100905. Gray. Graffitis - cultura
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100905. Gray. Graffitis - cultura
www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Desde la periferia hacia el centro: transformaciones en la apreciación del graffiti y el street art en Chile. Brian Gray Rojas. [email protected] . Antropólogo de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Resumen: La semiósfera es un concepto que permite comprender el funcionamiento de los sistemas culturales tanto en contextos diacrónicos como sincrónicos problematizando estos sistemas desde el poder y la consolidación del saber. Elementos fundamentales de la semiósfera son su centro y su periferia, ya que en una sociedad la cultura y sus signos no son uniformes sino que se distribuyen de manera heterogénea y jerarquizada siguiendo el ordenamiento de los distintos estratos o grupos humanos que componen dicha sociedad. Entonces existen aspectos de la cultura representantes de un centro dominante y otros que representan la condición relegada, postergada o marginal, simbólica o literalmente hablando. Esta teoría puede ser ejemplificada analizando brevemente la historia del street art y el graffiti en Chile, que comenzó siendo un fenómeno poblacional y catalogado por la opinión pública como vandálico, hasta convertirse en uno de los tantos referentes de la moda y la vanguardia en el mundo del arte contemporáneo y el diseño a nivel mundial. Palabras clave (Keywords): Semiósfera, graffiti, tipografía, marca, ego, street art, espacio público. 1 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Así como la biósfera es aquella zona del planeta en la cual surge y existe la vida, la semiósfera, concepto creado por el lingüista y semiólogo Yuri Lotman (1996), se refiere a la zona en la cual surge la semiosis, en donde existe significación, por tanto conocimiento y comunicación. Es una herramienta teórica que nos sirve para contextualizar y discutir sobre sistemas de signos, flujos de información, la extensión del campo humano donde se manejan sus códigos y los límites de estos campos, los cuales se remiten siempre a una determinada organización social, en este caso, la ciudad de Santiago de Chile. Este concepto es incalculablemente valioso para las ciencias sociales ya que le otorga a la cultura una dimensión espacial, una estructura y un ritmo humano concreto al cual aferrarse. Agotok y Aislap en La Cisterna, Santiago El concepto semiósfera nos permite abordar fenómenos culturales complejos permeados por el interés, la dominación y el conflicto. Entender el funcionamiento de la semiósfera permite observar a la cultura o a “las culturas” desde un punto de vista atómico y estructural a la vez, apreciando transformaciones diacrónicas al interior de los sistemas de signos, teniendo en cuenta que dichas transformaciones son obra de grupos humanos portadores de cultura que se involucran en los procesos de comunicación y dominación del saber, fundamentalmente al intentar establecer lo oficial y lo no-oficial; y lo que es más importante, poder entender como y por qué ciertas regiones del conocimiento gozan de status y reconocimiento mientras que otras son relegadas al underground, contracultura o simplemente a la periferia y a la marginalidad. En cierto sentido la teoría de Lotman se complementa con la “teoría de los campos” de Pierre Bourdieu (1979) ya que un campo es un espacio en el cual se compite por el dominio de un capital, muchas veces capitales simbólicos y culturales que se traducen en opinión respetada, sentido del gusto, apreciación estética, versión aceptada de las cosas, modo correcto de ser o hacer o control sobre el monopolio de alguna profesión. El campo es básicamente un espacio social de acción e 2 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. influencia constituido por una determinada cantidad de relaciones sociales activas. En un campo se compite por la posesión y producción de un capital, que puede ser económico, simbólico o cultural. Un ejemplo de campo es el arte y todas las relaciones que surgen de este, como las visitas a museos, las conversaciones sobre arte, la crítica especializada, la compra y venta de obras, la gestión de galerías y las publicaciones especializadas. . Como señala Yuri Lotman, la semiósfera suele poseer tanto un centro como una periferia y es precisamente en la periferia en donde se alojan frecuentemente los elementos semióticos que ingresan desde el exterior, es decir desde “otros mundos culturales”. Lo interesante (pensando en el desarrollo de la cultura visual y la estética) es entender como la información “nueva” suele gestarse y desarrollarse en la prefería, mientras que “lo viejo”, tradicional, oficial o convencional suele estar en el centro. Es un supuesto (nuestro supuesto) que las vanguardias culturales nacen en la periferia y circulan por un camino tortuoso de lucha y conflicto de intereses hasta llegar, influenciar y dominar el centro. Así lo nuevo va reemplazando a lo viejo y se despliega la dimensión diacrónica de la cultura y el