Intervención con menores en situación de riesgo en Tánger
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Intervención con menores en situación de riesgo en Tánger
Publicación: Intervención con menores en situación de riesgo social en Tánger (Marruecos). Contextos de calle y escuelas. Autor: David López Gallego, Coordinador del Área de Cooperación Internacional. Asociación para la Integración del Menor PAIDEIA El documento presente pertenece al componente de Intervención con colectivos de mayor vulnerabilidad como son los niños de la calle y los susceptibles a fracasar en el ámbito escolar en Tánger en el marco de los proyectos siguientes: « Promoción de las políticas públicas y fortalecimiento institucional en materia de menores en situación de riesgo social » Referencia 14/2009, financiado por la Comunidad de Madrid. « Programa Integral para menores en situación de riesgo en el Norte de Marruecos » Referencia 09/PR1/05, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. 1 Preámbulo: La intervención con menores en contextos de calle y escuelas es un ámbito de trabajo que la Asociación para la Integración del Menor PAIDEIA y L´Entraide Nationale desarrollan desde el año 2005 con la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional y la Comunidad de Madrid. Surge en el contexto de crear un sistema emergente de protección en Marruecos bajo la estrategia de menores que, gracias a la cooperación internacional, se está llevando a cabo con programas y proyectos en todo el territorio marroquí, como son los centros de protección social y las unidades de protección.1 El trabajo de calle supone un apoyo en la debida y necesaria protección de los menores y su reintegración en contextos normalizados, ya sean derivados a la red de centros de protección social o en su propio domicilio familiar. Para poder hablar de éxito en la intervención, uno de los indicadores principales es el mantenimiento posterior del menor una vez reintegrado en un contexto normalizado. La intervención con menores en la calle supone también la posibilidad de prevenir situaciones de riesgo y vulnerabilidad como son el consumo de sustancias tóxicas, el abuso sexual, el estado de salud, etc. A continuación se presenta este documento técnico que expone el trabajo desarrollado por nuestra entidad en Marruecos en el ámbito de un colectivo con mayor vulnerabilidad como son los menores. 1 CPS Centros de protección social cogestionados por la Entraide Nationale. UPE Unidades de protección social cogestionados por el Ministerio de Desarrollo Social. 2 Contextualización Marruecos es un país que está experimentando un gran desarrollo en sectores como infraestructuras, empresa, comercio y turismo, hecho que provoca el incremento en la movilidad del mercado, el aumento del nivel de vida y una progresiva transformación social y cultural, con una clara tendencia a imitar patrones europeos. En esta situación de cambio constante, el gobierno diseña nuevas estrategias y planes sociales y económicos que acompañan sus objetivos de desarrollo, pero la realidad es que, de forma exponencial, la pobreza y las desigualdades aumentan y la puesta en funcionamiento de todas las iniciativas previstas no cubre las necesidades sociales emergentes: aumenta el absentismo y fracaso escolar, las situaciones de inactividad de adolescentes y jóvenes, el paro, aumenta la violencia, los actos delictivos… En este contexto, la familia marroquí está pasando de ser una estructura patriarcal, a una estructura que permite una mayor corresponsabilidad. Aparecen nuevos canales de expresión y participación, como las asociaciones que forman parte de la sociedad civil y desarrollan acciones sociales y educativas en los barrios. Mejoran los niveles de salud materno infantil, aunque son necesarias nuevas estrategias de gestión del sistema de salud pública. Pero la situación de la infancia todavía está muy lejos de cumplir con los principios de la Declaración de Derechos de la Infancia. Por ejemplo, en 2004, según el Censo General de la Población y del Habitat (PLAN – HCP 2004), el 22% de los niños entre 9 y 15 años estaba fuera del sistema educativo. Los últimos datos disponibles de la Academia Regional de Educación y Formación (AREF) de Tánger – Tetuán cifran en 20.187 los niños sin escolarizar en la región administrativa. 3 La situación de la infancia en Marruecos es inquietante pese a las intenciones que el Plan Nacional de Acción para la Infancia 2006 / 2015 refleja. En Marruecos, todavía no existe una ley de protección a la infancia y esta ausencia no facilita el desarrollo del plan y, como consecuencia, el acceso de menores en situación de exclusión social a recursos públicos eficaces. Los recursos económicos necesarios para desarrollar con calidad estrategias específicas del Plan D´Action National pour L´Enfance (P.A.N.E.) son compartidos por los presupuestos del Estado Marroquí y la ayuda externa. El Estado Español, a través de la cooperación bilateral y descentralizada (directa y con el apoyo de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos respectivamente) desarrolla convenios y estrategias específicas sobre atención/protección de menores y fortalecimiento de políticas sociales. La Asociación para la Integración del Menor PAIDEIA es una de las organizaciones no gubernamentales encargada de desarrollar proyectos y programas a través de fondos de la cooperación española y en convenio con la Entraide Nationale. La Asociación Paideia comienza a desarrollar acciones en Marruecos en el año 1999 como respuesta a su trabajo en la Comunidad de Madrid y Junta de Comunidades de Castilla La Mancha con menores no acompañados y la gestión directa de recursos residenciales para menores con medidas administrativas de guarda y/o tutela, espacios de medio abierto y trabajo con menores de la calle. Los programas y proyectos desarrollados por la Asociación Paideia en Marruecos son centros de protección social para menores en situación de abandono y/o dificultad social, programas de intervención con niños de la calle, casa rural psicopedagógica para niños de y en la calle, programas de sensibilización en escuelas, cursos de formación de formadores, aulas para niños y niñas en edad preescolar, aulas de alfabetización y cooperativas para mujeres, talleres de 4 capacitación profesional, apoyo y refuerzo escolar, ocio, actividades deportivas y tiempo libre. Todas estas acciones se han ido identificando en el marco del fortalecimiento institucional y la mejora de las capacidades humanas y de la sociedad civil. Es por ello que nuestra Entidad cuenta como socios locales con L´Entraide Nationale (organismo tutelado por el Ministerio de Desarrollo Social, Familia y Solidaridad), Ministerio de Educación Nacional, Programa Nacional de Desarrollo Humano como administraciones responsables de este sector y asociaciones como Raouabit Assadaka, Twissa, Ayuda y Socorro, Darna… para que, poco a poco, se vaya construyendo una red social e institucional capaz de responder a las demandas sociales y creando un sistema de protección y atención a la infancia de calidad. En el ámbito local, hemos contado también con fundaciones y empresas privadas que, poco a poco, van diseñando acciones sociales coordinadas con las administraciones y sociedad civil desde sus departamentos de responsabilidad social corporativa. 5 Los menores en situación grave de riesgo social El Censo General de la Población y del Habitat 2004 identifica que en Marruecos hay un 13,3% de niños entre los 10 y 14 años sin escolarizar. 