Untitled - Real Academia de Bellas Artes de San Telmo

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Untitled - Real Academia de Bellas Artes de San Telmo
Edita: Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga
www.realacademiasantelmo.org
© Para la presente edición:
Real Academia de Bellas Artes de San Telmo
© Julián Sesmero Ruiz
© Manuel del Campo y del Campo
© Edición e ilustraciones: Pepe Bornoy
ISBN: 978-84-613-1555-0
Depósito Legal: MÁ-1.592-2009
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro, su inclusión en un sistema
informático, su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico,
mecánico por fotocopia, registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los
titulares del copyright.
Necesaria Iniciativa Académica
L lector tiene en sus manos el resultado de un proyecto que esta
Real Academia de Bellas Artes de San Telmo encargó al Ilmo.
Sr. D. Julián Sesmero, miembro de número y bibliotecario de
esta Corporación. Era una aspiración antigua que pretendía, entre otras cosas, enlazar con la historiografía creativo-pictórica de
Málaga que trazó en 1933 el Ilmo. Sr. D. Manuel Prados y López en su discurso de toma de posesión como miembro de esta Academia. En su larga y
documentada disertación –posteriormente editada en un magnífico libro
abundantemente ilustrado– abarcó la crónica general desde 1868 en que
se incorpora a la Escuela de Bellas Artes de Málaga el insigne maestro D.
Bernardo Ferrándiz, hasta la interesantísima generación de los jóvenes artistas que en torno al Grupo ALA –decenio de los años 30 del siglo XX– representaron el movimiento renovador de la plástica local.
Prados y López, según lo explicado, hizo una atinada exposición de
cómo habíase desarrollado el arte académico en nuestra ciudad desde el
mismo advenimiento de la Revolución Gloriosa que obligó al exilio francés
a la hija de Fernando VII, hasta dos años más tarde de la Segunda República
Española (1868-1933). Esta última fecha, si con carácter general significó un
indudable hito en la historia de nuestro país, representó en lo que concernía
a Málaga el despertar a la aventura del arte de un gran número de malagueños formados en la escuela local a la que pertenecieron sus maestros, los verdaderos forjadores de la llamada Escuela Malagueña de Pintura del XIX. La
citada crónica pictórica cubría 65 años fundamentales de nuestra Escuela de
Bellas Artes, durante los cuales impartieron enseñanzas Ferrándiz, Muñoz
Degraín, Denis, Ocón, Jaraba y otros destacados artistas dignos alumnos de
sus maestros.
Esta publicación, por tanto, completa la gran crónica que la pintura, la
escultura y el grabado malagueños han escrito desde 1930 hasta rozar el final del primer decenio del siglo XXI, ampliando la panorámica del estudio
anterior ya aludido. Con la presente publicación se abarcan más de 130 años
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de incesante y creciente actividad creativa en pintura, escultura y grabado.
En sus páginas aparecen no sólo nombres y afanes de artistas malagueños
que, habiendo nacido en el siglo XIX, vivieron también largos años de la
siguiente centuria. Igualmente –Málaga, tierra de promisión de tantos pintores foráneos–, figuran en el libro quienes, no nacidos en nuestra tierra, en
ella realizaron sin embargo gran parte de su obra, cuando no la totalidad
de ella. En efecto, fueron muchos los artistas extranjeros y connacionales
que en diferentes épocas se vincularon a la vida social y cultural malagueña
sumando a la creación nativa su aportación personal.
Al autor del presente trabajo, Ilmo. Sr. D. Julián Sesmero –de reconocidos méritos en el ejercicio de la profesión periodística, autor de numerosos libros acerca de la historia de la ciudad, crítico de arte y biógrafo de
pintores–, y al responsable de la edición, Ilmo. Sr. D. José Manuel Cuenca
Mendoza, “Pepe Bornoy” –diseñador y director del Anuario además de pintor, poeta, impresor y editor de selectas publicaciones–, la Academia agradece el laborioso esfuerzo realizado para la conclusión del proyecto, que hoy
convertido en feliz realidad bibliográfica, ofrecemos con satisfacción a los
malagueños en general y al mundo de la creatividad plástica en particular.
Finalmente, en nombre de la Academia que me honro en presidir, expreso públicamente nuestro agradecimiento al Excmo. Ayuntamiento de
nuestra ciudad y a Cajamar por unir al esfuerzo económico de nuestra
Corporación sus respectivas colaboraciones para hacer realidad el presente
libro.
Manuel del Campo y del Campo
Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo
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CIEN AÑOS DE MAESTROS, Artistas Y ÁMBITOS
CREATIVOS EN MÁLAGA
L siglo XX de la pintura malagueña no es concebible sin tener en
cuenta su precedente centuria. Y no todo su tramo de cien años,
sino a partir de 1868, el de la creación de la cátedra de Colorido y
Composición que ocupó Bernardo Ferrándiz. La existencia anterior
del Liceo, que en su sección de Pintura atendía la proclividad artística de jóvenes de ambos sexos vinculados a él por situación social favorable, es el
centro de germinación exclusiva en materia de pintura y dibujo, convocatorias de
certámenes y celebración de exposiciones colectivas de sus alumnos y maestros,
muchas de cuyas obras adornaban el ámbito más selecto de la casa, el salón del
Senado. Hasta la creación de la Real Academia de Bellas Artes en 1849 (será a
partir de 1883 cuando se denomine “de San Telmo”, al haberse instalado en 1851
la Escuela Provincial de Bellas Artes y la propia sede de la Academia, de la que
dependía, en el viejo caserón del colegio náutico del mismo nombre), la docencia
artística local prácticamente la copaba el prestigioso Liceo. Juan José Relosillas,
el popular, culto e irónico entre los más conocidos escritores y periodistas malagueños de los dos últimos decenios del siglo XIX, escribió el opúsculo Cartas a un
clubman (Juicio crítico de las obras de arte ejecutadas en el Liceo de Málaga, 1886), que
dedicado a su presidente Aurelio Pau, ironizaba sobre la actividad artística desarrollada en dicha institución. Lo antedicho representa, con toda la importancia
que cabe atribuirle, el prólogo a la iniciación académico-formativa de los primeros
alumnos malagueños que acceden al medio artístico reglado.
La crónica del siglo XIX en lo que concierne a las aulas de Bellas Artes, tiene
un protagonista indiscutible: el pintor valenciano Bernardo Ferrándiz Badenes,
que ya se encontraba en Málaga en el mes de junio de 1868 tras haber ganado por
oposición la cátedra de Colorido y Composición de la Escuela Provincial de Bellas
Artes y de la que se posesionará a comienzos de curso. Durante su larga actividad como docente el recién llegado dirigiría la formación artística de José Denis
Belgrano, que se incorpora a su clase a los veinticuatro años de edad, luego del
pensionado que el marqués de Guadiaro le procuró para la Academia Española de
Bellas Artes de Roma; igualmente, reciben pupilaje del mismo maestro José Moreno
Carbonero, Leoncio Talavera, José Nogales, José Ponce, José Blanco Coris, Enrique
Simonet, los hermanos Casasola, Pedro Sáenz, Luis Grarite, Federico Bermúdez y
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Federico Ferrándiz, entre otros. Ese mismo curso se incorpora a la misma escuela
el almeriense Joaquín Martínez de la Vega, de tan decisiva influencia artística
en la definición de la propia escuela malagueña de pintura. Martínez de la Vega
tuvo como discípulos más destacados a Enrique Jaraba, Antonio del Nido, José
Nizarre, Reyna Manescau, Xavier Cappa, Francisco Sancha, Mariano Bertuchi,
Capulino Jáuregui, De Burgos Oms, Santiago Casilari y Luis Berrobianco, entre
otros distintos.
Un año más tarde de su llegada a Málaga, y con el fin de ayudarle en la decoración del techo del Teatro Cervantes, Ferrándiz llama a su gran amigo el también
pintor valenciano Antonio Muñoz Degraín, que durante su larga estadía en Málaga
(1870-1895) no sólo contrae matrimonio, sino que accede al profesorado de la Escuela
Provincial de Bellas Artes, acceso que le facilita su amigo y paisano Ferrándiz, ya director de la misma. La estancia malagueña de Muñoz Degraín alcanza un cuarto de
siglo de su existencia, tras el cual se traslada a la capital de España para ocupar la
cátedra de Paisaje en la Escuela Superior de Pintura de Madrid. Alumnos suyos en
Málaga fueron Fernando Labrada y el niño Pablo Ruiz Picasso.
Otro de los profesores a quienes Málaga debe la conformación paulatina de la
Escuela de Pintura del XIX fue a Emilio Ocón, que en 1882 es nombrado catedrático de la Escuela Provincial de Bellas Artes. Marinista por excelencia, su influjo
se dejó sentir en los pintores José Gartner, Adolfo y Serafín Ocón sus sobrinos,
Ricardo Verdugo Landi, José Fernández Alvarado, Guillermo Gómez Gil y Luque
y Roselló.
Pero si fue en las clases de Ferrándiz donde comienza a forjarse la que en el
futuro será llamada Escuela Malagueña de Pintura del siglo XIX, también se teje
en las aulas de Muñoz Degraín, Martínez de la Vega, Emilio Ocón, y, por supuesto,
en la de José Denis Belgrano con Andrés Cuervo, Murillo Carreras y Mateo Cabeza
de Vaca, marqués de Valdecañas, como alumnos más distinguidos. Influencias de
maestros y alumnos pasan, en algunos casos, de la plástica del XIX a la del XX, que
es el verdadero objetivo del presente libro. En él, según el lector puede constatar,
se han pasado de uno a otro siglo a los autores que mayor número de años vivieron
o protagonizaron creatividad en el segundo de los citados.
Al iniciarse 1900, Málaga es una ciudad que en cierto aspecto vive de las rentas
plásticas procedentes de los pintores que se formaron –muchos de ellos al menos– en las clases de Colorido y Composición de Bernardo Ferrándiz, forjador,
según no pocos estudiosos ya definieron, de la llamada escuela autóctona. Don
Bernardo, que había ganado la plaza concurriendo desde su nativa Valencia, ya se
hallaba en Málaga en el mes de junio de 1868, año de la revolución de septiembre
que llevó al exilio francés a la Reina Isabel II. Los anales malagueños le recuerdan
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en la plaza de la Merced en plena soflama anti monárquica, con gorro frigio sobre
un caballo, encandilando a un entusiasta público que, como el maestro, bebía los
vientos revolucionarios de la época y que a la voz del creativo unía la suya en ardorosa y patriótica convocatoria.
Ferrándiz, una vez que llamó a Málaga a su gran amigo Muñoz Degraín, impulsó
con su ya experto compañero tan inusitada creatividad, que a través de una docencia
verdaderamente entregada, en pocos años formaron muy personales lazos entre los
distintos alumnos de sus correspondientes círculos docentes. Los más destacados
alumnos, con otros cuyos nombres pudieron haberse olvidado a causa de la pronta
fama alcanzada por los más preparados, fueron: José Moreno Carbonero, Leoncio
Talavera, José Nogales, José Ponce, Blanco Coris, Enrique Simonet, Luis Grarite y
Federico Bermúdez, ya citados; y como educandos de Muñoz Degraín, Fernando
Labrada y Pablo Ruiz Picasso. De unos y otros fueron coetáneos José Denis, Emilio
Ocón, Martínez de la Vega, Horacio Lengo, Emilio Herrera, Ruiz Blasco, Murillo
Bracho y Martínez del Rincón, entre otros, de forma que con tales maestros y alumnos, así como el creciente número de estudiantes que se formaron a través de ellos,
lo cierto fue que al término del siglo XIX, ya podía hablarse con propiedad de una
escuela malagueña de pintura no sólo en ciernes, sino a punto de consagración, al
menos a niveles de apreciación local, y muy especialmente, en lo que se refería a
la especialidad marinista impulsada por el maestro Ocón y Rivas y transmitida a los
alumnos ya citados: Gartner, sus sobrinos, Verdugo, Alvarado y Luque.
Con el transcurrir de los años y fuera de moda los gigantescos lienzos de tema
histórico que parecían imprescindibles para poder ser seleccionados y participar
en los concursos nacionales, los artistas se recrean en la realización del llamado
cuadro de género –al fin y al cabo costumbrismo más o menos típico de patios de
corralas, corridas de toros, escenas tabernarias, interiores de iglesias, fiestas populares, escenas campestres, bodegones con mayor o menor fortuna conseguidos y
naturalezas muertas en ocasiones repetitivas, manoseadas a fuerza de reiteración–
que se multiplican cuando van desapareciendo las viejas glorias locales y las nuevas
generaciones no son capaces de iniciar la modernidad estética que el nuevo siglo
demandaba.
El conformismo parecía dominar las estancias creativas de Málaga cuando se
inicia 1900. Muerto Martínez de la Vega en los primeros años del siglo y Picasso sin
revelarse todavía como impulsor de la renovación estética a escala planetaria, el
panorama que se vive en la Escuela de Bellas Artes de San Telmo es de vacilación
y conformismo, que tendrá su prolongación en los próximos tres decenios. En
efecto, el panorama artístico en general y pictórico en particular de la Málaga inmediatamente posterior a la contienda civil de 1936-39, es tan desalentador como
en cualquier otra capital de provincia.
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Disperso y sin actividad el Grupo ALA (Asociación Libre de Artistas, la última apuesta de renovación cultural coincidente con la llegada de la II República
Española y a cuya crónica volveremos de inmediato), la ciudad carece en absoluto
de auténtico pulso creativo en lo que a plástica se refiere. Existen, sí, individualidades que con frecuencia ocupan las únicas salas de exposiciones disponibles, las de
la Sociedad Económica de Amigos del País, en las que regularmente exhiben sus
obras pintores locales o foráneos, algunos de ellos pertenecientes al citado grupo
(Luis Bono, Antonio Cañete, Sánchez Vázquez) y otros, como Antonio Martínez
Virel, George Apperley, Enrique Ochoa, Salomón Conejo o Capulino Jáuregui,
etc., bastantes de ellos sin afinidad a grupo ni capilla creativa, que igualmente las
utilizan para sus exposiciones a falta de otras salas en la ciudad.
Cuando don Manuel Prados y López toma posesión de su plaza como miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo (25.II.1933),
titula el tema de su discurso de ingreso Pintores malagueños contemporáneos que resultó ser un verdadero y documentado ensayo crítico-biográfico que abarca desde
la llegada a Málaga de Bernardo Ferrándiz en 1868 hasta los últimos alumnos de
César Álvarez Dumont, muchos de los cuales ya gozaban de cierto predicamento,
bien como creativos independientes o vinculados al Grupo ALA, que sería, según
se ha explicado, el motor que pusiera en marcha los deseos renovadores de los
artistas plásticos que están en candelero al advenimiento del cambio político más
trascendental en la España de comienzos del decenio de los años treinta.
El amplísimo estudio que Prados López hizo de la pintura malagueña entre
1868 y 1933, discurso que posteriormente fue publicado un año más tarde, finalizaba con unas referencias acerca de los artistas, alumnos de Álvarez Dumont, que ya
destacaban y en los cuales vislumbraba futuras brillantes carreras.
Así, entre los alumnos de la clase de Pintura y Composición Decorativa de la
Escuela de Artes y Oficios, donde ejercía docencia don César, mencionó el nuevo
académico a Félix Núñez, “dibujante meritísimo”, gran ilustrador, ya entonces en la
capital francesa. Otro de los aventajados discípulos del mismo maestro y clase fue
Romero Calvet, excelente, como el anterior, en el dibujo, y del que el escritor Eduardo Zamacois dijo “gentil y místico” artista. Murió joven víctima de alucinaciones.
A la misma clase, y bajo la atenta mirada del maestro, habían aprendido Eugenio Lafuente, Eduardo Navarro, José Giménez Niebla, Juan Eugenio Mingorance,
Luis Ramos Rosa, Luis Torreblanca, Antonio Cañete, José Sánchez Vázquez, Francisco Garcés Gómez, Miguel Marín Zaragoza, Luis Bono y el entonces jovencísimo
Francisco Palma Burgos, hijo del escultor antequerano Francisco Palma García.
De la anterior referencia obtenemos el catálogo de artistas que, jóvenes entonces, representaban la última hornada de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de
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Málaga, primera generación del siglo XX. No pocos de los mencionados cerrarán
filas en torno al Grupo ALA, que con denuedo digno de aplauso lucharía para conseguir una renovación estética que, a su juicio, resultaba de todo punto necesaria
dado el anodino momento cultural que la creatividad malagueña arrastraba desde
los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera y Orbaneja.
La existencia del Grupo ALA viene a coincidir con la llegada de la II República, según se ha dicho, circunstancia que dota al “rebelde” movimiento artístico de
inusitado interés popular y populista.
Las reuniones de aquella inicial contestación cultural se celebraban en el desaparecido
Café Duque, situado en una de las esquinas de la plaza de la Aduana. Allí, después de no
pocas sesiones, salió fundada por el deseo mayoritario de los congregados la Asociación Libre
de Artistas, que tuvo la misma vida efímera que la propia República bajo la que echó a andar
verdaderamente en busca de objetivos claros, recordó años más tarde Luis Bono.
La joven Málaga que inquietaba futuros artísticos y modelos progresistas, centra su mirada en los creativos de ALA, que presidida por Tomás Pellicer –notable
caricaturista e inspector de Emigración– formó parte Luis Bono como tesorero;
más adelante, ya presidente el escultor y abogado no ejerciente José Castillo, Bono
fue vicepresidente de la novísima y renovadora entidad cultural, por la que tantos
jóvenes del decenio se interesaron.
Como entusiastas mantenedores del fuego sagrado de la renovación que representaba
ALA, hay que recordar entre sus pintores miembros a Juan Eugenio Mingorance, Luis Torreblanca, Paco Garcés, Muñoz Toval, Francisco Blanca Mora, José Roquero, Eduardo Casares,
Jorge Ravassa, Darío Carmona y Eugenio Salas; entre los escultores, Adrián Risueño y Antonio Alastra; en el grupo de los escritores y periodistas, López Trescastro, Fernández Barreira,
José Bugella, Julio Trenas e Ignacio Mendizábal.
Otros miembros iniciales –citados por Victoria Llamas Ros en un interesante
opúsculo sobre ALA– fueron los pintores Anaya, Espiñeira, Ricardo Aguilera, Martín Palomo, Ceferino Castro, Guerrero Utrera, Marín Zaragoza, Montero Rico,
Muñoz Toval, Ansaldo, Liceras, López Crip, Pedraza Olmedo y Eusebio Salas, además de los escultores Navarrete con Vargas Cortés y el arquitecto Rafael Miró.
Cuatro meses más tarde del nacimiento de ALA y en los Salones de la Sociedad
Económica de Amigos del País, entonces presidida por Emilio Baeza Medina, se
celebra el denominado Salón de Agosto, que, a todos los efectos, era un muestrario creativo de muchos de sus miembros.
La exposición resultó ser un éxito completo, y si hemos de ser fieles a la interpretación
mayoritaria que de ella supo extraer el elemento cultural e influyente del momento –los nuevos
políticos entre otros–, el acontecimiento era significativo de las ansias renovadoras del momen-
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to. Baeza Medina, que desde la presidencia de dicha institución labrábase la primera Alcaldía
republicana de Málaga, prestó gran concurso personal al certamen. Tanto, que visto el éxito
mandó acondicionar las Salas de la Económica, que en aquellos años eran especie de covachuelas para almacenar trastos, según evocaría años después el propio Luis Bono.
Fue efímera la existencia del Grupo ALA. Luis Bono, en el libro que el autor
de este estudio escribió para la Sala Benedito con ocasión de su última exposición
(1992) razonaba tan triste final: No alcanzó a más; no tuvo tiempo: cuando podían haberse alcanzados objetivos claros, ya todo el mundo estaba sumergido en los problemas del 36...
Pero buscábamos, ya lo creo, la renovación y el encuentro con la modernidad.
Con los nuevos aires políticos en el ambiente cultural de Málaga y la esperanza
en el corazón de todos los que aspiraban a deseables cambios en los modelos estéticos dominantes, la asociación y sus miembros persisten en las ideas renovadoras.
La crónica de Luis Bono, recogida en el citado libro, sigue facilitando datos:
Todavía queda en la memoria de muchos malagueños la actividad tanto pictórica como literaria que mantuvo la ALA, y de manera especial la sesión correspondiente al 11 de abril de
1931, tres días antes de la proclamación de la II República Española. Memorable sesión, en
ella disertaron el neuropsiquiatra Antonio Linares Maza y el escritor y periodista José María
Souvirón. El local de la asociación, ya en calle Beatas, estuvo colmado de público, y entre sus
asistentes más significados estaban el famoso psiquiatra malagueño Miguel Prados Such y
su hermano menor, Emilio, gran poeta.
Nada de interés en los hornos creativos de posguerra con el añadido de muchos pintores en la diáspora y otros tantos represaliados, ALA, si bien no desaparece por decreto, muere de inactividad sin dejar huella identificativa posterior entre
los artistas que sobrevivieron los difíciles y comprometidos momentos del decenio
posterior.
El acontecimiento cultural más inmediato a la finalización de la guerra, se produce en las mismas Salas de la Económica donde doce años antes había mostrado
su inquietud innovadora el Grupo ALA.
En efecto, entre los días 7 al 27 de febrero y 12 al 27 de abril de 1944, se organiza por el Centro de Estudios Andaluces malacitano una exposición de pinturas
y esculturas de las colecciones privadas de Málaga. Así, se tiene la oportunidad de
conocer, por vez primera en la historia cultural de la ciudad, parte del tesoro patrimonial de muchas de sus familias principales: Pons, Blasco, Rein, Bolín, Guirior,
Ojeda, Benavides, Muñoz Rojas, conde de Lérida, Werner, Villapadierna, Jiménez
Lopera, Mitjana, Peña, etc., que poseen valiosas piezas de la pintura italiana y escuela del Norte, y esculturas de Mena, El Greco, De Mora, Fernando Ortiz y anónimos andaluces de distintos siglos. El catálogo –lujosísimo teniendo en cuenta las
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circunstancias locales del momento– lleva ensayo preliminar y notas de Sánchez
Cantón, subdirector del Museo del Prado, y reproduce gran parte de las obras
pictóricas y escultóricas de las colecciones privadas que presenta a la curiosidad
del público.
La Económica recupera durante los meses de febrero y abril de 1944 el perdido
interés que, como cenáculo de pintura y pintores, había tenido durante la década
anterior, de manera que se puede asegurar que es a partir de entonces cuando la
nueva generación encuentra y la anterior reencuentra el sentido cultural de tan
histórica como familiar casa. En ella –dado que también funciona su excelente
biblioteca, ordenada y catalogada en 1927 por el poeta y escritor Luis Cambronero
Antigüedad–, se citan cada tarde sesudos lectores y apasionados de las artes plásticas, volviendo la casona a recuperar su perdido pulso cultural fomentando en la
juventud, principalmente en la que frecuenta las aulas de Bellas Artes, colindantes
y animadas, su gusto por el notable edificio proyectado en el siglo XVIII por José
Martín de Aldehuela sobre una parte de las antiguas posesiones jesuíticas en la calle
de la Compañía. Cierto que el progresismo local ya señala a casa y parte de sus usuarios como la máxima expresión de la decadencia y el conformismo cultural. Mas sin
duda todos vuelven a la vieja institución porque, en el fondo, la aman y respetan.
En este ambiente de poquedad cultural irrumpe en Málaga, con notable fuerza y deseos de acertar en su gestión, la Obra Sindical Educación y Descanso, dependiente de la Vicesecretaría de Obras Sociales de la CNS (Central Nacional Sindicalista).
Desde su creación a fines de 1939 hasta su total desaparición en 1976 en que
pasó con toda la organización sindical verticalista a la AISS (Administración Institucional de Servicios Socio-profesionales) y más tarde, en 1978, su personal al
Ministerio de Trabajo, fue una de las escasas instituciones de carácter público que
durante casi cuatro decenios fomentó la actividad creativa plástica entre los jóvenes malagueños.
El reglamento orgánico de Educación y Descanso entra en vigor el día 1 de enero de 1954 y, al hacerlo, recuerda en su Preámbulo el Fuero del Trabajo (9.V.1938)
que especificaba: Se crearán las instituciones necesarias para que en las horas libres y en
el recreo de los trabajadores, tengan éstos acceso al disfrute de todos los bienes de la cultura,
la alegría, la milicia, la salud y el deporte. No se citaba lo plástico, pero quizá por las
características de Málaga la pintura fue, con el deporte, las actividades más populares y las que mayores concurrencias constataron a lo largo de los años.
Con sus convocatorias de certámenes plásticos al aire libre, los concursos locales, provinciales, regionales y nacionales de pintura, los cursos de orientación y
perfeccionamiento de carácter nacional y las aulas que para la enseñanza de jóve-
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nes con vocación fueron creadas y que en Málaga dirigió más de dos decenios el
pintor y académico Alfonso de la Torre Marín, Educación y Descanso protagonizó
una actividad constante y a través de ella muchos artistas no sólo consiguieron galardones, sino que se abrieron camino definitivo en el arte.
Durante la larga etapa que cubrió la Obra Sindical Educación y Descanso, fueron responsables de ella en Málaga Matías Prats Cañete, Modesto Escobar Rozas,
Antonio Sánchez Morales-Portillo, Antonio Gallardo Sánchez, José Villegas García, José Luis Mahaves Espiga y Antonio Serrano Fernández.
La citada institución sindical quizá fuera –por el carácter popular de sus ofertas de arte, deporte y ocio dirigida a los jóvenes trabajadores– la menos politizada
de la época, de manera que al evitar en sus actividades toda intencionalidad excluyente supo ganar de la mocedad malagueña no sólo crédito y confianza, sino
prestigio y respeto.
Muchos de los alumnos que frecuentaban las aulas de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, y no pocos de los que, autodidactos, se lanzaron a la
aventura del arte pictórico durante sus dos primeros decenios de existencia, participaron en las constantes convocatorias que formuló la entidad sindical. En los
años 50, década de absoluta consolidación de Educación y Descanso, su participación en las Fiestas Deportivas de Invierno ocupaba gran parte del programa deportivo y cultural, verdadero contrapunto del que el municipio financiaba durante los
meses de febrero y marzo, de tan claras proclividades elilistas y selectivas.
No propició Educación y Descanso el desarrollo de una escuela ni tampoco
fomentó grupos afines que impulsaran, como en el caso de ALA, propuestas de
renovación estética. Su papel fue impulsor de afanes creativos juveniles, y en algunos casos, precursor de figuras que ya avanzaban por los territorios pictóricos
pisando con fuerza y personalidad; fue, asimismo, mecena de nuevos valores
plásticos que poco a poco se iban confirmando en el panorama pictórico local y
aun nacional.
Hay una alusión a Educación y Descanso hecha en público por Virgilio Galán
Román que no nos resistimos a reproducir. Al contestar al discurso de ingreso
de su compañero Rodrigo Vivar Aguirre en la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo (28. III. 1980), dijo: Concretamente fue la obra sindical Educación y Descanso
quien, desde los sindicatos, inicia campaña en favor de las Bellas Artes. Pese a la pequeña
cuantía de sus premios, remueve el gusanillo y las salas de la Sociedad de Ciencias y de la
Económica de Amigos del País, se ven repletas de obras de nuestros valores “productores”,
como entonces se les hacía llamar a los pintores en sus catálogos. Estos certámenes, con el
tiempo, son casi los únicos en nuestra capital y, gracias a ellos, surgen los nombres que hoy
brillan en el panorama nacional.
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La Obra Sindical Educación y Descanso de Málaga se distinguió de las restantes homólogas españolas por el elevado número de eventos que convocó a lo largo
de su existencia. Prescindiendo de las medallas y distinciones de carácter regional
o nacional que consiguieron algunos de los pintores malagueños, fueron primeras
medallas provinciales, entre 1942 y 1973 por el orden que se citan: Francisco Blanca Mora, Luis Torreblanca Torreblanca, Félix Revello de Toro, Salomón Conejo
Alonso, María Antonia Conejo Moncayo, Pablo García Rizo, Manuel Mingorance
Cabrera, Alfonso de la Torre Marín, Manuel Rojo Rodríguez, Francisco Hernández Díaz, Manuel Díaz Mena, Francisco Florido García, José de la Fuente Grima,
José Soria Martínez, Gabriel Alberca Castaño, Virgilio Galán Román, Rodrigo Vivar Aguirre, Alfonso de Ramón Monterde, José Antonio López García, Blas Villa
Fernández, Francisco Moreno Ortega, José Díaz-Oliva, Pepe Bornoy, José Rojano
Campos, Rafael López Palomo, Joaquín Marín Díaz, José de la Fuente de la Vega,
Manuel Salinas Oliver, José Muñoz Toscano, Juan Fernández Béjar, Antonio Hidalgo Ayuso, Salvador Torres Narváez, Antonio López Muñoz, Pedro Somera Abad,
Fermín Durante López, Manuel Pérez Ramos, José S. Martín Parras, Vicente López
de Arroyabe, Pedro Mendoza Navas, Miguel Rojas Oña, Gabriel Muñoz García y
Celia Berrocal Villena. Si bien entre 1942 y 1954 los premios provinciales de Educación y Descanso se convocaban anualmente, a partir del siguiente año y hasta
1973 eran de convocatoria bianual (febrero y agosto, coincidiendo con las Fiestas
Deportivas de Invierno y la tradicional feria de Málaga, respectivamente).
Llegado el decenio de 1950 –la ALA en completo olvido y muchos de los pintores de preguerra ejerciendo docencia en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos, o de forma particular en sus estudios privados– las aulas de Bellas Artes
se nutren de una nueva generación que va a deparar sorpresas. En efecto, Málaga
va a asistir a un nuevo movimiento que, desde la aparente contestación académica,
lo que realmente intenta es rescatar el nombre de Picasso, hacerlo familiar y próximo, divulgar su obra y su altísima contribución a la renovación plástica universal.
Así, el día 29 de octubre de 1954, ante el gobernador civil y jefe provincial del
Movimiento –cargo para el que ha sido designado dos meses antes Luis Julve Ceperuelo–, presentan un escrito los jóvenes pintores José Guevara Castro, Juan Cuenca Iglesias, Francisco Hidalgo Cabello, Virgilio Galán Román, Alfonso de Ramón
Monterde, Manuel Bono Jiménez y Jorge Lindell Díaz. Los comparecientes exponen ante la primera autoridad política de la provincia: Que dado el resurgimiento que
en esta ciudad, de notoria tradición artística, tiene la pintura en los últimos tiempos, han
acordado colaborar a este despertar formando una peña artística que reúna a toda la afición
malagueña en la que mediante conferencias, exposiciones y coloquios de arte poder desarrollar
las cualidades innatas de estos artistas y dar a Málaga el ambiente de esta índole, que como
ciudad de primer orden le corresponde, decía el escrito conjunto.
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La entonces vigente Ley de Asociación era restrictiva y exigente respecto al
número de personas que podían quedar congregadas en un mismo lugar. No obstante ello, con fecha 22 de abril de 1955 y a menos de seis meses de haber sido
tramitado el documento por los “conductos reglamentarios”, José Guevara Castro,
como primer firmante, recibe del Gobierno Civil, rubricada por el propio Julve
Ceperuelo, resolución favorable, según orden comunicada de fecha 2 del mismo
mes por el subsecretario del Ministerio de la Gobernación: Visto el proyecto de estatutos de la sociedad que con el título Peña Montmartre se pretende constituir en dicha capital
con objeto de sumar los esfuerzos de los jóvenes artistas malagueños, desarrollando sus innatas cualidades mediante intercambio de ideas, coloquios, conferencias, exposiciones, etc., y
vistos asimismo los favorables informes que han sido emitidos por el Ministerio de Educación
Nacional y por este Gobierno Civil; este Ministerio, de conformidad con la propuesta de V. E.
y con arreglo a las facultades que le otorga el Decreto de 25 de enero de 1941, regulador del
ejercicio del derecho de asociación, ha tenido a bien autorizar la constitución y funcionamiento de la sociedad citada.
La comunicación recordaba a Guevara Castro, y con él a cuantos firmaron la
petición precedente, que para que dicha asociación pudiera ser inscrita en el Registro correspondiente y considerarse con existencia legal, era preceptivo la entrega, en el Gobierno Civil, del acta de constitución de la misma, así como los libros
de actas, contabilidad y registro de socios con el fin de que pudieran ser diligenciados, siendo preciso que los dos primeros estuvieran previamente visados por la
Delegación Provincial de Hacienda.
También habrán de ser sometidos previamente a la aprobación de mi autoridad, las personas que se designen para la Junta Directiva, y en cuanto a las renovaciones reglamentarias
siguientes, se me comunicarán de igual forma, para resolver según proceda; y por último,
han de cumplirse también las disposiciones del R. D. del 10 de marzo de 1923, y en especial
la de remitir dentro de cada mes una relación nominal, con domicilio, de las altas y bajas de
socios que hubieran sido registrados hasta el día uno, y el estado en que dicha fecha arroje el
libro general de ingresos y gastos, así como la situación general de los fondos y el nombre de
las personas o entidades en quien estén depositados; y como primera obligación, la de enviar
la de los socios con que da comienzo en sus actividades esa asociación.
La primera junta directiva de la Peña Montmartre que se somete a conocimiento de la autoridad gubernativa, fue: José Guevara Castro, presidente; Juan
Cuenca Iglesias, secretario, y Francisco Hidalgo Cabello, Virgilio Galán Román,
Alfonso de Ramón Monterde, Manuel Bono Jiménez y Jorge Lindell Díaz, vocales. Como miembros activo de la peña aparecen en la misma relación Francisco
Raggio Molinary, José Laza Fernández, Enrique Godino Muñoz, Antonio Morales
Jurado, Juan Antonio Moreno Vargas, Manuel Díaz Mena, Ángel Femenías Coll,
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Ramón Durán Barrabino, Juan Peña Gómez, Gabriel Alberca Castaño, Carlos Jurado Castro, José Luis Gálvez Ortega, María del Carmen Jiménez Alonso, Mariví
Reyes Téllez, María Victoria López Cabello y José Azaustre Muro. La Peña Montmartre no había sido todavía autorizada por las autoridades correspondientes y
sus principales impulsores, atendiendo al gentil ofrecimiento de la propietaria de
El Pimpi –primer cabaret local tras la Guerra Civil–, ocupan para sus reuniones el
que ellos llaman El Palomar de la enorme casona, con entradas por calle Granada
y también por la de Alcazabilla.
En El Palomar se celebran reuniones y encuentros y, en sesiones de concurrencia limitada, someten muchos de los jóvenes pintores sus obras al juicio de
los compañeros en saludable ejercicio de humildad. Ocasiones hubo y no pocas
en que, voluntariamente, algún que otro autor miccionó sobre sus propias obras
de dudosa calidad e interés, luego de haber escuchado el veredicto de sus colegas
presentes...
Aún la Peña Montmartre no estaba autorizada a hacer su andadura; sin embargo, el día 1 de octubre de 1954 consta la celebración de una muestra pictórica
en El Palomar. Según relación de la que disponemos en aquella histórica ocasión
presentaron obras José Guevara Castro, Francisco Hidalgo Cabello, Virgilio Galán
Román, Jorge Lindell Díaz, Juan Cuenca Iglesias, Francisco Raggio Molinary, Enrique Godino Muñoz, Antonio Morales Jurado, Manuel Díaz Mena, Gabriel Alberca
Castaño, José Azaustre Muro, José Luis Jiménez España, Rodrigo Vivar Aguirre,
Eugenio Chicano Navarro, Alfonso de Ramón Monterde, Durán, Helt, Plácido
Acosta, Felipe Ortiz, Antonio Cortés de Cortés, José Olivares, Manuel Pastor Dobado y Mari Luz Mercado.
El cuadro de más alto precio de la muestra fue el titulado “Están pasando”,
óleo (55 x 46) de Enrique Godino, en 5 000 pesetas; un autorretrato (81 x 65) de
Guevara Castro, también óleo, en 4 000; otro de Eugenio Chicano, “Desnudos”,
realizado en la misma técnica, en idéntico precio; “Rosas y crisantemos”, de Pastor
Dobado (un 12 figuras), en 3 500, así como uno más de Guevara Castro, “Melancolía” (46 x 38), en 3 000 pesetas. Otros cuadros –marinas, flores, paisajes, figuras,
nocturnos– oscilaban entre 100 y 2 000 pesetas.
Una segunda exposición pública de pintores de la Montmarte y afines a ella,
aún sin autorizar el Gobierno Civil oficialmente sus actividades, se realiza entre los
días 15 al 30 de enero de 1955 –tres meses antes de la comunicación gubernativa
autorizándolas– en los Salones de la Sociedad Excursionista de Málaga con motivo
de las Fiestas de Invierno.
En la muestra participan José Azaustre Muro, Manuel Pastor Dobado, Alfonso de Ramón Monterde, Enrique Godino, Virgilio Galán Román, Rodrigo Vivar
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Aguirre, Eugenio Chicano, Gabriel Alberca, Francisco Hidalgo, José Luis Jiménez
España, Carmen García-Mesa, Manuel Díaz Mena, Juan Cuenca Iglesia, Carmen Jiménez Alonso, José Guevara Castro y Antonio Cortés de Cortés. Fuera de concurso
lo hacen Jorge Lindell y F. Blanca García.
En 1957, dando cumplimiento a un deseo largamente expresado por distintos
miembros de la Montmartre, un grupo de pintores decide, sin apenas recursos
económicos para ello, viajar a Francia. En el fondo del proyecto latía el deseo de
comunicarse con Picasso, en la plenitud de su gloria artística, tratando de establecer los difíciles lazos que la cultura oficial de entonces no había sido capaz de conseguir del maestro. A bordo de una furgoneta DKV y teniendo como destino la ciudad de Cannes –lugar de residencia de Pablo Ruiz Picasso–, se ponen en marcha
Gabriel Alberca, José Guevara, Alfonso de Ramón, Virgilio Galán y el entusiasta
admirador y amigo de todos ellos Vicente Ricardo Serra. Conduce el vehículo de
su propiedad Francisco Ramos, industrial malagueño, que lleva a su hijo Paquito.
Hacen el viaje por la costa mediterránea hasta Barcelona para cruzar la frontera
de Port-Bou en dirección a Cannes.
El grupo es recibido por Picasso, quien confraterniza con la primera embajada
del arte joven malagueño. En el porche de Villa Californie se improvisa una exposición de obras de los viajeros, Picasso suma a la misma algunas de sus propias
obras y visitantes y anfitrión gozan durante varias horas en el encuentro.
Ni los pintores malagueños porque tal vez lo ignoraban, ni tampoco el maestro
que no quiso hacerlo, mencionaron los largos silencios con los que Picasso respondió a los intentos de acercamiento de las autoridades malagueñas para atraerlo, los
cuales se habían producido desde tiempo atrás.
Las iniciativas habían sido muchas y en ellas intervinieron distintas personas
desde diferentes áreas de la diplomacia, la cultura y la política (José Luis Estrada,
Enrique Llovet, Juan Temboury, Luis Miguel Dominguín, Juan Antonio Cánovas
del Castillo y Modesto Laza Palacios, etc.), resultando inútiles aquellas iniciativas.
José Luis Estrada, ante la polémica que a fines de los años 60 se suscitó en Málaga a propósito de las donaciones que Picasso había hecho a Barcelona para llevar
adelante el proyecto del Museo Picasso en dicha ciudad, y la pública acusación de
que la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo había permanecido impasible,
hizo, como presidente de la misma, una detallada exposición –luego publicada en
un folleto de 24 páginas– en la sesión mensual corporativa celebrada el día 24 de
septiembre de 1971. En ella no sólo se aludían las iniciativas personalmente realizadas por él desde 1941 siendo secretario particular y jefe de la secretaría política
del ministro José Luis de Arrese, sino que reflexionaba acerca de otros intentos de
personas e instituciones locales y nacionales en el mismo sentido.
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El asunto ya estaba vidrioso cuando los jóvenes pintores convivieron con Picasso; sin embargo, bien por las atenciones y obsequios que recibieron del maestro,
bien por la extrema simpatía con que fueron recibidos o por la suma de todos los
factores positivos que selló tal encuentro, cuando los viajeros emprenden regreso
a Málaga después de celebrar una exposición de sus obras en nuestra embajada
en París, deciden cambiar el título de la peña que les agavilla, Montmartre, por
Grupo Picasso. Con la nueva denominación que catequiza a otros pintores, siguen
reuniéndose en “El Palomar” de El Pimpi y emprenden una serie de actividades,
exposiciones fundamentalmente, que van de 1957 a 1988, pero con una interrupción de 17 años por causas que más adelante se mencionarán.
Las propuestas estéticas que algunos miembros del grupo ofertan a Málaga
tras el cambio de denominación devienen polémicas, dado que la ciudad y gran
parte del estamento cultural de entonces, bien por fobias picassianas o por empecinadas posturas esteticistas, raramente las aceptan. Germina en el grupo un afán
de búsqueda –de rompimiento en algunos casos– con el medio académico, y la crítica (Leovigildo Caballero en Sur, Antonio Gallardo en La Tarde y Sebastián Souvirón en La Hoja del Lunes) ironizan o apoyan, según las circunstancias, tal actitud.
El caso fue que el Grupo Picasso saca de la molicie artística a la ciudad, la gente se
siente impelida a seguir con interés tan polémicos planteamientos y acaba prestando atención a los jóvenes que oponen sus criterios a los profesores de la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos y a la Academia Bellas Artes de San Telmo.
¿Cuál fue la actividad del Grupo Picasso en tan cruciales momentos? En los ya
citados archivos de Guevara Castro existe un estadillo que recoge con minuciosidad y detalle el número de exposiciones celebradas por sus miembros. La primera
de ellas se refiere, naturalmente, a la que tuvo lugar en Villa Californie en el mes
de noviembre de 1957, en la que, como ya se aludió, unieron sus obras Picasso,
Alberca, De Ramón, Guevara y Virgilio. Una segunda exposición, ya sin obras de
Picasso, pero sí de los anteriores y Vicente Ricardo Serra, se constata en la embajada de España en París en el mes de diciembre del mismo año. La tercera manifestación artística del Grupo Picasso tiene lugar en agosto de 1958, al implicarse en la
organización de una muestra del MAN (Movimiento Artístico del Mediterráneo)
celebrada en los Salones de la Casa de Cultura de Málaga, a la que presentaron
obras Alberca, De Ramón, Guevara, Ezequiel, Cuenca, Lindell, Valeriano, Brinkmann, Godino y Barbadillo. Posteriormente, durante los meses de septiembre y
octubre de 1958, el MAN hizo itinerar su exposición por Tortosa y Castellón, en las
que participaron Alberca, De Ramón, Guevara, Cuenca, Lindell, Brinkmann y Godino. Estos mismos pintores participarían en el mes de abril de 1959 en una nueva
exposición organizada por el grupo en el antiguo Conservatorio María Cristina,
en la plaza de San Francisco.
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El MAN vuelve a Málaga y celebra, durante los meses de septiembre y octubre
del mismo año, una exposición en la sala que entonces patrocinaba el Monte de
Piedad y la Caja de Ahorros de Ronda en la calle Sancha de Lara. Resultó una exposición controvertida, algunos de los miembros del grupo estuvieron ausentes de
ella y la polémica llegó a las páginas de los periódicos locales a causa de la nueva
pictórica que se propugnaba por algunos de los participantes. En la ocasión citada
participaron Alberca, De Ramón, Guevara, Lindell, Valeriano, Brinkmann, Montero, Alicia Muñoz y Owe Pellsjo.
Al fin, la obra de Picasso en Málaga.
Con motivo del octogésimo aniversario del nacimiento de Pablo, en el mes
de octubre de 1961 el Ayuntamiento de Málaga organiza una exposición de las
últimas cerámicas del maestro. Ya ha venido varias veces a Málaga Sabartés, secretario de Picasso, y la exposición que él ayuda a realizar asombra a una buena parte
de la ciudadanía ávida de entrar en la obra del ya mundialmente famoso artista
malagueño. Aprovechando tal coyuntura, los del Grupo Picasso, sumándose a la
conmemoración municipal, inauguran nueva exposición con obras de Alberca,
Guevara, Lindell, Brinkmann, Montero, Antonio de Vélez, Rodrigo Vivar, Stefan
von Reiswitz, su mujer Marina Barbado, Hacker y Hammerschmidt.
Otros fastos conmemorativos con ocasión del ochenta aniversario del nacimiento de Picasso se convocan en Barcelona, Madrid y Munich desde el mes de
diciembre de 1961 a marzo del siguiente año. A tales ciudades, y con destino a otras
tantas exposiciones, envían desde Málaga sus obras idéntico grupo de pintores que
expusieron en Málaga bajo el marchamo del Grupo Picasso. En realidad se trataba
de hacer itinerar a las citadas capitales los mismos cuadros presentes en la muestra
conmemorativa del cumpleaños del maestro, y exhibición de sus cerámicas.
En el mes de diciembre de 1961 –en dicha oportunidad con motivo de la Semana de Extensión Cultural de Antequera– el Grupo Picasso organiza una nueva
exposición en la que están presentes obras de Alberca, De Ramón, Guevara, Lindell, Brinkmann, Antonio de Vélez, Rodrigo Vivar, Stefan, Marina, Hacker, Hammerschmidt y Eugenio Chicano. Casi un año después, en octubre de 1962 y con motivo
del ochenta y un aniversario del nacimiento del pintor de la plaza de la Merced,
otra nueva muestra organiza el Grupo Picasso. Tiene lugar en Málaga capital y se
exhiben obras de Picasso, Alberca, De Ramón, Guevara, Lindell, Stefan, Marina,
Chicano y Rafael Pérez Estrada. Hay que hacer constar que las obras picassianas
presentes en la muestra –y que al público en general sorprendieron–, eran dibujos
que Pablo había hecho y regalado a quienes le visitaron en Cannes en 1957, siendo
los de la exposición propiedad de Guevara Castro y Alberca Castaño.
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Durante los meses de abril y mayo de 1963, respectivamente en Santa Cruz de
Tenerife y Melilla, el grupo organiza dos nuevas muestras pictóricas presentando
obras de Alberca, Guevara, Lindell, Brinkmann, Vivar, Stefan, Marina, Hacker y
Hammerschmidt. Una misma selección con idénticos autores para ciudades diferentes, pone fin a la actividad del grupo hasta el mes de octubre de 1964, conmemoración del octogésimo tercer aniversario del nacimiento del maestro. La exposición, en la que participan Alberca, Guevara, Virgilio, Lindell, Brinkmann, Vivar,
Stefan y Marina se montó en el Mesón Los Arcos, en la Alameda Principal, y fue
todo un acontecimiento que devino en la práctica disolución del Grupo Picasso, al
considerar el entonces gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, Ramón
Castilla Pérez, que los responsables de su organización carecían de las preceptivas
autorizaciones para ello.
Sucedió que, cuando la exposición había sido inaugurada con asistencia de un
numeroso público, agentes policiales entraron en el local, y sin grandes aspavientos, invitaron a los asistentes a abandonarlo y a los autores de las obras a retirarlas.
Hubo confusión, protestas y situaciones desabridas. Al fin, clausura y llamada del
Gobierno Civil a Guevara Castro, de quien demandaban los nombres, apellidos y
domicilios de los pintores –especialmente de los posibles extranjeros que hubieran aportado obras a la exposición o concurrido al acto inaugural– y otras circunstancias particulares. Quien estas líneas escribe, presente en el acto y en tan lejanos
días redactor de los informativos de Radio Juventud de Málaga, recuerda la soberana reprimenda con amenazas de su director, que no llegaba a entender –quizá
por inducción de la autoridad gubernativa– cómo un periodista de los medios de
comunicación del Movimiento mezclábase con gente afamada de revolucionaria y,
por dicha razón, bajo sospecha.
El hecho fue que el Grupo Picasso, a partir de la polémica y fallida exposición
de Los Arcos, entró en disolución. Diecisiete años más tarde, al cumplirse el centenario del nacimiento de Picasso, octubre de 1981, hizo una nueva comparecencia
como grupo artístico presentando una exposición en la sala Miramar Arte, que en
la Avenida de Príes número 20 regentaba entonces Juan Antonio Moreno Vargas, y
a la que aportaron obras Alberca, De Ramón, Guevara y Virgilio. Estos mismos pintores cierran definitivamente el ciclo de actividades como Grupo Picasso en el mes
de octubre de 1998 al presentar sus obras en el pub Terral, en la calle Cister esquina a Pedro de Toledo. A partir de este momento se diluye la memoria del Grupo
Picasso no sólo como colectivo de creación pictórica de verdadera raíz malagueña,
sino grupo que alentó todo un movimiento juvenil en torno al nombre y significación de Picasso. Los pintores que se agruparon en la Peña Montmartre y los de
mayor presencia en las actividades del Grupo Picasso, fueron: Azaustre Muro, José;
Morenno, Paco; Alberca Castaño, Gabriel; Barbado, Marina; Brinkmann Parareda,
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Enrique; Chicano Navarro, Eugenio; De Ramón Monterde, Luis Alfonso; Antonio
de Vélez, (Antonio Giménez Toledo); Galán Román, Virgilio; Guevara Castro, José;
Jiménez España, José Luis (conocido en Europa por Pepeespaña); Lindell Díaz,
Jorge; Vivar Aguirre, Rodrigo; y Von Reiswitz Kaderzin, Stefan. Otros pintores que
mantuvieron vínculos con el Grupo Picasso en diferentes oportunidades fueron:
Barbadillo Nocea, Manuel; Bono Jiménez, Manuel; Cuenca Iglesias, Cristóbal; Díaz
Mena, Manuel; Pérez de Hinestrosa, Ezequiel; Godino Muñoz, Enrique; Hacker;
Hammerschmidt; Hidalgo Cabello, Francisco; Jurado Morales, Manuel; Montero;
Muñoz, Alicia; Pastor Dobado, Manuel; Pérez Estrada, Rafael, y Pellsjo, Owe.
Llegada la segunda mitad del decenio de 1960, y de una forma tan oportuna como inesperada, la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, entonces
bajo la presidencia de José Luis Estrada Segalerva, convoca su I Salón de Invierno.
Se inaugura éste el día 8 de febrero de 1965 en el Museo Provincial de Bellas
Artes, su convocatoria resulta muy concurrida y los premios son aportados por el
Ayuntamiento, la Diputación Provincial, la Caja de Ahorros Provincial de Málaga y
la propia Academia. Todos ellos llevan el nombre de pintores malagueños consagrados por la fama: Moreno Carbonero, José Nogales y Bermúdez Gil, muy representativos de la pintura local con arraigo en el siglo XIX y presencia en el XX.
Más tarde, el pintor malagueño residente en México, Juan Eugenio Mingorance
Navas, crea, en memoria de su maestro, el premio que llevaba su nombre, César
Álvarez Dumont. Los salones se suceden sin interrupción hasta 1971 en que se
celebra la séptima convocatoria. Dicho año acuerda la Academia que, a partir de
1972, en lugar de celebrarse el Salón de Invierno se convoque la I Bienal Nacional
de Pintura y Escultura de Málaga, de las que se llevaron a efecto las correspondientes a 1972, 1974 y 1976. Tanto los salones como la efímera existencia de las
bienales, fueron acicate para muchos pintores locales y nacionales y, desde luego, crearon en torno al Museo Provincial de Bellas Artes una gran actividad y
fomento de la cultura pictórica y escultórica. También a comienzos del decenio
de 1970 nacen las bienales internacionales plásticas de Marbella por iniciativa de
José Manuel Vallés, responsable político de la Delegación Municipal de Cultura de
dicho Ayuntamiento y el mecenazgo de entidades relacionadas con el turismo de
la privilegiada zona costera.
Desaparecidos los salones y las bienales académicas, surge la Beca Picasso del
Excmo. Ayuntamiento de Málaga, cuya dotación económica resultaba claramente
insuficiente para los fines de promoción, viaje y estancia en el extranjero de los
distinguidos con ella. Entre 1971 y 1979 se concedieron, salvo los años en que no
fue convocada, 7 becas. La primera fue para Eugenio Chicano Navarro (1971); la
segunda, se otorgó al escultor Jesús Martínez Labrador (1972); la correspondiente
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a la tercera edición fue para Pepe Bornoy (1973), y la cuarta, para José Díaz-Oliva
(1974). Las siguientes, todavía de convocatoria municipal, se concedieron sucesivamente a Salvador Gutiérrez Mengibar, Diego Santos, Vicente López de Arroyabe
y a José Seguiri. Al crearse por el Ayuntamiento la Fundación Picasso-Casa Natal
del Pintor, las becas de dicho título dejó de convocarlas directamente la institución
municipal, y fue a partir de 1989 en que, de nueva época, se vuelven a hacer públicas sus convocatorias, exclusivamente a través de la Fundación Picasso-Casa del
Pintor. Hasta el año 2003 en que se cerraron parcialmente y de momento los datos
del presente diccionario, las becas ya convocadas a partir de dicha fórmula, se adjudicaron sucesivamente a José María Gallardo Gaspar (1988/1989), Lope Martínez
Alario (1990), Rogelio López Cuenca (1992), Rafael Alvarado González (1993),
Antonio Yesa (1994), Andrés Repiso (1995), Chema Lumbreras y Bola Barrionuevo
(1996), Jesús Martínez Clavijo (1997), Joaquín Ivars (1998), Jorge Dragón (1999),
José Carlos Casado (2000), Cristina Martín Lara (2001), Francesc Torres (2002) y
Francisco Ruiz de Infante (2003).
Paralelamente a las convocatorias de la Beca Picasso, y ocupando un deseable
espacio intermedio entre instituciones oficiales y corporaciones, tres entidades industriales y mercantiles de gran solvencia y popularidad dentro y fuera de España,
Bodegas López Hermanos, S. A., El Corte Inglés y Ron Bacardí España, se unen al
movimiento cultural empresarial de los años 70, 80 y 90 ofreciendo a los creativos
locales y nacionales las atractivas convocatorias de sus premios anuales, con las
cuales se abre un nuevo momento de interés en el mundo pictórico de Málaga.
Así, López Hermanos, S. A., famosas bodegas dedicadas a la crianza y exportación de nuestros vinos, convoca su Primera Bienal Nacional del Vino de Málaga
en la Pintura, celebrando una exposición en el Museo Provincial de Bellas Artes
durante los días 8 al 30 de mayo de 1973. A su convocatoria acudieron cerca de
doscientos pintores con otras tantas obras, de las cuales, una vez seleccionadas, se
reunieron en la citada exposición del museo de la calle San Agustín 40 de ellas. El
jurado estuvo presidido por el que entonces era presidente de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo, José Luis Estrada Segalerva, que escribió un sentido prólogo al catálogo-libro de la exposición, e integrado por Manuel Casamar
Pérez, director del museo; Rafael León Portillo, teniente de alcalde delegado de
Cultura del Ayuntamiento de Málaga; Julio Trenas López, crítico de arte; Fernando
Gutiérrez, del diario barcelonés La Vanguardia; Francisco Prados de la Plaza, de
T.V.E.; José Roquero Tovar, académico de San Telmo; Fernando Peña Pastor, profesor de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos; Rafael Pérez Estrada, por
el Ateneo malagueño, y Miguel Martín Alonso, crítico de arte de Radio Peninsular.
Los premios se adjudicaron al ya entonces popular pintor Manuel Blasco Alarcón,
por su obra “Vino de los Montes” (Premio Málaga Virgen, dotado con 250 000 pese-
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tas y el trofeo Leones de Oro); a Juan Fernández Béjar por “Vendimia”, (Premio
Moscatel Salvador, dotado con 150 000 pesetas y Leones de Plata; y a José Lapayese
del Río, por “En Málaga, su vendimia”, Premio Trajinero, dotado con 100 000 pesetas y Leones de Bronce. Pese al interés despertado por la primera convocatoria
de la Bienal del Vino de Málaga en la Pintura, tanto por la generosa dotación de
sus premios y el elevado número de participantes, así como por los visitantes que
la frecuentaron entre el 8 y el 30 de mayo de 1973, no se llegó a convocar en lo
sucesivo.
Los certámenes anuales de El Corte Inglés se denominaron Arte Joven
Malagueño. Su primera edición fue en 1980, siendo la última en 1994. La inicial
convocatoria fue para pintura, en la segunda se amplió a dibujo y obra gráfica y
desde la tercera a la decimoquinta, última del ciclo, fueron fijas las secciones de
pintura y dibujo. En la primera convocatoria se concedieron 9 premios y cinco
accésits, año de mayor número de distinciones, y sucesivamente se fueron limitando tanto unos como otros, así como las menciones honoríficas. La cronología de
los premiados fue la siguiente: Juan Jurado Lorca, Arturo Martín Rozua, Antonio
Molero Pérez, Pedro Escalona Vega, Antonio Moreno Gómez, Antonio Gerráiz
Pacheco, Emilio Espinosa Pavón, Manah y Juan Leyva Palma, todos ellos galardonados en la sección de Pintura (1980); Juan Carlos Blanca Gómez, Pintura,
Rafael González Alvarado, Dibujo, y Felipe Manuel Aguilar Roca, Obra Gráfica
(1981); Plácido Romero Martínez, Pintura, y Eduardo Maldonado Sanz, Dibujo
(1982); Juan Crossa Béjar, Pintura, y Francisco Santana Luque, Dibujo (1983);
Manuel Martínez Criado, Pintura, y Javier Ocaña Palomo, Dibujo (1984); José
Luis Castellano Pérez, Pintura, y Francisco Santana Luque, Dibujo (1985); Felipe
Manuel Aguilar Roca, Pintura, y Lope Martínez Alario, Dibujo (1986); Carlos
Sixto Serra Neduba, Pintura, y Rafael González Alvarado, Dibujo (1987); Francisco
Pérez Martín, Pintura, y Rafael González Alvarado, Dibujo (1988); Rafael González
Alvarado, Pintura, y Encarnación Pedroche Domínguez, Dibujo (1989); José Luis
Barrionuevo Bolín, “Bola Barrionuevo” Pintura (1990); Juan Carlos Hernando
Martín y Jesús Marín Clavijo, Primero y Segundo Accésits en Pintura (1991); Andrés
Repiso Macías, Pintura (1992); Sebastián Navas Álvarez, Pintura (1993); José
Manuel Cabra de Luna, Primer Premio en Pintura, y Enrique Queipo Temboury,
Premio Extraordinario de la misma sección (1994).
Tras 8 años de interrupción del Concurso de Pintura y Dibujo Arte Joven
Malagueño, en el 2002 la empresa decide volver a convocar a los artistas y lo hace
bajo la denominación I Certamen de Pintura Primavera’02. En esta se acuerda la
dotación económica de cada uno de los tres premios establecidos, y que se otorgaron a las obras de los siguientes pintores: Primer Premio, Francisco Javier Balbuena
Rojas (3 000 e); Segundo, Svetlana Kalachnik (1 800 e) y Tercero, Antonio Lafuente
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del Pozo (1 200 e). Con la misma dotación económica se convocó el II certamen, correspondiente a la edición del año 2003. Los ganadores fueron: 1.º, Lope Martínez
Alario; 2.º, Manuel Madrid Molina, y 3.º, Javier Roz.
Los premios de pintura Ron Bacardí, que tuvieron como espacio expositivo
el bellísimo cortijo de su nombre, se hacen públicos por vez primera en el año
1987 y salvo en tres anualidades distintas (1992, 1995 y 1996) se convocaron hasta
el año 1997. Durante las primeras ediciones (1987 a 1991) se premiaban cuatro
obras de otros tantos autores y tenían una dotación económica de 500 000 pesetas
cada uno. Las ediciones de 1993 y 1994, premiaban a dos autores, el primero con
1 500 000 pesetas y el segundo con 500 000. La última vez que el Premio Ron Bacardí
fue convocado (1997) el galardón económico fue para una única obra, dotado
2 000 000 de pesetas, es decir, la misma cantidad que en todas las ediciones anteriores se habían concedido a los distintos galardones. La histórica cronología de
dichos premios fue: I (1987): Francisco Aguilar, “Allanamiento de morada”; Gloria
Alcahud, “Lampo fugaz”; Mohamed Hanoos, “Fútbol” y Arturo Requejo “Sofá de
dos plazas”; II (1988): Manuel Martínez Criado, “Balneario”; José Luis Martínez
Padilla, “Ventana”; José Artigues, “Guardant-la-gelosament” y José A. Ruiz González,
“Sin título”; III (1989): Maribel Alonso, “Boda en la Catedral de Senlis”; Iria Lazaro
Martínez, “El guardián del desierto”; Francisco Molina Montero, “Paisaje” y José
Pellicer Pla, “Paisaje con pueblo”; IV (1990): Xosé Alberto Moreda Suárez, “Sin
título”; Wen-Shyan Hun, “Sin título”; Fernando de Morta, “Paisaje” y José Guerra
Leiva, “Sin título”; V (1991): Inmaculada Gómez-Álvares Salinas, “Los trastos de
Adrián”; José F. Gozalo Delgado, “Sin título”; Carmen López López, “Ciudad” y
Pablo Rodríguez Guy, “Cita mágica en el 27”; VI (1993): Primer Premio, José Esteve
Adam por “Nocturno” y Segundo Premio Juan José de la Torre, por “Un puente”;
VII (1994): 1.º Antonio Hidalgo Serralvo por “El músico alegre” y 2.º Pablo Alonso
Herráiz, por “Sin título”. El jurado otorgó una Primera Mención a Víctor Núñez
Vaya por su cuadro “Sevilla”, y Segunda, a Ramón Pérez Larrucea, por “Sin título”;
VIII (1997): Miguel Reyes Téllez, por “Un sueño andaluz”. A propuesta del jurado
se otorgaron menciones honoríficas a los artistas Nuria Armengol, Carlos Baudilio,
Luis Bujalance, Manuel Cabello, José Manuel Ciria, Fernando de la Rosa, Rafael
González Alvarado, Edric González Cruzado, Carlos Heras García, Antón Hurtado,
Marta Maldonado, Oscar Luis Pérez Ocaña, Alejandro Quincoces y Paloma Soler
Espiauba.
La que se acaba de describir ha sido a nuestro juicio una de las actividades
y convocatorias más relevante desde el año 1900 al 2000, en cuanto se refiere a la
promoción de la creatividad pictórica malagueña, a las dotaciones de sus premios
y al ambiente participativo que creó no sólo en Málaga, sino en el resto de las capitales españolas.
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El siglo XXI ya aporta a Málaga, como realidad de una tarea que antes no se
pudo o no se quiso hacer, el Museo Municipal del Paseo de Reding, al pie de la
Coracha; la Casa natalicia y museo familiar de Picasso en la plaza de la Merced;
el Museo Picasso en el antiguo Palacio de los Buenavista y durante decenios sede
del Museo Provincial de Málaga; el Centro de Arte Contemporáneo sobre el recuperado Mercado de Mayoristas; los próximos museos Arqueológico y Museo de
Málaga en el histórico edificio de la Aduana, así como los proyectos, ya en marcha,
del museo que exhibirá las colecciones de la baronesa Thyssen, el Revello de Toro
en la que fue casa de Pedro de Mena y Medrano (proyecto por ciertos sectores
culturales criticado porque se elimina la posibilidad de un circuito barroco constituido por la casa-taller de Mena, el Convento del Cister y la Catedral), y la, al fin,
conseguida Facultad de Bellas Artes, son las nuevas metáforas culturales y artísticas
de una ciudad proyectada al siglo ya iniciado.
Al terminar, y expuesta resumidamente nuestra aproximación a cien años
de arte en nuestra ciudad, debemos recordar no sólo a quienes fueron forjadores, desde el plano docente o creativo, de la Escuela Malagueña de Pintura
del Siglo XIX citados expresamente; también resulta obligado extender nuestra
admiración y agradecimiento por sus esfuerzos a otros artistas que, habiendo
vivido y protagonizado prácticamente toda su actividad en la citada centuria,
están ausentes de este trabajo. Ellos fueron, Ferrándiz, Cappa, Lengo, Talavera,
entre otros muchos que no conocieron la siguiente centuria, por haber dejado
de existir antes del siglo XX o apenas si lo llegaron a disfrutar porque acaso ya
vivían un protagonismo terminal cuando se inicia 1900; sin embargo, Álvarez
Dumont, Moreno Carbonero, Blanco Coris, Nogales Sevilla, Verdugo Landi o el
mismo Muñoz Degraín con Pablo Ruiz Picasso, vivieron abundantes años tanto
en uno como en otro siglos, aunque sus respectivas famas quedaron cimentadas
antes de concluir 1899.
La extensa y exhaustiva caminata que hicimos, nos permitió llegar a una serie
de interesantes creativos jóvenes que fueron apareciendo en la vida cultural y expositiva de Málaga en los últimos años del siglo XX. Pintores en los que se dieron
casos de abandono circunstancial o definitivo, de voluntario origen sabático o simplemente por actitud renuente a mantener una actividad galerística sostenida, fueron artistas que, pese al corto número de sus exposiciones individuales celebradas,
su obra ya mostraba interés suficiente para que podamos citarlos aquí como creativos emergentes con reconocidos méritos para engrosar, en su día, la indudable legión de los que habrán de consolidarse pintores, escultores y grabadores del siglo
XXI. De todos los posibles, mencionamos a Fernando Núñez, Pascual Torres, Juan
Sánchez Tentor, José María Castellano, Enrique Queipo, Carmen Navajas, Manuel
Madrid Molina, Encarna Lozano, Pedro Dougnac, Svetlana Kalachnik, Pedro
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Casermeiro, Miguel Linares Ríos, Amalia Munteanu Lenart, Pedro Linde Navas,
Elsik Makarian, Cristina Martín Lara, José María Fernández Doña, Luis Ontoso,
Remedios Ayala, Pedro Balbuena, Juan Benítez Jamchen, Adolfo Soto Santarem,
Titi Pedroche, Jorge Dragón, Pablo Alonso Herráiz, Rodrigo Gross…
Sobre el presente libro, decir que lo comenzamos en el año 2002; que, pese
a nuestros esfuerzos personales, no fue posible concluirlo antes como hubiera
sido nuestro deseo. Unas veces por las dificultades de hallar el rastro de los más
significados protagonistas, en ocasiones por esa falta de interés que para las cosas
propias caracteriza a muchos de nuestros creativos, así como por la tardanza en
recibir de los artistas convocados sus correspondientes datos curriculares, motivaron en exceso su finalización. Por último, aclarar que si bien en la mayoría de los
casos los datos de la actividad galerística de los artistas se cerraron en 2002, sólo
en muy concretas y escasas ocasiones se alude a los años posteriores. Solamente
cuando sus protagonistas tenían ya programadas y en firme sus exposiciones para
los inmediatos años siguientes, se constatan las del nuevo siglo.
Permítanme que por un elemental sentido de cortesía, agradezca públicamente las excelentes y rápidas colaboraciones que recibí al solicitarlas de Rafael Inglada,
de la Fundación Picasso; Trinidad García-Herrera, del Museo de Artes Populares
de Unicaja; Alfredo Viñas, director de la galería de igual nombre y a los familiares
de los pintores José Puyet, Blanca Mora y del escultor Alastra Ruiz, así como de
la pintora Pilar Esteban Vivar, etc. Este agradecimiento deseo hacerlo extensivo a
otros amigos y personas que facilitaron mi tarea, entre ellas a Pepe Ponce, eficaz
maestro de la cámara fotográfica; Juan Fernández Béjar, entrañable amigo e inteligente documentalista sobre personajes y sucesos pictóricos malagueños; Manuel
Ocón Peral, que puso a mi disposición el archivo paterno; a Francisco Jurado, presidente de APLAMA, al ofrecerme los archivos de la institución creada por él; a El
Corte Inglés, de Málaga, por haberme facilitado toda la documentación cronológica de sus certámenes anuales; a la dirección Cultural de Ron Bacardí de Málaga,
que igualmente hizo lo propio con los archivos de sus numerosas convocatorias
anuales. En este mismo sentido debo agradecer las atenciones informativas recibidas de la dirección del Museo del Grabado de Marbella, así como de la Delegación
de Cultura de dicho Ayuntamiento, relativas, no sólo a sus premios literarios anuales, sino a las vinculaciones municipales con las distintas bienales internacionales
de arte de la ciudad. Y a Rafael Puertas Tricas, mi amigo personal y compañero
de corporación académica, por sus consejos y orientaciones; a Floreal Roa, por su
infinita paciencia en la revisión de textos, y a Pepe Bornoy, que sacrificó en beneficio de este trabajo de diseño integral y maquetación una parte importante de su
valiosísimo tiempo creativo.
32
Finalmente, un recuerdo agradecido a las instituciones, entidades oficiales,
propietarios y gestores de salas y galerías de arte que hicieron posible la celebración de exposiciones en sus respectivos ámbitos durante tantos años. Fueron muchas las galerías que nacieron, otras tantas las que permanecieron y diversas las
que cerraron sus puertas por motivos distintos. Para unas y otras –incluso para las
que se nos hayan podido olvidar– idéntico reconocimiento a su labor. Salvo error
u omisión no intencionada, el catálogo de las salas, galerías y espacios expositivos
en la capital sería, desde 1950 y por orden alfabético, el siguiente: Alfredo Viñas,
Ámbito Cultural, Arte Contemporáneo, Ateneo, Bacardí, Belleza y Arte, Benedito,
CAC, Caja de Ahorros de Antequera, Caja de Ahorros Provincial de Málaga, Monte
de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda, Cajamar, Casa de Cultura, Casa Natal de
Picasso, Carmen de Julián, Centro Provincial de Cultura, Club Berlitz, Colegio
de Abogados, Colegio de Arquitectos, Colegio de Arquitectos Técnicos, Colegio
de Médicos, Denis, Díaz-Larios, Díaz-Oliva, Distrito Municipal Centro, El Pimpi,
Espacio Tres, Gabinete de Arte de Leonor Díaz, Gobierno Civil, Gorospe, Harras,
Hilda, Información y Turismo, Isabel Hurley, Jefatura Provincial del Movimiento,
La Mandrágora, Lacayí, La Maison, Libra, Liceo-Peña Malaguista, Malacke, Manuela Vílchez, Miramar Arte, Marín-Galy, Miguel Ángel, Moreno Villa, Museo
Diocesano de Arte Sacro, Museo Municipal, Museo Picasso, Museo Provincial
de Bellas Artes, Nova, Palacio Episcopal, Palmo, Pedro Pizarro, Pórticus, Radio
Juventud de Málaga, Sala Alameda, SEU, 7/10, Sociedad Económica de Amigos del
País, Taller Gravura, Terral, Unicaja, Universidad y, naturalmente, a las entidades
que económicamente hicieron posible la publicación del presente Diccionario,
Ayuntamiento, Cajamar y a la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, a la
que con orgullo pertenezco desde 1992.
J.S.R.
ABELLÓ 33
Palmira Abelló Gallo, periodista y
colaboradora en temas de arte del rotativo ABC, además de licenciada en Filosofía y Letras, rama de Lenguas Modernas, traductora al francés e inglés
de obras científicas de Ramón y Cajal y
Claude Bernard, entre otros, inició su
vida artística en Torremolinos (1966)
cuando se residenció en Málaga. Autodidacta, Palmira Abelló, estudió a los
primitivos maestros holandeses, a las
principales figuras del Quattrocento italiano y a los grandes maestros españoles. En su obra abundan figuras feme-
ninas, paisajes, flores y marinas, siendo
en dicha temática donde la artista ha
conseguido dar definición intransferible a los numerosos trabajos realizados,
en los que la observación de la mujer es
contemplada desde distintos niveles de
intensidad expresionista y tono emocional. Podría afirmarse que soledad,
ternura y sutilidad de atmósferas son
campos en los que ha cultivado la artista su iconografía femenina, la parte
más fundamental de su larga producción artística. Camón Aznar, al estudiar
los trabajos de Palmira, fue muy explícito: Palmira Abelló recuerda en sus obras
a Goya. Tiene la tristeza como idea central,
con gran fuerza y sensibilidad a un tiempo,
que expresa en sus obras una concatenación
de mujeres atormentadas, que hace de cada
lienzo un grito en carne viva, hechizado,
humano, vital. El crítico Ángel Marsá,
tras referirse a la poética vigorosa que
en grado de excelencia evidenciaban
sus lienzos un decenio más tarde de
34 AGUILAR
haber iniciado su solitaria carrera artística, añadía a lo dicho por Camón: Contemplemos, en efecto, su obra. La hallaremos
cabal, coherente, ancha y honda, integrada,
segura de sí misma, entrañable y lírica. Pero
ante todo y por encima de todo, pintura. Pintura que se sube a los ojos, que es por donde
el alma asoma, pasmo de pinceles sostenidos
en trazos sin comienzo. Salvo casi un decenio sin actividad artística notable (1978
/ 1987), su catálogo galerístico consigna
las siguientes exposiciones individuales:
Bar Central, Torremolinos (1967); Caja
de Ahorros de Ronda, Málaga (1968);
Hotel Don Pepe, Marbella (1970); Galería Fortuna, Madrid (1971); Galería
Studio, Bilbao (1974); Galería Fenicia,
Puerto Banús, Marbella (1975); Galería
El David, Madrid (1976); Galería Tykal,
Barcelona (1988); Galería Orfila, Madrid (1990); y Estudio Peironcelly, Madrid (2000). Sus exposiciones conjuntas
se celebraron en el Hotel Meliá, Torremolinos (1969); Galería La Virginia,
Marbella (1975); Hotel Los Galgos, Madrid (1977); y Galería La Capitale, París
(1998). De los citados eventos cabe destacar el celebrado en la Caja de Ahorros de Ronda, sita en la malagueña
plaza del Siglo, bajo el título Siete pintores y su obra (8 al 20 de abril de 1969)
en la que participaron el escultor Hamilton Reed Armstrong, Pepe Bornoy,
Díaz-Oliva, Antonio Jiménez, Roxolana
Luchakowsky y Morenno, quienes en el
transcurrir de los años confirmarían su
condición de relevantes reactivos.
Paco Aguilar del Águila, estudiante de pintura, grabado, diseño gráfico
entre 1975 y 1980, trabajó con el barro,
la xilografía, la litografía, la ilustración
y la escenografía antes de celebrar su
primera exposición individual en 1979
en Málaga. Entró en el Taller Gravura,
fundado por José Faría. Posteriormente se hace cargo del Taller de grabado
donde practicaron el oficio diferentes
pintores (Martínez Alario, Díazdel, Dámaso Ruano, Stefan von Reiswitz, Jorge
Lindell, María José Vargas-Machuca,
Enrique Brinkmann y Francisco Peinado entre otros muchos.) De forma
paralela a su trabajo creativo personal,
desde la iniciación de actividades en
Gravura ha desarrollado una importante labor docente al impartir cursos
para la Universidad de Málaga, el Aula
Picasso, distintas escuelas, el Centro
Cultural Francés de Tetuán, la Universidad de Huelva o en las Jornadas de Málaga en Aix-en-Provence, Francia, y en el
propio Taller Gravura.
A partir de 1990 el artista decide
transformar Gravura, que sin dejar de
ser centro de estampación, fuera también ámbito expositivo donde se realizaran exposiciones principalmente de-
AGUILAR 35
dicadas a la obra sobre papel, además
de pintura, escultura y fotografías de
artistas contemporáneos.
La obra gráfica de Paco Aguilar fue
durante los tres últimos decenios del siglo XX analizada, estudiada y evaluada
por distintos estudiosos y expertos del
tema. El profesor de Historia del Dibujo y del Grabado de la Universidad
de Málaga, Francisco J. Palomo Díaz,
en uno de los largos y documentados
textos del catálogo que ilustró la exposición retrospectiva en el Museo del
Grabado Contemporáneo, dejó escrito, entre otras cosas: El estilo de Aguilar
tiene una coherente uniformidad desde el
principio aunque la iconografía de entonces
sea diferente. Ha tenido una evolución lenta y se ha expresado con un discurso dependiente de la representación figurada o abstractamente, poniendo en primer plano los
recursos lingüísticos. Ambas adscripciones,
sea a la figuración o a la abstracción, han
coincidido en Aguilar desde siempre, alternándolos según su ánimo o necesidades de
disciplina. En algunas obras actuales parece como si hubiera llegado a un compromiso
entre los dos lenguajes.
La revista El Punto de las Artes (12
XII. 2002) publicó, bajo la firma de
Amalia García Rubí, un comentario en
el que afirmaba que era uno de los artistas españoles del momento con mayor peso
en el panorama gráfico nacional, cuya obra
adquiere cada vez más repercusión fuera de
nuestras fronteras, añadiendo que […]
En un intento bien logrado de otorgar a la
imagen estampada calidades pictóricas, el
artista va componiendo cada espacio a través de la impresión de distintas planchas
hasta conseguir matices de una sutileza at-
mosférica al igual que si se tratara de imágenes pintadas.
La cronología de sus exposiciones
individuales durante los últimos tres
decenios del siglo XX es la siguiente:
Caja de Ahorros de Antequera (Málaga, 1979); Diputación Provincial (Málaga, 1982); Sala T’Hooghuis-Wemmal
(Bruselas, Bélgica, 1983); Galería Le
Bateau Blanc (Francia, 1984); Museo
Provincial de Bellas Artes y Colectivo
Palmo (Málaga, 1986); Taller-galería
Fort de Gerona y Sala de Arte Joven de
Zaragoza (1987); Galería San Francisco
y Casa das Artes de Tavira (Portugal,
1988); Galería Carmen de Julián (Málaga, 1989); Sociedad Económica de
Amigos del País (Málaga, 1991); Galería Tudores (Marbella, 1995) y Salas de
El Portón (Alhaurín de la Torre, 1998).
Sus colectivas más importantes fueron, entre otras, las siguientes: Primer
Encuentro de Grabadores Andaluces (Málaga, 1981); Artelider’82 (Bilbao, 1982);
Museo L’Imaginaire Grimaud y Trienal Internacional de Gráfica (Francia y
RDA, 1984); Cinco años del Taller Gravura,
Colectivo Palmo, (Málaga, 1986); Universidad de Boston (USA, 1987); Hanau
Gallery y Korea Desing and Package
Center (Seúl, Korea, 1987); Mini Print
Traveling Show (Château Royal de Colliure, Francia, 1988); Galerie des Éditions del Museo de la Estampa (México,
D.F. 1989); Intergrafik’90 (Berlín, 1990);
I Bienal Internacional de Grabado Julio Prieto Nespereira (Orense, 1991),
etc. Durante el decenio 1981-91 Paco
Aguilar impulsó una decena de ediciones de obra gráfica de las que podemos
destacar las carpetas tituladas: Aloma,
36 AGUILera
Surcos, Doce pintores malagueños, Carpeta
de grabados, Rasgos del sueño, etc.
De su palmarés artístico destacamos los siguientes premios, becas, trofeos y distinciones: Beca de Estudios
de la Dirección General de Bellas Artes (Madrid, 1980); Primer Premio de
Grabado en el II Certamen Español de
Artes Plásticas del Ministerio de Cultura (Madrid, 1981); Segundo Premio de
Grabados Ciudad de Burgos (1985); Primer Premio de Pintura Colectivo Palmo
(Málaga, 1986); Primer Certamen Nacional Ron Bacardí (Málaga, 1987, por
su obra “Allanamiento de morada”);
Primer Premio en el VIII Certamen de
Pintura del Ayuntamiento (Chiclana,
Cádiz, 1988); Premio Julio Prieto Nespereira en la I Bienal Internacional del
Grabado (Orense, 1991) y Mención de
Honor de la Calcografía Nacional por
su obra “Paisaje de ensueño” (Madrid,
1996). Sus trabajos están representados
en numerosas instituciones, fundaciones universidades y de Chile, Portugal,
Japón, Alemania y Panamá, además de
museos y colecciones institucionales de
Barcelona Málaga, Burgos, y Cádiz.
Pepe Aguilera Hinojo, residente
en Málaga desde 1969, en ella realizó
el artista prácticamente toda su obra
plástica, la cual se había dado a conocer en 1968 en una histórica exposición celebrada en la granadina Casa de
América, para la que escribieron versos que luego declamarían en el acto
inaugural, los poetas Juan de Loxa,
Carmelo Sánchez Muro, José Luis de
Guevara y Carlos Cano. En Viaje al reino de Aguilera, escrito por Pablo García
Baena para el catálogo de su primera
exposición malagueña en la Sala de
la Diputación Provincial (1972) decía:
Magia, mitología, hagiografía... Aguilera
va de Cagliostro a Jacobo de Vorágine, del
Grimorio y el Tarot a los mitos clásicos, del
bestiario y la astrología a la Leyenda Áurea.
Todo ese gigantesco mural que es la gran
realidad imaginada queda desmenuzado en
pequeños espejos narcisistas, pormenorizado
y enriquecido de experiencias cotidianas, de
búsquedas y hallazgos y desesperación. Un
amable “satanismo” inocente, anterior a la
Caída, esmalta la carne, casi plumón, de
Leda y convierte a los ángeles en bellos cisnes
humanos desnudos, las alas desplegadas en
florales vidrieras rutilantes, tendidas hacia
AGUILera 37
el prerrafaelismo, hacia el Art Nouveau,
hacia las miniaturas hindúes.
Tras inaugurar su exposición en la
Galería Alfredo Viñas (Málaga, 17 junio 9 julio 1994) en la sección Crítica
de Arte del diario Sur se escribió sobre
ella y el propio pintor: En Pepe Aguilera
sigue el mismo gran dibujante que siempre
hubo. Pero también existe un excelente y sensible colorista capaz de traducir en imágenes
–que es lo que ha hecho en la presente ocasión– versos de Alberti, Ana Rossetti, José Infante, Elena Martín Vivaldi, Luis Antonio
de Villena, D. H. Lawrence, Robert Lowel,
Emily Dickinson y Jiménez Millán. El resultado en la traducción pictórica de versos
conocidos de los citados poetas es una relevante y sucesiva estantigua iconográfica en
varias de cuyas obras aparece, quizá por vez
primera, un nuevo y atrayente tratamiento
de los fondos, verdadero tormento para tantos creativos como en Málaga existen en la
actualidad.
Además de la exposición en la que
presentó su obra granadina, ya aludida, Aguilera celebró, en años sucesivos, las siguientes: Caja de Ahorros y
Préstamos de Antequera, Óleos y Dibujos con textos de Manuel Altolaguirre y
Fernando Merlo (Málaga, 1971); Galería Libra de Málaga (que dirigía Pepe
Bornoy), Dibujos Eróticos, con textos de
José Infante y Sala de la Excma. Diputación malagueña, Óleos y Dibujos, con
textos de André Chastel, Pablo García
Baena y Gloria Fuertes (1972); Galería
Studium de Valladolid, Óleos y dibujos
con textos de Gloria Fuertes y Carmelo
Sánchez Muros (1973); Galería de Arte
Contemporáneo de Málaga, Óleos y dibujos con textos de José Infante y Fran-
cisco A. Chita (1974); Galería Winsord
de Bilbao, Óleos, con texto de Miguel
Alcobendas (1975); Colegio de Arquitectos de Granada, Óleos y dibujos, con
texto de Antonio Gala (1976); Galería
Studium de Valladolid, Óleos y dibujos,
con edición de una estampación numerada del 1 al 200 (1977); Patio Mudéjar del Museo de Málaga, Homenaje
a Manuel Múgica Laínez y a su obra
Bomarzo, con texto del homenajeado,
Isidoro Coloma, Carlos Buró y José Infante (1979); Palacio de la Madraza de
Granada, óleos y dibujos retratos arábigo-andaluces y dibujos sobre Cuentos de
la Alhambra, de Washington Irving, con
textos de Abd al-Malik (s. X) y Luis Antonio de Villena (1980); Sala de la Excma.
Diputación Provincial de Málaga, Óleos,
con textos de Manuel Múgica Laínez,
Antonio Gala, José Infante y Carmelo
Sánchez Muro; Galería Avellano de
Granada, Dibujos sobre el poema “Ciudad
del Cuerpo”, del poeta Carmelo Sánchez
Muro, con edición de una estampación
numerada del 1 al 200 (1981); Galería
Laguada de Granada, Óleos granadinos
sobre fondo gris, con texto de Juan de
Loxa (1982); Caja de Ahorros de Antequera de Málaga, Cabezas, Dibujos en homenaje al poeta malagueño Fernando Merlo, con poema y estampación; y Caja de
Ahorros Provincial de Málaga, Diez óleos
y cuatro dibujos (1983); Galería Laguada
de Granada, Dibujos sobre mitología andaluza, con texto de Fernando Aguacil
(1984); Casa de Cultura de Fuengirola,
óleos y dibujos; Caja Sur, Córdoba, Dibujos en homenaje a los poetas andaluces
(1985); Óleos y Dibujos, Antiguo Convento de Santa María, Coín (1986); Caja
38 Alastra
de Ahorros de Antequera en Málaga
(1997); 15 óleos y 1 dibujo, Sala Azahara
de Bodegas El Pimpi, Málaga (1992),
y Títulos prestados, óleos sobre lienzos
y dibujos, en Galería Viñas, Málaga
(1994). Una exposición titulada Mitos,
Santos y Personajes en recuerdo al ya fallecido pintor, tuvo lugar entre los días
1 de junio y 15 de julio del año 2001,
en la Sala de Exposiciones Alameda,
organizada por la Excma. Diputación
Provincial de Málaga y comisariada por
el profesor Isidoro Coloma Martín. De
sus muchas exposiciones colectivas caben recordar: Con el Grupo Tarot, grabados, en el Antiguo Hospital de la Santa
Cruz, Barcelona (1966); La mujer en la
pintura, Fundación Rodríguez Acosta,
Granada (1968); I Muestra de Pintura
Contemporánea, Ayuntamiento de Málaga (1973); Jornadas Granadinas de la
UNESCO, París (1977); Homenaje a Picasso en el Centenario de su Nacimiento, Museo Provincial de Bellas Artes de Málaga (1981); Actos para la no violencia, Sala
Municipal de Exposiciones de Marbella (1982); Arte Contemporáneo, Casa de
Cultura de Fuengirola (1985), etc.
Antonio Alastra Ruiz, de manera
semejantemente dramática a como el
escritor ciego o el músico sordo el azar
castiga de forma perversa, el sino de
este escultor −incluso su porvenir artístico tantas veces ensalzado por críticos
y colegas de su época juvenil−, estuvo
limitado por la pérdida de su brazo izquierdo en la cruenta Batalla del Ebro
durante la Guerra Civil Española (193639). De humilde origen, Antonio Alastra
vivió en una de las históricas “villalatas”
que poblaban las playas más cercanas a
Pedregalejo. Muy joven, abandonó sus
obligaciones como pastor de cabras y
llamado por su decidida y descubierta
vocación artística, se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de Málaga como
discípulo del escultor Palma García.
Quienes le conocieron, trataron o fueron amigos personales o colaboradores –entre ellos los escayolistas Rafael
Puyet Fernández y José Fúnez Liébana,
que le ayudaban en las pesadas tareas
que él no podía atender por obvias razones físicas– han atestiguado que para
asistir a la Escuela de Bellas Artes a diario, lo hacía a pie desde Pedregalejo y
regresaba por el mismo procedimiento
por carecer de las necesarias monedas
alastra 39
para abonar el billete del tranvía, lo
que sin duda revela su gran interés por
alcanzar la necesaria formación. Con
veintitrés años se integró en el grupo
ALA (Asociación Libre de Artistas),
que nació poco antes del advenimiento
de la II República Española, y con sus
fundadores y primeros socios participó
en las actividades artísticas y exposiciones que se celebraron en los salones
de la Sociedad Económica en distintas ocasiones. De esos años arranca su
fama como escultor, al brillar en la Exposición Iberoamericana de Sevilla dos
de sus primeras obras: los capiteles de
la vid y de los limones, respectivamente, del gigantesco facistol que Málaga
envió a dicho evento. Consecuencia de
aquel señalado éxito fue el comentario
publicado en uno de los periódicos diarios malagueños en el que se expresaba
(sic): El entusiasmo en flor de este muchacho
merece ser apoyado. El pequeño gravamen de
una nueva pensión en el presupuesto (municipal), sería la cristalización del sentir de
cuantos conocemos su obra. El comentario
del periódico fue publicado a propósito de la conversación que mantuvieron
en público Palma García, su maestro, y
el entonces director del centro, César
Álvarez Dumont, oído por el periodista
que publicó el suelto informativo. Una
de sus más conocidas obras personales
fue el busto de la “Señorita República”,
con la que obsequió al Ayuntamiento
de Málaga y que retrataba a Anita Martínez de Villa, elegida con tal distinción
en una verbena popular. También el
anónimo cronista celebraba el trabajo
de Alastra: Este joven artista, cuyos trabajos son cada vez más perfectos, ha logrado en
este busto una figura llena de vigor y vida
interior. Sus proporciones son colosales: la
cabeza alta, mirada desafiante y gesto de
decisión. La técnica de varonil ejecución.
Grandes planos, partes de la cabeza abocetadas contrastan con la finura y elegancia
de las líneas del cuello y hombros. Es lo mejor que hasta ahora hemos visto de Alastra,
a quien espera gran porvenir. Detrás de
las más populares obras firmadas por
Adrián Risueño, estuvo siempre la gran
maestría de un Alastra, escultor que
aprendió a modelar con una sola mano,
bastándose de su voluntad indomable.
En la Málaga escultórica dominada por
Risueño a partir de 1940, casi no hubo
obra de las atribuidas a dicho autor que
no hubiera sido modelada por Alastra.
En los últimos años de su vida, y por
gestión de José Molina Gualda amigo
personal de Alastra, fue contratado de
guía para atender a los visitantes de la
Alcazaba malagueña.
Alastra, según se ha indicado, si
bien tuvo un determinado protagonismo artístico y sus trabajos gozaron de
una cierta popularidad en su juventud,
perdió verdadera identidad creativa
como escultor no sólo por la minusvalía que arrastró tras la Guerra Civil, si
no a causa de que las obras realizadas
con posterioridad no llevaron su firma.
40 Albacete
Alfonso Albacete Carreira, pintor
grabador y serígrafo, forma parte del
grupo de creativos plásticos que la
crítica y los historiadores del arte definieron como Nueva Figuración Madrileña; no obstante, en su dilatada
obra hubo suficientes espacios para
integrar figuración y abstracción. Durante los años 1960 a 1967 pintó en el
estudio de Juan Bonafé, considerado
el precursor del hiperrealismo moderno; ingresó luego en Bellas Artes –que
abandonó sin acabar la carrera– y acabó licenciándose como arquitecto superior en la Escuela de Arquitectura
de Madrid. Tres etapas fundamentales
se dieron a lo largo de su carrera: la
de aprendizaje hasta 1972 en que realizó su primera exposición individual,
de 1972 a 1979, en que utilizó nuevos
medios como la fotografía y la instalación, y la última, que dedicó totalmente a la pintura. De sus trabajos se han
ocupado numerosos analistas, críticos
e historiadores. Elena Vozmediano
se refirió a ellos definiéndolos como
“pintura de luz”: La luz cenital, con sus
valores plásticos y con sus connotaciones
místicas, se adentra en los cuadros misteriosa y furtivamente.
La actividad galerística individual
de Alfonso Albacete fue muy sostenida entre 1972 y el año 2001, en que
tuvo lugar su última comparecencia en
Málaga. Su cronología selectiva fue la
siguiente: Galería Chys, Murcia, y Galería EGAM, Madrid (1972-75); Galería
Punto y Colegio de Arquitectos de Valencia, así como Chys de Murcia (1976);
Galería Zen, Molina de Segura en Murcia; Galería Once, Alicante y EGAM,
Madrid (1977); Galería Zero, Murcia
(1978); EGAM (1979); EGAM, Madrid;
Galería Yerba, de Murcia e Imagen
Múltiple, Sevilla (1982); Sala Pelaires,
de Palma de Mallorca; Galería Yerba,
Murcia, y Temple, Valencia (1984); Yerba, Murcia; EGAM, Madrid, y Windsor,
Bilbao (1985); Museo Español de Arte
Contemporáneo, Madrid, y Yerba, Barcelona (1988); Center for Contemporary Art de Chicago, USA; SAGA 90, París;
Sala Estiarte, Madrid; Caja de Ahorros
de Antequera en Málaga y EGAM, Madrid (1990); Galería Maeght, Barcelona; Galería Nieves Fernández, Madrid;
Fernando Silió, Santander; Galería Bretón, Valencia, y Galería Bretón, Murcia
y Galería Babel, Murcia (1991); Embajada de España en Yakarta, Indonesia
(1997); Círculo de Bellas Artes, Madrid
(1999) y Galería Winsord Kulturika y
Galería Marín Gali, Málaga (2001). Han
sido incontables sus participaciones en
colectivas nacionales e internacionales
en París, Sevilla, Madrid, Palencia, Murcia, Barcelona, Santander, Atenas, Belgrado, Sarajevo, Praga, Lisboa, y otras
capitales de Alemania, Japón, USA, Holanda, Suiza, México, Colombia, etc. Su
obra está abundantemente representa-
alberca 41
da en colecciones particulares, culturales e institucionales de España, Europa
y ambos hemisferios americanos.
Gabriel Alberca Castaño, pintor
que en sus comienzos utilizó el seudónimo Alberka. Hijo de españoles, a
muy corta edad todavía su familia se
trasladó a Málaga, en ella vive y en su
territorio ha desarrollado totalmente
su obra. Siguió varios cursos en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de
Málaga con el profesor de la disciplina
de Dibujo, Juan Almagro. Al cabo de
dichos estudios, ya en París, frecuentó
varias academias de dibujo en directo.
Se consideró siempre autodidacta en
la disciplina de colorido. Miembro de
la llamada Generación o Grupo de los
años 50 y activo miembro de la Peña
Montmartre, se vinculó posteriormente al Grupo Picasso, toda vez que fue
uno de los jóvenes pintores malagueños que participó en el primer e histórico encuentro con Picasso en su
casa de Cannes (1957). Igualmente,
participó en actividades del MAM (Movimiento Actual Mediterráneo). Desde
su primera exposición individual cele-
brada en la Económica en 1955 hasta
la última del mismo carácter del año
2000, Gabriel Alberca expuso su obra
no sólo en las principales capitales españolas (Barcelona, Málaga, Madrid y
en numerosas ocasiones), así como en
Alemania, París y Nueva York. A lo largo de los citados años participó igualmente en eventos colectivos españoles
y extranjeros en Sevilla, Barcelona, Málaga, París (Francia), Colonia y Múnich
(Alemania), Sao Paulo (Brasil), Copenhague (Dinamarca) y Zúrich (Suiza).
Alberca figurativo, cubista, simbolistasurrealista, incluso abstracto, ofreció
durante la segunda mitad del siglo XX
expresiones plásticas que revelaron en
cada momento las inquietudes de una
plástica de muy personales acentos.
Yves Hubert, crítico francés que
tuvo oportunidad de estudiar y escribir
acerca de la obra del pintor, descubrió,
según dejó escrito, […] Tal vez sean la
belleza y el misterio lo que este pintor persigue
y consigue de una manera paciente, laboriosa y sin grandes gestos. Porque sus cuadros
son silenciosos en su fuerza, con aires clásicos y actuales. Intemporales. Rinde culto este
pintor al espíritu, y sus obras tienen el aroma de la verdad del hombre, que pinta con
humildad, solo con las pretensiones propias
del que busca la belleza.
Más diáfanamente, el profesor Isidoro Coloma, al penetrar en la obra de
Alberca observó la existencia de tensión como elemento organizador de
las unidades formales, añadiendo: La
posibilidad dinámica de los objetos pictóricos, estáticos por naturaleza física, se dirige
no ya a la representación del movimiento
de los objetos naturales, siempre engañosa y
42 Alonso
artificial, sino a la consecución de la dinamicidad plástica, traducida en movimiento
perceptivo.
Desde el año 1955 al 2000 Alberca
realizó en España y fuera de ella 50 exposiciones individuales. He aquí algunas de las más importantes: Sociedad
Económica de Amigos del País (Málaga, 1955); Galería Alfil y Sala Libros
(Madrid y Zaragoza, respectivamente,
1959); Galería Clasing (Münster, Alemania, Galería Da Vinci y Caja de Ahorros de Antequera (Madrid y Málaga,
respectivamente, 1969); Museo Español
de Arte Contemporáneo y Museo de Bellas Artes (Madrid y Valencia, respectivamente, 1974); P. Gallery (Nueva York,
1978); Galería Joan de Serrallonga y
Salón de Otoño (Barcelona y París,
respectivamente, 1982); Galería 2000
(Córdoba, 1992); Ágora 3 (Barcelona,
1994); Palacio Miramar (Málaga, 1996)
y Galería Nova (Málaga, 2000).
Miembro de la Real Academia de
Bellas Artes de San Telmo de Málaga
desde 1990, obtuvo, entre otros, los siguientes premios, trofeos y distinciones
artísticas: Primer Premio de la Exposición Provincial de Educación y Descanso (Málaga, 1956); Primer Premio de
Dibujo del Certamen de Artes Plásticas
(Sevilla, 1958); Medalla de Plata del
Certamen Nacional de Artes Plásticas
(Málaga, 1961) y Medalla de Oro del
Salón de Invierno (Málaga, 1969).
Es uno de los pintores malagueños
del siglo XX de más amplia bibliografía
crítica y ensayística, y su obra está representada en el Museo Español de Arte
Contemporáneo de Madrid, Museo Provincial de Bellas Artes de Málaga, salas
del Ayuntamiento y Diputación de Málaga, Museo de Artes Contemporáneo
de Sevilla, Museo del Santo Espíritu de
Brasil, Museo del Dibujo de Sabiñánigo
(Huesca); igualmente, en las colecciones privadas de Amos Cahan, W.B. Wasterton, Gardiner Blood, Frank H. Ellis
y Dorothy Godfrey (USA) y colecciones
Unicaja (Málaga), López Cebrián (París), Ateneo (Málaga) y Karí Laliberte
(Oslo).
Maribel Alonso Fernández, artista
que llegó a Málaga cuando tenía cinco años de edad, fue en nuestra ciudad donde despertó al arte, y aunque
de formación autodidacta fue capaz, al
iniciarse el penúltimo decenio del siglo
XX, de aportar al panorama del arte
malagueño un nuevo lenguaje pictórico naíf que popularizó en poco tiempo. Fue la suya una fórmula que, con
los años, supo escapar del primitivismo
ingenuista de inmediatos y precedentes autores en virtud de una elaboración veraz, minuciosa, pulcra, intencionadamente naturalista, decorativa en
su abigarramiento icónico y compacta
expresiva en su discurso narrativo.
alvarado 43
Sobre su obra –expuesta en salas
malagueñas por sexta vez en 1995– la
sección Galerías de Arte del diario Sur
(12.XII.95) la describió como el encanto de lo
cotidiano: De fáciles maneras no exentas de
dificultades en su ejecución, la artista sabe
fijar con presteza casi espontánea cuanto de
significativo y próximo existe en los símbolos
domésticos y lo que en cada quien influyen
las cosas que están o se rozan y utilizan del
pequeño mundo personal. La opinión de
Manuel Sánchez Benedito expresada
seis años más tarde sería: Pintora literaria de fuerte pulsión espiritual que revela
unas emociones contenidas. Arte paralelo a
la naturaleza, es una síntesis de sensaciones
e ideas, que recrea lo que la rodea con estilo y
elegancia, no exento de poesía.
El programa de sus exposiciones
individuales fue el siguiente: Galerías
Malacke (Málaga, 1980); Miguel Ángel
(Málaga, 1982); Ramón Durán (Madrid,
1983); Malacke (Málaga, 1984); Teatro
Infanta Isabel (Madrid, 1989); Porticus
(Málaga, 1990 y 1993); Benedito (Málaga, 1995); Castillo del Bil-Bil (Málaga,
1997) y Pro-Art (Madrid, 1999). Las primeras exposiciones del nuevo siglo en
Málaga se programaron para la Sala Benedito (2001 y 2005, respectivamente).
Su obra fue seleccionada para el
Premio Revista Blanco y Negro (Madrid,
1980), Arte Joven Malagueño de El Corte Inglés (Málaga, 1980, 1981, 1982, 1985
y 1987); Premio Sánchez Díaz (Reinosa, Santander, 1986); Premio L’Oréal
(Madrid, 1987); Premio Ron Bacardí
(Málaga, 1988); I y II Premio Internacional de Pintura (Marbella, respectivamente, 1994 y 1995) y II Premio de
Pintura Fundación Antonio Camuñas
(Madrid, 1994). El Premio Ron Bacardí
le fue otorgado en 1989 y en 1992 el del
Salón Nacional e Ibérico de Pintura Naíf
(Galería de Arte del Casino de Estoril,
Portugal.
Su forma de pintar ha sido recogida en numerosas publicaciones tanto
españolas como extranjeras y su obra
se halla representada en los museos de
Arte Naíf de Jaén y Bages (Francia).
Rafael González Alvarado siguió
dos caminos distintos para alcanzar la
deseable formación que le abriera paso
hacia el arte pictórico. De una parte,
la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de Málaga (1969-1974), en la
que asistiría a las clases de los pintores
y académicos de San Telmo Pablo García Rizo y Virgilio Galán Román, y el
segundo, el taller del también pintor
y académico de la misma corporación
Francisco Hernández, que le orientaría
todos los fines de semana (1980-1986)
en su estudio-taller de Torre del Mar.
En 1975, interesado por el grabado,
frecuentó el Colectivo Palmo junto a
Lindell), Díaz-Oliva, Dámaso Ruano y
otros, no sólo por la obra que allí nacía,
44 Alvarado
sino por el excelente ambiente que lo
dominaba. Como formación complementaria, se constata en su currículo la
participación en talleres impartidos en
Málaga por José María Larrondo y Jiri
Georg Dokoupil, dentro de las Jornadas
de Arte Contemporáneo organizadas por
la Fundación Ruiz Picasso del Ayuntamiento de Málaga. En el año 2004
continuaba asistiendo a las clases de segundo curso de Cerámica Artística en
la Escuela de Arte y Diseño San Telmo,
antigua de Artes y Oficios Artísticos.
La obra de este pintor se ha singularizado desde sus comienzos por
seguir una línea de constantes retos
personales.
El crítico Fernando Ponce, al profundizar en la obra de Alvarado, observa que: ...Su lenguaje plástico es claro,
directo, apoyado en la vieja y recia estirpe de
los pintores solitarios que pintan soledades,
las suyas y, por resonancia inducida, las
nuestras. Esta actitud aparece con claridad
cuando capta y recoge los rincones de los jardines, las estatuas, los árboles, los palacios,
enhiestos o truncados, las columnas festoneadas por la naturaleza que la circunda.
Ante la obra de Alvarado se podría hablar
de un hombre que siente y vive esa melancolía del Sur que aparece en momentos en
que dejan de sonar las canciones, los cantes
profundos de la noche o las palmas del atardecer.
Para el catálogo de la exposición de
la Galería Macarrón (Madrid, 1988) Félix Guisasola escribió, entre otras cosas:
La pintura de Rafael Alvarado descansa
fundamentalmente en dos líneas artísticas
de la modernidad: la figuración y el postimpresionismo. Con ellas establece un juego en
el que el color precisa el equilibrio. Es, por
tanto, un pintor colorista para el que esas
dos líneas –de alguna manera marginadas
en los avatares de las vanguardias– resurgen, trayendo con ellas no ya los sabores
rancios que unas posiciones artísticas anquilosadas suelen llevar, sino extrayendo
elementos de cierta modernidad.
La obra de Rafael Alvarado fue
dada a conocer en el Salón de Exposiciones de la desaparecida Casa de
Cultura de Málaga (1982) y sucesivamente, en cuanto a comparecencias
individuales, por el siguiente orden:
Caja de Ahorros de Antequera y Galería del Colectivo Palmo, Málaga (1983);
Caja de Ahorros Provincial de Málaga,
Vélez-Málaga (1984); Sala de Arte de la
Diputación Provincial, Málaga (1986);
Ateneo, Málaga, Galería Velázquez,
Valladolid, y Noches Blancas, Galería
Macarrón, Madrid (1987); Retratos, en
Terral, Málaga (1989); Il Caminetto, Madrid (1990); Hojas y Ramas, Colegio de
Arquitectos, Málaga (1991); Nocturnos,
Palacio de Beniel, Vélez-Málaga; De lo
efímero, Diputación de Málaga, y Taller
Gravura (1992); Vuelo en picado, Sala de
Arte, Nerja (1993); Bocetos, librería Árbol de Poe, Málaga; Serie Blanca, Sala
de Unicaja, Antequera y Sombras Blancas, Museo Provincial de Bellas Artes,
Málaga (1994); Obra reciente, Galería
Alfredo Viñas, Málaga (1996), y Presencia/Ausencias, Sala de Exposiciones del
Centro Cultural de la Diputación, Málaga (2001). A fines del año 2003, preparaba Retratos íntimos para la Escuela
de Arte y Diseño San Telmo Málaga. De
sus principales colectivas, tras la primera de ellas celebrada en la finca La Cón-
Alvarado 45
sula (1982) cabe mencionar: Colectivo
Palmo; Autorretratos, en el Colegio de
Arquitectos y Surgido en Málaga, Plaza
de Toros (1986); Desde el Sur, Homenaje
a Van Gogh, Diputación Provincial, Málaga (1987); Galería Carmen de Julián,
y Lo masculino/Lo femenino, Museo Provincial de Bellas Artes, Málaga (1988);
El arte de construir el Arte, Colegio de
Arquitectos, Málaga (1989); Arte/Sur,
Feria de Arte de Granada (1995); Bienal Internacional de Arte, Italia (1996);
Artistas malagueños de hoy, Dresde, (Alemania 1998) y Feria Internacional de
Arte Contemporáneo Mac’21, Marbella
(2001). Premios, becas y distinciones
al mérito creativo ha recibido, a lo largo de 20 años de actividad profesional
(1981-2001), los siguientes: Primer Premio de Dibujo del Certamen de Dibujo
y Pintura de El Corte Inglés, Málaga,
así como el Premio Colectivo Palmo
(1981); Accésit de Seat, Villa de Nerja;
Primer Premio de Dibujo del VIII Certamen de Dibujo y Pintura de El Corte Inglés; Segundo Premio de Pintura
del IV Certamen Joven de Artes Plásticas de la Junta de Andalucía y finalista
del III Premio de Pintura L’Oréal, Madrid (1987); Primer Premio de Dibujo
del IX Certamen de Dibujo y Pintura
de El Corte Inglés, Málaga y Beca de
la Junta de Andalucía para un curso de
grabado en el Taller Gravura, (1988);
nuevo Primer Premio en Pintura del
XI Certamen de Dibujo y Pintura de El
Corte Inglés (1989); Beca Pablo Ruiz
Picasso del Ayuntamiento de Málaga
(1992); Segundo Premio de la III Bienal
de Pintura de Vélez-Málaga (1995); finalista del VIII Premio de Pintura Ron
Bacardí, Málaga (1996); Primero en el
IV Premio de Grabado Ateneo-Universidad de Málaga (1998); Primer Premio
de Dibujo del XII Certamen de Pintura
y Dibujo de Álora y Primer Premio del
II Certamen Andaluz de Pintura Contemporánea, Torremolinos (2001). De
su actividad docente, además de atender a los alumnos de su propia academia de calle Victoria número 38, fue
profesor de ADE, Escuela de Arte de
Málaga (1989); de El Estudio, Artes Plásticas de Madrid (1990-92); comisarió, en
colaboración con la universidad malagueña, una exposición de la Colección
de Arte del Ateneo (1995); como asesor invitado de la Junta de Andalucía,
participó en el proyecto El pintor en el
aula (1996); igualmente, fue comisario
de la exposición Fuego de San Telmo en
la nueva sede del Ateneo de Málaga, el
histórico caserón del Colegio Náutico
del mismo nombre (2000), y profesor
de taller de pintura de Ancysa, Gestión
Sociocultural (1999-2004).
46 álvarez dumont
César Álvarez Dumont fue profesor
y muchos años director de la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de
Málaga; acogió en sus aulas a distintas
figuras que, con el tiempo, alcanzarían
alguna notabilidad a partir del inicio de
1930. Entre ellos se encontraban Jiménez Niebla, Mingorance Navas, Ramos
Rosa, Torreblanca, Cañete Sánchez,
Bono Hernández, etc. D. César, que vivió en Málaga desde su niñez cuando
su padre dejó de ejercer como Vicecónsul en Portugal, consta que despertó muy tierno a la inquietud artística y
en la ciudad de acogida realizó toda su
labor docente y artístico-creativa. Especialmente durante sus largos años dedicados a la enseñanza, D. César consiguió elevar de forma inusitada el nivel
del centro del que era responsable. En
un cuarto y definitivo intento, logró
ser pensionado por la Excma. Diputación Provincial de Málaga en la Escuela de Bellas Artes de España en Roma
(1895). Viaja durante el pensionado a
París, Gibraltar, Marruecos y Argelia
con el fin de seguir ahondando en gentes, paisajes y culturas distintas. Fiel a
su integración en los medios culturales
malagueños, expuso en el Liceo (1899),
llevó su obra a diferentes convocatorias
de Concursos Nacionales y recibió sendas Terceras Medallas en las exposiciones de 1884 (“Defensa de la Torre de
San Agustín en Zaragoza”) y 1887 (“La
defensa del púlpito de San Agustín en
Zaragoza”), a las que debió sumar otras
dos de segunda clase en las convocatorias de 1890 (“El gran día de Gerona”)
y 1891 (“Episodio de la Guerra de Independencia”). Un ejercicio del primer
año del pensionado de Roma, fue un
desnudo que alcanzó Mención Honorífica Académica.
De magníficas cualidades para el dibujo y el color −recogió en su tesis doctoral la académica Teresa Sauret− sus
composiciones se mueven entre la corrección
absoluta, en cuanto a tratamiento formal,
y la servidumbre a un contenido que emite
programas de línea política de corte liberal y
reivindicativo y, en todo caso, nacionalista.
Durante el pensionado de Roma
fue accidentalmente director de la Academia y en 1902, tras haber ejercido de
profesor en Madrid, Cádiz y Sevilla obtuvo la plaza de profesor de la Cátedra
de Aplicación de dibujo artístico a las
artes decorativas de la Escuela de Artes
y Oficios Artísticos de Málaga, docencia que ejerció durante 32 años. Como
director de dicha escuela permaneció
24 años, los que van de 1911 hasta su
jubilación en 1936.
ÁLVAREZ LAVERÓN, Elena.
(Ver LAVERÓN).
antonio de vélez 47
Italia y Bélgica. Entre las distinciones al
mérito creativo que recibió destaca el
Premio Internacional de Obra Gráfica
en Segovia.
Rodolfo Álvarez Santaló, médico y
con aficiones periodísticas, su verdadera vocación, al menos a la que dedicó
toda su existencia con inusitado entusiasmo, fue la plástica, en la que desarrolló una estimable tarea como grabador. Desde su inicial exposición individual en Badajoz (1963), continuó su
labor creativa en Granada y más tarde
en Málaga, ciudad en la que estableció
fuertes relaciones con el Ateneo a partir de 1970, y en cuya institución dictó
varias conferencias, entre las que destacaron las dedicadas a la agresividad y
el arte moderno. Durante los años de
sus relaciones con Málaga expuso en la
ciudad en cuatro ocasiones, cronológicamente en la ya desaparecida Casa de
Cultura, el Museo Provincial de Bellas
Artes, Sala de la Diputación Provincial
malagueña y Sociedad Económica de
Amigos del País, la última de las mencionadas en 1992. Ejerció de caricaturista, dedicó parte de su obra plástica al
cartel y fue director de la Fundación de
Cultura del Ayuntamiento de Osuna,
por cuya dedicación acabó designándosele Hijo Predilecto. Su obra, además de divulgarse por toda Andalucía,
también fue celebrada en Francia,
Por amor a su tierra veleña, Antonio
Giménez Toledo firmó sus obras sustituyendo su primer apellido por el de la
capital de la Axarquía. Pintor de inicial
obra figurativa, derivó a las fórmulas abstractas, no siempre bien aceptadas, culminando su última etapa creativa con el
regreso a una particular neofiguración
caracterizada por cierta simbología de
carácter mítico y popular. Fundamentalmente oleísta, también destacó en la
acuarela y el grabado. Formado inicialmente en la Escuela de Artes y Oficios
Artísticos de Málaga y en la de Granada,
marchó a Madrid en 1932 e ingresó en
la Escuela Superior de Bellas Artes de
San Fernando. Su primera exposición
individual fue en Málaga en 1927, a la
que siguieron otras en Granada, Sevilla y Madrid. Tras residir en Granada,
Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca (donde con otros artistas funda el
Grupo Tago), regresa a la península y
se instala en la villa de Puzol, Valencia,
48 Arjonilla
para residir de nuevo, ocasionalmente,
en Mallorca, Barcelona, Tarragona y
Cervelló, donde murió. Antonio Segovia Lobillo, que en vida fue amigo y crítico de la obra del pintor veleño, seleccionó un conjunto de opiniones acerca
de la obra del artista: Informalista que expresa con pastas ariscas, de una contención
perfecta, el abandono y la soledad (Cirili
Pellicer); La búsqueda de este artista no
tiene límites (de un diario de Mallorca);
La materia, en este pintor, nos lleva al pleno antifigurativismo, a la plena y fecunda
abstracción (Gafim, de Baleares); Dotado de una enorme imaginación, constituye
un ejemplo admirable de autenticidad, un
audaz solitario de extraña inquietud (Carlos Areán). Vinculado al Grupo Picasso
y al MAN (Movimiento Actual Mediterráneo) pese a haber residido fuera de
Málaga muchos años, participó en 1961
en la exposición que organizó el grupo
malagueño con motivo del octogésimo
cumpleaños de Pablo Ruiz Picasso y en
la que participaron Alberca, Guevara,
Lindell, Brinkmann, Montero, Vivar,
Stefan, Hammerschmidt, Marina Barbado y Hacker. Esta exposición itineró
más tarde por Barcelona, Madrid y Múnich.
ARCE, Marcelo.
(Ver MARCELO ARCE).
A José Arjonilla Migal, su atracción por la plástica le llevó a cursar
muy tempranamente estudios de dibujo y pintura en su ciudad natal, y con
18 años, ya en Barcelona, los realiza en
el Centro de Estudios AFHA, bajo la dirección de José Llobera y Román Oltra, con quienes obtiene unos excelentes resultados. Fijada su residencia en
Málaga en 1976, desde donde realiza
numerosos viajes por toda la geografía
española, además de Francia, Bélgica
y Portugal, realiza numerosas exposiciones en las que, sucesivamente, aparecen trabajos abstractos y figurativos
pero en cualquier caso reveladores de
una diestra paleta sobre la base de un
dibujo de armoniosa y compleja línea.
Con ocasión de su exposición en la
Sala Espacio Tres, la sección Paleta de
Colores, de Sur, decía de él que era un
autor que ha evolucionado lentamente de la
abstracción pura a laberínticas metáforas
que sugieren distante iconografía figurativa. Sus trabajos que hemos visto en diferentes ocasiones como variaciones de un mismo
o parecido asunto se antojan imágenes que
proceden del sueño en apasionada búsqueda, más allá de su aparente realidad, en
un ejercicio de plástica barroca cuya calidez
arjonilla 49
nadie duda. En otra ocasión, el mismo
periódico recogió las impresiones del
crítico, asegurando: El lote que se visiona
en la muestra integran producciones de los
tres últimos años y en él se hacen visibles los
cambios que no sólo afectan al modelo estético, sino a las propias texturas logradas mediante técnicas de disolución, óleos de base
tratadas o acrílicos puros. La obra inicial
de Arjonilla se conoció en la primera
de sus exposiciones individuales, celebrada en la Sala de Arte Gerard Brenan
de Churriana (1988).Un año más tarde,
expuso en la Residencia Militar Virgen
de Luján (Málaga), en la Sala de Arte
del Ayuntamiento (Andújar), en la
Casa de Cultura (Alhaurín de la Torre)
y en la Sociedad Económica de Amigos
del País (Málaga). Su programa expositivo a partir de 1989 fue el siguiente:
Casa Consistorial (Mijas) y sede central
de Unicaja (Málaga) (1991); Multicentro del Cerrado de Calderón (1992);
Sala de Unicaja de Vélez-Málaga; Ateneo de Málaga; Galería Della Rovere
(Madrid); Galería Atrezzo (Sotogrande); Galería Servent (Andújar) y Galería Vera (Granada), todas ellas en 1993.
Durante el siguiente año presentó, por
el orden que se citan, tres exposiciones individuales, respectivamente, en
Fundación El Monte, Cortijo Bacardí
de Málaga y Galería Vera de Granada.
A continuación (1995) en el stand de
Swissair del Aeropuerto de Málaga y
Casa de las Columnas de Sevilla. A las
anteriores, siguió en 1996 la de Galería
Goya-2 (Valencia) y Galería Amador
de los Ríos de Madrid; Espacio Tres de
Málaga y Sala de Arte Góngora, de Córdoba, todas ellas en 1997. Cuatro exhi-
biciones distintas de su obra presentó
en 1998. Fueron en el pueblo natal del
artista, por BBV, e, igualmente, en Galería Jacobich’s de Marbella, Palacio de
Exposiciones y Congresos de Estepona y, de nuevo, en Goya-2 de Valencia.
En el año 1999 José Arjonilla superó
su propio récord en lo que se refiere
a la celebración de exposiciones individuales. El orden de las mismas fue:
Galería Únic (Palma de Mallorca), Sala
Androx,(Vigo), Museo del FF.CC. (Madrid), Galería Agripa (Mérida), Museo
de Arte Contemporáneo (Toledo), Galería Expo-Arte (Madrid), Corrala de
Santiago, Galería Valenzuela (Granada), y La Puerta del Cielo (Madrid). Su
exposición individual del siglo XX fue
en Galería La Casa del Ángel (Madrid).
Las primeras individuales de la presente centuria fueron en Galería Manuela
Talaverano (Sevilla), Galería Art Calella (Calella de Palafruguell, Gerona),
Galería El Balcó y Hotel Parc del Vallés
(Barcelona). Su obra, en las convocatorias de carácter colectivo, se constata con importantes eventos en Málaga,
Caudry, Solesmes y Eauze (Francia);
Cos (Portugal); Barcelona, Marbella,
Sevilla, Santander, Madrid, Palma de
Mallorca, Nerja, etc., y participó en ferias internacionales de Ibiza, Madrid,
Salamanca, Málaga, Marbella, Santander y Sevilla. En 1998, en Barcelona, se
le concede diploma a la Modulación
Abstracta, su más original creación hasta entonces.
50 Armstrong
Hamilton Reed Armstrong, interesado por la carrera diplomática, tras
finalizar sus estudios de Bachillerato,
ingresó en la Georgetown University
(Washington, D. C.), pero abandonó a
poco de iniciarlos convencido de su
inclinación por las artes. Su formación
académica estuvo tutelada fundamentalmente por los prestigiosos Walter
Handcock, Harri Rosen y el profesor
Wildman, de The Academy of Fines
Arts, en Filadelfia, Pennsylvania. Al finalizar su formación académica (1960),
y como premio a sus méritos, consiguió
la prestigiosa beca Cresson Scholarship para realizar un viaje de estudios
por Europa. Este viaje coincidió con su
luna de miel, ya que aquel mismo año
(1960) contrajo matrimonio con la pintora Roxolana Luczakowsky, después de
conocerse en la academia mencionada.
Fue en aquel viaje cuando el matrimonio descubrió su fascinación por España. Al retornar a los EE. UU. se establecieron en Princenton, N. Jersey, donde
nacieron dos hijos. Seguidamente, perfeccionó su aprendizaje con el escultor
Frederick Shrady y comenzó a recibir
los primeros encargos: un bronce de
Beata Phillipine Duschène con desti-
no al laureado arquitecto francés Jean
Labatut, en Princenton, y un Sagrado
Corazón para el convento del mimo
nombre de Manhattenville College, en
Purchase, Nueva York. En 1964 la familia Armstrong-Luczakowsky se trasladó a Málaga donde entró en contacto
con los ambientes artísticos de la Costa del Sol. El espíritu religioso del que
arrancó la obra escultórica de Reed Armstrong y que posteriormente se prolongaría en docenas de realizaciones
diferentes, fue destacado por distintos
críticos españoles (A. M. Campoy, Raúl
Chávarri, Cecilio Barbarán, etc.) al señalarle como redescubridor, tras Whashington Irving, tanto del alma como
del humanismo y la religiosidad mística
española. Concretamente, el crítico de
arte de Sur, José Mayorga, escribió en
1975 sobre esta peculiaridad en la obra
escultórica del artista: La expresión y el
sentimiento religioso que Armstrong arranca sabiamente de estas figurillas mínimas,
le sitúa por méritos propios en la línea de
avanzadilla del género… Mima la materia
de la que sabe, incluso, desprenderse cuando crea esos espacios intermedios vacíos, que
son como a modo de desgarros pero que nos
hablan de una superación del condicionante
materia: de cómo la espiritualidad del tema
ha ganado por la mano a la materia en la
que sólo se apoya leve, esquemáticamente. El
propio artista, al hablar de sus esculturas religiosas ha dicho: En todo, intento
mantener una visión de la dignidad humana común. Artísticamente, es probable que
mi inspiración arranca en los grandes pintores y escultores españoles: El Greco, Zurbarán, Alonso Cano, Pedro de Mena y Martínez Montañés, –místicos todos pero muy
armstrong 51
humanos a la vez– cuyas visiones, igual
que las mías, intento realizar en un idioma
visual actual. Su primera exposición individual fue en Gallery 100, Princeton,
New Jersey, EE. UU. (1962) a la que siguió la celebrada en Circulo 2, Madrid
(1965). Tras las citadas, y ya establecido
el artista en la Costa del Sol, realizó las
siguientes: Marbella Club, Marbella, y
Studio Madrid, Madrid (1969); Caja de
Ahorros de Antequera, Málaga (1970);
Galería de Arte Contemporáneo, Málaga (1975); Galería Malacke, Málaga,
y Spanish Institute, New York (1979);
Pensacola Art Museum, Florida, EE.
UU. (1982); Villanova University Art
Gallery (1983); Alla Rogers Gallery,
Washington (1984) y Foxhall Gallery,
Washington (1996). De sus colectivas,
tanto de España como del extranjero,
podemos citar: Pennsylvania Academy
of Fine Arts (1960 y 1964); Caja de Ahorros de Ronda en Málaga, Siete Artistas
y su Obra (con Palmira Abelló, Pepe
Bornoy, Díaz-Oliva, Antonio Jiménez,
Paco Morenno y Roxolana Luczakowsky, y Salón de Invierno, Málaga (1969);
III Bienal Nacional de Málaga (1976);
La nueva figuración en el arte contemporáneo, Fenwick Gallery, Washington
(1985) y 12 artistas del Arte Contemporáneo, Georgetown University, Washington (1992). Desde 1969 a 2003 la obra
de Hamilton Reed Armstrong recibió
cinco primeros premios por otros tantos trabajos escultóricos en los siguientes certámenes: Salón de Invierno de
Málaga (1969), III Bienal Nacional de
Málaga (1979) y Christendom College
Sacred Art Exhibit, EE.UU. (2000, 2001
y 2003). De la obra escultórica realizada
por Arsmtrong en España durante los
decenios de 1960 a 1980, destacan, entre otros: busto del Rey de España, S.M.
Juan Carlos I; Dag Hamarskjold, secretario general de la ONU; S.M. Geraldine Aponyi, Reina Madre de Albania;
John Lodge, embajador de EE.UU. en
Madrid y Antonio de Vélez, pintor. El
resumen de su obra más conocida para
Málaga y en ella y la Costa del Sol presente, sería: Retablo con crucifijo para
la parroquia de San Antonio Abad,
Churriana; balcones del edificio Torre
Alameda; fachada de la parroquia de
San Miguel, Torremolinos; monumento a Salomón Ben Gabirol, en los jardines de la calle Alcazabilla (sirvió de modelo el pintor Manolo Garvayo); altar y
relieve de Evangelistas, en la parroquia
de Santa Rosa de Lima; altar y relieve
de las Bodas de Caná, en la parroquia
del Buen Consejo, Torremolinos; ángel
de mármol en el Cementerio Internacional de Benalmádena; monumento
a la Cooperación, Ciudad Nueva Málaga; puerta monumental, Credo, en
la parroquia de Ntra. Sra. del Rosario,
Fuengirola; busto-monumento a Isabel Manoja, Torremolinos; Cristo de la
Luz, Museo Diocesano de Arte Sacro;
grupo de Pescadores, Banesto, de calle
Larios, etc.
52 Arriaga
Esteban Arriaga López de Vergara,
pintor marinista que cursó estudios en la
Escuela de Artes y Oficios de Santa Cruz
de Tenerife y que en Málaga desarrolló la
parte más importante de su obra pictórica, a los veinte años ingresó en la Escuela Militar, comenzando a navegar como
oficial de la Armada en 1946. Durante
dos años (1948-50) estuvo embarcado en
el buque-escuela español Juan Sebastián
Elcano como profesor de guardiamarinas, durante los cuales dedicó su tiempo
libre en las travesías a pintar motivos relacionados con el mar. Posteriormente en
Madrid (años 1951-55) estudia la carrera
de ingeniero de la Armada, trabajando
más tarde en el Astillero de Brooklyn
en Nueva York, en tanto su tiempo libre
continuó dedicándolo a la pintura marinista. Todas sus obras de 1982, realizadas
durante una larga singladura por todos
los mares del mundo, las muestra en una
exposición que presenta en la Sala Kreisler de Madrid en diciembre de 1983, que
por su variedad temática, dominio técnico y formalismo plástico es destacada
por la crítica.
La obra de este pintor marinista de
larga residencia en Torremolinos ha
sido analizada bajo distintos prismas.
Dorothy Hall, crítica de la revista Park
East de Nueva York, opinó: Tanto las escenas atmosféricas y la luz de sus crepúsculos, reflejados en el agua en calma, así como
los cuadros de olas turbulentas rompiendo
contra las rocas, demuestran que el artista
trata todos los temas con igual seguridad y
talento, llevándonos hacia un inmediato encuentro con el siempre cambiante mar.
Otra referencia de pareja significación la hallamos en el catálogo de
una de sus exposiciones individuales
de 1976. Está firmada por Julián Sesmero, y en ella se aseguraba: Pintar el mar,
extraer de la mar su belleza sin artificio y
su verdad con poesía, es una aliada cuestión de sentimiento y filialidad, de amor y
frecuencia. Y esto, que vale para cualquier
pintor marinista, es lo más sobresaliente que
hay en la obra del capitán Arriaga.
En 1983 escribe por encargo de la
Editorial Naval su libro Singladuras sobre los acontecimientos de mayor interés a lo largo de su carrera plástica.
Otro hito artístico personal lo constituyó en 1992 el seguimiento que realizó
de los veleros participantes en la Gran
Regata Colón’92, recogiendo en un libro las reproducciones de los seis cuadros más descriptivos de este evento
mundial. Durante los años 1995 a 1997
realiza cuadros sobre la derrota de la
escuadra inglesa del almirante Nelson
en Santa Cruz de Tenerife el día 25 de
julio de 1797, que posteriormente dona
a los museos Militar y Municipal Regional de Tenerife.
Desde su primera exposición individual celebrada en la Galería Vilchez
de Madrid (1954) hasta las últimas del
ayuso 53
siglo XX, Arriaga expuso en medio centenar de ocasiones tanto en España
como en distintas capitales europeas.
Cronológicamente fueron las siguientes en orden a su relevancia: Galería
Vilches (calles Serrano y Plaza de España, respectivamente, Madrid, 1954);
Sala Macarrón (Madrid, 1956); Museo
Naval (Madrid, 1959); Galerie Internationale (Nueva York, 1976); Galería
Félix (Caracas, 1977); Casa de España (México, 1979); Hafenklub (Hamburgo, 1980); Miramar Arte (Málaga,
1981); Casino de Tenerife (1984); Simil
Gallery (Carmel y Los Ángeles, California, respectivamente, 1989 y 1991); Casino de Tenerife (1995); Mall Galleries
R.S.M.A. (Londres, 1995); Galerías Ausaga, León, y Benedito, Málaga,1996);
Palacio del Consejo de Europa, organizada por el Gobierno de España como
contribución al cincuentenario de su
creación (Estrasburgo, 1998) y Galería
Benedito (Málaga, 2000).
Entre sus numerosos premios y
trofeos a la pintura, así como otras distinciones, figuran, entre otros: Primer
Premio Nacional Virgen del Carmen,
también un Primero de la Comisión
Nacional del Día del Mar, Primer Premio Ejército de Pintura, Medalla de
Oro de la Exposición Nacional de la
Federación de Círculos y Casinos de
España, Primer Premio La Pintura del
Mar de Ferrol. Arriaga es Hijo Adoptivo de la Ciudad de Málaga y Miembro
de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. Su obra pictórica está representada en numerosos
museos e instituciones de Madrid, Barcelona, Nueva York, Hamburgo, Méxi-
co, Museo de Málaga, Palacio de la Zarzuela, Palacio de El Pardo, Cuartel General de la Armada en Madrid, Museo
de las Fuerzas Armadas de Alemania y
Ayuntamientos de Málaga y Torremolinos. De su obra religiosa destaca “La
Virgen del Carmen en la mar”, un óleo
que centra el retablo por él donado a la
parroquia de Benalmádena.
Antonio Hidalgo Ayuso tuvo temprano despertar al mundo de la creación pictórica. Alumno que fue de Luis
Ramos Rosa, en la Escuela de Artes y
Oficios Artísticos de Málaga, donde siguió enseñanzas durante nueve años,
se inició en pintura de paisaje con el
ya entonces veterano José de la Fuente
Grima, posteriormente, al matricularse como alumno libre en la sevillana
Escuela Superior de Bellas Artes Santa
Isabel de Hungría, obtuvo en el año
1985 la correspondiente licenciatura en
dicha especialidad. Su primera exposición individual, a partir de la cual se le
consideraría en la ciudad “benjamín
de la pintura malagueña”, la celebró en
los Salones de la Sociedad Económica
de Amigos del País en 1962 sin haber
54 Ayuso
cumplido todavía los diecisiete años de
edad. La citada muestra la integraban
29 obras (dos autorretratos, tres figuras
familiares “Mi madre”, “Mi hermanita”,
“Mi abuelo”, seis coches de caballos,
tres jardines, un patio perchelero, retratos de Andrés Torres “El Monaguillo”
y Curro Conde y varios apuntes, entre
otros). El lote fue encomiásticamente
comentado por el crítico del diario Sur,
Leovigildo Caballero, que publicó el
día 13 de junio: Hidalgo Ayuso entra por
la puerta grande del arte y va a seguir el
mejor camino si no ceja en lo que ha emprendido, continuando perfeccionando la
forma y el color y sigue en esa misma emoción y pasión que le enciende, refrescándola
con la serenidad y la seria interpretación de
la vida, que no es nunca atolondrado quehacer. A esta exposición siguieron otras,
también de carácter individual, que se
celebraron, sucesivamente, en Galería
M. Louis Bacou, en Moissac, Francia
(1963); Sociedad Económica de Amigos
del País, Málaga, y Casino de Marbella
(1965) y Museo Provincial de Bellas
Artes, Málaga (1967). En el catálogo de
dicha exposición escribió, entre otras
cosas, el poeta y académico de San
Telmo Alfonso Canales: Prescindamos
de cuanto no dio Ayuso en otras ocasiones.
Aquí están sus dibujos, sus aguatintas,
sus retratos, el folclore de su feria y de sus
toros, y también esos coches anclados a la
vuelta de un tiempo que en Ayuso apenas
se insinúa, donde el misterio de su arte se
revela como algo más que una tarea: como
algo en lo que vale la pena intentar un nuevo viaje. La valoración temática de sus
coches de caballos, se hacía, otra vez,
desde una distinta voz crítica. En 1973
será el Salón de los Espejos del Palacio
Municipal malagueño el ámbito de su
nueva individual, que inaugurada en
la tarde del 26 de febrero permaneció
abierta hasta el 10 de marzo siguiente. Ayuso participó en una treintena
de exposiciones colectivas en Cazorla,
Lyon, París, Madrid y Barcelona; asimismo, en la Facultad de Bellas Artes
de Sevilla y Galerías Malacke, Díaz
Larios, Ateneo, Sala Alameda y del
Colegio Oficial de Médicos, todas ellas
de Málaga. Distinguido con innumerables segundos y terceros premios antes
de su primera exposición individual
al participar en distintos certámenes
juveniles convocados por el Frente de
Juventudes y la obra sindical Educación
y Descanso, Ayuso consiguió en 1962 el
Premio al mejor paisaje en la exposición
anual de dicha institución sindical, y en
1964, en el certamen convocado por la
misma entidad, los Primeros Premios
en Pintura y Dibujo. El Premio Álvarez
Dumont del II Salón de Invierno de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo, le fue otorgado en 1966 y dos
años más tarde, en la IV edición, consiguió el Premio de la Excma. Diputación
Provincial. Precedentemente al último
de los premios citados, el artista fue distinguido con el Premio Extraordinario
de la Real Academia de Bellas Artes
Santa Isabel de Hungría. Su larga dedicación a la docencia, fue profesor interino de Formación Profesional desde
1986 a 1993 y de Instituto de Enseñanza
Media de 1993 a 2004, le alejó de la actividad galerística. Este autor tiene obras
en las siguientes instituciones malagueñas: Museo Provincial de Bellas Artes,
Azaustre 55
Excmo. Ayuntamiento, Diputación, Escuela de Artes y Oficios Artísticos, Fundación Unicaja y Museo Diocesano de
Arte. Su obra también es abundante en
colecciones privadas de Málaga, Madrid,
Barcelona, Bilbao y en otras ciudades
europeas.
José Azaustre Muro, alumno de la
Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de Málaga durante ocho cursos lectivos (1943-1951), en cada uno
de ellos recibió la calificación de sobresaliente. Sus primeras obras las dio
a conocer en los certámenes de 1947
y 1948 convocados por el Frente de
Juventudes con motivo de la festividad
de San Fernando, patrón de la juventud. Perteneció al grupo de pintores
malagueños que se integraron en la
Peña Montmartre en 1954 y que juntos
participarían en distintas colectivas de
El Pimpi, sede de la citada asociación.
Vivió en Madrid de 1956 a 1963 estudiando y copiando en el Museo Nacional
del Prado cuadros de Velázquez, Goya
y Sorolla. En 1963 marchó a San Juan
de Puerto Rico donde realizó numerosísimos retratos de personalidades
de la isla. Allí formó familia, desarrolló
una ingente actividad docente (universidad, televisión y academias propias) y
celebró la mayoría de sus exposiciones
individuales hasta 1989 en que retorna
a Málaga. De su obra puertorriqueña,
desarrollada fundamentalmente en la
capital, San Juan, así como en la ciudad
de Ponce, opinó el catedrático de la
Universidad Católica de Puerto Rico, Dr.
Francisco Lluch Mora: En José Azaustre se
logra plenamente una difícil adecuación entre
la técnica y el contenido. Nuestro pintor es un
virtuoso de las formas, capta a cabalidad el
mundo de las superficies; pero esta captación
lleva en sí la expresión del mundo interno de
los objetos, que nuestro artista tiene ante sus
ojos. En cuanto a su pintura, analizada
desde España, José Luis Navas, crítico
de arte de Diario 16, escribió: Azaustre es
un pintor encaprichado con la poesía de las
formas. De ahí que la extraordinaria seducción de su mundo de colores está hecha a base
de intuiciones, de una especial sensibilidad
para transformar en belleza las realidades
que elige.
Marinas, paisajes, bodegones, retratos, flores, temas de género o religiosos y
escenas de temática costumbristas, realizados bajo la influencia de un personal y exultante impresionismo, jalonan
una carrera pictórica de medio siglo de
dedicación. Sus primeras exposiciones
colectivas fueron en Málaga y Tetuán,
respectivamente, según la siguiente
cronología: Sociedad Económica de
Amigos del País (1945), Educación y
Descanso (1946), Frente de Juventudes
(1947-48), Torremolinos (1949), Tetuán
1950) y Peña Montmarte, locales de El
Pimpi (1954).
56 Azaustre
Sus exposiciones individuales en
España siguieron el siguiente calendario: Sociedad Económica de Amigos
del País, Málaga (1960); Torremolinos
(1961); Casa de Málaga, Madrid (1962);
Galería Infantas, Madrid (1963); Club
Internacional de Prensa, Madrid (1971);
Galería Pórticus, Málaga (1990); Galería de El Corte Inglés, Málaga, y
Casa de Cultura, Nerja (1991); Galería
Porticus, Málaga (1992); Hilda Galería
de Arte, Málaga (1995), y Casa-Fuerte
de Bezmiliana, Rincón de la Victoria,
Málaga (1999).
Su obra puertorriqueña, abundantísima en retratos, constata hasta 33
exposiciones individuales durante los
24 años de estancia en el país (1964
a 1987) en los salones, galerías, hoteles, universidades y museos oficiales
más importantes de la capital de la isla
antillana y de las ciudades de Ponce,
Arecibo, Aguadilla y Caguas Federal.
José Azaustre Muro dejó en Puerto
Rico muy apreciables obras murales
en la iglesia de La Piedad (Isla Verde,
1981), para la que ejecutó, además,
un vía crucis en alto relieve (1982), y
murales y esculturas para el Templo
AMORC (Antigua y Mística Orden de
los Rosa Cruces), (1983 y 1988), y otros
murales en la iglesia de San Jorge, en
la capital de la isla (1989). Entre sus
galardones y títulos conseguidos figuran los que le otorgaron los Canales 6
y 3 de TV. de San Juan de Puerto Rico
por las clases de divulgación pictórica
y docencia artística (Dibujo y Pintura)
que impartió en ambos durante varias
temporadas. Pertenece a la Academia
Tiberina de Roma (Sección de Puerto
Rico) y a la Academia de Arte, Ciencia
y Arqueología puertorriqueña.
En el año 1973 fue nombrado
Caballero de la Orden de San Jorge
(Carinthia, Italia).
bandera 57
Con tres años de edad, Juan Bandera Pérez llega a Málaga y a los once
entra en su Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos. Inicia su formación
al cumplir los doce, luego de tres cursos de aprendizaje, el director del centro, el pintor César Álvarez Dumont,
ordena su pase a las clases de mayores
para que pueda iniciar la pintura del
natural. No contento con su aprovechamiento en las aulas superiores, pide
a su padre seguir estudios particulares
con Enrique López, profesor del Instituto de Gaona y con el pintor Antonio
de Burgos Oms, profesor de Historia
del Arte. En 1944 se traslada a Madrid
con el fin de trabajar y costearse los estudios en la Escuela de San Fernando,
y tras unos años, viaja a París, donde
tiene oportunidad de contactar con
el propietario de la Galería Montanar, un avispado catalán que le exige
contratarle en exclusiva impidiéndole
vender o regalar a nadie ninguna obra
suya durante los próximos dos años.
