actual 114 pliego1 - Cathleen Naundorf

Transcripción

actual 114 pliego1 - Cathleen Naundorf
REVISTA DE IMAGEN
ACTUAL - DIGITAL
AÑO 23
NÚMERO
149
Febrero/marzo’12
5 € (IVA incluido)
Haute Couture:
The Polaroids of Cathleen Naundorf
Cathleen Naundorf es una fotógrafa de moda excepcional, que podría ser considerada como los diseñadores de las piezas que fotografía, una creadora
de sueños. En estas páginas os presentamos una selección de fotografías y el prólogo escrito por el comisario alemán Matthias Herder que se publicará
el próximo mes de mayo en el libro Haute Couture. The polaroids of Cathleen Naundorf editado por Prestel, dedicado a la misma serie que será presentada por la prestigiosa galería Hamiltons de Londres entre el 2 de marzo y el 14 de abril.
«My paradisebird I» Haute Couture. Chanel
Théâtre du Trianon, Paris.
ETERNA ELEGANCIA
La fotografía de moda procede en buena parte de
los encargos realizados por revistas y diseñadores, y con menos frecuencia de proyectos independientes. En estos encargos se persigue principalmente seducir al espectador, lo que resulta
fundamental para que éste acabe adquiriendo la
prenda de vestir que se está dando a conocer.
Cuando un fotógrafo de moda desarrolla un lenguaje visual propio, sus imágenes adquieren un
valor que más allá del encargo solicitado. Como
ocurre con la fotógrafa Cathleen Naundorf.
Actualmente moda y fotografía de moda han llegado a ser consideradas como iguales. En tiempos
pasados no fue así, en este ámbito se consideró a
la fotografía como un simple medio para conseguir
10
FOTOGRAFÍACTUAL
unos fines determinados, por decirlo de alguna manera, su relación se limitaba a la función comunicativa visual. Muy al contrario, en los últimos años,
la fotografía de moda se ha ido emancipando cada vez más de las revista como medio tradicional
de difusión y ha comenzado a exhibirse en museos y galerías. El mundo del arte y su mercado han
elevado algunas copias vintage de las primeras imágenes de moda a alturas verginosas. Hace cincuenta
años el panorama era muy diferente, cuando autores como Irving Penn, Richard Avedon, William
Klein y Helmut Newton trabajaban para prestigiosas revistas de moda, preferentemente para la
edición francesa de Vogue. Muchas de esas fotos
hoy son consideradas como verdaderos iconos.
Igualmente autores de generaciones anteriores como Baron Adolph de Meyer, George HoyningenHuene y Horst P. Horst, a los que hay explícitas re-
«Secret times (Grand Palais I)» Haute Couture. Chanel
Grand Palais, Paris.
ferencias en el trabajo de Cathleen, son estudiados desde el ámbito histórico-artístico. También
Cathleen cita como una importante fuente de inspiración en sus propias fotografías a directores como de Sica, Visconti y Fellini.
La moda ha estado siempre condicionada por una
continua exigencia de innovación. Requerimiento que también se puede aplicar a su práctica fo-
tográfica: las imágenes que ilustran y publicitan
la moda deberían sorprender siempre al espectador. Un nuevo look debe presentarse de manera
atractiva. En las misteriosas y eternas fotografías
de Naundorf el diseño es el principal centro de
atención, ya sea mostrando un detalle o tomando planos más abiertos; en principio podría parecer una propuesta anticuada, pero es precisa-
mente esto lo que ya no es tan frecuente, en un
momento en que la moda se encuentra cada vez
más marginada y es sustituida en muchas ocasiones por ridículas tendencias que pueden llegar
a ser despiadadamente vulgares. Cathleen Naundorf, muy al contrario, continúa confiando ciegamente en el poder dramático de la belleza y la
elegancia puras. A veces, quizás por el contacto
L F A C T U A L 11
«Valentino en rose» Haute Couture.Valentino
Artists studio,Cité Jandelle, Paris.
«Tropical dreams» Haute Couture. Christian Lacroix
Photostudio Plateforme, Paris.
Haute Couture:
The Polaroids of Cathleen Naundorf
visual, también podemos sentir algo de la esencia
de las personas que aparecen en sus fotografías,
algo que va más allá de su vestimenta, convirtiendo imágenes de moda casi en retratos.
