Integración de Biomasa en proyectos de rehabilitación

Transcripción

Integración de Biomasa en proyectos de rehabilitación
AVEBIOM. Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa
Redacción: Pablo Gosálvez Vega [email protected]
BIOMASA Y REHABILITACIÓN
“Integración de Biomasa en proyectos de rehabilitación”
El sector de edificación en España comienza a ver una salida en el corto plazo, la Rehabilitación.
Y es que, aunque se lleva hablando mucho de ello, ha sido en los últimas semanas cuando se han precipitado los
acontecimientos, publicándose un paquete de medidas regulatorias y de impulso encaminadas a lanzar el nuevo
sector definitivamente:
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subvención de hasta 11.000 euros/vivienda y financiación a través de un nueva línea ICO de 1.000 millones
de euros dentro del Plan Estatal de Fomento del Alquiler de Viviendas, la Rehabilitación
100 millones de euros en medidas directas de IDAE a medidas pasivas de reducción de la demanda,
eficiencia energética e instalaciones de biomasa y geotermia, reservando 25M€ para cada una de ellas.
Concretamente para biomasa, aunque pendiente de aprobación, se valora conceder directamente al cliente
final:
- 20% subvención -calderas < 100 kW- financiación blanda (EUR+0%) hasta el 80% de coste elegible a -calderas ≥ 100 kWRD de Certificación de la Calificación de Eficiencia Energética de Edificios que además de obligatoria en
edificios nuevos lo será también para existentes que vayan a ser vendidos o alquilados desde 1 junio de
2013.
nuevo RD de Modificaciones del RITE, que elimina la falta de concreción y ahora vincula las inspecciones
con la Calificación de Eficiencia Energética.
Mientras se trabaja en la trasposición de la Directiva Europea sobre Eficiencia Energética que tendrá especial
implicación en la creación de los edificios de consumo de energía casi nulo con la obligación de reconvertir a ese
nivel un 3% del parque de edificios público –directiva que por cierto el Gobierno votó en contra-, ahora se lanzan
medidas con el objetivo de activar de forma inmediata la rehabilitación, pero no exclusivamente desde el punto de
vista de las mejoras estructurales por envejecimiento o mala conservación o de mejora de la accesibilidad, sino
haciendo por fin especial hincapié a la “rehabilitación energética” de los edificios residenciales, a través
de mejoras en el aislamiento (medidas pasivas), eficiencia energética e introducción de energías
renovables.
Ahorro económico, medioambiental, creación de empleo, minimización de incendios -y un largo etcétera- han
posicionado a la biomasa para usos térmicos en muchos casos como la mejor opción energética. Ahora, dado
que en las Calificaciones Energéticas de Edificios sólo se computarán como emisiones de CO2 de cada edificio o
vivienda las derivadas del consumo de energía primaria no renovable, el uso de biomasa será una de las medidas
propuestas en el informe de medidas de ahorro energético que acompañará al Certificado, además de por lo
anteriormente expuesto, para la mejora sustancial de la calificación, con la que el inmueble ganará valor en el
mercado de venta o alquiler, tal y como demuestra la reciente experiencia de otros países cercanos.
Ahora, en el nuevo mercado de rehabilitación, la biomasa tomará, si cabe, más protagonismo,
manteniendo su crecimiento en casos de sustitución de equipos fósiles en edificios que no vayan a ser
rehabilitados e incorporándose en los cada vez más habituales proyectos de rehabilitación integral, desde
ahora fomentados en España.
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Biomasa en Bloques de viviendas, el gran objetivo
Hasta que no se toman datos agrupados del parque edificatorio residencial en España no es fácil caer en la
cuenta de que en España existen más de 12 millones de
viviendas en bloque, gran parte de ellas construidas con
anterioridad a cualquier norma y a las que, desde su
construcción, no se les ha realizado ninguna mejora significativa.
Como puede verse en el gráfico adjunto (Ref.: SPAHOUSEC de
IDAE) el 67% del consumo energético en una vivienda es
térmico -19% agua caliente, 47% calefacción y 1% refrigeración-,
dejando sólo el 33% restante para electrodomésticos, cocina,
iluminación, etc.
