verano 2015 en granma: razones para disfrutar
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verano 2015 en granma: razones para disfrutar
BAYAMO, GRANMA, JULIO DE 2015 PERIÓDICO CULTURAL DE LA PROVINCIA DE GRANMA ISSN 2409-1960 VERANO 2015 EN GRANMA: RAZONES PARA DISFRUTAR Niobis Martínez Fajardo Carlos D. Montejo Matamoros Con los espacios comunitarios como protagonistas de las más variadas ofertas y la invitación a disfrutar a plenitud cada minuto, la provincia de Granma inauguró este cinco de julio una nueva temporada estival especialmente dedicada a los jóvenes cubanos en su décimo congreso y al aniversario 55 de la Federación de Mujeres Cubanas. Diseñada por organismos e instituciones culturales para los cálidos meses de julio y agosto, la campaña Razones para disfrutar, apuesta por más y mejores opciones. Teatros, cines, museos, salas de televisión y video, clubes de computación, bibliotecas, plazas, casas de cultura, instalaciones pioneriles y otros centros recreativos, son los escenarios escogidos para realizar festivales de lecturas y cantorías, espectáculos y revistas musicales variadas, expoventas de libros y artesanías, galas, fiestas audiovisuales, estrenos cinematográficos y recorridos de proyectos infantiles y brigadas artísticas, entre otras propuestas. Entre las opciones de disfrute destacan bailables, conciertos, y las giras nacionales de Raúl Torres, Enrique Álvarez y su Charanga Latina y Raúl Paz; así como de las agrupaciones musicales de la provincia que celebran aniversarios cerrados de vida artística, entre ellas, Idanis Ortiz y su Kché, Café Exclusivo, Charanga del Caribe, Studio 2 y Nubes. Marcará un momento especial la presentación por primera vez, el 14 de julio, en el estadio Mártires de Barbados, de Bayamo, del cantautor salvadoreño Álvaro Torres, cuya obra musical goza de gran popularidad en la Isla. Dentro del verano serán celebradas también las fiestas populares en los municipios de Bartolomé Masó, Bayamo y Manzanillo. Para quienes prefieran recorrer en familia museos y sitios históricos de la región, reencontrándose con nuestras tradiciones, el Centro Provincial de Patrimonio Cultural invita a participar en Rumbos y Sendas, que incluye visitas a los parques nacionales Desembarco del Granma y La Demajagua, el cementerio Santa Ifigenia, el museo La Otilia, en Buey Arriba, la casa natal de Celia Sánchez Manduley, en Media Luna, la construcción conmemorativa del indio Hatuey, el sendero interpretativo El Guafe y Cabo Cruz, donde estuvo el gran almirante Cristóbal Colón; así como el centro de cría de avestruces, de Pilón, y la zoococodrilera, de Manzanillo. Una vez más, para el deleite de los pobladores de las zonas del Plan Turqui- 2 EL CAMPANAZO POESÍA PARA OXIGENAR EL ALMA 3 ENTREVISTA ÁLVARO TORRES: LOS SUEÑOS DE ALGODÓN 6 EL TOQUE DEL MES ELEGIR LA ESTRELLA 9 VUELTA DE CAMPANA CNC TELEVISIÓN GRANMENSE 12 DE PRIMERA COLADA LA NORIA DE LA MALA SUERTE no, llegarán hasta esos territorios las brigadas artísticas de instructores de arte y el grupo de teatro Callejero Andante, con su proyecto Comunitarias de verano. Como cada año, niños, jóvenes y adultos podrán participar además en talleres de cerámica, modelado en barro, técnicas de redacción y manualidades. Verano 2015: Razones para disfrutar, es ya una intensa y multifacética jornada cultural donde los granmenses encontrarán espacio para el esparcimiento y la alegría en familia. COMPARTE ÁLVARO TORRES CON ARTISTAS GRANMENSES El cantante salvadoreño Álvaro Torres, mundialmente famoso por interpretar baladas románticas, se reunió en el salón Ágora del teatro Bayamo con artistas e intelectuales granmenses en la reciente visita que realizó a esta ciudad. En el intercambio, conducido por la presentadora Nilka Yero, el intérprete dio a conocer detalles de su vida artística, desde sus inicios en los algodonales de su tierra, hasta la preparación del último disco. Torres confesó que cantar para el público cubano ha significado para él una renovación humana y profesional. Acompañaron al artista las voces de la actriz Yudexi de la Torre, de la poetisa Lucía Muñoz, del trío Los Audaces y las cantantes Mariela Stevens y Yudenia Manso; esta última, en un momento de gran emoción, interpretó La Bayamesa, nuestra primera canción trovadoresca. El también compositor fue homenajeado por la Dirección Provincial de Cultura, el Fondo de Bienes Culturales, los pintores Alexis Pantoja y Yunier Figueredo Lora y la revista Ventana Sur. En la jornada posterior, antes del concierto, la Asamblea Municipal del Poder Popular, le otorgó la condición de Hijo Ilustre de la ciudad de Bayamo. (LC) 2 LA CAMPANA JULIO DE 2015 TEATRO ALAS D´ CUBA: DE VUELTA A LA ESCENA Gleidys Rivas Hidalgo Carlos D. Montejo Matamoros Con veinte años realizando un teatro de “conmoción” y excelente factura, el grupo Alas D´ Cuba, dirigido por Fernando Muñoz Carrazana, El Chino, sigue en la preferencia del público granmense. Hubo un tiempo en que Alas… estuvo silenciado y fuera de nuestros escenarios por situaciones ajenas a sus intereses. Ese período lo aprovecharon para renovarse, crecer en la plantilla y pensar cómo realizar un mejor teatro tal y como lo exige la contemporaneidad. Así, como el Ave Fénix, renació, y ese impulso creador se evidencia con creces en su último estreno: Noria; segunda parte de la serie Trilogía de las Obsesiones, iniciada con la obra Mamá, del dramaturgo Raúl Alfonso. Esta vez, fue escogido un texto del dramaturgo Roberto D. Yeras, adaptándolo intencionadamente para interpretarlo en espacios no convencionales como bares, tabernas, clubes nocturnos, etc.; pues su trama se desarrolla precisamente en esas áreas de “disfrute”. En Noria, se desatan varios conflictos alrededor de un encuentro que sostienen los amigos César y Andrés en un bar de ambiente opresivo y pobre, con un cartel al fondo que reza: “No hay ron ni cigarros”, y al que ni siquiera les permitían acceder. Sin embargo, tanto las “carencias” como la prohibición se “resuelven” mediante un soborno al cantinero. Luego de posicionarse y establecer una sincera conversación, se ponen al desnudo algunos secretos y sentimientos de los personajes, cuya historia común de exsoldados internacionalistas les permite evocar un pasado no menos difícil que el presente, colmado de penurias en uno y de elecciones desgarradoras en En primer plano, de izquierda a derecha, Andrés; Rauli (el cantinero) y César, el poeta. En segundo plano, Arcadio el otro. Por otro lado, en escena se van insertando otros personajes bien caracterizados y con distintos propósitos. Tal es el caso del loco Arcadio, cuyos parla- mentos, aparentemente disparatados, tienen connotaciones peculiares. En Noria, Alas… muestra un vigente problema social: la prostitución; que cada vez atrapa a mujeres de menos edad que venden su cuerpo a cambio de una mejor posición económica. Bajo el presupuesto de Rousseau de que la sociedad pervierte al individuo, se desnuda en la obra el conflicto entre el placer y la supervivencia a toda costa, lo que conduce a los personajes a asumir una posición ante la realidad. Tales posturas, sin embargo, aunque parezcan elegidas libremente, están determinadas tal vez por el entorno social, pero también por la propia condición humana. Merecidos son los aplausos para Noria, que con admirable desenvolvimiento y talento interpretan actores jóvenes y no tan jóvenes bajo la tutela de Fernando Muñoz. No hay dudas: Alas D´Cuba germina y avanza hacia una nueva etapa de su creación artística. Daniel Carrazana, en la impactante caracterización de Arcadio LA NORIA DE LA MALA SUERTE Edgardo Hinginio “¡Qué buena suerte!”, le repiten a César —el poeta y personaje principal de la obra teatral Noria, del dramaturgo habanero Roberto D. M. Yeras—, que llevada a escena por el grupo granmense de teatro, Alas de Cuba, hemos presenciado en varias locaciones de la ciudad. Si tuviera que calificar con dos palabras esta puesta en escena, diría: precisa e impactante. Otros tendrán diferentes adjetivos, los míos son esos, por la escenografía minimalista, el desempeño actoral y por la dinámica de una dramaturgia que, precisamente como una noria, nos traslada de un foco narrativo a otro, sustentando una trama y sus conflictos en el breve espacio de una barra y tres mesas de un bar. Es un recurso dramatúrgico fascinante, porque los actores y las historias entran y salen, manteniendo en alto las expectati- vas del público, independientemente de su apreciación estética. “¡Qué buena suerte!”, dicen al poeta los personajes Andrés, Rauli y Anita, cuando se enteran que aquel partirá del país gracias a una conquista amorosa. El exsoldado internacionalista, el cantinero del bar y la prostituta, ven la partida como una oportunidad ideal para despojarse de las agonías que viven y que expondrán a rienda suelta a lo largo de la obra. Los temas tratados son los dominantes en la sociedad cubana después de la crisis de los 90: la escases de recursos básicos, la doble moneda y la prostitución. Noria cala en el alma de los espectadores, además, por el sobrecogimiento que producen las actuaciones de Daniel Carrazana Rosales, en el personaje de Arcadio, y de Fernando Muñoz Carrazana, en el de Andrés. Arcadio es el abuelo de una de las prostitutas (Yumey). Es también el autor de un libro que celebra la vida, no obstante, en la obra es un símbolo del abandono y del descrédito más lamentable. Por su parte, Andrés es un veterano de la guerra de Angola. Su actuación merece opinión aparte, pues resulta excelente la calidad con que Fernando Muñoz Carrazana, asume el doble rol de actor y director. Las actuaciones de miembros del elenco, entre ellos, Rauli, el cantinero (Ruslán Domínguez de la Torre), las prostitutas Anita (Susana Céspedes) y Yumey (Alianna Pérez), y Miguelina, (María Teresa), me parecieron puestos en la balanza: en algunos momentos buscando y hallando vuelo, en otros en franca planicie, casi cayendo al pozo, mas, por lo general, situados en la norma, sin demasiados sobresaltos. Como propuesta, Noria convoca a apreciar la delgada película entre la supuesta buena y mala suerte en relación con las actitudes. Después de muchos diálogos sobre las angustias de la vida social y la guerra, después de tantos tragos de ron y uno que otro bocadillo de queso, Anita convence a Andrés —que siempre se había opuesto— a usarla sexualmente en su condición de prostituta y, lamentablemente, termina muerto. El inadecuado tratamiento de la psicología del poeta en diálogos y comportamientos, termina por paliarlo el actor. La poca experiencia profesional de sus jóvenes artistas es vencida por la agonía de la prostitución en un ambiente estéril. La ansiedad de un cantinero y una administradora por problemas económicos es un mensaje trasmitido linealmente. Una vida de noria viven muchos, más pobre, si se quiere, por el constante anhelo de “partir”, de “huir” hacia otras vidas, sin percatarse que, acaso, llevarán esa infelicidad adonde vayan. Noria es, sin dudas, un nuevo logro profesional de Alas de Cuba, un plato fuerte, un espejo para reflexionar sobre las decisiones que definen la vida de los hombres y su precaria, pero inigualable, condición humana. 