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EN DIRECTO EN DIRECTO Miércoles, 28 septiembre 2005 De los supervivientes David Mamet Un matrimoni de Boston TEATRE LLIURE BARCELONA Dirección: Josep Maria Mestres Intérpretes: Anna Lizaran, Marta Marco, Emma Vilarasau Hasta el 13 de noviembre www.teatrelliure. com EDUARD MOLNER El David Mamet que ha llegado a las grandes mayorías es el cineasta. Ya sea por el cine que ha escrito –El cartero siempre llama dos veces (1981); Los intocables de Eliot Ness (1987)– o por el cine que ha escrito y dirigido –El caso Winslow (1999); State and Main (2000); Heist (2001), por sólo citar algunos ejemplos. Sin embargo David Mamet nació del teatro, se formó como dramaturgo e intérprete y las primeras historias que inventó fueron creadas para los escenarios. Quizá por esa razón nos ha contado muchas películas a través de diálogos. En el Mamet que empezaba a comienzos de la década de los setenta se puede rastrear a la generación perdida y a la literatura de compromiso posterior a la Segunda Guerra Mundial, de Hemingway a Arthur Miller, y de Thornton Wilder a Bertolt Brecht, enriquecida por aportaciones como las de Beckett o Harold Pinter. Un espectro de influencias amplio que no sería completo sin el legado de Theodore Dreiser, ni de Antón Chéjov, omnipresente en toda su obra. Vamos a detenernos en algunas de sus piezas fundamentales, Sexual Perversity in Chicago (Perversidad sexual en Chicago, 1974); American Buffalo (1975); y Glengarry Glen Ross (1984), historias que revientan el sueño americano para descubrirnos lo poco de verdad que hay en él. Supervivientes y traidores, lealtad y engaño, una constante en sus creaciones. Continuar vivo en un mundo difícil, complicado, hostil, salvaje. El nuestro. En su teatro no hay un futuro alternativo posible, sin embargo muestra historias poderosas protagonizadas por gente corriente. Su realismo empieza por el lenguaje, su más valiosa aporta- ción: uno se puede imaginar a Mamet tomando notas de su entorno con afán de construir diálogos que nos equiparan el escenario al despacho, o a la sala de reuniones. Ahí está la fuerza de Perversidad sexual en Chicago: un tipo que habla sobre cómo “se folló” anoche su ligue con su compañero de trabajo. Definitivamente los hombres hablan de las mujeres en otro registro cuando se encuentran solos. Y pese a todo no hay voluntad de hacer crónica. “El teatro existe para tratar problemas del alma y misterios de la vida humana, no calamidades cotidianas” (D. Mamet, Los tres usos del cuchillo. Sobre la naturaleza y la función del drama. Alba editorial, 2001), y entre esos misterios nuestra capacidad de identificarnos con tipos que sobreviven en un medio adverso, porque nosotros también somos supervivientes. 24 Culturas La Vanguardia David Mamet A propósito de la obra escénica del autor estadounidense, del que estrena el Teatre Lliure ‘Un matrimoni de Boston’ Desglaç Mamet atípico, inconfundiblemente Mamet Miguel Poveda inaugura el Festival Temporada Alta con temas de su nuevo disco, ‘Desglaç’. La poesía de Verdaguer, Gabriel Ferrater, Josep Piera, Sebastià Alzamora, Narcís Comadira, Gil de Biedma, Valentí Gómez, Joan Margarit, Joan Barceló, Joan Brossa, Maria Mercè Marçal y Enric Casasses, será interpretada por el flamenco de Poveda. 