200.000 niños abandonan la escuela cada año. La tasa de desescolarización en el ámbito rural es del 87% y la tasa de no escolarización de las niñas es del 64%. La encuesta nacional sobre analfabetismo y desescolarización en Marruecos identifica el fracaso escolar como la consecuencia más importante de esa no escolarización. En la región de Tánger-Tetuán, la tasa de menores sin escolarizar es del 10,98% (5,90% corresponde a menores que en algún momento han estado escolarizados pero abandonaron la escuela y 5,08% restante nunca ha estado escolarizado). La enseñanza primaria es donde se dan más de la mitad de los casos de abandono, según datos de UNICEF; tres cuartas partes de los menores llega al quinto curso de primaria y poco menos de la mitad se matricula en la enseñanza secundaria. Tras una investigación realizada con niños de la calle por la Asociación Paideia2 durante el curso escolar 2007 / 2008, de todos los menores entrevistados, el 70% ha comenzado a frecuentar la calle a partir de una situación de fracaso y abandono escolar. El perfil familiar de estos menores hace referencia a unos padres analfabetos, con recursos muy limitados y a familias desestructuradas. El menor comienza abandonando la escuela, su familia y frecuentando el puerto y las calles de Tánger. En ocasiones, el proceso de abandono del hogar es lento, otras veces se ve acelerado por un entorno familiar debilitado y se produce de forma más rápida por la existencia de un ambiente muy desestructurado, en el que una disputa puede provocar la huida del menor a la calle, a partir de la etapa de la pre-adolescencia. En la calle, encuentran rápidamente un refugio, y el apoyo Cuadernos de Sensibilización de Asociación para la Integración del Menor Paideia: Ante la emigración infantil clandestina: testimonios de madres y menores en las calles de Tánger. 6 y comprensión de otros menores que están en su misma situación y que tienen una experiencia ya marcada en la calle. En Tánger, los menores se encuentran organizados en grupos donde comparten espacios de cobijo -suelen ser chabolas o rincones del puerto-, alimentación, relaciones e incluso se defienden de otros grupos de menores con edades superiores. Están expuestos a todo tipo de abusos y situaciones de riesgo: consumo de sustancias tóxicas, abuso sexual y promiscuidad, maltrato físico y psicológico, etc. Los menores identificados en las calles de Tánger en el marco de la investigación son, principalmente, niños de edades comprendidas entre los 7 y los 19 años de edad procedentes de todo Marruecos, aunque, en un porcentaje elevado, sus referentes familiares directos están afincados en Tánger. De ellos, el grupo mayoritario corresponde a edades comprendidas entre los 12 y 16 años, periodo de la adolescencia, y se trata de menores procedentes principalmente de Tánger. Desde la acción desarrollada desde la Asociación Paideia con menores de la calle, podemos diferenciar distintos perfiles: a) Menores, naturales de Tánger, que llevan varios meses viviendo en la calle. No han conseguido emigrar y han formado “comunidades de familia” con otros menores. Suelen consumir sustancias tóxicas y requieren intervención socioeducativa y sanitaria. b) Menores que llegan de otras ciudades del país. Suelen ser muy pequeños y vienen en grupos de tres o cuatro personas. Generalmente, los menores inician el consumo de sustancias tóxicas al poco tiempo de estar en la calle. Es por ello que, en este grupo, encontramos a menores que aún no han empezado a consumir o que lo hacen desde hace poco, al encontrarse en esta situación. 7 c) Por último, menores procedentes de cualquier lugar de Marruecos, que han hecho de la calle su forma de vida. Son consumidores habituales de inhalantes y otras drogas. La situación prolongada en la calle les ha llevado a un deterioro físico y psicológico muy grave. Continúan con la idea de emigrar, pero ha dejado de ser prioritario para ellos. Además de estos tres grupos, podemos diferenciar otro colectivo de menores que asiste regularmente a la escuela o que cuenta con un trabajo, pero que dedica diariamente una parte de su tiempo a intentar emigrar. No podemos calificarlos de menores no acompañados o abandonados, pero representan, igualmente, un grupo de menores en situación de riesgo. • Método de intervención con menores que están en la calle. El método a utilizar cuando se interviene con menores en la calle suele ser diferente en distintos países dependiendo del contexto, el clima, la legislación, la alternativa de recursos y la ideología, incluso de las entidades que desarrollan este tipo de acciones. Existen países con gran experiencia en este campo, como los de América Latina que ha podido llevar la propia escuela, espacios lúdicos y de atención sanitaria, social y jurídica a la calle. El caso de Marruecos es diferente. La intervención directa con menores de la calle3 aparece hace escasamente cinco o seis años a través de asociaciones locales en el marco de programas financiados por la cooperación española principalmente. Aparece en un contexto difícil a nivel jurídico y de coordinación institucional. A nivel jurídico, porque no existe una ley de protección que desarrolle planes de actuación en la calle, donde se pueda intervenir con menores y, por tanto, una falta de reconocimiento institucional tanto para los trabajadores como para el 3 Nos referimos a la detección directa con menores en lugares específicos, con un programa de acción, con presencia constante y diaria. No hace referencia a posibles seguimientos de menores que han realizado numerosos educadores de asociaciones marroquíes desde hace más de diez años. 8 propio trabajo social. Y de coordinación institucional porque la falta de una base jurídica hace imposible una organización de instituciones públicas que puedan integrar el trabajo de calle en sus planes y estrategias. Esta organización es importante porque implica la participación, que a su vez implica aceptación del problema y, por tanto, la necesidad de poner en marcha planes y estrategias locales y regionales para prevenir estas situaciones y dotar de recursos a los que se puedan derivar a los menores que se encuentran en esta situación. La Asociación Paideia comienza el trabajo de calle en el 2005 en el marco de un proyecto financiado por la Comunidad de Madrid y la Unión Europea. En este primer momento, los profesionales (coordinadores y educadores del proyecto) acudían a la Comisaría Central para poder presentar el proyecto e informar a los cuerpos de seguridad de su presencia y proponer identificaciones personales para prevenir en estos contextos de riesgo, posibles situaciones de dificultad con los agentes. Poco a poco, el trabajo de calle ha sido más conocido por las administraciones públicas y, por tanto, ha tenido un mayor reconocimiento institucional y social. Este reconocimiento ha sido provocado por varios motivos. Por un lado, gracias a la presencia de educadores, ha dado a conocer el trabajo con los menores, los objetivos de la intervención y los resultados. Por otro lado, la creación de las Unidades de Protección a la Infancia y todo el trabajo realizado en red por la Fundación CEAR4 y otros colectivos, que han visto el trabajo de calle como una acción principal a desarrollar en todo proyecto de intervención con menores en situación de riesgo social. Uno de los principales protagonistas en Tánger en su empeño por crear una red social e institucional para poder identificar los problemas con la infancia e ir creando un programa conjunto de actuación ha sido D. Javier Ruiz, profesional que desarrolla su acción en Marruecos desde el año 2.000 4 9 Fases en la intervención con menores de la calle: a) Fase de detección: el equipo de educadores de calle acude a distintas zonas especialmente vulnerables en la ciudad de Tánger en diferentes horarios. Mantiene contacto con menores conocidos y observa otros menores que han llegado nuevos en la zona. Entabla una relación de comunicación para conocer la situación de cada uno de ellos. Posteriormente, se marca nuevos momentos de encuentro. b) Fase de comunicación y relación: el equipo de educadores desarrollan actividades lúdicas con los menores (fútbol en la playa, dinámicas...) y atiende las necesidades urgentes de salud (heridas, quemaduras...) acompañándoles al hospital en caso de que sea necesario. En este periodo, los educadores contactan con la familia del menor para conocer las causas de abandono del hogar y las posibilidades de reingreso. En el caso de que la situación familiar permita la reintegración de los menores, se procede a buscar los recursos socioeducativos necesarios. c) Fase de intervención con la familia: el equipo de educadores de calle acude al domicilio del menor y realiza una mediación para posibilitar su reintegración en el menor tiempo posible. En este caso, se localizarán recursos socio educativos en la zona para acompañar este proceso, como son matriculaciones en las escuelas, aulas de educación no formal (en el caso de que los menores carezcan de nivel escolar), aulas de capacitación profesional (dependerá de la edad de los menores) o directamente en el mercado laboral. En el caso de que la familia no autorice la reintegración del menor por el momento y dependiendo de la edad, los educadores de calle realizan la propuesta 10 de integración en una residencia “Granja Psicopedagógica” de forma temporal hasta su debida reintegración con la familia. Este recurso se puso en marcha gracias a la financiación de la AECID y la Comunidad de Madrid. d) Fase de seguimiento: una vez que el menor está integrado (tanto en contexto familiar como en residencial), los educadores realizarán un seguimiento a través de visitas a domicilio y/o en la escuela o recurso formativo. En el caso de la Granja Psicopedagógica, existe un protocolo interno de coordinación y comunicación quincenal en el que ambos equipos educativos mantienen reuniones para conocer el estado del menor y los avances de la familia para su posterior reintegración. 