nuestros muertos_cbm
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EDITORIAL DIARIO DE XALAPA. DR. CARLOS BRAVO M. 28-10-10 “NUESTROS MUERTOS” El próximo fin de semana, además de un puente largo pues ni escuelas ni oficinas de gobierno trabajan, se revive en nuestro estado, como cada año, el festejo de los días de muertos, los fieles difuntos o todos santos, festividad incluida en en el santoral católico desde el siglo IX por el Papa Gregorio IV. En nuestro México precolombino incluidas otras culturas mesoamericanas, ya existía una celebración para recordar y honrar a los muertos que al morir viajaban al Mictlan para ver al dios Mictlantecutli, quien liberaba al hombre de sus penas y transformaba de acuerdo a la forma de morir, asi los guerreros alzaban vuelo alrededor del sol convertidos en colibríes o mariposas, lo mismo que las mujeres muertas en el parto falleciendo como guerreras y dando vida. Los muertos relacionados con el agua, ahogados,, fulminados por un rayo, por gota o hidropesía, pasaban a un paraíso de eterna primavera para jugar y ser felices, los niños iban al árbol nodriza que goteaba leche para alimentarlos, mientras que los demás, pasaban los nueve mundos del Mictlán, subterráneos y fríos hasta desvanecerse paulatinamente hasta la quietud total. Los españoles habían heredado de los celtas, la tradición de celebrar el 1º. de noviembre como fiesta de fin de año dedicando el mes a las ánimas, así que con la conquista, se amalgamaron las fiestas y culturas que llevaron a la celebración para los difuntos en el mes de noviembre que se hizo tradicionalmente jocosa a partir del siglo XVII, confeccionándose entierritos con figuras humanas hechas de garbanzo y trajes de papel negro o bien figuras de barro, con candelabros de carrizo y adornos blancos. Al paso del tiempo a los altares de las casas familiares se agregaron los dulces de pepita de calabaza moldeados de diferentes figuras, multitud de platillos entre ellos el mole, pan con figura de difunto o adornado de canillas y azúcar, el dulce de calabaza conocido como calabaza en tacha, calaveritas de azúcar, aguardiente y otros licores, cigarros, agua y sal, el platillo preferido del difunto de la casa y sin faltar una enorme variedad de tamales a más de las velas, flores de cempazuchil, imágenes y ahora, las fotos de los difuntos a quienes se honran ese día. Durante el México liberal, llegó a México Dn. José Zorrilla, escritor, poeta y dramaturgo Vallisoletano, que luego recibiera el mecenazgo de Maximiliano quien lo hiciera director del Teatro Nacional y cuya influencia llegara al pueblo, en relación a los muertos, con su obra Don Juan Tenorio, que año con año se representa en diversos teatros de manera decimal tradicional o de manera jocosa y cómica. Así mismo la muerte se hace parte de la música popular y los versillos chuscos que se dedican a los políticos, los amigos y compañeros de escuela o trabajo, conocidos como calaveras. Así nuestra fiesta tiene una larga historia mucho más interesante e importante que la gringada del Halloween, por lo que hay que cultivarla y heredarla a nuestros hijos, pues aunque de manera festiva, tal como se debe ver la muerte que nos permite llegar al reposo, nos hace recordar a nuestros seres queridos que ya partieron, en una fecha especial y con una ofrenda floreada y con ricos manjares, puestos en el altar desde el día 30 y 31 de octubre. Si bien la tradición se conserva en pocos lugares como Patzcuaro Mich., Xochimilco, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche y por supuesto en Veracruz, este fin de semana será el momento propicio para armar el altar, poner las flores y las viandas y si bien con tristeza pero también con cariño, recordar a nuestros muertos cuyas almas llegarán a los hogares esos días especiales para volver a compartir en familia las delicias de la mesa.