Hace mucho, los romanos asentados en Barcino y Tarraco
Transcripción
Hace mucho, los romanos asentados en Barcino y Tarraco
La vendimia a mano es una opción que muchos productores de cava siguen prefiriendo, ya que mantiene la uva intacta y no maltrata la vid Tierra de cava Hace mucho, los romanos asentados en Barcino y Tarraco descubrieron las especiales aptitudes de esta zona para el cultivo de la vid. Aquellos viñedos pasarían muchas vicisitudes, guerras, saqueos o la terrible filoxera. Pero la tenacidad de unos cuantos payeses, el buen hacer y la tradición consiguieron que siglos después la uva siga siendo la protagonista en estos paisajes. Y de este reportaje texto kris ubach l fotografías Ricardo De la Riva tierra de cava tierra de cava Arriba, a la Izquierda Josep Maria Pujol-Busquets es el fundador de las cavas Alta Alella, pioneros en la elaboración de cavas ecológicos Derecha La uva recién recogida se introduce en una prensa neumática para obtener el mosto flor “C allad, callad que empieza”. Todos preparados. Ojos fijos en el televisor. Las doce uvas en la mano. “¡Que nadie se equivoque con los cuartos!”. Dong, dong, dong... ¡Feliz Año Nuevo! En ese justo instante y durante los escasos diez minutos siguientes se destapan a la vez varios miles de botellas del que será el protagonista de esta historia. Para llegar a ese momento, a esos precisos minutos, esa botella de un cava que es pura artesanía ha pasado por muchas manos, ha superado análisis y controles, ha estado en rima, en pupitres, en estantes; ha vivido bajo tierra, a oscuras, ha recorrido líneas de envasado y encajado... Y ahí está. Encima de la mesa rodeada de serpentinas y matasuegras sin que muchos aprecien su contenido más allá de la efusividad que produce el descorche. Pero en Cataluña y algunas localidades de Aragón, la tradición del cava es algo que va más allá de la clásica fiesta de fin de año. Para empezar, un dato: en el 2012 el consumo de cava en las comunidades catalana y aragonesa correspondió a un 47% del total del Estado. Y es que en estas regiones hay muchos que acompañan el asado, la paella o la carn d’olla de los domingos con un cava bien fresquito, haya o no celebración de por medio. La tradición del cava como producto más gastronómico que festivo coincide también con las zonas de las que procede. Sin ir más lejos, la región determinada del cava comprende los vinos espumosos elaborados en 132 municipios de Cataluña frente a los 27 municipios de otras provincias españolas –La Rioja, Álava, Navarra, Zaragoza, Badajoz y Valencia–, que también quedan bajo el paraguas de la denominación de origen. Para empezar a conocer los secretos de tan exquisito producto nos hemos acercado hasta Alella, uno de esos municipios catalanes que en el año 1986 quedó dentro de la delimitación territorial de la D. O. Cava. Alella, cuya tradición 86 Lonely Planet Traveller Noviembre 2013 vitivinícola se remonta a los tiempos de la Barcino romana, está a tan sólo 15 kilómetros de la Ciudad Condal y se la conoce como “la bodega de Barcelona”. Allí nos recibe Josep Maria Pujol-Busquets, fundador y propietario de las cavas Alta Alella, a quien hemos querido conocer por ser uno de los pioneros dentro de la producción de algo que ahora está muy en boga: el cava ecológico. Su finca, enclavada en pleno Parque Natural de la Serralada de Marina, se distribuye en terrazas y costers tapizados por viñedos desde los que se contempla perfectamente Collserola, el Tibidabo y hasta la playa de la Barceloneta. “Cuando en 1991 plantamos las primeras viñas ya nos regimos por los principios del cultivo ecológico”, nos cuenta, “y hace seis años sacamos al mercado el primer cava sin sulfitos”. Pero aún queda mucho por aprender. “No nos vamos a cansar de evolucionar y profundizar en la agricultura ecológica”, dice Josep Maria orgulloso, “el camino de la bodega