lenguaje, lo que conocemos por cambio y transformación. Esta teoría puede ser ejemplificada analizando el desarrollo histórico del graffiti y el street art en Chile. Agotok (Moreno - Villa) en Avenida Santa Rosa, Santiago. Entendemos por graffiti un texto escrito en las paredes de una ciudad, generalmente realizado con pintura en aerosol y con una tipografía muy particular. Quienes estudian este fenómeno saben que el significado de un graffiti se encuentra alojado principalmente en el estilo de dicha tipografía, en su estética original y distintiva, en el modo particular de trazar las letras del texto y no tanto en el mensaje referencial, el cual suele ser en la mayoría de las 3 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. ocasiones el nombre o apodo de quien escribió el graffiti o el nombre del grupo, banda o crew al cual este pertenece o está adscrito. Esto significa que el significado de un graffiti es principalmente connotativo y no denotativo, es decir, que se soporta principalmente en sensaciones y en relaciones establecidas con un imaginario estético particular. Las tipografías me producen algo al verlas, más allá de que comprenda o no lo que allí está escrito. Un graffiti puede ser algo tan simple como un rayado con un único trazo, también conocido como “tag”, pasando por letras simples pero con volumen, bordes remarcados y relleno coloreado, también conocidas como “bombas” o “flop”, hasta grandes obras muy detalladas, rellenas con patrones, acompañadas de personajes, símbolos y a veces paisajes. Estas últimas son conocidas como “producciones”. Sin embargo el núcleo central de un graffiti será siempre el nombre del autor o crew. Todos los demás aditivos que este contenga, incluida la tipografía especial y otros adornos visuales, no son más que técnicas estéticas que captan la atención del público. Al igual que los publicistas, a los graffiteros les interesa que sus textos se vean, que resalten, que sobresalgan en la jungla de signos que atiborran el espacio público. Stick en La Florida, Santiago Después de saber que el graffiti es ante todo un texto provisto de una tipografía podemos entender por qué los graffiteros se llaman así mismos graffiti writers o “escritores de graffiti”. Ya que hemos tocado el tema de los publicistas y por ende el de la publicad, podemos asegurar que el graffiti extrae gran parte de su lógica comunicacional de este universo visual. Los graffiteros se ven a si mismos como parte de una sociedad enorme, anónima y dominada por los anuncios de productos y las marcas empresariales. Una de las muchas formas de reaccionar ante esta violencia visual cotidiana es convertirse en graffitero y transformar el propio ego en una marca, en un graffiti con una tipografía reconocible mediante la exposición y la repetición, es decir, buscando buenos lugares para rayar (concurridos o muy visibles) y repitiendo esta marca en distintos lugares de la ciudad, la mayor cantidad de veces posibles. El graffitero no vende un producto, pero utiliza la misma estrategia y persigue el mismo fin que las marcas comerciales: ser visible a toda costa e 4 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. ingresar como imagen en el subconsciente de las personas. Esta característica del graffiti es fundamental y explica su razón sociológica1, porque el graffiti no siempre es contracultural o revolucionario, no siempre se opone a las normas y jerarquías del sistema capitalista neo liberal. Más bien se trata de una reacción competitiva. Somos “levistraussianos” declarados al pensar que toda institución cultural (en este caso el graffiti) es el mecanismo que los sujetos elaboran para superar las contradicciones impuestas por la estructura social en la cual se desenvuelven. En el caso de un sujeto que vive en una sociedad urbana moderna y capitalista, la contradicción surge cuando la industria publicitaria incita y promueve el estilo de vida individualista pero al mismo tiempo estandariza la producción de las mercancías que ofrece. La publicidad nunca podrá ofrecer verdadera exclusividad, por lo tanto comprar artículos de marca nunca será el camino correcto para alcanzar la identidad individual. El graffiti si suple esa necesidad, porque otorga a cada sujeto su marca única e irrepetible. Si las marcas Coca-cola, Nike o Mc Donalds están en todos lados y poseen los mejores lugares de exposición y ángulos de visión en la ciudad, yo también puedo tenerlos. Me rehúso a desaparecer, a ser invisible, a vivir sin fama, me rehúso a ser un esclavo de las grandes marcas, y lo que es más importante, me rehúso a ser un seguidor, porque mi ego también es grande, mis letras también son poderosas y tengo las herramientas necesarias para competir en esta guerra de visibilidad. Algunos graffiteros que iniciaron la escena chilena y que hoy en día son considerados padres del movimiento son Cekis, Agotok, Fisek, Cub2, Aislap, Saile, Yor, Hes, Inti, Grin y Sick entre otros. 