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SANTUARIO NACIONAL DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE Sacramento - CA - USA AGRADECIMIENTOS Nuestro más sincero agradecimiento a las siguientes personas e instituciones por el interés y apoyo demostrados en la realización de esta exhibición. Prof. Bruno Barberis, Director del Centro Internacional de Sindonología, Turín – Italia Mr. Matthew Barna, Folsom, CA – USA Sr. Jean-Paul Barth, Vaison la Romaine – Francia Sra. Mimicha Bobbio de Reutemann – Argentina Sr. Christian Borghese, Niza – Francia Casa Editorial Serre – Francia Confraternidad de los Penitentes Rojos, Niza – Francia Confraternidad del Santísimo Sudario, Turín – Italia Prof. Avinoam Danin, Profesor emérito de botánica, Universidad Hebrea – Jerusalén École Biblique et Archéologique Française – Jerusalén Flintco, Inc. , Folsom, CA – USA Groupo de colaboradores y bienhechores de Sacramento, CA – USA Sr. Aldo Guerreschi, Turín – Italia Sra. Ana Chico de Guzmán, Sr. José María Castillejo Condes de Floridablanca, Madrid – España Sr. Roland Marghieri, Niza – Francia Sr. Luigi E. Mattei, escultor, Bolonia – Italia Sra. Laurie Mijares, Sr. Anthony Mijares, Fort-Lauderdale – Estados Unidos Dr. Petrus Soons – Holanda Maqueta: Martine Ferré, París – Francia Diseño Gráfico: – Francia Copyright © 2009 - Legionarios de Cristo – Todos los derechos reservados 2 Inauguración de la primera exhibición permanente en el Pontificio Instituto Notre Dame de Jerusalén, el 22 de julio de 2006. 3 A diferencia de la mayor parte de las otras reliquias, la Sábana de Turín ha sido objeto de una vasta investigación científica multidisciplinar. Desde hace más de un siglo científicos, historiadores y teólogos han debatido su autenticidad. Basados en documentos históricos fiables, la historia de la Sábana Santa puede remontarse a 1349, en Lirey, Francia, cuando aparece en circunstancias misteriosas una presunta “Sábana de Cristo”. En 1355 su propietario, el caballero francés Godofredo II de Charny, organizó la que es considerada primera exhibición pública, en una modesta iglesia de Lirey. Su esposa, Juana de Vergy, era bisnieta de Otón de Roche, quien dirigió el saqueo de Constantinopla (1204). Inmediatamente comenzaron a acudir numerosos peregrinos. En el año 1453, su nieta, Margarita de Charny, vendió la Sábana al Duque Luis I de Saboya por dos castillos. Cuando el Papa Sixto IV expresó su convicción de que la Sábana Santa era el auténtico lienzo fúnebre de Jesús, la familia Saboya construyó en Chambéry, Francia, una capilla dedicada a su custodia (1464). El lienzo fue conservado en una urna de plata. L a Sábana Santa es un lienzo de lino tejido en forma de espina de pescado que mide 4,36 m. de largo por 1,10 m. de ancho (14 pies, 3 pulgadas por 3 pies, 7 pulgadas) con una franja de 8 cm. del mismo tejido cosida a lo largo del borde superior. (3 pulgadas) del mismo tejido. Un solo lado de la tela está impreso y reproduce la imagen frontal y dorsal de un hombre muerto después de haber sido crucificado. La parte anterior y posterior del lienzo ha conservado una débil imagen de color marrón claro, cuya intensidad varía en función de la distancia entre el cuerpo y la tela. Las manchas de color rojo se deben a la sangre. A primera vista los signos más visibles son las líneas del tejido quemado, interrumpidas por numerosos parches sobre los agujeros provocados por la caída de gotas de metal fundido, que provenían del relicario en el que el lienzo estaba guardado, durante el incendio de 1532 en la Sainte Chapelle de Chambéry, en Francia. El agua utilizada para extinguir el fuego del incendio ha dejado manchas visibles a lo largo del perímetro de la Sábana, entre el rostro y la nuca, el pecho y las rodillas. Una antigua tradición identifica esta Sábana con el lienzo que envolvió el cuerpo de Jesús. De hecho, es notable la coincidencia entre lo que la Sábana muestra y la narración histórica de la Pasión que refieren los Evangelios. En 1532 un incendio en la capilla dañó el lienzo al caer sobre él una gota de metal fundido, proveniente del relicario que la protegía, y atravesó todos los pliegues, destruyendo una parte del tejido. A esto se debe la presencia en el tejido, sometido al calor, de diversos orificios simétricos en forma triangular y de dos líneas oscuras visibles a ambos lados de la imagen. La Síndone reparada en el año 1534 por las clarisas del convento de Chambéry, quienes cosieron el lienzo sobre una tela de soporte (conocida como “tela de Holanda”) y cubrieron los hoyos con veintidós parches. En 1578 el Cardenal Carlos Borromeo había decidido hacer una peregrinación a pie para venerar el sagrado lienzo. Para evitar que tuviera que atravesar los Alpes, la Sábana Santa fue transferida a Turín, Italia. Desde entonces la Sábana Santa ha permanecido siempre en Turín, excepto durante la segunda guerra mundial, cuando fue ocultada en la Abadía de Montevergine, en Avellino, Italia. Finalmente, Humberto II de Saboya, el último rey de Italia depuesto en 1946 y muerto en 1983, dejó en herencia la Sábana Santa al Vaticano. Terminó así la custodia de cinco siglos de la Sábana Santa por parte de la casa de los Saboya. Antes de 1350 la historia de la Sábana Santa no es muy clara. En los primeros dos siglos de la era cristiana no se tienen noticias ciertas de la existencia de este lienzo fúnebre. Sea cual fuere la respuesta, a lo largo de los siglos este lienzo ha fortalecido la fe de millones de cristianos; ha aumentado su sensibilidad ante los sufrimientos de Cristo y ha inspirado una respuesta de amor. Hoy, puede ayudarte a conocer y apreciar con mayor profundidad la pasión que Jesús sufrió por la redención de todos los seres humanos. 