evaluación del riesgo geotécnico en vertederos de
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evaluación del riesgo geotécnico en vertederos de
II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. EVALUACIÓN DEL RIESGO GEOTÉCNICO EN VERTEDEROS DE RESIDUOS SÓLIDOS: IDENTIFICACIÓN DE LOS PRINCIPALES PELIGROS F.J. Colomer*, A. Gallardo, M.D. Bovea, M. Carlos INGRES, Ingeniería de Residuos Depto. Ingeniería Mecánica y Construcción Universitat Jaume I Avda. Vicente Sos Baynat, S/N, 12071 Castellón (España) Resumen Un vertedero es una instalación de eliminación que se destina al depósito de residuos en superficie o bajo tierra (legislación española: Ley 10/98, de Residuos). La buena gestión y diseño del mismo se conoce desde hace tiempo, pero no ha sido de obligado cumplimiento hasta la entrada en vigor del Real Decreto 1481/2001, por el que se regula la eliminación de residuos mediante depósito en vertedero (como aplicación al régimen jurídico español de la Directiva 1999/31/CE de la Unión Europea). En dicha norma se indican las instalaciones mínimas que debe llevar todo vertedero, en función de los residuos que admita, para minimizar su impacto al aire, suelo y aguas. A pesar de todo ello es posible que, tanto a lo largo de su vida útil como en la fase de postclausura, pueda producirse algún fallo: rotura de la impermeabilización del vaso, escapes incontrolados de biogás o desprendimientos en la masa de residuos. Las consecuencias civiles y ambientales de estos fallos podrían ser graves por lo que el riesgo no puede despreciarse. Por otro lado, la Directiva 2004/35/CE, sobre responsabilidad medioambiental en relación con la prevención y reparación de daños medioambientales, tiene por objeto establecer un marco de responsabilidad medioambiental, basado en el principio de “quien contamina paga”, para la prevención y la reparación de los daños. El responsable del daño es la persona física o jurídica titular de la actividad que lo ha provocado. Las entidades aseguradoras fijarán las primas a los vertederos en función del riesgo potencial que presenten, de manera que cuanto más seguro sea un vertedero, menores serán los pagos que exigirán las entidades sobre responsabilidad medioambiental. En el presente trabajo se realiza una identificación de los principales peligros geotécnicos generados por los vertederos de residuos sólidos como primer paso en el proceso de evaluación del riesgo ambiental. Esta identificación de peligros geotécnicos consiste en un exhaustivo análisis de los accidentes más importantes ocurridos en vertederos de todo el mundo como consecuencia de fallos geotécnicos de estabilidad de la masa de residuos. La información ha sido obtenida a partir de artículos en revistas técnicas especializadas, artículos en periódicos informativos, análisis propios de los autores y casos vividos por expertos en el tema que participaron directa o indirectamente en los procesos de corrección. Los principales causas de los fallos según sus similitudes han sido, entre otros, la falta de estabilidad de la masa de residuos, deslizamientos de la masa de residuos sobre la capa impermeable, acumulación de lixiviados en la base del vertedero por mal funcionamiento de la red de evacuación, acumulación de lixiviados en las capas de cobertura intermedias, acumulaciones no deseadas de biogás o mal dimensionado de los canales de evacuación de pluviales. Una vez conocidas las causas de los accidentes, se plantearán posibles medidas protectoras y criterios de diseño para aplicarlas a los vertederos actuales y prevenir, de este modo, la ocurrencia de nuevos desastres. *[email protected] 1 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. Con la aplicación de estas medidas protectoras se conseguirían dos metas; por una parte, disminuir el riesgo geotécnico generado por los vertederos y por otra parte, cumplir la normativa y disminuir las primas que los vertederos pagan a las compañías aseguradoras. PALABRAS CLAVE: Vertedero, evaluación del riesgo, identificación de peligro, estabilidad de taludes 1. Introducción: El vertedero ha sido una de las formas más utilizadas de eliminación de