verano 2015 en granma: razones para disfrutar

Transcripción

verano 2015 en granma: razones para disfrutar
BAYAMO, GRANMA, JULIO DE 2015
PERIÓDICO CULTURAL DE LA PROVINCIA DE GRANMA
ISSN 2409-1960
VERANO 2015 EN GRANMA: RAZONES PARA DISFRUTAR
Niobis Martínez Fajardo
Carlos D. Montejo Matamoros
Con los espacios comunitarios como
protagonistas de las más variadas ofertas
y la invitación a disfrutar a plenitud cada
minuto, la provincia de Granma inauguró este cinco de julio una nueva temporada estival especialmente dedicada a los
jóvenes cubanos en su décimo congreso
y al aniversario 55 de la Federación de
Mujeres Cubanas.
Diseñada por organismos e instituciones culturales para los cálidos meses de
julio y agosto, la campaña Razones para
disfrutar, apuesta por más y mejores
opciones.
Teatros, cines, museos, salas de televisión y video, clubes de computación,
bibliotecas, plazas, casas de cultura,
instalaciones pioneriles y otros centros
recreativos, son los escenarios escogidos para realizar festivales de lecturas y cantorías, espectáculos y revistas
musicales variadas, expoventas de libros
y artesanías, galas, fiestas audiovisuales,
estrenos cinematográficos y recorridos de
proyectos infantiles y brigadas artísticas,
entre otras propuestas.
Entre las opciones de disfrute destacan
bailables, conciertos, y las giras nacionales de Raúl Torres, Enrique Álvarez y su
Charanga Latina y Raúl Paz; así como de
las agrupaciones musicales de la provincia que celebran aniversarios cerrados
de vida artística, entre ellas, Idanis Ortiz
y su Kché, Café Exclusivo, Charanga del
Caribe, Studio 2 y Nubes.
Marcará un momento especial la presentación por primera vez, el 14 de julio, en el
estadio Mártires de Barbados, de Bayamo,
del cantautor salvadoreño Álvaro Torres,
cuya obra musical goza de gran popularidad en la Isla.
Dentro del verano serán celebradas
también las fiestas populares en los
municipios de Bartolomé Masó, Bayamo
y Manzanillo.
Para quienes prefieran recorrer en familia
museos y sitios históricos de la región,
reencontrándose con nuestras tradiciones,
el Centro Provincial de Patrimonio Cultural invita a participar en Rumbos y Sendas,
que incluye visitas a los parques nacionales
Desembarco del Granma y La Demajagua,
el cementerio Santa Ifigenia, el museo La
Otilia, en Buey Arriba, la casa natal de
Celia Sánchez Manduley, en Media Luna,
la construcción conmemorativa del indio
Hatuey, el sendero interpretativo El Guafe
y Cabo Cruz, donde estuvo el gran almirante Cristóbal Colón; así como el centro de
cría de avestruces, de Pilón, y la zoococodrilera, de Manzanillo.
Una vez más, para el deleite de los
pobladores de las zonas del Plan Turqui-
2
EL CAMPANAZO
POESÍA PARA OXIGENAR EL ALMA
3
ENTREVISTA
ÁLVARO TORRES: LOS SUEÑOS DE ALGODÓN
6
EL TOQUE DEL MES
ELEGIR LA ESTRELLA
9
VUELTA DE CAMPANA
CNC TELEVISIÓN GRANMENSE
12
DE PRIMERA COLADA
LA NORIA DE LA MALA SUERTE
no, llegarán hasta esos territorios las
brigadas artísticas de instructores de arte
y el grupo de teatro Callejero Andante,
con su proyecto Comunitarias de verano.
Como cada año, niños, jóvenes y adultos
podrán participar además en talleres de
cerámica, modelado en barro, técnicas de
redacción y manualidades.
Verano 2015: Razones para disfrutar, es
ya una intensa y multifacética jornada
cultural donde los granmenses encontrarán espacio para el esparcimiento y la
alegría en familia.
COMPARTE ÁLVARO TORRES CON ARTISTAS GRANMENSES
El cantante salvadoreño Álvaro Torres, mundialmente famoso por interpretar baladas
románticas, se reunió en el salón Ágora del teatro Bayamo con artistas e intelectuales
granmenses en la reciente visita que realizó a esta ciudad. En el intercambio, conducido por la presentadora Nilka Yero, el intérprete dio a conocer detalles de su vida artística, desde sus inicios en los algodonales de su tierra, hasta la preparación del último
disco. Torres confesó que cantar para el público cubano ha significado para él una
renovación humana y profesional. Acompañaron al artista las voces de la actriz Yudexi
de la Torre, de la poetisa Lucía Muñoz, del trío Los Audaces y las cantantes Mariela
Stevens y Yudenia Manso; esta última, en un momento de gran emoción, interpretó La Bayamesa, nuestra primera canción trovadoresca. El también compositor fue
homenajeado por la Dirección Provincial de Cultura, el Fondo de Bienes Culturales, los
pintores Alexis Pantoja y Yunier Figueredo Lora y la revista Ventana Sur. En la jornada
posterior, antes del concierto, la Asamblea Municipal del Poder Popular, le otorgó la
condición de Hijo Ilustre de la ciudad de Bayamo. (LC)
2
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
TEATRO ALAS D´ CUBA: DE VUELTA A LA ESCENA
Gleidys Rivas Hidalgo
Carlos D. Montejo Matamoros
Con veinte años realizando un teatro
de “conmoción” y excelente factura,
el grupo Alas D´ Cuba, dirigido por
Fernando Muñoz Carrazana, El Chino,
sigue en la preferencia del público
granmense.
Hubo un tiempo en que Alas… estuvo
silenciado y fuera de nuestros escenarios por situaciones ajenas a sus intereses. Ese período lo aprovecharon para
renovarse, crecer en la plantilla y
pensar cómo realizar un mejor teatro
tal y como lo exige la contemporaneidad. Así, como el Ave Fénix, renació, y
ese impulso creador se evidencia con
creces en su último estreno: Noria;
segunda parte de la serie Trilogía de las
Obsesiones, iniciada con la obra Mamá,
del dramaturgo Raúl Alfonso.
Esta vez, fue escogido un texto del
dramaturgo Roberto D. Yeras, adaptándolo intencionadamente para interpretarlo en espacios no convencionales
como bares, tabernas, clubes nocturnos,
etc.; pues su trama se desarrolla precisamente en esas áreas de “disfrute”.
En Noria, se desatan varios conflictos
alrededor de un encuentro que sostienen
los amigos César y Andrés en un bar de
ambiente opresivo y pobre, con un cartel al
fondo que reza: “No hay ron ni cigarros”,
y al que ni siquiera les permitían acceder.
Sin embargo, tanto las “carencias” como
la prohibición se “resuelven” mediante un
soborno al cantinero.
Luego de posicionarse y establecer una
sincera conversación, se ponen al desnudo algunos secretos y sentimientos de
los personajes, cuya historia común de
exsoldados internacionalistas les permite evocar un pasado no menos difícil
que el presente, colmado de penurias
en uno y de elecciones desgarradoras en
En primer plano, de izquierda a derecha, Andrés; Rauli (el cantinero) y César, el poeta. En segundo plano, Arcadio
el otro. Por otro lado, en escena se van
insertando otros personajes bien caracterizados y con distintos propósitos. Tal
es el caso del loco Arcadio, cuyos parla-
mentos, aparentemente disparatados,
tienen connotaciones peculiares.
En Noria, Alas… muestra un vigente
problema social: la prostitución; que
cada vez atrapa a mujeres de menos
edad que venden su cuerpo a cambio
de una mejor posición económica. Bajo
el presupuesto de Rousseau de que
la sociedad pervierte al individuo, se
desnuda en la obra el conflicto entre
el placer y la supervivencia a toda
costa, lo que conduce a los personajes
a asumir una posición ante la realidad.
Tales posturas, sin embargo, aunque
parezcan elegidas libremente, están
determinadas tal vez por el entorno social, pero también por la propia
condición humana.
Merecidos son los aplausos para Noria,
que con admirable desenvolvimiento y
talento interpretan actores jóvenes y
no tan jóvenes bajo la tutela de Fernando Muñoz. No hay dudas: Alas D´Cuba
germina y avanza hacia una nueva etapa
de su creación artística.
Daniel Carrazana, en la impactante caracterización de Arcadio
LA NORIA DE LA MALA SUERTE
Edgardo Hinginio
“¡Qué buena suerte!”, le repiten a César
—el poeta y personaje principal de la obra
teatral Noria, del dramaturgo habanero Roberto D. M. Yeras—, que llevada a
escena por el grupo granmense de teatro,
Alas de Cuba, hemos presenciado en varias
locaciones de la ciudad.
Si tuviera que calificar con dos palabras
esta puesta en escena, diría: precisa e
impactante. Otros tendrán diferentes
adjetivos, los míos son esos, por la escenografía minimalista, el desempeño actoral y
por la dinámica de una dramaturgia que,
precisamente como una noria, nos traslada de un foco narrativo a otro, sustentando una trama y sus conflictos en el breve
espacio de una barra y tres mesas de un
bar. Es un recurso dramatúrgico fascinante,
porque los actores y las historias entran y
salen, manteniendo en alto las expectati-
vas del público, independientemente de su
apreciación estética.
“¡Qué buena suerte!”, dicen al poeta los
personajes Andrés, Rauli y Anita, cuando se
enteran que aquel partirá del país gracias a
una conquista amorosa. El exsoldado internacionalista, el cantinero del bar y la prostituta, ven la partida como una oportunidad
ideal para despojarse de las agonías que
viven y que expondrán a rienda suelta a lo
largo de la obra. Los temas tratados son los
dominantes en la sociedad cubana después
de la crisis de los 90: la escases de recursos
básicos, la doble moneda y la prostitución.
Noria cala en el alma de los espectadores, además, por el sobrecogimiento que
producen las actuaciones de Daniel Carrazana Rosales, en el personaje de Arcadio,
y de Fernando Muñoz Carrazana, en el de
Andrés. Arcadio es el abuelo de una de las
prostitutas (Yumey). Es también el autor
de un libro que celebra la vida, no obstante, en la obra es un símbolo del abandono
y del descrédito más lamentable. Por su
parte, Andrés es un veterano de la guerra
de Angola. Su actuación merece opinión
aparte, pues resulta excelente la calidad
con que Fernando Muñoz Carrazana,
asume el doble rol de actor y director.
Las actuaciones de miembros del elenco,
entre ellos, Rauli, el cantinero (Ruslán
Domínguez de la Torre), las prostitutas Anita
(Susana Céspedes) y Yumey (Alianna Pérez),
y Miguelina, (María Teresa), me parecieron
puestos en la balanza: en algunos momentos buscando y hallando vuelo, en otros en
franca planicie, casi cayendo al pozo, mas,
por lo general, situados en la norma, sin
demasiados sobresaltos.
Como propuesta, Noria convoca a
apreciar la delgada película entre la
supuesta buena y mala suerte en relación
con las actitudes. Después de muchos
diálogos sobre las angustias de la vida
social y la guerra, después de tantos tragos
de ron y uno que otro bocadillo de queso,
Anita convence a Andrés —que siempre se
había opuesto— a usarla sexualmente en
su condición de prostituta y, lamentablemente, termina muerto.
El inadecuado tratamiento de la psicología del poeta en diálogos y comportamientos, termina por paliarlo el actor.
La poca experiencia profesional de sus
jóvenes artistas es vencida por la agonía de
la prostitución en un ambiente estéril. La
ansiedad de un cantinero y una administradora por problemas económicos es un
mensaje trasmitido linealmente.
