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TERCERA TEMPORADA 2016 Septiembre 2016 Conmemoración de los 40 Años del Exilio Argentino Sábado 03 de septiembre • 20:00 horas Domingo 04 de septiembre • 12:00 horas Luis Gorelik, director huésped Astor Piazzolla Soledad, de la Suite Lumière (1921-1992) (Duración aproximada: 4 minutos) Allegro tangabile, de María de Buenos Aires (Duración aproximada: 4 minutos) Oblivion (Duración aproximada: 4 minutos) Adiós Nonino (Duración aproximada: 8 minutos) Chiquilín de Bachín Texto: Horacio Ferrer (Duración aproximada: 5 minutos) Balada para un loco Texto: Horacio Ferrer (Duración aproximada: 5 minutos) Libertango (Duración aproximada: 5 minutos) Intermedio Carlos Gardel Volver (c. 1890-1935) Texto: Alfredo Le Pera (Duración aproximada: 4 minutos) Julián Plaza Nocturna (milonga) (1928-2003) (Duración aproximada: 4 minutos) Ángel Villoldo El choclo (1861-1919) (Duración aproximada: 4 minutos) Mariano Mores Uno (1918-2016) Texto: Enrique Santos Discépolo (Duración aproximada: 5 minutos) Héctor Stamponi El último café (1916-1997) Texto: Cátulo Castillo (Duración aproximada: 5 minutos) Anselmo Aieta Corralera (milonga) (1896-1964) (Duración aproximada: 4 minutos) Horacio Salgán A fuego lento (1916-2016) (Duración aproximada: 4 minutos) Edgardo Donato (1897-1963) A media luz Texto: Carlos Lenzi (Duración aproximada: 4 minutos) Carlos Gardel El día que me quieras (c. 1890-1935) Texto: Alfredo Le Pera (Duración aproximada: 5 minutos) Gerardo Matos La cumparsita (1897-1948) (Duración aproximada: 4 minutos) Carlos Gardel Por una cabeza - Mi Buenos Aires querido Texto: Alfredo Le Pera (Duración aproximada: 5 minutos) Víctor Madariaga, bandoneón y acordeón Cristian Zárate, piano y arreglos orquestales Yayo González, canto 1 Luis Gorelik Director huésped Nacido en La Plata en Argentina, Luis Gorelik estudió con Pedro I. Calderón en Buenos Aires y continuó su formación en la Academia de Música Rubin de Jerusalén en Israel bajo la guía de Mendi Rodán. A los 22 años fue designado director de la Orquesta Filarmónica de Mendoza. Fue director asociado de la Sinfónica de Haifa en Israel, director artístico de la Sinfónica de la Universidad de Concepción en Chile y la Sinfónica de Salta; desde 2010 está al frente de la Sinfónica de Entre Ríos y recientemente fue nombrado director de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto. Ha sido invitado a dirigir la Filarmónica de Israel, la Sinfónica de Jerusalén, la Orquesta Dohnányi de Budapest en Hungría, la Filarmónica de Eslovenia, la Orquesta de Radio Bucarest en Rumania, la Sinfónica de Lérida en España, la Sinfónica de Voivodina en Serbia, la Sinfónica de Cuenca en Ecuador, la Filarmónica de Buenos Aires, la Sinfónica Nacional de Argentina y otras orquestas en México, Colombia, Argentina, Brasil, Chile, Venezuela, Uruguay, Cuba, Macedonia, Islandia e Italia. Asimismo, ha dirigido producciones de ópera y ballet en Europa y América. Ha recibido el Premio a la Música en Chile, el de Arte y Cultura y la Medalla Claudio Arrau, entre otros reconocimientos. Da clases de dirección en la Universidad Nacional de las Artes. Víctor Madariaga Bandoneón y acordeón Originario de la Ciudad de México, Víctor Madariaga comenzó a tocar acordeón a los 8 años; estudió el instrumento en la Escuela Nacional de Música de la UNAM con Iduna Tuch, Guillermo López y Teresa Bazán y en el Instituto Gnessin de Moscú Rusia con Bitalli Muntyan, además de clases magistrales con Aldo Rizzardi y Claudio Jacomucci. Aprendió bandoneón con César Olguín y tomó clases magistrales con Julio Pane y Rodolfo Mederos. Ha tocado con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, la Sinfónica de Minería, la Filarmónica de la UNAM, la Orquesta de la Ópera de Bellas Artes, la Filarmónica de Saltillo y la Sinfónica de Guanajuato entre otras. Junto con Robbin Blanco, estrenó en México el Concierto para bandoneón y guitarra de Piazzolla con la Filarmónica de Yucatán. Ha realizado giras por Inglaterra, Irlanda, Francia, Uruguay, Italia, Argentina, Colombia, India, España, Rusia y Estados Unidos. Ha sido integrante de la Orquesta Mexicana de Tango y de Paté de Fuá. En 1998, fundó el quinteto Tango Nuevo, con el que se ha presentado en México, Argentina, Chile, Brasil y Estados Unidos. Víctor Madariaga ha participado en la música de películas dirigidas por Carlos Carrera, Carlos Cuarón y Sebastian del Amo. Ganó un premio por la música del filme Lo que nunca nos dijimos. Actualmente da clases en la Facultad de Música de la UNAM. 2 Cristian Zárate Piano Cristian Zárate nació en Buenos Aires, a los 5 años comenzó a aprender piano y a los 16 años, ingresó a la Orquesta Color Tango. Desde entonces, ha tocado con la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires, la Orquesta Estable del Teatro Colón, la Sinfónica de Mendoza, la Orquesta Juan de Dios Filiberto el Quinteto de Juan José Mosalini, Antonio Agri, el Sexteto de Julián Plaza, el Octeto de Daniel Piazzolla, Fernando Suárez Paz, el Quinteto de Walter Ríos, Marcelo Nisinman, la Orquesta Yoshinori Yoneyama, el Quinteto de Rodolfo Mederos, la Orquesta Juan D’Arienzo, el Trío de Julio Pane, Daniel Binelli y el Quinteto de Néstor Marconi. En 1996, formó su primer sexteto. Fue director musical de las tanguerías El Viejo Almacén, Michelángelo y Piazzolla