4 Sin embargo, la historia nos ha conservado algunos indicios para reconstruir las etapas posibles de la conservación del lienzo. El arte bizantino a partir del siglo VI, representa frecuentemente a Jesús con rasgos peculiares muy semejantes a aquellos que aparecen en la Sábana de Turín. El estudio científico de esta pieza arqueológica inicia el 25 de mayo de 1898, cuando un fotógrafo aficionado, Secondo Pía, hace las primeras fotografías de la Síndone. Al revelarlas se dio cuenta de que la imagen impresa sobre la lámina no era un negativo, como era de esperarse, sino que se comportaba como una imagen positiva. Este sorprendente descubrimiento llevó a la conclusión de que la imagen misteriosamente impresa sobre la Sábana es un negativo fotográfico; descubrimiento confirmado en 1931 cuando el fotógrafo profesional Giuseppe Enrie pudo obtener nuevas fotografías. La primera fotografía de la Sábana Santa cambió el rumbo en la historia de la Síndone. Ha dado inicio a un periodo fascinante de investigación científica. Podemos decir que desde entonces, probablemente no existe otro objeto que haya sido objeto de una investigación científica y multidisciplinar tan extensa y variada. En 1988 un controvertido análisis del tejido, efectuado con el método del radiocarbono, atribuyó la datación del lienzo al medioevo, pero este resultado ha sido puesto en entredicho desde sus fundamentos. Hasta el día de hoy continúa el debate entre los científicos sobre la posibilidad de utilizar dicho método para datar un objeto con características históricas, físicas y químicas tan peculiares. En cualquier caso, la presentación lógica y organizada de los resultados científicos obtenidos lleva a la conclusión de que la Sábana refleja con evidencia y extraordinario detalle, la exactitud de la narración evangélica de la Pasión de Cristo. Es imposible considerar como una falsificación medieval tanto la imagen en sí misma como la información que contiene. El Simposio Científico Internacional que se tuvo en Turín del 2 al 5 de marzo del 2000 declaró que aplicando a la investigación sobre la Sábana Santa las mismas categorías científicas comúnmente utilizadas en el estudio de fenómenos físicos, la ciencia puede afirmar que es auténtica. Los participantes en el simposio concluyeron que “los conocimientos actuales permiten afirmar con certeza que la imagen corpórea no es una pintura, como ha sido demostrado y verificado por los resultados de los experimentos químico-físicos y de los análisis realizados en ordenador”. En todo el mundo existen numerosos centros de estudio que promueven y coordinan iniciativas, estudios e investigaciones científicas sobre la Sábana Santa. (Por ejemplo en Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Francia, Inglaterra, Italia, Japón, México, España, Estados Unidos) El 24 de mayo de 1998 Juan Pablo II, en un discurso ante la Sábana Santa, dijo: “…la Sábana Santa es una provocación a la inteligencia. Ella reclama sobre todo la atención de cada hombre, en particular de los investigadores, para captar con humildad el profundo mensaje enviado a su razón y a su vida…”. 5 O Interesante miniatura extraída del manuscrito del cronista bizantino Juan Skylitès. (Siglo XI. Biblioteca Nacional, Madrid, España). El traslado del Santo Rostro del Cristo de Edessa (hoy Sanli Ufra, Turquía) al Emperador de Constantinopla (hoy Estambul, Turquía) en el 15 de agosto del año 944. La cabeza de Cristo se ve pintada sobre un lienzo que ha sido doblado varias veces. Lirey 1354 Chambéry 1453 Turín 1578 Constantinopla (hoy Estambul) 944 - 1204 M Icono del año 945 conservado en el Monasterio de santa Catalina (Sinaí) que presenta al rey Abgar V recibiendo el Lienzo de Edessa. Edesa (hoy Sanli Ufra) 544 Atenas 1206 Jerusalén 33 Reconstrucción del probable recorrido de la Sábana Santa desde Jerusalén hasta Turín. M Miniatura extraída del manuscrito “Códice Pray” que se conserva en la Biblioteca Nacional de Budapest, Hungría. Muestra la Sepultura (con las manos de Cristo cruzadas y solamente cuatro dedos visibles en cada mano, como en la Sábana Santa) y la visita de las mujeres piadosas en la mañana de Pascua (donde se aprecia que el lienzo utilizado en el entierro posee las formas características del tejido). En el año 1150 se mostraron en Constantinopla a los embajadores de Hungría los tesoros imperiales, incluyendo lo que se consideraba el lienzo fúnebre de Cristo. El Códice está datado entre el 1192 y el 1195 y las miniaturas corresponden a algunas décadas anteriores. 6 M A partir del siglo XIV la Sábana Santa ha sido expuesta frecuentemente al público. El peculiar entramado de la Sábana Santa está representado alrededor del año 1348 sobre una medalla en recuerdo de la peregrinación a Lirey conservado en el Museo Cluny en París (Francia). 7 El papa Juan Pablo II arrodillado en oración ante la Sábana Santa el 24 de mayo de 1998. N Las Clarisas de Chambéry reparando la Sábana Santa en abril de 1534. La fachada de la catedral de Turín durante la exhibición de 1898 (fotografía de Secondo Pía). M Exhibición de la Sábana. Miniatura que data del año 1559. Esta estampa muestra una exhibición “al estilo de Chambéry”, es decir al aire libre y con la Sábana sostenida por los obispos. La exhibición tuvo un enorme impacto entre el pueblo. Participaron alrededor de 800.000 personas durante poco menos de 9 días -199 horas de exhibición-, con una media de 90 000 personas por día. M Macrofotografías de los remiendos y de los parches. Vista del peculiar entramado de la Sábana. Es un tejido raro con diseño en forma de esqueleto de pescado. M Deposición de la cruz con la Sábana de Turín, pintura de Giovanni Battista della Rovere (“El Flamenquillo”, 1561-1627). 8 La exhibición más reciente de la Sábana Santa fue durante el Jubileo del año 2000. Participaron más de un millón de peregrinos. D el discurso de Su Santidad Juan Pablo II en la catedral de Turín el domingo 24 de mayo de 1998: “La Sábana santa es un reto a la inteligencia. Ante todo, exige de cada hombre, en particular del investigador, un esfuerzo para captar con humildad el mensaje profundo que transmite a su razón y a su vida (…). Dado que no se trata de una materia de fe, la Iglesia no tiene competencia específica para pronunciarse sobre esas cuestiones. Encomienda a los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas adecuadas a los interrogantes relacionados con este lienzo que, según la tradición, envolvió el cuerpo de nuestro Redentor cuando fue depuesto de la cruz (...). Para el creyente cuenta sobre todo el hecho de que la Sábana santa es espejo del Evangelio. (...) no se puede prescindir de la consideración de que la imagen presente en él tiene una relación tan profunda con cuanto narran los evangelios sobre la pasión y muerte de Jesús, que todo hombre sensible se siente interiormente impresionado y conmovido al contemplarlo (...). En la Sábana santa se refleja la imagen del