para conseguir vinos sin rastro de carga química es imparable”. La diversidad en los viñedos es también la marca de la casa. En sus 50 hectáreas de terreno Josep Maria tiene variedades de uva para todos los gustos. Por supuesto, las propias del cava –el xarel·lo, el macabeu y el parellada–, pero también otras menos conocidas e igualmente autóctonas, como por ejemplo la uva mataró (o monestrell), una variedad que no se había plantado en Alella desde que la terrible plaga de la filoxera arrasara los viñedos catalanes en 1878. “En un viaje por América Latina nos enteramos por casualidad de que a la uva monestrell, una variedad que abunda mucho en las D. O. de Jumilla y Alicante, la llamaban mataró precisamente por proceder de Mataró, la capital de la comarca del Maresme a la que pertenece Alella. Y así decidimos recuperarla aquí, en la tierra a la que un día perteneció”. Hoy, con esta variedad, con la genuina mataró, elaboran en Alta Alella un cava rosado, el Laietà La tradición vitivinícola de Alella se remonta a los tiempos de la Barcino romana En las bodegas de Alta Alella, la primera fermentación se realiza en barricas de roble, algo que es toda una excepción en la industria del cava, en la que se suelen utilizar depósitos de acero inoxidable Noviembre 2013 Lonely Planet Traveller 87 tierra de cava tierra de cava Sobre estas líneas, A la izquierda Pere Ventura posa en su finca de Can Bas, un lugar por el que hace miles de años pasaba la Vía Augusta romana a la derecha El conjunto monumental de Sant Martí Sarroca es una buena atalaya sobre la región vitivinícola del Penedès Rosé, que si bien no es uno de sus vinos más premiados, sí es quizá el que mejor representa, en el Maresme, aquello que los franceses acuñaron como terroir. D Queríamos ver si el modo de hacer cava ha cambiado mucho con los años. En algunas fases, como en la vendimia a mano, hay quien sigue trabajando como hace siglos En las 450 hectáreas que Juvé y Camps posee en el Penedès, la vendimia sigue realizándose a mano, tal y como se ha hecho desde los inicios del negocio familiar, hace más de doscientos años 88 Lonely Planet Traveller Noviembre 2013 esde la pequeña población de Alella nos trasladamos hasta la gran ciudad del cava, el epicentro del negocio de las burbujas en Cataluña: la localidad barcelonesa de Sant Sadurní d’Anoia, en la comarca vitícola del Penedès. Un lugar de clima privilegiado a medio camino entre Montserrat y la costa de Sitges, donde unas ochenta casas productoras elaboran más del 90% del cava del Estado. No está mal. Con tales credenciales no es de extrañar que Sant Sadurní sea como un parque temático dedicado al espumoso elixir: desde las tiendas especializadas, el centro de interpretación del cava o el despliegue enoturístico que ofrecen las bodegas locales hasta las fiestas de la población, que se dedican ni más ni menos que a la mismísima filoxera. Todo empezó a mediados del siglo XIX, cuando varias familias del pueblo –grandes visionarios, cabe decir– trajeron hasta este lugar de histórica tradición vitivinícola un invento que procedía de Francia y que triunfaba en toda Europa como producto de gran prestigio. Así, en 1872, nacía en Sant Sadurní el primer cava que por aquel entonces se comercializó como “vino de Champagne”. Desde aquellas primeras 3.000 botellas que el pionero Josep Raventós de Can Codorniu sacó al mercado, hasta los aproximadamente 250 millones de botellas que se vendieron el pasado 2012 no ha llovido tanto, de hecho han pasado apenas 140 años. Para conocer de cerca el proceso de elaboración y ver hasta qué punto el paso del tiempo ha cambiado (o no) el modo de hacer cava, visitamos uno de los grandes productores en Sant Sadurní: las bodegas Segura Viudas. Allí nos recibe Gabriel Suberviola; navarro, enólogo, hijo de viticultores y, desde los años 80, uno de los pesos pesados dentro