Fracturas del pilón tibial: resultados funcionales y

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Fracturas del pilón tibial: resultados funcionales y
FRACTURAS DEL PILÓN TIBIAL RESULTADOS FUNCIONALES Y RADIOLOGICOS
CON TRATAMIENTO DE FIJACION INTERNA Y EXTERNA
Dr. Gabriel Machado De la Rosa, Postgradista Nivel III Traumatología y Ortopedia Hospital
Alcívar
Dr. Hugo Villarroel Rovere, Director Postgrado Traumatología y Ortopedia Hospital
Alcívar
Dr. Tomás Oleas Arce, Coordinador Académico Postgrado Traumatología y Ortopedia
Hospital Alcívar
Dr. Fabián Salinas Aponte, Traumatólogo Ortopedista Hospital Alcívar
Dr. Carlos Jaramillo Becerra, Traumatólogo Ortopedista Hospital Alcívar
CORRESPONDENCIA
DR. GABRIEL MACHADO DE LA ROSA
Postgrado de Traumatología y Ortopedia del Hospital Alcívar
Coronel 2301 y Cañar Edificio Fundación Alcívar
Teléfono 5002500 Ext. 1251 – Fax Ext. 1430
[email protected]
FRACTURAS DEL PILÓN TIBIAL RESULTADOS FUNCIONALES Y RADIOLOGICOS
CON TRATAMIENTO DE FIJACION INTERNA Y EXTERNA
Resumen
Objetivo Estudio epidemiológico de resultados a largo plazo de las fracturas de pilón tibial ingresadas en nuestro servicio de traumatología y ortopedia tratadas con fijación interna y tutores externos cuyo objetivo fue determinar cual fue la evolución a largo plazo de las mismas, analizar la influencia de la calidad de la reducción obtenida y del estado de la partes de tejido blando en los resultados clínicos y evaluar la relación existente entre el tipo de fractura, los signos degenerativos radiográficos y los resultados funcionales Materiales y Metodología Se trata de un estudio retrospectivo, longitudinal, analítico no experimental realizado en el HOSPITAL ALCIVAR de la ciudad Guayaquil. Presentamos una serie de 15 casos con diagnostico de fracturas de pilón tibial según la clasificación de la AO tratados quirúrgicamente mediante reducción cruenta osteosíntesis con placa o reducción incruenta con fijadores externos. El seguimiento clínico radiológico fue en promedio de 11 meses. Resultados El 73% de las fracturas se presentan en el sexo masculino y afectaron al pie izquierdo, el 60 % de las fracturas se relaciono con accidente de transito. La edad promedio de los pacientes fue 42.9 años (25‐55), un 60 % de los casos fueron tratados con fijador externo 80%, fijador interno 20% y un 80%, concomitantemente fueron diagnosticadas como fracturas cerradas 80% de los casos. Al valorar la funcionalidad del tobillo mediante la escala de Olereud‐ Molander registramos 3 resultados regulares, 9 casos con resultado funcional bueno y 3 excelente. La valoración radiología se la realizo con el uso de la escala de Burwell y Charnley se obtuvieron como resultados 5 casos excelentes, 8 casos regulares, 2 casos malos. Conclusiones El tratamiento quirúrgico mediante reducción anatómica de la superficie articular realizada de forma diferida y el uso de tutor externo ofrece los mejores resultados en el tratamiento de las fracturas complejas del pilón tibial. A pesar de realizar una reducción perfecta el pronóstico funcional y laboral a largo plazo tan solo es relativamente bueno. Palabras clave pilón tibial, fractura, osteosíntesis. TIBIAL PILON FRACTURES FUNCTIONAL AND RADIOLOGICAL RESULTS WITH
TREATMENT OF INTERNAL AND EXTERNAL FIXATION.
