LA MUJER Y EL TERCER REICH

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LA MUJER Y EL TERCER REICH
GUÍA DE
LECTURA
LA MUJER Y EL TERCER REICH
ÍNDICE
 INTRODUCCIÓN: WEIMAR.
 KINDER, KÜCHE, KIRCHE.
 NAZIS EN FEMENINO.
 LAS MUJERES DE HITLER.
 UN EXTREMO: FANÁTICAS.
 OTRO EXTREMO: VÍCTIMAS Y DISIDENTES.
 DESPUÉS: REPRESIÓN Y MEMORIA.
 HANNAH ARENDT.
 TESTIMONIOS
(CONCHA
PUBLICADOS
DÍAZ
BERZOSA,
DE
MUJERES
ASOCIACIÓN
JUDÍAS
AMICAL-
MAUTHAUSEN). ENERO 2015.
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INTRODUCCIÓN: WEIMAR
El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Su primera convocatoria tuvo
lugar en 1911 en Alemania –al principio el 19 de marzo- y se pedía la igualdad con el hombre,
derecho al voto, al trabajo y en definitiva no ser discriminadas. Es en 1914 donde por primera se
vez se reconoce oficialmente esta celebración, junto a
Suecia y Rusia, también en Alemania
Sería un alemán, Friedrich Engels (1820-1895)
el que defendería desde su pensamiento anarquista
la emancipación y total liberación de la mujer saliendo
de la servidumbre del hombre.
La República de Weimar (1918-1933) consiguió
para la mujer muchas de las metas de justicia que
perseguían, su constitución las equiparaba a los
hombres. Y sin embargo fue en Alemania donde la
mujer volvió a encontrarse arrinconada en el papel de
madre y fiel esposa. Con la subida al poder de Adolf
Hitler en enero de 1933 el destino de la mujer será
unívoco: la madre como modelo, el adoctrinamiento
Anita Berber, actriz y cantante
símbolo de la nueva mujer de
Weimar
más rancio como educación.
En Weimar las mujeres alcanzaron un estatus
muy similar al hombre. Durante la gran guerra habían tenido que ocuparse de labores hasta
entonces reservadas a aquéllos, fundamentalmente en la industria, comercio y servicios con la
necesidad de mano de obra. El déficit de población masculina tras la conflagración hizo que
muchas mujeres siguieran conservando su trabajo, consiguiendo recursos por sí mismas aún
teniendo sueldos más bajos.
La nueva Constitución de Weimar
les confería derecho al voto y acceso
pleno a la educación. Poco a poco parecía
cumplirse el objetivo de la igualdad, salvo
en algunas zonas rurales y católicas del
sur como Baviera –región donde nacerá el
nazismo-, allí la mujer seguía supeditada
al padre, hermano o marido.
Una nueva mujer surge en Weimar:
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trabajadoras y no sólo amas de casa, intelectuales, liberales, artistas de renombre internacional,
desinhibidas, a la moda del momento y fumando en las calles. En los cabarés berlineses de los
años 20 son admiradas por miles de seguidores que se pliegan a su música, baile y encantos.
Incluso lo nunca visto durante el antiguo régimen prusiano: mujeres comprometidas,
intelectuales y que sobresalen en política como Rosa Luxemburg (1871-1919), asesinada
precisamente por aquellos que no toleraban sus dos condiciones: mujer y comunista.
PARA SABER MÁS…
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KINDER, KÜCHE, KIRCHE
Niños, cocina e iglesia, las tres K que la sociedad conservadora alemana reservaba a la mujer.
Papel que Hitler y su movimiento harán suyos –al menos los dos primeros- como reacción a la
libertad y emancipación de Weimar. El nazismo será un pensamiento eminentemente masculino y
misógino, pero explotará a la perfección la imagen de una mujer entregada a su ideal, englobando
en su organización -sin ningún poder decisorio- a muchas de ellas, seducidas por la verborrea de
sus líderes.
“Las respetamos demasiado para mantenerles en contacto con las miasmas de la
democracia parlamentaria” dirá el flamante Ministro de
Propaganda Goebbels. Para los jerifaltes del partido la
mujer ideal será aria, rubia, de ojos azules, sin apenas
maquillaje y con anchas caderas que prometiesen una
larga descendencia. No debía fumar para no perjudicar a
sus hijos, pues ante todo su deber era el de ser madre: se
oficializa el 12 de agosto como Día de la Maternidad y se
premia a las familias numerosas que permiten, en
palabras del Fürher, “la permanencia de nuestra raza”.
La mujer sale del mercado laboral y vuelve al hogar familiar, su educación se centra en labores
como el bordado, la cocina, la limpieza, la administración y control de la casa, etc… De la
enseñanza, en especial universitaria, desaparecerán casi por completo o les estará prohibida. Por
el contrario, se encuadran en organizaciones como la Liga de
Jóvenes Alemanas, Unión de Mujeres Nacionalsocialistas y Liga de
Mujeres de Alemania, estas dos últimas asociaciones controladas
por Gertrud Scholtz-Klink (1902-1999, en la foto), un remedo de las
peores brujas o amas de llaves de cualquier película de terror. La
recalcitrante
Gertrud
no
tuvo
apenas
problemas
en
vivir
cómodamente tras el final de la guerra, llegando incluso a publicar en
1980 un panfleto pronazi titulado La mujer en el Tercer Reich.
Para estar entretenida en el amplio tiempo
libre que la mujer tendrá tras atender a su familia y ordenar la casa, se
fomenta la colaboración en tareas sociales, visitas a la iglesia o la
lectura de la revista NS Frauen-Warte, única publicación periódica
femenina permitida por el régimen donde, como es de suponer, se
ensalza a la mujer madre virtuosa y obediente.
La guerra –tras los primeros reveses nazis desde 1941- hizo que las
mujeres volvieran a cobrar cierto protagonismo en tareas auxiliares
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como había ocurrido en 1914-1918. Carteras, camareras, secretarias e incluso obreras de fábricas
de armamento suplirán la mano de obra que está en el frente. No obstante, la propaganda
siempre tuvo a la mujer en la creencia de que vivía en el mejor de los mundos posibles, abnegada
frente al “sufrimiento” del hombre e incluso siendo más fanáticas
que los propios nazis, como se demuestra en los casos extremos
de guardianas de campos de exterminio o en los últimos meses
de la conflagración, donde las mujeres contribuyeron muchas
veces a mantener alta una moral ya tocada de muerte.
DOS DOCUMENTALES:
LA MUJER EN WEIMAR Y LA MUJER EN ÉPOCA DE HITLER
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NAZIS EN FEMENINO
Con el inicio del nuevo régimen, las esposas de los jerarcas nazis debían ser como cuentan dijo el
César: no sólo serlo, sino aparentarlo. De esta forma ante la mujer alemana representaban el más
alto grado de perfección del ideal ario: devoción, amor incondicional al esposo y furibunda
militante de los principios del nazismo. En palabras de Heinrich Himmler:
“Una mujer es amada por un hombre de tres maneras. Como niña querida a la que hay que
reñir y quizá también castigar por su sinrazón […] Luego como esposa leal y comprensiva, que
comparte la vida con uno luchando […] Y como diosa a la que se le deben besar los pies, con
su sabiduría femenina y con su santidad cándida y pura”.
La ordenanza Lebensborn de 1936 prescribía que todos los miembros
de las SS debían ser padres de cuatro hijos, dentro o fuera del
matrimonio. Se protegían a los hijos bastardos y a sus madres, el propio
Himmler, por ejemplo, adoptó a un niño de un oficial SS fallecido.
Dejando aparte a Hitler, cuyas complicadas relaciones veremos más
adelante, las mujeres de los mandatarios nazis y otras muy apegadas al
régimen serían figuras relevantes propagandística del mismo, pero en
general, como escribiría Goebbels, para los nazis “la mujer es compañera sexual y de trabajo
del hombre”, nada más. Algunas de estas mujeres fueron:
Marga Siegroth (Himmler)
En 1928 Heinrich Himmler se casa con esta mujer mayor que él,