de esta casa. Es tiempo de vendimia en el Penedès y una larga hilera de tractores cargados con racimos de un dorado perfecto esperan pacientemente su turno frente a la entrada de la heredad. Gabriel nos constata algo que ya sospechábamos: que ésta es casa de grandes cifras. “En esta época llegan aquí aproximadamente un millón de kilos de uva al día”, afirma, “y trabajan para nosotros unos 900 payeses”. Estos agricultores tienen que cumplir una serie de requisitos, entre ellos el de realizar la vendimia a mano y el de utilizar cajas de un máximo de 25 kilos para transportar la fruta sin chafarla. Una vez en la bodega, la uva se muestrea para controlar su calidad y para determinar el precio que cobrará el payés. Aquella que pase el examen se prensará inmediatamente para extraer el mosto flor –que es la base de todos los cavas y vinos– y comenzará el proceso de vinificación con el añadido de las levaduras para su fermentación. “La levadura es determinante para definir el aroma y el sabor del vino. Hay marcas que utilizan levaduras comerciales, pero nosotros cultivamos nuestras propias cepas”, nos explica Gabriel mostrándonos un tubo de ensayo en el laboratorio. “Si en el cava hay artesanía, ésta está en el proceso de hacer tu propia levadura”. Tras la primera fermentación, y la elección del coupage, viene la segunda fermentación ya en la botella, recipiente donde el preciado líquido dorado deberá permanecer un mínimo de nueve meses. Las botellas estarán en rima –posición horizontal para los profanos–, protegidas de la luz y a una temperatura constante que no sobrepase los 15 ºC. De ese preciso lugar, de ese reposo en sótanos o bodegas, nació justamente el nombre “vino de cava”, apellido que a partir de 1971 llevarían todos los vinos espumosos que hasta la feNoviembre 2013 Lonely Planet Traveller 89 tierra de cava tierra de cava Las botellas se colocan en rima, protegidas de la luz y a una temperatura constante que no sobrepase los 15 ⁰C Gabriel Suberviola, de Segura Viudas, examina una botella de cava en las bodegas que la firma posee en la localidad de Sant Sadurní d’Anoia 90 Lonely Planet Traveller Noviembre 2013 Noviembre 2013 Lonely Planet Traveller 91 tierra de cava tierra de cava El subsuelo del municipio de Sant Sadurní d’Anoia es como un inmenso hormiguero de cavas ARRIBA, A LA IZQUIERDA Botellas en la planta envasadora de la Cooperativa Vinícola de Sarral DERECHA En 1991 Carles Andreu fundó sus propias cavas en la Conca de Barberà, toda una excepción en una comarca con muchos viñedos y pocas bodegas cha se conocían como “vinos de champagne”. Sólo hay que buscarlo en el diccionario para entenderlo: Cava 1. f. Cueva donde se elabora cierto vino espumoso, al estilo del que se fabrica en Champaña, región del norte de Francia. Una vez hecha la crianza, y para eliminar los sedimentos de la segunda fermentación, hay que colocar las botellas inclinadas y boca abajo en pupitres, lugar en el que se remueven a diario para que los sedimentos se vayan depositando gradualmente en el fondo. Una fase más y terminamos: el degüelle, que consiste en destapar la botella para eliminar esos sedimentos acumulados y volverla a taponar inmediatamente, esta vez sí, con el consabido tapón de corcho. Y de ahí al encapsulado, etiquetado, empaquetado y traslado a su punto de venta. Queríamos ver si el modo de hacer cava ha cambiado mucho con los años, y en algunas fases, como en la vendimia a mano, hay quien sigue trabajando como hace siglos. En otras, por supuesto, no. “Ya nadie pisa la uva para prensarla. De hecho, el cava tuvo varias revoluciones: el automatizado del degüelle o la aparición en los años 70 de la máquina giro-pallet, que nos permite remover unas 500 botellas de cava de una sola tacada y en segundos”, concluye Gabriel Suberviola. 