11 Datos sobre los menores con los que se ha intervenido en trabajo de calle desde octubre del 2009 a junio de 2011 Total menores detectados: 222 menores. • Porcentaje de detección en cada periodo de año: • Edades: Las edades de los menores han variado respecto a otros años. Es significativo mencionar la presencia de menores de muy corta edad en la calle. Estos niños normalmente son acompañados por otros más mayores que les utilizan para cometer actos delictivos. En este periodo, se ha detectado a menores con edades comprendidas entre los 6 y 17 años. Hemos incluido a menores con 18 años debido a que son conocidos por los profesionales del programa cuando aún eran menores de edad. 12 Se comprueba que un 32% (71 menores) tiene edades comprendidas entre los 6 y los 13 años, franja de niños muy pequeños que frecuentan las calles y que no se encuentran en sus domicilios. Este hecho nos preocupa como nuevo fenómeno, dado que en años anteriores, esta franja de edades era muy poco significativo.5 ¿Por qué se produce un aumento de menores de corta edad cuando aumentan por otro lado recursos socio-educativos, entidades sociales y nuevos programas de atención a la infancia? Además de las conclusiones obtenidas de nuestro propio trabajo de calle se realizan consultas a diferentes técnicos que trabajan en el marco de la protección a la infancia en Marruecos en general y en Tánger en particular6 y entre todos los profesionales obtenemos las siguientes conclusiones: Primera: el fenómeno de niños de la calle, es general para los menores y jóvenes en situación de vulnerabilidad habiendo existido siempre menores de muy corta edad. La situación concreta del aumento de niños muy pequeños debe de estudiarse en el contexto del fracaso en la escuela, familias en situación de 5 En comparación y según datos de investigación realizada por la Asociación Paideia sobre los niños de la calle en la ciudad de Tánger durante el 2.008, el porcentaje de menores con edades comprendidas entre los 6 y 12 años era de un 20% 6 Mercedes Jimenez, presidenta de la Asociación Al Khaima. Javier Ruiz, coordinador Fundación CEAR, Zineb Oulhajene, delegada regional de Entraide Nationale en Tánger Asilah 13 vulnerabilidad, pobreza, etc, porque realmente no hay un motivo aislado que determine este aumento sino que depende de diferentes situaciones en los que se desarrollan los menores. Segundo: el hecho de que haya muchos recursos no quiere decir la cobertura de necesidades de los menores. Aunque debería de ser así, la falta de coordinación entre entidades y programas, sumado a la falta de protocolos comunes y una financiación nacional que fomente iniciativas sociales y educativas, hace que existan programas y asociaciones aisladas en zonas concretas. Además, en la actualidad, existe una moda de formar asociaciones pero que realmente no desarrollan acciones sociales sino que se utilizan con un objetivo político y de apariencia. Los profesionales apuntan que hay entidades que dicen trabajar con niños de la calle pero que, realmente, trabajan con niños en situación de riesgo. Estos menores están escolarizados y se encuentran integrados con sus familias. También apuntan que existe una falta generalizada de intervenciones con las familias y, en muchas ocasiones, se olvida este contexto, que supone la pieza clave de trabajo con menores, ya sean en contextos de calle como de escuela. Tercero: en el contexto de calle, hay entidades o grupos de personas que dicen trabajar con niños de calle y que se dedican a ofrecerles ropa y comida exclusivamente. Esta intervención, según apuntan los profesionales del programa, es contraproducente para los propios menores. Incluso puede llegar a ser una llamada a otros menores a acudir a la calle. En muchas ocasiones, los propios menores rechazan la intervención de los profesionales del programa porque demandan concretamente la ropa y comida que otros menores tienen. • Formación y nivel académico: Los menores que se han detectado en este periodo de ejecución presentan diferentes niveles académicos. Nos hemos 14 encontrado con menores analfabetos, un gran porcentaje de menores que no han finalizado primaria y un escaso número con una formación mayor (que normalmente coincide su situación de calle con una situación grave familiar). Consideramos que la falta de escolarización, el fracaso escolar y el absentismo de los menores en la escuela, supone un perfil general en el contexto de los menores en la calle además de otros como problemas en el contexto familiar, el deseo de emigrar, etc. (ENF: Educación no Formal) 33 menores detectados sean analfabetos, es decir, sin saber leer ni escribir, 143 menores hayan llegado apenas hasta 6º de primaria y 31 menores no hayan logrado alcanzar un mínimo de escolarización (situación que no les permite acceder a ningún taller de formación profesional). Solamente 11 menores tienen un nivel académico de secundaria. Este hecho indica que el trabajo y la intervención desde la escuela debería de favorecer el mantenimiento de los menores escolarizados como medida de prevención a la situación de calle por la que están viviendo muchos de los menores. Este tipo de acciones en la escuela pública sería: - Apoyo y refuerzo educativo extraescolar para mejorar el nivel académico. 15 - Participación de la familia en la coordinación con el profesorado. - Realización de actividades lúdicas, de ocio y deportivas en la escuela con el objetivo de mantener la motivación de los menores y transformar la escuela como un lugar educativo atractivo. - La detección precoz de menores que carecen de nivel y que comiencen a absentarse de la escuela. • Procedencia de los menores detectados: Más de la mitad de los menores detectados pertenecen a la ciudad de Tánger (120 menores) y las ciudades cercanas de Kassar el Kebir y Souk Larbaa (31 y 25 menores respectivamente). La procedencia del resto de los menores, en un mínimo porcentaje, pertenecen a ciudades del sur, es decir, que la mayor parte de los menores que se encuentran en la calle son de origen local o que sus domicilios familiares se encuentran en ciudades cercanas a Tánger. El hecho de que la mayor parte de los menores sean de Tánger hace más fácil la reintegración familiar y/o en un recurso formativo, educativo y residencial ya que el equipo de educadores mantiene una coordinación más estrecha y constante con la familia. 16 Los menores procedentes de Tánger tienen un perfil común. Todos ellos suelen vivir en la periferia de la ciudad, concretamente en los barrios que pertenecen a la Comuna de Bni Makada, donde encontramos núcleos chabolistas como Beni Ouriaghel, Sadam y Hafa y por otro, los barrios de Bendibane y Birchifa donde se levantan innumerables construcciones no reguladas en terreno no urbanizable. Según datos recogidos por la Iniciativa Nacional de Desarrollo Humano (INDH) del gobierno marroquí, la Comuna de Beni-Makada cuenta con una tasa de pobreza del 14% y una tasa de vulnerabilidad del 17,5% lo que ha provocado que haya sido identificada por la INDH como zona prioritaria de un plan a largo plazo de reducción de la pobreza, la precariedad y la exclusión social. El perfil, en cuanto a estructura familiar, que encontramos en estas barriadas cuenta con un número de miembros que oscila entre cinco y doce; con frecuencia el cabeza de familia está desempleado, sus ingresos dependen de la economía sumergida o bien accede a trabajos eventuales en el sector turístico y la industria textil. En caso de que haya otros ingresos es la madre quien trabaja normalmente en el servicio doméstico o en talleres clandestinos. Son barrios en los que la densidad de población joven es muy elevada. Como consecuencia, la demanda al sistema educativo satura los recursos existentes, disminuyendo la calidad de la enseñanza y detonando el porcentaje de abandono y fracaso escolar que en Beni Makada oscila entre el 15 y el 20% de los alumnos matriculados en el último año de primaria. 