Pídeme lo que quieras y yo te lo daré
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Pídeme lo que quieras y yo te lo daré
Índice Portada Dedicatoria Capítulo1 Capítulo2 Capítulo3 Capítulo4 Capítulo5 Capítulo6 Capítulo7 Capítulo8 Capítulo9 Capítulo10 Capítulo11 Capítulo12 Capítulo13 Capítulo14 Capítulo15 Capítulo16 Capítulo17 Capítulo18 Capítulo19 Capítulo20 Capítulo21 Capítulo22 Capítulo23 Capítulo24 Capítulo25 Capítulo26 Capítulo27 Capítulo28 Capítulo29 Capítulo30 Capítulo31 Capítulo32 Capítulo33 Capítulo34 Capítulo35 Capítulo36 Capítulo37 Capítulo38 Capítulo39 Capítulo40 Capítulo41 Capítulo42 Capítulo43 Capítulo44 Capítulo45 Capítulo46 Capítulo47 Capítulo48 Capítulo49 Capítulo50 Capítulo51 Capítulo52 Capítulo53 Capítulo54 Capítulo55 Capítulo56 Capítulo57 Capítulo58 Capítulo59 Capítulo60 Capítulo61 Capítulo62 Capítulo63 Capítulo64 Capítulo65 Epílogo Notas Créditos TedamoslasgraciasporadquiriresteEBOOK VisitaPlanetadelibros.comydescubreunanuevaformadedisfrutardelalectura ¡Regístrateyaccedeacontenidosexclusivos! Próximoslanzamientos Clubsdelecturaconautores Concursosypromociones Áreastemáticas Presentacionesdelibros Noticiasdestacadas Compartetuopiniónenlafichadellibro yennuestrasredessociales: ExploraDescubreComparte ParaJud,Eric,MelyBjörn,porqueellosmehanhechoentenderquelascosasquemerecenlapenaen lavidanuncasonsencillas. YparalasGuerrerasMaxwell,porrecibirmesiempreconlosbrazosabiertos. Milbesotes, MEGAN 1 Calor...,¡madremía,quécalormeestáentrando! EricZimmerman,miamor,mimarido,mideseo,mitodo,memirajuguetón. Lagentenosrodeamientrastomamosunacopaenlabarradelatestadolocal. Estamosfelices.Laúltimarevisióndelosojosdemiamor,trasregresardepasarlasNavidades en Jerez con mi familia, ha ido viento en popa. Su problema en la vista es una enfermedad degenerativaqueseagravaráconelpasodelosaños,perodemomentotodoestácontroladoybien. —Portiyportuspreciososojos,corazón—digolevantandomicopa. Mialemánsonríe,chocasucopaconlamíaymurmuraconvozronca,elmuyladrón: —Portiyportusmaravillososjadeos. Sonrío...,sonríe. ¡Adoroamimarido! Llevamoscincoañosjuntosylapasiónquesentimoselunoporelotroesintensa,apesardeque enlosúltimosmesesmigruñónfavoritoestédemasiadopendientedeMüller,suempresa. En este instante, Eric está ansioso de mí. Lo sé. Lo conozco. Y, mientras pasea la vista por mis piernas,veoelmorboensumirada.Esemorboquemeponeamilymehacedisfrutar. Séloquequiere,loqueanhela,loquedesea,yyo,sindudarlo,sentadaeneltaburete,selodoy. Noquieroesperarmás.Conungestoerótico,mesubolafaldademisensualvestidonegroyabrolas piernasparaél.Paramiamor. Ericsonríe.¡Meencantasusonrisapícara!Y,antesdequepregunte,susurro: —Nollevo. Su sonrisa se amplía al saber que no llevo bragas. ¡Qué bribón! Entonces, tras acercarse a mí, paseasubocaporlamíaymurmuraponiéndomeacien: —Meencantaquenolaslleves. Segundosdespués,susmanosrecorrenmismuslosposesivamenteyconseguridad.Tiemblo. Mirespiraciónseacelera,micuerposeenciendey,cuandosientocómoesasmanosqueadorose desplazanhacialacarainternademispiernas,cierrolosojosyjadeo. Eric sonríe..., yo sonrío y doy un pequeño saltito sobre el taburete cuando su dedo separa los labiosdemivaginayseintroduceenmiinterior. ¡Oh,Dios,cómomegustaquelohaga! Cierrolosojosextasiadaporelmomentoyeljuego.Esemorboso,calienteyapasionadojuego que, ahora que somos padres, nos permitimos menos de lo que nos gustaría pero, cuando lo hacemos,lodisfrutamosconfrenesí. —Pequeña... Pequeña...¡Mmm!Mefascinaquemellameasí. —Pequeña,abrelosojosymírame—insisteconsuvozroncacuandosacaeldedodemiinterior. Suvoz...Adorosuroncayfascinantevozconeseacentazoalemánquetiene,y,sinvacilar,hago loquemepideylomiro. EstamosenelSensations,unlocalswingerdeintercambiodeparejasquefrecuentamossiempre quepodemosydondedejamosvolarnuestrafantasíayalimentamosnuestrosmáslujuriososdeseos. Hemos quedado con Björn y Mel, nuestros grandes amigos. Unos amigos con los que compartimos,ademásdeldíaadía,unapartedenuestramorbosaycalientesexualidad,aunqueentre Melyyonuncahahabidonada,nilohabrá. Ericsemiraelrelojyyolomirotambién.Lasdiezyveinte. Veinteminutosderetrasoy,sindudarlo,miamorsacasumóvilconsuúnicamanolibre,puesla otralatieneentremispiernas,haceunacortayrápidallamaday,cuandocuelga,dicemetiéndoseel teléfonoenelbolsillodelpantalónoscuro: —Novienen. Nopreguntoelporqué,mástardemeenteraré. Sólo deseo disfrutar del placer que me ocasiona lo que la mano de mi amor hace entre mis piernas,ymáscuandoloveomirarhaciaungrupodehombresyséloquepiensa.Sonrío. EnelSensationshaymuchosconocidosconlosquehemosdisfrutadodelsexo,perotambiénhay desconocidos,loquelohacemásinteresante.Mefijoenunhombrealtodepelooscuroquetieneuna bonitasonrisa,ysindudarlodigo: —ElmorenodelacamisablancaqueestáconOlaf. Ericloobservaduranteunossegundos,séqueloanalizay,finalmente,congestopícaro,pregunta antesdecogersucopa: —¿Élyyo? Asiento mientras continúo sentada en el taburete. Me acaloro y, segundos después, el moreno, que,todoseadicho,físicamenteestámuybien,seplantaanuestroladotrasunaseñadeEric. Todoslosqueestamosallíentendemosellenguajedelasseñas,ydurantevariosminutoslostres hablamos. Se llama Dennis y es amigo de Olaf. Y, aunque nosotros no lo hemos visto antes, nos comentaquehaestadoenellocalenalgunaocasión. UnavezqueEricyyodecidimosquenosagradalacompañíadeaquélparaqueentreennuestro juego,miamorponelamanoenunodemismuslosyDennis,sindudarlo,posalasuyaenmirodilla. Lamasajea.Soyconscientedecómomimaridoobservaloquehace,cuandolooigodecirentono íntimo: —Subocaessólomía. Dennisasiente,yséquehallegadoelmomentoquelostresestábamosbuscando. Sindudarlo,mebajodeltabureteyEricmeagarraconfuerzadelamanoymebesa. Echamos a andar hacia los reservados, y los gemidos gozosos y excitantes procedentes del interiorcomienzanallenarmisoídos. Gemidosdeplacer,goce,gustazo,regocijo,éxtasis,felicidad,lujuria,diversión. Todos los que estamos en el Sensations sabemos lo que queremos. Todos buscamos fantasía, morbo,desenfreno.Todos. Durante el camino, noto cómo la mano de Dennis se posa en mi trasero. Lo toca y yo se lo permito y, al llegar frente a una puerta donde hay un cartel en que se lee SALA PLATA, los tres nos miramosyasentimos.Sobranlaspalabras. Eslasaladelosespejos.Unasalamásgrandequeotrasdellocal,convariascamasredondasy sábanas plateadas donde, mires a donde mires, te ves a ti mismo en mil posiciones gracias a los espejos. Nosoynuevaenestopero,enelmomentodeentrarenunasala,micuerposeeriza,mivaginase lubrica,yséquevoyadisfrutarunabarbaridad. Unavezdentrodelahabitación,comprueboquelaluzesmástenuequeenelrestodellocal,y vemosaotraspersonaspracticandosexo.Sexomorboso,calienteypecaminoso.Unaclasedesexo quemuchagentenoentiende,peroqueyoveocomoalgonormal,porquelodisfrutoyesperoseguir disfrutándolodurantemuchotiempoconmiamor. Nadamáscerrarlapuerta,miramosalosdoshombresyalamujerquesediviertenalfondodela habitación.Oírsusjadeosysuscuerposchocaryliberarsees,comopoco,excitante.Ericmeagarra posesivamenteporlacinturaymurmuraenmioído: —Enloquezcoalpensarenposeerteasí. Ufff...,¡loquemeentra! Llevamosjuntosvariosaños,peroelefectoZimmermansigueenmí. ¡Mevuelveloca! Acaloradaporelmomento,sonrío.Sinsoltarmedelamano,Ericcaminahaciaunadelascamas redondas,dondehayvariospreservativosy,alllegarjuntoaella,sesientaymemira. YomequedodepieanteélcuandoDennis,queestádetrásdemí,seacercaymeagarraporla cinturaparapegarmeasucuerpo.Suerección,atravésdelaropa,mehacesaberlomuchoqueme desea.Susmanossepierdenenelinteriordemivestido.Metoca.Tocamispechos,mivagina,mi trasero,yEricnoscontempla.Lamiradaveladademorbodemiamorporloquevemevuelveloca. Entonces,oigoqueDennisdiceenmioídoconsuparticularacento: —Megustaquenollevesbragas. Apenas puedo dejar de mirar a Eric, que nos observa. Disfruta con lo que ve, tanto como yo disfrutoconloquelasituaciónmehacesentir. Nuestracompenetraciónsexualnoshaceestarbien.Quemetoqueesehombreoqueotramujerlo toqueaélenesosencuentrossexualesnonosencelaporquesiemprelohacemosjuntos.Esosí,fuera denuestrosjuegos,yeneldíaadía,loscelosantecualquieraquesimplementenosmireonossonría noshacendiscutiracaloradamente.Somosraros,losé.PeroEricyyosomosasí. Unavezharecorridoconlasciviamicuerpo,Dennissacalasmanosdedebajodemiropay,tras desabrocharunfinocorcheteenellateraldemicintura,meabreelvestidoy,segundosdespués,éste caeymequedocompletamentedesnuda. Nibragas,nisujetador.Tengoclaroaloquevoyyloquequiero,¡olépormí! Losojosdemiamorseachinandedeseo,yyosonrío.Lomiroysientocómosurespiraciónse aceleraanteloquemuestrosinningúntipodepudor.Sinperderunsegundo,selevantadelacamay comienzaadesnudarse.¡Bien! Primerosequitalacamisa. Madremía...,madremía...,cómomegustamimarido. Conunasonrisitaquemecalientahastaelalma,sedescalza,despuéssedesabrochalospantalones y,trasquitárselos,loscalzoncilloscaentambién. AntemíquedamiDios,miamor,migilipollasparticular,ymeestremezcoalversuerección. SiestuvieraenFacebook,pondríaun«Megusta»muy...muygrande. NotoqueDennishacelomismoqueErichahechosegundosantes.Losientomoversedetrásde míyséqueseestádesnudando. ¡Bien,estoydeseandoquemehagansuya! Una vez los tres estamos desnudos, Dennis y Eric se colocan frente a mí, orgullosos de sus cuerpos.Susgestoslodicentodoy,dandounpasoalfrente,mearrodilloanteellos,cojosusdurosy tersospenesconlasmanosylospaseocondulzurapormimejilla. Veocómoseestremecenanteloquehago,mientrasyopiensoqueenbrevesinstantesseránpara mí,sóloparamí. Segundos más tarde, siento la mano de Eric en mi cabeza y, después, la de Dennis. Ambos me masajeanelcuerocabelludoanimándomeaquemimeloquetengoentrelasmanos.Poreso,primero unoydespuésotro,introduzcosuspenesenmihúmedaycalientebocaydisfrutodelmorboqueesa acciónmeprovoca. Losnototemblar,tiritar,vibrarconloquemibocaymilengualeshacen,ymegusta.Mesiento poderosa. Séqueeneseinstantesoyyolaquetieneelpoder,yasíestamosvariosminutos,hastaquesuelto susmásquedurospenes.Ericmehacelevantardelsueloparaquelomireysusurraexcitado: —Dametuboca...,dámela. Lapeticióndemiamoresloquemásdeseo. Mibocaessuboca.Suya. Subocaesmiboca.Mía. Enelsexonosunimoshastasersólounapersona.Totalmenteentregadoamisdeseos,Ericchupa mi labio superior, después el inferior y, tras darme un mordisquito que me hace sonreír, murmura mientraslasmanosdeDennissepaseanportodomicuerpoyseintroducenentodoslosrecovecos: —¿Tegusta,Jud? Asiento.¿Cómonovoyaasentir? De pronto, las manos de mi guapo marido y las de aquel extraño se unen y juntos me tocan lentamentehastavolvermeloca.YentoncesoigoaEricdecir: —Dennis,siéntateenlacamayofrécemeamimujer. Elaludidohaceloquemiamorlepide. MehacesentarsobreéldecaraaEric.Meflexionalaspiernasy,traspasarlasmanosbajomis muslos,meabreparaEric,yentonceséstedicesindejardeobservarme: —Despuésseréyoelqueteofrezcaaél.¿Deacuerdo,Jud? Asiento...,asientoyasiento. Enloquezcoconelmorboqueesomeocasiona.ConEricamilado,meencantaráserofrecidaa quienélquiera. Unestremecimientomerecorreelcuerpoalsentircómomiamorseacerca,flexionalaspiernas paraponerseamialturay,deunfuerteempellón,mepenetra. Yogritodeplacer.Elsexonosgustafuertecitoy,parafacilitarnoselmomento,Dennismesujeta confirmezamientrasEricseaprietacontramíenbuscadeeseplacerextremoquenosenloquecey noshaceserélyyo. Mis pezones están duros, mis pechos se mueven a cada embestida de mi amor, y Dennis, encantadoconloqueve,dicecosasenmioídoquemeponenamilyquedeseoquehaga. Sindescanso,Ericprosigueconsusembestidas.Siete...,ocho...,doce... Nuestrasmiradassefusionanyloanimoaquesiga,aquemeempale,aquemefollecomoséque nosgusta,ylohace.Lodisfruta,lovive,losaborea,tantocomolohagoyo. Peroelplacermevaahacerexplotar,mientrasobservoelautocontroldemiamor. Apesardeestarposeídoporlaexcitacióndelmomento,Ericsiempremantieneelautocontrol.No comoyo,quemedescontroloencuantolalujuriameposee.Porsuerteparamí,amboslosabemos,y tambiénséqueaéllegustaqueenesosinstantesyosealoca,desinhibida,excesivaeinsensata. Sinembargo,eneltiempoquellevamosjuntos—apesardetodoydemicarácterespañol,que mehacesercompletamenteopuestaamialemán—,enciertomodoheaprendidoacontrolar,dentro demidescontrol.Séqueesraroentenderloquedigo,peroesverdad.Amimodo,yacontrolo. Eltiempopasa,misjadeossubenvariosdecibelios,yEric,enloquecido,meagarraporlacintura y me arranca de manos de Dennis, por lo que quedo suspendida en el aire. No aparta su azulada miradademí,ymemanejaasuantojosindejardeclavarseunayotravezenmiinterior. ¡Quéplacer!¡NadiesabeposeermecomoEric! Comopuedo,meagarroasucuello,aeseduroyfuertecuelloalemánquemevuelveloca. Uno...,dos...,siete...Todayovibro. Ocho...,doce...,quince...Todayojadeo. Veinte...,veintiséis...,treinta...Todayogritodeplacer. Elcalorquelasembestidasdemiamormeproducenmequemalasentrañas. Aloírmeyvermiexpresión,mimaridoenloquecededeleite.Losé.Lodisfruta.Lopongoacien. Sólotengoqueversumiradaparasaberquelegustaloqueve,loquesiente,loquedayloque recibe. Y cuando, segundos después, mi chorreosa vagina tiembla por su posesión, tengo convulsionesy,trasungritodegoceincreíble,miamorsabequehellegadoalclímax. Gustoso,separaaobservarme.Legustavermiplacery,cuandoconsigoregresaramicuerpo, despuésdesubiralséptimocielo,lomiroconunasonrisaquemellenaelalma. —¿Todobien,pequeña?—pregunta. Asiento...,nopuedohablar,yEric,queesconscientedeello,dice: —Adoro ver cómo te corres, pero ahora nos vamos a correr los tres, ¿de acuerdo, Jud? — Asientodenuevo,sonrío,yEricmurmuramientrasmebesa—:Ereslomásbonitodemivida. Suspalabras... Sugalantería... Sumaneradeamarme,demirarmeodeseducirmemecalientadenuevohastaelalma. Él lo sabe y sonríe, me muerde el labio inferior y, al tiempo que mueve la cadera, vuelve a profundizar en mí y yo vuelvo a gritar. La Jud malota ha aflorado y, clavándole los dedos en la espalda,susurrojadeantemientraslomiro: —Pídemeloquequieras. Esafrase... Esaspalabraslovuelventanlococomoamíy,deseosadequeenloquezcamás,insisto: —Folladmelosdos. Miamorasiente,ynotocómoletiemblaellabiodelujuriamientrasmisterminacionesnerviosas sereactivanendécimasdesegundoytodasupotenciavirilmehaceentenderqueélysóloélesel dueñodemicuerpoydemivoluntad. Condeleiteysinsalirsedemí,miamormiraaDennis,yoigoquedice: —Sobrelacamahaylubricante.Vamos,úneteanosotros. Aloíreso,mivaginasecontraeyrodeaelpenedeEric.Ahoraesélquienjadea. Dennisseponeunodelospreservativosquehayencimadelcolchón.Cuandoacaba,cogeelbote delubricante.Yosigoempaladapormiamorysujetaasucuello.Ningunodelosdosnosmovemos, onopodríamosparar.Esperamosanuestrotercero. Dispuestoadisfrutartambién,Dennismedaunpardecacheteseneltraseroquepicanperoquea Ericlehacensonreír.Abreelbotedelubricantey,mientraslountaenmitraseroeintroduceundedo enmiano,diceparaquelooigamoslosdos: —Mueroporentrarenestepreciosoculito. Eric y yo nos miramos e, instantes después, mi amor me separa las nalgas y me ofrece a él. DenniscolocalapuntadesupeneenmianoyEricmurmura: —Cuidado...,concuidado. El grueso miembro de Dennis se introduce en mí poco a poco, mientras yo abro la boca para respirar como un pececillo y Eric, mi controlador amor, me observa para asegurarse de que todo está bien. No hay dolor. Mi ano ya está dilatado y, segundos después, los dos me tienen totalmente empalada.Unopordelanteyotropordetrás.Esaposesión,depie,esalgonuevoparamí,algoque sólohehechounpardevecesy,cuandomiamorcomienzaamoverse,yogritodeplacerymedejo poseer. Quieroquememanejen... Quieroquemehagangritardegustazo... Quierocorrermedeplacer... EricyDennissabenmuybienloquesehacen.Sabendóndeestáellímitedetodojuegoy,sobre todo,sabenquesoyimportanteyqueanteelmásmínimodolorhandeparar. Peroeldolornoexiste.Sóloexisteelgoce,elmorboylasganasdejugar. —Notecorrastodavía,Jud—pideEricalvercómotiemblo. —Espéranos—insisteDennisamediavoz. Jadeo...¡Andaqueesfácilloquepiden! Micuerposerebela.¡Quiereexplotar! Elorgasmoenelinteriordemíquierereventardeplacer,perointentobuscarmiautocontrol,ese que creo tener, y esperarlos. He de hacerlo. Sé que, llegado el momento, el éxtasis será más enloquecedor.Másdevastador.Másembriagador. Durantevariosminutosnuestroinquietantejuegocontinúa. Tiemblo...Tiemblan. Jadeo...Jadean. Micuerposeabrepararecibiraesosdosadonisconlujuria,ymedejollevarymanejar. ¡Oh,Dios,cómolodisfruto! Cómomegustaloquemehacenycómomegustasentirmellenadeellos. Sí.Esoesloquequiero.Esoesloquemegusta.Esoesloquedeseo. Sindescansosemueven,buscansusatisfacción,medanplacer,jadeanyresoplanhastaqueambos ycasialunísonodanunalaridoagónicoalclavarseenmí.Entoncesséqueelmomentohallegadoy porfinmepermitoexplotar. Mi cuerpo se relaja, mi grito me libera y siento que los tres subimos al cielo de la lujuria mientras vibramos dentro de nuestro propio éxtasis. Sin lugar a dudas hemos conseguido lo que buscábamos:morbo,lascivia,fantasíaysexo.Mucho...muchosexo. Durantehoras,disfrutamossinlimitacionesdetodoaquelloquenosgusta,nospone,nosexcita, hastaque,trasunanocheplagadadevoluptuosidadysensualidadenelSensations,nosdespedimosde Dennis,yconfirmoqueesbrasileño. Cuando salimos del local y caminamos hacia el coche, pregunto por nuestros amigos Björn y Mel.ErictuerceelgestoymeexplicaqueaBjörnlehanvueltoapiratearlawebdesubufete.Esome sorprende.Yaeslaterceravezenmenosdeunmes.Nuncaentenderéaloshackers. ¿Quégananhaciendoeso? AlastresdelamadrugadallegamosanuestracasaenMúnich.Estamosagotadosperofelices. Una vez metemos el coche en el garaje, Susto y Calamar, nuestros perros, vienen a saludarnos comosillevaranmesessinvernos.¡Quéexageradosson! —Estosanimalesnuncavanacambiar—protestaEric. Mialemánadoraanuestroscariñososbichitos,peroenocasionestantaefusividadloagobia. Hay cosas que no cambian, y aunque sé que Eric ya no podría vivir sin ellos, siempre protesta cuandolobabosean,poresoélsequedaenelinteriordelvehículomientrasyosalgoymedeshago encariñosconnuestrasmascotas. Deprontocomienzaasonarmúsicaenelinteriordelvehículoyyo,sinmirar,sonrío.Michico, milocoamor,sabequeadoroAquenomedejas,[1]lacanciónqueinterpretanmiAlejandroSanzy AlejandroFernández.¡Vayadostitanes! Cuandooigoqueseabrelapuertadelcoche,loobservoycuchicheodivertidaalverlosalirdeél: —¿Quieresbailar,Iceman? Mirubiosonríe.Dios,¡québonitasonrisatiene! Estos tontos momentos, estos bailecitos románticos que tanto me gustan, no se repiten con la frecuencia que querría, pero mirando a mi amor me desahogo como una tonta y sonrío. Sin duda, cuandoquiere,Ericlohacemuy...muybien. Me encanta cómo se acerca a mí con su gesto serio, me pone a cien, y, obviando a Susto y a Calamar, recorre lenta y pausadamente mi cintura con sus grandes manos, me acerca a él y comenzamosabailaresaincreíblecanción. Rodeados por la música, nos movemos en el garaje mientras nos comemos con a los ojos y tarareamosconunasonrisaaquellode«Aquenomedejas».[2]Sinduda,niyolodejo,niélmedeja a mí. Discutimos, nos peleamos día sí, día también, pero no podemos vivir el uno sin el otro. Nos amamosdeunamaneralocaydesesperadacomocreoquenuncavolveremosaamaranadie. Cuando la canción acaba, Eric me besa. Tiemblo excitada. Su lengua recorre el interior de mi bocadeformaposesivay,cuandodamosporfinalizadonuestroapasionadobeso,looigomurmurar contramislabios: —Tequiero,pequeña. Asiento...,sonríoy,extasiadaporlasincreíblescosasquemehacesentirsiemprequeseponetan romanticón,murmuro: —Mástequieroyoati,corazón. Unaveznosrecomponemos,nosdespedimosdeSustoyCalamary,cuandoEricmedalamano paraentrarencasa,digoquitándomelosaltoszapatosdetacón: —Dameunsegundo.Lostaconesmematan. Aloírme,mialemánsonríey,comosoyunaplumaparaél,mecogeentresusbrazosycomienza a subir la escalera conmigo. Ambos reímos. Al llegar a la primera planta, Eric se para ante la habitacióndeFlyn,abrelapuerta,lovemosdormirysonreímosorgullososdenuestroadolescente decatorceaños. ¡Quérápidocrecenlosniños! HacenadaeraunserbajitodecaritaredondaypósteresenlasparedesdeljuegomangaYu-GiOh!,yahoraesunjovenlarguirucho,delgado,conpósteresdeEmmaStoneensuarmarioyesquivo connosotros.Cosasdelaedad. Después,vamosalahabitaciónquecompartenEricyHannahy,alabrirlapuerta,Pipa,lainterna quenosechaunamanoconellos,selevantadelacamaydice: —Lostresniñosduermencomoangelitos. Ericyyosonreímos. Angelitos...,loquesediceangelitosnoson.Peronoloscambiaríamosporlosmejoresangelitos delmundo. Conamor,miramosalpequeñoEric,queyatienecasitresañosyesuntrastoquetodolotocay todo lo rompe, y a la pequeña Hannah, que tiene dos y es una gran llorona, pero nos sentimos los padresmásafortunadosdelmundo. Un par de minutos después, Eric y yo entramos en nuestra habitación, nuestro oasis particular. Allí nos desnudamos y vamos derechos a la ducha, donde nos mimamos y nos besamos con adoración.Luegonosacostamosynosdormimosabrazados,agotadosyfelices. 2 Alamañanasiguiente,cuandoEricmedespiertaymeanimaalevantarme,estoyhechaunoszorros. Vamosaver,¿porquéantespodíapasarmelanocheenvela,dejuerga,yahora,cuandosalgo,al díasiguientemecuestatantoreponerme? Sinlugaradudas,ycomodiríamisuperhermanaRaquel,¡cuchufleta,laedadnoperdona! Yescierto. Hastahaceuntiempomicuerposerecuperabarápidamente,peroahora,cadavezquetrasnocho, aldíasiguienteestoyfatal. ¡Mehagomayor! Losniños,queyasehanlevantado,nosesperanconPipaySimonaenlacocina. Mientrasseviste,Ericmemiraydice: —Vamos,dormilona.Levanta. Yomiroelrelojyresoplo. —Perosisólosonlasnueveymedia,cariño. Atravésdemispestañas,veocómoélsonríeyseacercaamí. —De acuerdo —responde—. Sigue durmiendo, pero luego no te quejes cuando te cuente las graciosaspedorretasquehaceHannaholasrisasdelpequeñoEricporlamañana. Pensarenellosmereactivaelalma.Sólopodemosdesayunarloscincojuntoslosfinesdesemana y,comoadoroamisniños,melevantoymurmuro: —Vale.Espérame. Ericmeobservaysonríecuandocaminohaciaelbaño. Me miro al espejo. Mi aspecto deja mucho que desear: pelo revuelto, ojos hinchados y gesto agotado. Aun así, en lugar de regresar de nuevo a la cama, me lavo la cara, los dientes y, tras recogermelamelenaenunacoletaalta,vuelvoalahabitación. —Quieromibesodebuenosdías—exigeEricmirándome. Encantada por su petición, lo beso, lo beso y lo beso y, cuando mi respiración se acelera, él murmuramimoso: —Mesabemaldecirtequeno,perolosniñosnosesperan. ¡Aisss, los niños...! Desde que tenemos niños y Eric está tan centrado en la empresa, nuestros momentos locos como el de la noche anterior bailando en el garaje casi se han esfumado, aunque cuandolostenemosson¡lomejor! Meentralarisa.¿Porquémimaridomeponeacienacualquierhoradeldía? Conmiradadevíboradivertida,meseparodeélymepongorápidamenteunabata.Noeslomás sexidelmundo,peroeslomássocorridoaestashoras. Unavezlistos,michicomecedeelpasoparaquevayadelantedeély,encuantosalimosdela habitación,medaunazoteeneltraseroymurmuracuandoyolomiro: —Anochelopasamosbien,¿verdad? Asiento. —Túyyosiemprelopasamosbien—respondoenamoradadeélcomounacolegiala. Sonríe...,sonríoy,cogidosdelamano,nosencaminamoshacialacocina. Al entrar, Flyn, mi mayorzote, que ahora no da besos porque le parecen absurdos, protesta cuandointentobesuquearlo. —Mamáaaaaaaaa,porfavorrrrrrrr—dicehuyendodemisbrazos. —Dameunbeso,quelonecesito—insistoparahacerlorabiar. Perominiño,queyaestáenplenaedaddelpavo,memiraydicecontonodereproche: —Jolines,¡paradeunavez! Sugestomehacereír. ¿Dequiénhabrásacadoesecaráctergruñónyserio? FinalmentemeacercoamipequeñoEric,aesepequeñorubialesquealgúndíaseráuntipoduro comosupadre,ymelocomoabesos.Él,aligualquesuhermanoFlyn,retiraelrostro.Nolegusta queloachuchen,peroamímedaigual,¡loachuchodoblemente! ConelrabillodelojoveoqueSimonayPipasonríen.Siguensinentendermicarácterespañolde besuquearatodoelquepuedo.Unavezacaboconelniño,mevoyderechaaHannah,quealverme sonríe. ¡Melacomo! A pesar de que es una gran llorona, cuando Hannah no llora tiene la sonrisa más bonita del planeta.Esmorenitacomoyo,perolatunantatienelamismaexpresiónintrigantedeEric,yesome encanta.Meemociona.Mefascina. Unavezheachuchadoamistrespequeñosamores,mesientoalamesadelacocinayFlyndice: —¡Menudajuerguecitatehaspegado,mamá!Tucaralodicetodo. Oíresomehacesonreír. ¡Siélsupiera! Sinlugaradudas,miadolescentesefijaentodo,ymientrasEriccogeaHannahparabesarlacon amor,respondo: —Cariño,sólotediré¡quemelopaségenial! —Ytú,papá,¿tambiénlopasastegenial?—veoquepreguntaFlyncurioso. Ericlomira.Sequedaestáticoy,alversugestodesconcertado,decidoresponderporél: —Tanbiencomoyo,Flyn.Telopuedoasegurar. Aloírme,mimaridomemira,sonríeyyoleguiñounojoconcomplicidadmientraslequitoal pequeñoEricelchupetedesuhermana. Duranteunbuenrato,apesardequePipaySimonaestánconnosotros,Ericyyonosencargamos dedardedesayunaranuestrospollitos.Sonadorables.Peromiinstintodemadrehacequeescaneea Flyn,ymedoycuentadequemeobservatrassuspestañasoscurasylonotoinquieto. Bueno...,bueno...¿Quéhabráhechoestavez? Desdehaceunosmeses,laactituddeFlynconrespectoalmundoengeneralhacambiado.Sepasa mediavidapegadoalteléfonomóvilyalordenadormientrasinteractúaconlasredessociales.Eso sacadesuscasillasaEricyenocasionesdiscuteconél,peroFlynsiempresesaleconlasuyaysigue consuscosas. Sinembargo,mientrasdoydedesayunaralpequeñoEric,soyconscientedequealgopasa,ysu miradamehacesaberqueocultaalgo. Concautela,observoamimarido.Porsuerte,estátanensimismadoconlaspedorretasdeHannah mientrasledalapapillaquenosehapercatadodelamiradadeFlyn. La cuchara que tengo en la mano se me cae. El pequeño Eric, Superman, como lo llama su tío Björn,mehadadounmanotazoy,traspellizcarleelmoflete,melevantoacogerunacucharalimpia antesdequeSimonaoPipameladen.EsomeofrecelaoportunidaddeacercarmeaFlyn. —¿Quétepasa?—cuchicheo. Élnomemira,peroresponde: —Nada. —¿HasdiscutidoconDakota? El gesto de Flyn se ensombrece. Dakota es su novieta, una niña encantadora, compañera de colegio. —Dakotayaespasado—replicaélentonces,sorprendiéndome. Yolomiroboquiabierta. —Pero...pero,cariño,¿quéhapasado? Flyn me mira como si fuera un bicho raro. Seguro que piensa que soy la última persona del universoalaquelecontaríaloquehapasadoconsunovieta. —Nada—responde. —Pero,Flyn... —Mamá...,noquierohablardeello.Dakotaesunasosa,unaestrechay... —FlynZimmerman—locorto—.¿Cómopuedesdeciresodeesachicatanencantadora? Lamadrequeloparió.Estrecha,diceelmocoso.¡Hombres! Y,cuandovoyaañadiralgomás,aclaracongestoserio: —Paratuinformación,ahorasalgoconElke. —¿Elke?—preguntodenuevoperpleja—.¿QuiénesElke? —Joder... —Eh...,¿hasdicho«joder»?—protestodispuestaaregañarlo. —¿Quécuchicheáisvosotrosdos?—oigoentoncesquepreguntaEric. Flynyyolomiramosalunísonoy,conelmayorgestoinocente,decimosalavez: —Nada. Sin apartar los ojos de nosotros, Eric sonríe y, antes de meterle a Hannah otra cucharada de papillaenlaboca,murmura: —Vosotrosyvuestrossecretitos. Me hace gracia su comentario. Tiene razón. Aunque Flyn ya no me cuenta tantas cosas como antes,síqueesciertoqueveenmíunprimerapoyoyeso,aunqueaEriclegusta,séqueenelfondo leescueceunpoquito. Unavezhemosterminadodedarleseldesayunoalosenanos,Flynmemiraypregunta: —¿Nosvamos? Supreguntamehacesonreír. Los sábados por la mañana es nuestro momento de salir con las motos y divertirnos por el campo,porloquemiroaEricydigo: —¿Tevienes? Miamormeclavasumirada.DespuésmiraaHannahyaEricyfinalmentedicealvercómoFlyn desaparecedelacocina: —Hoyno.Tengoqueatenderunpardellamadasde... —¡Essábado,Eric!—protesto—.Hoynotrabajas. Mimaridosonríeyaclaraponiendolosojosenblanco. —Seráalgorápido,cielo.Además,prefieroquedarmeconlospequeños. Asiento.Noentiendoquedebaseguirtrabajando,perosíquedeseeestarconlosniños.Yoestoy todalasemanaconellosysalirelsábadoporlamañanaconlamotomedesahoga.Leguiñounojoa michicarrónydigo: —Deacuerdo.Flynyyonosvamos. Pipa me sustituye rápidamente con el pequeño Eric, mientras que el Eric mayor me coge de la mano,meparay,mirándomeconseriedad,dice: —Tenedcuidado. Asiento.Leguiñounojoycorroamihabitaciónparacambiarme. Alllegarallí,sacomiequipodemontarenmoto.Comosiempre,melopongoconunasonrisaen labocay,cuandomeajustolasbotasycierrolosbroches,miimpacienciaestremenda. Cuando acabo, bajo los escalones de dos en dos y corro al garaje. Allí ya me espera Flyn, equipadoconsumonoazul.SaludoaSustoyaCalamar,yluegodigomirándoloaél: —TienesquecontarmequiéneslatalElke. —Paso. Su pasotismo últimamente me tiene un poco mosqueada, pero como quiero reírme con él, cuchicheo: —¿AcasoElkenoesestrecha? SumiradaaloZimmermanmetraspasa. —Vale..., vale... —suspiro—. Eso es cosa tuya, pero al menos me contarás qué ha ocurrido con Dakota,¿no? Sincontestar,Flynseponeelcascoy,mirándome,pregunta: —Hoyquenovienepapá,¿vamosalapista? Esohatenidogracia.CuandoEricnosacompaña,solemospasearconlasmotosporelcampoy hacerpocaslocuras.Seponeenfermosinosvecorrerriesgos.Perocuandoélnoviene,Flynyyo nosacercamoshastaunapistacercanademotocrossparadesfogarnos.Miniñonoestanosadocomo yo a la hora de saltar, pero algún saltito que otro da, y yo lo aplaudo cuando veo su cara de satisfacción. Una vez nos subimos a las motos, salimos del garaje, saco el mando que abre la cancela del bolsillodemicazadoradecuerorojayblancay,trasaccionarlo,observocómolaverjaseabre. Con voz de ordeno y mando, regaño a Susto. El muy tunante ya quiere salir corriendo, pero cuandooyequelegrito,sesientajuntoaCalamarynosemueve.¡Quélindoes! Flynyyodamosgasysalimosdelaparcela.Nosdetenemoshastaverquelaverjasehacerradoy los perros se quedan dentro y, después, aceleramos a toda mecha para dirigirnos a una explanada cercana.Duranteunbuenrato,disfrutamosconlasmotosporelcampo,hastaquenosacercamosala pistademotocross.Allí,comosiempre,disfrutoymedesfogo.Lonecesito.Estartodalasemanacon losniñosencasamegeneraunestrésquenoledeseoanadie. Adoroamishijos.Noloscambiaríapornadadelmundo,peromegustaríaqueEricentendierade una vez por todas que necesito trabajar. El problema es que siempre que lo menciono terminamos discutiendo.Raro,¿verdad? SegúnEric,nomehacefalta.Élmelodatodo,peroyonoquieroeso.Yoquierohaceralgomás que criar niños. Tras nuestra última discusión al respecto, la fecha tope que le di para comenzar a trabajarseestáacercando,ymeimaginoquevolveremosatenerunabuenapelea.Lointuyo. Agotadatrasdarvariasvueltasporlapistaysaltarobstáculos,finalmenteparolamoto,mequito elcascoyesperoaFlyn. Unavezestáamilado,hacelomismoqueyo,yentoncesabrounapequeñamochilaquellevoa laespaldaysacounasbotellitasdeagua.Estamossedientos.Unavezsaciadalased,meapoyoenla motoypregunto: —Muybien.Cuéntame,¿quéhapasadoconDakota? Mihijoresopla—esoselohepegadoyo—,yalverquenolequitolavistadeencima,responde: —Dakota es una cría..., eso es todo. —Su respuesta me sorprende y, cuando ve que voy a decir algo,añade—:Y,sinoteimporta,nomeapetecehablardeello. —Puesmeimporta—replicoconsequedad. Lomiroalaesperadequemelocuentecuandoelmuysinvergüenzasuelta: —¡Joder,mamá!Esmividaprivada. Molestaporsutono,másqueporlapalabrota,contesto: —Es la segunda vez esta mañana que dices una palabra que no me gusta, pero menos me ha gustadoeltonitoquehasempleado.SitepreguntoporDakotaesporquelaconozco,esunabuena niñay... —Yamíyanomegustaporquemeaburre.¿Quéquieresquetediga? Vale..., está claro que Dakota es pasado. Me apena. Es una chica encantadora y me gustaba bromearconella.Peroquieroentenderloqueocurre,asíqueinsisto: —Muybien.NohablemosdeDakota.¿QuiénesElke?Porque,queyorecuerde,nuncateheoído mencionaresenombre. ElgestodeFlynsesuavizay,conunamediasonrisa,murmura: —Elkeesincreíble.Esguapa,divertidayestábuenísima. Eltérminomedejaalucinada,peroprocuroserprecavidacuandopregunto: —¿Hallegadonuevaesteañoalinstituto? —No. —¿Entonces? —Estárepitiendocursoy,antesdequepreguntes—diceelmuysinvergüenza—,loestáhaciendo porquesuspadressesepararonelañopasadoyellanolollevóbien. Vercómoladefiendemehacesonreír,yfinalmente,trasdaruntragodeagua,murmuro: —Flyn,mepreocupoportiporquetequiero. Elcríoasiente.Nosonríecomootrasvecesy,sinimportarlemimomentosensiblero,seponeel cascoydicesinmirarme: —Meparecemuybien.Oye,¿quétalsitevasadarunossaltosyregresodentrodeunahora? —¡¿Qué?! MievidentesorpresaporquequieraquitársemedeencimahacequeFlynañada: —Mamá,megustaríairconlamotoaveraElke,peronoquieroquevengasconmigo.Yanosoy uncrío,ynonecesitounaniñera. Anda,mimadre,¡miraelmayor! Oíresomehacegracia,peronoestoydispuestaadespegarmedeélcuandovaconlamotooEric podríadespellejarmeviva,asíquerespondo: —Pues lo siento, guaperas, pero cuando vas en moto yo soy tu sombra. Si quieres ver a Elke, vamosacasa,tecambiasderopa,dejaslamotoy... —¡Joder,quécortarrolloseres! Sufaltadetactomeincomoday,sujetándoleelbrazo,loobligoaquemepresteatención. —¡Teestáspasando!—siseo. —Vamos...,noseaspesadita. Su contestación vuelve a molestarme. Desde que comenzó en el nuevo instituto, Flyn está cambiando. —Oye,mocoso...—gruñoenfadada—.¡Hazelfavordetenerunpoquitodeeducaciónconmigo, quesoytumadre,nouncolega!Pero¿quénaricestepasaúltimamente? Notolatensióndesucuerpo.Conozcoesamiradaretadora.Malo...,malo...Y,singanasdeliarla más,mepongoelcascoydigo: —Vamos,regresemosacasa.Seacabóelmotocrossporhoy. 3 Ellunes,cuandoEricsevaatrabajaryFlynalinstituto,misemanacomienzadenuevo. Niños...,niños...,niños...¡Mesalenlosniñosporlasorejas! Cualquieraquemeescuchecreeráquesoyunamalamadre,peroseequivoca. Cuido,mimo,besoyadoroamispequeños,perosientoquenecesitohaceralgomásqueesoo mevolveréloca. Esanoche,comotengoganasdeestarconmirubioalemán,preparounacenitaespecial.Loaviso paraquenolleguetardeymerespondequeregresarápronto.Sinembargo,alasdiezdelanoche, cansadadeesperarlo,conlacomidatiesaytrashabermebebidoyosolitaunabotelladechampánde pegatinasrosa,memetoenlacamaymeduermo.Esmejorasíporque,comoveaaesegilipollas,lo mataréporelplantón. Al día siguiente, cuando me levanto, Eric ya se ha marchado y me ha dejado una nota sobre la mesaquedice: Perdóname, pequeña..., pero fue imposible escaparme. Y estabas tan preciosa durmiendo que fui incapazdedespertarte.Tequiero,miamor. Tugilipollas Cuandolaleo,sonrío.Cómomeconoceysabequelohabréllamadoeso. Porsuerte,tengounaincreíbleamigaquesepreocupapormítantocomoyoporella.EsMel,la mujerdenuestroamigoBjörn.Lallamocuandomelevanto,quedamosynosvamosdecompras. Ella se ha quedado en paro tras trabajar unos meses en un estudio de diseño gráfico, y está tan aburrida como yo de estar en casa. Estoy pensando en Eric y en cómo me dejó colgada la noche anteriorconlacenaencimadelamesacuandoMelmemuestraalgoypregunta: —¿Quétepareceéste? Suvozmehaceregresaralarealidady,alverloquemeenseña,pregunto: —¿Enfermera? Mel,divertidayconpicardía,bajalavozymurmura: —Séqueesmuytípico,peroparaloquenosvanadurarpuestos,¿quémásda? Sonrío.EldisfrazesparaunafiestaquecelebranenelSensationsdentrodeunosdías.Cojootros quellamanmiatención. —Oye...,¿ysivamosdeángelydemonio?—propongo. Melsueltaunarisotaday,dejandoeldeenfermera,afirma: —Mepidoeldedemonio.Megustasermalignaeirreverente. Entre risas nos los probamos. El vestido rojo y negro, los guantes negros hasta el codo, los cuernos y el tridente son para Mel, y el vestido y los guantes blancos, la aureola en la cabeza y la varitablancasonparamí. ¡Peroquémonasestamos! Divertidas,nosmiramosalespejoyMeldice: —Siaestolesumamosunasbotasaltas,lastuyasblancasylasmíasrojas,yasomoslaperversión total. —Parecemosdoszorrones—murmuroalmirarnos. —Peroconclase—diceMelriendoyrevolviéndosesucortopelo. —Muuuchaclase—afirmoyodivertida. —Uf...,cuandomeveaBjörn...Conloquelegustaquemedisfrace... Ambas reímos mientras imagino la cara de Eric cuando me vea vestida de angelito. ¡Le va a encantar! Estámaldecirlo,peroestoytremendamentemorbosaysexiconestetrajecitocorto.Einclusolos kilitosquemeagobianenocasionesyquesehanquedadoenmicinturaparecequevanmuybiencon estedisfraz. Trasescogernuestrostrajes,rápidamenteelegimoslosdenuestrosmaridos.Elloslohanquerido así,ydecidimosdisfrazarlosdebomberoydepolicía. ¡Québuenorrosvanaestar! Cuandoacabamosdecomprarysalimosdelincreíblesex-shop,cogemosmicoche. —¿DeverdadqueEricvolvióadejartecolgadaconlacena?—preguntaMel. —Como lo oyes. Cada vez pasa más a menudo. Y, ya para colmo, encima, cuando me he levantado tenía una notita suya pidiéndome disculpas y ya se había ido. Pero ¿es que ese hombre nuncadescansa? Melresoplayseretiraelflequillodelacara. —Mira,Jud—dice—,tantoEriccomoBjörnsondoshombresambiciososensusempleosy,por muchoquenosjorobe,sondelosquesellevaneltrabajoacasa. —Odiocuandohaceeso—afirmomolesta. —Yyo.Pero,comoloquiero,¡losoporto! Oír eso me hace sonreír, a pesar de que en el último año la empresa lo ha absorbido más que nuncay,aunqueyoledigoqueeldineronossobra,Ericnomeescuchaysiguetrabajandocadadía más. —¿Sabes? —oigo decir a Mel—. Yo tengo una cenita no sé qué día con los muermos esos del despachodeabogadosalqueBjörnquierepertenecer. —¡Uf,quépesadez!—murmurocompadeciéndola. —Creoquenohaynadamássoporíferoqueeso. —Sí, mujer, sí —me mofo—. Las cenitas que tengo yo de vez en cuando con los aburridos hombresdenegociosdeMüller. Ambassonreímos.Sinduda,cenarcondesconocidosoconpersonasconlasquenotienesmucho feelingymantenerlasformasespesadísimoycomplicado. Depronto,elteléfonomóvildeMelsuena.Laoigohablarduranteunossegundosy,cuandolo apaga,dice: —EricyBjörnestánjuntos. —¿Yeso?—preguntosorprendida. —Alparecer,EricyélteníanquehablardetemaslegalesdeMüllerynosesperanparacomer. ¿Quéteparece? —¡Perfecto!—Sonríofelizporsaberquevoyaveramiguapomarido. —Muy bien, pues he quedado con ellos a la una y media en La Trattoria de Joe. Pero antes tenemosqueirarecogerelvestidoquemehecompradoparaelbautizodelosbebésdeDexter.Por tanto, pisa el acelerador, que no llegamos, y ya sabes que a estos alemanes no les gusta comer tan tarde. Mientras conduzco por las callejuelas de Múnich, le comento a Mel lo que me está ocurriendo conFlyn. —No me tomes a mal lo que te voy a decir —contesta—, pero siempre he creído que tanto tú comoErictenéisdemasiadosobreprotegidoymimadoaFlyn.Esunniñoque,antesdedecirloque quiere,yaseloestáisdando.Sehaacostumbradoasalirsesiempreconlasuya,yahora... —Ahoraseestápasandoconnosotros.Enespecial,conmigo—finalizoyolafraseconscientede quemiamigatienerazón. —Serébrutaychapadaalaantigua,oquizáesqueenelejércitoheaprendidodisciplina,peroun bofetónatiempoevitamuchastonterías,¿nocrees? —No...¿Cómolevoyapegar? Melsuspira.Yoresoplo,yfinalmenteelladice: —Mira,Jud,entiendoquedarleunguantazoaunmuchachoqueyaesmásaltoquetúnodebede sermuyagradable,peronopuedespermitirquesesigapasandocontigo. —Nisemeocurriríapegarle. —¿Ericsabelomalquetehabla?—Niegoconlacabezayellapregunta—:¿Yporqué? —PorqueErictienemuchotrabajoynoquieroagobiarlomásdeloqueestá.Peroúltimamente estoyvolviendoaverenFlynalniñotiranoqueconocíhaceañosyquemelohizopasartanmal,y esomeasusta. Melmetocalacabeza.Sabequesoyunamujerfuerte,peroparalosniñossoyunasensiblona. —Eres la mejor madre que Flyn podrá tener en la vida —murmura—, y ese mocoso coreano alemánalgúndíasedarácuenta.Esonuncalodudes,¿vale? Asientoysonrío. CuandollegamosalatiendadondeMeltienequerecogerelvestido,selopruebaenseguida. —Tequedadeinfarto. Melesunpibóndetía.Esmásaltaqueyo,ysucuerpoestáperfectamenteproporcionado. —¡Quéenvidia!—mascullomientrasobservosucintura. Ellamemira,levantalascejasypregunta: —¿Envidiadequé? Mepongoenpiejuntoaella,mecolocodeperfily,levantándomelacamisa,murmuro: —TraslacesáreadeHannah,nomequitoestamorcillita.Loskilossenieganamarcharsehagalo quehagay,claro,luegoveoesasfotosdefamosasque,reciénparidas,parecequeestándepasarelay mepreguntocómolohacen. —Miraqueeresexagerada—replicaella,ponelamanoenmihombroyañade—:Puesquesepas queyoteveoestupenday,encuantoaesasfamosas,imaginoquehabrádetodo,lasqueseoperany las que por gracia divina se recuperan en un abrir y cerrar de ojos. Pero, asúmelo, las humanas somosaquéllasalasquetrasunembarazonosquedanestrías,tripita,etcétera,etcétera. Suspiroysonrío. —Tienes razón. Pero me da tanta envidia contemplar esos posados recién paridas y verlas tan estupendas... —Fotoshop,querida...¡Fotoshop! Ambasnospartimosderisaporesaincreíbleverdady,trasmirarmealespejo,admito: —LociertoesqueaEriclegustamimorcillita.Leencantatocarlaymofarsedequeélysóloél hacreadoesanuevacurvaenmicuerpo. —Puessiestáencantadoconello,¡notemartirices! Eso me hace sonreír. En ocasiones, las mujeres nos preocupamos por verdaderas chorradas cuandohaycosasmásimportantesyterriblesenlavidaquepordesgracianotienensolución. —Tienesrazón—digoencogiéndomedehombros—.¡Vivamimorcillita! CuandoMelpagaelvestido,salimosdelatiendayrápidamentecogemosmicoche.Consoltura, conduzcohastallegaralrestaurantedondeestánnuestrosmaridos. Alentrarenlatrattoria,losveosentadosalfondo.Sinduda,sonunadeliciaparalavista.Uno rubio y otro moreno, a cuál más guapo y atractivo. Al vernos, ellos se levantan y sonríen. Como siempre, tanto Mel como yo somos conscientes de que las miradas de las mujeres se clavan en nosotrasy,comosiempretambién,disfrutamosdelasatencionesdenuestrasparejas. Ericmeretiralasillaparaquemesiente,mebesaenelcuelloypregunta: —¿Siguesenfadadaconmigo? Yolofulminoconmicarade«tevoyamatar»y,cuandosesienta,murmuroconunasonrisa: —Gilipollas. Aloírme,miamorsonríe.Cadadosportresmedicequesoyunamalhablada,peroenmomentos comoéseselotomatanarisacomoyo.Pobrehombre...,nolequedaotra. Cuandoelcamarerovieneatomarlacomanda,decidocomenzarconunaensalada.Sorprendido, puesloverdenoeslomío,Ericmemira. —Tienescrostinidemozzarellaytomatessecos—dice—;¿noquieres?—Yoniegoconlacabeza yEricinsiste—:Jud,cariño,¿porqué? Sin necesidad de hablar, me señalo la morcillita que indiscretamente se marca en mi tripa, y él sonríeymiraalcamarero. —Porfavor—dice—,cambielaensaladademimujerporunoscrostinidemozzarellaytomates secos. Lomiroboquiabierta.Voyaprotestarcuandoélmebesaymurmura: —Erespreciosa,pequeña.Esonuncalodudes. Sonrío.Esquemelocomeríaabesosdeloguapoqueesy,sinimportarmequiénnosmire,me acercoaélylobeso.Amo,adoro,mueropormiamor... Ericseseparaentoncesdemíyañade: —Porcierto,aunariesgodequememates,antesdequesemeolvide,estatardetengounparde reunionesynoséaquéhoravoyaterminar.Portanto,nomeesperesparacenar. —¡¿Otravez?! —Jud,¡estrabajo,nodiversión!—respondemolesto. ¡Mierda!Cómomejorobaquemedigaeso. Vale...,sereljefazoydueñodeunaempresaexitosacomoMüllerrequieremuchashoras,pero ¿porquénodelegaunpoquitoenotraspersonascomohacíaantes? YoquieroqueEricmeprestelamismaatenciónquealprincipiodenuestrarelación,soyasíde románticaytonta,peronada,¡imposible!Yahora,conlosniños,nuestrotiemposolosselimitacada día más y más. Sin embargo, como no tengo ganas de protestar como en otras ocasiones, simplementedigo: —Deacuerdo. Ericmevuelveabesaryyo,quenoquierodesaprovecharesemomento,lodisfrutoysonrío. Durante la comida los cuatro bromeamos y hablamos de nuestros hijos. Sin duda, es el tema estrellaentrenosotros.BjörnyMelhablandeSami,ynosotros,deFlyn,EricyHannah.Sialguien nosgrabaramientraslohacemos,luegonospartiríamosalverlascarasdetontosylasrisasquenos echamosacostadeellos. Acabadoslosprimerosplatos,elcamareroseloslleva,ydeprontooigoamiespalda: —Eric...EricZimmerman,¿erestú? Oírlavozdeunamujermencionandoelnombredemimarido,mehacemirarcuandoveoami alemánvolversey,trasunsegundodesorpresa,murmurarmientrasselevanta: —Ginebra. Seabrazanyyolosobservo.¿Quiénesesamujermorena? El abrazo es demasiado largo para mi gusto. Si hago yo eso con un tío que Eric no conoce, explota. Aun así, sin ganas de polemizar, sonrío mientras su gesto me sorprende. Su sonrisa, a excepcióndeconmigo,pocasvecesestanamplia,ysumanerademiraraesamujermeincomoda. Pero¿quiénesella? La escaneo en profundidad: morena, de edad parecida a la de Eric, pelo largo como yo, alta, delgada, estilosa a la par que sexi, con unos ojos verdes impresionantes y, por supuesto, sin morcillita a la vista. Sin lugar a dudas, es una mujer muy guapa, vamos, de esas que ves en los anunciosdetelevisión,ymejodedecirquesinFotoshop. Estoyobcecadamirándolacuandooigoquemiamorpregunta: —Pero¿quéhacesenMúnich? —Trabajo. —TehacíaenChicago. ¿CómoquelahacíaenChicago?Pero,vamosaver,¿quéesesodequelahacíaenChicago? Lamujerlevantaunamanoy,tocándolelamejillaamialemán,murmura: —Ay,Eric...,québienteveo. —Yyoati,Gini. ¡¿Gini?!¡¿Gini?! Uf...,comienzaapicarmeelcuello. Losdossemiran...,semiran...,semirany,cuandoestoyapuntodearmarlamarimorena,oigoa latalGinebrasusurrar: —Bollito... Bueno...,bueno...,bueno...¡¿«Bollito»?! ¿Lohallamado«bollito»? ¿Cómoque«bollito»? Y,actoseguido,condemasiadafamiliaridad,añadeconvozseca: —Cuántomeheacordadodeti,miamor. ¡Meda! Ay,quemedaunjamacuco. ¿Quéesesodequesehaacordadodeélydellamarlo«miamor»? ObservoaEric.Sumiradaintensameenferma.Élysusmiradas. Vale...Vale...Vale... Respira,Judith...,respira,queteconozcoy¡aquíardeTroya! Miniveldetoleranciaseresquebrajaporsegundosydeprontosientoqueesosdosmetocanlos ovarios,pornodecirotracosamásvulgar.Meacaloro.Mepicaelcuello. ElcorazónmevaamilcuandonotolamanodeMelpordebajodelamesa. Ellasabeloquesientoeneseinstante,yconlosojosmepidetranquilidad.Poreso,conunamás quefalsasonrisa,lamiroparahacerlesaberqueestoybien,jodidaperobien. Tras unos segundos en los que aquellos dos se contemplan, se sonríen y se comunican con la mirada,yquesemehacenterriblementeinterminables,Ericsevuelvehaciamíydice: —Ginebra,quieropresentarteamimujerJudith. ¡¿Cómo?! ¿Porquénodiceahoraaquellode«preciosayencantadoramujer»comohacesiempreantetodo elmundo,enespecialconloshombres?Uf...,uf... Misojosnegrosylosojosverdesdelamujerconectan,cuandodeprontoellacambiatotalmente su gesto y su actitud y, llevándose la mano a la boca, dice, al tiempo que se aparta de Eric para acercarseamí: —Ay,Diosmío,perdón...Perdón...,nosabíaqueEricestuvieracasado—y,cogiéndomelamano, insiste—:PorDios,Judith,nohequeridoincomodarteconmisdesafortunadoscomentarios. Mi corazón bombea con fuerza y, sin querer recrear la matanza de Texas en ese restaurante, intentoesbozarunasonrisa. —No,nopasanada—murmuro. —Claroquepasa—insisteella—.Mesientoavergonzada. Laclaridaddesuspalabrasmehacesonreíry,bajandominiveldecabreo,afirmo: —Deverdad,Ginebra,nopasanada. Actoseguido,Ericmeagarraporlacinturaymeacercaaél. —Ginebra—dice—,Judithestodoloqueunhombrequerríaparasíy,porsuerte,yolaencontré, laenamoréylaconvencíparaquesecasaraconmigo. Esadeclaracióndeamormehacesonreírdenuevo. Dios...,¡quétontasoy! —EllossonBjörnyMel,unosbuenosamigos—presentaEric. —Encantada —dice sonriendo la tal Ginebra y, a continuación, pregunta—: ¿También sois pareja? TrasagarrarlamanodeMel,Björnasienteyafirmabesándolelosnudillos: —Sinlugaradudas. Melsonríe.YotambiénlohagocuandoGinebra,volviéndosehaciaunamujerrubiaqueespera pacientementetrasella,dice: —EllaesFabiola,meayudaenlaproductora. —¡¿Productora?!—exclamaEric. —Sí...,sí...,¡lologré!—aplaudeellamirandoamiamor—.Tengomipropiaproductora. —Siemprefuistedecididayemprendedora—murmuramigilipollasparticular.Ellaasiente,saca desubolsounatarjeta,queleentrega,yEricafirma—:Teníasclaroloquequeríasyfuisteaporello. Esosiempremegustódeti,Gini. ¿Queesosiemprelegustódeella? Oy...,oy...,oy...¿Aquecojolacopadevinoquetengodelanteyselaestampo? Pero,comonoquierovolveracabrearme,sonríocuandoEricpregunta: —¿HavenidoFélixcontigo? —Porsupuesto,perohaidoavisitarauncolegadeunadesusclínicasveterinariasmientrasyo hacíaunascompras—diceGinebrariendoeindicandounasbolsasquellevaenlasmanos. Todossonreímosyentoncesellavequeunhombrelehaceseñasydice: —Tengo que dejaros. He de cumplir un encargo de mi marido. —Y, mirándome a mí directamente,pregunta—:¿Comemosotrodía? Yoasiento,yEricledaunatarjetadelaempresa. —Llámameycomeremos—ledice. Ginebracogelatarjetaylamira. —¿PresidenteydirectordeMüller?—pregunta.Ericasiente,yellamurmuraacontinuacióncon unaencantadorasonrisa—:Creoquetenemosquecontarnosmuchascosas. —Sinduda—afirmaEric. Denuevosonrisitastontascuandolamujermemiraydice: —Hasidounplacer,Judith. —Lomismodigo. Instantes después, se marcha con la rubia detrás de ella y, cuando veo que Eric la sigue con la mirada,preguntomientrasmesiento: —¡¿«Bollito»?! Björnsonríe,Meltambién,peroEric,quemeconoce,nolohace. —¿QuiénesGinebrayporquénuncamehashabladodeella?—insisto. —Uy...,uy...,uy...,querecojanloscuchillos,quemeconozcoaestaespañola—semofaBjörn. —¡Cállate,tonto!—protestaMel,queimaginoquepiensalomismoqueyo. Ericsonríe—¡¿aqueledoyunsopapo?!—,yBjörnpreguntaentonces: —¿EslaGinebraquecreo? Mimaridoasientey,alverquelomiroalaesperadequemeaclarequiénes,responde: —Ginebrafueminoviadurantemisañosdeestudianteenlauniversidad. —Anda...,quéinteresante—memofo. Aloírmitono,Ericdejadesonreírysisea: —CreoqueFernandofuetunovioduranteunosaños. Esomehacesonreírconmaliciaamí,yrespondo: —Nofueminovio,ysiempresupistedeél.Nuncateoculténada. —Niyoati. —¡Ja!Permítemequemería,¡bollito!,peronuncahabíaoídohablardeGini—replicoconsorna. VeoqueBjörnyMelsemiran.Estánempezandoasentirseincómodos,yelladice: —Hayapaz.Todostenemosexennuestrasvidas,¿no? —Sí,perolosmíos,cuandomeven—añadohiriente—,nomellaman¡«bollito»!,nimedicenlo muchoquesehanacordadodemí,ymuchomenosyolosmiroconcaradeatontada. Eric,alqueleestoytocandolasglándulas,yselassétocarmuybien,memiracongestoserio. —Ginebrafuelanoviaconlaquehicemiprimertríoyconocíelmundoswinger —explica—. Despuésdeaquello,conocióaFélix,semarchóaviviraEstadosUnidosconélyfindelahistoria hastahacediezminutos,quenoshemosvistoporprimeravezenmuchosaños.¿Algomás? Ese«¿Algomás?»mehacesaberque,sisigo,voyaarruinarlacomida.Asípues,miroelplato quetengodelante,sonríoymurmuro: —Mmm...,québuenapintatieneesto. —Sí.Tieneunapintaestupenda—afirmaMelparaecharmeuncable. Y,sinmás,empiezoacomercomosinohubieramañana. Lacomidacontinúay,pordesgracia,latensiónsequedaenelambiente.SialgohacemosEricy yo,apartedelamor,esdiscutir;¡québiensenosda! Condisimulo,loobservoyveoqueélnomiraniunasolavezhaciaellugardondeestálamujer. Cuando acabamos de comer, nos levantamos, nos despedimos y nos marchamos. Él regresa a Müllerparaseguirconsutrabajo,BjörnyMelsevanaporSamialcolegio,yyovuelvosolaacasa. Menudorollo. Nadamásabrirlapuerta,oigogritos.SonSimonayFlyn.Rápidamentedejolasbolsasquellevo ycorroalacocina. —Hedichoquenoquieroleche—estádiciendoFlyncuandoentro—.¿Enquéidiomatelodigo paraqueloentiendas? —Pero,hijo,siyosólotelodecíapor... —Meimportaunamierdaloquemedigas. —¡Flyn!—gritoalvercómolehablaaSimona. Lamujer,alverme,suspira. —Tranquila,Judith.Nopasanada. Pero,oh,sí...,¡síquepasa!¿Aqueledoyunguantazo,comodecíaMel? Esemocososeestápasandocadadíamás.Lomiroygruño: —PídeledisculpasaSimonaahoramismosinoquieresquetecaigaungrancastigoporsertan desagradableconella. Elcríomeobservaconsumiradade«¡tevoyacomer!»,peroamínomeimpresiona.Durante variossegundosmevuelvearetarhastaquefinalmente,cambiandoelgesto,dice: —Losiento,Simona. Lamujersonríe.¡Québuenaes!Paraella,Flynymisniñossonsusnietos,ylosquieretantoo másquemipadre. Molestaporlaactituddelchaval,siseo: —Ahoraveteatuhabitación,¡ya! Sinmirarme,Flynsaledelacocina,ySimonapregunta: —Pero¿quéleocurre? —La adolescencia y las hormonas revolucionadas son muy malas, Simona —murmuro sentándomealamesa—,ysinlugaradudasFlynloestállevandofatal. Ambasnosmiramosyasentimos.Menudanoshacaídoconeljovencito. Unahoradespués,recibounmensajedeEricpararecordarmequellegarátarde.Esomeenfada aúnmásdeloqueyaestoy,peroloasumo. Sétodoeltrabajoquetieneynoquieropensarenlamujerquelohallamado¡«bollito»! Doshorasdespués,yconlaayudadePipaparadardecenaraEricyaHannahyacostarlos,voya la habitación de Flyn. No ha aparecido en toda la tarde y es la hora de cenar. Al acercarme a su cuarto, oigo la música de los Imagine Dragons, el grupo preferido de mi hijo, y, tras dar dos golpecitosenlapuerta,abroyloveotiradoenlacamamirandoeltecho. Entroenlahabitacióny,alverquenomemira,comienzoatararearlacanciónquesuena,queno es otra que Radioactive.[3] Aún recuerdo el día que fuimos a comprar el CD Flyn y yo, cómo la cantamosenelcocheaplenopulmóncuandoregresábamos. Enelloestoycuandoélselevantadesucama,paralamúsicaymemira. —¿Quéquieres?—pregunta. Vale...,sigueenfadado.Notengoganasdediscutir,asíquedigo: —Lacenaestáenlamesa.¿Vienes? —Notengohambre. SutonocortanteesigualitoqueeldeEric.Cadadíaseparecemásaély,deseosadeunpocode calorhumano,digoacercándomeaél: —Venga,Flyn.Bajaconmigoacenar.Ericllegarátardeynoquierocenarsola.—Alverqueme mira,pongocaradeperropachónymurmuroconvozdeniña—:Porfi...,porfi...,porfi...Noquiero cenarsolita. Finalmente,elcríosonríe.Quéguapoestácuandolohace. —Deacuerdo—suspira. Encantada,ledoyunbesoenlamejillay,cuandovaaprotestarpormidemostracióndeafecto,lo miroycuchicheo: —Soytumadreyquierobesarte. Denuevosonríe.Aisss,quemelocomoooooooo. La cena, a pesar del mal inicio con Flyn, es amena. Por unos minutos, mi hijo vuelve a ser el charlatánquedisfrutaconmigohablandodemúsica.SehaenteradodequelosImagineDragonsvana actuarenAlemaniaeintentapersuadirmeparaquelollevealconcierto.Durantevariosminutosdigo queno,perofinalmenteelchavalconsigueelsí.Sinlugaradudas,Meltienerazón:soydemasiado blanditaconél,ypuedeconmigo. Una vez terminada la cena, nos sentamos los dos en el sillón con mi portátil y, sin dudarlo, comprodosentradasonlineparaélyparamí.AEric,nipreguntarle;aélnolegustanlosImagine Dragons.EncuantoFlynporfinconsiguesupropósito,meabraza,mebesayyosonríocomouna tonta. ¡Andaquenosabehacermebienlaroscacuandoquiere! Cuandosevaalacamaporquealdíasiguientetieneinstituto,mequedoviendolatelevisión,pero comomeaburre,entroenFacebookymepongoacharlarconmisamigaslasGuerrerasMaxwell. Ungrupodivertidoyocurrentedondesiempreencuentroalegríaypositividad. Alasoncedecidomarcharmeamihabitación,pasoparaveralosniñosylostresduermen.Feliz porveramispolluelostanbonitos,mevoyalacama.Sobremimesillatengounlibroquehablade unbomberoyunafotógrafaquemeharecomendadounamadredelcolegiodeSamiydecidoleer mientrasllegaEric. A las once y veinte, la puerta de la habitación se abre. Entra mi guapo marido y lo miro con deleite.Élseacercaamíymedaunbeso,peronodicenada. Nomejorobesqueencimavieneenfadado... Atravésdelespejoobservocómosedesanudalacorbata,sedesabotonalacamisay,cuandosela quitaylatirasobrelasilla,dicemirándome: —Jud...,hoynomegustótucomportamientoenelrestaurantetrasaparecerGinebra. Bueno...,bueno...,bueno...,miamortienelanochecitarumbosa,ylomaloesqueyosoyproclive atenerlatambién.Asípues,cierroellibroylomiro. —Amítampocomegustóverloquevi—replico. Ea...,yalehedadolarespuestaquequería.Mehabuscadoymehaencontrado. ¡Adiscutir! Ericfrunceelceño—malo...,malo...—y,desabrochándoseelcinturón,sisea: —¿Yquéviste? Conscientedeloquehedicho,dejoellibrosobrelamesillayrespondo: —PuesviaEricZimmermanreencontrarseconunviejoamorquelollamaba«bollito»yquelo dejóatontadoybabeandocomouncrío.Esoesloquevi.Y,sí,estoycelosa,¡loadmito! Sugestonocambia.Esomehacepresuponerquenoandomuydesacertada,ymeenvenenoaún máscuandodice: —TeexpliquéquiéneraGinebra.¿Aquévieneesatontería? Conmásganasdediscutirqueél,sonríoconmalicia.SéqueesasonrisitamíaaEricloenferma, perodispuestaaenfermarlocomoélmeenfermaamí,pregunto: —¿Félixessumarido? —Sí—dice,ycongestocontrariadopregunta—:¿Aquévienehablardesumarido? —¿Tedejóporél? Segúndigoeso,medoycuentadequemeestoypasandonotrespueblos,sinoveintitrés. ¡Madrecita,québocazassoy! ElpechodeEricsehincha;sindudamevaasoltarelmayorbufidodelahistoria,perodepronto, talcomosehinchasedeshinchay,mirándome,murmura: —Sí. Asiento...Mepicaelcuelloperonomelorascoy,aunquemipartedecotillaquieresaber,hay otrapartedemíquemegritaquenopregunte,¡quecierreelpico! Ericcontinúadesnudándoseensilencio.Laincomodidadsepalpaenelambienteyesomeenerva. ¿Porquéhablardeesamujernosestáoriginandosemejantemalrollo? Dossegundosdespués,semeteenlacamaymeabraza. —Dejadepensarcosasraras,queteconozco,Jud—susurra. No me muevo. Decido no hablar, pero pasados cinco segundos no puedo continuar callada, y siseo: —Piensoloquetúmedasquepensar.Deberíashabervistotucaradetontoalmiraraesamujer, a...a...Gini. —Jud... —Y ya cuando le dijiste eso de «Eso siempre me gustó de ti» o eso otro de «decidida y emprendedora»yoscomíaisconlosojos,tejuro,Eric,que...que... Looigoreír.Sumalhumoryasehaesfumado—¡lamadrequeloparió!