sufrimiento humano. Recuerda al hombre moderno, distraído a menudo por el bienestar y las conquistas tecnológicas, el drama de tantos hermanos, y lo invita a interrogarse sobre el misterio del dolor, para profundizar en sus causas. La impronta del cuerpo martirizado del Crucificado, al testimoniar la tremenda capacidad del hombre de causar dolor y muerte a sus semejantes, se presenta como el icono del sufrimiento del inocente de todos los tiempos: de las innumerables tragedias que han marcado la historia pasada, y de los dramas que siguen consumándose en el mundo. (…) La Sábana santa no sólo nos impulsa a salir de nuestro egoísmo; también nos lleva a descubrir el misterio del dolor que, santificado por el sacrificio de Cristo, engendra salvación para toda la humanidad. La Sábana santa es también imagen del amor de Dios, así como del pecado del hombre (…) Ante ella, los creyentes no pueden menos de exclamar con toda verdad: «Señor, ¡no podías amarme más!», y darse cuenta en seguida de que el pecado es el responsable de ese sufrimiento: los pecados de todo ser humano(...). La Sábana santa es también imagen de impotencia (...) A todos desconcierta el pensamiento de que ni siquiera el Hijo de Dios resistió a la fuerza de la muerte; pero a todos nos conmueve el pensamiento de que participó de tal modo en nuestra condición humana, que quiso someterse a la impotencia total del momento en que se apaga la vida (...) La Sábana santa es imagen del silencio. Ella no sólo expresa el silencio de la muerte, sino también el silencio valiente y fecundo de la superación de lo efímero, gracias a la inmersión total en el eterno presente de Dios(...).. (…) La Sábana santa nos presenta a Jesús en el momento de su máxima impotencia y nos recuerda que en la anulación de esa muerte está la salvación del mundo entero. La Sábana santa se convierte, así, en una invitación a vivir cada experiencia, incluso la del sufrimiento y de la suprema impotencia, con la actitud de quien cree que el amor misericordioso de Dios vence toda pobreza, todo condicionamiento y toda tentación de desesperación (…)”. 9 E l estudio científico de esta pieza arqueológica inicia el 25 de mayo de 1898 cuando un fotógrafo aficionado, Secondo Pia , hace las primeras fotografías de la Síndone. Al revelarlas se dio cuenta de que la imagen impresa sobre la lamina no era un negativo, como era de esperarse, sino que se comportaba como una imaginen positiva. Esta sorprendente descubrimiento llevo a la conclusión de que la imaginen misteriosamente impresa sobre la Sabana es un negativo fotográfico. P 1898 O En 1931 Giuseppe Enrie, fotógrafo profesional, tomó otra serie de fotografías de la Sábana Santa. Los negativos confirmaron lo que Secondo Pía había descubierto 33 años atrás. La fotografía más impresionante es la del rostro del Hombre de la Sábana Santa que Enrie pudo tomar en primer plano y sin el cristal que protege al lienzo. Impacta la expresión altamente majestuosa del rostro. La imagen frontal de la Sábana en el positivo fotográfico (es decir, como realmente se ve en el lienzo) y en el negativo fotográfico que permite una perfecta visión de la imagen. Pintura de Jean-Gaspard Baldoino (1660). Capilla de la confraternidad de los Penitentes Rojos. Niza, Francia. 10 La imagen dorsal de la Sábana, mostrada también en ambos para una mejor visión. La imagen impresa sobre el tejido es un negativo natural y por lo tanto la inversión fotográfica da origen a una imagen en positivo de sorprendente nitidez. Numerosas investigaciones físicas y químicas nos han permitido conocer más a fondo las características de esta imagen, pero su origen permanece sin explicación satisfactoria y hasta hoy no ha sido posible copiarla fielmente a pesar de todos los intentos realizados. 11 Mt 26, 67: «Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle, diciendo: “Adivina: ¿quién te ha pegado?”». Mt 27, 26: “Entonces, les soltó a Barrabás y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado”. Mc 14, 65: “Algunos se pusieron a escupirle, le cubrían la cara y le daban bofetadas, mientras le decían: ‘Adivina’, y los criados le recibieron a golpes”. Mc 15,15: “Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y les entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado”. Mc 15, 16-19: “Los soldados […], trenzando una corona de espinas se la ciñeron sobre su cabeza […]. Y le golpeaban en la cabeza con una caña y le escupían […]”. Jn 19,1: “Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle”. Sobre la espalda son visibles innumerables lesiones de flagelación y, en la zona lumbar, se nota un flujo transversal de sangre que proviene de la herida del costado, y que ha fluido después de la deposición de la cruz. Las marcas de los golpes con el flagelo cubren todo el cuerpo del crucificado. «En total he contado más de cien, quizá ciento veinte» (P. Barbet). Sobre la imagen del rostro son visibles al centro de la frente un surco de sangre venosa con la forma de un “3” invertido, proveniente de una herida de la vena frontal. Cerca del inicio de la cabellera, dos pequeños goteos de sangre arterial desprendidos de una herida que ha dañado la parte frontal de la arteria temporal. Jn 19, 5: «Salió Jesús afuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Díceles Pilato: “Aquí tenéis al hombre”». Jn 19, 17: “Y Él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota, y allí le crucificaron”. Los golpes de flagelo dados con la mano hacia delante están distribuidos como abanico desde los hombros hasta la pantorrilla. Algunos golpes fueron dados con la mano al revés como se evidencia por las marcas de la espalda. Sobre la nuca son visibles numerosos coágulos de sangre semejantes a los de la frente. Las espinas, que han causado profundas heridas en la cabeza, han dañado posiblemente algunas partes de la arteria occipital y algunas venas profundas. La sangre efectivamente es de tipo arterial-venoso. 