Summary
Objective An epidemiological study of long‐term results of tibial pilon fractures admitted to our orthopedic and trauma service treated with internal fixation and external tutors whose objective was to determine which was the long‐term evolution of them, analyze the influence of quality reduction obtained and the state of the soft tissue parts of clinical outcomes and evaluate the relationship between the type of fracture, radiographic degenerative signs and functional results. Materials and Methodology is a retrospective, longitudinal, nonexperimental analytical HOSPITAL Alcivar made in Guayaquil city. We present a series of 15 cases diagnosed with tibial pilon fractures as classified by the AO treated surgically by reduction plate fixation bloody or bloodless reduction with external fixation. Clinical follow‐up imaging averaged 11 months.
Results 73% of fractures occur in males and affected the left foot, 60% of fractures was related traffic accident.
The average age was 42.9 years patients (25‐55), 60% of cases were treated with external fixator 80%, internal fixator 20% and 80% were diagnosed concomitantly closed fractures 80% of cases. In assessing the functionality of the ankle by Molander scale Olereud‐3 recorded regular results, 9 cases with good functional outcome and 3 excellent. Radiology assessment performed by using the scale Charnley Burwell and 5 results were obtained as excellent cases, 8 cases regular 2 bad cases. Conclusions The surgical anatomic reduction of the articular surface and lazily performed using external fixator offers the best results in the treatment of complex fractures of the tibial pilon. Despite making a perfect reduction and functional outcome long‐term labor is only relatively good. Keywords pilon tibial fracture fixation. INTRODUCCION
Las fracturas de pilón tibial son aquellas que afectan a la parte distal de la tibia, causadas en su mayoría por traumatismos de alta energía, sin embargo lesiones de baja energía también pueden producirlas. Suponen una incidencia aproximada del 1% en relación a las fracturas de la extremidad inferior y menos del 10% en relación a las fracturas de la tibia; por su complejidad son un verdadero reto para los cirujanos , ya que son técnicamente muy demandantes, siendo no solo lesiones óseas, sino también además afectan a tejidos blandos circundantes. En 1960 Rüedi y Allgöwer indicaron el tratamiento de estas fracturas mediante reducción abierta y la fijación precoz (1.2.3) de donde nacen los principios básicos aun mantenidos: a.‐ la reducción anatómica de la superficie articular b.‐ estabilización del peroné c.‐ uso de injerto óseo en el defecto metafisario d.‐ placa de neutralización en tibia e.‐ movilización temprana del tobillo. Ellos; publicaron resultados excelentes; sin embargo, la mayoría de los pacientes tenían lesiones de relativamente baja energía. El entusiasmo inicial que despertó el tratamiento quirúrgico fue decreciendo a la vista de las devastadoras complicaciones que podía presentarse (hasta el 20% infección, 20% pseudoartrosis, 50% artrosis, 6% amputaciones, 80% de complicaciones de la herida, con solo un 25‐30% de resultados excelentes o buenos) (3.4.5). Al presentar tales resultados, se han introducido varias modificaciones de la técnica original en un intento de disminuir el índice de complicaciones. El sistema de clasificación de Rüedi y Allgöwer, el más usado hoy en día, incluye tres tipos: El tipo I, una fractura articular no desplazada, el tipo II, es articular y desplazada; y el tipo III fractura compleja, intraarticular y multifragmentaria. (6.7) Ovadia y Beals añadieron los tipos IV y V para incluir las fracturas que se extienden a las regiones metafisaria y diafisaria con conminución más severa, lo cual es característico de muchas lesiones de alta energía. La clasificación de la AO/OTA es incluso más completo e incluye subdivisiones basadas en el grado de conminución. Este sistema es muy útil en estudios de investigación pues permite una descripción más exacta de la lesión (8.9) En el diagnóstico son fundamentales unas buenas proyecciones radiográficas; habitualmente es suficiente con una proyección anteroposterior, lateral