INFORME LA PROVIDENCIA CORREGIR

Transcripción

INFORME LA PROVIDENCIA CORREGIR
ÓRGANO DE LA IGLESIA DE LAS HERMANAS DE LA PROVIDENCIA
DE VALPARAÍSO
FICHA GENERAL
CARLOS VALDEBENITO
AGUSTÍN RUIZ
Organería:
Procedencia:
Año de fabricación:
Institución:
Templo:
Emplazamiento:
Dirección:
Ciudad:
Georreferencia:
Gebrüder Link
Alemania
1927 (ca)
Congregación Hermanas de la Providencia
Capilla de La Providencia
Tribuna nave central
Hontaneda s/n
Valparaíso
33º 03’ 07.34’’ S
71º 36’ 24.58’’ O
Disposición de los registros:
I Manual
II Manual
Pedal
Bourdon 16’
Principal 8’
Octava 4’
Flauta Concierto 8’
Salicional 8’
Viola da Gamba 8’
Voz Celeste 8’
Bourdon 16’ (de I Manual)
Acoplamientos
Efectos
I - pedal
II – pedal
II – I
Octava aguda del II al I
II teclado expresivo
Trémolo
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La capilla que alberga este instrumento fue levantada en 1917 por la congregación de
las Hermanas de la Providencia. Su diseño y construcción estuvo a cargo del arquitecto
Víctor Auclair, quien incluyó en su proyección particulares características estructurales
que le dan al templo un sofisticado espacio interior. Lamentablemente, el edificio está
clausurado tras los severos daños que le ocasionara el terremoto de 1985.
El instrumento fue construido por la firma alemana Gebrüder Link con posterioridad a
1926, año en que el fabricante envía una nota a don José Antoncic, vecino del cerro
Alegre que tenía una gran casa en el sector del Paseo Yugoslavo. Antoncic había
mandado construir un órgano de salón para uso familiar, el que más tarde fue donado
a la congregación de las Hermanas Adoratrices de Viña del Mar. En dicha nota
Gebrüder Link garantiza cumplir en un año la entrega de un nuevo órgano para el
templo de las Hermanas de la Providencia, de modo que este instrumento podría ser
de 1927.
Este órgano es un pequeño instrumento de estética romántica. Destaca por ser una
pieza de fina confección organera y bellos detalles constructivos, que bien lo sitúan
entre los mejores órganos de la región de Valparaíso. Posee 7 registros distribuidos en
dos manuales de 56 notas cada uno y una pedalera de 27, con una disposición sonora
que guarda estrecha similitud con el que fuera el órgano de las Religiosas Adoratrices
de Viña del Mar, hoy en posesión del Instituto de Música de la Pontificia Universidad
Católica de Chile.
La tubería se ordena en dos bloques, los que corresponden a los manuales I y II,
respectivamente. El II Manual posee caja expresiva la que aporta los normales
contrastes dinámicos de intensidad encontrados en estos instrumentos.
La tubería presenta aleaciones de zinc-antimonio y plomo-estaño. Por lo general, los
tubos presentan en la primera octava grave una aleación dura con un alto porcentaje
de zinc. Estos elementos también los encontramos en la tubería de fachada,
conformada por tubos del registro Principal 8’ y Octava 4’ del I Manual. La fachada se
complementa con 35 tubos canónicos o tubos mudos, los que sólo están para el
ornamento del mueble. El Bourdon 16’ del I Manual es básicamente un juego de
madera; sólo los últimos doce tonos son de una aleación de metal con alto contenido
de plomo.
El registro Voz Celeste 8’ del II Manual, comienza en el segundo Do y, tal como ha
quedado definido en informes precedentes, está pensado para ondular con el registro
Viola da Gamba 8’, efecto que se logra afinando el primero un poco más alto que los
otros juegos, de modo que la diferencia de alturas para una mismo tono, producen
batimentos entre las frecuencias de los armónicos de iguales notas.
Es muy poco lo que se puede inferir del examen de este órgano, puesto que el mal
estado en que se halla no permite una inspección de sus propiedades funcionales. Por
lo tanto, es una obligación ética detallar el penoso trance por el que cruza a pesar de la
nobleza de sus partes.
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La inspección de rigor, realizada en noviembre de 2006, reveló que el órgano está
siniestrado por un desmantelamiento irresponsable que tiene por el suelo gran parte
de piezas y tubos. La tubería correspondiente al I Manual ha sido desmontada y
desperdigada por todo el sector de la tribuna, sin que medie ninguna medida de
protección. Aunque en general los tubos no presentan grandes daños, algunos han
sido muy mal soldados, estropicios posibles de subsanar por cualquier buen tubero.
Completan el panorama abolladuras y doblamientos menores.