residuos y es, de hecho, la manera más empleada actualmente en la mayor parte de países del mundo. Sin embargo, en los países industrializados se prioriza la reducción en origen, la reutilización, el reciclaje y la valorización energética, ubicando el vertido como la última opción recomendable [1] (Directiva 91/156/CEE). En muchos países en desarrollo no se puede aplicar esta jerarquía de gestión ya que existen otras prioridades a la hora de invertir los escasos recursos económicos que poseen y tienen que recurrir al vertido más o menos controlado. Debido al riesgo ambiental y sanitario de los vertederos, un número importante de naciones, entidades plurinacionales y organizaciones internacionales (Unión Europea, Banco Mundial, ONU, etc.) han elaborado en las últimas décadas una normativa específica para la ubicación, diseño, explotación y control de vertederos. Con esta legislación se pretende minimizar o eliminar el impacto generado por los vertederos sobre el medio ambiente y sobre la salud pública. No obstante, antes de la entrada en vigor de las distintas normativas, muchos vertederos habían sido construidos de manera totalmente incontrolada, sin medidas correctoras ni protectoras, sin apenas compactación, sin cobertura diaria y sin sistemas de extracción de gases ni de evacuación de lixiviados. Esos vertederos fueron clausurados y la mayoría de ellos no han sido adaptados a la legislación del país correspondiente. El presente trabajo está basado en vertederos autorizados y controlados, lo que comúnmente se denomina relleno sanitario. El término “Sanitary landfill” es muy utilizado en muchos países en desarrollo como forma de describir el deposito autorizado y controlado de residuos sólidos, sin embargo en algunos lugares se emplea este término para definir cualquier tipo de vertedero autorizado [2] que no cuenta sin embargo, con un previo diseño ingenieril. Esta falta de un adecuado método de diseño y gestión propicia que, cuando las condiciones superan un determinado umbral, pueda producirse un accidente. Los accidentes geotécnicos ocurridos en vertederos pueden ser debidos a multitud de causas o, en la mayoría de los casos, a interacciones entre ellas. Pueden ser consecuencia de la acumulación de lixiviados, de una inclinación y altura excesiva en el talud, de la formación de bolsas de biogás, de una mala compactación de los residuos, de una pendiente excesiva en el terreno subyacente y de otras muchas causas. Las consecuencias de dichos accidentes suelen depender de la magnitud del accidente y pueden ocasionar graves problemas sanitarios, considerables impactos ambientales e incluso daño a las propiedades y muerte de personas. En muchos casos los accidentes son debidos a la mala gestión de los residuos. Sin embargo la causa de un número importante de casos ha sido el desconocimiento de las propiedades mecánicas, físico-químicas y biológicas de los residuos y de su evolución en el tiempo (heterogeneidad, asentamientos, fermentaciones, generación de lixiviados y biogás, etc.). En la actualidad existe una participación creciente de especialistas que, a partir de investigaciones y estudios experimentales, publican datos sobre las propiedades físicas y geotécnicas de los residuos (Tabla 1). No obstante el comportamiento geotécnico de los mismos es muy heterogéneo, complejo y, hasta cierto punto, todavía desconocido [3]. 2 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. Pese a todo lo anterior se ha podido adquirir una visión global sobre las causas que originaron las catástrofes y se han planteado medidas a tomar para minimizar el riesgo de accidentes en futuros vertederos. 2. Objetivos A raíz del estudio y síntesis de las causas que provocaron los diferentes accidentes en vertederos, se establecerán criterios de diseño basados, tanto en la experiencia de los técnicos que investigaron el suceso, como en las teorías físico-químicas, matemáticas y biológicas que rigen la geotecnia y evolución de vertederos, dando como resultado una serie de ecuaciones o directrices experimentales para futuros diseños. 