Tango, así como de los espectáculos Tangox 2, Tango argentino y Mosqueteros del tango. Hizo el arreglo musical de la película Tango de Carlos Saura y dirigió la orquesta en el documental Tango, el espíritu de Argentina. Ha presentado producciones de la ópera María de Buenos Aires de Piazzolla en Francia y Grecia. Se ha presentado en Suecia, Noruega, Holanda, Italia, Alemania, Francia, Bélgica, Grecia, Filipinas, Japón, China, Estados Unidos y otros países de América del Sur. Ha grabado los discos Prepárense, Evolución tango y El día que nos quieran. Yayo González Canto Yayo González estudió en la Escuela Popular de Música del Sindicato Argentino de Músicos y el Conservatorio Nacional Juan Manuel de Falla en Buenos Aires, su ciudad natal. Ha tomado clases con Eduardo Kacheli, Juan Benítez, Armando de la Vega y Gustavo Mozzi, entre otros. Fue integrante fundador del trío de guitarras de tango Plaque Trío, con el que actuó en diversos festivales argentinos en los que compartió el cartel con Rodolfo Mederos y León Gieco. Con el quinteto Yayo y los González participó en el Festival del Centro Histórico en su primera visita a México. También es fundador del cuarteto Cuatro de Copas y del dúo Los Mareados. En 2005, convocó a músicos argentinos, mexicanos, brasileños e israelitas para formar en México el grupo Paté de Fuá, que fusiona jazz, tango, tarantelas, pasodobles, valses criollos y otros géneros. La banda ha grabado siete discos de los que ha vendido más de 100 000 ejemplares en México y se ha presentado en más de 300 escenarios México, Estados Unidos y varios países de Asia y América. Ganó dos veces el premio Lunas del Auditorio y recibió una nominación al Grammy Latino. Ha grabado la banda sonora de más de 10 películas mexicanas y se ha presentado en tres ocasiones en el Festival Vive Latino. 3 El tango Desde sus primeras manifestaciones a mediados del siglo XIX hasta las radicales transformaciones llevadas a cabo por Astor Piazzolla en la segunda mitad del siglo XX, el tango ha tenido una vida agitada que lo ha llevado de los arrabales de las ciudades del Río de la Plata hasta las salas de concierto de todo el mundo. De ser considerado danza indecente y música prostibularia, pasando por la voz de Carlos Gardel, hasta penetrar en las aulas de los conservatorios y convertirse en música de concierto, el tango es hoy por hoy ciudadano del mundo al grado que en países como Finlandia forma parte desde hace muchos años de su patrimonio cultural, y cineastas tan disímiles como el español Carlos Saura (Tango, 1998) y la inglesa Sally Potter (La lección de tango, 1997), lo han consagrado en la pantalla. Astor Piazzolla (Mar del Plata, 1921 - Buenos Aires, 1992) «En Argentina se puede cambiar todo menos el tango», afirmó Astor Piazzolla al referirse a la enorme cantidad de problemas que le había acarreado introducir modificaciones en un género musical considerado sagrado en su patria. Sin embargo, bajo la consigna de que «música que no cambia muere», luchó por insuflarle nueva vida al tango e inscribirlo en una dimensión que le permitiera dejar los salones y tener cabida en las salas de concierto. La culminación de sus esfuerzos fue la creación de un tipo de tango influenciado por las sonoridades de Béla Bartók e Igor Stravinsky, la lógica melódica de Johann Sebastian Bach, la riqueza armónica del jazz y, por supuesto, la esencia del tango argentino. Ejemplo claro de estas nuevas concepciones es Libertango, obra en la cual Piazzolla proclamaba esta nueva libertad creadora que guiaría sus pasos. No obstante, entre su vasta y rica producción Piazzolla siempre consideró que su tango número uno era Adiós Nonino, compuesto en circunstancias asaz difíciles y tristes. Durante una gira muy poco exitosa por Centroamérica en 1959, recibió la noticia de la muerte de su padre y regresó a Nueva York, en donde se encontraba realizando grabaciones de lo que él denominaba Tango-Jazz. Daniel, su hijo, narra como su padre les pidió que lo dejaran solo, y desde la cocina únicamente escucharon durante un buen rato un profundo silencio que fue interrumpido por el sonido del bandoneón. Fue entonces, cuenta Daniel, que escucharon una melodía terriblemente triste: Piazzolla estaba componiendo Adiós Nonino, o mejor dicho, estaba componiendo la parte que añadiría a otro tango llamado Nonino, también dedicado a su padre, que había compuesto años atrás. Pero Piazzolla no sólo cultivó el tango sino que escribió canciones inspiradas en él, como las surgidas de su encuentro con Horacio Ferrer, escritor, poeta e historiador del tango, nacido en Uruguay, donde había realizado programas de radio con la intención de difundir y apoyar las nuevas tendencias dentro del tango, además de ser fundador y director de revistas cuyo tema, por supuesto, era el tango. Ferrer, quien había escrito libros 4 sobre la historia de este género y hasta había participado como bandoneonista en una pequeña orquesta, publicó exitosamente en 1967 un libro de poemas llamado Romancero canyengue, el cual fue leído por Piazzollaquien, sin dudarlo, se presentó ante Ferrer y le dijo: «Quiero que trabajes conmigo porque mi música es igual a tus versos», añadiendo persuasivamente, «Si no venís a trabajar conmigo sos un imbécil». Ferrer, quien no quería ser un imbécil, fue entonces a ver al rector de la Universidad de