92 S in salir de Sant Sadurní, cuyo subsuelo es como un inmenso hormiguero de cavas, nos acercamos hasta las bodegas Pere Ventura, más modestas en tamaño pero que desde su fundación en 1992 han conseguido situar su producto entre Lonely Planet Traveller Noviembre 2013 los nombres propios del cava de alta gama. El propio Pere Ventura nos recibe junto a una capilla románica situada en medio de un viñedo, con la mesa puesta, dos copas de cristal y una botella de cava en la cubitera. Pere es todo un dandi moderno, una persona que plasma sus valores y su fuerte personalidad en su producto; incluso la etiqueta de sus vinos lleva impresa la huella de su mano: “La mano es un símbolo de compromiso y de confianza, pongo los cinco sentidos para lograr la mayor calidad y servicio”, asegura. “Hay quien idolatra a sus vides, en cambio yo venero a mi equipo de trabajo, a los agricultores que trabajan para mí, a los empleados, a los socios y, por supuesto, al cliente. Las personas son el mayor activo de esta empresa”. Pere Ventura –que también aúna en su planta los más tradicionales métodos de trabajo con las más innovadoras tecnologías– dedica la mayor parte de su producción al mercado exterior. El 85% de sus glamuroso producto se va fuera, una tendencia al alza en el mercado global del cava, que el pasado 2012 exportó 161 millones de botellas del total de 250 millones que se expidieron desde toda la D. O. “En Europa el principal cliente es Alemania, seguido del Reino Unido y Bélgica, y después vienen Estados Unidos y Japón, aunque también llegamos a otros países como Australia, Vietnam e incluso Ghana”. Pero aún hay bodegueros que mantienen a su principal clientela dentro de nuestras fronteras. Es el caso de Juvé y Camps, una de las grandes familias catalanas del cava que vende el 85% de su producción al mercado nacional. “Nuestro producto es de muy alta gama, y tener un pre- La Cooperativa Agrícola de l’Espluga de Francolí fue una de las primeras bodegas modernistas de Cataluña. Fue proyectada por el arquitecto Pere Domènech i Roura, hijo de Lluís Domènech i Montaner Noviembre 2013 Lonely Planet Traveller 93 tierra de cava tierra de cava A la industria del cava le debemos que el paisaje de esta zona se haya mantenido igual desde los tiempos de nuestros bisabuelos En el interior del monasterio de Poblet se conservan las tumbas de ocho reyes de Cataluña y Aragón, de seis reinas consortes y de varios infantes reales. En el claustro del monasterio se observan viñas labradas en uno de sus capiteles La vid forma parte del paisaje que rodea el monasterio de Poblet desde el siglo XII. Situado en la Conca de Barberà, es uno de los nueve monumentos patrimonio de la humanidad por la Unesco que tiene Cataluña 94 Lonely Planet Traveller Noviembre 2013 cio elevado complica la exportación. Fuera enseguida te comparan con el champagne”, nos cuenta Meritxell Juvé, quien, con sus 28 años, representa la quinta generación de este negocio familiar centenario. La pequeña de la saga Juvé, que ha pasado a ser la mano derecha de su padre, Joan, es consciente del privilegio y a la vez la responsabilidad que recae sobre sus espaldas. “No es sólo el hecho de continuar adelante con el negocio que iniciaron tus tatarabuelos, es también una cuestión de compromiso con el entorno”, dice mirando los viñedos que se extienden más allá del horizonte. “A la industria del cava le debemos que el paisaje de esta zona se haya mantenido igual desde los tiempos de nuestros bisabuelos”. Desde sus comienzos, la casa Juvé y Camps ha basado su actividad en las uvas obtenidas en sus propias viñas. Filosofía que, transmitida de generación en generación, ha estimulado la adquisición de viñedos desde la fundación de la bodega, a principios del siglo XX. “Casi podemos decir de qué vid procede cada botella”, y eso es algo de lo que pueden estar orgullosos, sobre todo teniendo en cuenta que bajo las calles de Sant Sadurní sus