y anteroposterior verdadera (oblicua) (Figs. 1‐A a 1‐B). . La tomografía axial computarizada (TAC) puede ser enormemente útil en la planificación quirúrgica de las fracturas complejas. Martin et al17 demuestran que la TAC mejora la concordancia interobservador en relación a la cantidad de superficie articular afectada por la fractura. La resonancia magnética nuclear (RMN) es una prueba adicional que en pocas ocasiones es necesaria. (a)(10.11) Fig. 1 A‐B PROYECCIONES RADIOLOGICAS ( Ap‐lat‐oblicua) HOSPITAL ALCIVAR Como con cualquier otra fractura, es esencial en la valoración preoperatoria entender el mecanismo de la lesión porque determina la cantidad y tipo de energía transferida al hueso y los tejidos blandos. La configuración de la fractura depende de la posición del pie y del astrágalo en el momento del impacto. Así en carga axial pura, produce una depresión central; en cambio una posición del tobillo en inversión o eversión produce fractura por separación. Siendo el patrón y la extensión de la lesión del hueso, las superficies articulares, y los tejidos blandos, la que determine las técnicas de fijación que se deben usar. Las opciones varían desde el tratamiento no quirúrgico hasta la tradicional reducción abierta y fijación interna descritas por Rüedi y Allgöwer. El tiempo que ha transcurrido entre la lesión y su valoración, y el estado de los tejidos blandos será, como norma marcado para permitir una reducción y fijación interna inmediatas. Al estar presente un mecanismo de alta energía es lógico pensar que las fracturas de pilón tibial están asociadas con una alta incidencia de complicaciones. El problema postoperatorio temprano incluye desde la presencia necrosis de la piel, la infección superficial y profunda, y la pérdida de fijación. Las complicaciones tardías incluyen el retraso de consolidación y la pseudoartrosis de la unión metafiso‐diafisaria, la angulación en varo o valgo de la parte distal de la tibia, y la reducción no anatómica o la pérdida postoperatoria de la reducción de la superficie articular. La incidencia de los problemas postoperatorios de la piel y la herida se ha reducido sustancialmente usando la técnica de la reducción indirecta con fijación externa y la reconstrucción de la superficie articular con pequeñas placas o tornillos o ambos. Puede aparecer una artrosis postraumática como resultado del daño del cartílago articular en el momento del traumatismo y también cuando no se ha conseguido o mantenido una superficie articular congruente con el tratamiento. Rara vez está indicada la artrodesis primaria del tobillo porque los resultados a largo plazo no son fáciles de predecir. Aunque algunos pacientes pueden precisar una artrodesis del tobillo por artrosis sintomática, otros funcionan bastante bien a pesar de los signos radiográficos de artrosis postraumática. OBJETIVOS:
• Comparar los resultados funcionales y radiológicos de las fracturas de pilón tibial tratados con fijación externa versus fijación interna. • Determinar las complicaciones asociadas al tratamiento de fracturas de pilón tibial con métodos antes mencionados. • Determinar cuál fue la evolución a largo plazo de las mismas • Evaluar los signos degenerativos radiográficos y los resultados obtenidos. MATERIALES Y METODOS.
Se trata de un estudio retrospectivo, longitudinal, analítico no experimental, realizado en
el HOSPITAL ALCIVAR de la ciudad Guayaquil, con pacientes atendidos en el servicio de
Traumatología y Ortopedia, durante el período comprendido entre el 1 de enero del
2008 hasta el 05 de mayo de 2012 con diagnostico de fractura de pilón tibial tratados con
sistemas de fijación externa o interna.
El estudio abarcó 15 pacientes a quienes se realizó seguimiento completo desde su
diagnostico, la intervención quirúrgica y los controles ambulatorios posteriores al alta
hospitalaria, pacientes de ambos sexos, con edades comprendidas entre 25 y 55 años, los
cuales se dividieron y se agruparon según la clasificación de la AO para fracturas de pilón
tibial, luego del tratamiento quirúrgico los resultados radiológicos fueron valorados con la
escala de Burwell y Chanrley, y los resultados funcionales según la escala de OlereudMolander.