Montevideo donde trabajaba como secretario de la misma y le presentó su renuncia. Por supuesto, el rector le dijo que estaba loco. Pero no es lo mismo ser un loco que un imbécil, y amparado por esta lógica Ferrer fue al periódico El Día, donde también chambeaba como periodista, y les dijo adiós a todos para irse a la aventura con Piazzolla, con quien forjó una prolífica relación que dio como resultado no sólo canciones como Balada para un loco y Chiquilín de Bachín, sino la creación de la que es conocida como la primera ópera-tango de la historia, María de Buenos Aires. Las inquietudes musicales de Piazzolla se extendieron también al cine. Así, Soledad es la primera de las cuatro partes que conforman la suite que estructurara a partir de la música que escribiera para la película Lumière, dirigida por Jeanne Moreau —actriz y directora de cine, teatro y ópera, guionista y escritora, y recordada por ser la trabajadora doméstica protagonista de la película de Buñuel Diario de una recamarera—, quien decidió dar su primer paso en la dirección cinematográfica en 1976 con esta película, para la cual pidió la colaboración musical de Piazzolla, la cual no era la primera ni sería la última vez que el compositor hiciera música para el cine, pues Oblivion es un tango compuesto para la película de Marco Bellocchio Enrique IV, de 1984, basada en la comedia homónima de Luiggi Pirandello. Tangos, canciones y milongas Si bien es cierto que los orígenes del tango son disputados por argentinos y uruguayos en una discusión de la que no se ve el final, el nacimiento del tango cantado se remonta a 1917, año en el que Carlos Gardel cantó y grabó Mi noche triste, tango instrumental compuesto por Samuel Castriota, al cual le puso letra Pascual Contursi. A partir de ese primer tango poco a poco el repertorio de Gardel se iría enriqueciendo con piezas de este género. En 1931, Gardel, quien ya se había convertido no sólo en un cantante de renombre internacional sino en una estrella de cine, conoció al letrista, escritor y periodista brasileño Alfredo Le Pera con quien crearía algunos de los tangos cantados más famosos de la historia, entre ellos Volver y Por una cabeza, y canciones como Mi Buenos Aires querido y El día que me quieras, que fueran, además, temas de sendas películas del mismo nombre protagonizadas, por supuesto, por Gardel. En los orígenes del tango se encuentra El choclo, cuya melodía algunos atribuyen al hijo de una esclava negra llamada Casimira, al que su dueño Amancio Alcorta no sólo le otorgó la libertad, sino que, siguiendo las costumbres de la época, le impuso su apellido. De allí su nombre, Casimiro Alcorta, 5 gran violinista, bailarín y compositor, que formara el primer grupo de tango del que se tenga noticia allá por 1870. Otros sostienen que el autor tanto de la letra como de la música fue Ángel Villoldo, considerado por muchos el padre del tango. A lo largo de su vida El choclo (palabra con la que se designa en Sudamérica al maíz), ha tenido distintas letras. La más famosa la que le hiciera Enrique Santos Discépolo, en la que dice: Con este tango que es burlón y compadrito Se ató dos alas la ambición de mi suburbio. Con este tango nació el tango como un grito. Salió del sórdido barrial buscando el cielo. Haciéndose eco de esta tradición, Jorge Luis Borges escribió en Evaristo Carriego: Diríase que sin atardeceres y noches de Buenos Aires no puede hacerse un tango y que en el cielo nos espera a los argentinos la idea platónica del tango, su forma universal (esa forma que apenas deletrean La tablada o El choclo), y que esa especie venturosa tiene, aunque humilde, su lugar en el universo. Desde su consolidación e internacionalización en la segunda y tercera dé cadas del siglo XX, el tango entró en una etapa conocida como Guardia Nueva, en la que el tango canción se impuso y adquirió sus características distintivas: énfasis en cada uno de los cuatro tiempos del compás; el sonido penetrante del bandoneón preñado de melancolía y sacralidad (hay que recordar que surgió en Alemania como una especie de órgano portátil para acompañar los cantos religiosos); y letras en las que el desamor, el abandono, la soledad, la nostalgia, el olvido, el engaño y la imagen de la madre abnegada, son los temas principales expresados en una jerga denominada lunfardo, que se desarrolló en la región del Río de la Plata. A lo largo de esta etapa, la colaboración entre compositores y poetas fue fundamental, y en muchas ocasiones éstos últimos eran grandes músicos, como Enrique Santos Discépolo o Cátulo Castillo. De esta colaboración surgieron tangos como A media luz, Uno y El último café, que aunque corresponden a momentos distintos (1925, 1943 y 1963 respectivamente) observan las mismas cualidades esenciales del tango de la Guardia Nueva. No obstante, en la década de los años cincuenta aparecieron los primeros síntomas de cambio que traerían consigo nuevas formas de entender el tango. La influencia de las armonías jazzísticas con sus disonancias y su carácter improvisatorio aunada a un mayor énfasis rítmico se harían presentes en la obra de compositores como Horacio Salgán y Astor Piazzolla, representantes del llamado «tango de vanguardia». El ejemplo más representativo en la obra de Horacio Salgán de esta nueva visión lo encontramos en su tango A fuego lento. Por otro lado, los