PROMESAS V/S CUMPLIMIENTO: EL PROCESO.

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PROMESAS V/S CUMPLIMIENTO: EL PROCESO.
PROMESAS V/S CUMPLIMIENTO: EL PROCESO.
Carlos Espinoza
Autor
He logrado entender, con el correr de los años, que todos llevamos sueños y metas en nuestras
vidas.
Hace unos años, Dios me permitió estar en algunas ciudades de México como Cd. Juárez,
Chihuahua, con Michelle, una amiga que estimo mucho y que es de El Paso, Tx, sosteníamos un
debate sobre los “Sueños” y “Metas”. Para ella (gringa llevada a sus ideas), no existen los sueños,
solo las metas; ella es una mujer trabajadora que le ha costado lograr todo lo que tiene hasta
ahora. Viene de una familia de clase media, con varios hermanos y no le ha sido muy fácil
conseguir lo que ha querido. Por lo tanto, para ella solo existen las metas; los sueños son algo que
no existe, son solo para flojos y vagos. Analizando a fondo su hipótesis: ¡Hey!, no está muy lejos
de la realidad y es más, ella tiene toda la razón.
Pero, lo que debemos agregar a esta disertación es lo siguiente: Dios pone sueños en nuestras
vidas. Pero, hay un “Proceso” que debemos conocer y que estos sueños se convierten en una
meta. ¿Que quiero decir?... fácil. Todo parte por un sueño y, como decía Michelle, si eres un flojo
y/o un vago, ahí nada mas se quedarán, en sueños. Pero, si eres constante y trabajador en ello,
tus sueños se convierten en metas por alcanzar que con esfuerzo y sobre todo paciencia... insisto,
mucha paciencia, verás que serán realidad.
Pues bien, ahora, conoceremos un poco de este proceso con 3 personajes bíblicos…
José, “El Soñador” (Génesis 37:19), hijo de Jacob y Raquel. Siendo de 17 años, lleno de sueños
(dreams), no se le hizo fácil la vida. Pongámonos un minuto en su lugar y analicemos lo siguiente:
Dios le mostraba que él junto a sus hermanos ataban manojos en medio del campo y luego su
manojo se levantaba y estaba derecho, y que los manojos de sus hermanos estaban alrededor y se
inclinaban al de él (Génesis 37:7). Seguidito de eso, sigue Dios tratando con él y le muestra que el
sol y la luna y once estrellas se inclinaban ante él (Génesis 37:79). Esto ya fue la locura mas
grande, no solo para sus hermanos que a esa altura ya hervían de envidia, sino para su propio
padre Jacob, que en una clara muestra de orgullo le dice: “¿Qué sueño es este que soñaste?
¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?” (Génesis 37:10).
Que fuerte fue para José ver que luego de esto sus hermanos conspiraron contra él. Pero aún más
perplejo lo debe haber dejado el hecho de no entender como Dios le decía que iba a ser “alguien” y
por lo visto todo indicaba que iba a ser “nadie”. Es decir, en que momento verían sus ojos el
cumplimiento de la promesa de Dios en su vida. Pero aquí viene lo que el escritor nos dice y que
José a lo mejor no lograba ver, pero si creer y esto es la clave, es la llave para abrir la puerta de la
esperanza a las promesas de nuestro Señor: “PERO JEHOVÁ ESTABA CON JOSE” (Gen.
39:21). ¡Woow!: esa es la llave para entender que Dios nos da sus promesas y, aunque todo esté
contra estos planes de prosperidad que Él tiene para nosotros, Dios está con nosotros...
Luego de eso, a José, definitivamente le llovió sobre mojado: la acalorada mujer de Potifar, la
cárcel y el encuentro con el panadero y el copero, pero… de lo mas bajo, Dios lo levantó con Poder
y Autoridad y al verse siendo el segundo en Egipto luego de Faraón, con los años entendió el
propósito y el “Proceso” de Dios en su vida.
Hay algo fundamental que debemos entender. Debemos guiarnos por el tiempo de Dios (kairos) y
no por nuestro tiempo terrenal (kronos). Eso es prioritario.
Ahora, estudiemos un poco de Moisés. A diferencia de José, Dios mismo se le apareció en forma
de fuego y le presenta los proyectos que tiene para él. Pero la vida de Moisés nos da una
enseñanza tremenda: los primeros 40 años de vida, él era “alguien”; los siguientes 40 años él era
“nadie” y los últimos 40 años son los que Dios nos enseña lo que puede hacer con “Alguien” que no
es “Nadie”. Liderar una nación de más de 2.000.000 de personas en aras de su libertad (para este
caso puntual). Moisés tuvo que pasar un tiempo de “Proceso” en el desierto y lograr reconocer
que no era nadie.
Y por último, tenemos el caso de nuestro propio Salvador: Jesús (Dios-Hombre). Él crecía como
cualquier niño, mas tarde adolescente. Él sabía que sobre si había una promesa tremenda y
resulta que corrían los años y literalmente… no pasaba nada. Pero este joven no perdía el tiempo
creyendo solo en esa promesa. La Biblia nos comenta diciendo que el niño crecía y se fortalecía, y
se “llenaba de sabiduría” y la gracia de Dios era sobre él (Lucas 2:40); Esa es la clave: se llenaba
de sabiduría, es decir, se estaba preparando y capacitando en este “Proceso” entre la promesa y
su cumplimiento.
Pero, este tiempo de proceso es difícil llevarlo. No vemos por que lado realmente se cumplirá la
promesa, ¿verdad?. Pero, ¿Qué hacer en este “Proceso”?