12 13 Jn 19, 33: “Pero al llegar a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas”. Is 52, 14: “Así como se asombraron de Él muchos -pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana”. Is 53, 2-5: “Creció como un retoño delante de Él, como raíz de tierra árida. No tenía apariencia ni presencia; le vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. L a mancha de sangre de la herida en el costado es de 6 cm. de ancho por 15 cm. de largo. La herida pudo ser provocada por un golpe de lanza. L as dos posiciones del crucificado sobre la cruz: una “caída” y otra “levantada”, para evitar la muerte inmediata por asfixia. Se puede ver que las heridas provocadas por los clavos están en las muñecas y no en la palma de las manos (que no podrían haber soportado el peso del cuerpo), en evidente contraste con las figuraciones artísticas de todos los siglos. Los clavos usados para la crucifixión han penetrado las muñecas en el espacio que hay entre los huesos del carpo, dañando el nervio mediano y provocando, además de un dolor atroz, el ocultamiento del dedo pulgar dentro de la palma de la mano. Esto explica por qué en la impresión de las manos sólo aparecen cuatro dedos. Los dos surcos de sangre opuestos visibles sobre la muñeca indican los ángulos formados por los brazos en las dos posiciones que el crucificado asumía sobre la cruz. La fractura de las piernas del crucificado provocaba una muerte rápida por asfixia ya que con las piernas fracturadas no le era posible impulsarse para respirar. Las piernas del hombre de la Sábana Santa no fueron fracturadas, como de hecho sucedió con Jesús, pues ya estaba muerto (Jn 19, 33-34). 14 “(…) pero uno de los soldados golpeó su costado con la lanza y al instante salió sangre y agua”. (Jn 19, 34). Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta. ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que Él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus heridas hemos sido curados.” Una observación detallada con la ayuda de la microfotografía nos permitiría individuar algunos círculos claros alrededor de las manchas de sangre debidos al flujo de suero. Puesto que sólo en un cadáver se da la separación de la sangre en la parte corpuscular (roja) y en aquella serosa (acuosa), se deduce que la herida en el costado fue producida cuando el crucificado ya estaba muerto. La salida de suero ofrece una explicación convincente a lo que Juan interpretó como agua saliendo del costado atravesado de Cristo. Del pie derecho (aquel que aparece a la izquierda de la foto) se ve la impresión de la planta completa, mientras que del pie izquierdo sólo se distinguen la huella del talón y el orificio agujero del pie. Los pies fueron clavados uno sobre el otro: el pie izquierdo estaba puesto sobre el derecho, que se encontraba en contacto con la cruz. Para respirar y evitar la asfixia el crucificado debía continuamente levantarse apoyando los pies sobre el clavo, e impulsarse apoyando las manos sobre los clavos de las muñecas. Romper las piernas de un crucificado provocaba una rápida muerte por asfixia, ya que así ya no podía impulsarse para respirar. En diciembre de 1981 tres investigadores italianos –P.L. Baima Bollone, M. Jorio y A.L. Massaro– probaron que las manchas presentes en algunos hilos tomados de la Sábana son de sangre humana y en diciembre de 1982 llegaron a la conclusión que “las huellas de sangre presentes en la Sábana pertenecen al grupo AB”. 15 Imágenes de monedas acuñadas por Poncio Pilato para utilizar en Palestina, identificadas en ambos ojos del hombre de la Sábana. lepton simpulum dilepton lituus Pintura de Caffaro Rore. Mt 27, 59-60: “José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en un sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue”. Jn 20, 4-8: “Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado de primero al sepulcro; vio y creyó”. E n 1954 Francis L. Filas, S.J., de la Universidad Loyola de Chicago, al examinar unas ampliaciones de las fotografías tomadas por Giuseppe Enrie en 1931, descubrió sobre el párpado derecho los trazos de las letras U-C-A-I. En 1978, algunos científicos, entre quienes se encuentran John P. Jackson y Eric J. Jumper, al examinar la imagen de la Sábana con el analizador de imágenes tridimensional VP8 utilizadosado por la NASA, descubrieron sobre los ojos la imagen de dos objetos en forma de botón. Tres años más tarde Filas, trabajando con Michael Marx, experto en numismática, interpretaron las letras identificadas por Filas en 1954 – UCAI- como parte de la inscripción TIBERIOU KAISAROS y también descubrieron un lituus (bastón de un adivino). Filas concluyó que se trata de un dilepton lituus: una moneda acuñada por el procurador Poncio Pilato entre los años 29 y 32 d.C., en honor del emperador Tiberio. Jn 19, 39: “Fue también Nicodemo –aquel que anteriormente había ido a verle de noche- con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras”. Jn 19, 40-42: “Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en paños de lino con los aromas, según la costumbre de los Judíos. En el lugar donde había sido crucificado había un huerto y en el huerto un sepulcro nuevo, donde ninguno había sido depositado. Como era el día de la Preparación de los Judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús”. ¿La C en el lugar de la K era un error ortográfico? Éste era un problema que parecía excluir la identificación positiva hasta que fue encontrado un auténtico dilepton lituus con el error ortográfico. Desde entonces se han encontrado algunos otros con el mismo error. Esta anomalía por tanto, confiere mayor credibilidad a la identificación de la moneda. El término lepton significa “pequeño” o “delgado” y en la época de los Romanos un lepton era una moneda de poco valor, normalmente la de menor valor. La tumba de Jesús era probablemente semejante a ésta. 16 Esta moneda romana era comúnmente llamada lepton en las provincias del Imperio Romano de lengua griega y así se encuentra en el Nuevo Testamento. El lituus era un bastón de madera que los adivinos tenían en la mano derecha, y que simbolizaba la autoridad y la vocación pastoral. Era elevado hacia el cielo cuando los sacerdotes invocaban los dioses y pronunciaban sus profecías. Cuenta la leyenda que fue usado por Rómulo en la época de la fundación de Roma en el 753 a. C. Es interesante notar que el báculo que utilizan actualmente los obispos proviene directamente del lituus. En el ojo izquierdo Filas ha identificado la imagen de un lepton simpulum, que fue una moneda acuñada por el procurador Poncio Pilato hacia el año 29 d. C. Este descubrimiento ha sido confirmado por el Prof. Baima Bollone y Nello Balossino en 1996. El simpulum es un símbolo muy frecuente tomado de la religión romana de la época. Era una copa o cucharón con asa, que los sacerdotes utilizaban para gustar el vino que vertían en la cabeza de un animal destinado al sacrificio. A continuación, el adivino era autorizado a examinar las vísceras del animal y descifrar signos y presagios que los dioses enviaban al hombre a través del intérprete. No es la primera vez que el simpulum aparece en las monedas romanas, pero sí la primera en que aparece solo. Este dato confiere una ulterior particularidad a las monedas de Pilato, no sólo en el contexto de Judea, sino también en relación con todas las demás monedas del Imperio. 