Revista de estadística

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Revista de estadística
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MARIA GlJADALUPE GONZALEZ H.
(op. cil.) se desconoce de qué manera la Franja Plega-
da Ouachita (Franja Huasteca) continúa bajo la Cordillerana, en el oriente de México. En su discusión
sobre las zonas submarinas de fracturas y fallas,
menciona que las bandas de anomalías magnéticas
y las fallas transformantes ejercerán gran influencia en la representación de la tectónica de las áreas
submarinas.
Durante los años setenta los trabajos tectónicos
más notables son los de M. Tardy (1972, 1973 a y b)
Y M. Tardy el. al. (1975). En ellos resalta la idea
del ciclo alpino, aplicada al noreste de México. Posteriormente, M. Tardy, 1980, presenta un mapa tectónico que divide al país en dos grandes regiones
de naturaleza diferente y contrastante (véase figura 4) a las que llama dominios; propone para ellos
modelos de evolución correspondientes. al MesoCenozoico, acordes con la tectónica de placas, pero
sin abandonar los conceptos del ciclo geotectónico.
En su interpretación considera que en la región occidental (dominio Cordillerano) evolucionó un arco
vulcano plutónico relacionado con la subducción del
Paleo-Pacífico y en la región oriental (dominio Tethysiano) que comprende la Sierra Madre Oriental y
la Planicie Costera del Golfo, predominan los sedimentos a partir de la transgresión marina jurásica.
convergente, permaneció en el oeste de México durante 150 millones de años (Triásico-Albiano) sin que
se efectuaran cambios tectónicos importantes. Al
mismo tiempo, el oriente evolucionaba conjuntamente con el margen occidental como una región tectónica mente pasiva. De esta manera se hace corresponder las zonas internas o eugeosinclinales con los
márgenes activos y las zonas externas o miogeosinclinales con los márgenes pasivos. Este es un intento de sustituir los viejos modelos de evolución por
los nuevos; en ambos casos la corteza permanece fija
e invariable en el espacio y durante el tiempo. En
nuestra opinión, se incorporaron los conceptos de
los modelos de movilidad extrema de la tectónica
de placas a la interpretación de los modelos fijos del
geosinclinal de la tectónica clásica.
Llama la atención que los estudios evolutivos no
incluyan el sur de México y que tampoco el modelo
propuesto por M. Tardy ( op. cit. ) explique el traslape de América del Sur sobre México y Centroamérica (E. Bullard el. al., 1965 y R. S. Dietz and
J. C. Holden, 1970). Son precisamente estos problemas, así como la terminación sur-suroeste del cratón Norteamericano y la prolongación de la Cordillera del oeste de Norteamérica en México, los que
despiertan el interés de los estudiosos de la geotectónica de esta región del mundo, en particular de
P.J. Caney.
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DGE. Revista de geografía. 1986
Figura 4. Mapa Tectónico de México, según M. Tardy (1980).
En los trabajos que M. Tardy realizó en México
se evidencia una adaptación de la terminología del
geosinclinal a los modelos de la tectónica de placas,
que para ese tiempo ya estaban comprobados. Estableció así la unión de la tectónica clásica con la de
placas. Sin embargo, aún no se consideraba la mayor aportación de esta última teoría y sus implicaciones, es decir, la extrema movilidad de la corteza
y las transformaciones repentinas que tienen lugar
en sus márgenes activos. En otras palabras, M. Tardy
(op. cil.) da a entender que el Dominio Cordillerano, representado por la actividad de un margen
A fines de los afias 70, en la Universidad de Arizona, P.J. Caney organizó un seminario para discutir los problemas de la tectónica de México. Entre
los artículos seleccionados para la discusión estaba
el de M.F. Campa el. al. (1974). A partir de ese
seminario P.J. Coney se empeñó en conocer las localidades del sur de México y participó en dos
excursiones organizadas por la Universidad Autónoma de Guerrero. La primera a los estados de México, Guerrero y Michoacán. Con los datos y las conclusiones obtenidas de las discusiones de campo se
elaboró el artículo "Terrenos Tectonoestratigráficos de la Sierra Madre del Sur ... " presentado en la
V. Convención de la Sociedad Geológica Mexicana
(1980) y más tarde publicado por la Universidad
Autónoma de Guerrero (M.F. C;:tmpa el. al., 1981).