3. Identificación de peligros asociados a un vertedero Si se hace un repaso histórico bibliográfico sobre los accidentes ocasionados por vertederos podrían enumerarse varias causas generadoras [4], aunque en este artículo se hará especial hincapié en los riesgos geotécnicos: Problemas de estabilidad por pendiente excesiva en los taludes: Vertedero de Sarajevo, Bosnia-Herzegobina, 1977 [5; 6]; Vertedero de Umraniye-Hekimbasi, Estambul, Turkia, 1993 [7; 8; 5; 9; 10; 11]; Vertedero de Beirolas, Lisboa, Portugal, 1995 [12; 13]; vertedero de Hiriya, Tel-Aviv, Israel, 1998 [14]; Vertedero de Abanilla, Murcia, España, 2005. Problemas de estabilidad por pendiente excesiva en el suelo: Vertedero de UmraniyeHekimbasi, Estambul, Turkia, 1993 [7; 8; 5; 9; 10; 11]; Vertedero de Bens, La Coruña, España, 1996; Vertedero de Canabrava, Salvador, Brasil, 1997 [15]. Problemas de estabilidad por deslizamientos de la masa de residuos sobre la capa impermeable: Vertedero de Finale Emilia, Italia, 1987 [16]; Vertedero de Mankaa, Helsinki, Finlandia, 1987 [16]; Vertedero de Kettleman Hills, California, EEUU, 1988 [17]; Vertedero de Rumpke, Cincinnati, Ohio, EEUU, 1996 [18; 19; 20]. Problemas de estabilidad por saturación de la masa de residuos: Vertedero de Bens, La Coruña, España, 1996; Vertedero de Doña Juana, Bogotá, Colombia [5; 21; 22]; Vertedero de Payatas, Manila, Filipinas, 2000 [19; 23]; El Basuro de Navarro, Cali, Colombia, 2001; Vertedero de Mpewere, Kampala, Uganda, 2002 [22; 24]; Vertedero de Chongquing, China, 2002; Vertedero de Loma Los Colorados, Santiago, Chile, 2002; Vertedero de Ano Liossia, Atenas, Grecia, 2003; Vertedero de Guadalupe, Salvador, 2003 [25]; Vertedero de Bandung, Indonesia, 2005 [26; 27]. Fugas de lixiviados ocasionadas por una incorrecta impermeabilización de la base: Vertedero de Lewiston, Idaho, EEUU, 1999 [28]; Vertedero de Guadalupe, California, 2003 [29]. Problemas ocasionados por la producción y por la mala gestión de los gases generados: Vertedero de Sarajevo, Bosnia Herzegovina, 1977 [5; 6; 36]; Vertedero de Derbyshire, Loscoe, UK, 1986 [30; 31; 32; 33]; Vertedero de Carate-Brianza, Italia [34; 35]; Vertedero de Umraniye-Hekimbasi, Estambul, Turquía, 1993 [7; 8; 5; 9; 10; 11]; Vertedero de Vergiate, Italia [5; 34]; Vertedero del Cerro Maggiore, Milán, Italia [39; 5; 37 ; 38]; Vertedero de Seveso, Italia [5; 35]; Vertedero de Casate, Ticino, Suiza [5; 34; 37; 40]; Vertedero de Croglio, Suiza [34]; Vertedero de Saint Augustin, Alemania [34]; Vertedero de Los Ángeles, Albuquerque, EEUU [5; 41); Vertedero de Ghemme, Novara, Italia [34; 39]. Mal dimensionamiento de los canales de evacuación de aguas de escorrentía exteriores al vertedero: vertedero de Valparaíso (Chile). 3 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. 4. Riesgos geotécnicos Atendiendo al diseño de los vertederos, los factores que más pueden influir en la seguridad o estabilidad del vertedero son la topografía y la morfología del terreno. Los vertederos con mayor peligro de accidente por desprendimiento o deslizamiento son los emplazados en laderas y vaguadas, en los cuales se debe considerar la pendiente del terreno y el coeficiente de rozamiento entre: residuos-lámina impermeable y lámina impermeable–suelo. Así mismo, cuando no existe un diseño previo, los residuos van depositándose anárquicamente y los taludes van aumentando su altura de forma incontrolada sin tener en cuenta las propiedades mecánicas de los residuos, lo cual entraña un riesgo evidente. Además, la ausencia de sistemas de evacuación de lixiviados y biogás genera presiones dentro de la masa de residuos que disminuyen su estabilidad, aumentando la probabilidad de ocurrencia de un desprendimiento. Todos los parámetros anteriores pueden combinarse entre sí, actuar simultáneamente y provocar un accidente de graves consecuencias. Es por ello la necesidad de evaluar el riesgo geotécnico que entraña todo vertedero. Uno de los fallos estructurales que pueden ocurrir en un vertedero es el debido a un incorrecto diseño geométrico de los taludes debido a bajos factores de seguridad (FS). Para calcular el FS del talud en un vertedero, se deben saber las propiedades mecánicas y físicas de los