Juan Bandera rompe el contrato antes de firmarlo y regresa a Madrid. La
fortuna le sonríe y tiene la posibilidad
de hacer un retrato al general Andrés
Saliquet, por el que le remuneran con
17 500 pesetas; otro retrato a militar
distinto, realizado casi de inmediato a
Francisco de Borbón y Borbón, duque
de Sevilla, le permite regresar a los interrumpidos estudios en la Escuela de
San Fernando.
En una de sus estancias en Málaga
conoce a Luis de Ibarra, que fue la lla-
58 bandera
ve del dinero vasco para Bandera, pues
hechos algunos retratos en Bilbao, ha
de permanecer tres años seguidos entre dicha capital, San Sebastián, Vitoria y Santander para poder cumplir los
numerosos compromisos de retratos
de señores y damas de la burguesía industrial, bodeguera y bancaria que se
los encargan. Madrid, París y Málaga
finalmente, desde donde prepara su
salto a Estados Unidos en viaje eminentemente promocional para presentar
su obra en diversos estados. Fue en Florida (1965) donde la llave del porvenir
le abrió de par en par las puertas de
México. A través del actor cinematográfico Mario Moreno “Cantinflas”, es
presentado el artista malagueño a distintas personalidades aztecas a las que
realiza retratos muy estimables. Como
ya le ocurrió en el país vasco, se ve obligado a residir un tiempo en la capital
para poder atender los trabajos que se
le solicitan. Fue durante dicha estancia cuando Bandera realiza uno de sus
más conocidos trabajos: el “Retablo de
la Revolución Mexicana”, incontables
secuencias de distinto formato que retrataban el dramático episodio de la
historia de México. La obra fue expuesta en la capital de España con ocasión
de la visita oficial que el presidente De
la Madrid realizó a ella, y que en 1985
fue presentada en la Sociedad Económica de Amigos del País por la Caja de
Ahorros Provincial de Málaga. Sobre
esta obra comentó Mario Antolín: Bandera es un artista sobrado de facultades, que
recrea con sabiduría un momento histórico
irrepetible.
Manuel Sánchez Camargo resumió
así su opinión sobre la obra de Bandera: En Juan encontramos un pintor fuerte,
temperamental y de gran habilidad. Si, en
realidad, el pintor obedece a su alma y estructura física, las obras de Juan Bandera
son el reflejo fiel de lo alegre, espontáneo, intenso y grave. Bandera pinta como siente: él
interpreta su trabajo según su estado psíquico, algo como lo hacía Goya.
Retratos, –llegó a realizar la galería completa de los presidentes norteamericanos–, evocaciones históricas,
el mundo del flamenco o de la tauromaquia, además de paisajes o temas
religiosos y de personajes populares,
jalonaron su carrera artística. Celebró
exposiciones individuales en Málaga,
Bilbao, París, Londres, México, Miami, Nueva York y Los Ángeles. Fue premiado varias veces en Málaga, Madrid,
Bilbao, Sevilla, Londres y París, según
consignó en el catálogo de su exposición en Porto Bello, y su obra está representada en numerosas colecciones,
museos, instituciones, entidades y corporaciones privadas y públicas de Europa, EE.UU. e Hispanoamérica.
bandera 59
Hijo del anterior, Antonio Bandera Vera, popularizó la firma de Nono
Bandera, es doctor en Bellas Artes por
la Universidad de Vigo y profesor titular de Universidad del área de conocimiento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra. Su actividad
creativa pública aparece al asomar el
penúltimo decenio del siglo XX, cumplidos sus veinticinco años de edad
que, junto con su actividad docente,
continuaba al finalizar la centuria. Esther Regueira, en el catálogo de la primera exposición de Nono en Málaga,
escribió, entre otras cosas: Nono Bandera plantea un uso de la iconografía popular
y del objet trouvé como espacio de experiencia cultural, donde la deliberada elección del
artista modifica el primer destino del objeto y
le asigna una vocación expresiva totalmente imprevista. Las imágenes se transforman
en zonas de placer, de cruces, donde el juego
se contempla como una experiencia no sólo
posible, sino deseable –pongo o quito, pinto y sigo–, en una cadena que reinventa la
historia, la del arte y la de la vida, y relee la
tradición.
Las exposiciones individuales de
Nono sobrepasaron la docena antes
de finalizar el siglo. Su orden fue el siguiente: Diez siluetas y doce grabados en la
Caja de Ahorros (Madrid, 1983); Galería Piedra Angular de Zacatecas (México, 1984); Escuela Nacional de Artes
Aplicadas de San Carlos, Hecho en México (México D.F., 1985); Galería Popular,
Los Orantes y Galería Villalar (Madrid,
1986); Galería Noes Dicigóticos (Madrid, 1989); Galería Lapizlázuli (Puerto
del Carmen, Lanzarote, 1990); Galería
Magda Belloti El desorden de los sentidos
(Algeciras, 1992); Galería Ad Hoc Un
Rembrandt como tabla de planchar (Vigo,
1995); Galería Utopía Parkway Cronos y
cromos (Madrid, 1996); Galería Espacio
Mínimo The paradise of flesh (Murcia,
1977); Sociedad Económica de Amigos del País (Málaga, 1999), y Galería
Ferrán Cano Patio andaluz (Barcelona,
2000).
Su participación en acontecimientos colectivos fue abundante, de las que
se puede destacar: Encuentro de Arte
Joven (Aguascalientes, México, 1984);
Museo del Grabado Español Contemporáneo (Marbella, Málaga, 1994); The
18th International Independent Exhibition
of Prints in Kana-gwa (Yokohama, Japón,
1995); Galería Wégimont Soumagne
(Lieja, Bélgica, 1996); Galería Espacio
Mínimo en Arco’98 (Madrid, 1998),
etc. La obra de este autor se halla representada en la colección de la Excma. Diputación Provincial de Málaga,
en el Museo Nacional Centro de Arte
Reina Sofía de Madrid y en la Colección Unicaja de Málaga.
60 barbadillo
En 1940, recién cumplidos los 11
años de edad, Manuel Barbadillo Nocea, movido por su gran afición al dibujo, entró de aprendiz en el taller del
pintor sevillano José Arpa. Compatibilizó pintura con estudios y una vez
obtenida la licenciatura en Derecho,
decidió en 1953 dedicarse por entero a
la creación artística. Viajó durante seis
años por Europa y el Norte de África,
vive una larga temporada en Torremolinos y expone su obra por vez primera en Málaga (1959). Ese mismo año se
traslada a los Estados Unidos y reside
en Nueva York. Trabaja, viaja por el
país, expone su obra en diferentes ciudades y regresa a España en 1964. Fija
su residencia definitiva en Torremolinos y celebra su segunda exposición
malagueña en el mes de diciembre del
citado año en el Museo Provincial de
Bellas Artes, que lleva a Madrid en el
mes de febrero siguiente. Su pintura
hasta entonces había ido evolucionando, desde la figuración inicial, hacia el
impresionismo, el abstracto, el abstracto-geométrico, el expresionismo figurativo y la representación constructivista,
en ocasiones animadas de un colorido
discreto, y en otras, concluyentemente
monocromas. Juan A. Aguirre, en el catálogo de la exposición que el pintor
celebró en la Sala de la Excma. Diputación Provincial de Málaga del 2 al 19 de
junio de 1973, dejó testificado: En 1968,
Barbadillo, que considera a la pintura como
una investigación de la realidad paralela
a la científica, pero con métodos y lenguaje
propios, propone al Centro de Cálculo de la
Universidad de Madrid una investigación
sobre el lenguaje artístico. A través de Mario Barberá, uno de los directivos del
centro, se le concede una beca y realiza
un curso sobre el ordenador electrónico; a finales del indicado año, se crea
en el mencionado centro el Seminario
de Forma Plástica, el primero entonces
en España. En el verano de 1973, por invitación especial de sus organizadores,
explicó Lo racional y lo irracional en la
investigación visual contemporánea, síntesis de sus experiencias hasta entonces,
en la XXV Asamblea Anual de la Asociación Internacional de Críticos de
Arte, celebrada en la ciudad de Zagreb
(Yugoslavia). Miembro que fue de la
Computer Arts Society de Londres y
cofundador del Seminario de Forma
Plástica del Centro de Cálculo de la
Universidad Autónoma de Madrid, explica el interés que sus investigaciones
y experiencias sobre el ordenador electrónico suscitaron poco a poco, desde
las estructuras modulares básicas como
las progresivamente más complejas. Él
fue, en efecto, el primer pintor español
que usó la computadora para la investigación artística creando unas enormes
expectativas hacia el futuro y levantando, al mismo tiempo, larga polémica
entre los de su oficio.
barbadillo 61
La primitiva obra de Barbadillo se
exhibe entre 1955 a 1959 en Sevilla, Málaga, Tánger, Tetuán y Melilla; a continuación, se muestra en numerosas
exposiciones, la mayoría de ellas colectivas, en Caracas (Venezuela), Bogotá
(Colombia), Wallingford (Pensilvania),
Nueva York (en cuatro ocasiones), Mayagüez (Puerto Rico), Montreal (Canadá), Sao Paulo (Brasil), Buenos Aires
(Argentina), y en distintas capitales
y ciudades europeas: París, Toulouse
y Vallauris (Francia), así como Roma
(Italia), Zagreb (Yugoslavia), Ámsterdam (Holanda), Brunel University (Inglaterra), Lisboa (Portugal), etc., amén
de otras muchas en Madrid, Barcelona,
Valencia, Bilbao, Sevilla, Málaga, Gran
Canaria, etc. Salvo las exposiciones individuales que Manolo Barbadillo celebró en las salas Neblí y Aele de Madrid
en 1963 y 1990, respectivamente, las
restantes individuales tuvieron lugar
en Málaga: Museo Provincial de Bellas
Artes (1962); Tartesso, Torremolinos
(1963); Malacke (1975); Lacayí (1976);
Excma. Diputación Provincial (1992) y
Fundación Picasso, Ayuntamiento de
Málaga, Manuel Barbadillo. Obra Modular 1964-94 (1995). Gran parte de la obra
de este autor se exhibió en Málaga en
las siguientes muestras de carácter colectivo: Cinco Pintores, Casa de Cultura
(1965); con el mismo título, en Información y Turismo (1967); Málaga 70,
Diputación Provincial (1970); VII Salón
de Invierno, Museo Provincial de Bellas
Artes (1971); Pintores de Málaga, Colegio
Universitario (1972); Muestra de Pintura
Contemporánea Malagueña, Ayuntamiento (1973); Arte Actual, Museo Provincial
de Bellas Artes (1974); Pintura Andaluza
desde 1900, Museo Provincial de Bellas
Artes (1977); Conceptos de Aquí y Ahora,
Galería Llona, Marbella, y Arte Contemporáneo en Málaga, finca la Cónsula,
Churriana (1980); Pintura Contemporánea, Galería Manuela Vilchez (1981);
Arte Contemporáneo, Museo Provincial
de Bellas Artes (1991); El arte de construir
el Arte, Colegio de Arquitectos (1992),
y Homenaje al Grupo Palmo, Colegio de
Arquitectos (1994).
Los conocimientos de Barbadillo
sobre arte y computadoras alcanzados
durante años, los dejó explicados en
los siguientes libros y revistas especializadas: El ordenador, experiencias de un pintor con una herramienta nueva (Ordenadores en el arte). Publicación del Centro de
Cálculo de la Universidad de Madrid,
junio de 1969. También en francés, bajo
el título L’ordinateur et la créativité, edición de 1970 del mismo departamento.
Le sigue Materia y vida, en español y
francés, ediciones del ya citado Centro
de Cálculo de la Universidad de Madrid, y Modules-Estructures-Relationships;
Ideograms of Universal Rapport. Boletín
de la Computer Art Society. Londres,
1970. Dos trabajos quedaron pendientes de publicación. Fueron Modules and
the Problem of Space, basados en una conferencia en el Instituto de Investigación
de Informática y de Automática (IRIA)
de Francia, y Tetragrammaton, que quedó “en preparación” por parte de la
Delegación en Málaga del Colegio de
Arquitectos.
Barbadillo, luego de sus experiencias, escribió a modo de personal legado que el ordenador puede ser un ins-
62 barberán
trumento de creación eficaz si intelecto
y sentimiento permanecen unidos durante los procesos de creación. Y aclaraba que: ...hubo un tiempo en el que traté
de hacer justamente eso. Pensaba entonces
que quizás podría alimentar un ordenador
con suficientes datos para que pudiera continuar la evolución de mi trabajo más eficientemente que yo. Ahora, sé que nunca podrán
hacerlo. Les falta experiencia. No aman. No
odian. No se conmueven por un poema. No
han derramado sangre, sangre para llenar
océanos como nosotros. Hagamos, pues, un
arte de humanos, no un arte de computadoras. Tenemos ahora un sirviente absolutamente fiel al que podemos tomar cuando
lo necesitemos o dejar cuando añoremos el
olor de la hierba. Porque somos nosotros los
señores.
BARBADO, Marina
(Ver MARINA)
José Antonio Díaz Barberán se ha
definido en varias ocasiones como pintor autodidacto, si bien, de pequeño,
recibió clases de Alfonso de la Torre,
en el Aula de Pintura de la Obra Sindical Educación y Descanso. Junto a
los pintores Molero, y Blanca, formó
parte, al iniciarse el decenio de 1980,
del trío precursor del nuevo realismo
de la Málaga de aquellos años, dando
comienzo un ciclo de distinta tendencia dentro de la figuración dominante
en la ciudad de entonces, y al que se
adhirieron otros muchos artistas. Con
sus compañeros Molero y Blanca celebraría numerosas exposiciones como
embajadores de ese nuevo realismo
malagueño: Sociedad Económica de
Amigos del País, Málaga (1985); Sala
de arte del Monte de Piedad y Caja de
Ahorros de Córdoba, Marbella (1986);
Galería Benedito, Málaga (1986); Sala
Velázquez, Valladolid (1987) y Galería
Caplain-Matignon, París (1993).
La presentación en París de Barberán y sus compañeros bajo el título
Réalisme Espagnol à Paris, fue, en efecto,
un acto de afirmación de los principios
estéticos que propugnaba el grupo,
barberán 63
realizado en el corazón de la capital de
Francia.
La obra de este artista evolucionó,
desde un lenguaje hiperrealista frío y
estático más cercano al campo fotográfico que al pictórico, hacia unas formas
expresivas más cálidas, en las que los
asuntos generaban la necesaria atmósfera que los hiciera obras de observación más profunda, de búsqueda instintiva del aliento de los objetos, que,
aun dentro del minucioso tratamiento
realista en el que los temas eran explicados, pictóricamente ganaban en credibilidad por sus matices y, a causa de
ello, los iconos se transformaban en elementos líricos, inductores a la poesía,
por el tratamiento de fondos y planos.
A. M. Campoy, desde ABC de Madrid
proclamó en 1991: Barberán trasciende los
meros ejercicios de paciencia del hiperrealismo y se adentra en un mundo que, si literal,
no renuncia a su clima poético, aunque sea
de una poesía de desolación doméstica, testimonio de un entorno que a pesar de su orden
y pulcritud está en trance de fantasmagorizarse. Cinco años más tarde, con motivo
de la presentación de la última obra de
Barberán en Bruselas, Luis Hernández
del Pozo, crítico de Correo del Arte, escribió para el catálogo: En las pinturas
de Barberán late una tensión especial, existe
un soplo de inspiración que envuelve lo conocido, de modo que la recreación nos aparece como cosa nueva que habíamos ya visto
en alguna parte pero que no conseguíamos
localizar. Y esto sucede admirando la perfecta representación de los solados en relieve de
la escuela arábigo-andalusí, de barro cocido
llamado “de cuerda”, desconchados, agrietados más por el paso de los años que por
inadecuado tratamiento humano, pero que
poseen un “algo” misterioso y evanescente
que nos es difícil imaginar.
Desde 1982 en que se inicia su actividad galerística hasta 2003 celebró exposiciones individuales en Málaga (9),
Madrid (3), Bruselas (2), Salamanca
(2), Córdoba, Valladolid, Zaragoza, Alcoy, Bilbao, La Línea de la Concepción,
Murcia, Valencia y Lisboa. También participó en la Feria Internacional de Arte
(Basilea), Artexpo (Barcelona), Interart (Valencia), Artesevilla (Sevilla), y
De Arte (Madrid), así como en otras
distintas tanto de España como del extranjero. De sus premios y distinciones
al mérito artístico caben destacar, entre
otros, los siguientes: LII Premio Nacional Jiménez Cacho, de Valdepeñas; Primer Premio de la exposición Realistas
del Sur; Segundo del Certamen Arte
Joven Malagueño; Primera Medalla de
Pintura al Aire Libre, de Educación y
Descanso; Primer Premio del Concurso
Real Club Náutico Mediterráneo, y Primero del Concurso Figuración Joven.
Sus obras en permanencia se encuentran en Galería Heller (Madrid);
Sammer Gallery, (Madrid, Londres,
Nueva York); Lilian François (París);
Galería Benedito (Málaga); Caplain
(París); Castelló 120 (Madrid); Torres
(Bilbao), y Gaudí (Barcelona).
Su labor en obras de cartelería quedó suficientemente reflejada en los carteles anunciadores de la Semana Santa
de Málaga (1997); de la Cofradía de la
Sentencia, Málaga (1999); cartel oficial
de la Feria de Málaga de 2001; cartel
oficial de Semana Santa, Vélez-Málaga
(2003); cartel anunciador de la salida
64 barceló
procesional del Prendimiento, Málaga
(2003), así como numerosas pinturas
para estandartes cofradieros (Virgen de
los Dolores, Pollinica, Cautivo, etc.).
María de los Ángeles Barceló Ortega, pertenece a la última generación
de pintores malagueños emergentes
en el último decenio del siglo XX. De
formación autodidacta, fue descubierta y animada para el ejercicio de la
pintura por la veterana pintora Maria
Pepa Estrada Segalerva, que avaló con
su firma, desde el catálogo de la primera exposición de la artista, sus buenas
maneras plásticas. En la sección de arte
de Sur (7.V.93), el comentarista saludó
la llegada de la nueva pintora malagueña, entre otras, con estas palabras: La
artista podría haber partido de un supuesto
distinto para encontrarse con la afición; sin
embargo, ha querido hacer un ejercicio de solidez y le salió; de eficacia, y o ha encontrado;
de programa estético, y acertó. Hay fuerza,
color, entrega y emoción neo impresionista en
su obra. Y una lección de humildad: los precios. Algo que muchos se olvidan y que, en
su caso, ha tenido su compensación al vender absolutamente todo lo que ha expuesto.
Desde sus esquemáticos paisajes
otoñales de 1993 hasta los últimos presentados en el nuevo siglo, la autora no
sólo ganó en destreza y riqueza colorista sino en eficacia expresiva. Dos exposiciones individuales en Unicaja (1993
y 1998) y cinco en Galería Benedito en
temporadas posteriores.
De antigua vocación pictórica nunca ejercida hasta entonces, Concha Barreto fue artista que militó en el movimiento de la pintura ingenuista malagueña de los años 60 del siglo XX, pues
fue en Málaga (1963), al trasladarse con
su marido el pintor Felipe Orlando,
cuando se dedicó al ejercicio práctico
y continuado de la plástica, iniciando
entonces de manera oficial su carrera
artística. No realizó muchas exposiciones individuales, pero en las pocas ocasiones que mostró su obra al público,
dejó bien explicitadas sus cualidades
de inspirada naíf. A través de sus trabajos mostraba un profundo amor hacia
el mundo de la naturaleza, siendo así
que su temas más entrañables eran los
que protagonizaban animales selváticos, felinos especialmente, entre boscajes exultivos; por extensión, y siempre
béjar 65
teniendo como fondo tiernos e inocentes paisajes, también observó a la criatura humana en sus fiestas típicas o en
sus convencionales usos y costumbres
sociales. Margarita Nelken (política española exiliada en México además de
pintora y crítica de arte), publicó en el
diario Excelsior unas impresiones de la
colectiva en la que C. B. participaba en
la Galería Diana (1963). Deteniéndose
en la obra de la artista cubana observó que …dentro de esa tendencia en que
se impone la convincente ingenuidad, quizá
ya algo intencionada, de unas escenas que,
en su aparente infantilismo, tienen verdaderos aciertos en el movimiento de sus figuras, y en la atmósfera que las envuelve en
paisajes de una jugosidad de veras simpática. En opinión de Nelken se trataba
de un neoprimitivismo, casi siempre
de gracia fina y brillante colorido. Cinco años más tarde, con ocasión de su
quinta exposición individual en la también mexicana Galería Pecanins, otro
crítico, Enrique F. Gual, declaró que
se trataba de una Pintura bella, capaz,
contrastada con toda la contingencia intelectualista, en la que ocurre cuanto quiere
que ocurra el pintor, no su subconciencia. Y
de ahí que sea obra los visto a través de un
cristal invariablemente limpio.
Sus exposiciones individuales, tanto en Málaga como en diferentes capitales de ambos hemisferios americanos
y Europa, se suceden desde 1965 a 1973,
y fueron: Galería Pecanins, México
(1965); Galería El Muro, Caracas (1966);
Galería Pecanins, México (1967); XIX
Olimpi SA DE Arte de México, en la
misma galería (1968); idem. Pecanins
(1969); Galerías S. Stein, Los Ángeles,
USA (1970); Pecanins, México, y Galería Wenger, San Francisco, USA (1971);
Galería Valentín, Zúrich, Suiza (1972),
y Sala de Exposiciones de la Excma. Diputación Provincial de Málaga (1973).
En cuanto a su participación en muestras colectivas fueron, entre 1963 y 1968,
las siguientes: Galería Diana, México
(1963); Pan American Union, Washintong (1964) Galería Pecanins, México
(1966; con Marina Barbado en el Museo Provincial de Bellas Artes, Málaga
(1967 y IV Salón de Invierno de la Real
Academia de Bellas Artes de San Telmo
de Málaga (1968).
Juan Fernández Béjar, autor de
muy compleja raíz, posee un lenguaje
pictórico que parece germinar en los
inextricables territorios del sueño y
los laberintos del subconsciente. Entre
una voluptuosa irrealidad barroca y el
transformismo surrealista, sabe oficiar
personalísima paleta generadora de
delicados cromatismos. Son singulares
las atmósferas creadas en torno a los
insólitos ámbitos que hace poblar a su
extraña y poco común tipología humana –bestiario imaginado desde los más
66 béjar
brillantes y espléndidos fondos–, de niños infanzones, meninas gordezuelas,
principitos glotones, infantitas para
tempranas muertes, damas rubicundas
que ensayan ser mujer en imposibles
ámbitos barrocos y engolillados niños
de azul, rojo, negro y franelas carmesíes, que miran ausentes desde su propia realidad onírico-neurótica.
...Su pincelada es impecable y, a la vez,
implacable, en el seguimiento de todos los poros de la realidad, escribió en 1974 sobre
Béjar, Guillermo Díaz-Plaja, que añadió: Esta realidad, en sus modelos humanos,
se disfraza con vestimentas antiguas, como
para señalar la tradicionalidad española,
por supuesto, de sus modelos. Pero sutilmente estos “personajes antiguos” se presentan
con esguince irónico. Se desdoblan arbitrariamente, como en un sueño; se ofrecen en
una pose de solemnidad ficticia, “como si”
fuesen de verdad, los personajes que inventan... Pero, al mismo tiempo, descubren su
“otra realidad”, la verdad de ser muñecas
de ojos de cristal, accionados por muelles, expresando su melancólica condición de entes
fantásticos, moradores de cámaras irreales,
que decoran unas pajaritas de papel, pinzas
para secar la ropa o infantiles chupetes. Todo
ello, claro está, descrito con la minuciosidad
pictórica de un miniaturista medieval.
De tal obra y autor, con motivo de
la exposición celebrada en las Casas del
Águila y la Parra (Santillana del Mar,
10 de septiembre al 8 de octubre de
1999) el crítico de arte Gabriel Rodríguez ofreció en el libro-catálogo de la
misma unas pistas para entender y aun
profundizar en el mundo plástico bejariano: ... me llegan resonancias, presencias
insoslayables de otros creadores: del hieratis-
mo de Rogier van der Weyden, la finura de
Pietro della Francesca o Antonio de Messina,
los tormentos de El Bosco, las apariciones de
los surrealistas, la inocencia deslumbrante
de Henri Rousseau, la magia mística y solitaria de Balthus, la obsesión neurótica de
Richard Lindner, las sombras delicuescentes
de José Hernández, o los retratos frontales, el
bestiario de Isabel Villar...
Autor de incesante actividad desde
que en 1962 presentó su primera obra,
realizó hasta el año 2003 las siguientes
exposiciones colectivas: VI Certamen
Regional de Arte de Málaga (1963);
Exposición Provincial de Educación y
Descanso, Málaga (1964); en Düssseldorf, Múnich y Nuremberg (1964); I
Salón de Invierno de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo, Málaga
(1965); Hannover, Alemania (1968); I
Bienal del Vino en la Pintura, Málaga
(1973); Primeras Medallas de Educación y Descanso y en Galería Lacayí,
Málaga (1975); seleccionado para la
Exposición de Pintura Española, Moscú
(1976); Contradicciones del realismo, en
la Galería Parke 15, Pamplona (1977);
Sala de la Caja de Ahorros de Antequera, Málaga (1977); Galería Talía, Estepona (1977); I Muestra del Colectivo
Palmo, Málaga (1979); II Exposición de
Pintores Andaluces, Universidad de Sevilla (1979); Galerías Manuela y Yunque,
Málaga (1981); Grupo 9 Pintores, Castillo del Bil-Bil, Benalmádena (1982); Colectivo Palmo, Marbella (1983); Colectivo Palmo, Arco’85; Galería Durero,
Gijón (1987); Ateneo de Málaga (1990);
20 Pintores de Málaga, Palacio de la
Aduana, Málaga, y Galería Durero, Gijón (1991); Europ’Art, Ginebra, con la
bejarano 67
Galería Afinsa (1992); Exposición Conmemorativa 25 años, Sala de la Diputación
Provincial, Málaga (1996); Pintores Malagueños Contemporáneos, Coín (1996);
Pintores Malagueños de Hoy, Museo Provincial de Bellas Artes, Málaga (1997);
Pintura Malagueña en Dresde, Alemania,
(1998); Galería Alfama, Madrid( (1998);
Pequeño Formato, Galería Fermín Echauri, Pamplona (1998); La Otra Realidad,
Orense (1998); XI Muestra de Pintura
y Escultura Latinoamericana, Galería
Espacio, San Salvador, República de El
Salvador (2000); id., con la misma galería, Miami (2001); Feria de Arte de Madrid, con la Galería Alfama (2001); íd.
Galería, Feria de Arte, Sevilla (2003).
Las exposiciones individuales celebradas por Béjar hasta el año 2003 fueron las siguientes: Sociedad Económica de Amigos del País, Málaga (1966);
íd. (1972); Galería de Arte Contemporáneo, Málaga (1973); Galería Majestic, Barcelona (1974); Galería Heller,
Madrid (1976); Galería Parke 15, Pamplona (1979); Galería Malacke, Málaga
(1984); Galería Fermín Echauri, Pamplona (1986 y 1989); Galería Afinsa-Lagasca, Madrid (1992); Galería Fermín
Echauri, Pamplona (1993 y 1998); Galería Alfama, Madrid (1999); retrospectiva en las Casas del Aguila y la Parra,
Santillana del Mar (1999); Galería Fermín Echauri, Pamplona, (2000), y Galería Espacio, de San Salvador, República
de El Salvador (2003).
Juan Béjar recibió en 1962 el Segundo Premio del V Certamen Provincial de Arte, Málaga; Primero de Dibujo y también Primero de Pintura del VI
Certamen Regional de Arte, Málaga
(1963); Primera Medalla de Educación
y Descanso, Málaga (1964); Premio Nogales del I Salón de Invierno de la Real
Academia de Bellas Artes de San Telmo, Málaga (1965) y Segundo Premio y
Leones de Plata de la I Bienal Nacional
del Vino en la Pintura, Málaga (1973).
Juan Béjar, que fue elegido miembro numerario de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo, Málaga,
1978, dimitió un año después.
Rafael Bejarano Pérez, archivero,
investigador, pintor e ilustrador. De
carrera pictórica autodidacta, hay que
consignar no obstante que siguió cursos de dibujo en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga desde los 8 a los 14 años de edad
(1941/47). Sus primeros trabajos conocidos datan de 1963, año en que celebra
su primera exposición individual en la
Casa de América (Granada). Desde dicho año hasta la finalización del siglo
XX, Bejarano celebra una docena de
exposiciones individuales en Madrid
(2), Granada (2), Málaga (8) y Marbella, y participa en 10 colectivas en Málaga y otra en la capital granadina. Los
68 berdugo
dibujos de Bejarano causaron interés
desde su primera exposición. En Patria,
diario granadino, y bajo la firma de Lorenzo Ruiz de Peralta, el citado cronista
escribió sobre la primera muestra pública del artista: Con esa gran serenidad que
acompaña a toda obra de auténtico valer y
de indiscutible contenido positivo, este dibujante se presenta sin ruidos, sin estridencias
propagandísticas, sin reclamos preparados.
Pero allí están sus magníficos dibujos para
decir, con fuerte y segura expresión, que su
autor posee un talento de ilimitadas dimensiones. Domingo Sánchez-Mesa, catedrático, opinó: Posee este artista el secreto de
la proporción. Surgen las formas con esencia
casi escultóricas rimando en equilibrio libre,
pero consonante, con los espacios blancos
e infinitos del papel en profundidad, pero
enfocados desde la limitación del enmarque.
[…] Modela el espacio entre lo suave y poético de una media tinta y lo monumental, valiente y definitivo del volumen exento. Sus
exposiciones individuales se celebraron según la siguiente cronología: Casa
de América, Granada, y Museo Provincial de Bellas Artes, Málaga (1963); Sala
Amadís, Madrid (1964); Casa de América, Granada (1965); Museo Provincial
de Bellas Artes y Hotel Málaga Palacio,
Málaga (1967); Casa de Málaga, Madrid
y Museo Provincial de Bellas Artes de
Málaga (1969); Casa de Cultura, Málaga
(1981); Sala Municipal de Exposiciones,
Marbella (1982); Sociedad Económica
de Amigos del País, Málaga (1989); Ateneo, Málaga (1995).
Charo Berdugo Durá se inicia en
la pintura de forma autodidacta y continúa más tarde bajo la tutela docente
del pintor José Díaz-Oliva, una vez establecida en Málaga con su familia en
1980. Autora plástica emergente en la
Málaga creativa del penúltimo decenio
del siglo XX, su fuerte personalidad
quedó ya patente en sus iniciales exposiciones individuales. Con ocasión
de una de ellas (Sala Pórticus, 1992) la
sección de arte del diario Sur recogía
el acontecimiento expresando su opinión a los lectores: Si en cualquier terreno
buscar es la manera de hallar, en pintura
no podía ser menos. Charo busca, pesquisa
e inquiere en la materia, que con habilidad
toca y manipula hasta transformarla y dar
un vuelco a lo que ve, luego de haber experimentado, y se solaza en el color sabiendo
que en el brote mágico está la emoción. Pepe
Bornoy que analizó en profundidad
la obra de la artista en sus comienzos
malagueños, escribió en el catálogo de
su exposición, también en Pórticus (febrero de 1994), entre otras cosas: Las
figuras y los colores de Charo se ordenan por
sus valores estrictamente plásticos, libres del
encadenamiento de las formas acartonadas,
rostros anhelantes de tensiones vertiginosas,
bermúdez gil 69
sinuosas curvas que enturbian los fluidos
empastes de los fondos con logros depurados
y refinamiento grácil. Sus personajes tienen
fantasía y adherencia del antiguo arte babilónico, manierismo mágico, coexistiendo con
el tenebrismo de algunas de sus mujeres de
desengaño, espasmo, desgarradura…
Salvo error o involuntaria omisión,
sus principales exposiciones individuales fueron, en el corto espacio de su
creatividad plástica, las siguientes: Sala
Pórticus (Málaga, 1992, 1994 y 1997), y
Paisajes y figuras (Torreón Fortea, Zaragoza, 1995).
Federico Bermúdez Gil discípulo
directo de Bernardo Ferrándiz, destacado alumno de Muñoz Degraín y uno de
los preferidos de Martínez de la Vega,
se distingue en la pintura malagueña
de finales del siglo XIX y primera mitad
del XX por sus excelentes y encendidos
paisajes, con los que influyó en otros
pintores que le siguieron. Fue de aquellos artistas que no necesitaron firmar
sus obras para identificarlas. Profesor
numerario de Dibujo Geométrico en
La Coruña (1902-03), fue catedrático de
la Escuela de Artes y Oficios Artísticos
de Málaga desde 1903 a 1951, y director
de la misma entre 1936 a 1951, año de
su jubilación. Muy joven, y dada la amistad de origen político que mantenían
su padre y Bernardo Ferrándiz, pidió al
veterano pintor su apoyo para el ingreso en la Escuela de Bellas Artes, lo que
consigue a los 18 años de edad en 1883.
La pintura de este paisajista malagueño
reveló siempre su destreza en atrapar
los rayos del sol en la enramada antes
del estallido de la luz sobre el campo.
Federico fue un aventajado alumno
de Ferrándiz, de tal manera que ya en
1883 osa presentarse al Premio Barroso; sería en los dos años siguientes, al
volver a participar en el mismo, cuando
obtiene, respectivamente, un Accésit y
el Primer Trofeo. En 1887 acude por
vez primera a una exposición nacional,
pero no se presenta como alumno de
Ferrándiz, sino de Joaquín Martínez
de la Vega. Su primer galardón importante lo obtiene a los veintisiete años
de edad (1892) al concurrir a la Exposición Internacional del citado año. El
cuadro que se le premia es el titulado
“Arroyo de la Manía”, un aspecto de la
finca situada frente a la de Ferrándiz,
en Barcenilla, lugar que en el sexenio
primorriverista comenzó a denominarse Camino Nuevo. Su premio más
inmediato al ya citado lo obtiene en la
Exposición Regional de 1893, donde
consigue una Segunda Medalla; otras
distinciones fueron una Tercera Medalla en la Nacional de 1897 por su cuadro “Entre dos luces”, y en el mismo
certamen de 1899, una nueva Tercera
Medalla por “Alrededores de Málaga”.
Una larga amistad unió a Federico
70 berrobIanco
Bermúdez Gil con Federico Ferrándiz
(hijo de Bernardo), y con Rafael Murillo Carrera que fue director del Museo Provincial de Bellas Artes y autor
del catálogo general y razonado de la
institución. Dichos artistas, al contraer
matrimonio respectivamente con Julia
y María Bermúdez Gil fueron también
cuñados de Federico Bermúdez.
Pintor que gustaba realizar su trabajo del directo, solía situar su caballete en los enclaves naturales más bellos
de la ciudad y sus alrededores. Muchos
de sus trabajos así realizados solía mostrarlos en el escaparate de la popular
cristalería Morganti de calle Larios, según era costumbre en otros pintores de
la época. El artista realizó trabajos para
la Cofradía del Sepulcro y de la Oración del Huerto; igualmente, participó
en la decoración del techo del Salón de
Sesiones del nuevo Ayuntamiento con
el tema “Fe y Libertad”. La crítica de
arte la ejerció durante numerosos años
en la revista nacional La Esfera solapado en el seudónimo Sansón Carrasco.
El Ayuntamiento le había concedido el
título de Hijo Predilecto. Federico Bermúdez falleció a los 92 años de edad.
Luis Rafael Berrobianco Meléndez
vivió veintiocho años del siglo XIX y
sesenta y uno de la siguiente centuria;
por tanto, fue de los artistas malagueños
que, su formación escolástica la puso al
servicio de sus alumnos del siglo XX en
las diversas asignaturas que tuvo que impartir, desde responsabilidades docentes. En el largo periodo que va de 1906
a 1925 en que, declarado inútil por enfermedad de origen nervioso, es suspendido por dos años hasta su reincorporación tras su restablecimiento, en 1927.
Recuperada su plaza en la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de
Málaga dicho año, fue jubilado en 1943,
aunque, excepcionalmente, se le permitió seguir ejerciendo hasta 1951. Magnífico dibujante, desde comienzos del año
1901 concurre a las numerosas exposiciones y certámenes locales, provinciales, regionales y nacionales, resultando
premiado con una Medalla de Plata en
la Exposición Regional de Granada del
año 1902, y en la Nacional de 1904, con
una Mención Honorífica.
De los innumerables juicios críticos dedicados a su obra destaca de él
Baltasar Peña Himojosa que definió al
artista como un buen dibujante.
berrocal 71
Celia Berrocal Villena se matriculó
en la Escuela de Bellas Artes de Málaga
en 1957, un año más tarde continuaría
su aprendizaje bajo la dirección del
pintor Alfonso de la Torre, que dirigía
el Aula de Pintura de la Obra Sindical
Educación y Descanso, y bajo cuya tutela docente permanecería hasta su nuevo ingreso en la Escuela de Bellas Artes
donde, en 1964, iniciaría la carrera de
Decoración. La pintura de Celia, desde sus inicios profesionales y actividad
galerística, se caracterizó por una casi
total entrega al tema de la flor, pero
igualmente abordó marinas, paisajes y
retratos, temáticas que refleja en una
de las primeras crónicas que a la artista dedicó el entonces presidente de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo en Málaga, Baltasar Peña Hinojosa, que en una de sus iniciales glosas
a la artista definió su obra como verdadera bocanada luminosa.
Por su parte, José Mayorga, crítico
de Sur, escribió: sus inimitables flores, ya
clásicas, incluso más aún, son composiciones florales, y sus paisajes detallistas, donde la perspectiva y el impacto de luz habían
alcanzado definición, siguen presentes en
esta muestra de Celia Berrocal. Pincelada
amplia y abierta, hegemonía de la vibración
cromática, del dinamismo de la nueva escena, la artista hace hincapié en la situación preferencial de la mancha para obtener
resultados así decididos, y así consigue en
este renovado esfuerzo atraer el interés y el
asentimiento del aficionado a la pintura realista, con sello propio, y de quienes sienten
permanente admiración, ahora revalidad
por esta muestra.
Celia, entusiasta de las tradiciones
malagueñas, especialmente de la Semana Santa, ha realizado numerosísimos
trabajos con destino a distintas cofradías locales; también aportó meritorias
obras de cartelería conmemorativa o
anunciadora de acontecimientos religiosos, benéficos, navideños, etc.
Desde 1975 en que expuso por primera vez su obra en la Sala del Liceo
de Málaga Peña Malaguista, Celia desarrolló una constante actividad galerística que abarcó el último tercio del siglo
XX: Caja de Ahorros de Ronda, Málaga
(1976); Casa-Palacio de la Merced, Córdoba, y Galería Malacke, Málaga (1977);
Real Maestranza de Caballería, Ronda, y Hotel Reina Cristina, Algeciras
(1979); Palau Meca, Barcelona, y Hotel
Los Monteros, Marbella (1980); Delegación de Cultura, Melilla (1981); Galería Boudère, Antequera (1982); Caja
de Ahorros Provincial, Huelva (1983);
Club El Candado y Galería Miguel Ángel, Málaga (1985); Sociedad Económica de Amigos del País, Málaga (1987);
Galería Pórticus, Málaga (1989); Casas
de Cultura, Benalmádena y Ronda,
respectivamente (1990); Galería 2000,
Córdoba (1991); Galería Nova, Málaga
(1992); Galería Benedito, Málaga (1993,
72 berrocal
1995, 1997, 1998, 1999, 2001); Caja Rural,
Málaga, monográfica de Semana Santa
(2000). Con temas pictóricos participó
en exposiciones de la Obra Sindical
Educación y Descanso (Madrid y Málaga), Bienal del Deporte en las Bellas
Artes (Barcelona), Bienales Nacionales
de la Real Academia de Bellas Artes
de San Telmo (I y III) participando en
la sección de Escultura en la primera
de las mencionadas. Varios fueron los
premios y distinciones conseguidos
por Celia en las actividades docentes y
participativas de la Obra Sindical Educación y Descanso de Málaga: Mención
de Honor (1958), Primer Premio y Diploma de las clases del Aula de Pintura
de la misma organización y Mención de
Honor en la Exposición Provincial de
Arte (1959), así como Premio y Primera
Medalla de la Exposición Provincial de
Arte (1973). Recibió un Primer Premio
de Carteles de Semana Santa de Málaga (1982), una Mención de Honor del
Certamen Ciudad de Melilla y Diploma
de Honor del Liceo de Málaga.
Miguel Ortiz Berrocal, pintor y dibujante, acabó hallando en la escultura
el camino de su creatividad definitiva.
Hijo de médico, parecía estar predestinado por su familia para el ejercicio profesional de la medicina como
su padre, médico titular del pueblo
en el que vino al mundo. Cumplidos
los 17 años de edad, y persuadido de
la dificultad de ingresar como alumno en Arquitectura, asiste a las clases
nocturnas del Círculo de Bellas Artes
de Madrid, y, como libre, a la Escuela
de Artes Gráficas y Academia de Bellas Artes de San Fernando. Según el
propio escultor refiere en su autobiografía, también visitaba con asiduidad
el estudio del pintor Gutiérrez Navas,
con quien trabajaba el dibujo, y a las
clases de modelado de la Escuela de
Artes y Oficios de Madrid (1950), en
la que dirigía la asignatura de modelado el escultor Ángel Ferrant. En dicha
clase se formó en torno al maestro un
grupo creativo integrado por José Luis
Sánchez, Santiago Fernández y María
Fortunata Prieto Barral, entre otros,
en el cual se integra el que más tarde
sería afamado escultor universal. De
aquellos años data su primera ocupa-
berrocal 73
ción asalariada al entrar al servicio del
arquitecto madrileño Casto Fernández
Shaw, para quien ordena y clasifica su
hemeroteca internacional de arte y arquitectura, a través de las cuales descubre los distintos movimientos artísticos
del momento en todo el mundo. Llamado por aquel torrente de información, y con el fin de poder conseguir
su objetivo de ir a Roma, urde un plan
con beca ficticia para conseguir el correspondiente permiso paterno para
“expatriarse” en la Ciudad Eterna, a
la que llega en 1952. En principio, fue
huésped de Mario Ponce de León, administrador de los bienes españoles en
Roma, y del marqués de Lozoya, director de la Academia Española en el Gianicolo. En 1954 regresa a Madrid para
cumplir el servicio militar, vuelve a las
clases de dibujo y reanuda la escultura
con Ferrant. En 1955 viaja a París doblemente becado por el Departamento de Cultura, dependiente de la Delegación Nacional de Educación, y del
Instituto Francés. En la capital francesa se aloja en el Hôtel des Écoles, en el
corazón de Montparnasse, habitación
55, que años antes había ocupado el
pintor Modigliani. En 1956 conoce y
trata a Picasso; poco después, ya instalado en Roma decidido a consagrar sus
esfuerzos a la escultura, se integra en
un equipo de ingenieros y arquitectos
que trabaja en la realización de 150 balaustradas para la Cámara de Comercio de Carrara. Es en la realización de
tal trabajo, cuando Berrocal aborda
por vez primera la escultura desmontable, lo que le obligó a estudiar y conocer las técnicas de fundición. Del
trabajo realizado en Roma destacaron
las obras La Boîte découpée y Sarcophage,
en las que se planteó la multiplicidad y
las posiciones de formas combinables;
Le Grand Torse es otra de las más representativas esculturas de los últimos
años de su segunda estancia en Italia.
En 1960-61 inicia la construcción de su
casa de Crespière, a unos 30 quilómetros de París, y es allí donde realiza dos
esculturas en yeso y madera, “Torso
Her” y “Torso Benamejí”. Las dificultades que encuentra para fundirlas en
París le hacen tornar de nuevo a Italia, y es en Verona (1961) donde acaba
por instalarse definitivamente y donde
inicia (1962) la primera generación de
escultura múltiple con la serie “María
de la O” con 200 ejemplares. En 1963,
siguiendo la misma línea metodológica de desmontabilidad, crea la etapa
Conversation Pièces: Odalisca I, Zoraida
I, La femme prisonnière, Femme dans un
Fauteuil, y Sanson, entre las más sobresalientes. En 1965 Berrocal se propone
rentabilizar al máximo su fundición
de Verona y consigue realizar en ella
obras de Dalí, Miró, Max Ernst, Stadhy, Matta, Peñalba, Étienne Martin,
Ipousteguy, Noguchi, Magritte, César,
Fautrier, De Chirico y otros. Dicho
año, tras recibir el Premio de Escultura de la Bienal de París por su obra
“María de la O”, el Museo de Arte Moderno de Nueva York y también el de
Arte Abstracto de Cuenca, adquieren
ejemplares de dicha escultura. Ya en
Verona definitivamente, en 1966 trabaja una serie de esculturas de pequeño
formato, entre ellas “David”, y “Adamo
Secundus”. Un año más tarde, y a invi-
74 berrocal
tación de la Escuela de Bellas Artes de
Hamburgo, dirige un curso de seis meses como profesor de Materiales. En
1967 abandona la fundición de Verona
y se trasladas a Villa Rizzardi, Negrar,
a unos 10 quilómetros de la anterior.
La obra de tan original maestro malagueño de la escultórica universal de
la segunda mitad del siglo XX, ha sido
numerosas veces premiadas, ensalzada
y reconocida por la crítica europea y
americana. La abundante bibliografía
y por supuesto la extensísima hemerografía tanto europea como americana
acerca de la obra de Berrocal, avalan la
originalidad de su trabajo, los sorprendentes aspectos estéticos de la misma
y el virtuosismo técnico que la caracteriza. Reproducimos, del gigantesco
bosque de opiniones autorizadas, la
que de manera más clara sintetiza la
importancia de la obra de Berrocal,
la del profesor B. H. Zehrfuss, que en
el prefacio del catálogo del libro MiniDavid (París, 26 de febrero de 1969) escribía, entre otras cosas:
Esta fabricación en serie es llevada
hasta la perfección, porque, y está ahí, el
punto esencial no es solamente la forma
terminada la que da grandes satisfacciones
estéticas, sino cada parte de la escultura es
bella plásticamente, siendo ella misma el
resultado de múltiples estudios, traducidos
en dibujos y depuraciones de una precisión
inaudita. Sus trazos geométricos, expresados
en perspectivas axonométricas (cuerpos representados en un plano mediante las
proyecciones obtenidas según un triple
eje) son, en realidad, verdaderos detalles de
ejecución, parecidos a los que se realizan
para construir un edificio. Se podría, pues,
imaginar que este mini-David, aumentado
a la talla de un súper Goliat, podría constituir una construcción asombrosa, de la cual
cada uno de los detalles sería armonioso.
¡Qué lección de arquitectura dada por este
escultor que, por otra parte, ha estudiado y
conoce este arte! ¿Por qué todas las piezas
de un edificio no podrían ser bellas y, cada
una, perfeccionada en su forma? Nuestra
vida con ello cambiaría, cuanto más que las
técnicas actuales, como lo ha comprendido
Berrocal, nos permiten todas las invenciones
y que los materiales nuevos nos ofrecen todas
las posibilidades.
La primera exposición de carácter
individual (dibujos de paisajes y personajes de Andalucía y Madrid, bajo la firma Ortiz, tuvo lugar en Galería Xagra
de Madrid (1950), a la que siguió en 1955
la de pinturas y dibujos organizada por
el historiador Vicente Cacho Viu en el
Ateneo madrileño. Continúa firmando
sus obras con el primer apellido. Ya en
1957 en la exposición de pintura, dibujo, gouaches y mosaicos en la romana
Galería La Feluca, firma sus obras con
los dos apellidos. A partir de 1960, ya
como escultor, firma como Berrocal las
obras y series que salen de su fundición.
La primera individual de esculturas tiene lugar el mencionado año en Galería Apollinaire de Milán. La inmediata cronología fue la siguiente: Galería
Priegel, París, presentada por Annette
Michelson (1962); Sala Aujourd’hui del
Palais des Beaux-Arts, Bruselas (1964);
Galería Albert Loeb, Nueva York, y Galería Kriegel, París (1965); Galería Thomas de Múnich y Galeria Ziegler de
Zúrich (1966); Exposición antológica en
Eindhoven, Hamburgo y Lucerna; ex-
berrocal 75
posición en Galería Il Naviglio, Milán, y
en Galería Gimpel, Londres (1967); Palais des Beaux-Arts, Bruselas; Badischer
Kunstverein, Karlsruhe; Galería Appel
und Fertsch, Frankfurt, y Galería Kruger, Ginebra (1968); Galería Iolas-Velasco, Madrid; La Hune, París; Galería
Schwartz, Milán, y en la Kestner Gesellschaft, Hannover (1969); Museo de
Bellas Artes de la Chaux-de-Fonds, Suiza; Ulmer Museum, Alemania, y Centro
Internazionale de Ricerche Estetiche,
Turín (1970); Palazzo dei Diamanti, Ferrara, y Galería Il Nuovo Carpine, Roma
(1971); Exposición Antológica en el Palazzo delle Prigioni Vecchie, Venecia, con
ocasión de su Bienal; nueva Antológica
en el Espace Cardin, París, y presentación, en la Feria Internacional de Arte
de Basilea, de las mini esculturas de
oro (1972); Museo Carrillo Gil, Ciudad
de México (1979); segunda exposición
en Caracas y en Le prigioni Vecchie de
Venecia (1980); exposición y estancia
en Nueva York, que es visitada por S.
M. el Rey Juan Carlos I (1981); viaje y
primera exposición en Kuwait (1982);
Galería Isy Brachot, Bruselas y Brujas,
con la presentación de la serie Desperta,
ferro y también 10 Almogávares, seguida
de Antológica Berrocal (1955-1984), octubre-diciembre de 1984 en el Palacio de
Velázquez, Parque del Retiro de Madrid. Desde la citada exposición en la
capital de España, donde su obra se difunde definitivamente entre sus connacionales, el artista celebra numerosas
exposiciones individuales hasta el final
del siglo XX. Entre las más significativas figuran su participación en la XIV
Biennale del Bronzetto (Padua, 1986);
Toros y toreros en la escultura española
(Madrid, 1987); International Sculptures
Museum (Seúl, 1988); Espagne-Art Abstrait 1950-1965 (París, 1989); Galería Saira, (Vigo, 1990); Qui arte contemporanea
(Roma, 1991); Exposición Universal de
la Isla de la Cartuja (Sevilla, 1992); Museo de Arte Moderno de Bolzano (Italia, 1993); Exposición conmemorativa
del CCL Aniversario del Nacimiento
de Goya (Sevilla, 1996); Culturale Tudesco (Turín, Nápoles, Roma, Palermo,
Padua y Milán, 1997); ArtBasel’98 (Basilea, 1998); II Exposizione Internazionale di
Scultura e Installazioni (Venecia, 1999);
Galerías Krashman y Arcade (Holanda
y Bélgica, respectivamente, 2000).
De sus exposiciones colectivas cabe
destacar Arte Joven, celebrada en el antiguo Casino de San Sebastián, junto a
Antonio López, Canogar, Ferreras, José
L. Sánchez y Lucio Muñoz (1955); New
acquisitions, así como Tres escultores; Berrocal, Ipousteguy y Müller, ambas presentadas por la Albert Loeb Gallery, Nueva
York (1962), y XXXII Bienal de Venecia
(pabellón español, 1964).
De entre sus muchos galardones,
premios y distinciones Berrocal recibió
a lo largo de su carrera, entre otros,
los siguientes: Gana el concurso convocado por la Naviera Ibarra para decorar barcos de su flota, adquiriendo,
además, varios cuadros para sus paquebotes “Cabo San Vicente” y “Cabo San
Roque” (1955); Premio de Escultura de
la Bienal de París por la obra “María
de la O” (1965); Medalla de Oro de la
Bienal del Bronzetto, Padua (1967); es
nombrado Caballero de la Orden de
las Artes y las Letras de Francia (1968);
76 bertuchi
Medalla de Oro de la Repúbica Italiana, en la Bienal del Metal, Gubbio
(1969); Corona de Oro del Centro Internazionale de Ricerche Estetiche,
Turín (1970); Premio Dag Hammarskjoeld y Caballero de la Academia Diplomática de la Paz, concedidos por la
Association Internationale de la Presse
Diplomatique (1971); Gran Premio de
Honor de la XXII Bienal de Sao Paulo
(1973); es nombrado Presidente de la
Asociación para la Creación del Museo
Europeo del Múltiple, con sede en la
Universidad de Lovain-la-Neuve, Bélgica (1981); el Ayuntamiento de Archidona acuerda dar el nombre de Escultor
Berrocal a una calle que desemboca en
el Llano de Pablo Picasso por las connotaciones universales y afectivas habidas entre ambos.
Cuando se redactaban estas líneas
se había creado en el pueblo natal del
escultor la Asociación de Amigos de Berrocal, impulsora del museo que debía
llevar el nombre del artista en Villanueva de Algaidas, más al romperse las relaciones entre el autor y la Diputación
Provincial, tal proyecto quedó aplazado sine díe.
Mariano Bertuchi Nieto llega a Málaga siendo muy niño; a los 8 años de
edad, su precocidad y disposición para
la pintura quedaría patente al recibir
un diploma al mérito artístico de la
Academia Provincial de Bellas Artes; a
los 12 se le concede el título de Socio
de Honor del Liceo Artístico y Literario (la entidad cultural malagueña más
importante del siglo XIX) y ya mozo, en
Madrid, inicia su verdadera formación
artística en San Fernando, donde se
reencuentra con Antonio Muñoz Degraín que desde el curso 1896 imparte
clases en el centro al ocupar la plaza
dejada a su muerte por Carlos de Haes,
como él vinculado a las bellas artes
malagueñas. De Bertuchi cabe asegurar que si evidente y notable fue en su
obra la influencia de la luz de su Granada natal y la de Málaga, como segunda ciudad de niñez y juventud, mucho
más dependiente todavía resultó en sus
cuadros marroquíes la fuerza restallante y cegadora del sol africano a partir
de los primeros años del siglo XX, con
ocasión de su primer viaje al Norte de
África. En 1928, recién cumplidos los
44 años de edad, fue designado inspector-jefe de los Servicios de Bellas Artes y
Artesanía del Protectorado Español de
blanca mora 77
Marruecos, y fija su residencia en Tetuán. En esta ciudad ejerció largamente la pintura y la docencia artística; fue
fundador y primer director del Museo
Etnográfico Marroquí, de la Escuela de
Bellas Artes de Tetuán, la de alfombras
de Xauen y la de oficios tradicionales
de Tetuán y Targsut.
En 1922, Francisco Blanca Mora recién cumplidos los 15 años de edad, ingresó en la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos de Málaga. Fue su
maestro en dicho centro José Nogales
Sevilla, quien le aconsejó se dedicara
al paisaje por la facilidad y soltura que
el joven Blanca mostraba en cuantos
trabajos al óleo realizó ya en su etapa
de aprendizaje. De escasa obra de caballete, practicó la pintura del directo
mediante el estudio y observación del
natural, logrando excelentes obras,
paisajes y marinas fundamentalmente.
Muchas de las cuales estaban realizadas en pequeño formato, pues una de
las singularidades de dicho artista era
su envidiable capacidad de síntesis en
la composición. Cuando abandonó las
aulas académicas, y forzado por su si-
tuación familiar y el defecto físico que
padecía en una de sus piernas, ofició
de relojero en el establecimiento del
comerciante Entrambasaguas, situado
en calle Larios. Blanca Mora perteneció al Grupo ALA hasta su disolución
en 1936. Vivió en la calle Rojas Clemente, una de las transversales de la
Alameda de Barceló, desde donde los
fines de semana y jornadas festivas que
le dejaban libre de ocupaciones relojeras, se dirigía al campo para pintar,
habitualmente acompañado de su
amigo, colaborador y único discípulo
Ramón Ruiz Sánchez. Sus obras, siempre reflejo del natural pero de muy
personales tratamientos cromáticos,
resultaban bellas y originales tanto por
la valentía con la que administraba su
paleta como por la espontaneidad de
la que germinaban. Fueron pocas las
exposiciones individuales que Blanca
Mora alcanzó a celebrar, dada su temprana muerte a causa de un irreversible proceso cancerígeno en la boca.
Expuso por vez primera en la ciudad
de Córdoba (1940) y, poco más tarde,
en Madrid –probablemente en 1945–;
siguieron a continuación otras individuales celebradas en los Salones de
la Sociedad Económica de Amigos del
País, Málaga (1949, 1951, 1953 y 1955).
La última de las mencionadas entre el
1 y 11 12 de diciembre, fue el colofón a
una carrera artística que prometía logros importantes.
Sobre dicha exposición escribió
José Sanz Moliner, director del diario
La Tarde de Málaga, un largo artículo,
del que seleccionamos algunos de sus
más significativos párrafos: ...Con rotun-
78 blanca mora
didad en el acento personal, con decisión
y con ese avance que todos esperábamos de
él, avance logrado en una serena actitud de
estudio, de trabajo, de afición; que le han
abierto puertas de madurez y posibilidades
en lo técnico y en lo espiritual y mental para
una obra de más talla, de mayor entidad,
como la que apunta en algunos de los cuadros ahora expuestos.
Agregaba Sanz Moliner, respecto al
nuevo distinto pintor que asomaba al
panorama de los creativos malagueños
de la época, lo siguiente: ...En la pintura
de Blanca Mora los óleos se expresan en un
suave impresionismo más formal que fundamental, es decir, más de simple oficio que de
intención estilística, pues en cuanto a ésta,
lo que Blanca Mora se propone es la sinceridad en el color, en la luz, en el dibujo, por
encima de los medios de expresión, o por lo
menos al margen de la técnica fría y preconcebida. Para Blanca Mora el estilo es simplemente una reacción de su espíritu ante la
naturaleza que él ve cuajada de cosas bellas,
capaces y dignas de ser expresadas plásticamente en una ambiciosa conjunción cromática y luminosa.
Blanca Mora mantuvo, a lo largo
de sus 16 años de actividad artística, frecuente concurrencia a los certámenes
convocados por Educación y Descanso.
De aquella presencia en sus exposiciones colectivas, fue Primera Medalla en
la provincial malagueña de 1942; Medalla de Plata y viaje por Italia en la Nacional de Madrid de 1943; obtuvo, además,
tres Segundas Medallas en distintas provinciales de Córdoba; Medalla de Bronce en una nueva provincial malagueña;
y así mismo, cinco Segundos Premios
en otras tantas provinciales de la misma
obra y dos Premios de Material Artístico
en dos exposiciones de carácter nacional. También logró una Segunda Medalla en la Exposición Regional de 1952.
Otros premios y trofeos conseguidos en
diferentes convocatorias fueron: Mención de Honor en la exposición de carácter provincial La Pintura Malagueña
desde los tiempos del Maestro Ferrándiz organizada por el Ayuntamiento de Málaga y
la Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo en el Centro de Estudios Andaluces, durante mes de febrero de 1946,
y Segundo Premio en la Exposición Paisajistas Malagueños de 1950. A los doce
meses de su repentino fallecimiento
cumplidos los 51 años de edad, y patrocinada por la Sociedad Económica de
Amigos del País y un grupo de admiradores del artista, se organizó una exposición de sus últimas obras que resultó
memorable. En la misma se mostraron
36 óleos y 15 apuntes, verdadera panorámica del buen hacer del temperamental traductor de la naturaleza malagueña. El crítico de arte de Sur Leovigildo
Caballero escribió en el catálogo unas
palabras llenas de afecto, pero también
de sinceridad: Blanca Mora buscaba la
libertad del mar, de los valles, los montes y
serranías para lanzar su canto en honor de
Málaga. Tanto había llegado a intimar con
la belleza que la envuelve, que se había hecho
el cantor del aire y del sol. Al aire libre, dejaba
abierto el paso a su bravura, a su entusiasmo y a su colorido, para darnos, unas veces,
esas marinas brillantísimas y únicas que son
obras auténticas y creación inédita; otras, las
bravas crestas de los montes, la dulce canción
de los collados y cañadas, captados con auténtica libertad y entusiasmo.
blanca sánchez 79
El grupo Nueve Pintores (entonces
integrado por Ángel Giró, De la Fuente
Grima, Guevara Castro, Pérez Ramos,
Pineda Barroso, Rodrigo Vivar, Rojano,
Rojas Oña, y Torres Narváez) dedicó
una exposición colectiva A la memoria
del pintor malagueño Francisco Blanca
Mora, según constaba en el catálogo
editado para la Galería Nova (1993).
Desde los diez años en Málaga,
Antonio Blanca Sánchez comienza su
formación artística en una popular
academia dirigida por un desconocido
pintor valenciano, Ferrándis que orientó durante años a las incipientes figuras artísticas de la Málaga de los años 60
del siglo XX. Formó parte del pequeño
grupo de la nueva figuración realista
de Málaga a partir del decenio de 1980,
y sus trabajos se distinguieron desde su
mismo inicio por sus maneras pulcras y
detallistas. En la revista parisina Art et
Valeurs uno de sus críticos Adrián Darmont escribió: Antonio Blanca Sánchez
da muestras de un talento pasmoso como
pintor realista. Es un apasionado de los detalles y la perfección; en sus obras se encuentra representada la maestría de los grandes
pintores del siglo XVII. El lienzo está tratado
de tal manera que nos da sensación de verdad. El claroscuro ya no tiene secretos para
este pintor que se ríe de las dificultades con
una facilidad increíble. En la sección Crítica de Arte del diario Sur (1.XI.1994) se
aseguraba: En este autor se dan dos hechos
significativos, dos proclividades dominantes
y claras: de un lado, el deseo de transmitir
acentos y vibraciones de la realidad desde el
silencio calmoso en que asienta la obra –y
hablamos de la raíz misma donde germina y
proyecta–; y de otro, la indudable melancolía que la entorna gracias al tratamiento de
sus fondos.
Artista cuya producción abarcó los
dos últimos decenios del siglo XX y se
prolonga hasta la siguiente centuria, se
dio a conocer en una muestra celebrada en el Club Social El Candado (Málaga, 1981) y continuó con la siguiente
frecuencia prácticamente anual: Galería de Arte Miramar (Málaga, 1982);
Galería de Arte Miguel Ángel (Málaga,
1983); Galería Malacke (Málaga, 1984);
Sociedad Económica de Amigos del
País (Málaga, 1985); Sala de la Caja de
Ahorros de Ronda (Marbella, 1986);
Galería de Arte Velázquez (Valladolid,
1987); Galería de Arte Benedito (Málaga,1988); Sala Joan Miró del Palacio de
Exposiciones y Congresos y Galería de
Arte Benedito(Madrid y Málaga, 1990);
Palacio de Exposiciones y Congresos
(Madrid, 1991); Galería de Arte Benedito (Málaga, 1992 y 1994); Granero,
Galerie d’Art (Bruselas, 1995); Galería
de Arte Benedito (Málaga, 1996); Granero, Galerie d’Art (Bruselas, 1997); Stand
de Granero Art Gallery en la Art Expo
(Barcelona, 1998); Casa-Fuerte de Bez-
80 blanco coris
miliana en Rincón de la Victoria (Málaga, 1998) y Commenoz Gallery de Miami (Florida, EE. UU., 2000).
Pintor que concurrió a numerosas
exposiciones colectivas, también fue seleccionado para tomar parte en diversos eventos artísticos dentro o fuera de
España; asimismo, en la primera convocatoria del Certamen de Arte Joven
Malagueño de El Corte Inglés (1980),
recibió un Accésit en la modalidad de
pintura.
José Blanco Coris alumno de Ferrándiz, y compañero en el aula de Moreno Carbonero, Talavera y Grarite, entre otros, asistió a la Escuela de Bellas
Artes durante cinco cursos (1877-1882),
es decir, desde los 15 a los 20 años de
edad con gran aprovechamiento; tanto,
que el último de los años mencionados
obtuvo una beca de la Excma. Diputación Provincial de Málaga para estudiar
en Roma. Durante su estancia en Italia
se entregó al paisaje como tema preferente, realizando algunos trabajos meritorios de Venecia y Nápoles. Concluido su pensionado en la capital italiana,
la Diputación malagueña le encargó se
desplazara a Madrid para realizar un
retrato del Rey Alfonso XIII y de la Reina María Cristina, obra que presidiría
el Salón de Sesiones de la corporación
provincial. Participó por vez primera
en la Exposición Nacional de 1881 y
continuó en las de 1884 y 1887, presentando en la última de las mencionadas
un tema bien malagueño como fue una
escena de pescadores (enorme lienzo
de 9 metros por 4),realizado en figuración tipológica de modelo natural, que
por sus dimensiones, no pudo ocupar
el deseable lugar en la Diputación, sino
en el Hospital Civil Provincial San Juan
de Dios, dependiente de dicha corporación, que tras los lamentables acontecimientos de 1936, se sospecha fue
troceado y sacado del recinto hospitalario. También concurrió a la nacional
de 1901 y a los Salones de Otoño de
1922,24 y 26.
De la Escuela de Bellas Artes de
Málaga (1891) fue nombrado ayudante numerario de la clase de Dibujo y
Figura, pasando más tarde a Madrid
como docente en la Escuela de Artes y
Oficios. En el Museo de Málaga existen
dos muestras de su obra, un paisaje de
Montserrat y un vendedor de lotería,
obsequio de su hijo Santiago Blanco,
que fue hasta su jubilación profesor del
popular Instituto de Gaona.
bola barrionuevo 81
Manuel Blasco Alarcón, nacido en
el seno de una familia notable de la
Málaga del siglo XIX, primo segundo
de Picasso, experto en cuestiones de
arte y restauración artística, sin formación plástica alguna, lo notable de su
personalidad es al cincuenta por ciento de origen literario como pictórico.
Perteneció a la más genuina bohemia
malagueña a partir del primer tercio
del siglo XX y dirigió la revista El Pregón
y el periódico Amanecer fundados por
su hermano José, fallecido en Cuba. Su
experiencia vivencial de niñez y juventud, y en muchos casos, los recuerdos
maduros por el hecho haber pertenecido a una familia de relaciones y actividad socialmente destacada, fueron
los asuntos preferentes del tipo de pintura que comenzó a realizar cuando ya
había cumplido sesenta años de edad.
Escenas plenas de melancólicas remembranzas –casi siempre evocadas desde
un profundo sentido de la ironía–, fue
el suyo un estilo pictórico naíf con reminiscencias expresionistas. Ciegos cantando sus viejos romances, antañonas
reuniones familiares encuadradas en
barrocos atrezzos sólo recuperados por
una prodigiosa memoria, escenografía
callejera con tipos populares a los que
alcanzó conocer, fiestas del pueblo en
el monte o en la playa, procesiones,
rogativas, boticas y reboticas, tertulias,
etc., fue la sostenida temática de unos
cuadros que los amantes del género se
disputaban. Editó diferentes libros ilustrados y comentados por él (Picasso insólito, Picasso para los niños, La Málaga de
Picasso, Recuerdos de Málaga y sus pueblos,
La Málaga de comienzos de siglo, etc.).
Ya muy avanzada y difundida su
producción pictórica, inició en 1979 su
aventura literaria con las novelas Don
Diego Altamirano, que firmó sin utilizar
seudónimo, y al año siguiente, bajo el
mote de Leuman Cobla, Cristal de Venecia y La araña de bronce.
Del grupo Bellavista, que reunió
a cuatro pintores y dieciséis poetas en
el catálogo de una comentada exposición en Alfredo Viñas en 1993, quizá
sea José Luis Barrionuevo Bolín –pese
a las distancias que guardó entre una y
otra de sus exposiciones individuales–
una de las más representativas figuras
de la creación pictórica del grupo. En
la indicada ocasión presentó un paisa-
82 bonilla
je nocturno de la ciudad –su obsesión
pictórica de entonces–, además de un
inquietante autorretrato que sorprendió por su desgarro y desnudez. Bola
había realizado estudios de Arquitectura y se tituló en Jardinería y Paisajismo.
Su dedicación autodidacta a la pintura
arranca del año 1982, aunque su primera comparecencia galerística fue
un año más tarde en el Ateneo malagueño. Además de la ya citada, otra de
sus más comentadas exposiciones fue
la que celebró en la Sala de Arte de la
Universidad de Málaga, entonces en la
plaza de la Merced, en la que presentó
variaciones sobre un mismo tema, Málaga, observada por el autor desde su
estudio: “Málaga sin coche, un paraíso”; “Lluvia de mayo”; “Al anochecer”;
“Por la noche con luna”, y “Lloviendo
por la noche”, eran los títulos de otras
tantas visiones de su ciudad natal avistada con sensibilidad y discreta paleta.
En la sección de Arte de Sur del 28 de
junio del expresado año, se pudo leer:
José Luis Bola Barrionuevo es pintor que ha
sabido solazarse –con gusto, fricción y delicadeza– en el desarrollo de un único tema
visto de diferente manera, experimentado
mediante tensiones como quien modula la
voz al contar, siquiera de pasada, lo que le
ha sugerido un mismo paisaje.
De sus exposiciones individuales,
además de las precedentemente citadas, se recuerdan las celebradas en la
Casa de Cultura de Fuengirola y Colegio de Arquitectos de Málaga, ambas
en 1985; las de Galería Mara Estrada de
Madrid en 1989; Pedro Pizarro en 1990,
y Seiquer, además de Fausto Velázquez,
en 1991. Su participación en eventos
colectivos fue numerosa en Málaga,
Madrid y otras capitales españolas. En
1990 obtuvo el Primer Premio en Pintura del XI Certamen Arte Joven Malagueño de El Corte Inglés por su obra
“La vista de la ventana de mi estudio al
atardecer”.
Carmen Bonilla Garzón es artista
autodidacta que se ha ido abriendo
nuevos caminos en su labor creativa
durante los años que ha dedicado a
la pintura. En su producción artística
destacan bodegones, retratos, paisajes campestres, focalizaciones típicas
urbanas y flores. Desde el inicio de su
carrera en 1975, año en que comenzó
a darse a conocer al participar en numerosas exposiciones colectivas, hasta
la última de ellas de carácter individual
que mostró en 2003, su obra suscitó
elogios de la crítica local a través de los
medios de comuni-cación. José Mayorga, desde Sur destacó sus iniciales perfiles: Es notorio el acierto que preside su actividad creativa, logros que sabe transmitir
a su obra, con lo que de-muestra su talento
y su temperamento artísticos. Más adelante, sería Segovia Lobillo quien, a través
bonilla 83
de R.N.E., diría: La obra de esta pintora
ya puede acceder al catálogo nominal de la
pintura malagueña. Conozco sus primeras
cosas, he visto las últimas y sé de su fe y su
emoción en lo que hace y por lo que hace.
Su actividad galerística individual
fue: Liceo-Peña Malaguista de Málaga y
Caja de Ahorros de Antequera también
en Málaga (1980); Casa del Consulado
(1981, 1986, 1989); Unicaja de Málaga
(1992); Cajasur de Málaga (1993); Cajamar (2001) y Turismo Andaluz en Málaga (2003).
Pintor, dibujante, grabador, muralista y en ocasiones escultor, José Jesús
Bonilla Peña obtuvo en 1977 la Beca
Picasso del Ayuntamiento de Málaga.
Fue cofundador de la Fundación Arte y
Cultura en su pueblo natal, estudiante
de grabado con Stefan y García de Lomas en Málaga y Granada, respectivamente, y fundador del taller de grabado 7/10. Ordenado oblato benedictino
en la abadía de la Santa Cruz del Valle
de los Caídos, para cuya Sala Capitular
realizó varios cuadros, llevó a cabo una
abundante producción como ilustrador de libros y publicaciones, además
de notable obra de cartelería sobre
acontecimientos culturales, religiosos
y populares. Bonilla abandonó a los 12
años su vida estudiantil para dedicarse
a la pintura, y sus primeras obras las
dio a conocer en una exposición que,
junto a su compañero de aprendizaje
Antonio Valdés, celebró en Vélez-Málaga cuando recién había cumplido los
17 años de edad. Estudiante de cerámica en la Escuela de Artes Aplicadas y
Oficios Artísticos de Málaga (1971), recibe posteriormente en Madrid formación de pintura y dibujo de Francisco
Hernández, con quien colabora en la
realización del mural de la iglesia de
la Asunción de la localidad de Competa. Tras viajar por Italia y Francia, su
obra, que rompe esquemas anteriores,
le hace escribir al dramaturgo Miguel
Romero Esteo: En cada una de estas pinturas me ofreces un espacio sacro y noble,
grave y austero, y luego vas y me lo rompes
pérfidamente con algún sutil toque o retoque
de oculta canalización compositiva o cromática, le digo. Pareces interesado en lo que
hay al otro lado de la belleza. O peor aún,
pareces interesado en lo que hay al otro lado
de la densidad. Rafael Puertas, director
entonces del Museo de Bellas Artes de
Málaga, vaticinó en 1976, en el catálogo
de la exposición de Bonilla en la veleña
sala de Arte y Cultura: Permitidme, tan
sólo por unos momentos, ejercer de profeta.
Puedo darme este lujo por no ser veleño,
aunque ni sepa ni quiera desprenderme de
tantos paisajes interiores de esa zona que ya
son míos. Dejadme pues que os presente a
un pintor que lleva camino de ser artista.
No tengo miedo a esta arriesgada misión, no
tengo miedo al precipicio, pues en el caso de
84 bono
José Bonilla acierto anticipadamente. José
Bonilla tiene ya un buen conocimiento del
dibujo, dentro de un amplio campo que va
del surrealismo a la abstracción. En los óleos
se advierte una creación lenta y silenciosa,
estudiada y sensible, profundamente interior. También, un gran amor por la materia
pictórica.
Sus exposiciones individuales fueron: Caja de Ahorros de Ronda, Málaga
(1972); Colegio de Doctores y Licenciados, Málaga, y Sala de Arte y Cultura,
Vélez-Málaga (1976) y Sala de la Excma.
Diputación Provincial, Málaga (1978).
De su obra gráfica quedan distintos
ejemplos singulares: las carpetas tituladas De tu pueblo (1978), Matiz (1980),
Diez poemas terrales, libro de Rafael Guillén, y Hojas de limón para Anna María,
de Arte y Cultura (1977).
En sus iníciales actividades como
pintor y escultor, Bonilla consigue un
Segundo Premio Provincial de Educación y Descanso (1970).
Luis Bono y Hernández de Santaolalla, autor de cuadros de gran
formato, de los que descuella el “San
Telmo” que pintó para la Real Academia de Bellas Artes de Málaga, dotado
de increíble habilidad para la pintura
miniaturista, excelente dibujante que
prácticamente dedicó su existencia a
la técnica cartelística, fue también un
destacado artífice en la realización de
murales. Luis Bono recibió clases de
los maestros Nogales Sevilla, y Álvarez
Dumont en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Málaga, en la que con
los años ejercería docencia, y completó
sus estudios en la Escuela Superior de
Bellas Artes de Madrid con el maestro
Eduardo Chicharro y el malagueño
Fernando Labrada. Cofundador y más
tarde tesorero y vicepresidente del grupo ALA, su actividad artística fue incesante desde 1926, tras obtener a los 19
años de edad el Tercer Premio de la
Exposición de Pintura organizada por
el Ayuntamiento de Málaga por su cuadro “Contraluz”, del que la crítica local
hizo elogiosos comentarios. El decenio
de 1930, en cuanto a premios y también
a obras, es el mejor exponente de su
ininterrumpida labor, al conseguir en
bono 85
el mes de septiembre de 1931 el Primer
Premio del Concurso organizado por
ALA para anunciar su II Salón de Agosto; en noviembre del mismo año, fue
Primer Premio en la sección de Arte
Decorativo por “Rito” de la misma joven entidad.
Otros galardones de la fructífera
década fueron: abril de 1933 (Córdoba), Primero en el Concurso Nacional
de Carteles convocado por el Ayuntamiento para anunciar su feria; julio
de 1933 (Málaga), Primer Premio del
Concurso convocado por ALA para
anunciar su IV Salón de Agosto. Desde
el mes de marzo de 1934 a septiembre
del mismo año se le otorgan los siguientes galardones: marzo (Córdoba), Segundo Premio del Concurso Nacional
convocado por el Ayuntamiento para
seleccionar el cartel de su feria; abril
(Burgos), Primer Premio del Concurso de Carteles convocado por su Ayuntamiento para anunciar los juegos florales; junio (Málaga), Primer Premio
del Concurso Nacional de Carteles la
feria de agosto; julio (Albacete), Segundo Premio de carácter nacional en
el Concurso del Ayuntamiento para
elegir el cartel de su feria; septiembre
(Córdoba), Mención de Honor en la
exposición de Bellas Artes del Ayuntamiento; septiembre (Málaga), Primer
Premio del V Salón de ALA, Sección
de Artes Decorativas; septiembre (Albacete), Primer Premio del III Salón
Oficial de Pintura, Escultura y Artes
Decorativas, por varios dibujos presentados al certamen.
Tampoco le fueron a Luis Bono
esquivos los meses de junio, julio, sep-
tiembre y diciembre de 1935 al conseguir tres Primeros Premios, que los obtuvo en Málaga (2) y Albacete, y un Tercer Premio en Granada. Dichos trofeos
le fueron otorgado al participar, por el
orden mencionado, en los Concursos
Nacionales del Ayuntamiento de Málaga para anunciar la feria, el de carteles
de ALA para su VI Salón de Agosto, el
del IV Salón Oficial de Pintura, Escultura y Arte Decorativo y el del Concurso Nacional de Carteles de la Caja de
Ahorros de Previsión Social de Andalucía Oriental.
En los meses de enero y marzo de
1936 obtiene Medalla de Oro en el VI
Salón de la ALA, Sección de Arte Decorativa, y en Burgos, el Segundo Premio
del Certamen Nacional convocado por
el Ayuntamiento para elegir el cartel
de su feria. El mes de marzo de 1937,
en Málaga, consigue el Primer Premio
del Concurso de Dibujos organizado
por el diario Sur para elegir la cabecera
del periódico, y en ese mismo mes, en
Granada, el Segundo de carteles para
anunciar el diario Patria. Un tercer
galardón consigue en Salamanca tres
meses después, al recibir el Segundo
Premio de carteles convocado por la
Delegación Nacional de Prensa y Propaganda.
Siguiendo paso a paso la cronología de los premios y trofeos de su
producción cartelística, en el mes de
agosto de 1939 se adjudica el Segundo
Premio del Concurso Nacional convocado por el diario Levante de Valencia.
Dos nuevas distinciones logra en 1940:
en febrero, un Accésit al participar en
el certamen de carácter nacional con-
86 bono
vocado por el Ayuntamiento de Jerez
para anunciar su feria, y en agosto siguiente, el Primer Premio del Concurso Nacional de Carteles organizado por
la Agrupación de Cofradías de Málaga.
(Este cartel, “Tenebrario”, es como el
titulado “Parábola” de tema religioso y
a juicio de críticos, dos de sus más logradas realizaciones.)
Otros premios y trofeos, recibidos
al participar en otros muchos certámenes, fueron los siguientes: Málaga,
junio de 1941: Primer Premio del Concurso Nacional de Carteles del Ayuntamiento para anunciar la feria de agosto; Málaga, mayo de 1944: Primero y
Tercer Premios, respectivamente, del
Concurso Nacional de Carteles de la
CNS; abril de 1946: Mención de Honor
en el concurso organizado por el Ayuntamiento de Córdoba; mayo de 1948:
Primer Premio del Concurso Nacional
de Carteles del Ayuntamiento de Málaga para elegir el que habría de anunciar su feria de agosto.
Los siguientes cuatro premios los
obtiene también en Málaga, al participar en otros tantos certámenes de pintura cartelista. Fueron los siguientes:
1955 (noviembre), Segundo Premio
del concurso organizado por el Ayuntamiento para anunciar las Fiestas Deportivas de Invierno; 1955 (diciembre),
Accésit del convocado por la Excma.
Diputación para anunciar el Patronato
de Apuestas Deportivo-Benéficas; 1956
(enero), Primer Premio del Concurso-exposición Estampas Navideñas de
la Caja de Ahorros Provincial y 1956
(agosto), Primer Premio de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa.
En los certámenes de Pontevedra
(1956), Madrid, Málaga y Orihuela (1957)
y Burgos (1958) consigue, por el orden
citado, Tercer Premio de Carteles de
la Caja de Ahorros de dicha provincia,
Segunda Medalla del XXVIII Salón de
Otoño por seis miniaturas sobre marfil,
un Segundo Premio por el cartel anunciador de la feria de agosto; asimismo, el
Primer Premio de la Junta de Cofradías
de la Semana Santa oriolana y el Segundo Premio del ayuntamiento burgalés
por el cartel para anunciar su feria.
Cuando en el XXVIII Salón de Otoño de Madrid se otorgan los premios, la
decisión del jurado fue acremente censurada por el crítico Mariano Tomás, al
escribir en el desaparecido diario Madrid: En la sección de Arte Decorativo hemos
de mencionar a Aurelio de Lombera y Luis
Bono, que trajeron sendas vitrinas con miniaturas, y por las cuales consiguieron, respectivamente, Primera y Segunda Medallas
y las hemos de mencionar con el disgusto de
que no sea éste el orden justo de los premios,
pues Luis Bono presenta seis miniaturas
maravillosas; así, maravillosas, pues no nos
arrepentimos del adjetivo, una de las cuales,
la que está colocada en el ángulo superior
izquierdo de la vitrina, es de lo mejor que hemos visto en este género de arte. Luis Bono es
uno de los más notables miniaturistas españoles, y lo confirma ahora. Esa miniatura a
que aludimos no pudo superarla en España
ninguno de los maestros de la época clásica,
y se ha de poner al lado de las mejores de
Tomasich, de las de Cruz y Ríos, de las de
Meneses, de las de Udías González.
Las últimas distinciones que Luis
Bono obtiene por méritos de su obra
fueron también en Málaga: 1967, Me-
bornoy 87
dalla de Oro de la Academia de Bellas
Artes de San Telmo, en el III Salón de
Invierno; 1974, Primer Premio del Concurso de Cuadros de Pequeño Formato, organizado por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga; el mismo año, mediante
convocatoria de idéntica entidad, Tercer Premio de Bocetos Murales.
Sus últimas exposiciones individuales fueron en las Galerías Malacke
(1980) y Benedito (1992).
La obra mural del artista está representada, entre otros lugares, en el Edificio Taillefer (1952); iglesia parroquial de
San José, barriada de Carranque (1958);
mural de la antigua oficina central de
la Caja de Ahorros Provincial de Málaga
(1960); frescos y cartelas de las fachadas
de la plaza de San Francisco (1962); mural de la oficina de la Caja de Ahorros
Provincial de Málaga en la calle Duque
de Rivas (1967) y murales para la planta
de Presidencia del edificio de la Excma.
Diputación Provincial.
Otras muestras de su obra se encuentran (diez cuadros de gran formato) en la iglesia de San Álvaro, en
la Urbanización Puertosol (1984); en la
capilla de la Hermandad del Santo Sepulcro, iglesia parroquial de los Santos
Mártires (1985) y en el altar mayor de la
iglesia de la Santísima Trinidad (1991).
Bono se graduó en Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos en la especialidad de
Arte Publicitario y Cartelismo; profesor,
por oposición, de dicha escuela en Málaga desde 1951; miembro de número
de la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo desde 1950; correspondiente
de las Reales Academias de Bellas Artes
de San Fernando (Madrid) y Santa Isa-
bel de Hungría (Sevilla) desde febrero
de 1967; miembro de la Royal Society of
Miniature Painters, de Londres; Cruz
de Honor de Comendador de la Académie Européenne des Arts, de París, y
Vicepresidente de la Real Academia de
Bellas Artes de San Telmo.
Pepe Bornoy, seudónimo de José
Manuel Cuenca Mendoza, nieto e hijo
de pescadores de la marinera barriada
de El Palo, es en la historia de la pintura malagueña el único profesional que
moteó su apellido artístico con el nombre de un arte de la tradición pesquera
malagueña, como homenaje al barrio
en el que vino al mundo, donde creció
y se hizo hombre y artista. Autodidacto
en todas las disciplinas creativas en las
que se distinguió desde muy joven (teatro, fotografía, edición, diseño gráfico,
periodismo, música, poesía)…, evolucionó con mayor dedicación hacia la
pintura, en cuyo oficio llevaba al iniciarse la redacción de este Diccionario,
cuarenta y cuatro años.
Bornoy es considerado como uno
de los pintores malagueños cuya dilatada obra estuvo siempre en permanen-
88 bornoy
te evolución. En sus primeros trabajos
(1965) la crítica quiso ver lejanas reminiscencias con la obra de Jackson Pollock, pero si bien el artista norteamericano había experimentado la técnica
automática del dripping para grandes
formatos extendidos sobre el suelo de
su taller, Bornoy conseguía parecidos
efectos de manera manual en obras
de mediano tamaño. Esta primera etapa quedaría conclusa un año más tarde, al presentar en 1966 en la Sala de
Información y Turismo y un año después en la de Radio Juventud de Málaga, respectivamente, dos exposiciones
que se conocieron como las del “Pez”,
ser marino visto en claroscuro corte
transversal como a través de una placa
de rayos X. Pepe Bornoy indagaba ya
en la ameba, “el ser vivo más simple”,
que aparecía entonces como gran tema
de renovación, y que se impuso como
asunto temático entre los años 1967-69
en su doble etapa, respectivamente, de
apagados tonos y brillante paleta cual
esmaltes, y resaltos matéricos –llamados también popularmente “los quemaíllos”–; una tercera etapa (1970-72),
prácticamente dedicada al collage, marca su tarea creativa abriendo campos
para la observación irónica y el compromiso social. En 1972 y hasta 1976, la obra
de Bornoy constata un nuevo cambio al
aparecer su época más cinética –movimiento y luz entre iconos distintos que
lejanamente recreaban tubos y lengüetas de órganos catedralicios– junto a las
primeras muestras de sus excepcionales
dotes de geómetra, que cubrirán la etapa
del hallazgo o fusión del dodecágonododecaedro –compuestos con delicados
prismas, celdillas o descubiertos quevedos– desde 1973 a 1980, etapa en la que
vive y pinta entre su taller de Madrid y
Málaga.
Aparece la figuración en dos etapas sin transición (1980-88 y 1988-96),
ambas dominadas por el color sanguino-magenta. En la primera de ellas, la
mayoría de las figuras están observadas
como en intencionado escorzo, que al
agigantar el pintor los detalles focalizados en macros, crean misteriosas y mágicas atmósferas. La segunda, es una
figuración más ajustada a la realidad
de la comunicación que el artista desea
transmitir. Así, los personajes y temas
se hacen reales, cercanos, y al alcance
de cualquier espectador, lo que se confirma en sus trabajos gráficos de este
mismo período.
La última gran etapa revoluciona toda su obra anterior y le sitúa a
la cabeza de los pintores malagueños
entre dos siglos que mayores expectativas suscitan de cara a la nueva pintura del siglo XXI. Este período se inicia
en 1996 con tímidas incursiones en el
Arte Digital. En 1999 realiza su primera
exposición de sus nuevos trabajos en la
Sala de la Generación del 27 de la Diputación Provincial de Málaga y en la
Galería La Casa del Ángel, de Madrid
con el título: Diseño digital. En el año
2001 presenta Naturas, en el Museo Municipal de Málaga, una deslumbrante y
fantástica panoplia de bellísimas visiones de la Naturaleza, flora y fauna, en
las que pez, ave, felino o flor, alcanzan
dimensiones de mística cromática. Esta
exposición tuvo una gran acogida por
parte del público y la crítica de Mála-
bornoy 89
ga, y se presentó posteriormente en el
Museo de Arte Moderno de Almería
y en la Sala de Caja Sur de Córdoba.
José María Prieto, refiriéndose precisamente al gran momento de Bornoy de
cara al siglo XXI, comentó en su librocatálogo de Naturas que la obra representaba un todo […] Un todo que es un
universo –un estilo– en el que conviven la
abstracción más ortodoxa con la figuración
menos banal. Porque en la pintura figurativa de Pepe Bornoy lo que se nos ofrece no es
el objeto en sí, sino el alma que lo sustenta:
de ahí esas figuras evanescentes voluntariamente simplificadas que constituían sus
“Imágenes para un fin de siglo”, del libro
del poeta José Infante. Posteriormente,
en una conferencia (Arte Digital: teoría
y ejemplo. Ámbito Cultural de El Corte
Inglés de Málaga, 17. IX. 2003), Pepe
Bornoy daría a conocer en Málaga un
nuevo ciclo de creación digital, Cristalografía (que ya había avanzado en su
stand de Estampa, Salón Internacional
del Grabado Contemporáneo de Madrid tres años antes, en la cual analizó:
[…] …la irrefrenable evolución y desarrollo
de la cultura, que pasa inexorablemente por
el aprovechamiento de algunos hallazgos de
las autopistas informáticas, alumbrando
nuevas maneras de entender la vida y el
arte. Para el primer trimestre del año
2003, Bornoy tenía ya finalizados otros
tres nuevos ciclos de arte digital, Tótemes, Ornamentos y Galvanización del
blanco, ésta última exposición realizada
como tema central de la decoración integral del Hotel de Pintor de calle Álamos (2005) y de la exposición Bornoy a
pie de imprenta en el Vicerrectorado de
la Universidad de Málaga en (2006).
La primera exposición individual
del artista se celebró el día 15 de febrero de 1965 en las salas de la ya inexistente Casa de Cultura, edificada en la
calle Alcazabilla sobre las ruinas del
Teatro Romano.
Desde su inicial muestra hasta la
última de ellas, Bornoy realizó 62 exposiciones individuales: Málaga (20),
Madrid (15), Torremolinos (2), Murcia,
Alicante y Valencia (4), Nueva York (2),
Valladolid, Venecia, Estocolmo, Beirut, Cádiz, Burgos y Fuengirola, Córdoba (3), Granada (2), Marbella (3),
así como en Almuñécar y Almería. De
carácter colectivo sumaba, durante el
mismo periodo, un total de 45 exposiciones: Madrid (6), Valencia (4), Zaragoza y Sevilla (3), León y Murcia (2),
Barcelona, Oporto, Lisboa, Torremolinos, Beirut (Líbano), Marbella (6),
París, Antequera, Montreal (Canadá),
Dresde (Alemania), Zamora y Málaga
(18) y Valdepeñas. Beca Municipal Picasso de 1973 y Beca Goyca del siguiente año, de sus premios, trofeos y menciones más importantes debemos citar:
Medalla de Plata Nacional (Valencia,
1966); Medalla de Bronce de Extremadura y Andalucía (Sevilla, 1967) y
Accésit del II Salón de Invierno (Málaga, 1967); Medalla de Oro Nacional
y Medalla Ciudad de Barcelona (Barcelona, 1968); Medalla de Oro Nacional y Primer Premio de Arte Abstracto
(Alicante, 1969); Premio de la Crítica al
Mejor Conjunto Artístico presentado en
la temporada 1971-72 (Valencia, 1972);
Beca Picasso del Excmo. Ayuntamiento
de Málaga (1973); Primer Premio de la
Bienal Nacional de Pintura y Escultura
90 bornoy
de la Academia de San Telmo, Málaga
(1974); Primer Premio II Bienal Internacional de Arte (Marbella, 1974; Premio
a la Juventud e Investigación Creadora
Julio Prieto Nespeira (Madrid, 1979) y
Accésit de la III Bienal Internacional de
Arte de Marbella del mismo año; Premio
Centenario de Picasso del Ministerio de
Cultura, Bienal Internacional de Arte
(Marbella, 1981) Palustre de Oro en el
Homenaje Popular de la peña del mismo nombre Málaga, 1984) y Distintivo
de Oro de APLAMA, Asociación de Artistas Plásticos de Málaga (Málaga, 2006).
Asimismo su obra figura en importantes colecciones privadas, museos
y galerías de arte: Museo Nacional de
Arte Reina Sofía, Madrid; Museo Español del Grabado Contemporáneo, Madrid; Ayuntamiento de Málaga; Diputación de Málaga y Museo Municipal de
Málaga; Ateneo de Málaga; Fundación
Unicaja; Museo Provincial de Bellas
Artes de Málaga; Museo del Santo Sepulcro, Málaga; Museum Gustavianum,
Upsala (Suecia); Galerie Kosma, París
(Francia); Fontainebleau Gallery, Nueva York (EE.UU.) Accademia de Arte
Moderna de Roma (Italia)…
En 2006 se cumple uno de sus más
antiguos anhelos: realizar el cartel de
Feria de Málaga.
De su producción poética cabe citar los siguientes títulos: Tiempo de número (1971), 004 y medio IBM y compañía
(1973), La alcuza (1976), Matar la luz
(1978), Campo de ensayo (1984), Momentos
convidados (1984), Almáciga (1985), Mar
cómplice (1986), Celebración de las aguas
(1987), Universo mínimo (2005) y Terminado en binza (2006). De 1980 a 1984 crea,
edita y dirige, junto al poeta José Infante, los Cuadernos de Poesía Jarazmín.
En el campo de la edición, además de
Jarazmín, hay que resaltar la excelente
labor desarrollada como diseñador, editor, director y creador de las colecciones
de poesía Zafo e Ibn Gabirol (esta última
para la Generación del 27), al publicar
títulos (inéditos hasta entonces en España) de Kenneth White, Ossip Mandelstam o Gérard de Nerval, entre otros…
Desde 2001 dirige, diseña y edita el
Anuario de la Real Academia de Bellas
Artes de San Telmo de Málaga, a la que
pertenece como miembro de número
de la Sección de Pintura desde el día 29
de noviembre de 2001, propuesto por
Manuel Alcántara, María Victoria Atencia y Rodrigo Vivar Aguirre. También
es Membro Effetivo del Senato Accademico de la Accademia Internazionale
D’Arte Moderna de Roma, para el que
fue distinguido, junto con el pintor y
grabador búlgaro residente en Málaga,
Valentín Kovatchev (1997).
De Bornoy se han ocupado en los
distintos medios de comunicación firmas de gran prestigio nacional e internacional: Vicente Aleixandre, Pablo
García Baena, Alfonso Canales, José
Antonio Muñoz Rojas, María Victoria
Atencia, Rafael León, Manuel Alcántara, José Infante, Gloria Fuertes, Antonio
Gala, Rosario Camacho, Luis Antonio
de Villena, Leopoldo Alas, Francisco
Ruiz Noguera, Antonio Soler, Aurora
Luque, Santiago Castelo, Julián Sesmero, José María Prieto, Carlos Areán,
Manuel Augusto García Viñolas, Isabel
Hurley, Kenneth White, Ana Rossetti,
Juan Miguel Ruiz Medianero, Alfonso
brinkmann 91
López Gradolí, Antonio Garrido Moraga, Rafael Inglada, Eduardo Mendicutti, Julio Trenas, Iñaki Gabilondo, Lalo
Azcona, Juan de Loxa, Álvaro García,
Juan Antonio González Iglesias…
Sobre una propuesta del Departamento de Arte de la Universidad de
Málaga y de APLAMA (Asociación de
Artistas Plásticos de Málaga), el Excmo.
Ayuntamiento le asignó una calle con
el nombre de Pintor Pepe Bornoy en el
marinero barrio de Huelin en 2004.
Enrique Brinkmann Parareda, autodidacto, pertenece a la Genera-ción del
50 malagueño, fue activo componente
del Grupo Picasso y del Movimiento
Actual del Mediterráneo, con cuyos colectivos participó en distintos momentos
durante los iniciales años de su carrera,
y Senador del Reino en la primera legislatura democrática española de finales de los años 70 del siglo XX. Tras
abandonar los estudios de peritaje industrial en 1955, se dedica a la pintura
de manera preferente. De 1961 a 1966
marcha a Alemania, donde trabaja en
una fábrica, recorre Europa residiendo
en Colonia, Berlín y Roma y regresa
definitivamente a Málaga en 1967. Vive
posteriormente entre Madrid y Málaga
e imparte cursillos de grabado en
Fuendetodos y en la madrileña Casa de
la Moneda. Brinkmann es un fecundo
artista de muy personales maneras pictóricas que también ha destacado en
el campo de la estampación y, en ocasiones, en el de la escultura, “objetos”,
según propia definición. Autor cuya
abundante obra ha sido analizada desde todos los puntos de vista posibles,
destacados críticos y estudiosos (Cabra
de Luna, Rosario Camacho, José Miguel
Ullán, Moreno Galván, Santiago Amón,
Julio Trenas, etc.) hallaron en ella, además de una insuperable maestría en el
dibujo, elementos residuales en unos
casos y concretos en otros, de cambiante, muy atrevida y patética iconografía
de lenguaje expresionista, surreal, abstracto, figurativo-informalista, lo que
revela las distintas lecturas que de su
producción artística se ha hecho desde 1957 en que se da a conocer hasta
el año 2003, en que cerramos su currículo. Brinkmann, al hablar de su obra,
ha confesado ir de la construcción a la
destrucción en una constante idea de
orden-caos, sin dejar de experimentar
procedimientos para hallar su personalísimo lenguaje pictórico.
Al referirse al devenir de su obra
hasta la mitad de los años setenta de la
pasada centuria, la académica de San
Telmo, Rosario Camacho escribió: Su
obra ha venido ciñéndose temáticamente
al marco de una tradición de surrealismo y
figuración fantástica donde el contenido es
captable de modo racional; el dibujo de trazo
minucioso y delirante, elemento indiscutible
92 brinkmann
en su obra, nos irá presentando al individuo
aislado de su realidad ambiental y social,
independientemente en un mundo extraño,
de vacío misterioso, imágenes amargamente
burlescas, seres desgarrados, esperpénticos,
irónicos, que parecen evocaciones de las regiones misteriosas del subconsciente...
Por su parte, el también académico de la misma corporación José
Manuel Cabra de Luna, autor del texto del libro-catálogo de la exposición
Brinkmann, Comienzo y Obra Reciente
(Palacio Episcopal. Málaga, 1993), dejó
escrito: Diríamos que en Brinkmann, una
vez alcanzado un grado de perfección formal,, se ha producido un lento, intuitivo y
persistente proceso de desconstrucción, una
voladura pertinaz de gran parte, grandísima parte de su bagaje artístico para buscar
una aproximación a su origen, no a su origen como artista, en cuanto pintor, sino al
origen de toda creación; en Brinkmann se ha
producido un complejo procedimiento de desculturización y esto, en un pintor altamente
respetado por sus conocimientos técnicos y
por su universo iconográfico, personalísimo,
supone un acto de extrema valentía...
La primera exposición individual
de Brinkmann tuvo lugar en los salones
de la Sociedad Económica de Amigos
del País, Málaga (1956) y siguieron: Sala
Libros, Zaragoza (1957); Galería Alfil,
Madrid; Artis, Salamanca, y Quin, Palma
de Mallorca (1959); Galerías Neblí, Madrid, y Libros, Zaragoza (1960). De las
numerosas exposiciones individuales
que Enrique Brinkmann celebró en
Málaga, una de ellas dejó un sabor agridulce seguida de polémica periodística
al descolgar el pintor sus obras expuestas en la Sala que el Monte de Piedad y
Caja de Ahorros de Ronda tenía entonces en la calle Sancha de Lara. La citada exposición, que se anunció patrocinada por la indicada entidad de ahorro
en el mes de noviembre de 1960, disputó con el artista el presupuesto de los
catálogos –muy elegantes y bien confeccionados, con nutridas y artísticas
fotografías realizadas en el estudio de
Francis–, resultando de la negativa del
patrocinador la decisión del artista de
descolgar las obras y, en consecuencia,
quedar clausurada la muestra. El escándalo fue monumental. Un chiste del dibujante Elgar, publicado en la prensa
local a éste propósito, reveló la magnitud del incidente, al decir un personaje
de su viñeta diaria: “Aquí no queremos
expositores, sino impositores”, frase
que rió toda la ciudad. La primera salida al extranjero de la obra de Enrique
Brinkmann fue en 1961, exhibiéndose
en la Iowa Memorial Union, EE. UU.,
y a la que siguieron las celebradas en
Forum, Nueva York (1963); Librería
Internazionale Terzo Mondo, Roma;
Boisseré, Colonia; Clasing, Múnich, y
Scorpio, Roma (1964); Museo Provincial
de Bellas Artes, Málaga (1965); Galería
Montjoie, Bruselas (1966); vuelve a
Boisseré, Montjoie y Clasing y concluye el año en Galería Seiquer, Madrid
(1968); Da Vinci, Madrid (1969); Caja de
Ahorros de Antequera, Málaga (1970);
Museo Español de Arte Contemporáneo,
Madrid, y Galería Ramón Durán, Madrid (1972); Galerías Lázaro, Bilbao
(1975); Rayuela, Madrid (1976 y 1977);
Trentadue, Milán, y Rayuela, Barcelona
(1978); Italia, Alicante (1979); Museo
Provincial de Málaga (1980); ARCO,
brinkmann 93
Madrid (1982); ART 14-83, Basilea (1983);
ARCO, Madrid (1984); Pierre Huber,
Ginebra (1985); Juan Gris, Madrid
(1986); Manuela Vílchez, Marbella, Italia,
Alicante (1987); ARCO’88 y Tórculo,
Madrid (1988); Gaspar, Barcelona (1989);
Detursa, Madrid, y Johannes Schiling,
Colonia (1991); Anselmo Álvarez y
Tórculo, Madrid; Durero, Gijón; Italia,
Alicante y Palacio de La Madraza,
Granada (1992); Fundación Pablo Ruiz
Picasso, Palacio Episcopal de Málaga
y Museo Cruz Herrera, La Línea de la
Concepción, Cádiz (1993); Caja de Ahorros
Provincial de Córdoba (1994); Tolmo,
Toledo (1995); A’G Arte Gestión, Bilbao;
Durero, Gijón, y Luzán, Zaragoza (1996);
Ars Vivendi, Pfaffenhofen, Alemania,
y Joan Gaspar, Barcelona (1997); Italia,
Alicante y Colegio de Arquitectos de
Málaga (1998); Rayuela, Madrid; Museo
del Grabado Español Contemporáneo,
Marbella, y Joan Gaspar, Barcelona (1999);
Durero, Gijón; Juan Manuel Lumbreras,
Bilbao, y Joan Gaspar, Barcelona (2000);
Tolmo, Toledo, e Italia, Alicante (2001),
y la Caja Negra, Madrid, y Casa-Fuerte
de Bezmiliana, Rincón de la Victoria,
Málaga (2003). Entre 1959 y el año 2002
Enrique Brinkmann participó en un centenar de eventos colectivos, de los que
destacaron: IX y X Bienal Internacional
de Sao Paulo (1967 y 1968); Pintores
Españoles del Siglo XX, Varsovia (1973);
Pintura Española del Siglo XX, Ciudad
de Méjico (1978); Spanish Art Tomorrow,
Corcoran Gallery, Washington (1981);
La Estampa Contemporánea en España,
Centro Cultural del Conde-Duque, Madrid (1988); Homenaje a Manolo Mi-llares, Instituto Cervantes, Lisboa (1998),
etc.
Enrique Brinkmann está en posesión del Premio Nacional de Grabado
de 1994, convocado por la Calcografía
Nacional-Real Academia de San Fernando de Madrid. Su obra está representada, entre otras famosas pinacotecas y colecciones públicas y privadas, en el Museo de Arte Moderno de
Nueva York, Museo Nacional de Arte
Reina Sofía, Fundación Juan March,
Fundación Picasso de Málaga, Biblioteca
Nacional de Madrid, Albertina Museum
de Viena, Museo de Arte Abstracto de
Cuenca, Ateneo de Málaga, etc.
caballero 95
Artista que reside en Málaga desde
1969, Pepa Caballero Castro inicia su
formación artística a los diez años de
edad al ingresar en la Escuela de Artes
y Oficios de Granada donde estudia
pintura y modelado; posteriormente, a
partir de 1965 hasta 1968, en la Escuela
Superior de Bellas Artes Santa Isabel
de Hungría, de Sevilla, cursa la carrera con matrícula libre. Finalizado su
inicial periodo formativo, a partir de
1960 participa en numerosos certámenes y convocatorias de pintura, celebra
sus primeras exposiciones individuales y participa en otras colectivas, consiguiendo varios premios para artistas
noveles. Profesora de dibujo durante
un decenio en institutos de enseñanza media en Granada y Málaga, fue
cofundadora del Colectivo Palmo de
pintores y escultores malagueños con
el que mantuvo una larga relación de
compromiso creativo partipando en
numerosas exposiciones colectivas organizadas por el grupo.
Su obra, analizada por numerosísimos autores a través de una abundante
y selecta bibliohemerografía, constata
el interés que las distintas etapas de la
pintora suscitó entre quienes la siguieron a través de los años. A Francisco
Chica debemos unos de los textos más
relevadores, al afirmar: Color y geometría.
Éstas son las bases sobre las que se asienta el
fulgurante cosmos en el que nos introduce la
mirada de Pepa Caballero. Desnuda y llena
a la vez de sorprendentes significaciones, su
96 caballero
obra ha ido creciendo en coherencia y madurez hasta alcanzar el grado de penetración
que muestran sus últimos trabajos, una rigurosa síntesis que otorga pleno sentido a
las intuiciones (en torno a los orígenes, a
la idea cíclica del tiempo, a la búsqueda de
la unidad primordial) en las que había venido indagando en etapas anteriores. Otro
exégeta de su obra, Juan Manuel Calvo,
expresó: Cada cuadro de Pepa acaba siendo, al fin, su primer cuadro y ante él encara
el lienzo y tienta los colores con la limpieza
de un inicio. Todo el bagaje de lo ya aprendido, sirve de ayuda y lastre al mismo tiempo. Y esa contradicción le sirve a Pepa para
seguir pudiendo disfrutar de la naturaleza
de sus cosas.
Al elevadísimo número de participaciones en colectivas (Madrid, Málaga,
Sevilla, Marbella Fuengirola, Granada,
Huelva, Antequera, Huesca, Algeciras,
Zamora, Salamanca, Barcelona, Ciudad
Real, Alicante, Logroño… Pepa Caballero sumó las siguientes exposiciones
individuales desde 1970 a 2004: Galería
del Hotel Seghers, Estepona (1970 y
1971); Galería Hotel Carihuela, (1971);
Sala de Arte de la Diputación, Málaga
(1972); Galería Studium, Valladolid
(1973); Colectivo Palmo, Málaga (1980);
Galería Fuentetaja Universal, Madrid, y
Colectivo Palmo, Málaga (1982); Galería
Carmen Julián, Málaga (1988); Sala de
Arte de la Diputación, Málaga (1995);
Sociedad Económica de Amigos del País,
Málaga (1997); Galería Cartel, Granada;
Málaga Arte+Sur y Casa Municipal de
Cultura de Toro, Zamora (1998); Centro
Cultural de la Diputación de Málaga
(2000); Sala Italcable, Málaga (2003);
Galería Municipal Manolo Alés de la
Línea de la Concepción y Casa Fuerte
de Bezmiliana de Rincón de la Victoria
(2004).
Pepa Caballero obtuvo en 1975
el Primer Premio de Pintura de la III
Bienal Internacional de Marbella, e,
igualmente, otro de idéntica categoría
del Colegio Universitario (Universidad
de Salamanca) de la IV Bienal Internacional Ciudad de Zamora.
Antonio Caballero Torralvo, virtuoso acuarelista que dominó tan esquiva técnica, y que gracias a la soltura
y espontaneidad de que hacía gala en
sus obras definió una fuerte personalidad de la que destacaban fundamentalmente sensibilidad, lirismo y creación
de atmósferas, su despertar al arte se
manifestó pronto. Siendo niño y amante de los animales, con el fin de fijar
con precisión sus gestos y actitudes, se
ingeniaba distintos lances para captarlos adecuadamente y reproducirlos en
sus dibujos y plumillas. Se interesó de
joven por la escultura, cuyas muestras
en madera resultan apenas conocidas.
Aunque por el lenguaje, trazos y pinceladas que son comunes en el ejerci-
caballero 97
cio de la técnica acuarelística sentíase
autodidacta, porque descubrió sus secretos en solitario según decía, siguió
estudios en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga, finalizándolos en 1960. Dominó igualmente el dibujo lineal, lo que le permitió
un trabajo estable como funcionario
en Málaga del Ministerio de Obras Públicas. Sus primeras obras fueron conocidas en certámenes provinciales y
concursos al aire libre de la Obra Sindical Educación y Descanso (1969, 1970,
1971) en los cuales fue recompensado
con algunas distinciones. De sus trabajos de aquella primera época, el crítico
del diario Sur, José Mayorga, expresó:
Antonio Caballero es un excelente acuarelista que en todo caso denota esa asimilación
del idioma idóneo en esta técnica. Una obra
a la que también cabe designar como poética por haber sabido el autor llevar al medio
todos aquellos sentimientos subjetivos que
desencadenan sus temas en el observador.
Una obra de gran efectividad que arranca
y nace del atento estudio de las gradaciones
de tonalidades del color que aparecen por el
ejercicio técnico de este sistema plástico, lo
que implica una eficaz captación del principio armonizador que cabe esperar de toda
obra artística bien pensada y bien realizada.
Una posterior invitación al análisis de la
obra del artista la hallamos en el catálogo de su exposición en la Sala Pórticus
(octubre, 1994) en la que distinto crítico llamó a Caballero Torralvo recreador
de atmósferas antes de introducirle en
las evidentes señales que marcaban sus
trabajos hasta entonces: Observe el aficionado a la acuarela -que en Málaga son muchos y críticos- las formas sutiles que cam-
pean en sus delicadas manchas y estudie de
qué afortunada manera el ejercicio del pincel, al rozar ligeramente la superficie, deja
exclusivamente la marca deseada, el efecto
sin empacho, la adecuada administración
de color, y estudie finalmente las delicadas
texturas obtenidas. Tan simple análisis le
conducirá a hacer su propia definición del
artista y del género que cultiva, evitando las
subjetivas ayudas de expertos o críticos.
Exposiciones inviduales: Liceo de
Málaga (1978, 1979); Caja de Ahorros
de Ronda, Torre del Mar (1979, 1980,
1981); Casino de Marbella (1981, 1982);
Caja de Ahorros Provincial, Vélez Málaga (1981, 1982, 1983 y 1991); Galería
de Arte Rafael Heredia, Vélez-Málaga, y Galería de Arte Miguel Ángel,
Málaga (1984); Galería Benedito, Málaga (1985); Sala Velázquez, Valladolid (1986); Galería Menacho, Badajoz
(1986, 1987); Galería Lautier, Madrid
(1989); Galería de Arte Elvira, Granada
(1990, 1991); Galería Xauen, Granada
(1994); Galería de Arte Pórticus, Málaga (1992,1993,1994); Casa de Cultura de
Antequera (1994); Casa de Cultura de
Ronda (1995); Casa-Fuerte de Bezmiliana, Rincón de la Victoria (1996); Casa
de Cultura de Archidona (1997); Casa
de Cultura del Arroyo de la Miel, Benalmádena (1998) e Ilustre Colegio de
Médicos, Málaga (2000). Exposiciones
colectivas en Málaga, a partir de 1969:
Malacke, Miramar Arte, Educación y
Descanso, Miguel Ángel, La Maison,
Palacio de la Aduana, Porticus, Ilustre
Colegio Oficial de Médicos, Galería de
Arte Nova y Galería de Arte Pablo Ruiz.
También participó en otros eventos colectivos celebrados en el Castillo del Bil-
98 cabello
Bil (Benalmádena), Ayuntamiento de
Torremolinos, Badajoz (2), Córdoba,
Madrid, Valladolid y Granada. De muy
destacada labor como cartelista e ilustrador, hizo numerosos trabajos para las
cofradías de la Expiración, Sepulcro y
Prendimiento; asimismo, para las organizaciones Manos Unidas, Unicef y Asociación de la Prensa de Málaga.
Andrés Cabello Requena, escultor
de gran popularidad dado el elevado
número de trabajos que esculpió para
numerosas cofradías de Semana Santa
de Málaga, lo fue igualmente por los
largos años de docencia ejercida en la
Institución Sindical de Formación Profesional Francisco Franco, hoy Instituto
Rosaleda, donde fue maestro de varias
generaciones de jóvenes malagueños.
Llegó a Málaga en 1934, recién cumplidos los 19 años de edad, y en ella realizó
toda su obra durante los seis decenios
que vivió y trabajó en ella. Tuvo taller
propio en la Alameda de Capuchinos.
Con Adrián Risueño realizó, entre 1943
y 1949, el trono de la Virgen de la Esperanza, bellísima obra del barroco semanasantero malagueño. Numerosas
cofradías le encargaron distintos trabajos en diferentes momentos: Esperanza, Mutilados, El Rico, Zamarrilla,
Prendimiento (a la que dejó la imagen
de María Santísima del Gran Perdón,
además del trono y otros trabajos); asimismo, realizó bellísimos retablos en el
santuario de la Virgen de la Victoria y
en la iglesia del Sagrario, escultura de
San José en la de Carranque, amén de
otros muchas obras para iglesias y conventos de la provincia de Málaga. Andrés Cabello dejó al morir numerosos
discípulos, ya brillantes ejercientes de
tal oficio, entre los que cabe recordar
a Juan Ramírez Moreno, Alfonso de
Ramón Monterde, Francisco Sánchez
Ramos, Rafael Millán, Miguel García
Navas, Diego Rueda Vergara y Rafael
Ruiz Liébana, entre otros.
cabra de luna 99
En el último decenio del siglo XX,
José Manuel Cabra de Luna además de
abogado, poeta, crítico de arte, escultor ocasional y académico de San Telmo, se unió a la vanguardia de la creación gráfica malagueña con singular
predisposición. Formado en Gravura
con Paco Aguilar y en dicho taller efectuadas algunas impresiones, sus grabados (serigrafía, aguatinta, punta seca,
aguafuerte, etc.) sorprendieron no
sólo por la simplicidad de sus iconos
y la sencillez expresiva de los mismos,
sino por el color, en ocasiones desbordante. Previamente a la aparición de
sus grabados, Cabra de Luna había recibido el Primer Premio del Concurso
de Pintura y Dibujo Arte Joven Malagueño El Corte Inglés en su decimoquinta edición (1994) por su trabajo
“Sin título”. Sobre la obra de este autor,
presentada en una gran exposición en
el Museo del Grabado Contemporáneo
de Marbella (2001) opinó José María
Morales Camón: Quizás no sea Cabra de
Luna uno de los artistas que puedan presentar una más dilatada trayectoria gráfica,
pero resulta indudable que en su relativamente corta carrera como artista gráfico los
resultados obtenidos son más que oportunos,
y bien felices. Ahí está la presencia de sus
obras entre las seleccionadas en los Premios
Nacionales de Grabado que organiza este
Museo, en los que una de ellas (incluso) fue
objeto de una Mención Honorífica. De otro
lado, con motivo de su exposición en la
Sala Estiarte (Madrid, 2003), el crítico
C. García-Osuna opinó: La muestra de
José Manuel Cabra de Luna está marcada
por el eclecticismo, tanto en el dominio de las
diferentes técnicas como en su aspiración a
transformar sus elementos formales en expresión lírica, con la geometría y el color como
vehículos de sus trabajos sobre papel, estampas y esculturas, que dictaminan un territorio que podría entenderse como proyección
de la poesía, desde el haiku al soneto, con la
intención de dotar de un ritmo semejante a
sus creaciones plásticas.
Muchos han sido los grabados o colecciones de ellos que destacan de su
obra gráfica, de los cuales nos permitimos citar la carpeta Persianas y la titulada Voyelles, Dichos de amor y luz y la Suite
Gadamer, entre otros ciclos.
La gráfica de Cabra de Luna está
representada en la Excma. Diputación
Provincial de Málaga, en su Ayuntamiento, en el CAC de la misma ciudad y
en el Museo del Grabado de Marbella.
Cuando estos datos se recogían estaba
en proceso de aprobación el expediente para incorporar su obra al Gabinete
de Estampas del Centro de Arte Reina
Sofía.
100 cantero
Antonio Cantero Tapia, formado
en el taller de pintura de Juan Baena
y profesor de dibujo y pintura del Centro Ocupacional Padre Jacobo y profesor de la Academia García Rizo, no
es quizá, de entre los de su misma generación, artista que haya sobresalido
por el número de exposiciones individuales, pero sí destaca por los numerosísimos primeros premios obtenidos
desde 1993 hasta finales del siglo XX y
primeros años de la presente centuria.
Su pintura ha sido objeto de estudio y
crítica por parte de diferentes autores,
que vieron en sus obras, con el transcurrir de los años, notables avances. Con
motivo de una de sus exposiciones en
Galería Nova, el crítico Enrique Castaño Alés publicó su opinión en el diario
Sur en el que aseguraba: Siendo como es
un pintor tradicional, tanto en la técnica
como en los temas, sin embargo tiene óleos,
como uno ocupado en toda parte su inferior
por la arena de la playa, en los que aflora
una cierta vocación experimental, o al menos de ser más sutil en el empleo de los tonos
y de los matices.
Desde su inicial exposición en Galería de la Hispanidad (Málaga, 1987)
hasta la última de las celebradas ya ini-
ciado el siglo XXI en Galería La Reina
de Tívoli (Arroyo de la Miel, 2003), su
programa galerístico fue: Caja Rural de
Arroyo de la Miel, y Casa de Cultura de
Benalmádena (1988); Casa de Cultura
de Churriana (1989); Salón de Actos
del Ayuntamiento, Alhaurín el Grande
(1990); Casa de Cultura de Antequera
(1991); Círculo Cultural de El Ejido,
Almería (1997); Sala de Exposiciones
de la Axarquía, Vélez-Málaga y Galería Santa Engracia de Madrid (1998);
Caja Rural de Málaga (2000); Galería
Baros, Madrid (2001); Galería la Reina
de Arroyo de la Miel, Benalmádena, y
Galería Pablo Ruiz de Málaga (2003). A
partir de dicho año tenía concertadas
exposiciones en Grupo Siglo XXI de
Tomelloso, Ciudad Real; Galería Nova,
Málaga; Galería Xauen y Galería Elvira, Granada, y Casa de Cultura de Vera,
Almería.
Cantero Tapia sumó, desde 1999
en que consiguió un Primer Trofeo al
Mérito Artístico hasta bien entrado el
nuevo siglo, una treintena de primeros
premios en concursos y certámenes de
pintura rápida, al aire libre, encuentros de arte y convocatorias artísticas
en Málaga, Arenas, Torrox, Torre del
Mar, Monda, Antequera, Vélez-Málaga, Huelva, Roquetas de Mar y Vera
(Almería), Fuengirola, Rota y Sanlúcar
de Barrameda (Cádiz), Torrepacheco
(Murcia), Sot de Chera (Valencia), Albacete, etc., hasta totalizar el número
ya mencionado.
capulino jáuregui 101
Joaquín Capulino Jáuregui, nacido
en la calle Matadero Viejo del popularísimo barrio del Perchel –lo que en
la época definía una situación social–,
fue discípulo de Martínez de la Vega y
Muñoz Degraín en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga (1895-99), durante los cuales recibió
premios en dibujo del antiguo, ropaje
histórico y paisajes. Los diplomas de
primera clase conseguidos durante el
mismo periodo fueron de colorido y
composición, dibujo del natural, anatomía pictórica, perspectiva e historia
del arte. A los 25 años fue becado por
el Ayuntamiento de Málaga y con tal
apoyo pudo estudiar en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado
de Madrid (1905-07). Durante todo el
año 1908 siguió estudios especiales para
profesor de dibujo, lo que le permitió
en 1909 alcanzar, mediante reñidas
oposiciones, la cátedra correspondiente en la Escuela de Artes y Oficios de
Logroño. Sucesivamente, ejerció en la
Escuela de Artes y Oficios de Algeciras
(1915) y, a través de permuta, terminó
su actividad docente en la de Granada,
donde se jubiló en 1949.
El crítico de arte y miembro de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo de Málaga, Manuel Prados y López, escribió en el diario La Unión Mercantil (17.IV.1932): Joaquín Capulino es
uno de los primeros valores contemporáneos
de la pintura malagueña […] Los paisajes
de Capulino son famosos entre los amantes
del color… Nadie podrá tachar a este autor
de anquilosado. El paisaje es para Capulino
el enamorado de las calidades –sedas coruscantes, terciopelos de carnes de mujer y de
espléndidas rosas abrileñas– ocasión propicia para lucir la habilidad y la gracia de
la interpretación. Un decenio más tarde,
con ocasión de una de sus exposiciones
individuales, en el Salón Cano, Madrid
el diario nacional Pueblo publicó (01.
VI.1943): Joaquín Capulino Jáuregui es
uno de los primeros valores contemporáneos
de la pintura malagueña. […]. Capulino
pinta en silencio, atento sólo en recoger en
su corazón toda la belleza que se mete con
fuerza por sus ojos para darle forma con sus
pinceles, con esa gracia única con que realiza sus concepciones, añadiendo: vamos a
creer todos, sin envidias ni mentales reservas, que Capulino Jáuregui es uno de los
mejores paisajistas españoles.
Su primera exposición la celebró
en el culto y popular Liceo de Málaga
en 1895, cuando el artista recién había
cumplidos los 16 años de edad. Entre
sus posteriores exposiciones individuales, que no fueron demasiadas por su
absoluta dedicación a la docencia artística, destacan. Centro Artístico de
Granada (1944 y 1949), Hotel Miramar,
(Málaga, 1952) y Sociedad Económica
de Amigos del País (1954 y 1962); ya fallecido, se celebraron otras distintas:
102 casamayor
Galería Malacke (1978), Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos (Granada, 1979) Galería Malacke (Málaga,
1985).
De sus exposiciones colectivas descuella sin lugar a dudas su participación con “Interior feliz” y “Darro” en
la exposición Arte Español (Salón Witcomb, Buenos Aires, 1929) junto, entre
otros, a Álvarez de Sotomayor, Anglada
y Camarasa, Mariano Fortuny, Martínez
Cubells, su maestro Muñoz Degraín y
Santiago Rusiñol, Romero de Torres o
Joaquín Sorolla, entre otros.
A lo largo de su larga carrera artística y docente Joaquín Capulino
Jáuregui obtuvo Medallas de Oro en la
Exposición Provincial (Málaga, 1901),
Exposición de Melilla (1925) y Exposición de Córdoba (1925); una Segunda
Medalla le fue concedida en la Exposición Nacional de Artes Decorativas
(Madrid, 1911); Terceras Medallas las
alcanzó en la Exposición del Liceo
(Málaga, 1895) y en la Nacional de Bellas Artes (Madrid, 1922); y Menciones
de Honor, en la Nacional de Bellas Artes, por su cuadro “La hora del baño”
(Madrid, 1904) y en el mismo certamen
por “Contraste” (Madrid, 1906). Otros
premios, trofeos y distinciones, salvo
error u omisión involuntaria, fueron:
Premio de los Juegos Florales (Málaga,
1908), Premio de la Junta de Festejos
(Málaga, 1909) y Premio de Carteles de
la Junta de Festejos (Málaga, 1925).
Compañero de Evaristo Guerra y
Joaquín Lobato en la veleña escuela de
Juan de Dios Morcillo, José Casamayor
Sánchez con ocho años se inicia en las
disciplinas de dibujo y pintura, que a
tan tierna edad parecían ser mandato
vocacional. El tiempo vino a demostrar
lo contrario y orienta su innata proclividad creativa hacia la escultura, género que le atrae y que practica de forma
autodidacta. Su obra inicial reproduce
las sencillas representaciones y formas
de vida popular del pueblo, así como
animales y personajes del inmediato
entorno que modela y da vida en barro. Estos trabajos los muestra por vez
primera en la Sala de Exposiciones de
la Caja de Ahorros Provincial de Málaga de su localidad natal, despertando
las naturales expectativas dado que ya
asomaba a través de ellas el futuro escultor que, según el profesor Palomo
Díaz, …era el cuarto escultor nacido en Vélez-Málaga en medio milenio; por tanto él
será quien incremente, en la modernidad artística que vivía la zona, la menguada nómina de precedentes artistas
del mismo género veleños. A Ángela
Ibáñez, vicepresidenta de la Asociación de Artistas Plásticos Goya-Aragón,
casamayor 103
se debe un muy acertado comentario
sobre la evolución de la obra de Casamayor: Libre y autodidacta marca el camino, con las huellas de sus propios pasos,
en una escultura personal y característica
que huye de caminos trillados. El crítico
Pedro J. Ortega escribió en la revista
GAL-ART (30.IX.2003) a propósito de su
exposición en Tarragona: Casamayor es
un escultor de Vélez-Málaga que lleva cerca de 30 años exponiendo por toda España,
Europa y EE.UU.Cuando contemplamos sus
obras no sabemos qué admirar más, si los
simplificados instrumentos, hechos con unos
materiales reciclados, o sus animales, a los
que el artista llena de una especial forma,
enjaezados con piezas que parecen sacadas
de las mejores cuadras de Andalucía. Y no
digamos nada de las estilizadas figuras humanas, sobre todo, naturalmente, las femeninas, llenas de una sensualidad especial
dentro de su sencillez. Su forma personal de
trabajar la negra y brillante piedra de Calatorao, se reitera en numerosas críticas y análisis de quienes han estudiado su abundante
obra escultórica.
Desde 1976 en que celebra su primera exposición individual en la Caja
de Ahorros Provincial de Vélez-Málaga, su programa expositivo del mismo
carácter, hasta el momento en que se
redactan las presentes líneas, fue el
siguiente: Sociedad Económica de
Amigos del País, Málaga (1979); Caja
de Ahorros de Ronda, Torre del Mar
(1980); Caja de Ahorros Provincial de
Málaga (1981); Galería Rafael Heredia,
Vélez-Málaga, (1983); Ayuntamiento de
Nerja (1986 y 1987); Sociedad Económica de Amigos del País, Málaga (1988);
Ayuntamiento de Nerja (1989); Palacio
del Marqués de Beniel, Vélez-Málaga
(1990); Ayuntamiento de Nerja (1992);
Galería Benedito, Málaga (2001) e Instituto Bezmiliana y Casa-Fuerte Bezmiliana, Rincón de la Victoria, así como
Galería Mar, Barcelona (2002). Su participación en eventos colectivos suman
un total de 7 en la zona de la Axarquía,
8 en Málaga, 6 en Madrid, 2 en Bruselas, San Sebastián, Zaragoza, Bilbao
y Huesca; igualmente, Casa-mayor ha
concurrido a distintas citas internacionales de arte (Madrid, Barcelona,
Bruselas, Santander, Las Vegas, San
Francisco, Marbella, Sevilla y Dubay.
Esculturas de este autor embellecen
ámbitos religiosos, públicos y privados
de Vélez-Málaga, Nerja, Benamocarra,
Benalmádena-Costa, Utebo, Zaragoza,
y Nápoles. En 1988 recibió un Segundo
Premio en el Certamen de UGT de Pintura y Escultura de Málaga y el Primero
de la convocatoria para Andalucía de la
misma central sindical. En 1992 obtuvo
el Primer Premio Suso de Marcos en su
VI convocatoria, y un año más tarde, el
II Premio Nacional Villa de Parla. Por
su participación en el Concurso de la
Real Academia de Bellas Artes de Cádiz, recibe en 1994 una Mención Honorífica, y un año más tarde, al tomar
parte en el XXVII certamen de la misma institución académica, recibe un
Segundo Premio. Por último, en 1996
obtiene el II Premio Jacinto Higueras,
de San Esteban del Puerto (Jaén).
104 casares palma
Antonio Casares Palma es nieto del
escultor Francisco Palma García y sobrino de Francisco, Mario y José María
Palma Burgos hijos del anterior. A los
catorce años de edad inicia su preparación artística en la Escuela de Artes
y Oficios Artísticos de Melilla. Regresa
a Málaga en 1956 y continúa su preparación tanto en la Escuela de Artes y
Oficios de Málaga como, sucesivamente, en los talleres de sus tíos José María,
Francisco y Mario. Durante los primeros años de su dedicación artística se
entrega con verdadera pasión al cultivo
del dibujo, la escultura, el modelado y
la cerámica. Hacia 1985 decide entregarse de lleno a la pintura. En ese momento es cuando percibimos la maduración del
pintor, que se materializa en la abstracción
de las formas inmersas en colores rebosantes
de luz, opinión de uno de los estudiosos
de su obra, Antonio Montilla. Este mismo autor apostilló: La contemplación de
sus óleos nos sumerge en un mundo de sensaciones en las que se produce un estallido
de luz, engendrado a partir de formas asimétricas y diversidad de colores que simplifican y engrandecen la propia visión interior
en la percepción de la realidad del artista.
En definición de la historiadora de arte
Bernardina Roselló, Casares Palma tie-
ne la virtud, quizá la osadía, de armonizar
los distintos miradores por los que podemos
asomarnos al arte.
Las exposiciones colectivas en las
que participó (congresos y ferias nacionales e internacionales, certámenes
y convocatorias institucionales y privadas diferentes) se constatan innúmeras
desde 1961 al término del año 2000, y
en cuanto a sus individuales durante el
mismo periodo fueron: Espacio Tres,
Málaga (1996); Sala E. Julián Besteiro,
Madrid (1997); Ayuntamiento de Mijas,
Galería Point, Caen, Francia; Caja Rural,
Málaga, y Galería Ra del Rey, Madrid
(1998); Montage Gallery, CastletonWhitby, Inglaterra; Galería Eduma, de
Linares, Jaén, y Universidad de Málaga
(1999); Jubema, Valencia; San Pedro
de Faro, Portugal, y A’Dega, Alcobaca,
Portugal (2000). Para el primer año del
nuevo siglo, según tenía previsto, celebra dos nuevas muestras de sus obras,
respectivamente, en Galería de Arte
Tiempo, Fuengirola, Málaga, y Galería
de Arte A’Dega, Lisboa. Escultor, grabador, pintor, profesor y fundador de los
colectivos de artistas plásticos Grisalla
y Espacio Tres, Antonio Casares Palma,
recibió en 1956 el Primer Premio del
Concurso de Carteles para las Fiestas
Deportivas de Melilla.
casilari roldán 105
Santiago Casilari Roldán, sobrino
además de alumno del pintor Joaquín
Martínez de la Vega, llegó, con el tiempo y el ejercicio del oficio, a destacar
precisamente en las técnicas que tan
justa fama alcanzó su tío y maestro, el
carboncillo y el pastel; y en cuanto a lo
temático, la Dolorosa y el Ecce-Homo
(asuntos recurrentes en la producción
de pariente y maestro), fueron iconos
que no por repetidos a ninguno de los
dos impidió trabajos realmente meritorios.
Matriculado a los 18 años en las asignaturas de Dibujo de Figura y Dibujo
del Antiguo en la Escuela Provincial de
Bellas Artes de Málaga en 1892, todavía
dependiente de las academias provinciales (en este caso la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo). Su
aprovechamiento fue tal que obtiene,
al término del primer curso 1892-93, sobresaliente con Diploma de Honor en
Dibujo de Antiguo; sobresaliente con
Segundo Accésit en Composición; sobresaliente con Premio Honorífico en
Anatomía Artística; sobresaliente con
Premio en Elementos de Perspectiva y
la misma clasificación con Diploma de
Honor en Teoría e Historia de las Bellas
Artes. En los siguientes cursos (1894-95
y 1895-96) repite las estupendas calificaciones del primero de los cursos en
Bellas Artes.
Dibujante que aplicó a sus trabajos
la espontaneidad de su temperamento,
el resultado de su obra era, a veces, la
expresión inequívoca de poseer una
paleta rica en colores, no obstante saberla dominar. Los iniciales premios a
su trabajo fueron: Medalla de Oro de
la exposición celebrada en el Liceo
de Málaga por su cuadro titulado “El
Potaje”, un retrato al carbón realizado
a un gitanillo malagueño de la época; y
Diploma con Medalla de Primera Clase,
al participar en un certamen municipal
en 1894.
Casilari fue desde muy joven profesor de Perspectiva, de Anatomía y
Dibujo de Figura. Tras el ejercicio de
la docencia artística numerosos años,
compatibilizó su tarea diaria docente y
la creativa particular con algunas iniciativas comerciales, con el fin de sostener
a su numerosa familia. Casilari falleció
el 16 de julio de 1954, dos meses antes
de cumplir los ochenta años de edad.
106 castellano fernández
Francisco Castellano Fernández,
sobrino nieto del afamado pintor malagueño José Jiménez Niebla, es artista
que practicó con idéntica fortuna poesía, narrativa y pintura, campos en los
que consiguió premios y distinciones,
según atestiguan los numerosos que alcanzó en las citadas disciplinas. La escultura tampoco fue ajena en su dedicación artística. A los siete años de edad
frecuentó la Escuela de Bellas Artes,
recibiendo clases del pintor y profesor
Antonio de Burgos Oms. Sus estudios y
dedicación profesional derivaron hacia
actividades no relacionadas con la creatividad artística, pero con el tiempo se
entregó a la literatura y más tarde a la
pintura y escultura. Su obra pictórica
evolucionó del realismo fantástico al
abstraccionismo y de él hacia el collage
o el pluritextural de signo monotemático. Con motivo de la exposición que
celebró en Málaga (ambas Salas de la
Sociedad Económica de Amigos del
País, junio de 1988) se publicó en Sur
el siguiente juicio crítico: Al realismo
pictórico malagueño, tal como se ha venido desarrollando a través de los diferentes
ciclos conocidos, le ha faltado la guinda de
lo doméstico, usual y cotidiano. El remate lo
acaba de poner Francisco Castellano cuando nos propone una nueva realidad que
arranca precisamente de la nostalgia, ese
estadio emocional y hasta primitivista que
tiene la virtud de retrotraer a la criatura hacia unos tiempos de soledad, intimismo y autenticidad donde nada le es ajeno ni ocioso
porque todo lo que el tiempo acabó diluyendo
le perteneció un día. A dicha exposición
pertenece también el juicio que entonces, y con motivo de la citada muestra,
hizo el poeta Manuel Alcántara: Hace
mucho tiempo que Paco Castellano es pintor.
Dibujos y óleos lo atestiguan. Lo que ahora
presenta en la Sociedad Económica, ha sido
posible gracias a su anterior y callado recorrido artístico. Cada uno de sus cuadros es
diferente a los otros, ya que se atiene a una
búsqueda distinta, pero todos están presididos por la pureza y por el amor a la obra
bien hecha.
Las primeras obras del pintor
se conocieron en 1975 y hasta finales del año 2000, conclusión del siglo, Castellano había expuesto en los
Salones de Otoño de Huelva, Murcia,
Málaga y Sevilla; Ayuntamientos de
León, Martos, Palencia y San Sebastián;
Diputaciones de Badajoz, Guadalajara,
Segovia y Teruel. Durante el mismo periodo –veinticinco años finales del siglo
XX– participó en certámenes colectivos de Altea, Luarca, Pego, Pollensa,
Puertollano y Talavera de la Reina, y fue
seleccionado para participar en las convocatorias de los premios Adaja (Ávila),
Bacardí (Málaga), Café Marfil (Elche),
Institución El Broncese (Cáceres),
Joan Miró (Barcelona), y las Bienales
de Andújar, Huesca, Marbella, Oviedo,
Pontevedra, Segovia, del Tajo (Toledo)
castro torres 107
y Zamora. A sus numerosos premios y
distinciones en el campo de la narrativa y la poesía (Internacional GALA,
Miami, EE.UU.; Internacional Miguel
de Unamuno; Nacionales García
Pavón, Ciudad de Cáceres, Ciudad de
Toledo, Gerardo Diego de Poesía, y
de relatos Juan José Relosillas, hay que
añadir que fue también finalista de los
premios Nadal, Herralde y Ateneo de
Valladolid. Su palmarés pictórico constata los Premios Ciudad de Teruel, Café
Marfil, de la Exposición Regional de
Extremadura y Andalucía, el Premio
San Fernando y Ciudad de Martos.
CASTILLO PAYÁN, Ramón
(Ver QASTIYO)
CASTRO OBLARÉ, Antonio
(Ver OBLARÉ)
Ceferino Castro Torres, pintor y dibujante pensionado por el
Ayuntamiento de Málaga en 1928,
fue alumno de la Academia de San
Fernando y desempeñó el cargo de
ayudante meritorio de Dibujo en la
Escuela de Artes y Oficios Artísticos de
Málaga, profesor de la misma disciplina del Colegio de los PP. JJ. de El Palo y
de la Escuela de Formación Profesional
Nuestra Señora del Carmen de la misma barriada, así como profesor de dibujo geométrico de taller, proyecciones, lectura de planos e industrial de la
desaparecida Escuela de Comercio de
Málaga. Con 31 años de edad alcanzó
notabilidad local al advenimiento de la
II República Española y conmemoración del primer centenario del fusilamiento de Torrijos, ocasión en la que se
expuso en Málaga el célebre cuadro de
Antonio Gisbert titulado “Fusilamiento
de Torrijos y sus compañeros”, teniendo
el joven autor la posibilidad de copiar
la obra del pintor alcoyano. Terminada,
expuesta y admirada por los malagueños la copia del histórico cuadro, fue
donada por éste al Ayuntamiento de
Málaga, que lo conserva desde entonces. La obra de Ceferino Castro Torres
fue extensa y de variada temática (pai-
108 chEma lumbreras
sajes, marinas, retratos, flores) y se
halla repartida entre sus familiares de
Málaga y Sevilla, así como en colecciones privadas de Argentina y otras diferentes repúblicas hispanoamericanas.
La especialidad de Castro Torres fue el
retrato, en cuyo género demostró excelente técnica y gusto, pero también hay
que destacar como una de sus cualidades la captación de gestos y actitudes
de tipos populares, típicos o callejeros
de la época. En el Ayuntamiento malagueño, además de la copia del citado
“Fusilamiento deTorrijos y sus compañeros” de Gisbert, existe otra copia de
“Los borrachos” velazqueños y un óleo
titulado “El ciego de la rifa”, los cuales
pertenecen a su época de pensionado. José Sánchez Taboadela, crítico de
arte del periódico El Popular escribiría
acerca del pintor y su obra (Málaga,
20.I.1933): No podemos por menos que detenernos largo rato en la degustación ocular
de cuadros en los que se revela ya una personalidad propia y que muestran una manera
suya de ver y crear los panoramas sin desfiguraciones artificiales y sin que tampoco
sean fotografías en color. Víctima de una
coxalgia izquierda (proceso inflamatorio de la articulación de la cadera de
origen tuberculoso), estuvo los últimos
años de su existencia alejado de toda
actividad profesional, creativa y social
hasta el fin de sus días.