—,einsiste: —Basta,cariño...,noveasfantasmasdondenoloshay. —Pero... Miamormeponeundedoenlabocaparaacallarmey,mirándomealosojos,dice: —Tequiero,Jud.Noteenvenenescontuspensamientos.Ginebraesunamujerdemipasado,al igualqueentuvidahayhombres.Yahora,creoqueesmejorquelodejemosaquí. Nodigomás.DejoqueEricapaguelaluzydecidonopreguntarsilavaallamarpararecordar esepasado.Mejormecallo. 4 Cuando Mel fue a buscar a Sami al colegio, la pequeña corrió hasta ella y, con un gesto precioso, murmuró: —Mami,¿sepuedevenirPabloalparque? Trasdarleunbesoasurubita,MelviollegarcorriendoaPablo.Miróalosniñosyrespondió: —PrimerotenemosqueversilamamádePablonotienequehacerotracosa. EneseinstantellegóLouise,lamadredelniño,ytrasoíresorespondió: —Genial.¡Todosalparque! Diezminutosdespués,Melylamadredelpequeñoestabansentadasenunbancoviendojugara sushijoscuandoaLouiselesonóelteléfonomóvil. —Discúlpameunsegundo—dijo. Actoseguido,sinimportarlequeMelpudieraoírla,comenzóadiscutiryadecircosashorribles. Cuandoterminóycerróelmóvil,miróaMelycomentó: —Mimaridoyyovamosdemalenpeor. —Vaya...,losiento. Mel no quiso decir más. Cuanto menos se metiera uno en los problemas de las parejas, mejor. PeroLouiseañadió: —Tresañosdenovios,seisdecasadosy,ahoraquetodonosvabienytenemosunhijoprecioso, le descubro en el ordenador unas fotos de una fiestecita con sus colegas de bufete, con unas prostitutas,quemehandejadosinhabla. Boquiabierta,Mellecogiólasmanosypreguntó: —¿Estásbien? Louisenegóconlacabezaylosojosselellenarondelágrimas. —No—murmuró—.Noestoybien,perotengoqueestarloporPablo.Depronto,sientoquemi vida tiene que dar un cambio brusco, pero... no sé cómo hacerlo. Nunca imaginé que algo así me pudierapasar.Johanestabatanenamoradodemí...—Actoseguido,añadióconrabia—:Aúnrecuerdo loilusionadosqueestábamoseldíaquecomenzóatrabajarenesemalditobufetedeabogados. EsollamólaatencióndeMel,quepreguntó: —¿Tumaridoesabogado? Louiseasintióyluegosiseóconciertoretintín: —Sí.TrabajaparaHeine,DujsonyAsociados.Unbufetellenodedemoniosconcaradeangelitos quehanconseguidoquenospaseesto. Sorprendida, Mel la miró. Aquel bufete era al que Björn intentaba acceder como socio mayoritario. —¿Porquédiceseso?—preguntó. —Porquevandemoralistas,dedefensoresdelavidaenfamiliayelmatrimonio,peroluegono predicanconelejemplo—contestóLouiseconlamiradaperdida—.Esosmalditosabogadostienen unadoblevidallenadeviciosycorrupción;esosí,vistodesdefuerasonperfectosmaridosypadres, ysusmujeresaccedenatodocontaldeseguirviviendocomoauténticasreinas. Mel la escuchaba incrédula. Si aquello era verdad, Björn debería saberlo. Al ver que Louise se limpiabalosojosconunpañuelo,repitió: —Deverdadquelosiento. Louiseasintiómientrassesecabalaslágrimasy,trascogerfuerzas,afirmó: —Yotambiénlosiento,peroestoyenesemomentoenelquenoveosalida.Johanvivesuviday pretendequeyosealaperfectamujercitaqueloespereencasarodeadadeniños,comolosonotras delbufete.Perosihastahetenidoquedejardeveramisamigasparasalirconesasmujeres. —Pero¿lohashabladoconél? Louiseasintióabatida. —Sí.Aunquedenadasirve.Johandicequeéstaesahoranuestraviday,sihablodedivorcio,me amenazaconquesequedaráconPablo.Meloquitará. Al oír eso, Mel se sintió muy apenada y, sin saber qué decir, la abrazó. Así estuvieron unos segundos,hastaquesesepararon.MelomitióqueBjörnansiabaperteneceraaquelselectobufetede abogadosy,encambio,dijo: —Escucha,Louise,nosomosíntimasamigas,peroquieroquesepasquemetienesparatodolo quenecesites. Laaludidasonrió. —Gracias. EstabanhablandodeellocuandoMeloyóelllantodeSamiy,almirar,laviocaídaenelsuelo. Rápidamente ambas se levantaron y corrieron hacia ella, pero mientras llegaban un muchacho con monopatínyunperropequeñoseagachójuntoalaniñaparaatenderla. CuandoMelllegóhastaSamiyyaestabaabriendosubolsoparaponerleunatiritadeprincesas,la niñadejódelloraryempezóaacariciaralperro. —Esmuysuavecita—dijo—.¿Cómosellama? —Leya—respondióelmuchacho—.Yestáencantadadequelatoques;¿vescómolegusta?Pero silloras,seasustaylloraellatambién. Samisonrióy,mirandoasumadre,quelaobservabasorprendida,dijo: —Mami,quierounperritocomoLeya. Agachándose para levantar a la pequeña del suelo, tras ver que había sido una simple caída mientrascorría,Melrespondió: —Lopensaremos,¿vale? Laniñaasintió,diomediavueltaycorrióparaalcanzaraPablo,quesesubíaauntobogán.Feliz porque no hubiera sido nada, Mel le dio las gracias al muchacho por el detalle y se encaminó de nuevoalbancodelbrazodeLouise.Losniñosteníanquejugar. Esa noche, cuando Sami vio a su papi, le pidió encarecidamente un perrito. Su mascota, un hámsterllamadoPeggySue,habíamuertomesesantes,yBjörn,trascontarleuncuentoyarroparla, seloprometió.Loquenodijofuenicuándo,nicómo. 5 Suenaelpuñeterodespertador,¡ymequieromorir! Nomegustanadamadrugar,peromadrugo. CuandoEricselevantaysemeteenladucha,nohablamossobreloocurridolanocheanterior. Hablar de ello significaría discutir de nuevo, y decido cerrar la boca. Para cinco minutos que nos vemos,noquieroenfadarme. Albajaralacocina,Flynestáterminandodedesayunar,meacercoaély,antesdequeledéun beso,élselevanta.Cuandovaasalir,lollamo: —Flyn. —¿Qué? Eneseinstante,Ericentraenlacocinayyodigodirigiendolavistaalchaval: —¿Nomedasunbesoantesdemarchartealinstituto? Elniño...memira...,memiraymemira,yfinalmentereplica: —Vengaya...,queyanosoyunbebé,mamá. Y,sinmás,damediavueltayseva.Yomequedoconcaradetontacontemplandolapuertacuando Ericseacercaamíy,mientrasmecogeporlacintura,murmura: —¿Tevaleunbesomío,corazón? Asiento,¡mevale!Claroquemevale,y¡mássimellamacorazón! Encantada, lo beso y, cuando nuestros labios se separan, Eric me guiña un ojo y se prepara un caféconesegestodecanallaquetantomegustaymeenamora. Diezminutosdespués,semarchaalaoficina.Desdeelventanaldelacocina,veocómosealejaen elcocheymepreparoparaestartodoeldíasinél. Comocadamañana,trasdardedesayunaralosniños,entramosenmiantiguocuarto,queeshoy sucuartodejuegos,yjugamos.Pero,pasadasdoshoras,yaestoyparaelarrastre.Hannahlloramás quesonríe,yenocasionespuedeconmiaguante. ¿Porquétengounaniñatanllorona,conlopocollorónquefueelpequeñoEric? Por suerte, Pipa, la mujer que está interna en casa para que me ayude con los niños, tiene muchísimapaciencia,yesellalaqueseencargadelallorona. Cuandolospequeñossequedandormidosamediamañana,decidoponermeelbañadorydarme unbañitoenlapiscinacubierta.ÉseesunodelosgrandesplaceresdeserlaseñoraZimmerman. Me zambullo, nado, descanso, vuelvo a nadar y, cuando me harto, floto en medio de la piscina mientrasescuchodefondolavozdeMichaelBublécantarCryMeaRiver,[4]ysonrío.Siempreque BjörnlaescuchayestáconEricyconmigo,nosmiraycuchicheaaquellode«nuestracanción». Mientrasflotomirandoeltechodelapiscinacubierta,recuerdoaquelmomentoconBjörnyEric añosatrásenlacasadelabogado.Cierrolosojosysientocómomivaginaselubricaalrememorar cómoesosdostitanes,unorubioyunomoreno,mehicieronsuyaaqueldíayyoselopermití. Estoy pensando en ello cuando oigo la voz de Simona, que me llama. Levanto la cabeza rápidamenteyveoquememuestraelteléfonodecasa,quellevaenlamano. —Judith,preguntaportilaseñoraDukwen—dice. Sinsaberdequiénmehabla,salgodelapiscina,mesecounpocolasmanosylacaraycojoel teléfonomientrasveoaSimonasalir. —¿Sí?Dígame—respondo. —¿Judith? —Sí.Soyyo. —Hola,soyGinebra,laamigadeEric.Nosconocimosayerenaquelrestaurante,¿merecuerdas? ¡Joderrrrrrrrr! Mequedoboquiabiertaalsaberquiénesy,sentándomeenunabanquetaparaponermelosanillos quemehequitadoparametermeenlapiscina,murmuro: —Sí.Claroqueterecuerdo... —Ah...,quéalegríasaberlo,cielo.Elmotivodemillamadaesparainvitarosestanocheatiya Ericacenar.LecomentéamimaridoquehabíavistoaEricytehabíaconocidoati,yestácomoloco por veros a los dos. Y, por supuesto, tras el malentendido de ayer, he decidido llamarte y consultárteloatiparaevitarproblemas. —¿Amí?—preguntosorprendida. —Sí,cielo,ati—oigoqueresponde. Unsilencioextrañomeparaliza. —Mira,tesoro,yoodiocuandomimaridoquedaparacenarconalguienqueapenasconozcoy, como no quiero incomodarte, me he atrevido a llamar a tu casa, pues imaginé que estarías ahí. De verdad, Judith, de verdad que siento muchísimo lo que ocurrió ayer. Me creas o no, no he podido dejardepensarenelloydesentirmeterriblementemal.Porqueteaseguroque,siunamujerledijera amimaridodelantedemí«bollito»o«miamor»,yoestaríamuyenfadada.Yséqueati,comosu mujer,notegustóy... —Vale,loadmito,¡nomegustó!—digofinalmente—.Yaceptotusdisculpas. —Gracias...,gracias...,gracias...Niteimaginaselpesoquemequitasdeencima. Sinsaberporquésonríocuandoellainsiste: —¿Teapetecequecenemosestanoche?Simedicesquesí,llamaréaEric,lediréquehehablado contigoyquedaréconél.¿Quéteparece? Unapartedemínoquiere,peromiladocotillaporsabermáscosasdeellamehaceresponder: —Deacuerdo.LlamaaEricyquedaconél. Trasdespedirnos,cuelgoyresoplo.¿Porquéheaceptado? Cinco minutos después, el teléfono vuelve a sonar. Al mirar la pantalla veo que pone «Eric Oficina»y,trascogerlo,digo: —Sí,cariño,hehabladoconGinebrayheaccedidoacenarconellosestanoche. —Atinohayquienteentienda—looigodecir—.Ayermemontasunnumeritoporsaludarlaen elrestaurantey¿ahoraquedasconellaparacenar? Sucomentariomehacesonreír.Sinduda,soyunespécimendignodeestudio. —¿Dóndehasquedado?—pregunto. —EnNicolaoalassiete.¿Leparecebienalaseñora? —¡Perfecto! OigoqueEricseríeyesovuelveahacermesonreírmientraspregunto: —¿Vendrásacasaacambiartederopa? —Porsupuesto.—EntoncesoigootroteléfonoquesuenaenlaoficinayEricdice—:Tengoque dejarte.Hastaluego,miamor. —Hastaluego,cariño. Y, dicho esto, cuelgo comprendiendo eso que Eric me ha dicho de que a mí no hay quien me entienda.¡Perosinomeentiendoniyo! Alassieteenpunto,yoengalanadaconunpreciosovestidoazulónquemeencanta,ymichico vestidoconuntrajeoscuroperoinformal,entramosenelrestaurante.Ericdasuapellidoyelmaître, al ver que tenemos reserva, nos lleva hasta la mesa del fondo. Me sorprendo al comprobar que Ginebraysumaridoyaestánallí. Desdeladistancia,observoalhombre.Esmuchísimomayorqueella,perocuandodigo«mayor» merefieroaunosveinticincootreintaañosmás.EncuantoGinebranosve,avisaaFélix,yveoque éstesonríeyselevanta. Ericyélsedanlamanoconafecto.¡Québuenrollito!Segundosdespués,mepresentaamí.Con galantería,elhombremecogelamanoy,besándomela,dice: —Esunplacerconocerte,Judith. —Lomismodigo,Félix. Reconozco que al principio de la comida estoy algo alterada: saber que Eric y esa mujer han tenido una historia en el pasado no me hace mucha gracia. No obstante, de forma gradual, mi nerviosismo se esfuma al ver que Ginebra no hace absolutamente nada que pueda molestarme; al revés,estátodoelratopendientedequelaveladaseaagradable. Cuandodecidoiralbaño,ellameacompaña.Unavezasolasallí,dice: —Pensarás que Félix es muy mayor para mí. —Yo la miro sorprendida. Ginebra sonríe y, apoyándose en la pared, murmura—: Imagino que ya sabrás que Eric y yo éramos pareja cuando conocíaFélix,¿verdad? —Sí.EsomecomentóEric. Ginebraasienteyprosigue: —CuandoconocíaFélix,yoteníaveinteaños.Eraunaniñacuriosaporelsexoyporloqueera ensílapalabra«morbo».Unanoche,envezdesalirconEric,mefuiconunasamigasyenunafiesta privadaconocíaFélix. Asiento...Meestoyenterandodealgoquenohepreguntadocuandoellaañade: —¿Sabesaloquemerefierocon«fiestaprivada»?—Asientodenuevo.Tontanosoy.Ellasonríe ycontinúa—:Félixeraunatractivohombredecincuentaaños,unhombredemasiadomayorparamí enaquellaépoca,perotrasjugarconélaquellanochecomonohabíajugadoenmivida,yanopude desengancharme de él. Félix me hizo conocer lo que yo siempre había ansiado y nunca nadie me habíadado. Asombrada,pregunto: —¿Porquémecuentastodoesto? Ginebrasonríe,bajalavozymurmura: —Porque quiero que sepas que soy feliz con mi marido, y que, a pesar de su edad, me sigue proporcionando,entreotrasmuchascosas,laclasedesexoquemevuelveloca.Conéldisfrutodel morbodemilmaneras,cosaqueconEricnuncahabríasucedido. Suspalabrasllamancadavezmásmiatención. —¿Porquédiceseso?—pregunto. —Porquesoymujeryséqueestásintranquilaconmipresencia.Veoentumiradaqueestásalerta conrespectoaEricyamí,peronodebesestarlo. Susinceridadaplastantemegustaymeincomodaapartesiguales.Noséquépensarcuandoella prosigue. —Félixeselhombredemivida.Élmedaloquebuscoyyoledoyloquequiere.Juntoshacemos unbuentándem.Unbuenequipo.Cuandoestoysola,hagoloquequieroy,cuandoestamosjuntos,me pongo en sus manos y accedo gustosa a todos sus oscuros caprichos. Se puede decir que soy su esclavasexual. Asientounavezmás,yellavuelveadejarmesinpalabrasenelmomentoenquepregunta: —Siyotebajaralasbragasenesteinstanteytemasturbaraenelcubículodeesebaño,¿creesque aEriclemolestaría? Guauuuuuuuu,¡menudorebotepillaríamialemán!Yquéguantazoleibaadaryoaellaporlista. Pero,acaloradaporloquedice,contesto: —Sí. Ginebrasonríeeinsiste. —¿Yporquésemolestaría? Apoyolacaderaenlabonitaencimerademármolrosadelbañoyrespondo: —Porqueélyyotenemosnormas.Ylaprimeradeellaseshacerlotodosiemprejuntos. Ginebraasientey,trasrepasarseloslabiosconcarmín,cuchichea: —Félixestaríaencantadodequetemasturbaraotúmelohicierasamíconlacondicióndeque luegoselocontaraparaqueéldisfrutase—y,bajandolavoz,murmura—:Sialgonuncamegustóde Ericessuposesividadysuexclusividad. —Puesesoesjustoloqueamímegustadeél—añadosegura. Ginebramemira,vuelveasonreírydice: —A Félix y a mí nos va algo muy nuestro. Me encanta ser su esclava, su putita, su moneda de cambio.Meexcitaquemeofrezca,quemefuerce,meobligue,meateparaotros,ytodoesoesalgo queséqueaEricnuncalegustó. Uy...,uy...,¡nihablar!Esonoleatrae.Noséquédecir,cuandoellapregunta: —¿EstoyequivocadayahoraaEriclevaeso? —No—respondoconrotundidad. Ginebraasientey,retirándoseelpelodelacara,susurra: —Nomeveascomounaamenaza,Judith.Amodemasiadoamimarido,yséqueencontraraotro comoélesimposible. Acadainstantemássorprendida,vuelvoaasentir. ¡Joder,parezcotonta! —Necesitaba decirte esto —afirma guardándose en el bolsito su barra de labios—. No quiero malentendidosentretúyyo. Cincominutosdespués,regresamosalamesa,dondenosesperannuestrosmaridos,yunahora mástarde,trasunanocheencantadora,nosdespedimosyregresamosacasa. Enelcoche,Erictocamirodillamientrasconduceypregunta: —¿Lohaspasadobien? Porraroqueparezca,asiento.MegustaríahacerlemilpreguntassobreGinebra,peroséqueal finaldiríaalgoquememolestaríayterminaríamosdiscutiendoporello.Asípues,sonrío,lomiroy afirmo: —Sí,miamor. Cuando llegamos a casa, tras saludar a nuestras mascotas, que nos dedican un recibimiento descomunal,subimosanuestrahabitación.Allí,cojoaEricdelamanoy,sinhablarnos,hacemosel amorconposesividadyexclusividad. Lodeseoparamí.Sóloparamí. 6 Llegaelviernes. Ericseajustalacorbataanteelespejodenuestrahabitaciónyyoprotestodesdelacama: —Venga,va,Eric,elañopasadonofuialaFeriadeJerez. Élmeobservaatravésdelespejoconsugestoserioyresponde: —Porquetúnoquisiste,pequeña...,porquetúnoquisiste. Valeeeee...Tienerazón.ÉlteníaunviajealaRepúblicaChecaypreferíacompañarlo. Sigueanudándoseelnudodelacorbatacuandoañade: —Cariño,vetúalaferiaydaleelgustoatupadre.Yoestoymuyocupado.Sabesquevoyatope detrabajoy... —¿Porquénodelegaspartedetustareasaalgunodelosdirectivos? —Jud...,nocomiences—murmura. —Perovamosaver...—protestolevantándome—.Antesdelegabasunagranpartedeltrabajoen ellosypodíamosestarmástiempojuntos.¿Dequésirveeldinerosinolopodemosdisfrutar? Elgestodemialemánsedescompone,¡faltaríamás!Yaestoydiciendoalgoqueloincomoday, sinresponderaloquelehepreguntado,replica: —Mira,Jud,esmiempresa,tengoqueatenderla,ynopuedoperdereltiempoenirdefiestecitaa Jerez,¡entiéndelo! Esomesubleva.PorsupuestoqueEricmeanimaaquevayaalaFeriadeJerez,peroyoquiero quemeacompañe.Podercaminardelbrazodemiespectacularmarido,pasartiempoconélyhacerle saberatodoelmundoloasquerosamentefelizquesoy.Sivoysola,comenzaránlashabladurías,yno meapetecequeleponganlacabezacomounbomboamipadre. Pero ya me ha quedado claro que Eric no está por la labor y, como no quiero discutir con él, cuandocomienzaasonarennuestroequipodemúsicalacanciónMemuero[5]deLaQuintaEstación, miroamichicarrón,melevanto,meplantoanteélydigo: —Vamos.Bailaconmigo. Ericmemira,sigueconelceñoarrugadoyprotesta. —Jud,tengoprisa. Nodesistoy,mientrasmentalmentetarareoesode«memueroporbesarte,dormirmeentuboca», [6]insisto: —Vamos,Iceman,bailaconmigo. Peronada,¡niIcemannileches!Alparecer,hoynoeseldía,yEricvuelveafulminarmemientras protesta: —Jud.Tehedichoquetengoprisaynoestoyparatonterías. Oír eso me molesta. ¿Por qué es incapaz de ver mi detalle? ¿Por qué no se muere por bailar conmigo? —Puesvale—murmurosentándomedenuevoenlacama—.Tútelopierdes. Durante unos segundos permanecemos los dos callados mientras contemplo cómo mi amor se ponelachaqueta.Dios,quéincreíbleestávestidocontraje. Alverquemeobservaatravésdelcristalparacomprobarsiestoyenfadadaporeldesplanteque acabadehacermeconelbailecito,digodispuestaaseguirconeltemadeJerez: —Oye,Eric,yoteacompañotodoslosañossíosíalaOktoberfesty... —Jud,¡noeslomismo! Oírlodeciresomehacereír,perodemaldad,yachinandolosojossiseo: —¿Cómoquenoeslomismo? —Cariño,laOktoberfestsecelebraenMúnichynotengoquedejarnadadelado,peroparaira Jerez, he de aparcar las obligaciones y viajar a otro país; ¿acaso eres incapaz de entender lo que digo? No. No soy incapaz de entender lo que dice, lo que me da rabia es que Iceman sea incapaz de ponerseenmilugar. —Sólo quiero que entiendas que para mí también es importante asistir a la feria de mi tierra cogidadetubrazoparaqueamipadrenoleponganlacabezacomounbomboconloscotilleos— replico—.Sóloeso. Ericnocontesta.Sugestoceñudolodicetodoy,alfinal,decidocallaro,sinduda,vamosatener unabuena.Mesientorumbosa,ymástraseldesplantequemehahechoconelpuñeterobaile. Diezminutosdespués,yaenlacocina,comonohedichonada,mialemánseacercaamí,sabe quelohahechomal,ymeabraza. —Intentaré buscar días libres para ir a Jerez —murmura—, pero no te prometo nada, ¿de acuerdo,pequeña? Quehagaeso,quealmenoslopiense,yaesuntriunfo,yafirmo: —Deacuerdo. Ericmebesay,cuandoseparasuslabiosdemíconunamaliciosasonrisa,murmurasinquenadie nosoiga: —¿Deverdadquemidisfrazparaestanocheesdepolicía? Asiento.Olvidonuestroenfadoymurmurosonriendo: —Esperoquemedetengas. Ericsonríeasuvez,muevelacabezaypreguntacurioso: —Yeltuyo¿dequées? Yo lo miro de esa manera que sé que le gusta y lo enloquece, clavo mis pupilas en las suyas y cuchicheo: —Esoessorpresa. Cuandomialemánsevaatrabajar,loobservoalejarseenelcochedesdelaventana.Séqueme quiere,séquedaríalavidapormí,peroahora,entrelosniñosylaempresa,mefaltatiempopara estarconél,ymesientoalgoabandonada.¡Vayamierda! Comopuedo,pasoeldía.Meaburrocomounaostra.Amoamishijos,peronecesitohaceralgo másquecuidarlos,ycadadíalotengomásymásclaro. Porlatarde,MelvieneacasaparadejaraSamiy,trasdespedirnosdelosniños,quesequedanen casa con Simona, Norbert y Pipa, nos vamos a casa de Mel, donde Björn y Eric nos esperan ya vestidos,elprimerodebomberoyelsegundodepolicía.Alverlos,nopodemosparardereír. Nos ponemos nuestros disfraces de ángel y demonio, que son de zorrones total, y, cuando salimosconellos,loschicossilban.Estánencantadosconloqueven. Ericmemiraysusurra: —Ereselangelitomástentadorypreciosoquehevistoenmivida. Sonrío.Nolopuedoremediar. Unaveznosponemoslosabrigosporencima,paranoescandalizaranadiepornuestraspintas, loscuatronosmontamosenelvehículodeBjörnynosdirigimosalSensations. Comoeradeesperar,lafiestaesdivertida.Verlosdisfracesquelagentellevamehacesonreír. —Hola—oigoquedicealguiendepronto. Al volverme veo a Félix vestido de mosquetero. Divertidos, nos saludamos, Eric le presenta a BjörnyaMely,cuandoterminan,pregunto: —¿YGinebra? Félixsonríey,traspediralcamarerounabotelladechampán,dice: —La he dejado en el reservado número cinco entretenida mientras yo venía a por champán. — Luegoseacercaymurmura—:Lehepedidoamimujerquedejebiensatisfechosatresamigos. Asiento.Ericasientetambiény,cuandoaquélseva,miamormusita: —Veoquesiguenensulínea. Su comentario me sorprende. Si hay alguien permisivo en el sexo, ése es mi chico. Lo miro y pregunto: —¿Porquédiceseso? Élmemira,pasaeldedopormibarbillay,acercándoseamí,susurra: —Porquetevaloroyporquenuncateutilizaríacomomonedadecambionitedejaríasolacon otros hombres y sus exigencias. En nuestra relación mandamos los dos, y juntos iremos a todos lados. Mebesa.Lobeso.Adorosusbesoscargadosdeamor. Cinco minutos después, cuando Eric habla con Björn, Mel se acerca y, señalando con el dedo, preguntadeformadisimulada: —Y ese cachitas guaperas que mueve las caderas como Ricky Martin y va vestido de vaquero ¿quiénes? Condisimulo,dirijolavistaadondeMelindicaenelmomentoenqueelcachitasguaperasme mira.Sonrío.Élsonríeyseacercaanosotras. —Hola,Dennis—losaludo.Luegomiroamiamigayañado—:Mel,tepresentoaDennis. Endécimasdesegundo,EricyBjörnestánanuestrolado.¡Vayados!Concaballerosidad,Dennis lossaluda,despuéscogelamanodeMel,labesaymurmuraconsuparticularacento: —Obrigado. —Nomedigasqueeresbrasileño...—oigoquediceMelenalemán. Élasientey,sinsaberporqué,yosalto: —Bossanova,samba,capoeira... Yentonces,meparo. ¿Quéhagoyohaciendoloquelagentesiemprehaceconmigoconesode«Olé,torero,paella...»? ¿Acasosoyimbécil? Ericmemiradivertido.Meleeenlacaraloquepiensoymurmurajuguetónenmioído: —Cariño,tehafaltadodecircaipiriña. Durantevariosminutos,loscincohablamosynosreímos.Dennis,ademásdeestarcomountren, enelqueveoquemuchasquierenmontar,pareceunabuenapersonay,cuandopocodespuéssealeja delamanodeunasrubias,miamormebesaenlasienypregunta: —¿Quieresbeberalgo? —Unacoca-cola. —¿Solaoconvodka? Lopienso.Lanocheesjoven,yrespondo: —Mejorsola. CuandomichicoyBjörnsemarchanaporlasbebidas,Mel,quemiraaladerecha,cuchichea: —Joder...,puessíqueesmaduritoelmaridodeGinebra. —Treintaañosmásqueella—leexplico—.Tendráunossetenta. Acontinuación,melevantodeltaburete. —Ven,acompáñame—digoy,alverquenuestrosmaridosnosmiran,hagounaseñaylesaclaro —:Vamosalbaño. Eric y Björn asienten y, cuando desaparecemos tras la cortina y no me dirijo al lavabo, Mel pregunta: —¿Adóndevamos? —Quieroveralgo—afirmosinsoltarlamientrasseguimosaFélix. Encuantollegoalreservadonúmerocincoyvoyaabrirlacortina,Melmedetiene. —¿Quéhaces?—pregunta. —Sóloquieroverynopone«Stop».Portanto,sepuedemirar. Melsonríe,asiente,yconcuriosidadabrimoslacortinatranquilamenteparaobservar. Enlahabitación,Ginebraestáatadaaunasilladeunamaneraquemedejasinpalabras. Suespaldadescansaenelasiento,sucabezacuelgahaciaelsueloysuspiernasestánsujetasalo altodelrespaldo.Unhombrequeseagarraalasillaconfuerzaseintroduceenellaunayotravez mientrasellajadeaygritadeplacer. Melyyoobservamoscuandodeprontoeltipodaunúltimoalaridoyseretiradeella.Instantes después, otro hombre se arrodilla ante Ginebra y, con una facilidad que me deja sin palabras, le introducelamanoenlavaginaantelosgritosdelocuradeella. —¿Disfrutas,miamor?—oigoquepreguntaFélix. —¡Sí...,sí...!—gritaGinebra. Sindescanso,elhombresacaymetelamanoenelinteriordelavaginadeella. —Joder...,nomevanadaelfisting—murmuraMel. —Amítampoco—susurrosinrespiración. Eneseinstante,Félixseagacha,ledadebeberdesucopadechampánaGinebraydice: —Asímegusta,zorrita.Estosamigosquierencobrarloquelesprometí. Ellasonríe.Félixacercasubocaaladeellamientrasotrohombrelecolocaunaspinzasenlos pezonesyentoncesGinebragrita,peroséquegritadeplacer. Los hombres ríen al oírla. Félix se levanta de donde está, se acerca al pene de otro y, tras recorrerloconlalengua,leechasobreésteelrestodelchampándesucopa. —Méteselaenlabocahastaelfondo—dice. Actoseguido,elhombrecogelacabezadeGinebray,conexigencia,lohace.Esomevuelvea incomodar,aunqueséqueaellalegusta.Esetipodesexonomeva.Vercómoaqueltipoobligaa Ginebra mientras el otro juguetea con la mano en el interior de su vagina me deja sin palabras. Entonces,Meltirademíydice: —Regresemosconloschicos. Asiento.Conloquehevisto,essuficiente,yahoraentiendoporquéGinebramedijoqueaEric noleibaeso.Sinlugaradudas,noleva,niamítampoco. Sinmás,regresamosjuntoanuestrosmaridos,quenosentreganlasbebidas,yyomesientoenun taburete. EneseinstanteseacercananosotrosDianayOlaf.Duranteunratocharlamoshastaquemefijo enquealfondodelasalaestáDennisconlasrubias.Elbrasileñonosmira,nosobserva,yEric,que sedacuentacomoyo,pegalabocaamioídoy,moviendoeltaburete,dice: —Angelito...,separalosmuslosparaelvaquero. Extasiada por el morbo que me provoca siempre esa acción, hago lo que me pide y lo que me excita,mientrasobservocómoDennisnossiguemirando.Esetipodecosassonlasquemevanyle vanamichico. Sinduda,mispiernasabiertasleofrecenaDennisunavisiónbastanteinteresantedemí.Eric,que lo sabe, que me conoce y que disfruta como yo del momento, introduce un dedo en su whisky, lo moja y, después, con complicidad, excitación y alevosía, lo pasa por mi boca, por mis labios. Sin apartarsusojosdelosmíos,sientocómosudedobajapormibarbilla,pormicuello,mispechos,mi ombligo. Me besa mientras su dedo baja..., baja... y baja, hasta que lo siento llegar al centro de mi húmedoylatentedeseo. Uf...,¡quécalor! Mis labios vaginales se abren solos, mientras Eric tiene los ojos clavados en mis pupilas y, cuandosudedotocamiyahinchadoclítoris,yojadeo,cierrolosojosporpuroplaceryoigoque dice: —Mírame,cariño...,mírame. Obedezco. Sé lo mucho que le excita a Eric que lo mire en esos instantes y, con una mirada totalmenteperversa,vuelvoajadear.Élsonríe,mebesaelcuelloymurmura: —Tumiradamehacesaberqueyaestáspreparadaparajugar. Asiento.Ésteeselsexoquemegustay,sincerrarlaspiernas,besoamiamor.Lodeseo.Deseo jugarconlocura.AsíestamosunosinstanteshastaquenuestrasbocasseseparanyDennis,queyase hadeshechodelasrubias,comobuenjugador,enpocossegundosestáanuestrolado.Ericlomira, nohacenfaltapalabras,ysegundosdespuéslamanodeDennisseposicionaenlacarainternademis muslosmientrassusurra: —Meapasionaquenollevesbragas. Ericsonríe,yyotambién. EntoncesDiana,quehavistolajugadayvavestidadetroglodita,dice: —Judith,reservaelprimerbaileparamí. Esomehacesonreír.MeestápidiendoserlaprimeraentomarmicuerpocuandoBjörn,queestá juntoaMelyOlaf,preguntaentonomorboso: —¿Quiénsevienealasaladelfondo? Todosloacompañamos.Todostenemosganasdepasarlobien. La sala es grande, y hay más gente además de nosotros. Distintas camas están ocupadas por hombres y mujeres practicando sexo y, nada más entrar, Björn se lleva a Mel a una libre y allí comienzan su juego con Olaf. Todos los observamos hasta que Diana, que es una loba deseosa de sexo,secolocajuntoaEricydice: —¿Quétalsicomienzoyoconelangelito? Élmemira,sonríey,cuandovemigestodeaprobación,asiente: —Todatuya. Dianamedalamanoymellevaaotracamalibre.Sinquemediganada,séloquequiereella,lo que excita a mi amor y lo que yo deseo. Por eso, me tumbo sobre el colchón. Mi corto vestido de angelitosesubesolo,dejandoaldescubiertomiausenciadebragasymibiendepiladopubis. Eric, Diana y Dennis me observan. Veo sus miradas. Todos están deseosos de comerme, de disfrutarme,desaborearme,yentoncesEricseacercaamíy,cogiéndomelasmanos,melaslleva hastalosbarrotesdelacabecera. —Agárrateaellosynotesueltespornadadelmundo—medice. Lohago.Ericmebesa,pasealasmanosconpropiedadpormicuerpoypregunta: —¿Estáscaliente,miamor? Aloírlo,meestremezcoyasiento. —Sabesquesí—murmuro. Mimaridometocalaspiernas.Tiemblo.Conseguridad,meseparalosmuslosdejandomivagina húmedaaldescubiertoy,pasandoundedoporella,musitamientraslaabre: —Adorotuhumedad. Instantesdespués,labocadeDianachupacondeleiteloqueEricleofrece.Suansiedadnoleha permitidoesperarunsegundomás.Notocómodatoquesconlalenguasobremiclítoris,yobservo queEricyDennissesientancadaunoaunladodelacama. —Esoes,miamor,abrelaspiernasparaDiana. Sindudarlo,lohago.Dios,¡quéplacermásinconfesable! Gustosa por lo que ella me hace, jadeo y me retuerzo agarrada a los barrotes de la cabecera mientrasEricyDennisnosobservanconardor. Cuandoelplacerylalujuriatomanmicuerpo,soyunjugueteenmanosdecualquiera,yDiana sabemuybiencómomanejarmeasuantojodesdelaprimeravezquemeposeyó. Sin descanso, chupa, lame, introduce los dedos en mí y me masturba mientras juega con mi clítoris,altiempoqueEricyDennismebajanelvestidoparasacarmispechos.Cadaunoseadueña deunoylossaboreanasumaneramientrasyopierdolanocióndeltiempoymeentregodócilmente aellostres. No sé cuánto rato estamos así; sólo sé que, cuando vuelvo a ser consciente, estoy de rodillas sobrelacamadeltododesnuda,mientrasDianamesujetalascaderasconunamanoyconlaotrame masturbadeformarítmicaaltiempoqueseoyeelchapoteodesusdedosenelinteriordemivagina. Eric y Dennis nos observan con sus duros penes erectos preparados para mí, cuando ella murmuracercademiboca: —Esoes,angelito...,muévete...Esoes...,esoes. Loca...,locadedeseo,hagoloqueDianamepide. Me muevo mientras siento cómo todo mi cuerpo arde a punto de explotar y oigo los gemidos placenterosdetodoslospresentes.Diana,comomujerexperimentadaendarplacer,mehacegritar, moverme,cabalgarsobresumanohúmedademisfluidos,mientrasyoobservoaEric. Su gesto. Su mirada me vuelve más loca todavía, hasta que me arqueo, el placer toma todo mi cuerpoy,conunúltimogemido,leshagosaberquehellegadoalclímax. PeroEricyDennisestándeseososdesexoy,cuandoDianaseretirademí,Dennislaagarra,la poneacuatropatasylapenetra.DianagritadeplacerenelmomentoenqueEric,levantándome,me dalavuelta,meponeenlamismaposiciónqueella,meagarradelpeloysusurraenmioído: —Mevuelvesloco,morenita...,loco. Y,deseosodemí,meempalahastaelfondoy,comounsalvaje,mehacesuyamientrasyojadeoy le pido más y más y me dejo llevar por la pasión del momento. Como un animal, mi amor, mi marido, mi todo, me hace suya, y yo me acoplo a él y lo hago mío. Es nuestro baile. Es nuestra maneradeverelsexo.Esnuestrodelirio. Sindescanso,loscuatrojadeamosmientraselruidosecodenuestroscuerposalchocarsuenacon fuerzaenlasala.Una...,dos...,tres...,veintevecesentraysaledemímialemány,cuandosabequeya no aguanto un segundo más, se deja ir al mismo tiempo que yo y juntos disfrutamos de aquel morbosoymágicomomento. Acabadoeseasalto,Diana,queesinfatigable,vuelveaabrirmedepiernasmientrasEricsesienta enlacamaysusurracuandoDennisladeja: —Dametujugo...,dametujugo. EricyDennisnosobservan.Diana,lainsaciable,nosecansadesaborearme,yyopermitoquelo hagaencuantoEricseacercaamí,mebesaenloslabiosypregunta: —¿Todobien,pequeña? Asiento...,asientoyjadeoentregadaalplacercomoséqueaéllegusta. NingunamujermesaboreacomoDiana.Otrasmehantomado.Otrashandisfrutadodemí,pero Dianaeslamujerqueverdaderamentehahechoquemecorradepuroplacer. Entregadaasuexigenteboca,cierrolosojosydisfrutodelmomento.Cuandovuelvoaabrirlos, veo a Ginebra desnuda ante nosotros junto a otra mujer. Ambas nos observan y, tan pronto como Ginebravequelamiro,sonríe. ExtasiadaporlascosasquemehaceDiana,letiendolamanosinsaberporqué.Ginebramelada yyoselaaprietomientrasmeretuerzogustosa.Ericnosmira.Veolasciviaensumiraday,conmi otramanolibre,cojounodelospreservativosquehaysobrelacamayseloentrego. Mi amor no aparta los ojos de mí. Intenta leer lo que le digo y, cuando me entiende, abre el preservativo,seloponey,trasecharaGinebraaunlado,agarraalaotramujer,lasientasobresus piernasylaempalaconferocidad. De pronto soy consciente de lo que he provocado, pero Eric no ha aceptado, y la dicha por saberlosuperaloqueDianamehacemientrasmeretuerzodeplacer. Cuando Diana se da por satisfecha y me suelta, tras unos segundos en los que recupero el resuello,mearrodilloenlacama,meabrazoalaespaldademiamorycomienzoabesarleelcuello mientrassuscaderasseclavanenlaotramujer. Ericseestremecealsentirme.Micontactolegustatantocomoloqueheprovocado. Oigosusjadeos,losdeGinebra,queestáalladoconotrohombre,yalenredarlasmanosenel pelodemimaridoobservocómoEricembistealadesconocidaconfuerza. Encantadaconloqueveo,besoelanchocuellodemiamor.EntoncessientoqueDennis,queestá detrásdemí,entraeneljuegoy,alnotarquenolorechazo,murmuraponiéndomeelvellodepunta: —Tucuerpoessamba. Meexcitasuvozmelosaycalentita.Uf...,quémorbotieneDennis. Actoseguido,conaguayunatoallalimpia,melavaparaél.Elfrescormeencanta,cuandome besalascostillas,eltrasero,paseasussuavesygrandesmanospormicuerpodesnudo,mientrasyoa travésdemisoscuraspestañasobservoloquehaceEric,loquehacemiamor. Asíestamosvariosminutoshastaquemirubioechahaciaatráslacabezaenbuscademibocaylo beso.LodevoromientrassoyconscientedequeGinebranosobserva. —Tequiero—murmuroentrebesoybeso. Erictiembla.Yotiembloconél.Nopuedoquererlomás. Dennis,alsentirmevibrarynotarlaexcesivahumedadquetengoentrelaspiernas,meagarrapor la cintura y, tras ponerse un preservativo, sin alejarme un ápice de mi amor, se introduce en mí y murmuraenportuguésalpercibirlaoscilacióndemiscaderas: —Eugostodoseocorpo. Oírlohablarensulenguameexcitamás,yalentenderquelegustamicuerpo,muevolascaderas ypercibocómoDennistiembladelujuria. Placerporplacer. Aquelloquesiento,quetodoslospresentessentimos,mehacecerrarlosojosyjadearcomouna posesa.Dennismemueveasuantojoyyopermitoquelohaga,mientrasmispechosserestriegan porlaespaldadeErichaciéndolesaberqueyotambiéndisfrutoconloqueocurre. Abrolosojosy,desdemiposición,observoqueGinebra,mientrasestáconelotrohombre,toca conunamanoelhombrodeEricytienelabocacerca,demasiadocercadelasuya.Esomehaceestar alerta. Durantevariosminutos,elplacerseapoderadetodoslosqueestamosenlamorbosahabitación. Oigolosgemidosintensosdetodoelmundoy,porsupuesto,losdeDennisylosmíos,quesubeny subenysuben,peromiconcentraciónseencuentraenotracosa.EnEric. Todosestamosallíporquequeremos. Todosestamosallíporquelodeseamos,hastaquedenuevoveoqueGinebrasehallademasiado cerca de la boca de mi amor. Soy consciente de cómo ella le toca el mentón, y entonces alargo la manoy,separándoladeél,murmuro: —Subocaessólomía. —Essólotuya,pequeña...,sólotuya—jadeaEricparaqueyolooiga. Oír su voz en un momento así me vuelve loca. Dennis se hunde totalmente en mí y, segundos después, llegamos juntos al clímax mientras Eric y Ginebra, con sus respectivas parejas, tienen convulsionesysecontraendeplacer. Esa noche, cuando llegamos a casa y nos duchamos, al meternos en la cama, miro a Eric y le pregunto: —¿HabríasbesadoaGinebrasiyonollegoaprohibirlo? Élmemira.Sabedeloquehabloy,negandoconlacabeza,musitaunescueto: —No. Pero,nocontentaconlarespuesta,insisto: —¿Tehabríagustadohacerloconella? —Jud... —Responde—ataco. Ericclavaentoncessusojazosenmí. —Melopermitisteyyolorechacé—contesta—;¿aquévieneesapreguntaahora? Asiento.Nopuedoreprocharalgoqueyoheprovocado,aunqueélnoloaceptó. —Eric—murmuro—,sóloqueríademostrartequeconfíoenti,ysimemientesyo... Rápidamente,miamorsemueve,sesientaenlacamay,cogiendomicaraentrelasmanos,dice: —No sé de lo que hablas, ni por qué habría de mentirte yo, cariño. He rechazado algo que tú mismameofrecías.¿Quéteocurreahora? Sinsaberaúnporquéhiceloquehice,pregunto: —¿Porquélarechazaste? Ericmaldiceyrespondemirándome: —Telohedicho:noquieronadaconella,Jud.¡Nada! —Entonces¿porquénolaseparastedetuboca? —Nolosé,Jud.Quizáfueraporqueestabaallímite.Túmismavisteque,nadamásdecirloque dijiste,lleguéalclímaxconlaotramujer.Pero,cariño,mibocaessólotuya,comolatuyaessólo mía.Nodudesdemí,porfavor. Sin ganas de seguir hablando, asiento, le doy un beso en los labios y me recuesto sobre él. Segundos después, Eric apaga la luz. A diferencia de otras veces, esta vez no bromeamos sobre lo ocurrido,yeso,aunqueEricnoloquieraver,medaquepensar. 7 Alamañanasiguiente,cuandomedespierto,estoysolaenlacama.Miroelreloj:lasdiezyveinte. Rápidamentemelevanto. ¿PorquéEricnomehadespertadoantes? Comounaloca,mevisto.Mepongounosvaqueros,unacamisetayunaszapatillasdedeportey vueloescalerasabajo. Cuando llego a la cocina, Simona, Pipa y Eric están con los niños, mientras que Flyn está tecleandoensumóvil.Comounaexhalación,entroylepreguntoamiamor: —¿Porquénomehasdespertado? Élseacercaamíconunapreciosasonrisay,trasbesarmeenloslabios,responde: —Porquenecesitabasdormir.Buenosdías,pequeña. Que esté de humor me hace sonreír y, sin querer pensar en lo que hablamos la noche anterior, miroamialrededorypregunto: —¿DóndeestáSami? Eric,queestáhaciéndoleunapedorretaaHannah,noresponde.Flynmemiraentoncesconcara deapuroydice: —Björnhavenidoestamañanayselahallevado. Depronto,elteléfonomóvildeEricsuena.Echaunvistazoalapantallay,mientrasleentregala niñaaPipa,dice: —EsWeber,paraunostemasdelaoficina.Iréaldespachoahablarconél. —¿Otraveztrabajo? Ericresoplaysaledelacocinasincontestar. Cuandoyasehaido,meacercoaFlyn. —¿Quéteocurre,cariño?—lepregunto. AhoraqueEricnoestá,élmemiradirectamentealosojos. ¡Uy...,uy...,esamiraditadecorderodegollado...! ¿Quéhabráhecho,Diosmío?¿Quéhabráhecho? Acostumbradaasuespecialmiradacoreanaalemana,levantolascejasyfinalmenteéldice: —¿Podemosiramihabitación? ¡Losabía! ¡Sabíaqueocurríaalgo! Convencidadequetienealgoquecontarme,asientoylosdossalimosdelacocina.Alsalir,veo queFlynmiraendirecciónaldespachodeEricy,cuandoseaseguradequeestálapuertacerraday nonosve,mecogedelamanoy,tirandodemíatodaprisa,dice: —Vamos. Subimos la escalera de dos en dos y en silencio. Al llegar a su cuarto, entramos, él cierra la puertaymemira. —Mamá—dice—,tengoquecontartealgo. Asiento.Sinduda,lacosavaatraermiga.Mesientoensucamatrasquitarunpardecamisetas quecomosiemprehadejadotiradasypreguntoconunsuspiro: —Losé.Conozcotumirada,asíque¡dispara! Mihijoserascaelcuello. Bueno...,bueno...,queaéstelevanasalirronchonestambién. Despuésserascalacoronillayfinalmentevahastasumesilla,rebuscaenelcajóny,tendiéndome unsobre,dice: —Noteenfades,perosonlasnotas. Ay,miniño...Pobrecito,elapuroquetiene. Siélsupieralomalísimaestudiantequefuiyoasuedadylosdisgustosquelesdabaamispadres, seguramentememiraríaconotrosojos.Perono,nopuedodecírselo,ysonrío. Flynesunbuenestudiante,siemprehasidounniñodenotablesysobresalientesytremendamente exigenteconsigomismo.Cojoelsobrequemetiendeeintentoquitarlehierroalasunto. —Vamos, cariño, no pongas esa cara. Papá y yo ya te hemos dicho muchas veces que no hace faltaquetodoseansobresalientes,miamor.Además,esteañohascambiadodecicloydecentroyes todomuchomásdifícil,porloqueesnormalquetusnotashayanbajado. Elpobrememiraconojitosderatoncilloasustadoyyosonrío. ¡Cómomecamelamicoreanoalemán! Yentonces,sinabrirelsobreconlasnotasquemehadado,pregunto: —¿Estásapuradoporquetehaquedadoalguna,cuchufleto? Élasiente.Perosihastapálidoloveo... Yo sonrío y cuchicheo, aunque, a diferencia de otras veces, cuando le digo aquel ridículo «¡cuchufleto!»quetantorepitemihermanaRaquel,nosonríe,porloquecomienzoapreocuparme. —¿Quéhassuspendido?—pregunto. Remolonea.Duda.Miraeltecho. Oh...,oh...,¡estonomegusta! Después, sus ojos se dirigen al armario donde están sus pósteres de los Imagine Dragons, su grupopreferido. ¡Uf...,comienzoaasustarme! Luegomiraasuspiesyfinalmente,cuandovequememuevoymevaadarunataque,susurrasin mirarme: —Mehanquedadoseis. ¡¿Seis?! ¡Ay,quemedaunjamacuco! ¿Heoídobien?¡¿Hadichoseis?! ¡Lamadrequeloparió! —¡¿Seis?!—susurroantesdegritar—.¡¿Tehanquedadoseis?! Flyn,alvermigestoyoírmivoz,ponecarade«pobredemí»yresponde: —Sí...,pero...esque... —¡Joder,Flyn,seis!—repitosincreerlomientraselcuellomecomienzaaarder. Pero¿cómohapodidopasaresosisiemprehasidounestudianteestupendo? Madremía.Madremía,cuandoseentereunoqueyomesé,laquesevaaarmar. Elniñonosabeadóndemirar,¡yyotampoco! Y,comounaloca,abroelsobredelasnotasy,conunhilodevoz,murmuro: —Has suspendido... historia, matemáticas, filosofía, geografía, inglés y dibujo... Pero... pero ¿cómo puedes suspender hasta dibujo? Madre mía, Flyn, cuando Eric vea esto, no querría encontrarmeentupellejo. Mihijomemira,sabequetengorazón. —¿Cómosellamabatututor,quenolorecuerdo?—preguntoenfadada. —Alves.SeñorAlves. Asientoyrepitoacalorada: —EllunesyapuedesdecirlealseñorAlvesquequierounatutoríaconélparaquemeexplique quénariceshapasado,¿entendido? Flynasiente,nolequedaotra.Todavíasorprendidaporaquello,murmuro: —¿Ycómolecontamosestoatupadre? En ese instante se abre la puerta de la habitación. Al ver que es Eric, escondo rápidamente las notasamiespalda. ¡Quétío,siemprenospilla! Nosvealosdosdesconcertados,asíqueentra,cierralapuertaypregunta: —¿Quéplaneáisamisespaldas? Comosinoshubieracomidolalenguaunhipopótamo,asíestamosFlynyyo.Elniñonosabequé decir,yyonoséniquéresponder. Madremía...,madremía...,cuandovealaspuñeterasnotas... NuestromutismoylarigidezdenuestroscuerposponenenalertaaEric.Nosconoce.Seacercaa míydice: —¿Qué ocurre, pequeña? —Al ver mi brazo hacia atrás, mira por encima de mi cabeza y pregunta—:¿Quéesesepapelqueescondes? Ahoralaquelomiraconojosderatoncilloasustadosoyyo,yentoncesoigoaFlyndecir: —Papá,sonlasnotas. Ericmemira... Yolomiro... Ericsonríe... Yomerascoelcuello... Lasronchasenmicuellomedelatanyesolehacepresuponerquealgonovabien.Asípues,me apartalamanoparaquenomerasque,acontinuaciónmelasuelta,extiendesumanoydice: —¿Meenseñaslasnotas,Jud? Vale.Elmomentohallegado.Peroantesdedárselas,digointentandoallanarleelcaminoaFlyn: —Cariño,piensaqueesteañohacambiadodecicloy... —Venga,Jud,esoyalosé.Enséñamelas. Flynyyonosmiramos. —Meestáisasustandoconvuestrasmiraditas—diceEric,aúnconhumor. Oy...,oy...,oy...,laquesevaaarmar... Y,sinpoderretrasarmáselterriblemomento,selasentrego. ¡Acubrirsetoca! Sin quitarle de encima la vista a mi amor, veo cómo su boca pasa de la divertida sonrisa a la sorpresay,deahí,alenfadoendécimasdesegundo. AntenosotrosacabadeaparecerelfríoIcemanqueasustaaFlyn,yentonceslooigodecircon vozroncaycontrolada: —Flyn,veamidespachoyespérameallí. Enunabrirycerrardeojos,elchicodesaparecedelahabitación,yEricmemiraysisea: —¿Cuántotiempopensabasocultármelo? Suacusaciónmetocalasnarices,elpiederechoydistintaspartesdemicuerpo.Melevantodela camaypreguntoconcautela: —¿Cómodices? Conelgestocongestionadoylasmalditasnotasenlamano,Ericmusita: —Aquíponequeselasentregaroneldía18,yhoyes23.¿Hastacuándopensabasocultármelas? Yaestamos.¡Ericysusconclusionesprecipitadas! Clavomisojazosnegrosenélyprotesto: —Oye...,oye...,oye.Queyolasacabodeverporprimeravezhacecincominutos. —¡¿Seguro?! —¡Segurísimo! —Nomelocreo. —Puescréetelo—insisto. —Jud,memolestacuandomientesparaocultaralgodeFlyn. ¡Yaestamos! ¿PorquéEricsiemprecreequeestoycompinchadaconelniñoparatodo? Trasacercarmeaélsinningúnmiedo,leclavoeldedoíndiceenelpechoysiseo: —Mira,bollito... —¡Jud! —¡¿Qué?! —¡Novuelvasallamarmeasí!—replicafurioso. Sumiradamehacesaberqueesonolehaceningunagracia,ynodispuestaajorobarlascosas másdeloqueestán,digo: —Vale. Perdona. En cuanto al niño, entiendo tu sorpresa y tu enfado, porque eso mismo me ha pasadoamícuandomelashaenseñado.Peroloquenoentiendoesquerápidamentedesconfíesdemí porqueyo... —¿Cómonovoyadesconfiardeti,sisiempreloestástapando? —¡Pero¿quénaricesestásdiciendo,gi...?! Su dura mirada hace que me calle. Es mejor que en un momento así no lo insulte o todo irá a peor.Pero,vamosaver,¿quéesesodedesconfiardemí,cuandoyoconfíoplenamenteenél? Ericsemuevenervioso.Paramidesgracia,cuandolascosasseleescapandelasmanos,puede llegaraserelhombremásdesagradabledelmundo. —¿Acasocreesquesoytontoynomedoycuentadelainfinidaddevecesquemeocultasalgo paraquenoloregañe?—insiste. ¡Joder,tienerazón! Bueno...,bueno...,bueno...Siseenteradequehecompradodosentradasparallevarloalconcierto delosImagineDragons,¡laquememontaesfina! ReconozcoquesoydemasiadoprotectoraconFlynenciertosmomentos,perotambiénlosoycon mis otros hijos, con mi familia, con mis amigos e incluso con él. Sin embargo, cuando voy a contestar,Ericseadelanta: —Daigualloquedigas,Jud.Comosiempre,atitodoteentraporunoídoytesaleporelotro, ¿verdad? —A continuación, se dirige hacia la puerta y añade—: Voy a hablar con Flyn a solas. Necesitounaexplicaciónaestedesastredenotas. Y,sinmirarme,saledelcuartodandounportazo. ¡Yalahemosliado! Estávistoque,cuandolamalarachitacomienza...,¡asaberDioscuándoacaba! Unavezsolaenlahabitación,durantevariossegundosmiroalsuelo. SéqueErictienerazonesmásquesuficientesparaestarmosqueadopero,comosiempre,yame ha echado la culpa a mí. La primera sorprendida con lo ocurrido al ver las notas he sido yo, pero estoyseguradequeesecambiodeactitudenFlyntieneunaexplicación.Sinduda,laadolescencia,los amigosylosamoresloestánatontando. Sinembargo,comomadrequemeconsiderodeFlyn,decidoiraldespacho.Quieroestardelante cuando explique el desastre. Así pues, salgo de la habitación, bajo la escalera y me dirijo hacia el despachodemiincombustibleamorenfadado. Alllegar,estálapuertacerradayoigolavozautoritariadeEric. ¡Buenoooo...,laqueleestácayendoaFlyn! YaconozcoaEricporque,sino,estaríaasustaditaperdidapensandoqueestáladrandocomoun perrofuriosoyrabioso.Sinesperarunsegundomás,abrolapuertayentro. EricyFlynmemiran,yveoenlosojosdeminiñoalgoquenuncahevistoenélyquemipadre siemprehallamadopasotismo.Esonomegusta,asíquemedirijoaEric,quetienelasnotasenla mano,ydigo: —Soysumadreyquieroestarpresenteentodoloquetengasquedecirle. Observocómosupechoseagitaysusojosseentornan...,¡joder,parecechino! En su mirada leo que le gustaría echarme del despacho, pero sabe que lo que he dicho es importante para el niño y para todos como familia y, volviendo a mirar al crío, continúa con su perorata. Como siempre, Eric hace preguntas y, cuando Flyn va a contestar, lo interrumpe y el niño se encoge.Esomesacademiscasillas.Ericnolodejacontestar.Mecalloydecidodecirleamimarido loquepiensocuandoelcríonoestépresente. —Estáscastigadosinsalircontusamigos. —Papáaaa... —¡Hedichocastigado!—insistemialemán. —¡Nosoyunniño!—gritaFlyn. Aloíreso,Ericresopla,apoyalasmanosenlamesadesudespachoycontrolandolavozsisea: —Eresmihijoyconesomevaleparacastigarte. Flynsedesespera,loveoensusojosy,mirándome,dice: —Elviernestengounafiestaimportante. —¿Quéfiesta?—preguntaEric. Sinamilanarse,elcríosedirigeamiamoryresponde: —Lafiestadelcumpleañosdeminovia. —PuesdileaDakotaquenovas—sueltaEric. —Dakotanoesminovia,papá;ahoraloesElke. Ericmemiray,tansorprendidocomoyocuandomeenteré,pregunta: —¿YquiénnaricesesElke? Bueno...,bueno...,bueno...,lacosasevacaldeandoporsegundoscuandoFlyn,enbuscadelapoyo quesiempreledoy,memiraconesegestoquemedescongelahastaelalma. —Mamá,ayúdame—suplica—,tengoqueiralafiestadeElke. —Tumadrenotevaaayudarporquenoirás,¡estáscastigado!—insisteEric. —Papáaaa... Suspiro y me acaloro. No voy a llevarle la contraria a Eric, esta vez no, porque sé que tiene razón.Asípues,cojofuerzasydigo: —Losiento,Flyn,perocomopapáhadicho,¡estáscastigado! Miniñomemiracongestodeincredulidad.Noentiendecómoestaveznoloayudo. ¡Ay,quédolorsientoenelalma! Estodesermadredeunadolescente,enplenaedaddelpavo,esmásdurodeloquecreía. NotolamiradadeconformidaddeEricanteloquehedichoy,cuandoFlynvuelveaquejarseotra vez,lesuelta: —Y,porsupuesto,yapuedesolvidartedelordenador,latablet,lasredessocialesyelmóvil. —¡Nopuedeshacereso!—gritaFlyn. Ericseponeenfermoaloírsutonoy,acercándoseaél,replica: —Puedoyloharé. —¡Pero,papá...! Bueno...,bueno...,bueno...,silequitatodoesoalniño,selocarga.¡Pobrecito! —Y como vuelvas a protestar o a levantarme la voz —sisea Eric con gesto furioso—, te juro, Flyn,quelasconsecuenciasvanasermuchomásgraves. Elniñomemira.¡Angelito!Yyo,conlamirada,sinpestañear,lepidoquenoabralabocaynose leocurramencionarlodelasentradasdelconcierto. Porsuerte,meentiende,hacecasoymiraalsuelo.Uf...,¡menosmal! CuandoEricseenfada,eseltíomásintransigentedelmundopero,enesteinstante,pesealapena quemedaFlyn,miamortienetodalarazón. Duranteunpardeminutos,lostrespermanecemoscallados,hastaquefinalmenteEricdice: —Saldeldespachoytráemetuportátil,latabletyelmóvil.Telodevolverétodoypodrásvolver asalircontusamigoscuandorecupereslasseisquetehanquedado,¿entendido? Abatido,micoreanoalemánagachalacabeza.Sabequeenesteinstanteesmejorobedecery,por ello,sinmirarme,pasapormiladoysaledeldespacho. Unavezmequedoasolasconmiamor,Ericmemira. Ea...,¡ahorametocaamí! —Sientohabermepuestoasícontigo—dice—.Flynmehacontadoqueacababasdeverlasnotas. Losiento,cariño.Perdóname. Norespondo,simplementelomirocongestodeenfadoyloinformo: —LehedichoaFlynquelecomenteasuprofesorquequierounatutoríaconél. —Iremoslosdos—afirmaEric. Dos segundos después, la puerta se abre y Flyn entra con todo lo que Eric le ha pedido. Sin mirarnosaningunodelosdos,dejaelordenador,latabletyelmóvilsobrelamesadeldespachoyse marcha. Ericsepasaentonceslamanoporlacabezaypregunta: —¿Quéestamoshaciendomal,Jud? Oírsutonodevozabatidomehacesaberqueaéllehadolidomáshacerloquehahechoquea nuestrohijo. —Nohemoshechonadamal,Eric—murmuroacercándomeaél—.Seguimossiendolosmismos queayer,peroélcambiayyanoeselniñoquesecontentabaaprendiendoamontarenmonopatíno jugandoconnosotrosalaPlayStation. —Y,sinohemoshechonadamal,¿porquédeprontosuspendeseis? Ésaesunapreguntadifícilderesponder. —Yo no puedo meterme en la cabeza de Flyn —digo—, pero he tenido su edad, como la has tenidotútambién,y... —Yo siempre he sido muy responsable, incluso con esa edad, Jud —me corta—. Siempre he sabido que los estudios eran algo que debía aprobar por mí y por mis padres, aunque estuviera desfasadoenciertosmomentos. Sonrío. Sin duda, mi chicarrón siempre ha sido un gran responsable. Me encojo de hombros y respondo: —Puessientodecirtequeamí,asuedad,loúltimoquemeimportabaeranlosestudiosyloque mispadrespensaran,porqueloúnicoquequeríaerasaltarconlabicicletacomounaloca,divertirme y,cuandoibaaladiscotecaconmisamigas,serunachicaguapaalaqueadmiraranloschicos. Mi confesión hace que Eric me mire, y entonces observo que las comisuras de sus labios se relajan. ¡Bien...,vamosbien! Actoseguido,pasalasmanosalrededordemicinturaymurmura: —Tusamigosdebíandeestarciegosparanoadmirarte. Vuelvoasonreír.¡Quémonoescuandoquiereeljodío! —Era desgarbada, además de peleona con los chicos —confieso—. Me gustaba demasiado el deporteymesentíafeaanteotraschicasque,conmimismaedad,estabanmásdesarrolladasyeran másfemeninas. MiIcemansonríe,esometranquilizay,acercandosufrentealamía,murmura: —¿CreesquehehechobienconFlyn? Lomiroymepierdoensusojos. —Hashecholoquecualquierpadrepreocupadoharíaporsuhijo—afirmo—.Lehashechover que toda causa tiene un efecto. Ahora es él quien debe darse cuenta de lo que realmente tiene que hacerparavolveradisfrutardetodoslosprivilegiosquetenía.Y,sitequedasmástranquilo,quiero quesepasque,enestaocasión,yohabríaactuadoexactamenteigualquetú. —Puesmesientofatal—insiste. Nopuedoevitarloysonrío. Enminiñez,recuerdohaberescuchadoamispadresteneresamismaconversacióncuandonos castigabanaRaquelyamíporhabernosportadomal,loqueeradecontinuo. —Entiendo tu malestar porque yo también me siento así — digo—, y más cuando no lo he ayudadoparalodelafiestadeElke.—Ericresoplaaloíreso,peroprosigo—:Hastaestemomento, Flyn siempre había ido bien en los estudios y no habíamos tenido que enfadarnos con él por ello pero, ahora, creo que nos va a tocar pasar una temporadita complicada hasta que consigamos encauzarlodenuevo. —¿QuiénesElke,ycuándodejódeestarconDakota? —Niidea,corazón—digoy,alverlaconfusiónensusojos,afirmo—:SeguroqueElkeseráuna buena niña como Dakota. —Eric se toca el pelo y prosigo—: Cariño, todo esto se deberá a un conjunto de cosas. Su edad, la novia, los amigos, el interés por todo menos por los estudios y la rebeldía.Piensaquehemospasadodeserlospadresperfectosalenemigoaabatir.Estoesasí,Eric. Esleydevida,amor. Ericresopla.Sinduda,sabequetengorazón. —RecuerdoquemipadremeprohibíasaliromequitabalabicicletaenJerez—continúo—.Eso me enfadaba, pero era lo único que hacía que yo reaccionara. —Eric sonríe—. Pero, por favor, la próximavezquehablesconél,permítelequeresponda.Nolocortestodoelratocadavezquevaa contestarodejarádehablarcontigo,ytúnoquiereseso,¿verdad?—Élniegaconlacabezaeinsisto —: Pues entonces hazme caso. No hay nada más incómodo que querer responder y que no te lo permitan. Ericasiente.Sinduda,séquelapróximavezquehableconéllohará.Medaunbesoymurmura: —¿Perdonasatugilipollasporsacarconclusioneserróneasdeti? Esomehacesoltarunacarcajaday,encantada,posolasmanosensushombrosydigotocándole concariñoelcuello: —Adoro que en ocasiones seas un gilipollas; ¿sabes por qué? —Él niega con la cabeza, y yo aclarodivertida—.Porquemeencantareconciliarmecontigo. Susonrisaseensancha. ¡Oh,Dios,quémaravillosasonrisatienemialemánpreferido! Cuandovaabesarmeyséquemevaadejarsinrespiración,nosinterrumpenunosgolpesenla puertadeldespacho. —Adelante—diceEric. Lapuertaseabre.EsSimonaque,congestopreocupado,explica: —Sientointerrumpir,peroFlynsehapilladoundedoconlapuertayestádoloridoenlacocina. Ericyyosalimosalacarrera. ¡Ay,miniño! Cuando llegamos a la cocina, nuestro adolescente nos mira. Eric se apresura a arrodillarse delantedeél,cogesumano,retiralabolsadehieloquePipalehapuestoyexaminaeldedoaplastado yrojo. —Jud, llama a Marta para ver si está en el hospital —me pide a continuación con gesto descompuesto. Sintiempoqueperder,lostresnosdirigimosalgaraje.Allí,nosencontramosconNorbert,que, alvernosllegar,aunquenosabeloquehapasado,dicerápidamente: —Encincominutosllegamosaurgencias. AFlynporeldolorseleescapanunaslágrimas,yEricnopuedeyanirespirar. Madremía,¡peroquénerviososeponeconestostemas! HabloconMarta.Estáenelhospital.Comopuedo,mientrasllegamostranquilizoalgrandullóny aminiñoalavez.Noséquiénesmáscomplicado.Cuandollegamosaurgencias,Marta,lahermana deEric,quetrabajaallí,yanosestáesperando. Micuñada,queesunamor,sepreocupaporFlynencuantolove. —Túquédateaquí—diceentoncesmirandoaEric. —No.YovoyconFlyn—insisteél. Martayyonosmiramosy,finalmente,pararelajarlodigo: —Ericyyonosquedaremosaquí.Flyn,veconlatíaMarta. Unavezellosdosdesaparecenporlapuerta,Ericmemiracongestotensoy,antesdequeabrala boca,digo: —Sabes que es mejor que no estemos nosotros para que Flyn esté atento a lo que Marta y el doctorledigan,asíqueniseteocurraprotestar,quelamadresoyyo,estoypreocupadaynoestoy montandounnumerito,¿deacuerdo? Ericasienteynodicenada.Norbert,queyahaaparcadoelcoche,entraenurgencias.Alvernos, sesientaanuestrolado,ylostresesperamosconimpacienciayensilencio. Cuarenta minutos después, la puerta se abre y salen Marta y Flyn. Miro a Eric y veo cómo su gestosesuavizaalcontemplarlo.Loquiereconlocura.Losé,ysólodeseoqueFlyntambiénlosepa. Cuandoseacercaaél,observasumanovendadayluegolomiraalosojos. —¿Estásbien,colega?—lepregunta. Elcrío,queyanollora,esbozaunasonrisayasiente. —Meduele,papá,peroestoybien. Ericloabrazayyomeemociono.¡Soyasídetonta! Martanosdicequelehanhechounaradiografíayeldedonoestároto,perotieneunapequeña fisura. Le han puesto una férula para inmovilizárselo y tiene que tomar antiinflamatorios. Una vez acabadeexplicárnoslotodo,veoquetienemalacara. —¿Teencuentrasbien,Marta?—pregunto. Micuñadamemira,serecogeelpeloenunacoletaaltayresponde: —Sí.Essóloqueestanochenohedormidomucho. Tanprontocomosabemosquetodoestábien,apesardelsusto,Martamiraasusobrino,queestá tanaltocomonosotras,yledice: —Todavíanomehascontadocómotehaspilladoeldedo. ÉlnosmiraaEricyamí,quesomoselenemigo,yresponde: —Estabaenfadado,cerrélapuertaconfuerzaymepilléeldedo. Concariño,letocoelpeloylobesoenelhombro. —¿Yporquéestabasenfadado?