residuos que se depositan. Entre estas propiedades están la densidad, la humedad, etc. La densidad depende directamente de la composición, de la humedad y del grado de compactación y es uno de los parámetros necesarios para conocer la estabilidad de un talud. Los otros parámetros necesarios son la cohesión efectiva (C’o) y el ángulo de rozamiento efectivo (Ø’). Para conocer C’o y Ø’ se recurre a ensayos de laboratorio. Los resultados obtenidos son muy heterogéneos y difieren mucho de unos ensayos a otros y de unas zonas a otras, incluso dentro de un mismo vertedero, distintas catas pueden proporcionar valores distintos. Hay que tener en cuenta que, además de la heterogénea composición de los residuos (plásticos, tejidos, materia orgánica, papel, metales, etc.), también difiere mucho el tamaño de partícula (desde pequeños trozos de materia orgánica hasta grandes cartones o plástico tipo film). Además, dependiendo del la profundidad a la que se realice la cata, la variación de la densidad, a medida que la muestra es más profunda, es mucho mayor que en suelos. La edad también influye, ya que por ejemplo la materia orgánica fermentable va degradándose formando líquidos y otros compuestos más simples. Por otro lado, las muestras que se extraen modifican las propiedades con respecto a su estado en el vertedero ya que en el proceso de extracción, suele haber disgregación. Una vez que las muestras llegan al laboratorio son compactadas en el equipo de análisis para realizar el ensayo. Por tanto, los resultados obtenidos en el ensayo diferirán de los originales [42]. Así pues, distintos ensayos geotécnicos realizados en todo el mundo, han proporcionado valores muy dispares. Los valores de C’o obtenidos en laboratorio varían desde 0 t/m2 [43] hasta 12,64 t/m2 [44] y los valores de Ø’ oscilan entre 0º [45] y 53º [43]. Otros datos recogidos se muestran en la Tabla 1. Tabla 1: comparación de propiedades geotécnicas de los residuos de distintos vertederos proporcionados por diversos autores. 2 Referencia 2 (1 kPa = 0,1019716 t/m ) C’o (t/m ) Ø’ (º) [46] Jessberger (1994) [46] Fassett et al. (1994) [46] Kolsch (1995) 0-2,86 1,02 1,52-1,84 15-42 23 15-22 4 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. [46] Cowland et al. (1993) [46] Del Greco and Oggeri (1993) [46] Landva and Clark (1986) [46] Landva and Clark (1990) [46] Golder Associates (1993) [47] Oweis (1985) [47] Dvirnof y Munion (1986) y Oweis (1985) [47] Pagotto y Rimoldi (1987) [48] Sadat International Doña Juana, 1998 [46] Hidroestudios Integral Doña Juana, 2001 [49] Drescher, 1990 [47] Prinz, 1991 [50] Sánchez Alciturri, 1995 [47] Sharma et al. 1997 [47] Houston et al. 1995 [51] Mazzucato et al. 1999 (recompactados) [51] Mazzucato et al. 1999 (muestra extraida) [18] Eid et al. 2000 y Stark et al. 2000 [52] Kavazanjian, 1995 [53] Kavazanjian, 1999 [54] Reddy et al. 2009 [47] Caicedo et al. 2002 [55] Sabatini et al. 2002 1,02 1,60-2,40 1,02-2,34 2,34 0 6,7 2,4 2,9 6,7-6,8 1,25-2,5 2 0,75 0-2 1,92 0,41-0,51 2,24 2,45 2,54 0,51 4,38 3,16-4,69 7,95 2,15-4,32 23 21-22 24-42 24 41 15-25 10-30 22 23 20-28 30 16-26 20 33-36 17 18 35 28 31 26-30 23 18,4 Analizando la legislación sobre vertederos de diversos países [56] se puede observar que la mayoría de normativas contemplan pendientes máximas de 1V:2,5H (Banco Mundial) a 1V:4H (Canadá). El factor de seguridad de taludes con estas pendientes suele ser aceptable aunque dependerá de las propiedades de los residuos, de las condiciones climatológicas y de la altura. Genéricamente, la normativa establece que un factor de seguridad apropiado para garantizar la estabilidad de un talud frente al deslizamiento puede tener un valor que oscile entre 1,3 y 1,5 [57; 3; 58]. Así pues los accidentes atribuidos, entre otros problemas, a una falta de estabilidad en el talud por la altura excesiva y pendiente elevada son los siguientes: Vertedero de Sarajevo (Bosnia-Herzegovina. Diciembre 1977): El talud tenía una pendiente de 60º lo que daba un facto de seguridad de 1,1 el cual es un valor muy bajo (Figura 1). Una explosión de los gases generados contribuyó al deslizamiento [5; 6]. Vertedero de