El pintor y escultor José María
Lumbreras Krauel realizó sus estudios
de bellas artes en la Universidad Complutense de Madrid. Es artista que supo
compaginar la creación artística con su
dedicación al campo de la docencia
como profesor de dibujo técnico y artístico para alumnos de enseñanza secundaria en su ciudad natal. Sus primeras exposiciones de carácter individual
datan de 1982 al exhibir sus obras en el
Ateneo de Málaga y un año después en
el Colectivo Palmo. Hasta el final del
siglo XX la cronología expositiva fue
la siguiente: Colegio de Arquitectos,
Málaga (1986 y 1991); Diputación Provincial de Málaga (1992); Galería Alfredo Viñas, Málaga (1994, 1997 y 1998);
Centro de Arte de UNICEF, Sevilla
(1995); Ayuntamiento de Nerja (1996);
Sala Municipal Siglo XXI, Exposición
Beca Picasso, Málaga (1997); Colegio
de Abogados, Málaga (1998) y Galería
Magda Belloti, Algeciras (2000). Para el
citado año tenía ya concertadas, como
inmediatas, otras nuevas en Alfredo Viñas y Magda Belloti. De sus principales
colectivas caben destacar: Arte Inédito,
en Taller 7/10 de Málaga (1981); Sala
Amadís de Madrid (1984); Málaga en
chicano 109
Aix, Universidad de Aix-en-Provence
(1993); Colectiva sobre papel, de Alfredo
Viñas (1994); Terre D’Acqua, Bienale Internazionale d’Arte del Piamonte, Italia (1986) y ARCO, con Alfredo Viñas,
en siete ediciones consecutivas.
De sus premios, trofeos, distinciones y becas obtenidos entre 1984 y
2001, figuran: un Primer Premio en el
III Certamen de Pintura Joven Colectivo Palmo, Málaga (1984); obra seleccionada y distinguida con un accésit en
el Concurso Arte Joven de El Corte Inglés, Málaga (1985); VI Beca Pablo Ruiz
Picasso de Málaga para Artes Plásticas,
ex aequo(1995); obra seleccionada para
participar en el I Certamen Unicaja de
Artes Plásticas de Málaga (1986); y obras
seleccionadas para los certámenes citados en sus ediciones de 1996, 1998,1999
y 2001. La obra de Chema Lumbreras está representada en colecciones
privadas e institucionales siguientes:
Ayuntamiento de Pamplona; Centro
de Arte Contemporáneo, Ayuntamiento y Diputación de Málaga; Fundación
Unicaja y Coca Cola; Fundación Asunción Lebrero y Centro Andaluz de Arte
Contemporáneo de Sevilla.
Integrante del Grupo de los 50,
Eugenio Chicano Navarro es uno de
los pintores malagueños de más activo
protagonismo a partir de la segunda
mitad del siglo XX. Inicia su formación
artística como estudiante de diseño
geométrico e industrial en la Academia
Muñoz de la Vega de Málaga (1948-49);
posteriormente, matriculado en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, realiza cuatro cursos con los profesores Almagro y Bono. Entre los años
1955-58 realiza trabajos de escenografía
para el Grupo de Amigos del Teatro del
Real Conservatorio Profesional de Música y Escuela de Arte Dramático María
Cristina. Perteneció como cofundador a los grupos Montmartre y Picasso
(1958), y más tarde (1964-65), realiza
un largo viaje de estudios y trabajo por
Francia, Alemania, Bélgica, Holanda e
Inglaterra. En 1969, ya en Italia, estudia
grabado y estampación con los maestros Maccari y Rossoni en la Escuela de
Bellas Artes de Roma y durante el curso académico 1974/75 forma parte del
claustro de la academia privada Michelangelo Buonarroti, de Verona.
Para el catálogo de su exposición
individual celebrada en la Diputación
Provincial (1973) Paulino Posada es-
110 chicano
cribió: Chicano dibuja con el mismo rigor
que un ingeniero efectúa sus cálculos y traza
sus planos: nada queda suelto ni inmerso
en la vaguedad. Y en ese mundo de geometrías congeladas y de objetos impersonales, el
hombre, reducido a la caricatura de sí mismo, confinado a su traje, flota víctima de
sus repeticiones o de sus aburridos intentos
de amor de sublimizado, trivial, cotidiano.
Posteriormente sería el poeta Rafael
Pérez Estrada quien, a propósito de la
nueva exposición individual del pintor en la Caja de Ahorros Provincial
de Málaga (1985), referiría con acierto
algunas de las claves implícitas en la
gráfica del pintor: El Sur parece que fuera un tiempo sin medida para Chicano. Un
espacio abierto supeditado a la añoranza de
una luminosidad lineal, que Eugenio hubiera raptado, configurando de esta manera
un nuevo símbolo, un mito de refuerzo a los
valores caducos de tantas interpretaciones.
[…] Y es que en Eugenio, el logos, la palabra y el grito eran una mezcla inquietante de
cintas, colores y espejos trazando geometrías
por los montes de Málaga. En Eugenio, el
principio, la primera piedra de su arte en
gestación, se recortaba en el nombre de verdiales.
El programa galerístico de Chicano a lo largo del siglo XX se inició en
1955 y hasta finalizar el mismo había
celebrado las siguientes exposiciones:
Málaga (15), Vélez-Málaga (2) Marbella (1), Zaragoza (1), Madrid (3), Cádiz (2), Santander (1) y Barcelona (1).
Las del mismo carácter celebradas en
Italia fueron 15 (Roma, Bari, Pescara,
Parma, Florencia, Verona, Trento, Milán y Bolonia, en algunas de ellas en
distintas ocasiones. El programa de sus
exposiciones colectivas fue, igualmente, extenso y variado. Participó en sus
primeros tiempos en incontables certámenes, convocatorias y concursos de la
Obra Sindical Educación y Descanso,
en las que consiguió algunos trofeos al
mérito artístico, y en salones internacionales de Francia, San Juan de Puerto
Rico, Suiza, Nueva Delhi y Yugoslavia.
Fue muy destacada su participación en
la Bienal de Venecia de 1982 y en la X
Bienal Internacional del Deporte en las
Bellas Artes (Barcelona, 1992) presentó
un conjunto de obras que despertaron
la atención de público y crítica.
El palmarés de premios, trofeos
y distinciones de Chicano se inicia de
forma bien temprana, toda vez que en
los años 1955-56-57 y 58 obtiene Medallas en los Certámenes de Educación
y Descanso; en este último año consigue también el Segundo Premio del
cartel anunciador del Concurso Internacional de Música, Teatro y Danza de
Santander, así como el de la Sociedad
Excursionista de Málaga. Otro premio
fue el Primero del cartel de Juguetería
Instructiva de 1959. En 1965 se le concede la Medalla de Oro del Concurso Internacional de Pintura Castel Sant’Elia
de Viterbo, Medalla de Plata Mazzolini
Nazareno de la misma ciudad, el Premio Arquitecto Porcioni, de Morlupo,
y Medalla de Oro de la I Muestra Internacional de Arte Figurativo de Roma
(Italia).
La obra de Chicano, artista malagueño que inauguró la Beca Picasso del
Ayuntamiento de su ciudad natal y que
fue director de la Casa-Museo Picasso,
está representada en el Museo de Arte
clavero 111
Contemporáneo de Madrid, Museo
Provincial de Bellas Artes de Málaga,
Estampería de la Biblioteca Nacional
de Madrid, Künste Museum de Leipzig,
Gabinetto delle Stampe del Museo de
Castelvecchio de Verona, Museo de
Arte Contemporáneo de Nueva York,
Museo del Louvre de París, Brithis Museum de Londres, Museo de la UNESCO de París y Museo de la Universidad
de Friburgo.
Francisco Clavero Medina, destacado acuarelista multitemático –paisajes
urbanos, marinas, escenas de género,
paisajes en general, jardines, bodegones– fue iniciador con su hermano gemelo Juan, junto con otros artistas locales, de la llamada Escuela Veleña. Muy
joven abandonaría su pueblo natal para
residenciarse en Barcelona. Su objetivo, que llegó a cumplir, era formarse
como pintor en la Lonja barcelonesa.
Segovia Lobillo atribuye a Francisco y
Juan Clavero, junto con José Muñoz
Anglada, Vicente y Paco Hernández
y Miguel Montes cualidad de precursores de la citada escuela local. Desde
comienzos de los años 50 del siglo XX,
compatibilizando sus responsabilidades como funcionario de una entidad
bancaria, Francisco desarrolló desde
la capital barcelonesa una constante
actividad no sólo creativa sino galerística, lo que le supuso un sinnúmero de
referencias periodísticas junto a una
abundante bibliografía crítica. Carlos
Sentís, en el periódico Levante (Valencia, 06.I.1979), dejó escrito a propósito
de su exposición en la Sala La Ciudad
de la ciudad del Turia: He aquí otro artista que se propone, no sólo como tema, sino,
también, como problema y salir airoso, tanto en el planteamiento como en la solución,
a la que siempre da un carácter un tanto
barroco y, por supuesto, muy interpretativo.
Otro crítico, Francesc Galí, expresó en
la revista Gal-Art del mes de abril de
1987, en referencia a su exposición en
la Sala Foz, de Sitges: Obra de figuración
plenamente objetiva, tanto de imagen –modelo– como de dicción –ajustada a la realidad– que el buen pintor ha realizado en
medianos y grandes formatos, son pinturas
en las cuales el color –que cobra especial
acento– cuida de narrar a través de una
pincelación que combina manchas y precisas caligrafías. Durante los casi cuatro
decenios que van de 1966 al año 2002,
primera y penúltima exposición de las
celebradas, Francisco Clavero realizó
las siguientes individuales: Hotel Skol,
Marbella (1966); Galería Picasso, Málaga (1967); Caja de Ahorros Provincial
de Málaga, Vélez-Málaga (1971); Galería Majestic, Barcelona (1974); Caja de
Ahorros Provincial, Vélez-Málaga, y Galería Majestic de Barcelona (1975 1976 y
1977); Mayte Muñoz, Barcelona (1978);
Sala Gabernia, Valencia, y Galería Fa-
112 clavero
jol, de Figueras (1979); Mayte Muñoz,
Barcelona y Banco Español de Crédito
de San Cugat del Vallés (1980); Sala Gabernia, Valencia; Caja de Ahorros de
Torre del Mar, Málaga, y Mayte Muñoz,
Barcelona (1981); Galerías Al Andalus,
Granada; Miguel Ángel, Málaga; Caja
de Ahorros de Torre del Mar; Foz, de
Sitges, y Braulio, Castellón (1983); Gabernia, Valencia, y Fondo Internacional de Pintura, Barcelona (1984); Caja
de Ahorro de Rondas, Torre del Mar,
y Galería Foz, de Sitges (1985); Fondo
Internacional de Pintura, Barcelona
(1986); Mayte Muñoz, Barcelona, y Galería Foz, de Sitges (1987); Mayte Muñoz, Barcelona; Fondo Internacional
de Pintura, Barcelona, y Galería Tusiño, San Cugat del Vallés (1988); Galería
Foz, Sitges (1991); Fondo Internacional
de Pintura, Barcelona (1992); Mayte
Muñoz, Barcelona; Foz, de Sitges, y La
Arcada de Blanes, Gerona (1993); Foz,
de Sitges (1995) y Palacio de Beniel, Vélez-Málaga (2002). Cuando se redactaba la presente ficha, Francisco Clavero
preparaba nueva exposición en la CasaFuerte de Bezmiliana, en Rincón de la
Victoria para el mes de junio de 2005.
Juan Clavero Medina, hermano gemelo del anterior; sus comienzos son
paralelos, es decir, temprano despertar
al arte, traslado juntos a Barcelona e
idéntica preparación. La obra de Juan
Clavero se inicia como la de su hermano en la técnica acuarelística, pero acaba cimentando raíces definitivas en el
óleo. También como su gemelo Francisco, es autor multitemático –paisajes
urbanos, retratos, bodegones, paisajes
en general, marinas–, temas que desarrolló en las técnicas citadas. Vivió
muchos años en Barcelona y se residenció posteriormente en Vigo. De su
obra opinaron diferentes críticos barceloneses. Fernando Gutiérrez, en La
Vanguardia, afirmó: Clavero se deleita en
valorar con minuciosa pulcritud calidades
y matices: terciopelos y porcelanas, la tersura
de unas manzanas o unas ciruelas, la pelusa de unos melocotones, el brillo de unas
cerezas y las arrugas de unas nueces, se nos
muestran en un realismo casi mágico. Otro
distinto crítico, Francesc Galí, de Mundo Diario, también rotativo barcelonés
opinó así acerca de la pintura de Juan
Clavero: …Obras que se sirven de dos caminos para llegar a su final. Final que si en los
bodegones y figuras surge de una pincelada
conejo alonso 113
hecha desde la repetición más mimética, en
los paisajes consigue unas interpretaciones
más libres, más cercanas a una pintura que
no ignora la emoción.
Desde su primera exposición individual (Málaga, 1963) hasta la última que tiene documentada, la cronología de su actividad galerística fue la
siguiente: Galería Augusta, Barcelona,
y Galería Picasso, Málaga, junto con su
hermano Francisco (1969); Sala Toisón,
Madrid; Galería Augusta, Barcelona, y
Vigo (1970); Galería Augusta, Barcelona
(1972 y 1973); Oviedo y Galería Augusta de Barcelona (1974); Vélez-Málaga
(1975); La Coruña y Sala Meifrén, Barcelona (1976); Sala Majestic, Barcelona,
y Vélez-Málaga (1978); Sala Majestic,
Barcelona (1979); Caja de Ahorros de
Ronda, Torre del Mar, Málaga (1980);
Galería Mayte Muñoz, Barcelona, y Torre del Mar, Málaga (1982).
Salomón Conejo Alonso llega a
Málaga con su familia en 1907, un año
después comienza su aprendizaje de
dibujo y pintura en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos, recibiendo clases de los maestros José Nogales, José Denis, Enrique Jaraba y César
Álvarez Dumont. Fue pintor de gran
sensibilidad que tradujo con acierto el
paisaje, la marina, la flor, el interior, e,
incluso, las figuras, de las que quedan
excelentes muestras. Sus únicas exposiciones de carácter individual las celebró en el establecimiento de Prini-Bayettini, en la malagueña calle Granada
(1922), y al siguiente año, en Zamora,
patrocinada por su Excma. Diputación
Provincial. Este mismo año abandona
la pintura como dedicación artística
exclusiva y se entrega a la ejecución de
esmaltes a mufla hasta 1937.
Perdida la visión en 1950, se somete
a una delicada operación en 1956, recuperando parcialmente la vista en uno
de sus ojos, lo que le permitió retornar
de nuevo a la pintura.
Con 19 años consiguió una Segunda
Medalla en la Exposición del Sindicato
de Iniciativas y Propaganda de Artistas
114 conejo moncayo
Malagueños, en 1913 Medalla de Plata
de la Exposición Nacional de Arte Decorativo de Madrid (a la que concurren
todas las escuelas de artes aplicadas de
España), en 1917 una nueva Segunda
Medalla en la Exposición de Iniciativas
y Propaganda de Artistas Malagueños y,
por tercera vez, otra Segunda Medalla
en el mismo certamen de 1921. Cuatro
años más tarde consigue Medalla de
Bronce en la Exposición Provincial de
Málaga, y en 1945, Primera Medalla en
Pintura de la Exposición Provincial de
Educación y Descanso, también en Málaga. Desde 1971 a 1975 el pintor forma
parte del grupo Familia Conejo-Arias,
que con él integran su hija María Antonia Conejo Moncayo, su yerno José Luis
Arias Martínez y su nieta María Antonia
José Arias Conejo, y juntos exhiben sus
cuadros no sólo en Málaga y Torremolinos sino en la República Argentina
(Buenos Aires y Mar del Plata).
El acontecimiento social de la primera exposición conjunta, celebrado
en los Salones de la Sociedad Económica de Amigos del País, fue reflejado informativamente en el diario Sur el día
18 de junio del citado año: La familia
Conejo-Arias expone, según decimos, una
vasta y variada muestra del quehacer artístico de la familia. En primer término, don
Salomón Conejo Alonso, que a sus sesenta
y nueve años, nos da una auténtica lección
de juventud y entusiasmo, de vocación y saber estar entre pinceles; su hija, doña María
Antonia Conejo Moncayo de Arias, con sus
geniales miniaturas, verdadero prodigio de
sensibilidad y maestría; don José Luis Arias
Martínez, con delicadas versiones paisajísticas, y la niña María Antonia José Arias
Conejo, hija de los anteriores y nieta del primero, que a sus catorce años demuestra una
cierta y sensible actitud estética heredada de
sus padres y abuelos.
Maria Antonia Conejo Moncayo,
hija del pintor anterior, inicia sus estudios en la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos de Málaga con los
profesores Elvira Alot, Antonio Burgos
Oms, Federico Bermúdez Gil, Trini Rey
y José Castillo, destacando en sus calificaciones con sus condiscípulos Félix
Revello de Toro y Manuel Mingorance
Acién. En 1947 marcha a estudiar a Madrid y se matricula como alumno libre
en la Escuela Superior de Bellas Artes
de San Fernando. Allí recibirá enseñanzas del ya famoso pintor malagueño Fernando Labrada. Durante este
periodo y hasta 1953 tiene como maestros particulares a Eduardo Chicharro,
padre, Julio Moisés y Rafael Pellicer.
En 1952 la Diputación Provincial de
Madrid le concede una beca para que
pueda estudiar en Roma, mas la ceguera que ya afecta a su padre y que le obliga a regresar a Málaga, le hace declinar
tan importante honor. Creativa multi-
corcelles 115
disciplinar, dominó la miniatura sobre
marfil, además del óleo, acuarela, témpera, cera, lápiz, tintas, repujados sobre cuero y metales, modelado, grabado en cobre y piedra, esmalte a mufla,
escultura en metales preciosos, diseño
de joyas, etc. Dos fueron las exposiciones individuales que celebró la artista y
ambas patrocinadas en los Salones de
la Sociedad Económica de Amigos del
País (1953 y 1954) por el Excmo. Ayuntamiento de Málaga.
De entre los muchos premios y trofeos que María Antonia Conejo Moncayo sumó a lo largo de su vida artística
activa, se encuentran los siguientes: Primera Mención Honorífica, Sección de
Pintura, en la III Exposición Provincial
de Arte de Educación y Descanso, Málaga (1944); Primera Medalla, repujado,
en la exposición de la Obra Sindical de
Artesanía, Málaga (1944); Primera Medalla de Educación y Descanso, en dibujo, Málaga (1945); Bronce en la Nacional
de Educación y Descanso, Madrid; Primera Medalla, Pintura de Miniatura, en
la Provincial de Educación y Descanso,
Málaga, y Segunda Medalla en la exposición que conjuntamente convocaron
el Excmo. Ayuntamiento de Málaga y la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo (todas ellas en 1946); Primera
Medalla en el Salón de Otoño de Madrid (1950), y Primer Premio, Sección
de Acuarela, en el Certamen Conmemorativo del Primer Centenario del Nacimiento del Pintor Nogales, convocado
por la Excma. Diputación y la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos.
Desde 1971 a 1975 participa en las exposiciones de la Familia Conejo-Arias.
María del Carmen Corcelles Castro, alumna de las clases de dibujo de
José Sánchez Vázquez y Luis Romero
en la Escuela de Bellas Artes de Málaga,
desde su participación en una colectiva
celebrada en la Galería Malacke (1981)
en que ofreció la primera muestra de
su personalísimo arte, ha creado, dentro del ingenuismo pictórico malagueño de los dos últimos decenios del siglo XX, distintos mundos plásticos que,
siendo en realidad uno sólo, recrea diferentes territorios para el recuerdo, la
nostalgia, el amor deseable y el deseado; mundos diferentes en lo temático,
en la propia forma de encarar los asuntos late sin embargo una misma voluntad lírica y un idéntico ejercicio de ternura. Personajes y situaciones de unos
tiempos concretos sorprendidos fuera
de época, alados cuando no emergentes de idílicos paraísos domésticos o ya
olvidadas y edénicas ínsulas, la obra de
esta pintora se singulariza, además, por
el sostenido y discreto tratamiento cromático de sus cuadros e inocentes escenografías ambientales.
Miguel Ramos Morente, crítico y
experto en la obra de María del Carmen Corcelles, escribió así en el catálo-
116 córdoba
go de su exposición en la Sala Italcable
(2003): La pintura de Corcelles sigue buscando encauzar la nostalgia de una belleza perdida e irreal, extremadamente dulce,
donde el recogimiento es sinónimo de alegría
y aventura espiritual.
La artista desde 1984 a 2003 celebró 13 exposiciones individuales: Galería Malacke, Málaga (1984); Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga
(1991); Sala de Exposiciones del Palacio
Miramar, Málaga: presentación de una
serie de 20 ilustraciones para el libro El
maravilloso viaje de Angi (1992); Gente corriente, Sala de Exposiciones de la Excma. Diputación de Málaga (1993); Sala
de Exposiciones de la Casa de Cultura,
Antequera (1994); Casa de Cultura de
Fuengirola (1996); Corrala de Santiago,
Sala de Exposiciones de la Universidad
de Granada (1997); Galería Nova, Málaga, e iglesia del Convento de la Encarnación, Coín (1998); Galería Detursa,
Madrid (1999); Galería Cruz Herrera,
La Línea de la Concepción, Cádiz, y
Galería Akelarre, San Pedro de Alcántara, Málaga (2000), y Sala Italcable,
Málaga (2003).
En un número igual de exposiciones colectivas participó la artista entre
1981 y el año 2002. Fueron: Galería
Malacke, Málaga (1981); Ateneo de Málaga (1991); Galería de Arte Nova, Málaga (1992); Variaciones, Galería de Arte
Porticus, y VII Salón de Otoño de la
Asociación de la Prensa, en Galería de
Arte Nova, Málaga (1994); VIII Salón de
Otoño de la Asociación de la Prensa,
Galería de Arte Pórticus (1995); Galería
de Arte Pórticus; Atardeceres, en Galería
Benedito; Pintores malagueños de hoy, en
el Museo Provincial de Bellas Artes, y X
Salón de Otoño de la Asociación de la
Prensa, en Cajamar, Málaga (1997); XI
Salón de Otoño de la Asociación de la
Prensa, Cajamar, Málaga, (1998) y XII
íd, (1999). María del Carmen Corcelles
está casada desde 1970 con el pintor
Juan Béjar.
Finalizados los estudios de ingeniería técnica industrial que acabó a los
veinte años, José María Córdoba García ingresó en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Córdoba, recibiendo
clases de dibujo del escultor Amadeo
Ruiz Olmos. Esta preparación artística
le permitió el ingreso en la Facultad de
Bellas Artes de Sevilla. En Málaga se residenció en 1981 y en su taller de Mijas
realizó a partir de dicho año la extensa producción pictórica que nutrió sus
exposiciones durante los dos últimos
decenios del siglo XX y primeros años
de la actual centuria. Sus trabajos han
sido estudiados, analizados y reconocidos a través de una bibliografía fundamentalmente hemerográfica, y en ella
se afirma el interés que suscita desde el
punto de vista referencial, no miméti-
córdoba 117
co, obras de distintos autores a quienes
homenajea: Romero de Torres, Manet,
Malevitch, Velázquez, entre otros, según el criterio expuesto por Ángel L.
Pérez Villena en el catálogo de la exposición que el artista realizó en Galería
Carmen del Campo de su ciudad natal:
José María Córdoba ha venido efectuando
aproximaciones diversas a autores y estilos,
obras y teoría que cursan en la trama de la
modernidad y estas maniobras se enriquecen con la tensión derivada de contextualizar en el mismo espacio de reflexión hitos
de la historia de la disciplina. Como valor
ilustrativo de las inquietantes búsquedas de José María Córdoba, basten las
atinadas palabras de María José Serrano escritas en el catálogo de su exposición de 1999 en la Casa de Cultura de
Fuengirola: Lúdico, irónico e inteligente.
José María Córdoba nos ofrece una nueva
muestra de su producción artística. Deambulando entre ismos históricos y laberintos
intelectuales, “desestructura, descompone
nuestra mentalidad y nos invita a nuevas
miradas, a nuevas lecturas de la obra”, en
palabras de Barthes. De este modo se erige en
representante de un movimiento poco común
en España: la Desconstrucción.
Con el título El hombre, la ciudad, la
máquina celebró su primera individual
en la sevillana Galería Vida, en Studio
52 de Córdoba la segunda, y ambas en
1975. Siguieron luego, hasta el final del
mismo decenio, las de Atrium (1977),
la de grabados en Juan de Mesa de Córdoba un año después y la de Galería
Manuela, también en la misma ciudad,
en 1979. A continuación, su extenso catálogo expositivo constata la siguiente
cronología: Galería Tour de Nesle, Pa-
rís, (1980); Studio 52 (Córdoba, 1982);
Casa de Cultura de Fuengirola y Colegio de Arquitectos de Málaga (1984);
Sala Municipal de Marbella, Málaga, y
Galería Knabro de Copenhague, Dinamarca (1985); Galería Los Arbolitos de
Fuengirola, Manuela de Marbella y Pedro Pizarro de Málaga (1991). En 1993
celebró tres nuevas individuales, por el
orden que se citan en Galería 2000, Córdoba; Galería SIC, Fuengirola, y Librería Teseo, en la misma ciudad. Retorna
en 1995 al Colegio de Arquitectos de
Málaga con D? construcción y a Galería
Fabien Fryns de Marbella, y enlaza con
las del Palacio de Godoy en Villaviciosa
de Odón, Madrid y la del Ayuntamiento de Nerja, Málaga, ambas en 1997.
Por fín, antes de acabar el siglo XX su
Malevich Street en la Casa de Cultura de
Fuengirola, así como Polifemo y Galatea
en Galería Studio 52 de Córdoba; en
2002 expuso bajo el título Lecturas contextualizadas en el Museo Municipal de
la capital malagueña, un año después,
Lengua Franca, en Carmen del Campos,
Córdoba; y en Taller Gravura en 2005.
Premios Fin de Carrera de la Universidad Hispalense, otorgados por la
Real Maestranza de Caballería y Ayuntamiento de Sevilla en 1976, también
lo fue por la Facultad de Bellas Artes
de Madrid en 1981. En 1974 conseguiría un Primer Premio de Dibujo de la
Dirección General de Bellas Artes, otro
Primero de Murales para el Aeropuerto
de San Pablo, Sevilla (1976), un nuevo
Primer Premio de Grabado en el Certamen Andaluz de Artes Plásticas de Sevilla (1978), otro de igual categoría en
grabado, el Pablo Picasso del Ateneo y
118 córdoba
la Universidad de Málaga (1999). Un
Segundo Premio consiguió al participar en el Concurso de Carteles Carnaval de Córdoba (1983) y en la V Bienal
de la Joven Pintura Contemporánea de
Barcelona, (1984).
Adolfo Ruiz Córdoba fue en 1988
alumno del pintor José Luis Montero
Mesa, con quien aprende a estudiar y
ver el color a través del impresionismo
y el expresionismo. En 1990 acude a la
academia de José Robles Muñoz, artista
con el que inicia su andadura creativa
dentro de la nueva figuración malagueña del momento. La pincelada minuciosa y detallista que distingue su obra,
no fue óbice para superar con acierto la
frialdad que frecuentemente se acusó
en muchos de los artífices del hiperrealismo dominante entre los años 1980-90.
Bodegones, paisajes, interiores con paisajes incorporados a los fondos o focalizaciones del mundo de la naturaleza
entre símbolos, creadores de metáforas
alusivas al paso del tiempo o lo efímero de la materia, fueron singularidades
de sus propuestas plásticas. Sobre sus
trabajos, Gal-Art (5. VII. 1993) escribió:
Es Adolfo Córdoba un pintor joven, treinta
años, malagueño, que cultiva un realismo
en el que el sentimiento comparte espacio con
la realidad. Detallista, preciso, atemperado,
sereno siempre, confiere a sus obras una gran
dosis de interpretación compositiva. Hay atmósfera y poesía en sus visiones pictóricas.
Adscrito al realismo, lo utiliza como soporte
para sus imaginaciones.
El crítico Antonio Cobos profundizó en las raíces del realismo de Adolfo
Córdoba asegurando: Su caso hiperrealista es singular porque ha sido capaz, a estas alturas, de introducir innovaciones en
dicha parcela expresiva. Por una parte, por
así decirlo, el inventor del “bodegón al aire
libre”: es decir, composiciones con cosas, flores o frutos que no se amustian en interiores
penumbrosos, sino que viven una vida jubilosa en plena naturaleza. Y por otra, cuenta
con el secreto de mantener en esas flores o en
esos frutos, frescores de vida, a pesar de haber sido arrancados de la cercanísima madre
tierra.
Hasta finales del año 2003 Adolfo
Córdoba había celebrado las siguientes exposiciones individuales: Sociedad
Cultural Al-Malaquí, Málaga (1989);
Galería Pórticus, Málaga, y Galería Retablo Arte, Pamplona (1993); Galería
Zúccaro, Madrid (1995) y Galería Joaquín Sorolla, Pamplona (2001).
Cuando se redactaba su currículum vítae para el presente Diccionario
a finales del año 2003, preparaba otra
muestra individual de sus obras en la
Galería Molmar, de Pamplona, para
el año siguiente. Su participación en
exposiciones colectivas fue muy numerosa. De ellas caben destacar: Expresiones y Pequeño formato, Galería Pórticus,
coronado 119
Málaga (1993); Flores y primavera, Galería Euroarte, Lisboa (1994); Artemanía
95, en Galería Ingres, Madrid (1995);
Realismo de la Escuela Andaluza, Galería
Retablo Arte, Pamplona (1995); Realismo: una mirada alrededor, Galería Nova,
Málaga (1996); Maestros del realismo, Galería Ingres, Madrid (1997); Maestros del
realismo actual, Galería Joaquín Sorolla,
Pamplona (2000); Pequeño formato, Galería Benedito, Málaga (2002); Colección
de realistas españoles, Galería Susperregui, Hondarribia, San Sebastián (2003),
así como otras distintas en Málaga Salones de Otoño de la Asociación de la
Prensa (1993 a 2003), Bilbao, Valencia,
Castellón, Sevilla, Cuenca, Vitoria, California y San Francisco, EE.UU., etc.
A la edad de 12 años, cuando aún
era estudiante de E.G.B., el pintor fue
premiado en un concurso organizado
por la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga. Imparte clases
de dibujo y pintura en los pueblos de
la Axarquía Sayalonga y Cómpeta, así
como en Alhaurín de la Torre.
Pablo Coronado Martín, artista
que vivió en Granada, Madrid, París y
Málaga compatibilizando su oficio de
pintor con el de ilustrador, cartelista,
decorador y diseñador de propaganda,
fue en 1944 cuando se decidió a entregarse de lleno a la creación pictórica,
en la que destacó no sólo como autor
de excelentes óleos, sino de líricos
gouaches, especialmente aquellos que
temáticamente tenían relación con la
mujer. La vida creativa de Coronado finalizó en Málaga, ciudad en la que se
residenció en 1966 tras haber celebrado una notable exposición de sus obras
en Torremolinos, y donde realizó una
intensa actividad hasta su fallecimiento
en 1970. El profesor Palomo Díaz, en
una aproximación biográfica del pintor publicada en la revista Jábega, n.º 35,
consigna que Pablo Coronado obtuvo
el Primer Premio de Carteles de Semana Santa convocado por la Agrupación
de Cofradías de Málaga en 1927, otro
más de cartel en 1946 de la Fiesta de
la Flor, cuyo original sirvió de tema en
una emisión filatélica, y dos premios
más (1947 y 1948) en Madrid, ambos
concedidos por Bellas Artes. Tras viajar por Europa y participar en diversos
120 coronado
certámenes, le fue otorgado en 1957 el
Premio Eugène Carrière. En Málaga
(1967), al tomar parte en el II Salón de
Invierno convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, se
adjudica el Premio Moreno
Carbonero por una obra titulada
“Mujeres en el mar”, obteniendo su
último trofeo al participar en un certamen melillense. Seis meses más tarde de su fallecimiento, se inauguró en
el Museo Provincial de Bellas Artes de
Málaga una exposición en su memoria,
exhibiéndose en la misma más de un
centenar de sus obras.
Artista miembro de la Escuela de
Pintores Españoles en París, diseñó sellos de correos conmemorativos de la
Cruz Roja Francesa. Asimismo, como
escultor, tiene un monumento dedicado al Cardenal Belluga en Motril, su
ciudad natal.
CUENCA MENDOZA, José Manuel
(Ver BORNOY, Pepe)
de burgos oms 121
Antonio de Burgos Oms recibió
formación artística del almeriense
afincado en Málaga Joaquín Martínez
de la Vega y posteriormente de Xavier
Cappa, aunque en las exposiciones nacionales de 1934 y posteriormente en
la de 1936 a las que concursa, lo hace
como alumno de Antonio Muñoz Degraín. Pintor intuitivamente naturalista, destacó en el paisaje, las marinas
y las flores, así como en el retrato, a
cuyo género dedicó una parte mínima
de su producción.
Participó en las exposiciones regionales de Málaga de 1895 y 1896, en las
que obtuvo Tercera y Segunda Medallas
(respectivamente Bronce y Plata). Posteriormente (1899, 1901, 1902, 1903 y 1904),
lo haría, en el orden de los años citados,
en las exposiciones regionales del Liceo
de Málaga, Bellas Artes de Almería, Bellas Artes de Granada (donde obtuvo Segunda Medalla) y Bellas Artes de Málaga.
Entre los años 1912, 1914, 1915, 1916, 1921,
1924, 1931 y 1927, concurrió a las Exposiciones Regionales de Málaga y de la Real
Academia de Bellas Artes de San Telmo,
y en los años 1934 y 1936, respectivamente, a las Nacionales de Bellas Artes.
En 1946 tomó parte en la muestra
La pintura malagueña desde los tiempos del
maestro Ferrándiz. En 1953 celebró en los
Salones de la Sociedad Económica de
Amigos del País su primera y única exposición individual, y dos años después
tomó parte en una colectiva de Dibujantes y Pintores Malagueños.
122 de la fuente grima
Fue nombrado profesor de entrada
interino de dibujo artístico y elemental
de Historia del Arte el 16 de enero de
1915, mediante oposición, y el 1 de abril
de 1929, profesor auxiliar. Miembro de
Número de la Real Academia de Bellas
Artes de San Telmo desde el día 3 de
agosto de 1913, tras haber desempeñado en numerosas ocasiones de forma
accidental el cargo de secretario general de la academia, fue designado secretario general de la misma en 1932 y
secretario perpetuo en 1956, cargo que
ejerció hasta su muerte. Una de sus últimas actuaciones como pintor fue la restauración del telón de boca del Teatro
Cervantes, pintado originalmente por
el maestro Bernardo Ferrándiz y al que
don Antonio devolvió su perdida vistosidad en 1960, cuando ya había entrado
en los 80 años de edad. Al cumplirse el
centenario del nacimiento de Burgos
Oms, la Real Academia de Bellas Artes
de San Telmo, en colaboración con el
Vicerrectorado de Extensión Universitaria de nuestra Universidad y del
Museo de Málaga, organizó una exposición póstuma de sus obras, casi desconocidas del gran público, toda vez que
la única muestra individual de su arte
fue la ya citada de 1953.
José de la Fuente Grima, pintor paisajista que no desdeñó la marina, el retrato ni la estampa típica estudió dibujo y
composición en la Escuela de Bellas Artes
de San Telmo, frecuentando, en distintos momentos y cursos, las clases de José
Nogales Sevilla y César Álvarez Dumont
Perteneció a la Peña Montmartre, luego
Grupo Picasso, y fue, hasta el momento
de su muerte, decano de todos los pintores malagueños que habían pertenecido
a una y otro. Amó el ejercicio de la pintura en directo –Es la mejor que me sale del
alma, solía decir– y al campo, al mar, a los
olivares y viñedos, a pueblos de cortijos y
empedradas calles, dedicó gran parte de
su nutrida producción artística.
Pepe de la Fuente, según le llamaban sus muchos compañeros de oficio,
celebró 40 exposiciones colectivas, de
las que él solía destacar: La pintura malagueña desde los tiempos del maestro Ferrándiz, celebrada en el Centro de Estudios Andaluces de Málaga (1946); VI
Exposición Provincial de Arte de Educación y Descanso (1948); VII Exposición Provincial de Arte de Educación y
Descanso (1949), en la que obtiene Tercera Medalla del Certamen; XI Exposición Provincial de Arte de Educación y
de la rosa 123
Descanso (1955), consiguiendo Primera
Medalla; I Certamen de la Excma. Diputación Provincial de Málaga (1957);
III Certamen de la Excma. Diputación
Provincial de Málaga (1959); I Exposición Nacional de la Jefatura Provincial
del Movimiento de Málaga (1962), en la
que alcanza un Tercer Premio. En los
años 1976, 1978, 1980 y 1984 participó,
en el orden en que se menciona, en la
III Bienal de Pintura y Escultura de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo, exposición con Rodrigo Vivar y
Pérez Ramos Muestra de la Generación o
Grupo de 1950, en la Sala Miramar Arte,
así como en la colectiva Pintores Malagueños en la Galería Loring (Madrid).
Sus exposiciones individuales fueron ocho: Miramar Arte, Málaga (1979);
Caja de Ahorros Provincial de Málaga
y Sociedad Económica de Amigos del
País (1980); Sala de Arte Goya, Málaga
(1980); Galería de Arte La Maison, Málaga (1987); Casa de Cultura de Antequera
(1987) y Galería de Arte Pórticus (1990 y
1994). Con el Grupo 9 Pintores, fundado
en 1973 y al que pertenecieron en distintos momentos de su existencia Rodrigo Vivar Aguirre, José Guevara Castro,
Rafael López Palomo, Salvador Torres
Narváez, Miguel Rojas Oña, Francisco
Torres Matas, José Rojano Campos, José
Sanjuan Perdiguero, Manuel Pineda
Barroso y Manuel Pérez Ramos, De la
Fuente Grima participó en 9 exposiciones en Jaén, Fuengirola, Córdoba, Málaga y Granada.
Fue durante 14 años profesor de
colorido y composición de la Escuela de Artes y Decoración del Colegio
León XIII de Málaga.
Fernando de la Rosa Ceballos, se
inicia en la pintura de forma autodidacta al cumplir los 12 años de edad
copiando temas que él mismo prepara.
Viaja en numerosas ocasiones a Madrid
para dibujar en el Museo del Prado,
Lázaro Galdiano o Sorolla, y a los 18
años ingresa en la Facultad de Bellas
Artes de Sevilla, compatibilizando su
aprendizaje con la celebración de exposiciones junto a distintos grupos de
pintores con los que seguirá exponiendo con asiduidad, incluso, tras finalizar
sus estudios. Licenciado en la especialidad de Pintura en 1987, lleva a cabo
una intensa actividad pictórica que no
interrumpe pese al cumplimiento del
servicio militar. Completando su formación realiza los siguientes cursos de
especialidades: de grabado, en el taller
de la Universidad Popular de Fuengirola (1988); monográficos de cerámica en
la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de Huéscar, Granada (199092) y de grabado calcográfico y estampación en la Escuela de Artes Plástica y
Diseño San Telmo, Málaga (1999-2000).
Autor que no ha dejado de profundizar
en las atmósferas y campos emocionales
que sugiere la esencialidad del abstrac-
124 de la rosa
cionismo, su obra fue enjuiciada por la
historiadora del arte Lourdes Moreno
a propósito de la exposición Artistas
malagueños de hoy (Dresde, Alemania,
con ocasión de la I Semana Cultural
Española, 1998): A pesar de su estructuralismo, las obras de Fernando de la Rosa no
dejan de tener un doble sentido: se expresa la
musicalidad y el ritmo, la melodía del color
junto al simple disfrute del espíritu. Con ello
se reivindica el acto mismo de pintar, cuando el artista pretende aprehender el mundo
mediante sus instrumentos. ¿Acaso, no es
que el creador quiere dejar constancia de un
trozo de paraíso, de un edén lejano?
Eduardo Arboleda, con motivo de
la exposición celebrada en el Palacio
de Beniel (Vélez-Málaga, 2001) se refirió a los retos de Fernando de la Rosa:
Con tesón ha ido construyendo un mundo
plástico propio en torno a la abstracción gestual que desarrolla sobre soportes diferentes,
explotando las particularidades de los materiales y las propiedades expresivas de los
pigmentos. En cada uno de sus cuadros, se
plantea afrontar un nuevo problema que,
paso a paso, va resolviendo. En estos retos
no trata de realizar esfuerzos hercúleos o de
demostrar sus habilidades, sino que se enfrenta a tareas posibles que supera gracias
a su enorme capacidad de trabajo. En sus
cuadros se puede apreciar la sedimentación
de pacientes años de búsqueda que convierten a su obra en creaciones no banales.
Su primera exposición individual
la celebró en el Castillo Bil-Bil de Benalmadéna-Costa en 1987, a la que sucedieron las siguientes: Sala del Ayuntamiento de Archidona (1988); Sala
de la Excma. Diputación Provincial,
Málaga (1989), que itineró posterior-
mente a Vélez-Málaga, Antequera y
Ronda; Paisajes y otras ausencias, Casa
de Cultura de Estepona; Ideario, grabados, en la Galería Carmen de Julián,
Málaga, y Tablas, Bar-galería Arribabá,
Málaga (1990); Dibujos en el Centro
Cultural La General, Motril (1992);
Cuadros, Galería Terral, Málaga (1993);
Sala de la Biblioteca Municipal de Salobreña (1994); De puertas adentro, Sala
Alpechín, Loja; Paisajes desde el jardín,
Sala Unicaja, Antequera (1995); El jardín incipiente, Sociedad Económica de
Amigos del País, Málaga, y Sala de Arte,
Ayuntamiento de Nerja (1996); Jardins
d’eau et de lumière, Salle d’Honneur
Parc-Hôtel de Ville de Hyères, Francia,
subvencionada por la Delegación en
Málaga de la Consejería de Cultura de
la Junta de Andalucía, y Sobre papel y cartón, Casa Fuerte de Bezmiliana, Rincón
de la Victoria (1997); Gráfica y pintura,
Galería La Barbería, Sevilla (1998);
Inventario de Lindes, que inauguró el
Centro Cultural de la Excma. Diputación Provincial, Málaga; Painting Gardens, Consulado General de España en
Edimburgo, también patrocinada por
la delegación en Málaga de la Consejería de Cultura, y The Scotch Malt Whisky Society, Londres (1999); Pinturas
y Dibujos, Galería Nuevoarte, Sevilla,
y Calimorfosis, Hyères, Francia (2000);
Plan para un poema, Palacio de Beniel,
Vélez-Málaga (2001); De poemas y andamios, Casa de la Cultura de Cómpeta, y
Deslices, Estación Término, Rincón de
la Victoria (2002); El día menos pensado,
Espacio Didier Daurat, Aeropuerto de
Málaga, y Pintura urgente, Galería Margarita Albarrán, Sevilla (2003).
de la rosa 125
Fernando de la Rosa compartió en
distintas ocasiones espacios expositivos
con Francisco Cabello, Lucía Pagés,
Fernando Robles, Perry Oliver y Robert Harvey, entre otros. Con el grupo
formado en Sevilla el año 1985 en torno
a la Taberna-Galería Ánima, regentada
por el arquitecto austríaco Peter Mair e
integrado por Francisco Cabello, Jorge
Arévalo, Fernando Boro, Juan Almarza
y el propio artista, tomó parte en distintas exposiciones de carácter colectivo;
igualmente, con el grupo Seis Pintores,
también formado en Sevilla un año
después, y en el que con el propio Fernando se integraron Pablo Orellana,
Fernando Robles, Juan Carlos Busutil,
Antonio Espadas y Germán Bandera.
El grupo lo constituían muchos más,
pero se deja constancia de los que, 15
años más tarde, continuaban participando en eventos colectivos. Con la
Diputación Provincial de Málaga y galerías españolas, acudió con su obra a
ferias nacionales y convocatorias internacionales de arte, fue seleccionado
para participar en distintos concursos
y certámenes, entre ellos la exposición
itinerante patrocinada por la UNESCO
(1987), el Premio Blanco y Negro (1996)
y la V convocatoria de los Premios de
Grabado del Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella
(1988). Fue finalista del Premio Ciudad
de Palma Antoni Gelabert en su edición de 1997.
De sus más jóvenes triunfos destacan tres distintos premios recibidos
en su localidad natal, Archidona, y
fueron: Primer Premio de Carteles de
Semana Santa (1977), Segundo Premio
de Tarjetas Navideñas (1978) y Primer
Premio de Dibujo al Aire Libre (1979).
Fue Accésit del Concurso de Dibujo del
Ayuntamiento de Villanueva del Rosario (1982) y Tercer Premio del Certamen Nacional Juvenil de Artes Plásticas
(1983).
De sus trofeos, premios y distinciones más recientes hay que citar: Primer
Premio del II Certamen Nacional de
Pintura de La General, Granada (1992);
Menciones de Honor en el XVIII Salón
de Otoño de Pintura, Plasencia (1996);
del Premio Internacional de Pintura
Puerto Banús, Málaga; VIII Premio de
Pintura Bacardí, Málaga (1996); V Premios Nacionales de Grabado del Museo
Español del Grabado Contemporáneo,
Marbella (1998) y Acccésit del Certamen Internacional de Pintura Costa
del Sol (2002).
Fernando de la Rosa Ceballos compatibilizaba, sus actividades artísticas
con la enseñanza de Dibujo para alumnos de Educación Secundaria y Bachillerato en un instituto malagueño.
126 de la torre
Alumno de los profesores Rodríguez Quintana, De Burgos Oms y Bermúdez Gil, Alfonso de la Torre fue un
paisajista dotado de fina sensibilidad
tanto para captar y traducir la luz y el
sol de Málaga filtrados en el bosque o
el monte a través de la espesa arboleda (”Monte Gibralfaro”, “Barrancos
de Sierra Nevada”, “Picos de Europa”,
“Caserío”), como en exultadas marinas faeneras (“El copo”, “Producto del
mar”, “Actividad portuaria”) y en paisajes urbanos (”Del Muelle de Heredia”,
“Atardecer en la Malagueta”, “Tajo de
Ronda”). También llevó esa proclividad lumínica al retrato y el bodegón,
géneros que con excelentes maneras
también destacaron de su producción
pictórica.
Con motivo de la exposición homenaje que en memoria del artista dedicó la Real Academia de Bellas Artes
de San Telmo en la Sala Benedito, con
ocasión del primer aniversario de su
fallecimiento, Alfonso Canales, presidente de la corporación académica a la
que el artista había pertenecido durante muchos años, escribió en su catálogo: honramos la memoria de Alfonso de la
Torre, mostrando lo que de él sigue y seguirá
vivo: el afán de los ojos con los que supo ver
la claridad de nuestra tierra, y el producto
de las manos con las que quiso perpetuarla.
De idéntico modo y en otro lugar del
mismo catálogo, su compañero, el poeta Manuel Alcántara, dejó escrito: toda
la obra de Alfonso de la Torre estaba fundamentada en su amor a su tierra y a su mar
y esa razón de amor se notaba al pintar orillas y caseríos, el oro desleído de los montes
atardeciendo, el móvil violeta de la bruma...
Todo lo que hizo, con humildad y con fervor,
nuestro amigo que ya no está.
Pintor de vida independiente y
bohemia, gustaba sin embargo de participar en tertulias y discusiones sobre
artes y artistas, defendiendo, hasta con
cierta agresividad si cabe, sus propios
criterios frente a otros distintos. Llevó a
cabo numerosísimas exposiciones individuales por toda la geografía española,
mas su descuidada actitud archivística
sobre sus actividades propias, impiden
citar con precisión el número de exposiciones individuales y colectivas, así
como de los lugares y fechas donde se
celebraron. No obstante, se ha podido
reunir un mínimo número de catálogos que fijan con exactitud algunas de
sus exposiciones individuales: Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga
(1952); Asociación Artística Vizcaína,
Bilbao (1954); Galería Díaz-Lario, Málaga (1978); Caja de Ahorros de Cádiz
(1985) y Caja de Ahorros San Fernando, Sevilla (1986).
A la edad de 12 años Alfonso participó en un concurso sobre temas navideños, a los que envió tres obritas
(pastel, acuarela y óleo), ganando el
Primer Premio su trabajo al pastel. Ya
de molina 127
desde muy joven su biografía consigna
dos Terceros Premios, respectivamente, en las Exposiciones de Pintores Malagueños (1946) y Nacional de Educación
y Descanso (1947), a los que siguieron
la Primera Medalla de Educación y
Descanso (1949). Al año siguiente, le
llamaron para ejercer docencia en la
Escuela de Artes y Oficios de Málaga
como profesor auxiliar, y ese mismo
año ganaría el Premio Mejor Paisajista
Malagueño; igualmente, consiguió el I
Premio en la Exposición Provincial de
Granada (1951) y II Premio en la Exposición Regional de Málaga (1956).
Este mismo año crearía la Academia
de Dibujo, Colorido y Composición
de la Obra Sindical Educación y Descanso, que a partir de 1957 abriría caminos a tantas vocaciones malagueñas
que, en futuros años, confirmarían el
acierto de su creación dado el alto número de pintores jóvenes que en ella
se formaron. Obtuvo II Medalla en la
Exposición Provincial de Educación y
Descanso de Málaga (1959), I en la Provincial de Málaga (1965), I Premio de
Rincones Malagueños (1966), Premio
Bermúdez Gil del II Salón de Invierno de Málaga (1970), I del XII Salón
Nacional de Gibraleón (1974), Medalla de Bronce Picasso (1981) y Medalla
de Bronce de la Cámara de Comercio,
Industria y Navegación de la Provincia
de Málaga (1986). Miembro de Número de la Sección de Pintura de la Real
Academia de Bellas Artes de San Telmo desde 1981, toda su vida fue una
esforzada dedicación a plasmar en sus
cuadros la luz de Málaga. Una céntrica calle de la malagueña barriada de
Churriana fue bautizada, después de
la muerte del pintor, con su nombre y
apellidos.
Joaquín Hernández Molina vivió en
Málaga desde su infancia y a su Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
asistió de joven a dos cursos consecutivos: el resto de su formación la adquirió
de manera autodidacta. Llevó una corta
existencia creativa, que si en principio
influenciada por dos de las figuras que
les precedieron en el oficio, Enrique
Brinkmann y Francisco Peinado, más
tarde se recreó en modelos icónicos
muy personales y gozó con intensidad
en sus inquietantes criaturas y visiones
nacidas libres, independientes, autónomas y singulares, demostración de su
rechazo a cualquier modelo cultural,
social e, incluso, urbano. Toda la fuerza
de su observación crítica e irónica impregna la mayoría de su corta plástica.
En el catálogo que Miguel Alcobendas
preparó para la exposición de Joaquín
en la Sala de la Diputación Provincial,
insertó un texto de la profesora Rosario Camacho quien, tras observar atentamente su obra, había escrito: Son seres
128 denis
de un mundo real, pero presentados con tal
crueldad e ironía, despejados de toda vividura, destruidos, esperpénticos, divertidos,
amargos que parecen más bien brotar de las
regiones misteriosas del subconsciente, “donde lo incomunicable surge como de una extraña poesía”.
De Molina vivió en Madrid, París,
Ámsterdam y Berlín –del histórico Expresionismo y Transvanguardia de las
sucesivas estancias en este último país
está impregnada su obra de los años
80 del siglo XX–, y retorna a Málaga ya
enfermo. Sus dos primeras exposiciones individuales tuvieron como marco
el Colegio Universitario San Ciriaco y
Santa Paula, sito, entonces, en la Alameda Principal malagueña, y en el Hall
de Radio Juventud-La Voz de Málaga
(entonces en la Alameda de Colón), y
ambas en 1972. Una tercera individual
inauguró en la Sala de Exposiciones
de la Diputación Provincial malagueña un año más tarde. Previamente a
las anteriores había participado en la
VII Exposición Gráficas Internacional
de Málaga y Bienal del Premio Ciudad
de Murcia (1971); Certamen Nacional
de Dibujo Pancho Cossío y Certamen
Nacional de Dibujo María Blanchard,
ambas convocatorias santanderinas
(1972); Exposición Colectiva de Dibujo y Gráfica, Mijas (1973) y Muestra de
Pintura Contemporánea Malagueña,
organizada por el Ayuntamiento de la
capital (1973).
José Denis Belgrano, a los once
años de edad despunta como futuro
pintor. En el aula escolar, en tanto las
disciplinas de aritmética, lengua o geografía se les resultaban de difícil asimilación, los márgenes y espacios libres
de sus cuadernos los emborronaba de
atractivos dibujos que, copiados o de
improviso, acababan desvirtuando el
uso escolar de los mismos. El hecho de
que en la familia no existiera ningún
precedente en los campos creativos,
llenó de preocupación a sus padres,
que desde que el niño vino al mundo
pensaron dedicarlo, de mayor, a los negocios en los que la familia se ocupaba.
Esta circunstancia hizo retardar la formación escolar del futuro gran pintor,
que, al fin, vencidas muchas resistencias, se matricula en 1868 en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal,
correspondiéndole el aula de Bernardo Ferrándiz. Tras obtener en 1872 un
premio del Liceo malagueño, por su
cuadro “Un lance de toros”, donde ya
se manifiesta su proclividad al género
taurino, se une a Martínez de la Vega y
Emilio Ocón en un estudio-taller muy
cercano a la finca de Barcenillas, donde tiene su casa el maestro Ferrándiz.
de ramón 129
En 1875, deseando perfeccionar sus
conocimientos, viaja por su cuenta a
Roma; a su regreso, participa con Martínez de las Vega y otros compañeros
en la exposición que el propio Ferrándiz organiza en Málaga con motivo de
la estancia de Alfonso XII. Denis tiene
una gran oportunidad de que la ciudad
descubra sus maneras artísticas. Participa un año después en la Exposición
Nacional de 1887 con los temas “Ensayo de antaño”, “Anticuario”, “Después
de la corrida” y “Currutaco”. Ninguno
de ellos recibió galardón alguno, pero
el tiempo confirmó, por su recurrencia
en el conjunto de su obra, que en los
mismos estaba representada la panoplia de sus asuntos cultos o populares
preferidos, a través de los cuales gozará
de prestigio hasta quedar en la historia
de las artes malagueñas como uno de
sus más influyentes e inspirados pintores. Denis fue profesor de la Escuela de
Bellas Artes en la que inició su aprendizaje, y alumnos de sus clases fueron,
entre otros muchos y en distintos momentos, Andrés Cuervo y Rafael Murillo Carreras.
Alfonso de Ramón Monterde, fue
alumno de Juan Almagro y de Mario
Palma, entre otros, en la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de
Málaga donde ingresó en 1950, pertenece a la llamada Generación o Grupo
de los 50. Frecuentó las tertulias de El
Pimpi como miembro de la Peña Montmartre y como tal, en compañía de
otros jóvenes pintores de la época, visitó a Picasso en su casa de Cannes en el
primer contacto histórico que una representación de jóvenes creativos malagueños mantuvo con el maestro (1957).
Luego, como el resto de los miembros
de la Peña Montmartre, se integró en
el Grupo Picasso. A partir de 1958 expone individualmente en Madrid y
diferentes capitales europeas y, con Alberka, expone en los Salones de la Sociedad Económica de Amigos del País.
Fue a partir de 1960 cuando De Ramón
abandona temporalmente la pintura
y se dedica a la decoración, el diseño
y la escultura, realizando importantes
trabajos y encargos para hoteles, instituciones y residencias privadas de la
Costa del Sol, donde, a lo largo de los
años, dejó un amplísimo muestrario de
130 de torquemada
realizaciones creativas; también trabajó para la Caja de Ahorros de Ronda
(sede principal de Málaga) y oficinas
de Ciudad Real, Córdoba y Jaén. Con
destino a la central de Málaga de la citada entidad de ahorros, restauró un
fresco del maestro Bernardo Ferrándiz
que se había recuperado de un viejo inmueble del Hoyo de Esparteros y que
posteriormente la exornaba.
Primera Medalla Provincial de la
Obra Sindical Educación y Descanso
en 1953, obtuvo en 1972 el Premio Nogales de la I Bienal Nacional de Pintura
y Escultura (VII Salón de Invierno de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo de Málaga). En 1980 recibe, junto a los compañeros del Grupo de los
50, el homenaje de la Galería MiramarArte.
Con ocasión de su presentación
en Madrid (Círculo de la Unión Mercantil) a finales de los años cincuenta,
Dígame, la popular publicación madrileña de la época, recogió el evento en
sus páginas: Una excelente serie de pinturas
y tallas. En las primeras, Alfonso de Ramón
se manifiesta como buen conocedor del color
y del dibujo. En la segunda hace gala de
una gubia dúctil, que trata la madera con
indudable maestría.
Algunas de sus últimas obras pictóricas fueron mostradas en 1982 en
la Sala de la Caja de Ahorros de Antequera en dicha población, y en 1991, al
ser seleccionado para participar en el
V Premio de Pintura Ron Bacardí, en
Málaga.
José María de Torquemada y Redondo. Alumno que fue del maestro
Vázquez Díaz, es pintor que se estableció en Málaga en 1976 luego de una
prolongada estancia en Venezuela,
México y República Dominicana en
las que, al celebrar numerosas exposiciones de carácter individual, pudo
difundir sus trabajos en numerosas colecciones particulares e institucionales.
Su obra pictórica, a partir del mencionado año, se produce en Málaga, concretamente en Torremolinos, donde el
autor posee estudio-taller y academia.
Sus trabajos han sido valorados por la
crítica de forma unánime. José Manuel
Vallés, presidente de la Asociación de
Críticos de Arte de Málaga, escribió en
Sur (10.IV.1996): El realismo de José María
de Torquemada raya en algunas de sus telas en el llamado realismo mágico, o quizá
hiperrealismo, pero con una bella plasticidad, siendo eso el soporte básico para llenar
el espacio con esos elementos imprescindibles
en la elaboración de cualquier forma que se
pueda representar e interpretar en un lienzo como él lo hace. Mía Pavolini, por su
parte, dejó escrito en uno de sus catálogos: Si siempre es hermoso ver un hombre
progresar, saber más, mejorarse, y si este ha
dÍazdel 131
sido continuamente el camino de José María, hoy más que nunca su técnica se acerca
a su alma y su expresión es clara, llena de
juegos de luz.
Además de las exposiciones colectivas celebradas en Hispanoamérica,
De Torquemada celebró en España las
siguientes del mismo carácter: Galería
Benedito, (Málaga, 1997); Casino de
Marbella y Galería Infantas de Madrid
(1998); La Casa Grande, de Marbella, y
Galería San Antón, de Pamplona (1999);
Eurogalería de Arte Llamas, de Bilbao,
así como en Hondarribia (2000) y Sala
de Arte Arimany, Tarragona (2001). En
cuanto a las colectivas, participó en El
fuego como tema, celebrada en Benedito
Málaga, 1998; Cuatro pintores en el realismo, en la Casa Grande de Marbella y Galería Auri de Sevilla. En 1999 participó
en Fira D’Art Barcelona y en 2000 en la
Feria de Arte Contemporáneo de Sevilla y en la Feria de Arte Contemporáneo de Valencia. El artista fue Mención
de Honor en el I Certamen de Pintura
Puerto Príncipe (Puerto Marina, Benalmádena). Su obra, además de estar
presente en numerosas colecciones
privadas e institucionales de Hispanoamérica, también lo está en Alemania
Francia, España, Marruecos, Finlandia,
EE. UU. y Japón.
DÍAZ BARBERÁN, José
(Ver BARBERÁN)
Autor de muy ambiciosa obra expresionista que en ocasiones aparece
como absorbida por una fuerza cromática que la sumergiera en la más caótica
abstracción a causa de sus envolventes
atmósferas, José Antonio Díaz del Pendón es un artista que, nacido joven al
arte, no frecuentó escuelas ni academias artísticas ni, mucho menos, siguió
el modelo influyente de creativo alguno, de ahí que se le pueda considerar
un pintor ajeno a cualesquiera formas
de mimetismo creativo, dados los perfiles de un discurso plástico personalísimo desarrollado a lo largo de los veintidós últimos años del siglo XX.
Turbador Díazdel, definió “Paleta
de colores” del diario Sur (14.VI.97) la
Exposición Antológica que presentaba
parte de su obra realizada durante los
años precedentes y que tenía por escenario la Finca El Portón de Alhaurín de
la Torre, su pueblo nativo. A esta inicial
definición de artista y obra, el crítico
añadía: Con obras del decenio 1987-1997 el
pintor Díazdel se acerca de nuevo al público,
y lo hace de manera mucho más turbadora,
pesquisante e inquisitiva. […] Criaturas
que, nacidas en escorzo de asombros, sorpresas de nostalgias o agridulces recuerdos per-
132 dÍazdel
didos en memorias antiguas, explican con
suficiente esteticismo, color, hechura, dimensión y hasta poesía el desconcertante mundo
de Díazdel.
Acerca del color, verdadero activo
de la obra, fue el crítico de arte Antonio Abad quien hizo unas acertadas
afirmaciones: En los cuadros de Díazdel
los colores van creando su propio espacio
para que tome sentido la forma del objeto
representado. Cuando en sus composiciones
organiza el matiz y el tamaño de las zonas
cromáticas, siempre lo hará teniendo en
cuenta la luminosidad y la saturación de
cada una de esas zonas para ponderar un
resultado equilibrado.
Fruto de más de dos decenios de
trabajo, Díazdel celebró cerca de cuarenta exposiciones en el último cuarto
del siglo XX, de acuerdo con la siguiente
cronología: Caja de Ahorros Provincial
de Málaga (Vélez-Málaga, 1978); Museo
Casa de Colón (Las Palmas de Gran
Canarias, 1979); Galería Berruguete y
Caja de Ahorros de Antequera (Burgos
y Málaga, respectivamente, 1980); Sala
de la Caja Provincial de Granada y de la
Excma. Diputación de Málaga (1981);
Galería Arlanzón de Burgos y Casa de
Cultura de Alhaurín de la Torre de Málaga (1983); Caja de Ahorros de Ceuta
(1984); Sociedad Económica de Amigos del País (antigua Casa del Consulado del Mar, Málaga, 1985); Galería Benedito (Málaga, 1987); Cortijo Bacardí
de Málaga, Museo Cruz Herrera de la
Línea de la Concepción y Sala Amalur
de Ibiza (1989); Kreisler de Madrid y
Benedito de Málaga (1990); Sala Gaudí
de Barcelona y Sala Ivars de Valencia
(1991); Galería Jean Marc (Ibiza, 1992);
Sala Gaudí (Barcelona, 1993); Galería
Van Gestel (Marbella, 1994); Galerie
Gerard Bredson de Beyren, Luxemburgo, y Galerie Lisette Alibert de París,
(1995); Merrill Chase Gallery Chicago
II y Lisette Alibert de París (EE.UU. y
Francia, (1996); Diputación Provincial
de Málaga y Finca El Portón de Alhaurín de la Torre (1997); Tertia in Lutetia
en Galerie Lisette Alibert de París, Gallery Maximilian de Aspen y Art Gallery
7 de Osaka (Francia, EE.UU. y Japón,
sucesivamente (1998); Galería Brucke
de Tokio y Galerie Wam de Caen, Japón y Francia, respectivamente (1999);
y Gallery Pierre de Nueva York y Gallery Suiha de Tokio (EE.UU. y Japón,
en orden (2000).
Participó, entre otras, en las siguientes exposiciones colectivas: Arte
Contemporáneo en Málaga (Finca La
Cónsula, 1980); Homenaje a Van Gogh
(Museo Cruz Herrera de la Línea de
la Concepción, (1990); Grabadores Malagueños (Museo del Grabado Español
Contemporáneo de Marbella, 1994);
XIX Festival Internacional de Teatro de
Manizales (Colombia, 1997); Itinerante de Grabadores de Málaga (Málaga,
1998); Centenario de Emilio Prados
(Centro Cultural de la Generación del
27 (Málaga, 1999). Como artista formado en las técnicas del tórculo en el malagueño Taller Gravura, participó en
las colectivas Málaga en Aix-en-Provence y
en la itinerante por Marruecos: Rabat,
Casablanca, Marraquech, Fez y Tánger
(1993 y 1995, respectivamente).
Su obra está representada en los
museos del Grabado Español Contemporáneo de Marbella, Taurino de Lo-
díaz-oliva 133
groño, Cruz Herrera de la Línea de la
Concepción, Kranner Art Museum de
Chicago (EE.UU.), de la Solidaridad Salvador Allende (Santiago, Chile), Advocate for children (San Mateo, California,
EE.UU.), Urpo Lahtissen Taidesätiön
Kokoelma (Tempere, Finlandia), USG
People (Antwerpen, Bélgica) y Universidad, Diputación y Unicaja (Málaga),
entre otras colecciones.
Pintor que se consideraba autodidacta, José Díaz-Oliva,vivió en Málaga
desde 1943, donde hizo su larga carrera
artística. Con once años de edad ingresó en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos en la que siguió pintura y dibujo
con Luis Bono, José Roquero y Antonio Cañete; también frecuentó el aula
de pintura de Educación y Descanso,
según recogemos del catálogo de la IV
Exposición Provincial de Arte, Primeras Medallas, celebrada en Málaga en
el mes de agosto de 1969. Díaz-Oliva,
figura destacada de las vanguardias pictóricas malagueñas de la segunda mitad
del siglo XX, fue un pintor múltiple que
a impulsos de su albedrío incontamina-
do de “ismos”, modas e influencias realizó una obra personalísima en la que
reflejó no sólo su innata propensión a
la búsqueda, sino un creciente espíritu
de investigación en cuanto a las formas
y la luz en ellas generada. A Díaz-Oliva
debemos una definición acerca de su
propia historiografía como pintor. Ella
tiene, a los efectos del conocimiento de
su larga crónica estética, verdadero interés, por haber sido dichas cuando su
vida había iniciado ya el último sexenio
de existencia (1994), de manera que en
ellas sintetizó todo su recorrido en la
pintura malagueña. Lejos habían quedado sus obras primigenias netamente
figurativas: (realistas hasta 1955, expresionistas en 1960 y de componente social hasta 1965). Cuando el pintor se refirió a su obra hasta 1994, ya se habían
producido ciclos tan sólidos y creativos
como sus visiones surrealistas (1970),
Opus (1980), Rojo (1983) y Gris, (1986);
las series Convergencias (1987), Espejos
(1988) y Azogues (1997), cerrarán definitivamente sus grandes ciclos creativos.
Aquellas sus palabras de 1994, definitorias del desarrollo de su obra, fueron:
...Hay que tener en cuenta que partir del
impresionismo, llegar al surrealismo, tocar
la abstracción muy encendida de color, o bicolor y monocroma; buscar la figuración y el
realismo, y encontrarlos, y estar largo tiempo
en abstracciones relativamente figurativas,
es un ejercicio largo, difícil y complicado.
Su gran amigo Pepe Bornoy, con el
que expuso conjuntamente en tres ocasiones, organizó al año de su muerte
(2001) la Exposición Antológica, que comisarió Antonio Abad. Dicha muestra
se celebró en el Museo Municipal de
134 díaz-oliva
Málaga entre el 17 de enero y el 17 de
febrero del año 2002, Abad escribió en
el libro-catálogo sobre las celebradas
series Espejos y Azogues, culminación de
toda una carrera pictórica: ...Díaz-Oliva
fue ante todo un pintor rompedor de fórmulas y estilos. No era de extrañar que de sus
inicios, primero expresionistas y luego surrealistas, saltara a una abstracción geométrica,
y que de aquí de nuevo se adentrara por el
mundo de la figuración. Surge entonces su
conocida y celebrada serie Espejo, que no es
más que un ahondamiento en la materialidad de las formas y la construcción geométrica que se deriva de ella a través de una
nueva mirada, un doblez si se quiere del ojo
que se mira en el espejo y a su vez es contemplado.(...) El señalamiento de su mirada en
ese espejo clásico le haría penetrar en lo más
profundo de él hasta sentir su parte más oscura y fría, su llaga y su dureza de cristal y
azogue. Azogue precisamente se llamará su
serie posterior.
Este mismo cronista de la obra de
Díaz-Oliva se pregunta, a propósito de
Espejos: ...Pero, ¿por qué el espejo?, ¿por
qué ese juego de prismas, esa visión desde el
otro lado, esa quimera de lo virtual? ¿Qué
hacen ahí, –me pregunto– Gentille da Fabriano, Lucca Signorelli, Miguel Ángel, Andrea da Sarto, el mismo Sandro Botticelli?
¿Qué pintan esos rostros ya pintados, esas
alegorías de otro tiempo, aquí en nuestro
tiempo, delante de nosotros, otra vez?
Distinto autor, Juan Delgado López, constató el helenismo barroco en
la pintura de Díaz-Oliva escribiendo:
...Un salto en el tiempo, dos siglos, y nos
encontramos a Velázquez en la obra de DíazOliva, y otra vez nos bañamos en el agua
apetecida de su impecable capacidad de ma-
gisterio. Y sigue siendo el mismo su mundo
de barrocos tratamientos para estudiar meninas con candela en los ojos y fiebre palaciega
en las entrañas. Y hay un mundo interior,
un tiempo interior que grita soledades. Y un
afán en la carne que pide compañía. (...) Se
ilumina el tiempo porque el arte es la luz que
esclarece la vida. Se sacraliza el tiempo y los
dioses paganos del sentimiento convocan el
milagro de la emoción más alta.
Las exposiciones individuales de
Díaz-Oliva, entre 1964 y 1998, se celebraron en Zaragoza y Fuengirola (1964);
Salamanca, Málaga y Zamora (1966);
Béjar y Valladolid (1967); Torremolinos,
Valladolid, Ginebra, Málaga y Plasencia
(1969); Valencia (1970); Málaga, Granada y Palma de Mallorca (1971); Zaragoza, León y Málaga (1972); Salamanca,
Valladolid, Madrid y Zamora (1973);
Málaga (1976); Málaga (1978 y decorados escénicos para Érase una vez, del
Grupo Cascao); Nerva y Málaga (1980);
Málaga y Fuengirola (1981); Granada,
Bilbao, Málaga y Ronda (1982); Zaragoza y Fuengirola (1983); Nerva (1985);
La Coruña (1986); Málaga (1987); Valladolid, Lérida, Málaga y Benalmádena
(1988: realiza los cuadros móviles para
el ballet La Fiesta Nacional); Córdoba y
Málaga (1989); Madrid (1990); Málaga
(1992 y 1993); Salamanca, Soria, Palencia, Valladolid, Málaga, Huelva y Alemania (1994); Málaga (1997) y Rincón
de la Victoria y Dresde, (1998).
Las exposiciones de carácter colectivo entre 1958 y 1995 fueron: Juvenil de
Arte, Málaga (1958); Provincial de Educación y Descanso, Málaga (1959); I Regional Andaluza, Sevilla (1960); Nacional de Educación y Descanso, Zaragoza
díaz-oliva 135
(1961); Salón de Artes Plásticas, Málaga (1962); V Salón Estival de Pollensa
(1966); Arte y Caridad, Valencia (1967); V
Salón de Invierno de Málaga y VI Salón
Nacional de Murcia (1968); Exposición
Homenaje a Picasso, Málaga, y Nacional
de Bellas Artes, Madrid (1969); Muestra
Málaga 70, Exposición Nacional de Linares, VII Salón Nacional de Murcia y
XIX Salón de Otoño, Sevilla (1970); I
Bienal Provincial de León y I Bienal de
Zaragoza (1971); Pintores Contemporáneos
Malagueños, I Bienal del Vino de Málaga, II Bienal de León, II Bienal de Zaragoza y Exposición Nacional de Educación y Descanso de Huelva (1973); II
Bienal Nacional de Málaga y Surrealistas
Españoles, hoy, Madrid (1974); V Exposición Primeras Medallas de Educación
y Descanso, Madrid; Surrealismo 50 Aniversario, Zaragoza; I Bienal de Pintura
de Santander y V Bienal del Deporte
en las Bellas Artes, Barcelona (1975); III
Bienal Nacional y Obra Gráfica, Málaga, y I Bienal Ciudad de Oviedo (1976);
Pintores Malagueños, Algeciras (1977);
Colectivo Palmo, Málaga, II Muestra de
Pintores Andaluces, Sevilla, y Muestra
de Arte Actual en Churriana (1979); Concepto de Aquí y Ahora, Marbella; Colectivo
Al-Andalus, Vélez-Málaga; II Certamen
Nacional Vázquez Díaz, Nerva, y Grabado en Andalucía, hoy, Madrid (1980);
Colectiva Beca Picasso, Pintores Contemporáneos Malagueños y Primer Encuentro
de Grabadores Andaluces, Málaga (1981);
Colectiva 82, Marbella; Colectivo Palmo
y II Encuentro A.T.A. 50 Años de Arte
Andaluz, Granada (1982); VII Bienal
de Marbella; Colectivo Palmo, Málaga
(1983); Arco’85 (1985); Exposición Co-
lectiva en Malacke, Málaga; Pintura Contemporánea, Torremolinos; XVIII Exposición de Bellas Artes, Cádiz y Gráfica
y Objetos, Colectivo Palmo, Málaga
(1986); Colectiva Autodefinidos, Pintura
Actual en Málaga, y Pintores para el 92,
Córdoba (1988); Pintura Malagueña y
La Escultura en Málaga, hoy, y Estampado
en Málaga (1995).
De entre los premios, becas y distinciones al mérito artístico que le fueron concedidos al artista entre 1958 y
1981, destacan los siguientes: Primer
Premio y Beca en la Exposición Juvenil
de Arte, Málaga (1958); Primera Medalla Provincial de Educación y Descanso,
Málaga (1959); Medalla de Bronce en
la Exposición Nacional de Educación
y Descanso, Zaragoza (1961); Tercer
Premio del Salón de Artes Plásticas,
Málaga (1962); Diplomado del Instituto Atenas, de Madrid, y viaje de estudio
por España (1963); Primera Medalla
Nacional de Educación y Descanso, Logroño (1964); Premio Álvarez Dumont
del V Salón de Invierno, Málaga (1968);
Medalla de Bronce de la Exposición
Primeras Medallas de Educación y Descanso, Málaga (1969); desempeña durante un curso la cátedra de pintura de
la Escuela de Nobles y Bellas Artes San
Eloy, Salamanca (1973); obtiene la Beca
Picasso del Ayuntamiento de Málaga
(1974); de nuevo, el Premio Álvarez Dumont de la II Bienal Nacional de Arte,
Málaga (1976); es seleccionado para la
XIV Bienal Internacional de Ljubiana,
Yugoslavia (1981).
El catálogo manuscrito sobre su
propia obra, dado a conocer por el profesor Francisco J. Palomo Díaz, autor
136 donoso
del Breviario de la vida de Díaz-Oliva en
el libro-catálogo de la exposición del
Museo de Málaga, conmemorativa del
primer aniversario del fallecimiento
del artista, recoge los siguientes datos:
370 cuadros (óleo –los más–, técnica
mixta y uno en acrílico, sobre soportes de lienzo, madera y, menos, cartón,
con medidas muy variadas, siendo los
mayores de 200 x 200 cm. en un par de
cuadros), entre 1967 y 2000.
Cita el mismo historiador de la
pintura, vida y obra de Díaz-Oliva otras
producciones como 26 ceras y 95 dibujos a pluma, tinta china y grafito, 8
dibujos en técnica mixta, 16 obras en
lápiz a color, 26 dibujos sin especificar
técnica, 34 acuarelas y 19 matrices de
obra gráfica, además de serigrafías,
planchas de cobre, grabados, prototipos de esculturas, etc.
DÍAZ RITTWAGEN, Jaime
(Ver RITTWAGEN)
Manuel José Donoso Merino, artista que supo compatibilizar sus obligaciones profesionales como funcionario del Ministerio de Hacienda con la
actividad creativa; asistió a Bellas Artes
durante los cursos 1958-60, inclusive,
teniendo como profesores a Antonio
Cañete y José Roquero; como compañeros de dibujo y pintura compartió
aulas con Torres Matas, López Palomo,
López Muñoz y Díaz-Oliva, entre otros.
De escasa presencia en salas y galerías,
su primera exposición la celebró en el
Salón Sindical de Exposiciones de la
CNS (Madrid, 1966), en la que presentó 19 retratos femeninos y masculinos y
siete paisajes inspirados en el rebalaje
de Fuengirola; posteriormente, tomaría parte en distintos eventos colectivos
dentro y fuera de Málaga. Destacó en
el retrato, habiendo realizado alrededor de 180 trabajos para ciudadanos de
Gran Bretaña durante una corta estancia en Londres a invitación del director
general de Leyland, así como para otros
clientes españoles, franceses, noruegos
y daneses. De delicada factura en la
ejecución de bodegones, incorporaba
el paisaje como fondo de los retratos,
así como en temas de caza y escenas
durante 137
costumbristas. Al iniciarse el decenio de
1970, y de forma autodidacta, se dedicó
a la escultura, en cuya variante artística
demostró idéntica sensibilidad que ya
había quedado patente en la pictórica.
En 1966 obtuvo un Primer Premio provincial de la Obra Sindical Educación y
Descanso al participar en uno de sus certámenes anuales de pintura al aire libre,
y en 1967 el Premio Nogales, concedido
por la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos al participar en el Tercer
Salón de Invierno de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo.
Fermín Durante López, miembro
de número de la Real Academia de
Bellas Artes de San Telmo desde 1993,
había sido alumno del maestro Federico
Bermúdez Gil en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga
y artista que supo extraer de sus experiencias fotográficas soluciones y aplicaciones prácticas en el campo de la
pintura, al que dedicó una parte importante de su existencia creativa. Su
original obra pictórica, resultado de la
impregnación de dos modos distintos
de hacer arte, llevaba implícito, además
de un evidente dominio del dibujo, no
sólo el realismo que la cámara fotográfica proporciona, sino las delicadas
expresiones obtenidas en el proceso
de depuración de las formas objetivas.
Desnudos de mujer, evocaciones intimistas femeninas, retratos, bodegones,
tipos de la calle, alegorías y metáforas
que parecían originarse en los celajes
del mundo onírico, etc., fue la temática
que abordó en vida el artista.
Manuel Alcántara, que al pintor
dedicó no escasa literatura referencial,
dejó escrito de él: Fermín Durante pintaba como era: minucioso, responsable, honrado a carta cabal y soñador de un mundo
donde se repartirían otras barajas. A pesar
de ser constitutivamente andaluz, su musa
era septentrional: la melancolía. Pudiera
decirse que tenía nostalgia de cosas que
jamás le habían ocurrido. Por su parte,
Pedro Tedde de Lorca –que le dedicó
en vida un opúsculo reflexionó acerca
de la tipología humana que pobló su
universo icónico: Hay, sobre todo, dos temas, dos protagonistas, que aparecen, una
y otra vez, en la obra de Fermín Durante,
que me han atraído por la singularidad de
su tratamiento, y cuyo sentido resulta profundamente contradictorio: los niños y las
muchachas, en ese privilegiado y difícil tramo que va desde la apenas adolescencia a la
todavía no madurez.
Su obra inicial fue dada a conocer
en la Exposición Nacional de Gibraleón
(Huelva, 1967) y en el certamen anual
de la Obra Sindical Educación y Descanso (Málaga, 1969); en éste último,
consigue una Primera Medalla, su
Primer Trofeo al Mérito. La actividad
galerística individual del pintor se
138 durante
inicia en los Salones de la Sociedad
Económica de Amigos del País de
su ciudad natal (1970), continuando
de acuerdo a la siguiente cronología
expositiva: Malacke (Málaga, 1980);
Galería Heller (Madrid, 1982 y 1983);
Galería Fundación (Madrid, 1983); Sala
Aveyro (Lisboa, y Malacke, Málaga,
1985); Galería Terral (Málaga, 1989);
Galería Benedito (Málaga, 1990); Club
Mayorazgo (Málaga, 1993) y Galería
Benedito (Málaga, 1994). Su participación en eventos colectivos fue numerosa. De una larga relación de ellos
seleccionamos los más importantes:
Primeras Medallas de la Obra Sindical
Educación y Descanso (Málaga, 1972);
Exposición de retratos en la Sociedad
Económicas (Málaga, 1973); Exposición
Primeras Medallas de Educación y
Descanso del Museo Provincial de Bellas
Artes (Málaga, 1975); I Bienal de Pintura
Villa de Pego (Alicante, 1977); Homenaje
a Juan Eugenio Mingorance (Málaga,
1981); Homenaje a Picasso (Museo de Arte
Sacro, Málaga, 1982); Pintores Malagueños
(Ayuntamiento de Nerja, 1984); Salón
de Otoño de la Asociación de la Prensa
de Málaga (1988, 1993 y 1995), Pintores
Malagueños (Museo Provincial de Bellas
Artes (Málaga, 1997) y 150 Aniversario
de las Reales Academias de Andalucía
(Caja Rural, Málaga, 1999). Fue autor
de numerosos carteles: IV Congreso
de Pediatría Extrahospitalaria, Semana
Santa de Málaga y Feria de Agosto de
Málaga, así como del Rastrillo Nuevo
Futuro. También fue generosa su colaboración artística con diferentes cofradías y hermandades malagueñas.
elgar 139
Hijo de padres malagueños, Manuel García Duarte vino al mundo el
Día de los Enamorados de su año natal y tras una larga estancia familiar en
Alcazarquivir llegó a Málaga en 1944
donde vive desde entonces. Dibujante,
escritor y humorista, perteneció al
grupo de iniciales colaboradores de
Chaveas, la revista infantil malagueña
del desaparecido vespertino La Tarde,
primera experiencia andaluza en el
campo del cómic periodístico español.
Cuando se redacta la presente ficha so-
bre su actividad creativa, Elgar continúa
publicando en el malagueño diario Sur
su diaria viñeta, sumando ya casi setenta años dedicados a la que considera feliz actividad. Colaboró en importantes
revistas del género, como en: Hermano
Lobo, La Codorniz, Diez Minutos, Noche y
Día, Lecturas, El Caso, La Farola, Acción,
Afición y en los diarios Hoja Oficial del
Lunes, de Málaga; Odiel, de Huelva;
Hoy, de Badajoz; Arriba, de Madrid, y
otros. El veterano dibujante y miembro de la Real Academia de la Lengua
Española, Antonio Mingote, escribió
acerca de Elgar: Con su humor clarificante, Elgar ayuda a disipar la confusión en
que estamos sumidos. Sobre todo la confusión de las señoras que lloran emocionadas
en las peluquerías con las grandes bodas que
traen las revistas del corazón. “Practique la
elegancia social del braguetazo”, dice Elgar
en una pancarta, y hasta las señoras más
obtusas acabarán entendiendo la relación
entre el letrero y los reportajes a todo color
140 escalona
de los desposados aristócratas. Lo que puede
aclararles mucho la vida, que buena falta
les hace. En 1988 expuso en Málaga una
muestra individual de sus trabajos y caricaturas. Cuatro son los títulos de sus
libros de humor: This brief World, Mens
sana in corpore insepulto, Vete a hacer viñetas y La Transición en bragas. Ilustró
dos libros de otros tantos excelentes
amigos: Antología del disparate, de Luis
Díez Jiménez, y otro de la periodista y
escritora Liz Parrys. En Fuengirola existe la Calle Elgar, en su honor; posee el
título de Malagueño del Año y está en
posesión de la Medalla de Oro de la
Asociación de la Prensa de Málaga. Su
galería dibujístico-humorística está plagada de conocidas figuras nacionales
de la actividad cultural y política.
Pedro Escalona Vega, autor cuya
obra pictórica de original línea siempre figurativa-realista sustenta un dibujo hábil y preciso, estudió pintura y grabado en la Escuela de Bellas Artes de
San Fernando de Madrid (1972-1977),
teniendo como profesores, entre otros,
a Echau, Nieva, Villaseñor y Guijarro,
y como compañeros en los distintos
cursos, a Cortés Moreno, Ángel Busca,
Mariano Macarraz y David Nebreda.
Un año antes de acabar sus estudios
en dicho centro, fue distinguido por el
Ministerio de Educación y Ciencia con
la Beca de Paisaje de El Paular. Autor
de una obra que en su juventud recibió
numerosos galardones –sin que figuren
por propio deseo en su extenso currículo artístico–, Pedro Escalona ha recreado un mundo de personales acentos e
intimistas focalizaciones iconográficas
de tan difíciles como complejos ejercicios plásticos.
Fernando Pérez Mulet, sumándose
a lo que con anterioridad expresaron
sobre el trabajo de Pedro Escalona los
críticos Palomo, Luque, Casín o Sánchez Mesa, escribió para el catálogo
de la última exposición individual del
pintor en la Galería Benot, de Cádiz:
Estoy plenamente de acuerdo y les envidio su
intuición: el tiempo para siempre, el eterno
silencio, materializado en un instante, en la
concreción de un simple objeto, de un frágil
gorrión, de una mínima china, canto rodado por la marea, o esos cestos que rezuman,
también al tiempo, arqueología pompeyana,
rotundidad caravaggiesca y, entre fortuita o
desprendida, una oriental sutileza. No descubro, pues, nada nuevo si añado que existe un componente romántico en la obra de
Escalona. Como en el Diecinueve auténtico,
también parece rezumar en él la aspiración
a un Arte Total. Félix J. Palma, que estudió en profundidad la obra de Escalona, la ha visto así: En la pintura de Escalona la realidad se desgrana lenta, y todo
transcurre en silencio. Uno quisiera conocer
el escenario que el cuadro nos niega, las vistas de esas ventanas que se reflejan en la
esteban 141
panza del cristal de las vasijas, y arropando
ese epicentro de objetos heridos, se imagina
la habitación en calma de un caserón retirado, donde apenas llegan los acordes de las
vidas en tregua.
Sus exposiciones individuales, celebradas en numerosas capitales y ciudades españolas y europeas, fueron: Galería Foro, Madrid (1976 y 1977); Caja de
Ahorros de Cádiz (1978); Lloc D’Art, Elche (1980); Galiarte 96, Madrid (1981);
Galerías Rossli, Baltsthal y Munsterberg, Basilea, y Centrum, Grenchen,
Suiza (1984); Galiarte, 96, Madrid; Severín Fischer de Basilea e Imzielemp de
Olten, así como Munsterberg de Basilea, Suiza, y Hüsstegge, Hertoggenbosch, Holanda (1985); Casa de Cultura de
Fuengirola y Galería Hof de Basilea,
Suiza (1986); Galería Rossli de Balsthal,
Suiza (1987); Galería Altstad de Berna,
Suiza (1988); Galería Kurt-Schurer de
Biel, Suiza (1989); Galería Altad de Berna, Suiza (1990); Porticus de Málaga
y Martins de Olten, Suiza (1991); Alstadet de Berna, Suiza (1992); Galería
Tese de Fuengirola, y Heller de Madrid
(1993); ART MIAMI’94, Miami Beach
Convention Cen-tre, y Goodman and
Heller, Nueva York (1994); Galería Benot, Cádiz, y Stauffer de Balsthal, Suiza
(1995); Galería Alstad de Berna, Suiza
(1996); Galería Haurie, Sevilla y Nolde
de Navacerrada, Madrid (1997); Casa
de Cultura de Fuengirola, Málaga, y
Altstad de Berna, Suiza (1998); Galería
Jesús Puerto, Granada, y Museo Cruz
Herrera de la Línea de la Concepción,
Cádiz (1999); Galería Altstad de Berna,
Suiza, y Sala Pescadería Vieja. Jerez de
la Frontera, Cádiz (2000); Galería de
Pedro Torres, Logroño (2001), y Galería Benot, Cádiz (2003). De sus exposiciones colectivas, que sumaron 42 entre 1973 y el año 2000, destacan: Madrid
(17), Zamora (2), Holanda (7), Málaga
(8), Marbella (1), Bélgica (1), Santander (1), Granada (2), París (1), Cádiz
(6), Nueva York (1), Barcelona (1), Sevilla (3) y Ceuta (1).
ESCALONA OCAÑA, Julián
(Ver OCAÑA)
Pilar Esteban Vivar, desde muy niña
reside en Málaga, donde inició su preparación en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de la ciudad, en
la que tuvo como profesor al pintor y
académico Virgilio Galán Román durante los cursos 1972 a 1974, inclusive.
Pintora que tras largas temporadas realizó numerosas exposiciones individuales y colectivas en diferentes capitales y
ciudades españolas, acabó su ciclo galerista abriendo estudio-escuelas donde
ejerció docencia, muy especialmente
de pintura sobre cristal, especialidad a
punto de perderse en Málaga. De encantadora temática infantil, sus trabajos
142 esteban
se acercaron desde un primer momento a la fórmula naíf, que ya en Málaga
le habían precedido varias figuras del
momento, centrando en la niñez y sus
recuerdos un protagonismo singular.
Al participar en 1975 en una convocatoria nacional hecha desde Madrid por
UNICEF España para seleccionar temas
con destino a sus christmas navideños
de 1976 y a la que habían acudido 200
artistas españoles, Pilar recibió el encargo de realizar varios trabajos para
dicha organización. A propósito de su
exposición en la Sociedad Económica de Amigos del País (1974), Manuel
Gallego escribió en su catálogo: Es una
pintora independiente porque así lo impone
su propia personalidad y su peculiar manera de entender la pintura. Ella va por el
camino que tiene que ir y sigue la ruta que
le marca su instinto. El mundo se ha hecho
cruel, pero el de Pilar sigue siendo tierno.
La sociedad ha experimentado profundas
transformaciones, y Pilar sigue con su inagotable imaginación mostrándonos sus niños. En una referencia a su exposición
de Marbella el verano de 1975, el diario
Sur publicó lo siguiente: Sus naives pertenecen a la mejor casta. Recuerdan a la dulce
Marina Barbado como referencia más cercana; recuerdan a Mari Pepa Estrada, como
punto más intermedio; recuerdan a Manolo
Blasco como extremo. Y si me apuran, también en algún punto referencian a Concha
Barreto. Quiero decir con esto que Pilar se
ensambla en la tradición malagueña de la
pintura naíf, que es continuación de la escuela malagueña –que existe, ya lo que creo
que existe, y pese a sus oponentes– como una
realidad asombrosa y fecunda.
El orden cronológico de sus exposiciones individuales fue: Sala de la Caja
de Ahorros de Ronda, en calle Sancha
de Lara, y Galería de Arte de Radio Juventud, en Alameda de Colón (1973);
Sala de la Caja de Ahorros del Sureste
de España, Benidorm (1974); Sociedad
Económica de Amigos del País (1974);
Caja de Ahorros Provincial de Málaga
en Vélez-Málaga y Galería del Banco de
Bilbao de Marbella (1975) y Galería de
Arte El Griego, Torremolinos (1978).
De su participación en eventos colectivos figuran: XIX Exposición Provincial
de Educación y Descanso (1970); III
Certamen de Pintura La Buena Sombra y XXVII Exposición Nacional de
Educación y Descanso, Club Pueblo,
Madrid (1972); LXXX Exposición de
Primavera, Sevilla (1975); III Bienal Nacional de Pintura y Escultura, IX Salón
de Invierno de Málaga (1976); Colectiva
en Homenaje a Picasso e Iconografía Navideña, ambas en el Museo Diocesano de
Arte Sacro de Málaga (1982); Subasta a
beneficio del citado museo (1983).
De trofeos y menciones, además de
la distinción de UNICEF ya aludida, Pilar Esteban recibió una Primera Mención de Honor de Educación y Descanso (1971); V Premio de Pintura al Aire
Libre, Marbella; I Mención de Honor
en la Exposición Provincial de Educación y Descanso y II Premio del Ayuntamiento de Mijas (1974), así como el
Primer Accésit del I Concurso de Pintura Naíf del Hotel Don Curro, Málaga
(1991).
estrada 143
Francisco Estrada Romero era nieto del pintor cordobés Francisco Estrada Reina, de quien heredaría su gusto
por la creatividad pictórica en una de
sus técnicas más esquivas, la acuarela.
Arquitecto y Miembro de Número de
la Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo de Málaga, toda su existencia la
dedicó a su profesión, aunque nunca
desatendió su vocación pictórica. Alfonso Canales hizo una advertida puntualización sobre su arte: Era arquitecto
de profesión, pero se doctoró en crepúsculos,
en mares volubles y en cielos sosegados.
Miembro de la Agrupación de Acuarelistas desde 1958, participó en distintos eventos colectivos en la Sala Eureka
de Madrid, donde tuvo oportunidad de
dar a conocer a público y crítica su depurada técnica. Inicia a partir de aquí
una destacada labor como ilustrador del
diario ABC de Madrid realizando portadas para dicho periódico e ilustraciones
con destino a numerosos artículos y
relatos de autores del mundo literario
(José María Pemán, Díaz Cañabate y Julián Cañedo, entre otras figuras).
Rosario Camacho, en el catálogo de
la Exposición-homenaje que la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo cele-
bró en su memoria en la entonces Caja
Rural, bajo el patrocinio de la Excma.
Diputación Provincial y comisariada por
el pintor Virgilio Galán, expresaba su
admiración por los trabajos de Francisco Estrada: […] La paleta de Paco Estrada
era muy amplia y siendo un marinista, su color era el azul. No obstante, siempre he encontrado una inclinación por los tonos cálidos,
anaranjados, amarillos, las luces crepusculares que también se enfrían y se funden en los
malvas, ese color violáceo de vientre de pez,
llevándonos a pensar en un contenido, en la
asociación ocaso y melancolía.
Artista que representó a España
en el Festival de Artes (Toulouse, 1959)
participó en numerosas exposiciones
y eventos de carácter colectivo, entre
ellos, los siguientes: Exposiciones de
Otoño de la Real Academia de Bellas
Artes Santa Isabel de Hungría (Sevilla, 1959, 1977, 1978, 1979, 1982, 1991);
Homenaje al Mar (Miramar Arte, Málaga, 1979); Exposición del Museo de la
Acuarela Mexicana (México, 1982); X
Certamen de Acuarela (Madrid, 1985);
Colectiva de Espace Deldha (París, 1986);
Pintura Base 7 (Málaga, 1987); Salones
de Otoño de la Asociación de la Prensa
(Málaga, 1988,1989, 1990, 1991); Exposición-presentación de la Agrupación de
Acuarelistas de Andalucía (Córdoba y
Jaén, respectivamente, 1991).
En cuanto a las exposiciones individuales pueden citarse las siguientes, entre otras no constatadas: Caja de Ahorros de Ronda y Hotel Pez Espada (Málaga y Torremolinos, respectivamente,
1959); Galería Malacke (Málaga, 1976,
1978, 1984); Caja de Ahorros de Ronda
(Torre del Mar, 1981); Galería Benedito
144 estrada
(Málaga, 1989, 1991) y Galería Kensington Fine Arts (Londres, 1992).
A lo largo de su trayectoria pictórica, que iniciada en 1959 queda interrumpida en 1997, Francisco Estrada fue
distinguido en las siguientes ocasiones:
Premio en la especialidad de Acuarela
del Salón de Otoño y V Certamen de
Acuarela (Sevilla y Madrid, respectivamente, 1978); XVII Exposición de Otoño
(Sevilla, 1979); Mención Honorífica (finalista) en la VII Exposición de Acuarelas de la agrupación española de dicha
especialidad (Madrid, 1980);Premio de
los Sres. capitanes generales de la II Región Militar y II Región Aérea en la XXXI
Exposición de Otoño (Sevilla, 1982).
María Pepa Estrada Segalerva, con
antecedentes pictóricos familiares, hija
de José Estrada y Estrada célebre abogado criminalista y ministro en uno de
los gobiernos del Rey Alfonso XIII, hermana de poeta y al mismo tiempo Presidente de la Real Academia de Bellas
Artes de San Telmo de Málaga, esposa
de eminente médico como respetado
alcalde de Málaga y madre del poeta,
pintor y escritor Rafael Pérez Estrada,
fue una de las figuras creativas más relevantes de la pintura ingenuista malagueña del siglo XX. Sus trabajos siempre evocaron la ciudad de su niñez y
juventud a través de una abundante
panoplia de retratos y escenas de vida
social y popular de la ciudad que vivió
93 años. Podría decirse que fue artista
que pintaba no sólo sus recuerdos personales, sino los colectivos que vivieron
y protagonizaron los malagueños de su
propia generación y siguientes.
La suya es una pintura de presencias
coloreadas a las que acompaña la música
renqueante del gramófono con los discos de
ebonita (cuidad, no los pongáis planos, no
vaya a ser que se alabeen) y del perro que
estúpidamente escucha. Nada en esta pintura se alabea, porque el recuerdo podría reblandecerse, pero el hoy es siempre preciso y
exacto, escribió el erudito Manuel Alvar.
¿Ingenuidad?, se preguntaba Camón Aznar, que a continuación se respondía:
Más bien inspiración en el recuerdo, arte
sedimentado en una fantasía radicada
en la emoción nostálgica. Es este un tipo
de abstracción que acaricia nuestra sensibilidad pues el artista sale de su alma,
sacrifica su ineditismo y nos entrega unas
formas cuyas aventuras emotivas podemos
compartir.
De sus exposiciones colectivas habremos de destacar fundamentalmente su participación, por vez primera, en
Expotur (Nueva York, 1971); Salón del
Deporte (Madrid, 1972); Morges (Suiza, 1973); Arte Naíf (Palacio de Cristal,
Madrid, 1976); Formosa (China, 1978) y
Casa de España (París, 1979).
Sus primeras exposiciones individuales se celebran en la Embajada de
ezequiel 145
España en Lisboa, en la ciudad de Leiria y en el Museo Provincial de Bellas
Artes de Málaga (1969); Sala Decar y
Hotel Continental (Bilbao y Ginebra,
respectivamente (1970); Caja de Ahorros de Antequera y Galería Ramón
Durán (Málaga y Madrid, respectivamente (1971); Hotel El Remo, Galería
Atenas y Sala Camarote Granados, respectivamente, Torremolinos, Zaragoza
y Barcelona (1972); Galería Ramón Durán (Madrid, 1973); Galería Picasso y
Sala Cunaca, respectivamente, Málaga
y Barcelona (1974); Galería Orta y Galería Manuela, Valencia y Córdoba, cronológicamente (1975); Galería Nonel
(Barcelona, 1976); Caja de Ahorros de
Antequera (Málaga, 1977); Galería San
Vicente (Valencia, 1978); Museo Diocesano de Arte Sacro de Málaga e Institutos de Cultura de Viena y Múnich
(1980); Galería Nike (Valencia, 1981);
Galería Ramón Durán (Madrid, 1982);
Casa de Cultura (Fuengirola, 1984); Galería Kreisler (Barcelona, 1985); Palacio
Garci Grande (Salamanca, 1986); Galería Kreisler de Barcelona y Parlamento
Europeo (Estrasburgo, (1987) y Galería Benedito (Málaga, 1988, 1990, 1992,
1994 y 1996). Su obra ha sido estudiada
y analizada por distintas personalidades
relacionadas con el arte y la crítica en
múltiples publicaciones tanto europeas
como españolas.
Durante los treinta años de actividad creativa que mantuvo la artista
cosechó, entre otro, los siguientes premios y distinciones: Medalla de Oro de
los Castillos (Leiria, Portugal, 1969); Medalla Picasso (Málaga, 1974); Premio de
Teatro otorgado por los espectadores y
la crítica a la mejor escenografía por Los
cuernos de don Friolera, de D. Ramón María del Valle-Inclán, dirigida por José Tamayo (Madrid,1976); Rosa de Plata del
Banco de Bilbao, que se otorgaba cada
medio siglo (Madrid, 1980); Medalla del
Parlamento Europeo y Bandeja de Plata
de la Comisión Ejecutiva del Parlamento Europeo, respectivamente, Estrasburgo y Bruselas (1987).
También se le había otorgado el título de Miembro de Honor del Museo
Diocesano de Arte Sacro y la Medalla
de Oro de Málaga. Su obra está representada en numerosas colecciones institucionales y privadas de España, Portugal, EE.UU., China y diferentes capitales europeas.
Ezequiel Pérez de Inestrosa Naranjo
estudió desde muy joven dibujo, pintura y modelado en la Escuela de Artes
y Oficios Artísticos de su ciudad natal,
trabajó en publicidad y decoración de
cine en Madrid y llegó a Málaga en 1954,
donde desarrolló prácticamente su extensa obra y celebrado la mayoría de
sus exposiciones individuales, así como
otras muchas colectivas. Han sido sus
principales asuntos pictóricos figuras fe-
146 ezequiel
meninas, patios, callejas, ambientes marineros, escenas de género y del mundo
del toro, incluso paisajes, bodegones e
interiores domésticos, temas que parecen surgir de la tradición costumbrista
del siglo XIX, pero siguiendo esquemas
y pautas personales de ambientación,
composición y colorido.
Sobre el pintor y su obra opinó
Manuel Ruiz Ruiz, numerario de la
Asociación Española de Críticos de
Arte: Gran maestro de las artes plásticas,
del sentido común, portavoz de muchos andaluces, abanderado de la auténtica esencia
de nuestras costumbres y de una cultura de
singular dimensión. Acerca del dibujo,
el crítico salmantino Luis Hernández
del Pozo escribió: ...hay que decir que sobresale no sólo por la perfección formal del
mismo, sino más bien por la creatividad que
Ezequiel le imprime al componer su obra.
Su trabajo lo dio a conocer en
Málaga en una exposición celebrada en
los Salones de la Sociedad Económica
de Amigos del País (1957), a la que sucedieron las siguientes: Caja de Ahorros
de Ronda, Málaga (1963); Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga
(1966); Gran Casino, Marbella (1968 y
1969); Galería Garbí, Valencia, y Hotel
Meliá, Torremolinos (1970); Sociedad
Económica de Amigos del País y Galería
Picasso, Málaga, y Galería Pedro Flores,
Estepona (1971); Sociedad Económica de
Amigos del País, Málaga (1973); Casa de la
Cultura, Ciudad Real (1974); Sala Alcón,
Madrid, y Hotel Meliá, Granada 1975);
Sociedad Económica de Amigos del País,
Málaga (1976); Sala Alcón, Madrid (1977);
Galería Picasso, Málaga (1978); Galería
Benedito, Málaga (1987, 1988, 1989, 1991,
1994 y 1999); Hotel Alfonso XIII, Sevilla
(1990); Casa de la Cultura, Algeciras
(1992); Galería de Arte Xauen, Granada
(1995 y 1997); Casa-Fuerte de Bezmiliana,
Rincón de la Victoria (1998) y Sala de
Arte de Cajamar, Málaga (2002).
La participación de este pintor en
eventos colectivos fue numerosa, y de
ellos cabe destacar: I y IV salones de Arte
de Primavera, Ciudad Real (1950 y 1953);
XIII Exposición Provincial de Arte de
Educación y Descanso Málaga (1956);
II Exposición de Pintores Malagueños
en homenaje a Moreno Carbonero y V
Exposición de Artistas del Mediterráneo,
Málaga (1958); XIX Exposición Provincial
de Arte de Educación y Descanso y III
Exposición Provincial de la Excma.
Diputación de Málaga (1959); XVIII
Exposición Nacional de Arte de Zaragoza
(1960); I Salón de Invierno de la Real
Academia de Bellas Artes de San Telmo,
Málaga (1965); Colectiva de Primavera,
Museo Diocesano de Arte Sacro, Palacio
Episcopal de Málaga (1991). A las citadas, siguieron otras del mismo carácter
hasta el final del siglo XX y primeros de
la siguiente centuria.
Premios y distinciones: Tercer Premio de Acuarela en la Exposición de
Pintura de Educación y Descanso,
Ciudad Real (1945); Primera Medalla
en la Exposición Regional de Dibujo y
Acuarela de La Mancha (1948); Segundo
Premio en la Exposición Nacional de
Artes, Valencia (1949) y Primer Premio
de Pintura en el Certamen Nacional
convocado por el Instituto Nacional de
Previsión, Málaga (1964).
faría 147
José Faría, pintor que residió en
Málaga durante diez años desarrollando una interesante actividad fundamentalmente como grabador, frecuentó en
Lisboa, entre 1964 y 1969, la Escuela
de Artes Decorativas António Arroio,
y posteriormente, trabajó en el diseño
gráfico, publicitario y editorial. Antes
de su llegada a Málaga había realizado distintos cursos en las técnicas del
grabado en la capital portuguesa. Faría
fue cofundador del Colectivo Palmo de
Málaga y en esta ciudad creó su propio
taller denominado Gravura, que mantuvo en funcionamiento durante los
años 1984 y 1986, que pasó después a
la dirección de Paco Aguilar. De Faría,
experto en las técnicas de tórculo, se
expresaron distintos analistas y críticos,
entre otros, el escritor lusitano Francisco de Vasconcellos, que, en alusión a los
relatos contenidos en Historias mínimas,
que con tanto gracejo ilustró Faría, aseguró de sus ilustraciones que estaban
bajo el empeñado esfuerzo de la lucidez, un
sabor de melancolía que el artista supo interpretar a la perfección en sus grabados,
traduciendo el espíritu de las historias. De
otro lado, María Raquel Delgado Martins escribió: Diez años vivió José Faría en
Málaga, ciudad de mar y luz, haciendo de
sus grabados arte. Aún más tiempo hubiera
vivido si la añoranza de su tierra y de la
sombra no le impulsara a emprender el camino de vuelta a Lisboa, abriéndole celosías
de color mediante la pintura y ventanas a
blanco y negro, a través del grabado.
148 fernández
De sus exposiciones en Málaga se
recuerdan las de grabado y diseño en
Taller Gravura (trabajos en cobre, piedra y litografías, además de la carpeta
Historias mínimas), celebrada en 1975; la
que tituló Cuadernos de Arte, en las Salas de la Diputación Provincial en 1980;
Grabados, en Taller 7/10 en 1984 y La materia herida, acompañado de Paco Aguilar, en la Sala de la Caja de Ahorros de
Antequera en Málaga-capital.
Aunque sevillano de origen, Antonio Fernández Fernández, recién cumplido su primer año de edad y debido
al traslado de su familia, vive en Málaga
desde entonces. En ella despertó tempranamente a la pintura y comenzado
su aventura creativa de forma autodidacta; no obstante, fueron los pintores
Alfonso de la Torre y José Azaustre, respectivamente, quienes le iniciaron en
el dibujo y el color. Buscando complementar tales enseñanzas básicas se matricula en la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos de Málaga durante
el curso 1965-66. Su pintura, que nació
impresionista por el fuerte impacto
que le causaron sus largas reflexiones
y estudios durante muchas jornadas en
el Louvre ante la obra de los impresionistas franceses (1973), evolucionó más
tarde hacia un código colorista más
sobrio y acorde con su sensibilidad,
dominada por la que él mismo llamó
“visión sensorial subjetiva del arte”. A
través de ella, se ha permitido aplicar a
sus óleos las técnicas y modos más adecuados a sus personales fines plásticos.
Miembro fundador en 1977 del grupo
Pintores Malagueños contemporáneos,
conocido popularmente como Grupo
de los 7, su obra fue conocida en una
exposición individual celebrada en el
mes de septiembre de 1972 en el Hall
de Radio Juventud-La Voz de Málaga.
En la madrileña revista Crítica de
Arte (enero, 1980), leemos una crónica
que desde Málaga enviaba el pintor José
Guevara Castro en la que, entre otras
cosas, aseguraba: Antonio Fernández expuso su reciente obra pictórica, que día a día
gana en solidez su gama de sobrios colores,
dentro de una recia estructura, con predominio de paisajes en los que el carácter del
pintor se manifiesta con serena austeridad.
La pincelada y la sobriedad nos traen ecos
de Cézanne, por lo que tal vez la solidez del
espacio en sus obras a la larga pueda desembocar en un cubismo. José Mayorga,
desde el periódico Sur (octubre, 1984)
comentaba: …esas veladuras son como
puertas de su alma que el artista añade a lo
hecho para que resalte la personalidad de lo
que ve, de lo que pinta, de lo que investiga y
en definitiva entrega: su propia síntesis del
mundo, la regla de oro o el número áureo…,
sus diálogos del alma que no se pierden en
las musarañas de los entretenimientos vanos, sino que se quedan para la posteridad
prendidos, atrapados, en un cuadro que se
fernández 149
firma con la personalidad que lo hace un
Antonio Fernández.
Como se ha mencionado, la exposición individual con la que se acercó al
público por vez primera fue la celebrada en Radio Juventud en septiembre de
1972. Cronológicamente, las siguientes
del mismo carácter fueron: Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga
(1974); Liceo-Peña Malaguista, Peña
El Sombrero y Caja de Ahorros de
Ronda, Málaga (1975); Galería Picasso,
Málaga y Talavera de la Reina (1977);
Sociedad Económica de Amigos del
País, Málaga, y Caja de Ahorros de
Antequera (1978); Peña El Sombrero,
Málaga, y Caja de Ahorros Provincial
en Málaga y Fuengirola (1979); Caja de
Ahorros Provincial, Peña El Sombrero
y Sociedad Económica de Amigos del
País, Málaga (1980); Caja de Ahorros
de Ronda, Torre del Mar (1981);
Galería Lázaro, Madrid (1982); Caja
de Ahorros Provincial, Vélez-Málaga, y
Galería Miguel Ángel, Málaga (1984);
Sociedad Económica de Amigos del
País, Málaga (1985); Galería Benedito,
Málaga (1987); Colegio Público Pablo
Ruiz Picasso, Málaga (1991 y 1993);
Unicaja, Vélez-Málaga (1994); Colegio
Público Pablo Ruiz Picasso, Málaga
(1995); Círculo de Bellas Artes Nuevo
Siglo, Málaga (1998) y Colegio Público
Pablo Ruiz Picasso (1999). Hasta finales del siglo XX había participado en
numerosas colectivas, principalmente con el Grupo de los 7. Profesor de
dibujo y pintura en varios centros docentes de carácter público y privado,
también ha impartido clases particulares. Premios y menciones: Mención de
Honor del concurso convocado por el
Ayuntamiento de Talavera de la Reina
(Toledo, 1955); Primer Premio del
Certamen Ciudad de Melilla (1957);
un Segundo Premio sobre el tema del
árbol y otro de idéntica categoría sobre Marbella (1977) y una Mención de
Honor en el IX Certamen de Marinas
del Real Club Náutico Mediterráneo
(Málaga, 1993).
José María Fernández Rodríguez
fue alumno de Martínez de la Vega en
la Escuela de Artes y Oficios de Málaga
desde los catorce años de edad y hasta
los dieciséis (1895-1897). Del ya entonces anciano profesor –que moriría enfermo y abandonado en una oscura habitación del Parador de San Rafael de
Málaga en 1905– asumiría una buena
dosis de su plástica, especialmente en
la realización de muchos de sus trabajos
al pastel, técnica en la que fue Martínez
de la Vega inimitable. La concurrencia
de José María Fernández al aula de su
maestro en calidad de alumno tanto
oficial como libre, cesó a los dos años
de haberse iniciado. Sus primeros ejercicios vocacionales no se manifestaron,
como en otros casos semejantes, a tra-
150 fernández
vés de claros ejercicios artísticos, sino
mediante apuntes y dibujos espontáneos sobre papel o cualesquiera otros
soportes no académicos. Ausentado
de Antequera en 1903, durante el decenio que transcurre hasta su regreso
definitivo, viaja por Europa hasta que
finalmente, después de tres años, decide residenciarse en Barcelona, donde contrae matrimonio en 1908 con
Rosario Oltra. Dos años más tarde se
traslada a la capital de España y en ella
el artista establece contactos con pintores y frecuenta tertulias. Su regreso a
Antequera –de la que huyó por el miedo al cumplimiento del servicio militar– se produce al iniciarse el segundo
decenio del siglo XX.
Establecido con su mujer e hijos en
su Antequera natal, el pintor va a dar
inicio a su verdadera carrera de artista.
Entre 1914 y 1915 realiza su conocida
Serie Mitológica en la que muestra sus
verdaderas cualidades como dibujante, un año más tarde publica el que se
considera su primer trabajo editado:
una portada para la revista local Patria
Chica. La publicación de su alegoría
de portada coincide con la primera
exposición colectiva que organiza el
Ayuntamiento antequerano, y en la
que participa el pintor, que suscita en
la publicación este breve comentario:
El arte del señor Fernández es a nuestro juicio original, moderno, seductor y propio. En
las esculturas hay reflejos de vaguedad que
expresa lo sublime.
Durante los años 1917 a 1924, durante los cuales fallecen su esposa y el
cuarto de sus hijos, el pintor participa
en la creación de la revista Antikaria,
mantiene contactos con el también malagueño y director de la revista nacional La Esfera Francisco Verdugo Landi,
hermano de Ricardo, el gran pintor
marinista, pero de las obras que le envía sólo una, “Místico”, le será publicada un año después. Su participación
en la Exposición Provincial de Málaga
dentro del Pabellón de Bellas Artes, le
acerca, por fin, al gran público y hace
ganar adeptos a su pintura.
En 1928, año de la creación de la
Escuela de Artes y Oficios de Antequera,
es nombrado director del centro, además de profesor interino de Dibujo, sujeto a las veleidades políticas de cada
momento. Dedicado a la investigación
arqueológica y al estudio de las artes locales, y aunque durante tantos años no
había dejado de dibujar y pintar, expone sus obras en el Círculo Mercantil de
Antequera, que despierta entusiasmo
por su cambiante temática y calidades
técnicas, especialmente en sus retratos.
A la llegada de la II República pierde
sus cargos administrativos y es relevado
de la dirección y del ejercicio de la docencia en la Escuela de Artes y Oficios.
Un año después, al fin, se decide a exponer en la capital y elige las entonces
únicas Salas adecuadas para ello, las de
la Sociedad Económica de Amigos del
país. La ciudad culta se rinde ante sus
obras, y su nombre ya no alude a un oscuro investigador, profesor, funcionario
o publicista de cuestiones de arte, sino
a todo un artista, hecho y madurado en
el dolor de la desaparición de su mujer y de sus hijos. En 1935 es nombrado
Correspondiente en Antequera de la
Real Academia de Bellas Artes de San
forte 151
Telmo, expone sus obras en el Círculo
Mercantil de su ciudad y realiza el diseño de la vidriera de la Caja de Ahorros
de Antequera. Sus últimas exposiciones
fueron en el Círculo Antequerano, una
exposición de caricaturas a la aguada
(1938); colectiva en el Instituto Pedro
Espinosa (1940); retratos en el Círculo
Recreativo (1941) y la última de su vida,
que sirvió como despedida del público, también en el Circulo Recreativo
(1942). Nombrado Asesor Provincial
de Arte por la Excma. Diputación
Provincial en 1946, el artista falleció en
1947 a la edad de 66 años.
FERNÁNDEZ BÉJAR, Juan
(Ver BÉJAR)
FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Leonardo
(Ver LEONARDO)
FERNÁNDEZ PIMENTEL, Jaime
(Ver PIMENTEL)
FERNÁNDEZ ROMERO, Luis María
(Ver ROMERO)
En Málaga desde muy niña, Violeta
Forte Romero hizo su recorrido formativo por la plástica (1957-1962) a
través del aula de pintura que en la
Delegación Provincial de Sindicatos dirigía el pintor y académico Alfonso de
la Torre Marín, alternando con la formación reglada en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de la ciudad. Sería en este último centro donde
coincidiría con algunos de los pintores
que formaron parte de llamado Grupo
de los 50. Ha trabajado la pintura, la
escultura y el grabado, es miembro
de APLAMA y perteneció al grupo La
Fabrica del Milenio; asimismo, realizó estudios de grabado en la Casa de
Cultura de Fuengirola.
En una de las últimas comparecencias galerísticas de Violeta, Enrique
Gallardo dejó explicitado en el catálogo: La obra de esta artista nos sorprende con
un mudo expresivo muy personal. El color
toma un protagonismo casi omnipresente en
sus obras pictóricas. A través del color y su
lenguaje se dirige al espectador con un diálogo de tintes básicamente emocionales donde la autora aporta la visión de una realidad de la que extrae un conjunto de rasgos y
perfiles que retrata en el lienzo. Sus trabajos
152 fuerte
son ciertamente autorretratos bastante fieles
al personaje (paisaje interior) a captar. Por
su parte, Bernardina Roselló dejó escrita su opinión en distinta oportunidad:
Sé que uno de los valores más atractivos y
seductores de la pintura de Violeta Fortes es
el color. Y también sé que la mano causante
de su impronta es laboriosa, paciente, con
oficio, que da lugar a perceptibles cualidades
texturales. Su color limpio tiene aquella luz
propia o ajena, que me hacen pensar en las
pinturas que realizaba Esteban Vicente allá
en Nueva York. Tiene compasión al igual
que aquel, y una expresión serena que a veces desborda. Pero sus pigmentos aún poseen
otra cualidad más, precisan el área pictórica. Dilatadas superficies de color conquistan
los lienzos de Violeta en una actitud constructiva añadida.
Sus exposiciones individuales fueron: Casa de Cultura Blas Infante, de
Coín, Málaga (1982); Galería José María
Fernández de la Caja de Ahorros de
Antequera, en Málaga (1985); Casa de
Cultura de Marbella y Fuengirola, respectivamente, (1989); Ateneo de Málaga,
pinturas y grabados (1991) y Palacio de
Beniel, Vélez-Málaga (1995). Al iniciarse
la presente centuria dicha autora realizó tres nuevas exposiciones individuales
en Málaga (Ámbito Cultural de El Corte
Inglés en la capital malagueña, Sala La
Reina de Benalmádena y en Galería
Arte-Pub Casa de Correos, en Álora.
Violeta Fortes recibió sendos Primeros
Premios de pintura rápida (Coín y
Benalmádena, respectivamente, 1982 y
1983), así como Accésit del VIII Premio
de Grabado del Ateneo-Universidad de
Málaga en 2002, una distinción que volvió a recibir al siguiente año.
Manuel Fuerte Gómez, con la firma de Manolo Fuerte, divulgó su obra
pictórica por toda España desde el inicio de su carrera artística en Barcelona
(1968). Dos años más tarde llegaría a
Málaga y desde entonces mantendría
una relación permanente con los medios artísticos de la ciudad, desde donde proseguiría su creación pictórica
(La pintura de Manolo Fuertes ha crecido
junto al mar de Málaga, escribió Pablo
García Baena), al tiempo de celebrar,
entre 1970 y el año 2000, un total de 60
exposiciones en numerosas capitales
españolas, de las que 19 de ellas fueron en Málaga, Marbella, Rincón de la
Victoria, Torremolinos y Vélez-Málaga.
Su formación artística la inicia en la
barcelonesa Escuela Masana, dándose
a conocer en la Sala Barcelona Arte y
Studio el año precedentemente citado.
Artista de tan esquemática grafía como
elementales planos coloristas, su obra
traduce una forma tan peculiar de observar el paisaje mediterráneo, que la
hace intransferible. García Baena, en
referencia a la indudable mediterraneidad presente en la obra de Fuertes,
advirtió acerca del lenguaje estético de su
blancura y la fascinación de una paleta que
fuerte 153
es a la vez simple y densa, rica y esquemática. Para Rafael Pérez Estrada, teniendo
a la vista la obra del pintor, propuso:
Debiera llamarse a la plenitud del plano planitud, porque la plenitud de la planitud corresponde a la pintura de Manolo Fuertes.
La primera exposición de Fuertes
en Málaga fue en El Pimpi (1970), seguida de la que tuvo lugar en la Sala
de la Central de Comunicaciones de
Torremolinos tres años más tarde. A
continuación se sucedieron las del
Museo Provincial de Bellas Artes de
(1981); Caja de Ahorros Provincial,
Marbella (1982); Central de la Caja de
Ahorros Provincial, Málaga; Banco de
Bilbao, Marbella, y Casino de Marbella
(1983); Club Marítimo, Marbella (1985);
Caja de Ahorros Provincial de Málaga
en la capital (1986); Caja de Ahorros
Provincial, íd. (1988) y Unicaja, central
de Málaga (1990); Galería Nova y Casa
Fuerte de Bezmiliana de Rincón de la
Victoria, Málaga (1996), y Galería Nova,
Málaga (2000). Participó en distintas
colectivas, bienales y ferias de arte de
Madrid, Marbella, Córdoba, Puerto
Banús, Frankfurt y Sevilla. Su obra está
representada en las colecciones del
Museo de Bellas Artes, Málaga; Museo
Diocesano de Bellas Artes, Córdoba;
Museo de Artes Contemporáneo, Alcalá
de Henares; Museo Filatélico, Madrid;
Facultad de Ciencias Económicas y
Empresariales, Málaga; Banco Exterior
de España en Málaga y Marbella; Caja
de Ahorros Provincial de Málaga y
Marbella, y Unicaja, Málaga.
galea 155
GALÁN ROMÁN, Virgilio
(Ver VIRGILIO I)
GALÁN SÁNCHEZ, Virgilio
(Ver VIRGILIO II)
Concha Valderrama Galea con
clara disposición hacia las Bellas Artes
desde muy temprana edad, dedicó especial atención al estudio y experimentación de las técnicas de dibujo, pintura y grabado, realizando diferentes cursos y seminarios de arte a través de la
UNED, Fundación Picasso, Universidad
de Málaga y talleres de grabado C.C.
de Fuengirola y Gravura, de la capital
malagueña. Concha Galea se afincó
en Málaga en el año 1983, residió en
Fuengirola y vive en Mijas-Costa. Mario
Virgilio Montañés, analizando la figuración pictórica de la autora afirmó:
Concha Galea es muy poco mediterránea y un
mucho nórdica, interpretando el norte como
un concepto espiritual, de concentración y
no de expansión, y es natural entonces que
algunos de sus dibujos nos hagan evocar las
angustiosas figuras de William Blake, y sus
paisajes pasan a tener componentes que lo
mismo pueden venir de la transvanguardia
italiana y de los nuevos salvajes alemanes
que de las introspecciones, proyectadas sobre el exterior, de Arnold Boclin o de Caspar
David Friedrich. A la propia artista debemos una íntima confesión sobre su
obra: A pesar de los referentes simbolistas
y expresionistas, no es mi principal preocupación la búsqueda de estilo sino la interrelación que intuyo, el enlace entre las ideas
y las emociones, la construcción formal en
comunión con los sentimientos.
La obra de esta autora fue mayoritariamente expuesta en Fuengirola, donde residió muchos años: (Colagrafías
156 ganfornina
en la Sala Los Arbolitos, 1991); grabados en Café-Galería Sic, 1993); pinturas
en Casa de la Cultura, 1995); dibujos y
grabados, de nuevo, en Los Angelitos,
y en Galería Artichoke, 1999). Otras
exposiciones individuales fueron: colagrafías en la Sala Municipal de Arte
de Mijas (1992); Palacio de Beniel,
Vélez-Málaga (1994); Galería-Café del
Infante, Villaviciosa de Odón, Madrid,
(1997) y Diputación Provincial, Málaga
(2001). Las últimas, ya dentro del nuevo siglo fueron en el Ayuntamiento de
Nerja, Centro Cívico de Málaga, Galería
Gravura y Casa-Fuerte de Bezmiliana,
Rincón de la Victoria.
Concha Galea obtuvo el Primer
Premio de la II Bienal de Arte de VélezMálaga y fue, sucesivamente, finalista del Concurso de Pintura Joven en
Álora y del Premio Arte Joven de El
Corte Inglés de Málaga; también del
Internacional de la misma empresa,
en Marbella, así como del Certamen
de Grabados del Ateneo malagueño
y del II Certamen Provincial de Artes
Plásticas.
José Ganfornina Moreno, pintor
de originales paisajes cargados de simbolismos que se antojan germinar en el
mundo onírico, de estremecedores panoramas surrealistas inspirados en mágicas distancias y explicados desde la fabulación personal de una plástica que
abarca toda la escala cromática, la raíz
de su obra hay que encontrarla en los
primitivos pintores italianos y flamencos, en el romanticismo centroeuropeo, el simbolismo y el art nouveau. Reminiscentemente, hay en su obra elementos del paisajismo norteamericano
de la llamada Escuela del río Hudson
(s. XIX). El hecho de que Ganfornina
sea un estudioso de las ciencias de la
Naturaleza, entusiasta espeleólogo desde muy joven y experto en grutas y simas, influye en su obra al transferirle
toda la emoción, color y verdad de la
luz que refulge –o agoniza– sobre la
cambiante morfología paisajística en
los distintos momentos de la carrera
del sol. Como soporte de luz y color un
dibujo de singular eficacia, da como resultado delicadas atmósferas que dominan y envuelven cada cuadro.
ganfornina 157
Ganfornina, que ha expresado en
numerosas ocasiones según se constata
en diferentes catálogos de otras tantas
exposiciones suyas, que se considera
autodidacto, inició estudios de Historia del Arte en la Universidad Complutense (Madrid) en 1976, los cuales
continuó durante los siguientes años.
Su primera exposición individual fue
en la Galería de Radio Juventud de Málaga (1975). En 1980 realiza un viaje de
estudios por diferentes capitales italianas, residiendo, alternativamente, en
Florencia y Venecia. Un año después,
en el mes de septiembre, da a conocer
su pintura concurriendo a la XLII Exposición Nacional de Artes Plásticas de
Valdepeñas (Ciudad Real), y en el mes
de julio de 1982, participa en Málaga en
el II Certamen de Pintura Joven, organizado por el Colectivo Palmo, ocasión
que le permite entrar definitivamente
en contacto con el mundo de la creación plástica malagueño del momento.
En 1983, de mayo a diciembre, celebra
las siguientes exposiciones: individual
en la Sala Municipal de Marbella; en
junio, colectiva en la Galería Miguel
Ángel (Málaga); en noviembre, individual en la Sala de arte de la Caja de
Ahorros de Antequera (Málaga), y en
diciembre, participa en la VII Bienal
Internacional de Arte de Marbella. La
última exposición de sus obras dicho
año, también de carácter individual, se
celebra en la Sala Municipal El Pósito,
de Santa Fe (Granada).
Su actividad pictórica se ciñe en
1984 a su participación, en el mes de
enero, en una exposición colectiva de
carácter itinerante por diversas ciuda-
des de la provincia de Málaga, lo que le
permite mostrar su obra entre distintos
públicos que, hasta el momento, la desconocía.
En 1985, durante los meses de enero, junio-julio y agosto-septiembre su
obra se da a conocer y divulga en la capital de España al ser presentada en la
Galería Kreisler en tres momentos distintos: colectiva celebrada en el mes de
enero; la segunda, individual, durante
los meses de junio-julio; por último, en
agosto-septiembre, otra de carácter colectivo.
Su primera salida profesional al extranjero fue en 1986, al celebrar el mes
de enero una individual en la Galería
Manu, de Colonia (Alemania). Vuelto a Málaga al año siguiente, celebra
en el mes de marzo una individual en
las Salas de la Sociedad Económica de
Amigos del País (Málaga); en agosto,
participa en una colectiva de la Galería Durero (Gijón), y en noviembrediciembre, concurre a la IX Bienal
Internacional de Marbella, en la que
obtiene una Mención Honorífica concedida por votación popular. Durante
el año 1988 celebra tres exposiciones
en la Sala Gaudí (Barcelona), según la
siguiente cronología: mes de febrero
Colectiva, mes de mayo individual y en
diciembre, nueva colectiva con ocasión
de las fiestas navideñas. Casi un año
más tarde, noviembre de 1989, participa en el II Encuentro de Arte Joven,
convocado por la Caja de Ahorros de
Antequera, quedando finalista con opción a compra por parte de la entidad.
Regresa a Madrid y presenta dos nuevas exposiciones en la Galería Kreisler
158 ganfornina
(1990 y 1991), colectiva la primera e in-
dividual la última, con las que cierra la
actividad galerística.
Se traslada posteriormente a EE.UU.
fijando su residencia en Dallas (Texas),
y desde allí confirma su participación
en una colectiva que organiza al año
siguiente, la malagueña Galería Nova.
En tanto, Ganfornina prepara su presentación ante el público y la crítica
neoyorkinos mediante una exposición
individual que realiza en la CFM Gallery (1993) durante los días 4 al 29 de
noviembre. De ella se ocuparía Sidney
Gilbert en Artspeak revista internacional de arte (Vol. XVI. n.º 39) correspondiente al mes de noviembre del mismo
año. Gilbert escribió, entre otras cosas:
Ganfornina metamorfosea formas orgánicas, algunas veces borrando toda distinción
entre vida animal y materia mineral para
crear sorprendentes nuevas permutaciones
de lo físico y lo metafísico. En “Neptuno”,
por ejemplo, el dios del mar está representado
por una forma de planta monstruosamente
bella, levantándose en la orilla de un idílico
frente de playa, donde uno espera encontrar
una Venus de Botticelli sobre la media concha. Igualmente fantástico, “Elefante marino perdido” representa otra híbrida criatura
en un pantanoso ambiente, bajo ornamentales formaciones de nubes. Milagrosamente, Ganfornina da a tales escenas un matiz
conmovedor, fabricando una sensación de
delicada simpatía para todos los modos de
estas extrañas formas de vida.
Por su parte, Barbara King, en otro
largo artículo (parte de él reproducido en el catálogo de la exposición que
tiempo después celebraría el autor en
la Galería Alfredo Viñas, de Málaga)
había opinado así: “Ganfornina nos invita a entrar en el mundo para observar,
reflexionar y meditar. Una vez dentro, el
artista dirige nuestra mirada y, entonces,
hipnotizados, nos invita a un paseo por la
composición. Exploramos pues, un mundo
de maravilla y asombro, un mundo donde
forma, color, tamaño y luz obedecen a nuevas reglas. Su mundo alternativamente
sugiere meditación reposada o activo cuestionamiento intelectual. Ganfornima desea
“infundir en el alma del espectador un cierto tipo de conocimiento. Mostrar algo que
nunca han visto en esta manera”. El artista seduce la mirada del espectador, quiebra
sus expectativas visuales y, así, estimula sus
pensamientos.
En 1995 el pintor regresa a España
y, tras un corto período de residencia
en San Lorenzo del Escorial (Madrid),
se afinca en la localidad malagueña de
Alcaucín, donde el mes de mayo del
siguiente año participa en una exposición colectiva. En el mes de junio de
1996, y por invitación expresa de la directiva, presenta una exposición de sus
últimas obras, bajo el título Patrimonio
geológico, en el Colegio Oficial de Geólogos de España (Madrid) con temas
tan espectaculares como “Interior de la
Cueva de Nerja”, “Torcal”,“Desierto del
Colorado”, “Despeñaperros”, “La Pedriza del río Manzanares”, “Salamanca”,
“Cueva del Gato”, “Parque Nacional de
Doñana”, “Ciudad Encantada de Cuenca y “Montaña de Sal” de Cardona.
Entre los meses de diciembre de
1998 y enero de 1999, presenta una excelente colección de obras en la Galería Alfredo Viñas, de Málaga. Son pinturas y dibujos que permiten al público
garcía navas 159
tornar a su obra siete años más tarde
de la colectiva de Nova. En el año 2000,
tras participar en el V Encuentro de
Arte del Valle del Genal (Genagualcil,
Málaga), realiza una gran obra, in situ,
para su museo particular, y un año más
tarde (octubre de 2001) participa en la
décimonovena convocatoria del Premio Penagos de Dibujo, que se celebra
en la Sala de Exposiciones de la Fundación Mapfre (Madrid).
GARCÍA DUARTE, Manuel
(Ver ELGAR)
Durante diez años alumno de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga, Miguel García Navas
estudió dibujo, modelado y talla entre
1945 y 1955 como alumno de Luis Ramos
Rosa y Andrés Cabello Requena. A los
13 años de edad ya se adiestraba en los
talleres de Adrián Risueño y de Cabello
Requena, su antiguo profesor. Con ambos escultores permanecería hasta los
23 años de edad. Sus iniciales trabajos
personales se dieron a conocer en la
elegante tienda de Romero, ya desaparecida, en calle Larios, en cuyos escapa-
rates exhibió durante años sus artísticas
y originales esculturas-lámparas y figuras decorativas en madera, muchas de
las cuales que se distribuyeron por España, Francia y Portugal. A los 28 años,
como restaurador de la Catedral de
Málaga, realizó trabajos en los retablos
de la Virgen del Pilar, Virgen de Belén y
Virgen de los Reyes, así como restauración y conservación del histórico coro
catedralicio; igualmente, realizó otros
diversos trabajos restauradores de figuras doradas y policromadas. Para la Semana Santa malagueña Miguel García
Navas realizó el trono del Resucitado;
restauración del trono del Sepulcro y
diseño y realización de los evangelistas
de las doce cabezas de varales y, en los
últimos años, los bajorrelieves en bronce del portón de su casa hermandad.
También diseñó los arbotantes del trono de la Virgen de la Paloma y tronos
para distintas cofradías de la provincia
de Málaga, como fueron los de las localidades de Alameda, Antequera, Estepona, San Pedro de Alcántara, VélezMálaga y Nerja. Su trabajos religiosos
más personales quizá fueran los realizados para las Hermanas Mercedarias de
muchas de sus casas españolas y también de Venezuela, Argentina y Chile,
en muchos caso esculturas de crucificados de tamaño natural. Su obra en
bronce se inicia con los dos atlantes
que durante años adornaron la fachada comercial de la tienda de Romero, y
siguió con los bustos y esculturas, también en bronce, del Niño de las Moras,
en la barriada de El Palo, Málaga; del
padre Zegrí, en Granada; Monumento a los Verdiales, situado en el parque
160 garcía rizo
malagueño; al Fiestero, en Comares; al
Cante por Malagueñas, en Álora; y al
Piyayo, Antonio de Canillas, Miguel de
los Reyes y Juan Breva, en su ciudad natal. Además de ser autor de obra copiosa, Miguel ha dedicado muchas horas
a la formación de nuevos profesionales
en dorado, talla y escultura. Está en posesión del título de Malagueño del Año
2005 otorgado por la Asociación Malagueña de Escritores.
Pablo García Rizo, sensible y escasamente conocido pintor nacido en la
provincia de Alicante, llegó a Málaga
con sus padres cuando apenas había
cumplido los 3 años de edad, en ella vivió y se formó artísticamente y también
en Málaga realizó la totalidad de su obra
pictórica. Cursó estudios en la Escuela
de Artes y Oficios Artísticos, de la que
con el transcurrir de los años sería profesor, recibiendo formación de los maestros Federico Rodríguez Quintana y César Álvarez Dumont. Dotado de grandes
cualidades para la temática de la flor,
rosas especialmente, fue diestro en el retrato y la naturaleza muerta, que en el
decir de Baltasar Peña Hinojosa recobrará
en su obra cualidades de vida indiscutible.
Artista de gran modestia y escasas relaciones sociales, vivió en Málaga, a modo
de los románticos creativos del siglo XIX,
una existencia bohemia. Vivió en calle
Canal, zona de Olletas, y tuvo taller en
la Plaza del Teatro. Pese a la abundancia de su obra, que salía del taller con
inusitada prodigalidad, fruto de su intensa dedicación, está exclusivamente
en colecciones privadas de Málaga y en
la Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo, de la que fue miembro de Número de la Sección de Pintura desde 1970,
a propuesta de los académicos Francisco
Bejarano Robles, Luis Bono y Hernández de Santaolalla y Pedro Luis Alonso
Jiménez. Su primer éxito como pintor
lo obtuvo en 1946, un decenio después
de haber abandonado las aulas de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos, al conseguir primera medalla en el certamen
provincial anual de la Obra Sindical
Educación Descanso. Nueve meses más
tarde del fallecimiento de Pablo, un numeroso grupo de pintores malagueños
dedicaron a su memoria una exposición
que estuvo abierta al público entre el 2 y
el 15 de octubre de 1981 en la Sociedad
Económica de Amigos del País, patrocinada por la Caja de Ahorros Provincial
de Málaga. El I Memorial Pablo García
Rizo, organizado por el centro artístico
Miramar Arte, y en el que participaron
26 pintores locales (entre ellos los compañeros académicos de San Telmo Luis
Bono, Francisco Estrada, Virgilio Galán,
Paco Hernández, Torres Matas, Pío Augusto Verdú y Rodrigo Vivar, se celebró
del 13 al 28 de marzo de 1981.
gartner 161
Alumno preferido del marinista
Ocón, José Gartner de la Peña fue tan
sobresaliente en sus obras que superó
en mucho a su maestro. Observadores
imparciales de la plástica de este pintor,
aseguraron en distintos tiempos que lo
que Ocón no fue capaz de asumir de
la obra de Carlos de Haes, e, incluso,
a través de los contactos que mantuvo
posteriormente con los belgas Cleis
y Hendryk, lo hizo su mejor alumno.
Tanto, que el quietismo de la mar de
Ocón fue precisamente de lo que huyó
Gartner para alcanzar el vigor y grandilocuencia que se observan entre otras,
en sus obras “Muelle Viejo”, “Sardinales”, “Costas de Bretaña”, “Faro de Corbière”, y, sobre todo, en “Destrucción
de la Armada Invencible”, culmen de
su producción más lograda. Autor que,
como en otros muchos casos de la historia de la plástica malagueña murió
pobre y abandonado de todos, el paso
de los años lo consagró como el mejor marinista malagueño a caballo de
los siglos XIX y XX. En 1881 consigue
su primer triunfo al participar en la
Exposición Provincial de Málaga, quedando patente entonces hasta dónde
ha superado el alumno a su maestro.
En otros dos acontecimientos artísticos que casi de forma simultánea tienen lugar a continuación (certamen
regional de Granada e internacional
de Boston, ambas celebradas en 1883)
la firma del artista comienza a ser reconocida como la de un consumado
maestro marinista. Otros triunfos notables, a los que no se manifiesta ajena
la prensa especializada de la época, son
las exposiciones nacionales de los años
1887, 1890 y 1892. En la segunda de las
mencionadas obtendría una Tercera
Medalla por su obra “Calma”, así como
una Segunda en la del 92, precisamente
por el cuadro “Destrucción de la Armada Invencible”. Su temprana muerte a
los 48 años de edad, frustró una carrera
artística que se anunciaba más que prometedora.
162 garvayo
Manuel Garvayo López, pintor,
dibujante, grabador, modelador e impresor (y en todas estas disciplinas autodidacta), su primer contacto con las
Bellas Artes fue a través de la plástica
litográfica, al trabajar desde muy joven
en la popular Gráficas Alcalá, instalada
entre las calles San Jacinto, Cerezuela y Matadero Viejo del mismo barrio
donde nació y vivió tantos años. En
muchas de sus gentes populares, en
sus costumbres y modos de vivir la existencia, encontró Garvayo inspiración
bastante para desarrollar con los años
una extensa iconografía de personajes,
un friso de situaciones que marcarían
el carácter de testigo cercano a la verdad social de sus gentes, que voluntariamente se impuso desde el comienzo
de su obra. En ese mismo barrio vivió
prácticamente toda su existencia, desarrollando en él su producción pictórica, actividad barrista y su diaria, obligada y esforzada dedicación impresora.
Su fuerte personalidad en lo artístico e
ideológica en lo temático, quedó suficientemente reflejada en la abundante
obra que abarca su producción conocida entre la primera exposición de
dibujos de Torremolinos (1949) y sus
últimos trabajos para la galería Miramar-Arte de Málaga (1980).
De recios ecos y arrebatadas actitudes –ojos para la denuncia, voz de
los sin voz decía que era–, se inspiró
en los temas populares que tan cercanos tenía. Su infantil crueldad le hizo
crear un cuadro en el que Carlos IV y
su familia eran observados por un torazo negro, inquisidor y amenazante;
a la Guardia Civil, victimando con su
fusilería a García Lorca; a España, oscura y mendicante, y a sus gentes, humilladas bajo el pie de los poderosos.