30 de septiembre, Teatre Sant Domènec, Girona www.temporada-alta.net Emma Vilarasau y Anna Lizaran, protagosnistas de ‘Un matrimoni de Boston’ La publicación de las ‘Conversaciones con David Mamet’ nos arroja luz sobre el momento creativo que atraviesa el autor, en el que podemos enmarcar ‘Un matrimonio de Boston’ (‘Boston Marriage’, 1999) una de sus últimas piezas de teatro estrenadas. Una comedia de salón ambientada en época victoriana, que bebe de las fuentes de Oscar Wilde y que reproduce el mundo de las novelas de Henry James. Aparentemente pues, se sitúa en las antípodas de toda la obra hecha anteriormente. Aparentemente. Anna, una mujer de espléndida madurez, ha encontrado el ‘protector’ que les asegurará una existencia regalada a ella y a su amor de verdad, Claire. Ésta, en cambio, le suelta un jarro de agua fría al contar a su compañera su enamoramiento por una jovencita. El caso es que el nuevo amante y protector de Anna es el padre de la jovencita. Ambas intentaran salir de este naufragio sin perder su posición social. Josep Maria Mestres, director de la propuesta que se puede ver en el Teatre Lliure, asegura que en esta obra, Mamet continúa hablando de supervivientes: personajes que se abren paso como sea, sin renunciar a ellos mismos. En esta pieza el lesbianismo se vive con una naturalidad apabullante. Mujeres que saben navegar en la sociedad de su momento para vivir su estilo de vida. La mirada de fuera no importa. Nosotros sólo miramos por el ojo de la cerradura. Para Mestres el lenguaje (aquí refinado, ingenioso) mantiene su marca a través de su musicalidad. Así pues estamos ante un Mamet atípico, pero inconfundiblemente un Mamet. La catriz Emma Vilarasau es la enamoradiza Claire y Anna Lizaran es Anna, la roca sobre la que se asienta un ‘matrimonio’ que no está dispuesta a dar por terminado. Marta Marco, en el papel de la criada, da el contrapunto a la pareja. El director tuvo claro el reparto catalán de la obra desde que la vio en Londres en el verano de 2001. Las tres destilan la química que buscaba para sacar adelante un texto que, pese a las apariencias, no tiene nada de fácil. E. M. Una buena obra narra “cosas terribles que ocurren a la gente que es tan buena o tan mala como nosotros” de la necesidad del artista de buscar su paz, de poner remedio a un “violento desequilibrio”, nace, en fin, de un territorio perturbador situado más allá de la consciencia. Cuando el Teach de American Buffalo, se entera de que el muchacho negro mintió y de que jamás hubo una oportunidad real de dar el golpe que le podía sacar de su situación desesperada, destroza el escenario entero en un ataque de violencia que durante unos segundos creemos que quizá descargue sobre el mismo muchacho. Ése clímax se cimienta en un carácter impredecible: algo que no siempre se controla en su cerebro y que también esta ahí en el nuestro. Mamet es un autor erudito, un hombre que conoce su oficio, sus antecedentes, y que ha reflexionado sobre su profesión. Casi todos los escritos referentes a su forma de ver la creación dramática y cinematográfica se pueden encontrar en A Whore's Profession (Una profesión de putas, Debate, 2000). Un buen complemento a este libro sería Mamet in conversation, una recopilación de entrevistas, realizada por Leslie Kane, que abarcan toda su carrera y que próximamente aparecerá en castellano (Conversaciones con David Mamet, Alba, 2005). | Tot és perfecte Una nueva producción Roger Bernat-Ignasi Duarte: un grupo de adolescentes de entre 14 y 16 años representan una novela de caballerías de autor anónimo del siglo XIV; como un documental, el espectáculo sigue el recorrido de estos chicos convertidos en directores de escena que se esfuerzan por reconstruir el mundo de una novela de la Edad Media... “Disfraces de carnaval, telones de espectáculos que ya nadie recuerda y músicas de otro tiempo son los elementos de su mundo perfecto.” (Bernat). 