DOSSIER DE PRENSA - Canal de Isabel II Gestión

Transcripción

DOSSIER DE PRENSA - Canal de Isabel II Gestión
Del 21 de noviembre de 2007
al 2 de marzo de 2008
CENTRO DE
EXPOSICIONES
ARTE CANAL
Paseo de la Castellana, 214
www.romaspqr.es
DOSSIER DE PRENSA
ONES ARTE CANAL
E DE 2007 AL 2 DE MARZO DE 2008
EXPOSICIÓN “ROMA S.P.Q.R.”
CENTRO DE EXPOSICIONES
ARTE CANAL
ÍNDICE
I. PRESENTACIÓN
II. UN YACIMIENTO ROMANO EN EL CANAL
III. TRES SIGLOS DE HISTORIA EN 500 PIEZAS
IV. TODA UNA CIVILIZACIÓN EN 11 ESPACIOS VINCULADOS
Recorrido expositivo
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
Los orígenes de Roma. Grecia en Roma
Los símbolos del Imperio. Los emperadores
Religión
Sociedad
Economía
Arquitectura, paisaje y urbanismo
Juegos, fiestas y espectáculos
La casa y la vida cotidiana
El mundo funerario
El ejército
Hispania
V. COMISARIADO
•
•
Isabel Rodà
Manuel Blanco
VI. HORARIOS Y ENTRADAS
VII. CENTRO DE EXPOSICIONES ARTE CANAL
VIII. APÉNDICE
El legado de Roma: anécdotas y curiosidades
I. PRESENTACIÓN
“ROMA S.P.Q.R.” continúa la serie de exposiciones que la
Comunidad de Madrid y el Canal de Isabel II, en colaboración
con la Fundación Canal, dedican a las grandes civilizaciones de
la antigüedad, con el propósito del Gobierno regional y el Canal
de acercar la cultura y el arte a todos los madrileños, haciendo
los contenidos más didácticos, sin perder de vista el mayor
rigor científico y artístico.
Desde su inauguración en 2004 con “Guerreros de Xi’an”, y
tras las producciones de “Faraón” (2005) y “M.C.Escher”
(2006), la sala del Centro de Exposiciones Arte Canal ha
conseguido un millón y medio de visitantes, cifras impensables
hasta hoy para las exposiciones temporales.
•
Concebida como un yacimiento abierto al público en el
Centro Arte Canal, la exposición “ROMA S.P.Q.R.” ofrece
una auténtica dimensión de una civilización que levantó
grandes construcciones, inventó los espectáculos de masas
y aplicó todo su ingenio y pragmatismo a mejorar la calidad
de vida de sus ciudadanos.
•
Quinientas piezas procedentes de veintinueve museos
nacionales y extranjeros constituyen una sobresaliente
exposición.
•
La minuciosa selección de piezas, realizada por la
catedrática de Arqueología Isabel Rodà, y el acertado
diseño expositivo de Manuel Blanco, catedrático de
Composición Arquitectónica, nos adentran en una
civilización que aún hoy nos sorprende por su refinamiento
y sofisticación; por sus avances en los campos de la
arquitectura y del urbanismo, así como del ordenamiento
jurídico y administrativo.
•
Once ámbitos vinculados entre sí y un itinerario abierto
ofrecen al visitante una amplia visión de conjunto de la vida
en Roma: la vida oficial y la doméstica, el Foro y las
provincias del Imperio (Hispania), el culto religioso, la
economía y el ejército, el ocio y los negocios. Lo público y lo
privado se mezclan y se interrelacionan creando la misma
sensación de movimiento de un día cualquiera, dentro de
una sociedad única.
•
SPQR (Senatus Populus Que Romanus - “El Senado y el
Pueblo de Roma”) es el lema de la ciudad de Roma. Con él
3
se empezó a identificar el Estado en la República y, más
tarde, en el Imperio. Las iniciales S. P. Q. R. aparecen en
monedas de la época, en la firma de documentos públicos y
como estandarte de las legiones romanas.
•
La antigua Roma cobra vida a través de diversos recursos
audiovisuales: gigantografías, hologramas, secuencias de
películas y proyecciones.
•
Un paseo por la historia y la cultura de Roma que rinde
homenaje al ingenio, la creatividad y el afán de superación
del ser humano.
II. UN YACIMIENTO ROMANO EN EL CANAL
“ROMA S.P.Q.R.” sale al encuentro del espectador en una
impresionante vista panorámica desde un mirador. El diseño
expositivo aprovecha la galería superior del Centro de
Exposiciones Arte Canal, abierta por dos de sus lados, para que
se pueda contemplar toda la exposición de un solo vistazo.
Una civilización
Lo que encuentran los ojos del visitante se parece a un rico
yacimiento visto desde arriba. La primera intención del
comisario artístico, Manuel Blanco, catedrático de Composición
Arquitectónica de la Universidad Politécnica de Madrid, ha sido
ofrecer al visitante toda una civilización en su conjunto.
Los tesoros arqueológicos de “ROMA S.P.Q.R.” ocupan una
planta de más de 2.000 metros cuadrados en la que conviven
un sinfín de objetos: esculturas, urnas, pedestales, mosaicos,
relieves y lápidas nos adentran en todos los aspectos de la vida
y la cultura romana junto al detalle minucioso de sellos y
monedas, joyas, material de pesca, instrumentos quirúrgicos,
etcétera.
Concepto expositivo
Equipar lo grande y lo pequeño y concebir un espacio
vinculante es el camino que ha elegido el comisario para
diseñar el montaje de “ROMA S.P.Q.R.”. Así lo expresa en el
catálogo editado para esta exposición: “Roma no debía ser
reducida a una docena de elementos icónicos, de esculturas
maravillosas que se irguieran sobre nosotros revelando la
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potencia del objeto único, del fetiche como fuerza evocadora,
sino que debía surgir como una verdadera civilización en la que
los restos de sus dioses se mezclasen con los elementos de la
vajilla doméstica de la última casa del Imperio, y con los
instrumentos quirúrgicos de sus cirujanos o las armas
desgarradoras de sus soldados”.