caminos que muchas veces recorre la creación de un tango son bastante tortuosos. Ejemplo de ello es La cumparsita, cuya melodía, o cuando menos parte de ella, fue compuesta por Gerardo Matos 6 Rodríguez en sus tiempos de estudiante de arquitectura, como una marcha para una comparsa de carnaval. Matos le llevó su creación al compositor Roberto Firpo quien le añadió fragmentos de tangos suyos ya olvidados y la orquestó. Después de sus primeras ejecuciones cayó en el olvido hasta que en 1924 Pascual Contursi y Enrique Maroni le cambiaron la letra que originalmente le pusiera Matos y lo utilizaron en una obra de teatro con la que obtuvieron un enorme éxito. Ese mismo año comenzó a ser cantado por Gardel quien además lo grabó, y al enterarse Matos del éxito de «su» tango intentó recuperar los derechos que había vendido por una bicoca a una casa editorial, y al recuperarlos prohibió su ejecución con cualquier otra letra que no sea la suya. A la muerte de Contursi, su viuda y Enrique Maroni demandaron a Matos por daños y perjuicios, pero ni Maroni ni Matos vivieron para conocer el fallo emitido en 1948. Para entonces La cumparsita ya estaba en vías de convertirse en el tango más famoso a nivel mundial. Al igual que la del tango, la historia de la milonga está íntimamente relacionada con las grandes migraciones de extranjeros llegados a la región del Río de la Plata, cada cual con sus costumbres, sus tradiciones y su música, la que al mezclarse con la de los otros produjo el surgimiento de nuevos géneros. Que si la chamarrita, el choro, el candombe y la habanera comparten o le aportaron alguna característica a la milonga, y que si ésta a su vez tuvo algo que ver en la gestación del tango es un asunto bastante complicado pero cierto, pues ya desde las milongas más antiguas se deja sentir el característico ritmo de habanera, aunque más vivo que el de las habaneras cubanas o españolas. Y por supuesto, al igual que el tango, la milonga tuvo su evolución, desde las milongas campiranas, generalmente más lentas y sentidas, pasando por las milongas ciudadanas, surgidas a su vez como un subgénero del tango, hasta las milongas que acusan algunas de las influencias que llevaron a Astor Piazzolla a transformar el tango. Dos ejemplos contrastantes de lo que ha sido la milonga los encontramos en Corralera y Nocturna. La primera más tradicional mientras que la segunda cae en el terreno de la llamada milonga-tango por mezclar en una misma composición ambos géneros. Notas: Roberto Ruiz Guadalajara 7 Orquesta Filarmónica de la UNAM Violas Francisco Cedillo Blanco* Gerardo Sánchez Vizcaíno* Patricia Hernández Zavala Jorge Ramos Amador Luis Magaña Pastrana Thalía Pinete Pellón Érika Ramírez Sánchez Juan Cantor Lira Miguel Alonso Alcántara Ortigoza Roberto Campos Salcedo Aleksandr Nazaryan Concertinos Sebastian Kwapisz Manuel Ramos Reynoso Violines primeros Benjamín Carone Trejo Ewa Turzanska Erik E. Sánchez González Alma Deyci Osorio Miguel Edgardo Carone Sheptak Pavel Koulikov Beglarian Arturo González Viveros José Juan Melo Salvador Carlos Ricardo Arias de la Vega Jesús Manuel Jiménez Hernández Teodoro Gálvez Mariscal Raúl Jonathan Cano Magdaleno Ekaterine Martínez Bourguet Toribio Amaro Aniceto Martín Medrano Ocádiz Violonchelos Valentín Lubomirov Mirkov* Beverly Brown Elo* Ville Kivivuori José Luis Rodríguez Ayala Meredith Harper Black Marta M. Fontes Sala Carlos Castañeda Tapia Jorge Amador Bedolla Rebeca Mata Sandoval Lioudmila Beglarian Terentieva Ildefonso Cedillo Blanco Vladimir Sagaydo Violines segundos Osvaldo Urbieta Méndez* Carlos Roberto Gándara García* Nadejda Khovliaguina Khodakova Elena Alexeeva Belina Cecilia González García Mora Mariano Batista Viveros Mariana Valencia González Myles Patricio McKeown Meza Miguel Ángel Urbieta Martínez María Cristina Mendoza Moreno Oswaldo Ernesto Soto Calderón Evguine Alexeev Belin Roberto Antonio Bustamante Benítez Juan Carlos Castillo Rentería Benjamín Carone Sheptak Contrabajos Víctor Flores Herrera* Alexei Diorditsa Levitsky* Fernando Gómez López José Enrique Bertado Hernández Joel Trejo Hernández Héctor Candanedo Tapia Claudio Enríquez Fernández Jesús Cuauhtémoc Hernández Chaidez Alejandro Durán Arroyo Flautas Héctor Jaramillo Mendoza* Alethia Lozano Birrueta* Jesús Gerardo Martínez Enríquez Piccolo Nadia Guenet 8 Oboes Rafael Monge Zúñiga* Daniel Rodríguez* Araceli Real Fierros Trompetas James Ready* Rafael Ernesto Ancheta Guardado* Humberto Alanís Chichino Arnoldo Armenta Durán Corno inglés Patrick Dufrane McDonald Trombones Benjamín Alarcón Baer* Alejandro Díaz Avendaño* Alejandro Santillán Reyes Clarinetes Manuel Hernández Aguilar* Sócrates Villegas Pino* Austreberto Méndez Iturbide Trombón bajo Emilio Franco Reyes Clarinete bajo Alberto Álvarez Ledezma Tuba Héctor Alexandro López Fagotes Gerardo Ledezma Sandoval* Manuel Hernández Fierro* Rodolfo Mota Bautista Timbales Alfonso García Enciso Percusiones Javier Pérez Casasola Valentín García Enciso Francisco Sánchez Cortés Abel Benítez Torres Contrafagot David Ball Condit Cornos Elizabeth Segura* Silvestre Hernández Andrade* Mateo Ruiz Zárate Gerardo Díaz Arango Mario Miranda Velazco Arpas Mercedes Gómez Benet Janet Paulus Piano y celesta E. Duane Cochran Bradley * Principal Subdirectora Ejecutiva Edith Citlali Morales Hernández Asistente de Bibliotecario