Fortaleciéndonos en el Señor

Transcripción

Fortaleciéndonos en el Señor
Fortaleciéndonos en el Señor
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1
Fortaleciéndonos
en el Señor
E
n estos momentos
tan
difíciles,
y
estando
conscientes que los venideros
serán peores, es sumamente
importante
asirnos
de
la
supereminente grandeza del Poder
de Dios para resistir hasta el final
de nuestra batalla espiritual. El
apóstol
Pablo
mediante
la
inspiración divina escribió hace
unos dos milenios ciertas palabras
que nos sirven de apoyo para esta
lucha que muchos no entienden
por estar en el frente contrario al
de Dios:
“Por lo demás, hermanos
míos, fortaleceos en el Señor,
y en el poder de su fuerza”
Efesios 6:10.
En nuestras propias fuerzas y
razonamientos
no
podremos
resistir al enemigo que gobierna
hoy por hoy este mundo, y está con
grande ira en esta tierra operando
porque él más que nadie sabe que
le queda poco tiempo, está
propuesto a tomar como rehén al
hombre para no irse solo al lago de
fuego preparado para él y sus
ángeles, pero para no ser presa de
este sujeto nuestro Dios nos ha
provisto de poderosas armas para
que nos podamos defender en el
día malo, día este que a todos nos
llegará.
El apóstol Pablo nos dejó dicho
enfáticamente: “Vestíos de toda la
armadura de Dios, para que
podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo” Efesios
6:11, al leer con toda sutileza esta
Escritura podemos notar la
advertencia recibida del espíritu de
vestirse con cierta armadura de
Dios para poder estar firmes contra
las asechanzas del enemigo. Una
de las formas que el diablo usa
para destruir nuestra vida espiritual
es “el asecho”, nos asalta, de
repente nos lanza el zarpazo como
león hambriento y destruye en un
momento todo lo que hemos
edificado para nuestra vida eterna,
Pablo era un gran estratega en la
batalla contra el mal y lo deja ver
cuando escribe: “Para que Satanás
no gane ventaja alguna sobre
nosotros; pues no ignoramos sus
maquinaciones” 2 Corintios 2:11.
Esta astuta serpiente cual sagaz
enemigo es un ser mutante, se
puede transfigurar hasta en un
aparente ángel de luz, veamos un
2
ejemplo: Jesucristo trajo a la tierra
el anuncio del Evangelio Eterno y
la serpiente antigua fabricó
después otro evangelio para
enredar a los hijos de los hombres
y hoy nos encontramos en esta
lucha ideológica: “Que con
mansedumbre corrijas a los que se
oponen, por si quizá Dios les
conceda que se arrepientan para
conocer la verdad, y escapen del
lazo del diablo, en que están
cautivos a voluntad de él” 2 de
Timoteo 2: 25 y 26, el mundo no
puede entender esta cautividad
solo aquellos que hemos sido
liberados de esos lazos conociendo
la verdad: “Porque el hombre
tampoco conoce su tiempo; como
los peces son presos en la mala
red, y como las aves que se
enredan en lazo, así son enlazados
los hijos de los hombres en el
tiempo malo, cuando cae de
repente sobre ellos” Eclesiastés
9:12, pero esta lucha no es con
fuerza, ni violencia sino con
mansedumbre, la verdad de Dios
se siembra en la mente humana
con suavidad para que el hombre
pueda entender el lazo en que está
enredado, y de esa manera sea
liberado de semejante cautividad y
opresión maligna, esos lazos del
enemigo con los que tiene atados a
muchos humanos son sus sutiles
mentiras que se las ha dicho tantas
veces al hombre que por último
automáticamente este cree que son
verdades, bien escribió el profeta:
“El anciano y venerable de rostro