cavas atesoran aproximadamente doce millones de botellas. “Nuestra apuesta de futuro, tanto de la marca como de este territorio que tanto amamos, es la reconversión de nuestros campos a cultivo orgánico”, nos cuenta Meritxell. “Desde la temporada pasada en nuestras fincas no se utilizan ni insecticidas, ni herbicidas, ni fertilizantes químicos de síntesis, y en dos o tres años podremos etiquetar nuestros primeros cavas ecológicos”. Ojalá sea cierto ese futuro que vaticina Meritxell y que estos parajes se mantengan verdes por unas cuantas generaciones más. A ntes de abandonar esta comarca echamos un último vistazo a estos horizontes tapizados de viñedos desde lo alto del conjunto monumental de Sant Martí Sarroca, lugar donde una vez vivieron los señores de estas tierras. Fue en el siglo XI, cuando el noble Mir Geribert construyó aquí su castillo y se autoproclamó príncipe del Penedès con la intención de crear un condado independiente de Barcelona. La iglesia del conjunto sería restaurada, ya en el siglo XX, por un insigne arquitecto que contribuiría en gran medida al mundo del cava: Josep Puig i Cadafalch, autor de las bodegas Codorniu. Él, junto con otros arquitectos estrella del momento, como Domènech i Roura (hijo de Domènech i Montaner) o Cèsar Martinell, serían los artífices de lo que el poeta Àngel Guimerà bautizó como las Catedrales del Vino, una serie de bodegas monumentales que a principios de siglo se levantarían siguiendo la moda del momento: el modernismo. Para conocerlas cambiamos de comarca y de provincia, y nos vamos hasta la Conca de Barberà, ya en Tarragona, otra de esas regiones donde la viña forma parte del paisaje desde hace mucho tiempo. Allí visitamos la Cooperativa Agrícola de l’Espluga de Francolí, donde nos recibe Isidre Rossell, el presidente de la cooperativa, quien sin más dilación nos conduce al interior de un edificio que ya desde fuera percibimos especial. Grandes tinas de ladrillo y hormigón se alinean en tres naves abovedadas que nadie diría que puedan seguir en uso. Pero siguen. “Ésta es Noviembre 2013 Lonely Planet Traveller 95 tierra de cava tierra de cava hazlo realidad Tierra de cava La vendimia a mano es una opción que muchos productores de cava siguen prefiriendo, ya que mantiene la uva intacta y no maltrata la vid Tierra de cava Hace mucho, los romanos asentados en Barcino y Tarraco descubrieron las especiales aptitudes de esta zona para el cultivo de la vid. Aquellos viñedos pasarían muchas vicisitudes, guerras, saqueos o la terrible filoxera. Pero la tenacidad de unos cuantos payeses, el buen hacer y la tradición consiguieron que siglos después la uva siga siendo la protagonista en estos paisajes. Y de este reportaje TEXTO KRIS UBACH l FOTOGRAFÍAS RICARDO DE LA RIVA DE UTILIDAD Sobre estas líneas La población medieval de Montblanc A LA DERECHA Las cuevas de L’Espluga de Francolí estuvieron habitadas por el hombre desde el Paleolítico inferior. Ya en el siglo XX sirvieron como bodega al desaparecido Champagne Francolí la sociedad cooperativa más antigua de Cataluña”, dice Isidre. “Levantaron esta catedral en tan sólo seis meses, y se hizo en un momento de gran crisis en un sector que aún no se había recuperado de la plaga de la filoxera”. El fundador de esta cooperativa agrícola en 1902, Josep Maria Rendé, vislumbró el futuro de la comarca. Entendió que los agricultores debían unirse para afrontar las penurias y luchó para que los payeses de la zona tuvieran este lugar. Después de esta bodega cooperativa vendrían muchas otras, no sólo en la Conca de Barberà, también en comarcas vecinas como el Alt Camp o el Priorat. “En aquel entonces tenían muy claro que se llega más lejos cooperando que compitiendo”, dice Isidre, quien se lamenta de que ahora los intereses personales desvirtúan mucho el mundo del cooperativismo. En la actualidad hay cooperativas que se