El concepto de terreno tectonoestratigráfico se
aplicó a la región sur de México que comprende los
estados antes mencionados. Ahí, afloran secuencias
litológicas de edades y estructuras que denotan orígenes distintos e interrelaciones desconocidas. Estas rocas fueron las descritas y cartografiadas como "conjuntos basales y suprayacentes" , cada uno
de ellos originado por un fenómeno geológico singuiar. Las relaciones entre un conjunto y otro aún
CARTA DE TERRENOS Y CONJUNTOS ESTRATOTECTONICOS DE LA REPUBLICA MEXICANA
Simultáneamente a la realización de los trabajos
mencionados, en México, la zona que corresponde
al eugeosinclinal de la Franja Cordillerana, según
P.B. King (1969), era estudiada por P.J. Coney
el. al. (1980), quienes basados en los nuevos datos geológicos y geofísicos llegaron a la conclusión de que
la cordillera del oeste de Norteamérica es un mosaico formado por "suspect terranes" , a los cuales
definen como áreas geológicas caracterizadas por su
continuidad en la estratigrafía e historia geológica
y un mismo estilo estructural. Estos se encuentran
separados del resto de los terrenos por discontinuidades estratigráficas que no se explican de manera
sencilla por cambios de facies o discordancias. La
identificación y representación cartográfica de los
terrenos tiene como resultado un nuevo tipo de mapas tectónicos. Estos hallazgos ocasionaron un gran
cambio en los conceptos acerca de la construcción
de las montañas, en los que es notoria la importancia de los procesos acrecionarios en la evolución de
los sistemas montañosos.
En 1981 P.1. Caney realizó la segunda excursión
a! sur de México, participaron en ella los doctores
1. Ch. Carfantan y F. Ortega del Instituto de Geología de la UNAM; S. Charleston de la compañía
CONCYT; por el Instituto Mexicano del Petróleo, los
ingenieros J .T. Castro, R. Flores, C.A. Pacheco,
1.M. Grajales y R. Múgica; y por la UAG, M.F.
Campa, J. Ramírez, J.C. Salinas, R. Vidal, G. Urbán,
1.A. Flores y H. Sabanero. Los resultados de esta
excursión, en lo que se refiere a la integración y síntesis de la información y su aplicación a la investigación sobre los recursos minerales , fueron presentados
por M.F. Campa y P.J. Caney en un simposio
sobre metalogenia y tectónica de la Cordillera de
Norteamérica, en Calgary, Alberta, en mayo de
1981. Más tarde, este artículo fue publicado (M.F.
Campa y P.J. Caney, 1983). En él se proporciona
una visión diferente de la tectónica del territorio mexicano al presentar un mapa dividido en terrenos
tectonoestratigráficos (véase figura 5) acompafiado
de una descripción de cada terreno y de sus columnas estratigráficas. Asimi,smo, los terrenos de basamento aparecen clasificados en tres zonas, de
acuerdo con su significado tectónico. Además, se
hizo la observación de que existe gran relación entre la distribución de los recursos minerales y la de
los terrenos de basamento.
P.1. Coney (1981) identificó de manera preliminar algunos terrenos de la República Mexicana. Calculó que el 80"70 de la parte sur de la cordillera que
se adentra en México está formada por "suspect terranes". Este autor menciona, en relación con la historia acrecional de México, que el noreste y sureste
del país están constituidos por terrenos acrecionados
contra Norteamérica durante la orogenia OuachitaMarathon del Paleozoico tardío y también que un
terreno' 'composed" de arco magmático submarino fue acrecionado contra el margen suroeste de México en el Cretácico tardío.
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Figura 5. Carta de terrenos tectonoestratigráficos de México, según M.F.
Campa y P.J. Coney (1983). Los límites de los terrenos de basamentos
son mostrados por líneas negras y los terrenos suprayacentes muestran
el patrón V.
El mismo afio, F. Ortega (1981) dio a conocer los
datos e interpretaciones acerca de los terrenos metamórficos del sur de México. En esa publicación
resaltó la naturaleza, origen y edad de las rocas, consideradas como basamento homogéneo en las reconstrucciones paleogeográficas clásicas (P. Enos, 1983;
E. López, 1981, 1984).
Durante los meses de febrero a julio de 1982, P.1.
Caney trabajó en la División de Estudios Geológicos Especiales del Instituto Mexicano del Petróleo.