Guillermo Sánchez Pérez Enlace Artístico Clementina del Águila Cortés Personal Técnico Eduardo Martín Tovar Hipólito Ortiz Pérez Roberto Saúl Hernández Pérez Operación y Producción Mauricio Villalba Luna Asistente de la Subdirección Ejecutiva Julia Gallegos Salazar Coordinación Artística Israel Alberto Sandoval Muñoz Bibliotecario José Juan Torres Morales 9 Universidad Nacional Autónoma de México Dr. Enrique Luis Graue Wiechers Rector Dr. Leonardo Lomelí Vanegas Secretario General Ing. Leopoldo Silva Gutiérrez Secretario Administrativo Dr. Alberto Ken Oyama Nakagawa Secretario de Desarrollo Institucional Dr. César Iván Astudillo Reyes Secretario de Atención a la Comunidad Universitaria Dra. Mónica González Contró Abogada General Coordinación de Difusión Cultural Dra. María Teresa Uriarte Castañeda Coordinadora de Difusión Cultural Mtro. Fernando Saint Martin de Maria y Campos Director General de Música Programa sujeto a cambios FUERA DE TEMPORADA 2016 Septiembre 10 y 11 Sábado 10 de septiembre • 20:00 horas Domingo 11 de septiembre • 12:00 horas José Guadalupe Flores, director huésped José Pablo Moncayo Huapango (1912-1958) Lorenzo Lara Yo soy el mariachi Vargas y Fuentes Pop sones Rubén Fuentes La noche y tú Antonio Valdez Herrera Renunciación Juan Zaízar Cielo rojo Mario Molina y Rubén Fuentes - Guadalupe Trigo y Eduardo Salas Qué bonita es mi tierra Mi ciudad Tomás Méndez Cucurrucucú (Duración aproximada: 40 minutos) Intermedio Andreas Zanneti Pueblo de Sol José Vaca Flores Esclavo y amo J. Ángel Espinoza «Ferrusquilla» Échame a mí la culpa Miguel Ángel y José Ángel «Cuates» Castilla El pastor Mario Domm y Mónica Vélez Mientes Popurri Orgullo mexicano Arreglo: Fernando de Santiago y Ricardo Martín Jaime Flores, Raúl Ornelas y Luis Carlos Monroy Esta vida (Duración aproximada: 35 minutos) Mariachi Juvenil Tecalitlán Claudia Sierra, canto Fernando de Santiago, arreglos orquestales 1 José Guadalupe Flores Director huésped Originario de Arandas, Jalisco, José Guadalupe Flores es egresado de la Escuela de Música Sacra y de la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara. Continuó sus estudios en Alemania. Ha dirigido a la mayoría de las orquestas de México, entre las que se pueden mencionar la Sinfónica Nacional, la Filarmónica de la Ciudad de México, la Filarmónica de la UNAM, la Sinfónica de Guadalajara (actualmente Filarmónica de Jalisco), las sinfónicas de Monterrey y Aguascalientes, Estado de México, Pachuca y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes. Se ha presentado en Canadá, Yugoslavia, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Estados Unidos y Brasil, donde fue director de la Orquesta Petrobras Pro-Música de Rio en Janeiro. Asimismo, ha sido director titular de la Sinfónica Nacional, de las sinfónicas de Xalapa y Guadalajara, de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes y de la Filarmónica de Jalisco. Desde 1998, está al frente de la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro. Entre los reconocimientos que ha recibido destacan el de Músico del Año 2003 por parte del gobierno de Querétaro, el Premio Jalisco en la categoría de Artes, el cuarto premio Francisco Medina Ascencio, Hijo Predilecto de Arandas, socio de número de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, Egresado Ilustre de la Universidad de Guadalajara y Lince de Oro de la Universidad del Valle de México. En el ámbito operístico, ha dirigido La traviata, Tosca, Carmen, Fausto, La bohème, Don Giovanni y Don Pasquale, por mencionar algunas. Su repertorio también incluye música sinfónica y coral de Rachmaninov, Mozart, Ravel, Beethoven, Mahler y Richard Strauss, entre muchos otros, además de varios estrenos mundiales. Ha grabado obras de Moncayo, Revueltas, Galindo, Ponce, Halffter, Curiel, Oliva, Jiménez Mabarak, Ibarra, Carrillo, Bernal Jiménez y otros compositores mexicanos. Para conmemorar los 250 años de su nacimiento, grabó el Concierto para clarinete, el Rondó para violín y el Concierto para fagot de Mozart, así como el Concierto para trompeta de Leopold Mozart, con la Filarmónica de Querétaro y solistas de la orquesta. Con el mismo conjunto, grabó el Concierto para violonchelo y tres Danzas eslavas de Antonín Dvořák. 2 Mariachi Juvenil Tecalitlán El Mariachi Juvenil Tecalitlán fue fundado en 1985 por Marco Antonio y Fernando de Santiago, hijos de José Natividad de Santiago, integrante del Mariachi Vargas de Tecalitlán. El grupo ha participado en la Expo Sevilla 92, el Festival de Viña del Mar en cuatro ocasiones, el Festival de Cannes en Francia, el Festival Agustín Lara en México, Cuba y España, además de otros encuentros de mariachis en México y Estados Unidos. Ha acompañado en espectáculos y programas de televisión a Aída Cuevas, Raúl di Blasio, Rocío Banquells, Manolo Muñoz, Marco Antonio Muñiz, Alberto Vázquez, Joan Sebastian, Lucero, Ángeles Ochoa, Guadalupe Pineda, Miguel Aceves Mejía, Marco Antonio Solís, Raphael, María Victoria, María de Lourdes, Francisco «Charro» Avitia, Lola Beltrán, Lucha Villa, Humberto Cravioto, Juan Valentín, Verónica Castro, Pedro Fernández y Vicente Fernández, entre otros. Además de cuatro discos propios, el Mariachi Juvenil Tecalitlán ha participado en grabaciones de Carlos Cuevas, Rocío Durcal, Pandora, Alberto Vázquez, Luis Cobos, Lucero, Yuri, Mijares, Antonio