han unido entre sí y que comparten una misma marca en el mercado –como es el caso de la de L’Espluga, que, junto con otras ocho cooperativas, comercializa su producto bajo la etiqueta Castell d’Or– y hay otras que van por libre. Sin salir de la comarca nos acercamos hasta una de ellas, la Cooperativa Vinícola de Sarral, otro de esos cellers modernistas que lleva un siglo adaptándose a las exigencias que el mundo del cava ha ido imponiendo con los años. Lo cierto es que sorprende ver tan puntera tecnología bajo esos techos de madera y ladrillo originales. La de Sarral tiene unos 300 viticultores asociados y entre todos son el primer productor mundial de uva trepat, una de las nueve variedades de acreditada aptitud enológica para la elaboración de cava. “Aquí no tenemos xarel·lo, que es una de las principales variedades para el cava, ya que el xarel·lo necesita ver el mar”, nos cuenta Joan Torné, gerente de la Cooperativa de Sarral, “pero tenemos el trepat, que es una uva autóctona que se usa para el cava rosado, y que es uno de los mayo96 Lonely Planet Traveller Noviembre 2013 res elementos distintivos de esta comarca tarraconense”. Con ella la cooperativa elabora su niña bonita, el Cava Sublim de Portell, un Brut Nature rosado que exportan incluso a Nigeria. En nuestro periplo por la Conca de Barberà topamos con otro entusiasta de la uva trepat, Carles Andreu, propietario de una pequeña bodega familiar situada en la escueta población de Pira. Los Andreu, dedicados al vino desde hace más de 250 años, transformaron los corrales de ovejas de su masía en unas modernas instalaciones bodegueras. “Antes siempre llevábamos la uva a las cooperativas, eso es lo que hacen la mayoría de payeses en esta comarca. Aquí hay mucho viñedo y poca bodega, justo lo contrario de lo que pasa en el Penedès”, nos cuenta. “Nosotros decidimos fundar unas cavas propias, algo que es una rareza en esta zona, y en la actualidad un tercio de nuestra cosecha lo destinamos a elaborar nuestro propio vino”. Desde su inauguración en 1991, la bodega de Carles Andreu no ha cesado de recibir visitantes. “Hace 22 años nadie hablaba de enoturismo”, dice. “Éste no es un pueblo turístico, y quien venía hasta aquí lo hacía para conocernos y por ello siempre abrimos la puerta a quienes estaban interesados en nuestro trabajo”. El viaje llega a su fin y desde ese desconocido pueblo de Pira recorremos apenas siete kilómetros para plantarnos en el centro de otra localidad más acostumbrada a ser fotografiada: la medieval Montblanc. En una plaza porticada, sentados en una terraza, después de una intensa semana visitando bodegas y viñedos, no dudamos sobre qué pedir al camarero: “Un cava, rosado, que sea de la comarca, por favor”. Después de conocer toda la artesanía que esconde ese transparente burbujeo, quizá lo adoptemos a partir de ahora cuando salgamos a tomar algo. Y además, una copa de cava tiene setenta calorías y un gin-tonic, doscientas cincuenta. LP Cómo llegar En avión: Vueling tiene vuelos directos a Barcelona desde numerosas ciudades españolas (vueling.com). En tren: El AVE cubre la distancia entre Madrid y Barcelona en unas tres horas. Otra opción es parar en la estación de Camp de Tarragona, más cercana a la comarca de la Conca de Barberà; en tal caso el trayecto se cubre en dos horas y media (renfe.com). Cómo moverse La mejor opción para moverse por la zona es en coche, el único modo de poder acceder a las poblaciones más remotas y a las bodegas, que a menudo se ubican en entornos rurales. Existen numerosas opciones de alquiler en el mismo aeropuerto de Barcelona o en las estaciones de tren de Sants o Camp de Tarragona. Avis (avis.es), National (nationalcar.es) o Hertz (hertz.es), entre otros. Cuándo ir El clima es mediterráneo, con inviernos suaves y temperaturas que no suelen bajar de los 0 ⁰C. Para visitar los viñedos la mejor