Los datos fueron obtenidos de los expedientes médicos de la base de datos del
departamento de estadística del hospital Alcivar, así también se realizó los controles
posoperatorios clínicos a los 7 y 15 días para curación y retiro de puntos respectivamente
independiente de la técnica utilizada, además como controles clínicos y radiológicos mes a
mes hasta conseguir una adecuada consolidación de la fractura (definida por formación de
callo óseo satisfactorio y ausencia de dolor local en el sitio de fractura), controlando el uso
o no de muletas e inicio progresivo de marcha con carga e incorporación a sus actividades
mediante inclusión en un programa de rehabilitación y fisioterapia protocolizada en la
institución para este tipo de tratamientos. Se registró además en forma objetiva los
resultados funcionales del tratamiento hasta la evaluación final a los 11 meses posteriores
al tratamiento su funcionalidad se la valoro tobillo mediante la escala de Olereud‐ Molander y también los eventos adversos presentados.
Como primera parte del tratamiento se realizó medidas antiinflamatorias hasta solucionar
la lesión de los tejidos blandos y luego se reparó las fracturas óseas El método que nosotros usamos comúnmente para tratar las fracturas de alta energía
comienza con la colocación de un dispositivo de inmovilización externa con una reducción
indirecta de la fractura.
Después de la curación de los tejidos blandos, El peroné puede fijarse o no al mismo
tiempo, se realiza una reducción abierta y fijación limitada del componente articular con
sólo tornillos o con tornillos y una pequeña placa. Debe minimizarse la disección de tejidos
blandos y, cuando sea posible, los fragmentos deben permanecer unidos al periostio y a la
cápsula articular.
La superficie articular generalmente se reconstruye de lateral a medial y de posterior a
anterior. Se obtiene una fijación temporal con agujas de Kirschner y se confirma la
reducción radiográficamente. En este momento debe realizarse el injerto óseo de
cualquier área estructuralmente deficiente en el hueso cortical o esponjoso de la
metáfisis. Normalmente usamos injertos de hueso autólogo, aunque se han usado
aloinjertos.
Cuando se planea la fijación con placa, se usa una placa de neutralización anterior o
anteromedial, dependiendo de la configuración de la fractura. Una placa de trébol de 3.5
milímetros o una placa LISS que tienen un perfil mucho menor pero aún así tienen una
solidez adecuada para mantener la reducción y puede ser moldeada para adaptarse a la
tibia. Se pueden colocar tornillos canulados independientes de la placa o a través de la
herida o percutáneamente para fijar fragmentos aislados.
La versatilidad con el uso de fijador externo, nos permite dejarlo el tiempo necesario
para conseguir los objetivos de su uso, como la estabilización de partes blandas, fijación
temporal o definitiva. La carga de peso se retrasa hasta la evidencia radiográfica de la
consolidación ósea.
Las fracturas abiertas del pilón presentan un desafío adicional por el compromiso marcado de tejidos blandos. Nosotros aplicamos protocolos establecidos para las fracturas abiertas, realizando de un desbridamiento, irrigación y estabilización urgentes difiriendo la fijación para un segundo tiempo quirúrgico El injerto de hueso esponjoso e incluso la fijación interna pueden, si es necesario, diferirse entre cuatro a seis semanas después, cuando las partes blandas se han estabilizado y el riesgo de necrosis e infección ha disminuido. CRITERIOS DE INCLUSIÓN.
• Pacientes con fractura de Pilón Tibial, de etiología traumática tratados con fijación
externa o interna.
• Pacientes con expediente clínico y radiológico completo.
• Pacientes que acudieron a controles subsecuentes tanto clínico como radiológico.
CRITERIOS DE EXCLUSIÓN.
•
Pacientes con fracturas de pilón tibial tratados en forma diferente a la señalada.
•
Pacientes con fracturas patológicas.
•
Fracturas de pilón tibial sin antecedente traumático.
•
Paciente con diagnóstico o condición de infección local preexistente.