divorciada y protestante. La familia Himmler rechaza esta unión, algo
que el estado mental de Marga –huraña, propensa a las depresiones o
a los ataques violentos- ayudará. Tendrán una hija: Puppi. Cuando
Himmler ocupe la jefatura del aparato ejecutor y represivo del Estado
dejará prácticamente de verla, tomando como amante a su secretaria, Hedwig Potthast. Marga
será voluntaria de la Cruz Roja alemana y trabajará en Polonia, donde opinará: “la mayoría de esa
chusma judía, los polacones, ni siquiera tiene aspectos de seres humanos”.
Magda Goebbels (1901-1945)
La bella, ambiciosa y rica –por su primer matrimonio con el industrial Günther
Quandt- Magda se convertirá en una ferviente nacionalsocialista –a pesar de
que su padrastro era judío- y admiradora de Hitler. En 1931 se casará con
Goebbels, algunos creen que por no poder hacerlo con el Fürher, y tendrán
seis hijos. Magda encarnará el ideal de mujer y esposa nacionalsocialista a
pesar de que pronto no soportará a su marido, cuyas aventuras con otras
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mujeres serán vox populi.
Magda es también conocida porque en la cancillería berlinesa del Reich, a punto de ser tomada
por los soviéticos, asesinó a sus seis hijos pequeños envenenándoles, antes de suicidarse ella
misma junto a Goebbels, convencida de que “el mundo que vendrá detrás del Fürher y el
nacionalsocialismo no merece la pena ser vivido”.
Emmy Göring (1893-1973)
El obeso y morfinómano Hermann Göring se casó con esta actriz de segunda fila
que ya entraba en su decadencia profesional. Por su aspecto de mujer germánica
ideal y su afabilidad fue considerada –hasta la llegada de Magda Goebbels- como
“primera dama del Reich”. La jornada de la boda de ambos, 10 de abril de 1935,
fue declarada festiva en Berlín. Parece que intercedió por algunos compañeros
artistas judíos durante la persecución.
Al finalizar la guerra fue exonerada de culpas, pero su patrimonio –fruto del expolio sistemático a
las víctimas por parte de Göring- le fue arrebatado. Durante el resto de su vida defendería la
memoria del gordo mariscal, publicando en 1972 un laudatorio Mi vida con Goering.
Gerda Bormann (1909-1946)
Si existió quizás una persona digna de lástima en el periodo de apogeo del
Tercer Reich, esta sea quizás Gerda, mujer de Martin Bormann, el depravado,
borracho y manipulador jefe de la cancillería del Reich, secretario particular de
Hitler.
Ante el trato brutal de su marido, que la humillaba obligándola a acoger a sus
numerosas amantes o la mandaba a cientos de kilómetros a por ropa después de alguna orgía,
Gerda transigía e incluso le ayudaba a tomar sus decisiones políticas y amatorias, llegando a
aconsejar a Bormann que tuviera hijos en años alternos con ella y sus amantes, escribiendo:
"Sería bueno que al final de la guerra se aprobara una ley que permitiera a los hombres sanos y
válidos el derecho a tener dos mujeres. Habrá tan pocos hombres valiosos que sobrevivan a esta
azarosa lucha, tantas mujeres valiosas condenadas a no tener hijos..."
Lina Heydrich (1911-1985)
Fanática nacionalsocialista y esposa del temible “arquitecto” de la Solución Final
Reinhardt Heydrich, de hecho fue ella –perteneciente al partido desde 1929- la
que instó a éste a entrar en las SS. Parece ser que Lina le fue infiel con otro
oficial SS, Walter Schellenberg, al que Heydrich amenazó mientras él mismo
frecuentaba burdeles. Tras el asesinato de Heydrich en Praga el 27 de mayo de
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1942, Lina vivió fastuosamente como viuda de un “héroe” del Reich. Tras la guerra se desmarcó
de las decisiones genocidas de su marido pero nunca de la ideología nacionalsocialista,
escribiendo un opúsculo laudatorio del nazismo y la labor de Heydrich en 1976: Viviendo con un
criminal de guerra.
Gertrud Scholtz-Klink (1902-1999)
Nombrada por Hitler Reichführerin de la Unión de Mujeres Nacionalsocialistas,
fue una de las principales caras femeninas del régimen con su aspecto severo
y virtuoso, cumplidora y al mismo tiempo garante de los ideales para la mujer
de los nazis. Su divisa era: “La mujer alemana tiene que trabajar y trabajar,
física y mentalmente y debe renunciar a lujos y placeres”.
Tras la guerra los soviéticos la encerraron en un campo de concentración, pero junto a su marido
escapó hasta que en 1948 son vueltos a ser detenidos, esta vez por los norteamericanos, y
condenados a cárcel. Liberada en 1953, vivió holgadamente hasta su muerte, dándole a tiempo a
escribir un panfleto falsamente idílico y pronazi en 1978: la mujer en el Tercer Reich.
Leni Riefenstahl (1902-2003)
La directora predilecta de los nazis, al menos de Hitler porque Goebbels la
aborrecía, es autora de los primeros documentales propagandísticos del
régimen: Victoria de fe (1933), El triunfo de la voluntad (1935) y Olympia
(1938). Creadora del uso de la imagen como medio de manipulación de las
masas. Poco a poco sin embargo se fue distanciando del poder, lo cual no fue
óbice para ser enjuiciada tras la guerra en los procesos de desnazificación y
caer en el ostracismo, pasando bastantes estrecheces económicas. A pesar de ello será una
trabajadora incansable.
A partir de los años setenta la Riefenstahl emerge con algunos reportajes fotográficos de interés,
en especial el dedicado a los nuba, tribu de Sudán.
Hanna Reitsch (1912-1979)
En la película El hundimiento, que relata los últimos días de un Hitler enfermo,
decrépito y demente en el búnker de la cancillería, aparece una mujer tan
heroica como fanática que, aviadora como era, burla el asedio soviético para
rendir la última pleitesía a su Fürher. Esta mujer era Hanna Reitsch.
Temeraria piloto de avión –recibió la cruz de hierro por algunas de sus osadas
acciones-, era una convencida nacionalsocialista, aunque nunca se afilió al partido. Tras la guerra
fue encarcelada por los aliados. Liberada, se nacionalizó austriaca porque entendía que en
Alemania se la discriminaba por sus ideas políticas.
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Entrevista (en inglés) en YouTube
Kitty Schmidt (1882-1954)
Madama del burdel de Berlín que ordenó abrir Reinhard Heydrich en 1930
para el “descanso” de los directivos de las SS y al mismo tiempo centro de
espionaje de la siniestra “bestia rubia”. Veinte prostitutas estaban
entrenadas en técnicas de escuchas y espionaje bajo el mando de Kitty.
Tras la guerra no fue encausada por su relación con el nazismo –el local había sido destruido
durante un bombardeo en 1944-.
Zarah Leander (1907-1981)
Esta discreta actriz sueca, que tuvo que marchar a Viena para darse a conocer,
se convirtió en los años treinta en la más famosa artista de la Alemania nazi;
utilizada por Goebbels para tratar de contrarrestar la figura incomparable de
Marlene Dietrich.
La imagen y voz de Leander estaría presente en todos los hogares alemanes
durante años, aunque nunca se afilió al partido nazi. En 1943 tras ser bombardeada su lujosa villa
–lugar de fastuosas fiestas en la época de esplendor- abandonó precipitadamente Alemania y ya
nunca tendría el éxito en el cine del tiempo del Reich.
Escuchar una actuación de Zarah Leander cantando
Otras mujeres relevantes durante el régimen nazi fueron:
Carin Göring (1888-1931): primer mujer de Hermann Göring, de origen sueco
y que durante
tiempo simbolizó el ideal de mujer nórdica y convencida
nacionalsocialista cuando todavía los nazis no habían llegado al poder:
“pongo toda mi esperanza en Hitler”, declarará. Murió de un ataque cardiaco
poco después de hacerlo su madre de tuberculosis.