7 • Tipo de integración como alternativa a la calle: Una vez que se conoce al menor, desde la propia detección en la calle y conocidos también los contextos de procedencia para saber las causas del problema que le haya supuesto estar en la calle, el equipo educativo propone una alternativa o 7 Fuente: Haut-Commissariat au Plan) 17 recurso lo más adecuado posible a las características del menor, su perfil y las posibilidades de integración. Los educadores, durante este primer periodo, han reintegrado un gran porcentaje de menores en sus contextos familiares, hecho que ha posibilitado a su vez que los menores, posteriormente, se hayan integrado en las escuelas o, en algunas ocasiones, directamente en el mercado laboral o talleres de capacitación profesional. Ha habido menores que, por circunstancias familiares temporales, han sido derivados a la Granja Psicopedagógica, para lo cual se han mantenido diferentes reuniones con la familia y el menor para disponer de la autorización y la voluntariedad respectivamente. La reintegración del menor en los diferentes recursos supone a la vez un seguimiento por parte de los educadores, que debe de ser eficaz y constante para mantener al menor en el contexto reintegrado. Existen reintegraciones más difíciles que otras y los educadores tienen que buscar a menores que han tenido recaídas y han regresado a la calle. Tras un rápido encuentro, se procura resolver el conflicto y hacer que el menor regrese. Por ello, existen en algunos casos muchas intervenciones en breves espacios de tiempo en cuanto a la reintegración, búsqueda del menor en la calle, contacto y mediación con la familia… Tenemos también casos de menores que, dada su situación socio familiar, se hace imposible la reintegración. El perfil de estos menores es común. Se trata de menores de edades comprendidas entre los 15 y 18 años que han hecho de la calle su forma de vida (antigüedad media de dos a tres años en la calle). Regresan al domicilio en épocas festivas religiosas (Ramadán o fiesta del cordero). La mayoría de estos menores consumen sustancias tóxicas y físicamente están muy degradados. 18 En el gráfico, se puede observar cómo el casi 60% de los menores continúan en la calle y la reintegración a un contexto normalizado se hace imposible. Si relacionamos este porcentaje con la edad de los menores, comprobaremos que existe una relación directa con los más mayores. Un 57% de los menores detectados, ha sido reintegrados de forma plena con su familia y el resto de los menores ha sido integrados a recursos residenciales, como son el centro de Lala Salma, la Granja Psicopedagógica, en recursos socio educativos como es el propio Centro Social Assadaka ( en sus componentes de Educación No Formal o en el espacio de animación, apoyo escolar y refuerzo educativo) o integrados en recursos formativos y de carácter pre profesional, como es el programa Cataluña Magreb o el propio Centro de Formación Profesional de Ziaten. Pocos menores han sido reintegrados directamente en el mercado laboral. Contamos con su motivación por trabajar y generar recursos económicos para 19 cubrir sus necesidades básicas y aportar a su familia, pero no contamos con un acompañamiento diario que le ayude a mantenerse en el trabajo. Aspectos como levantarse temprano, desayunar, acudir con un aspecto físico agradable, ropa limpia, etc… se hacen muy difíciles de mantener si nos referimos a que el menor proviene de una familia muy desestructurada, sin hábitos, habilidades personales, etc. En el caso de la Granja, el 100% de los residentes ha sido detectados por el programa de calle. Por este motivo y gracias al conocimiento de las familias por los educadores, existe una coordinación permanente entre los menores, educadores del centro y las familias. Todos ellos disponen de un periodo de estancia con el proyecto educativo individual que propone una fecha de salida del recurso para la plena integración con la familia. Este pacto se confirma entre todos, en el momento de ingreso del menor. Además, en el periodo de estancia de los menores en el centro, existen de forma periódica salidas al contexto familiar dirigidas y controladas con el objetivo de mantener la relación y la participación de la familia en todo momento. Los padres de los menores han visitado la Granja y conocen la infraestructura. Los menores que están integrados en la Granja derivados del programa de calle, además de tener las responsabilidades propias del recurso (limpieza de espacios, horticultura, estudio, etc) se encuentran matriculados en la escuela de Jemis Ánjra, salvo uno de los menores que está a la espera de realizar un aula de educación no formal debido al escaso nivel académico y la edad. El proyecto de salida del recurso para reintegrarse en su domicilio es de un curso escolar y una vez hayan adquirido habilidades sociales y personales para mantenerse en la escuela cercana al domicilio familiar. 20 En el caso de la integración de un solo menor en “otros centros de protección social” indica que existe una debilidad actual en la red de centros en cuanto la acogida de menores en relación a la cercanía del domicilio familiar y trabajar como mediadores para alcanzar la plena reintegración. Estos centros, en numerosas ocasiones no disponen de medios ni protocolos que faciliten la derivación e ingreso del menor. • Movilidad y vida cotidiana de los menores: Los menores de la calle en Tánger desarrollan una dinámica diaria que depende de la edad, la procedencia y el grupo al que pertenecen: Lugares de pernocta y formación de grupos: Los menores de la calle en Tánger se dividen en distintos grupos, que normalmente suelen derivarse por la semejanza de la edad y/o por la procedencia de los menores. Los profesionales del programa han detectado a grupos de menores entre 6 y 10 años, de 11 a 14 años y de 15 años en adelante. Normalmente, son grupos de 8 a 12 menores y suelen convivir con uno o dos adultos con los que mantienen una relación de afectividad, protección y económica. En realidad, es una relación de interés mutuo donde el adulto obtiene parte del dinero que los menores consiguen vendiendo diluyente a otros menores, pidiendo limosna o haciendo pequeños hurtos. Concretamente, hay un grupo con edades comprendidas entre los 6 y 9 años provenientes de la localidad de Sock Laarba. Viven con un adulto que también fue niño de la calle y que ahora cuenta con 28 años. Presenta graves trastornos psicológicos porque, según los profesionales del programa, ha sido un menor abusado y maltratado. Estos niños suelen obtener mucho dinero pidiendo limosna en semáforos, vendiendo sustancias tóxicas, etc.., dinero que reparten con éste 21 adulto, quien compra comida, se la prepara diariamente a los menores y les compra algún juguete. Según los profesionales del programa y a partir de la información recibida por este adulto, hay otros jóvenes que acuden al lugar de pernocta para mantener relaciones sexuales. Incluso, de forma mensual, acuden familiares de estos menores a recibir dinero del adulto que les cuida.8 Hay un grupo de menores con edades comprendidas entre los 12 y 14 años que están en el puerto de Tánger y suelen dormir en el interior de los barcos o dentro de las redes de pescar debido a que hace más calor. También suelen dormir en chabolas realizadas con plásticos y maderas encima de las habitaciones que los pescaderos tienen en el interior del puerto para descansar entre las travesías. Hay otros menores que llevan en la calle desde hace mucho tiempo y que ahora son mayores. Son conocidos por todos los menores y adultos que se encuentran en esta situación porque, dada su edad, han pasado por diferentes lugares, grupos y personas. Estos jóvenes se hacen muy fuertes en términos de poder y hacen sus propios grupos. Eligen a los chavales más pequeños que pueden estar con ellos. Esta elección viene dada por la seguridad, la solidaridad, la afectividad y su capacidad de obtener dinero. Controlan las calles y los grupos de menores. Cada calle pertenece a uno o dos grupos distintos. Un menor de una calle no podrá pedir limosna o vender sustancias tóxicas en otra calle que no sea la suya. Los grupos más antiguos tienen las calles mejores donde hay más turistas, más movimiento de gente para comprar, tiendas, etc. Hay otros grupos de menores que son formados por uno o dos individuos. Suelen dormir en las puertas de los edificios de vecinos en el centro de la ciudad. La 8 Esta afirmación no esta confirmada por los profesionales del programa directamente sobre las familias. Es una información que ha dado el propio adulto a los técnicos. 