta. Resuenan los dientes sueltos, las joyas y las cadenas de seguridad.Memiraconojosdesbordadosporlasospecha.Todasuexistenciagiraentornoalmiedo aquelaatraquenensupropiacasa. —SoyBeltø—lechilloenelaudífono. —¿Quiénhamuerto? —¿Nomereconoceusted? Ella asiente con escepticismo. Nos hemos saludado yendo y viniendo de la tienda. Y hemos charladojuntoalosbuzones.Perosiguenegándoseaexcluirlaposibilidaddequemifachadaoculte aunmalvadodemonioconlosojosrojosylosdientesafilados. —Tengoquecomprobarelnuevobalcón—ledigo. —¿Quépasaconelratón? —¡BALCÓN !Haypeligrodequealgunosdeellospuedandesprenderse. —Nuncaheoídonadadeeso—objeta.Miramibolsa.Comosicontuvieramiequipoportátilde herramientasdetortura. —¡Memandaladirección!—grito. Elascensorsedetiene. ParaunaviejasocialdemócratacomolaseñoraOlsen,«ladirección»esunacontraseñamágica. ¡Sésamo! Me deja pasar y me sigue de cerca dentro del piso. Todo está perfectamente adornado y ordenado. Como si la Asociación de la Casa Cuidada estuviera a punto de aparecer en cualquier momento.Seponeacharlarsobreloineficacesquesonlosobreros,quelacomunidaddevecinos nunca debería haberse gastado tanto dinero en los balcones nuevos, que ella desde luego votó en contrayquesuOscar,queenpazdescanse,nuncahabríatoleradoesetipodetonterías. Abrolapuertadelbalcónysalgo.Porlástimahagocomosiinspeccionaralajuntaquehayentre elsueloylapared. —¡Buenasnoticias!Ustedlotienetodobien,señoraOlsen—lechillo—,nocreoquesubalcónse hundaenelfuturomáscercano. —¿Nocree?¿Enelfuturomáscercano? —Además, vive usted en el primero. ¡Ja, ja! Si pasara lo peor, quiero decir. ¡Hay que ver lo positivoentodo! Ellaestáapuntodepreguntaralgo.Ledigo: —Haymuchosbalconesqueinspeccionar,¡mirepordóndecreoquevoyacogerunatajo! Entoncesmesuboalabarandillaybajodeunsaltoalahierba.Aterrizounpocomalylaseñora Olsensequedamirandocómomealejocojeandoporelsenderodeentrelosárboles. Allímevuelvo.Eneldécimopiso,detrásdelaluzdemiventana,vislumbroelcontornodeun hombre. Enelpisodeabajo,Nicolemiraporlaventana. Lasaludo. Ellamesaludaasuvez. Ensubalcón,laseñoraOlsenlevantalamanoylaagitavacilantedeladoalado. Desaparezcoentrelaarboleda. Para despistar los misiles termodirigidos del enemigo, paseo durante un buen rato por las callejuelas del barrio. Saludo risueñamente a jóvenes señoras guapas con carritos de bebé. Saludo risueñamentealosperrosylospajarillos.Saludorisueñamentealosniños,quesequedanmirando sincontemplacionesalhombrepálidoyloco. PorfinmeaventuroaacercarmeaBola.Nolohandescubiertoalpobre. Dejoelbolsoconelcofreenelasientodeatrás.Pongomichaquetaencima. El jardín que rodea al palacio de la parte baja de Holmekollen está lleno de colores. Los arbustos florecenconalegría.Todoesasquerosamenteexitoso.Inclusoelcéspedsedesbordasatisfechodesí mismo. Paso algunos minutos hiperventilándome en las escaleras para reunir el valor suficiente para llamar al timbre. Cuando mamá abre, veo que ha bebido. El maquillaje semeja emplaste en sus diminutas arrugas. Tiene los ojos pesados por el vino y el Valium. Los labios parecen haber sido besados hasta hacerlos añicos. Se me ocurre que es como una mamá de burdel que acabara de ser convertidaporunaoscurasectareligiosa. —Pero,querido,¿erestú?¿Ya? Nopretendeserunapregunta.Tengolaimpresióndequealgoineludiblelaharetenido. —Soyyo.¿Dóndeestáelprofesor? —¿Trygve?Hatenidoquesalirdeviaje.Depronto. —¿Adónde? —¿Quéimportaeso?¿Pasaalgo?¿Quétetraesentremanosúltimamente?¿Cómotesientes? Laspreguntaslesalenachorros.Cadavezquemecomportodeunmodoinusual,mamácreeque hetenidounarecaída.Queloscuidadoresdelaclínicacorreteanporlaciudadbuscándomeconsus redesysuscamisasdefuerza.Confrecuenciaparecequeseavergüenzademisnervios.Quehubiera preferidoalgomástangible.Comocáncer.Infarto.CreutzfeldtJacobs.Sida.Heintentadoexplicarle que el cerebro, en realidad, no es nada más que un corazón o un riñón. Una pasta de células nerviosas,fibras,materiasgrasasylíquidoenlaquenuestrospensamientos—todoloquesentimos, todo lo que somos—, en el fondo, pueden reducirse a señales químicas y electrónicas. Y que un padecimientopsíquiconoesmásqueundesequilibrio.Peromamáesdeesasquepeganunrespingo cuando alguien le dice que tiene problemas con los nervios. Se retrae. Como si hubieran pensado cortarlelacabeza.Ycomérsela. Cruzamoselsalón,haciendoungranarcoparasortearlaalfombrapersa,yvamosalacocina. Breueralzalacabezayeructa.Sucolagolpeadosotresveceselsuelo.Ésaeslaalegríadevermeque consiguemovilizarantesdedejarquelacabezasehundadenuevosobresuspezuñas. Depositolabolsaconelcofreenelsuelo.Nocreoquemamásepaloquecontiene. Silencio. —Asíque…¿querías…hablarconmigo?—dice. Nunca consigue disimular. Ella pretendía que sonara digno de confianza, así como mira-québien-que-te-hayas-pasado-por-aquí,perolesalecomounhipido. He ensayado a solas esta conversación desde la adolescencia. Así que se puede decir que estoy preparado.Hehechocarpinteríaconlasréplicas,lasherepasado,lijadoypulido,yheadivinadolas respuestasdemamá.Perotodoloqueheestudiadodesapareceenunsumiderodeolvido. Miroamamá.Ellamemiraamí. Finalmentemelimitoadecir: —¡Osvi! Noséquéestabaesperandoellaquedijera,peronocreoquefueraeso. —¿Nosviste?—preguntasinentender. —Enlaacampada. —¿Enlaacampada? Defondooigounjaleodevocesyrisasquemeconfundehastaquecomprendoquehayunaradio encendidaenunahabitacióncontigua. —Aquelverano.Tú.Elprofesor. Cadapalabraesuntorpedo.Pasanalgunossegundoshastaquealcanzanelobjetivo.Mamápega unrespingo.Cincoveces.Todaslaspalabrashanalcanzadosuobjetivoenlohondodesualma. Alprincipionodicenada.Losojosseleponentranslúcidos.Miroenelfondodesucerebro.Está rebobinando.Comoenunproyectordecinehaciaatrás,veocómorememoraaquelverano.Yrevive lascariciasempalidecidasdelprofesor. —¿Nosviste?—repite,comoparabrindarmelaoportunidaddedecirlequeestodounabroma, quenovinada,queestoydeguasa. Peromelimitoamirarla. —¡Ay,Diosmío,Bjørnillo!Ay,Diosmío,corazón. Sientocómosemetensanlosmúsculosdelamandíbula. Ellatomaaireprofundamente. —¡Nosignificabanada!—exclama.Lavozesfría,derechazo.Sediríaqueseestádefendiendo antepapá—.¡Noenaquelmomento! —Tecasasteconél.Asíquealgodebíadesignificar. Tienelamiradasacudida,indignada. —Eso fue más tarde. Entonces ya habíamos… Pero aquel verano… —Busca palabras que no encuentra. —Fuisteinfiel. —Papáyyo…teníamosunacuerdo.Nuncanostraicionábamos.Papátambién…—Sefrena—.Si papáhubieraseguidoviviendo…—Laspalabrasseleatragantanenlagarganta. —Eraamigodepapá—lereprocho. Ellamecogedelamano. —Noparasteisnienlaacampada—sigo—.¡Delantedelasnaricesdepapáydelasmías! —¡Pero,Bjørnillo!¡Cariño!¡Nuncasemeocurrióque…!Creíaqueningunodelosdos… —¡Puescreístemal! Meaprietalamano.Fuerte. —Ay,Dios.Bjørnillo…Noséquédecir.Nosabíaquetúlohabíasnotado.Ocomprendido.Eras tanpequeño… —Eralosuficientementemayor… —Losientomuchísimo.Papáyyoteníamosunarelaciónabiertasobreeso.Habíamoshabladoal respecto.Eranotrostiempos,Bjørnillo.Otro…estado.Debestratardeentenderlo. —Nocreoquepapáloentendiera. Mamámiraalsuelo. —No, en el fondo creo que nunca lo entendió. —Tiene la respiración llena de picos—. Nunca conocisteatupadretantocomoyo—dicealrecuperarelcontrolsobresuvoz—.Nosiempreera… —Evitamimiradacontristeza—.Siempreparecíatenerlotodobajocontrol,peropordentroera… Nosmiramos. —Peronocreoquesetirara.Siesesoloquequieressaber. Lacuestióndebedellevarmacerándoseensumentemásdeveinteaños.Mesorprendequepasea hurtadillassobresuslabioscomounpensamientocualquiera. —Pudocaersedemuchasmaneras—digo. Laambigüedadylainsinuaciónnohacenningunamellaenella. —Trygveselotomótodomuyenseno.Nuestrarelación,quierodecir.Muchomásenserioque yo. Para mí era… no sé. ¿Una huida? ¿Un flirteo? ¿Un entretenimiento? ¿Una variación? ¿Una rupturadelavidacotidiana? Memirainterrogativamente,peroyo,desdeluego,notengorespuesta. Sequedasentada,pensando. —Noeramásqueunaaventura.Unidilio.Algoquesehabríapasado.Peroentoncesocurrióel accidente. Permanecemosunratocallados. —¿Yhasllevadoesacargatodosestosaños?—dicemamá.Selodicesobretodoasímisma. Ensilenciodejoqueelalcancedelapreguntahagasuefecto. —¿Porquénuncahasdichonada?—exclama.Lavozhaadquiridountonoduro. Meencojodehombros,nolamiroalosojos. —PorDios,Bjørnillo,¡quépensarásdemí! Preferiríanotenerqueresponderaeso. —Cuandomuriópapá…—comienza,peronoconsigueseguirhilando—.Nocreasquehasido fácil.Todoslosdíasheintentadoolvidar. —¿Amítambién? Ladealacabeza. —¿Ati? Inspiroprofundamentepararecuperarelcontroldemivoz. Ellasemeadelanta. —¿Tehaspreguntadoalgunavezsihassidoinjustoconmigo? Sólolamiro.Tragosaliva. —Nosólotúperdisteatupadre.Yoperdíamimarido.Alhombrealqueamaba.Apesarde…eso con… Trygve. Pero creo que nunca has pensado sobre eso, Bjørnillo. Ahora ya entiendo por qué, claro.¡Dios,quéinjustohassido! —Yo… —¿Sí? —Nada. Ellaasienteparasí.Tienelosojosllenosdelágrimas. —Siempresepretendequeloshijosnoseenterendeesascosas.¡Esolocomprenderás,supongo! —exclama. Mesientocomounamierda.Quizálosea. —Supongo que fue un shock para los dos —murmuro. No es una gran excusa. Pero pretendía serlo. —Trygvenuncahaqueridohablardeloquepasóaqueldía.Nunca.Seloreprochaasímismo. Peronoquieredecirporqué.Habíacambiadolosochoslamañanaquesalieron.PorqueBirgerhabía cogidoprestadoslossuyos.AsíqueenrealidadtendríaquehabersecaídoTrygve.Peronohequerido presionarlo.Hayqueintentarolvidar.Dejarlascosasatrás. Amamáseledamejorqueamíesodedejarlascosasatrás.Quizáporqueyoabarcomáscosas queella. Lachicadeojosazulesdelarecepciónmemiraconfusayexclama: —Pero,Torstein,¿tehascompradounabrigonuevo? Nuncalahabíavisto.NomellamoTorstein.Nomehecompradounabrigonuevo.Peropasopor delantedeellaconunguiñoyunsaludoyabrolapuertadeunajunglaclimatizadadevoluntariosas palmeras de yuca y helechos de plástico aún más voluntariosos. Aquí, en un alargado paisaje de despachoquepretenciosamenteesdenominadoredaccióncentral,haytresperiodistassentadosjunto asusordenadoresconpintadeestarintentandoformularLosDiezMandamientos.Delaparedcuelga unpósterconlafotodeunordenadorquepresumedelosmúsculosdelosantebrazosquelesalende lapantalla,dondepone:«¡PC!¡LarevistamusculosaparalaNoruegainformática!». Empujo una puerta de cristal translúcida. Detrás del escritorio hay una réplica exacta de mí mismo. TorsteinAvnertienelapielpálida,elpeloblancoyardientesojosrojos.Cuandolagentenosve juntos,creequesomosgemelosidénticos.Enlaadolescenciafantaseábamosconcataralachicadel otro. No habrían notado la diferencia. Pero nunca llegamos a hacerlo. Ninguno de los dos tenía ningunachicaqueintercambiar. Memiraentrecerrandolosojos,traslentesaúnmásgruesasquelasmías,ycuandoporfinme reconoceenlabrumaqueleimpidelavisión,selevantayseechaareír. —¡Viejoáguila!—grita,ymesaludarisueño—.¡Quétedenporculo,erestú!¡Creíaqueporfin estabateniendounadeesasexperienciasextracorporales! Nosestrechamoslasmanos. —¡MiviejoyqueridoBjørn!—sonríe.Noquieresoltarmelamano. Lemurmurocohibido: —Hacemuchoquenonosveíamos. Finalmentemesuelta.Susonrisaestállenadedientes. —Lachicadelarecepciónhacreídoqueyoeratú—digo. —¿LaLena?—canturreaTorsteineneldialectodelnortedeNoruega—.Lohacelomejorque puede. Torstein y yo nos conocimos en un curso sobre albinismo hace quince años. Nos hemos mantenidoencontacto. Enciertomodo.Élsehapasadodevezencuandopormicasa.Yomehepasadounpardeveces por su trabajo en los últimos años. Empezó en ¡PC! como una especie de chico para todo que cobrabaunsuplementosobrelapensiónsocial.Despuéspasóatrabajardeperiodistayledieronsu propia columna: @rtículos de @vner. Me enseñó algunos de sus artículos. No entendí ni palabra. Ahoraeseldirectortécnico.Ahoraentiendo,sicabe,aúnmenosqueantes. —Bueno,bueno.¿Setehajodidoeldiscoduro?—pregunta. Mesientocomounparienteavariciosoquevisitaasutíaagonizante.Cadavezquemepongoen contactoconTorsteinesporquetengounproblemaconelordenador. —Necesitounpocodeayuda. —Siendotúquienpide,supongoqueesalgomásqueunpoco—dice,yseechaareír. —¿Podríasayudarmeaencontraralgoeninternet? —¡Claro!¿Quéestásbuscando? Leentregounahojaenlaqueheescritounalistadepalabrasquebuscar: LoshospitalariosdeSanJuan SIS InstitutoSchimmer MichaelMacMullin MonasteriodeVaerne Varna Rennes-le-Cháteau BérengerSauniére ManuscritosdelmarMuerto MonasteriodelaSantaCruz ElsudariodeTurín ManuscritoQ NagHammadi —¡Hala!—exclama—.¿Seguroquenonecesitasnadamás? —¿Esmucho?Quizádebastraduciralgunaspalabrasalinglés. —¡Hala! —Nolonecesitoahoramismo. —¡Dameporlomenosunahora! Nosésihablaenseriooestásiendosarcástico. —Conquemedeslasrespuestasmañanamebasta—digo. —¿Québuscadorquieresqueuse? Hagocomosiestuvieraconsiderandolapregunta.Enrealidadnolaentiendo. —¿Yahoo?¿AltaVista?¿Kvasir?¿Excite?¿HotBot?¿MetaCrawler? —¿Cómo? —Ya veo, ya veo —dice, y se echa a reír—. ¿Quieres que te dé las cinco primeras entradas de cadaconcepto?¿ComoURL? —¿Cómo?¿Podríasimprimirlo? —¿Enpapel?—grita. —Encantado. Ponelosojosenblanco. —Bjørn,Bjørn,Bjørn…¿Aúnnotehasenteradodequevivimosenunasociedadsinpapel?Con taldequequeramos…¡Yqueremos!¡Piensaenlosárboles! —Yalosé.Peroyomeresistolomejorquepuedo. —Serámejorquetecopielossitioswebenundisquete. —Torstein,preferiríaquemelodierasimpreso.Además,alguienmehabirladoeldiscoduro. —Papel—dicecondesprecio.Comosiloconsideraraunmediotananticuadocomoelpapiroo las tablas de escritura cuneiforme. Probablemente haga bien—. ¿Te han birlado el disco duro? — preguntadeprontoconsorpresa,peronosemolestaenescucharlarespuesta. Antesdeirme,cojoprestadoelteléfonode«laLena»parallamaraDianealacasadecampode la abuela. Lena me mira confusa mientras yo me quedo escuchando el ruido en la oreja. Tras el morenodesolárium,elaguadecastañayelcolorete,percibounligeroruborcuandosedacuentade quenosoyTorstein. Dianenoresponde. Devueltaalacasadecampojuntoalfiordo,escondoelcofreenelúltimositiodelmundodondea alguien se le ocurriría buscarlo. Estoy satisfecho con mi propia ingeniosidad. El sentimiento al menosmeproporcionalasensacióndetenerlasriendasdelasunto. LabrisadelatardecerllenaaBolaconunaromasuaveysaladodefinaldeverano.Medeslizosobre las huellas de las ruedas del camino que lleva a la casa de campo de la abuela. Los jardines de las casas están repletos de ciruelos y cerezos a punto de reventar. Entre los árboles, el fiordo se mece brillante y soñoliento. Los jóvenes berrean allá abajo en el muelle. Un pequeño yate ha echado el anclaapocadistanciadeltablóndeanunciosdelaCompañíadeSalvamento.Unhidroaviónarrastra susombrasobrelosmontespelados. Aparco a Bola pegado al pino retorcido al final del camino y llamo alegremente a Diane. La puertadelacabañaestáabierta.Elmanteldelamesadelaterrazaondea. Cuando la he dejado esta mañana, dormía con la boca entreabierta y el pelo en la cara. No he tenido corazón para despertarla. El aire estaba helado, los cristales, empañados. He arropado su cuerpodesnudoconeledredón,lahebesadoenlamejillayleheapartadoelpelo.Antesdesalirpara Oslo,leheescritodóndeestabaenunanotaquehedejadobajoelvasodeaguadelamesilla.Para «Miángel»,firmado:«Tupríncipe».¿Nosomosencantadores? Tocoelclaxon—elpitodeBolasuenacomounsilbatoconsaliva—antesdecerrardeunportazo elcoche,esperandoqueellasalgacorriendo.«¡Bjørn!¡Porfin!»,gritará.Impacienteperocontenta. Temblandodeexpectación,comprendoqueloprimeroquevamosahacer,cuandomehayaabrazado ymehayapreguntadoporquéheestadotantotiempofuera,esfollarcrudaysudorosamenteenel crujientesofádelsalón. Despacioysilbando,paradarletiempoaterminarconloqueseaqueandahaciendo,asciendolas escalerasdepiedrahastalaterraza,pasoalaentrada—«¡Diane!¡Soyyooooo!»—ylabuscoenla cocina.Haestadocomprandoalgunascosillasparalacenaenlatiendadelpueblo.Huevos,cebollas, tomates,patatas,cerveza.Seguramenteporesonocontestabaalteléfono.Enlacocinaestáneltickety un montón de monedas de una y diez coronas. Me pregunto un momento de dónde habrá sacado dinero noruego. Un plato con comida que ha preparado para mí está cubierto con celofán. Huevos revueltos, verduras troceadas. En una nota sobre el plato ha escrito mi nombre con grandes letras. Comoparaasegurarsedequealgúnduendenoselocomieraantes. Labusco.Enelcuartodebaño,dondesucepillodedientes,enelvasodeplásticorosasobreel estantedecristal,hacequesemeensancheelcorazón.Eneldormitoriodelaabuela.Enelcuartode invitados.Eneldesván,dondeestásumaletasobreelsuelo,abierta.Enladespensa.Eneljardínde detrásdelacabaña. Tienequehabersalidoadarunpaseo. Cojolacomidayunacervezaymesientoenlaterraza.Abajo,enelmontepelado,hayunhombre pescando. Debe de ser del camping, porque todo el mundo de por aquí sabe que no se consiguen piezastancercadetierra.Enmediodelfiordounvelerorompelasolas.Unosprismáticosbrillanen elyatequehayfrentealmuelle. ¿Dóndepodráestar? Metomolacomida,vacíolacervezayvuelvoaentrar.Estoyempezandoaasustarme.Nuncasele habríaocurridosaliradarunlargopaseosabiendoqueyoestabaapuntoderegresar.Mesientoenel sillóndeterciopeloverdequetantolegustabaalaabuela.Losmuellescrujen.Elsonidomellevade nuevoalainfancia,cuandoelcantoquejumbrosodelosmuellesllevabaalrottweilerdevorahombres delaabuela,Grim,aescondersedebajodelsofá,dondesequedabatumbado,temblandoygañendo. Yaenaquelmomentosemeocurrióquedebíadehabersonidosquesólooíanalgunospocos.Visto así,tampocohaymotivosporlosqueseaimposibleparaalgunosverfantasmas. Salgo al jardín trasero y me tiro en la hamaca, que se mece dulcemente. El aire está lleno de pájaros.Unalanchacruzalasuperficiedelagua.Elvientomueveelcordeldelmástildemetaldela banderadelvecinoygeneraunruidohuecoyalegre.Miroelreloj. Hastaesemomentonocaigoenlacuenta. Selahanllevado. Conocíanlacasadecampo.Noshanespiado. Lodeteneryolasriendasesunailusión.Unautoengaño. Entroparabuscaralgoqueellapuedahaberdejado;unanota,unaseñalsecreta.Vuelvoamirar en todos los cuartos. Me silba la cabeza. Como si hubiera bebido demasiado. Desesperado, bajo corriendoalbordedelagua.Comosituvieramiedodeencontrármelaflotandosobreelagua.Conla caraalgunoscentímetrosbajoagua. Cuandomeacercodenuevoalacasa,oigoquesuenaelteléfono.Subocorriendolasescalerasde piedra,perollegodemasiadotarde. Cojounacervezadelanevera.Tomountrago.Respirocondificultad. Intento comprender. ¿Por qué se la han llevado? Si es que es eso lo que ha pasado. ¿Por qué a ella?¿Dóndeestá?¿Quéquierendeella?¿Usarlaparapresionarme?Mebebolacervezaagrandes sorbos,eructoycolocolabotellavacíaentrelasmoscasmuertasdelmarcodelaventana. Elteléfonovuelveasonar.Cojoelauricularygrito: —¿Diane? —Ellaseencuentrabien.Ahoraestáconnosotros. La voz es oscura, extraña. Bien modulada. Hay algo cálido en ella que le confiere un aire de falsedad. No consigo articular ninguna respuesta. El interior del salón se me representa en todo detalle. Comosinuncaanteslohubieravisto. —Nosgustaríacharlarunratocontigo—diceelhombre. —¿Quéhabéishechoconella? —Nada.Notienesporquépreocuparte.¿Hascomido? —¿Dóndeestá? —Nopienseseneso.Estábien.¿Estabaricalacomida? —¡Quelajodanalacomida!¿Porquélahabéissecuestrado? —Tranquilízate.Reunámonosparacharlarunpoco. —Yaheoídomáscharlasvuestrasdelasquenecesito.¡Voyallamaralapolicía! —Adelante.Peronocreoquepuedanhacergrancosa. —¡Dianenotienenadaqueverconesto!—grito. —¿Cuándovasadarnoselcofre? Cuelgo el auricular y salgo corriendo a la terraza. ¡Necesito aire! Me estoy mareando. Con las manosapoyadassobrelabarandilla,intentorecuperarlarespiración. Alláalolejos,enelfiordo,ungrupodebarquitossehaaglutinadojuntoalbancodepeces.Las gaviotasdeRevlingensedeslizansobrelosbarcosenunanubedechillidos.Ungranferry invisible dasusgolpesdepulsosobrelasuperficiedelmar.Cierrolosojosymefrotoelpuentedelanariz con las yemas de los dedos. Camino vacilante hacia atrás y me desplomo en la silla de mimbre. Tengo frío. El frío se extiende en rayos desde mi entrepierna hasta los dedos de pies y manos. Me agarroalbordedelamesa. ¿Quémepasa? La mitad derecha del cerebro empieza a hincharse y a picar. El cráneo se ha quedado pequeño paramicerebroinflado. Tengolabocaseca,lalenguasemepegaalpaladar.Emitounosruidoshorrorosos,meagarrola cabezaytratodechillar.Perosólounhipidoconsiguesoltársemedeloslabios.Intentolevantarme, perolosmiembrossemehansoltadodelcuerpoyestántiradosenunmontónsobreelsuelodela terraza. Uncochebajarodandoporelcamino.Lasruedasrechinancontralagrava.Elmotorgorgotea.Se detienedetrásdeBola.Apenasconsigolevantarlacabeza.EsunLandRoverrojo. Meecholasmanosalabocayaúllo. Laspuertasdelcocheseabren. Sondos.Dosviejosconocidosdelroboencasa.KingKongyelhombrerefinadocontraje. Comosidispusierandetodoeltiempodelmundo,paseanhastalaterraza. —Buenas noches, señor Beltø —dice él refinado. Británico hasta las puntas de sus uñas con manicura. Intento responder, pero las palabras se me atascan en la lengua y se reducen a un balbuceo sin sentido. —Lo lamento profundamente —sigue el inglés—. Teníamos la esperanza de que quisiera colaborar.Demaneraque…todoestofuerainnecesario. Meagarranpordebajodelosbrazosymearrastranporlaterraza. Mispiernasgolpeancontralosescalones.Memetenenlapartedeatrásdelcoche. Luegonorecuerdonadamás… Cuandoerapequeño,conseguíasiemprepercibirquedíadelasemanaeraantesdedespertardeltodo. La callada somnolencia del domingo, el suspiro de aburrimiento del miércoles, el palpitar del viernes.Conlosañosperdíaquellafacultad,comotantasotras.Ahora,devezencuando,mepilloa mímismoamediodíapreguntándomequédíaes.Yquéaño. Laventanacuadriculadaestádivididaenseiscristalesastilladosporelsol. Metapolacabezaconlamantaymetomounosminutosparavolverenmí.Noesdeltodofácil. Perofinalmenteasomolacabeza. Lahabitaciónestádesnuda.Comoyo. Sobre el respaldo de una silla, alguien ha doblado mi ropa de forma meticulosa. Me repugna: ¡alguien me ha desvestido! ¡Un desconocido me ha quitado la ropa y me ha acostado en una cama completamentedesnudo! Hayunapuertayunarmario.UngrabadodeJesúsconloscorderos.Unalitografíadeuncastillo depiedra.YunafotografíadeBuckinghamPalace. Lacabezamepalpitaymeduele. Sobrelamesillahayunavasodeaguajuntoamisgafas.Bajolospiesalsuelo.Elmovimiento hacequeelcerebrosemehinchealdobledesutamaño.Mepongolasgafas.Mebeboelaguadeun tragolargo,perodespuéssigoigualdesediento. Mirelojdepulseratienelascorreasdecueroextendidas,cadaunahaciaunlado,yelaspectode algoquehafallecido.Perosiguefuncionandoysonlasdiezymedia. Melevantoymeacercoconpasovacilantealaventana.Memareo. Tengoqueagarrarmealmarcodelaventana.Esblancoyhueleareciénpintado. Eljardínnoesgrande.Algunoscochesestánaparcadossobreunatiradeasfaltoalolargodela casa.Loscastañosbloqueanlavistaalacalleenlaqueoigopasareltranvía.Asíquesupongoque estaréenOslo.Enelsegundopisodeunacasaconjardín. Mevisto.Meresultacomplicadoabotonarmelacamisa.Losdedosmetiemblanfastidiosamente. Nomehanquitadonada.Lacarterasigueenelbolsillodeatrás.Yeldinero. La puerta está cerrada. La zarandeo. Al otro lado oigo voces y pasos. Como en una cárcel, un llaverorepicadeformaruidosa.Luegogiranlallave. —¡Hola,amigomío!—mesaludaneninglés. EsMichaelMacMullin,oCharlesDeWitt,oquienelijaserhoy. Lossegundossevuelvenlargos. Alfinaldigo: —¡Parallevarveinteañosmuerto,tienesunaspectosorprendentementebueno! Nosueloserhábilparaimprovisarréplicascontantachulería.Ésalahabíatramadoenelavión desdeLondres. Todoeltiempohetenidolasensacióndequevolveríamosaencontrarnos. —Loexplicaré. —¿DóndeestáDiane? —Enbuenasmanos. —¿Quélehabéishecho? —Más tarde, amigo mío, más tarde. ¡Lo siento muchísimo! —Lo extraño es que parece que lo dicedecorazón—.¿Seríastanamabledeacompañarme? ¿Seríatanamable? El pasillo está empapelado en terciopelo rojo, tiene apliques entre antiguos retratos de reyes y reinas,aristócratas,caballerosandantes,cruzadosypapas.Todosellosmesiguenconlamirada. Lamullidaalfombranosguíapasilloadelante,trassubirunasescaleras,hastaunapuertamaciza. Nosésideberíallamarlasaladereuniones,habitaciónparafumaroquizá,mejorquetodo,salade fiestas, una ostentosa y sobreamueblada sala de haya y palisandro, pesadas cortinas y lámparas de araña.Hueleapulimentodemueblesyapurohabano. LoprimeroqueatrapamimiradaesunenormeóleodedosdruidasenStonehenge.Losegundo esunagranmesademaderaoscuraypulida,conuntapetedefieltroverdeantecadaunadelasdoce sillas de respaldo alto. Lo tercero son los dos hombres sentados en los sofás del rincón. No los descubrohastaqueveoelhumodesuspuros.Ambossehangiradohacianosotrosynoscontemplan contensaatención. SonGrahamLlyleworthyeldirectorgeneraldePatrimonioHistórico,SigurdLoland. Seponenenpie.Lolandnosabeexactamentedóndefijarlamirada.Llyleworthmeofrecelamano primero.LuegoLolandhacelomismo. —Graciasporlaúltimavez—dicecontorpeza.Comosituvieralamásmínimaideadecuándo fue«laúltimavez». Ningunodecimosnada. Sobrelamesahayunacafeteradeporcelanaycuatrotazas. —¿Azúcar?¿Nata?—preguntaLlyleworth.Elpurolerelumbraentreeldedoíndiceyelcorazón. Nomegustaelcafé. LedigoaLoland,ennoruego: —No sé mucho de derecho criminal, pero apostaría a que secuestrar a una mujer extranjera y despuésdrogarysecuestraraunnoruegovaldráparaentrecincoysieteañosdecárcel.Anoserque hayáis pensado hundirme en el mar con los pies en un barril de cemento. En cuyo caso estamos hablandodeveintiúnaños.Yprisiónpreventiva. LolandcarraspeaconnerviosismoymiraaMacMullin. MacMullinemiteunruidopaternal,comosihubieraentendidotodoloquehedicho. —Losiento,quizáprefierasté. —¿DóndeestáDiane? —Notienesporquépreocuparte.Estábien. —¿Quéhabéishechoconella? —Nadaenabsoluto.Porfavor,notepreocupes.Todotienesuexplicación. —¡Lahabéissecuestrado! —Deningúnmodo. —¿Quiéneres?Enrealidad. —MellamoMichaelMacMullin. —Escurioso.Laúltimavezquehablamos,tepresentastecomoCharlesDeWitt. GrahamLlyleworthlomiraconsorpresa. —¿Esohiciste?¿Deverdad?—Noconsiguecontenerunarisacorta. MacMullinhaceunapausadeefecto. —Ah… pero ¿lo hice? —Me mira burlón, frunce el entrecejo—. Ciertamente. Cuando nuestros amigosdelaAsociaciónGeográficadeLondresnosavisarondequeBjørnBeltødeNoruegahabía preguntadoporCharles,trazamosunpequeñoyestúpidoplan.Tienestodalarazón,tedejécreerque eraelbuenoyviejoCharlie.Peroennombredelajusticia,diréquenuncamepresenté. —¿PorquévoyacreerentoncesqueeresMichaelMacMullin? Meofrecelamanoyyolacojoporpuroreflejo. —Yo…soy…Michael…MacMullin—declara,conunapretónporcadapalabra. Su aura de seguridad y amabilidad me confunde. Llyleworth, Loland y yo parecemos chuchos asustadizos gruñendo en torno al hueso que todos queremos. MacMullin es distinto. Es como si levitaraporencimadenosotros,estáelevadoporencimadelaspequeñasrencillasyladesconfianza. Todo su ser —su cálida mirada, su voz profunda, la serenidad— emana una apacible y cordial dignidad. Lolandmesacaunasilla.Mesientoenelborde.Nosmiramos. —Eresdurodepelar,Beltø—diceMacMullin. Losotrosdosseríenconnerviosismo.Lolandmeguiñaunojo.Parecencreerquetodoshemos cruzadounafronterainvisibleyquedeprontoestamosenelmismobando,aquísentados,riéndonos dealgoqueyahapasado.Pocomeconocen.Soydurodepelar. —Laverdadesquemealegraqueseastanleal—afirmaeldirectorgeneraldePatrimonioSigurd Loland. Tiene la cara alegre como un pepinillo en vinagre—. Deberíamos contar con más gente comotúentrenosotros. MacMullinpercibemisreservas.Meechaunvistazo. —Caballeros,seantanamables…Ledebemosunaexplicaciónanuestroamigo. Devezencuandoessabiocallar.Yocallo. Se miran entre ellos. Como si todos tuvieran la esperanza de que comenzara otro. De nuevo es MacMullinquientomalapalabra. —¿Pordóndeempezamos? —EmpecemosconDeWitt—propongoyo. —DeWitt…Fueunatonteríapormiparte.Teinfravaloré.Burdamente. —¿Quéesloqueesperabaisconseguir? —PensamosquetodoseríamásfácilsitehacíamoscreerqueyoeraCharles.Queteharíasdeél. Es decir, de mí. Teníamos la esperanza de que le confiaras a DeWitt el cofre si él te daba las respuestasqueestabasbuscando.Fuimosmuyingenuos.Tepidodisculpas. —¿Paraquenoaveriguaraqueosloquitasteisdeenmedio? —¿Cómo?—preguntantodosalavez. —Elmismoveranoquemuriópapá.—Losmirounoporuno—.¿Pretendéisdecirmequefueuna simplecasualidadqueambosmurieranprácticamentealmismotiempo? Sus expresiones de sorpresa parecen tan veraces que durante un momento me planteo la posibilidaddeconfiarenellos.Perosóloduranteunmomento. —¿Porquécreestúotracosa?—preguntaMacMullin. —¡Loquemefaltabaporoír!—exclamaLoland. —¿Unasimplecoincidencia?—inquiero. —¡Porsupuesto!—diceMacMullin. —Nosomosunosbárbaros—aseguraLlyleworth. Lolandsacudelacabeza. —¡Leesdemasiadasnovelasdemisterio!Tupadremurióenunaccidente.Charlesmuriódeuna infección.Quemurieranelmismoveranofueunacasualidad. —Lavidaestállenadecoincidenciascomoésa—añadeLlyleworth. —Pornodecirlamuerte—respondoyo. Losmiro.Unoporuno. —Dejémoslo estar —digo finalmente—. Por ahora. Todavía no entiendo por qué no me habéis contado la verdad. Yo tengo el cofre. Todo lo que pido es la respuesta a qué contiene. Cuando lo averigüe,lodevolveré.Todasestasmentirasypistasfalsas,¿porqué? —La verdad. Ay… ¿Qué es en realidad la verdad? —suelta MacMullin. Me contempla medio sonriente,mediodesafiante,mientrasdejaquepenetrelapregunta. Yomeencojoindiferentedehombros. —¿Yconquéderechoexigesquesetecomuniqueesallamadaverdad? —¡Representoalasautoridadesnoruegas! —¡Chorradas!—diceLoland—.Yosoyquienrepresentaalasautoridadesnoruegas. —¿Tú?—escupo—.¡Túformaspartedeestaconfabulación! —Bjørn,Bjørn—ronroneaMacMullin—,¡noteenfadestanto!Intentaverelasuntodesdenuestro puntodevista.Nosabíamosdóndetesituabas.Siestabasconnosotrosono. —¿Convosotros?—grito. —Sí,oencontradenosotros.Sierassincero. —¿Sincero? —Siloquequeríaseradinero.Noentendíamosporquénoshabíasrobadoelcofre. —¡Yonuncalorobé!Lorecuperé.Porquevosotrosteníaislaintenciónderobarlo. —Nosepuederobaraquellodeloqueerespropietariolegal—diceMacMullin. —¡Vosotrosnosoislospropietarios!Elcofreesnoruego.Fueencontradoensuelonoruego. —Podemosvolveradiscutiresetema. —¿Nunca se os ha pasado por la cabeza que puedo tener intenciones honradas? —pregunto—. ¿Quesimplementequierollegaralfondodeesteasunto? —Creíamosquenosentregaríaselcofre.Comoestuobligación. —Así que te metiste en el papel de un hombre muerto. Y alquilaste un apartamento y lo amueblasteparaundía. Memirasorprendido. —No.Dehechonosloprestaron.Enrealidadesunpisoquelasautoridadesusanparacosas…eh, así. —Remueve su café con una cucharilla de plata—. Tras nuestra conversación creí que todo iba bien,hastaqueDianemecontóloescépticoqueestabas. Merecorreunescalofrío.¿Diane? MacMullinlonota. —Algúndíaloentenderás—dice—.Ellanotienenadaqueverconesteasunto.Enrealidad,no. Nosevioimplicadahastaquetuvimosnoticiadetu…amistadconella.Contrasuvoluntad.—Algose oscureceensumirada—.Lasacamosdeestoporsupropiobien. Esperanquedigaalgo.Yonolohago. Elsilenciotienesuefectoenellos. —Cuando oímos que habías hablado con la viuda de Charles, nos dimos cuenta de que te habíamosjuzgadomal—prosigueMacMullin. —Completamente—confirmaLoland. —TodofuedemasiadorápidoenLondres.Erasmáslistoquenosotros,todoelratoibasunpaso pordelante. IntentocomprenderelpapeldeDiane.Noconsigoquenadaencaje. MacMullinalzasutazaysorbeunpocodecafé. —Alfinalviqueelúnicomododeresolverelenredoerahablarclaramentecontigo.Cosaque tenemospensadohacerahora.Explicartecosas.Lograrqueentiendas. —Ah,¿sí?—murmuroconincredulidad. —Cuandoacudisteala SIS,creímosqueporfinteteníamos.Ydenuevoteinfravaloramos.¡Eres durodepelar,Beltø!¡Durodepelar! MacMullinleechaunaojeadaaLoland,queentretejesumiradaconlatupidaalfombra. —¿YtodoesoosdaderechoasecuestraraDianeyadrogarmeysecuestrarmeamí? —Un inofensivo medicamento en tu comida, Bjørn. Casi un somnífero. De veras que lo siento. Peronocreoquenoshubierasacompañadovoluntariamente. —¡Puedesestarsegurodequeno! —Hemos de conseguir que lo entiendas. —Baja la mirada—. Para eso, a veces, debemos usar métodospocohabituales.Noacostumbramosemplearapropósitolosmediosmásdramáticospara resolvernuestrosproblemas. —Tengounapregunta—digo. —¿Sí? —¿Quéhayenelcofre? —Noesunobjetonoruego—respondeLolandrápidamente. —Elcofreesdeoro—señaloyo—.Sólosuvalorenoroasciendeavariosmillonesdecoronas. —En el mercado comercial, el cofre vale más de cincuenta millones de libras esterlinas — puntualizaMacMullin—.Peroanosotrosnosdaigualdequéestéhecho.Ocuántovalga. —Porquedentrotienealgoaúnmásvalioso—digoyo. MacMullinseinclinahaciadelante. —¡Ynielcontenidonielcofresonnoruegos! —FuehalladoenNoruega. —Ciertamente. Por una casualidad está aquí. Pero no es noruego. Por eso las autoridades arqueológicasnoruegasnotienennadaencontradequesenosentregue. Eldirectorgeneralasientecondemasiadoénfasis. —Al contrario —continúa MacMullin—, es de gran importancia que las instancias adecuadas recibanelhallazgoparasuanálisis.Noruegaesunparéntesisenlahistoriadelcofre.Aunquenolo seaeneltiempo. —Noentiendoloquequieresdecir.¿Quéhistoria?—pregunto. MacMullininspiraprofundamente. —Unalargahistoria.¿Noescierto,caballeros?¡Unalargahistoria! LolandyLlyleworthconfirmanquesí,queeslarga. —Dispongodeltiempoquehagafalta—respondoyo,ymecruzodebrazosantesderecostarme enlasilla. —Permítemeempezarconla SIS—diceMacMullin—,miaparatodeapoyo.Laasociación,ensu forma actual, fue fundada en mil novecientos. Pero sus raíces se remontan a siglos atrás. La SIS integra científicos y ramas del saber transversales. Pero en lo oculto, la SIS representa algo que se podríacaracterizarcomounos…eh,serviciosdeinvestigacióncientíficos.Reunimosinformaciónde todas las ramas del saber relevantes y buscamos… huellas. La SIS ha supervisado, por lo general abiertamente, todas las excavaciones arqueológicas importantes de los últimos cien años. A veces porque hemos enviado a nuestros representantes, como el profesor Llyleworth, al amparo de un proyecto de investigación. Pero por lo general porque la dirección de las excavaciones nos ha mandadoinformes. —Yo me adherí en mil novecientos sesenta y tres —dice Loland—. He sido responsable de la supervisión de las excavaciones noruegas. Y le he mandado a la SIS todos los informes y tratados relevantesquesehanescritoenestepaís. —Quéamable—aplaudo. —Ypermítemeañadirquetodoseharealizadodeunmodocompletamentecorrecto.Nosomos unoscriminales. —Tenemos contacto con hombres buenos, como Sigurd Loland y tu padrastro, el profesor Arntzen, por todo el mundo —continúa MacMullin—. Y tenemos hombres del calibre del profesor Llyleworthcomoagentesdecampo. —Igualquecerocerosiete—apuntaLlyleworthsinexpresiónalguna.Eslaprimeravezquelo oigobromear.InclusoMacMullinyLolandlomiransorprendidos.Éllesdevuelveunarodehumo. —Yanosestamosacercandoalnúcleo—diceMacMullin—.Elcasoesquela SIS administra un secreto.Queestáindirectamentevinculadoconelcofre. —¡Porfin! Carraspea.Hayalgosolemneenél.Algoirreal. Pasanalgunossegundos. —Lo he hecho del modo siguiente, me he representado un torrente. Y quiero que tú hagas lo mismo.Hazmeesefavor,Bjørn.Cierralosojos.Imagínateuntorrente. Me represento un torrente. Es ancho y discurre en silencio. Como acero fundido bajo un sol tropical.Eldíaestáavanzado.Losinsectoscuelganenindolentesracimossobrejuncosalolargode laorilla.Enlosremolinosflotanramaspequeñasycapasdeverde.Eltorrentefluyeatravésdeun paisajededesiertoycipreses.Sobreunpeñascohayuntemplodemármol.Peronoveopersonas. MacMullindejaquelaimagensefijeantesdeproseguir: —Imagínate a un grupo de viajeros. No muchos. Dos o tres, quizá. De expedición. Sobre una embarcación.Torrenteabajo.Adentrándoseenunpaisajeextrañoymisterioso. Enmiinterioraparecelaescenacomosobreunapantalladecine:laembarcaciónesunabalsa. Troncos unidos por gruesas cuerdas. Tras el mástil hay un cobertizo hecho de ramas y lianas trenzadas.Loshombresestánsentadosenlapartedelantera.Unodeelloshametidosuspiesdesnudos enelagua.Elotrochupaunapipa.Sudanenelcalor. —Han sido seleccionados. A causa de sus cualidades. Y de su valor. El viaje es peligroso. Transcurre a través de países extraños. De paisajes que nunca han visto. O visitado. Sobre los que sólohanleído. Cierrolosojosparavisualizarmejorlaimagen. —Eltorrenteesinfinito.Sigue,sigueysiguesucurso. —Hastaquellegaalmar. —Oh,no.Noacabaenningúnsitio. —¿Enningúnsitio? —Tienesquerepresentártelosinnacimientonidesembocadura. —Todountorrente. —Simplementecontinúaycontinúa.Ylanavedelosviajerossólopuedeiraladeriva,perono con la corriente, sino en contra de ella. La expedición está condenada a desafiar la voluntad del torrente. Nunca pueden dar la vuelta. No pueden regresar al punto de partida. Sólo pueden navegar contracorriente. —¿Nopuedensubiratierra? —Pueden.Peroentoncesencallarán.Nopodránseguir.Puedenmontaruncampamento.Perono podránvolverniseguirbajandoelrío. —Quenuncaacaba. —Exacto.Quenuncaacaba. —Unviajesinfinal. —Justo. —¿Ysinmeta? —Elviajeensímismoesunameta. —Alalargadebederesultaraburrido. Seríe.Luegojuntalaspalmasdelasmanosyseparalosdedosdemaneraqueformancincoaspas ydice: —No mantienen ningún contacto con aquéllos a quienes abandonaron. Y sólo con algunos elegidosporelcamino.Perodejantrasdesíun…bueno,llamémoslounmensajeenunabotella.Para quevuelvaacasa,aaquéllosalosqueabandonaron.Narracionesdelviaje,sepodríadecir.Donde cuentantodoloqueobservanyexperimentan.Anotacionescientíficas.Todo,vistoalaluzdelsaber quellevanconsigo. —¿Asíqueelmensajeenlabotellasípuederegresar? —Siseledatiempoaltiempo.