Una vida de noria viven muchos, más
pobre, si se quiere, por el constante anhelo
de “partir”, de “huir” hacia otras vidas, sin
percatarse que, acaso, llevarán esa infelicidad adonde vayan. Noria es, sin dudas, un
nuevo logro profesional de Alas de Cuba,
un plato fuerte, un espejo para reflexionar
sobre las decisiones que definen la vida de
los hombres y su precaria, pero inigualable, condición humana.
3
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
POESÍA PARA OXIGENAR EL ALMA
María Valerino San Pedro
Rafael Martínez y Luis Carlos Palacios
El niño regordete y de cachetes
rosados corre junto a sus hermanos
por entre la maleza, en tanto su mente
vuela bien alto y ve en el aire páginas
escritas, libros gruesos, versos... Quizás
en ese pasado inolvidable piensa
Aurelio José Hernández Sánchez,
mientras se prepara para una entrevista que debí haber hecho hace muchos
años, cuando empecé a admirar a este
hombre buenazo y atento, que ha
vivido y vivirá siempre por y para la
literatura.
Remembranza
Hijo de un matrimonio de campesinos
radicados en Gibaltar, municipio de
Guisa, Aurelio es el primero de doce
hermanos. Llegó a alcanzar ese mismo
número de años sin conocer absolutamente nada de las letras, y a esa misma
edad, aprendió a leer y escribir de la
mano de la habanera Zenaida León
Tamayo, quien los alfabetizó y dijo a
su padre, Andrés Hernández Bárzaga:
“Señor, este niño puede dar, y llegar
lejos. Llévelo a la Ciudad Escolar Camilo
Cienfuegos, donde están estudiando
los campesinos”.
Se inicia entonces el camino indetenible que Aurelio aun transita:
“Definir esa etapa de mi existencia
es difícil —explica—, me separo por
primera vez de los míos, pero a la vez,
entre esfuerzos y desvelos, comprendo
que ahí comienzan mis sueños.
Al finalizar el octavo grado me trasladan para la escuela Bartolomé Masó,
de Manzanillo, luego paso el preuniversitario. Al unísono escribo, escribo sin parar. Descubrí que era lo más
ansiado.”
Pasos firmes
Aunque su hablar es pausado, él es
inquieto, se mueve en el asiento y
gesticula, quizás para hacer salir
esa tremendísima energía que sin
dudas tiene dentro. Al comentar
sobre este u otro asunto salta de una
época a otra, sin pausa, sin respiro. Le
pido me permita conducir las interrogantes. Sonríe y acepta.
“En Manzanillo fundo un incipiente grupo literario en el que estaban
Wilfredo Naranjo (padre), Enrique
Véliz, Alex Pausides y Emelicio
Vázquez. También en ese período
comienzo a escribir textos con un poco
más de fundamento en los cuales se
percibe mi aire de la montaña.
Para mi primer libro publicado, El
saltar del imán, conté con la colaboración de Alex Pausides, y gané en
experiencia. Por entonces me piden
que trabaje en la Casa de Cultura de
Yara, y en 1983 fundo allí el periódico
Luz de Yara, que se edita por primera
vez el 31 de julio de ese año.”
Aurelio reconoce el apoyo para esa
publicación del pintor Manuel Olivera
Álvarez (Moa) y del poeta Alex Pausides, además de la dirección del Gobierno de Yara.
Se recuerda viajando por su cuenta
a los municipios de la provincia en
busca de trabajos pertenecientes a
escritores del patio para publicarlos,
primero trimestralmente y luego con
frecuencia anual, hasta que la situación económica se complejizó y el
suplemento desapareció, resurgiendo efímeramente en 2005 y en 2006.
No es hasta el 2014 que la Dirección
Municipal de Cultura de Yara retoma
el tabloide, cuya última edición data
de abril del presente año.
Incomprensiones
Hernández Sánchez no se amilanó ante
la carencia de recursos, comenzó a viajar
a Villa Clara, de donde traía el papel para
una nueva publicación El Portón, periódico
que le trajo tragos amargos, incomprensiones y huellas personales y familiares
para siempre.
“Este periódico, que hice con tantas
expectativas y esperanzas, tuvo sus
divergencias, porque publicó un cuento
titulado De nalgas al fondo, del escritor camagüeyano Miguel Praga, un
hombre contagiado con el Sida, y ello
causó estupor e inconformidad en las
autoridades políticas de la provincia y
el municipio de Yara. Perdí incluso el
trabajo por esa causa.
Yo no entendía. Ese cuento, relacionado
con la homosexualidad, fue premiado en
un concurso por un respetable jurado,
integrado entre otras prestigiosas figuras,
por Francisco López Zacha. Comenzó
para mí un período de reclamaciones y
tuve el apoyo de la Uneac en Granma y
de Abel Prieto. Finalmente me retribuyeron las pérdidas económicas y me reintegraron a mi vida profesional de siempre,
pero quedaron las huellas... Hoy se puede
encontrar en cualquier librería el citado
cuento. Así son las cosas.”
El poeta Aurelio Hernández Sánchez
Nuevos retos
Poco después Aurelio decide enrumbar su camino nuevamente: se traslada
para Manzanillo y se incorpora a la Casa
de Cultura, dondoe desarrolla un intenso trabajo que incluye, entre otras cosas,
llevar el conocimiento y la poesía de
manera directa a los exreclusos. Se integra
también al trabajo con los niños, y crea el
tabloide infantil El mambisito. Por otro
lado ha sido profesor de Décima, captando talentos en los barrios La Martí, Buey
de Gallego, Cayo Redondo y la ciudad de
Manzanillo. Sus pequeños alumnos fueron
incluso a eventos nacionales.
También, sigue escribiendo y publicando en Cuba y en antologías extrajeras. En
2008 sale a la luz su poemario La soledad
del pez y en 2013, El peso de las sombras.
Asimismo, tiene en proceso de edición, por
la Editorial Oriente, el volumen Sellado
libro de piedra.
“Siempre trato de ver la cultura desde
una óptica distinta, llevando la literatura
a mis semejantes. He hecho trabajos para
el periódico La Demajagua, buscando el
fluir artístico y cultural de la provincia, y
le garantizo que siempre gana la espiritualidad de la gente, de la vida, llevo eso
en el corazón.
(…) El tiempo no pasa por gusto: uno
aprende. Ahora, por ejemplo, comprendo mucho más a Martí cuando decía que
la poesía es más importante que las fábricas… Te llena tanto espiritualmente que
no sabes cómo expresarlo. Siempre que
puedo disfruto nuevamente los Versos
sencillos: son un plato para saborear.”
Preferencias
“Una cosa es lo que tú pretendas y otra
lo que la naturaleza poética te da”, afirma
mientras sus ojos se entornan, como
muestra de un sentimiento profundo.
“Lo que más me gusta es oír buena
música: Trova, Radio Enciclopedia, y leer
mucha poesía, releer a César Vallejo,
La guerra y la paz y a Dostoievski.”
Habla con vehemencia de su única
hija Katerine y su nieto, al igual
que de su compañera Migdalia
Rodríguez Rosabal, sin cuyo apoyo
hubiera sido imposible transitar
su camino profesional. Finalmente,
confiesa:
“La poesía es mi vida. Ha sido fuente
salvadora y oxígeno, mi senda verdadera hacia la belleza y el amor.
4
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
RAMÓN CABRERA: CANTOR DE PUEBLOS
Eddy Bolaños Guía
En el año 1979, durante su primer viaje
de retorno a Cuba, Ramón Cabrera estuvo
de visita en Palma Soriano, y una noche
de animada conversación con él, en la
casa de su tío Eribio Cabrera, el autor
de tantos números dedicados a ciudades
cubanas cantadas por el Benny, nos habló
de ese tema y de diferentes aspectos de
su vida, los que hoy compartimos con los
lectores de esta periódico.
El 16 de noviembre de 1918, nació en
Bayamo Ramón Pavón Argote, que tal era
su verdadero nombre, (Ramón Cabrera
es su nombre artístico). A los dos años
lo llevaron a residir a Holguín, donde su
padre trabajaba como trompetista de la
Banda Militar del Regimiento Máximo
Gómez. Cuando tenía 6 años su papá
fue nombrado segundo director de la
Banda Municipal de Palma Soriano. Allí
se asentó su familia y transcurrió parte
de su niñez y adolescencia. Por eso suele
decirse que Ramón Cabrera es oriundo de
la Ciudad del Cauto, cuando en realidad
es bayamés. Con su padre comenzó a
estudiar teoría y solfeo, y también la
trompeta, pero realmente no era muy
diestro en ese instrumento y lo abandonó
para dedicarse de lleno a la composición.
Aquella
noche
de
recuerdos,
Ramoncito, como le llamaban sus
íntimos, estaba nostálgico, porque hacía
largos años que se encontraba fuera
de su patria, y comenzó a rememorar
anécdotas e historias de cuando residía
en el periférico barrio de Punta de Pie,
después de la línea del ferrocarril, donde
compartió tantas travesuras con la
bulliciosa muchachada de su época, los
mismos amigos que ahora lo saludaban
con admiración y afecto. De aquellos
años juveniles data su primera canción,
de letra casi olvidada, dedicada a Rosario
Arcas, una muchacha de la que estaba
locamente enamorado.
Por eso evocó el día triste de su partida
hacia Santiago de Cuba, cuando tenía 17
años, pues el padre había sido nombrado
segundo director de la Banda de Música
de esa ciudad, y comenzó a repasar en
su memoria la letra del primer número
dedicado a un pueblo cantado por el
Bárbaro del Ritmo, Adiós, Palma Soriano.
“Ese son montuno lo compuse allá por
1940, en honor al pueblo donde crecí y
viví largos años, porque para mí fue muy
triste la separación de mis amigos, de la
gente que me conocía desde muchacho,
de mi primer amor. Era de noche cuando
nos marchamos y se me salieron las
lágrimas cuando vi alejarse el lucerío de
la ciudad”, confesó Ramón.
Pasarían diez años o más antes de que
Adiós Palma Soriano llegara a manos de
Benny Moré, cuando Mariano Mercerón,
quien ya había grabado temas de
Ramón Cabrera, como Enfurruñao y
Compréndeme, nena, propició el primer
encuentro entre ambos. El Benny lo
estrenó en público en 1952, en la Terraza
Club de Palma, durante unos carnavales. Luego lo grabó para la RCA Víctor y se
convirtió en un éxito, lo que motivó
que se quedara embullado y le siguiera
encargando números a Ramón Cabrera,
surgiendo entre ambos una gran amistad.
A ese le siguieron otros como
Guantánamo y Manzanillo, ambos de
gran popularidad. La inspiración para
componer Manzanillo le surgió cuando
visitó aquella cuidad junto al periodista
bayamés Rubén Castillo Ramos, quien le
sugirió aquella idea. Y allí, tomándose
unos tragos en un bar que había junto
a la bahía, al ver las olas que rompían
estruendosamente contra el entablado y
las espumeantes burbujas que salpicaban
juguetonas, se le fue ocurriendo la letra.
Santiago de Cuba lo compuso un año
después; pero no se grabó hasta 1955,
porque la RCA Víctor les aconsejó dejar
pasar un largo tiempo entre ambos
discos, ya que el apogeo de uno podía
matar al otro. La inspiración para este
número le surgió a Ramón Cabrera,
porque al llegar a Santiago, como no
tenía amigos y vivía en la calle Garzón,
desde muy temprano en la mañana se
sentaba junto a la puerta de su casa y se
ponía a contemplar a los vendedores que
pasaban pregonando sus frutas.