—insisteMarta. Flynmiraalsuelo.Ericmemiraamí.MartamiraaEricyyofinalmentedigo: —Vamos,cielo,respondealoquetehanpreguntado. Miniñoresopla,levantalacara,miraasutíaycontesta: —Medieronlasnotasysuspendíseis. —¡¿Seis?!—gritaMarta. Ericasiente.Yoasiento.FlynvuelveamiraralsueloyMartalesuelta,sorprendiéndonosatodos: —Flyn Zimmerman, espero que tus padres te hayan castigado como mereces, jovencito. Tu obligaciónesestudiaryaprobar,comolaobligacióndetuspadresescuidarte,protegerteyprocurar quenotefaltedenada. Atónito,miamorobservaasuhermana.Estoyseguradequeesperabacualquierotracosamenos eso,ysonríocuandolooigodecir: —Gracias. Martaleguiñaelojoconcomplicidad. Cuando llegamos a casa, Simona y Pipa están preocupadas pero, en cuanto ven a Flyn, la preocupaciónselespasa,ylomismoocurreconSonia,misuegrayabueladelniño.Martalallama paradecírseloy,cuandoellatelefoneaparapreguntaryhablaconFlyn,tambiénsetranquiliza. Traslacomida,ErichablaconBjörnydespuésnossentamosconlosniñosenelsalón.Hannahy elpequeñoEricsequedandormidos,ycomienzalapelículaLosVengadoresenlatelevisión.¡Bien! Nosgustaalostres. DuranteveinteminutosEric,Flynyyolavemos,hastaquelapuertadelsalónseabreySimona anuncia: —Flyn,unatalElkealteléfono. Elcríonosmira.Sabequeestácastigado.Yonomuevoniunapestaña,yEric,finalmente,alver quenovoyaabrirlabocayelniñonolequitaojo,dice: —Veahablarconella,perohazlodesdetuhabitación. Flyndaunsaltoycorrehaciaelteléfono.Yosonríoycuchicheo: —Vaya...,vaya...¿Noquieressaberquéesloquehablaconsunuevanovieta? Ericniegaconlacabezayrespondecongestotaciturno: —LaintimidaddeFlynentemasdeamoresessólosuya. Sonrío.Nopuedoevitarloy,sindecirnadamás,meacomodojuntoamiamoryseguimosviendo lapelículamientraslospequeñinescontinúandormidos. La peli está genial. Me encanta pero, como ya la he visto y Eric también, tras reírnos por una escenadivertida,lepregunto: —Porcierto,¿quétehadichoBjörn? Ericmuevelacabezayexplica: —Lehanvueltoapiratearlaweb. —Pobre...,¿yaeslaterceravez? —Lacuarta.IntentanlocalizaraltalMarvel,peronodanconél.Sinduda,debedeserunhacker profesional. Resoplo.EsevidentequeBjörntieneungranproblema. Guardamossilencioduranteunossegundos,hastaque,mirándolodenuevo,digo: —Tenemosquehablar. NotoqueEricsetensa,perofinalmenteresponde: —Cariño,siessobreGinebra... —Noessobreeso—locorto,yañado—:Confíoenti. Ericasiente.Legustaloquehedichoy,sonriendo,murmura: —Entonces,túdirás. Cojofuerzasydigosinparpadear: —Esenreferenciaatrabajar. Sucarasedescompone. —Judith,porfavor. —Ah...,ah...,nomellamesporminombrecompleto,queesosólolohacescuandotecabreas— mequejo. Suspira.Sabequenopuedeseguiresquivandoeltema,porloquecierralosojosyreplica: —Deacuerdo,yaséquelaniñayatienedosañosy... —Eric—locortoimpasible—.Sabesqueadoroalosniñosyteadoroatiyqueporvosotrosdoy mivida,peronecesitotrabajarenalgoquenoseacuidardelosniños,dardecomeralosniñosy dormiralosniñosotejuroquemevoyavolverlocacomomihermanaRaquel;¿quiereseso? —No—responderápidamente—.Pero,cariño,notehacefalta.Sabesqueyocubrotodasvuestras necesidadesy... —Losé,¡claroquelosé!Séquiéneresyconquiénmehecasado—gruño—.Perotambiénséque ohagoalgooalfinalmevoyaconvertirenunserinsoportable. Ericmemira,yolomiroyleadvierto: —Elqueavisanoestraidor—y,comonomeapetececallármelo,añado—:Además,todavíano heolvidadoqueledijisteaGinebraquetegustabanlasmujeresqueibanaporloquequerían,yyo, amigo,siemprevoyaporloquequiero.Quetequedeclaro. Oigosuresoplido.¡Ericysusresoplidos!Finalmente,cuandovequenovoyaceder,dice: —Sabesque,sitrabajas,tutiempoparalosniñosyparamíseverálimitado,¿verdad? —Puesclaroquelosé,¡losétodo!—respondoconscientedeello—.Perotútambiénsabesque nosoymujerdequedarmeencasaelrestodemividaalaesperadequemimariditoregresedesu trabajo.—Sugestosecontrae.Nolegustanadaloquehedicho,einsisto—:Vamosaver,Eric.Esta conversación la hemos tenido muchas veces y no estoy dispuesta a volver a discutir por ello. Convéncete de una vez por todas de que yo soy lo que ves, ¡soy Jud! La mujer independiente que conociste en Müller, España, trabajando de secretaria y que, además, por las tardes, daba clases de fútbol a niños. Si no quieres que trabaje en tu maldita empresa porque soy tu mujer, te juro que buscarétrabajoenotrositioy... PeroEricnomedejaacabar,poneundedosobremislabiosparaquemecalleyreplica: —Notrabajarásparaotros.Bueno...,nopensabadecirtenadademomento,perohayunavacante paraunpardemeseseneldepartamentodemarketing. Parpadeo. ¿Hadicholoquecreoquehadicho? ¡¿Tengotrabajo?! Micaradebedeserunpoema.¡¿Marketing?! —Margueriteestaráfueraunpardemeses.LecomentéaMikalaposibilidaddequetútrabajaras conellaesetiempoyleparecióbien. —¡¿Marketing?!—RíodivertidaalpensarentrabajarconMika;¡meencanta! —Sí,cielo,perohayunacondición. —¿Cuál?—preguntodeseosa. —Trabajarásamediajornadaynoviajarás. Oíresomehacesonreír.Medaiguallacondición.Voyatrabajar,¡tengountrabajo!Yentonces digorápidamente,sinpensar: —Acepto.Aceptotucondición. Miamorsonríetambién.Dios...,cómomegustaverloasí. —Estoysegurodequeloharásgenial—dice—.Siquieres,ellunesvienesconmigoalaoficinay hablasconMika. —Sí...—afirmoconunhilodevoz. —Deacuerdo.Leenviaréunmensajeparaqueellunesesperetuvisita. ¡Tomaya! Menudogolazoquemehametidoelalemán. Alemania,1-España,0. ¡Melocomo...,melocomo...,melocomo! Yo, que estaba dispuesta a discutir y a pelear como una leona, me quedo sin palabras. Como siempre,Ericmehasorprendido. Mesientoahorcajadassobreélymurmuro: —Ahoraescuandotengoquedecirtequenoséquédecir. Élsonríe.Adorosusonrisa.Nomequitaojodeencimay,trassuspirar,musita: —Puesdimealgobonito. Ahoralaquesonríesoyyo. —Ereselmejor,tequiero...,tequieroyterequetequiero. Miamorríesatisfecho. —Pequeña,sóloquieroqueseasfeliz.Esosí,recuerdanuestracondición,yquelosniñosyyo existimos,quetenecesitamos,ytodoirásobreruedas. Suadvertenciaescariñosa,yafirmo: —Lorecordaré,tantocomolorecuerdastú. Susonrisasecontraeunpoco,séqueesapullitaquehesoltadolehaescocido,peronodispuesta a que el momento se jorobe por mi poco acertado comentario, lo beso en la punta de la nariz y añado: —¿Sabesqueestoylocaporti,señorZimmerman? MiIcemanvuelveaensancharsusonrisaymeclavaconsuavidadlosdedosenlacintura. —Megustaqueestéslocapormí...,señoritaFlores—murmura. Dereojomiramosalosniños,quesiguendurmiendo,yendécimasdesegundosnuestrasbocas seencuentran. Han pasado varios años desde que nos besamos por primera vez, pero las mariposas y los elefantesquesientoenelestómagocuandoEricmebesasiguentanvivoscomoelprimerdía,ysólo esperoqueaéllesucedalomismo.Lodeseo. Nuestro beso se acrecienta y, enloquecido por ello, Eric se levanta conmigo en brazos y me tumbasobreelsillón;luegoseechasobremícondelicadezaparanoaplastarme. Sabemosquenoesmomentoparaeso. Sabemosquelosniñosduermenanuestrolado. Sabemos que es una locura, pero también sabemos que la locura es lo nuestro y que, cuando comenzamosabesarnos,¡olvidamoslapalabra«sabemos»! RápidamentesientolaexcitacióndeEricapretándosecontramí. ¡Oh,Diosssss!¡Loquieroya! Los besos suben y suben de intensidad. El calor inunda nuestros cuerpos y, enloquecido, mi alemáncomienzaadesabrocharmeelbotóndelosvaquerosyyomearqueoparafacilitárselo.Con sumanolibre,mesueltalacoletaquellevoenloaltodelacabezay,cuandomeagarradelcuello paraahondarensubeso,deprontolapuertadelsalónseabreyoímos: —Mamáaaa...,papáaaaa... ElsaltoquedamosEricyyoparasepararnoshacequeelsillónsetambalee,yFlyn,queesmuy cabrito,insistemirándonoscongestocontrariado: —Pero¿quéhacéis? Vayapillada.¡Vayapillada! Ericsesientaconrigidezenelsillónysedisponeaverlatelevisión. ¡Quécabritoéltambién,cómoescurreelbulto! Pero yo, al ver que el niño no me quita la vista de encima a la espera de una explicación, me retiroeldescontroladopelodelacaraymurmuromientrasmecubroelpantalóndesabrochadocon lacamiseta: —Pues,cariño,notevoyamentir,nosestábamosbesando. —¡Jud!—protestaEricaloírme. Me entra la risa. No lo puedo remediar y, mirando a mi amor, que me observa sorprendido, insisto: —PorelamordeDios,Eric,Flynyaesmayorysabeperfectamenteloqueestábamoshaciendo. ¿Quéquieresquelediga? Mialemánmemirayresopla,sabequellevorazón.Luegosevuelvehaciaelniñoyafirma: —ComohadichoJud,¡nosbesábamos! Flynasienteysonríeconpicardía. ¡Menudosinvergüenza! NopreguntamásysesientaenunsofáquehayaladerechadeEric.Durantevariosminutos,los tresvolvemosacentrarnosenlapelículadelatelevisión,hastaquedeprontomimaridopregunta: —¿CuándoeralafiestadecumpleañosdeElke? Yolomiro... Flynlomirayresponde: —Elviernesqueviene. Nosédequévatodoesto,perodeprontomialemánpreferidodelmundomundialdice: —IrásalcumpleañosdeElkepero,después,estáscastigado,¿entendido? Flynsonríey,trasponerseenpiedeunsalto,seabalanzaliteralmentesobreEricolvidándosede sudedolesionado. —Gracias...,gracias...,gracias,papá.Ereselmejor. ¿Papá?¿Yyoqué? Sinembargo,meemocionocomounamonaysonríofelizalentenderqueEricsehapuestoenla pieldeFlynyhacomprendidolanecesidaddesuhijopornofallarleaElke. Sinduda,mialemáncambia,comocambiaFlynycomo,obviamente,tambiéncambioyo. 8 Como todos los años, la cena de gala del despacho de abogados Heine, Dujson y Asociados en el restauranteChezAntoninestabasiendotodounexitazo. Elfamosobufeteorganizabaunavezalañouneventoparalaincorporacióndesocios. Björn,queeraconsideradounodelosmejoresabogadosdeMúnich,estabatambiénallítomando algo en compañía de Mel. Su sueño siempre había sido trabajar en el afamado despacho, pero no como asociado; él quería algo más, quería que su apellido formara parte del nombre del bufete: Heine,Dujson,HoffmannyAsociados. Enaquellaocasión,susueñoestabamuycercadeversecumplido,yaqueeldespachonecesitaba efectivo y los dos asociados mayoritarios estaban entrevistándose con distintos profesionales. Deseoso de conseguir el puesto, Björn presentó su candidatura, pero sabía que, igual que la de él, habíaotrastresmás,ytododependíadelaopciónqueeligieranGilbertHeineyAmadeusDujson. Ataviada con un bonito vestido negro y blanco, Mel, que se encontraba apoyada en una de las barras,observabahablaraBjörnconotrosabogados.Estabaguapísimoconaqueltrajeazulderaya diplomática. Pero¿realmenteconquénoestabaguapo? No le había contado a Björn lo que Louise le había dicho en referencia a aquel bufete. Ella prefería siempre observar antes de levantar falsos rumores. Y, por lo que veía, todos aquellos hombreseranunosfrikisdelaabogacíaypocomás. Concuriosidad,laextenienteMelParkervioaLouise,lamamádePablo,entrarjuntoasujoven marido. Parecía feliz del brazo de aquél, hasta que la descubrió a ella y su expresión cambió. Evidentemente,noesperabaencontraraMelallí. Duranteunrato,Mellasiguióconlamiradaporlaestanciahastaquevioquesedirigíaalbaño. Sindudarlo,yparatranquilizarla,Melfuetrasellay,unavezdentro,Louisepreguntó: —¿Quéhacesaquí? —Björn,minovio,esabogadoyquieretrabajarenestebufete. ElgestodeLouisesedescompuso. —Nolopermitas—murmuró—.Silohace,tuvidaseráundesastre. Aloíreso,Melsonrióyrepuso: —Tranquila,Louise,conozcoaBjörnynoesunhombrequesedejellevarpornadie,y... Eneseinstanteseabriólapuertadellavaboyentrarondosmujeres.Lasmiraron,lessonrierony, cuandodesaparecieronenelinteriordelosaseos,Louisecuchicheó: —Nodigasquenoteloadvertí. Y,dichoesto,lajovensemarchódelbañodejandoaMelconlabocaabierta. Cuandosalió,sedirigiódenuevohastalabarradondehabíaestadomomentosantes,miróasu alrededorysuspiró.Sinlugaradudas,lasmujeresdetodosaquelloshombres,ademásdeflorerosy unosclonesunasdeotras,erantodoloqueellanuncaquerríaser.Sóloconverlas,oírlashablaryver cómosemovíanporlasala,sabíaquedeallípocasamigaspodíallevarse. Aburrida pero con la mejor de sus sonrisas, Mel esperó pacientemente a que Björn dejara de hablarconaquellostiposyseacercaraaella,algoqueélnotardóenhacer,pueseraconscientede cómomuchosdelospresentesobservabanasumujer. —¿Otrocóctel?—preguntóBjörn. —Memueroporunabirrabienfresquita. —Mel... Ellasonrió. —Deacuerdo,señorHoffmann,seréfinayeleganteyquerréotrocóctel. Björn sonrió. Sabía cuánto le estaba costando a Mel mezclarse con aquella gente y, cuando le entrególabebida,elladijo: —TejuroquetodosestosfrikisdelasleyessonlomásaburridodelafazdelaTierra.Todavía nopuedocreerquetúseasunodeellosyqueyoestécontigo. —¿Meacabasdellamar«frikiaburrido»?—dijoBjörnriendo. Melasintió.Björnseacercóentoncesaellaysusurró: —Esomelovasarepetirestanochecuandolleguemosacasa,Catwoman. Ambos estaban riendo cuando uno de los organizadores de la cena, Gilbert Heine, el asociado mayoritario,seacercóhastaellos. —¿Lopasáisbien? —¡Estupendamente!—asintióMelconlamejordesussonrisas. —Todogenial,Gilbert—aseguróBjörn. Elhombremiróentoncesalgoagobiadoasualrededorymurmuróacercándosemásaellos: —Estoy deseando cenar. Hemos encargado un paté austríaco que es una maravilla, un pescado increíbleyunpostredelacasaqueestáparachuparselosdedos,¡yaveréis! BjörnyMelsonrieronaloírlo. ElhombrecanosodeaparienciaimpecablesequedóconellosmásratodeloqueaMellehabría gustado. Por su parte, Björn lo consideró un honor y, al ver cómo bromeaba y reía con su mujer, supoquelosestabanestudiando,locualerabuenaseñal. Cuando el jefazo se marchó y llamó a Björn para que lo acompañara, Mel lo animó a ir. Ella esperaríaallítranquilamente,perosusplanessefueronaltrasteenelmomentoenquelamujerdel jefazo, Heidi, fue hasta ella, la agarró del brazo y se la llevó a una mesita donde otras mujeres estabanconversando. Louiselamiró,peronocomentóqueseconocieran,porloqueMelcallóydisimuló.Duranteun buenrato,prefabricóunasonrisamientrasescuchabacómohablabanlasmujeres. ¿Porquéerantanantinaturaleseinsufribles? Melnoteníanadaqueverconellas,ycuandoyanopudosoportarunsegundomásoíralasotras hablandodelbótoxodenosabíaquépreciosaycarísimaprendadevestirquellevabaunadeellas,se disculpódiciendoquedebíairalbañoysequitódeenmedio. Unavezallí,seechóaguaenlanuca.Entonces,Louiseentrótambiénenelbaño. —Sientosertanfríadelantedeésas—dijo—,pero... —¿No dices que quieres divorciarte de Johan? ¿Qué estás haciendo aquí, entonces? —preguntó Melmirándola. Louisesuspiró. —Yatedijeloqueocurría,¿lohasolvidado? Ambasseobservaron,yfinalmenteMelafirmó: —Te aseguro que, si yo fuera tú y un tío, por muy abogado que fuera, me amenazara, lo machacaba. Eneseinstante,unodelosaseosseabrióyunamujersaliódeél.Conunacandorosasonrisa,se lavólasmanosmientrasLouiseentrabaenunodeloscubículosyMelsemirabaenelespejo. Conpaciencia,Melesperóaquelaextrañasefuera,peroparecíanotenerprisa.Unavezselavó lasmanos,abriósubolsoycogióunneceserdelquesacóunpintalabiosycomenzóaretocarseel carmín. Louisesaliódelaseoy,alverquelaotratodavíaseguíaallí,selavólasmanosy,sindecirnada, semarchó.UnavezasolasMelylamujer,éstaguardósuneceserysaliótambiéndelbaño.Melse quedóconunaextrañasensación.Pero¿quéocurríaallí? Sedirigiódenuevoalabarray,cuandoelcamarerolesirvióotrocóctel,locogióysonrióal imaginarasusantiguoscompañerosdeunidadallí. —¿Quépiensamipreciosateniente?—preguntóBjörnacercándose. Alsentirlasmanosdeélsobresucinturaysubocaenlacoronilla,lajovenmurmuró: —En coger cinta aislante y taparles la boca a algunas pesadas que hay por ahí. Eso es lo que pienso y, ya de paso, en quitar la musiquita de violines y poner algo mejor, como Bon Jovi o Aerosmith. Björnsonrióysecolocóasulado. —¡Quédecepción!—dijo—.Creíquepensaríasalgomásdivertidoalverquesonreías. SaberqueBjörnlahabíavistosonreírlehizogracia,yreplicó: —Sonreía al imaginar a Fraser o a Neill aquí, metidos entre tanto pijerío y tanta tontería —y, bajando la voz, cuchicheó—: Oye, ¿te imaginas a cualquiera de estos casposos en un concierto de BonJovioAerosmith?Seguroquelesdaelhumodeunporroysequedancolgadostresmeses. —Mel...—susurróélincómodo. —Tranquilo,JamesBond,nadiemehaoído. Björnasintió.Sinduda,aquellascenasnoeranloquemáslegustabaaMel. —Cariño—replicó—,ésteesmimundo.Esconestaspersonasconquienestratoadiario,y... —Losé...,losé...,perosontanaburridosytandiferentesdetique,deverdad,noséquéestamos haciendoaquí.—PeroentoncesMelviounphotocallquehabíaenunlateralymurmuró—:Aunque, bueno,tusueñoesquetuapellidoaparezcaalgúndíaenesecartel,¿no? Ambosmiraronelphotocalldelfamosísimobufetedeabogadosquehabíaenelrestaurante. —Sí,cariño—admitióBjörn—.Éseesmisueño. Tras un segundo en el que ambos permanecieron en silencio, al ver la incomodidad de Mel, él comentó: —Bueno,paratuconsuelotediréqueelcateringquehancontratadoparalacenaesexquisito. —Menosmal,almenoscenaréalgorico. Divertido,Björnañadió: —GilbertHeinenoshaincluidoatiyamíenlamesapresidencial. —¡Nojorobes! —Mel... —¡Menudoaburrimiento! —¡Mel...! —Venga,va...,cambioelchip.¡Quéilusión!—dijoellasonriendo,loquelohizoreír. Björntomóuntragodesubebiday,segurodequenadielooía,indicó: —Cariño,soyconscientedelesfuerzoquehacesporrelacionarteconlasmujeresdemiscolegas, quesuelenserinsufriblesyellosbastanteaburridos,perotenemosqueestaraquí.Mibufeteesunode losmásjóvenesdeMúnich,perotengomuchaspapeletasparaconseguirloquemepropongo.Y,silo consigo,prepárate,porqueentoncespodremoscomprartodoloquequeramos. Aloíreso,Mellomiró. —¿Acaso no compramos ya todo lo que queremos? —replicó. Björn no respondió, y ella cuchicheó—:Vale,yoteapoyo,ysabesquesiempreteapoyaréentodoloquequieras,perorecuerda: esperodetielmismoapoyo. Elgestodelabogadosecrispó. PensarenlasposibilidadesdetrabajoqueMelleofrecíanoeraloquemáslegustaba. —Noesmomentodehablardeello,¿nocrees?—siseó. Melasintió;aúnrecordabasuúltimadiscusiónalrespecto.Y,resoplandoalversugesto,replicó: —Mensajerecibido,noteapures. —Meapuroporqueteveomal,perositúnovienes... —Eh..., eh..., eh... ¿Acaso crees que te voy a dejar venir aquí solo con tanta loba con cara de Caperucita? —Björn sonrió y ella añadió—: Si ya te miran con descaro estando yo, no quiero ni imaginarmequéharíansinoestuviera. —Bueno... —Ah,no...,nomevayasahoradesobradito,BjörnHoffmann,otejuroque... No pudo decir más. Sin importarle las miradas indiscretas que se clavaron en ellos, Björn la acercóaélylabesóconpasión.Cuandosesepararon,murmuró: —Tengoamiladoalomáspreciosoydeseablequeunhombrepuedeanhelar.Elrestonome interesa—y,alejándoladeél,prosiguió—:Peroenestetipodecenashayquesonreíryhacerlesver queunopuedesertanincreíblecomoellos,¿deacuerdo,miamor? RiéndoseestabancuandoGilbertselesacercóy,mirandoaMel,dijo: —Que me perdone mi esposa pero, Melania, eres la mujer más bonita e interesante de toda la fiesta,yvengoencantadoacogertedelbrazoparaquemeacompañesalamesa. —¿Tengoqueponermeceloso,Gilbert?—semofóBjörn. Elabogadosesentónsoltóunarisotada. —Tranquilo, Hoffmann —dijo—. No creo que pueda competir ni con tu juventud ni con tu lozanía,ymeconstaqueestamujercitatuya... —Novia,Gilbert...,novia—aclaróella. Aloíreso,elhombremirósorprendidoaBjörn. —¿Cómoesposiblequetodavíanoestésconella?—preguntó.Björnsuspiró,yGilbertindicó —:Recuerdaqueunodelosrequisitosindispensablesdeestebufeteesestarcasadoybiencasado. —Losé—dijoBjörnsonriendo—.Yestoyenello. Elhombremadurodepeloblancoasintió. —Hoffmann,ademásdepreciosa,sevequeestamuchachaesinteligenteydivertida.¡Nopierdas laoportunidad! —Gilbert,eresunadulador—dijoMelsonriendodivertidaalverlacaradecircunstanciasdesu novio. Desubrazo,yseguidaporBjörn,caminóconGilberthastaellugardondeestabalamujerdeél, quenodudóenagarrarsealbrazodeaquélyjuntossesentaronalamesapresidencial. Lacomidaestabaexquisita,peroaMellamatabalacompañía.LamujerdeGilbert,juntoaotras que estaban a su lado, tras conversar sobre los hijos, comenzó a hablar de recetas de cocina y de religión,yMelnopodíahacerotracosamásquesonreíryasentir. Aldarsecuentadequeestabamuycallada,Gilbertlepreguntó: —¿Tegustalacomida? —Sí...,sí...,buenísima—respondióMelconunasonrisa. —Sientoquelaconversacióndemiesposaylasotrasmujeresnoseamásamenaparati. —Nodigaseso,porDios,tumujeryelrestosonunencanto—mintióMel. Elhombrecabeceó,eraevidentequenolacreía,asíquecontinuaroncenando. Unavezterminadalacena,todosentraronenunsalónanexodonderápidamentecomenzóasonar músicaswing,yGilbertlainvitóabailar.TrasguiñarleunojoaBjörn,Melsalióalapistaconel abogado,yriéndoseestabacuandoéstedijo: —Todavíaestoysorprendido. —¿Porqué? —Björnmecomentóqueerastenienteypilotabasunavióndelejércitoestadounidense. Ellasonrió.LegustabaqueBjörnestuvieraorgullosodeeso. —Esuntrabajocomootrocualquiera—repuso. —No.No...Esoquetúhashechonolohacetodoelmundo.Esmás,soyincapazdeimaginara cualquierademistreshijas,oamimujer,haciendoalgoasí. —Gilbert,mipadreesmilitar,ydigamosqueesalgoquehevividodesdepequeña. Elhombresonrió. —Yosoyabogadoyningunodemishijoshaseguidomispasos—contestó. —Mi hermana Scarlett tampoco es militar, Gilbert. No todos en una misma familia suelen dedicarsealomismo. —¿Puedosertotalmentesincerocontigo,Melania?—preguntóentonceselhombremirándola. Ellaasintió. —Björnesunabogadoimpecable—dijoél—.EsunodelosmejoresdeMúnichyenmibufete sóloqueremosalosmejores.—Melsonrió.Sinduda,Björnnoloibaatenerdifícil.Peroentonces, Gilbertsonrióasuvezyañadió—:Sinembargo,elhechodequenoestécasadoysunoviaseamadre soltera no le facilita la entrada al gabinete; a no ser que eso cambie, se convierta en un hombre casadoconunaperfectamujercita,padrelegaldetupequeñay... —Contodosmisrespetos,Gilbert—locortóMelviendoporprimeravezlasorejasaaquellobo conpieldecorderito—:creoquedeberíasfijarteeneltrabajoqueBjörnescapazderealizarynoen otrascosasqueatubufetenilevannilevienen. Aloírla,elhombreasintió.Sinduda,eraunamujerconcarácter. —Tienesrazón...—dijo—,séquetienesrazón,peroenestetrabajotodocuentay,aunquesuene mal,somosundespachodeabogadosmuytradicional.Túmecaesmuybienyséquepuedesllegara serlamujerperfectaparaelabogadoBjörnHoffmannyayudarloensuascensoenlavida;¿aquesí? Mel no respondió. Si le decía lo que pensaba y lo que sabía por Louise, sin duda su novio se avergonzaríadeella. —¿Puedopedirtequemedevuelvasamimujer?—oyódeprontoquedecíaBjörn. Encantado,elhombresonrióy,guiñándoleelojo,murmuró: —Novia...,Hoffmann.Novia.Terecuerdoqueaúnnoestumujer. Divertido por el comentario, Björn asió entre sus brazos a Mel y, cuando Gilbert se marchó y elloscomenzaronabailar,cuchicheó: —Vaya...,vaya...,¿pervirtiendoalosabuelitos? Mel,quedecidiónocomentarleloqueaquéllehabíadicho,replicó: —Yameconoces,cariño.Soyunapervertidoraoficial. Björnlaabrazó.Nadalegustabamásquedisfrutardesucompañía.Acercólabocaaloídodeella ysusurró: —Esperoquemeperviertascuandoregresemosacasa. Melsonrióy,olvidándosedeloqueelviejodepeloblancolehabíadicho,afirmó: —Quenotequepalamenorduda,JamesBond. 9 El domingo por la mañana, tras levantarnos y dar de desayunar a los niños, Eric me dice que ha quedadoconBjörnyquenosvamosapasareldíaconellos. Esomeponedebuenhumor.AdoroaBjörnyaMel,yestarconellossiempreesdivertido.Flyn intentaescaquearse.Yanolegustavenirconnosotrosalossitios,peroEricnoselopermitey,al final,mipequeñogruñónnosacompañaaregañadientes. Unavezconseguimosarreglaralosniñosycargarenelcochetodolonecesarioparapasareldía fuera con ellos, nos dirigimos felices hacia el centro de Múnich. A la una de la tarde, Eric y yo llegamosconnuestratropa,incluidaPipa,alacasadenuestrosamigos. ContresniñosquellevamosnosotrosySami,laniñadeellos,¡larevoluciónestáasegurada! Encuantonosvellegar,Samisonríeycorrehacianosotros.Nosadoratantocomonosotrosla adoramosaellay,tirándosealosbrazosdemiamor,pregunta: —¿Mehastraídounregalo,tíoEric? Meentralarisa.Samiestanmelosona... Eric,queesunblandoconellaynuestrosniños,metelamanoenmibolsoy,comoporartede magia,sacaunhuevoKinder. ¡Nuncafaltan! Alverlo,laniñalocogefelizy,después,corretraselpequeñoEric,queyaestátrasteandocon susjuguetes,mientrasqueFlynsesientaenunsillónconcaradecircunstanciaspornotenersumóvil parawasapear. Björn,miguapoamigo,seacercaanosotrosy,quitándomealaceporradeHannahdelosbrazos, pregunta: —¿Cómoestámimonstruito? ¡«Monstruito»!Björnlallamaasíporlolloronaquees. Laniñalomira.Seplanteasilloraronoporelapelativo,perofinalmentesonríe.¡Olé,miniña! Si es que cuando sonríe es para comerse esos mofletes regordetes que tiene, pero oh..., oh..., de prontoarrugaelentrecejo,contraelacaraycomienzaallorar. ¡Ea...,yaestamos! Merío.¡Nolopuedoremediar!YBjörnrápidamenteleentregalaniñaaEric,que,alcogerla,le sonríeamoroso. ¡QuépacienciatienemiamorconHannah! Sinduda,latieneporqueessupequeñamorenita,porque,sinofuerasuhija,estoyseguradeque huiríadeellacomodelapeste. Unavezveoquelaniñadejadellorar,miroamibuenamigoBjörnylepregunto: —¿Haspodidosolucionarlodetupáginaweb? Asiente,tuerceelcuelloyafirma: —Mañanavolveráaestaroperativa.PerocuandocojaaesetalMarvel,teaseguroquemelasvaa pagar.Levoyareventarlacabeza. Mel,queseacercaanosotros,miraaFlynypregunta: —Cariño,¿tudedoestábien?Mamámeenvióunwasapparadecirmeloquetehabíaocurrido. ¡Quédolor! Flynmemiraparasabersisólolehecontadoesooalgomás.Yonomuevoniunmúsculopara admitirodesmentir,yfinalmenteelniñodiceenseñándolelamano: —Sí,estoybien. Björn,queobservaaFlyn,murmuraentonces: —Túyyotenemosquehablar,jovencito.Meheenteradodealgoquenomehagustadonadade nadaenreferenciaatusnotas. Flynresopla,memiraconojosacusadores,yyorespondo: —Yonohesido.Habrásidotupadre. Depronto,SamiseacercaaBjörnymurmuracongestodetristeza: —Papi,meduelelatripita. Björn centra entonces toda su atención en la pequeña y, en cuanto le dice dos monerías, Sami sonríeysemarchacorriendo.Esomehacereír.Todavíarecuerdolomuchoquelecostópronunciar la erre. Mel pone los ojos en blanco ante la guasa de su hija, le quita a Eric a nuestra niña de los brazosparabesarla. —Prínsipe...,prínsipe...,¡creoqueteengañancomoauntonto!—murmuroyodivertidamirando amiamigo. Björnsonríe,cogealpequeñoEric,quecorreteaconunadelasmuñecasdeSamimientrasletira delacabezaparaarrancársela,ypregunta: —¿CómoestámiSuperman? Mibonitoniñorubiodeojosazulessonríe,cuandoSamiofendidagrita: —¡Superman,erestonto,damemiprinsesa! MiamorseacercarápidamentehastanuestroSupermandestrozatodoy,trasquitarlelamuñecade Samiantesdequelearranquelacabeza,seladevuelvealaniñayellaloabrazaconunaencantadora sonrisa. —Gracias,tíoEric.Tequieromucho. —¿Másqueapapi?—preguntaBjörnmirándola. Bueno...,bueno,loquemefaltabaporoír.Serácelosón,elpapi. La niña, que es una preciosidad, y no sólo por lo bonita que es, sonríe con picardía. ¡Menuda elementaeslajodía!Acontinuación,miraalosdostitanesquetienedelanteyresponde: —Papi,atitequieromucho,mucho,mucho,yaltíoloquierosólounmucho. —Ah,bueno...—VeoquesonríeeltontusodeBjörn. Melyyonosmiramosytambiénsonreímos. Vayatelaconlaprinsesa.Cuandocrezca,¡mieditonosda! EricyBjörnsonríenconcaradetontos,pero¿quéefectoscausanlosniñosenellos? Unavezyanoshemosbesadoysaludadotodos,loshombresylosniños,acompañadosporPipa, pasanalasaladejuegosguiadosporBjörn.Sindudaalguna,allísedivertirán,¡haydetodo! Cuandoveoquesealejan,agarroaMeldelbrazoylepregunto: —¿Quétallacenitadeanocheconlosabogados? —Unsantocoñazo. Ambas reímos. Sin duda, venimos de mundos muy diferentes de aquel en el que están metidas nuestrasparejas,yenocasionescodearteconperfectasmujercitasalasqueloúnicoquelesinteresa esserlamásguapaolaquemejorliftingsehayahechonoeslonuestro. Meltiraentoncesdemíy,alllegarjuntoaunamesita,levantauncojínymeentregaunospapeles. SugestomehacesaberqueloquemeenseñanoesalgoqueamibuenamigoBjörnlohagasaltarde alegría. Sonrío.¡¿Quéserá?! Conlospapelesenlamano,losmiroy,cuandoestoyleyéndolos,Melapunta: —Recuerdasquetelocomenté,¿verdad?¿Quéteparece? Leoymurmuro: —¡Joder! —Sabíaquediríaseso—aplaudeMel. Madremía...,madremía... —¿Björnhavistoesto?—pregunto.Ellaasienteconlacabezayyoañado—:¿Yquéhadicho? Miamigaseacomodaenelbonitosillóndecolorcaramelo.MiraaBjörn,queeneseinstantesale conEricdelasaladejuegosconunodesuscómicsenlamano,ysonríe. Uy..., uy, esa expresión irónica no me deja entrever nada bueno. Mientras los chicos están preparándosealgodebeberenelminibardelsalón,Meldice: —Lógicamente,aBjörnnolehacenipizcadegracia. —¡Losabía! —Esunretrógrado—gruñeella. —Tambiénlosé.EsdelpelajedeEric—afirmodivertida. Melvuelveasonreíry,trasmiraraBjörn,quehablaconmimarido,cuchichea: —No digas nada delante de él, ya he tenido bastante esta mañana. Se me ocurrió enseñarle los papelesynoveaslaquemontóJamesBond.Asípues,porfavor,tepidoquenolocomentesdelante deél. —Vale. Melsuspirayprosigue: —No le hace ni pizca de gracia la posibilidad de que pueda trabajar como escolta para el consuladodeEstadosUnidosenMúnich. Ambasreímos.LuegoMelseinterrumpeydice: —Ay,Jud,¿quéhago?Dametuopinión.Estáclaroquecomodiseñadoragráficanomefuemal, pero...peroyonecesitoalgomás. —¿Yyoquéquieresquetediga?Esoesalgoquedebesdecidirtú. —Losé.PeroelpesaditodeBjörnnoquierehablardeello. De nuevo, me río. Sin duda, Eric y Björn se han enamorado del estilo de mujer que nunca pensaron. —¿Escolta?—cuchicheodivertida. Melgesticula. —Meencanta.Esomepermitiráserunachulitacontrajedehombreygafasdesol. Vuelvoareírme.Nolopuederemediar. MellohadejadotodoporBjörncomoyoensumomentolodejéporEricy,aunqueséqueensu vidaesfelizcomolosoyyo,pregunto: —¿Teestásplanteandoregresardenuevoalejército? Mipreguntalahacesonreír.¡Lamadrequelaparió! Mel,laduratenienteParkerdelejércitodeEstadosUnidos,mequitalospapelesdelasmanos,los doblay,guardándolosalverqueloschicosseacercan,mesusurra: —Novoyaregresaralejército.Esono.Peropodríaserescoltade... —Mel...,espeligroso. —Escucha, Jud, más peligroso que mi antiguo trabajo, ¡imposible! Viajaré de vez en cuando y pocomás. —¿Pocomás? LuegoMelañadebajandolavoz: —Mipadrehamovidoalgunoshilosparaello,ycreoquedeberíaaprovecharlo. —Pero¿puedesserescolta?—preguntosorprendida. Ella,consuchuleríacaracterística,seretiraelflequillodelosojosyafirmacongestoencantado: —SoylahijadelmayorCedricParkeryextenientedelejércitoestadounidense;¡puesclaroque puedo! AmbasnosreímoscuandooímosanuestraespaldalavozdeBjörn,quedice: —Nomelodigáis,¿aquesédeloquehabláis? Suexpresiónmehacesaberquenoleagradalaidea,yMelreplicamirándolo: —Nohablábamosdeello,007. —Mentirosa...,eresunamentirosilla—semofaBjörn. Eric se sienta a mi lado y, como siempre, en su afán protector pasa la mano alrededor de mi cinturaymeacercaaél.Lomiro...,memiraysonreímoscuandoBjörnsueltaobservandoasuchica: —¿Quéletradelapalabra«¡No!»eresincapazdeentender? Mel arquea las cejas. ¡Uissss, mal rollito! Y con un gesto que me hace saber que eso no va a acabarbien,responde: —Mira, muñeco, a chula tú no me ganas ni dando un cursillo acelerado; por tanto, tranqui, tronco,nolavayasacagartodavíamás. Björn parpadea. Sin lugar a dudas, ha pasado el tiempo, pero es evidente que todavía le cuesta adaptarsealamaneradehablardeMely,cuandoveoquevaaresponder,ellaañade: —¿Aúnnotehasdadocuentadequetúnodecidespormí? ElgestodeBjörnsedescomponepormomentos. Bueno...,bueno...,quesevaaarmarlamarimorenaymimaridoyyoestamosenfilapreferente. Acto seguido, Björn responde, después lo hace Mel, y comienzan a lanzarse pullitas. Entonces, Ericacercasubocaamioídoypregunta: —¿QuélesocurreaJamesBondyalanoviadeThor? Oíresosapodosmehacesonreír;aúnrecuerdocuandoellosmismosselosllamabany,mirando alosojosdemiamor,esosojosazulesquetantomeenamoran,respondo: —El padre de Mel ha movido algunos hilos para que ella pueda trabajar en el consulado estadounidensecomoescolta. VeosorpresaenlaexpresióndeEric,ynomeextrañocuandolooigodecir: —Pequeña,sifuerastú,larespuestaseríalamismaqueladeBjörn:«¡No!». Aver...,aver... Sialguiendeberíasaberelmalresultadoquetieneprohibiralgo,éseesEricZimmerman,yantes dequemedétiempoaresponder,élañade: —Yseríaun«¡No!»inamovible. Uisss,¡quérisa! Nopuedoevitarlo. Sinlugaradudas,mirisitalehacesaberamialemánpreferidoloquepiensoy,trasretirarmeun mechóndepelodelacara,insiste: —Nolopermitiríaylosabes,¿verdad? Lomiro... Memira... Sonrío... Levantalascejas... Yfinalmente,conesearteespañolquecorrepormisvenas,respondo: —Mira,Iceman,siyofueraella,alfinalharíaloqueyoquisiera.Ylosabes.Portanto,alégrate dequenosoyella,otendríasunmolestoproblemadeesosquetesacandetuscasillas. Ericsonríe. Obviamente sabe que lo que digo es cierto, así que acerca su boca a la mía y murmura tentándome: —Alégratetúdenoserella... Sonríoconmaliciay,sinapartarsumiradadelamía,Ericmerozaconsutentadoraboca. Madremía...,¡quéjuegomássucio! Me chupa el labio superior, después el inferior, y termina con un mordisquito. ¡Sigue jugando sucio!Y,antesdebesarmecomosóloélsabe,murmura: —Tútambién,tegusteono,tendríasunmolestoproblemadeesosquetesacandetuscasillas. Me apresuro a besarlo. No puedo pensar en lo que ha dicho. Bueno, sí puedo, pero ahora no quierohacerlo.Sóloquieroquemebeseyquemehagasentirtanespecialcomosiemprelohace. Nuestras bocas se encuentran, igual que docenas de veces al día, cuando oímos que Björn nos llama.Allevantarlavista,nosencontramosaélyaMeldepie. —Sinosdisculpáisunosminutitos—diceélcongestoserio—,Melyyotenemosquepasarami despachoadialogar. —No.Ahorano—replicaella. Aloírla,élsonríey,mirándola,dice: —Nosoymilitar,perotengomiartilleríaparaconvencerte. —¡¿Ahora?!—protestaMel. Convencidodeello,Björnmiraasunoviaeinsiste: —Sí,Mel,¡ahora! Meentralarisamientrasveoquemiamigadisimulalasuya.Ambassabemosmuybienloqueva aocurrirenesedespacho. —Björn —continúa Mel—. Están los niños, Pipa, Eric y Jud; ¿no crees que ahora no es momento? PeroBjörnlacogeentresusbrazos,nosmiraydice: —Enseguidavolvemos. Ericasiente... Yosonrío... Melponelosojosenblanco... YBjörnnosguiñaunojomientrassevan. Dossegundosdespués,cuandonuestrosamigosdesaparecen,Ericmemiraydicedivertido: —¿QuéteparecesivamosavercómoestánPipaylosniños? Asientomimosa,lobesoymurmuro: —Preferiríahacerotracosa. —Insaciable—cuchicheaélsonriendo. —Sólodeti—matizoalentendersuspalabras. Encantado, mi loco amor me da un pequeño azote en el trasero y, levantándose conmigo en brazos,dicemientrascaminaendirecciónalasaladejuegos: —De momento, comportémonos como unos padres responsables que están de visita en casa de susamigosy,cuandoestemossolos,teharésaberloinsaciablequesoyyodeti. Sonríodivertida.Sinlugaradudas,ambossomosinsaciables. 10 A pocos metros de ellos, y en el mismo rellano del edificio donde estaba su casa, Björn abría la puertadesubufetedeabogados. Al ser domingo no había nadie, la oficina estaba desierta y, sin soltar el brazo de Mel, caminó entrelasmesasdesustrabajadoreshastallegarantelapuertadesudespacho. Mellomiróymurmurófrunciendoelceño: —Desdeluego,Björn,lotuyonotienenombre. Elabogadosuspiró. SialgolegustabadeMeleraeseairesuyotancombativoy,cogiendoelpomodelapuerta,dijo mirándolaalosojos: —Tedijequecadavezqueteoyerahablardeltemitapasaríaesto,porlo... —Perotenemosinvitadosencasa—lointerrumpióella. Björnsonrió. Másqueinvitados,EricyJuderanfamilia,yprecisamenteellosnoseasustabanporloqueibana hacer. —Nosevanaescandalizar—contestó—.Ytúyyotenemosquehablar. —Pero,Björn... —Entraeneldespacho. Melresopló. ¿Hablar?¿Björnqueríahablaroqueríaotracosa? PensóenEricyJud. Sabíaperfectamentequeellosnoseescandalizabanporsuausencia. Noeralaprimeravezque,estandotodosjuntosconlosniños,algunaparejaseausentabaunos minutosyregresabapocotiempodespuéscomosinohubierapasadonada.Lobuenodeaqueltipode amistaderaquenohabíaqueocultarnada.Todosesabía.Nohabíaquedisimular. Alveraquelgestosuyo,quetantolefascinaba,Björntuvoganasdesonreír. SabíaqueMelfinalmenteharíaloqueellaquisiera,peroteníaquedemostrarlequeélnoestabade acuerdo.Nodeseabasepararsedeellaniunsolodía,ymuchomenospensarquevolveríaateneruna vidaplagadadeturnosyausencias.Curiosamente,aquelloloencelaba.Lerecordabaunaépocadela quenoqueríasabernadaporqueeraconscientedeque,encuantolatenienteParkerapareciera,los hombreslamiraríandeunaformaqueélnoestabadispuestoasoportar. Congestodeenfado,Melentróeneldespacho.SequedóparadasinllegaralamesayBjörnla empujóparaquecontinuaraandando.Ellaapenassisemovió.Éldecidiócambiarentoncessuplany, desconcertándola,caminóhastasumesa,retirólasillaytomóasientocontranquilidad. —Siéntate—dijo—.Tenemosquehablar. La expresión de sorpresa de Mel al ver que era cierto que tenían que hablar se hizo más que evidente.Horasantes,trassuúltimadiscusiónalrespecto,Björnlehabíadichoquelasiguientevez quelaoyeramencionareltematendríanunaseriaconversación,yasíibaaser.Porello,elabogado nocambiósugestoeinsistió: —Mel.Hedichoquetesientes,porfavor. Asombrada porque fuera cierto lo de hablar, ella caminó hasta la mesa. Se sentó frente a él y, apoyandolaespaldaenlasillaconchulería,levantóelmentónydijo: —Muybien.Hablemos. Björnhizolomismoqueella.Serecostóenelrespaldodesusillaylamiró. —Mel—empezóadecir—,noquieroquelohagas,ysabesmuybienporqué. Ellacerrólosojos,negóconlacabezaygruñófrunciendoelceño. —Por el amor de Dios, Björn, ¿otra vez me vienes con los celos? —Él no respondió, y Mel prosiguió—:Heestadorodeadaporcientosdehombresdurantemuchotiempoyhesabidocuidarme. —Nolodudo.Peroahoraestásconmigoynoquieroqueseastúquientengaqueprotegeranadie, cuandosoyyoelquequiereprotegerteati. —Pero,Björn,creoque... —He dicho que no —insistió él—. Además, con lo que yo puedo llegar a ganar si entro en el gabinetenovasanecesitar... —Vamos, hombre..., no me vengas otra vez con lo mismo — gruñó Mel, recordando su conversaciónconGilbertHeine—.Vale...,séquevasaganarmuchodinerosientrasenesemaldito bufete,peronolonecesitamos.Yavivimosmuybien,¿no? —¿Aquévieneesode«malditobufete»? Mel suspiró. Debía ser sincera con él pero, omitiendo lo que Gilbert le había dicho para no dañarlo,lehablódetodoloqueLouiselehabíacontadoenreferenciaaaquelsitioysucorrupción. Björnlaescuchóy,unavezterminó,dijo: —Habladurías, cariño. Es normal que ella esté enfadada con Johan si sabe que está con otras mujeres,perodeahíaqueculpabilicealbufete,creoque... —Pero,Björn... Elabogadolevantólamanoyrespondióenactitudimperativa: —Seacabó.NomeapetecehablardeJohanydeLouiseporquenomeinteresansusproblemas personales,perosíquierohablardenosotros,ypornadadelmundodeseoquetrabajesenloquete propones,¿entendido? —Björn... Él,desesperadoporlaimpetuosidaddesunovia,preguntó: —Entreesosantiguoscompañerosconlosquepodríasvolveratrabajar,¿hayalgunoconquien pudierashabermantenidorelaciones? Lapreguntalapillódesorpresa.Porsupuestoquecabíalaposibilidaddereencontrarseconalgún viejocompañeroconelquehabíaestado.Ellamismaselohabíacontado,comoélselocontabatodo aellay,comonoqueríamentirle,afirmó: —Sabesquesí;¿aquévieneeso? Conscientedelomuchoquesejugabaconaquellaconversación,ymásconunamujercomoMel, Björnreplicócontranquilidad: —Mira, cariño, me han invitado a varios pases de modelos, fiestas y eventos a los que he rechazadoirparanoincomodarteati,¿verdad? —Nomejodas,007;¿aquévieneesoahora? Dispuestoasoltarloquellevabadentroyhastaelmomentonohabíapodidosoltar,élrespondió: —Vieneaque,siatitemolestaqueyomereencuentreconantiguasconocidas,¿acasonodebo preocuparmeyosivasdenuevodeSuperwomanentretantomachote? Melnocontestó. Elalemánteníatodalarazóndelmundo. Eneltiempoquellevabanjuntos,Björnlehabíahechoverloespecialqueeraparaél,eincluso delantedeellahabíadejadomuyclaroatodamujerqueseleacercabaqueestabacomprometidoy fuera del mercado. Si iban a una fiesta, acudían juntos. Si iban a un desfile, Björn evitaba siempre estar a solas con las modelos y, cuando practicaban sexo con otros, jamás la hacía sentirse mal, porqueinclusoenesosmomentosledemostrabaqueellaeraúnicaeirrepetible. —Escucha,Björn.Enreferenciaaesetrabajo... —Mepreocupatuseguridadfundamentalmente—lacortó—.Yencuantoaloshombresconlos quetrabajarás,seránbuenaspersonasytodoloquetúdigas,pero¿creesquevanarespetarteyno vanahacercomentariosmaliciosos? Mel sonrió. Conocía a alguno de aquellos escoltas y, sin duda, en cuanto la vieran le dirían de todo,inclusonodudabadequealgunointentaraalgoconellaporlosviejostiempos. —Túmismasonríes;¿porqué? —Vamosaver,cariño,sontíosy... —Precisamenteporquesontíoscomoyo,sédeloquehablo,yporesomirespuestasiguesiendo quenoquieroquevayas,porquenoquieroqueestésasolasconellos. —Pero... —¡Nohayperos! —Björn... Élsonrió.Habíallegadoalmomentolímitealquequeríallegary,mirándola,añadió: —Hagamosuntrueque.Yotedoy.Túmedas. Mellopensó.Haceraquellopodíaserbuenaidea,yasintió. —Vale.¿Quéquieres? —¿Cualquiercosa?—preguntóelabogadoconpicardía. Melsetocósucortoyalocadopeloyafirmó: —Siesohacequetequedesmástranquilo,cariño,¡porsupuesto! LasonrisadeBjörnseensanchóy,depronto,ellasupopordóndeibaelmorenazo.Seechóhacia delanteparaapoyarseenlamesaysusurró: —Eresuntramposo. —¿Porqué?—dijoélriendodivertido. —Porquesémuybienloquemevasapedirymeparecefatal. —¿Yquétevoyapedir?—preguntóél,riendootravez,conscientedequesunoviateníarazón. Melserevolvióensusilla,resoplóydijomientrasloseñalabaconundedo: —Me vas a pedir que me case contigo y tengamos un pequeño Spiderman al que llamar Peter, ¿verdad? Elalemánsonrió.Nadalegustaríamás,ysemofó: —SiesquehastateapellidasParker,cariño. —Björn... —protestó ella, consciente de cuánto admiraba a Peter Parker, el álter ego de Spiderman—. Y lo que me joroba más —continuó— es que, si nos casamos, el imbécil de Gilbert Heinesevaacreerquelohacemosparacumplirunodesusabsurdosrequisitosenrelaciónconel bufete. Aloírla,Björnfruncióelceño. —Sabesqueesonoesverdad—replicó—.Yonuncatehepedidoquetecasesconmigoporese motivo.Sitelohepedidoesporquetequieroydeseoqueseasmimujer...¿Aquévieneeso? Conscientedequenolehabíacontadolaconversaciónquehabíamantenidoconelhombre,Mel resoplóy,cuandofueahablar,Björnprosiguió: —Sabes que me encantaría casarme contigo, pero siento decirte que no es eso lo que te voy a pedir,cariño. —¿No?—preguntóelladesconcertada. —No.Noeseso. —Y,sinoeseso,entonces¿quées? ABjörnleencantóversuexpresióndedesconcierto.Nohabíanadaquedesearamásquecasarse conellay,claudicando,afirmó: —Vale.Tehementido.Quieroquetecasesconmigo. —Losabía...,miraquelosabía—gruñóMel,alaquelosbodorriosnoleiban. Elabogado,divertido,laoyóprotestary,trascogerelmandodelequipodemúsica,loencendió. Ledioalapista3ycomenzóasonarQuando,Quando,Quando,[7]deMichaelBublé. —Musiquitaahora...—rezongóMel. Lapreciosayrománticacancióninundóeldespacho,yBjörn,sindarseporvencido,leguiñóun ojo,hizoqueellaselevantarayempezóacanturrear: —«Quando...,Quando...,Quando...».[8] Laextenientesuspiróy,cuandofueaprotesar,éllaabrazó,laacercóasucuerpoparabailarcon ellaymurmuró: —Puedosermuyconvincentesimelopropongo;losabes,¿verdad? Melasintió.Sialguienpodíaconseguiralgodeella,éseeraBjörn.Esemalditoabogado,consu romanticismo y su manera de mirarla, en ocasiones conseguía que hiciera cosas inauditas, aunque todavíanolahabíaconvencidodepasarporelaltar. Dejándosellevarporlamúsica,Melsedisponíaadeciralgocuandoéllesusurróaloído: —Llevamoscasidosañosviviendojuntos.Mepedistetiempoyyoteloheconcedido.Sabesque teadoro,quemueropormiprinsesay... —Esoeschantaje. Björnsonrió.Conellanohabíaotromodo. —Lo sé, cariño —respondió—, pero si tú quieres que yo claudique en unas cosas, tú has de claudicar conmigo en otras. Sabes que me muero por casarme contigo, y lo mejor de todo es que séqueenelfondo,muyenelfondo,tútambiéntemueresporcasarteconmigo,¿verdadquesí? AMelseleescapóunasonrisita. —Eresuncreído,007—cuchicheó—.Y,sinolosabesya,terecuerdoquelosbodorriosconfrac ychaquénomevan.Sinoscasamosalgúndía,loharéenvaquerosycelebrándoloconunasbirritas. Björn,queeraconscientedeello,sonrió. —Tú,Samiyyo—convino—.Lostressomosunafamilia,unapreciosafamilia,ysimplemente quieroformalizarlascosascomoabogadoquesoy.Vamos...,diquesíeintentaremoshacerlodeuna formaquenosgustealosdos. —Chantajistaemocional...,esoesloqueeres. —Ytúerespreciosa. MelmiróelpisapapelesqueBjörnteníaenlamesa.«¿Seloestampoenlacabeza?»,pensó. Björnobservósumirada.«Meloplantaenlacabeza»,sedijo. En silencio, bailaron aquella bonita canción, hasta que Mel sonrió. Luchar contra Björn y su corazóneraimposible,porloquelomiróyafirmó: —Deacuerdo.Mecasarécontigo. Élsedetuvoentoncesenseco. —Repiteesoquehasdicho—pidiómirándola. Melpusolosojosenblancoyrepitió: —De acuerdo. Me casaré contigo este año, aunque de momento la fecha queda en el aire —y añadió—:Peroloharéenvaqueros. Henchidodeorgulloporhaberconseguidosupropósito,elabogadosonrió,ysedisponíaadecir algocuandoellalointerrumpióparamatizar: —Y, por supuesto, de momento, el enano calvo y sin dientes que quieres que tengamos para llamarloPeterParkerhabrádeesperarporquequierotrabajardeescolta,¿deacuerdo? Björn sonrió encantado. Sin duda, había conseguido parte de lo que pretendía y, dispuesto a lograrqueMeldejaradeladolasegundapartedeltrato,murmuró: —Noolvidaréesteinstantemientrasviva. Ellapusolosojosenblancopero,incapazdenosonreír,declaró: —Yotampoco. SuscuerposserozabanyMel,soltándosedeél,sesentósobrelamesadeldespachodesufuturo marido. —¿Quétalsisellamosnuestropactoantesderegresarconnuestrosinvitados?—propuso. —Parker,eresmuytraviesa—murmuróBjörndivertido. —Losé,comotambiénséquetegustaquelosea—afirmóellasonriendo. Björnsonrióencantado. —¡Queesperen!—exclamóabriéndoselacamisa. Instantes después, la prenda de él voló, la camiseta de ella acabó sobre una de las sillas y los pantalonesdeambosenelsuelomientraslavozdeMichaelBublécantaba.Desnuda,Melsetumbó sobrelamesay,sindecoro,abriólaspiernasparaél.Alverloqueellaleofrecía,Björnjadeó,sele acercóysusurrópaseandoeldedodelicadamenteporlospliegueshúmedosdesusexo: —Tecomeríaentera,perometemoqueestohadeseralgorápido. Y,sinmás,semetióentresuspiernasylapenetróconurgencia. Al sentir a Björn en su interior, Mel se arqueó sobre la mesa y chilló de placer, mientras él se apretabacontraellaycomenzabaabombearconfuerza. Elsonidodesuscuerposalchocarresonabaenelsilenciosodespacho.Björnposóentonceslas manossobresuspechos,selostocóy,trasinclinarseparaaccederaellos,selosmetióenlabocay, sinparardebombear,selosmordisqueóhastaquelosjadeosdeMellovolvieronloco. Elabogadovibrabamientrasellatemblabay,enloquecido,seincorporó,lecogiólaspiernas,se lassubióaloshombrosy,mirándola,dijoenuntonocargadodesensualidad: —Adorofollarte,tenienteParker. Laextenienteasintió.Oírlodeciraquelloenaquelmomentoeramorboso.Muymorboso. El éxtasis que le provocaba lo que él le hacía y le decía la dejaba sin fuerzas y, abandonada al momento,seagarróalamesayvolvióachillardeplacer.Björneratremendamentesexual. Sindescanso,elalemáncontinuóhastaqueellagritóalllegaralclímax. —Björn... Oírsunombreenbocadeellamientrasconvulsionabadeplacereraunadelascosasquemásle gustaban.Mirarlayadmirarlamientrasveíaelgoceensurostroloapasionabayloexcitabaaúnmás, hastaquesegundosdespués,trasunfuerteempellónquehizoqueMelvolvieraagritar,elabogadose corrió. Conlasrespiracionesagitadas,BjörnbajólaspiernasdeMelconcuidadoy,tumbándosesobre ellaenlamesa,murmuróagotado: —SeñoraHoffmann,tevoyahacermuyfeliz. Diez minutos después, una vez vestidos de nuevo, regresaron a la casa cogidos de la mano. Al verlos,EricyJudsonrieronysealegraronporlaincreíblenoticia. ¡Habíaboda! 11 Salirconlosniños,ymásconcuatro,essiempreunaaventura,piensoagotada. Unavezacomodoaloscríosenelcoche,miroaPipaylepregunto: —¿Vasbien? Lapobre,queesmásbuenaqueelpanytienepintademonja,memirayresponde: —Sí.Gracias,Judith. Unavezquevequetodosestamosbien,Eric,michicarrón,arrancaelmotordelcoche. —MelyBjörnyasalendelgaraje—digoentonces—.Síguelos. —¿Vamos al restaurante de Klaus? —Asiento, y mi amor responde tocándome la rodilla—: Entonces,tranquila,pequeña,séllegar. Sonrío.Soyfelizy,cuandooigoelprimerlamentodemipreciosaperolloronaniña,mevuelvoy comienzoacantarleesode«Soyunataza,unatetera,unacuchara,uncucharón»,[9]ylaniñasecalla. Leencantaqueletarareeesacancioncita,comoalpequeñoEriclegustaquelecanteladeltallarín. HepasadodeescucharalosAerosmithacantarcancionesacuálmástonta,peroqueamishijos lesgustan.¡Paraloquehequedado! Flyn, que podría ayudarme, pasa. Se limita a mirar por la ventana y a ignorarnos a mí y a los niños. Veinteminutosdespués,agotadadetantacucharaycucharón,cuandollegamosalrestauranteEric aparcay,entonces,lapuñeteraniñasehadormido. ¿Quiénseríalamadrequelaparió? Animados, salimos del vehículo. Ir a comer al restaurante de Klaus nos encanta a todos. Con cuidado,cojoalapequeñaHannahylametoensucochecitomientrasprotesto. —Telaconlaniña,¡noshasalidoflamenca! VeoqueEricsonríe. Memira...,miraasuniñay,cuandoFlynsaledelvehículoconsuhermanoyPipacorretrasellos, elmuytunantemedice: —¿Cómoeralacanción?...Soyuncucharón... Ambosnospartimos.Sinlugaradudas,¡lacancioncitaselastrae! AlllegarjuntoaMel,BjörnySami,éstossefijanenlaniña. —Sí—digo—,elmonstruitosehaquedadodormido. Ericsonríe,Björntambién,yMelmurmura: —Puescuandosedespierte,¡noscomeporlospies! Volvemosareír.TodoloqueHannahtienedeguapaydormilonalotienedetragonaylloronay, sinduda,cuandosedespierte,comodiceMel,¡noscome! Alentrarenelrestaurante,Klausnosveysonríe,ySami,queadoraasuabuelo,alquellamalelo, correhaciaél. —Lelo...,lelo...,yaestoyaquí. Elhombreseagachafelizymiraalaniña. —¿Cómoestámiprincesa?—dice. Lapequeña,queadoraquelallamen«princesa»,setocalacoronadoradayresponde: —Bien,peroquieroaguaporquetengomuchasedypapihadichoquetepidieraagüitaati.¿Me dasagüita? AKlausselecaelababa,yrápidamentesemueveparadarlealaniñaloquequiere.Unavezla pequeñatienesuvasodeagua,veoqueKlausmiraamipequeñoypreguntadenuevo: —¿YcómoestáSuperman? AdiferenciadeSami,Ericesmásparcoenpalabras.Sinduda,esunZimmerman,ysimplemente asienteconlacabeza.AlverelgestodeKlaus,yomeagachodivertidayaclaro: —Esosignificaqueestámuybien. El hombre sonríe e, instantes después, nos saluda a todos. Está feliz por tenernos allí, y noto comosiempreelamorquesientehaciasuhijoBjörnyhaciaMel,queessuojitoderecho. Instantesdespués,nosdirigimoshacialamesaquenostienereservada.Björnacercadostronas paraSamiyparaEricymepregunta: —¿QuieresotraparaHannah? Condulzura,observoamiBellaDurmienteyrespondo: —Demomento,no.Dejemosqueelmonstruitosigadurmiendo. Entre risas, nos sentamos mientras Björn y Mel se llevan aparte a Klaus para darle la buena noticiasobresuboda.Concuriosidad,losobservoymeemocionocuandoveoalhombreabrazara suhijoydespuésaMel.Sinduda,lanoticialehagustado. Mediahoradespués,Hannahsedespiertay,trasvariassonrisasacuálmásbonita,comienzacon suconciertodelloros.RápidamenteKlaussellevaalacocinasupotitoparacalentarloy,encuantolo trae,casisinrespirar,Hannahselocome,antelaexpresióndebobodesupadre. Peroenelmomentoenquelacomidaseacaba,laniñadecidemontarunodesusnumeritosy,al final,labuenadePipa,quehacomidomientrasyoledabadecomeralmonstruito,paraqueelresto podamostenerunratodepaz,metealapequeñaenelcochecitoysaledelrestauranteadarunpaseo. Flynsevaconella.Nuestracompañíaloaburre. Cuandosaledelrestaurante,veoqueMelmiraaBjörnylepregunta: —¿Deverdadquelamonstruitonotequitalasganasdetenerniños? —Eh...,cuidaditoconloquedicesdeminiña—semofaEric. Suchicorespondeentoncesconunaencantadorasonrisa: —Cielo... —y, señalando a mi pequeñín, afirma—: Ellos tienen un Superman y yo quiero un Spiderman.UnpequeñoPeterHoffmannParker. Melponelosojosenblancoyyomerío.Nolopuedoremediar. Depronto,suenansendosmensajesenlosmóvilesdeEricydeBjörn.Mimaridoechaunvistazo yluegocomenta: —Alfred y Maggie nos informan de que están organizando una fiesta privada en el palacete de campoquetienencercadeOberammergau. —Sí—afirmaBjörndejandoelmóvil—.Yotambiénloacaboderecibir. —¿Oberammergauesesepuebloqueparecedecuento?—pregunto,yEricasiente. Aloírme,Melseinteresa,yyoleexplicoqueEricyyoestuvimospasandounfindesemanaen eseincreíblesitio.MiamigasesorprendecuandoledigoqueallívilacasadeCaperucitaRojayde HanselyGretel. Björnsonríeentoncesymurmuramirandoasuchica: —Mmm...,deCaperucitaRojaestaríastentadora,teniente. LoscuatroreímoscuandoMel,quenuncahaasistidoaunadeesaslujuriosasyprivadasfiestas, pregunta: —¿QuiénessonMaggieyAlfred? Yosonrío.Todavíarecuerdolaprimeravezqueoíhablardeellos.EstábamosenZaharadelos Atunes,enlapreciosacasadeFridayAndrés.Miroamiamigayrespondomientrastocoelanillo queEricmeregaló: —Sonunaparejamuysimpáticaquecadaequistiempoorganizanfiestastemáticasmuyprivadas. —¿Temáticas?—preguntacuriosaMel. EricyBjörnsonríen. —LlevabancasidosañossinorganizarnadaporunaenfermedaddeAlfred—explicamiamor—, peroalpareceryaestárepuestoytienenganasdefiesta. —CuántomealegrodequeAlfredestémejor—asiento. Melnosmiraalaesperadequealgunocuentealgomás,yfinalmentedigo: —Yo sólo he asistido a dos fiestas organizadas por ellos. En la última, la temática era la prehistoria,perolaprimeravezquefuiaunadesusfiestashabíaqueirvestidosdeloslocosaños veinte.FuimosconFridayAndrés.Ellosparecíangánsteres,¡ynosotrasflappers! Melsonríe,sabeloqueesunaflapper,yBjörndice: —Enesafiestafuecuandoteconocí. Ericasiente... Björnsonríe... RecordaraquellaprimeravezyloqueocurrióconEricyBjörnenaquellugaraúnmeacaloray, sonriendo,digoalverquenadiepuedeoírnos: —Sinlugaradudas,esafiestamarcóunantesyundespuésenelsexoparamí;larecuerdocomo algomuyespecial.Sólopensarlomeexcita. Ericsonríe. Björntambién.¡Québribones!YMel,alentendersussonrisitas,sinpizcadecelos,mepregunta: —¿Antesdeesafiestanohabíashechonadade...nada? Ahoralaquesonríesoyyo. —Días antes tuve mi primera experiencia con Frida y Andrés en su casa —respondo—, y anteriormenteaeso,Eric,estelistillorubioqueahoraríeymiraaltecho,meengañóenunhotelde Madrid. Me tapó los ojos, puso una cámara a grabar y me hizo creer que era él quien jugaba conmigo,cuandoquienlohacíaenrealidaderaFrida. —¡Nomedigas!—exclamaMel. Recordaraquellosmomentosjuntosmehacereír,yañado: —Nitecuentolofuriosaquemepusecuandovilograbado.¡Queríamatarlo! Denuevo,Ericsonríey,acercándoseamí,dice: —Perocuéntalobien,cariño.Antesdeeso,yotepreguntésiestabaspreparadaparajugaraloque yoqueríaydijistequesí.—Resoplodivertida,¡claroquelorecuerdo!—.Segundosdespués,insistí enmipreguntayvolvisteaaccederconelúnicomatizdequenoqueríassado. —¡Menudotramposo!—ríeMel. —Nofuetramposo,élpreguntó—afirmaBjörn. Aloíreso,resoplodenuevo.Peroparahacerlesentenderdeunavezportodaselenfadoquesentí enaquelinstante,losmiroyseñalo: —Vale,tenéisrazón,éllopreguntó.PeroimaginadqueeldíademañanaHannahoSami,vuestras preciosasniñas,conocenaunostiposysevenenmimismasituación.¿Quépensaríasvosotros? —Lomato—sentenciamialemán. —Learrancolacabeza—afirmaBjörn. Melyyonosmiramosynoscarcajeamosporsuscontestacionesprimitivas,mientrasellosnos observanmuyserios.Miejemplonoleshagustadonada,peroinsisto: —¿Y por qué los mataríais o les arrancaríais la cabeza? Si ellos también les han preguntado a ellaslomismoqueEricmepreguntóamí...Ellospodríandecirlomismoquehasalegadotúy... —Bueno..., bueno... —me corta mi amor cogiendo al pequeño Eric en brazos con seriedad—. Cambiemosdetema. —Sí,mejor—afirmaBjörncolocándolelacoronitadenuevoasuniña. —Qué diferente se ve todo cuando uno es el papaíto, ¿verdad, machotes? —se mofa Mel, haciéndome reír. Luego añade—: Pues, os guste o no, el día de mañana vuestras niñas, que son nuestrastambién,disfrutaránlibrementedelsexocomohacemosnosotros,yesperoquelodisfruten mucho...,mucho...,mucho. Ellossemiran.Nohablan.Sinduda,noquierenniplantearseloqueMelestádiciendo. Sorprendidaporsusreacciones,losmiroysonríosabiendoqueeseejemplo,alfin,leshahecho entenderloqueenotrosmomentosnuncaentendieron.Sinlugaradudas,Ericmepreguntó,perono fueconcretoensupreguntay,aunquelaexperiencialarepetiríamilveces,verloquehabíagrabado aqueldíamedejósinsaberniquépensar. Sinembargo,comonoquieromachacarmássusmentesdemachotesposesivos,cambiodetema: —¿HabéishabladoconDexter? Björnasientey,trasbeberdesucerveza,dice: —Ayer justamente hablé con él y me confirmó que el bautizo es dentro de dos semanas. Verás cuandoseenteredenuestraboda. Todossonreímos,yentoncesMelmurmuraparahacerrabiaraBjörn: —¡México!Quéganasdeir. —¿México? ¿Y nuestra boda qué? —protesta él, que, al verla sonreír, cuchichea—: Eres muy traviesa,ylovasapagar. Cada vez que recuerdo mi luna de miel allí, no puedo dejar de sonreír. Riviera Maya. Hotel Mezzanine.Ericyyo.Uf...,quémomentosyquébienlopasé.Loquedaríaporvolveraestarallí. Pero en esta ocasión el viaje será por otro acontecimiento, y solos, lo que se dice solos, no estaremos. DexteryGracielahansidopadres.Antelaimposibilidaddeélparatenerhijos,buscaronunbanco de semen y, meses después, el resultado ha sido la llegada de Gabriel y Nadia, unos preciosos mellizos. —NoquieroniimaginarmecómoestaránDexteryGracielaconlosbebés. —Telodigoyo—responderiendoBjörn—.