17 C Aunque, en palabras de un científico, la prueba del carbono 14 ha mostrado que «no es la solución segura y cierta que una vez creíamos que fuera», la prueba es por lo general, precisa y fiable cuando los protocolos requeridos son seguidos. Para determinar la fecha de la Sábana Santa sólo se contó con una muestra, dividida en tres partes para los tres laboratorios elegidos. Raymond N. Rogers, antiguo miembro de Los Alamos National Laboratory, y jefe del grupo científico de STURP, que llevó a cabo el primer examen científico multidisciplinar de la Sábana en 1978, ha mostrado en un estudio publicado el 20 del enero de 2005 que «…la muestra usada… fue tomada de una parte de la Sábana que había sido tejida de nuevo. Los resultados de la pyrolisis-mass spectrometry de la zona de la muestra junto con las observaciones microscópicas y microquímicas prueban que la muestra utilizada del carbono radioactivo no fue parte del tejido original de la Sábana de Turín. Por ello, la fecha indicada por el carbono radioactivo no es válida para determinar la edad verdadera de la Sábana Santa.» (en Thermochimica Acta, vol. 425) El ciclo biológico del carbono 14 Además del los átomos ordinarios de carbono (C12), todas las plantas asimilan una porción de carbono 14 radioactivo (C14). Los animales comen plantas que contienen C14. © A. Danin Si bien los rastros aparecen compuestos por flores ligeramente aplastadas y agrupadas en racimo, muchas de ellas son claramente identificables no obstante las imágenes sean débiles, parciales y de poco contraste. En la Sábana Santa han sido identificadas visualmente casi treinta especies de plantas. Estos resultados concuerdan de modo significativo con las investigaciones hechas por el biólogo forense Dr. Max Frei quien en 1973 y 1978, a través de cintas adhesivas tomó algunas muestras del material depositadas en la Sábana Santa. Frei encontró numerosos granos de polen y consiguió determinar tentativamente cerca de cincuenta y ocho géneros o especies de plantas; la mayor parte de las cuales crecen en Medio Oriente. El choque entre la radiación cósmica y la atmósfera produce neutrones de alta energía. Como el perímetro de sus áreas de distribución se sobrepone prácticamente sólo en Israel, el Prof. Danin identifica tres de ellos en particular como indicadores geográficos. Estos son el Zygophyllum dumosum, la Gundelia tournefortii y el Cistus creticus. La zona que mejor corresponde a las regiones de su difusión es un área que se extiende a lo largo de 10-20 kms. de este a oeste en línea recta entre Jerusalén y Hebrón. Los neutrones se combinan con ozono para formar carbono 14 radioactivo (C14) e hidrógeno. C14 y oxígeno se combinan para formar CO2 radioactivo. Los animales se alimentan de plantas que contienen C14. El mapa –tomado del archivo de A. Daninilustra la distribución del Cistus creticus (cuadros amarillos), del Zygophylum dumosum (cuadros rojos) y de la Gundelia tournefortii (cuadros azules). Por los indicadores geográficos se concluye que se han podido colocar flores frescas al lado o sobre el cuerpo del hombre de la Sábana Santa sólo en la zona entre Jerusalén y Hebrón. La Gundelia tournefortii es un importante indicador geográfico. Imagen de un pétalo florecido con largas hojas y puntas espinosas. Un ramo de Zygophyllum dumosum: planta endémica de Israel, Jordania y Sinaí. El hombre come plantas y animales que contienen C14. Cuando los seres vivos mueren, el C14 se deteriora; su edad media es de 5,730 años. La cantidad de C14 y C12 hace posible determinar la edad de la materia orgánica. © A. Danin En el caso de la Sábana de Turín, incluso los problemas conocidos no Las plantas están principalmente concentradas alrededor del área de la cabeza, pero se extienden también a lo largo de los lados de la parte superior del cuerpo hasta el abdomen. Fueron observadas la primera vez por el Dr. A. Whanger y la Sra. E. Whanger, y posteriormente ha confirmado su presencia el Prof. Avinoam Danin, catedrático emérito de botánica de la Universidad Hebrea de Jerusalén y especialista a nivel internacional de la vegetación y la flora de Israel. © A. Danin No obstante, uno de los expertos suizos que en 1988 dató la Sábana, admitió tres años antes en un documento que «la existencia de errores importantes de indeterminación nunca puede excluirse de ninguna edad de determinación. Ningún método queda inmune de dar fechas gravemente incorrectas cuando en las muestras hay problemas que no son aparentes… los resultados manifestados [en este documento] muestran que esta situación ocurre frecuentemente» (W. Woelfli, Archaeological Shard Dating: Comparison of TL Techniques with Radiocarbon Dates by Beta Counting and Accelerator Techniques. Documento expuesto en la Conferencia Internacional del Carbono Radioactivo, Trondheim, Noruega, 1985). Las fotografías fueron ampliadas a tamaño natural e incluso más para mostrar las imágenes con mayor precisión. © A. Danin No obstante, desde entonces expertos en varias disciplinas han puesto en duda la fiabilidad de los resultados, dada la historia y características de la Sábana y el modo en que la prueba se llevó a cabo. Discutiendo sobre la discrepancia de 1000 años entre las fechas resultadas de la prueba del carbono radioactivo de una tela egipcia y de su edad real – conocida por otras fuentes seguras – el mismo experto explicó: «En relación con este caso particular es obvio que el número de 4 muestras investigadas sigue siendo demasiado reducido para entender correctamente la disparidad observada entre las fechas aportadas por el carbono radioactivo y la cronología histórica» (Nuclear Instruments and Methods in Physics Research, B29, 1987, 1-13). © A. Danin