es la cabeza; el profeta que enseña
mentira, es la cola” Isaías 9:15,
debemos batallar contra esa cola
de mentiras los que estamos en
este Camino. La antigua serpiente
nos atacará porque predicamos la
Santa Verdad y queremos hacer la
divina voluntad la cual es contraria
a las herejías de perdición que el
astuto reptil ha inventado:
“Entonces el dragón se llenó de ira
contra la mujer; y se fue hacer
guerra contra el resto de la
descendencia de ella, los que
guardan los mandamientos de
Dios y tienen la fe de Jesús”
Apocalipsis 12: 17. Esta profecía
también nos ratifica que estamos
en una recia batalla contra el mal,
y aunque muchos no se dan cuenta
cooperan a favor del maligno, se
han enrolado en las filas del
enemigo de Dios pero a nosotros
nos consuela que para esta lucha el
Eterno nos ha entregado ciertos
implementos indispensables que
sin ellos caeríamos vencidos en
esta batalla; sigue diciéndonos a
través de la Palabra escrita aquel
iluminado del primer siglo:
“Porque no tenemos lucha contra
3
sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las
tinieblas de este mundo, contra
huestes espirituales de maldad en
las regiones celestes. Por tanto,
tomad toda la armadura de Dios,
para que podáis resistir en el día
malo, y habiendo acabado todo,
estar firmes. Estad pues firmes,
ceñidos vuestros lomos con la
verdad, y vestidos con la coraza de
justicia, y calzados los pies con el
apresto del Evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la
fe, con que podáis apagar todos
los dardos de fuego del maligno. Y
tomad el yelmo de la salvación, y
la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios; orando en todo
tiempo con toda oración y súplica
en el Espíritu, y velando en ello
con toda perseverancia y súplica
por todos los santos” Efesios 6: 12
al 18., el apóstol nos hace énfasis
que la lucha no es contra carne ni
sangre, se trata de poderes
invisibles que hoy gobiernan a este
mundo
aparentemente
bien
educado, el hombre puede llegar a
ser una persona ejercitada en los
razonamientos humanos pero le es
imposible alcanzar comprender las
maquinaciones del maligno y por
ello ignora que está enredado en
las potestades de maldad, esta
ciencia no se aprende en ningún
plantel educativo del mundo, para
los razonamientos del hombre lo
que le estoy diciendo es una
locura, pero esas potestades son las
que tienen subyugado a los
descendientes de Adán en la
inmoralidad sexual, en el odio
entre clases sociales, culturales e
incluso hasta religiosas, la ciencia
humana no le resuelve al hombre
los problemas espirituales, estos
poderes están en el aire y son
invisibles ante los ojos humanos,
ellos tratan de ponerse en sintonía
con nuestro cerebro para emitirnos
sus alienantes ideas que aprisionan
al humano en celdas de oscuridad
mental, pero eso no lo puede
comprender el hombre natural
porque estas cosas se tienen que
discernir en un alto nivel espiritual,
y es así como ha tomado ventaja
por un tiempo nuestro enemigo,
por eso necesitamos la armadura
de Dios para cruzar esta línea de
fuego espiritual.
La Armadura de Dios
Nuestro apóstol para presentarnos
la figura de la armadura toma
como ejemplo la indumentaria que
usaba un soldado romano y en este
relato que pone Pablo empieza con
estas palabras: “Estad, pues,
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firmes, ceñidos vuestros lomos con
la verdad y vestidos con la coraza
de justicia” Efesios 6: 13.