¡Agotados! Ericsonríe,yoleguiñounojoconcomplicidady,sindudarlo,meacercaaélylobeso.Nunca desaprovechounmomentofeliz. 12 Ellunes,cuandomedespierto,estoyhistérica.¡VoyaMüller! Alfinalgodiferentededarpapillas,limpiarmoquetesycantarlodeltenedoryeltallarín. ¡Vivalavidalaboral! Unavezmeducho,miromiarmarioyalfinaloptoporponermeunbonitotrajedechaquetagris conunacamisanegra.Elresultadomegustacuandomemiroalespejo,mepongounoszapatosde tacóngrisesy¡estoypreparada! Tanprontocomobajoalacocina,EricyFlynestándesayunando.Alentrar,Ericmemirayno dicenada,peroFlyn,alvermedeesaguisa,ynoconlosvaquerosolabatadeandarporcasa,me observasorprendidoypregunta: —¿Adóndevas,mamá? SaludoaSimona,quesaledelacocinacondosvasosdelecheparallevárselosaPipay,mientras mellenounatazadecafé,respondo: —Alaoficinaconpapá.Tengounaentrevista. Ericnodicenada,sinoquesiguemirandoelperiódico.EntoncesFlyn,quenomequitalavistade encima,preguntasorprendido: —¿VasatrabajarenMüller? Mesientoasulado. —Sí,cariño—contestoemocionada. —¿Yporqué? Doyuntragoamicafé,observoqueEricmemiraporencimadelperiódicoydigo: —Porquesoyunamujeralaquelegustahaceralgomásqueestarencasatodoeldíay,sitengo lasuertedeconseguirunempleo,¿porquénoaceptarlo? LabocadeFlynseabrecomosihubieradichoalgoterriblementedesagradable. —¿YquiénvaacuidardeEricydeHannah?—pregunta. Resoplo.Otroconelquelidiar...Comopuedo,ysinalterarme,digo: —LoharánPipaySimona. —¿Yquiénmevaaayudarahacerlostrabajos? —Pueslostendrásquehacertú,perotranquilo,tendrétiempoparaayudarteporquesólovoya trabajaramediajornada. —Peroestaráscansadaylossábadosporlamañananoteapetecerásalirconmigoasaltarconla moto. Norespondo:saltarconlamotosiempremeapetece. —Noveobienquetrabajes—insisteél. Joder...,joder,quédifícilmeloestáponiendoelcabritodelniño.Novoyacontestar.Novoya entrar en su juego o terminaremos discutiendo como hacemos últimamente. Pero Flyn es un Zimmermany,cuandoestoydandountragoamicafé,sentencia: —No quiero que trabajes. Papá lo hace por todos y se pasa media vida en la oficina. ¿Por qué tienesquehacerlotú? MiroaEricenbuscadeayudayveoquelacomisuradesuslabiossecurva.¡Serácapullo!Anda quemeechaunamanoenlaconversación... —Flyn—empiezoadecir—,teaseguroque... —Quieroqueestésencasacomounamadre—insistedandounmanotazoenlamesa. Bueno...,bueno...,bueno...,¿enquésigloseestácriandomihijo? Lomiro. Élmemiraconmalicia. Estásiendocruelconmigo.Alfinal,lollamo«chino»,ydiscutimosmostrandoamboslamisma crueldad,porloquemurmuroparareivindicarmisderechos: —Flyn, las mujeres decidimos lo que queremos hacer en esta vida, y te aseguro que me vas a tenerparatodoloquenecesites.Sinembargo,nomeparecebienquepiensescomounviejodelsiglo pasadoalrespectodequelasmadrestienenqueestarencasa. —Esloquepienso. —Puesestámuymalpensado—sentencio—.Yonoteestoyeducandoparaquepiensesasí.Las mujeres y los hombres somos seres independientes y con las mismas oportunidades, y aunque vivamosenparejadeb... —Noquieroquetrabajes.Túno. —¡Flyn, basta! —exclama Eric y, dejando el periódico que tiene en las manos, añade—: Jud es mayorcitaparasaberloquequierehacerono.Seacabóelpensarsóloenloquetúquieres.Aplícate enaprobar,¡esoesloquetienesquehacer!Yolvídatedelamotoydelrestodelascosas. Elniñoresopla,nosmiraysecalla. Alfinal,terminamoslostresdesayunandoensilencio. ¡Québuencomienzodedía! Veinte minutos después, le indicamos a Norbert que no hace falta que lleve a Flyn: nosotros lo dejaremosdecaminoalaoficina. El silencio vuelve a estar presente en el coche, y decido poner música. Busco los CD que lleva EricenelvehículoymedecidoporelúltimoqueleregalédeAlejandroSanz. Cuandoveloquecojo,mimaridomemiraydice: —Megustamuchoesacanciónquediceaquellode«Aquenomedejas».[10] Merío.Séaquécanciónserefiere,perocuandovoyameterelCD,recuerdoqueFlynvienecon nosotrose,intentandohacerleunagracia,buscoeldiscoqueEricllevadelosImagineDragons,su grupopreferido,ylopongo. CuandocomienzaasonarDemons,[11]buscosumiradacómplice,peroélmeignora.¡Vayatelita coneljodidocoreanoalemán! Alllegaralinstituto,Flynsiguesinhablar.Estáenfadado. Intentocomprendersufrustración,peroporunavezquieroynecesitoqueélmeentiendaamí. Cuandomevoyadarlavueltaparasonreírleydesearlebuendía,élabrelapuertadelcoche,sebaja y,sinmirarme,lacierra. Eso me rompe el corazón. Quiero a Flyn, costó mucho que me aceptara y no quiero que me rechace. Meentristezco.Miroaminiño,queyaesunespigadoadolescentemásaltoqueyo,atravésdel cristaldelvehículoynohagointentodesalir.¿Paraqué?Silohago,séqueloavergonzaréantesus amigos.Conscientedeloquesiento,Ericmusita: —Jud,esunadolescente.Daletiempo. —Ledarétodoeltiempoqueélquiera—digointentandosonreír. Conunacariñosamirada,EricsonríeyarrancaelcochemientrasyoobservoqueFlynsedirige haciaungrupodechicosychicasquenoconozco.¿YanovaconsuamigoJosh?Sugestocambia, susandarestambiény,cuandovamosadoblarlaesquina,sinsaberporquégrito: —¡Para! Ericdaunfrenazo. —Aparca...—leexijo—,corre,aparca. Élllevaelvehículohastalaaceray,rápidamente,abrolapuertaysalgo.Ericlohacetambiény, encuantollegaamilado,preguntapreocupado: —¿Quéocurre?¿Quépasa? Alversugestomedoycuentadelsustoquelehedado. —Ay,cariño,perdona—murmuromirándolo—.EsquequeríasabersiElke,lanuevanoviade Flyn,estabaenesegrupito. Ericmaldice.Sinduda,lehedadounbuensusto,cuandodeprontoloveofruncirelentrecejoy preguntarmientrasseñala: —¿Esésa? Miroymequedosinpalabras. Flyn,miniño,migruñoncete,seacercaaunamuchacharubiaconmáspechoqueyo,vestidacon uncortísimovestidovaquero.Laagarra,tiradeellahaciaélylabesaenlaboca. Pero...¡perobuenooooooooo! ¿Quéguarreríashaceminiño,ycuántosañostieneesamuchacha? Elbesoseprolonga,seprolongayseprolongacuandolamanodeFlynseposaeneltraserode ellayseloaprieta.EntoncesoigoqueEricmurmuradivertido: —Éseesmimachote. Escandalizada por lo que acabo de ver, miro a mi marido —¡se me va a salir el corazón del pecho!—ypreguntoasombrada: —Pero¿cuántosañostieneElke?—Ericseencogedehombrosy,cuandovaaresponder,digo—: PorlomenostienedosmásqueFlyn. —Legustaránmayorcitas—semofaelcabrito. Susonrisameenerva.Pormuchocuerpoquetenga,Flynesuncríoy,cuandoobservoquevuelve abesaraaquellarubiadelargaspiernasygrandestetorras,gruño: —PorDios,¿túsabesladeenfermedadesquepuedecogerbesandoasí? Eric suelta una carcajada. Me coge de la mano, me lleva hasta el coche y me sostiene la puerta abierta. —Venga,¡vámonos!—dice. —MegustabamásDakota—gruñosinmoverme. Miamorsonríeeinsiste: —Mamápollo,hazelfavordeentrarenelcochedeunavez. Porúltimavez,miroaFlynycomprueboquesiguebesandoalarubia;¡lamadrequelotrajo! Subo al coche, cierro la puerta y, cuando Eric entra y se sienta a mi lado, pregunta con gesto guasón: —Pero,cariño,¿porquéponesesacara? —Joder,Eric,¡¿túhasvistolomismoqueyo?! —Flynesunadolescenteycomienzaadescubrirelplacerdebesarytocaraunachica.—Seríey añade—:Y,porloqueveo,¡notienemalgustoenasuntodemujeres! ¿Ledigo«¡Gilipollas!»onoselodigo? No...,definitivamentenovoyadecirnada.Eslomejor. Pero,todavíaconfusaporloquehevisto,reprocho: —¡Yaestáshablandoconélurgentementedelanecesidaddelasrelacionescongomitaparaevitar futurosproblemasyenfermedades,¿entendido?! Ericsueltaunacarcajada.Seríeenmicaray,cuandoacercasubocaalamía,murmura: —Eresmaravillosa,cariño...,tremendamentemaravillosa. Trasunrápidobeso,miamorarrancaelvehículo,cambiaelCDdemúsicaysuenamiAlejandro mientrasyonosalgodemiasombroporloqueacabodever. Media hora después, llegamos a la oficina y dejamos el coche en el parking de la empresa. A partir de ese instante, Eric instala en su rostro la mirada de jefe y hombre frío que conocí en su momentoy,cuandomecogelamanoparairhaciaelascensor,yolaapartoycuchicheo: —Seamosprofesionales,cariño. Esolosorprendey,parándose,replicamientrasfruncemáselceño: —¿Meestásdiciendoquenovoyapodercogerlamanodemimujer? Lomiroboquiabierta. —Eric,estamosenlaoficina;¿pretendescogermedelamanocadavezquemeveas? —No—respondeélconsinceridad. —Pues,entonces,entiendeloquedigo. Y, dicho esto, sigo andando hacia el ascensor. El sonido de mis tacones retumba en el solitario parkingcuandolooigodecir: —Meencantacómotequedaestetraje.Estásmuysexi. Sonríoaloíresoy,mirándolo,suspiroconscientedequeheengordadocincokilosenelúltimo año. —Loqueestoyesreventona,poresoeltrajemequedaasí. Ericsonríe,medaunrápidocacheteeneltraseroymurmura: —Amímegustas. Aisss,¡quemelocomo...,quemelocomo! Conlotraumatizadaqueestoyyoporestospuñeteroskilos,quemedigaeso¡meencanta! Cuandoelascensorseabre,montamosenélyEricpulsaelbotóndelasextaplanta.Lomiroy pregunto: —¿Novasatudespacho? —TeacompañaréprimeroaldespachodeMika. Aloíreso,resoplo.Lomiroysiseo: —Eric,niseteocurraacompañarmehastaeldespachodeMikacomosifuerasmipadreporque aquísóloquieroserJudithFlores.Bastantetengoyaconquetodoelmundosepaquesoytumujer comoparaquemevayasencimaenplanguardaespaldas.Seamosprofesionales,¡porfavor!—Y,tras coger aire, insisto—: Sé perfectamente dónde está el despacho y no quiero que me acompañes, ¿entendido? Ericresoplaasuvez.Loqueleacabodedecirletocalamoraly,congestotosco,veoqueaprieta elbotóndelaplantadécima,ladesudespacho.Enseguidamesientofatalpormireprimenda,asíque meacercoaél. —Cariño—murmuro—,entiendeque... —Señorita Flores, por favor —replica alejándose de mí—, recuerde que aquí soy el señor Zimmerman.—Y,mirándome,añade,elmuygilipollas—:Seamosprofesionales. Oy...,oy...,oy...,lasganasquetengodedarleunpellizcodoloroso.Peroenlugardeesoasientoy, ensilencio,llegamosamiplanta.¡Parachula,yo! Instantesdespués,laspuertasseabren,ymedispongoasalirdelascensorcuandolamanodeEric medetiene. —EncuantoacabetureuniónconMika,subeadespedirtedemí;notemarchessinhacerlo—me dicesinacercarse. Dichoesto,mesuelta,ylaspuertasdelascensorsecierranprivándomedemiraramiamor. Cuandomequedosola,medoylavuelta,estirolachaquetademitrajeycaminoconseguridad haciaeldespachodeMika.Alllegar,susecretaria,quemeconoce,selevantarápidamenteymedice: —SeñoraZimmerman,Mikahadadoordendequeentreencuantollegue. Sonrío.Asientoy,cuandovoyaentrareneldespacho,mevuelvoylepreguntoalachica: —¿Cómotellamas? —Tania,señoraZimmerman—murmuraellaconcaradesusto. Asiento.Hedeserrápidaoalachicaledaráuninfarto,porloquesonríoydigo: —Tania,minombreesJudith.Teagradeceríaquemellamarasporesenombre,puestoquevamos atrabajarjuntasyseráincómodoquemeestésllamandotodoelratoporelapellidodemimarido, ¿deacuerdo? Lajovenasiente.Yocreoqueyanorecuerdanicómomellamodelonerviosaqueestá. Doymediavuelta,golpeoconlosnudilloslapuertadeMikay,cuandooigosuvoz,entro. NiquedecirtienequeMikamecaegenial.Hemoscoincididoenvariasfiestasdelaempresa,es unatíadivertidaydagustoestarconella.Esunosdiezañosmayorqueyo,peroselaveunamujer actual,nosóloporsuformadevestir,sinotambiénporsumaneradepensar. DuranteunratohablamosyMikameexplicaque,enMüller,marketingestádivididoporáreas: investigacióncomercial,imagen,compras,ventas,diseñoeinnovacióny,porúltimo,comunicación, queeseláreaenlaqueyovoyatrabajar. Luegomeentregaunospapelesenlosqueseindicaqueambasnosencargamosdeesaárea,yme emociono al ver que dentro de nuestro cometido está desarrollar campañas de comunicación, eventos,ferias,redessociales,etcétera. Sonríofeliz.Mesientocapacitadaparatodoello,yesomeproporcionaunsubidóndelquince. ¡Ericmeconocemuybien! Unavezséelpuestoquevoyaocupar,pasamosaldespachoqueestájuntoaldeMika.Éseseráel mío,ylomiroconunosojoscomoplatos.¡Tengodespachopropio,yconventana! ¡Oléyolé! —Como ves —dice Mika—, Margerite está de baja por un accidente doméstico y no regresará hastadentrodeunpardemeses. —Vaya—murmuro. —Judith, sobre la mesa hay una carta de colores. Antes de marcharte hoy, por favor, dime qué colorprefieresparaquetelopinten,¿deacuerdo? ¿Vanapintareldespacho? Micaradebedeserunpoema,porqueMikaañademirándome: —Erichapedidoqueeltiempoqueocupesestedespachoestétodoatugusto. —Vale—consigodeciremocionada. Cuandoregresamosaldespachodeella,lesuenaelteléfono,locogey,unavezcuelga,memira. —Tengounareunión.Estoyorganizandodistintasferiasy... —¿Puedoasistiraesareunión?—preguntodirectamente. Mikaasienteencantada. —Porsupuestoquesí—dicesonriendo—.Dameunossegundos,querecojoloquenecesito. Mientrasesperoaqueellarecojaunospapelesdelamesa,mimóvilvibra.UnmensajedeEric. ¿SiguesconMika? Sonríoymeapresuroaresponder: Sí.Yahoravoyaentrarenunareuniónconella.¡Estoyilusionada! Unavezledoya«Enviar»,esperorápidamentesucontestación,peroporextrañoqueparezcano larecibo.Guardoelmóvilymaldigoalpensarque,conseguridad,Ericapareceráenesareunión. Cuando Mika lo tiene todo, camino a su lado en dirección a la sala de reuniones, mientras observoquequienmereconocememiraconcuriosidad.Comopuedo,sonrío.Noquieroquepiensen quesoyunatíabordeyestirada. Al entrar en la sala de reuniones, Mika me presenta a los hombres que están allí como Judith Flores,nocomolaseñoraZimmerman.Estoypordarlemilbesosporesedetallazo.Creoqueellalo sabe y, sin más preámbulos, les explica que a partir de ese instante ella y yo dirigiremos el departamentodecomunicación. Unavezhechaslaspresentaciones,meenterodequeesosejecutivospertenecenalasdelegaciones deMüllerenSuiza,LondresyFranciay,sinmásdilación,comienzalareunión,alaqueyoasisto calladitayatenta.Eslomejorquepuedohacerhastaquelecojaeltinoalasunto. Eltiempopasaymimóvilvibradespuésdeunahora. ¿Dóndeestás? Condisimulo,loleoycomienzoateclear: Sigoenlareunión.Cuandoacabe,tellamo. Comonodeseoquecontinúeinterrumpiendomiatención,apagoelmóvilymecentroenloque vaaserminuevotrabajo. Otrahoradespués,cuandolareunióntermina,decidimossubirtodosalacafetería,queestáenla planta novena. Al entrar, veo que algunos trabajadores me miran; sin duda saben quién soy, las noticiasdebendehabervoladoporMüller,ymeponemalavercómocuchichean. Mika,quetambiénsehadadocuenta,seacercaamíymurmura: —Tranquila.Muéstratetalycomoeresyprontoteperderánelmiedo. Asiento.Sinduda,mevaatocarpasarporlomismoquemetocóaguantarenMadrid,cuandoen laoficinatodoelmundoseenteródequeyoeralanoviadeljefazo.Ladiferenciaesqueaquíyano soysunovia,sino¡sumujer! Cuandollegamosalabarra,pedimosunoscafés.Paseolamiradaporlacafeteríayentoncesveo entraraunachicarubitaconunacarapreciosayunmoñitoencantador.Laobservo,sesientalejosde nosotrosyveoquehablaporteléfono,mientrassetocacondeleiteunmechóndepeloquelecaeen lacara. ¡Quémona! Laconversaciónquesetraenlosqueestánamialrededorhacequedejedemirarlaymeincluya enella,hastaqueHarry,elinglésquehaestadosentadoamiladotodoeltiempo,mepregunta: —¿Quétehaparecidolareunión? Sonrío,metocolafrenteyrespondo: —Aunque estoy un poco descolocada, ha sido interesante. Sólo espero ponerme al día rápidamenteenmuchascosasparaestaravuestraaltura. Harrysonríe. —Tranquila—dice—.Notengolamenordudadequeloharásmuybien. —Gracias—murmuroagradecidaporsupositividad. DenuevonosunimosalaconversacióndelgrupocuandoTeo,elfrancés,preguntamirándome: —¿Ycuándotereincorporastotalmente,Judith? YomiroaMika. —Judithtrabajaráamediajornadadurantedosmeses,mientrasMargeriteestédebaja—explica ella. Todosmemiranporesodelamediajornada,veoensusexpresionesquenoentiendennada,pero novoyaseryoquienseloexplique.Meniego. La conversación se reanuda y me siento feliz. Nadie habla de niños, nadie habla de papillas y, sobretodo,¡nadiecantaeltallarín,nillora! Ahoraquepiensoenllorar,¿cómoestaránmimonstruitaymiSuperman? Rápidamente, me quito sus imágenes de la cabeza, o me pondré ñoña, y me centro en la conversación adulta que se desarrolla ante mí. Minutos después, cuando alguien pregunta por mi extraño acento y se enteran de que soy española, espero lo de siempre pero, por increíble que parezca,ningunodiceesode«Olé...,toro...,paella». Aisss,madre,¡nomelopuedocreer! Porfindigoquesoyespañolaynadietocalascastañuelasconlasmanos. Sonrío,yestalmisonrisaqueHarry,elinglés,seacercaamíypregunta: —¿Porquésonríes? Sinpoderevitarmisonrisa,lomiroyrespondo: —Porquehoyestásiendoundíaperfecto. Ahoraelquesonríeesél.Memiraysugiere: —¿Otrocafé? Asiento. Lo pide y, cuando el camarero lo pone ante nosotros y estoy echando el sobrecito de azúcar,oigoqueHarrydicealtiempoqueseñalamianillo: —Porloqueveo,estáscasada. Concariño,miroeldedoenelqueorgullosamentellevoelanilloqueEricmeregalóyquetanto significaparanosotrosydigo: —Sí. Segundos después, los dos volvemos a mirar a los demás, que hablan de trabajo. Así estamos comoveinteminutoscuandoproponenquevayamosacomertodosjuntos.Séquedeberíaregresara casa,peromeapeteceasistiralacomida,porloquedecidollamaraSimonaparavercómoestánlos niños. Me separo un metro del grupo para hablar y sonrío cuando ella me pone a mi Superman al teléfono.Lehabloymesueltaunpardefrasesdivertidas.TantoélcomoHannahestánbien,yvuelvo a sonreír en el momento en que oigo los lloriqueos de la niña de fondo. Mi monstruita está perfectamente. Encuantocuelgo,medispongoallamartambiénaEricparainformarlodequemevoyacomer fuera,perodeprontoloveoentrarporlapuertadelacafetería.¡Losabía!Yasehaenteradodeque estoyallíyhabajadoacotillear. Malempezamossiyacomienzaconesecontrol. Concautela,noseacercaanosotros,peroséquemeobservatrassusrubiaspestañas. Noestonto,ysabeque,comoseleocurraacercarse,mevoyaenfadar,porloquesemantiene alejadodelgrupo.Sinembargo,cuandoMikalove,rápidamentelosaludayEric,aprovechandola oportunidad,seuneanosotros. Con su típica cara de «aquí mando yo», les estrecha la mano a los demás, que lo saludan con formalidad —¡es el jefazo!— y, sin perder un segundo, se coloca a mi lado, me agarra de forma posesivaporlacinturaydice: —Veoqueyaconocéisamipreciosayencantadoramujer. Losotrostreshombresmemiranboquiabiertos. Yosonrío...,sonrío...,sonrío¡oabofeteoaEricporeso! Pero¿quéesesode«preciosayencantadoramujer»eneltrabajo? Sólo le ha faltado levantar la pata y mearme como un perro para marcar su territorio. ¡Será gilipollas! Harrymemira,yolomiroyvuelvoasonreír.Porsuerte,élhacelomismoqueyo. Durante varios minutos todos hablan, mientras yo escucho con una prefabricada sonrisa en los labios,hastaqueEric,mirándoseelreloj,memira,despuéssedirigeaMikaypregunta: —¿Habéisterminadoconlareunión? Ambasasentimos. —Sí,Eric—diceMika—.Ahoraestábamospensandoeniracomertodosjuntos. Sinmirarme,veoquemialemánseapresuraaresponder: —Quégranidea.Avisaréamisecretariaparaquereserveenelrestaurantedeenfrente. Los hombres y Mika aceptan encantados. Comer con el jefazo es un lujo, pero yo creo que lo mato...,creoquelovoyamatar. ¿Porquéseautoinvitaaesacomida? Sinsoltarme,meobservaysonríe,yyolemuestroconmimiradaloquepienso.Ericmeconoce, sabequeloqueestáhaciendonomeestágustandounpelo.Pero,sincortarse,cogemimanoydice: —Mika,adelantaosvosotrosalrestaurante.Judyyoiremosenseguida. Ea...,¡yamehaseparadodelgrupo! Repito:¡lomato! Caminoasuladohastallegaralascensory,cuandovoyadeciralgo,unempleadoseparajuntoa nosotros.Mecallo. Ensilencio,cogemoselascensorjuntoamástrabajadores,quememiranconcuriosidad.Yoles sonrío, no quiero que piensen que soy una estirada por ser la señora Zimmerman. En cuanto llegamosalaplantadécima,Eric,quetodavíanohaabiertolaboca,tirademimanocondelicadezay caminamosjuntoshaciasudespacho. Alpasarveoavariasmujeresquemeobservanconatención,ylessonrío. ¡Sonríoatodobichoviviente! Llegamosantelapuertadesudespacho,ymesorprendoalveralachicarubiadecaritapreciosa y moñito gracioso en la cabeza sentada en la silla donde suele estar Dafne, la secretaria de Eric. Nuestrasmiradasseencuentrancuandomimaridodiceconvozdeordenoymando: —Gerda,llamaalrestaurantedeFloyydilesquereservenunamesaparaseis¡ya! Lajovenasiente,dejademirarme,cogerápidamenteelteléfonoycomienzaamarcarmientras Ericyyoentramoseneldespacho. Unaveznosquedamossolosyélcierralapuerta,memiraysiseasinlevantarlavoz: —Aceptastetrabajarmediajornadayluegoregresarconlosniñosacasa,¿lohasolvidadoya?— Medispongoacontestarlecuandovuelvealacarga—:Tedijequemellamarasencuantoacabarala reunión. Molestaporsusmodales,meretirodeélyrespondoconsorna: —¿Paraqué?Yameestabasvigilandocontusinformadores. Ericresopla.Setocaelpeloy,cuandovaahablar,loseñaloconeldedoymurmuro: —Muymal,Eric,comenzamosmuymal.Sivoyatrabajarenestaempresa,necesitolibertadde movimientos; no quiero sentir tus ojos ni los de nadie pegados a mi nuca. Pero ¿qué te ocurre? ¿Acasonitrabajandoentujodidaempresatevasafiardemí? Élnocontesta.Sumiradamehacesaberlofuriosoqueestá,yyo,quenoestoymuchomejorque él,caminohacialosgrandesventanales.Meestáentrandouncalorinfernal,ynoprecisamenteporlo quemesueleentrarsiempre. Unavezllegoalosventanalesmirohacialacalley,segundosdespués,sientoqueEriccaminaen midirección.Calentitacomoestoy,mevuelvoylesuelto: —NomeextrañaqueFlyntengaesosretorcidospensamientosreferentesaqueyotrabaje,sitú, quemeconoces,notefíasdemí.—Ericnocontesta,yprosigo—:Yosóloquierotrabajar,sentirme bienconmigomismapero,desdeluego,siesovaasuponerestartodoeldíaconmiedoaquetúte sientasmolestoporconquiénhablooconquiéntomouncafé,¡apagayvámonos! Eneseinstanteseoyenunosgolpecitosenlapuerta,éstaseabreyaparecelarubiadelmoñito. —Señor Zimmerman —dice tocándose el pelo con coquetería—, ya he reservado en el restaurante. —Muybien,Gerta.Gracias—afirmaEricconrotundidad. Mi mirada y la de ella chocan y, rápidamente, deduzco que con quien hablaba la tipa en la cafeteríamientrassetocabaelpeloeraconEric.Esomeenferma. Estarconunhombrecomoélimplicaestaralertasiempreenmateriademujeres,peroesafaseya lapasé,omehabríavueltoloca.Aunasí,lamiraditadeladelmoñonomegustaunpelo,ycuando, trasesbozarunasonrisitatontorrona,damediavueltaycierralapuerta,preguntometiendotripa: —¿DóndeestáDafne? Ericvuelvelamiradahaciamíy,entendiendoloquepienso,respondeconborderío: —Dafneestádebajapormaternidad,¿algomás? Uiss...,uisss,esverdad,Dafnetuvounniño.PeroesachuleríatanIcemanmemata.Mecabrea.¡Me poneacien! Tengomuchomásenlapuntadelalenguaporsoltar,¡estoyquemuerdo!,peronolevoyadar eseplacer.Asípues,negandoconlacabeza,vuelvoamirarporlacristaleraysiseo: —Noestoycelosa,estoyenfadada.Quieroquelosepas. LlevabatiemposinqueEricmesacaratantodemiscasillas.Losúltimosmesesencasaconlos niños han sido en ocasiones desquiciantes, pero en lo que respecta a la pareja, maravillosos y tranquilizadores.Sinembargo,ahoraquequierocomenzaratrabajar,lacosacambia.Ericnomelo vaaponerfácil,yFlyntampoco...¡Laquemeespera! Ericmemira.Elreflejodelcristalmeayudaavertodoloqueélhacetrasdemí,yresoplo.Veo que se abre la americana, se lleva las manos a la cintura y baja la cabeza. Sin duda, se está dando cuentadesuerror.Losé.Loconozco. —Escucha,Jud...—empiezaadecir. —No,escuchatú—siseodándomelavueltacomounpuritotoromiura—.Duranteeltiempoque heestadoencasacuidandodelosniñosmehefiadodetialcienporcien,apesardesaberquetienes unenormeimánparaatraeralasmujeresytrabajasrodeadodeellas.—Hablarsobreesomehace temblar,peroprosigo—:Niunasolavezhedichounamalapalabraportusviajesoportuscenasde empresa,nitehehechosentirincómodoinsinuándotecosasdesagradables.Mefíodetialcienpor cien,ylohagoporqueséquemequieres,séloimportantequesoyparati,ytambiénséquenadiete vaadartodoloqueyotedoycomomujerymadredetushijos.¿Acasohedepensarquehagomal fiándomedeti? —No,Jud...,no—seapresuraaresponder. —Puesentonces,dejadepensarquevoyarompercorazonesallápordondepisey... —Amímelorompiste—dicemirándome,elmuygranuja. Inconscientemente,surespuestamehacesonreír,perocontengomitontarisitayreplico: —Que sea la última vez que mandas a nadie a vigilarme durante mis horas de trabajo en la empresa, porque si me vuelvo a dar cuenta de ello, te juro que lo vas a lamentar. —Eric me mira. Sabequehabloenserio,einsisto—:¿QuévaapensarahoraGerdademí?¿Acasonotedascuentade que,conloquehashecho,puedesacarconclusionesequivocadasconrespectoanuestrarelación? Ericasiente.Sabequelohahechomal.Cierralosojosy,cuandolosabre,responde: —Tepidodisculpas,Jud.Tienesrazónentodoloquedices. Resoplo... Memira... Lomiroy,cuandoveoesamiradaarrepentidaquetantoadoroyqueconozcotanbien,sueltoun quejido. —Eric... Nohacefaltaquedigamás.Miamor,michico,mitodo,daunpasohaciamíymeabraza. Ningunohabladuranteunossegundos,hastaqueélfinalmentedice: —Prometoquenovolveráasuceder. —Esoespero—asiento,deseosadequeseaasí. Comosiempre,esmirarnosy,¡zas!,nosbesamos. Apesardeserdospolosopuestos,nuestroimánnosatraeydisfrutamosdenuestromaravilloso beso.Pero,comosiemprequelohacemos,elcalornosinvadey,separándomedeél,murmuro: —Cariño...,estamosentudespacho. Miamorasiente,memiraalosojosyreplica: —Creoqueahoraquevoyatenertedenuevocercaeneldespachotendréquehacerobras. —¡¿Obras?! Ericsonríey,sinsoltarme,añade: —Unarchivodentrodemidespacho...,¿nocreesquenosvendríabien? Meríoaloíreso.Ningunodelosdoshaolvidadonuestrosencuentroslocoseimprudentesenel archivoquehabíaeneldespachodeMadrid. —Québuenaidea,señorZimmerman—digo. Entre risas, nos besuqueamos. Recordar nuestros comienzos siempre es divertido, morboso y caliente.Trassuúltimobeso,Ericpregunta: —Ahoraenserio,cielo,¿quieresquevayaaesacomidaoestarásincómoda? Lomiro...¡Melocomo!Yfinalmente,agarrándolodelamano,contesto: —Claroquequieroquevengas,cariño.Ereseljefazo;además,¡asípagastú! Mi Iceman sonríe, se abrocha la chaqueta, recupera la compostura y, de la mano, salimos del despacho. Una vez fuera, Gerta nos mira, Eric suelta mi mano, me agarra posesivamente por la cinturaydice: —Gerta,paracualquiercosaurgente,estarécomiendoconmipreciosamujer. Ladelmoñitoasiente,yosonríoy,felizconmimarido,nosvamosacomer. Cuandollegamosalrestaurante,losdemásyaestánallí,yMikasonríealvernos.Floy,eldueño del local, viene rápidamente hacia nosotros y nos saluda. Complacida, le doy dos besos; no es la primeravezquecomoallíconEric.Acontinuación,nosreunimosconelrestodelgrupo,yFloynos llevaconamabilidadalamesaquetenemosreservada. Unavezallí,dejoqueEricelijasitio,yomecolocoasuderecha,yMikaseapresuraaponersea mi izquierda. Harry, el inglés, se acerca a ella y le retira la silla. ¡Qué galante! Eric, por supuesto, hace lo mismo conmigo —¡faltaría más!— y, una vez nos sentamos todos, el camarero reparte las cartasyescogemosloquequeremoscomer. Cincominutosdespués,trashacerlacomandaconelcamarero,éstesevayapareceotroquede formaordenadanossirvevinoenlascopas.Unavezacabaysemarcha,Teo,elfrancés,cogelasuya, lalevantaydice: —BrindemosporlaseñoraZimmermanyporsuincorporaciónalaempresa. Vale...,hepasadodeserJudithaserlaseñoraZimmerman.¡Vayamierda! Eso en cierto modo me cabrea, porque sé que ya nunca me tratarán como a una igual. Sin embargo,todoslevantanamigablementesuscopasybrindan. NomiroaEric.Séloquepiensa,comoséqueélsabeloqueestoypensandoyoeneseinstante. Doyunsorbitoalvinoy,sinpoderreprimirme,aclaro: —Teo, por favor, para mí sería mucho más fácil si en el trabajo me llamaras por mi nombre como yo te lo llamo a ti. Sin duda, soy la mujer de Eric, eso ya lo sabemos, pero a nivel laboral simplementequieroserJudithFlores. VeoquetodossemirancondisimulocuandoHarry,elinglés,levantasucopaydice: —¡PorJudith! De nuevo todos, vuelven a brindar. Con el rabillo del ojo, observo que Eric se tensa, pero entoncesdice,sorprendiéndome: —Osagradeceréatodosquetratéisamimujercomoaunamáseneltrabajoylallaméisporsu nombre. Sin duda, Judith es una persona con carácter y, si no lo hacéis, ¡a mí no me vengáis con quejas! El comentario los hace reír, y el ambiente se relaja. Sin duda, Eric, como siempre, los tiene acojonados. Cuandoacabamosdecomer,Ericyyonosdespedimosdetodoelmundo.Luego,yomedirijoa Mikaysusurro: —Mañanaelegiréelcolordeldespacho. Ellameguiñaunojoynosvamos.CaminamoshaciaeledificioMüller,entramosenélybajamos algarajeapornuestrocoche.Cuandonosmontamos,miroaEricypregunto: —¿Porquénotrabajasestatarde? Élarrancaelcochey,guiñándomeelojo,murmura: —Porquequieroestarcontigoy,comosoyeljefe,melopuedopermitir. Sonrío.Meencantaesarespuesta. 13 Elmartes,cuandoMelyBjörndejaronaSamienelcolegio,elgestodelabogadoeraserio.Mel,que sabíaporqué,exclamóantesdemontarsedenuevoenelcoche: —Bastaya,porDios,Björn,quesólovoyaunaentrevistaen... —Mehiervelasangrequelohagas. —Björn,accedíacasarmecontigo...—dijoMelsonriendo. —Sí—siseóelabogado—,peronomedistefecha. Ellasonriódenuevoe,intentandoqueéllohicieratambién,cuchicheó: —Ésaseráotranegociación.Aversitecreesquesólotúpiensasloquenegocias. Éllamiróconelceñofruncido.Eralista,muylista. —Nomehacenipizcadegraciaquevayasaesaentrevista—gruñó. —Björn... —Vale,Parker.Séquellegamosaunacuerdo.Tútecasasconmigoyyonopongoobjeciónaese trabajo,pero¡joder,Mel,¿porqué?! Ellalomiró,resoplóy,cuandosedisponíaaresponder,élprosiguiógesticulandomuchoconlas manos: —Nonecesitamoseldinero.ConloqueyoganotenemosparavivirholgadamenteSami,túyyo. —Miraqueteponesfeocuandodiscutes. —Estoyhablandoenserio,Mel—repusoélmirándola. —Yyotambién—afirmóellasonriendo. Björnmaldijo.Enocasiones,discutirconsunoviaeradesesperantey,sindarsubrazoatorcer, insistió: —Yatehedichoque,siquieresuntrabajo,Ericestaráencantadode... —¡Eric! —lo cortó ella perdiendo su humor—. Pero ¿tú te crees que Eric es una ONG? Joder, Björn,queErictienequemirarporsuempresa.BastantehahechoyaaccediendoalapeticióndeJud comoparaqueencima... —Mel —protestó Björn—. Sin que yo le dijera nada, Eric me comentó que si quieres incorporartealmundolaboralpuedereubicarteensuempresa.Pero,cariño,sihastapodríastrabajar enmidespacho. —¿Desecretaria? —Sí. —PorDios,¡quéaburrimiento! Élresopló. —Estoyconvencidodequeseríasunaexcelentesecretaria—aseguró. —Mira, Björn, no me jorobes —replicó Mel meneando la cabeza y, sin pensar lo que decía, agregó—:Siquisierauntrabajodeoficina,sólotendríaquedecírseloamipadreyloconseguiríaen elconsuladodeEstadosUnidos. Nadamásdecireso,cerrólosojos.Acababademeterlapatahastaelfondo. —¿Quéhasdicho?—preguntóél. Melserascólaoreja.¿Cómopodíasertanbocazas? —¡Ah,genial,Superwoman!¡Genial! —Habló007. Peroelabogado,másfuriosoacadainstantequepasaba,sealejódeellaypreguntóabriéndosela chaquetadeltraje: —¿Meestásdiciendoquenolehaspedidountrabajodeoficinaatupadreporqueteaburre? Melnoqueríamentirle,asíquedijo: —Escucha,Björn.EstarcontigoyconSamitodoslosdíasmellena,ysoytremendamentefelizde tenerosydisfrutaros,pero...peronecesitoalgomás.Estoyacostumbradaaunempleoconactividad, accióny... Sinquererescucharla,élaccionóelmandoadistanciadesucocheylaspuertasseabrieron. —¡Perfecto!—exclamó—.AhoraresultaqueSamiyyosomospocoparati. Melabriólabocay,cuandoélfueamoverse,loempujócontraelvehículo,acercósucaraalade élysiseó: —Yonohedichoeso.Vosotrossoislomásimportantedemivida.Simplementeestoydiciendo quenecesitountrabajoquemeproporcionealgodeactividad.Yonovalgoparaestarsentadadetrás deunamesacomoloestástú.¿Tandifícilesdeentender? Molestoporsuspalabrasyporelempujónquelehabíadado,Björnlamiró. —No—gruñó—.AlaqueleresultadifícildeentenderquetantoSamicomoyotequeremosyte necesitamosanuestroladotodosycadaunodelosdíasesati.¿Deverdadnoloentiendes? —Joder,Björn,quenoestoyhablandoderegresaraAfganistánnianingúnpuntocaliente.Sólo setratadeserescoltay... —Escolta —repitió Björn cortándola mientras tecleaba en su móvil—. Según la Wikipedia, un escolta es un profesional de la seguridad, pública o privada, especializado en la protección de personas(conpoderpolítico,económicoomediático).Unescoltaesunexpertoencombatecuerpoa cuerpo, especialista en armas de fuego y armas blancas, capacitado para minimizar cualquier situación de riesgo. Y, una vez dicho esto, ¿me estás diciendo que no tengo de qué preocuparme? Joder...,Mel...,joder...¿Porquéestodotandifícilcontigo? —Vistoasí,parece... —Vistoasínoparece,Mel,¡esloquees!Esuntrabajoarriesgado,yyonoquieroeseriesgopara mimujer.NoloquieroparatiySamitampoco,¿esquenoloentiendes? Loentendía. ¡Claroqueloentendía! Pero,comonoqueríadarsubrazoatorcer,diounpasoatrásyreplicó: —Björn,lodehoyessólounaentrevistaenelconsulado.Unatomadecontacto. Incapaz de mantenerse un segundo más junto a ella, que no quería comprender lo que decía, el abogadosemetióensuvehículoy,antelacaradesorpresadeMel,arrancóysemarchó.Notenía ganasdeseguirdiscutiendo. Conlabocaabiertaporquelahubieradejadoplantada,ellaloobservóalejarseatodogas.Cuando lo perdió de vista, se disponía a parar un taxi y entonces vio a Louise. Con una sonrisa, levantó la mano para saludarla, pero ella no le devolvió el saludo, sino que se metió directamente en su vehículoysemarchó. Sorprendida,alfinalMelparóuntaxi. —Al Consulado General de Estados Unidos en Múnich, en Königinstraße, 5 —le indicó al conductor. Mediahoradespués,cuandollegóypagólacarrera,sequedómirandoeledificio.Sinduda,no era una maravilla, pero era el consulado. En la entrada, entregó su pasaporte estadounidense y le indicaronadóndeteníaqueir.Conpaciencia,esperódurantediezminutoscuandodeprontounavoz dijoasuderecha: —MelaniaParker. Aloíraquellavoz,Melmiróyselevantósonriendo. —ComandanteLodwud—murmurósorprendida. Duranteunossegundos,ambossemiraronalosojos,hastaqueelhombre,reaccionando,cogió unacarpetaqueletendíaunamuchachaquehabíatrasunmostrador. —Dígale a Cheese Adams que yo entrevistaré a la señorita Parker —indicó. Acto seguido, se volvióhaciaMel—:Acompáñeme,porfavor. Sindudarlo,ellalosiguióhastasudespachoy,cuandolapuertasecerró,semiraronfijamentea losojosysefundieronenunabrazo.Enotraépocasehabíannecesitadomutuamentey,aunqueaquel cariñohabríasidopococomprensibleparalosdemás,ellosloentendíanyserespetaban. Cuandosesepararon,elcomandanteLodwudlamiróydijo: —Estáspreciosa.Sicabe,másbonitaquenunca,enespecialporquenotienesojeras. Ambosrieron,yacontinuaciónMelpreguntó: —¿Quéhacesaquí,James? Élleseñalóunasillay,unavezsehubosentadoéltambién,explicó: —Pedíeltrasladoalconsuladohacecercadeochomeses,¡despuésdecasarme! Acadainstantemássorprendida,Melsonrió,yél,cogiendounmarcodefotosquehabíasobrela mesa,dijoconorgullo: —Miesposa,Franzesca. Asombrada,Melobservóelrostrosonrientedelamujery,unavezhuboencajadolaestupenda noticia,miróasuantiguoamigoydeclaró: —Enhorabuena,James.Mealegrasaberquelosuperaste. Élasintió. —Cuando te marchaste y vi que tú habías sido capaz de superar lo de Mike, supe que yo debía hacerlomismoenreferenciaaDaianay,alnotenerteatiparajugaraloquejugábamos,reconozco quetodofuemuchomásfácil. Melasintió.Inevitablemente,recordóentoncesaquellosinstantesenlosque,trasunamisión,ella acudíaaldespachodelcomandantey,despuésdecerrarlapuertaconpestillo,sedesnudabaparaély, mientraslollamabaMikeyélaellaDaiana,disfrutabandeunjuegooscuroqueenciertomodono losdejabairhaciadelante. Muchashabíansidolasmadrugadasenqueaquellosdoshabíanescogidoauntercero,hombreo mujer, les daba igual, para continuar con sus calientes juegos. Infinidad de veces, Mel se sentaba sobresuspiernas,setapabalosojosconunpañueloyleexigíaquelafollaradeformadespiadada mientraspensabaqueeraMikequienlohacía.Ésefuesujuego.Unjuegoquepocosconocieronpero queellosdisfrutaronsinnecesidaddeimplicarsentimientos,tansólomorboyegoísmo.Conesoles sobraba. —Deverdad,James.¡Enhorabuena!—consiguiórepetir. Élsonrióy,trasdejarlafotodenuevosobrelamesa,mirósumanoypreguntó: —¿CómoestáSami? Melsacóunafotodesucartera. —Preciosaymayor—dijo—.¡Yporfinyapronuncialaerre! Elcomandantemirólafotoquelemostrabaysonrió.Lapequeñaestabaincreíblementemayory bonita. —¿Ylosmuchachos?¿Vesaalgunodetusexcompañeros? —Sí.SiemprequepuedoyestánenMúnich,quedoconFraseryNeill,¿losrecuerdas? Elmilitarasintióymurmurósonriendo: —Neillsiemprememirabaconmalacara.Nuncalegusté.Noséporquémedaqueintuíaloque túyyohacíamosenaqueldespachocuandoveníasaentregarmelosinformes. Melsonrió.Neillnuncalehabíadichonada. —Lodudo—contestó—.Melohabríadicho. Ambosasintieron,yacontinuaciónéllesoltó: —Nomedigasqueyanoestásconeseabogadoguaperasquetegustabatanto... —Sí.Síestoyconél—replicóella. —¿Yporquénotehascasado?—dijoélenseñándolesuanillodematrimonio. Aloíreso,Melseencogiódehombros. —Porqueesalgoqueaúnmequedaporhacer—respondió. Elcomandantesonrió.Laconocíamuybienysabíaqueaquellacontestaciónsignificabaqueno queríahablardeltema.Asípues,abriólacarpetaquehabíacogidodelasecretaria,leechóunojoy, alverlacartaescritaporelpadredelajoven,preguntó: —¿Quierestrabajarcomoescolta? AúnconfundidaporhabérseloencontradoallíyporladiscusiónquehabíatenidoconBjörn,Mel respondió: —Meloestoyplanteando,James.Demomentoquieroinformarmedeltrabajoparavalorarsime sientocapacitadaparaello. Jamesasintióycomenzóahablarledelosrequisitosnecesariosparaserescoltaenelconsulado. Afortunadamente,Mellosreuníatodos.Entonces,élleentregóunpapelyprosiguió: —El salario base es éste. A esto has de añadir un plus de peligrosidad, transporte, vestuario, viajes, etcétera. —Y, parándose para mirarla, preguntó—: Ese abogado con el que vives... ¿está de acuerdoconquetrabajesenesto? Melsonrió.Sinlugaradudas,Jamescomenzabaahacersepreguntasenrelaciónconella. —EseabogadosellamaBjörn,yno,noestádeacuerdoconquetrabajeenesto. El comandante asintió y, dejando los papeles sobre la mesa, se echó hacia atrás en su silla y señaló: —Sifuerasmimujer,yotampocoestaríadeacuerdo. Ellalomiródivertida. —¿Enseriomeestásdiciendoloqueheoído?—musitó. —Totalmenteenserio—afirmóél. —¿Ydesdecuándoerestantradicionalymachista? Lodwudsoltóunarisotadaycontestó: —DesdequeFranzescameenamoró.Sitesoysincero,comohombreenamoradoquesoy,nome gustaríaqueFranzescaestuvieradeviajecontinuamente,sirviendodecortafuegosdeotrapersona.Y sieseabogadotequierelamitaddeloqueyoquieroaFranzesca,teaseguroquenolegustará. —¡Hombres!—suspiróella. ElcomandantesonrióyMel,cogiendolospapelesqueélhabíaextendidoporlamesa,preguntó: —¿Paracuándonecesitáiscubrirlaplazadeescolta? —Parajulio.—Ellaasintióyentoncesélañadió—:Simedicesquesí,elpuestoestuyo.Eloficial Cheese Adams y yo estamos entrevistando a los aspirantes, pero te aseguro que, si tú lo quieres, cerraremoslasentrevistas. ElcorazóndeMelaleteóconfuerza.Aquellanuevaaventuralegustaba,laatraía.Sinembargo, decididaanodejarsellevarporlaefusividad,seguardólospapelesenelbolsoysepusoenpie. —PrefieropensarlounpocomásyhablarconBjörn—dijo. Elmilitarselevantóyasintió.Luegolaabrazóymurmuró: —Decidasloquedecidas,llámame.MeencantarápresentarteaFranzesca. —Loharé—contestóellasonriendo. —DaunbesograndeaSami,saludosaBjörny,porsupuesto,aFraseryaNeill,¿deacuerdo? Encantadadehabervueltoaverasuviejoamigo,Melasintióy,trasdarleunúltimobesoenla mejilla,abriólapuertaysemarchó.Teníaquepensar. 14 Durante el resto de la semana voy todas las mañanas a Müller, y los niños, al ver que me marcho, lloran.¡Quédifícilesdejarlosasí! Ericobservaynodicenada.Peroloconozcoyséqueensuinteriorsemuereporreprocharmeel llantodelosniñosylosgritosdelpequeñoEriccuandodiceaquellode«¡Mamá,notevayas!». Siemprequelooigo,semeparteelcorazón.Mipequeñínmequiereasuladoyyoquieroestar conél,perotambiénnecesitomipropioespacioomevolveréloca. Flynsigueenfadadoconmigopero,adiferenciadelpequeñoEric,envezdepegarseamícuando regresoacasa,sealejamásymás.Comoesmayor,ledoyespacio,yaselepasará. El martes elegí el color de las paredes de mi despacho. Gris claro. Con los muebles oscuros quedabienyprofesional. Enlaoficina,porlasmañanas,meempapodurantehorasdetodoloqueMikameentrega,yel viernes, cuando estoy en mi despacho sentada por primera vez, llega una preciosa planta con una notitaquedice: Yosélomuchoquevales. AhorademuéstralesaelloslomuchoquevaleJudithFlores. T.Q.y,comodicenuestracanción,«Tellevoenmimentedesesperadamente».[12] Eric Sonrío al leer lo que mi amor ha escrito y me pongo tontorrona. Cinco años de amor con nuestrosaltibajos,perocincoañosquevolveríaarepetirconlosojoscerrados. AlrecordarnuestracanciónmicorazónsaltadealegríamientrassoyconscientedequeEricestá cumpliendoloquemeprometió.Nohavueltoamolestarmeniaespiarmeenlaoficina. Unavezelijositioparalabonitaplanta,estoycontentay,trascogermimóvil,escribo: Graciasporlapreciosaplanta;¿comesconmigo?Invitoyo. Dossegundosdespués,suenamiteléfono. Teesperoenelparkingdentrodedoshoras. Sonrío.Meagradasaberquenolohadudado.Dejoelmóvilsobrelamesaycomienzoamirar unosdocumentosmientrastarareoencantadanuestrabonitacanción. Una vez termino el último papel, mis ojos se posan de nuevo en el teléfono de la mesa. Descuelgo,marcoy,cuandooigounavoz,digo: —Hola,papá. —Morenita...,quéalegríahablarcontigo,cariño. Mipadre,comosiempretancariñoso.Quégustohablarconél.Duranteunbuenratocharlamos detodounpoco,hastaquedice: —Porcierto,elotrodíavialescandalosodetuamigoSebasymecontóquesemarchabaahacer unviajeporAlemania.Mepidióquetedijeraque,sipasabaporMúnich,tellamaríaparaverte. Pensar en ello me hace feliz. Sebas es un divertido amigo con el que no puedo parar de reír, a pesar de que a Eric lo saque de sus casillas por lo mucho que vacila y lo piropea. Como dice mi padre,esescandalosoamásnopoder. —OjalápaseporMúnich—digo—.Serágenialverlo. —Aver,morenita,¿alfinalvenísesteañoalaferia? Oír eso me subleva, ya que sigo sin convencer a Eric para que me acompañe. Finalmente respondo: —Nolosé,papá.—Y,paraculpabilizarmeamíynoaltontodemimarido,añado—:Recuerda quehecomenzadoatrabajar,yahorapedirunosdíasescomplicado. —Pero,morenita,tumaridoeseldueñodelaempresa.¿Porquévaasercomplicado? Lasagacidaddemipadremehacesonreír. —Papá...—respondo—,noquieroquelagenteveaquetengotratodefavorycomiencenadecir tonterías. Por favor..., por favor, entiéndelo. Te prometo que si puedo iremos todos y, si no, lo dejamosparaelañoqueviene. Durantevariosminutos,mipadreprotestaconelegancia.Siemprelehagustadoquemihermana yyoestemosenlaFeriadeJerezconél.Yoloescuchosindecirnada. —¿SabesquetuhermanasevaaMéxico?—diceentonces. —Sí—contesto—.Yotambién.EselbautizodeloshijosdeDexteryGraciela.RecuerdaqueJuan AlbertoeselprimodeDexter. —Sí, hija, eso lo sé. Pero, al parecer, Juan Alberto tiene negocios que atender y quiere aprovechar ese viaje para ello. Se irán una semana antes con Lucía y Juanito. —Luego, bajando la voz,murmura—:Esosí,Luznova.Esmás,latengoaquí.Alparecer,tuhermanayellahandiscutido. Nomesorprendeparanadaoíreso.CadavezqueLuzymihermanadiscuten,laniñasevaconmi padre.Pobrecito,laquelehacaídoconlasmujeresdelafamilia. —Mira,morenita—añadeentonces—,sialgoheaprendidocontodasvosotrasesanopreguntar. Tu hermana simplemente dijo que la niña se quedaba conmigo, y Luz y ella casi no se hablan. Y, como hombre juicioso que soy, esperaré pacientemente a que alguna me cuente lo ocurrido. Por cierto,Luzestáaquí;¿quiereshablarconella? Lo que ha dicho me hace sonreír. Anda que no es listo mi padre y, acomodándome en la silla, respondo: —Sí,papá.Dilequeseponga. Durante unos segundos oigo la voz de mi padre, que llama a mi sobrina. Su voz, esa ronca y dulcevozsuya,quemeencanta. —Hola,tita—oigoentoncesquediceLuz. —Hola,cariño.¿Quétal? —¡Super...superguay!Porcierto,dilealpuñeteroJackieChanZimmermanque... —¡Luz! —¿Quépaaasa? —Pero¿porquélollamasasí? Lajodíasueltaunarisotada.Siesqueesparamatarla... —Tita...—cuchichea—,essunuevonick,¿nolosabías? No,nolosabía.Siemprehaodiadoquelorelacionenconunchino.Lereprocho: —Mira,Luz,yasabesqueaéllejorobaque... —Pero,oye,tita...Aversiahoravasasercomomimadre,quesequedóenelsiglopasado. —Pero¿dequéhablas? Oigoresoplaramisobrina.Melaimaginomirandoaltechocomohagoyocuandopregunta: —¿AcasonohasvistocómosellamaensunuevoperfildeFacebook? Lo pienso..., claro que lo sé. En su perfil se llama Flyn Zimmerman, por lo que me sorprendo cuandoLuzdice: —EnsunuevoperfilsellamaJackieChanZimmerman,peronodigasnadasiélnotelohadicho omebloqueará. —¡¿Qué?! Luzseparte.Laoigoreírcomounaposesamientrasmecuentalodivertidoyocurrentequeesel nuevoFlynporFacebook.Esomesorprende,yaqueencasatienesiempreunacaradeamargadoque parecequehayamordidounlimón. Charloconmisobrinaduranteunbuenrato,mehabladesusamigasChariylaTorrija,hastaque, intentandocambiardetema,lepregunto: —¿Quéhaocurridoparaquenotehablescontumadre? —Nada. —Elquenadanoseahoga,Luz—replico,einsisto—:Desembucha¡ya! Oigosuresoplido.Éstaesderesoplidoscomoyo. —Tita...—dicefinalmente—,mimadre,queesunaagonías. —¡Luz! —Telodigoenserio. —Yyotedigoenserioquenomegustaquehablesasídetumadre.Esmihermanaylaquiero, ¿entendido? —Ay,tita,yotambiénlaquiero,peroesqueavecesparecequehayanacidoenelsiglopasado. ¡Cómopuedesertanagonías! Asiento.Laniñanomeve,yentiendoloquedice,puesamítambiénmelopareceenocasiones, peronolevoyadarlarazón,¡sólolefaltabaeso!Meimaginoamipadreconlaorejapuesta,asíque insisto: —Noteandesconrodeosycuéntame.Yaséquetumadreenciertascosasesunpoco... —¡¿Un poco?! —gruñe ella—. Por favor, tita, que tengo catorce años y todavía se empeña en ponermehorquillitasdeDoralaExploradoraenelpelo,calcetinesconpuntillitasyenirabuscarme alinstituto. Merío.Nolopuedoremediar.RaquelesmuchaRaquel,ymásconsusniñas. —¿Y?—pregunto. —Puesquemevinoabuscarelotrodía,llegóantesdelahoray,bueno...,yo...yoestabacon...con minovioy... Bueno...,bueno...,bueno...¡¿Otraconnovio?! Medoyaireconlamano.SimihermanavioloqueyovihaceunosdíasconFlyn,entiendoquese escandalizara.Perocomonoquieroparecerdelsiglopasadocomoella,pregunto: —¿Tienesnovio,Luz? —Sí.SellamaHéctor,y¡estáparacomérteloynodejarniloshuesecitos! —¡Luz! —Tita,nomeseastútambiénantigua.Sóloteestoydiciendolaverdad.Héctortieneuncuerpode escándaloyunculoooduroooincreíbleee. —¡Pero,Luz! —Y antes de que sigas protestando —añade la muy descarada—, no pienso dejarlo por mucho queosempeñéistodos. Uisss,¡quemeda...! ¿Desde cuándo mi sobrina ha dejado de ver a niños para ver tíos buenísimos con cuerpos de escándaloyculosdurosincreíbles? Meacaloro.Melevantodelasilla. Sinduda,lashormonasdeLuzyFlynestánenplenaebullición.Alfinal,consigoretenertodolo quesemepasaporlacabezaydigo: —Escucha,Luz,debesentenderquetumadre... —LoqueentiendoesqueHéctormetienelocaymegustamucho. ¿Quelatieneloca?¿Hadichoquelatieneloca? Vayatela...,vayatela... —¡Luz! —Sólodigoloquesiento,noteenfadesporello,mujer. Suvozyanoesladeunadulceypícaraniña.Suvozsehavueltoautoritariayesomemolesta, porloquerespondo: —Mira,Luz,amínomehablesasío... —Adiós,tita. Y,sinmás,medejacolgadaalotroladodelteléfonoconcaradetonta. —Morenita,¿siguesahí?—oigoentoncesquedicemipadre. —Sí,papá—gruño—.Yalepuedesdeciraesasinvergüenzaque,cuandolavea,sevaaenterarde loquevaleunpeine.¡Puesnovalaniñataymedejacolgadaalteléfono! Depronto,mipadreseríe. —Tranquila,hija.Sonetapas.¿Yanoteacuerdasdecuandotúteníassuedad? Resoplo.Claroquemeacuerdo,yporesonoquieroqueellacometaloserroresqueyocometí. —Peroella... —Judith,cariño,Luzestácreciendo,yestoessóloelcomienzodesucambioalamadurez. Vale. Entiendo eso, como estoy segura de que lo entiende mi hermana, pero ella y Flyn son nuestrosniños. —Pero,papá—insisto—,¡quetienenovio! —¿Cuántosnovietestuvisteistúytuhermana? —Papá...—Sonrío. —¿Cuántasvecesmeheenfadadoyoporeso? —Uf...,demasiadas. —Yverdaderamente,hijamía,¿sirvierondealgomisenfados? Entiendoloquequieredecir. —Ensumomento—prosigue—,vosotrashicisteisloquequisisteis,nosgustaraonoavuestra madreyamí,yahorahayqueestarmuypendientedequeLuznohagaexcesivamenteeltonto.Pero, hija,tienequeequivocarse,decepcionarseysufrirparaaprenderavivir.Asíeslavida,morenita..., asíeslavida. Sinlugaradudas,misabiopadretienetodalarazóndelmundo. Cuando yo tenía la edad de Luz, me creía la más lista del mundo mundial, y cuanto más me prohibíanalgo,máslohacía.Alfinal,conscientedequepocopuedehacerseanteeso,afirmo: —Tienesrazón,papá.Comosiempre,tienesrazón. —Tranquila,hija.Laadolescenciaesunmomentodifícilenlavidadetodapersona,perosiyohe superadolatuyayladetuhermana,sindudaRaquelsuperaráladeLuz. —¿YsitedigoqueFlynestáigual? Larisotadademipadrevuelveasonar. —TúyErictambiénlosuperaréis—dice—.Oslopuedoasegurar. Ahoralaquemeríosoyyo.Sinduda,mipadretuvoquelucharmuchoconnosotras. Acontinuación,miroelrelojydigo: —Papá,tengoqueirme,perotellamarémañanaparavercómovatodo. —Deacuerdo,cariño.Besosparati,paralosniñosyparaEricy,porfavor,hacedunesfuercitoy ¡venidalaferia! Unavezcuelgo,resoplo.JoderconlodeJerez,yvayatela...,vayatela...laquenoshacaídoami hermanayamíconlosjodidosadolescentesysushormonasrevolucionadas. Sinperderunsegundomás,cojomibolso,salgodeldespacho,medespidodeMikaydeTania,la secretaria,ycojoelascensorparairalparking. MientrasbajopiensoenmisobrinaLuzyenFlyn. Vayados.Pensarenlamalaépocaqueestánpasandometensayhacequemepiqueelcuello.Me rascoinconscientementemientraspiensoenelmundocomplicadoenelqueestánsumergidosacausa desuedad,yvuelvoaresoplar. Cuando llego a la planta menos uno y las puertas del ascensor se abren, veo el coche de Eric aparcadoalfondoyobservoqueestádentro.Conpasoseguro,llegohastaelvehículo,abrolapuerta y,cuandomesiento,pregunta: —¿Quéteocurre? Joder,¡québienmeconoce! —Jud—insiste—,tucuellomedicequeocurrealgo.¿Quées? Rápidamente bajo el parasol para mirarme en el espejito y, cuando me veo los ronchones, me cagoentó;¡joderconlosronchones! —Luztienenovio—lesuelto—.Dicequeestábuenísimo,quetieneuncuerpodeescándaloyun increíbleculoduro,¿telopuedescreer? Ericmemira,veoqueselecurvanlascomisurasdeloslabiosy,antesdequepuedaresponder, digo: —Niseteocurrareírteolavamosatener. —Cariño... Levantodenuevoelparasoly,sinquerercontarlelodeJackieChanZimmerman,insisto: —Noquierohablardeello.Vamos,¿dóndequieresqueteinviteacomer? Miamorpasealasmanospormicabello,sueltamimoñoy,mirándome,pregunta: —¿Enseriomeinvitasacomer? —Sí. —¿Aloquequiera? —Puessí.—Sonrío. Mialemánasientey,acercándoseunpocomásamí,murmura: —¿Aunqueseaunsitioterriblementecaroyconracionesdeesastanpequeñasquetedejancon hambre? Esomehacesonreír.SialgolegustaaEricsonlosbuenosrestaurantes,yasiento. —Porsupuesto,¡donselecto! Élsonríeentoncestambiénymedaunrápidobesoenloslabios. —Vámonos de aquí antes de que te desnude en el parking de la empresa y pierda toda mi reputación—diceapresurándoseasoltarme. SonríodivertidacuandooigolavozdelasolistadeSilbermond,quecantaJa.[13] Media hora después, Eric y yo caminamos por un parque en busca de un banco en el que sentarnos para comer. Mi marido pone los ojos en blanco al saber la posibilidad de que Sebas aparezcaenMúnich,yyometroncho. Para darme una sorpresa de las que me gustan, Eric ha parado en un McAuto y, entre risas, ha pedidounashamburguesas,coca-colaypatatas. Comodicemihermana,¡melocomocontomate! Cuando nos sentamos a una mesita del parque, abrimos las bolsas donde llevamos las hamburguesasy,metiéndomeunapatataenlaboca,dice: —Meencantanestasincreíblescomidasasolascontigo,corazón. Adoroquemellamecorazón,yéllosabe.Lodicedeunamanera,consuacento,que,uf...,¡me vuelveloca! Sonrío.Mialemánmeacabademeterotrogolazoconesebonitodetalley,tragándomelapatata, sonríoymurmuro: —Asínuncavoyaadelgazar,perotequiero. Eric sonríe encantado, de nuevo me hace ver cuánto me quiere con mis kilos de más y, entre mimos y carantoñas, me zampo una hamburguesa con queso y patatas fritas que me deja plena y totalmentesatisfecha. DespuésdeunaestupendacomidadondemiamoryyohablamosdeFlyn—omitodenuevolode Jackie Chan Zimmerman— y de Luz e intentamos recordar nuestra adolescencia y entenderlos, quedamosenqueeldiálogoesesencialenesosmomentos,yEricestáconmigoenquenopodemos perderesacomunicaciónconnuestrohijo. Cuandoestamosdeacuerdoentodoloreferenteanuestroadolescentecabroncete,regresamosa casa. TrassaludaraSustoyaCalamarque,comosiempre,sedeshacenencariñoshacianosotros,nada másentrarencasaoímoslloraraHannah.YomiroaEric,élmemiraamíysonreímos.Sinduda, cuandocrezcanolatendremosencasallorandosiemprequeregresemosdetrabajar,oesoespero,y, comodosamantespadres,vamosaconsolarla. 15 —Hedichoquenoquierohablardeello. MelsedesesperóaloírlacontestacióndeBjörn. Desdequehabíaregresadodelconsulado,habíaintentadodialogarconélmilvecesacercadelo que había hablado con el comandante Lodwud, pero él no la había dejado y se había cerrado en banda.Sinembargo,dispuestaaqueloescuchara,insistió: —Luego dices que la cabezota soy yo, pero ¡joder! Quiero decirte que vi a Lodwud en el consuladoy... —Nomehablesdeesetipo,porfavor—siseóBjörnfurioso. Recordar las cosas que Mel le había comentado que practicaba con él no le hacía ni pizca de gracia. —Pero,vamosaver—dijoellaentonces—,¿desdecuándonopodemoshablartúyyo? —Desdequehablasdealgoquenomeinteresay,siencimaapareceelnombredeesetipo,ya... —Björn...,pero¿quéestásdiciendo?Lodwudespasado,comootrasmujeressonpasadoparati. —Mira,Mel...,déjalo. Enfadadaporsucabezonería,ellalomiróeinsistió: —Deverdad,¿tandifícilesescucharloquetengoquecontarte? Björn,quesearreglabalacorbatamirándosealespejo,asintió. —Noesunacuestióndequeseafácilodifícil,simplementeesquenoquieroescucharte.Noestoy de acuerdo con ese maldito trabajo y no lo voy a estar. Ahora bien, si quieres poner fecha para la boda,estaréencantadodemarcaresedíaenmiagenda. MelresoplóyBjörn,alverelgestotoscodeella,sentenció: —Vale. No hablaremos de fechas ni de bodas, y ahora, como sueles hacer siempre muy bien solita,decideloquequiereshacer,peroluegonotequejes. —¿Quenomequejedequé? Elabogadocerrólosojos.Enocasiones,Melerapeorqueunmalsueño. —Dequelascosaspuedandejardeirbienentretúyyo—siseómirándolafijamente. —Pero¿dequéhablas? —Mira,Mel,¡yabasta! Esarespuestaeraloúltimoqueellaqueríaescuchar. Nunca,entodoeltiempoquellevabanjuntos,lehabíahabladodeesemodoy,cuandosedisponía areplicar,SamientrócorriendoyseechóenbrazosdeBjörn. —Papi,¿mellevasalcole? Björn,alqueseleencogíadeamorelcorazóncadavezquelaniñalollamaba«papi»,sonrióy, dulcificandosuvoz,dijotrasdarleunbeso: —Hoynopuedo,princesa.Mamátellevará. —Puestetocabaatihoy—gruñóMel. Éllamiróyreplicó: —Puesnopuedo. La cría los miró a uno y a otro. Pocas veces los veía en aquella actitud. Luego, observando a Björn,preguntó: —Papi,¿estásenfadado? Elabogadosonrióybesóelcuellodelapequeña. —¿Yporquéibaaestarenfadado?—dijo. Samimiróentoncesasumadre,quelesonreía,yrespondió: —Porqueestásdiscutiendoconmamá;¿yanolaquieres? —Sami...—murmuróMel. Al ver el rostro de la mujer a la que amaba, Björn se acercó a ella con la niña en brazos y, abrazándolaconsumanolibre,dijo: —Amamálaquieroconlocuratantocomotequieroatiy,aunquediscutamos,miamor,nodejo dequererla;¿entendido,renacuajo? Lapequeñaasintióy,trasverjuntosasuspadrescomoellaquería,sebajódelosbrazosdeély corrióhaciasuhabitaciónaltiempoquegritaba: —¡Entoncesdaosunbesomientrasyovoyaporladiadema! Una vez desapareció la niña, Björn y Mel, que estaban el uno al lado de la otra, se miraron. Teníanmilcosasquedecirseyreprocharse,peroél,cansadodelmalestarocasionado,laabrazó,la acercóasucuerpoysusurró: —Sientohabertehabladoasí. —Yotambiénlosiento—afirmóMel. Conscientedequeningunodelosdosqueríaestarmal,Björnclaudicóy,sinsoltaralamorena quelovolvíaloco,murmuróconmimo: —Samiquierequetedéunbesoyyotambiénquierodártelo;¿túquieresrecibirlo? Melsonrióy,trasponersedepuntillas,acercóloslabiosalosdeaquelhombre,alquequeríacon todosuser,ylobesó.Elbesosefueintensificandosegundoasegundo,losúltimosdíashabíanestado muyfríoselunoconelotroy,cuandopararonparatomaraire,Björnmurmuró: —Anda,veteallevaralaniñaalcolegioo,alfinal,voyairaladespensa,voyacogerelbotede Nutellaytevoyaembadurnarentera,paraluegochuparte,comerteyfollartecomomegusta. —Quétentador.¿Puedohaceryolomismo?