—Asienteparasímismo—.¿Podríasacasodecirmeloqueesel tiempo? Nopuedo. —Eltiempo—diceél—esunacadenainfinitadeinstantes. Yointentocomprenderlametáfora.Peronoloconsigo.Hagounintento: —¿Acasoesetorrenteeseluniverso?¿Laexpediciónprovienedeotroplaneta?¿Dealláfueraen lainmensidad? Esunpreguntadescabellada.Looigocuandolaspalabrassalenrodandodemí.Apesardetodo, MacMullinmemiradeunmodoquesemeantojahaberadivinadobien.QueelchifladoWinthropJr. medijolaverdad.Quelametáforaversasobreungrupodecriaturasdelespacioconunatecnología tanavanzadaquehandejadoatráslosañosluzqueseparanlaTierradeunsistemasolarextraño.Eso explicaríamuchascosas.Podríanhaberllegadohacecientosdeaños.Yhaberdejadoaquísustarjetas de visita tecnológicas. Que habrían asombrado a los arqueólogos que las encontraran entre los fragmentosdevasijasylaspuntasdeflecha.Humanoides.Criaturasaltamentedesarrolladasconun mensajeparaloshabitantesdelaTierra. —¿Esasí?—pregunto,exaltadoeincrédulo. MacMullinmepasaunrecortedelperiódicoAftenposten,unanuncio: LaspartículasjueganalesconditeconloscientíficosdelCERN Meyrin,Suiza. Un grupo de investigación internacional del acelerador de partículas CERN, en Suiza, ha descubierto en experimentos a la velocidad de la luz que hay materia que desaparece sin despedirenergía. Eldirectordelproyecto,elprofesorJeanPierreLatroc,declaraalaagenciadenoticias Associated Press que no tienen ninguna explicación para aquello que califica como «una imposibilidadfísica». «SegúnlasleyesdelaFísica,lamasanopuededesaparecersinmás—diceLatroc—.Por eso ahora estamos concentrando nuestros esfuerzos en averiguar dónde se meten las partículas». —El CERN —dice MacMullin—. Organisation Européenne pour la Recherche Nucléaire. —Lo pronunciaimpecablemente,comounfrancoparlantenativo. —¿Quéeseso? —El laboratorio europeo de física de partículas. Fundado a mediados de la década de los cincuenta. Ubicado en Meyrin, Suiza. ¡De enormes dimensiones! El laboratorio está en un túnel a cientosetentametrosdeprofundidadbajotierra.Elperímetroesdeveintisietekilómetros.Elmayor delmundo. —¿Elmayorlaboratoriodelmundo? —¡Unaceleradordepartículas! —¿Cómo? —¡Unagujeroporelquemirarlacreación! —¿Eh? —¡Unaceleradordepartículas!Quetransformaunhazdepartículas,alavelocidaddelaluz,en masa. Avecesmecuestaencontrarlaspalabrasadecuadas.Melimitoadecir: —¡Hala! —Así podemos estudiar lo que pasó en las primeras millonésimas de segundo posteriores al nacimientodeluniverso.Conseguimosrecrear,enlosexperimentos,estadoscomolosquesurgieron justodespuésdelbigbang. —¡Hala! —Paracomprenderlacreación,tenemosqueinvestigarlosladrillosmáspequeñosdeluniverso. Losátomos,loselectrones,losprotones,losneutrones.Losquarks.Laantimateria. Setomaunapausaenlaqueyodescansoelcerebro. —¡Hala!—digoporterceravez.Noesunagranaportaciónalacharla.Perolafísicanuncaha sidomifuerte.Sobretodolafísicaexperimentaldepartículas. —¿Hablodemasiadorápidoparati?—mepreguntaMacMullin. —Rápidoodespacio…detodosmodos,noentiendonada. —Loquehaceelaceleradordepartículasesdividirlaspartículasmáspequeñasdetodas,locreas ono,enpedazosaúnmenores. —Tecreo. —Yluegoseencargadequelaspartículaschoquenfrontalmente.Paraestudiarlasconsecuencias físicas. —Pero,oye…Nocomprendoniunapalabradetodoesto.¿Quéintentasexplicarme?¿Quétiene estoqueverconelcofre? MacMullinmepasaotrorecortedeperiódico,delNewYorkTimes: Elconceptodelaluzbajolalupa DeAbeRosen Científicos del prestigioso CERN, el laboratorio europeo para la física de partículas, han colocado el tiempo bajo su enorme lupa. Si se muestra que las teorías y conjeturas de los científicossedejandocumentar,lasperspectivassonsobrecogedoras. Duranteunexperimentollevadoacaboesteañoenelaceleradordepartículas,losfísicos descubrieronparasusorpresaquehabíapartículasquedesaparecíansinemitirenergía. Elexperimento—conocidocomoExperimentoWells:porlafamosanoveladeH.G.Wells Lamáquinadeltiempo(1895)—hasidorepetidovariasvecesconelmismoresultado. El director del proyecto, el físico de partículas francés Jean Pierre Latroc, dice que los científicos no han conseguido encontrar una respuesta plenamente satisfactoria a esta paradojafísica. «Enesteprimerestadio,nuestrateoríaesquelaspartículassehanaceleradohastasalirse deltiempo»,diceLetroc. Subraya que la teoría ha de considerarse exclusivamente como una hipótesis de investigación. «Siconsiguiéramosdemostrarquelaspartículassehantrasladadoeneltiempoysehan quedado allí —dice Latroc—, estaríamos hablando de una comprensión fundamental de las leyesdelanaturalezacompletamentenueva.Nopodríamoshablardealgoantesnidespués.Ni de causa o efecto. Una esfera sin tiempo y sin espacio. Algunos lo definirán como una dimensión,ununiversoparalelo,unhiperespacio». Latrocesprecavidoalahoradeextraerconclusiones,peroseñalaqueinclusodestacados científicos como los astrónomos y físicos Stephen Hawking y Kip Thorne están discutiendo seriamentelaposibilidaddelosviajeseneltiempoatravésdelosdenominados«agujerosde lombriz»deluniverso. Algunosinsinúanlaposibilidaddequelosagujerosnegrosseanlasentradasysalidasde estos«agujerosdelombriz»,quesonatajosentrelasdistanciasinfinitasdeluniverso.Siesta conjeturateóricadelaastrofísicatienealgodeverdadero,labarreramágicayabsolutadel tiemposehabrároto. Un experimento austríaco con fotodetectores documentó recientemente el fenómeno de la físicacuánticadela«no-localización».Elconceptoimplicaquelaspartículasquealgunavez hanestadounidasseguiránvinculadasconindependenciadellugardeluniverso—ydellugar deltiempoyelespacio—enqueseencuentrenlaspartículasseparadas. LateoríadelgrupodeinvestigacióndeLatrochaprovocadounescándaloacadémicoentre losfísicosmásrelevantesdelosámbitosuniversitariospunterosdeEuropayEE.UU. Unodelosmásdestacadoscríticos,elfísicoatómicoypremioNobeldelaPazAdamC.G. ThrustIII,dicequelanocióndetiempoeselúltimoreductoinamovibledelafísica.«Incluso enlanaturalezahayabsolutos—diceThrust—.Lavelocidaddelaluzesunodeellos». Pero la crítica no sorprende a Latroc y su equipo de investigación. «Nosotros somos los primerosenadmitirquelateoríasuenadescabellada—diceLatroc—.Variosdemispropios investigadorescreenquelasoluciónesalgomuydistinto.¡Peropersonalmentenoveoninguna otrasoluciónalapreguntadedóndesehanmetidolaspartículas!». Levantolavistadelrecortedeperiódico. —¿Loentiendes?—preguntaMacMullin. —Paranada. —¿Noveslaconexión? —¿Cuál?¿Quépuedosacardeesto?¿Quétienetodoestoqueverconelcofre? MacMullin inspira muy profundamente y muy despacio. Me siento como un alumno duro de molleraquenosehaestudiadobienlalección. —Imagínatequeloscientíficos,dentrodedoscientoscincuentaaños,porfinconsiguenatravesar labarreradeltiempo.Talycomola NASAconsiguióenmilnovecientossesentaynuevemandaral hombrealaLuna.Imagínatequeloscientíficosdelmañanahicieranposiblequeelhombreviajara haciaatráseneltiempo. Intentoimaginármelo.Peronoloconsigo. —¿Estáshablandodeviajarhaciaelpasado? MacMullinrespiraporlanarizconunsonidosilbante. —Imagínate—continúadespacio—queesosviajerosdeltiempotropezaranycayerandesunave enunlejanopasado.TanindefensoscomoArmstrongenlaLuna.Imagínatequedejarantrasdesíun mensaje. No exactamente una bandera norteamericana, pero de todos modos un mensaje para aquéllosalosqueabandonaronenelfuturo.Unmensajedequehanllegadosanosysalvos. —Espera —digo, intentando ponerle pies y cabeza a esa incomprensible metáfora—. Entonces podránleersupropiomensajeantesdepartirensuviajehaciaatráseneltiempo…Porquesitienen éxitoenelpasado,necesariamentehabrándepoderleersumensajeenelfuturo… —Llevado al límite, sí. Pero seguimos enfrentándonos a la paradoja eterna: ¿qué pasaría si se viajara hacia atrás en el tiempo y se matara a los propios padres antes de que uno mismo hubiera nacido?Creemosquesetratadecursosdeltiempodiferentes.Universosoesferasparalelos. Mequedocallado.Finalmentedigo: —¿Intentasdecirmequeesoesloquecontieneelcofre?¿Unmensajedeungrupodeviajerosen eltiempo?—Mecruzodebrazos. Lostresmemiranconsolemnidad.Eltiempopasa.Sihayalgoquemesobraestiempo.Dejoque transcurranlossegundos. —Hemosencontradolacápsuladeltiempo—diceMacMullin—.Sunave.Lamáquinadeltiempo, siquieres. —¿EnelmonasteriodeVaerne? —ElcofredeorodelmonasteriodeVaerneguardaelmensajequedejaron. —Bueno.Estábien.¿Ycómoacabóallíelcofre? —Esunalargahistoria.Losegipciosconsiderabanalosviajerosdeltiempocomodivinidades. Cuando el cofre con sus escritos fue llevado de Egipto a Oriente Medio, se consideraba que era sagrado. Una reliquia religiosa. Con el tiempo fueron los hospitalarios de San Juan quienes se hicieron cargo de él. También ellos creían que se trataba de escritos divinos. Pensaron que el monasteriodeVaerneeraunbuenescondite.Elfinaldelmundo. Asientoparamímismo.Comosiporfinentendiera. —¿Ydóndehabéishalladoesacápsuladeltiempo? —EnEgipto. —¿Egipto? —NoeraunanaveespacialloquehabíabajolapirámidedeKeops.Eralacápsula. Yanoconsigoaguantarmemás.Denuevosemeescapalarisa.Esunproblemaquetengo. —¡Porfavor!—exclamo. Llyleworth se sienta pesadamente y coge el puro del cenicero. Se le ha apagado. Enfurruñado, enciendeunacerillayleinsuflavidaalpuro. —¿Sí?—preguntaMacMullindeformarelamida. —¡Porfavor!—repito—.¿Porquiénmetomáis? MacMullinmeexaminaconlospulgaresbajolabarbillaylosdedosenaspaantelanariz.Silas circunstanciashubieransidootras,mehabríaparecidoqueseestabadivirtiendo. —Pormípodéisintentarengañarme—digo—.Pormípodéispensarquesoyunidiotafácilde engañar. —¿Porquécreesqueintentamosengañarte?—preguntaLolandcontonodeofendido. —¿Viajerosdeltiempo?¡Porfavor!InclusounboboprofesoradjuntodeArqueologíasabeque esunaimposibilidadfísica.Cienciaficción. —EsomismodijerondelasexpedicionesalaLuna.Muchasdelascosasquenosrodeanhoyen díaerancienciaficciónhacecincuentaaños. —¡Aunasí!¿Tengoquecreermequeenuncofredeoroantiguoencontradoenelmonasteriode Vaerne, en Ostfold, se oculta un mensaje que dejó alguien del futuro después de haber viajado a travésdeltiempoyhaberacabadoenelpasado? —Exacto. —¡Andaya! Me río y suspiro de manera teatral, abro los brazos de par en par; en suma, monto todo un número. —Chicos,estáisolvidandounacosa.Undetalleimportante. Me miran interrogativamente. Son hombres de poder. Están acostumbrados a conseguir lo que quieren.Sesientendesconcertadospormipatróndeconducta. —Estáisolvidandoquesoyyoquiensabedóndeestáelcofre. —Cierto,cierto—suspiraMacMullin. Nologroevitarservirlapelotaqueentregaríaelpartido. —Además,sélodeRennes-le-Cháteau. MacMullin se queda petrificado. Recobra enseguida el control de sí mismo. Pero ya se ha delatado. —Ah,¿sí?—diceconconfianza. Yocarraspeoelocuentemente. —¿Algomás? MacMullinposaunamanosobremihombro. —Dentro de poco —dice, y mira de reojo a Llyleworth—. Hablaremos de Rennes-le-Cháteau dentrodeunrato. Conlamanoposadasobremihombro,meconducealpasilloydevueltaalcuarto. Deambulo inquieto por la alfombra verde. El aire está cargado y caliente. Al entreabrir la ventana, hueleacéspedreciéncortadoyapolución. Unabejorrosecuelaporelhuecodelaventana.Inquieto,comienzaaembestircontraelcristal. No está a gusto aquí, yo lo entiendo. Es grande y lanudo. Se dice que los abejorros, según los cálculosaerodinámicos,enrealidadnopodríanvolar.Losabejorrostienenalgoquemegusta.Nosé exactamentequées.Quizámereconozcaensuobstinación.Tengolamaníadeidentificarmecontodo tipodecosas. No comprendo qué han hecho con Diane. O dónde la han escondido. Y me pregunto cómo reaccionarálapolicíasiaparezcoconunadenuncia.Yconunaexplicaciónaproximadaalaverdad. DudoqueVozdePitovayaadejartodoloqueselleveentremanosparaapresurarseaayudarme.Por Dios,nisiquierasécómoseapellidaDiane.Cuandoreservénuestrosbilletesdeavión,insistióentre risasenquelallamaranseñoradeBeltø. No soy ningún héroe. Reventar la puerta para buscar a Diane entre la multitud de cuartos me resultaimpensable.Tampococonseguiríareventarningunapuerta—probablementemedesencajaría el hombro— y, aunque lo consiguiera, cualquier hombre musculoso lograría amenazarme hasta la obedienciacontansólounamiradadeenfado. Estoy tan nervioso que pego un respingo al descubrir un sobre en la mesilla. Un sobre blanco, ordinario.Minombreapareceescritoconletrasgrandes. Loabroconlauñadeldedoíndiceysacounacartamanuscrita: ¡Bjørn! ¿Qué puedo decir, querido, sino perdón? Si pudieras perdonarme. ¡Por favor! Lo siento tanto… Nosabenqueestoyescribiendoesto.Asíquenoseloenseñes.Niaellosnianadie.Estas palabrasquedanentretúyyo.Ynadiemás. Debes de tener muchas preguntas. Ojalá yo pudiera proporcionarte algunas respuestas, respuestasquedensentido,queexpliquenunpoquititodeloquehaocurrido.Peronopuedo hacerlo.Ahorano. Pero quiero que sepas esto: ¡te quiero! ¡Nunca te he traicionado! No he fingido tener sentimientos hacia ti que no fueran auténticos. Por favor, confía en mí. No soy una puta. Aunquequizásílosea… ¿Quién ha dicho que las cosas tienen que ser jodidamente sencillas? La vida no es una ecuaciónqueseresuelvesilosfactoressonloscorrectos.Lavidaesunaecuaciónquenose resuelvenunca.¿Mivida?Unacatástrofecontinuada.Unacatástrofequecomenzóeldíaque nací. ¡Bjørn!Sientohabermecruzadoentucamino.Perdónamequecayeraatuspies.Yquete metiera en esto. Te habrías merecido algo mejor. Quizás un día aprenda. Pero me estoy enrollando.Ytúnoentiendesnada.Porquelaintenciónnoesqueentiendas. Siestáspreocupadopormí,nohayningúnmotivoparaello.Nomehanhechonada.Quizá pueda explicártelo cuando todo esto haya pasado. No lo sé. Quizá no. Pero todo tiene su explicación. ¡¡Ojalá hubiéramos podido escaparnos!! ¡¡Tú y yo!! A una isla desierta. Donde nadie pudieraincordiarnos. Claro que debería haberme dado cuenta. Debería haberme dado cuenta de lo que iba a pasar. Pero soy tan testaruda, tan autosuficiente, estoy tan empeñada en seguir mi propio sendero…Sipapádecía:«Ponteelvestidorojo,porqueestásmuyguapaconél»,yomeponía lospantalonesgrisesylablusamorada.Sipapádecía:«Esechiconoteconviene»,yomelo follabasintregua.Hedichoquemelofollaba,noqueloamaba.Peroatiteamaba,Bjørn. ¿Comprendesalgodeloqueintentodecirte?Nisiquierayoséloquepretendodecir.Sólo quenoquieroquemeodies. ¡Olvídame sin más! ¡Olvida que una vez conociste a una chica que se llamaba Diane! ¡Olvidaquequizáteparecieraunpocomona!¡Olvidaquecayóatuspies!Mira,aquítienes unagomadeborrar,¡bórraladetumemoriayvivetuvida! Tuángel, XXX DIANE Desgarro la sábana en dos trozos que ato por las puntas a la funda de la manta. Abro las dos ventanasdeparenpar.Elbultoderopasaleatrompicones. Elabejorroseponeeufórico. Enrosco la tela en torno al poste central de la ventana. Después me encaramo al alféizar y me descuelgo.Enelúltimometroymediomedejocaer. Elgritonodurómásdeunsegundoodos.Peroenmicabezaharesonadoduranteveinteaños. Lanocheanterioralaccidente,papáestabacalladoyausente,comosituvieralaintuicióndeque algoterribleseestabafraguando. Al anochecer, Trygve encendió la hoguera. Los troncos estaban colocados en diagonal y rodeadosporcantosrodados.Deunasogaquecruzabaporencimadelfuegocolgabaunacafetera negracomoelcarbón.Unasimpáticaconstruccióncampestre.Comoenundibujodecuentoinfantil. TrygveestabasentadoconsupurocantandoBlowingintheWind. Elbosqueolíaacafé,aagujasdeabetoyalperfumedemamá.Papáhabíasacadounaespiralpara mosquitos que humeaba y despedía un olor terrible, pero que por lo demás no parecía molestar muchoalosmosquitos.Papáestabamediorecostadosobreuntronco.Mamáestabasentadaentresus piernas,apoyadaensucuerpo.Élhablabadelhallazgodegrandescantidadesdeperlas,oro,platay obras de arte en Gaalaashaugen, en Nes, en Hedemark, a principios de verano. Mamá no le hacía muchocaso.Peroyoestabacomoembrujado,intentandoimaginarmeeltesoroinvaluable. Trygve tenía una voz profunda, limpia. Al cantar, cerraba los ojos. Las llamas hacían que relumbrara su pelo largo y rubio y su barba. Sus robustos antebrazos sujetaban tiernamente la guitarra.Mamáleechabamiradasrepletasdepequeñosbesosinvisibles. Lostonosdelaguitarraascendíanentrelosárboles.Elcieloestabablancodeestrellas.Através delamalezarelucíalalaguna.Enlapartealtadelaladeraunasierraacababalajornada.Elbosquese cerrabaentornoanosotros,mágicoeinmenso. Porlanoche,papáfuearevisarelequipodeescalada.Siempresepreocupabamucho.Todavíalo veo como si lo tuviera delante. Había trasladado las mochilas a la parte de atrás de la tienda de campañayestabainclinadosobreelequipocuandoyolosorprendí.Sediolavueltaconexpresiónde cordero.Comosilohubierapilladoenalgo.Justodespuésloolvidé,ylaimagendepapádoblado sobre los sacos se convirtió en un corte del tiempo, en una rendija que se encendió veinte años después. Trygve le abrió una cerveza. Pero no tenía sed. Más tarde se bebió toda la botella de un solo trago. Papáseacostópronto.MamáyTrygvesequedaron—risueñosyconsecretos,cadaunoconsu cervezayhablandoenvozbaja—asandonubesdegominolaenlahoguera. Cuandomeacostéenlatienda,todoestabaoscuroyenelcielodespejadoseveíanlasestrellas. Estabamediomareadoeinquieto.Antesdedormirme,mequedéescuchandolanoche.Ylarisabaja demamá. Yoestabasentadosobreuntroncotallandounaflautacuandopapácayó.Noestabamuylejos. Al precipitarme a través del boscaje, deseé con toda mi alma que fuera Trygve quien había gritado.Peroenelfondodemicorazónsabíaquehabíasidopapá. Enmomentoscomoése,laconcienciaseescindeenfragmentos,brevesimágenespetrificadasy añicosdesonidosquesegrabanenlamemoria. Elcieloazul. Unpájaro. Vocesestridentes. Lamontañagrisbrillantequeseelevasobrelosbosques. Trygve,unamanchadecoloresalláarribaenelhuecodelamontaña. Ungrito:«¡Bjørn!¡Vete!¡Vete!¡Vetedeaquí!». Lalíneaverticaldelamontaña. Lacuerda. Elchillidodemamá. Lasangre. Elmontónderopaalpiedelapareddelamontaña.Ropano.Papá. Eltroncodelárbolcontramiespalda.Lacortezaquemearañalanucacuandocaigoalsuelo. Hastalamañanasiguiente,elequipodesalvamentonoconsiguióbajaraTrygvedelamontaña. Papáhabíaarrastradolacuerdaconlacaída. Hubounainvestigación.Seescribióuninforme. Alserelmásexperimentado,eraTrygveelresponsabledelasegundad.Poresosehabíaquedado enelhueco.Paracontrolarquetodoestababien.Peronoeraasí.Elochosehabíadesgarradoenla bajada.Desgastedelmaterial,segúnconcluyóelinforme.Apesardequenadiefuecapazdeexplicar cómo había sucedido el fallo. Era uno de esos fallos que simplemente no pueden ocurrir. Papá no tuvoniunaoportunidad. PeronadiequeríaacusaraTrygveArntzen.Nimamánilacomisióndeinvestigación.Élsetomó elaccidentemuyapecho. Medioañomástardesecasóconmamá. 5 ELDESIERTO Elsolestáincandescente.Elcielo,descolorido. Acabo de abrir los ojos. No debería haberlo hecho. Los rayos del sol estallan al fondo de mi cabeza.Laluzmelancealosojosymetaladraelcráneo.Cuandomedormíconlafrentecontrael cristaldelaventanilla,todavíaeradenoche.Yhacíaalgodefresco.Hacecuatrohorasqueaterrizóel avión.Elsolnohadesperdiciadoeltiempo.Losalrededoresparecenunaollaapresión,atodovapor. Aparto la mirada de la luz del desierto y saco unas gafas que me compré en el aeropuerto de Gardermoenporsetecientascuarentaycincocoronas.Deoferta,RayBan.Pero¿setecientascuarenta y cinco coronas? ¿De oferta? Si la dependienta no hubiera sido tan mona, seguramente habría refunfuñado con desdén y dejado las gafas sobre el mostrador. Pero ahora me las coloco sobre la nariz. El camino se dispara en línea recta por un paisaje yermo y accidentado. La raya de asfalto desapareceenlabrumadelcalorquedesdibujaelresplandecientehorizonte. Voysentadoenunautobúsconaireacondicionado.Porundesiertodepiedra.Oquizáporotro planeta.Porejemplo,enJúpiter.Lospeñascosallímitedelavisiónsondecolorrojoóxido.Entrelas piedrasdelbordedelcaminocrecealgúnqueotrohierbajo,deesosqueunoesperaríaencontrarseen unterrario.Oenunherbario.Oentrelasbaldosasdeunjardínabandonadoydejadoalamanode Dios.Alolargodelacolinaseextiendeunalíneadecipreses.Comoenunodeesospaisajesbíblicos bordadossobreloscojinesdelastíasentusiastamentereligiosasdelsuroestedelpaís. Porcincomilésimavezenesteviaje,sacolacartadeDianeylaleo;palabraporpalabra,líneapor línea.Melasédememoria,perosigointentandoencontrarlealgúnsentido. Sólo estamos el conductor y yo. Sin mediar palabra avanzamos a través de un desierto que no acaba nunca. El conductor tiene un aire que me lleva a preguntarme si lo fijarían tras el volante al salir rodando el autobús de la cadena de montaje. Si estará diseñado y desarrollado por un buen equipodebioingenierosygenetistas,yluegoconstruido,concuidadoyesmero,enunalapropiade lafábrica.Llevaunacamisademangacortaytienelosbrazospeludos.Manchasdesudorbajolos sobacos. Poco pelo, sin afeitar. Cejas pronunciadas. De vez en cuando me echa un vistazo por el enormeespejoretrovisor.Peronoreconocemipresencianiconunmovimientodelacabeza. Nuncameharesultadofácilacercarmealagente.Conelpasodelosañosheidocubriendomi timidezconunareddecamuflajedesarcasmosyalegríafingida.Hayquienhabríaaprovechadoesta oportunidadparaentablarunaanimadaconversaciónconelmorenoconductor.Sobrelosjudíosylos árabes.Osobreloscochesdeportivosyelfútboleuropeo.Sobreelcristianismoyelislam.Sobrela pescaconmoscaenNamsenolasprostitutasdeBarcelona.Peroyono.Yporlaexpresióndesucara veoqueaélledaigual. Rodeamosunsalientedepeñascosysedespliegaunfrondosooasisenelvalle,anuestrospies. Un jardín del Edén de olivos, arbustos de olíbano, sándalo, alcanforeros y cedros. Un campo de higuerasvistelaladeradeunverdepálido.Desdeunpozoconunabombaimpulsadaporunruidoso generadordediesel,correelaguaporelaboradoscanalesderiego. Es en ese oasis donde han decidido establecer el Instituto Schimmer. No me preguntes por qué. Pocossitiosestánmásalejadosdelagente. Asíqueporlomenoshaypazparatrabajar. El instituto constituye una prueba flagrante de que el hombre siempre intentará conciliar lo antiquísimo con lo hipermoderno. Con suerte variable. Hace setecientos años, unos monjes establecieron un monasterio en medio del oasis. Un edificio levantado con piedras del desierto, labradas con precisión geométrica, pulidas, ajustadas y montadas hasta formar un complejo de celdas,pasillosysalas.Unsantuarioparalacontemplaciónyprofundizaciónreligiosas.Entornoa este centenario monasterio del desierto, arquitectos e ingenieros construyeron a principios de los años setenta un mastodonte de cristal, espejos y aluminio. Un chillido de modernidad en la atemporalidad.Elinstitutonoseelevaalasalturas,sinoqueseextiendeenhorizontalcomoalgoque sehinchaycrece,querelumbraybrillaalsol. —¡Bjørn!¡Amigomío!¡Bienvenido! Elautobúshaentradoenlarotondaatiborradadeplantas,sehadetenidoyhasoltadoelairetras ellargoviaje. Está esperándome sobre la acera, ante la recepción del instituto. Es pequeño y regordete, tiene ojosburlonesycálidos,calvaylasmejillasrechonchas;ysihubierallevadohábito,habríaparecido laparodiadeunmonje. SunombreesPeterLevi. El Instituto Schimmer es un centro de investigación que atrae a estudiantes e investigadores de todo el mundo. Se pueden alquilar habitaciones en el hotel del complejo durante semanas o meses, para enterrarse en la exuberante biblioteca. En un ala propia, restauran restos de manuscritos e interpretan palabras fijadas a pergaminos o papiros hace miles de años. Teólogos, historiadores, lingüistas, paleógrafos, filósofos, arqueólogos y etnólogos en divina mezcolanza. Todos quieren arrojarluzaclaratoriasobreelpasado. PeterLevimerecibecontalentusiasmoquecreoqueseequivocadepersona.Perounavezmás exclama «¡Bjørn!» y me estrecha la mano al tiempo que me mira a los ojos sonriendo de oreja a oreja. —¡Bienvenido a nuestra casa! ¡Espero que podamos serte de ayuda! —Habla inglés con un profundoacentoquemarcalaserres. Ya hemos hablado una vez. Hace dos días. Lo llamé desde casa de Torstein Avner después de escapardeMacMullin.Noeramásqueelnombrequefigurabaenlainvitacióndelinstituto.Vaaser miguíaytutor.Acadavisitanteseleasignaunpadrinoconresidenciapermanenteenellugar.Un nombre, nada más, una persona de contacto cualquiera. Pero Peter Levi se comporta como si hubiéramos ido a la guerra juntos. Como si nos hubiéramos salvado mutuamente la vida en las trincheras mientras los proyectiles silbaban sobre nuestra cabezas, el gas mostaza se extendía y nosotroscompartíamosconfraternidadunamáscaraantigás,quenofuncionabadeltodo. Nosésimefíodeél.Peromecaebien. Insisteenllevarmelamaletaqueelconductorhabajadodelautobúsconunareverencia.Conla mano izquierda sobre mi hombro, Peter me guía hasta la recepción, donde recogemos la llave del cuartoyyomeregistro. NOMBRE:BjørnBeltø PROFESIÓN :Ayudantedeinvestigación/arqueólogo PROCEDENCIA(CIUDAD/PAÍS):Oslo,Noruega INSTITUCIÓN ACADÉMICA:UniversidaddeOslo ESPECIALIDADACADÉMICA:Arqueología MOTIVODELAVISITA:Investigación Petermeconducehastamihabitación,la207,queestáenunalaespecialypareceuncuartodel HolidayInn.Allímedejaasolaspara«queelalmareencuentrealcuerpotraselviaje».Deshagolas maletas y cuelgo la ropa en el armario. Con un suspiro que se debe más al agotamiento que al aburrimiento,meapoltronoenelpequeñosofáverde.Tengoenelregazotodoslosrecortesqueme hadadoTorsteinAvner. Ha sido muy eficaz. Tomando los nombres y palabras clave que le di, buscó por Internet e imprimió todas las páginas web en las que encontró la información que yo andaba buscando. Hay muchosdatosquenoacabodeubicar,comoque«hospitalariosdeSanJuan»conseguíatreintaydos entradasenelbuscadorAltaVista,perosólodiecisieteenelMetaCrawler.Haypáginaswebhistóricas y seudocientíficas sobre los hospitalarios, los masones y las sectas herméticas. Paso las hojas con impacienteirritación,noséloqueestoybuscando,perosoybombardeadoconconocimientosqueno preciso. SoyinjustoalcanalizarmiirritaciónhaciaTorstein.Élhahecholoquelehepedido.Esmipropia impotencialoquemaldigo. ¿Dónde estará Diane? ¿Qué papel juega en este juego? ¿Qué significan las insinuaciones de su carta? ¿Por qué mienten todo el rato? ¿Por qué me doparon para luego contarme un montón de flagrantesmentiras?¿Estántratandodeaturdirme? ¿Quéhayenelcofre?¿Quésecretoescondenenrealidad? ¿Intentan ocultar su secreto inventándose otro aún más fantástico? Este tipo de preguntas me rondaunayotravez.Peronisiquieraestoycercadevislumbrarlasrespuestas. Torstein estuvo insistiendo en que acudiera a la policía con todo lo que sabía, y en que les entregara el cofre. Estuve tentado de hacerlo. Pero todo el que lucha contra algo grande y no completamentevisibleacabadesarrollandounapizcademaníapersecutoria.Nomefíodelapolicía. Habrían seguido el manual y la lógica, y habrían acabado entregando el cofre a la Colección de ObjetosAntiguos.Ymehabríandenunciadoporrobo.Asínohabríamosavanzadonada. ¿YcómopodíalapolicíaencontraraDiane?Nosénadasobreella,sóloquesellamaDiane.Que viveenunrascacieloslondinense.QuetrabajaenlaSIS.Yquefuiterriblementeingenuoalconfiaren ella.Aunqueséquenuncafingiócuandohacíamoselamor.Mequedocercadeunahorahojeandola piladepapelesdeTorstein.LeosobreloshospitalariosdeSanJuanylaaristocraciafrancesa,sobre elrenombreinternacionaldelInstitutoSchimmer,sobreelmonasteriodeVaerne,leosobreRennesle-CháteauyBérengerSauniére,sobrelosmanuscritosdelMarMuertoyelmonasteriodelaSanta Cruz, sobre el sudario de Turín, el manuscrito Q y Nag Hammadi. Encuentro incluso un artículo firmado por Peter Levi sobre la influencia de los mandeos en las sectas no cristianas, y treinta y cuatro hojas sacadas de la página web de la SIS, incluidas unas breves biografías de MacMullin y Llyleworth.Peronadameayudaaavanzar. Descanso.Elalmareencuentraalcuerpoenalgúnmomentoamediatarde. Trasunasiestademasiadolarga,deambuloporelinstitutoconladesagradablesensacióndeque meestoyinmiscuyendo.Tengomuchafacilidadparasentirmefueradelugar.Unafrenéticadesazón impregnaelInstitutoSchimmer.Esunhormigueroacadémico.Soyunahormiganegradevisitaentre las hacendosas hormigas rojas. Caminan con determinación por invisibles senderos marcados. Se detienen. Charlan. Se apresuran a continuar. Entusiasmados estudiantes (¡que no paraban de gesticular!)avanzanporunpasilloquesigueysigue.¿Quizáshastalacámaradelareina?Mientras tanto,nomequitanojoenningúnmomento,mejuzgan,meanalizan,cuchicheanymurmuransobre mí.SeguramenteeldoctorWanghubieradicho:«Esonosonmásqueimaginacionestuyas,Bjørn». «¿Quétieneestesitio?»,mepregunto.Ymeestremezco. Enmediodelarecepción,enunaislacircularformadaporhelechosesparcidosporunsuelode pizarra, hay un poste con flechas y señales que muestran el camino hacia los departamentos de investigación,loslaboratorios,lasaulas,lassalasdeconferencias,loscomedores,losquioscos,la librería,elcine,labiblioteca,losestudiosylassalasdelectura. Enlosrincones,alaalturadeltecho,haypequeñascámarasdeseguridadconbombillasrojas.No semeescapa. Noche. Peter Levi está sentado en un sillón orejero bebiendo café y coñac en un local oscuro y abarrotadodegente,queseconoceporelnombredeCámaradeEstudiantes.Unbardebiblioteca, equipado a la última moda e inundado de humo de cigarrillos. Como un club de caballeros inglés. Lasventanasestántapadascomoparacrearlailusióndeunanocheeterna.Hayvelassobrelasmesas, músicasuavedepiano.Lasvocessonbajaseintensas.Alguienseríeaplenopulmónyesacallado. Intensasdiscusionesenidiomasextraños.Aldescubrirme,Petermereclamaasulado.Mesorprende suentusiasmo,sualegríaalverme. Peterllamaauncamarero,queseapresuraaacercarseconunabandejaconunatazadetéyun vasodecoñacenformadetulipán.Eltéestáfuertecomolapólvora.Nosésilaideaesbajarloconel coñac.Pienso:«¿Té?». —Mealegraquereunierasfuerzasparabajar—dicePeter. —¿Reunierafuerzas? —Tienesqueestaragotadodelviaje. —Mecuestamuchodecirnocuandoalguienmetientaconuncoñac. Nosreímosunpocoparadisimulartodoloquenohemosdicho. —Tenemosmuchodequehablar—dicePeter. —Ah,¿sí? —Sobre tu investigación —se explica, en tono medio interrogativo—. Tu interés por los hospitalarios de San Juan, por el mito del cofre sagrado. Y sobre aquello con lo que podamos ayudarte. LepreguntosiconoceaUri,queeraelenviadodelInstitutoSchimmerenlasexcavacionesdel monasteriodeVaerne.Loconoce.Urisiguefuera. Peterenciendeuncigarrilloeinhalaplacenteramente.Memiraconcuriosidadatravésdelanube dehumo. —¿Porquéhasvenidoaquíenrealidad?—pregunta,girandoelcigarrilloentrelosdedos. Le respondo. Al menos un poco. No le cuento nada sobre todas las mentiras y los misteriosos episodiosvinculadosalcofre,sinoquehablocomosiestuvierainvestigandoelparticularhallazgo arqueológico. Le explico que estoy buscando información sobre los hospitalarios. Y sobre todo aquelloquepuedavincularelmonasteriodeVaerneconelcofredelossecretossagrados. —Todoesoyalosé.Perohedicho:¿enrealidad? Nosmedimosconlamirada. —Sipiensasquemeguardounsecreto,esquetambiénsabesporqué—replicoconambigüedad. Peternodicenada.Selimitaamirarmeyainhalarprofundamente. Para llenar el silencio, le hablo sobre las excavaciones del monasterio de Vaerne, cosa que le interesadeformamoderada.Mientrashablo,comienzaagirarelvasodecoñacenlamano.Miracon fijeza el remolino dorado, como si sus pensamientos giraran y giraran en el coñac. Los ojos son pacíficos. Justamente ahora parece uno de esos tipos que esperas encontrarte sobre una banqueta juntoaunabarradeRespatex,enunbardeuncallejóndeNuevaYork.Juntoaalguienconmediasde rejillanegrasyunamiradapesadacomoelplomo. Cuandoporfinmecallo,Petermeobservaconunaexpresiónquerecuerdaalacondescendencia, peroquequizánoseamásquepuracuriosidad. —¿CreesenJesús?—inquiere. Lapreguntamellegadepronto.Hagocomoél:olfateoelaromadelcoñac. —¿El histórico? —replico. Una leve ebriedad ya ha empezado a picotearme la cabeza—. ¿O el divino? Selimitaaasentir,comosilehubieradadounarespuesta.Peronoeramiintenciónresponderle. Le pregunto cómo ha acabado en el instituto. En voz baja, como si no quisiera que lo oyera nadie más,mehabladesuinfanciaenunbarriopobredeTelAviv,deunpadrefanáticoreligiosoyuna madre exigente, de su búsqueda de una fe y de sus estudios. Peter es historiador de la religión. Especialista en las sectas que surgieron y se extinguieron en torno a la época de Jesús, y en cómo influyeronsobreelcristianismo. —¿Teinteresaelcristianismotemprano?—pregunta,enuntonoquehacealgomásqueinsinuar quedeboresponderquesí. —¡Absolutamente! —¡Bien! Me parecía que tú y yo teníamos mucho en común. Mucho de lo que hablar. — Inclinándose sobre la mesa con una sonrisa torcida, dice—: ¿Sabías que los hospitalarios tienen muchosrasgosencomúnconlasectagnósticadelosmandeos? —Eso—digodespaciomientrasledoysorbosalté—creoquesemehaescapado. —¡Peroasíes!LosmandeosrechazaronaJesúsyconsiderabanaJuanBautistacomosuprofeta. Pensabanquelasalvaciónsealcanzabapormediodelconocimiento,omanda. Piensoquemamádebiódesermandeacuandoyoeraniño. Petercontinúa: —Los textos sagrados de los mandeos, El Tesoro y el Libro de Juan, tenían quinientos años cuandofuefundadalaordendeloshospitalariosdeSanJuan.LosmandeostienensuReydelaLuz. La cosa, mi confuso amigo, viene ahora. —Vacila antes de soltar la bomba—: ¡Jesús y sus contemporáneosdisponíandeundetalladoconocimientodelostextosdelosesenios! Memiratriunfalydesafiantementealmismotiempo. —¿Yqué?—preguntoyo. Abatidopormifaltadecomprensiónyentusiasmo,vacíalacopadecoñacdeunsolotrago.Le cuestarespirar. —Tienesrazón.Esosesabehacemuchotiempo.Todoestoyalosabes. Mecontengounpoco. —Bueno.Losdetallesno. Memirainterrogativamenteymedaunempujoncilloriéndoseporlobajo.Vuelvoaprobarelté ytengoquecontrolarmeparanohacerunamueca.Enalgúnsitiodellocalelpianistaempiezaatocar denuevo.Nohellegadoadarmecuentadequehabíaparado.Uncamareroaparecedelanadacon otrocoñacparaPeter. —Estarásdeseandohablarmedelosesenios—ledigo. —¡Esmuyinteresante! Alzasucopaybrindamos. Dejaaunladolacopaycarraspea. —Losesenios,onazarenos,comotambiénselosllamaba,teníanunafemarcadaporlareligión babilónica. Creían que el alma estaba compuesta de partículas de luz de una figura luminosa atravesada por fuerzas malignas. Estas partículas de luz quedaban atrapadas en el cuerpo humano hastaqueelanfitriónmoría.Entoncespodíanreconciliarseconlafiguradeluz. —Peter…—Buscolaspalabras—.¿Porquémecuentastodoeso? —Creíaqueteinteresaba. —Meinteresa.Encuantocomprendaquéesloqueestásintentandoexplicarme. Se inclina hacia delante y posa su mano morena sobre la mía. Está a punto de decir algo. Pero algoloimpulsaacallar. —Mañanalohabréolvidadotodo—leconfieso. Leentrahipo.Losdosnosreímos. Luegodice: —Quizásealomejor.Yohablodemasiado. —Conquemeexplicaraslarelación,creoquetodoestomepareceríabastanteemocionante. —¡Claroqueesemocionante!