RESULTADOS
El presente estudio se llevó a cabo en el Hospital Alcivar en el periodo comprendido
2008-2011 con 15 pacientes, todos ellos presentaron fractura unilateral de Pilón Tibial y
se los encasillo utilizando la clasificación de la AO
Se revisaron un total de 15 pacientes, el 73% (11 de los pacientes estudiados)
correspondieron al género masculino y el 27% (4 de los pacientes estudiados)
correspondieron al sexo femenino. (Grafica 1)
GRAFICA 1.- DISTRIBUCIÓN SEGÚN GÉNERO
DR. GABRIEL MACHADO
HOSPITAL ALCIVAR
En nuestra serie de 15 pacientes el rango de edad estuvo distribuido entre un rango de
(25-55 años) con una media de 42,9 años. (Grafica 2)
GRAFICA 2.- DISTRIBUCIÓN SEGÚN EDAD
DR. GABRIEL MACHADO
HOSPITAL ALCIVAR
El pie mayormente afectado fue el izquierdo con un total de 11 casos representando
(73%) y el derecho con un total de 4 casos representando (27%). (Grafica 3)
GRAFICA 3.- DISTRIBUCIÓN SEGÚN MIEMBRO AFECTO
DR. GABRIEL MACHADO
HOSPITAL ALCIVAR
El mecanismo de lesión producido fue comúnmente accidente de tránsito con 9 casos
representado
el
(60%), caída de altura 4 pacientes
traumatismo directo 1 paciente
(Grafica 4)
que representan (26,6%),
(6,6%) y trauma por inversión 1 paciente (6,6%).
GRAFICA 4.- DISTRIBUCIÓN SEGÚN CAUSA
DR. GABRIEL MACHADO
HOSPITAL ALCIVAR
El método de fijación mas utilizado fue el tutor externo
en un 60%, la reducción interna
representada en un 40 % de los casos, se utilizo diferentes métodos entre ellos Placa Liss y Placa
trébol. (Grafica 5)
GRAFICA 5.- DISTRIBUCIÓN SEGÚN METODO DE FIJACION
DR. GABRIEL MACHADO
HOSPITAL ALCIVAR
La importancia de los tejidos blandos se ve reflejada en un tratamiento quirúrgico
precoz o tardío que puede ser
considerado como tratamiento definitivo
si así lo
considera en cirujano. (Grafica 6)
GRAFICA 6.- DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL TIPO DE FRACTURA
DR. GABRIEL MACHADO
HOSPITAL ALCIVAR
No deja de ser menos importante la valoración de los tejidos blandos de esta manera se
puede tomar la decisión para operar. Después de 8 – 12 h. existe una tumefacción que
representa el edema de la extremidad, un tratamiento quirúrgico no se recomienda en
este periodo, ya que los cambios de los tejidos blandos incrementa la posibilidad de
problemas postquirúrgicos en la herida. (Grafica 7)
GRAFICA 7.- DISTRIBUCIÓN SEGÚN COMPROMISO DE TEJIDOS BLANDOS
DR. GABRIEL MACHADO
HOSPITAL ALCIVAR
Como se indico utilizamos la clasificación de la AO por permitirnos introducir fracturas
de tipo metafisisarias
que forman parte de pilón tibial aunque no contega un trazo
intrarticular. Nuestros resultados reflejan porcentajes interesantes tipo A1 6.6%, C1 6.6%,
C2 13.3%, C3 73.3%. (Grafica 8)
GRAFICA 8.- CLASIFICACION DE LA FRACTURA SEGÚN AO
DR. GABRIEL MACHADO
HOSPITAL ALCIVAR
Se refleja los resultados funcionales mediante la escala de Olereud – Molander, nuestra
valoración nos permite concluir en tutor externo un 22% resultados regulares, 55%
buenos, excelente 22%.
A nivel de tutor interno un 16.6% regular, 66.6% buenos,16.6%.
GRAFICA 9.- RESULTADOS FUNCIONALES
DR. GABRIEL MACHADO
HOSPITAL ALCIVAR
En lo que respecta a la valoración radiológica obtenemos resultados: anatómicos 33%, regulares 53.3%, 13% malos. DISCUSION
Muchos son los tratamientos descritos para el tratamiento de las fracturas de pilón tibial,
el tratamiento conservador citado por Sarmiento en su libro “Tratamiento funcional
incruento de las fracturas” (12), donde presenta una mayor tasa de complicaciones y
menores resultados funcionales y radiológicos; por lo que no se
consideró dicho
tratamiento en nuestros pacientes.