—dijoellariendo. Björnlamiródeaquellamaneraqueaellalavolvíalocay,bajandolavoz,musitó: —Siteportasbien,estanochelopondremosenpráctica. Conunasonrisamásluminosaqueladelosúltimosdías,Melafirmó: —Prometoserunabuenachica. Unavezlaniñaysumadresalierondelacasa,Björnfuedemejorhumorasudespacho.Allílo esperabalaprimeravisitadelamañana,quenoeranotrosquelosabogadosHeineyDujson,junto conotroscolegasdesubufete. Mel condujo hasta el colegio de Sami mientras reía con la pequeña. Reír con ella y con sus ocurrenciaseraalgomaravillosoydivertido.Unavezaparcó,caminódelamanodesuniñahastala entrada.Allí,comocadamañana,estuvocharlandoconalgunasdelasmadresdeotrosniñosdurante unosminutosy,cuandocaminabaderegresohaciasucoche,oyóquesonabasuteléfono.Unmensaje deBjörn. Recuerda.Pórtatebien. Estaba mirando el mensaje cuando oyó una voz que la llamaba. Al volverse se encontró con la mujerdeGilbertHeine,Louiseyotrasdosmujeresalgomásjóvenes. ¿Quéhacíanaquéllasallí? Comonopodíasalircorriendooquedaríamuymal,seacercóaellasylamásmayordijo: —Hola,querida,soyHeidi,lamujerdeGilbertHeine;¿merecuerdas? Melasintió,prefabricóunasonrisayrespondiótrasintercambiarunarápidamiradaconLouise: —Porsupuesto,claroquesí. Heidi se acercó entonces a ella y, tras darle dos besos de lo más falsos, la agarró del brazo y murmuró: —Mimarido,Gilbert,estáconBjörn.ÉlnosdijoqueveníasadejaraSamanthayhemosdecidido esperarte.Venga...,vayamosadesayunar. Mellasmiró.¿QueBjörnleshabíadichoquepodíanencontrarlaallí? Loibaamatarcuandoloviera. ¿Poresoelmensajeconaquellodequeseportarabien? Confusa,ibaamoversecuandounadelasmujeresmásjóvenesafirmó: —Nuestros esposos y tu futuro marido están en este instante en una reunión y hemos venido a raptarteparallevarteconnosotrasypasarunamañanaincreíblemientrasnosconocemosunpoquito más. AMelselepusieronlospeloscomoescarpias.¡Nilocaseiríaconellas! —Losiento—comenzóadecir—,peroyo... —Ah, no, querida —insistió Heidi—. No sé qué tendrás que hacer pero, sea lo que sea, queda anuladoporquetevienesconnosotras. Louisesonreíaensilencioalladodeaquélla.Mellamiró.Teníadosopciones:acompañarlaso huir. Maldijo a Björn por aquella encerrona pero, como no deseaba ocasionarle problemas, cedió. Teníaqueir. Alprimersitioadondefueronfueaunacafeteríadelcentro.Allílasesperabanotrasdosmujeres y,duranteunahora,todasdesayunaronentrecuchicheosyhabladurías. MellasescuchabamientrasobservabaaLouiseparticipardelaquelarrecomosifueraunamás. Aquella modosita era tan bruja como las demás, y entonces pensó alucinada: «¿Dónde está la Louisecandorosaqueconocíadelcolegio?». Una vez acabaron el desayuno, se fueron al spa más famoso y caro de Múnich. Al entrar en el glamurosoestablecimiento,unajovencitalespidióloscarnetsdesociasy,encuantollegóaMel,tras ungestodeHeidi,quedóclaroqueellaentrabatambiénallísíosí. Durante más de tres horas estuvieron en el increíble spa, donde Mel hizo un circuito termal acompañadadeaquellasarpías,ysoportósusmiradasfurtivasdesorpresacuandovieroneltatuaje quellevaba. Cuandopartedelasmujeressemovieronaotrasala,HeidiagarróaMeldelbrazo. —Querida—ledijo—,queríahablartedeLouiseydesumaridoJohan.Elcasoesquehallegado amisoídosalgoqueambascomentasteishacepocoy... —Heidi—lacortóMel—.LoqueyocomentoconLouiseesalgodeellaymío.Denadiemás. Lamujerapretólaboca.Sinduda,elcortequelehabíadadonolegustó,ycontraatacó: —Vale. No hablaremos de ellos, pero permíteme recomendarte una estupenda clínica donde podríanquitarteconláseresoquetienesenelcuerpo. Mellamiróboquiabierta. —¿Terefieresamitatuaje?—preguntó.Lamujerasintió,yella,conteniendolasganasquetenía demandarlaapaseo,replicó—:Gracias,perono.Mitatuajeespartedemípormuchosmotivosque novienenacuento. Unavezdijoesto,alcanzaronalasdemásmujeres.Apesardequeeranunapandilladecargantes yfastidiosasarpíasquenohacíanmásquesacarladesuscasillas,Melestabadecididaadisfrutardel maravillosospa. Después del circuito termal, se empeñaron en pasar por la peluquería para que se hiciera un peinado diferente del que llevaba: su pelo despeinado era demasiado transgresor y moderno para aquellas finolis. Finalmente, Mel claudicó, por Björn y por no querer soltarles un nuevo borderío, mientrasseacordabadetodoslosantepasadosdesuguaponovio. Cuando terminaron en la peluquería, Mel se miró al espejo. Parecía que una vaca le hubiera lamidolacabeza.Sinduda,aquéllanoeraella,yteníaqueescapardeallícomofuera.Mirósureloj, le sonaban las tripas de hambre. Era la hora de comer, y Heidi, al darse cuenta, se acercó a ella y murmuró: —Nohayprisa,querida,Björnsabequeestásconnosotrasyestáfelizdequeasísea.Esmás,he habladoconélhaceunratoymehadichoquenotepreocupesporSamantha,tuhija.Élseencargade quevuestraniñeralarecojayestéconellahastaqueregresesacasa. Mel la escuchó incrédula. ¿Ahora Bea era su niñera? ¿Y Sami era Samantha para Björn? Pero, comonoqueríadecirnadaqueestuvierafueradelugar,asintióydijoconlamejordesussonrisas: —Deacuerdo. Heidiyelrestodelassoporíferasmujeressonrieron. —¿QuéosparecesivamosacomeraO’Brian?—propusounadeellas. Las demás asintieron. Mel no sabía dónde estaba aquel lugar y, una vez se lo explicaron, dijo mirándolas: —Disculpadme,perotengoqueiralbaño. Una vez pudo quitarse a aquéllas de encima, entró en el lavabo, sacó de su albornoz blanco el teléfonomóvily,trasmarcarelteléfonodeBjörn,siseóenvozbaja: —Éstamelapagas. Björn,queestabaconlosmaridosdelasarpíasenunclubexclusivamenteparahombres,seretiró unpocodelgrupoparaquenolooyeranyrespondió: —Escucha,cariño,sitelohubieradicho,nohabríasqueridoir. —Pero¿eresimbéciloqué?—siseóella—.¿Cómoseteocurrehacermeunaencerronaasí? —Mel... —¡NiMelnileches!—gruñómirándosealespejo—.Tejuroqueestoyapuntodeestrangularlas atodascomounasolamásmedigaquemipeinadoesdemasiadomasculinoymimaneradevestir también.Pero,¡joder!,sihemostenidoquepasarporunapuñeterapeluqueríaynoparezconiyo. Björn sonrió al oírla y, mirando a los hombres que hablaban con una copa de bourbon en las manos,respondió: —Cariño,estaráspreciosayseguroquenoseráparatanto,peroahoratengoquedejarte.¡Pórtate bien! Enfadada, Mel cortó la comunicación. Respiró hasta que consiguió serenarse y luego llamó a Judith.Lanecesitaba. Suamiga,queacababadellegaracasatraspasarlamañanaenMüller,alverelnombredeMelen lapantalladesuiPhone6,saludó: —Buenasssssssssssssssss. —Judith,escúchame,necesitotuayuda. Asombrada,Judpreguntó: —¿Quépasa? RápidamenteMellecontóloocurridoy,trassaberadóndeibanairacomer,suamigadijo: —Notepreocupes.¿Aquéhoraquieresqueestéallí? —Cuantoantes,mejor,ojuroquelasmataré. —Tranquila,quevoyarescatarte—dijoJudithriendo. —Notardes,porfavor,ycuandomeveas,teloruego,¡sétú! Judithsonrió.LosentíaporBjörn,peroaquellascacatúasibanasaberquiéneraella. Una vez Mel salió del baño con la mejor de sus sonrisas, llegó a donde estaban las mujeres vistiéndosecondecoroy,trasponersesutangarojo,quetodasmiraronhorrorizadas,susvaquerosy sucamiseta,cuandofueaponerselacazadoradecuero,lainsoportableHeidicuchicheó: —Si quieres, el día que te venga bien, Melania, podemos quedar de nuevo contigo y enseñarte tiendasexclusivasderopadondepuedesencontrarmodelosincreíblementemaravillosos. El estómago de Mel se revolvió. Lo último que quería era parecerse a aquellas lánguidas vistiendoy,conmenospacienciadelaquehabíatenidohorasantes,replicó: —Teloagradezco,Heidi,peromegustalaropaquellevo. —Querida, no debes olvidar que, si Björn finalmente pasa a ser uno de los asociados mayoritarios como lo es mi marido, habrán de cambiar ciertas cosas en ti, y no hablo sólo del horribletatuajedetuespalda. Mel apretó los dientes, pero le resultó imposible contenerse durante un segundo más, así que soltódelantedetodasellas: —Heidi,creoquehasolvidadoquequienquizátrabajeenelbufeteseráBjörn,ynoyo.Portanto, permítemedecirtequeaquiennolegustemitatuajequenolomire,porqueahísevaaquedar. Sucomentarionolecayóbienala«estupenda»Heidi,perodisimuló.Siestabaallíeraporquesu maridoasíselohabíapedidoy,cogiendosucarobolso,dijo: —Venga,vayamostodasacomeraO’Brien. Una vez allí, el maître, al ver a Heidi, les indicó que esperaran unos minutos. Les estaban preparando una de sus maravillosas mesas. Nerviosa tras mirar su reloj, Mel resopló. Si se metían dentro del local, Judith lo tendría más complicado para encontrarla, por lo que, apoyándose en la pared,sehizolaremolonacuandodeprontoelsonidoestridentedeunamotollamólaatenciónde todas. Al mirar, Mel sonrió al reconocer la moto de Eric, una impresionante BMW negra y gris metalizadoqueenocasionesutilizabaJudith. Lasmujeresmiraronhacialacalleyobservaroncómoelmotoristaparabalamotofrenteaellas y se bajaba. Sin embargo, se quedaron boquiabiertas cuando, al quitarse el casco, vieron que se tratabadeunamujer,quecaminabaensudirecciónydecía: —Hombre,Mel... Con el cielo abierto por su aparición, la aludida sonrió y, mirándola, dijo mientras se hacía la encontradiza: —Hola,Jud,¿quéhacesporaquí? —Pasaba,tehevistoyhedecididoparar.—Yentonces,conguasa,añadió—:¿Quétehapasado enelpelo? Melresoplóy,antelacaradeburladesuamiga,contestó: —Peluquería...,¿quétalestoy? Conteniendolasganasdereír,Judafirmó: —Noestuestilo,reina. AhoralaquesonriófueMely,volviéndosehacialasmujeres,quelasobservaban,dijo: —Chicas, os presento a mi amiga Judith. Jud, ellas son las mujeres del maravilloso bufete de abogadosalqueBjörnquiereacceder. Acostumbradaacodearseporeltrabajodesumaridoconmujerescomoaquéllas,Judlasmiró unaaunayrespondió: —Encantadadeconocerlas,señoras. Las demás asintieron pero no abrieron la boca. Sorprendida por lo maleducadas que estaban siendo,yparadarlesunbuengolpedeefecto,MeldijoalverlacaradeguasadeLouise: —JuditheslamujerdeEricZimmerman,elpropietariodelaempresaMüller.¿Sabéisdeloque hablo? Depronto,Heidireaccionóy,acercándoseaella,dijo: —Oh, querida, qué placer conocerte. Claro que sé quién es tu marido. —Y, mirándola como si fueraunbichoraro,preguntó—:¿Teapetececomerconnosotras? MelyJudithsemiraron.Estabaclaroque,siJudnohubierasidolamujerdeZimmerman,nola habríainvitadoy,conelcascodelamotoaúnenlamano,negóconlacabezayrepuso: —Muchas gracias por la invitación, pero justo había quedado con unos amigos para tomarnos unasbirrasyquemarrueda.—Luego,clavandolavistaenMel,preguntódivertida—:¿Tevienes? Sindudarloniunsegundo,Melasintióy,mirandoalasmujeres,quelaobservabanconunosojos comoplatos,dijoconunacálidasonrisa: —Esperoquemedisculpéis.Muchasgraciasporlamañanaquehemospasadojuntas,peroahora memueroporunasbirrasbienfresquitas. Lacaradeaquéllasporeldesplanteeramásqueevidente.CuandoJudithabrióelbaúltraserode lamotoyleentregóaMelotrocasco,oyeronunavozquedecía: —Estropearástupeinado,Melania. Laaludidasonrióy,mirandoaLouise,quedisimulabaunasonrisa,respondió: —Noimporta. Luego,antelacaradesorpresadelasdemás,MelyJudithmontaronenlamotoysemarcharon quemandorueda. Unratodespués,cuandopararonfrentealrestaurantedeKlaus,Melsequitóelcasco,miróasu amigaylaabrazó. —Graciasporvenirysalvarme—dijo. Judithsonrióy,tocándoleelpelo,respondió: —Sinduda,esaspedorrasnosonunabuenainfluenciaparati. Diezminutosmástarde,despuésdequeMelsequedaraagustodespotricandodeaquellasbrujas, entraronenelrestauranteyKlaus,alverla,preguntó: —Pero,muchacha,¿quétehaocurridoenlacabeza? JudithsoltóunacarcajadayMelrespondiódirigiéndosealbaño: —Nadaquenosolucioneencincominutos. Dicho esto, entró en el baño, metió la cabeza bajo el grifo y, cuando salió de nuevo, Judith la observódivertida. —Éstasí—dijoalversudespeinadoydivertidopelo—.Éstaerestú. Esa tarde, cuando Mel llegó a su casa, Sami corrió a abrazarla. Pasó la tarde con ella y, en el momentoenquelaacostóyllegóBjörn,lomiróy,señalándoloconeldedo,siseó: —Nuncamásvuelvasahacermeunaencerronacomoladehoy,¿entendido? Elabogadosonrióy,cuandofueaabrazarla,ellalehizounquiebro. —Ah, no, James Bond... —gruñó—. Esta noche, ni se te ocurra rozarme o te juro que te voy a meterelbotedeNutellaporunsitioquenotevaagustar. Meldesapareció,yBjörnmaldijo.Estabaclaroquehabíametidolapatahastaelfondo. 16 Elviernes,Norbertaparecepuntualenlacasaalascincodelatarde.VaallevaraFlynalcumpleaños deElke. Eneseinstante,suenamiteléfonoyveoelnombrede¡Sebas!Meapresuroacogerloyoigo: —¡Marichochooooooooooooo! MicarcajadallamalaatencióndeEric,quememiray,cuandoledigoporseñasquiénes,¡huye despavorido! —Sebas,quéalegríahablarcontigo.Justoelotrodíamedijomipadrequequizánospodríamos verporqueestásdeviajeporAlemania.¿Quéhacesaquí? Oigojaleodefondoyvocesquecantan,ySebasresponde: —Estoyenuntourdivertidísimocontreintayseislocasenbuscadegeypermanes. Merío.SebassiemprellamaGeypermanaEric. —MañanaporlatardepasamosporMúnich—añademiamigo—.¿Podríamosvernosunparde horitas?Diquesí...,diquesí,chiquilla,quetengoganasdeverteycontartemilcosas. Pienso. Sé que al día siguiente vamos a casa de Mel y de Björn pero, dispuesta a ver a Sebas, afirmo: —Porsupuestoquesí,envíameunmensajeynosvemos. Dosminutosdespués,cuelgofeliz.VeraSebassiempreesmotivodefelicidad. Conmiteléfonoenlamano,caminohastaelsalón,dondeEricestáleyendo.Mesientoasulado, lecuentolodeSebas,yentoncesélmemiraypregunta: —¿Treintayseis? —Conél,treintaysiete—contestoriéndome. Ericasienteypreguntadivertido: —¿YquieresqueBjörnyyoestemosallí? Ahoralaquecalibraesosoyyo.ConozcoaSebasperonoconozcoalosotrostreintayseisy, comoseantanescandalososcomomiamigo,sindudaEricyBjörnnosalendeallívivos.Asípues, digo: —Casimejorqueosquedéisencasaesperándonoshastaquevolvamos. Estamosriéndonoscuandounguapoadolescentevestidoconunosvaqueroscaídos,unacamiseta grisdesugrupofavorito,losImagineDragons,yunasConversenegrasapareceantenosotrosynos mira.Enlosañosquehacequeloconozco,Flynhacambiadoentodoslossentidos.Loconocísiendo unniñobajitoyregordete,yahoraesunadolescentedelgado,guapetón,estilosoyespigado. —¿Conesaspintasvasairalcumpleaños?—protestaEric. —Papá,¿pretendesquemepongatrajeycorbata? Meentralarisa.Sinlugaradudas,lostiemposhancambiado. —Cariño,Flynvaalamoda—murmuromirandoamiamor. Ericasiente.Sabequellevorazóny,sacándoseunteléfonodelbolsillo,selotiendeyledice: —Tomatumóvil.Quierotenertelocalizado. Elcríosonríe:harecuperadosubienmáspreciado.Leguiñounojoyomitopedirleunbeso.Flyn sigueraritoconmigo,peroeneseinstantesonríeyyomesientobien.Muy...muybien. Cinco minutos después, una vez se ha puesto su chupa azul, se va con Norbert, y yo lo miro alejarsecomounamadreorgullosa. —Quéguapoymayorestáminiño—siseo—.Todavíarecuerdocuandoloconocí.Eratanretaco, yahora,míralo,esmásaltoqueyo. AEriclahacegraciamicomentarioysusurraabrazándome: —Vamos,mamápollo.Tenemoscosasquehacer. Dedicamoselrestodelatardealospequeñinesy,cuandoalasochoymedialosdossequedan dormidos,Ericyyorespiramosaliviados.Nosduchamosyestrenounvestiditodealgodóndecolor verdebotellayunasbotascalentitasdeandarporcasa.Alverme,miamorsonríe,medaunazoteen eltraseroymurmura: —Estáspreciosa. Yosonrío.Siemprelehagustadomimododesenfadadodevestiry,entrerisas,vamosalacocina ycenamosalgo. Alasnueveymedia,Ericrecibeensumóvilunmensaje.EsFlyn,parapedirquelodejemoshasta lasdoce.Mimaridoseniega. —Cariño,noseasaguafiestas. —No,Jud.Terecuerdoqueestácastigado. —Losé.Peroestáenunafiesta—insisto. Peromicabezónalemángruñe: —Demasiadoesquelohedejadoiralafiestadesunovia. Vale...,tienerazón.Aunasí,intentandoponermeenelpellejodeFlyn,vuelvoalataque. —A ver, cariño, piensa. Nuestro niño lo está pasando bien en el cumpleaños y sólo quiere un poquitomásdetiempo. —¿TerecuerdocómoessuamiguitaElke? Laimagendelarubiaguapadepechosgrandesmevienealamente.Evitopensarloqueminiño puedeestarhaciendoconellaeneseinstanteporquenodeseoalarmarme,einsisto: —Cariño,nomecalientesomiperversamentecomenzaráapensarcosasquenoquierodeesa Elkeyminiño.—Y,tomandoaire,prosigocalmándomeamímisma—:Debemosfiarnosdenuestro hijo.Aunquequierahacerseelmayor,Flynesuncríotodavía,yamboslosabemos.Venga...,dileque síyrecuerdaloquehablamos.Hemosdedarleunvotodeconfianza. Ericresopla.Lopiensa...,lopiensaylopiensa,yalfinalleescribediciéndolequeNorbertiráa buscarloalasdoce. Feliz,loabrazoyseguimostiradosenelsofá.Meencantaesasensacióndeestarjuntoaélviendo latele. Lashoraspasanmientrasestamosenfrascadosviendounapelículadedesastresnucleares,cuando deprontoelteléfonodeEricsuena. —Dime,Norbert. Misojosmiranelreloj:lasdoceyveinte. Rápidamente, Eric me suelta. Se levanta del sofá y, mientras yo me levanto también, oigo que dice: —Ahoramismovoy. Cuelgalallamaday,mirándome,dicecongestooscuro: —TengoqueiraporFlyn. —¿Quépasa?—preguntosorprendida. ElgestodeEricmedicequenadabueno. —TuniñonisaledelafiestanilecogeelteléfonoaNorbert—sisea. Uiss...,uiss...Esode«Tuniño»hasonadofatal,perosindarleopciónmepegoaél. —Voycontigo. —Estásenpijamaynotengotiempodequetecambies—protesta. Memiro.Loquellevoesropadeandarporcasa;nomeimporta,asíqueinsisto: —Hedichoquevoy.Mepondréunabrigolargoy... —¿Vasasalirenpijama? Suinsistenciameenfaday,singanasdesonreír,afirmo: —Pormihijo,voyhastadesnuda. Ericnohabla,noresponde,simplementeasiente. TrasavisaraSimonaantesdesalir,mepongounabrigolargosobremivestiditodealgodónyno mecambiodezapatos.LuegomontamosenelcocheyvamosensilenciohastalacasadeElke,donde celebrasucumpleaños. Alllegar,vemosaNorbert.Elhombrenosmiraydice: —Sientohabertenidoquellamaros,peronoséquéhacer. ElgestodeEricempeoraacadasegundoquepasa. Madremía...,madremía...,laquesevaaliar. —Llamémoslounavezmásalteléfono—insisto—.Quizásehadespistadoynosehadadocuenta de... PeroEricyanorazonaymurmuraseparándosedenosotros: —Venga,Judith...,¡dejadecubrirlo! Con una mala leche que ni te cuento, llega hasta la verja de la casa, llama, espera, pero nadie contesta.Esolocrispaaúnmás,yvocea: —¡¿Acasolospadresdelamuchachanoestánencasa?! Otropadrequeestáallíesperandojuntoanosotrosdeprontogritaconelteléfonoenlaoreja: —Bradley,salahoramismodelafiesta,¡ya! Ofuscado,elotropadreyEricsemiran,yeldesconocidodice: —Lehedichomilvecesamihijoquenoquieroverloconestagentuza,peronopuedosepararlo deellos. Ericnodicenada,yyo,incapazdecallarme,pregunto: —¿Porquédicelodegentuza? Elhombreseretiraelpelodelacaraysisea: —Pensaránquesoyunclasista,peroamihijonoleconvienerodearsedeesapandilla.Desdeque andaconellos,yahasidodetenidodosvecesy,pormuchoquehabloconél,nomeescucha. Ay,madre...¡Ay,madre!Pero¿dóndesehametidoFlyn? Measustoy,mirandoaEric,lepido: —Cariño,vuelveallamaraFlyn.SiBradleyhacogidoelteléfono,¿porquénolovaahacerél? Untono,dos,cuatro,siete...¡Nada!Nocogeelteléfonopero,paranuestrasuerte,pocosminutos despuéslapuertadelaverjaseabre,saleunmuchachoalquerápidamenteidentificocomoBradleyy, trasllevarseunacollejadesupadre,semeteenelcocheatodaprisa. CuandomiroaEric,ésteyahaentradoenlaparcelay,sindudarlo,corrotrasél.Hedeaplacarlo oelhuracánZimmermanpuedeliarlabiengorda. Seoyemúsica.EstásonandoPitbull,concretamente,HotelRoomService,[14] una canción que a Flynleencantayqueamí,cuandolaponeencasaatodaleche,meponelacabezacomounbombo. Veo a varios jóvenes algo más mayores que mi niño por los alrededores del jardín fumando, besándose y metiéndose mano. Bueno..., bueno..., menuda bacanal tienen montada aquí. Eric y yo miramosanuestroalrededor,peroningunodeellosesFlyn. ¡Menudofiestorrohaorganizadolaniña! ¿Dóndeestánsuspadres? Alentrarenlacasa,apartedelamúsicaatodotrapo,notoquehueleamarihuanay,mirandoami alrededor,veoavariosdeaquellosdescerebradosfumando.Nomesuenansuscaras.Nuncahevisto aaquellosamigosdeFlyn. ElgestodeEricsecontrae. —Lovoyamatar. —Tranquilízate,cariño...,tranquilízate. LaversiónmalotadeIcemanclavasusojosazulesenmíysisea: —¿Cómoquieresquemetranquiliceconloqueestoyviendo? Cojo a Eric de la mano para hacerle saber que debe calmarse, pero él me suelta y, a grandes pasos,sedirigehaciaunaesquina.Depronto,loveo.Flynestáriendoconsunoviasentadasobresus piernasyunalitronaenlasmanos. Perobueno,¿desdecuándobebecervezaelmocoso? CorrotrasEricy,cuandollegamosdelantedelcrío,élnosmiray,enlugardequedarsecortadoo sorprendido, suelta una carcajada que nos deja sin palabras. Rápidamente me doy cuenta de que, ademásdefumado,estábebido.¡Lomato! Ericresopla,yolequitolacervezadelasmanos.Ojú,quécabreoquetienemiamor,cuandolo oigodeciragritos: —¡Flyn,levántate! Elkenosmira,Flynnisemueve,yentoncesellapreguntasonriendoconunporrodemaríaentre losdedos: —Amarillo,¿estosdinosauriosquiénesson? Bueno...,bueno...,bueno...Aéstalevoyadartalguantazoquelavoyamandardirectamenteala semanaqueviene. ¡¿Porquélollama«Amarillo»?! ¡Serániñatalamocosa! Sinremilgos,nicontestar,EricapartaaElkedelaspiernasdenuestrohijoy,deuntirón,levanta aFlyn.Lachicanosmira,yyo,sindudarlo,lequitoelporrodelasmanosylometoenunjarróncon floresqueveoallíallado. —Muymal,guapita,muymal—siseo—.Ycomomamádinosauriotedigo:¡aléjatedemihijo! Lajovensonríe.Otraquevafina...filipina. Flynintentasoltarse,peroloúnicoqueconsigueesqueEricloagarreconmásfuerzaylosaque delacasaaempujones. Unavezhemossalidodelbulliciodelafiestaylapesteamarihuana,yaeneljardín,Ericlosuelta ygrita: —¡¿Mepuedesexplicarquéestáshaciendo?! Flyn,queporsusmovimientosnosdemuestraquellevaunpedoconsiderable,sueltaunarisotada ymurmuraconchulería: —Peroquécortarrolloseres...,joder. —¿Quéhasdicho?—bramaEric,fueradesí. YomiroaFlyny,depronto,loveocomoaundesconocido. Su respuesta, en ese momento, me parece un gran despropósito y una gran provocación y, cogiéndolodelamano,tirodeélypreguntomientraslomiroalosojos: —Pero¿quétepasa?¿Quéhacescomportándoteasí? —¡Ehhh...,Amarillo,¿adóndevas?!—gritandoschavalesquepasanpornuestrolado. Flyn sonríe con malicia. Eric maldice, y yo estoy por soltarle un guantazo al mocoso, pero en lugardeellocontengomisimpulsoseinsisto: —¿Quéhastomadoapartedefumarmaríaybeberalcohol? Élsacudelacabezay,conungestoquenoessuyo,murmura: —Niqueteimportara. —¡Flyn!—siseaEric. Lomiro.Meaprietolamanocontraelmusloo,comosalgadisparada,elbofetónquelevoyadar vaasersonado.Eric,porsuparte,semuevedispuestoatodo,yyo,intentandoquenoocurranadade loqueluegonospodamosarrepentir,memetodenuevoentreellosyempujoalcrío. —Cierraelpicoynolacaguesmás—ledigo—.Vayámonosacasa. —JackieChan,¿tepirasya?—preguntaunchicoquepasapornuestrolado. FlynsonríeyEricsusurra,acadainstantemásmolesto: —JackieChan...,Amarillo...¿Quésonesasabsurdeces? Yonodigonada.Sidigoquelosabía,mecomeamí. —Vámonosdeaquí—gruñeEricfinalmente. Cuandosalimos,esevidentequeNorbertsesorprendealverelaspectodeFlyn. —Norbert—digo—,notepreocupesyveteparacasa.Yavamosnosotros. Unavezlostresnosmetemosenelcoche,Ericcierradeuntremendoportazo.Menudocabreo quellevaelcolega.Entonces,memiraygrita: —¡¿Creesquetodavíadeboseguirfiándomedetuniño?! —Nuestroniño—corrijo. —Tuniño—insisteEric. Vale.Yaestamoscomosiempre. Cuando hace algo malo es mi niño, y cuando hace algo bueno es nuestro niño. Pero no voy a contestarniaentrarenprovocaciones.Ericestámuynervioso,yestávistoque,digaloquediga,me voyallevarpalosportodaspartes,asíquedecidocerrarlaboca. Segundosdespués,Ericarrancaelcocheconrabiayconducehastacasa.Nadiehabla,yamínose meocurreponermúsica.Yaséquemimadresiempredecíaquelamúsicaamansaalasfieras,pero creoque,enunmomentoasí,esmejorquenilasfierasescuchenmúsica. Cuandollegamosacasa,SustoyCalamarsalenarecibirnosy,comopuedo,lossujetoparaque noseacerquenniaEricniaFlyn.Noestáelhornoparabollosy,alfinal,saldríanellosperjudicados. Unavezellosentranencasa,sueltoalosanimalesyentroyotambién.Simona,quenosespera juntoaNorbert,alverelaspectodelniñocuandoentramosenlacocina,sellevalamanoalabocay murmura: —Ay,Flyn,¿quétehapasado? Nunca ha visto al chico de ese modo, y yo, para intentar calmarla, digo mientras me quito el abrigolargo: —Tranquila,estábien.Idaacostaros,porfavor. Trasintercambiarunamiradaconmigo,NorbertagarraaSimonadelbrazoyambosdesaparecen. Pobremujer,¡eldisgustoquelleva! Sinlugaradudas,lainfanciadeFlynsehadesvanecidodeunplumazo,dejandoantenosotrosa unadolescenteconflictivo. Elsilencioenlacocinaesincómodo.Comodiríamipadre,secortaelaireconuncuchillo.Lo quehahechoFlynestámal,muymal. Eric abre el armario donde están sus medicinas y rápidamente destapa un bote y se toma una pastillaconunpocodeagua.Esomealerta.Noesbuenoparaelproblemadesusojos.Sinduda,la tensióndelmomentolehaprovocadodolordecabezapero,cuandovoyadeciralgo,élmiraalcrío ypregunta: —¿Paraestoqueríasiralcumpleañosdeesachica,JackieChan? Flynnoresponde,yEric,furioso,gritaygritaygrita.Sueltaporlabocatodoloquelevieneen ganaymás. NisemeocurredecirlequebajeeltonoparaquenodespierteaPipaoalosniños,nitampoco quecambiesuactitud.Sinduda,loocurridoesparaestarasíy,cuandoyahadichotodoloquetenía quedecir,sentencia: —Estoydecepcionadocontigo.Mucho. Dichoesto,semarchaymedejaconelcríoasolasenlacocina. LachuleríainicialdeFlynsehadisipado. Sinduda,elpedalquellevabaselehabajadoalospiesconlabroncadeEric. Lo miro seriamente y él no me mira pero, cuando veo que palidece de repente, me apresuro a cogerunfruteroazulquehayvacíosobrelaencimerayselodoy.Actoseguido,mihijovomita. ¡Joder,quéasco! Sinembargo,comomadresuyaquesoy,melevantoylesujetolafrente.Nopuedosepararmede élapesardelcabreoquellevo.¡Esminiño! Cuandotermina,lequitoelfrutero,conasquitolollevoalbañomáscercano,lovacíoy,cuando regreso,tiroelfruteroconrabiaalabasura.Luegopongoaguaahervirybuscoenelarmariouna bolsitademanzanilla. ConelrabillodelojoobservoqueFlynmemira.Estáarrepentido.Loconozco,yesamiraday susojoscaídosmelohacensaber,peronolehablo.Noselomerece. Unavezelaguahierve,laechoenunvasito,introduzcoelsobrecitodemanzanillay,dejándolo sobrelamesa,mesientofrenteaélymurmuro: —¿Hacefaltaquetedigaqueloquehashechoestámal? Elcríoniegaconlacabezamientrasmiraelsuelo.Detontonotieneunpelo. —¿QuéesesodeJackieChan?—preguntoacontinuación. Nocontesta.YonodigoqueloséporqueLuzmelodijo,ypasademí,peroinsisto: —Olvídate de ir al concierto de los Imagine Dragons. Lo que has hecho no tiene nombre, y lo sabes.Losabesperfectamente. Mipartedemamápolloquiereabrazarloyacunarlo,peromiotrapartedemadredolidamedice queno,quenodebohacerlo.LoquehahechoestámalyFlyndebeentenderlo,comoyoloentendí cuandoalosquinceañostomédemasiadotequilaenelcumpledemiamigaRocío. ¡Madremía,quépedalpilléporquererllamarlaatencióndeunchico! Recuerdolareaccióndemispadres.Mimadregritaba,mecastigaba,meregañaba,peroloque realmente me impresionó fue la mirada y el silencio de decepción de mi padre. Eso me dejó tan marcadaquenuncamásvolvíabebersinconcienciacomoaqueldía. Y ahora, aquí estoy yo, haciendo lo mismo con Flyn para intentar que comprenda que esto no puedehacerleningúnbien. Duranteunbuenrato,ambospermanecemosensilencioycasiaoscurasenlacocinamientrasél se toma la manzanilla. Pero, cuando veo que el color vuelve a sus mejillas, me levanto y digo extendiendolamano: —Dametumóvil. —No. —Dametumóvil—insisto. Finalmente,meloentrega.Acontinuación,sinquitarleelojodeencima,digo: —NoséquiénesElkeniporquéahoratedejasllamarAmarillooJackieChancuandotú... —Esonoesproblematuyo—mecortaelmocoso—.Misamistadessonmías,ytúnotienesque decidirquiénpuedesermiamigoomichica,¡joder! —Flyn,tencuidadoconloquedicesyolvídatedeesosamigosydeesachica.Noteconvienen. —Porquetúlodigas. Su tono de voz, el modo en que me contempla y la agresividad que veo en su mirada me paralizan.Entonces,trascogermibolso,queestásobreunasilla,abromicartera,sacolasentradas paraelconciertodelosImagineDragonsysiseorompiéndolasanteél: —¡Seacabó!—Flynsequedaboquiabierto.Luegotirolospapelesalabasurayañado—:Ahora vealavartelosdientesyalacama. Sinmás,salimosporlapuertadelacocina. Entonces,veoluzbajolapuertadeldespachodeEricydigo: —Vamos,subeahacerloquetehedicho.Mañanahablaremos. UnavezveoqueFlynsubeydesaparece,mevuelvoyentrocondecisióneneldespachodemi amor. Lo ocurrido esta noche no lo beneficia ni a él ni a sus ojos. Cuando se pone nervioso, le repercuteenlavista,eirremediablementemepreocupo. Alentrarloveosentadoantesumesa.Sugestonoesmuyconciliador. Condecisión,caminohacialamesaypregunto: —¿Teencuentrasbien? —Sí. Tiene en la mano un vaso de whisky y al recordar que un rato antes se ha tomado una pastilla, empiezoadecir: —Eric,creoque... —Jud—mecorta—.Noeselmejormomentoparanada. —Perocreoque... —Hedicho«paranada»—repiteimplacable. Vale.Esmejorquemecalle. Sinlugaradudas,yotengopartedeculpaenloocurrido.LoaniméaquedejaraaFlynunrato más, pero Eric también es culpable, ya que fue él quien dijo que podía ir a aquella fiesta. Ambos somosresponsablesdeloquehasucedido,peroélhaderumiarloydarsecuentadeello.Asípues, asiento, doy media vuelta y me acerco al minibar. Saco un vaso, un hielo y me sirvo un dedito de whisky. Con el rabillo del ojo observo que Eric me mira. Me observa. Me conoce tanto como yo lo conozcoaélysabequetengomilcosasquedecir,peroaunasímeaguantoymecallo.Mecuestaun horror,perolohago.Actoseguido,caminohastaelsofáquehayfrentealachimeneaencendidayme sientodeespaldasaél. Siélnoquierehablarniverme,nohablaremosnilomiraré. Asíestamosunbuenrato.Cadaunosumidoensuspropiospensamientosy,almirarhaciaabajo, mehorrorizoalverlamorcillitaquesememarcaconelvestido.Rápidamenteencojolatripayel michelíndesaparece. Tengoqueperderesoscincokilos¡ya! DeprontooigoqueEricselevantay,aunquenoloveo,séqueseacercaamí.Miroelrelojque haysobrelachimenea.Sonlasdosmenosveintedelamadrugadaytodosenlacasaduermen. LospasosdeEricsedetienendetrásdemí.Imaginoquemeestáobservandoe,inconscientemente, vuelvoametertripa.Loconozco,séquenecesitaunratoparapensarlascosasyyaestácalibrandosu error.Alfinalseacercaalsofáysesientaalotrolado. Contodolocabezónygruñónquees,enelfondoEricesunhombremuybásico.Sémanejarlo muybien,aunqueenocasiones,yaunsabiendoquevamosadiscutir,nomedalaganademanejarlo. Su mirada y la mía chocan. Sus ojos intentan provocarme para que diga algo, pero no... No, Iceman,heaprendidoquecallándomeganomásquegritando.Lesostengolamiradayfinalmenteél dice: —Perdóname.Hepagadocontigoloquenomereces. —Comosiempre,soytusacodeboxeo—siseomolesta. Ericasiente,sabequellevorazón. —¿Meperdonas?—insiste. Nohablo.¡Meniego! Éldejasuvasosobrelamesitaymequitaelmíodelasmanos.Memira...,memira...,memira..., seacercaparabesarmey,¡zas!,misfuerzasflaquean,ymáscuandosusurra: —Claroquemeperdonas,¿verdad? Interiormente sonrío. Sin que él se haya dado cuenta, esa batalla la he ganado yo consiguiendo queyaestébesándomeypendientedemí. Miamorhacequetodayovibrey,conganasdequemesiga,melevantoydoyunpasoatrás.Eso loanima,asíqueselevantayvuelveaacercarseamí. Dejoquelohaga.Permitoqueseinclinehaciadelanteyjuntesufrenteconlamía.Accedoaque rodee mi cintura con el brazo y me acerque a él. Consiento que sus labios rocen mi rostro y me deshagocuandolooigosusurrar: —Pequeña... ¡Oh,Dios!¡Oh,Dios! Puedo defenderme de Eric Zimmerman mientras exista un palmo de distancia entre ambos. Gobiernomicuerposinomeroza,peromedeshagocomounheladocuandometocaymellamaeso de«pequeña». Sinhablar,miamorgrandotemeizaentresusbrazos,yyorodeosucinturaconlaspiernasysu cuelloconlasmanosylobeso.Lobeso...,lobesoylobesoy,cuandoporfinparo,lomiroalosojos ypregunto: —¿Tesiguedoliendolacabeza? —No,cielo...,yano. Unadesusmanossemetepordebajodemilivianovestiditodealgodónyyomeestremezco.Sin lugaradudas,tratándosedesexo,Ericesmuchomásfuertequeyo,ycuandoagarramisbragasyde untirónlasrasga,milocaexcitaciónseredobladispuestaatodo. —Asímegustamás—afirmamiIcemanantesdemordermeellabioinferior. Mirespiraciónseaceleracuandomedepositasobrelamesadesudespacho.Comosiempre,está recogida, no hay nada fuera de lugar. Nuestro beso prosigue mientras disfrutamos de esa loca seducciónysóloseoyeelcrepitardelfuegoenlachimenea. Nuestroscuerpossecalientan,sederritenantenuestrocontacto,yrápidamentelequitoaEricla camisetagrisquelleva.Besosucuello,sushombros,susbíceps,mientrasélmetocaymebesaamí. Con deleite, nos miramos. Nos comemos con los ojos, nuestras miradas nos excitan, y yo sonrío cuandoéldaunpasoatrás,desabrochaelcordóndelospantalonesnegrosquellevayéstoscaenal suelo,seguidossegundosdespuésporloscalzoncillos. Mibocaseseca. Diosmío,¡québuenoestámimarido! Verladuraexcitacióndemiamormetrastoca,mequitaelsentido,yEricmurmuratocándose: —Todotuyo,cariño. Sonrío y trago el nudo de emociones que está a punto de ahogarme. Somos dos especímenes dignos de estudio. Siempre resolvemos nuestros problemas igual: ¡con el sexo! Quizá no sea la mejorforma,peroesnuestraforma.Ladelosdos. Ericesmío.Todoélesmíoydenadiemás,ylosé.Porsupuestoquelosé. Deseosademostrarleloqueessuyo,mequitoelvestiditocortoporlacabezay,unavezéstecae alsueloymetotripa,soyyolaquesusurra: —Todatuya,corazón. La respiración de mi alemán se acelera. La locura que sentimos el uno por el otro no ha disminuido ni un ápice desde que nos conocemos. Al revés, ha aumentado por la confianza que tenemoselunoenelotroparaprovocarnos. Eric sonríe, mira mis duros pezones y, agachándose, da un lametazo primero a uno y luego al otroy,deuntirón,terminaderomperlasbragasparaquequededeltododesnudacomoél. Séloquequiereyélsabeloquequiero... Séloquemepideensilencioyélsabeloquelepido... Ylomejordetodoesqueséquenoslovamosaconcedergustososunaymilveces... Hechizadaporelmomento,apoyoloscodosenlamesay,condescaroycomplicidad,abrolas piernaslentamenteparaél,dejandoelcentrodemihúmedodeseoalavista.Ericlomiray,convoz ronca,tentadoraysagaz,murmuramientraspasaeldedoporencimademitatuaje: —Pídemeloquequieras...—ymirándomefinaliza—,yyotelodaré. —¿Loquequiera? Uf...,uf...,loquesemeocurre. Lascomisurasdemislabiossecurvan,lassuyastambién.Elprincipiodeesafraseymitatuaje definennuestramaravillosahistoriadeamor. —Lomismodigo,Iceman—murmuro—.Lomismodigo. Miamorsonríe.Retiralentamentelosdedosdemihumedadypide: —Ofréceteamí. Excitadaconloqueoigo,metumbodenuevosobrelamesa,meacomodo,deslizomispropias manospormismuslosy,trastocarlosyverquemialemánnomequitaojo,llevomisdedoshacia losplieguesdemivagina,metocoysientolohúmedaqueestoy.Miamor,consumirada,consuvoz yconsupetición,meponeamil.Abrolosplieguesdemisexoynotoqueestoyresbaladiza.Como puedo,dejoaldescubiertomibotóndelplaceryalfinalsusurrodeseosa: —Tuyo. Mi loco amor asiente y, agachándose, saca la lengua y rodea mi clítoris con ella. Mi cuerpo reaccionarápidamenteymeencojo.Ericsonríey,privándomedecerrarlaspiernas,ponelasmanos enlacarainternademismuslos,sacalalenguaymevuelvelocamientraslaposadenuevoenmi clítoris.Acontinuación,sientocómosubocasecierraalrededordeélymesucciona. Micuerpotiembla.Meencantaquemiamorjueguedeesamaneraconmigo,ymeabandonoal placermientrasmirohacialapuerta,quenohemoscerradoconllave,ypidoatodoslossantosque nadieoseabrirla. Durantevariossegundos,laincreíblebocadeEricpermanecesobremisexoy,cuandoporúltimo lasepara,suplico: —Sigue,porfavor...,sigue. Conunacautivadorasonrisa,veoquevuelveahundirlacabezaentremistemblorosaspiernasy comienza de nuevo a lamer. Cierro los ojos extasiada, llevo los brazos hacia atrás, me agarro al bordedelamesayseparomáslosmuslosparaél. El ritmo de Eric mientras me chupa me vuelve loca, y comienzo a temblar con violencia. Me gusta...,megusta...,ymicuerposecontraedeplacer. —Oh,sí...,sí...,nopares—consigobalbucear. El placer aumenta, la locura se acrecienta, el espasmo se amplía mientras siento gustosas descargaseléctricasquemehacenjadearygemirsincontenciónyunincreíbleorgasmocomienzaa recorrermicuerpodesdelanucahastalapuntademispies. Oh,Dios...¡Quégustazo!¡Quésubidón! Peromiamorquieremás,deseamás,yyotambién.Y,cogiéndomeenvolandas,melevantadela mesa,mellevahastalalibreríay,altiempoquemeapoyaenella,mebesaconpasión.Actoseguido, conunmovimientodecadera,introducesuerectoyansiosomiembroenmiinterior. De nuevo, me arqueo de placer. Eric es grande, todo en él es grande y, cuando mi vagina lo acoge,mevuelvolocaaloírlogemiryvercómoélmismosemuerdeellabio. Lomiroextasiada.Estansexi...Loquierotanto... Segundosdespués,comienzaamoverse,primerolentamentey,cuandoestáporcompletohundido enmí,suritmoseacelera.Comopuedo,murmuro: —Mírame...,mírame... Mi amor me mira, hace lo que le pido, y siento que nuestros ojos arden de pasión por lo que hacemos y disfrutamos. No puedo moverme, Eric me tiene arrinconada contra la librería y sólo puedorecibirlo,jadearydisfrutar.Misgemidosylossuyosllenanelsilenciodeldespachomientras unayotrayotravezsehundeconfuerzaenmíyyoloanimoaquecontinúehaciéndolo. Soytansuyacomoélesmío. Nuestrosmomentosdesexo,solosoencompañía,sonincreíbles.Losdisfrutamos.Losvivimos. Losdeseamos.Nosimplicamosalcienporciensinvergüenzas.Nadaexisteenesemágicoinstante excepto nosotros dos. Cuando al fin la lujuria nos hace temblar al unísono, Eric se introduce una últimavezenmíjadeandoconvozroncayluegocaemoselunoenbrazosdelotroagotados. Larespiraciónagitadadelosdosresuenaeneldespachoy,pasadomediominuto,susurro: —Cariño...,meestoyclavandoelcantodeunlibroenlaespalda. RápidamenteEricreacciona,meapartadelalibrería,memiraypregunta: —¿Todobien? Asientoysonrío.Mimaridoyyoloarreglamostodoconsexo.Comonosgusta. Adoroquemepregunteesosiemprequemantenemosrelacionessexuales.Esosignificaquesigue preocupándosepormícomoelprimerdía,ynoquieroquedejedehacerlo. Cuando, instantes después me deja en el suelo, camino desnuda hacia el minibar. Allí tenemos agua,abrounabotellita,doyuntragoydespuésselaentregoaélparaquebeba. Pobrecitomío,cómosuda;cualquierdíasemedeshidrataconelesfuerzo. Entrerisas,nosvestimosyleenseñomisbragas.Noganopararopainteriorconél.Espartede nuestrojuego,yquieroquesigasiéndolo.Cómomeponesugestocuandomelasarranca. Diez minutos después, entramos en nuestra habitación y, abrazados y sin hablar en ningún momentodeFlyn,nosdormimos.Necesitamosdescansar. Cuando me despierto, como casi siempre, estoy sola en la cama. Miro el reloj digital que hay sobremimesilla.Las9.43. Me desperezo y hago la croqueta sobre el colchón. Cómo me gusta revolcarme en nuestra enormecama.SonriendoestoycuandodeprontorecuerdoloocurridolanocheanteriorconFlyny doyunsalto.NoquieroniimaginarmeloquepuedeestarocurriendoentreélyEric. Ay,miniño...,ay,miniño,quemelocome. Melavolosdientes,lacaray,sinducharme,porlasprisas,mepongoelvestiditodealgodónque llevaba ayer, me calzo mis botas de andar por casa, cojo mi móvil y salgo a toda leche de la habitación. Antesdebajar,pasoporlahabitacióndeFlynparaversiestáy,alabrir,mequedoboquiabiertaal verloaélyaEricsentadosenlacamahablando. —¿Quéocurre?—preguntamiamor,levantándosealarmadoalvermisprisas. Con el corazón a punto de salírseme por la boca, entro en el cuarto y murmuro cerrando la puerta: —Nada. Ericvuelveasentarseenlacamay,trasobservarmecondetenimiento,dice: —¿Acasocreesquelovoyamatar? Joder...,joder...¿Cómopuedeconocermetanbien? Sin embargo, sonrío disimulando y, mientras miro a Flyn, que tiene una pinta desastrosa, pregunto: —¿Cómoteencuentras? ElcríomemirayveoensusojosqueEricyalehacantadolascuarenta. —Bien—dice. Mialemáncogemimano,mesientasobresuspiernasy,cuandovoyadeciralgo,Flynsisea: —Jud,papáyamehadichotodoloqueteníaquedecirme. ¡Ay,madre! Semeencogeelalma. FlynllevasinllamarmeJuddesdequenacióelpequeñoEricy,cuandovoyadeciralgo,miamor selevantay,cogiéndomeconfuerzadelamano,dice: —Flyn,vísteteyluegobaja.HoyvasabañaraSustoyaCalamar.—Aloíreso,elniñosedispone areplicar,peroEriclocorta—:Y,comoyatehedicho,noquieroniunasolaprotesta,¿entendido? Todavía sorprendida por lo que Flyn ha dicho, salgo al pasillo con Eric y él; al ver mi desconcierto,dicesinsoltarme: —Cariño,respiratranquila.¿Quéteocurre? Hagoloquemepidey,cuandoexpulsoelaire,murmuro: —MehallamadoJud,Eric...Nomehallamado«mamá». Veoqueasienteysacudelacabeza. —Tranquila.Mañanatevolveráallamar«mamá». Como puedo, digo que sí, pero igual que me ocurrió años antes, el corazón se me acaba de descuajeringaralsentirquemicoreanoalemánestádejandodequererme. Decidoiradarsaltosconlamoto,peroFlynnoquierevenirseconmigo.Cuandoregreso,estoy hambrienta,abrolanevera,veounodelospaquetesdejamóndelricoquemipadremeenvíayme pongomorada.¡Dios,québuenoestá! 17 CuandoJudithyEricllegaronalacasadesusamigos,Samiseechóalosbrazosdesustíos.Durante variosminutos,éstosleprestarontodasuatenciónalapequeña,que,comosiempre,erauntorbellino devidayluminosidad. EnelmomentoenqueporfinBjörn,EricySamisealejaron,JudithyMelentraronenlacocinay Judpreguntó: —¿TodobienconBjörn? Alcomprenderloquesuamigalepreguntaba,Melseapoyóenlaneveraysonrió. —Todoperfecto.Creoqueyalehaquedadoclaritoalguaperasque,sivuelveajugármelacon esapandilladeurracas,novoyasertanamablecomolofuiconellaslaúltimavez.Nomegustan, comotampocoyolesgustoaellas,yesatalHeidiesunagranzorra. —Heidiesunazorra—repitiócanturreandoSamialpasarporsulado. Aloíralaniña,semiraronyrápidamenteMelpreguntó: —Sami,¿porquédiceseso? —Mami,lohasdichotú. —Sí,cariño,esaHeidiesmuyzorraymuyperra—afirmóJudagachándoseparaquedarfrentea lapequeña—.Pero,Sami,esaspalabrassonmuyfeasynosedicen,¿deacuerdo? Agachándoseasuvez,Mellecolocóasuhijalacoronitaquetantolegustaballevarenlacabeza. —Valeeeeeeeeee—dijofinalmenteSami—;¿medaisunagalletadechocolate? Singanasdedarlemásvueltasaltema,Judithcogióunagalletadeuntarroy,encuantoseladioa lapequeña,éstasaliócorriendodelacocina. EneseinstanteaparecieronBjörnyEric,yelabogado,mientrassacabaunascervezasfresquitas delanevera,semofó: —Vaya...,perosiestánaquílasdosmacarrasmotorizadasdelasbirrasbienfresquitas...¿Iréishoy tambiénaquemarrueda? Ericsonrió.Judithlehabíacontadoelepisodio,ysoltóunacarcajadacuandoMelrespondió: —Simelovuelvesarecordar,quemaremosruedayMúnichentero,guapito. Despuésdeunratoenelqueloscuatrocharlaronyrieronporloocurrido,sonóelteléfonode Judith.Eraunmensaje: EstoyenunamásquedivinacerveceríaenlaplazaMarienplatz.¿Tienesunratoparatuloca? Judithsonrió.¡Sebas!Y,levántandose,yguiñándoleelojoaEricdijo: —Mel,havenidounamigomíodeEspaña;¿tevienesconmigoaverlounpardehoras? —¿Quéamigo?—preguntóBjörn. Repanchingándoseenunasilla,Ericmiróasucasihermanoy,congestocómplice,murmuró: —Tranquilo,Björn.Sebasylastreintayseislascuidaránmejorquetúyyo. Divertida,Judithleguiñódenuevoelojoasumaridoy,cuandosalióconMelporlapuerta,oyó queBjörnpreguntaba: —¿Lastreintayseis? Unavezenlacalle,Melmiróasuamigaylesoltó: —Muybien.Desembucha.¿Quiéneseseamigo? Judithsonriópero,comoqueríaquesellevaraunasorpresaalconocerlo,simplementeabrióla puertadesucocheycontestó: —Montaycalla. Mientras conducía, Jud iba hablando de mil cosas. Al llegar al parking público de Marienplatz, dejaronelcocheycaminaronencantadashastalapreciosacerveceríaHofbräuhaus.Sinlugaradudas Sebasestabaallíy,nadamásabrirlapuertayentrar,deprontoseoyó: —¡Marichochooooooooooo! Judithsonrió.Sebas,sulocoSebas,tanguapocomosiempre,corríahaciaellaparaabrazarlay besuquearla.Cuandoelabrazoyelbesuqueoacabaron,JudithlepresentóaunaalucinadaMel,yél, comosilaconocieradetodalavida,labesóconcariño. Acontinuación,trasmirarasusescandalososcompañerosdeviaje,dijo: —Creoqueesmejorquenossentemosaaquellamesa.Sinosponemosconellos,nopodremos cotillearanuestrasanchas. Durantemásdeunahora,Melobservóojipláticacómoaquélysuamigahablabanalavelocidad delaluzponiéndosealdíadetodo,hastaqueélmurmuróparaterminarloqueestabacontando: —Yahíterminóminovelescahistoriadeamor,lujuriaysexoconelpotrosuecoquemenublóla razón.Portanto,hedecididoqueapartirdeahorazorrearéconmuchos,perosólomeenamoraréde loscaballosdePeraltademitierra. Judithseapenó.LaúltimavezquehabíavistoaSebas,ésteestabalocamenteenamoradodeaquel surferosueco. —Losiento,Sebas—murmuró—.SélomuchoquequeríasaMatías. —Tranquila,chochete—afirmóél—.Ahorametomolavidasindramatismos,yhellegadoala conclusióndeque,cuandotodosube,loúnicoquebajaeslaropainterior.—Y,mirandoaunalemán que pasaba junto a ellos, dijo—: Geyperman de miarma, con lo difícil que es encontrarme y tú perdiéndome... Melsoltóunacarcajada.Aqueltipoeraincreíble. —¡Sebas!—gruñóJudithdivertida. Élleguiñóunojoconcaradepilloycuchicheó: —Sinosehaenteradodeloquehedicho,mujerrrrrrrrrrrrr,¡déjamezorrear! Los tres rieron y luego siguieron charlando. Mel se inmiscuyó esta vez en la conversación, y Sebasyellaterminaronentendiéndosealaperfección.Alcabodeunrato,élvioqueJudithmirabael relojypreguntó: —Y tu Geyperman rubio y buenorro ¿por qué no ha venido? Mira..., mira que me moría por presentarloalastreintayseislocasquemeacompañan. MelyJudithsemiraron,yestaúltimarespondió: —Temandamuchosbesos,pero... —¿Conlengua? —¡Sebas!—dijoJudithriendojustoenelmomentoenquelostreintayseisselevantabandela mesay,escandalosamenteyconganasdecachondeo,sesentabanconellos. Loqueenunprincipioibanasersólounpardehorasseconvirtieronencuatroy,cuandoporfin sedespidierondeSebasylostreintayseisysubieronalcoche,Melmiróasuamiga. —PrométemequelapróximavezEricyBjörnvendránconnosotras—ledijomuertadelarisa. Estaban comentando lo bien que lo habían pasado cuando a Mel le sonó el móvil. Un mensaje. Björn. Amor,compracervezas.Convuestralargaausencia,Ericyyonoshemosdadoalabebida. DespuésdeleerleelmensajeaJud,pararonenunsupermercado. Pero, como siempre ocurre cuando una mujer entra a comprar, salieron con el carro cargado hasta arriba y, en el momento en que estaban metiendo las bolsas en el maletero del vehículo, un adolescentedepelooscuroylargoseplantóanteellas. —¿Quierenquemeencargueyodelcarrito,señoras?—dijo. Judithasintióconunasonrisa,yMel,mirandoalchico,preguntómientraséllasayudabaconlas bolsas: —Eh...,¿dóndetehevistoyoantes? Aloíreso,elcríolamiróyseapresuróarespondersonriendo: —Seguroqueaquímismo. Melparpadeó.¿Dóndelohabíavistoantes?Y,soltandoelcarrito,añadió: —Todotuyo,chavalote. El muchacho sonrió y, sin decir nada más, se alejó con el carro. El euro que iba dentro le proporcionaríaesanocheunbocadilloparalacena. 18 Trasunasemanitaquenoseladeseoniamipeorenemigo,estoyagotada. Flyn nos lo pone muy difícil. Han llamado del colegio para decir que no ha ido a clase, y soy conscientedequeminiñoestáperdiendolospapeles.Lehepedidoenvariasocasionesquesolicite unaentrevistaconsututor,perohastaahoraleharesultado«imposible».Insistirédenuevooalfinal acabarépidiéndolayomisma. CuandoEricllegadetrabajar,nomequedaotraquecontarleloocurridoy,tanprontocomoéste semarchaasudespachoenfurecido,Flynseencaraconmigoymedicecosascomoqueyanosoy alguiendefiarporhabérselocontadoasupadre.Intentohacerlorazonary,enespecial,hacerlever quesucomportamientoestádejandomuchoquedesear,peroledaigual,siguerebatiendotodoloque ledigohastaqueEricregresayelcríosecallaynohablamás. ¿QuéestáocurriendoconFlyn? Esa noche, en la intimidad de nuestra habitación, Eric intenta quitarle hierro al asunto. Está molestoporelcomportamientodelmuchacho,perosuvisióndeltemanoescomolamía.Flynnose comportadelamismaformadelantedeEricquedelantedemí,ynosotrostampocoreaccionamos igual.Conmigoseencara,seponechulo,dicecosasterriblesqueenocasionesnolecuentoaEric paranoliarlamás,peroconélsecalla.Flynhapasadodeserunniñocaprichosoaunadolescente provocadoreindisciplinado. El martes, Eric se va de viaje. Flyn se trae a uno de sus amigotes a casa y, cuando los pillo fumándoseunporroensuhabitación,echoalamigoytengounabuenaconmihijo.Él,ofendidopor lo que he hecho, me acusa de estar amargándole la vida y yo tengo que respirar. O respiro o le estampounasillaenlacabeza. Elmiércoles,cuandoEricregresa,decidocallarynocontarlenadadeloocurrido.Séquehago mal,peroEricllegacansado,yloúltimoquequieroesagobiarloconmásproblemas. El jueves, nada más levantarse, veo que mi marido tiene mala cara. Eso me angustia pero, tras tomarse su medicación, sonríe y me tranquiliza. Sé que nuestra vida siempre será así. Tendré mil sustosconlosdoloresdecabezadeEricacausadesuvista,peroverlosonreírpocodespuésmehace saberqueeldolorharemitido;sinofueraasí,losabríaporelhumornegroquelosuelepreceder. Esa mañana, sobre las doce, cuando estoy trabajando en Müller, recibo una llamada de mi hermana Raquel. Mi padre ha hablado con ella en referencia a Flyn, y la pobre, que ya está en México,mellamaparaapoyarmemoralmente. —¿QueahoratellamaJud,elpuñeteroniño? —Sí—asientoapenadaomitiendootrascosas. —Lamadrequeparióalchino. —¡Raquel! Ambasreímosyfinalmenteelladice: —Vale..., vale..., ya sé que es coreano alemán, pero si él te joroba, yo lo jorobo y lo llamo ¡«chino»! —Miraqueeres—digoriéndome. Entonces,oigoaRaquelresoplaratravésdelteléfonoydecir: —Eseniñotequiereytequieremucho,peroelpavazolehavenidodegolpe.Deprontoseha visto mayor, guapete y resultón y se cree el rey del mambo. Pero, tranquila, como dice papá, regresaráalredil.Esosí,mientrasnoregresa,átatelosmachos,¡quevienencurvas! Vuelvoasonreírcuandomihermanaañade: —Mira,cuchufleta,estásenlamismasituaciónqueyocontuqueridasobrina.Niteimaginaslo rebeldeycontestonaqueestáLuz.Esosí,enlosestudios,latíaesunalumbreras,ysobreesonome puedo quejar, pero en cuanto a los chicos, ¡ofú!, qué tontería tiene encima. Ha pasado de jugar al fútbolaquerercomprarsesujetadoresconrellenodegel. —¿Conrellenodegel?—preguntosorprendida. —Sí,hija,sí.Elotrodía,lamocosavaymedicequequiereunsujetadorWonderbrapush-uppara quesupechoaumenteytenerunescoteperfecto.¿Quéteparece? —¿Tedijoeso? —Sí,hija,sí.¡Quelasniñasdeahorasonmuyespabiladas! Merío,nopuedoremediarlo.NomeimaginoaLuz,michicarrona,diciendoesoy,derepente, recordandoalgo,digotrascontarlequehevistoaSebasenMúnich: —Hablando de Luz, haz el favor de no ponerle horquillas de Dora la Exploradora y calcetines conpuntillitas,queyaesmayor. —Perosiestámonísimaconello.—Ambasreímos,ymedoycuentadelocabroncetaqueesmi hermanacuandoañade—:Lohagoparaqueproteste,tonta.Yaséquenotieneedadparaponérselo. —Noséquiénespeor,siellaotú. Raquelríe.Meencantasurisa.Oírlareírescomooíramimadre. —Segúntusobrinita—prosigue—,ahoraestálocamenteenamoradadeesetalHéctor,perohasta elmespasadoloestabadeuntalQuiquey,claro,yohedemirarporsureputación,yasabeslolarga queeslagenteylomuchoquelegustadarlealalengua. Asiento.Séperfectamentecómoeslagentedecotillaymetomentodo.Bajolavozymurmuro: —Acuérdatedecuandotúyyoteníamossuedad,¿oacasohasolvidadoelveranitoquetediopor Roberto,eldelosjuegosrecreativos,oporManuel,eldelatiend...? —Ais,Roberto,quéguapoera.¡Ay,madre,cuchu!—gritadepronto—.¿TeacuerdasdeDamián, eldelaMontesaazulquetantotegustabayporelquesaltabaslaverjadecasatodaslasnochespara verteconél? —Sí.Claroquelorecuerdo. Pensarenaquellomehacereíracarcajadas.Sinduda,ennuestraadolescenciatodoshacemosmás tonteríasdelasqueluegoqueremosreconocer,aunquerecordarlasnoshagasonreír. —Porcierto,papáestátristónporquedicequenovendréisalaFeriadeJerez. —Nolosé.Aúnquedamucho. —Pero,cuchu...,yatelaperdisteelañopasado,¿telavasaperdertambiénesteaño? Mejorobapensarenello.Desdequenací,sólomeheperdidoesaferiaunavezenmivida,porlo que,dispuestaadejarmelasuñasparallevaraEricesteaño,afirmo: —No.Claroqueno.Harétodoloposibleparair. Alfinal,cuandocuelgo,mihumorhamejoradoconsiderablemente.Laslocurasdemihermanay demisobrinamehacenreír.Entonces,oigounosgolpecitosenlapuertademidespachoy,almirar, veoaGinebra.¿Quéestáhaciendoellaaquí? —Hola, guapísima —me saluda dicharachera—. Tengo una comida con Eric y, como sé que trabajasaquí,hepensadoenpasarasaludartemientrasélterminaunosasuntillos. Mequedoboquiabierta.¿Erictieneunacomidaconellaynomelohadicho? GinebraentraenmidespachocomoPedroporsucasa,sesientafrenteamíymurmura: —Québienlopasamoselotrodía... —¿Cuándo? Ellamemiraysonríe. —EnelSensations—explicabajandolavoz—,aunquetumarido,elmuymalote,merechazó.— No digo nada. No puedo, y ella prosigue—: Por cierto, te vi mirando tras las cortinas cuando yo estabaenelreservadoconlosamigosdeFélix.¿Teexcitóloqueviste? Lorecuerdoalinstantey,conlamismasinceridadconlaqueellamepregunta,yolerespondoa lavezquememaldigoporsertancuriosa: —Sitesoysincera,nimeexcitómimegustó. Ginebrasonríe. —¿Porqué? —¿Porqué,qué? Ellameobserva.Noapartalamiradademíyresponde: —¿Queporquénoteexcitó?Alfinyalcabo,essexo. —Porqueesaclasedesexonomeatrae—replico. Ginebrasueltaunarisotaday,bajandodenuevolavoz,cuchichea: —Judith,precisamenteloqueamímeexcitaesquemetratenasíyquemimaridolopermitay meuseasuantojo.Pero,claro,túprefieres... —Prefieroloquetúmismavistedespués—lacortosegurademímisma—.Nuncadisfrutaríacon loqueatitegusta,esonovaconmigo. Susonrisaseensanchayasiente. —¿Ericytúnoosofrecéisaotros? —Sí. —PuesesoesloquehaceFélixconmigo,cielo. Vale.Séquepuedeparecerlomismo,peronoloes,yañado: —No.Noeslomismo.Yqueconstequenocriticoloquevi;siatiyatumaridoosgustaesa clasedesexo,¡adelante!Sólodigoqueyonomeprestaríaaeso.Perorepito:siatitegusta,teexcita yestáisdeacuerdo,¡adelanteydisfrutadlo! Ginebraentiendemuybienloqueledigo,yacontinuaciónmurmura: —A mí me encanta que Félix me obligue y me entregue a sus amigos para que me usen a su antojo.Creoqueeslapartemásexcitantedenuestrocalientejuego. —Sobregustosnohaynadaescrito—afirmosonriendo. —¡Túlohasdicho!—convieneellaconungraciosogesto. Con Ginebra me pasa algo muy raro. Tan pronto me cae bien como me cae mal. No llego a cogerlebienelpunto,peroreconozcoqueellasiempretratadeseramableyencantadoraconmigo. Mirándolaestoycuandoselevanta,seacercaalaparedycomenta: —Nomedigasqueéstossonvuestrosniños... —Sí—digoalverqueseñalalasfotosdemishijos. —Oh,Diosmío,sonpreciosos,Judith.Quémonadaaaaa.Quéricurasssssssssss. —Loson—afirmoorgullosadeellos. —¿Habéisadoptadounniñochinito? MedispongoarespondercuandodeprontoEricentraylohacepormí: —Flynnoeschino,escoreanoalemán.EraelhijodemihermanaHannah,yahoraesnuestro. —¿Era?—preguntaGinebra. Ericasientepenosamenteyeneseinstanteconfirmoquellevansinhablarsevariosaños. —Hannahmurió—explicaélentonces. —Oh,Diosmío,Eric...,losiento.Nosabíanada. Miamorasiente.Hablardeelloleduele,yséqueledolerátodasuvidacuandoresponde: —Flynsequedóconmigoy,desdequeJudllegóanuestrasvidas,somosunafamilia. Ginebrasellevalasmanosalaboca.VeoquesienteloocurridoaHannahy,emocionada,lecoge lasmanos. —Sécuántolaqueríasylounidoqueestabasaella. Ericasientedenuevo.YopasolamanoporsuespaldayGinebralosueltaydicereponiéndose: —Sinduda,Judithytúhabéiscreadounapreciosafamilia. —Sí—afirmaélconseguridadmientrasmeguiñaunojo. Ginebravuelveamirarlapareddondeestánlasfotosdelosniñosypregunta: —¿Cómosellamanlosotrosdos? —EricyHannah—respondo. Entonces,Ginebraenterneceelgestoymurmura: —Sonpreciosos...,preciosos.—Y,mirandoaEric,añade—:Aúnrecuerdoquetúnoqueríastener hijosyyosí.—Ericsonríeyellafinaliza—:Quécuriosaqueeslavida...,alfinal,túloshastenidoy yono.¿Pensáistenermás? —No—afirmaEricantesdequeyoresponda. Vaya.Esomesorprende.Siemprehesidoyolaquedecíarotundamentequeno,yoíraEricdecir esoenciertomodomesubleva.Perotienerazón:¡contresvamossobrados! Al ver mi gesto, Eric se acerca a mí, me coge por la cintura y, mirándome directamente a los ojos,pregunta: —Vamosacomer,¿tevienes? —¿Teencuentrasmejorqueestamañana?—preguntointeresadaporél. —Sóloeraunpequeñodolordecabeza,cariño—replicasonriendo—.Venga,venteacomer. Lo miro..., no sé qué hacer. Yo misma estoy llena de contradicciones: ¿debería ir o no? Pero, siendoconsecuenteconlaconfianzaquetengoenél,respondo: —Mejoridvosotros. —¿Seguro?—preguntamiamorintentandoleermirostro. Conunasonrisaquelotranquiliza,asiento. —Sí,cariño.Seguro.Idvosotros,tenéismuchascosasdelasquehablar. Dossegundosdespués,GinebrayEricsalendemidespachoyyomesientodenuevoenmisilla. ConfíoenEricy,abriendounacarpeta,murmuro: —JudithFlores,dejadepensartonterías. 19 Aquellamañana,MelestabaenelcentrocomercialconsusexcompañerosdebatallónNeillyFraser. El día anterior, Björn, que se había enterado de que habían llegado de Afganistán, los llamó para organizarlaquedada.Erasumododepedirleperdónporlaencerronadedíasantesconlasmujeres delosabogados. Eneltiempoquellevabaretiradadelejército,lavidadeMelhabíadadoungirodecientoochenta grados.Ahoradisfrutabadeunaexistenciademasiadotranquilaconsuhijayconunhombrequela adoraba. —Estoypensandoenaceptarelpuestodeescoltaenelconsulado.