3 LA CAMPANA JULIO DE 2015 POESÍA PARA OXIGENAR EL ALMA María Valerino San Pedro Rafael Martínez y Luis Carlos Palacios El niño regordete y de cachetes rosados corre junto a sus hermanos por entre la maleza, en tanto su mente vuela bien alto y ve en el aire páginas escritas, libros gruesos, versos... Quizás en ese pasado inolvidable piensa Aurelio José Hernández Sánchez, mientras se prepara para una entrevista que debí haber hecho hace muchos años, cuando empecé a admirar a este hombre buenazo y atento, que ha vivido y vivirá siempre por y para la literatura. Remembranza Hijo de un matrimonio de campesinos radicados en Gibaltar, municipio de Guisa, Aurelio es el primero de doce hermanos. Llegó a alcanzar ese mismo número de años sin conocer absolutamente nada de las letras, y a esa misma edad, aprendió a leer y escribir de la mano de la habanera Zenaida León Tamayo, quien los alfabetizó y dijo a su padre, Andrés Hernández Bárzaga: “Señor, este niño puede dar, y llegar lejos. Llévelo a la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, donde están estudiando los campesinos”. Se inicia entonces el camino indetenible que Aurelio aun transita: “Definir esa etapa de mi existencia es difícil —explica—, me separo por primera vez de los míos, pero a la vez, entre esfuerzos y desvelos, comprendo que ahí comienzan mis sueños. Al finalizar el octavo grado me trasladan para la escuela Bartolomé Masó, de Manzanillo, luego paso el preuniversitario. Al unísono escribo, escribo sin parar. Descubrí que era lo más ansiado.” Pasos firmes Aunque su hablar es pausado, él es inquieto, se mueve en el asiento y gesticula, quizás para hacer salir esa tremendísima energía que sin dudas tiene dentro. Al comentar sobre este u otro asunto salta de una época a otra, sin pausa, sin respiro. Le pido me permita conducir las interrogantes. Sonríe y acepta. “En Manzanillo fundo un incipiente grupo literario en el que estaban Wilfredo Naranjo (padre), Enrique Véliz, Alex Pausides y Emelicio Vázquez. También en ese período comienzo a escribir textos con un poco más de fundamento en los cuales se percibe mi aire de la montaña. Para mi primer libro publicado, El saltar del imán, conté con la colaboración de Alex Pausides, y gané en experiencia. Por entonces me piden que trabaje en la Casa de Cultura de Yara, y en 1983 fundo allí el periódico Luz de Yara, que se edita por primera vez el 31 de julio de ese año.” Aurelio reconoce el apoyo para esa publicación del pintor Manuel Olivera Álvarez (Moa) y del poeta Alex Pausides, además de la dirección del Gobierno de Yara. Se recuerda viajando por su cuenta a los municipios de la provincia en busca de trabajos pertenecientes a escritores del patio para publicarlos, primero trimestralmente y luego con frecuencia anual, hasta que la situación económica se complejizó y el suplemento desapareció, resurgiendo efímeramente en 2005 y en 2006. No es hasta el 2014 que la Dirección Municipal de Cultura de Yara retoma el tabloide, cuya última edición data de abril del presente año. Incomprensiones Hernández Sánchez no se amilanó ante la carencia de recursos, comenzó a viajar a Villa Clara, de donde traía el papel para una nueva publicación El Portón, periódico que le trajo tragos amargos, incomprensiones y huellas personales y familiares para siempre. “Este periódico, que hice con tantas expectativas y esperanzas, tuvo sus divergencias, porque publicó un cuento titulado De nalgas al fondo, del escritor camagüeyano Miguel Praga, un hombre contagiado con el Sida, y ello causó estupor e inconformidad en las autoridades políticas de la provincia y el municipio de Yara. Perdí incluso el trabajo por esa causa. Yo no entendía. Ese cuento, relacionado con la homosexualidad, fue premiado en un concurso por un respetable jurado, integrado entre otras prestigiosas figuras, por Francisco López Zacha. Comenzó para mí un período de reclamaciones y tuve el apoyo de la Uneac en Granma y de Abel Prieto. Finalmente me retribuyeron las pérdidas económicas y me reintegraron a mi vida profesional de siempre, pero quedaron las huellas... Hoy se puede encontrar en cualquier librería el citado cuento. Así son las cosas.” El poeta Aurelio Hernández Sánchez Nuevos retos Poco después Aurelio decide enrumbar su camino nuevamente: se traslada para Manzanillo y se incorpora a la Casa de Cultura, dondoe desarrolla un intenso trabajo que incluye, entre otras cosas, llevar el conocimiento y la poesía de manera directa a los exreclusos. Se integra también al trabajo con los niños, y crea el tabloide infantil El mambisito. Por otro lado ha sido profesor de Décima, captando talentos en los barrios La Martí, Buey de Gallego, Cayo Redondo y la ciudad de Manzanillo. Sus pequeños alumnos fueron incluso a eventos nacionales. También, sigue escribiendo y publicando en Cuba y en antologías extrajeras. En 2008 sale a la luz su poemario La soledad del pez y en 2013, El peso de las sombras. Asimismo, tiene en proceso de edición, por la Editorial Oriente, el volumen Sellado libro de piedra. “Siempre trato de ver la cultura desde una óptica distinta, llevando la literatura a mis semejantes. He hecho trabajos para el periódico La Demajagua, buscando el fluir artístico y cultural de la provincia, y le garantizo que siempre gana la espiritualidad de la gente, de la vida, llevo eso en el corazón. (…) El tiempo no pasa por gusto: uno aprende. Ahora, por ejemplo, comprendo mucho más a Martí cuando decía que la poesía es más importante que las fábricas… Te llena tanto espiritualmente que no sabes cómo expresarlo. Siempre que puedo disfruto nuevamente los Versos sencillos: son un plato para saborear.” Preferencias “Una cosa es lo que tú pretendas y otra lo que la naturaleza poética te da”, afirma mientras sus ojos se entornan, como muestra de un sentimiento profundo. “Lo que más me gusta es oír buena música: Trova, Radio Enciclopedia, y leer mucha poesía, releer a César Vallejo, La guerra y la paz y a Dostoievski.” Habla con vehemencia de su única hija Katerine y su nieto, al igual que de su compañera Migdalia Rodríguez Rosabal, sin cuyo apoyo hubiera sido imposible transitar su camino profesional. Finalmente, confiesa: “La poesía es mi vida. Ha sido fuente salvadora y oxígeno, mi senda verdadera hacia la belleza y el amor. 4 LA CAMPANA JULIO DE 2015 RAMÓN CABRERA: CANTOR DE PUEBLOS Eddy Bolaños Guía En el año 1979, durante su primer viaje de retorno a Cuba, Ramón Cabrera estuvo de visita en Palma Soriano, y una noche de animada conversación con él, en la casa de su tío Eribio Cabrera, el autor de tantos números dedicados a ciudades cubanas cantadas por el Benny, nos habló de ese tema y de diferentes aspectos de su vida, los que hoy compartimos con los lectores de esta periódico. El 16 de noviembre de 1918, nació en Bayamo Ramón Pavón Argote, que tal era su verdadero nombre, (Ramón Cabrera es su nombre artístico). A los dos años lo llevaron a residir a Holguín, donde su padre trabajaba como trompetista de la Banda Militar del Regimiento Máximo Gómez. Cuando tenía 6 años su papá fue nombrado segundo director de la Banda Municipal de Palma Soriano. Allí se asentó su familia y transcurrió parte de su niñez y adolescencia. Por eso suele decirse que Ramón Cabrera es oriundo de la Ciudad del Cauto, cuando en realidad es bayamés. Con su padre comenzó a estudiar teoría y solfeo, y también la trompeta, pero realmente no era muy diestro en ese instrumento y lo abandonó para dedicarse de lleno a la composición. Aquella noche de recuerdos, Ramoncito, como le llamaban sus íntimos, estaba nostálgico, porque hacía largos años que se encontraba fuera de su patria, y comenzó a rememorar anécdotas e historias de cuando residía en el periférico barrio de Punta de Pie, después de la línea del ferrocarril, donde compartió tantas travesuras con la bulliciosa muchachada de su época, los mismos amigos que ahora lo saludaban con admiración y afecto. De aquellos años juveniles data su primera canción, de letra casi olvidada, dedicada a Rosario Arcas, una muchacha de la que estaba locamente enamorado. Por eso evocó el día triste de su partida hacia Santiago de Cuba, cuando tenía 17 años, pues el padre había sido nombrado segundo director de la Banda de Música de esa ciudad, y comenzó a repasar en su memoria la letra del primer número dedicado a un pueblo cantado por el Bárbaro del Ritmo, Adiós, Palma Soriano. “Ese son montuno lo compuse allá por 1940, en honor al pueblo donde crecí y viví largos años, porque para mí fue muy triste la separación de mis amigos, de la gente que me conocía desde muchacho, de mi primer amor. Era de noche cuando nos marchamos y se me salieron las lágrimas cuando vi alejarse el lucerío de la ciudad”, confesó Ramón. Pasarían diez años o más antes de que Adiós Palma Soriano llegara a manos de Benny Moré, cuando Mariano Mercerón, quien ya había grabado temas de Ramón Cabrera, como Enfurruñao y Compréndeme, nena, propició el primer encuentro entre ambos. El Benny lo estrenó en público en 1952, en la Terraza Club de Palma, durante unos carnavales. Luego lo grabó para la RCA Víctor y se convirtió en un éxito, lo que motivó que se quedara embullado y le siguiera encargando números a Ramón Cabrera, surgiendo entre ambos una gran amistad. A ese le siguieron otros como Guantánamo y Manzanillo, ambos de gran popularidad. La inspiración para componer Manzanillo le surgió cuando visitó aquella cuidad junto al periodista bayamés Rubén Castillo Ramos, quien le sugirió aquella idea. Y allí, tomándose unos tragos en un bar que había junto a la bahía, al ver las olas que rompían estruendosamente contra el entablado y las espumeantes burbujas que salpicaban juguetonas, se le fue ocurriendo la letra. Santiago de Cuba lo compuso un año después; pero no se grabó hasta 1955, porque la RCA Víctor les aconsejó dejar pasar un largo tiempo entre ambos discos, ya que el apogeo de uno podía matar al otro. La inspiración para este número le surgió a Ramón Cabrera, porque al llegar a Santiago, como no tenía amigos y vivía en la calle Garzón, desde muy temprano en la mañana se sentaba junto a la puerta de su casa y se ponía a contemplar a los vendedores que pasaban pregonando sus frutas. Marianao, fue la última canción con nombre de un municipio de La Habana, compuesta por Ramón Cabrera para El Benny, porque un día el Bárbaro del Ritmo le dijo que no iba a interpretar más números dedicados a pueblos. Aunque él siguió componiendo canciones de ese tipo como Baracoa, Tierra querida —dedicada esta última a Bayamo—, y otras muchas, cantadas por diferentes intérpretes, entre ellos