Con la colaboración del becario Lino R. Miranda
inició la cartografía de los conjuntos tectónicos de
la República Mexicana, con base en la división en
terrenos tectonoestratigráficos (véase figura 6) a la
que ya se hizo referencia en este trabajo. A fines de
ese afio, L.R. Miranda y R. Flores concluyeron el
DGE. Revista de geografía. 1986
resultaban incomprensibles. La importancia del método aplicado se manifiesta particularmente en la
elaboración de cartografía de los conjuntos, pues
el método de mapeo de unidades por colores y/o
símbolos, según la edad, no se puede utilizar en regiones donde hay problemas sobre las dataciones de
las rocas y donde los modelos de la tectónica de placas no se aplican fácilmente por la dificultad de hacer las reconstrucciones paleogeográficas y palinspáticas.
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primer borrador, sobre la base de la cartografía de
la DGG, escala 1: 1 000 000 Y con la aplicación
de los estudios realizados en la misma institución por
R. Flores (1980), R. Flores el. al. (1982 a y b), V.H.
Garduño y J. Zaldívar (1982) y C.A. Pacheco el.
al. (1982). R. Flores presentó los avances de este trabajo en la VI Convención Geológica Nacional
(1982).
La reducción 1: 2000 000, el cálculo de la proyección, así como el dibujo del borrador mencionado,
fueron hechos por el Ing. Huberto Ricalde, jefe
del Departamento de Cartografía de Exploración del
IMP y el dibujante y pasante de ingeniero geólogo,
Jerónimo Hernández.
U n mapa de terrenos tectonoestratigráficos de esa
región fue presentado en la conferencia. En él se
muestra la distribución de los terrenos de Siberia,
China-Mongolia, sureste de Asia e Indonesia, Filipinas, Japón, región de Australia-Nueva Zelanda,
Nueva Guinea-Antártida, América del Sur, México, El Caribe-Centroamérica, Alaska-Canadá, oeste
de Estados Unidos, Los Apalaches y el sur de Estados
Unidos. La región circumpacífica, anteriormente
considerada de una gran complejidad -según los
conceptos del ciclo geotectónico y aun de la tectónica de placas-, fue comprendida en gran parte con
la incorporación del concepto de terrenos acrecionados.
Los Conjuntos Tectónicos
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Figura 6. Carta de terrenos tectonoesrratigráficos de México.
DGE. Revista de geografía. 1986
M.G. González y L.R. Miranda continuaron con
el trabajo de la carta durante 1983; contribuyeron
con datos y observaciones acerca del terreno Tolimán y el límite entre los terrenos Mixteca y Oaxaca
(M. Arredondo el. al., 1984). Los autores de estas
notas salieron del IMP y, en consecuencia, no concluyeron el trabajo de la carta que nos ocupa, la que
fue editada a fines de ese año por el IMP yel INEG!.
En 1983 se llevó a cabo la conferencia sobre los
terrenos circumpacíficos (D.G. Howell el. al., 1984)
organizada para seguir discutiendo el carácter,
distribución y significado tectónico de los terrenos
tectonoestratigráficos de la región circumpacífica y
para conocer los avances sobre los procesos de acreción, subducción y orogenia. La historia acrecional
de Asia y la parte oriental del Océano Pacífico fueron temas importantes, entre los que ahí se
expusieron. Los trabajos presentados se refjrieron,
principalmente, a los nuevos datos paleomagnéticos
y paleobiogeográficos, los eventos de acrecióndispersión, la cartografía de terrenos y la evolución
tectónica y paleogeográfica de regiones específicas.
Consideraciones Generales. En el capítulo anterior
sintetizamos la historia de las ideas, los conceptos
y/ o los modelos propuestos en la construcción de
las cartas tectónicas de México, hasta el surgimiento
de las cartas de terrenos tectonoestratigráficos. Cada
una de estas cartas está ligada a las diferentes líneas
de pensamiento y, por lo tanto, a conceptos y
modelos estructurales diferentes. A continuación se
precisarán los conceptos empleados en la construcción de la Carta de Terrenos y Conjuntos Tectonoestratigráficos de la República Mexicana.
En primer término haremos referencia al concepto
de asociación o conjunto petrotectónico ("petrotectonic assemblages", W .R. Oickinson, 1972, p. 554).