Como Goya, dedicó parte de sus grabados al tema de la guerra, que vivió con
35 años. De los numerosos trabajos que
dedicó a su triste recuerdo, los más emblemáticos de sus distintas series fueron los titulados Éxodo de Málaga y Mártires anónimos, entre otros que podemos
recordar. Sabemos de la existencia de
varias carpetas y cuadernos en relación
con la misma temática –dibujos de dramáticas escenas–, que nunca mostró ni
a sus amigos más íntimos dadas las claras denuncias en ellos implícitas.
También como Goya se inspiró en
el pueblo para dar testimonio de las
gentes, a las que observó en su barrio
perchelero entre fiestas y tradiciones;
las contempló igualmente en sus ámbitos domésticos, entre sueños, dolores y
expectativas, y las retrató en sus trabajos, oficios y modos de existencia.
Tanto sus óleos como dibujos a
plumilla, grabados, acuarelas o técnicas mixtas eran fórmulas que se convertían en sus manos en expresionistas
instrumentos de denuncia y crítica político-social, en ocasiones tan cerca de
garvayo 163
la soflama como del dicterio. Pero no
todo fue tremendismo, denuncia y crítica. En su obra plástica menos conocida (diferentes técnicas mixtas, dibujos
e ilustraciones) domina un dulce y poético espíritu siempre en pos de verdad,
amor y belleza. En la propia imprenta
familiar nacieron varios libros: Muerte de Ignacio Sánchez Mejías, (1966), un
volumen de poesías xilografiadas del
que se editaron 250 ejemplares y que
realizaron en el taller de la calle Angosta del Carmen sus hijos Manuel y Francisco; El Quijote y nuestra época (1970),
edición de 200 ejemplares cuya tirada
se hizo en la imprenta de la barriada
José de Salamanca; Grabados y coplas de
una época (1975), versos y viñetas, procedentes del mismo taller; La Biblia y el
hombre, que, inacabado, se anunció “en
preparación” como cuarto título de la
Colección Perchel.
La obra de Manuel Garvayo fue divulgada a través de 8 exposiciones individuales en Málaga, 1 en Madrid, 2
en Verona (Italia) y otra en Yugoslavia,
según la siguiente cronología: Hotel La
Roca (Torremolinos, 1949); Club Montemar (Torremolinos, 1951); Sociedad
Económica de Amigos del País (Málaga, 1952 y 1955), así como en Sala Los
Madrazo (Madrid, 1959). En esta exposición presentó una selección de tipos,
costumbres y motivos inspirados en la
obra de Federico García Lorca, óleos
y dibujos, siendo clausurada a los pocos días de su apertura por orden del
Ministerio de la Gobernación, al saber
que uno de los temas pictóricos recreaba el fusilamiento de García Lorca por
la Guardia Civil).
Otras exposiciones fueron: Sala de
exposiciones de la Delegación Provincial de Información y Turismo (Málaga,
1966); Galería de Arte Contemporáneo
(Málaga, 1969); Galería L’incontro, de
Verona (Italia, 1974 y 1975); Galería de
Arte Contemporáneo (Málaga, 1974);
Galería Doza (Yugoslavia, 1979) y Galería Miramar-Arte(Málaga,1980).
Durante los días 19 al 26 de mayo
de 1986 Manuel Garvayo fue objeto de
un homenaje póstumo por parte del
Ayuntamiento de Málaga, que patrocinó un amplísimo programa de exposiciones y conciertos como, asimismo,
velada literaria en la que intervinieron
Juvenal Soto, Pepe Porras, Laurentino
Heras, Rafael Pérez Estrada, Antonio
Beltrán, Alfonso Canales, Francisco
García Valverde, Cesare Barca, Manuel
Alcántara y Juan Manuel Calvo, y una
conferencia, en el Salón de los Espejos
del palacio municipal, a cargo de Julián Sesmero.
Las exposiciones fueron dos: una,
en la Sala de la Sociedad Económica
de Amigos del País, y otra, en el Museo
Provincial de Bellas Artes. Los dos conciertos se celebraron en la Económica y
el Museo, respectivamente, a cargo del
Taller de Música Contemporánea y el
dúo de flauta y guitarra integrado por
María del Pilar Martínez y Francisco Javier García.
El gran ensayista José Bergamín,
ante la obra de Garvayo expuesta en
la malagueña Galería de Arte Contemporáneo (1974), no pudo por menos
que escribir: Esta pintura, este dibujo de
Garvayo, digo que me saben a sangre y a
fuego y ceniza porque los siento como una
164 ghoreishi
palpitante lumbre que late, escondida entre
los escombros percheleros, de los que todavía
levanta su llamarada, como sentimiento de
una pintura expresivísima, con acento andaluz popular de copla.
Gian Luigi Versellesy escribió en el
diario L’Arena di Verona, con motivo de
su exposición en aquella ciudad italiana: Para el visitador atento no deberá pasar
desapercibido que Garvayo manifiesta la riqueza de un talento inventivo precisamente
en el juego con la imaginación, entendiéndolo a la manera romántica, como fuego interior que se propaga de improviso y quema
cada amaneramiento no de acuerdo con la
imagen que nace, en la cual clama un nuevo espíritu de libertad.
Ahmad Ghoreishi delicado acuarelista como prestigioso arquitecto, fue
en su país director del Departamento de Conservación y Restauración de
Monumentos Artísticos de su ciudad
natal y de Kashan. Se estableció profesionalmente en España en 1983, pero
su residencia definitiva en Málaga fue a
partir de 1986, cuando instaló casa, estudio y taller en Fuengirola, la primera
localidad malagueña en la que mostró
su obra como pintor. El crítico José
Mayorga, tras visionar la obra creativa
de este autor, con ocasión de su exposición individual en la Sala Nova, distinguió claramente los dos tiempos o
magnitudes espaciales existentes en la
obra de este autor, dijo, Viene de lo abstracto que podría quedar identificado como
su nebuloso Oriente natal donde también el
sol tiene su cuna. Después recala en lo concreto en nuestra zona de Occidente donde la
luz (y no por casualidad, en la Costa del
Sol), anula todo enigma, cualquier oscuridad. Pero, conviene advertir, no obstante,
que en esa figuración recién descubierta,
en sus acuarelas en las que se detectan finos acuíferos y templados torrentes, se baña
esa gran estrella –el Astro Rey– que alumbra hasta lo más recóndito. Un arte circular,
el suyo. Manuel Pimentel descubrió la
gran metáfora del color azul en la obra
de Ghoreishi al afirmar: Ahmad se acerca
al milagro de dar calidez a los azules. Parece
que dejando hablar a los colores y luces por
sí mismos observa con mirada lenta, desenfocada y cercana los contrastres cromáticos
del aire.
Sus iniciales exposiciones individuales tuvieron como escenario la Casa
de Cultura de Castelldefels y el Ateneo
de Sardanyola, respectivamente, en
1983 y 1984. Su première malagueña fue
en 1986 en la Caja de Ahorros de Ronda, Fuengirola. Hasta finales del siglo
XX y primeros tres años de la presente
centuria, su programa galerístico individual constata las siguientes: Sala de
la Caja de Ahorros Provincial, Málaga;
Hotel Mijas, en la citada localidad y Hotel Don Carlos, Marbella (1986); Casa
de Cultura de Arroyo de la Miel, Benal-
giró 165
mádena (1987); Club de Residentes Extranjeros de Calahonda, Mijas; Colegio
Oficial de Arquitectos, Málaga; Ateneo
Musical de Málaga; Galería Enmanuel
de Málaga y Cortijo Bacardí, en Málaga-capital (1988) y Ateneo de Málaga
(1989). Luego de tres años de inactividad galerista retorna a ella en 1993
presentando sendas individuales en la
Casa de Cultura de Arroyo de la Miel
y Galería Nova en Málaga, respectivamente. En 1994 presentó su obra en la
sala Unicaja de Vélez-Málaga; en 1996,
en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Lucena, Córdoba, expone
por vez primera en Andalucía fuera de
la provincia de Málaga. Con dos nuevas
exposiciones individuales cierra Ghoreishi el año 1997, celebrando sendas
exposiciones en la Casa-Fuerte de Bezmiliana en Rincón de la Victoria, y en
la Sala Denise de la capital malagueña.
Tras otros cinco años de inactividad
expositiva, el pintor reaparece, ya en
el nuevo siglo (2002), con cuatro nuevas exposiciones, por el orden que se
citan, en Galería Art Gea, Málaga; Galería Reina-Tívoli, y Castillo Bil-Bil, de
Benalmádena, y Ámbito Cultural de El
Corte Inglés de Málaga. Entre 1983 y el
año 2002, Ghoreishi participó en numerosos eventos colectivos de Palma de
Mallorca, Marbella, Alicante, Córdoba,
Sevilla, Málaga, Zaragoza y Torremolinos. La obra de tan singular acuarelista
está presente en las colecciones de la
Caja de Ahorros de Córdoba, Colegio
de Arquitectos de Málaga, Cortijo Bacardí, Ateneo de Música y Ateneo de
Málaga, Ayuntamiento de Benalmádena y Galería Gea de Torremolinos.
GIMÉNEZ TOLEDO, Antonio
(Ver ANTONIO DE VÉLEZ)
Ángel Giró Galacho fue alumno
de la asignatura de Dibujo durante tres
cursos con José Roquero en la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
de Málaga, lo fue más tarde del pintor
Virgilio Galán en la de Colorido dos
cursos más. Del carácter de su pintura
y de los modos creativos del autor se
hizo en Sur (18.I.1998) el siguiente comentario: Paisajes, jábegas, rincones típicos, lugares por donde una y otra vez hemos
transitado, se recrean en la obra de Ángel.
Y de modo tan personal, que en ella, por
sus laboriosas maneras, ajustada sensibilidad sin almibaramientos y lo acertado del
módulo de partida, se percibe el aliento con
el que, a diario, el pintor afronta la necesidad casi angustiosa de aprehender el tufo,
el temple y el acento de Málaga. Y a propósito de su última exposición individual
del siglo XX, A.R.L., de Diario de Málaga
(20.IX.2000), sintetizó en el blanco el
limpio mensaje de su pintura: Alguien
ha dicho que Giró ha hecho del blanco, de
la luz que envuelve toda su obra, casi una
patente. El artista no cree haber conseguido
esa patente, pero reconoce que en el blanco se
166 gómez de la torre
siente mucho más cómodo, y aunque no reconociera tal cosa el espectador sí que percibe esa
peculiaridad con sólo ojear sus cuadros. El
artista, que perteneció al Grupo Nueve
Pintores, con dicho colectivo participó
en un total de dieciséis exposiciones en
Málaga, Churriana, Fuengirola, Jaén,
Córdoba y Granada. De su participación
en otros eventos colectivos locales, nacionales e internacionales, que fueron
en total 131 hasta el año 2000, se celebraron en Málaga, Fuengirola, Mijas,
Coín, Torremolinos, Marbella, Estepona, Benalmádena, Madrid, Granada,
Nueva York, Rota, Aranjuez, etc., etc.
El programa galerístico individual
llevado a cabo por el pintor desde 1971
hasta el año 2000 fue el siguiente: Galería
de la Caja de Ahorros de Ronda en Málaga (1971 y 1972); Galería del Complejo
PYR (Fuengirola, 1978); Sociedad Económica de Amigos del País (Málaga, 1981);
Centro de Servicios en Sitio de Calahonda (Mijas, 1982); Sala de Arte Goya, Málaga; Salón del Banco Atlántico, de Los
Boliches y Sala Municipal Rua Mayor, Salamanca (1983). El programa de exposiciones continuó seguidamente de acuerdo con el siguiente calendario: Caja de
Ahorros de Ronda (Fuengirola, 1984); Salón Córdoba del Hotel Don Carlos (Marbella, 1985); Sala de la Caja de Ahorros de
Ronda (Fuengirola, 1987); Sala Olaguibel
del Ayuntamiento (Vitoria, 1990); Casa de
Cultura (Fuengirola, 1991); Sala del BBV
(Valladolid, 1992); Galería Nova (Málaga,
1995); Casa de Cultura (Fuengirola, 1996);
Casino de Marbella (1997) y Galería Nova
(Málaga, 2000).
Del palmarés de 27 premios, trofeos y distinciones recibidos por Ángel
Giró hasta finalizar el siglo anterior
destacamos los conseguidos en distintas convocatorias de Educación y Descanso, que fueron: Primer Premio del
Certamen del Perchel (Málaga, 1968),
Primer Premio del Concurso de Pintura (Tolox, 1969) y Segundo Premio del
Concurso de Pintura al Aire Libre (Málaga, 1971). En 1981 obtuvo un Segundo en el Certamen de Pintura Nuestra
Sra. Del Perpetuo Socorro (Jerez de la
Frontera); otro nuevo Primer Premio
consiguió al participar en el Certamen
Málaga y el Mar del Real Club Mediterráneo (Málaga, 1992) y, por fin, un
nuevo Segundo Premio del I Certamen
de Artes Plásticas Málaga y el Mar, en
Caja Rural (Málaga, 1998).
Juan José Gómez de la Torre, doctor en Bellas Artes por la Universidad
de Sevilla y profesor titular del Departamento de Dibujo de la Facultad de
Bellas Artes Hispalense, se inicia muy
joven en el aprendizaje. Con 9 años en
el Colegio San Pablo del seminario malagueño y la tutela del pintor y profesor
José Antonio López García, y dos cursos posteriores en la Escuela de Artes
gómez de la torre 167
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga, siguió más tarde estudios en Santa
Isabel de Hungría con los profesores
Pérez Aguilera y Borrás Verdera, entre
otros. El hecho de residir y ejercer sus
funciones docentes en Sevilla, realizando en ella gran parte de su producción
pictórica, no impidió al artista mostrar
sus trabajos en Málaga en 7 ocasiones
diferentes entre 1989 y 2003. Gómez
de la Torre ha desarrollado una pintura de singularidad impresionista tan
acorde con la disciplina que imparte,
Dibujo en Movimiento, que sus obras
revelan justamente el significado profundo de la asignatura. Bodegones,
paisajes o simplemente focalizaciones
temáticas, alcanzan por sí mismos unas
vibraciones tales que parecen traducir
la fuerza de un neonaturalismo andaluz de características intransferibles. La
revista El Punto de las Artes (4 al 10 de
diciembre de 1992), con motivo de su
exposición individual en Galería Haurie de Sevilla, escribió en su sección
nacional de Arte: Engalana el paisaje,
pone ornamentos de cromos intensivos para
oficiar una ceremonia con contrapunto de
fantasía, y enaltece los factores líricos que
hacen del espacio un territorio idealizado, o
un sitio donde respirar se puede. Por eso, en
los paisajes de Juan José Gómez de la Torre
la naturaleza se presenta cuajada de efectos
sensuales, que dejan en segundo término
cualquier descripción detallista. Y es que el
artista ha buscado más en su vena poética
la expresión tonal, con contenido figurado,
que la narración conocida de un lugar. En
Correo de las Artes (diciembre de 1992)
Antonio Morales aseguraba que se trataba de Una pintura, en suma, con pode-
río que templa y manda sobre la realidad
para domeñarla al servicio de sus ideas, con
una grafía de peculiar significado, creativa,
como si el artista quisiera imponernos el sentido humano de las cosas tal como él las ve
y las interpreta.
Participó en numerosas exposiciones y eventos artísticos colectivos en
Sevilla, Málaga, Marbella, Murcia, Madrid, y sus exposiciones individuales,
hasta bien entrado el siglo XXI fueron
las siguientes: Ayuntamiento de Torremolinos, Málaga (1989); Galería de
Arte Ocre, Córdoba, y Sala Municipal
de Exposiciones del Ayuntamiento de
Cambrils (Tarragona, 1991); Cortijo Bacardí, Málaga, y Galería de Arte Haurie,
Sevilla (1992); Galería de Arte Muralla,
Úbeda, Jaén, y Galería de Arte Lemiart
de Sitges (1993). El programa expositivo continuó luego en Sala Zenhid, Madrid, y Galería de Arte Nova de Málaga
(1994); Galería Tudores, Puerto Banús
en Marbella, y Galería Aitor de VitoriaGasteiz (1996); Galería Nova, Málaga;
Galería de Arte José Pedraza, Montilla,
Córdoba, y Galería Lorenzo Colomo,
Valladolid (1998); Galería Aitor, VitoriaGasteiz (2000); Sala de Unicaja, Antrequera, Málaga (2002); Galería de Arte
Nova, Málaga (2003); Galería de Arte
Haurie, Sevilla (2005); Galería de Arte
José Lorenzo, Santiago de Compostela,
y Galería de Arte José Pedraza, Montilla (2007).
Su palmarés artístico se inicia en
1983 al conseguir el Primer Premio del
Concurso de Pintura Ciudad de VélezMálaga, así como el Tercero del Certamen de Pintura Alhizan, de Dalías, Almería. Un año más tarde, al concurrir
168 gómez lópez
de nuevo al Certamen de Vélez-Málaga, se le otorga el Segundo Trofeo, y
en 1985, al participar en el Certamen
Nacional de Pintura y Escultura de la
Caja de Ahorros Provincial San Fernando, se Sevilla, obtiene una Mención de
Honor. La cronología de los siguientes
premios y distinciones fue: Segundo
Premio de Pintura del Certamen del
Ayuntamiento de Vélez-Málaga, Primer Premio del XV Concurso Nacional
de Pintura de Alcalá de Guadaira, Segundo Premio de la IV Exposición de
Otoño de Carmona y otro de idéntica
categoría del Distrito 10, Ayuntamiento
de Sevilla, todos ellos en 1986. Durante
el transcurso de 1987 las distinciones se
iniciarían con un Segundo Premio del
ya citado Distrito 10, sevillano, el Primero de la IX Bienal Internacional de
Arte de Marbella y el Primero de Pintura Villa de Cambrils, Tarragona. Los
restantes fueron por el siguiente orden:
1989, Primer Premio de la XVIII Exposición del Concurso Nacional de Pintura de Alcalá de Guadaira; 1990, Tercer
Premio de Pintura Villa de Cambrils,
Tarragona; 1991, Premio Pintores para
el 92, IV Certamen Nacional de Pintura de la Caja de Ahorros de Huelva y
Sevilla, y Segundo de Acuarela de la
Fundación Ruiz-Mateos, de Rota, Cádiz; 1993, Primer Premio de la VI Convocatoria TEPRO de Pintura Rural, Sevilla, y Segundo Premio de Pintura Ron
Bacardí, Málaga; 1994, Primer Premio
del Certamen Internacional de Pintura Puerto Banús, Málaga; 1996; Primer
Premio del XXXVII Certamen Nacional de Pintura Caja San Fernando de
Sevilla, Jerez; 2000, Primer Trofeo del
VII Premio Nacional de Pintura Nicolás
Megías del Ayuntamiento de Fuente de
Cantos, Badajoz.
José Manuel Gómez López pintor
autodidacta de muy antigua presencia
en la Costa del Sol, se relacionó en su
juventud con la actividad musical al
formar parte de un trío con el que llegó a grabar cinco discos distintos. En
el decenio de los años 60 vivió en París
y en dicha capital, al descubrir sus cualidades excepcionales para el dibujo
Yves Rocher, conocido magnate de la
industria cosmética y gran coleccionista de obras de arte, le introdujo en los
ámbitos de aprendizaje académicos,
acabando por presentar su primera exposición individual en la ciudad francesa de Vannes en 1965. Fue el comienzo de su largo, provechoso y relevante
periplo por el mundo de la creatividad
pictórica. El artista, ya considerado
por la crítica, regresó a la Costa del
Sol, y desde su residencia en Fuegirola
donde tiene casa y taller, vive, trabaja
y planifica su actividad. José Manuel
Gómez es el único caso conocido de
pintor que, aún dominando el dibujo
gómez lópez 169
desde muy niño, transitó de la música
a la pintura dejando una huella muy
personal. Sus primeras composiciones
semejaban emanar del mundo onírico
–próximo a lo bosquiano en el decir,
entonces, de sus críticos– evolucionando con el trancurrir de los años a distintas temáticas de las que destacaron
los retratos de enigmáticos personajes
renacentistas y, por supuesto, el gran
tema del caballo, en el que consiguió
obras de gran espectacularidad. El crítico de arte A.M. Campoy, a propósito
de la exposición de José Manuel en la
Galería Heller (1990) dejó escrito en el
catálogo de la misma: Se trata, en definitiva, de un pintor; pero de un pintor cuyo
mundo se retrotrae a épocas imaginativamente más fecundas que la nuestra, que es
una época con la imaginación castrada, que
se escuda en el pretexto del “art pour l’art”
para ocultar su incapacidad imaginativa.
En la misma ocasión, Fabio Fournier,
rector de la Universidad Centro Americana (UACA), dejó asegurado: Todos
sus cuadros dicen mucho más de lo que el
pintor, en forma de color, hizo tangibles. Tienen un mensaje de amor, de ternura o de
cordial humorismo que sonríe ante los innumerables absurdos del hombre, ante tanta y
tanta ideología que condenaría una lógica
clara; como ver el maravilloso ensueño de
los ángeles, susceptible de tragedias propias
de los humanos.
Desde la primera exposición individual de J. M. Gómez, celebrada en la
ciudad francesa de Vannes en 1965, desarrolló hasta el años 2003 la siguiente
actividad galerista: Galerie Rond-Point
Élysées de París (1966 y 1967). El último de los años citado también pre-
sentó su colección en el Mesón de la
Bretaña, París, a las que siguieron las
celebradas en las Galerías De la Gazette, París, y Bourlaouen, Nantes (1968).
En 1970 fueron tres las que pudo llevar
a efecto, respectivamente, en las Galerías Vallombreuse, Biarritz; Moysan,
Vannes, e Ives Jaubert, París, la última
de ellas auspiciada por el ministro galo
de Educación. Tras las citadas vinieron
las de Galerie Bourlaouen, Nantes; la
Grosvenor de Madrid (1972); Galerías
Península y Dintel, respectivamente,
en Madrid y Santander (1974); Salas
Malacke y Studio, de Málaga y Córdoba,
respectivamente (1975); Galería Meliá,
Granada (1976 y 1977); Galerías Isas y
“21-22” de Marbella, España, y San José
de Costa Rica (1978); Galería Javy, Almería (1979); Gallery Ausstege, Ámsterdam, Holanda (1981); Museo Nacional
de Costa Rica, V Centenario, inaugurada por el Nobel de la Paz y Presidente
del país, Oscar Arias (1987). Una nueva
comparecencia en Galería Heller de
Madrid, marca la iniciación de actividad galerísticas al comienzo del decenio de 1990, continuando después en
Casa de la Cultura de Fuengirola, Málaga, y Sala 2000, Córdoba (1991); Galería
de Arte Pórticus, Málaga, (1992); Grupo
Serfin, México, D.F. (1995); Casa-Fuerte
de Bezmiliana, Rincón de la Victoria,
Málaga (1997); Galería Castelló 120,
Madrid (1999); Sala de Exposiciones de
Cajasur, Córdoba, España (2000) y Galería Castelló (2003). En 1999 y también
en el 2000, se editaron cuatro sellos con
valor postal sobre el tema Caballos Cartujanos; fue declarado Hijo Predilecto
de Fuenteovejuna; recibió del Ayun-
170 gómez lobato
tamiento de Fuengirola un homenaje
institucional y a la Rotonda de Santos
Rein, en la misma ciudad donde vive,
se rotuló con el nombre del pintor.
Rafael Gómez Lobato, a los 14 años
de edad ya seguía clases como alumno
en Santa Isabel de Hungría (Sevilla) y
a los 20 acabó su formación académica
en la Escuela Superior de Bellas Artes
de San Fernando (Madrid). En el mencionado centro fueron sus profesores
de Colorido Soria Aedo, Julio Moisés y
Eugenio Hermoso; Vázquez Díaz fue su
maestro en Pintura Mural, Adsuara en
Dibujo del Natural, Martínez Vázquez
en Paisaje y Lafuente Ferrari en Historia
del Arte. Disfrutó de una beca del Ayuntamiento de Ronda y otra de la Universidad Autónoma de Madrid y obtuvo plaza de Pensionado en El Paular. En 1958,
al cumplir los 25 años de edad, marchó
a Suiza desde donde realmente inició su
fulgurante carrera profesional. Después
de 33 años de residencia en aquel país
vuelve a Málaga en 1991 instalándose en
Rincón de la Victoria.
Su pintura, de inusitados ecos en
gran parte de Centro Europa, suscitó
muchos y muy favorables comentarios.
En el periódico Der Höngger escribió el
crítico Alois Steiner, entre otras cosas:
...Técnicamente llega a dominar su profesión de una manera envidiable. Frecuentemente, elige el detalle y la composición del
cuadro; la iluminación suele realizarla muy
individualmente, respecto de un elemento a
otro, de manera inusual y sorprendente. Por
ejemplo, sitúa en media parte del cuadro, de
una manera excéntrica, los dos preciosos y
extremadamente precisos retratos de perfil de
las chicas Sara y Laura y los contrasta, llenos de tensión, con el lado del cuadro que
está dominado de acentos abstractos. Además, la cabeza de Sara –una obra maestra del arte del retrato– está iluminada por
detrás, lo que le da a la cara “en sombra”
una suavidad llena de encanto, a pesar del
duro contorno de un rostro que acusa fuerte
carácter. Es fascinante en su técnica magistral, en la controlada perspectiva gráfica y
en los contenidos de los dibujos que están
preñados de símbolos y se apartan de las formas convencionales. El experto hablaría de
una mezcla de estilos entre hiperrealismo y
surrealismo. Nosotros nos contentamos con
un buen cumplido alemán: ¡Super!
El Punto de las Artes (7 al 13 de junio
de 1996) escribió acerca de la retrospectiva de Gómez Lobato en Galeríe
Zentrum, de Zúrich, su principal espacio expositivo durante su larga residencia suiza: Hay en esta magnífica retrospectiva de este artista malagueño, una representación de su mundo, de su andadura
creativa, a través de un limpio conjunto de
pinturas y dibujos, realizados a lo largo de
los tres últimos lustros, pero, sobre todo, una
presentación impresionante de la magia de
la realidad y la luz. No se trata de una mera
gómez navas 171
acción de representar la referencia, sino de
interpretarla, desde una visión particular,
con ecos surrealistas y abstractistas, construyendo ambientes dominados por el hechizo
de la luz, que actúa como fuerza compositiva en el territorio del lienzo.
Gómez Lobato, que experimenta
sus facultades técnicas en una plástica
de triple vertiente de realidad –verista,
mágica y lírica–, profundiza al mismo
tiempo en los secretos de la luz no sólo
como ánima temática, sino como inductora al descubrimiento de los misterios que esconde su poética figuración,
sea en las carnaciones de sus desnudos
infantiles o en las claves de su personalísimo discurso gráfico. La primera exposición individual de Gómez Lobato
fue en Galerie Zentrum, de Zúrich, en
1963. A la citada, y en años sucesivos, siguieron otras 6 individuales en idéntica
galería, una en la sala del Centro Cultural Helmhaus, también de Zúrich,
una más en Estrasburgo (Francia), y
otra en Lecce (Italia); la única muestra
individual en España hasta el comienzo del año 2004, fue en la Casa-Fuerte
de Bezmiliana, Rincón de la Victoria,
del 9 de julio al 28 de julio de 1993. Las
exposiciones colectivas a las que el pintor concurrió tanto en Suiza como en
España, alcanzan la veintena. Entre sus
premios y distinciones al mérito creativo figuran un accésit de la Exposición
Nacional de Pintura y Escultura (1954,
Madrid) y la Medalla de Oro de la Real
Academia de Bellas Artes de San Telmo en la II Bienal de Pintura de Málaga (1974).
Vicente Gómez Navas, de muy temprana formación artística junto a su tío
político el pintor José Nogales Sevilla,
recibió posteriormente, en el decenio
de 1940, clases de dibujo y composición
del también pintor Luis Berrobianco.
Marino mercante –como en el caso de
otros pintores marinistas– ejerció la
profesión durante varios años navegando en buques de distintas banderas,
siendo su escuela viva, ha escrito, los
años transcurridos en el puente de mando
de los barcos.
En la línea de Emilio Ocón cuando recreaba en sus cuadros las serenas
aguas litorales malagueñas, cuyo sosiego
las hacen atrayentes por la sensación de
quietud, paz y armonía que sugieren,
también Gómez Navas consigue en los
nocturnos especiales matices y efectos
por el conocimiento experimental que
tiene de la mar. Sobre lienzo, tabla o
cualquier otro soporte, los óleos de Gómez Navas siempre resultan atractivos
por la corrección de su dibujo, el detallismo de su entorno, bien urbano o
portuario, y el delicado tratamiento colorista de los temas. En su obra abundan
las evocaciones pictóricas del puerto
malagueño del siglo XIX.
172 gómez navas
De su extensa iconografía marinista escribió el crítico Antonio Cobos en
el catálogo de su exposición en Zúccaro: Vicente Gómez Navas, que es un pintor
absoluto, con exquisita sensibilidad para
aprisionar la luz en sus lienzos y para conjugar el color y sus gamas tonales, es dueño
también de una conveniente maestría técnica dentro del procedimiento pictórico del
óleo. Pinta este artista el mar y sus cambiantes con una veracidad tan insólita que no
tendría explicación posible de no saberse que
es oficial de la marina mercante. El Punto
de las Artes (9 al 15 de marzo de 1990)
enjuició su obra expuesta en Benedito
escribiendo, entre otras cosas, que El
pintor, en la plenitud de su madurez artística, muestra de nuevo sus marinas con su
acostumbrada calidad y el mensaje de una
pintura en la que el artista parece sumergirse en su propio afán. Son obras inspiradas
tanto en el mar como en los barcos, remontándose al pasado de las velas, como a la
experiencia personal sobre todo tipo de barcos. Dos años más tarde, la misma publicación (20 al 26 de marzo de 1992)
aseguraba que el pintor era uno de
los maestros indiscutibles del género
al recrear soberbiamente la infinitud
del mar. Su primera exposición, luego de abandonar la mar y pasar varios
años en tierra, se celebró en la Peña
El Sombrero de Málaga (1973), que le
organizó su amigo el escultor Liébana,
a la sazón vocal de Cultura de la entidad. A esta inicial muestra individual
siguieron en años sucesivos las que se
citan: Liceo de Málaga (1975); Sala de
Arte de la Urbanización Torremuelle,
Benalmádena (1976); Galería Pintada,
Nerja (1977); Círculo Mercantil, Sevi-
lla, y Sociedad Económica de Amigos
del País, Málaga (1978); Galerías AlAndalus, Granada, y Galería Malacke,
Málaga (1979); Caja de Ahorros Provincial, Málaga, Mutua de la Unión Patronal, Alicante, y Galería Toisón, Madrid (1980); Galería Art Press del diario
Pueblo, Madrid (1981); Club Financiero
Génova, Madrid (1982); Galería Velázquez, Valladolid (1983); Galería Miguel Ángel, Málaga, y Galería Lázaro,
Madrid (1984); Sala Eguiberri, Bilbao
(1985); Salas de la Caja de Ahorros de
Ronda de Torre del Mar y Fuengirola,
respectivamente (1986); Galería Benedito, Málaga (1987, 1988 y 1990); Caja de
Ahorros del Círculo Católico de Burgos
y Galería Zúccaro, Madrid (1991); Galería Benedito, Málaga (1992, 1994, 1995,
1997, 1999, 2001 y 2003); Galería Tudores, Marbella (1996) y Galería Xauen,
Granada (1999). De sus exposiciones
colectivas cabe destacar la que celebró
con los pintores Barberán, Blanca, Morales, Muñiz, Dámaso Ruano y Vidiella
en la Galería Tudores al inaugurarse
la misma. Asimismo, ha participado
en numerosas ediciones del Salón de
Invierno de la Asociación de la Prensa
de Málaga, así como en la que celebró
la sala Nova en homenaje al marinista Emilio Ocón, en la muestra Veinte
Pintores Malagueños del Palacio de la
Aduana, etc. En la EXPO’92 de Sevilla,
con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, expuso en la
Casa de las Columnas nueve cuadros de
gran formato sobre el primer viaje de
Colón, auspiciada y presentada por la
Sociedad Malagueña de Ciencias como
aportación de Málaga.
gonzález bueno 173
GONZÁLEZ ALVARADO
(Ver ALVARADO)
José González Bueno, estudiante
de Medicina, alternó dichos estudios
con los de pintura, y fue su maestro el
pintor Juan Baena, discípulo de José
Nogales Sevilla quien le adiestró en colorido y composición a lo largo de distintos periodos entre 1971 y 1978. Compañeros de la Academia Velázquez a la
que asistió durante dichos años fueron
Jesús Castellanos, José Robles Muñoz
y María de Zayas, viuda del popular librero malagueño Pepe Negrete. En la
acuarela fue de formación autodidacta,
estudiando las técnicas de los acuarelistas británicos de la época Victoriana, de
los vieneses del siglo XIX y de los norteamericanos Sargent, Russell y Eakins.
Su obra en general es fiel a la arquitectura del Barroco andaluz, además del
gran paisaje, la mujer envuelta en cromáticos mantones, la figura femenina a
caballo, el rincón típico y otros encuadres semejantes, teniendo como base
un dibujo minucioso y detallado.
La revista El punto de las Artes (1319. V. 1994) opinó sobre su obra a pro-
pósito de la exposición celebrada en la
Galería Zúccaro, de Madrid: La obra de
González Bueno se caracteriza por su fundamento dibujístico, estructura y esbozo
descriptivo que busca el lenguaje figurativo
desde una realidad cabal. Y se eleva a consideración con el tratamiento de sus acuíferos,
aguadas sustanciales que juegan con el soporte, mantienen los blancos y logra pigmentaciones multitonales que hacen del espacio
un paisaje, un sitio, un detalle objetual con
esa climatología que hemos aludido y que
con sus alumbres se transparenta.
Sobre la obra que González Bueno
presentó en la sala de Unicaja de la capital almeriense, Miguel Ángel Blanco,
en Ideal de Almería (26. IV. 1997), opinó:
Es también elegancia el grado de interpretación que González Bueno imprime a los retratos de caballistas, pasajes de fiestas andaluzas. Personajes masculinos y femeninos.
Detalles de cada pequeño espacio del cuadro.
Ventanas y persianas. Verticalidad de la mirada que surge de los edificios. El aire de esa
luminosidad descriptiva es el sentido hedonista que subyace detrás de cada imagen.
González Bueno ha celebrado, desde su presentación como pintor hasta
finales del año 2003, dieciséis exposiciones individuales: Salas de la Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga
(1988); Galería de Arte Pórticus, Málaga (1990); Galería de Arte Zúccaro, Madrid (1991); Porticus, Málaga (1992);
Galería de Arte Mayte Muñoz, Barcelona (1993); Zúccaro, Madrid (1994);
Pórticus, Málaga (1995); Sala Municipal
de Exposiciones, Marbella (1996); Sala
de Exposiciones de Unicaja, Almería
(1997); Sala de Exposiciones de la Caja
Rural, Málaga (1998); Galería de Arte
174 gonzález bueno
Cartel, Granada (1999); Galería de Arte
Benedito, Málaga, y Cartel, Granada
(2000); Benedito, Málaga (2002); Cartel, Granada, y Salas del Palacio Marqués de la Gomera, Osuna (2003).
Su participación en exposiciones
colectivas fueron: Salón de Otoño de la
Asociación de la Prensa, Málaga (1988,
90, 91, 92, 94, 95, 97 y 2002); colectivas
de Feria, Galería Pórticus (1988 a 1995);
de Semana Santa (1988 a 1995); presentaciones provinciales de la Agrupación
de Acuarelistas de Andalucía; certámenes diversos de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Madrid;
Salón Nacional de la Acuarela, Madrid
(1991); Premio Penagos de Dibujo, Madrid (1991); Premio Gaudí de Acuarela, Córdoba (1988, 89, 90, 93, 97 y 2003);
Certamen de Acuarela de Caja de Madrid (1991); Salón de Otoño de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Madrid (1997 y 1998) y colectivas de
la Asociación de Acuarelistas de Málaga
desde su fundación en 1999.
De sus premios podemos anotar:
Segundo del Certamen de Acuarela de
Villaviciosa de Odón (1989); Accésit del
Premio Gaudí de Acuarela, Córdoba
(1990); Premio-adquisición del XLVII
Certamen José Arpa, Carmona (1994);
Mención de Honor del Certamen de
Minicuadros de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Madrid, y
otra Mención del IV Certamen de dibujo de la misma entidad (1995); Primera
Medalla en Acuarela del LXIV Salón de
Otoño de la Asociación Española de
Pintores y Escultores, y Premio Talens,
Madrid (1997); Segundo Premio del
Certamen de Dibujo Felipe Orlando,
Benalmádena (1999); Primer Premio
del III Certamen de Pintura Ciudad de
Málaga (APE) (2000), y Tercer Premioadquisición de Acarela Ciudad de Benalmádena (2003). González Bueno fue
miembro fundador y vicepresidente de
la Asociación de Acuarelistas de Málaga, autor de los carteles anunciadores
de la feria de agosto antequerana (1995,
1996 y 2000), de los conmemorativos de
La Legión (septiembre de 1995, 1996 y
1997) y del Rastrillo para Nuevo Futuro (2000). Asímismo, realizó un retrato
para S. M. el Rey D. Juan Carlos (que le
fue entregado por La Legión al visitar
en 1994 su acuartelamiento en Ronda).
Además de realizar numerosos carteles,
tarjetas navideñas, diseño para ilustrar
el cupón de la ONCE del 20 de septiembre del año 2000, el escudo oficial de
la brigada de La Legión, Rey Alfonso
XIII, y diversas colaboraciones para los
libros del prestigioso uniformólogo
malagueño José María Bueno, destacando como coautor el titulado 75 años
de uniformes legionarios. En el año 2003
fue seleccionado para tomar parte en
Arts for the Parks, un certamen anual
que organiza la National Park Academy for the Arts (EE. UU.) para el que
se seleccionan 100 cuadros de entre los
2 500 que se presentaron.
gonzález de lara 175
Pintor marinista, Javier González
de Lara y Sarria es de formación autodidacta, si bien sus primeras orientaciones artísticas las recibe de María
Antonia Conejo Moncayo, hija del pintor Salomón Conejo Alonso. Desde su
iniciación en el campo profesional, su
obra recrea el mar fundamentalmente
en sus instantes calmos, de manera que
a la quietud de su luminosidad fugaz
imprime la peculiar lírica que añade el
cuidado y suave cromatismo de una paleta que dosifica delicadamente. A propósito de la segunda exposición individual del pintor, la revista El Punto de las
Artes (Madrid, marzo de 1993) escribió
la siguiente nota: González de Lara practica una pintura honesta y de buen gusto
que sigue todas las reglas del género, logrando muy particulares encuadres, formatos y
perspectivas en sus composiciones. Barcos,
puertos, playas y la captación de ese misterio
que siempre tiene el agua, son la temática
recurrente de esta irresistible atracción por
las cosas del mar. La misma revista (Madrid, octubre de 1999) aseguró: Javier
González de Lara es consciente de la diversidad de luces, de la diferencia de tonos del
agua entre un mar y otro, del valor de cada
atmósfera. Cada cuadro es distinto, no hay
una fórmula previa y podríamos decir, acaso, que en conjunto su obra es un retrato de
muchos de los mares a los que algún día,
a buen seguro, se asomará este joven pintor
malagueño que va camino de convertirse en
uno de los marinistas más importantes que
ha dado nuestro país.
Sus dos primeras exposiciones individuales se celebraron en Galería
Benedito, Málaga (1991 y 1993), a las
que siguieron: Colegio de Abogados,
Málaga (1994); Galería Castelló 120,
Madrid (1996); Galería Benedito, Málaga (1997); Galería Castelló 120, Madrid (1999); Club de Mar, Puerto Banús
(2000); Galería Echeverría, San Sebastián (2001). González de Lara participó,
entre 1991 y el año 2003, en numerosas
exposiciones colectivas y ferias de arte,
de las que destacamos su presencia en
los salones de invierno de la Asociación
de la Prensa, Málaga (1992, 1996, 1998,
1999, 2000 y 2001); 27 Pintores Malagueños, Salón de Columnas del Palacio de
la Aduana, Málaga (1992); La mitología,
El paisaje urbano, El mar, Atardeceres, La
lluvia y El fuego, en Galería Benedito,
Málaga (1994-1999); ARTEXPO, Barcelona (1997); ARTESEVILLA (2000, 2001 y
2002) y lineart (Feria Internacional de
Gante, Bélgica (2000).
176 gonzález romero
Francisco González Romero, alentado por los pintores y docentes de la
Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de su ciudad natal Federico Bermúdez, y José Ponce, desarrolló toda su carrera artística fuera de
Málaga. En Madrid, donde demostró
sobradamente sus facultades, participó en proyectos creativos al tiempo
de atender sus obligaciones docentes
compartidas con otras dedicaciones
en distintos organismos ministeriales.
Su formación la inicia en la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
de Málaga, donde adquiere sus iniciales conocimientos básicos. En 1941 es
becado a la ciudad de Ronda, siendo
su profesor acompañante Antonio de
Burgos Oms, e inicia su participación
en diferentes exposiciones organizadas
por distintos organismos de la época.
Paralelamente a su integración en el
activo grupo creativo que protagonizan
los entonces jóvenes pintores Ramos
Rosa, García Rizo, De la Torre, Blanca
Mora, y otros distintos, trabaja en la reparación de buques, prepara oposiciones administrativas y colabora en el gabinete arquitectónico de José González
Edo. Gana en el año 1948 oposiciones
de los ministerios de Obras Públicas y
de Agricultura, respectivamente, y se
traslada a Madrid. Ingresa posteriormente en la Escuela Superior de Bellas
Artes de San Fernando en el Círculo
de Bellas Artes y Academia de Peña. En
1957, con el fin de poderse dedicar a
los estudios de Bellas Artes, solicita excedencia administrativa. Durante los
cinco años siguientes colabora en distintos proyectos artísticos relacionados
con el Valle de los Caídos, los palacios
de la Zarzuela, Moncloa y El Pardo, obtiene la beca de Paisaje para El Paular
(que cambia por la de la Fundación
Rodríguez Acosta, y expone sus obras
en la citada entidad granadina y en
la Escuela Superior de Bellas Artes de
San Fernando, en Madrid. En 1964 colabora con el arquitecto Diego Méndez
González en dos obras fundamentales:
el proyecto de Sagrario y la realización
de un candelabro de 7 metros de altura para el crucero central de la Basílica
del Valle de los Caídos. Para idéntico
monumento participa en la reforma
de la sala capitular y comedor para la
Escolanía, hall principal del Monasterio y Centro de Estudios Sociales de su
antiguo Monasterio. Su actividad expositiva constata, entre los años 1968 y
1972, diferentes exposiciones colectivas
en distintas capitales españolas, destacando la antológica individual que celebra en el último año citado en la Sala
Villaespesa de Almería, donde exhibió
110 obras. En 1978 González Romero
gana por oposición una plaza de profesor de Término de Dibujo Artístico,
siendo nombrado director de la Escuela de Arte Artístico n.º 4 de Diseño de
guerra 177
Interiores. Jubilado voluntariamente
en 1987, tres años más tarde monta en
Málaga estudio definitivo, realiza otras
exposiciones en ciudades próximas y
expone por vez primera en su ciudad
natal (Galería de Arte Nova, 1993). Al
aproximarse a su biografía personal,
así como a la actividad artístico docente y sentido de su extensa obra, la catedrática de Historia del Arte de la UMA
y académica de San Telmo, Rosario Camacho, escribió: Francisco González es un
pintor de hoy, que ha seguido una línea de
superación constante y ha mantenido una
actitud siempre alerta tras búsquedas plásticas más avanzadas. Su obra es una respuesta apasionada a una concepción que, sustituyendo las ideas por imágenes, pasa por
trasladar plásticamente, hasta los límites espaciales del lienzo o incluso trastocando esos
límites, su aprehensión de la realidad con la
que se identifica. Con ocasión de la única
muestra individual celebrada en Málaga en la sala y año ya aludidos, el diario
Sur publicaba en su columna de arte
(3. IX. 1993): La obra –con toda la cargazón andalucista que imbrica– no es un canto chauve al uso, sino una interpretación
que va desde su hondura y significaciones a
sus claves, signos y visiones personales. En
todo caso, es el resultado de un sentimiento
que inunda al artista y que nos hace llegar,
cálido y exuberante, por una paleta que a
veces esplende en matizados magentas y en
ocasiones exulta suaves ocres que blanquean
rosáceas estructuras.
González Romero recibió a lo largo de su carrera artística las siguientes
distinciones: Premio Ciudad de San
Sebastián en la Exposición Nacional
de Bellas Artes, Madrid (1968); Premio
Álvarez Dumont de la II Bienal de Pintura y Escultura de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo, Málaga
(1969); Primer Premio de Pintura en la
I Exposición de Arte del Ayuntamiento de Dalías (Almería, 1974); Medalla
de Plata de Dibujo en la I Exposición
del Colegio de Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos, Málaga, y Medalla
de Oro y Primer Premio del IV Certamen Nacional de Pintura y Escultura
del Ayuntamiento almeriense (1975).
Antes de finalizar el año 2000 González
Romero preparaba una exposición retrospectiva de la evolución de su obra
pictórica a lo largo del último septenio
creativo.
Evaristo Guerra Zamora, como su
hermano, despertó a la pintura tempranamente, siendo así que a los diez
años de edad montó no sin esfuerzo su
primer taller-estudio en la casa paterna. Su primera obra (un óleo que tituló
“Vista de Benamocarra”) data de 1952,
cuando recién había cumplido los doce
años de edad. En 1954, con el acuarelista Juan Morcillo que a la sazón dirigía
una escuela de pintura en la localidad,
siguió un entusiástico y provechoso pe-
178 guerra
riodo de formación que al concluir en
1960 dejó realizados numerosas obras
(dibujos y óleos preferentemente). Su
primera exposición individual se constata en el mes de septiembre de 1961 en
la Caja de Ahorros Provincial de Málaga de su localidad natal. Fue ese mismo
año cuando, decidido a abrirse camino
en el arte, y deseoso de aprender lo
suficiente para su dedicación al oficio,
marchó a Madrid recién cumplidos los
diecinueve años de edad. Se matricula
en la Escuela Superior de Bellas Artes,
cuyos estudios abandona apenas un
año más tarde; trabaja a continuación,
en la capital de España, alternando la
pintura con otras dedicaciones, realiza
diferentes copias de cuadros del Museo
del Prado y otros de composición, retratos y paisajes, hasta que al fin, tras
haber sido seleccionado en 1970 para
participar en el Premio Nacional de
Pintura para Artistas Jóvenes de la I
Bienal de la Revista Blanco y Negro, puede darse a conocer en los medios artísticos de Madrid y en la segunda edición
del citado certamen (1972) logra dicho
premio por un cuadro titulado “Dos kilómetros para el pueblo”, que consolida su deseada situación artística.
La pintura de Evaristo Guerra, como
la de Fra Angélico, la de Patinir o la de algunos flamencos muertos en la juventud
–escribió para uno de sus catálogos el
Nobel español Camilo José Cela–, se
muestra nimbada de un suavísimo halo de
arrepentimiento que la hace inmune a la
presencia del diablo: de ahí su inmediata y
elemental grandeza. Tales palabras parecen referirse a las pinturas murales que
realizó, a lo largo de varios años, en la
ermita de Nuestra Señora de los Remedios, en su pueblo natal.
Otro conocedor de la obra de Evaristo, el crítico y dramaturgo español
Enrique Llovet, escribió para el catálogo de la exposición que el pintor presentó en Miami: El lenguaje del Guerra
que llega a Miami presupone, evidentemente, un cierto idealismo. Nadie puede escuchar este lenguaje sin hacer un inmediato
viaje a los dolores y la ternura de la memoria
personal.
Desde 1961 en que participa por
vez primera en una exposición colectiva, celebrada precisamente en su localidad natal y en la que participaban
otros jóvenes artistas de la misma, Evaristo Guerra tomó parte en otros 34
eventos de igual naturaleza en Madrid,
Ávila, Málaga, Córdoba, Sevilla, Barcelona, Salamanca y otras capitales españolas (en algunas de ellas varias veces
a lo largo de los años), de las que caben destacar: II Salón de Invierno de
Madrid (1966); Bienal de Alejandría
(Egipto, 1969); II Bienal del Deporte
(Madrid-Barcelona, 1969); I Bienal del
Vino de Málaga (1973); Homenaje a
España (Galería Biosca, Madrid, 1982);
Artistas de la Galería Macarrón (Madrid,
1986); Pintores Malagueños (Palacio de
la Aduana, Málaga, 1991); ARCO (con
Macarrón, 1988) y Galería María Salvat,
Feria de Arte de Barcelona (2000),etc.
En cuanto a las exposiciones individuales, celebradas en España y fuera
de ella desde 1961 al año 2000, superaron las 45 comparecencias. De ellas,
por sus singularidades, características
y contenidos destacamos: Casa de Málaga (Madrid, 1962); Salones Macarrón
guerra 179
(Madrid, 1966); Sociedad Económica
de Amigos del País (Málaga, 1964); Nacional de Bellas Artes (Madrid, 1968);
Galería Picasso (Málaga, 1969); Galería
Décar (Bilbao, 1973); Diputación Provincial, Málaga, 1974); Galería Fenicia
(Puerto Banús, Málaga, 1975); Galería
Layetana, Barcelona, 1977); Galería Miramar Arte de Málaga (inaugura la sala
en octubre de 1978); Primera Época, (Salas de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, simultánea con
Homenaje a la Provincia en el Museo de
Bellas Artes (1980); Homenaje a España
(Galería Biosca, Madrid, 1982); Galería
Forma (Miami, Florida, EE.UU., 1984);
Caja Postal Palacio de los Vilchez, Jaén
(inaugura sala, 1986); Lladró Art Gallery (Nueva York, EE.UU., 1989); Galería Biosca (Madrid, 1991 y 1992); Cuatro
décadas con la pintura, antológica en el
Centro Cultural de la Villa (Madrid,
1995); Sala Imagen (Sevilla, 1997); Homenaje a la luz de Andalucía, Sala de la
Casa-Fuerte de Bezmiliana (Rincón de
la Victoria, Málaga, 1999), etc.
Durante el último decenio del siglo XX, casi cuarenta años después de
haber iniciado su carrera artística, Evaristo recibió en 1993 el galardón al mejor artista en la especialidad de pintura
de la VIII edición de los Premios Nacionales a las Artes Plásticas de la Revista
Correo del Arte.
En 1979 el Ayuntamiento de Vélez-Málaga le dedicó una calle, es Hijo
Adoptivo del pueblo de Arenas (Málaga, 1970) y de Las Navas del Marqués
(Ávila, 1987); también es Axárquico de
Honor del pueblo de Comares (Málaga, 1990), Escudo de Oro de su pueblo
natal (1999) y en el mes de enero del
año 2000 recibió el Premio Puerta de
Andalucía de Summa Hoteles, que de
esta forma reconocía públicamente su
trayectoria artística.
Miguel Guerra Zamora, de formación autodidacta, no expuso nunca de
forma individual en su localidad natal;
tampoco lo hizo en Málaga ni en otras
cualesquiera ciudad española. Su actividad pictórica, que se inició en 1960 recién cumplido el servicio militar, se inicia en Bélgica, país donde se relaciona
con artistas independientes de la época, frecuenta los ambientes culturales y
creativos y enlaza con grupos artísticos
de la juventud belga de comienzos de
los años sesenta del siglo XX como el
Taller de Arte Popular, Grupo Cebra,
L’uapière y otros. Su labor expositiva
individual tuvo como escenarios las ciudades de Lieja (Galería Saint Remy),
Bruselas (Galería de Arte Naíf), Centro
Rops (Namur) y otras distintas de la ciudad alemana de Snokke (Galería Bubdies), y Ostende; también mostró sus
trabajos en eventos de igual característica en la capital luxemburguesa y París.
180 guevara
Muy joven, recién cumplidos los
trece años, participó en 1950 en una exposición organizada por el Frente de Juventudes, obteniendo el primer trofeo
del certamen consistente en 1 000 pesetas en Metálico. Fue su oportunidad de
darse a conocer en los ambientes creativos más jóvenes de Málaga y, especialmente, de su Vélez-Málaga natal. Con
los años y una dedicación exclusiva a la
pintura, logró alcanzar otros premios,
distinciones y trofeos, entre los que caben destacar el haber sido seleccionado
para participar en el II Festival de Artes
Plásticas de Mouscron (1979); ese mismo año ganó el Primer Premio (Diploma y Medalla de Oro) de la VIII Bienal
de Arte del Centro Cultural El Quijote
(Malinas, Bélgica)que volvería a repetir
en la siguiente edición de 1981. Su año
más pleno de selecciones y trofeos fue
el de 1982 al recibir el Premio Josaphat
Tortat del XVI Salon Blésois International de Blois, Francia; Menciones de Distinción y Especial, respectivamente, en
Valenciennes y Saint Amand-les-Eaux.
Finalmente, es de nuevo seleccionado
para participar con sus obras en Marsella, Châteauneuf du Pape y VI Premio
Nacional de Pintura Adaja (Ávila, España). Es pintor que tiene obras en el
Museo de Arte Religioso de Medellín
(Colombia), en el Museo del Patrimonio Artístico del Ayuntamiento de Charleroi, Bélgica, y en Museo de Arte Naíf
de Jaén. Pintor que cosechó abundantes
parabienes de la crítica belga, con ocasión de su exposición en la vieja iglesia
de San Nicolás, de Bruselas, en homenaje a la provincia de Brabante, el rotativo Le Soir dijo de él que era un artista
naíf que sabía evidenciar los méritos de su
oficio, añadiendo la curiosidad de haber sabido dejar en su obra anterior la maestría
de su paleta al pintar Lovaina en naranja,
Tubize en rosa y Waterloo en azul y verde.
José Guevara Castro, fundador con
otros jóvenes artistas malagueños de la
generación de 1950 del Grupo Montmartre, más tarde convertido en Grupo
Picasso, Guevara Castro fue alumno de
la Escuela de Artes y Oficios Artísticos
de Málaga, donde tuvo como profesores a Federico Bermúdez Gil, (pintura),
Miguel Marín Zaragoza (dibujo), Diego
García Carrera (modelado) José Castillo (grabado) y José Toré (litografía).
Tras su primer periodo formativo, durante los siguientes años siguió cursos
en la Escuela Superior de Bellas Artes
San Jorge (Barcelona), Académie de la
Grande Chaumière (París) y el Círculo
de Bellas Artes (Madrid). Estudiante de
Ciencias Económicas en las correspondientes facultades universitarias de Barcelona y Málaga, trabajó, compatibilizando trabajo y creación, en el Instituto
Nacional de Previsión y en importantes
empresas multinacionales.
guevara 181
De su obra expuesta en Salamanca por vez primera en 1980, el diario El
Adelanto, bajo la firma de Manuel Martín Santiago, dijo, entre otras cosas: ...lo
verdaderamente valioso de su arte es, precisamente, esas transparencias y suavidades
que logra con el óleo, cual si de pinturas al
agua se tratara. Y no es que este pintor lave
exageradamente la crema, no: yo diría que
al contrario: empasta, mas con un sentido
de la sutileza, de la veladura, con tal soltura de pincel y con acordes tonificadores, que
es así como logra resultados verdaderamente
vagos y de una gran limpieza y luminosidad. Por su parte, José Mayorga, cinco
años más tarde y en las páginas del malagueño Sur, escribía: La luz domina sus
cuadros y él domina a la luz. Así consigue
esta armoniosa síntesis que siempre ha sido
su pintura, pero que ahora se ha decantado
hacia un filtro de efectos sorprendentes que
está reservado a los perseverantes que arrancan con calidad. Lo que los años dan en
soltura, calidad en el oficio. Por eso vence
Guevara a la luz.
Desde 1960 a 1997 celebró las siguientes exposiciones individuales: Caja
de Ahorros de Ronda, Málaga (1960);
Salas Sofico de Marbella y Torremolinos
(1972, 1973 y 1974); Caja de Ahorros de
Ronda, Málaga, 1974); Sociedad Económica de Amigos del País y Galería
Malacke, Málaga (1975); Sala Municipal de Marbella (1976); Galerías Amplitud, Sevilla; Segrelles, Valencia, y
Malacke, Málaga (1978); Miramar Arte,
Málaga (1979; Galería Iris, Salamanca
(1980); Sala Espalter, Madrid (1981);
Sala Municipal, Nerja (1982); Salón de
Arte, Oviedo, y Sala de Bellas Artes,
Gijón (1986); Caja de Ahorros de Ron-
da, Torre del Mar (1987); Sala Municipal, Nerja, y Galería Benedito, Málaga
(1988); Sala Nova, Montreal (1989);
Galería Pórticus, Málaga (1992); Sala
de Unicaja, Vélez-Málaga (1994) y Sala
Rostand, Nerja (1997). Entre los eventos colectivos en los que Guevara Castro
participó figuran, entre otros, los celebrados en Navia, Asturias (1949); con
la Peña Montmartre en Málaga (1954
y 1955); en Béziers, Cannes y París,
Francia (1957); con el Grupo PicassoMovimiento Actual del Mediterráneo,
en Málaga, Tortosa, Castellón y Santander (1958); con el Grupo Picasso, en el
Museo de Arte Contemporáneo, Barcelona (1961); Casa de Málaga, Madrid
(1962); Haus der Kunst, Múnich (1962),
y con el Grupo IX Pintores, en Málaga,
Fuengirola, Churriana, Jaén, Córdoba,
Granada, Nerja, Montreal, León y Albarracín (1974 a 1993).
Pintor que ejerció la crítica de arte
en Radio Juventud, Radio Nacional de
España y del diario La Tarde, en Málaga, así como en las revistas Crítica de Arte
de Madrid, La Brocha de Gijón e Ikaria
Virtual de Internet, consiguió Primera
Medalla en la exposición del S.E.U.,
Málaga (1948); Segunda Medalla en la
exposición de Educación y Descanso,
Málaga (1953); nueva Segunda Medalla
de la misma institución, Málaga (1954);
Primera Medalla en la exposición de
las Bodas de Plata del I.N.P. Málaga
(1958); Segundo Premio de SESA, Madrid (1977); Segundo Premio del Real
Club Náutico Mediterráneo, Málaga
(1985) y Primera Medalla del Círculo
de Bellas Artes de Málaga (1991).
harvey 183
Robert Harvey, dibujante, pintor y grabador. Artista que vivió en
Macharaviaya los últimos 32 años de su
vida, fue uno más de los tantos creativos extranjeros que desarrollaron gran
parte de su obra más madura durante
su permanencia en Málaga. Este artista se formó inicialmente en centros
artísticos norteamericanos como The
Ringling School of Art de Sarasota
(1942-44); Louis Ribak, Taos, Nuevo
México (1948) e Institute of Art de San
Francisco (1957). Su primera exposi-
ción individual la celebró en Galería,
Sarasota, a la edad de 24 años. A la
muestra de su presentación siguieron
otras muchas, tanto individuales como
colectivas, en numerosas capitales y
ciudades norteamericanas entre los
años 1951-1971. Fue un año más tarde
cuando sus trabajos se conocieron en
Málaga Galería Jaime Parladé, Marbella,
primera de sus exposiciones personales en España. Eugenio Chicano fue el
encargado de escribir unas ideas sobre
el pintor en el catálogo de su presentación en la Sociedad Económica de
Amigos del País: Hijo de la escuela de San
Francisco, Robert estudia y absorbe como
protagonista la historia del arte norteamericano de este siglo, cuadra el círculo estadounidense asimilando la experiencia de todos
sus puntos cardinales, y todo ello sin firmar
un manifiesto, sin suscribir ninguna escuela, sin adoptar maneras ni imponer modas.
Tras la presentación de su obra por
el galerista Parladé, Harvey desarrolló
184 harvey
a partir de entonces una larga actividad
galerística individual, tanto en Málaga
como en distintas capitales y ciudades norteamericanas y españolas, de
las que podemos citar, entre otras las
siguientes: Charles Campbell Gallery,
San Francisco, California (1972 y 1974);
Galería Malacke y Galería Díaz Larios,
Málaga (1975); Charles Campbell Gallery
y Centro Cultural de los Estados Unidos,
Madrid (1977); Galería David Marshall,
Puerto Banús, Marbella; Galería Isa.
Íd., y Gump’s Gallery, San Francisco,
EE. UU. (1979); Dricol Gallery, Denver,
Colorado, EE. UU., y Gump’s Gallery
(1980); Galería Manuela, Málaga (1981);
Galería Harras, Málaga (1982); Castillo
Bil-Bil, Benalmádena, Málaga, y Gump’s
Gallery (1983); Studio Galleries, Denver,
Colorado, EE.UU. (1984); Gump’s Gallery (1986); Centro Washington Irving,
Madrid, y D. Christian James Gallery,
Nueva Jersey, EE.UU. (1989).
Muchas de sus obras se exhibieron
en nutridas convocatorias colectivas,
de las que podemos recordar, en lo
que a Málaga se refiere, su participación en la VI y VII Bienal Internacional
de Marbella (1981 y 1982); III Semana
Cultural de Macharaviaya (1982); II y
III Semana Cultural de Banagalbón
(1984 y 1985); Pintores y Escultores Malagueños Contemporáneos, edificio de
Correos, Málaga (1986); IX y X Bienal
Internacional de Marbella, Málaga (1987
y 1989) y III Premio de Pintura Bacardí,
Cortijo Bacardí, Málaga (1989). De sus
premios y distinciones en diferentes certámenes del extranjero, España y Málaga
podemos citar los que les fueron concedidos al participar en el Pacific Festival,
San Francisco, EE. UU., Primer Premio
(1960); 34th. Annual Marin Society
of Artists, Segundo Premio (1961);
Graphics Annual, Segundo Premio de
Grabados y Medalla de Honor de la
Fird Foundation of Art (1962); Western
Washington State University, Primer
Premio de Dibujo (1963), y Jack London
Square Festival, Primer Premio (1964).
El año 1965 fue particularmente relevante para su palmarés artístico al
recibir triple medalla de Honor de la
North Carolina Museum of Art, del
“28th. Annual” y del Festival de Arte
de San Francisco, por el orden citado;
un Segundo Premio de la Jack London
Square y el Primer Premio “Painting
of the Year”, de la Art Across America.
Un decenio más tarde, al participar en
el I Concurso de Pintura L’Oréal de
Madrid, recibe Medalla de Honor; una
Mención se le concede en el certamen
Pintores para el 92, Cádiz (1988) y otra de
la X Bienal de Marbella (1989).
hernández 185
Francisco Hernández Díaz, con siete años de edad su familia se traslada
a Vélez-Málaga, capital comarcal de la
Axarquía malagueña, en cuya ciudad
inicia su primera gran actividad creativa al pintar en la iglesia conventual de
Santiago de los RR. PP. franciscanos el
cuadro central y friso de su altar mayor
(1948), y desde donde prepara y envía
su participación a diversos certámenes
de carácter provincial en los que obtuvo Primeros, Segundos, Tercer Premios
y Mención Honorífica en las exposiciones convocadas por el Frente de Juventudes (1945), Educación y Descanso
(1947, 1948, 1949 y 1950) y Exposición
Regional de Arte (1952), todas ellas
comprendidas entre los 13 y los 20 años
de edad del pintor.
En 1952 fue becado por la Caja de
Ahorros Provincial de Málaga, dependiente de la Diputación Provincial, y en
1956 ingresa en la Escuela Superior de
Bellas Artes de San Fernando, asistiendo a las clases de Gregorio Toledo, Fernando Labrada, Rafael Pellicer y Soria
Aedo. Su estancia en la institución resultó efímera: Por puro aburrimiento, ansiedad, inquietud, juvenil impulso y desprecio al sistema de trabajo, trillado. Todos los
referentes contradictorios nublaban la ense-
ñanza. Al deslumbrante Museo del Prado y
sus maestros me dediqué apasionadamente.
De la Generación del 50, no llega a
vincularse a ninguno de los grupos artísticos de postguerra, no sólo al elegir
Madrid para su formación, sino porque
la Peña Montmartre, el Grupo Picasso
o el Movimiento de Arte del Mediterráneo, aparecieron cronológicamente
después de sus exposiciones del Club
de Prensa de Málaga (1954) y Sociedad
Económica de Amigos del País un año
más tarde.
Su obra de estos años, pese a las referencias que sobre ella se publicaron,
no procedía del impresionismo histórico: Mi forma de hacer, descontrolando la
pincelada, se acercaba más a los expresionistas abstractos de Nueva York, aunque la visión fuera pintura de realidades. Instalado
en Madrid en 1956, su pintura se hace
mesetaria: aparecen los cristos, ángeles,
y la paleta se ensombrece alejada de
las tonalidades mediterráneas y culmina una etapa de temática religiosa. En
1958 marcha a Suiza y reside en Ginebra durante dos años; además de viajar
por toda Italia (1959), conoce en Bolonia al pintor Giorgio Morandi. En 1960
retorna a Málaga para realizar un gran
mural para la sede central de la Caja
de Ahorros Provincial, dependiente de
la Diputación, donde realiza un trabajo
de claro acento constructivista, terminado el cual, regresa a Madrid. En esta
su segunda estadía madrileña va a confirmarse en su obra todo lo asumido
durante su permanencia en Europa,
donde el arte abstracto es, como estilo,
rey continental. Se opera el cambio en
su obra, dijo, a causa del desasosiego de
186 hernández
las formas orgánicas que se exhibieron
en la Bienal de Venecia de 1966 y que
hasta 1970, al abrirse una Sala Especial
de la misma Bienal, no tuvo oficial reconocimiento. Francisco Hernández
es pintor que no se ha refugiado largamente en ninguna de sus etapas creativas, y refiriéndose a cada una de ellas,
no distingue la supremacía de un ciclo
sobre otro porque la suma de todos
ellos: Formaron el tejido de mi personal visión del Arte y de la Belleza.
Antonio Morales, director de las
revistas Correo del Arte y Correo del Arte
Hispano, refirió hace años una anécdota que revela el interés que el dibujo de
Francisco Hernández había suscitado
en Salvador Dalí: En España sólo hay dos
dibujantes de verdad. Uno soy yo; el otro, un
muchacho que se llama “Nosequé” Hernández y que creo vive allá por Málaga. Este
mismo crítico escribió: ...toda su extensísima obra pictórica está arropada por esa sabiduría dibujística, que viene a ser como los
pilares de una hermosa arquitectura desde la
que, como artista completo, domina y templa
su arte exquisito con la majestad necesaria
que permite el milagro de crear unos cuadros
que invitan, más que a ser contemplados, a
“entrar en ellos”, a desear disfrutarlos “desde dentro”, desde el regocijo de participarlos
íntimamente.
Raúl Chávarri, uno de los mejores
observadores de la obra hernandiana,
escribió para el catálogo de una de sus
exposiciones del 1974: Desde sus primeras apariciones, hemos pensado siempre que
este artista hacía de la pintura no sólo un
despliegue en el dominio técnico y una escuela de auto disciplinado rigor, sino también
una manera de participar en un misterio,
el total aliento misterioso del hombre que no
sólo modifica y utiliza las cosas que le rodean
sino que sabe también eternizarlas e incluso
convertirlas en dioses. En este sentido, cada
cuadro de este artista es una puerta abierta
a lo ignorado, en la que el pintor entra consciente del paso que da, pero también temeroso de no poder desvelar en su totalidad el
enigma en el que al pintar participa.
La ininterrumpida actividad pictórica de Hernández está jalonada de
juicios de los más notables críticos de la
segunda mitad del siglo XX, entre ellos
Carlos Areán, José María Moreno Galván, Augusto García Viñolas, Julio Trenas, Mercedes Lazo, Rosa Martínez de
Lahidalga, Luis López Anglada, etc.
Expresionismo, figuración, abstracción, surrealismo y naturalismo
–especialmente en su obra más mediterránea y religiosa– se suceden y relevan
a lo largo del extenso discurso estético
del pintor, creando una arrebatada e
impetuosa cosmogonía en una plástica
personalísima. De su dilatada producción son muchas las obras que podrían
citarse como ejemplos de culminación
de los diferentes ciclos. De todas ellas,
ninguna como Tríptico (“El nacimiento”, “La vida” y “hacia el cosmos”)
explica de manera tan elocuente las
grandes cualidades del autor: dibujo,
cromatismo y fantasía, es decir, fuerza
en su línea dibujística, vitalismo en las
carnaciones y fantasía en el torrente de
sugerencias implícitas en las imágenes.
Las exposiciones individuales realizadas por Hernández Díaz, desde la
primera de ellas en Vélez-Málaga (1948)
hasta la última en el Museo de Arte
Moderno Religioso de Milán (2003),
hernández 187
totalizaron 44. De ellas, por su interés
y repercusión, caben destacar la ya citada de Vélez-Málaga, además de las
del Club de Prensa de Málaga (1954)
y de la Sociedad Económica de Amigos del País (1955); galerías Altamira
y Alfil, ambas de Madrid (1956 y 1958);
Galería Mirador, Barcelona (1958); Sociedad Económica de Amigos del País,
Málaga (1962); Afrodisio Aguado, dibujos, Madrid, y Galería Tartesso, Torremolinos (1963); Grifé y Escoda, Palma
de Mallorca (1965); óleos y dibujos en
Galería de Arte Contemporáneo y Museo Nacional de Arte Contemporáneo,
ambas en Madrid (1972); retrospectiva
en homenaje a su obra de juventud,
Vélez-Málaga (1973); Kreisler, Madrid
(1977); Malake, Málaga (1979); óleos y
dibujos en Galería Deppelman, Hannover (1984); óleos y dibujos en Heller,
Madrid (1986); óleos y dibujos en Pórticus, Málaga (1989); óleos en la Sala
de Arte del Ayuntamiento de Melilla
(1991); óleos, en Casa Fuerte de Bezmiliana, Rincón de la Victoria (1993);
Galería Castello 120, Madrid (1994); Tudores, Marbella (1997); óleos en la Sala
del Colegio Oficial de Médicos, Málaga
(1998); Tenencia de Alcaldía de Torre
del Mar, Vélez-Málaga, y Sala Italcable,
Málaga, ambas en 2001, y Sentir Cofrade,
en Cajamar, Málaga (2002).
Las exposiciones colectivas, desde
1945 que concurre con dibujos a un
certamen de Vélez- Málaga, al último,
Muestra de Pintores Españoles, Chicago
(2001), fueron 53, y de ellas cabe citar
como más importantes las siguientes:
Certamen Nacional de Linares, Jaén
(1950); I Exposición de Artes Plásticas,
Madrid (1962); Arte de América y España,
itinerante organizada por el Instituto
de Cultura Hispánica; II Exposición Nacional de Artes Plásticas, Madrid (1964);
Bienal de Sao Paulo, Brasil, a la que expresamente fue invitado (1965); Bienal
de Venecia, invitado por el Instituto de
Cultura Hispánica y Arte Actual de España, Museo de Johannesburgo y Pretoria, África del Sur (ambas en 1966);
Nuevas formas del Arte Español, Buenos
Aires (1967); I Certamen Internacional
de Dibujo de Rijeka, Yugoslavia, para el
que fue expresamente invitado (1968);
Sala Especial de la Bienal de Venecia
(1969 y 1970); Arte Actual de España, Palacio Strozzi, Florencia (1973); íd. en
Royal Museum de Brusela, Moderna Pinacoteca de Múnich y Museo de Viena,
Austria (1974); Nuevo Realismo, Galería
Heller, Madrid (1978); Pintura Malagueña Actual, Universidad de Sevilla (1979);
Nuevo Realismo Español, Buenos Aires, y
I Certamen Internacional de Dibujo,
México, invitado por el Instituto de
Cultura Hispánica (1980); Generación
del 50, Galería Miramar Arte, Málaga
(1981); Arco’82, Madrid (1982); Muestra de Pintores Malagueños, organizada
por la Excma. Diputación Provincial y
el Ayuntamiento de Málaga, Dresde,
Alemania y Galería Goya, Nueva York
(1997); Muestra de Pintores Académicos,
organizada por la Real Academia de
Bellas Artes Santa Isabel de Hungría,
Sevilla (1999); International Expo Arte
de Nueva York y Muestra de Pintores Españoles, Chicago (2001).
Los premios y distinciones recibidos por Hernández fueron numerosos:
Primer Premio en la Exposición Provin-
188 hernández
cial del FF. de JJ., Málaga (1945); Mención Honorífica en la Exposición Provincial de Educación y Descanso, Málaga (1947); Tercer Premio, íd. (1948);
Tercera Medalla Exposición Nacional
de Linares, Jaén (1949); Primera Medalla en la Exposición de Educación
y Descanso Arte Veleño (1950); Primer
Premio en la exposición de Educación
y Descanso de Málaga (1951); Segundo
Premio en la Exposición Regional de
Arte, Málaga (1952); Segunda Medalla
en la Exposición Regional de Arte de
Andalucía, Málaga (1953); Premio Juan
March de Bellas Artes, Madrid (1967);
Premio Colectivo Internacional en la
XXXV Bienal de Venecia y Medalla de
Plata del Ateneo, Málaga (1970); Miembro de Número de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo (1979);
Miembro de la Fundación María Zambrano, Vélez-Málaga (1979); Premio Nacional de Dibujo Correo del Arte, Madrid
(1987); Premio Andalucía, Cadena SER
(1989); Axárquico de Honor (1993) e
Hijo Adoptivo de Vélez-Málaga (1994).
Está en posesión de los Escudos de Oro
de las ciudades de Nerja (1987), Melilla
(1991) y de Vélez-Málaga (1999). La localidad de Cómpeta (1974) y la ciudad
de Vélez-Málaga (1979), tras sendos homenajes populares celebrados en cada
una de ellas, bautizaron dos calles con
el nombre del artista.
Su obra mural está representada
en los numerosos trabajos que realizó
en el ya citado altar mayor de la iglesia
conventual de Santiago de Vélez-Málaga; Baptisterio y altar mayor de la parroquia del Carmen de Cómpeta; altar
mayor de la iglesia de San Juan Bautis-
ta, de Vélez-Málaga; también del altar
mayor de San Juan en la misma ciudad;
mural del altar mayor de la parroquia
de Miraflores de los Ángeles, Málaga;
mural de la iglesia del Salvador, de Nerja; mural del altar mayor de la iglesia
de la Candelaria, Benagalbón; mural
para la capilla de San Juan Bautista, Vélez-Málaga; pinturas para el altar mayor
y frontis del coro de la antigua iglesia
de San Julián, Málaga, en cuyas obras el
pintor hace gala del nuevo naturalismo
andaluz que imprime a sus imágenes
religiosas. Su obra mural también está
presente en el claustro del convento
de Santiago, de Vélez-Málaga y Colegio
Oficial de Abogados de la capital malagueña. Entre los años 1998 y 2001 pinta
el cuadro “La Anunciación” para la Catedral malacitana y un retrato del obispo monseñor Antonio Dorado Soto
para la galería de mitrados malagueños
del mismo templo; igualmente, los retratos de SS. MM. los Reyes de España
para el ayuntamiento veleño, y realiza
el diseño de las vidrieras catedralicias y
de un mosaico para el Paseo Marítimo
de Benalmádena.
Una confesión personal del pintor
nos permite ahondar en la raíz de su
arte: He sido autodidacta toda mi vida.
Siempre he creído que el Arte se le deposita
al hombre por la Gracia de Dios, y el hombre tiene que ser consciente de ser un elegido.
Pero no para su vanidad y engreimiento,
sino para devolver la Gracia al Creador...
hernández 189
José Hernández, pintor y grabador
que realizó numerosas escenografías, diseños de vestuarios y cartelería de obras
escénicas, ópera y cine para distintos directores (Nieva, Narros, Chávarri, González-Vergel, Pérez de la Fuente y Saura,
entre otros), desarrolló una intensa actividad creativa desde el momento en que
ofreció la primera muestra pública de su
obra en la Librairie des Colonnes de su
ciudad natal en 1962. Con veinte años se
traslada a Madrid y desde 1980 comparte residencia y taller entre la capital de
España y Málaga. Su iniciación en las
técnicas del tórculo data del año 1967
y es a partir de dicho momento cuando
realiza una abundante obra gráfica en
la que se incluyen numerosas ediciones
de bibliofilia. Realizó desde 1962 hasta
los iniciales años del presente siglo más
de cincuenta exposiciones individuales
en Madrid, Palma de Mallorca, Valencia, Alicante, Burgos, Castellón, Vitoria, Zaragoza, Santiago de Compostela, Barcelona y otras muchas ciudades
españolas así como en Málaga (Colectivo Palmo, Rectorado de la Universidad y Museo del Grabado Contemporáneo Español de Marbella); también
en distintas capitales del extranjero
(Chicago, París, Bruselas, Múnich, Yale
University, Hamburgo, Bremen, Nueva
York y diferentes salas de Polonia, Colombia y Japón. Muchas de sus obras
más significativas se exhibieron en un
número de eventos colectivos no inferior a los doscientos, tanto en espacios
expositivos de España, Europa, América, Asia y Oceanía. Es artista cuya obra
fue estudiada por los más destacados
críticos españoles y extranjeros, según
refleja la abundantísima hemerografía
disponible, libros y publicaciones periódicas. Es autor que recibió numerosos galardones entre 1979 y 2007, de los
que, entre los internacionales caben
destacar el I Trienal Internacional de
Jóvenes Dibujantes (Núremberg, Alemania, y de la Bienale Malych Formy
Grafiki, de la ciudad de Lódz, Polonia,
1979; Grand Prix VI Bienal Internacional de Grabado de Fredrikstat, Noruega, 1982; Intergrafik 84, Berlín, Alemania, 1984; III Bienal Internacional
del Grabado, Varna, Bulgaria, y, entre
otros más, el Internazionale Biella per
l’lncisione, de Italia, y el Gran Premio
de la Exposición Internacional del Arte
del Libro de Leipzig, Alemania, 1989,
entre otros muchos. También recibió
en 1981 el Premio Nacional de Bellas
Artes, el Nacional de Arte Gráfico de
2006, la Medalla de Oro del Ateneo de
Málaga de 2004 y el nombramiento de
Hijo Adoptivo de la Provincia de Málaga en 2006.
190 hernández
Vicente Hernández Díaz, hermano
de Francisco Hernández, llegó con él y
el resto de la familia a Vélez-Málaga en
1939. Pintor de muy personal carrera
artística, va y viene de ella en momentos distintos de su existencia. Antonio
Segovia Lobillo, que hizo historia de la
crónica artística de la llamada capital
de la Axarquía, dijo de él que se encuadraba entre los seis precursores del
arte veleño. Su afición por la pintura le
hizo dedicar a la misma todo el tiempo
posible, ya desde niño, atendiendo los
consejos de distintos artistas locales veteranos. Con diecisiete años, en el mes
de junio de 1945, organiza y participa
en la que ya es histórica exposición colectiva del Paseo Viejo veleño y en la
que él fue el principal animador. Esta
misma muestra se repite poco después
en un hotel de la localidad. Son los
momentos germinales del movimiento
pictórico creativo que lanzará a parte
de la juventud a la aventura del arte,
y a sus más veteranos representantes, a
la consolidación de la que, posteriormente, se denominará Escuela Veleña
de Pintura.
Participa en 1947 en una exposición
organizada por el Frente de Juventudes
en la Sociedad Económica de Amigos
del País y en su anexo de la Escuela del
Magisterio, participa con algunas obras
y un año más tarde, lo hace con su mismo grupo en la VI Exposición Provincial
de Arte de Educación y Descanso. Ese
mismo año recibe un trofeo al mérito
artístico. Entrado el año 1949, mes de
abril, el grupo de artistas veleños que
participa en la VII Exposición Provincial de Educación y Descanso causa sorpresa entre los aficionados de la capital;
en dicho certamen, de nuevo consigue
Vicente una mención honorífica, y la
crítica advierte: Vicente Hernández tiene
tantas vitaminas de pintor como Paco. Su
personalidad está definida hacia la luz. El
color de Vicente es más tierno, más luminoso, según recordaría más tarde Segovia
Lobillo. Inesperadamente, tras la celebración en la Sociedad Económica de
Amigos del País de la exposición Arte
Veleño, también organizada por él en
colaboración con Educación y Descanso, el pintor decidió en 1950 suspender
todas sus actividades pictóricas, al menos hacia la calle y los aficionados. Su
retorno a la actividad artística tendría
lugar en el mes de agosto de 1980 en la
Sala de la Caja de Ahorros Provincial
en Vélez-Málaga. Su nueva obra muestra las vacilaciones propias de un autor
que permaneció demasiado tiempo sin
actividad creativa. Su última exposición se constata en la Caja de Ahorros
de Ronda de Torre del Mar, en el mes
de agosto de 1982 y otra posterior en la
malagueña Galería Denis, ya desaparecida. Cabe a este pintor la satisfacción
de haber sido uno de los iniciadores
del movimiento pictórico local que de-
hidalgo 191
finió la Escuela Veleña de Pintura, honor que nadie le ha arrebatado.
HERNÁNDEZ MOLINA, Joaquín
(Ver DE MOLINA)
Francisco Hidalgo Ramírez, Paco
Hidalgo –así conocido en el mundo de
la creatividad pictórica malagueña por
ser su firma habitual–, es pintor que
desde su primera exposición individual
del siglo XX (1973) hasta la última de la
misma centuria (1999) ha dejado muestras de su persistente inquietud en la
búsqueda de nuevas expresiones plásticas.
Es artista de figuración cambiante,
y en cuanto a su técnica metodológica,
renovadora. Estamos ante un pintor que
es buen oficiante en el arte de transmitir sensaciones y de especular con tiempos, espacios
y volúmenes. De claro lenguaje, además, su
figuración la integra en una atmósfera que
quiere ser sonido íntimo cuando no roce con
el mismo silencio que envuelve los objetos.
Resulta, pues, obra delicadamente sugeridora. Entre otros conceptos, así se destacó en la sección Crítica de Arte del
diario Sur a propósito de su exposición
en Galería Pórticus en 1994.
Otro analista de la obra de este artista, Pablo Chaurit, había escrito la década precedente: Los tonos y matices, la
textura, son un claro exponente no ya sólo
del trabajo de Hidalgo, como artista conocedor del oficio, sino de la imaginación creadora –calculadora– de la estética consciente
y no –nunca– caprichosa. Sueños –eso sí–
desprendidos de su intención y vivos gracias
a las cualidades pictóricas del artista.
Como se ha citado, la primera exposición individual del pintor tuvo
como escenario Galería Picasso (Málaga, 1973), a la que regresó al siguiente
de 1974. El programa expositivo individual desarrollado a continuación fue el
siguiente: Peña Malaguista-Liceo de Málaga (1975); Galería Picasso (1976); Peña
Malaguista-Liceo de Málaga (1977);
Centro Cultural de Almería (1979); Ateneo de Málaga (1980); Caja de Ahorros
de Ronda en Torre del Mar (1982); Sala
Dry-Sack de Jerez, Ayuntamiento de Nerja y Caja de Ahorros de Ronda en Ceuta
(1983); Sociedad Económica de Amigos
del País, Málaga, y Caja de Murcia, en
Cartagena (1984); Casa de Cultura de
Fuengirola (1987); Galería Pórticus de
Málaga (1994, 1995 y 1997) y Colegio de
Aparejadores y Arquitectos Técnico de
Málaga (1999). Iniciado el nuevo siglo,
son numerosas sus participaciones en
colectivas de Málaga y otras capitales españolas. En su ciudad natal, a partir del
año 2000 se constata una única exposición individual, la del Castillo Bil-Bil de
Benalmádena, en 2005.
El pintor ganó un Primer Premio
de Pintura del Instituto Sierra Bermeja,
Málaga (1973); tres veces consiguió el
Primer Premio de Pintura al Aire Libre
192 hidalgo
(paisajes malagueños, convocados por
la Obra Sindical Educación y Descanso) al participar en las convocatorias de
1975, 1976 y 1977; obtuvo igualmente el
Primer Premio de Christmas Navideños de El Corte Inglés de Málaga en
1985, y en el año 2001, resultó finalista
del Certamen Internacional de Pintura
Roya Premier Hoteles y del Certamen
Andaluz de Pintura Contemporánea
Ciudad de Torremolinos. Tiene taller
y academia propios e imparte enseñanzas de dibujo y pintura
Antonio Hidalgo Serralvo, pintor
autodidacta que frecuentó el taller de
Evaristo Guerra, pertenece a la generación de artistas que, por haber compartido actividad creativa conjunta durante
un tiempo, se le tiene como forjadora
de la joven escuela veleña de pintura.
No obstante el carácter autodidacto
de su formación, realizó varios cursos de
dibujo artístico por correspondencia,
estudió grabado calcográfico en la granadina Fundación Rodríguez Acosta,
asistió al curso de grabado de Francisco
Aguilar en la Universidad de la Axarquía
así como otro del maestro Óscar Manesi
en el Taller 7/10 de Málaga.
Sus primeras exposiciones fueron
colectivas, compartiendo en distintas
oportunidades ámbitos expositivos con
Bonilla, Gallardo, Valdés, Martínez Alario, Belda, Casamayor y otros. Durante
su juventud residió un tiempo en Madrid y Barcelona, volviendo a su ciudad
natal definitivamente a finales de 1970.
La obra de este autor, analizada
pormenorizadamente por distintos críticos, estudiosos y revistas especializadas comienza a principios de los años
setenta, en el impresionismo, y pasa
por una época breve de abstracción
para abandonarla después por el surrealismo, fórmula en la que la obra de
Hidalgo Serralvo se desarrolla en plenitud y permanece. Más no es el suyo un
surrealismo cerebral, de frío concepto:
Mi pintura refleja el lado infantil o ingenuo
de las cosas, dijo a propósito de su exposición en el Museo de La Rioja (1994).
Pintura imaginativa, para la revista El
Punto de las Artes, según publicó tras la
exposición en la Casa Fuerte de Bezmiliana (2003): La imaginación es, por tanto,
el territorio por el que circulan las ideas pictóricas de Antonio Hidalgo, quien convierte sus composiciones en ámbitos repletos de
magia: paisajes de un colorido violáceo, que
rebosan belleza y lirismo, junto a fantásticas
escenas que acogen unos personajes fácilmente reconocibles. No es Antonio Hidalgo
el primer artista que se deja fascinar por las
reinterpretaciones plásticas de grandes obras
de la Historia del Arte, pero el artista malagueño se aproxima desde el encanto y el
surrealismo de su discurso artístico. Esta
alusión a las reinterpretaciones pictóricas de Hidalgo Serralvo, se fundamenta en la gráfica de sus obras “Personajes
hidalgo 193
en la era”, “Baile de disfraces”, “Personajes con gatito” y “Borrachines en la
campiña”, todas ellas focalizaciones o
completas recreaciones velazqueñas de
meninas, infantitas y borrachos. Otra
representación conocida de dicha proclividad es el cuadro que recrea la obra
de Goya (hace años también reinterpretada históricamente por Cristóbal
Toral, y Manuel Garvayo) “Familia de
Carlos IV”.
Franklyn Valverde, esritor, periodista y crítico brasileño, que llamó al
pintor joven maestro del realismo español
a través de las páginas del Journal Nova
Opçao de Leitura (n.º 31, enero de 1990),
escribió de él: ...Antonio Hidalgo es considerado por la crítica una grata revelación.
Hidalgo es poseedor de un estilo propio, dentro del realismo mágico que se torna una
marca registrada en su obra. Él crea un
universo de fantasía habitado por extraños
personajes: os monstros-bonecos. Esas figuras que, a través de su pincel riguroso y
preciso, poseen la capacidad de hipnotizar a
quien contempla sus telas.
Es un pintor que ha participado en
numerosas exposiciones colectivas (la
mayoría de ellas en Málaga y su provincia), totalizando 66 eventos algunos de
los cuales se celebraron en Barcelona,
Logroño, Granada, Sevilla y Madrid en
distintas ocasiones entre los años 1968
a 2000. Su primera exposición individual se inauguró en la Caja de Ahorros
Provincial de Vélez-Málaga (1971), siguiendo, de forma cronológica, las siguientes: Caja de Ahorros de Ronda,
Málaga (1972); Galería Lacayi, Málaga,
y Caja de Ahorros Provincial, Vélez-Málaga (1975); Sala de Arte Casino Cultu-
ral, Almería (1976); Caja de Ahorros
Provincial, Vélez-Málaga (1978); Caja
de Ahorros de Antequera, Málaga, y
Delegación Provincial de Cultura de
Logroño-La Rioja (1979); Diputación
Provincial de Málaga y Caja de Ahorros Provincial de Vélez-Málaga (1980);
Museo de La Rioja, Logroño, y Caja
de Ahorros de Ronda, Torre del Mar
(1981); Galería Llenonart, Barcelona,
y Caja de Ahorros Provincial de VélezMálaga (1982); Galería Rafael Heredia,
Vélez-Málaga; Caja de Ahorros de Ronda, Torre del Mar; Museo de La Rioja,
Logroño y Museo Municipal de Calahorra, La Rioja (1984); Galería de Arte
Van Dyck, Gijón, y Caja de Ahorros Provincial, Vélez-Málaga (1985); Arco’86,
Madrid, y Galería Lleonart, Barcelona
(1986); Sala de Arte del Ayuntamiento
de Nerja y Caja de Ahorros Provincial
de Vélez-Málaga (1987); Museo de La
Rioja, Logroño (1988); Caja de Ahorros
de Antequera, Málaga (1989); Galería
de Arte La Palestra, Madrid (1990);
Palacio del Marqués de Beniel, VélezMálaga, y Museo de La Rioja, Logroño
(1991); Sala de Arte Axarquía, Madrid
(1992); Palacio del Marqués de Beniel,
(1993); Museo de La Rioja, Logroño, y
I Feria de Arte Pequeño Formato, Madrid (1994); Casa-Fuerte de Bezmiliana,
Rincón de la Victoria, y Sala de Arte del
Cortijo Bacardí, Málaga (1995); “Artiferia”, Real Feria de San Miguel, VélezMálaga; obra retrospectiva, en la Sala
Unicaja de Vélez-Málaga; Sala de Arte
Municipal, Nerja y Pub Saloma, Málaga
(1996); Museo de La Rioja, Logroño y
Palacio Beniel, (1997); íd. presentación
de la Carpetas “Horóscopos” (1998);
194 hollander
Expo-Ocio, Madrid, y Museo de La
Rioja, Logroño (2000); Galería Luisa
Muñoz, Málaga; Instituto de Enseñanza Secundaria Bezmiliana, Rincón de
la Victoria, Málaga; Arte-Sevilla; Galería María Soto, Vélez-Málaga y Galería
María Oliver, Madrid (2001; Arte-Sevilla y Galería María Soto, Vélez-Málaga;
Instituto de Enseñanza Secundaria de
Torrox-Costa, Málaga, y Arte Granada
(2002); Arte-Sevilla, Galería María Soto
y Casa-Fuerte de Bezmiliana, (2003).
De sus menciones, medallas y premios había conseguido hasta el año
2003 los siguientes: Primer Premio Local de Pintura al Aire Libre, Vélez-Málaga (1969); Medalla de la Exposición Nacional Sala Pueblo, Madrid, y Mención
de Honor del Premio Rioja de Pintura
(1971); Mención de Honor de la Exposición Provincial, Málaga, y Medalla del
Certamen Internacional de Pintura Rápida de Calella, Barcelona (1972); Accésit del IV Certamen de Pintura Ciudad
de Onteniente, Valencia (1982); Accésits
en las Bienales de Sevilla-85 e Internacional de Marbella (1985); Premio del I
Encuentro de Pintura Joven de la Caja
de Ahorros de Antequera, Málaga, con
el cuadro “El viaje” (1988); Mención de
Honor de la Bienal de Marbella (1992);
Segundo Premio del Real Club Mediterráneo, Málaga, y Primero del VII Premio Bacardí, Málaga, por su obra “El
músico alegre” (1994), y Accésit del Certamen Arte Mínimo, León (1997).
La obra mural de Hidalgo Serralvo tiene muy expresivas muestras en el
Parque Andalucía (1979), Colegio Zona
Norte (1982) y Colegio del Paseo Nuevo (1986), de Vélez-Málaga.
HIDALGO AYUSO, Antonio.
(Ver AYUSO).
Gino Hollander miembro de una
larga familia con vinculaciones en el
mundo financiero y cultural de los
Estados Unidos y combatiente en la II
Guerra Mundial, su formación artística
fue autodidacta y la desarrolló a partir
de 1960. Tres años más tarde se traslada con su familia a Arroyo de la Miel
(Benalmádena) y más tarde se afinca
en la localidad de Pizarra (Málaga),
donde desarrolla prácticamente toda
su obra entre los años 1963 y 1990. Fue
fundador del museo arqueológico que
llevó su nombre y que abrió al público
en el Cortijo de las Yeguas, Pizarra, en
1982. En él exhibía una vasta colección
de objetos de arte en general y piezas
arqueológicas de una antigüedad superior a los 20 000 años. El museo, con
todo su dilatado contenido de unas
6 000 piezas, fue cedido por el propietario al Ayuntamiento de Pizarra,
donde en la actualidad está abierto al
público ya como Museo Municipal del
pueblo. Durante su prolongada estancia en Málaga, Hollander realizó in-
hollander 195
numerables exposiciones individuales
en Inglaterra, Francia, Bélgica, Suiza,
Suecia, Dinamarca, Alemania, Italia
y Portugal. Las realizadas en España
fueron generalmente en la propia
galería que llevó su nombre. Gran
parte de los cuadros de gran forma-
to pintados durante su estancia en la
Costa del Sol tuvieron como destino el
Palacio de Congresos y Exposiciones
de Torremolinos y el aeropuerto de
Málaga. Su obra figura en numerosas
instituciones políticas, culturales y privadas de Estados Unidos y Europa.
idígoras 197
IBORRA ZALABARDO, Santiago
(Ver ZALABARDO)
Licenciado en Psicología y diplomado en Psicoterapia Gestáltica, Ángel
Rodríguez Idígoras pertenece a la última generación de dibujantes y humoristas malagueños surgidos en los dos últimos decenios del siglo XX. Ha dibujado
en solitario en La Gaceta de Málaga y el
diario Sur de la misma capital, y junto
con su hermano Pachi, en El Jueves, El
Mundo, El Magacine, Supermortadelo, El
Periódico de Cataluña, Perfiles, El Periódico
de la Farmacia, La Retranca e Informados,
entre otros diarios y revistas. Sus dibujos han sido reproducidos en diversas
publicaciones extranjeras como Tótem
(Italia), The Guardian (Inglaterra), El
Garrotazo (Argentina), etc. Ha ilustrado
junto a Pachi los libros Historia Ilustrada
de la Medicina, Episodios Singulares de la
Medicina, Platero y yo, Los 33 Reyes Magos,
Güi ar de champions, Boquerones fritos y La
verdadera historia de los Borbones. Entre sus
principales trabajos en solitario figuran
Pickpocket, el arte de robar, Gags para el escenario, La prestidigitación al alcance de todos,
Ilusionismo elemental y Catorce aprendizajes
vitales. Juntos también han expuesto sus
obras en Brasil, Portugal, Honduras, El
Salvador, Argentina, Francia y EE. UU.
Entre otros distintos galardones recibidos por sus trabajos individuales figuran el Ciudadano del Año en Málaga,
el Premio al Mejor Dibujo Español del
Festival de Tourcoing (Francia) y la
Medalla de Málaga, y junto con Pachi,
198 ivars
el de Profesor Honorario de la Cátedra
de Humor de la Universidad de Alcalá
de Henares, el Premio Haxtur a la mejor
obra de humor del Salón del Cómic de
Gijón o el de humor gráfico Antonio de
Lara “Tono”, concedido por la Villa de
Madrid. Es miembro del patronato de la
Fundación Theodora, destinada a llevar
clowns a los hospitales infantiles, redactor
de la revista Ríete, del Hospital MaternoInfantil de Málaga y organizador del
Festival de Humor y Magia Infantil
Jajejijojú, a beneficio de la Asociación de
Voluntarios de Oncología Infantil.
Joaquín Ivars, actual director del
Área de Arte de la Escuela Superior
de Arte y Arquitectura de la UEM
(Universidad Europea de Madrid) y
codirector del Máster Oficial en Arte
Contemporáneo de la misma, se licenció
en Medicina y Cirugía por la Universidad
de Málaga, donde igualmente alcanzó la
especialidad universitaria en Ciencias
Cognitivas Aplicadas. Es igualmente Máster en Diseño de Producción en Cine y
Audiovisuales por la UEM y recibió el DEA
(Diploma de Estudios Avanzados) de la
Complutense de Madrid en la Facultad de
Bellas Artes de la capital de España. En la
Universidad Europea de Madrid imparte
las asignaturas de Arte y Sociedad, Acción
y Comportamiento e Instalaciones II, así
como Estrategias Artísticas del siglo XX
en el Máster de Teoría y Práctica de las
Artes en la Complutense. Su trayectoria
artística está relacionada con distintos
aspectos de la interdisciplinariedad y de
los fenómenos complejos en el arte y la
sociedad contemporáneos, puestos de
manifiestos especialmente a través de la
instalación, la acción, la intervención specific site, el vídeo y la vídeo instalación.
Ivars ha realizado a lo largo de su
actividad creativa numerosas exposiciones individuales en Galería Raquel
Ponce, Madrid; Centro Andaluz de
Arte Contemporáneo, Sevilla; El Ojo
Atómico, Madrid; Contemporary Art
Factory, Tokio; Nishijin Kitaza, Kyoto;
Artissima, Turín; Sala Moreno Villa,
Málaga; Museo Municipal de la misma ciudad; Cruce, Madrid y Galería
Cavecanen, Sevilla. Sus más importantes colectivas fueron en diversas ediciones de ARCO, MAD 03, así como otros
eventos internacionales en Japón,
Dinamarca, Portugal, Italia República
Dominicana y Francia.
Becado por la Fundación Marcelino
Botín, la Fundación Picasso, la Casa de
Velázquez y la Junta de Andalucía, ha
realizado tareas de investigación en diversas direcciones de las artes visuales,
centrando su atención fundamental en
la ambivalencia y la complejidad como
formas de intervención en el contexto
de la llamada modernidad reflexiva.
Cuando escribimos sobre el artista,
comparte sus tareas docentes con la de
investigación en varios proyectos.
jaime 199
Rafael Jaime Calderón, alumno del
profesor Marín Zaragoza en la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
de Málaga, estudió posteriormente
en la Escuela Superior de Bellas Artes
de Barcelona con Francisco Ribera
(dibujo) y Francesc Muntaner (pintura). Socio del Círculo Artístico de
Sant Lluc de Barcelona, viajó a París
donde entró en contacto con el pintor
Antoni Clavé. A su vuelta a Barcelona
realiza su primera exposición individual en la Sala Rosal, y a partir de 1975
expone en Ibiza y Mallorca, teniendo oportunidad de trabajar con los
pintores Julio Viera, Torrens Lladó y
Ferrer Gironella. En 1986 reside unos
tres meses en su ciudad natal y expone, por vez primera en Andalucía, su
obra, eligiendo para tal acontecimiento las Salas de la Sociedad Económica
de Amigos del País. Expone seguidamente en Sevilla, Córdoba y Marbella
y en 1993 se instala definitivamente en
Málaga.
De su obra dejó dicho el crítico
malagueño José Mayorga: En todo tiempo
–en su biografía concordante– Rafael Jaime
patentiza ese estilo, esa dicción, esa sólida
plástica que es la que sirve de legítimo soporte a los artistas que han sabido instalar su
obra en una correcta expresión formal; una
expresión y una expresividad resultante, que
se consigue por la constante percusión en su
creatividad de un sello, de un estilo personal: aquel que identifica la procedencia y la
declinación clásica y la moderna formula-
200 jaraba
ción de ese clasicismo, en la obra de un auténtico artista, Rafael Jaime.
El catálogo de sus exposiciones individuales se inicia en 1964 en la Sala Rosal
de Barcelona y continúa en las también
barcelonesas Casa del Libro (1965) y en
Sala Bargalló (1970 y 1972). Más tarde serían galerías de Ibiza, Barcelona, Madrid,
Málaga, Sevilla, Córdoba, Marbella, Benalmádena, Rincón de la Victoria y de
nuevo Málaga y Benalmádena, las ciudades donde mostraría su pintura hasta
1977; tras un paréntesis de cinco años,
retorna en 1982 hasta 1988, y tras un
nuevo impasse de otros tres años, regresa al comienzo del decenio de los años
noventa que le ocupa en la preparación
y celebración de nuevas exposiciones
hasta el verano de 2006.
Su participación en certámenes y
eventos artísticos de carácter colectivo
fueron numerosos entre 1964 y el año
2004, entre los que se pueden destacar:
colectiva del Círculo Artístico de Sant
Lluc (1964), el Primero Internacional
de Dibujo Anglada Guillot (1965),
el concurso de retratos de S. M. el
Rey Juan Carlos (1976), I Certamen
Andaluz de Pintura Contemporánea de
Torremolinos (2000) y diversas colectivas
de Aplama (Málaga, 2001, 2002 y 2004).
Enrique Jaraba Jiménez, alumno
de Joaquín Martínez de la Vega y Emilio
Ocón, se le tiene por el pintor más
europeo de la Málaga de entre siglos,
toda vez que desde sus años de residencia en Viena y Estocolmo viajó constantemente por los países más próximos a
Austria y Suecia; y al reincorporarse a
la vida de España, también pasó temporadas en Roma y París, donde tuvo
oportunidad de mostrar su obra en
distintos ambientes culturales. Por su
hija María Luisa Jaraba Delgado, a
través de una entrevista que el diario
Sur de Málaga publicó al inaugurarse
una exposición antológica del artista
en la central de la Caja de Ahorros de
Ronda en Málaga (26.IV.1959), se supo
que el pintor había sido becado por la
Dirección General de Bellas Artes precisamente en Estocolmo. Pintor de la
mancha atrevida y el dibujo elegante,
Jaraba fue el típico ejemplo de esteta
constantemente preocupado en hallar
su propia identidad creativa. Muchos
de sus coetáneos le criticaron un cierto abandonismo pictórico como consecuencia de sus frecuentes crisis de
indolencia, que le llevaron a abandonar docenas de obras iniciadas sin que
jiménez 201
más tarde las concluyese. Su obra fue
multitemática, aunque destacó verdaderamente en el retrato. Realizó en el
Salón de los Espejos del Ayuntamiento
los lunetos de los obispos Molina Lario
y Armengual de la Mota, del político
Carvajal y Hué, del banquero José de
Salamanca y del pintor José Moreno
Carbonero; el Salón de Sesiones del
Palacio Municipal lo decoró con un bellísimo “Orfeo”.
Por la gran habilidad que le distinguía tanto en dibujo como en composición, se atrevió a participar en certámenes locales, regionales y nacionales
desde muy joven, siendo distinguido
con algunos premios, trofeos y medallas al mérito. En 1889 se le otorga un
Diploma del Congreso en la Exposición
Regional de Granada, en 1892 una
Tercera Medalla Nacional, en 1895 un
galardón económico del Liceo; posteriormente, durante los años 1897, 1901
y 1904 recibe nuevas recompensas, en
especial en el último de los mencionados, al que presenta un cuadro de
grandes dimensiones de la Virgen del
Carmen, que es calurosamente recibido por la crítica. Profesor de las escuelas de Bellas Artes de Sevilla y Málaga,
fue en la última de las citadas donde
falleció a los 57 años de edad en 1926.
Antonio Jiménez López, pintor de
seductoras propuestas coloristas sobre
diferentes soportes y en ocasiones esquivos elementos matéricos, originales
formas escultóricas en hierro, mármol,
madera o técnica mixta y enigmático
fraseo en las líneas de sus dibujos, Antonio Jiménez fue en 1979 uno de los
fundadores del influyente Colectivo
Palmo. Artista que deja sobre el panorama creativo malagueño de la segunda mitad del siglo XX una impronta
personal muy sostenida, nació al arte
cuando era alumno del Colegio de San
Pedro y San Rafael, sito en la plazuela
de San Francisco. Fue compañero del
también pintor José Díaz-Oliva, cuyo
progenitor, Federico Díaz Cívico, profesor del citado centro docente, fue
quien les animaba a dibujar bodegones
de pequeño formato en el aula o pintar del directo en plena naturaleza. De
inicial formación autodidacta, en 1958
ingresa por un año en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Málaga; posteriormente, en Madrid, siguió unos
cursos de dibujo y pintura en el Instituto de Atenas. De 1963 a 1968 vivió los
ambientes pictóricos de París, regresando definitivamente a Málaga, don-
202 jiménez
de, en el típico barrio de la Trinidad,
instaló su estudio-taller. Desde 1959 en
que la obra de Jiménez se presenta en
su primera individual de Málaga (Sala
de la Caja de Ahorros de Ronda en la
calle Sancha de Lara) hasta la última
del siglo XX que celebra en la Galería Dadá (Granada, 1993), sus trabajos
nunca pasaron desapercibidos para el
público ni la crítica. Hacia la mitad de
su carrera, ya consolidada en muchos
aspectos, la Universidad de Granada le
patrocinó una exposición en la Sala del
Palacio de La Madraza, para cuyo librocatálogo escribió J. M. Gómez Segade,
entre otras cosas: Hablar del “origen” de
la pintura en Antonio Jiménez es analizar
al mismo tiempo la forma y el fondo onírico
que sirve de significante enucleador de símbolos y estructuras plásticas, esas mismas
que definirán el espacio pictórico, o que delimitarán su trascendencia estética. Bajo la
apariencia de total anarquía, se intuye un
calculado proyecto consistente en “ordenar el
desorden”. Se trata de retratar algo vivo a
través de mecanismos controladores del caos
cósmico, incluida la misma capacidad sistematizadora del hombre. Jiménez explota la
enorme complejidad del mundo logrando en
el cuadro la misma inseparabilidad entre el
ser y el parecer, que define la esencia y existencia de las cosas.
Más adelante, distintos exégetas y
ensayistas de su prolífica obra (Prados
de la Plaza, García Viñolas, Robert Mac
Donald, A. M. Campoy, Rosario Camacho, Luis Antonio de Villena, Manuel
Urbano, Antonio Soler y José Manuel
Cabra de Luna, entre otros muchos)
analizaron bajo diferentes aciertos de
observación tan nutridas y comple-
jas propuestas tanto pictóricas como
escultóricas. El último de los autores
mencionados, estudioso de los trabajos del artista, escribió en 1981 acerca
del recorrido que hasta entonces había
experimentado su obra: La evolución del
elemento compositivo no es en Jiménez un desarrollo hacia lo esquemático; no ha consistido en ir desnudando paulatinamente a la
obra hasta trabajar con unidades simples de
composición sino que, por el contrario, todo
se ha ido complicando, enriqueciendo, hasta
el extremo de que por la profusión iconográfica desaparece la ordenación del cuadro en
varias partes, así como los espacios con colores planos, las manchas uniformes de color
que dan una ilusión de detrás-delante, para
pasar a ocuparse la totalidad de la superficie de la tela con las figuras e imágenes. No
quedan huecos ni fisuras y se pierde totalmente la posibilidad, en muchas de las obras
últimas, de que exista una representación
porque no hay lugar para el escenario en que
habrían de moverse las figuras ya que todo el
cuadro es una completa y total figura.
En los últimos años del siglo XX y
primeros del XXI, Antonio Jiménez se
instala en la creatividad del caos, “la
dulzura del caos”, según definió el crítico y ensayista José Rodríguez Galán
en el opúsculo titulado El agua en la
boca de Litoral/Suplementos. En tal publicación aseguraba dicho autor que al
figurativismo surrealista y expresionista de
la primera etapa de Antonio Jiménez ha seguido una completa inmersión en el mundo
de la forma pura, casi completamente desligada de aquel mundo fantasmagórico de los
primeros años. Las exposiciones individuales de Jiménez se sucedieron abundantes a lo largo del pasado siglo –en
jiménez 203
ocasiones hasta una docena de eventos
galerísticos al año–, llevando su personalísima propuesta a prácticamente todas las grandes ciudades españolas, numerosísimas del continente europeo y
no pocas de EE. UU. y Canadá.
Entre 1959, primera de sus exposiciones individuales, hasta la última del
mismo carácter celebrada a lo largo
del siglo XX, el amplio programa galerístico constata los siguientes eventos:
Caja de Ahorros de Ronda en Málaga
(1959); Sociedad Económica de Amigos del País (1962); Galería Albiac, Zaragoza (1964); Galería Castilla, Valladolid, y Palacio Garci-Grande, Escuela de
Nobles y Bellas Artes de San Eloy, Salamanca (1969); Galería Libros de Zaragoza, Sociedad Económica de Amigos
del País de Málaga y Caja de Ahorros
de Salamanca (1970); Galería Ariel de
Palma de Mallorca (1971); Galería Da
Barra de Barcelona (1972); Galerías
Still, de Berlín, Peithener-Wien de Austria, Ariel de Palma de Mallorca y La
Mandrágora de Málaga (1973); Galería
Seny de Obra Gráfica de Barcelona y
Heller de Madrid (1974); Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid
(1977); Galería La Bohème de Salamanca (1978); Seny de Barcelona y Heller
de Madrid (1980); Museo Provincial de
Bellas Artes y sede del Colectivo Palmo,
en Málaga, y Casa de Cultura de Zamora (1981); La Bohème, Salamanca, y
Museo Municipal de Marbella, Málaga (1982); Sala de la Caja de Córboba
(1984); Palacio de La Madraza, Granada, y Casa de Cultura de Antequera
(1985); Caja de Ahorros Provincial de
Málaga, Galería Manuela Vilches, Mar-
bella, y Sala Chicarreros, Sevilla (1986);
Excma. Diputación Provincial de Málaga (1988); Excma. Diputación Provincial de Jaén y Galería H. de Marbella
(1989); Sociedad Económica de Amigos
del Pais de Málaga e Interarte 90, Feria
Internacional de Arte Contemporáneo
de Valencia (1990); La Casa del Siglo
XV, Segovia, y Galería El Ensanche, Valencia (1991); Galería Conde Duque de
Madrid, itinerante de Caja de Ahorros
de Castilla y León, Arco’92 de Madrid,
El Ensanche de Valencia, Galerías Aritza de Bilbao, H. de Marbella y Deutsche Bank de Puerto Banús, Marbella
(1992); Galería Dadá, Granada; Art
Jonction, Feria Internacional de Arte
Contemporáneo, Cannes, Francia; Original Art, Galerías Böstad y Algutsboda,
Suecia, y Line Art, Feria Internacional
de Arte Contemporáneo, Gante, Bélgica (1993); Art Miami, Feria Internacional de Arte, EE. UU.; Feria de Arte de
Bolonia, Italia; Comú d’Encamp, Principado de Andorra; Gallery Artguild
la Aneq, Los Ángeles, EE. UU.; Galería H. Marbella; Galería de Arte Ivon
Desgagnes, Quebec, Canadá; Palazzo
Datini, Florencia, Italia; Grandi Mostra
International, Italia, y Galería Ambiente, Francfort, Alemania (1994); Galería
Dix, Helsinki, Finlandia; Ambiente,
Francfort, Alemania; ABO, Feria Internacional de Arte, Finlandia, y Galería
Sâo Bento, Lisboa, Portugal (1995);
Galería Mondrian House, Nueva York,
EE. UU.; Galería La Roggia, Pordenone, Italia; La Casa del Siglo XV, Segovia; Galería Georges Müller Kunstetagen, Remscheid, Alemania; Contempo
Modern Art, Galería B. V. Rotterdam,
204 jiménez
Holanda; Galería Bastad Original Art,
Suecia; Galería in der Preannesstrasse,
Munich, Alemania; Galería Lisette Alibert, París, Francia; Galería Dix., Helsinki, Finlandia, y Galería de Arte Dècli,
Luxembugo (1996); Galería Liosette
Alibert, París; Galería Ivon Desgagnes,
Quebec, Canada; Galería H., Marbella;
Galería Kleine, Waiblingen, Alemania;
Rahman Lädle, Schondorf, Alemania, y
Galería Art Co., San Sebastián, España
(1997); Galerie J. James M. Jiao, Miami,
USA; Sala de Arte de la Universidad de
Málaga, España; Galería Antonio Prates,
Lisboa, Portugal, y Artegrafía, Madrid,
España (1998); Galería de Arte Décli,
Luxemburgo, y Listte Alibert, París,
Francia (1999), y Galería Rosalía Sender, Valencia (2000). Cuando celebraba
dicha exposición, el pintor preparaba
otros 4 eventos galerístico para el siguiente año en la Galería Sâo Bento de
Lisboa, una Antológica (1968-2000) en las
Salas del Palacio Episcopal de Málaga,
otra en la Ivon Desgagnes de Quebec y
una última en Galería Fontanar, Riaza,
Segovia. En esos momentos, Antonio
Jiménez preparaba su Antológica (19682001) para la Sala Santa Inés, Sevilla
(2002). Durante los años 1969 a 2001 Jiménez participó en 130 exposiciones de
carácter colectivo en distintas capitales
y ciudades de España, Suiza, Alemania,
Francia, Portugal, Israel, Puerto Rico,
Suecia, Bélgica, Holanda, EE. UU., Italia y Canadá, en algunas de ellas varias
veces a lo largo de los citados años.
Numerosos premios y trofeos al
mérito artístico le fueron concedidos
a Jiménez en distintos años por diferentes corporaciones artísticas, orga-
nismos, fundaciones y entidades, entre
ellos la Medalla de Oro de Educación
y Descanso en su Exposición Nacional de Salamanca (1970); Premio de
la Delegación Nacional de Cultura en
la II Bienal de Zamora (1973); Premio
Moreno Carbonero del Excmo. Ayuntamiento de Málaga en la II Bienal de
Málaga (1974); Premio Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural
del Ministerio de Educación y Ciencia
en la III Bienal de Pintura de Zamora
(1975); Premio de la Fundación Española de la Vocación (Barcelona, 1976);
Premio Nacional de Pintura Francisco
Gil (Salamanca, 1978); Primer Premio
de Pintura de la VIII Bienal de Marbella
(1985); Premio de la I Bienal de Pintura
de la Fundación Jaume Guasch (1987);
Premio Notable Ibérico (Lisboa, 1996)
y Premio Mejor Pintor Español de Estampa 2000, Salón Internacional del
Grabado Contemporáneo, Madrid.
La obra de Antonio Jiménez, además de estar ampliamente representada en numerosas colecciones privadas
de Europa, EE. UU., Canadá y Colombia, figura, entre otros centros e instituciones públicas, en los museos de Arte
Moderno de Barcelona, Nacional de
Arte Contemporáneo y Centro de Arte
Reina Sofía de Madrid; Excma. Diputación Provincial, Museo Provincial de
Bellas Artes, Universidad, Unicaja y
Museo Casa Natal de Picasso, en Málaga; asimismo, en la Biblioteca Nacional
de Madrid, Museo de Jerusalén, Israel,
Universidad Internacional de Andalucía, Colección Arte y Patrimonio y en
diferentes entidades bancarias y corporaciones industriales europeas.
juárez 205
JIMÉNEZ ESPAÑA, José Luis
(Ver PEPEESPAÑA)
José Jiménez Niebla, pintor que
inició su recorrido artístico realizando caricaturas para La Unión Ilustrada
y La Fiesta Nacional de su ciudad natal,
había recibido las primeras lecciones
de pintura del maestro Eugenio Vivó
en 1915, cuando el alumno acababa
de cumplir los veintidós años de edad.
Hasta entonces, su formación había
sido netamente autodidacta, como sucedió a partir de que Vivó marchara a
Madrid dejando al alumno sin asistencia docente. Sin más orientaciones que
las que inicialmente recibió, Jiménez
Niebla continuó en solitario y en una
labor meritísima llegó a inclinar a su favor al Ayuntamiento de Málaga, que en
1919 le pensionó para que iniciara estudios oficiales en la capital de España.
En Madrid asistió por libre el primer
año en la Escuela Especial de Pintura,
Escultura y Grabado, y al siguiente, ingresó de forma oficial, tras ocupar el
segundo lugar en las oposiciones convocadas a tal efecto. Del citado curso se
recuerda haber obtenido un galardón
en metálico, una medalla, varias matrí-
culas de honor y diploma de primera
clase en todas las asignaturas. Se sabe
que concurrió a la Exposición Nacional de 1922 con las obras “La goletera”
y “Noche de San Juan”, obteniendo
una Tercera Medalla. En 1925 emigró a
La Habana distinguiéndose como ilustrador. Vuelto a España, desde 1940 en
que regresa, se establece en Barcelona
y accede a una plaza de catedrático de
Dibujo en su Instituto de Primera Enseñanza, donde ejerció larga docencia
hasta su muerte en 1964.
Antonio Juárez Navas, de muy temprana vocación, desde que en 1960 llega a Málaga con su familia, fue alumno
de la Academia Valencia establecida
durante tantos años en calle Álamos y
que dirigía el veterano pintor Ferrándis; más tarde, con el pintor, profesor
y académico Alfonso de la Torre, seguiría cursos en el Aula de Pintura de Educación y Descanso. De aquellos años de
formación forjaría amistad con un grupo de incondicionales amigos, entre
los que figuraban los pintores Muñoz
García, Pedro Mendoza, Miguel Ortega, Antonio Ayuso y Paco Almansa,
206 juárez
entre otros muchos de la misma o cercana generación. Con Miguel Ortega y
Robles Muñoz, compartió estudio en un
piso de la barriada de Huelin. Superado
los estudios del Bachillerato, inició los
de Magisterio y al cabo de los mismos,
trabajó en el entonces conocido Colegio
Siurot, donde organizó clases de pintura para los alumnos interesados. Juárez
vivió en Holanda (Helmond y Eindhoven) desde 1975 a 1983, año en que
decidió regresar a Málaga, y tras una estancia de cinco años, decide volver a los
Países Bajos. Establecido de nuevo en
Holanda, inicia una definitiva etapa de
entrega a la pintura, de la que destaca
su Danza del óleo, surrealismo abstracto
(1988); más tarde, desarrolla su ciclo
Rupturas de planos (1990) e inicia la serie
Síntesis entre figuración y abstracción (1994),
tras las cuales aborda las series De largo y
De Corto (1997-98), y crea con su modelo
el Happening “Model’s dynamic”. Ese
mismo año presenta su obra en Nueva York y en 2000 vuelve a los grandes
formatos tridimensionales de 2 x 2. Sus
más recientes ciclos, una vez finalizado
el siglo XX, fueron: Danza árabe (2001) y
Olga I y Olga II (2002-03), el primero de
los citados fueron óleos tridimensionales sobre lienzo, y el segundo, trabajos
abordados en blanco, negro, gama de
grises y rojos.
Juárez, a lo largo de los distintos ciclos
de su creación –ha escrito la historiadora
María Dolores Montiel Alcántara– ha
dado prueba desde sus inicios de una pertinaz independencia de criterios y de una
definida claridad de ideas que le han mantenido siempre por encima de modas o conveniencias, apartado de la falsa comercializa-
ción del Arte, en un plano donde lo esencial
es siempre la satisfacción con la creación
propia y la sinceridad consigo mismo.
Desde 1972 en que Juárez celebra
su primera exposición individual en la
Caja de Ahorros de Ronda en la capital malagueña, hasta las dos primeras
del nuevo siglo XXI, el catálogo de su
actividad galerística fue el siguiente:
Hotel Las Pirámides, Fuengirola, Málaga (1973); Hotel Riviera, Benalmádena,
Málaga (1973); Sociedad Económica de
Amigos del País, Málaga (1974 y 1975);
Edison Gallery de La Haya y Galería
Roode Leeuw, Deurne, ambas en Holanda (1978); Galería Krabbedans de
Heindhoven, Holanda (1980); Galería’t
Speelhuis, Helmond, Holanda (1981);
Galería Miguel Ángel, Málaga, (1986);
Biblioteca Pública de Bee en Donk, Holanda (1988); Liceo Francés de Málaga,
(1989); Rabogalerie, Utrecht, Holanda
(1990); Cortijo Bacardí, Málaga, (1990);
Galería F. Gonmar, de Madrid, (1992);
Galería Conde-Duque, Madrid (1993);
Retrospectiva de su obra en la Casa de
la Cultura de Benalmádena, Málaga,
con presentación del libro Juárez: de la
figuración a la abstracción (1995); Castillo
del Bil-Bil, Benalmádena (1996); Palacio de Congresos de Estepona, Málaga,
(2000); Hotel Tropicana de Torremolinos, Málaga, con motivo de cumplirse
el 30 aniversario de su dedicación a la
pintura (2001) y Excma. Diputación de
Lérida (2004). Durante los años 1991-92
su obra se da a conocer, a través de un
extenso circuito de galerías de arte, en
París, Amberes, Bruselas, Ámsterdam,
Colonia, Berlín y Frankfurt.
jurado 207
1968 estudia dibujo y composición en
Francisco Jurado Ternero, pintor,
barrista y especialmente escultor que
supo utilizar materiales de desecho en
sus originales y en ocasiones atrevidas
realizaciones escultóricas impresionistas, constructivistas y abstractas, procede
de una familia algunos de cuyos miembros estuvieron vinculados al mundo
de la pintura, la escultura, el diseño y la
música. Fundador de APLAMA (Asociación de Artistas Plásticos de Málaga), es
presidente y activo mantenedor de sus
actividades y convocatorias artísticoculturales. Sin formación académica
inicial en ninguno de los campos que
cultivó, a los 16 años ingresa en la empresa Portillo como soldador y chapista forjador, teniendo como maestros de
oficio a José Ramos, Manuel Requena
y José María Gómez. De ellos aprendió
de muchacho los más recónditos secretos no sólo de la soldadura al arco
u oxiacetilénica, sino la ductibilidad y
maleabilidad de los metales, a través
de la chapa, y del hierro incandescente
sus diferentes caldos, hasta obtener la
forma apetecida. Recién cumplidos los
20 años da a conocer su incipiente obra
escultórico-artesana en Málaga, suscitando ya entonces (1964) muy lisonjeras opiniones sobre su obra. De 1965 a
Educación y Descanso, escuela dirigida
por el pintor y académico Alfonso de la
Torre. Pepe Bornoy, al presentar la exposición de pintura, esculturas y dibujos que Paco Jurado celebró en la CasaFuerte de Bezmiliana en 1993, escribió
para su catálogo acerca de su obra escultórica metálica: Sus soldaduras están
acariciadas con una especie de reverencial y
primitiva resurrección de las formas. Porfía
con el martillo y encuentra el efecto exacto y
natural de la escultura en su órbita final.
La fría opulencia del hierro se traduce en
sueños de silencio compartido. El estrépito
de su diminuta fragua se propaga en encadenamientos de propensión laberíntica. Brotan nuevas figuras y el ruido se hace rumor
correlativo, música de instinto alumbrado.
Sobre la faceta pictórica de Jurado, en
el diario Sur (11.XII.1993) encontramos, acerca de la misma exposición, lo
siguiente: Diríase que en esta exposición
aflora mucho más que en otras anteriores la
materialización de varios sueños sumados,
pues a poco que se conozca la obra de Jurado
y se haya seguido con un mínimo interés la
andadura artística de este pintor de larga
profesión aunque de menguada presencia
en las salas locales, se atisba que hay en el
artista una incansable pesquisa a través del
mundo onírico.
Prescindiendo de los años en que
Jurado ejerció distintos cargos sindicales –lo que le impidió una mayor
presencia en salas de exposiciones y
galerías–, su actividad expositiva de carácter individual fue la siguiente: Caja
de Ahorros de Ronda, Málaga (1964);
Residencia San Miguel, Torremolinos
(1966); Radio Juventud, Málaga (1968);
208 jurdao
Caja de Ahorros Provincial, Cádiz y Sociedad Económica de Amigos del País,
Málaga (1970); Hotel El Remo, Torremolinos, Málaga (1971); Caja de Ahorros de San Fernando, Sevilla (1972);
Edificio Perla I, Fuengirola, y Galería
Las Palmeras, Marbella (1973); Sala
Capitular del Ayuntamiento, Huelva
(1974); Sociedad Económica de Amigos del País, Málaga (1983); Galería
Blas Infante, Coín, y Caja de Ahorros
de San Fernando, Sevilla (1984); Casa
de Cultura, Fuengirola (1985); Sociedad Económica de Amigos del País,
Málaga (1986); Galería Socio-cultural
de RENFE, Atocha, Madrid (1987); Casa
de Cultura, Marbella (1988); Museo
Provincial de Bellas Artes, con motivo
del 25 aniversario de su obra, Málaga
(1991); Casa-Fuerte de Bezmiliana, Rincón de la Victoria, Sala de la Excma.
Diputación Provincial, Málaga (1993), y
Belenes de ayer y de hoy, en Galería Nova,
Málaga (1996). De 1964 a 2007 De la figuración a la abstracción, Ámbito cultural,
El Corte Inglés, 2007. Participó en numerosas exposiciones colectivas, de las
que mencionamos las siguientes como
más significativas: Nacional de Educación y Descanso, Valencia (1965); I Bienal de Zaragoza, Exposición Nacional
de Bellas Artes, Madrid, y III Salón de
Invierno, Málaga (1967); V Salón de Invierno, Málaga, Exposición Nacional
de Burgos y II Salón de Marzo, Valencia
(1970); Exposición Nacional de Bellas
Artes, Madrid, y Colectiva de Artistas
Españoles, Baviera, Alemania (1971); Exposición Nacional de Bellas Artes, Madrid, y I Bienal de Arte, Málaga (1972)
y Colectiva de Escultores Malagueños
Contemporáneos, Palacio de la Aduana,
Málaga (1992) y Málaga arte actual, generaciones 1950/2000, Vicerrectorado de la
UMA, Universidad de Málaga (2007).
JURADO MORALES, Manuel
(Ver MORALES)
Manuel Jurdao Valderrama, hijo
de padres malagueños emigrados a
Barcelona, en 1974 la familia regresa
a Málaga y Manuel se matricula en la
Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos en 1979, y en ella sigue cinco cursos lectivos. Precursor con otros
artistas de la fórmula Arte en la Calle
(1993), que inundó de actividad la plaza de la Merced malagueña frente a la
casa natal de Picasso, junto con Antonio
Casares Palma fue fundador del colectivo Espacio Tres (1998) y participó
(1999-2000) en la decoración artística de
las series televisivas Plaza Alta y Arrayán
durante las temporadas 2001-2005. Su inquietud creativa le llevó a participar en el
DIN A4 Proyect, una exposición itinerante por distintos países de la Comunidad
Económica Europea, patrocinado por
la ciudad de Roermond y la Diputación
de Limburg (Holanda).
jurdao 209
De las singularidades implícitas en
su obra pictórica, la historiadora del
Arte Bernardina Roselló David expreso
lo siguiente: Manolo Jurdao traduce a pintura su manera de entender la vida, el color,
la luz, el espacio y la forma. Su obra no tiene
una prosa compleja y revela la esencialidad
del que tiene claro su mensaje a aportar.
Volvamos al paraíso, recuperemos el edén
olvidado, la autenticidad del hombre y su
unión con la naturaleza. Para ello utiliza
danzantes, sirenas, medusas o minotauros
de cuerpos arabescos, sinuosos y muy expresivos que, evocando ese paraíso perdido, se
enfrentan a una taumaturgia de símbolos
extraídos de nuestra cotidianeidad, que encarnan lo fingido.
La obra de este autor se mostró por
vez primera en una exposición colectiva celebrada en 1980 en la Facultad de
Filosofía y Letras de Málaga, y su inicial
exposición individual tuvo lugar en la
Sala de Exposiciones del Mercado de
la Merced de Málaga en 1993. A la citada siguieron las siguientes: Palacio de
Beniel, Vélez-Málaga (1994); Casa Larios,
de Torre del Mar (1995); Espacio Tres,
Málaga y Estepona (1997 y 1999); Sala de
Exposiciones de la Universidad, Málaga
(1998); Galería Forum, Estepona (1999)
y Casa-Fuerte de Bezmiliana, Rincón
de la Victoria (2000). El programa de
sus exposiciones individuales durante
los primeros ocho años del nuevo siglo
constatan inauguraciones en Galería Ra
del Rey, Madrid), Mecenas y Akelarre
(Marbella), Espacio Tres (Málaga) Estado das Artes (Torres Vedras, Portugal),
Centro Cívico (Málaga), Abilio Marcos
(Sintra, Portugal) y Espacio Tres y Colegio
de Odontólogos, ambas en Málaga.
Tres veces finalista en los certámenes Ciudad de Álora (1994, 1995 y 1996),
obtuvo un accésit en el Certamen de
Pintura de RENFE (Málaga, 1993), un
Segundo Premio en otro del Servicio
Andaluz de Salud en el mismo año y
un Primero del Certamen Picasso, convocado en 2001 por Galería Mecenas,
de Málaga.
kovatchev 211
Valentín Kovatchev Tomov, graduado por la Facultad de Bellas Artes
de Sofía en la especialidad de grabado
(1981), durante el decenio siguiente se
dedicó a impartir cursos de dibujo y
grabado en metal en la capital búlgara,
compatibilizando las tareas docentes
con sus creaciones en grabado y pintura. Su primer gran ciclo de grabados,
Erosión, que le dio fama y le abrió puertas en los ambientes culturales de Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia, Rusia,
Hungría, Bélgica, Holanda, Luxem-
burgo, Alemania, Italia, Suiza y España
fue una durísima crítica a la creciente
industria de armas químicas con fines
bélicos. La destrucción llega a la historia, al arte, a la persona, de la mano del
despropósito, parecía sugerir el artista.
En los 17 aguafuertes que constituyeron
la serie, inspirada en obras maestras de
la pintura de iconos búlgaros, rusos y
griegos, la recurrencia temática fue el
mismo alegato acusador: la erosión de
los valores humanos, de la Fe, de la sociedad, de la paz, de la Naturaleza, de
la justicia, de la cultura, etc. Esta importante serie, iniciada en 1989 en Bulgaria
y considerada de influencia negativa
por las autoridades comunistas del país,
dado su contenido religioso, pudo concluirla en 1992. En el primer icono del
ciclo, “La Virgen Hodigitria” (en griego “La Virgen que indica el camino”)
Kovatchev resume gráficamente todo
el sentido de este laborioso y comprometido trabajo: en él aparece un trozo
212 kovatchev
de madera quemada, un paisaje desolador, unos insectos que caen muertos;
en definitiva, la destrucción de todo lo
existente por la acción del armamento
químico. Erosión fue un ciclo que nació
búlgaro, así como las series De Pájaros
y Hombres, inspirada en Leonardo da
Vinci, y la Suite Hermann Hesse, sobre la
obra literaria de uno de los escritores
preferidos del pintor. Otros trabajos,
pertenecientes al ciclo Roma, sueño de
un viaje I, II, y III los realizó durante su
recorrido por Italia (1991-92). Ya en España, dirige dos años más arte un curso
de grabado para inaugurar el taller del
Museo del Grabado de Goya, de Fuendetodos (Zaragoza).
El trabajo de Kovatchev, que revela
su destreza y oficio como aguafuertista –principal método sobre el que ha
expresado sus ideas gráficas–, no sólo
evidencia completo dominio de dicha técnica, sino la cualidad de ser el
inventor de su propio sistema de trabajo, que consiste en la inmersión de
las planchas de zinc, entre cuarenta y
cincuenta veces, en una solución de
ácido nítrico, diluido al 95% de agua.
Tan exigua cantidad de ácido le permite obtener unas delicadas líneas difíciles de conseguir mediante sistema más
convencional. Artista, además, de notables acentos al dibujar y pintar, especialmente al óleo, refleja en estas artes
una sensibilidad no muy común entre
muchos de los artífices del tórculo.
La incorporación del artista a Málaga en 1992 marca el comienzo de una
nueva etapa, con la creación de la serie
Anatomía del toro salvaje. Después fueron naciendo Andalucía espiritual (una
bellísima colección de imágenes religiosas de Málaga, Sevilla, Lucena, etc.)
y Málaga eterna (evocaciones gráficas
de la ciudad de finales del siglo XIX y
principios del XX). Junto a estos ciclos
trabajó estampas sueltas como “Palacio
Episcopal de Málaga”, “Estrellas sobre
Málaga”, “Sagrada Familia”, “El capricho de Gaudí”, “Santillana del Mar”,
“Palacio de la Magdalena”, “Puerta de
Alcalá” o “El Camino de Santiago”, que
realizó como un peregrino más desde
la provincia de León. Otra de sus más
geniales trabajos fue La Suite Manolete,
que realizó con motivo del 50 aniversario de la muerte del diestro cordobés.
En el año 2000, con motivo de la exposición que celebra en Valdepeñas, realiza
la serie Bacchus, en la que evoca no solamente los orígenes de Dionisos, dios
griego del vino, sino los suyos propios,
que desde la antigua Tracia se funden
con las tierras vinícolas de La Mancha.
Un año más tarde, con motivo de la
exposición-homenaje que Málaga prepara para la conmemoración del 120
aniversario del nacimiento de Picasso,
presenta una muestra completa de las
tres técnicas que domina: grabado, dibujo y pintura; desde entonces, dado el
alto interés que suscitaron sus dibujos
y óleos, Kovatchev trabaja profesionalmente el retrato. En el año 2002, y en
Calw (Baden-Würtemberg), la ciudad
natal del escritor alemán Hermann
Hesse, con motivo del 125 aniversario
del nacimiento del escritor, presenta su
exposición Hesse und Picasso, en la que
el público alemán aplaudió tanto la temática como el tratamiento plástico de
ambas figuras universales. Un año más
kovatchev 213
tarde de la citada exposición presenta
en el Salón Almoneda, de Madrid, una
nueva colección de óleos bajo el título
genérico de Ajedrez, combinando nuevamente el tema de caballos, toros, ajedrez y danza, desde una visión onírica.
Edgar W. G. Just, escritor, crítico
de arte y experto en la obra kovatcheviana, escribió para el catálogo de la exposición de Calw: ...En su desesperación
por la pérdida de los valores espirituales,
existe en las obras de Kovatchev siempre una
perspectiva positiva, aunque irónica, en un
intento de unir el arte y la vida a través de
una escalera flotando en el aire. Las obras
de Valentín Kovatchev durante los primeros
años en España están caracterizadas por
una pasión, casi destructiva, con los motivos de su nueva patria. Se dedica con el
mejor virtuosismo a la técnica del grabado,
cuyo uso domina con tanta certeza y virtuosidad que le debemos clasificar entre los pocos grabadores internacionales que destacan
y tienen éxito.
Antonio de la Banda, presidente
de la Real Academia de Bellas Artes
de Santa Isabel de Hungría, escribió
del artista y su obra: Conocidas, tanto a
nivel nacional como internacional, son la
personalidad artística y la obra del búlgaro
hispanizado Valentín Kovatchev, su pericia
compositiva y la perfección de su oficio en
el nada fácil arte del grabado. Exquisito dibujante, hábil perspectivista y en posesión
de una delicada cromática, ha sabido crear
una vasta obra, de variada temática, en la
que hace gala de su dominio de toda clase de
técnicas grabadoras.
El artista participó en más de 50
eventos artísticos de carácter colectivo
desde 1987, la mayoría de ellos relacio-
nados con exposiciones sobre la gráfica
y las más importantes ferias del grabado
en Alemania (3), Yugoslavia (2), Polonia (1), España (29), Rusia (2), Holanda (2), EE.UU. (2), Austria (2), Argentina (1), Japón (2), Grecia (1), Inglaterra
(1), Italia (1), Francia (2) y Bulgaria (2).
En cuanto a las exposiciones individuales en el mismo periodo de tiempo fueron: Sala de Exposiciones del Ejército,
Sofía, Bulgaria, y Museo Provincial de
Bellas Artes, Veliko Turnovo, Bulgaria
(1987); Salas de la Unesco en París, Galería L’entrée des Artistes, Barbizon, y Galería Les Halles, París, Francia (1989); Salas del Banco Bávaro-Búlgaro, Múnich,
Alemania (1990); Galería Vigny, Múnich,
y Galería Échancrure, Bruselas, Bélgica
(1992); Galería Cartel, Granada; Galería
Pórticus, Málaga, y Sala de Exposiciones
de Correos, Torremolinos (1993); Museo
del Grabado de Goya, Fuendetodos,
Zaragoza, y Galería Tudores, Marbella
(1994); Galería Bremer, Berlín, y Galería Santiago Casar, Santander (1995);
Galería Barón de San Carlos, Llanes,
Oviedo, y Sala del Círculo Católico,
Burgos (1996); Homenaje a Hermann
Hesse, Museo Hermann Hesse, Calw,
Alemania; Homenaje a Manolete, Caja
Rural de Málaga, y exposición en Galería Perspective Art, Bochum, Alemania
(1997); Salas de Aula, Calw, Alemania;
Arcale, Salamanca; 50 Feria del Libro,
Frankfurt, Alemania, y Galería Perspective Art, Bochum, Alemania (1998); Por
la Paz, Museo Hermann Hesse, Calw,
Alemania; Almoneda, Madrid; 51 Feria
del Libro, Frankfurt y Ayuntamiento
de Torremolinos (1999); Galería Coningsby, Londres, Inglaterra; Galería
214 kraft
Oljemark, Helsinki, Finlandia; Museo de
Valdepeñas, y Ármaga Galería de Arte,
León (2000); Europ’Art Genève, Ginebra,
Suiza; Almoneda, Madrid; Museo-Fundación C.I.E.C., Betanzos, La Coruña; Picasso, 120 Aniversario, Sala Cajamar, Málaga
(2001); Artesevilla, Sevilla; Almoneda,
Madrid; Hermann Hesse. Jahr 2002, Calw,
Alemania; Hesse und Picasso, Parksaal,
Bad Liebenzell, Alemania; Clínica Buchinger, Marbella, y Eukemene, Madrid
(2002), y Estampa, Salón Internacional
del Grabado, Madrid (2003).
Entre otros premios, galardones y
nombramientos el palmarés de Kovatchev consigna los siguientes: I Premio
Pintura del Ejército, Sofía, Bulgaria
(1986); I Premio en la II Bienal Internacional de Gráfica, Atenas, Grecia, y
en la IV Bienal Internacional de Gráfica, Wakayama, Japón (1991); Mención
de Honor en el XLIII Salón de Otoño
de la Real Academia de Bellas Artes de
Santa Isabel de Hungría, Sevilla (1994);
Premio de Grabado del Certamen Andaluz de Arte del Ateneo de Sevilla; II
Premio de Grabado del IV Salón de
Dibujo y Grabado, Madrid; Premio de
Grabado del Instituto Británico de Sevilla en el XLIV Salón de Otoño de la
Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría; I Premio en el
VII Concurso de Grabado Ciudad de
Burgos, y nombramiento de académico correspondiente en Málaga de
la Real Academia de Bellas Artes de
Santa Isabel de Hungría (1995); nombramiento de académico del Senado
de la Academia Internacional de Arte
Moderno de Roma; Accésit y Medalla
Goya de Plata en la X Bienal Iberoame-
ricana de Arte, dedicada al 250 aniversario de Goya, México D.F., y I Premio
de Grabado del V Salón de Dibujo y
Grabado, Madrid (1996); I Premio de
Dibujo del I Certamen de Toros y Fiestas del Ayuntamiento de Madrid; tercera medalla del LXIV Salón de Otoño, Madrid (1997); Primer Premio del
I Certamen Nacional de Dibujo Felipe
Orlando, Ayuntamiento de Benalmádena; finalista del Premio Penagos de
Dibujo, Madrid, Primer Premio del IX
Certamen Nacional de Dibujo Gregorio Prieto, Valdepeñas, y finalista del
Premio Penagos de Dibujo (2002), entre los más importantes.