—Midiscretohalagoledevuelveelentusiasmo—.Lacosaesque lainfluenciadeloseseniossobreelcristianismoparecesermuchomayordeloquesesupone. —Noteníaniideadequehubieraningunainfluencia. Bajalavoz,comosiquisieradesvelarunmisterio. —Muchos piensan que partes del Nuevo Testamento proporcionan una imagen desvirtuada e idealizadadelfundamentoreligiosodelcristianismo. —Bueno…—Mehagoelentendido,comosiestuvierametidoeneljuego—.Deesoempiezaa haceryamuchotiempo.Quizánotengatantaimportancia. —¡PeroseguimosviviendoenarmoníaconelespíritudelaBiblia! —PorquemuchoscreenqueeslapalabradeDios—apuntoyo. —YporquelaBibliaesellibromásinspiradorquejamássehayaescrito. —Yelmásbello. —Unaguíaenlavidayenlamuerte.Enlamoralyelamoralprójimo.Un ABCdeladignidad humanayelrespeto. —Grandespalabras… —Ungranlibro—afirmaPetercondevoción. Losdosmiramosalaire,frenteanosotros.Losfocosocultosdeltecholanzanrayosplateadosa travésdelabrumadehumodetabaco.Lasvoces,larisa,lamúsica…todoesonoesmásqueuna paredderuidoquenollegaaalcanzarnos.Peterapagaelcigarrilloenelceniceroyposaenmíla mirada. —Pero¿deverdadeslaBiblialapalabradeDios?—inquiereconsorprendenteintensidad. —Amínomepreguntes. —¡Dios no escribió ni una palabra! Los veintisiete textos del Nuevo Testamento fueron seleccionadospormediodeunlargoydolorosoproceso. —¿Conintervencióndivina? —Merefieroapeleaspurasyduras. Meechoareír,peromereprimoaldarmecuentadequenoestábromeando. Sellevalacopadecoñacaloslabios,laolfateaybebe.Cierralosojosunmomento.Dejalacopa concuidadosobrelamesa. —Loquenopasó,claro,esqueungrupodeescritoressagradossesentaraaredactarlaBibliade una sola tacada. La Iglesia evaluó muchos escritos a lo largo de los siglos. Algunos fueron rechazados, otros, incluidos. Es importante saber que la canonización de los textos sagrados tuvo lugar al mismo tiempo que una lucha de poder, de la que fue parte, dentro del seno de la Iglesia y tambiénfueradeél,eneldebilitadoImperioromano. —¿Unaluchadepoder?Suenafrío. —Pero recuerda que la Iglesia era una tenaz participante en la pugna por el poder cultural, políticoyeconómicoenelvacíoquedejótrasdesíelImperioromano.—Petermiraasualrededor, mediosonriendo—.SilacaídadelImperioromanonohubieracoincididoconladivisiónentrelos judíosyconelsurgimientodeunareligióncompletamentenueva,elmundotendríahoyunaspecto muydistinto. —Nunca había pensado en eso —admito—. Nuestra civilización es una ensalada de valores y costumbresromanos,griegosycristianos. —SivolvemosallugaryalpapeldelaBibliaentodoesteproceso,pasaroncasicuatrocientos años entre el nacimiento de Jesús y la consolidación de la Biblia que tenemos hoy en día. Pero incluso muchos de los textos que fueron incluidos en el Nuevo Testamento, y que hoy son absolutamentecentrales,fueronmuypolémicos. —¿Quiéndecidiótodoeso? —Lossacerdotes,porsupuesto.LaIglesiaprimitiva. —Loscuras… —Másbienlosobispos.Querecibíansuautoridaddirectamentedelosapóstoles. —¿ComoelPapa? —Elmismoprincipio.Losobispossepelearonconintensidadporloquedebíaserincluidoenla Biblia.ElconjuntodelostextosqueconstituyenhoyendíalaBibliafuereconocidoenlossínodosde Romadelañotrescientosochentaydos,deHiponaenelañotrescientosnoventaytresydeCartago en el trescientos noventa y siete. Desde luego no fue Dios quien ensambló la Biblia. Fueron los obispos. Y más tarde la comunidad de creyentes. Los protestantes, por ejemplo, no reconocen algunos de los textos del Viejo Testamento, a diferencia de los católicos. La Iglesia protestante se atiene a un canon del Viejo Testamento que compusieron sabios hebraicos en Jamnia en el año noventa. Sólo aceptaron los treinta y nueve textos que estaban escritos en hebreo y en territorio palestino. El canon de la Iglesia católica y romana fue traducido al griego en Alejandría, Egipto, doscientos años después de Cristo y contiene cuarenta y seis escritos. A esa versión es a la que se refiereelNuevoTestamentoenmásdetrescientasocasiones.¡Ynisiquierahemosmencionadoaún losescritossagradosdelosjudíos! Noconsigocontenerunasonrisa. —Meimaginounmontóndegordossacerdotesincluyendoyexcluyendocondescendientemente manuscritosbíblicos. Peteraspiraentrelosdientesfrontalesproduciendounruidodesagradable. —Unaideavulgarizadaysimplificada.Perohayalgodeverdadenella. —Hombrespoderosos. —Poderosos, calculadores, determinados. ¿Qué motivos tenían? ¿Eran creyentes? ¿Eran cristianos? ¿Eran charlatanes que usaban la nueva fe como lanzadera para sus ambiciones personales? —¿Porquépreguntas?Saliócomosalió. —PorquelacuestiónessilostextosdelaBibliaproporcionanunaimagenrepresentativadela enseñanzadeJesús. —Loharán,¿no?Alfinyalcabo,loponeenlaBiblia. —Hummm.PeroimagínatequelaselecciónyorganizacióndetextosdelNuevoTestamentofuera elresultadodeunprocesopolítico.Unapiezaenlaluchaporeldominio.AlpocodemorirJesús,la Iglesia ya se dividió en congregaciones y sectas con visiones teológicas muy distintas. Y piensa, además, que los escritos seleccionados al final eran los que convenían a las ambiciones de los obisposylaIglesia.¿Queporquépregunto? Intentodigerirloqueestádiciendo.Unaincipientesospechasemehaarraigadoenelvientre.No consigoasirladeltodo.PerosemeantojaquePeteresjudío.QueelInstitutoSchimmeresjudío.Y quealgodelcofredelmonasteriodeVaernevaaconfirmarlacomprensiónjudíadelahistoriadela Biblia. —¿MeestásdiciendoquelaBibliadesvirtúaloquerealmentesucedió?—inquiero. Haceunruidolargoysilbante. —Pregunto…Mepreguntosilaseleccióndelostextosbíblicosproporcionaunaimagencorrecta ycompletadelaenseñanzadeJesús.Preguntosialguienteníanecesidaddeadaptarlanuevareligión detalmodoqueencajaraconlosobjetivospersonalesdelosobisposylaIglesia. Meencojodehombros. —Muchos dirán, a pesar de todo, que la Biblia es un libro sobre cómo concebían los judíos la existenciaysucontemporaneidad. Peteragarrasucopadecoñac,perocambiadeidea. —Paranoolvidarunconjuntodereglasdevida—dice. Apuro mi propia copa y me levanto. Estoy cansado. Ya he oído suficiente historia de la Biblia. Ahoraquierodormir. —Personalmente —digo—, estoy inclinado a considerar el cristianismo como una superstición dedosmilañosdeantigüedadprovenientedeOrienteMedio. Unolorpeculiar,comoapapelyacarameloquemado,llenalabibliotecadelInstitutoSchimmer. Esprontoporlamañana.Laluzdeldesiertocaehaciadentroatravésdelascúpulasdecristaldel techoydescansasobrelashilerasdeestanteríasenformadecolumnastorcidas.Elpolvoflotapor encima de fila tras fila de libros y cajas repletas de manuscritos en papiro, pergamino y papel. Un pelotón de investigadores y estudiantes está sentado con la espalda encogida sobre las mesas: americanosdepelolargo,judíosortodoxos,mujeresconchalycoleta,enérgicosasiáticos,pequeños hombres con gafas que muerden con frenesí sus lápices. De pronto me doy cuenta de que encajo comounapartenaturaldeesteentornoligeramenteexcéntrico. LacoleccióndelibrosymanuscritosestásobretodovinculadaaOrienteMedio,AsiaMenory Egipto. Hay secciones enteras de tomos en idiomas cuyos símbolos ni siquiera soy capaz de interpretar.Lacoleccióndelibrosespecializadoseninglésessorprendentementepequeña. Y por todas partes hay mujeres y hombres encerrados en sus propios mundos de extrañas especialidadesyámbitos,personascuyaidentidadconsisteenserelmayorexpertomundialentemas delomásoscuros:tablasescritassumerias,losauténticosautoresdelPentateuco,lainterpretaciónde los mitos babilonios antiguos, y la influencia de los rituales mortuorios egipcios en los dogmas precristianos. Deambulo por este éter de saber como un aturdido colegial que no sabe muy bien dóndemeterse.Yonosoyexpertoennadadenada.Y,abatido,empiezoaasombrarmeantenuestra infinitaansiaporconocerelpasado.Deprontomeheconvertidoenunarqueólogoquesepregunta porquénecesitamossabertantosobreelpasado,cuandohaytantascosasqueignoramosdelmundo actual. No descubro a Peter hasta que casi choco con él. Está buscando un libro de puntillas en una seccióndeestantesmarcadacomo«Mitologíaantigua:Egipto-Grecia». —Uy—digo. Nos saludamos. Me sonríe inescrutable, como si encontrarse conmigo siempre lo llenara de alegría. —Graciasporlodeayer—diceguiñándomeunojo. —Graciasati. —¿Quétalestásdeforma? Loúltimodebedeserunabroma.Quizápiensequeestoyunpocopálido. Nosalejamosparanomolestaraquienesestáninmersosensuslibros. —¡Meduelelacabeza!—exclamaconunasuspirofingido. Nosparamosjuntoaunestanteconmicrofilmes.Nosmiramostentativamente.Comodosamantes quesepreguntancómodeenseriosetomóelotroeldíaanterior. —Mecontastealgo—digo,tanteando. —¿Eso hice? Vaya, vaya. Seguro que te conté demasiadas cosas. Se me suelta tanto la lengua cuandobebo…Tengoquepedirtequeguardestodoloquehedichocondiscreción.—Conunarisa silenciosa,mirahacialabiblioteca—.¡Ven! Me coge del brazo y me conduce a través de un laberinto de pasillos, me hace subir escaleras, bajarlasycruzarpuertashastaquellegamosaunpequeñodespachoconsunombreenlapuerta.Es un recinto estrecho y alargado, atiborrado de libros y pilas de papeles. Ante la ventana cuelga una persiana.Unventiladorgiraeneltecho. Suspirasatisfecho. —¡Aquí!Aquísehablamejor—dice,ysesientaenunasilla. Yo, por mi parte, me dejo caer en un puf al otro lado del escritorio. Tengo que luchar para adoptarunaposturaqueseamínimamentecómodaynodeltodoindigna. —¿Yquéesloquecontienenesosmanuscritosqueestáisanalizandoaquí?—pregunto. —Detalles.Detalles.Detalles.Tediréunacosa:empleamoslamayorpartedeltiempoenrepasar denuevoviejosmanuscritos. —¿Denuevo?¿Porqué? —Porque hemos aprendido. Porque sabemos más que los que leyeron y tradujeron los manuscritosporúltimavez.Losleemosytraducimosconelsaberactual.¿Cómodeprecisassonlas traduccionesdelostextosbíblicos?¿Puedeelsaberactualarrojarnuevaluzsobrelacomprensióny la interpretación de los textos antiguos? ¿Influye el hallazgo de nuevos manuscritos, como los del MarMuerto,ennuestroentendimientodelostextosbíblicoshalladoshacemástiempo? —Preguntassinparar. —Y estoy buscando nuevas respuestas. La traducción de textos de varios miles de años de antigüedad tiene tanto que ver con nuevas versiones e informaciones como con la lingüística y la comprensióndelaslenguas. —¿Yquizátambiénconlafe? —Desdeluego,tambiénconlafe. —¿Quépasasiencontráisdatoscapacesdehacerquesetambaleelafe? Memiraalosojos.Alaluzquedejanpasarlaspersianas,medoycuentadeloturbioquetieneel blancodelosojos. —¿Porquécreesquelohacemostodocontantosecreto?—pregunta,contenido. Meretuerzoenunintentobastanteinútildesentarmemásaltoenelpuf. —Permíteme que te ponga un ejemplo —dice Peter—. ¿Separó Moisés las aguas del Mar Rojo con ayuda de Dios, para que los israelitas fugitivos pudieran salvarse y el ejército del faraón se ahogara al volver las aguas a su lugar? —Coloca los codos sobre el escritorio, junta las manos y apoyalabarbillacontralospulgares—.Elinstitutohaempleadovariosañosenestudiarelmitode Moisésylaseparacióndelasaguas.Nuestroslingüistasdescubrieronunposibleerrordetraducción, odeinterpretación,delafrasehebraicaYamsuph.Quesignifica«unlugartanpocoprofundocomo paraquecrezcaeljunco».Yamsuph—repitelentamente. Intentoimitarlo,perosuenaaerrordepronunciación. PetersacaunatlashistóricodeunaestanteríaybuscalaSdeSinaí. —Antiguamente, el golfo de Suez se extendía mucho más hacia el norte. —Levanta el libro y señala el mapa—. Y toda la zona era de poca profundidad y estaba cubierta de juncos. Nuestros investigadores,unequipointerdisciplinardelingüistas,historiadores,geógrafosymeteorólogos,se agarraronaesedetallelingüístico.Averiguaronquelosisraelitaspodríanhabercruzadoelmarjunto aloquehoyendíallamamosellagodeBardawil. Presionaeldedoíndiceconfuerzasobreelpapel.Yoentrecierrolosojosmientrasmeorientoen lageografía. —Hicimos pruebas con una serie de modelos en nuestros simuladores de datos. Aquí las condiciones del fondo son tales que, si el viento tuviera la fuerza suficiente, si soplara el tiempo suficiente,seríacapazdeapartarlostresocuatrometrosdeagua.—Conlasyemasdelosdedoshace como si apartara el agua—. De ese modo Moisés habría podido cruzar el casi seco fondo marino. Pero… —prosigue, elevando el dedo índice— o bien cuando el viento amainara o bien cuando cambiara de dirección, las masas de agua volverían a raudales. —Con un golpe seco, estampa la palmadelamanosobreelatlas. —¡Hala!—exclamoyo.Nocreoquesuenemuycientífico.Peronosemeocurreotracosa. Satisfechodesímismo,Peterserecuestaenlasilla. —O el diluvio universal. ¿Qué pasó en realidad? Nuestros arqueólogos, paleontólogos y geólogoshanencontradopruebasdequeunasinundacionesexpulsarondelMarNegroaunacultura deagricultores,hacemásdesietemilaños. —Yo creía que el diluvio universal afectó a los asentamientos que había entre el Tigris y el Éufrates. —Bueno,ésaesunaapuestatanbuenacomocualquierotra.Aquítodosebasaenaventurar.En hipótesis.Perohemosreconstruidoloquepasóestudiandofuentesantiguas. —¿Cuáles? —Bueno,muchas.LaBiblia.Lastablasdeescrituracuneiformedecuatromilañosdeantigüedad, la epopeya de Gilgamesh, la colección de textos hindúes del Rig-Veda. Y otros documentos transmitidos,peromenosconocidos. —¿Yquéesloquehabéisaveriguado? —Empecemosconlosgeólogos.Encontraronsedimentosdeanimalesdeaguasaladadesietemil añosdeantigüedadenelMarNegro.Sehabíansedimentadoconrapidez.Comoporunainundación. Recuerda que el Mar Negro tenía originalmente agua dulce, era un lago interior, separado del MediterráneoporunalenguadetierrajuntoalestrechodelBósforo.ImagínatecómoelMediterráneo fuepenetrandopocoapoco,conintensidadcreciente,lafrágilbarreradetierra.Hastaquelareventó. ¡Quémajestuosodebiódeser!Unmarqueinundaotro…Elestruendodelasmasasdeaguadebióde oírse en quinientos kilómetros a la redonda. A los dos mares les llevó trescientos días nivelar sus aguas. El Mar Negro se elevó ciento cincuenta metros. Pero como se trata de un territorio tan enorme,lasfértilestierrasdecultivodelnortedebierondeinundarselentamente.Díaadíalagentese vioempujadatierraadentroporlacrecida. —Todaunaexperiencia.—Meestremezco. —Yahorallegamosalsiguienteindicio.Loshallazgosarqueológicosmuestranqueunacultura agrariamuydesarrolladaapareció,justoenesosmomentos,enEuropadelEsteyEuropaCentral. —¿RefugiadosdelMarNegro? —No sabemos. Pero es probable. El ámbito lingüístico apoya una suposición de ese tipo. Casi todas las lenguas indoeuropeas provienen de una lengua original que relata el mito de una terrible inundación.Esosrelatospasarondebocaenbocahastaquefueronescritosdosmilquinientosaños mástarde,cuandosurgiólalenguaescrita.Creemosqueésepuedehabersidoelorigendelmitodel diluviouniversalbíblico. —¿Elmito?CreíaqueloquemásospreocupabaerademostrarquelaBibliatienerazón. Haceunamuecaincomprensible. —NodigoqueDiosnometieramanoenesto. Selevantadepronto,laclasehaterminado,yvolvemosalabiblioteca.Ningunodelosdosdice nadaporelcamino. —Hablamosmástarde—murmuradándomeungolpeenelhombro,yseva. Yomequedoindeciso,soloyaturdidoportodaslasinsinuacionesveladas. SobrelacrestadePotalaondeabaundragónsolitario. Siempre me he sentido atraído por los monasterios. El silencio, la contemplación, la atemporalidad. La música suave. La cercanía a algo mayor, inaprensible. Pero no hay nada en el InstitutoSchimmerquemelleveasentirqueestoyenunmonasterio.PiensoenPotala,elmonasterio deLhasasobreelquecorrenmuchosmitos,consustechosycúpulasdoradas.Enmarcadoentrelas altas cumbres del Tíbet. «Sobre la cresta de Potala ondeaba un dragón solitario». De ese modo tan intenso acaba, el libro que me proporcionó mi primer encuentro con la vida en un monasterio. La Bibliahippy,Eltercerojo,de1956,esunaautobiografíaescritaporellamatibetanoLobsangRampa. Unseductorrelatosobrelavidaenyentornoalosmonasteriostibetanos,unaexistenciaqueincluía estudios,vuelosamarradosadragones,oraciones,filosofíayviajesastrales.Grandefuemisorpresa alaveriguarqueLobsangRampanoeraenabsolutounpequeñomonjetibetanoenvueltoenlostrajes del Este, sino un larguirucho inglés con acento de Devonshire, fascinado por la música new age muchoantesdequeelconceptosehubieseinventadosiquiera.Nosóloseveíaasímismocomoun lama tibetano en el cuerpo de un inglés, sino que sostenía también que los gatos se han encarnado desdeotroplanetaparaobservarnos.¿Estanraroquenopuedasoportaralosgatos? Estoysiemprealertacontralasilusiones.Todoaquelloquenoescomonosloimaginamos.Hay algo que no consigo asir en el Instituto Schimmer. No tiene por qué ser muy importante. A veces tambiénhayalgoquenoconsigoasirenmidespachodelaColeccióndeObjetosAntiguos.Oenmi pisoalamanecerdeundomingo. Despuésdelasiestamequedomuchoratoescribiendoenmidiario.Megustaelruidoquehaceel bolígrafoalrasparcontraelpapel.Escomooírlospensamientos.Unodemispensamientos,queestá ahoraraspandoelpapel,esqueelInstitutoSchimmeresuninstrumentoparaMacMullin.Puedeque seaunparanoico.Peroporlomenossoyterco. Dejoquemisreflexionesseadentren,divagando,enunnebulosobosquedepreguntasymiedos. Sielinstitutotieneraícesjudías,quizáquierapublicarelcontenidodelcofreparadesvelardeunavez por todas que los cristianos se equivocaron. Pero si el instituto es cristiano, quizá lo que quiere es destruirelcontenidodelcofreparaprotegerlafe,laIglesiayelpoder.Elbosquesemequedaalgo grande, la niebla es demasiado espesa. Aquí hay mucho donde elegir. ¡Dos conspiraciones por el preciodeuna! Porlanoche,apesadumbradopormispropiospensamientosforzadosymisabsurdasideas,bajoala recepciónyentroenelbar. No veo a nadie que conozca. Pero pocos minutos después llega Peter apresuradamente. Nos saludamos y encontramos una mesa detrás del piano. El camarero está atento. Viene con café, té y coñacantesdequenosdétiempoapedirlo.Peteralzalacopaybrinda. —¿Podríapreguntartealgo?—ledigoconcautela,bebiendosorbitosdelcoñac. —Claro. —¿Quécreestúquecontieneelcofre? —La reliquia de los secretos sagrados —dice lánguidamente, con respeto. Frunce el entrecejo, pensativo—. Como todos los mitos, es un retorcimiento de la verdad. A lo largo de los siglos, la Iglesiahamaquilladolahistoria.Comoacostumbra. —¿Quépiensastú? —En uno de los manuscritos que hemos revisado aquí, y estamos hablando de textos del siglo tercero,seinsinúaqueJesúselCristodejóunacoleccióndetextosqueélmismoescribióodictó. —¿Loestásdiciendoenserio? —Mmm. —¿Quétipodetextos? —¿Cómovoyasaberlo?Nadieloshaleído.Alfinyalcabonoesmásqueunahipótesis. —Pero¿quéponíaenelmanuscritoenqueloleíste? —Se apunta que puede tratarse de un conjunto de reglas de vida. De mandamientos. Nuevos mandamientos, si quieres. El manuscrito estaba en un ánfora sellada en una cámara mortuoria egipcia. Hemos retenido la información. Hasta que la comprendamos mejor. Al principio no entendimos el alcance de lo que habíamos descubierto. Pero más tarde caímos en la cuenta de su relaciónconelcofresagrado. —Esincreíble. —El Vaticano perdió los nervios cuando les llegó la noticia. Una delegación papal vino a visitarnos.Peronuncalosimplicamosenesto.ElVaticanotienemuchasconsideracionesqueatender. Laverdadsóloesunadeellasy,paradecirlocomoes,bastantesecundaria.AhoraelVaticanoestáa la deriva, sabiendo que nosotros sabemos algo, pero no exactamente qué. No están del todo entusiasmados. —¡Espera! ¿Estás diciendo que el cofre de oro que encontramos en el monasterio de Vaerne puedecontenerunmanuscritodictadoporJesús? Peterabrelosbrazosdeparenpar. —Todoesposible.—Memiradereojo. —¿PuedeserelVaticanoelquehalanzadoasusagentessobremí?¿Ensupersecucióndelcofre? —¿Agentes?—Seríe—.ElVaticanotendrásusmétodos.Peroseguroqueestátanacostumbradoa queloobedezcanquenodebedesabermuybiencómotrataraquienseniegaaactuarcomoéldice. No,nocreoqueelVaticanovayaporti. —Siesemanuscritoexistiera,aunquesólofueraenteoría,¿nodeberíasabersemássobreél? —Anoserquealguienhayaqueridomantenerloensecreto. —¿Porqué? —Supongoqueesopuedesimaginártelotúsólito. Ledoyuntragoalcoñac. —Sería fantástico —digo—. Datos religiosos desviados… Datos que transformarán nuestra comprensióndelcristianismo. —Unaideaamenazadoraparamuchos. —¿Amenazadora? —La noticia más llamativa de la historia del mundo. Mayor que el aterrizaje en la Luna. El evangeliopropiodeJesús. Laideahacequelacabezamedévueltas.Anoserqueseaelcoñac. Elbardelabibliotecacierraalasonce.Losinvestigadoreseficientesseacuestanpronto.Almenosen el desierto, donde los pecados no esperan haciendo cola. Salimos flotando a la recepción, con su brillantesuelodemármol,casivacía.Peterestáalgobebido. —¿Tomamosunpocodeairefresco?—pregunta. Ledigoquemeparecebuenaidea. Fuera está todo completamente oscuro, se ven las estrellas. El aire tiene una fragancia dulce y espinas de frío. Peter me enseña las instalaciones, subimos la colina y nos adentramos entre las higuerasylosolivos.Nosabrimospasoaladébilluzdelcieloylasventanasiluminadasdelinstituto. Amedialadera,nosparamosbajounárbolqueextiendelasramassobrenosotroscomountecho. Lacortezaestáagrietadaporlasgarrasdelossiglos.Lalunabrillaenlahojarascacomounfarolillo japonés. El aire del desierto, sorprendentemente fresco, tiene un efecto embriagador. Como si a la vueltadelaesquinahubierauncactusburlónsoltandogasesyjugosnarcóticos. —En tiempos hubo aquí un oasis natural —dice Peter. Inspira hondo por la nariz, como para saborear los aromas—. Fueron los monjes quienes plantaron los árboles. Y los cuidaron. Es un milagroquepuedacreceralgoaquífuera. —¿Quiéneseranlosmonjes? —Ungrupodejudíosycristianos.Disidentes,rebeldes.Queríanencontrarunanuevacomunidad. —Seríe;larisatieneuntintevenenoso. Mimiradabuscaenlaoscuridad.Desdeaquíelinstitutopareceunanaveespacialqueharealizado unaterrizajeforzosoyestáalrojovivo,derritiéndosesobreelpaisaje.Comosifuerauntrucode cineencargadoconantelación,unaestrellafugazcruzaelcielo. —¡Quévisión!—digo. —Estrictamente no es más que un grano de arena que se prende al entrar en contacto con la atmósferaterrestre. Todoestáoscuro,negro,ensilencio.Elambienteprovocaenmílaconfianza. —¿Quiéneres,Peter? Conunasonrisa,sesacaunapetacadelbolsillo.Desenroscaeltapónymeofrecelabotellaplana ycubiertadecuero. —¿Enelcontextogeneral? —Empecemosporahí. —Nadieenabsoluto. Bebo.Elcoñacarrastraunacolaardientetrasdesí. —¿Yenuncontextomenor?—Ledevuelvolapetacatitubeando. Petertomauntrago,seestremece,luegootro. —Enuncontextomenorsoylaabejamáshacendosadelpanal—exclama. Nosmiramos.Élmeguiñaunojo,comosisedieracuentadequesurespuestanoesenabsoluto unarespuesta. —Parecessabermuchosobreelcofre. —Sonteorías—diceenvozbaja—.Soyunhombredeciencia.Mividaessaberesetipodecosas. —Peroloquesabesesmuypreciso. —¿Quiénhadichoquesé?Estoyconjeturando. —Puessigamosconjeturando. —¿Quéesloquetienesenlacabeza? —Sielcofresagradoexistierarealmente,ysifueralareliquiaqueencontramosenelmonasterio de Vaerne… —comienzo, pero me interrumpo para mirarlo—. ¿Por qué sería importante para algunoshacerseconél? —Supongoquemásbienestánalacazadeloquehaydentro. —¿Quiénes? —Puedesertantagente…Investigadores.Coleccionistas.ElVaticano.Agrupacionessecretas. —¿Yporqué? —Imagínatequeelmensajedelmanuscritoesdelicado. —¿Comoporejemplo? —Porejemploalgoquepuedatocarlosdogmas. —¿Dequémodo? —DeunmodotalquelahistoriadelaBibliatuvieraqueserreescrita. —¿Yqué? —Te estás haciendo el tonto. La Biblia no contiene, por definición, ningún error. No se puede corregir. —Pero ¿tendría alguna importancia práctica que ese manuscrito le diera la vuelta a alguna que otraideaprevia? Frunceelentrecejo. —No lo estás diciendo en serio, amigo mío. ¡Piénsalo! Las reglas de vida cristianas podrían derrumbarse.Lafedelagenteempezaríaatambalearse.LaposicióndelaIglesiaseveríaamenazada. Esetipodeminucias. Silbo.Eltonoesfrágilytembloroso. —¡Enelpeordeloscasos!—añade.Levantalapetacaydaunsorbosindesviarlamirada.Traga ruidosamente—.Peronoestoyhaciendootracosaquesuposiciones. —¡Emocionantesteorías! —Lahistoriaesemocionante.Desdeluegotambiénporquelahistoriaesinterpretación. —Interpretarconlosojosdelaposteridad. —¡Exacto!Parasuscontemporáneos,Jesúseraantetodounafigurapolítica. —YelhijodeDios. —Bueno.Hasidomásbienlaposteridadlaquesehacentradoensudivinidad. —¿Laposteridad? —Casi.ParasituaraJesúsenlahistoria,hayquerecurrirtantoalamilenariaesperadelallegada delMesíasdelosjudíoscomoalasituaciónpolíticadeJudeayPalestina.—Selameloslabiosyse lossecaconlamano. —Nosoyexactamenteunexpertoeneso—admito. —El Imperio romano se había vuelto muy poderoso. Judea era una especie de reino local que teníaaHerodescomorey,peroqueenrealidadestabaregidoporRomaatravésdePoncioPilato. Para sus habitantes, Roma era una herida lejana e irritante. La sociedad era una casa de fieras de sectasyagrupaciones,renegadosytraidoresalapatria,sacerdotesyprofetas,bandidos,asesinosy timadores. —Comocualquiergranciudaddehoyendía—digo,cogiendolabotella.Elcoñacsabecaliente, esanestésico. LaexpresióndePeteresdistante,tieneelgestoabsortodequienesestáninfinitamenteinteresados enunasuntoypiensanquetodoslosdemásestánigualdefascinados. —¡Eran tiempos de revueltas! —exclama—. Los zelotes reunieron a los fariseos, los esenios y otrosenunmovimientopolíticoymilitar,coincidiendomásomenosconelinstantedelnacimiento deJesús.Jesúsnacióenmediodeunarevueltadecientocuarentaañosdeduración.Ytodo,todoel mundoestabaesperandolallegadadeunMesías.DeElSalvador.Deunguíapolíticoyreligioso. —Ylotuvieron. —Bueno…—Fruncelanariz—.¿Sí?Busquemosenlalengua,enlasemántica.Ennuestrosdías MesíasySalvadortienenunsignificadodistintoaldeaqueltiempo.MesíasesChristosengriego.En hebreoyengriegosignifica«elElegido».Unaespeciedereyolíder. —¿Lafiguradeunguía? —Exacto.Enrealidad,todoslosreyesjudíosdescendientesdeDavidhabíanllevadoelnombrede Mesías.Inclusolossacerdotesalosquelosromanosdesignaroncomoreyessellamabanasímismos Mesías.SusalvadordebíadescenderdelaestirpedeDavid.ElsueñodelMesíasrayabaenlahisteria. Pero recuerda: no era ante todo una divinidad lo que estaban esperando, sino un rey. Un guía. ¡Un líder!«Mesías»erauntérminopolítico.LaideadelhijodeDios,talycomoconocemoshoyaJesús, lesdebíaderesultarbastanteajena.Creían,encambio,queelreinodeDiospodíallegarencualquier momento. —PeroesenelhijodeDiosenquiencreemosyaquienadoramosennuestrostiempos.Todavía. Cientosdemillonesdepersonas.Enmuchaspartesdelmundo. Peterrecogeunapiedraylaarrojaalaoscuridad.Oímoscómoalcanzaelsueloyrebotaunpar devecesantesdequedarsequieta. —Asíes—dice. Tomountragodelcoñac. —Pero¿ahorameestásdiciendoqueelcofredeoropuedeconteneralgoquehagatambalearse esafe?—pregunto. —Nolosé.¡Laverdadesquenolosé!Quizás…—Inspiraprofundamente—.¿Mepreguntasqué creo?Creoquetucofrecontienealgo… Seinterrumpe,comosisehubieradadocuentadequehayalguienenlaoscuridadespiándonos. Intentovislumbraralgoenlanoche,escucharaversidistingoalgúnsonido,elrocedeunatela,un piecontraunarama.Peronooigonada.MevuelvohaciaPeter.Élmirahaciaotrolado.Lepasola petaca. Le da varios tragos pequeños. Después se refresca la garganta con profundas bocanadas de airefresco. Escuchamoselsilencio. —Hasdichoquecreesqueelcofrecontienealgo… —…quepuedecambiarnuestracomprensióndelahistoria—continúa—.Ydelcristianismo. Yonodigonada.Peropiensoqueeso,desdeluego,explicaríaelhistéricointerésporelcofre. Peterencuentraotrapiedraylatiraalanoche.Quizáshayaestadotranquiladurantequinientos años.Supaseoporlaoscuridaddebedehabersidotodounshock,peroyaestáquietadenuevo.Quizá duranteotrosquinientosaños. —¿Podríasseralgomáspreciso?—pregunto. Élsacudelacabezadeformadébil. —Pero ¿por qué ese manuscrito tiene que ser necesariamente tan importante? —pregunto—. Quizásóloguarde…salmos,poemas,lascartasdeamorsecretasdeunPapa.Oalgoasí. Seechaareír. —Cuandosellevaunmanuscritodentrodeuncofredeorohastaelfindelmundo,teaseguroque notieneinstruccionesparalacomprayventadeburros,esoestáclaro. —¿Dequécreesquesetrataentonces? Selopiensa.Mientrasreflexionasobremipregunta,meescrutadescaradamente. —¿Algosobreelcristianismo?—inquiere.Oafirma.Noestoydeltodoseguro. —¿ElmanuscritoQ?—tanteo. Haceunruidoaprobatorio. —Quizá.Quizáno.Laverdadesquenomesorprendería.Perotengolasensación…;no,nocreo queseaQ. —¿Porquéno?Esocorroboraríatuhipótesis. —Bjørn—mepara—,¿quésabesdelInstitutoSchimmer? Leechounamiradaalpalacioincandescente.Petermepasalabotella.Sóloledoyuntraguito. —La mayor parte de la investigación que realizamos aquí se publica en las revistas más destacadas del mundo. O sale en forma de informes, tratados o tesis doctorales. Pero también llevamos a cabo investigaciones que nunca compartimos con nuestros colegas. Investigaciones que estánreservadasparaunospocoselegidos. —¿Sobrequé?—pregunto. —Sobretextosantiguos. Por suerte no me mira, porque no creo tener aspecto de estar muy impresionado. Creo que esperaba algo más emocionante. Tesoros ocultos. Antiguas tumbas de reyes. Misterios de la Antigüedad nunca resueltos. El secreto de las pirámides. Extraños mapas para llegar a valles apartados e impenetrables donde el elixir de la juventud surge azul y brillante de los glaciares prehistóricos.Miimaginaciónesbastantesimple. —Textosantiguos—repite,ychasquealalengua—,loscódigosdel ADN delascivilizacionesy delsaber,siquieres.Lasfuentesdenuestracomprensióndelpasado.Y,portanto,lacomprensiónde quiénessomoshoyendía. —Pomposaspalabras.Peroentiendoloquequieresdecir. —Manuscritos originales. Registros y transcripciones. Cartas. Leyes y decretos. Himnos. Evangelios. Textos bíblicos. Los rollos del Mar Muerto. Nag Hammadi. Manuscritos que perfectamentehabríanpodidoformarpartedelaBiblia,peroquenuncallegaronaincluirse.Porque alguienquisoquefueseasí. —¿AlguienquenoeraDios? Resopla. —Desdeluego,Diosno. —Sinadiesabeloquehayenelcofredeoro,oloqueponeenlossupuestosmanuscritos,¿por quéloestánbuscandotandesesperadamente? Peteralzalamirada.Elaireestáclaro.Lasestrellassoncomolecheatravésdelahojarasca.Me invadelaideadequelaslucesquebrillanenelcielosonelpasado.Lasestrellasmáslejanasdejaron debrillarmuchoantesdequeseformaralaTierra. Caminamosalgunospasos.Petersesientasobreunapeña. —Sisemepermiteapostar,creoquesetratadetextosbíblicos. Medejocaerasulado.Sientolapiedrafríaatravésdelateladelpantalón. —¿QuieresdecirmanuscritosoriginalesdelaBiblia? —Porejemplo.Obientextoscompletamentedesconocidos,perodetodosmodoscruciales.Olos manuscritos originales de textos conocidos, que demuestran cómo la posteridad ha alterado el contenido. —¿DelaBiblia? Ladealacabeza. —Sí.¿Tesorprende? —Enrealidad,sí.¿Alguiensehaatrevidoaretocarla? —Porsupuesto. Petersacauncigarrilloyloenciende.Lallamadelmecheroformaunmardeluzenlaoscuridad. Presiento enjambres de mosquitos que no estamos viendo. El olor del tabaco expulsa el aroma de árbolesyfloresdeloasis. —LaBiblianoseescribiódeunavez—dice—.LaBibliafueunatareacolectivadecomprensión einterpretación.Unosempezaron.Otrosterminaron.Entretanto,ibanmaquillandolashistorias.— Inhalaysueltaelhumoporlasfosasnasales—.ParaentenderelNuevoTestamento,debemostambién entender la historia. No se puede resolver la Biblia desgarrándola de la realidad histórica en que vivíanlosprofetasyevangelistas. Yogruño.Metomootrotrago.Alguienenciendelaluzdelabiblioteca.Lascúpulasdecristaldel techoofrecenresistenciaabrillarensuazulneón.Comosilostubosdeneónsehubieranquedado profundamentedormidosyseopusieranaserdespertados. —MecuestaverlalíneadeconexiónentrelahistoriadelaBibliayloshospitalariosdeSanJuan —señalo. —Ellos llegaron mucho más tarde. Como administradores y protectores del conocimiento que ocultabaelcofre.Yqueoculta.Loshospitalariostrasladaronsusedegeneralalcastillodecruzados deAcrecuandoJerusaléncayóenmilcientoochentaysiete.Allísequedarondurantemásdecien años.—Vacila—.Nosonmuchoslosquesabenqueloshospitalariossedividieronendosdurantesu estanciaenAcre. —¿Sedividieronendos? Tengolaintuicióndequeesedatoesimportante,peroignoroporqué.Enlaoscuridad,losojos dePetersoncomobrasas. —Puede parecer que carece de importancia. Muy pocos historiadores e investigadores de religiones saben que se dividieron. Y mucho menos por qué. La rama conocida históricamente se trasladóaChipreyaRodas,ymástardeaMesinayaMalta. —¿Ylaotra? —¡Desapareció!Omásbiensepasóalaclandestinidad. —¿Porqué? —Nolosé. —¿Pero? —Podemosespecular.¿Ysilaramaocultaadministraraunsecreto?¿Ysisuúnicafunciónfuera ladetransmitirunconocimiento?Yladecustodiarlo. —¿Yquiénibaaencargarsedetodoeso? —Quizátodavíahayaungranmaestro. —¿Insinúasqueloshospitalariostodavíatienenungranmaestro? —Unoquenoconocennisiquieraloshospitalarios.Ungranmaestrosecreto. —¿Yparaquéloquierensiestansecreto? —Quizá él sea quien custodia el conocimiento del pasado. Quizá sea él quien necesita el manuscrito. —¿Loestáspreguntando? —Estoyconjeturando. —Sabesalgo. Peterarquealascejas. —¿Yo?¿Quéséyo?¿QuénaricespintabanloshospitalariosenlagélidaNoruega?¿Porquése lesocurriríaesconderalgoenunoctógonocercadelfindelmundo? No respondo. Tampoco señalo que sabe lo del octógono. Yo no se lo he mencionado. Debe de estarinusualmentebieninformado. —Quizásetratedeunasinstrucciones—digo. —¿Paraqué? —¿Paraencontraruntesoro? —¿Untesoro?—ParecequePeternomeentiende—.¿Quétesoro? —Bueno…¿Lafortunaolvidadayocultadeladinastíamerovingia? Seechaareír. —¿Asíquetúeresdelosquecreenenesashistoriasdebandidos?