a ser ejercida sólo por intelectuales, de igual
Transcripción
a ser ejercida sólo por intelectuales, de igual
a ser ejercida sólo por intelectuales, de igual manera se establece que todo hombre ostenta la capacidad de argumentar y es competente en la comunicación; que el discurso no es potestativo de oradores y científicos, sino de todos los hablantes. En la misma idea de Apel, dice Adela Cortina que la competencia comunicativa o argumentativa no caracteriza a un grupo de seres racionales frente a otros, sino que constituye precisamente el sello de la racionalidad, que es característico de toda la especie humana. Como el canon de la Competencia Comunicativa no es la lógica formal, son muchas las fallas lógico-formales, además de los errores empíricos, las responsables de buena parte de nuestras deficiencias comunicativas; pero otras tantas no serían de simple figura, sino de sentido, sentimiento, razón, concepción y compromiso, debido sobre todo a que toda comunicación humana tiene un nivel “denotativo y un nivel “connotativo”. El hecho de que se denote y connote al mismo tiempo explica por qué los hombres además de comunicarse sobre algo o transmitir información acerca de algo, que es denotar, también están valorando la comunicación misma al enviar mensajes metacomunicativos sobre sí mismos y sobre el contexto de la comunicación, que es connotar. Y esto genera una serie de cortocircuitos entre la comunicación emitida y la comunicación recibida. Ahora, no necesariamente una comunicación emitida tiene que equivaler a la comunicación recibida porque es de la misma naturaleza humana que en nuestra función de emisores supongamos una modalidad de recepción por parte del destinatario, cuando a su vez éste también se ha predispuesto a recibir el mensaje de una modalidad distinta, lo que ocasiona cualquier cantidad de malentendidos que llegan a afectar nuestras relaciones interpersonales. Y nuestra comunicación con Polifemo no sería la excepción. La “falacia descriptiva” En su crítica al “positivismo lógico”, Austin empieza por distinguir entre los Enunciados logicistas que son evaluados como verdaderos (V) o falsos (F) y aquellas expresiones propias de la ética, la estética, la jurisprudencia, etc., que si bien en apariencia son V o F en la realidad no lo son. La más conocida investigación de Austin es la denuncia de la “falacia descriptiva” o de lo que se ha llamado “descriptivismo”, en relación con la acepción de “Conocer”. Mientras “él Conoce” describe que él conoce, “yo conozco” no describe un acto mental especial calificado de “conocimiento”, sino que es “dar mi palabra” al proferir una proposición del tipo “S es P”. Como la tendencia dominante fue asimilar todos los casos de discurso significativo al modelo enunciativo, donde sólo se decía que el lenguaje coincidía con los enunciados constatativos (proferencias constatativas o descriptivas), entonces Austin demostraría que eso de que el lenguaje sólo es aquello que se “dice” o describe (Wittgenstein I), siendo sus límites los mismos de la enunciación y que todo aquello que “no se dice” ( que no-constata, que no-describe, que norepresenta o que no-figura) carece de sentido o es un sin-sentido, sería entonces cometer “falacia descriptiva”. “Esto es una falacia porque el lenguaje no sirve sólo para “decir”. Con él hacemos muchas otras cosas: damos órdenes, preguntamos, expresamos deseos, aconsejamos, prometemos… Los actos lingüísticos no se limitan a aseverar o negar: Con las palabras no sólo decimos, ¡también hacemos cosas con palabras!”584 Esto mismo lo secundaría John Searle diciendo que hablar un lenguaje consiste en realizar “actos de habla”, siendo que los “actos de habla”, además de dar órdenes, plantear preguntas, hacer promesas, dar expresión a las emociones, etc., incluirían el mismo acto de hacer enunciados. Esto es, el lenguaje no se agotaría en la enunciación. Por ejemplo, a la pregunta “¿cómo puede una promesa tener un significado tal que cree una obligación?” se solía responder diciendo: “Porque mi emisión de “prometo tal-y-tal” describe un acto mental mío: mi firme resolución de hacer tal-y-tal: ése es su significado. Este tipo de respuesta es una instancia de lo que Austin llamará “Falacia descriptiva”. Contradicción Pragmática Se presenta en el mundo del imperativo categórico Kant-eano, donde el hombre se encontraría sometido a leyes morales: sólo el ser moral es hombre. Kant, en su proceder universalizador de máximas, había establecido que 584 BLASCO, J., GRIMALTOS, T., SÁNCHEZ, Dora. Signo y Pensamiento; edit. Ariel, Barcelona, 1999, pág. 176 670 PRAGMÁTICA empírico-analítica