Las 500 piezas de esta muestra se enmarcan y contextualizan
en el entorno gracias a la inclusión de gigantografías que,
encerradas en cajas de luz, muestran el esplendor de la
arquitectura del Imperio. Las casas colgantes de Éfeso, el
Templo de Adriano, el Coliseo o el Arco de Triunfo de
Constantino son algunas de las edificaciones emblemáticas de
la Roma imperial que han podido trasladarse a Madrid gracias
a esta técnica fotográfica a gran escala.
Para conseguir que la antigua Roma cobre vida, la exposición
se ha dotado de avanzados recursos audiovisuales como
hologramas y proyecciones. La tecnología virtual recrea la
emoción de un combate de gladiadores en el Coliseo y la
técnica clásica de las sombras chinas se utiliza para indagar en
la sociedad romana y sugerir escenas costumbristas de
mercado o la intimidad de un comedor patricio.
Además se exhibe una pieza audiovisual realizada con
secuencias de películas de todas las épocas, géneros y estilos.
Este interesante cronograma de 15 de minutos de duración
abarca la historia de Roma, desde su fundación hasta
Constantino, punto en el que acaba el recorrido de esta
exposición.
III. TRES SIGLOS DE HISTORIA EN 500 PIEZAS
Cronología
“ROMA S.P.Q.R.” muestra los más de 300 años que duró el
Imperio: desde su comienzo con Augusto (siglo I a.C.) a su
final con Constantino (siglo IV d. C). La exposición recorre, por
tanto, la Roma imperial, la que ya en el siglo I se extendía
desde las costas atlánticas del noroeste (finis terrae;
Finisterre) hasta las actuales Siria y Egipto, teniendo como eje
el mar Mediterráneo.
5
Fondos
Un total de 476 piezas procedentes
instituciones nacionales y extranjeras.
de
29
museos
e
La exposición cuenta con fondos arqueológicos de instituciones
extranjeras procedentes de Italia (Antiquarium Comunale,
Museo della Civiltà Romana, Centrale Montemartini, Museo di
Anchità di Torino, Soprintendenza per i Beni Archeologici di
Ostia, Palazzo Altemps, Terme di Diocleziano, Museo
Epigráfico, Museo Nazionale Romano, Palazzo Massimo alle
Terme, Musei Capitolini y Musei Vaticani); Francia (Musée de
Saint Raymond de Toulouse) y Croacia (Arheoloski Muzej Istre
de Pula).
Entre los prestadores españoles se incluyen los principales
museos nacionales: Museo del Prado, Museo de Arte Romano
de Mérida, Arqueológico Nacional; y los arqueológicos de
Cataluña y Ampuries y los de Córdoba, Cartagena y Sevilla.
Además, “ROMA S.P.Q.R.” muestra una excelente colección de
monedas procedentes del Gabinete Numismático de Barcelona
y piezas destacadas de los museos de Zaragoza, Huesca,
Segóbriga, Badalona y Mataró; y del Ayuntamiento de Teià.
Piezas
Recrear la vida y la cultura de las tres centurias del Imperio ha
requerido una minuciosa selección de piezas de entre las
existentes en diferentes museos europeos. La responsable de
esa importante y valiosa selección ha sido la comisaria
científica de la exposición Isabel Rodà, catedrática de
Arqueología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y
directora del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC).
Rodà ha querido reflejar el Imperio de Occidente y también de
Oriente, razón por la cual el catedrático de Composición
Arquitectónica y comisario artístico Manuel Blanco incluye las
gigantografías realizadas en la ciudad turca de Éfeso, situada
entonces en los confines del Imperio.
Por su novedad, la comisaria destaca el conjunto escultórico
inédito cedido por el Museo de Segóbriga (Saelices; Cuenca).
Seis estatuas, tres masculinas y tres femeninas (de la época
Claudia -año 41 al 54 d.C.-, Julio-claudia -del 27 a.C. al 68
d.C. - y Tiberiana – del 14 a.C. al 37 d.C. -), halladas en la
basílica de Segóbriga hace apenas tres años, constituye uno de
los mejores conjuntos de imágenes imperiales de todo el
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mundo romano. El grupo, restaurado para esta exposición, se
presenta al público, por primera vez, en Madrid.
IV. TODA UNA CIVILIZACIÓN EN 11 ESPACIOS
VINCULADOS
Once ámbitos vinculantes y un itinerario abierto ofrecen al
visitante una amplia visión de conjunto de la vida en Roma.
Desde el mirador de la entrada, la impresionante tríada
formada por Cronos, Minerva y Venus da la bienvenida a los
visitantes de Arte Canal.
Los emperadores son a la vez dirigentes y dioses desde que a
Julio César le confirieran honores divinos tras su muerte.
Según las creencias romanas, Venus engendró al padre de
Iulius, antecesor en línea directa de Julio César. Es en ese
momento donde entronca la política con la religión.
La imagen divina del césar, reproducida en las monedas,
alcanza hasta los últimos confines de Roma. De mano en
mano, su retrato se introduce en el día a día del Imperio, en la
sociedad que trabaja, compra y lucha y de la que hemos
llegado a saber mucho gracias a las inscripciones y los relieves
que aparecen en la multitud de monumentos funerarios
hallados en todos los países que formaban el Imperio.
La exposición refleja lo público y lo privado, la religión oficial
de dioses y emperadores y también la devoción íntima que
rinde culto a lares (dioses de la casa) y manes (dioses de la
tumba). Los romanos ahuyentan la muerte grabando en
sarcófagos y lápidas escenas de la vida del fallecido para
perpetuar su memoria y burlar el paso del tiempo.