22 gente los conoce y les da comida o ropa de vez en cuando. Son más pacíficos y suelen consumir gran cantidad de droga. Dinámica habitual, La dinámica de los menores de la calle suele ser opuesta a la dinámica de los menores en contextos normalizados. Los menores se suelen levantar sobre las tres o las cuatro de la tarde. Nada más levantarse suelen hacer una reunión entre ellos donde reparten responsabilidades, principalmente la de buscar comida y dinero. Entonces, hay pequeños grupos que se marchan a las panaderías a pedir a la gente que les compre pan y otros productos. Otros menores piden dinero para comprar pan y leche. Y hay otros grupos que se quedan durmiendo esperando la comida. Estas funciones son rotatorias y cada día son distintos los que salen a conseguir el desayuno o los que se quedan durmiendo. Cuando consiguen comida lo llevan al lugar donde duermen para que todos puedan desayunar. Esto suele ser en periodos de buen tiempo. Lo que nos llama la atención es la norma básica de estar todos juntos a la hora de comer. Ninguno come antes de que todos los menores hayan llegado. Esta norma pactada nos recuerda a la necesidad de estar en grupo, como si fuera la familia de la que o pueden disfrutar. Una vez que han desayunado o comido, suelen marcharse a diferentes lugares para pedir dinero, comprar disolvente, etc… y suelen regresar a dormir a las seis, siete u ocho de la mañana. Para los casos que están de forma individual y formando grupos de dos, que duermen en las puertas de edificios, se suelen levantar dependiendo de la entrada y salida de los vecinos, aunque suelen despertarse también tarde y cuando se levantan suelen hacer lo mismo que el resto de grupos; buscan comida, compran disolvente e inhalan. 23 Hay un perfil de menores que pasa la mayor parte del día intentando meterse debajo de un autobús con el objetivo de emigrar pero en la mayoría de las ocasiones, los efectos producidos por el consumo de sustancias no les deja maniobrar de forma normal y coherente. Dónde comen y dónde se asean: Los menores suelen comer a través de la limosna cerca de las panaderías, restaurantes y lugares donde hacen bocadillos. Normalmente se lo piden a la gente que viene a consumir. Otro de los lugares donde adquieren comida es en las basuras y en el puerto, donde hay varios restaurantes populares. Los menores suelen esperar a que los clientes se marchen y rápidamente cogen las sobras, antes de que el dueño del establecimiento pueda pegarles y echarles. Los miércoles acuden a la iglesia católica, ubicada en el interior de la medina. Este día pueden ducharse, mudarse de ropa y comer un bocadillo. El resto de días no se lavan, ni se cambian de ropa. Dónde acuden para curarse Existen varios lugares donde los menores pueden acudir en el caso de curas. En el espacio que tienen la orden religiosa “Hermanos de la Cruz Blanca” entre las 12:00 y las 14:00 horas, donde hay un botiquín. Pueden acudir los menores que precisan curas, aunque hay menores que no acuden a este establecimiento por propia iniciativa. Los educadores de calle del programa también suelen llevar un botiquín para cubrir primeras necesidades como pequeñas heridas o cortes superficiales. Sustancias tóxicas: La sustancia tóxica más consumida por los menores es el pegamento y disolvente de pinturas, que son los más baratos. Los menores acuden a las droguerías9 y compran botes de 5 litros y lo reparten en botellas de medio litro para utilizarlo y 9 En Marruecos existe una ley que prohíbe a las droguerías vender productos disolventes a menores. La mayor parte de los establecimientos venden estos productos a los niños. 24 venderlo a otros menores. El disolvente de pinturas se suele impregnar en un trapo o calcetines que inhalan directamente por la nariz. El pegamento, sin embargo, es echado en una bolsa que se llevan a la boca donde expiran e inspiran. Los efectos del disolvente de pinturas y el pegamento provoca inhibición además de elevar la temperatura. Los menores sienten menos frío y pasan desapercibidos. Otra de las técnicas más usuales utilizadas por los menores es el uso de calcetines sucios introducidos en tubos de escape de vehículos para impregnarlos de dióxido de carbono al arrancar. Posteriormente aspiran este gas del propio calcetín. Hay otros menores que toman pastillas que tienen un coste de 5 dirhams cada una. Consiguen estas pastillas por la noche en la calle a través del contrabando. Según los menores, estas pastillas vienen de Argelia. Suelen inhalar también heroína muy adulterada10 que suele costar 30 dirhams la toma. Los menores suelen inhalada a través papel de plata mientras la queman en la parte inferior mezclada con limón. El hachís y el Kiff también suelen ser drogas consumidas, aunque son más caras. Los educadores de calle comentan que, poco a poco, están viendo a menores de calle con drogas nuevas. Hace tres o cuatro años, drogas más duras como la cocaína no se encontraba entre los menores. Han oído casos de heroína inyectada. 10 La Cocaína que toman los menores suele tener color café. 25 Recursos utilizados, naturaleza y gestión: 1. GRANJA PSICOPEDAGÓGICA. La Granja Psicopedagógica es un proyecto identificado en el marco de la protección a la infancia y gestionado por la Entraide Nationale, la asociación marroquí Raouabit Assadaka y la Asociación para la Integración del Menor PAIDEIA co financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Comunidad de Madrid. Se encuentra localizada en la provincia de Fahs Ánjra, en el municipio de Jemis Ánjra. Es un terreno de 3.000 metros cuadrados que dispone de una casa de tipo colonial. La capacidad del centro es entre 15 y 20 menores con edades comprendidas entre los 8 y 14 años aproximadamente que se encuentren en situación de riesgo (niños de la calle, problemas familiares, maltrato, etc.) Su estancia será temporal hasta que se pueda reintegrar de nuevo en su contexto familiar. Por lo tanto, no se trata de un recurso permanente. 26 Dispone de un programa educativo especial dirigido a un perfil específico de menores y gestionado por un equipo de profesionales titulados y con amplia experiencia. Las características principales del recurso son: • Los menores residen las 24 horas del día, los 365 días del año, acompañados siempre por un equipo educativo. • Se utiliza una metodología participativa y basada en valores. • Adquisición de habilidades sociales y personales, colaboración en las tareas domésticas y potenciar que se sientan protegidos y cuidados. • Adquisición de hábitos de salud, higiene y seguimiento médico de forma constante potenciando una vida sana a través de actividades deportivas, educativas y una alimentación natural y de calidad. • Desarrollo de talleres de horticultura y avicultura / bovino. El taller de horticultura consistirá en la obtención de verduras, hortalizas y tubérculos para el autoconsumo a través de los cultivos pequeños e invernaderos. El taller de la avicultura / bovino consistirá en el mantenimiento adecuado y natural de los animales y su manipulación para su reproducción y obtención de materias primas para el autoconsumo (carne, leche y huevos). • Programas de educación no formal para aquellos menores que no dispongan de un nivel académico adecuado que les posibilite integrarse en la escuela del propio pueblo. 2. HOSPITALES Los hospitales tienen un protagonismo especial en el trabajo diario de los educadores fruto de la intervención con menores en especiales circunstancias sanitarias. En muchas ocasiones, los menores presentan heridas, pequeñas quemaduras, etc, que son curadas en el mismo lugar de detección. Para ello, los educadores disponen de una mochila con un botiquín de urgencia. Pero hay ocasiones en que los menores precisan de una intervención profesional en el 27 servicio de urgencias del hospital. Los educadores acompañan a los menores y están con ellos durante el proceso. Desde el propio programa, se costea la intervención médica y los medicamentos preescritos por el médico. 