Manual Mantenimiento
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Manual Mantenimiento
5.- Mantenimiento Un mantenimiento periódico contribuye a prolongar la vida del sistema y limitar los inconvenientes. Las operaciones deben realizarse de acuerdo a un programa regular y registrarse para una futura referencia. El programa de mantenimiento se podría dividir en dos categorías: Actuaciones rutinarias: Mantenimiento preventivo. Actuaciones excepcionales: Mantenimiento correctivo. Hemos de intentar evitar llegar a la situación de necesitar tratamientos correctivos para solucionar problemas de obturaciones en los goteros; En muchos casos la efectividad de estos tratamientos no está garantizada y no será viable el reemplazar los goteros obturados. I. Calidad del agua Generalmente toda fuente de aprovisionamiento de agua para riego cuenta con agentes contaminantes; todos los constituyentes que contribuyen a taponar los goteros son frecuentemente encontrados en dichas aguas. Estos incluyen materiales sólidos en suspensión, compuestos orgánicos biológicos, químicos disueltos, bacterias y restos plásticos. Estos agentes causantes de problemas de taponamientos pueden ser clasificados en: Físicos, químicos y biológicos. Físicos (Sólidos en suspensión) Partículas inorgánicas: Químicos (Compuestos precipitados) Carbonato de Calcio Filamentos arena - limo – arcilla plásticos Carbonato de Magnesio Ramas Sulfato de Calcio Metales pesados Hidróxidos - Silicatos Hierro Sulfuros Descomposición microbiológica Partículas orgánicas: plantas acuáticas (algas) animales acuáticos: (zooplancton) bacterias Biológicos Fertilizantes: fosfatos, gas amoniaco, hierro, cobre, manganeso, zinc. Sulfuros En lo referente a calidad del agua de riego, es esencial contar con análisis del agua de riego, pues los resultados de estos influyen en la elección del tipo de filtros o de algún equipo para un tratamiento especial. La calidad del agua puede cambiar durante el ciclo de cultivo, especialmente si son fuentes abiertas, por lo que deben realizarse estos análisis periódicamente para que las peores condiciones fuesen detectadas a tiempo. Contaminantes físicos incluyen materia orgánica, como algas, bacterias, hojas, invertebrados, pequeños vertebrados, etc. y materia inorgánica como limos y arenas. Contaminantes químicos son solubles y causan problemas cuando precipitan como partículas sólidas o cuando estimulan crecimiento orgánico, por ejemplo: hierro. II. Programa de mantenimiento Un programa de mantenimiento constante de todo el sistema de riego permitirá grandes posibilidades de evitar posibles inconvenientes y/o descubrirlos tempranamente antes de que causen serios problemas. Se recomienda controlar: a. Medidores de agua: lecturas periódicas de los contadores revelan problemas en el sistema y suministran una comprobación del total de riego. Lecturas por encima de lo diseñado indican fugas en las tuberías, presiones demasiado altas después de las válvulas hidráulicas, operaciones de riego más grandes de lo diseñado. Lecturas por debajo de lo diseñado indican goteros con problemas de taponamientos, filtros tapados, problemas de bombeo, presiones bajas después de las válvulas, entrada de aire en el sistema, válvulas hidráulicas mal reguladas, operaciones de riego más pequeñas de lo diseñado. b. Equipo de filtrado: inspecciones periódicas del lavado automático o manual; inspección de los elementos de filtrado (discos, arena y mallas) para determinar el grado de filtración y limpieza; servicios de acuerdo a las recomendaciones del fabricante. c. Control de presiones: los controles periódicos de las presiones en el sistema ayudan a descubrir problemas en las parcelas. Es necesario comprobar con regularidad los caudales y presiones para cada sección. Verificar presiones en la entrada y salida de los filtros, el registro de las diferencias de presión a través de la unidad contribuye a detectar cualquier disminución gradual en el caudal de los filtros o la eficacia / ineficacia del proceso de lavado. d. Sistema inyector de fertilizantes: toda solución de fertilizante para su inyección en el sistema de riego por goteo debe ser preparado según las relaciones de cantidad de fertilizante, volumen y temperatura del agua como disolvente, se debe revisar periódicamente la calibración de los inyectores; registrar el