Tito Gómez. Pero antes de llegar al éxito con su música, Ramón Cabera tuvo que dedicarse a varios trabajos para poder sobrevivir: vendedor de mangos, paleador de carbón, barbero y tallista de madera, estos dos últimos aprendidos en la escuela de Artes y Oficios. Y, en una etapa en que regresó a Bayamo, realizó la labor de tallista allí, enviando muebles para Santo Domingo, incluso algunos para el Palacio Presidencial de ese país, y decoró un coche fúnebre de madera para la funeraria Casate. A La Habana llegó en la década del 40, a probar suerte, y allí tuvo que realizar diferentes trabajos, entre ellos en el Instituto de Derechos Musicales, con la destacada compositora Tania Castellanos. Indudablemente, fue el Sonero Mayor quien le abrió el camino de la popularidad para que cantantes como Celia Cruz, Melo Sosa y Caridad Cuervo, entre otros, interpretaran sus números. También lo harían el Conjunto Casino, Servando Díaz y Los Zafiros. Su gran éxito internacional fue Esperanza, popularizado en Cuba por la orquesta Aragón, y en Francia y otros países de Europa por Charles Aznavour. En 1965 viajó a España, para hacerse una operación de la vista, y allí la madrileña Rosario Villarrubia (Charito) lo cautivó, y se casó con ella, fijando su residencia en aquel país peninsular. Pero desde Madrid siguió sus contactos con su tierra y allá fue presidente de la Casa de Cuba, siguiendo sus vínculos con la Isla, sus familiares y amigos, de los que nunca se olvidó. En España no dejó de componer y Lolita —la hija de Lola Flores— le grabó Con el insistente mirar, muy difundido en ese país y en otros. Realizó además un programa radial titulado Voces y ritmos latinoamericanos, y escribió artículos sobre música cubana para algunos periódicos madrileños. También en Nueva York le grabaron No le llames salsa a mí son y Cartagena plateada en Colombia, donde fue un éxito. El 15 de diciembre de 1993, en un frío invierno madrileño, luego de ser sometido a una compleja intervención quirúrgica en su querida Isla, la muerte sorprendió a Ramón Cabrera. La noticia conmovió a muchos de sus admiradores en diferentes lugares del mundo y muy en particular en Bayamo y Palma Soriano, la tierra natal y la adoptiva de este notable artista. Ramón Cabrera y Benny Moré 5 LA CAMPANA JULIO DE 2015 UN BRINDIS POR EL BOLERO Orlando Quesada Arévalo Carlos D. Montejo Matamoros El bolero, romántico por excelencia, se convirtió en un género utilizado por poetas, compositores e intérpretes para cantar al amor. Su creador fue el cubano Pepe Sánchez, quien definió su estructura clásica: dos períodos musicales de 16 compases cada uno, separados por un pasaje instrumental que se ejecutaba melódicamente en la guitarra, llamado comúnmente pasacalle. El primer bolero del que se tenga noticia fue compuesto por él, y se tituló: Tristeza. Desde niño, amo mucho este género. Recuerdo que me iba a disfrutarlo para los bares cercanos a mi hogar: El Mambo, el de los Hermanos Pérez y el del papá de Mundito González. En todos habían vitrolas donde escuché a boleristas como Fernando Álvarez, Blanca Rosa Gil, Beny Moré, Vicentico Valdez y Gina León, por citar algunos nombres. En una ocasión, vi actuar al trío Los Cancilleres, a Quino Moran y a Lino Borges con el conjunto Saratoga. Ahí comenzó mi inclinación definitiva por este fenómeno cultural. Incluso, con el combo infantil La Bayamesa, canté muchas veces aquel famoso bolerón que reza: Tengo yo dos cosas tuyas que te quiero devolver: un rizo de tus cabellos y un beso que te robé. Debo confesar que aun lo canto. En verdad, agrupaciones e intérpretes como Mundito González, el trío Los Pedruscos, Roberto Estrada y los inolvidables Lázaro Scull y Ángel Labrada, se escuchaban mucho por Radio Bayamo. Con el tiempo, todos llegaron a ser mis amigos. Después conocí a Eugenio Expósito, a Felipe Arévalo y al trío Cabayamo, En primer plano, el autor animando la peña La Noche del Bolero que “descargaban” en distintos lugares de nuestra ciudad. En una oportunidad, con el combo Alfa, alterné con los célebres Tejedor y Luis. De esta, y de otras muchas historias que viví, surge en 1995 la idea de crear un espacio dedicado al género, y nace La tarde del Bolero, apoyado por el grupo La familia, y como cantantes Rubén Álvarez y Margarita Alarcón. Este evento me permitió crear un concurso, titulado Quiero hablar contigo, y en 1998 nos ganamos la subsede Internacional del certamen Bolero de Oro, ocasión en la cual José Loyola, por entonces presidente de la asociación de Música de la Uneac, lanzó la frase: “¡Guapachá, te saliste con la tuya!” Con el objetivo de estimular a boleristas y arreglistas, creamos también en el 2006 la Noche del Bolero, que se celebra cada primer jueves del mes. Allí, los apasionados de este formato musical brindan por él, lo cantan y celebran. Por el escenario de ese espacio han pasado artistas como Idanis Ortiz, Maida Castañeda, Yudenia Manso, El trío Los Caminantes, Aníbal Licea, Chacho y sus muchachos, la Orquesta Monumento, el grupo Compacto, etc. En este 2016, La Noche del Bolero cumplirá 10 años. El brindis será en grande, y en él festejaremos además el cariño de tantos amigos que han ayudado a mantenerlo, entre ellos Eduardo Núñez, Luis Millet, Gabriel Suárez, Rafael Rodríguez, Lucía Muñoz, Abel Guerrero Castro, José Rodríguez, Augusto César Odio, Luis Carlos Frómeta, David Rodríguez, Luis Carlos Palacio y Jorge Luis Batista, entre otros, pero sobre todo, celebraremos la fidelidad y el amor de maravilloso público, amante del Bolero, que nos espera y acompaña en cada nueva entrega. CARLOS PUEBLA: SOY DEL PUEBLO, PUEBLO SOY Rafael J. Rodríguez Pérez Este 12 de julio se cumplen 26 años de la desaparición física del Cantor de la Revolución y, dos días después, once años de la fundación del Museo Cubano de la Cera, donde se le rinde un perpetuo homenaje. Acaba de cantar. Tiene los labios entreabiertos y alguna melodía aun vibra en su garganta. Viste traje impecable, pero lo más brillante de su esmerado atuendo es la guitarra, y la acaricia como un enamo- rado. En su semblante, una expresión absorta; en los ojos, un destello feliz. Es Carlos Puebla de nuevo ante su pueblo, pues El cantor de la Revolución o Juglar de la Era Moderna, volvió de cuerpo entero, esta vez eternizado en el bello ademán de actuar para los suyos. Un día cualquiera, en el céntrico paseo de la ciudad de Bayamo, alguien empuja la puerta del Museo de la Cera y… guitarra en mano, el trovador espera. El visitante, asombrado, se acerca: “Parece vivo. ¡Si pudiera cantar!” La música de fondo le responde: Soy del pueblo, pueblo soy/ y a donde me lleve el pueblo voy. / Por el pueblo voy pasando/ y oyendo sus sentimientos, / los recojo y al momento/ se los devuelvo cantando. / Junto a la figura de cera del cantautor cubano Carlos Manuel Puebla (19171989), expuesta en el Museo, que este celebrará su aniversario once, también están las de otras celebridades, como los músicos Benny Moré, Compay Segundo, Polo Montañez, Ignacio Villa (Bola de nieve) y Juan Formell, así como El Apóstol, José Martí y El Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, entre otros. Rafael Barrios Madrigal, creador de tales obras en unión de los hijos Rafael y Leander Barrios Milán, afirmó que fue un placer rendir homenaje a Puebla, un cubano completo: jocoso, dicharachero y popular, que puso su talento al servicio de la Revolución. “La cera es un material muy noble, pero tiene sus misterios”, aseguró el artista, quien vive junto a sus hijos en el municipio de Guisa, a la vista de las magníficas montañas de la Sierra Maestra, fuente principal de inspiración y recursos para las obras. Contó que para trabajar el material le dan al menos 200 horas de calor, a fin de eliminar grasa e impurezas, y luego, según la pieza, aplican los colorantes, de preferencia óleos u otras pinturas de excepcional calidad, las que luego mezclan hasta lograr los tonos adecuados. “Explicado así —refirió Barrios Madrigal— parece un proceso sencillo, pero no lo es. Nuestra técnica se denomina cera policromada, y lograr los colores de la piel humana, por ejemplo, requiere de mucha paciencia y vigilancia, pues la cera también tiene sus trampas.” Antes de hacer figuras humanas, los Barrios modelaron durante muchos años animales autóctonos de la campiña cubana, especialmente aves, labor que no abandonan y en la cual logran un alto nivel técnico-artístico. El primer busto humano realizado por ellos fue el del célebre músico estadounidense Nat King Cole (1919-1965), que se exhibe en el Salón de la Fama del Hotel Nacional de Cuba. En los libros de opiniones que conserva el museo, llenados por más de medio millón de visitantes desde su inauguración, el 14 de julio de 2004, abundan las hondas impresiones, el asombro genuino y la risueña gratitud por la existencia de un sitio tan original. La estatua de Puebla es una de las más elogiadas. El trovador nació el primero de septiembre de 1917 en la ciudad de Manzanillo, en Granma, y a pesar de la pobreza, que lo obligó a desempeñar múltiples oficios, prevalecieron su talento y vocación artística. Desde 1959, empleó el arte para ser cronista popular de la Revolución cubana, cantando los hechos más relevantes y defendiendo sus doctrinas con fino humor criollo. Su creación más popular es, sin duda, la dedicada a Ernesto Che Guevara con el título Hasta siempre, y que ha sido traducida y cantada en multitud de idiomas y estilos. Puebla murió el 12 de julio de 1989, en La Habana, y sus restos descansan en el cementerio de Manzanillo. Este epitafio identifica su tumba: “Yo soy esto que soy, un simple trovador que canta”. 