Ernst Kraft, establecido en Mijas
(Málaga) antes de finalizar el decenio
de 1980, con talleres propios tanto en
la capital como en el citado pueblo, se
formó artísticamente en el taller del
pintor holandés Jacques von Pell en
Ámsterdam. Su obra sobre papel, lienzo u otro soporte se mueve en el ámbito de lo abstracto. Ocasionalmente, trabajó en el diseño gráfico y la fotografía;
ha expuesto su obra en distintas salas
de exposiciones y ferias internacionales
kraft 215
de arte contemporáneo y ha realizado
instalaciones, en distintas fases evolutivas de su creatividad artística, en México, España y Alemania. En la producción
artística de Ernst Kraft siempre actuó como
referente y singular leitmotiv la abstracción,
una abstracción que le lleva a experimentar
en campos inabarcables de creatividad, desde sus “paisajes geológicos”, a la exposición
actual en la que va ofreciendo una obra que
juega con el orden-desorden aparente, expresó Lourdes Jiménez en el catálogo
de su exposición Obra sobre papel. Precedentemente, Nicolás García Herrera
había escrito: Ernest Kraft, como todo artista abstraccionista, prescinde de la forma,
aunque, paradójicamente, no prescinde de
fuertes contornos y bordes en masas “geológicas”, en magmas de color. No hay nada
de la naturaleza en su pintura, pero alguna materia inorgánica y dura parece llenar
sus cuadros, en los que, paulatinamente, se
organizan estructuras irreconocibles y a veces… ¿huellas de escritura humana?
Ante la imposibilidad por falta de
espacio de consignar todas y cada una
de sus exposiciones individuales en el
extranjero, señalamos que expuso en
Ámsterdam, Holanda; Castleton, Londres y Birmingham, Inglaterra; Florencia y Tolentino, Italia; Zenice, Bosnia;
Roermond, Holanda; Hong Kong, China; Guanajuato, México; La Habana,
Cuba, y otras distintas capitales y ciudades europeas y americanas, en muchas
de ellas varias veces. Su primera individual en Málaga fue en la desaparecida
Galería Terral en 1989 y siguieron las
del Ateneo dos años más tarde y las de
Galería H de Marbella y Ayuntamiento
de Mijas, ambas en 1993. Siguieron a
las anteriores las celebradas en Galería
Eylder de Ámsterdam y Ayuntamiento
de Mijas en 1995 y a continuación, cuatro nuevas exposiciones (1997) en Galería Denis de Málaga; Hüstege de Den
Bosch, Holanda; Casa de la Villa en Mijas y Espacio Tres en Málaga-capital. En
el año 1998, tornó al Ayuntamiento de
Mijas y Unicaja de Antequera, y cerró
el ciclo de sus individuales del siglo XX
en la malagueña Galería Reding y la
granadina Sala Granada. Obra sobre papel de la Universidad de Málaga, Fusión
hispano-holandesa del Ayuntamiento de
Torremolinos y Primavera 2003 de El
Corte Inglés de Málaga, constituyeron
sus primeras aportaciones a la nueva
centuria. Ernest Kraft recibió, al concurrir a dicho Certamen Internacional,
el Primer Premio de la Bienal de Arte
Contemporáneo de Arad, Rumanía.
labrada 217
Gran maestro de la pintura española entre dos siglos, José Fernando
Victorio Labrada Martín, fue pintor,
grabador y restaurador. Vivió sus primeros años en Málaga capital, marchó
todavía niño a Écija y posteriormente
a Madrid, donde, a los diez años, iniciaría los estudios de Bachillerato. Fue
entonces cuando el muchacho manifestaría sus extraordinarias dotes para
el dibujo, por lo que el pintor Ramón
Parada, amigo de la familia, aconsejó
su adecuada preparación para el ingre-
so en la Escuela de Bellas Artes de San
Fernando, lo que conseguiría en el curso 1900-1901. En dicha institución artística recibió clases, entre otros, de los
ya afamados don Antonio Muñoz Degraín, y don José Moreno Carbonero,
dos grandes artistas de claras y notables
vinculaciones no sólo con la Escuela de
Bellas Artes de Málaga, sino con la propia historia de la llamada Escuela Malagueña de Pintura del siglo XIX, iniciada en 1868 con la llegada a la capital
malagueña de don Bernardo Ferrándiz
y Bádenes. Labrada, que fue citado por
Prados y López en su discurso de toma
de posesión como miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes
de San Telmo de Málaga en 1933, dijo,
al referirse a los discípulos malagueños
que habían sido alumnos de Muñoz
Degraín: Entre los discípulos que con éste
comienzan a aprender descuella Fernando
Labrada, gran paisajista primero, eminente
aguafortista después, autor de insuperables
218 labrada
“primitivos” por último. En esta última fase
del talento de Labrada está la síntesis depurada de toda la obra del insigne artista.
En el libro posteriormente editado
por la Academia de San Telmo, conteniendo íntegro el discurso de Prados y
López, se añadió un breve texto bajo
la reproducción del cuadro “Retrato
femenino” que ya recogía en 1934 las
singularidades de las formas pictóricas
de Labrada: Esta pequeña, por sus dimensiones, es obra maestra del enorme pintor
malagueño, se encuentra catalogada en la
colección que posee S. Schuette, de Nueva
York propietario de cuadros de los más célebres artistas contemporáneos. En esta bellísima pintura Fernando Labrada, como
en tantas obras que han surgido del milagro
de sus pinceles, se patentiza la perfección
suma del miniaturizador inimitable, que
ha superado en el siglo XX a los maestros
más famosos de la antigüedad, en su género.
Objetivamente, la pintura de Fernando
Labrada era ya, en la época a que se refirió el comentarista, como escapada
de su tiempo, que más propio del renacentismo italiano que de la habitual
figuración española del siglo XX, su
iconografía femenina era más próxima
a la tradición veneciana y florentina.
Labrada no expuso nunca en Málaga, si bien en uno de los lunetos del Salón de los Espejos del palacio municipal, pintó el retrato de Rita Luna (Rita
Alfonso García), famosa actriz malagueña de los siglos XVIII-XIX (1770-1832);
por otro lado, envió desde Madrid una
obra suya para que fuera subastada en
favor de la viuda del pintor marinista
Emilio Ocón y Rivas, fallecido en 1904.
Una segunda donación la hizo en 1948,
coincidiendo con una corta estancia de
Labrada en el Hotel Miramar, en favor
de la Cofradía de la Esperanza, a la que
regaló una obra titulada “Cabeza de
mujer”.
Pintor premiado en distintos certámenes nacionales de Bellas Artes, obtuvo Tercera Medalla en la Exposición
Nacional de 1904, de la misma categoría en 1906, Segunda Medalla de Grabado en 1912 y Primera Medalla en la
correspondiente a 1922.
Pensionado en la Academia Española de Bellas Artes de Roma (19091913) y director de ella (1948-1952), en
1953 recibió del Gobierno la Gran Cruz
de la Orden del Mérito Civil. Fue presidente del Patronato del Museo Nacional de Arte Moderno (1939-1945),
presidente de la comisión para la reorganización de la Escuela de Bellas
Artes de Barcelona (1939), restaurador
del Museo del Prado (1948-1952) y conservador del Museo de la Academia de
Bellas Artes de San Fernando.
Labrada fue Académico de Honor
de la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo de Málaga y perteneció a las
de San Fernando de Madrid, Santa Isabel de Hungría de Sevilla, San Jorge de
Barcelona, Pontificia de Roma y de la
de Brasil.
laverón 219
Elena Álvarez Laverón, artista que
recibió sus primeras clases de dibujo del
profesor Julio Ramis en el Instituto de
Tánger (1949) y que en sus comienzos
artísticos experimentó en el campo de
la cerámica y la pintura, fue, a la edad
de dieciséis año, aprendiza en el taller
del escultor Bakelaine (Gerona, 1954),
un año más tarde ingresa en la Escuela
Superior de Bellas Artes de San Jorge
de Barcelona y posteriormente en la
Grande Chaumière (París,1959) bajo
la dirección del escultor Zadquine. En
1966 retorna a Ceuta y ejerce en su instituto de bachillerato, contrae matrimonio y vive en Alemania unos años.
Al cabo (1966), se traslada a Málaga
y abre casa y taller en Torremolinos,
donde realmente comienza su aventura escultórica trabajando, de nuevo, la
cerámica además de la piedra y el bronce. Uno de los analistas y estudiosos de
su obra, Antonio Abad, observó: Elena
Laverón, a través de un esquema sintetizador, desarrolla un tipo de representación en
el que los elementos formales y simbólicos se
complementan. La recta y la curva son manipuladas en orden a resoluciones volumétricas o rítmicas, pero al mismo tiempo como
resortes de un contenido expresivo en donde
se quiere poner de manifiesto la diferencia-
ción, obvia por otro lado, de una figuración
masculina o femenina. Y con ocasión de
la muestra retrospectiva celebrada en
los Salones de la Sociedad Económica
de Amigos del País (Málaga, 1996), la
sección “Crítica de Arte” del diario Sur
de Málaga (1.V.96.), expresó, entre otras
cosas: Tratar de descubrir a estas alturas
la personalidad –y racialidad– de Elena
Álvarez Laverón y de lo que su obra escultórica ha representado para tal género creativo
en España, sería una simpleza. Cualquiera
que haya permanecido atento a su trabajo
desde su ya lejana incorporación a la vida
artística de Málaga, sabe qué valores la
acreditan en el dificilísimo arte de labrar la
piedra, modelar para bronce y crear formas
inexistentes desde la intuición.
El programa galerístico de la artista,
en lo que se refiere a exposiciones individuales, fue el siguiente: Sala Velasco
(Barcelona, 1959); Centro de Hijos de
Ceuta, Caja de Ahorros de Ronda en
Málaga, Sala de Fiesta El Mañana de
Torremolinos e Institución Fernando El
Católico de Zaragoza (1960); Sala Decar de Bilbao, Excma. Diputación de
Torrelavega, Excma. Diputación de
Gijón, Librería Las columnas de Tánger,
Excma. Diputación de Gerona e Instituto
de Enseñanza Media de Ceuta (1961);
Museo Provincial de Bellas Artes de
Málaga (1962); Sala del Ateneo de Madrid
y Biblioteca Central de Barcelona (1963);
Stadtische Galerie Schlos de Oberhausen
(Alemania, 1964); Galerie Assindia de
Essen y Galerie Buchhan de Dusseldorf
(Alemania, 1965); Caja de Ahorros de
Antequera de Málaga y Galería El Bosco
de Madrid (1967); Galerie Aenne Abels
de Colonia (Alemana, 1969); Galerie
220 laverón
D’eent de Ámsterdam (Holanda, 1971);
Galería Múltiple (Madrid, 1974); Galería
Faunas (Madrid, 1975); Galería Matisse
(Barcelona, 1976); Galería Gorem (Madrid, 1977); Caja de Ahorros de Antequera (Málaga, 1978); Caja de Ahorros
de Vigo y Galería Faunas de Madrid
(1979); Museo Provincial de Bellas Artes y Galería Manuela (Málaga, 1981) y
Hotel Los Monteros de Marbella (Málaga, 1983); The Hasting Gallery e Instituto de España (Nueva York), Galería
Manuela Vilches (Marbella, 1987);
Galería Afinsa (Madrid, 1990); Salas
de Palencia, Zamora, Valladolid, Salamanca y Ávila de Caja Salamanca y
Soria (Salamanca, 1993); Galería 4.17
(Madrid, 1994); Sociedad Económica
de Amigos del País (Málaga, 1996);
Itinerante del Ministerio de Cultura y
Casinos Culturales por Madrid, Ávila,
Segovia, Orense, Pontevedra, Vigo, La
Coruña y Ponferrada; Arte FIA, ciudad de Caracas, y Galería Harpe de
Marbella (todas en 1996); y Arte FIA,
Caracas; Galería Diana Traficante de
Naxos, Sicilia, y Feria de Nueva York
(1998). Las últimas exposiciones individuales que la artista celebró antes de
finalizar el siglo XX fueron en Galería
Heller de Madrid, Museo La Muralla
de Ceuta, Casa de Cultura de Nerja y
Hospital del Rey en Melilla (1999).
Desde 1955 al año 2000 Elena Laverón
tomó parte en una treintena de eventos
nacionales e internacionales, de los que
cabe destacar los siguientes: Exposición
Nacional de Bellas Artes (Barcelona,
1960); I Certamen Nacional de Artes
Plásticas y Grand Prix International de
Montecarlo (1962); Exposición Nacional
de Bellas Artes (Madrid, 1966 y 1968); VIII
Bienal Internacional (Alejandría, 1970);
Bienal Internacional del Deporte en las
Bellas Artes, Madrid y Barcelona (1973);
I Trienal Europea de Escultura (París,
1978); VIII Bienal de Arte (Marbella,
1984); Art Miami Galería Almirante
(Miami, 1998 y 1999) y Galería Kreisler
(Barcelona y Miami, 2000).
Salvo error u omisión, su palmarés
artístico connota los siguientes premios y distinciones: Premio de Dibujo
de Educación y Descanso (Barcelona,
1958); I Premio de Escultura del Círculo
Arístides Maillol, que le permite, al
ser becada, realizar estudios en París
(1958); Primer Premio de Escultura del
I Certamen Nacional de Artes Plásticas
(Málaga, 1962); Premio de Escultura
de la VIII Bienal Internacional de
Alejandría, Egipto, y Segundo Premio
de la Bienal del Deporte en las Bellas
Artes de Barcelona (1970) y Primer
Premio de Escultura en la VIII Bienal
de Arte (Marbella, 1985).
La obra de la artista no sólo está
representada, entre otros, en el Museo
Municipal de Mülhein de Alemania,
sino en el Guggenheim de Nueva
York, Museo Contemporáneo de Madrid, Hispanic Society of America de
Nueva York, Danforth Museum de
Massachusetts (USA) o Museo Municipal
de Málaga, sino en espacios públicos de
Benalmádena, Torremolinos, Málaga,
Atlanta (Georgia, USA), Marbella, Madrid, París y Ceuta. De sus obras en
Málaga podemos destacar: “Figura en
tres módulos”, que con sus diez toneladas de peso y 15 metros de altura fue promovido y situado por la Universidad de
leonardo 221
Málaga en la rotonda del bulevar Louis
Pasteur del Campus Universitario de
Teatinos; “Monumento al Donante”, en
la Plaza de la Solidaridad; “Familia”, en
el cruce de La Colina, Torremolinos;
obra escultórica situada frente al estadio de La Rosaleda; “Pareja tomando el
sol”, en Benalmádena; “Nacimiento de
Eva”, en La Nogalera, Torremolinos, y
“El marengo”, Huelin.
Leonardo Fernández González pintor que despertó a la vocación artística
siendo un niño, sus primeros cuadros
los realiza a la edad de 9 años. Al cumplir los 12, ingresó en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga,
sección de calle Carretería, pasando después al viejo caserón de San Telmo en la
plaza de la Constitución, donde permaneció hasta finalizar el curso 1962-63. Fueron sus profesores, entre otros, Miguel
Marín Zaragoza y José Roquero Tovar.
Más tarde estudió colorido y composición en la escuela del ya veterano pintor
Juan Baena, en su juventud alumno de
José Nogales. Su formación académica la
completa, a partir de 1975, con el estudio
de los pintores del XIX malagueño Mar-
tínez de la Vega, Denis Belgrano, Bernardo Ferrándiz, José Gartner, Pedro Sáenz,
Enrique Simonet y Moreno Carbonero.
De pincelada minuciosa sobre un dibujo no menos perfeccionista, su obra se
inserta en el realismo malagueño de la
mitad de los años setenta. Son trabajos
que si en sus comienzos evocan escenas
típicas de la ciudad antigua, que reproducen rincones locales animados de popular tipología humana, fachadas con
las marcas del paso del tiempo reflejado
en ella a modo de crónica del pasado y
una cierta ternura en la forma de recordarlas, poco a poco y en ejercicios cada
vez más complejos y ambiciosos, llega
al hiperrealismo sin abandono de ciertos símbolos y metáforas que si al artista
identifican con la ciudad que le vio nacer
–el mar, la vid, el enser de popular oficio,
la flor junto a la utilería doméstica entre
azulejos de tradición arábiga– a la obra
en su conjunto impregna de indudable
sentido vernáculo. Crecen a la par, en interés formal y tratamiento cromático, sus
bodegones, en tanto que figuras e interiores alcanzan gran altura naturalista.
J. Llop S. escribió en la Gal-Art.
con ocasión de su primera muestra en
la Galería Mar de Barcelona: Es pintor
de detalles, de recrearse y complacerse en
una pura exhibición técnica, en el dibujo,
en la perfección, en sus capacidades. Como
que puede hacerlo, lo hace. Y hasta con
una aparente sencillez, con naturalidad,
convirtiendo lo difícil en aparentemente fácil. Cultiva el matiz, la precisión; lo viste
todo con el color aplicado con sabiduría. Y
añade la imaginación, deja volar la fantasía, se mece en querencias, homenajes y
admiraciones.
222 leyva palma
Diez años antes, El Punto de las Artes (24 al 30 de mayo de 1991) había ya
entrevisto al pintor que se avecinaba:
...Su pincel tiene la virtud de transformar
en pálpito artístico la vida cotidiana y la
crónica de las gentes. Alejado de toda doctrina y huyendo del hastío que le produce toda
abstracción, el pintor trata de transmitir en
sus lienzos la huella del tiempo y una escenografía que rebasa el marco costumbrista
para llenarse de un lirismo que también resulta ensoñación.
Sus exposiciones individuales se
celebraron de acuerdo con la siguiente
cronología: Caja de Ahorros de Ronda,
Málaga (1975); íd., Fuengirola y Cádiz
(1977); Sociedad Económica de Amigos del País, Málaga (1978); Galería
Benedito, Málaga (1989, 1991, 1993);
Galería Elvira, Granada (1994); Caja
Rural de Granada, Motril (1994); Galería Benedito, Málaga, y Galería Elvira,
Granada (1995); Galería Xauen, Granada; Galería Nova, Málaga y Galería Terra Ferma, Lérida (1997); Galería Mar,
Barcelona (1998); Galería Arimany, Tarragona (1999); Galería Terra Ferma,
y Galería Mar, Barcelona (2000); Galería Arimany, Tarragona, y Galería Mar,
Barcelona (2001); Galería Salduba, Zaragoza, antológica en Cajamar, Málaga,
y Terra Ferma, Lérida (2002); Galería
Salduba, Zaragoza, y Galería Mar, Barcelona (2003).
Leonardo participó, entre otros, en
los siguientes eventos de carácter colectivo: Salón de Otoño de la Asociación
de la Prensa de Málaga (1990, 1991, 1992,
1996, 1997, 1998 y 2002; exposiciones monográficas La flor, La mitología y El vino,
todas ellas en Benedito (1993, 1994 y
1996). En tres ocasiones distintas y con
diferentes galerías de arte, se presentó
su obra de manera individual: ARTESUR
(Feria Internacional de Arte Contemporáneo), presentado por la Galería
Xauen, de Granada (1996); ART-EXPO
(Feria Internacional de Arte de Barcelona, correspondiente a 1999 y presentado
por la Galería Grup D’Art Escolá, que
repitió en su edición del siguiente año.
Es pintor que, por sus estrechas vinculaciones con el mundo cofradiero malagueño, ha realizado un elevado número
de trabajos para distintas cofradías.
Inmaculada Leyva Palma, nieta del
escultor Francisco Palma García, considerado por muchos el imaginero malagueño más importante del siglo XX,
e hija de Carlos Leyva –que estuvo vinculado a las vanguardias artísticas de
la capital de España durante los años
previos a la Guerra Civil–, es licenciada
en Bellas Artes por la Universidad de
Granada, especializándose en pintura y
fotografía en 1992, finalizando dos años
más tarde el Doctorado. Es una artista
que imparte clases de pintura en centros privados y desde 1991 expone regularmente en colectivas e individuales.
leyva palma 223
Hermano de la anterior, Juan Leyva
Palma finalizó sus estudios en la sevillana Escuela de Bellas Artes en 1982,
se integró en los círculos artísticos vanguardistas, tanto en su vertiente abstracta como realista (Carmen Laffón,
Fernando Zobel, Pérez Aguilera, etc.)
y vivió en Roma durante algunos años
entregado al estudio de la pintura.
Excelente dibujante, poseedor de una
pletórica paleta de firmes y decididos
trazos, desde finales de 1970 hasta el
decenio de 1990, realizó numerosas exposiciones de la mano de la galería sevillana Rafael Ortiz en distintas ciudades
andaluzas y otras importantes del país.
En 1981 recibe la Beca de El Paular de
Paisaje, en 1982 la del Ministerio de
Cultura a la Creación Plástica y en 1983
la de Jóvenes Creadores, de la Caja de
Ahorros San Fernando. En 1985 gana,
al opositar, una plaza de profesor de
Dibujo Artístico en la Escuela de Artes
y Oficios Artísticos de Mérida, en la
que realiza diferentes funciones de
coordinador, jefe de estudio y director.
Participó en diferentes proyectos de investigación pedagógica. Uno de ellos,
el Taller de Edición, recibió en el año
2000 el Premio Nacional de Innovación
Educativa, y el conjunto de sus profesores, un año más tarde, la Medalla de
Extremadura por su importante labor
en la difusión de las artes en dicha región. En el mes de octubre de 2004,
Juan Leyva sufrió una grave enfermedad que, desde entonces, le obliga a
limitar su actividad creativa.
En cinco ocasiones mostró su obra
en Málaga. La primera de ellas fue en
el Liceo-Peña Malaguista (1976) a la que
siguió la de Galería Picasso (1977), Caja
de Antequera en Málaga (1979), Taller
de Grabados 7/10 (1982) y Colegio de
Arquitectos (1985). Su obra está representada en numerosas colecciones públicas,
entre ellas la del Museo de Arte Abstracto
de Cuenca, Museo Nacional de Arte
Contemporáneo de Madrid, Biblioteca
Nacional, Ayuntamiento de Alcalá de
Henares, Asamblea de Extremadura y
Museo de Bellas Artes de Badajoz. Es
Medalla de Extremadura 2003.
224 liébana
Rafael Ruiz Liébana, pintor de ocasional ejercicio, escultor-dorador de
larga dedicación y prolífica obra, inició
su preparación en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga,
siguiendo clases de modelado y dibujo. Muy joven y llamado por el escultor
Adrián Risueño al taller que éste tenía
entonces, con carácter circunstancial,
en el Museo Provincial de Bellas Artes,
actual sede del Museo Picasso, inició su
preparación escultórica de la mano del
granadino Andrés Cabello Requena.
Liébana realizó varios cursos de su especialidad en Ravena y Florencia (Italia)
y Zúrich (Suiza) antes y durante el
ejercicio de su temprana vocación. Su
obra escultórica, retablista y doradora
está presente en el mundo cofrade de
Andalucía en general y de Málaga en
particular, con más de cuarenta tronos
procesionales y un elevado número de
retablos e imágenes para los mismos
ámbitos geográficos. Sus exposiciones
de pintura, muy distanciadas entre sí
dados los compromisos y encargos escultóricos que hubo de atender, se alternan con las muestras de esculturas
hasta alcanzar un total de 47. Sobre la
pintura de Liébana dejó escrito Agustín
Clavijo, profesor numerario de Historia
del Arte de la Universidad de Málaga:
...la pintura de Rafael Ruiz Liébana –preferentemente dedicado a un tema tan malagueño como es la marina– nos sirve de tranquilidad y descanso en esta época de tanta
inquietud y continuos sobresaltos estéticos
en los que en muchos casos predominan más
otros intereses a los puramente artísticos.
Es, pues, la obra pictórica de Liébana –sin
que por ello olvidemos su notable labor en el
campo de la escultura– una clara muestra
del costumbrismo malagueño que desde el
siglo XIX se impuso con fuerza hasta nuestros días en una manifiesta pugna con las
continuas novedades que a lo largo y ancho
del siglo XX se han ido alocadamente sucediendo. En referencia a su larga obra
escultórica, el crítico y académico José
Mayorga publicó en 1984 un artículo
acerca del sentimiento y realismo que
impregnaban los trabajos en madera
del escultor: ...en su obra hay evidencias
ciertas, y certeras, de haber sublimado los elementos materiales en la permanente búsqueda de unos encuadres y singularizaciones de
lo que viene a ser la expresión del ritmo con
la naturaleza, que el artista persigue perseverantemente en su modulación del arte. Y
terminaba así: Es el resultado tangencial
entre la realidad y su tratamiento, el paso
final que era preciso dar, para que su obra
se instalara definitivamente, pese a esa matización realista, en las coordenadas de la
expresión, de la emotividad, del sentimiento,
valor expresivo que sí conviene al total de la
obra de Rafael Ruiz Liébana, que resume su
obra: sentimiento y realismo.
Sus primeras obras escultóricas documentadas las realizó siendo aprendiz del oficio en el que descollaría
lindell 225
años más tarde, y fueron dos pequeños
tronos para la Santísima Trinidad y la
Virgen de la Paz, tallas que con los correspondientes dorados realizó en la
sacristía del propio templo, cerca de su
casa natal. De sus trabajos más recientes,
llevados a cabo antes de finalizar el siglo
XX, se recuerdan un crucificado para la
capilla de la Residencia de los Sagrados
Corazones de Sevilla; tronos del malagueño Cristo de la Sangre y María
Santísima de Consolación y Lágrimas,
además de las figuras de María Cleofás,
María Salomé y María Magdalena, que
figuran al pie del Crucificado; peana
de carrete para el trono del Santísimo
Cristo de la Misericordia, de la perchelera cofradía del “Chiquito”, y restauraciones distintas para las hermandades malagueñas de la Paloma, Mena,
Piedad, Caridad, etc. Los tronos realizados por Liébana y sus colaboradores
en sus talleres malagueños próximos al
Campus universitario, ejecutados para
diferentes cofradías de las provincias de
Sevilla, Málaga, Gran Canaria, Cádiz y
Granada fueron 40, de los que destacan
el de la Virgen de las Angustias (Nerja),
Virgen del Carmen (Benajarafe, Torre
del Mar, barriada del Palo y Casares),
Jesús Pobre (Vélez-Málaga), Nazareno
de Almuñécar (Granada), Virgen y Nazareno (Alhaurín el Grande), Virgen
y Nazareno (Alhaurín de la Torre),
Cristo Resucitado y Virgen Auxiliadora
(Ronda), Crucificado (Arriate), Nazareno (Setenil), Sepulcro, Nuestro Padre
Jesús a su Entrada en Jerusalén y El
Niño Chiquito (Campillos), Sepulcro
(Marbella) y Nazareno (Coín), etc.
Entre los premios y distinciones
recibidos por el artista figuran el primer premio de Escultura de la VIII
Exposición Provincial de Arte de la
Obra Sindical de Artesanía, celebrada
en noviembre de 1957 en la Casa de
Cultura de su ciudad natal. Los títulos
de Malagueño Popular y Malagueño
del Año, les fueron otorgados en 1995
y 1998, respectivamente. Ruiz Liébana,
gran aficionado a la aeronáutica, ha
destacado igualmente en la construcción de aviones Ménestrel-2, habiendo
fabricado hasta 5 unidades que, en su
momento, causaron sensación entre
los constructores amateurs.
Jorge Lindell Díaz, libre, insobornable, comprometido con el valor
social del arte y su mensaje como medio para sacudir las conciencias acomodaticias, fuera de tiempo y moda y
en ocasiones contracorriente, es del
Grupo o Generación de 1950 y uno de
sus miembros más singulares. Hijo de
finlandés y malagueña, su padre fue
funcionario de la Red Nacional de los
FF. CC. Españoles y profesor en el viejo
Conservatorio María Cristina de Mála-
226 lindell
ga. Fue en aquella institución donde su
progenitor le introduciría no sólo en el
mundo de la música, sino en el dominio del violoncelo. Pero su verdadera
vocación fue la pintura, en la que precisamente se inicia en un pequeño ámbito que por gestión paterna consigue
en el mismo edificio docente. Allí realizaría una obra que sería distinguida
con una mención honorífica en un certamen de la Obra Sindical Educación y
Descanso (1947), lo que le estimuló a
seguir en la brecha creativa. Frecuenta a continuación las clases que impartían entonces en la Escuela de Bellas
Artes y Oficios Artísticos Antonio de
Burgos Oms, Federico Bermúdez Gil,
y Luis Bono y Hernández de Santaolalla. Viaja a la capital de España y asiste
de oyente en la Escuela de Bellas Artes
de San Fernando. Para subsistir en el
Madrid de la época, trabaja como escaparatista y realiza carteles y otros trabajos similares por encargo. Sus primeros
contactos en Madrid con las gentes del
arte, los establece con el pintor Willi
Baumaster, que influye en su inminente trayectoria artística. Al tiempo, en
la Galería Buhols, conoce a Francisco
Mateo, Benito Prieto y Vázquez Díaz,
cuya casa-estudio en el Paseo de María
de Molina frecuenta con asiduidad. De
estas relaciones surgen distintas exposiciones en la Sala Clan, especializada en
la divulgación de las últimas tendencias
pictóricas del momento.
Regresa a Málaga en 1949 y junto
a otros pintores de su misma generación participa en la creación de la Peña
Montmartre –de la que resulta elegido
quinto vocal de la junta directiva–, cu-
yas reuniones iniciales tienen lugar en
el angosto ámbito que el pintor utilizaba en el Conservatorio, y más tarde, en
El Palomar de El Pimpi, como Grupo
Picasso, tras el histórico viaje de Guevara Castro, Alberca Castaño, De Ramón
Monterde, Virgilio Galán Román, y Vicente Ricardo Serra para visitar a Picasso, en Villa Californie, Cannes.
Las exposiciones colectivas en las
que participó Jorge Lindell entre 1942
y 2001 fueron 60, a saber: Málaga (24),
Barcelona, Granada (3), Madrid (8),
Santa Cruz de Tenerife, Múnich, Gibraltar, Oporto, Nueva York, Algeciras,
Las Palmas de Gran Canaria (3), Sevilla, Bilbao, Córdoba, Orense, Boston
(2), Principado de Andorra, Lérida, Valencia, Colliure, Toulouse, Champigny
y Perpiñán (Francia), Seúl (Corea) y
Dresde (Alemania).
En cuanto a las exposiciones individuales entre 1952 y 2003 fueron: Sociedad Económica de Amigos del País,
Málaga (1952); Sociedad Excursionista
de Málaga (1953); Centro Artístico de
Granada (1957); Sociedad Económica
de Amigos del País, Málaga (1958); Caja
de Ahorros de Ronda, Málaga (1962);
íd. (1965); Sala de Arte de La Laguna,
Santa Cruz de Tenerife (1973); Caja de
Ahorros de Antequera, Málaga (1974);
Galería Balos y Galería Veguera, de Las
Palmas de Gran Canaria (1977); Casa
de Cultura de San Mateo, Las Palmas
(1983); Museo Provincial de Málaga y
Galería Garoe, de Santa Cruz de Tenerife (1986): Ateneo de Málaga y Montserrat College of Art, de Beverly Hills, EE.
UU. (1987); Galería San Mateo, Las Palmas de Gran Canaria (1988); Ateneo de
lindell 227
Málaga (1990); Diputación y Ateneo de
Málaga (1991); Sala Municipal de Arte
del Ayuntamiento de Nerja (1994); Galería Real 79, de Almería (1995); Taller
Gravura y Galería Viñas, Málaga (1996);
Antológica en el Palacio Episcopal, Málaga (1997); Galería Alfredo Viñas y
Asociación de la Prensa de las Palmas
de Gran Canaria (2000); Obra reciente
en el Centro Cultural Provincial, Málaga (2001); Exposición de grabados en
el Museo de Marbella (2002), y Centro
Cultural José Martí, San Mateo, Gran
Canaria (2003).
Genio del informalismo, el grabado y especialmente del color en la pintura abstracta, porque esta es su esencia, pureza y primitivismo, obra con gran multisignificado
hacia el espectador donde el color es espontáneo y no nace de resultados previstos”, dice
de él Pilar Fernández Maqueda en su
tesis doctoral sobre la obra de Lindell
(2003).
Jorge Lindell, con los pintores Robert Mac’Donald, Stefan von Reiswitz,
y Marina Barbado, funda, mediados
los años 60 del siglo XX, el taller de
grabados El Pesebre, al que posteriormente se vinculan Guillermo Silva Sanz
de Santamaría y Francisco Peinado,
entre otros. De efímera existencia, El
Pesebre queda disuelto en 1976 pero
tres años más tarde, Lindell, con los
pintores Manuel Barbadillo, Juan Fernández Béjar, Enrique Brinkmann,
Pepa Caballero, José Díaz-Oliva, José
Faría, Antonio Jiménez, Jesús Martínez
Labrador, Pedro Maruna, Stefan von
Reiswitz y Dámaso Ruano, crea el Colectivo Palmo, a través del cual, al mismo tiempo de ofrecer la diversidad en
la originalidad de sus estampas, intenta
“socializar” su producción con precios
razonables fuera de mercado. La experiencia, empero, no resulta, y así Palmo
se clausura y nace, también de la mano
de Lindell, el Taller de Grabados 7/10,
que finalmente quedaría en Ataurique
(1988) como taller propio.
Con motivo de la exposición antológica que se celebró en las Salas del
Palacio Episcopal (1997) el crítico Antonio Parra escribió para su libro-catálogo: En cincuenta años, la pintura de
Jorge Lindell, desde que comenzó a nacer,
continúa a generar en quien la contempla
una sorpresa inesperada, un misterioso y espontáneo sobresalto. Es el orgullo de un artista que ha marcado con la autenticidad y
la calidad de su obra toda la segunda mitad
de este siglo en la pintura malagueña; de
un artista que, aparte de sus connotaciones
mediterráneas, ha sabido siempre llenar su
pintura de un respiro intemporal, de una
intuición lírica inesperada, que le convierten en uno de los talentos indiscutibles del
arte del informalismo en España.
La obra de Lindell está representada en los siguientes museos, instituciones y colecciones privadas: museos
Nacional del Grabado (Marbella),
Nacional Reina Sofía (Madrid), Sheffield (USA), Provincial de Bellas Artes
y Diocesano de Arte Sacro (Málaga)
y Westerdalh (Tenerife), Hemeroteca
Nacional, Biblioteca Nacional y Calcografía Nacional (Madrid), Diputación
Provincial y Colección Unicaja (Málaga). Este artista está en posesión del
Premio Arjomani del L Salón Internacional del Grabado (Saint-Quentin,
Francia).
228 lobato
En 2008, por unanimidad, fue nombrado Académico de Número de la
Primera Sección de la Real Academia de
Bellas Artes de San Telmo de Málaga.
Joaquín Lobato Pérez, pintor y
poeta, fundó la revista Arte y Cultura de
su ciudad natal y colaboró en la Fundación María Zambrano de la que fue
miembro nato y secretario. Licenciado
en Filología Románica por la Universidad de Granada, compartió creatividad poética, narrativa y teatral con la
pictórica, alcanzando, dentro y fuera
de Andalucía, gran notabilidad en los
diversos campos tanto literarios como
plásticos a los que se dedicó desde joven. En lo literario destacó por los temas en los que se inspiraba, y en el de
la plástica, por sus trabajos como muralista, grabador, cartelista y pintor. De
su pintura, con motivo de la exposición
que celebró en el Museo Provincial de
Bellas Artes de Málaga, Rafael Puertas
Tricas, su director, afirmó en el catálogo: Joaquín Lobato es una contradicción.
Quizá los cuadros que hoy presenta en el
Museo de Málaga nos ayuden a descifrarlo.
Nos pinta unos personajes que han hecho
un mundo que no le gusta, con el cariño del
que quisiera las mismas cosas de otra manera. Por otro lado, Isidoro Coloma, en
la publicación Bellas Artes 79, agregaría:
En el orden formal, Lobato dibuja por encima de todo. Con un trazo largo, decidido y
extraordinariamente sintético, las líneas le
sirven de límites a unas tintas planas, generalmente cargadas en muchos casos de una
tremenda espiritualidad.
De las obras literarias de Lobato
citamos su primera entrega poética,
Metrología del sentimiento (1977), y Jácara
de los zarramplines, Premio García Lorca de Teatro de 1977. Su obra pictórica
la mostró por vez primera en Galería
Zíngara, de Granada, y posteriormente
en la Caja de Ahorros de Antequera, en
Málaga-capital, en 1975. Fueron muy
comentadas sus participaciones en las
colectivas Artistas Plásticos (dentro de
la Semana Cultural Andaluza de Vélez-Málaga de 1977) y las tres de la capital granadina (Pintura independiente,
Derechos humanos y Homenaje al 27 ), así
como la también colectiva realizada en
Sevilla bajo el título Por Andalucía. Lobato fue declarado, por iniciativa de la
Fundación María Zambrano, Hijo Predilecto de Vélez-Málaga en 2003. Parte
de su obra pictórica, calculada en novecientas piezas, fue cedida por su familia
al Ayuntamiento veleño.
lópez de arroyabe 229
Rogelio López Cuenca, licenciado
en Filosofía y Letras en 1985, frecuentó
los talleres de arte actual organizados
por el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Será a partir de dicho año cuando,
a consecuencia de sus trabajos, consiga
notabilidad en los ambientes de la creación vanguardista. Poésie pour le poivre se
le recuerda como uno de sus más sorprendentes trabajos, que expuso en el
Centro de la Generación del 27 en Málaga; como miembro integrante del grupo Agustín Parejo School, aportó una
serie de creaciones que le acercaron a
las teorías desarrolladas por las vanguardias rusas Cubofuturista y el Constructivismo. Su obra continuó evolucionando
hasta integrarse plenamente en la estética del Pop norteamericano. Utilizó con
frecuencia imágenes, signos y metáforas
procedentes de los mass media, como
portadas de revistas, señales de tráfico,
anuncios, mapas o iconos que el artista
plasma mediante colores muy vivos dispuestos en manchas planas. En general,
su temática refleja un compromiso social, denuncia que representa mediante
los juegos lingüísticos y la contraposición irónica de imágenes.
De sus exposiciones individuales
hasta finales del siglo XX destacaron:
Du côté de l’U.R.S.S., en el Colegio de Arquitectos de Málaga (1985); Picasso par
Picabia, perfomance llevado a cabo en
el Centro Georges Pompidou de París
(1986); X Salón de los 16, en el Museo Español de Arte Contemporáneo y Kunsthalle, Basilea (1990). De entre sus colectivas más importantes dentro del mismo
periodo cabe destacar su participación
en el Pabellón de España en la Expo’92
de Sevilla; Arte en España 1965-1900, del
Museo Rufino Tamayo de Méjico D.F.
(1992); Descoberta de la Colleció en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (1997) y en Spain is Different en el
Museo de la Lonja de Valencia (1999).
En la Galería Juana de Aizpuru de Madrid presentó sus últimas creaciones en
el mes de mayo de 2001.
Vicente López de Arroyabe Román,
Beca Municipal Picasso 1976, fue hijo
de dibujante y aceptable pintor no ejerciente, así como primo de pintor, músico y escultor (Fernando, Juan Carlos
y Ramón Calderón). Llegó a Málaga
cuando aún no había cumplido dos años
de edad y en ella despertó al arte, luego de seguir algunos cursos no precisamente de dibujo o pintura en la Escuela
230 lópez de arroyaBe
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos.
A los efectos académicos como de formación, es pintor que siempre se ha
considerado autodidacta. Su entrada
en el mundillo artístico de la ciudad se
produce, como en tantos otros casos de
jóvenes artistas en sus comienzos, a través de los certámenes que convocaba la
Obra Sindical Educación y Descanso.
El primero en el que participó, al aire
libre, tuvo como escenario la Plaza de
la Constitución. Posteriormente, participaría en otros distintos celebrados
en Archidona, Alhaurín de la Torre,
Marbella, Benalmádena, Torrox, VélezMálaga, etc., de los que formaban parte
como miembros del jurado los pintores
Alfonso de la Torre, Eugenio Chicano,
Virgilio Galán, Antonio Hidalgo Ayuso,
Pepe Bornoy, y Paco Morenno, entre otros muchos. Vivió en Londres,
donde expuso dos veces, así como en
Verona en otras dos ocasiones, tras las
que consiguió alcanzar cierto renombre entre el mundillo pictórico de dichas ciudades. Robert Harris, crítico de
arte del Richmond and Twickenham Times
escribió de su obra, a propósito de su
exposición londinense en la Richmond
Antiquary on Hill Rise: Su formidable técnica está al servicio de una imaginación
que traspasa los siglos del Renacimiento,
acogiendo dogmas de la fe católica. Sobre
dos de los cuadros expuestos en aquella oportunidad el mismo autor expresaba que López de Arroyabe Deambula
en Wagner con un Sigfrido exultante, y en
Shakespeare, con un único óleo, su maravillosa Desdémona. Por otro lado, el
también columnista de arte del Reino
Unido, Michael D’Aguilar, observó,
como representación de la esencialidad enigmática del arte español implícito en el artista, que en su obra coexistían
armónicamente elementos realistas, surrealistas, clásicos y románticos, y expresiones
del barroco malagueño. Escribió el mismo
opinante que había en la obra de López
de Arroyabe indudables manifestaciones de
una fina técnica junto a un claro intento de
provocación. Y en la sección de arte del
cotidiano L’Arena di Verona, Italia, al comentar la exposición del pintor malagueño en Galleria L’Incontro manifestó que había todo un homenaje a la riqueza
modulada así como una gran armonía en
su paleta.
El orden cronológico de sus exposiciones individuales, tanto en
España como en el extranjero, fue
el siguiente: Sala Bolivia 41, Málaga
(1977); Sala Diputación Provincial de
Málaga (1979); Galería L’incontro,
Verona, Italia (1982); Sala Diputación
Provincial de Málaga (1984); Galería
L’incontro, Verona (1984); The Richmond Antiquary, Londres (1986);
The Canning House Gallery, Londres
(1988); Design Centre St. Edward’s
School Woodstock, Oxford (1990) y
Galería Nova, Málaga (1993). De sus
trabajos en exposiciones de carácter
colectivo, así como en publicaciones
se constatan, entre otros, los siguientes: Carpeta Génesis, con Pepe Bornoy,
Renzo Sassanelli y el serígrafo De Miguel
Duch, Málaga (1979); Carpeta Ciudad
del Paraíso, con Pepe Aguilera, Gabriel
Alberca, Rodolfo Álvarez Santaló, José
Bonilla, José Díaz-Oliva, Pedro Maruna,
Joaquín de Molina, José Parras, Francisco Peinado, José Quero y Diego
lópez muñoz 231
Santos, Málaga (1980); Cuatro Pintores
Beca Picasso, con Bonilla, Diego Santos
y Pepe Seguiri en el Ateneo de Málaga
(1980); Exposición Beca Picasso, con
Chicano, Martínez Labrador, Bornoy,
Gutiérrez Mengíbar, Díaz-Oliva, Bonilla, Seguiri, y Santos Ortiz, en Caja de
Ahorros Provincial de Málaga (1981)
e Instituto de Martiricos, Málaga, con
Alfonso Medina e Isabel Duarte (2001).
Recibió distintos trofeos y distinciones
en certámenes locales, provinciales y
nacionales convocados por Educación
y Descanso (un Primero en Málaga en
1971; un Segundo Municipal en Alcalá
de Henares, 1972 y 1973; otro Primero
Provincial en Málaga, 1976; Tercero
Nacional de Educación y Descanso,
1977, así como una Mención Especial
del jurado del VIII Concurso Nacional
de Pintura Ciudad de Teruel, convocado por su Diputación Provincial), y una
Primera Mención del Salón de Invierno
de Málaga.
LÓPEZ GARCÍA, Jesús
(Ver SUSO DE MARCOS)
Antonio López Muñoz nacido en la
barriada de pescadores de Pedregalejo,
circunstancia que le permite desde niño
la observación de la dificultosa existencia de la gente del rebalaje malagueño,
su ambiente le impele a inspirarse en
él no sólo como tema de contenido humano, sino de antropología marinera.
Joven todavía, frecuenta el aula de pintura que dirige el pintor Alfonso de la
Torre, en Educación y Descanso; poco
después ingresa en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga, donde recibe, durante dos cursos
lectivos, clases de los profesores José
Roquero Tovar y Antonio Cañete Sánchez. Sus primeros cuadros fueron paisajes con una cierta influencia de su primer maestro; más tarde parece centrar
su atención en los problemas sociales
que se viven en su inmediato entorno,
y si bien en principio así se puede aceptar, la ternura que impregna sus nuevas
imágenes advierten sobre la existencia
de un artista sensible que, observador
de la realidad inmediata, también es lírico en sus grises melancólicos, sobrio
en sus representaciones iconográficas
populares –incluso cuando se trata de
paisajes– y elegíaco por el modo de tra-
232 lópez muñoz
ducir los sentimientos de las criaturas
que recrea en su pintura.
Sobre esta particular manera de
armonizar realidad con lirismo, ya advertía Ramón Sánchez Bayton, en el
catálogo de la segunda exposición que
Antonio celebró en la Sala de la Diputación Provincial de Málaga (enero,
1973), lo siguiente: Sencillamente pinta
sus recuerdos de la infancia, lo que todos los
días ha venido contemplando y contempla.
Tal como lo ve. Muy lejos de sus propósitos
está hacer otra cosa que no sea pintura. Y
se engañaría quien pensase que su propósito
es hacer “pintura social”, “pintura testimonial”, “pintura de denuncia”. Hace sencillamente su biografía con el medio de expresión que le es propio: la pintura.
En la página dominical “Al vuelo
de la pavana” (Sur, 28. I. 1973) el también pintor Pepe Bornoy, escribía de
López Muñoz: Antonio López ha tenido
que huir de la mística o la metafísica para
hacerse pincel simple que sirve al hombre
antes que a la máquina. Se ha hecho culto
y humanizado caminando hacia una playa de sombras indescifrables, quizá para
adelantarse al triste equinoccio que aguarda al que no establece su camino, antes de
empezar su propio diálogo. Antonio camina en su nuevo equilibrio y allá, al final
de esa raya ascendente que él se ha trazado, encontrará su propia trayectoria, y el
espectador, la significación exacta de lo que
pinta hoy.
La fórmula expresionista que de
manera insistente ha caracterizado
gran parte de la producción pictórica
de Antonio López Muñoz, ha definido
un estilo particularmente original dentro de dicha tendencia.
Sus primeras obras se conocieron
en sendas exposiciones colectivas celebradas en la Sala de la Caja de Ahorros
de Ronda en Málaga (1965 y 1966) y la
primera individual en idéntico espacio
expositivo en 1968. Dicho año también
celebró otra muestra individual en las
Salas de la Sociedad Económica de
Amigos del País, que tuvo amplísimo
eco entre los críticos y el público. Otras
exposiciones individuales fueron: Salones del Hotel Alay, Benalmádena
(1969); Galería Pedro Flores, Estepona
(1970); Sala de Arte de la Excma. Diputación Provincial, Málaga (1971); Peintures d’Andalousie en Chez Georges, París, y Casa de Málaga en Madrid (1972);
Sala de Arte de la Excma. Diputación
Provincial y Museo Provincial, Málaga
(1973); Salas del Ateneo, Málaga (1980);
Sociedad Económica de Amigos del
País, Málaga (1986) y Salón de la parroquia del Corpus Christi, Málaga (1995).
En la Sala de la Caja de Ahorros y Préstamos de Antequera, sita en la calle Dr.
Pérez Bryan, participó en el I Salón de
Independientes (17. I. 1969) junto a la
escultora Álvarez Laverón, los pintores
Morenno, Chicano, Bornoy, Rodrigo
Vivar, y Manolo Morales y el pintor-fotógrafo Grindley.
López Muñoz se hizo acreedor de
la Beca Castellblanch (1971) para ampliar estudios en París, y de sus premios
y distinciones al mérito artístico debemos citar tres Primeros Premios en la
Exposición Provincial, en el Concurso
de Pintura al aire libre de Málaga y en
el de Vélez-Málaga, de Educación y Descanso (1967); Primer Premio Provincial
de Dibujo y Acuarela de la misma ins-
lópez palomo 233
titución (1968); Medalla de Plata de la
Exposición Primeras Medallas de Educación y Descanso (1969); Primer Premio del Concurso de Pintura La Buena
Sombra (1972) y Segundo Premio del
Certamen de Pintura Ciudad de Álora
(1993).
Rafael López Palomo, alumno de
los profesores Miguel Marín Zaragoza,
Antonio Cañete Sánchez y José Roquero Tovar en la Escuela de Bellas Artes
de Málaga, su presentación como pintor tuvo lugar en el Certamen Juvenil
de Artes Plásticas (Málaga, 1961), en el
que obtuvo un Segundo Premio en Dibujo. Desde dicho año en que logra su
primer trofeo, apenas cumplidos los 19
de edad, hasta su participación en Artemixa (2003), López Palomo tomó parte
en un elevado número de exposiciones colectivas. Las principales de ellas,
que suman 60, fueron, según el orden
cronológico de sus celebraciones, en
Valencia, Alicante, Madrid, Logroño,
Barcelona, Zamora, Bilbao, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Jaén y Guadalajara, repitiendo varias veces en algunas de las
ciudades mencionadas.
Durante el mismo período, sus exposiciones individuales fueron 24: Sala
de la Caja de Ahorros de Ronda, Málaga (1962); Sociedad Económica de
Amigos del País, Málaga (1965); Casino de Marbella (1966); Salas de la Sociedad Económica de Amigos del País
(1967); Sala Antonio del Castillo, Córdoba (1969); Sala de la Caja de Ahorros
Provincial, Málaga (1974); Salas de Arte
de Priego, Úbeda y Cabra (1976); Galería Del Castillo, Jaén (1978); Sala de
la Caja de Ahorras de Córdoba (1978);
Galería Goya, Zaragoza, y Galería Miramar-Arte, Málaga (1979); Salas de la
Caja de Ahorros de Antequera, Málaga, de la Caja de Ahorros de Granada
y Sala Bartolomé Bermejo, de Córdoba
(1980); Galería Miguel Ángel, Málaga
(1982); Galería Lázaro, Madrid (1983);
Galería Andrade, Ciudad Real (1984);
Galería Benedito, Málaga (1986); Sala
de Arte del Cortijo Bacardí, Málaga
(1990); Galería Benedito (1992); Salas
de la Fundación Alcalde Zoilo Ruiz Mateos, Rota (1994), y Casa-fuerte de Bezmiliana, Rincón de la Victoria, (1995).
Algunos críticos que en distintos
momentos de la carrera de este pintor
estudiaron su obra, quisieron encontrar en ella matices y reflejos propios
del orden impresionista, sin reparar
que el trazo amplio, abierto de su pincelada, incluso determinadas sombras y
zonas oscuras de los cuadros, distaban
de su lenguaje. López Palomo ha buscado, acompañado siempre de una paleta rica y exultante, la luz, eso es cierto,
pero no como los impresionistas puros,
desde la obsesión de aprehender solamente sus efectos y reverberaciones so-
234 lópez palomo
bre los objetos. Este pintor, que ha sabido impregnar sus cuadros de la fuerza
colorista mediterránea sin empalago
ni fáciles concesiones a modas y modos pictóricos, ha buscado, en la luz, el
espíritu de las cosas más cercanas a su
realidad social de observador y cronista: decadentes arquitecturas de barrios
malagueños desaparecidos, rincones
domésticos de melancólicas atmósferas
y dormidos recuerdos; la calle, el patio
recoleto interior o colectivo, donde
germinaron fracasos humanos; los ámbitos de vivencias familiares, aquietados pese a su colorismo por la propia
forma de mirarlos, o la mar cercana,
pero siempre focalizando un detalle
alegre, amargo o de posible denuncia
social. De ello resulta un “impresionismo” genuinamente “a la manera de
López Palomo”. De forma semejante
al criterio aquí expuesto, la revista El
punto de las Artes, con ocasión de una de
sus exposiciones en Benedito, escribió
de él: A pesar de sus numerosos galardones
a nivel nacional y el hecho comprobable de
haber colgado sus cuadros en algunas de las
pinacotecas más importantes del mundo, el
pintor malagueño Rafael López Palomo, en
plena madurez creativa, aún no parece gozar del reconocimiento que, sin duda, merece
su obra. Ello tal vez sea así porque López
Palomo se ha mantenido alejado por igual
de la comercialidad como del gusto alambicado del público, dedicándose a crear una
pintura personalísima que se inspira en la
mirada escudriñadora del interior de las
realidades.
Por su parte, el periódico El Heraldo de Aragón, en su crónica sobre la
exposición de sus obras en la Galería
Goya (Zaragoza, 1979) publicó: Cuando
un creador de belleza de su talla es capaz de
mantener durante tanto tiempo su alto nivel
de calidad, es porque detrás de cada dibujo
previo, de cada pincelada, de cada mezcla de
color, hay una mano maestra, firme y segura,
que ha alcanzado la madurez necesaria para
demostrar que nada obedece a la casualidad:
sabe jugar su propia suerte en la interpretación, y llenarlos de colores sometidos, de adoraciones de luz.
A lo largo de su dilatada carrera,
López Palomo recibió, entre otros premios, trofeos y distinciones, los siguientes: Segundo Premio de Dibujo en el
Certamen Juvenil de Artes Plásticas,
Málaga (1961); Primero de Dibujo del
mismo, Málaga (1962); Primero de Interpretación Rápida de Pintura, Marbella (1964); Primero de Pintura Rincones Malagueños, Málaga (1966); Premio
Ricardo Ansaldo de Dibujo La Buena
Sombra, Málaga (1967); Premio Nogales del V Salón de Invierno de la Real
Academia de Bellas Artes de San Telmo,
Málaga (1969); Primero de Pintura Ciudad de Gibraltar en San Roque, Cádiz
(1970); Primero de Pintura del Excmo.
Ayuntamiento, Melilla (1971); Premio
de Pintura del Certamen Provincial de
Educación y Descanso, Málaga (1971);
Primero del IV Certamen de Artes Plásticas del Ayuntamiento, Ceuta (1971);
Medalla de Oro en el Certamen de
Pintores de Andalucía y Extremadura,
Sevilla (1972); Primero de Pintura convocado por el Excmo. Ayuntamiento,
Estepona (1974); Primero de Dibujo de
la Exposición Provincial de Educación
y Descanso, Málaga (1975); Premio Nacional de Pintura Museo Cruz Herre-
lópez pascual 235
ra, La Línea de la Concepción, Cádiz
(1977); Primero de la XIX Exposición
de Pintura de la Caja de Ahorros de
Jerez (1978); Segundo de Dibujo en la
XXII íd. (1981); Primero de Dibujo del
Excmo. Ayuntamiento de Villanueva,
Córdoba (1985); Primero de Pintura
del XXVIII Salón Nacional de Gibraleón, Huelva (1986); Primero del X Certamen Nacional de Pintura del Excmo.
Ayuntamiento de Medina del Campos,
Valladolid (1987); Primero del XL Salón Nacional de Pintura de Gibraleón,
Huelva (1988); Segundo de Pintura Bacardí, Málaga (1988); Mención de Honor del XI Certamen Nacional de Pintura Ciudad de Utrera, Sevilla (1990);
Primero del IX Concurso de Pintura
del Real Club Náutico Mediterráneo,
Málaga (1993) y Mención de Honor en
1995.
Rafael López Palomo es desde 1997
en que se le designó, miembro asociado de la Academia Internacional Greci
Marino, de Vercelli (Italia).
Este pintor es hijo de Rafael López
Silva, que fue conocido tallista de calle de la Victoria, y compatibilizó sus
quehaceres pictóricos con trabajos de
talla y dorado, cuyo oficio domina, y
que aprendió en el taller paterno. Su
progenitor había asistido a 9 cursos de
la Escuela de Bellas Artes, recibiendo
clases de los pintores Antonio Burgos
Oms y José Nogales, y de vaciado y modelado, de los escultores Francisco Palma García, y Diego García Carrera.
Fernando López Pascual con diez
años ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Telmo, sección de la plaza
de la Constitución, en la que recibió
numerosos premios y distinciones a la
aplicación y el aprovechamiento durante los cursos que en ella permaneció, finalizando con Matrícula de Honor. En
los años sesenta asiste a las clases de colorido y composición impartidas por el
pintor Alfonso de la Torre –que lo tuvo
por uno de sus mejores alumnos– en el
aula de arte de la Obra Sindical Educación y Descanso. Durante su permanencia en ella participó en numerosos
certámenes provinciales y concursos de
pintura al aire libre de frecuentes convocatorias, en los que obtuvo Tercera,
Segunda y Primera medallas, además
de otros trofeos compartidos. Poco después, en la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos, Antonio Cañete,
asistiría unos cursos bajo la tutela del
profesor Pablo García Rizo. Amplía su
formación poco después estudiando y
copiando obras de los pintores andaluces del XIX con obras en los museos de
Sevilla y Málaga. Pintor que alguna vez
comentó sentirse más próximo a la pintura del siglo XIX no sólo por su temá-
236 lópez pascual
tica, sino por la honestidad y profesionalidad que se ve en los cuadros de los
autores de dicha centuria, durante los
años iniciales de su carrera profesional,
López Pascual se dedica a trabajar para
marchantes y coleccionistas, participando en cuantas exposiciones colectivas
tienen lugar en Málaga. Precisamente
fue en una colectiva del Grupo de los
Seis (Santa Moríñigo, Juan García Sierra, Juan Fernández Jiménez, Juan Gallego Pinazo, Miguel Pescador Sanz y el
propio López Pascual), celebrada en el
mes de abril de 1978 en los Salones de
la Sociedad Económica de Amigos del
País, donde por vez primera mostró su
obra al público. Bodegones, paisajes,
figuras y flores fueron, temáticamente, sus trabajos primigenios. En ellos
se manifestaban pericia en el dibujo
perfeccionista, soltura en la pincelada
y colorismo sin estridencias. En su decidido propósito de aunar pintura con
historicismo y ciudad con sus símbolos
y metáforas más populares, rindió homenaje a los viejos coches de caballos,
ambientando cada cuadro en una localización urbana bella y distinta. De la
sobriedad colorista inicial, López Pascual fue evolucionando hacia un código de color cada vez más ambicioso, y
si bien los personajes de muchas de sus
escenas parecían emerger del siglo XIX
y no del XX en que su obra nace y se
desarrolla, el perfeccionismo minucioso del dibujo, la ambición colorista y la
nueva plástica recreada en los fondos,
acabaron definiendo un estilo tan preciosista como personal.
Para José Mayorga –largos años crítico de arte del periódico Sur– la línea
de este creativo ...se asienta, en primer lugar, en el pasado de una pintura malagueña
que ha dado paso en el transcurso del tiempo
a artistas capaces de dejar huella permanente de su valía y cuyas obras están hoy en las
salas de afortunados coleccionistas tanto
como en los museos de la propia Málaga y
de otras ciudades en las que la luminosidad
de lo mediterráneo juega papel decisivo en el
tratamiento de sus cuadros...
Jesús Castellanos, dejó escrito en
el catálogo de la exposición de Galería
Nova: Hay en López Pascual un lenguaje
actual con el que nos sigue hablando de toreros y majos, de manolas y de cálidos rumores de una Caleta que aún palpita y cuyo
embrujo no debe andar lejos del fleco de ese
mantón que acaricia y dibuja, con elegancia
insuperable, el cuerpo de esa malagueña que
con aires tan actuales y tan cercanos –como
que vive entre nosotros– vuelve su mirada
esquiva, se ruboriza con el requiebro o gusta
del desplante airoso con gesto lleno de sensualidad.
Su primera exposición de carácter
individual tuvo lugar en Miramar-Arte
entre los días 16 de noviembre al 2 de
diciembre de 1979. En adelante, celebraría las siguientes: Galería de la Caja
de Ahorros Provincial de Málaga, Vélez-Málaga; Casino de Algeciras y Sala
Municipal de Exposiciones, Marbella
(1980); Hotel Don Carlos, Marbella
(1981); Galería Miguel Ángel, Málaga
(1983); Sala de Arte del Liceo-Peña Malaguista Homenaje al coche de Caballos, en
la que vendió íntegramente su obra,
Málaga (1984); Sala La Maison, Málaga
(1986); Caja de Ahorros de Cádiz (1987);
Galería de Arte Nova, Málaga (1997);
Galería de Arte Aljaba, Jaén (1999); Ga-
luczakowsky 237
lerías de arte Xauen y Sala Van Gogh,
ambas en Granada, y Galería de Arte
Aljaba, Jaén (2001), así como en Sala
Van Gogh, Granada (2002).
Fernando López Pascual participó en todas las exposiciones colectivas
celebradas en las Salas Miguel Ángel,
Malacke. La Maison, Miramar Arte y
Galería Nova, así como en Galería Picasso, también en Málaga, en compañía de Antonio Fernández y Pérez Almeda, (1980).
Roxolana Luczakowsky hija de
acuarelista y escritor, estudió en el
Ukranian Art Studio de Filadelfia con
los catedráticos Mehyk y Andusiu entre 1952 y 1957. Un año antes de acabar dichos estudios, al ser becada,
compatibilizó los mismos con los de
la Pennsylvania Academy of Fine Arts,
bajo la tutela de los profesores Watkins,
Rosen y Spaeghth. Posteriormente, cursó temas académicos del programa Fine
Arts Coordinated en la Universidad de
Pensilvania, de la cual recibió el título
BFA (Magna Cum Laude) en 1960. Fue
en dicha institución donde conoció al
escultor Hamilton Reed Armstrong,
con quien contrajo matrimonio en el
año mencionado. Artista que inicia su
carrera con trabajos al óleo, derivó más
tarde hacia la acuarela, posteriormente
al acrílico, y por último, regresó al óleo.
Realizó durante una larga temporada
vidrieras y mosaicos, delicados iconos
de inspiración bizantino-ucraniana y
en los últimos años del siglo XX, temas
religiosos en perfecta fusión del bizantino y el realismo clásico occidental.
Acerca de sus acuarelas el crítico de rotativo Svoboda de Filadelfia escribió: En
sus acuarelas se aprecia un sentido crítico
y una profunda sensibilidad artística, también patentes, en las cristaleras que ejecuta
con las técnicas y los materiales más modernos. Para ella, la realidad artística sobrepasa la frontera de lo racional y lo subjetivo;
consiste, sencillamente, en aquello que llega
al alma universal del hombre. En su obra,
la huella de lo bizantino se combina con una
visión del pueblo y del paisaje andaluz muy
personal, reveladora de una verdadera comprensión y un verdadero amor al pueblo español. Escribió otro analista de su obra,
Antonio Gamoneda de Diario de León,
lo siguiente: Esta pintora ucraniana perturba un tanto la noción más convencional
y extensa de la acuarela, la que le reduce a
funcionar como pintura “muy de gabinete”
centrada en las calidades del color y en la
atmósfera imprecisa del juego de blancos, en
todo lo que es ya un cuerpo de “virtudes”
tradicionales.
Roxolana y Hamilton Reed Armstrong, llegaron a Málaga en 1964 y habitaron la antigua casa que en Churriana
había cobijado durante precedentes
años a Gerard Brenan y su familia.
El regreso definitivo de Roxolana y
238 luque
Hamilton Reed Armstrong a Estados
Unidos fue en 1979, pero desde entonces han seguido visitando España y especialmente Málaga, anualmente. La primera exposición individual de Roxolana
fue en The Ukrainian Institute de New
York (1970) a la que siguieron: Palacio de
Congresos y Exposiciones, Torremolinos
(1972); Galería Provincia, León (1973);
Banco de Granada, Almuñécar (1974);
St. Sophia Ukrainian Catholic Cathedral,
Washington, (1975); Galería Malacke,
Málaga, y The Ukrainian Institute, Nueva
York (1979); Library of the Basilian
Nuns, Fox Chase, PA (1980); Ukrainian
Cultural Center, Filadelfia (1984); The
Ukrainian Institute, New York (1985); St.
Sophia Ukrainian Catholic Cathedral,
Washington (1985) y Soyuziwka Art
Gallery, New York (1990). De sus exposiciones colectivas en Málaga debemos
señalar la que, bajo el título 7 Artistas y
su obra reunió en la Sala de la Caja de
Ahorros de Ronda (entonces en la calle Sancha de Lara) obras propias, de
Morenno, Antonio Jiménez, Palmira
Abelló, Pepe Bornoy, Díaz-Oliva, y
Reed Armstrong. Otra destacada participación de la artista se constata en la
exposición colectiva organizada por el
Ayuntamiento de Málaga en 1973 titulada Muestra de la Pintura Contemporánea
Malagueña. La obra de esta artista, en
número aproximado de 200, se haya
representada en colecciones particulares de España, EE. UU. y Ucrania;
pinturas e iconos, en John Paul II
Center, Washington, y el Museo de
Arte Mariano de Dayton, EE. UU., entre
otros. Y en cuanto a colecciones, centros
e instituciones malagueñas, son conoci-
das sus vidrieras de la iglesia del Buen
Consejo, Torremolinos; Ntra. Sra. del
Carmen, La Carihuela; parroquias de
Sta. Rosa de Lima, en la capital, y María
Nazaret, en Alhaurín El Grande; portería de la Torre de Málaga; consultas de
los doctores Zafra y Linarez-Maza, respectivamente, y otras distintas residencias particulares de Málaga y Madrid.
Roxolana recibió en 1958 el Premio City
of Philadelphia Arts Council Grant, que
la acreditó entonces como una prometedora figura de las artes plásticas.
Magdalena Luque Gallego, de formación autodidacta, la obra pictórica
de esta artista se inicia con el Grupo
Pintores Malagueños, que tuvo como
colectivo artístico efímera existencia.
Desde sus iniciales obras nacidas a partir de la segunda mitad del decenio de
1970, ya era el color y la tensión que el
mismo creaba por la fuerza de sus amplísimas pinceladas, la característica
principal de sus trabajos. Ha sido una
artista que fiel a su afán de renovación
plástica, abordó numerosos ciclos no
sólo en lo temático, sino en la distinta
grafía –abstracta, figurativa, expresio-
luque 239
nista– que llevó a sus lienzos. De hecho,
la sorpresa de su aparición en el panorama creativo de la pintura malagueña
del último tercio del siglo XX, la convierten con el tiempo en uno de los valores jóvenes consolidados de su generación. Sus afortunadas incursiones en
el campo del grabado son otros tantos
aciertos logrados en el decurso de su
carrera. Diversas han sido las opiniones
y críticas que sus trabajos suscitaron en
diferentes momentos. Con ocasión de
su monográfica sobre el tema taurino,
exposición que celebró en la plaza de
toros de la Malagueta, el diario Sur (16.
V.1995) habló de singular y bravísima
artista todo temperamento para concebir y
materializar su nueva figuración expresionista. Brava, sí, porque en la obra asoma
no sólo temperamento, fuerza explicativa,
ahondamiento sutil, sensibilidad y mordiente bastante para aprehender en vuelo rápido secuencias de clamores, fracasos, sangre,
duelo y soledad, sino poesía reminiscente.
Precedentemente a la mencionada exposición, había celebrado otra individual en el Museo Taurino de Córdoba,
la cual suscitó en sus organizadores un
título bien sugerente: Semblanzas taurinas. Una arquitectura del color. En su
catálogo, Rafael Portillo Martín insistió en el valor colorista de su pintura:
Ciertamente, Magdalena Luque se integra
dentro de aquellas corrientes en las que el color, en definitiva la luz, se constituye en urdimbre básica de toda construcción formal.
El catálogo galerístico de exposiciones individuales de dicha autora fue el
siguiente, salvo omisión o involuntario
error: Liceo de Málaga (1978); Caja de
Ahorros de Antequera (1979); Sociedad
Económica de Amigos del País, Sala
Miramar Arte y Galería Malacke, todas de Málaga (1981); Galería Miramar
Arte y Galería Roldán de Sevilla
(1982); Sala Armando Raverón, de
Caracas, Venezuela, y Sala Durán, de
Madrid (1983); Museo Diocesano de
Arte Sacro de Málaga (1984); Merryl
Chase Gallery en The Water Towers de
Chicago, EE.UU. (1985); Galería Toisón
de Madrid, Suborno de Barcelona y
Arte Multicentro de Mojácar, Almería
(1986); Galería La Maison, Málaga; Grife
y Escoda, Madrid; Galería Zurbarán,
Santander, y Galería Weldel Dormagen,
Dusseldorf, Alemania (1987); Galería
La Maison, Málaga, y Galería Augusta,
Barcelona (1988). En 1989 Magdalena
Luque realizó las siguientes individuales: Galería Pueyo, Sevilla; Asociación
de la Prensa, Madrid; Galería Am Isator,
Múnich; Galería Infantas, Madrid, y
Galerías Nogal y Pidal, ambas de Oviedo,
a las que siguieron las de Galería Nova,
Málaga (1992); Palacio de Congresos
de Córdoba (1993); Museo Taurino de
Córdoba y Galería de Arte Orfila, Madrid
(1994); Museo Taurino de la plaza de
toros de la Malagueta, Málaga (1995)
y las sorprendentes muestras Abriendo
paso, realizadas al carbón sobre papel e
inspiradas en la obra del gran místico
español San Juan de la Cruz, que se celebraron, respectivamente, en la Galería
Orfila de Madrid y en la Sala Italcable
de Málaga, en los meses de abril y junio
de 2004.
Al Diploma al Mérito que se le concedió en el XXIII Salón Anual Nacional
de la Sala Armando Reverón de Caracas
en 1986, hay que añadir los Premios de
240 luque
Grabados de la Universidad de Huelva y
el VII Premio de Grabados Pablo Picasso
de la de Málaga, respectivamente, en
1999 y 2000. Parte de su obra gráfica se
encuentra en los fondos de los museos
San Juan de la Cruz de Úbeda (Jaén), y
del Grabado Español Contemporáneo
de Marbella, así como en el Gabinete
de Estampas de la Biblioteca Nacional
de Madrid.
m. moreno 241
Manuel Moreno Martín, artista que
ha mantenido una incesante actividad
galerística individual desde aquella su
primera exposición del mismo carácter
en la Sala Gerard Brenan de su barriada natal en 1989, ha tenido una sostenida presencia en exposiciones colectivas locales (Málaga, Torremolinos,
Vélez-Málaga, Benalmádena, Marbella,
Nerja, Fuengirola, Álora, etc.), nacionales (Madrid, Barcelona, Tarrasa, Granollers, Cuenca, Santander, etc.) e interna-
cionales (Andorra, Alemania, Francia,
etc.).
De su obra se ocupó el diario Sur,
que al definir su exposición en la central
de Unicaja en Málaga (1993) la calificó
de seductora: De una seducción, además,
fácilmente compartible por cualquiera, incluso por quienes recelan del dominio matérico sobre las pigmentaciones. Diríase que a Moreno
Martín tanto como el color interesa la materia
a condición de que ella no resulte episódica,
sino inductora del propio discurso plástico. El
resultado es la perfecta imbricación de ambos
elementos en una misma intencionalidad de
pesquisa estética. Por su parte, la profesora María Cruz Toledano advertiría: Sus
cuadros, con diseños tan originales, responden con intuición al tema plasmado. Su recurso a los símbolos geométricos que añaden
siempre elementos esotéricos, la armonía de
su gama de colores, tan especial, tan amplia,
tan delicada, a veces sus referentes culturales
hacen de su obra una de las más interesantes
de los jóvenes creadores de Málaga.
242 maldonado
El recorrido galerístico individual del
artista comenzó en la Sala Gerard Brenan,
Churriana (1989), y continuó en 1990 en
las salas del Ateneo de Málaga, Castillo
Bil-Bil de Benalmádena y Juan Larrea de
Bilbao. Posteriormente (1992), expuso en
la Sala Oriente de la Caja de Ahorros de
San Fernando, Sevilla, continuando por
otras distintas de España y el extranjero:
Sede Central de Unicaja, Málaga, y Casa
Larios de Torre del Mar (1993); Casa de
Cultura, Fuengirola (1994); Kulturfabrik,
de Roth, Alemania, y Galería de Arte AB,
de Granollers, Barcelona (1995); Galería
de Arte Laberinto, Granada (1996);
Galería de Arte Nova, Málaga, y Galería
d’art Antoni Botey, Granollers (1997);
Art Gallery Hornid, de Reykiavik, Islandia, y Galería Laberinto, Granada
(1998); Galería de Arte Antoni Botey,
Granollers y Galería de Arte Doble
Hélice, Dos Hermanas, Sevilla (2000);
Galería de Arte Centro, de EscaldesEngordany, Andorra, y Antoni Botey de
Granollers (2001); y Galería La Reina,
Benalmádena; La Doble Hélice de Dos
Hermanas, Sevilla, y Centro Cívico
Provincial de Málaga.
El artista consiguió en 1997 un
Segundo Premio y Trofeo El Punto
de las Artes en la cuarta convocatoria
del Premio Internacional de Pintura
de Marbella, al año siguiente consiguió un Primero de Dibujo al participar en el I Premio Nacional de Dibujo,
Pintura y Fotografía del Hospital Clínico Universitario de Málaga. Otros
galardones conseguidos al mérito artístico fueron: Premio Adquisición del
XXII Certamen Nacional de Arte Contemporáneo Ciudad de Utrera (2001)
y nuevo Premio Adquisición de la VI
Muestra de Pintura Ciudad de Dos
Hermanas (2002).
Marta Maldonado Alonso, formada
en Madrid donde alcanzó la licenciatura en Bellas Artes en la correspondiente facultad de la Complutense, fueron sus principales maestros Sánchez
Carralero (Paisaje), Causante (Color en
Movimiento) y Martínez Sierra (Dibujo).
El mismo año de su licenciatura (1990)
fue becada por la Cátedra e Paisaje de
la U. C. M. Xauen (Marruecos). Realizó
los cursos del doctorado (1990-92) y fue
profesora colaboradora de la Cátedra
de Paisaje de su propia facultad durante el curso 1992-93. Su obra se conoció
en Málaga en 1996 en la Galería Nova,
donde repitió visita nueve años más tarde. Viajó por Egipto, La India, Nepal,
EE. UU. (Nueva York, Los Ángeles y
San Francisco) y Turquía. Tuvo una
larga residencia en Francia (1994-97),
residiendo en Nogent-sur-Marne y
en París, teniendo la oportunidad de
participar en las actividades culturales
del Atelier Glacière-Marie de la capital
francesas. De obra levemente figurativa
y en ocasiones absolutamente abstrac-
maldonado 243
ta, vibra en todo caso del esplendor de
una fuerza colorista que la impregna
de vida y la trasciende.
De sus trabajos se ocuparon distintos críticos y analistas pictóricos. José
Rubio Nomblot, para el catálogo de su
exposición en Nova, escribió: Paradigma
de la pintura por la pintura, la obra profusamente premiada de Marta Maldonado ha
oscilado siempre entre momentos de una densidad extraordinaria –o cuadros en los que
se concitan el collage, los pequeños relieves y
una abstracta vorágine de materias que surgen con el lienzo arrastrando a objetos y grafismos– y otros de paz y calmas, en los que su
obra se vuelve más sensible a los pequeños sucesos, las pequeñas cosas, las formas difusas
y los colores pálidos. Previamente, el crítico, escritor y galerista Mario Antolín,
había opinado: Marta Maldonado es una
joven pintora de sorprendente fuerza expresiva que sabe recrear en el lienzo una realidad
esencializada, en la que los planos pictóricos
construyen un nuevo esqueleto del paisaje
o del interior, que ella contempla con ojos
cerrados. […] Tras su aspecto de colegiala
dulce, ordenada y sumisa, se esconde una
personalidad tenaz y apasionada, con un
concepto claro, una ambición concreta y un
oficio pictórico, sólido y razonado, que le sirve de base a su modo de hacer.
El programa galerístico individual
de la artista fue el siguiente: Galería
Duayer, Madrid, y Caja Rural de Toledo
(1991); Galería Kuntforening junto a la
exposición sobre Miró con motivo del
Festival Internacional de Sandefjord
(Noruega, 1992); Galería Alfama, Madrid (1993); Banco de Bilbao Vizcaya
(Valladolid, 1994); Galería Torres, Bilbao, y Galería Alfama, Madrid (1955);
Galería Nova, Málaga (1996); Galería
Got (París, 1997); Galería Alfama, Madrid, y Caja España (itinerante por
León, Zamora, Palencia y Valladolid),
así como Gallery Lajolla, Sandiego, USA
(1998; Galería Got, París y Galería Thais,
de Lorca, Murcia (1999); Gallery Lajolla,
San Diego, USA (2000). Cuando se redactaban estas líneas, la autora tenía ya
en preparación una nueva muestra individual para Nova, en Málaga.
De sus triunfos artísticos, que se
constatan una treintena de premios
entre 1990 y 2000, se ofrecen los más
importantes: Primer Premio del V
Certamen Nacional Caja Madrid (1990);
Primer Premio Gredos (Arenas de San
Pedro, 1991); Primer Premio Ademar
de la Diputación de Pontevedra (1993);
Mención de Honor en el IX Premio
BMW (Madrid, 1994); Primer Premio
en el XVII Salón de Otoño, Plasencia,
y Segundo Premio del XXIII Certamen
de Cajamadrid (1995); Primer Premio
del LXIV Salón d’Étampe (París, 1996);
Primer Premio del Salón Château des
Bouillants (París, 1997); Segundo del
I Premio Caja de Guadalajara (1998);
Mención de Honor del XIV Premio
BMW, Madrid, y Segundo Premio de
la VII Edición del Premio Ciudad de
Tudela (1999).
244 mandly
María Victoria Mandly Domínguez,
alumna de Trinidad Rey y Martínez
Virel en dibujo, colorido y composición
durante sus estudios de Magisterio, comenzó a pintar muy joven aunque su
primera muestra individual data de
1979. Desde los inicios de su actividad
creativa fue artista que se ciñó a un modelo plástico que recordaba la pintura
neorromántica inglesa, en cuya producción destacaron los pequeños y medianos formatos que a la delicadeza de sus
pinceladas unió siempre bruñidos tonos dominantes característicos durante los primeros decenios de ejercicio. A
partir del año 2000 su obra evoluciona
y, sin perder sus iniciales singularidades, aborda una nueva obra en base a
grandes formatos, donde la naturaleza
es siempre la misma, pero observada
con diferente mirada. En esta nueva
etapa –dejaría escrito en el catálogo de
su nueva producción experimental– la
mancha es el medio de expresión y el
símbolo.
Sobre el arte de María Victoria se
escribió en la sección Paleta de Colores
del diario Sur (6.II.99): Si el paisajismo
de corte romántico tiene en nuestros días
nombre propio en Málaga, sin duda hay
que darle papel protagonista a la pintora
Victoria Mandly, experta por larga dedicación al tema y por la técnica de que se sirve
para alcanzar sus conocidos resultados. Es
la suya una forma de ver el paisaje, pero
también de traducción espiritual del mismo,
que es al fin y al cabo lo que todo pintor paisajista debe lograr.
El orden de las exposiciones realizadas por la artista fue el siguiente:
Liceo-Peña Malaguista (Málaga, 1979);
Sociedad Económica de Amigos del
Amigos del País, también de Málaga
(1980 y 1982); Sala Artistas Plásticos
(Cádiz y Sala del Ministerio de Cultura
en Cádiz y Albacete, respectivamente, 1983); Casino Gaditano y Galería
Miguel Ángel (Cádiz y Málaga, 1984);
Caja de Ahorros de Cádiz (Jerez de la
Frontera, 1985); Galería Benedito de
Málaga y Caja de Ahorros de Cádiz
(1986 y 1988); Palacio de la Merced, itinerante por toda la provincia, bajo el
patrocinio de la Diputación Provincial
de Córdoba (1990); Galería Benedito
de Málaga (1992, 1994 y 1999); finalmente, como última de sus exposiciones del siglo XX, en la Casa-Fuerte de
Bezmiliana de Rincón de la Victoria
(2000).
marcelo arce 245
Marcelo Arce, desde muy niño
en Málaga donde despertó a la vocación artística, cursó el bachillerato en
el Colegio de los PP. JJ. de El Palo. En
Madrid estudió Dibujo en la academia
que dirigía José Pinazo, y, al mismo
tiempo, frecuentó las aulas de Bellas
Artes de San Fernando. Pintor de prolongadas ausencias, su primera muestra individual la presentó en la sala de
exposiciones José María Fernández,
que precedentemente había pertenecido a la Caja de Ahorros de Antequera
(Málaga, 1974). Sobre la obra del pintor se había expresado en cortas pero
eficaces frases la profesora de Historia
del Arte de la Universidad de Baleares,
Valeria del Prado: La llamada a la modernidad que despierta la obra de Marcelo
Arce y al mismo tiempo sus referencias a lo
que de esencial tiene la obra de arte, representa una equilibrada reunión entre tradición y contemporaneidad. Cuando expuso
en Málaga, ciudad de sus segundas raíces, “Paleta de Colores” del diario Sur
(20.V.98) hizo el siguiente comentario:
Abstracción, figuración y hasta un interesantísimo toque de paisajismo impresionista,
constituyen su nueva tarjeta de presentación
ante una audiencia que atónita comprueba
los fundamentales cambios experimentados
en su obra durante el pasado decenio.
Tras presentar su obra en Málaga
en 1975 Arce desarrolló hasta 1998 el siguiente programa galerístico de carácter
individual: Sala José María Fernández
(Málaga, 1977); Galería l’Artisanat de
Pau, Francia, Casa de Cultura de Valencia
(1978); Casa de Cultura Bioperspectivas
Ángeles Vertebrados y Centro Press
(Málaga y Madrid, 1981); Galería Harras
(Málaga, 1982); Sala Metro (Palma de
Mallorca, 1985); Casa de Cultura de la
Llum Sa Pobla (Mallorca, 1992); Sala
El Gallo Marítimo (Palma de Mallorca,
1994); Sala del Colegio de Arquitectos
(Málaga, 1997) y Sala José María Fernández (Málaga, 1998).
Por el Ayuntamiento de Málaga fue
seleccionado para la Beca Picasso; igualmente, para el Premio Caja de Ahorros
de Antequera en 1990 y el Antoni
Gilabert de Ciudad de Palma en 1996.
Participó en las siguientes exposiciones
colectivas: Arte Contemporáneo del
Ayuntamiento de Marbella (1983) y VII y
IX ediciones de la Bienal Internacional
de Arte (Marbella, 1983 y 1991). En 1991
se le otorgó el Premio de Pintura Día
16 de Palma de Mallorca; asimismo, en
las ediciones de 1992 y 1996, recibió el
Antoni Gilabert de la misma capital.
246 marchá
José Marchá, seudónimo de José
Rodríguez Carmona pintor encuadrado en la nueva figuración realista andaluza de los años setenta del siglo XX, es
artista de formación autodidacta que
comenzó a pintorrear a los 14 años.
Su obra fue exhibida en Málaga por
vez primera en la desaparecida Galería
Miramar-Arte (1977), y desde entonces
mantuvo con Málaga una presencia
casi constante hasta acabar instalando
en Churriana taller y casa propios. Su
obra es múltiple en lo temático, y de
sus paisajes, flores, bodegones, interiores e imágenes idealizadas como surgidas del mundo onírico, destacan la
fuerza del color como factor dominante en su extensa y variada producción.
En muchas de sus obras queda explícita su tendencia hacia la fantasía pictórica, en un claro intento de armonizar
realidad con irrealidad hasta fundirlas
en un mismo campo de observación.
De la forma de focalizar pequeños detalles sobre madera, cuerdas, frutos en
proceso de putrefacción, pétalos marchitos de algunas de sus flores y hojas
caducas, parece elevarse un canto de
naturaleza, vida y fugacidad. Sobre la
realidad alumbrada en los cuadros de
Marchá escribió María de Juan: Se trata
de un pintor autodidacto que en medio de la
acuciante Carrera de rupturas de la modernidad, sabe ser fiel a una técnica pictórica
soberbia y a una inspiración personal. La
eclosión artística de J. Marchá tiene una
grandeza que escapa a lo cotidiano y adquiere categoría universal en las pinturas donde
el artista plasma la conjunción de sus sentimientos. Joseph Mipjans consideró a
Marchá atrapador de memorias, de instantes personales significativos y evocadores: Consciente de que pintar es crear un
espacio metafórico donde puedan dialogar
sus propias experiencias, encontrarse cara
a cara consigo mismas, y con es espectador,
es su búsqueda. Artista de clara figuración
realista, no oculta su predisposición hacia lo
abstracto, presente en algunas de sus obras.
Desde 1971 año de su primera
exposición en la Galería Kabila de
Tetuán, hasta finalizar el siglo XX,
Marchá realizó las siguientes exposiciones individuales. Galería Soppin
de Laredo, (Santander, 1972); Galería
Durán (Madrid, 1973); Casino Militar
(Ceuta, 1974); Casa Yanguas (Granada,
y Casa de Cultura de Getafe (1975);
Centro Hijos de Ceuta (1976); Sala
Miramar- Arte (Málaga, 1977); Casa de
Cultura (Ceuta, 1978); Galería Serrano
19 (Madrid, 1979); Sala Miramar-Arte
(Málaga, 1980); Sala Ribalta de Valencia
y Casa de Cultura de Melilla (1981);
Casa de Cultura de Melilla, Palacio de
Lebrija en Sevilla y Galería Saanen de
Gstaad, Suiza (1982); Sala Petit Mérou
de Cabo Negro, Tetuán, y Galería
Triángulo de París (1983); Rodeo Beach
Club, Marbella y Casino Militar de Ceuta
(1985); Las Capellanías y Rodeo Club
marina 247
(Marbella, 1986); Jardines Colgantes
(Marbella, 1989); Galería Nova Málaga,
1993); Marbella Club Y Fabien Fryns,
íd. (1995). Al finalizar el siglo XX José
Marchá tenía comprometidas para
los próximos 5 años exposiciones
en Sevilla, Suiza, Madrid, Granada,
Londres y Amberes.
Marina Barbado, pintora autodidacta, vivió muchos años en Málaga
junto a su esposo, el también pintor
Stefan von Reiswitz. Entre 1952 y 1967
realizó varias exposiciones individuales
por España: Barcelona, Sala Velasco,
Madrid, Círculo de Bellas Artes, Puerto
de las Cruz, Instituto de Estudios Hispánicos, Santa Cruz de Tenerife, Círculo de Bellas Artes, Málaga, Sociedad
Económica de Amigos del País.
Participó en numerosas exposiciones colectivas tanto en España como
en Alemania. De ellas hay que destacar
las celebradas en Múnich (Haus der
Kunst), durante los años 1961 a 1966;
exposición homenaje a Picasso en el
Museo Provincial de Bellas Artes, Málaga, Museo de Arte Contemporáneo,
Barcelona, y Casa de Málaga, Madrid;
I Certamen Nacional de Artes Plásticas
(1962), diversas exposiciones convocadas por la Obra Sindical Educación y
Descanso e International Art Exhibition (Jonh Macintosh-hall (Gibraltar,
1964 y 1965).
De las dos colectivas que celebró en
Málaga destacaron 4 Pintores de Málaga, en la Sala de Información y Turismo (1964) y 5 Pintores actuales, en la
Galería de la Caja de Ahorros de Ronda (1966).
Artista de gran sensibilidad, en su
obra ingenuista supo representar no
sólo el infantilismo evocador que sugería la fórmula naíf de Henri Rousseau y
seguidores de los siglos XIX y XX, sino,
desde una posición madura e intelectual, el sabor de lo cotidiano, la nostalgia
de lo vivido, el dolor de lo que regresa y
desaparece al instante, la vulnerabilidad
del ser, lo efímero de las cosas...
Candor, frescura e inocencia son
singularidades que han de darse en los
artistas que practican el ingenuismo
naíf, según la reflexión de Eduardo
Westerdahl a la obra de Marina (1962):
A esta tendencia tan pura y angélica, está
adscrita Marina Barbado. Pero desvía este
amor y devoción por el objeto, tal y como lo
vemos en los pintores primitivos, por ciertos
toques comunes al expresionismo germánico,
a ese carácter dionisíaco común a ese país.
Pero ellos lo practican dentro de una función social, de crítica cáustica. Marina Barbado humaniza estos modelos, los sorprende
con una vena de humor y les da una nueva
carta de naturaleza.
248 martín molina
Francisco Martín Molina, desde los
dos años de edad vivió en Almayate y
posteriormente en Torre del Mar, donde tiene su residencia y taller. Pintor y
escultor autodidacto, sus primeros trabajos conocidos datan de 1974 cuando
apenas había cumplido los 17 años de
edad. Sin escuela ni directrices, sólo
atendiendo a su intuición y estudiando
a los grandes maestros del género en
los museos nacionales, realizó de muchacho una serie de pequeñas obras
relacionadas con el mundo animal, y a
partir del citado año, decidió emprender su carrera artística tanto en las áreas
de la pintura como de la escultura. Casi
todas sus exposiciones individuales fueron un ejemplo dual del ejercicio continuado de ambas manifestaciones creativas, una y otra complementadas en
cuantos espacios expositivos mostró el
artistas sus obras. Recién seleccionado
para participar en la convocatoria del
Premio Suso de Marcos de Escultura,
reunió pintura y escultura en la Sala
Espacio Tres, de la que se ocupó la sección Galerías de Arte del periódico Sur
(28.V.96): Hierro, piedra y madera son los
materiales que tal autor prefiere para realizar su obra escultórica de mediano y pequeño formatos –algunas piezas encantadoras
como “Desnudo”– en cuyas proporciones nos
suponemos gusta al artista sintetizar sus
ansias de formas. Junto a la mencionada, es
necesario citar “Jabalí”, un pequeño bronce
pleno de expresividad y encanto, por cuyas
hendiduras y grietas intencionadas asoman
los peculiares y resolutivos modos de su técnica personal. También hay sustancia en parte
de su pintura, especialmente en “Homenaje
a Van Gogh” y “Personaje en la roca”, dos
realizaciones muy empastadas –óleo y resina
de poliéster– dedicadas al gran maestro holandés.
El catálogo de sus exposiciones individuales hasta el año 2002, salvo error
u omisión involuntaria, fue: Expo’92,
Palacio de Congresos y Exposiciones de
Sevilla (1992); Ibernatura’94, Málaga
(1994); Sala de arte Ajuria, Vitoria,
Álava (1995); Espacio Tres, Málaga
(1996); Café-Arte Mitote, Bilbao; CaféArte Lacaya, Pamplona; Café-Arte Los
Herrán, Vitoria, y Expo-Caza’97, Estepona (1997). El programa expositivo de
1998 se inicia en Expocaza’98, Estepona,
y continúa en Espacio Tres, de Málaga;
Ibernatura’98, Málaga; Café-Arte Los
Herrán, en Vitoria; Casa Larios, Torre
del Mar, Málaga; y Sala de Arte-Turismo,
Torrox, Málaga. Vuelve con sus obras
a Ibernatura’99, Espacio Tres y Museo
Cinegético de Ronda, Málaga (1999), y
concluye en 2002 con las exposiciones
del Ayuntamiento de Torrox, Málaga;
Casa-Fuerte de Bezmiliana, en Rincón
de la Victoria y Palacio de Beniel, Vélez
Málaga. Del catálogo de sus grandes
esculturas en espacios públicos, destacan la escultura a tamaño natural
del Rey D. Alfonso XII en el Balcón
de Europa, Nerja; “El viejo y la niña”,
martínez alario 249
en Torre del Mar; “Sor Ángela de la
Cruz”, en Málaga-capital; “El toque de
la caracola”, Torrox; busto de Antonio
Segovia Lobillo, así como la de Joaquín
Lobato, en Vélez-Málaga, y las tituladas
“Utopía” y “León de África”, ambas en
Torre del Mar.
Lope Martínez Alario, autodidacto
de formación artística e hijo de un médico rural de familia sin precedentes
pictóricos, vivió en distintos pueblos
del norte de la provincia malagueña,
donde vieron la luz sus primeros trabajos de niñez y juventud, hasta que
definitivamente se instaló en la localidad de Alcaucín en la que desarrolló su obra adulta. Beca Picasso de la
Fundación Municipal del mismo nombre en 1990, ya había sido distinguido
con otros premios en Palencia, Málaga,
Jaén, Barcelona y Huelva. Pintor fundamentalmente, también ha destacado
como grabador, restaurador, diseñador
de mobiliario urbano y arquitectura,
ilustrador y muralista. Fue cofundador
del Grupo El Grifo (Málaga, 1981) y en
el mismo año participó en un curso de
grabado que Oscar Manesi realizó en
el Taller 7/10, también en la capital
malagueña. En Vélez-Málaga, junto a
otros artistas, fundó un taller de grabado de efímera existencia. Su obra, de
clara simbología surrealista próxima al
dadaísmo en sus iniciales etapas, derivó hacia la abstracción y la abstracción
informalista. Desde su primera exposición en 1977 hasta finales del año 2000,
Lope había realizado un total de 16
exposiciones individuales en Málaga
(13), así como otras en Vélez-Málaga,
Torre del Mar y Nerja, además de participar en más de 60 eventos colectivos en numerosas ciudades españolas
(Barcelona, Gerona, Huesca, Madrid,
Málaga, etc.) y otras en Japón, Andorra
y Francia.
Castaño Alés, al comentar la obra
de Martínez Alario de finales de los
años 80 y principio de los 90, aseguró
que el pintor […] acrecienta y depura de
manera constante su particular visión del
mundo, personalísima e íntima, con rasgos
y signos que recuerdan de cerca las experiencias del más incontaminado primitivismo
surrealista. Por su parte, Segovia Lobillo
había expresado precedentemente en
los micrófonos de RNE: Lope tiene una
extraordinaria facultad para el empleo justo, proporcional y equilibrado, de cada línea
y color y para transcribir todo al símbolo y a
la ilustración, debe creer y puede que esté en
lo cierto, que todo en la vida tiene un instante, su revelación; y posiblemente hacia el
instante más definidor dirija su obra.
El orden de sus exposiciones individuales desde 1977 hasta el final del año
2002 fue el siguiente: Caja de Ahorros
de Antequera en Málaga (1977); Caja
de Ahorros Provincial en Vélez-Málaga
250 martínez alario
(1979); Caja de Ahorros de Ronda en
Torre del Mar (1980); Caja de Ahorros
de Antequera en Málaga (1981);
Colectivo Palmo (Málaga, 1983); Caja
de Ahorros de Antequera en Málaga
(1984); Pub Terral y Caja de Ahorros
de Antequera en Málaga (1985); Escaña Pub y Diputación Provincial (Málaga, 1989); Ateneo de Málaga (1990);
Diputación Provincial (Málaga, 1991);
Museo Provincial de Bellas Artes (Málaga, 1992); Ayuntamiento de Nerja
(1993); Taller Gravura (Málaga, 1998 y
2000). Durante el mismo periodo señalado participó el artista en 60 eventos colectivos celebrados en diferentes capitales
y ciudades españolas (Málaga, Madrid,
Barcelona, Huesca, Figueras, Tarrasa,
Granollers, Reus, Gerona y Granada) y
en otras del extranjero (Andorra, Tokio,
Okinawa, Aix-en-Provence, etc.).
Su primer trofeo a la creatividad artística, Copa de Plata, lo recibe al participar en un Certamen de Christmas
(Palencia, 1967), al que siguieron, entre otros distintos, un Segundo Premio
en el XVIII Certamen Nacional Juvenil
de Arte (Málaga, 1976); Premio Eusebio
Chamorro del I Certamen de Pintura
Joven Colectivo Palmo (Málaga, 1981)
y un año más tarde, el Primero de la
Diputación de Málaga del mismo colectivo. Al año siguiente recibe el Primer
Premio de Christmas de El Corte Inglés
de Málaga y Accésit en Dibujo del XIII
Concurso Internacional de Arte Rafael
Zabaleta. Su nómina de premios se incrementa con Diploma de la V Bienal
de Barcelona y nuevo accésit del V
Certamen de Arte Joven Malagueño
de El Corte Inglés de Málaga (1984); el
Premio Hispanoamericano de Pintura
Daniel Vázquez Díaz en su IV convocatoria, lo consigue en 1985, y al año
siguiente, el Primero de Dibujo del VII
Certamen de Arte Joven Malagueño
de El Corte Inglés. Tras la beca de la
Fundación Picasso-Ayuntamiento de
Málaga (1990) resulta finalista del IV
Certamen de Pintura Pintores para
el 92 (Sevilla, 1991), e, igualmente, la
IV Beca Banesto, de Madrid. Vuelve a
ser finalista del XIV Certamen de Arte
Joven Malagueño de El Corte Inglés, y
obtiene, en el 2003, el Primer Premio
del II Certamen de Pintura Primavera
2003 de Aplama-Ámbito Cultural de
El Corte Inglés, que coincide con
otro Primer Premio del IV Certamen
Internacional de Pintura Costa del Sol,
de El Corte Inglés de Puerto Banús
(Marbella).
martínez de la vega 251
Joaquín Martínez de la Vega, dotado de un talento natural y de un espíritu excesivamente inquieto, su vida en
Málaga fue un constante estar y no estar en ambiente, una permanente fuga
de la realidad, una contradicción entre
espíritu creador –a veces atrapado en
los agujeros saduceos del opio o la cocaína– y sus tremendos y sinceros deseos de alcanzar la perfección plástica
mediante un trabajo constante y ordenado. Hijo de padres malagueños que
jóvenes marcharon a Almería, nace, se
cría y estudia en dicha capital. Desde
muy niño demostró su proclividad hacia
las bellas artes, con cuyas disciplinas logra enlazar en la ciudad de la Mezquita;
posteriormente, habiendo demostrado suficiencia vocacional, a la vista de
sus primigenios trabajos la Diputación
Provincial de Córdoba le concede una
beca para la realización de estudios artísticos en la madrileña Academia de
San Fernando. A la vista de sus primeros cuadros “Los ermitaños de Belén en
Sierra Morena”, “Dando de comer a los
pobres” o “Un muchacho saboyano”, la
Diputación cordobesa le promete una
nueva beca para que amplíe estudios
en la Academia Española de Roma,
promesa que, al no cumplirse, plantea
al artista buscar horizontes en Málaga,
y a su vida cultural se incorpora prácticamente cuando el maestro Ferrándiz,
en 1868, recién cumplidos los veintidós
años de edad. Se ambienta en seguida,
frecuenta la más importante institución cultural malagueña del siglo XIX
y en ella traba amistad con otro pintor
grande la época, José Denis Belgrano.
El primer hito de su gloria malagueña se produce tres años después de su
llegada, al ser galardonado con tercera
medalla en la Exposición Nacional, a la
que envió el retrato de su madre, que
los críticos madrileños, al verlo, creyeron se trataba de una dama pintada
por Madrazo. Un año después queda
oficialmente nombrado consiliario del
Liceo y en 1875, tras crear en él una sección de Dibujo del Natural y Pintura,
obtiene la cruz de Isabel la Católica, al
presentar su célebre cuadro “La emboscada”, junto a otros trabajos, a la
Exposición de Bellas Artes, Industria y
Arquitectura que inauguró Alfonso XII
durante su estancia en Málaga.
Martínez de la Vega es profesor
auxiliar de la Escuela de Bellas Artes de
San Telmo en 1882, catorce años después de llegar a Málaga. Contrae matrimonio con Dolores Casilari, de quien
le nace su única hija, una niña que en
principio parece sana y que poco a poco,
como poseída de una extraña enfermedad, muere al cumplir su primer año.
El padre cae en una especie de desesperación que parece impulsarle a reflejar
su propio dolor en cada “Eccehomo”
de los muchos que improvisadamente
dibuja. Queda viudo a los siete años de
252 martínez labrador
casado con Dolores Casilari y de nuevo
contrae matrimonio, en este caso con
Pepita Cestino Utrera, en 1900. El matrimonio dura exactamente veinticuatro horas, puesto que durante la noche
nupcial Joaquín la ataca con saña, grita,
insulta y humilla: el alcoholismo y drogadicción que padece y que la ciudad,
al parecer ignora, estalla con violencia.
Alcohólico y drogadicto, se abandona,
vive en solitario, y deja de crear aquellos
personalísimos iconos religiosos en los
que reflejaba su dolor propio, o las no
menos espirituales imágenes dolorosas
que traducían la angustia de las mujeres
que habían estado próximas a él.
De su obra más conocida queda
parte del techo del Salón del Senado,
en el antiguo Conservatorio de María
Cristina, distintos carteles anunciadores de fiestas locales, y, en 1887, el de
“Hamet El Zegrí”, que anunció las conmemoraciones malagueñas de agosto
de 1887, conmemoración de los cuatrocientos años de la incorporación de
Málaga a la Corona de Castilla. Joaquín
Martínez de la Vega fue un pintor atormentado que ofreció numerosos ejemplos de buen hacer, y que si no alcanzó grandes premios, sí, al menos, dejó
en Málaga un rastro plástico personal,
vigoroso y de gran calado estético. Su
muerte se constata en 1905 en una inmunda habitación del Parador de San
Rafael o de La Leona, como también se
denominó popularmente, solo y abandonado de todos.
Jesús Martínez Labrador, pintor,
muralista y escultor (terracota, gres,
piedra y bronce) acabó eligiendo la
escultura para expresarse artísticamente. Sobrino-nieto del pintor José María
Labrador (que estuvo vinculado a los
grupos que en su época capitaneaban
Vázquez Días y Solana), pasó su niñez
en Benamejí (Córdoba) y creció en el
taller de artes decorativas de su abuelo
José Labrador Aguilar, donde se combinaban ebanistería, estucados, vaciados y
yeserías. En 1961 estudia Bachillerato y
Humanidades en los colegios de los PP.
Capuchinos de Antequera y Córdoba.
En el primero de ellos, como aprendiz
del escultor Francisco Sánchez Ramos,
se inicia en el dibujo, la pintura al
fresco y el modelado. En 1968 ingresa en la Escuela Superior de Bellas de
San Fernando, en Madrid, recibiendo
clases de escultura de Eduardo Capa,
Francisco Echaúz, Francisco Toledo,
Pablo Serrano y Eduardo Chillida, donde alcanza el Premio del Estado Español
en su categoría de Talla Escultórica
por una obra en mármol como mejor
artista en su especialidad en España
durante el curso 1969-70. Durante los
años que permanece en San Fernando,
martínez labrador 253
simultanea su asistencia a las clases de
dibujo del Círculo de Bellas Artes y trabaja en la Fundición Capa, taller de reproducciones artísticas, y el Museo de
América. Definiendo su trabajo a la par
que sus convicciones creativas, el artista escribió de sí mismo: En Arte, como en
amor, no se elige. Se obedece el mandato o se
lamenta no haberlo hecho.
Martínez Labrador mostró por vez
primera su obra en la Caja de Ahorros
de Antequera (1968) y el mismo año
la llevaría a la Casa de Cultura de
Ciudad Real. A estas dos primeras individuales siguieron las que celebró en
la Sala de la Diputación Provincial de
León; Escuela de Bellas Artes de San
Fernando, Madrid, y Sala Escolma de
la Coruña (1971); Cuarenta bronces sobre el Hombre, Galería La Mandrágora
(Málaga, 1973); Sala de la Caja de
Ahorros San Fernando (Sevilla, 1974);
Esculturas Monumentales, Sala Auxías
March (Barcelona, 1975); Hotel Málaga
Palacio (Málaga, 1976); exposiciones al
aire libre en la Casa del Siglo XV, plaza
de las Sirenas, Segovia, y Sala Ponce y
Plaza Mayor (Madrid,1977; Antológica de
dibujo y escultura en la Sala Bouderé y
Caja de Ahorros de Antequera (1978);
Mármoles y rocas, Colectivo Palmo
(Málaga, 1980); Monumento a Jorge
Guillén (misma Sala, 1983); exposición-homenaje a Marcel Duchamp en
Colectivo Palmo (1987), y Barro, Amigos
y Leyendas, Sala de Exposiciones del
antiguo Pósito, y Unicaja (Antequera,
1986). De sus exposiciones colectivas
destacamos la siguientes: Jóvenes artistas en Sala Roca (Madrid, 1972); 25
Contemporáneos, Hotel Málaga Palacio
(1976); Pintores andaluces, Universidad
de Sevilla (1979); Murales monumentales, con Manuel Barbadillo y Dámaso
Ruano en Edificio de Usos Múltiples
(Málaga, 1981); II Encuentro de
Artistas Plásticos Andaluces, itinerante por Andalucía (1982); Granada
ante el 92, Universidad de Granada
(1992); y Miradas Compartidas, con profesores de la Facultad de Bellas Artes
(Granada, 1996). Martínez Labrador
recibió en 1970 el Premio del Estado
en Tala Escultórica, y el mismo año,
el Moreno Carbonero del VIII Salón
de Invierno de la Real Academia de
Bellas Artes de San Telmo de Málaga,
dos años más tarde la Beca Picasso del
Ayuntamiento de Málaga, y en 1987,
es nombrado por el Ayuntamiento de
Antequera director de la Escuela-Taller
La Colegiata, para la preparación de
100 alumnos en varias materias (cantería renacentista, herrería y forja de
metales, restauración de armaduras
mudéjares, etc. Durante los años 1999
al 2001 dirigió el Taller de Escultura en
Piedra en los cursos de la Universidad
de Verano que la Fundación Capa celebra en el Castillo de Santa Bárbara
(Alicante). En la actualidad es profesor
titular de Escultura en la Universidad
de Granada. De sus grandes retratos
en piedra, barro o bronce destacan los
del político Cánovas del Castillo y de
los poetas José Antonio Muñoz Rojas,
Jorge Guillén, Pablo García Baena y
María Victoria Atencia, entre otros.
MARTÍNEZ PADILLA, Rafael
(Ver PADILLA).
254 martínez virel
Antonio Martínez Virel, hijo y nieto
de pedagogos, al cumplir los 18 años de
edad, decide su ingreso en la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos,
comenzando así la preparación del que
sería su definitivo oficio. No obstante,
su asistencia a las aulas oficiales de
Bellas Artes fue irregular, por lo que,
en cierto sentido, su preparación resultaría un 70 por ciento autodidacta
y un restante 30 por ciento escolástica,
según en vida del artista nos confirmara personalmente. Sus iniciales obras
d juventud las exhibe en el escaparate
del bazar La Columna, desde el cual el
público de su ciudad natal comienza
a conocerle como pintor. La primera
exposición de sus trabajos la celebra
al participar en 1912 en una colectiva
celebrada en el Ateneo de la capital extremeña, de la cual el periódico local
destacó, de entre todos los cuadros que
figuraban en la muestra, el titulado “El
gitano africano”.
Consecuencia de aquel éxito, realiza una copia del “Laboremos”, de
Nicolás Mejías, que le vale un pensionado diputacional para la Academia de
San Fernando, en Madrid, a la que se
incorpora para iniciar el curso 1912/13.
En la veterana institución madrileña
tiene la oportunidad de conocer, tratar
y aún frecuentar a los grandes maestros que han nacido o residenciado largamente en ella, como fue el caso de
Moreno Carbonero y Muñoz Degraín.
En 1917, tras ganar reñidas oposiciones
nacionales una de las 42 plazas a las
que aspiraban 3000 opositores de toda
España, Martínez Virel llega a Málaga
con su esposa, Aurelia Meneses, y sus
hijas Josefina y Gloria para posesionarse
como profesor de Dibujo de la Escuela
Normal del Magisterio Primario. Una
vez incorporado a su puesto, comienza
sus trabajos artísticos, siendo la primera
obra que realiza en Málaga el retrato del
director del centro docente, Antonio
Quintero Cobos, a través del cual las
adineradas familias malagueñas conocen al excelente retratista que ya entonces era. Las primeras exposiciones
de sus obras en Málaga fueron presentadas en los años 1925, 1926, 1927, 1929,
1931 y 1936. De este primer ciclo merecen destacarse especialmente la segundas de ellas, celebrada en los Salones
de la Sociedad Económica de Amigos
del País, en la que obtiene el Primer
Premio para un cartel anunciador de
la feria de agosto de ese mismo año; la
de 1929, con ocasión de la Exposición
Iberoamericana de Sevilla, a cuyo certamen envía al pabellón representativo
de Extremadura un cuidadísimo retrato de las hermanas González VianaCárdenas, hijas del escritor malagueño
Salvador González Anaya. También,
por su interés artístico y competitivo,
hay que referir la de 1931, que organizada por la Real Academia de Bellas
martínez virel 255
Artes de San Telmo, reunió obras de
Moreno Carbonero, Capulino Jáuregui,
José Nogales, Fernando Labrada, Blanco
Coris, López Mezquita y Verdugo Landi
entre otros.
Su última exposición de preguerra
está prácticamente dedicada al retrato,
en los que aparecen conocidos rostros
de damas malacitanas. La exposición se
inaugura en los Salones de la Sociedad
Económica de Amigos del País el día 30
de mayo de 1936 y permanece abierta
hasta el 15 de junio siguiente.
La vida privada, docente y artística del maestro connota los siguientes
años la cretinez de ciertos juzgadores
inquisitoriales, que lo envían a la cárcel
seis meses por haber aceptado durante
los años de la II República una de las
vocalías de la Junta del Tesoro Artístico
creada por la Sociedad Económica
de Amigos del País. Dos malagueños
–Francisco Báguenas y Juan Temboury–
salen en su defensa; sólo logran excarcelarlo, pero la Junta Depuradora de
la Universidad de Granada, de la que
Málaga dependía a los efectos universitarios y culturales superiores, había
proclamado ya su cese inmediato de la
cátedra de Dibujo de la Escuela Normal
del Magisterio primario. Es una larga y
complicada situación jurídico-administrativa que, al fin, se resuelve con su rehabilitación en 1944.
Dos años antes de su rehabilitación, Martínez Virel celebra una exposición individual en el Centro de
Estudios Andaluces de Málaga, en la
que exhibe 32 obras de otras tantas
personalidades, caballeros y damas locales. Diez años más tarde, de nuevo en
los salones de la Sociedad Económica
de Amigos del País, celebra otra individual en la que presenta 40 obras de
encargo. Al cumplir los 70 años de
edad en 1960 llega el momento de su
jubilación como docente, pero continúa más de dos decenios en plena actividad pictórica. En 1984, gracias a la
Universidad de Málaga y a la colaboración de la Escuela Universitaria de
Formación del Profesorado de EGB y la
Caja de Ahorros Provincial de Málaga,
cuando acababa de cumplir los 94 años
de edad y 67 de residencia en Málaga,
puede, al fin, ver cumplido un viejo deseo muchas veces expuesto: la exposición antológica de su obra, con el fin
de que las nuevas promociones de pintores y el público en general pudieran
conocer su trabajo de tantos años en
Málaga. La muestra se inaugura a las 8
de la tarde del día 2 de abril de 1984
en la Sociedad Económica de Amigos
del País y se clausura el 14 del mismo
mes. Durante doce días los malagueños
pudieron contemplar 52 lienzos –en su
mayoría retratos–, además de flores,
cuadros de género, bodegones y los
murales “Lagar de los Montes” y “Don
Quijote y los pellejos”.
Además de las exposiciones individuales ya reseñadas, el pintor Martínez
Virel participó en las siguientes colectivas: Ateneo de Badajoz (1912); Sociedad
Económica de Amigos del País (Málaga,
1926 y 1927); Exposición Iberoamericana
(Sevilla, 1929); Real Academia de
Bellas Artes de San Telmo (Málaga,
1931); Exposición Conmemorativa de
Hernán Cortés (Badajoz, 1947) y Museo
Diocesano de Arte Sacro (Málaga,
256 maruna
1983). Aparte de las exposiciones cita-
das y de la obra de caballete (retratos,
bodegones, flores y escenas populares), el artista había realizado, durante
el largo periodo de separación de su
cátedra, cartelería urbana anunciadora
de películas en los cines de estreno, trabajos murales para establecimientos ya
desaparecidos (el restaurante-bar Los
Faroles, en calle Strachan, con un motivo típico andaluz, y La Buena Sombra,
en calle Sánchez Pastor, que evocaba la
escena de “Don Quijote y los pellejos”).
También fue generosa su aportación
al patrimonio religioso y cofrade. Del
primero, un tríptico para el altar mayor del templo patronal de la Victoria;
del segundo, los estandartes de Jesús
Nazareno de los Pasos en el Monte
Calvario, de la cofradía del Rocío, y de
Nuestro Padre Jesús de la Misericordia,
icono de su titular además de un Santo
Rostro.
Con su muerte, ocurrida el día 19
de julio de 1985 a los 95 años de edad,
desapareció una de las figuras docentes
y artísticas más representativas del academicismo pictórico español del siglo
XX, entre cuyas virtudes sobresalían:
correcto dibujo, atractivo colorido y
fidelidad realista tanto en los retratos
como en las escenas de género.
Pedro Maruna, escapado ilegalmente de Yugoslavia por razones políticas en 1960, se traslada a Italia y más
tarde fija su residencia en la ciudad de
Córdoba (Argentina), donde ingresa en la Escuela de Bellas Artes y trabaja durante dos años con el pintor
Ernesto Farina. Llega a Madrid en 1964
y se inscribe en la Escuela Superior
de Bellas Artes de San Fernando con
beca de la Obra Católica de Asistencia
Universitaria. Una década después se
le concede la nacionalidad española,
se traslada a Málaga donde celebra sus
dos primeras exposiciones individuales
locales (1971,1973) y forma parte del
grupo de fundadores de Palmo, con
quien realiza tres exposiciones durante los doce años de su residencia en la
capital malagueña. De su trabajo ha
tenido Maruna muy destacados cronistas. José Hierro, gran entusiasta de su
obra, escribió en Nuevo Diario (Madrid,
9.V.1975) a propósito de su exposición
en Galería Seiquer: Maruna parece inspirarse en lo que ve a través de un microscopio. Una flor un pájaro, un árbol son en
realidad cualquiera de los millones de flores,
de pájaros o de árboles que viven ocultos en
una gota de savia, de sangre, en las alas de
mendoza 257
una mariposa. Castro Arines, refiriéndose a los trabajos que expuso en la misma ocasión, expresó en Informaciones su
sorpresa: Virtuosismo y magicidad; ejercicio benedictino y sueño; la naturaleza en su
misterio, exquisitez y temblor. El mundo de lo
orgánico registrado con maestría de orfebre.
Pintor que mantuvo una sostenida actividad galerística durante los
últimos 37 años del siglo XX y primeros de la siguiente centuria, mostró
su obra primigenia en dos muestras
individuales celebradas en 1963 y
1964, respectivamente, en Galería 21 y
Galería de Arte Moderno de Córdoba,
Argentina. Las dos siguientes del mismo carácter fueron en Málaga (1971 y
1973) y ambas en la sala de la Caja de
Ahorros de Antequera. Las siguientes
exposiciones fueron en Málaga (7),
Madrid (3), Lausanne (2), Toledo (4),
Cuenca (2), Aranjuez (4) y Cadaqués,
Marbella, Burgos, La Coruña, Valencia
y Betanzos. La última fue en Galería
Forum (Zagreb).
La obra de Maruna se encuentra,
entre otros, en los siguientes museos:
Español del Grabado Contemporáneo
de Marbella, de la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando de Madrid,
del Vaticano en Roma, del Bellas Artes
de Boston y Málaga y de las bibliotecas nacionales de París y Madrid, así
como en las colecciones de la Excma.
Diputación malagueña, la Calcografía
de Madrid y de la Colección de Arte
Gráfico Contemporáneo del BBVA.
Pedro Mendoza Navas, pintor que
vivió una existencia oculta, dedicada
fundamentalmente a comercializar
sus obras de pequeño y mediano formatos inspiradas en paisajes malagueños, rincones típicos, plazas, jardines
y monumentos locales, tuvo una vida
bohemia y apenas se relacionó con
otros del mismo oficio, bien aficionados o profesionales. Celebró algunas
exposiciones individuales y tomó parte
en numerosas colectivas en Málaga,
Estepona, Antequera, Vélez-Málaga,
Coín, Granada y Toledo. Obtuvo una
Primera Medalla de la Obra Sindical
Educación y Descanso en uno de sus
certámenes provinciales (1971) y figuró
con una obra suya muy personal en la V
Exposición Provincial de Arte Primeras
Medallas de la citada institución, celebrada entre los 7 y 15 de febrero de
1975 en la Económica. Una serie de
pintores malagueños, por invitación de
la Asociación de Artistas Plásticos de
Málaga, le rindieron justo homenaje
a su memoria en la exposición-subasta celebrada en Caja Rural de Málaga
bajo el patrocinio del Área de Cultura
de la Diputación Malagueña. En el catálogo de la misma –que reproducía
un atractivo muestrario de obras del ya
258 mérida
extinto pintor–, se reprodujeron elocuentes textos de Diego Maldonado
Carrillo, diputado del Área de Cultura
y Educación de la Excma. Diputación
malagueña, y Francisco Jurado Ternero,
presidente de APLAMA.
Andrés Mérida Guzmán, titulado
superior por la Facultad de Bellas Artes
Santa Isabel de Hungría en 1988, es autor que ha desarrollado toda su obra
pictórica en Málaga, ciudad en la que
reside desde que era muy joven y donde celebró su primera exposición seis
años más tarde de haber finalizado sus
estudios académicos.
De inicial obra figurativa-expresionista, si bien animada del colorido propio de un creativo nacido cerca de la
mar gaditana y hecho artista bajo el influjo de la de Málaga, su luz y atmósfera,
sus trabajos se singularizan por la abundancia de figuras alargadas de lejanas
pero evidentes reminiscencias abstractas –en ocasiones sobre paisajes o marinas que modularon armónicamente las
torsiones icónicas de los personajes retratados– y constataron su innata predisposición hacia el mundo del flamenco,
la lidia y otras simbologías, metáforas y
representaciones andaluzas. Sin embargo, al iniciarse el siglo XXI ya incorporaba a sus nuevos trabajos referencias y
acentos nuevos en un intento de fusionar sus distintas experiencias con culturas diferentes a las de su propio origen
y formación. En un intento de dar definición a su obra, Mérida, hacia la mitad
de su carrera artística, se dijo de ella que
contenía elementos procedentes del expresionismo realista, o lo que es igual,
del realismo expresionista. Para Eric
Catipon, responsable de la sección “Art
& Soul” del rotativo The Philippine Star
de Manila, […] Las alargadas figuras de
Mérida hacen pensar a más de uno que hay
influencias de Modigliani. Mérida añade a
Goya, Dalí y Picasso, a la nómina de artistas
españoles que le han inspirado.
Desde su primera exposición individual celebrada en la Sala Pórticus en el
mes de julio de 1994, el catálogo de sus
exposiciones consigna una nueva al año
justo en idéntica galería, y en septiembre de 1996, otra en la Sala Denis del
Palacio Salinas igualmente en Málaga.
Las siguientes fueron: Cortijo Bacardí
de Málaga, Fundación Unicaja de
Ronda y Sala Algorta de Bilbao (1997);
Arles, Madrid, y Century Hotel de
Hong-Kong, China, además de Colegio
de Abogados de Málaga (1998); Galería
Vicente Kramare de Praga, República
Checa; Centro de Exposiciones de la
Diputación Provincial de Ciudad Real;
Lava and Sofimark’s Arte de Shanghái,
China; International Motel de Manila,
Filipinas, e Instituto Cervantes de la
misma capital, además de Galería de
Arte Pablo Ruiz (Málaga, 1999); Galería
mingorance 259
Victoria Hidalgo de Madrid y Ármaga
de León, así como en Williams Island
Ocean Club y Corvoiser Courts de
Miami, EE. UU., y Colegio de Médicos
de Málaga (2000); Power International
Art Gallery, Miami; Club de Golf La
Moraleja; Galería de Arte Mecenas,
Madrid, y Galería de Arte Pablo Ruiz
(2001). Para los dos años siguientes tenía preparados otros distintos eventos
individuales en Lisboa, Málaga y Nueva
York.
Manuel Mingorance Acién, hijo del
también pintor Manuel Mingorance
Cabrera, inicia sus estudios de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de
Málaga, siendo uno de los alumnos
predilectos del pintor César Álvarez
Dumont. Por oposición gana una beca
del Ayuntamiento de Málaga (1943)
para ampliar estudios en Madrid e ingresa en la Escuela Superior de Bellas
Artes de San Fernando. Es pintor que a
lo largo de su dilatada carrera ha creado toda una cosmografía pictórica de
tan hondas raíces mediterráneas, que
intencionadamente fuera de época y
tiempo, marca, entre su primera y última exposición individual (1949-1989)
unos conceptos figurativos muy personales que descollaron por su clara
orientación lírica, decidida inclinación
poética y motivadora fuerza humanística. Poseedor de una especial predisposición para ello, el dibujo, en apariencia de fácil línea y corto recorrido,
fue siempre maestro y eficaz. Es artista
que ha buscado con ahínco a la criatura humana como protagonista de sus
íntimos desasosiegos, en sus fiestas y
paisajes, presa en ocasiones de sus propios temores o hundida acaso en pozos
de soledad, angustia y extraña espera.
Pero hubo una constante en su obra
total –óleo, acuarela, carbón sobre
grisalla o cualesquiera otras técnicas–,
que siempre riente, amable, tierna y
conmovedora, la singularizó personalísima, y aún en los cuadros de temática más dramática, esa predisposición
lírica presente en sus mejores obras coloristas, latía en una idéntica contemplación de tono coral. Con el realismo
de Mingorance uno se olvida de la realidad del mundo. Y esto es una virtud
porque el mundo que nos ofrece el pintor es
mucho más ameno y entrañable, escribió
Augusto García Viñolas.
Otra definición acertada de los trabajos de Mingorance Acién fue la publicada en La Vanguardia de Barcelona
por Fernando Gutiérrez, que escribió:
Ante la pintura de Mingorance el espectador
se halla frente a un mundo callado cuyos colores parecen estar también en silencio, pero
la suma de cuyos silencios todos se transforman en una armonía de precisión y sensibilidad extraordinaria.
Casi una treintena de exposiciones
individuales celebró Mingorance Acién
260 mingorance
desde 1949 a 1989, y fueron: Sociedad
Económica de Amigos del País (Málaga,
1949), Sala Macarrón (Madrid, 1955),
Consulado de España (Ámsterdam,
1956), Figuras y paisajes de Italia, Círculo de Bellas Artes (Madrid, 1958),
Sala Dintel (Santander, 1959), Arte Luz
(Madrid, 1960); Galería Toisón y Casa de
Málaga en Madrid, así como Sala Libros
de Zaragoza (1961); Sala Atril y Centro
de Enseñanza Artística Siena (Madrid,
1962); Caja de Ahorros del Sureste de
España (Alicante, 1963); Galería Alas
(Madrid, 1964); Galería de la Caja de
Ahorros Provincial (Córdoba, 1965);
Galería C-2 (Madrid, 1966); Caja de Ahorros Provincial (Salamanca y Valladolid,
1967); en Kreisler de Madrid expuso en
1973, 1975, 1977, 1979, 1981, 1983,1985
y 1987. La última de ellas, fue en la
Galería Fresneda de Miguel (1989).
Esta última fue su última exposición,
dado, según manifestó, que no estaba
dispuesto a ceder a las presiones de
modas, galeristas y público que pudieran haber cambiado el mensaje estético y humanista de su obra.
De los numerosos premios, becas y
distinciones recibidos por el pintor a lo
largo de los cuatro decenios de actividad
artística destacan, entre otros: Primera
Medalla de Oro en la Exposición de
Pintores Malagueños; Premio Molina
Higueras de la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando, que obtiene
en dos ocasiones diferentes; Primer
Premio en la exposición Autorretratos
de Málaga; Beca de la Fundación
Carmen del Río de la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando y
Premio de la Fundación Madrigal, de
idéntica institución. De sus pensionados hay que citar, además del que le
fue concedido por el Ayuntamiento
de Málaga, el alcanzado con el número uno para al Residencia de Pintores
El Paular, el Santillana del Mar, el del
Ministerio de Asuntos Exteriores para
Italia, el de la Fundación Juan March
y el Conde de Cartagena, también de
la Academia de San Fernando. Medalla
de Plata del Concurso Nacional de
Pintura de Alicante, también recibió un
Primer Premio de Dibujo de la muestra madrileña de Pintores de África. Fue
Premio Corporaciones de la Exposición
Nacional de Bellas Artes de 1962,
Tercera Medalla de la referida, Primero
de Pintura Moreno Carbonero de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo de Málaga (II Salón de Invierno
de Málaga) y Medalla de Oro de Dibujo
del I Premio de Pintura Ciudad de
Palamós. Es miembro correspondiente en Madrid de la Academia de Bellas
Artes de San Telmo de Málaga.
mingorance 261
Manuel Mingorance Cabrera, padre del anterior, nació en la desaparecida calle Matadero Viejo en pleno corazón del barrio del Perchel. De humilde
origen, careció de formación cultural y
artística. Se sabe, no obstante, que en
los primeros años de su juventud asistió, después de acabar sus faenas laborales de cada día, e impulsado por una
indeclinable vocación, a las clases nocturnas de la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos. Fue durante gran
parte de su existencia pintor industrial
al que no faltó trabajo gracias a su pericia, pero su gran deseo era la pintura,
a cuyo arte se dedica recién cumplidos
los 40 años de edad, según se desprende de la aparición, hacia 1932, de sus
primeras tablitas de muy correcto dibujo, excelente composición y ajustado
cromatismo, que son, en los medios
creativos de la época, motivo de sorpresa y admiración.
En la Exposición Provincial de
Educación y Descanso de 1946 obtiene
su primer galardón, un Tercer Premio,
que revalida al año siguiente al presentarse de nuevo al mismo certamen
y conseguir con su obra “Cacharrería”
el Primero de dicha convocatoria.
Durante los años 1948 a 1951, inclusive, celebra exposiciones individuales
en las Salas de la Sociedad Económica
de Amigos del País, así como en Rabat
(que repite dado el éxito), en 1952.
Tenía taller en la calle Rosal Blanco,
un callejón sin salida con acceso por la
calle Huerto de las Monjas. Pintor de
modesta existencia, decidida vocación
artística y aspiraciones técnicas, también dedicó su tiempo a inventar maquinaria y artilugios mecánicos de muy
extraños usos prácticos como de difícil
clasificación.
Juan Eugenio Mingorance Navas, citado por Manuel Prados y López como
alumno de César Álvarez Dumont, en su
discurso de ingreso en la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo (25 de
febrero de 1933: […] Juan Eugenio
Mingorance pinta con una nueva y graciosa rebeldía; pero una rebeldía sana y provechosa, que le lleva de triunfo en triunfo.
Fue pintor de formación malagueña
que influido por la luminosidad de la
ciudad que le acogió en 1918, supo llevar a sus cuadros la recia personalidad
de su indudable atrevimiento colorista,
los acentos de una plástica gobernada
262 mingorance
por rica materia, ansias de luz, fuerza
en la pincelada y perfecta euritmia en
la composición. José Hierro, en una
nota publicada en El Alcázar de Madrid
(1.V.1963) aseguraba: Hay en él buen sentido del color y del dibujo, factura ágil y segura, composición rigurosa, capacidad para
concebir e imaginar escenas y tipos. Pero
acaso le sobre pintoresquismo a su obra. O
tal vez necesite de elaboración y selección este
rico material que se ofrece a sus ojos, sedientos de color. En cualquier caso, uno siente la
sensación de que le importa menos la pintura que el tema que refleja; es algo así como
si se quedase en lo externo, olvidando del espíritu que alienta en las formas. Santiago
Arbós, por su parte, a propósito de la
exposición que el artista celebró en la
madrileña Galería Quixote, publicó en
ABC: Mingorance es un pintor sólido y ducho en todos los géneros, desde el retrato a
la gran composición mural, pasando por el
paisaje y el bodegón. Su norte estético es la
luz y la fidelidad al natural. La luz que modela las formas, revela las calidades y marca
los términos y la fidelidad óptica que permite
reproducir con cierto rigor documental imágenes, tipos y costumbres. En este aspecto son
notables los estudios de indios mejicanos que
figuran en la exposición. Posee este artista
una paleta cálida, rica materia y vigorosa
dicción, por un lado, y, por otro, un dibujo
eficaz y buena mano para la composición.
Con tres años de edad los padres
del pintor se trasladan a Buenos Aires,
ciudad en la que el niño Mingorance
Navas despierta al dibujo y a la pintura,
recibiendo dos primeros premios en
dibujo por parte del Museo Sarmiento.
En 1918, finalizada la contienda europea, Juan Eugenio, recién cumplidos
los 17 años de edad, se instala con su
familia en Málaga, recibiendo clases de
Álvarez Dumont en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos y, posteriormente, de forma particular, en el
estudio de Muñoz Degraín.
Cuatro años más tarde termina
sus estudios en Málaga, y después de
ganar por concurso el Premio Muñoz
Degraín, también por oposición consigue un pensionado municipal para
estudiar durante cuatro años en la capital de España (1922). Un año después ingresa en la Escuela Superior de
Pintura de la Real Academia de San
Fernando, donde recibe formación
complementaria por parte de los maestros Benedito, Romero de Torres, Plá,
Moreno Carbonero, y Vázquez Díaz. En
1928 y 1929 consigue la Pensión de Paisaje
en El Paular, en 1930 gana por oposición el Premio Molina Higuera y también el pensionado para la Residencia
de Pintores de la Alhambra, y en la
Exposición Nacional de Bellas Artes,
una Bolsa de Viaje de Estudios. Ese
mismo año el Ministerio de Instrucción
Pública le pensiona para estudiar cuatro
años en París, desde donde frecuenta
varias veces Marruecos recreando en su
pintura tipos y escenarios que la crítica aplaude. A lo largo de su existencia,
Mingorance Navas celebró las siguientes exposiciones individuales: Museo de
Arte Moderno (Madrid, 1928); Museo
de Bellas Artes (Málaga, 1929); Casino
de Tetuán (Marruecos, 1934); galerías
Seligman y Scuybb (Nueva York, 1935);
Otis Institute de Ciudad de los Ángeles
y Galería Witcom de Buenos Aires
(1936); Galería Armand Drouant, París,
molero 263
y Galería Internacional de Londres
(1939); Seligman y Scuybb de Nueva
York y Galería Velázquez, Buenos Aires
(1940). Otras numerosas tuvieron como
escenario museos, salas y galerías de
Los Ángeles, México D.F., Monterrey,
Filadelfia, Londres, San Francisco, San
Antonio de Texas, y, entre las salas malagueñas, Galería Díaz Larios (1974) y
Galería Malacke (1975).
Mingorance realizó una serie titulada Masacres, que basada en los horrores
de la Guerra Civil Española, creó casi
en secreto en Málaga. Estos cuadros
pudieron ser envidos a Norteamérica
en 1938 a través de uno de los navíos
de la American Expres Lines, representada en Málaga por los hermanos
Manuel y Rafael Picasso, consignatarios de buques y parientes del pintor
de la plaza de la Merced. Los cuadros
de la colección que formaba Masacres
se mostraron únicamente en varias ciudades americanas a lo largo de 1940. La
obra de este autor recorrió, además de
las ciudades y países ya referidos, Italia,
Guatemala, El Salvador y otras distintas
repúblicas centro y suramericanas. Fue
durante algún tiempo profesor de la
Escuela de Arte de la ciudad mexicana
de San Miguel de Allende, desde donde
realizó multitud de retratos a personalidades de relieve político, social y cultural, amén de murales para templos y
residencias particulares. Se encuentran
obras de este pintor en Madrid (Centro
de Arte Reina Sofía, Museo Nacional
de Arte Contemporáneo y Museo de
África), en Málaga (Museo Provincial de
Bellas Artes), Amberes (Museo de Arte
Moderno), París (Museo Jeu de Paume),
Nueva York (Museo Universitario de
la ciudad) y en los de Arte Moderno
de Springfield, Rosario de Santa Fe,
Filadelfia y Dublín. En memoria de su
maestro en Málaga, Álvarez Dumont,
Mingorance Navas instituyó un premio
con su nombre que se solía adjudicar
en los salones de invierno de la Real
Academia de Bellas Artes de San Telmo
de Málaga.
Antonio Molero Pérez, hijo de familia campesina a la que desde su niñez y juventud ayudó en las faenas del
campo, a los 17 años de edad fue becado por el Ayuntamiento de su pueblo para realizar estudios de dibujo,
colorido y composición en la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
de Málaga. Molero Pérez fue discípulo
de Pablo García Rizo con quien obtuvo
diploma al Mérito. Con Díaz Barberán
y Blanca Sánchez formó parte del grupo Tres Realistas Malagueños, de gran
impacto e influencia en la nueva figuración de la pintura malagueña de la
segunda mitad de los años ochenta del
siglo XX. Precedentemente, Molero
se había distinguido por una etapa de
264 molero
figuración expresionista, que con propiedad fue explicada por el profesor
Francisco Palomo Díaz en el último
tomo, Estudios Picassianos, del tríptico
Picasso (Ministerio de Cultura, Madrid,
1981): Antonio Molero (1954) ha preferido
bucear en la pintura española tradicional,
haciendo un realismo amargo y solanesco, con una fuerte carga melancólica. Sus
composiciones de beatas, niños, prostitutas,
toreros y mujeres solas constituyen una tenebrosa galería de seres marginados. Emplea
una paleta de verdes y morados templados
en una factura de amplias pinceladas y de
tenues veladuras. Artista maldito, ignorado adrede y casi odiado, ha querido,
desde hace seis años, seguir investigando en su poética antes que abandonarse a cualquier convencionalismo que le
hubiese abierto las puertas de las galerías que tantas veces se le han cerrado.
Muy posteriormente, con ocasión de
su exposición en Galerie Omagh, de
París, el crítico André Parinaud, afirmó:
Observen que en las pinturas de Molero, en
que la inmortalidad actúa en un juego de
espejos sensibles, uno nunca encuentra la
mirada de ninguna persona. El rigor geométrico de cada cuadro compone una escena
en que los objetos adquieren una presencia
total que los engasta como una joya. Uno
se siente llamado a descubrir la verdad del
más ínfimo detalle. Lo real se vuelve mágico
y nosotros nos convertimos en actores de un
sueño. Dejémonos conducir.
Su primera exposición individual tuvo lugar en la Sala José María
Fernández de la Caja de Ahorros de
Antequera en Málaga (1981), seguida,
en el mismo año, de una nueva en la
galería dedicada a quien fue su maes-
tro, Pablo García Rizo. Dos años más
tarde, Café-Teatro de Málaga presentó
su tercer evento galerístico individual.
A la Galería Benedito llevó sus obras,
también en exposiciones individuales, en las temporadas de 1989, 1995 y
1997. Otras 3 individuales celebró en
la capital francesa. La primera de ellas
en Galerie Caplain Matignon (1993),
tres años más tarde en Galerie 20
Fine Art, y la tercera, en Galerie Nataf
(1999). Sus primeras individuales del
nuevo siglo tuvieron como escenario
la misma sala parisina, Galerie NatafOmagh, celebradas, respectivamente, en 2002 y 2005. Con el grupo Tres
Realistas Malagueños presentó algunas
de sus últimas realizaciones a lo largo
de la temporada galerística 1985-86
en la malagueña Sociedad Económica
de Amigos del País, Sala de la Caja
de Ahorros de Ronda de Marbella y
Galería Benedito.
Su participación en eventos colectivos fue casi constante desde 1988,
año en que envió obras al Grand
Palais parisino como aportación al
Salon Comparaisons con el grupo Les
Maxiréalistes. Tres años más tarde, en
el mismo lugar, participó en el Salon
d’Automne; en 1997-98 tomó parte
en Réalisme, exposición patrocinada
por la Embajada española en la capital francesa, y en la que con él participaron Carmen Bustamante, Pedro
Escalona y José Robles Muñoz; en 1999,
en Château d’Homecourt, tomó parte
en una exposición de los que habían
sido seleccionados para participar en
Comparaisons’88.
molina 265
En 1974 recibió, por parte de
Educación y Descanso, un Primer
Premio en un concurso de Pintura al
Aire Libre celebrado en Vélez-Málaga,
y en 1978, otro Primero de figura por
la misma entidad. En el Certamen de
Arte Joven Malagueño de los años 1980
y 1982, respectivamente, recibió un
tercer premio por su cuadro “Niños
de primera comunión” y una Primera
Mención Honorífica por “La espera”.
Aunque nacido cordobés, Rafael
Sánchez Díaz –tales son sus apellidos–
reside en Málaga desde que tenía un
año de edad al trasladarse su familia a
Málaga en 1971. Es, por tanto, pintor
que inició su aprendizaje en Málaga y
en ella ha realizado la totalidad de su
obra plástica. Su formación empieza en
la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos, en la que realizó un curso de
dibujo artístico (1984); al año siguiente
frecuenta el taller de pintura Picasso,
regido por Mariano Nieto, y en 1986
continúa su aprendizaje bajo la dirección del pintor José Robles Muñoz.
Durante 1987 prepara su primera exposición individual, que puede realizar
un año más tarde.
Sobre el realismo de sus primeras
exposiciones ya opinó en su momento
el crítico J. Llop: Perfeccionista nato que
se complace en las transparencias del cristal,
con el matiz amarillento d un viejo periódico, con el juego de las sombras… Todo perfecto, basado en un excelente dibujo, realiza
su obra con sumo cuidado. Es autoexigente.
Hace bien; puede exigirse porque es capaz
de responder. Le espera, a buen seguro, un
brillante porvenir dentro del realismo. Años
después sería Mario Nicolás, desde el
catálogo de la exposición que Rafael
celebró en la Sala Benedito, quien
confirmaría lo escrito por su colega:
Cuando el artista está sobrado de recursos
puede convertir su obra en una pura exhibición de facultades. Pocos, escasos, son los
que encuentran cabida en este grupo de selección. Rafael Molina es uno de ellos y deja
constancia en sus telas. Realismo puro, pero
no fotográfico; visión poética de lo objetivo al
tiempo que una visión lírica personal. Todo
nace de un dibujo perfecto, absolutamente
perfecto, y de una aplicación ajustada y mesurada de color.
