funcionamiento del fusil de cerrojo tipo mauser
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funcionamiento del fusil de cerrojo tipo mauser
FUNCIONAMIENTO DEL FUSIL DE CERROJO TIPO MAUSER El rifle de cerrojo es uno de los más sólidos y precisos que se han desarrollado. Durante décadas, hasta la aparición del fusil de asalto, presidió los campos de batalla. A fecha de hoy preside las acciones de caza y las competiciones deportivas. El mecanismo más fiable y de mejor reputación es el diseñado por Máuser del que se ha nacido un buen montón de variantes perfeccionando algunos aspectos del mismo. DESCRIPCION El mecanismo de cerrojo tipo máuser consta de: cañón, cajón de mecanismos y cerrojo. Se clasifica como de apertura retardada ya que es un mecanismo de repetición: el tirador debe accionar el arma para producir los disparos sucesivos. Del cañón poco que decir aparte de lo obvio: consta de ánima y recámara. Contiene los elementos de puntería: alza y guion. En cuanto al cajón de los mecanismos donde se enlazan todos los elementos del arma, está compuesto por dos mitades: la superior y la inferior y se distinguen en él la cabeza, el cuerpo, el puente y la rabera La cabeza dispone de un roscado para el cañón y en ella se han tallado dos o tres rampas, según modelos, para asiento de los tantos tetones del cerrojo que encajarán en ellas asegurando el cierre del arma, Dispone también de una muesca donde entrará la cabeza del extractor. El cuerpo está abierto por la parte superior para expulsión de vainas disparadas e inferior para el depósito de cartuchos. El puente va a continuación del cuerpo y es de forma semicircular. En él se ha tallado otra rampa para un tetón adicional en el cerrojo. Dispone también de muescas que guían al cerrojo en su movimiento longitudinal. En su interior se aloja el expulsor o hay hueco para un dispositivo equivalente (aunque algunas acciones no tradicionales llevan el expulsor en la cabeza del cerrojo) y hay un corte inclinado en su parte posterior para que resbale la palanca del cerrojo en su movimiento giratorio. La rabera, de forma alargada tiene un canal por el que discurre el talón de la cabeza del percutor y por donde asoma el diente de disparo que lo sujetará. La acción tradicional Máuser militar lleva una ranura para introducir la lengüeta inferior del “peine” de munición e introducir de un solo empujón toda la carga pero los modelos civiles, más comunes hoy día, se cargan cartucho a cartucho. Manuel Moraga Montejo Perito Judicial en Balística Forense Página 1 de 3 El cajón de los mecanismos tiene una parte inferior donde se ubica el arco guardamonte, el armazón del depósito, la tapa de este que suele fijarse al guardamonte y el mecanismo de disparo. Suele unirse por dos tornillos que, a su vez, sujetan el conjunto a la culata del arma. El cerrojo, de forma cilíndrica, con la llamada palanca de cerrojo y su prisma en su parte posterior contiene el percutor, su muelle llamado real y, en las variantes en que no va en el cajón de los mecanismos inmovilizando el disparador, el dispositivo de seguro que, en este caso, inmoviliza el percutor. En su exterior, en sentido longitudinal, fijado por un anillo se encuentra el extractor que asoma su diente por la cabeza del cerrojo junto al grano de fogón. También hay una ranura longitudinal para el paso del expulsor si no va en la cabeza del cerrojo y un par de taladros para la salida de gases sin llegar al tirador, si el cartucho fallara. En su parte posterior se coloca el mecanismo de disparo con el porta seguro roscado, el seguro y la nuez o cabeza del percutor, cilíndrica, hueca y roscada para recibir la cola del percutor, con una pieza inferior plana una mitad, en rampa otra, que tropezará con el diente de disparo al avanzar o resbalará sobre este al retroceder. Adicionalmente hay un pestillo de seguridad que impide que se gire el cerrojo hasta que ha llegado a su posición más adelantada y que tampoco permite su giro cuando está retrocediendo. FUNCIONAMIENTO COMBINADO. Cargar el arma. Con el cerrojo en su posición más retrasada, este es empujado por el tirador usando la palanca del cerrojo que, arrastrando el primer cartucho lo engancha con el diente del extractor, que cede para atraparlo por el culote, hasta que el prisma de la palanca alcanza el plano inclinado del puente que obliga a girar al cerrojo. Este prisma, hasta no haber tomado su posición, no permite el llamado disparo prematuro, antes de que el acerrojado sea completo por no permitir el desplazamiento de la nuez. El talón de la cabeza del percutor tropieza con el diente de disparo que sobresale en el canal de la rabera y queda detenido comprimiendo el muelle real. Los tetones anteriores y el posterior alcanzan sus rampas. El tirador hace girar a la derecha la palanca del cerrojo con lo que los tetones se alojan en las rampas y dejan el arma cargada y lista para disparo. Puesta en seguro. Cuando el seguro está en la trasera del cerrojo y no en el cajón de los mecanismos hay en el cerrojo una palanca de tres posiciones. A la izquierda permite el avance del percutor si el diente de disparo le libera. En el centro o a la derecha, ambas posiciones de seguro - en el centro para entrada en servicio rápido y a la derecha para transporte o movimiento - el saliente de la palanca se aloja entre la nuez o cabeza del percutor y el cerrojo impidiendo que la nuez avance incluso si el diente de disparo se oculta por acción del disparador. Manuel Moraga Montejo Perito Judicial en Balística Forense Página 2 de 3 Disparar el arma. Con el seguro en posición de fuego, al accionar el disparador se oculta el diente de disparo, se libera la nuez y el percutor avanza golpeando el fulminante. La nuez que cubre la trasera del percutor al que va roscada forma un tapón que impediría la salida de gases del disparo si la vaina reventara. Estos gases se aliviarían por los taladros del cuerpo del cerrojo. Abrir el arma. Girando la palanca del seguro a la izquierda se produce la llamada “extracción primaria”. El prisma de la palanca resbalando en la rampa del puente obliga al cerrojo a retroceder unos milímetros después de haber liberado los tetones sin necesidad todavía de esfuerzo alguno hacia atrás. Se fuerza así la salida de vainas que hayan podido quedar pegadas a las paredes de la recamara. Después de este giro, el tirador ya puede proceder a retrotraer el cerrojo produciendo la extracción principal y expulsando la vaina gastada. Al cargar el arma de nuevo, esta vuelve a quedar en condición de disparo. Manuel Moraga Montejo Perito Judicial en Balística Forense Página 3 de 3