El confiar en Dios

EL CONFIAR EN DIOS
Duración 20 min.
Objetivo
Que el creyente de el paso de dejar su propia prudencia y comience a confiar en Dios.
Introducción.
Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la
desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca
cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.
Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se
desvían tras la mentira. Salmos 40:1-4
Cuando confiamos en Dios grandes bendiciones llegan a nuestras vidas. Confiar en Dios, quiere decir
que nos sentimos seguros en Él, aumenta nuestra fe y nuestra paz.
Pero no es solo decirlo, es verdaderamente hacerlo, talvez hemos escuchado de muchas personas la frase
“tú deja todo en manos de Dios” y pensamos ¿Cómo puedo hacer eso sin pensar en mi problema o
situación angustiosamente?, y con razón nos preguntamos eso pues en muchas ocasiones nuestra
conciencia nos dicta que no merecemos un favor de parte de Dios, y cuando tenemos algún problema
fuerte, no queremos pedirle a Dios que nos ayude, porque dudamos que nos escuche.
Comenzando a confiar en Dios.
La Biblia dice en Proverbios 14:26 “En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán
sus hijos.” Y en Job 4:6 ¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu esperanza la integridad de tus
caminos?
El temor a Jehová no es miedo a Él, sino que en Proverbios 8:13 dice “El temor de Jehová es aborrecer
el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco”.
Es por eso que si andamos mal, no tenemos temor de Dios y si tenemos tribulación no podemos confiar
en Él, para confiar en Dios debemos apartarnos del mal a tal grado de aborrecerlo.
Pero si somos tolerantes con el mal, con lo que no debemos de hacer es lógico que actuemos en nuestra
propia prudencia y caigamos en un mal mayor; Proverbios 3:5-8, Proverbios 12:15, Proverbios 28:26.
¿Cómo saber si andamos en nuestra propia prudencia?
• Cuando ser humilde y arrepentirte de tus pecados te es pérdida de tiempo.
• Cuando orar te parece algo inútil y prefieres abrirte paso por lo que es malo, ilegal o corrupto.
• Cuando pides dinero que sabes que no lo vas a pagar o a devolver.
• Cuando no te importa dejar por los suelos el nombre de Cristo, quebrantando sus principios.
• Cuando no obedeces su palabra.
• Cuando te excusas en el dicho “Señor perdóname por lo que voy a hacer”.
Conclusión.
Si caminamos con Dios, creyendo lo que él ha dicho, apartándonos del mal y obedeciendo su palabra, no
nos será difícil confiar en Él. Romanos 10:11, Dios no falla y es hermoso poder confiar en él, pero más
grato será el día en que Dios pueda confiar en nosotros para cumplir sus sueños.
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