EFECTOS SOBRE LA MEMORIA PROSPECTIVA DE LA EMOCIÓN

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EFECTOS SOBRE LA MEMORIA PROSPECTIVA DE LA EMOCIÓN
EFECTOS SOBRE LA MEMORIA PROSPECTIVA DE LA EMOCIÓN
GENERADA POR LAS CONSECUENCIAS DISTINTAS DE ACORDARSE O NO
DE REALIZAR TAL TAREA PROSPECTIVA REPETITIVA
JOSÉ M. ARANA
FERNANDO GORDILLO
JUAN J. G. MEILÁN
JUAN CARRO
LILIA MESTAS
A pesar de que en los últimos años se ha producido un aumento considerable de los trabajos que
estudian la interacción entre los procesos emocionales y cognitivos (e.g., Kellermann et al., 2011),
posiblemente uno de los procesos cognitivos menos estudiados en relación a la emoción es la
memoria prospectiva (MP) (Kliegel y Jäger, 2006). Esta se define como el recuerdo de realizar una
acción programada en un momento determinado del futuro (Kliegel, McDaniel y Einstein, 2008).
Este tipo de memoria resulta necesaria en la planificación de la conducta e involucra a una serie de
procesos cognitivos, como son las funciones ejecutivas; la memoria de trabajo, episódica y
retrospectiva; la atención; la autorregulación de la conducta y la motivación (Meilán, Pérez, Arana
y Carro, 2009). En las tareas de MP los sujetos están inmersos en la realización de una actividad
(tarea concurrente), dentro de la cual deben realizar una acción programada (conducta
intencionada) ante una determinada señal (clave de recuperación).
Los estudios que han inducido la emoción de manera previa a la realización de la tarea han
encontrado soporte teórico dentro de la teoría de la distribución de recursos de Ellis y Ashbrook
(1988), en tanto las emociones inespecíficas negativas y los estados internos de ansiedad o
depresión podrían afectar a la MP a través del aumento de las interferencias. Aunque hay
resultados inconsistentes, en general se cumple la intuición de que los estados emocionales
negativos perjudican el recuerdo y la realización de intenciones, tanto en el laboratorio como en el
contexto de la vida diaria (véase revisión de Kliegel y Jäger, 2006).
Si bien el efecto perjudicial de las emociones negativas parece explicarse a partir de las
investigaciones centradas en el modelo de distribución de recursos, no es así respecto a las
emociones positivas. Se ha especulado sobre un posible efecto facilitador de las emociones
positivas sobre la MP a partir de las investigaciones que han constatado el papel modulador de
éstas sobre diferentes funciones cognitivas; sin embargo, mediante métodos de inducción
emocional de manera previa a la tarea de MP, no se han encontrado datos que avalen un posible
efecto facilitador de las emociones positivas sobre la MP (véase Kliegel y Jäger, 2006).
Los trabajos que han estudiado los efectos de la emoción sobre la MP derivados del contenido
emocional de las claves de recuperación (Clark-Foos, Brewer y Marsh, 2009) y la conducta
intencionada (Rendell et al., 2010) han encontrado efectos beneficiosos de la emoción positiva
sobre la MP. Este efecto podría explicarse por un incremento en los procesos de planificación
(Oaksfoard, Morris, Grainger y Williams, 1996; Phillips et al., 2002), y una mejora en la flexibilidad
cognitiva, que permitiría interrumpir la actividad concurrente para realizar la conducta
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intencionada con mayor eficacia. Sin embargo, hasta la fecha, no hay trabajos que hayan
estudiado el efecto que las consecuencias positivas y negativas de realizar o no realizar la
conducta intencionada sobre la MP. Este será el objetivo de la presente investigación.
Las consecuencias de nuestra conducta tienen repercusión sobre las futuras actuaciones. Esto
resulta evidente en el paradigma del condicionamiento instrumental, donde el premio y castigo de
la conducta modifica su tasa de ejecución. Sin embargo, junto al refuerzo (e.g., comida) y el castigo
(e.g., descarga eléctrica) de manera inherente viene asociada una emoción que ayuda a consolidar
el recuerdo de las consecuencias derivadas de dichas conductas. En este sentido se puede hablar
de la emoción como una consecuencia de la conducta (e.g., al recibir la comida o la descarga
sentimos alegría y miedo respectivamente).
Dentro del paradigma de MP esta idea cobra especial sentido, dado que las consecuencias
emocionales de la conducta intencionada (e.g., recibir un beso por acordarnos de comprar el pan o
una bofetada por no hacerlo) podrían estar modulando el recuerdo de realizar dicha conducta en
el futuro (e.g., acordarnos de comprar el pan el próximo día). Es decir, la emoción asociada a la
conducta intencionada puede estar facilitando o inhibiendo la MP. Este enfoque permite
contemplar el papel de la emoción como una señal de refuerzo y castigo de la conducta
intencionada, además de representar un nuevo enfoque a través del cual estudiar la influencia de
la emoción sobre la MP (Gordillo, Arana, Meilán y Mestas, 2010).