Marianao, fue la última canción con
nombre de un municipio de La Habana,
compuesta por Ramón Cabrera para
El Benny, porque un día el Bárbaro del
Ritmo le dijo que no iba a interpretar más
números dedicados a pueblos. Aunque
él siguió componiendo canciones de
ese tipo como Baracoa, Tierra querida
—dedicada esta última a Bayamo—, y
otras muchas, cantadas por diferentes
intérpretes, entre ellos Tito Gómez.
Pero antes de llegar al éxito con
su música, Ramón Cabera tuvo que
dedicarse a varios trabajos para poder
sobrevivir:
vendedor
de
mangos,
paleador de carbón, barbero y tallista de
madera, estos dos últimos aprendidos en
la escuela de Artes y Oficios. Y, en una
etapa en que regresó a Bayamo, realizó
la labor de tallista allí, enviando muebles
para Santo Domingo, incluso algunos
para el Palacio Presidencial de ese país,
y decoró un coche fúnebre de madera
para la funeraria Casate.
A La Habana llegó en la década del
40, a probar suerte, y allí tuvo que
realizar diferentes trabajos, entre ellos
en el Instituto de Derechos Musicales,
con la destacada compositora Tania
Castellanos. Indudablemente, fue el
Sonero Mayor quien le abrió el camino
de la popularidad para que cantantes
como Celia Cruz, Melo Sosa y Caridad
Cuervo, entre otros, interpretaran sus
números. También lo harían el Conjunto
Casino, Servando Díaz y Los Zafiros.
Su
gran
éxito
internacional
fue
Esperanza, popularizado en Cuba por
la orquesta Aragón, y en Francia y otros
países de Europa por Charles Aznavour.
En 1965 viajó a España, para hacerse una
operación de la vista, y allí la madrileña
Rosario Villarrubia (Charito) lo cautivó, y
se casó con ella, fijando su residencia en
aquel país peninsular. Pero desde Madrid
siguió sus contactos con su tierra y allá fue
presidente de la Casa de Cuba, siguiendo
sus vínculos con la Isla, sus familiares y
amigos, de los que nunca se olvidó.
En España no dejó de componer y Lolita
—la hija de Lola Flores— le grabó Con
el insistente mirar, muy difundido en
ese país y en otros. Realizó además un
programa radial titulado Voces y ritmos
latinoamericanos, y escribió artículos
sobre música cubana para algunos
periódicos madrileños. También en
Nueva York le grabaron No le llames
salsa a mí son y Cartagena plateada en
Colombia, donde fue un éxito.
El 15 de diciembre de 1993, en un frío
invierno madrileño, luego de ser sometido
a una compleja intervención quirúrgica
en su querida Isla, la muerte sorprendió
a Ramón Cabrera. La noticia conmovió a
muchos de sus admiradores en diferentes
lugares del mundo y muy en particular en
Bayamo y Palma Soriano, la tierra natal y la
adoptiva de este notable artista.
Ramón Cabrera y Benny Moré
5
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
UN BRINDIS POR EL BOLERO
Orlando Quesada Arévalo
Carlos D. Montejo Matamoros
El bolero, romántico por excelencia,
se convirtió en un género utilizado por
poetas, compositores e intérpretes para
cantar al amor. Su creador fue el cubano
Pepe Sánchez, quien definió su estructura clásica: dos períodos musicales de 16
compases cada uno, separados por un
pasaje instrumental que se ejecutaba
melódicamente en la guitarra, llamado
comúnmente pasacalle. El primer bolero
del que se tenga noticia fue compuesto
por él, y se tituló: Tristeza.
Desde niño, amo mucho este género.
Recuerdo que me iba a disfrutarlo para los
bares cercanos a mi hogar: El Mambo, el de
los Hermanos Pérez y el del papá de Mundito González. En todos habían vitrolas
donde escuché a boleristas como Fernando Álvarez, Blanca Rosa Gil, Beny Moré,
Vicentico Valdez y Gina León, por citar
algunos nombres. En una ocasión, vi actuar
al trío Los Cancilleres, a Quino Moran y a
Lino Borges con el conjunto Saratoga. Ahí
comenzó mi inclinación definitiva por este
fenómeno cultural. Incluso, con el combo
infantil La Bayamesa, canté muchas veces
aquel famoso bolerón que reza: Tengo yo
dos cosas tuyas que te quiero devolver: un
rizo de tus cabellos y un beso que te robé.
Debo confesar que aun lo canto.
En verdad, agrupaciones e intérpretes como Mundito González, el trío Los
Pedruscos, Roberto Estrada y los inolvidables Lázaro Scull y Ángel Labrada, se
escuchaban mucho por Radio Bayamo.
Con el tiempo, todos llegaron a ser mis
amigos. Después conocí a Eugenio Expósito, a Felipe Arévalo y al trío Cabayamo,
En primer plano, el autor animando la peña La Noche del Bolero
que “descargaban” en distintos lugares
de nuestra ciudad. En una oportunidad, con el combo Alfa, alterné con los
célebres Tejedor y Luis. De esta, y de
otras muchas historias que viví, surge en
1995 la idea de crear un espacio dedicado al género, y nace La tarde del Bolero,
apoyado por el grupo La familia, y como
cantantes Rubén Álvarez y Margarita
Alarcón. Este evento me permitió crear
un concurso, titulado Quiero hablar
contigo, y en 1998 nos ganamos la subsede Internacional del certamen Bolero
de Oro, ocasión en la cual José Loyola,
por entonces presidente de la asociación
de Música de la Uneac, lanzó la frase:
“¡Guapachá, te saliste con la tuya!”
Con el objetivo de estimular a boleristas
y arreglistas, creamos también en el 2006
la Noche del Bolero, que se celebra cada
primer jueves del mes. Allí, los apasionados
de este formato musical brindan por él, lo
cantan y celebran. Por el escenario de ese
espacio han pasado artistas como Idanis
Ortiz, Maida Castañeda, Yudenia Manso, El
trío Los Caminantes, Aníbal Licea, Chacho y
sus muchachos, la Orquesta Monumento, el
grupo Compacto, etc.
En este 2016, La Noche del Bolero cumplirá 10 años. El brindis será en grande, y en
él festejaremos además el cariño de tantos
amigos que han ayudado a mantenerlo,
entre ellos Eduardo Núñez, Luis Millet,
Gabriel Suárez, Rafael Rodríguez, Lucía
Muñoz, Abel Guerrero Castro, José Rodríguez, Augusto César Odio, Luis Carlos
Frómeta, David Rodríguez, Luis Carlos
Palacio y Jorge Luis Batista, entre otros,
pero sobre todo, celebraremos la fidelidad
y el amor de maravilloso público, amante
del Bolero, que nos espera y acompaña en
cada nueva entrega.
CARLOS PUEBLA: SOY DEL PUEBLO, PUEBLO SOY
Rafael J. Rodríguez Pérez
Este 12 de julio se cumplen 26 años de la
desaparición física del Cantor de la Revolución y, dos días después, once años de la
fundación del Museo Cubano de la Cera,
donde se le rinde un perpetuo homenaje.
Acaba de cantar. Tiene los labios entreabiertos y alguna melodía aun vibra en
su garganta. Viste traje impecable, pero
lo más brillante de su esmerado atuendo es la guitarra, y la
acaricia como un
enamo-
rado. En su semblante, una expresión
absorta; en los ojos, un destello feliz.
Es Carlos Puebla de nuevo ante su
pueblo, pues El cantor de la Revolución
o Juglar de la Era Moderna, volvió de
cuerpo entero, esta vez eternizado en el
bello ademán de actuar para los suyos.
Un día cualquiera, en el céntrico paseo
de la ciudad de Bayamo, alguien empuja
la puerta del Museo de la Cera y…
guitarra en mano, el trovador espera. El
visitante, asombrado, se acerca: “Parece
vivo. ¡Si pudiera cantar!”
La música de fondo le responde: Soy del
pueblo, pueblo soy/ y a donde me lleve el
pueblo voy. / Por el pueblo voy pasando/
y oyendo sus sentimientos, / los recojo y
al momento/ se los devuelvo cantando. /
Junto a la figura de cera del cantautor
cubano Carlos Manuel Puebla (19171989), expuesta en el Museo, que
este celebrará su aniversario once, también
están
las de
otras celebridades, como los músicos
Benny Moré, Compay
Segundo, Polo Montañez, Ignacio Villa (Bola
de nieve) y Juan Formell, así como
El Apóstol, José Martí y El Padre de la
Patria, Carlos Manuel de Céspedes,
entre otros.
Rafael Barrios Madrigal, creador de
tales obras en unión de los hijos Rafael
y Leander Barrios Milán, afirmó que fue
un placer rendir homenaje a Puebla, un
cubano completo: jocoso, dicharachero y
popular, que puso su talento al servicio
de la Revolución.
“La cera es un material muy noble, pero
tiene sus misterios”, aseguró el artista,
quien vive junto a sus hijos en el municipio
de Guisa, a la vista de las magníficas montañas de la Sierra Maestra, fuente principal de
inspiración y recursos para las obras.
Contó que para trabajar el material le
dan al menos 200 horas de calor, a fin de
eliminar grasa e impurezas, y luego, según
la pieza, aplican los colorantes, de preferencia óleos u otras pinturas de excepcional calidad, las que luego mezclan hasta
lograr los tonos adecuados.
“Explicado así —refirió Barrios Madrigal— parece un proceso sencillo, pero
no lo es. Nuestra técnica se denomina
cera policromada, y lograr los colores
de la piel humana, por ejemplo,
requiere de mucha paciencia y vigilancia, pues la cera también tiene sus
trampas.”
Antes de hacer figuras humanas, los
Barrios modelaron durante muchos
años animales autóctonos de la campiña
cubana, especialmente aves, labor que
no abandonan y en la cual logran un alto
nivel técnico-artístico.
El primer busto humano realizado por
ellos fue el del célebre músico estadounidense Nat King Cole (1919-1965), que se
exhibe en el Salón de la Fama del Hotel
Nacional de Cuba.
En los libros de opiniones que conserva el museo, llenados por más de medio
millón de visitantes desde su inauguración, el 14 de julio de 2004, abundan las
hondas impresiones, el asombro genuino y la risueña gratitud por la existencia
de un sitio tan original. La estatua de
Puebla es una de las más elogiadas.
El trovador nació el primero de
septiembre de 1917 en la ciudad de
Manzanillo, en Granma, y a pesar de
la pobreza, que lo obligó a desempeñar múltiples oficios, prevalecieron su
talento y vocación artística.
Desde 1959, empleó el arte para ser
cronista popular de la Revolución cubana,
cantando los hechos más relevantes
y defendiendo sus doctrinas con fino
humor criollo.
Su creación más popular es, sin duda,
la dedicada a Ernesto Che Guevara con
el título Hasta siempre, y que ha sido
traducida y cantada en multitud de
idiomas y estilos.
Puebla murió el 12 de julio de 1989, en
La Habana, y sus restos descansan en el
cementerio de Manzanillo. Este epitafio
identifica su tumba: “Yo soy esto que soy,
un simple trovador que canta”.
6
LA CAMPANA
JULIODE 2015
ÁLVARO TORRES: LOS SUEÑOS DE ALGODÓN
Rafael J. Pérez Rodríguez
Carlos D. Montejo Matamoros
Despertando la magia de los algodonales,
entre cerros azules que comienzan a ataviarse de luz, avanza sobre Concepción Batres
un claro amanecer. Es apenas un pueblito
rural del departamento de Usulután, en la
República de El Salvador, pero palpita en él
esa virgen poesía de la naturaleza americana cuyos versos parecen recién salidos de la
garganta del creador.