descenso de los niveles del tanque para comprobar la correcta operación de los mismos; abrir y revisar regularmente los tanques para detectar precipitados y señales de contaminación; lavar los tanques periódicamente con agua limpia. e. Lavados del sistema: el diseño hidráulico debe estar planificado para realizar el lavado de los laterales, para lo cual, la velocidad del agua al final de las líneas debe ser no menor de 0,4 metros por segundo. Los lavados pueden ser automáticos o manuales, pero siempre deben terminar sólo cuando empieza a fluir agua limpia por los finales. El sistema debe ser lavado por bloques para asegurar así un lavado con suficiente caudal al final de los laterales. La periodicidad del lavado de los laterales dependerá de la calidad del agua. En un nuevo sistema de riego, conviene realizar los primeros lavados cada 3 a 4 semanas, y según la apariencia del agua de lavado y el tiempo de lavado hasta que empieza a fluir agua limpia, se decidirá si es necesario modificar la frecuencia del mismo. Por lo menos, una vez al año, o en algunas situaciones dos o tres veces al año, de acuerdo con el tipo de agua que se utilice, el sistema completo debe ser lavado. Las tuberías conductoras y las tuberías distribuidoras deben ser lavadas con caudales altos para limpiar todo sedimento de las paredes de las mismas. En caso de alguna fuga o rotura en las tuberías conductoras, el sistema debe ser lavado después de la reparación y antes de la introducción del agua de riego a los laterales. Al final de la temporada de riego se recomienda realizar un buen lavado de las tuberías distribuidoras, colectoras y laterales. III. Tratamientos químicos La presencia de materia orgánica e inorgánica es la razón principal de los tratamientos químicos. Todo tratamiento químico llevado a cabo en forma de tratamiento preventivo es preferible, ya sea por su costo económico más bajo, su facilidad de aplicación y sus posibilidades de éxito. Cloración En casos de presencia de algas o de alguna otra materia orgánica, el agua debe ser tratada con un oxidante enérgico. El más utilizado para esta aplicación es el cloro. El cloro como agente oxidante puede ser utilizado también para eliminar el hiero (ión ferroso) y manganeso del agua. Sólo es recomendable tratar con cloro sistemas con hierro en forma de 2++ Fe cuando podemos asegurar que el hierro precipitará antes del sistema de filtración o podrá ser retenido por éste, lo cual normalmente no el económicamente viable. En caso de existir hierro en el agua, será necesario realizar una aireación para favorecer su oxidación y proceder a su eliminación por decantación en balsa. Concentraciones tan bajas como 1 ppm de hierro en agua tienen un alto riesgo de producir obturaciones en los sistemas de riego localizado. El cloro activo es un fuerte oxidante que: 1. Impide la acumulación de biofilm en las tuberías y laterales. 2. Destruye y descompone las bacterias quimioautótrofas. Estas bacterias pueden utilizar formas reducidas de hierro y manganeso como fuente de energía al producir su oxidación. El problema es doble, ya que a los depósitos de óxidos que se forman hay que añadir el producido por el propio crecimiento bacteriano. 3. Elimina sedimentos orgánicos y biofilms. 4. Mejora la eficiencia del filtrado inicial cuando se utiliza agua con alto contenido de materia orgánica. El producto más utilizado como fuente de cloro para el mantenimiento de instalaciones de riego por goteo es el hipoclorito sódico, aunque también se puede utilizar como fuente el cloro gaseoso. La concentración del cloro activo se reduce proporcionalmente al tiempo y a la distancia del punto de inyección, consecuentemente, la menor concentración se hallará en el punto más alejado del punto de inyección. La concentración requerida de cloro activo dependerá del objetivo de la cloración. Objetivo de la cloración Método de aplicación Concentración requerida (ppm) Comienzo del Final del sistema* sistema Prevenir sedimentación -Continuo 3.0 - 5.0 > 0.5 (preventivo) -Intermitente 5.0 - 8.0 > 3.0 Limpiar el sistema -Continuo 5.0 - 10.0 -15.0 > 3.0 (curativo) -Intermitente > 5.0 (*) El valor indicado es orientativo: El objetivo es conseguir el valor indicado al final del sistema (cloro residual) Cálculo y medición: la descarga requerida de las soluciones de cloro inyectadas, se calcula