Las imágenes de Cathleen tienen una atmósfera
onírica, una estética única que va más allá de la
tradicional imagen publicitaria. Muchos de los vestidos que aparecen no son prendas antiguas, son
diseños únicos de alta costura de famosos diseñadores de moda parisinos, de los que ha podido
disponer para la sesión de fotos, por ejemplo de la
casa Chanel, Dior, Valentino, Lacroix, Armani y
Gaultier. Es la única fotógrafa que tiene prácticamente acceso ilimitado a sus archivos. Con un reducido equipo de asistentes, maquilladores y peluqueros, Cathleen dispone vestimentas y modelos
en un escenario neutral o frente a un imponente
fondo arquitectónico. Trabaja con una cámara de
gran formato analógica, Deardorff o Plaubel, y –por
si eso fuera demasiado común en estos días- desde finales de los 90, las carga con películas Polaroid. Aunque a diferencia de antiguos colegas como Helmut Newton y Guy Bourdain, Cathleen usa
Polaroid como medio para obtener la imagen final,
no para realizar estudios visuales preliminares.
La cámara Polaroid revolucionó la fotografía. Desde 1970 esta singular técnica fotográfica ha en-
12
FOTOGRAFÍACTUAL
contrado entusiastas en prácticamente todos los
géneros – paisaje, retrato, autorretrato, moda,
desnudos - y en prácticamente todo el mundo,
también entre fotógrafos artísticos. Las polaroids
son en su mayoría copias únicas. Solo se puede
conseguir negativos con una película en blanco
y negro, la 665, con la que Cathleen crear un reducido número de copias en gelatina de plata.
Formalmente hablando, uno de los aspectos identificativos de sus fotos son las marcas y defectos
que se pueden apreciar en la superficie. Técnicamente, es interesante subrayar la sustitución que
hace Naundorf de la elogiada velocidad e instantaneidad de la Polaroid por la lentitud de la cámara de gran formato y unos ajustes muy cuidados y estudiados. Sobre su contenido sorprende
el modo en que lo presenta, completamente atípico en nuestros días.
La técnica elegida por Cathleen produce una alteración cromática impredecible, en general predominan los tonos apagados, las estridencias brillan
por su ausencia. En este sentido ella cita la pintura renacentista y la contemporánea Nueva Escuela de Leipzig como un marco de referencia. En algunas sesiones experimenta con el efecto opuesto
del blanco y negro y el color, o dicho con otras palabras, con el realismo aparente y la abstracción.
Curiosamente, con la película Polaroid a veces determinados elemento se oscurecen impidiendo
apreciar valores fundamentales en la moda, como
son la textura, la consistencia del tejido y la superficie. Pero, en estos casos, la representación documental queda relegada a un segundo plano, favoreciendo un singular efecto pictórico atmosférico.
Básicamente sus experimentales imágenes transforman una situación real, aunque escenificada,
en un espacio bidimensional más cercano a la
pintura, en el que el color aparece como desconchado, como en las paredes de un viejo palacio. Esta semejanza no es de extrañar, si tenemos en cuenta que la fotógrafa manifestó un
entusiasta interés por la pintura siendo muy joven, de hecho, continúa su práctica paralelamente a la fotografía. De ahí que se pueda apreciar como paulatinamente en su trabajo se unen
los dos lenguajes de manera magistral gracias a
su dominio fotográfico. En sus imágenes algunas
mujeres parecen disolverse en un frenesí de color, lo que no se consigue únicamente con el velado fotográfico de la profundidad del espacio
pictórico.
La pintura aparece en su obra también con otras
referencias. Por ejemplo en la foto Juana de Arco
II podemos ver a una modelo rubia con un reducido corsé metálico ( diseñado por Hubert Barrère) que brilla débilmente. Está armada con una
espada que medio sostiene en un saludo y me-
« An Ordinary day » Haute Couture.Valentino.
Artists atelier , Cité Jandelle, Paris.
dio apunta a sí misma, se encuentra en frente de
un retrato ecuestre a tamaño natural de un joven
Napoleón Bonaparte, que se erige detrás ella en
el fondo.
A través del cuadro la fotógrafa ha creado un inusual encuentro de dos legendarios héroes gue-
rreros franceses. La conexión con París en el imaginario visual de Naundorf es obvio. Desde 1998
París ha sido su principal lugar de trabajo y residencia, una ciudad además que continua siendo
hasta hoy sinónimo de moda y fotografía de moda. Sus fotos son escenificadas tanto en impo-
nentes edificios, como en su propio estudio con
una simple pero efectiva iluminación. Naundorf
sitúa a sus modelos sobre metafóricos pedestales– como en la fotografía de moda de las primeras décadas- con una original mezcla de gallardía
y confianza femenina.
L F A C T U A L 13
«Breakfast at Tiffany’s II». Philip Treacy (hat) - Hubert Barrere (corset).
Artists studio,rue Manin, Paris.
Sus modelos posan seductoramente ante la cámara, inaccesibles en la grandiosa estructura arquitectónica de cristal y metal del enorme Grand
Palais o junto a la sensual escultura de mármol
de Auguste Rodin. Estas localizaciones de Naundorf muchas veces son las responsables de que
sus fotografías nos proporcionen un delicioso viaje al siglo pasado.