6 LA CAMPANA JULIODE 2015 ÁLVARO TORRES: LOS SUEÑOS DE ALGODÓN Rafael J. Pérez Rodríguez Carlos D. Montejo Matamoros Despertando la magia de los algodonales, entre cerros azules que comienzan a ataviarse de luz, avanza sobre Concepción Batres un claro amanecer. Es apenas un pueblito rural del departamento de Usulután, en la República de El Salvador, pero palpita en él esa virgen poesía de la naturaleza americana cuyos versos parecen recién salidos de la garganta del creador. Por la línea del sol, bajo el silencio extraño de la pena, van las recogedoras hacia el mar de algodón que platea, telaraña difícil donde sumergen todo el día sus cuerpos y sus sueños. Mas, de pronto, escuchan una voz. Una menuda vocecita, dulcísima, se levanta entre los copos vivos y los echa a volar. “¿Pero… quien canta?”, se preguntan a una las mujeres, sintiendo como la melodía arrastra la congoja y deja el alma leve, alba y serena como las hebras que el solano se lleva. “Oh, es mi hijo”, responde, orgullosa, una muchacha. “Anda, pues, por ahí. Pero no se le ve, porque las matas son más altas que él.” “Dígale, por favor, que no pare”, piden a coro las obreras. “Es muy hermoso”. Aquel niño cantor siguió tal mandamiento a pie juntillas. Muchos años después, con la misma naturalidad con que se eleva al cielo un copo de algodón anclado a un remolino, inició un prodigioso ascenso musical que lo convirtió en un artista de renombre internacional. El pequeño Alvarito, de Concepción Batres, es hoy Álvaro Torres, de todo el universo. Ahora, en Cuba, y en el Bayamo histórico donde vino a cantar, un joven periodista tiene el honor de dialogar con él. Ese joven se sabe todas sus canciones. Creció con ellas. Y es lo primero que confiesa cuando el artista lo recibe, vestido ya para el concierto, risueño y querendón. El cuestionario es leve, pero jugoso, y la primera interrogante versa sobre su pueblo y sus sueños de niño. “En mi tierra natal todo era muy difícil. En verdad, no había ninguna esperanza de triunfar. No se vislumbraba en el horizonte la posibilidad, ni siquiera lejana, de que pudiera convertirme en una figura. No tenía idea. Lo mío fue todo muy natural y espontáneo. Un buen día me fui, en busca de mi padre violinista, a quien no conocía y de quien heredé el talento y la pasión por la música. Lo encontré y fue maravilloso. A partir de ahí me acerqué en serio a este mundo de melodías y a un instrumento como la guita- rra. Así empecé a musicalizar las ideas que tenía desde pequeñito.” Sobre sus referentes o maestros, además de su padre, respondió: “Aprendí de todo cuanto escuché en mi camino. El primer ídolo, por decirle así, fue el mexicano Javier Solís. Era un gran romántico, con aquellas canciones tan expresivas. Luego, ya en la capital de mi país, escucho la obra de Roberto Carlos, y las creaciones del movimiento musical de entonces. Había muchas bandas locales haciendo copias al español de canciones americanas. No lo sabía entonces. Para mí aquello era inédito y creía que era un trabajo original de cada cual. Me di cuenta años después. Pero en aquella época lo tomé todo como auténtico y como tal me sirvió de inspiración.” Autor de algunos de los temas románticos más hermosos de la música latina de todos los tiempos, el compositor nos revela: “Nunca compongo por oficio, sino por inspiración. Es un desahogo personal, una necesidad de expresión, y es siempre algo espontáneo provocado por mis vivencias y sentimientos. Así que soy un compositor, si se quiere, casual, pues solo puedo hacerlo cuando algo me motiva, ya sea positiva o negativamente. Muchos compañeros me piden canciones pero, francamente, no puedo suplir ese mercado. Intenté algunas veces componer bajo presión, para satisfacer alguna demanda, pero es una disciplina muy difícil de dominar. Y dejé de intentarlo. Como soy siempre sincero en ese sentido, mucha gente se identifica y se ve retratada en mis canciones. Creo, también, que el ser compositor es una cuestión de esencias, y viene de mi primera infancia: me faltaron muchas cosas importantes, pero nunca el amor de mi madre, ni el campo, ni el río, que me nutrían de la mejor poesía. Aquel entorno me hizo romántico y me hizo poeta.” Con una larga y exitosa carrera haciendo música y cantándole, esencialmente, al amor, quisimos conocer los conceptos personales de Álvaro sobre ese arte y sobre el sentimiento que ha sabido nutrirlo. Del primero, opinó: “Es la mejor expresión para aquellos que, como yo, no tenemos otros medios a mano. No soy muy locuaz. Nunca lo fui. No pude ni siquiera ir a la escuela. Entonces fue la música, y sólo ella, el vehículo ideal en el que me monté para que me llevara a donde fuera, mi manera para decir a una chica lo mucho que me gustaba o como me volcaba el corazón cuando la veía, la oportunidad de demostrar mi amor al cantar a mi patria, a mi madre, a mi padre. Ha sido la herramienta perfecta para poder comunicar mis sentimientos.” Sobre el amor, nos dijo: “Es la base de todo. Estamos esencialmente hechos de amor, y solo cuando lo abrigamos en nuestros corazones vivimos de verdad. Dios nos hizo por amor, con misericordia y buenos deseos. Eso hay que rescatarlo, y respetarlo. El mundo está enloquecido y desesperado por muchas razones. Entonces, una nota musical romántica y una melodía que identifique un buen sentimiento es un poderoso vínculo que puede ayudar a unir a la humanidad. Adoro ser parte de eso. (…) En verdad, me encanta ser el Cupido de todas las parejas. Ojalá siga siéndolo por mucho tiempo.” Cuba, la isla más musical del Caribe, espera durante largos años por muchos intérpretes que han ganado, de lejos, su corazón. Álvaro Torres era uno de los más añorados. Sobre el particular, interrogamos: ¿Por qué ahora? “Bueno, en verdad nunca pensé conocer Cuba, aunque sí conocía su legado musical, especialmente los boleros. Para venir, realmente no me ataba nada. Pero como imaginarás no era llegar y cantar así no más. Hay canales, hay pasos. Como no los conocía, y como no di indicios de que algún día pudiera presentarme aquí, pasaron todos estos años. Ahora, fue gracias a mi manager, que es cubano y conoce estos procedimientos. Él empezó a bregar, a visitar personas, a viabilizarlo todo. Después de cinco años de gestiones, al fin se nos dio la oportunidad y aquí estoy, aprovechándola, no solo para pagar el tributo que los cubanos han brindado a mi música, sino también para disfrutarlo yo mismo, pues es un gozo de verdad.(…) Cuba ha sido lo máximo, sensacional.” Con más de treinta discos y numerosos premios internacionales, Álvaro Torres entrará este año, en plena producción creativa, en el Salón de la Fama de la Música Latina. Sobre el último de sus proyectos, informó: “Estoy trabajando en un disco que me ha tomado mucho tiempo, pues lo hemos hecho de manera independiente. Se llama Otra vida, y ya hemos sacado a la luz algunas cosas, incluso tenemos un disco, digamos, de “mantenimiento”, donde hemos unido temas nuevos y algunos éxitos en espera de la publicación del material completo. Esta vez, tendré la fortuna de contar con la participación de la orquesta sinfónica juvenil de la ciudad de Santiago. Eso será otro paso para vincularme más con Cuba y con su arte.” A punto de cantar para los bayameses, que lo esperan ansiosos enfrentándose incluso a una lluvia tenaz, pregunto al cantautor: ¿Y la ciudad de Céspedes, y su gente? “La ciudad, maravillosa. La gente, increíble, amorosa, emotiva. Me he dado cuenta que todas las personas de cualquier edad y tamaño expresan sus emociones diciéndome lo que mi música ha significado para ellos y me cuentan incluso sus vivencias. Es algo impresionante.” Sin percatarme entonces que el más hermoso colofón para este diálogo es el propio concierto que está por comenzar, lanzo, acaso, mi pregunta absoluta, buscando un cierre “único” que permita lucir —vana ilusión— tres puntos suspensivos dorados: ¿Si tuviese que escribir e interpretar la Canción Total, sobre qué versaría? La sincera humildad de su respuesta, mirándome a los ojos, descubrió para mí la natural grandeza que nos trajo hasta aquí a aquel niño cantor: “No tengo la menor idea. Esa página está en blanco, pero sé que ese texto llegará, tarde o temprano.” Después, un abrazo, ¡y al concierto! La lluvia duró aun dos horas más. Cuando cesó, la noche quedó límpida, perfecta para acoger la magia de la voz. Y así fue. Como en el mar plateado de los algodonales de su tierra, sus melodías volvieron a alegrar corazones. No sin cierta emoción, comprobé que, aun sin proponérmelo, me sabía todas sus grandes canciones, y las coreé bajito, sonreído, pero como me acompañaban otros miles, muchas veces mi voz se convirtió en clamor. 7 LA CAMPANA JULIO DE 2015 MI NORTE: EL DE BAYAMO Diana Iglesias Aguilar Carlos D. Montejo Matamoros “Durante 20 años mis esfuerzos profesionales e intelectuales han estado unidos al destino de Bayamo” Así lo asegura Ludín Bernardo Fonseca García, Licenciado en Historia por la Universidad de Oriente en 1994, Máster en Ciencias, historiador de la ciudad de Bayamo, profesor e investigador Auxiliar, quien por dos décadas ha estado vinculado de manera estrecha con el desarrollo social y cultural de Bayamo y de Granma. Miembro de la Academia de Historia de Cuba desde el 2010, un título que hace honor a los granmenses, pues desde 1941, fecha en que muere José Maceo Verdecia, nunca otra persona de la zona sur oriental de nuestro territorio había ocupado un escaño en ese gremio. (También tenemos el orgullo de que entre los 30 miembros de la selecta academia se encuentre Delio Orozco, historiador de Manzanillo.) Honores aparte, Ludín es un hombre c a m p e chano y entusiasta, con el que se puede conversar en plena Plaza de la Revolución, en cualquier calle o sitio, y está siempre dispuesto a transmitir conocimientos, a apuntalar proyectos o a retomar otros olvidados, a editar, imprimir, encuadernar y presentar un libro de historia local aunque sea solo en sueños, porque está convencido que son ellos los que marcan el primer paso para alcanzar las metas. Hoy es el historiador de Bayamo, pero hace 21 años era un recién graduado lleno de proyectos y anhelos, preparado rigurosamente para la investigación científica de la mano de prestigiosos profesores entre los que se encuentra Olga Portuondo Zúñiga. Al graduarse parecía que no fue destinado al lugar más idóneo, pero como todo vale, el conocimiento no ocupa espacio y la vida va en espiral, desde el departamento de inventarios del Museo Provincial Manuel Muñoz Cedeño, donde se puso en contacto con documentos relacionados con la ciudad entre los siglos XVI y XIX, donados por el primer historiador de la villa Enrique Orlando Lacalle, Ludín se irguió con una primera ponencia que abrió las puertas a la vida profesional: ¿Qué nos dejó el incendio?, texto referido a la quema de Bayamo por sus propios habitantes. Convencido de que los investigadores locales, él incluido, siguen patrones historiográficos nacionales, se apertrecha de armas para eliminar este vicio, adentrándose en fuentes como el Registro de la Propiedad, y en otras, para desentrañar etapas y sucesos locales que no se parecen a lo que los libros de historia cubana dicen que pasaba en la Isla. Acerca de esto recalca la lozanía económica y el florecimiento industrial y comercial de Bayamo como región en la década de 1950, de “vacas flacas” en el resto del archipiélago y de abundante represión por los gobiernos de turno como signo coincidente en la ciudad antorcha y la Isla. Con ojo avisador advierte además la necesidad de estudiar la Revolución cubana como parte de la historia, proceso que acumula largos e intensos 50 años de transformaciones que merecen una mirada analítica para proyectar un mejor futuro. Llama entonces Ludín a despabilar el acomodamiento a través del profundo análisis de las variables que componen la ecuación de la historia. En 1996 se abren para este hombre de libros y letras las puertas de una institución mayor: la Casa de la Nacionalidad, donde dejará la mayor huella hasta ahora generada por él en su obra intelectual, tarea que continúa desde la Oficina del Historiador, recién dotada de marco legal