362 y Senk (EXS) en Pedro Aguirre Cerda, Santiago. Cuando hablamos de street art nos referimos a ese conjunto heterogéneo de obras gráficas que utilizan el espacio público (especialmente la calle) como medio, soporte o elemento constitutivo. Generalmente el concepto se aplica para describir murales, dibujos, stencils, stickers o afiches pero también puede utilizarse para designar objetos, esculturas o instalaciones, sin embargo lo fundamental de este concepto es que se utiliza para diferenciar lo que es de lo que no es graffiti en las calles. En términos formales no existe un elemento objetivo que delimite la frontera del graffiti y el street art. Si queremos mantener nuestras conciencias tranquilas, podemos decir que el graffiti se dedica principalmente a experimentar con la forma de los trazos de las letras y que el street art es mas figurativo, no le dedica su mayor énfasis a la escritura de textos sino más bien al desarrollo de seres, 5 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. patrones y formas abstractas, expresionistas o realistas. Pero esto no es todo porque también influye la motivación y la disposición de quien realiza una obra gráfica en la calle y esto termina siendo parte constituyente del resultado. El graffitero busca la ilegalidad y no se preocupa tanto por buscar la belleza o por entablar comunicación con el transeúnte o el barrio, sino más bien replicarle a la comunidad de graffiteros que existe en la ciudad, competir con ellos, ganar notoriedad y subir en status. Finalmente el graffiti está inserto en la lógica del mercado y la competencia, es una marca comercial, pero lo que transa no es dinero sino envidia, conflicto y dominio y respeto. Por todo esto, pero principalmente por el hecho de ser publicitario (letras y textos), ilegal y dirigido a unos pocos, el graffiti no es considerado un arte, sino tan solo vandalismo, un tipo muy especial de vandalismo estético. Piojoradioactivo en Metro Los Héroes, Santiago El street art nace de una mentalidad distinta. Por una parte se desmarca del muralismo brigadista político, porque el autor no pretende adscribirse a una lógica formal de trazo y contenido, no está supeditado a los dogmas de una determinada escuela o partido. Tampoco se relaciona con el graffiti, porque su principal interés no es imprimir el nombre propio del artista la mayor cantidad de veces en distintos tamaños por toda la ciudad. El street art juega con la experimentación, con las técnicas mixtas, con los colores fuertes y con los tipos más amigables de “arte”, vale decir con todo aquello que puede llegar a ser aceptado por el público general. Aunque no lo entiendan les parecerá “bonito” o “interesante”. Es imposible describir todas las manifestaciones posibles del street art, pero definitivamente se insertan en el espacio público de una manera distinta a la que lo hace el graffiti. El graffiti violenta simbólicamente a quienes no comparten los cánones estéticos de 6 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. la cultura juvenil urbana. En cambio el street art está dirigido a todos, se centra en la obra y no tanto en la actitud ilegal. Después de todo ser un graffitero es también una actitud de vida, una vida furtiva, sigilosa, peligrosa y osada, osadía de la cual carecen muchos street artists. Llama la atención la postura de la policía en Santiago de Chile frente a quienes utilizan las murallas como lienzos. En muchas jornadas de investigación, que básicamente consistían en acompañar a los graffiteros a la calle, realizar entrevistas y sacar fotografías en terreno, comprobamos que si alguien está haciendo letras, lo más probable es que les llamen la atención o algo peor. Si esas letras además las están haciendo con aerosol, de noche y sobre una cortina metálica de algún local comercial, lo más probable es que esos graffiteros pasen la noche en la cárcel. En cambio, si un policía ve a un grupo de jóvenes pintando una muralla a plena luz del día, con rodillos, pinceles y brochas, y aquello que están pintando son figuras humanas o zoomorfas o geométricas de vivos colores, tal vez la patrulla pase de largo sin darle mayor importancia. En el peor de los casos se bajará de la patrulla, preguntará que están haciendo y cuando le digan que es arte se irá sin poner objeción. Es ahí entonces donde radica la diferencia entre graffiti y street art: uno es violento (tan violento como la publicidad) y simbólicamente vandálico y el otro es neutro o incluso amistoso, llegando en algunos casos a embellecer el entorno. Esta es sin duda una diferenciación dicotómica y como toda dicotomía no es real. La realidad contiene todos los tonos de gris que existen entre uno y otro extremo del modelo ideal. Wisdom, Comuna de La Florida, Santiago. 