Por la línea del sol, bajo el silencio extraño de la pena, van las recogedoras hacia el
mar de algodón que platea, telaraña difícil
donde sumergen todo el día sus cuerpos y
sus sueños. Mas, de pronto, escuchan una
voz. Una menuda vocecita, dulcísima, se
levanta entre los copos vivos y los echa a
volar. “¿Pero… quien canta?”, se preguntan
a una las mujeres, sintiendo como la melodía
arrastra la congoja y deja el alma leve, alba y
serena como las hebras que el solano se lleva.
“Oh, es mi hijo”, responde, orgullosa, una
muchacha. “Anda, pues, por ahí. Pero no
se le ve, porque las matas son más altas que
él.” “Dígale, por favor, que no pare”, piden a
coro las obreras. “Es muy hermoso”.
Aquel niño cantor siguió tal mandamiento
a pie juntillas. Muchos años después, con la
misma naturalidad con que se eleva al cielo
un copo de algodón anclado a un remolino,
inició un prodigioso ascenso musical que lo
convirtió en un artista de renombre internacional. El pequeño Alvarito, de Concepción Batres, es hoy Álvaro Torres, de todo el
universo.
Ahora, en Cuba, y en el Bayamo histórico
donde vino a cantar, un joven periodista
tiene el honor de dialogar con él. Ese joven
se sabe todas sus canciones. Creció con ellas.
Y es lo primero que confiesa cuando el artista lo recibe, vestido ya para el concierto,
risueño y querendón. El cuestionario es leve,
pero jugoso, y la primera interrogante versa
sobre su pueblo y sus sueños de niño.
“En mi tierra natal todo era muy difícil.
En verdad, no había ninguna esperanza de
triunfar. No se vislumbraba en el horizonte la
posibilidad, ni siquiera lejana, de que pudiera convertirme en una figura. No tenía idea.
Lo mío fue todo muy natural y espontáneo.
Un buen día me fui, en busca de mi padre
violinista, a quien no conocía y de quien
heredé el talento y la pasión por la música.
Lo encontré y fue maravilloso. A partir de
ahí me acerqué en serio a este mundo de
melodías y a un instrumento como la guita-
rra. Así empecé a musicalizar las ideas que
tenía desde pequeñito.”
Sobre sus referentes o maestros, además de
su padre, respondió:
“Aprendí de todo cuanto escuché en mi
camino. El primer ídolo, por decirle así,
fue el mexicano Javier Solís. Era un gran
romántico, con aquellas canciones tan
expresivas. Luego, ya en la capital de mi
país, escucho la obra de Roberto Carlos, y
las creaciones del movimiento musical de
entonces. Había muchas bandas locales
haciendo copias al español de canciones
americanas. No lo sabía entonces. Para
mí aquello era inédito y creía que era un
trabajo original de cada cual. Me di cuenta
años después. Pero en aquella época lo
tomé todo como auténtico y como tal me
sirvió de inspiración.”
Autor de algunos de los temas románticos
más hermosos de la música latina de todos
los tiempos, el compositor nos revela:
“Nunca compongo por oficio, sino por
inspiración. Es un desahogo personal, una
necesidad de expresión, y es siempre algo
espontáneo provocado por mis vivencias y
sentimientos. Así que soy un compositor, si
se quiere, casual, pues solo puedo hacerlo
cuando algo me motiva, ya sea positiva o
negativamente. Muchos compañeros me
piden canciones pero, francamente, no
puedo suplir ese mercado. Intenté algunas
veces componer bajo presión, para satisfacer alguna demanda, pero es una disciplina muy difícil de dominar. Y dejé de
intentarlo. Como soy siempre sincero en
ese sentido, mucha gente se identifica
y se ve retratada en mis canciones. Creo,
también, que el ser compositor es una
cuestión de esencias, y viene de mi primera
infancia: me faltaron muchas cosas importantes, pero nunca el amor de mi madre,
ni el campo, ni el río, que me nutrían de
la mejor poesía. Aquel entorno me hizo
romántico y me hizo poeta.”
Con una larga y exitosa carrera haciendo música y cantándole, esencialmente,
al amor, quisimos conocer los conceptos
personales de Álvaro sobre ese arte y sobre
el sentimiento que ha sabido nutrirlo. Del
primero, opinó:
“Es la mejor expresión para aquellos que,
como yo, no tenemos otros medios a
mano. No soy muy locuaz. Nunca
lo fui. No pude ni siquiera ir a la
escuela. Entonces fue la música,
y sólo ella, el vehículo ideal en el
que me monté para que me llevara a donde fuera, mi manera para decir
a una chica lo mucho que me gustaba o
como me volcaba el corazón cuando la
veía, la oportunidad de demostrar mi
amor al cantar a mi patria, a mi madre, a
mi padre. Ha sido la herramienta perfecta
para poder comunicar mis sentimientos.”
Sobre el amor, nos dijo:
“Es la base de todo. Estamos esencialmente hechos de amor, y solo cuando lo
abrigamos en nuestros corazones vivimos
de verdad. Dios nos hizo por amor, con
misericordia y buenos deseos. Eso hay que
rescatarlo, y respetarlo. El mundo está
enloquecido y desesperado por muchas
razones. Entonces, una nota musical
romántica y una melodía que identifique un buen sentimiento es un poderoso vínculo que puede ayudar a unir a la
humanidad. Adoro ser parte de eso. (…)
En verdad, me encanta ser el Cupido de
todas las parejas. Ojalá siga siéndolo por
mucho tiempo.”
Cuba, la isla más musical del Caribe, espera
durante largos años por muchos intérpretes
que han ganado, de lejos, su corazón. Álvaro
Torres era uno de los más añorados. Sobre el
particular, interrogamos: ¿Por qué ahora?
“Bueno, en verdad nunca pensé conocer
Cuba, aunque sí conocía su legado
musical, especialmente los boleros. Para
venir, realmente no me ataba nada. Pero
como imaginarás no era llegar y cantar
así no más. Hay canales, hay pasos. Como
no los conocía, y como no di indicios de
que algún día pudiera presentarme aquí,
pasaron todos estos años. Ahora, fue
gracias a mi manager, que es cubano y
conoce estos procedimientos. Él empezó
a bregar, a visitar personas, a viabilizarlo
todo. Después de cinco años de gestiones, al fin se nos dio la oportunidad y aquí
estoy, aprovechándola, no solo para pagar
el tributo que los cubanos han brindado a
mi música, sino también para disfrutarlo
yo mismo, pues es un gozo de verdad.(…)
Cuba ha sido lo máximo, sensacional.”
Con más de treinta discos y numerosos
premios internacionales, Álvaro Torres entrará este año, en plena producción creativa,
en el Salón de la Fama de la Música Latina.
Sobre el último de sus proyectos, informó:
“Estoy trabajando en un disco que me
ha tomado mucho tiempo, pues lo hemos
hecho de manera independiente. Se llama
Otra vida, y ya hemos sacado a la luz algunas
cosas, incluso tenemos un disco, digamos,
de “mantenimiento”, donde hemos unido
temas nuevos y algunos éxitos en espera de
la publicación del material
completo. Esta vez,
tendré la
fortuna de contar
con la participación de la
orquesta sinfónica juvenil
de la ciudad de Santiago.
Eso será otro paso para
vincularme más con
Cuba y con su arte.”
A punto de cantar
para los bayameses, que lo esperan
ansiosos
enfrentándose incluso a
una lluvia tenaz,
pregunto
al
cantautor: ¿Y la
ciudad de Céspedes, y
su gente?
“La ciudad, maravillosa. La
gente, increíble, amorosa, emotiva. Me he dado cuenta que todas
las personas de cualquier edad y
tamaño expresan sus emociones diciéndome
lo que mi música ha significado para ellos
y me cuentan incluso sus vivencias. Es algo
impresionante.”
Sin percatarme entonces que el más hermoso colofón para este diálogo es el propio
concierto que está por comenzar, lanzo,
acaso, mi pregunta absoluta, buscando un
cierre “único” que permita lucir —vana
ilusión— tres puntos suspensivos dorados: ¿Si
tuviese que escribir e interpretar la Canción
Total, sobre qué versaría?
La sincera humildad de su respuesta, mirándome a los ojos, descubrió para mí la natural
grandeza que nos trajo hasta aquí a aquel
niño cantor:
“No tengo la menor idea. Esa página está
en blanco, pero sé que ese texto llegará,
tarde o temprano.”
Después, un abrazo, ¡y al concierto! La
lluvia duró aun dos horas más. Cuando
cesó, la noche quedó límpida, perfecta
para acoger la magia de la voz. Y así fue.
Como en el mar plateado de los algodonales de su tierra, sus melodías volvieron a
alegrar corazones. No sin cierta emoción,
comprobé que, aun sin proponérmelo,
me sabía todas sus grandes
canciones, y las coreé
bajito, sonreído, pero
como me acompañaban otros miles,
muchas veces mi voz se
convirtió en clamor.
7
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
MI NORTE: EL DE BAYAMO
Diana Iglesias Aguilar
Carlos D. Montejo Matamoros
“Durante 20 años mis esfuerzos profesionales e intelectuales han estado unidos al
destino de Bayamo”
Así lo asegura Ludín Bernardo Fonseca García, Licenciado en Historia por la
Universidad de Oriente en 1994, Máster
en Ciencias, historiador de la ciudad de
Bayamo, profesor e investigador Auxiliar,
quien por dos décadas ha estado vinculado
de manera estrecha con el desarrollo social
y cultural de Bayamo y de Granma.
Miembro de la Academia de Historia de
Cuba desde el 2010, un título que hace
honor a los granmenses, pues desde 1941,
fecha en que muere José Maceo Verdecia,
nunca otra persona de la zona sur oriental de nuestro territorio había ocupado un
escaño en ese gremio. (También tenemos
el orgullo de que entre los
30 miembros de la selecta
academia se encuentre
Delio Orozco, historiador de Manzanillo.)
Honores
aparte,
Ludín es un hombre
c a m p e chano y
entusiasta, con el que se puede conversar en plena Plaza de la Revolución, en
cualquier calle o sitio, y está siempre
dispuesto a transmitir conocimientos, a
apuntalar proyectos o a retomar otros
olvidados, a editar, imprimir, encuadernar y presentar un libro de historia local
aunque sea solo en sueños, porque está
convencido que son ellos los que marcan
el primer paso para alcanzar las metas.
Hoy es el historiador de Bayamo, pero
hace 21 años era un recién graduado lleno
de proyectos y anhelos, preparado rigurosamente para la investigación científica
de la mano de prestigiosos profesores
entre los que se encuentra Olga Portuondo Zúñiga. Al graduarse parecía que no
fue destinado al lugar más idóneo, pero
como todo vale, el conocimiento no ocupa
espacio y la vida va en espiral, desde el
departamento de inventarios del Museo
Provincial Manuel Muñoz Cedeño, donde
se puso en contacto con documentos
relacionados con la ciudad entre los siglos
XVI y XIX, donados por el primer historiador de la villa Enrique Orlando Lacalle,
Ludín se irguió con una primera ponencia que abrió las puertas a la vida profesional: ¿Qué nos dejó el incendio?, texto
referido a la quema de Bayamo por
sus propios habitantes.
Convencido de que los investigadores locales, él incluido,
siguen patrones historiográficos nacionales, se apertrecha de armas para eliminar
este vicio, adentrándose en fuentes como el
Registro de la Propiedad, y en otras, para
desentrañar etapas
y sucesos locales
que no se parecen a lo que los libros de
historia cubana dicen que pasaba en la Isla.
