Estamos ante la mejor película que se ha rodado sobre el planeta

Transcripción

Estamos ante la mejor película que se ha rodado sobre el planeta
Marte (The Martian)1
En el transcurso de una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney (Matt
Damon) es dado por muerto y abandonado por sus compañeros de tripulación tras una violenta
tormenta. Sin embargo, Watney sobrevive y se encuentra solo y abandonado en ese planeta hostil. Con
escasos suministros, Watney deberá recurrir a su ingenio, humor y espíritu de supervivencia para
subsistir y encontrar una forma de comunicar a la Tierra que sigue vivo.
Ridley Scott dirigió en los principios de su carrera dos clásicos de la ciencia
ficción, Alien, el octavo pasajero, con ribetes de terror, y Blade Runner, emparentada con el
cine negro. Mucho más recientemente, revisitó el territorio Alien con Prometheus.
Aunque la historia Marte (The Martian) sea ficción, la película tiene más de ciencia que de
fantasía, pues imagina con gran realismo un futuro próximo en que gracias al programa
espacial Ares de la NASA, una misión tripulada ha llegado con éxito a Marte. Una
intensa tormenta de arena obliga a partir precipitadamente del planeta, y atrás queda el
botánico Mark Watney, al que sus compañeros con la comandante Melissa Lewis al
frente han dado por muerto a causa de un accidente.
Craso error, pues Mark sobrevive, y deberá
Estamos ante la
mejor película que se arreglárselas solo con mucho ingenio y sangre fría,
manteniendo la esperanza de poder comunicar con la
ha rodado sobre el
Tierra en algún momento, antes de que sea demasiado
planeta rojo
tarde y se agoten sus reservas de alimento y oxígeno.
Sin duda estamos ante la mejor película que se
ha rodado sobre el planeta rojo, cuyo desarrollo está atravesado de verosimilitud, sin
que para alcanzar este logro se pague el precio de aburridas –al menos en el contexto de
un film que debe ser dinámico– explicaciones científicas, las que hay están introducidas
con gran habilidad. Su trama de supervivencia espacial extraterrestre la emparenta con
las también muy logradas Apolo 13 y Gravity.
El guión de Drew Goddard –con una carrera forjada en tramas algo fantásticas en
series televisivas como Buffy, cazavampiros, Alias y Perdidos y que escribió los libretos de
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Artículo publicado en DeCine21.
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Monstruoso y Guerra Mundial Z–, que adapta una novela de Andy Weir, está muy bien
trabado. Utiliza bien el recurso del vídeodiario que mantiene Mark para justificar su voz
en off y explicar su modo de resolver los mil y un problemas que lleva aparejada su
soledad en Marte. Todo el primer tramo en que contamos con un solo actor, el siempre
eficaz Matt Damon, está muy bien sostenido, su dramática situación se suaviza con
algún detalle de humor, y el modo en que se las ingenia para disponer de más alimentos,
o buscar la comunicación con la Tierra, destila inteligencia, resulta creíble. Incluso la
presencia de música disco a lo largo del metraje se
introduce con sentido.
El cineasta británico
Algunos riesgos, como mantener fuera de la
vuelve a demostrar su
pantalla casi todo el tiempo a gran parte del
enorme fuerza visual
atractivo reparto, y darles paso cuando sólo la
narración lo requiere, son valientemente asumidos.
Con el gratificante resultado de que cuando finalmente vemos a los otros miembros de
la misión, nos identificamos con sus pesares y alegrías, y con el sacrificio que exige su
trabajo. Verdaderamente las piezas del puzzle encajan bien, el seguimiento de las
acciones desde la NASA y el centro de control, o la presentación de la reacción
mediática, tienen su justo sitio. Y se logra que cada personaje secundario despierte
interés. En general, sostener la trama con la omnipresente idea de que hay que afrontar
los problemas sin miedos paralizantes es algo que funciona.
Hablar a estas alturas de la pericia de Ridley Scott en la puesta en escena, siendo
un director con más de una veintena de títulos a sus espaldas, la gran mayoría proyectos
de gran envergadura, resulta casi una “boutade”. El cineasta británico vuelve a
demostrar su enorme fuerza visual, su sentido de la planificación y del montaje,
empezando por la tormenta de arena del principio, y también en las escenas espaciales,
el magnífico clímax que parece casi una escena de gimnasia artística más allá de las
estrellas.
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