Como me gustaría tener agilidad y capacidad, para plasmar

Transcripción

Como me gustaría tener agilidad y capacidad, para plasmar
Como me gustaría tener agilidad y capacidad, para plasmar
delicadamente mi gratitud al Señor, por esta oportunidad, de
poder hacer memoria de todo lo vivido y experimentado en
estos 25 años de presencia en el Brasil.
Un sueño hecho realidad aquel día 20 de Enero de 1988 cuando
Hna. OféLia Echeverri y yo, Nieves Fonseca, llegamos al Brasil,
enviadas por Hna. Francisca Longas, entonces Superiora
General. Nuestros corazones batían de alegría y al mismo
tiempo surgía la pregunta, como será? .
Luego a nuestra llegada, fuimos recibidas con todo cariño por Frei Patricio OCD y Hna. Silvana de las Hnas
Azueles que nos acogieron en su Comunidad por nueve
meses.
Todo
estaba
preparado
para
ayudarnos a dar los
primeros pasos e
implantar
el
Carmelo Misionero
en este inmenso
Brasil. Las dos
recordamos
el
pensamiento de la
Santa Madre Teresa “ahora comenzamos y debemos comenzar
siempre de bien en mejor”
Nueve meses en la casa de las hermanas, fue una buena escuela
para introducirnos en la misión. Nos propusimos colocar como
fundamento de la nueva fundación la oración, sustento de la
vida fraterna y fuerza dinamizadora de nuestra vida apostólica.
El Obispo de Guarulhos que nos acogió en su Diócesis , Don Juan
Bergese, tenía un plano para nuestra Congregación: la misión
seria en la periferia, Taboão, uno de los barrios más populosos,
rodeado por varias favelas. Allí, una inmensa población nos
esperaba.
Con determinación decidimos caminar, visitar, conocer… Todos
los días madrugábamos para coger el autobús repleto de trabajadores, en dirección al barrio para regresar
al atardecer.
Nos colocamos sobre la protección de Nuestra Señora del Camino y de San José y así, nos fuimos
familiarizando con la realidad y con la gente..
Un paso importante fue buscar una casa para
morar. No fue fácil, llegamos a desistir de tanto
caminar y nada encontrar. Fue en medio del
cansancio y el desánimo que nuestros protectores
salieron al encuentro y la casa como milagro
apareció. Gracias a Dios!.. La Diócesis se encargo de
las adaptaciones necesarias.
Luego, la alegría de recibir la noticia que formaríamos
un grupo con el P. Beppe (italiano), Sacerdote
Diocesano, el Diácono Megume (japonés), el
Seminarista Miguel (Brasileiro), para implantar la nueva
Parroquia Santa Cruz de Taboão.
Y la alegría se completó con la llegada de dos hermanas
mas de Colombia, Isabel Arroyo y Ruby Lopes.
Estaba formada nuestra Comunidad y el primer
Equipo parroquial.
La inauguración de la Comunidad
sobre la
invocación “ Nuestra Señora del Camino”
y de la nueva Parroquia con el nombre de “Santa
Cruz”, fue el día 15 de Octubre de 1988. Las
hermanas Azules y hermanas de la Caridad de
Otawua estuvieron presentes acompañándonos en
este día tan especial.
Así, fuimos organizándonos y marcando presencia en la vida de las Comunidades que formaban la
Parroquia. Las respuestas fueron de acuerdo
con las necesidades.
La realidad social era gritante y el corazón
de Ofelia ardiendo por dar respuesta, la
llevó a comprometerse con los grupos de
acción social de la Arquidiócesis.
Taboão contaba con 14 grandes favelas que
necesariamente había que atender. Mucha
dedicación, mucha entrega para responder a
tantos desafíos.
La Catequesis, los jóvenes, las familias, los enfermos, fueron otros tantos desafíos que fuimos enfrentando
y dando respuesta según nuestras posibilidades, cuidando siempre la formación de líderes y de grupos
bíblicos con el espirito que animaban las
Comunidades Eclesiales de Base y las
Directrices de la Iglesia
Con el P. Beppe y los Padres que fueron llegando P. Marcos , P. Giovani grandes misioneros, asi como los
seminaristas y Diáconos formamos juntos un grupo de verdaderos animadores de la Parroquia y
Comunidades.
Los cimientos estaban lanzados. La realidad muy desafiadora, nos pedía esfuerzos, atención y sabiduría
para responder con generosidad y determinación.
Nuestra realidad comunitaria intercultural (España, Colombia, Chile, Filipinas, África, Argentina ) también
nos ha exigido tiempos de adaptación, conocimiento mutuo para ir criando comunión, fraternidad y
mucha esperanza juntas.
Damos gracias a Dios por las que continuamos esta caminada e por cada una que por aquí pasó y cumplió
con dedicación, la misión que le fue confiada. También, las que hoy no están más en la Congregación pero
que dejaron marcas bonitas entre nosotras. Helena Barata e
Irene ( Portugal).
Con alegría vamos recogiendo
los
preciosos
frutos
vocacionales que hoy son
nuestra esperanza, para que
el Carisma vaya enraizando en
este querido Brasil
Agradecemos a Hna. Luz Marina Ochoa, que durante
varios años fue nuestra Delegada. Su presencia, marco
profundamente la consolidación de nuestra Delegación,
promovió con fuerza la comunión y la fraternidad,
ayudándonos a caminar con mucha serenidad y paz.
Los Consejos Generales siempre marcaron una presencia
fraterna muy especial, visitándonos, acompañándonos,
animándonos para siempre seguir adelante, a pesar de los inevitables desánimos y hasta cansancios.
Agradecemos de corazón y nos sentimos argullosas por el ejemplo de comunión y fraternidad que
siempre nos dejaron.
Son muchas experiencias, muchos gestos de cariño, también por parte de los laicos, Párrocos , Obispos y
Congregaciones Religiosas.
Hoy , con nuestra mirada fija en Jesús y confiadas en la protección de
Nuestra Señora Aparecida avanzamos con mucha esperanza,
guiadas por su Palabra y la certeza de que la gracia de nuestra
vocación al Carmelo Misionero nos da un nuevo impulso, un nuevo
dinamismo y una profunda pasión por el anuncio del Reino de Dios a
los más pobres y excluidos.
Particularmente, me siento profundamente agraciada por Dios, por estar aquí desde la primera hora,
siendo testigo de todos los acontecimientos de gracia por los que pasamos a lo largo de los 25 años. Creo,
desde el fondo de mi corazón, en la Palabra de Dios (1Corintios 2, 9) : “ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el corazón del
hombre puede imaginar, lo que Dios tiene preparado para los que lo aman.”
“La verdadera riqueza no está en las cosas que tenemos o hacemos, más en el corazón”.( Papa francisco)
Con admiración siempre creciente,
bendigo al Señor por la vida de Ofelia
Echeverri que hoy nos contempla
desde el cielo y que nos dejó la
simiente de la entrega generosa, sin
medir esfuerzos, porque no se podía
perder tiempo, siempre confiando en
que solamente el AMOR, manifestado
en las obras, es digno de fè.
Gracias Ofelia,
nosotras!
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