La vida oficial y la doméstica, la actividad en el Foro y en las
provincias del Imperio (Hispania), la religión, la economía y el
trabajo; el circo y los juegos; la muerte y el ejército se
mezclan e interrelacionan creando la misma sensación de
movimiento de un día cualquiera, dentro de la sociedad
imperial.
1. Los orígenes de Roma. Grecia en Roma
Roma se mira en Grecia, como en un espejo, y toma el relevo
consciente de la herencia que recibe. El punto de partida de
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esta exposición es pues el ámbito que recoge la confluencia de
las culturas griega y romana a través de pensamiento, ciencia
y arte.
Los versos del poeta latino Horacio ya sentenciaron que la
conquistada Grecia se apoderaría de su feroz conquistador
introduciendo las artes en el agreste Lacio; ese pequeño
territorio de la península itálica dónde se fundó la ciudad
estado que dominaría el mundo conocido.
Arte y pensamiento
Reciben al visitante los retratos de los filósofos griegos Platón
(año 150-200 d.C.) y Aristóteles (200-250 d.C.), maestro y
discípulo, llegados del Museo Nacional de Roma; así como los
del orador Demóstenes (primera mitad del siglo II d.C.) y el
poeta Homero (mediados del siglo I d.C.), procedentes del
Museo del Prado de Madrid.
Los romanos recogen el legado de Grecia, empapándose de su
fondo y forma hasta conseguir transformarlo y hacerlo suyo,
en
ese
complejo
fenómeno
que
conocemos
como
romanización.
Gracias a esta traslación cultural, por la que Roma asume y
difunde lo helenístico, ha llegado hasta nosotros buena parte
del arte griego que podemos admirar. Un magnífico ejemplo es
el relieve con imagen de Kairos (siglo II d.C. Museo di Antichità
di Torino, Turín); una copia romana de la obra realizada por el
escultor griego Lisipo.
Mitología
La mitología, que detalla en historias y leyendas las
aventuras de una amplia variedad de dioses, héroes
criaturas, funda el pensamiento griego y su forma de
el mundo. Roma recoge ese compendio de saber y
suyo.
vidas y
y otras
explicar
lo hace
Por ejemplo, la leyenda del rapto de Europa que cuenta el
origen de nuestro continente: Europa, una mujer de origen
fenicio, fue seducida y raptada por el dios Zeus quien,
transformado en un toro manso, consigue que se suba a sus
lomos para llevársela a Creta, donde se convertirá en reina.
Esta historia tiene su expresión plástica en el extraordinario
mosaico que representa el Rapto de Europa (siglo III d. C.)
procedente del Museo Arqueológico Nacional.
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Este mito de la iconografía clásica recorrerá la historia del arte,
desde Tiziano o Veronese hasta nuestros días, y representa
fielmente la pervivencia de la cultura grecolatina. Veinte siglos
después está presente también en Madrid en la versión del
artista colombiano Fernando Botero a las puertas de la
Terminal 1 del aeropuerto de Barajas.
2. Los símbolos del Imperio. Los emperadores
Entramos en Roma por el pórtico del Foro, alrededor del cual
se dan cita los ciudadanos para comprar o hacer negocios. Allí
nos encontramos con los símbolos de la República de Roma y
de su naciente imperio.
•
La pieza expuesta de la Loba Capitolina, que amamantó a
los fundadores de la ciudad, Rómulo y Remo, es la mejor
réplica (siglo XIX) que existe de la original (entre el 480470 a.C.), sita en el Capitolio de la capital italiana. Esta
reproducción en bronce, que ha sido prestada de manera
excepcional para esta exposición, preside actualmente la
entrada del Palacio Senatorio de Roma.
•
Y como símbolo de la magnitud del Imperio, las tres efigies
de Augusto dan una idea del poder absoluto de un césar.
Entre ellas destaca la Cabeza colosal (siglo I d.C.) traída del
Museo Arqueológico de Sevilla. Augusto no fue sólo el
primer emperador, el padre de la patria romana, sino que
ideó un sistema de gobierno tan sólido –el que se
necesitaba en realidad para regir un imperio- que ha
perdurado durante siglos.
3. Religión
Los tres impresionantes dioses que reciben al visitante desde la
entrada son el mejor reflejo de la devoción, el poder y las
creencias romanas y constituyen el eje visual de esta muestra.
•
Cronos mitraico (año 155 d.C.), dios del tiempo humano
que rige el calendario, las cosechas y las estaciones,
adoptado por la religión del dios Mitra.
•
Minerva (siglo I a.C.), diosa de la inteligencia y de la
sabiduría. La pieza que vemos aquí de Minerva, cedida por
el Palazzo Massimo alle Terme, destaca por sus
9
dimensiones colosales y por el empleo de mármoles de
diferentes colores y procedencias.
•
Venus (siglo II d.C.), diosa antepasada de los Césares. En
Venus confluye el culto a los dioses y al emperador, su
representante telúrico. Así es como entronca el Imperio con
la religión oficial, pilar básico del aparato estatal.
La diosa griega del amor y la belleza, Afrodita, se convierte en
la Venus romana, antepasada de los césares, y entre sus
múltiples representaciones destaca la Cabeza de Afrodita
(mediados del s. II d. C) que se puede admirar también en
este ámbito.
Mientras que en Oriente, como se vio en este mismo recinto
con las anteriores producciones de “Guerreros de Xi’an” y
“Faraón”, había una larga tradición de considerar al rey como a
un dios viviente, en Roma los emperadores sólo alcanzaban la
divinidad a su muerte.
