Afecto condicionado e incondicionado.

Transcripción

Afecto condicionado e incondicionado.
Afecto condicionado e incondicionado. El afecto es nuestro alimento emocional, e igual que la comida física, puede ser nutritivo y suficiente o escaso, compulsivo o de mala calidad. Los primeros responsables de proporcionar ese “alimento” son los padres o quienes desempeñen ese rol. El afecto más satisfactorio es el incondicionado, el que se regala a alguien sólo por haber nacido. No es un afecto fácil de proporcionar, porque todos los padres quisieran sentirse orgullosos de tener vástagos inteligentes, guapos, simpáticos, fuertes, valientes, trabajadores, obedientes, etc., etc. El afecto más usual es el condicionado, el que dan los padres cuando el hijo cumple ciertas condiciones que para ellos son importantes, y que pueden ser las buenas calificaciones, el éxito deportivo, la obediencia absoluta, la belleza física, el apoyo emocional o económico, etc. Aunque el hijo logre llenar los expectativas de sus padres, en el fondo no se siente amado por sí mismo y se pasa la vida haciendo méritos para ser aceptado. Dar afecto incondicionado no es sobreproteger o sobretolerar, pues eso lo que refleja es pasividad o necesidades neuróticas de los padres. El afecto incondicionado implica respetar la individualidad, consolar ante el fracaso, enseñar a aceptar las propias fallas y las consecuencias de los errores, animar a buscar soluciones y a seguir adelante, y desde luego, abrazar y transmitir calor y alegría. Psic. Sonia Montero.