¿Quéosparece? NeillyFrasersemiraron,yesteúltimosonrióycontestó: —Amínomeparecemal;esmás,soyconscientedequeloharásmaravillosamentebien,pero ¿quédicetuabogado? —Pordecir,dicemuchascosasyningunapositiva—afirmóMelresoplando. Neillasintió.EstabaconBjörny,paraecharleunamano,sequejó: —¡¿Escolta?!¿Tehasvueltoloca? —¿Porqué? EntoncesNeillmiróaMelalosojosydijo: —Vamosaver:dejastetutrabajoenelejércitoparapasarmástiempoconSamiyBjörn,¿yahora estáspensandoenserescolta?¿Tantonecesitáiseldinero? —No—respondióella. Björnprecisamentenoandabacortodedinero,yelmilitar,queestabaalcorrientedesuboyante situaciónfinanciera,lamiróeinsistió: —Sabes que suelo estar de acuerdo contigo en muchas cosas pero, en esto, siento decirte que estoyconBjörn.Amítampocomeharíamuchagraciaquemimujerfueraescoltadenadie. —Pero,Neill... —No,Mel—lacortóél—.Unacosaeracuandotrabajabasparasacartúsolaadelanteatuhija,y otra muy diferente es que tengas una buena vida y quieras complicarla con ese trabajo. Piénsalo. Quizánotemerezcalapena. Durante un buen rato, los tres hablaron de los pros y los contras de aquel empleo, hasta que Fraser,tocándoseelestómago,dijo: —Comienzoatenerhambre.¿Quéosapetececomer? —TenemosqueesperaraBjörn,quehaidoaporlaniñaalcolegioparaqueosvea—advirtió Mel—.Portanto,dileatuestómagoqueespere. Frasersonrió,peroentoncesNeillseñalóalotroladodelacalle. —Tuestómagoestádesuerte,colega—exclamó—.Miraquiéneslleganporahí. Mel y Fraser miraron y sonrieron al ver a la pequeña Sami en brazos de Björn, riendo de felicidadconsuscoletasmediodeshechasmientrasesperabanaqueelsemáforosepusieraenverde parapodercruzarlacalle. AMelselaveíaenamorada. —Sin duda, ese abogado es un gran hombre —se mofó Fraser—. Sólo hay que ver tu cara de tontaalmirarloylafelicidaddeSamiporestarconél. —¡Serásidiota!—dijoellariendo. —Björnesungrantipoynosemereceeldisgustoquequieresdarleconlodeltrabajodeescolta —cuchicheóNeill. Melsuspiró.Björnloeratodoparaella.Verlollegarconsupequeñaenbrazos,sinimportarle quelemancharasucarísimotraje,yconlamochilarosadelasprincesascolgadadelbrazolahizo darsecuentadecuántoloquería.Acontinuación,miróasusamigosy,bajandolavoz,preguntó: —Sivosotrosencontraraisaalguienqueoshacetremendamentefelices,queosdatodosuamory quehacequetodoslosdíaslavidaseamaravillosa,¿ledaríaisfechadeboda? —Sindudarlo—afirmóNeill. Melsonrióaloíreso,yNeillañadió: —CuandoconocíaRomina,meenamorédeellaendécimasdesegundo.Sumaneradehablarme, detratarme,dehacermelavidafácilmevolviólocodeamor,ysupequedebíadarelgranpasoantes dequeotromáslistoqueyopudieraenamorarlayseolvidarademí.Yteaseguroqueeslomejor quehehechoenmivida.—Depronto,suteléfonosonó—.Hablandodemiamor...,aquílotengo. FraserrioyNeill,trascruzarunaspalabrasconsuadoradamujer,cerróelteléfonoyexplicó: —Rominahadichoquenosesperaatodosencasaparaprepararnosunaestupendacomida,yno aceptaunnoporrespuesta. Melasintió:iríanacomer.Sinembargo,nopodíaapartarlamiradadeBjörnydesuhija.Ellos nolaveían,peroellaaellossí,yvercómoBjörngesticulabaylaniñareíaacarcajadasleencantó. Muchas eran las veces en que ellos jugaban en casa y Mel los contemplaba con disimulo y se emocionabaantesubonitacomunicación.BjörnySamieranpadreehija.Amboslohabíanquerido asídesdeunprincipio,yellaloaceptócomplacida. Sinapartarlosojosdeellos,queahorayacruzabanlacalle,deprontoMeltuvoclaroquedebía hacerloquesucorazónledictabay,mirandoasuscompañeros,quelaobservabanfijamente,dijo: —VoyadarleaBjörnunafechaparalaboda. NeillyFrasercomenzaronaaplaudir,peroellaloshizocallarenseguida: —Nodigáisnada,bocazas,quieroqueseaunasorpresaparaél. —Samiytúhabéisencontradoaalguienquemerecemucholapena—apuntóNeillchocandolos puñosconlosdeellatalycomohabíanhechocientosdeveces—.Nolojorobes. SinapartarlamiradadeBjörn,Melasintió. —Sinduda,éllomerece. —Joder,teniente—semofóFraser—.¿Quéhapasadoparaqueseobreelmilagro? Conojosdeenamorada,MelmiróaBjörn,queenesemomentosesubíaaSamialoshombros,y respondió: —Simplemente,quemeacabodedarcuentadequeyanopuedovivirsinél. —¿Yesafechaparacuándo?—preguntóNeillcurioso. Divertidayasombradaporsupropiadecisión,Melseencogiódehombros. —Nolosé—dijo—.Yahora,cerradesasbocazas,quenoquieroqueBjörnseenteredenada. Cuando él y Sami llegaron hasta ellos, Neill y Fraser se deshicieron en halagos con la niña mientrasBjörnbesabaasuchicaypreguntaba: —¿Cómoestámiheroínapreferida? —Bien—respondióellaencantada—.Ygracias. —¿Porqué? —PorllamaraNeillyaFraser. Sorprendidoporqueellalosupiera,BjörnmiróaFraseryésteconfesó: —Losiento,macho,peroalfinalnoshasacadoqueayerhablamos.Lateniente,cuandosospecha algo,noparaconsutercergradohastaquedaconlaverdad. Todossonrieronporelcomentario,yMel,sinsoltarsedeBjörn,dijo: —Teestábamosesperando.Rominanosinvitaacomerensucasa. —¿Yeso,preciosa? —PorqueRominanoaceptaunnoporrespuesta—contestóNeill—.Además,creoquetendremos algoquecelebrar. Aloíreso,Mellomiró.¡Loibaamatar! —¿Quétenemosquecelebrar?—quisosaberBjörn. FraseryNeillsemiraronconcomplicidad,yesteúltimo,mofándosedeMel,quelosacuchillaba conlamirada,soltó: —Teniente,¿tenemosalgoquecelebrar? Ellasonrióy,comosilosviejostiemposhubieranvuelto,respondió: —Celebraremos que dos capullos, muy capullos, han regresado de su última misión en Afganistán. Neill y Fraser soltaron una risotada, y Björn, que no entendía nada, cuando vio que aquéllos volvíanacentrartodasuatenciónenlapequeñaSami,murmuróaloídodelamujeralaqueadoraba: —Teniente...,cómomeponequetellamenasí. Melsonriódivertida. Suchicosehabíaintegradototalmenteensugrupo.Habíadejadodeseruntipoquesemanteníaal margen de aquellos estadounidenses para convertirse en uno que disfrutaba cada vez que todos se reuníanyeranconscientesdesurespetoysucariño. Trastomarseunacervezayhablarsobrebanalidades,alfinaltodosseencaminaronhacialacasa deNeillyRomina,dondenofaltaronelbullicioylaalgarabía,mientrasMel,enamorada,observaba embobadaasunovioyseconvencíadequeteníaquecasarseconél.Björnerasuamor. 20 —Judith, me voy a comer —oigo que dice Mika justamente cuando estoy cerrando la carpeta para hacerlomismo. Encuantosalgodeldespacho,lostrabajadoresconlosquemecruzoenmicaminomemirany mesaludanconunasonrisa.Esomealegra.Megustaqueveanenmíaunapersona,ademásdeala señoraZimmerman. Unavezenlacalle,medispongoacogeruntaxipararegresaracasacuandooigoquealguien gritaminombre.Almirar,sonríoalverquesetratadeMarta,lahermanadeEric,queconlamano medicequelaespereydeunacarrerallegahastamí. —¿Quéhacesporaquí?—preguntotrasbesarnos. Martamemiraysonríe. —VeníaahablarconEric—dice. —Noestá.Hasalidoacomerconunaantiguaamiga. Misúltimaspalabrasdebendesalirmeconciertotonillo,porqueellapreguntaalinstante: —¿Quéamiga? Sinquererponercaritas,traseltonitoquelehadadoaloquehedicho,respondo: —UnatalGinebra...,¿laconoces? —¿Ginebra está aquí? —pregunta sorprendida. Yo asiento, y añade—: Ostras, me encantaría verla.Larecuerdoconcariño,aunqueyofueraunaniña.Eramajísima...,¡majísima! Saber que Marta también la recuerda con cariño no sé si me gusta o me desagrada. Mi cuñada debedevérmelodenuevoenlacara,porquedice: —Perotúparamíereslaúnica...,¡lamejorparaelbordedemihermano! Suapreciaciónyelcariñoquemetienefinalmentemehacensonreír. —¿Comemosjuntas?—preguntaentonces. Asiento.LlamoaSimona,medicequelospequesestánbienyleindicoquellegarémástarde. Delbrazo,caminamosporlascallesdeMúnichyentoncesdeprontolalocademicuñadasepara, levantaunamanoygritandodice: —¡Mecaso! Rápidamenteveoelanilloensudedo.¿Cómoquesecasa,siellanoesdecasarse?¿Conquiénse casa?Laveosaltar,sonreíryemocionarseenelmomentoenquedice: —Estoyloca...,¡losé!Pero...perohedichoquesí,¡ymecaso! Lamiro.Memira.Lasdosnosreímos.¿Dequémerío? MartarompióconsualocadonovioPeterhaceochomesesy,queyosupiera,noestabasaliendo connadie.Poreso,cuandonopuedomás,concaradecircunstanciaspregunto: —¿Yconquiéntevasacasar? La chiflada de mi cuñada suelta una carcajada, aplaude como una niña chica, se retira el pelo rubiodelacaray,trasaspirar,murmura: —ConDrewScheidemann. Vale...,niideadequiénes. —Esunanestesistaquetrabajaenelhospital—explicaellaemocionada. —¡¿Unanestesista?! Martaasientey,felizdelavida,añade: —Nosconocemosdesdehaceunosaños,yreconozcoquelaprimeravezquelovinomecayó bien.Inclusosiemprequeíbamosdecenadeempresasiempreerademasiadosensatoyjuiciosopara migusto.Perohaceseismeses,unanoche,cuandosalíadelhospital,nosencontramosenelparking... ¡Oh,Diossssssssssssss,lorecuerdoysemeponenlospelosdepunta! —¿Porqué?—preguntocuriosa. —Porqueestan...tan...serio,estableyserenoquenosécómohapodidofijarseenmí.Condecirte queenocasionesmerecuerdaaltontodemihermano... EsomehacereíralimaginaraltalDrewdelpelajedeEric. —Pero...fuealucinante—prosigue—.Fuimosatomarunacopa.Élmedijoquenoteníapareja, yoleconfeséquetampocoy,bueno...,unacosallevóalaotra,comenzamosavernoscadadíamás seguidoysólopuedodecirtequeestoyfelizy...y...¡embarazada! —¡¿Qué?! ¡Tomayabombazo!Bodayembarazo. —¡Estoydecuatromeses!—insisteMarta,tocándosesucasiinexistentetripa. Acadasegundomásalucinadaportodoloquemeestácontandoenmediodelacalle,noséniqué decir.HastahaceapenasquinceminutosnosabíaqueMartateníanovio,yahora,depronto,sevaa casaryestáembarazada.Martahabla...,hablayhabla.Estánerviosa. —¿LosabeSonia? Ellaniegaconlacabeza. —Pensaba decírselo luego a mamá. Primero quería contárselo al troglodita de mi hermano y, como sabía que tú estabas en Müller, pensé que serías mi gran apoyo cuando él me llamara loca, desequilibradaydescerebrada. —No,mujer...¿Cómotevaadecireso? Ambasnosreímosyellaprosigue: —Porcierto,¿recuerdaseldíaquevinisteisconFlynalhospital?—Yoasiento—.Puesmimala cara era porque, segundos antes de llevar a Flyn hasta vosotros, acababa de vomitar..., ¿no es emocionante? Lamiroboquiabiertayasientoalpensarenelascoquemedabacuandoyoestabaembarazada. —Emocionantísimo. Mi cuñada, que está sobreexcitada, no para de hablar. Yo la escucho y así llegamos hasta un restauranteespañolquenosencanta.Allínosponemosmoradasajamoncitodelrico,tortilladepatata concebollitaycarneensalsay,cuandovoyaexplotar,digo: —Marta,ariesgodeparecerunaidiota,quieroquesepasqueelmatrimonionoesunjuegode hoytequieroymañanano. —Losé—respondeellasonriendofeliz—.Peroestoytanenamoradaqueséquetodovaasalir bien. Asiento.Merindo.Nopiensovolveraserlanotadiscordante,yentonceselladice: —Drewyyoqueremoscasarnosantesdequenazcaelbebé.Lollevamospensandounosmesesy, bueno...,hemosdecididohacerlodentrodeunpardesemanas.¿Quéteparece? —¿Dentrodeunpardesemanas? Martaasiente. —¡Y, por supuesto —añade—, quiero mi despedida de soltera en el Guantanamera! Tengo que avisaraMelyatodoslosamigos,¡verásquéfiestón! Eneseinstante,meentralarisa.Larisafloja.¡CuandoseentereEric,vaaflipar!Martaseríe, creoquesabeloquepienso.Lasdosnosdescojonamosy,enelmomentoenqueconsigopararde reír,murmuro: —Veráscuandoseenteretuhermanodelaboda... —PeorvaasercuandosepaquetevoyallevardenuevoalGuantanamera. Esonoshacevolverareírotravez.Nolopodemosremediar. Tras una comida en la que no paro de desternillarme con la loquita de mi cuñada, ella me convenceparaquelaacompañeadarlelanoticiaasumadre.Aceptoencantada:adoroamisuegray pornadadelmundomeperderíasucaracuandoseentere. CuandollegamosalbarriodeBogenhausen,dondeviveSonia,nosparamosantelaverjaoscura delpreciosochalet. —¿Tepuedescreerqueestoynerviosa? —Tranquila.Yasabescómoestumadre.Seguroquesealegra. Unavezllamamosaltimbre,laverjaseabreyentramos.Sealaépocaquesea,eljardíndeSonia essiempreunamaravilla.AdmirándoloestoycuandoAmina,lamujerquetrabajaparaella,nosabre lapuertadeentradaysaluda: —Buenastardes,laseñoraestáenelsalón. Martayyosonreímospero,encuantoentroenelsalón,lasonrisasemecortadesopetón.¿Qué hacenEricyGinebraallí? Boquiabierta,miroamimarido,que,alverme,selevantarápidamenteydice: —Hola,cariño. Loobservoy,cuandoveoqueMartaabrazaaGinebracondemasiadaefusividad,murmuro: —¿Quéhacesaquíconella? Peronopuederesponderme.Sonia,queyaestáamilado,meabraza,mebesuqueacomosiempre y,cogiéndomedelamano,mesientaasuladoydice: —Quéalegríatenerteaquí,Judith.—Y,mirandoalamujerqueconsiderounaextrañayquenosé porquéestáallí,añade—:YamehadichomihijoqueconocesaGinebra,¿verdad? —Sí—afirmo. Ginebrayyonosmiramosyentonceselladice: —Noshemosvistounpardeveces.Cuandolaconoció,FélixdijoqueJuditheraunamujercon claseysaberestar,alaparquedivertidayguapa.QuésuertehatenidoEric. Soniasonríey,sinsoltarmimano,declara: —Estoy totalmente de acuerdo con Félix; todo lo que yo pueda decir de Judith es poco. Es la mejornueraqueunasuegraquerríaparasuhijo. EstoyencantadaconsuhalagocuandoSoniasueltamimano,cogeladeGinebraeindica: —Perotúmehasdadohoylasorpresadeldía,Ginebra.Tengotanbuenosybonitosrecuerdosde tique,cuandohasaparecidoconmihijo,hetenidolaimpresiónderegresaralpasado. —Mamá,porfavor,noexageres—murmuraEricsentándoseamilado. Bueno...,bueno...,bueno...Noséquépensar.Aquíestoy,conmisuegra,micuñada,mimaridoyla exdeél;¡todoestoesmuysurrealista! Aunasí,intentoprefabricarunasonrisaconvincente,asientoyrespondo: —Tumaridotambiénmeparecióunbuenhombre,Ginebra.Díselodemiparte. Ella sonríe y, con su desparpajo habitual, comienza a recordar cosas que veo que hacen reír a Marta,aSoniayaEric.Yotambiénsonrío,hastaquenopuedomásy,levantándome,digo: —Simedisculpáis,voyunmomentoalbaño. Sinmiraratrás,salgodelsalón.Meencaminohaciaelcuartodebañoy,unavezdentro,echoel pestillo.Mepongolamanoenelcorazón.Mevaamily,mirándomeenelespejo,observoquemi cuellocomienzaaenrojecerse.Rápidamentemeechoagua.Noquieroqueningunosepercatedeque estoynerviosay,cuandonotoquelarojezdesaparece,sientoalivio. Tanprontocomosalgodelbaño,regresoalsalóny,alentrar,meencuentroaloscuatroriendo. Siguenconsusrecuerdosy,oye...,¡loentiendo!Perometocalosovarios.Yamegustaríaamívera Ericconmipadre,mihermanayunexmíorecordandotiempospasados. Mimaridomemira.Buscamicomplicidady,dispuestaadársela,leguiñounojo,meacercoaél ylobeso. Mi suegra, que lleva ya años haciendo paracaidismo, habla de sus últimos saltos, y Eric, como siempre,noquiereniescuchar.RiéndomeestoyporellocuandooigoqueMartadice: —Bueno,mamá.Yoveníaacontarteunpardecosillasimportantesy,yaqueestáEricaquí,pues oslodigoalosdosalavezy,así,comovulgarmentesedice,matodospájarosdeuntiro. Aloíreso,Ginebrahaceademándelevantarseparairse,peroMartalasujetaydice: —Tranquila,nohacefaltaquetevayas. Esometocalamoral.Peroloentiendo:micuñadaesmuycorrecta. SoniayEricclavanlasmiradasenMartacuandoésta,trasmirarmeenbuscadeapoyo,levantala manoysuelta: —¡Mecaso! Cricri...,cricri...,seoyenlosgrillosdeljardín,hastaqueSoniamurmuraincrédula: —BenditoseaDios. El silencio se apodera de nuevo del salón. Se puede decir que podría oírse hasta una hormiga caminarporeljardíndepuntillas,hastaqueEricpregunta: —¿Quetecasas? —Sí. Conunaexpresiónindescifrable,miamormiraasuhermanaeinsiste: —¿Yconquiéntecasas? Marta,alaqueleimportantresnariceselgestoseriodemiIceman,sonríeyresponde: —ConDrewScheidemann. Sonia,quesigueboquiabierta,preguntaentonces: —¿YquiénesDrewScheidemann? Nopuedo...,nopuedo...,nopuedo.Merío,¡merío!Yalfinalsemeescapalarisotada. ¡Estodotansurrealista...! Martamesecunda,yentoncesEric,mirándonosalasdos,gruñecongestoserio: —Nosédóndeleveislagracia. Vale.Dejamosdereírantesdequenoscoma. —A ver, hija —dice Sonia echándose hacia delante—. Sabes que soy una madre abierta a tus locuras,perounaboda... —Losé,mamá—lacortaMarta—.SéquemevasadecirlomismoqueJudmehadichodequeel matrimonionoesunjuegodehoytequieroymañanano.Perodebessaberqueestoyseguradelo quehagoyconquiénlovoyahacerporquenoesalguienqueconocíayer,sinoalguienqueconozco desdehaceañosy... —¿SelahasestadopegandoaPeter?—rugemialemán. —¡Eric!—protestoyo. Aloíreso,Martalomirayresponde: —No,hermanito.Cuandoestoyenparejasoyterriblementefiel.PeroaDrewloconozcodesde hacetiempoporquetrabajaenelhospital.Portanto,quetequedeclaroque,cuandoestuveconPeter, sóloestuveconél;¡nosaquesconjeturasquenosonciertas! Ginebra nos mira. Se levanta de donde está y sale del salón. Yo la miro. ¿Adónde va? Dos segundosdespués,vuelveaentrary,sentándosejuntoaSonia,dice: —LehedichoaAminaqueteprepareunatila. Anda,mimadre,¿ahoravadesalvadorayseñoradelacasa,lacolega? EricsigueaúnboquiabiertoporlanoticiacuandoMartaabresubolsoy,sacandolapruebadel delito,quenoesotraqueladelembarazo,laenseñayañade: —También... también quiero deciros que estoy embarazada de cuatro meses y estoy muy... muy feliz.¿Cómoqueréisquenomería? Ay,Dios,quemepartootravez. Las caras de Eric y su madre son lo más gracioso que he visto últimamente. Pero entonces la pobreSoniamusitaconunhilodevoz: —Embarazada...Tú,embarazada. —Sí,mamá.Yo,embarazada.¡Voyatenerunbebecito!—Veoquesonríe—.¿Aquemola? —Joder,quélocura—suspiraEric. Misuegrasedaaireconlamano.Ofú,quéfatiguitaquelehaentrado;peroentoncesconsigue decir: —Pero,hija,siatisetemuerenhastalasplantasdeplástico. —¡Mamá!—protestaMarta. —Quelatilaseadoble—diceSoniatocándoseelrostro. Ericmiraasumadre,parpadeayselehinchalavenadelcuello.Oh...,oh...,¡peligro!Y,antesde que suelte alguna de las suyas, me levanto y, abrazando a Marta para que sienta mi total apoyo, exclamo: —¡¿Noosparecebonitootrobebémásenlafamilia?! ConelrabillodelojoobservoquelavenadeEricsedeshincha.¡Menosmal! Entonces,Ginebraselevanta,secolocaamiladoydice: —Enhorabuena,Marta.Porlabodayporelbebé. Micuñadaaceptagustosasuabrazo,yacontinuaciónSoniaseponetambiénenpieymurmura emocionada: —Ay,hija...Ay,hija...,nuncapenséquellegaríaestemomento. Sonriendo,Martalaabraza.¡Aestamujernohayquienlaentienda! Eric,queaúnnosehamovido,nosmiraentoncesysuelta: —Pero¿oshabéisvueltotodaslocas? —Eric...—murmuro. —No,Jud...,¡cállate!—protestamigruñón—.Estadescerebradasevaacasarconalguienqueno conocemos,¿yencimavaatenerunbebé? Martasesientacontranquilidadenelsillóny,mirándome,cuchichea: —Telodije.Tedijequeelcontroladorysabelotododemihermanitomellamaríadescerebrada. —Marta,nopiquesatuhermano—replicaSonia. —No, mamá, déjala que me pique —gruñe mi amor—. Ya vendrá luego llorando cuando su mundo,comodiceella,selevuelvadelrevés. Marta,alaquenoselemueveniunpelo,memiraysemofa: —Deverdad,chica,quenosécómosoportasaestetroglodita. Sucomentariomehacesonreír,peroentoncesEricprosigue: —¿Quétalsievitascomentariosabsurdos,ytú—siseamirándome—dejasdesonreír? —Eric,hijo...—loregañaSonia. Peromialemán,quecuandoseenfadaesunaapisonadora,responde: —Noteentiendo,mamá.Estaimprudenteteestádiciendoqueestáembarazada,quesecasaconun desconocido,¡ytúnodicesnada! Bueno...,bueno...,aquísevaaarmarlamarimorena,yefectivamente¡searma! Alfinal,Martaselevanta,comienzaadiscutirconEricymialemánnosecalla.Aminaentray dejaunabandejaconvariastazasyunateteracontilayhuyedespavorida. Durantevariosminutos,EricyMartaseechanencaratodoloquequierenymás,altiempoque GinebralosobservaySonialosreprendeporsuscomentariosmientrasbebetila.Cuandocreoquehe dedeciralgoparaintentarmediar,GinebraseacercaaEricyseñala: —Escucha,cielo,Martayaesmayorcitaparasaberloquequierehacerconsuvidaigualquetúlo fuistecuandotecasaste,comomehascontado,sinconocerapenasaJudith. ¡Tócatelosbolondrios! Pero¿dequéhablaésay,sobretodo,quélehacontadoeltroglodita,pornodecirgilipollas,de mimarido? Sucomentarionomegusta,ymimiradalediceabsolutamentetodoloquepiensoamigilipollas particularcuandoGinebraprosigue: —Eric,túhasencontradoalamordetuvidaenJudith.¿PorquéMartanohapodidoencontraral suyo? Vale...,esoyamegustamás.¿Ericlehadichoquesoyelamordesuvida? Mimiradasesuaviza.Ladeéltambiény,finalmente,Martarompeallorarsentándoseenelsofá. Sonia,GinebrayyomiramosaEric.Esperamosquehagaalgo,queloarregle,yél,trasponerse lasmanosenlascaderas,sacudirlacabezayresoplar,sesientajuntoasuhermanaydice: —Losiento. —¿Porquélosientes?—gimoteaMarta. —Porquesoyunbocazasademásdeuntrogloditayungilipollascomopiensamimujer. Esomehacesonreír.SécuántoquiereaMarta,yentonceslooigodecir: —Ya me conoces, todo me lo tomo a la tremenda, pero es porque me preocupo por ti. No sé quiéneseseDrewyesomedesconcierta.Perositúeresfeliz,sabesqueyolovoyasertambién,y másahoraquetendremosaotropequeñíncorreteandopornuestrascasas. Martadejadelloriquear,levantalamiraday,sonriéndoleamiamor,explica: —Drew es médico anestesista en el hospital, y la persona más cariñosa y caballerosa que he conocidoenmivida,ademásdeti.Y,aunquenolocreas,suseriedadtanparecidaalatuyafueloque llamó mi atención. Él me calma, me hace ver la vida de otra manera, y te aseguro que cuando lo conozcastegustará. Ericsonríeyabrazaasuhermana.¡Ay,quémonoqueesmichicarrón! Unavezveoquetodosecalma,Soniasuspiray,sentándosejuntoasuhijaenelsofá,pregunta: —Bueno,yahoraquetodosestamosmástranquilos,¿labodaparacuándoes? Martamemira.Yomiroaltechoyfinalmenteellasuelta: —Paradentrodedossemanas. —Traedme un Martini doble —murmura Sonia mientras Eric resopla y yo me río sin poder remediarlo. 21 Tras pasar la tarde en casa de Neill y Romina, cuando Björn y Mel regresaron a la suya estaban agotadosperofelices.Estarconaquellosamigoserasiempredivertido. Ese día le tocaba a Björn bañar a Sami mientras Mel preparaba la cena. Cuando terminó, la extenientesonrióaloírloscantarenelbaño:«Yyatúvasaestarlimpia,bellaytodolodemás,con mistoquesvasaentusiasmar,nombreyhonranosdarás».[15] A su hija siempre le había gustado aquella canción de la película Mulán, y Björn, que era conscientedeello,selahabíaaprendidodespuésdeverlatantísimasvecesconlaniña.Siemprequela bañabaellalepedíaqueselacantara,aloqueélaccedíagozoso. Una vez terminaron del baño, cenaron los tres y, luego, de nuevo a Björn le tocó contarle un cuentoalapequeña,momentoqueMelaprovechóparaprepararsusorpresita. Comosiemprequeletocabaaélcontarloscuentos,laniñaseaprovechabaylehacíaleerdos capítulosenvezdeuno,yélaccedía.Eraincapazdedecirlequenoasupequeña. Cuandoacabó,MeloyódesdeelpasilloqueBjörnaúnleía.Sonrió.Saminopodríatenermejor padre. Entonces,laniñapreguntó: —Papi,¿porquélabrujaledaunamanzanarojaaBlancanieves? —Porqueeratanguapa...tanguapa...quelabruja,celosadesubelleza,queríaenvenenarla. —¿Yporquélamanzanaerarojaynoverdeoamarilla? Björnsonrió.Samiysuspreguntas... —Porquelasmanzanasrojassonmágicasymuy...muydulcesyenocasionesconcedendeseos,y alabrujaleconcedióeldeseodeenvenenaraBlancanieves. Su respuesta pareció convencer a la niña, y Björn continuó hasta que Sami lo interrumpió de nuevo: —Papi¿yporquéMuditonohabla?¿Nosabehablar? Al oír eso, Mel se asomó para ver la cara de Björn. Él, suspirando, pensó un momento la respuestayfinalmentedijo: —Tú sabes que hay niños que están malitos de los ojos y no pueden ver, ¿verdad? —La cría asintióyélañadió—:PuesMuditonaciómalitodelavozynopodíahablar,peroporlodemásél... —Pero¿noleenseñaronahablar? Björnsonrió.ExplicarleciertascosasaunaniñadelaedaddeSaminoerafácil. —Lointentarontodoslosenanitos,incluidaBlancanieves,perolavoznuncaquisosalir. —Pobrecito,¿verdad?—Björnasintió,ySamiañadióacontinuación—:Ysimivozmañanano quieresalirynopuedohablarmás,¿cómotevoyapedirquemecuentesuncuentoporlasnoches? Aloíreso,Melseemocionó,yBjörn,enternecidoporlossentimientosqueaquellapequeñarubia ledespertaba,contestócerrandoelcuento: —Teaseguro,princesa,quesimañananotesalieralavoz,yoconmirartealosojossabríaloque mepides. —¿Deverdad? Björnlabesóenlafrenteyasintió. —Cariño,lospapásylasmamásmuchasvecessabemosloquequierennuestrosniñossólocon mirarlos a los ojos. ¿O acaso no te has dado cuenta de cómo en ocasiones, sin que tú digas nada, mamáoyosabemosquequieresunheladoounachocolatina? Laniñaasintióy,abriendomucholosojos,cuchicheó: —Soismágicos,comolasmanzanasrojas. Elabogadosonrió. —Exacto—convino—.Somosmágicos,yahora,¿continuamosconelcuento? SamiasintióyBjörnsiguióleyendohastaque,pasadosdiezminutos,cerróellibroydijo: —Ahora,adormir,señorita. —Jo,papi... —Adormir—insistióélconcariño. Sami no tardó en claudicar y Björn la arropó. Adoraba a su pequeña tanto como adoraba a su madrey,dándoleunbesoenlapuntadelanariz,leacomodósumuñecapreferidaysusurró: —Buenasnoches,princesa. —Buenasnoches,papi. Feliz,Björnencendióelintercomunicadorporsilaniñalosnecesitabadurantelanocheysalióde lahabitación.AlencontrarseconMelenelpasillovestidaconsubatadesaténnegraexcesivamente abrochada,sonrió.Ellaleechólosbrazosalcuelloylobesóenlaboca. —Hola,miamor—susurró. Embrujadoporaquellademostracióndeamor,Björncuchicheó: —¿Quieresquetecuenteuncuentoatitambién? Melsonrió,clavólosojosenaquéllostanazulesy,hundiendolosdedosenlaespesacabellera oscuradesuchico,musitó: —Llévamealahabitación. —¿Así?¿Deltirón?—dijoélriendo. —Llévamealahabitación—insistióella. Concaradepilluelo,Björnhizoloqueellalepedía.Pensóque,sinduda,aMellehabíaidobien quedar con Neill y Fraser para olvidarse un poco de lo ocurrido últimamente. Al entrar en la habitación,seencontróconquelaestanciaestabaporcompletoalumbradaconvelas. —Cierralapuerta—pidióella. Denuevo,Björnhizoloqueellaledecía.Luegolamiróymurmuró: —Estoseponemuy...peroquemuyinteresante. Encantadaporcómoéllamiraba,Melcogióunsobreyselotendió. —Léelo. Björn,queacadainstantesentíamáscuriosidad,abrióelsobreyleyó: Samiduermeynoquierodespertarla.Cogeelintercomunicadorparapoderoírlasisedespiertay, después,damelamanoyvamosatudespacho. Losojosdeélbuscaronlosdeella,yéstadijoconunasonrisa: —Losiento,amor.Debesabrirlapuertay... —No...—murmuróBjörndecepcionadocomouncrío,mirandolacama. Melasintió,seencogiódehombroseinsistió: —Vamos.Tusorpresateesperaeneldespacho. Saberqueallítambiéntendríasorpresalohizosonreíry,trascogerelintercomunicador,Björn abriólapuertaycaminaronhaciasudespacho,unlugarbastantealejadodelahabitacióndeSamiy delrestodelacasa,yaqueseencontrabaenelpisodeallado. Unavezallí,alencenderlaluz,éstasetornórojay,divertidoalverloscientosdebombillasde coloresdeladecoracióndeNavidad,élcuchicheómirándola: —Recuerda que luego debemos recogerlo, o mañana toda la oficina se preguntará qué ha ocurridoaquí. Mel sonrió. A continuación, lo guio hasta su gran mesa, lo hizo sentarse en su silla de cuero negroy,trasdarleunbesoenloslabioscalienteypasional,seseparódeélypreguntó: —JamesBond,¿estáspreparado? Björn asintió como un tonto cuando ella, cogiendo el mando a distancia del equipo de música, accionóunbotóny,depronto,comenzaronasonarlosprimerosacordesdelacanciónBad to the Bone,[16]yaplaudióencantado. Mel se abrió la bata negra y, para su sorpresa, Björn vio que iba vestida con sus pantalones de camuflajeysucamisetacaqui.Luego,poniéndoselagorramilitar,sonrióycomenzóacontonearse alcompásdelamúsica. A Björn lo chiflaba aquella canción, y verla bailar de aquel modo..., uf... Lo excitaba. Lo ponía cardíaco.Noeralaprimeravezqueellalohacía,yélesperabaquenofueralaúltima. Cuando la bata cayó al suelo, Björn aplaudió, mientras Mel, encantada, se dejaba llevar por el momentoybailabaúnicayexclusivamenteparaél. Con sensualidad, se subió a la mesa y se quitó las botas militares. A continuación, comenzó a desabrocharseelpantalónmientrascontoneabalascaderasyobservabacómoélseguíahipnotizado todosycadaunodesusmovimientos. Cuando los pantalones terminaron en una esquina del despacho, lo siguiente en volar fue su camisetacaqui,porloquequedóvestidaúnicamenteconunconjuntoverdedecamuflajedebragay sujetador. Björnlaobservabaencantado.Aquellamujercitadescaradalohabíaenamoradoy,cuandoellase volvió para enseñarle el tatuaje del atrapasueños de su costado, él sintió que enloquecía. Adoraba cadacentímetrodelcuerpodeaquellamujer.Entoncesellaempezóamoverloshombrosysemetió suschapasidentificativasenlaboca,yaBjörnseleresecóhastalarazón. Melerasexi... Meleratentadora... Meleraprovocativa... Convencidadeloquesubaileestabaocasionandoenél,bajódelamesa,sesentóencimadesus piernasy,hechizadaporsumirada,sequitóelsujetadormientrasmovíalascaderassobrelassuyasy sepasabaunamanoporlosdurospezonesparahacerleverloexcitadaqueestabaporsumirada. —Guau,nena—consiguióbalbucearél. Luego, tras levantarse, Mel se subió de nuevo a lo alto de la mesa y, con sensualidad, placer y erotismo,comenzóaquitarselasbragaslenta,muylentamente,frenteaél.Frenteasuamor. Björn apenas si podía reaccionar. Le sudaban hasta las manos al ver el festín que ella colocaba ante sus ojos. Cuando estuvo totalmente desnuda y la canción acabó, Mel se sentó sobre la mesa y, casisinresuello,murmuró: —Estoy segura de que lo que acabo de hacer escandalizaría a las mujeres de esos frikis de abogadosquetienescomoamiguitos.Peroenesteinstanteyosoyturegalo,007.Hazconmigoloque quieras. Nohizofaltadecirnadamás.Excitadocomoestaba,Björnlahizotumbaralolargodelamesay, abriéndolelaspiernas,lachupó,ladegustóylehizoelamorconlalenguacontotalfrenesí,hasta quesusinstintosmássalvajeslohicieronbajarselacremalleradelpantalóny,trassacarsuduroy aterciopeladomiembro,lapenetróyambossearquearondeplacer. Alverqueaellaletemblabanlaspiernasacausadelaexcitación,Björnsesentóensusillay, arrastrándola hacia sí, la sentó a horcajadas y la besó. No hablaron. No hacía falta hablar. Sus sentimientos,unidosalmorbodelmomentoylanecesidadimperiosaqueteníanelunodelaotra,lo hicieron todo. Con urgencia se amaron. Con premura se tocaron. Con exigencia se poseyeron y, cuandoelclímaxlesllegóyquedarontendidosunaenbrazosdelotro,Melmurmuró: —Comopreliminar,nohaestadomal. —Nadamal,Parker—afirmóélsinresuello. Instantes después, Björn volvió a endurecerse e hicieron el amor sobre la mesa con auténtica locura. —Dicenquenohaydossintres—cuchicheóMeltrasesesegundoasalto. Agotadoysudoroso,Björnlamiróysonrió. —¿Estásdispuestaamatarme,cariño? Melasintióylobesó. —Sindudaalguna—afirmó—.Hoyestoydispuestaatodoporti. Encantadoporlaentregaqueestabademostrandoaquellanoche,elabogadolabesósinresuello hastaqueellapropuso: —¿Quétalsivamosalacocinaaporalgodebeberantesdequenosdeshidratemos? Divertidoyamediovestir,Björnaceptó.Melrecogiórápidamentesuropay,trasdesenchufarlas lucesrojasdeNavidad,sepusosubatanegra. —Vamos,cariño...,sígueme—dijo. Björn fue tras ella sin dudarlo. Abrieron la puerta que comunicaba el despacho con la casa y, despuésdecruzarelpasillo,llegaronalacocina,dondesoltaronlaropaylasluces.Sedienta,Mel abriólaneveraysacódoscervezas.LasabrióyleofrecióunaaBjörn,queseapresuróacogerlay, traschocarlaconladeella,dijo: —Portiyporquemesigassorprendiendo. Melsonrió.Esoesperaba. Apoyados contra la encimera de la cocina, ella reía ante los comentarios provocadores que él hacíaenreferenciaacómoloponíaqueMelbailaraparaél.Cuandoseterminaronlascervezas,ella sesacóotrosobredelbolsillodelabatadesedanegrayseloentregódiciendo: —Ábreloyleeloquepone. Complacido,Björnhizoloquelepedíayleyó: Paraestanochetanespecialhabríaqueridotenerfresas,peronotuvetiempodeiracomprarlas. Aunasí,tengochocolateyunafrutamágica;¿adivinascuáles? Éllamirósorprendidoysusurró: —Fresasychocolate,¡québuenosrecuerdos!Estocadavezprometemás. Melsonriósatisfechaporsucomentarioy,trasabrirlanevera,sacóunarelucientemanzanaroja yunbotedeNutella. —No hay fresas, mi amor —dijo—, pero he oído en algún lado que las manzanas rojas son mágicasyenocasionesconcedendeseos. —¿Ah,sí? —Sí.—Y,entregándolelamanzana,añadió—:Parati. Björnlacogióy,sinmirarlafruta,murmuró: —EresmiEvaypretendesquemuerdalamanzanacomoAdán. —Sí.Seríaunplacervercómolamuerdes. Másymássorprendidocadavez,Björnmirólamanzanay,alverquedeellasobresalíaunfino papelenrollado,levantólavistahaciaMel. —¿Eljuegocontinúa?—preguntó. —Sí,cariño.Eljuegocontinúa.Leeloquepone. Disfrutandodelmomento,Björndesenrollóelpapelitoyleyó: Porquenoquierovivirsinti,porqueSamiteadorayporquenosquieresalasdoscomonuncahe visto querer a nadie, ¿quieres casarte conmigo en Las Vegas el 18 de abril y más adelante lo celebramosparalafamiliaenMúnich? LacaradeBjörnalleeraquelloeraalgoqueMelsabíaquenopodríaolvidarenlavida.Lamiró con sus impactantes ojos azules y, tras parpadear y asumir que lo leído era verdad, asintió emocionado. —Porsupuestoquequierocasarmecontigoesedía,miamor. Melselanzóasusbrazosyéllaaceptó.Amabaconlocuraaaquellamujery,porfin,ellasehabía decidido a dar el paso. Se abrazaron y se besaron hasta que, de pronto, Björn la apartó de él y murmuró: —Entonces¿estohacequeolvideslaideadeserescolta? AMelnolegustóoíresopero,comonodeseabaromperaquelmágicomomento,respondió: —Cariño,esoyalohablaremos. Convencidodequeeramejorcallarydisfrutardesutriunfo,Björnasintióyvolvióabesarla. —Sientonotenerunpreciosodiamanteparadarte—dijo—,peroteprometoquemañanamismo tecomproelquetúquieras. Laextenientesonriódivertida;elanilloeraloquemenosleimportaba.Luego,trasabrirelbote de Nutella, metió la mano y, cogiendo el dedo de Björn, lo untó de chocolate a la altura donde se ponenlosanillosyseñalódivertida: —Yatienestuanillo.¿Meponesunoamí? Asombrado por la originalidad que Mel le demostraba siempre en todo, él metió el dedo en el tarroy,cogiéndoleeldedoaella,ledibujóotroanilloconchocolate. Segundosdespués,enamoradosyfelices,seretiraronjuntosalahabitaciónconelbotedeNutella. Sinduda,recordaríanaquelmomentoelrestodesusvidas,aunquenohubieranifresasnidiamantes. 22 CuandosalimosdecasadeSonia,MartayGinebrallamanauntaxiparairasusdestinosynosotros nosdirigimosalgarajeparasacarnuestrocoche.Ensilencio,Ericmaniobramientrasyomepongo elcinturóndeseguridad. Una vez hemos salido de la parcela y le he dicho adiós a Sonia con la mano, me apoyo en el reposacabezasycierrolosojos. —¿Cansada?—preguntaEricconvozneutra. Por su tono, veo que espera que discutamos. Sabe que haberlo encontrado en casa de su madre conGinebranomehahechogracia,perorespondo: —Sí. —Pequeña,creoque... —Nomellamespequeña,¡ahorano!—siseoapuntodesaltarlealayugular. Ericmemira. —Jud... Yya,incapazdemantenerarayamiincontinenciaverbal,respondo: —Pero¿túerestontoodirectamentemetomasamíporidiota? Mirespuestalosorprende.Veoqueacercaelcochealaaceraypara.Echaelfrenodemanoy, mirándome,pregunta: —¿Mepuedesdecirquétepasa? Micuerposerebela.Meentraelcalorespañoly,mirándolo,siseo: —¿QuéhacíasconGinebraencasadetumadre? —Tenía que hablar con mi madre. Cuando terminamos de comer, lo comenté y Ginebra me preguntósimeimportabaquepasaraasaludarla.Nopudedecirlequeno. —Nomehabíasdichoqueteníasqueverla,¡mientes! Ericcierralosojos,suspirayfinalmentemurmura: —Jud.Ellaymamásellevabanmuybien,ynohepodidodecirlequeno. Asiento.Oasientoolopateo. Y,conmáscalorquesegundosantes,mequitoelcinturóndeseguridad,abrolapuertaysalgoal exterior.Necesitoaireantesdequemedéalgo. Ericsaledelcochecomoyo.Lorodeay,poniéndoseamilado,pregunta: —Cariño,¿enserioestásasíporqueGinebrahayavisitadoamimadre? Resoplo.Mepicaelcuello.Melorascoy,cuandoélmevaaquitarlamano,lomiroygruño: —Nometoques. —¡Judith! Su voz de ordeno y mando me saca de mis casillas y, sin importarme la gente que pasa por nuestroladoynosmira,grito: —¡¿TandifícileradecirmequeibasallevaraGinebraacasadetumadre?!—Ericnoresponde,y yoañado—:Intentoconfiarenti.Lohago.Intentonopensartonterías,pero... —¿Quieresbajarlavoz?—protestaalvercómonosmiran. Oíresomesubleva.Meimportaunamierdaquiénnosmire,porloquerespondo: —No. No puedo bajar la voz, como tú no has podido decirle que no a Ginebra. ¿Te vale mi contestación? Ericlevantalasmanos.Setocalanuca,blasfemay,mirándome,dice: —Aveceseresinsufrible. —Anda,mimadre,¡másvalequemecalleloqueaveceserestú! Micontestación,llenadechulería,loincomodaysiseacongestotosco: —Subealcoche. —No. Mialemánbajalabarbilla,achinalosojosyrepite: —Subealmalditococheyvayamosacasa.Éstenoessitioparadiscutir. Eneseinstanteoigolasrisitasdeunasmujeresquenosobservany,singanasdeliárselaaellas también,memontoenelcocheydoyuntremendoportazo.Ericmontaasuvezydaotroportazo. Pobrecoche,elmaltratoqueleestamosdando... Enunsilencioextrañollegamosacasa,peromedaigual.Siselehaceincómodo,quesejorobe. Nomeimporta.Estoymolesta.Muyenfadada. UnavezhesaludadoaSustoyaCalamar,pueslospobresnotienenlaculpadenada,entroporla puerta que comunica el garaje con la casa y rápidamente el pequeño Eric viene corriendo a mi encuentro.MealegraverquePipaloshamantenidodespiertoshastanuestrallegada.Locojo,lobeso yloachuchocuandoelniñomemiraydice: —Mami,hecomidogalletas. Satisfecha porque ha dicho una frase entera, miro a Eric, éste sonríe y, quitándomelo de los brazos,ledauncariñosobesoenelmoflete. —Muybien,Superman—dice—.¡Muybien! Esapequeñacosameacabadealegrarelmomento,ysonrío.Nolopuedoevitar. Unavezentramosenlacocina,veoqueHannahestámuertadesueño.Esdemasiadotardepara ellos, pero la saco de su trona, la besuqueo como antes he hecho con mi pequeño y la niña sonríe felizporestarconsumamá. Duranteunratoreinalafelicidadenlacocina,losniñossemerecenquenosotrosdisimulemos nuestromalestar,hastaqueFlynabrelapuerta,separay,alvernosreíratodos,nosmiraypregunta: —¿Molesto? Eric y yo lo miramos. Sin duda, el crío ya viene con la escopeta cargada. Mal día. Mal día. Y, antesdequemialemándigaalgo,respondo: —No,cariño,claroqueno. Flynentray,sinmirarnos,cogeunalatadecoca-coladelfrigorífico,laabre,selabebededos tragos y la deja sobre la encimera. Acto seguido, se da la vuelta y se dispone a salir de la cocina cuandoSimonalollama: —Flyn. Élcontinúaandando. —Flyn—insistelabuenamujer. Élnohacecaso,esohacequeEricyyomiremosy,cuandoporterceravezSimonalollamayél niseinmuta,nopuedocallarmeantesufaltaderespetoygrito: —¡Flyn! Ahora,sí.Ahorasísepara.SedalavueltayEric,tanmolestocomoyo,lerecrimina: —¿NooyesaSimona? Congestocontrariado,élresoplaymiraaSimona. —¿Quéquieres?—pregunta. Lamujer,yanerviosapornuestraatención,murmura: —Cielo,lalatanosedejaahí. TodosmiramosaFlyn,yentonceselmuysinvergüenzaresponde: —Puestíralaalabasura. ¡¿Cómo?! Bueno...,bueno...,bueno...,esosíqueno.¡Chulerías,lasmínimas! VuelvoadejaraHannahensutronay,acercándomeamiadolescentecreciditodehumos,pongo mirostrofrentealsuyoysiseo: —Flyn Zimmerman Flores, haz el favor de coger esa maldita lata de coca-cola ahora mismo y tirarlaalabasura,antesdequepierdalapocapacienciaquemequedaytedétaltortazoquenolovas aolvidarenlavida. Elcríomemira...,memira...,memira.Mereta. Lesostengolamiraday,finalmente,conunasonrisitaqueesparadarledoscollejas,cogelalata ylatiraalabasura. Unavezlohahecho,vuelveamirarmey,conunaprovocaciónquemeponelospelosdepunta, pregunta: —¿Contenta? EneseinstantemeacuerdodeloquehabléconMely,comosimimanotuvieravidapropia,le doyunabofetadaquesuenahastaconecoy,sinpoderevitarlo,pregunto: —¿Contento? Sorprendido,Flynsellevalamanoalacara. Joder...,joder...,joder...,pero¿quéacabodehacer? Nuncalehepegado.Nuncamehecomportadoasíconél.Sindecirnada,Flynsedalavueltay saledelacocina.Loacabodeofender. Hannah se pone a llorar y, al mirar en su dirección, veo el rostro de Eric. Está blanco, sorprendido y, sin decirme nada y de malos modos, sale de la cocina. Observo a Simona y, agarrándomealaencimeradelacocinaporlatemblequeraquemehaentrado,murmuro: —No...noséquémehapasado. Lamujer,tannerviosacomoyo,mehacesentarenunasilla.Alverelpercal,Pipaseapresuraa llevarsealospequeñosalacama.Simonasesientaentoncesamilado. —Tranquila,Judith—dice—.Tranquila. Peroyonopuedoestartranquila.LehedadounbofetónaFlynporelenfadoquetraíaconEric. Lamiroymusito: —Hehechomal...,¿cómohepodidohacereso? Un rato después, me veo cenando sola en la mesa del salón. Ni Flyn ni Eric tienen hambre. Mientras me meto un trozo de tomate en la boca, maldigo. ¿Por qué no pierdo el apetito con los disgustoscomoelrestodelahumanidad? Esquehayquejorobarse,amílosdisgustos¡medanhambre! Una vez he acabado de cenar, no sé qué hacer. Estoy extraña. Me siento mal por lo ocurrido y decidoirahablarconEric.Medirijoasudespachoyveoquenoestá.Voyalapiscinacubiertay tampoco está. Entro en nuestra habitación y tampoco se encuentra allí. Decaída, paso a ver a mis pequeños.Losdosduermencomoangelitosy,despuésdebesarlosconcariñoenlacabeza,alsalir oigolavozdeEric.ProvienedelahabitacióndeFlyn. ¿Entroono? Trascontarhastaveinteparacogerfuerzas,decidoabrirlapuerta. Losdosmemiranconojosacusadores.¡Seráncabritos! Sus miradas me hacen sentir como la madrastra del cuento de Blancanieves. Durante unos segundosambospermanecencallados,hastaqueEricprosigue: —Como decía, he hablado con la abuela Sonia y ella se quedará contigo durante los días que estemosenMéxico.Lehedadoinstruccionesenreferenciaatuslimitacionesportucastigo. —PeroyoqueríairaveraDexter—sequejaelcrío—.Leprometíqueiríalasiguientevezque fueraisy... —Enlavida,todacausatieneunefecto—locortaEric—.Ytúsolito,contucomportamiento,te lohasbuscado. Flynrefunfuña.Nimemira.Yoloobservoypregunto: —¿Lehaspedidoyalatutoríaatuprofesor? Elchavalrespondesinmirarme. —Sí. Asiento.Quierodisculparmeconélpormibofetón,ydigo: —Flyn,conrespectoaloquehaocurridohoy,yo... —Mehaspegado—mecortaélsinmirarme—.Nohaynadaqueaclarar. —Claroquehayqueaclarar—afirmodispuestaahablar. Elcrío,quenoestáporlalabor,miraaEricenbuscadeapoyo,yéldice: —Jud,mejordéjaloestar.Nolojorobesmás. Alucinadaporsurespuesta,oigoentoncesqueFlyndice: —Ahora,sinoosimporta,quierodormir. Meimporta.¡Claroquemeimporta! Quieroaclararloocurrido.Quieroquesepaqueestoyarrepentidaporello,perosufrialdadylas palabrasdeEricmetocanelcorazón,ynoséniquédecir. Mimaridomemira,mehaceunaseñaconlacabezaparaquemeretireyyosalgoabatida.Élsale trasdemíy,mirándome,dice: —Jud,acompáñamealdespacho. Sincogermedelamanocomohabríahechoenotrasocasiones,comienzaabajarlaescalera.Sé quenovamosanuestrahabitaciónparaqueFlynnonosoigadiscutir,ymepreparoparalaartillería pesadaquemevaasoltarIceman. Unavezensudespacho,Ericcierralapuertay,mirándome,sisea: —¿Cómohaspodidopegarle? —Nosé...,yo... —¿Cómoquenolosabes?—subelavozmialemán. Tengo dos opciones: hacerle frente o callarme. Con lo nerviosa que estoy, casi sería mejor callarme,peroEricesespecialistaensacarmedemiscasillas,yrespondo: —Es la segunda vez que le falta al respeto a Simona delante de mí, y no se lo voy a consentir. Sientoenelalmahaberledadoesebofetón,noséquémehapasado,pero...pero... —Nodeberíashaberlohecho. —Losé.Séquenodeberíahaberlohecho,peroFlynnopuedecomportarseasí.Deacuerdoquetú y yo lo tenemos bastante mimado y le damos todo lo que en ocasiones no se merece, pero si no cortamosesamaneradehablarleaSimona,conelpasodeltiempoiráapeory... —Novuelvasaponerlelamanoencima. Sumiradameenfadamásquesuspalabras,ysiseo: —Ytúnovuelvasahablarmedelantedelniñocomolohashecho.¿Teparecebonitodecirmeque mecalleynolalíemás? —¿Tehaparecidomalmicomportamiento?—Asiento,claroquemehaparecidomal.Yentonces élañade—:Puesesoesloquetúhacescontinuamenteconél;¿aquemolesta? Vale..., acaba de meterme un golazo por toda la escuadra. Tiene razón. Pero, como no estoy dispuestaacallar,siseodenuevo: —Meparecequeese«déjaloestarynolojorobesmás»hasobrado,¿nocrees? —Nolocreo—respondeélfuribundo. Suvoz,tensaytajante,hacequemicorazónsedesboque.¿Acasonomeestáescuchando?Insisto: —Teaseguroqueamímeduelemásqueatielhechodehaberledadoesebofetón,peronopodía consentirsufaltaderespeto.Esunniñoy... —Novuelvasapegarlenuncamás—repite. Vale..., hasta aquí ha llegado mi paciencia. Cambio el peso de mi cuerpo de un pie a otro y pregunto: —¿Oqué?¿Quépasarásivuelvoaponerlelamanoencima? Ericmemira...,memira...,memirayfinalmente,cuandosabequeestoyapuntodetirarmeasu yugularporsuchulería,responde: —Novoyaresponderaturidículapregunta,yahora,vamosadormir,estarde. Y,sinmás,abrelapuertadeldespachoysevadejándomeconcaradetonta.Pero¿noíbamosa discutir? Sola en el despacho, miro a mi alrededor. Con la mala leche que llevo encima, lo destrozaría pero,comolapersonacivilizadaquesoy,tomoaireysalgodeallí.Alllegaralaescalera,veoque noestáesperándomey,comonotengoganasdesentirloamilado,mevoyhacialapiscinacubierta. Unavezallí,medesnudoy,sinpensarlo,metiroalagua. Nado..., nado..., nado y me desahogo y, cuando estoy agotada y sin aire, salgo del agua y me envuelvoenunatoalla. Molestaporloocurrido,meencaminohacialahabitación.Alacercarmeveoluzpordebajodela puerta y cuando entro Eric no está, pero entonces oigo correr el agua de la ducha. Tengo que ducharme,peroesperaréaqueélsalga.Nomeapetecehacerloconél. PrimerohemosdiscutidoporGinebra,yahoraporlodeFlyn.Desdeluego,eldíanohapodido sermásredondo. Lapuertadelbañoseabreyaparecemibuenorroalemán,mojadoyconunatoallaalrededorde lacintura.Siemprequeloveoasí,semeresecahastaelalma.¡Dios,québuenoestá! Pero, como no quiero hacerle ver lo que en otras ocasiones le digo con la mirada, entro en el bañoycierrolapuerta.Allí,mequitolatoallaymemetobajoladucha.Cuandoacabomesecoel peloconelsecadory,alsalir,observoqueEricestátumbadoenlacamaymemira. En circunstancias normales me habría abalanzado sobre él entre risas, pero no, esta noche la circunstancianoesnormaly,dirigiéndomehaciamiarmario,cojounasbragasyunacamisetayme laspongoparadormir. Eric me sigue por la habitación con su azulada mirada y, cuando intuye que no voy a abrir la boca,dice: —DejadepensarcosasrarasconrespectoaGinebra,queteconozco. No respondo. Me niego. Me meto en la cama, pero las palabras me queman en la garganta y finalmentesiseo: —Sólotediréque,sifueraalrevés,sitútehubierasencontradoconmipadre,mihermanayun exconmigoenlacasadeélsinqueyotehubieraavisado,notehabríagustado.¡Queyotambiénte conozco! Mialemánfrunceelceño,¡yotambién!,ycontinúo: —Estoyconfiandoenti.Malditasea—digolevantandolavoz—.Estoyconfiandoenti. —Jud... —TealentéajugarconellalaotranocheenelSensations,teaniméaquehoyosfueraislosdos solosacomer,pero...perotúhacesquecomienceadudar. —Escucha,cariño.Ginebraessólounaamiga.Nadadeloquetetengasquepreocuparte. Maldigo.Mecagoentodoloquesemenea. —YencuantoaFlyn—prosigo—,nometoqueslasnarices,EricZimmerman:élestanhijomío comotuyo,porloquenovuelvasnuncamásareprendermedelamaneraenquelohashechohoyo tejuroquelovasallevarmuymal,¿entendido? Sugestosecontrae.Séqueledueleloquedigo.¡Quesejorobe!Quesejorobetantocomoyo. —Jud,escucha... —No,noquieroescucharte—finalizotumbándomeydándolelaespalda—.Comotúmismohas dichoantes,¡adormir,queestarde! —Cariño... —No—siseoquitándomesumanodelhombro—.Hoynoquierosertucariño.Déjameenpaz. Novuelveatocarme.Sientoquesemueveenlacama.Estáincómodo,mispalabraslehanhecho tantapupacomoamílassuyasy,finalmente,acercándosepordetrás,murmura: —Ginebrasemuere. Elcorazónsemepara.Lentamentemedoylavueltay,cuandosusojosylosmíosseencuentran, explica: —Tieneuntumorcerebralinoperable.Lehandadodecuatroaseismesesdevidayharegresado aAlemaniaadespedirsedelagentequehasidoimportanteensuvida. Nodigonada,ahorasíquenopuedo. —Conocí a Ginebra cuando tenía la edad de Flyn —continúa él—. Sus padres eran unos ricos empresariosalemanesdueñosdevariasfábricasdecalzado,peroporloúltimoquesepreocupaban eraporlaúnicahijaquetenían.Alveraquello,loquehizomimadrefuequererla,ymishermanas adorarlacomoaunahermanamás.Duranteaños,ellafuesóloalguiendelafamilia,hastaque,enla universidad,suspadresmurieronenunaccidenteaéreoyocurrióalgoentrenosotrosquelocambió todo. Ericselevantadelacama,yomesientoparaobservarlo,yprosigue: —Me enamoré de ella como un tonto. Ginebra era decidida, impetuosa y divertida, y juntos descubrimosmuchascosas,entreellas,lasexualidad.Unasexualidadquenosdistanciócuandoella comenzóaexigirciertascosasquenomeagradaban.CuandoconocióaFélixymedejóporél,me enfadémuchísimo.Leprohibíacercarseamimadreyamishermanas,queeranlaúnicafamiliaque tenía.Mesentíatraicionado,yentoncesellasemarchóaChicago.Nohabíavueltoaverlahastaeldía quenoslaencontramosenelrestaurante,yhoy,mientrascomíamos,cuandomehadichoelmotivo desuviajeymehapedidoveramimadre,nohepodidodecirlequeno,Jud. Asiento. Sin duda, yo tampoco podría haberle dicho que no. Me levanto dispuesta a abrazarlo, peroentoncesélmedetieneconlosojosllenosdelágrimas. —Túeresmivida,eresmiamor—dice—,ereslamadredemishijosylaúnicamujeralaqueyo quiero a mi lado. Pero cuando me he enterado de que Ginebra se moría y me ha pedido ver a mi madre...,yo...yo... —Losiento,cariño...,losiento. Permanecemosunratoabrazadosdepieenmediodenuestrahabitación.Ericmepegaasucuerpo yyomepegoalsuyoy,cuandonoscalmamos,nosmetemosenlacama.SientolástimaporGinebra, ysemeresquebrajaelcorazón. 23 Aquellamañana,Melselevantó,ytrasenviarvarioswasapsaJudith,quenorespondió,vistióaSami ylallevóalcolegiocomotodoslosdías. Estaba hablando con las demás mamás cuando vio que Johan llegaba con Pablo. El abogado se acercó hasta la puerta donde estaba el grupo de madres con una candorosa sonrisa y, tras darle un besoalcrío,éstecorrióconsuscompañeros. Melloobservóconcuriosidad.EralaprimeravezqueveíaaJohanllevaralniñoalcolegiopero, como no quería meterse donde no la llamaban, continuó hablando con las demás. Entonces, de pronto,notóquealguienlaasíaporelcodo,yalvolverseseencontróconlaencantadorasonrisade Johan. —Melania,¿tienesunsegundo?—preguntóél. Sorprendida porque aquél se hubiera acercado a ella, se despidió del resto de las mamás y, cuandocaminabanhaciaelaparcamiento,éldijo: —Louisemehacontadoquesabesdenuestroproblemayalgomásy,aunqueimaginoqueellaya telohadicho,tepidodiscreción. Mellomiró.Noentendíaaquéveníaaquello,cuandoellanohabíavueltoahablarconLouise. —Vuestravidaenparejaesalgoquedebéissolucionarvosotros—replicóella—,perocreoque... —Tú no tienes que creer nada —la cortó Johan—. Tú sólo tienes que permanecer alejada de Louiseymantenertupreciosaboquitabiencerrada. —¡¿Qué?! Sinlaencantadorasonrisadesegundosantes,élsiseó: —Nomegustas,comomeconstaquenolesgustasamuchosdelbufeteportuchulería.Sinduda, eresunanefastainfluenciaparamimujer,ymeatrevoadecirqueparatunoviotambién. Aloíreso,Melseechóhaciaatrás. —Yamímeconstaquetúeresidiotaprofundo,pornodeciralgopeor—replicó—.Pero¿dequé vas?¿Quiéntecreesqueeresparahablarmeasí? Con una maquiavélica sonrisa, Johan la cogió entonces del brazo con fuerza. Mel sacó su temperamentodetenienteParkerysiseó: —Suéltamesinoquieresquetedéunapatadaenloshuevos. Élnolasoltó,perodeprontoambosoyeronquealguiendecía: —Eh...,oiga...¿Quéleestáhaciendoalaseñora? Almirar,seencontraronaunmuchachosubidoaunmonopatínqueseacercabaaelloscongesto deenfado.Johanlasoltó,peroantesdedarselavueltaparasubirseasucoche,murmuró: —DetidependequeBjörnconsigaonoloquequiere. Agitadaporloocurrido,Melnosemoviósiquieradelsitio.Entonces,elmuchachoseacercóa ellaconelmonopatínenlamano. —¿Seencuentrabien,señora?—lepreguntó. Todavía sorprendida, ella asintió mientras el coche de Johan se alejaba y, mirando al chico, intentósonreír. —Sí,gracias. Aloíreso,elmuchachomontódenuevoensumonopatínysedespidióalejándosedeellaatoda prisa. —Adiós,señora.Tengoquemarcharme. Comounatonta,Meldijoadiósyluegoresopló.Pero¿dequéibaelidiotadeJohan? Durantevariosminutosdudóquéhacer,hastaquefinalmentesemetióensuvehículoysedirigió acasadeLouise.Aellanadieledecíaquépodíaonohacer. Alllamaraltimbre,unachicarubiaqueMelnoconocíaabrióconunteléfonomóvilenlamanoy saludó: —Hola. Melmiróelnúmerodelacasaydijo: —Hola.SoyunaamigadeLouise,¿estáella? Lajovensonrióy,echándoseaunladoparadejarlaentrar,gritómientrasproseguíahablandopor teléfono: —¡Louise,havenidounaamigatuya! Mel entró en la bonita casa, y estaba sentada mirando las fotos sonrientes expuestas en la chimeneacuandooyólavozdeLouise: —Hola,Verónica,¿quéhacesaquí? Mel se volvió y la miró. ¿Verónica? Pero al ver que aquélla llevaba un brazo en cabestrillo, exclamó: —¡PorDios,Louise,¿quétehaocurrido?! Lachicarubia,queenesemomentocolgóelteléfono,sonrióyexplicó: —Perdióelequilibrioysecayóporlaescalera.Siesquemihermanavacomounaloca. Lastresmujeressonrieron.Sinembargo,algoledecíaaMelqueaquellonoeracierto.Entonces, lachicarubiaañadió: —AprovechoqueVerónicaestáaquíparairalsúperacomprarunascosas,¿deacuerdo? —Deacuerdo,Ulche—dijoLouisesonriendo. Unavezquedaronlasdosasolas,ellasesentójuntoaMelyéstalamiró. —¿Verónica?¿AhoramellamoVerónica? —Mel... —Pero¿dequévaesto? Louiserespondióconunasonrisatriste: —EsmejorqueJohannosepaquehasestadoaquí. Mellamiróincrédula.Pero¿quéestabaocurriendoallí?Y,sinandarseconrodeos,insistió: —Deacuerdo,seréVerónica.Perodime,¿quéhapasado? —Teloacabadedecirmihermana:mecaíporlaescalera. —Y una chorra —replicó Mel al tiempo que se levantaba sin apartar la mirada de ella—. ¿Pretendesquemecreaeso?Ahoramismovamosairalacomisaríaylovasadenunciar.Túnote hascaído. —No. —Pero,Louise... —Mira,Mel,notelotomesamal,peroesmejorquemedejesllevarmivida. Elsilencioseapoderódelsalón.AMelnolegustabanadaloquesecocíaenaquellaimpolutay bonitacasa. —¿Porquélosoportas?—preguntó. Louisenorespondió,yMel,sentándosedenuevoalladodeella,insistió: —Notienesporquéaguantarlo.PormuyabogadoqueseaJohan,nopuedehacerteesto,nipuede retenerte.Mira,yonoentiendodeleyes,peroséqueloqueélpretendeesalgoquenopuedeser.Tú eresunapersonay,comotal,debestenertupropiavozytomartuspropiasdecisiones. —¿Yquéquieresquehaga?—replicóLouiseconlosojosllenosdelágrimas—.Éltieneelpoder detodoymepuedequitaraPablo. —Esoestáporver.¿Acasohasconsultadotusituaciónconunabogado? —No. —Pues ven a mi casa y consúltale a Björn. Estoy convencida de que él sabrá asesorarte y, así, podrástomartupropiadecisiónsinmiedo. —Nopuedo. —¿Porquénopuedes? ALouiselecorríanlaslágrimasporlasmejillascuandorespondió: —PorqueBjörnesunodeellos. Noqueada,Mellacorrigió: —No, Louise, no. En eso te equivocas. Björn quiere trabajar en ese bufete, pero no es uno de ellos.Y,cuandoseenteredeesto,teaseguroque... —Nosepuedeenterar. —Louise,Björnesunabogadoíntegroque... —¡Mel,convéncete!—gritóella—.Todoelqueentraenesebufetesecorrompe.Johantambién eraunabogadoíntegrohastaquedejódeserlo,niteimaginaslosdocumentosfraudulentosquehe vistoensuordenador.Siyopudiera,siyosupiera,tejuroque...—Hizounapausayterminó—:Pero nopuedo.Nopuedo... —Louise,notedejes...,nopermitasque... Entoncesella,levantándosesinmirarla,agregó: —Sé que no hago bien, pero por mi hijo haré lo que sea. Y, si para Pablo es bueno que yo continúeconsupadreyacepteestetipodevida,loharé.Noquierosepararmedemihijoy,silohago del padre, sé que éste, respaldado por el bufete, me lo va a quitar. Y ahora, por favor, vete y no vuelvas.SiJohanseenteradequehasestadoaquí,tendréproblemas. —Pero,Louise... —No,Mel,¡vete! Cuando salió de la casa, la exteniente estaba completamente desmoralizada. ¿Cómo era posible queLouisesedejaravencerasíporaquelimbécil? Mirósumóvil.Judithseguíasinresponderlealoswasapsquelehabíaenviado. Ofuscada,semontóensucocheymurmuró: —Pero¿dóndeteestásmetiendo,Björn?... Luego,trasarrancarelmotor,sedirigióaMüller.TeníaquehablarconJudith. 24 CuandoJudsedespertótraspasarunanochehorrible,Ericyasehabíamarchadoalaoficina. ¿Porquénolahabíaesperado? Conpaciencia,seduchóy,sinánimosdehacernada,saliódecasatrasveralosniños.Flynni siquieralamiró,yelladecidiódejarloestar.Noteníaelcuerpoparanuevasdiscusiones. En cuanto llegó al parking de la oficina, se encontró a Mel junto a la verja de entrada. Sorprendidaporverlaallí,abriólapuertadelcocheysuamigasubió. —Pero¿túnomiraslosmensajes?—lesoltó. Conlacabezacomounbombo,Judithsedisponíaacontestar,cuandoellaañadió: —¿Quéteocurre? Losojosselellenarondelágrimasy,alverla,Melmurmuró: —Vayamañanitaquellevohoy.