E n 1988, la Santa Sede autorizó realizar una prueba con el carbono radioactivo para determinar el origen de la Sábana Santa. Con este fin se cortó un pequeño trozo de una esquina de la tela, se dividió en tres partes que se enviaron a tres laboratorios: la universidad de Oxford, la universidad de Arizona y al Instituto Federal Suizo de Tecnología. El resultado dató la tela en el periodo entre 1260 y 1390 d.C. Contornos de imágenes de flores identificables alrededor de la cabeza, dibujados por el Prof. Avinoam Danin. entenares de imágenes de partes de plantas, –flores, yemas, frutos, tallos y hojas– parece ser que han sido identificadas en las fotografías de alta calidad tomadas a partir de los negativos de Enrie de 1931. P fueron considerados suficientemente. Además, varios protocolos importantes fueron violados. O Cada cuadro del mapa representa un área de 5 X 5 Km. en donde se encuentra la planta. Cistus creticus 18 19 I La marcas de las plantas sobre la Sábana se asemejan a la impresión de una electrofotografía (o fotografía Kirlian). A la izquierda se ve la imagen de un Chrysanthemum coronarium obtenida por el Prof. O. Scheuermann. Siglo XI - Mosaico Staatliche Museum Berlín (Alemania). N Siglo IV - Fresco Catacumbas de Comodilla Roma (Italia). P © Whanger O Siglo XII - Mosaico Basílica del Santo Sepulcro Jerusalén (Israel). Siglo XIV - Icono Monasterio de Chilandari Monte Athos (Grecia). P La Corona de Espinas fue fabricada con espinas sacadas de la Gundelia tournefortii. El tipo de espina, la configuración de la corona y su localización en el hombro derecho coinciden con las imágenes vistas en la Sábana. O Siglo XIII - Icono Monasterio de Santa Catalina Sinaí (Egipto). Chrysanthemum coronarium, es una planta común en Israel. En la Sábana se ve la imagen de una cuerda enrollada. Una parte de la cuerda se puede ver a la derecha, y abajo un modelo de cuerda trenzada por el Prof. Danin según las antiguas costumbres. M Siglo XI - Mosaico Iglesia de Santa Sofía Kiev (Ucrania). N Para el Prof. Avinoam Danin, como botánico, la presencia de la Gundelia tournefortii y del Zygophyllum dumosum testifican que la Sábana de Turín tiene realmente su origen en el Medio Oriente. 20 Siglo VI - Icono de Cristo Pantocrátor Monasterio de Santa Catalina Sinaí (Egipto). N El prof. Avinoam Danin con un ejemplar de Gundelia tournefortii. © A. Danin © Whanger Un cardo de la Gundelia tournefortii identificado por el Prof. Avinoam Danin cerca del hombro derecho del Hombre de la Sábana. Estudios experimentales efectuados por el físico O. Scheuermann, utilizando descargas eléctricas, han permitido obtener imágenes de flores similares a las encontradas en la Sábana. El Prof. O. Scheuermann utilizó el generador Van de Graaff como fuente de alto voltaje para crear una impresión electrofotográfica por emisión electrónica sobre papel fotográfico. Arriba, rasgos de morfología de la flor creados experimentalmente. La hoja de la flor muestra dientes prominentes en los márgenes de la hoja impresa y un centro casi blanco. En la inflorescencia del Chrysantemum, los flósculos del rayo están claramente desplegados, cada uno con un margen oscuro, como en la hoja impresa de la flor. Los flósculos centrales tubulares se ven como puntos en el centro. El cerco blanco que les rodea corresponde a la depresión entre los dos tipos de flósculo. Siglo VI - Mosaico Iglesia Nueva de San Apolinar Ravena (Italia). N © De La Setta © A. Danin © Whanger En esta imagen, el rostro del hombre de la Sábana está circundado de iconos y mosaicos de manera que se pueda apreciar la comparación de los trazos somáticos de la iconografía del rostro de Jesús con aquellos del misterioso rostro de la Sábana. © A. Danin © Whanger mágenes del Zygophyllum dumosum, una planta endémica de Israel, Jordania y Sinaí. Han sido identificadas en la Sábana dos tipos de imágenes de hoja así como de la flor de esta planta. El diseño de la hoja posee características originales que son visibles en la Sábana. Otras especies de Zygophyllum no poseen la misma morfología. Estas imágenes pueden observarse en las fotografías de Enrie (1931), de Miller (1978) y de Pía (1898), y también fueron identificadas por el Prof. Danin al observar directamente la Sábana en el mes de marzo del 2000. M M Siglo XIII - Icono Siglo XI - Mosaico Rostov (Rusia). de Cristo Pantocrátor Daphne (Grecia). o existe ninguna descripción del aspecto de Jesús en el Nuevo Testamento ni en otros documentos de la época. Al inicio del siglo IV la iconografía comienza a desarrollarse de manera importante en el arte bizantino, gracias en parte a la tolerancia iniciada con el Edicto de Milán (313). A partir del siglo VI, de modo improviso, en Medio Oriente y en los países mediterráneos de la Europa oriental, numerosos iconos, mosaicos y frescos representan el retrato frontal del rostro de Jesús con características muy similares a la cara representada en la Sábana. Los iconos (del griego eikon, ‘imagen’) son imágenes sagradas y, utilizados en la liturgia, representan principalmente a Cristo. Aunque no se puede representar lo invisible e incomprensible de Dios, la encarnación del Hijo de Dios ha inaugurado una nueva “economía” de las imágenes. El icono no es una obra de arte que tiene el solo objetivo de ilustrar las Sagradas Escrituras, sino que representa una verdadera profesión de fe. Un icono no es solamente una pintura sino una oración y nos muestra quién es Cristo en el misterio de Dios. Dice San Pablo: “Cristo es imagen (eikon) del Dios invisible” (Col 1, 15). Como el Catecismo de la Iglesia Católica dice: “La iconografía cristiana (ortodoxa) expresa a través de imágenes el mismo mensaje evangélico que la Sagrada Escritura transmite con palabras. Imagen y palabra se iluminan mutuamente” (§ 1160). 