Por una interfaz humana

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Por una interfaz humana
Por una interfaz humana - Mejor Vida Corp.
El proyecto Mejor Vida Corp. nació en 1998, comenzó entonces como una serie de intervenciones públicas
estimuladas por una mezcla de provocación y esperanza que respondían al contexto de la Ciudad de
México. Distribución de boletos de metro gratuitos, códigos de barras para reducir el precio de los alimentos
en supermercados, cartas de recomendación, credenciales de estudiante para obtener descuentos, entre
otros. Estas intervenciones no fueron planeadas inicialmente como un experimento pero evolucionaron como
un experimento social y político de la vida diaria. MVC desarrolló su estructura corporativa durante la
creación de su página en internet en la que sus actividades se integraron a categorías presentes en sitios
web comerciales como: “productos” “servicios” “corporativo”. La característica del proyecto que más llama la
atención es que sus productos son gratuitos y se envían a cualquier parte del mundo sin ningún costo. Esta
práctica del regalo sin intenciones filantrópicas significa la oposición del proyecto a la noción de
comodificación y lucro. MVC no se entiende a sí mismo como un benefactor que provee ayuda o soluciones
a problemas de la vida diaria sino como analista de problemáticas específicas en distintos contextos sociales
y económicos dentro del modelo de sistema capitalista. Muy frecuentemente apunta a sus mounstros
corporativos e institucionales, accionando la gratuidad como condición inicial para la articulación del
intercambio, un intercambio humano, social y no comercial.
Mejor Vida Corp. es un experimento lúdico pero comprometido, una corporación sin fines de lucro en el
demiúrgico negocio de la rebelión, es un hacer anarquista que pertenece al espacio público, a las calles y es
materializado libremente ahí, sin fronteras de tiempo o lugar. MVC también ha formado parte del ámbito del
arte contemporáneo, en el que constantemente enfrenta la demanda de ser racionalizado, categorizado y
localizado en un tiempo y lugar definidos.
La inclusión de MVC en el campo artístico no ha constituido el eje de su existencia; sino que ha sido una
plataforma distinta desde la cual el proyecto puede ser activado. MVC es un actor en reacción y oposición al
capitalismo pero -como toda actividad contemporánea- inevitablemente dentro del mismo y por lo tanto no
escapa a su lógica cuando entra en espacios de la cultura establecida, esto no ha comprometido la vida del
proyecto en ningún otro lado, es simplemente el ejercicio de su libertad de hacer y andar por el mundo, lo
cual no ha estado libre de contratiempos.
Aunque una de las características más importantes del proyecto es el hecho de haber sido germinado en un
ambiente social específico, éste continuamente responde a contextos de distintas geografías sin tener la
necesidad de traducirse o adaptarse conceptualmente, MVC permanece enraizado en la tierra donde
germinó y constante con las estrategias y recursos adoptados en su origen. El eje del proyevto se encuentra
en la periferia y el amargo social de la Ciudad de México y su discurso proviene de ahí. En otras geografías
MVC no es un turista sino un viajero que se vuelve él mismo en cada nuevo contexto, procurando subvertir
localmente.
Fuera del campo del arte Mejor Vida Corp. no esta asociado distintivamente a un individuo o autor,
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públicamente es identificado como una entidad plural. El proyecto es activado por una sola persona, pero
existe cierto espíritu colectivo dentro del mismo el cual probablemente se daba a que el cuestionamiento del
contexto social mexicano y la “militancia utópica” de MVC lo relacionó con proyectos autónomos de
resistencia y con sus prácticas comunitarias. Las “relaciones internacionales” de MVC (comenzando por
irational.org) están basadas en el uso colectivo de recursos, información, estrategias y en la confianza mutua
para la construcción de redes que son coordinadas mediante el uso de la tecnología, un uso no limitado al
de una herramienta creativa, de comunicación o de investigación, sino principalmente en defensa del uso de
la tecnología como un campo fértil para la ética, la inteligencia colectiva, el mutualismo y la socialización del
conocimiento mediante el uso del software libre.
Personalmente he atestiguado la duda e incomodidad que genera en proyectos creativos de carácter político
el hecho de ser incluidos en espacios relativos a la cultura institucionalizada. Posiblemente, esta entrada al
establishment cultural sea problemática debido (al menos en parte) a las categorías reduccionistas
existentes en el ámbito de lo cultural, en las cuales la energía, el caos y el radicalismo esencial de estos
proyectos queda fuera instantáneamente por la simple razón de que estos elementos no pueden ser
contenidos y exhibidos ya que son irrepresentables, se encuentran en cambio constante y tendrían que ser
experimentados con toda la libertad, camaradería, lucha, tristeza, tensión, alegría, coraje, cansancio y
desorden con los que estos se viven y se construyen. Este tipo de proyectos político-creativos trabajan
excepcionalmente para cimentar sus identidades y la comprensión de sí mismos desde una posición
alternativa, cuando entran en el terreno de lo establecido pasan (al menos momentáneamente) de verse a
sí mismos como las manifestaciones reprimidas o rechazadas a estar ahí como y con lo valorado dentro de
los aparadores de la cultura institucionalizada. Este desplazamiento debe ser incómodo y generar problemas
para aquellos proyectos que tengan un interés político genuino ya que de un momento a otro tienen que
justificar su presencia en espacios de la cultura hegemónica, anfitriona de las fuerzas de regimentación y
elitismo.
Pero generalmente donde hay una entrada hay una salida de emergencia. La crisis de personalidad de estos
proyectos no parece difícil de superar si su inclusión en la esfera cultural es vista como una conversación
-ahí donde generalmente se escuchan monólogos-, tampoco si se le ve como una negación táctica del
aislamiento del que generalmente son sujetos, reconociendo así la justa relevancia de su acción política en
un campo de acción amplio, esta entrada puede presentar un camino más para la resistencia e incluso
puede convertirse en una experiencia de aprendizaje del otro y de los proyectos mismos. En un diálogo
ambas partes tienen voz pero un diálogo no implica que ambas partes estén de acuerdo.
Los proyectos de resistencia tienen mucho por decir y defender públicamente, su presencia momentánea en
la institución no compromete el desarrollo de su proyecto político, su libertad de hacer prevalecerá ya que su
energía creativa los hace incontrolables – como si fueran niños de 7 años en la escuela.
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