para oficializarse. Como especialista en promoción cultural cursa el primer lustro, y desde esa época y hasta el 2012, Ludín Bernardo funge como director de la Casa, y más que director, parte indisoluble del desarrollo del único centro de investigaciones sociales en Granma y el único del Ministerio de Cultura fuera de la capital del país. Mucho le agradecen sus compañeros, los historiadores, sociólogos, investigadores y profesores que crecieron profesionalmente junto a este amante de la tinta y las encuadernaciones. En diez años se hicieron más de treinta libros. La alianza con el entonces naciente sistema de ediciones Riso, hace posible que las largas horas detrás de datos y fechas, de nombres y jerarquías, sean llevados como historias coherentes a estos volúmenes que como le gusta decir a Ludín, “no se empolvan ni duermen en los anaqueles de las librerías. Los libros de historia local en Bayamo y en Granma, son agua para la constante sed de los habitantes de esta tierra.” Aunque en la entrevista hace alusión al agradecimiento a numerosas personas en su formación académica y laboral, como Enrique Orlando Lacalle, Onoria Céspedes, Carlos Rodríguez Lora, tenemos en frente a un hombre al que también se le debe agradecer por esa convicción que profesa y practica de que las cosas hay que hacerlas bien. Así, construye un legado para las presentes y futuras generaciones, una gran enseñanza, acrisolada quizá en la profunda admiración que despiertan en él Maceo Verdecia y Lacalle, sus antecesores como historiadores de Bayamo, y que se concentra en la entrega incondicional para trabajar, sin ánimos de lucro, con total devoción, como ellos lo hicieron. Desde la Oficina del Historiador de la ciudad de Bayamo, Ludín tiene ante sí grandes retos, entre ellos, el “levantamiento” de las viviendas para ubicarlas en el tiempo, conocer sus condiciones constructivas, así como proyectar el desarrollo habitacional con perspectivas para el turismo histórico desde el incentivo del sentido de pertenencia de habitantes y autoridades. Estas, y otras muchas tareas, contarán con la mano de Ludín para hacerse viables, porque los que nacen o viven en ciudad de Céspedes heredaron el ímpetu y cariño de aquellos mismos hijos que prefirieron reducirla a pavesas antes que verla esclava. Con vástagos así, la ciudad, su historia y su gente, están salvados para la eternidad. LOS COLORES DE ALEJANDRO Erasmo Rondón Soto Carlos D. Montejo Matamoros Cuando el primero de junio se celebró el día internacional de la infancia, me vino al recuerdo el niño Alejandro Frías Comas, que anteriormente asistía a la escuela especial Paquito Rosales Cueto, de Río Cauto. Recordé con alegría, también, que al final del curso 2013-2014, obtuvo el premio nacional del salón de plástica infantil De donde crece la palma, y ahora lo ha vuelto a hacer. A propósito de estos premios, converso con Mailín Ramírez Báez, instructora de artes plásticas que lo atiende. ¿Cómo te fue en los inicios con Alejandro? “Muy difícil, si tenemos en cuenta que él solo conversa a través de preguntas, no mantiene una coherencia en el diálogo. Es como si fuera almacenando la información, pero no sabe como brindarla. Eso sí, es muy inteligente; tú le dices algo, y si no puede hacerlo en el momento, lo completa más tarde o al otro día. ¿Siempre mostró interés por la pintura? “Casi siempre está pintando, solo que nada más que dibujaba medios de transporte. Para que lograra pintar un árbol o una casa, había que insistirle.” Alejandro en la premiación del concurso provincial De donde crece la palma ¿Y sabes de dónde viene ese interés por los autos? “Él dice que cuando sea grande va a ser chofer. Me han contado que conoce lo más mínimo sobre los autos, por eso pinta casi todo con este tema.” ¿Y cómo van las relaciones con él? “Ahora es más receptivo. Ha ganado otros premios, está más animado; y aunque es muy intranquilo, te aseguro que es tan bueno en ortografía como en dibujo.” En este curso escolar 2015-2016, Alejandro obtuvo premio provincial entre los tres trabajos que de Enseñanza Especial del municipio Río Cauto concursaban a este nivel, y recientemente su obra se alzó una vez más con el premio nacional. En el mes de mayo, se realizó la premiación del Salón Nacional de Plásti- ca Infantil. Allí tuvo la oportunidad de compartir con dos de los cinco héroes ( Ramón y René). Me decías que otros dos niños compitieron en el municipio. “Así es, en esta ocasión hubo mayor participación no solo del municipio, sino también de la provincia en la Enseñanza Especial. Esto nos da una medida de que se está trabajando un poco más con estos niños que tienen una necesidad de atención mayor al resto de sus compañeros.” Al final de esta entrevista supe que Alejandro es el único Asperger del territorio, o sea, un autista con inteligencia normal que centra su atención en algo específico (en este caso las Artes Plásticas), condición que lo hace resaltar entre los mejores. Por ello ha pasado de la enseñanza especial a un aula del seminternado Bartolomé Masó, donde el resto de los infantes comparten su raciocinio. El Premio Nacional de Plástica Infantil es el motor que impulsa los sueños de Alejandro, alentado por Mailín, Kirenia y Luis Frías (padre); y él, que como a muchos nos gustan los premios, sonreirá, y esa sonrisa será el mejor de los galardones cuando, a pesar de los pesares, ponemos en cada obra las manos del corazón. 8 LA CAMPANA JULIO DE 2015 WILBERTO JOBA FRÍAS Edgardo Hinginio Es profesionalmente lamentable dedicar una de las hojas del periódico al que te consagraste antes de tu partida a Venezuela y a la eternidad, para escribir un obituario en tu nombre. Sé que me censurarías esta metáfora, pero te digo que “los recuerdos son nubes que regresan con el tiempo”, y por eso algunas se pierden, se disipan como la primera vez que nos encontramos, ya no la recuerdo. Sin embargo vienen a mi mente tus impresiones y tu carácter profesional como editor cuando leías algunos de mis escritos, o tus opiniones cuando en conversación de intelectuales analizábamos uno que otro proceso cultural. Te recuerdo también escribiendo una carta a las máximas autoridades del PCC para informar, en medio de las duras condiciones del período especial, que Ediciones Bayamo había cumplido su plan editorial antes de que concluyera diciembre. Son muchas, y en estos momentos, las remembranzas afluyen con sello propio en un torrente equilibrado de alegría por haberlas vivido y de dolor por tu desaparición física y porque naturalmente no podemos volver a compartirlas. Veinte fueron las ediciones de La Campana que editaste, veinte meses dejando poco a poco en el equipo enseñanzas profesionales, ¿cómo olvidar las discusiones creativas del proceso editorial, nuestras merien- David Tamayo González Estas páginas no están habituadas a los párrafos amargos. Mas las buenas noticias no son las únicas que llegan a nuestro entorno cultural. Hay sucesos que nos conmocionan, nos sorprenden e impactan… cuando los conocemos, quedamos vulnerables a todas las tristezas, desencantos y nostalgias. Entonces, para los que creemos en el poder de las palabras, no queda otro camino que escribir. Esta vez será sobre un amigo: Wilberto Joba Fría. En días pasados supimos de su absurda e incomprensible muerte. Tengo desde entonces en mi mente, muy frescas y mezcladas con aroma de cañas y melazas de azúcar, las imágenes de aquel niño delgado y tímido que conocí en nuestro barrio de la infancia. Él, sus hermanos, sus primos y yo, nos disputábamos los mangos que estaban por caer de las alturas del patio de mi abuela, aquel que por cuestiones del destino siempre fue más frondoso del otro lado de la cerca, allí donde convivían sus tíos, sus padres, su abuela Flora y su abuelo, el célebre Ignacio Equipo editorial de La Campana, primer aniversario. (Wilberto Joba, segundo de derecha a izquierda) interés y tus añoranzas—; y la desesperación de tus hermanos y el resto de tus familiares; y el llanto callado de tus compañeros del Centro de Superación para la Cultura de Granma? Aunque me digas que esta oración no dice nada, te repito: “no existen palabras”. Ya no estás. Hoy repetimos los consejos que te dimos antes de partir: Lucy, Narielis y yo. Sentimos que hayan coincidido nuestras palabras con la realidad. En estos días he vuelto a escuchar frases como: “eran igualitos”, y he vuelto a ser ejemplo de parecido físico para que muchos logren encontrar tu recuerdo. Incontables fueron las ocasiones en las cuales te dije que te parecías a uno de mis hermanos, no solo físicamente, sino también en los gestos, en ese maldito deseo masculino de andar siempre detrás de las hembras a cualquier precio y de mirar la vida como a través de un prisma de colores en un caleidoscopio. Estoy indignado, con una molestia indescifrable, desde que Liliam Brull, directora de la Biblioteca Pública 1868, me comunicara la noticia de tu deceso. Molesto con tu extraño destino y con la manera en que tomaste el camino del adiós eterno. No lo puedo creer, ni yo, ni nadie… Siento una profunda rabia ante tu partida. En mi queda aquel cuestionamiento tuyo con la existencia profesional: “¿por qué los hombres con menos talento y en menor puesto laboral disfrutan de mayor éxito económico?” Quizás nunca comprendiste para qué nacemos algunos. Tú cumpliste con tus expectativas: en lejanas tierras también educaste a otras personas y sé que dejaste similares y buenos recuerdos entre ellos. Si pudieras editar este texto te echarías a reír y me dirías: “nadie va a creer lo que escribiste”; pero es verdad. Tal como se dice, la realidad supera a la ficción. Mientras tanto trataré de aliviar esta pena, de calmar esta rabia, porque hermano… el talento, no se le regala a la muerte. Ese día, entre las imágenes de la infancia, los días en la Universidad de Oriente, el timbre de su voz y el llanto de su gente, recordaba a flashazos mis interminables conversaciones con el Joba de las letras, en cualquier espacio de la ciudad. Vino a mi mente la profunda polémica que sostuvimos, en ocasión de un artículo que él me editaba, sobre mi frase “la era de las pantallas”, que él consideraba “la era digital”, opinión que terminó por imponerse. Coincidíamos y discrepábamos en teorías, enfoques, prácticas y visiones, realidad que acentuó nuestra amistad y mi admiración por su innegable profesionalismo. Mirando ese patio, supe lo frágiles que somos y la delgada línea que separa la vida de la muerte. Horas antes del sepelio, su familia me pidió pronunciar unas palabras de despedida. Acepté de inmediato, aun sin saber qué decir, cómo compendiar en escasos minutos la grandeza y humildad de este amigo. No hubo discurso escrito. Con la voz quebrada, evoqué nuestra infancia común, la inocencia de nuestra generación, la amistad entre los suyos y los míos. Hablé de su constancia en la escuela, su inteligencia y su motivación sin fin