7 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Para ejemplificar la actitud y la estética que diferencia al signo visual llamado graffiti de aquel que se hace llamar street art, revisaremos el actuar de algunos personajes propios de la escena santiaguina. Representando a los graffiteros, nombraremos al dúo Aislap. Estos no son simples graffiteros, son de los más antiguos, talentosos y respetados de la escena nacional, latinoamericana e incluso internacional. Dominan por cantidad y calidad la Avenida Santa desde La Pintana hasta la Alameda (desde la periferia hasta el centro). El dúo Aislap, originario de la zona sur de Santiago, se caracteriza por su excelente oficio y por su regularidad en las calles, es decir, por hacerlo bien y muchas veces a la semana. Tienen una infinidad de diseños tanto tipográficos como de personajes. Muchos de estos diseños son solo conocidos y apreciados por quienes manejan los códigos de las calles y otros tantos llegan a ser degustados por el resto de los ciudadanos. Pero, más allá de que los Aislap pinten bien y puedan crear figuras “bellas” y agradables para el común de la gente, ellos son graffiteros y por lo tanto lo que les interesa es tapizar Santiago con su marca, ya sea con pequeños tags o con producciones monumentales como las que existen en Avenida Santa Rosa o en la rivera del Río Mapocho. Viven en la ilegalidad y ganan respeto gracias a su osadía. Un ejemplo de street art en Santiago es lo que hace el renombrado y joven pintor Vazko. Vazko es considerado como parte de la vieja escuela santiaguina en relación a estética y pintura callejera. Empezó en los mismos años que lo hicieron los primeros graffiteros chilenos (mediados de los 90’s), pero lo suyo no es graffiti y sus intenciones como artista así lo corroboran, pues el vive del arte y vende sus obras. El pinta con pincel, brocha o rodillo, usa látex, esmalte y acrílico, pero no solo eso. No busca la exposición o la fama en las calles (aunque accidentalmente se convirtió en un personaje famoso), no busca ser “visible” sino al contrario. Lo que el busca son grandes canvas, telas monumentales y esas telas no se pueden comprar, sino que están en las calles, son las murallas. La mentalidad es distinta. A menudo las pinturas de Vazko se encuentran en callejones o en rincones muy olvidados y recónditos de la ciudad, distinto a lo que buscaría un graffitero como son las grandes avenidas, las intersecciones, los paraderos o lugares en altura. Por otra parte, las pinturas de Vazko son bastante expresionistas y en otros casos abstractas, pero no buscan necesariamente agradar al transeúnte. También escribe letras pero estas letras son parte de un abecedario personal, que es parte del universo interno del pintor, subvirtiendo así la raíz misma del graffiti y de la pintura en las calles al escribir textos ilegibles. 8 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Yaikel en Santiago Centro El espectacular éxito de Vazko en la escena del arte contemporáneo chileno e internacional (ya que expuso en New York y sus obras se venden en distintas galerías del mundo) ha servido como ejemplo para otros pintores que comienzan a ver las calles como una puerta válida, osada y fresca de ingresar en las galerías y en el mercado del arte. La calle otorga visibilidad, eso ya lo saben desde hace mucho los graffiteros. Es esta visibilidad la que ahora buscan los nuevos exponentes de la pintura como Michael Edwards alias Yaikel, Yisa, Bloc , Mr. Trafixxx y No Poetisa entre otros. Son jóvenes de clase media con acceso a estudios universitarios que han comprendido la potencia de la pintura callejera y la han adoptado como herramienta para hacerse un nombre, justamente “una marca” a la cual darle valor para poder ingresar en las galerías. Ese es el verdadero juego que está detrás del street art. No negamos que exista una postura desinteresada, simplemente experimental o humanista detrás de algunas obras pictóricas callejeras, pero lo cierto es que hoy en día los ojos están puestos sobre el street art y eso genera valor de compra. Del mismo modo, los graffiteros han sabido profesionalizarse y captar auspicios desde el mundo de la publicidad y el diseño gráfico, es decir desde el capitalismo, la misma industria contra la que reaccionaron en un principio. Muchas marcas que usufructúan de la estética urbana juvenil quieren tener a los grafiteros entre sus filas, ya sea para eventos exclusivos o para el diseño de productos. Empresas como Adidas, Phillips, Red Bull, Puma y Nike y también marcas de pintura aerosol como Montana2 y Marson entre otras. Un ejemplo de esto en Chile fue el “Latino Amor Tour” de los grupos graffiteros HDA y WSDM. El tour consistió básicamente en un viaje por varias ciudades de Chile y Argentina 2 Montana es una marca líder a nivel mundial en pintura exclusivamente dedicada al graffiti. Esto se traduce en mejor presión en la lata, mejor calidad de la pintura y mayor variedad de colores entre otras características. 