CEÑIDOS VUESTROS LOMOS
Esta expresión significa alistarse
para una acción, y en este caso es
para una lucha espiritual. Cuándo
Dios interrogó a Job lo primero
que el Eterno le dijo fue: “Ahora
ciñe como varón tus lomos; yo te
preguntaré, y tú me contestarás”
Job 38: 3. ¿Cuánto tiempo le daría
Dios a Job para que se preparara y
respondiera al interrogatorio que lo
iba a someter? Igual el cristiano
tiene que ajustar bien sus lomos
solo que no se trata de lomos
literales sino como dice el apóstol
Pedro: “Por tanto, ceñid los lomos
de vuestro entendimiento, sed
sobrios, y esperad por completo en
la gracia que os traerá cuando
Jesucristo sea manifestado” 1 de
Pedro 1:13. Se trata de ajustar bien
la mente, nuestro pensamiento a la
mente de Cristo, amalgamar
nuestras ideas con los poderes
crísticos para hacernos fuertes en
la
batalla
espiritual
que
continuamente tendremos, y es de
esa manera que ningún vendaval
de
doctrina
ni
cualquier
estratagema de hombre nos podrá
apartar de la idea que Dios nos
ofrece una vida Eterna: “Porque
las armas de nuestra milicia no
son carnales, sino poderosas en
Dios para la destrucción de
fortalezas, derribando argumentos
y toda altivez que se levanta contra
el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento
a la obediencia de Cristo” 2 de
Corintios 10: 5 y 6.
La Iglesia de Corinto no se
puso la Armadura de Dios
Como todo soldado recién
reclutado le cuesta adaptarse a su
armadura, igual en la vida
espiritual. Pablo consideraba que
la Iglesia de los Corintios no tenía
bien ceñida la verdad, él sentía que
eran personas fluctuantes que en
cualquier momento iban a
sincretizar el verdadero Evangelio
con filosofías humanas, por eso les
dijo a manera de un presagio:
“Pero temo que como la serpiente
con su astucia engañó a Eva,
vuestros sentidos sean de alguna
manera extraviados de la sincera
fidelidad a Cristo. Porque si viene
alguno predicando a otro Jesús
que el que hemos predicado, o si
recibís otro espíritu, u otro
evangelio que el que habéis
recibido, bien lo toleráis”
2
Corintios 11: 3 y 4, note bien que
Pablo señala la mente de los
5
corintios como proclive a recibir
cualquier estratagema diabólica
que podría reemplazar el verdadero
Evangelio y ellos no iban a
soportar las embestidas del
enemigo porque sus órganos
sensitivos no estaban bien ceñidos
a la verdad, el demonio ganó
ventaja en ellos, así que estimado
amigo hay que ceñirse bien el
Evangelio en nuestra mente para
poder perseverar hasta el fin.
“... Y vestidos con la coraza
de justicia”
En todo nuestro accionar en la vida
como fieles combatientes contra
las huestes de maldad tenemos que
practicar la justicia con nosotros y
con nuestro prójimo, ser honrados
en nuestros compromisos, ser
personas de palabra, cumplidos en
todo, luchar por no quedarle
debiendo nada a nadie, está escrito:
“Pagad a todos lo que debéis; al
que tributo, tributo; al que
impuesto, impuesto: al que
respeto, respeto; al que honra,
honra. No debáis a nadie nada...”
Romanos 13:7 al 8, si no somos
cumplidos en las cosas materiales
nuestra coraza de soldado cristiano
se desgasta y es cuando sentimos
que nuestra vida cristiana mengua,
nuestra fe decae, no tendremos el
valor moral de enfrentar al
enemigo porque tenemos esta
falencia donde los que aborrecen el
Evangelio nos pueden dar un golpe
certero
avergonzándonos
por
nuestra mala conducta y hasta
podemos huir como cobardes de la
batalla espiritual que estamos
librando, David en una forma
poética describe nuestra coraza de
justicia de la siguiente manera en
el Salmo 15, note bien como
presenta el perfil de un hombre
cubierto con la coraza de justicia al
extremo que: “El que aun jurando
en daño suyo, no por eso cambia”,
no es una persona ambivalente si
no de una palabra, no se retracta
aunque vaya en contra de ella
misma, es la capa de justicia que el
cristiano lleva en su cuerpo, el
gran diferencial entre él y las
huestes de maldad.