¿Delosquecreenquealguna vezenlahistoriahubopersonasquedeverdadescondíansusfortunastanbienquetodavíanosehan encontrado? —Laverdadesqueyonocreonada.Estoyespeculando.Comotú. —Déjame que te diga una cosa: al igual que las teorías históricas sobre conspiraciones de masonesyjudíos,lasleyendasdetesorosdebendeserdelasmásresistentesyduraderasquehay. —¿Entonces?Quizáshayaalgodeverdadenellas. —Elproblemaesquepresuponenqueaunapersonaincreíblementericaseleocurriríaunaidea tan increíblemente estúpida como la de enterrar o esconder una fortuna en vez de entregársela a alguien en quien pudieran confiar. —Sonríe—. ¡Recuerda que la gente rica suele llegar a serlo porqueamaeldineroytodoloqueconlleva!Nadieesconderíasusriquezassincomunicárseloasus másallegados. —Sialguienpudieradescubrirlo,supongoqueseríaisvosotros. Gruñealgoquequizáseaunaconfirmación. Yocarraspeonerviosamente. —Peter,¿tufeescristianaojudía? Tomaaireconunruidosilbanteyesforzado. —Loqueyocrea—diceenvozbaja—notienegranimportancia.Loquemásmeinteresaeslo quesé. Mástarde,unavezvaciadalapetaca,alvolverhaciaelinstituto,Peterestáapuntodecaerseal tropezar con una raíz. Sólo mi rápida intervención evita que ruede por un despeñadero. Murmura unos agradecimientos que o bien van dirigidos a mí o a un Dios cuya llama de la justicia arde en estosprecisosinstantesenelcorazóndePeter. Nosdamoslasbuenasnochesenlarecepción. Estoy borracho y mareado y tengo bastantes náuseas. Antes de hundirme en la cama y dejarme centrifugar por el sueño, me arrodillo ante el inodoro de porcelana blanca (de un modo no muy distintoaldelosmonjes)yvomito. Despuésdetomareldesayuno,tantardequeconciertaverosimilitudpodríasercaracterizadocomo almuerzo—abasedetostadas,huevosrevueltosalgodemasiadocrudos,yogurdeciruelasyzumode naranjanatural—,dirijomispasoshacialabiblioteca.Enelanticuadoarchivoalfabéticobuscohasta encontrarVarna,quemeremiteuncentímetromásatráshastaVaerne,dondeencuentroreferenciasa cuatro libros, y una colección de manuscritos que me cuesta tres cuartos de hora hallar sobre un estanteadosmetrosdelsueloenelalmacéndelsótanodelabiblioteca.Elbibliotecario,queparece haber sido formado en una escuela de suboficiales de Uruguay y estar deseando poder recuperar algunos de los trucos que aprendió en la asignatura optativa Tortura Refinada V-IX, saca los manuscritos de la caja y los deja sobre una mesa cubierta de fieltro. Pero inmediatamente me doy cuentadequenovanaservirmedenada:lasletrassonhebraicas. Pasolasiguientehorahojeandounaobrainglesasobreórdenesdecaballería,enlaquehaymás de doscientas páginas dedicadas a los hospitalarios de San Juan y tres veces más dedicadas a los templarios.Encuentrounatesisdoctoralde1921queanalizalafuerzaliterariadelevangelistaLucas. Según el investigador, el médico Lucas (que probablemente fue compañero de viaje del apóstol Pablo)eslomáscercanoquetenemosaunnovelistamoderno.Lucasescribeconunempujeépico que fue del gusto de sus cultos y sofisticados lectores grecorromanos. En su evangelio, y en los HechosdelosApóstoles,dibujaunaimagendeJesúscomomayestáticoprofetaalmododelAntiguo Testamento.Inspiradoporlospoetasgriegos,lorepresentacomounafiguraheroicaysemidivina. Esoleo. EncuentrountratadodehacesesentaañosqueversasobrelaexposicióndeLucasyJuansobrela ruptura entre el judaísmo y el incipiente cristianismo. Leo que es Lucas quien crea el concepto de «cristianos»ensurelatosobreelsurgimientodelanuevafeenelImperioromano.Leosorprendido que el propio Lucas era pagano y que sus lectores eran, ante todo, personas que se preguntaban si sería posible ser cristiano y, a la vez, un feliz ciudadano del Imperio. Tan pragmática no es la disposicióndeJuan.Másquealrestodelosevangelistas,loqueleinteresaeselespíritu,ladivinidad ylamísticacelestial.Elinvestigador,quesellamaJ.K.Schulzyquesegúnlaportadanacióen1916, destaca el modo en que Juan deja hablar a Jesús en largos monólogos en los que se declara abiertamente como divino. Juan describe cómo los judeocristianos fueron apartados primero de la sinagogaydespuésdeljudaísmo.Peroloquehayenjuegoesmásqueunadisputateológica,según afirmaelautor.Laluchaentrecristianosyjudíosesunaluchaporelpodereconómicoypolítico.En resumen,poreldominio. Mepasohorasmetiéndomeenlospensamientosdeotros,enlasinterpretacionesdeotros.Estoy buscandoalgoquemeayudeaavanzar,acomprender.Peronoséloqueestoybuscandoytampocolo encuentro. Alverqueunodelosordenadoressequedalibre,meapresuroaadelantarmeauninvestigador judío.Elterminalestáconectadoconlabasededatosdelabibliotecaydelinstituto. Meconectoconayudadeunnombrecomúnqueestáescritoconrotuladorsobrelapantalladel ordenador.Elmétodoessencillo:puedobuscarportemas,palabrasclaveyautores. Ysuscombinaciones. Paraempezarporalgúnsitiotecleo«reliquiadelossecretossagrados».Salennueveentradas.La primeraeseltratadodepapá,LlyleworthyDeWitt.Unaráfagadeorgullomerecorrerevoloteando. Luego encuentro un resumen del mito. Después una serie de referencias cruzadas a Bérenger Sauniére,losrollosdelMarMuerto,Varna,laordendeloshospitalariosdeSanJuan,elmonasterio delaSantaCruz,Cambises,Rennes-le-Cháteau,elsudariodeTurín,ClementeIII,Ezequiel,Q,Nag HammadiylabibliotecadelInstitutoSchimmer.Elrestodelosdocumentossobreelmitoestásujeto aunaclavedeacceso. Hay algo en las referencias que despiertan en mí un turbio y desagradable cosquilleo. Como cuandoreconocesenlacoladelautobúslacaradequientehacíalavidaimposibleenlainfancia. Llamo a uno de los bibliotecarios y le pregunto si conoce la clave con la que acceder a los documentosbloqueados.Mepidequemirehaciaotroladomientrasteclealossignossecretos.Luego carraspea.Yomirolapantalla. «Noautorizado.Serequierenivel55»,dicenbrillantesletraseninglés. Merecorreunescalofrío. Camino ensimismado por el largo pasillo que lleva a mi cuarto. La alfombra del pasillo es verde oscura.Mispasos,silenciosos.Mesacolallavedelbolsilloyentro. Loveoenseguida. LapiladepáginasdeInternetestáexactamentedondeladejé.Peroelhilogrisquemetíentredos delashojashadesaparecido.Eltrocitodeceloquepeguéalapartesuperiordelapuertadelarmario sehasoltado.Lacerillaqueintrodujeenelplieguedelamaletaestáenelsuelo. Nomeasusto.Mecabreo.Conellos.Conmigomismo,quenomehedadocuentadequeestánpor todas partes. También aquí. Quizás aquí más que en ningún sitio. Peter Levi puede estar pagado directamente por la SIS, qué se yo. Quizá sea el asistente personal de Michael MacMullin. Quizá Llyleworthestésentadoenunahabitaciónllenademonitoresyaltavoces,espiándomeconlaayudade suscámarasdevigilanciaysusmicrófonos.YseestáriendodelasmentirasquemecuentaPeterpara velarloquecontieneelcofre. Me vuelvo hacia el techo y amenazo con el puño al poder superior. Por si me está vigilando a travésdeunalenteinvisible. Sehanderespetarlascostumbrespropias.Inclusolascostumbresqueaunolecuestamantener.Me gustadormirlasiesta.Inclusocuandonohecomido.Esunmododedesconectarelcerebro. Apagolaluz,corrolascortinasbeisymemetoenlacama.Meechoencimalasábanafrescay rígida.Meencojohastaformarunapelotadepiernas,pielypelo. Duermodoshoras.Lossueñosnomedejantranquilo.Sonrápidos,intimidatoriosyturbadores. Mesientorodeadodeenemigosqueseríendemícondesdén.EntreellosveoalprofesorArntzenya mamá.AMacMullinyaLlyleworth.ASigurdLolandyapapá.Cuchichean,insinúan,seríen.Perose apartanydesaparecenenlabrumadelsueñocuandointentoacercarmeaellos. Aldespertar,mesientocomosiestuvieraagujereado. Como si todo lo que tengo dentro estuviera a punto de derramarse por el suelo. Necesito tres cuartosdehoraparaquelaconcienciavuelvaasímisma. Cuandoaparezcoentradalanoche,PeterLevimeestáesperando,medioocultoentrelassombras delbar.Susojosreflejanlaluzdelavela.Alzalacopadecoñacenseñaldesaludo.Losaludoconla mano. —Nopodemosseguirviéndonosdeestemodo—bromeo,ymesiento. —¿Hasencontradoalgointeresantehoy? —¿Yvosotros? Actúacomosinoentendiera. —Acabodeecharmelasiesta—digo. —¿Tantarde? —Duermocuandotengosueño,nocuandomelomandaelreloj. —Peroentoncesnovasapoderdormirporlanoche—señala,velandopormí. —Nopasanada.Cuandomemuera,nohabrádefaltarmeelsueño. Seríe. —Ayerdijistealgoquemeparecióinteresante—digo. —Bueno,¡esoespero! —AlgodequelaBibliaeraunproceso.Yquehuboquienmaquillólashistorias. Mecogebajoelbrazo. —Nomegustahablardeestascosasaquídentro.¡Haymuchosoídos! —¿Nopodríamosvolveralaarboleda?Allíestoyagusto. Vacíasucopadecoñac.Sinmediarpalabra,noslevantamosysalimosdelbar.Tengolasensación dequecienmiradasmeardenenlanuca.Peroalvolverme,noveoanadieobservándonos. Pasamosporencimadelosadoquinesylaplazaasfaltadaynosadentramosenlaarboleda.Todoestá ensilencio.Empiezoasentirmeencasabajolascopasdelosárboles. —Paraentenderelhilodemispensamientos—dicePetercuandocaminamosladeraarriba—,hay queentendereltiempoqueestásestudiando.Supongoquelamayoríatieneunaimageninteriordelos tiemposdeJesús.PeroestáteñidaporlaversióndelaBiblia.YenelNuevoTestamentotodogiraen tornoaCristo. —¿Ynoeraasí? —Jesús vivió en tiempos turbulentos. Y las cosas no mejoraron cuando desapareció. Los evangeliosfueronescritosmuchodespuésdequeJesúsvivieraymuriera.Relatabanloqueleshabía sidorelatadoaellos.Reescribieronlasfuentesescritas.Perotambiénellos,loscronistas,eranhijos desutiempo.Tocadosporsuscircunstancias,porelespíritudesuépoca. Nosayudamosapasarsobreuntroncoderribado.Tienelasramasllenasdehojassatisfechasque parecenseguircreyendoquetodoandabien.Petersesacuderestosdecortezadelpantalónantesde seguiradelante. —Tenemosquevercomopuntodepartidalasublevaciónjudía—dice—,lacaídadeJerusalény la destrucción del templo. Y el sentimiento que embargaba a los judíos tras la humillación que representó la derrota. Los rebeldes más enconados huyeron al castillo de Masada. Cuando los soldadosromanosporfintomaronelcastillo,noencontraronanadie.Anadieenabsoluto.Todosse habíansuicidado,mejoresoquesometersealosromanos.Así,Masadallegóasimbolizarelhonor judío. —¿Apesardequeperdieran? —Sufrieronunaderrota,escierto,pero,detodosmodos,unaderrotallenadeorgulloyarrojo. Erandemasiadopocos,losromanoserandemasiadofuertes.Peroelfracasodelarevueltasembróla dudatantoentrejudíoscomocristianos.Necesitabanrespuestas.Jerusalénestabadestruida.Eltemplo estaba en ruinas. ¿Dónde estaba su Dios? ¿Qué quería Él? ¿Qué opinaba Él? Al no contar con el templocomolugardereunión,laviejacastadesacerdotesperdiólabasedesupoder. —Peroalguienestaríapreparado. —Desde luego. Los fariseos, es decir, los rabinos. Ellos llenaron el vacío que dejaron los sacerdotes.Fueronlosrabinosquienescondujeronaljudaísmoporsudirecciónactual. —¿Yloscristianos? —Losnuevoscristianosseguíanperteneciendoaljudaísmo.Yestabanaúnmásaturdidos,sicabe. ¿Dónde estaba el reino de Dios que les habían prometido? ¿Dónde estaba el Mesías? Ésas eran las preguntas que intentó responder Marcos. Redactó su evangelio en el año setenta. Cuarenta años despuésdelacrucifixióndeJesús.Fueélquienescribióelprimerevangelio,aunqueestécolocadoel segundoenelNuevoTestamento.Perocuandolohizo,habíanpasadoyacuarentaañosdelamuerte deJesús.Esoesmuchotiempo. Nosdetenemos.Peterenciendeuncigarrillo,logirahaciasíycontemplalabrasaaltiempoque dibujacírculosenlaoscuridad. —Durante aquellos años, la historia de Jesús era transmitida en forma de narraciones orales e himnos—continúa—.Enlaspequeñascomunidadescristianasserelataba,alaluzdelashoguerasy las chimeneas, lo que se les había relatado a ellos. Algunos alteraban un poquito las historias. Quitabanalgo,añadíanalgo.ContabanlasparábolasylosmilagrosdeJesús.Repetíansuspalabrasy susacciones.Loquecompartíaneranrecuerdos,perocoloreadosdeesperanzasysueños,deanhelos históricosdelpasado.Hechosfundidosconleyendas,mitosehimnos. Enalgúnsitioanomuchadistancia,comienzaafuncionarelgeneradoreléctricodelsistemade riego. —MuchosinvestigadorespiensanqueMarcosescribíadesdeRoma;otros,quedesdeAlejandríao Siria.PerotodosestándeacuerdoenquetantoMarcoscomosuslectoresestabanenelexilio,fuera desupatria,quehablabangriegoyque,porlotanto,noconocíanbienlascostumbresjudías. —¿Erancasicomoextraños? Asiente,pensativo. —Enciertomodo.Esaspersonasestabanbuscandosusraíces.ElevangeliodeMarcosfueescrito justo después del fracaso de la revuelta. ¡Imagínate su estado de ánimo! Estaban desesperados. ¡Indignados! Necesitaban volver a creer, necesitaban esperanza. Muchos de ellos habían sentido el abusodelosromanosensupropiocuerpo. Unaagradablebrisarecorrelaarboleda.Arrastraconsigovagosaromasqueduranteunmomento enmascaraneloloratabacoperfumado. —De acuerdo con el espíritu de sus tiempos, dibujó una imagen de Dios misteriosa, divina. En Marcos,Jesúsnoesunrevolucionario;encambio,paramuchoslofuehastalarevuelta.Jesústenía unadimensiónmásprofunda.Unacualidadquehageneradoloqueloshistoriadoresdelareligión llamanelmisteriodelMesías. —¿Quéquieresdecir? —Lagentedebeintuir,peronocomprenderquiénes.Envuelvesuidentidadenniebla.SóloJesús sabeloqueJesústienequehacer.SumisiónenlaTierranoesladeobrarmilagros.Enaqueltiempo losmilagrosnoeranmásqueloquehacíacualquierhombresabio.PerosóloJesússabíaqueerael hijodeDios.LlegóalaTierraparasufrirymorir.Parasalvaralahumanidad. —Noespocacosa. Peter sostiene el cigarrillo entre las puntas de los dedos e inhala el humo con los ojos medio cerrados.Abajo,enelinstituto,veoqueenunahabitaciónseenciendelaluzyenotraseapaga.Intuyo unasombratrasunacortina.Petersacasupetacaymelatiende.Laharellenado.Bebountragode coñacyseladevuelvo.Elmirahaciaelfrente,bebeunpoco,melapasadenuevoydice: —Mateo tenía un círculo de lectores completamente distinto al de Marcos. Mateo era un judío cristianoqueescribiósuevangelioquinceañosmástarde.HabíaleídoaMarcoseincluyólamayor parteensutexto.LoslectoresdeMateosonjudíosycristianosdesutiempo.Hanhuidoapueblosdel nortedeGalileayelsurdeSiria.Tambiénallílosrabinossehanhechocongranpartedelpoder.Los cristianos son una minoría. Para Mateo es importante destacar que Jesús es tan judío como cualquiera. No es una casualidad que abra con la tabla genealógica de Jesús, que se remonta hasta Abraham.AunqueesunaparadojaquesealalíneadeJosélaquesigue,yaquenoseconsideraque JoséseapadredeJesús. Nosreímosquedamente. —Mateo intenta crear una imagen de Jesús al modo de Moisés. En su obra, Jesús habla a su pueblo desde una montaña, como Moisés, y se le atribuyen cinco sermones como ése, que se corresponden con los cinco libros de Moisés. Yo diría que Mateo quería que sus lectores creyeran queJesúseraaúnmásgrandiosoqueMoisés.SilosfariseosdestacantantoenMateo,sedebeaque sonprecisamentelosfariseosquienesindignanasuslectores.Traslarevuelta,supodercreció.Los fariseosyloscristianosseestabandisputandolaevolucióndeljudaísmo. Peterhaceunabrevepausaysuspira.Mirasucigarrillo,aplastalabrasaentrelasyemasdelos dedosytiralacolilla. —Fueotrainsurrecciónlaque,deunavezportodas,separóajudíosycristianos—prosigue—. Sesenta años después de Masada, otro popular revolucionario judío, Bar-Kochba, lideró una nueva revuelta contra los romanos. Se decía descendiente del rey David y se llamaba a sí mismo Mesías. Losjudíosempezarondenuevoamoverse.¿Eraélaquienhabíanestadoesperando?¿Habíallegado por fin su Salvador? Fueron muchos los que se reunieron en torno al nuevo héroe. Pero no los cristianos. Ellos ya tenían su Mesías. Bar-Kochba condujo a sus partidarios a unas cuevas no muy alejadas de Masada. Los romanos encontraron el escondite y lo sitiaron. Algunos de los judíos se rindieron.Otrosmurierondehambre.EnlacuevadelosHorrores,losarqueólogoshanencontrado recientemente cuarenta esqueletos de mujeres, niños y hombres. En la cueva de las Cartas se encontraroncartasdeBar-Kochbaquemuestranqueaúnteníalaesperanzadepoderaguantar.Esono fue lo que ocurrió. Con Bar-Kochba murió también la fe de los judíos en la llegada de un nuevo Mesías. —¿Yloscristianos? —SeguíanaguardandoquevolvieraJesús,talycomohabíaprometido. —Pero¿nopasónada? —Nadadenada.Tantoentrecristianoscomoentrejudíos,laesperanzadelReinodeDiossetornó más abstracta, más espiritual y menos concreta. Se puede decir que el cristianismo tiene dos fundadores: Jesús, con su enseñanza cálida y, en realidad, sencilla. Después el apóstol Pablo, que transformóaJesúsenunafiguradivinaymitológicayañadióasudoctrinaabstractasdimensiones religiosasyespirituales. —PerosiJesúsnoeramásqueunafigurapolítica,desapareceelfundamentodelcristianismo. —Yunadelasvigasmaestrasdelaherenciaculturaldelacivilizaciónoccidental. Conesetipodepensamientosnosquedamoscontemplandolaoscuridad. Algoempiezaapitar.Alprincipionoentiendoquéesesesonido.PeroprovienedePeter. —Eselbusca.—Sonríeamododeexcusa.Losacadeunbolsillorebeldeyentrecierralosojos paraleerelmensajesobrelapequeñapantalla—.Hacefrío—dice—.¿Volvemos?Nosdatiempoa beberalgocalienteantesdequecierren. Conlamiradafijasobreeloscurosendero,bajamosconcuidadohaciaelinstituto. —¿Creesqueseráalgoasíloquepodríarevelarelmanuscritodelcofre?¿Algoquepuedeponer lafiguradeJesúsbajootraluz?—inquiero. —Noesunasuposiciónnadainverosímil. —Mepreguntoquéserá. —Eneso—diceriéndose—,creoquenoestássolo. Larecepciónestácalienteyacogedora,llenaderuidos.MúsicayvocesdelaCámaradeEstudiantes. Unteléfonosuenaimpaciente.Traselmostrador,unaalarmapitadecididamenteporlobajo. Petermemeteenelbarymeencargaquepidamientrasélseocupadealgoimprescindible. —Lavejiga—susurraarqueandolascejas. Acabandeservirelcaféyeltécuandovuelve.Sucaratieneungestoextraño. —¿Ocurrealgo?—pregunto. —Nadadenada. Melanzosinrodeos: —Peter…¿ConoceslaSISdeLondres? —Porsupuesto. Queloadmitamesorprende.Pensabaqueseguiríahaciéndoseelignorante. —¿Porquélopreguntas? —¿Quésabesdeellos? Arquealascejas. —¿Quéquieressaber?Financiangranpartedenuestrainvestigación.Colaboramosestrechamente envariosproyectos. —¿Estoyyoimplicadoenalgunodeellos? —Nosabíaqueestuvierassiendoinvestigado. —Almenossoyobjetodeatención. —¿PorpartedelaSIS? —Desdeluego. —Qué curioso. Van a organizar una conferencia aquí el fin de semana. Nuevos conocimientos sobreetimologíaetrusca. —Quécurioso—repito. —¿Porquéestáninteresadosenti? —Esoyalosabes,hombre.Estánbuscandoelcofre. —Ah,ya.—Nodicenadamás. —Yempiezoaentenderporqué. —¿Hascontempladolaposibilidaddequepuedantenerlegítimoderechoareclamarlo? Loheestadoesperando.LaseñalquemostraraquetambiénPeteresmásqueuncasualsatéliteen órbitaentornoamiexistencia. —Quizá…—concedo. —Supongoqueloúnicoquepretendenesestudiarloquehaydentrodelcofre. —Seguro. —Parecesescéptico. —Estánintentandoengañarme.Todos.Tútambién,supongo. Loslabiosseleretuercenenunasonrisa. —¿Asíqueestoesunasuntopersonal? —Unasuntopersonalengradosumo. El camarero que nos ha traído el café y el té se nos acerca con una nota que le entrega discretamenteaPeter.Élleechaunamiradayselameteenelbolsillo. —¿Estápasandoalgo?—pregunto. Élmiralacopasinpestañear. —Eres duro de pelar, Bjørn Beltø. —El tono parece de admiración. Y por primera vez casi consiguepronunciarcorrectamenteminombre. —Noereselprimeroquemelodice—apostillo. —¡Mecaesbien! Al acabar la copa, los ojos se le han vuelto pacíficos y distantes. Después me sorprende al levantarse y desearme buenas noches. Había pensado que se quedaría para interrogarme. O para ofrecerme dinero. O quizá para amenazarme veladamente. En su lugar me da la mano y me la estrechaconfuerza. Al irse, me quedo bebiendo el té tibio mientras contemplo a las personas de mi alrededor; un bulliciotenue,rodeadodehumoyrisas. Avecesparecequetodoslosdemásnosonmásqueextrasentuvida,contratadosparaestartodo el rato donde estés tú, pero sin pedirte cuentas, y que las casas y los paisajes son decorados construidosatodaprisaparaperfeccionarunailusión. Eltétieneenmíunefectoextremadamentediurético.Trasdostazasmeveoobligadoaatravesar elmontóndegente,pasarlasalidadeemergenciaeiralserviciodecaballeros,queestálimpiocomo unapatenayhueleaantiséptico.Intentoevitarvermeenelespejomientrashagopis. Supongo que es pura suerte. Al volver a salir vislumbro, a través de la multitud de brazos y cabezas,alcamareroconversandocontreshombres.Mequedocompletamentequieto.Sialguienme hubiera mirado, habría creído que me había convertido en una columna de sal. Completamente blancoycompletamenteinmóvil. A través de la gente veo a Peter. Veo a King Kong. Y veo a mi viejo y buen amigo Michael MacMullin. Antelaentradaprincipalencuentrounsoporteconmodernasbicicletasdemontaña,queseusan entre los edificios del complejo. No tienen candado. Están para cogerlas prestadas. ¿A quién se le ocurriríarobarunabicicletaeneldesierto? Lalunabrilla.Amialrededortodoesoscuroeinfinito.Intuyolasmontañasenlalejanía,peronocon losojos,intuyounacurvaturaenlaoscuridad.Todoesgrande,llanoynegro.Tengolaimpresiónde que avanzo sobre puro aire. Mi atención alterna entre el cielo que forma cúpulas sobre mí y la proyeccióndelfarodelabicicletaque,temblorosamente,searrastraporelasfalto. Tengofrío.Tengomiedo.Asíescomodebedesentirseelastronautacuando,flotando,sealeja cadavezmásdesunaveespacial. No hay ningún ruido. No hay coyotes ladrando ni lejanos silbatos de tren ni grillos cantando. Todoloqueoigodentrodeestacúpuladesilencioeselsonidodelabicicleta. Lanochenotienefin.Laluzdelalunaesplanayfría.Enlatenebrosaoscuridad,laluzdelfaro delabicicletasevacomiendolalíneacentralmetropormetro. Hacia el amanecer, una raya amarilla se desliza a lo largo del horizonte. He intentado pedalear hastaempezarasudar,perolosdientesmesiguencastañeteandodefrío. Me paro junto a una piedra rojo óxido, sin aliento y tiritando. Me quedo sentado sobre el duro sillíndelabicicleta,disfrutandodelaaurora. Cuandoteníaochoaños,papáyTrygvemellevaronporprimeravezaunasauna.Habíamoshecho unalargaexcursiónesquiandoconunfríointenso,y,cuandomepropusieronentrarenlasauna,fue comosimeinvitaranaparticiparenlosritualessecretosdelosadultos. Mepasélosprimerosminutossentadofirme,buscandoelaire.Luegopapávertióuncazodeagua sobrelaspiedrasincandescentesdelaestufa. Eneldesiertonohayningunapuertademaderaporlaquehuir. Elcalormerodeacomounatoallaempapadaenaguahirviendo.Elaireestácargadoydenso.El calorsemeciñealcuerpo.Meduelerespirar.Losrayosdesolmetaladranyaprisionan. Pedaleoconmovimientosmecánicos.Cadapedaladaesunasuperación.Deprontodescubroque mehebajadodelabicicletayquelaempujoconlamano. Elairevibra.Elcaloresunapareddegomapegajosa. Oigo el coche mucho antes de que aparezca. Por eso me da tiempo a salir de la carretera y a escondermeenunazanja.Algunosminutosmástardepasaatodavelocidad. UnMercedesconcristalestintados. Porsiacaso,yparareunirfuerzas,mequedotiradoenlazanja.Algunavezhuboallíunarroyo. Deesohacemuchotiempo.DebiódeserenlaAntigüedad. Tengosed.Nohecogidonadaparabeber.Nohacíamuchocalorcuandomeheescapado.Creía que me costaría unas cuatro horas llegar desde el complejo hasta la civilización. Cuatro o cinco horaspodríaapañármelassinagua.Esopensaba.Siesqueaesoselepuedellamarpensar. En el lecho seco del arroyo la pizarra y la arena rojiza se distribuyen en capas irregulares. El surcoseextiendehaciaunpeinedemontañasvioletasylejanas.Justodelantedemisojoscorreun insectodelargaspatas.Tieneelaspectodeunamutaciónradiactivaentreunabejorroyunaaraña.Así quehayalguienqueviveporaquí. Elsolmerasguñalacaraylasmanosymepresionaconimpaciencialoshombros.Losrayosde solpesanvarioskilos.Sinohubieratenidolabocatanseca,habríaescupidosobreunapiedrapara versielaguaseevaporaba. Empujo la bicicleta de vuelta a la carretera. Tras apenas unos minutos empiezan a subirme llamaradasporlaespalda.Duranteuntrechoprueboacaminardeladoguiandolabicicleta.Elasfalto estáhirviendo.Voypisandopegamento.Sobrelacarreteravibralabruma.Elcorazónmemartillea. El sudor de la frente se me mete en los ojos. Lentamente el aire va perdiendo oxígeno. Me cuesta respirar, he de concentrarme para no hiperventilarme. A través de la película de lágrimas voy buscando un arroyo, una fuente, algo que dé sombra. El calor me comprime. Los ojos me hormigueanennegro.Lafranjadelavisiónseestrecha.Comocuandomirasmalatravésdeunos prismáticos. Pero la sed todavía no me ha llevado a la locura. ¡Si por lo menos se me hubiera concedidounaalucinación,unafatamorgana,uncoloridooasisdelpatoDonald!Perotodoloque veoesunyermomardepiedras,calorymontañaslejanas. Arrodilladosobreunasrocasjuntoalbordedeunahondonada,queenalgúnmomentopudoseruna fuentedeagua,vuelvoenmí.Labicicletahadesaparecido. Melevantoaduraspenasymequedotambaleándomeybuscandoelcamino,labicicleta,algoen lo que pueda fijar la mirada. Tengo la lengua encajada en la garganta, hace ruidos secos y chasqueantes.Micabezaestáapuntodereventar.Estoymareado.Tengonáuseas.Peronosalenada. Mecaigoderodillasyjadeo.Mirohaciaarriba.Elsolardeenblanco. Después,yanorecuerdomás. 6 ELPACIENTE Me han taladrado el cráneo con una clavija, me han untado la cara con sosa cáustica y han introducidomismanosenjarronesconlavahirviente. Oigolaspulsacionesdeunaparatoelectrónico.Elsonidoevocalaresonanciadeltictacdelreloj depareddecasa,delpalaciodegrajos.Huecayregular.Larespiracióndeltiempo.Sedescomponía alsonarcadahora. Mamá dejó de darle cuerda el día que enterramos a papá. Inmóvil, llevaba el testimonio de la desaparicióndepapáydesupropiamuerteinteriorysilenciosa. —Bjørn Beltø, ¡eres duro de pelar! La luz es tenue. Inspiro con cuidado, espiro, vuelvo a inspirar. Losdoloresardensinllama. Bjørnillo…,tienesquedespertar…Bjørnillo…,principito… Estoy tumbado en una habitación con techos infinitamente altos. El cuarto huele a viejo. Las paredesestánlimpiasyencaladas.Unagrietafinísimacruzaeltechoconmanchasdehumedad. —¡Despierta!—dicelavoz. Unbiombodetelaverdeclaro,mediotransparente,protegelacama. Alhumedecermeloslabioscortadosconlalengua,semeagrietalapieldesdelacomisuradelos labioshastalassienes.Micaraesunamáscaradeporcelanaquehapasadodemasiadotiempoenel hornoyqueseresquebrajaencuantoalguienledaconlapuntadeldedo. Bjørnillo,¡despiertaya…! En el antebrazo me han abierto una vía. De una bolsa colgada sobre la cama sale un tubo. El líquidosedeslizalentamenteporlasagujasypenetraenmisangre.«¿Elsuerodelaverdad?»,pienso. SodiumPentothal,queengrasaconaceitelaszapatasdefrenosdelamente. Lavoz: —¿Estásdespierto? Nosésiestoydespiertoosiestoysoñando.Quizásestéenunhospital.Parecequehanabarrotado unahabitacióncualquieraconequiposmédicos.Paracuidarme.Oquizáparaengañarme. Alzolasmanosvendadas.Escomolevantardospesasdeplomoardiente.Mequejo. —Autocombustión—dicelavoz. Hayalgoconocidoenella. Dejocaerlacabezahaciaunlado. Leveolasrodillas. Tienelasmanosrecogidassobreelregazo. Comounabuelopreocupado,MichaelMacMullinestásentadoenunasillajuntoalacama.Sus ojosmemirandearribaabajo. —Quemaduras de segundo y tercer grado en las manos, la cabeza y la nuca. Insolación, por supuesto.Deshidratación.Podríahaberacabadomuymal. Jadeo.Concuidadoalzolacabeza.Enrealidad,tengolasensacióndequehaacabadomuymal. Contorpesmovimientosintentoincorporarme.Memareo.Meagarroconambasmanosalostubos deacerodelacama. —Casinoteencontramos. No lleva armas, pero eso no significa nada, claro. Seguro que tienen maneras más humanas de deshacerse de albinos molestos. Como una inyección. O quizá nos aten desnudos a un poste en el desiertoyconvoquenalashormigas. Detrás de la tela intuyo una figura en forma de sombra gris; ligeramente echada hacia delante, escuchando. No creo que hayan transcurrido muchos días. El tiempo vuela cuando te lo pasas bien. Al otro ladodelaventanaelvientosuenaentrelashojas.¿Roble?¿Álamo?Estoytumbadodemasiadobajo parapoderverlo.Peronotoenelcuerpoqueyanoestamoseneldesierto.Elsolesmásbondadoso, laluz,mássuave.Elairehueleaabonoyavegetación. —¿Dóndeestoy?—consigodecir.Eldesiertomehallenadolascuerdasvocalesdearena. —Aquíestásseguro,Bjørn.Notengasmiedo.—Suvozestemplada,suave,cálida. Noconsigoapartarlamiradadelafiguraquehaytraslatela. —Teestándandomorfinaparalosdolores—continúa—.Yunapomadaestupendaabasedeáloe vera.Quizálamorfinateprovoquealgodesueñoomareos. Mientras lo miro, sin responder, los ojos se me cierran solos. Un poco más tarde lo oigo marcharse. Lasombrahadesaparecido. Esa noche bebo algo así como mil litros de agua. Una enfermera viene de vez en cuando para comprobarqueestoybienyquelamorfinafunciona.Funcionaperfectamente,gracias,lasfantasías sondeliciosas,lamayoríaimplicanaDiane. Delirando,esperosusiguientepaso. EsDiane. Unlevetoqueenlapuertamesacadelsoporalamanecer.Buscolaspalabrashastaquerecuerdo que«adelante»sediceigualeninglésqueennoruego. Unavozclarapregunta: —¿Quétalestáshoy? Eltonoescálidoyfríoalmismotiempo—tímido,solemne,vacilante—,comosiyollevarados añosenlaguerraymehubierandevueltoamiamadasinbrazosnipiernas. Dianecruzadirectamentehastalaventana.Allísequeda,casidándomelaespalda.Hacerradolos puñosylosaprietacontraelpecho.Porlaespaldaveoquerespirarápidayhondamente.Oquellora. Ambosesperamosqueelotrodigaalgo. —¿Dóndeestoy?—pregunto. Ellasegiradespacio.Tienelosojosrojosyllenosdelágrimas. —¡Quépintatienes!—dice. —Mediunavuelta.Poreldesierto. —¡Podríashaberacabadomuerto! —Esoesloquetemía.Poresohuí. —Esmipadre. Estátanmonaahídepie…Angelical. —¿Meestásoyendo?¡Esmipadre!—repite. —¿Quién? —¡MichaelMacMullin! Memirolasmanos.Nomelleganiunsentimientoalasuperficie.Nosesueltaniunapalabra.La miro.Ellaesperaquedigalaspalabrasclave.Nolohago.Melimitoaintentarcomprender. —Nolomalinterpretes—diceenvozbaja.Seacerca.Seaprietalospuñoscontraelpecho—.No esloquetúcrees. Mequedocallado. —Fueunacasualidadquenosconociéramos.Túyyo.Quenos…gustáramos.Fueunacasualidad. Me fascinaste. Lo siento… Descubrieron mis búsquedas en el ordenador —explica, y carraspea—. Papámepidióayuda. Finalmentelamiroalosojos. —¿Ylosayudaste? —Nocreasque…—Seinterrumpe,laspalabrasseleagarranalagarganta. Amímecuestarespirar.Elcorazónmelateconmuchafuerza. —YaentiendoporquéteníastantointerésenacompañarmeaNoruega. Elladaunpasohaciamíysepara. —Bjørn,¡nofueasí!Nocomotúcrees.Estodotandifícil…Nopretendía…Noqueríaque…Son muchaslascosasquenosabes.Mucholoquenocomprendes. —Enesotienesrazón. —Nofuenadaplaneadopornadie.Noesqueyohicierauntrabajoparaellos.Túyyo…Lode papáhabríaocurridoencualquiercaso.Sóloquenoslofastidió. —Podríamosdecirloasí. —¿Porquénoseloentregasyyaestá?Elcofre.Notesirveparanada. Ahídepie,Dianemerecuerdabastanteamamá.Tantolafiguracomoelmodoenquegesticula. Escuriosoquenomehayadadocuentaantes. —¿Meodias?—Sesientasobrelacamaymemiraprofundamentealosojos. —¿Noestásescuchandoloquedigo?—preguntacontenida.Parecequenopuedesoportarloque hahecho—.Losayudéparaacabarconesto.¡Porti! Digiero las palabras una a una. Como irresistibles canapés untados de veneno de efecto lento. Estudiosusojos.Paraversilodicedecorazón.Osidisponedeunarsenaldeclichésyfraseshechas paracasoscomoéste. —Perohayalgomás…—añade. —¿Sí? —Nosotros… —¿Qué? —Túyyo…—empiezaotravez. —¿Quéintentasdecirme? —Bjørn,nosotros… Cierralosojoscontantafuerzaquedalaimpresióndequelesestáexprimiendolaslágrimas. —¿Diane? —¡No…aguanto…más!—Cadapalabraesunparto. Poso mi mano vendada sobre la suya. Juntos escuchamos nuestras respiraciones. El ruido del aparato.Fueraoímosuntractorlejano.Elvientoacaricialashojas.Alguienestádandomartillazos. UnaVespinoconundefectoenelsilenciadorarrancay,lentamente,esabsorbidaporelsilencio. —¿Nopodríasasumirqueestotequedademasiadogrande?—preguntacondelicadeza. —¿Quéestáshaciendoaquí,Diane? —Fueronabuscarme. —¿ALondres? —Metrajeronenavión. Loslatidosdelcorazónresuenanenmirespiración. —¿Quéesloqueestápasandoenrealidad? Ellahacealgocurioso.Seechaareír.Hipidosderisaclarosyaltos.Albordedelahisteria.No entiendoloqueleocurre.Perosemepega.Sonrío,yconlarisasemeenciendetaldolorquemedeja amodorrado. Cuandovuelvoadespertar,Dianehadesaparecido. Mástardelaenfermeraregresaconunainyeccióngigante.Seríealvermigestodepánicoyme tranquilizaconlamano. —¡Medicina!—diceenmalinglés,señalandolabolsasuspendida—.Buenaparati,oui? —¿Dóndeestoy? Ellaintroducelajeringuillaenelgrifodeltuboymuevelacabezaparareconfortarmemientras inyectaellíquido. —Porfavor,¿dónde…estoy? —¡Sí!¡Sí! Sigoconlamiradalacorrienteamarillentaquesedeslizalentamentehaciaeltubodelbrazoyme borralosdoloresylaspreguntas. MacMullinvuelveavisitarmeporlatarde.Lapomadaylasmedicinaspalianeldolor,perolapielme escuece y me pica, y la morfina me deja el cerebro como una aguachirle por la que flotan los pensamientos. —¡Ah!¡Tienesmuchomejoraspecto!—exclama. Mentiras. Acercalasillaalbordedelacama. Intento incorporarme. La piel se me ha quedado dos tallas demasiado pequeña. A pesar de la membranadeentumecidaindiferenciadelaanestesiademorfina,noconsigoreprimirungemido. —Setepasará—dice—.Elmédicoaseguraquelasquemadurassonsuperficiales. —¿Cuándopodréirmeacasa? —Encuantoestéslobastanterecuperado. —¿Noestoyprisionero? Seríe. —Supongoqueprisionerosestamostodos.Perotúnoeresmiprisionero. —Quisierapensarunaseriedecosas. Sepasalosdedosporelpeloplateado. —Imaginoquetúnuncahacesnadaapresuradamente,Bjørn. —Bueno,puedoserespontáneo.Almenosunpoco.¿DóndeestáDiane? —¿Diane?—Lamiradaseleoscurece.Nodicenada.Abrelaboca,perovuelveacerrarla.Intento leerleelrostro. —Yaséqueeressupadre. Norespondeenseguida.Escomosituvieraquepensárselo. —Sí—dicealfinenvozbaja.Suenaasuspiro.Comosinoestuvierasegurodeltodo. —Esoexplicabastantescosas. Meclavaunamiradahosca. —¡Escucha!¡Ellanuncatehahechonadamalo!¡Nuncatehatraicionado!¡Nunca! —Ella… Alzalamanoparafrenarme. —Nomás.Ahorano.—Unpensamientoqueevidentementelehacegracialeanimalacara.Los labios se le mueven en silencio, medio sonriendo. Embrujado, contemplo su cambio de escena interior.Escomoescucharaescondidasunaconversaciónquemantieneunermitañoconsigomismo —.Somosunpardecabezotas,Bjørn. —Hablaportimismo. —Noquieressoltarelcofrehastaquehayasexprimidomisconocimientos. —Noestuconocimientoloqueestoybuscando,MacMullin. —¿Quéesentonces? —Sólolaverdad.Sobreelcofre.Sobreloquehaydentro. Memiraalosojosyrespiracondificultad. —Paraprotegeresesecreto,amigomío,lagentehadadolavida. —Aveceseresunpocomelodramático. Suexpresióndesorpresaseresuelveenunarisaalegreycantarina.Lasofensasnuncalehacen mella. Para aquellos de nosotros que usamos la ironía y el sarcasmo como arma, se trata de una cualidadinsoportable. —Resulta curioso ver cómo dos testarudos como tú y yo estamos tirando de cada uno de los extremosdelacuerda.Yoquieroelcofreparaprotegersusecreto.Ytúnoquieressoltarlohastaque sepasloqueoculta. —Novayasacreerquemedaspena. —Tampocoteloestoypidiendo. —Dime,¿porquéibaacreerte? Ladealacabezaamododepregunta. —Mehashabladodeunamáquinadeltiempo,MacMullin.Winthropasegurabaquesetratabade unanaveespacial.Peternoparadehablardesusetéreasteoríasteológicas.¿Quéhedecreer?¡Estáis mintiendo,todos! Memiraduranteunbuenrato.Susonrisaessocarrona. —Queríamosaturdirte—confiesa. —Pueslohabéisconseguido.¡Felicidades!Misióncumplida.¡Estoyaturdido! —Nadadeloquehacemossucedesinsentido. —¡Tejuroquemelocreo! —Perointenta,siesquepuedes,entender.Laideanuncafuequeelcofreacabaraentusmanos. No eres más que un factor molesto, Bjørn. No debes juzgarnos porque hagamos lo que sea para recuperarlo. —¿Loquesea? —Yasabesaloquemerefiero. —Claro.Queríaisaturdirme… —… Y darte una explicación que nadie fuera a creer si la contabas. Pero que de todos modos fueratanfantásticaquepudierajustificarnuestrosesfuerzosparasalvarelcofre. —¿Salvarlo?Perosilotengoyo. —Justo. Selevantaymecogeconcuidadolamanovendada.Memiralargorato.Alfinalhedeapartarla vista.Élseinclinasobremíymeacariciaelpelo.Parecequetienelágrimasenlosojos.Debedeser porelreflejodelaluz. —¿Quiéneres?—pregunto. Mirahaciaotrolado.Nomeresponde. —Enrealidad—insisto—.¿Quiéneresenrealidad? —Prontosesepararánnuestroscaminos.Parasiempre.TúvolverásaOslo.Dicenquedentrode unpardedíashabráspasadolopeor. —¿Quiénlodice? —Tedaránunapomadaparaquetelalleves.Paraaliviarelescozoryelpicor. —Québien. —Nosencargaremosdeconseguirteunavión. —¿Quiénes? —Eresunescéptico,Bjørn. —Noestoyacostumbradoaquetodoelmundovayapormí. —Quizánovayanporti. —Ja,ja. —Quizávayanporalgoqueestáentupoder. —Quizásestédispuestoadesprendermedeello. —¿Aquéprecio? Resultatentadordecirdiezmillonesdecoronas.UnFerrari.UnasemanaenlasMalvinasconuna danzarina peruana que lleva toda la vida teniendo pecaminosas fantasías con un albino. Pero me conformoconesto: —Unaexplicación. —¿Quéesloquequieressaber? —Laverdad.Nosólounapartedeella. —¿Aúnnoloentiendes? —No.Hayquiendicequelosalbinossomosalgocortosdeentendederas. Seríesinalegría. —¿EselmanuscritoQ?—pregunto. Arquealascejas. —¿Q?¿Enelcofre?Seríaunadecepción.Claroquenopodemosdescartarnada. Lomiro,peronotieneningunaintencióndecontarmenadamás. —Hayotracosaquequierosaber—digo—.Algocompletamentedistinto. —¿Dequésetrata? —LarelaciónentrelamuertedemipadreyladeDeWitt. —Nohayninguna. —¡Cortaelrollo!Todoestárelacionado. —Murieron. Ninguno de ellos fue asesinado. Casualidades, mala suerte, circunstancias. Todo el mundomuereantesodespués. —¿Porquéestástansegurodequenofueronasesinados? —Los conocía a los dos. Incluso estaba presente cuando murió DeWitt. Estábamos realizando unasexcavacionesenSudán.Yoteníalateoríadequeelcofrepodríahabersidoenterradodurante unacampañaalolargodelNilo.Charlesestabacompletamenteconvencidodequemeequivocaba,de queelcofreestabaenterradoenNoruega.Tropezó.Unaestúpidainfecciónenunaherida.Estábamos enlostrópicos,amuchadistanciadetodaposibleayuda.Lascosasacabaroncomoteníanqueacabar. Peronadielomató.Ynadiematóatupadre. —Estásmuyseguro. —Dejadescansarlasviejashistorias. —¿Cómomuriópapá? —PregúntaleaGrethe. —Yalehepreguntado.Noquieredecirmenada.¿Quésabeella? —Grethelosabecasitodo. —¿Quésignificaeso? —Tendrás que preguntárselo a ella. Grethe y yo…, nosotros…, nosotros… —Por un instante buscalaspalabras.Despuésrecobraelcontroldesímismo—.