29 de septiembre al 2 de octubre, Teatre Lliure, www.teatrelliure.com Kamkars El grupo kurdo es una de las primeras y destacadas propuestas de la décima edición del Festival de Músicas del Mundo de CaixaForum Poesía después de Halabja Kamkars AUDITORIO CAIXAFORUM BARCELONA 2 de octubre www.fundacio.lacaixa.es Tensdansa El festival de danza de Terrassa se inaugura con videodanza y Mal Pelo, que presenta ‘An (El silenci)’. La presencia de la danza catalana en esta tercera edición es destacable: Bubulus, Jordi Cortés y Damián Muñoz, y Erre que erre estarán presentes junto a invitados internacionales como Vincent Dunoyer con el espectáculo ‘Cadavre Exquis’, o Thomas Hauert y su ‘Modify’. Del 1 al 9 de octubre, www.tensdansa.org Els físics Un físico nuclear lleva a cabo un descubrimiento que puede tener consecuencias peligrosas e imprevisibles. Ante este hecho y para evitar que sus estudios caigan en manos equivocadas, se hace internar en una casa de curas, Les Cerisiers, simulando estar loco. Le siguen, fingiendo la misma enfermedad, dos agentes secretos de bandos opuestos; uno finge creerse Newton, y el otro dice creerse Einstein... ‘Els físics’ de Friedrich Dürrenmatt está dirigido por Maties Marcè. Hasta el 9 de octubre, Tantarantana, www.tantarantana.com JOSÉ PABLO JOFRÉ En la foto, el grupo kurdo Kamkars durante una de sus actuaciones MIQUEL CUENCA ¿Es posible la poesía, al menos la escrita en kurdo, después de Halabja? Así cabría interrogarse, parafraseando a Adorno. La nación kurda ha sufrido el genocidio, el exilio, la descuartización de su territorio histórico... pero aquel día de marzo de 1988, en Halabja, se rebasaron los límites de lo humanamente concebible cuando Saddam Hussein decidió utilizar los gases comprados a los estadounidenses contra viejos, mujeres y niños. ¿Cómo a este pueblo, masacrado en Iraq por no ser árabe, en Turquía por no ser turco y en Irán por no ser persa ni chiíta, le queda aún aliento para cantar, bailar y declamar versos que se regocijan de la belleza de los paisajes y la alegría de vivir? A muy pocos kilómetros de Halabja, al otro lado de la frontera irano-iraquí, se encuentra Sanandaj, Sina para los persas, una de las urbes más importantes del Kurdistán iraní. En la República Islámica los ayatolás se afanan en asegurar que la conciencia nacional kurda está ya desarraigada y que los pasdaran, los guardianes de la revolución, le han ganado definitivamente la partida a los guerrileros kurdos, los peshmergas, “los que caminan por delante de la muerte”. Pero en ciudades como Sanandaj fueron multitudinarias las manifestaciones de protesta contra el atroz crimen de Halabja, y también contra el secuestro de Abdullah Öcalan por los servicios secretos del gobierno de Ankara, en sendas demostraciones de que el sentimiento patriótico de los kurdos iraníes permanecía latente y dispuesto a superar las fronteras que la inclemente historia había interpuesto entre ellos y sus hermanos de Turquía e Iraq. De Sanandaj es oriunda la familia Kamkar, uno de cuyos miembros, Hassan, figura entre los más importantes intérpretes de la música iraní del siglo XX. Siete hijos, una hija y un nieto del venerable Hassan integran el grupo Kamkars, conjunto que se ha labrado una fama internacional con sus interpretaciones de música clásica persa pero también de la tradición kurda. Que esta insigne estirpe musical cultive ambos repertorios no es achacable a ningun proceso de aculturación sino a la íntima relación existente entre la música persa y la kurda. A fin de cuentas se trata de dos pueblos iranios. Y los kurdos han proporcionado durante siglos músicos, instrumentos y tonadas a sus primos persas, cuyo exquisito repertorio clásico adolecía de cierta pobreza melódica. La misma influencia han ejercido sobre la música árabe, dándole uno de sus nombres más ilustres, Ziryab, cantor y laudista de la escuela musical kurda de Mosul, mítico fundador de la música áraboandalusí desde su exilio cordobés. Si los Kamkar vacían sus temas de cualquier contenido reivindicativo es por la misma razón por la que Yashar Kemal evita citar explícitamente el Kurdistán en sus novelas