Acerca de esto recalca la lozanía económica y el florecimiento industrial y comercial de Bayamo como región en la década
de 1950, de “vacas flacas” en el resto del
archipiélago y de abundante represión por
los gobiernos de turno como signo coincidente en la ciudad antorcha y la Isla.
Con ojo avisador advierte además la
necesidad de estudiar la Revolución
cubana como parte de la historia, proceso que acumula largos e intensos 50 años
de transformaciones que merecen una
mirada analítica para proyectar un mejor
futuro. Llama entonces Ludín a despabilar
el acomodamiento a través del profundo
análisis de las variables que componen la
ecuación de la historia.
En 1996 se abren para este hombre de libros
y letras las puertas de una institución mayor:
la Casa de la Nacionalidad, donde dejará la
mayor huella hasta ahora generada por él en
su obra intelectual, tarea que continúa desde
la Oficina del Historiador, recién dotada de
marco legal para oficializarse.
Como especialista en promoción cultural
cursa el primer lustro, y desde esa época
y hasta el 2012, Ludín Bernardo funge
como director de la Casa, y más que director, parte indisoluble del desarrollo del
único centro de investigaciones sociales en
Granma y el único del Ministerio de Cultura fuera de la capital del país.
Mucho le agradecen sus compañeros, los
historiadores, sociólogos, investigadores y
profesores que crecieron profesionalmente
junto a este amante de la tinta y las encuadernaciones. En diez años se hicieron más
de treinta libros. La alianza con el entonces naciente sistema de ediciones Riso,
hace posible que las largas horas detrás
de datos y fechas, de nombres y jerarquías,
sean llevados como historias coherentes a
estos volúmenes que como le gusta decir
a Ludín, “no se empolvan ni duermen en
los anaqueles de las librerías. Los libros de
historia local en Bayamo y en Granma, son
agua para la constante sed de los habitantes de esta tierra.”
Aunque en la entrevista hace alusión al
agradecimiento a numerosas personas en
su formación académica y laboral, como
Enrique Orlando Lacalle, Onoria Céspedes,
Carlos Rodríguez Lora, tenemos en frente a
un hombre al que también se le debe agradecer por esa convicción que profesa y practica
de que las cosas hay que hacerlas bien.
Así, construye un legado para las presentes y futuras generaciones, una gran
enseñanza, acrisolada quizá en la profunda admiración que despiertan en él Maceo
Verdecia y Lacalle, sus antecesores como
historiadores de Bayamo, y que se concentra en la entrega incondicional para trabajar, sin ánimos de lucro, con total devoción,
como ellos lo hicieron.
Desde la Oficina del Historiador de la
ciudad de Bayamo, Ludín tiene ante sí
grandes retos, entre ellos, el “levantamiento” de las viviendas para ubicarlas en el
tiempo, conocer sus condiciones constructivas, así como proyectar el desarrollo habitacional con perspectivas para el turismo
histórico desde el incentivo del sentido de
pertenencia de habitantes y autoridades.
Estas, y otras muchas tareas, contarán
con la mano de Ludín para hacerse viables,
porque los que nacen o viven en ciudad
de Céspedes heredaron el ímpetu y cariño
de aquellos mismos hijos que prefirieron
reducirla a pavesas antes que verla esclava.
Con vástagos así, la ciudad, su historia y su
gente, están salvados para la eternidad.
LOS COLORES DE ALEJANDRO
Erasmo Rondón Soto
Carlos D. Montejo Matamoros
Cuando el primero de junio se celebró
el día internacional de la infancia, me
vino al recuerdo el niño Alejandro
Frías Comas, que anteriormente asistía
a la escuela especial Paquito Rosales
Cueto, de Río Cauto. Recordé con
alegría, también, que al final del curso
2013-2014, obtuvo el premio nacional
del salón de plástica infantil De donde
crece la palma, y ahora lo ha vuelto a
hacer.
A propósito de estos premios, converso
con Mailín Ramírez Báez, instructora de
artes plásticas que lo atiende.
¿Cómo te fue en los inicios con Alejandro?
“Muy difícil, si tenemos en cuenta que
él solo conversa a través de preguntas, no
mantiene una coherencia en el diálogo.
Es como si fuera almacenando la información, pero no sabe como brindarla. Eso sí,
es muy inteligente; tú le dices algo, y si no
puede hacerlo en el momento, lo completa
más tarde o al otro día.
¿Siempre mostró interés por la pintura?
“Casi siempre está pintando, solo que
nada más que dibujaba medios de transporte. Para que lograra pintar un árbol
o una casa, había que insistirle.”
Alejandro en la premiación del concurso provincial De donde crece la palma
¿Y sabes de dónde viene ese interés
por los autos?
“Él dice que cuando sea grande va a
ser chofer. Me han contado que conoce
lo más mínimo sobre los autos, por eso
pinta casi todo con este tema.”
¿Y cómo van las relaciones con él?
“Ahora es más receptivo. Ha ganado
otros premios, está más animado; y
aunque es muy intranquilo, te aseguro
que es tan bueno en ortografía como
en dibujo.”
En este curso escolar 2015-2016, Alejandro obtuvo premio provincial entre los
tres trabajos que de Enseñanza Especial
del municipio Río Cauto concursaban a
este nivel, y recientemente su obra se
alzó una vez más con el premio nacional. En el mes de mayo, se realizó la
premiación del Salón Nacional de Plásti-
ca Infantil. Allí tuvo la oportunidad de
compartir con dos de los cinco héroes (
Ramón y René). Me decías que otros dos
niños compitieron en el municipio.
“Así es, en esta ocasión hubo mayor
participación no solo del municipio,
sino también de la provincia en la
Enseñanza Especial. Esto nos da una
medida de que se está trabajando un
poco más con estos niños que tienen
una necesidad de atención mayor al
resto de sus compañeros.”
Al final de esta entrevista supe que
Alejandro es el único Asperger del
territorio, o sea, un autista con inteligencia normal que centra su atención
en algo específico (en este caso las
Artes Plásticas), condición que lo hace
resaltar entre los mejores. Por ello
ha pasado de la enseñanza especial a
un aula del seminternado Bartolomé
Masó, donde el resto de los infantes
comparten su raciocinio.
El Premio Nacional de Plástica Infantil es el motor que impulsa los sueños
de Alejandro, alentado por Mailín,
Kirenia y Luis Frías (padre); y él, que
como a muchos nos gustan los premios,
sonreirá, y esa sonrisa será el mejor
de los galardones cuando, a pesar de
los pesares, ponemos en cada obra las
manos del corazón.
8
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
WILBERTO JOBA FRÍAS
Edgardo Hinginio
Es
profesionalmente
lamentable
dedicar una de las hojas del periódico
al que te consagraste antes de tu partida a Venezuela y a la eternidad, para
escribir un obituario en tu nombre.
Sé que me censurarías esta metáfora,
pero te digo que “los recuerdos son
nubes que regresan con el tiempo”, y por
eso algunas se pierden, se disipan como
la primera vez que nos encontramos, ya
no la recuerdo. Sin embargo vienen a
mi mente tus impresiones y tu carácter
profesional como editor cuando leías
algunos de mis escritos, o tus opiniones
cuando en conversación de intelectuales analizábamos uno que otro proceso
cultural. Te recuerdo también escribiendo una carta a las máximas autoridades
del PCC para informar, en medio de las
duras condiciones del período especial,
que Ediciones Bayamo había cumplido
su plan editorial antes de que concluyera diciembre. Son muchas, y en estos
momentos, las remembranzas afluyen
con sello propio en un torrente equilibrado de alegría por haberlas vivido
y de dolor por tu desaparición física
y porque naturalmente no podemos
volver a compartirlas.
Veinte fueron las ediciones de La Campana que editaste, veinte meses dejando poco
a poco en el equipo enseñanzas profesionales, ¿cómo olvidar las discusiones creativas del proceso editorial, nuestras merien-
David Tamayo González
Estas páginas no están habituadas a
los párrafos amargos. Mas las buenas
noticias no son las únicas que llegan a
nuestro entorno cultural. Hay sucesos
que nos conmocionan, nos sorprenden e impactan… cuando los conocemos, quedamos vulnerables a todas
las tristezas, desencantos y nostalgias.
Entonces, para los que creemos en el
poder de las palabras, no queda otro
camino que escribir.
Esta vez será sobre un amigo: Wilberto
Joba Fría. En días pasados supimos de
su absurda e incomprensible muerte.
Tengo desde entonces en mi mente,
muy frescas y mezcladas con aroma de
cañas y melazas de azúcar, las imágenes de aquel niño delgado y tímido que
conocí en nuestro barrio de la infancia.
Él, sus hermanos, sus primos y yo, nos
disputábamos los mangos que estaban
por caer de las alturas del patio de mi
abuela, aquel que por cuestiones del
destino siempre fue más frondoso del
otro lado de la cerca, allí donde convivían sus tíos, sus padres, su abuela
Flora y su abuelo, el célebre Ignacio
Equipo editorial de La Campana, primer aniversario.
(Wilberto Joba, segundo de derecha a izquierda)
interés y tus añoranzas—; y la desesperación de tus hermanos y el resto de
tus familiares; y el llanto callado de tus
compañeros del Centro de Superación
para la Cultura de Granma? Aunque me
digas que esta oración no dice nada, te
repito: “no existen palabras”.
Ya no estás. Hoy repetimos los consejos que te dimos antes de partir: Lucy,
Narielis y yo. Sentimos que hayan coincidido nuestras palabras con la realidad.
En estos días he vuelto a escuchar frases
como: “eran igualitos”, y he vuelto a
ser ejemplo de parecido físico para que
muchos logren encontrar tu recuerdo.
Incontables fueron las ocasiones en las
cuales te dije que te parecías a uno de
mis hermanos, no solo físicamente, sino
también en los gestos, en ese maldito deseo masculino de andar siempre
detrás de las hembras a cualquier precio
y de mirar la vida como a través de un
prisma de colores en un caleidoscopio.
Estoy indignado, con una molestia indescifrable, desde que Liliam Brull, directora
de la Biblioteca Pública 1868, me comunicara la noticia de tu deceso. Molesto con
tu extraño destino y con la manera en que
tomaste el camino del adiós eterno. No lo
puedo creer, ni yo, ni nadie…
Siento una profunda rabia ante tu
partida. En mi queda aquel cuestionamiento tuyo con la existencia profesional: “¿por qué los hombres con menos
talento y en menor puesto laboral
disfrutan de mayor éxito económico?”
Quizás nunca comprendiste para qué
nacemos algunos. Tú cumpliste con tus
expectativas: en lejanas tierras también
educaste a otras personas y sé que
dejaste similares y buenos recuerdos
entre ellos. Si pudieras editar este texto
te echarías a reír y me dirías: “nadie va a
creer lo que escribiste”; pero es verdad.
Tal como se dice, la realidad supera a la
ficción. Mientras tanto trataré de aliviar
esta pena, de calmar esta rabia, porque
hermano… el talento, no se le regala a
la muerte.
Ese día, entre las imágenes de la
infancia, los días en la Universidad
de Oriente, el timbre de su voz y el
llanto de su gente, recordaba a flashazos mis interminables conversaciones
con el Joba de las letras, en cualquier
espacio de la ciudad. Vino a mi mente
la profunda polémica que sostuvimos, en ocasión de un artículo que
él me editaba, sobre mi frase “la era
de las pantallas”, que él consideraba
“la era digital”, opinión que terminó
por imponerse. Coincidíamos y discrepábamos en teorías, enfoques, prácticas y visiones, realidad que acentuó
nuestra amistad y mi admiración por
su innegable profesionalismo. Mirando
ese patio, supe lo frágiles que somos y
la delgada línea que separa la vida de
la muerte.