“y calzados los pies con el
apresto del evangelio de la paz”
Efesios 6:15
Ningún buen soldado va al campo
de batalla sin ceñirse bien sus
botas de combate porque eso es
vital para avanzar en la batalla o
retirarse en algún momento según
sean las circunstancias. Pablo nos
da estos grandes ejemplos no
usando solo la teoría para aplicarlo
al simbolismo, no, tal parece que
en cierto momento de la vida le
6
tocó luchar literalmente para
subsistir en este mundo, aunque él
no revela si en algún tiempo estuvo
en la milicia romana pero sí nos
señala que en una oportunidad le
tocó luchar como soldado y
escribió:
“Si como hombre batallé en
Éfeso contra fieras, ¿qué me
aprovecha? Si los muertos no
resucitan…” 1 de Corintios
15: 32
Este es un gran testimonio de
Pablo, nos revela que en cierta
oportunidad luchó como hombre
contra las fieras, esto sirve para dar
más valor todavía a la lección que
Pablo nos deja sobre la armadura
del cristiano la cual no debe nunca
olvidar
y
siempre
darle
mantenimiento para que no se
desgaste, el Señor necesita en su
ejército hombres y mujeres de
verdad, que no se derritan en el
campo de batalla, como escribió
hace muchos años un compositor
cristiano: “Aunque sangre de los
mártires nos cueste el Evangelio por
los campos anunciado quedará” y en
la carta 2da a Timoteo está escrito:
“Tú, pues, sufre
penalidades
como buen soldado de Jesucristo”,
el buen soldado del Señor no se
sienta, antes bien debe decir: “si
descanso mi enemigo avanza”. La
única voz que debemos escuchar
es aquella que nos dice:
“Esfuérzate y se valiente, no temas
ni desmayes”, esa es la voz de
Dios. Ciertamente que da gusto ver
marchar a un ejército de hombres,
como lo hacen con gran cadencia,
y ha de haber sido impresionante
mirar marchar a una legión romana
con su brillante escudo de bronce,
que cuando los rayos del sol
impactaban con ellos estos escudos
proyectaban
un
tremendo
resplandor que servía para
intimidar al enemigo, el apóstol
tomó esta figura literal para
simbolizar al cristiano en su lucha
solo que esclarece que esta no es
contra sangre ni carne, sino una
lucha espiritual.
Justamente mediante la revelación
divina así miraba el profeta al
ejército de Dios en la tierra y
escribió:
¿Quién es esta que se muestra
como el alba, hermosa como
la luna, esclarecida como el
sol, imponente como ejércitos
en orden? Cantares 6: 10
Seguro que es la Iglesia del Señor
que marcha firme sin vacilación
alguna hasta la victoria.
7
“Calzarse los pies con el
evangelio de la paz”
Tiene un gran significado, esto
implica ponerse los zapatos de
Jesús, lo cual no es nada fácil,
llevar el Evangelio de la paz por
todo este mundo que es un campo
ensangrentado donde el rugir de
los cañones y el tableteo de las
ametralladoras es la música de
moda, repito no resulta fácil esta
tarea de civilizar al mundo
mediante la paz del Evangelio
santo. Juan el Bautista dijo: “Yo a
la verdad os bautizo en agua para
arrepentimiento; pero el que viene
tras mí, cuyo calzado yo no soy
digno de llevar, es más poderoso
que yo; él os bautizará en Espíritu
Santo y fuego” Mateo 3:11
¿Porqué Juan el Bautista no se
sentía digno de llevar los Zapatos
de Jesús?, esos Zapatos son el
Evangelio de la paz, el Evangelio
de la reconciliación y redención
del hombre, el último de los
grandes
profetas
no
podía
involucrarse en ese Proyecto de
redimir al hombre, esto solo era
competencia de Jesucristo y sus
discípulos.
El
usar
como
testimonio el Calzado para hacer
una redención se desprende de
aquella costumbre muy antigua
que leemos en el libro de Rut:
“Había ya desde hacía tiempo
esta costumbre en Israel
tocante a la redención y al
contrato, que para la
confirmación de cualquier
negocio, el uno se quitaba el
zapato y lo daba a su
compañero; y esto servía de
testimonio en Israel. Entonces
el pariente dijo a Booz:
Tómalo tú. Y se quitó su
zapato” Rut 4: 7 y 8.