Éramosnovios,comoquizásepas.La cosasefuecalmandoconlosaños.Coneltiemponoshicimosamigos.Todoloqueyosésobrela muertedetupadremelohacontadoella. —Grethenisiquieraestabaallícuandosucedió.Peroyosí. —Ellasabe,yporesosabemosnosotros. —¿CómopuedeGrethesaberalgosobrelamuertedepapá? —Eramuyamigadetupadre. —Erancolegas. —¡Yamigos!Amigosíntimos. Meestremezco. —¿Amantes? —No.Peroteníantantaconfianzacomopuedenllegaratenerdospersonas. —Esonuncamelohacontado. —¿Porquéhabríadehacerlo? Mecallo. —Seescribíancartas—diceMacMullin—.Lastenemosenelarchivo.Milesdecartasenlasque plasmaban sus reflexiones y sentimientos. Se podría decir que se usaban el uno al otro. Como amigos,comoterapeutas.Poresolosabemosnosotros. Esanocheduermomal.Lacarameardeyescuece.Cadavezquecaigodormido,medespiertanlos sueñosquellamanalapuertayquierenentrar. Mequedoacostadoenlaoscuridadpensandoenlaabuela.Ellavivíaenelprimerpisodelpalacio degrajos.Porlanocheparecíaunfantasmahuecoquedeambularaporlosrinconesmásoscurosdel lugar. Dejaba los dientes en un vaso de agua sobre la mesilla y llevaba un camisón blanco que arrastraba por el suelo. Cuando mamá y papá salían por la noche, yo nunca quería quedarme a dormirensuoscurodormitorio,entrelosaromasdelalcanforylosbálsamos.Preferíalosmiedos demipropiocuartoylacertezadequeibaaoírmesigritaba. Poreldíaeradulce,alegreydepelocanoso.Ensujuventudhabíasidounabellacantantemuy solicitada. Resultaba difícil imaginar que aquel cuerpo hundido alguna vez hubiera despertado la pasióndeloshombres.Peroseguíanacercándoseleviejosporlacallequelepreguntabansinohabía actuadoenelteatroTívolidespuésdelaguerra.YsereferíanalaPrimeraGuerraMundial. Ensudormitorio,enelcajóndelamesilla,laabuelateníaelprogramadeunarepresentaciónde 1923. Salía una foto oval de ella. No había quien la reconociera. Desde el papel amarillento, resplandecía como una estrella del cine mudo. Debajo de la foto aparecía su nombre de soltera: CharlotteWickborg.Siyolocubríatodoconlosdedosmenoslosojos,veíaqueeraella.Enotros tiempos. No sé gran cosa del abuelo. Había algo tenso y astuto en él. Estaba en los huesos y llevaba los pantalones demasiado anchos, los tirantes se los subían casi hasta el pecho. El aliento le olía a caramelosdealcanforyarapé.Ybajotodolodemás,unfuerteolorabrandyEaudeVie,quebebía de botellas dispersas por escondites que creía que nosotros no conocíamos. Eran reservas imprescindiblesparalaexistenciadelabuelo. Nosécuándomedormíporfin.Peroeldíayaestáavanzadocuandoluchoporcruzarladensa membranadelsueño. Los ojos son cálidos. La mirada alberga una leve comprensión. Las pupilas son como oscuras lagunasdebosque.Mirarensuinteriorescomohundirseenaguatibiayentregarsealalentamuerte porahogamiento.Comosiloúnicoquedesearasenlavidafueraperderteenesosojosycomplacera quientemuestrasucompasiónaldejartemirar. Hedormido.Yhedespertado.Ymeheencontradoconlamirada.Algodemísehaquedadoenla locuradelsueño. MichaelMacMullindice: —Aquíestamosotravezlosdos. Está de pie junto a mi cama, con los brazos cruzados, observándome de un modo que expresa algoquesólopodríacaracterizarcomoternura.Intentodespertar,espabilarme,volverenmídespués delsueño. —Supongoquetehabrástraídounanuevacestadesorpresas. —¡Eresdurodepelar,BjørnBeltø! Algodentrodemísetensa. Mediceconsolemnidad: —Hevenidoporquedeseomantenerunaconversacióncontigo. Fuera es ya por la tarde. O de noche. La ventana está oscura. Una superficie tan negra que la oscuridad podría haber estado pintada sobre el cristal. Aún no sé dónde estoy. Si estoy en la enfermeríadelinstituto.Oenunhospitalenalgunaciudad. —¿Dequéquiereshablar?—pregunto. MacMullinsevuelveyseacercalentamentealaventana.Surostrosereflejaenelcristal,perolas arrugasdesaparecen,losrasgosseborranysesuavizan,pareceunhombrejoven. —¿Algunavezhascargadoconunsecretotanprofundoquequisierasllevárteloalatumba? Piensoenpapá.Enmamáyelprofesor.EnGrethe. Siguedándomelaespaldayhablándoleasupropiaimagenreflejada. —Heheredadomidestino—dice. «Tienequesertodaunacarga—piensoyo—,poresotehasvueltotanpomposoconlosaños». —Mi padre, y todos los padres anteriores a él, custodiaron el secreto con sus vidas. —Se gira hacia mí con un gesto de prevención—: Perdóname si sueno un poco melodramático. Pero es que estonomeresultadeltodofácil. —Sitesirvedeconsuelo,yotampocolohetenidodemasiadofácil. Conunasonrisa,sedejacaerpesadamentesobrelasillajuntoalacama. —¿Cuántohasconseguidoadivinar?—pregunta. —Nograncosa. —EntiendoquehasestadohablandoconPeter. Callo. —Nopasanada—seapresuraadecir—.Nohizonadamalo. —¿Quéhayenelcofre? Tienelabocatanestrechacomounaraya.Susojosalberganalgooscuro,indeterminable. —YosigocreyendoqueesQ—digo. —Quizá.DéjamequeprofundiceenalgunasdelascuestionesqueindudablementePeteryateha desvelado. Cuando los hospitalarios se dividieron en mil ciento noventa y dos, fue a causa de una reliquiaquelaposteridadllamó«Elcofredelossecretossagrados».Elloslallamaban«Lareliquia», sin más. Un objeto sagrado que han intentado encontrar muchos. Reyes y soberanos, príncipes y sacerdotes,cruzadosypapas,deaqueltiempoydelaposteridad. —¿Porquecontienealgovalioso? —Lo curioso es que nadie, al menos muy pocos, ha sabido lo que contenía. Más allá de que el contenidoeraalgofantástico.Algosagrado.Muchoshanespeculado.Algunosllamabanalcofreel ArcadelaAlianza.Cosaqueesmeraficción.NoesmásquemitologizacióndelaEdadMedia. —¿LoqueencontramosenelmonasteriodeVaerneeslareliquia? —Trasladivisióndemilcientonoventaydos,fuelapartesecretadelaordenlaqueasumióel control del cofre. Pero ¿dónde podían esconderlo? ¿En quién podían confiar? Todo el mundo lo estaba buscando. Debían ocultarlo tan bien como fuera posible. Y entonces tuvieron un golpe de inspiración. Se unieron a los hermanos que se mandaron al monasterio de Vaerne. Tres monjes, llamadoslos«CustodiosdelCofre»,losacompañaronallejanonorte.Entotalsecreto.Nadieconocía su verdadera misión. Eran tres monjes muy respetados. Uno de ellos era el gran maestro. Los hermanos con los que viajaban ignoraban que pertenecían a un ala que se había separado de los hospitalarios.Teníanuncometidosagrado.Ynadieleshizopreguntas.Todosaceptaronensilencio quelostresfueranconellosaNoruegayquevivieranenelmonasterioseparadosdelosdemás.Lo únicoqueganaron,aojosdelrestodelosmonjes,esqueordenaronconstruirunoctógonoalque atribuíanfuerzasagrada. MacMullinbajalamirada.Algoenmítiembla.Estamosempezandoaacercarnosaunafuente. —Había un pequeño escollo en ese arreglo —dice—. Sólo los tres monjes sabían dónde estaba oculto el cofre. —Se muerde el labio—. Eso acabó resultando trágico. Uno de ellos murió de una enfermedad en mil doscientos uno. El otro fue asaltado y asesinado por unos bandidos cuando se dirigíaalacatedraldeNidarosenmildoscientostres.Yalañosiguiente,elgranmaestroemprendió viaje para asegurarse de que su sucesor, su primogénito, el siguiente gran maestro, conociera el contenidodelcofreyellugardondeestabaoculto. MacMullintomaaire.Comoporreflejo,sepeinalagriscabelleraconlosdedos. —¿Cómolefue?—pregunto. —El gran maestro cayó enfermo durante el viaje. Lo acogió y cuidó un cura de un pueblo de montañadelnortedeItalia,dondemurióalcabodetansólopocassemanas.Ahílahistoriasebifurca. Algunospiensanquedejóunacarta.Otrospiensanqueloquequeríacomunicarleasuhijolellegóa ésteyalaordenatravésdeunmensajero.Elmensajequeletransmitieronera,dichoconsuavidad, incomprensible.Explicabaquelareliquiaestabaescondidaeneloctógono.Peronadiesabíadóndese hallabaéste.¿Entiendes?NadieinformódequeestabaenNoruega.¡Nadielosabía!Nadieeracapaz de juntar todos los datos. —MacMullin niega con la cabeza e inspira profundamente—. En algún puntodelcursodelahistoria,seperdiólainformaciónsobreelcometidodelostresmonjes.Todo adquirióuntintemítico,demisterio.Loúnicoaloquehapodidoagarrarselaordensecretadurante todosestossiglosesalacertezadequeelcofreperdidoestabaenunoctógono. Yopermanezcoensilencio.Tengolasensacióndequeporfinestoyescuchandolaverdad.Porlo menospartedeella.LapartequeMacMullinquierequeconozca. Élselevanta.Vuelveacolocarsejuntoalaventana. —Hastahoyendíasiguehabiendoungranmaestro—dice. —¿Cómolosabes? Nomerespondedirectamente. —Nadiesabequiénes.Odóndeseencuentra. —DeesemismomodosepodráargumentarafavordelaexistenciadeDios. —Elgranmaestronoesningunadivinidad.Sóloesunapersona. —Perodudoqueseauncualquiera. —Comolosgrandesmaestrosquelohanprecedido,desciendedelprimergranmaestro. —¿Yquiéneraél? —Losancestrosdelgranmaestropuedenrastrearsehastalahistoriabíblica.Hastaunaestirpede antiguaaristocraciafrancesa.Hastaladinastíamerovingia,lafamiliadecaciquesfrancesesquefundó elgranreinofrancoyconservóelpoderhastamediadosdelsiglooctavo. —Québarbaridad… —Pero nadie, Bjørn, prácticamente nadie, sabe quién es. La secta secreta tiene un Consejo compuesto por doce hombres. Esos doce son los únicos que conocen su identidad y le han jurado fidelidad.InclusolospuestosenelConsejosonhereditarios.Losvínculosdesangretienensiglosde antigüedad.¡Bueno,inclusomás!¡Tienenmilesdeaños! Sevuelvehaciamí.Yonodigonada. —El Consejo no está compuesto por creyentes fanáticos —dice—. Es mucho más que eso. Son hombres poderosos. Al igual que el gran maestro, muchos de ellos tienen antepasados reales. Algunossondelanobleza.Sondueñosdeimpresionantespalacios,deenormesáreasdetierra.Todos sonricos.Inmensamentericos.Lafortunadesusfamiliastienesuorigenenlostesorosmedievales delaIglesia.Algunosdeellossonfamosos.Porsuriqueza.Porsusconocimientos. PeronadieajenosabequiénestáenelConsejo,nadiesabeloqueeselConsejo,nadiesabequé secretoocultaelConsejo.Muypocosconocensuexistencia. —¿Ycómosabestútodoeso? —FueelConsejoelque,enelañomilnovecientos,fundóyfinanciólaSIS.Queríanintensificarla búsqueda de la reliquia. Un nuevo siglo estaba despertando. Una nueva época. Comprendieron que necesitaban una herramienta para coordinar todo el conocimiento que estaba disperso entre los diferentesámbitosdeinvestigación,lasuniversidades,loscientíficosylosaficionados.LaSIS. Carraspea, se retuerce las manos. Me doy cuenta, sin poder explicar por qué, de que me está contandolaverdadalmismotiempoquelaestávelando. —De ese modo encontramos por fin la solución —dice—. Después de ochocientos años. Hacía mucho que sabíamos que corrían mitos sobre la existencia de un octógono en el monasterio de Vaerne.Peroapesardedécadasdeestudioseinvestigacionesdecampodesdelosañostreintahasta hace poco, nos fue imposible hallar la más mínima pista que pudiera indicarnos dónde estaba el octógono. Hasta que la tecnología moderna acudió en nuestra ayuda. ASSSA. El año pasado tuvimos acceso a fotografías de satélite que mostraban claramente el lugar donde estaba el octógono: el monasterio de Vaerne. ¡Así de fácil! —Chasquea los dedos—. ¡Metro y medio por debajo de un prado! —Se ríe suavemente—. ¿Puedes imaginar el entusiasmo que nos entró? Después de ochocientosaños,porfinteníamoslaoportunidaddeencontrarlareliquia.Deabrirla.Dequitarleel cofredemaderaysacareldeoro.Deabrirloyverloquehabíadentro. Respirapesadamenteporlanariz. —El resto no fue difícil —continúa—. Conseguimos las autorizaciones para excavar. Recuerda queelConsejodisponedeinfinitosrecursos.Dinero,contactos…EldirectorgeneraldePatrimonio HistóriconoruegoesamigodelaSIS.Comoloeratupadre.ComoloeselprofesorArntzen.Peroni siquieraellossabenniunpoquitodeloqueyotehecontadoestanoche.Eresunprivilegiado. —Estoyinmensamenteagradecido. Algúnpensamientoloinduceareírse,perolarisaestádirigidahaciadentro.Nomemuevo.Es como si no tuviera derecho a estar aquí. Y como si el menor ruido por mi parte, el menor movimiento,pudieraprovocarqueélsecerraraycallara. —Queríamosprocederdelmodocorrecto—dice—.Asíque,evidentemente,nonosnegamosa que fuera un supervisor noruego quien controlara las excavaciones. Un profesor adjunto. Supongo queenrealidadnonospreocupabalomásmínimo.Nuestroscontactosnosasegurabanquenoibaa darproblemas.Unjovencomplacienteydispuesto.Alguienenquienapenasnecesitábamospensar. —Peroenesoosequivocasteis. MacMullin me mira con seriedad. Entonces hace algo inesperado: me guiña un ojo y me da un suavegolpeenelhombroconelpuño. —Sepodríaexpresarasí.Enesonosequivocamos. Unaenfermeraentraconunbacín,perovuelveairseencuantodescubreaMacMullin. —Sigosinentenderquépuedehaberenelcofrequeseataninconcebiblementevalioso—digo—. ¿Oestanatractivoporelvalordeloro?¿Esasídesencillo? —Elcofrenoesmásqueelenvoltorio.Elpaquete. —Entonces… —¡Eselcontenido,Bjørn!¡Elcontenido! —¿Queesqué? —Conocimiento. —¿Conocimiento?—repito. —Conocimiento.Información.¡Palabras! —¿Unmanuscrito? —Quesólotienevalorenlasmanosadecuadas. —¿Quesonlastuyas? —Nisiquieralasmías.Yonosoymásquelallavehacialacomprensión. —Sigosinentenderloqueestásinsinuando. —Piénsalo.¡Unmanuscrito! —¿AsíquesetratadeQ?—Lapreguntamesaleenformadesuspiro.Suenaadecepción.Después detodoloquehepasado,esperabaquefuesealgomásconcreto.LacoronadeespinasdeJesús.Una astilladelacruz. —Unmanuscrito—repitequedamente,conrespeto—.Untestimonioescrito.Perosinlaadecuada comprensión,noesmásqueunapiezahistóricadedosmilañosdeantigüedad.Hayqueleerlocon losojosidóneosparapodercomprenderlo. —Dosmilaños. —El manuscrito estuvo bien cuidado durante los mil años anteriores a su entrega a los hospitalarios de San Juan. Los grandes maestros lo guardaban personalmente en sus castillos e iglesiashastaelsiglocuarto,cuandofueocultadoenelmonasteriodelaSantaCruz.Sabemosque hubovariosintentosderobarelcofre.Elmiedoaquealguienlorobaradebiódeserlacausadeque implicaranaloshospitalarios.Eldesacuerdoentreéstossobreeldestinodelmanuscritofuelacausa deladivisióndelaorden. —¿Elmanuscrito?¿Quécuenta? LacaradeMacMullinparececasitransparente,allídondeestásentado.Bajolapielveounaredde finísimasvenas.Silaluzhubieracaídodeotromodo,tengolaimpresióndequehabríapodidovera travésdeél.Abrelabocapararespirarconmásfacilidad.Cargaconunsecretoquelecuestasoltar. —Dosmilaños…—digo—.¿Mepermitesqueadivine?EstotienealgoqueverconJesús.Conel Jesúshistórico. Suslabiossetuercenenunasonrisa. —EstáclaroquehashabladoconPeter. —¿YahoraquiereshacermecreerquePeternoactuabaatusórdenes? MacMullinsequedamirándome. —¿Yquenomedesvelóexactamenteloquetúqueríasquesupiera?—continúo—.¿Quenome cebócondatosymediasverdades? Conungestocoqueto,MacMullinladealacabeza.Chasquealapuntadelalengua.Perosiguesin responderamisacusaciones. —Creoquetegustaestejuego—digo.Unapizcadeenfadosemecuelaenlaentonación. —¿Juego? —¡Pistasfalsas!¡Mentiras!¡Insinuaciones!Secretismos…Estodounaespeciedejuegoparati.Un concurso. —Enesecaso,túseríasundignocompetidor. —Gracias.Peronuncamehasexplicadolasreglasdeljuego. —Esoesverdad.Perotúnotedejasengañar.Esomegusta. Presionalaspuntasdelosdedosentresí. —Mijovenamigo,¿algunaveztehasplanteadolapreguntadequiéneraJesucristo? —¡No!—semeescapa. —¿Quiéneraenrealidad?—Memira—.¿ElunigénitodeDios?¿ElSalvador?¿ElMesías,reyde losjudíos?¿Oeraunfilósofo?¿Unético?¿Unrevolucionario?¿Unsermoneador?¿Unpolítico? Supongoquenoesperaqueleresponda.Tampocolohago. —Algunosdiránqueeratodoesoymuchomás—dice. —No sé adónde quieres llegar. Peter ya ha repasado esa lección conmigo. Me ha contado y explicado.Nohacefaltaquemelorepitas.¡Vealgrano! Miimpaciencianoloafecta. —¿Porquécreestúquelacrucifixióneselepisodiosingulardelahistoriadelahumanidadque mayorimpresiónhacausadoennosotros? —¡No tengo ni idea! —Casi se lo ladro—. Y, sinceramente, tampoco me preocupa mucho averiguarlo. —Pero¿haspensadoenesoalgunavez?¿Fuelabrutalidaddelapropiacrucifixión?¿Fueporque Diossacrificóasuhijo?¿OporqueJesússedejarasacrificar?¿Porelbiendeloshombres?¿Portu bienyelmío?¿Porlasalvacióndenuestraalma? —MacMullin,yonosoycreyente.Nuncahepensadoenesascosas. —Detodosmodos,nomecabedudadequepuedescompartirtusideasconmigo.¿Quéhuboenla crucifixióncapazdecrearunareligión? —¿QuizáqueJesúsresucitódeentrelosmuertos? —Justo. Exactamente. ¡Todo empieza con la crucifixión! Nuestra herencia cultural occidental comienzaconlacrucifixión.Yconlaresurrección. Intentointerpretarsuexpresión…loquequieredecir,adóndepretendellegar. —La crucifixión… Intenta imaginar el conjunto, Bjørn… —Su voz es tierna, susurrante. La mirada se le llena de imágenes que sólo puede ver él—: Jesús es llevado hacia el Gólgota por sus guardianesromanos.Estáagotado.Tienelapieldelaespaldareventadaporloslatigazos.Lacorona deespinaslelevantalapielylasangreselemezclaconelsudor,dibujándolerayasderojoclaropor las mejillas. Tiene la piel lívida, los labios secos. Los espectadores lo reciben con escarnio. Voces chillonas gritan contra él, con desprecio. Algunos lloran de compasión, le dan la espalda. Los olores…Losoloresdelospradosylasarboledassemezclanconelranciohedordelascloacas,la orina,elsudor,lascabras,elestiércoldelosburros.Sobreloshombros,Jesúsllevaunmaderoenel que tiene atadas las manos. Se tambalea por el peso. De vez en cuando cae de rodillas, pero los soldadosvuelvenalevantarlobrutalmente,conimpaciencia.AlencontrarseconSimóndeCirene,los soldadosobliganaésteacargarconlacruz.Pocodespuéspasaungrupodemujeresllorando.Jesús se detiene, las consuela. ¿Te lo imaginas? ¿Puedes representarte cómo debió de ser? La atmósfera está cargada, eléctrica… Ya en el Gólgota, a Jesús le dan vino mezclado con mirra, que es tranquilizanteyanestésico.Perosólotomaunpequeñosorbo. MacMullinseinterrumpe,tienelosojosdistantes. Estoytumbadoenlacama,ensilencio. —Luegoloclavanalacruz. —Sí—digofinalmente,parallenarelsilencio. MacMullincarraspeaantesdeproseguir: —Alguien ha grabado su nombre en la cruz. «Jesús, rey de los judíos». Mientras aún está colgado,conelrostroretorcidodedolor,lossoldadosserepartensuropaporsorteo.Imagínatelo. Se reparten su ropa. Mientras él está ahí colgado, clavado como la víctima de un sacrificio, siguiéndolosconlamirada.¡Serepartenlaropaentreellos!Luegosequedansentadoscustodiándolo. Enciertomomento,ensudesesperación,élllamaasupadreylepidequeloperdone.Exhausto,con voz casi inaudible, le habla a su madre María, a quien consuelan tres mujeres, entre ellas María Magdalena. Los espectadores, los sacerdotes y los letrados… bueno, incluso los dos ladrones que estáncrucificadosalosladosdeJesús,empiezanaburlarseyaretarloparaquesesaqueasímismo del apuro. Entonces, Bjørn, cae la oscuridad sobre el monte. Quizá sean nubes arrastradas por el viento,quizáseauneclipse.Jesúsgrita:«¡Diosmío!¡Diosmío!¿Porquémehasabandonado?».Un vientocruzaelcampo.Oquizáselcalorvibresinvidasobreelsuelo.Nosabemos.Alguiencogeuna esponjaconvinagre,laamarraaunpaloyseladaabeber.Jesúsdice:«Padre,¡entusmanospongo miespíritu!».Yluegomuere. MacMullin mira el reloj. Sin mirarme a los ojos se levanta y va hacia la puerta. Es pesada. La maderaestádecoradaconcoronasdeflorestalladas. —¿Adóndevas?—gritodetrásdeél. Élabreysevuelvehaciamí. Confuso,lepregunto: —¿Nadamás? —¿Más? —¿Porquémehascontadotodoeso? —Bjørn, reflexiona sobre la siguiente idea… —Duda, mira al vacío—. Imagínate que Jesús no hubieramuertoenlacruz. Unapartedemicerebrocaptaloquedice.Laotraparteseaferraalossegundosanterioresaque pronunciaraestaspalabrasylogradeltodoseguirelinesperadogiro. —¿Qué?—digo,apesardehaberoídoloquehadicho. Sinhacerruido,cierralapuertaymedejaconmispreguntasyconlanoche. ¿Hay, en un punto dado de la vida de un hombre, un punto de inflexión, un momento de tu existenciaenquealgúnsucesoarrojaluzsobretodoloquetehaocurridohastaentoncesenlaviday queiluminaelsenderoquetienesdelante? La vida es un círculo. El comienzo y el final de la vida se encadenan en un punto que las religionesexprimenhastadondepueden. Paralosmayas,eltiempoerauncírculoderepeticiones.Losestoicospensabanqueeluniverso ibaahundirse,peroqueunnuevouniversosurgiríadelanterior. Hastaciertopuntomeconsuelapensarlo. Peroparaloscristianos,eltiempoesunalínearectaeineludiblequeconducedirectamentealdía delJuicioFinal. Elevadoshastaunaperspectivacósmica,todospuedentenerrazón. Yenuncicloinfinitosemejante,aunpobrehombrequemadoporelsol,conlasuñasagrietadasy unabonodemetrocaducado,puederesultarledifícilencontrarsusitio. Haytantosenigmas…Noestoydestinadoaresolverlos.Enelfondonoestanimportante.Enel fondo,supongoquemedaigual. Crepúsculo.Losretalesdelospradosseengarzansuavemente.Rectángulosdecolorestenuesenun puzzle de prados y verde, de amarillo y gris. Las suaves colinas se extienden a lo lejos. Con paciencia, con esmero, los campesinos han ido domesticando el paisaje y han insuflado vida a los terruños.Perohayalgotercoyrebeldeenlafrondosidad.Elpaisajehaluchadoyseharesistido.La montaña se abre paso como un tumor a través de los terruños, agudos peñascos parten la tierra en dos,lospradosestándesgarradosporheridasdepiedra. Contemploelpaisajeatravésdeunaventana.Eslaventanadeuncastillo.Uncastillomedievalde piedra rojiza. Habrá quien lo llame palacio. El marco de la ventana es tan profundo que quepo sentado. Elcastilloseextiendesobreunatupidaloma.Notengoniideadedóndeestoy.Apuestoaqueesla Toscana. ¿O quizá la meseta española? La alternativa es que sea un asilo en el que todo lo que me pasa,todoloqueoigoypercibo,noocurremásqueenmicabeza.Laúltimaposibilidadmeparece, enestosprecisosmomentos,lamásplausible.Ylamástentadora. —¿Dóndeestoy? MacMullinrecibelapreguntaconlascejaslevementearqueadas.Estádepieenlapuerta.Yosigo sentadoenlaprofundidaddelmarcodelaventana.Llevoyaalgunashorasaquí.Peroelpaisajenoha desveladoningunodesussecretos. —Veoquehasconseguidosalirdelacama.¡Mealegraqueestéscaminoderecuperarte! —Gracias.¿Dóndeestoy? —EnRennes-le-Cháteau. Doyunrespingo. Rennes-le-Cháteau.Señorasyseñores,larepresentaciónestáapuntodecomenzar,otrotrozomás deltelónsehalevantado,losactoresesperanentrebastidores,peronuestrohonorableautortodavía tienequeacabardeescribirlaobra. MacMullincierralapuertayentraenlahabitación. —AlestedelosPirineos.EnelsurdeFrancia. —Yasédóndeestá—digoenvozbaja—.Eselpueblodelcura. —Tienesbuenamemoria. —¿Quéhagoaquí? —Tetrajeronaquí. —¿Cómo?¿Porqué? —Enmijetprivado. —Nolorecuerdo. —Estabasinconsciente. —¿Cuántotiempo? —Ciertotiempo.Sevieronobligadosadarteanestésicosytranquilizantes.Despuésdeencontrarte eneldesierto.Estabasalgotransido. —Asíquemedrogaron.Otravez. —Nonosquedabaotraopción. —¡Esunamalacostumbrequetenéis! —Portupropiobien. —¿Porquémetrajeronaquí? —Laenfermeríadelinstitutonoesgrancosa. —Pero¿porquéaquí? —Podíamoshaberteingresadoenunhospitalprivadoenlaciudadmáscercana.OenLondres.O en Oslo, ya puestos. Pero el caso es que te trajimos aquí. Porque queríamos invitarte a Rennes-leCháteau.Amicasa.Notardarásenentenderporqué. —¿Quéclasedecasaesésta? —Paradecirtelaverdad,esuncastillo. —Tupropiocastillitoprivado,¿no? —Unantiguocastillodecruzados,enrealidad.Espropiedaddemifamiliadesdehaceuntiempo. —Yaséaquéterefieres.Mifamiliatambiéntienealgunoscastillosmedievalesporahí. MástardeMacMullinmeconducefueradelahabitación,porunpasilloenpenumbrayescaleras arriba.Caminamosdespacio.Élmesujetaporelbrazo. Alfinaldelasescalerasabreunamacizapuertaynosencontramossobreuntejado,entretorresy capiteles, sobre un estrecho pasadizo rodeado de parapetos. Las vistas son formidables. El aire, opresivoyrepletodefragancias. Contemplamoselpaisaje. —Hermoso,¿no?—preguntaél.Apuntaalsureste—.LamontañaquevessellamaBézu.Allíhay una fortaleza medieval en la que vivieron e impartieron clases los templarios. Aquí hay cientos de iglesias.Muchasdeellasestánconstruidassobretierrasanta.Esprobablequeensepulcrosolvidados descansenapóstoles,profetasysantos.¡Acientos!Haciaeleste—prosigue,volviéndoseparcialmente yseñalando—,estánlasruinasdelpalaciodeBlanchefort.Elcuartogranmaestrodelostemplarios, BertranddeBlanchefort,vivióallíenelsiglodoce. —Tu agente inmobiliario no tendrá problemas para decir que se trata de una buena zona, si algunavezseteocurredeshacertedelcastillo. MacMullinseríecortésmente. —En la Edad Media había aquí mucha densidad de población. Hay quien opina que en torno a Rennes-le-Cháteauvivíancercadetreintamilpersonas.LaregiónestabacercadelMediterráneoylas rutascomerciales,cercadeEspañaeItalia;bueno,eraunapartedeFranciaqueestababienubicada paracasitodo. —¿Pretendesofrecermeelcastilloapreciodesaldo?¿Ointentascontarmealgo? MacMullinseacercaalmuroysesientaentredosalmenas. —Enladécadadelossesenta,unarevistafrancesapublicóunahistoriaquedespertóelinterésde los lectores capaces de leer entre líneas. El artículo contribuyó a que un puñado de escritores seudocientíficos se pusiera a especular sobre los enigmas que podía ocultar esta zona. Esos libros hanatraídoaunnúmerocrecientedeturistas. —¿Enigmas? —LarevistacontabalahistoriadeBérengerSauniére. —Elcura… —UnhombredetreintaytresañosquellegóaRennes-le-Cháteauparaserelcuradelpuebloen juniodemilochocientosochentaycinco. —¿Quépasabaconél? —Eraunmisterioporquéacabóaquí,enunapartadopueblodeapenasdoscientoshabitantes.Le habían augurado un grandioso futuro durante sus estudios. Debió de suceder algo. Probablemente provocóasussuperiores,yaquelomandaronaestelugar. —Bueno,estoesbastantebonito. MacMullinseapoyacontraelmuro. —Entre mil ochocientos ochenta y cinco y mil ochocientos noventa y uno, Sauniére tuvo unos ingresos modestos, lo justo para vivir decentemente. Al fin y al cabo, aquí no había mucho en que gastareldinero.—Leechaunamiradaaldespobladoterritorio—.Sauniéreerauncuramuyactivo. Empezó a estudiar la historia local con ayuda del cura del pueblo vecino, al abad Henri Boudet de Rennes-les-Bains. MeindicaconeldedodóndeestásituadoRennes-les-Bains.Unanubeoscurecelascolinas. —Durante mucho tiempo, Sauniére quiso restaurar el templo. El edificio era del año mil cincuentaynueve,peroyaentonceshabíasidoerigidosobrelosfundamentosdeunaiglesiadelsiglo séptimo.Enmilochocientosnoventayuno,Sauniérediocomienzoalarestauración.Pidióprestada unapequeñacantidaddedineroalacajadelpuebloysepusoenmarcha.Unadelasprimerascosas quehizofuequitarlaspiedrasdelaltar.Entoncesdescubrierondoscolumnas,yunadeellasestaba hueca.Dentroencontraroncuatrorollosdepergaminometidosentubosdemaderasellados.Sedijo que dos de los pergaminos contenían tablas genealógicas. Se dijo que los otros dos contenían documentos transcritos en mil setecientos ochenta por el predecesor de Sauniére, el abad Antoine Bigou. Bigou era también cura de la corte de la familia Blanchefort, que antes de la Revolución francesaeraunadelasmayoresterratenientesdelazona.LosdocumentosdeBigouproveníandel NuevoTestamento.Erancopias.Peroeltextoofrecíaunaspectobastanteabsurdo.Nohabíaespacio entre las palabras, y había letras superfluas resaltadas y esparcidas por todo el texto de un modo aparentemente casual. Como si portaran un mensaje oculto. Algunos de esos escritos que parecían codificados no se dejaban descifrar, ni siquiera con los ordenadores modernos. Tampoco Sauniére entendíaeltextoniloscódigos.Perosíentendióquehabíaencontradoalgoquepodíaserimportante. Lellevólospergaminosasusuperior,elobispodeCarcassonne,quelesechóunvistazoy,porsu propiacuenta,mandóaSauniéreaParísparaquevieraalosreligiososmásdestacados.Sequedótres semanasenParís.Loquepasóallísiguesinestarclaro.Peroelcurapobredepueblofueintroducido en los círculos más exclusivos. Se rumoreaba que entabló una relación con la célebre cantante de óperaEmmaCalvé.Ellavinoaquíaverloenvariasocasionesenlosañossiguientes.Despuésdesu estancia en París, él regresó a Rennes-le-Cháteau y prosiguió con la restauración de la iglesia. Lo inexplicable, sin embargo, era lo rico que se había vuelto. La financiación para renovar el templo habíadejadodeserunproblema.Entablócorrespondenciacongentededentroyfueradelpaís.Se implicó en negocios. Encargó construir una carretera moderna hasta Rennes-le-Cháteau. Compró exquisitas porcelanas, coleccionaba sellos valiosos, reunió una formidable colección de libros. Montó un zoológico y un naranjal. Derramaba dinero y alegría sobre los miembros de su congregación.Recibíavisitasdegrandeshombresdelpaísydelextranjero.Locreasono,hastasu muerteenmilnovecientosdiecisiete,lediotiempoagastarvariasdecenasdemillonesdecoronas. ¿De dónde salía el dinero? Él se negaba a responder. Un obispo joven y desconfiado intentó trasladarlo,peroélhizoalgotaninauditocomonegarse.Fuevíctimademaliciosasacusacionesyse lesuspendiódesucargo.PeroentoncesintervinoelmismísimoVaticanoyvolvieronanombrarlo curadelpueblo.Eldiecisietedeenerodemilnovecientosdiecisietetuvounataque.Murióalgunos días más tarde. Pero, todavía, la gente de este pueblo se pregunta: ¿de dónde surgió su repentina riqueza? MacMullinselevantadelasalmenasyvienehaciamí. —Supongo que intuyes la conexión. Y te estarás preguntando qué contenían los rollos de pergaminoqueencontróenelhuecodelacolumnabajoelretablo.¿Quéponíaenlosdocumentos que llevó a París… antes de que la fortuna transformara al cura de pueblo, que en tiempos fue tan pobre,enunhombrepudienteyconsecretos? —Notengoniidea—digo—.Peroesverdadquemeplanteoesaspreguntas. —Yameloimaginaba.Erescuriosopornaturaleza. —Ysindudaconoceslasrespuestas. Mecogedelbrazocomosiseestuvieramareando,peromesueltainmediatamente. —Peronopiensascontármelo—apunto. —Los pergaminos contenían, de forma codificada, una genealogía, una tabla o un árbol genealógico,siquieres,queseguíalaslíneasdelarealezahastaelcomienzodenuestrocálculodel tiempo.Ycontabantambiéncómohabíandeserinterpretadaslaslíneasgenealógicas. —¿Unatablagenealógicareal? —Nombrepornombre.Reyporrey.Reinaporreina.Paísporpaís.Desigloensiglo. —¿Tieneesoalgoquevercontusinsinuacionesdeanoche?¿SobrelacrucifixióndeJesús? —Ésasupongoqueseríaunaconjeturacompletamenteinsensata. Agarrándomeconfirmezadelbrazo,mellevadevueltahacialapuerta. —Pero los documentos encontrados en mil ochocientos noventa y uno en la iglesia contienen otro conjunto de informaciones más —continúa—. No sabemos de dónde proceden. No sabemos quién guardó esas informaciones ni cómo fueron transmitidas. Pero nos dieron las primeras pistas sobredóndesehabíametidolareliquiasagrada.Nosdieronlaclaveparaseguirbuscando.Yporeso, nueve años más tarde, se fundó la SIS. Resultado directo de la información codificada. Por fin teníamos pistas concretas. Sabíamos más sobre dónde buscar el cofre. Sobre el octógono. Pero, a pesardetodo,nosllevócasicienañoslograrlo. Cierralapuertaconunaenormellave,ylacerraduracrujeporelóxido. —Ensentidoestricto—ledigocuandobajamoslasescaleras—,esalgoprontoparadecirquelo habéislogrado. MamásiempremearrastrabaamisaenNochebuena.EnmediodelPatoDonalddelatelevisiónsueca, llegaba tarareando, con sus pantorrillas de nailon brillante, en una nube de risa y perfume, y empezabaaarreglarseparairamisa.«Lastradicionesnoshacenfalta»,solíadecir.Seledanbienlos tópicos.Nuncaentendióque,paramí,losdibujosanimadoseranunatradiciónmásimportantequela iglesia.Cuandonevaba,lascampanasrepicabanyelvientomovíalasllamasdelasantorchassobre lastumbas;noniegoquelaexperienciageneraraenmíciertoespíritunavideño.Peronotantocomo Donald. Lomismopasabaantesdetodaslasvacacionesdeverano.Peroenesecasobajoladireccióndela escuelainfantil.Engruposporclases,nosobligabanairamisa.Nuncahesidocristiano,perodebajo del imponente retablo en que Jesús abría los brazos, hipnotizado por el órgano, la voz y las amonestacionesdelsacerdote,juntabaobedientementelasmanos.Enmomentoscomoésedespertaba el creyente que hay en mí; una pequeña criatura contrahecha que busca consuelo donde pueda encontrarlo. Eléxtasisreligiosomedurabaunosquinceminutos.Luegoelveranocogíaeltestigo. Más tarde busqué otros modos de paliar los anhelos de la criatura contrahecha. Al hacerme mayor,encontrabaelmismoconsueloentrelosmuslosdeunamujer.Eldeseodeserabrazadoporel calor y la ternura de alguien a quien le importes y que tenga ganas de estar contigo. En toda su patéticasencillez. Estoytumbadoenlacama.Todoestáoscuro.Lacaraylasmanosmeescuecenypican. Elcuartoesgrande,estávacíoysilencioso. Unaideamerondalacabeza.Comounamoscaquenosequedanuncaquieta.Laideaesésta:¿hay sólounaverdad? NoquierocreerenlasconspiracionesdeMacMullin.Mevandemasiadograndes.Sondemasiado irreales. Crucifixión, cruzados, templarios, castillos medievales, dogmas, misteriosos masones, formidables fortunas, tesoros ocultos, secretos atemporales. Ese tipo de cosas no pertenecen a la realidad.Almenosnoamirealidad.¿Deverdadhanconseguidomantenerunsecretodurantedosmil años?Nopuedoconcebirqueseaposible. Enalgúnsitiodelcastillo,aunquecasinoseoye,suenaunapesadapuerta. Capaporcapa,MacMullinvapelandolasmentirasylaspistasfalsasyvasacandoelnúcleoala luz.Pero¿estambiénelnúcleounespejismo? No sé si MacMullin está mintiendo. No sé si él mismo cree estar diciendo la verdad. O si realmentelaestádiciendo. Esomismopensabasiempresobreelsacerdote.Mientrasestabaahísentado,sobreeldurobanco demadera,mirandohaciaelpúlpito,cavilabasobresirealmentesecreíatodoloquedecía.Osial sacerdotetambiénselecolabaladuda,dejándolealgocarcomidalaesperanzadequetodofuera,en latierrayenelcielo,talycomoélpredicaba. Llevo un rato dormitando cuando se abre la puerta y oigo los pasos ligeros de Diane a través del biombo. Debodeestarenvíasderecuperación.Loprimeroquepiensoesquehavenidoaecharunpolvo rápido. Me incorporo sobre los codos. Estoy más que dispuesto a jugar el papel del paciente desamparadoenmanosdelaenfermeravoluptuosa.Enmisfantasías,soypartidariodetodocorazón delamayoríadelosfetichismososcuros. Peroellatienelacaratriste.Sedejacaerpesadamentesobrelasilla.Noquiereencontrarseconmi mirada.Algolaestátorturando. —¿Diane? —Tenemosquehablar. Yoesperounratoaquesiga. —Papámehacontadoque…—comienza.Luegosecalla. Conmovimientoscuidadosos,melevantoymevisto.Sinmirarme,ellamecogedelamano,con ternura, como si tuviera miedo de hacerme daño, y salimos juntos de la habitación, bajamos las escalerasysalimosalaarboleda. Estáoscuro.Unafarolahaatraídounenjambredeinsectosalosquenoquieresoltar.Labrisaes frescaysuponeunalivioparamipiel,quenodejadecosquillearyardertodoelrato.Pienso:«Diane quierecontarmealgoqueyonoquierosaber». Meconduceporunsenderodegravillahastallegarhastaunbancojuntoaunestanqueenelque hacemuchoqueelmusgohatomadoelpoderyacalladolasfuentes.Elaguahueleapodrido. —Bjørn—susurra—.Tengoquecontartealgo. Suvozalbergaalgodesconocido. Me siento en el banco. Ella se queda de pie ante mí con los brazos cruzados. Me recuerda a la hermosaestatuablanca,Lamonjasolitaria,quehayeneljardíndelmonasteriodeVaerne. Deprontoloentiendo.¡Estáembarazada! —Lo he estado pensando —dice. Su respiración es frágil—. Al principio no quería. Pero es lo correctoyloqueestábien.Quetelodigatalycomoes.Quetúloentiendas. Yo sigo callado. Nunca he pensado en mí mismo como padre. La idea me resulta extraña. Entonces tendremos que casarnos. Si es que ella me quiere. ¿Y quiere? Me imagino al feliz matrimonio,BjørnyDiane,rodeadosdepequeñinesgateandoybabeando. Ella me había soltado la mano, pero ahora se sienta y me la agarra con demasiada fuerza. «¿VamosavivirenOslooenLondres?»,piensoyo.Mepreguntosiseráunniñoounaniña.Lemiro latripaplana.Elsiguientepensamiento:«¿Cómopuedesaberqueestáembarazadahabiendopasado tanpocotiempo?». —Algunasveces—dice—,teenterasdecosasquepreferiríasnohabersabidonunca. —Aunque eso no lo sabes hasta que es demasiado tarde. Porque hasta que no sabes, no te das cuentadequenoqueríassaber. Creoquenomeestáescuchando.Laverdadesquehasonadobastantecríptico. —Setratademimadre—añade. Enelaguaestancada,unaranaseponeacroar.Intentoavistarla,peroessólounsonido. —¿Quépasaconella?—pregunto. Dianesolloza.Laranalerespondetentativamentedesdeelestanque. —Escuriosoquetuvieraqueconocerteatiparaaveriguarquiénesmimadre. —¿Quétengoyoquevercontumadre? Dianecierralosojossinresponder. —Creíaquetumadreestabamuerta. —Esocreíayotambién. —¿Pero? —Nuncamedejaronconocerla.Ellanoqueríasabernadademí. —Noentiendo.¿Quiénes? —Quizápuedasimaginártelo.Túlaconoces. Intentoleersurostro. Loprimeroquepiensoes:«¿Mamá?». Después:«¿Grethe?». —¡MacMullinestuvosaliendoconGrethe!—exclamo—.¡EnOxford! Ellasequedacallada. Ahoraesmirespiraciónlaquehaempezadoacornearygolpear. —¿EsGrethetumadre? Laranasehamovido.Elruidoprovieneahoradeotrositio.¿Oquizáporfinleestérespondiendo otrarana? —Hayalgomás.Soylaúnicahijademipadre.Suúnicodescendiente. —¿Y? Sacudelacabeza. —¿Quémásdaesoparanosotros?—digo. —Esolodatodo.¡Todo! —Explícate. —Verás,papánoes… Pausa. —¿Noesqué?