Las fracturas de Pilón tibial han sido y será un reto para el traumatólogo.
Dichas fracturas se asocian a altas tasas de complicaciones las mismas que hacen muy
difícil predecir el resultado final. Las lesiones de partes blandas, ha tomado especial
atención en los últimos tiempos ya que de permite disminuir las complicaciones según
Frank Tull ( vol 3 N 1, enero/febrero 2004). (13)
Las clasificaciones mas comunmente
utilizadas son la de Rüedi y Allgöwer, y la de AO.
Hemos utilizado la clasificación de la AO ya que incluye las fracturas de tipo metafisiarias
las mismas que no llegan a comprometer la articulación, y permiten seguimiento y
estudio.
En nuestra serie de fracturas de pilón tibial un mecanismo compresivo de alta energía fue
la causa en el 60% de los casos, coincidiendo con las series de pacientes analizados por
Fernandez-Hernandez y cols. (14), en los cuales el rango se encuentra entre un 55% y
70%, quedando relegado el mecanismo rotacional, como lo señalan Rüedi y Allgöwer en su
estudio.
El 60% de traumatismos de alta energía, fueron producidas por accidentes de transito,
implicando así una mayor conminución y hundimiento de los fragmentos articulares, y
mayor afección de tejidos blandos, lo que se ha asociado con un mayor riesgo de
complicaciones cutáneas.
Las fracturas de pilón tibial asociadas a fracturas de peroné ipsilateral, según Barei se
asocian a una mayor gravedad correspondiendo a las fracturas tipo C de la AO y aquellas
en las que el peroné esta intacto son encasilladas como tipo B,. Así en el presente estudio
existe un claro predominio de las fracturas tipo C de la AO (93.4%) y de estas la mayor
incidencia se encuentra en varones representado en un 73%, concordando con la
literatura que la cita como es el caso de Laredo – Prats y cols. (15) entre un 50-98 %.
Además el 20% de las fracturas fueron abiertas (Gustilo I-II-IIIA) y un 80 % fracturas
cerradas.
El uso de fijador externo permite estabilidad del miembro afecto, lo que se traduce en
una movilización segura para el cuidado e higiene del paciente crítico como lo cito Kim y
cols en su análisis de fracturas de este tipo (16).
El tratamiento inicial de las fracturas de pilón tibial sigue siendo controvertido. McDonald
( clin Orthop. 2004; 423:27-32) (17) defiende la utilización del fijador externo tipo Ilizarov,
permitiendo una mayor movilidad del tobillo y una mejor consolidación.
Autores como Blauth recomiendan el tratamiento RAFI (reducción abierta con fijación
interna) en dos fases una primera con reducción cerrada + fijador externo y luego en
una segunda etapa la colocación de placas de sostén con incisiones pequeñas.
Algunas modificaciones se han presentado con autores como Borrelli y Hutson (18)
como por ejemplo mantener la longitud del peroné en primera instancia y retrasar el uso
de injerto óseo autologo, nosotros utilizamos aporte de injerto óseo autologo en el 76%
de los casos a las 12 semanas.
Los factores mas importantes afectados fueron: correr, deambulación sobre terrenos
inclinados, su desempeño laboral y cierto grado de rigidez articular, mejores resultados
funcionales obtenidos en los tratados con tutores externos que con fijación interna como
lo demuestra Paul Felipe Netzahual
Hospital de Ortopedia “Victorio de la Fuente
Narváez”, IMSS.
La presencia de complicaciones asociadas a fracturas de pilón tibial se encasillan en una
amplia estadía hospitalaria, reintervenciones, y complicaciones de tipo tardías.
Según Sirkin las complicaciones a nivel de los tejidos blandos pueden ser disminuidas con
la utilización de fijador externo asociada a incisiones limitadas en nuestro estudio el 60 %
de aquellos paciente tratados con fijador externo presentaron buena evolución de partes
blandas.
La complicación mas frecuente del uso de tutores externos es la infección a nivel de
entrada de los pines la misma que hemos tratado con antibiótico vía oral mostrando
100% de curación.