9 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. en las cuales se iban realizando graffitis en cada parada, todo auspiciado por la marca de pintura aerosol Montana. Afiche del “Latino Amor Tour” de las crews Wisdom (Chile) y HDA (Argentina) auspiciado por la marca de pintura aerosol Montana. Volviendo al problema inicial de la periferia y el centro, el graffiti proviene del “exterior”, de un sistema de signos ajeno al nuestro (chileno), concretamente de grupos de jóvenes afro americanos y de inmigrantes latinos en guettos de Nueva York en los Estados Unidos. Sin embargo, gracias a la difusión de fenómenos culturales a través de medios de comunicación masivos como el cine3, grupos de jóvenes en situación de marginalidad socio-espacial en las poblaciones más pobres de Santiago de Chile a mediados de los ochenta y principios de los noventa fueron capaces de asimilar y resignificar los patrones estéticos de la música y del movimiento hip-hop y de paso sus ramas creativas como el breakdance y el graffiti. No queremos ahondar en los fundamentos de la cultura hip-hop, pero más allá de todas las opiniones al respecto, podemos resumir afirmando que el hip-hop es sinónimo de competición, específicamente una competición simbólica, estética y creativa. Viviendo en condiciones de pobreza, hacinamiento, discriminación y vulnerabilidad, jóvenes afro americanos y latinos en guettos de New York lograron transformar su frustración en arte, ritualizando de paso, las disputas de egos propias de una sociedad profundamente clasista, 3 Es bien sabido que la exhibición de la película Beat Street (1984) sirvió para difundir la cultura hip-hop en todo el mundo y por supuesto en Chile, tal como lo señala Rainer Quitzow en su tesis Hip-hop in Chile: far from NYC (2001). 10 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. racista, consumista e individualista como lo es la sociedad Norteamericana. El break dance ritualiza la violencia a través de bailes y movimientos extravagantes que humillan al rival, el rap (la rama lírica) ritualiza la violencia inventando rimas que ensalzan el ego propio y humillan el del competidor. A su vez el ritmo que marca los tiempos de estas rimas, se profesionaliza y se estiliza tecnológicamente gracias a la ayuda de un personaje secundario pero fundamental conocido como dj. El graffiti propone un tipo de competencia cuyos índices de victoria y gloria son principalmente la cantidad, la antigüedad, la ubicación, la originalidad, el oficio y la osadía en la obra del graffitero. Esta violencia puede pasar de simbólica a física cuando un graffitero viola algunos códigos de conducta propios de la escena. Tal vez la falta de respeto más grave sea borrar o rayar encima el graffiti de otro autor. A esta clase de ofensores se les llama despectivamente “toys” o juguetes. El hip-hop es un lenguaje universal en las barriadas del planeta, tal vez porque, al igual que el fútbol, solo requiere voluntad para ser ejecutado. Para jugar fútbol solo se necesita algo que pueda ser pateado (no tiene que ser un balón) y algo que delimite un arco en donde poder anotar el gol. De la misma manera, para hacer hip-hop solo se necesitan cuerdas vocales e ingenio para rimar, y algo que marque el ritmo para esas rimas, no tiene que ser una radio, tornamesa u otro equipo de sonido, puede ser la boca de un amigo o compañero haciendo ruidos complejos conocidos como “beat-box”. Pero no solo los medios de comunicación difundieron estas prácticas. Los hijos de exiliados políticos chilenos (marginales simbólicos), quienes al crecer y convertirse en adolescentes en Europa o Estados Unidos también asimilaron esta vanguardia naciente y la trajeron consigo a Latinoamérica y específicamente a Chile4. ¿Por qué designamos a los hijos de exiliados políticos como marginales simbólicos? Esta es sin duda una hipótesis controversial, discutible, pero digna de ser defendida. Producto del trabajo de campo realizado en esta investigación y en otra anterior5, hemos puesto atención en el proceso de conformación de la identidad en un individuo adulto, hijo de exiliados políticos posteriormente retornados. El hijo de un exiliado político es doblemente extranjero. Primero debe crecer en una sociedad “que no le pertenece” por derecho, sino tan solo por gracia, muchas veces debe crecer en medio de bromas racistas por el color de su piel o de su cabello (sobretodo en Suecia, uno de los países que acogió a más chilenos durante la dictadura). Vive escuchando e imaginando como era el Chile de sus padres y cuando por fin “retorna” a la madre tierra (generalmente en la adolescencia), se da cuenta de que no encaja, de que las cosas no eran como el creía, que los chilenos son muy extraños, cerrados, pueriles, machistas, descalificadotes, soeces, indiscretos, en fin, chilenos ¿A dónde pertenece entonces? 4 Es el caso de Sick miembro de la DVE Crew, uno de los graffiteros más influyentes de la escena chilena, quien creció en Paris y comenzó a pintar a fines de los 80 para luego asentarse en Chile junto a sus padres donde comenzó a difundir esta cultura junto a sus amigos Ric, Cekis y Grin. 5 Mi tesis de grado, titulada “La calle como lienzo en disputa” inauguró mi interés por el graffiti y la cultura visual urbana en Chile. Para esa investigación tuve que hacer muchas entrevistas y sostuve muchas conversaciones informales con graffiteros, algunos de los cuales eran justamente hijos de exiliados políticos. 