OBJETIVOS E HIPÓTESIS
En el presente trabajo queremos comprobar qué resulta más eficaz para recordar realizar una
conducta intencionada (e.g., acordarnos de comprar el pan): ¿la emoción positiva asociada a las
consecuencias de realizar dicha conducta (e.g., alegría por recibir un beso de recompensa), o la
emoción negativa asociada a las consecuencias de no realizarla (e.g., miedo por recibir una
bofetada de castigo)? Para este fin induciremos emociones positivas tras la realización de la
conducta intencionada a un grupo de sujetos, y negativas tras su no realización a otro grupo,
mediante un diseño en el que se manipularán también la frecuencia y latencia de la inducción
emocional mediante la presentación de fotografías de contenido emocional.
A partir de este marco teórico, planteamos las siguientes hipótesis: el estado afectivo positivo
generado por las fotografías de contenido emocional agradable inducidas tras la realización de la
conducta intencionada facilitará la MP. También esperamos un deterioro en la MP en el grupo al
que se ha generado un afecto negativo, en tanto podría generarse un incremento de los
pensamientos intrusivos que afectarían a la correcta ejecución de la tarea (Ellis y Ashbrook, 1988).
MÉTODO
Participantes
162 alumnos (edad, M= 19.26, DT= 4.03; 19 hombres, 143 mujeres) estudiantes de Psicología de la
Universidad de Salamanca que participaron a cambio de un incremento de 0.25 puntos en la nota
de una materia.
Materiales
La tarea experimental fue diseñada con el programa E-Prime (versión 2.0) y aplicada a través de
ordenador. Se aplicó un paradigma de MP basado en eventos que permite inducir estados
emocionales durante la realización de la prueba mediante la presentación de fotografías (Gordillo
et al., 2010). Asumimos la emoción como una consecuencia de la conducta intencionada, en los
mismos términos que plantea Rolls (2000) cuando define la emoción como un estado generado
por consecuencias positivas (recompensas) y negativas (castigos).
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Se utilizaron 2 grupos de 16 fotografías cada uno sacadas del International Affective Picture
System (IAPS) de Lang, Bradley y Cuthbert (1999) en la adaptación española de Moltó et al.,
(1999). Los estímulos utilizados en la tarea de fondo fueron 9 dibujos formados por 2 figuras
geométricas (una dentro de la otra) resultantes cada uno por la combinación de tres formas
(triángulo, círculo, cuadrado). Estos dibujos, durante la fase de evaluación, podían aparecer en 9
localizaciones diferentes que se establecieron dividiendo la pantalla de manera virtual en 9
cuadrículas (las líneas divisorias no aparecían durante la prueba).
La valoración del estado afectivo de los sujetos antes y después de la realización de la prueba, se
realizó a través de una adaptación del maniquí de autoevaluación SAM (Self- Assessment Manikin,
SAM; Lang 1980; Lang, Greenwald, Bradley y Hamm, 1993).
Procedimiento
Todos los participantes pasaron por las cinco fases:
1) Fase de Pre_Evaluación donde debían valorar su estado afectivo a través de la escala del SAM.
2) Fase de instrucción: “Vas a particular en una tarea de tiempos de reacción. La pantalla te
presentará una serie de dibujos consistentes en dos figuras geométricas (una dentro de otra). Se
mostrarán una por una y en diferentes posiciones. Cuando la figura interior sea un triángulo, por
favor presione la tecla “1” tan rápido como sea posible, “2” si es un círculo, “3” si es un cuadrado y
“0” cuando las figuras, sean las que sean, aparezcan en la misma posición de la pantalla que las
del ensayo anterior. Cuando recuerdes/olvides (dependiendo de la condición experimental) pulsar
la tecla “0” aparecerá una fotografía en pantalla durante unos pocos segundos. Todo lo que tienes
que hacer es verla y esperar hasta que desaparezca para continuar con la tarea”.
3) Fase de entrenamiento.
4) Fase de evaluación: se les presentaron dibujos formados por dos figuras geométricas, una
dentro de la otra. Como se les dijo en las instrucciones, tras recordar u olvidar realizar la conducta
intencional, se les presentaba una fotografía inmediatamente en la pantalla durante unos pocos
segundos. El tipo de consecuencia de la fotografía (agradable, desagradable), la frecuencia con la
que aparecían asociadas a la realización o no realización de la conducta intencionada (20%, 50%,
80%), y la latencia de exposición (1sg, 3sg, 5sg) variaba entre los grupos dependiendo de la
condición experimental. Se incluyó también la variable Mitades (número de conductas
intencionadas realizadas en la 1º y 2º mitad de la prueba), como factor intrasujetos (diseño
2x2x3x3). En total la fase de evaluación se desarrolló en 240 ensayos con 20 conductas
intencionales posibles (8.33%).