Así se aprecia en las piezas de Segóbriga (datadas entre el
siglo I a.C. y el I d.C.), que constituyen uno de los ciclos más
completos de estatuas de emperadores y miembros de la
familia imperial que fueron objeto de culto y exaltación en las
ciudades del Imperio. El conjunto escultórico fue hallado en la
basílica del foro de Segóbriga (Saelices, Cuenca) y ha sido
restaurado expresamente para esta muestra.
En torno a ellos, en los pedestales de un panteón, aparecen los
dioses del Imperio: entre ellos destaca la figura de Antínoo
(año 130-138 d.C. Centrale Montemartini. Roma), el último
mortal divinizado por el amor del emperador Adriano, que aquí
se ha colocado junto a él. La diosa Cibeles, a quien se ha
dedicado un apartado específico, y dos maravillosos
medallones con las figuras del Dios de la Medicina y la Diosa de
la Salud completan esta zona central de la exposición.
Otra vertiente de la religión romana es la religión doméstica,
que rinde culto a los Lares, dioses protectores de la casa, y a
los Manes, dioses de la tumba.
•
La religión doméstica tiene como centro el Larario, el lugar
elegido dentro de la casa para adorar a los dioses
protectores del recinto. En la exposición se ha creado una
cámara especial, inspirada en los cenotafios romanos
dibujados por Piranesi en el siglo XVIII, que permite al
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visitante contemplar las piezas traídas desde la Centrale
Montemartini de Roma.
4. Sociedad
Para ponerle rostro a la sociedad que construyó el Imperio,
este ámbito, que discurre en paralelo a los dioses y
emperadores recién elevados al rango divino, está
representado por imágenes de ancianos, niños, mujeres,
pescadores, zapateros… Son el reflejo de una sociedad de la
que sabemos mucho gracias a las inscripciones en lápidas y
sarcófagos, como los que aquí se exponen, que narran la vida
de los ciudadanos.
Uno de los interesantes rasgos de la sociedad romana era la
movilidad, que permitía a sus integrantes pasar de una clase a
otra (o ascender socialmente). Así se ve en el curioso sello de
plomo de Vallmora (año 107 d.C.), procedente de un centro de
producción vitivinícola de Teià, que demuestra que al frente de
esta explotación agraria estaba un esclavo que había
conseguido su libertad y llegó a ostentar un cargo público en la
Barcelona romana.
Debido a la proliferación de los retratos públicos de
emperadores y sus familiares, se despertó el ansia en las élites
urbanas de emular a los césares encargando réplicas de su
propia imagen. Así, contamos con el anónimo retrato de un
anciano (s. II d. C), procedente del Museo Arqueológico de
Sevilla, que pone de manifiesto el realismo en la reproducción
de los rostros.
Por su parte, el preciosismo de la Gema con el retrato de Julia
Domma (comienzo s. III d.C. Museo Nazionale Romano)
muestra la calidad de la labra en esta pequeña pieza. Es un
retrato de la emperatriz Julia Domma que puso de moda en
todos los dominios del Imperio, y con un éxito fulgurante, el
peinado con el que aquí aparece.
Para terminar de introducirse en la sociedad del Imperio
romano, la técnica de las sombras chinas está presente en
todo el recorrido de este espacio para sugerir al visitante los
usos y costumbres de la época. Una pantalla de 20 metros se
despliega a un lado de este ámbito capturando escenas que
recrean la vida en el mercado, la estructura del ejército, o la
intimidad de un comedor patricio.
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5. Economía
La imagen de la sociedad quedaría incompleta si, además del
rostro, no le pusiéramos manos, vida, actividad, alma. Un
conjunto de vitrinas dedicadas al trabajo, la economía y el
comercio reúnen una serie de pequeños objetos que
demuestran el gusto por hacer de cada cosa un objeto
práctico.
Merece la pena recrearse en el refinamiento y el detalle de
piezas como las balanzas con forma de jabalí y busto
femenino, los anzuelos de pesca, el compás, las espátulas o los
instrumentos quirúrgicos.
•
Para ilustrar el mundo del trabajo en una Roma laboriosa
que ya tenía agrupaciones gremiales, se ha escogido el
Relieve de la vendedora de pollos de Ostia (segunda mitad
del s. II d.C.), una imagen dotada de gran realismo y
vivacidad que muestra el interior de una tienda.
•
La importancia de la navegación fluvial y marítima para el
comercio en la época romana se refleja en la proa de nave
con cabeza de jabalí (sin fecha. Musei Capitolini de Roma),
esculpida en un imponente bloque de mármol de Carrara y
que formaba parte de una fuente monumental.
Por otro lado, se incluyen en este espacio un conjunto de
monedas, traídas del Gabinete Numismático de Barcelona,
donde se aprecia más claramente que nunca el binomio poder
económico-poder político. En Roma, la imagen de los césares
llegaba hasta el último rincón del Imperio grabada en las
monedas, de manera que éstas no sólo reúnen un valor
material, sino también del mismísimo símbolo del poder.
•
Entre las monedas aquí expuestas, destacan las de Augusto
(27 al 14 a.C.), Caracala (212 al 217 d.C.) y Diocleciano
(284 al 305 d.C.). Son diminutos y poderosos testigos de la
historia política y económica del Imperio; que conoció,
entre distintos avatares, el aúreo, implantado por Augusto y
la inflación, a la que ya tuvo que enfrentarse Diocleciano;
éste decretó un edicto sobre los precios máximos para la
venta de productos.
6. Arquitectura, paisaje y urbanismo
El espíritu pragmático romano se combinó con su tendencia a
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la monumentalidad para realizar impresionantes obras de
ingeniería como las calzadas, puentes y acueductos; y edificios
públicos como foros, teatros, anfiteatros, basílicas y templos.
El secreto de su resistencia y solidez reside en el empleo del
hormigón (opus caementicium); un invento romano que
permitió nuevas posibilidades constructivas.