por aprender. De nuestra coincidencia en Santiago, donde estudiamos en los duros 90. Repasé su trabajo como editor, su voluntad de crear, su desinterés por los elogios y pasión por enseñar. Recordé nuestras conversaciones sobre temas diversos e importantes. Me detuve en su incontrolable pasión por los libros, tan desenfrenada que los dispersaba en casa de sus familiares más cercanos, no por desprendimiento o falta de control, sino por estar siempre acompañado de solapas, índices y culturas. Terminé invocando su humildad y talento e invité a recordarlo entre los vivos, como si estuviera enamorando a una mujer, compartiendo con amigos o leyéndose un libro. Así fue Wilberto, mi amigo, un inconfundible paradigma de cuántas y cuán profundas pueden ser las huellas que dejemos en nuestro paso por la vida. Así era aquel hombre, siempre apuntando alto, invencible como cuando, de niño, atrapaba los mangos desde las más difíciles alturas. das laborales con yogurt o refresco, panes con croquetas o pizzas, cuando ya rondaba la medianoche? Igualmente estampaste tu nombre en varias épocas de Ventana Sur, nuestra revista cultural, aportaste ideas a Papalote, editaste un sinnúmero de libros en editoriales de la provincia y escribiste los artículos de tus investigaciones, aunque siempre decías que la vida no te había dotado con el talento de hilvanar ideas adecuadamente sobre un papel. Has estado y seguirás presente, en nosotros viven tus saberes y también tu manera de ser, con virtudes y defectos como cualquier otro ser humano. Pero te fuiste, quién sabe cómo, o por qué. No podemos ni siquiera imaginar dónde quedaron tus últimas energías, Joba, creador de aquellas enramadas, muy famosas en Mabay y barrios colindantes. Mi abuela me contaba sobre los bailes de órganos que organizaba el viejo Joba, donde la alegría del barrio rebasaba las frituras de bacalao, la cerveza y las piezas tradicionales. Conocí aquel patio espacioso, ya más nutrido de casas y poblado de gente, la mata de caimito, la de higuereta y la misteriosa anacahuita que detonaba sus bayas estruendosas en el silencio de las noches. Allí jugábamos los del barrio, por allí íbamos y veníamos camino de la escuela y la bodega en busca de cartuchos con caramelos y hojuelas de maíz. No por azar debí dar a esta familia la más terrible de todas las noticias. Mis responsabilidades en el Centro Provincial de Superación para la Cultura se juntaron con aquellos recuerdos y la amistad sostenida con Wilberto. Supe entonces que no hay ensayo posible para ello; tuve que sacarme, por unos minutos, el alma, y volverme de mármol para encarar aquel momento de sobrecogimiento y de dolor. ni cuáles fueron tus postreros pensamientos. Sin embargo tampoco tú podrás imaginar la consternación que ha causado la noticia entre los trabajadores del sector de la cultura y la educación de nuestra provincia, y mucho más allá. ¿Cuántos especialistas, instructores de arte, promotores culturales, directores de instituciones, escritores y artistas, fueron a beber contigo de la fuente de la sabiduría, de ese talento de apreciar y defender la grandeza de la cultura humana? Todos hoy sienten una gran pena, una ausencia sin fondo, como diría Vallejo en aquel inolvidable poema dedicado a su hermano Miguel. ¿Y qué decir de la angustia de tu hija, —la persona que más ocupaba tu 9 LA CAMPANA JULIO DE 2015 LA PÁGINA EN BLANCO: UNA INVITACIÓN A LA ESCRITURA Ogsmande Lescayllers “Me perturba la tranquilidad”. O.L Como se sabe, el gran dilema para el escritor es tener ante sí la página en blanco; para un caminante, el camino; el monte, para aquel que quiere desbrozarlo, para el matemático sería darle solución al problema que tiene delante. Las cosas, antes de acometerla tenemos que pensarlas, observarlas, analizarlas bien para no equivocarnos. Nada tiene más fuerza que el amor, y la voluntad con las que emprendemos los proyectos; por ende, lo que nos hace grandes son los retos, sin ellos seríamos pigmeos, inútiles seres sin anhelos. No hay que perder de vista, por más genios que nos consideremos, lo que significa la mirada del otro; la admonición que se nos haga. Somos, como nos enseñara Krishnamurti, observadores observados. Cuando escribimos, y el escritor debe ser consciente de ello, no es para alimentar nuestro ego. Este ejercicio tiene que hacerse desde la responsabilidad, sin ella, es posible que seamos buenos feriantes, pero carecerá de hondura lo que reali- cemos. Como decíamos, hay que buscar temas interesantes, ser originales, no tener miedo a expresar lo que sentimos, y canalizar bien esas motivaciones. A la hora de escribir, como en casi todas las cosas importantes de la vida, tenemos que ser competitivos. No vale con querer participar. No, eso no, para un creador, semejante conducta, es asumir una posición muy cómoda. El facilismo y el clientelismo matan la creatividad. Un día, conversando con un compañero de armas me dijo: “creo que las mejores del mundo son las nuestras.” A lo que respondí: “No te fíes”, imagino que nuestros adversarios piensan lo mismo de las de ellos.” Lo que quise decirle es que, a la hora de enfrentar una tarea, tanto vale la certeza como la duda, aunque por lo general, yo prefiero la duda, pero me apoyo en un profundo y decidido deseo de hacer; de vencer, por más grandes y difíciles que sean los obstáculos que se me presenten. La convicción y la determinación son nuestras armas fundamentales, sin ellas, siempre estaría ahí: la página en blanco, el camino sin recorrer, el problema sin resolver, el imponente monte sin desbrozar, mientras carecemos de las cosas útiles y necesarias, para hacer más llevadera la existencia. Yo los invito, a todos, a ponerle color y a ribetear la página en blanco; a echarse a andar sobre el camino por más inhóspito que sea; solucionar magistralmente el problema, afilar el hacha y caer sobre el monte. Roturar con decisión la tierra, es decir, a acometer la vida por la vida. Siempre se habla del escritor sin tener en cuenta al lector. Sin éste, el escritor vivirá en el anonimato. Cuando el gran poeta español, Gustavo Adolfo Bécquer dijo: “poesía eres tú”, sencillamente se estaba refiriendo al lector, porque sin él, sus textos no tendrían sentido. Todas las maravillas que hagamos, si no son consumidas por el otro, nada valen. Porque, por más grande que consideremos nuestras realizaciones, sin el análisis y la observancia de los demás, quedarán vacías. Más que con nosotros mismos, la responsabilidad está para con los demás, con ese “tú”, que nos advirtiera Bécquer. Vuelvo de nuevo a la página en blanco, al camino lodoso que tengo por delante, al inhóspito monte que desafía mis fuerzas y el filo de mi hacha; vuelvo, desde el amor, a convocarlos, para que escriban y luchen sin descanso por aquello que aman. ELEGIR LA ESTRELLA Yamey González Escalona Cuando leí el campanazo de marzo Opinar o no opinar, he ahí el conflicto, en el que Edgardo Hinginio reflexionaba acerca de la conveniencia de criticar, exponer ideas o hacer propuestas que beneficien a la mayoría, pensé en José Martí y su poema Yugo y estrella, por eso tuve la tentación de publicar también mis pensamientos al respecto. Yugo y estrella es un poema que resume toda una filosofía acerca de la libertad, la inteligencia y la justicia. Pensaba en él mientras leía a Edgardo y reparaba en esos bueyes que ya no son tan mansos, pues saben beneficiarse de sus posiciones y puestos y sacan las uñas sucias cada vez que aparece alguien con luz. Pero hoy, el hombre, es esclavizado por muchos, y a veces velados enemigos: la indiferencia, la ignorancia, el desamor... también corroboré que, tristemente, como profetizó Martí, todo el que lleva luz se queda solo. Pero tal como el Apóstol, queda de nuestra parte elegir la estrella que ilumina y mata, no temer a los bueyes o a los dragones y buscar las soluciones más allá de los alegatos absurdos. Edgardo afirma que hacer bien las cosas habla de nuestro prestigio y capacidad personales y de la institución que representamos. No olvidemos esto: nuestra conducta y acciones diarias se convierten en patrones de la sociedad. Los cubanos, en especial los trabajadores de nuestro sector, nos hemos acostumbrado a la grandilocuencia: llamamos “magno evento” a la reunión de unos pocos especialistas; “excelente escritor” a quien nunca ha publicado; “maestro” a un músico que nunca ha enseñado a nadie y que no cuenta en su haber con obras, digamos, “maestras”… y así una larga lista de grandes nombres para asuntos, eventos y personas corrientes. A la vez, caemos en el lamentable olvido de aquellos detalles que convertirían las citas de intelectuales en dignos eventos, los homenajes en verdaderos reconocimientos y los lauros en la honra justa y necesaria para quienes realmente los merecen. Cada año llegan hasta los predios de nuestras instituciones decenas de intelectuales egresados de escuelas de arte, de universidades y cursos; sin embargo todavía pervive la expresión de que años atrás cuando los trabajadores de cultura eran menos y tenían menos preparación o recursos, se hacía más. Es bochornosa la ineptitud de tantos y sobre todo la impunidad de que gozan. Todos hemos asistido a actos intolerables de justificación de aquello que bien pudo evitarse o simplemente hacerse bien. Nos hemos acostumbrado a los “horarios de cultura” que siempre son una hora después de los que dice la invitación; a los espacios y eventos hechos para uno mismo y a las escaramuzas artísticas cuando podría haberse hecho un evento importante. Hoy día aquellos que pierden las pestañas y los pies cumpliendo con sus responsabilidades son tomados por tontos, pues resulta más confortable quedarse callado y quieto para que nadie se ponga creativo y haya que romper la inercia y trabajar. En una reunión en la que se discutía acerca de una indisciplina, la implicada, después de una sarta de justificaciones y la intención de echar la basura sobre otros que resultaron ser “responsables” de su mala gestión, terminó enfurecida porque alguien del auditorio le pidió que asumiera, de una vez, sus errores. Tener la humildad de reconocer cuando nos equivocamos también da fe de nuestra cultura y la fuerza de nuestro carácter. Ningún ser humano es infalible, por tanto es posible echar atrás e intentarlo de nuevo, pero enmendando lo mal hecho para no errar de nuevo el camino. Después de ver una actitud como esa, que además se multiplica cada día y en circunstancias diversas, solo me queda desear que termine el bloqueo económico y que el país encuentre serias vías de desarrollo para ver de qué asideros se valdrán los ineficaces y mediocres. Lo peor es que todos sabemos que muchos de los problemas que hoy enfrenta el organismo de Cultura y la sociedad cubana en toda su dimensión, tienen que ver con el bloqueo mental y la falta de vergüenza de algunos a los que poco o nada les importa seguir en la ignorancia y la apatía. No creo estéril el llamado a la creatividad, a la dedicación al trabajo, a la superación de nuestros trabajadores. Así como tampoco la posición de Edgardo de no transigir en sus criterios. Pero ningún hombre —dijo John Donne— es una isla en sí mismo. No se puede crear con personas intolerantes a las críticas, holgazanes y falsos profetas. Necesitamos equipos de trabajo con buena vibra, inteligencia y profesionalidad. Como Edgardo, muchos amantes de la cultura, el buen trato y las buenas costumbres, a veces cerramos los ojos y los labios, pero no se puede vivir con la lengua mordida; Martí no pudo y asumió la soledad de la luz cuando la mayoría huyó de ella. Decir la verdad, ser consecuentes y proponerse un futuro mejor desde la calidad humana y de nuestros servicios, debía ser incentivo suficiente para los trabajadores de cultura, pues seamos conscientes o no de ello, somos la luz y el rostro de la sociedad cubana. 