de la siguiente manera: C1 x Q q = ----------Co x 10 en donde: q = caudal de la solución inyectada de cloro en litros/hora Co = porcentaje de cloro activo en la solución inyectada en % C1 = concentración deseada de cloro activo en el agua de riego en partes por millón (ppm) 3 Q = caudal del sistema en tratamiento, en m /hora 3 Ejemplo: Caudal del sistema: Q = 125 m /h Porcentaje del cloro activo en la solución: Co = 10 % Concentración deseada: C1 = 8 ppm 8 x 125 q = -------------------= 10 l/h 10 x 10 El caudal inyectado debe ser de 10 litros/hora. La influencia del peso específico de la solución en el resultado es despreciable y por ello no se ha tenido en cuenta. Esta forma de calcular es adecuada para toda solución de cloro. En caso de usar cloro gaseoso, el cálculo se realiza de la siguiente manera: q = C1 x Q 3 Caudal del sistema: Q = 100 m /h Concentración deseada de cloro activo en el riego: C1 = 5 ppm. q = cantidad necesaria de cloro gaseoso por hora de riego. q = 5 x 100 = 500 gramos / hora. Es importante verificar la concentración de cloro en el sistema, tanto en el punto de inyección como al final durante el tratamiento y no confiar exclusivamente en los cálculos. También es importante recordar que el cloro a medir en las soluciones es el cloro activo, no el cloro total. Al final del tratamiento, es necesario continuar con el riego por lo menos durante media a una hora para lograr un lavado completo del sistema. Tratamientos con ácidos El objetivo de los tratamientos con ácidos es el de disolver precipitaciones y costras acumuladas en el sistema. El tratamiento con ácidos no es efectivo para el tratamiento de sedimentos orgánicos. Los ácidos son útiles en la eliminación de depósitos calcáreos en el sistema de riego, pero no son efectivos en caso de precipitados de fósforo, hierro y manganeso, por lo que hay que tener especial cuidado al aplicar la fertirrigación. Es recomendable al final de campaña desenterrar un tramo de tubería con goteros para comprobar su estado. Los ácidos son muy corrosivos y atacan las conducciones de fundición, fibrocemento y aluminio. Las tuberías PE y PVC tienen una alta resistencia y permiten perfectamente los tratamientos recomendados. Tipos de ácidos. Los ácidos de uso industrial como el ácido clorhídrico, el ácido nítrico y el fosfórico son adecuados para este fin. La concentración recomendada del ácido en el agua de riego tratada depende del tipo de ácido y de su concentración (riqueza). Tipo de ácido Ácido clorhídrico (HCl) Ácido nítrico (HNO3) Ácido fosfórico (H3PO4) Acido sulfúrico (H2SO4) Concentración del ácido normal Concentración recomendada del ácido en el agua tratada 33 - 35 % 0.6 % 60 % 0.6 % 85 % 0.6 % 70 % 0.6 % Si se usa un ácido con concentración diferente a la tabla, deberá corregirse la concentración recomendada en el agua de riego. Por ejemplo: si se usa ácido sulfúrico a una concentración de 98 %, la corrección se hará según: C1 = Concentración normal del ácido (como en la tabla) C2 = Concentración nueva del ácido Cr = Conc. recomendada del ácido normal (tabla) en el agua Cd = Concentración deseada del ácido nuevo en el agua Cd = (C1 x Cr )/C2 o sea: Cd = (70 x 0.6) / 98 = 0.43 % Procedimiento Los pasos a seguir para un tratamiento con ácido son los siguientes: 1. Comprobar que todos los componentes del equipo se encuentran en condiciones óptimas de trabajo, bombas de agua, bomba inyectora de fertilizantes tolerante a ácidos, filtros, válvulas, tuberías principales, tuberías de distribución y colectores de drenaje. 2. Realizar un lavado de todo el sistema con agua normal para eliminar suciedades y sedimentos que no necesitan del tratamiento para ser expulsados del sistema. Se recomienda dividir el área regada a ser tratada en pequeñas áreas. 3. La inyección del ácido debe comenzar cuando el sistema se encuentra con las presiones estabilizadas. 4. El tiempo recomendado de inyección debe ser de 10 a 12 minutos. 