Es una asociación litológica que se forma en condiciones tectónicas definidas, que prevalecen en áreas
extensas y durante periodos prolongados. ASÍ,
consideramos, en un sentido amplio, que de los
registros estratigráficos puede inferirse la sucesión
histórica de los ambientes tectónicos, o bien, de los
procesos tectónicos que dieron origen a las rocas y
sus estructuras. En nuestra opinión las condiciones
tectónicas se presentan, de manera global, como se
indica a continuación:
- en los límites de las placas:
• dorsales oceánicas
• zonas de subducción
• fajas de fallas transformantes
- dentro de las placas:
• con corteza continental
aulacógenos
fajas de pliegues y cabalgaduras
cuencas intracratónicas
• con corteza oceánica
puntos calientes ("hotspot")
cadenas de montes submarinos
CARTA DE TERRENOS Y CONJUNTOS ESTRATOTECTONICOS DE LA REPUBLlCA MEXICANA
Excepto la última, cada una de estas condiciones
tectónicas puede inferirse al quedar' 'impresa" en
las rocas.
En seguida nos referiremos a los ambientes tectónicos actuales, con la finalidad de establecer
comparaciones entre ellos:
-La terraza continental atlántica corresponde al
tipo de las condiciones tectónicas más estables y
duraderas. Se extiende a lo largo de miles de kilómetros, en el llamado margen pasivo.
-El tipo opuesto a la invariabilidad y equilibrio
del Océano Atlántico se observa en el Océano
Pacífico, que presenta: zonas de subducción, tanto
en condiciones oceánicas como en condiciones continentales; movilidad-estacionaridad de las placas
con corteza continental y de las fajas de pliegues y
cabalgaduras relacionadas con estas condiciones;
fajas de fallas transformantes en los bordes continentales; las cadenas de subducción Andina y del
Pacífico occidental, presentes en Japón, las Islas
Marianas e Indonesia; y de acreción, en la franja
Cordillerana.
Si a cada condición tectónica se asocia su petrogénesis, podremos identificar las asociaciones o conjuntos petrotectónicos. Para el caso de nuestro país,
en la simplificación de la "Carte Structurale ... " de
México (D.A. Córdoba el. al., 1980) se distinguen
áreas extensas, de acuerdo con la edad de las rocas
y su distribución geográfica:
rocas volcánicas sedimentarias -algunas de ellas
ofiolitas-, "mélanges", metasedimentos y metavolcánicas. Puede notar se el contraste radical entre los
conjuntos petrotectónicos de ambos dominios geotectónicos. Sin embargo, al sur del Eje Volcánico,
en medio de dos áreas volcánico-sedimentarias
pertenecientes al J urásico-Cretácico, se encuentra
una zona limitada por fallas, de ubicación discutible (M.F. Campa, 1984; J. Ramírez, 1984 y L. Cartagena y R. Flores, 1984).
En la misma "Carte Structurale ... ", simplificada (véase figura 7b), la asociación o conjunto
petrotectónico miogeoclinal puede dividirse a su vez
en dos regiones, según se considere la magnitud de
la deformación del prisma sedimentario. Se distinguen: la faja de pliegues y cabalgaduras, al oeste y
la región menos deformada, al oriente. Por lo tanto, el estilo estructural es una característica útil
para subdividir los conjuntos. En este caso se trata
de una modificación tectónica de la cuenca, como
sugieren D.R. Kingston el. al. (1983).
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Molosas
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-Conjuntos petrotectónicos Cenozoico-reciente
(véase figura 7a).
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Simplificación de la
"Corte Structurale ... "
Segun D A Cardaba el al.
( 1980).
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-Conjuntos petrotectónicos J urásico-Cretácico
(véase figura 7b). En esta figura, al analizar la distribución generalizada de las rocas se aprecia la
división marcada por el límite laramídico principal
que separa, de acuerdo con D.A. Córdoba el. al. (op.
cit.), y M. Tardy (1980) dos dominios geotectónicos:
el dominio mesógeno (del Golfo de México) caracterizado por el predominio de las rocas sedimentarias acumuladas en una terraza continental, que por
su ubicación y su evolución (Triásico-reciente, véanse
figuras 7a y b) corresponden a un margen continental
pasivo y constituye un típico conjunto petrotectónico miogeoclinal; el dominio Cordillerano (del
Pacífico) que se distingue por el predominio de las
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Conlunlo
Arco Ma;málICO
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discusión
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Cobalgadura.
Cabalgadura
secundario
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Figura 7. Dominio,> geo¡eclónico~ y conjun!o~ pelrolec!ónico~.
La división del país en dos grandes dominios
se ha precisado recientemente (M. F. Campa and
P. J. Coney, 1983, y P. J. Caney and M. F. Campa, 1984) proponiéndose a cambio la división (véase
DGE. Revista de geografía. 1986
dorsales abandonadas
fragmentos de continentes
mesetas oceánicas
• corteza transicional
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