—pregunto. —Cuandoélmuera,yo… Pausa. —¿Sí?Cuandoélmuera,¿túqué? Secontiene. —Nopuedoevitarlo.Créeme.Peroasíes. —Noentiendo. —Jamásfuncionaría—dice. —¿Quéesloquejamásfuncionaría? —Tú.Yo.Nosotros. —Chorradas,nohaynadaquenopodamosarreglarentrenosotros. Ellaniegaconlacabeza. —Creíaqueibasenserio,Diane. —¿Sabes…?Cuandonosconocimos,erastandiferente…,tantentador…completamentedistinto detodoslosdemáshombresqueheconocido.Loquesentíaentoncesera…algoreal.Algoqueno habíasentidoantes,nodelmismomodo.Peroluegollegópapáyloestropeótodo. —Perotúseguiste.Fuistepormí. —Peronoparacomplacerlos.Todolocontrario.Paradesafiarlos.Intentacomprenderlo,Bjørn. Siteheusado,hasidopormí.Porrebeldía.Porquemeimportas.Porquequeríademostrarlesqueno soypartedesujuego.Pero,apesardetodo…—Sacudelacabeza. —Podemoslograrquefuncione,Diane.Podemosdejartodoestoanuestrasespaldas. —Nuncafuncionará.Noslohanestropeadotodo. —Pero,detodosmodos,¿nopodríamos…? —No,Bjørn.—Selevantadegolpe—.Asísonlascosas.—Nomemira—.Losiento. Memiraalosojos,sonríebrevemente,contristeza. Luegosedalavueltaybajaatodaprisaporelsendero.Loúltimoqueoigodeellasonsuspasos crujiendoenlagravilla. Al morir papá, hubo muchas discusiones entre mamá y la funeraria sobre si el ataúd debía estar abierto o cerrado en la capilla durante el funeral. El señor de la funeraria nos aconsejaba que cerráramoselataúd.Paraquepudiéramosrecordarlotalycomohabíasido.Sólocuandomamáse negóarendirse,elhombresevioobligadoaponersedesagradable. —Señora,cayódesdetreintametrosdealtura,directamentesobrelaspiedras. Mamánoparecíacomprender.Estabaunpocofueradesí. —¿Nopodríanmaquillarlo?—propuso. —Señora, no lo entiende. Cuando un cuerpo choca contra las piedras tras una caída de treinta metros… Alfinalelataúdestuvoabierto. La capilla estaba adornada con flores, un organista y un violinista tocaban salmos. Junto a una puertatraserahabíacuatrohombresdelafuneraria.Manteníanungestoprofesionalyaspectodeira echarseallorarencualquiermomento.Oareír. Elataúdestabaenaltoenmediodelrecinto. Adagio.Frágilesnotasenelsilencio.Sollozoscallados.Latristezaseentretejíaconlamúsica. Lehabíanjuntadolasmanos,queestabanenteras,ylehabíanmetidounramodefloressilvestres entrelosdedos.Lopocoqueseveíadelacarabrillabaatravésdeunagujeroovalquehabíanhecho enelpañodesedaenqueestabaenvueltalacabeza.Paraahorrárnoslo.Debierondetrabajarmucho conél.Intentadorecrearsuaspectoconalgodónymaquillaje.Apesardetodo,estabairreconocible. Noerapapáelqueyacíaallítumbado.Cuandoletoquélosdedos,estabantiesosyhelados.Recuerdo quepensé:«Escomotocaruncadáver». Mañana.Laluzestenue.Loscoloresaúnnohandespertadoenlascolinas. Entumecido de cansancio, estoy sentado con los codos sobre el marco de la ventana. Me he pasadotodalanochemirandofijamenteelgranvacíonegroyhevistocómolaoscuridadsedisolvía enunapálidaclaridad,hevistoelbailedelosmurciélagoscontralasestrellas.Desdeelamanecer,los pajarillos han estado canturreando y revoloteando en el árbol del otro lado de la ventana. Como flechas,hanperseguidoalosinsectoshastalasalturas.Abajo,enelpatio,ungatonegruzcoseparay seestirasatisfecho.Unafurgonetaadormiladatraqueteacarreteraabajocargadaconfrutayverdura. Dianesehamarchado.Lahevistoirse.Enmediodelanochealguienlehallevadolasmaletasal minibúsyselahallevado.Durantevariosminutosheestadosiguiendoconlamiradalalentabolade luzhastaquelahaabsorbidolaoscuridad. —¿Hastenidoalgunavezlaimpresióndequenadaenestavidaestalycomoteloimaginas? Estásentadoalaluzdelasllamas,antelachimeneadelabiblioteca.Esdenoche.Unneanderthal de prietas mandíbulas y ojos esquivos ha ido a buscarme al cuarto y me ha llevado en silencio a través de los corredores del castillo hasta lo que MacMullin, con exagerada modestia, llama el «rincóndelectura». Lasparedesdelagransalaestáncubiertasdelibros.Milesymilesdelibrosantiguos,desdeel suelo hasta el techo; un mosaico de lomos amarillentos y carpetas con sinuosos títulos en latín y griego,francéseinglés.Elrecintohueleapolvo,acueroyapapel. MacMullin ha servido dos copas de jerez. Brindamos sin mediar palabra. Los leños del fuego crepitanychisporrotean. Élcarraspea. —HeoídoquehashabladoconDiane. Yomirolasllamas. —Gretheessumadre. —Asíes. —Tenemosmuchoencomún,túyyo. —Sientoquetuvieraqueacabardeestamanera.Contigo.ConDiane.Y…todo… —¿PorquétellamasMacMullin? Memirasorprendido. —¿Cómotegustaríaquemellamara? —Eresdeviejaestirpefrancesa.¿Porquétienesunnombreescocés? —Porquemegustacomosuena. —¿Asíquenoesmásqueunapodo? —Tengomuchosnombres. —¿Muchos?¿Porqué?¿Yporquéescocés?—repito. —Es el nombre que más me gusta. Uno de mis antepasados, Francisco II, se casó con María Estuardo,quecrecióenlacortefrancesayteníafuertesvínculosconFrancia.Supongoquesabesde historia. Antes de morir repentinamente, tuvo una aventura con una distinguida dama del poderoso clanescocésdelosMacMullin. Le da un sorbito al jerez. Ente nosotros vibra una membrana invisible de inseguridad mutua. MacMullindesaparecedentrodesímismo.Yomandomimiradaymiatencióndepaseoporlagran sala. Alfinaltengoquerendirmealapresióndelsilencio. —¿Mehaspedidoquevenga?—pregunto. Sumiradaencuentralamíaconunbrillojuguetón.Comosiintentaraverhastaquépuntopuede forzarmipaciencia. —AyertehablédelospergaminosqueencontróelcuraBérengerSauniérealrestaurarlavieja iglesia. —¿Y esta noche? —inquiero, riendo desafiante. Me siento transportado a Las mil y una noches. AunqueSherezadedebíadesermásmonaqueMacMullin. —Estanochequierocontarteloquerevelaronlospergaminos. —¿Algosobreunárbolgenealógico? —Unagenealogía.Yotracosamás.—Inspiraprofundamente,retieneelaireylosueltaatravés de los labios. Suena como si todo fuera un único gran suspiro—. Pistas sobre lo que realmente ocurrió. —¿Realmente? Sefrotalasmanosconvehemencia,comosiestuvieratratandodearrancarseunpardeguantes invisibles. —Elotrodíatecontéalgoquedebiódecostartemuchoaceptar. —¿Terefieresalacrucifixión? Élnorespondeinmediatamente.Escomosinoquisieradesvelarnadaenabsoluto. —La crucifixión de Jesús es tanto un acontecimiento histórico como un símbolo religioso. El cristianismosefundamentasobreeldogmadequeJesúsresucitódeentrelosmuertos. —MacMullin—pregunto,inclinándomehaciadelanteenlasilla—,¿cuálestufe? Élhaceoídossordosalacuestiónycontinúa: —SiJesúsnomurióenlacruz,ysilaresurrecciónesunamentira,bueno,¿quiéneraentonces? —Un revolucionario. Un predicador. Y un gran filósofo humanista —propongo—. Ya hemos pasadoportodoeso. —Peronounadivinidad—completaél—.Desdeluego,noelhijodeDios. —Debesdeserjudío. —Mifenotieneningunaimportancia.NopertenezcoaningunaIglesia.Creoenunafuerzaque no se deja describir ni atrapar entre solapas. Y que desde luego no es propiedad ni de curas ni de profetas.—Niegaconlacabeza—.Peroloqueyocreo,yporqué,podemosdiscutirlootranoche. —ExplícameporquépiensasqueJesússobrevivióalacrucifixión. MacMullinmiralasfacetasdelacopadejerezacontraluzylagira. —Estoytentadodeinvertirlapregunta. —Quieresdecir…¿porquémurió? —Másbien…¿porquémuriótanrápido? —¿Rápido? Dejalacopasobrelamesabajayredondaquehayentrenosotros. —EnlosevangeliosnohaynadaqueapoyequelasheridascausadasaJesús,queeransóloenla carneenrealidad,fuesenaproducirleunamuerterápida. —¡Lo crucificaron! —exclamo—. ¡Lo clavaron a una cruz! ¡Lo torturaron! ¿Por qué no iba a morirrápidamente? MacMullinjuntalasyemasdelosdedosypresiona. —Todo creyente, todo médico, todo historiador tiene derecho a su propia opinión. Pero es indudableque,anoserqueestésmuyenfermo,otengasprofundasheridasinternas,setardamucho enmorir.Elcuerpoesunorganismorecio.Todassuspartesestánpreparadasparavivir. —Porloquepuedorecordar,Jesúsestuvocolgadodelacruzdurantehoras. —Esonosignificanada.Pasabandíashastaquelamuerteliberabaaloscrucificados.Amenudo muchosdías.Anoserquelosguardianestuvieranlamisericordiaderomperleslaspiernasodarles ungolpedegraciaconlalanza. Intentorepresentarmeeldolor. —Paraquecomprendaselhilodemispensamientos—continúa—,hasdesabercómoejecutaban losromanossuscrucifixiones.Todoseguíaunesquemarutinario. —Noestoysegurodequererescucharlo. —En el verano de mil novecientos sesenta y ocho, un grupo de investigadores dirigido por un arqueólogollamadoTzaferisencontrócuatrocuevasusadascomotumbascercadeGiv’atha-Mivtar, al norte de Jerusalén. En las cuevas había treinta y cinco esqueletos. Los enterramientos se habían realizadodesdefinalesdelsiglosegundoantesdeCristohastaelañosetenta.Cadaesqueletocontaba suhorrorosahistoria.Unniñodetresañosrecibióundisparodeflechaenlacabeza.Unadolescente y una mujer algo mayor fueron quemados hasta la muerte. A otra mujer, de unos sesenta años, le aplastaronelcráneo.Otra,deunostreintaaños,murióenelparto;losrestosdelfetoseguíanensu pelvis.Perolomásinteresanteeraunhombrealquehabíancrucificado. —¿Jesús? —No, eso hubiera causado sensación. Nuestro hombre debía de ser algo más joven. Pero el hombre,quesegúnlalápidasellamabaJehohanan,fuecrucificadoenelmismosigloqueJesús.Yno sólo prácticamente al mismo tiempo, sino también en el mismo sitio, cerca de Jerusalén, y lo hicieron los romanos. Por eso podemos suponer que la crucifixión de Jesús tuvo muchos rasgos comunesconésta. —Preferiríanotenerqueoírlosdetalles. —El método de ajusticiamiento era horroroso. Indescriptiblemente brutal. Tras el juicio, la víctimaeraazotadaydebilitada.Despuéslefijabanlosbrazos,yafueraconcuerdasoclavos,auna pesada viga de madera que le ponían en horizontal sobre la nuca y los hombros. Se le obligaba a llevaresavigahastaellugardelaejecución,dondesecolocabaelmaderosobreunpostevertical. MacMullinapoyalasmanossobrelosmuslosycierrainconscientementelospuños. —Lo interesante de Jehohanan es que el segmento inferior del hueso del antebrazo mostraba signosdequeunclavolohabíarozado.Enotraspalabras:nofueclavadoalacruzatravésdelas manos,sinoporelantebrazo.Lapalmadelamanonosoportaelpesodeunhombreadulto.Después presionaronydoblaronlaspiernasdeJehohanandetalmodoquelasrodillassobresalíandelposte. Introdujeron un clavo a través de los dos talones. Los investigadores suponen que la cruz tenía un pequeñosoportesobreelqueJehohananpodíadescansareltrasero.Enotraspalabras,estabacolgado deunmodomuypoconaturalyretorcido. MacMullinledaunsorbitoaljerez.Miramoslasllamasdelachimenea. —Estarcolgadodelosbrazoshaciadelante,deesemodo,dificultabalarespiración.Astutamente, los verdugos alargaban a menudo el sufrimiento dejando que los pies o el trasero del crucificado pudieraapoyarsesobrealgo.Asíquedabamásdepiequecolgado,simeentiendes.Conunsoporte paralospies,unhombrepodíaseguirvivoenlacruzduranteundíaodos,aveceshastaunasemana. —MacMullinmemiraytragasaliva—.Nocreoquehayaunmodomásinhumanodeajusticiarque ése. Las víctimas no morían de dolor ni de hemorragia. ¡Morían por agotamiento, por sed, por asfixia o por envenenamiento de la sangre! —Se frota los pómulos con la yema de los dedos mientras se sobrepone—. A veces los verdugos se apiadaban de los condenados. Paradójicamente, rompiéndoleslaspiernas.Eraunmododeayudarlosamorir.Porqueconlaspiernasrotasnopodían mantenerelcuerpoerguidoyseahogaban.EsolepasóaJehohanan.Mientrascolgabadelacruz,le partieronlaspiernas.Porsupropiobien. —¿YJesús? —LospiesdeJesúsestabanfijadosalacruz.Teníabuenapoyoparaelcuerpo.Peroapesarde todosóloestuvocolgadounashorasantesdemorir.Nohayrazonesmédicasparaquemuriesetan pronto.NadaenladescripcióndelaBibliaindicaquelatorturaalaquefuesometido,loslatigazos, la corona de espinas, los clavos, los pinchazos de las lanzas… pudiera llevar por sí misma a una muerterápida. —¿Porquéno?—lointerrumpo—.¿Nopodíaestartandebilitadoporlatorturaquesimplemente nosoportólacrucifixión? —Losromanosteníanciertaexperienciaenestascosas.InclusoPoncioPilatosesorprendiódelo deprisa que había muerto Jesús. Estaba tan desconcertado que convocó a un oficial para que confirmarasumuerte. Meretuerzoenlasilla.Noséhastaquépuntodebodejarmearrastrarporelextrañoentusiasmo deMacMullin,osisetratadeotrapistafalsaparaconfundirmeyocultarlaverdad. Élselevantayseacercaalachimenea.Sedalavueltaycruzalosbrazos. —¿DequépudomorirJesústanrápidamente?Noporhabersidoclavadoenlacruz.Noporlas heridasdelanzaenelcostado,quesegúnlasEscrituraslefueroninfligidasdespuésdesumuerte.La única causa plausible es, como has dicho tú, el agotamiento por los sufrimientos previos a la crucifixión. Pero Jesús era un hombre joven, sano y fuerte. Era demasiado resistente para que sea verosímilquemuriesedeagotamiento. —Siemprehepensadoenlacrucifixióncomoalgoespecialmentehorroroso.Algoquetequitala vidadeformavelozydolorosa. MacMullinsuspiraafondo. —Horriblesí.Perorápidono.Todolocontrario.Lacrucifixióneraunmétododematarlargoy angustioso. Vuelveasentarseenlasillayvacíalacopadejerezdeunsolotrago. —Una cosa más: a Jesús le dan de beber de una esponja con vinagre justo antes de expirar. ¿Vinagre?¿Porqué?Elvinagreesunabebidaestimulantequeseusabaparamantenerconscientesa lasvíctimas.Envezdemorir,deberíahaberseespabiladoaltomarlo.—Giralacopavacíaentrelos dedos—. Pero es ahora cuando podemos empezar nuestro juego mental, nuestro experimento intelectual. —Durante algunos segundos se pierde en un monólogo interno—. Imagínate que la esponjanocontienevinagre,sinoalgocompletamentedistinto.Porejemplounasustanciaanestésica, narcótica.UnasustanciaqueprovoquequeJesússedesmaye,sederrumbe.Paratodoslosqueestaban presentes,pareceríaunamuerterepentina. Intentoimaginármelo.Perosigosinsaberquépensar. MacMullinsereclinaenlasillaymecontemplaconunaprecavidasonrisaenlacomisuradelos labios.Comosientendieraalaperfecciónloquemepasaporlacabezaenestosmomentos. —Laspreguntasseagolpanunavezqueempiezasaleerlosevangeliosconmiradacrítica.Según la Biblia, la crucifixión tuvo lugar en el Gólgota, que significa «cráneo». Cerca de un jardín… un jardínconunsepulcroenlamontaña,queerapropiedaddeJosédeArimatea,unseguidordeJesús. Cualquieranotieneunsepulcroprivadoeneljardín.Debíadeperteneceralaclasealta.Almismo tiempo, la crucifixión era un método de ajusticiamiento que los romanos reservaban para la clase baja.Todoresultabastanteincomprensible.LasdescripcionesdelaBibliainsinúanquelaejecución pudoserdecarácterprivadoyrealizarseenterrenoprivado.Yquedeningúnmodofueenunlugar deajusticiamientopúblico.Peroelprocesofuepúblico. —¿Porquéibaalguienaponerenescenaunafarsacomoésa? —¿Cómo te tomarías la afirmación de que la crucifixión fue una farsa apoyada por las autoridades?—preguntaenvozbaja. —¿Quéquieresdecir?¿Quelosromanostomaronparteenelfarol? —¿Porquéno?¿QuéeraPoncioPilatosinounbandidocorrupto?¿Cómodedifícilcreesqueera sobornarlo para que hiciera la vista gorda con una crucifixión falsa? Un pequeño arreglo que, de paso,leresolvíatodoslosproblemasqueteníaconeseagitadorjudío,Jesús. Pongolosojosenblanco,peroélnolove. —Debemos mirar las circunstancias que rodean la crucifixión desde la imagen de Jesús que tenían sus contemporáneos. ¿Quién era él para ellos? ¡Un agitador político! ¡No una divinidad! Recuerdaquelosautodenominadosprofetasflorecíanenaqueltiempo.Predicadores,dicentesdela verdad,faquires,adivinos…Unodecadadoscharlataneseracapazderealizarmilagros. —¿Yporquéseguimosadorándolo?Algodebíadediferenciarlodelamultitud. —Teníalapalabraensupoder.¡Lapalabra! —¿Yesoeratodo? —Su palabra era distinta. Su imagen de los hombres era distinta. Creó una nueva visión del mundo,conladignidadhumanacomocentrodelaexistencia.Jesúserasabio.Suave.Noamenazabaa sus seguidores para obtener su obediencia, como los profetas del Juicio Final del Antiguo Testamento.Introdujoelevangeliodelamor.Nosenseñólabondad.Lavirtud.Elamoralprójimo.Y deningunadeestascosas,dichocontodoelrespeto,habíamuchoenaqueltiempo. —Peronoera,comohasseñalado,elúnicoprofeta. —EranmuypocoslosquecreíanqueJesúseraelMesíasdelViejoTestamento.Losjudíosnolo querían. Contradecía a los letrados. Atacaba antiquísimas enseñanzas judías. Fue la posteridad, conducidaporlosapóstolesylosevangelistas,laquecreólaimagendeunJesúsdivinoadornandola historia de su vida y enseñanza, escribiendo los evangelios a medida para sus lectores y su contemporaneidad.Tachaban,añadían.Otrostacharonyañadieronaúnmás.¿Porquétendríamosque fiarnosdeunascopiasdecopiastanantiguasypococontrastables?Nohayningunadocumentación escrita sobre Jesús que sea de su propio tiempo. Todo aquello a lo que podemos atenernos está escritoconposterioridad. —Hablasyhablas.Nadadeloquedicesconfirmaquelacrucifixiónfueraunfarol. —¡Peroesquenofueningúnfarol!—Seinclinahaciamí—.¡Escuchaloqueteestoydiciendo!La crucifixiónseejecutó.Loquetratodeexplicarteesquetuvounasconsecuenciasmuydistintasalas quecuentalahistoriabíblica. —¿Yunaafirmacióntanabsurdalabasasensimplesindicios? MacMullinseríeacarcajadas. —¡Quédifícileres!¡Esomegusta!Nointentodemostrarmiafirmación.Yoconozcolaverdad. IntentomostrartecómopartedelaBibliaydelasparadojasdelahistoriacobransentidocuandose lasmiradesdeunnuevopuntodevista. —¿Unnuevopuntodevista?¿Cuál?¡Noentiendonadadenada! Losojoslebrillanrisueños. —Permítemequetepongaotroejemplo. —¿Unaprueba? —Unindicio.Traslacrucifixión,PoncioPilatorompiótodaslasreglasromanasalpermitirque JósedeArimateasellevaraelcadáverdeJesús.EnlatraduccióngriegadelaBiblia,Josépidequese le entregue el soma: un cuerpo vivo. Pilato responde ptoma: un cadáver. ¿Cómo surgió esa interpretación? —¿Melopreguntasamí?NoségrancosadetraduccionesdelaBiblia. —¿Por qué iba Pilato a permitir que se entregara el cadáver de Jesús a uno de sus seguidores? ¡Corrían el riesgo de convertirlo en un mártir! Muchas veces a los crucificados ni siquiera se los enterraba.Alcontrario,muchasvecesselosabandonabaalasfuerzasdelanaturalezayalospájaros. Para los romanos, Jesús era ante todo un molesto rebelde. Un agitador que querían borrar de su presenteydelaatencióndelpueblo.LaafirmacióndequeerahijodeDioslaveíansobretodocomo unacuriosidad.Losromanosteníansuspropiosdioses.NoentenderíanbienporquéelJehovádelos judíosibaacriarasuhijohumanoconunachicapobreprometidaauncarpintero.Todalatradición contradecía la amabilidad que los romanos mostraron tras la crucifixión de Jesús… a no ser que algunoshombrespoderososhubierancompradoypagadoaPoncioPilato. —Parecesestarmuyseguro. —TúmismohasvisitadoelInstitutoSchimmer.Hayotrosmanuscritos,testimonios,documentos secretos que insinúan lo que pudo haber pasado. Pero incluso en los textos conocidos podrás encontrarhuellasqueapoyenestateoría. MacMullinseacercaalaestanteríaysacaunaBibliaencuadernadaenpielroja. —BusquemosenelEvangeliosegúnMarcos—dice;sehumedecelaspuntasdelosdedosypasa laspáginas—.Fueelprimeroqueseescribió.Enlosmásantiguosmanuscritosoriginales,copias,la historiaterminaconqueJesúsmuereyesllevadoasutumba.Cuandolasmujereslleganalsepulcro, estáabiertoyvacío.Sucuerpohadesaparecido.Unmisteriosohombrevestidodeblanco,¿unángel?, lesdicequeharesucitado.Ellashuyendespavoridas.Seleshametidoelmiedoenelcuerpoynole cuentananadieloqueleshapasado.EsoescribeMarcos.Yestodounmisteriocómopudoentonces enterarsedelincidente.Peroesonoeraunfinalfelizcomoelqueexigíasutiempo.Nadieaceptabaun finalsinsentidocomoése.¿Yquéhicieron?Locambiaron.Escribieronotro. —¿Quiénes? —¡Losautores!¡Losotrosevangelistas! Confrenéticoentusiasmopasalaspáginashastaelcapítulo16yleeenalto: Pasado ya el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron sustancias aromáticas para ir a ungirlo. Y muy de mañana, en el primer día de la semana, van al sepulcroapenassalidoelsol.Ibandiciéndoseentreellasmismas:«¿Quiénnosretirarálapiedradela puerta del sepulcro?». Pero levantando la vista ven que la piedra, que era muy grande, estaba ya retirada.Ycuandoentraronenelsepulcro,vieronaunjovensentadoalapartederecha,vestidocon una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado.Haresucitado,noestáaquí;mirad,ésteesellugardondelopusieron.Peroidadecira susdiscípulosyaPedroqueéliráantesquevosotrosaGalilea;allíloveréis,conformeosdijoél». Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban sobrecogidas de temor y espanto. Y nada dijeronanadieporqueteníanmuchomiedo. MacMullinalzalavista. —AquíterminaelEvangeliosegúnMarcos. —¡Perosihaymás! —Sí. Hay más. Pero no fue Marcos quien lo escribió. El primer evangelista, aquél en quien se basaronlosotros,concluyesurelatoconlapromesadelJesúsresucitado.¿Veslonaturalqueresulta quelahistoriaacabeaquí?Perolaposteridadnoestabasatisfechaconestefinal.Queríanalgomás concreto.¡Unfinalcongarbo!Conpromesasyesperanzas.Poresoalguienañadióelresto.Yfíjate enlarupturadeestilo,loañadidosybrevesqueresultanlosúltimosversículos: Habiendo resucitado al amanecer, en el primer día de la semana, se apareció primeramente a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella fue a anunciarlo a los que habían estadoconél,queestabansumidosenlatristezayelllanto.Ellos,cuandooyerondecirquevivíay quelohabíavistoella,seresistieronacreer. —Datecuenta—señalaMacMullin—.Nolacreyeroncuandocontóloquehabíavisto.Yhaymás: Despuésdeestosemanifestó,bajootrafigura,adosdeellos,queibandecaminoauncaserío. Entonceséstosregresaronadarlanoticiaalosdemás.Perotampocoaellosloscreyeron. —Yestoesllamativo—apuntaMacMullin—.PorqueelpropioJesúshabía,anunciadosuretorno. Sus más allegados lo aguardaban. Esperaban que volviera. Eso dice la Biblia. Entonces, ¿por qué ningunodesusmáscercanosseguidoreslocreecuandopasa?Jesúscumpleloquehaprometido… ¿yningunodesusdiscípuloslocree?¡Deberíanhaberestalladoenjúbilo!¡Deberíanhaberloadoal Señor! Pero no, ¿qué es lo que ocurre? No se lo creen. ¡Lo rechazan! Si lees estos versículos detenidamente, verás cómo toda la revelación aparece como algo añadido con posterioridad. ¿Por qué?Bueno,porquehanretocadolosmanuscritos.Loshancorregido.Mejorado.Comounguiónde cine.FueronlosautoresylosotrosevangelistaslosquehicieronresucitaraJesús,encarneyhueso, para exhortarlos a enseñar el evangelio a todo el mundo. Un final mucho más amable para los lectores;escomosiHollywoodhubieraactuadodecorrector. MacMullinarrastraeldedohastaelversículo14ylee: «Finalmentesemanifestóalosonce,mientrasestabanenlamesa,ylesrecriminósuincredulidad y su dureza de corazón, por no haber dado crédito a quienes lo habían visto resucitado. Luego les dijo:“Idportodoelmundoypredicadelevangelioatodalacreación”». —¿Notas cómo prende el entusiasmo en el escritor? —pregunta MacMullin—. ¿Cómo intenta llevar el relato a una cumbre, a un fulgurante clímax literario? Y después despega completamente, primeroconpromesasyamenazas. El que crea y se bautice, se salvará; pero el que se resista a creer, se condenará. Estas señales acompañarán a los que crean: en virtud de mi nombre arrojarán a los demonios, hablarán lenguas nuevas,tomaránensusmanosserpientes,y,aunquebebanalgomortalmentevenenoso,noleshará daño,impondránlasmanosalosenfermosyéstosrecobraránlasalud. MacMullinfruncelafrente. —¿Debemos tomarnos esto literalmente? ¿Exorcismo? ¿Don de lenguas? ¿Inmunidad a los venenos?¿Imposicióndemanos?¿Oestamosanteunescritorllenodeardientefeyexaltaciónque quiereelevarlahistoriahastaunclímaxespiritual?Asítermina: «Así pues, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios». «Ellos fueron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando su palabraconlasseñalesquelaacompañaban». MacMullincierraellibro. —En Marcos el final es vago, difuso, incompleto. Incluso después de que el original fuese adornado por los que copiaban y difundían sus textos, se reveló como muy pobre. Los otros evangelistas no estaban nada contentos con su relato. Así que colorearon aún más sus versiones. Queríanquehubierapathos.¡Acción!HacenqueseaJesús,ynounángel,quienrecibealasmujeres enelsepulcro.QueJesússeencuentrecaraacaraconlosdiscípulos.¿Quéversióneslacorrecta? ¿Cuálcuentalaverdad?¿Cuállohaentendidotodomal?Asíqueloqueyomepreguntoes:¿quéeslo que saben el resto de los evangelistas que el primero de ellos, Marcos, desconocía por completo? ¿PorquésabenmásqueMarcos?Ningunodeellosestuvoallí,todosdisponendelasmismasfuentes donde beber. ¿Cómo pueden ser tan detallados y precisos en su descripción de la resurrección de Jesúsydesurevelación…cuandoelprimeronolofueenabsoluto? PuedequeMacMullinpretendaqueseaunapregunta.Peroyonisiquieraintentocontestar. —Losevangelios—continúa—surgierondelanecesidaddelaIglesiaprimitivadeconfirmarsu feenJesúscomoseñorresucitadodelaIglesia.Eldogmadesuresurreccióneraunapremisa.Una necesidad.Larequeríancomofundamentodesusrelatos.Porquesinlaresurrección,enelfondo,no tenían ninguna religión. A los evangelistas no les interesaba demasiado el Jesús histórico. A quien describían era al espiritual. Y creían en él. Estaban convencidos de que su espíritu se hallaba entre ellos.NoteníanelpropósitodedarunavisiónhistóricaocronológicadelavidadeJesús.Suúnico objetivo era la prédica. Convencer a sus lectores de que Jesús era el hijo resucitado de Dios. Basándose en los numerosos testimonios de que disponía la Iglesia primitiva, compusieron sus evangelios.PerosiprescindesdelaresurrecciónenlaBiblia,tequedasconhistoriassueltassobrela heroicavidadeungranhumanista. Sirvejerezparalosdos.Estamossentadosensilencio.Pasanlosminutos. —Así que si todo lo que me cuentas es correcto… ¿qué fue en realidad lo que sucedió? — pregunto. El traga el jerez y chasquea la lengua para saborear los pequeños matices. Lenta y concentradamente—comosiestuvieralevantandounapesadepensamientopuroyduro—,trasladala miradadesdelachimeneahastamí. —Noesfácildarteunaexplicaciónqueteresultefiable—responde,ydejalacopasobrelamesa. Yoasientodespacioconlacabeza. —Cuandosenoshamachacadoconciertarepresentacióndurantedosmilañosdehistoria—dice —,esmuydifícilaceptarunapresentacióndiferente.Noseestáabiertoacreerotraversión. —Yamehascontadolomásimportante:Jesússobrevivióalacrucifixión. HastaahoranoheadvertidoelagotamientoquemuestraMacMullin;viejoycansado.Escomosi laconversaciónlohubieradejadosinfuerzas.Tienelapielpálidayhúmeda,losojossinbrillo. —Algunosdiríanquefueuncomplot—apunta.Laspalabrassalendespacio,pensativas—.Otros diríanquefueungolpedeingenio.Entodocasodebedetratarsedelmayortimodelahistoriadela humanidad. —Pero¿quéleocurrióaJesús? Sucarasufreunatransformación.Escomosimecontaraalgoquehubierapresenciadoélmismo, peroquelecuestarecordarporquehapasadomuchotiempo. —¿Que qué le ocurrió? —Se queda un buen rato callado antes de continuar—. En estado de inconsciencia, Jesús fue descolgado de la cruz y envuelto en el lienzo que más tarde se haría tan famosoycontrovertido.SindudaessuhuellalaqueestáimpresaenelsudariodeTurín.Unproceso químico,nimásnimenos.Aparentementesinvida,Jesúsfuellevadoalacueva.Sóloibaconélsu círculomáscercano.Losquesabíanquenoestabamuerto.Paratodoslosdemás,losespectadores, lossoldados…eraevidentequenoshabíaabandonado. —¿Yentonces? —Nadieconocelosdetallessobreloquepasódespués.Nocontamosmásqueconinsinuaciones veladas en antiquísimos escritos herméticos. Pero en algún momento, cuando se consideró que era seguro,yprobablementealabrigodelaoscuridad,Jesúsfuedespojadodelsudario,quesequedóen el sepulcro, y trasladado a un escondite secreto. Suponemos que debió de pasar varias semanas oculto, mientras las mujeres le cuidaban las heridas y lo atendían. Y, además, se encargaban de extenderlahistoriasobreelángeljuntoalsepulcrovacío. —Lahistoriaquelosevangelistasadornaroncuarentaañosmástarde—completoyo. MacMullinmeobservaconunamiradainsondable. —¡Continúa!—loapremio. —No es mucho lo que sabemos sobre ese período de tiempo. Pero supongo que podemos presumir que fue recuperando lentamente las fuerzas. Me lo imagino detrás de un biombo en la residenciadealgúnhombrerico.Protegidoycuidadoporsusmáscercanos.Ycuandoporfinestuvo sanoydispuesto…huyódeTierraSanta. —¿Huyó?—Empiezoavislumbrarunaconexiónhastaahoraocultaparamí. —Sutiempohabíallegadoasufin.Noteníaelección,apartedelamuerte.Huyódelpoderconsus seresmáscercanos.AbandonóJerusaléndisfrazado,juntoconMaríaMagdalena,JosédeArimateay algunosdesusmáslealesyentregadosseguidores.Nisiquieratodoslosapóstolesconocíanlahuida. Se les sirvió la cortina de humo. La resurrección. La versión oficial. Y como sabes perfectamente, aceptaronelrelato.Llegóaconvertirseenunhechohistórico.Yenunareligión. —¿QuélepasóaJesús? —Semarchó. —¿Adónde? —Aunlugarenquepudieravivirseguro. —HeleídoalgosobrequepudohaberviajadohastaCachemirayfundadoallíunacongregación. —LaleyendadeCachemiraesunamentirabienconstruida. —¿Quéfueentoncesloqueocurrió? —Jesúsysugrupomarcharonhaciaeloesteporlacarretera,hastalacosta,dondelosesperaba unbarco.Desdeallíviajaronaunlugarsegurodondeesconderse. —¿Cuál? Memirasorprendido. —¿Todavíanolohasentendido? —¿Entenderqué?¿Adóndefueron? —Aquí.ElúltimoescondrijodeJesúsfueRennes-le-Cháteau. A veces tiene uno que recurrir a la naturaleza para reencontrarse a sí mismo. A los abejorros que desafíanlaaerodinámica,aloszorrosqueseroenlapatahastaquepuedenliberarsedelcepo,alos pecesqueseconfundenconloscoralesparaevitarserdevorados.Enelreinovegetalsiemprelehe tenidocariñoalArgyroxiphiumsandwicense.Recordaráslaplantaalaqueledijeamiprofesoraque queríaparecerme.Laespadadeplatavacreciendoañotrasaño,pequeñaymodesta,sinquererllamar demasiadolaatención.Mereconozcoenella. Lentamenteseconvierteenunabolademediometrodealtocubiertadepeloplateado.Luegoun tallodedosmetrossurgedelabola. Despuésdeveinteaños,florecedepronto.Unflorecimientotanexuberantequelecausalamuerte. Nosepuedesinoadmirarsutercapaciencia. MacMullinvieneabuscarmealamanecer.Abrolosojosenmediodeunsueñoyenlaviscosaluz tengolaimpresióndequeflotasobremícomounfantasmaatadoatierra. Intento despertar. Intento entender lo que quiere. O si será parte del sueño que no acaba de soltarme. —¿Quépasa?—murmuro.Laspalabrassemeondulandentrodelcráneocomounecopegajoso ychirriante. Porprimeravezpareceinseguro.Serestriegaelpuñocontralapalmadelamanoizquierda. —Bjørn…—empieza.Comosihubieraalgoqueprefirieranodecirme. Me incorporo en la cama. Trato de sacudirme el sueño. La habitación se amplía en todas las direcciones.VeoadosMacMullin.Lacabezasemecaesobrelaalmohada. —Hanllamado—dice. Cierrolosojosconfuerzayvuelvoaabrirlos,vuelvoacerrarlosylosabrodenuevo.Nodebo detenerunaspectomuynormal.Peromelimitoaintentardespertarme. —¿Quiénhallamado?—pregunto. —SetratadeGrethe. —¿Está…? —¡No!Todavíano.Perohapreguntadoporti. —¿Cuándopodemosmarcharnos? —Ahora. EljetprivadonosesperaenelaeropuertodeToulouse.LalimusinablancadeMacMullinatraviesa barreras y puestos de control y se detiene suavemente junto al Gulfstream. Pasados veinte minutos noshallamosenelaire. —Prontoestaremosalfinaldelcamino—dice. Mesientoenunprofundosillónjuntoaunagranventanaovaladaconvistasdirectasalcielo.La inconcebiblecoordinaciónentrelaaerodinámicayelartedelaingenieríanoshaelevadoasietemil piesdealtura.Elpaisajeescomounacolchaderetalesdeaguadosmaticesysombras. Entre MacMullin y yo hay una mesa incrustada en el fuselaje. En el centro de la mesa hay una fuenteconmanzanasrojasyverdes.Meatrapalamirada. —Supongoquenoteresultasencilloconcebirlo. —No—respondoambiguamente,porquenosésiserefiereatodoloquehacontadooaGrethe —,noesdeltodosencillo. LosdosmotoresareaccióndeRolls-RoycedelGulfstreamgeneranunaparedtraseradeestrépito constante.Alolejosdistingounbancodenubesqueparecepinturaderramadaenagua. MacMullinsepelaunamanzana.Conunpequeñocuchillofruteroseparalapielenunaúnicay largaespiral.Dividelapiezaencuatroysacaelcorazón. —¿Quieres? —pregunta, pero yo niego con la cabeza—. A fin de cuentas —dice, y se mete un pedazo de manzana en la boca—, mucho en la vida está fundado sobre ilusiones. Sólo que no lo sabemos.Onoqueremosreconocerlo. Vuelveaponérmelodifícilparaquecontestedeunmodoconcreto.Nosédequéhabla. —Mequedaunpocograndetodoesto…—murmuro. Élasienteymastica. —Tampocoesperoquemecreas—añade. Alprincipionorespondo.Despuésdigo: —Quizáprecisamenteporesotecreo. Semeteotrotrozodemanzanaenlaboca.Elácidojugodelafrutaleprovocaunamueca. —Creeresunaelección—afirma—.Yasetratedecreerenalgoquetecuenteunapersonaode creerenlaPalabra. —Noesfácilsaberquécreer—digoevasivamente. —Lainseguridadyelescepticismosonunvalorensímismos.Porquedemuestranquesepiensa. —Esposible.Sigosinsaberquépensarsobretodoloquemecontasteayer. —Tampocoesperootracosa. —Nosonnimiedadesloquequieresqueacepte. —No tienes que aceptar nada en absoluto, Bjørn. Por mí, puedes rechazar todo lo que te he contado.Contaldequemedeselcofre—añadeconunarisabaja. —DasporperdidalaBibliaentera. —Pero¿quéesenrealidadlaBiblia?Unacoleccióndeescritosantiquísimossobreelespíritude unos tiempos. Prescripciones, reglas de vida, ética, testimonios manuscritos, interpretaciones y sueños adornados y redactados, relatos que han pasado de boca en boca y, finalmente, han sido reunidos entre dos cubiertas y han recibido el sello de aprobación de los sacerdotes. —Masca los últimospedazosdelamanzanaysehumedeceloslabiosconlapuntadelalengua. —¿Ytuversión?—pregunto—.¿Cómoacabatuversióndelahistoria? —Noesmía.Yosólolatransmito. —Yasabesaquémerefiero. —Noesmucholoquepodemosestablecerconseguridad.Nodespuésdetantotiempo.Haypocos testimonios.Fragmentospococlaros.Fragmentosdeinformación. —Esoesloquehevividoyolasúltimassemanas. MacMullinseríeunpocoyserecolocaenlasilla,comosinoestuvierabiensentado. —¿Sabéisenrealidadloquepasódespuésdelacrucifixión?—pregunto. —Sabemosbastantescosas.Aunquenolassuficientes,nimuchomenos.Peroalgosabemos. —¿CómoqueJesúsllegóaRennes-le-Cháteau? —Sabemosmuchosobrelahuida.Sencillamenteporquedisponemosdemanuscritosredactados pordosdelosparticipantes.RelataneltrayectodesdeTierraSantahastaRennes-le-Cháteau. —¿Sí? —Cuando Jesús, tras la crucifixión, recuperó las fuerzas suficientes, huyó con su grupo de seguidorescercanosenunanavequeloestabaesperando.PrimerollegaronaAlejandría,enEgipto. Desde allí se dirigieron al norte hasta Chipre, después hacia el oeste hasta Rodas, Creta y Malta, y finalmenteotravezhaciaelnortehastaVieuxPort,elpuertoviejodeMarsella.Desdeallíviajaron porcarreterauntrechohaciaelsuroestedelpaísyseestablecieronenRennes-le-Cháteau. —Resultadifícildecreer. MacMullin aprieta los labios y mira por la ventanilla del avión. Los motores braman. Después extiendeelbrazocongestodeseguridadensímismo. —Peroafindecuentas…¿laversióndelaBibliaesmásdignadecrédito? Mequedounratitocavilandosobreesapregunta. —Estásrealmenteconvencidodequeesasí—digo. Memira.Largorato. —¿Cuántosañosllegóacumplir?—pregunto. —Nolosabemos.Perotuvovarioshijosconlamujerconlaquesecasó,MaríaMagdalena. —¿Jesússecasó?¿Ytuvohijos? —¿Porquénoibaahacerlo? —Esquesuenatan…,nosé. —Tuvieronsietehijos.Cuatrochicosytreschicas. Una azafata que ha estado preparando el desayuno en la estrecha antecocina nos lo sirve sobre platoscalientes.Mesonríe.Yolesonríoamivez.MacMullinmiralacomidaychasquealalengua alegremente. Dividimos los panecillos en dos, servimos zumo de naranja en los finos vasos con cubitosdehielo,abrimoslospequeñoscuencosdecristalconmermeladacasera. MacMullin coge un trozo de panecillo y se limpia la boca con una servilleta que lleva su monograma. —LoshijosdeJesúscustodianelsecretodesusorígenes—dice—.Fueronsushijosynietos,no elpropioJesús,quienesprepararonelterrenoparaloquemástardeseríanlasórdenesdecaballería, los movimientos masónicos, las sociedades herméticas. Pequeñas congregaciones conspiratorias cuyoobjetivofundamentaleraeldeconservarunsecretoqueenestosmomentosnosabennicuáles. —Sacude pensativo la cabeza—. Hay cientos de ellas, Sectas, Clubs, Movimientos, Logias. Todas rozan la parte externa de la verdad. Han escrito cientos de libros. Los poetas han seguido hilando sobre cuasiconocimientos y mitos. En Internet hay foros de debate consagrados a especulaciones y adivinanzas.Peronadieveelconjunto.Nadielocomprendecorrectamente.Soncomolasmoscasque ignoranqueesocontraloqueestánchocandoesuncristal. —Oelabejorro—añadoconrapidez,peroesevidentequeMacMullinnolevemuchosentido. —Oelabejorro—repitesinentender. Cojoelfríovaso.Elzumodenaranjaestáreciénexprimido. —¿DóndesemetieronalfinallosdescendientesdeJesús?