•
Las edificaciones se enmarcaban en una estudiada
planificación urbanística que se convirtió en un ejemplo a
seguir y que se puede contemplar en la Forma Urbis
Romae, la primera planta de Roma que data de principios
del siglo III d.C., de la que aquí se exhiben los fragmentos
del Coliseo y del Ludus Magnus.
Las casi 500 piezas que componen esta exposición se
enmarcan y contextualizan en el entorno gracias a la
inclusión de gigantografías en cajas de luz, que muestran el
esplendor de la arquitectura del Imperio de Oriente y
Occidente.
•
Las imágenes fotográficas que conforman este ámbito son,
principalmente, las del Foro coronado por las construcciones
del Palatino. Esta completa panorámica introduce el lugar
donde se sucedían los hechos más relevantes del Imperio,
desde las reuniones del Senado en pleno a los discursos
enardecidos de cualquier orador que se dirigía a la plebe.
•
Las casas colgantes de Éfeso, el Templo de Adriano, el
Coliseo o el Arco de Triunfo de Constantino son algunas de
las edificaciones emblemáticas de la Roma imperial que han
podido trasladarse a Madrid gracias a las gigantografías
realizadas ex profeso por el artista turco Cemal Emden.
•
La maqueta de un templo tetrástilo (con cuatro columnas
en la fachada) procedente de Ostia (s. II al IV d.C.) deja
patentes las características de un templo romano, con su
podio y su escalinata frontal. El interés de esta pieza reside
en que no son demasiado frecuentes en la época romanoimperial los modelos a pequeña escala como el que se
puede ver en la exposición.
•
Como muestra del interiorismo se incluye aquí el enorme
mosaico con el rapto de Proserpina (sin fecha) llegado de la
Centrale Montemartini de Roma.
13
7. Juegos, fiestas y espectáculos
Los días de juego llenaban buena parte del calendario romano,
que se inventó con la finalidad de fijar las jornadas festivas y
de los ludi (juegos).
Entre los preferidos destacaban las competiciones deportivas,
los juegos escénicos, las carreras de carros y los espectáculos
en el anfiteatro, que podían durar varios días y contaban con
una amplia publicidad. Este entusiasmo se refleja en las piezas
de atletas y luchadores como las del grupo de luchadores de
Ostia (s. II d.C. Soprintendenza per i Beni Archeologici di
Ostia. Roma) que recrea el fragor del enfrentamiento entre dos
combatientes.
En Roma los juegos deportivos y el resto de espectáculos
lúdicos llegaron a necesitar de unos grandes espacios con una
diferenciación bien clara entre público y protagonistas.
•
La construcción típicamente romana fue el anfiteatro, donde
tenían lugar los espectáculos más sangrientos, como las
cacerías de todo tipo de animales salvajes y exóticos como
la que se puede contemplar en esta Placa Campana
(primera mitad del siglo I d.C. Museo Nazionale Romano)
que representa con gran dinamismo una de estas escenas.
El mayor anfiteatro que se erigió fue el Flavio o Coliseo de
Roma, donde se ponía de manifiesto el fervor del público
por los espectáculos de gladiatorios, que gozaron de gran
popularidad.
•
La tecnología virtual recrea aquí la emoción de un combate
de gladiadores en el Coliseo. El visitante podrá asistir
virtualmente
a
esta
experiencia
gracias
a
una
reconstrucción que incluye una maqueta de casi 4 metros
de ancho con las partes propias del anfiteatro (arena y
cavea). La arena acoge emocionantes combates de
gladiadores (proyección virtual) y en las gradas se revivirá
el bullicio del público antes y durante el espectáculo (retroproyección integral en el fondo del escenario).
Además de estos grandes juegos públicos, había otros
entretenimientos y pasatiempos privados. Generalmente eran
juegos de azar con tabas, dados y fichas que se podían
disponer sobre tableros, grabados muchas veces en las losas
de espacios públicos como teatros y foros.
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8. La casa y la vida cotidiana
Nos adentramos en el mundo de la Domus, la casa, de donde
nace el uso actual de la palabra “doméstico”. Aquí conviven la
grandiosidad de los suelos de mosaico y la pequeñez de los
objetos de uso cotidiano como quemadores de perfumes,
balsamarios o piezas de tocador.
Del mismo modo encontramos elementos usados en el día a
día como el brocal de un pozo o una pequeña fuente, objetos
que se contextualizan con una gran foto de una de las casas
colgantes de la ciudad turca de Éfeso, el mejor exponente de
las residencias urbanas más confortables. Los menos
afortunados vivían en bloques de pisos de alquiler, muy
alejados de esa imagen de la casa romana unifamiliar con atrio
y peristilo, como las excavadas en Pompeya, propias de la
clase pudiente.
•
Relacionado con el lujo, en las casas de cierto nivel era
normal disponer de mosaicos como el de las Tres Gracias
(finales del siglo III - inicios del IV d.C.) o el emblema de
mosaico con palomas (finales siglo I a.C. – inicio siglo II
d.C.).
•
Asimismo era frecuente encontrar refinados objetos
domésticos, como copas de vidrio de múltiples colores que
se conseguían utilizando técnicas depuradas muy efectistas.
•
También la decoración pictórica de algunas habitaciones
denotaba la clase social; aquí destaca una pintura mural
(siglo I d.C.) en la que se emplearon los pigmentos más
caros.
Una gran vitrina de cristal, a modo de “joyero”, muestra
algunas de las más bellas alhajas del Imperio como el anillo de
ámbar de resina (siglos I-II d.C.) procedente de Croacia.
Gracias al doble corte en “U” de la vitrina, se puede transitar
por el interior de un pasillo para observar de cerca las
pequeñas piezas.
•
Dentro de este “gran joyero” destaca una pieza
espectacular: un collar de oro, perlas y esmeraldas (finales
del siglo I d.C. Museo Nazionale Romano) que muestra el
lujo de las clases privilegiadas y el buen hacer de los
orfebres de la época.