Uno de sus autores referentes, al que remite repetidamente en su trabajo, es el legendario fotógrafo alemán de moda Horst P. Horst, que vivió y
trabajó en París a principios de la década de los
años treinta. Como Horst, Naundorf procede de
una pequeña ciudad de Weissenfels an der Saale; ella abandonó en 1985 lo que entonces era la
R.D.A. por incompatibilidades con el carácter librepensante que ha heredado de una familia eminentemente creativa. Estudió pintura y dibujo en
Munich. A principios de la década de los 90 se
encontró con Horst en New York, donde éste se
convirtió en el mentor de la fotógrafa excepcional en que ha acabado siendo. En su trabajo Hommage an Horst realizado en 2008, Cathleen colocó a una modelo con un vestido de Chanel en
el antiguo apartamento de la legendaria diseñadora, en el mismo sillón en el que Horst la retrató. Consiguiendo captar la yuxtaposición de elegancia y melancolía que distinguen las fotos en
blanco y negro del artista alemán.
Como muestra las reinterpretaciones que hace
Naundorf de puestas en escena, la buena fotografía de moda, como podemos ver aquí, es siempre también una representación del espíritu de
los tiempos.
14
FOTOGRAFÍACTUAL
París.
«The modern bride». Haute Couture. Jean-Paul Gaultier.
At Jean-Paul Gaultier,325 rue Saint Martin, Paris.
A finales de los 90 el Süddeutsche Zeitung encargó a Cathleen una serie de fotografías de moda tomadas entre bastidores en los desfiles de moda de París. Un poco más tarde comenzó a realizar
un proyecto personal usando cámaras de placa y
películas polaroids; que ha continuado trabajando hasta hoy, momento en el que ha culminado
esta trabajo con la publicación de un libro. Han
sido muy escasas las fotografías de esta serie publicadas anteriormente, ya que tienen una función diferente, pueden ser interpretadas como comentarios artísticos sobre moda más que como
fotografía de moda. En este trabajo Naundorf nos
muestra exclusivamente mujeres jóvenes vestidas
en actitud pensativa, atractiva y a veces eróticas.
No nos encontramos con las usuales supermodelos, sino rostros frescos, a veces con rasgos asiáticos o africanos. En la selección de sus modelos
ha influido posiblemente su experiencia como fotoperiodista realizando reportajes sobre Siberia o
el Amazonas. También en el hecho de que a Cathleen le interesa mucho los diferentes movimientos, gestos, expresiones, poses espontáneas de
las diferentes etnias de las modelos, también sus
historias personales, e incluso sus almas. Todo esto al final acaba fluyendo inconscientemente en
su trabajo.
La atmósfera de las imágenes de Naundorf está
determinada por los fondos de colores neutrales,
aterciopelados, algunas veces en espacios arquitectónicos blancos que evocan un escenario teatral, por ejemplo en el taller de Jean –Paul Gaultier. Pero también en un museo de historia natural,
una cocina moderna en la que una modelo con
un vestido de noche de Dior saca un cangrejo de
una humeante cacerola, o el jardín invernal de
una villa modernista de París. Incluso los disparos que parecen en principio fruto casi del azar,
están cuidadosamente compuestos: la moda aquí
llega a ser una puesta en escena de sí misma. La
elegancia representada contraste con las estridentes y monótonas localizaciones usadas en las
producciones fotográficas contemporáneas de
moda, como por ejemplo las de Terry Richardson,
Juergen Teller o Corinne Day. Lo que sorprende
de las fotos de Naundorf por comparación, y eso
es algo que se debe enfatizar en estos momentos, es la completa renuncia a poses provocativas. En su poética serie Un rêve de mode la unicidad de las fotos Polaroid se corresponde con la
exclusividad de los diseños de alta costura. Actualmente la artista ve la Alta Costura como el
último reducto de la libre expresión en el mundo
de la moda. El tiempo y la memoria parecen diluirse cuando nosotros contemplamos su delicadeza, sus originales imágenes, seleccionadas a
partir de unas 150 sesiones. La representación de
la realidad ofrece el camino para la impresión de
delicadas secuencias de sueño. Después de todo,
la fotografía de moda ha sido siempre sobre belleza y sueños, también su posible realización en
nuestra propia vida. Algunas de las Polaroids de
Cathleen pueden contener la materia de la que
están hechos los iconos, aunque –o quizá porque– están desconectadas del tiempo.
Matthias Harder
Haute Couture:
«The Evolution of Fashion I». Haute Couture. Dior.
Galerie d’anatomie comparée, Museum d’Histoire Naturelle, Paris.
The Polaroids of Cathleen Naundorf
L F A C T U A L 15

Documentos relacionados