Aguilar, Alejandro Fernández, Vicente Fernández, Ana Gabriel y Amanda Miguel. Se ha presentado en programas de televisión. Claudia Sierra Canto Claudia Sierra comenzó su carrera en 1991 en el Grupo Impulsor de la Música Representativa de México que dirigía María de Lourdes, con el que se presentó en el Auditorio Nacional, el Teatro de la Ciudad de México y otros escenarios, que compartió con Lucha Villa, Lola Beltrán, el Charro Avitia, María de Lourdes, Miguel Aceves Mejía y otros artistas. A lo largo de su carrera, se ha presentado en ciudades de México, Estados Unidos, España, Francia, Holanda, Brasil y otros países. Ha cantado en el festival Las Noches Blancas de Perm en Rusia, el Carnaval de Huatulco, la Feria del Caballo en Texcoco, un homenaje a Eduardo Magallanes y diversos festejos de la Independencia y Navidad, por mencionar algunos. En sus actuaciones ha alternado o colaborado con Carlos Cuevas, Gualberto Castro, la Orquesta Sinfónica de Campeche, el Mariachi Juvenil Tecalitlán, Angélica María, Manoella Torres y otros artistas. Ha participado en discos de Pepe Aguilar, Antonio Aguilar, María de Lourdes, Julio Preciado, Joan Sebastian, Pablo Montero, Juan Valentín, Alberto Vázquez y Vicente Fernández, entre otros. Su propia discografía incluye los títulos Eternamente tuya, Nunca te olvidaré, Claudia Sierra, Nostalgia entre amigos, ¡Qué sabe nadie! y La mexicana. Ha trabajado como conductora del programa televisivo Música hecha en México. En varias ocasiones ha sido invitada a formar parte del jurado en concursos de música ranchera. 3 José Pablo Moncayo (Guadalajara, 1912- Ciudad de México, 1958) Huapango Cuando Tecayehuatzin de Huexotzinco alaba en sus versos la inspiración del poeta Ayocuan Cuetzpaltzin, asegura que se debe a que «bajó sin duda al lugar de los atabales». Por su parte, un mito náhuatl narrado por Fray Juan de Torquemada en su Monarquía indiana cuenta que el sol transformó a dos de sus servidores en el huéhuetl y el teponaztli, como castigo por haber respondido el canto de un devoto de Tezcatlipoca que, tras atravesar el mar sobre un camino formado por ballenas, sirenas y tortugas, logró llegar hasta la morada del sol en busca de instrumentos musicales para hacerle fiesta a su dios. Indudablemente, el alma de los atabales, del huéhuetl y del teponaztli es el ritmo, al igual que el de la música que heredamos de las culturas mesoamericanas. Como buen percusionista que era, lo sabía José Pablo Moncayo al componer su Huapango, pues desde los primeros compases de esta fascinante obra el oído y el alma caen rendidos ante el encanto de la simpleza de los ritmos que poco a poco se van desplegando en un lento, sabio y contenido recorrido por distintos colores instrumentales, hasta desarrollar patrones cada vez más amplios que hacen madurar un tejido rítmico sobre el cual florecen melodías surgidas de la sangre misma del pueblo. Veintinueve años habían transcurrido desde que viera por primera vez la luz Moncayo, allá en Guadalajara, cuando inscribió su nombre con notas de oro en la lista de compositores que serán recordados mientras el águila parada en un nopal siga devorando a la serpiente en lo más hondo de nuestra veneración, pues el 15 de agosto de 1941 la Orquesta Sinfónica de México, bajo la batuta de Carlos Chávez, sembró en los oídos de los asistentes al Palacio de Bellas Artes el asombro por descubrir en lo ya conocido una forma nueva de sentir lo que por alguna misteriosa razón consideramos los mexicanos como la esencia musical de nuestro ser, en la forma de un huapango que con el paso de los años se ha convertido en el Huapango por antonomasia. Su elemental potencia rítmica, la belleza sin artificios de sus trazos melódicos, la riqueza de su colorido orquestal y la sabiduría con la que poco a poco se va desplegando su forma hasta conquistar las cimas de la tensión, hacen del Huapango de Moncayo una de esas obras que más que creaciones parecen descubrimientos de algo que había permanecido oculto esperando el advenimiento del ser elegido para sacarlo a la luz y revelar sus secretos. Es cierto que es un lugar común (pero un hermoso lugar común) recordar las palabras del gran compositor marsellés Darius Milhaud cuando al referirse al Huapango de Moncayo dijo: «Cuando en la atmósfera gris del invierno parisino, quiero que haya sol en mi departamento, oigo el disco del Huapango». También es un lugar común pero obligado, el señalar que el Huapango de Moncayo está basado en tres sones de cuño veracruzano: El siquisirí, El balajú y El gavilancito, y no es menos común citar que es considerado como un segundo himno nacional de nuestro país. Lo cierto es que más allá de ser «un arreglo brillante y afortunado de sones veracruzanos», como describió Blas Galindo al Huapango, y de exacerbar hasta el paroxismo nuestros arrebatos nacionalistas (sobre todo en esta época de chiles en nogada), el 4 Huapango sacude el alma de todo aquél que no la haya perdido en el camino, sin importar su nacionalidad o gusto musical, como lo confirma el comentario de Milhaud. Pues sólo alguien que tenga un pan de muerto en el pecho en vez de corazón podría quedarse impávido ante una música que sin duda surgió del «lugar de los atabales». Sones tradicionales de mariachi En tiempos del emperador bizantino Constante II, allá por el siglo VII, el deporte favorito de