10 LA CAMPANA JULIO DE 2015 SI HAY CONFIANZA Yamey González Escalona Siempre me pareció divertido observar a los hombres en su devenir diario como forma de llegar a conocerlos o, al menos, descifrar sus más naturales actitudes. Sin embargo, en esa observación encontré situaciones que no son nada risibles. En sus Memorias de Adriano, Margarite Yourcenar afirma que no hay mejor manera de conocer a otros hombres que conocerse a uno mismo y bajo ese precepto advertí en mí una actitud multiplicada en muchos conocidos: la sospecha. La idea de que nadie es confiable es un axioma antiquísimo, incluso la Biblia declara maldito al hombre que confía en otro hombre, por lo que no estamos refiriéndonos a un problema nuevo, no obstante, la sospecha incontrolada llega a lastimar individualidades de manera irreversible. En el mundo intelectual la sospecha es requisito: cuando un escritor sale a la palestra uno busca en sus líneas la copia de otras líneas; si es un pintor uno busca en Picasso, Víctor Manuel, Dalí… Sospechamos de los investigadores, de los críticos, de los historiadores… El conocimiento es infinito, eso lo sabemos y si no confiamos en los que persisten en hacer la historia, alumbrar y adornar el mundo, qué será de las nuevas generaciones. También es cierto que existen copiones por doquier, plagiadores descaradamente instalados a diferentes instancias del mundo intelectual. Habría que hacer, digamos, un inventario y tomar en serio el conocimiento ajeno proponiendo temas de discusión coherentes, maduros, imprescindibles para el desarrollo de la ciencia y la cultura. Es sabido que la presentación de tesis, tesinas y proyectos de pre y posgrado, la mayoría de las veces no pasa del mero ejercicio metodológico. Una y otra vez se repiten temas, problemas científicos, posibles soluciones. ¿Cuántos de esos documentos son estériles investigaciones que se empolvan en armarios particulares o estanterías de bibliotecas? Pero tendríamos que ver las dos caras de la moneda. En realidad me preocupan aquellos inteligentes investigadores que entregan la vida a las ciencias y que son metidos en el mismo “saco” de quienes no tienen nada que aportar y todo por nuestra sospecha de que veremos más de lo mismo. NO HAY SOSPECHAS Entonces, ¿cómo dilucidar entre lo “bueno” y lo “malo” del arte, las ciencias, la historia…? ¿Cómo saber hasta dónde es confiable o no un criterio? Creo que una buena idea sería comenzar por las escuelas, tomar más en serio la formación de quienes más adelante alumbrarán nuestros caminos. Poner atención y coto a la “producción” en serie de licenciados, másteres y doctores, y otorgar tales categorías a quienes de verdad lo merezcan. También me parece necesario revisar los temas y problemas que dan lugar a investigaciones, libros u obras de arte. Todo lo que nos haga crecer, borrar dudas y barreras, avanzar en la espiral del desarrollo humano es permisible, lo que lacera y disminuye, lo que cierra nuestro horizonte cultural, no debe serlo. La sociedad cubana atraviesa un proceso complejo tanto en lo económico como en lo político, lo que llevará a cambios radicales en nuestra concepción del mundo. Ahí hay suficiente tela para cortar. Nos falta teorizar un poco más acerca de los movimientos artísticos y culturales pos socialistas (referi- do a la caída del campo socialista europeo) y del socialismo actual y su influencia en el mundo. Cuba es pionera de esas corrientes y por tanto nos correspondería ofrecer detalles al respecto. Tendremos inexorablemente que reacomodar nuestros principios políticos teniendo en cuenta que “política” no es ni será solo lo relacionado con sistemas o formaciones económico-sociales, sino que existe una parcialización individual que reconoce sus propios preceptos y principios a los que no escapa ningún acápite del desarrollo. Estos son asuntos que modestamente se me ocurren como posibles problemas a investigar, pero no falta en ninguno de los sectores y disciplinas, temas y problemáticas para solucionar. Sostengo que la sospecha es mala consejera, pero necesaria compañera cuando advertimos falta de seriedad, banalidad en el tratamiento de ciertos asuntos importantes, superficialidad en las discusiones o lo endeble del conocimiento de algunos. El respeto y la confiabilidad en todos los aspectos de la vida debe ser un reto, y basarse en el conocimiento profundo y verdadero de los temas en cuestión. Para mí esas serían algunas vías para exterminar la sospecha y el cuestionamiento innecesario. VUELVEN A GRANMA LAS COMUNITARIAS DE VERANO Niobis Martínez Fajardo Rafael Martínez Árias Llegó el Verano 2015, y el grupo Teatro Callejero Andante, le da la bienvenida con la apertura de un nuevo capítulo de las Comunitarias de Verano. Juan González Fiffe, director de la prestigiosa agrupación, refirió a La Campana, que en este año realizarán su recorrido teatral por comunidades escogidas de los municipios de Niquero, Media Luna, Campechuela, Manzanillo, Yara, Bartolomé Masó, Jiguaní y Río Cauto. Auspiciadas por el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, Las Comunitarias… estarán comprendidas en tres etapas, la primera, abarcará del 2 al 22 de julio; la segunda, del 10 al 14 de agosto; y la tercera, del 15 al 17 del propio mes. González Fiffe añadió también que el colectivo de teatro Andante, anfitrión del certamen, compartirá presentaciones con grupos de Granma y de otras provincias, como el Guiñol de Holguín, Teatro Tuyo, de Las Tunas y Teatro D´Luz, de Camagüey. Los estrenos de las obras La maravillosa historia de la caja mágica, de la Guerrilla de Teatreros; ¿Para qué vida?, de Grandanza y Ángel para un final, del Colectivo Teatral Granma, figuran entre las propuestas más significativas del evento. Como el año anterior, el espacio Filtro de Campaña propiciará el debate de los participantes sobre las nuevas tendencias de la dramaturgia y su papel en la creación del espectáculo contemporáneo, así como el rol de la crítica como instrumento modelador de estos procesos. Dicho encuentro también incluye un ejercicio de opinión, donde se presentarán los mejores espectáculos del teatro bayamés, y que contará con el criterio especializado de miembros del Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE) y la Casa de las Américas. Con sede principal en la ciudad de Bayamo, la segunda temporada será dedicada a los procesos dramatúrgicos, propondrá tres horarios para las actuaciones y una jornada diaria de intercambio con la crítica. Como el año anterior, el evento contará con invitados especiales, entre ellos el reconocido escritor cubano Francisco López Sacha, quien impartirá una conferencia titulada Los modelos dramáticos. Escalada se titula la última etapa, donde los grupos asistentes ofrecerán dos funciones en la comunidad de Santo Domingo, iniciando desde allí la ascensión al Pico Turquino y a la Comandancia de la Plata. 11 LA CAMPANA JULIO DE 2015 SALÓN JULIO GIRONA 2015: “…Y SIN EMBARGO, SE MUEVE.” Iliana Orozco Hernández Carlos D. Montejo Matamoros En el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV) y la sede de la Uneac de Granma, se exhiben las obras participantes en el noveno Salón Provincial Julio Girona y su exposición colateral: ¿En qué creen los que creen?, respectivamente. Esta cita anual, la más importante para los miembros de la Asociación de Artistas de la Plástica (AAP) de la Uneac granmense, se realizó entre el 29 y el 30 de mayo, y tal como el pasado año, abrió su convocatoria a los artistas no miembros, en busca de oxigenar y activar las quietas aguas de ediciones anteriores. Declarar quietud en lo que se supone la cúspide de la consagración cultural implica un contrasentido que merece ser explicado, aun sin pretensiones de exhaustividad. Como generalidad, que no descarta las afortunadas excepciones, existe un debilitamiento en el ritmo y calidad del resultado artístico y en lo referente al Salón esto se evidencia en una participación escasa y estéticamente incompleta, que limita la posibilidad de celebrar la innovación, la elaboración consciente y visceral, de constatar el hallazgo aportativo a las narraciones de un proyecto ya iniciado… así como en la falta de fe en el valor del empeño individual o colectivo. En paralelo, se ubica la carencia de un funcionamiento eficiente y sostenido de la AAP, que ha derivado en dependencia hacia el CDAV en cuanto a labor de crítica especializada, jurados de admisión y premiación, diseño e impresión del catálogo, recursos para el montaje, entre otros beneficios que han asegurado la sobrevivencia del Salón Julio Girona en las últimas ediciones. Esta dependencia trajo consigo, sin ninguna mala fe en ello, la visión institucional del CDAV acerca de la obra de arte, la cual resultaba ponderativa de la creación acogida al lenguaje del llamado arte contemporáneo, como política emanada de su homónimo nacional, que afortunadamente ha sido rectificada el pasado año. Esto determinó en ocasiones la no admisión de obras que en opinión de los especialistas quedaban fuera de los códigos “más renovadores”, y provocó desmotivación y escepticismo en varios artistas acerca de las posibilidades inclusivas del Salón. ¿Qué nos trae de nuevo esta edición del Girona? Ante todo, la continuidad de una voluntad de cambio en el funcionamiento de la AAP, por parte de su actual directiva, cuyos resultados comenzaron a mostrarse en el Girona 2014. Trajo también la propuesta de una exposición colateral temática de convocatoria abierta, que se planteó provocar en el artista una autoexploración que ayudara a identificar aquellos recursos que alimentan y sostienen su creencia artística, estimular el ambiente creativo en torno al Salón y poner en debate aquellas certezas con las que se opera respecto a la obra de arte, en un contexto signado por la sacralización de la novedad y la incertidumbre. Su desmontaje como proceso curatorial en intercambio con los participantes, resultó un ejercicio necesario, que