Umraniye-Hekimbasi (Estambul, Turquía. Abril 1993): En este caso, las causas fueron una pendiente excesiva del terreno, una pendiente y altura excesivas del talud del vertedero y una explosión de metano [7; 8; 5; 9; 10; 11]. Vertedero de Beirolas (Lisboa, Portugal. Junio 1995): El depósito incontrolado de terreno procedente de suelos contaminados sobre una masa de residuos, sin ningún control ni diseño, hizo que la altura del talud superase la máxima cota permisible y produjera un desprendimiento [12; 13] Vertedero de Hiriya (Tel-Aviv, Israel. Enero 1998): La parte superior del talud tenía una inclinación de 40º pero en la parte inferior la pendiente era de 56º (Figura 2). El factor de seguridad del talud fue de 1,05; valor muy poco seguro [14]. Vertedero de Abanilla (Murcia, España. Mayo 2005): Un leve movimiento sísmico facilitó el deslizamiento de 25000 m3 de residuos en un talud con pendiente excesiva. 5 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. x = - 50,78 y = 99,53 R = 111,38 FS = 1,10 pendiente 1,7V:1H círculo de deslizamiento Figura 1: Superficie de deslizamiento y Factor de Seguridad (FS) calculado sobre la ladera norte del vertedero de Sarajevo x=-34,53 y=105,63 R=110,63 FS=1,05 pendiente 1V:1,2H pendiente 1V:0,67H berma Figura 2: representación gráfica del talud norte del vertedero de Hiriya en Tel-Aviv Como se ha visto anteriormente, las propiedades mecánicas de los residuos sólidos pueden variar de unos vertederos a otros e incluso de unas épocas a otras, o de un punto a otro de la instalación de vertido. No obstante, hay unos valores conservadores que se aplican para tener cierta seguridad de la estabilidad del depósito. La cohesión efectiva C’o de cualquier material disminuye significativamente cuando el material está saturado. Por otro lado, en condiciones de saturación la presión intersticial o presión de poro aumenta ostensiblemente disminuyendo la estabilidad. Lo mismo ocurre con los residuos, lo cual no siempre se tiene en cuenta a la hora del diseño y de la operación. Las precipitaciones provocan una infiltración de agua en la masa de residuos, la cual percola hasta las capas inferiores y se acumula en la base del vertedero. Esta acumulación de lixiviados provoca la saturación de la zona inferior y una disminución importante en la cohesión efectiva de los residuos y, si no existe drenaje, unos incrementos importantes en la presión intersticial. El efecto de esta disminución en la cohesión efectiva y del aumento en las presiones intersticiales, puede ocasionar una pérdida de estabilidad y el consecuente deslizamiento o desprendimiento de los taludes. Analizando las ecuaciones de la mecánica del suelo, se puede comprobar que si aumentan las tensiones intersticiales por la acumulación de lixiviados y/o de gases en el interior de la masa de residuos y por consiguiente, disminuye la cohesión efectiva, entonces la tensión 6 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. tangencial también disminuirá. Si esta disminución es lo suficientemente grande puede dar lugar a un deslizamiento o desprendimiento. Esta acumulación de lixiviados y de gases suele ser consecuencia de la inexistencia de sistemas de evacuación y de drenaje o de un mal dimensionamiento de estos sistemas. Otra de las precauciones que hay que considerar es el de limitar la recirculación de lixiviados, la cual puede también provocar la saturación de los residuos, el incremento de las presiones intersticiales y consiguiente deslizamiento. Muchos de los casos citados a continuación son consecuencia de varios factores y, sobre todo de un diseño inexistente o inadecuado y de una carencia total o casi total de gestión controlada. Vertedero de Bens (A Coruña, España. Septiembre 1996): Las lluvias persistentes facilitaron la formación de lixiviados que saturaron la masa de residuos. Un vertido sin ningún diseño constructivo, facilitó la catástrofe. Vertedero de Doña Juana (Bogotá, Colombia. Septiembre 1997): Aunque la gestión se realizaba correctamente, la recirculación de lixiviados provocó el incremento de las presiones intersticiales en la masa de residuos y el consecuente deslizamiento [5; 21; 22]. Vertedero de Payatas (Manila, Filipinas. Julio 2000): Las lluvias torrenciales provocaron la saturación de los residuos y la erosión del terreno. El depósito de residuos se realizaba sin control, formando un talud con pendiente y altura excesivas para un material saturado y con elevadas presiones intersticiales [27; 23]. El Basuro de Navarro (Cali, Colombia. Septiembre 2001): Las lluvias persistentes provocaron una acumulación de lixiviados, lo que unido a la acumulación de gases, incrementó de forma espectacular la presión de poro, saturó los residuos y ocasionó el derrumbe. Vertedero de Mpewere (Kampala, Uganda. Mayo 2002): Aunque se diseñó con un sistema de evacuación de lixiviados y de gases, éstos no llegaron a funcionar por obturación y los lixiviados se acumularon en el fondo del vertedero provocando el deslizamiento [22; 24]. Vertedero de Chongquing (China. Junio 2002): Al igual que los anteriores, el deslizamiento fue debido a una acumulación de lixiviados generados por lluvias intensas y persistentes. Vertedero de Loma Los Colorados (Santiago, Chile. Diciembre 2002): La naturaleza arcillosa de un material de cobertura poco permeable y la deposición de nuevas celdas sobre otras celdas saturadas fueron las causas de esta importante fuga de lixiviados. Vertedero de Ano Liossia (Atenas, Grecia. Marzo 2003): El incremento en la concentración de lixiviado incrementó las presiones intersticiales y provocó una pérdida de cohesión en la masa de residuos. Se atribuyó también a un incendio declarado dos semanas antes. Vertedero de Guadalupe (Salvador. Octubre 2003): El deslizamiento se originó en una ladera, pero el movimiento de tierra arrastró el vertedero y produjo una avalancha de lodo y residuos [25]. Vertedero de Bandung (Indonesia. Febrero 2005): Las lluvias torrenciales y persistentes provocaron la formación de lixiviados que saturaron la masa de residuos. Las lluvias también se infiltraron al subsuelo y deterioraron sus propiedades mecánicas, por lo que la masa de residuos deslizó sobre el mismo. Además un fuego interno ocurrido en el vertedero afectó la cohesión y el ángulo de rozamiento de las partículas de refuerzo de los residuos, disminuyendo su FS (Figura 3). Un vertido sin 7 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. ningún diseño constructivo con una altura de más de 60 m y una inclinación del talud entre 30-45º con un FS = 1,13 facilitó la catástrofe [26; 27]. x = - 16,88 y = 123,75 R = 124,89 FS = 1,11 pendiente círculo de deslizamiento 38º Figura 3: representación gráfica del vertedero de Bandung en Indonesia 5. Propuesta de diseño A la vista de lo descrito en la identificación de peligros geotécnicos ocasionados por vertederos, se impone la necesidad de que la estabilidad geotécnica de los taludes del vertedero sea máxima, aun en condiciones de alta humedad de la masa de residuos. Como ya se ha visto anteriormente, las propiedades mecánicas de los residuos son muy variables e impredecibles a priori por lo que es preferible adoptar valores mínimos de cohesión efectiva y de ángulo de rozamiento efectivo. De este modo, los resultados obtenidos a partir de los cálculos realizados estarán del lado de la seguridad. Para los residuos que forman el vertedero se ha tomado una cohesión efectiva C’o = 1 t/m2, un ángulo de rozamiento efectivo Ø’ = 14º y una densidad γ = 0,9 t/m3. Para el suelo que soporta la masa de residuos y el material con el que está construido el dique inicial de 10 m de altura se han elegido valores intermedios: la C’o = 5 t/m2, el ángulo de rozamiento efectivo Ø’ = 25º y la densidad γ = 2,0 t/m3. El coeficiente sísmico se considera nulo. Para el cálculo de la estabilidad de los taludes se ha recurrido al programa informático “Estabilidad de Taludes” diseñado por el profesor Rechea en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia (España). En este estudio se han analizado distintos casos de taludes con alturas variables de 17, 24, 31, 38 y 66 m. En la mayor parte de los casos analizados se ha planteado un dique inferior de 10 m de altura que forma un vaso que se va llenando de residuos. Cuando este vaso está lleno se construye un segundo dique de 7 m de altura y se vuelve a rellenar. Así sucesivamente hasta alcanzar los 66 m (Figura 4). El caso siguiente sería un talud con la misma altura e inclinación, pero sin bermas. 