21 E n 1930, un investigador francés llamado Paul Vignon, fue el primero en individuar las características comunes visibles en la iconografía primitiva del rostro de Jesús. Él observó, entre otras cosas, una señal con forma de U entre las cejas; un triángulo con la punta inclinada hacia abajo sobre el puente nasal; la ceja derecha un poco más alta que la izquierda; señales evidentes en ambas mejillas; en la mejilla derecha a veces colocadas un poco más debajo; la cavidad nasal izquierda alargada; una línea acentuada por debajo de la nariz; una laguna en la barba por debajo del labio inferior y los cabellos de un lado de la cabeza más cortos respecto del otro lado. E l estudio detallado de la impresión que el cuerpo dejó en la Sábana revela una intensidad variable con una graduación inversamente proporcional a la distancia entre el lienzo y el cuerpo. La información obtenida permitió el desarrollo de una imagen tridimensional con el uso de varias técnicas. En 1973 P. Gastineau obtuvo un relieve real del rostro midiendo las diferentes intensidades en las fotografías de G. Enrie de 1931. En 1974, con la ayuda de un microdensímetro (instrumento que mide la intensidad de una imagen) y de una reconstrucción de la manera en que un modelo de la Sábana se extiende sobre el cuerpo, el físico americano John Jackson y su equipo demostraron que la intensidad de la imagen varía en modo inversamente proporcional a la distancia lienzo-cuerpo, con un alto nivel de correlación. El rostro del Hombre de la Sábana Santa del que, con ayuda de la computadora, han sido eliminadas las heridas (elaboración del Prof. G. Tamburelli). Con las técnicas modernas de análisis de imágenes ha sido posible demostrar que las imágenes de Jesús, representadas en numerosas obras de arte, han estado inspiradas muy probablemente en una imagen muy precisa: la Sábana Santa de Turín. Imágenes de Cristo muy parecidas a la de la Sábana Santa se encuentran en monedas a partir del 692, durante el reinado del emperador bizantino Justiniano II. Esta correlación puede ser demostrada utilizando una técnica especial de elaboración de la imagen, que consiste en transformar los varios niveles de intensidad de la imagen en diversos planos de un bajorrelieve topográfico tridimensional. Si las intensidades de la imagen de la Sábana son en efecto correlativas a la distancia entre el paño y el cuerpo, entonces la imagen en relieve corresponde a la forma tridimensional de un cuerpo humano (a excepción del efecto secundario debido al plegado de la tela). Realizado por el Prof. G. Tamburelli Imagen tridimensional del rostro torturado y herido del Hombre de la Sábana Santa y su imagen real habiendo removido las heridas con la ayuda de la computadora. El 19 de febrero de 1976 Jackson llevó una fotografía de la Sábana Santa al laboratorio de elaboración de imágenes de Bill Mottern. La imagen de la Sábana fue analizada con el analizador de imágenes VP-8 -una computadora analógica que transforma directamente la intensidad de imagen en relieve vertical-. Sorprendentemente la imagen en relieve apareció con perfectas características anatómicas, correspondiendo incluso a los detalles más sutiles del rostro. El hecho de que la imagen frontal del cuerpo en la Sábana es correlativa a la distancia entre el paño y el cuerpo, plantea grandes dificultades a las hipótesis que explican el origen de la imagen de la Sábana. La característica tridimensional de la imagen refuta fuertemente que haya sido obra de un artista. Una moneda bizantina acuñada por el emperador Miguel III (842-867) que reproduce el rostro de Cristo con un mechón de cabello sobre la frente, que muy posiblemente es una interpretación del coágulo de sangre visible sobre la frente del Hombre de la Sábana Santa. 22 Comparación de imágenes sobrepuestas de la moneda bizantina del emperador Miguel III (842-867) y el icono de Cristo Pantocrátor. El relieve de toda la impresión frontal de la Sábana Santa se ha confrontado con el negativo fotográfico de Enrie. Es interesante observar que la intensidad de las diversas características de la imagen en la fotografía de Enrie (como el rostro, el tórax, las manos, etc.) han sido interpretadas por el analizador VP-8 como diversos niveles de relieve. Es evidente que la estructura de la imagen tridimensional elaborada por el analizador se asemeja en modo extremadamente real a un cuerpo humano. Realizado por A. Guerreschi Imagen tridimensional del rostro torturado del Hombre de la Sábana elaborada en computadora y la imagen del rostro y del tórax retocada con la técnica de la foto-relieve. 23 U n lado de la Sábana Santa muestra la parte frontal y dorsal de un hombre que fue crucificado. La imagen se encuentra en la superficie de las fibras más exteriores y tiene características importantes para las investigaciones tridimensionales. Al estudiar la imagen a inicios del siglo pasado, el profesor francés Paul Vignon observó que la imagen en la Sábana variaba según la distancia del cuerpo a la tela. Las partes más cercanas a la tela aparecían más obscuras que las que se encontraban a mayor distancia. Es decir, la densidad de la imagen es proporcional a la distancia entre el cuerpo y la tela y se debe al hecho de que hay más fibras descoloridas por unidad. Esto corresponde a la información tridimensional de la imagen en la escala gris de las fotografías. U Los doctores Jackson y Jumper confirmaron la presencia de elementos tridimensionales en 1977. Un trabajo posterior del Profesor Tamburelli de la Universidad de Turín confirmó esto. na fotografía normal de cualquier objeto tridimensional, sin importar cuál sea la calidad, lo muestra solamente en dos dimensiones. La imagen del Hombre de la Sábana muestra las características del claroscuro que se observan normalmente en el negativo de una foto, tal y como se descubrió en 1898 cuando Secondo Pia realizó las primeras fotografías de la Sábana. En la escala de grises (todas las variaciones del claroscuro) las fotografías contienen una representación de la distancia entre la tela y la superficie del cuerpo original tridimensional. Esto quiere decir que nos proporcionan una codificación tridimensional extraordinaria del cuerpo. Más recientemente el Profesor Peter Soons y un equipo de expertos investigaron la posibilidad de producir hologramas de la Sábana Santa basados en la información tridimensional científica en la escala gris de la imagen. Lograron con éxito producir estas imágenes. El Dr. Dennis Gabor, físico húngaro, inventó la Holografía en 1947. En 1960, el Dr. Theodore Mainman desarrolló el primer rayo láser que posteriormente tuvo muchas aplicaciones en la Holografía. Ambos científicos recibieron el premio Nobel. Las fotografías a colores no contienen esta información tridimensional. La holografía consiste en la grabación y reproducción de un objeto real tridimensional. La reproducción ofrece una imagen iluminada que puede ser vista desde diversos ángulos y que es una copia exacta del objeto tridimensional original. No teniendo acceso al original de la Sábana, fueron utilizadas copias de segunda y tercera generación de las fotografías tomadas por Giuseppe Enrie en 1931. Fueron digitalizadas para facilitar la traducción de la densidad de la imagen a los números de la escala de grises. Este proceso de digitalización se centró en la extracción de toda la información tridimensional que está presente en estas fotografías especiales de Enrie, de tal manera que una imagen virtual tridimensional pudiera ser generada por una computadora y – de ésta – generar un holograma. El holograma ofrece una excelente oportunidad para ver la imagen de la Sábana en tres dimensiones. Holograma del rostro del hombre de la Sábana. 