los ciudadanos del Imperio Romano de Oriente era la discusión sobre temas teológicos relacionados con los misterios de la fe. Teólogos de todo cuño, desde doctos hasta aficionados se enfrascaban con pasión en acalorados debates acerca de si es o no Cristo de la misma sustancia que Dios Padre, o si tiene una o dos naturalezas, o si es o no coeterno con el Creador, en interminables polémicas que en no pocas ocasiones terminaron en algo más que simples trompadas callejeras, al grado que el emperador se vio en la necesidad de promulgar un edicto prohibiendo terminantemente dichas disputas que desde entonces fueron conocidas como «discusiones bizantinas». Sin embargo, el hábito de discutir, arraigado en algún gen necio de nuestro ADN, aflora por encima de cualquier prohibición por muy imperial que ésta sea y se manifiesta a la menor provocación sobre todo cuando, al calor de unos tequilas, el tema en cuestión es el del origen del mariachi. Así, la tan manida anécdota según la cual el surgimiento del vocablo «mariachi» se remonta a los tiempos de la Intervención Francesa, en los que durante una boda de rancheros en una población de Jalisco unos soldados franceses preguntaron sobre la causa de la misma por el asombro que les provocó el carácter bullicioso del evento y el alboroto producido por la música que en él se ejecutaba, a lo cual su interlocutor les contestó: «C’est un mariage» (en francés: «es una boda»), y por lo cual los franceses designaron al conjunto musical con ese nombre, mariage (que terminaría transformándose con el paso del tiempo en la palabra mariachi), sólo sirve actualmente para lo mismo que el cilantro y la cebolla en los tacos de carnitas, es decir, para ponerle sabor a la anécdota con la que se condimenta el paseo que por Garibaldi se le da a un amigo extranjero ansioso de curarse una herida de amor en el Tenampa. Pues si bien es cierto que es casi imposible precisar el origen del vocablo, no lo es menos el encontrar ese momento y ese espacio en el que el mariachi se asomó por primera vez a la historia, pese a la afirmación sembrada en nuestras tiernas y frágiles circunvoluciones cerebrales por la voz de Jorge Negrete en películas como El peñón de las ánimas, al decir que «de Cocula es el mariachi», creencia que al igual que muchas otras ha sido desmentida por estudiosos del tema como el doctor Jesús Jáuregui en su espléndido libro El mariachi, símbolo musical de México. Lo cierto es que, de los primeros mariachis conformados por el arpa, el violín y la vihuela, en los que los mismos que ejecutaban los instrumentos entonaban las coplas que daban forma al sentir del pueblo, hasta las agrupaciones instrumentales actuales que acompañan al charro cantor (o la charra 5 cantora), y en las que predomina el resplandor de las trompetas por encima de los violines, las guitarras, las arpas, la vihuela y el guitarrón (y que se ha transformado desde mediados del siglo XX en un símbolo patrio gracias a los oficios de las radiodifusoras, las casas discográficas y el cine), el mariachi ha experimentado tal cantidad de transformaciones, tanto en la estructura y duración de sus sones como en el atuendo de sus integrantes, que las diferencias entre el mariachi tradicional, que se aferra a la existencia en muchas rancherías y pueblos de nuestro país, y el mariachi moderno, que ha trascendido nuestras fronteras para ganarse un lugar en culturas tan ajenas a su origen, como Argentina, Estados Unidos y Francia, es inmensa. Cabe destacar dentro de las transformaciones del mariachi una muy particular, consistente en la exploración de terrenos propios de otras formaciones musicales o la incursión en otros estilos totalmente ajenos al son y la canción ranchera. Así, se puede uno encontrar versiones de lo más selecto de la inspiración del cuarteto de Liverpool, como Yesterday o Penny Lane, o popurrís clásicos que van de La danza de las horas de Ponchielli al Vuelo del abejorro de Rimsky-Korsakov, en mariachi. Y… ¿por qué no? (exclamarán algunos miembros del gremio a los que la técnica les da para encarar a Paganini hablándole de «tú»), ¿acaso hubo mariachi que levantara la voz para protestar por el hecho de que Blas Galindo convirtiera lo que había sido patrimonio exclusivo del guitarrón y la vihuela en discurso de cornos y violonchelos en su Sones de mariachi? Ante lo cual sólo queda decir: ¡Viva México ca…ray! Notas: Roberto Ruiz Guadalajara 6 La Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM), el conjunto sinfónico más antiguo en el panorama cultural de la Ciudad de México, constituye uno de los factores preponderantes del proyecto cultural de mayor trascendencia del país: el de la Universidad Nacional Autónoma de México. Durante ochenta años de actividades, la OFUNAM se ha convertido en una de las mejores orquestas de México. Su popularidad se debe a la calidad del conjunto, de sus directores titulares, a la participación de directores huéspedes y solistas de prestigio nacional e internacional, a una programación interesante y variada, al entusiasmo de sus integrantes y a la belleza, la comodidad y la magnífica acústica de su sede, la Sala Nezahualcóyotl. Además, cada temporada la orquesta realiza giras por diferentes escuelas y facultades de la UNAM. En 2014 realizó una gira por Italia y en 2015 otra por el Reino Unido. Su repertorio abarca