Horas antes del sepelio, su familia
me pidió pronunciar unas palabras de
despedida. Acepté de inmediato, aun
sin saber qué decir, cómo compendiar en escasos minutos la grandeza y
humildad de este amigo.
No hubo discurso escrito. Con la
voz quebrada, evoqué nuestra infancia común, la inocencia de nuestra
generación, la amistad entre los suyos
y los míos. Hablé de su constancia en la
escuela, su inteligencia y su motivación
sin fin por aprender. De nuestra coincidencia en Santiago, donde estudiamos
en los duros 90.
Repasé su trabajo como editor, su
voluntad de crear, su desinterés por los
elogios y pasión por enseñar. Recordé
nuestras conversaciones sobre temas
diversos e importantes. Me detuve en
su incontrolable pasión por los libros,
tan desenfrenada que los dispersaba
en casa de sus familiares más cercanos, no por desprendimiento o falta de
control, sino por estar siempre acompañado de solapas, índices y culturas.
Terminé invocando su humildad y
talento e invité a recordarlo entre los
vivos, como si estuviera enamorando a
una mujer, compartiendo con amigos
o leyéndose un libro. Así fue Wilberto,
mi amigo, un inconfundible paradigma
de cuántas y cuán profundas pueden
ser las huellas que dejemos en nuestro
paso por la vida. Así era aquel hombre,
siempre apuntando alto, invencible
como cuando, de niño, atrapaba los
mangos desde las más difíciles alturas.
das laborales con yogurt o refresco, panes
con croquetas o pizzas, cuando ya rondaba
la medianoche? Igualmente estampaste tu
nombre en varias épocas de Ventana Sur,
nuestra revista cultural, aportaste ideas a
Papalote, editaste un sinnúmero de libros
en editoriales de la provincia y escribiste
los artículos de tus investigaciones, aunque
siempre decías que la vida no te había
dotado con el talento de hilvanar ideas
adecuadamente sobre un papel.
Has estado y seguirás presente, en
nosotros viven tus saberes y también tu
manera de ser, con virtudes y defectos
como cualquier otro ser humano.
Pero te fuiste, quién sabe cómo, o por
qué. No podemos ni siquiera imaginar
dónde quedaron tus últimas energías,
Joba, creador de aquellas enramadas,
muy famosas en Mabay y barrios colindantes.
Mi abuela me contaba sobre los
bailes de órganos que organizaba el
viejo Joba, donde la alegría del barrio
rebasaba las frituras de bacalao, la
cerveza y las piezas tradicionales.
Conocí aquel patio espacioso, ya más
nutrido de casas y poblado de gente,
la mata de caimito, la de higuereta y
la misteriosa anacahuita que detonaba sus bayas estruendosas en el silencio de las noches. Allí jugábamos los
del barrio, por allí íbamos y veníamos
camino de la escuela y la bodega en
busca de cartuchos con caramelos y
hojuelas de maíz.
No por azar debí dar a esta familia la
más terrible de todas las noticias. Mis
responsabilidades en el Centro Provincial de Superación para la Cultura se
juntaron con aquellos recuerdos y la
amistad sostenida con Wilberto. Supe
entonces que no hay ensayo posible
para ello; tuve que sacarme, por
unos minutos, el alma, y volverme de
mármol para encarar aquel momento
de sobrecogimiento y de dolor.
ni cuáles fueron tus postreros pensamientos. Sin embargo tampoco tú
podrás imaginar la consternación que
ha causado la noticia entre los trabajadores del sector de la cultura y la educación de nuestra provincia, y mucho más
allá. ¿Cuántos especialistas, instructores de arte, promotores culturales,
directores de instituciones, escritores y
artistas, fueron a beber contigo de la
fuente de la sabiduría, de ese talento
de apreciar y defender la grandeza de
la cultura humana? Todos hoy sienten
una gran pena, una ausencia sin fondo,
como diría Vallejo en aquel inolvidable
poema dedicado a su hermano Miguel.
¿Y qué decir de la angustia de tu
hija, —la persona que más ocupaba tu
9
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
LA PÁGINA EN BLANCO: UNA INVITACIÓN A LA ESCRITURA
Ogsmande Lescayllers
“Me perturba la tranquilidad”.
O.L
Como se sabe, el gran dilema para el
escritor es tener ante sí la página en
blanco; para un caminante, el camino;
el monte, para aquel que quiere
desbrozarlo, para el matemático sería
darle solución al problema que tiene
delante. Las cosas, antes de acometerla tenemos que pensarlas, observarlas,
analizarlas bien para no equivocarnos.
Nada tiene más fuerza que el amor, y la
voluntad con las que emprendemos los
proyectos; por ende, lo que nos hace
grandes son los retos, sin ellos seríamos
pigmeos, inútiles seres sin anhelos.
No hay que perder de vista, por más
genios que nos consideremos, lo que significa la mirada del otro; la admonición que
se nos haga. Somos, como nos enseñara
Krishnamurti, observadores observados.
Cuando escribimos, y el escritor debe ser
consciente de ello, no es para alimentar nuestro ego. Este ejercicio tiene que
hacerse desde la responsabilidad, sin ella,
es posible que seamos buenos feriantes,
pero carecerá de hondura lo que reali-
cemos. Como decíamos, hay que buscar
temas interesantes, ser originales, no tener
miedo a expresar lo que sentimos, y canalizar bien esas motivaciones.
A la hora de escribir, como en casi todas
las cosas importantes de la vida, tenemos
que ser competitivos. No vale con querer
participar. No, eso no, para un creador,
semejante conducta, es asumir una posición
muy cómoda. El facilismo y el clientelismo
matan la creatividad.
Un día, conversando con un compañero de armas me dijo: “creo que las
mejores del mundo son las nuestras.”
A lo que respondí: “No te fíes”, imagino que nuestros adversarios piensan lo
mismo de las de ellos.” Lo que quise
decirle es que, a la hora de enfrentar
una tarea, tanto vale la certeza como
la duda, aunque por lo general, yo
prefiero la duda, pero me apoyo en un
profundo y decidido deseo de hacer;
de vencer, por más grandes y difíciles que sean los obstáculos que se me
presenten.
La convicción y la determinación son
nuestras armas fundamentales, sin
ellas, siempre estaría ahí: la página
en blanco, el camino sin recorrer, el
problema sin resolver, el imponente
monte sin desbrozar, mientras carecemos de las cosas útiles y necesarias,
para hacer más llevadera la existencia.
Yo los invito, a todos, a ponerle color y
a ribetear la página en blanco; a echarse a andar sobre el camino por más
inhóspito que sea; solucionar magistralmente el problema, afilar el hacha
y caer sobre el monte. Roturar con
decisión la tierra, es decir, a acometer
la vida por la vida.
Siempre se habla del escritor sin tener en
cuenta al lector. Sin éste, el escritor vivirá
en el anonimato.
Cuando el gran poeta español, Gustavo Adolfo Bécquer dijo: “poesía eres
tú”, sencillamente se estaba refiriendo al lector, porque sin él, sus textos no
tendrían sentido. Todas las maravillas
que hagamos, si no son consumidas por
el otro, nada valen. Porque, por más
grande que consideremos nuestras realizaciones, sin el análisis y la observancia de
los demás, quedarán vacías. Más que con
nosotros mismos, la responsabilidad está
para con los demás, con ese “tú”, que nos
advirtiera Bécquer.
Vuelvo de nuevo a la página en blanco, al
camino lodoso que tengo por delante, al
inhóspito monte que desafía mis fuerzas y
el filo de mi hacha; vuelvo, desde el amor,
a convocarlos, para que escriban y luchen
sin descanso por aquello que aman.
ELEGIR LA ESTRELLA
Yamey González Escalona
Cuando leí el campanazo de marzo Opinar
o no opinar, he ahí el conflicto, en el que
Edgardo Hinginio reflexionaba acerca de la
conveniencia de criticar, exponer ideas o hacer
propuestas que beneficien a la mayoría, pensé
en José Martí y su poema Yugo y estrella, por
eso tuve la tentación de publicar también mis
pensamientos al respecto.
Yugo y estrella es un poema que resume toda
una filosofía acerca de la libertad, la inteligencia y la justicia. Pensaba en él mientras leía a
Edgardo y reparaba en esos bueyes que ya no
son tan mansos, pues saben beneficiarse de
sus posiciones y puestos y sacan las uñas sucias
cada vez que aparece alguien con luz. Pero
hoy, el hombre, es esclavizado por muchos, y
a veces velados enemigos: la indiferencia, la
ignorancia, el desamor... también corroboré
que, tristemente, como profetizó Martí, todo
el que lleva luz se queda solo. Pero tal como el
Apóstol, queda de nuestra parte elegir la estrella que ilumina y mata, no temer a los bueyes o
a los dragones y buscar las soluciones más allá
de los alegatos absurdos.
Edgardo afirma que hacer bien las cosas habla
de nuestro prestigio y capacidad personales y
de la institución que representamos. No olvidemos esto: nuestra conducta y acciones diarias
se convierten en patrones de la sociedad.
Los cubanos, en especial los trabajadores de
nuestro sector, nos hemos acostumbrado a la
grandilocuencia: llamamos “magno evento”
a la reunión de unos pocos especialistas;
“excelente escritor” a quien nunca ha publicado; “maestro” a un músico que nunca ha
enseñado a nadie y que no cuenta en su haber
con obras, digamos, “maestras”… y así una
larga lista de grandes nombres para asuntos,
eventos y personas corrientes. A la vez, caemos
en el lamentable olvido de aquellos detalles
que convertirían las citas de intelectuales en
dignos eventos, los homenajes en verdaderos
reconocimientos y los lauros en la honra justa y
necesaria para quienes realmente los merecen.
Cada año llegan hasta los predios de nuestras
instituciones decenas de intelectuales egresados de escuelas de arte, de universidades y
cursos; sin embargo todavía pervive la expresión de que años atrás cuando los trabajadores
de cultura eran menos y tenían menos preparación o recursos, se hacía más. Es bochornosa
la ineptitud de tantos y sobre todo la impunidad de que gozan. Todos hemos asistido a
actos intolerables de justificación de aquello
que bien pudo evitarse o simplemente hacerse
bien. Nos hemos acostumbrado a los “horarios
de cultura” que siempre son una hora después
de los que dice la invitación; a los espacios y
eventos hechos para uno mismo y a las escaramuzas artísticas cuando podría haberse hecho
un evento importante. Hoy día aquellos que
pierden las pestañas y los pies cumpliendo con
sus responsabilidades son tomados por tontos,
pues resulta más confortable quedarse callado
y quieto para que nadie se ponga creativo y
haya que romper la inercia y trabajar.
En una reunión en la que se discutía acerca
de una indisciplina, la implicada, después de
una sarta de justificaciones y la intención de
echar la basura sobre otros que resultaron ser
“responsables” de su mala gestión, terminó
enfurecida porque alguien del auditorio le
pidió que asumiera, de una vez, sus errores.
Tener la humildad de reconocer cuando nos
equivocamos también da fe de nuestra cultura y la fuerza de nuestro carácter. Ningún ser
humano es infalible, por tanto es posible echar
atrás e intentarlo de nuevo, pero enmendando lo mal hecho para no errar de nuevo
el camino. Después de ver una actitud como
esa, que además se multiplica cada día y en
circunstancias diversas, solo me queda desear
que termine el bloqueo económico y que el
país encuentre serias vías de desarrollo para
ver de qué asideros se valdrán los ineficaces y
mediocres. Lo peor es que todos sabemos que
muchos de los problemas que hoy enfrenta
el organismo de Cultura y la sociedad cubana
en toda su dimensión, tienen que ver con el
bloqueo mental y la falta de vergüenza de
algunos a los que poco o nada les importa
seguir en la ignorancia y la apatía.