11 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Muchos de estos hijos de exiliados políticos que luego se convirtieron en graffiteros, no vivieron en poblaciones o sectores empobrecidos de Santiago, sino más bien en comunas de clase media alta. Una de las principales escenas se conformó en La Reina y por eso aun en el presente existe allí una de las murallas más apetecidas por su excelente ubicación y visibilidad6. Nos referimos a la muralla de Avenida Ossa a un costado del Colegio Teresiano de Ossó. Cub2 acompañando a Cekis, quien realiza un mural para la primera exposición de la Galería Bomb. Fotografía de León Calquín. Por otra parte, el movimiento hip-hop autóctono se desarrolló en un contexto poblacional y underground7, en comunas como Pedro Aguirre Cerda, Conchalí, Estación Central, Cerro Navia, Pudahuel o Quinta Normal. Creció y se transformó a partir de relaciones cara a cara, se difundió de boca en boca, de mano en mano circularon casetes, vinillos, revistas, fotocopias y películas. Calle Bombero Ossa, el Paseo San Agustín o La Estación Mapocho eran los lugares en donde se reunían los raperos y compartían conocimientos, fue en estos lugares donde los hijos de exiliados políticos y los graffiteros nacidos en Chile pudieron conocerse y complementarse, y cuando decimos complementarse estamos diciendo que muchas crews de graffiteros fueron intercomunales y por tanto trascendieron las diferencias de clase. Sin embargo esta cultura debió alojarse en el límite (nuevamente, simbólico y espacial) ya que fue estigmatizado por algunos sectores como representación del lumpen juvenil. Pero la persecución no hizo que desapareciera el graffiti, sino todo lo contrario. La enorme presión y dificultad que exigía hacer un graffiti en tiempos de dictadura y en los primeros 6 Las murallas históricamente apetecidas por los graffiteros se les llaman “hall o fame” o salones de la fama. Al utilizar el término “underground” nos referimos a una producción autogestionada, poco difundida y dirigida a un público cerrado. 7 12 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. años de la democracia8 hizo que los jóvenes chilenos dieran su mejor esfuerzo, y así se perfeccionaron, dando origen a toda una escuela chilena, distintiva a nivel mundial. Entonces el graffiti ha recorrido más de veinte años de transformación desde la periferia en dirección al centro del campo oficial en lo que respecta a las imágenes. Pintó en Pedro Aguirre Cerda, Santiago A fines de los años 80’s y hasta mediados de los 90’s el graffiti es considerado un crimen tanto por la ciudadanía como por el Estado. En este escenario el graffiti no goza de ningún prestigio, es condenado y perseguido por la policía. No existe aun Internet ni tampoco las cámaras fotográficas digitales, por lo tanto quienes quieren observar graffiti deben viajar por la ciudad e internarse en los barrios de las comunas en donde este fenómeno crece con fuerza. A fines de los 90’s ciertas marcas de productos deportivos como Nike y Puma utilizan por primera vez la estética del arte callejero y del graffiti como herramienta para elaborar campañas publicitarias con estética “callejera”. Esta estrategia de marketing tiene que ver con los cambios en el perfil del consumidor de ropa deportiva, que en Chile son principalmente individuos del estrato económico C2 y C3. Una de las campañas más 8 No olvidemos que durante el Gobierno de Patricio Aylwin existía mucha paranoia con respecto a grupos subversivos como Mapu y Lautaro. 13 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. recordadas es el stencil9 de Nike en donde aparece un escorpión acompañado del slogan “just do it”. Por ese entonces distintos grupos de jóvenes comienzan a usar esta técnica para imprimir en las calles iconos y símbolos inspirados en la publicidad y la cultura pop pero con un fin crítico o sarcástico, alterando o distorsionando tipografías e iconos de marcas reconocidas internacionalmente. Por ejemplo: utilizando la misma tipografía de Puma podemos escribir Kuma10. A partir del año 2000 y en adelante, la escena del arte contemporáneo en Chile comienza a mezclarse y dialogar con el creciente fenómeno mundial del street art o arte que utiliza la calle como soporte. Siguiendo esta lógica, algunos museos abren sus puertas a artistas de la calle u organizan concursos de graffiti (el caso del Museo de Artes Visuales y su certamen Mattafitti) e incluso nacen galerías independientes como la galería Trafixxx ubicada en calle Santa Isabel, la galería Bomb en Barrio Bellavista y la galería Moto en calle Pedro León Gallo, dedicadas exclusivamente a apoyar a esta nueva generación de artistas. Un caso sobre el cual vale la pena detenerse es el de la galería Bomb11 ubicada en la calle Bombero Núñez 274, Barrio Bellavista, comuna de Recoleta. La instalación de esta galería, exclusivamente dedicada a las manifestaciones del graffiti y el street art, consolidó un fenómeno cultural y estético que ya venía siendo aceptado y fomentado en ese sector de la capital desde hacía al menos diez años. Al ser un barrio bohemio, el graffiti dejó de ser perseguido y condenado por los locatarios y se convirtió