ambientadas en Para los kurdos, cantar canciones populares, tan inocuas como se quiera, ya es un acto de afirmación identitaria parajes inequívocamente kurdos, para poder vivir de su arte en su propio país. Pero es que cantar canciones populares kurdas, tan inocuas como se quiera, ya supone todo un acto de reafirmación identitaria en un estado donde los kurdos han sido reprimidos con igual cruel tesón por los shas Pahlevi y por Jomeini. Los hermanos Kamkar tienen a disposición de su talento un cancionero inagotable, que incluye cantos de amor y de guerra, de cuna y de duelo, de pastores y de novios. La abundancia de melodías se completa con los ritmos de los bailes populares, siempre en hilera, siempre hombro contra hombro mirando en la misma dirección. En su ya décima edición, el Festival de Músiques del Món recupera algunas de las actuaciones más memorables de estos dos lustros de conciertos. No podía faltar a la cita la familia Kamkar después de su recital antológico del año pasado. Por algo son los kurdos legítimos herederos del mazdeismo de Zoroastro, una religión que tanta importancia concedía al canto que llamaba a su paraíso Garothman, la casa de los cánticos. Y por eso, después de tantos siglos y tanto dolor, siguen cantando y bailando, para sobrevivir a Halabja. | Culturas La Vanguardia Mojo Project Los miembros de este grupo –una malagueña, un canario y dos madrileños– vienen esta vez de la mano de aygolive.net a presentar su disco ‘Taste the Mojo’. Su propuesta habla desde la electrónica, funk, latin, jazz, flamenco, bosanova y música africana.... El ‘Mojo’ de Mojo Project hace alusión al mojo picón, y eligieron ese nombre porque su música es una mezcla de distintos ingredientes, como un buen aliño... 1 de octubre, Razzmatazz 2, www.salarazzmatazz.com Miércoles, 28 septiembre 2005 EN DIRECTO Frente al público 25 En American Buffalo, el personaje central Teach actúa con la ferocidad del animal que se sabe ante su última oportunidad. Sin blanca por el póquer, pone a su único amigo y refugio, Don, contra las cuerdas para obligarle a meterle en un asunto ilegal. Para ello no le importa llevarse por delante a un pobre chiquillo negro protegido por Don. Para Teach es él o yo. Como en la guerra, no se puede dudar, si dudas, mueres. Adivinamos que en Teach quizá hubo escrúpulos en otra época, pero ahora ya no queda ni rastro de ellos. De manera similar se mueven los vendedores de Glengarry Glen Ross un grupo de hombres sometidos a la máxima presión: resultado inmediato o despido inmediato. No hay amigos, sólo una meta, una línea que hay que cruzar para continuar vivo. Las tres obras tratan sobre perdedores, gente que no cogió el tren adecuado en el momento preciso, condenada a luchar en las divisiones inferiores y ya sin esperanza de ascenso por falta de presupuesto. Ahí tenemos al Shelly Levene de Glengarry, un comercial en el crepúsculo de su carrera, acuciado por unas circunstancias personales complejas, empujado a saltarse la ley para seguir en la brecha, un enorme personaje que nos mantiene en vilo durante toda la pieza. Éste sería el bajo continuo, mientras los otros personajes virtuosos del agudo, nos distraen con sus florituras. “Cosas terribles que ocurren a la gente que es tan buena o tan mala como nosotros”, eso es lo que narra una buena obra según Mamet. Parte pues, de la realidad, para elevarse por encima de ella, suspender por unos momentos nuestra incredulidad y así liberarnos para entregarnos a un proceso: “En ese proceso, el espectador vive el mismo periplo que el protagonista –el cual, por cierto, es el mismo periplo del autor” (D. Mamet, Los tres usos…). Lejos de las teorías de Tom Wolfe, que propone una aséptica traslación de la realidad a la literatura, Mamet sabe que el auténtico arte nace