Jesucristo trajo el ministerio de la
redención y el que quiera
participar en este proyecto tiene
que ponerse el Zapato de Jesús, tal
vez al principio le quede apretado
pero la horma tiene que ir
amoldando nuestros pies que han
estado corriendo presurosos al mal,
tenemos que amoldarnos en el
ministerio de la redención y hacer
el trabajo que Jesucristo ordenó,
pero para eso necesitamos
calzarnos con el Evangelio de la
paz, tenemos que caminar por
todas las encrucijadas de este
mundo anunciando esa paz que el
mundo no da ni podrá dar “…
Como
está
escrito:
¡Cuan
hermosos son los pies de los que
anuncian la paz, de los que
anuncian buenas nuevas! Romanos
10:15.
8
El Escudo de la Fe
“Sobre todo, tomad el escudo de la
fe, con que podáis apagar todos
los dardos de fuego del maligno,”
Efesios 6:16. Estamos claros que el
enemigo
continuamente
nos
lanzará sus dardos de fuego para
intimidarnos y hacernos desistir en
esta lucha, y justamente para eso
necesitamos el escudo de la fe, de
todas las armas que menciona
sobresale esta.
Un soldado en la guerra podía
perder su espada y tenía
probabilidades de salir con vida
del combate, pero si le
arrebataban el escudo era una
alma muerta en la batalla, pues
no tenía con que cubrirse del
ataque enemigo.
Y el apóstol traslada esta
enseñanza para lo espiritual, si la
fe nos falla nos rendiremos en esta
lucha y seremos prisioneros de
guerra del enemigo; tener esa
certeza de lo que se espera, y
mantener la convicción de lo no se
ve es una poderosa arma para
desafiar y humillar a las huestes y
principados malignos que hoy
operan en los aires, está escrito:
“… que por fe conquistaron
reinos,
hicieron
justicia,
alcanzaron promesas, taparon
boca de leones, apagaron fuegos
impetuosos, evitaron filo de
espada, sacaron fuerzas de
debilidad, se hicieron fuertes en
batalla, pusieron en fuga a
ejércitos extranjeros” Hebreos 11:
33 al 34, cuán importante es tener
esa convicción que pase lo que
pase nada ni nadie nos podrá
apartar del amor de Cristo como
escribió el apóstol Pablo, pero a
veces la batalla arrecia tanto y
sentimos que el enemigo nos
puede arrebatar hasta el escudo de
la fe, y es cuando llegan las
tremendas luchas espirituales,
viene el desánimo, el hombre
pierde el entusiasmo por las cosas
espirituales, es como un árbol que
lentamente se va secando, perdió
su principal arma, el escudo de la
Fe, entonces los dardos de fuego
del enemigo lo consumen; un
pueblo sin fe, es un pueblo sin
esperanza, sin deseos de luchar en
la vida. Hermano y amigo mucho
cuidado con esto, la fe tenemos
que mantenerla viva, con deseos de
triunfo, de salir adelante en todo,
los hombres de fe nunca mueren,
dejan un legado para las
generaciones futuras, eso es lo que
vemos en Hebreos 11, como se
9
menciona a esos
campeones en la fe.
verdaderos
¿Cómo tienes tu escudo de la fe?
¿Está brillante para que los rayos
del sol de la esperanza expandan tu
convicción al mundo?