Olga Chejova (1897-1980): actriz rusa de origen alemán que frecuentaba y
era admirada por los círculos nazis, en especial tanto por Goebbels como
por Hitler, que apreciaban su porte aristocrástico. Tras la guerra se especuló
sobre su condición más que probable de espía para la Rusia soviética.

Marika Rökk (1913-2004): actriz de origen húngaro que se transformó en
una de las primeras estrellas de cine de la Alemania nazi, casi al nivel de
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Zarah Leander. Como anécdota, protagonizó la primera película alemana de color: Las
mujeres son mejores diplomáticas.

Henriette Von Schirach (1913-1992): esposa de Baldur Von Schirach, líder
de las juventudes Nazis, y una nacionalsocialista convencida después de
que Hitler visitase y conociese a sus padres desde los años veinte. En 1980
publicó unas Anécdotas en torno a Hitler. Una de las pocas personas que
nunca ocultó que sabía del plan de deportación y exterminio de los judíos.

Unity Midford (1914-1948): prima de la esposa de Churchill, Unity fue la
díscola de la familia, admiradora de Hitler y junto a Oswald Mosley dirigente
de la organización Unión Británica de Fascistas. Afiliada al partido nazi,
posiblemente se enamoró de Hitler –criticaba continuamente a Eva Braun-
pero este la utilizó para tratar de ganar adeptos en Gran Bretaña. Con el inicio de la guerra y
la confrontación entre ingleses y alemanes, Unity se intentó suicidar dispárandose en la
cabeza, sobrevivió con graves secuelas y nueve años después fallecería.
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PARA SABER MÁS…
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LAS MUJERES DE HITLER
¿Cómo alguien podía quedar cautivado por una persona que perdía fácilmente los nervios,
desequilibrada y físicamente alejada del ideal nórdico de belleza? Y sin embargo muchas mujeres
quedaron prendadas de Adolf Hitler, seducidas quizás por su
carácter histriónico y exageradas formas. Tal vez le veían como un
guerrero romántico, cuando lo cierto es que era un misógino
acérrimo, con dificultades serias para mantener una relación con
una mujer y una sexualidad problemática, aunque él acertaba a
decir que solamente estaba casado con su patria.
En muchas manifestaciones de adhesión al régimen se veía una inmensa mayoría de mujeres,
extasiadas ante el paso del Fürher, llegando en algunos casos a regalarle objetos de valor –como
Helene Bechstein, que le compraría una limusina de lujo por
valor de 26.000 marcos-, mientras Hitler las utilizaba de manera
propagandística; el déspota opinaba que “una mujer que se
mete en política me parece un espanto” o “mala cosa cuando
una
mujer
empieza
a
pensar
en
las
cuestiones
existenciales”. Hitler en privado llegó a equiparar a las
mujeres con retrasados mentales necesitados de corrección,
protección y ayuda.
No obstante muchas fueron las mujeres que influyeron en el comportamiento del dictador,
empezando por su propia madre y terminando por su esposa –al menos por un día- Eva Braun,
junto a la que terminaría suicidándose. Estas son algunas de esas mujeres de Hitler:
Klara Hitler (1860-1907)
La protectora y cariñosa madre del dictador era el contrapeso a la rigidez del
padre, Alois Hitler. Ello significó que a la muerte de este en 1903 consintiera
todas las veleidades del entonces joven Adolf: el abandono de sus estudios y
sufragarle los pagos de su viaje a Viena con la excusa de aprender pintura. La
enfermedad y muerte por cáncer de Klara traumatizó a Hitler, que conservaría
siempre un tierno recuerdo de la madre, quizás el único sentimiento de afecto hacia una mujer.
Paula Hitler (1896-1960)
La única hermana de Adolf –otros cuatro niños del matrimonio Hitler morirían
antes de llegar a la mayoría de edad- nunca gozó del aprecio de este. Desde
la muerte de Klara en 1907 prácticamente no se verían más e incluso Hitler le
sugirió que se cambiase el nombre a Wolf. Paula nunca fue afiliada al partido
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nazi, pero recibió ayudas económicas de su hermano.
Al finalizar la guerra fue desposeída de sus bienes y tuvo que vivir de la caridad de sus amistades.
No se casó nunca. No obstante, ante las tropas norteamericanas declaró: "...El destino final de mi
hermano me afectó muchísimo. Él fue mi hermano, no importa qué haya ocurrido. Su final me trajo
una indescriptible tristeza como hermana..."
Geli Raubal (1908-1931)
Una de las víctimas del carácter cruel de Hitler fue su sobrina Geli. Con ella, a
pesar de que se llevaban 19 años de diferencia, mantuvo una relación afectiva
que terminó con su suicidio; Hitler entonces todavía profundizó aún más en sus
sentimientos misóginos.
De carácter agradable y alegre, la depresión de Geli llegó a su cenit cuando tomó como amante a
Emil Maurice, chófer de Hitler. Enloquecido de celos, éste expulsó a Emil y encerró prácticamente
las veinticuatro horas del día a Geli, que no lo pudo soportar.
Winifred Wagner (1897-1980)
Viuda de Siegfried Wagner –hijo del compositor Richard Wagner- durante
tiempo se pensó que sería la esposa de Hitler, al que idolatraba. Serán
íntimos amigos hasta el final de la guerra.
Winifred convirtió durante años el Festival de Bayreuth, del que era
encargada, en una fiesta del nazismo y un acto de propaganda política. Tras
la guerra fue enjuiciada como colaboradora de Hitler, del que nunca se
desmarcó, declarando orgullosa: “era él, no el partido, lo que me atraía”.
Christa Schroeder (1908-1984)
Frau Schroeder fue la secretaria personal de Hitler de 1933 a 1945.
Aceptada por el propio Hitler en un proceso de selección junto a otras
muchas candidatas. Su compromiso con un diplomático yugoslavo fue
cortado de raíz por el Fürher, al que no gustaba el pretendiente. En abril de
1945 Hitler la envió a Berchtesgaden para destruir documentación, pero fue
interceptada y detenida por las tropas norteamericanas. Siendo liberada en 1948.
Traudl Junge (1920-2002)
Perteneciente a la Liga de Muchachas Alemanas, de filiación nazi, desde 1942
fue secretaria de Hitler. Estuvo en el búnker de la cancillería de Berlín en los
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últimos momentos del régimen, siendo testigo de todo lo que pasó allí dentro, incluyendo los
suicidios de los Goebbels, Hitler y Eva Braun.
Capturada por los soviéticos, fue traspasada a los norteamericanos y liberada en 1947. En 1981
escribió sus memorias, parte de las cuales se usaron para el guión de la película El hundimiento
sobre los últimos días de Hitler.
Última entrevista a Traudl Junge (2002)
Angela Raubal (1883-1949)
Medio hermana de Hitler (hija de Alois Hitler y su segunda esposa Franziska
Matzelsberger), cuando aquél fue confinado en 1924 en Lansberg por el fallido
putch de Munich, Angela le visitó asiduamente y se inició una cierta amistad.
Posteriormente sería guardesa del Berghof y el Obersalzberg, residencias de
Hitler.
Enemiga de Eva Braun, finalmente fue trasladada a Dresde donde pasó casi toda la guerra. Ya en
1945 Hitler quiso que fuera al Berchtesgaden para destruir documentos junto a su secretaria. Fue
detenida por los soviéticos, declarando siempre a favor de su hermanastro.
Eva Braun (1912-1945)
La pareja y esposa por un día de Hitler le conoció en 1929 en el estudio de
Heinrich Hoffman, fotógrafo personal de aquél, cuando trabaja como asistente
y era una simpática adolescente. Tras la muerte de Geli Raubal poco a poco
se fue encariñando de Hitler y este de ella, a pesar de la oposición de su
familia.
Alegre, risueña y de carácter despreocupado, Hitler la ocultó en sus apariciones públicas en
Berlín, Munich o el Berghof, mientras la dejaba hacer en sus reuniones privadas. Se la puede ver
en algunas grabaciones disfrutando del momento junto a Hitler y sus colabores inmediatos,
aunque en general era desdichada con la falta de atención en semanas o meses de aquél,
además de la enemistad de personajes como Martin Bormann, Magda Goebbels o Angela Raubal.
Su hermana menor Gretl fue también admitida al círculo del Fürher y casada con un oficial de
enlace SS, Hermann Fegelein, que siempre le fue infiel.
Con el búnker de Berlín en 1945 a punto de ser tomado por las fuerzas soviéticas, Hitler y Eva
Braun se casaron ante notario el 29 de abril y un día después ambos se suicidarían, siendo sus
cuerpos parcialmente incinerados con gasolina.
Eva Braun en la intimidad de Hitler
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UN DOCUMENTAL: LAS MUJERES DE HITLER
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PARA SABER MAS…
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UN EXTREMO: FANÁTICAS
El lado propagandístico del papel de la mujer en la sociedad nazi lo van a ejercer, como hemos
visto, las esposas y familiares de los jerarcas, empezando por Hitler y acabando por cualquier
oficial SS anhelante de esa familia modelo custodiada por la mujer-madre.
Como ocurre en muchos órdenes de la vida, toda posición ideológica tendrá sus extremos y el
nazismo no fue ajeno a ello. Hablar del extremo del
nazismo puede resultar chocante, pero las Eva Braun,
Magda Goebbels o las Emma Göring eran las caras
públicas, bonitas y civilizadas del régimen. En otro
estadio social estaban las clases medias y bajas,
convencidas de mejorar su estatus con la llegada al
poder
de
izquierdistas
Hitler,
y
fanáticamente
judíos,
fervientes
contrarias
a
nacionalistas.
Algunas de las mujeres pertenecientes a este segmento van a engrosar las filas de las SS –aquí
sí aceptadas…- para realizar el trabajo más sucio posible: el del exterminio de sus semejantes.
Se calcula que más de 3.000 mujeres fueron guardianas de los campos
de Auschwitz, Majdanek y principalmente Ravensbrück, campo
reservado en su mayoría a las mujeres. Muchas de estas guardianas
desempeñarán su labor con crueldad, sadismo e inquina, rivalizando
con sus homólogos masculinos. A diferencia de estos, las guardianas
eran en su mayor parte nacionalsocialistas voluntarias reclutadas
mediante anuncios en la prensa. La enseñanza para desempeñar tal
labor duraba un mes aproximadamente, en cuatro bloques:

Instrucción física.

Ideario nacionalsocialista y denigración de la historia de Weimar.

Tratamiento y castigo a prisioneros (lindando el sadismo en ocasiones).

Técnicas para prevenir sabotajes y boicots de producción.
Con la derrota alemana muchas fueron capturadas y juzgadas por los Aliados, pero un porcentaje
más alto consiguió huir y esconder su pasado. Algunas guardianas que alcanzaron triste fama por
su comportamiento delirante fueron:
María Mandel (1912-1948)
La “bestia de Auschwitz” se calcula que mandó a la muerte a más de medio
millón de mujeres. Prescribía crueles castigos y se dedicaba a asesinar por
placer. Algunos testigos la señalan esperando en el portón del campo de
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Birkenau, el prisionero que osase mirarla era liquidado sin más; a otros los usaba como mascota
antes de enviarles a la cámara de gas. Fue la encargada de crear la macabra orquesta de
Auschwitz que acompañaba con su música la vida de los presos.
Apresada tras la guerra, fue juzgada y ejecutada en Polonia en 1948 por crímenes contra la
humanidad.
Dorothea Binz (1920-1947)
Trabajaba en la lavandería de Ravensbrück donde se hizo tristemente famosa
por sus torturas y la crueldad de sus métodos, llegando en un éxtasis homicida
enloquecido a matar a hachazos a mujeres embarazadas. Capturada y juzgada
tras la guerra, fue ejecutada en 1947.
Ilse Koch (1906-1967)
La “perra de Buchenwald” era la esposa de Kart Koch, comandante sucesivo
de los campos de exterminio de Buchenwald y Majdanek. Fue conocida por su
afición a quedarse como coleccionista los tatuajes de la piel de los asesinados,
con los que además hizo varios objetos de decoración de su casa.
Ella misma torturaba en ocasiones a los presos de forma sádica. Capturada por
los norteamericanos, se la juzgó y condenó a cadena perpetua. En 1967, en la cárcel de Aichach,
se suicidó ahorcándose con unas sábanas.
Irma Grese (1923-1945)
La “bestia bella” o el “ángel de la muerte” era una joven supervisora de varios
campos de exterminio conocida por su brutalidad. Su padre, furibundo antinazi,
la expulsó de casa cuando supo que se había enrolado en las SS femeninas.
Abusos sexuales, palizas hasta la muerte, incitar a los perros a devorar a
presas vivas y asesinato de niños la llevaron finalmente a la horca, tras ser
juzgada en 1945. Irma fue también conocida por mantener varias relaciones tanto con hombres –
Mengele se encuentra entre ellos- como mujeres en los campos donde estuvo.
Juana Bormann (1893-1945)
Supervisora de campos de exterminio “para ganar dinero” según declaró en el
juicio posterior, Juana o “la mujer de los perros”, como la llamaban sus
aterradas víctimas, tenía un tratamiento implacable con las presas, a las que
torturaba o asesinaba personalmente soltando su enorme perro lobo. Fue
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juzgada y ejecutada en 1945.
Elisabeth Völkenrath (1919-1945)
Supervisora de campo asignada finalmente a Auschwitz, siendo una de las
más destacadas a la hora de seleccionar a víctimas para las cámaras de gas.
También se documentaron tres ahorcamientos ordenados directamente por
ella, así como diversas torturas. En 1945 tras intentar huir fue detenida por los
británicos, juzgada y ejecutada junto a Joseph Kramer –comandante de
Bergen-Belsen- e Irma Grese.
Johanna Langefeld (1900-1974)
Después de trabajar en un reformatorio para mujeres, en 1937 Johanna se
afilió al partido nazi y fue enviada como guardiana a Ravensbrück y Auschwitz.
Aquí seleccionaría a las víctimas, mujeres y niños, para las cámaras de gas. La
prisionera Margarete Buber-Neumann, que escribiría su autobiografía, fue su
asistenta. Langefeld simpatizó con los presos
y fue arrestada por las SS,
siendo expulsada y enviada a trabajar a la BMW en Munich.
Tras la guerra, a pesar de tener abierta una orden de detención, consiguió vivir junto a su
hermana sin mayores problemas.
Herta Bothe (1921-)
Destacada en los deportes, Herta fue reclutada en 1942 como guardiana del
campo de Sttuthof, donde sería conocida como “la sádica”, posteriormente en
Bergen-Belse supervisará las llamadas marchas de la muerte. Se quejó de
dolor de espalda y miedo a contraer el tifus cuando fue obligada, junto a otras
guardianas, a acarrear centenares de cadáveres por parte de los Aliados.
Encarcelada tras la guerra, fue liberada en 1951 y cambió su nombre a Herta Lange. En 2008 fue
entrevistada: “¿Cometí un error? no. El error fue el campo de concentración, pero yo tenía que
hacerlo”. Aún sigue viviendo.
Video con entrevista a Herta Bothe.
Otro tipo de fanatismo era el de los colonos alemanes reasentados en propiedades robadas a sus
legítimos propietarios, en especial en el este considerado por los nazis su “espacio vital”. Pocos
de estos colonos se plantearon la justicia y el precio que otros habían corrido para que ellos
tuvieran su propiedad.
Baste como ejemplo la escalofriante entrevista que Claude Lanzmann realiza a Martha
Michelsohn, esposa de un maestro alemán nazi reasentado cerca de Chelmno y que asistió con
20
toda la normalidad del mundo a las deportaciones de judíos para ser asesinados o veía a éstos
encadenados –niños y mujeres- y trabajando como esclavos de sus supuestos amos alemanes.
Marta Michelsohn – Chelmno (Memorial del Holocausto, Estados Unidos)
PARA SABER MÁS…
21
OTRO EXTREMO: VÍCTIMAS Y DISIDENTES
La cara opuesta al ideal de mujer nazi lo constituyeron aquellas que no encajaban en dicho
canon. Una ideología como la nacionalsocialista necesitaba la imagen de un enemigo permanente
que justificara su radicalismo, segregación y, en suma, su demencia. La visión sobre la mujer
tampoco será ajena, persiguiendo a aquellas consideradas enemigas por dos motivos principales:

Racialmente inferiores o infrahumanas: judías, gitanas, eslavas, etc… En el caso de las
judías, las Leyes de Nuremberg (1935) prohibían los matrimonios mixtos, a los judíos
contratar doncellas alemanas menores de 45 años, penalizaba las cohabitaciones y
relaciones entre mujeres judías y hombres arios –con fuertes multas, cárcel y hasta la
muerte en caso de reincidencia-, etc…

Racialmente toleradas, pero que por disidencia política o ideológica eran contrarias al
régimen: izquierdistas, religiosas de diversas confesiones o simplemente antinazis.
Por supuesto el lesbianismo será perseguido y la atrocidad llegará
a asesinar mediante un programa de eutanasia “por motivos
humanitarios” (llamado en clave Aktion T4), junto a niños
malformados, a muchas mujeres discapacitadas o consideradas
“improductivas”: Tom Lampert en su libro Una sola vida: ocho
historias de la guerra nos relata el caso real de una joven judía
perfectamente normal pero socialmente inadaptada que acabó
siendo asesinada en dicho programa.
Con el estallido de la guerra la actitud
de los nazis con las poblaciones
vencidas será en su mayoría de absoluta inhumanidad. Las mujeres
serán consideradas el eslabón más bajo de los conquistados, por lo
general, sobre todo en el este, aptas únicamente para trabajar para
sus conquistadores, prostituirse y al final ser asesinadas. Malaparte
en Kaputt, una serie de relatos como corresponsal de guerra en el
frente del este, nos habla de las redadas de los soldados alemanes en
los pueblos para surtirse de jóvenes para el burdel. Explotadas hasta
la extenuación durante algunas semanas, eran liquidadas sin más y
vuelta a otra redada. Mientras, las mujeres de los alemanes vivían a todo lujo, en especial en el
Gobierno General de Polonia, donde en sus palacetes recreaban sus Camelots entre la miseria y
muerte del resto de la población
En los campos de exterminio la selección del número de mujeres con el fin de ser directamente
asesinadas en las cámaras de gas será superior al de hombres por la simple razón de que no
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podían trabajar al nivel de estos y al mismo tiempo “acarreaban” a niños pequeños y ancianos,
todo un estorbo en la mentalidad criminal nazi. Los testimonios son innumerables, para desgracia
de negacionistas (www.lecturasdelholocausto.com).
Algunas de las disidentes más conocidas que se opusieron al nazismo o ayudaron a salvarse a los
perseguidos:
Margarete Buber-Neumann (1901-1989)
La historia de esta superviviente no parece pertenecer a la realidad. Comunista y
casada en primeras nupcias con el judío alemán Martin Buber y posteriormente
con el dirigente comunista Heinz Neumann. Junto a este se vio obligada a huir a
Moscú huyendo de la persecución nazi, pero en 1937 Neumann fue asesinado en
la Gran Purga de Stalin y Margarete detenida. El pacto nazi-soviético de 1939 hizo
que la deportaran a manos de la Gestapo al campo de Ravensbrück, donde consiguió sobrevivir
trabajando como esclava para Siemens y la supervisora Johanna Langefeld.
Sophie Scholl (1921-1943)
Joven disidente alemana que acabó siendo ejecutada junto a su hermano por los
nazis tras realizar propaganda en contra del régimen y la guerra (movimiento La
Rosa Blanca). Su actitud heroica y digna durante la farsa de juicio conmovieron
incluso a sus verdugos, que sin embargo no dudaron en asesinarla. Un ejemplo
de lucha por la dignidad humana alejada del militarismo y los intereses personales
de la operación Valkiria, que un año después de ser ejecutada Sophie presentó a Stauffenberg y
sus coaligados como auténticos héroes.
Hilde Meisel (1914-1945)
Poetisa, escritora y periodista de tendencia socialista, cuando Hitler llegó al poder
se encontraba en Inglaterra, desde donde hizo una trabajada campaña contra el
nazismo. En 1944 decidió retornar a Alemania para seguir su labor de oposición
clandestinamente en un grupo antinazi. Cuando volvía a cruzar la frontera a Suiza
fue descubierta por una patrulla de las SS, la dispararon y se desangró antes de
poder alcanzarla.
Erika Mann (1905-1969)
Hija del escritor Thomas Mann, ella misma escritora y actriz. Su homosexualidad
y tendencias izquierdistas la hicieron ser una de las principales mujeres
indeseables para el nazismo. Todavía en 1933 contribuyó a abrir el cabaret El
23
molinillo de pimienta donde compuso muchos números musicales y humorísticos antifascistas.
Obligada a exiliarse junto a toda su familia, se casó con el poeta homosexual inglés W.H. Auden
para obtener la nacionalidad británica. Aunque no convivían juntos, sí que colaboraron siempre
combatiendo la ideología nazi a través de diferentes obras y conferencias. En 1949 su hermano
Klaus se suicidó ante la persecución del FBI por su homosexualidad e izquierdismo, Erika quedó
traumatizada y dedicaría el resto de su vida a ayudar a su padre, desde Zurich, a publicar su
monumental obra.
Elisabeth Von Thadden (1890-1944)
Otro caso digno de admiración fue el de esta comprometida opositora al régimen
nazi, más cuando ella misma provenía de la rancia y conservadora aristocracia
prusiana.
Pedagoga,
luchó
contra
el
régimen
de
Hitler
en
distintas
organizaciones. La Gestapo le clausuró la escuela por actividades antinazis,
pero Elisabeth se unió al movimiento Círculo de Solf, siendo finalmente delatada,
arrestada y deportada a Ravensbrück. Tras meses de torturas fue enjuiciada y
ejecutada en Berlín en septiembre de 1944.
Hanna Solf (1887-1954)
Perteneciente a la burguesía industrial alemana, Hanna Solf fue una
convencida antinazi que fundó un movimiento clandestino de resistencia en
torno a su casa de Berlín: consiguieron evitar deportaciones y esconder a
numerosos judíos y opositores. En una reunión en septiembre de 1943 el
Círculo de Solf fue delatado por un agente de la Gestapo infiltrado. Ejecutaron a
todo el movimiento, excepto a Hanna y a su hija que huyeron, aunque más tarde fueron detenidas
y llevadas a Ravensbrück. Ambas morirían prematuramente tras la guerra por los maltratos
padecidos aquí, dándole tiempo a Hanna para testificar contra los nazis en Nuremberg.
Lilo Hermann (1909-1938)
Joven comunista, estudiante de química y biología. En enero de 1933 ante el
ascenso de Hitler al poder escribió una Llamada para la defensa de los
derechos democráticos y las libertades y trabajó en un movimiento clandestino
antinazi en la universidad de Berlín y la ciudad de Stturgart. En 1935 fue
arrestada por la Gestapo y condenada a muerte por “traición y conspiración”,
sentencia que se cumplió el 20 de junio de 1938 junto a la ejecución de otros
jóvenes opositores ese mismo día.
24
Edith Stein (1891-1942)
Intelectual y filósofa judía alemana que se convirtió al catolicismo y tomó los
hábitos en 1922. Escribirá sobre la condición de la mujer, la pedagogía y la
filosofía de Santo Tomás de Aquino. Con la llegada de los nazis al poder, ante el
temor de represalias, es enviada a Holanda, pero como venganza por una
pastoral de los obispos holandeses contrarios a la deportación de los judíos, ella
misma será detenida, deportada y asesinada en Auschwitz en el verano de
1942.
Johanna Kirchner (1889-1944)
Miembro del Partido Socialdemócrata alemán, trabajó para el reconocimiento
de los derechos de las mujeres desde que era joven. Opositora al régimen de
Hitler, desde 1933 militó en movimientos clandestinos. Desde París organizará
la resistencia al nazismo desde el ya prohibido SPD alemán en el exilio a través
de panfletos y propaganda. Ayudó a escapar a muchos opositores y judíos del
Reich, pero finalmente fue arrestada por la Gestapo y encarcelada en Cottbus.
Desde la cárcel se sumó al movimiento clandestino Orquesta Roja. Descubierta, fue asesinada en
la prisión Plötzensee de Berlín. Dejó escrito a su hijo: “Muero y lo sé. No llores por mí. Creo en un
futuro mejor para ti”.
Libertas Schulze-Boysen (1913-1942)
Afiliada al partido nazi en 1933, cuando conoció al que sería su marido Harro
Schulze-Boysen lo dejaría y empezaría a trabajar en el Ministerio de
Propaganda, pero sacando información para el movimiento clandestino antinazi
Orquesta Roja. La Gestapo detuvo a su marido y sonsacó información a
Libertas, sumida en una profunda depresión. Finalmente fue ejecutada junto a
aquél días antes de la Navidad de 1942. Recientemente la anatomista e
investigadora Sabine Hildebrandt ha demostrado que quince minutos después de su ejecución el