3. LUGARES DE TRABAJO Denominamos “lugares de trabajo” en nuestra intervención a los pequeños negocios que normalmente son servicios como carpinterías, herrerías, zapaterías, centros artesanales y pequeños talleres mecánicos. Los educadores de calle realizan una labor importante de sensibilización con jefes y responsables de estos lugares de trabajo para poder contratar a chavales con el objetivo de poder ofrecerles un contexto de normalización a la vez que aprenden un oficio desde la misma práctica. Hemos comprobado una mejora muy importante en algunos chavales en cuanto comienzan este tipo de actividad. Esto es debido a que implica una serie de hábitos, como son levantarse temprano, acudir aseado, obedecer a un jefe, actitud positiva con el resto de compañeros, etc. Así mismo, el hecho de cobrar un dinero por tu trabajo, supone una gran motivación para los menores, que ven una recompensa a su esfuerzo de forma semanal. Tenemos varios ejemplos de menores que estando en la calle inhalando pegamento y sin expectativas de regresar a su domicilio familiar, se encuentran en estos momentos trabajando en este tipo de talleres, acuden a dormir a su casa y reciben un pequeño salario. Es muy importante un trabajo de seguimiento por parte de los educadores. Los trabajadores deben acudir al lugar de trabajo para ver a los menores y hablar con los jefes. De esta manera, se detectará de forma precoz cualquier situación de riesgo y mediar hasta conseguir la normalización. Además, los menores sentirán 28 que los educadores le acompañan en este proceso y tienen interés por ellos. Otro de los objetivos de este seguimiento es proporcionar confianza a los responsables de los talleres en cuanto a los menores derivados y logar la continuidad en el recurso ya no solo para el menor que tiene en esos momentos sino para otros menores derivados posteriormente. 4. AULAS DE EDUCACION NO FORMAL Y TALLERES DE FORMACIÓN Las aulas de educación no formal en Marruecos suponen una alternativa para menores que por diversas circunstancias no han podido estar escolarizados, han fracasado de la escuela a muy temprana edad o son analfabetos. El Ministerio de Educación Nacional ofrece una alternativa para estos menores a través de aulas especializadas, gestionadas por asociaciones principalmente, que preparan académicamente a los menores para superar un examen en el mes de junio con el objetivo de reintegrarse en la educación primaria en una escuela pública o bien incorporarse a talleres de formación y capacitación profesional. Estos talleres son gestionados por la administración pública o bien organizaciones no gubernamentales y asociaciones, como por ejemplo, la Asociación DARNA que dispone en el centro de la ciudad, de talleres para estos menores de forja de hierro, panadería y repostería, carpintería y confección. La incorporación de un menor en situación de riesgo a uno de estos recursos supone un acceso a la normalización de forma automática. Los menores acuden a la escuela o taller, como cualquier otro menor; se relacionan, aprenden y adquieren una serie de habilidades sociales y personales, como son el respeto, trabajo en equipo, resolución de conflictos, etc. A la hora de realizar la reintegración de cualquier menor de calle en su domicilio, los educadores deben tener en cuenta este tipo de recursos. Sería un error pensar 29 en un éxito si reintegramos a los menores en su domicilio sin proporcionarle una actividad al día siguiente de la llegada al domicilio. Normalmente, esto se negocia previamente entre los educadores, familia y menor. Esta negociación incluye la posibilidad de su incorporación a talleres de educación no formal o de capacitación profesional. Como en todos los recursos que los educadores utilizan, el seguimiento en las aulas de educación no formal y en los talleres de capacitación debe ser continuada. Si bien ya disponen de educadores propios de cada recurso, los profesionales de calle deben de preguntar por él y detectar cualquier inicio de decaimiento para que el menor no regrese a la calle. Hemos comprobado varias veces cómo algunos menores regresan a la calle en diversas ocasiones por haber tenido problemas en el colegio, aulas de educación no formal o talleres. Cuando los menores tienen algún problema en los recursos, acuden a su domicilio donde seguramente tendrán de nuevo un conflicto por haber dejado el recurso formativo. Esto desencadena que el menor, de nuevo, abandone el domicilio familiar y regrese a la calle. A partir de ahora, la gestión de una nueva reintegración familiar, se hace más difícil y complicada. Los recursos más habituales utilizados por los educadores de calle en Tánger han sido las aulas de educación no formal del Centro Social Assadaka, talleres de capacitación profesional de la Asociación DARNA, Centro de Trabajo Social y Talleres “Ziaten”, Programa de Cataluña Magreb, Centro de Artesanía de Tánger (los menores aprenden un oficio). 30 5. ESCUELAS Al igual que otros recursos formativos, la integración de los menores en las escuelas supone un indicador fundamental de normalización. La mayoría de ellos, han tenido que superar el examen que el Ministerio de Educación Nacional realiza una vez cursado los programas de educación no formal. Además, cuando hablamos de que los menores detectados en la calle están integrados en las escuelas, el 100% se encuentran de nuevo en el domicilio familiar, por lo tanto están fuera de la situación de riesgo. Pero muchas veces, el mantenimiento de los menores en las escuelas se hace una tarea difícil. Esta dificultad pasa por la necesidad de seguimiento constante del menor, en relación a las tareas escolares, el vestuario, el material escolar, entrevistas personales con los profesores, etc, y muchas veces la familia no realiza esta gestión. Si pensamos en que los educadores deben de hacer este trabajo estaríamos equivocados por dos razones. Por un lado, retirar la función y responsabilidad de la familia para con sus hijos y por otro lado, el menor necesita saber los roles de los adultos de referencia. El hecho de que los educadores de calle realicen esta función supone una continuidad simbólica del menor en la calle y este rol debe de eliminarse en cuanto el menor se encuentre en su domicilio, integrado en una escuela o recurso socio formativo. Si bien, es necesario que los educadores de calle acudan al domicilio familiar de vez en cuando para conocer cómo se encuentra el menor en la escuela. Por ello, y sabiendo que muchas familias no cumplen con esta responsabilidad, se propone la integración de estos menores en horarios extraescolares en espacios infantiles y juveniles donde, además de actividades lúdicas, el refuerzo escolar sea un eje trasversal. Este tipo de centros como los espacios del centro social Assadaka o los clubs del Fútbol Club Barcelona serían los indicados para poder cumplir esta función. De esta manera, el menor realiza de forma diaria las tareas escolares, es 31 reconocido en la escuela y, por tanto, previene de nuevo un fracaso escolar, que supondría un abandono familiar y regreso a la calle. 6. ESPACIOS DE OCIO Y TIEMPO LIBRE Los espacios de ocio y tiempo libre son recursos que normalmente se gestionan a través de asociaciones locales e internacionales. Suelen estar ubicadas en barrios de Tánger y sus educadores son jóvenes voluntarios que se han formado en “Casas de la Juventud”. Estas asociaciones suelen realizar actividades los fines de semana, periodos estivales en verano, como son los campamentos y colonias vacaciones en convenio con el Ministerio de Juventud y Deportes. También, una de las asociaciones de ocio y tiempo libre más desarrolladas en Marruecos son los grupos SCOUT que mantienen el mismo plan educativo que en el resto del mundo. La integración de los menores en los barrios en este tipo de recursos suele ser fácil. Basta con ponerse en contacto con los diferentes grupos y pagar una cuota mensual o anual (dependiendo de las normas de cada entidad). El tipo de actividades que suelen desarrollar son lúdicas, de teatro, culturales y deportivas. 