—pregunto.Chupoymordisqueoun cubitodehieloquemecrujeentrelosdientes. —Esapreguntanosedejaresponder. —¿Porquéno? —Porque no «se metieron» en ningún sitio. Vivieron sus vidas. Tuvieron sus hijos, que aún siguenentrenosotros.Unaestirpepoderosayorgullosa.Entrenosotros. —¿Sabenellosmismoquiénesson? —Prácticamenteningunodeellos.Sólounospocos.Menosdemil.Yahoratambiéntú. —Susdescendientessiguenviviendo—digodeformarespetuosayreflexiva. —Bueno, sí. Claro. Pero han transcurrido dos mil años. Que no se te olvide que también esa familiasehaaguado.Alfinyalcabo,estamoshablandodemuchasgeneraciones.Elprimogénitode Jesúsfueelprimergranmaestro.Fueélquienencargóysellóelcofredeoro.Almorirelprimer granmaestro,suhijomayorasumiólaresponsabilidadsobreelcofre.Asílareliquiafuepasandode padreaprimogénitoatravésdelossiglos.Hastaquedesapareció. —¿Y qué ocurre con todas las insinuaciones de que Jesús es el patriarca de las estirpes reales europeas? —Comotantasotrascosas,esunaexageración.Conunapizcadeverdad.Trasalgunossiglos,los descendientes de Jesús establecieron lazos matrimoniales con la dinastía merovingia y pasaron a formar parte de la familia que mantuvo el poder real en el reino franco hasta el año setecientos cincuentayuno.Perocasinadie,aexcepcióndeunospocosmiembrosdelarealezaylossucesivos grandesmaestrosysuscírculosmáscercanos,pudoconocerelconjunto.Elsecreto.Estoes,saberde lahuidadeJesúsydesusdescendientes.Yconeltiempotambiénesoseconvirtióenunmito,algo sobreloquenisiquieralosiniciadossabíanbienquépensar. Mecomoelpanecilloymebeboelzumo.Estoempiezaaserdemasiadoparamí. —¿Yquéhayenelcofre?—preguntoenconfianza. MacMullintienepintadequeloquemásdeseaenelmundoesqueretirelapregunta. —¿Quéhayenelcofre?—repito. —Nosotroscreemos…—vacila—,creemosquedoscosas. Apoyalasmanossobrelamesa.Traga.Noquieresoltarelsecreto.Enél,callaresunreflejodel sistemanerviosocentral.Desvelarlaverdadaunextrañoesalgoquenuncahahecho.Algoseresiste ensuinterior.Perosedacuentadequenotieneopción.Soydurodepelar. Memirasuplicante. —Porúltimavez,Bjørn,¿vasadarmeelcofre? —Quesí. Larespuestalodesconcierta. —¿Sí? —Cuandomehayasdicholoquecontiene. Percibocómosusúltimosrestosderesistenciasedesmoronan. Cierralosojosconfuerza. —Unaindicación—dice—.Probablementeunmapa. —¿Unmapa? —UnasindicacionesquemuestranelcaminohastaelsepulcrodeJesús.Quizálagrutaenquefue alojadoparasudescanso.Sutumbaterrenal.Peroaúnmásimportante… Abrelosojos,peronomemira. Calla. Miraatravésdemí. —ElevangeliodeJesús.ElrelatoqueescribióelpropioJesússobresuvida,suobra,sufeysus dudas.Ysobrelosañosposterioresalacrucifixión. MacMullin se vuelve y mira por la ventanilla: el cielo, el paisaje bajo nuestros pies, la luz, las nubes. Por medio de respiraciones breves y rápidas va soltando todos los pequeños demonios que lo invaden. Yoleconcedoeltiempoquenecesita. Pasadounratosegirahaciamí.Tienelosojosvacíos. —Asíes—dice. —Unmanuscrito.Unmanuscritoyunmapa. —Esocreemos. Nosquedamosunratocallados. —Suenaaalgúntipodeconspiraciónjudía—señalo. —Estásunpocoobsesionadoconlasconspiraciones. —Y qué pasa si lideras una red judía cuyo objetivo es demostrarle al mundo, de una vez por todas,queJesúsnofueelhijodeDios. —Todoesposible. —Si el manuscrito evidencia que Jesús no murió en la cruz, y que tampoco resucitó, eso ocasionaráunderrumbamientoenelordenmundialreligioso. —Esoesverdad.Peroyonosoydefejudía. —Si, en cambio, eres de fe cristiana, tendrás interés en destruir la prueba que desvela que el cristianismoestáconstruidosobreunamentira. —Otroagudoanálisis.Peronotengoningunarazónocultaparacreerquealmundolebeneficia conocer la verdad. Lo digo abiertamente. Es mejor para todos que se mantenga en secreto. La alternativaparecedemasiadopeligrosa.Anadie,absolutamenteanadie,leconvienesaberlaverdad. No tenemos derecho a desgarrar la historia. No puede salir nada bueno de eso. Destruiríamos millonesdevidas.Arrebataríamoslafeanacionesenteras.Novalelapena.Nadalovale. —Un manuscrito redactado por Jesús… —digo quedamente—. Unas indicaciones sobre la ubicacióndesusepulcroterrenal… —Esoesloquecreemos. —¿Creer? —Nopodemosestarcompletamenteseguros.Nohastaquehayamosabiertoelcofreyloveamos por nosotros mismos. Pero sea lo que sea el contenido, sabemos que el primer gran maestro, el mayordeloshijosdeJesús,losellóycustodióhastaqueselodejóasuprimogénito,elsiguiente granmaestrodelalínea.Todosellosconsagraronsuvidaalacustodiadelcofre.Hastaqueseperdió. EnelmonasteriodeVaerneenelañomildoscientoscuatro.—Luegoañade—:Ycayóentusmanos, claro.Ochocientosañosmástarde. —¿Elcofrenuncasehaabierto? —Porsupuestoqueno. —¿Yquépasaráahoraconél? —LollevarépersonalmentealInstitutoSchimmer. —Nomesorprende.QuizáPeterseaunodelosqueestánesperándolo. —Peter, ¡desde luego! David, Uri, Moshe… Y varias docenas de los investigadores más destacados del mundo, reclutados por la SIS. Historiadores, Arqueólogos, Teólogos, Lingüistas, Filólogos,Paleógrafos,Filósofos,Químicos. —Entiendoquehasinvitadoatodostusamigos. —Hemosconstruidotodaunala,queestálistapararecibirelcofre.Nopodemoscorrerelriesgo dequeelairehúmedooseco,elcaloroelfrío,provoquenquesedesintegreelmanuscrito.Nuestros especialistas han desarrollado un método que adaptará gradualmente la atmósfera del interior del cofre, de dos mil años de antigüedad, al aire del laboratorio. Se calcula que sólo la apertura nos llevarámeses. —Vistoasísupongoqueesunaventajaquenoloabrieraeneldespacho. MacMullinseestremece. —Cuandoporfinlohayamosabierto,habráquesacarelcontenidocuidadosamente.Páginapor página. Quizás el papiro se haya desintegrado y sea necesario pegar las hojas, pedazo a pedazo, comoenunpuzzle.Hemosdefotografiarlosfragmentosypreservarlos.Nosabemosenquéestado vamos a encontrarlos. Pero del mismo modo que se puede leer escritura en copos de ceniza, podremosleerlossignos.Eltrabajoserámeticuloso.Primerotécnicamente,luegolingüísticamente. Lostraduciremos.Habráquecomprenderlosapartirdelcontexto.Sisetratadeunmanuscritolargo, eltrabajocostaráaños.Muchosaños.Sihallamosunmapaoindicacionesdecómollegaralsepulcro deJesús,elprofesorLlyleworthestarálistoparaacudirconsusarqueólogos.Todoestápreparado. Sólonosfaltaelcofre. Mimiradanoencuentradescansoenningúnsitio. —Bueno—suspira—,ahoratododependedeti. —Supongoquetodoelratodependíademí. —Yamedoycuenta.—Miraporlaventana.Estamosentrandoenunbancodenubes—.Bjørn.— Sevuelvehaciamí—.Porfavor,¿vasadarmeelcofre? Sumiradapesavariastoneladas.Lomiro.Comprendoquiénes,claro.Nosécuántohacequelo sé.Peroyanomecabeduda. Algo dentro de mí se afloja. Incluso en el más rebelde, la fuerza de oposición se debilitará en algúnmomento.Piensoenlosepisodiosdelasúltimassemanas.Enlasmentiras.Enlaspistasfalsas. Enlagentequemehaengañado.Estánexpuestosenfila. Laspiezassehancolocadoensusitio.Nomequedamásremedioqueaceptarlaexplicaciónde MacMullin.Porqueconfíoenél.Porqueyanotengoopción. —Porsupuesto—respondo. Élladealacabeza,comosinocaptaradeltodoloquedigo. —Voyaentregarteelcofre. —Gracias. Sequedacallado.Luegodice: —Gracias.Teloagradezcomucho. —Tengounapregunta. —Nomesorprende. —¿Porquémelohascontadotodo? —¿Teníaotraopción? —Podríashaberteinventadounamentiraquepudieratragarme. —Lointenté.Variasveces.Peronofuncionó.Eresundemoniodesconfiado.—Loúltimolodice conunasonrisa. —Imagínatequelecuentotodoestoaalguien. Suexpresiónespensativa. —Existelaposibilidad,naturalmente. —Podríaacudiralosperiódicos. —Sí. —Podríaescribirunlibro. Calla. —Evidentemente,podríashacerlo—dicealfin. Hayunabrevepausa. Luegoélañade,burlón: —Pero¿tecreeríaalguien? ELFINALDELCÍRCULO Tieneaspectodeestarmuerta.Sucabecilladegorrióndescansasobreunagranalmohada.Lapielse leadhierealcráneo.Labocaestáentreabierta,loslabios,secosysincolor.Tieneuntuboverdede ácidometidoporlanarizyfijadoalamejillaconceloblanco.Susbrazos,escuálidosyconmanchas azules,yacencruzadossobreeledredón.Desdeunabolsaquecuelgadeunsoporte,leentralíquido enlavenadelantebrazo. Lehandadounahabitaciónindividual.Hasidoconbuenaintención,perorecuerdoqueunavez medijoquesumayormiedoeramorirsola. Elcuartoestáinundadodeluzcálida.Cojounasillaqueestájuntoallavabo;laspatasdetubode aceroarañanelsuelo. Le tomo la mano con cuidado. Es como levantar una bolsa de piel tibia llena de huesos. La acaricioyentrelazosusdedosflojosconlosmíos. Sonidos.Surespiración.Eltictacdeunaparatoelectrónico.Elruidodelmotordeuncochedela calle.Unsuspiro.Provienedesuslabios. En la pared, sobre la puerta, cuelga un reloj que va cinco minutos atrasado. Con movimientos abruptos,elsegunderoluchapormantenerelritmo.Algoenlamaquinariaestáapuntoderomperse. Sobrelamesillahayunramodefloresenunbrillantejarróndelhospital.Latarjetacuelgamedio abierta.Elmensajeestáescritoconplumayunaletrarecargada: ¡Quetengasunviajellenodepaz,Grethe! Eternamentetuyo, MMM MacMullinmehadadounaastilladelaverdad.Nadamás.Unaastilladelaverdad.Quizánosepa nada. No sé qué explicación creer. No sé siquiera si debo creer alguna de ellas. Pero una cosa sé: cuando le entregue el cofre a MacMullin, cofre y contenido desaparecerán para siempre. Si han conservadosusecretodurantedosmilaños,supongoqueconseguiránconservarlodosmilañosmás. ElmonasteriodeVaernenoseránuncauncentroturísticointernacional.Suspradosnoseconvertirán nunca en aparcamientos atestados, nunca habrá impacientes turistas americanos haciendo cola para mirareloctógonoatravésdecristalesdeplexiglásapruebadebombas,oparaestudiarlascopias— contraducciónaseisidiomas—delmanuscritodelcofre.Porqueéstejamássedaráaconocer. Serácomosinuncahubieraocurrido. Levibranlospárpados.Alzalamirada,queespesada,aletargada,ancladaenunaoscuridadsin sueños.Mereconocelentamente. —Bjørnillo—susurra. —Grethe… Susojosintentanenfocaryestablecerunaimagendeunarealidaddelaqueyanoformaparte. —¡Quéaspectotienes!—murmura. Primeronorespondo.Luegoentiendoloquequieredecir. —Sólomehequemadoconelsol. Sumiradadesaparece.Luegoserecompone. —¿Encontrastealgo?—pregunta. —Sí. Yluegoselocuentotodo. Cuandoacabo,ellanodicenada.Selimitaaasentirparasímisma.Comosinadalasorprendiera. —Demodoqueasífue—susurrafinalmente. Anuestroalrededor,elsilencioestállenodesonidos. —¿Cómoestáél?—preguntadepronto. —¿Quién? —Michael.¿Estábien? —Estábien.VinoaOsloconmigo.Peronoquería…molestar. —Estáconmigo.Asumanera. —Selodiré. —Siempreasumanera—continúa,ymiralasflores. —Hayalgomás. —¿Sí? —MacMullinytú… —Sí —susurra. Es como si paliara los dolores a base de hablar bajo—. MacMullin y yo en Oxford.—Susojosmemiranconternura—.Esmuybuenhombre.Comotú.Muybuenhombre. Leechounvistazoalreloj,sigolatozudaluchadelsegunderocontralamaquinaria. —¿Cómomuriópapá,Grethe? Ellacierralosojos. —Aquellonotuvosentido. —Pero¿cómofue? —¡Teníacelos!DeTrygveytumadre. —Asíqueéltambiénlosabía. —NopudosoportarvercómotumadreseenamorabadeTrygve. —Esopuedoentenderlo. —Pero no habría tenido mayor trascendencia. No a la larga. Ella habría vuelto con él. Pero no soportóvercómosumujerseentregabaaotro. —¿Quépasó? —Esonoesasuntomío.Nituyo. —Pero¿túlosabes? Suspira. —Porfavor,Grethe.¿Quépasó? —¡Nomemartiricesahoraconeso,Bjørn! —Porfavor. —Pregúntaleatupadrastro,Bjørnillo.Éllosabe. —¿Matóélapapá? —No. —¿Sabemamáloquepasó? —No. —Pero¿cómo…? —Nopreguntesmás. —¿Porquénoquierescontármelo? —Porqueesmejorasí. —¿Mejor? —Parati. —¿Cómo? Tienelosojosagotados,sinvida. —Noquieressaberlo. —¡Porfavor! Enroscalosdedossobreeledredón,unmovimientofrágilytierno. —¡Confíaenmí!¡Noquieressaberlo! —¡Síquiero! —Comogustes—suspira. Esperaunratoantesdeseguir. —SupongoquesabestodolodeTrygveytumadre… Yobajolamirada.Comosimeavergonzarademimadre.Cosaqueescierta. —Loentendíyaenaquelmomento—digo. —Empezaronaquererse. —Esextrañolomuchoquesequeríatodoelmundo. —Soncosasqueocurren. —Ypapáeraunestorbo. —Comopasasiemprequedospersonasseencuentranyunadeellasperteneceaotra. —¿Yentonceslomataron? Mesorprendelocotidianaqueconsigoquesuenelapalabra. Ellamemiradereojo. —¿Lo hicieron entre los dos? —insisto—. ¿Fue sólo el profesor? ¿O mamá, también estuvo implicada? Gretheaprietalosdientes. —No—dice,tanbajoquecasiestásusurrando—,¡nofueasí! —¿Quiéndeelloslohizo? —Nadiematóatupadre. —Pero… —¿Nopodríasconformarteconeso?NadiematóaBirger. —¿Asíquefueunaccidente? —No. —Noentiendo. —Piensa,Bjørnillo. Pienso.Peronomellevaaningúnlado. EntoncesserevientaunamembranaenGrethe.Unalágrimalecaeporlamejilla. —Miniño…EraTrygvequienibaamoriraqueldía.¡NoBirger! —¿Cómo? —¿Loentiendesahora?—pregunta.Lavozescondeirritación—.¡IbaamorirTrygve! Intentoreunirmisideas,intentocomprenderloquehaydebajodelasuperficie. —¿Entiendesloqueteestoydiciendo? Meencojodehombros. —No…—respondo. —FueBirgerquienhizoalgoconelocho,paraqueTrygvecayera. Sevuelvehaciaelotrolado.Notienefuerzasparamirarmealosojos.Comosifueraculpasuya todoesto. —EraTrygvequienibaamoriraqueldía—diceotravez.Breveyfrío—.Justoantesdequeos fuerais,Birgermecontóqueteníapensado…—Seinterrumpe—.¡Algoconelocho!¡Noséqué!De modoque…Peronuncapenséquerealmente…Nuncapensé,claro,que…nunca.¡Nunca!—Segira haciamí,buscamimano—:FuetupadrequienintentómataraTrygve.Yluegoalgosaliómal. Nos quedamos largo rato cogidos de la mano. No tengo palabras dentro de mí. Sólo imágenes sueltas:lamontañagrisbrillante,lacuerdaenrolladaalapiedra,losgritosdemamá,elmontónde ropa al pie de la pared rocosa, la sangre, el tronco del árbol contra mi espalda, la corteza que me arañólanucacuandomederrumbé. Mepreguntosimamáyelprofesorlohansabidotododurantetodosestosaños. Grethe se adormece. Yo salgo al pasillo. Me dejo caer sobre una silla justo al otro lado de la puerta.Semeagolpanlospensamientos. Enlapareddeenfrente,entredospuertas,cuentoquinceazulejosaloaltoycientocuarentaalo ancho.Dosmilcienazulejos.Sobreunamesaconruedashanreunidounherbarioderamosdeflores secas. Unratodespuésvuelvoaentrar.Losojosselehancerrado.Estátumbada,quieta. —¿Grethe? Hilosinvisiblesletirandelospárpados.Luchanporabrirse. —Soydecueroviejoymuyresistente—dice. —Distealuzunaniña. Memiraconlosojosentrecerrados.Lamiradasufreunarápidatransformación. —Laheconocido. Grethemirafijamentealtecho. —Estábien.Diane.Unajovendespampanante. Lasonrisalesaledemuyadentro. —La niña más bonita del mundo. —Su voz es muy frágil, muy débil. La sonrisa pierde fuerza. Suspiraprofundamente—.Yonoeralamadrequeellanecesitaba.—Desuslabiosseescapaunjadeo —.Nolollevabadentro.Michael…paraéleraotracosa.Penséqueeramejorasí.Quesequedara… conél.Quenuncasupiera…nadademí. Tosedolorosamente.Quieredeciralgo.Yolafreno.Selemuevenloslabios.Meestácontando algosinvoz. —Mequedocontigo—digoenvozbaja. —Muycansada—susurra. Le acaricio la mano. Ella se encoge y me mira. Trata de decir algo, pero el cuerpo no quiere. Siguetosiendo.Inclusoalatoslefaltanlasfuerzas.Larespiraciónesbajayesforzada. Intentaincorporarsesobreloscodos,perosederrumba. —Descansa—susurro,yleacariciolafrente.Estáfríayhúmeda. Pasaunahora… Lesujetolamano.Ellaentraysaledelsueño.Devezencuandomemira. Vacilante, dejo su mano sobre el edredón y bajo a la cafetería, donde me como un sándwich envueltoencelofánquetambiénsabeacelofán.Cuandoregreso,lamanodeGretheyaceexactamente dondelahabíadejado.Lacojoylaaprieto.Sientoqueintentadevolvermeelapretón. Nos quedamos así un buen rato. Al final respira tan bajo que ya no la oigo. Los sonidos del pasillosedeslizanhacianosotros.Pasossuaves,risacontenida,unniñolloriqueando.Unaenfermera llamaaotra. LamanodeGretheestáflojaenlamía.Laaprieto.Ellanodisponedefuerzasparaapretarmeasu vez. Podríamos habernos pasado horas así. Si no hubiera sido por el aparato. Unos cables que asoman de su pijama de hospital están acoplados a un panel de interruptores y pantallitas con númerosluminosos.Elaparatoempiezaapitaraltiempoquedostirasdepapelconcurvasdetinta vansaliendodeél.UnasacudidarecorreaGrethe.Abrelabocadeparenparyjadea. Yoleacariciolamano. Unaenfermeraacudecorriendo.Luegounmédico. Le suelto la mano. Cae sobre el edredón. Al levantarme, retrocedo y vuelco la silla, que cae al suelodegolpe.Dejopasoalmédico. Primero apaga el aparato. El pitido muere. El silencio es atronador. Presiona las yemas de los dedos contra el cuello de Grethe y asiente hacia la enfermera. Cuidadosamente le desabrocha el pijamaaGretheyleaprietaelestetoscopiocontraelpecho. —¿Novaisahacernada?—pregunto. —Esmejorasí—diceelmédico. Laenfermerameacariciaelbrazo. —¿Eressuhijo? ElmédicolecierralosojosaGrethe. Fuera,atravésdelaventana,veoaunhombrequesebalanceasobreunandamio. —Dealgúnmodo—respondo. Nadiedicenada. —Ahoraestábien—afirmalaenfermera,ymeaprietaelbrazo. MiroaGrethe. —¿Quieresquedarteasolasconella?—preguntalaenfermera. —¿Asolas? —Antesdequelapreparemos.Ylabajemos. —Nosé… —Porsideseastenerunratoparavosotrossolos. —Daigual. —Podemosirnosunosminutos. —Muyamable.Noesnecesario,gracias. —Nohaymásquedecirlo. —Gracias.Muyamable.Perodaigual. Apesardetodo,salenymedejansolo.Conella. Intento encontrar una comprensión, un calor, un pacífico sosiego en su rostro. Pero sólo tiene aspectodemuerta. Salgodelahabitaciónsinmiraratrás.Cuandoabandonoelhospital,empiezaallover,alloviznar levemente. Alotroladodelavalladeplásticonaranja,nosquedamossentadosmirandoporlalunadelanterade Bola.Lalluviasedeslizaygotea.Lastiendasdecampañaestánrecogidas.Lamayorpartedelequipo sigue en el contenedor cerrado. El viento barre los prados y forma velos de lluvia. Las tiras de plásticoatadasalapartealtadelasvarasdeseñalizaciónondeancomoestandartes.Misillaplegable estávolcadajuntoalaarboledadearbustos.Nadiesehamolestadoenmeterlaenelcontenedor. Meimaginolascapasdetierradelasexcavaciones,alprofesorbajolasábana,aMosheyaIan revoloteandoentornoalascapascomomosquitossedientosdesangre. CuandoelprofesorLlyleworthselargó,eltrabajosedisolvió.Supongoqueahoratodosseestán preguntandoquévaapasarantesdequelasexcavadorastapendenuevoloshoyos. MegirohaciaMacMullin. —Preguntóporti—ledigo. Élmirahaciadelante.Susojossonprofundos,estánhúmedos. —Han pasado ya tantos años… —Sus palabras están dirigidas hacia dentro—. Otra vida. Otro tiempo.Prontometocaráelturnoamí.Quizásentoncesvuelvaaencontrarla. Tiene el rostro viejo, apergaminado, pero lleno de un ardor juvenil, un impaciente entusiasmo. Parecemásjovenquenunca.Comosilacertezasobrelocercanaqueestálametaleencendierauna bombillainternaquebrillaraatravésdelafinacapadepiel. Algodentrodemítiembla. —¿Quiéneres?—pregunto. Primerocalla.Luegodice: —Habrássacadotusconclusiones.Yaquepreguntas. Elsilenciovibraentrenosotros. Sefrotalaspalmasdelasmanos. —Túnoeresnadatonto. Incrédulo,replico: —Séquiéneres.Yaloheentendido. —Ah,¿sí? —SupongoquenosóloeresmiembrodelConsejo,¿no? Seríe,comedido. Nodejodemirarlo.Élestiralosdedos.Tienehechalamanicura.Enlamanoizquierdaleveo,por primeravez,unselloconunenormeópalo. Silboporlobajo,haciadentro. —¡Túereselgranmaestro!—exclamo. Élabrelabocaparadeciralgo.Seleenciendenlasmejillas. —¿Yo?Bjørn,tienesqueentenderlo,sólodocehombresentodoelmundoconocenlaidentidad delgranmaestro.¡Docehombres! —¡Ytúereselgranmaestro! —Sabesquenopuedoresponderaesapregunta. —Noesunapregunta. —Detodosmodos… —Joder—murmuro—.¡Ereselgranmaestro! —¿Podemosiryaabuscarelcofre? Me lleva un ratito sobreponerme. No hay quien se lo crea. Lo miro de arriba abajo. El rasgo esotéricodesuaspecto.Losojoscálidosybenignos. —AesosereferíaDiane.Estuúnicahija. Memira. —¿Vamosabuscarelcofre?—preguntadenuevo. —Notenemosqueiraningúnsitio. Meobservadubitativo. —Estáaquí. —¿Aquí?—Confuso,miraalalluvia. —¿Quieresvereloctógono? —¿Estáelcofreaquí? —¡Venconmigo! Salimosdelcoche,nosadentramosenlalluvia.Mecueloporunarajaenelplásticonaranjacon su cartel de «PROHIBIDO EL PASO» y le hago un hueco a MacMullin. Con los movimientos, el agua goteadelplástico. Meparojuntoalfoso.MacMullincontemplaloscimientosoctogonales. —¡Eloctógono!—Sólodiceeso.Algoparecidoaladevociónsehaapoderadodeél. Lalluviahalavadolatierradelaspiedrasqueasomandelbarro. —Eloctógono—repito. Élestáimpaciente. —¿Buscamoselcofreya? Bajoalhoyodeunsalto,mepongoencuclillasyempiezoaexcavar. Hastaesemomentonocaeenlacuenta. MacMullinempiezaareírse.Primeroporlobajo.Despuésaplenopulmón. Ymientrasélseríe,mientrassurisaruedayburbujeasobreloshoyosylosprados,atravésde lasnubes,yodesentierroelcofredesuescondite.Exactamenteelmismositioenqueloencontramos. Elúltimolugardondebuscarían. La tierra gorgotea cuando saco la bolsa con el cofre del barro que la abraza. Me vuelvo con cuidadoyselotiendoaMichaelMacMullin.Anuestroalrededor,eloloratierraylluviaesacrey atemporal. Concaligrafíatemblorosatejomitelarañaderecuerdos. Alotroladodelaventana,sobreelpatiodelacasadecampodelaabuela,lashojasseaferrana lasramasdelroble.Comosicomprendieranqueelotoñoprontovaavenirabuscarlas. AquellanochedehacemuchotiempoenqueleconfeséaGrethequemehabíaenamoradodeellay ellamerechazótantiernayamorosamentequedurantemuchotiempocreíqueestabaocultándome sussentimientosmásprofundos,mefuicaminandobajolalluviadesdesucasaenFrognerhastami habitaciónalquiladaenGrünertakken.Meempapé.Sigorecordandosuspalabrasdedespedida.Estaba sentadaconsumanoenlamíaymelaacariciabaconternura,comounamadrequequiereconsolara suhijo. —Nadaterminanunca—dijo—;simplemente,siguedeotromodo. LoshombresdelLandRoverrojosefueronconMacMullin.Meestabanesperandocuandoaparquéa Bolaantelacasadecampo.Supongoquenuncaandaránlejos. Antesdemarcharse,MacMullinmeestrechólamanoymedijoquehabíahecholocorrecto. Fuelaúltimavezquelovi. CuandoelLandRoverhabíaalcanzadolacarreteraylaslucestraserashabíandesaparecidoentre lahojarasca,entréysubílasescalerascrujienteshastamicuartodechico. Eraobvioquehabíanestadoallí. Como espíritus invisibles registraron la casa desde el sótano hasta la troj. Sin dejar ninguna huella. Hacía mucho que se habían llevado las cosas de Diane. Pero no eran infalibles. Sus cuatro cintas de seda colgaban lacias de los postes de la cama. Quizás ellos creyeron que eran mías. Y sacaronsusconclusiones. Arrastroelescritoriohastalaventanaysacoeldiario.Lasgotasdelluviacaenatrompiconesporel cristalempañado.Atravésdeloshilosdeagua,elfiordosemejauntorrentetranquilo,brillanteyfrío traselcampobajo. Lapielmeardeymepica. Pienso.Escribo.Laspalabrassedisuelvenenlanada;palabrassobrehechosqueparecequeno hansucedidonuncaynohansidonuncavividosporpersonaalguna.Huidizos,efímeros.Comolas palabrasdeunlibroqueleísteunavezyluegometisteenelestantedelolvido. Así acabó la historia. O así podría haber acabado. Porque en el fondo nunca hay un final. Todo continúa,perodeotromodo.¿Dóndeempiezaydóndeterminauncírculo? DespuésdequeMacMullinsellevaraelcofrealsilencio,mequedéenlacasadecampopara,a faltadeunaexplicaciónmejor,reunirmisideas.Durantelosdíasquesiguieronestuveaguardandoun final que nunca llegó. Por la noche esperaba que alguien llamara a la puerta: Diane, MacMullin, Llyleworth,Peter.Oquealgunotelefoneara.Peronoocurriónada. Pasadaunasemana,cerrélallavedelaguaylasesperanzasyvolvíaOslo. Lentayobedientemente,regreséamiantiguaexistencia. Paseaba todas las mañanas hasta el cruce de Storo para coger el tranvía hasta el centro. En el despacho cumplía mis tareas laborales con un amodorrado e indiferente sentimiento de responsabilidad.Devezencuandoalguienmepreguntabaquéeraloquehabíasucedidoenrealidad enelmonasteriodeVaerne,perolosdespedíaconexplicacionescansadasdelavida. Algunasnoches,cuandolaoscuridadsetornabademasiadooprimente,Dianeveníaamíconun susurrodesabor,oloryañoranza.Avecesyocogíaelteléfonoymarcabalascifrasdesunúmero, menoslaúltima.Amedidaquefuireuniendovalorlodejabasonarunpardevecesantesdecolgar. Unsábadoporlamañanaesperéhastaquecontestó.SóloqueríadesearlefelizAñoNuevo.Perono era Diane. Estaría atada a algo. Como a los postes de la cama. Colgué antes de que el adormilado señortuvieratiempodepreguntarmequiénerayquéquería. Enalgúnmomentodeenerosoltéelasadelarealidad.Norecuerdoexactamentecuándoocómo sucedió. Pero no fui al trabajo en varios días. Mamá y el profesor me encontraron sentado en una sillaenelsalóndemiapartamento.Mellevaronalaclínicaenambulancia.Fuecomovolveracasa. Enlaclínicanotienesqueaparentarnada.Notienesqueactuarcomosibrillaraelsolycomositodo fueraasermejoralamañanasiguiente.Comosiunapareddepiedrarelucienteeirremontablenose irguieraenlanieblaentretiyelsoleadovalleenquehubieraspodidovivircomounhobbit,felizen el bosque junto al arroyo. En la clínica puedes lanzarte al mar revuelto y dejarte hundir. Y puedes quedarte en las profundidades todo el tiempo que quieras. En la escafandra de tu existencia. Tras mesesdeesperaycavilaciones,estabaconvencidodequemehabíanengañado.Encontrabagrietasen las explicaciones, quiebras en la lógica, huecos en las historias que clamaban al cielo. Creía ser víctimadeunaburlameticulosamenteplaneadaypuestaenescena.Creíahaberinterpretadocontanta pasiónelpapeldelguardiánautocomplacienteyfácildeengañarqueminombreestabayagrabado sobrelaplacadeunaestatuilladeÓscar.«Gracias,gracias…Enprimerlugar,megustaríaagradecer a mis padres…». Me los imaginaba a todos allí sentados, riéndose a carcajadas de mí. Aunque presionara las manos contra los oídos y me balanceara adelante y atrás, seguía oyendo su risa chillona, histérica. «¡Máquinas del tiempo!», bramaban a coro Llyleworth y Arntzen. «¡Platillos volantes!», se desternillaba Anthony Lucas Winthrop Jr. «¡Manuscritos de la Biblia!», se reía Peter Levi. «¡Jesús conspirando!», se carcajeaba MacMullin. «¡Tesoros merovingios!», chillaban Diane y mamá.Yluegosegolpeabanlosmuslosysepartíanderisa.Undía,babeandoderabia,llaméalaSIS exigiendo que me pasaran con MacMullin. Obviamente no estaba. «¿Mac-Quién?». Intenté sin éxito rastrear su número de teléfono en Rennes-le-Cháteau, pero nadie parecía saber nada de él. Llamé varias veces al Instituto Schimmer, pero nunca conseguí abrirme paso a través de la fina red de cortesesevasivasdelacentralita. Pocoapocofuerondesapareciendolarabiaylaindignación.Bueno,puesmehabíanengañado. ¡Grancosa!Almenosleshabíapresentadobatalla.Afindecuentas,nopodíaresultardeterminante paraelbienestardelahumanidadqueelcofreacabara,despuésdeochocientosaños,enmanosdelos bandidosynoenunexpositoresterilizadoenunsomnolientomuseodelacalleFrederik.Enúltima instancia había, que agradecerle a MacMullin que hubiera aparecido. Sin él, la tierra lo habría ocultadoduranteotrosochocientosaños.Semereceelsecretodelcofre.Aunqueseaelelixirdela vidaeterna. Me dieron el alta en mayo y me mandaron a casa. Mamá fue a buscarme en su Mercedes y me acompañóhastaeldécimopiso. Afinalesdejuniovolvíalacasadecampojuntoalfiordo.Devacacionesesavez.Decaminopasé porelmonasteriodeVaerne.Todoestabarecogido.Elgranjerohabíaalisadonuestrosmontonesde restos y sembrado centeno. Sólo el hoyo en torno al octógono estaba vallado con una rejilla de plásticonaranja.Lasautoridadestodavíanosabenquéhacerconelmonumento. Al abrir la puerta de la casa, fue como si el perfume de Diane me saliera al encuentro. Estupefacto,mequedéconlamanoenelpomodelapuerta.Esperabaamediasoírsuvoz,«¡Hola, cielo,llegastarde!»,yunbesoenlamejilla.Peroalcerrarlosojosyolfatear,sóloolíaapolvoya cerrado. Deambuléensilenciodecuartoencuarto,descorrílascortinas,mellevóunratopoderabrirla llavedelaguatraselinvierno. Luegodejéquelasvacacionesmepenetraran,pesadas,indolentes,cálidas.Díassoleadosynoches debochornoseencadenabanenunarmoniosoaburrimiento. Mehesentadoenlaterraza,enpantalonescortosysandalias.Enlaradiodeclamanlatemperatura de las aguas. Hace mucho calor. En la lejanía flota Boléeme en la bruma. Al otro lado del fiordo, justoenfrente,HortenyAsgárdstrandsonpuntosdesordenadosenlalíneaazuldelacosta.Sientouna profundacalma.Hecogidounacervezafríayladestapoconunabridor.Unosjóvenesgritanyríen enlaplataformadesaltojuntoalagua.Unachicacaechillandoalagua.Unchicosetiradetrás.Con un movimiento desganado me quito de en medio una avispa que está demasiado interesada en mi cerveza.Dosgolondrinassebalanceancontraelviento. Un pronto me impulsa a levantarme y bajar hasta el buzón de la verja. Entre los folletos de publicidadylascircularesinformativasdeFuglevik,encuentroungransobreamarillento.Nosabría decircuántotiempollevaahí.Notieneremitente.PeroestáselladoenFrancia. Comounsonámbulovoyconelsobreamicuartodeniño.Loabroconunastijerasyviertoel contenidosobreelescritorio. Unacartabreve.Unrecortedeperiódico.Unafotografía. Lacartaestáescritaamano,laletraesirregular,forzada: Rennes-le-Cháteau,14dejulio SeñorBeltø: Usted no me conoce, pero mi nombre es Marcel Avignon y soy médico jubilado aquí en Rennes-le-Cháteau. Me dirijo a usted por petición de nuestro común amigo Michael MacMullin, que me proporcionó su nombre y dirección de verano. Me duele tener que informarledequeelgrand-seigneurMacMullinfallecióanoche.Muriócalladamentemientras dormía,trasunabrevey,porsuerte,pocodolorosaenfermedad.Eranlascuatroymediadela madrugada cuando desapareció. Junto con su querida hija Diane, que pasó la noche con él, estuve presente durante sus horas finales. Una de las últimas cosas que hizo fue darme instrucciones para que le escribiera y le mandara esto. Luego dijo que usted (y ahora tengo quecitardemideficientememoria),«queesmuydurodepelar,haráloqueledélaganacon la información». Por mi parte, quisiera permitirme añadir que pronunció estas palabras con unadevociónquemeconvenciódequeeraustedunamigoalquevalorabainfinitamente.Por eso es para mí un honor y una alegría realizar el pequeño favor que me pidió el señor MacMullin,asaber,mandarleunrecortedeperiódicoyunafotografía.Élpensabaqueusted sabríadequésetrataba.Esoespero,porqueyonopuedoayudarlo.Permítameporúltimoque lepresentemiscondolencias,conmimásprofundaysincerasimpatía,yaquecomprendoque lapérdidadesuamigoleharásufrircomohesufridoyo.Sipuedoayudarlodealgúnmodo,no vacileenponerseencontactoconelabajofirmante. Afectuosamente, M.AVIGNON La fotografía es en blanco y negro. Muestra pedazos de un antiquísimo manuscrito extendidos sobre un cristal blanco mate con una luz debajo. Una mano con guantes de látex le quita un polvo invisible. Esunpuzzledecoposdepapiro,unaparentecaosdefragmentosquedemandanunatotalidad. Lossignossonincomprensibles.Laletra,homogéneayrecta. Losojosmecosquilleandehumedad. Unmanuscrito… Aunquenosoycapazdeleereltextonidedescifrarunosolodelosextrañossímbolos,mequedo sentado estudiándolos. No sé durante cuánto tiempo. Pero cuando vuelvo en mí, con la respiración pesada,inclinadosobrelamesayconeldiarioabiertojuntoalafotografíayelrecortedeperiódico, soncasilasonce. ElrecorteesdelperiódicoLaDépécheduMidi,quesaleenToulouse: LoscurasprotestancontralarestauracióndelaantiguaiglesiadeLeLieu BÉZIERS:Activistaslocales,entreellosdoscuras,fueronapresadosayerporlapolicíaen Béziers durante unas manifestaciones ilegales ante la antigua iglesia de Le Lieu, conocida como«DescansodeCristo». La deteriorada iglesia, situada un kilómetro al este de Béziers, fue comprada el mes pasado, por cinco millones de francos, por un financiero desconocido con base en Londres. Informes de los que dispone La Dépéche du Midi insinúan que la llamativa y sorprendente comprahasidoaprobadaporlasautoridadeslocalesporpresióndelGobierno. Según el renombrado arqueólogo británico Graham Llyleworth, que dirige la renovación del templo, el inversor secreto «tiene genuino deseo de restaurar la iglesia hasta su antiguo esplendor». Los críticos han protestado enérgicamente contra el trabajo, que implica que el edificioseaderribadoylevantadodenuevopiedraporpiedra.«¡Profanación!»,truenaJean Bovary,unodelosdoscurasquefuerondetenidosdurantelasaccionesdeayer. Nohaatemperadolosánimoselhechodequelosarqueólogoshayanerigidounavallade tres metros de alto alrededor del terreno, fuertemente iluminado por las noches, ni que haya unatropadeseguridadpatrullandolazonayahuyentandoaloscuriosos.ElprofesorGraham Llyleworth declara de modo general que «todo trabajo arqueológico ha de ser protegido y ocultadoalpúblicoenciertogrado». Conforme a las leyendas locales, la iglesia está construida sobre una cueva en la que estaría enterrado un santo desconocido. El cura Jean Bovary, que lidera la recién fundada Campaña por Le Lieu, afirma que se trata del templo más antiguo de los Pirineos y probablementedeFrancia. «Laiglesia,talycomosiguehoyendía,fueconstruidaenelaño1198—diceBovary—. Peropodemosdatarconsegundadpartedeledificiooriginal,lallamadaalaesteyelparque deruinas,enelaño350d.C.Perosegúnsecuenta,antesdeesotambiénhabíaallíunlugar sagrado». Bovary teme que los arqueólogos quieran intentar llegar hasta el sepulcro que, según la leyenda,estáselladoenlarocaquehaydebajodelretablo.«¡Dejenalosmuertosdescansar enpaz!»,dice. El profesor Graham Llyleworth niega que estén buscando un supuesto sepulcro. «No tenemos información sobre ningún sepulcro ni cueva bajo esta iglesia —dice—. Si así fuera, naturalmenterespetaríamosladignidaddelosmuertos». Pensativo, me quedo mirando fijamente la carta, el recorte y la fotografía del manuscrito en papiro. PiensoenDianeyenGrethe.EnMichaelMacMullin.Enelmonasteriodeldesierto.Enloquese ocultabajolaiglesiadeBéziers. Miroporlaventana.Brasasdecuriosasexpectativasseenciendenenmí.Enalgúnlugarahífuera estánesperandolosenigmas.Laspreguntas. Abajoenelsalónsuenalamaquinariadelviejorelojdelabuelo.Traquetea,peronuncapuntual. Viveensupropiotiempoyestácontentoconeso.Deprontoexplotaenalegrescampanadas.Lasonce ytrece.«¡Ding-dang-dong!». Dentrodemíalgoempiezaacosquillear.Unmotorderesistencia.Desaber.Decomprender. Elbolígraforaspacontraelpapel.Untejidodepalabrasyrecuerdos.Perosiemprehaysitiopara algunosmás.Nadaterminanunca.Sólotengoqueaveriguarcómosigue. FIN EPÍLOGO ElfinaldelcírculoyElcódigoDaVinci Fuentesyentramadodeideas Imagínateque… Asícomienzatodoescritorlalaborque,conelpasodeltiempo,quizállegueaserunlibro. Imagínateque… Los primeros brotes para El final del círculo surgieron del siguiente seductor juego mental: imagínatequeunarqueólogoencuentrauntesoroquecontieneunantiquísimomanuscritocapazde cambiarlahistoriadelmundo. Pero el camino entre una idea y una novela es largo. En los cinco años que me llevaron la investigaciónpreviaylaredaccióndellibro,valoréconfrecuencialaposibilidaddeconvertirloen una pura novela policíaca… completada con agentes especiales del Vaticano, fanáticos asesinos, intercambios de disparos y arrebatadoras persecuciones de coches. Pero Bjørn Beltø se resistía. El finaldelcírculoacabósiendounlibroamediavozsobreunenigma. CuandoleentreguéelmanuscritoalaeditorialAschehougenelotoñode2000,lopresentécomo unanovelapolicíacasincrimen.Laintrigaestáconstruidacomoenlasnovelasnegras,peroafalta deasesinato—ysiendo,alparecer,elúnicodelitoalgotanpocoemocionantecomolatransgresión delaleydepatrimonionoruega—,elmotordramáticoeseldesenvolvimientodeunmisterio. ElfinaldelcírculosalióenSemanaSantade2001.ComolibroprincipaldelDagensBokerdel círculodelectores,alcanzóunasventasbastanteaceptables,dentrodelasmedidasnoruegas.Peroal igualquelamayorpartedeloslibros,desapareciórápidamenteenelolvidodelaslibrerías. ElcódigoDaVinci:unéxitoyaantesdesalir El18demarzode2003,dosañosdespuésdequeAschehougpublicaraElfinaldelcírculo,salió unanovelapolicíacaqueeslacausadeque,enestosmomentos,tengasestelibroentusmanosyde queElfinaldelcírculoestéapuntodeaparecerenSuecia,Dinamarca,FinlandiayBrasil. Yaelprimerdía,lanovelaElcódigoDaVinci,deldesconocidoautorDanBrown,vendióseismil ejemplares. DanBrown,hijodeunmatemáticoyunaprofesionaldelamúsica,semudóaCaliforniaalacabar susestudios,dondesemantuvocomocompositordepop,pianistaycantante.En1993volvióaNew Hampshireyempezóadarclasesdeinglésensuantiguafacultad.Cincoañosmástardepublicósu primera novela policíaca, La fortaleza digital, seguida por Ángeles y demonios (2000) y Deception Point(2001).Lostreslibrosvendieronentotalveintemilejemplares. Cuando el editor de Brown dejó Pocket Books y pasó a trabajar para la reconocida editorial Doubleday en 2001, se llevó la obra de Dan Brown consigo. «¿Dan qué?», preguntaron en la editorial. Eso fue antes de que Brown entregara la propuesta para una nueva novela que tenía en mente.Imagínateque…Laeditorialseencendió(paradecirloconcuidado)consuidea.Compraron losderechos.YDanBrownsepusoaescribirElcódigoDaVinci. Como bien saben todos los escritores y editores, a veces algunos libros despegan sin más: son supernovasenelcentelleantecieloestrelladodelaliteratura.Algunasvecessedebealascualidades literariasdeltexto.Otras,aoscurosmecanismosdemercado.Nobastaconqueunaobraseabuena. Tienequellegaralmercadoenelmomentopreciso. ¿PorquéElcódigoDaVincisehaconvertidoenéxitomundial? «Una novela policíaca para aquéllos a quienes no les gustan las novelas policíacas», dice la editorial. Emocionante, desafiante y rico en conocimientos, según los entusiasmados lectores. El códigoDaVincies,apesardetemastanpesadoscomolateología,lahistoriaolasimbología,una novela que se lee con facilidad. Nos reta. Nos emociona. Nos proporciona la sensación de que estamos entendiendo cosas importantes. «Como Umberto Eco», constataba lacónicamente el San FranciscoChronicle. Pero también el efecto de bola de nieve de las fuerzas del mercado literario ha contribuido al éxito. Para estimular el interés, Doubleday envió diez mil ejemplares de prueba a críticos y librerías seleccionadas,másejemplaresdeloquetieneunaediciónnormaldetapaduraamericana.Querían crearabullet—«unabala»—,esdecir,unsuperéxitodeventas.Yqueríandemostrarqueellibrode unescritorcompletamentedesconocidopodíahacerhistoriaeditorial.Muchoantesdelafechaoficial depublicación,ElcódigoDaVinciyaeralacomidilladelsector.Laatenciónpreviaalcanzólacima cuandoelNewYorkTimeshizoalgotaninusualcomoromperelplazoypublicar,el17demarzode 2003,unareseña—quesepuederesumirenunapalabracomo«¡Hala!»