cuerpo fue llevado al laboratorio del macabro anatomista nazi Hermann Stieve para hacer
experimentos.
Eva-Marie Buch (1921-1943)
Joven miembro del grupo antinazi Orquesta Roja, trabajaba en una librería
cuando fue arrestada en el invierno de 1942, siendo ejecutada en agosto de
1943. La prueba principal para el juez nazi fue que se le encontró un panfleto
antinazi que era evidente que ella no había escrito, pero que valientemente Eva
se lo atribuyó para proteger al resto de compañeros del movimiento clandestino.
Sus padres apelaron directamente a Hitler, pero el mismo dictador también
25
personalmente desestimó su indulto.
Mildred Fish-Harnack (1902-1943)
Historiadora y escritora norteamericana que junto a su marido Arvid Harnack
pertenecían al movimiento antinazi Orquesta Roja. En 1941 avisaron a los
soviéticos del proyecto de invasión nazi en clave Operación Barbarroja, aunque
no les prestaron casi oídos. Interceptados sus mensajes por la Gestapo, el
grupo fue arrestado, entre ellos Arvid y Mildred. Él fue inmediatamente
ejecutado y Mildred sentenciada a prisión. Hitler le cambió la condena de prisión a la de muerte y
también fue ejecutada en febrero de 1943.
Gertrud Seele (1917-1945)
Enfermera berlinesa que estando al servicio del auxilio social nazi ayudó a
salvarse de la deportación a muchos judíos. Finalmente descubierta, en 1944
fue arrestada por la Gestapo. Acusada de derrotista y minar la moral del
pueblo, un tribunal nazi la condenó a muerte en enero de 1945. Es considerada
Justa entre las Naciones.
Irena Sendler (1910-2008)
Enfermera católica polaca conocida como el Ángel del Gueto de Varsovia. Se
calcula que ayudó a salvarse a más de 2.500 niños judíos de morir asesinados
por los nazis ya que tenía salvoconducto para entrar y salir del gueto.
Reconocida como Justa entre las Naciones y candidata al Premio Nobel de la
Paz en 2007 (lo ganó Al Gore…). En octubre de 1943 fue detenida y torturada
por la Gestapo, la Resistencia consiguió liberarla de una muerte segura. “Fui
educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar
su religión o su nacionalidad”.
Marlene Dietrich (1901-1992)
Si alguien fastidió a los nazis por abandonar Alemania y renegar del
nacionalsocialismo fue Marlene Dietrich, genuina representante de la mujer
sofisticada y fatal alemana que se exilió a Estados Unidos y adquirió la
nacionalidad estadounidense. Antinazi convencida, con sus declaraciones e
iniciativas ayudó a combatir el régimen de Hitler; cantaba para las tropas
aliadas y es célebre por su Lili Marleen, que curiosamente en Alemania trataba
de censurar Goebbels, de modo infructuoso.
26
RAVENSBRÜCK
PARA SABER MÁS…
Hemos oído hablar de los campos de exterminio
nazis en donde se asesinaba por igual a hombres y
mujeres: Auschwitz, Birkenau, Treblinka, Majdanek,
Chelmno, Bergen-Belsen y un desgraciado etcétera.
Ravensbrück era un campo de exterminio más, pero
con la peculiaridad de que sus verdugos y víctimas
eran mayoritariamente femeninas. La idea era que
fuera un centro para mujeres y llevado por mujeres,
pero los comandantes del campo siempre fueron
hombres de las SS.
Estaba situado 90 kilómetros al norte de Berlín y se
calcula que llegó a acoger a unas 150.000 personas.
A finales de 1944 se construyeron las cámaras de
gas. En total fueron asesinadas en Ravensbrück
más de 90.000 personas.
Dentro del campo la empresa Siemens tenía un
taller donde trabajaba mano de obra esclava, que
era la que sustentaba el sistema de producción nazi.
Palizas, torturas, sádicos asesinatos y atroces
experimentos médicos eran comunes y diarios.
Finalmente el 30 de abril de 1945 el campo entraron
los soviéticos en el campo.
↑ El periodista Christian Bernadac (1937-2003) fue uno de los
primeros autores en ocuparse de las mujeres en los campos
de exterminio, en una trilogía publicada en los años 70.
27
PARA SABER MÁS…
28
29
DESPUÉS: REPRESIÓN Y MEMORIA
La mujer alemana, por encima de ancianos y niños, fue la parte de la sociedad que más sufrió con
la derrota del Reich ante los Aliados y especialmente los soviéticos desde el este. Muy a su pesar
porque la inmensa mayoría habían vivido en un régimen dictatorial y represivo, degradando su
condición de ser humano. Los nuevos “liberadores” soviéticos, llenos
de rabia y odio ante las atrocidades cometidas por los alemanes
anteriormente, tuvieron una sistemática política de violaciones y
asesinatos de mujeres como eje de su actuación, la mayor parte de
las veces aceptadas por los superiores, impotentes para impedir
semejantes prácticas. Las riadas de desplazados del frente, mujeres,
ancianos, niños, soldados derrotados contemplaban con pánico la
llegada de los rusos y trataban de pasar al lado controlado por los
Aliados.
Con la definitiva finalización del conflicto, las minorías de población
alemana en otros países como Polonia, Rumanía, Ucrania o
Checoslovaquia sufrirán el hostigamiento del resto, con muchas cuentas
pendientes de saldar. De nuevo las mujeres serán las víctimas preferidas de
los exaltados. Igual ocurrirá en el caso de las colaboracionistas: ante los
ojos de la sociedad las mujeres que congeniaron con los nazis eran
culpables y sufrieron las consecuencias en forma de ejecución o
humillaciones públicas (como las de raparles el pelo al cero y expulsarlas de
sus casas en Francia). Sin embargo, estas represalias fueron injustas para
aquellas mujeres que habían tenido que convivir con los alemanes por una
mera cuestión de supervivencia.
También tenemos el recuerdo. Miles de mujeres supervivientes del horror nazi quedaron
permanentemente traumatizadas ante la experiencia vivida. Sus relatos nos han llegado en forma
de biografías, memorias, investigaciones o documentales.
Muchas tuvieron que reiniciar su vida tras haber perdido a toda
su familia (padres, maridos, hijos, etc…), otras sufrieron las
secuelas de los maltratos recibidos y jamás se recuperarían.
Muchas de ellas ya no podrían ser madres nunca, debido a los
experimentos atroces efectuados, políticas de esterilización o las
torturas recibidas. Se descubren o reeditan diarios y escritos de
víctimas. El más famoso de ellos el diario de una joven judía
asesinada en Bergen-Belsen: Ana Frank (1929-1945, foto), cuya emotividad ha llegado a los
corazones de medio mundo.
30
Hubo también mujeres que se dedicaron a reflexionar sobre aquellos acontecimientos e incluso
fueron autoridad importante a la hora de investigar y comprender la magnitud de lo que supuso el
Holocausto, sus consecuencias y el carácter de víctimas y verdugos. Tal es el caso especialmente
de Hannah Arendt.
Hannah Arendt (1906-1975)
Una de las principales filósofas del siglo XX, pensadora y divulgadora de los
estudios del Holocausto, del que ella misma se salvó al huir de Alemania en
1933 tras pasar un mes encarcelada por su condición de estudiante judía.
En 1951 se nacionalizó estadounidense, siendo por lo tanto apátrida
durante casi veinte años (la Alemania nazi quitaba la ciudadanía a los
judíos).
Sus estudios sobre el totalitarismo y en general la filosofía existencial son
manuales de cabecera hoy día. Como fundamental también es su colección de artículos sobre el
juicio a Adolf Eichmann en Israel (1961), al que asistió como reportera, reunidos en el volumen
Eichamnn en Jerusalén. En esta obra defiende lo que llama “la banalidad del mal”, posición
atacada por otros pensadores e investigadores sobre el Holocausto como Raul Hilberg, y que lo
resumía como un inmenso “asesinato en masa administrativo”.
Fue muy crítica también con el papel jugado por los propios judíos durante
el Holocausto, en especial los consejos judíos de los guetos al servicio de
los amos alemanes.
Escribió un gran número de ensayos filosóficos que giraron en torno al
antisemitismo, la violencia o lo que constituye una democracia en una
sociedad de masas. Ensayos todavía muy actuales. Una película reciente
(Hannah Arendt, dirigida por Margarthe Von Trotta, 2012) indaga en la vida
de Arendt en los años sesenta, cuando asistió y reflexionó sobre el juicio a Eichmann.
Eichmann en Jerusalén: papeles de Hannah Arendt conservados en la Library of Congress
Trailer película Hannah Arendt
DOCUMENTAL: CAPTURA Y JUICIO A EICHMANN (1961)
Clic aquí
31
PARA SABER MÁS…
32
HANNAH ARENDT…
33
34
Testimonios publicados de mujeres judías (Concha Díaz
Berzosa, Asociación Amical-Mauthausen). Enero 2015.