Rafael Molina celebró, entre el inicio de sus actividades artísticas y el final
del año 2003, las siguientes exposiciones individuales: Sociedad Económica
de Amigos del País (Málaga, 1988); Sala
de Arte Boganvilla (Marbella, 1993);
Galería Benedito (Málaga, 1994); Galería
Kreisler (Barcelona, 1955); Llahí Galerías
d’Art (Andorra, 1996); Galería Benedito
de Málaga y Galería Monticelli de Gijón
(1997); Galeria Kreisler de Barcelona
y Galería Monticelli de Gijón (1998);
Art Gallery (Nueva York, 1999); Galería
Monticelli (Gijón, 2000); Galería de Arte
Dukessa, de Vitoria, y Art Gallery de
266 molledo
Valladolid (2001); y Benedito, Málaga,
y Galería San Jorge, Alicante (2002).
Durante el año 2003 preparaba las exposiciones de la Casa de Cultura de
Torremolinos y de la Galería d’Art
Amat de Lérida, ambas previstas par el
año 2004.
En cuanto a su participación en
eventos colectivos han sido más de
40, entre ellos el I Saló Internacional
D’Art Plastiques Acea (Barcelona,
1997), Sant Jean (Francia, 1989) y Art
Gallery (Nueva York, 1999-2001 y 2004).
Consiguió el Primer Premio de Pintura
y Dibujo del Ejército (Ceuta, 1989 y ha
realizado numerosos trabajos para distintas hermandades y Semana Santa,
entre ellos el estandarte del Sepulcro,
e ilustrado programas de la Escuela de
Idiomas de Málaga y carteles anunciadores de distintos acontecimientos.
Luis Molledo Álvarez, pintor autodidacta de espíritu independiente, llegó a Málaga desde la capital del
Principado a comienzos de los años 30
del siglo XX con objeto de preparar
su viaje a la América hispanohablante, donde tenía proyectado emigrar,
mas nunca realizado su propósito, permaneció en ella más de medio siglo.
Frecuentó las actividades del Grupo
ALA y simpatizó con la obra de muchos
de sus miembros fundadores, pero, por
su idealismo claramente anarcoide, evitó siempre afiliarse a grupo o colectivo
artístico alguno.
De vida solitaria y austera, evitó
cualquier tipo de protagonismo personal dentro o fuera de los ámbitos culturales de la Málaga de posguerra. Así,
prácticamente “inquilino” del Museo
Provincial de Bellas Artes, a partir de
su traslado del viejo caserón de San
Telmo al Palacio Buenavista (1961),
llevó adelante una silente y meritoria
producción copista de obras de pintores de la Escuela Malagueña de Pintura
del XIX, especialmente temas de Denis
Belgrano. Esta actividad copista la compatibilizaría con trabajos de restauración, algunos de ellos muy meritorios,
monserrate 267
tanto en el Museo de Bellas Artes como,
posteriormente en el Diocesano de
Arte Sacro (Palacio Episcopal), donde
en 1985 participó, dentro del programa
de la I Semana de Asturias en Málaga,
en una exposición colectiva. Fue creador y primer director de dicho ámbito museístico Agustín Clavijo García,
quien, al prologar la única exposición
individual que Luis Molledo celebró
en Málaga (Galería Benedito, 18-28 de
noviembre de 1985), reflexionó acerca
del comienzo del surrealismo pictórico
en Málaga, situando al pintor a la cabeza de los escasos artistas que hasta el
momento lo habían adoptado como referencia personal y patrón estético en
Málaga. Especialmente, aludió Agustín
Clavijo a dos de las series pictóricas más
significativas de Molledo, las tituladas
Fálicas y Fáunicas. Precisamente, una
selección de las citadas, reunidas bajo
el título genérico de Serie Erótica, la exhibió, con otros distintos temas hasta
totalizar 45, en la citada exposición de
la Galería Benedito.
Carlos Monserrate Carreño, fundamentalmente retratista, es un pintor
que a lo largo de su activa carrera no
desdeñó otros géneros como el paisaje,
la marina, el rincón urbano, las flores
y el bodegón. Despertado muy pronto
a la llamada del Arte, con 11 años de
edad realiza sus primeros cuadros: bodegones de pequeño formato, paisajes,
rincones típicos, etc., y al cumplir los 12
ingresa en la Escuela de Arte Aplicadas
y Oficios Artísticos de Málaga. En el
viejo caserón de San Telmo, recibió clases del pintor Salomón Conejo Alonso
y, posteriormente, de Miguel Marín
Zaragoza, quien propone al director del
centro, entonces Federico Bermúdez
Gil, becar los estudios del muchacho al
que se había distinguido con el premio
fin de curso todos los años de su formación artística.
Su abundante catálogo de retratos
(óleos, pastel, carbón) lo constituye un
extenso muestrario de personalidades
nacionales de la vida política, cultural
y religiosa. Este catálogo totalizaba 542
retratos en el otoño de 2003. Del mismo modo, también resulta extensa su
iconografía religiosa para las hermandades y cofradías malagueñas. Sobre la
268 monserrate
obra del pintor la revista El Punto de
las Artes (Madrid, 17.X. 1991) escribió:
Retratos, paisajes, marinas, bodegones, interiores, etc., realizados en óleo, temple, pastel,
acuarelas o dibujos, jalonan hasta el momento el amplio muestrario de su producción
pictórica, y un poco de todo ello se muestra
ahora en su exposición malagueña, en la
que se puede percibir una evolución que presenta perfiles cambiantes y rasgos maestros
que denuncian su consolidación de hábil
docente que ha sabido incorporar también a
su obra la carga vivencial y experimental de
su trabajo anterior.
Las exposiciones individuales realizadas por el pintor fueron 12 hasta el otoño del año 2003: Delegación Provincial de
Información y Turismo (Melilla, 1963);
Biblioteca Española (Tetuán, 1965);
Delegación Provincial de Información
y Turismo (Melilla, 1966); Hotel Riviera
de Benalmádena-Costa (Málaga, 1969);
Galería Picasso (Málaga, 1970); Hotel
Meliá de Torremolinos (Málaga, 1971);
Galería Belleza y Arte (Málaga, 1981);
Galería Benedito (Málaga, 1991); Galería Llamas de Marbella (Málaga, 1992);
Sala de Unicaja (Almería, 1993) y Cámara Oficial de Comercio, Industria y
Navegación (Málaga, 1994). En cuanto
a su participación en colectivas desde
el año 1947 al 2002 fueron, entre otras,
las siguientes: II Exposición Provincial
de Arte del FF. de JJ.; VI Exposición
Provincial de Arte de Educación y
Descanso, así como en otros eventos del
SEU; I Exposición Nacional de Bellas
Artes de funcionarios de Hacienda; I
Exposición de Iconografía Teresiana
del Museo Diocesano de Arte Sacro de
Málaga y Colectiva del Gobierno Civil
de Málaga.
De sus premios, galardones y nombramientos debemos destacar los siguientes: Cuarto Premio de la Sección
de Pintura y Primero en la de Dibujo
de la exposición convocada por el
Ayuntamiento de Melilla (1962); en
el mismo certamen de 1965, obtuvo
un Segundo Premio en Pintura y un
Segundo en Dibujo; y, de nuevo, en el
mismo evento de 1966, Primer Premio
en Dibujo por su cuadro “El maestro”.
Monserrate fue impulsor en 1964 de
la creación del grupo artístico Sadir,
apócope de Rusadir, con el que participó en distintas exposiciones colectiva. En 1968 fue nombrado secretario
de la Asociación Nacional Sindical de
Bellas Artes, y un año más tarde, jurado
de la exposición Primeras Medallas de
Educación y Descanso. En 1980 decide
concurrir con sus obras únicamente a
certámenes no competitivos.
montiel 269
Antonio Montiel González, conocido como retratista de reyes, jefes de
estado, políticos de primer nivel, personalidades de la alta sociedad europea y americana en general y particularmente de la española, así como de
las más populares figuras del espectáculo nacional, ingresó en la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de
Málaga recién cumplidos los diez años
de edad, recibiendo formación de Luis
Bono y Pablo Garcia Rizo. En la escuela
permaneció desde los 10 a los 16 años
de edad. Durante su aprendizaje participó en distintos certámenes y convocatorias de la Obra Sindical Educación
y Descanso, consiguiendo algunos trofeos. Su lanzamiento nacional como
pintor se produce cuando realiza los
retratos de todos los presidentes de
la aristocrática Asociación Hidalgos a
Fueros de España. Tiempo más tarde,
la revista Lecturas promueve su obra
con la sucesiva publicación de una serie de trabajos de afamadas mujeres de
la sociedad española; posteriormente,
y con el título Mujeres de España, itinera
por las principales capitales de España
una exposición bajo el patrocinio de
unos prestigiosos laboratorios dedica-
dos a la investigación y comercialización de productos cosméticos. En ella,
encabezada por la Reina Sofía, figuran
hasta treinta y cinco damas relacionadas con la ópera, el teatro, la radio y
la canción popular. Prologa el catálogo Luis del Olmo, que, entre otras cosas, escribió en honor del autor de los
cuadros: Antonio Montiel busca a la mujer a través de la magia de la pintura, la
encuentra en los rostros más conocidos y la
refleja en su más profunda esencia. Este malagueño de tierra adentro ha sabido extraer
brillantemente el lado purificador y maravilloso de la mujer.
En 1992 el artista es elegido para representar a España en el Festival de Arte
de las Américas, celebrado en la sede
norteamericana de Washington de la
Organización de Estados Americanos;
durante los años 1994 y 1995, el pintor
reside en México realizando retratos a
distinguidas personalidades, y en 1995
celebra en la malagueña Galería Nova
I una muestra antológica (1978-1995)
de su ya dilatada obra. Otras exposiciones individuales en Málaga fueron
las celebradas en 1984 (Galería Miguel
Ángel), en 1991 (Sala Pórticus), en 1999
(Torremolinos), en 2000 (Casa-Fuerte
de Bezmiliana, Rincón de la Victoria)
y en 2001 (Cajamar).
270 morales
Miembro del Taller de Grabados
7/3, Manuel Jurado Morales estudió
Dibujo, Pintura y Artes Gráficas en la
Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de Málaga, de la que posteriormente ejercería como profesor de
la asignatura de Dibujo (1967-68). En
Roma realizó un curso de aguafuertes
con el profesor Maccari y trabajó en
la Estampería Aldina con el también
profesor Rossoli. De su primera exposición individual (pintura, dibujo
y litografía) celebrada en los Salones
de la Sociedad Económica de Amigos
del País de su ciudad natal del 20 al 31
de diciembre de 1968, escribió Miguel
Ángel Molinero: Si un día al despertar
descubriéramos que nuestros gestos y nuestras miradas tienen la inconsistencia de
unas manchas, de unos colores que se enfrentan, de unas actitudes que nos arrastran a
nuestros errores, a nuestro pasado, repetido
sin remedio, identificaríamos a Morales, un
pintor joven que quiere hablarnos de nosotros mismos. Otras pistas en relación con
su arte inicial la hallamos en el catálogo La pintura de Vanguardia en Málaga,
con la que se presentó el filme de igual
título, dirigido por Miguel Alcobendas,
en la que su pintura se sintetizaba así:
Manolo Morales, consciente de su implicación en los fenómenos sociales y políticos
de una sociedad de consumo, mediatizada
por la publicidad, el sexo y la agresividad,
hace una obra de contestación, utilizando
las técnicas de las artes gráficas y los colores
planos del lenguaje pop en sus cuadros de
materia.
Su primera exposición individual,
según se ha mencionado, fue en 1968
en su ciudad natal, y entre los iniciales
eventos colectivos en los que participó
(en ocasiones como organizador) destacamos la EXP-PAR’68, a la que concurrió en la especialidad de gráfica y
escaparatismo; Exposición Nacional de
Artes Gráficas DIS-ART, y I Salón de los
Independientes de la Caja de Ahorros
y Préstamos de Antequera, en Málaga.
Morales está en posesión de los siguientes premios: un primero y accésit
en el concurso de la Dirección General
de Bellas Artes (cursos 1966-67) y 196869; Tercer Premio del Concurso de la
IV Semana de Estudios Flamencos de
Málaga y Primer Premio en la categoría
de grabado del II Certamen Peninsular
de Pintura La Buena Sombra.
morales 271
Pepe Morales Tejero, perteneciente
al grupo Itálico de Sevilla y cofundador
de la Joven Escuela Sevillana y del grupo Camilla del Guadalquivir, su formación artística comienza en la Academia
de Artes y Oficios de Capuchinos
(Sevilla, 1945) y continúa en 1949 en
la Escuela de Bellas Artes Santa Isabel
de Hungría. Tras la obtención en 1953
del título de profesor de Dibujo, viaja por Italia y Francia, en París asiste
a la École Supérieure des Beaux Arts
y en Londres a la Saint-Martin School
of Art. Tras regresar a la capital cordobesa (1960), donde un año antes había
producido sus rimeros cuadros con
chapas, se entrega a la realización de
trabajos esculto-pictóricos y en 1970
abandona la abstracción e inicia una
nueva que marca su arte con elementos
tenebristas, surrealistas y expresionistas
hasta concluir, tras viajar por Nepal y
Egipto, en un nuevo periodo creativo
colorista-matérico. Tras experimentar
unos años en las técnicas cerámicas,
es becado en 1986 para estudiar muralismo en México. Un año más tarde
se traslada a Málaga, fija su residencia
en Marbella y prepara sus primeras incursiones en las técnicas de la pintura
sobre tela. El crítico José Manuel Vallés
escribió para el catálogo de su exposición de la Sociedad Económica de
Amigos del País: El haber viajado y conocido con intensidad sentimientos y la plástica por Oriente y Occidente, hizo que Pepe
Morales aplicara todo ello a su trabajo con
nuevas etapas, y en cada una de ellas, sin
perder la consistencia de la anterior, sea una
obra reciente, nueva, donde las transparencias, las veladuras y sus maravillosas calidades, no dejarán nunca de equivocarnos
ni dudar en reconocer el trabajo realizado.
Sobre el mismo evento galerístico la
sección de Arte del diario Sur reconoció públicamente: La materia entra en el
juego secuencial, se desmaya en la obra y se
funde en ella hasta perder absolutamente
toda referencia física. Ahí está la grandeza
del artista cuando por sabia manipulación
sabe redimir de toda adherencia vulgar la
materia rescatada, cuya intención última es
la de eternizarla en soporte estético. Cuando
se redactaba la presente ficha sobre
la obra de Morales, se inauguraba en
Barcelona una gran retrospectiva de
los cincuenta años de actividad del artista presentándose un total de 97 obras
de sus distintas etapas creativas.
Desde 1952, año de su primera exposición individual en Sevilla, ha realizado
numerosas del mismo carácter en Jaén,
Alicante, Córdoba, Huelva, Granada,
Londres, Madrid y Valencia, ciudades en
las que repitió en distintas ocasiones. En
Málaga fueron: Colegio de Arquitectos
(1975); Diputación Provincial (1976);
Ayuntamiento de Nerja (1978); Centro
Cultural del Castillo del Bil-Bil de
Benalmádena (1983); Manuela Vilches
(Marbella, 1989 y 1990) y Sociedad Eco-
272 moreno carbonero
nómica de Amigos del País (Málaga,
1993). Igualmente, participó en colectivas bienales y convocatorias anuales
de España, Inglaterra, Viena, Polonia,
Suecia, Ecuador, República Dominicana
y Alemania. De los innumerables galardones recibidos a lo largo de su carrera artística hay que destacar un Primer
Premio de la Exposición del SEU
(Sevilla,1953), el Infante de Orleáns
Borbón de Sanlúcar de Barrameda y
un Segundo Premio en el Certamen
Nacional de Córdoba (ambos en 1959)
y el de la X Bienal de Marbella (1989),
entre otros muchos.
José Moreno Carbonero, conocido
en su barrio de nacimiento y crianza,
el de la Trinidad malagueño, como el
“Niño Moreno”, se hizo famoso entre
sus compañeros escolares y de juegos,
que con dicho mote ya le distinguían
por su facilidad para dibujar. Por consejo de uno de sus profesores, Podosky,
que le había sorprendido realizando
algunos dibujos, José Moreno Delgado,
padre del futuro gran pintor, lo llevó a
Bernardo Ferrándiz, quien de inmediato lo aceptó como alumno. Al ver mis rápidos progresos en dibujo y pintura, como se
acercara la fecha de una exposición provincial en el Liceo, me ordenó que pintara un
cuadro para concurrir al certamen, comentaría en 1924 al alcalde de su ciudad
natal, el doctor José Gálvez Ginachero,
cuando le dispensaba el honor de nombrarle Hijo Predilecto de Málaga.
Cuando Ferrándiz le acoge en su
aula en 1871, acabado el joven de cumplir los trece años de edad, y siguiendo el consejo de su maestro, busca por
toda la ciudad un encuadre que le agrade para pintar un tema con el que concurrir al certamen del Liceo de 1869.
La obra se tituló “Interior de la Posada
de la Corona”, una vieja hospedería sita
en la plaza de Arriola. Alcanzó el premio a pesar de competir con pintores
adultos de Málaga y de la región, y la
defensa que Ferrándiz hizo de la obra y
del autor –publicitada en la prensa local diaria– hizo que Antonio Campos
Marín, marqués de Iznate, le encargara
su primera gran obra, “El día de San
Antón” o, como igualmente se le conoce, “La bendición de los animales” que
situó y ambientó ante la ermita de San
Lázaro, en el Compás de la Victoria.
Su fama crece a partir de este hecho
y aunque Ferrándiz se ve obligado a exiliarse por cuestiones políticas dejando
al joven sin tutelaje hasta que regresa
años más tarde, durante la ausencia del
maestro, con los compañeros Talavera,
Nogales, Blanco Coris, Simonet, los
hermanos Casasola y Grarite, no deja
de frecuentar el aula de don Bernardo,
previamente autorizado por la dirección de la escuela.
En la exposición nacional de 1876,
cuando el joven Moreno Carbonero
moreno ortega 273
acaba de cumplir 18 años, consigue una
tercera medalla por el cuadro Un alto
en la alquería; con su dotación económica, las importantes sumas de dinero
que ya percibía por las obras que se disputaban sus primeros clientes y la beca
diputacional que sin duda le consigue
su maestro, inicia una productiva estancia en el París de Montmartre, a la que
sigue su estancia en Roma. En la capital
italiana realiza “El príncipe de Viana”,
tema de su Primera Medalla en la
Exposición Nacional de 1881, que causa
verdadera sensación en los ambientes
culturales de Madrid. Obtenido el pensionado romano, Moreno Carbonero
realiza, como primera entrega, “La
meta sudante”, obra que los críticos celebran asegurando: No estamos ante un
futuro genio de la pintura; el futuro ya es
Moreno Carbonero.
Pintor obsesionado por traducir
verdad de los distintos ambientes y atmósferas creados en sus trabajos, una
vez elegido el tema dedicaba todo el
tiempo necesario para adquirir profundos conocimientos de la trama histórica, literaria o escénica del asunto con
el fin de no errar en ningún aspecto. Y
ese anhelo de verdad, atmósfera y documentalidad es lo que, a juicio de muchos críticos coetáneos, justificó el palmarés profesional que siguió el triunfo
de “El príncipe de Viana”, premiado
después en Múnich con la Cruz de
San Migue de Baviera (1882); en 1882,
por segunda vez en la nacional, con
Medalla de Oro a “La conversión del
duque de Gandía”; en 1888, tras haber
participado con el mismo cuadro en la
Exposición Vaticana, otra Medalla de
Oro, así como dos más del mismo valor
en las exposiciones de Múnich y Viena
y la especial del Estado en Budapest,
en 1891. El Gran Diploma de Honor de
la Exposición de Berlín sigue a las anteriores en el mismo año, para repetir
otro Gran Diploma de Honor en la capital alemana en 1896.
Pintor de la familia real española,
se le nombra en 1892 catedrático de la
Escuela Especial de Pintura, Escultura
y Grabado de Madrid; en 1895 forma
parte del jurado de la Nacional de
Bellas Artes; seguidamente, elegido
académico de San Fernando, ocupa el
sillón que había dejado al fallecer el
gran maestro Federico de Madrazo.
Francisco Moreno Ortega, pintor
autodidacta, fue conocido en su ciudad natal al conseguir en la Exposición
Nacional de la Obra Sindical Educación
y Descanso, celebrada en los Salones de
la Sociedad Económica de Amigos del
País en 1959, la Medalla de Oro del certamen por su obra “Calas”. Pintor que
durante sus comienzos profesionales
añadió una segunda “n” al primer apellido para firmar sus cuadros, ha desarrollado una gran producción a lo largo
274 moreno ortega
de medio siglo de oficio y pertenecido,
en el decenio de 1958-68, a los grupos
Picasso y MAM. De obra siempre figurativa, Moreno Ortega tuvo unos inicios
claramente influenciados de acentos
lorquianos, que dominados de blancos
y negros preferentes, siempre evocadores de barcas herrumbrosas abrigadas
en misteriosos puertos oscuros, cosos
taurinos que proyectado hacia el infinito como nuevas babeles parecían vomitar al espacio su drama de sangre, fiesta
y calor, o pueblos de sendas y calles de
opacos empedrados y dura arboleda entre abigarrada arquitectura de pretéritas
casas labrantías. En sucesivas etapas, todas ellas ricas de color con predominio
de grises entre rojos, blancos, azules de
ultramar, índigos, tierras tostadas, prusias y violáceos acentos, desarrolló una
etapa de claro romanticismo en la que,
especialmente en sus paisajes urbanos,
conjugó lluvia y luz entre reverberaciones de neón urbanita sobre apresuradas
muchedumbres anónimas que se protegen de paraguas. Con nuevos paisajes
urbanos, “El Sena” y “Bulevar de los italianos” (París) y “Fantasía de Venecia”,
“Estanque de un carmen granadino”,
y “Nocturno en calle andaluza”, se entrega luego a una obra claramente impresionista que, en cierto modo, traslada a sus marinas de grande y pequeño
formatos y a los irrenunciables temas
taurinos y coches de caballos, que tanto
abundaron en su constante producción
pictórica.
Ángel Caffarena escribió para uno
de sus catálogos: La plástica de Moreno
Ortega tiene personalidad propia. Él puede dar aplastantes lecciones de buen hacer
pictórico en cualquier orden. Eligió el arte
figurativo y sigue rectamente la senda que
se impuso. Sus cuadros, por cuanto tienen
de acertada simbiosis entre composición y color, son auténticas obras maestras. Pero hay
más: se trata de un magnífico dibujante,
me consta. Tal vez sea esta su más destacada cualidad. Segovia Lobillo, que fue
atento observador a la obra de Moreno
Ortega, también expresó su opinión
acerca de una obra tan abundante: Yo
no sé decir sobre sus cuadros. Prefiero estar
junto a ellos, notar su aliento calológico,
para poder enterarme de cómo este artista
desmadra el color, para darle luego una
crianza original; de cómo desbarata la luz,
o la toma ya así, para luego pespuntearla a
su tiempo en el lienzo.
Laborioso en su trabajo diario, es
de los artistas malagueños que mayor
número de exposiciones individuales
llegó a realizar, pues el número de ellas
tanto en España como en el extranjero
fue el siguiente: Málaga (19); Córdoba,
Alicante, Jerez de la Frontera, Cádiz,
Almería, Madrid, Jaén y Valladolid (2);
León, Palma de Mallorca, Barcelona,
Castellón, Burgos, Granada y Sevilla (2);
Hollywood y Nueva York (2); Caracas,
Estocolmo, Winippeg, Canadá, Los Ángeles y Alemania Federal (1).
En pintura recibió, además de la citada Medalla de Oro de la Nacional de
Educación y Descanso (Málaga, 1959),
otro primero del II Premio de Paisajes
Malagueños (Málaga, 1965); Primer
Premio de los V Juegos de Otoño de
Sevilla, y el Moreno Carbonero del IV
Salón de Invierno de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo de
Málaga (1968); Premio de la Excma.
moreno villa 275
Diputación Provincial del VI Salón de
Invierno de la Academia malagueña
(1970) y IV Premio de la exposición de
Minicuadros (Málaga, 1974).
Como cartelista ha sido uno de
los autores más prolíficos de entre todos los de su generación. Los premios
que se le concedieron, según relación
cronológica, fueron los siguientes: Segundo Premio de la Feria de Málaga
(1961); Segundo y Terceros de la Feria
Internacional del Calzado de Elda y
Premio de la Feria de Málaga (1962);
Segundo de Carteles de Toros de Málaga
(1964); Premio de Carteles Publicitarios
de la IV Semana de Estudios Flamencos
de Málaga y Primero de la Feria de
Algeciras (1965). Otros primeros premios los obtuvo al concurrir a los concursos de la Feria Internacional de la
Maquinaria y Feria del Arte del Metal
(Valencia, 1969); Feria del Libro, II y III
Premios de Carteles de la Feria de Pedro
Romero de Ronda; III Premio de Ideas
Publicitarias DFDS; II Premio Rallye
Gibralfaro y Premio Sofico de Humor
(1972); Cartel de la Feria de Málaga
(1976), de Melilla (1978) y de Málaga,
en sus ediciones de 1979 y 1981.
Independientemente de las incontables colaboraciones que realizó
en distintos medios de comunicación
locales, el pintor mantuvo una colaboración fija semanal en Sur (1970-1973)
y ha publicado los poemarios Un nudo
en el agua, (1971), Anatomía de un rompeolas (1974), La isla de la carne (1975),
A tu oído desafiando todo rumor y todo eco
(1979), Viaje por la daga (1999), Alba
de arena (2000) y La sombra de los olivos
(2001).
José Moreno Villa, creativo multifacético que destacó en los campos de la
poesía, el teatro, el periodismo, la crítica y los estudios de arte en general, no
sólo dejó la obra literaria de singulares
características dentro del movimiento
renovador que representó la llamada
Generación del 1927 (de la que distintos exégetas le consideran su inmediato
precursor), sino una inquietante obra
pictórica, afortunadamente muy bien
representada en el Museo de Málaga.
Durante 4 años (1909-1908) siguió estudios de química en Friburgo, pues hijo
de un destacado industrial en el sector
de los vinos malagueños, su padre quiso destinarlo a sus empresas. Entre 1917
y 1936 (año en que comienza su exilio
mexicano) fue profesor residente en
la histórica Residencia de Estudiantes
de Madrid, que fundada en 1910 por
Alberto Jiménez Fraud a semejanza de la
Institución Libre de Enseñanza de Giner
de los Ríos, en ella desarrolló una intensa actividad no sólo pedagógica, sino
abundante en frutos pictóricos. En la
Residencia, Moreno Villa coincidió con
García Lorca, Pepín Bello, Luis Buñuel,
Emilio Prados y Salvador Dalí, entre otros
muchos malagueños que posteriormente
fueron alumnos de la misma.
276 moreno villa
Su incursión en el campo de la
plástica se produce en 1924, pero la
proclividad del artista por la pintura
y el dibujo, si bien no la manifiesta
públicamente hasta bien entrado el
decenio de 1920, tuvo, sin embargo,
un lejanísimo antecedente (1903), recién cumplidos los 13 años de edad,
al frecuentar el taller-estudio del pintor José Fernández Alvarado, que fue
quien verdaderamente encendió en él
la curiosidad por la plástica y sus técnicas más usuales. Muy comprometido con los movimientos modernistas
españoles plásticos y literarios del primer cuarto del siglo XX, Moreno Villa
se mantuvo fiel a ellos y supo, a través
de los diferentes campo de su especialidad, expresar su personal modelo estético reformista. Sus primeros
cuadros nacen en la Residencia de
Estudiantes, y cuando se ve obligado
a exiliarse, su obra crece y desarrolla
definitivamente en México. De esta
actividad en el país hermano informaba Francisco Giner de los Ríos –compañero de exilio– al I Congreso de
Literatura Española Contemporánea
que, dedicado a la figura del escritorpintor, dirigió en la Universidad malagueña (1987) el profesor y académico
de San Telmo Cristóbal Cuevas García.
Las palabras de Francisco Giner de los
Ríos en tan solemne ocasión fueron:
Se trajo a nuestro piso un caballete, y para
mí era un gozo llegar de mi trabajo oficinesco y encontrar a Moreno Villa pintando
entre mis libros, y aludió a la euforia que
embargaba al pintor ante los encargos de
retratos que recibía, algunos de los cuales
se exhibieron en producciones cinemato-
gráficas al tratarse de personalidades de la
vida política, artística y social de la capital
azteca.
En dos ocasiones distintas se vieron en Málaga obras de Moreno Villa.
Con los fondos propios del Museo
de Málaga en 1977 en la sede de dicha institución museística organizada
por su director, Rafael Puertas Tricas;
la segunda ocasión fue en el Palacio
Episcopal malagueño, organizada por
la Consejería de Cultura de la Junta de
Andalucía, la Fundación Unicaja y la
Biblioteca Nacional, en la que se presentaron obras procedentes de museos
e instituciones de todo el país. Eugenio
Carmona, en el libro-catálogo de dicha
exposición, documenta que durante los
dieciocho años de estancia de Moreno
Villa en la capital federal mexicana,
realizó siete exposiciones de carácter
individual (Galería de Arte Mexicano)
más otras dos colectivas, una de las cuales fue la Exposición Internacional del
Surrealismo (1940).
Las obras de este artistas depositadas en el Museo de Málaga (Palacio de
Buenavista, en calle San Agustín (hoy
Museo Picasso), totalizan 49 pinturas
en soporte de tela o fibra de madera
más una tinta aguada sobre papel. De
todos estos cuadros destacan los titulados: “Alegoría”, “Paisaje de bueyes y carro”, “Interior con caballo”, “Desnudo
femenino en el bosque”, “Florero en
llamas en el horizonte” y “Desnudo femenino ante la ventana”.
moris 277
Margarita Moris Ruiz, licenciada
en Filosofía y Letras por la Universidad
Complutense de Madrid, esta artista
nació al arte en 1974, cuando, después de practicar en solitario la pintura durante varios años, fue seleccionada oficialmente para tomar parte
en la II Bienal Nacional de Pintura y
Escultura, VIII Salón de Invierno de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo de Málaga. Con Pablo García
Rizo, realizó estudios en la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos;
también estudió dibujo con el arquitecto Julio Vidaurre y paisaje con María
Revenga. Igualmente, participó en diferentes cursos de formación artística:
Curso de Arte Contemporáneo de la
Universidad de Málaga, así como de
Técnicas Artísticas y su empleo en el
Arte Contemporáneo, ambos organizados por el CAC malagueño.
En el catálogo de su primera exposición individual en Málaga escribió
el marqués de Bussianos, embajador
de España: Contemplando la pintura de
Margarita Moris, puedo sentir la armonía y
la fuerza telúrica de la Naturaleza en su expresión más sobrecogedora, al mismo tiempo
que se atisba en los jirones de hermosas nubes la promesa de un cielo generoso que da el
contrapunto de pacífica serenidad. Su trabajo forma un todo y el cromatismo de su paleta es como una sinfonía donde cada pincelada cumple su cometido como instrumentos
bien afinados. Margarita siente íntimamente la Naturaleza y nos la hace ver desde su
exquisita sensibilidad. Tan atinado como
el anterior, fue el comentario que suscitó a El Punto de las Artes la exposición
de la artista en la madrileña Sala Éboli:
En cada pincelada se descubre la inmensidad apresada por la pintora, que dirime así
una peculiar y hermosa batalla para apresar momentos concretos. […] La pintura de
Margarita Moris es, a todas luces, un lugar
de encuentro con el medio natural, transformado, reelaborado, reinterpretado y recreado
por una paleta dúctil y bellísima. Una pintura, en suma, encantada.
Tras una exposición colectiva celebrada en la malagueña Sala Malacke (1979),
presentó en la Sociedad Económica de
Amigos del País su primera individual
(1989), a la que en 1994 siguió otra del
mismo carácter en Benedito. Un año
después llevó su obra a Madrid, eligiendo para tal acontecimiento el Club
Financiero Génova. Tras su presentación, la crítica de la capital de España
fue unánime al saludarla como una de
las paisajistas más originales del decenio. Otras exposiciones individuales de
la artista fueron en Benedito (Málaga,
1996), Tuset (Barcelona, 1997); Altea
(Madrid, 1999); Colegio Oficial de
Médicos (Málaga, 2000) y Club Centro
Colón (Madrid, 2004).
278 mowbray
Andrés Mowbray Maqueda. Sus primeros trabajos documentados datan
de 1891 y fueron un esbozo de retrato
a su madre, el cuadro titulado “El tío
del oso” y especialmente –por su aire
suelto, gracia y espontaneidad– “El maletilla”, obras que ya había realizado a
hurtadillas familiares recién cumplidos
los 15 años de edad. Hijo de un adinerado comerciante inglés casado con la
malagueña María Maqueda del Castillo
–apellidos de familias relacionadas con
la pintura y las artes declamatorias locales–, ignoró durante la primera juventud de Andrés su decidida afición
por el dibujo y la pintura. Frecuentó las
aulas de Bellas Artes de Málaga, pero
al carecer de protectora dirección buscó en el taller de José Denis Belgrano
el pupilaje que necesitaba. El maestro, luego de someterlo a una simple
prueba de dibujo, le declaro alumno
y permitió su asistencia a la casa-estudio que Denis tenía en la calle Niño de
Guevara. Con el tiempo, Mowbray asume de forma mimética muchos de los
personajes y situaciones que su mentor
había hecho populares en sus cuadros:
currutacos, petimetres, ensayos escénicos, toreros y picadores, etc. Pero en su
abundante obra también se consignan
composiciones, paisajes, interiores,
marinas, bodegones y rincones típicos.
Mowbray vivió en Madrid y en Sevilla,
ciudades en las que llegó a comercializar obras que circunstancialmente hacía para sobrevivir.
A su regreso a Málaga para atender
trabajos que le encargan distintos cónsules residentes en la ciudad, sus coloristas composiciones y asuntos temáticos viajan especialmente a Venezuela,
desde cuya capital se difunden a otras
repúblicas hispanoamericanas, y recibe
numerosos encargos vía consular. Las
relaciones de Mowbray con Denis, se
vieron finalmente afectadas en los últimos años de pupilaje, toda vez que
algunas de las obras del alumno las
firmaba y comercializaba el maestro
acuciado por necesidades económicas. Este dato quedó confirmado por
Enrique Mowbray Maqueda, uno de los
hijos de Andrés, poniendo como ejemplo “La cogida y muerte de Espartero”,
que en la doble versión de maestro y
alumno, llevan la firma del primero
de ellos. Mowbray tuvo taller artesanal
en la casa señalada con el número 22
de calle Álamos donde no sólo pintaba sus cuadros, sino los formaletes de
las cajas de pasas para la exportación
y donde celebraba divertidas tertulias
con colegas y amigos. Obras de Andrés
Mowbray exornaron el interior de
los desaparecidos Liceo malagueño y
Círculo Mercantil, y todavía hoy existe en el techo de un antiquísimo local
que albergó la Joyería Ghiara y muchos
años más tarde la popular Confitería
La Española, la pintura al fresco que
muñoz degraÍn 279
pervive no sólo fue pintada por Denis,
sino por el propio Mowbray. Andrés
nunca celebró exposiciones individuales en Málaga; sin embargo, muchos de
sus cuadros se exhibieron en numerosas ocasiones en los grandes escaparates de Cristalería Morganti y Camisería
de Gámez, ambos establecimientos de
calle Larios. Rafael Murillo Carreras
pintor y director que fue del Museo
de Bellas Artes de Málaga, le hizo un
excelente retrato al óleo. Por la familia
de Mowbray se ha referido la curiosa
apuesta, consistente en una cena, que
hicieron el pintor Enrique Ochoa y el
director del Museo de Barcelona, si
distinguían una obra del maestro y su
alumno. Y otro director de institución
museística, en este caso el director del
Museo del Prado, Alfonso Pérez, que
en 1990 propuso en Málaga se hiciera
una exposición antológica de Andrés,
cuya obra la encontró meritoria.
Antonio Muñoz Degraín, Treinta
años de edad tenía el pintor cuando
llegó a Málaga, llamado por su paisano
Bernardo Ferrándiz, para que colaborase con él en la decoración interior
del Teatro Cervantes, trabajos que en
1870 se encontraban en su iniciación.
Finalizados los mismos, y en prueba de
agradecimiento, don Bernardo, que era
director de la Escuela de Bellas Artes,
propone al claustro que se acepte su
iniciativa de nombrarle profesor auxiliar de la casa, de forma que en sesión
celebrada el 30 de junio de 1879 por
la Real Academia de San Telmo –que
entonces tutelaba el centro– se aprueba su designación de supernumerario,
con la específica misión de sustituir a
cualquiera de sus numerarios bien por
enfermedad, ausencias particulares o
viajes oficiales. A Muñoz Degraín junto
con Ferrándiz Bádenes, se le reconoce
el enorme mérito de haber contribuido
a la germinación de la que posteriormente fue llamada Escuela Malagueña
de Pintura del siglo XIX. El artista vivió
en Málaga de 1870 hasta 1882 en que
es becado para la Escuela Española de
Roma; en 1899 se traslada a Madrid
para tomar posesión de la cátedra de
280 muñoz garcía
Paisaje de la Escuela de Bellas Artes de
San Fernando; en el mismo año accede
como académico a dicha institución y a
la presidencia del Circulo de Bellas Artes
y en 1897, al producirse la jubilación de
Dióscoro Teófilo Puebla, se le designa,
mediante nombramiento ministerial,
director de la Escuela de Bellas Artes de
San Fernando. Su jubilación se produce
en 1918, pero siguió trabajando en su estudio malagueño al regresar a su ciudad
de antigua acogida.
Muñoz Degraín fue artista que concurrió numerosísimas veces a las exposiciones nacionales, en algunas de las
cuales obtuvo los siguientes premios y
distinciones: Cruz de Carlos III por sus
obras “Los secuestradores” e “Isabel la
Católica cediendo sus joyas” (1878);
Primera Medalla por el cuadro “Otelo
y Desdémona” (1881) y nueva Primera
Medalla por “Los amantes de Teruel”,
que envía desde Roma (1884). Alumnos
de Muñoz Degraín en Málaga fueron,
entre otros, José Nogales, Federico
Bermúdez, Fernando Labrada, Joaquín
Capulino, y Pablo Picasso. Por sus donaciones –cuadros propios y de otros
pintores, muebles y recuerdos– se pudo
iniciar la creación del Museo Provincial
de Bellas Artes de Málaga.
Gabriel Muñoz García, pintor de
amplísimo espectro colorista, se formó bajo la tutela de Alfonso de la
Torre director y profesor del Aula de
Pintura de la Obra Sindical Educación
y Descanso, institución que en diferentes años le premiaría tanto en sus certámenes y convocatorias plásticas anuales como en distintos concursos de
pintura al aire libre. Profesionalmente
dedicado a la pintura industrial y doméstica, su pasión por lo creativo –mediante una disciplinada entrega al estudio junto a la práctica incesante de su
vocación– le llevó a conseguir no sólo
unas formas plásticas personales, sino
todo un código de expresión colorista.
Estudiando el formalismo de sus dos
primeras décadas de oficio, advirtió
Manuel Alcántara raíces impresionistas
e, incluso, abstractas venideras, según
escribió en el catálogo de la exposición
celebrada en La Maison (1987): Este impresionista acampado en la clamorosa luz
de Málaga está en la frontera del abstracto y
no es temerario afirmar que ha cubierto un
ciclo y se encuentra en el umbral de otro. De
momento, ha metido al paisaje en un caleidoscopio. De momento, sigue pintando…
Félix Revello, al escribir en el catálogo
muñoz garcía 281
de la exposición de Gabriel en la sala
Pórticus (1989), reflexionó así: Estamos
ante un pintor que trata de conseguir, y lo
logra, comunicarnos un mensaje de frescor,
respaldado por unos valores consustanciales
de la propia obra que expone. Valores eminentemente pictóricos que nos muestra una
dicción de enardecidos toques, reverberantes
de luz, y de una densa materia entrecortada
a veces y oscilante otras, pero precisa en una
resonancia de matices formados de rico mosaico en el que el fraseo del pincel impera en
toda la superficie.
Sus exposiciones individuales se
celebraron hasta su fallecimiento según la siguiente cronología: Sociedad
Económica de Amigos del País (Málaga,
1968, 1970, 1971, 1972, 1974, 1975, 1976
y 1984); Galería Perla 3 (Fuengirola)
y Caja de Ahorros Provincial (VélezMálaga, (1974); Centro Artístico de
Granada, Casino Cultural de Almería
(1975). Otras, también de carácter individual, tuvieron como escenario las
ciudades de Priego, Sevilla, Marbella,
Ronda y Madrid. Las tres últimas tuvieron lugar en Málaga (salas Malacke,
La Maison y Pórticus, respectivamente,
en 1986, 1987 y 1989). De su participación en eventos culturales de carácter
colectivo, exposiciones, certámenes y
concursos cabe destacar: II y III Bienal
de Pintura y Escultura (Málaga, 1974 y
1976); Exposición Nacional de Pintura
de Educación y Descanso (Madrid,
1976); Grupo de Pintores Malagueños
Contemporáneos (Málaga, Benicazón y
Toledo (1977) y colectiva con Perceval,
Visconti, Pinteño, Capuleto, Cózar
y otros en Galería Algar (Almería,
1984).
Entre los galardones y distinciones al mérito artístico poseyó los siguientes: Segundo Premio de la XLII
Exposición Provincial de Educación y
Descanso, así como un Primero en la
edición número XLIV de idéntico certamen; un Segundo de pintura rápida
en Vélez Málaga y un Primero en concurso al aire libre en Torre del Mar.
También consiguió otros primeros
premios en los concursos de pinturas
al aire libre de Arroyo de la Miel, VélezMálaga, Rincón de la Victoria, Coín,
Mijas, Alhaurín de la Torre, Marbella
y Málaga capital. En 1960 fue seleccionado por el Ministerio de Cultura para
presentar su obra en la Sala Berruguete
de Valladolid, obteniendo un gran éxito, y a su muerte, un grupo de 25 pintores malagueños organizó en Pórticus
(septiembre de 1994) una exposición
que, bajo el título Poesía y Color, rendía tributo de admiración al artista.
282 muñoz toscano
1962, suscitó el siguiente comentario
José Muñoz Toscano, matriculado
en las asignaturas de Pintura y Dibujo
en la Escuela de Artes Aplicadas y oficios Artísticos de su ciudad natal en
1956, recibió clases, entre otros, de los
profesores Bono y Roquero; en las mismas aulas coincidió con López Palomo,
Díaz-Oliva, Virgilio Galán Román, De
la Torre Marín y Julián Ocaña. Es otro
de los jóvenes pintores de la época numerosas veces premiado por la Obra
Sindical Educación y Descanso al participar en sus certámenes, concursos y
convocatorias de pintura rápida al aire
libre. En 1960 tomó parte en un certamen de carácter regional que tuvo lugar en la malagueña Casa de Cultura y
en un concurso de pintura al aire libre
en la Acera de la Marina, año en que
ofreció las primeras muestras de su arte
paisajístico. Un año más tarde, compartiendo espacio con Antonio Jiménez
López, expuso en la Galería de la Caja
de Ahorros de Ronda en Málaga, situada entonces en la calle Sancha de
Lara. También en dicho año realizó su
primera individual en la Biblioteca de
la Jefatura Provincial del Movimiento.
Al participar con varias obras en el V
Certamen Juvenil de Arte, celebrado
en el Museo Provincial de Málaga en
por parte de Francisco López Martín,
crítico del vespertino “La Tarde”: José
Muñoz Toscano presenta un amplio dibujo a pluma que titula “El Perchel”, dibujo
que le acredita en esta exposición como uno
de los más grandes valores de la misma.
Magnífico su “Paisaje de la carretera de
Granada”. Excelente su “Apunte de rosas”.
En Muñoz Toscano, ya lo hemos dicho en
ocasiones anteriores, hay un artista de gran
porvenir. El mismo crítico, a propósito
de su exposición en la Económica, la
sección de Arte del diario Sur declaraba: Pepe Muñoz Toscazo es joven, casi un
chiquillo, ¡pero caramba con el muchacho!
No creíamos encontrarnos con una exposición tan llena de madurez.
Debido a sus obligaciones derivadas de su situación familiar, su dedicación en cuerpo y alma a la plástica, según hubiera deseado, la mantuvo hasta
el año 1970, de acuerdo a la siguiente
cronología expositiva de carácter individual: Sociedad Económica de Amigos
del País, Málaga (1962); Casa de Málaga
en Madrid; Córdoba, Cádiz y la Línea
de la Concepción, y de nuevo en la
Sociedad Económica malagueña (1964);
Hotel Las Vegas, Málaga; Ayuntamientos
de Guadalajara y Ubrique, y Caja de
Ahorros de Ronda, en Málaga-capital
(1965); Sidi-Ifni (1967) y Galería Picasso,
Málaga (1970).
De entre los numerosos premios,
trofeos y galardones que recibió a lo
largo de su corta carera artística en su
ciudad natal significamos, entre otros
primeros premios, el de Dibujo por
su obra “El Perchel”, del V Certamen
Provincial de Arte del FF. de JJ. (1962);
murillo carreras 283
de Pintura al Aire Libre, calle San
Agustín, de Educación y Descaso
(1963); también de Pintura en la XXV
Exposición de Arte de la misma institución y otro de igual categoría de
idéntica organización, sobre el tema
del barrio Perchel, en el mismo año.
Segundos premios fueron los conseguidos en el Certamen de Pintura al
Aire Libre de Educación y Descanso
(1962); otro en la sección de Pintura
de la XXIV Exposición Provincial de
Arte de la misma organización (1963);
uno más de la misma especialidad, del
certamen celebrado en San Roque
(Cádiz, 1964); y en la categoría bronce,
la Medalla del I Certamen Regional de
Pintura Andaluza y Extremeña (Sevilla,
1966). Muñoz Toscano reinició su actividad creativa al inicio de la presente
centuria, estudiando la posibilidad de
una exposición antológica retrospectiva junto a sus nuevas creaciones.
Rafael Murillo Carrera, se le tiene
por alumno de José Denis, aunque por
su inmediatez con los maestros iniciales de la llamada Escuela Malagueña
de Pintura del XIX encabezada por
Ferrándiz y Muñoz Degraín, también
de ellos recibió influencias docentes.
Ingresó en Bellas Artes a la edad de 15
años y en sus aulas permaneció desde
1883 a 1889. Sale con 21 años y, siguiendo las orientaciones de su principal
maestro, Denis, se ejercita en la pintura
al aire libre. Su agudizado sentido de
la observación aliado de una paciencia
increíble, dieron como resultado sus
primeras y más festejadas obra, las tituladas “El bautizo” y “Travesuras de monaguillos”: el detallismo y minuciosidad con que las obras están ejecutadas,
hablaron por sí mismas del camino que
en el futuro artístico del pintor se abría.
Sus primeros triunfos los consigue a sus
25 años, cuando se le premia una obra
en la ciudad de Chicago y en ese mismo año (1893), alcanza un diploma de
honor en una exposición de carácter
regional celebrada en Granada. Cuatro
años más tarde, al participar por vez
primera en una de las exposiciones nacionales de la época, recibe una mención honorífica por su obra “Echar
284 murillo carreras
leña al fuego”. El último año del siglo
XIX el artista es premiado por sus obras
“Cabeza de estudio” y “Paisaje”, que
presentó en un certamen celebrado
en Málaga; igualmente, el primer año
del siglo XX, al repetir su participación
en el mismo concurso, se le premia su
“Travesuras de monaguillos”, “Paisaje”
y “Patio”; por último, en la de 1915 recibe otros distintos galardones por varios
paisajes.
En tres frentes distintos transcurrió
la larga vida artística, docente y personal
de Rafael Murillo: de un lado, sosteniendo una producción pictórica muy perso-
nal y cuidada; de otro, realizando una
meritoria labor como enseñante, donde
la estimación de profesores y alumnos
fue constante; y en un último plano, gestionando y trabajado desde muy diversos
niveles, la posibilidad de que Málaga pudiera tener, al fin, la adecuada ubicación
del Museo Provincial de Bellas Artes en
el Palacio de los Condes de Buenavista,
en calle San Agustín, el cual dirigió
durante largos años. Rafael Murillo
Carreras murió el día 15 de agosto de
1962 a los 94 años de edad, tras una larga
existencia de tres decenios del siglo XIX
y seis del siguiente.
navas álvarez 285
19.XII.95), ya constató un cambio fun-
Sebastián Navas Álvarez, pintor
de muy particular paleta cromática, su
obra inicial la pueblan secuencias paisajísticas no habitadas por el hombre e
imágenes de inquietantes mensajes de
soledad expresadas desde la nostalgia.
Expuso por vez primera en la desaparecida Sala Terral, de Málaga, en 1986;
la última, dentro del siglo XX constatada en su programa galerístico, fue en
la también galería malagueña Martín
Galy en 1998. Con ocasión de la novena exposición individual celebrada en
1995, la crítica (Galerías de Arte, Sur,
damental en sus maneras pictóricas:
Que Navas es un ponderado artista de sensaciones y un hábil provocador de sentimientos contradictorios, es un hecho ahora palpable. Su crónica plástica se ha enriquecido al
incorporar lo que a los viejos y entrañables
paisajes faltaba, el ser, la criatura camino
de ninguna parte, abatida en el asombro de
una soledad duradera y persistente. Sus figuras se ensamblan a unos fondos a los que
no pertenecen ni, quizá, con ellos se identifican. Pero están. Son. Cuentan. En el catálogo de su exposición en la Sala Madga
Bellotti, de Algeciras, el propio artista
escribió de su pintura: Mi gusto por la
composición geometrizante tiene como fondo
la oposición orden-desorden; la idea de un
límite ante el caos. Limitar el espacio ante
la dispersión del infinito. Al cristalizar una
forma adquiere un sentido, aunque éste no
sea ni pretenda ser fijo y definitivo.
Su programa expositivo dentro
del siglo anterior, fue mayoritariamen-
286 nogales
te malagueño: Terral (1986); Colectivo
Palmo (1987); Diputación Provincial
(1988); Galería Magda Bellotti, Algeciras
(1989 y 1995). Otros espacios expositivos malagueños fueron: Colegio de
Arquitectos (1991); Sala José María
Fernández, de Unicaja (1992 y 1994);
Diputación Provincial (1993); Taller
Gravura, Dibujos (1995); Ayuntamiento
de Nerja, Sala de Arte (1996); Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga,
y Galería Detursa de Madrid (1997).
En la malagueña Galería Marín Galy
expuso en 1998. Este mismo año fue
becado por la Junta de Andalucía para
realizar un curso de grabado en Taller
Gravura. Navas obtuvo un Accésit en el
Primer Certamen Nacional de Pintura
Ecoahorro, un año más tarde fue premiado en el Certamen Arte Joven
Malagueño de El Corte Inglés; en 1995
alcanzó el nacional de Artes Plásticas
de Valdepeñas, Ciudad Real, y en 1997
el de grabado Pablo Ruiz Picasso del
Ateneo malagueño.
José Valentín de Juan Nogales
Sevilla, buen retratista, significativamente dotado para el paisaje y conocido como el pintor de las rosas por los
magníficos ejemplos demostrados en
muchísimas de sus obras, fue inicialmente alumno de Bernardo Ferrándiz
y más tarde de Antonio Muñoz Degraín
durante todo su proceso de formación
artística (1879-1882). Hijo de familia
artesana de padres y diez hijos, aceptó
desde muy joven trabajar como auxiliar administrativo en las oficinas de la
Compañía de Ferrocarriles Andaluces,
esforzándose por compatibilizar sus
obligaciones laborales con su asistencia diaria a las aulas de la Academia
Provincial de Bellas Artes. Malagueño
de fuerte raíz, conociendo además de
qué forma Málaga influía en su trabajo,
nunca aceptó abandonarla. Es el caso
de tantos malagueños que, incapacitados para vivir de espaldas a su paisaje
nativo, jamás aceptó las ofertas que
recibió para trasladarse a Madrid o a
distintas capitales de países hispanohablantes, tal como sucedió.
En 1880, apenas un año después
de iniciada su formación, decide concurrir por vez primera a una exposición, la Artística, Industrial y Agrícola
nogales 287
de Málaga, a la que presenta cuatro
cuadros que sorprenden y que son
en realidad los que abren camino a su
nombre en la ciudad de entonces y admiración entre el profesorado. Al crear
el marqués de la Paniega –presidente
de la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo– nuevas aulas de enseñanza artística en los barrios de Málaga,
se le concede, en virtud de sus méritos
ya probados, el nombramiento de ayudante meritorio (1888), y al siguiente
año, ayudante temporero. En Málaga
se empieza a hablar de Nogales, pese a
su edad, como un consumado maestro,
pero es necesario que se produzca una
carta de Federico de Madrazo, a propósito del cuadro que envía a la Nacional
de 1887, para que tanto la academia
como la escuela y la propia ciudad culta
de la época, reparen en el interés que
la pintura de Nogales despierta en una
de las consagradas figuras de España.
En 1892, pintor que ha demostrado
su rápida maduración como creativo
pese a su edad, presenta a la Exposición
Internacional de Bellas Artes de Madrid
un cuadro (3,5x4,5 metros) titulado “El
Milagro de Santa Casilda”, al que se le
concede el Premio de Primera Clase
al Mérito en la sección de pintura.
Curiosamente, dada la espectacularidad del lienzo, su interés temático, las
calidades pictóricas que revela y sobre
todo su título, se le acabó llamando “El
Milagro de Nogales”. El cuadro hizo ganar gran fama y dinero a su autor, toda
vez que la obra marcó también la más
alta cotización nunca alcanzada por su
autor. Adquirida la obra por un destacado banquero, permaneció durante años
en el convento de las Salesas Reales de
Oviedo, donde había profesado la hija
del adquirente, de nombre Casilda. En
1993, más de un siglo después, dicho
cuadro, en muy avanzado estado de
deterioro, fue por la Real Academia de
Bellas Artes de San Telmo aconsejado
de adquirir y restaurar por la Junta de
Andalucía, que posteriormente pasó a
Málaga como parte de los fondos del
Museo de Bellas Artes.
Moreno Carbonero en primer lugar, ofreciéndole su propio estudio
como taller en Madrid, Muñoz Degraín
más tarde prometiéndole contactos artísticos y culturales muy importantes en
la capital de España, y en 1896 por parte
del Presidente del Senado chileno, que
deseando engalanar el palacio con los
retratos de todos los presidentes que
había sido, le solicitó este trabajo, negándose a ser desarraigado de Málaga.
Además del aludido Primer Premio
en la Internacional de la capital de España
por “El Milagro de Santa Casilda”, Nogales
consiguió en 1910 Diploma, Medalla de
Oro y Medalla con Diploma conmemorativo, al participar, por el orden en que
se expresan, en Madrid, Valencia y en
México, y en la Feria de Muestras de
Málaga, le fue concedida una Medalla
de Plata. Perteneció a la Academia de
Bellas Artes de San Fernando de Madrid
y a la de San Telmo de Málaga y fue director de la Escuela Elemental de Industria
y Bellas Artes de Málaga. Su jubilación le
llega en 1931, pero durante los últimos
años de su vida, aún enfermo e inválido,
siguió pintando.
oblaré 289
Antonio Castro Oblaré asistió durante un curso a la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga (1966), recibiendo clases de Luis
Romero y José Sánchez Vázquez. Cofundador del grupo literario-artístico
Banda de Mar (1979), también dedicó
cinco años de su actividad creativa a la
poesía y la ilustración de libros poéticos y revistas literarias (la citada Banda
de Mar, Corona del Sur, Galera, La Traíña,
El Parnaso, La Luz, etc.), hasta 1984. Su
plena dedicación a la pintura se pro-
duce en 1990, si bien para entonces ya
había realizado diferentes exposiciones individuales y participado en otras
muchas colectivas. De su obra se ocuparon, entre otros, el profesor Gómez
Yebra, que así escribió en el catálogo
que Oblaré llevó a su exposición de
Granada: El mar de Oblaré, de un impresionismo perfecto, aunque no perfectista, no
se puede comparar con el mar de ningún otro
pintor dedicado a este tema, por la sencilla
razón de que su mar es EL MAR, sin más,
sin aditamentos, la percepción pura y simple
de sus ojos-pincel. En el mar de Oblaré no
podremos encontrar motivos pesqueros, ni
siquiera ornitológicos, o el recurso fácil de
adornar las costas a base de sofisticadas y
aun sentimentales edificaciones humanas,
no; ni un árbol se asoma a lo largo de sus
litorales. Francisco Ruiz Noguera, también desde otro catálogo, preguntaba:
Si es cierto que cada pintor –como sello de
identidad– tiene sus colores, ¿cuáles son los
de este marinista con tanto mar en sus pin-
290 ocaña
celes que ya es el propio mar el que vive en
sus ojos y en sus manos? Blanco, azul, verde: he aquí los colores que definen la pintura
de Oblaré: la huella dactilar de su mirada.
Sus exposiciones individuales comienzan en el Liceo-Peña Malaguista
(1977) y continúan en el siguiente orden: Salas de la Caja General de Ahorros
de Granada en Jaén y Almuñécar, respectivamente (1978); Galería de Arte
Talía, Estepona (1979); Caja de Ahorros
General de Granada, Granada (1980);
Sociedad Económica de Amigos del
País, Málaga (1986); Ayuntamiento de
Nerja (1987); Galería de Arte Elvira,
Granada (1994); Unicaja, Málaga (1995);
Galería de Arte Xauen, Granada (1996);
Sala del Ateneo, Almería (1998); El
Portón, Alhaurín de la Torre (1999) y
Ayuntamiento de Torremolinos (2000).
El programa galerístico de sus exposiciones colectivas se desarrolló, entre
1972 y 1988, en Málaga (15), Granada
(2), Madrid (2), Marbella y Nerja. El
mar ha sido en la obra de este autor su
tema constante, y en su larga práctica
ha revelado poseer un notable conocimiento del medio marino. Cuadros de
suaves tonos –más cerca de Ocón que
de Gartner– la mar de Málaga como icono fundamental de lo mediterráneo, la
ha hecho familiar y próxima. “Orilla”,
“Crepúsculo”, “Puesta de sol” y “Día
gris”, entre otros muchos, fueron algunos de los títulos que destacaron en su
exposición última del siglo XX.
Desde muy niño Julián Escalona
Ocaña se siente llamado por el dibujo, consiguiendo con esta asignatura
las mejores calificaciones obtenidas a
lo largo de toda su escolarización. A
los catorce años ingresa en la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
de Málaga, donde orienta su vocación
bajo las enseñanzas del profesor Juan
Almagro. Con diecisiete años decide
emprender la aventura americana y se
traslada a Venezuela, donde, tres años
más tarde de su llegada, en el Museo
Nacional de Arte de su capital, Caracas,
tiene la oportunidad de darse a conocer en una exposición colectiva, lo que
le abre las puertas de los medios artísticos y afines de la capital. Permanece
en ella hasta el año 1966 en que, al fin
logra su sueño de exponer en la capital
de Francia, lo que consigue a través de
otra exposición colectiva del Grupo de
Artistas Independientes.
Esta bellamente adornada obra de
Julián Ocaña nos invita a soñar. El dominio del dibujo le permite dibujar pintando
y esto hace que su mayor esfuerzo esté orientado en el estudio del color, consiguiendo de
esta forma un mensaje poético y ensoñador
que cala profundamente en la sensibilidad
del espectador, escribió el comentarista
ocón 291
internacional del diario El Mundo, de
Caracas, en 1960: Obseso de la luz, Ocaña
exhibe un moderno impresionismo hispano
de alta estima, fue el comentario acerca
de su obra de la Gaceta de Amberes en
junio de 1983.
La prolífica obra de Julián Ocaña
se mostró en distintos momentos en
salas y galerías malagueñas y de otras
diferentes de España y del extranjero a
partir de 1967. Su orden fue el siguiente: Sociedad Económica de Amigos del
País (Málaga, 1967); Galería Picasso
(Málaga, 1969); Sala Alcón (Madrid,
1973); Museo Provincial de Málaga y Sala
Alcón de Madrid (1974); Gut Weiherhof
y Galería Toisón (Alemania y Madrid,
respectivamente, 1975); Galerías Díaz
Larios, Malacke y Sala Nonell (Málaga,
id. y Valencia, 1976); Galería Prat y
Hertogenboch (Valencia y Holanda, respectivamente, 1977); Galería San Vicente
(Valencia, 1978); Miramar Arte y Caja de
Ahorros (Málaga y Huelva, respectivamente (1979); Sala Llorens y Turnhout
Dewarande (Barcelona y Bélgica, respectivamente, 1980); Sala Llorens
(Barcelona, 1981, 1982); Dewarande y
Sala San Vicente (Bélgica y Valencia,
respectivamente, 1983); Sala Llorens
(Barcelona, 1986); Beerse (Bélgica,
1988); Sala Llorens (Barcelona, 1989)
y Galería de Arte Pórticus (Málaga,
1991).
La obra de este pintor está representada en colecciones particulares
e instituciones privadas de Ankara,
Suecia, USA, Alemania, Bélgica, China,
Suiza, Brazzaville, Holanda y México.
Emilio Ocón y Rivas, hermano del
músico malagueño de idénticos apellidos, representa para la llamada Escuela Malagueña de Pintura del XIX el
primer ejemplo del género marinista
puro, cuyos secretos supo transmitir a
muchos de los que fueron sus pupilos
en la Escuela de Bellas Artes de Málaga, especialmente a José Gartner, que
llegó a superar al maestro. En Málaga desde muy niño, con doce años de
edad ingresa en Bellas Artes en las aulas de los pintores Antonio Maqueda y
Ángel Romero. En años posteriores a
los comienzos de los estudios artísticos,
hace tres años de náutica en la Escuela de Pilotos Náuticos de San Telmo,
Málaga (1860-1863), donde demuestra
su inteligente suficiencia para el dibujo de embarcaciones. Al ser recomendado a Carlos Haes, antiguo pintor y
profesor de Málaga y a la sazón docente en la Academia de San Fernando,
de Madrid, que tres años más tarde le
gestionará de la Diputación Provincial
malagueña una beca para que realice
estudios en los Países Bajos, donde fue
alumno de Jean Paul Clayss y Louis
Hendrych. Vuelto a España en 1870, un
año más tarde presenta obras a la Exposición Nacional con varios cuadros
292 oliver
de temas de su especialidad, entre ellos
“Vista de Málaga en un día de calma”,
que mereció una Mención del jurado. En 1873 participa en la Exposición
Universal de Viena, en cuyo certamen
consigue la Medalla “Sur Kunestude”, y
viaja por Suiza y otros países del continente pintando paisajes. Su incorporación a la docencia se produce en 1875
ocupando la plaza que dejó, tras su fallecimiento, el pintor y profesor Jacobo
Acosta. Fallido su intento de alcanzar
en 1883 una pensión para la plaza de
Paisaje en la Academia de Roma, se
siente recompensado al crearle la Diputación Provincial de Málaga, exprofeso, la Cátedra de Paisaje en la Escuela
de Bellas Artes de Málaga. Un año antes de acabar el siglo XIX envía a la Exposición Provincial del Liceo varios de
sus últimas obras: “Valle de Samoens”
(en la Alta Saboya), “Cercanías de Ginebra”, “Crepúsculo de la tarde” (Málaga), dos apuntes del natural y “Lago
de Ginebra”, con el que es distinguido con Medalla de Primera Clase. Era
académico de San Telmo desde 1893,
y pese a los éxitos y fama alcanzados
durante el ejercicio de su pintura y docencia, sus alumnos, pintores y amigos
ayudaron a la viuda organizando una
exposición-subasta a su beneficio, dada
la situación de precariedad en que se
hallaba la familia.
Perry Macon Oliver, que era a sus
19 años de edad socio del estudio de
diseño Oliver & Wright Associates en
Collage Park, Maryland, EE. UU., abandona su país en 1968 y después de recorrer España y Marruecos se instala definitivamente en Nerja. Es en Málaga,
por tanto, como en el caso de otros
distintos pintores extranjeros, donde
nace, se desarrolla y alcanza madurez
su obra gráfica, a la que se entregó tesoneramente investigando, estudiando
y experimentando de forma autodidacta desde 1970. Sus primeras esculturas
aparecerían, como sorprendente complemento de su creatividad gráfica,
un año antes de finalizar el siglo XX.
De su obra gráfica, nutrida y original,
escribió Antonio Parra: En ese mundo
de escasas tonalidades, al negro le ha sido
siempre conferido papel de protagonista y
será el que determine figuraciones pasadas
o gestualidad del momento, sin renunciar
al ritmo, al instinto interpretativo, a la importancia de la representación del icono, que
Oliver quiere elevar a la categoría de imagen
poética. Por otro lado, el también crítico Wilfredo Rincón recordaba, a propósito de la exposición de Oliver en la
Sala de Italcable, Málaga, 2000: Oliver,
orellana 293
en esta nueva faceta de su arte, va a seguir
con la temática que en este mismo momento
le ocupa en su arte gráfica que es, ni más ni
menos, que las relaciones humanas que el
artista precisa, deben entenderse en el más
amplio sentido de la palabra. Sus esculturas
y grabado son para Oliver reflejo de su búsqueda permanente. Desde los años 1975
a 2000 –primera y última exposiciones,
respectivamente, durante el siglo XX–
Oliver celebro 15 individuales en EE.
UU., 3 en Alemania, 3 en Dinamarca,
1 en Francia y 15 en España:(Madrid (3),
Badajoz (1), Almuñécar (1), Cadaqués
(1), Málaga (4), Nerja (1), Sevilla (2),
Marbella (1), Rincón de la Victoria (1).
Del palmarés de Oliver destacamos, salvo error o involuntaria omisión, los siguientes premios y distinciones: Primer
Premio de Gráfica de la Doylestown Art
Leage Annual, Doylestowm, EE. UU., y
Premio George Lazlo de la Phillips Mill,
EE. UU. (1981); Mención de Honor del V
Premio de Grabado Máximo Ramos, del
Museo de Bello Piñeiro, Ferrol, España
(1988); Premio de la XV Exposición
Internacional de Miniprint, Barcelona,
España (1995); Segundo Premio del III
Premio Nacional de Grabado del Museo
del Grabado Español Contemporáneo
de Marbella, España (1995); Premio de
la Asociación de Amigos del Museo, correspondiente al VIII Premio Nacional
de Grabado de España (2000), y Primer
y Segundo Premios del III Concurso
Nacional de Grabado, Alcalá de Guadaira, Sevilla (2001).
Juan Pablo Ruiz Orellana comienza
su formación artística a los 17 años junto a su amigo el escultor Jesús Martínez
Labrador. Licenciado en Bellas Artes por
la Facultad Santa Isabel de Hungría, realizó cursos de posgraduado en Granada.
Profesor de Dibujo Artístico en la Escuela
de Arte Mateo Inurria (Córdoba), ha
realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas prácticamente
en todas las capitales y principales ciudades andaluzas, además de Madrid y
París. El crítico Miguel Clementson,
luego de haber estudiado los cuadros
que el pintor exhibía en el conjunto
titulado Diario del Natural, escribió: La
pintura de Pablo Orellana nos habla por sí
misma, relevándonos en un diálogo tácito y
ensimismado la propia personalidad expresiva de su autor. Estos cuadros no imitan, ni
suponen una recreación imaginativa de la
experiencia; constituyen por sí mismos una
realidad paralela tan conceptual como la que
transcurre cotidianamente fuera de nuestra
epidermis, tan visceral como la que subyace
en nuestra substantividad interna. En estas composiciones se dimensiona ante todo el
sentido más profundo, las vivencias más íntimas, las insinuaciones más radicales. Su
inicial maestro, Martínez Labrador, ya
había comentado anteriormente: Yo veo
294 orlando
en su pintura una desnudez rara por su pureza, un encantamiento mágico ante el alma
de lo natural. Cualquier tema, por simple o
por eterno, toma por su mano dimensión de
clásico. Más bueno no por ser real lo pintado,
sino por ser vivo, por transmitir lo que el espíritu ve latente en cualquier cosa que existe.
Mayor número de exposiciones colectivas que individuales jalonan su carrera desde 1986 en que decide presentar su obra al público. Así, Sevilla en 10
ocasiones, Antequera (5), París, Málaga
(5), Motril, Granada, Santa Fe, Córdoba
(5), Torre del Mar, Salobreña, Santiago
de Compostela, Puerto de Santa María y
Jerez de la Frontera, fueron ciudades a
las que acercó su producción pictórica
junto a otros artistas. Su actividad galerística individual se inicia en 1985 con el
ciclo Obsesiones, cuadros que presenta en
el salón del Rectorado de la Universidad
de Sevilla. En 1992 inaugura exposición
en la Sala de Unicaja de su ciudad natal,
en 1995 lleva el conjunto titulado Diario
Natural a la Sala Mateo Inurria de la capital cordobesa, en 1999 presenta un lote
de pinturas en el Estudio Peironcely de
Madrid, donde vuelve 4 años más tarde.
Finalista de la Beca Picasso del
Ayuntamiento de Málaga (1989), fue
seleccionado para el I Certamen de
Pintura La General de Granada. Ha sido
ilustrador de revistas y eficaz colaborador gráfico de diferentes libros editados en Madrid y Málaga. Durante los
cursos 1982 a 1985 trabajó como profesor y animador del taller ambulante
Escuela de Arte para Niños, fundado y
dirigido por Jesús Martínez Labrador.
Como cuestión previa, y en lo que
se refiere al año del nacimiento de
Felipe Orlando García-Murciano, muchos de los estudiosos y exégetas de su
obra que sobre ella han escrito, aseguran que el año del nacimiento del artista fue 1911; sin embargo, en la nota autobiográfica que el propio pintor redactó
para el catálogo de su exposición malagueña (Diputación Provincial, 1971) dejó asegurado: Nueve meses antes del 21 de
enero de 1917 Felipe Orlando habitó el vientre materno.
Pintor, escritor, fundador y director de publicaciones, fue también profesor universitario, antropólogo, y, con
carácter honorario, director del Museo
Arqueológico de Benalmádena al donar
al municipio su colección de piezas y
esculturas precolombinas. Orlando fue
uno de los muchos ejemplos de creativos no nacidos en Málaga que, pese
a dicha circunstancia, dejó en su obra
indudable huella de su encuentro con
nuestra cultura mediterránea. Presente
en España desde 1960, nueve años más
tarde se estableció en Benalmádena,
ciudad que eligió para vivir durante los
últimos 32 de su existencia. Desde los
17 años de edad vivió en Quemados de
orlando 295
Güines (Cuba) y al cumplir los 19 ingresó en el taller de pintura que regentaban en La Habana Vieja Jorge Arche
y Víctor Manuel. Casado en 1937 con la
también pintora Concha Barreto, tres
años más tarde comenzaría a compatibilizar pintura con narrativa, de cuyos
irónicos modos literarios –que llevó
sin duda a la pintura– daría ejemplo
en una docena de títulos. Uno de ellos
Leonorilda eleva el pensamiento a las alturas, obtuvo el Premio Netzahualcoyotl
de México (1973).
Autor de lienzos tan inquietantes
como “Dama distinguida con animal
vulgar”, “Mariscal del cuerpo burocrático” o “Dama intelectual y general
monorquido” (en alusión al único testículo del personaje), dichos cuadros
pertenecientes a su primera exposición malagueña de 1971, constataban
las primeras advertencias de lo que el
artista evolucionaría, en iconografía y
colorido, hasta llegar a las sorprendentes y mágicas representaciones plásticas de la última generación de cuadros
vista, también en Málaga, en 1983, y de
las que con luz propia destacaron “A la
memoria de Concha Barreto”, “Cauce
silencioso”, “Gradación del Siena”, “Del
Mediterráneo” o “Llamada”. Orlando
expuso su obra en una larga serie de importantes galerías de ambas Américas y
Europa. Su primera y fugaz visita fue
en 1960. Durante su breve estancia,
que aprovecha para contactar con artistas pintores y personalidades de la
cultura malagueña de entonces, ilustra
los números 96 y 97 de la revista poética
Caracola, que dirigía José Luis Estrada
Segalerva. Su enigmática obra tuvo
del malagueño Manuel Altolaguirre, a
quien trató en México y Cuba, uno de
los comentarios más acertados, al asegurar: He desnudado de color, quitándole
su luz, los cuadros de Felipe Orlando, y me
he encontrado siempre con que el dibujo, la
trama esquelética, esquemática, de su arte,
es tan débil, tan delicada, como la voz de
un niño. Darle vida a tales inocentes líneas
para que sin perder su pureza ganen en intensidad, sólo es posible con un profundo
conocimiento del color. El color y el dibujo, como el cuerpo y el alma de una misma
vida, no pueden separarse, pero cuando la
luz borra el dibujo, cuando el espíritu hace
que nos olvidemos de la forma, cuando logramos decir algo sin saber cómo lo decimos,
es cuando llegamos a estar seguros de nuestra victoria.
Su primera exposición individual
tuvo lugar en el Lyceum de La Habana
(1936) y a partir de ésta, hasta la última del mismo carácter de 1993, protagonizó incontables eventos galerísticos
en México, Cuba, Venezuela, España,
Italia, Francia, Suiza, Alemania, EE. UU.
(San Francisco, Washington, Nueva
York, Dallas, Los Ángeles Chicago),
Argentina, Puerto Rico, etc. El número de participaciones en colectivas,
tanto americanas como europeas, fue
tan elevado que hace imposible su
enumeración. Como queda dicho, su
primera exposición malagueña fue en
1971 seguida, el mismo año, de otra en
la Galería Nova de Torremolinos. Una
más en Harras (1982) y la última de ellas
en vida del artista en Alfredo Viñas, ambas en Málaga (1993), cierran el ciclo
de sus exposiciones individuales malagueñas. En 1998, guiado por el interés
296 orlando
de la obra de Orlando, el Instituto de
Bachillerato de Benalmádena organizó
en su homenaje una exposición colectiva, y en el Centro de Exposiciones de la
misma localidad fue presentada una retrospectiva de su obra en junio de 2005.
Fallecida su esposa en 1989, Orlando
contrajo nuevo matrimonio (1991) con
Marina Lara.
ORTIZ BERROCAL, Miguel
(Ver BERROCAL)
p. p. criado 297
José Criado García. Sus óleos suele
firmarlos con doble “pe” mayúscula seguido de su primer apellido; sus dibujos, sin embargo, los rubrica como José
Criado. Es pintor de formación autodidacta que ejerció desde muy joven y
que, posteriormente, como responsable técnico de la Compañía Iberia en
Nueva York y Miami, compatibilizó sus
responsabilidades técnicas con una dedicación intensiva a la pintura. Desde
la capital neoyorkina donde tuvo tallerestudio desde 1996, difundió su obra
en EE.UU. a través de exposiciones celebradas en numerosas ocasiones en
la misma ciudad de los rascacielos, así
como en Miami, Chicago y Atlanta.
La suya es una obra realista sustentada en un dibujo de gran perfección
que mereció encomiásticos comentarios no sólo de los verdaderamente
entendidos en Tauromaquia, sino por
prestigiosos críticos de arte. Eusebio
Gonçalvez-Ruano opinó que Su malagueñismo en particular y por extensión su
espacioso andalucismo, no solo sin quebrantar sino incrementando sus deseados sentimientos, dan la profusión y exuberante vitalidad de lo contenido en su recreación; la
cotidianidad se engrandece en fuerza vital
en su pintura. De otro lado, el profesor
de la UMA crítico taurino José Manuel
Ortega Marín dejó, en su momento, escrito: El proceso de exteriorizar es una pelea
desde la intimidad, donde formas y colores se
debaten con la capacidad de rehacerlos desde el rigor, desde la inconformidad, desde la
298 pachi
matriz creativa que no se reconoce sin lucha,
en una batalla en la que muchas veces se cae
vencido. Es la aventura vital del creador, es
la dolorosa peripecia del artista, es el universo interior que, a puñetazos, se debate y
consigue salir y materializarse en la pintura
de Pepe Criado.
Su primea exposición individual
data de 1972 al exhibir sus iniciales
obras en la sala de la Caja de Ahorros
de Ronda en Málaga-capital, a la que
siguieron las del hotel Las Fuentes del
Rodeo en Marbella (1974 y 1982); Caja
de Ahorros de Antequera en Málaga
(1975); Hotel Los Monteros de Marbella (1977 y 1984); Casa de Cultura de
Torremolinos; Casa-Museo del Ayuntamiento de Mijas (1995) y Pease Lane
Studio (Long Island, Nueva York, 1998,
1999, 2000 y 2001). Iniciado el siglo XXI,
hasta su última muestra individual del
Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso del
Ayuntamiento de Torremolinos, celebró tres nuevas exposiciones en Miami,
así como otras distintas en las plazas de
toros de Las Ventas de Madrid y en la
de Antequera. También participó en
ARTJAEN y en MARB-ART.
Francisco Javier Rodríguez Idígoras
es, como su hermano Ángel, dibujantey humorista, y a la labor desarrollada conjun-tamente bajo la firma de
Idígoras y Pachi, realizó una producción individualizada de la de su hermano mayor. Tras su fugaz paso por La
Gaceta de Málaga, publicó sus viñetas en
Sol de España y otros periódicos locales.
El año 1992 fue cuando realmente los
hermanos iniciaron sus trabajos conjuntos, publicando en El Jueves las que
se hicieron populares series Pascual,
mayordomo leal, Los Aznar en la Moncloa,
El último grito y El perro de la Casa Blanca.
Dicha revista publicó cinco libros recopilatorios con las mejores historietas de Pascual. Más tarde pasaron al
diario El Mundo, ediciones nacional y
de Andalucía, donde ambos prodigaron una notable tarea. Bajo la doble
firma publicaron igualmente trabajos
en publicaciones del Grupo Correo, La
Voz de Cádiz, Supermortadelo, Puta Mili,
El Médico, el Periódico de la Farmacia, etc.
En solitario, Pachi ilustró Viento, un
cuento original de Inma Benítez.
Pachi comparte con su hermano Ángel las siguientes distinciones:
Premio de Comunicación Amigos de
padilla 299
Málaga, Haxter de Gijón, Medalla de
Oro de la Provincia de Málaga, Premio
del Salón del Cómic de Vélez-Málaga y
Tono, de la Villa de Madrid. Además,
es profesor honorífico del Humor por
la Universidad de Alcalá de Henares.
Rafael Martínez Padilla. Citado en
1908 por Antonio Cánovas del Castillo
y Vallejo en sus conocidos apuntes para
un Diccionario de Pintores Malagueños
del siglo XIX, fue pintor que nunca expuso su obra en Málaga. Se había formado artísticamente en la Escuela de
Bellas Artes de Sant Jordi, Barcelona,
ciudad a la que se trasladó con sus padres siendo un niño. Su obra se conoció a partir de 1898 participando en
cuantas exposiciones se celebraron en
la capital catalana hasta bien entrado
el siglo XX, tras haber conseguido una
Mención de Honor en la Exposición
Nacional de Bellas Artes de Madrid.
Sus primeras exposiciones de carácter
individual las celebró en la Sala Parés
(Barcelona, 1905 y 1906). Tras ser galardonado en 1907 con una Tercera
Medalla en la Exposición Internacional
de Barcelona por su Tríptico “San
Pedro de Roda”, su obra, inscrita en el
postmodernismo catalán, alcanza con
su nombre una cierta popularidad que
le abre las puertas no sólo de los cenáculos artísticos, sino de los propios estudios y talleres donde se citan los más
influyentes pintores de la época. Fue
compañero de Luis Bagaría, el gran
caricaturista establecido en Madrid a
partir de 1911, y de Picasso, con quien
frecuentó Els Quatre Gats y con quien
realizó al alimón, en el restaurante El
Canario de la Garriga, un tema pictórico. Ramón Casas le hizo un retrato,
y Pablo Picasso, en el taller del propio Martínez Padilla, realizó en 1917
el cuadro titulado “La Salchichona”,
lo que prueba que el pintor Padilla ya
era figura artística singular en los ambientes barceloneses previos a los años
20. Durante su larga estancia en París,
que se prolongo desde 1937 hasta 1950
en que regresa de Francia, cultivó el
paisaje, aunque no desdeñó la figura
femenina, el retrato ni el bodegón.
Fueron obras que, cada vez más atractivas, ganaban, como contrariamente
suele suceder, a medida que el pintor
envejecía. Fueron distintas las exposiciones que celebró en Francia, de las
que destacó sobremanera la de 1949
en la parisina Galería Berheim-Jeune.
Otro grato acontecimiento, muy aplaudido por los espectadores de la época,
fue su última exposición celebrada en
Barcelona en 1950. De los retratos más
celebrados salidos de sus pinceles, se
encuentran el de “Miguel Utrillo” y “El
amigo Colomer”.
300 padilla
Gabriel Padilla Cifré, licenciado
en Filosofía y Letras (rama Historia del
Arte) por la Universidad Complutense
de Madrid, es, en cuanto a formación
artística, autodidacta. Aprendí en los museos, en las exposiciones y en los talleres de
algunos amigos, ha dicho. Las iniciales
pruebas artísticas de Padilla Cifré las
hallamos en la exposición De la nueva
figuración que en la entonces sede del
Museo Provincial de Bellas Artes de
Málaga, entonces en calle San Agustín,
organizó el joven pintor Joaquín de
Molina, quien le invito a participar en
la misma. El mismo año, en la madrileña galería El Pub, participó en otra
importante colectiva titulada En torno a
Federico, un cálido homenaje de un grupo de pintores al poeta granadino. Su
primera individual, en el Ateneo malagueño, fue en 1980. Acerca de aquellos
trabajos el poeta Rafael Pérez Estrada,
dejaría escrito: …y hay una sangrienta
complicidad en todo aquello que insinúan
estos ambientes y personajes de Gabriel
Padilla. Complicidad que, hirientemente se
desvela a la contemplación del espectador, del
testigo que admira la gestión del terrorista en
el Arte. Por su parte, Eugenio Carmona,
en el tercer volumen de la obra Málaga,
editada en 1984, al referirse a este autor
manifestaría: Un cierto intento de recuperación de determinados aspectos de las primeras vanguardias… Elementos del Picasso
de “Las señoritas de Aviñon”, del Braque
precubista, de Kirchner, Smidt-Ruttolff o
Vlamic… El color en el que Padilla, en un
principio, quería atenuar a la vivacidad…
es hoy, con la entrada en juego del negro y
de las tonalidades oscuras, más violento, de
una medida agresividad.
Durante todo el decenio de 1980
Padilla participa en distintas colectivas
de diferente argumentario: Homenaje a
Pablo Picasso, Pintura joven malagueña,
Fondos de la Diputación, Nuevamente en
público, Línea de costa, El mar en tus ojos,
Su disco favorito y Vida moderna. Dentro
del mismo decenio expone individualmente en la Diputación Provincial de
Málaga, Galería Antonio Machado de
Madrid y en Casa Yamgua de Granada.
Dos veces en el Colegio de Arquitectos
de Málaga, una más en Colectivo Palmo
y posteriormente en Galería Alameda
de Coín, Ayuntamiento de Nerja y en
Alfredo Viñas, completa su programa
galerístico individual entre 1980 y 1990.
Trabajó incesantemente hasta el final de
dicho año, en que decide permanecer
al margen de los circuitos de las salas de
exposiciones, sin que esa circunstancia
fuera un obstáculo para la realización
de nuevo trabajos. En 1985 el Colegio
de Arquitectos de Málaga concede a
Gabriel Padilla uno de los premios con
que dicha corporación distingue la creatividad artística.
palma burgos 301
Francisco Palma Burgos, hijo mayor del escultor Francisco Palma García, siempre manifestó ser, vocacionalmente, más pintor que escultor, pese
a las indudables influencias que de las
artes escultóricas podía recibir como
legado familiar. Pese a ello, al morir su
padre relativamente joven, se hizo cargo del popular taller de calle Cobertizo
del Conde con objeto de concluir algunos importantes trabajos ya aceptados
por su progenitor y, al mismo tiempo,
salvar la situación económica en que
quedaba la familia. Sin duda, aprendió el oficio teniendo como principal
maestro a su propio padre, pero mas
interesado en la pintura como siempre
demostró, siguió cursos en la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
de su ciudad natal, que mucho después completaría en sus idas y venidas
de Italia, en cuya capital, y con el profesor en Bellas Artes Américo Bartoli,
seguiría distintos y ocasionales cursos.
Compatibilizó sus estudios de pintura
en tanto crecía en popularidad su obra
escultórica, de forma que al alcanzar la
madurez artística en ambos campos, en
los dos decenios finales de su existencia
eran públicamente valoradas sus obras
escultóricas y trabajos plásticos.
La obra escultórica de Francisco
Palma Burgos fue, mayoritariamente,
religiosa. Para las hermandades y cofradías malagueñas realizó, después de la
guerra de 1936-39, la copia no exacta del
crucificado de Mena, así como la figura
de la Magdalena y trono del Cristo. A
la misma época pertenecen los crucificados de las cofradías de la Humildad,
la Sangre y de los Milagros, éste último
perteneciente a la popular hermandad
de Zamarrilla. Sirvió a Palma de modelo para el Cristo de los Milagros, iniciado en la noche de 24 de diciembre de
1938, su amigo y cuñado Antonio Casares López. Igualmente, supo reproducir
con inspiración y depurada técnica el
desaparecido grupo de la Piedad, obra
de su padre. Imposible de citar individualmente cada uno de sus temas religioso-cofrades, diremos que se distribuyen en distintos grupos temáticos. Son
famosas en el mundo semanasantero
andaluz sus vírgenes pasionales (María
Santísima de la Caridad y Nuestra Sra.
de los Dolores, en Úbeda; Ntra. Sra. de
la Soledad, en Linares, y Ntra. Sra. de
la Victoria en su Soledad, en Andújar.
Otras imágenes fueron: Sagrado Corazón de Jesús y Virgen del Rosario (Catedral e iglesia del Sagrario (Málaga);
los nazarenos flagelados; Ntro. Sr. de la
Columna (Úbeda); Ntro. Padre Jesús
de la Humillación y Perdón (Málaga)
y Jesús del Perdón (Jaén). Otras imágenes de yacentes con distintas advocaciones fueron: Santo Sepulcro de Cristo (Úbeda, Jaén) y Cristos Yacentes de
Campillos (Málaga), Andújar (Jaén) y
Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias).
A este catálogo de obras procesionistas
302 palma burgos
hay que añadir las siguientes esculturas
sobre otros diferentes momentos de la
Pasión: Entrada de Jesús en Jerusalén,
grupo escultórico del Santo Entierro y
Jesús Resucitado (Úbeda, Jaén); Oración en el Huerto y Jesús Nazareno
(Torremolinos, Málaga); Ntro. Padre
Jesús del Suplicio, Ermita de Zamarrilla (Málaga), y en la misma ciudad, la
copia del impactante grupo escultórico
de la Piedad. Su obra pictórica, poco
conocida en España, está presente en
colecciones particulares de Málaga y
otras capitales andaluzas, así como en
Madrid y, junto con sus trabajos escultóricos, reiteradamente premiados
en Italia, donde residió algunos años.
El extenso palmarés de este escultorpintor se inicia en 1929 al serle otorgada una Bolsa de Estudios del Ayuntamiento de Málaga. En 1936 recibió
el Primer Premio de la Exposición de
Bellas Artes de Córdoba y en 1943 alcanzó el Primer Premio del concurso
nacional para la realización del trono
del Cristo de Medinaceli (Madrid).
Becado posteriormente por el Ministerio Español de Asuntos Exteriores,
realizó cuatro cursos en la Escuela de
Bellas Artes de Roma. Fue Medalla de
Plata de la Exposición Nacional de
Bellas Artes de Madrid por su escultura “Virgen Dolorosa del Santo Entierro”, de Úbeda, y Medallas de Bronce
y Oro, respectivamente, en las exposiciones de Pintura Extemporánea de
Italia en los años 1961 y 1962. Otras
Medallas de Oro conseguidas en Italia correspondieron a la Exposición
Internacional de Pintura de Gubbio
y Vía Marguta, así como de las ciuda-
des de Viterbo, Neppi, Goggia y Visso. Igualmente, en Roma recibió en
distintos años el Premio de la Dante
Alighieri, Medallas de Oro de los ministerios italianos de Turismo y de la
Guerra, y, por último, el Premio Nacional Leonardo Da Vinci.
José María Palma Burgos, hijo de
Francisco Palma García y hermano de
Francisco Palma Burgos, su infancia
transcurrió en el ambiente artístico paterno de la calle Cobertizo del Conde,
donde estaba situado el taller familiar.
Al fallecer su padre, fue su hermano
Francisco quien se hizo responsable del
taller paterno y juntos trabajaron en el
mismo atendiendo distintos encargos e
iniciando otros muchos proyectos personales y en común. Ambos hermanos
permanecieron algunos años juntos, incluso durante las ausencias de Francisco en Madrid. La formación que inicialmente alcanzó José María en el taller
familiar, fue completada con los estudios realizados en la Escuela Superior
de San Fernando en Madrid, a partir
de 1943, recién cumplidos los 15 años
de edad. También en la capital de Es-
palma burgos 303
paña José María y Francisco trabajaron
juntos en distintos proyectos y encargos. Autor que ha utilizado a lo largo
de su carrera todos los materiales posibles (madera, barro, piedra, bronce),
en su catálogo general se recogen numerosísimos retratos de niños, damas
y personajes de la vida nacional; autor,
por otra parte, de esculturas de gran
formato, muchos de sus temas se encuadran es espacios naturales, parques
y jardines de Madrid y otras distintas
capitales españolas. Rodin y Julio Antonio, en el decir del propio escultor,
fueron sus maestros en la fusión humanístico-realista del género escultórico
al que ambos se consagraron. El catálogo de sus obras, hay que repetirlo, es
muy extenso, pues constata 80 retratos
(niños, damas, empresarios, industriales, artistas de diferente carácter y políticos de la época). De sus monumentos,
muchos de ellos situados en espacios
públicos de numerosas ciudades españolas, destacan los grandes formatos
que realizó para el madrileño Parque
de las Naciones, cuya dirección artística asumió; en Málaga y provincia, los
bronces del Cardenal Herrera Oria y
Picasso (Cortina del Muelle y antiguo
Museo Provincial de Bellas Artes, respectivamente); busto de José González
Marín (Cártama); escultura en piedra
blanca de una réplica de Santa María
de la Victoria, patrona de Málaga y su
Diócesis, en el llamado lugar de El Pinar, próximo a La Torrecilla, en el Parque Nacional de la Sierra de las Nieves
(Mijas); busto de Francisco Palma García (Antequera) y el grupo escultórico
“Maternidad con niños”, encargo de la
Diputación malagueña para su Colegio Virgen de la Esperanza, entre otras
obras.
Con motivo de su exposición en el
Club Pueblo (Madrid, 1967), el periodista y crítico Julio Trenas, refiriéndose
al conjunto de obra nueva presentada,
opinó así: Estatuas que aspiran a la comprensión del hombre, que viven su atmósfera
y complementan y se edifican, por el milagro
estético, su espíritu. Apuntaré que este sentido social de la escultura lo ha llevado José
María Palma también a sus cabezas-retratos. Suele colocarlas sobre el bloque, carentes
de inscripción y laudes. Todas las pátinas
enriquecen los retratos de José María Palma,
maestro de la perennización fisiognómica, y
completan la obra de quien ha dado a la estatuaria su más profundo sentido humano
y social. Por su parte, el también crítico Francisco de la Plaza destacó el alto
valor de ejecución en la escultura de
pequeño formato, de las que aseguró:
Presentan la seguridad de la obra acabada,
el peso de la monumentalidad. No en vano
estamos ante un escultor de monumentos,
maestro del trato de los grandes espacios y de
las grandes masas corpóreas. Todo ello y la
nueva serie de Maternidades evidencian que
estamos ante un escultor completo atento a
todo el entramado de valores y vivencias que
configuran la obra de arte.
La primera muestra individual de
sus obras se celebra en los Salones de
la Sociedad Económica de Amigos del
País de Málaga (1946) y la segunda del
mismo carácter en Melilla (1953). Por
fin expone en la Casa de Málaga en Madrid (1961), donde, a partir de entonces, comienza a recibir muchos encargos por parte de particulares, empresas
304 palma burgos
y organismo oficiales. De sus exposiciones individuales en la capital de España
se recuerdan especialmente, además de
la citada, las del Club Pueblo (1967) y la
que posteriormente celebró en Galería
Lázaro (1984). En cuanto a las de Málaga, destaca su participación en la colectiva Generación de 1950 organizada por
Galería Miramar Arte (1980) y las presentaciones individualizadas, tanto en
Madrid como en Málaga, de las esculturas del Cardenal Herrera Oria (1971),
“Mujer perchelera” (1970), busto a José
González Marín (1972), escultura de
Santa María de la Victoria (1975) y “Maternidad con niño” (1977).
Concurrió en numerosas ocasiones
a distintas convocatorias del Salón de
Otoño de Madrid, en los que alcanzó
los siguientes galardones al mérito artístico: Tercera Medalla (1963), Segunda Medalla (1964) y Primera Medalla
(1965). Un año más tarde recibe Placa
de Plata, Homenaje de los artesanos
españoles, y en 1977, al participar en
el Salón de Otoño de dicho año, los
premios Mateo de Inurria y Santiago de Santiago. En 1991 fue investido
miembro de la Academia de las Artes
Musicales W. A. Mozart, de la ciudad de
Linares.
Mario Palma Burgos, tercer hijo varón del matrimonio formado por Francisco Palma García y Purificación Burgos
Fernández, también destacó en las artes
creativas de la pintura y la escultura. En
1931 se matricula en la Escuela oficial
de Comercio y en la Artes Aplicadas y
oficios Artísticos de su ciudad natal. En
ésta última, como tantos otros alumnos
de su tiempo, frecuentó las clases de su
padre en el último de los centros citados hasta 1936 en que interrumpe los
estudios a causa de la guerra. Al fallecimiento de su progenitor, y en unión de
su hermano Francisco, se integra en el
taller familiar, y, posteriormente, su hermano José María. En 1944, recién cumplidos los veinticuatro años de edad, imparte en su ciudad natal clases en el viejo edificio de Bellas Artes en sustitución,
durante más de un año, de su hermano
Francisco. En 1943 los hermanos crean
varios talleres, además del de Málaga en
Andújar, Úbeda, Cieza, Jaén capital y
Madrid) para poder atender los trabajos
escultóricos que se les encargan. En 1958
los talleres de los hermanos Palma se disuelven y cada uno de ellos se instala en
diferente lugar: Francisco en Italia, José
María en Madrid y Mario en Sao Paulo
palma burgos 305
(Brasil), desde donde, durante varios
años, recorre Uruguay, Paraguay, Chile
y Argentina realizando importantes trabajos escultóricos no sólo en Brasil, sino
en la mayoría de los países que visita. En
el mes de julio de 1970 decide dar por
finalizada su estancia iberoamericana
y regresa con su mujer y su hijo Mario
a España, estableciéndose en la ciudad
de Málaga donde había nacido 49 años
antes.
Durante el decenio 1972-1982 Mario
Palma realiza en distintos lugares de Andalucía cursos de talla y modelado para
alumnos del PPO, más tarde INEM, durante los cuales realiza cuatro grandes
bustos en barro, además de otros trabajos en madera y relieves en terracota
para el ejercicio del alumnado andaluz.
Al finalizar su actividad como profesormonitor del PPO en 1982, se le destina a
una oficina del mismo organismo. Desde el taller que comparte con su hijo
Mario hasta su jubilación y posterior
fallecimiento de 1991 a la edad de 70
años, el artista realizó múltiples restauraciones de objetos de arte y esculturas
de pequeño formato, entre las que cabe
destacar hasta cuatro copias en madera
policromada del busto del Cristo de la
Piedad, obra de su hermano Francisco.
De su obra escultórica iberoamericana resumimos en primer término
una selección de las esculturas que realizó durante sus dos estancias en Brasil, país donde quedó un número mayor de su iconografía escultórica. Sao
Paulo: busto en granito del cónsul de
Chile; otro en mármol de la esposa del
dibujante, Dino del periódico A Tribuna; escultura de García Lorca para la
Asociación de Poesía; busto de Virgen
Dolorosa en madera policromada; tres
bustos a personalidades de la alta sociedad de la misma ciudad y busto de
Cristo, en piedra; busto de mujer, en
Santos y, en la misma ciudad, otro del
Dr. Silvio Guerra y estatua en granito
de Sor Antonia de la Misericordia; cinco bustos en piedra artificial en Cabo
Frío, Río de Janeiro. En la ciudad brasileña de Santos, y durante diez años,
realizó una importante y meritoria labor restauradora, significativamente el
rescate de una escultura de la Virgen
de Lourdes, un Cristo de la Iglesia del
Carmen, todo el altar mayor de la iglesia de la Asunción, y los distintos altares del templo de Valongo. Su obra en
Chile, salvo error u omisión, fue: escultura en piedra de San Francisco de Asís
para el convento titular de la capital,
Santiago, y en la misma, otra escultura
en piedra de Santo Domingo de Guzmán para el Convento de las Dominicas, así como cuatro bustos en piedra y
otros distintos en mármol. En Argentina se constatan tres bustos a diferentes
personalidades de la sociedad bonaerense. En el campo de la restauración
de imágenes, tanto en Málaga como en
otras ciudades españolas, hay que citar,
entre otras: Cristo de la Buena Muerte,
obra de su hermano Francisco (1973);
Cristo de Azotes y Columna, de las cofradías Fusionadas de San Juan (1974),
y en el mismo año, modela un Eccehomo de 2,5 metros de altura para Andújar, Jaén, y restaura el Cristo Nazareno,
obra de su padre, de la iglesia del Buen
Consejo de Torremolinos (1975), etc.
En 1976 realizó en Macael, Almería, el
306 palma mario
Monumento al Cantero, en mármol
blanco (2,80 metros de altura). Con tal
motivo, el Ayuntamiento de la ciudad
rotula una de sus calles principales con
el nombre de Escultor Mario Palma.
Mario Palma Cobos, hijo del anterior, y tras residir once años en Brasil, se residencia en Málaga en el año
1971, donde ha desarrollado la casi totalidad de su obra. De 1965 a 1968 estudia Dibujo y Pintura en la academia
del profesor Paulo Ferraz, en la ciudad
de Sao Paulo (Brasil); al finalizar dicho
año, amplía su formación artística en
el taller que su padre había abierto en
la ciudad brasileña de Santos. Residenciada su familia en Málaga en el año ya
citado, estudia dos años en la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
de Málaga, en la que su abuelo, su tío
Francisco y su propio padre ejercieron
docencia artística en distintos años.
Tras terminar los estudios de delineación en la Escuela de Maestría Industrial de Málaga (1973), trabaja durante
siete años como dibujante publicista en
artes gráficas. En 1982 monta un estudio con su padre, perfeccionando con
él los conocimientos de la acuarela, dibujo, modelado, policromía y talla en
madera; realiza posteriormente cursos
de modelado, cerámica y de técnicas
fotográficas. Y estudia, asimismo, grabado bajo la orientación del pintor José
María Córdoba. Con ocasión de su exposición (1984) en la antigua Sala José
María Fernández de la Caja de Ahorros
de Antequera en Málaga, el crítico José
Mayorga escribió acerca del hombre y
del artista: Mario Palma ha encontrado
una nota única, peculiar, distinta; su personalidad, artística por supuesto, queda patente, manifiesta en esa valiente, arriesgada
pintura, innovadora de las formas; ha delimitado un campo nuevo, ha roto con las
estructuras clásicas, porque aquí, ahora, en
este momento del arte y la cultura en el que
nos movemos, o se hace así –como hace Mario Palma– o vuelta al comienzo, o peor aún,
paso atrás. En el diario Sur (25. I.1997),
con motivo de su exposición en la Sala
Espacio Tres, pudimos leer: La obra de
este pintor nace indudablemente en los latidos de un moderado impresionismo, altamente personal no sólo por la forma en que
prepara los fondos y dispone el color, sino
por cómo utiliza y fabula con la pincelada.
Su primera exposición individual
en Málaga la celebró en la extinta Galería Picasso en 1975, a la que siguieron,
entre otras distintas del mismo carácter,
las siguientes: Peña El Sombrero y Radio
Juventud de Málaga (1979); Liceo-Peña
Malaguista (1981); Sala de Arte Los Verdiales de Torremolinos (1983); Unicaja (1984); Carlos Gorospe (1992); Sala
Bako de Torre del Mar (1995); Espacio
Tres (1997); Galería Peinado de Melilla
(1998); Galería de Arte Montage de Cas-
palma garcía 307
tleton (Inglaterra, 1999) y Ayuntamiento de Torrox (Málaga, 2005). Ha obtenido distinciones tales como una Medalla de Bronce en el Primer Salón de
Primavera de Artes Plásticas (Málaga),
una Primera Medalla del XI Concurso
Provincial de Dibujos, un Tercero en el
II Certamen de Carteles de la empresa
Covandulken y otro del mismo carácter
en el I Certamen de Pintura Art-Howard
(Italia). Sus obras están representadas
en las colecciones malagueñas de la Excma. Diputación Provincial, Fundación
Pablo Ruiz Picasso y Unicaja, así como
en el Centro Español de Santos (Brasil),
Ayuntamiento de Torrox, Galería Espacio Tres (Málaga) y distintas colecciones
privadas de España y el extranjero.
Francisco Palma García, considerado el escultor imaginero más importante del siglo XX en Málaga, fue padre
de Francisco, Mario y José María Palma
Burgos que igualmente destacaron en
el campo de la creación artística, bien
en pintura como en escultura. Un juicio acerca de la obra y persona de Palma
García lo debemos a Julio Trenas –destacado periodista que en su juventud lo
tuvo de maestro– en el prólogo del libro
que sobre el escultor escribió Manuel
Téllez Laguna: Había en él una transparente mediterraneidad capaz de conjugar las
eternas actitudes clásicas con el movimiento y
la espontaneidad barroca. Y, por parte del
autor del citado libro, recogemos una
frase que se nos antoja reveladora, toda
vez que refería su condición de conjugador de equilibrios: Tenía, al aparecer, la
facultad de ver donde otros no veían. Palma
García se formó en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga, donde asistió a las clases del escultor
José Pérez del Cid y de los pintores José
Nogales Sevilla y César Álvarez Dumont;
de ella sería, con el transcurrir de los
años, profesor de Modelado. Concluido
su periodo formativo en la escuela de
Málaga, trabajó la talla junto a los hermanos Casasola, y en Madrid, en el taller
del malagueño Martín Higuero, para el
cual le había recomendado su paisano,
el político antequerano Romero Robledo. Durante su estancia en la capital de
España aumentó el grado de sus conocimientos y experiencias escultóricas con
la asidua asistencia a las clases de la Escuela de Bellas Artes, donde obtuvo diplomas de primera clase en la totalidad
de los cursos asistidos. El talento de este
interesante escultor al que muchos compararon en importancia con Pedro de
Mena, Fernando Ortiz o los barristas malagueños hermanos Gutiérrez de León,
se manifestó en obras muy diversas.
Así, cuando finalizan las obras del
nuevo Ayuntamiento de Málaga (19171919), erigido en el Parque, según permitieron los nuevos terrenos ganados
al mar, Palma García intervino en su di-
308 palma pepe
seño y realización decorativa exteriores
con dos trabajos fundamentales, como
fueron ambos grupos de heraldos de la
fachada principal, así como las figuras
del relieve del frontón, “Alegoría de la
Ciudad”, en los que la fuerza del naturalismo escultórico que caracterizaban
sus trabajos quedaban de manifiesto.
En 1928 diseñó un monumento en honor del Modernismo Poético que encarnaba Salvador Rueda, pero por circunstancias distintas –tal vez relacionadas con los costes– la propuesta inicial,
que evidentemente era más meritoria,
quedó en el olvido, y el nuevo proyecto
se inauguró en 1931 con la presencia
del escultor y de un anciano Salvador
Rueda que desvalido y abandonado de
todos, falleció a los pocos meses.
La producción escultórica de Palma
García fue abundante, diversa y abarcó una amplísima temática dentro de
la cual destacó la talla cofrade (tronos
del Cristo de la Buena Muerte (1916) y
de Nuestra Señora de la Soledad (1921)
e imaginería religiosa, concretamente
el grupo de la Piedad, que destrozado
cuando los lamentables acontecimientos de 1931, fue de nuevo tallado por su
hijo, Francisco Palma Burgos, basándose en los bocetos originales.
Varias menciones honoríficas jalonaron su espléndida carrera. De ellas
se recuerdan las de la Exposición Regional de Granada (1903) y las de las
exposiciones nacionales de 1906 y 1908.
Condecorado con la Cruz Militar Blanca en premio a la realización del monumento al capitán Moreno, héroe de
la Independencia, en su Antequera natal; también para dicha ciudad realizó
una hermosa escultura en bronce del
Sagrado Corazón de Jesús, y con destino al Seminario Conciliar de Málaga,
por expreso deseo del obispo González
García, realizó en mármol una impresionante Virgen de Lourdes. Sus trabajos fueron reconocidos por la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de
Málaga designándole miembro de número de la misma. A su muerte, ocurrida en plena calle de forma inesperada,
su ya famoso taller de la calle Cobertizo
del Conde siguió adelante por el empeño y voluntad de su hijo Francisco, con
quien colaboraron sus hermanos José
María y Mario.
José Palma Santander. De la saga
familiar de los escultores y pintores
Palma Burgos, es de formación artística
autodidacta, manifestó desde niño su
proclividad creativa dibujando en sus
cuadernos escolares, por lo que tuvo que
se reprendido en numerosas ocasiones
por sus profesores. Desde muy joven
trabajó en la realización de las grandes
carteleras anunciadoras de los cines
malagueños y en 1973 se integra como
peinado 309
diseñador y dibujante en el equipo
creativo de una agencia de publicidad
local. Su formación autodidacta la hace
compatible con su trabajo diario y pinta
cuadros, especialmente marinas que él
considera su tema preferido, y retratos,
que es el género en el que dice sentirse
más cómodo. Su vinculación con el
mundo cofradiero malagueño le lleva
a realizar numerosos trabajos para
distintas hermandades de la Semana
Santa local. Durante los últimos años ha
sido especialmente abundante y atractiva
su larga producción de cartelería cofrade, que las distintas hermandades
agradecieron y premiaron. Una gran
exposición de sus trabajos la celebró en
la Casa-hermandad de la Sangre a la que
está vinculado desde hace años. Otra
de mayor ambición y contenido tuvo
lugar en Ámbito Cultural de El Corte
Inglés, en la que exhibió cuadros y una
selecta muestra de su cartelería cofrade,
confirmando su crédito de excelente
dibujante y sensible cartelista.
Francisco Peinado Rodríguez, de
formación artística autodidacta y emigrado con su familia a Brasil cuando
apenas había cumplido los 11 años de
edad, regresó a Málaga en 1963, iniciando una creciente actividad galerística
no interrumpida en más de 40 años. En
Sao Paulo, ciudad en la que vivió hasta su regreso a España, compaginó su
dedicación con distintas ocupaciones y
los estudios en la Escuela Superior de
Bellas Artes, la cual abandonó al cabo
de año y medio, por considerar no sólo
tediosas, sino poco creativas y estimulantes las distintas materias que en ella
impartía el profesorado.
Con 18 años participó por vez primera en una exposición de carácter
colectiva en la Sala de la Sociedad de
Artistas Plásticos de Sao Paulo (1959), a
la que siguió un año más tarde la individual de dibujos en la Galería Prestes
Maia, y envió dos dibujos a la Bienal de
la misma capital. En el Salón Paulista de
Arte Moderno, celebró a continuación
(1961) otra exposición individual de
dibujos y un año después participó en
el Salón Nacional de Arte Moderno de
Río de Janeiro. Una exposición más en
Prestes Maia de Sao Paulo (1963) pone
310 peinado
fin a su actividad artística en Brasil. De
inmediato, su primera individual de dibujos en la Casa de Cultura de Málaga
(1963) y primera individual en Madrid,
también de dibujos, en Biosca, el mismo año.
Ya en España Peinado, y su obra
en boca de los protagonistas del arte
de los primeros años sesenta del siglo
XX, Manuel Augusto García Viñolas escribe a propósito de su encuentro con
la obra del pintor: Peinado se sumerge en
lo que pinta. Hay pocos pintores que hagan
esto, porque lo frecuente es quedarse a este
lado de acá del cuadro. En la obra de Peinado todo es vida interior. No hay cielos en
ella. Prepara el lienzo como una coraza de
cuero curtido para que permanezca inmune
a los ataques de luz y de color que asaltan
el aire. Su color es denso y profundo, sacado
de la tierra. La pintura surge desde dentro
con una gravedad que pone serio a quien la
mira. Discrepo de quienes ven en esta pintura una narración o un mensaje; su fuerza,
su fascinante fuerza, no reside en el cuento de unas significaciones de muy complejo
entendimiento, sino en la forma de ejercer
la pintura, en el modo de tratar el color, de
ensordecer sus brillos y conjugar sus silencios para que sea él, sin cuentos fantásticos,
quien nos transmita un estado de alma que
se hace emocionante a quien lo mira. Por eso
es tan difícil someter esta obra a una denominación, ni siquiera al realismo fantástico
de los pintores vieneses en los años cuarenta. La pintura de Peinado no se queda en
lo que “representa”; ella va mucho más lejos de su propia significación. Ni siquiera
estoy seguro de que pretenda decirnos algo.
Basta la presencia de su propia naturaleza
de pintura, la religiosa unción con que ha
sido creada, para que tomemos conciencia de
hallarnos ante algo muy serio en la pintura
contemporánea.
Bernardo Palomo publicó en Diario de Sevilla, Diario de Jerez y Diario de
Granada (18 de diciembre de 2003 y
25 de enero de 2004): La obra de Francisco Peinado surge profunda, sugeridora,
llena de matices plásticos que acentúa un
carácter pictórico serio y riguroso. El pintor
nunca se detiene en un proceso de depuración formal sino que manifiesta una vehemencia en todos los sentidos; nada le detiene
en sus maneras apasionadas. Es un pintor
a contraestilo, poco dado a las fulgurantes
apariciones estelares, maquillajes efímeros, a
superfluos planteamientos, que tanto anima
a la creación contemporánea. Su obra es personal e intransferible; ha transcurrido por
las rutas que marcaban los episodios de una
narración incontenida; se ha hecho madura
a base de fuerza y de sentido y es, actualmente, uno de los lenguajes más puros de la
plástica española.
A quienes se preguntaron de qué
páramos de soledad e intimismo emana su personal creatividad, el propio
pintor contestó no sólo acerca de la
atmósfera en que germina su pintura,
sino de la extraña como libre metodología para alcanzar el estricto lenguaje
plástico: nunca hago bocetos para pintar
un cuadro, no estoy acostumbrado, no sirvo
para eso. Trabajo a partir de una idea, de
una imagen, que no tiene que aparecer desde
un principio: puedo empezar poniendo unas
manchas, para que quede una estructura
que favorezca el proceso, pero no recurro a bocetos. Los papeles, dibujos y acuarelas tienen
otra función, pueden dar ideas pero nunca
ser bocetos. Alguna vez he pensado, cuando
peinado 311
llega la angustia y no te sale el cuadro, que
estaría bien tener unos bocetos que lo facilitasen, pero no puedo. Para mí la pintura es
una lucha por poner y quitar; me gustaría
que saliese todo fácil y rápido, pero no es así,
lleva su tiempo, y lo difícil es saber dejarlo,
llegar y no pasarse. Hay cuadros en los que
trabajas durante horas y los resuelves en un
momento. Saberlo es lo más difícil.
La actividad galerística individual
de Francisco Peinado se extiende de
1960 en que presenta sus primeros dibujos en la Galería Prestes Maia de Sao
Paulo, a la que celebró, con el título
de Imagen de guerra, desde el 18 de diciembre del año 2003 al 25 enero del
2004 en el Museo Municipal de Málaga.
Tan largo ciclo de exposiciones individuales constata la celebración de más
de 70 eventos, muchos de los cuales se
repitieron varias veces en Málaga, Madrid, Frankfurt, Colonia, Valencia, San
Sebastián, Bilbao, Santander, Oviedo,
París, Palma de Mallorca, Las Palmas,
Alicante, Lübeck (Alemania), Sevilla,
Marbella, Gijón, La Línea de la Concepción, Granada, Nerja y Moguer.
Durante el mismo período, y en lo que
se refiere a participaciones y colaboraciones en colectivas, ferias de arte, exposiciones itinerantes, bienales internacionales, etc., sumaron más de 100
acontecimientos.
Entre sus premios y distinciones figuran los siguientes: Premio de la Fundación Mosa Pijade de Belgrado, en la
Exposición Internacional de Dibujo de
Rijeka (1968); III Premio de Dibujo en
la fase regional de la Exposición Nacional de Arte Contemporáneo (1970);
Premio Internacional de Pintura Cag-
nes-sur-Mer (1977); I Premio de la VII
Bienal de Arte Internacional, Marbella
(1983); IV Premio Hispanoamericano
de Pintura y Escultura Daniel Vázquez
Díaz (1985); Premio Correo del Arte al
mejor artista en Dibujo (1986); Mención Honorífica Especial en el III Premio de Grabado Máximo Ramos (1986);
Premio Andalucía de las Artes Plásticas
(1992); Premio a la Obra Estampada en
un Sólo Color en el II Premio Nacional
de Grabado (1994) y Mención Honorífica en el III Premio Nacional de Grabado (1995). Es miembro de número
de la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo desde el 3 de junio de 1998.
Miembro de la Escuela de París,
Joaquín Ruiz-Peinado Vallejo pertenecía a una conocida familia rondeña dedicada al comercio. Tras seguir estudios
en Gibraltar, con 17 años se traslada a
Sevilla para iniciar la carrera de Comercio, mas al siguiente año abandonada,
fija su residencia en la capital de España al ingresar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la que
imparten clases Sorolla, Juan Gris, Vázquez Díaz y Pancho Cossío, entre otros,
312 peinado
recibiendo clases de los ya acreditados
artistas Cecilio Pla y Julio Romero de
Torres. Durante tres años (1921-23-24),
recibió el Premio El Paular concedido
por la Academia de San Fernando a sus
alumnos más destacados. Dichos años
disfruta de la citada beca en el Monasterio de Santa María de El Paular. Su
llegada a París se produce a finales de
1923, integrándose en el grupo de artistas que dará sentido universal a la
llamada Escuela de París no sólo por
la distinta orientación plástica de sus
miembros, sino por la diversa procedencia de cada uno de ellos (Chagall,
Pascin, Kisling, Soutine o Modigliani
entre los europeos emigrados, y los españoles Francisco Bores, Antoni Clavé, Pancho Cossío, Óscar Domínguez,
Luis Fernández, Pedro Flores, Pablo
Gargallo, Ismael González de la Serna,
Emilio Grau Sala, Celso Lagar, Alfonso
Olivares, Manuel Ángeles Ortiz, Benjamín Palencia, Jacint Salvadó, Alberto
Sánchez, Pablo Coronado y Hernando
Viñes), algunos de ellos, como fue el
caso de Peinado, coincidentes en la capital francesa con la ya notable María
Blanchard.
Durante su primer año de estancia
en la capital francesa, además de frecuentar el grupo de españoles que poco
a poco va creciendo, Peinado asiste a las
tres grandes academias privadas, entonces las más notables de París (Grande
Chaumière, Colarossi y Ranson), con el
fin de perfeccionar estudios.
Juan Alcalde, recordando al amigo
y artista, escribió de él: Resulta difícil no
caer ante los vientos huracanados de las modas y estilos de éxito. Él, siempre fue fiel a
sí mismo, eliminó las fanfarrias que pudieran adornar su obra. Su pintura es escueta:
de una milagrosa tranquilidad. Sus líneas
llenas de vida, conjugan con sus animados
espacios y parco colorido. Es un pintor eminentemente sobrio por su españolismo. Sus
telas son de un rigor exquisito.
En el catálogo de la exposición
que sintetizaba la actividad artística de
Peinado entre 1947 y el año anterior a
su fallecimiento en 1975, Anna Font i
Gallaguet hablaba de la poesía de lo
cotidiano o el valor de la síntesis en la
obra del pintor rondeño, y añadía: En
la obra de esta época se reúnen diversas temáticas y formas de hacer, resultado de una
estricta búsqueda de la esencia de la realidad. Porque Peinado no inventa sino que
recrea, delimita, analiza, compone. Todo,
partiendo de la observación de lo tangible.
De este modo el género –paisajismo, retrato y
naturaleza muerta– pierde todo lo que pudo
tener de anecdótico.
Sus primeras exposiciones, ambas
de carácter colectivo, tienen lugar en
1924 en París, respectivamente, en el
Salón de Otoño y en el de los Independientes. Un año más tarde participa en
la I Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, que tuvo como escenario
el Palacio de Exposiciones del Retiro
madrileño. Sus siguientes comparecencias artísticas fueron en 1929, al participar en la Exposición de Pinturas y
Esculturas de Españoles Residentes en
París (organizada por la Residencia de
Estudiantes en el Jardín Botánico de la
capital de España) y la Exposición Regional de Arte Moderno (Casa de los
Tiros de Granada, a la que vuelve en
dos ocasiones posteriores).
pepeespaña 313
Como integrante del grupo de españoles de la Escuela de París, participa en 1946 en la muestra Arte de la
España Republicana que se celebra en
Praga y que, dado el éxito que obtiene se traslada a Brno, entonces ciudad
checoslovaca.
Las exposiciones individuales de
Peinado se celebraron entre 1948 y
1971 en los siguientes espacios y ciudades: Galería Velázquez, Buenos Aires
(1948); Sala R. Drouin, París (1949);
Galería Jeanne, París (1951); Galería
Inés Amor, México (1954); Galería Turín, Italia, y Galería Valencia, Caracas
(1955); Galería Suilleret, París (1964) y
Galería Frontera, Madrid (1971).
Como ilustrador, Peinado realizó
colaboraciones para la Revista Litoral
(Málaga, 1927 y 1929) y Gaceta Literaria
(Madrid, 1929); igualmente, colaboró
en la ilustración de La flor de la Californía, de José María Hinojosa (Madrid,
París en la Exposición Internacional
organizada por la UNESCO (1946) y
vicepresidente de la Unión de Intelectuales Españoles (París, 1954).
Entre los premios que se le concedieron en vida figuraron el de Pintura,
que le otorgó la Excma. Diputación Provincial de Málaga en 1927, y el de Los
Amigos de Ibiza, (Madrid, 1965). Fue
correspondiente en París de la Real
Academia de Bellas Artes San Telmo,
distinción que se le otorgó por acuerdo
de dicha corporación en 1969. Ronda le
dedico una céntrica calle, y en el mes de
septiembre del año 2001 UNICAJA inauguró en el histórico palacio de la familia Moctezuma, un museo que lleva el
nombre del pintor y en el que se exhibe
permanentemente parte de su obra.
1927).
Para el arte cinematográfico realizó los decorados y ambientación de la
película Carmen, que rodaba en Ronda
el cineasta belga Jacques Feyder (1925),
y para el escénico, los decorados de El
retablo de maese Pedro, de Manuel de Falla, que tuvo como director de escena a
Luis Buñuel (Ámsterdam, 1926).
Entre otros cargos y misiones oficiales que pudiera haber representado
durante su existencia, Joaquín Peinado
ejerció la subdirección del Patronato Nacional de Turismo (París, 1931);
fue director de la Sección de Arte de
la Unión de Intelectuales Españoles
(París, 1944); delegado para la Sección
de Pintores Españoles de la Escuela de
José Luis Jiménez España era hermano menor del poeta Francisco Manuel Jiménez España, al que ilustró
con excelentes dibujos sus poemarios
Yo digo mi verso, Tu paso y mi voz y Burlo
el sapo (por el orden citado 1966, 1969 y
1975). Fue pintor autodidacto de temprana vocación. Se inicia en el dibujo
desde muy niño siguiendo particulares
pautas intuitivas. Fue miembro de la
314 pepeespaña
Peña Montmartre y posteriormente del
Grupo Picasso; pertenece, por tanto, a
la Generación o Grupo del 50 de Málaga. Participó en las primeras exposiciones colectivas que organizó la Montmartre en El Palomar de El Pimpi (1
de octubre de 1954) y en la sede de la
Sociedad Excursionista de Málaga (1-15
de enero de 1955) dentro del programa
oficial de las Fiestas Deportivas de Invierno de dicho año.
Tras realizar distintas exposiciones individuales y colectivas en Málaga
(la primera en solitario fue en 1950 en
las Salas de la Sociedad Económica de
Amigos del País), expuso en Madrid,
Sevilla Córdoba, Santa Cruz de Tenerife, Barcelona (donde conoció y trató a
Dalí) y Cuenca, ciudad en la que residió desde 1960 a 1973.
En la capital conquense vivió la actividad cultural que generaba un grupo
formado por Gerardo Rueda, Zobel,
Torner, Ángel Sahuquillo, José Guerrero, Eusebio Sempere, Prieto Nespeira,
el dibujante Goñi o Saura, que vivía en
la misma calle de Pepeespaña.
En 1972, invitado por la firma Rivella Internacional viaja a Suiza y se
establece un tiempo en la ciudad de
Rothrist, a medio camino de Zúrich y
Basilea, donde tiene oportunidad de
pintar, exponer y mantener contactos
con los medios pictóricos en particular
y artísticos en general de las capitales
citadas.
En el mes de junio del indicado año
concluye su primera estancia en Suiza
celebrando una gran exposición en Rothrist. Regresa a Cuenca, Madrid y Málaga, y al siguiente año retorna a Basilea
para celebrar nueva exposición.
Desde la Confederación Helvética,
luego de vivir en Rothrist, Aarau y finalmente en Lattrigen/Biel preparó sus
exposiciones de Suiza, Alemania, España, Francia y EE. UU, países en los que
sus trabajos se abren camino al darse a
conocer a nuevos públicos.
Desde 1950 en que realiza su primera exposición individual en Málaga,
hasta la última de ellas celebrada en
2002 en Zúrich, Pepeespaña mostró su
obra en 49 ocasiones, según tiene documentado: España (1950-1993): Málaga
(7), Marbella (2), Córdoba, Cuenca (4),
Sevilla, Madrid (5), Islas Canarias (2).
En Suiza (de 1972-2002: Rothrist, Basel,
Grenchen, Berna (5), Aarau (5), Meisterschwanden, Frick (2), Gstaad, St.
Moritz, Ascona, Frauenfeld, Zofingen
(2) y Zúrich. Desde 1979 a 1992 expuso
en Alemania en dos ocasiones, Múnich
y Schloss Niederraunau/Augsburg, y
en 1995 en Vaduz, Lichtenstein.
La obra de este creativo malagueño, a través de los cincuenta años largos que abarca su producción pictórica, parte de la figuración impresionista, se acerca al art engagé (expresionismo que siendo duro en apariencia está
más cerca del humanismo que de la
actitud político-panfletaria y que poco
a poco evoluciona a un expresionismo
irrenunciablemente colorista dado su
origen mediterráneo) y bordea, en
cuanto a la línea de dibujo se refiere,
la abstracción.
Su serie Cinta Roja (1972) significó un momentáneo abandono de sus
composiciones abstractas para retornar dos años más tarde fundiendo en
pérez almeda 315
una misma propuesta estética abstracción-expresión, que se prolonga hasta
1979. Angelo Calabrese, catedrático de
Historia del Arte de la Universidad de
Nápoles, cuando analiza la pintura de
Pepeespaña entre el citado año y 1986,
reflexiona así: En los rasgos culturales de
su universo realista y fantástico recoge el significado de la variabilidad histórica y de la
memoria de las generaciones que se suceden,
revelando una trama de sentimientos, estados de ánimo, crisis de presencia y pasiones
inextinguidas, antiguas y solemnes.
Irene Zweifel-Lanz de la Universidad de Zúrich, al enjuiciar la obra de
Pepeespaña de 1994, le escribe: ...los
cuadros de tu actual período creador están
impregnados de la apasionada voz de lo humano, donde un poderoso mundo sensual
consigue expresarse. Y, por doquiera, la luz
que ilumina las cosas, las interpretas, las
insinúas, las describes...
Y Andreas Röthlisberger, que había
reflexionado acerca de la obra del pintor entre 1958-1979 dijo de él: ...Nunca
se repite. Lo que crea es único. No se para
en su camino ni retrocede para comercializar
un estilo al gusto del público.
En su exposición Hombres en las tinieblas, inaugurada en la Galería Hunziker de Zúrich en noviembre de 2002,
el catálogo llevaba una separata que
sorprendió a público y crítica: Pepe España, el pintor y dibujante malagueño desde
hace 30 años viviendo en Suiza, ha perdido
casi toda la visión de sus ojos en sólo unas
semanas después del 11.IX.2001. Hay que
imaginarse lo que significa esto para este polifacético y alegre hombre y artista. Pero Pepe
España no se ha rendido. A pesar de todo expresa su caminar en su impresionante obra.
Es duro para él aceptar que no puede ver
bien claro su obra. Pepe España presenta en
la Galería Hunziker la obra que ha realizado en el tiempo más difícil de su vida.
Enrique Pérez Almeda, en Málaga
desde los dieciocho años, en ella inició
su obra y desarrolló toda su actividad
creativa desde 1946, sino que también
cursó la carrera de magisterio en la
Escuela Poeta Salvador Rueda. Su formación académica, dos cursos en la Escuela
de Artes y Oficios de su pueblo natal,
estuvo a cargo del profesor Francisco
Ortega Reina, con quien obtuvo, respectivamente en cada curso, un Primer
Premio y Matrícula de Honor en Dibujo
Artístico. Con Ángel Giró, Francisco
Estrada, López Palomo, Muñoz García,
Sanjuán Perdiguero y Rittwagen publicó
su currículo artístico en el libro Pintura,
base 7 (Málaga, 1987). De su obra se ocuparon numerosos críticos y analistas, entre ellos Luis López Anglada, que en La
Estafeta Literaria (15.I.1978) dejó escrito:
Dibujante de pasmosa facilidad, Almeda recorre incansable las viejas rúas para dejar acta
poética de la llegada de los nuevos brotes a las
acacias o la aparición de un nido nuevo en
el alero de la torre catedralicia. Otro juicio
316 pérez estrada
acerca de su obra posterior lo debemos
a Rafael Cortés (Sur, 14.X.79): Sus cuadros se llenan de vibraciones y encantamientos, de signos de la vida misma. Las escenas
tienen vigor, serenidad, contrastes siempre
fundidos a la gran panorámica de la naturaleza amada por el artista. Amigo del también pintor irlandés George Campbell,
viajó por Andalucía e Irlanda con los
también pintores Manus Walsh y Arthur
Armstrong, y con distintos compañeros de su generación (Pedro Mendoza,
Gabriel Muñoz, y Torres Narváez) pintó
con frecuencia al aire libre. Según el artista recoge en su currículo, desde 1955
en que celebró su primera exposición
individual realizó hasta finalizar el siglo
XX un total de 90 exposiciones del mismo carácter, además de haber participado en innumerables colectivas. Entre los
principales premios, trofeos y distinciones al mérito artístico caben destacar, entre otros, los siguientes: Primer Premio
del Certamen de Arte de Antequera
(1962); Medalla de Plata del concursoexposición Valores Jóvenes, de Utrera
(1965); primeros premios de pintura
al aire libre de Educación y Descanso
(1965, 1966, 1967, 1972 y 1975; Medalla
de Oro en la Sección de Acuarela y de
Plata en Óleo del Concurso-Exposición
del Servicio Español del Magisterio;
Primer Premio en Dibujo de Educación
y Descanso (1968); Paleta de Oro de
la Agrupación de Pintores de Málaga,
Premio La Buena Sombra y Premio El
Cenachero (1972); Medalla de Bronce
de la V Bienal Internacional del Deporte
en las Bellas Artes (1975), etc.
PÉREZ DE HINESTROSA, Ezequiel
(Ver EZEQUIEL)
Rafael Pérez Estrada, hijo de la
pintora María Pepa Estrada Segalerva,
fue abogado de profesión además de
poeta, narrador y dramaturgo, en cuyos géneros dejó suficientemente de
manifiesto una especial sensibilidad,
sentido de la observación, ironía e, incluso, sarcasmo. Su dedicación al dibujo fue muy activa a partir de los años
60, tras su regreso a Málaga de Madrid
donde se había iniciado en tal disciplina. Aparte de su constante práctica
y dedicación al dibujo, que le brotaba
espontáneo, lírico e ingenuo, fue excelente ilustrador de libros y hábil diseñador de portadas en publicaciones
editoriales selectas, colaboró en revistas y realizó con sus trabajos distintas
exposiciones en diferentes años. De su
labor dibujística dejó escrito José María
Parreño: Rafael cela en la jovialidad de
su obra una ética verdadera y precisa: no
existe otra belleza que la bondad pintada de
colores. La Universidad de Granada le
concedió el Premio Literario que lleva el nombre del poeta García Lorca
y el Ayuntamiento de Málaga le nombró, poco antes de su fallecimiento,
pérez hidalgo 317
Hijo Predilecto. En la sede del Archivo
Municipal malagueño existe una Salamuseo que lleva su nombre.
Pedro Pérez Hidalgo. En la crónica escultórica semanasantera del siglo
XX de Málaga no existe un artista de
la especialidad que haya dejado huella
tan profunda de su arte, tanto en calidad como en abundancia de ejemplos, como el maestro Pérez Hidalgo,
admirado y querido por tantas generaciones de cofrades, hermandades y
cofradías para las que trabajó durante
años. Se hace casi imposible establecer
un catálogo concreto y preciso de sus
obras, pues si bien la mayoría de retablos, altares, hornacinas e imágenes y
tronos están perfectamente localizados
y catalogados, lo cierto es que el maestro pudo dejar otras muchas realizaciones dentro y fuera de la provincia
de Málaga de las que apenas se tienen
noticias. Había nacido el artista en
Málaga, pero desde muy joven residió
en Granada. Sus primeras prácticas las
realizó en el taller del escultor granadino Luis de Vicente, de quien heredaría
su proclividad hacia el llamado “gigantismo” barroco ornamental implícito
en sus trabajos más personales, fundamentalmente reflejados en los tronos
procesionales. De Granada regresó a
Málaga en 1929 recién cumplidos los
17 años de edad y se matricula en la
Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos, de la que con el tiempo sería profesor junto a su amigo Palma
Burgos con quien colaboró en trabajos
tan importantes como fueron el Cristo
de la Buena Muerte y Ánima, inspirado en el de Mena, o el hermoso grupo
escultórico de la Piedad. En la escuela
malagueña recibe clases del gran acuarelista Capulino Jáuregui y del también
escultor Diego García Carreras, que
con Palma García, había decorado parte del exterior y del interior del nuevo
Ayuntamiento malagueño. A partir de
1943 Pérez Hidalgo rompe su inicial
colaboración con Palma Burgos, e inicia su carrera en solitario. Su trabajo lo
orientó de forma preferente hacia las
cofradías y hermandades de Semana
Santa, contribuyendo de manera decisiva a impulsar la renovación estética
de los tronos malagueños a partir de la
época mencionada.
Ante la imposibilidad de citar completo el catálogo de sus obras, dado el
número de las realizadas y los diseños
y proyectos que por causas diversas no
culminaría, destacamos algunos de los
más sobresalientes. De sus principales
obras para iglesias y parroquias: retablo mayor de la iglesia parroquial de
San Juan Bautista (Coín); del convento
de las Hermanas Dominicas (Málaga);
del Cristo de los Gitanos (Málaga); del
Cristo de los Afligidos en la parroquia de
San Felipe Neri (Málaga); de San José,
318 pérez palma
en la iglesia del Sagrado Corazón de
Jesús (Málaga); retablo mayor y tabernáculo de la parroquia de la Asunción
(Almogía), y retablo del altar mayor
de la iglesia parroquial de San Juan
(Málaga). Para la iglesia malagueña
de los Santos Mártires, Pérez Hidalgo
realizó los retablos de la Virgen de las
Angustias, de la Virgen de Gracia, de
Santa María Reina, de la Virgen de los
Remedios y del Cristo de Limpias. Tan
extensa como su restante producción
de enseres procesionales, fue su fácilmente reconocible iconografía mariana, cristológica y de figuras relacionadas con la Pasión de Cristo. Finalmente,
el escultor realizó, con destino a la
Semana Santa de Málaga y la provincia,
los siguientes proyectos de tronos: Jesús
Nazareno (Almogía); Santísimo Cristo
de los Milagros, Zamarrilla (Málaga);
Santo Entierro Mijas); Nuestro Padre
Jesús de las Torres (Álora); del Cristo
de la Vera-Cruz (Alhaurín el Grande);
Santísimo Cristo de la Agonía y María
Santísima de las Penas (Málaga) y
María Santísima de la Paloma (Málaga).
Otros, igualmente con destino a cofradías malagueñas, fueron el de Nuestro
Padre Jesús del Prendimiento, María
Santísima de Gracia, Nuestro Padre
Jesús de la Sentencia, Nuestra Sra. de la
Caridad y María Santísima del Rosario
en sus Misterios Dolorosos, etc.
Nieto del escultor Francisco Palma
García y sobrino de Francisco Palma
Burgos, Esteban Pérez Palma pertenece
a la tercera generación de creativos escultóricos de la saga de los Palma. Con
doce años de edad estudia escultura y
pintura en la Escuela de Bellas Artes de
Úbeda. Paralelamente a dichos estudios, en el taller de su tío Paco, aprende a tallar en madera y esculpir en
mármol, dorado y anatomía básica. Sus
maestros en pintura y escultura, según
reconocía, habían sido los hermanos
Francisco y José Palma Burgos además
de Marcelo Góngora y Pedro Pérez
Hidalgo. En 1962 sigue sus estudios en
la Escuela de Artes y Oficios Artísticos
de Málaga (modelado y pintura), recibiendo en el curso 1963-1964 el Premio
al Mérito por Oposición que distinguía
sus ejercicios en la clase de Modelado.
Entre 1963 y 1975 realiza numerosos
trabajos de restauración para distintas
cofradías y hermandades malagueñas,
y en el último de los años citados, en
el Hotel Las Palmeras de Fuengirola,
celebra su primera muestra escultórica individual. Tres años más tarde, por
vez primera en el extranjero, presenta una variada colección de pinturas
pérez palma 319
y esculturas en la Galería Natalie, en
la ciudad suiza de Sion. Su posterior
participación en el concurso anual de
Artes Plásticas de Berna (1979) no sólo
le abre las puertas de distintas galerías
suizas, sino que le permite concursar y
ganar la plaza de profesor de pintura,
escultura y cerámica de la prestigiosa
Academia Migros de la ciudad de Brig
(1979), que ejerció sin interrupción
hasta el año 2004, en que decide regresar a Málaga.
Elsbeth Heinzelmann, periodista y
crítica de arte, al escribir sobre los trabajos pictóricos presentados en 1986
por el artista en la Galería ACS Basilea,
Suiza, advirtió a sus lectores del fuerte impacto que la obra de Pérez Palma
había producido en la ciudad: […] Sus
cuadros son el reflejo puro de una actitud de
autenticidad, de sinceridad. No son simples
piezas de decoración, no sólo transmiten el
placer de la dulce contemplación, sino que
representan un desafío para el observador
al enfrentarse con el misterio más grande de
nuestra existencia, que es el hombre mismo.
Otra destacada crítica de arte suiza,
Christine Gerschen-Amherd, en la revista literaria VS. KULTUR, escribió: La
fuerza de expresión de sus cuerpos nos da
una idea de sus conocimientos de la anatomía artística; la fuerza y pureza de sus líneas bajo ese fondo casi siempre de pan de
oro y plata, son figuras como mecidas en un
infinito casi astral donde la bóveda celeste
empuja esa simbiosis en el amor que existe
entre hombre y mujer.
Además de su participación en numerosas exposiciones colectivas tanto
en España como en Suiza, Pérez Palma
realizó las siguientes exposiciones in-
dividuales: Galería Natalie, Brig, Suiza
(1978); Academia Migros, Brig, Suiza
(1980); Sala Pro-Arte Lonza, Basilea
(1983); Galería Migros, Big (1984);
Galería ACS, Basilea (1986); Banco
UBS, Vips, Suiza (1987); Galería Jodok,
Brig); Galería Pro-Arte Lonza, Basilea, y
Academia Migros, Brig (1988); Galería
Wohn-Desing, Gamsen, Suiza, y Galería
Berner Versicherungen, Brig (1990);
Consulado Español de Ginebra (1991);
Galería Migros, Sion y Brig, respectivamente (1992); Galería Migros, Brig
(1995); Agencia Consular de España,
Sion (1996); Centro Cultural de Gampel,
Suiza (1997) y Galería Migros, Brig
(2000). Al término del siglo XX tenia
proyectado realizar una nueva exposición individual en la Migros de la ciudad
Suiza de Brig (2004) y en ese mismo año,
que se establece en Alhaurín de la Torre,
prepara su exposición individual en el
Centro Cultural Vicente Aleixandre de
dicha localidad, realiza el cartel de su
Semana Santa y da comienzo a su escultura Alegorías del Mar, encargo del
Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre.
Además del tempranísimo Diploma al
Mérito recibido por sus trabajos de modelado, Pérez Palma recibió el Primer
Premio en la V convocatoria del Grand
Prix International Galerie d’art Hélian
(Montreux, junio de 1983) frente a
31 participantes de 11 nacionalidades
distintas, y cuya obra, “Despertar”, envió a S. M. el Rey Juan Carlos I. Un
año después resultó seleccionado
para el Grand Prix D’Art 84 convocado por el Europakünstler Kollegium.
La obra, tanto escultórica como pictórica de este artista se encuentra en
320 pérez ramos
España, Italia, Suiza, Alemania, Austria,
Hungría, Canadá, EE.UU. (California),
Costa Rica, Noruega, Grecia, Marruecos
y Singapur.
Manuel Pérez Ramos, fue miembro del Grupo Nueve Pintores, desde
los dos años de edad vive en Málaga, en
su Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos ingresó muy niño y bajo la
docencia de los profesores Díaz Tentor
y Bono Santaolalla entre otros de comienzos del decenio de 1950, recibió
tutelaje artístico; compartió aula docente con Manolo Morales y Antonio
Ayuso. En la línea de los pintores locales de su misma generación, recreó
paisajes urbanos, rincones portuarios,
escenas marineras, fiestas populares
y otros temas en relación con la montaña, el campo y en general de la naturaleza o con ella relacionada. José
Mayorga, crítico de arte del diario Sur,
opinó de su obra: Para Pérez Ramos la
pintura es firmeza y gallardía; alegría también, porque esa postura que él adopta ante
el cuadro, es ni más ni menos que un talante vital que le lleva a afrontar sin miedo
los problemas de las dificultades que indudablemente encierra la aventura de pintar.