8 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. 9 8 3 7 6 5 4 3 2 1 1 Figura 4: talud exterior del vertedero ubicado en el levante español formado por 9 diques de tierra Los cálculos analizados varían en cuanto a la altura (H), a la anchura de las bermas y a la inclinación de los taludes intermedios (ρ), lo cual proporciona distintas inclinaciones del talud global (β). Los resultados obtenidos para cada uno de los casos se representan en las figuras siguientes. 9 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. β = 33º Caso 1 ρ = 45º Anchura de bermas de 5 m H = 66 m círculo deslizamiento: x = 19,0; y = 131,81; R = 122.23 FS = 0,69 H = 38 m círculo deslizamiento x = 19,0; y = 62,94; R = 53,21 FS = 0,88 H = 31 m círculo deslizamiento x =19,00; y = 49,88; R = 40,07 FS = 0,97 H= 24 m círculo deslizamiento x = 16,63; y = 38,00; R = 27,85 FS = 1,15 H = 17 m círculo deslizamiento x = -7,13; y = 61,75; R = 56,27 FS = 1,85 Figura 5 Caso 1.1 β = 33º Sin bermas H = 66 m círculo deslizamiento: x = -8,25; y = 148,50; R = 148,72 FS = 0,63 – 0,66* H = 38 m círculo deslizamiento x = 2,06; y = 78,38; R = 78,35 FS = 0,75 – 0,85* H = 31 m círculo deslizamiento x =0,00; y = 68,06; R = 67,99 FS = 0,81 – 0,93* H= 24 m círculo deslizamiento x = 16,63; y = 38,00; R = 27,85 FS = 0,93 – 1,43* H = 17 m círculo deslizamiento x = -7,13; y = 61,75; R = 56,27 FS = 1,16 – 2,29* Figura 6 10 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. Caso 2 β = 27º ρ = 45º Anchura de bermas de 8 m H = 66 m círculo deslizamiento x =39,19; y = 140,25; R = 132,90 FS = 0,81 H = 38 m círculo deslizamiento x =26,13; y = 73,63; R = 64,22 FS = 1,00 H = 31 m círculo deslizamiento x = 24,94; y = 51,06; R = 42,12 FS = 1,10 H = 24 m círculo deslizamiento x = 21,38; y = 40,38; R = 30,46 FS = 1,28 H = 17 m círculo deslizamiento x = 7,13; y = 61,75; R = 52,84 FS = 1,89 Figura 7 Caso 2.1 β = 27º ρ = 45º Sin bermas H = 66 m círculo deslizamiento x = 4,13; y = 165,00; R = 164,99 FS = 0,75 – 0,79* H = 38 m círculo deslizamiento x = 8,25; y = 94,88; R = 94,88 FS = 0,88 – 1,00* H = 31 m círculo deslizamiento x = 6,19; y =84,56; R = 84,35 FS = 0,95 – 1,13* H = 24 m círculo deslizamiento x = 4,13; y = 74,25; R = 74,19 FS = 1,06 – 1,48* H = 17 m círculo deslizamiento x = 0,00; y = 70,13; R = 70,06 FS = 1,30 – 2,58* Figura 8 11 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. Caso 3 β = 23º ρ = 45º Anchura de bermas de 11 m H = 66 m círculo deslizamiento x = 33,00; y = 220,65; R = 211,56 FS = 0,92 H = 38 m círculo deslizamiento x =34,44; y = 80,75; R = 72,69 FS = 1,13 H = 31 m círculo deslizamiento x = 30,88; y = 57,00; R = 49,10 FS = 1,23 H = 24 m círculo deslizamiento x = 26,13; y = 48,69; R = 39,43 FS = 1,43 H = 17 m círculo deslizamiento x = -2,38; y = 78,38; R = 72,24 FS = 1,94 Figura 9 Caso 3.1 β = 23º ρ = 45º sin bermas H = 66 m círculo deslizamiento x = 24,75; y = 181,50; R = 181,29 FS = 0,86 – 0,91* H = 38 m círculo deslizamiento x = 16,50; y = 107,25; R = 107,05 FS = 1,01 – 1,12* H = 31 m círculo deslizamiento x = 14,44; y = 84,56; R = 84,46 FS = 1,08 – 1,25* H = 24 m círculo deslizamiento x = 10,31; y = 78,38; R = 78,27 FS = 1,19 – 1,59* H = 17 m círculo deslizamiento x = 6,19; y = 68,06; R = 68,04 FS = 1,42 – 2,79* Figura 10 12 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. Caso 4 β = 19º ρ = 45º Anchura de bermas de 16 m H = 66 m círculo deslizamiento x = 66,00; y = 181,50; R = 178,53 FS = 1,13 H = 38 m círculo deslizamiento x = 41,25; y = 113,44; R = 107,66 FS = 1,32 H = 31 m círculo deslizamiento x = 43,31; y =78,38; R = 71,43 FS = 1,45 H = 24 m círculo deslizamiento x = 20,63; y = 109,31; R = 99,32 FS = 1,83 H = 17 m círculo deslizamiento x = -22,69; y =162,94; R = 160,44 FS = 2,34 Figura 11 Caso 4.1 β = 19º ρ = 45º Sin bermas H = 66 m círculo deslizamiento x = 47,44; y = 214,50; R = 214,18 FS = 1,02 – 1,08* H = 38 m círculo deslizamiento x = 28,88; y = 119,63; R = 119,17 FS = 1,18 – 1,20* H = 31 m círculo deslizamiento x = 24,75; y =96,94; R = 96,92 FS = 1,25 – 1,32* H = 24 m círculo deslizamiento x = 20,63; y = 76,31; R = 76,23 FS = 1,37 – 1,48* H = 17 m círculo deslizamiento x = 12,38; y =66,00; R = 65,77 FS = 1,61 – 2,33* Figura 12 13 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. Una vez calculados los FS para cada talud de vertedero se muestran los gráficos que relacionan el descenso del FS con respecto al incremento de altura (Figura 13). Caso 2 Caso 1 FS 2,5 FS 3 FS caso 1 FS caso 2 2,5 FS caso 1.1 2 FS caso 2.1 FS caso 1.1* FS caso 2.1* 2 1,5 1,5 1 1 0,5 0,5 0 0 10 20 30 40 50 60 70 10 20 30 altura del talud Caso 3 FS 40 50 60 70 altura del talud Caso 4 3 FS 2,5 FS caso 3 2,5 FS caso 4 FS caso 3.1 FS caso 4.1 2 FS caso 3.1* FS caso 4.1* 2 1,5 1,5 1 1 0,5 0,5 0 0 10 20 30 40 50 60 altura del talud 70 10 20 30 40 50 60 70 altura del talud Figura 13: Graficos de los distintos casos calculados (FS vs H) Con estos gráficos se podría estimar el FS de un talud de un vertedero para una altura dada. Los casos con asterisco representan un talud sin bermas en cuyo pie se construye inicialmente un dique de tierra compactada para incrementar la estabilidad del conjunto. 6. Resultados y conclusiones La falta de un diseño adecuado en los taludes del vertedero genera riegos que, en casos extremos puede dar lugar a accidentes. El primer paso de obligado cumplimiento en el diseño de un vertedero es cumplir la legislación vigente. En lo referente al diseño, la normativa de países como Canadá obliga a una inclinación mínima de 1V:4H, esto es una pendiente de 14º. Con esta inclinación se asegura un talud estable aun con alturas superiores a 60 m, condiciones de saturación y coeficientes sísmicos superiores a 0,15 (en este caso FS = 1,41). Sin embargo, no todas las legislaciones obligan a estas pendientes ya que la mayoría de estados, o bien sólo obligan a taludes estables (Filipinas, Unión Europea, Japón o India) o se limitan a obligar una pendiente máxima de 1V:3H (Chile, Australia o República Surafricana). Estos taludes, en condiciones normales permanecen estables incluso a grandes alturas. No obstante, en caso de lluvias intensas continuadas, movimientos sísmicos o explosiones por acumulación de biogás en el interior de la masa de residuos, podría producirse un deslizamiento. Como ya se conoce, el incremento en altura de la masa de residuos disminuye la estabilidad del dique. Sin embargo, a partir de los casos calculados en el apartado anterior, se puede observar que con el mismo ángulo del talud, éste resulta más estable (FS mayor) si el talud se diseña con bermas. Además estas bermas pueden ser utilizadas para el paso de la maquinaria y como zonas de acopio de material de cobertura. La construcción de un dique de tierra compactada en el pie del talud, también incrementa la estabilidad del mismo. 14 II Simposio Iberoamericano de Ingeniería de Residuos Barranquilla, 24 y 25 de septiembre de 2009. Otra conclusión que se obtiene de los cálculos anteriores es que, a igualdad de pendiente, el FS es mayor cuanto mayor es la anchura de las bermas. Sin embargo, la disminución de la pendiente en los taludes intermedios no representa un incremento significativo en la estabilidad. Es también es procedente recordar que los cálculos se han realizado con condiciones muy desfavorables en cuanto a las propiedades mecánicas de la masa de residuos, ya que se han tomado valores de C’o cercanos a 0 y de Ø’ mínimos. Como prueba de esto es que, vertederos con taludes de inclinación alrededor de 1V:2,5H (21,80º) permanecen estables durante mucho tiempo, aun en condiciones de precipitaciones intensas, habiéndose calculado un factor de seguridad para estos casos inferior a lo recomendado. Por ello, es de suponer que los valores de C’o y Ø’ en la masa de residuos son sensiblemente mayores y permiten dar la suficiente estabilidad a los taludes, siempre que los lixiviados y el biogás sean evacuados convenientemente. 7. Referencias [1] Tchobanoglous, G., H. Theysen, and S. Vigil. (1994). Gestión Integral de Residuos Sólidos. Ed. 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