todos los estilos, desde el barroco hasta los contemporáneos, incluyendo desde luego la producción nacional. En 1929, a raíz de la recién lograda autonomía universitaria, estudiantes y maestros de música constituyeron una orquesta de la entonces Facultad de Música de la UNAM. Posteriormente, con un proyecto aprobado por el gobierno de Lázaro Cárdenas, se transformó en un conjunto profesional en 1936. Originalmente denominada Orquesta Sinfónica de la Universidad, su dirección fue compartida por José Rocabruna y José Francisco Vásquez, y su sede se fijó en el Anfiteatro Simón Bolívar, de la Escuela Nacional Preparatoria. De 1962 a 1966, Icilio Bredo tuvo a su cargo la dirección artística de la orquesta, cuya sede se cambió al Auditorio Justo Sierra, de la Facultad de Filosofía y Letras. En 1966, la designación de Eduardo Mata como director artístico marcó el inicio de una nueva y brillante etapa de desarrollo del conjunto que duró nueve años. Fue durante este período que la Orquesta Sinfónica de la Universidad se convirtió en Orquesta Filarmónica de la UNAM, y comenzó la construcción de un nuevo y moderno recinto para albergar al conjunto universitario, la Sala Nezahualcóyotl. Héctor Quintanar fue nombrado director artístico en 1975. Al año siguiente, la orquesta se mudó a su actual sede. Desde entonces, la orquesta universitaria ha trabajado bajo la guía de Enrique Diemecke y Eduardo Diazmuñoz (1981 a 1984, directores asociados), Jorge Velazco (1985 a 1989), Jesús Medina (1989 a 1993), Ronald Zollman (1994 a 2002), Zuohuang Chen (2002 a 2006), Alun Francis (2007 a 2010) y Jan Latham-Koenig (2012 a 2015). 7 Orquesta Filarmónica de la UNAM Concertinos Sebastian Kwapisz Manuel Ramos Reynoso Violas Francisco Cedillo Blanco* Gerardo Sánchez Vizcaíno* Patricia Hernández Zavala Jorge Ramos Amador Luis Magaña Pastrana Thalía Pinete Pellón Érika Ramírez Sánchez Juan Cantor Lira Miguel Alonso Alcántara Ortigoza Roberto Campos Salcedo Aleksandr Nazaryan Violines primeros Benjamín Carone Trejo Ewa Turzanska Erik E. Sánchez González Alma Deyci Osorio Miguel Edgardo Carone Sheptak Pavel Koulikov Beglarian Arturo González Viveros José Juan Melo Salvador Carlos Ricardo Arias de la Vega Jesús Manuel Jiménez Hernández Teodoro Gálvez Mariscal Raúl Jonathan Cano Magdaleno Ekaterine Martínez Bourguet Toribio Amaro Aniceto Martín Medrano Ocádiz Violonchelos Valentín Lubomirov Mirkov* Beverly Brown Elo* Ville Kivivuori José Luis Rodríguez Ayala Meredith Harper Black Marta M. Fontes Sala Carlos Castañeda Tapia Jorge Amador Bedolla Rebeca Mata Sandoval Lioudmila Beglarian Terentieva Ildefonso Cedillo Blanco Vladimir Sagaydo Violines segundos Osvaldo Urbieta Méndez* Carlos Roberto Gándara García* Nadejda Khovliaguina Khodakova Elena Alexeeva Belina Cecilia González García Mora Mariano Batista Viveros Mariana Valencia González Myles Patricio McKeown Meza Miguel Ángel Urbieta Martínez María Cristina Mendoza Moreno Oswaldo Ernesto Soto Calderón Evguine Alexeev Belin Roberto Antonio Bustamante Benítez Juan Carlos Castillo Rentería Benjamín Carone Sheptak Contrabajos Víctor Flores Herrera* Alexei Diorditsa Levitsky* Fernando Gómez López José Enrique Bertado Hernández Joel Trejo Hernández Héctor Candanedo Tapia Claudio Enríquez Fernández Jesús Cuauhtémoc Hernández Chaidez Alejandro Durán Arroyo Flautas Héctor Jaramillo Mendoza* Alethia Lozano Birrueta* Jesús Gerardo Martínez Enríquez Piccolo Nadia Guenet 8 Oboes Rafael Monge Zúñiga* Daniel Rodríguez* Araceli Real Fierros Trompetas James Ready* Rafael Ernesto Ancheta Guardado* Humberto Alanís Chichino Arnoldo Armenta Durán Corno inglés Patrick Dufrane McDonald Trombones Benjamín Alarcón Baer* Alejandro Díaz Avendaño* Alejandro Santillán Reyes Clarinetes Manuel Hernández Aguilar* Sócrates Villegas Pino* Austreberto Méndez Iturbide Trombón bajo Emilio Franco Reyes Clarinete bajo Alberto Álvarez Ledezma Tuba Héctor Alexandro López Fagotes Gerardo Ledezma Sandoval* Manuel Hernández Fierro* Rodolfo Mota Bautista Timbales Alfonso García Enciso Percusiones Javier Pérez Casasola Valentín García Enciso Francisco Sánchez Cortés Abel Benítez Torres Contrafagot David Ball Condit Cornos Elizabeth Segura* Silvestre Hernández Andrade* Mateo Ruiz Zárate Gerardo Díaz Arango Mario Miranda Velazco Arpas Mercedes Gómez Benet Janet Paulus Piano y celesta E. Duane Cochran Bradley * Principal PRÓXIMO CONCIERTO Fuera de temporada XXXVIII Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez Iván López Reynoso, director huésped Michael Barenboim, violín L. Coral • Águila real Ginastera • Concierto para violín • Danzas de Estancia Jiménez Mabarak • Sinfonía en un movimiento A. P. Santillán • Némesis Sábado 01 de octubre • 20:00 horas Domingo 02 de octubre • 12:00 horas 9 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Dr. Enrique Luis Graue Wiechers Rector Dr. Leonardo Lomelí Vanegas Secretario General Ing. Leopoldo Silva Gutiérrez Secretario Administrativo Dr. Alberto Ken Oyama Nakagawa Secretario de Desarrollo Institucional Dr. César Iván Astudillo Reyes Secretario de Atención a la Comunidad Universitaria Dra. Mónica González Contró Abogada General Coordinación de Difusión Cultural Dra. María Teresa Uriarte Castañeda Coordinadora de Difusión Cultural Mtro. Fernando Saint Martin de Maria y Campos Director General de Música Programa sujeto a cambios