“Y tomad el yelmo de la
salvación, y la espada del
Espíritu, que es la palabra de
Dios” Efesios 6: 17
El yelmo era una especie de
armadura para proteger la cabeza
del soldado, lo que hoy conocemos
como un casco de acero el cual se
colocan los combatientes para
proteger su cabeza, en ella están
nuestros pensamientos y debemos
protegerlos bien que en ninguna
manera los vaya a trastocar el
enemigo, porque si nuestros
pensamientos se corrompen nos
podríamos volver hasta enemigos
de Dios como ha sucedido en
muchas personas, porque nuestros
pensamientos
están proclives
siempre a pensar el mal: “y vio el
Eterno que la maldad de los
hombres era mucha en la tierra, y
que todo designio de los
pensamientos del corazón del
hombre era de continuo al mal”
Génesis 6:5. Esto nos da a
entender cuán importante es cuidar
nuestra forma de pensar, el
protector yelmo de nuestra
salvación debe estar siempre en
nuestra cabeza, no debemos pensar
más para esta vida que para la vida
eterna, como está dicho en la
Palabra: “No mirando nosotros las
cosas que se ven; pues las cosas
que se ven son temporales, pero
las que no se ven son eternas” 2
Corintios 4:18. Cuán importante es
estar bien mentalizados en nuestra
salvación, debemos vivir en
dirección a eso, esto tenemos que
vivirlo y creerlo no por emoción
sino por razón, no descuidemos en
ningún momento el entender y
creer fielmente la salvación de
nuestra vida porque esta es la
razón de nuestra lucha espiritual,
no se trata de fanatizarnos o
emocionarnos, sino razonar con
clara evidencia la salvación de los
hombres, el derecho a la vida
eterna después de la resurrección
de
los
muertos:
“¿Cómo
escaparemos
nosotros,
si
descuidamos una salvación tan
grande? La cual, habiendo sido
anunciada, primeramente por el
Señor, nos fue confirmada por los
que la oyeron” Hebreos 2:3. Por
eso necesitamos el yelmo para
cubrir nuestros pensamientos, para
que el enemigo no golpee y
destruya nuestra convicción en la
salvación eterna. Y finalmente dice
10
el apóstol: “… que tomemos la
espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios”, esta arma, la
espada
del
espíritu,
es
especialmente para atacar al
enemigo, y hacerlo que huya en
desbandada, porque esta batalla no
es solo de defendernos sino de
avanzar y abrirnos paso, romper
las filas del enemigo y rescatar a
muchos que están cautivos a
voluntad de él y aquí necesitamos
usar bien la espada de Dios que es
a lo que le tiembla el enemigo:
“Porque la palabra de Dios es viva
y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra
hasta partir el alma y el espíritu,
las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón” Hebreos
4:12. ¡Qué comparación tan
maravillosa hace el autor de la
carta a los Hebreos a la Santa
palabra de Dios! Es importante
saber usar esta Palabra escrita en el
momento preciso, para golpear al
enemigo, para quebrarle el arco y
la lanza que usa el demonio para
atacarnos, y desnudar así las
mentiras del diablo mediante la
Verdad Divina que es su Palabra,
pero como todo buen soldado de
Jesús debemos aprender a manejar
esta arma de doble filo, como la
usaba Jesucristo cuando el
demonio le lanzaba las tentaciones,
recordemos tan solo una de ellas:
“Entonces Jesús fue llevado por el
Espíritu al desierto, para ser
tentado por el diablo. Y después de
haber ayunado cuarenta días y
cuarenta noches, tuvo hambre. Y
vino a él el tentador y le dijo: Si
eres el hijo de Dios, di que estas
piedras se hagan pan. Él
respondió y le dijo: Escrito está:
No sólo del pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios” Mateo 4:1 al 4. Al
leer con cuidado estos textos
notaremos que Jesús se defendió
con la Palabra Escrita de Dios, le
citó lo que está registrado en
Deuteronomio 8: 3 “Y te afligió, y
te hizo tener hambre, y te sustentó
con maná, comida que no conocías
tú, ni tus padres la habían
conocido, para hacerte saber que
no solo del pan vivirá el hombre,
mas de toda palabra que sale de la
boca de Dios vivirá el hombre”.
Así que mí estimado hermano
esperamos que usted se ponga
las armas del Espíritu y
aprenda a usarlas para que no
le arredre ningún momento
difícil que deba pasar en su
vida espiritual los cuales son
inevitables.
11
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