Según se extrae del mismo estudio, los combustibles fósiles son
todavía los que mayoritariamente usamos para calentar agua
(56,4% GN y 16,5% GLP) y para climatizar nuestras viviendas
(29,5% gasóleo, 24,6% GN,..) arrojando todavía poca penetración de las energías renovables térmicas, como la
biomasa.
El muy deficiente aislamiento de nuestros edificios nos obliga a consumir grandes cantidades de energía para
mantener nuestro confort. Así, dado que para generar ese calor la mayoría de edificios residenciales utilizan
todavía combustibles fósiles, su coste energético se ha disparado a niveles insostenibles, en algunos casos
generando la muy preocupante “pobreza energética”.
Biomasa, modelo clásico para el ahorro en edificios con gran demanda
Cuanto mayor es la demanda térmica del edificio y más caros son los combustibles utilizados –como está
ocurriendo día a día-, además de por motivos ambientales, la biomasa es casi siempre la mejor solución para
satisfacer la demanda térmica de forma eficiente, barata y respetuosa con el medio ambiente.
Cada vez es más habitual la sustitución de instalaciones térmicas obsoletas por biomasa –son ya más de 28.000
instalaciones de biomasa térmica en España según el ONCB (Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa)elaborado desde 2009 por AVEBIOM –Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa-, y el
crecimiento experimentado es exponencial en los últimos años en el ámbito turístico –hoteles, campings, spas-,
en el sector agroindustrial y muy especialmente el ámbito residencial -en comunidades de vecinos y viviendas
unifamiliaresActualmente, en muchos edificios en los que acaba realizándose una obra de sustitución de la caldera original por
otra de biomasa, aunque en ocasiones se plantea, no se acomete en paralelo ninguna obra de mejora que
reduzca la demanda –mejora de la envolvente, cubierta, ventanas, etc-, pues suele primar en los usuarios la
necesidad de obtener sustancial ahorro económico desde el primer día. Por ello, estas obras de rehabilitación en
muchos casos se “caen de la lista” al ofrecer ahorros económicos netos sólo a plazos muy largos de amortización.
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Para ilustrar este caso, a continuación se expone un ejemplo de sustitución de biomasa, sirviendo éste como
modelo actual de sustitución de instalaciones térmicas ya amortizadas y con bajo rendimiento en
edificios
con
gran
demanda térmica.
Edificio de 100 viviendas
con pobre aislamiento. La
caldera de gasóleo de 700
kW de potencia trabaja a
duras penas para satisfacer
los
832.200
kWh
demandados
anualmente
para
agua
caliente
y
calefacción lo que, al pobre
rendimiento –con 25 años
de vida, inferior incluso al
70%- significan alrededor de
113.000 € sólo para el pago
del combustible, unos 1.129
€
al
año
por
cada
propietario.
Una vez plantean las
distintas alternativas para la
sustitución de su caldera, se
deciden por la biomasa
aceptando la oferta de una
de las empresas contactadas, que les propone una nueva instalación de biomasa –pellet-, de la misma potencia
que la original, garantizando rendimientos y operatividad equivalentes a las de otras tecnologías del mercado. La
inversión requerida es sustancial –a unos 425 €/ kW asciende a 297.500 €-, pero el coste de la biomasa –pelletes aproximadamente un 50% más barato –en unidad de energía- que el Gasóleo que venían consumiendo y un
25% que el gas, la alternativa que se planteaban y descartaron, entre otras razones, por no conseguir que les
ofertaran estabilidad de precios a lo largo de la vida útil de la caldera –lo que les interesaba por la mala
experiencia del gasóleo en ese sentido-.
La Comunidad de Propietarios aceptan acometer con el pago de la obra solicitando un crédito a distintas
entidades financieras, encontrando que sólo algunas le reconocen su personalidad jurídica para solicitar ese
crédito. Finalmente acceden a un préstamo muy caro, a 10 años y al 7% de interés, que aceptan por garantizarse
aún así un ahorro neto de un 13% del coste original desde el primer día incluyendo, además de la biomasa, los
costes de operación y mantenimiento y monitorización, todo ello contratado a la misma empresa. Así, la nueva
instalación se paga “sola” durante los 10 años de préstamo con los ahorros generados y, desde la finalización del
préstamo y hasta el fin de su vida útil, el ahorro neto frente al coste que pagaban por el gasóleo –sin revisarsupera el 66%.