—enlaprimerapáginadela seccióndecultura. ElcódigoDaVinciestabaapuntodeconvertirseenunaprofecíaquesecumplíasolayenelsueño del departamento de ventas: la editorial había previsto una campaña publicitaria masiva y un voluminosoenvíodeejemplaresaloslibrerosdeEE.UU.MandaronaDanBrownaunaextensagira de lanzamiento. Y como los libreros creyeron en la promesa de la editorial de que esa novela policíacaibaaserunéxitosinprecedentes,lagranmayoríapidiótantosvolúmenesquenolesquedó másremedioquetapizarlosescaparatesylosmostradoresconElcódigoDaVinciparanoquedarse conunmontóndeejemplaressinvender. Nohabíapeligro. ElcódigoDaVinciesunodeesoslibrosquenopuedesdejardeleer.Todoelmundohablabade él.Unlibrodeacciónmasculinoy,almismotiempo,unlibromeditado,conprofundorespetopor los valores femeninos. Un libro que apela a mujeres y a hombres, a intelectuales y a lectores más pendientes de la trama. Transcurrida la primera semana desde el lanzamiento, había vendido casi veinticincomilejemplaresyhabíaentradoenlaslistasdemayoresventas.Allíllevadesdeentonces. En el momento en que se escriben estas páginas, ha vendido nada menos que doce millones de volúmenesen,almenos,cuarentaydosidiomas. EnNoruega,laeditorialBazar—que,porcierto,eslaquepublicaElfinaldelcírculoenSuecia, Dinamarca y Finlandia— se aseguró los derechos de El código Da Vinci. Bazar es una empresa nórdica de propiedad noruega que fue fundada por el editor Øyvind Hagen en 2002. Hagen, que descubrió el libro de éxito mucho antes que sus competidores, es el mismo que introdujo El alquimistaylaliteraturadePauloCoelhoenlospaísesnórdicosyqueen1998apostóporotrolibro enelquenocreíaningunaotraeditorialnoruega:HarryPotter.EnNoruega,enestosmomentos,se han impreso más de ciento veinticinco mil ejemplares de El código Da Vinci y lleva en la lista de éxitosdeventasdesde2004. YestoloescriboantesdequeempiecelacampañadeNavidad… Parecidosydiferencias ¿QuérelaciónhayentoncesentreElcódigoDaVinciyElfinaldelcírculo? Ningunaenabsoluto. Bueno,ningunaenabsolutomásalládeunseriederasgossimilares,curiososydeltodocasuales. Aunque El final del círculo y El código Da Vinci son dos obras completamente distintas, no resultan difíciles de comparar. Como le respondí a Kaja Korsvold, de Aftenposten, cuando en septiembre de 2004 hizo un reportaje sobre el parecido entre ambos libros: «Me alegro de haber escritoelmíoantes.Encasocontrariomehabríanacusadodeplagio». Porque: AmboslibrostratandeenigmasrelacionadosconJesús. AmboslibroscuestionanlaexposicióndelNuevoTestamentodelavidaydoctrinadeJesús,yde sumuerte. AmboslibrossoncríticosconlosdogmasylosmitosentornoaJesús. Ambos libros insinúan que la Iglesia ha adaptado parte de la enseñanza de Jesús para que sea compatibleconlavisióndelospadresdelaIglesia. Ambos libros sostienen que Jesús se casó con María Magdalena y que sus descendientes establecieronlazosmatrimonialesconlascasasrealeseuropeas. AmboslibrosseapoyanengranmedidaenlasteoríasdeElenigmasagrado. Amboslibrosnadanentreteoríasdeconspiracionesreligiosas. Amboslibroshablandeórdenessecretas,hermandadesymasones. Amboslibrostienen,curiosamente,unalbinoenelpapeldeprotagonista. Amboslibrostienenauncientíficoporprotagonista. ElprotagonistadeamboslibrosviajaporEuropapersiguiendolasolucióndelenigma. Ambos libros juegan con nuestro gusto por lo desconocido, lo oculto, lo velado, y desvelan secretosquelospocos,losiniciados,guardandesdehacesiglos. ÉstossonlosparecidosqueintroduceElfinaldelcírculoenlaestelamercantildeElcódigoDa Vinci. Almismotiempoesfácilseñalarlasdiferencias.El código Da Vinci, desde su punto de partida americano,esespecialmentecríticoconlaposiciónylosdogmasdelaIglesiacatólica.Envuelvela historiadelarteeneltelóndefondodesuespejismohistórico.Elfinaldelcírculo,encambio,parte de la arqueología. Y el arqueólogo albino Bjørn Beltø no es, desde luego, un Indiana Jones. Allí dondeElfinaldelcírculoeslentoysusurrante,DanBrownhaescritoungranpasatiempo,unacertijo intelectual envuelto en novela policíaca. Un académico relato de James Bond que nos fascina y entretiene.Desafíanuestracomprensióndetodo,desdelahistoriadelartehastalateología. ¿Ono? Verdad…¿ono? En la estela del contundente éxito de El código Da Vinci, ha surgido un debate literario internacional muy poco usual. Un debate sobre el contenido de las tesis del libro… y sobre la fina líneaentreverdadyficción,entrecienciaeinvención. La polémica se produce sobre todo en círculos cristianos, pero también entre historiadores, historiadoresdelartey,evidentemente,teólogos.ApesardequeDanBrowninsistaenqueElcódigo DaVinciesyseráunanovela,yaenlaintroducción,perosobretodoenentrevistasyensupágina web www.danbrown.com, insinúa que muchas de las ideas más controvertidas del libro —desde el SantoGrialylosmensajesocultosenlaobradeLeonardodaVincihastalaesenciayelmensajede Jesús,laOrdendeSiónylasdemáshermandadessecretas—sonrealesyestánbasadasenverdades quesemantienenescondidas.Unanovela,muybien,perounanovelaquedesvelasecretoshistóricos. LaideademuchoslectoresdequeeltrasfondodegranpartedeloqueponeenElcódigoDaVinci es cierto ha desencadenado numerosos artículos en periódicos, debates en Internet y crónicas por todoelmundo.EnNoruegalacríticaestálideradaporBjørnAreDavidsen,queenunacrónicadel Aftenposten del 30 de julio de 2004 reprendió a aquellos reseñadores que estaban postrados de admiraciónporla«obramaestradeinvestigación»deBrown.Enestepaís,lamayorpartedeldebate sehadesarrolladoeninternetyenlascartasaldirectordelosperiódicos.Enwww.forskning.no, el historiador de la religión AsBjørn Dyrendal ha escrito la reseña «Jaleo en torno a El código Da Vinci», en la que, crítica y nítidamente, le da un repaso a muchas de las afirmaciones teológicas y artísticas del libro. Uno de los apuntes de Dyrendal es que Dan Brown, al insinuar que la intriga criminalestáconstruidaentornoaunaverdadoculta,invitaaundebateyaunacontroversiaqueasu vezgeneranatenciónyventas. Internacionalmente, El código Da Vinci ha desatado un bosque de contrapublicaciones que, con base fáctica y científica, atacan las tesis de la novela (publicaciones que, por lo demás, no sólo vendenbienenlaesteladeElcódigoDaVinci,sinoque,paradójicamente,generannuevaatencióny pompaentornoalaobra,porasídecirlo,unamáquinaeternadelmercado).Enlapáginawebdela editorial Ignatius www.ignati-us.com/books/davincihoax, los autores Cari Olson y Sandra Miesel — quehanescritoelcríticolibroTheDaVinciHoax(«ElfarolDaVinci»)—iluminanlasafirmaciones de la novela de Dan Brown. Muchas de las tesis teológicas y artísticas de Brown son repasadas y rechazadas.Simplementenoseajustanaloshechos.Nohayfundamentoteológiconihistóricopara afirmar que Jesús en realidad era un filósofo gnóstico, o que Leonardo da Vinci ha escondido mensajesreligiosossecretosensusobras.Leonardoseríaunpillo,estábien,peroseprecisanunas antenas conspiratorias muy desarrolladas y una buena porción de fantasía para ver a María MagdalenaenLaúltimacenaoparaencontrarotrossecretoshistóricosenotrasobrasmundialmente famosas. Lo que ha hecho Dan Brown es lo mismo que hace la mayoría de los novelistas: ha buscado información disponible que se adapte a su historia y la vista. Así, ha hallado y sacado a la luz una seriedeemocionantesteorías,tesisyespeculacionesqueconstituyeneltrasfondodelahistoriaque ha inventado. Pocas de las hipótesis son nuevas o llamativamente verdaderas. Lo nuevo es que un libroquevendedocemillonesdeejemplarestransmiteagrandesmasasdelectoresideasqueantesse manteníandócilydiscretamenteentreocultosgruposdediscusióndeInternet,enlibrosnewageyen fanzinescaserosparalosmuyinteresados. LoscríticosmásbeligerantesparecenachacaraDanBrownquesaquealaluzteoríasalternativas, dichoconsuavidad,pocodocumentadas.¡Peroesperen!DanBrownescribenovelas.Apelaanuestra imaginación. No pretende haber elaborado una tesis doctoral. No se dedica a la investigación. Las novelasnosonverdaderas.Asíquealosinvestigadoresyaloscientíficosnolesquedamásremedio queponerlaficciónenperspectiva. Los expertos más críticos deberían alegrarse en vez de quejarse: ¿cuántas novelas desatan este tipo de debates científicos entre los legos y estimulan a los lectores a buscar más conocimientos? ¿Cuándo fue la última vez que la teología y la represiva visión de la mujer de la Iglesia primitiva fueronlacomidillaencontextosfestivos?DanBrownhaescritounlibroqueengancha,provocay enciende a millones de lectores, legos y especialistas. ¡No es poca hazaña para un pobre autor de novelaspolicíacas! LaordendeSión:elgranengaño Tanto El final del círculo como El código Da Vinci basan algunas de sus teorías en El enigma sagrado(1985),deMichaelBaigent,RichardLeighyHenryLincoln,unlibroquehavendidomásde dosmillonesdeejemplaresyprontosaldráennoruego.Brevemente,laprincipalteoríadeestelibro documental seudocientífico es que Jesús no murió en la cruz, sino que sobrevivió a la crucifixión (cosa que a su vez toca el dogma fundamental del cristianismo: la resurrección), huyó al sur de Francia y se casó con María Magdalena. Tuvieron varios hijos cuyos descendientes establecieron lazos matrimoniales con las líneas reales francesas, la dinastía merovingia. «El Santo Grial» —un mitomedievalsobrelacopaqueprimerousóJesúsenlacomuniónyqueluegofuellenadaconsu sangredurantelacrucifixión—sepresentacomolalíneadesangredeJesúsyMaríaMagdalena. Esta imaginativa idea hunde sus raíces en teorías conspiratorias de siglos de antigüedad, supuestamente protegidas por órdenes de caballería y hermandades secretas. Las afirmaciones volvieronalavidaconlahistoriadeBérengerSauniére,curadelpueblodeRennes-le-Cháteau.Se cree que durante la restauración de la antiquísima iglesia que se desarrolló a finales del siglo XIX, encontró documentos escondidos en huecos secretos, que se llevó a París y que le hicieron inmensamenterico. Pordesgraciaparatodoslospartidariosdelasteoríasconspiratoriasengeneralydelaordende Siónenespecial,todaesahistoriaestanficticiacomoElcódigoDaVinciyEl final del círculo. La orden de Sión —que estaría liderada por grandes personajes como Leonardo da Vinci, sir Isaac Newton,BoticelliyVictorHugoyquehabríatenidoestrechosymisteriososlazosconlaordende los templarios— es una mera construcción creada por nacionalistas de la derecha radical francesa, nada más que un club masculino oculto. Tanto la policía como los medios han desvelado que el francésPierrePlantardysusseguidorescrearonlaordendeSiónen1956ybuscaronsusraícesenla ordendelostemplariosdelsiglo XII.En1956empezaronacorrerlosprimerosrumoressobre«el gransecreto»deRennes-le-Cháteau.MuchasdelasvigasmaestrasdelaordendeSióneranplagios de la orden de Rosacruz. Esta orden del siglo XV, originariamente alemana, fue reformada en el sigloXVIIyenelXVIII,yestabarelacionadacontodotipodecosas,desdelaalquimiaylamagiaala filosofía, y fue revivida en las décadas que rodeaban el comienzo del siglo XX por el escritor y místicofrancésJoséphinPéladan.PierrePlantardredactó,amediadosdelossesenta,documentosque conteníanlosnombresdeloslíderesdelaordendeSión,dosgenealogías,supuestamentedesde1244 a1644,ydiversascopiasdemanuscritos(losmismosdocumentos,enteoría,quehabríaencontrado elcuraBérengerSauniéreafinalesdelsiglo XIX),yconsiguiómeterlosdeformasubrepticiaenlos archivosdelaBibliotecaNacionaldeParís[6].Losdiseñadoresdelfarollograronintroduciraúnmás documentos«históricos»enlabibliotecafrancesa.Elhallazgoen1965deLesDossiersSecretscausó mucho revuelo, como es natural. El compinche de Plantard, Phihppe de Chérsiey, se ha responsabilizado en varios contextos de la elaboración de esos papeles. Según los medios y las autoridadesfrancesas,Plantard,quemurióenelaño2000,admitióbajointerrogatorioen1993que losdocumentoshabíansidofabricadosyquelaordendeSióneraunengaño.(Aunquesíescierto quehubounaordendeSiónquedejódeexistiren1617yfueintroducidaenlaordendelosjesuitas, perosetratabadeunaordencatólica,alejadadelasupuestafraternidadherméticadePlantardysin relación alguna con los templarios u otros custodios de misteriosos secretos). La BBC desveló muchos de los métodos de Plantard en un documental de 1996. La página web www.priory-ofsion.comsemereceunavisitaporpartedequienquieraenterarsedeestascuestiones. Evidentemente,estascuestionesnotienenningunaimportancianiparaElfinaldelcírculonipara ElcódigoDaVincientantoquenovelas,perotampocorefuerzanlapresuncióndequeDanBrownha fundado sus muchas «revelaciones» en datos teológicos, históricos, culturales o artísticos. Muchos entusiasmadoslectoresdeElcódigoDaVinaseverándefraudadoscuandocomprendanquemuchas «revelaciones» del libro de códigos secretos y verdades ocultas son o bien pura y dura invención, asociacióndeideasdelibrosPseudocientíficoseInternet,obien,enelmejordeloscasos,hipótesis sueltas que son objeto de duda y disputa entre los expertos. Los turistas que visitan la majestuosa iglesia de Saint Sulpice de París, donde el monje albino Silas espera encontrar el Santo Grial, por ejemplo, son recibidos con un cartel que dice: «Pese a las fantasiosas afirmaciones de un reciente éxito de ventas, esto no es un antiguo templo pagano». El cartel continúa rechazando otras aseveracionesdellibrosobrelaiglesiaricaentradición.PerotambiénSaintSulpicesacaprovecho delasfuerzasdelmercadoliterario:alolargodemedioaño,diezmilturistashanvisitadolaiglesia acausadeElcódigoDaVinci. ElcódigoDaVinciesunanovela.Punto.Nodesvelaningunaverdadignotanioculta,nomásque miles de tesis poco documentadas y bien conocidas internacionalmente, especulaciones new age y fantasiosasteoríasdelaconspiraciónapoyadaspormuypocosinvestigadoresserios.¡Perorelájense! El código Da Vinci no es menos interesante por eso. Aunque muchas de sus teorías no sean «correctas» científica y fácticamente, a pesar de que muchas de sus afirmaciones más llamativas puedan ser refutadas, el libro sigue siendo una emocionante y entretenida novela de misterio. Aquellosqueesténrealmentefascinados¡sindudapuedeninvestigarquéesloquehaydeverdaden ella! Alegrarydesafiaraloslectoreseslamásdestacadafuncióndeunanovela.Enesesentido,Dan Brownhaconseguidomáséxitoquelamayoríadenosotros.Alcontrarioquelamayorpartedelas novelas policíacas, El código Da Vinci estimula a los lectores para que busquen respuestas serias a muchasdelasdifícilescuestionesyafirmacionesqueaparecenenlaobra. Unacuestióndefe Sobre esta base quizás alguno de mis lectores se pregunte: ¿cuánto de El final del círculo es verdad? La respuesta es sencilla: el libro es una novela de cabo a rabo. Algunos datos históricos y teológicosson«ciertos»tomadosaisladamente.Algunossonmáscontrovertidosycuestionadospor losespecialistas.Algunosestánretocados.Otrossoninventados.Peroentantoqueescritor,heusado las «verdades históricas» en un contexto creado de tal modo que, en suma, el libro constituye exclusivamente una ficción de principio a fin. Si he vadeado entre teorías de conspiraciones teológicas e históricas, es porque le conviene a la novela. Cuando me apoyo sobre polémicas valoracionesteológicas,esporquevistenlaficción.Estanovelaqueríatratarsobreunenigma«más grandequelavida»,ylasideasdeunlibrocomoElenigmasagrado—aligualqueotrasposiciones teológicasdesviadas—leibancomoanilloaldedo. Apesardetodo… Yonosoyteólogo.Nisiquierasoycreyente.PeromuchasdelascuestionesqueplanteaEl final del círculo respecto a la formación del Nuevo Testamento son cuestiones que sinceramente me planteoamímismo.Notengolasrespuestas.Perotampocolosteólogoslastienen.Afindecuentas, laspreguntasyrespuestasfundamentalesremitenaunacuestióndefe.Lateologíaes,engranmedida, unadisciplinasinsolución. SitehanseducidolasideasdeestaobraentornoalNuevoTestamento,existeunalegióndelibros especializados serios que iluminan concienzudamente las principales cuestiones fácticas y las incertidumbres,vinculadasconlagestaciónyredaccióndeloquehoyesnuestraBibliayqueforma labasedelafedelmundooccidental. LaBibliaesunproductointelectual.Alguienhaescritolostextos.Otrospuedenhaberlosretocado yreescrito.Enmuchasocasiones,losrelatoshanpasadodebocaenbocaantesdeserfijadossobreel papel.AlfinalalguienhaelegidolosqueseincluiríanenlaBiblia. Siseconsideraquelostextosbíblicossonsagradosydictadosindividualmenteoinspiradospor Dios,noesapenasnecesariosometerlosaunacríticadelasfuentes.Pero¿quépasasiprescindimos delafeparalacomprensióndelaBibliaylaconsideramosaellaysumensajecomounmanifiesto históricoyfilosófico? Las investigaciones sobre Jesús son múltiples y se han desarrollado a un ritmo frenético a lo largo del último siglo y, sobre todo, de las últimas décadas. Ya a principios del siglo XX, Albert SchweitzerdemostróquelosinvestigadoresmodelabanaJesúsconformealosidealesdesupropio tiempo. Como en toda ciencia, hay diferentes líneas, tendencias y «escuelas» dentro de la teología. Muchas de las ideas de El final del círculo están basadas en una tradición americana relativamente radicalycríticaconlasfuentes. Otrosinvestigadoressonmásconservadoresypositivosalrespecto. Comúnalamayorpartedelosinvestigadoresenteologíaeselhechodeque,engradovariable, están marcados por su fe (o por su falta de fe). La teología no es una ciencia absoluta. En gran medida, los puntos de vista están coloreados por la fe personal del investigador y por su posición teológica (y, hasta cierto punto, política). Diferentes investigadores le dan peso a datos e hipótesis diferentes. Junto con mi personaje Bjørn Beltø, yo me limito a deslizarme sobre la superficie de la emocionante materia de la teología. Supongo que los teólogos especializados sonreirán con condescendencia,oconprovocación,antemuchosdelosdiálogosylasideasdeestelibro.Comola mayoría de los escritores, yo también he elegido una posición, y los ficticios teólogos e investigadoresdellibrorepresentanlasposturasqueleconvienenalaaccióndelanovela.Así,no sonrepresentativosdelamayoríamásreconocidadelosteólogos.Yo,aligualqueDanBrown,he escritounanovela.Noafirmohaberencontradolaverdad. ¿Lohanhecholosinvestigadores? Losevangeliosquenuncallegaronaloalto ¿CómodeliteralocríticamentehadeserleídoelNuevoTestamento? Cadalectorhadeencontrarsupropiarespuesta. ElNuevoTestamentoesunacoleccióndeescritos,unasíllamadocanon,delqueengranmedida sedisponíayaenelsiglo II,peroquefuefinalmentecompuestoyreconocidoporlosPadresdela IglesiaenelsínododeHipona(año393)ydeCartago(397). Loscuatroevangelistas—Marcos,Mateo,LucasyJuan—eran,segúntodoindica,cristianosde segundageneraciónqueescribieronsustextosafinalesdelsiglo I(algunosteólogosopinanqueel evangelio de Juan puede estar escrito realmente por el apóstol Juan). Mateo y Lucas conocían lo redactadoporMarcos.Peroantesdequeaparecieraningunodeloscuatroevangelistas,seescribiólo quemástardesehallamadoQ. El evangelio Q no existe. Sin embargo, es visto por muchos como el «primer evangelio», que más tarde fue usado por Mateo y Lucas como fuente (de ahí Q, de Quelle, «fuente» en alemán). Fueroninvestigadoresalemanesquienesllegaronalaconclusióndequeteníaquehaberunafuente escritaparalaspalabrasdeJesúsenlosevangeliosdeMateoyLucas.Tomandolosevangeliosdeque sedispone,investigadoresdelInstituteforAntiquityandChristianitydeEE.UU.(http://iac.cgu.edu) han reconstruido Q palabra por palabra. En sentido estricto, Q no contiene nada nuevo ni desconocido,sinoqueesunmodeloteóricoquepuedeexplicarelmaterialcomúnenMateoyLucas. Quienes se interesen especialmente por Q pueden encontrar más información en http://iac.cgu.ed//qpoject.htmlyenhttp://home-page.virginnet/ron.price. CuandolostextosdelaBibliaibanaserreunidos—elprocesollevóvariossiglos—,habíauna serie mucho más larga de textos de los que los «redactores de la Biblia» dieron por buenos. Los evangelios apócrifos —los evangelios ocultos y secretos— no fueron incluidos en la Biblia. Entre otrascosas,sedebióaquenoseconsiderabanoriginales(fueronredactadosdemasiadotarde,cieno doscientos años después que los otros evangelios) respecto a los hechos que describen. Otros teólogos opinan que los escritos eran considerados heréticos por los cristianos ortodoxos, o dibujabanimágenesdesviadasdeJesús.Debetambiénmencionarsequevariosvirtuososevangelios cristianostampocohallaronsulugarporque,aligualquelostextosmáscontrovertidos,noeranlo suficientemente originales (se puede encontrar una serie de ejemplos en www.earlychristianwritmgs.com). Un ejemplo de texto apócrifo es el evangelio de Tomás. Allí Jesús aparece como alguien que transmiteconocimientossecretos.Laverdadespresentadacomoalgoquedebeaveriguarcadauno. ElevangeliodeTomáspuedeinterpretarsecomocontrovertidoporvariosmotivos.Algunosseñalan laclarainfluenciagnósticadeTomás(queenmuchospuntossedesvíadeloqueconocemoscomo «cristianismo»). Una minoría de los teólogos cree que el evangelio de Tomás puede contener versionesmásantiguas,yportantomásoriginales,delaspalabrasdeJesúsquelasdelosevangelios bíblicos.Sinembargo,lamayorpartedelosteólogosparececreerqueelevangeliodeTomás,taly comoloconocemoshoy,esdelsigloIII. A medida que el contenido y el alcance de estos escritos alternativos vayan estando más claros paranosotros,muchasdelasrepresentacionessobrelaenseñanzadeJesússerándesafiadas.Esfácil que Jesús sea interpretado como más radical, más crítico con la sociedad, y no siempre será conforme a la imagen más tardía de Jesús de la Iglesia. El evangelio de Tomás contiene sus palabras…sinrelatonicontexto.Nodicenadasobrelacrucifixiónnisobrelamuerteyresurrección de Jesús, nada sobre la historia de sus sufrimientos, su bautizo o la última cena. No hay milagros. AlgunospiensanquetantoQcomoelevangeliodeTomásdemuestranquelamuertedeJesús—ylos episodios posteriores— no formaba parte del cristianismo temprano, sino que esa dimensión se desarrollómástardebasándoseenlosritossacrificialesdeljudaísmo.AllídondelaBibliainsisteen nuestrafeindividual,elevangeliodeTomásinvitaaresponsabilizarnosdenuestrapropiaevolución atravésdelsaber(estoes,losrasgosclásicosdelgnosticismo).Jesústeníaunacomunidadabiertaa sualrededor,compuestadehombresymujeresenpiedeigualdad(cosaalaqueDanBrowntambién ledamuchaimportanciaensunovela).JesúsnoesllamadohijodeDiosniMesías.Juntoalosrasgos gnósticos,Tomásseatienealusodelaspalabrasdelosmanuscritoscoptosyaloscambiosenlas traduccionesdefinalesdelsiglo IV.MuchosindiciostextualesindicanqueTomásconocíaaMarcos, cosaquedebilitalateoríadequesuevangelioesmásantiguo(y,portanto,másoriginal)quelosdel NuevoTestamento. Aunque, paradójicamente, los evangelios del Nuevo Testamento a veces dibujan imágenes diferentesdeJesús,laimagendeJesússegúnTomásencontrómuchaoposiciónentreloscristianos tempranos. Una de las razones puede estribar en que Tomás lo describe, en gran medida, como un filósofo. Eso pudo provocar a los primeros padres de la Iglesia, que pretendían delimitar la enseñanza para que fuera unitaria y autoritaria, además de divina, en un tiempo en que la fe y su comprensión era desafiada y desgarrada en todas las direcciones. También merece la pena señalar queelJesúsdeTomássecentraenloespiritualallídondeelJesúsdelNuevoTestamentotienevisión tantoparaloespiritualcomoparalaacción.ElJesúsdelaBibliadesafíaasucontemporaneidad,el JesúsdeTomásrespondepreguntasquenotienenunapertenenciafísicaalocotidiano. MuchoscreyentesserepresentaneltamañodelaBibliacomoinamovibleyabsoluto.Losescritos apócrifos demuestran que el canon bíblico está creado por los hombres: es el resultado de valoracionesyselecciones,deretoquesyomisiones. Muchosteólogosafirmanquelosescritosapócrifosno«revelan»másquelobienqueeligióla Iglesia temprana los textos correctos. De hecho, el hallazgo de Nag Hammadi (www.nagbammadi.com) muestra lo meticulosamente que procedieron los Padres de la Iglesia en su labor de incluir y rechazar escritos para el Nuevo Testamento. Aunque es evidente que los apócrifos no puedanrefutarnadaenabsolutodelNuevoTestamento,nosproporcionanunmarcoalternativopara comprender no sólo los propios evangelios, sino también su selección y el turbulento tiempo y proceso que configuró el canon bíblico. Pero con independencia del punto de vista teológico, también pueden ser leídos como una prueba de que el autoritario canon parece el resultado de la mejorselecciónhistóricayteológica. AunquenosecreaenladivinidaddeJesús,podemosasegurarcongranplausibilidadqueexistió como figura histórica (se puede encontrar más sobre el Jesús teológico en la página web noruega www.jesus-messias.org).Amisojos,sufilosofía—enunapalabra:amoralprójimo—esigualmente valiosa,aunquenocreamosenlosdogmasdelaresurrecciónyelperdóndelospecados. EstaríaencantadosiElfinaldelcírculo—talycomolohahechoElcódigoDaVinci—estimulara aloslectoresabuscarsuspropiasrespuestasy,almismotiempo,desafiaralasverdadesquenoshan enseñadolasautoridades,yasealaIglesia,loscatedráticos,loscuraso,enrealidad,losescritores. ConElfinaldelcírculomiprimeraambiciónhasidoladeescribirunanovelademisteriounpoco diferente,quedejetrasdesípreguntasquenadiepuederesponder,peroqueesimportanteplantear. Lasfuentesgolpeanasuvez Paraacabar,unaenrevesadanotaapiedepágina:Enoctubrede2004,elDailyTelegraphpublicó queDanBrownibaaserdenunciadoporplagio.¿Porquién?¡Pornadamenosquedosdelosautores deElenigmasagrado:MichaelBaigentyRichardLeigh!SegúnelTelegraph,Leighhabíadicho:«No es que Dan Brown haya tomado prestadas ilegalmente algunas ideas, porque eso lo han hecho muchos. Sino que ha usado toda la estructura y la investigación previa —todo el puzzle— y las ha colgadosobreunganchodeficción». Resulta tentador considerar la demanda como un truco publicitario por parte de Leigh y Baigent…bastanteinjustoconBrown.DanBrowncitaabiertamenteElenigmasagradoremitiendoal capítulo60,ademásdeunacuriosidadenelespíritudeElcódigoDaVinci:elnombredelpersonaje sirLeighTeabingestácompuestoporelapellidodeRichardLeighyporelanagramarealizadocon lasletrasdelapellidodeBaigent.Enellibro,Teabingcogedelaestanteríaprecisamenteunacopiade Elenigmasagradoyelogiala«premisabásica»delosautores. Eso no basta, según Leigh y Baigent, que quieren meter una pajita en la exuberante cuenta bancariadeDanBrown. Seacualseaelveredictodeuneventualjuicio,haypocarazónparacreerquelapublicidadpueda influir de alguna manera notoria en la venta de los dos libros. La publicidad, la controversia y la atencióngiranenuncírculoeterno,yresultatentadorinsinuarqueesto,ciertamente,esuncírculosin final. T OM EGELAND Oslo,octubrede2004 AGRADECIMIENTOS Ningúnlibrollegaasersinlaayudadeotroslibros. El antiquísimo monasterio de los hospitalarios de San Juan de Vaerne —con sus enigmas arqueológicosysumística—puedesencontrarlohoyendíasicruzasMossysiguesendirecciónsur haciaFuglevik.LainformaciónsobreelmonasterioylaestanciadeloshospitalariosenNoruega,de trescientosañosdeduración,lahehallado,entreotrossitios,enloslibrosGárderogslekteriRygge de Ingeborg Flood (Rygge Sparebank, 1957) y en la Bygdehistorien i Rygge hasta 1800 de Lauritz OpstadyErlingJohansen(RyggeSparebank,1957). Si te engancha el misterio en torno a Bérenger Sauniére y Rennes-le-Cháteau, te remito a El enigma sagrado (The Holy Blood and the Holy Grail, 1982) de Michael Baigent, Richard Leigh y HenryLincoln.Aunquehayasacadoprovechodemuchasdesuscontrovertidasespeculaciones,sólo rozolacortezadesusteoríasconspiratoriasreligiosas. ParaanálisismásprofundossobreelJesúshistóricofrentealpredicador,recomiendoelbrevey sabiolibrodeJacobJervells,DenhistoriskeJesúsjMannensombleMesíasdeKarlOlavSandnesy OskarSkarsaune. GraciasaTomKoch,delacadenatelevisivaWBGH.LesdebosuseriededocumentalesFromJesús toChrist. ElmanuscritoQexistecomohipótesis.InvestigadoresdelInstituteforAntiquityandChristianity deCaliforniahanreconstruidoelmanuscritoQpalabraporpalabra,versículoporversículo. El Evangelio de Tomás, después de la publicación de El final del círculo, ha sido traducido al noruego. Al igual que las personas que andan a trompicones por estas páginas, la SIS y el Instituto Schimmersóloexistenenmiimaginación. Quisieraexpresarmiagradecimientoatodoslospacientesespecialistasyalasinstitucionesque me han proporcionado información, puntos de vista, propuestas y correcciones. La Universidad de Oslo, la Dirección General de Patrimonio Histórico, el British Musetim y el CERN (el laboratorio europeo de física de partículas). Por haber leído el manuscrito y haberme hecho invaluables sugerencias,quisieradarlelasgraciasamieditorenAschehoug,ØyvindPharo,ademásdeaKnut Lindh,OlavNjaastad,IdaDypvikycomosiempre:AseMyhrvoldEngeland.GraciasaJonGangdal, SebjergJ.HalvorsenyAnnaWeiderAasen.BjørnAreDavidsen,ademásdereseñaramablementeEl finaldelcírculoenelfragordeElcódigoDaVinci,mehaapoyadoconemocionantescríticasamis afirmacionesteológicas.GraciasalaperiodistaKajaKorsvolddeAftenposten,quesacóElfinaldel círculodelasestanteríaspolvorientas.GraciasamiagenteJohanAlmqvistenlaAschehougAgency ya0yvindHagendelaeditorialBazar:amboshancontribuidoalanzarmilibroalextranjero.Ya 0yvind Pharo, Even Rákil, Aleksander Opsal y a los demás de la editorial Aschehoug que, con renovadoentusiasmo,devolvieronalavidaaunlibroqueyateníatresaños. Ninguno de los libros o de los especialistas que he usado como fuentes o consejeros es responsabledelasocurrenciasolasinfinitaslicenciaspoéticasquemehetomado. GraciassobretodoaAse,Jorunn,VegaryAstrid…poreltiempo. T OM EGELAND BIBLIOGRAFÍAYFUENTES Quienes deseen profundizar en las cuestiones teológico-históricas de la novela y el epílogo — cuestionesvinculadasconElcódigoDaVinci—tienenabundanteslibrosalosquerecurrir.Sepueden encontrarenlaslibreríaslocalesoenInternet.Heaquíunapequeñaselección: Baigent, Michael y Leigh, Richard, The Dead Sea Scrolls Deception, Simón & Schuster. [El escándalodelosmanuscritosdelmarMuerto,MartínezRoca,Barcelona,1992.] —,yLincoln,Henry,TheHolyBloodandtheHolyGrail,Dell.[Elenigmasagrado,Martínez Roca,Barcelona,1987.] —,TheMessianicLegacy,Dell.[Ellegadomesiánico,MartínezRoca,1987.] Barber, Malcolm, The Trial of the Templaars, Cambridge University Press. [El juicio de los templarios,EditorialComplutense,Madrid,1999.] Brown,Dan,DaVincikoden,Bazar.[ElcódigoDaVinci,Umbriel,Barcelona,2003.] Fredriksen, Paula, From Jesus to Christ: The Origins of the New Testament Images of Jesus, YaleUniversityPress. Gilus, Ingvild Saelid, y Thomassen, Einar (eds.), Gnostiske skrifter, Verdens hellige tekster, DeNorskeBokklubbene. Jarvell,Jacob,DenhistoriskeJesus,LangogKirke. —,(ed.),Jesus.Bibelenfireevangelier,Verdenshelligetekster,DeNorskeBokklubbene. Jenkins,Phillip,HiddenGospels,OxfordUniversityPress. Meier,Joseph,MarginalJew;RethinkingtheHistoricalJesus,AnchorBible. Moxnes, Halvor, y Tomasen, Einar (eds.), Apokryfe evangelier, Verdens hellige tekster, De NorskeBokklubbene. Olson,Cari,yMiesel,Sandra,TheDaVinaHoax,IgnatiusPress. Picnett,Lynn,yPrince,Clive,TheTemplarRevelation,Touchstone. Sandnes,KarlOlav,ySkarsaune,Oskar,MannensombleMessias,NorskKristeligStudierád, NRK,IKO. Woje,Svein,yKlep,Kari,Jesusdodeikkepakorset.UrevangelietQ.,Boglund. —,Thomasevangelist,Boglund. Wright, N. T., Jesus and the Victory of God: Christian Origins and the Questions of God, AugsburgFortressPublishers. —,TheContemporaryQuestforJesus,AugsburgFortressPublishers. Algunasotraspáginaswebqueilustranlostemasdelanovelaydelepílogo: www.bibelen.no www.katolsk.no EvangeliosegúnTomás:www.thomasevangeliet.no EvangeliosegúnTomás:http://dromsmia.no/tomas.htm ClaremontGraduateUniversity:www.cgu.edu SchoolofReligionatCGU:http://religion.cgu.edu AncientBiblicalManuscriptCenter:www.abmc.org ClaremontSchoolofTheology:www.cst.edu SocietyofBiblicalLiterature:www.sbl-site.org AmericanSchoolsofOrientalResearch:www.asor.org InstitutoOrientaldelaUniversidaddeChicago: www.oi.uchicago.edu AechNet,WWWVirtualLibrary:http://archnet.asu.edu/ archnetDukePapyrusArchive:http://scriptorium.lib.duke.edu/ papyrusJournalofReligiónandSociety:www.creighton.edu/JRS CrislerBiblicalInstitute:www.crislerinstitute.comEstudiossobreJesús:www.jesusstudies.net SobreMateo,MarcosyLucas:http://www.mind-spring.com/~scarlson/synopt/faq.htm TOM EGELAND. (Oslo, Noruega, 8 de julio de 1959). Creció en el barrio Kalbakken en Groruddalen,alNortedelcentrodelaciudaddeOslo.Durantesusestudiossecundariosvivióunaño como estudiante de intercambio en los EE.UU. Es escritor y periodista, trabajó para medios como Aftenposten,ViMennoelcanalTV2antesdededicarsealaliteraturaatiempocompleto.En1983fue contratado por el diario Aftenposten, donde trabajó como periodista de noticias, jefe de guardia y director de noche para la edición matutina. En 1992 fue nombrado director de los informativos de OsloenelcanaldetelevisiónTV2yenel2000pasóaserjefedeinformativosdelcanal. Su debut literario tuvo lugar en 1988 con una novela de terror y desde entonces ha publicado numerosasnovelas.Susobrassongrandesbest-sellersensupaís,mezclandohorror,historia,intriga y suspense. Los libros de Egeland se reeditan constantemente y se han traducido a más de quince idiomas. Sus obras más conocidas a nivel internacional son: «Sirkelens Ende» o como lo conocemos en español«Elfinaldelcírculo»y«PaktensVoktere»oenespañol«Loscustodiosdeltestamento». Notas [1]BjørnesunnombremuycorrienteenNoruegaque,literalmente,significa«oso».(N.delaT.).<< [2]Ennoruego,laletraQsuenaigualquelapalabravaca(kü).(N.delaT.).<< [3]Eningléseneloriginal.(N.delaT.).<< [4]Eningléseneloriginal.(N.delaT.).<< [5]Eningléseneloriginal.(N.delaT.).<< [6]ElfacsímildeldocumentodelacubiertaprovienedeLesDossiersSecrets,quesontaninventados comoestanovela.<<