en un atractivo turístico. Esta fiebre de colores comenzó a propagarse incluso más allá de las fronteras de Bellavista, y hoy en día se pueden ver graffitis en todas sus paredes incluso siguiendo el eje de la calle Dominica, pasando por el Barrio Patronato hasta llegar a Avenida Recoleta. La primera exposición que inauguró la galería se tituló Eres Bella: Diez años de graffiti en Bellavista, en la cual participaron Aislap, Fisek, Wsdm, Vazko y Cekis, este último considerado el máximo exponente del graffiti chileno y representante del movimiento a nivel mundial. Simultáneamente la publicidad siguió explotando la estética del graffiti para elaborar campañas cercanas al público juvenil de clase media. Ejemplo de esto fue la campaña dedicada a difundir un reproductor de mp4 llamada Phillips Expression, la cual auspició a una serie de graffiteros en todo Santiago e intentó organizar el “graffiti más grande de Chile” en el centro cultural Balmaceda 1215. A fines del año 2008 el Estado financió por primera vez, a través del programa Creando Chile Mi Barrio del Consejo de la Cultura, una serie de talleres de arte callejero en distintas poblaciones de Santiago diseñados por la ONG Nodo Ciudadano, los cuales culminaron con un gigantesco mural en el cierre perimetral en donde hoy se construye el Centro Cultural Gabriela Mistral ex Edificio Diego Portales. Este puede ser reconocido como un hito en la historia del arte callejero en Chile ya que significa un reconocimiento oficial y de alguna manera la validación de este movimiento cultural. 9 El Stencil o plantilla es una de las técnicas utilizadas por los artistas callejeros. Es básicamente una imagen en alto contraste trabajada con algún software que luego es impresa y calada en una superficie dura de cartón o plástico. Luego esta plantilla es apoyada contra la pared y sobre ella se rocía pintura spray para obtener el positivo de la imagen calada en negativo. 10 Modismo chileno utilizado en los años noventa para designar un objeto mal fabricado o a una persona grosera o con poca educación. 11 http://www.bombgallery.com/ 14 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. El pintor chileno Vazko en Sao Paulo, Brasil Simultáneamente muchos graffiteros y street artists comienzan a trabajar en alianza con el mundo del diseño, especialmente diseño de vestuario, de interiores e industrial. Eso significa que la estética del graffiti y del street art ya no solo se restringe a las paredes, sino que también puede ser utilizado para estampar ropa, ambientar espacios y crear objetos con valor comercial. En cierta medida el street art y el graffiti también se convierten en una plataforma de experimentación para jóvenes diseñadores y artistas, los cuales se desenvuelven en dos áreas de manera no excluyente: la exposición de la calle y la introspección del taller. Un medio de comunicación que ha sabido dialogar con esta estética callejera es la revista chilena de diseño y artes visuales Joia. La revista se dedica a registrar las vanguardias en arte y diseño y siguiendo esa lógica, le ha dedicado mucho espacio a artistas que comenzaron en las calles y que hoy en día son referentes de la gráfica a nivel mundial. Esto sucede porque tanto el diseño como la publicidad siempre andan en busca de lo fresco, lo popular y lo original, es la única manera de mantener vivo el diálogo entre empresas y consumidores o usuarios. Si alguien es bueno en lo que hace, ya sea legal o ilegalmente, alguna marca estará dispuesto a apoyarlo. Ejemplo de ello es el concurso levantado por revista Joia y Adidas Originals inspirado en la graffitera francesa Fafi, quien comenzó a pintar en 1994 y se hizo famosa a nivel mundial por sus diseños femeninos, sensuales y agresivos, los que pronto llamaron la atención de Adidas quien la contrató para diseñar ropa y accesorios. Tal y como aparece en la página web de revista Joia: “Porque adidas y JOIA son la originalidad, porque son la calle, porque están con el arte, y porque simplemente nos juntamos a celebrar la nueva colección de adidas – Fafi, es que los invitamos a participar de este genial concurso. 15 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Te invitamos a crear una obra inspirada en la originalidad de Fafi, en adidas, la calle, nuevas tendencias, street art y todo lo que rodea al mundo de esta genial artista junto a adidas, la idea es que te inspires y hagas volar tu imaginación: fotografías, pinturas, ilustraciones, gráficas digitales, todo será recibido.”12 ONG Nodo Ciudadano al finalizar el mural del Centro Cultural Gabriela Mistral Concurso Fafi en Joia Magazine 12 En http://joiamagazine.com/adidas-fafi/ 16 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Tal vez la máxima consagración de la estética urbana se ha llevado a cabo en la ciudad de Valparaíso en el evento titulado Graffiti Porteño que reunió a los más antiguos y más reconocidos graffiteros de la escena chilena, poniendo énfasis en la riqueza pictórica del puerto y en la enorme producción de graffiti que se realiza cada año en esa