Sus exposiciones individuales, salvo las
que tuvieron lugar en galerías y salas de
Zaragoza, Talavera de la Reina, Linares,
Valladolid, Salamanca y Ginebra, se
celebraron en Málaga y provincia durante los años 1966 y 1968; 1970 a 1975;
1979; 1981 y 1982; y de 1984 a 1986, en
Málaga capital, Marbella, Estepona,
Torremolinos y Benalmádena. Es uno
de los autores de su generación que con
los años acumuló un mayor número de
premios y trofeos. De los que por su importancia significamos una Medalla al
Mérito Artístico del Curso Nacional celebrado en Madrid por la Obra Sindical
Educación y Descanso; Medalla de Oro
del Certamen de Pintura Universitaria
organizada por el SEU, Málaga; Primera
Medalla de la Exposición Provincial de
Arte de Educación y Descanso, Málaga;
Medalla de Bronce de la Exposición
Nacional de Salamanca, de la misma
institución; Medallas de Plata y de Oro
en la II y III Exposición Regional de
Pintores de Andalucía y Extremadura,
Sevilla; Primer Premio en los certámenes de pintura del Real Club Náutico
de Málaga (1987 y 1988); Primer Premio de la muestra Málaga y el mar de
la Asociación Española de Pintores y
Escultores; dos segundos premios del
certamen de pintura del Real Club
Náutico, y varios primeros y segundos
premios obtenidos en distintos certámenes de pintura al aire libre, de
Educación y Descanso.
picasso 321
Polémico, discutido por muchos y
aceptado finalmente por la mayoría,
fue Pablo Ruiz Picasso el más universal de los pintores malagueños del siglo XX. Su nombre y personalidad van
afortunadamente unidos al de Málaga
como un símbolo de renovación y modernidad. La influencia de sus patrones plásticos invadió todos los ámbitos
de las artes y hoy es indiscutible maestro de maestros, cuya memoria reverencia la comunidad creativa universal.
Su extensa obra, renovada varias veces
a lo largo de su carrera, no sólo fue
propuesta estética sino renovación de
la plástica mundial. Hijo del también
pintor malagueño José Ruiz Blasco,
profesor de dibujo y conservador del
Museo de Málaga, Pablo (además de
Diego, José, Francisco de Paula, Juan
Nepomuceno, María de los Remedios
y Cipriano de la Santísima Trinidad)
Ruiz Picasso, se crió en un ambiente familiar proclive a las bellas artes, no sólo
por el ejercicio paterno sino porque,
como añadido, la familia se relacionaba con la escasa pero activa sociedad
cultural de la Málaga de fines del siglo
XIX de la que formaron parte los histórico docentes iniciadores de la Escuela
de Bellas Artes, entre ellos el pintor y
amigo de la familia, Antonio Muñoz
Degraín. Con diez años de edad la familia Ruiz Picasso se traslada a La Coruña
al haber conseguido don José plaza de
profesor en el instituto Da Guarda de
dicha ciudad. Aunque el proceso de
formación artística de Picasso lo asumió su propio padre al descubrir en él
inequívocas manifestaciones creativas,
el pequeño Pablo había concurrido a
la Escuela de Bellas Artes de su ciudad
natal, en la que todavía se conservan
algunos de los ejercicios académicos
realizados por el entonces niño. En La
Coruña permaneció la familia hasta
1895, año en que el señor Ruiz Blasco
pasa a ejercer nuevo destino docente
en la escuela provincial de Bellas Artes
de Barcelona, en la que Pablo estudio
dos cursos con excelente aprovechamiento. De sus primeras obras de niñez, que ya marcaban la dirección de
su futuro oficio, caben recordar “Un
picador”, realizada a los cinco años de
edad; en cuanto a sus primeras obras de
juventud, deben mencionarse “Pareja
de viejos”, “El hombre de la gorra”, “La
niña de los pies descalzos”, “Primera
comunión” y el más conocido de todos
ellos “Ciencia y caridad”, que le premiaron con una Mención Honorífica
al concurrir a la Exposición Nacional
(Madrid, 1896). Con 16 años ingresa en
la escuela de Bellas Artes de la capital
de España (1897-98), pero asiste poco a
sus clases ya que más interesado en admirar las grandes obras del Museo del
Prado que en seguir la enseñanza rutinaria, dedica prácticamente su tiempo
a estudiar obras, autores, épocas y téc-
322 picasso
nicas. Enfermo de escarlatina (1898)
regresa a Barcelona y convalece en la
localidad de Horta de San Juan, provincia de Tarragona, en casa de su amigo y
condiscípulo catalán Manuel Pallarés.
En abril del siguiente año regresa a su
hogar barcelonés, se hace asiduo de la
vida nocturna de la capital y es en la
ya popular cervecería Els Quatre Gats
donde un año más tarde expone una
serie de retratos de amigos escritores
y pintores, creándose entre todos una
amigable sociedad de creación y encuentros con el arte. El primer viaje de
Picasso a París, tan influyente para su
futuro, se produce en el mes de octubre de 1900; le acompañan sus amigos
de Els Quatre Gats los pintores Pallarés y
Casagemas y ocupa el estudio que a tal
efecto le cede el también colega Isidro
Nonell. De aquella corta estancia parisina de unos tres meses de duración, se
recuerdan sus cuadros “El Molino de la
Galette”, “La dama del velo”, “La bailarina azul” y “El abrazo”, entre otros
posibles. Fue en la citada ocasión cuando Picasso puede relacionarse por vez
primera con el marchandismo galerista
de primeros del siglo XX en la capital
francesa, situación que le permitirá
en el futuro abrirse camino en los medios de comercialización de la pintura.
Viajó a Málaga, regresó a Barcelona y
poco más tarde, en Madrid, funda con
Francisco de A. Soler la revista Arte joven, de muy breve existencia.
París, como sueño de poetas, también lo era entonces para los jóvenes
que intentaban penetrar en el mundo
de la modernidad creativa. Picasso fue
uno de ellos. El pintor, seducido por la
atracción parisina, retorna de nuevo a
la capital francesa (1902), donde tiene
que afrontar frío y necesidades como
cualesquiera otros de los muchos artistas que ya entonces buscaban abrirse
futuro en el mundo del arte. En el París
de su segunda estancia, Picasso realizaría una serie de cuadros que hoy se conocen como pertenecientes a su Época
Lautrec, dadas las semejanzas icónicas
de los personajes de uno y otro pintor.
En la capital francesa se inicia la Época
Azul del pintor, que concluiría en
Barcelona (“El bock”, “Pobres a orillas
del mar”, “El viejo guitarrista”, etc.) En
1904 el pintor fija su residencia definitiva en París y se instala en una pequeña
colonia de artistas de diversas nacionalidades llamada Le Bateau Lavoir, verdadero germen de la Escuela de París,
en la que, con posterioridad, tantos
pintores españoles se encuadraron.
Las subsiguientes etapas creativas de
Picasso se sucedieron, a partir de las ya
citadas, según la siguiente cronología:
Época Rosa (1905, “Acróbatas de la bola”
y “Familia de saltimbanquis”, entre las
más conocidas obras); Época Precubista
(1907, “Les demoiselles d’Avignon”, entre otras). De esta obra y momento, dijo
André Malraux que señaló la iniciación
del cambio en la historia del arte. Es el
cuadro de la fuerza y el rompimiento
en el que el pintor inaugura su nueva visión del arte. El artista rompe las
formas para ensamblarlas de nuevo según
una estructura angular y oblicua perfectamente antinatural. Los rostros abandonan
toda pretensión de parecido o congruencia
naturalista para convertirse en signos o
símbolos, opinó en su momento Vitali
picasso 323
Alexandrovich Suslov, director adjunto
del Museo Hermitage de Leningrado.
La obra del pintor malagueño continuó evolucionando desde el Cubismo
“pleno” (1909), el “analítico” (1910), el
que se conoció como “rococó” (1914)
y en 1923 el llamado “curvilíneo”. En
su época “clásica”, la plástica constata
un persistente y exagerado gigantismo
en las formas femeninas, así como una
más amable observación, y a la aparición
del Surrealismo, volvió a sus lienzos la
distorsión de las formas. Maestro de toda
sorpresa creativa y humana, también lo
fue en el plano de lo personal, pues compartió existencia con distintas compañeras, a saber: Fernande Olivier (1900-11),
Marcelle Humbert (Eva Gouel, 1911-15),
Olga Koklova 1917-19), Marie Thérèse
Walter (1929-36), Dora Maar (1935-43),
Geneviève Laporte (1944-53), Françoise
Gilot (1943-52) y Jacqueline Roque
(1955-73). Madre de sus hijos fueron
Olga Koklova (Paulo), Marie Thérèse
Walter (Maya) y Françoise Gilot (Claude
y Paloma). Al estallar el conflicto civil
español de 1936, las autoridades republicanas le designaron director de la
primera pinacoteca española, el museo
del Prado. Un año más tarde de tal nombramiento, primeros días del año 1937,
recibe por parte de las autoridades españolas el encargo de realizar un gran
lienzo o mural con destino al pabellón
español en la Exposición Internacional
de París, que habría de inaugurarse a
fines de la primavera siguiente. Al producirse la destrucción de Guernica por
la aviación alemana, pintó su famosa
composición de igual título en la que
el maestro recogía todo el horror que
aquel 26 de abril de 1937 dejaron sobre
la localidad vasca las constantes oleadas de aviones de la germana Legión
Cóndor. El escándalo fue mayúsculo en
gran parte de Europa, especialmente
en Francia.
Acerca de las pésimas relaciones
que Picasso mantuvo con Málaga y sus
autoridades representativas durante
el periodo franquista y de la indiferencia que su ciudad natal mantuvo
hacia su figura y obra, debe recordarse la larga exposición que hizo a la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo su presidente, José Luis Estrada
Segalerva, en la sesión de 24 de septiembre de 1971. Según el prolijo alegato que ese mismo año fue publicado para constancia general, desde el
año 1955 hasta 1971 se llevaron a cabo,
unas veces por su iniciativa personal
y otras mediante el concurso de otras
personas, diferentes intentos por hacer interesarse a Picasso por la ciudad
en la que había nacido. Aparecen en
dicho alegato no sólo las acciones impulsadas por el propio Estrada, sino
por Enrique Llovet, Juan Temboury,
Luis Miguel Dominguín, Juan A.
Cánovas del Castillo, Modesto Laza
Palacios, Manuel Ostos, Baltasar Peña
Hinojosa, Ricardo Huelin Ruiz-Blasco,
Gratiniano Nieto, Alfonso Canales y
los ex alcaldes de Málaga Francisco
García Grana, Rafael Betés Ladrón de
Guevara y Cayetano Utrera Ravassa
(el último de los citados, incluso, le
hizo llegar un cuadro de palomas que
José Ruiz Blasco, su padre, había pintado años antes de partir a su primer
destino docente en Galicia).
324 pimentel
La sinceridad y convencimiento
personal vertidos por Picasso en su
multifacética obra creativa, fue puesta en cuestión en 1931 al publicarse
Gog, uno de los más polémicos libros
del gran escritor florentino Giovanni
Papini. Libro cuyo protagonista es
un extravagante loco multimillonario
americano, relata muy distintas historias, entre ellas una supuesta entrevista
que mantiene en Antibes con Picasso.
En dicho relato de ficción, el pintor
malagueño confiesa: El pueblo ya no busca en el arte consuelo ni exaltación; pero los
refinados, los ricos, los ociosos, los alambicadores de quintaesencias, buscan lo nuevo,
lo extraño, lo original, lo extravagante, lo
escandaloso. Y yo, a partir del cubismo, he
contestado a esos señores y a esos críticos con
todas las variables singularidades que se me
han venido a la cabeza, y cuanto menos las
han comprendido, más las han admirado.
A fuerza de divertirme con esos juegos, con
mis funambulismos, con rompecabezas y
arabescos he llegado a ser célebre rápidamente y la celebridad para un pintor significa
ventas, ganancias, fortuna, riqueza. La citada fantasía literaria, y todavía más el
hecho de que las agencias de noticias
del mundo las dieran por reales, causaron la lógica reacción antipicassiana
que cabría esperar. Pese a ello y al efecto que su contundencia causó en todos
los ámbitos culturales del mundo civilizado, el valor y significado de su obra
continuó creciendo.
Gran dibujante, experto grabador,
original ceramista, decorador y figurinista escénico, así como escritor además de poeta y escultor, Picasso fue,
fundamentalmente, la figura creativa
del siglo XX que más llegó a influir en
el devenir histórico no sólo de la pintura, sino en el futuro de todas las arte.
En honor a Picasso el Ayuntamiento
de Málaga creó la beca que lleva su nombre y la Fundación Casa-natal Picasso;
por parte de la Junta de Andalucía, y
por gestión directa ante algunos de sus
herederos, Christine y Bernard Picasso
fundamentalmente, en el mes de octubre del año 2003, se inauguró el Museo
Picasso Málaga donde se expone con
carácter permanente una rica colección de obras del artista.
Estudiante de Ingeniería Industrial y
Piano, Jaime Fernández Pimentel abandona dichas carreras para trabajar como
arquitecto interiorista con los también
arquitectos noruegos Arnstein Arneberg
y F. S. Platou; más tarde, en Finlandia,
frecuenta el estudio de otro profesional
famoso, Alvar Aalto, teniendo oportunidad de conocer su obra. Estudia técnica
de la escultura, en Oslo, con la escultora Anne Grindalen y en el Arbeidernes
Kunstsirkel, con modelos vivos. Estudia
la obra de Gustav Vigeland en Noruega
y de Milles en Suecia.
pimentel 325
Prolífico autor cuyas obras se encuentran en colecciones oficiales y particulares de numerosos países del mundo,
también tiene monumentos de distinto
formato en Oslo (2), Madrid (2), Málaga
(9), Nueva Orleans (1) y Mobile (4), ambas ciudades de EE.UU.; Frankfurt (Alemania); Kristiansand (Noruega) y Plaza
de España (Bruselas), además de VélezMálaga (1), Benalmádena (2), Torre del
Mar (3), y en Chilches, un autorretrato
en la casa que perteneció a su familia.
Ocasionalmente, pinta al óleo; en una
ocasión (1979), cuarenta y dos cuadros
de buena factura y ajustado colorido.
Este escultor tiene obras en el Museo
de Arte Contemporáneo de Madrid, en
el de Bellas Artes de Málaga, el desaparecido Museo Diocesano de Arte Sacro
de Málaga y en The Mobile Art Gallery,
donde tiene una sala.
Su primera exposición se celebra
en Madrid (Palacio de la Biblioteca Nacional (1961), a la que siguieron: Galería K.B. de Oslo (1964); Mobile, Alabama, EE.UU. (1967); International Trade
Mart, Nueva Orleans (1968); Museo
de Bellas Artes de Málaga (1969); Sala
Goya Círculo de Bellas Artes de Madrid
(1972); Múnich, representando a España en la Olimpiada Cultural (1972);
VII Juegos del Cantábrico, Santander
(1973); Málaga, patrocinada por el Excmo. Ayuntamiento (1974); Real Club
Náutico Mediterráneo, Málaga (1977);
id. año Galería de Arte del Club 24, Madrid; id. Mobile, Alabama, e id. Palm
Beach, Florida; Galería Dintel, Santander (1978); Caja de Ahorros Provincial
de Málaga (1980), etc.
Su extensa producción escultórica
puede ser dividida en cuatro grandes
órdenes temáticos: Los Deportes, Los
caballos y el Apocalipsis, El Génesis y El
Mediterráneo, además de otros géneros
como el histórico, el típico y el de pura
creación, incluso, el retrato. Pese a los
aciertos que indudablemente se constatan en toda su obra, sobresalen de
manera notable, por su original forma
de tratarlos estéticamente y de realizarlos técnicamente, los asuntos deportivos. En ellos campea de forma mágica
un sentido del ritmo y del movimiento
creado por el dominio del artista sobre la dura materia, que transforma en
regalo para los sentidos de la vista y el
tacto por su aparente fragilidad, delicadeza y sumisión de los objetos. Lo cinético, junto a lo rítmico y etéreo de su
línea, se alía en ocasiones con cierto informalismo expresionista que sorprende por su vigor, fuerza y valentía.
“Altius”, “Fortius”, “Citius”, fueron
tres esculturas distintas para una misma
metáfora olímpica. En ellas comenzaba
la temática deportiva de la exposición
que Jaime Pimentel llevó a la Olimpíada Cultural de Múnich en 1972, con el
patrocinio del Instituto Nacional de
Educación Física y Deporte. Fue la primera vez que vimos un conjunto de esculturas de signo tan notable, y, desde
luego, tan distinto del resto de la producción del artista.
A las anteriores, por su originalidad
y forma de resolver los tres principios
fundamentales de la escultura: línea,
ritmo y movimiento, debemos recordar
por su audacia “Esquiador”, “Baloncesto”, “Salto a caballo”, “Pértiga”, “Surf”,
326 pino la vardera
“Salto de longitud”, “Carrera de caballos”, “Caligrafía del movimiento” y “La
victoria de Maratón”, ejemplos singulares de lenguaje escultórico por vez
primera experimentado en la España
de comienzos de los años setenta del
pasado siglo.
Desde muy niño interesado por el
dibujo, sus primeros trabajos se constatan a los siete años de edad. A los
quince se matricula en el Instituto de
Bellas Artes de Palermo y estudia dibujo, escultura, pintura al óleo y acuarela. Fue de joven un alumno que se
resistía a la disciplina escolástica y sus
notables ausencias de las aulas de formación artística las emplea en pintar
mediante la observación de la naturaleza, sin influencias de profesores ni
tutores. Consecuencia de tal actitud,
sería el desarrollo de un potencial colorista que le acompañaría durante un
largo periodo de formación autodidacta. Su participación a los dieciséis años
de edad en un concurso publicitario
convocado por uno de los rotativos de
Palermo en 1948, no sólo le hace ganar
el primer premio, sino que consigue
su inicial trabajo como escaparatista,
profesión a la que dedicó cinco años.
Su primera exposición individual la
celebra en Palermo en 1952 y constituye todo un acontecimiento cultural,
pues los 28 cuadros que logró reunir
sorprenden a público y crítica. Viaja a
continuación por las ciudades italianas
más representativas del arte y más tarde
por Francia, España, Austria, Alemania,
Suiza y Marruecos. Finalmente, en 1960
se afinca en Torremolinos donde comienza una etapa productiva que hace
viajera su obra por Estados Unidos y
Europa, e instala una galería artística
propia.
De su obra dijo José Camón Aznar:
Lo podemos llamar Instantismo. Es esa manera de sorprender el momento luminoso o
dinámico, de dejar vacíos entre las pinceladas, la principal característica del impresionismo, que, a decir verdad, no se preocupa
esencialmente del aire libre, ni de los colores fundamentales, y que emplea el negro
con largueza, aunque La Vardera utiliza
el blanco, como color primordial. De otro
lado, Pablo García Baena declaró: Pino
La Vardera o el secreto de la diversidad. Su
pintura, su intensa vida ha sido la búsqueda de la belleza, lejos de cómodas permanencias invariables. Así su obra inquieta va del
impresionismo a la geometría cubista, del hiperrealismo al onírico mundo de lo abstracto, y ninguna materia plástica en su larga
y joven trayectoria ha resistido el halago o el
empuje de sus manos creativas: óleo o acuarela sobre papel o lienzo, collages de bizantinas gemas o humildes alambres.
La obra de Pino La Vardera se dieron a conocer en Málaga en nutridas
ponce de león 327
exposiciones de carácter colectivo. De
las que guardamos clara memoria destacamos las siguientes: Museo Provincial
de Bellas Artes (1968, 1969, 1970, 1974,
1975 y 1976); Palacio de Congresos y
Exposiciones de Torremolinos (1973) y
Museo Diocesano de Arte Sacro (1981,
1982, y 1983). Sus exposiciones individuales, salvo error o involuntaria omisión, fueron: Hotel de Mijas y Tenencia
de Alcaldía de Torremolinos (1985);
Galería Benedito (1988) y Fundación
Pablo Picasso (1996). En 2005 se constata una nueva en Torremolinos. La
Vardera vivió en Torremolinos cuarenta años, y en la actualidad regenta galería propia en Taormina (provincia de
Messina, Sicilia).
Alfonso Ponce de León Cabello, a
ciento treinta años de su nacimiento y
a ochenta de su primera exposición,
limita su crónica personal y artística.
Es una de las figuras malagueñas más
representativas de las vanguardias pictóricas españolas que protagonizaron
no sólo las tensiones academicistas del
Madrid de los años 20, sino el inquietante y renovador quinquenio artístico
de la II República, hasta el estallido de
la Guerra Civil en que fue asesinado.
Una sola fue la exposición individual que celebró tan desconocido artista; pese a ello, y dado los vínculos que
tuvo con los de La Barraca, dirigida
por Federico García Lorca, tanto por
la realización de decorados como figurines para, al menos, dos de sus obras
“La guardia cuidadosa” y “El Burlador
de Sevilla”, respectivamente, de Cervantes y Tirso; el hecho de formar parte del círculo de influyentes, jóvenes e
inquietos pintores del momento, entre
los que se encontraban el también malagueño Moreno Villa, el catalán Dalí
y el pintor Francisco Maura, a cuyo taller acudía Alfonso para pintar, y especialmente, por haber participado en la
organización del I Salón de Independientes (Madrid, 1929), y recuperado
en 1931, junto a otros pintores del momento, la Sociedad de Artistas Ibéricos
que había sido creada en 1925. Dichas
circunstancias, además de figurar en el
cuerpo de redacción de la revista Arte,
órgano y portavoz ideológico fundado
por el mismo grupo en 1932, hacen de
este pintor inevitable figura protagonista de la crónica creativa de los primeros 30 años del siglo XX.
Viajó a París, meta de todo artista
de la época, y regresó al poco tiempo
para reiniciar en la capital de España
su actividad expositiva.
De estilizada línea en la realización
de cubiertas de libros para importantes
escritores de la época, también fue de
concepto muy modernista la obra gráfica que, aunque corta pero expresiva,
llevó a cabo en pasquines y carteles de
328 ponce de león
distintos formatos y para diferentes
ocasiones. Su interés por el cinematógrafo no sólo le impulsó a aplicar en
sus cuadros focalizaciones propias del
cinetismo del séptimo arte, sino a colaborar en la construcción de los Estudios Cinema Español, en Aranjuez, a
realizar un corto en colaboración con
Luis Gómez Mesa, con el sorprendente
título Suicídese usted, e intervenir, bajo
la dirección de Edgar Neville, en sus
también cortos titulados Falso noticiario,
así como en Do, Re, Mi, Fa, Sol (La vida
íntima de un tenor). De sus experiencias
cinematográficas más personales dejó
un corto didáctico titulado Niños.
Alfonso Ponce de León y Cabello
nació en Málaga el día 10 se septiembre
de 1906, siendo bautizado el 27 del mismo mes en la iglesia parroquial de San
Juan. Alfonso fue el último de cinco hermanos, que nacieron, por el orden en
que se mencionan, en Zamora (Luis),
Madrid (Juan), Zamora (María Victoria) y Málaga (Guillermo y Alfonso).
En 1923, luego de haber estudiado en el Instituto Católico de Artes e
Industrias (1911) y en el Instituto Cardenal Cisneros (1916), ingresa en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y
Grabado de la Real Academia de San
Fernando, pero tres años más tarde
(1927) la abandona junto a Margarita
Manso, con quien contraerá matrimonio seis años más tarde (9 de diciembre
de 1933) en la madrileña parroquia de
Santa Bárbara.
Sus formas pictóricas y modos estéticos aparecen como principales agentes provocadores de su obra desde sus
primeras exposiciones. Así, en el I Salón
de Artistas Independientes (Madrid,
del 30 de noviembre al 20 de diciembre
de 1929) destacan sus cuadros “Golfos”,
“Andaluzas en el mar”, “La peinadora”,
“Puestos” y “Bodegón de un frutero y
un papel”. Corresponde a este mismo
año su cuadro “Arquitectura urbana”
(“Portería”).
Al participar un año después (San
Sebastián, agosto-septiembre de 1930)
en la Exposición de Arquitectura y Pintura Modernas organizada por el Ateneo Guipuzcoano, vuelve a sorprender
con dos cuadros inquietantes: “La juventud de Greta Garbo” y “Naturaleza
medio muerta”.
Su actividad pública conocida hasta el final del mismo año concluye con
su participación, durante los días 4 al
15 de octubre, en el I Salón de Artistas
Independientes, al que lleva su obra
“La primera multa”, cuadro que por
sus singularidades reproduce un mes
más tarde la revista Bolívar. También
hay que señalar, como muestra de los
valores de su obra gráfica, la realización
de las cubiertas de las novelas Cazador
en el alba, de Francisco Ayala, y El terror
en América, de César González-Ruano.
Poco después diseñaría para Concha
Espina la portada de su novela La esfinge maragata, y para Samuel Ros, Marcha
atrás.
La llegada de la II República es ocasión para que el pintor participe en no
pocos acontecimientos pictóricos que,
dentro y fuera de España, serán otras
tantas ocasiones para afianzar el ya envidiable puesto que la crítica le otorga
dentro del movimiento vanguardista
que se vive en la capital de España.
ponce de león 329
En el mes de febrero de 1931 participa en Madrid en una muestra convocada por el Lyceum Club, presentando
su obra “Composición”; en mayo siguiente se constata su presencia en otra
muestra del Círculo de Bellas Artes; el
15 de septiembre, en San Sebastián,
toma parte en la II Exposición de Arquitectura y Pintura Modernas, llamado por la Sociedad de Artistas Ibéricos,
y a cuya invitación acude presentando
“El ensueño de la hija del guarda”.
La actividad artística de Alfonso
Ponce de León es, durante 1932, frenética. En Madrid, durante los meses
de mayo y junio, participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes, donde
exhibe “El filatélico enamorado”; para
La Barraca de García Lorca, realiza los
ya aludidos decorados y figurines de
las obras de Cervantes y Tirso; en septiembre aparece la revista Arte, que dice
tener en su consejo de redacción al artista. También en septiembre –desde el
día 10 hasta el 2 de octubre siguiente–,
participa en la exposición de los Artistas Ibéricos, que tiene lugar en la Galería Charlottenborg, de Copenhague, a
la que lleva “Bodegón con flor”, “Naturaleza muerta”, “El sueño de la hija del
guarda”, “Idilio en carretera” y “Naufragio en Marbella”, único título de su
producción que directamente alude a
un paisaje nativo. Con motivo de dicha
exposición, en las que figuraron cuadros que Picasso había remitido desde
París, el artista viaja a la capital danesa.
Su siguiente etapa es Berlín, donde
permanece desde el día 17 de diciembre al 31 de enero de 1933 para tomar
parte en una nueva exposición de los
Artistas Ibéricos. Fue en la Galería Flechtheim donde se celebra el acontecimiento, y repite con “El ensueño de la
hija del guarda”, “Idilio en carretera” y
“Naufragio en Marbella”.
Un inesperado acontecimiento político va a influir en su futuro a partir
del 29 de octubre del mismo año: fue su
asistencia al acto fundacional de Falange Española por José Antonio Primo de
Rivera en el Teatro de la Comedia, de
Madrid, tras el cual quedaría afiliado.
Dos días más tarde, al crearse el Sindicato Español Universitario (SEU) como
hijuelo de FE, será el pintor quien diseñe su anagrama: un airoso cisne
blanco que entre sus desplegadas alas
parecía sostener un tablero de ajedrez
de alternativos cuadros rojos y negros,
inspirado en la heráldica del cardenal
Cisneros (saber, disciplina, sentido de
la milicia), que en 1940, al crearse el
Frente de Juventudes, lo adopta también. De la actividad creativa del pintor a lo largo de 1934 hay que señalar,
en Madrid, la finalización de su corto
cinematográfico Niños, su estancia en
Ávila para decorar el Teatro Principal,
su participación en la Exposición Nacional de Bellas Artes con “Niño roto”
y su regreso a la Escuela Especial de
Pintura, Escultura y Grabado de la Real
Academia de San Fernando.
En 1935, mes de enero, puede, al
fin, reunir materiales para exhibirlos
en la única exposición individual que
logró celebrar: fue en el Centro de Exposiciones e Información de la Construcción, donde expuso doce cuadros.
Un mes más tarde –23 de febrero– funda con el también falangista Samuel
330 ponce de león
Ros, el cineclub del Sindicato Español
Universitario y publica distintas ilustraciones en Arriba, portavoz del falangismo.
Su carrera está a punto de truncarse de forma violenta; no obstante, al
iniciarse el mes de enero de 1936 participa, con un collage, en la exposición
colectiva que se celebra en el Círculo
de Bellas Artes. Durante los meses de
mayo y junio participa, por última vez,
en la Exposición Nacional de Bellas Artes, donde exhibe la que está considerada como su mejor obra, el autorretrato titulado “Accidente”.
El día 20 de septiembre es arrestado por un piquete popular, y tras pasar por la checa de Fomento, fue asesinado. Nueve días después, localizado
su cadáver en Vicálvaro, es inscrita su
muerte en el Registro Civil.
Característica de la obra de este
pintor malagueño fue su innegable raíz
surrealista cercana al realismo mágico
definido por Samuel Ros, (...el misterio
no desciende al mundo representado, sino
que se esconde y palpita tras él).
Extravagante, intelectual e irónico,
como en el caso de tantos otros creativos surrealistas españoles (poesía,
narrativa, pintura, escultura y arte cinematográfico) aplicó a muchos de sus
cuadros títulos que no se correspondían con el tema propuesto, creando
en el espectador las naturales dudas y
equívocos entre lo representado y su
arcano sentido.
Gran parte de la obra pictórica de
Ponce de León fue dada a conocer a
los malagueños en una exposición organizada por el Ayuntamiento de Mála-
ga en el Museo Casa Natal de la Fundación Picasso, desde el 20 de agosto al 23
de septiembre del año 2001. En dicha
oportunidad se exhibieron numerosos cuadros y obras, de los que destacaron “Retrato de Margarita Manso”,
“Autorretrato” (“Accidente”), “De Andalucía” y sus dibujos para La Barraca.
Previamente, desde el 29 de mayo al 13
de agosto del mismo año, sus obras se
exhibieron en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; por último, la
exposición viajó hasta Oviedo para ser
presentada en el Museo de Bellas Artes
de Asturias desde el 27 de septiembre
al 28 de octubre del citado año. Para dichos acontecimientos se editó un magnífico libro-catálogo escrito por Rafael
Inglada con presentación de Juan Manuel Bonet y epílogo de Rafael Carmona. Poco después de inaugurarse el
centro de ocio Plaza Mayor de Málaga,
su vía principal fue bautizada como
avenida de Alfonso Ponce de León.
ponce puente 331
José Ponce Puente, alumno de Ferrándiz y Muñoz Degraín, gran parte
de su actividad la dedicó a la docencia. Los sucesivos nombramientos de
que fue objeto evidencian su marcada
proclividad hacia la enseñanza, por encima, quizá, de la creatividad, que por
otra parte –salvo en la fuerza del color–
tan pareja parecía ir con la de Denis. A
principios de diciembre de 1889, fecha
en que se produce su primer acceso
a la docencia, fue nombrado auxiliar
interino de la Escuela de Bellas Artes;
tres años más tarde la Diputación le
otorga, mediante el oportuno concurso, el cargo de profesor en la sucursal
de la misma escuela en el distrito de
Santo Domingo; en enero de 1895 fue
encargado de una ayudantía nocturna
de Dibujo y Figura; a continuación, en
diciembre de 1899, se le designa auxiliar interino, y en 1904 ya es ayudante
meritorio y más tarde supernumerario.
Dos fechas, además de las citadas, evidencian otras remociones docentes: en
1906 se encarga de la cátedra de Composición Decorativa y Escultural y en
1912 de la de Concepto del Arte e Historia de las Artes Decorativas.
Pintor que abordó en sus trabajos
todos los temas posibles, de su maestría
en el retrato destacan las obras realizadas a Ruiz Blasco padre de Picasso
(que presentó a la exposición nacional
de 1887), y a su compañero Nogales
Sevilla. Artista cuya obra fue premiada
en distintas ocasiones, en su palmarés
figuraron, entre otras, las siguiente recompensas: Medalla de Oro en la Exposición Vaticana de 1888, Medalla de
Primera clase de la Exposición Regional de Málaga de 1893 con el cuadro
“Lectura de la petición fiscal de doña
Mariana de Pineda” (que presentada a
la Exposición Nacional del año precedente alcanzó Segunda Medalla), Medalla de Oro en la Exposición Regional de 1894, así como un Accésit en los
Juegos Florales de Málaga de 1908. A la
exposición nacional de 1887 envió su
célebre cuadro de gran formato “Colón en la Rábida” o “La Religión comprende al genio”, que se conserva en el
Ayuntamiento de Málaga; no obstante
la ausencia de distinciones, persistió
en su envío de obras a las ediciones de
los años 1895, 1897, 1899, 1906 y 1915. El
artista fue miembro de número de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo, y en 1892 fue nombrado restaurador del Museo Municipal de Pintura
de Málaga.
332 puyet
José Puyet Padilla, nieto del también pintor y restaurador malagueño
José Padilla Martín que se especializó
en temas religiosos, el maestro Puyet
fue de formación autodidacta, aprendiendo los iniciales rudimentos de la
pintura a través de las prácticas y trabajos de su abuelo materno, el único
antecedente artístico de la familia.
De joven fue destinado a Melilla para
cumplir el servicio militar, y allí realizó retratos al Alto Comisario de España en Marruecos, general Bartomeu,
a su esposa e hija y también al general
Mújica, entre otras destacadas personalidades militares. Con dichos retratos
realizó en aquella Plaza de Soberanía
una exposición en 1943 que fue muy
celebrada, lo que le animó, una vez finalizada su etapa militar, a trasladarse
a Madrid. En sus primeros tiempos en
la capital de España se hizo asiduo del
Museo del Prado, especialmente de las
salas dedicadas a los grandes maestros
de la pintura, fuente de su verdadera
preparación. Conoció al marqués de
Lozoya, que lo presentó, junto con
algunas muestras de su pintura, a Manuel Benedito, entonces director de
la Escuela de Bellas Artes de San Fer-
nando. Dicho encuentro lo recordaba
así el pintor malagueño: ...después de
examinar varios cuadros míos me dijo que
estaba ya muy formado, aconsejándome que
siguiera pintando a mi manera y estilo, y
así lo hice.
Autor de una pintura muy exclusiva, sus composiciones parecen salidas
de otros siglos y recuerdan ámbitos pictóricos de Rembrandt, Goya, Renoir
y algunos otros impresionistas. Arredondo Piédrola aseguró que la obra de
Puyet ...abarca dos estilos: clásico español
e impresionista y romántico, y en toda ella
destaca la sincronizada armonía de figuras
y composición que convierten cada cuadro
en rica joya, deleite del espíritu y los ojos.
Julio Trenas escribió del maestro a
propósito de una de sus exposiciones
en la Sala Cano: Su dominio de la composición no le impide el recreo en el retrato o
la figura femenina aislada. Son telas enamorantes donde sedas y blondas encuadran
la mirada goyesca y trasparece el nácar de
la piel. Ellas redondean el magisterio de un
pintor que se ha propuesto –y logrado– la
actualización plástica de un siglo.
Desde 1943 en que celebró la primera muestra de su pintura en Melilla
hasta la última en la Galería Altea de
Madrid en la primavera del año 2002,
José Puyet realizó cerca de 50 exposiciones en el madrileño Salón Cano, la
más importante galería española especializada en arte clásico, y otras tantas
en capitales norteamericanas como
San Francisco, San Mateo, Nueva York,
Houston, Boston y Nueva Inglaterra,
así como en las capitales de México,
Canadá, Alemania, Holanda, Italia y
Francia, donde quedaron docenas de
puyuelo 333
obras suyas, como, asimismo, en Japón
y Checoslovaquia Sus exposiciones individuales –nunca participó en colectiva
alguna–, fueron en Madrid, Barcelona,
Valencia y Asturias. Dos únicas muestras celebró en Málaga (Galería Malacke en 1984 y Galería Nova en 1990).
Puyet es miembro correspondiente en Madrid de la Real Academia de
Bellas Artes de San Telmo desde 1982
y, entre otras distinciones, medallas y
premios, está en posesión de 27 llaves
de oro ofrecidas con motivo de otros
tantos eventos profesionales en igual
número de ciudades norteamericanas.
José Puyet Padilla comenzó a perder la visión de ambos ojos en 1982, lo
que, al agravarse con el paso del tiempo, le fue paulatinamente impidiendo
seguir pintando.
José María Víctor Puyuelo Carrera,
pintor, galerista (director de la Sala
Dánae de Madrid (1968-1971), actor y
decorador escénico, llegó muy niño a
Málaga y en ella despertó a la pintura.
De formación autodidacta, sus primeros trabajos fueron mostrados en 1959
y 1960, respectivamente, en la ciudad
de acogida: XIX Exposición Provincial
de Arte de Educación y Descanso, primera de carácter regional de la misma
institución y III Certamen Juvenil de
Arte. Fue en aquellos años cuando el
joven Puyuelo entra en contacto con
otros pintores locales del momento
(Díaz-Oliva, López Palomo, Bornoy,
Morenno, Ayuso, Torres Matas) y con
algunos de los de la precedente generación como Virgilio Galán y Alfonso
de la Torre, cuyos talleres frecuenta,
al tiempo que se inicia en las actividades teatrales que la veterana actriz
Guillermina Soto Rojas realizaba por
entonces en Málaga. Tras cumplir el
servicio militar en Sidi Ifni (donde gana
el Premio de las Artes 1965 del mismo
nombre convocado por la colonia española), Puyuelo abandona Málaga y se
traslada a Madrid, donde comienza verdaderamente su actividad escénica pro-
334 puyuelo
fesional en la compañía de Armando
Moreno y Nuria Espert con Enrique IV
de Pirandello; luego, viaja por Italia y
más tarde por Suiza con Las Carátulas,
compañía de Diego Serrano y Elisa
Ramírez, formando parte del reparto
de Los Intereses creados de Benavente y
La zapatera prodigiosa de García Lorca,
obras para las cuales realiza la correspondiente cartelería, decorados y vestuarios, como precedentemente había
ocurrido con Enrique IV y El lindo don
Diego. Los trabajos escenográficos del
pintor continuarían con las obras El
lindo don Diego, Retablo de las maravillas y
Café de Chinitas, que dirigió en Málaga
Jacinto Esteban.
Cuando en la madrileña Sala Abril
el poeta José Hierro tiene oportunidad
de ver por vez primera la obra pictórica de Puyuelo afirmó en el periódico El
Alcázar de Madrid: Hay en su pintura un
recuerdo de cierto post impresionismo gauguiniano. No es que los cuadros de Puyuelo
pertenezcan a esta etapa del arte. Son bien actuales. Pero da la impresión de haber tenido
presente en su conciencia el ejemplo del pintor francés. La semejanza viene de esas masas sometidas a ritmos bien gauguinianos,
aunque la gama sea más fría. Por su parte,
Adolfo Castaño, en La Estafeta Literaria,
escribiría: Víctor Puyuelo es mejor que lo que
se anunciaba… Es curiosa la lucha que han
entablado algunas de sus figuras con el color.
Su evidente intención dramática no consigue
ganar para su causa, a pesar de la forma, a
la alegría íntima de esos amarillos. Es inútil.
La carga no puede ser soportada en ese clima
general de sencillez y de espontaneidad.
Heredero inconsciente de la nueva
figuración que en la pintura española
aparece finalizado el decenio de 1950,
en su obra se sucede lo expresionista y
lo figurativo al mismo tiempo que modifica el lenguaje colorista en función
de los asuntos temáticos y los nuevos
signos que en ella aparecen a medida
de la cambiante iconografía de sus trabajos. Víctor confirmó hasta la saciedad
que el expresionismo podía ser –desde
la tensión de sus visiones, la aprehensión de sus atmósferas y la caricaturización de sus imágenes– la otra manera de explicar procesos cromáticos
nacidos por la pugna de sentimientos
superpuestos y hasta contradictorios.
Además de sus trabajos escénicos, el
autor realizó una extensa obra caballete, paisajes desde el natural y portadas
para distintas publicaciones, entre ellas
Cuadernos Hispanoamericanos, Guidepost
y Por la escala de Jacob, de Inés María
Guzmán.
Más de una treintena de exposiciones individuales realizó Puyuelo desde
el comienzo del decenio de los años sesenta del siglo XX hasta la finalización
del mismo. Salvo omisión involuntaria
por falta de sistematización de su extenso catálogo de actividad galerística,
sus exposiciones fueron las siguientes:
Ayuntamiento de Nerja, Málaga (1963);
Club Indiana, Madrid, y Sala Alerta,
Santander (1964); Sala Abril, Madrid
(1966); Casa de Cultura, Cuenca; Caja
de Ahorros, Valladolid; Escuela de
Periodismo, Madrid, y Ayuntamiento
de Nerja (1967); Galería Dánae, Madrid
(1968); Pinturas Módulo, Dánae, Madrid
(1970); Excma. Diputación Provincial,
Málaga (1972); Galería Atisha, Madrid
(1975); Banco de Bilbao, Huesca (1977
puyuelo 335
y 1978); The Arts and Science Center,
Boston; The Washington Irving Gallery,
Nueva York, así como en el estado de
New Hampsphire, EE.UU. (1980); Banco de Bilbao, Huesca (Serie La esfinge:
Del Génesis a la Creación y la Destrucción,
1983); Galería Miguel Ángel, Málaga;
Figuras e Historia de un pueblo, Castillo
del Bil-Bil, Benalmádena; Los pecados
capitales, Galería Arambol, Madrid
(1986); Galería D’Art, Huesca (1987);
Etnografía gallega, pinturas negras, en
el Centro Cultural Puerta de Toledo,
Madrid (1990); Apocalipsis, Colegio de
Aparejadores, Málaga (1992); Finca El
Portón de Alhaurín de la Torre, Málaga,
y Agua, Aire, Fuego, Tierra, en la ermita de
San Sebastián del Cementerio Histórico
de Casabermeja, Málaga (1993); Galería
Nova, Málaga (1994); Credo, Colegio de
Aparejadores, Málaga (1999), y Celajes,
Colegio de Aparejadores, Málaga (2002).
La obra de Puyuelo estuvo presente en innumerables exposiciones
colectivas tanto nacionales (Madrid,
Zaragoza, Bilbao) como internacionales
(París, Nueva Delhi, Canberra, Amman,
Ankara, Estambul, Atenas, Nápoles,
Londres, Miami, Dublín, Copenhague,
Viena, Múnich, etc., en Trayectoria 80,
exposición itinerante organizada por el
Ministerio de Asuntos Exteriores, con
obras de Tapies, Gris, Miró y Dalí, entre
otros). Dos años más tarde fue invitado
de honor en el Salón de las Naciones de
París, aportando cinco obras agrupadas
en la temática Teología y Tecnología.
qastiyo 337
Pintor, dibujante y grabador, Ramón
Castillo Payán se formó inicialmente en
la Academia de Dibujo de su ciudad natal. Se incorporó a la vida artística malagueña a partir de 1970, dándose a conocer como artista con una exposición
individual en el hall de Radio JuventudLa Voz de Málaga el citado año, regresando a la misma con nuevas obras en
1971 y 1974. Previamente, en 1969, había celebrado su primera individual en
la Sala de Información y Turismo de
Melilla. En años sucesivos, antes de que
su enfermedad limitara su actividad, había desarrollado el siguiente programa
expositivo: Sala de la Caja de Ahorros de
Ronda (Málaga, 1972); Galería Picasso
(Málaga, 1975); Liceo-Peña Malaguista
y Caja de Ahorros Provincial (Málaga y
Vélez-Málaga, respectivamente, 1977);
Sociedad de Tiro de Pichón (Málaga,
1979); Casa de Málaga (Madrid, 1981);
Ateneo (Málaga, 1987); Casino Militar
de Melilla (1989); Ateneo de Málaga
(1992) y Palacio Miramar de Málaga
(1996). Ésta última muestra de Qastiyo
fue, sin duda, su gran revelación como
artista cuya obra fue temática y técnicamente realizada en el sanatorio donde
se recuperaba. Precisamente en la sección Galerías de Arte del diario Sur (30.
I. 1996) podía leerse: Indudablemente, hay
un mundo recóndito, intransferible, remoto y
si quieren esquizofrénico lo que propicia las
imágenes de Qastiyo. Pero conviene que nadie pierda de vista que arte y patología se han
unido muchas veces dando a la historia de
338 quintero
la pintura y la literatura turbadores discursos de genialidad e independencia. Obtuvo
Diploma de Honor de la Academia de
Dibujo de Melilla, Mención de Honor
de Educación y Descanso en 1971 y
Medalla del Ateneo en 1995. Sobre la exposición del Palacio Miramar ya citada,
el pintor Rafael Alvarado conocedor de
la producción de Qastiyo, escribió en el
catálogo, entre otras cosas, lo siguiente:
Lo verdaderamente importante de esta muestra de Castillo Payán es la fe en su trabajo y
en la creación, que le han acompañado a lo
largo de su vida, y al mismo tiempo han sido
sus armas para defenderse de las agresiones
exteriores e incomprensión del mundo, el mal
gusto imperante y esa falta de espiritualidad y
de valores que caracterizan nuestro tiempo.
Perchelero de la calle Ancha del
Carmen por nacimiento, Daniel Quintero
compartió niñez entre Málaga y Melilla
y en 1959 se traslada con su familia a
Madrid, donde no sólo recibió formación
académica, sino que desarrolló prácticamente toda su obra creativa. Con dieciséis años de edad inicia su formación
artística en la disciplina de Dibujo. Lo
hace con el pintor Amadeo Roca, que
tras una estancia en París acabó instalándose en la capital de España, abriendo academia particular. En el aula del
pintor Roca permaneció hasta 1967; a
partir de dicho año en que obtiene plaza para estudiar en la Escuela Superior
de Bellas Artes de Madrid con Antonio
López, Juan Barjola y Francisco Echauz,
entre otros, compatibilizó su asistencia
al centro con la academia del pintor
Roca. Un año más tarde, frecuentó semanalmente las clases de estampación
que el profesor Marcoida impartía entonces en el Círculo de Bellas Artes de
la capital de España.
Buen dibujante para algunos, maestro del retrato para otros y en todo caso
dueño de una rica, sugerente y pletórica
paleta, la diversa y cambiante temática
que prevalece en su obra, así como sus
propios modos pictóricos, tardó en darlos a conocer a los malagueños hasta su
gran exposición del Palacio Episcopal
de la ciudad (24.I.-24.II. 2008) comisariada por el también creativo, abogado y
académico de San Telmo, José Manuel
Cabra de Luna.
La obra de este autor, tras largos
años de asombrar a los públicos usamericanos y europeos entendidos en materia de arte y a la crítica más exigente,
puede decirse ha recibido los comentarios más entusiásticos. Con ocasión de
su participación en la muestra colectiva
Realistas Contemporáneos Españoles,
celebrada en la Galería Marlborough
Fine Art de Londres, Marina Vaizey escribió en The Financial Times (2.X.73):
[…] Daniel Quintero, a sus veinticinco
años, es quizá el más sorprendente… Una
gran pintura, “El metro”, es difícil de leer,
quintero 339
pero su dificultad resulta satisfactoria, y
añadía: …Una serie de estudios expuestos
muestra el cuidado con que ha precedido en
esta pintura, que en su forma logra la curiosa inevitabilidad que a menudo caracteriza
a una obra importante. Combina una generosa meticulosidad con una visión poderosa
y profundamente triste. Fernando Zóbel
por su parte, en la revista Guadalimar,
número correspondiente al mes de
febrero de 1978, escribe: Al público le
asombra la plasmación de los más pequeños
detalles por el artista. ¿Hasta qué punto
es necesario este análisis microscópico? La
respuesta del artista es sorprendente: “Es
un estilo particular de pintura. No creo
que los detalles minuciosos sean esenciales,
y gradualmente voy intentando simplificar
las cosas”. Sospecho que a Quintero le irrita
la admiración que suscita tal precisión en
la pintura, en tanto que obstaculiza que el
espectador conozca sus más amplias intenciones.
Su obra se conoció en primera
aparición individual galerística en la
Sala Arteta de San Sebastián (1969),
y la cronología de sus restantes exposiciones individuales hasta el fin
del siglo XX, fue, salvo error u omisión: Marlborough Fine Art (Londres,
1977); Marlborough Gallery (Nueva
York, 1980); id. id. id. (Londres y Nueva
York, 1983); Marlborough Fine Art,
Galería Levy y Galería Juana Mordó
(Londres, Hamburgo y Madrid, respectivamente, 1984); Marlborough Gallery
(Nueva York, 1987); Centro Cultural
Español Casa de Goya (Burdeos, 1990);
Fundación Caixa Galicia (La Coruña,
1991); Galería Marlborough (Madrid,
1994); Sala Cal-Luzán (Zaragoza, 1995);
Centro de Arte Moderno (Oviedo,
1997); Galería Malborough (Madrid,
1999) y Museo Sefardí de la Sinagoga
del Tránsito (Toledo, 2000).
El número de su participación
en eventos colectivos dentro y fuera
de España es muy extenso y comienza en la Exposición Nacional de Arte
Contemporáneo, celebrada en el Palacio de Velázquez (Madrid, 1970); una
nueva colectiva en la Galería Sequier
de la capital de España (1971) bajo el
epígrafe Jóvenes realistas, sería su posterior comparecencia madrileña. Su
primera colectiva en el extranjero fue
en Marlborough Fine Art, de Londres,
ya aludida. Dos nuevas colectivas, de la
mano de la galerista Juana Mordó, se
sucedieron a continuación. Serían, por
el orden cronológico de sus respectivas
inauguraciones, la de Jóvenes realistas
en Galería Sarrió, Barcelona, y Ars’74
en el Ateneum de Helsinki, finalizando dicho año con otra diferente en
Marlborough Gallery, Nueva York, bajo
el título Dibujos de diez artistas contemporáneos españoles. Otra importantísima
colectiva fue para el artista su participación, por vez primera en Alemania
(1975), en el Kunsthalle, de Darmstad,
que con las del propio Quintero se
exhibían obras de algunos de los realistas españoles, además de Pistoletto,
Warhol, Dalí, Duchamps, Magrite y
Morandi.
Obras de tan singular autor se
hallan en colecciones privadas, oficiales e institucionales de España (museos Municipal de Madrid, Sefardí de
Toledo, Colección March, Presidencia
del Gobierno, Palacio de la Zarzuela,
340 quintero
Teatro Real de Madrid, Real Academia
Española y Congreso de los Diputados.
En Estados Unidos: Fogg Art Museum
de Cambridge, Massachussets; Fine Art
Museum, San Francisco y Saint Louis
University, Boston. En Finlandia: Ateneum. En Gran Bretaña: Royal Bank of
Scotland, National Gallery of Modern
Art de Edinburgo y Victoria & Albert
Museum, London. México DF: Museo
Rufino Tamayo: Japón: The Prefectural
Museum, Nagasaki.
Entre las distinciones artísticas recibidas antes de expirar el siglo XX figura el Segundo Premio por un aguafuerte dedicado a Goya en la Exposición
Nacional de Arte Contemporáneo
(Madrid, 1970).
ramos notario 341
Antonio Ramos Notario, pintor,
escultor, restaurador y profesor de la
Facultad de Bellas Artes de la Universidad
Complutense de Madrid, este artista
inició su preparación artística como
alumno de las secciones números 7 y 1,
respectivamente, de la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Madrid,
donde tuvo como profesores a Antonio
Iniesta y Fernando Bretones, y más tarde, al asistir a una academia de preparación de Bellas Artes y Arquitectura, al
pintor Waldo Aguilar. Ramos Notario
concluyó su preparación académica
en la Escuela Superior de Bellas Artes
de San Fernando, Madrid, en la que,
entre otros catedráticos, tuvo como
profesores de Escultura a Fernando
Cruz y Marcos Pérez; de Pintura y
Pintura Mural, a Guillermo Vargas,
Gregorio Toledo y López Villaseñor;
de Restauración de Pintura, a Núñez
de Celis y de Pintura Mural, a Manuel
de Colina.
Pintor, dibujante, grafista, escultor,
restaurador y director de equipos de
investigación para la restauración de
obras de arte religiosas, también realizó trabajos en cristal, especialmente
vidrieras. De obra pictórica siempre
figurativa, es un evocador nato de extraños cuando no claramente inquietantes personajes, muchos de los cuales
parecen pertenecer al mundo del sueño. Para el catálogo de su única exposición individual malagueña hasta el año
2003, que tuvo carácter de antología
342 ramos notario
retrospectiva, Jesús Viñuales, profesor
de Historia del Arte de la Facultad de
Geografía e Historia de la UNED, escribió sobre el autor: Es un artista, para
comenzar, polivalente. En un mundo donde
ha primado la especialización esta cualidad
de polivalencia no ha sido estimada cuanto debería. Pero un artista que no “sepa”
de varias cosas, que no tenga “visiones” de
la objetividad, que no conozca diferentes
técnicas y que no busque una polisemia de
resultados, a nosotros nos parece que no es
un artista completo. Notario nos demuestra,
especialmente en sus últimas obras, una amplia gama de valores formales, de dominio
de técnicas, de variedad de procedimiento...
todo ello expresado con notable maestría.
Excelente restaurador domina el color pertinente a cada espacio, y la minuciosidad
y limpieza de la restauración, que aquí se
traduce en claridad y luminosidad. Grafista
consumado, domina la línea y la geometría
con gran habilidad y precisión. Conocedor
de todas las técnicas del retablo dispone sus
figuras –Notario apuesta por la figuración–
en el espacio, gráfico o plano o geométrico
o perspectivo, con auténtico sentido de la
expresión simbólica. Para César Aguilera
Castillo, presidente de la Academia
Libre de Arte y Letras de San Antón
de Madrid: En Antonio Ramos reaparece
el poder del subconsciente, de donde el misterio que suele acompañar a sus realizaciones, siempre inquietantes. Ramos es pintor,
grabador y escultor. Obliga mucho el pensar
en su obra. Tiene premios en todas las direcciones, tiene muchas exposiciones individuales, también colectivas, y la restauración
más exigente le es ajena (retablo de Novales).
Tras recorrer todos los grados académicos, es
también profesor (Facultad de Bellas Artes)
y esa condición se advierte en su obra. Y es
que ostenta un gran conocimiento de la historia del arte, de los tiempos pasados, más
remotos y más próximos, y con esos solos elementos (recordemos también que es excepcional dibujante) juega como quiere.
Las exposiciones individuales del
artista fueron las siguientes: Dibujos,
en la Sala Rosales, Madrid (1976); Arte
Sacro, en el Museo Diocesano Regina
Coeli, Santillana del Mar, Cantabria
(1993) y Retrospectiva: pintura, escultura y dibujo, en Caja Rural, Málaga
(1997). Entre las más importantes colectivas figuran: Concurso Nacional de
Pintura, Dibujo, Escultura, Grabado,
Arquitectura y Fotografía, Biblioteca
Nacional, Madrid (1975); Homenaje
a Antonio Machado, Federico García
Lorca y Miguel Hernández, Universidad
Complutense, Madrid (1985); II Premio
B.M.W. de Pintura, Real Academia de San
Fernando, Madrid (1987); Interar’96, Fira
Internacional D’Art, Valencia (1996); X
Salón de Otoño de la Asociación de la
Prensa, Málaga (1997); Presencia I, con
motivo del 118 aniversario del nacimiento de Picasso, Diputación Provincial,
Málaga (1999); IX Salón de los Trece,
Sala de Exposiciones Nájera, Madrid
(2002), etc.
Entre los premios, distinciones y
becas recibidos por Ramos Notario
figuran, entre otros, los siguientes:
Primer Premio de Escultura Aníbal
Álvarez de la Escuela Superior de Bellas
Artes, Madrid, y Segundo Premio de
Escultura en la exposición organizada por la Dirección General de Bellas
Artes y la Escuela Superior de Bellas
Artes, Madrid (1968); Primer Premio de
ramos rosa 343
Escultura en la vigesimosegunda exposición Pintores de África, Madrid (1972); íd.
vigesimotercera, Madrid (1973); Primer
Premio de Escaparatismo de la Cámara
de Comercio, Madrid (1992); íd. íd.
escaparatismo, FITUR, Madrid (1993);
Medalla de Oro y Trofeo Navidad, respectivamente, y ambos otorgados por
la Asociación de Belenistas de Madrid
(1998 y 1999) y Medalla de Oro “Estilo
Libre” de la misma asociación (2000).
Ramos Notario ha sido profesor titular de Anatomía Morfológica
de la Facultad de Bellas Artes de la
Universidad Complutense de Madrid
(1972 a 1998); en la misma, y hasta el año
2004 en que se redactaron estas líneas,
era profesor titular de Escultura en la
misma Facultad, así como técnico en
Conservación y Restauración de obras
de arte sacro del Museo Diocesano
“Regina Coeli” de Santillana del Mar,
Cantabria.
Luis Ramos Rosa, nacido en el corralón trinitario popularmente conocido como “Casa de Matías”, frente a
la iglesia de San Pablo, con muy corta
edad entró en el taller fundado en dicha parroquia trinitaria por su párroco,
Francisco Vega Gutiérrez, recibiendo
en él nociones de dorado y policromía
del maestro Antonio Barrabino. Muy
joven todavía pasó a la Escuela de Bellas Artes de la ciudad, donde hubo de
falsear la edad para poder matricularse. Se recuerda de él en este primer periodo de aprendizaje reglado que, cada
fin de curso y durante muchos años,
solía obtener dos diplomas por curso
lectivo, uno de aplicación y constancia
y otro de dibujo. Su maestros fueron
José Nogales Sevilla, Antonio de Burgos Oms y César Álvarez Dumont.
Este artista llegó a ser muy conocido y admirado no sólo por sus más
próximos vecinos trinitarios, sino también percheleros -pese a las rivalidades
entonces existentes entre ambos barrios-, dado que sus primeros talleres
estuvieron en las escuelas de San Pablo,
en la de Santo Domingo y, finalmente,
en la calle Solimán, en pleno centro
de la ciudad, por cuya circunstancia
344 ramos rosa
fue un taller-estudio muy visitado por
escritores, poetas, pintores e intelectuales malagueños, muchas de cuyas
tertulias y reuniones recogió la prensa
del momento en sus ediciones diarias.
Ramos Rosa fue pintor y así se hacía llamar, pero también era tallista, dorador,
policromador y restaurador, de ahí las
numerosas obras que realizó para iglesias malagueñas, de Vélez-Málaga, Alora y Olvera, entre otras. Tras la guerra
de 1936-39, muchos de sus trabajos desaparecieron, y al concluir el conflicto,
de nuevo se entregó a la realización de
proyectos de talla, dorado, policromía,
restauraciones y decoraciones. Así, a
partir de 1937, Ramos Rosa construye
para la Catedral el retablo de San Rafael y los tornavoces de sus púlpitos.
El catálogo de trabajos continúa en el
Palacio Episcopal, donde adorna su capilla y el Salón del Trono; lleva a cabo
la policromía de una imagen de Nuestra Señora del Carmen, una Purísima
y dos imágenes del Sagrado Corazón
de Jesús para la iglesia de los jesuitas
de Málaga; realiza después el proyecto
de planta y dorado del trono de la Virgen de la Esperanza y de Nuestro Padre
Jesús del Paso, cofradía entonces radicada en el interior de la parroquia de
Santo Domingo. Entre los más conocidos trabajos de policromía de los años
siguientes, hay que referir los crucificados de la iglesia parroquial de San Patricio, otro que procesionó la Cofradía
de Animas de Ciegos, el Cristo de Viñeros, la Virgen del Valle y San José del
Colegio de las Asuncionistas, así como
la imagen de la Virgen de la Victoria,
etc. Otros trabajos fueron: decoración
de la capilla del colegio de las Teresianas, retablo de nueva planta del titular
de la parroquia de San Pablo, dorado y
policromado del altar mayor de la parroquia de Santiago, decoración de la
caja de escalera y proyecto de vidrieras
del Círculo Mercantil. Uno de sus cuadros religiosos más conocido es el San
Rafael que pintó al óleo para la iglesia
parroquial de San Felipe Neri.
Profesor de dibujo artístico, dorado y policromía de la Escuela de Bellas
Artes de Málaga, de dibujo en las escuelas de los HH. Maristas, colegio de PP.
Agustinos, Seminario Conciliar y Colegio Menor Mediterráneo, tuvo alumnos
particulares y procedentes del Instituto
de Enseñanza Media, el cual recreó en
un cuadro que se le tiene como el mejor óleo de toda su producción, y que,
después de haber sido galardonado
con varias medallas en exposiciones de
Córdoba, Jaén y Málaga, lo donó al Museo Provincial de Bellas Artes. Luis Ramos Rosas fue varias veces pensionado
al Monasterio de El Paular.
A partir de 1920 cuando contaba
17 años de edad, hasta su fallecimiento
en 1965, el artista recibió unos 65 premios, trofeos y distinciones: un premio
extraordinario, 30 primeros premios,
15 segundos, 7 terceros, 10 menciones
honoríficas y 2 accésits.
En los del primer grupo figuran
(no se consignan los años en los casos
que se desconocen): Premio Extraordinario Antonio Muñoz Degraín; de la
Academia de Bellas Artes de Málaga; del
concurso de Semana Santa; cartel del
Ayuntamiento de Córdoba; cartel del
Ayuntamiento de Burgos; concurso de
ramos rosa 345
litografía de la casa Ricardo Sánchez (Málaga, 1922); concurso organizado por el
Ayuntamiento de Valladolid; concurso de
carteles del Ayuntamiento de Pamplona;
cartel de la feria de Málaga (1933); cartel
del Sindicato de Iniciativas y Propaganda de Málaga; cartel para las fiestas de verano de Málaga; cartel anunciador de la
película Macarena (Sevilla, 1944); cartel
de la Escuela de Odontología (Madrid,
1945); cartel anunciador de las Fiestas
Deportivas de Invierno de Málaga; cartel para anunciar las fiestas de verano de
Málaga; cartel de las Fiestas de Invierno;
cartel para anunciar la Semana Santa de
Cuenca (1947); íd. de la Semana Santa
de Granada (1950); cartel de la Feria de
Córdoba (1951); cartel de la Feria de la
Línea de la Concepción (1952); fiestas
de Algeciras; centenario de Pedro Romero (Ronda, 1954): Semana Santa de
Orihuela (1955); cartel para la Caja de
Ahorro de Ronda (1957 y 1958, respectivamente); cartel de las Fiestas Deportivas de Invierno de Málaga (1958); cartel
anunciador de la Corrida de Beneficencia de la Excma. Diputación Provincial
de Málaga; cartel de Semana Santa de
Málaga (1959); cartel de la Caja de Ahorro de Ronda (1960).
Segundos premios fueron los siguientes, salvo error u omisión: en
pintura de paisajes, de la Sociedad
Arqueológica de Córdoba (1925); concurso de pintura del Ayuntamiento de
Málaga (1925); concurso de pintura del
Ayuntamiento de Málaga (1926); cartel
anunciador de las fiestas de agosto de
Málaga; pintura de paisajes de la Junta
de Festejos del Ayuntamiento de Málaga (1927); cartel anunciador de las
fiestas de agosto de Málaga; pintura
de paisajes de la Junta de Festejos de
Málaga (1928); cartel de la Coronación
de Nuestra Señora de la Capilla (Jaén,
1929); cartel en la exposición de la Asociación Libre de Artistas de Málaga;
cartel anunciador de la Semana Santa
de Málaga; fiestas de Córdoba (1941);
fiestas de la Línea de la Concepción;
cartel de la Semana Santa de Cuenca
(1949); cartel de las Fiestas Aracelitanas,
Lucena; Caja de Ahorros de Santander (1956); cartel de la Semana Santa
de Málaga (1958); Caja de Ahorros de
Ronda; Semana Santa de Jaén (1964).
En el grupo de terceros premios señalamos los siguientes: pintura de paisajes de la Sociedad Arqueológica de
Córdoba (1925); exposición de pintura
del Ayuntamiento de Málaga (1946);
cartel anunciador de las fiestas de Jaén;
cartel de la Semana Santa de la misma
capital; cartel de la feria de Málaga (2);
cartel de la Semana Santa de Crevillente (1960).
Las menciones honoríficas fueron:
paisajes y flores, de la Academia de Bellas Artes de Málaga (1920); pintura de
paisajes, de la Sociedad Arqueológica
de Córdoba (1925); dos carteles presentados, respectivamente, a los concursos
de la Caja de la Vejez y Ahorro de Barcelona; cartel presentado al concurso
de la Hermandad del Árbol y del Paisaje (Pamplona, 1934); cartel enviado al
certamen convocado por el Patronato
de Ferias y Fiestas (Mallorca, 1936) y
cartel de la feria de Córdoba (1951).
Dos accésits se constatan en la larga relación de los premios recibido por
Luis Ramos Rosa. Fueron dos trabajos
346 rando
presentados al certamen convocado por
Casa Segalá, S. A., de Barcelona (1930).
En 1975, al cumplirse el décimo aniversario de la muerte del pintor, se celebró a título póstumo una exposición
de sus obras en el Salón de los Espejos
del Ayuntamiento de Málaga, a la que
sus hermanos Laureano y Amelia aportaron, además de distintas obras y reproducciones del extinto pintor, un autorretrato y su paleta con un lazo negro.
Jorge Sánchez López, artista cuyo
nombre comenzó a sonar en su ciudad
natal a finales del decenio de 1970, es
pintor que se ha hecho a sí mismo. El
término autodidacta, si en otros cualquiera de los de su mismo oficio se entrevera de consejos y orientaciones de
profesores o profesionales amigos, en
su caso cabe asegurar su genuina condición de automaestro. Irrumpió en el
mundo de las artes pasado el último
tercio del siglo XX, por lo que representa una de las últimas incorporaciones artísticas a la citada centuria. Su
obra toda tiene la impregnación de la
tradicional escuela expresionista germana, y en el espacio del tiempo transcurrido desde que decidió dedicarse a
la pintura, ha mostrado a los amantes
del género suficientes muestras del espacio exclusivo que en la actual pintura de origen centroeuropeo ocupa por
derecho propio. Jalonan la carrera de
Rando paisajes de aladas formas, en algunos casos violentados por la fuerza
de una paleta colorista de logros exultivos, casi lujuriosos, por la agresiva estridencia con que fueron tratados y por
esa nueva forma de mirar que propone.
En su incesante producción plástica no
sólo profundizó en los latidos de la naturaleza, sino en los ritmos del deporte
–ciclismo, natación–; ahondó en el horror de la guerra, que tanto le acerca
a Goya; y, de idéntica manera a quien
no teme su incursión en las dulces y
amargas metáforas existenciales, cantó
a la maternidad y reflexionó sobre el
infortunio humano y, como gran tema
religioso, la Pasión de Cristo.
Carmen Pallarés, al estudiar la
obra del artista, fue contundente: En el
ADN artístico y vital de Rando predominan
las convicciones: secuencias que conforman
y reúnen lo anímico, lo intelectual, lo espiritual y lo físico, lo religioso, lo artístico y lo
científico, lo social y lo individual, lo público
y lo privado, lo objetivo y lo subjetivo, todo
dispuesto en el ámbito lleno de entusiasmo
de la pintura.
Connotando la originalidad de la
técnica y formas dibujísticas de Rando,
Julia Sáez-Angulo reveló, tras visionar y
sorprenderse de una de las figuras que
protagonizaban el ciclo Infortunios, lo
que sigue: Pocas veces se ha percibido una
forma tan elíptica de dibujar una figura
con el trazo grueso y firme de la pintura. El
autor conoce la estructura de la figura hu-
rando soto 347
mana, en este caso sentada en una silla, y
la ha resuelto de modo magistral con una
alternancia de negros contrabalanceados de
rojos. Es trazo y color, geometría y gesto, para
articular un cuadro que al espectador se le
antoja de ejecución rápida por el dominio
del dibujo y la maestría de la ejecución.
Hasta la Semana Santa del año 2008
en que presentó en el Palacio Episcopal de Málaga su ambiciosa exposición
de tema religioso La Pasión en la pintura de Rando, el artista había celebrado
otras importantes exposiciones en Galería Nova de Málaga, Galería Ignacio
de Lassaleta de Barcelona y Salón Internacional de Arte Contemporáneo
de Estrasburgo (2002); Fundación Carlos de Amberes (Madrid, 2003); Galería
Fauna’s de Madrid e Ignacio de Lassaleta de Barcelona (2004); Fundación
Caja Sur de Córdoba y Feria de Arte
de Nueva York (2005); Anta Gallery de
Madrid y Feria de Arte Contemporáneo de Miami (2006); Sala Italcable de
Málaga, Galería Fauna’s de Madrid y
Art Madrid (2007). Su última muestra
malagueña fue en el mes de abril del
año 2008, en el Museo del Patrimonio
Municipal. Rando recibió el Libro de
Oro de la Plástica de la Unesco (París,
2007).
José Rando Soto, alumno de Dibujo de la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos de Málaga, fue, sin
embargo, de posterior formación autodidacta. Su carrera artística comienza
en Madrid en tareas publicitarias durante varios años, al cabo de los cuales,
ya casado, retorna a Málaga para preparar desde ella su lanzamiento como
profesional de la pintura. Ya en su primera exposición individual (sede de la
Caja de Ahorros Provincial de Málaga,
1978) deja constancia de las enormes
posibilidades que, desde el punto de
vista de la composición y el color, se le
abren al nuevo artista local. Sus blancos
resultaban ya transparentes y el empleo
de ocres, rojos y rosas que en sus comienzos predominaban, denunciaron
su particular manera de aproximarse
con licitud al mundo mediterráneo al
que pertenece. Desde el mismo inicio
de su actividad galerística, la crítica
apoya sus propuestas de color, en ocasiones producto de un tardío impresionismo cercano a Sorolla. Retratos, escenas pletóricas de un naturalismo de
suaves pinceladas y líricas carnaciones,
compiten con marinas en las que aparecen los primeros grises muy contro-
348 rando soto
lados y toda una larga iconografía femenina, que, junto a bodegones, temas
taurinos, fiestas populares y temática
urbana, concluyen en grandes paisajes
donde exquisitas gamas de verdes son
verdaderos ejercicios de luz y color. Sobre la obra del entonces joven artista,
el veterano pintor Manuel Blasco había
dejado escrito antes de su muerte: En
la pintura de Rando Soto existen dos valores: su bien hacer y una sonrisa de gozo.
Si el arte es comunicación de sentimientos,
aunque sea precisa, no basta la calidad de
una pintura; lo importante es la emoción
que transmite al contemplarla. Rando Soto,
con maestría, pone una sonrisa de gozo en
lo humano, que transmite al que disfruta
viendo sus cuadros. Félix Revello, por su
parte, le escribió para su libro-catálogo
de Benedito: Rando Soto, con mirada escrutadora, va plasmando en sus obras todo
el enigmático mundo de personas y cosas que
nos hacen sentir más íntimos, más próximos,
el ambiente propicio de lo social y humano.
Su pintura es de ágil y fluido toque, sin un
grosor que determine el resalte de la materia
puesto que ésta la intuye supliéndola con
amplios deslices del pincel.
El catálogo de sus exposiciones individuales comenzó en 1978, según se
ha comentado, para continuar en la
Sociedad Económica de Amigos del
País, Málaga (1979); Galería Malacke,
Málaga (1980); Sociedad Económica de Amigos del País, Málaga (1981);
Galería Segrelles del Pilar, Valencia
(1984); Galería Xauen, Granada (1985);
Galería Mayte Muñoz, Madrid, y Galería Velázquez, Valladolid (1986); Galería La Maison, Málaga (1987); Galería
Tweefhuis, Nuenen-Holanda (1988);
Galería Benedito, Málaga (1989); Sala
Alcolea, Madrid (1991); Galería de
Arte Pórticus, Málaga (1992); Galería
Vázquez, Buenos Aires (1994); Galería
Santa Engracia, Madrid (1997) y CasaFuerte Bezmiliana, Rincón de la Victoria (1998). Ya entrado el siglo XXI, inaugura exposición en Cajamar, Málaga
(2004). Rando Soto participó en varias
exposiciones colectivas (Asociación de
la Prensa, Centenario de la Cámara de
Comercio, Exposición en el Palacio de
la Aduana sede, entonces del Gobierno
Civil de la Provincia, así como en Inter-Arte, exposición internacional de la
capital valenciana. Un retrato al óleo
de la Reina Doña Sofía haciendo el popular Camino del Rocío, y que el artista
le regaló, se encuentra en el Palacio de
la Zarzuela, y temas cofradieros, en las
hermandades malagueñas de El Rico,
el Sepulcro, la Expiración, la Esperanza y Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga.
reina gómez 349
Antonio Reina Gómez, artista que
desde niño se sintió atraído por la
pintura es de formación autodidacta,
y, como tantos otros de su misma generación, se inició a través de las convocatorias de Educación y Descanso a
partir de 1958. Tuvo una actividad galerística sostenida durante muchos años,
si bien, a partir del final del decenio
de 1970, la espació sin dejar por ello
de pintar a diario. Su primera comparecencia como pintor fue en la citada
exposición de carácter regional que celebró en Málaga Educación y Descanso
en el ya aludido año; también participó
en las provinciales de 1961, 1965 y 1971,
además de las de carácter nacional de
Valencia y Salamanca, celebradas, respectivamente, en 1965 y 1970. Su obra
nació fundamentalmente a impulsos
de un paisajismo figurativo no exento
de visiones marinistas que, poco a poco,
derivó en temática más comprometida
y colorista, llegando en muchos casos
a delicadas abstracciones. De su obra
se ocupó la crítica de forma habitual:
Pintura nueva y recia, sólida y castellana,
Reina Gómez es el gran éxito de la creación y
la fe. De tal modo saludó su exposición
de la Caja de Ahorros de Ronda en
Málaga, el crítico del diario Sur, Leovigildo Caballero (30.VI.1970). De igual
manera, pero más recientemente, Lucas Martín definió su obra en el diario
Málaga hoy (4.IX.2004) como Imágenes
de luz y reflexión.
El programa galerístico de sus exposiciones individuales fue el siguiente: Sociedad Económica de Amigos
del País de Málaga (1963, 1969 y 1972);
Caja de Ahorros de Ronda, también
en Málaga (1965, 1968, 1970 y 1973);
Ayuntamiento de Córdoba (1967); Radio Juventud-La Voz de Málaga (1970);
Sala Pedro Flores, de Estepona (1971 y
1972); Caja de Ahorros de Antequera,
en Málaga (1975, 1977, 1987); Colegio
de Doctores y Licenciados en Filosofía
y Letras, de Málaga (1981); Galería de
Arte Miguel Ángel, Málaga (1982); Unicaja, Vélez-Málaga (1987); Unicaja Pérez
Bryan, Málaga (2002) y Galería de Arte
Díaz-Oliva, Málaga (2004). En su haber
tiene los siguientes premios: un Segundo de Educación y Descanso (1971), un
Primero de Pintura y un Segundo de
Fotografía en la colectiva de empleados
de Unicaja (1983), más otro Primero en
Pintura de la convocatoria de 2002.
350 reina
Ramón Reina Márquez, nacido en
la finca La Moraleda del término municipal de Carratraca en el seno de una
humilde familia, a los ocho años de
edad, y por consejo de su maestro de
primeras letras, que intuyó en el niño
buenas cualidades para el dibujo, su familia se traslada a la capital con el fin
de que el pequeño pudiera seguir adecuada preparación. La primera vez que
el futuro artista puede contemplar la
mar de Málaga le resultó tan impactante, que tomó la decisión de hacer de él,
en el futuro, el gran tema de su pintura. Con catorce años de edad fue matriculado en la Escuela de Artes y Oficios
Artísticos, donde tuvo como primeros
maestros a los pintores y profesores Eugenio Vivó, José Ponce, José Nogales,
Federico Bermúdez y el propio director
de la escuela, César Álvarez Dumont.
Su larga permanencia en el centro le
proporcionó numerosos premios a la
aplicación y el mérito. Tras Bellas Artes
se abre para Ramón un largo periodo
de dedicación a menesteres cada vez
más distantes de la pintura. Así, ejerció
de auxiliar de farmacia y agente comercial, para concluir como propietario de
un restaurante. Años después, gracias a
los pintores Morcillo y Grosso, amigos
de Granada y Sevilla, respectivamente,
Ramón Reina torna a los pinceles y se
dedica, ya en plena madurez, al ejercicio profesional de la pintura.
En su obra se diferencias tres etapas
muy definidas. La primera de ellas, que
se inicia hacia 1912, se caracteriza por
la ejecución de retratos y alguna que
otra marina, todavía lejos de las calidades de las que pintará en el futuro. Hacia 1922 su temática evoluciona hacia el
paisaje, demostrando, dentro de la sobriedad con que realiza su obra, gran
sensibilidad al definir distintos matices
en los ocres de la tierra, los azules del
cielo y los delicados verdes. El tercer
periodo de su producción pictórica es
el más largo y, por tanto, el definitivo, y
se produce hacia los primeros años 50
del siglo XX.
Con motivo de la cesión de una
marina de gran formato que al Ayuntamiento de Málaga hicieron los herederos del pintor y exposición antológica
con dicho motivo en 1996, el diario Sur,
con fecha de 4 de abril del mismo año,
publicó el siguiente comentario: Ya se
dijo en vida de Ramón Reina que era entonces, y en muchos aspectos sigue siendo,
el único pintor de Málaga cuya obra enlazaba con la tradición marinista del siglo
XIX próxima a la escuela y procedimientos
de Emilio Ocón. (...) La mar de Málaga es
aprehendida en su larga obra con sensibilidad y adecuada observación y transparencia.
Sus cielos, como grandes y dilatados fondos
entretejidos de luces germinales o efímeras,
apoyan con resolución y vigor unos temas
que se alejaron de la estampa relamida tanto como de la evocación simplista, logrando
revello de toro 351
sumar, al número increíble de sus trabajos,
un sello claro y personalísimo. Su obra es
abundantísima en Málaga y su aportación,
digna de estudio.
Por otro lado, en el catálogo de la
exposición colectiva 9 Pintores Malagueños en homenaje a Pablo Picasso (Virgilio,
Morenno, Díaz-Oliva, Polo Cueto, Ramón Reina, Muñoz Toscano, Alfonso
de la Torre, Pablo García Rizo y Julián
Escalona Ocaña) celebrada el mes de
enero de 1969 en la galería que en la
plaza del Teatro llevaba el mismo nombre del universal pintor, se decía de Ramón: Noble y delicado marinista, cantor de
la paz mística, de los amaneceres preñados
de colores sublimes; poeta de encajes espumosos no heridos por proas cortantes de corsarios, y que con Verdugo Landi y el italiano
Rossi forma la grande y auténtica trilogía
de la pintura marinista de Europa del siglo
presente.
De las numerosas exposiciones individuales que en distintas capitales y
ciudades celebró Ramón Reina, únicamente se documentaron en el catálogo de la referida antológica municipal
de 1996, algunas de ellas imprecisas,
las siguientes: Sociedad Económica de
Amigos del País, Málaga (1954); Sala
Alhama, Granada, y Casino de Marbella (1957); Sala Municipal de Arte,
Córdoba, y Delegación Provincial de
Información y Turismo, Málaga (1958);
Murcia y Málaga (1959); Sala de los
Madrazos, Córdoba (1960); Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga
(1962); Gran Casino, Marbella (1964)
y Sociedad Económica de Amigos del
País (1965).
Félix Revello de Toro, alumno de
Francisco Palma García y Juan Almagro en la Escuela de Artes Aplicadas y
oficios artísticos de su ciudad natal, sus
primeros trabajos de niñez –unas tarjetas postales con monumentos de Granada– se conocieron al permitírsele exponerlos en los escaparates de la ya entonces histórica Casa de Félix Sáen, un
comercio ya desaparecido dedicado a
la actividad textil y que gozaba de gran
popularidad en la ciudad. Durante su
escaso periodo formativo frecuentó el
taller de los Palma, en la calle Cobertizo del Conde, donde se reunían pintores, académicos y profesores de Bellas
Artes. En 1943, apenas cumplidos los
diecisiete años de edad, le fue concedida por el Ayuntamiento de Málaga
una beca para realizar estudios en Madrid durante cinco años (1944-49), durante los cuales recibió clases de los ya
famosos maestros Benedito, Valverde,
Martínez Cubells e Ignacio Zuloaga.
Finalizados sus estudios en la Escuela
Superior de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, obtiene el Premio del
Estado, así como el Pérez Madrigal y,
por dos veces consecutiva, el de la Fundación Carmen del Río, que le permite
352 revello de toro
ampliar estudios en Roma. De vuelta a
Madrid celebra su primera exposición
individual (Sala Macarrón, 1952), en
la que presenta retratos, figuras, bodegones y flores; un año más tarde, en el
Casino de Madrid, inaugura su segunda individual, que suscita en la crítica
y el público entendido un interés aún
mayor que en la anterior. En febrero
de 1956 se presenta a las oposiciones
a Cátedra de Bellas Artes y obtiene el
número uno, siendo destinado a La
Llotja de Barcelona, en la que ejerce
docencia durante los siguientes diecisiete años. Así, en 1973 abandona la
docencia y a partir de entonces decide
dedicar todo su tiempo a la composición pictórica. Sus exposiciones, a partir de entonces, se multiplican tanto en
Madrid y Barcelona como en otras ciudades españolas. Pintó a los Reyes de
España, a celebridades de la política, la
alta sociedad, las finanzas, el mundo de
la industria, a intelectuales y escritores
europeos. Lo que más ha sorprendido
siempre fue su increíble dominio en el
estudio, interpretación y realización de
la figura femenina, siempre emergente
de una delicada atmósfera de intimidad y sosiego.
Guillermo Díaz-Plaja, miembro de
la Real Academia Española de la Lengua, comentó ante el famoso Tríptico
Mediterráneo del pintor, expuesto por
vez primera en la Sala Nonell (Barcelona, 1984): En la plenitud de su tarea artística, el pintor andaluz Félix Revello de Toro
ha querido trazar, en un cuadro de impresionante magnitud, la síntesis fulgurante de
su quehacer estético, como si, en el mediodía
de su andadura, signo de propia vida, qui-
siera dejarnos los trazos señeros de su autorretrato espiritual. En un alarde de madurez
técnica, en efecto, Revello de toro le ha echado un pulso a su destreza, como un desafío
en el que su inteligencia y su sensibilidad se
funden en una única voluntad creadora.
Sobre sus retratos, fue Manuel Alcántara quien ofreció unas claves: Un gran
retratista, para serlo, tiene que ser también
un gran psicólogo, ya que un retrato no es
bueno si no hay parecido, pero tampoco lo es
si sólo hay parecido. Es necesario que en un
lienzo se deposite esa invisible sustancia mágica que llamamos talento para que lo que
fue lino en el campo se convierta en obra de
arte, o sea “sombra de la divina perfección”,
en palabras de Miguel Ángel.
Las exposiciones individuales de
Félix Revello su sucedieron de forma
cíclica a partir del decenio de los años
sesenta del siglo XX, algunas de de ellas
perviven todavía en la memoria de sus
muchos seguidores. De las más lejanas
en el tiempo hasta las más próximas al
final de la indicada centuria, recuérdense especialmente la patrocinada por la
Caja de Ahorros Provincial en la Sala
de la Diputación (Málaga, 1969); Sala
Nonell (Barcelona, 1984); Sala Alcolea
(Madrid, 1987); las del mes de mayo en
Nonell y noviembre en Alcolea (Barcelona y Madrid, 1992); de Galería Pórticus (Málaga, 1996) y la extraordinaria
antológica presentada por el Grupo
Santander Central Hispano (Madrid,
2001).
Entre las obras más destacadas del
pintor –además de retratos, bodegones,
figuras, interiores y excelentes dibujos– destacan el ya citado y significativo Tríptico Mediterráneo y el no menos
revenga 353
representativo que retrata a los quince
miembros del Comité Ejecutivo Olímpico Internacional que designó en 1992
a Barcelona sede de los Juegos Olímpicos de dicho año. Este cuadro de gran
formato figura en el Museo Olímpico
de Lausana, del cual se llegó a publicar
un libro titulado Imágenes en torno a un
cuadro, retrato de una obra universal.
Del extenso palmarés de premios,
trofeos y galardones, tanto a su creatividad como a sus valores personales y
humanísticos, figuran, entre otros, los
siguientes: Medalla de Plata de la Agrupación de Acuarelistas de Cataluña
(1980), Premio Nacional Rafael de Penagos de Dibujo (1987), Llave de Barcelona (1990), Medalla de Honor de la
Real Academia de Bellas Artes Santa
Isabel de Hungría (1997), Medalla de
Andalucía (2002), etc. Pertenece a las
academias de Ciencias y Artes de Barcelona, Santa Isabel de Hungría de Sevilla y de San Telmo de Málaga; recibió
la Medalla de Oro adjunta al título de
Hijo predilecto de Málaga, fue declarado Malagueño del año en 1998 e Hijo
Predilecto de la Provincia de Málaga.
Cuando se redactaban estas líneas el
pintor había materializado al Ayuntamiento malagueño su entrega de obras
con destino al museo que llevará su
nombre, y que se ubicará en el antiquísimo taller-vivienda del escultor Pedro
de Mena y Medrano (s. XVII).
María Revenga Sancho, culta, de
espíritu deportivo y de muy alto nivel
intelectual –hablaba y escribía desde
muy joven español, alemán, francés e
inglés–, su formación pictórica, aparte
de sus clases juveniles en la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de
Málaga, corrió en Madrid a cargo de
María Luisa Gómez de la Riva, esposa
del pintor Domingo Muñoz. A lo largo de su vida juvenil en la capital de
la Costa del Sol, frecuentó las familias
extranjeras afincadas en Málaga desde
el siglo XIX, en cuyos círculos sociales
hizo gran cantidad de amigos. Casó en
1926 con Christian Froemke, hijo del
cónsul alemán en Málaga. Había vivido
en Madrid, Las Palmas de Gran Canaria
y Mérida, y desde 1970 en que adquiere
un pequeño estudio en Benalmádena,
compartió residencia con Piedralaves
(Ávila), Madrid y Málaga. María Revenga fue una artista de muy elaborados
trabajos fueran flores, montañas, bosques, paisajes entre cascadas y frondas,
el mar, etc., pero su verdadera obsesión
temática fueron los cielos plagados de
nubes y las cumbres nevadas con grandes celajes nubosos. Trabajó con igual
fortuna la pintura al óleo (inicialmente
354 revenga
con el uso del pincel y más tardía y definitivamente con la espátula) y la acuarela, técnica que abandonaría hacia el
decenio de 1960.
Artista que fue muy considerada
por parte de la crítica más exclusiva de
la mitad del siglo XX, José Camón Aznar dijo de su obra que era brava no
sólo por la técnica sino por su temática.
A diferencia de esos impresionismos a base de
huertas, de vistas humildes y de perspectivas
caseras –dijo–, María Revenga encuentra
su temario en los grandes espectáculos de la
naturaleza; en las cimas nevadas, en las serranías con sus nubes y ventisqueros y en el
mar, con sus rompientes. Manuel Casamar,
que fue director del Museo Romántico
de Madrid y precedentemente del Provincial de Bellas Artes de Málaga, expresó su opinión acerca de su singular
obra: Tenemos ante nosotros a la pintora de
siempre, que aun en el paisaje malagueño
nos da versiones audaces, nuevas, imprevistas, porque ese es su genio, al menos en
una de sus facetas fundamentales, el vigor,
el valor, el atrevimiento, y añadía: Marita
no sólo ama los paisajes rudos, vigorosos
sino que también –¡ay, secretas raigambres
malagueñas!– ama las flores. Y flores leves,
ajenas a veces, sugeridas; pero siempre valientes, inesperadas, hermosas. Rosas sobre
todo, fijadas para siempre con su inmortal
belleza.
Sus primeras exposiciones, de la
mano del pintor Macarrón de quien
era amigo, se inician en Madrid en 1943
y continúan hasta 1955 por las mejores
salas y galerías de Madrid, Málaga, Sevilla, Gijón, La Coruña, Bilbao, Fuenterrabía, San Sebastián y otras capitales.
Mas su verdadero lanzamiento como
creativa pictórica internacional se la
proporciona el Instituto de Cultura
Hispánica, que desde Madrid, y entre
1955 a 1976, le promueve exposiciones
en Cuba, Caracas, Vancouver, El Cairo, Beirut, Alejandría, Tetuán, Tánger
y Fernando Poo; igualmente, lleva su
obra a Alemania (Hamburgo) e Italia
(Roma). A lo largo de su activa existencia profesional logró numerosos premios. Primeras medallas obtuvo dos:
(II Bienal de Pintura de los Países Mediterráneos, Alejandría, 1957; y XXXVI
Salón de Pintura de Montaña, Madrid,
1961). Segundas medalla fueron cuatro:
XXII Salón de Otoño de la Asociación
de Pintores y Escultores, Madrid, 1948;
I Concurso Nacional de Pintura de la
Excma. Diputación de Alicante, 1951,
que repitió en la edición de 1954 y la
correspondiente al XXIV Salón de Pintura de Montaña de Madrid en 1961.
En las ediciones del mismo salón madrileño de 1949 y 1951, consiguió sendas terceras medallas. Artista que llamó
a sus paisajes “suspiros” porque son obras
captadas en el momento y logro retenerlos,
de los accidentes y manchas de pintura involuntarios dijo: ¡No los borres! Son golpes
de gracia.
risueño 355
Antonio Reyna Manescau, alumno
de Ferrándiz y Martínez de la Vega, muy
capacitado para el paisaje obediente al
gusto narrativo de sus coetáneos parisinos y romanos, destacó por lo animoso
y adecuado de su colorido. Estuvo pensionado por la diputación Provincial en
Roma en 1882, desde donde envió varias muestras de su trabajo. Podría ser
llamado con propiedad el pintor español que mayor número de veces llevó a
sus lienzos paisajes venecianos de gran
calidad, demostración de la personalísima admiración que experimentaba por
la ciudad de los canales. Al enviar una
obra a la Exposición Nacional de 1887,
titulada “Floralia”, recibió una Tercera
Medalla del Certamen Anual Español.
En 1895 permanecía todavía en Italia
sin perder sus contactos con España,
puesto que fue ese mismo año cuando
llevó a cabo la decoración de las sobrepuertas del Ateneo madrileño.
Alumno de Ferrándiz en Málaga,
concurrió a la Exposición Nacional de
Roma en 1911, con su cuadro “Rancho
andaluz”.
Adrián Risueño Gallardo, alumno
desde muy joven de la antigua Escuela de Bellas Artes de San Telmo, con la
ayuda y protección del Ayuntamiento
de Málaga realizó estudios en la madrileña Academia de San Fernando y perfeccionó conocimientos en el taller del
escultor sevillano Lorenzo CoullautValera. Colaboradores prácticamente
anónimos fueron el escultor Antonio
Alastra Ruiz (que pese a haber perdido
su brazo izquierdo durante la Guerra
Civil demostró gran eficacia en el desarrollo diario de su trabajo, especialmente en los modelados) y Andrés Cabello Requena, que se distinguió por
su aportación personal al acervo artístico de muchas cofradías malagueñas.
La actividad escultórica de Risueño
era conocida desde los años 30 del siglo XX, pero su corta fama devino de
la mano de su amigo Francisco García
Grana al encargarle, como alcalde de
la ciudad, algunas de sus obras escultóricas públicas. Ejemplo de ellas sería
“la Fuente de las Tres Gitanillas”, que
inicialmente levantada en la plaza de la
Constitución, fue trasladada a la plaza
del poeta Manuel Alcántara. Otra de
sus obras más populares fue la “Mari-
356 rittwagen
quilla”, en principio instalada en los
jardines de la calle Alcazabilla y más
tarde en el Pasaje de Chinitas, donde
fue destrozada por manos anónimas.
Un busto en bronce de José Gálvez Ginachero, otro del ministro Carlos Rein
Segura y un tercero de Juan Temboury,
jalonan, con el monumento al poeta y
escritor Arturo Reyes al comienzo del
parque malagueño, su catálogo iconográfico urbano. Realizó diversas obras
de carácter religioso: “San Francisco
de Asís” para Álora; las esculturas “Fe
y Esperanza” con destino al convento
de la Asunción de Málaga; “Niño Jesús
de la Virgen de la Victoria”, para su coronación canónica en 1943; trono procesional del Cristo Mutilado; antiguos
tronos de la cofradía del Rocío, al que
Risueño estuvo muy vinculado; restauración de la mascarilla de la Virgen de
la Esperanza y trono, junto con Andrés
Cabello; y trono del Santo Sepulcro de
Vélez-Málaga. Fue miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes
de San Telmo.
Jaime Díaz Rittwagen es otro de
los artistas cuya obra se encuadra en la
escuela ingenuista malagueña del último tercio del siglo XX. Miembro de
una conocida familia originaria de Alemania –su bisabuelo Adolfo Rittwagen
Zúñiga fundó en Málaga (1849) bodega
de vinos y negocios de exportación de
frutos secos que desaparecieron con la
aparición de la plaga de filoxera en los
últimos años del siglo XIX–. Muy niño,
siendo alumno del colegio de los HH.
Maristas, se interesó por el dibujo artístico en las clases que en dicho centro
impartía el profesor Ignacio Sastre. Ya
de joven, al integrarse en el comercio
propiedad de su padre, Adolfo Díaz,
recibió de él nociones de dibujo lineal
que le capacitaron para el diseño y realización de muebles de diferentes estilos. Su llegada a la pintura, siempre
en la línea ingenuista, fue de manera
autodidacta. Su inicial método de trabajo fue la observación urbana desde
sus recuerdos infantiles, no sólo focalizando con retentiva, agudeza y feliz
memoria los más entrañables aspectos
de unas calles pretéritas ya en fase de
cambios –a veces violentos–, sino desde
la nostalgia y quizá el dolor de haber-
rittwagen 357
los vivido intensamente. De una a otra
exposición se pudo constatar una mayor ambición en su grafía plástica, que
del indudable quietismo que genera la
nostalgia de los recuerdos, evolucionó
hacia la contemplación cinética, vigorosa y abarcante del medio urbanita
con paisajes a los que, sin pérdida de
emoción, supo dotar de dimensiones
de realidad cotidiana por el acierto de
un picado que muestra la ciudad desde arriba, o la gracia que semejante al
travelín cinematográfico, es capaz de
ofrecer, en unas secuencias sucesivas,
el misterio de grandiosidad, movimiento y atmósfera de sus encuadres.
Con motivo de su exposición en la
Casa-Fuerte de Bezmiliana en 1994, el
poeta, escritor y articulista Manuel Alcántara, al pronunciar unas palabras
en el acto inaugural afirmó: Perito en esquinas, contemplador de días y de balcones,
el pintor que yo conocí cuando casi estaba
empezando se ha elevado sobre sí mismo, en
una espléndida progresión artística: “Ni
más nuevo ni más viejo: más hondo” es su
modo de hacer. Un artista, cualquier artista auténtico, es un minero de sus territorios
interiores, un buceador en su propia sangre.
Viniendo los cuadros de Jaime se piensa que
la vida es encantadora. Pasen y vean con
los ojos de entonces. Aquí se regala infancia
y se recobra el tiempo perdido hace mucho
tiempo y vuelven los años que se fueron para
no volver.
Más recientemente, con motivo de
su última exposición del año 2003 en
Galería Tuset, Francesc Miralles opinó de su pintura: Es bien cierto que Jaime
Rittwagen nos ofrece unas connotaciones
naíf en el primer momento de visualización
de la obra: tanto por el hecho de crear un
relato en cada composición como por el clima
que le produce como por el uso del color. Pero
hay en la obra de este pintor una asimilación inusual de diversas características de
las pinturas académicas, de las pinturas de
museos, que separan su obra de la del resto
–de la casi totalidad– de artistas que pintan
dentro de los cánones –siempre difíciles de
concretar– de la pintura naíf.
Rittwagen realizó las siguientes exposiciones individuales: salón del Museo de la Cofradía de la Expiración, de
Málaga (1976); Salones del Liceo, Málaga (1979); Salas de la Sociedad Económica de Amigos del País, Málaga (1980);
Galería de Arte Migel Ángel, Málaga
(1983); Galería de Arte Miguel Ángel,
Málaga, y Salones del Excmo. Ayuntamiento de Melilla (1984); Palacio de
Congresos, Torremolinos (1986); Galería Benedito, Málaga (1989); Galería
Tuset, Barcelona (1991); Galería Benedito, Málaga (1992); Galería Tuset, Barcelona (1995); Galería Benedito, Málaga (1996); Galerías Magerit, Madrid,
y Tuset de Barcelona (1997); Galería
Benedito (1998); Tuset Nueva Sala, Barcelona (1999); Galería Benedito (2000);
Galería Pro Arte Kasper, Morges, Suiza
(2001); Galerías Benedito y Tuset, Málaga y Barcelona, respectivamente, y Galería Bernesga, León (2002), y Galería
Tuset, Sala 1, Barcelona (2003).
Durante los años 1979 al 2003 participó en sesenta exposiciones colectivas,
de las que por su significación se pueden
destacar las siguientes: Museo Diocesano de Arte Sacro, Málaga (Homenaje a
Picasso, 1982); Exposición Internacional
de Arte Naíf (Capilla del Oidor), Alcalá
358 robles muñoz
de Henares (1984); V Salón Naíf (Galería Roglan), Barcelona (1986); Exposition International La Cité et les naífs en
el Hôtel de Ville en Rueil-Malmaison,
Francia (1989); V Salón Internacional
de Arte Naíf en Hôtel de Ville, IV Distrito, París (1990); Exposición 10 Primitivos Contemporáneos, Museo de la Ciudad de Madrid, presentada por Camilo J. Cela (1993); Madrid con gafas naíf,
Casa de la Panadería de la Plaza Mayor
(2003), etc.
Rittwagen recibió las distinciones:
Medalla de Oro de la Galería Miguel
Ángel, Málaga (1984); íd. de Bronce,
conmemorativa del I Centenario de la
Cámara Oficial de Industria, Comercio
y Navegación de la Provincia de Málaga
(1986), y Premio Pintor Amigo de Málaga, otorgado por la Asociación Malagueña de Escritores (1996).
José Manuel Robles Muñoz, desde
muy joven interesado por la pintura,
frecuentó las aulas de Bellas Artes en
Málaga, teniendo como profesor a Luis
Romero, pero donde realmente se prepararía para el ejercicio profesional fue
en el taller del pintor Juan Baena, en el
que tantas otras figuras de la creatividad
pictórica malagueña de la primera mitad del decenio de 1970 se formaban.
Pintor realista que sabe dotar a sus
obras de significativas atmósferas que
las hacen particularmente atractivas,
se ha dedicado con igual fortuna al
paisaje, la marina, el gran bodegón e,
incluso, la figura. En lo temático, Robles Muñoz ha abordado el proceso de
la deshumanización humana (“El dictador ocioso”), el encanto del paisaje
donde se integran frutos de la tierra
(“Granadas de Almayate”), el quietismo del ámbito doméstico (“Interior”),
la belleza de la flor (“Nenúfares”), la
poesía (“Atardecer”, “La espera”) y la
exultación naturalista (“Limones con
paisaje” y “Paisaje y manzanas”). Dibujo y colorido se alían en el logro de
una plástica muy personal, dentro del
panorama de los realistas malagueños
del último tercio del siglo XX.
robles muñoz 359
El ensueño pictórico de Robles Muñoz
–escribió en ABC José Marín Medina– constituye un universo de realización
minuciosa, rica, delicadamente coloreada,
cuya nostálgica tristeza es tal que, no ya solo
sus amplios planos de espacios, atmósferas y
luces evanescentes, sino también sus figuras
más densas y sus objetos más compactos adquieren un aspecto de fugacidad y de pictórica irrealidad.
Sobre la pintura de Robles Muñoz
encontramos, en lo escrito por Jordi González Yacer, otra ilustrativa reflexión: Ante los lienzos de José Robles Muñoz cabe dejarse tentar por ese afán clasificatorio y referir retrospectivamente su pintura
a un barroco zurbaranesco o vermeeriano, a
un romanticismo que contempla la realidad
como un pretexto para la expresión simbólica de estados de ánimos, o a un realismo
poético o mágico...
Su primera exposición individual
la celebró en los Salones de la Sociedad
Económica de Amigos del país, Málaga
(1974), a la que siguieron: Liceo-Peña
Malaguista, Málaga (1977); Palacio de
Congresos y Exposiciones, Torremolinos (1980); Galería Miramar-Arte, Málaga (1981); Sala de la Cofradía de La
Pollinica, Málaga (1982); Galería Miguel Ángel, Málaga (1983); Galería Benedito, Málaga (1987); Pórticus, Málaga, y Zúccaro, Madrid (1990); Commenoz Gallery, Ferias de Miami, Chicago
y Bogotá, con la misma Galería (1991);
Galería Zúccaro, Madrid (1992); Commenoz Gallery, Feria de Miami (1993);
Galería Pórticus, Málaga (1994); Galería Sokoa, Madrid (1996); Galería Aitor,
Vitoria (1997); Galería Sokoa, Madrid
(1998); Casa-Fuerte de Bezmiliana (Má-
laga), Galería Castelló 120, Madrid;
Galería de Arte Nova, Málaga, y Galería
Aitor, Vitoria (2001).
De sus exposiciones colectivas
caben destacar las celebradas en las
Galerías Benedito y Pórticus, Málaga
(1989); Gobierno Civil y Pórticus, Málaga (1992); Galería Granero, Bruselas
(1994); Ferias de Granada y Estrasburgo
(1995); Ferias de Santander, Valencia y
Barcelona con la Galería de Arte Puchol, Valencia (1996); Feria de Santander, con Pórticus, Málaga, y de Barcelona y Valencia con Puchol (1997); Ferias
de Barcelona y Marbella, con Puchol,
y Colectiva Extraordinaria en Sokoa,
Madrid (1998); I Feria de Arte, Sevilla, y
Colectiva 20 Pintores, ambas con Sokoa
(1999); Colectiva monográfica sobre el
tema El reloj Galería Benedito (2000);
Feria de Arte, Sevilla, con Galería Benedito, y Realismo, en Castelló 120, Madrid (2002) y Ferias de Arte de Sevilla y
de Madrid con Galería Puchol y Castelló 120, respectivamente (2003).
Por encargo de los ayuntamientos
de Rincón de la Victoria y Fuengirola realizó retratos de S. M. el Rey Don
Juan Carlos para los respectivos Salones
Capitulares. En 1985 abrió su propia
escuela de dibujo y pintura, diez años
más tarde realiza el cartel anunciador
de la Semana Santa de Málaga y en el
año 2000 pinta, para el estandarte de la
hermandad, la efigie del Cautivo.
RODRÍGUEZ CARMONA, José
(Ver MARCHÁ)
360 rojano campos
RODRÍGUEZ IDÍGORAS, Ángel
(Ver IDÍGORAS)
RODRÍGUEZ IDÍGORAS, Fco. Javier
(Ver PACHI)
RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, José Javier
(Ver ROZ)
José Rojano Campos, probablemente el integrante del Grupo Nueve Pintores que más corto recorrido
creativo realizó por abandono a causa
de circunstancias familiares, fue una
de las jóvenes promesas de su tiempo
en alcanzar tempranos éxitos. Matriculado a los doce años de edad en la
Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de su tierra natal, permaneció en sus aulas desde 1949 a 1954 en
las disciplinas de dibujo y pintura. Sus
iniciales exposiciones individuales comenzaron en Málaga a partir de 1957.
Tres años residió en París (1961-1964),
teniendo oportunidad de exponer sus
obras al público de las ciudades de
Montmorency (1962) y Enghien-Les
Bains (1963). Vuelto a Málaga un año
más tarde, compatibiliza sus obligaciones como miembro de la Policía Local
malagueña con sus trabajos creativos y
celebra otras exposiciones individuales (Sala de la Económica, 1967, y Sala
Flores Horrillo de Estepona durante
las temporadas de 1971 y 1972). Como
miembro del Grupo Nueve Pintores
participó en numerosas colectivas celebradas por toda Andalucía entre los
años 1973-1993. Fue uno de los pintores noveles de su tiempo que mayores
trofeos alcanzó en las convocatorias de
la Obra Sindical Educación y Descanso. De forma cronológica fueron: un
Quinto Premio en 1955, un Tercero el
año siguiente, un Primero en 1960, así
como otro de la misma categoría de la
exposición Primeras Medallas celebrada en la Sociedad Económica de Amigos del País en 1961; por último, alcanzó
en 1965 un nuevo Segundo Premio en
la Exposición Regional de Andalucía y
Extremadura, celebrada en Málaga, y
un nuevo Tercer Premio al participar
en la convocatoria nacional de la misma obra en Sevilla en 1966. Otras distinciones que recibió al mérito creativo
fueron el premio Nogales del II Salón
de Invierno de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo (Málaga, 1964);
Primer Premio del certamen La Buena
Sombra, igualmente en Málaga (1967),
y un Segundo en la I Bienal de Arte de
Funcionarios de la Administración Local (1975).
rojas oña 361
Miguel Rojas Oña, realizó varios
cursos en la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos de Málaga, ciudad
a la que llegó a los siete años de edad,
y comenzó a pintar a los dieciocho.
Formó parte del grupo Nueve Pintores
con el que expuso en Málaga, Fuengirola, Granada, Córdoba, Jaén y Madrid,
entre otras ciudades, y tomó parte en
muchas de las actividades y convocatorias de Educación y Descanso de la que
recibió numerosos premios y trofeos al
mérito artístico. Su primera exposición
individual fue en 1966 y hasta la última
de ellas en 1984, celebró las siguientes: Sociedad Económica de Amigos
del País, Málaga (1966, 1970, 1972, 1976
y 1981); Caja de Ahorros de Ronda,
Málaga (1974); Sala de Arte Andrade,
Ciudad Real, y Sala de Arte Monrant
de Gandía, en Valencia (1977); Sala
Braulio en la capital valenciana; Galería Aljaba de Jaén, y Pla de Art, Barcelona (1978) y Sala San Braulio, Valencia
(1979). Con ocasión de la I Semana Cultural de su pueblo natal (1984), ofreció
a sus paisanos una muestra paisajística
que, patrocinada por el Ayuntamiento
de Alozaina, permitió a sus vecinos conocer sus maneras pictóricas. Sobre sus
trabajos opinaron varios críticos loca-
les. Francisco López Martín, desde su
columna semanal en la Hoja Oficial del
Lunes (1. XII. 1976) se refirió a su pintura como personal, brava, austera, viril
en su cometido a fuerza de vigorosas pinceladas. Del mismo modo, José Mayorga,
en el diario Sur (4. XI. 1976) aseguró:
Miguel Rojas Oña ha adquirido densidad
en su pintura, que se presenta como más
consumada, dentro de su línea de sinceridad y honestidad que no desmiente nunca.
Rojas Oña participó en numerosas
colectivas de Málaga, Madrid, Bilbao,
Sevilla, Murcia, además de las ciudades mencionadas con el grupo Nueve
Pintores. Entre los premios, trofeos y
distinciones recibidos a lo largo de su
carrera artística, destacan los de Educación y Descanso de carácter local y
provincial en Marbella, Nerja, Torrox,
Torremolinos y Arroyo de la Miel, entre otros. Fue Primera Medalla de Educación y Descanso en la exposición de
carácter provincial (Málaga, 1966); de
Plata, en el Curso Nacional de Orientación Artística un año más tarde; Medalla de Bronce en la Exposición Regional
de Pintura Andaluza y Extremeña (Sevilla, 1972); recibió el Premio Álvarez
Dumont, de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos en la II Bienal
Nacional de Pintura de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo (Málaga, 1973). Un Segundo Premio en la
exposición Fiestas del Perchel (Málaga,
1977), otro Primero de Pintura al Aire
Libre (Marbella, 1978) y un nuevo Primer Premio de Paisaje (Nerja, 1979).
362 romero
Luis María Fernández Romero es
pintor de muy temprana vocación. A
partir de los nueve años de edad, sin
dirección artística ni asistencia a taller, academia o aula de Bellas Artes,
comenzó a pintar al óleo bodegones,
interiores, figuras y paisajes –pincel o
espátula– que practicó durante un decenio. Seguidamente, dejó de usar el
óleo para dedicarse a la pintura acrílica
y al paisaje con exclusividad.
Luis Romero, por sus maneras
plásticas, entra de lleno, sin duda, en
el llamado ingenuismo primitivista malagueño que, con distinto enfoque temático, técnica y ambición colorista ya
habían ejercido artistas malagueños o
en Málaga residenciados en decenios
anteriores. En muchos de ellos dominaba entonces un dibujo claramente
expresionista, en otros distintos, la elementalidad figurativa y en otros más la
fascinación de unas remembranzas recuperadas. La línea plástica de Luis Romero se desarrolla poco a poco a partir
de un planismo de formas que, siempre convergentes en la luz del paisaje
o al encuentro con ella en idílicas casas
rurales, concluye en una complicada y
perfeccionista urdimbre de muy com-
pleja realización y resultados plásticos
instranferibles, especialmente por el
tratamiento del color, la magia que impregna sus nocturnos y la conclusión lírica de unos paisajes montañosos en los
que predominan delicados tonos violáceos, rosados o grises decrecientes.
De su obra ya comentó Antonio Garrido Moraga: No cabe duda, Luis Romero
es aristotélico. El mundo de sus paisajes es
un argumento de la realidad, pero tampoco cabe duda de que su genio es el factor de
variaciones sobre las constantes. Ese genio
tiene dos ejes: la luz y la composición. La
luz en una paleta tan varia cuanto sensible,
tan plena de emoción, es decir, de modificación psíquica, cuanto lleva de lirismo en la
asimetría aparente de los árboles, de las casas, de los girasoles o de las fachadas.
El Punto de las Artes (n.° 300, del 12
al 18 de noviembre) escribió de su pintura: Son los cuadros de esta última etapa
fruto de una visión idealista, casi de cuento. Imágenes rurales de su querida tierra,
transformadas en fantasías coloristas que
armonizan la intensidad cromática del acrílico con la pureza casi naíf de la línea. Las
últimas obras de Luis Romero son pequeñas
sonatas...
Luis Romero presentó por vez primera su obra en la ciudad de Ronda, su
cuna, y lo hizo en los salones del Hotel
Reina Victoria (1966); siete años más
tarde expone en la Sala de la Caja de
Ahorros de Ronda, Fuengirola (1974);
posteriormente, en uno de los Salones
del Ayuntamiento rondeño (1981) y, a
partir de aquí, sus exposiciones individuales se hacen más frecuentes en las
galerías malagueñas y fuera de ellas: Sociedad Económica de Amigos del País,
romero 363
Málaga (1983); Castillo de Bil-Bil, Benalmádena (1984); Galería Benedito, Málaga (1988); Ayuntamiento de Marbella
(1989); Casa de Cultura, Lebrija (1990);
Galería Xauen, Granada (1991 y 1993);
Galería de Arte Xeito, Madrid (1994);
Castelló 120, Madrid (1997); Galería Benedito, Málaga (1999 y 2001); Castelló
120, Madrid (2002); Galería Mar, Barcelona, y Benedito, Málaga (2003).
De las numerosas presencias de su
obra en acontecimientos colectivos caben destacar, entre otras, las siguientes:
Artexpo, con Galería Echevarría, San
Sebastián (1996); Pintura Malagueña
Contemporánea, Palacio de Congresos
de Torremolinos (1997); XIII Salón de
Invierno de la Asociación de la Prensa,
Málaga (2000); Galería de Arte Salduba, Zaragoza (2002); y Galerías Terra
Ferma, Lleida; Arimany, Tarragona;
Benedito, Málaga; Puchol, Valencia;
Echevarría, San Sebastián y Mar, Barcelona (todas ellas en 2003).
Luis Romero resultó en 1999 ganador del Primer Premio y Premio del
Público en el XXVIII Concurso Internacional de Pintura Primitiva Moderna de la ciudad suiza de Morges, y al
siguiente año, en el mismo certamen,
repitió el Premio del Público.
Plácido Romero Martínez, alumno
de Juan Lafita y Mariano Cornejo en
la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de Málaga donde ingresó en
1982, mostró al público por vez primera sus obras al exhibirla en la Sala Arkadia de su ciudad natal. Sus trabajos
iniciales fueron, a juicio de algunos críticos, ejemplos tardíos de la neofiguración madrileña de los años setenta del
siglo XX. Con ocasión de una de sus exposiciones en las Salas de la Sociedad
Económica de Amigos del País, en la
sección Crítica de Arte del diario Sur
de Málaga (16. III. 1994) se comentaba:
Ingenioso y en no pocos momentos original
e inspirado, Plácido nos permite visionar
una casi alucinante estantigua nacida al
impulso de lo subjetivo –la técnica de alterar
o modificar la realidad para hacerla distinta y acomodarla a sus propósitos estéticos–,
de manera que por su inducción se entra
en un mundo de imágenes surgidas como
del sueño, las formas pictóricas más poéticas para aceptar el mandato de lo onírico”.
Con posterioridad fue el crítico Javier
Denterria quien, como en la anterior
nota, analizó la obra de Plácido Romero, opinando sobre el conjunto de sus
trabajos del último cuarto de siglo: Plá-
364 rosas
cido Romero ha desarrollado en los últimos
veinticinco años una trayectoria cimentada
en la creencia en la pintura. La pintura
como puerta al conocimiento, desveladora
del misterio y portadora, hecha luz, de lo divino. En su trayectoria de corredor de fondo,
el modo de representar ha tomado diferentes
formas, pero la esencia se mantiene entre lo
cercano y lo irresoluto. Un cuidadoso uso de
las técnicas deja, traslucir el juego entre el
azar y la reflexión lúcida.
Tras la primera de sus exposiciones individuales en la sala Arcadia de
Málaga en 1984, celebró hasta finales
del siglo XX las siguientes: Opes in Anno
Factis, Sala La Cruz, Málaga (1986); Colegio de Arquitectos de Málaga (1988);
Galería Magda Bellotti de Algeciras,
Cádiz, (1989); Galería Seiquer, Madrid
(1990); Sala de la Diputación Provincial de Málaga (1991); Galería 4 ART,
Barcelona, y Taller Gravura de Málaga (1992); Seiquer, Madrid, y Galería
Cartel, de Granada (1993); Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga (1994); Museo Cruz Herrera, de La
Línea, Cádiz, y Diputación Provincial
de Málaga (1995); Galería 4 ART, Barcelona, y Galería Alfredo Viñas, Málaga
(1997) y Galería Alfredo Viñas, Málaga (1999). Ya en los dos primeros años
del nuevo siglo presentó su Compac Art
Collection en la Galería Rose Salavy, de
Barcelona.
Su participación en colectivas fueron numerosísimas en Málaga, Sevilla,
Cádiz, Valencia, Madrid, Barcelona,
Alicante, Toledo e itinerantes por Cádiz-Málaga-Jerez, de las que destacaron:
Pintura Contemporánea en el Estrecho
de Gibraltar y I Bienal de Arte Anda-
luz, en el Palacio Episcopal de Málaga (2000); Pintores Malagueños, en el
Museo Provincial de Málaga (1997); I
Certamen de Unicaja, Museo de Bellas
Artes de Málaga (1995); Málaga en Aixen-Provence (1993); Arco 91, con Seiquer
(1991) y III Certamen de Arte Joven
Malagueño (1982), donde obtuvo el
Primer Premio en Pintura por la obra
“Espasmos en el bus”.
Sobrino del también pintor malagueño Enrique Jaraba, Eulogio Rosas
García, quizá por la cercana influencia de tan destacado familiar, despertó
muy joven a la inquietud del arte. Ya,
como alumno escolar del Colegio de
La Goleta, destacó en dibujo, que perfeccionaría con el profesor y académico
Antonio de Burgos Oms, en la Escuela
de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos
de Málaga. Trasladado con su familia
a Madrid en 1942, pudo estudiar a los
grandes maestros de la pintura frecuentando el Museo del Prado, ingresando
como alumno libre en la Real Academia de San Fernando, donde acabó de
cimentar su preparación. Con veintidós
años abrió en la capital de España con
el pintor Fermín Santos un taller de
roz 365
reproducciones pictóricas en el que se
copiaban fundamentalmente obras de
los clásicos italianos y holandeses. Por
dicho taller pasarían sucesivamente distintos pintores que entonces intentaban
abrirse camino en las artes pictóricas,
entre ellos, muy joven entonces, Emilio
Prieto. La obra de Eulogio Rosas se dio
a conocer en Madrid en 1956, cuando el
pintor acababa de cumplir los veinticinco años de edad. A partir de dicho año,
repite varias exposiciones en Madrid y
hace su presentación en Barcelona, Bilbao, Valencia y Castellón. De aquellas
sus iniciales exposiciones llegó a escribir
el crítico José Prados López: E. Rosas se
está haciendo también poeta de Madrid, va
viendo con los ojos asombrados su color, su
luminosidad, su gracejo, la alegría de Lavapiés a las Vistillas pasando por el Rastro y
deteniéndose absorto en Chamberí. Guevara
Castro, pintor y paisano, ya había dicho
de él: Eulogio transmite en su obra su alegría de vivir y su lucha diaria, ya que ambas
bullen en sus cuadros en los que se proyecta
y refleja su gran personalidad de hombre de
bien y de artista, binomio inseparable del que
no puede resultar más que una obra sincera
llena de su amor por la tierra natal.
Medio siglo después de haber presentado su obra en Madrid, Eulogio ha
seguido exponiendo en prácticamente
todas las grandes capitales españolas.
En Málaga lo hizo en distintas ocasiones: Sociedad Económica de Amigos
del País (1976), Miramar-Arte (1979),
Museo Diocesano de Arte Sacro (1980),
Benedito (1990), Nova (1994) y Círculo
de Artistas del Casino de Ronda (1999,
2001 y 2003). Pintor proclive a los temas populares, en dos ocasiones pin-
tó a Matías Ortega Ruiz, el personaje
malagueño que afamó en las calles de
la ciudad por sus largos, curiosos y en
ocasiones cultos, brillantes y barrocos
discursos.
Su identidad personal responde
a José Javier Rodríguez Sánchez, pero
desde el principio de su carrera adoptó
el pseudónimo que firma sus trabajos.
Pintor que desde los diez años de edad
vive en Málaga donde se inicia en la
creatividad artística, es en su ciudad de
adopción donde nace, crece y se actualiza toda su obra. De todos los miembros de su misma generación fue Javier
Roz quien, en breve tiempo, participó
no sólo en eventos artísticos locales,
regionales y nacionales además de internacionales, sino el único que logró
exponer sus obras conjuntamente con
uno de los maestros ya consagrados de
la pintura malagueña, Brinkmann. De
formación autodidacta, realizó los estudios universitarios de Medicina, que
nunca llegó a ejercer, por dedicarse a
la pintura, su verdadera vocación. Este
artista multifacético que domina distintas técnicas, estudió grabado y estampación en Taller P. A. Grabados con Luis
366 roz
Astuy en Málaga, y colaboró con Paco
Aguilar y Taller Gravura en un curso de
iniciación al grabado. Fue becario en
dos ocasiones de la Junta de Andalucía
y de la de Extremadura, respectivamente, para realizar experiencias artísticas
en Irlanda. En la actualidad, aparte de
su constante producción en los géneros
del tórculo, son el dibujo, la fotografía
y aun el vídeo las técnicas que tienen
verdadero peso en su obra. De sus trabajos han opinado diferentes críticos y
analistas de arte. Fue J.R. Barbancho,
acerca de la exposición Desapariciones,
quien comentaría: Los temas-problemas
sobre los que reflexiona Javier Roz son temasproblemas de toda la humanidad, y tal vez
por eso atemporales; es el deseo de saber más
cosas, de interrogar e interrogarse, de preguntar sobre cuestiones fundamentales de
la vida. Otra distinta opinión, referida
a otro de sus eventos galeristas importantes, Blinfold/Blind alley, hizo expresarse a Julio Criado: El artista evoca esa
necesidad de conocernos, de descubrirnos,
de desentrañar la oscuridad, representada
siempre con el color negro, el primer color,
el más elegante, la suma de todo. El negro
representa lo intangible, el desconocimiento;
así debiéramos interpretar lo de la obra de
Javier Roz.
Sus trabajos fueron mostrados en
Málaga en ocho exposiciones individuales celebradas en Café con libros, Taller
Gravura,ColegioOficialdeAparejadores,
Ámbito Cultural de El Corte Inglés, CasaFuerte de Bezmiliana, Centro Cultural
de la Excma. Diputación, y, de nuevo,
en Taller Gravura. En cuanto a las colectivas más importantes hay que destacar
la ya mencionada que compartió con
Enrique Brinkmann en Galería Arteko,
de San Sebastián; igualmente, la de los
artistas Yaiza García y Christian Bozon,
en Besançon, Francia. Otras fueron: Las
generaciones 1950-2000 de la Universidad
de Málaga; la XII Bienal de jóvenes creadores de Europa y el Mediterráneo,
Nápoles, y Generación XXI, itinerante
por Cáceres, Plasencia y Badajoz, entre otras distintas. Trabajos de Roz estuvieron presentes en varios salones de
Estampa y Arco, Madrid, y en el Salón
Internacional de la Estampa (París).
Premios, distinciones y galardones al
mérito artístico Javier Roz recibió, entre
otros, los siguientes: Segundo Premio de
la Muestra de Jóvenes Creadores (Centro
de Arte Contemporáneo, Málaga; Primero del VII Certamen Andaluz de
Pintura Contemporánea Ciudad de
Torremolinos; Primero y Tercer premios,
respectivamente, del III y II certámenes
internacional de Pintura Primavera de El
Corte Inglés, Málaga, y Premio Especial
Andalucía Joven en Formación Artística,
por el proyecto 4 habitaciones.
ruano 367
Dámaso Ruano Gómez, de formación absolutamente autodidacta, y
aunque marroquí de nacimiento, por
su prolongada residencia en Málaga
(1969), puede decirse que su obra germina, perfecciona y se hace personal y
exclusiva en la capital malagueña. Fundador del Grupo Palmo con Jorge Lindell, al que casi de inmediato se agregaron otros notables creativos, es, quizá,
el más destacado serígrafo de cuantos
han ejercido dicha técnica en España.
Con ocasión de su muestra de abstracciones en la Sala de la Excma. Diputación Provincial de Málaga en 1991,
el diario Sur de Málaga (16.VI.91) reveló: De ordenada composición, sabio planteamiento y meritoria dosificación del color,
estos abstractos limpios y poéticos no siguen
en rigor más fuentes informativas que las
que proceden del propio y exclusivo sentir
del artista –quiero decir que en ella no hay
gustos colectivos a la moda ni planteamientos de circuitos galeristas influyentes en el
mercado–, lo que nos revela que en el campo de la investigación abstracta en Málaga
Ruano representa lo singular. Por otro, en
la sección Galerías de Arte del mismo
diario, cuatro años más tarde (5.IX.95),
se admitía: Hay en ella [en la obra] sobra-
do gusto personal, meticulosidad maestra y
dominio cuidadoso en su ejecución. Es fácil
por tanto conseguir el alto grado de asombrosa calidad de sus trabajos. Ni una mancha
ociosa distrae ni innecesario añadido tuerce la línea de sus delicadas composiciones.
Limpieza y serenidad totales las definen.
[…] Su sosegada grafía es el mejor soporte
para insistir en un grafismo abstracto que
domina por su fuerza y encanta por sus tonos. Chapó, maestro.
Sus primeras cuatro exposiciones
individuales las celebró en Marruecos
de acuerdo con el siguiente calendario: Sala de Arte del ministerio español
de Información y Turismo (Tetuán,
1962), Galerie Aux Belles Images (Rabat, 1963), Galerie Venise Cadre (Casablanca, 1965) y Galerie Extrême Asie
(Rabat, 1967). Un año después de su
establecimiento definitivo en Málaga,
inició su programa galerístico local de
acuerdo con la siguiente cronología:
Caja de Ahorros de Antequera (Málaga, 1970); Galería de la Excma. Diputación Provincial (Málaga, 1971); Galería
Juana de Aizpuru (Sevilla, 1972); Galería Damas de Sevilla y La Mandrágora
de Málaga (1973); Excma. Diputación
Provincial de Málaga y Galería Atalaya
de Gijón (1975); Galería Damas (Sevilla, 1976); Galería Manuela de Córdoba
y Galería Dach de Bilbao (1977); Galería Malacke (Málaga, 1978); Colectivo
Palmo (Málaga, 1987); Retrospectiva
en Caja de Ahorros de Antequera y
Sala de la Excma. Diputación (Málaga,
1991); Colegio Oficial de Aparejadores
Arquitectos Técnicos de Málaga; CasaFuerte de Bezmiliana en Rincón de la
Victoria y Sala de Ante de Nerja (Má-
368 ruiz blasco
laga, 1993) y Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga y Galería Tudores de
Marbella (1995).
De sus colectivas destacan, entre
otras: Salón de Otoño de la Academia
de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría (Sevilla, 1963); Salón de Mayo del
Museo de Arte Moderno (Barcelona,
1968/69); Arte Joven en la Sala del Ateneo de Madrid, 1971); Colectiva de Pintores y Escultores en Oliver Dowling
Gallery de Dublín (Irlanda, 1976); Colectivo Palmo (Málaga, 1979 y 1980);
finalmente, entre otras distintos posteriores, Málaga en la Universidad de Aixen-Provence (Francia, 1994).
La obra de Dámaso Ruano está representada en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, Dirección
General de Informática del Ministerio
de Hacienda, Museo Provincial de Bellas Artes de Málaga, Museo de África,
Rectorado de la Universidad de Málaga, Ayuntamiento de Torremolinos e
Instituto Nacional de Bellas Artes de
Tetuán (Marruecos), etc.
José Ruiz Blasco, pintor forjado en
la Escuela Provincial de Bellas Artes de
Málaga cuando la institución dependía
de la Real Academia de San Telmo, llegó a ser profesor del centro donde se
formó (1879) y conservador de su museo municipal. Ejerció a partir de 1891
la asignatura de Dibujo y Adorno en la
escuela de La Coruña y, por último, obtuvo una cátedra en la de Bellas Artes
La Lonja, de Barcelona. Fue profesor
de su hijo, Pablo Ruiz Picasso antes de
Antonio Muñoz Degraín, con quien
disputó en 1884 la cátedra de Dibujo
Lineal dejada libre en la escuela malagueña por traslado de Serafín Martínez
del Rincón. (1840-1892). Ruiz Blasco
consiguió en la exposición celebrada
en Málaga en 1862 una Medalla de Plata de segunda clase, concurrió a los certámenes convocados por el Liceo malagueño en 1872 y 1877, también participó
en la exposición de carácter agrícola,
industrial y artística de Málaga (1880)
y, por fin, en la nacional de 1884, a la
que envió una obra titulada “La luna
de miel”. Se le tiene por exiguo pintor
especializado en palomas, y meritorio
imitador de la obra ajena, fue un excelente copista de trabajos de Grarite
ruiz de luna 369
(“Arriero”), Talavera (“Cenachero”),
Ocón (“Vista del puerto de Málaga”),
Horacio Lengo (“Manrique”) y Murillo
Bracho (“Jarrón”), entre otros autores
y temas posibles.
RUIZ CÓRDOBA, Adolfo
(Ver CÓRDOBA)
Juan Ruiz de Luna Arroyo, pintor,
dibujante, escultor, retablista y avezado
artífice de la azulejería en particular y
de la cerámica en general, fue hijo de
Juan Ruiz de Luna Rojas, autor de la recuperación en 1908 de la famosa, tradicional y muy antigua cerámica talaverana y creador, en 1915, del museo que lleva el apellido de la familia en dicha ciudad. Isabel Hurley, que sobre el origen
y actividades de los iniciales miembros
de la citada saga de ceramistas talaveranos dedicó un documentado estudio,
dice de Juan Ruiz de Luna Arroyo que
a los 8 años de edad ya se había integrado en el gran alfar paterno Nuestra
Señora del Prado, en las afueras de Talavera, que entre 1914 y 1918 estudió en
la Escuela Nacional de cerámica que en
Madrid había creado el pintor y crítico
de arte Francisco Alcántara, y que en
1919 y hasta 1923 asistió como alumno
libre a la Escuela de Bellas Artes de San
Fernando. Allí recibe clases de colorido
de Joaquín Sorolla y un año más tarde
y hasta 1926, fue pensionado en París
por la Junta de Ampliación de Estudios
del Ministerio de Educación Nacional.
Añade la citada autora, además, que al
finalizar el pensionado parisino al cabo
de 2 años, Juan se reintegró al taller talaverano y junto a su padre y hermanos
realiza importantes murales cerámicos
para el tren metropolitano de Buenos
Aires, encargo que recibe del ingeniero y político español Rafael Benjumea
Burín, conde de Guadalhorce, que exiliado en Argentina desde 1931 colabora en la colosal obra de ingeniería que
había supuesto el metro de la capital
argentina. Otra de sus obras más emblemáticas fueron los azulejos de los
bancos de la plaza de España de Sevilla para la Exposición Iberoamericana de 1929; la fuente monumental de
Rosario de Santa Fe (Argentina, 1931),
cuyo concurso internacional entre ceramistas fue el elegido, lo ejecuta con
su padre y su cuñado Francisco Arroyo.
1962 es el año en que, junto con su esposa Carmen Serrano Díaz y sus hijos
Carmen, Juanjo y Amparo se traslada a
Málaga, iniciando a partir de entonces,
en el alfar-taller que instala en la calle
Bodegueros, una incesante actividad
creativa. Podría asegurarse que la obra
de Ruiz de Luna Arroyo tiene amplísima presencia tanto en Málaga como en
los pueblos de su provincia. En efecto,
Marbella, Fuengirola, Torremolinos,
Benalmádena, Nerja, Estepona, Mijas,
Antequera, Cómpeta, San Pedro de Al-
370 ruiz de luna
cántara, Alhaurín el Grande, Melilla,
Casares, Estepona, etc., así como numerosas urbanizaciones de la Costa del
Sol (Los Monteros, Cortijo de la Reina,
El Candado, Puebla Lucía, Ronda del
Mar, El Pirata, Puerto de la Duquesa y
Puente Romano, entre otras distintas),
dan fe de sus trabajos. Igualmente, realizó, en solitario o con la colaboración
de sus hijos Juanjo y Amparo, otros encargos (grandes murales especialmente) para entidades bancarias, iglesias,
cofradías, comercios e industrias. Por
encargo del Ayuntamiento realizó un
gran mural en terracota titulado Los
niños, con destino al andén sur del Parque malagueño, y para el santuario de
la Virgen de la Victoria realizó nueva
decoración del camerino de la Virgen,
a base de una original y elegante azulejería de zócalo que aumentó el empaque de los estucados barrocos que
tradicionalmente adornaron el recogido ámbito. Recibió, como premios
al mérito creativo, importantes galardones, de los que hay que destacar el
Premio de la Exposición Nacional por
un retablo, Madrid (1923); Medalla de
Oro en la Exposición Internacional
de Filadelfia, USA, por obra realizada
con su padre (1927); Gran Premio y
Medalla de Oro en la Exposición Iberoamericana, Sevilla (1929); Medalla
de Oro en la Exposición Internacional
de Cerámica de Monza, Italia, por las
obras presentadas en colaboración con
su padre, hermano Rafael y Francisco
Arroyo (1930); Primer Premio de la Exposición Provincial de Artes Decorativas, Toledo, y otra Primera Medalla en
la Exposición-Concurso Provincial de
Arte (1949); Medalla de Honor en la
Exposición Internacional de Artesanía,
Madrid (1953) y Premio de Honor en la
Exposición Internacional de Maestros
de la Cerámica, Cannes (1955).
Carlos Ruiz de Luna Sánchez, ceramista de la cuarta generación del mismo
clan familiar y quinto miembro de idéntico oficio, es bisnieto de Ruiz de Luna
Rojas, nieto de Ruiz de Luna Arroyo y
sobrino de Juanjo y Amparo Ruiz de
Luna Serrano. El más joven de la saga
se inició en el dibujo y la pintura con su
abuelo en el taller de la calle Bodegueros de Málaga. En las artes de la cerámica aprendería guiado por la mano de
Amparo, de quien asimiló las complejas
técnicas de las esmaltaciones y las cochuras antes de emprender su aventura
creativa en solitario. La obra de Carlos
se singulariza por su intento de fusión,
dentro de un mismo espectro cerámico,
de las diferentes técnicas y diseños en las
que trabaja. Bien sea mediante originales ensamblajes de materiales cerámicos
como en las texturas, dibujos y esmaltaciones, sin desdeñar ninguna referencia
gráfica pretérita, en la orientación de su
ruiz de luna 371
obra busca la modernidad y es obediente al sentimiento mediterráneo, que de
manera claras lleva a sus cuadros cerámicos, composiciones (bodegones, paisajes y paneles decorativos).
Joaquín Benito de Lucas, premiado
con el Adonais de 1967, escribió acerca
de la obra de Carlos: La materia busca sus
propios límites y se cierra sobre sí misma. No
importa el motivo de inspiración ni el procedimiento seguido. Su largo oficio de ceramista
–a pesar de su juventud– le permite trabajar
el barro con mano sutil e inteligente. Además,
no lo trabaja sólo desde dentro, dándole nuevas formas, sino que lo embellece desde fuera,
transfigurando su primitiva aspereza en hermosas creaciones, en una constante investigación de diferentes técnicas. Por su parte,
el pintor Alfonso de Ramón, miembro
cofundador del Grupo Picasso, opinó
de sus trabajos: Carlos Ruiz de Luna, estirpe de grandes artistas, demuestra una vez
más sus artes en los secretos de la cerámica;
me recuerda a su tío Juanjo en su línea de
creatividad. La calidad y texturas de la obra
de Carlos da grandeza a la cerámica actual,
dentro de la cual, para mí, es de los mejores.
Los trabajos de Carlos se acercaron
al gran público durante su participación en la Muestra de Cerámica de Coín
(años 1985-86-87). Con su tía y maestra
expuso en numerosas ocasiones: Galería Benedito, Málaga (1988); Ateneo de
Málaga (1990); Casa-fuerte de Bezmiliana, Rincón de la Victoria (1993); Hotel
Los Monteros, Marbella (1994); Caja
Rural, Málaga (1996 y 1999); Palacio
de Benacazón, Toledo (2002); Ámbito
Cultural de El Corte Inglés, Málaga, y
Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso, Torremolinos(2003).
Amparo Ruiz de Luna Serrano, iniciada en el oficio familiar en Talavera
de la Reina, representa la tercera generación de ceramistas del mismo apellido y cuarta –con su hermano Juanjo–
del orden en que siguieron los mismos
derroteros profesionales la saga talaverana. A los quince años presenta por
vez primera sus trabajos en una exposición individual que su tío, el compositor Salvador Ruiz de Luna le organiza
en el Círculo Medina de la capital de
España en 1948, año en que también
obtiene el Premio Viñetas para cuentos
que convoca Radio Nacional de España
desde uno de sus programas infantiles.
En virtud de una larga residencia de 40
años en Málaga, puede asegurarse que
su obra creativa nace definitivamente,
adquiere personalidad y evoluciona en
ella, donde trabaja desde 1963. Sus creaciones en barro poseen el aliento de lo
expresionista, que lejos de almibararlas
infantilmente, las dota de unas curiosa mezcla de ironía y sarcasmo benevolente, resultado de una observación
entre lo primitivista y caricaturesco. El
resultado de tal combinación es un divertido, dulce y sorprendente bestiario
tipológico creado para emocionar y
372 ruiz de luna
sorprender. Particularmente gratos resultan los belenes verticales, de invención absolutamente personal, plagados
de figuritas que ascienden por delicadas babeles de terracotas esmaltadas,
prodigio de proporciones volumétricas
y armonía policroma. Previamente a dichos trabajos que le dieron justa fama
dentro y fuera de España, Amparo realizó otros muchos –murales, bajorrelieves en terracota, mosaicos, platos,
etc.– colaborando en ocasiones con su
padre y hermano. Al fallecer ambos, en
1980 se hizo personalmente cargo del
alfar-taller de la calle Bodegueros y de
la formación de su sobrino Carlos. De
su extensa obra se han ocupado numerosos intelectuales, críticos y estudiosos
del arte. De Rafael Pérez Estrada, en el
catálogo de la exposición de Amparo
en la Galería Nova (diciembre-enero
de 1994-95) leemos: La forma empieza en
la palabra, el barro es la intención de ser
aún más que la forma. En la obra de Amparo Ruiz de Luna lo importante es la mano,
la ondulación de la mano, la ondulación de
la mano capaz de dar aire a la tierra. Amparo ha inventado también la permanencia
en la ternura. Los belenes de Amparo tienen
algo de perennidad. Son para un año con
vocación de doce diciembres, para un año
que quisiera perpetuar la dulce emoción
de cuanto empieza a ser melancolía. Otro
ejemplo de atención hacia la obra de
Amparo lo constituye el poeta Manuel
Alcántara, que igualmente se recrea en
los belenes verticales: La canción de Amparo está hecha de figuras, de casas encaramadas, de pueblos altos con palomas colipavas o reales. Emergen sus belenes de platos o
pilas de agua bendita. Lo que en los “naci-
mientos” son predios de musgo y verdín, ríos
de papel de plata, lagos hechos con espejos y
bosques de rama suelta, en Amparo Ruiz de
Luna son personajes sin nombres amasados
con amor y con arte.
Las exposiciones individuales de
esta artista han sido numerosísimas desde que mostró por vez primera su obra
a la edad de 15 años. Salvo involuntario
posible error se han contabilizado hasta 1999, además de la citada, las siguientes: Sala Gordiola, Palma de Mallorca
(1959); Hotel Miramar, Málaga (1962);
Château de la Batisse, Clermont-Ferrand, Francia (1966); Las Fuentes del
rodeo, Marbella (1970); Museo Provincial de Bellas Artes, Málaga (1972);
Hotel Los Monteros, Marbella (1976);
Caja de Ahorros y Monte de Piedad,
Granada, y Hotel Don Carlos, Marbella (1977); Sala Municipal de Marbella,
Málaga 1978); Jardín Romano, Marbella, Málaga (1985); Galería La Maison,
Málaga (1986); Ayuntamiento de Málaga y Casa de Cultura de Los Boliches,
Fuengirola (1987); Sala Carlos Gorospe, Málaga (1989); Sociedad Económica de Amigos del País, Málaga (1992);
Galería Nova, Málaga (1994); Galería Tudores, Marbella (1985); Galería
Cerdán, Talavera de la Reina, Toledo
(1986); Colegio de Abogados, Málaga
(1999). Amparo participó en incontable número de exposiciones colectivas
dentro y fuera de España, así como con
su hermano Juanjo y sobrino Carlos.
Su obra está presente en la colección
privada de S. M. la Reina Doña Sofía,
en los museos de Artes Decorativas de
Madrid, Ruiz de Luna de Talavera de
la Reina, Château de la Batisse de Cler-
ruiz de luna 373
mont-Ferrand, de Arte Naíf de Jaén, de
Cerámica de Barcelona y Valencia, de
la Alfarería de Jaén, Colección de Belenes Luis González Robles de La Rábida,
Huelva, etc., y en Málaga, en el Museo
Provincial de Bellas Artes, también en
el de Artes y Costumbres Populares,m
de Arte Sacro, de la Peña Juan Breva,
municipio de Marbella, Fondo de Arte
del Cortijo Bacardí, Fundación Ruiz Picasso y Ayuntamientos de Málaga y Rincón de la Victoria.