15
•
Algunas de estas reliquias, como las fíbulas que prendían
las telas del ropaje, aparecen situadas sobre paños
fotografiados de estatuas, a fin de recrear su disposición en
la vestimenta. Para conseguir ese efecto se han
fotografiado cuatro de las esculturas que se encuentran en
la Biblioteca de Éfeso.
La casas y jardines de las familias con alto poder adquisitivo
solía poblarse de bellas estatuas, muchas veces de tema
mitológico, derivado del repertorio griego y adaptado a los
gustos romanos, como es el caso de la estatua de Erote con
Hidria (sin fecha. Musei Capitolini de Roma) que perteneció a
uno de los horti (jardines) más famosos de Roma.
9. El Mundo funerario
A través de los ritos funerarios, de las inscripciones y estatuas
dedicadas en sarcófagos, urnas y lápidas, los romanos reflejan
cómo fueron sus vidas. La idea es perpetuar la propia imagen
para que sea recordada por las futuras generaciones y, así,
evitar caer en el olvido.
Dado que en la época imperial el culto a los antepasados y sus
imágenes era un derecho generalizado – hasta entonces
patrimonio de los patricios - los retratos, decoraciones
escultóricas y textos epigráficos se multiplicaron.
•
La abundancia de monumentos funerarios, como el
sarcófago con musas (primera mitad del siglo III d.C.),
constituye un verdadero filón arqueológico para entender
cómo vivía la sociedad romana. Ahora sabríamos mucho
menos del mundo laboral y de las relaciones sociales si no
fuera por la valiosísima información que se ha encontrado
en la multitud de lápidas que representan profesiones y
oficios, así como las relaciones que mantenían las
diferentes clases sociales.
•
La Estela funeraria de Lutatia Lupata (siglo II d.C.),
procedente del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida,
fue dedicada por Lutatia Severa a su joven alumna Lutatia
Lupata, de 16 años, seguramente también liberta. En ella
vemos el grácil retrato de la difunta tañendo un
instrumento de cuerda del tipo pandurium. Es una curiosa
muestra de las cálidas relaciones que podían establecerse
en el seno familiar entre amos y clases dependientes.
16
Con respecto a los rituales funerarios, la incineración fue el
método que prevaleció durante los siglo I y II d.C. hasta la
época de Adriano. Los restos se depositaban en urnas de
diferentes materiales: las más lujosas, como es el caso de la
urna de Pula (s. I d.C. Museo Arqueológico de Istria. Croacia),
podían ser del preciado alabastro egipcio; las más sencillas
eran cajas simples de piedra local. Resulta admirable la forma
del recipiente y la maestría en su realización.
A partir del siglo II d.C. empieza a crecer el peso de las
religiones orientales, y con éstas a practicarse la inhumación,
de ahí los sarcófagos encontrados en numerosas áreas como la
Vía Apia. Las tumbas se disponían en las vías de acceso a las
ciudades, fuera del núcleo urbano, una medida del todo
higiénica que contribuyó a la salubridad del Imperio. Hay
sepulcros monumentales como la necrópolis de Isola Sacra en
Ostia, entre la que destaca la tumba 19 recién restaurada
decorada con una pintura en la que se ve una escena de
matrimonio o despedida.
10. El ejército
El ejército de la época imperial deriva del de la época
republicana gracias a las reformas de Mario, fundador del
ejército profesional, y a las de Julio César a raíz de la guerra
de las Galias. Las unidades tenían sus campamentos lejos de
Roma, en las zonas de conflicto, y, aunque la legión continúa
siendo la estructura básica, con Augusto se diversifican los
cuerpos y se crean los efectivos auxiliares, compuestos por
tropas indígenas.
•
Los campamentos tenían una estructura jerárquica y
funcional bien definida que se puede completar en la
reconstrucción esquemática de un campamento para dos
legiones incluido en este ámbito.
•
La legión, que contaban entre 5.000 y 6.000 hombres, era
la unidad militar sobre la que Roma basó su poderío
imperial. Las legiones tenían sus estandartes y su
correspondiente número, que se pueden contemplar en
varios relieves con insignias y enseñas como las de la Legio
XII Fulminata (comienzos del s. II d.C. Musei Vaticani.
Ciudad del Vaticano).
•
La potencia del ejército romano queda sugerida por el
Fragmento de estatua con coraza (Alto Imperio. Musée
17
Saint Raymond de Toulouse) correspondiente a un general
o a un emperador. Aunque su estado es fragmentario, no
puede dejar de admirarse la extraordinaria calidad del
mármol y de la labra que confieren una exquisita plasticidad
a la obra.
•
Como ejemplo del buen equipamiento defensivo, que hacía
del soldado romano el mejor pertrechado de su tiempo, se
encuentra el bien conservado casco de Azuara (Alto
Imperio, del 27 a.C. al 284 d.C. Musée de Saint Raymond.
Toulouse) que muestra cómo era esta pieza del vestuario
militar de la época republicana, y que fue usado por la
infantería pesada desde las guerras púnicas hasta el siglo I
a.C.
•
Entre las armas recopiladas, se exhibe una amplia variedad
de munición para las hondas, puntas de lanzas y dardos,
espadas...
11. Hispania
La importancia que tuvo Hispania para el Imperio romano es
tal que casi se puede afirmar que Roma aprendió a ser Imperio
en los territorios hispánicos. Si Grecia ha sido el primer destino
del visitante al comenzar esta exposición, Hispania es el
colofón, el cierre de este recorrido por la historia y la vida del
Imperio.