32 7. CENTROS DE PROTECCION SOCIAL La red de centros de protección social, en el caso de Tánger, es muy insuficiente. Tan solo se cuenta con cinco centros en el marco institucional11 que disponen de plazas de residencia para menores en situación de riesgo social: - Centro Social Assadaka, cogestionado por la Asociación para la Integración del Menor PAIDEIA, Entraide Nationale y la Asociación local Raouabit Assadaka. Dispone de plazas para residentes con perfiles de abandono o situación de riesgo social (sus familias no ejercen la debida protección). Su derivación esta autorizada por el Procurador del Rey. - Granja Psicopedagógica (mencionada en punto anterior). Este tipo de centro dispone de plazas para menores de la calle. - Granja Darna, gestionada por la Asociación DARNA que dispone de plazas para menores con edades superiores a los 14 años que se encuentran en situación de calle. La Asociación DARNA también dispone de un albergue en el centro de la ciudad de Tánger para ofrecer alojamiento provisional a menores en situación de calle. - Centro de Protección Social de Tánger, gestionado por la Asociación Musulmana de Beneficiencia que tiene plazas para residente que disponen de familia y que su ingreso está relacionado con la situación de pobreza de las familias. Suelen residir de lunes a viernes para que puedan estudiar y los fines de semana suelen salir con sus familias. Este tipo de centro no dispone de plazas para menores de la calle. - Centro de chicas DAR TIKA gestionado por la orden religiosa Jesús y María. Tienen plazas residenciales para chicas en situación de riesgo social. Implica un reconocimiento por parte de la Entraide Nationale, financiado y subvencionado por el Gobierno de Marruecos, ya sean gestionados por ong´s extranjeras o nacionales. Si bien, existen otros dos centros de protección gestionados por entidades privadas pero no reconocidas por la administración marroquí. 11 33 En el marco del programa, los educadores han derivado a menores en situación de calle a la granja de DARNA y nuestra propia entidad. Intervención socioeducativa en las escuelas: Una estrategia para la prevención de situaciones de riesgo. En todo el discurso anteriormente utilizado, nos referimos a que el fracaso escolar es una de las principales causas por las que los menores de la calle inician su recorrido de riesgo. Por ello, consideramos necesario un rápido y fuerte cambio en el método educativo en las escuelas públicas de Marruecos: El refuerzo del sistema educativo reduce sin duda el índice de menores en situación de riesgo social. El sistema educativo en Marruecos se encuentra en fase de renovación y evolución desde que en el año 1999 el Parlamento aprobó la Carta Nacional de La Educación y de la Formación y con la que se pretende: mejorar la calidad de la enseñanza, potenciar la formación de los docentes, generalizar la educación preescolar, favorecer la igualdad de género en la escolarización y erradicar el analfabetismo. El analfabetismo, como consecuencia del absentismo y el abandono escolar es la principal problemática a la que se enfrenta el sistema educativo en Marruecos. Según los últimos datos mostrados por la HCP (Haut-Commissariat au Plan), la tasa de analfabetismo para el medio urbano es del 29,4% mientras que en el ámbito rural alcanza el 60,4%, que representa un total aproximado de diez millones de marroquíes que no saben leer ni escribir. A esto hay que añadir los cerca de 400.000 niños que dejan anualmente las escuelas, siendo la enseñanza primaria, considerada básica e indispensable, donde se dan más de la mitad de los casos de abandono. 34 Frente al amplio porcentaje del 93% de los niños entre los 6 y los 11 años que son escolarizados el índice de abandono escolar no deja de ser elevado con un 6% respecto a los inscritos en el año 2006. Según datos de UNICEF, tres cuartas partes de los menores llegan al quinto curso de primaria y poco menos de la mitad se matricula en la enseñanza secundaria. Las actuales estrategias planteadas por el Ministerio de Educación para detener el flujo del abandono y fracaso escolar, a través de la universalización de la enseñanza incluyen: la construcción de infraestructuras escolares, la modernización y racionalización de la gestión educativa, el refuerzo de las competencias humanas y técnicas, mejora de los métodos de la enseñanza, motivación e implicación de los profesores y cooperación con las instituciones locales y organizaciones de la sociedad civil. Con relación a la educación primaria y según el Ministerio de Educación Nacional, destacamos que los cursos entre el año 1999 y 2004, el número de aulas de primaria se vio incrementado en 8.385, de las cuales el 85% corresponden al medio rural. En cuanto al porcentaje de niñas escolarizadas respecto al total de niños escolarizados, éste se sitúa en el 47,3 % a nivel nacional, 48,9% en el medio urbano, y 45,5% en las zonas rurales. Esta notable diferencia es debida a que, en una familia numerosa donde los ingresos son limitados, las niñas tienden a participar en la economía familiar bien trabajando en el servicio doméstico en casas ajenas o al cuidado hermanos pequeños y labores en el propio hogar. A partir del último curso de la Enseñanza Primaria, se produce con más frecuencia el absentismo y abandono escolar, en Tánger, es en la Comuna de BeniMakada, en las barriadas de Beni Ouriaghel, Sadam, Hafa, Bendibane II y Birchifa donde alcanza su cota más elevada. Según datos de la Delegación de Educación Nacional, la tasa de escolarización en la Comuna de Beni Makada es aproximadamente del 80%. Del número de alumnos matriculados tan sólo un 67% 35 termina la primaria y la tasa de abandono escolar durante el último año de primaria alcanza un 20%. Uno de los datos que ponen en evidencia esta situación es que en el curso escolar 02-03, la Comuna de Beni-Makada tenía 83 centros de enseñanza primaria, sólo 9 de secundaria, y únicamente 2 de bachillerato. Señalamos como causas más frecuentes del abandono escolar, las primeras experiencias laborales y el bajo rendimiento escolar. Desde el proyecto desarrollado, en su componente de escuelas, se ha intervenido en tres escuelas primarias llamadas Alfathe, Bensaid y Bniwerayel, incorporándose posteriormente la escuela Bendibane 1. Todas ellas pertenecientes a la comuna de Bni Makada, identificadas por la Secretaría de Educación Nacional de Tánger por su índice de fracaso y absentismo escolar. También ubicadas en los barrios de mayor población infantil en riesgo social. Son las escuelas en donde la Asociación para la Integración del Menor PAIDEIA lleva interviniendo desde hace tres años en el marco de la cooperación internacional. • Los ejes principales del componente han sido : - Apoyo y refuerzo escolar, utilizando espacios extraescolares dentro del centro educativo y acompañando a menores en sus tareas escolares explicándoles y facilitándoles una intervención más individual. - Sensibilización de la emigración infantil irregular trabajando en las aulas a través de dinámicas de grupo, comic y otros materiales educativos diseñados para tal fin, los riesgos sociales, personales, psicológicos y sociales que produce este movimiento migratorio. - Desarrollo de actividades deportivas, de ocio y tiempo libre que ha mejorado la calidad de la intervención, fomentado la motivación de los menores en la escuela y un mayor compañerismo y confianza. Para ello se han desarrollado equipos de fútbol que han participado de entrenamientos 36 semanales y competiciones, salidas y excursiones, trabajos manuales, dibujos, etc. • El perfil de los beneficiarios: - Menores con edades comprendidas entre los 8 y 13 años principalmente. Todos ellos detectados por los profesores o técnicos de las células de vigilancia por presentar indicadores de riesgo social (faltas de asistencia, absentismo, carencia de posibilidades de realizar sus tareas escolares en el domicilio, carencias económicas extremas, condiciones familiares en situación de vulnerabilidad). Han participado niños y niñas que viven en los barrios cercanos a las escuelas. Total alumnos / as que han participado en el programa : Escuela Pública “ALFATHE”: 154 alumnos / as Escuela Pública “BNIWERYARELL”: 190 alumnos / as Escuela Pública “BENSAID EL MAGRIBI”: 164 alumnos / as Escuela Pública “BENDIBANE 1”: 186 alumnos / as Total menores beneficiados de actividades: 694 alumnos / as 37 • Resultados de los beneficiarios: - Uno de los indicadores fundamentales marcados anteriormente entre los educadores y profesores, para medir el grado de impacto del programa en las escuelas, ha sido el porcentaje de aprobados y suspensos de los propios beneficiarios. Se realiza una obtención de datos a través de las calificaciones escolares, obteniendo: Más del 80% de los menores que han participado en el programa han superado el curso escolar. Dato significativo en comparación con el casi 40% de suspensos en años anteriores sin intervención externa. 