De un total de 380 que conforman el instrumental del órgano, sólo faltan diez
unidades y estos son Salicional 8’: Sol 4, Sol 5 y La 3; Viola da Gamba 8’: Sol 4, Sol 5 y La
3; Vox Celeste 8’: Sol 4 y La 3. Una simple deducción indica que esta merma —que
podría considerarse un extravío negligente— es indicio de una acción delictual y
deliberada, puesto que las notas faltantes son las mismas en tres registros del II
Manual. Este extravío selectivo indica que por el órgano pasó alguien que sabía lo que
necesitaba y dónde encontrarlo. Aunque no se puede deducir a ciencia cierta cuál o
cuáles son las intenciones del que cometió este acto, podemos colegir como posible, la
necesidad de completar alguna fila de registros compuestos como son mixturas,
sesquiáltera, etc. Es importante tener presente que estos episodios no son hechos
aislados en Chile, y ello deriva de que en nuestro país casi no hay organeros
acreditados, capaces de dominar las técnicas de la tubería. Normalmente encontramos
instrumentos con tubos extraños tomados de otros órganos y que han sido cortados e
instalados a fuerza.
La consola es la parte que ha sufrido los mayores estropicios, puesto que se encuentra
completamente abierta y sin sus tapas de protección. El sello de papel de la consola ha
sido premeditadamente violado y posterior parchado con cinta de embalaje. El acceso
al sello no es casual, pues la única forma de acceder es sacando una tablilla protectora,
adosada con varios tornillos. La rotura del sello y el desprendimiento del mecanismo
que coloca los registros, inutiliza completamente la consola del instrumento,
perdiendo las funciones de control y mando. También fueron retiradas todas las
conexiones de aire y los tubos de plomo que conducen el viento entre los
acoplamientos de teclados. Estos ductos se hallan ahora esparcidos por el piso de la
tribuna y otros sobre los teclados.
Por su parte, la mueblería también ha padecido los rigores de la irrefrenable
compulsión destructiva de la o las últimas personas que intervinieron este órgano: Las
tapas del mueble están repartidas por doquier. Sólo es de alegrarse de que ellas se ven
en buen estado.
Otras partes del instrumento aparentan buen estado, como el pequeño fuelle tipo
paralelo que posee el órgano. En una eventual restauración se debe reponer el motor
de ventilación y la cámara reguladora de presión, puesto que por ahora no posee
ninguna alternativa práctica para el suministro de aire.
Completa el cuadro de infelices intervenciones la peligrosa instalación eléctrica con
que se alimentan algunas luminarias instaladas sobre el mueble. Un corto circuito
podría causar un incendio de irreparables daños.
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En general, este pequeño órgano refleja de modo muy sintético el estado de muchos
órganos del país: abandono, descuido e indefensión. Los hechos relatados en los
párrafos anteriores muestran además, el desconocimiento y falta de capacitación con
que muchas instituciones administran estos bienes culturales de la música sacra. La
absoluta falta de conciencia acerca del valor patrimonial y comercial de los órganos
eclesiales, facilita el hecho de que personas sin ningún grado de preparación puedan
acceder hasta la maquinaria y tubos de un órgano, causando daños por destrozos
intencionales, descuidos o hurtos.
Un antecedente que no deja de sorprender es la comunicación de un Web que anuncia
los trabajos de organería realizados por un Sr. llamado Ramón Sernuda Jaime, con
domicilio en la ciudad de Valparaíso, quien en una nota de su autoría afirma ser el
responsable del proceso de “restauración” de este órgano. A continuación se
reproduce un extracto del texto publicado en su Web por el propio Sr. Sernuda:
Sobre este instrumento, se tienen escasas noticias, ya que en los registros de la
Congregación de la Providencia, no existe nada que haga alusión al órgano. Es un
pequeño instrumento de transmisiones neumáticas, al parecer habría sido
instalado a principios del siglo XX, y fue construido de acuerdo a la arquitectura del
templo, destacando un vitreaux alusivo a Jesús y los Niños, que se encuentra en
medio de los dos cuerpos que componen el órgano. Hasta el año 1985, fecha en
que enmudeció, estuvo al cuidado de don Rubén Rojas. Posteriormente quedo en
estado de total abandono hasta principios del año 2002, cuando se solicitó a
Sernuda J. Hnos. que se hiciera cargo de su restauración. Actualmente se
encuentra en proceso de restauración, suspendida por falta de fondos.
No se puede saber por este testimonio, si su autor es también responsable de los
destrozos presenciados en la reciente inspección realizada en el transcurso de este
proyecto, pero de acuerdo a los testimonios de la Congregación la fecha indicada por
el Sr. Sernuda corresponde a la visita de un equipo de tres personas que dejó el órgano
en el estado en que fue hallado a la redacción de este informe.
Cabe señalar por último, que la gravedad de las acciones perpetradas en este órgano
bien constituye causal de juicios civiles y criminales, que sin lugar a duda habrían
tenido curso si este instrumento se hubiese hallado protegido por las leyes 17.288 y
20.021.
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