24 Los hologramas del Hombre de la Sábana reproducen el 80% de la información contenida en el lienzo. Ha sido reconstruida la zona de los brazos, dañada por el incendio de 1532, así como algunas partes privadas de información holográfica. 25 L uigi E. Mattei, diseñador y escultor, nació en Bolonia en 1945. Es autor de la Puerta Santa –obra financiada por el Vaticano y dedicada al tercer milenio– de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, y del cuerpo del Hombre de la Sábana Santa, expuesto en el Museo de la Sábana Santa de Turín. Es académico de las Artes de Incisión en Roma y miembro del Centro Internacional de Sindonología, así como del Magisterio Profesional Gráfico en la especialización estética y proyección. El Profesor Mattei ha recibido numerosas condecoraciones y reconocimientos por su trabajo. Sus obras se encuentran expuestas en Bolonia y en diversas ciudades de Italia. Hablando sobre la reconstrucción tridimensional del cuerpo del Hombre de la Sábana, dice el Profesor Luigi Mattei: “Me he acercado a la imagen de la Santa Sábana con respeto y curiosidad, conquistado por el misterio y la fascinación que de ella emanan. Me sentía desafiado por dar forma a la imagen física contenida en el lienzo sagrado. El resultado solemne: una corporalidad humana y misteriosa. La obra, enésimo testimonio artístico sobre el tema, puede tal vez ofrecer una contribución a la investigación sobre un descubrimiento con repercusiones para la ciencia y la fe, pero cuyo mensaje inmediato se comunica principalmente en términos estéticos. El ‘verdadero Dios, verdadero Hombre, que ha habitado entre nosotros` no podía no gozar de una extraordinaria ‘visibilidad`, testimoniada en las Escrituras y hecha visible gracias a la Sábana”. E n Oviedo, ciudad del norte de España, hay una pequeña pieza de tela manchada de sangre del tamaño de 82 cm. por 53 cm. (33 pulgadas por 21 pulgadas) ,llamada “el Sudario” de Oviedo. Tradicionalmente es considerado como el paño que cubrió la cabeza de Jesús. Un estudio de 1999 del Prof. Mark Guscin, miembro del grupo de estudio interdisciplinar del Centro Hispano de Sindonología, estudió la relación entre los dos tejidos. Sirviéndose de las ciencias históricas, de la patología forense, de estudios de química hematológica (el Sudario, como la Sábana, tiene manchas de sangre del grupo AB y seis puntos con fluido de edema pulmonar; este fluido es significativo porque indica que el hombre al que cubrió este lienzo, murió de asfixia, la causa de muerte de las víctimas de la crucifixión), y de las formas de las manchas, llegó a la conclusión que los dos paños habían cubierto la misma cabeza en dos momentos distintos, pero cercanos uno del otro. Dr. Max Frei encontró polen de Africa Norte en el Sudarium, dato que concuerda con la historia tradicional de su traslado de Jerusalén –c. 614– a través de Alejandría a Cartagena, España, después a Toledo y finalmente en 711 a Oviedo. En la Sábana de Turín no se encuentra este tipo de polen, y sí granos de polen específico de Turquía y de Francia que a su vez no están presentes en el Sudarium. Los historiadores sostienen que era una costumbre judía poner sobre la cabeza del cadáver una tela cuando la muerte había sido tan horrible que la familia no quería ver la cara con el rigor mortis. El velo facial -del latín “sudarium”-, habría sido puesto sobre la cabeza de Cristo crucificado mientras se esperaba el permiso de Poncio Pilato para trasladar el cuerpo. El Sudario se guarda actualmente en la Cámara Santa, que es una capilla construida precisamente para el Sudario en la Catedral de Oviedo. Alrededor del mundo se conocen varias copias de la Sábana Santa. Pero en ninguna de ellas la imagen está impresa como un negativo fotográfico. Aparece mencionado en el Evangelio de Juan (20, 5-8) como uno de los paños encontrados en el sepulcro de Jesús. La existencia y la presencia del Sudario están bien certificadas desde el siglo VII en España y en Oviedo desde el siglo VIII. Antes de estas fechas la localización del Sudario es incierta. Muy pocas personas –incluso en España- hasta tiempos recientes tenían conocimiento de la existencia del Sudario. En 1969, Mons. Ricci, estudioso de la Sábana Santa, investigando en los archivos eclesiásticos descubrió la existencia de esta tela en Oviedo, y consideró que debía examinarse. En 1987, con la creación de la Sociedad Española para el estudio del Sudario, se ha hecho universalmente conocido. El lino de la Sábana Santa es un tejido fino con forma de pez, mientras que el del Sudario es un tejido más áspero. A diferencia de la Sábana de Turín que tiene una imagen de un hombre crucificado, sobre el Sudario no hay ninguna imagen. Contiene manchas de sangre y líquido linfático que corresponden al grupo sanguíneo de la Sábana de Turín. Teniendo en cuenta la forma de las manchas de sangre, se deduce que el Sudario estaría puesto sobre la cabeza del hombre mientras éste se encontraba en posición vertical, presumiblemente mientras colgaba todavía de la cruz. Este paño sería removido antes de colocar la Sábana. 26 Copia de la Sábana Santa (1644) conservada en el Monasterio de los Hermanos Capuchinos de Turín, Italia. Copia de la Sábana (1643), coleccionador privado. 27 Impreso por www.adigraphiques.com SANTUARIO NACIONAL DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE 711 T Street - Sacramento CA 95 811 - 7027 - USA Tel 916 442 3211 - Fax 916 442 3679
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