Un día estaba conversando junto a mi primo Carlos Pinilla y Emmanuel Espinosa, el segundo, un
reconocido músico, compositor, arreglista y productor en Canzion Producciones y sobre todo por
los años de trabajo junto a Marcos Witt y, hoy por hoy, voz y bajista de la banda Rojo. El nos
platicaba y decía: “Dios nos quiere usar y debemos estar constantemente preparándonos”. Y tiene
toda la razón.
Así es el proceso, entender que sin Dios nada somos. Humillarnos ante nuestro Señor para que
muera en nosotros toda clase de orgullo o cualquier tipo de insinuación de nuestra carne que nos
lleve a robarnos la Gloria que para nada nos pertenece. Primero debemos conocer lo amargo para
disfrutar lo dulce, debemos llorar para saber lo que es la alegría, debemos ser nada para que Dios
sea Todo… debemos humillarnos para que Dios crezca y, en nuestras debilidades, Dios se
engrandece. La doctrina Paulista nos enseña: “Mas de Cristo y menos de mi”.
Como José debemos ser pacientes y huir de las tentaciones; como Moisés, necesitamos ese
tiempo en el desierto para conocer mas ha Dios y; como nuestro Maestro, debemos estar
preparándonos y capacitándonos para cuando Dios dé fiel cumplimiento a sus promesas.
Claves:
1. José
2 .Moisés
3. Jesús
: Ser pacientes y huir de la tentación.
: Reconocer que nada somos.
: Constante preparación y capacitación.
Dios quiere que entendamos, al igual que José, Moisés y nuestro Salvador Jesús, que aunque Él
nos haya prometido grandes cosas, y resulta que a diario no vemos ninguna pequeña luz de
esperanza por donde se vaya a llevar a cabo esta promesa, comprendamos que hay un “Proceso”
de preparación. Quiero que entiendas, que pase lo que pase, venga lo que venga, digan lo que
digan… Dios es fiel en sus promesas y que “JEHOVA ESTÁ CON NOSOTROS”. Debemos estar
constantemente preparándonos: leyendo la Biblia, haciendo constante oración, cantando cánticos y
alabanzas a nuestro Señor, reunirnos unánimes en la Casa del Señor junto a nuestros amigos y
hermanos.
Hay una historia que relata muy bien lo que tú quieres para ti mismo y lo que Dios quiere para ti y
verás como no está lejos, al contrario, Dios ve tus sueños y solo los moldea para que sean aún
mejor:
Existían en un bosque 3 arboles que estaban a orillas de un río. El sueño de uno era llegar a ser
una gran cofre donde guardar grandes tesoros como oro, diamantes, bajos (jajaja, es que yo soy
bajista) etc; el segundo quería ser un gran barco para en si transportar a grandes Reyes,
Presidentes, Bajistas (jaja), etc); y el sueño del tercero era solo ser árbol.
Llegó el tiempo de la cosecha y llegó el labrador.
El primer árbol lo cortó y lo hizo un comedero de chanchos (porcinos, cochinito para Miguel Ángel).
El segundo lo cortó y lo hizo un bote para pescadores
Y el tercero lo cortó, lo partió en dos y lo guardó.
Ahí estaban los tres arboles, tristes ya que no entendían que pasó, como ellos tenían sus sueños
de vida y no pasó nada parecido.
Pero pasó el tiempo y un día llegó un matrimonio buscando un lugar donde pasar la noche y mas
encima, ella estaba por dar a luz así que entraron en un establo y encontraron solo un comedero
de chanchos, lo acomodaron bien y ahí estuvo el bebé recién nacido; luego, éste mismo bebé
creció y se hizo todo un hombre y un día necesitó de un bote para cruzar un río y ahí llevaron al
segundo árbol convertido en un simple bote de pescador. Ya saben que me refiero a nuestro
Maestro verdad?. Pasó el tiempo y le condenaron a la crucifixión y solo encontraron un árbol
partido en dos: lo trabajaron e hicieron una cruz. Cual es la exegesis de esta historia: el primer
árbol que quería ser un cofre para guardar grandes tesoros, reliquias y grandes artesanías, en si
mismo tuvo al Artesano del Universo; el segundo árbol pretendía ser un gran barco para
transportar grandes Reyes y Presidentes, pero Dios lo vio y moldeó eso aún mejor y transportó
nada menos que al Rey de Reyes; y el tercera árbol que solo quería ser árbol, fue convertido en
cruz que tuvo los últimos momentos a nuestro Salvador. Esa es la enseñanza, entreguémosle
nuestros sueños a Dios y Él los moldeará y serán aún mejor, así como sucedió con estos arboles.
Debemos pedir el carácter de Dios.. pero... ¿como es Dios?...
Jesús nos enseña: "Por sus frutos los conoceréis" (Mt. 7:16)... ¿sabes cuales son los frutos de
Dios?: "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley" (Gal. 5:22-23). Y sigue el apóstol enseñándonos sobre todo a nosotros como
jóvenes: "Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si
vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu" (Gal. 5:24-25).
El fin de todo el discurso leído es este: Cuando Dios vea que hemos procurado con diligencia
presentarnos ante Él como obreros aprobados, que no tenemos de qué avergonzarnos y que
usamos bien la palabra de verdad (2Tim. 2:15), entonces abrirá las ventanas de los cielos y
derramará sobre nosotros bendición hasta que sobreabunde.
“Que nadie te diga que no llegarás, son solo palabras que no pasarán; fuerte tienes que ser para
resistir pues no falta mucho cuando lo verás”. (Edgar Lira).
ANIMO AMIGAS Y AMIGOS...
Un servidor tuyo y de Cristo Jesús
CARLOS ESPINOZA PINILLA
IMP-Chile
Talca
"Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta,
amor, espíritu, fe y pureza"
I Timoteo 4:12

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