Juanjo Ruiz de Luna, hermano de
la anterior, se incorporó a la vida malagueña en 1962 realizando en ella, durante los cuatro años que precedieron
a su inesperada muerte a la edad de 32,
los más importantes, nuevos y prometedores trabajos de su corta carrera creativa. Heredero del clasicismo del oficio
familiar, nadie esperaba que el tercer
miembro de la generación del clan talaverano diera tal vuelco espectacular y
de signo tan renovador a sus trabajos,
y en tan corto espacio de tiempo. En
su conjunto fue una obra que se singularizó por la belleza y nueva línea de
sus terracotas modeladas; también fue
muy original en los avanzados diseños
de sus objetos decorativos y esculturas,
en los que aplicó nuevas técnicas experimentando constantemente en los
tiempos de horneado, el empleo de sus
esmaltaciones, a respuesta de éstas a
sus distintas cochuras y temperaturas,
el moderado uso de materiales ajenos
al oficio y las delicadas tramas, cuando
no delicados granulados, que agradablemente táctiles eran el resultado de
adecuadas y medidas adiciones matéricas, con zonas de quemados muy
controladas. Esculturas, bajorrelieves,
modelados, paneles, cuadros y murales
junto a objetos decorativos, constituyeron un legado artístico que, en lo que
a Málaga atañe, gran parte de él se origina en la modernidad de las vanguardias artísticas locales de los años 60 del
siglo XX, durante los cuales el artista
afirma su obra en un abstraccionismo
de raíces expresionistas. De regreso a
la figuración más formal, aparecen en
su obra temas populares malagueños, si
bien lejos del amaneramiento costumbrista que exigía el momento turístico
que vivía entonces la Costa del Sol.
De inicial formación en el taller
familiar, Juanjo cursó Bellas Artes en
la capital de España y participó en
numerosas convocatorias artísticas en
Madrid, Toledo y Talavera de la Reina,
así como en diferentes individuales y
colectivas, tanto en Málaga como fuera
de ella. El ciclo de su obra religiosa juvenil –“Natividad”, “Sagrada Familia”,
“Huída a Egipto”, “Amanecer en el Jordán” y “Oración”–, concluye un año antes de su incorporación a la vida malagueña. El tema religioso aparecerá en
su obra futura porque, más atento a las
374 ruiz de luna
influencias vanguardistas que se viven
en la capital de su nueva residencia, se
interesará por una obra de fusión abstraccionista-expresionista. Juanjo Ruiz
de Luna experimentará con sus originalísimas series “cósmicas” –esculturas
y cerámicas–, marcando uno de los momentos creativos más gratos, que, sin
embargo, resultarán de efímera existencia.
Alfonso Canales, en la inauguración de la exposición de Juanjo en la
Sala Tartesso de Torremolinos (mayo,
1963), explicó a los asistentes al acto
su impresión de lo visto en ella: En los
murales, como en los cuencos (esos cuencos
donde frecuentemente ha quedado olvidada
una lágrima de color), como en los vasos, los
platos y las ánforas, Juanjo Ruiz de Luna
ha conseguido poner en las antiguas técnicas una primavera de modernidad. El expresionismo abstracto supera siempre lo meramente ornamental y, a veces, se conforma
en concreciones donde es clara la alusión a
lo objetivo.
Su primera exposición de trabajos
–personajes circenses, animales y tipología popular– fue con su padre y sus
tíos en la Sala Aeolian de Madrid en
1943, cuando apenas tenía 9 años de
edad. Hacia 1950 se revela como diestro escultor formado en los talleres
talaveranos de la familia. A esta época
pertenecen los primeros cinco premios
de primera categoría en las exposiciones de Bellas Artes de Talavera (1948 a
1957). La primera exposición individual
de Juanjo la celebró en la Galería Lorca
de Madrid (1961), en la que le fue adquirida una obra con destino al Museo
Nacional de Arte Contemporáneo de
la capital de España. En dos ocasiones
el público de Málaga pudo admirar su
obra en Galería Tartesso de Torremolinos y en el Museo Provincial de Bellas
Artes de Málaga, hoy sede del Museo
Picasso, ambas en 1963. Tras su temprana muerte en el mes de noviembre de
1966, en el citado museo malagueño le
fue ofrecido un homenaje póstumo en
el que participaron los principales creativos locales del momento. En 1987, al
cumplirse los 21 años de su fallecimiento, en la galería de la entonces Caja de
Ahorros de Antequera, que en calle Dr.
Pérez Bryan dirigía Alfonso Canales, se
celebró una retrospectiva de su obra,
quedando patente en aquella ocasión
la importancia global de su trabajo. La
obra de este autor está representada en
el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Madrid, en la Japan Painting
Society Gallery, Museo Ruiz de Luna de
Talavera de la Reina, Museo Provincial
de Bellas Artes de Málaga, colección
de la extinta Cátedra Vicente Espinel
y en colecciones particulares de Francia, Inglaterra, Bélgica, Alemania, Italia, Venezuela, Canadá, EE. UU., Nueva
Zelanda y España.
ruiz-juan 375
Juan José Campos Ruiz, licenciado
en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga (1990), sintió desde muy joven una irrefrenable vocación hacia la
pintura, a la que decide dedicarse luego
de descubrir a los pintores de la Escuela
Malagueña de Pintura del XIX, amplísimamente representada en el Museo de
Bellas Artes. A los 15 años de edad en
que comienza a descubrir y estudiar el
naturalismo implícito en muchas de las
obras de dicho museo, y tras un breve
paso por la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos de Málaga, inicia un
proceso de autoformación tan tesonero y voluntarioso que andando el tiempo convierte su academia en uno de los
más activos y concurridos centros de
docencia artística del último decenio
del siglo XX. Creador, junto con Rafael
Carmona, José Faría y otros pintores del
momento del Sindicato de Artistas Plásticos de Andalucía, así como miembro
fundador del Taller de Grabados 7/10
de Málaga, en el año 1981 fue becado
por el Centro de Investigaciones de
Nuevas Formas Expresivas de Madrid
y, en su momento, el artista más joven
premiado por el Colectivo Palmo de
Málaga. Con el pintor Bonilla se inició
en el conocimiento de las técnicas calcográficas y realizó linóleos, xilografías
y serigrafías, y en el taller del sevillano
Dámaso García, aguafuerte, aguatinta
y barniz blando. De Ruiz-Juan escribió
el profesor Palomo Díaz: Tiene una rara
habilidad factural para las evanescencias y
atmósferas en sus geometrías del color; texturas en técnicas mixtas de arenas, tierras
y encolados; tensión de los planos sin perder
la delicadeza factural ni pátinas, que dan a
sus obras densas calidades antiguas.
En sus inicios artísticos, Ruiz-Juan
participó en certámenes de Educación
y Descanso. La cronología de sus exposiciones individuales fue la siguiente: Galería Picasso (Málaga, 1973), Sociedad Económica de Amigos del País
(Málaga, 1974); Sala de Arte Doncel, de
Cádiz; Sala de Arte Las Pirámides y Sala
de Arte Las Palmeras (Fuengirola, Málaga, 1975); Colegio de Licenciados y
Doctores en Filosofía y Letras (Málaga,
1981); Asociación Cultural Yunque (Málaga, 1982); Mandrágora Internacional
(París, 1984); Sala de Arte y Cultura (Vélez-Málaga, 1986); Casa de Cultura Vicente Aleixandre (Alhaurín de la Torre,
Málaga, 1987, 1988, 1989 y 2005); Casa de
Cultura (Antequera, 1988) y Reinauguración del Ateneo (Málaga, 1990). Participó en exposiciones colectivas y eventos internacionales en Málaga, Madrid,
Murcia, León, Granada, Melilla, Lanzarote, Barcelona, Inglaterra y Suiza
(1974-2005). Su obra está representada
en el Museo de Arte Contemporáneo
de León, Museo Internacional de Arte
Contemporáneo de Lanzarote, Museo
de Bellas Artes de Granada, Ayuntamientos de Antequera y Alhaurín de la
376 ruiz sánchez
Torre y en diversas cofradías y hermandades malagueñas. Junto al aludido
premio del Colectivo Palmo, Ruiz-Juan
recibió un Primer Premio de Pintura
convocado por la Casa de Melilla en
Málaga.
RUIZ ORELLANA, Juan Pablo
(Ver ORELLANA)
RUIZ-PEINADO VALLEJO, Joaquín
(Ver PEINADO)
RUIZ PICASSO, Pablo
(Ver PICASSO)
Ramón Ruiz Sánchez, discípulo,
amigo, colaborador en el montaje de
las exposiciones de Blanca Mora y compañero inseparable en sus salidas al
campo y a la playa para pintar, de su
vocación mostró sus iniciales muestras
siendo un niño, teniendo unos 8 años
de edad y sus primeros cuadritos al óleo
–lienzo y cristal realizados entre 1943 a
1948– fueron el fruto de la ayuda que
le prestó la profesora María Viso. Más
tarde, en la Escuela de Artes y Oficios
Artísticos de Málaga, seguiría varios
cursos lectivos con los pintores y maes-
tros Antonio Burgos Oms y Federico
Bermúdez Gil. A la muerte del amigo
y maestro Blanca Mora, abandonó el
ejercicio de la pintura, regresando a él
25 años más tarde. De sus exposiciones
se recuerda –por las excelentes opiniones de la crítica y la venta de todos sus
cuadros– la individual celebrada en el
Liceo-Peña Malaguista en 1981. En el
catálogo de dicha exposición el pintor
Virgilio Galán escribió: No viene con su
primera muestra a sentar cátedra: él nos entrega, limpia y pura, su gran voluntad, sus
inquietudes. Cada vez que empuña los pinceles, rincón, marina o motivo de su atención, es una prueba de Amor y bella entrega,
que es meritoria. En otra página del mismo catálogo sería el crítico del diario
La Tarde Francisco López Martín, quien
dejara asegurado: Magnífica exposición
esta de Ruiz Sánchez, que pinta y dibuja con
toda soltura...
Ruiz Sánchez participó en una
serie de exposiciones colectivas, de
las que se recuerdan las celebrada en
Galería de Pintores Malagueños (1978),
las subastas a beneficio de las cofradías del Sepulcro (1981), la Expiración
(1983 y 1984) y la del Rico (1985); también acudió a las colectivas de Pintores
Malagueños y el Perchel (1980), otra
del mismo título más esculturas en la
Sala Miguel Ángel (1982), una más en
idéntico espacio expositivo con el igual
denominación y contenido (1983), y
distintas otras celebradas en las salas de
la Sociedad Económica de Amigos del
País. Ruiz Sánchez recibió a los 13 años
de edad un Primer Premio en el Salón
Juvenil de la Congregación Mariana,
celebrado en 1947.
sabio 377
1990. Su primera exposición individual
Desde los catorce años de edad en
Málaga, Lupe Sabio Martínez ha desarrollado toda su obra artística en la
capital malagueña, donde celebró muchas de sus exposiciones individuales y
colectivas. Recibió clases de los pintores Robles Muñoz, en Málaga, y Rafael
Ortí, en la capital cordobesa, y frecuentó las aulas de Bellas Artes, sección de
la Plaza de la Constitución, varios cursos. Desde el principio, su obra creativa
se insertó en el panorama realista malagueño de comienzos del decenio de
(Sociedad Económica de Amigos del
País, mes de enero de dicho año) encuadró a artista y obra en el grupo de
la segunda generación de los iniciales
realistas de la década de los ochenta.
Bodegones (ciruelas, granadas, uvas y
cobres), flores (rosas, crisantemos, jazmines, geranios), figuras (en interiores
o fantasías) dieron pruebas no sólo de
su capacidad de observación, sino de
la manera minuciosa, y acertadamente
colorista, con que elabora las composiciones de su extensa producción.
Al realismo naturalista presente en
la obra de Lupe Sabio se refería una
crítica aparecida en las páginas de Sur
(16. III. 1995): Parece que Sabio ha entendido lo que a otros realistas cuesta: que la falta
de adecuada atmósfera acaba por amanerar
–incluso desenfocar– muchos loables intentos de atrapar del realismo sólo su dimensión
física. Como moda o tendencia coyuntural,
bien está que cada quien ejerza lo que sabe
378 sancha
como mejor le guste. Pero en pintura hay
una serie de términos tales como emoción,
misterio e indagación sin los cuales la obra
–incluso el mismo esfuerzo por realizarla– se
pierden en el intento cuando todo es mera
superficie sin meollos interioristas. Lupe, sin
dejar de ser la prometedora realista que siempre ha sido, ha dotado a su obra presente de
distinto acento. Y lo ha hecho aventurando,
exponiendo y ejercitándose en asuntos que
son nuevos en su producción.
Antonio Cobos, decano de la Asociación Española de Críticos de Arte,
escribió en el catálogo de la individual
que Lupe celebró en Zúccaro, Madrid
(1993): Son espléndidas las composiciones
en las que ostentan el protagonismo viejísimos cobres y cerámicas ancestrales, pero es
muy posible que el arte de Lupe Sabio suba
muchos enteros cuando se deleita con frescores de vida al plasmar bellísimas composiciones florales. En ellas, su paleta se trueca
en jubilosa, al conjugar gamas tonales pimpantes que, al conjuro de una luz indecisa,
ahuyentan sin gritos a las tinieblas.
Tras su primera exposición individual celebrada en los Salones de la Sociedad Económica de Amigos del País
(Málaga, enero de 1990) realizó las siguientes: Galería Porticus, Málaga (1991
y 1993); Zúccaro, Madrid (1993); Benedito, Málaga (1995, 1998 y 2001)).
De los innumerables eventos colectivos en los que participó tanto en
España como fuera de ella, caben destacar los siguientes: Museo Diocesano
de Arte Sacro, Palacio Episcopal de Málaga (1991); Veinte Pintores Malagueños, Salón de Columnas del Gobierno
Civil, Málaga (1991); Artistas Italianos y
Extranjeros, Venecia, con ocasión del
centenario de su Bienales (1995); Primera Gran Muestra de Pintura Realista
de Portugal, Lisboa (1996); Maestros
del Realismo Actual, Palacio de Congresos de Torremolinos (1997), etc.
Lupe Sabio es miembro numerario
de la asociación Cultural europea Cultura Venezia, dirige su propia academia
de pintura y asesora a la Asociación Pro
Tradiciones Malagueñas La Coracha en
sus concursos de pintura para artistas
noveles.
Francisco Sancha y Lengo, pintor
de escenas de género, retratista, paisajista, ilustrador y notable caricaturista, vivió los últimos veintiséis años del
siglo XIX y los primeros treinta y seis
de la siguiente centuria. Extrañamente a sus calidades, es un artista prácticamente desconocido para los malagueños. Su formación inicial estuvo
en Málaga bajo la tutela de Martínez
de la Vega y continuó más tarde en la
Academia de San Fernando de Madrid
con José Moreno Carbonero. Marchó
joven a la capital de España, residió dos
décadas en Londres y numerosos años
en París y regresó de nuevo continuan-
sánchez gallardo 379
do sus actividades de pintor, ilustrador
y caricaturista, especialidad en la que
alcanzó indudable notabilidad por la
agudeza en la observación y adecuada
copia de sus personajes tanto políticos
como de la vida cultural o la crónica
festiva y mundana del país. Colaboró
en muchos de los principales diarios y
revistas de la capital de España (Madrid
Cómico, ABC y Blanco y Negro) así como
en publicaciones parisinas tales como
La Vie Littéraire, Le Rire, Le Cri o L’assiette
au beurre. De la producción pictórica
francesa del artista se recuerdan sus
obras “L’Église de Saint-Sébastien”, “La
promenade de son éminence”, “La buvette”, y “Le vieux cordonnier” entre
otros. En diciembre de 1905 expuso en
Madrid (tienda de cuadros de Vilches
en la calle del Príncipe) una nutrida
exposición de sus obras presididas por
un retrato que le hizo el pintor y compañero de oficio Casas, además de algunos dibujos del malogrado hermano
menor del pintor malagueño. Francisco Sancha obtuvo una Mención de Honor en la Exposición Nacional de 1897.
En 1924, establecido definitivamente
en España, celebró en Madrid una exposición genérica a la que llevó más de
un centenar de obras.
SÁNCHEZ DÍAZ, Rafael
(Ver MOLINA)
De temprano despertar a la pintura, José Sánchez Gallardo se inicia en el
oficio de forma autodidacta. Desde su
juventud, y durante largos años, trabajó como dibujante litógrafo en piedra
en la famosa empresa Artes Gráficas
Alcalá, verdadero santuario de las artes
gráficas locales en el corazón del barrio del Perchel, creación empresarial
del siglo XIX, y prácticamente desde su
creación tajo laboral de tantos otros jóvenes artistas (dibujantes, proyectistas
diseñadores) malagueños hasta su cierre. Fue en 1971 cuando Sánchez Gallardo decidió dedicar todo su tiempo
a la pintura. Así, para alcanzar y complementar la formación y experiencia
que ya acumulaba por aprendizaje personal, decide realizar un curso de colorido y composición en la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de
Málaga (1973-74).
De encendida paleta por larga experiencia litográfica, su obra fue, fundamentalmente, paisajística, y en ella
reflejó todo su interés por la captación
de la luz entre arboledas y ramajes, realizando, en ocasiones verdaderos ejercicios academicistas, carentes, sin embargo, del almibaramiento que solían
380 sánchez gallardo
ser proverbiales en los años se su mayor
dedicación al oficio.
Muchas críticas y estudios dedicaron a su abundante producción estudiosos de dentro y fuera de Málaga.
Carlos Sentís, por ejemplo, dejó escrito
en el catálogo de su exposición en la
malagueña Sala Miramar-Arte en marzo de 1980 lo siguiente: Digamos ya que
Sánchez Gallardo tiene una fina sensibilidad cromática, y que con el recio esqueleto
del buen dibujo que subyace al color, consigue magníficos paisajes, profundizando en
la naturaleza y transmitiéndonos sus impresiones en los bellos cuadros, llenos de contagiosa serenidad y alada gracia. Por su parte, el académico de San Telmo Manuel
Laza Palacio había dedicado a su obra
las siguientes palabras: El arte de Sánchez
Gallardo no nos ofrece extrañas visiones de
trasmundo vedado a los no iniciados… No.
Su arte, difícil arte, ofrece el mundo sencillo
y amable que nos rodea, ese mundo que todos
vemos con los clásicos sentidos. Pinta con
sinceridad lo que todos vemos… Pero pinta
con arte, porque ha llegado a pintar hasta la
tenue bruma de los días caliginosos de esta
Costa del Sol tan querida.
Su actividad galerística profesional
se inicia en los Salones de la Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga, con una individual (1975) a la que
siguen, durante los inmediatos años,
las siguientes: Caja de Ahorros Provincial de Málaga (1977); Galería Miramar-Arte, Málaga (1980); Caja de Ahorros Provincial, Málaga (1982) y Galería
Benedito, Málaga (1985). Otras exposiciones individuales sin fechar en sus
catálogos, se realizaron en el Palacio
de Benacazón, Toledo; Galería Benedi-
to, Málaga; Caja de Ahorros, Granada;
Hotel Don Pablo, Torremolinos; Galerías Tiziano y Babel, Valencia; Galería
Espartel, Madrid; Caja de Ahorros Provincial, Huelva, y Galería Miguel Ángel,
Málaga.
Su participación en eventos de carácter colectivo fue numerosa. Como
miembro fundador del Grupo Pintores
Malagueños Contemporáneos, estuvo
presente con sus obras en cuantas exposiciones organizó dicho colectivo.
Igualmente, tomó parte en certámenes
de Educación y Descanso (convocatorias provinciales, regionales y nacionales) y en otras distintas de instituciones
públicas, comerciales e industriales del
país.
Obtuvo una Mención en la Exposición Nacional de Arte de Educación y
Descanso, Valencia (1965); Cuarto Premio en la Nacional de la Caja de Ahorros Provincial, Málaga (1974) y Primera Medalla Provincial de Educación y
Descanso, Málaga (1975).
SÁNCHEZ LÓPEZ, Jorge
(Ver RANDO)
SÁNCHEZ PADILLA, María Jesús
(Ver SUSY DEGALÁN)
sánchez ramos 381
Francisco Sánchez Ramos, polifacético y multidisciplinar creativo (escultor imaginero, tallista, policromador, pintor, modelador, ceramista, musicólogo polifonista, director de coros y
miembro del Gabinete de Bellas Artes
de Málaga), deja tras de sí un elevado
número de discípulos en los distintos
campos de las actividades mencionadas. A los nueve años de edad entró en
contacto con el mundo del barro a través del alfar de los hermanos Morillo
en la Colonia de Santa Inés, iniciando
entonces el modelado de figuritas. A
los diez, ingresó en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga
en las especialidades de dibujo artístico
y modelado, en la segunda de las cuales
recibió formación del profesor Alfonso
Moreno Morillo, y a los 16, ingresó en
la Institución Sindical de Formación
Profesional Francisco Franco, hoy Instituto Rosaleda, iniciando los cursos
correspondientes de talla y ebanistería,
concluyendo el largo periodo de formación con los estudios de Maestría Industrial. Fue entonces cuando conoció
al ya veterano escultor Adrián Risueño,
que presentó al joven Sánchez Ramos
al también escultor Andrés Cabello
Requena, en cuyo taller aprendió las
técnicas de la escuela granadina de la
que por nacimiento procedía el maestro. Con Cabello colaboraría el muchacho en la realización de la iconografía
de varios tronos y altares en Málaga y
provincia, destacando entre ellos los
tronos de la Esperanza, El Rico, Mutilados, etc. Al iniciarse el decenio de 1950
asistió a clases del Círculo de Bellas Artes de Madrid, cuyos maestros fueron
Cruz Collado, Capuz, Juan Cristóbal y
José María Alcacel, que, en su calidad
de restaurador del Museo del Prado, le
trasmitió su experiencia sobre policromía. En Madrid aprendió todas las técnicas de la imaginería contemporánea.
Reincorporado a Málaga trabaja el barroco y se inicia en las nuevas tendencias del momento, lo que fue motivo de
rechazo por sus valores vanguardistas.
En el Colectivo Palmo, bajo la dirección
del pintor Jorge Lindell, realizó cursos
de grabado, y prepara varias exposiciones de pintura, grabado y escultura,
destacando la de Ángeles con y sin sexo
en la Casa de Cultura de Benalmádena. Desde 1968 trabajó como profesor
de manualidades en distintos centros
de Málaga, destacando, por su trabajo
docente y permanencia, el desarrollado en el Colegio Menor Mediterráneo.
Del conjunto de la obra de este autor
destacan su profusa iconografía religiosa en madera y terracota (Purísima, y
escultura de fray Adonais, en Sanlúcar
de Barrameda; Sagrado Corazón de Jesús, en Benamejí; Dolorosas, apóstoles y
angelotes en distintas iglesias malagueñas; esculturas religiosas diferentes en
la parroquia de la Amargura; Crucifica-
382 sanjuan perdiguero
do, en la iglesia de Fátima; Crucificado
en San Patricio, San José de Carranque
y la Encarnación, en Marbella, para la
que también realizó una Purísima de
tendencia barroco-moderna como el
Cristo. Los últimos trabajos de Sánchez
Ramos, realizados tras una enfermedad
del corazón, fueron una Dolorosa para
vestir de mediano formato y dos cartelas con las cabezas de la Dolorosa y San
Juan. Sánchez Ramos recibió en 1971
una Medalla Nacional de Plata al Mérito en las Bellas Artes, que le otorgó la
Asociación Nacional Sindical de Bellas
Artes. De sus alumnos más destacados
en las distintas materias que impartió
figuran Jesús Martínez Labrador, escultor y profesor de la Facultad de BB.
AA. de Granada; José L. Ruiz Guerrero,
Premio Nacional de Pintura; J. Cano,
profesor de flauta del Conservatorio
malagueño, y M. J. Callejas, profesor
del Liceo de Barcelona.
José Sanjuan Perdiguero, tras realizar un curso en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga (1961), donde asistió a las clases de
Antonio Cañete y Luis Bono, siguió
posteriormente otro sobre retrato a
cargo del director del Aula de Pintura
de Educación y Descanso y académico
de San Telmo, Alfonso de la Torre. Su
preparación posterior estuvo marcada
por su independencia creativa. Como
otros muchos compañeros de oficio de
su misma generación, participó –y fue
premiado varias veces– en los certámenes de la Obra Sindical Educación y
Descanso. Gustó del ejercicio de la pintura al natural. Su figuración procedía,
desde el inicio de su carrera, de inspiración naturalista: paisajes, campos,
ángulos portuarios y arboledas con
generosos empastes y vivo color. Pero
en la sección Crítica de Arte del diario
Sur (4.XII.1994), que informaba sobre
la exposición unos días antes abierta
en Galería Nova, se anticipaba ya a los
ulteriores cambios que se produjeron
en su forma de observar y reproducir
la naturaleza: La producción de Sanjuan
Perdiguero es ya extensa por los muchos
años de dedicación al oficio, y de ella habría
santos 383
que significar su fidelidad a unos principio
que, si bien es cierto ha sabido mantener, en
esta muestra de Nova ya asoman nuevos
perfiles que probablemente sean el comienzo
–y en todo pintor es momento esperado– de
distintos, nuevos y próximos acentos. Ello se
anuncia en una renovación parcial de la
pincelada.
Su presentación como pintor tuvo
lugar en el Ayuntamiento de su pueblo natal junto al pintor López Palomo
(1962); también, con el mismo artista,
repitió en la Sociedad Económica de
Amigos del País (1969), y por último,
en Galería Picasso el mismo año expuso junto con el marinista Ramón Reina. Siguieron otras muchas hasta el
término del siglo XX en Málaga-capital
(9), Marbella (10), Archidona (2); Antequera, Estepona, Madrid, Córdoba,
Valladolid, Sevilla, Granada, Nerja, y
Estepona (1).
A lo largo de su carrera artística
Sanjuan Perdiguero ganó numerosos
premios, trofeos y distinciones, de los
que destacan un Tercer Premio de Dibujo en la XXVI Exposición de Arte
(Málaga, 1966); Medalla de Plata del II
Certamen Peninsular La Buena Sombra (Málaga, 1967); otra de igual metal de la Exposición Provincial de Arte
(Málaga, 1968); Medalla de Oro del II
Certamen Nacional de ANSIBA (Valladolid, 1969); Premio de Honor del Excmo. Ayuntamiento (San Roque, Cádiz,
1970); Medalla de Oro del II Certamen
Nacional de Arte (Estepona, 1975); Medalla de Bronce del II Certamen Nacional Museo Cruz Herrera (La línea de
la Concepción (Cádiz, 1977); Segundo
Premio de la XX Exposición Nacional
de Pintura (Jerez de la Frontera (Cádiz, 1979), etc. Miembro activo del Grupo Nueve Pintores, expuso sus obras
junto a ellos en 10 ocasiones desde 1973
al año 2003. De su participación en exposiciones colectivas cabe destacar las
celebradas en Pamplona, Málaga, Murcia, Madrid, Sagunto, Sevilla, Ceuta, Zamora, Jerez de la Frontera, Plasencia,
Alcázar de San Juan, etc., siendo muy
destacada su participación en convocatorias de la Obra Sindical Educación y
Descanso.
Diego Santos Ortiz, pintor, escultor
y diseñador además de interiorista, a lo
largo de su carrera dejó de manifiesto
su gusto por la renovación a través de
la búsqueda y la experimentación. Fue
alumno durante cinco cursos lectivos
de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga, donde tuvo
como profesores a Juan Ramón Lafita
(escultura) y a Luis Bono y José Roquero (pintura). De su trayectoria creativa
se han ocupado prestigiosas revistas y
críticos de arte y sus eventos expositivos
ocuparon amplios espacios informativos en la prensa nacional tanto por lo
arriesgado de algunas de sus propues-
384 saval
tas como a causa de su originalidad,
en ocasiones reminiscentes con la de
pasados maestros en el riesgo creativo.
Desde sus iniciales exposiciones colectivas a partir de 1974 –año en que se le
concedió el Nogales de la II Bienal de
Pintura y Escultura de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo– hasta sus
últimas en su ciudad natal (Decorama y
Lo profundo es el aire, respectivamente,
en la Sala de Exposiciones Alameda y
en el CAC, Centro de Arte Contemporáneo), su obra no dejó de sorprender
en interés analítico. Acerca de Decorama escribió el crítico Enrique Juncosa:
Diego Santos cultiva la sugerencia y el matiz, y elude la intencionalidad dogmática en
obras de un acabado perfecto; y en cuanto
a la segunda de las citadas, fue el propio director del CAC, Fernando Francés, quien aseguraría: Las creaciones del
artista andaluz suponen un reto, una interpretación del objeto inicial, comprado o encontrado, para reconvertirlo en una creación
plástica añadiéndole nuevos elementos que,
estratégicamente colocados, su significado
remite a una nueva concepción semántica,
situándose en la línea de Duchamp del “objeto encontrado”.
Diego Santos fue cofundador del
Colectivo 7/10. En 1979 obtuvo la Beca
Picasso del Ayuntamiento de Málaga y
ese mismo año fue el de sus primeras
exposiciones individuales: Galería de
la Diputación de Málaga, Grandson &
Grandson de Madrid y Galería Rafael
Ortiz, de Sevilla. Con la galerista Manuela Vilches llevó pinturas a ARCO
(1985), y a continuación, durante 1987,
celebró en Málaga tres nuevas individuales, a saber: Pintura y escultura en el
Colectivo Palmo; Arquitectura en el paisaje, Galería Pedro Pizarro, en Alhaurín
el Grande; y El estilo del relax, en el Colegio de Arquitectos de la capital. De sus
creaciones a lo largo de los años sorprendieron especialmente, por el interés y curiosidad que ambas exposiciones suscitaron, Ven a ver TV, tótems para
albergar televisores en Galería Grandson
& Grandson y El estilo del Relax, Colegio
de Arquitectos de Málaga.
Lorenzo Saval Prados, editor, escritor, poeta, pintor y grabador, es sobrino del poeta malagueño, miembro de
la Generación del 27, Emilio Prados.
Desde 1974 en Málaga, un año más tarde comienza su colaboración con el
editor de la revista Litoral, José María
Amado, al tiempo que inicia la preparación de la primera de sus exposiciones individuales (Galería de Arte Passagali, Madrid, 1976). Su trabajo como
editor, ilustrador y diseñador le ocuparon prácticamente, junto a su actividad
plástica de orientación surrealista, el
último cuarto del siglo XX en un largo recorrido incesante que prolongó
al primer decenio de la actual centuria. Artista muy relacionado con Taller
saval 385
Gravura, participó en la colectiva Jornadas de Málaga en Aix-en-Provence (1993)
en las que igualmente tomaron parte
los más destacados grabadores malagueños del momento.
Sobre la obra plástica de este autor,
y especialmente acerca de sus collages,
con ocasión de la muestra que celebró
en la Sala Benedito en 1987, María Victoria Atencia escribió para el catálogo:
Seguramente lo difícil es eso, ver; ver desde dentro el adentro de cada trozo de papel
impreso, pintado, grabado. Ver qué trozo se
busca en otro –desde su día distinto, desde
su mano diversa– para ser con él sustancia
idéntica, destino común, incitación continua, sobresalto de belleza y propia afirmación. Y Rudolf Koppler, a propósito de
la misma muestra, opinó: Saval logra
unir partes de cuadros aparentemente contradictorios, creando nuevas expresiones.
Generalmente, une ambas partes con hilos
tan finos como una tela de araña. A su nuevo mundo no le falta el encanto. El caleidoscopio desarrollado de una retrospectiva de la
historia del arte, no es por ello el destrizo de
una obra maestra.
El programa galerístico individual
desarrollado por Saval hasta finales del
siglo XX se inicia, como ha quedado dicho, en 1976 en Madrid, y sigue cronológicamente: Galería de Arte Cosman,
Puerto Banús, Marbella, 1978; Galería
de Arte Ibero Club, Bonn, Alemania;
Galería de Arte Baden-Baden, íd., y
Sala Berruguete, Burgos, 1979; Universidad de Johannesburgo, Sudáfrica,
1980; Diputación Provincial de Málaga, 1981; Casa de Cultura de Fuengirola, Hotel Don Carlos de Marbella y
Galería Espaciocal, Santiago de Chile,
1984; Galería Benedito, Málaga, 1987;
Sala Municipal de Exposiciones, Fuengirola, 1988; Cortijo Bacardí, Málaga, y
Galería Museo Cruz Herrera, La Línea
de la Concepción, Cádiz, 1990; Galería
Genoveses, Madrid, y Sala de Arte de
la Universidad de Málaga, 1991; Taller
Gravura, Málaga, 1994; Space Niepce,
París, 1995; Roca Llisa, Ibiza, y El Laberinto, de Jerez de la Frontera 1996.
Las siguientes muestras, todas ellas en
1997, se suceden cronológicamente, en
el Colegio de Arquitectos de Málaga;
Sala de Arte del Ayuntamiento de Nerja; Galería Café del Infante de Villaviciosa de Odón, Madrid; Galería Ramón
Puyol de la Fundación José Luis Cano
de Algeciras, y El Portón, Alhaurín de
la Torre. Durante los años indicados
Saval participó en una treintena de
exposiciones colectivas en Málaga y su
provincia (22), Madrid, Burgos, Teruel
y Cádiz, así como en Marruecos, Alemania y Francia.
386 seguiri
José Seguiri López, alumno de las
clases de dibujo y pintura (libre en la
Escuela de Artes y Oficios Artísticos de
Málaga y oficial en la de San Fernando de Madrid) acabó centrando sus
capacidades en la escultura, a cuyo
arte supo insuflar fuertes resonancias
mediterráneas y por ello de muy originales e intensas expresiones lúdicas.
José Seguiri López es un artista que ha
sabido expresar su recia personalidad
con idéntica fortuna en sus bronces, terracotas, mármol, poliéster y aluminio
que en sus trabajos al óleo, pastel, témpera o acuarela. Artista que más allá de
sus propuestas estéticas proyecta sobre
todos sus trabajos el latido mítico de
un mundo entre primitivo y clásico, en
su obra coinciden formas, volúmenes y
contornos de generosa exuberancia y
vitales impulsos.
Fernando Huici, en el diario El
País (10.IV.1987), y tras contemplar las
obras que Seguiri llevó a su primera
exposición individual de Madrid, escribió, refiriéndose a los mitos del deseo:
Sí existe, sin embargo, una inquietud muy
próxima a este ámbito en la obra de Pepe Seguiri, tal como se trasluce en la estupenda
muestra individual con la que se presenta
por primera vez en Madrid. Aunque su trabajo abarca igualmente la pintura –no incluida en esta exposición–, es en la escultura
donde se afirma la emoción más patente de
la aportación de Seguiri. Así, he de confesar
que algunas de las piezas incluidas en esta
selección de esculturas y dibujos recientes se
cuentan entre las sorpresas más gratas con
que me he topado en los últimos tiempos.
José Marín-Medina, en el librocatálogo de la exposición que Seguiri
celebró en Granada (X-XI, 1990) concluyó acerca de la obra: Pepe Seguiri, dotado de un tacto bien sutil para enfatizar
las sensualidades del modelado, ha echado
a andar toda una serie –bastante impúdica y divertida– de trabajos sobre asuntos de
la mitología clásica. Con mirada de creador
originario nos ha ofrecido versiones gozosas
del encuentro apasionado entre “Amor y Psiquis”, hermosas encarnaciones del “Rapto de
las sabinas” y “corporaciones” –que él desea
expresamente a las que hacía Balthus– de
“Diana” y “Acteón”, eficazmente acompañados de sus perros. Seguiri nos cautiva,
naturalmente, no por habernos recuperado
el recordatorio mítico, sino por haberlo hecho con tanta frescura y desparpajo, con tan
gratificante lozanía erótica y justeza estética.
Además de “manera”, Seguiri tiene el don de
los artistas primitivos.
La cronología de sus exposiciones
individuales, actualizada hasta finales
del año 2003, es la siguiente: Spanish
Institute, Londres (1979); Museo de la
Ciudad de México, Mexico D.F. (1980);
Bibliothèque d’Espagne, París (1982);
Ateneo, Málaga (1983); Galería Magda Belloti, Algeciras (1984); Galería
García-Cubo, Marbella (1985); Galería
Seiquer, Madrid (1987); Colegio de
silva 387
Arquitectos, Málaga (1988); ARCO’89
One man show, con Galería Seiquer, y
Galerie Cupillard, Saint-Tropez, Francia (1989); Centro Cultural de la Caja
de Ahorros General, Granada, y Galerie Alain Blondel, París (1990); Galería
Seiquer, Madrid (1991, 1994); Sala de la
Universidad de Málaga y Galería Fausto
Velázquez, Sevilla (1994); Galerie Alain
Blondel, París (1995); Galería Luis Pérez, Bogotá, Colombia (1996); Galerie
Alain Blondel, París, y Museo Cruz
Herrera, La Línea de la Concepción
(1998); Galería Quattro Leiria, Lisboa
Portugal; Galería Marín Galy, Málaga,
y Galerie Cupillard, Saint-Tropez, Francia (1999); Galería Marín Galy, Málaga;
Galería BAT Alberto Conejo, Madrid, y
Galerie Alain Blondel, París (2001); Galerie Cupillard, Grenoble; Cloître des
Cordeliers, Tarascon, Avignon, y Galeria Quattro, Leiria (2002), y Galería
Nolde, Navacerrada, Madrid (2003).
Entre sus más importantes exposiciones colectivas desde 1978 al año 2003
figuran, entre otras: Centro Cultural
de la Villa de Madrid (1978); Chenil
Gallery, Londres (1979); Andalucía, Arte
de una Década, Sevilla 1988); FIAC (1990,
1991) París; ARCO, Madrid, y Feria Internacional de Arte, Bogotá, Colombia
(1996); ARCO’97, Madrid (1997); Feria
Internacional de Arte Contemporáeo,
Lisboa (2000), y NOLDE, Galería de
Arte Rosa Jorge, Navacerrada, Madrid.
La obra de este autor se puede contemplar en los siguientes espacios públicos: “Tarquín y Lucrecia”, bronce, en
el Museo Povincial de Málaga; también
en bronce y en la misma capital, (plaza de Uncibay y calle Granada), unido
por un reguero de agua, la fuente-baño
de “Diana y Acteón”, “Acteón con Perros”, “Rapto de Sabina” y “Cabezas de
perros”, representando la jauría de Acteón; en Sevilla, bronces, “Hércules colocando las columnas” (y dos leones);
en Madrid, “Rapto I” y “Rapto II”, aluminio patinado, y “Orestes”, también
en bronce; en Alicante (estación terminal de FF. CC.) otro “Orestes”, y en
el jardín particular de una mansión de
Oporto, “Amantes en la playa”, un ambicioso bronce de 2 metros, su última
obra del año 2003. Seguiri fue Premio
de Arquitectura y Urbanismo del Colegio de Arquitectos de Málaga por su
obra “Rapto de Sabina” y “Cabezas de
perros de la jauría de Acteón”. También
fue Beca Picasso (Málaga) de 1978.
Guillermo Silva Sanz de Santamaría, nacido en el seno de una humilde
familia colombiana, este grabador, pintor y escultor ha desarrollado prácticamente su obra en Málaga, ciudad a la
que llegó a principios de los años sesenta. Muy joven, en la capital colombiana, estudió con el pintor francés
Pierre Daguet, profesor de dibujo y artes manuales. Viajó a París y recorrió la
388 silva
ruta de Van Gogh, en el Sur de Francia,
en bicicleta pintando los bellos parajes
de la Provenza en 1948. A su regreso a
Colombia, se especializó en una nueva técnica del Vitral llamada Gémaux,
que permitía la eliminación del plomo y hacer el dibujo sólo con vidrio
superpuesto, obteniéndose una delicada apariencia de joya o gema. La citada modalidad fue concebida por Jean
Croti, que Silva conoció en el mismo
barco que regresaba a Colombia. Después de abandonar definitivamente su
país, ejerció como profesor de dibujo
en la Escuela de Bellas Artes de México
e imprimió una serie titulada El hombre
contra el hombre, en la que participaron
escritores como Álvaro Mutis, Juan José
Arreola, Josefina Vicens y varios escritores refugiados españoles, que le abriría
las puertas de México, Estados Unidos
y Canadá. Ya en el país azteca, fue en la
escuela La Esmeralda donde estudió el
grabado tradicional y comenzó a experimentar con la acuarela en las distintas
técnicas que permitía el tórculo, mas
ante la dificultad de colorear las figuras
sin que los colores se mezclaran, optó
por recortar los grabados en la misma
forma requerida por la coloración. En
los años 1948, 49 y 50, desconocida para
el gran público esta técnica, y pese a
la buena aceptación que había tenido entre las jóvenes promociones de
artistas mexicanos, los integrantes de
la Gráfica Popular de las Bellas Artes,
al negar que aquellos trabajos fueran
grabados, conspiraron hasta obligarle
a cerrar el taller. Antes de abandonar
México, y durante una década, había
impartido clases de arte en la Univer-
sidad Nacional y en la Iberoamericana.
En México aprendió las técnicas del
grabado en hueco, y a partir de su desarrollo y perfeccionamiento, fue posible la elaboración a color usando una
única placa de cobre, con zonas muy
profundas, mediante una técnica llamada entalle (en italiano cavo-rilievo o
intaglio) que consiste en tallar formas
sobre una superficie de relieve invertido. Fue durante aquellos años cuando,
como consecuencia de las emanaciones del gas que emite el ácido nítrico,
comúnmente usado en el grabado en
metal, sufrió diferentes enfermedades
que finalmente le afectaron de manera
irreversible a las cuerdas vocales.
A su llegada a Málaga en 1964, Silva
construyó con la ayuda de un herrero
local el primer tórculo artesanal de la
ciudad, con el cual creó el primer taller de grabado en la torre del Museo
de Bellas Artes malagueño, e invitó a
participar en este taller a los pintores
Stefan, Brinkmann, Lindell y McDonald quienes posteriormente siguieron
la aventura del grabado con la creación
de El Pesebre. Guillermo Silva sería el
maestro de todo ellos.
La obra de este originalísimo artista, que transita por los territorios del
grabado, la pintura y la escultura (cerámica, azulejo, bronce y madera) y siempre con los mismos acentos, fuerza colorista, exultación, vitalidad e ingenuísimo, ha acabado por crear toda una
cosmogonía edénica de intransferible
e inequívoca factura personal.
Sobre tan sugerente obra escribió
Javier R. Nomblot en El Punto de las Artes (Madrid, 5 al 11 de junio de 1998)
silva 389
sobre su exposición Absurdidades, celebrada en la Casa de Galicia, Madrid:...
un mundo fecundo, personal , una imaginación cultivada, un dibujo inapelable, un
dominio pleno de todas las técnicas artísticas (lo que ha tenido a bien demostrarnos, al
incluir en esta pequeña muestra esculturas
de madera y de bronce, cerámica, grabados
óleos y acuarelas): más que suficiente para
detectar al autor de larga y fecunda trayectoria. Fuimos descubriendo seres imaginarios,
formas imprevisibles que crecen de la tierra
fértil del surrealismo y que, sólo en esta obra
singular, se visten con medievales ropajes,
fundiéndose a continuación con animales
míticos, con símbolos y colores de la América
precolombina, para deambular, guerrear o
amar en un jardín jurásico: ¿habrase visto
combinación igual?
Entre 1957 en que realmente comienza su carrera artística en Ciudad
de México hasta el 2003 en que cumplió 82 años, Guillermo Silva había celebrado un centenar de exposiciones
individuales en 25 países de América,
así como en Asia, África y Europa (10
de ellas en Noruega, otras tantas en
Suiza, 7 en EE. UU. y 5 en España, además de las que realizó en Fuengirola,
Málaga y Madrid).
Su extensa obra está representada en diferentes museos americanos y
europeos, entre ellos el Museo de Arte
Contemporáneo (Chile), Metropolitan
Museum of Art (Nueva York), Museo de
Arte Moderno (Bogotá), Arkansa Art
Center Colletion (Arkansa), Philadelphia Museum of Art (Filadelfia), Minneapolis Institute of Art (Minneapolis), Baltimore Museum (Baltimore),
Library of Congress (Washington), así
como en otros museos e instituciones
de Montreal, Noruega, Boston, Ohio,
San Diego, Dublín, California, etc.
Sobre los distintos ciclos de su obra
a lo largo de más de 60 años de dedicación, Guillermo Silva comentó para
este Diccionario: Los diferentes cambios
que he experimentado a través de mi carrera, se han debido a mi sensibilidad abierta y
libre de prejuicios y de direcciones externas.
Mi obra se ha visto fuertemente influenciada por mi paso por los diversos países por
donde he pasado, por lo que he visto en la
obra de pintores de todas las tendencias y de
los cuales escuché su mensaje humildemente,
sin miedo ni pretensiones absurdas, y por ese
maravilloso milagro, imposible de describir,
que es la inspiración.
A finales del año 2003 el pintor
mexicano Darío Soto, presidente de la
Sociedad de Artistas del Parque Ecológico del Arte y la Cultura, integrada por
creativos jóvenes de su país (pintores,
grabadores, músicos, escritores, bailarines, fotógrafos y escultores), admiradores de la obra dejada por Silva a su paso
por México, solicitó dar su nombre a
un taller de pintura y grabado que se
iba a inaugurar ...para nombrarlo así y
poder difundir el gran trabajo que realizó en
este país y que ha recorrido todo el mundo.
390 simón pizarro
Jesús Simón Pizarro, alumno durante cuatro años del taller de Robles
Muñoz, realizó estudios en Madrid, Valencia, Sevilla y Málaga. Diplomado en
Magisterio y licenciado en Biología, imparte docencia en el Instituto Fuente
Lucena de Alhaurín el Grande y dibujo
y pintura en su propio estudio torrealhaurino. Su pintura es realista y, por
tanto, figurativa; sus temas preferentes son los paisajes, bodegones, flores
y retratos. Como cartelista ha realizado
numerosos trabajos. Dos referencias
críticas avalan sus trabajos. En el periódico Informaciones de Torremolinos
(agosto de 1999), bajo la firma de A.
Barranquero leemos: Los protagonistas
de sus cuadros persiguen lo intangible. Buscan respuestas vagas a las preguntas eternas. Simón Pizarro refleja su amor por la
naturaleza en sus cuadros y les esconde un
secreto. Seguidor de Friedrich, observa en la
inmensidad del paisaje al hombre indefenso. Se sienta a contemplar el valle y pinta,
como su maestro, paisajes suyos, paisajes del
alma. Acerca de la temática en la producción del pintor, Francisco Fadón
escribió: …siempre abierta una ventana al
campo, a la vida, al aire, a los murmulladores riachuelos, a los árboles de fresca sombra veraniega a los frutos que, conjugados,
forman coloristas bodegones. Su inicial exposición individual data de 1995 en la
Casa de Cultura del Alhaurín el Grande, a la que siguió en 1996 la celebrada
en el Centro Cultural Vicente Aleixandre de Alhaurín de la Torre. Dos muestras del mismo carácter tuvieron lugar
en 1997 en la Casa de Cultura de Coín
y Unicaja de Vélez-Málaga, respectivamente. A las ya citadas, siguieron las
que tuvieron como escenario la Casa
Museo de Mijas (1999); tres que sucesivamente fueron en Galería Pablo Ruiz
de Málaga, Castillo Bil-Bil de Benalmádena y Galería Daza de Granada (2001).
Posteriormente, expondría también de
forma individual en Galería Artis de Valencia (2003) y Galería Altea de Madrid
(2004). Fue finalista en el Concurso
Nacional de Pintura Ciudad de Álora
(1999) y en dos ocasiones consiguió el
Segundo Premio del IV y VII Concurso
Nacional de Pintura Ciudad de Coín
(1999 y 2003). Su labor como cartelista ha sido abundante y muchas de sus
obras decoraron la serie televisiva de
Canal Sur Castillos en el aire.
soca del río 391
Enrique Simonet Lombardo, hijo
de padres malagueños, su inicial periodo formativo lo concluye en la Escuela
de Bellas Artes de San Carlos de la capital del Turia; a su llegada a Málaga
muy joven, se inscribe en el aula de
Ferrándiz y Bádenes coincidiendo
en el mismo con otros alumnos que,
posteriormente, conocerían la celebridad: Moreno Carbonero, Nogales
Sevilla, Ponce Puente, Blanco Coris,
Bermúdez Gil, Labrada Martín y Ruiz
Picasso, entre algunos más. Fue pintor
pensionado en Roma, vivió algunos
años en París, un decenio en Barcelona
como profesor de la Escuela Superior
de Bellas Artes, y más tarde residió en
Madrid, al hacerse cargo de la cátedra
de Pintura Decorativa de la también
Escuela Superior de Bellas Artes. En
la Exposición Nacional de España de
1892 consigue una Primera Medalla
por su cuadro “Flevit super illam”, que
posteriormente alcanzaría idénticos
galardones en Barcelona y Chicago.
En la Nacional de 1904 se le concede
la Orden de Comendador de Alfonso
XII y en 1918 la Real Academia de
San Fernando le califica públicamente como pintor de “primera categoría oficial”, reconociendo sus méritos
artísticos y capacidad docente. Otra
distinción se le otorga al ser nombrado director de la Residencia El Paular
para pensionados de Paisaje, cargo
que ostentó entre 1921 y 1922. Sus tres
cuadros más famosos fueron el citado
“Flevit” y los no menos notables “La decapitación de San Pablo” y “Anatomía
del corazón”, también conocido como
“…y tenía corazón”. El primero y el último de los mencionados se encuentran
en el Museo de Málaga, y el segundo,
en su iglesia catedral.
Humberto Soca del Río, pintor de
inicial formación artística cubana, fue
becado por el gobierno del presidente Carlos Príos Socarrás –depuesto por
Batista en 1952– para ampliar estudios
en Europa, teniendo oportunidad de
frecuentar los ambientes creativos más
interesantes de finales del decenio de
los años cincuenta del siglo XX de París, Múnich y Madrid principalmente.
A Málaga llegó en 1958 permaneciendo
en ella algo más de dos años, durante
los cuales realizó numerosísimos retratos por encargo de personalidades
locales, damas conocidas, “reinas” de
392 somera
la Prensa, comerciantes e industriales
(Araceli Barrionuevo, familia Sarriá,
Felisa Garmendia, etc.), entonces su especialidad tanto al óleo como a la cera.
Sus dibujos (sanguina, grafito) resultaban atrayentes dentro del perfeccionismo que era principal característica
en el conjunto de su obra. Durante su
estancia en Málaga fueron muchos los
trabajos que llevó a cabo, pero el que
le acercó al público malagueño definitivamente al año escaso de su llegada,
fue el retrato del entonces obispo de la
diócesis, más tarde cardenal Ángel Herrera Oria, cuya obra, expuesta en el
escaparate principal de Tejidos Masó,
en calle Larios, fue su mejor tarjeta de
presentación artística al gran público
en 1959. Tras la realización de distintos
encargos en Málaga, marchó una larga temporada a San Sebastián, ciudad
en la que igualmente llevó a cabo un
amplísimo programa de retratos. Fueron muy evocadores sus trabajos sobre
distinta temática religiosa, de los que
destaca la imagen del Cristo de la Caridad.
Pedro Somera Abad, alumno del
profesor Federico Díaz en la popular
escuela de San Pedro y San Rafael de
Málaga, en 1960 tuvo su primer contacto con los primeros pinceles y tubos
de óleos. En 1963 fue discípulo durante un año del pintor Juan Baena en su
Academia Velázquez, y de 1964 a 1969
asistió a la Escuela de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos de su ciudad natal,
teniendo como profesor, entre otros, a
José Marín Zaragoza. Su incorporación
a las técnicas del tórculo fue durante
1979 con el pintor-grabador veleño
José Bonilla, y a partir de 1987, dedicó exclusivamente sus afanes creativos
al grabado. Fue en 1979 cofundador
de Taller 7/10 y en el primer año de
la presente centuria funda la sociedad
civil Grabados-Somera con su hija Yandira y traslada su taller malagueño a la
localidad de Ronda.
Entre 1969, año de su primera exposición individual en la desaparecida
Galería Picasso de Málaga, hasta la última de ellas en 1996 en la Casa-Fuerte
de Bezmiliana, Rincón de la Victoria,
realizó las siguientes: Galería Picasso
y Sociedad Económica de Amigos del
País, Málaga (1971); Centro Artístico de
somera 393
Granada y Casa de Málaga en Madrid
(1972); Hotel Meliá, Granada (1973);
Liceo-Peña Malaguista (1976); Malacke, Málaga; Galería Manuela, Córdoba,
y Cluix, Sevilla (1977); Galería Goya-2,
Valencia; Larra, Granada y Charo Yagüe, Madrid (1978); Galería Studium,
Valladolid (1979); Galería Goya-2, Valencia, y Ateneo de Málaga (1980); Galería E. Behren de Ginebra, Suiza, y
Caja de Ahorros Provincial de Málaga,
Vélez-Málaga (1981); Goya-2, Valencia
(1982); Antológica 1965-1982 en la Sociedad Económica de Amigos del País,
Málaga, patrocinada por la Universidad en el décimo aniversario de su
creación, y Galería Margall de Oviedo
(1983); Galería Goya-2, Valencia (1984);
Galería Vin & Kuns, de Aarthus, Dinamarca (1985); Goya-2, de Valencia, y
Caja de Ahorros de Antequera, Málaga
(1986); Galería Torres Begué, Madrid
(1987); Caja de Ahorros de Ronda en
Torre del Mar, Málaga (1989); Cortijo
Bacardí, Málaga (1991) y Galería Jesús
Puerto, Granada (1992).
Somera Abad fue uno de los artistas de su generación que mayor número de premios, trofeos y distinciones
al mérito artístico recibió entre 1964 y
1989. Salvo error u omisión fueron, entre otros, los siguientes: Primer Premio
del VII y VIII Certamen Juvenil de Arte
del FF. de JJ., Málaga, (1964 y 1965) y
Premio de Dibujo de la Escuela de Bellas Artes de Málaga (1964). Por la Obra
Sindical Educación y Descanso recibió
un segundo premio en la XXXI exposición provincial de Málaga y Primera
Medalla, respectivamente, en 1967 y
1968. Fue Premio de Honor del Primer
Certamen La Buena Sombra, y en el
mismo año, (1967), recibió otro Primer
Premio Provincial de la Delegación de
Turismo. Un año más tarde resultó Matrícula de Honor de la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga. Del Ayuntamiento de la ciudad
de Melilla recibió tres galardones: un
Tercer Premio en Pintura (1968), un
Primero de igual género y un Segundo
en Dibujo (1973), más otro Segundo en
Dibujo en 1975. En el año 1976 recibió
el Premio de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Málaga, de su
exposición bienal y un año después le
premiaron con un Bronce en la Exposición Nacional de Sevilla. Otros premios se sumaron a los anteriores: en
1979, un Primero de Dibujo concedido
por Radio Suecia, Estocolmo; en 1981
Medalla con la que se le distinguía por
su Aportación al Surrealismo en Málaga; el Premio de Dibujo Rafael Zabaleta, de Quesada, Jaén, y en 1988 y 1989,
fue, respectivamente, Segundo y Tercer
Premio Bacardí.
394 stefan
Stefan von Reiswitz y Kaderzin,
pintor, grabador y escultor residió en
Madrid y Marbella hasta que se afincó
definitivamente en Málaga (1955) donde hizo la mayor parte de su obra.
A los quince años realizó sus primeras pinturas sobre vidrio, según una
antigua tradición bávara. En París conoció a Fernand Léger y André L’hôte;
posteriormente (1952), llega a Madrid
donde el pintor Daniel Vázquez Díaz se
interesa por sus obras cubistas. Decepcionado por las enseñanzas de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, decide seguir su carrera de forma
autodidacta. Conoce el citado año a
la pintora Marina Barbado, con quien
años más tarde, en Málaga, contraerá
matrimonio. Su primera exposición en
España la celebró, en compañía de Marina, que había empezado a pintar, en
el Casino de Marbella (1956); también
la siguiente, ya en Málaga, después de
haberse trasladado el matrimonio definitivamente a la capital, en los Salones
de la Sociedad Económica de Amigos
del País (1957). Ese mismo año Stefan
entrará en el círculo de los pintores
Brinkmann, Lindell, Chicano, Guevara Castro, Rodrigo Vivar, Alfonso de
Ramón, Alberca Owe Pellsjo, Dámaso
Ruano y otros con quienes se integrará
en el Grupo Picasso.
Escéptico, observador, siempre crítico, de burlona mirada cuando observa al ser humano víctima de sus propios
convencionalismos, siempre animado
de su habitual sentido del humor y la
ironía en cualesquiera de la triple faceta en la que se ha expresado, sus trabajos fueron la proyección de su propia
personalidad. Obra críptica para muchos, resulta para otros locuaz, fresca
y renovadora, ya sea en sus visiones surrealistas, o, como buen esteta germano, en sus referencias al expresionismo
alemán, que en su obra tiene sobrada
entidad personal.
El artista no ha dejado de “jugar”
con los personajes extraordinarios creados por su mente burlona, en un juego
de relaciones entre verdad y fantasía,
creación y propuesta. En una cita a Cortázar (carta enviada por Stefan a su amigo el historiador de Arte Dr. Anton Dieterichs) le escribe: El elemento principal
del juego y su transformación inesperada en
algo serio, los límites difusos entre lo real y lo
irreal, consiguen, con sólo algunas insinuaciones, transportar al espectador a un reino
intermedio inquietante, en el que se funden
lugar y tiempo, deseo y realidad: con el comentario, parece que habla de mí.
En la línea del objet-trouvé (objetos encontrados), escribió de él Jorge
Cobos en El Observador: ...descubre con
humor y sentido poético las relaciones entre
las formas y los modelos, ya por el lado físico, ya por el histórico, técnicas y conceptos
con los que el artista trabaja, a partir de un
amplio conocimiento de ambos, y de abundante experiencia en su manejo.
stefan 395
Acerca de las mitologías privadas
de Stefan hallamos en el catálogo de su
exposición en la célebre Galería Welz,
de Salzburgo, la siguiente reflexión
de Juliane Roh: Es imposible no sentirse atraído por el mundo fantástico de este
pintor una vez que nos hemos familiarizado con él. Si en pintura, grabado, “collages”, pequeños objetos o cosas, obtenidos mediante material de orígenes
muy diversos, no tan solo de desecho,
sus realizaciones sorprenden por su
originalidad, es en la escultura, a partir
de su estancia en Roma como huésped
de honor de la Villa Massimo, donde
sus trabajos alcanzan dimensión nueva.
En esas obras manifiesta Stefan toda su
fuerza creativa. Hay que recordar a este
respecto sus minotauros, sus dos sirenas y otras figuras mitológicas instaladas en el malagueño Parque del Oeste,
o retrotraerse a la muestra que presentó en la exposición de la Sala de la Diputación Provincial de Málaga en 1992,
en la que su particular Bestiario alcanzó,
al fin, la difusión popular que tales esculturas monumentales reclamaban.
Acerca de su obra conocida hasta
1962, escribió Eduardo Westerdahl en
el diario El Día, de Santa Cruz de Tenerife: ...no parece interesarle la figuración o
no figuración, sino el cuadro en función de
su tiempo personal, no de un tiempo histórico. Hace de esta manera la conciliación de
la figura humana con el cuerpo de una abstracción. En todos sus cuadros se descubre la
mano de un pintor, un trabajo racionalizado que toma por base una invención formal,
que no elude la exploración y el experimento
y que resuelve con gran dignidad de medios
los problemas creados para cada cuadro.
Junto con Jorge Lindell Stefan crea
en el año 1970 el taller de grabados El
Pesebre, al que de inmediato se integran Robert McDonald, y, ocasionalmente, George Cambell y Felipe Orlando. Este taller funcionó en primera
instancia en la torre neomudéjar del
palacio de los Buenavista, sede, entonces, del Museo Provincial de Bellas Artes, y pasó más tarde a la calle Bolivia,
esquina al Callejón de Cinco Minutos
próximo al hogar de la familia Stefan.
El pintor, con Lindell y McDonald, tuvieron como maestro al colombiano
Guillermo Silva Sanz de Santamaría.
El Pesebre fue en la región andaluza
la primera experiencia en su género
como taller de grabado de todo un colectivo de artistas, que, sin afinidades
creativas, realizaron trabajos de muy
marcado interés y ambición que tuvo
una difusión internacional. Al crearse
en el mes de diciembre 1978 el Colectivo Palmo, también Stefan aparece en
él como co-fundador.
La trayectoria artística de este pintor abarca más de medio siglo de su
existencia, y su obra, como ya se ha dicho, es prácticamente malagueña, y al
influjo mediterráneo es evidente, pese
a la aparente solemnidad, lobreguez y
opacidad presentes en su obra pictórica y gráfica.
La relación de las exposiciones de
carácter colectivo o de grupo afín locales, nacionales e internacionales en
las que el artista participa desde 1954 a
2003, es muy extensa, pero entre otras
podemos citar Barcelona (2), Colonia
(2), Ciudad de Méjico, Córdoba, Darmstatd, Dresde, Hamburgo, Madrid (11),
396 suso de marcos
Málaga (31), Munich, Sevilla, Stuttgart
(2), Tenerife, Teruel y Torremolinos,
y se prolongan desde Nueva York hacia América Latina, casi toda Europa y
otras distintas capitales españolas. Las
exposiciones individuales. sumaron 64:
Baracaldo, Barcelona (2), Colonia (2),
Córdoba, Darmstatd, Dresde, Hamburgo (2), Madrid (11), Málaga (31), Marbella (5), Múnich, Sevilla, Stuttgart (2),
Tenerife, Teruel y Torremolinos.
Las exposiciones individuales cerlebradas en el mismo período de tiempo
fueron más de cuarenta, entre ellas las
de Barcelona, Colonia, Hamburgo (2),
Madrid (5), Málaga (14), Münster (2),
Salzburgo, Stuttgart (3) y su ciudad natal, Múnich (4). Las últimas exposiciones individuales celebradas en Málaga
hasta el año 2003 fueron las siguientes: Fundación Picasso, (2000), Palacio Episcopal, antológica con más de
200 obras reunidas de todo el mundo
(2001) y Galería Alfredo Viñas (2002).
También organizó gran número de
exposiciones de obra gráfica internacional en Málaga, que según aseguran
testigos de aquellas manifestaciones,
lograron abrir los ojos a muchos artistas y aficionados a la gráfica.
Entre los museos importantes que
poseen trabajos de este autor se encuentran el Reina Sofía de Madrid con
3, el Bellas Artes de Málaga con 2 y la
Biblioteca Nacional de Madrid con 3
obras.
Jesús López García, escultor, fue
alumno de las escuelas de Artes Pablo Picasso de La Coruña y Central de
Madrid. Amplió más tarde estudios en
Yugoslavia, Grecia, Italia, Inglaterra y
Francia; posteriormente, compaginó
estudios con su actividad profesional
en varios talleres escultóricos de Madrid. En el año 1979 es solicitado para
impartir talla en madera en la Escuela
de Artes y Oficios Artísticos San Telmo,
de Málaga, y un año más tarde se crea,
bajo su impulso, la citada especialidad.
En 1982 obtiene por oposición la plaza
en la especialidad de Talla Artística en
Madera de la indicada escuela, en la
que crea y patrocina las tres primeras
ediciones del premio de escultura que
llevó su nombre. En el año 2001 crea la
beca Ayuda de Estudios para alumnos
de ESO y Bachillerato del Colegio Público de Boimorto, su pueblo natal coruñés. Desde 1984 es miembro numerario
de la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo y correspondiente en Málaga de las RR. AA. Gallega de Bellas Artes
Nuestra Sra. del Rosario (1991) y Santa
Isabel de Hungría, de Sevilla (2003).
Su obra contemporánea pasó por
distintas etapas y en ella trabajó con
suso de marcos 397
materiales tan diferentes como madera, mármol, cristal, hierro, fibra de vidrio, resina, piedra artificial, bronce,
acero y cerámica. También es numerosa su obra monumental, realizaciones
sacras, diseño de mobiliario y espacios,
trofeos, retratos, miniaturas y trabajos
de restauración.
De sus monumentos hay que citar
la Virgen de la Victoria, en el jardín de
acceso al templo del Sagrario (1985),
realizado en piedra artificial; monumento al historiador Padre Andrés
Llordén, jardín del antiguo templo y
colegio de San Agustín (1987), también
realizado en piedra artificial; el monumento al poeta Salvador Rueda (1995),
en su casa natalicia de Macharaviaya,
en bronce y piedra; al de Miguel de
Molina (1999), en el barrio de Capuchinos, en bronce, piedra, acero y agua, y
el dedicado a Antonio Fernández Díaz,
“Fosforito” (2002), en la localidad de
Alhaurín de la Torre, en bronce, acero
corten y acero inoxidable.
De sus obras sacras destacan, entre
otras muchas, el conjunto de imágenes
y complementos del altar mayor de la
parroquia de la Asunción, Málaga; mural relieve del Bautismo de Jesucristo y
los cuatro Evangelistas para la iglesia de
Benajarafe, Málaga, y 9 angelitos para la
reconstrucción de la peana de la Virgen
de los Reyes, Catedral de Málaga (1980);
imagen de san Antonio de Padua para
la iglesia de La Carihuela, Torremolinos
(1981); conjunto del altar mayor de la
parroquia de la Encarnación, Málaga
(1983); virgen de la Amargura, La Coruña (1984); imagen de san José de Nazaret con el Niño, patrón de Cajiz, Málaga
(1985); san Juan Bautista, patrón de Pozanco, Ávila (1986) y Jesús de la Esperan-
za, para los Misioneros de la Esperanza,
Málaga (1989) y san Marcelino Champagnat, Valencia (2003), etc.
De su extensa iconografía cofradiera merecen destacarse las siguientes
obras: imagen del Resucitado, Alhaurín el Grande (1982); Crucificado de
la Cofradía de los Dolores del Puente,
Málaga (1986) y san Juan Evangelista
para la misma (1987); sayón y romano
para las Reales Cofradías Fusionadas,
Málaga (1988); cuatro evangelistas para
la misma hermandad (1990); Cristo en
la Columna, Jódar (1992); Cristo Crucificado de la Santa Vera-Cruz, Alhaurín
de la Torre (1996); grupo escultórico
La Primera Caída, Cartagena (1997) y
grupo escultórico de la Resurrección,
Alhaurín de la Torre (2001), etc.
El crítico Mario Antolín escribió
sobre la obra de Suso en el diario YA,
de Madrid: Suso es un artista de vocación
figurativa que buscando la esencialización
de las formas ha llegado hasta el límite de
la escultura abstracta, pero se ha detenido
en la frontera, afortunadamente para él.
Porque debajo de la serna apariencia de su
obra se adivina un artista sensible y receptivo, profundamente preocupado por la triste o alegre aventura, de ahí su predilección
por la madera, que siente y le interesa el ser
humano, y para el que una obra de arte es
siempre el producto de una emoción, no un
simple juego de ritmos y volúmenes.
A Alfonso Canales, presidente de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo, debemos una afortunada observación sobre su obra: Suso de Marcos
sabe hacer arte realista. Pero quiere demos-
398 susy degalán
trarnos también que los creadores de obras de
arte tienen hoy día mucho de aquellos artistas libres que se expresaban con parábolas.
Sabe que la mejor Piedad de Miguel Ángel
no es la de Roma, sino la de Florencia: que
es preciso dejar a la materia no trabajada su
parte en el asunto, para que ella por sí sola
cante a quien la hizo, y ayude a cantar a
quien la ve.
Sus exposiciones individuales llegaron a la veintena entre 1978 y el año
2003, y fueron: Excmo. Ayuntamiento
de La Coruña (1978); Centro Plató,
Madrid; Sala Liceo, Orense; Torreón
de Lozoya, Segovia; Caja de Ahorros de
Cuenca y Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, Guadalajara (1979);
Museo Diocesano de Arte Sacro, Málaga; Caja de Ahorros de Galicia, Chantada (Lugo) y Sociedad Económica de
Amigos del País, Málaga (1980); Galería
Novart, Madrid, y Caja de Ahorros de
Valladolid (1981); Excma. Diputación
Provincial, Málaga, en homenaje a
Jorge Guillén (1982); Delegación Provincial del Ministerio de Cultura, La
Coruña (1986); Casa de Cultura, Murcia, y Sala Barquillo, Madrid (1988);
Galería Ferrol, Sagardelos, La Coruña,
y Casa de Cultura del Ayuntamiento
de Boimorto, La Coruña (1993); Museo Provincial de Bellas Artes, Málaga
(1994) y Casa-Fuerte de Bezmiliana,
Rincón de la Victoria (Málaga) y Sala
Almirall, Barcelona (1996).
A Suso de Marcos le fue otorgada
la Tercera Medalla del Certamen de la
Asociación Nacional de Pintores y Escultores en su edición de 1976.
María Jesús Sánchez Padilla, fue
alumna de Burgos Oms, Marín Zaragoza,
Bono Hernández y Cañete Sánchez en
la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de Málaga durante un largo periodo formativo, contrajo matrimonio con el también pintor Virgilio
Galán, con quien se traslado a París para
continuar estudios; de regreso, inicia
una tardía actividad expositiva que se
inició en la Real Maestranza de Ronda
en 1981, año en que, a partir del cual,
no cesó de pintar y exponer dentro y
fuera de Málaga. La profesora y académica de San Telmo, Teresa Sauret, que
ha estudiado la obra de Susy, ha dejado
escrito en uno de sus catálogos: Con su
buen hacer y honestidad técnica se ha posicionado contundentemente en esa línea de
Figuración malagueña que deambula por
el presente sin rechazar la experiencia del
pasado. […] Sus rosas guardan ese gesto
de calidad que sabía poner Nogales, las marinas dejan patente que el género estuvo, y
se mantiene ampliamente consolidado en el
lugar, y la frescura de sus pinceladas hace
que en ellas sea más importante la impresión tonal que el registro minucioso de sus
perfiles. Precedentemente, Félix Revello
se había referido a la obra de Susy afir-
susy degalán 399
mando: Posee los elementos conceptuales de
la pintura formal, transmitiéndonos una
realidad, el mensaje de una frágil ternura y
el lirismo de una bella poesía.
Desde el año 1981 en que tuvieron lugar sus primeras exposiciones
individuales hasta la que celebró en el
2000, conclusión del siglo XX, su programa galerístico fue el siguiente, en
cuanto a eventos individuales: Real
Maestranza de Ronda, Caja de Ahorros
de Ronda de Torre del Mar y Club El
Candado de Málaga (1981); Caja de
Ahorros de Ronda en Torre del Mar
(1983); Sala de Prensa del Aeropuerto
(Málaga, 1984); Sociedad Económica
de Amigos del País de Málaga, Sala
Velázquez de Valladolid y Galería
Malacke de Málaga (1985); Galería de
Arte La Maison (Málaga, 1986); Galería
de Arte La Maisón de Málaga y Galería
de Arte Inversión de León (1987);
Galería Benedito (Málaga, 1989, 1991,
1992, 1993, 1995, 1998 y 1999). De su
participación en las más importantes
colectivas cabe destacar, entre otras:
Miramar-Arte y Tres Pintoras en la Sala
Miguel Ángel (Málaga, 1982); Museo
Diocesano de Arte Sacro (Málaga,
1983); Salón de Otoño de la Asociación
de la Prensa de Málaga y Exposición 27
Pintores (Sala Benedito y Palacio de la
Aduana (Málaga, 1992); La Mujer en
el Arte en Galería Pórticus (Málaga,
1995) y Colectiva Pequeño Formato en
Galería Benedito (2000).
Susy recibió en 1984 la Medalla
Picasso, un año más tarde el Primer
Premio de Marinas del Real Club
Náutico Mediterráneo de Málaga y en
1988 el Segundo Accésit del certamen
convocado por la Casa de Melilla en
Málaga y la Medalla de Bronce de Artes
Plásticas Textil. En 1989 fue Primer
Accésit del IV concurso de la Casa de
Melilla en Málaga, consiguiendo el
Primer Premio en la posterior convocatoria y el Segundo del Real Club
Náutico Mediterráneo.
La obra de esta autora figura en colecciones particulares de París, Nueva
York, Holanda, Japón, México D.F. y
Cuba.
toral 401
Cristóbal Toral Ruiz, vinculado
a Antequera (Málaga) por bautismo,
procedía de una humilde familia. Con
6 años trabajaba con su padre aserrando los troncos de encinas necesarios
para la elaboración de carbón vegetal,
a los 14 segaba y cosechaba los trigos,
a los 15 enjalbegaba los muros de los
cortijos donde trabajaba y antes de los
20 recolectaba el fruto en los arrozales
de las Marismas sevillanas. Durante la
siega del arroz fue donde Toral decidió finalmente ser fiel a su vocación de
pintor, que todavía no había aflorado
ante su familia, amigos y compañeros.
Supo compatibilizar trabajo con enseñanza e, inscrito en la Escuela de Artes
y Oficios de Antequera como alumno
de noche para no desatender su trabajo diario, recibió las primeras clases de
dibujo del profesor Emilio del Moral.
Al mismo tiempo, matriculado en el
Instituto antequerano Pedro Espinosa,
inició los estudios de Bachillerato. Coincidieron en el tiempo trabajos en el
campo, estudios en el instituto y aprendizaje en la Escuela de Artes y Oficios,
lo que reveló su voluntad y predisposición para superar la poquedad familiar
de los primeros veinte años de su vida.
La familia Muñoz Rojas, al ofrecerle trabajo en una de sus empresas, le permitió vivir en el propio pueblo haciendo
más fácil su doble formación cultural y
artística. De otro lado, y también por la
intervención personal de don Emilio,
el director general de la Caja de Aho-
402 toral
rros de Antequera, don José García
Berdoy, con su apoyo personal y ayuda
de la entidad bancaria, permite que
Toral pueda matricularse en 1959 en la
Escuela de Bellas Artes Santa Isabel de
Hungría, de Sevilla. Entre otros, fueron
sus profesores Juan Miguel Sánchez,
José María Labrador, Carmen Jiménez,
Alfonso Grosso, Miguel Pérez Aguilera
y José Romero Escassi. Tres años más
tarde traslada a Madrid su matrícula a
la Escuela Superior de Bellas Artes de
San Fernando, consiguiendo en la última el Premio Nacional Fin de Carrera.
Durante los años 1964-67 fue profesor
adjunto en la Escuela Superior de Bellas Artes y obtiene becas del Ministerio
de Educación y Ciencia y de la Fundación Juan March. Dos años más tarde
obtendría otra Beca de la misma fundación para ampliar estudios en Estados
Unidos.
Pintor que en sus comienzos gustaba hacer ostentación de un innato
espíritu histriónico, solía acudir a no
pocas de sus inauguraciones ataviado
de traje espacial y escafandra, creando
en su torno un curioso ambiente sideral que, en parte, justificaban por su
sentido profundo algunas de las obras
expuestas. Figuración, surrealismo, abstracción y figuración expresionista hasta su conclusiva incorporación al neorealismo figurativo de los años setenta
y ochenta, la pintura de Toral se hizo
perfeccionista, pero, sobre todo, misteriosa por las distintas tensiones que
provocaban muchos de sus trabajos
más conocidos (“Familia de Carlos IV”,
“Viaje interrumpido”, ”El espejo”, “La
nueva inquilina”, “En la terraza”, “In-
terior con cuadro roto”, sus bodegones
de elegante factura o las manzanas,
granadas o membrillos en levitación
espontánea, como absorbidos por una
fuerza que les llevaba a la desintegración). Y, como ejemplo más evidente
de su implicación en los procesos humanos, físicos o psicológicos en los que
concluían los temas, el gran autorretrato con bebé rodeado de maletas, valijas y cuadros de gran formato de cara
a la pared, todos ellos sugeridores de
asfixiantes y opresivas atmósferas. Sus
exposiciones en Biosca (Madrid, 1974)
y las que a continuación de la citada se
celebraron fueron elocuentes muestras.
Autor que dispone de extensísima
bibliografía crítica y hemerográfica, que
constatan las más destacadas firmas literarias españolas y extranjeras de las
últimas cuatro décadas del siglo XX (A.
M. Campoy, José Hierro, Castro Arines,
Carlos Areán, Sánchez Camargo, R.
Carvalho, Gordon Brown, Emily Genauer, Andrea Mikotajuk, John Canaday,
etc.), también fue objeto de estudios y
monografías. Su autorretrato biográfico “La vida en una maleta”, resulta indispensable para descifrar muchas de
sus claves personales y creativas.
Su primera exposición individual
la realiza en el Club Pueblo (Madrid,
1966) y en Galería Quixote (Madrid,
1967); la segunda, en el Hotel Don Pepe
(Marbella, 1968). A partir de esta muestra sus exposiciones se suceden con
carácter casi anual: Galería Goya del
Círculo de Bellas Artes (Madrid, 1969);
Staempfli Gallery (Nueva York, 1972 y
1973); Galería Biosca (Madrid, 1974);
toral 403
Galería Heller de Madrid, Staempfli
Gallery de Nueva York, Grand Palais
de París y Escuela de Bellas Artes de
Sevilla (1979). A continuación lleva su
obra a Galerie Isy Brachot de Bruselas
y Grand Palais de París (1978) regresando a ambas en 1980 y 1981. Un año más
tarde expone en Galerie Levy, de Hamburgo, y Staempfli de Nueva York, y a
continuación, en Galerie Isy Brachot
(París, 1984), Museo Municipal de San
Telmo (San Sebastián, 1985) y Centro
Cultural Nicolás Salmerón, Staempfli
Gallery de Nueva York y en la Feria Internacional de Arte de Chicago (1986).
Una gran exposición retrospectiva llevó
Toral a la Sala San Prudencio de Vitoria, que supuso un nuevo espaldarazo
a su original y rompedora creatividad
pictórica. Durante el siguiente decenio Toral lleva sus trabajos a Granada,
Arco 88 y 90, Bruselas, Sevilla, Vitoria,
Jerez, Murcia y Pamplona. En 1994 el
Ayuntamiento de Madrid le organiza
la exposición antológica más completa
de cuantas se recuerdan, constituyendo todo un acontecimiento en el Centro Cultural de la Villa.
Las últimas exhibiciones de su obra
a nivel mundial se encuadran en el ambicioso programa itinerante por los
principales museos de arte moderno
de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, México, Paraguay, Perú y Venezuela.
En dichas muestras de carácter antológico que se llevaron a cabo desde 1997
al año 2000, se presentaron pinturas,
acuarelas y dibujos que abarcaban su
producción desde 1967 a fin de siglo
XX. Cada una de dichas exposiciones
constituyeron verdaderos acontecimien-
tos sociales, artísticos y diplomáticos.
Otras exposiciones que alcanzaron gran
notoriedad fueron la organizada por
el Ministerio de Asuntos Exteriores,
itinerante por varios museos de Europa, perteneciente al ciclo Arte Español
para el Exterior, y la realizada en la Galería Juan Gris (Madrid, 2000).
Salvo error o involuntaria omisión,
en el palmarés del artista figuran los siguientes premios, galardones y distinciones: Primer Premio de Pintura de la
Dirección General de Bellas Artes (Madrid, 1962); Medalla de Oro de la Exposición de Paisajistas Pensionados de
El Paular (1963); Primer Premio de Dibujo de la Dirección General de Bellas
Artes, Premio Nacional Fin de Carreras
(1964); Segundo Premio de Pintura en
el Certamen Nacional de Elche y Premio de Pintura Caja de Ahorros Provincial de Málaga en el Primer Salón de
Invierno de la Real Academia de Bellas
Artes de San Telmo (1965); Premio de
Pintura de la Diputación Provincial de
La Coruña en la Exposición Nacional
de Bellas Artes (1966) y Gran Premio
de Pintura de la Bienal Blanco y Negro
(Madrid, 1970). Al representar a España
en 1975 en la XIII Bienal de Sao Paulo
(Brasil), consigue por votación popular
el mayor número de votos para el Gran
Premio, y en 1977, al volver a representar a España en la XXIII Bienal del Fiorino (Florencia) obtiene la Medalla de
Oro y se le homenajea junto a Balthus,
Guttoso y Varlin. Toral es Medalla de
Oro de Andalucía (1964), Académico
de Honor de Santa Isabel de Hungría y
Medalla de Oro de la Provincia de Málaga (2003).
404 torreblanca
La obra de Toral está presente en
el Guggenheim de Nueva York, el Musée National d’Art Moderne del Centro
Pompidou de París, el Museo Español
de Arte Contemporáneo de Madrid,
The Hispanic Society of American Museum de Nueva York, Smithoniam Institute de Washington, Museo Provincial
de Vitoria, Museo Elsedo de Santander,
Museo Municipal de Antequera, Museo
Camón Aznar de Zaragoza, The Council
House Museum de Wisconsin, Edward
A. Ubrich Museum de Arte de Wichita
State, University de Kansas y Museo de
Arte Contemporáneo Sofía Imber de
Caracas, Congreso de los Diputados de
España, Ayuntamiento de Madrid y Ministerio de Medio Ambiente.
Luis Torreblanca Torreblanca, integrado desde su fundación en el Grupo
ALA, es uno de sus más desconocidos
miembros pese a la calidad de su corta obra, que especialmente paisajística,
destacaba por su colorido y suelta pincelada. Fue alumno de César Álvarez
Dumont, en cuya aula de la Escuela de
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de
Málaga coincidió con los pintores Ramos Rosas, Bono, Garcés y Marín Za-
ragoza, entre otros. Citado por Manuel
Prados López en su discurso de ingreso
en la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo (1933), dijo, al referirse a los
alumnos de Álvarez Dumont: Torreblanca es otro de los pintores malagueños mejor
dotados de la nueva generación. Paisajista
de porvenir, original, discreto, gran interpretador de la Naturaleza, busca en ella de
continuo los siempre nuevos colores de la Divina Paleta. Ya de niño, recién cumplidos los 13 años de edad, demostró sus
facultades al ser premiado en Dibujo el
curso 1918-19 con el Premio al Mérito y
la Constancia, que vuelve a revalidar en
1920-21, a propuesta de los profesores
Rodríguez Quintana, Álvarez Dumont,
José Nogales y José Puente; en 1922-23,
alcanza la calificación de notable en
Concepto del Arte e Historia del Arte
Decorativo, a propuesta de Jaraba, e,
igualmente notable, en Composición
Decorativa, Paisaje y Marinas, de los
maestros Álvarez Dumont y Muñoz
Degraín. En el curso 1923-24, y en la
asignatura Composición Decorativa de
la que es su profesor Álvarez Dumont,
consigue notable, la misma calificación
que por idéntica materia y a propuesta
del maestro alcanza en el de 1925-26.
Soltero y sin familiares que pudieran
atenderle, tuvo casa-taller en una oscura, recóndita y mal ventilada casa de la
zona de calle Ollerías –¿Pasaje de Meléndez, calle Sargento?–, callejones sin
salida a los que se llegaba desde la concurrida calle de Carretería. Durante su
juventud llevó como pudo el peso de
una enfermedad de la época: la tuberculosis pulmonar, que le condicionó
no sólo su vida privada sino su propia y
torreblanca 405
prometedora evolución artística. Consecuencia de ello, y por mediación del
entonces presidente de la Excma. Diputación Provincial malagueña Baltasar Peña Hinojosa, mecenas de artistas,
se dispuso lo necesario para un primer
ingreso en el Hospital Civil Provincial
San Juan de Dios (entonces dependiente de la Beneficencia Provincial),
siendo encamado en la Sala 5 el día 13
de octubre de 1951 hasta el 29 del mismo mes de 1955 en que la abandona
una temporada. Vuelto a ser encamado
posteriormente, fallece en el indicado
centro benéfico el día 14 de febrero
de 1971, a los 66 años de edad, según
acta de defunción que firma el director del hospital Ángel Almansa Pastor,
colegiado malagueño número 960. En
el hospital, y gracias a la influencia de
Peña Hinojosa, pudo disponer de una
habitación para pintar y hacer algunos
trabajos de restauración, así como cuadros de pequeño y mediano formatos
casi siempre para obsequiar a los médicos que trataban su irreversible padecimiento. La última exposición colectiva
en la que participaría, fue cinco años
antes de su encame en el hospital, al
concurrir a la exposición La Pintura
Malagueña en los tiempos del maestro Ferrándiz, organizada por el Ayuntamiento y la Real Academia de Bellas Artes
de San Telmo en los locales del Centro
de Estudios Andaluces. El primer trofeo conseguido por el artista fue un Diploma de Honor al participar en la Exposición Provincial de Cádiz en 1920,
recién cumplidos los 15 años de edad.
Otras dos menciones honoríficas les serían otorgadas en las exposiciones pro-
vinciales de Jaén en 1921 y 1922, respectivamente. Dos premios más recibiría
en los años 1928 y 1929 en las exposiciones de la Fundación Loring. Del Grupo
ALA al que pertenecía, recibió distintos
trofeos al participar en sus salones de
agosto: Premio de la Sociedad Excursionista de Málaga (1930), Premio ALA de
su exposición de la Sociedad Económica de Amigos del País (1932) y Mención
Honorífica en el certamen nacional
del mismo grupo (1933). Este mismo
año recibiría la Medalla de Oro de la
Exposición Provincial de Córdoba, y en
los años 1934 y 1935, segundas medallas
del mismo. De la Obra Sindical Educación y Descanso de Málaga recibió un
Segundo Premio en 1942 y un Primero
en su edición de 1943. Finalmente, en
el año 1950 recibiría el tercer galardón
de la Exposición Provincial de Paisajistas Malagueños. De Luis Torreblanca
Torreblanca, gran amigo del padre del
pintor Juan Fernández Béjar, se conserva un retrato que éste último le hizo
después de su muerte. Por su parte, su
amigo y compañero Luis Bono Hernández de Santaolalla, le hizo un magnífico retrato-miniatura que, con una
colección de seis personajes distintos,
consiguió el segundo premio del XXVIII Salón de Otoño de Madrid, muy
censurado por la crítica experta de la
capital de España al considerarla merecedora del primer galardón.
406 torres mata
Francisco Torres Matas, alumno de
Luis Ramos Rosa, Miguel Marín Zaragoza, Luis Bono Santaolalla, José Roquero
y Antonio Cañete en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos de Málaga
(calle Carretería y Plaza de la Constitución, respectivamente, cursos 1955 a
1959), y del pintor y académico Alfonso
de la Torre Marín en el Aula de Pintura
de la Obra Sindical Educación y Descanso (1961-62), tuvo como compañeros a
Juan Fernández Béjar, Antonio Hidalgo Ayuso y Manuel Donoso. En Madrid
asiste a las clases de dibujo artístico, bocetos, colorido y composición del Círculo de Bellas Artes, coincidiendo con
Cristóbal Toral (1965-66-67).
Manuel Alcántara, que en tantas
ocasiones no disimuló su afecto por
el artista y sus formas pictóricas, exclamó en el catálogo de su exposición de
Bezmiliana: ¡Ojalá el mundo fuera como
lo pinta Torres Matas!, después de haber asegurado en ocasión anterior que
...Toda su obra parece hecha a la venturosa
luz de un domingo sin final.
Cuando Ángel Caffarena Such,
editor de las publicaciones de la Librería Anticuaria El Guadalhorce, dedica al
pintor un libro acerca de la evolución
de su pintura pasado el primer decenio de vida profesional (1972), reconoce que es el mismo pintor enriquecido con nuevas experiencias y mayor
abundancia de recursos plásticos. Manuel Augusto García Viñolas ya había
escrito en el diario Pueblo (1969): Fragmentando uno cualquiera de sus cuadros, se
podían justificar muchas de las exposiciones
que vemos. Con esto queda dicho que la
potencia creadora de Torres Matas es
grande y que la pintura puede esperar
mucho de él. Ambos autores acertaron.
El primero, por su perspicacia y sentido precursor; el segundo, desde la alegría de la confirmación. En efecto, del
“planismo” inicial donde las figuras recrean atrevidos y amplios trazos prácticamente inmatéricos, a las posteriores
urdimbres plásticas, hay otro mundo
siendo el mismo. La pincelada se hace
certera, vigorosa, de muy cuidada y
paciente elaboración que, siendo suelta, crea nuevos espacios pletóricos de
imágenes y atmósferas, bien interiores
o paisajísticas que estallan de vitalidad.
Se afirma, en lo exultivo de la obra que
poco a poco desarrolla, el “estilo Torres
Matas”. Desnudos femeninos, intimistas y tiernas escenas domésticas, panoramas abiertos a paisajes naturalistas; el
niño, observado en reposo, en sus juegos y ocios junto a mascotas o animales
de compañía; la niña, que distrae su
soledad jugando a ser mujer; torrentes
y remansos que provocan la deseable
vuelta de la criatura humana al medio
natural; la mar, que cercana o distante,
es metáfora que denuncia la mediterraneidad del autor. Y las palomas, al fin,
con su regusto a melancolía niña.
torres mata 407
Julio Trenas, en La Vanguardia de
Barcelona dijo de sus maneras de artista: A veces obtiene sequedades cerámicas
en su pincelada. Otras, irisa los blancos en
una definición de suprema desnudez. Siempre resulta interesante, inquieta y positiva la
experiencia que el pintor se propone en cada
uno de sus lienzos.
Rainier Michael Mason, en La Tribune de Genève (Ginebra, Suiza) dejó
escrito: Torres Matas posee un sólido oficio. En su pintura se advierte una voluntad
ávida de asír el mundo. Yo diría que todo lo
que pinta Torres Matas está indudablemente
impregnado de una gran luminosidad. No
teme a la pincelada vigorosa, ni a quedar
prendido en una red de generosas vibraciones de color.
Giuseppe Mugnone, desde la veneciana revista de arte Gallería Véneta,
proclamaba: En toda su obra se advierte
homogeneidad cromática, tonos cálidos, sentido del equilibrio, seguridad en la ejecución
y una capacidad para tratar los blancos que
caracteriza decididamente la personalidad
de este pintor.
Desde la presentación de la obras
de Torres Matas (1962) a la última de
las exposiciones celebradas hasta el segundo trimestre del año 2003, el pintor
participó en 10 muestras colectivas: Salón Nacional de Otoño, Madrid (1966);
íd. (1967); Grupo Velázquez de Madrid
(1969); Semana de Málaga en Nueva
York (1970); Exposición de Arte Europeo de Nueva Zelanda (1974); Salón
de las Naciones de París (1984); con
Lapayese del Río, Mingorance Acién,
Francisco Hernández e Ignacio Gil, en
Benedito, Málaga (1985); Pintores Académicos de la Real Academia de Bellas
Artes de San Telmo, Málaga (1987);
LIV Salón de Otoño de Madrid (1987);
Galerías Augustas, Barcelona, con ocasión de su cincuentenario, Barcelona
(1990).
Sus exposiciones individuales a lo
largo del mismo período sumaron 73:
Málaga (17), Atenas, Madrid (12), Bilbao (2), Lausanne (2), Copenhague,
Barcelona (9), Valencia (9), Ginebra,
Berna, Morgins (2), Bolonia, Cádiz, Zaragoza, Venecia (2), Verona (4), Florencia, Montagnana, Tarrasa, Rincón de la
Victoria, Lisboa y Alicante.
Entre los trofeos, distinciones y
nombramientos recibidos por el pintor a los largo de cuatro decenios de
dedicación profesional, se encuentran,
entre otros: Medalla de Oro como representante de Málaga en los cursos
nacionales de arte de Educación y Descanso, Madrid (1965); Medalla de Plata,
íd. Barcelona, (1966); Medalla de Bronce del Salón Nacional de Otoño de
Madrid, por su obra “Desnudo” (1966);
íd. íd. Medalla de Plata, por su obra
“Maternidad” (1967); íd. íd. Medalla
de Oro y Premio Torres Gadea por su
obra “Quirófano” (1968) y Medalla “Il
Gattamelata di Donatello”, concedida
por la Municipalidad de Montagnana,
Italia (1972). La Asociación Española
de Pintores y Escultores de España le
designa su delegado provincial en Málaga (1975); recibe la Medalla Picasso,
concedida por la galería artística del
mismo nombre, Málaga (1975); con
mayoría de votos de la corporación, es
nombrado miembro de número de la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo, Málaga (1979); recibe la Meda-
408 torres narváez
lla de Honor de la Galería Miguel Ángel, Málaga, al haber sido elegida por la
crítica y el público su obra “Palomas”,
como la mejor de toda la temporada
anterior en la ciudad (1983); se le otorga el Premio El Corte Inglés en la LIV
edición del Salón de Otoño, Madrid
(1987); la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, le designa
vicepresidente primero (2001).
Salvador Torres Narváez, integrante del Grupo 9 Pintores (1973-1993), estudió Dibujo, además de Colorido y
Composición, en la Escuela de Artes y
Oficios Artísticos de Málaga durante los
cursos 1963-64 y 1964-65. Torres Narváez
es uno de los pintores de su época que
mayor número de premios, trofeos y
galardones obtuvo en distintas convocatorias, cursos y certámenes de la Obra
Sindical Educación y Descanso. Es un
pintor sencillo, sin vanidades, un pintor de
Málaga, que ama su oficio, y día a día, vive
la Sinfonía de nuestros montes secanos en el
caleidoscopio de su brillante paleta, escribió de él Virgilio Galán, pintor y académico. Una de las críticas más esclarecedoras acerca de sus maneras pictóricas
la firmó el crítico José Mayorga en Sur:
Esta capacidad de mezclar con maestría los
colores le lleva a ciertas composiciones y combinaciones atrevidas, con colores muy cálidos y contrastados, que son una auténtica
prueba de la calidad y la finura de su arte y
de su espíritu, que resuelve con gran soltura,
jugosidad y elegancia.
Desde 1966 año de la presentación
de su obra hasta 1995 en que celebró su
última exposición del siglo XX, desarrolló una actividad galerística no interrumpido entre ambos años. El resumen de
dicha actividad, salvo error, sería: 1966,
1971 y 1980, Sala de la Caja de Ahorros de
Ronda, Málaga; 1970, Caja de Ahorros
de Granada, Almuñécar; 1971, 1974,
1981 y 1989, Sociedad Económica de
Amigos del País, Málaga; 1975, Hall de
Radio Juventud-La Voz de Málaga; 1977,
Galería Díaz Lario, Málaga; 1980 y 1981,
Casa de Cultura de Ronda; 1982, Real
Maestranza de Caballería, Ronda; 1983,
Galería Malacke, Málaga; 1984, Galería
Amies, Alicante; 1985, Galería Benedito,
Málaga; 1981 a 1995, Caja de Ahorros
del Mediterráneo, Jijona; Galería de
Arte Nova, Málaga, y otras distintas en
Marbella, Fuengirola, Vélez-Málaga, Jijona, Alcoy, Elda, Denia, Benidorm e
Ibiza. Con el Grupo 9 Pintores expuso
en Córdoba, Granada, Jaén, Madrid y
Málaga. La última de sus exposiciones
colectivas tiene fecha de diciembreenero 2000-2001 en el Círculo de Bellas
Artes Nuevo Siglo de Málaga.
Torres Narváez fue Primera Medalla
de la XXX Exposición Provincial de
Educación y Descanso, Málaga, 1966;
en el mismo año consiguió un Primer
Premio en el IX Concurso de Pintura
al Aire Libre y otro primero en el ce-
trigueros 409
lebrado en Archidona. En 1967 conseguiría, al participar en distintos certámenes de Educación y Descanso, los
siguientes: Medalla de Plata en el curso de orientación Artística de Madrid,
Primer Premio en interpretación de la
Plaza del Obispo y otro por interpretación de los Jardines de la Catedral de
Málaga, además de otro Primer Premio
del concurso de Pintura al Aire Libre
de Marbella. En 1968 recibió una mención de honor en la IV Exposición
Provincial de Primeras Medallas de la
ya mencionada organización, y en 1970,
fue Premio Nogales en el VI Salón de
Invierno de la Real Academia de Bellas
Artes de San Telmo, otorgado por la
Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de Málaga.
Francisco Javier Vicente Trigueros
es de formación autodidacta, junto a
Blanca, Barberán y Molero pertenece a la nueva generación del realismo
pictórico malagueño aparecida en los
primeros años ochenta de siglo XX.
Licenciado por la UMA en Filosofía y
Letras, rama de Psicología, su primera exposición individual tuvo como
escenario en 1986 el Salón de Arte de
la misma facultad en que se graduó.
Trigueros puede que sea el contemporáneo que más se acerca a algunos
pintores malagueños de la escuela del
siglo XIX, pero con distinta mordiente
por su sentido analítico, además de su
destreza. Dos de sus más exuberantes
obras, “Piel de otoño” y “Trigueros en
su Oda a Lis, casual”, vienen a ser como
dos excelentes metáforas de su creatividad, y así se reconoció en distintos
momentos. En el diario Sur (Málaga,
11.V.92) el cronista escribió lo siguiente sobre su exposición en Benedito: El
caso Trigueros es particularmente interesante: mira lo que quiere y rechaza lo que no le
interesa, con lo que la realidad resultante es
mucho más personal cuanto más interiorizada. Es un pintor que sabe abandonar toda
idea machacona de objetivación por la de
sublimación. Dos años más tarde, al exponer de nuevo en la misma galería, el
mismo crítico del citado periódico, en
su edición del 21 de abril de 1994, expresaba: Retador a extremos de superar sus
propias fantasías y vuelos estéticos, maduro
al punto de dejar atrás y prácticamente sin
sentido algunas variantes de su obra conocida, la exposición de Trigueros es el acontecimiento galerístico del momento en Málaga.
Desde su inicial exposición individual en 1986, el pintor desarrolló un
amplísimo programa galerístico dentro
y fuera de España acercando sus trabajos a interesados públicos de Málaga,
Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla,
Alicante, Córdoba, Granada, Ibiza,
Murcia, y asistido a diferentes ferias
de arte nacionales e internacionales,
eventos colectivos destacados e invitaciones a la participación compartida.
410 trigueros
En lo que se refiere a sus exposiciones
individuales, el programa desarrollado desde 1986 hasta el año 2004 fue el
siguiente: Ateneo de Málaga (1988);
Casa de Cultura Vicente Aleixandre, de
Alhaurín de la Torre (1989); Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga
(1990); Galería 2000, Córdoba (1991);
Sala Benedito, Málaga (1992, 1994, 1999
y 2004); Escuela de Artes y Oficios San
Telmo, Málaga, y Colegio Oficial de
Psicólogo de la misma ciudad (1993);
Instituto de Estudios Portuarios de
Málaga; Casa de Cultura de Arroyo de
la Miel, Málaga, y Galería Alhadros de
Ibiza (1998); Casa-Fuerte de Bezmiliana
en Rincón de la Victoria, Málaga;
Galería Xauen de Granada y Galería
Pizarro-8 de Valencia (1999); Galería
Grupo Escolá, Barcelona (2000);
Ámbito Cultural de El Corte Inglés,
Málaga (2001) y Galería Caesarea de
Boca Ratón, Miami, EE.UU (2003).
Trigueros desarrolla la crítica artística
en diferentes revistas especializadas y
publicaciones sobre arte y ha impartido cursos sobre pintura hiperrealista y
realismo.
valdés 411
Antonio Valdés Gutiérrez, sin formación académica ni antecedentes
familiares artísticos, es pintor hecho a
sí mismo a través de crecientes esfuerzos autodidactos desde los doce años,
cuando trabajaba de barbero en su
pueblo natal. Segovia Lobillo dejó escrito en el perfil humano y profesional
de Valdés, que pintaba, incluso, sobre
los blancos y humedecidos paños del
establecimiento luego de efectuado
un servicio cualesquiera. Abundan en
su curriculum opiniones y juicios críti-
cos que valoran sus formas pictóricas a
lo largo de las distintas etapas experimentadas durante su ya larga carrera.
Concha Kindelán escribiría en el diario
Pueblo, tras visionar su obra en la galería Módena de Madrid (1977): He aquí a
este joven pintor, Antonio Valdés, de treinta
y tres años, que por primera vez expone en
Madrid y nos deja atónitos. Mezcla de sub
e hiperrealista. Malagueño, toda el alma, el
ángel, el colorido y el arte de esta tierra, están
reunidos en su paleta. El impacto que originan sus telas es inmenso. Poco después
sería Augusto García Viñolas quien
manifestara la sorpresa que la obra del
veleño causó en él: Vengo a ver a un pintor que no conozco: el malagueño Antonio
Valdés, nuevo en esta plaza. Treinta años
de pintar por libre y pintor, pintor a ciencia
cierta y por derecho, como lo son sus dos paisanos Evaristo y Paco Hernández. Algo debe
tener aquella tierra malagueña para fertilizar así a la pintura. Numerosas exposiciones individuales avalan, desde 1970
412 vargas
en que celebró la primera de ellas, su
carrera; de otro lado, su participación
en colectivas de muy distinto rango y
escenario, hicieron posible su difusión
en ambientes culturales diversos. Entre
las exposiciones individuales, además
de la citada, que tuvo como escenario
la Caja de Ahorros Provincial de Málaga de su pueblo natal, hay que citar la
que, del mismo carácter, llevó a cabo
en el mismo lugar en 1972; la Sala Lacayí, en Málaga, y la Galería Módena,
en Madrid, fueron las dos exposiciones
siguientes, por el orden citado, en 1975.
Se sucedieron luego las de Caja de Ahorros Provincial de Málaga, Vélez-Málaga
(1978); Diputación Provincial, Málaga
(1979); Los Mayorales, Vélez-Málaga;
Galería Goya, de Torre del Mar y Sala
Heller, de Madrid (1980); Caja de Ahorros Provincial de Málaga en Torre del
Mar (1982); y Galería Benedito, Málaga
(1997 y 2004). En una aproximada panoplia de premios, trofeos, menciones
y distinciones a su labor creativa constatamos, entre otros salvo error u omisión involuntaria, los siguientes: Accésit
del I Premio La Buena Sombra (Málaga, 1969); Primer Premio de Andalucía,
convocatoria de Educación y Descanso
(Madrid,1972); finalista en el concurso
Ateneo (Madrid, 1973); Primer Premio
del Certamen Andalucía y Extremadura (Sevilla, 1975); Premio Moreno Carbonero del Ayuntamiento de Málaga en
la III Bienal de Bellas Artes de San Telmo (Málaga,1976); finalista de la Beca
Picasso (Málaga,1977). Etc.
Juan Vargas Cortés, hijo de un tratante de toros y caballos, nació en el
seno de una familia gitana en la calle
La Puente, en el popular barrio del Perchel, limítrofe con su antagónico de la
Trinidad. Las crónicas de la Málaga del
primer decenio del siglo XX y las memorias familiares, coinciden al afirmar
que fue el primer gitanillo malagueño de la época que recibió voluntaria
formación escolar. Muy joven trabajó
como herrero y cerrajero. Un día, al
acudir al Hospital Civil Provincial San
Juan de Dios para curar unas heridas
sangrantes en las manos, fue atendido
personalmente por el culto médico Manuel Pérez-Bryan, que al saber que se
las había hecho esculpiendo figuritas
de madera con una navaja, se interesó
por sus trabajos, lo presentó al escultor
Francisco Palma García, que le dejó frecuentar su taller de la calle Cobertizo
del Conde, y, bajo su tutela, se inició en
el oficio de la talla. Sin renunciar a su
formación académica, hizo tres cursos
seguidos en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de la ciudad, y en 1928,
al ganar la pensión de escultura convocada por el Ayuntamiento –aquel año
con una dotación económica diaria de
vargas 413
5 pesetas–, pudo realizar su sueño de
trasladarse a Madrid en compañía de
su familia. Ya en la capital de España,
trabajó para Julio Vicent y en los talleres del padre Félix Granda, teniendo
como maestro directo a José Capuz
Mansano. Durante los 5 años que permaneció en la capital, tuvo casa-taller
en Chamartín de la Rosa donde realizaba algunos encargos, especialmente
retratos de particulares.
Sus primeras obras conocidas datan
de 1927 y fueron retratos en barro de su
hermana, algunos familiares y amigos.
Su gran oportunidad como artista le
llegaría en 1931, cuando se expone en
el Salón de Honor de la Exposición Nacional de Madrid su famosa escultura
“Maternidad”, que despertó el interés
de público y crítica.
En 1934 presenta en Málaga dos esculturas que son muy comentadas por
los críticos locales. Fueron: “Torso de
hombre”, dedicada al Ayuntamiento, y
“Verde mora”, las cuales fueron expuestas en los bajos del edificio de San Telmo, sede entonces de la Escuela y de la
Real Academia de Bellas Artes. Durante su estancia en Málaga Juan Vargas
frecuenta como concurrente el aula de
don César Álvarez Dumont, donde copia del natural: es la primera referencia
conocida de su afición a la pintura, de
cuyo arte dejará en el futuro pruebas
de irregular técnica y plástica.
En 1935 el artista se instala en Casablanca, ciudad en la que celebra muchas exposiciones, mantiene relaciones
artísticas muy fructíferas, realiza trabajos importantes y contacta con marchantes parisinos. De su larga estancia
en la capital del Protectorado francés,
nacería la que por la prensa local fue
bautizada como obra “casablancaise”,
tanto por su inspiración como por su
sentido cosmopolita y de lo autóctono.
Esta etapa fue auspiciada fundamentalmente por su amigo y compañero de
muchas veladas de arte, José Higueros,
compatriota y propietario del Teatro
Español.
En 1942 Juan Vargas recibe por
parte de la Agrupación de Cofradías de
Semana Santa de Málaga, el encargo
de realizar una imagen de Cristo para
la hermandad de los Gitanos, obra que
iniciada en el mes de enero concluye
en marzo, percibiendo por su trabajo
la cantidad de 1.500 pesetas. Según declaró en su día su hija Pepa a propósito
de esta singular obra, ...los pies y las manos los copió mi padre de mi primo hermano
Juan Jiménez, la color y el cuerpo fueron del
Lele, su primo hermano; y los ojos y la cara,
de mi hermano Antonio, que murió al volver
de la “mili” cuando tenía 22 años, de ahí
esa sublimación naturalista y familiar
que impregna la imagen.
A finales de 1960, quizá ayudado
por influyentes amigos malagueños de
la política de la época, recibe el nombramiento de Profesor de Entrada interino de modelado de la Escuela de
Artes y Oficios de Málaga, que firmada
por el propio ministro de Educación
Nacional, Jesús Rubio García-Mina, le
anunciaba una gratificación anual de
13.320 pesetas. Pero el escultor debió
acomodarse mal a sus nuevas obligaciones, y a principios de 1962 ya se encuentra residenciado en París. La etapa parisina, durante la cual realiza importan-
414 vargas-machuca
tes y delicados trabajos de talla sobre
marfiles con destino a su comercialización por elegantes joyerías, concluye
en 1966, toda vez que dicho año retorna a Málaga definitivamente y se instala en una casita de la antigua carretera
de Las Pedrizas. Tiempo después, por
los achaques propios de la edad que le
impedían vivir solo, se traslada a casa
de su hijo Juan, en Mijas-Costa, donde
fallece el 21 de noviembre de 1980.
Este escultor-pintor dejó escrito un
pequeño libro, Romances, en el que, de
manera sencilla y directa, reflexiona
sobre el amor, el destino del hombre,
el sentido de los sufrimientos y las renuncias del ser humano.
La obra escultórica de Vargas Cortés está muy poco representada en
Málaga. Las escasas muestras que por
distintas vías hemos conocido (familiares, institucionales y particulares) se limitan a “Torso de hombre” y “Maternidad”, dos yesos pintados que imitan el
bronce y que pertenecen al patrimonio
del Ayuntamiento; busto en madera de
Francisca Sanpol Rasbadán, primera
esposa del que fue alcalde de Málaga
Emilio Baeza Medina, y retrato de Wenceslao R. Salinas Raggio. Otras obras
importantes conocidas a través de catálogos, fotografías y referencias periodísticas de Málaga, Madrid y Casablanca, fueron, “Cuerpo de mujer”, “Verde
mora”, “Cabeza femenina”, “Retrato de
jóvenes”, “Cabeza de Salvador Rueda”
(dibujo al carbón obtenido del directo
a la muerte del poeta) y “Gitana”.
María José Vargas-Machuca estudió en la Escuela de Artes y Oficios
Artísticos de Málaga (1965-68), posteriormente realizó un curso de talla en
madera en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de San Telmo y por último experimentó el grabado en Taller
Gravura. Como en el caso de otras
personalidades plásticas malagueñas
del último tercio del siglo XX, ha sido
autora que supo mantener su independencia creativa fuera de moda, modos
y tendencias dominantes. Su obra, por
la extraña naturaleza de su figuración
en cuanto a temática, así como por su
personalísima técnica, es de muy difícil
clasificación. Chantal Maillard, que se
esforzó por explicar la germinación de
sus “apariciones”, dijo de ellas: Vienen
de la memoria, de sus fragmentos, como los
sueños, o aparecen en el trazo, por el movimiento de la mano, como continuación del
impulso, en todo caso, aparecen. Ahí están.
Son reales. Más reales que cualquier ser
humano si pensamos que la realidad se ha
metido siempre por la duración de lo mismo
en los mismos, por su constancia cuando no
por su perpetuidad. […] Las apariciones de
Vargas-Machuca nos ponen en jaque, con
llevan contra la pared, nos inquietan, nos
desnudan. Menguamos en su carne al par
vázquez mancera 415
que ellos crecen en la nuestra. Comprimen
en su gesto la multiplicidad de nuestros aspavientos y nuestras dispersas aspiraciones
en un humilde silencio. Y acerca del misterio que de forma envolvente domina
los trabajos de Teté, el poeta y escritor
Álvaro García aseguraba: Tiene que haber
un algo verdaderamente irónico para que
esta pintura en cierto modo terrorífica no
nos aterrorice, del mismo modo que, llena de
ternura, no nos cansa. Un algo misterioso.
Sus primeras obras se conocieron
en Málaga al participar en la exposición
colectiva de La Buena Sombra (1968),
en la también colectiva de Galería Lacayí (1975) y en la exposición bienal del IX
Salón de Invierno de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo. A partir
de 1980 y hasta prácticamente finales
del siglo XX participó en numerosísimos eventos colectivos en Marbella, Gijón, Madrid, Aix-en-Provence, Tetuán,
Casablanca, Rabat, Frankfurt, etc. Sus
exposiciones individuales fueron: Caja
de Ahorros de Ronda (Málaga,1976);
Sociedad Económica de Amigos del País
(Málaga,1978); Miramar-Arte (Málaga,
1981); Galería Harras (Málaga, 1982; Galería Laurent (Barcelona, 1983); Galería
Al-Ándalus (Granada, 1984); Kreisler
(Madrid y Barcelona, 1984); Sociedad
Económica de Amigos del País (Málaga,
1987); Kreisler y Durero (Madrid-Barcelona y Gijón, 1988); FIAC (París, 1989);
Instituto Español de Cultura (Múnich,
1990); Durero y Kreisler (Gijón y Madrid, 1991); Kreisler y Sala de la Diputación (Barcelona y Málaga, 1993); Museo
Cruz Herrera (La línea de la Concepción, 1994); Durero y Art Frankfurt (Gijón y Frankfurt, 1996).
Su palmarés de premios, trofeos
y distinciones al mérito artístico, salvo
error o involuntaria omisión, fueron:
Accésit del Salón de Invierno y Premio
de Escultura de la Escuela de Artes y Oficios (Málaga,1975); Segundo Premio del
Concurso Nacional Femenino de Pintura (Jaén, 1976); Mención de Honor en
el Primer Certamen Internacional de
Acuarelas Ciudad de las Palmas (1981);
Premio de la VI Bienal de Marbella y Segundo Premio del Certamen de Pintura
Vázquez Díaz de Huelva (1982) y Accésit
en la Colectiva de Arte Contemporáneo
de Marbella (1984).
Carlos Vázquez Mancera, artista
que compatibilizó pintura con escultura, fue alumno del pintor y académico Alfonso de la Torre en el Aula de
Pintura de Educación y Descanso y del
también pintor De la Fuente Grima en
la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos de su ciudad natal. En 1964
irrumpió en los ambientes artísticos de
Málaga, pero su primera exposición
individual tuvo lugar dos años más tarde, comenzando a partir de dicho año
un incesante programa galerístico que
abarcó los últimos treinta y cinco años
416 velasco
del siglo XX. Figuras, naturalezas vivas,
paisajes y composiciones abstractas caracterizan una obra varia y colorista. En
la sección Estilos de la revista Jara y Sedal
(agosto de 2005), encontramos una referencia que define la totalidad de su trabajo. La cita es de José Manuel Ibáñez:
Figurativo con una técnica impresionista, así
se podría definir el estilo de este malagueño.
Pintor y escultor, que si bien aborda un amplio
repertorio de temas, ha depurado su arte en el
reflejo de escenas de la naturaleza: paisajes,
toros y caballos, perros, especies cinegéticas…
Su mirada aborda estas imágenes desde una
perspectiva original, poco frecuente entre los
artistas que se especializan en reflejar la actividad cinegética y la naturaleza. Innovador,
impresionista, impresionante. En ocasión
precedente, con motivo de su muestra
en la Casa de Cultura de Torrox (1988)
Marino Antequera había escrito: Carlos
Vázquez Mancera, fiel a la clásica trayectoria de la pintura representativa y al tipismo
que describe el sugestivo aspecto de la vieja
Andalucía embriagada de cal y claridades,
no sabe ni quiere saber nada de “ismos” ni
antojos de artistas sin convicción propia y sin
otros nortes para sus veletas que la novedad
a ultranza. Su programa aproximado
de actividad galerísta, tanto en Málaga
como fuera de ella, podríamos sintetizarlo así: Málaga-capital (1966 a 1970);
Granada y Torremolinos (1967); Marbella y Benalmádena (1968-69); Estepona, Nerja y Torrox (1970 y 1988); París
y Torre del Mar (1989); París, Torre del
Mar y Zafra (1990); Córdoba y Azuaga
(1991 y 1993); Córdoba y Fuenteovejuna (1992); Puente Genil, Nerja, Lucena
y Alhaurín el Grande (1995); Torre del
Mar, Nerja, Alhaurín de la Torre, Este-
pona, Marbella, Mijas y Torrox-Costa
(1996); Benalmádena, Ciudad Real, Albacete, Toledo y Sevilla (1998); Madrid
(1997,1999,2000,2001 y 2002); Antequera
y Estepona (1999); Marbella, Santarém
(Portugal) (2001) y Santarém, Marbella
y Sevilla (2002), etc. Fue concurrente
a distintas colectivas locales, regionales
y nacionales (Málaga, Badajoz, Sevilla,
Madrid, Valencia, Barcelona y Zaragoza). En su larga carrera artística fue
distinguido con los siguientes premios:
Al mejor paisaje (Málaga, 1965); Primer
Premio de Pintura al Aire libre (Málaga
y Antequera, 1966); un Primer Premio
en la especialidad de escultura (Málaga,
1967) y otros tantos primeros premios
en pintura y escultura, respectivamente,
en Málaga (1968 y 1969).
José Manuel Velasco Concepción,
licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada, es artista de larga residencia en Málaga, donde realizó gran
parte de su obra creativa. Desde 1983
en que realizó su primera exposición
individual hasta el final del siglo XX,
realizó la siguiente actividad galerística
tanto en España como en el extranjero: Galería La Tertulia, Granada (1984);
velasco 417
Galería Hispano 20, Granada (1987);
Galería Hispano 20, Madrid, y Círculo
Cultural y Recreativo de El Ejido, Almería (1988); Palacio de la Merced, Diputación de Córdoba, itinerante por Priego
y Pozoblanco (1989); Galería Sureste,
Granada; Galería Tate-tate, Madrid, e
itinerante por Caja Postal de Toledo
y Guadajara (1990); Ayuntamiento de
Estepa; Castillo Bil-Bil, Benalmádena,
Málaga y Centre Hassan II des Rencontres Internationales, Asilah, Marruecos
(1991); Galería Estudio 52, Córdoba;
Sala de Exposiciones Plaza del Rey, Madrid; La Carbonería, Sevilla, y Château
de Marconnay, Francia (1992); Galería
Velásquez, Valladolid (1993); Caja Rural,
Granada, y Maison R. de Valencia, París
(1995); Ministerio de Cultura, Madrid;
Muralla Bizantina del Ayuntamiento de
Cartagena; Fundación Florencio de la
Fuente de Huete, Cuenca, y Posada del
Potro, Córdoba (1996); Caja de Ahorros
La general de Úbeda, Jaén (1999) y Galería Jorge Ontiveros de Madrid (2000).
Su primera individual del nuevo siglo
tuvo lugar en Instituto de España de El
Cairo y Alejandría, Egipto (2001). El resumen de su participación en eventos
colectivos nacionales e internacionales
sería el siguiente: Galería X de La Habana, Cuba (1999); Sterling Art Gallery
de Miami, EE. UU. (1992); 20 Artistas Itinerantes, Fundación B.H.A. por España
(1992); Nueva Creación en la Pintura Española, Galería Alfama de Lisboa (1990) y
Pintores Andaluces con Antonio Gala, Patio
de la Cultura de Tabacalera de Madrid
(1988).
En cuanto a premios, distinciones y
obras seleccionadas se citan las más im-
portantes: Primer Premio del VI Certamen Nacional de Pintura grupo CL., de
Madrid; otro primero del II Certamen
de Dibujo y Pintura Tívoli Word, Benalmádena, Málaga; un Segundo del XVII
Certamen de Pintura Ciudad de Álora;
un Segundo más un Tercer Premios
del XVII Certamen Provincial de Arte
de Cádiz, más un Tercero del Premio
de Pintura Primavera 2004 de Málaga.
Recibió, además, un Accésit del IV Certamen Andaluz de Pintura Contemporánea Ciudad de Torremolinos y otro
más del II Certamen Internacional de
Pintura Costa del Sol, Marbella. Finalmente, fue reiteradamente seleccionado para participar en los certámenes II,
III, IV y V Provinciales de Artes Plásticas
de Málaga, con adquisición de obra.
Marinista de formación autodidacta, Miguel Velasco Galiano ha desarrollado toda su actividad pictórica en Málaga, ciudad donde celebró la mayoría
de sus exposiciones individuales. Sus
obras –sean amaneceres, mediodías,
atardeceres, ocasos o nocturnos– reflejan los distintos y cíclicos movimientos
característicos de la mar de Málaga en
sus instantes más deseables y placente-
418 velasco
ros. El juego de la luz del sol sobre las
aguas quietas y transparentes, esplende
entre sus delicados y conocidos azules;
y si es mar levemente rizada en sus momentos de marejadilla, o agitada en
los instantes de mar gruesa, tienen en
este pintor a un fiel y experimentado
intérprete, al traducir con delicadeza
y corrección los cambiantes tonos ultramarinos, índigos, glaucos, etc., bajo
la influencia de la luz dominante, del
oleaje o cualesquiera otras circunstancias del diario ciclo marino, –y han sido
muchas sus experiencias–, desde los
dorados tonos del alba a los rosáceos
del rosicler vespertino. Igualmente, Miguel Velasco ha recreado la marina en
un cercano entorno de campo o bosque, incluso, abordó el paisaje puro y
total: montes, valles y caseríos entre lagos y arroyos.
De sus trabajos se han ocupado distintos estudiosos y críticos. Reyes Escalera, doctora en Historia del Arte de la
UMA, escribió de ellos en una ocasión:
Miguel Velasco nos presenta el mar, sólo el
mar que rompe poderosamente sobre las rocas, iluminado por unos rayos de sol que lo
subliman, casi divinizándolo, como el gótico donde la luz era Dios. Luz tamizada por
un atardecer que impregna la composición,
con un sinfín de tonos perfectamente imbricados para que sean expresivos, y evoquen
y transmitan emociones. Ninguno como él
interpreta la espuma al romper las olas. Porque en sus pinceles hay vocación, maestría y
un gran deseo de hacer una obra depurada,
llena de ritmo y belleza. Por su parte, Mario Nicolás, en el Diccionario Gal Art
de artistas y exposiciones escribió del
pintor: Es, sin duda, un gran marinista,
pero también cabría calificarle como gran
“cielista” si ello fuera posible, ya que los cielos adquieren en su obra un valor destacadísimo. Los convierte en puntos de luz que
se filtran a través de las nubes y se desparraman por toda la obra dando vida a las olas,
pespunteadas de espuma.
Su primera exposición individual fue en la Rhein Halle, Düsseldorf
(1975), antes de finalizar su estancia en
Alemania Federal. Durante los veinticinco años siguiente su actividad galerística fue la siguiente: Liceo de Málaga
(1977); Sociedad Económica de Amigos
del País, Málaga (1978); Diputación
Provincial de Córdoba (1979); Monte
y Caja de Ahorros de Córdoba (1980);
Monte de Piedad y Caja de Ahorros
de Córdoba, Cabra (1981); Galería Miguel Ángel, Málaga (1983); Casino Gaditano, Cádiz (1984); Palacio de Congresos, Torremolinos (1985); Sociedad
Económica de Amigos del País, Málaga;
Galería Segrelles, Alicante; Monte de
Piedad, Priego de Córdoba, y La Maison, Málaga (1986); Monte de Piedad
y Caja de Ahorros de Córdoba en Algeciras, Cádiz, y Grife y Escoda, Barcelona (1987); Galería Benedito, Málaga
(1989); Sala del BBV, Tudela, Navarra
(1990); Galería Benedito, Málaga (1991
y 1993); Galería Velázquez, Valladolid;
Círculo Mercantil, Málaga, y Parador
de Turismo, Nerja (1994); Casa-Fuerte
de Bezmiliana, Rincón de la Victoria,
Málaga (1996); Galería Gaudí, Barcelona (1998); Galería Xauen, Granada, y
Caja Rural de Málaga (1999) y Castillo
de Bil-Bil, Benalmádena Costa, Málaga
(2000). A finales de dicho año Miguel
Velasco preparaba su primera exposi-
verdú 419
ción del nuevo siglo, que celebró en
la Sala Cajamar de su ciudad natal, así
como otras, también en Málaga, para
la sede de Cofarán, Turismo Andaluz y
Ayuntamiento. Participó en numerosas
exposiciones colectivas, de las que él
mismo destaca en su currículo las celebradas en Arte Nova, Málaga (1994);
Galería Sorolla, Sevilla, (1987); Salón de
Otoño de la Asociación de la Prensa de
Málaga (distintos años); Gobierno Civil
de Málaga (1990) y Sala de Unicaja, Málaga (1995). Fue Primer Premio del IX
Concurso Internacional de Industria
y Artesanía de Barcelona (1960); Mención de Honor en el Certamen Nacional Vicente Rosso de Alicante, Premio
Día del Mar, en Málaga (1985); finalista
de la Beca Picasso (1978) y Mención de
Honor del Certamen Málaga y el Mar,
del Real Club Mediterráneo.
Pío Augusto Verdú Aparicio, licenciado en Bellas Artes, Derecho y
maestro nacional, el pintor llegó a
Vélez-Málaga en 1960, donde fue profesor agregado del Instituto Nacional
de Bachillerato. Hasta su jubilación,
había ejercido como catedrático de
Dibujo en la Escuela Universitaria del
Profesorado de EGB de Málaga, siendo
profesor de Dibujo Artístico, por oposición, de la Escuela de Artes y Oficios
Artístico de Almería, de la que era excedente voluntario. Pintor realista, se
inició en las disciplinas plásticas bajo
la tutela del gran pintor antequerano
José María Fernández, continuando
más tarde con Gabriel Morcillo. Fue
el citado artista quien, reconociendo
las aptitudes de Pío, le instó a matricularse en la Escuela Superior de Bellas
Artes San Fernando, de Madrid, donde
obtiene el título. De su larga relación
con el también artista plástico, especializado en la pintura al fresco, Ramón
Stolz, surgió una tan estrecha relación
y provechoso aprendizaje, que Verdú
lo consideró siempre como su segundo maestro. Fue Pío Verdú artista de
escasas exposiciones individuales, no
así colectivas, pues figuró en numero-
420 verdugo landi
sos acontecimientos de relieve junto a
distintos conocidos de la pintura de su
época. Renuente a su participación en
concursos o certámenes, fue designado
por unanimidad miembro de número
de la Real Academia de Bellas Artes de
San Telmo. Su entonces presidente,
Baltasar Peña Hinojosa, al escribir en
el catálogo de la exposición 20 pintores
malagueños miembros de la citada corporación académica, escribió: Tiene en
su haber alguna adjudicación, una medalla
de plata, varias citas bibliográficas y figura
en libros y enciclopedias. Por su inteligente
labor desarrollada durante el ejercicio pedagógico en Vélez-Málaga, el Ayuntamiento de
dicha ciudad bautizó con su nombre una
calle y entregó el escudo representativo de la
misma.
Ricardo Verdugo Landi, pintor especializado en marinas por sus excepcionales dotes, fue alumno en la Escuela de Bellas Artes del que con el tiempo se ha considerado como verdadero
iniciador de la escuela marinista malagueña, Emilio Ocón. La influencia del
maestro en el alumno, que ya resultaba
evidente en sus comienzos, se prolonga
durante toda su carrera como rastro de
influencia notoria, singularmente en el
“quietismo” que, como los cuadros de
su maestro, singularizaban sus propios
temas. A este respecto, Teresa Sauret
hizo al estudiar los trabajos de Verdugo una observación atinada: Sus mejores
obras son aquellas en las que el mar se concentra en torno a una saliente roca que produce ruptura y choque de masas, materias
y color. El artista fue un tiempo conservador del Museo Municipal de Málaga
y, residenciado posteriormente en Madrid, creó con su hermano Francisco
la revista La Esfera, una de las mejores
de la época en la que no sólo colaboró
como dibujante, sino como embajador
del arte de Málaga en Madrid; gemelas
colaboraciones mantuvo durante largos años en otras revistas prestigiosas
como fueron Mundo Nuevo y Blanco y
Negro. Participó en distintas exposiciones nacionales. En la de 1896, por su
cuadro “Oleaje”, obtuvo una Tercera
Medalla en la Nacional del citado año.
Como alumno de Martínez de la Vega y
de Ocón acudió a la de 1892, recibiendo una Mención Honorífica, galardón
que repetirá en la edición de 1899. En
1906 recibe otra Medalla de tercera
clase por su obra “Alta mar”; en 1917
una Segunda Medalla en la Exposición
Universal de Panamá; Gran Diploma
de Honor en la hispanofrancesa de Zaragoza de 1919 y una nueva Segunda
Medalla en la nacional de Madrid de
1920.
vertedor 421
José Vertedor Rodríguez, de formación autodidacta, se interesa por la
pintura a los 14 años, y con los escasos
medios que le permite el lugar de su
nacimiento, Cala del Moral, no sólo
se autoadiestra en el aprendizaje, sino
que participa en numerosos certámenes, exposiciones y convocatorias pictóricas en las que poco a poco difunde
su obra primigenia. En 1984 traba amistad con el pintor expresionista alemán
Egon Kügler, con quien intercambia
experiencias hasta 1986, año en que
decide continuar su investigación en
solitario. Autor de inicial obra paisajística, también destacó en el difícil género de la marina, del que pudo exhibir
elocuentes trabajos. El formalismo de
su obra fue derivando tanto en lo temático como en los aspectos técnicos
hasta adentrarse, con la misma fuerza
del color ya experimentado en etapas
anteriores, en el campo de la abstracción. Sus collages destacaron por su calidez y originalidad. Al presentar por vez
primera sus obras en la Casa-Fuerte de
Bezmiliana (1994), la crítica del diario
Sur constató: La obra de José Vertedor madura de una a otra comparecencia. Ello es
tan cierto como que esa madurez se proyecta
ya en sus dibujos, que alcanzan lo satisfac-
torio como muestrario de su capacidad y dominio, así como en sus óleos, en los que manifiesta una resuelta determinación por humanizar el medio urbano, de suyo, a veces,
tan escalofriantemente frío, distante y ajeno
al propósito de los seres que lo pueblan. En
uno de sus últimos retornos a la pintura marinista (Galería Infantas, Madrid)
la revista El Punto de las Artes aseguraba:
Sus mares se construyen mediante empastes
sabiamente calculados en sus luces y perspectivas, que contribuyen a la empatía del espectador, y por ellos demuestra con certeza lo
aprehendido. A su lado, las sutiles transiciones de verdes, malvas y grises en su conjunto, pero de infinitos matices al ahondar en
ellas. Vertedor, mostró oficialmente su
obra por vez primera al participar en
la colectiva II Exposición Homenaje a
Picasso (Vélez-Málaga, 1982). Posteriormente (1985), celebraría su primera individual en el Ayuntamiento de Rincón
de la Victoria. En 1990 la llevó al Ateneo
malagueño; en 1994 a la Casa-Fuerte de
Bezmiliana, Rincón de la Victoria; un
año más tarde a la Sala Larios de Torre del Mar; en 1997 expuso en la Sala
Axarquía de la Cala del Moral, su terruño natal, y a la citada seguirían las de
Pórticus en la capital malagueña, y las
de Galería Dimorf y Parkhee/Parkstee,
en la ciudad holandesa de Groninga.
Las dos últimas, ya en el nuevo siglo,
fueron en la Sala Infantas, de Madrid, y
en la Casa-Fuerte de Bezmiliana. De la
presencia de su obra en exposiciones
colectivas, destacó su participación en
el II Premio Internacional Puerto Banús; en Presencias VII, Centro Cultural
Provincial de Málaga, y III Certamen
Provincial de Artes Plásticas, entre
422 virgilio I
otros distintos. Pintor que ha sido premiado en numerosas ocasiones, logró
once primeros premios en certámenes
y concursos de Málaga, Melilla y Cádiz,
además de cinco segundos en Málaga,
Torre del Mar y Priego de Córdoba, y
tres terceros en Vélez-Málaga, Torrox y
Castellar (Jaén).
Virgilio Galán Román ya era artista desde muy joven –un primer dibujo
le fue publicado en el semanal Chavea
del malagueño diario La Tarde (Semana
Santa, 1944)– y, sucesivamente, siguió
estudios en la Escuela de Arte Aplicada
y Oficios Artísticos de Málaga con los
profesores Rodríguez Quintana, Burgos Oms y Bermúdez Gil, entre otros;
también realizó estudios en la escuela
de Zaragoza, en la de Santa Isabel de
Hungría de Sevilla y en la Superior de
Bellas Artes de París. Pintor que admiró a muchos de los que fueron alumnos
de Bernardo Ferrándiz, algo de ellos
traducía y manifestaban sus trabajos de
maduración artística, aunque con una
clara predisposición al impresionismo
goyesco del que era admirador.
Racial, observador e inquieto, Virgilio fue uno de los artistas que intentaban la modernidad de la pintura malagueña a partir de la segunda mitad del
siglo XX. Así lo afirmó la profesora Teresa Sauret, compañera del pintor en la
Real Academia de Bellas Artes de San
Telmo de Málaga, en el catálogo que
en homenaje al artista desaparecido se
celebró en el año 2003 en la Sala Moreno Villa de Málaga: Virgilio ocupa un importante lugar en el panorama de la pintura
malagueña del siglo XX por ser uno de aquellos que a mediados de los años cincuenta
del reciente siglo pasado se preocuparon por
incluir a Málaga en los circuitos artísticos
de la modernidad. Al analizar el múltiple
contenido temático de su nueva exposición individual, la sección Galerías de
Arte del diario Sur (12.XI.96) reconocía: Es el presente un momento singular en
la producción del pintor académico, de ahí
que las características principales de su presente entrega sean sus hábiles maneras creativas no sólo al traducir un paisaje o revelar
los secretos plásticos del interiorismo religioso –los pequeños formatos son magistrales y
su Cristo yacente obra de grandes acentos y
recia personalidad–, sino en la evocación,
honda y delirante, del duende flamenco que
se entrevera en la colección como supuesto
tema complementario y que, por sí mismo,
alcanza definiciones categóricas.
Su primera exposición individual
la lleva a cabo en el que fue distinguido espacio cultural de la época, el Club
Berlitz, a la que siguió el mismo año
una nueva en la Sociedad Económica de Amigos del País (Málaga, 1955).
Cronológicamente realizó a continuación el siguiente programa galerístico:
virgilio I 423
Biblioteca Española (París, 1957); Sala
Libros (Madrid, 1958); Sociedad Económica de Amigos del País (Málaga,
1970); Galería Malacke (Málaga, 1976,
1979, 1981 y 1983); Galería Benedito
(Málaga, 1987, 1989 y 1996) y Galería del
Centro Asturiano (México D. F., 2000).
Virgilio fue un pintor de casi permanente presencia en cuantos acontecimientos artísticos colectivos se celebraban, en Málaga o fuera de ella,
durante el ejercicio de la profesión.
Entre las más sobresalientes presencias
podemos significar las siguientes: Embajada de España y XIII Salón Violet
(París, 1957); XXII Exposición Provincial de Arte de Educación y Descanso
y en la de Primeras Medallas (Málaga,
1962, 1964 y 1975); Galería Picasso (Málaga, 1969); Cuatro Pintores de la Generación de 1950 –Alberca, De Ramón,
Guevara y Virgilio– en la Sala Terral
(Málaga, 1981).
Desde muy joven y durante su larga
carrera artística el artista recibió numerosos premios, trofeos y menciones al
mérito creativo, de las que, salvo error
u omisión, destacamos: Primer Premio
III Exposición del SEU (Málaga, 1949);
Tercer Premio de la II Exposición Provincial de Educación y Descanso (Málaga, 1954); Primer Premio y Medalla de
Oro de la IV Exposición Provincial de
Arte de Educación y Descanso (Málaga, 1956); Segundo Premio de la Exposición de Primeras Medallas de Educación y Descanso (Málaga, 1957); Primera Medalla de la Exposición convocada
por la Excma. Diputación Provincial
(Málaga, 1958); Primera Medalla del
Gran Casino (Marbella, 1960); Palma
Académica del Premio Lecornu del
Museo de Arte Moderno (París, 1960);
Segundo Premio de la exposición organizada en homenaje al pintor Nogales
(Málaga, 1961); Segundo Premio del I
Certamen Nacional de Artes Plásticas
(Madrid, 1962); Primera Medalla de
Oro en la exposición Primeras Medallas de Educación y Descanso (Málaga,
1969) y Medalla de Bronce Picasso y
Segundo Premio de la Caja de Ahorros
Provincial (Málaga, 1974).
Virgilio fue delegado en Málaga
de ANSIBA, entidad que agrupaba a los
artistas plásticos de todo el país; profesor de la Escuela de Artes Aplicadas y
Oficios Artísticos de Málaga; académico de la Real de San Telmo de Málaga
y segundo vicepresidente de la misma;
miembro fundador de la Peña Montmartre y del Grupo Picasso y miembro,
asimismo, de la Asociación Libre de Artistas de París.
424 virgilio II
Presentados sus primeros trabajos
en 1996 con ocasión de una muestra
pictórica de su padre en Benedito, realizó su primera individual en idéntica
galería en los años 1999, 2001 y 2005. Ha
realizado numerosos trabajos para particulares, entidades y organismos.
Hijo de pintores, Virgilio Galán
Sánchez es un escultor cuya figura aparece iniciado el último decenio del siglo XX. Puede decirse que su obra no
dada a conocer oficialmente hasta 1996
en que expone junto a las pinturas de
su progenitor, y aunque ya venía dedicándose vocacionalmente al arte escultórico, no se había dedicado totalmente a él hasta 1999, año en que realiza
su primera exposición individual en
Benedito. El interés de su aportación
al género deriva de la personalidad
que como artista revela en cada una de
sus obras, a las que sabe dotar de un
aire romántico no exento de sugerente
barroquismo. Sus obras conocidas han
sido ejecutadas en los materiales más
habituales: bronce, madera, piedra y
terracota. Es característica muy propia
de la obra del autor el complejo afiligranado que distingue sus trabajos.
Sobre la obra del artista opinó el
pintor Gabriel Alberca: Sorprende y encanta por su minuciosidad, movimiento y
por la experta manera y exquisita finura de
trabajar el barro, que yo calificaría impropia
de su juventud. La obra manifiesta capacidad y dominio del dibujo, así como de la
expresividad.
Rodrigo Vivar Aguirre, pintor que
estudió dos cursos en la escuela de Córdoba y que posteriormente frecuentaría como concurrente el aula de dibujo
y pintura con modelos vivos del Ateneo
madrileño, terminó su ciclo de aprendizaje en la Escuela de Artes y Oficios
Artísticos de Málaga, donde coincidiría con otros compañeros de la Generación del 50 vinculados, como él, a la
Peña Montmartre.
En la obra de este autor, fundamentalmente romántica dados los predominantes temas que inspiran sus asuntos, hay un regusto al ayer, una marcada nostalgia hacia un pretérito lejano
del que surge un mundo poblado de
típicos personajes que, entornados en
paisajes reales o fondos conocidos, recrean escenas de género a la manera
de los pintores del XIX. Un toque, sin
vivar 425
embargo, de expresionismo en algunas
de sus obras (parte de los cuadros que
exhibió en Miramar Arte en enero de
1979) probaron la predisposición natural del pintor a ejercitarse en la fórmula combinada impresionismo-expresionismo. En sus comienzos, realizó junto
a Eugenio Chicano decorados para el
Real Conservatorio María Cristina, con
destino a representaciones escénicas
de obras de Jacinto Benavente.
De su obra escribió Alfonso Canales a propósito de la exposición en
Benedito de 1989: Rodrigo Vivar, con su
proverbial maestría, ha estado cuatro meses
dedicado a sumergirse en la Málaga de ayer
y de anteayer. Y ahora, en esta nueva exposición de la Galería Benedito, nos sugiere que
le acompañemos, años, siglos atrás, para
gozar con él de la belleza perecida en una
especie de “recherche du temps perdu”.
Por su parte, María Victoria Atencia
escribió para su exposición de Algeciras
de 1988: Lo que ante todo propone Rodrigo
Vivar es una ofuscación. Se sienta él –me
imagino– y mira largamente hacia donde el
sol da de plano; hacia donde la luz, de puro
viva, se quiebra en salpicaduras de hiriente
perfil azul. Y luego, roto ya todo y deslumbrado, Rodrigo recoge los trozos dispersos y los
aproxima o incluso levemente los superpone.
Vivar Aguirre formó parte durante
años del Grupo de los 9, que fundado
en los primeros años setenta, habían
pertenecido en distintos momentos,
Francisco Torres Matas, Rafael López
Palomo, Manuel Pérez Ramos, José
Muñoz Rojano, José Sánchez Perdiguero, Salvador Torres Narváez y otros pintores del momento.
Participó en numerosos acontecimientos colectivos (con el Grupo Picasso mostró su obra en Puerto de la Luz,
Barcelona y Múnich) y sus exposiciones individuales se celebraron en Madrid (1954), Valencia (1956), Córdoba
(1958 y 1961), Antequera (1961

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