época es entre agosto y noviembre, cuando se lleva a cabo la mayor parte de la vendimia. A finales de otoño los campos se tiñen de colores rojizos y, a partir de la primavera, de verdes, por lo que ambas estaciones son también muy apropiadas para conocer la zona. Bodegas centenarias, arquitectura medieval, gastronomía de autor... En la región del cava hay atractivos suficientes para perderse por ella, por lo menos, una semana. Ésta es nuestra guía Viñedos junto al monasterio de Poblet 9 PASOS PARA sumergirte en esta zona vitivinícola 1 2 La última incorporación al panorama enoturístico del Penedès es Mas Tinell –derecha–, un hotel de lujo que apuesta por la arquitectura sostenible, el diseño vanguardista –el edificio representa una serie de botellas de cava en rima– y la gastronomía de autor. Doce habitaciones con vistas a los viñedos y a la vecina Vilafranca del Penedès, que se ubican junto a las bodegas donde la firma Mastinell elabora sus cavas (mastinell.com). 4 Los autores de la Guía Peñín han catado y puntuado unos 9.800 vinos pertenecientes a todas las denominaciones de origen nacionales, entre ellas, claro está, la D. O. Cava. Es una de las guías con mejor reputación dentro del mundo del vino y una buena orientación para los profanos en la materia (guiapenin.com). Para entrar en materia y conocer de cerca la historia del cava y su proceso de elaboración, es recomendable una visita al Centro de Interpretación del Cava, enclavado en lo que fuera una antigua destilería de aguardiente, construida en 1814, en el centro de Sant Sadurní (6 € entrada; turismesantsadurni.com). 5 En las cuevas de L’Espluga de Francolí, un sistema de más de 3,5 kilómetros de longitud, se hallaron vestigios humanos de la comunidad neolítica que la habitó en el 4.600 a. C., además de otros restos de épocas posteriores. A mediados del siglo XX fueron utilizadas como bodegas de cava y hoy parte de las galerías se han habilitado como museo (covesdelespluga.info). El chef Pere Massana representa a la tercera generación de una familia que, desde los años 60, se dedica a la restauración en Sant Pau d’Ordal, en el corazón del Penedès. La carta del restaurante Cal Pere del Maset está basada en el recetario tradicional catalán que Pere ha reinterpretado y adaptado a los gustos del siglo XXI (93 899 30 28; calperedelmaset.com). 6 Castillo de Olèrdola. Desde tiempos inmemoriales la montaña de Olèrdola fue un enclave estratégico de primer orden, que estuvo habitado desde la Edad de Bronce hasta bien entrado el siglo XII. Sus sucesivos vecinos dejaron aquí una miríada de vestigios, entre los que se cuentan una casa y una tintorería ibéricas, una cisterna romana o una iglesia prerrománica, entre otras cosas (lunes cerrado; 2,30 €; mac.cat). 7 3 Una pareja joven, Jaume y Mercè, se lanzaron hace nueve años a la aventura de recuperar un caserón del siglo XVII, Cal Maginet, que había pertenecido a una adinerada familia de viticultores. Las ocho habitaciones del alojamiento respetan al máximo la estructura original del edificio, que, entre otras cosas, conserva varios arcos del gótico civil y un antiguo lavadero público (habitaciones dobles a partir de 70 €; calmaginet.cat). 8 Carlos y Jesús, dos jovencísimos chefs con sobrada experiencia en locales como El Bulli, definen la oferta de su restaurante Art –imagen superior– como de cocina catalana contemporánea de autor. Entre sus especialidades más aclamadas, el bacalao al carbón con pimiento ecológico o el crujiente de pulpo con crema de romesco (artrestaurant.es). 9 La Ruta del Císter es un sendero de Gran Recorrido (GR-175) que en sus 102 kilómetros enlaza los tres monasterios cistercienses más emblemáticos de Cataluña: el de Vallbona de les Monges, el de Poblet y el de Santes Creus. Puede hacerse a pie o en bicicleta (larutadelcister.info). Noviembre 2013 Lonely Planet Traveller 97