Las piezas aquí expuestas son un claro reflejo de las distintas
fases que atravesó la conquista de Hispania a lo largo de 200
años: unas veces fácil y con la ayuda de las élites indígenas;
otras muchas, difícil y cruel. Ahí está el relieve de los
legionarios de Estepa (mediados del s. I a.C. Museo
Arqueológico de Sevilla) que nos transporta a la vida de
aquellos que avanzaban por la zona levantina y el valle del
Guadalquivir allá por el año 206 a.C.; y las puntas de lanza y
el casco de bronce, de un siglo después. La conquista militar
no tocó a su fin hasta el 19 a.C.
Tras la gesta, los soldados abandonaron los escenarios bélicos
por las labores de ejecución de obras públicas. Era el momento
de reconstruir lo conquistado, como se comprueba en la planta
de Caesar Augusta (Zaragoza).
El derecho romano fue uno de los grandes logros de esta
civilización; las leyes y disposiciones se gravaban en placas de
18
bronce que se han perdido en su mayoría. Por eso sorprende la
cantidad de placas de bronce jurídicas que se han encontrado
en Hispania. Destaca la carta del emperador Tito (79 d.C.
Museo Arqueológico de Sevilla), una misiva dirigida a los
habitantes de Munigua referente a una queja de los ciudadanos
sobre el cobro de impuestos. Todos los hallazgos de la Bética
son piezas únicas y de incalculable valor, traídas desde el
Museo Arqueológico de Sevilla.
Los recursos naturales de Hispania, que tanta riqueza
aportaron en su momento al Imperio, están también
representados por las ánforas (siglos I a.C. al I d.C.) que
contenían aceite, vino o salazones, como la que se muestra
aquí, traída del museo de Zaragoza. Ésta tiene forma ovalada,
tal y como eran las que se utilizaban para el vino, aunque
menos estrecha, y muy diferentes todas de las grandes ánforas
globulares –con forma de globo, de ahí su nombre- para el
aceite.
19
V. COMISARIADO
ISABEL RODÁ, comisaria científica
(Barcelona, 1948).
Catedrática de Arqueología de la UAB y directora del Instituto
Catalán de Arqueología Clásica (ICAC).
Exposiciones:
Aqua Romana. Técnica humana y fuerza divina (Fundación
Agbar 2004-2005).
El teatro romano. La puesta en escena (Ayuntamiento de
Zaragoza-La Caixa, 2003).
Scripta Manent. La memoria escrita de los romanos (Museu
d’Arqueologia de Catalunya, 2002 - 2003).
Tarraco. Puerta de Roma en la Caixa (2001-2002).
Publicaciones:
Coautora de los cinco volúmenes de la serie Inscriptions
Romaines de Catalogne (París 1984-2002).
MANUEL BLANCO, comisario artístico
Catedrático del Departamento de Composición Arquitectónica
de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la
Universidad Politécnica de Madrid.
Cuenta con más de veinte años de experiencia en comisariado
y diseño de exposiciones de ámbito internacional, entre las que
destacan: el pabellón de España en la X Bienal de Venecia
(2006), Campo Baeza (ediciones 2005, 2004 y 2003), el Siglo
de Picasso (Atenas 2002), Calatrava (Florencia 2000).
En España ha comisariado las exposiciones: José Gutiérrez
Solana (MNRS 2004), Bienal de Sao Paulo-valencia (Arco
2007), Valencia (ARCO 2006), Eres Agua (Fundación Canal
2002), exposición inaugural del Museo de las Ciencias
(Valencia, 2000), entre otras.
20
VI. HORARIO Y ENTRADAS
Fechas:
Del miércoles 21 de noviembre de 2007 al
domingo 2 de marzo de 2008.
Lugar:
Centro de Exposiciones Arte Canal.
Paseo de la Castellana, 214
(junto a Plaza de Castilla).
Información: 91 545 15 00 o www.romaspqr.es
Horarios:
Lunes a domingo de 10:00 a 21:00 horas*.
* 25 de diciembre y 1 de enero, cerrado.
* 24 y 31 de diciembre abierto hasta las 15:00 horas.
Tarifas:
General:
Reducida:
6 euros
4 euros (menores de 12 años y mayores de 65
años).
Venta de entradas:
En las taquillas del Centro de Exposiciones Arte Canal.
Reserva en www.entradas.com o en su teléfono 902 22 11 34.
Grupos:
Previa reserva: de lunes a domingo de 10:00 a 18:00 horas.
Reserva de grupos: 91 545 15 00.
Acceso y contenidos adaptados para discapacitados:
Ascensores.
Audiovisual subtitulado en castellano y en inglés.
21
VII. EL CENTRO DE EXPOSICIONES ARTE CANAL
“ROMA S.P.Q.R.” continúa la serie de exposiciones que el Canal
de Isabel II dedica a las grandes civilizaciones de la antigüedad
con el propósito de acercar la cultura a todos los madrileños,
haciendo los contenidos didácticos, sin perder de vista el
mayor rigor científico y artístico.
Desde su inauguración en 2004 con “Guerreros de Xi’an”, y
tras las producciones de “Faraón” (2005) y “M.C.Escher”
(2006), la sala del Centro de Exposiciones Arte Canal ha
conseguido un millón y medio de visitantes, cifras impensables
hasta hoy para las exposiciones temporales.
La sala ocupa la mitad del primero de los cuatro módulos del
cuarto depósito enterrado del Canal de Isabel II, una
estructura de primera mitad del siglo XX, con capacidad para
141.000 metros cúbicos de agua. Situada a 9 metros de
profundidad con respecto al Parque de Plaza de Castilla, y a 5
metros en relación con el Paseo de la Castellana, tiene una
superficie de más de 4.700 metros cuadrados, distribuidos
entre la entreplanta, de 1.200 metros cuadrados, y la planta
baja de 3.500 metros cuadrados, de los cuales más de 2.000
metros cuadrados corresponden al área expositiva.