evidenció tanto los vacíos de correspondencia de las obras con el tema convocado, como la disposición de la mayoría de los participantes de ser y crecer en su condición de artistas, desde presupuestos que validan la creación como una vivencia esencialmente espiritual, liberadora y transformadora para el ser humano. Los reconocidos artistas santiagueros Miguel Angel Lobaina y Adolfo Escalona, invitados como jurado de premiación y conferencistas, emitieron valoraciones constructivas acerca de la plástica local, y dejaron puertas abiertas al trabajo conjunto en un futuro mediato a través del CDAV. Un momento indiscutiblemente polémico fue el debate suscitado por la conferencia del especialista de investigación del CDAV Reynier Espinosa, la cual proyectó la dicotomía entre artistas e institución-arte como un rasgo distintivo del actual panorama de la plástica en el territorio, a partir del énfasis en las insuficiencias de los primeros; ello reveló un camino aun por recorrer en la comprensión relacional del resultado estético como parte del campo artístico en el cual se origina e interactúa con otros agentes como la propia institución de arte, el mercado, la crítica especializada, entre otros, cuyo aporte resulta indispensable como complemento funcional a la obra. En participación y premios del Salón resaltaron los artistas no miembros, con propuestas bien pensadas y resueltas como las de Gissel Viamonte, Leodanis de la O, Rayner González y Yoel Quesada, dejando un alerta rotundo a la AAP. ¿En qué creen los que creen?, por su parte, mostró un nivel estético bastante equilibrado y digno, fortaleció el sentido gremial en sus participantes y preparó el camino para nuevos empeños de este carácter. Perfectible como toda obra humana, el Girona 2015 renunció al inmovilismo y la callada resignación, demostró que existimos más allá de nuestras limitaciones y que el principal recurso para garantizar su movimiento, es la voluntad de quienes ven en el arte un centro de vida, un camino, una utilidad espiritual y humana. MAXIMILIANO MANSO, EL LOQUITO DE GEOVANNYS Argenis Osorio Anda por ahí un niño grande escribiendo sus sueños, haciendo reír y soñar a diversos públicos. Se vale de la Literatura para lograrlo. Y lo consigue. Es Geovannys Manso, un prolífico escritor santaclareño a quien los géneros, como diría aquel travieso personaje de la televisión: “Oh, me tienen sin cuidáo”. De la narrativa a la poesía, del ensayo a los espectáculos, del post a la literatura para niños. Geovannys Manso es indetenible. Y si una vez le comenté a mi amigo Yunier Riquenes que aflojara la mano porque su producción literaria amenazaba con convertirse en una de las más amplias de la Isla contemporánea, fue porque aun no sabía de la existencia de Geovannys. Ambos, Yunier y Geovannys, no me harían caso, por supuesto. Este niño grande y buen amigo, a quien tuve el placer de conocer en la pasada edición de la Feria del Libro en Santa Clara, me ha regalado un cuaderno breve que por estos días me trae de carcajada en carcajada por estas lomas perdidas de Dios. Maximiliano (el loquito de María Virginia), es el título del libro. La cubierta, ilustrada por Yasser Curbelo, es una fiesta que anuncia lo que vendrá. Después, un fragmento de El mago de Oz, otra ilustración y el primer cuento, titulado Un corazón para ella. El primero de los seis que conforman el volumen donde asistimos a parte de la vida del pequeño Maximiliano: ingenuo, sincero como todos los niños, que en más de una ocasión, y no sé por qué, me anima a creer que es el propio autor en su edad más feliz. La carta a José Martí que desata el pandemónium, grandes verdades de las que solo se les escribe a los grandes amigos, coloca al personaje protagónico en situación compleja ante la minúscula sociedad que es su mundo en la granja cañera Jutiero. Por igual cuerda se mueve su vocación de héroe que lo lleva a presentarse en el área militar de la granja para irse a la guerra. Un radio V26, la profesora invisible, Memé, el Halcón, abducción social hacia un país que se llama La Fuácata, y otros elementos van haciendo de esta narración una especie de éxtasis para la lectura. Maximiliano (el loquito de María Virginia), vio la luz por la casa editora Cauce, de Pinar del Río, y goza de los presupuestos vitales de la literatura para niños: buen gusto, aventura, humor y cero ñoñerías al uso. Geovannys ha lanzado la flecha a gran altura. Médico de profesión y escritor por vocación, nervio y sangre de su andar, Manso habrá de ofrecernos, en breve, otro poco de Maximiliano, (el loquito de María Virginia). 12 LA CAMPANA JULIO DE 2015 De Primera COLADA Fundada el 9 de mayo de 1995, la televisora Crisol de la Nacionalidad Cubana mantiene una programación enfocada hacia la promoción de los valores culturales de la región. El empeño de sus profesionales y la variedad de sus propuestas la ha mantenido por más de 20 años en la preferencia de público granmense. Sus proyecciones futuras están encaminadas a la digitalización de la señal. CNC Televisión granmense Entrevistador: Daiteré de los Ángeles Carlos D. Montejo Matamoros Gloria Guerrero: Cuando comencé en la TV me mantuve activa todo el tiempo. El género que más me gusta es la crónica. También me place escribir sobre algún tema, una personalidad, un incidente, etc. Trabajé un período en la Agencia de Información Nacional (AIN) y, como sabes, es un poco oficialista, y cuando hacía una crónica inmediatamente me la rechazaban, porque ellos no entienden de ese vuelo poético y de esas cosas bellas que uno escribe. Siempre era la misma discusión; al final muchas veces las publicaban. Para este tipo de género, el periódico, la radio y la TV es más noble y lo acogen con mayor beneplácito que en otros medios. En estos momentos estoy de directora de los programas Aristas y Convergencia. Los llevo hace muchos años. Después que me jubilé me quedé con esos dos. (…) Cuando empezamos todo era más difícil y teníamos más entusiasmo que ahora. Aquello era un invento. Siempre consideré una locura hacer un telecentro aquí, porque realmente lo único que teníamos era el deseo, y debo decir, que el inspirador del proyecto de Granma no fue Fidel, como la gente piensa, sino José Ramón Balaguer, que en ese momento estaba de secretario del PCC. Un día nos llamó a Rondón y a mí y nos dijo: “Vamos a hacer un telecentro”. Nosotros respondimos: “¿Con qué?” “Con lo que sea”, dijo. “Con la cámara de la corresponsalía, en cualquier cuartico, en cualquier lugar”. Yo, un poco faltándole el respeto, le dije: “Cuando pienso en usted debo decir te odio mi amor; el primer enunciado, porque nos pone a pasar un montón de trabajo, el segundo, porque gracias a estas “locuras”, e indicaciones sin aparente sentido común, trabajaré al fin en algo que me gusta.” Teresa Armesto: El periodismo es objetividad. En estos tiempos es difícil hacer periodismo con dignidad, para responder oportunamente y no faltar a los principios del periodismo que necesitamos. Todavía no tengo tiempo para decir dónde me puedo sentir mejor a la hora de hacer periodismo. La temática de la mujer me gusta, y me he identificado mucho con ella. La de la cultu- ra nunca la he tratado, pero me gustaría. He atendido durante mucho tiempo los temas educativos, pues son interesantes y atractivos. El ejercicio de opinión es bastante responsable, aunque todavía no lo he podido desarrollarlo en toda la extensión que debía. Me gusta mucho dar mi criterio. En el medio que más cómoda me he sentido es en la Radio. Creo que tengo más condiciones para hacer Radio que Televisión. A la primera, la considero una escuela. Cada medio tiene su encanto y sus secretos, pero en la actualidad, el boom son los audiovisuales. La radio tiene una magia tremenda, y te da la oportunidad de imaginar cosas de la inmediatez, que es un privilegio que no existe en otros medios. Estoy en la CNC desde finales del 2005. Katrina Roblejo: Desde pequeña tuve inclinación por el arte. Me gustaba mucho declamar, hacer los actos en la escuela, modelar. Cuando comenzó el telecentro fue un equipo a hacer una grabación para un desfile de modas. En esa ocación me llaman Vicente Manuel Prieto y Alfredo Brito, y me preguntan si deseo pasar una prueba de actitud para locución. La verdad, nunca había pensado en eso. Estaba en cuarto año de la carrera de Estomatología. Poco después, me llamaron del telecentro. Así me fui embullando y accedí. Llegué al local donde radicaban. Le llamábamos Telecajón. Realicé el examen y aprobé. Lo primero que hice nunca se me olvida: fue la presentación del canal que se realizaba con un locutor, en medio de la Plaza de la Revolución, algo bien difícil, porque cuando nos enfrentamos por primera vez a una cámara y micrófonos, delante de tantas personas, es un reto y un atrevimiento. Así comencé, hace 20 años. Juntos, nos hemos superado. Pero nos falta muchísimo por aprender. (…) En esta profesión, el atrevimiento es importante. No se trata de hacer papelazos, pero sí de ser osados y asumir retos. Es preciso saber hasta dónde podemos llegar. Fe Maité Herriman: Me gradué de periodismo en el 2008 y comencé a trabajar en la radio. No sospeché nunca llegar a la TV. Allí me hubiera quedado siempre. Año y medio después llegaron a pedirme que viniera a dirigir el departamento informativo de la TV en Granma. Llegué en un momento difícil, con muchas personas de vacaciones y me cargaron de cosas que desconocía. Me tocó trabajar con Gloria Guerrero. Ella me escribía los noticieros. Aprendí mucho de todos. Llegué hasta allí por no decirle que no al PCC. Me colocaron en un colectivo con una buena composición: una mezcla de juventud y de experiencia. Cada cual me aportó algo. Aprendí a escucharlos a todos, a conciliar, y luego a tomar las decisiones que consideraba mejores para que las cosas funcionaran bien. Llevo 5 años en la TV y 7 meses dirigiéndola. La TV tiene los mismos objetivos que el resto de los medios de comunicación. Creo que lo que cambia son los tiempos y las formas y maneras de hacer. Hoy vivimos momentos complejos, de consumos culturales diversos. Tenemos que estar conscientes que somos una plataforma de producción televisiva, y que existen límites. Ojalá el futuro, con la digitalización, nos permita llegar a todos los rincones de la provincia Granma con una televisión más profesional y más útil. CAMPANEROS PERIÓDICO CULTURAL DE LA PROVINCIA DE GRANMA NO.48/JULIO DE 2015 DIRECTOR Manuel E. Álvarez Vázquez DISEÑO ORIGINAL Kenia Caridad Guerra Vega DIRECTOR EDITORIAL Edgardo Hinginio DISEÑO Carlos D. Montejo Matamoros EDICIÓN / CORRECCIÓN Rafael J. Rodríguez Pérez RELACIONES PÚBLICAS Lucy Milanés García REDACCIÓN Centro de Comunicación Cultural Ventana Sur General García 166 A, Esq A Luz Vázquez Y Moreno, Bayamo, Granma. SITIO WEB http:www.ventanasur.cult.cu TELÉFONO (23) 41-1112 IMPRESIÓN Poligráfico de Holguín (ARGRAF) E-MAIL [email protected]