5) Fase de Post_Evaluación, donde se vuelve a valorar su estado afectivo con el SAM.
Con el fin de estudiar el efecto de la inducción emocional con fotografías del IAPS tras la
realización o no realización de la conducta intencionada sobre la MP, se analizó la valoración del
estado afectivo, la tasa de MP, y la tasa de errores de la tarea concurrente.
Una vez que se realizaron estos análisis y se identificaron las variables que interaccionan con la
variable principal (Consecuencia), los participantes fueron reagrupados y se realizaron nuevos
análisis para estudiar los efectos que estas variables tienen sobre la tasa de MP y sobre la tasa de
los errores en la tarea concurrente (ongoing task).
RESULTADOS
Valoración del estado afectivo. Los resultados obtenidos en la variable Evaluación revelan
diferencias significativas (F(1, 160)= 35.880, MS= 25.559, p<.0001) entre las fases de Pre_Evaluación
(M= 6.38, SD= 1.17) y Post_Evaluación (M= 5.82, SD= 1.28). Se encontraron también diferencias
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significativas en la variable Consecuencia (F(1, 160)= 7.987, MS= 17.361, p< .01), donde la puntuación
obtenida en la escala SAM para la condición de consecuencia positiva (M= 6.33, SD= 1.09) fue más
alta que para las negativas (M= 5.87, SD= 0.99).
Resultó también significativa la interacción entre Evaluación y Consecuencia (F(1, 160)= 4.1640, MS=
2.97, p< .05). El ajuste Bonferroni (p= .001) reveló que en las puntuaciones de la fase
Post_Evaluación hay diferencias significativas entre las consecuencias positivas (M= 6.15, SD=
1.24) y las negativas (M= 5.49, SD= 1.24). Se encontraron de nuevo diferencias significativas entre
las fases de Pre_Evaluación (M= 6.52, SD= 1.18) y Post_Evaluación (M= 6.15, SD= 1.24) en la
condición de consecuencia positiva (p= .006); de igual forma, en la condición de consecuencia
negativa, entre las fases de Pre_Evaluación (M= 6.25, SD= 1.15) y la Post_Evaluación (M= 5.49, SD=
1.24) (p= .000) (véase Figura 1).
Tasa de MP. Los resultados obtenidos para la variable Mitades (F(1, 144)= 18.382, MS= 34.679, p<
.0001) revelan que los sujetos obtienen una tasa de MP mayor en la segunda mitad de la prueba
(M= 5.77; SD= 2.34) respecto a la primera mitad (M= 5.11; SD= 2.14). Hubo una interacción
significativa entre las variables Mitades y Consecuencia (F(1, 144)= 5.890, MS= 11.111, p= .016).
Este análisis inicial evidencia que la Frecuencia y la Latencia no afectan a la variable Consecuencia,
pero gracias a su interacción, tienen un impacto sobre la tasa de MP. Una vez que estos hallazgos
se han verificado, esas variables fueron excluidas del análisis y se realizó un ANOVA 2 (Mitades) x 2
(Consecuencias).
10
C_Negative
9
C_Positive
8
SAM rate
7
6
5
4
3
2
1
0
Pre_Evaluation
Post_Evaluation
Figura 1 Interacción entre las fases del SAM (Pre_Evaluación and Post_Evaluación) y Consecuencias (C_Positiva,
C_Negativa) para la tasa de la escala de evaluación del estado afectivo (tasa SAM).
Tasa de MP. Los resultados obtenidos para la variable Mitades (F(1, 160)= 16.702, MS= 34.679, p<
.0001) revelan que los sujetos obtienen una tasa de MP mayor en la segunda mitad de la prueba
(M= 5.77; SD= 2.34) respecto a la primera mitad (M= 5.11; SD= 2.14). No se fueron significativos
los efectos principales para el factor Consecuencia (F(1, 160)= 2.039, MS= 16.00, p= n.s).
Hubo una interacción significativa entre las variables Mitades y Consecuencia (F(1, 160)= 5.351, MS=
11.111, p= .022). Los análisis por pares evidenciaron que las consecuencias positivas generaban
una mayor tasa de MP en la segunda mitad de la prueba (M= 6.17, SD= 1.94) respecto a la primera
(M= 5.15, SD= 1.82), (Bonferroni, p= .000). Se encontraron diferencias significativas en la tasa de
82
MP en la segunda mitad de la prueba entre los grupos
grupos de consecuencia positivas ((M= 6.17, SD=
1.94) frente a las negativas (M== 5.36, SD= 2.62), (Bonferroni, p== .026) (véase Figura 2).