ciudad. En este caso el graffiti ha sido apoyado totalmente por la oficialidad ya que las pinturas callejeras hoy en día son también un atractivo turístico y el turismo es una fuente fundamental de ingreso para la economía de Valparaíso. La iniciativa se realizó en el Barrio Puerto y fue organizado por la Municipalidad de Valparaíso y la empresa privada, específicamente Montana Colors. Mural en Valparaíso realizado en el evento “Graffiti Porteño”. Fotografía de “Astro” Como podemos ver, la frontera de nuestro sistema de signos absorbió y resignificó al graffiti y al street art, primero alojándolo en la periferia, persiguiéndolo y luego dándole un espacio en el centro oficial. Sin embargo la frontera también filtra los elementos perjudiciales ya que ciertas manifestaciones nunca serán aceptadas al ser consideradas violentas y antisistémicas. Nos referimos a los rayados callejeros, tags, tipografías y todas las manifestaciones del graffiti en lugares prohibidos en donde dejan de ser considerados arte o vanguardista y pasan a ser vandalismo. El graffiti nace como expresión de protesta marginal y por eso, aunque sea aceptado y se le de un espacio, nunca será permitido en ciertos contextos como por ejemplo en los vagones del metro o los buses del Transantiago, y existen quienes cultivan ese tipo de graffiti vandálico, como por ejemplo el célebre dúo Tembleke, famoso por rayar los vagones de Terra Sur, Metro de Santiago e incluso aviones privados. 17 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Más bien lo que se rescata y es aceptado por las instituciones que rigen el arte y la cultura son aquellas manifestaciones que se adscriben al street art y se desmarcan del hip-hop o de su fuerza subversiva. Lo que se fomenta son las “imágenes bellas” y no las letras o mensajes ilegales sobre muros de propiedad privada. Entonces esta aceptación por parte del mercado y del Estado es también una domesticación de la potencia subversiva que posee el arte de las calles. Un clásico ejemplo de cómo un sistema capitalista absorbe e integra a la crítica social y la convierte en mercancía.13 Un tag, la expresión mínima y fundamental del graffiti Lo que muchos no entienden es que el graffiti y el arte callejero nacen desde la ilegalidad y solo se constituyen al combatir el orden establecido. Se produce entonces una tensión entre quienes quieren domesticar este fenómeno y quienes se resisten a ser parte de un acuerdo. Esto nos lleva a pensar que el signo que surge en una pieza de graffiti o de street art es algo más que sus características estéticas y la técnica con la que fue construido. En el significante y en el significado de dicho signo intervienen también la intención, el contexto y la actitud del artista. La ilegalidad, la exposición y la adrenalina no son aditivos del signo sino elementos inherentes. 13 Funcionamiento descrito por Naomi Klein en su libro No Logo: El poder de las marcas (2001). 18 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Entonces podemos proponer a modo de hipótesis, que en la actualidad el graffiti y el street art ya no se sitúan en una posición marginal o periférica dentro del sistema de signos que atraviesa nuestra sociedad. Al contrario: la calle y la actitud del graffiti y del street art se han convertido en un medio de ganar popularidad, notoriedad y publicidad incluso para aquellos artistas que comenzaron creando en un estudio o exponiendo en galerías. Esta conclusión nos lleva a pensar en una victoria para la industria publicitaria, para las grandes empresas y el Estado. No debemos olvidar que es el propio sistema capitalista quien finalmente abre la puerta y acepta al graffiti y al street art, integrándolo dentro de su repertorio de imágenes disponibles para ser utilizadas y reproducidas en la cultura de masas. Lo que no puede aceptar el sistema es la actitud salvaje, libre y por tanto peligrosa de los graffiteros, porque como mencionamos anteriormente, la verdadera batalla se desarrolla en el campo de la visibilidad, y eso implica irremediablemente que los graffiteros atacarán tarde o temprano la propiedad privada de las empresas que han pagado para instalarse en la calle. He ahí la contradicción que nos interesa: el espacio público no es de todos, es en realidad un espacio en continua disputa. Algunos se apropian de el pagando y otros por la fuerza. Publicidad versus graffiti. 19 www.cultura-urbana.cl Nº 7, Julio de 2010. Brian Gray R. Bibliografía: • • • • • • Bourdieu, Pierre. La distinción. Editorial Taurus, Argentina, 2006 (1979). Calabrese, Omar. La era neobarroca. Ediciones Cátedra, España, 1999 (1987). Klein, Naomi. No Logo: el poder de las marcas. Ediciones Paidós, España, 2000. Levi-Strauss, Claude. Antropología estructural. Ediciones Paidós, España, 1987 (1958) Lotman, Yuri. La semiósfera (Vol. 1). Ediciones Cátedra, España, 1996. Quitzow, Rainer. Lejos de NYC: El hip hop en Chile. En Bifurcaciones [online]. Núm. 2. 2005. Bibliografía web: • Santiago de Bronce: http://santiagodebronce.blogspot.com • Joia Magazine: http://joiamagazine.com 20