“Los muertos perdidos. Una memoria de familia”, Lisa Appignanesi, Península 2007

“Alicia, la historia de mi vida” Alicia Appleman-Jurman, Alba 2010

“Más allá de estos muros” Janina Bauman, Kailas 2008

“Olga Benario la roja inolvidable” Ruth Werner, Txalaparta 1995

“El gueto de Varsovia. Diario 1939-1944” Mary Berg, Sefarad 2010

“Diario 1942-1945” Helene Berr, Anagrama 2009

“Ante el Fuego” Trudi Birger en colaboración con Jeffrey M. Green, Aguilar 2000

“Sin Flores ni Coronas” Odette Elina, Periferia 2008

“Tregua para la orquesta” Fania Fenelon, Noguer 1981

“Diario y Cuentos” Ana Frank, Plaza y Janes 1973

“¿Quién era Ana Frank?” Mirjam Pressler, Muchnik 2001

“Mi amiga Ana Frank” Alison Leslie Gold, B 1988

“Una historia vigente. Ana Frank” Casa de Ana Frank 1996

“Me llamo Ana, dijo, Ana Frank” Jacqueline van Maarsen, Marenostrum 2008

“Mis Memorias” Violeta Friedman, Planeta 2005, Fcje & Fundación Violeta Friedman &
Hebraica Ediciones 2011

“Quería volar como una mariposa. La historia de Jana Gofrit” Naomi Morgenstern, Yad
Vashem 1998

“La niña de los tres nombres” Tami Tem-Tov y Nili Gore, Emece 2008

“La Cantante del Gueto de Varsovia. Wiera Gran La acusada”
Agata Tuszynska,
Alianza 2011