10
9
8
PM rate
7
6
5
4
3
2
1
0
1st
Halves
2nd
Figura 2. Interacción entre Mitades (1ª y 2ª) y Consecuencia (C_Positiva, C_Negativa) sobre el número de
conductas intencionales llevadas a cabo.
Tasa de errores en la tarea en curso (ongoing task). Los resultados obtenidos para la variable
Mitades (F(1, 160)= 64.324, MS== 259.568, p= .000) revelan que en la segunda mitad de la prueba los
participantes cometieron menos errores (M= 3.85; SD= 3.16) que en la primera (M= 5.64; SD=
4.10). No se encontraron efectos principales para el factor Consecuencia (F(1, 160)= 3.176, MS=
71.309, p=n.s). No fue significativa ninguna interacción entre Mitades y Consecuencia (F(1, 160) =
0.441, MS= 1.778, p= n.s).
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
A partir de los resultados obtenidos en este trabajo, se puede decir que las consecuencias
emocionales positivas asociadas a la realización de la conducta intencionada ((e.g., felicidad por
recibir un beso
eso como refuerzo tras recordar comprar el pan) mejoran la MP ((e.g., se incrementa la
probabilidad de que nos acordemos de comprarlo la próxima vez).
vez). Sin embargo, no se han
encontrado efectos respecto a las consecuencias emocionales negativas asociadas a lla no
realización de la conducta intencionada (e.g.,
(e.g., miedo por recibir una bofetada como castigo por
olvidarnos).
Al presentar de manera constante durante la prueba fotografías del IAPS, se esperaban cambios
en el estado afectivo del sujeto que confirmaran la eficacia del método de inducción emocional
utilizado. Para comprobar este punto aplicamos la escala de valoración SAM al principio y al final
de la prueba y se obtuvo que, efectivamente, las fotografías agradables generaban un estado
afectivo más positivo
ivo en la segunda mitad de la prueba respecto a la primera (consecuencia
positiva). Pero no se encontró efecto alguno en el grupo al que se les presentaron fotografías
desagradables (consecuencia negativa).
A la luz de estos datos, el no haber encontrado efectos en la condición de consecuencia negativa,
puede explicarse porque las fotografías desagradables del IAPS no lograron inducir un estado
emocional negativo que afectara a la ejecución de la tarea. De haber sido así, y a partir de la teoría
de Ellis y Ashbrook (1988), en la que se establece que los estados emocionales de una persona
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regulan la distribución de los recursos de procesamiento, cabría esperar que el afecto negativo
llevara a un aumento de los pensamientos intrusivos e irrelevantes que competirían con las
actividades cognitivas pertinentes. Como consecuencia de ello la ejecución se debería haber visto
perjudicada, y de igual manera se habría mostrado un mayor número de errores en la actividad
concurrente que justificara la presencia de pensamientos intrusivos. Este punto tampoco se ha
confirmado.
En este estudio se han utilizado fotografías desagradables con medias moderados para valencia y
arousal (Mvalence= 2.76; Marousal= 6.77), y en consonancia con las utilizadas para las fotografías
agradables. En el modelo teórico con el que comenzamos esta investigación, planteamos que la
emoción sería tratada como una consecuencia de la conducta. Esto significa que puede ser que
sólo las consecuencias emocionales positivas tengan un impacto considerable en el estado
afectivo del sujeto, y por tanto en la MP. Estos resultados, junto con los obtenidos en la
investigación que estudia el efecto del contenido emocional de las claves de recuperación (ClarkFoos, Brewer y Marsh, 2009) y la conducta intencional (Rendell et al., 2011), evidencia que las
emociones positivas facilitan la MP sobre la base de un compleja interacción con los aspectos de la
tarea (claves de recuperación y comportamiento intencional), mientras que las emociones
negativas tenían una influencia más generalizada, con los efectos superficiales con mayor facilidad
cuando la inducción emocional se produce con anterioridad a la realización de la tarea.
En este punto, podemos resumir afirmando que los resultados obtenidos informan de que las
fotografías agradables han generado un cambio afectivo, y que la condición de consecuencia
positiva facilita la MP. Los resultados por lo tanto, pueden explicarse en términos de las
consecuencias emocionales derivadas de la realización de la conducta intencional.
Estos resultados, junto a los obtenidos en trabajos que han estudiado el efecto del contenido
emocional de las claves de recuperación (Clark-Foos, Brewer y Marsh, 2009) y la conducta
intencionada (Rendell et al., 2010), evidencian que las emociones positivas facilitan la MP a partir
de una interacción más compleja con los elementos de la tarea, que la observada para las
emociones negativas, que ejercen un efecto más generalizado.
Futuras investigaciones deberían profundizar en el papel facilitador de las emociones positivas
sobre la codificación, retención y ejecución de las intenciones a través de métodos de inducción
emocional como el utilizado en este trabajo (IAPS).
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