En lo que respecta a la fijación interna se ha utilizado el abordaje postero-lateral. La
experiencia de Bernardo J y cols ( rev col Or Tra 2011) este abordaje no reduce la tasa
de complicaciones
El problema mas importante en el tratamiento y la decisión de diferir la cirugía es el
diagnostico de fracturas expuestas que en nuestro caso se presento en el 20 % de los
pacientes por lo que su cirugía fue retrasada entre 5-10 días por
La valoración de la consolidación ósea se presento como promedio entre 10 a 12 semanas
como lo demuestra Vergara H, Venegas J (Acta Ortopédica Mexicana 2003)
En nuestro estudio 13 pacientes que representan el 86.6% se logro una imagen de
consolidación a la 11 semanas y el 13% (2 pacientes) a las 14 semanas.
Según nuestra valoración radiológica de Burwell y Charnley los resultados fueron en 5 pacientes (33%) una reducción anatómica, en 8 pacientes (53.3%) regular, y en 2 pacientes (13%) mala. Williams determinaron la severidad del daño tiene una alta correlación con la artrosis, pero no con los objetivos clínicos obtenidos. En nuestra serie se demuestra que una buena reducción radiología nos prevee un buena evolución clínica nos mantenemos en el concepto de que una incongruencia articular entre 1 – 2 mm se considera como fallo terapéutico, y una reconstrucción anatómica es necesaria para evitar una artrosis postraumática. Aun con una buena reducción el daño del cartílago articular es un factor importante para la presentación de artrosis independientemente de una adecuada reducción intra
operatoria.
ANEXO 1
Clasificación de la AO para fracturas de pilón tibial.
Clasificación de Ruedi-Allgöwer para fracturas de pilón tibial
I. No desplazada
II. Desplazada no conminuta
III. Desplazada conminuta
ANEXO 2
Criterios radiológicos de reducción (Burwell y Charnley, 1965)
Anatómica
• Sin desplazamiento medial o lateral del maléolo medial y lateral.
• Sin angulación.
• No más de 1,0 mm de desplazamiento longitudinal del maléolo medial y lateral.
• No más de 2,0 mm de desplazamiento proximal de un fragmento posterior importante.
• Sin desplazamiento del talo.
Regular
• Sin desplazamiento lateral o medial del maléolo medial y lateral.
• Sin angulación.
• 2-5 mm de desplazamiento posterior del maléolo lateral.
• 2-5mm de desplazamiento proximal de un fragmento posterior grande.
• Sin desplazamiento del talo.
Mala
• Cualquier desplazamiento medial o lateral del maléolo lateral y medial
• Más de 5mm de desplazamiento del maléolo posterior.
• Cualquier desplazamiento residual del talo.
ANEXO 3
ESCALA DE OLERUD C, MOLANDER
Parámetro Grado Puntuación
Dolor
Ninguno 25 Mientras camina sobre superficie desigual 20 Mientras camina sobre exteriores lisos 10 Mientras camina en interiores 5 Constante y grave 0 Rigidez Ninguna 10 Rigidez 0 Hinchazón Ninguna 10 Sólo de noche 5 Constante 0 Subir escaleras Sin problemas 10 Con dificultad 5 Imposible 0 Correr Posible 5 Imposible 0 Saltar Posible 5 Imposible 0 Agacharse en cuclillas Sin problemas 5 Imposible 0 Apoyos Ninguno 10 Esparadrapos o vendas 5 Bastón muletas 0 Trabajo Sin cambios 20 Actividades de la Pérdida de ritmo 15 vida diaria Cambio a labores más simples trabajo a tiempo parcial 10 capacidad de trabajo muy deficiente 0 Resultados: Pobre: 0‐30% Regular: 31‐60% Bueno: 61‐90% Excelente: 91‐100 ANEXO 4
1.‐ Paciente de 52 años accidente de transito, con un diagnostico de fractura tipo C3 de la AO tratado con fijador externo 2.‐ Paciente de 53 años accidente de transito diagnostico de fractura tipo C3 de la AO tto. reducción cruenta + colocación de placa trébol. Bibliografía
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