5. Una vez terminada la inyección, se debe continuar regando durante media a una hora. Intrusión radicular Para evitar o disminuir el riesgo de intrusión de raíces en el gotero se ha de proceder con prácticas adecuadas, como el uso de material adecuado o la aplicación de tratamientos químicos que eviten el crecimiento de raíces en las proximidades del gotero. Las raíces y raicillas tienen la tendencia natural de extenderse en busca de agua y fertilizantes. El área alrededor de un gotero está normalmente más húmeda que áreas alejadas del mismo, por lo que en sistemas en que las plantas se encuentran con déficit de agua, la concentración de raíces será más grande cerca del gotero, aumentando las posibilidades de intrusión de raíces en el emisor. Frecuencias uniformes y continuas de riego, con cantidades de agua que eviten situaciones de estrés temporal en el cultivo evitan en gran medida el desarrollo de las raíces en dirección al gotero. Por el contrario, aplicaciones infrecuentes y dotaciones deficitarias pueden favorecer problemas de intrusión radicular. La mayor parte de emisores de riego por goteo disponen de mecanismos mas o menos efectivos, creando una discontinuidad que evita la entrada de raicillas desde el exterior. No obstante, es necesario tener en cuenta que en riego por goteo enterrado es recomendable realizar tratamientos químicos preventivos para evitar problemas de intrusión radicular. Tratamiento con Treflan El tratamiento recomendado para evitar la intrusión de raíces al gotero es la inyección del herbicida Trifluralina (nombre comercial: Treflan) en el sistema. La Trifluralina es un producto herbicida con una movilidad en suelo casi despreciable y que inhibe el crecimiento de raicillas. Por lo tanto, se debe tomar en cuenta ciertas medidas de precaución en el sistema y medidas de manejo de la cantidad de humedad en el suelo. Una vez determinada la necesidad de llevar a cabo el tratamiento se debe dejar de realizar el riego normal del cultivo en uno o dos días con el objetivo de lograr una zona alrededor del gotero un poco más seca de lo normal, para que la Trifluralina sea adsorbida más rápidamente por las partículas de arcilla del suelo en las proximidades de los goteros. Número de tratamientos. El número de tratamientos en un año depende del cultivo, del clima y del tipo de suelo: Cultivo * Ciclo de riego < 2 meses Todo tipo de Cultivo Suelo mediano a pesado 1 **Suelo arenoso 1 < 4 meses 1 2 < 8 meses 2 3 Todo el año 3 4 * Ciclo de riego es el periodo en el cual el cultivo es regado periódicamente. ** Suelo arenoso: este apartado implica aquellos suelos que tienen alrededor de 70% de arena y más de 8 % de arcilla. Anterior al tratamiento Previo al tratamiento se debe realizar una completa revisión del funcionamiento del sistema: 1. Verificar que no existan charcos de agua en la superficie del suelo por causa de fugas. Si existen fugas en el sistema no se debe realizar el tratamiento con Trifluralina. Compruebe previamente que el caudal de las parcelas a tratar no ha variado conforme a su valor de referencia. 2. Verificar que la bomba inyectora esté en excelentes condiciones de trabajo y que pueda inyectar el volumen de la solución en el tiempo necesario. 3. Si parte del sistema está conectado a un sistema de riego superficial, éste debe ser desconectado del anterior. 4. Verificar manualmente la humedad del suelo. Debe evitarse el tratamiento con Trifluralina si el suelo está húmedo después de una lluvia o riego, por lo que es preciso esperar a cierta sequedad del mismo. Primer tratamiento El primer tratamiento en cultivos perennes debe realizarse unas tres semanas después de iniciarse la campaña de riego. Dosis del producto La dosis está basada en la cantidad de producto por gotero. Se recomienda utilizar 1/8 de gramo por gotero (0.125 gr./gotero) por tratamiento. Ejemplo: Si la parcela a tratar tiene 12.000 goteros, la cantidad requerida de Trifluralina será: 12.000 goteros x 0,125 gr. = 1.500 gr. = 1,5 Kg. El proceso de tratamiento 1) El tratamiento se divide en tres etapas: a) Inicio de riego hasta entrada en régimen del sistema. b) Etapa de inyección de la Trifluralina. Esta etapa debe ser corta, de 5 a 10 minutos como máximo. c) Etapa de distribución de la Trifluralina. La etapa de distribución varía de acuerdo al caudal del gotero, a la distancia entre ellos y a la longitud de laterales. Los tiempos de duración recomendados en la etapa de distribución oscilan entre 30 y 40 minutos habitualmente. 2) Después de la etapa de distribución no se debe regar durante 24 horas antes de seguir con el programa regular de riego. Esquema: Comienzo del Riego Comienzo de la Inyección Tiempo de tratamiento Final de la Inyección Final del riego Final del Tratamiento