“Yo no llore” Ida Grispan & Bertrand Poirot-Delpech, Anthropos 2001

“El mundo según Alice Herz-Sommer” Caroline Stoessinger, Zenith/Planeta 2012

“Diario de Etty Hillesum. Una vida conmocionada” Etty Hillesum, Anthropos 2007

“El corazón pensante de los barracones. Cartas”, Etty Hillesum, Anthropos 2001

“Etty Hillesum. Una vida” Sylvie Germain, SalTerrae 2004

“Esta niña debe vivir. Tres cuadernos 1941-1944”, Helene Holzman, Galaxia Gutenberg
2005

“Mi corazón herido. La vida de Lilli Jahn. 1900-1944”, Martín Doerry, Taurus 2003

“Por nuestra cuenta. Memorias de Miriam Katin” Miriam Katin, Ponent Mon 2007

“La Historia de Ilse. Un viaje hacia la vida desde el infierno nazi”, Ilse Kaufmann y Helena
Pardo, Emece 2002

“Seguir Viviendo” Ruth Kluger, Galaxia Gutenberg 1997

“Calle Ordener, calle Labat” Sarah Kofman, Cuatro 2003
35

“El cuaderno de Rutka Enero-Abril 1943” Rutka Lashier, Suma de Letras 2008

“La Hija de Mendel. Gusta Lemelman Mendel” Martin Lemelman, Norma 2010

“Diario de Bergen-Belsen 1944-1945” Hanna Levy-Hass, Galaxia Gutenberg 2006

“El diario de Ruth Maier. La vida de una joven bajo el nazismo 1933-1942” Ruth Maier,
Debate 2010

“Bajo una estrella cruel. Una vida en Praga (1941-1968)” Heda Margolius Kovaly, Libros
del Asteroide 2013

“El cielo se cae” Lorenza Mazzetti, Periférica 2009

“El humo de Birkenau” Liana Millu, Acantilado 2005

“La Hierba Amarga” Marga Minco, Libros del Asteroide 2007

“La niña de la lista de Schindler” Stella Muller-Madej, Martínez Roca 1996

“Suite Francesa” Irene Nemirovsky, Salamandra 2005

“Aquellos hermosos días de mi juventud” Ana Nova, Destino 2010

“Una Postal de 1939”, Marcella Olschki, Periférica 2012

“Fue el último instante. La vida en el gueto de Varsovia” Teofila Reich-Ranicki y Hanna
Krall, Galaxia Gutenberg 2001

“Tratados como bestias. De una guerra a otra de la Europa Central 1914-1946” Zila
Rennert, El Anden, 2008

“Estrella Amarilla. Memorias de Syvia Perlmuller” Jennifer Roy, Ámbar 2009

“He sobrevivido. Una niña en los campos de exterminio nazis” Agnes Sassoon, Flor del
Viento 2001

“La Séptima Cruz” Anna Seghers, RBA 2007

“La Excursión de las Muchachas muertas” Anna Seghers, Bruguera 2007

“Transito” Anna Seghers, RBA 2007

“Partisanas. La mujer en la resistencia armada contra el fascismo y la ocupación
alemana (1936-1945)” Ingrid Strobl, Virus 1996

“Hay un punto de la Tierra...(Una mujer en el Lager de Birkenau)” Giuliana Tedeschi,
Letranúmero 1996

“Una vida” Simone Veil, Clave Intelectual 2011

“Hetty. Una historia Real” Hetty Verolme, Almuzara 2013

“Nunca jamás...Memorias de una sobreviviente de Auschwitz” Dunia Wasserstrom,
Queromon 1976

“El Diario de Helga. Testimonio de una niña en un campo de concentración” Helga
Weiss, Sexto Piso 2013

“Una hija así quisimos. La historia de Marta Winter” Naomi Morgenstern, Yad Vashem
2008

“Los Maniquíes desnudos 1. Auschwitz” Christian Bernadac, Grijalbo 1974

“Los Maniquíes desnudos 2. Ravensbruck” Christian Bernadac, Grijalbo 1974
36

“Los Maniquíes desnudos 3. Ravensbruck” Christian Bernadac, Grijalbo 1974.
Bibliografía de Testimonios de mujeres no Judías…

“Una mujer en Berlín” Anónima, Anagrama, 2001.

“Ravensbrück. El infierno de las mujeres” Montse Armangou y Ricardo Belis, Belacqva

“El Convoy de los 927” Montse Armangou y Ricardo Belis, Plaza y Janes

“Milena” Margarete Buber-Neumann, Tusquets

“Prisionera de Stalin y Hitler” Margarete Buber-Neuman, Galaxia Gutenberg

“De la resistencia a la deportación. 50 testimonios de mujeres españolas” Neus Cátala,
Península 1984

“Cenizas en el Cielo” Carme Marti, Roca 2012

“La travesía de la noche” Geneviève de Gaulle Anthonioz, Arenas Libros, 2006

“Auschwitz y después I. Ninguno de nosotros volverá” Charlotte Delbo, Turpial 2004

“Auschwitz y después II. Un conocimiento inútil” Charlotte Delbo, Turpial 2004

“Auschwitz y después III. La medida de nuestros días” Charlotte Delbo, Turpial 2004

“El Dolor” Marguerite Duras, Alba, 1999

“La maternidad de Elna. La historia de la mujer que salvo la vida a 597 niños” Assumpta
Montella, Ara Llibres 2007

“La Cicatriz del Humo” Amelia Einat, El Toro de Barro 2003

“La Resistencia. Recuerdo de la Resistencia Paris 1940-1941 La Cárcel. Ocupación
alemana” Agnès Humbert, RBA, 2008

“La Caza de Barbie Altman” Beate Karsfeld, Granica 1973

“Después de medianoche” Irmgard Keun, Minúscula 2001

“Paradero Desconocido” Catherine Kressmann Taylor, RBA 2000

“Día sin Retorno” Catherine Kressmann Taylor, El Aleph 2006

“Los Hornos de Hitler” Olga Lengyel, bajado de internet

“Roja primavera. La madeja del tiempo” Lise London, Ediciones de Oriente y del
Mediterráneo 1996

“Memoria de la Resistencia” Lise London, Ediciones de Oriente y del Mediterráneo 1997

“Un Tren en Invierno” Caroline Moorehead, Circe 2013

“Medallones” Zofia Nalkowska, Minúscula 2009

“Destinada al crematorio. De Argeles a Ravensbrück: las vivencias de una resistente
republicana española” Mercedes Núñez Targa, Renacimiento 2011

“Mujeres bajo el nazismo” Amigos de Ravensbrück y asociación de deportadas e
internadas de la Resistencia, Fontanella 1966

“Embassy y la inteligencia de Mambrú” Patricia Martinez de Vicente, Velecio 2003

“Velódromo de Invierno” Juana Salabert, Alianza 2009
37

“Mujeres contra Hitler. La resistencia femenina contra el régimen nazi” Martha Schad,
Península 2003

“No hay cielo sobre Berlín” Helga Schneider, Salamandra

“El Trauma Alemán” Gitta Sereny, Península 2005

“Desde aquella oscuridad. Conversaciones con el verdugo: Franz Stangl, comandante de
Treblinka” Gitta Sereny, Edhasa 2009

“Una mujer en Birkenau” Seweryna Szmaglewska, Alba

“Los campos de concentración nazis. Palabras contra el olvido” Rosa Torán, Península
2005

“Los Diarios de Berlín (1940-1945)” Marie “Missie” Vassiltchikov, Acantilado 2004.
38

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