—Y,sindejardemirarla,añadió—:Niseteocurraentrarenel parking.Tútevienesconmigoatomarteuncafé. Judnegóconlacabeza. —Nopuedo.Tengomuchotrabajo. —Queledenmorcillaaltrabajo.Ereslamujerdeljefey,sillegastarde,¡quetenganhuevosde despedirte! Por primera vez en lo que iba de mañana, Judith sonrió y, tras dar marcha atrás, se encaminó haciaunacafeteríaqueestuvieraalgoalejadadeMüller.Noqueríaquenadielaviera. Diezminutosdespués,cuandoestacionóysaliódelcoche,Melyellacaminaronhastaunaterraza cerradadeunacafeteríay,traspedirlealcamarerounpardecafésyunajarradeagua,Melmiróasu amigaypreguntó: —Vamosaver:¿quéteocurre? Aloíreso,Judithsederrumbó.LecontóaMelloqueocurríaconFlyn,loqueocurríaconEricy loqueocurríaconGinebra,ylehizosaberlomuchoquenecesitabaverasupadre.Mellaescuchó conpaciencia,laconsoló,laanimóy,cuandovioquesuamigadejabadellorar,señaló: —EnloreferenteaFlyn,sientoqueledierasesatortaqueundíayotepropusepero,sinduda,lo quieraverEricono,selamerecía.Silepermitísesecomportamiento,seconvertiráenunmonstruo y,porsupuesto,notengoquedecirteque,sitehablamalatiyEricnoponefreno,elguantazoselo merecenlosdos. —Ericnosabemuchascosas.Melascallopara... —Muymal,Jud,muymal.Debescontarletodoloqueocurre. Judithsuspiró,sabíaquesuamigateníarazón. —Tejuro,Mel,queaveceslosZimmermanpuedenconmigo,yayerfueunadeesasveces.Los quiero. Los adoro, pero en ocasiones los mandaría a paseo con sumo gusto por imbéciles, por engreídos y por pretenciosos. Sé que no obré bien dándole un bofetón a Flyn, pero ellos tampoco obraronbien,ylosaben.Sinembargo,sontanorgullososquesonincapacesdereconocerloypedir disculpas. Mel asintió. Sin lugar a dudas, ella también los conocía y sabía muy bien sus defectos y sus virtudes. —En cuanto a Ginebra —prosiguió—, siento en el alma lo que me dices. Debe de ser horrible tenerlasensacióndequeeltiemposeagota;yonoquerríanuncavermeensulugar. —Sitesoysincera,Mel,ypormuyfeoquequededecirlo,ellaesloquemenosmeimportaahora mismo.EstoytanenfadadaconEricyconFlyn,quenoséniparaadóndetirar. —YenreferenciaatupadreylaFeriadeJerez,siyofueratú,meiba.¿QueEricnoquiereir?, ¡quenovaya!Peronodejesdehacerloquetúquieresparahacerloqueélquiere.Alfinyalcabo, él... —Perosiélmedicequemevaya.Enestecasosoyyolaquequierequeélvengaporelsimple hecho de que deseo que mi padre disfrute de la feria con nosotros, como mi suegra disfruta de la Oktoberfest.Ambossemerecenquelosacompañemos,ymeenfadamuchoqueEricnosedécuenta deello. —Pero,Jud,escucha...,sitienemuchotrabajoesnormalque... —¡Me importa una mierda su trabajo! —saltó Jud como un resorte—. Entiendo que deba estar pendientedelapuñeteraempresa,peroyosólolepidounasemanaalañoparairamitierra,sólole pidoeso,ysinomedaelgustoesporquenoledalagana.Joder...,¡eseljefe!Y,comojefe,puede hacer cosas que el resto de los currantes no se pueden permitir. Y si te digo esto es porque lo sé. Porquelohizocuandomeconquistó,yporquenoséporquénaricesestavezestátancerradoaira Jerez.Pero,claro...,siyanocenaconmigomuchasnochesporquesequedaeneltrabajo,¿cómose va a venir conmigo de viaje unos días? —Y, dando un golpe en la mesa, prosiguió—: Hay tiempo para lo que él quiere. Mira cómo para ir a México al bautizo de los hijos de Dexter ha hecho un hueco.Pero¿esquesecreequesoygilipollasynomedoycuenta?Estámásqueclaroqueélnose divierte mucho en la feria. No le gusta vestirse de andaluz, odia ponerse el sombrero, y enferma comoalguiendigaqueseanimeabailarsevillanas.Pero,joder,enocasionesyotambiénvoyacenas deempresaquenomegustanyenlasquemeaburrocomounaostraymecalloporqueséqueson importantesparaél. —Jud...,Erictequiere. —Esolosé.Séquemequiere,comoélsabequeyoloadoro,peronosésiesporqueyasabeque metieneseguraoporquemevemuyenamoradadeél,queseestáconfiandoyestádejandodehacer las cosas que antes hacía. Y, vale, entiendo que dirigir una empresa es complicado, pero yo quiero viviryserfeliz,yquieroqueéltambiénlosea.Sialgoodiabadesupadreeraquelodejótodoporla empresa,ynoquieroquelepaseaéllomismo. Eneseinstante,aJudithlesonóelteléfono.AlverquesetratabadeEric,seloenseñóasuamiga yéstadijo: —Cógelo,estarápreocupado. Judsuspiró.Conocíaasumaridoy,singanas,contestó: —Dime,Eric. —¿Dónde estás? Te he llamado y me han dicho que no habías llegado. He llamado a casa y Simonamehadichoquehabíassalidoya;¿sepuedesaberdóndetehasmetido? Su voz, la exigencia en su tono cuando necesitaba sentir su cariño, hizo que Judith cogiera el móvilylosumergieradentrodelajarraconaguaparanoestamparlocontraelsuelo. Alveraquello,suamigapestañeóy,sorprendidaaltiempoquedivertida,preguntó: —Pero,marichocho,¿quéhashecho? Judithsonrióy,trasrecogerselamelenaenunacoletaalta,replicó: —AhogarelteléfonoparanoahogaraEric. —Joder,Jud,queesuniPhone6. Segúndijoeso,lasdoscomenzaronareíracarcajadas.Quienlasvierapensaríaqueestabanlocas deremate:tanprontollorabancomoreían.Cuandosetranquilizaron,Meldijo: —Ahoralotendrásdesesperado.Notienecómolocalizarte. —¡Quesejoda!Notengoganasdehablarconél. E,intentandodejardepensarenEricyenellayentodoslosproblemasquelarodeaban,Judith miróasuamigaypreguntó: —¿YtúquéhacíasesperándomeenMüller?¿Haocurridoalgo? Comounresorte,yomitiendoelverdaderomotivo,Mellecontólosucedidoaquellamañanaen lapuertadelcolegiodeSamiysuposteriorvisitaacasadeLouise.Judithparpadeaba,alucinadapor loqueestabaoyendo.Unavezsuamigaterminó,Judlamiróymurmuró: —YaeseJohan¿nolehasdadounapatadadondemásduele? —No—dijoMelsonriendo. —Pero¿dóndeseestámetiendoBjörn?—insistióJudith. Melresopló.Suamigaacababadehacerlelamismapreguntaqueellasehacíaasímisma. —Supuestamente, en el bufete de abogados más famoso y reputado de Múnich —dijo—. Pero, cadavezquehabloconLouise,tengolasensacióndequeenrealidadseestámetiendoenunasecta. —DebeshablarconBjörn. —Loharé.Claroqueloharé.—Y,queriendoverunrayodesolenunamañanatanplagadade problemas, Mel añadió—: Ahora escúchame. Obviando tus problemas y los míos, el verdadero motivodemismensajesyelhechodequehayaidoabuscartealtrabajoeraparapreguntartesiEricy túnosacompañaríaiseldieciochodeabrilaBjörnyamíaLasVegasparahacerlalocuradelsiglo... Porfin,Melhabíaaccedidoalaspeticionesdesubuenamigo,yJudith,olvidándosedetodoslos problemas,laabrazóemocionadaymurmuró: —Porsupuesto.Esonilodudes;¡enhorabuena! Laslágrimasacudierondenuevoasusojosylasdossonrieronemocionadas.Mel,queestabaen unanube,lecontólosucedidolanocheanterior.Sinlugaradudas,habíasidounapreciosapetición dematrimonio. Unahoradespués,desdeelteléfonodeMel,JudithllamóalaoficinaparahablarconMikay,al verquesuausencianodescabalabanada,decidióolvidarsedeMüllerysemarchóconMelapasarel día, sin imaginar que su marido estaba removiendo cielo y tierra para encontrarla. Sin embargo, a mediamañanasonóelteléfonodeMel. —Oh...,oh...—dijoéstaalverqueeraEricquienllamaba—.Houston,tenemosunproblema. Alverenlapantallaelnombredesumarido,Judithlocogió. —¿Quéquieres?—dijo. Eric,queestabaenlaoficina,sellevólasmanosalosojosaloírsuvoze,intentandocontenerla furiaquesentía,preguntó: —Judith,¿dóndeestás? Envalentonadaporladistancia,ellarespondió: —Comoves,estoyconMel. En la línea se hizo entonces un silencio incómodo y, cuando Jud no pudo soportarlo más, preguntó: —¿Quieresalgoopretendesquesóloescucheturespiración? Furiosocomodesdehacíatiempoquenoloestaba,Ericdiounpuñetazosobrelamesaygritó: —¡Llevotodalamañanabuscándotecomounlocoy...! —Mira,Eric.Yotambiénségritary,sisigueshablándomeasí,tejuroqueloharé,¿entendido? Eric,quehabíaperdidocompletamentelospapeles,continuóchillando.EntoncesJud,retirándose elteléfonodelaoreja,mirólajarradeaguadondetodavíaestabasumergidosumóvilydijo: —Mel, o me quitas tu teléfono ahora mismo de las manos o creo que va a seguir el mismo caminoqueelmío. —Niseteocurra—respondióellaarrebatándoselo. Judithsonrióporsurespuesta,yMelsepusoelteléfonoalaorejaymurmuró: —Eric..., Eric..., soy Mel. Judith está conmigo... No..., no..., escucha..., no quiere hablar contigo. Creo...creoque...Eh...eh...eh...,¡joder,Eric,¿tequierestranquilizar?! Jud,queestabaacostumbradaadiscutirconsumarido,miróasuamigay,finalmente,sonriendo, lequitóelteléfonodelasmanos. —Vamos a ver, Eric —dijo—, tienes mucho trabajo. ¿Qué tal si sigues trabajando y me dejas pasarlamañanaenpaz? —Judith,teestáspasando...—siseóél. Ellasoltóentoncesunarisotadaquelocaldeóaúnmás. —Soyconscientedeello—replicóJud—,peropermítemedecirtequetúlollevashaciendodesde hace tiempo. Y ahora, por favor, no vuelvas a llamar, porque no quiero hablar contigo. Ya nos veremosestanocheencasacuandoregrese.Adiósssss,guapito. Y,dichoesto,colgó. —Madre mía, la que te espera esta noche cuando vuelvas — susurró Mel mirando a su amiga fijamente. Conscientedeello,Judithasintióyseencogiódehombros. —Tranquila—dijo—.Sobreviviré. Diezminutosdespués,Björnllamóasufuturamujereintentósonsacarledóndeestaban,peroal finalterminódiciendo: —Vale...,vale...,Parker,yorecojoaSamidelcole.¿Vasallegarmuytarde? Melmiróentoncesasuamigayrespondió: —Cariño..., me voy a ir con Judith a celebrar nuestro compromiso. Entiéndelo, es la única amiga...amigaquetengoaquí. Björnsuspiró.Sefiabatotalmentedesuchica,perosaberqueJudithnoestababienyqueibana celebrarelcompromisolohizoinsistir: —Cariño...,entiéndeme,mehallamadoEric,estápreocupadoporJud. —Loentiendo,Björn,peroesqueJudnoquierehablarconélahora,entiéndemetúamí.Y,lo siento,tequierocontodamialma,peronovoyadecirtenidóndeestamosniadóndenosvamosaira celebrarlo. —Mel,noseascabezona. —Björn,noseaspesadito. Alverqueeltonodelaconversacióncomenzabaavariar,Judithlequitóelteléfonoasuamiga. —Björn—ledijo—,comoseteocurradiscutirconMelporelgilipollasdetuamigo,tejuroque notelovoyaperdonar.Y,antesdequedigasnadamás,déjamedecirte:¡enhorabuena!Melyameha contadolodelabodayestoymuyfelizporvosotros. Elalemánsonrió.Todavíanosecreíaquesunoviahubierahecholoquehizolanocheanteriory, mirándoseeldedo,queyanoteníachocolate,respondió: —Gracias,Jud,teaseguroquelocelebraremosotrodíatodosjuntos.Peroahora,porfavor,¿por quénomedicesdóndeestás,paraque,así,Ericytúpodáisencontrarosparahablar...? —Esquenoquierohablarconél. —Judith...,noseascabezota. —Björn...,tevoyamandaralamierda. Depronto,Mellequitóelteléfonodelasmanosy,metiéndoloenlajarradeaguadondeestaba aúnsumergidoeldeJudith,sentenció: —Seacabó. —¡Mel!¡Tumóvil!Ytuscontactos... Aldarsecuentadeello,Melresopló,perocomonoqueríadarlemásimportancia,replicó: —Mira...,asíaprovechoylesacouniPhone6aJamesBond.—Ambassoltaronunarisotada,y luegoMelañadió—:Hoyesnuestrodíadechicas.Hoynosomosmadres,niesposas,ninoviasde nadie,ynovamosapermitirquenadienosloamargue. Denuevo,lasrisastomaronellugar,yloscamareros,quelasobservaban,semiraronentresí. Sinlugaradudas,lasmujeresestabancadadíamáslocas. Cuandodejaronlacafetería,decidieronirsedecompras.Comprarsiempreeraunabuenaterapia. Unavezsalierondelcentrocomercial,fueronacomeryluegoseacercaronaunspaqueninguna delasdosconocía.Sorprendidas,vieronqueeramásgrandedeloquepensaban,ysesumergieronen todos los tipos de piscinas que allí había mientras reían y hacían carreras en los chorros a contracorriente. Finalmente, agotadas, se decidieron por un increíble masaje polinesio. Se lo merecían. Cuando salieron del spa, tras dejar las bolsas con las cosas que habían comprado en el coche, se fueron a cenar a un restaurante al que no habían ido nunca. Si iban a alguno conocido, seguramente Eric o Björnlaslocalizarían. Nada más entrar en la pequeña pizzería italiana, unos hombres comenzaron a tirarles los tejos. Ellassonrieronperonoleshicieronnicaso:loquelasesperabaencasaerainfinitamentemejorque aquello. Una vez salieron del restaurante eran las diez de la noche, y paseaban del brazo por el Múnich antiguocuandoJudithdijo: —YoiríaalGuantanamera,perotemoqueEricmebusqueallí. Depronto,alcruzarunacalle,unamúsicaconritmollamósuatención. Entraronenellocaldedondeproveníalapegadizacanciónyenseguidasedieroncuentadeque eraunbarbrasileño,dondesindudarlopidieronunascaipiriñas. —¡Madremía,Mel!Hayquecontrolarseconestabebida,quecondosllegamosarastrasacasa cantandoAsturias,patriaquerida.[17] Aloírasuamiga,Melsoltóunarisotaday,mirándola,exclamó: —¡VivaAsturias! Segundos después, dos hombres, tan anchos como dos armarios empotrados, se pusieron a su ladoylasinvitaronabailar.Sinembargo,ellassenegaronyselosquitarondeencima.Loúltimo quequeríaneratenerproblemasconaquellosgrandullones. Mientras bebían sus ricas caipiriñas, observaron cómo bailaba la gente. Tenían un ritmo alucinante.Entrerisas,ellasintentaronmovereltraserocomolohacíanlasbrasileñasquehabíaenel local,perolesresultabamaterialmenteimposible.Aquéllasteníanunarte¡quenosepodíaaguantar! Depronto,lamúsicaseinterrumpió,lagenteseretiródelapistayunaparejaformadaporun hombreyunamujerquedaronsolosenelcentro.Todoslospresentesempezaronaaplaudir,yMely Judtambién.Instantesdespués,laparejacomenzóabailardeunamaneraincreíble.Lamujerteníaun ritmazoalucinante,peroelhombre...,¡oh,Dios,cómosemovía! Lagentedabapalmascadavezquehacíanalgúnmovimientoasombroso,cuandodeprontolaluz ledioalhombreenlacarayJud,estirándose,murmuró: —Mel.Notelovasacreer. —¿Elqué? Parpadeandoparaverconmásclaridad,Judithasintió. —ElmorenazoquebailaenlapistaesDennis. —¿Dennis?¿QuéDennis? —Dennis,elamigodeOlaf,delSensations.Esemorenazobrasileñoque... —¡Nojorobes!¿Esél? Judasintió. —Amenosquelacaipiriñamehagaverloquenoes,esetíoquebailaquequitaelsentidoesél. Laschicasloobservaronboquiabiertasmientrasélbailabaconunasensualidadimpresionantey, cuandolacanciónacabó,todoelmundoaplaudióarabiar. Unavezfinalizadalademostración,seenterarondequelaparejaeranprofesoresdebaile,yde que darían una clase allí mismo. Ni cortas ni perezosas, Mel y Judith fueron para allá a aprender juntoconotrosquehabíaenlasala. Durante media hora, la clase continuó y, cuando de pronto Dennis se paró frente a la joven morena,preguntó: —Judith,¿erestú? Acaloradaporseguirelritmoqueaquéllosmarcaban,laaludidalomiróy,alversereconocida, murmuróconcaradetonta: —Síiii. —¡YyosoyMel! Entonceséllascogiódelamanoy,alejándolasdelgrupo,preguntó: —¿Habéisvenidosolas? —Sí—dijeronlasdosriendo. Dennislasmiróconincredulidad.AquelbarrionoeraunodelosmejoresdeMúnich;alrevés, era bastante conflictivo. No conocía bien a aquellas mujeres, a pesar de haber disfrutado de momentos morbosos con una de ellas, pero sí había oído hablar a su amigo Olaf acerca de cómo EricyBjörnlasprotegían,yélmismolohabíapresenciadoenelSensations. —¿Quéestáishaciendoaquí?—preguntó. —Estamos celebrando la despedida de soltera de Mel —respondió Jud acalorada y, todavía sorprendida,preguntóasuvez—:¿Ytúquéhacesaquí? Alverqueestabanalgocontentas,aunquesinllegaraestarborrachas,Dennisexplicó: —Soyprofesordeforróy... —¿Forró?¿Quéeseso? Entendiendo que las chicas no conocieran aquello, se sentó con ellas a tomar algo mientras la músicabrasileñacomenzabadenuevoasonar. —UnestilodebailedeBrasilcomoelqueacabáisdever—explicó. —Ahhh,esverdad,quetúerasbrasileño—semofóMel. —Oh,sí...,yasabes,bossanova,samba,capoeira,caipiriña—semofóélmirandoaJudith. —¿Trabajasenesto?—preguntóellasonriendo. Elmorenazosonrióasuvez. —Losjuevesporlanochesueloveniraestasalaadarclasesdeforró,perotambiéntengootro trabajoporlasmañanasquenotienenadaqueverconesto. —Nohabíaoídoesodelforróhastahoy;¿ytú,Mel?—SuamiganegóconlacabezayJudañadió —:¿Nosenseñasaperfeccionarlo? Dennissonrió.Estabaclaroqueaquéllasqueríandivertirsey,mirándolas,asintió. —Porsupuesto.Sólohayquetenersentidodelritmo. Apartirdeesemomento,Dennislespresentóavariosamigosycompañeros,ylanochedelas chicassevolviólocaydivertida.Nadiesepropasóconellasy,treshorasdespués,Judithbailabacon Denniscongraciaysoltura. —Tienesmuchoritmo,Judith—ledijoélentonces. Ella,acaloradaysedienta,sonrió,miróaMel,quesearrancabaconotrobailecitoconotrotipo,y dijo: —Memuerodesed,¿vamosalabarra? Unavezallí,Dennispidiódoscoca-colasconhielo. —¿AEricnoleimportaqueestésaquísinél?—dijoentregándolelasuyaaJudith. Ellasonrióy,mirándolo,preguntó: —¿Quéhoraes? —Launaydiezdelamadrugada. Judithhablódenuevo. —Aestashoras,Ericdebedeestarqueechahumopornosaberdóndeestoy—contestó. —Yameparecíaamí...—dijoriendoDennis. —Yateparecía,¿qué?—preguntóJud. Dennisdiountragoasubebidayseñaló: —Noconozcoatumaridoyapenasteconozcoati,peroEricmeparecióunhombreposesivo, comolosoyyo,entodoloreferenteasumujer,apesardevuestrosjuegosenelSensations. Cuandomencionóellocal,ellasuspiró.Loquedaríaellaporestarenaquelinstantejugandocon sumaridoenelSensations.Pero,sinquererdarlemásimportanciaaltema,replicó: —Tienesrazón.Ericestremendamenteposesivo,perohoyestoycabreadaconélysóloquiero pasarlobienconmiamiga. Aloírsurespuesta,Dennisdecidiódarporfinalizadalaconversacióny,cogiéndoladelamano, dijo: —Puesentonces,preciosa,¡vamosapasarlobien! Esanoche,traspasarhorasyhorasbailandodiferentestiposdemúsicabrasileña,lasdosjóvenes decidieron dar la fiesta por concluida a las cuatro de la madrugada. Dennis se empeñó en acompañarlashastaelcoche,peroellasnoselopermitieron.Nonecesitabanunguardaespaldas. Cincominutosdespués,caminabanporunaoscuracalledeMúnichcuandounvehículosedetuvo asuladoyoyeronunavozquedecía: —Perdonen,señoritas. Las dos se pararon y, al agacharse para ver quién hablaba, se encontraron con un desconocido quelespreguntó: —¿Cuánto? LaschicassemiraronyMelpreguntóasuvezdivertida: —¿Cuánto,elqué? Elhombre,conunaencantadorasonrisa,sesacólacarteray,enseñándosela,insistió: —Cienparacadaunasimeacompañáisduranteunahora. Lasdosamigasintercambiaronunamirada. —Losiento,guapo—replicóJuddivertida—,perotengoquecomprarmeuniPhone6yconcien notengoniparaempezar. —Cientocincuenta—insistióél. —¡Vengaya!Queno...,quenosotrasvalemosmuchomás.Pero¿túhasvistoquépibones?¡Sube laoferta,hombre!—dijoMelriendo. —Trescientoscincuentaporlasdos—insistióaquél. Esecomentariolashizoreír,yJudithcuchicheó: —Quéofertatantentadora;¿aceptamos? De pronto aparecieron dos vehículos de policía con las luces azules encendidas y el tipo del coche,bajándosedelmismo,lesenseñóunaplaca. —Muybien,guapitas—dijo—.Quedáisdetenidasporprostitución. Ellassemiraronboquiabiertaspero,antesdequepudieranmoverse,unospolislasesposarony lasmetieronenloscochessinatenderasusprotestas. Alllegaralacomisaría,seguíandiscutiendoconlospolicíascuandooyeronunavozconocida quepreguntaba: —Pero¿quéestáishaciendovosotrasaquí? Almiraralagentequelosobservabadesdeelotroladodelmostradordelacomisaría,vieronque setratabadeOlaf,elamigodelSensations. Las dos chicas se apresuraron entonces a contarle lo ocurrido y éste, enfadado, comenzó a discutirconsuscompañerosporelerror.Peroelpolicíaquelashabíadetenidonoquisoentraren razón,ylasllevóhastaunodeloscalabozos.MellepidióaOlafquellamaraaBjörn.Judithnoabrió laboca.Sinduda,cuandoEricseenteraradedóndeestaba,liaríaunamuygorda. Cuandoestabanenelcalabozorodeadasporotrasmujeres,untiposeacercóhastalosbarrotes. —Pero¿quévenmisojos?—exclamó—.LanoviadeBjörnHoffmann...—Y,riendo,cuchicheó —:¿Sabetunovioaquétededicasporlasnoches? AlveraJohan,elmaridodeLouiseysociodeGilbertHeine,Melsiseó,incapazdecallarse: —Vetealamierda. Élleguiñóentoncesunojoconsuperioridady,sinmoverse,afirmó: —Tencuidadoconloquediceso,ademásdeestardetenidaporprostitución,podríaañadiralguna cositamás.—Y,bajandolavoz,cuchicheó—:TedijequetealejarasdeLouise,¿lorecuerdas? JudagarróaMeldelamanoparaquecallaray,cuandoaquélsemarchó,preguntó: —Pero¿quiénesése? —ElmaridodeLouise—respondióMelenfadada. Unahoradespués,trashaberconfraternizadoconotrasdetenidas,unpolicíallegóydijoabriendo lacelda: —MelaniaParkeryJudithFlores,vamos,hanpagadovuestrasfianzas. Laschicassemiraron:habíallegadolacaballería. —NiunapalabradelmaridodeLouise—dijoMel. —Pero,Mel,Björndeberíasaberque... —Niunapalabra,Jud. —Vale...,vale—replicósuamiga,quenoteníaganasdediscutir.Bastanteleesperaba. Cuando salieron y vieron a Eric y a Björn mirándolas con gesto oscuro junto a Olaf, Jud murmuró: —Joderrr... —Esodigoyo:¡joder!—afirmóMel. UnavezOlaflesentregósuspertenencias,MelmiróaBjörny,congestoserioyprofesional,éste dijofirmandoenunpapel: —Ladenunciaestáanulada,¿verdad,Olaf? —Sí.Notepreocupesporeso,Björn—replicódeprontoJohan,apareciendoenescena. MelyJudlomiraron,yBjörndijomientrasletendíalamanoconunasonrisa: —Graciasportuayuda,Johan. Ericlediolamanoforzandounasonrisa. —Por casualidad estaba en comisaría por otra causa —explicó el abogado—. No sé cómo han podidoconfundiravuestrasmujeresconalgoquenoson. Mellomiróalucinada.Sinduda,todoaquellolohabíamontadoaqueldesgraciadoparadarleun toquedeatención. Sumidoensumundo,Ericapretabalamandíbulay,cuandonopudomás,exigió: —¡Vámonos! Unavezloscuatrollegaronhastadondeestabanloscoches,BjörnmiróaMelygruñó: —¿Sepuedesaberquéhacíasporesebarrioaesashoras? —Salíamosdetomaralgo—respondióellaconaparentetranquilidad. JudithmiróaEric.Esperabaqueexplotaradeunmomentoaotro,peronolohacía.Nisiquierala miraba. —Pero,vamosaver...—insistióBjörn—.¿Vosotrasnosabéisqueenesebarrioesdondetrabajan lamayoríadelasprostitutasdeMúnich? Las jóvenes se miraron y, esforzándose por no sonreír, negaron con la cabeza. Björn y Eric resoplaron,yesteúltimo,queteníaunterribledolordecabeza,dijo: —Vamos.Estardeyestamostodoscansados. MelyJudsebesaronysepidieronprecauciónconlamirada,yentoncesJudobservócómoBjörn mirabaconcomplicidadasuchicaysonreía.Sinduda,élibaatomarsetodoaquelloconhumor. Eric, por su parte, no habló. Se metió en su coche y, cuando Jud cerró la puerta y se puso el cinturón,lomiróydijo: —Vale.Estoypreparada.Puedesecharmelabronca. Sininmutarseporsucomentario,elalemánarrancóelmotorycondujoensilencio. Noobstante,cansadadesumutismo,Judinsistió: —Vamos,Eric,dialgoovasaexplotar. Peroelalemánnilamirónihabló,yJudsuspiróycalló. Unavezencasa,cuandolacancelaseabrió,oyólospasosrápidosdeSusto y Calamar, que se acercaban.Ericdetuvoelvehículo,bajóy,demalosmodos,semetiódirectamenteencasamientras Judsequedabaenelinteriordelcoche. Ya habituada a sus enfados, salió del coche y saludó a los animales. Calamar se fue enseguida, peroSustonoseseparódeella. —Madremía,Susto,elcabreoquellevaelcabezón—murmuróJudithbesandosulargohocico. Elanimalparecióentenderlay,restregandoelhocicocontraelpómulodeella,lahizosonreír.A continuación, Judith le dio un beso para despedirse de él y entró en la casa. Dejó su bolso en la entradaysedirigióalacocina.Estabasedienta. Estaba bebiendo agua en la oscuridad cuando, de pronto, Eric entró en la cocina, abrió el armaritodondeestabanlasmedicinas,sacóunapastillayselatomóconunpocodeagua.Unavez aquélhubodejadoelvasoenelfregadero,lamiróydijo: —Novoyadiscutircontigoporqueestoytanfuriosoqueseguramenteluegomearrepentiríade loquepudieradecir.Lomejoresquenosvayamosadescansar. Y,sindecirmás,diomediavueltaysemarchódejandoaJudithpreocupadaporhabervistoquese tomabaaquellapastilla. 25 LallegadaaMéxicoD.F.tresdíasdespuésesunsoplodeairefrescoparalosdos. Eric y yo no hemos hablado sobre ninguno de nuestros problemas, pero ambos sabemos que estánahíyquetardeotempranovolveránasalir. Loúnicoquemedijonadamásmontarnosenelaviónfue:«Tequieroyvamosapasarlobienen México».Yológicamenteasentí.Nadameimportamásqueestarbienconélydisfrutar. Al llegar al aeropuerto, una limusina negra nos espera. Sin duda, Dexter quiere lo mejor para nosotros. Cuarenta minutos después, estamos en su casa y todos reímos cuando el orgulloso padre aparecesentadoensusilladeruedasconsusdospequeñosenbrazosyGracielaasulado. SamiyelpequeñoEriccorreteanporlaestanciaconlapobrePipadetrás,mientrasHannahnos observaenbrazosdesupadre.¡Milagro,miniñanollora!¿Estarámadurando? Tras muchos besos, abrazos y felicitaciones, todos comenzamos a hablarles en balleno a los bebés.Meltienealaniñayyoalniñoy,complacida,meacercosucabecitaalanariz.Meencanta cómohuelenlosbebés,ysonríocuandoDexterdice: —Animaosytenedmásbebecitos,aunquenocreoqueossalgantanrelindoscomolosmíos. Todosreímosy,cuandoMeldevuelvealabebitaalosbrazosdesumadre,Björnlaagarraporla cinturaylepregunta: —¿Teanimas? Veoquemiamigaparpadea,lomiray,después,buscandoasuhijaconlamirada,dicealverla: —Sami,ven,quepapitieneganasdequeledesbesitos. Dos segundos después, la pequeña está en brazos de su papá haciéndole monerías, y Björn babeando.¡Hombres! Dextermemiray,alvermigestodivertido,sonríeypregunta: —Diosa,¿túnoteanimas? ¡Ja! Ni loca tengo yo otro bebé. No..., no..., no. Y, cuando voy a responder, Eric dice con una sonrisa: —Cerramos la fábrica. Con un adolescente problemático y dos pequeñines, ¡nos damos por satisfechos! Eric sonríe, realmente parece que lo haya abducido el buen humor, y yo, encantada con su contestación,loagarroporlacinturayafirmo: —Simimaridodicequelafábricasecerró,¡nosehablemás! Entrerisas,GracielaleindicaaPipaadóndepuedellevarseaHannah,aSamiyalpequeñoEric. Sinduda,elcuartodejuegosadondevanlesdivertirámuchomás.Loshombrespasanaunsalón,y MelyyoacompañamosaGracielahastaunaestanciapintadaenamarillo.Alentrar,dosmujeresse levantanynosquitanalosbebésdelosbrazos. Gracielanoslaspresenta:sonCeciliayJaviera,lascuidadorasdelosbebésylasqueecharánuna manoaPipaconlosnuestros.Unavezdejamosalosniñosacargodeellas,acompañamosaGraciela alacocinaaporalgodebeber. —Bueno.¿Quétallaexperienciadesermamá?—preguntaMel. —Increíbleperoagotadora.Nuncapenséquepudieraexistirunamortanpurocomoelquesiento pormishijos.Puedoasegurartequeestostresmeseshansidolosmásbonitosdemivida. —¿Yelpapáquétal?—preguntocuriosa. Gracielasueltaunarisotada. —Loco de amor por ellos, y por mí. Nos mima, nos cuida,... todo lo que te pueda decir en referencia a él ¡es poco! —Luego baja la voz y murmura—: Y, desde que puedo volver a tener relacionessexuales,meponeeltraserorojotodaslasnoches. Lastressoltamosunarisotada.ConocemosaDexterysabemoslomuchoquelegustavernoscon eltraserorojocuandojugamos.EstamoshablandodeltemacuandoGracieladice: —Quesepáisquenoshacompradotresbatasdesedarojayunoscollaresmuyparticularesyno paradehablardelasganasquetienedevernosconellopuesto. Merío.Dexteresunlocoquedisfrutadelasexualidadapesardesuslimitacionesfísicas,yme gusta que sea así. Aún recuerdo cuando lo conocí en Múnich, cómo me impresionó jugar con él y conEricenaquellahabitacióndehotel. Cuandollegamosalsalón,nomesorprendoalveramihermanayasumaridoallí,yRaquel,al verme,selevantaycorrehaciamígritando: —¡Cuchufletademisamores! Meapresuroaabrazarla.Peroquélindaesmilocahermana. —¿Ylosniños?—mepregunta. —EnelcuartodejuegosconPipayunascuidadoras.YaséqueLuzsehaquedadoenJerezcon papá,pero¿dóndeestánLucíayJuanito? —ConlospadresdeDexter.Seadoranmutuamente. Trassaludaratodoelmundo,Raquelcorrealcuartodejuegosaveramishijos. Diezminutosdespués,regresaencantadaconunasonrisa,yyo,quelaestoymirando,digo: —Estásmásdelgada. —Ytúmásgordita. Lamadrequelaparióooooooooo...,¿ledoyuncapónonoselodoy? Desde luego, mi hermana es la leche. Todavía no se ha dado cuenta de que decirle eso a otra mujeressinónimodeenfado.¡Nopiensaloquedice!Entonces,alvermicaradepóquer,añade: —Aunqueesoskilitosdemástesientanmuybien.Telucemáslacara. ¿Melucelacara? ¡Eso...,túarréglalo,soperraka! Intentosonreír,mejoresoquedecirloquerealmentepienso.Aunque,desdeluego,nohaynada másincómodoyquetedejepeorcuerpoqueelhechodequetediganque¡estásmásgordita! UnavezJuanAlbertomehabesadoyhasaludadoatodoelmundo,Dexternospresentaaunos amigossuyos,CésaryMartín,ynossentamosatomaralgo. Mihermana,quesehainstaladoamilado,seacercaamíycuchichea: —Esta casa es preciosa y enorme, ¿verdad? —Asiento, y ella continúa—: Dexter se empeñó en quenosquedáramosaquíconellosestosdíasy,así,mientrasélymicucuruchillotrabajaban,yohe estadoconGracielaylosniños.Porcierto,lahabitaciónquenoshandejadoestodounlujo.Vamos, nienlarevista¡Hola!hevistounaasí.Elbañotieneunjacuzziimpresionante. —Lohabrásestrenadocontucucuruchillo,¿no?—preguntoconpicardía. Raquel se pone como un tomate. Es hablar de sexo y la pobre se pone nerviosita perdida. Pero entonces,acercándoseamí,cuchichea: —Porsupuestoquesí.Ofú,cuchu...,¡quéfrenesínosentró!Yocreoqueseenterótodoeledificio. Merío,nolopuedoremediar,yRaquelmedaunmanotazoparaquemecalle.Esomehacereír aún más. Durante varios minutos me mofo de mi hermana, y ésta finalmente termina a carcajada limpia.Entonces,seponeseriadepronto. —¿TehacontadopapáalgodelaPachuca?—pregunta. Niegoconlacabeza.LaPachucaesunabuenaamigadetodalavidadeJerezalaqueletengo muchocariñoy,siemprequevamosallí,pasamosporsurestauranteparacomersalmorejo. —Puesquesepasquecreoqueentreellaypapáhayalgo...—añademihermana. Lamiroboquiabiertaymurmuro: —¿LaPachucaypapá? —Sí,cuchu,sí.ElotrodíaoíalBicharróndiciéndoleapapá:«Tuhijatehajodidoelplanconla Pachucaaldejartealaniña». —¿Enserio?—preguntosorprendida. —PalabritadelNiñoJesús—afirmaRaquelmuyconvencida. Sucomentariomedejaloca.¿MipadreylaPachuca?Pero,rápidamente,alverquemihermana memiraalaesperademireacción,lepregunto: —¿Qué? Raquelsuspira,miraalrededoralrestodelgrupoycuchichea: —¿Esquenovasadecirnada?Ay,Dios,cuchu,quepapáylaPachucayatienenunaedady... —Ysisehacencompañíayestánbienjuntos...—lacorto—,¿dóndeveselproblema? Raquelvuelveasuspirar.Seletuerceelmorrillocomosiemprey,trasunossegundosensilencio, murmura: —Yonoveoningúnproblema,peromemolestaquepapánonoslohayacontado.¿Porquénos looculta? —Puesporquealomejorledaapurocontárnosloporquepiensaquelovamosavermal. Nosésimicontestaciónlaconvenceono,peroRaquelasienteynodicemás. Duranteunbuenratotodoshablamos,hastaquesuenaelteléfonodeDexteryéste,trashablary colgar,dice: —Eramimadre.Nosesperaatodosparacenarensucasa. Encantados,noslevantamos.LospadresdeDextervivenenelmismoedificio,cuatroplantasmás abajo.Segúnmecontósumadre,secompraronlacasaallíparaestarcercadeDextercuandoéltuvo elaccidentey,porloqueveo,ahoraconloschiquillosyanosevanamudar. Antesdebajar,Melyyopasamosaveranuestrosniños.Lesestándandodecenar,yPipayunade lascuidadorasnosindicanquenonospreocupemos.Ellasseencargarándeponerleslospijamasy acostarlos.Melyyoasentimosencantadas.Nosvendrábienunpocodelibertadenesteviaje. CuandoentramosenelpisodelospadresdeDexter,éstosnosacogencomosiempre,concariño. Unavezveoamissobrinos,queestáncenandoenlacocina,regresamosalcomedor,dondeelgrupo enterocenamosentrerisasyalgarabía. Unpardehorasdespués,volvemosalapartamentodeDexter.Pasamosaveralospequeños,que duermencomoangelitos,yvamosaacostarnos.Estamosagotados. Aldíasiguiente,resultadivertidoreunirsecontodosenlacocina.Haytantosniñoscomoadultos, yaquelloeslalocura. Porlatarde,trasunbonitopaseoporunpreciosoparqueconloscríos,trasatenderlosydejarlos conelpijamapuestoconlascuidadoras,losadultosnosponemosguaposynosvamosacenaraun sitio espectacular. La madre de Dexter se queda con mis sobrinos encantada, y Raquel más aún. Acabadalacena,Dexternosinvitaalteatro;¡quéplanazo! Luego,todos,incluidosCésaryMartín,losamigosdeDexter,quehanestadoconnosotrostoda lanoche,sevienenalacasadelanfitriónatomarunascopas.Unavezhemoscomprobadoquelos niñosduermen,regresamosalsalón,dondecontinuamosbebiendoybromeando. Eric,quenohaparadodepiropearmeentodalanoche,mecogedelasmanoscuandopasoporsu ladoymesientasobresuspiernas.Adoronuestracercanía.Laechabademenos.Asíestoyduranteun buenrato,hastaqueDexteracercándoseanosotroscuchichea: —Tengounpardecositasparati,paraMelyparaGracielaenlahabitacióndelplacerqueestoy deseandoqueospongáis.Porcierto,tenemosquecelebrarelpróximoenlacedeBjörnydeMel. Segúnoigoeso,conlamiradaleordenoquesecalle.Mihermanaysumaridoestánallí,yDexter murmuraentoncesdivertido: —EsperoqueRaquelsevayaprontoadormir. —Yotambiénloespero—afirmaErictocándomelarodilla. Oíresomehacesonreíry,comosiempre,mivaginatiembladeexcitación. Duranteunahoramás,todoscontinuamoscharlandoamigablementeenelsalón,hastaqueJuan Albertoselevantaydicemirandoamihermana: —Cariño,estoyagotado.Vámonosadormir. Atodaprisa,mihermanaselevantayDexterdice: —Eh,güey,¡disfrutaddeljacuzzidenuevo! Elgestodemihermanamehacereír,ymáscuandoveoqueseponerojacomountomate.Juan Alberto,quelaconocemuybien,nosguiñaunojo. —Ahoritamismoyavuestrasalud—dice. Todosreímosporelcomentario,yRaquel,escandalizada,ledaunmanotazoenelhombroasu marido.Instantesdespués,ambossalendelsalón. Entonces,veoqueloschicossemiranyrápidamenteséloquepiensan.Susmiradasysussonrisas losdelatan.Luego,Dexterpregunta: —¿Quélesparecealasmujeressientramosajugarunratoenlahabitacióndelplacer? YosonríoyveoqueMelyGracielatambiénlohaceny,sinnecesidaddedecirnadamás,lastres noslevantamos.Ericseposicionaamiladoy,besándomeenelcuello,murmura: —Ansiosa. —Detiyparati,¡siempre!—respondocaminandoasulado. Lastresparejas,acompañadosporlosdosamigosdeDexter,quesondenuestrorollitoyporlo queGracielamehacontadojueganconellosmuyamenudo,nosdirigimoshaciaeldespachodeél. Alentrar,Mel,quenuncahaestadoallí,memiraymurmura: —Creíqueíbamosaunsitiomásíntimo. Sincontestarle,leguiñoelojoy,cuandovequeGracielapulsaunbotónquehayenlalibreríay éstasedesplazahacialaderecha,añade: —Vaya...,vaya...,estoseponeinteresante. PeroeneseinstanteaBjörnlesuenaelteléfonoyélseapresuraacogerlo. —Entradvosotros—dice—.Esmipadreytengoquehablarconél. —Mequedocontigo—afirmaMel. Björnasiente.EntreellosexistenlasmismasreglasqueentreEricyyo,ylanúmerounoessexo siemprejuntosenlamismahabitaciónyenelmismogrupo. UnavezDexter,Graciela,Eric,César,Martínyyopasamosalaoscurahabitación,lalibreríase cierrayunaluztenueyamarillentatomaellugar.Actoseguido,Ericmeagarra,mechupaellabio superior,despuéselinferiory,trasundulcemordisquito,introducelalenguaenmibocaymebesa posesivamente. Cuandoeltórridobesoacaba,ydejaclaroaloshombresqueallíélysóloélesmidueño,me preguntaconmimo: —¿Aquédeseajugarhoymipequeña? Me gusta que se comporte así en estos momentos. Me excita. Nunca hacemos nada sin consultarnosy,trasvercómoMartínyCésarnosobservan,murmurodeseosadesexo: —Juegaconmigoaloquequieras. —¿Aloquequiera? CuandoobservolacruzdesadoqueDextertieneenlahabitación,sonríoyañadomirandoaEric: —Niseteocurra. Mi amor sonríe, y entonces Dexter se acerca a nosotros y, entregándome un collar de cuero negro,dice: —Ponteesto,diosa. Lomiro.Essuaveyenelcentrohayunaargolla. —Yasabesquenomevaelsado—replicomirándolo. Elguapomexicanosonríe,meguiñaelojoysusurra: —Losé,peroniteimaginaslailusiónquemehaceataroscomoaunasperrillas. Eric sonríe. Pone su mirada de malote que me enloquece y, tras colocarme el collar, me lleva hastalamesaquehayenunlateraldelahabitación,medesabrochaelvestido,mequitaelsujetadory lasbragasymurmura: —Échatebocaabajosobrelamesayestiralosbrazos. Hagoloquemepidesinrechistar.Todosmemiran.Loshombresmecomenconlamirada.Me tiemblanlaspiernasdelaexcitación,yEricsealejadejándomeallícompletamenteexpuesta. Esincreíblelomorbosoquepuedellegaraserenlaintimidadylocelosoqueesenlavidareal cuandounhombremedesea.Séqueescomplicadoquelagenteentiendaeso,peronomeimporta; nosotroslotenemosclaroyesloquemevale.Loquenosvaenelsexoeselmorbo,elplacer,el juegoyeldisfruteparalosdos. De nuevo, durante unos segundos todos permanecemos en silencio hasta que Dexter le pide lo mismoaGraciela.Éstasequitaelvestidoymesorprendoalverquenollevanisujetadornibragas. Vaya...,vayaconGraciela,quiéndiríaqueeslatímidajovenqueconocí. El silencio inunda de nuevo la habitación del placer, mientras nosotras, excitadas y expuestas a ellos,esperamosdesnudas.EntoncesveoqueEricseacercaalequipodemúsicayojeavariosCD,me mirayfinalmenteponeuno. ComienzaasonarAC/DC,ysonríoalreconocerHighwaytoHell.[18]Lacañeracanciónsuenaa todamechaenlahabitacióndelplacer,unlugartotalmenteinsonorizadodondenadienosvaaoírni gritar,nigemir,nigozar. Con curiosidad, miro a mi alrededor cuando veo que Dexter, que lleva un mando en la mano, aprietaunbotónylaluzcambiadeamarillentaaroja.Eneseinstante,CésaryMartíncomienzana desnudarse.MiroaEric,éltambiénsedesnuda,peroadiferenciadelosotrosdos,unavezdesnudo sesientaenlacamaaobservar.¡Quémorbosoes,elpuñetero! MartínyCésarsecolocanunospreservativos,ydeprontonotoquealgomegolpeaeltrasero.Me vuelvoparamiraryveoqueesunafustadecuerorojo.SonríocuandooigogritaraDexter: —Esoes,niñas,antesdeserfolladas,quieroveresasnalguitasrojas...,muyrojas. Graciela y yo nos miramos y sonreímos mientras Eric, que continúa sentado en la cama, nos observa con seriedad. En momentos así, me encantaría saber qué es lo que piensa. Se lo he preguntadootrasvecesysiempremerespondelomismo:dicequenopiensa,quesólodisfrutadelo queveyseexcita. Una vez siento que el trasero me arde por los suaves latigazos, Eric baja la música y, sorprendentemente, se oyen las respiraciones aceleradas de Graciela y la mía. Ambas disfrutamos conaquello;entoncesmimaridoseacercaanosotrasydice: —Subidlasrodillasalamesa,separadlasyseguidtumbadas. Instintivamente,nosotraslohacemos,yentoncesveoqueDextersecolocaalladodesumujer,le acariciaelsexoymurmura: —Esoes,mivida...,quierotupanochitabienabiertita. Acto seguido, Graciela da un grito cuando Dexter le separa las nalgas y le introduce un anillo anal.Eneseinstantesientolasmanosdemiamorenmiano,lotoca,lotientayentoncessoyyola quegritadeplaceralnotarcómomeintroduceotroanilloamí. LasrespiracionesdeGracielaylamíavuelvenaacelerarsecuandoDexterseacercayengancha unascorreasalasargollasquellevamosalcuello.DespuéssecolocajuntoaEric,queestáfrentea nosotras,yleentregamicorrea. —Adoroamimorbosomarido—murmuraGracielaenelmomentoenqueDextertiradelasuya. En ese instante siento que alguien se mueve detrás de mí. De reojo observo que es Martín y, cuandoEricasiente,tocaelanilloanalylomeneamientrasmedapalmaditassuavesenlavagina. ¡Oh,Dios,quéplacer! Esostoquecitossecoshacenquememueva,quenopare,yesoaloshombreslesgusta,lesgusta mucho. Pasadosunosminutosenlosquesientomisnalgasrojasymivaginacaliente,Martínintroduce dosdedosenmisexoy,trasahondarenmí,comienzaamasturbarme. Boca abajo sobre la mesa como me tiene, estoy por completo a su merced, mientras aquel desconocidomemasturbaymanejamicuerpoasuantojo. Excitada, me muerdo el labio inferior y me arqueo, cuando siento que él me saca el anillo del trasero,meagarraporlacintura,tirademíhaciaatrásy,poniéndomelospiesenelsuelo,medala vueltaymurmuracercademirostro: —Sifuerascomida,seríasunchileporlopicantedetumirada.—Y,actoseguidoyconceleridad, mesientaenlamesa,meabredepiernasy,alvermitatuaje,murmuraexcitado—:Güey...,curioso tatuaje...«Pídemeloquequieras»... Yo sonrío. No veo a Eric, pero seguro que sonríe también. Nos gusta ver la sorpresa en los rostrosdelagentecuandololeenocuandopreguntanquéponeyEricoyoselotraducimos.Los excitaesemensaje.Sesientenpoderososalpedir,yyoencantadadeofrecerplacer. Traspasarlamanopormitatuaje,Martíncolocalacabezadesupeneenmihúmedaentradayse introduce en mí al tiempo que veo que César penetra a Graciela, que aún sigue tumbada sobre la mesa. LamúsicavuelveasonaraltayfuertemientrasMartínentraenmílentamente.Clavalasmanosen micinturaparaquenopuedamoverme,perosusempellones,cadavezmásvigorosos,mesacuden. EntoncessientounasmanosfuertesquemesujetaneltraseropordetrásyséqueesEric.Losé. Echolacabezahaciaatrásyveoquesehasubidoalamesa.Megustasumiradafelinayexcitada. Luego,dauntirónalacorreay,apretándomeeltrasero,murmuraenmioído: —Esoes,miamor,dejaqueentreenti.Dejaquetefolle... Actoseguido,mecogelasmanos,lasuneamiespalday,después,enredalacorreaalrededorde ellas.Esoesnuevo,nuncamehaatadoasí. —¿Tegusta?—oigoquepreguntaentoncesexcitado. —Sí—afirmomientrasunnuevojadeosaledemiboca. —¿Tegustacómotefolla? —Sí...—vuelvoaasentir. Paramínohaynadamásmorbosoqueescucharloquedicemiamorenunmomentocaliente.El morbonoessóloloquehacemos,sinotambiénsuroncavoz,suspalabras,sumiradayelmodoen que me sujeta. Acalorada, miro a Martín, que continúa asolando mi cuerpo y, cuando veo que va a abalanzarsesobremiboca,digobienaltoparaquemeoiga: —Mibocasólotieneundueño. Martínasiente.Nosomoslaúnicaparejaquesereservalosbesossóloparaellos.EntoncesEric tiradelacorrea,hacequelomireymebesa.Introducelalenguaenmibocacontalposesividadque creoquemevoyaahogardeplacermientrasMartínsiguehundiéndoseenmíunayotravez. Eneseinstante,oigoqueGracielajadeatantoomásqueyo.Sinduda,loqueocurrelavuelveloca comoamí.Elcalorrecorremicuerpocomounaculebrilla,cuandoEricseapartay,trasponersede pie en la mesa, coloca su pene ante mí y lo introduce en mi boca. No puedo tocarlo, mis manos siguenamordazadas,yesoenciertomodomeexcita. Suave.Elpenedemiamoressuave,duro,dulceyexcitante.Meencanta. No sé cuánto dura aquello, sólo sé que me abandono al placer que doy y me dan. Mi cuerpo tiembla,misexosucciona,mibocachupa,yyodisfrutodeaquellasensaciónmientrasllegoalclímax varias veces sin pensar en nada más, hasta que Martín acelera sus acometidas y, tras un fuerte empellón,séqueelplacertambiénlehallegadoaél. EncuantoMartínseretira,veoquecogeunabotellitadeaguaymelaechasobrelavaginapara lavarme. ¡Oh,quéfrescor! Eric se baja de la mesa. Sin desatarme las manos de la espalda, me tumba con exigencia y premura, coloca mis piernas sobre sus hombros y me penetra hasta el fondo para que yo vuelva a gritar. —Sí...,así...,gritaparamí—oigocómoexige. Nadamegustamásqueserposeídapormiamor.Nopodermoverlasmanosmeestámatando, aunque,almismotiempo,meestágustando.Niyomismameentiendo. Nuestra posesión no es sólo física, sino también mental, porque sé que, cuando otro hombre o mujerestáenmiinterior,sóloconverlamiradadeEricescomosifueraél.Élysolamenteélme follademilmodos,demilmaneras,comoséquesoyyolaquelofollaaél. Sindescanso,miamorsemueveenmiinterior,unayotrayotravez.Somosinsaciablesenloque alsexoserefiere.Entonces,mirandoaMartín,quenosobserva,murmuro: —Sujétameparaél. Aloíreso,Ericsonríe.Nuestroinstintoanimal,esequenosposeeenmomentoscomoéste,yaha aflorado y, abriéndome todo lo que puedo para mi amor, me dejo penetrar mientras Martín me sostieneporloshombrosparaquenomemuevaniunmilímetrosobrelamesa. Fuerte...,fuerte...,fuerteyduro.Asímehacesuyamiamor,yséqueyolohagomíomientrasen susojosobservolarabiaportodoloocurridoentrenosotrosúltimamente. Veoquesemuerdeellabioinferior,loquesignificaquesullegadaalséptimocieloestácercana. La música se para y pueden oírse mis gritos en la habitación. Pero mis gritos no son los únicos. Cerca de nosotros, Graciela está sentada sobre Dexter, que lleva puesto un arnés con un pene a la cinturaygritacomoyo. —Dimequetegustaasí...,dímelo—exigeEricconvozronca. Asiento...,nopuedohablar.TodayotiemblomientrasoigolosazotesqueDexterledaasumujer eneltrasero,yEricmásdentrodemínopuedeentrar. Mis gritos de placer y los de Graciela resuenan en la insonorizada habitación, y eso a los hombreslosponeamil.Entonces,lapuertaseabreyveoentraraBjörnyaMel.Nosmiran,ensus ojos veo las ganas que tienen de unirse al juego, de participar, pero yo en ese instante sólo quiero jugarconmiamor,conmiEric,conmiZimmerman. Por suerte para mí, Eric tiene un aguante increíble. Sabe dosificarse para que el placentero instantedurecuantodeseemosy,trascorrermeunavezycuandosientequevoyacorrermedenuevo, seagachasobremíymurmura: —Juntos,pequeña...,juntos. Mordiéndomeellabioinferior,meproporcionaunúltimoysecoempellónquehacequeelplacer noslleguesimultáneamenteytengamosconvulsionescomolocossobrelamesa. Conloshombrosdoloridosporestartantoratoconlosbrazoshaciaatrás,nuestrasrespiraciones seacompasan,yentoncesveoqueCésarseacercaaMelyBjörncomienzaadesnudarlamientrasella secolocaelcollardecuero. Sin moverme ni separarme de mi amor, observo cómo comienza el juego entre ellos. Eric me besaentoncesenelcuello,mesientaenlamesay,trassoltarmelasmanos,murmuraenmioído: —¿Todobien,miamor? Dirijomisojososcuroshaciaél.Meduelenunpocolosbrazospero,conunaponzoñosasonrisa, asientoymiamorsonríe. Varios minutos después me entran unas irremediables ganas de ir al baño para hacer pis y, mirandoaEric,digoponiéndomeunadelasbatasrojasquehaysobrelacama: —Tengoqueirallavabo. —¿Teacompaño? —No,cariño,nohacefalta.Enseguidavuelvo. Cuandovoyamoverme,Ericmesujetay,mirándomealosojos,murmura: —Teechabademenos,corazón. Yosonrío.Séaloqueserefiere. —Yotambiénati,miamor—digosonriendodefelicidad. Lobesoy,trasabrirlapuertadelalibrería,salgoycorroalbaño. Dosminutosdespués,yconlavejigavacía,memiroalespejoysonríoalverelcollardecuero deDexterenmicuello.Dexterysusrarezas.Trasatusarmeunpocoelpelo,mecierrolabataroja sobre la cintura y salgo del baño. Camino de regreso hacia el despacho y, cuando me dispongo a entrar,medoydebrucesconalguienquesaleatodaprisa. ¡Mihermana! Alverme,Raquelmeagarradelamanoy,conelgestodesencajado,murmura: —Ay...,cuchu...,ay,cuchu...,¡vámonosdeaquí! —¿Quépasa?—preguntopreocupada. —Tenemosquecogeralosniñosymarcharnosdeaquí. —¿Porqué?¿Quéocurre? Voyamovermecuandomihermanasellevalamanoalabocaymurmura: —No...,noentreseneldespacho.¡Ay,virgencita,quédepravación! Segúndiceeso,séloquepasa,ysemeponelacarnedegallina. Joder...,joder...,joder... Pongounpieeneldespachoy,condisimulo,miroyveoquemehedejadolapuertadelalibrería abiertaalsalir.¡Malditasea! Raqueltirademí.¡Estáhistérica! Comopuedo,lallevohastalacocinaparadarleunvasodeagua. Pobrecita,mihermana,conloimpresionablequeesparaestascosas. Tiembla. Yo me agobio y, cuando se ha terminado de beber el vaso de agua, lo deja sobre la encimeraycuchichea: —Ay,Diosmío...,ay,Diosmío...,¡quéfatiguita! —Tranquila,Raquel.Tranquila. Mihermanasedaaireconlamano,estáblancacomolaceray,comotemoquesedesmaye,la sientoenunasilla. —Teníased—empiezaaexplicarentoncesconvoztemblona—.Vinealacocinaaporaguay,al salir,oíruido.Fuihastaeldespachoy,alentrar,yo...yoviesapuertaabierta,measoméy...y...Ay, cuchu,¡vámonosdeaquí! —Raquel,respira. PeroRaquelestá,comodecíalacancióndeShakira,bruta,ciegaysordomuda,ytiembla...tiembla comounahojadelsustoquetiene. Ay,pobrecita,michicarrona,¡quémalratitoestápasando! Voyaporotrovasodeagua,estavezparamí.Lonecesito.Saberquemihermanahavistoloque havisto,meresecahastaelalma. Bebo...,beboybebomientrasintentopensarrápidamenteenunaexplicaciónquedarlecuandoella seacercaamíymurmura: —Eric...Ericestabaconesosdepravados. —Escúchame,Raquel... —No, escúchame tú a mí —insiste con la respiración entrecortada—. He... he visto algo horroroso, impúdico y guarro. Eric estaba desnudo y mirando, mientras Mel y Graciela estaban a cuatropatascomounasperrillas...Ay,Dios...Ay,quéfatiguita,¡nopuedonidecirlo! —Respira,Raquel...,respira. Peromisorprendidahermananoatiendearazonesy,levantándose,prosigue: —Ellas llevaban unos collares de cuero negros como si fueran perros, Dexter tiraba de una correa, mientras Björn y creo que... que... César las... las... ¡Ay, Dios, qué asco! —Y, tomando aire, suelta—: Estaban follando, ¡follando como conejos! ¡Todos revueltos! ¿Cómo... cómo puedes tener amigosasí? Joder...,joder...,joder,quémalratomeestáhaciendopasaramítambién. Noséquéresponderle. Nunca me imaginé viviendo una escena así con Raquel. Entonces, mi hermana se agacha en el sueloyseponeallorar.Pero¿porquétienequesertandramática? Me agacho con ella con la intención de levantarla y la pobre, hecha un mar de lágrimas, murmura: —Cuánto siento lo de Eric, cuchu..., con lo que tú lo quieres, y... y él... —Y, cogiendo fuerzas, sisea—: Ese desgraciado es un depravado, un cochino, un cerdupedo..., un... un... —Entonces grita levantándosedelsuelo—:¡Ay,virgencitadelaMerced! —¿Yahoraquépasa,Raquel? Mihermanalevantaunbrazoy,señalándomeconundedoacusador,diceconvoztemblorosa: —Tú...túllevasotrocollardeperrillacomolosquellevanellas... Ostras,¡elcollar! Inconscientemente,melotocoymurmuromientrascomienzoasentirunpicorenelcuello: —Raquel,escúchame. Elgestodemihermanahapasadodelhorroralaincredulidady,yasinllorar,dice: —¿Qué...quéhashecho,Judith? —Raquel... —¡Ay, virgencita! ¿Qué te ha obligado a hacer Eric?, porque juro que cojo un cuchillo y le rebanoelpescuezodeladoalado. Hedeexplicarme.Necesitodeciralgoantesdequesaqueconclusioneserróneas. —Raquel—respondo—,Ericnomehaobligadoanada. —¡Mientes! Tratandodenoperderlosnervios,insisto: —No, Raquel, no miento. Eric y yo disfrutamos así del sexo. Y, aunque sé que es complicado entenderlo,niélmeobliga,ninadiedelosqueestánahídentroestáobligado. Veoquepestañea.Loqueacabodedecirladejaloca. —¿Tevaesaperversión?—murmura.Asientoacojonadayentoncesellagrita—:¡Pero¿esque estásmaldelacabeza?! —Raquel,nochilles. Seseparademí.Yointentocogerla,peromedaunmanotazo.Sesientaenunasilla.Séqueno entiendenaday,acomodándomejuntoaella,prosigo: —Eric,yoytodoslosqueestánenesahabitaciónnoestamosmaldelacabeza,Raquel,essólo que,alahoradedisfrutardelsexo,nosgustahacerloconmásgentey... —¡Guarra! Eso es lo que eres, ¡una guarrindonga y una cochina! ¡Qué vergüenza! Tus niños durmiendoapocosmetrosdeaquíytúzorreandocomounaperdida. —Raquel...—murmurointentandoentenderla. —¿Cómopuedegustarteeso? Entiendosuindignación. Entiendoloquepiensa. Entiendoquepiensemilcosasdemí. YotambiénpensétodoesolaprimeravezqueEricmemostróesemundo.Asípues,tratandode ponermeensulugarytambiéndehacerlecomprender,prosigo: —Yo no lo veo como una cochinada, sino simplemente como otro modo de ver, entender y disfrutar del sexo. —Y, antes de que pueda hablar, añado—: Eric y yo somos una pareja normal, comotú,comoBjörnyMeloDexteryGracielapero,alahoradelsexo,nosgustaalgomás. —¿Parejanormal? —Sí. —Mira,guarrindonga...,esodenormalnotienenada.Esolohacenlosdepravadosylosqueno estánbiendelacabeza.Ytú...ytú...¡Ofú,quécalor! —Aver,Raquel—insistorascándomeelcuello—.TúmismamehasconfesadoqueJuanAlberto ytúdisfrutáisenvuestracamajugandoconvibradoresyconsoladoresy... —Esonoeslomismo,Judith... —Loes.Escúchameydéjameexplicarme. —Nodigastonterías. —Raquel, tú y tu marido jugáis como jugamos Eric y yo. La única diferencia es que nosotros jugamoscongentedeverdadyvosotrosconaparatosdesiliconayconvuestraimaginación. —Pero¡¿quétonteríaestásdiciendo?!—chilla. —No digo ninguna tontería, Raquel. —A continuación, clavo la mirada en ella y pregunto—: ¿PorquéjuegasconvibradoresconJuanAlberto? Mihermanaseponeroja,peroalverqueesperocontestaciónresponde: —Porquemedalaganaymesaledelpotorro;¿yatiquéteimporta? Sucontestaciónmehacesonreír,einsisto: —Lo haces porque te causa morbo. Que yo recuerde, me dijiste hace tiempo que tenías un consoladorllamadoAlPacinoyotroKevinCostner.¿Porquélespusisteesosnombres? Raquelsedaaireconlamanomientrasyomerascoelcuello. —Hedichoquenoeslomismo—sisea—.Nointentesconvencerme,¡cochina! Vale...,novoyaenfadarmeporquemellamecochina.RaquelesRaquel. —LespusisteesosnombresalosjuguetitosporqueenelfondotegustaríaquefueranAlPacinoy KevinCostnerquienesestuvieranallí—insisto—,y... —Por favor, ¡cuánta tontería tengo que oír! —grita mi hermana—. ¿Quieres dejar de decir porquerías desagradables? Que tú seas una guarrindongui no significa que yo tenga que serlo también.Ay,Judith,quédecepción,¡quédecepción! —¿Me consideras una guarrindongui? —Raquel ni siquiera pestañea, y añado—: Pues siento muchoquepiensesesodemí. —Cuandopapáseentere... —¡¿Qué?! Ah,no...,esosíqueno. Enesteinstante,sacotodamiartilleríapesaday,mirandoamihermana,replico: —Raquel, si se te ocurre decirle algo a papá de mi vida sexual, ten por seguro dos cosas: la primera,quenovolveréahablarteenlavida,ylasegunda,queéltambiénsevaaenterardelobien quetelomontasconAlPacinoyKevinCostner. Nosmiramos.Ellaestáenfadada.Yotambién. Eneseinstante,JuanAlbertoentraenlacocinaencalzoncillosy,mirandoamihermana,dice: —Michiquita,estabapreocupadoportutardanza.¿Quéocurre? Mihermanaselevantayhuyedemiladopararefugiarseenbrazosdesumarido,cuandoenese momentoapareceEricconunatoallaalrededordelacinturaymemira. —Cariño,¿quépasa?—dice. AlveraEricdeesaguisa,Raquellomiray,comounaverdulera,grita: —¡Guarro,degenerado,indecente,vicioso,corrupto,inmoral...!¡Esoesloquepasa! Sumaridoyelmíosemiransorprendidosmientrasyoresoplo.Merascoelcuelloylepidoa Ericconlamiradaquenodiganada.Sinduda,Raquelnolovaaponerfácily,caminandohaciaella, siseo: —Sivuelvesainsultaramimarido,teaseguroque... —Pero¿quéospasa?—insisteJuanAlberto. Raquel se calla, no dice nada. A sabiendas de que luego se lo va a contar, me planto ante mi cuñadoyexplico: —RaquelacabadedescubrirqueaEric,amíyaalgunosmásdeestacasanosgustauntipode sexodiferentedelquevosotrospracticáis.Esoesloqueocurre. Ericmemirasorprendidoporloquehedicho,yyoañado: —Y yo le he dicho que, mientras vosotros jugáis con consoladores y vaginas de silicona, nosotrosjugamosconpenesyvaginasdecarneyhueso.¿Dóndeestáelproblema? Juan Alberto abre la boca. El pobre está tan sorprendido como Eric y, mirando a mi hermana, dice: —Escucha,relinda... —Vámonosdeaquí.Noquieroestarenestacasacorruptallenade...de¡inmorales! —Raquel...—susurroparapedirlecalma. —¡Vámonos!—vuelveagritarella. —¿Ahora?—preguntamipobrecuñado. —No,elmesqueviene,¡notejode!—insisteRaquelmalhumorada. TrasintercambiarunamiradacómpliceconEric,quedeprontomehacepresuponermásdeuna cosa,elmexicanomurmura: —Cariño,losniñosestándormiditosencasademistíos.¿Cómolosvamosadespertar? —Medaigual—insistelacabezotademihermana—.Noquieropermanecerniunsegundomás bajoelmismotechoqueestosperdidosysucioscochinos. —Raquel,comovuelvasainsultarnos,tejuroquemevoyaenfadar—siseo. Ericmecogedelamanoymesujeta.Meconoceyestáviendoquealfinallevoyacruzarlacara amihermanacomosigaporesecamino. —Escucha, mi reina —dice Juan Alberto—, quizá no sea el mejor momento para decirte esto, peroantesdeestarcontigoyotambiénpractiquéloqueelloshacen. —¡¿Qué?!—gritamipobreRaquel. ¡Tomayaaaaaaa,loqueacabadeconfesarmipobrecuñado! —Participé en orgías —prosigue él—, y en su defensa tengo que decir que no me considero ningúncorruptoniningúndegenerado.Essólounaclasemásdesexo,tanrespetablecomolaquetúy yopracticamos. Labocademihermanaseabre...,seabreyseabrey,cuandonosepuedeabrirmás,yestáclaro quevanasalirdeellasaposyculebras,Ericdice: —JuanAlberto,llévateatumujeralahabitaciónytranquilízala. Inmóvil,veocómomicuñadoagarralamanodemihermanay,sindecirniunapalabramás,tira deellacongestotoscoyambossemarchan. El corazón se me va a salir del pecho mientras me rasco el cuello. Eric me sujeta entonces la mano,lomiray,quitándomeelcollardecueronegro,musita: —Cariño,teestásdestrozandoelcuello. Agobiadaporloocurrido,merefugioensusbrazos. —Llévamealacama—lepido—.Necesitocerrarlosojosydesconectar. 26 A la mañana siguiente, todos saben lo ocurrido. Todos menos los padres de Dexter; ya se encarga JuanAlbertodequeRaquelnoabralaboca. Mihermanaestáenfadaday,porloqueveo,consumaridotambién. Pobre,¡laquelehacaído! MelyGracielaintentanhablarconella,perolacabezotadeRaquelsehacerradoenbanda,sólo veennosotrosaunosdegeneradosy,cuandopasapornuestrolado,enespecialporelmío,melo diceapesardelosgruñidosdeJuanAlberto. —Jodercontuhermana—protestaMel.Luegomellevahastalaterraza,dondenossentamosa tomar el sol, y añade para quitarle hierro—: Bueno, la verdad es que si mi hermana Scarlett se enteraradecómoesmividasexual,seguroquereaccionaríacomoella. Gracielasenosacercaconunascopasysesientaconnosotras. —Debéiscomprenderlas—dice—.Notodoelmundoentiendeestetipodeprácticassexuales. —Losé—afirmoviendoaEricsonreíralapequeñaHannah—,eintentoponermeensulugar, porqueellaesmuytradicional. —Bueno..., bueno... —dice Mel riendo—. No te fíes de las tradicionales, que ésas luego son las peoresylasmásviciosillas. Lastresreímos,yluegoyoañado: —No, en serio, Raquel siempre ha sido muy tradicional en temas de sexo. Con su anterior marido, sé que hizo el misionero y poco más, pero con Juan Alberto estoy segura de que se ha espabilado,ymásqueseespabilarátrasenterarsequeéltambiénparticipóenorgíasenotraépoca. Denuevoreímos.Québrujassomoslasmujerescuandonosjuntamos. —Jud—diceGracielaentonces—.Yaséquenotevaelsado,pero¿notegustócómoanochete atóEriclasmanosalaespalday...? —Nomedisgustó,peroprefierotenerlasmanossueltas—respondo. —Pero¿noteexcitó?