38 • Las actividades lúdicas, deportivas y de ocio, han supuesto un apoyo al mantenimiento de los menores en las escuelas, un aumento de su motivación por el estudio, una mejora en la imagen de las escuelas públicas en los barrios con mayor vulnerabilidad y, en definitiva, una mejora de la calidad educativa. Las actividades lúdicas y formativas han formado parte de la programación con el objeto de poder ofrecer a los menores y contexto diferente y motivador. Estas actividades han provocado una mayor cohesión de grupo y una mayor confianza entre los educadores y los menores, hecho que ha facilitado recoger información sobre ellos. La valoración de estas actividades ha sido muy favorable tanto por parte de los propios menores como de los padres y profesores. 39 Las actividades realizadas han sido la organización de juegos exteriores, fiestas, salidas y excursiones a la playa, celebraciones de días especiales (día del medio ambiente), trabajos manuales, fiestas de fin de curso en todas las escuelas. Total alumnos que han participado de todas las actividades ha sido de 428 alumnos. • Actividad de sensibilización : La actividad de sensibilización sobre los riesgos de la emigración infantil irregular se ha desarrollado con todos los alumnos que han participado en el proyecto. Dicha actividad se apoya en materiales pedagógicos diseñados en el marco de un programa anterior financiado por la Unión Europea, Comunidad de Madrid, Entraide Nationale y la propia Asociación Paideia. Dicho material es un comic interactivo que los chavales desarrollan en pequeños grupos después de la realización de una dinámica para explicar los riesgos que produce la emigración de los niños. 40 Conclusiones y recomendaciones de buenas prácticas en el contexto escolar: En la actualidad, el contexto escolar necesita de mejoras estructurales para alcanzar un nivel de calidad óptimo. Por un lado, es preciso fortalecer las asociaciones de padres y madres en cada escuela. Su participación en la organización y control de la escuela así como de crear un protocolo con la dirección y la Secretaría de Educación Nacional para establecer mecanismos de seguimiento y evaluación. Es preciso integrar programas de actividades extraescolares para los niños y niñas. Estos programas deberían incluir aulas de apoyo y refuerzo escolar para aquellos que tienen un nivel bajo respecto al programa curricular. De esta forma, se disminuiría el número de menores con fracaso y absentismo escolar, problema fundamental en la escuela en Marruecos. La motivación y el refuerzo hacia los menores en la escuela suponen un objetivo prioritario y la base fundamental para poder desarrollar otros programas. Por 41 ello, se propone la realización de actividades extraescolares relacionadas con el deporte, el ocio, tiempo libre y el cuidado de la escuela. En la actualidad, son muchas las asociaciones tanto locales como extranjeras que disponen de programas socioeducativos para desarrollar en el contexto escolar. Desde la Secretaría de Educación Nacional, se debería establecer un protocolo de actuación con las asociaciones marcado por un convenio marco que establezca las condiciones y responsabilidades de cada parte. La población más necesitada y de especial vulnerabilidad debe suponer un objetivo prioritario para las escuelas. La situación de pobreza y, en muchas ocasiones, la falta de seguimiento de las familias tiene como consecuencia el absentismo escolar de los menores. Por ello, las células de vigilancia deben fortalecerse y trabajar de forma coordinada para detectar a los menores en esta situación y poder derivarlos a los recursos específicos para prevenir su fracaso. Por último, mencionar la necesidad de reformar infraestructuras y dotación de equipamiento nuevo en algunas de las escuelas como pupitres, sillas, pizarras, libros y otros materiales pedagógicos que sin duda, suponen herramientas para mejorar la calidad de la enseñanza y reforzar la motivación de los alumnos y el profesorado. 42 Conclusiones y recomendaciones de buenas prácticas en el contexto de calle: Es necesario, en primer lugar, ser conscientes de la existencia de niños que se encuentran en situación de calle y niños que viven en la calle, denominados “de la calle”. Esta concienciación debe estar tanto en las asociaciones que forman la sociedad civil, los propios ciudadanos y las administraciones públicas, y por ello, se debe de paliar esta situación con medidas sociales públicas. Estas medidas deben de aglutinar a todas las administraciones relacionadas con la infancia, desde ministerios como Salud Pública, Educación Nacional, Desarrollo Social, Juventud y Deportes… si bien, la problemática de los niños de la calle va siendo un tema del que no se hablaba a ser uno de los ejes centrales de estrategias, líneas y planes que tanto Marruecos como otros operadores pretenden de disminuir. Otro de los mitos que debemos de obviar es relacionar la situación de y en la calle por la que pasan muchos menores y la emigración infantil irregular. No todos los menores que tratan de emigrar de forma irregular proceden de la calle y no todos los niños de y en la calle desean emigrar. Si bien, la calle es un entorno de riesgo y vulnerabilidad por la que muchos menores que han emigrado han pasado, pero nunca debería de ser una causa de la emigración. La situación de niños de la calle es una consecuencia de numerosos entornos que no han dado respuestas a las distintas necesidades sociales y educativas. Desde la propia intervención con menores en la calle, tenemos que tener en cuenta que los profesionales que trabajan directamente con los niños, deben ser profesionales cualificados, con experiencia y con los objetivos muy claros. Deben manejar estrategias de intervención, saber trabajar en equipo, detectar las posibles respuestas de los menores ante ciertas actuaciones, capacidad de observación, asumir un cierto riesgo y saber comprender los fracasos de los menores como fases de la propia intervención educativa. 43 En este sentido, consideramos necesario dar la importancia que requiere la propia situación de los menores en la calle como la necesidad de tener un equipo de profesionales capaz de asumir la tarea educativa con calidad. La intervención con las familias de los menores debe ser inherente a nuestras actuaciones. En numerosas ocasiones, oímos a los menores y subjetivamente se critica directamente a las familias como únicas causantes de la situación. Es muy importante contar con la familia directa o extensa desde el primer momento que se detecta al menor en la calle. Los profesionales deben conocer los contextos familiares, escolares, con grupos de iguales… para poder diagnosticar y, por tanto, programar qué tipo de intervención individual vamos a desarrollar con los menores. Además, la reintegración familiar debe ser el principal resultado de nuestra intervención. Somos conscientes de las posibilidades de la integración de los menores en centros de protección social, pero únicamente como paso para su reintegración familiar. Los centros de protección social para los niños de la calle, además de cubrir con las necesidades básicas, tienen una función terapéutica que rompen con una situación grave de riesgo, pero nunca debe de ser un fin. Por ello, los equipos de profesionales que trabajen desde un entorno residencial deben, de igual manera, contar con la familia desde el inicio de la intervención. Por último, mencionar la necesidad de coordinación y participación por parte de todos los agentes socioeducativos, administraciones e instituciones de considerar la situación de calle como un contexto vulnerable y de riesgo que hay que erradicar, ofreciendo respuestas válidas para los menores. 44 45