“Pepe y sus aventuras”. UN LIBRO PARA APRENDER A LEER De

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“Pepe y sus aventuras”. UN LIBRO PARA APRENDER A LEER De
“Pepe y sus aventuras”. UN LIBRO PARA APRENDER A LEER
De como nació y continúa con éxito el proyecto de lectura del Colegio Arenas Sur
En el curso 2008/2009 y debido a la necesidad de adecuar los materiales de lectura al
nivel y desarrollo de los alumnos del COLEGIO ARENAS SUR, - iniciados en la lectoescritura a
través de proyectos específicos de nuestra
escuela infantil y con un ritmo de trabajo alto
en el desarrollo de sus capacidades- creamos un
Proyecto
Pedagógico
coordinado
por
el
Gabinete de Orientación y la Coordinación
Infantil que desarrollara un método en el que
se viera reflejado la realidad que nos rodea,
fuera
de
tiradas
comerciales
nada
contextualizadas, un libro para NUESTROS
NIÑOS,
fue
entonces
cuando
nació
“Las
Aventuras de Pepe”.
El proceso de enseñanza aprendizaje de
la lectura se adelanta cada vez más en relación
a los tramos o períodos evolutivos naturales y
en la medida en que el desarrollo mental de los
niños este suficientemente estimulado.
LA NECESIDAD DE CREAR A PEPE
En un mundo en el que la “brújula emocional” del niño tiene cada vez más soporte y la
estimulación temprana (en las aulas y en las familias) es cada vez más plena la escuela debe
adaptarse e innovar, también en metodología de la enseñanza. Antes “decían las abuelas” los niños
nacían con los ojos cerrados, ahora no, igual ocurre con los hitos evolutivos de los pequeños.
Piaget, está cada vez más desfasado, es cierto que deben conseguir un paso para alcanzar el
siguiente, pero, si antes ese “paso” se hacía a los 3 años, ahora es a los 2 años y medio.
Conozcamos las etapas por las que pasan los niños en la lectura:
-
Niño: “¡Mira mamá!, ¡ahí dice Coca cola!
-
Madre: ¿cómo sabe eso el niño tan pequeño?
Y es que el niño, realmente lo está leyendo.
UNA BREVE EXPLICACION TÉCNICA
Al comenzar la lectura, los pequeños, pasan por 3 fases, en estos momentos se
encuentran en la etapa logográfica
donde reconocen palabras valiéndose de su contorno
(longitud, rasgos…), ¿a qué también leen Mac Donald?
Lo realmente difícil viene cuando el niñ@ se enfrenta al conocimiento de las letras, ¿quién
no aprendió a leer diciendo “la p con la a es pa”?, ¡pues no!, estabamos equivocados: la p con la a es
igual a “pea”. Aquí nos encontramos con otra fase en el proceso, donde convertimos el grafema
(la letra) en el fonema (el sonido); entonces la p es una explosión de labios, sin vocal. Esta sería la
llamada etapa alfabética. Aquí el niño invierte tanto esfuerzo, en esa conversión que siquiera
entiende lo que lee.
Para nosotros ahora leer es un acto mecánico, pero ¿recuerdan cuando
leíamos “mi-ma-ma-me-mi-ma”?, ¡qué difícil era comprender tanta m y vocales juntas!
Por último, y como se suele decir, no menos importante, el infante que se convierte en
niño/a pasa por la etapa ortográfica, donde hay una representación léxica de las palabras tras la
lectura repetida, o lo que es lo mismo, la lectura fluida de palabras que nos son familiares, a la
vez que la adquisición de las reglas ortográficas.
Respetando estas etapas inherentes al ser humano, ¿cómo crear un método?, Luria
hablaba en este proceso de dos rutas que siguen las etapas anteriormente expuestas. Entonces
cuando un niño descifra las letras de una palabra, está haciendo uso de la ruta fonológica, donde,
cada letra tiene un sonido al que representa, por ello en los inicios todos silabean y pocos
comprenden el mensaje. Niño: ¡mi-ma-ma-me-a-ma!, madre: ¿qué dice la frase?, niño: yo qué se!!
Estamos hablando de los inicios de la lectura, cuando hacemos uso de esta ruta.
El tiempo pasa, y el manejo de las palabras cada vez es mayor.
¡AHORA ES CUANDO EL NIÑO COMIENZA
A ADENTRARSE EN EL INTREPIDANTE
MUNDO DE LA FANTASÍA!.
Todo el esfuerzo que ha hecho para descifrar el código, ¡resulta que tiene un significado!
Entonces diríamos que el niño, está haciendo uso de la ruta léxica.
Con los textos tradicionalmente utilizados, salvo raras excepciones que respetaban las
rutas y etapas, dándoles a cada una nivel de asentamiento y ritmo adecuado) hacía tediosa la
enseñanza aprendizaje de la lectura a los 4 años .
A esto se suma que los libros por lo general no están contextualizados.
UN LIBRO CON SIGNIFICADO
Pepe, un niño canario de 8 años, es un niño alegre, con ganas de aprender y con grandes
valores. Su curiosidad, su honestidad y ganas de ayudar a los demás, los traslada a los más peques
a través de los profes que utilizan el libro de sus aventuras.
Viaje a Tenerife
Pepe y Susi en Carnaval
Visita a Loro Park
Pepe nos propone desde un principio cuentos para hacernos familiares un sonido, a ello le
acompaña una larga lista de palabras que contienen el fonema, por último, cuando ya hay un
manejo de ese sonido pasamos a la lectura de sílabas, y….cata pli, chas, plof, ¡ya se leer!
Claro que…no todos aprendemos de la misma manera, por lo que Pepe, nos enseña a leer, de
modo visual, con imágenes acompañadas de la palabra, de modo auditivo, con el sonido de la letra
y de modo kinestético, con un pequeño apoyo gestual, respetando así todos los estilos
de aprendizajes y nuestra forma de educar mediante el Gotcha.
ENSEÑANZA EN VALORES
El libro de Pepe nos enseña, con sus moralejas, los valores que todo niño debe ir desarrollando.
Los textos, obra de dos de nuestras docentes: la logopeda Maria José Hernández y la educadora
especial, María del Mar Sánchez, están llenos de chascarrillos, poesías y canciones típicas de
nuestra infancia : El señor Don Gato, El cochecito Lere,…. Que se complementan con las
ilustraciones de otro de nuestros profes, el también conocido acuarelista Moisés Manrique de
Lara.
NUESTROS NIÑOS “SI QUE PUEDEN”
Tenemos que crear niños
capaces de creer que…”yo
puedo saltar, yo puedo leer, yo
puedo hacer lo que quiero”,
sólo tenemos que hacer la
mezcla perfecta de motivación,
desarrollo
autónomo
y
responsable,
entrenamiento
guiado e ilusión; tenemos que
respetarlos, y para ello,
respetar sus etapas, y Pepe,
ha querido respetar las etapas
de NUESTROS NIÑOS.
Al final, tenemos a niños que acaban el curso escolar de 4 años, con la lectura iniciada o bien con
el primer libro acabado, a niños felices de poder leer o algunas veces de “creer” leer, pero lo más
importante de todos, a niños ilusionados con LEER.

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