Biomasa integrada en Rehabilitación, nuevo modelo para el ahorro
Entre otras medidas anunciadas recientemente para la correcta ejecución del Plan Estatal de Fomento del
Alquiler de Viviendas, la Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas (2013-2016) se encuentra la de
ampliar las facultades jurídicas de las comunidades de vecinos y asociaciones de propietarios para actuar
en el mercado inmobiliario con plena facultad jurídica, especialmente relevantes para operaciones crediticias
en obras de rehabilitación energética.
Éstas nuevas facultades, junto con las medidas de ayuda económica aprobadas a la rehabilitación – hasta 11.000
€/vivienda de subvención y nueva línea de 100 millones de € de IDAE para mejoras de aislamiento, biomasa y
geotermia, -, a buen seguro que generarán más confianza en el sector financiero, que concederá a CCVV -y a
condiciones más blandas- financiación a proyectos de rehabilitación energética a través de la próxima línea ICO
de 1.000 millones de € que se ha anunciado para este cometido.
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Así, en casos como el caso anterior, podrían empezar a darse de manera generalizada proyectos la sustitución de
la caldera original por otra de biomasa como parte de una obra de rehabilitación que incorpore, por ejemplo,
medidas de mejora en la accesibilidad -nuevo ascensor-, medidas estructurales y de mejora en el “pasivo” –
mejora de la envolvente, cubierta, ventanas, etc-.
Como podrá verse en el ejemplo siguiente denominado Modelo de Rehabilitación integrando la sustitución de
la nueva instalación térmica renovable, este nuevo modelo triunfará en el parque residencial –más de 12
millones de viviendas en bloque en España- si el conjunto de propietarios de las CCVV asumen “pagar la
diferencia” ya que en este tipo de proyectos y, a pesar de la subvención y financiación blanda anunciadas, los
ahorros energéticos costearán sólo una parte del total – por debajo del 25%-.
El resto de “barreras” se superarán fácilmente si realmente las entidades financieras comienzan a ablandar sus
exigencias a la concesión de créditos dentro de la nueva línea ICO, lo que se espera suceda como efecto de las
medidas anunciadas por el gobierno de “ampliar las facultades jurídicas de las comunidades de vecinos y
asociaciones de propietarios para actuar en el mercado inmobiliario con plena facultad jurídica”
Edificio en Comunidad de Propietarios de 110 viviendas, con gran demanda térmica por mal aislamiento, que
dispone de una caldera de 750 kW de 25 años de antigüedad. El proyecto de rehabilitación incorpora múltiples
medidas de mejora estructural y aislamiento, que reducirán la demanda en un 55%, pasando de más de 900.000
kWh/año (unos 114.000 €/año en Gasóleo) a poco más de 460.000 kWh/año.
Partiendo de esta menor
demanda térmica que tendrá
el edificio rehabilitado, la
caldera
de
biomasa
proyectada para sustituir la
original es lógicamente de
muy inferior potencia -400 kWlo que, sumado al mejor
rendimiento y al menor coste
de
la
biomasa
–pellet-,
permitirá que en el edificio se
ahorren “neto” más de 58.000
euros anuales durante los
primeros 10 años de pago del
préstamo de la caldera a las
condiciones actuales -unos 44
euros/mes y vivienda-.
Una vivienda tipo pasará de
pagar unos 87 euros/mes sólo
por el agua caliente y la
calefacción -con su caldera
original de gasóleo- a 36 euros por el mismo servicio -pero a partir de biomasa e incluyendo el pago a 10 años de
la nueva caldera-, a los que tendrá que sumar durante esos mismos 10 años y a las condiciones de financiación
anunciadas por el ICO, alrededor de 185 €/mes para el pago de la rehabilitación integral.
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