No creo estéril el llamado a la creatividad,
a la dedicación al trabajo, a la superación de
nuestros trabajadores. Así como tampoco la
posición de Edgardo de no transigir en sus
criterios. Pero ningún hombre —dijo John
Donne— es una isla en sí mismo. No se puede
crear con personas intolerantes a las críticas,
holgazanes y falsos profetas. Necesitamos
equipos de trabajo con buena vibra, inteligencia y profesionalidad. Como Edgardo, muchos
amantes de la cultura, el buen trato y las
buenas costumbres, a veces cerramos los ojos y
los labios, pero no se puede vivir con la lengua
mordida; Martí no pudo y asumió la soledad
de la luz cuando la mayoría huyó de ella. Decir
la verdad, ser consecuentes y proponerse un
futuro mejor desde la calidad humana y de
nuestros servicios, debía ser incentivo suficiente para los trabajadores de cultura, pues
seamos conscientes o no de ello, somos la luz y
el rostro de la sociedad cubana.
10
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
SI HAY CONFIANZA
Yamey González Escalona
Siempre me pareció divertido observar a los
hombres en su devenir diario como forma
de llegar a conocerlos o, al menos, descifrar
sus más naturales actitudes. Sin embargo, en
esa observación encontré situaciones que no
son nada risibles. En sus Memorias de Adriano, Margarite Yourcenar afirma que no hay
mejor manera de conocer a otros hombres
que conocerse a uno mismo y bajo ese precepto advertí en mí una actitud multiplicada en
muchos conocidos: la sospecha.
La idea de que nadie es confiable es un
axioma antiquísimo, incluso la Biblia declara maldito al hombre que confía en otro
hombre, por lo que no estamos refiriéndonos
a un problema nuevo, no obstante, la sospecha incontrolada llega a lastimar individualidades de manera irreversible.
En el mundo intelectual la sospecha es requisito: cuando un escritor sale a la palestra uno
busca en sus líneas la copia de otras líneas;
si es un pintor uno busca en Picasso, Víctor
Manuel, Dalí… Sospechamos de los investigadores, de los críticos, de los historiadores… El
conocimiento es infinito, eso lo sabemos y si
no confiamos en los que persisten en hacer la
historia, alumbrar y adornar el mundo, qué
será de las nuevas generaciones. También
es cierto que existen copiones por doquier,
plagiadores descaradamente instalados a
diferentes instancias del mundo intelectual.
Habría que hacer, digamos, un inventario y tomar en serio el conocimiento ajeno
proponiendo temas de discusión coherentes,
maduros, imprescindibles para el desarrollo
de la ciencia y la cultura.
Es sabido que la presentación de tesis,
tesinas y proyectos de pre y posgrado, la mayoría de las veces no
pasa del mero ejercicio metodológico. Una y otra vez se repiten
temas, problemas científicos,
posibles soluciones. ¿Cuántos de
esos documentos son estériles investigaciones que se empolvan en armarios
particulares o estanterías de bibliotecas?
Pero tendríamos que ver las dos caras de
la moneda. En realidad me preocupan
aquellos inteligentes investigadores que
entregan la vida a las ciencias y que son
metidos en el mismo “saco” de quienes
no tienen nada que aportar y todo por
nuestra sospecha de que veremos más de
lo mismo.
NO HAY SOSPECHAS
Entonces, ¿cómo dilucidar entre
lo “bueno” y lo “malo” del arte, las
ciencias, la historia…? ¿Cómo saber
hasta dónde es confiable o no un criterio? Creo que una buena idea sería
comenzar por las escuelas, tomar más
en serio la formación de quienes más
adelante alumbrarán nuestros caminos.
Poner atención y coto a la “producción” en serie de licenciados, másteres
y doctores, y otorgar tales categorías a
quienes de verdad lo merezcan.
También me parece necesario
revisar los temas y problemas
que dan lugar a investigaciones, libros u obras de arte. Todo
lo que nos haga crecer, borrar
dudas y barreras, avanzar en
la espiral del desarrollo humano es
permisible, lo que lacera y disminuye, lo que
cierra nuestro horizonte cultural, no debe
serlo. La sociedad cubana atraviesa un proceso complejo tanto en lo económico como en
lo político, lo que llevará a cambios radicales
en nuestra concepción del mundo. Ahí hay
suficiente tela para cortar. Nos falta teorizar un poco más acerca de los movimientos
artísticos y culturales pos socialistas (referi-
do a la caída del campo socialista europeo)
y del socialismo actual y su influencia en el
mundo. Cuba es pionera de esas corrientes y
por tanto nos correspondería ofrecer detalles
al respecto. Tendremos inexorablemente
que reacomodar nuestros principios políticos
teniendo en cuenta que “política” no es ni
será solo lo relacionado con sistemas o formaciones económico-sociales, sino que existe
una parcialización individual que reconoce
sus propios preceptos y principios a los que
no escapa ningún acápite del desarrollo. Estos
son asuntos que modestamente se me ocurren
como posibles problemas a investigar, pero no
falta en ninguno de los sectores y disciplinas,
temas y problemáticas para solucionar.
Sostengo que la sospecha es mala consejera,
pero necesaria compañera cuando advertimos
falta de seriedad, banalidad en el tratamiento
de ciertos asuntos importantes, superficialidad en las discusiones o lo endeble del conocimiento de algunos.
El respeto y la confiabilidad en todos los
aspectos de la vida debe ser un reto, y basarse en el conocimiento profundo y verdadero
de los temas en cuestión. Para mí esas serían
algunas vías para exterminar la sospecha y el
cuestionamiento innecesario.
VUELVEN A GRANMA LAS COMUNITARIAS DE VERANO
Niobis Martínez Fajardo
Rafael Martínez Árias
Llegó el Verano 2015, y el grupo Teatro
Callejero Andante, le da la bienvenida con
la apertura de un nuevo capítulo de las
Comunitarias de Verano.
Juan González Fiffe, director de la prestigiosa agrupación, refirió a La Campana, que en
este año realizarán su recorrido teatral por
comunidades escogidas de los municipios de
Niquero, Media Luna, Campechuela, Manzanillo, Yara, Bartolomé Masó, Jiguaní y Río Cauto.
Auspiciadas por el Consejo Provincial de las
Artes Escénicas, Las Comunitarias… estarán
comprendidas en tres etapas, la primera,
abarcará del 2 al 22 de julio; la segunda, del
10 al 14 de agosto; y la tercera, del 15 al 17
del propio mes.
González Fiffe añadió también que el colectivo de teatro Andante, anfitrión del certamen, compartirá presentaciones con grupos
de Granma y de otras provincias, como el
Guiñol de Holguín, Teatro Tuyo, de Las Tunas
y Teatro D´Luz, de Camagüey.
Los estrenos de las obras La maravillosa
historia de la caja mágica, de la Guerrilla de
Teatreros; ¿Para qué vida?, de Grandanza
y Ángel para un final, del Colectivo Teatral
Granma, figuran entre las propuestas más
significativas del evento.
Como el año anterior, el espacio Filtro de
Campaña propiciará el debate de los participantes sobre las nuevas tendencias de la
dramaturgia y su papel en la creación del
espectáculo contemporáneo, así como el rol
de la crítica como instrumento modelador
de estos procesos.
Dicho encuentro también incluye un
ejercicio de opinión, donde se presentarán los mejores espectáculos del teatro
bayamés, y que contará con el criterio
especializado de miembros del Consejo
Nacional de las Artes Escénicas (CNAE) y la
Casa de las Américas.
Con sede principal en la ciudad de Bayamo,
la segunda temporada será dedicada a los
procesos dramatúrgicos, propondrá tres
horarios para las actuaciones y una jornada
diaria de intercambio con la crítica.
Como el año anterior, el evento contará con invitados especiales, entre ellos
el reconocido escritor cubano Francisco
López Sacha, quien impartirá una conferencia titulada Los modelos dramáticos.
Escalada se titula la última etapa, donde
los grupos asistentes ofrecerán dos funciones en la comunidad de Santo Domingo,
iniciando desde allí la ascensión al Pico
Turquino y a la Comandancia de la Plata.
11
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
SALÓN JULIO GIRONA 2015: “…Y SIN EMBARGO, SE MUEVE.”
Iliana Orozco Hernández
Carlos D. Montejo Matamoros
En el Centro de Desarrollo de las Artes
Visuales (CDAV) y la sede de la Uneac de
Granma, se exhiben las obras participantes
en el noveno Salón Provincial Julio Girona
y su exposición colateral: ¿En qué creen los
que creen?, respectivamente. Esta cita anual,
la más importante para los miembros de la
Asociación de Artistas de la Plástica (AAP)
de la Uneac granmense, se realizó entre
el 29 y el 30 de mayo, y tal como el pasado
año, abrió su convocatoria a los artistas no
miembros, en busca de oxigenar y activar las
quietas aguas de ediciones anteriores.
Declarar quietud en lo que se supone la
cúspide de la consagración cultural implica
un contrasentido que merece ser explicado, aun sin pretensiones de exhaustividad.
Como generalidad, que no descarta las
afortunadas excepciones, existe un debilitamiento en el ritmo y calidad del resultado artístico y en lo referente al Salón
esto se evidencia en una participación
escasa y estéticamente incompleta, que
limita la posibilidad de celebrar la innovación, la elaboración consciente y visceral,
de constatar el hallazgo aportativo a las
narraciones de un proyecto ya iniciado…
así como en la falta de fe en el valor del
empeño individual o colectivo.
En paralelo, se ubica la carencia de un
funcionamiento eficiente y sostenido de
la AAP, que ha derivado en dependencia hacia el CDAV en cuanto a labor de
crítica especializada, jurados de admisión
y premiación, diseño e impresión del
catálogo, recursos para el montaje, entre
otros beneficios que han asegurado la
sobrevivencia del Salón Julio Girona en
las últimas ediciones.
Esta dependencia trajo consigo, sin ninguna mala fe en ello, la visión institucional del
CDAV acerca de la obra de arte, la cual resultaba ponderativa de la creación acogida al
lenguaje del llamado arte contemporáneo,
como política emanada de su homónimo
nacional, que afortunadamente ha sido
rectificada el pasado año. Esto determinó
en ocasiones la no admisión de obras que
en opinión de los especialistas quedaban
fuera de los códigos “más renovadores”, y
provocó desmotivación y escepticismo en
varios artistas acerca de las posibilidades
inclusivas del Salón.
¿Qué nos trae de nuevo esta edición del
Girona? Ante todo, la continuidad de una
voluntad de cambio en el funcionamiento
de la AAP, por parte de su actual directiva,
cuyos resultados comenzaron a mostrarse
en el Girona 2014.
Trajo también la propuesta de una
exposición colateral temática de convocatoria abierta, que se planteó provocar
en el artista una autoexploración que
ayudara a identificar aquellos recursos que
alimentan y sostienen su creencia artística,
estimular el ambiente creativo en torno al
Salón y poner en debate aquellas certezas
con las que se opera respecto a la obra de
arte, en un contexto signado por la sacralización de la novedad y la incertidumbre.
Su desmontaje como proceso curatorial en
intercambio con los participantes, resultó un
ejercicio necesario, que evidenció tanto los
vacíos de correspondencia de las obras con el
tema convocado, como la disposición de la
mayoría de los participantes de ser y crecer
en su condición de artistas, desde presupuestos que validan la creación como una vivencia esencialmente espiritual, liberadora y
transformadora para el ser humano.