Este centro de exposiciones del Canal de Isabel II fue
acondicionado respetando al máximo la construcción original,
similar a los antiguos aljibes romanos y árabes. De hecho,
conserva las arcadas del antiguo depósito que le proporcionan
el aspecto de una enorme mezquita, con un total de 144 arcos
con una altura de más de 7 metros.
22
VIII. EL LEGADO DE ROMA: anécdotas y
curiosidades
¿Qué ocurriría si un ciudadano romano (civis
romanus) del siglo II d.C. viajara a la Hispania
romanizada del siglo XXI?
ƒ
Tendría algunos problemas para entenderse con los
hispanos del siglo XXI; pero no cabe duda de que si le
pidiéramos hacer algo ex profeso, esperar sine die o
disculpar un lapsus linguae; sabría stricto sensu a que nos
referimos. Muchas expresiones latinas han quedado intactas
en el castellano tal y como se escribían hace 20 siglos. El
70% del léxico del castellano actual procede del latín.
ƒ
Constataría que el calendario (kalendas, el primer día del
mes) de 2007 sigue teniendo 365 días. Los mismos que
instauró Julio César en el año 46 a.C., e incluso identificaría
los días señalados en rojo como los festivos anuales que
también fijó el emperador romano.
ƒ
Vería puestos de comida preparada para llevar. Ya en Roma
era normal comprar la comida preparada y caliente en los
thermopolia, los puestos destinados a ello.
ƒ
Identificaría al cuerpo de bomberos (vigiles). Éste fue
creado por Augusto en el año 6 d.C. dada la plaga de
incendios que hubo en la época por la alta densidad de
población y el tipo de materiales de las casas.
ƒ
Y también los colegios profesionales como los de médicos y
abogados. En el mundo laboral romano se impuso la
especialización y los trabajadores tenían sus asociaciones
profesionales (collegia), tal y como ocurre hoy en día.
ƒ
Se daría cuenta de que el Derecho que se utiliza en la
Hispania del año 2007 sigue basándose en el Código Civil
elaborado allá por el año V a.C. Constataría que la espina
dorsal de la justicia sigue intacta con el uso del habeas
corpus al que todo detenido tiene derecho y el in dubio pro
reo, la presunción de inocencia que se aplica a todo
acusado.
ƒ
Y de que los que van a ser elegidos siguen siendo
candidatos. En Roma, durante el periodo electoral, los que
se presentaban para ser elegidos para un cargo público
vestían una toga cándida (completamente blanca).
23
ƒ
En un bar, en una taberna (tienda de aquel entonces)
escucharía a unos hombres hablar de negocios. El lema del
patricio romano era el de otium cum dignitate, es decir, el
ocio con dignidad, todo lo contrario de negotium. Por
mucho que el business haya sido entronizado actualmente
como el centro de nuestras vidas.
ƒ
De la conversación deduciría que los trabajadores, por
mucho negocio que hagan, siguen dependiendo de un
salario. En tiempos del Imperio la importancia de la sal capital para conservar los alimentos- era tal que se pagaba
a los trabajadores con este producto, de ahí el origen del
término salario.
ƒ
Oiría comentar que la construcción (teniendo como base el
hormigón y el ladrillo) es la inversión más rentable. El opus
caementicium hecho con piedras (caementa) unidas con
argamasa fue la base para construir los grandes edificios.
ƒ
Hoy revestimos éstos con unos bloques o placas, los
lateres, más conocidos como ladrillos.
ƒ
Los romanos tenían talleres para elaborar piezas de
construcción, que salían prácticamente acabadas. Así, los
edificios podían viajar desmontados y casi terminados para
ensamblarlos al llegar a su destino. Eran los inicios de la
arquitectura prefabricada.
ƒ
Tampoco se le escaparía la importancia que para nuestro
mundo tienen las obras civiles (vías terrestres, embalses,
puentes) y sus creadores, los ingenieros. La importancia del
hacedor de puentes (pontifex) era tal que los emperadores
ejercían el cargo de pontifex maximus, calificativo que
continúa ostentando hoy el Papa.
ƒ
Algunas estructuras creadas hace 2000 años han resultado
útiles hasta finales del siglo XX. El puente romano de
Mérida formaba parte del trazado de la carretera nacional V
a Portugal hasta hace muy pocos años. Del mismo modo,
embalses y acueductos continúan ejerciendo su función
almacenando y transportando agua.
ƒ
Descubriría que la sociedad sigue entreteniéndose con
divertimentos como lo fueron en su momento el circo o las
carreras de carros. Basta cambiar circo por fútbol y carreras
de carros por Fórmula 1 para darse cuenta de que el
concepto de espectáculo de masa no es, tampoco, un
invento nuevo.
24
ƒ
Se divertiría comprobando el presupuesto y la publicidad
que siguen necesitando los espectáculos para mantener
llenos los lugares donde se celebran. Al igual que en Roma
donde para mantener lleno el Coliseo se hacía una amplia
publicidad a base de carteles pintados sobre las paredes de
espacios públicos.
ƒ
Además de los juegos públicos los romanos utilizaban
dados, fichas y tabas en sus ratos de ocio privado. Las
muñecas, las pelotas y los aros que utilizaban los niños
para distraerse siguen teniendo el mismo éxito a día de
hoy.
ƒ
Comprobaría, divertido, cómo la actual moda de acudir a un
spa (sanus per aquam) sólo sea versión actualizada de los
baños romanos.
ƒ
Se percataría de que la costumbre romana de enterrar a las
afueras de las ciudades sigue siendo un sano hábito del
mundo moderno.
ƒ
Antes de regresar a casa, y después de haber degustado
buen aceite y buen vino (como el que en su momento les
llegaba a Roma de la rica provincia de Hispania), nuestro
pasajero en el tiempo miraría a su alrededor y pensaría:
¡Pues no han avanzado tanto estos contemporáneos!
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