Los reconocidos artistas santiagueros
Miguel Angel Lobaina y Adolfo Escalona, invitados como jurado de premiación
y conferencistas, emitieron valoraciones
constructivas acerca de la plástica local, y
dejaron puertas abiertas al trabajo conjunto en un futuro mediato a través del CDAV.
Un
momento
indiscutiblemente
polémico fue el debate suscitado por
la conferencia del especialista de investigación del CDAV Reynier Espinosa, la
cual proyectó la dicotomía entre artistas
e institución-arte como un rasgo distintivo del actual panorama de la plástica
en el territorio, a partir del énfasis en
las insuficiencias de los primeros; ello
reveló un camino aun por recorrer en
la comprensión relacional del resultado
estético como parte del campo artístico
en el cual se origina e interactúa con
otros agentes como la propia institución
de arte, el mercado, la crítica especializada, entre otros, cuyo aporte resulta indispensable como complemento
funcional a la obra.
En participación y premios del Salón
resaltaron los artistas no miembros, con
propuestas bien pensadas y resueltas como
las de Gissel Viamonte, Leodanis de la O,
Rayner González y Yoel Quesada, dejando
un alerta rotundo a la AAP.
¿En qué creen los que creen?, por su parte,
mostró un nivel estético bastante equilibrado y digno, fortaleció el sentido gremial en
sus participantes y preparó el camino para
nuevos empeños de este carácter.
Perfectible como toda obra humana, el
Girona 2015 renunció al inmovilismo y la
callada resignación, demostró que existimos más allá de nuestras limitaciones y
que el principal recurso para garantizar su
movimiento, es la voluntad de quienes ven
en el arte un centro de vida, un camino,
una utilidad espiritual y humana.
MAXIMILIANO MANSO,
EL LOQUITO DE GEOVANNYS
Argenis Osorio
Anda por ahí un niño grande escribiendo sus sueños, haciendo reír y soñar
a diversos públicos. Se vale de la Literatura para lograrlo. Y lo consigue. Es
Geovannys Manso, un prolífico escritor
santaclareño a quien los géneros, como
diría aquel travieso personaje de la
televisión: “Oh, me tienen sin cuidáo”.
De la narrativa a la poesía, del ensayo a
los espectáculos, del post a la literatura
para niños.
Geovannys Manso es indetenible. Y si
una vez le comenté a mi amigo Yunier
Riquenes que aflojara la mano porque
su producción literaria amenazaba con
convertirse en una de las más amplias
de la Isla contemporánea, fue porque
aun no sabía de la existencia de Geovannys. Ambos, Yunier y Geovannys, no me
harían caso, por supuesto.
Este niño grande y buen amigo, a
quien tuve el placer de conocer en la
pasada edición de la Feria del Libro en
Santa Clara, me ha regalado un cuaderno breve que por estos días me trae de
carcajada en carcajada por estas lomas
perdidas de Dios.
Maximiliano (el loquito de María Virginia), es el título del libro. La cubierta, ilustrada por Yasser Curbelo, es
una fiesta que anuncia lo que vendrá.
Después, un fragmento de El mago de
Oz, otra ilustración y el primer cuento,
titulado Un corazón para ella.
El primero de los seis que conforman
el volumen donde asistimos a parte
de la vida del pequeño Maximiliano:
ingenuo, sincero como todos los niños,
que en más de una ocasión, y no sé por
qué, me anima a creer que es el propio
autor en su edad más feliz.
La carta a José Martí que desata el
pandemónium, grandes verdades de
las que solo se les escribe a los grandes
amigos, coloca al personaje protagónico en situación compleja ante la minúscula sociedad que es su mundo en la
granja cañera Jutiero. Por igual cuerda
se mueve su vocación de héroe que lo
lleva a presentarse en el área militar de
la granja para irse a la guerra.
Un radio V26, la profesora invisible,
Memé, el Halcón, abducción social hacia
un país que se llama La Fuácata, y otros
elementos van haciendo de esta narración
una especie de éxtasis para la lectura.
Maximiliano
(el
loquito de María
Virginia), vio la luz
por la casa editora
Cauce, de Pinar del
Río, y goza de los
presupuestos vitales
de
la
literatura
para niños: buen
gusto,
aventura, humor y cero
ñoñerías al uso.
Geovannys
ha
lanzado la flecha a
gran altura. Médico de
profesión y escritor por
vocación, nervio y sangre
de su andar, Manso habrá
de ofrecernos, en breve,
otro poco de Maximiliano, (el loquito de
María Virginia).
12
LA CAMPANA
JULIO DE 2015
De Primera COLADA
Fundada el 9 de mayo de
1995, la televisora Crisol de la
Nacionalidad Cubana mantiene
una programación enfocada
hacia la promoción de los
valores culturales de la región.
El empeño de sus profesionales
y la variedad de sus propuestas
la ha mantenido por más de 20
años en la preferencia de público
granmense. Sus proyecciones
futuras están encaminadas a la
digitalización de la señal.
CNC Televisión granmense
Entrevistador: Daiteré de los Ángeles
Carlos D. Montejo Matamoros
Gloria Guerrero: Cuando comencé en
la TV me mantuve activa todo el tiempo.
El género que más me gusta es la crónica. También me place escribir sobre algún
tema, una personalidad, un incidente, etc.
Trabajé un período en la Agencia de Información Nacional (AIN) y, como sabes, es un
poco oficialista, y cuando hacía una crónica
inmediatamente me la rechazaban, porque
ellos no entienden de ese vuelo poético y de
esas cosas bellas que uno escribe. Siempre
era la misma discusión; al final muchas veces
las publicaban. Para este tipo de género,
el periódico, la radio y la TV es más noble
y lo acogen con mayor beneplácito que en
otros medios. En estos momentos estoy de
directora de los programas Aristas y Convergencia. Los llevo hace muchos años. Después
que me jubilé me quedé con esos dos. (…)
Cuando empezamos todo era más difícil
y teníamos más entusiasmo que ahora.
Aquello era un invento. Siempre consideré una locura hacer un telecentro aquí,
porque realmente lo único que teníamos
era el deseo, y debo decir, que el inspirador
del proyecto de Granma no fue Fidel, como
la gente piensa, sino José Ramón Balaguer,
que en ese momento estaba de secretario
del PCC. Un día nos llamó a Rondón y a
mí y nos dijo: “Vamos a hacer un telecentro”. Nosotros respondimos: “¿Con qué?”
“Con lo que sea”, dijo. “Con la cámara de
la corresponsalía, en cualquier cuartico,
en cualquier lugar”. Yo, un poco faltándole el respeto, le dije: “Cuando pienso en
usted debo decir te odio mi amor; el primer
enunciado, porque nos pone a pasar un
montón de trabajo, el segundo, porque
gracias a estas “locuras”, e indicaciones sin
aparente sentido común, trabajaré al fin en
algo que me gusta.”
Teresa Armesto: El periodismo es objetividad. En estos tiempos es difícil hacer
periodismo con dignidad, para responder
oportunamente y no faltar a los principios
del periodismo que necesitamos. Todavía no
tengo tiempo para decir dónde me puedo
sentir mejor a la hora de hacer periodismo.
La temática de la mujer me gusta, y me he
identificado mucho con ella. La de la cultu-
ra nunca la he tratado, pero me gustaría.
He atendido durante mucho tiempo los
temas educativos, pues son interesantes y
atractivos. El ejercicio de opinión es bastante responsable, aunque todavía no lo he
podido desarrollarlo en toda la extensión
que debía. Me gusta mucho dar mi criterio.
En el medio que más cómoda me he sentido es en la Radio. Creo que tengo más condiciones para hacer Radio que Televisión. A
la primera, la considero una escuela. Cada
medio tiene su encanto y sus secretos, pero
en la actualidad, el boom son los audiovisuales. La radio tiene una magia tremenda,
y te da la oportunidad de imaginar cosas
de la inmediatez, que es un privilegio que
no existe en otros medios. Estoy en la CNC
desde finales del 2005.
Katrina Roblejo: Desde pequeña tuve
inclinación por el arte. Me gustaba mucho
declamar, hacer los actos en la escuela,
modelar. Cuando comenzó el telecentro fue
un equipo a hacer una grabación para un
desfile de modas. En esa ocación me llaman
Vicente Manuel Prieto y Alfredo Brito, y
me preguntan si deseo pasar una prueba
de actitud para locución. La verdad, nunca
había pensado en eso. Estaba en cuarto
año de la carrera de Estomatología. Poco
después, me llamaron del telecentro. Así
me fui embullando y accedí. Llegué al local
donde radicaban. Le llamábamos Telecajón.
Realicé el examen y aprobé. Lo primero que
hice nunca se me olvida: fue la presentación
del canal que se realizaba con un locutor,
en medio de la Plaza de la Revolución, algo
bien difícil, porque cuando nos enfrentamos
por primera vez a una cámara y micrófonos,
delante de tantas personas, es un reto y un
atrevimiento. Así comencé, hace 20 años.
Juntos, nos hemos superado. Pero nos falta
muchísimo por aprender. (…) En esta profesión, el atrevimiento es importante. No
se trata de hacer papelazos, pero sí de ser
osados y asumir retos. Es preciso saber hasta
dónde podemos llegar.
Fe Maité Herriman: Me gradué de periodismo en el 2008 y comencé a trabajar en la
radio. No sospeché nunca llegar a la TV. Allí
me hubiera quedado siempre. Año y medio
después llegaron a pedirme que viniera
a dirigir el departamento informativo de
la TV en Granma. Llegué en un momento
difícil, con muchas personas de vacaciones y
me cargaron de cosas que desconocía. Me
tocó trabajar con Gloria Guerrero. Ella me
escribía los noticieros. Aprendí mucho de
todos. Llegué hasta allí por no decirle que
no al PCC. Me colocaron en un colectivo
con una buena composición: una mezcla
de juventud y de experiencia. Cada cual me
aportó algo. Aprendí a escucharlos a todos,
a conciliar, y luego a tomar las decisiones
que consideraba mejores para que las cosas
funcionaran bien. Llevo 5 años en la TV y 7
meses dirigiéndola.
La TV tiene los mismos objetivos que el
resto de los medios de comunicación. Creo
que lo que cambia son los tiempos y las
formas y maneras de hacer. Hoy vivimos
momentos complejos, de consumos culturales diversos. Tenemos que estar conscientes
que somos una plataforma de producción
televisiva, y que existen límites. Ojalá el
futuro, con la digitalización, nos permita
llegar a todos los rincones de la provincia
Granma con una televisión más profesional
y más útil.
CAMPANEROS
PERIÓDICO CULTURAL DE LA PROVINCIA DE GRANMA
NO.48/JULIO DE 2015
DIRECTOR
Manuel E. Álvarez Vázquez
DISEÑO ORIGINAL
Kenia Caridad Guerra Vega
DIRECTOR EDITORIAL
Edgardo Hinginio
DISEÑO
Carlos D. Montejo Matamoros
EDICIÓN / CORRECCIÓN
Rafael J. Rodríguez Pérez
RELACIONES PÚBLICAS
Lucy Milanés García
REDACCIÓN
Centro de Comunicación Cultural
Ventana Sur
General García 166 A, Esq A Luz
Vázquez Y Moreno, Bayamo,
Granma.
SITIO WEB
http:www.ventanasur.cult.cu
TELÉFONO
(23) 41-1112
IMPRESIÓN
Poligráfico de Holguín (ARGRAF)
E-MAIL
[email protected]

Documentos relacionados