—insiste. Silopienso,claroquemeexcitó. —En ocasiones —digo bajando la voz al ver a Sami correr por nuestro lado—, Eric y yo nos atamosanuestracamay... —Peronoeslomismo,Jud—vuelvealacargaGraciela—.Ayerteatóenunjuegodevariosy pudeverensucaraquedisfrutabaconello. Esomesorprende.Sinlugaradudas,leviolacaracuandoestabadetrásdemí. —Queno—repito—.Queelsadonomeva.Quenomegustasufrir. —Yonosufro...,alrevés,disfruto—diceGracielariendo. Meldauntragoasubebiday,despuésdequePipanosindicaquesellevaalosniñosalasalade juegos,murmura: —Amítampocomeva. —Pero¿lohasprobado?—preguntaGraciela. Melasientey,bajandolavoz,cuchichea: —Loprobéhaceañosconuntipo.Peroundía,traspasarmeunbuenratoatadaysuspendidaenel aire,decidíquenoeralomío.Aunque,bueno,reconozcoquecuandoheestadoenlacruzsujetasí mehaexcitadoylohepasadobien. —¿Teexcitalacruz?—pregunto. —Sí, y a Björn también —dice sonriendo con picardía—. Creo que deberías probarlo. Estoy seguradequetegustaría. —¡Niloca!—resoplo—.Siaccedoaeso,sindudaaccederéamáscosas,yrepito:¡pasodelsado! MelyGracielasonríen.Ambaslohanprobado.Estaúltimacuchichea: —PruébaloconEric.Hacetiempo,Dextermecontóquelostresestuvieronenalgunafiestecita BDSM.Y,porloquesé,selopasaronmuybien. Melyyonosmiramos.Primeranoticia. —¿Ycuándodicesquehanestadoenesasfiestecitas?—preguntaMelcambiandoeltonodevoz. Alversureacción,Gracielaseapresuraaresponder: —No...,no...,noesactual.Élmecontóquefuehaceaños. EnesemomentoapareceDextery,posicionándosejuntoasumujer,pregunta: —¿Dequéhablantrespreciosasmujeresbajoelsol? —Desado—respondeGraciela. Dextersonríe. —Mividalinda,viciosayhermosa—murmura—.Sonlasdocedelamañana,lacasaestállenade gente y mis viejos están en el salón con nuestros bebitos. Pero, si no estuvieran, ahorita mismo te desnudaría,teataríasobrelabanquetayjugaríaunbuenratitocontigocomonosgusta. Gracielasonríe,seacercaalasilladeruedasdesumaridoylobesa. —Nilostacosestántansabrososcomomidueña—murmuraDexter. Melyyonosmiramosysonreímos.Losreciénestrenadospapisestáncomoatontados.Cuandoel besoacaba,Dextermemirayseñala: —Tu hermana está totalmente norteada. Si seguimos su plan, vamos a entrar en broncas. Ni te cuento,lohasoltadotodoporsuboquitacuandomehavistoestamañanita. Asiento.Meimaginoamihermana,mientraspiensoquépuedodecirleohacerparaquerespetelo que yo hago. Al fin y al cabo, se trata de respetar. Yo respeto lo que a ella le gusta, y ella debería respetarloqueamímegustapero,claro,¡hazleentenderesoamidramáticahermana! EneseinstantesalenalaterrazaBjörnyEricmuyserios. —¿Quéocurre?—pregunto. —Creoquehayuncoreanoalemánqueselaestájugando—diceBjörn. Aloíreso,rápidamentemiroaEric. —¿Quéhahecho? Ericsesientaamiladoysuspira: —Mimadrenomelohadicho.Pero,cuandoregresemos,metemoquetendremosquehablarcon ciertoadolescenteconflictivo. Resoplo. No quiero ni pensar qué habrá hecho ahora e, intentando relajar a mi amor, apoyo la cabezasobresuhombroymurmuroparahacerloreír: —Túyyosolosenunaisladesiertaseríamostremendamentefelices,¿verdad? Miamorsonríey,acercandolabocaalamía,murmura: —Contigo,encualquierlugar. Esa noche, en la intimidad de nuestra habitación, Eric me sorprende cuando me pide que me pongaelcollardecuero.Lohagogustosay,trasdecirmequeconfíeenél,meataalacabeceradela camaycomienzaadarmeórdenesqueyoaceptoencantadamientrasmehaceelamorconexigencia. Unavezacabamosnosreímosy,cuandomedesata,preguntomientrasestamostumbadossobrela cama: —¿Atitegustaríajugarconmigoatadaaunacruz? Miamormemiraysonríe. —Nuncaharénadaqueatitedesagrade. Vale.Surespuestamegusta,peroinsisto. —Pero¿tegustaría? Denuevosumiradametraspasa. ¡Dios,cómomeponeesamirada! Séquedudasurespuesta.Sabeloquepiensodeesascosas,perofinalmentesusurra: —Claroquemegustaría. Deprontoselevantay,tendiéndomelamano,dice: —Ven. Me levanto. Me pasa una bata que me anudo a la cintura y, tras ponerse él otra, me coge de la manoysalimosdelahabitación.Veoquemellevaalahabitacióndelplacer.Ericponelaluzrojay cierralapuerta. Concuriosidad,observolosartilugiosqueDextertieneallí.Sinduda,aélyaGracielalesgustan cosasqueniamíniaEricnosvan. —¿Tefíasdemí?—preguntamiamormirándomealosojos. Meentralarisa.Claroquemefíodeél.Entonces,mebesa,desataellazodemibata,éstacaeal sueloyyoquedototalmentedesnuda. Excitada, me agarro a Eric y disfruto de un increíble beso, hasta que él me separa, me coge la manoymellevaantelacruzacolchada. Yolamiro.Éricmemiraamíydice: —Enlacruzsepuedenjugaramuchascosas.Nosóloaloquetúcrees. Actoseguido,medalavuelta,meponedeespaldasaél,subemismanoshaciaarribay,conunas cintasquecuelgandelacruz,comienzaaatármelas. —Eric... Miamormeapaciguapaseandolabocapormicuello,lochupaymurmura: —Tranquila,pequeña...,tranquila. Cuando termina de atarme las manos, se agacha y me hace separar las piernas. Con una cinta, sujetaunodemistobillosyluegoelotro. Una vez me tiene totalmente inmovilizada en la cruz, miro hacia atrás. Con Eric nunca tengo miedo de nada. Entonces observo cómo se desabrocha la bata y ésta cae al suelo y él queda tan desnudocomoyo. Laluzroja,yoatadayverlodetrásdemíconlograndequeesmeintimida.Meponelacarnede gallina,peronodigonada.Ericnuncameharíadaño. Actoseguido,looigomoversey,depronto,unamúsicaestridentequenoidentificocomienzaa sonar. Entonces, veo que Eric coge un azotador con flecos rojos y, pasándolo por mi cuerpo, murmura: —Cierralosojos,pequeña. —Eric... Intentomoverme.Lasensacióndeestarinmovilizadameagobia,peroélinsiste. —Ciérralosyconfíaenmí. Hagoloquemepide.Confíoenél. De pronto siento cómo comienza a pasear el azotador por todo mi cuerpo. Es suave, increíblemente suave y, cuando me estoy acostumbrando a su suavidad, un picor en las nalgas me haceabrirlosojosyoigoqueEricpregunta: —¿Duele? —No. Miamorsonríeyahorasientoelpicorenlaotranalga. Duranteunrato,Ericmeazotaconcuidadolasnalgas,losmuslos,laspantorrillasylascostillas. Elpicoresgustosoy,cuandonotoqueelcuerpoenteromearde,élsueltaellátigo,posasuduropene enlaentradademivaginaymepenetra. Grito. Nopuedomoverme.Atadacomoestoydepiesymanos,metienetotalmentedominada.Eric,mi grandullón,aprietaelpeneenmiinteriorymurmura: —Lacruzteinmoviliza,ytetengototalmenteamimerced.¿Lonotas? Asiento...,nopuedohablar. Apoyalasmanosenmicinturaylamasajeamientrasmeempalaconlentitud.Después,susmanos vanhastamivientre,bajan...,bajanybajany,cuandosudedosecolocasobremiclítorisyloacaricia, Ericsusurraenmioído: —Nomevaelsadoylosabes,peroahoramismomeencantaríaquedelantedetihubieraalguien chupandoloquetocomientrastefollo.Imagínalo.Imagínalo,pequeña,ydisfruta. Extasiadaporloquelaunióndetodoesomeestáhaciendosentir,jadeoenelmomentoenqueél comienzaabombearenmiinteriorcomounanimal.Gimo.Meentregoaél.Micuerporebotacontra la cruz acolchada y noto que la sensación me gusta. Me gusta estar sometida mientras el duro y exigentepenedeEricentraysaledemí.Nuestrosgritosdeplacernacenymuerenenlahabitación, hastaqueelgocenospuedey,trasunaúltimaestocada,losdosllegamosauncalienteclímax. Acabado el loco momento, ambos permanecemos apoyados en la cruz unos instantes; yo sobre ella, y Eric sobre mí. Necesitamos que nuestro resuello se tranquilice, mientras la música cañera suenaanuestroalrededor. Minutosdespués,Ericsaledemí,sientocómoseagachay,trasdarmeunmordisquitoenlanalga derecha,medesatalostobillosparalevantarsefinalmenteydesligarmelasmanos. Unavezliberada,medoylavuelta,justoenelmomentoenqueEricapagalamúsica.Elsilencio nosllena,nosmiramos,sonríoyélsonríey,trasdarnosunfugazbeso,miamormeagarraporla cinturaydicemimoso: —Esto es lo máximo que yo quiero hacer contigo en la cruz. Nunca haría nada que te pudiera incomodarnidesagradar,¿entendido? Asientoysonrío.Sinduda,miamorsabeloqueaambosnosagrada,yesomehagustado. Pasan dos días en los que por las noches, cuando los niños duermen, Eric y yo, solos o en compañía,jugamosatodoloquesenosantoja.Atodo... Raquelsiguesinhablarme,noseacercaamí,perocomienzaacomunicarseunpocomásconlos demás.Sinduda,continúaenfadadaconmigo,yosoysuguarrindonguihermanay,conociéndola,me vaamartirizarelrestodemivida. Llegalafechadelbautizoyamaneceunpreciosodía.Todosnosponemosnuestrasmejoresgalas ysalimosendistintoscocheshacialaiglesia. Durantelahomilía,ErictienequesaliralacalleconHannah.Comosiempre,elmonstruitolaestá montando.YomequedoconelpequeñoEric,quejuegaconSamisobreelbancodelaiglesiaconun cochecito. Condisimulo,observoaRaquelyveoquemiraalfrentemuydignamientrasescuchaloquedice el sacerdote. El cura habla de saber perdonar y entender, e inconscientemente sonrío. ¡Vamos, que parecequesabeloquehapasado! Unavezbautizadoslosmellizos,todoslosinvitados,quesomosmásdecien,nostrasladamosal Club de Golf México, un lugar precioso y colorido. Nada más llegar, unos atentos camareros nos hacen pasar a uno de sus bonitos salones para el banquete, y, todo sea dicho, me pongo morada a canapés. ¡Quéricoestátodo!Yquépocomeimportanahoraloscincokilosengordados... Pipa y las cuidadoras se llevan a los niños para darles de comer. Los pasan a un salón más chiquitito con otros niños y allí comen, juegan y duermen la siesta mientras los mayores nos sentamostranquilamente. Cuando acaba la comida, y los niños siguen durmiendo, nos quedamos sentados a la mesa charlando, y entonces observo que mi hermana discute al fondo del salón con Juan Alberto. Desde quehavistoloquehavistoyélhaconfesadoalgodesupasado,sindudalacosasehacomplicado. Nolesquitoelojodeencima,hastaqueveoquemicuñadosedaporvencido,sedalavueltayse alejadeella.Eric,quetambiénsehadadocuenta,murmura: —Esteviajecitonolovaaolvidarenlavida,elpobre. Asiento.Desdequemihermananomehabla,lopagatodoconél. PorsuerteparaRaquel,elmexicanoestranquilo,muytranquilo,perotambiénestoyconvencida deque,comosecabreeylolleveallímite,mihermanalovaapasarmal. VeoentoncesqueJuanAlbertosedirigealbary,trasguiñarleelojoaEric,voyasuencuentro. Cuandollego,mesientoeneltaburetedealladoy,mirandoalcamarero,pido: —Póngamelomismoqueél. Micuñadomemiraysonríe. —Adoroatuhermana—dice—,laquieromásqueamivida,perocuandoseponetancabezota medanganasde...de... Asiento.Entiendoloquequieredecir,ymurmuro: —Lamentomucholoquehapasado,ymesientoresponsabledevuestrasdiscusiones. Elcamarerodejaantenosotrosdosbotellitasdeagua. —Guauuuu...—exclamodivertida—,¡veoquevasfuerte,cucuruchillo! JuanAlbertosonríey,mientrasmesirveelaguaenunbonitovaso,señala: —Elaguasiempreaclaralasideas. Esomehacesonreír.Sinduda,mihermanahaencontradoaunbuenhombre.Cuandoterminade llenarsuvaso,dice: —Yointuíaqueaquellanocheterminaríaisenlahabitacióndelplacer. El agua se me va por otro sitio. Me ahogo. Juan Alberto se ve obligado a darme un par de palmaditasenlaespalday,encuantomerecupero,murmuro: —¿Porquélointuías? Micuñadosonríeysuspira: —Cuando me divorcié, tuve una temporada loca. Dexter me invitó a su habitación del placer variasvecesconunasmocitasmuyguapasy,porsupuesto,acepté.ConozcoaCésaryaMartínysé quéclasedesexolesgusta.Además,nosoytonto:vilasmiradasqueintercambiabanconEricycon Björnlaotranocheeimaginéloqueibaaocurrir.PoresoaniméaRaquelparaquenosfuéramosa lacama. —Ay,Dios... —No te apures, preciosa —dice sonriendo con complicidad—. Disfrutáis del sexo a vuestra manera,yestanrespetablecomoeldisfrutequeyotengocontucabezonahermana.¿Teimaginassi lepropongoalgoasíaRaquel? —Teabrelacabeza—memofo. Ambosreímosporaquelloyluegoélañade: —Pero tenías razón en lo que dijiste la otra noche. Nosotros jugamos en la intimidad como lo hacéisvosotros,conladiferenciadequeEricytúhacéisloqueosgustaporqueestáisdeacuerdoy, enmicaso,yonolopropongoporqueséqueRaquelmemataría.Poresomeconformoconjugar con aparatitos de silicona, imaginar y fantasear. Y, una vez dicho esto, siempre negaré que lo he dicho,¿entendido,cuñada? Sonrío.Unavezmás,JuanAlbertomehacesonreír. —¡Quégrandeeres,tío,quégrande!—exclamo. Unahoradespués,EricnospideunosManhattanaMel,aGracielayamí.Sabequenosgustan muchoy,mientrasbebomicóctelyescuchocómoBjörnlehacepedorretasamipequeñaHannah, observoaDexterjuntoamihermana.Estánlosdossolostraslascristalerasdelazonadebanquete hablandoyveoqueambosgesticulanconlasmanos.Sinlugaradudas,estándiscutiendo. —CreoquedeberíasavisaraJuanAlberto—ledigoentoncesaEric. —¿Porqué? —PorqueDexterymihermanasonunabombaderelojeríajuntosylapuedenliarmuymuymuy gorda. Ericasiente,perosinlevantarsemurmuramientrasjuegaconelpequeñoEric: —Tranquila,JuanAlbertoyaestápendientedeellos. Mirohaciaellugardondemeindicamiamoryveoamicuñadojuntoalosniñoshablandocon lospadresdeDexter,mientrascondisimuloobservaaRaquel. Eltiempopasa,yDexteryRaquelsiguenjuntos.¿Dequéhablarán? Meagobio.Elmexicanotieneunalenguadedoblefiloquepuedehacerledañoamihermanasi quiere.Perodeprontoveoqueseabrazan.¡Tomaya! DexterymihermanaseabrazanyEricmurmurasonriendo: —Comonegociador,notieneprecio. Björnsonríeyafirmaviendolomismoquetodos: —Yasabemosqueeselmejor. Boquiabierta,veocómoDextersealejadeRaquelensusilladeruedas,seacercahastanosotros, memiraydice: —Midiosa,cuandopuedas,tuhermanaquierehablarcontigo. —¿Conmigo? Dextersonríe,sientaaGracielasobresuspiernasymusita: —Vetranquila,milinda,lafierayaestáaplacada. Lomiroboquiabierta.¿Quélehabrádicho? De nuevo, busco con la mirada a mi hermana y compruebo que no está donde estaba segundos antes.Rápidamentemisojoslabuscanporelsalónylaencuentrojuntoasumarido.Delamanoselo llevaaunlado,hablanyfinalmenteveoqueambossonríenyRaquellobesa. DenuevomiroaDexterypregunto: —Pero¿quélehasdicho? ElmexicanodauntragodelManhattandesumujeryresponde: —Laverdadysólolaverdad. Durantevariosminutosobservocómomihermanaysumaridosehacenmimitoshastaqueella denuevosevasolaysesientatraslascristaleras.Sevuelvehaciamíymesonríe. EntoncesEricmeacercaaél,medaunbesoymurmura: —Veconella.YoestarépendientedeHannahhastaquePiparegreseconEric. Melevantocondecisión,MelmeguiñaunojoycaminohaciadondeestáRaquel.Unavezllegoa sulado,ellamemiraporprimeravezenvariosdíasy,conlosojosllorosos,murmura: —Cuchu...,¿tepuedessentaramilado? Sindudarlolohago.Yo,porella,hagoloquesea. Actoseguido,minerviosahermanacogemimanoydice: —Séqueenocasionessoyegoístaymáscerráqueelculodeungorrión,perotambiénséquete quieroyquenoquieroseguirenfadadacontigo. —Yotampococontigo—respondo. Raquelasientey,trassecarselosojos,prosigue: —Reconozcoque,cuandoviloquevi,measusté.Sabesqueesascosasnovanconmigonicon misideas,pero...peronodeberíahaberdicholasburradasquedijelaotranochedeEricydeti.Y, antesdequedigasnada,porsupuestoquenoteconsiderounaguarrindonguiniunadescerebrada,ya Erictampoco.Creoqueeresunahermanafantástica,unahijamaravillosayunatíadetussobrinos increíble.Y,siatiyatumaridoosgustaesetipodesexo,¡adelante!Nohacéismalanadie,nomatáis anadie,noherísanadie,sólodisfrutáisdevuestrasexualidadavuestromodo,aunqueamímesiga pareciendounalocura. Bueno...,bueno...,bueno...,¡simepinchan,nosangro! ¿Quiénesésaydóndeestámicuchu-hermana? Durante varios minutos, Raquel habla y habla, hasta que, dejándome boquiabierta, me abraza y añade: —Ericytúosqueréis.Soisunaparejamaravillosaalaquemuchosenvidian.Yotengolamejor hermana del universo y por nada del mundo voy a permitir que nuestra bonita relación se acabe porqueyonohagalascosascomotú. Laabrazo.Aisss,loquequieroyoamiRaquelita. —Tequiero,tonta...—ledigo—.Tequieromuchoy... —Cuchu—meinterrumpebalbuceando—.Dextertienerazón.Enocasionesdamosimportanciaa enfadostontossinpercatarnosdequeesastonteríasnosrestanfelicidadhastaquepasaalgorealmente importante y entonces ya no hay forma de recuperar el tiempo perdido. Yo no quiero perder el tiempocontigoporquetequiero—lacaraseledescuajeringacomoaunchimpancé—,ereslamejor hermanadelmundo. Sonrío.Meemocionoy,abrazandoalatontademihermana,afirmo: —Yotambiéntequiero,telohedichoytelodirétodaslasvecesquequieras. —¿Aunquetehayallamadoguarrilladegenerada? Sueltounarisotada. —Porsupuesto. Mihermanaselimpiaconcuidadolosojosparaquenoselecorraelmaquillajeycuchichea: —Que conste que sigo escandalizándome cuando pienso en lo que haces con tu marido, pero estoyavergonzada;¡tellaméguarrilla!¿Cómopudehacerlo? —Teloperdono—digoysonríomirándola—,yteloperdonoporqueséqueenlaintimidad,con tucucuruchillo,erestanguarrillaydegeneradacomoyo. Raqueltambiénsonríeyseponeroja. —Ay,tonti,¡nodigaseso!Porcierto,tengoquedecirteunacosaoreviento. —Túdirás—respondodispuestaaescucharloquequiera. Mihermanamemiray,trasunodesussuspiritos,dice: —Comodiríapapá,quienjuegaconfuegosequema.Tencuidadoynotequemes. Vuelvoareír,esimposiblenohacerlo,cuandoañade: —¿Sabes?Teníasrazónenalgo. —¿Enqué? Raquelseacercamásy,bajandolavoz,cuchichearojacomountomate: —EnquecuandojugamosconAlPacinooKevinCostner,cierrolosojosypiensoenellos.¡Soy unzorrón! 27 El día de nuestro regreso a Alemania, en cuanto llegamos al aeropuerto y pienso en Flyn, se me abrenlascarnes.¿Quénosencontraremoscuandolleguemos? Tras despedirnos de Mel, Sami y Björn, Norbert, que ha ido a recogernos, nos saluda y el pequeñoEricsetiraasusbrazos.Loquieremuchísimo. Una vez nos montamos en el coche, Norbert nos pone al día de cómo ha ido todo en nuestra ausencia, pero no habla de Flyn. Lo omite totalmente. Al llegar a casa, Simona sale a nuestro encuentroybesuqueaconamoralospequeñosmientrassaludaaPipa,quesonríe. Entonces,elteléfonodeEricsuenaysealejadenosotrasparacontestar.Veoquesemeteensu despacho y yo abrazo encantada a Simona. Hablamos durante un buen rato y, cuando Eric sale del despacho,memiraypreguntacongestoserio: —¿VamosaporFlyn? Yoasientoy,alversuexpresión,inquiero: —¿Ocurrealgo? Nuestrosojosseencuentranymiamor,relajandoelgesto,sonríeymeagarraporlacintura. —Nadaimportante—dice. LosniñossequedanennuestracasayEricyyovamosaladeSoniaaporFlyn.Alllegarnos encontramosamicuñadaMartaconmisuegraquenoshacenuncalurosorecibimiento. —¿Cómoestás?—preguntomirandoaMarta. Micuñadasonríey,tocándosesubarriguita,responde: —Felizcomounaperdiz,nerviosaporladespedidadesolteradelmartesylabodadelsábado,y asquerosamentevomitiva. TodossonreímosyentoncesEric,alquehevistomiraranuestroalrededor,pregunta: —¿DóndeestáFlyn? Aloíreso,Soniaponelosojosenblanco. —Arriba.Ensuhabitación—responde—.Antesdequeloveas,tengoquedecirtequeestoymuy... muyenfadadaconél. —Yodirectamentelohabríamatadoporloquehahecho—afirmaMarta—.Pero,tranquilos,las aguashanvueltoasucauceytodoestásolucionado. —Pero¿quéhahecho?—preguntoansiosa. —Ay,hija...,estosmuchachosdehoyendíanotienencabeza—murmuraSoniasentándose. Al oír a su madre, Eric se sienta a su lado. Oh..., oh..., su gesto se endurece. Y, una vez nos sentamosloscuatrocongestocontrariado,finalmenteexplotaysisea: —¿Mepodéisdecirdeunasantavezquénariceshahecho? —Hijo...—murmuraSonia. Amímeestáentrandoelnervioy,cuandovoyallevarmelamanoalcuello,medoycuentadeque Eric me observa y evito hacerlo. Ver cómo Sonia y Marta intercambian una mirada me hace presuponerqueloquehahechohatenidomiga.Entonces,Martaexplica: —Miqueridosobrinoyvuestroqueridohijo,parahacerseelchulitodelantedesunuevanovieta, que, por cierto, no me gustó un pelo cuando la vi, creó un perfil en Facebook con el nombre de MalotePaloteytuvolagenialideadeinsultaraunamigodelinstitutoysubirunvídeo. —¡¿Qué?!—bramaEric. Yo escucho alucinada. Pero ¿cuántas cuentas de Facebook tiene el puñetero niñato? Entonces, pongo la mano sobre el brazo de mi amor y, tras pedirle tranquilidad con la mirada, pregunto horrorizada: —¿Aquéamigolehahechoeso? —JoshBluke,elhijode... —¿Josh,nuestrovecino?—meapresuroapreguntar. MartaySoniaasienten,mientrasqueEricyyoparpadeamosalucinados. Sinpoderevitarlo,mellevolamanoalaboca.JoshfueelprimeramigodeFlynenelcolegio cuando éste comenzó a relacionarse con los niños. Horrorizada, pienso en él. A pesar de tener la misma edad que nuestro hijo, Josh sigue siendo un crío tímido y apocado. ¿Cómo ha podido Flyn hacerleeso? —Fíjatesiestonto—prosigueMarta,encendida—quesubióaeseperfilunvídeodondeestánen elbañodelinstitutoconelpobreJosh,escupiéndole. —¡¿Cómo?!—gritaEric. —¡¿Qué?!—preguntoyo. —Sí,hijos,sí—prosigueSoniaapenada—.Elcríoencuestión,alsaberloquehabíahechomi tontonieto,selodijoasuspadresyelloslodenunciaronalapolicía.Rastrearonlacuentayelresto yaoslopodéisimaginar. Micaraesunpoema.LadeEricdamásquemiedito. Mi niño, mi tonto niño, por chulear delante de su nueva novia, ha querido hacerle daño a un amigo,sindarsecuentadequeeldañoseloestabahaciendoasímismo. Ericsellevalasmanosalpelo,selotocayséqueestánervioso.Muynervioso. Sumadre,alverlo,posaunamanosobresurodillaymurmura: —Ya está todo solucionado, hijo, no te preocupes. Marta y yo le hicimos cerrar esa cuenta de Facebooky,después,lollevamosacasadeeseniñoaquelepidieraperdóndelantedesuspadres. Yosigobloqueada.¿CómohapodidohacerFlynalgoasí? Ericselevantay,mirándome,dice: —Ven.Tenemosquehablarconél. Asiento. Me levanto a mi vez y, tras ver que Marta y Sonia nos dejan nuestro espacio, nos dirigimoshacialahabitaciónqueelniñotieneencasadesuabuela. Mientrassubimosporlaescalera,cojolamanodeEricy,parándolo,digo: —Porfavor,respiraypiensaantesdedecirtodoloquequieresdecirle. Miamormemira.Asientey,conungestoextraño,musita: —Jud...,estoytanconfundidoporloquehahechoquenoséniquédecirle. Durante unos segundos, los dos permanecemos callados y cogidos de la mano, hasta que finalmentedigo: —Hagamosunacosa.Comoamímevecomoalapolimala,sigamoshaciendoquelocreaasí. —¡Pero¿quédices?!—protesta. —Creoque,sitevemásreceptivoqueamí,hablarácontigodecosasqueseguramenteconmigo novaahablar.Piénsalo,cariño.—Miamorlopiensa...,lopiensaylopiensay,cuandoveoqueno respondeylaansiedadsevaaapoderardemí,pregunto—:¿Quéteparece? —Nocreoquefuncione,Jud. —¿Porqué? —Porque,encuantolevealacara,nosésivoyapodercontenermededecirletodoloqueme rondaporlacabeza. Sonrío.Noesmomentodesonreír,perolohago. —Eso será un gran error, y lo sabes —replico—. Tu madre y Marta ya le habrán echado una buenabronca.Túdebesdecirlealgotambién,peroenestaocasiónesmejorqueseayolaqueleeche elbroncazodelsiglo.Hazmecaso,deverdad.Amíyametieneentrecejayceja,y... —Esquenoquieroquetetengaatiasí.¿Porquétevaatenerentrecejayceja? Miroamiamor.Sinduda,estátansumergidoensutrabajoquetodavíanosehadadocuentadela crudarealidadenreferenciaaFlynyamí,yasiento. —Escúchame,amor.Creoqueenesteinstanteesmejorqueteveaaticomoaunamigoenvezde comoaunenemigo. Ericmemira...,memira...,memiray,finalmente,acercándomeaél,medaunbesoenlapuntade lanarizysusurra: —Deacuerdo. Sonrío.Meencantaqueentreeneljuego.Leguiñounojoymurmuro: —Vamos.Tenemosquehablarconnuestrohijo. Alentrarenlahabitación,Flynestátumbadosobrelacama.Alvernos,enseguidaseponeenpie y,mirándonos,diceantesdequenosotrosdigamosnada: —Séqueloquehehechohaestadomal.Lohepensadoymearrepientodeello.Pero... —Mehasdecepcionado,Flyn—locortaEric—.Jamásmehabríaesperadoestodeti,yteaseguro queJoshtampoco.¿Enquéestabaspensando? AprietolamanodeEric,sientoque,sinolohago,novaaparar.Entoncessecalla,memirayyo, dandounpasoalfrente,digoconesachuleríaespañolaquenosepuedeaguantar: —Increíble,Flyn...Increíble.¿CómohaspodidohacerleesoaJosh?—Élmemira,nodicenada, yyoprosigo—:Simelleganadecirqueharíasalgoasínuncalohubieracreído.Pero¿dequévas? ¿Dechulito?¿Decastigador?¿DeMalotePalote?¿Osimplementeesquehasperdidolacabeza? —Losiento—murmuraFlyn. Ay,pobre...Ay,quemedesarma. No obstante, sin querer caer en mi sensiblería de siempre, sacudo la cabeza y, poniéndome las manosenlacintura,sentencio: —Mira, guapito, Josh fue el primer amigo que tuviste cuando nadie quería ser tu amigo en el colegio, ¿lo has olvidado? A él no le importó que te llamaran ¡«chino»! —grito. Eric me mira sorprendido y yo prosigo—: Ni tampoco le importó que no tuvieras amigos. ¿Y ahora qué pasa? Ahora,cuandohabéiscambiadodelcolegioalinstituto,yéltenecesitaasulado,teolvidasdeél,te echasnuevosamiguitosynoseteocurreotracosamejorquemeterteconél;pero¿quécoñoestás haciendo,Flyn? —Jud... La voz de mi amor me hace entender que debo bajar el tono y, volviendo a mirar al crío, cuchicheo: —Nosólovasaestarcastigadoeltiempoquedigatupadre,sinoqueahoratambiénvasaestar castigadoeternamentepormí.—Y,moviéndomeconchulería,añado—:Y,comoaElkeoaalguno detusnuevosamiguitosselesocurrahacerleodecirlealgoaJosh,tejuropormimadrequeselas vanatenerqueverconmigo.¿Ysabesporqué?—Elcríoniegaconlacabezayyosiseo—:Porque yo,cuandoquiero,quierodeverdad,yaJoshloquieroynovoyapermitirquecuatroadolescentes maleducadosalosquelesfaltaunabuenatortaporpartedesuspadreslehagandaño.Asípues,ya puedesdecirlesatusnuevosamiguitosque,comoyomeenteredequeletosenolomiranmal,selas vanaverconmigo,¿entendido?Y,porsupuesto,olvídatedequedarconellosoverlos.Sitengoque sertusombra,loseré,peroesasamistadessevanaacabar. Flynnodicenada.Sabequeesmejormantenersecallado.Entonces,Ericmemira,meaprietala manoydice: —Deacuerdo,Jud.Bastaya. —¡Basta ya! ¡Basta ya! —grito como un poli malo—. Este mierdecilla, con la nariz llena de granos,sepermitehacerloquelehahechoaJoshytúsólodices¡bastaya! Conscientedeloquehago,Ericrepitesinquitarmelosojosdeencima: —¡Bastaya! Mesueltodesumano.Estoyencendida.TengoganasdedecirleaFlynmilcosasmás,perodecido hacercasoaEricyserenarme.Eslomejor,ynodebopasarme. Flyn nos observa sin moverse, y entonces veo que Eric se sienta en una silla y, con una tranquilidadinusualenél,comienzaahablarconnuestrohijo.Ensilencio,yotambiénmesientoy escuchotodoloquedice.ReconozcoquemeencantaeseladoserenodeEric.Miamoresungran polibuenocuandoselopropone. Flyn lo escucha con atención. Por fin veo que conecta con él, y mis ojos se llenan de lágrimas cuandooigoqueEricdice: —Lo último que voy a decirte sobre este tema es que has hecho daño a un buen amigo tuyo llamadoJosh.Túnoeresunamalapersona,hijo,perosinocambias,sinoponesdetuparte,loserás. Quéverdadmásverdaderaacabadedecirmimarido.Estoyporgritar¡olé...,oléyolé!Perono. Nodebohacerlootodonuestromontajedepolisbuenosymalossevendráabajo. UnavezacabaEric,Flynasienteymemira.Sabequeahoraesmiturnopero,comonotengonada mejorquedecirconrespectoatodoloqueyahadichomiamor,lomiroypreguntomuyseria: —¿Recuerdatuprofesorlatutoría? Elcríomemira.Ensusojosveofrialdadhacialoquedigo,yentoncesresponde: —Sí. Me la recordó el viernes, pero me dijo que la dejáramos para el lunes de la semana que viene. —El lunes de la semana que viene no podré ir —blasfema Eric—. Tengo una reunión programadadesdehacemesesy... —Noimporta,cariño.Iréyo—locorto.Miamorasiente,yyo,sincambiarmigesto,vuelvoa miraraFlyneindico—:Ahorarecogetuscosas,nosvamosacasa. Actoseguido,Ericyyonoslevantamosy,sindecirnadamás,salimosdelahabitación. Cuandollegamosalaescalera,meparoy,mirandoamiamor,susurro: —Estoymuyorgullosadeti.EslaprimeravezqueteveohablarasídetranquiloconFlyn,yque sepasqueloúltimoquehasdichomehallegadoalcorazón. Ericcabecea,sonríey,pasandolamanopormicintura,meacercaaélycuchicheahaciéndome reír: —Gracias, poli malo, y que sepas que voy a tener que aplicarme para domar esa chulería españolaquetesaledelcuerpocuandoteenfadas. Merío.¿Domarmeamíunalemán?Antes,lascabrasvuelan. Veinteminutosdespués,trasdespedirnosdeMartaydeSonia,lostresnosmontamosenelcoche sin decir nada. El silencio es atronador y decido poner música. Instantes después, canturreo eso de «Todoelmundovabuscandoeselugar.LookingforParadise.Oh...Oh...Oh...Oh...».[19] 28 Elmartesporlatarde,cuandomeestoyarreglandoparaacudiraladespedidadesolteradeMarta, dudosobrequéponerme.¿Muyarreglada?¿Muyinformal?LoúltimoqueséesqueGinebrahaliado amisuegray,juntas,hanorganizadolacenaenunrestaurantequenoconozco,porloqueleescribo unmensajeamiamigaMel: ¿Hayquearreglarsemuchoparaelrestaurante? Dossegundosdespués,mimóvilpitayleo: Pasadelrestaurante,piensaenelGuantanamera...¡Azúcar! Leeresomehacesonreír,porloquealfinalmiromiarmarioysacounconjuntodecamisetade tirantesconchaquetaajuegocondiminutaslentejuelasyunosvaquerososcuros.Merecojoelpelo enunmoñoaltoydesenfadado,mepongounasbotasnegrasy,unavezacabo,murmuromirándome alespejo: —Perfecta.¡Arregláperoinformal! Nadamásdecireso,merío.¡CadadíameparezcomásamihermanaRaquel! Sonriendocomounatonta,salgodelahabitación.Sinlugaradudas,Eric,queacabadellegarde trabajar, me mirará con su gesto serio y no dirá nada. No quiere acudir a la cena. Se niega a ir al Guantanamera. Estoy bajando la escalera cuando de pronto oigo una voz que proviene del salón. Alucinada, aguzo el oído para identificarla mejor y, en cuanto lo hago, me paro, cierro los ojos y murmurosorprendidaalcomprenderquesetratadeGinebra: —Pero¿quéhaceéstaaquí? No me cae mal, me parece una buena mujer, pero ¿por qué tiene que creerse que es mi amiga cuandoyonolosientoasí? Sin ganas de permanecer parada en la escalera, retomo mi camino y, al entrar en el salón, me encuentroaGinebraconsumaridoyelmío.Alverme,ellaaplaudeydice: —Aquíestás.¡Oh,peroquéguapatehaspuesto! —Bellísima—afirmaFélix. —Gracias—respondoconunasonrisa. Me gustan los halagos, pero quien quiero que me los haga no ha abierto la boca. Entonces, Ginebradice: —Eric, ¡tienes que venir! Van a ir los maridos y novios de las mujeres invitadas a la fiesta de despedidadesolteradetuhermana,yconesetrajeestásbien.¿AcasoquieresqueJudithestésola?¿O pretendesqueandequitándosealosmosconesdeencimacuandoveanquevasincompañía? Sorprendidaporesaspalabras,miroamiamor.Élmemira...,memiraymemira,yfinalmente dice: —Iré. Boquiabierta,voyadeciralgocuandoGinebrasemeadelanta: —Buena elección. Sin duda, tu mujer se ha puesto tan guapa porque quiere guerra esta noche, ¿verdad? Ericmemira.Yolomiroy,convencidadeloquepasaporsucuadriculadacabeza,replico: —Yosóloquieroguerraconmimarido,Ginebra. Observo que mi aclaración hace sonreír a Eric, y la aludida, consciente del tonito de mi voz, añade: —Normal,cielo.Tontaseríassinolaquisierasconunhombrecomoél. SéqueloquehadichoesunpiropohaciaEric,peromemolesta.Nomegustanadaquesetome esas licencias con nosotros cuando yo, particularmente yo, nunca se las he dado. Eric, que me conoce,memiray,dándomeunbesoenloslabios,dice: —¿Quieresquevayacontigo? Comonotengoganasdemontarleunnumeritodelantedeesosdos,afirmo: —Claroquequiero.¿Porquélodudas? Dossegundosdespués,miamorsaledelsalón,vaacambiarsederopayyomeexcusoparaira verlosniños.Cuandoregreso,Ericyaestádevueltavestidoconunacamisanegra,unospantalones vaquerososcurosyunaamericana. ¡Dios...,quéguapoestá! —Loshombrescenaremosconelnovioenelrestaurantedeunamigo—oigodeciraFélix. Esonolehacenipizcadegraciaamiamor,peronodicenada.Yahadichoquevieneynovaa cambiardeopinión.Diezminutosdespués,nosdespedimosdePipaydeSimonayloscuatrosalimos de casa, nos montamos en nuestro coche y vamos hasta la casa de Björn y de Mel. Aparcamos el vehículo, bajamos y le envío un mensaje a mi amiga para decirle que estamos allí. Dos minutos después aparecen, y Björn, al vernos, se frota las manos y con gesto guasón murmura mirando a Eric: —Cenitadehombres,¡quéilusión! Al oírlo, Mel sonríe como sonrío yo. Sin duda, esa cenita le apetece tan poco a Björn como a Eric. —ReservaréunbailecitoparatienelGuantanamera—murmuraMel. ElgestodeBjörncambia.Yanosonríey,atrayéndolahaciasí,perciboqueledicealgoaloído quesóloellossabenyloshacereír. Entonces,sientolaspoderosasmanosdemiamorrodeándomelacinturayoigoquediceenmi oídoantelaatentamiradadeGinebra: —Pásalobienenlacena.Mástardenosvemos. Asiento.Lobesoyrespondo: —Yatúsabes,miamol,dóndeestaré. Ericsonríe.Mevuelvelocaverloasíy,besándolodenuevo,afirmo: —Hereservadolosmejoresbailesparati. Denuevovuelveasonreír.Detodosessabidoque,comomucho,Ericmueveelcuellooelpiey, mientras le doy un último beso, veo que un taxi se detiene para nosotras. Tras guiñarle el ojo con complicidad, me monto atrás junto a Mel mientras Ginebra, que sube delante, le da la dirección al taxista. Alllegaralrestaurante,mesorprendoalverlacantidaddemujeresquesomos.Yocreíaqueibaa serunacenitamásomenosíntima,perono,alfinalsomostreintaydos.Marta,micuñada,felizcon lafiesta,nosabraza.Estáguapísimaconsuvestiditohippy.Meencantaelestilazoquetienelajodía. Sepongaloqueseponga,¡todolequedabien!Inclusoembarazadapareceunatopmodel.¡Quésuerte lasuya! Sonia,misuegra,estádespendolada.Ríe,bromea,aplaude,brindayselopasabomba.Sinduda, sialguiensabesacarlejugoalavida,¡ésaesmisuegra! MelyyoconocemosaalgunasamigasdeMartayaunpardelasdeSonia,peromedoycuentade queGinebraconoceamuchamásgentequeyo.¿Cómopuedesereso? Rápidamentemedoyrespuestaamipreguntacuandomeenterodequeamuchasdelasamigasde misuegralasconocedelaépocaenqueestuvoconEric,yalasamigasycompañerasdeMartalasha conocidoporwasapporquehaorganizadolacenajuntoaSonia. Melmemira.Séquepiensalomismoqueyo.Ginebraestátomandounprotagonismoincómodo juntoamicuñadaymisuegra,peronoseréyoquiendiganada.Noquieroquevayanapensarcosas raras. Intento que no me afecte nada, ni siquiera cuando muchas de las mayores le dicen a Ginebra aquellode«québonitaparejahacíaisEricytú». Mecallo.Eslomejorquepuedohacer,peroGinebra,comosiempre,saleenmidefensaydice delantedetodas:«JudyErichacenmejorpareja». Sinembargo,Mel,miMel,quemeconoce,murmura: —Simepidesqueletireunacopaencima,¡selatiro! Aloíreso,sueltounagrancarcajaday,chocandomicopaconlademiamiga,respondo: —Tranquila.Estátodocontrolado. —¿Qué tal si nos vamos al Guantanamera? —dice mi cuñada cuando ya hemos terminado de cenar—.¡Allínosesperanloschicos! Todas aplauden.Todas tienen ganas de pasarlo bien y, dispuesta a pasarlo tan bien como ellas, grito: —¡Azúcarrrrrrrrrrrrrrr! EnlacallenosesperaelminibúsqueMartahaalquiladoy,unavezhemosmontadotodasenél, éstenosllevaanuestropróximodestino. Al entrar en el Guantanamera, mi humor cambia. Aunque Eric no lo entienda, ese lugar es una pequeña parte de mi casa. Los amigos, el ambiente, la música, todo eso unido me recuerda a mis buenosmomentosdejuergaconmisamigosenEspaña,yllegarallímehacefeliz. Alentrarbuscoconlamiradaamirubio,peronoloencuentro,yprontovemosqueloschicosno hanllegadoaún.Lastreintaydosmujeresnosdispersamosporladiscotecay,entrerisas,veoami suegrabailarjuntoaGinebrayasusamigas,mientrasunosmaduritoslasjaleanyellasseentreganal bailoteocubano. EstoyenlabarraconMel,Martayalgunamáscuandooigoamisespaldas: —Nolopuedocreerrr.Cuántamujerdivinajuntaaa. Sinvolverme,yaséquiénes.SetratadeMáximo,elargentinoalquehacetiempoapodamosDon Torso Perfecto. Sin tardanza, nos besa encantado y nos invita a una primera ronda de chupitos, exceptoaMarta,queporsuembarazosetomaunzumo. Entre risas estamos charlando cuando aparece Anita con su nuevo novio, un checoslovaco guapo...guapoarabiary,divertida,Melcuchichea: —Con lo poquita cosa que es esta muchacha y los novios tan estupendos que se echa siempre. Porque, que yo sepa, ha estado con Don Torso Perfecto —las dos miramos al argentino, que está hablandoconMarta—yluegoconelportuguésaquelquecantabafadosyquenoeraguapo,sino¡lo siguiente! Asiento,Meltienerazón:Anitasabeelegirmaravillosamente.Entonces,oigounavozquedicea milado: —Peroquébelloesverteporaquí...,mireinaespañola. Al mirar, me encuentro con Reinaldo, y me tiro a sus brazos complacida. Llevo sin ir al Guantanamera al menos tres meses. Con tal de no oír gruñir a Eric, no voy. Pero Reinaldo es un amor. Desde que mi cuñada me lo presentó, siempre ha sido un caballero conmigo, tan caballero comoMáximo.Ningunodeellossehapropasadolomásmínimo,aunqueaEriclemolestenuestra maneradebailar. —Hey,negro,¿tengoqueponermecelosa?—protestamicuñada. Reinaldo sonríe y, cuando me suelta a mí, abraza a mi cuñada Marta, a Anita y a Mel y nos presentaaunosamigoscubanosquevanconél. Durante un rato charlamos todos animadamente y siento como si aquello fuera la ONU. Allí estamosalemanes,unaamericana,unaespañola,cubanos,unchecoslovacoyunargentino;¿sepuede pedirmás? CuandocomienzalacanciónLavidaesuncarnaval,[20]quecantaCeliaCruz,todossalimosala pista, y mi suegra, en cuanto ve a Máximo, lo saluda con efusividad. Al ver eso, Marta y yo nos miramos y reímos. Todavía recordamos cuando aquélla nos pidió que le buscáramos un guaperas contabletitadechocolateparadarlecelosaunex.Máximolaagarrafelizycomienzaabailarcon ellamientrastodosgritamosloqueCeliaCruznoshacegritarylevantamoslasmanos. Cuando las bajamos de nuevo, Reinaldo me coge y nos marcamos uno de nuestros bailecitos. Encantada,medoycuentadequenoheolvidadonadadeloqueconeltiempoheaprendidoconellos, especialmente con él y con Máximo. Estoy dándome una vueltecita cuando veo a Ginebra bailando comounadescosida. Olvidándome de ella, me centro en pasarlo bien, ¡quiero pasarlo de vicio! Por lo que bailo descontroladamente hasta que, en una de mis vueltas, mis ojos chocan con unos ojazos azules y enfadadosymedoycuentadequeEricyahallegado. Al mirar hacia Mel, la veo con Björn bailando en la pista. ¿Cuánto llevarán allí? Y, como no tengoganasdemalascaras,dejodebailary,trassaludaraDrew,mifuturocuñado,meacercoaEric y,empinándomeparaquemeoiga,lepreguntoaloído: —¿Bailas,miamol? Incómodocomosiemprequeestáallí,élmemirayresponde: —Yasabesqueno. Ginebrallegaeneseinstantehastanosotros.Noparadebailar.Sindudaalguna,seloestápasando bomba. —¿Nobailáis?—dice. Ericnorespondey,cuandoyovoyadeciralgo,Félixlacogedeunamanoyselallevaalapista. Mimaridolosobservacongestoserioyyosonrío. No sé si es que soy masoquista o me falta un tornillo, pero me río en su cara y entonces él pregunta: —¿Quétehacetantagracia? Pidounchupitoalcamarero,ésteloponeantemíy,trasbebérmelodeuntrago,digo: —Si se te hubiera ocurrido salir a bailar con ella, te aseguro que habría sido lo último que habríashechoenlavida. Mispalabraslohacensonreírtambiénaély,alsentirqueserelajatrasesecomentario,loabrazo ymurmuromimosa: —Cariño.¿Cuándotevasadarcuentadequeaquísólovengoabailarconmisamigos? —¿Ynocreesquetusamigosseacercanmuchoatiparabailar? —Por Dios, Eric, está tu madre, tu hermana, y ¡estás tú! ¿Cómo puedes tener pensamientos tan retorcidos? —Pero, al ver que no dice nada, insisto—: Mira, guapo, si yo quisiera hacer algo tan retorcido como lo que tu horrorosa mente piensa, soy lo suficientemente lista para hacerlo y que nadielovea. —Judith... Vale...,mehepasado.Comosiempre,hasalidomiladochulo.Pero,cansadadetenerquedefender algoabsurdo,respondo: —Mira,cariño,eldíaquetedescuentadequeellosterespetancomoamimaridoqueeres,te aseguroqueserásmuchomásfeliz.PorDios,¡quécabezón!—Y,dichoesto,meseparodeélysiseo —:¿Sabes,simpático?Sitequisieraengañarconotrohombre,teaseguroquenuncaloharíaaquí,¿y sabesporqué?—Ericsonríeincómodoyyoañado—:Porqueesosamigosmíosdelosquetantote quejasnomeloibanapermitir.Tetienenmásapreciodelquetúlestienesaellos,ylaverdad,¡note lomereces! Ericnoresponde.Susilenciomeestásacandodemiscasillasy,alverquelomiro,sólodice: —Sitúdiceseso...,locreeré. Su tono escéptico me hace saber que no cree lo que digo. Y me canso. Me canso de su desconfianzasiemprequevoyalGuantanameracuando,locreaélono,eselsitiodonde,sinél,estoy lamardeprotegida. Estamossinhablarvariosminutos.Comosiempre,yasehaenfadado.¡Faltaríamás!Y,dispuestaa quenomejorobelanoche,lomiroysiseo: —Mira,Eric,nodeberíashabervenido.Notegustaestesitioynolopasasbien,comoyonolo pasobienviendotucaradeamargado,portanto,¿quétalsitemarchasydejamoslosdosdepasarlo mal? —¿Quieresquemevaya? —No.Yoquieroquetequedesytelopasesbienconmigo.Peroloquenoquieroesquetequedes, teamarguesymeamarguesamítambién. Su gesto de acero me hace saber que lo que acabo de decir ya le ha tocado definitivamente las narices.Puesquesejoda,¡consuscaritasysussilencioséltambiénmelasestátocandoamí! Está claro que hay un punto en nuestras vidas donde nunca estaremos de acuerdo, y es el Guantanamera.Ericdaunpasoalfrente,medaunbesoenloslabiosydice: —Teverécuandoregresesacasa. Y,sinmás,mirubio,duroyfríoalemánsedalavueltayseencaminahacialapuerta.Björn,que noestálejosdenosotros,alveraquellomemirayyolehagoungestoconlasmanosparaquesepa queEricseva.Björnvatrasélyyodecidonopensarenello. Melseacercaentoncesamí. —¿Quéhaocurrido? Molesta,suspiro. —Lodesiempre,Mel.AEricnolegustaestelugarnilascompañías. —Tumaridoestonto. —Yodiríamásbien¡gilipollas!—digosonriendoymirandoamiamiga. Unpardeminutosdespués,mientrasestoydespotricandocontramirubioalemán,Björnseacerca anosotrasydice: —MevoyconEric.—LuegobesaaMelymurmura—:Yvosotrasportaosbienynohagáisque tengaqueirdenuevoasacarosdelcalabozo. Sonreímosinevitablementealoíreso,yMelañade: —Meportarétanbiencomoteportaríastú. EntoncesBjörnlevantalascejasyellaprotesta: —Oh,porDios,cielo...Anda,veteynopiensestonterías. Unavezélsehaido,nosinantesmirarunpardeveceshaciaatrás,Melpideunpardechupitosal camarero,noslostomamosdeltiróny,encuantodejamoslosvasitosenelmostrador,gritamos: —¡Azúcarrrrrrrrr! Durantehorasbailamos,bebemosynosmetemostotalmenteenlajuerga.Ginebramepregunta porEricyyoledigoquesehaidoacasa,ellaasienteycontinúabailandoconsumarido.Sinduda, Félixtieneunaedad,peronomecabelamenordudadequelegustalafiesta. Sin embargo, a diferencia de otras veces, ésta termina antes de lo que imagino. Marta, por su embarazo,estácansada,ysufuturomarido,quehaaguantadocomounjabato,alfinallaconvence parairseadescansar. Pocodespués,misuegraysusamigastambiénsemarchan,trasellaslasamigasylascompañeras deMartay,luego,tambiénGinebrayFélix. Melyyocontinuamoslajuergaconnuestrosamigoshastaque,agotadas,alasseisdelamañana damosporfinalizadoelbailoteoy,acompañadasporReinaldoyMáximo,llegamosanuestrascasas. Comosiempre,lacaballerosidadporpartedeellosesexquisita. Cuandoentro,séquehebebidounpoquitodemás,perosólounpoquito,ydecidonopasaraver alosniños.Estoytorponaynoquierodespertarlos. SuboamihabitaciónymesorprendoalverqueEricnoestáenlacama.¿Dóndesehabrámetido? Esomeintranquilizay,rápidamente,bajoasudespacho.Alentrar,lodescubrosentadoasumesa. Nuestrasmiradasseencuentran.Yosonrío.Élno,ymurmuro: —Yaestoyaquí. Eric descansa la nuca en el respaldo de su silla para mirarme. Me dedica la mirada del tigre asesino.Esamiradadecabreototalque,envezdedarmemiedo,curiosamentemeponeamil.Dios, ¡quémorbosasoy! Comopuedo,llegohastasulado.Nolotoco,sólomirolamesa,ydeprontooigo: —Niseteocurrahacerloqueestáspensando. Sonrío.MealegrasaberqueEricimaginaquevoyahacerloquehacenenlaspelículas:tirartodo loquehaysobrelamesaalsuelo.Pero,claro,tienemilpapelesyestáelportátil,ypuedoliarlamás deloqueimaginoquelaheliadoya. Vuelvoasonreír.Élsiguesinhacerlo,ydecidosentarmeahorcajadassobreél. Nosemueve,peromelopermiteyyomesientoencelo. Estoy caliente, tremendamente caliente, y mi marido es el único que deseo que me dé lo que busco. No obstante, cuando voy a acercarme a su boca, Eric pone una mano en mi pecho para frenarmeypregunta: —¿Quéhaces? —Quierobesarte—susurro. —No. —Sí...,sí...,anda,déjamedarteunbesito,aunqueseachiquitito. Miamormemira.Yolepongocaritadepena.Lopiensa.Esodelbesitochiquititoymigestolo hacendudar,perofinalmenterepite: —No. ¡Jodidocabezón! Abrolabocaparaprotestarcuandoél,comosiyofueraunaplumilla,selevantadelasilla,me dejaaunladoy,congestohosco,sisea: —Aversitecreesqueyoestoyaquísóloparasatisfacertusdeseossexuales. Anda,mimadre...¿Yahoramevieneconeso? —¿Ah,no?—preguntoconsorna. MicontestaciónhacequemeecheotradesusmiraditasdeIceman. —No—replica. Peroyo,quecuandoquieroalgomepongomuyyyyyypesadita,insisto: —Venga,miarma...,siloestásdeseando. Mirespuestanoselaesperaba.Esperabamienfadoantesurechazoy,agarrándoloporlacintura, murmuro: —Eresmío,EricZimmerman,ylomíolotengocuandoyoquiero. Me pongo de puntillas para besarlo, pero él se estira y no llego. ¡La madre que lo parió! Finalmenteseretiraydoyuntraspié.Perono,nomevoyaenfadarniporésas.Y,caminandohacia él,insisto: —Notienesescapatoria,rubiales. Denuevosemueve.Pero,ahora,envezdealejarseseacercay,cogiéndomeentresusbrazos,me inmoviliza,memiraalosojosysisea: —Te deseo más que a mi vida, pero no te voy a dar lo que quieres porque esta noche me has echado de tu lado y no te lo mereces. Así que no insistas, Judith, porque no lo vas a conseguir te enfadesono. Sumirada,laclaridadensuspalabrasyelquemellame¡Judith!mehacensaberqueloquebusco ¡es un caso perdido! Por ello, cuando me suelta, estoy tan enfadada por su rechazo que, sin decir nada,doymediavueltaysalgodeldespacho.Lanochesehaacabado,ypuntoyfinal. ¡Élselopierde!Aunque,ahoraquelopienso,¡tambiénmelopierdoyo! 29 Eljueves,Ericyyonosdirigimosensilencioaltrabajoensucoche. Sigue enfadado por lo ocurrido en el Guantanamera. Si hay algo que a Eric lo saque de sus casillasesqueloechedemilado,ylaotranoche,loeché.¡Meaculpa! UnavezllegamosaMüller,ambosbajamosdelcochey,sinapenasrozarnos,caminamoshastael ascensor,dondecadaunopulsaelbotóndesuplanta.Lomiroconlaesperanzadequehagalomismo queyo,peronada,¡imposible!¡Comosinoexistiera! Cuandoelascensorsepara,tengoganasdebesarlo,derecordarlequeloquiero,quememuero porélyquecomoélnohaynadie,perosucaradepocosamigosmehacesaberquenoleapetece oírme. —¿Irásalareuniónquehayalasdiezenlasaladejuntas?—lepreguntoentonces. Ericasienteyrespondeconvozneutra: —Porsupuesto. Desesperada,insisto: —Porfavor,mírameydimequeyasetehapasadoelenfado. Michicomemira,¡porfin!Pero,sincambiarsugestodeperdonavidas,responde: —Tengotrabajo,Judith. Uis,¡Judith!...¡Malasunto! Desisto.Doyunpasoalfrente,salgodelascensory,cuandosientoquelaspuertassecierrantras demí,resoploymurmuroenespañolparaquenadiemeentienda: —Jodidocabezón. Dichoesto,caminocondecisiónhaciamidespachoyTania,lasecretaria,alvermeselevantay dice: —Judith,estamañanahanllegadounasfloresparati. Asientoy,alentrar,veosobremimesaunpreciosoramoderosasrojasyfrunzoelceño. ¿Quiénmelashabráenviado? Dejoelbolsosobrelamesa,caminohaciaelramoqueTaniayahacolocadoenunbonitojarrón decristaly,cogiendolanota,leoenespañol: Nuncadudesquetequiero,apesardequeenocasionesmellevasallímite. Tugilipollas Sonrío.Nopuedoevitarlo.Esosdetallessonlosquehacenquecadadíaestémásenamoradadeél. ¡Melocomooooooooooo!¡Melocomocontomate!,comodicemihermana. Ericesúnico.Irrepetible.Inigualablesorprendiéndome. Meguardolanotaenelbolso,cojoelmóvilyescribounmensaje: Tequiero...,tequiero...,tequiero. Ledoya«Enviar»y,conunasonrisa,esperolarespuesta.Pero,transcurridosdosminutos,me sorprendoamímismapreguntándome:«¿Deverdadnomevaacontestar?». Despuésdediezminutostengoganasdeestrangularloy,cuandohanpasadoyacuarentaycinco, loúnicoquemeapeteceescogerlasfloresyestampárselasenlacabeza. Pero¿cómopuedesertancabrito? EstoysumidaenmispensamientoscuandoMikaentraenmidespacho,velasfloresydice: —Quépreciosas,¿sondeEric?—Asientoy,sonriendo,cuchichea—:Todavíanopuedocreerque eljefazoseatanrománticocontigo. Asientodenuevo.Románticoes,ycabezón,¡nitecuento!Peroesonolodigo.Noquedaríabien. Mika se sienta y, juntas, ultimamos detalles de la reunión. Queremos presentarles a Eric y a la juntadirectivaelplanningdelassiguientesferiasenlasqueMüllerparticipará,yambasdeseamos quetodocuadrealaperfección. Unavezhemosacabado,Mikayyonosdirigimoshacialasaladejuntasconnuestrastabletsenla manoynuestrosteléfonosmóviles.Alllegar,varioshombresdelajuntadirectiva,quemeconocen, me saludan con cordialidad. Les hace gracia que trabaje en la empresa y, cuando Eric entra, como siempreocurre,eluniversoseeclipsaparatodoelmundoylemuestranpleitesíacomosideundios setratara.Vamos,quesólolesfaltagritar«¡Vivaeljefe!». Lo miro con la esperanza de recibir una mirada cómplice por parte de él. Sabe que espero su mensaje.Sabequeherecibidosusfloresysabequemeestácabreandocadasegundoquetranscurrey pasademí. Peronada.Élsiguesinhacermecasoy,comosumujerquesoy,asientoypiensoparamí:«Muy bien,gilipollas,túlohasquerido». Acto seguido, con la mejor de mis sonrisas, me acerco a unos directivos, que rápidamente me sonríencomounostontos.Durantevariosminutosutilizomisarmasdemujer,esasqueséquetengo, paraqueloshombresmemirenmaravillados,yrápidamenteobservolosresultados.¡Hombres! Enocasionessontanbásicosquetengoquereírme,yéstaesunadeellas. Conelrabillodelojo,observocómomilocoyavecesinsoportableamorporfinmemirapor encima de las cabezas de aquéllos con los que habla. Esa sensación me gusta. Ese estremecimiento quesientoalnotarsuinteréshaciamíeselmismoquemeprovocabacuandoyoerasusecretariay, enunahabitaciónplagadadegente,nomepodíatocar,nirozar,nihablar. España,1-Alemania,0. Consciente de que ahora tengo su total atención, me hago la interesante y con coquetería me colocoelpelotraslaorejaalhablar.Séquelegustamuchomipelo.DeprontooigoqueMikame llama. Con una encantadora sonrisa, me deshago de los directivos que me miran embobados y me encamino hacia ella, que está con un hombre moreno de mi edad que me observa con una pícara sonrisa. —Judith,tepresentoaNick.—Trascogersumano,ledoydosbesos,¡ésosparaEric!—.Éles nuestromejorcomercial. Encantada, asiento y sonrío y, sin mirar a mi maridito, ya sé que debe de estar dándose de cabezazoscontralapared.¡Parachula,yo! SoyconscientedecómoNickmemiraymesonríe.Sinlugaradudas,debedeestarpensando: «¡Carnefresca!».YMikanodebedehaberlecontadoquesoylamujerdeljefeonomemiraríaasí. Charlamosdurantevariosminutosy,cuandolareuniónvaacomenzar,congalantería,Nickaparta unasillaparamíy,enelmomentoenquemesiento,seacercaamioídoymurmura: —Despuésteinvitoauncafé. Asiento. Pobrecito, cuando se entere de quién soy, se le van a caer hasta los empastes de los dientes.Y,sinquererevitarlo,miroaEric,queyaestásentadoymeobservamuyserio. La reunión da comienzo. Hablan unos, hablan otros, y Nick se acerca a mí para cuchichear. Yo sonrío divertida por las cosas que me dice, mientras soy consciente de cómo Eric sigue mis movimientoscondisimulo. España,2-Alemania,0. Se apagan las luces y comienzan a presentar en la pantalla ciertos temas. Continúan hablando cuandomimóvilvibra.Disimuladamente,lomiroyleo: ¿Aquésedebeesasonrisa? SinmiraraEric,escribo: ¿Mevessinluz? Dossegundosdespués,mimóvilvuelveavibrar: Nonecesitoluzparasaberqueestássonriendo. Suspiro.Élysustonterías...Yrespondo: ¿Acasonopuedosonreír? Elmóvilvuelveavibrar. Sí.Peromegustamáscuandosonríesparamí. Ahorasíquesonrío,nolopuedoremediary,levantandolacabeza,observoenlaoscuridadque Ericmemira.Escribo: HahechofaltaqueNickentraraenlareuniónparaquemehablaras;¿vescompetencia? Dudosidarleonoalbotónde«Enviar».Séqueesolevaamolestar,perocomosoyunagran puñetera,¡zas!,loenvíoyobservosureacciónatravésdemispestañas.Comoesdeesperar,élfrunce elceño,levantaelmentónynocontesta.Aisss,micelosón. Pero¿todavíanosehadadocuentadequehenombradoaNickparapicarlo? Pasadosunpardeminutos,escribo: Contéstamealoquetehedicho:¿Nickescompetencia? Élleeelmensajeperonocontesta,einsisto: Eric,estoyesperando. Nicaso.Nomehacenicaso. Las luces se encienden, la reunión prosigue y yo, molesta por su gesto serio de superioridad, escribo: Unavezinterrumpisteunareuniónpormí.¿Acasocreesqueyonoloharéporti? Cuandoledoya«Enviar»,soyconscientedeloquehepuesto,yErictambién.Peroeltíonise menea.¡Joder,esdehierro!Insisto: Tedoydiezminutos.Omecontestas,oparolareunión. Ni se inmuta. Está totalmente seguro de que no lo voy a hacer. Pero ¿es que todavía no me conoce? Dispuestaasorprenderlo,envíounmensajeaMel,enelquedigo: Llámamedentrodecincominutosysíguemeelrollo. Acto seguido, dejo el móvil sobre la mesa para que Eric lo vea y crea que desisto. Me repanchingoenlasillaymecentroenlareunión,mientraselseñorDuhmenhablasincesarytodos loescuchamos. Pasadosunosminutos,mimóvilvibraruidosamentesobrelamesay,mirandoamialrededorcon mimejorcaradeapuro,digo: —Losiento.Esdecasa.—Trasescucharunossegundos,exclamolevantandolavozunpoco—: ¿Cómo?¿Enserio?¿Deverdad?No...,no...Nopuedeser... Mel,divertida,nopuededejardereír,mientrasdice: —Marichocho,¿quéestáshaciendo? Procuronoreírme—¡lamadrequelaparió!—,yconseriedadrespondo: —Deacuerdo...,deacuerdo,hablaréconEricytevolveréallamar. Unavezcuelgo,melevantoenmediodelareunióny,antelacaradeasombrototaldemimarido, quenohabíacreídomiamenaza,miroalagentequehayanuestroalrededorydigo: —Siento interrumpir la reunión, pero necesito unos minutos a solas con mi esposo. —Y, sonriendo,añado—:Tenemosqueapagarunpequeñofuegoencasayestremendamente¡urgente! Comotodossonmuysolícitos,ymástratándosedemí,quesoylamujerdeEric,rápidamentese levantanyabandonanlasala,mientrasMikaleexplicaaNickquiénsoyyélmemirasorprendido. ¿Lamujerdeljefe? Unavezsalelaúltimapersonaycierranlapuerta,Eric,sinlevantarlavozenexceso,gruñesin moversedesusillóndedirector: —¿Cómohaspodidohacerlo? Conunasonrisitade«¡Telodije!»,caminohaciaélydigo: —Tehedadodiezminutos.Cincomásdelosquemedistetúamíensumomento.Y,porcierto— cuchicheo—,hededecirtequeencasatodoestábienyquelareunión,Iceman,lahasinterrumpidotú. Ericmemiracongestoincrédulo.Sinduda,lohesorprendido,yesomegusta.Meacercoaél condecisióny,cuandoestoydelante,pregunto: —¿Haycámarasenestasala? Miamor,esequemevuelveloco,asiente.¡Vayamierda! Perofinalmenteniegaconlacabezayañade: —Tampocoestáinsonorizada. Excitadaalsabereso,subomifaldadetuboanteél.Conunatranquilidadquenoeslaquesiento en mi interior, me quito las bragas negras que llevo, hago una pelota con ellas en la mano y, metiéndoselasenelbolsillodelaamericana,murmurocualvampiresadelcineporno: —SeñorZimmerman,sientodecirlequeestarésinbragasenlaoficina... —Jud—mecorta—.¿Quéestáshaciendo? Biennnn,¡mehallamadoJud,noJudith!Vamosbien,yrespondo: —HacertesaberquesólotedeseoatiaunqueteenfermequevayaalGuantanameraohableconel guaperasdeNick.—Sugestosecontraeyprosigobajandolavoz—:Yquieroquesepasque,apesar del enfado que tengo por tu desplante, estoy caliente, deseosa de ti y me muero por ver tu mirada cuandomecompartesconotrohombre.¿Tequedaclaro? Eric,memira...,memiraymemira.¡Oh...,oh...! Pero,antesdequepuedacalibrarloquesiente,selevanta,meacercaaél,deuntirónmebajala falda,mesientasobrelamesay,conlascivia,pasalalenguapormilabiosuperior,despuésporel inferior,ymelomuerde.Yojadeo,¡mevuelvoloca! Cuandomiboca,miser,mialmaytodayoestamosrendidosaél,miIcemanparticularmedatal besazoquemedejasinaliento,mientrasmedejollevarporelmaremotodeemocionesquemehace sentir. ¿Deverdadmevaahacerelamorsobrelamesa? Meagarradelpeloy,tirandodeélhaciaatrás,separasubocadelamíaymurmura: —Jugaríacontigoahoramismo.Teabriríalaspiernasy... —¡Hazlo!—lotiento. Exigente como es, me devora de nuevo la boca, me hace el amor con la lengua y, por su intensidad, sé el esfuerzo que está haciendo por no tumbarme sobre la mesa y follarme como un salvaje.Elbesodurayduraydura,yyolodisfrutotodoloquepuedohastaquefinalizay,sinapenas separarsubocadelamía,susurra: —Nopuedeshaceresto,pequeña.Aquí,no. Séquetienerazón.Séqueestamosenlaoficinaynodebería,perorespondo: —Losé.Perotúmehasobligado.Nomehashabladoentodosestosdíasy... —Nopuedesandarporlaoficinasinropainterior. —Ytúnopuedesenfadarteconmigoporestastonterías—loreto. Eric me mira. Clava sus impactantes ojos azules en mí, mientras yo con descaro toco su entrepiernaysientosuduraypotenteexcitación. ¡Ay,madre!Cuántolodeseo. ¡Porfavor!Quemeconozcoyestoyapuntodehacerunademislocuras. Sugestodesconcertadomehacesonreírylarazónvuelveamí.NopodemoshaceresoenMüller. Nodebemosypunto.Y,decidiendoacabaresemomentoprovocadopormíparavolverloloco,me separodeélydigomientrascaminohacialapuertapordondetodoshansalidominutosantes: —De acuerdo. Visto que no le apetezco absolutamente nada, prosigamos con la reunión, señor Zimmerman,y,porfavor,novuelvaainterrumpirla. Boquiabiertoporcomoloestoydejando,sedisponeaprotestarcuandoyoabrolapuertaydigo comounaperfectamujercita: —Pasenydisculpenlainterrupción.Creoqueelfuegoencasayaestáapagado. Ericrápidamentesesientaycolocaunospapelessobresuentrepiernaparaquenadieobservelo abultadaqueestámientrastodosentranyocupansusbutacas.Conunasonrisa,mesientojuntoaMika yNickysereanudalareunión.Pero,sisoysincera,nomeenterodenada.Aúntengoelsabordesu besoyelolordesuexcitaciónenminariz. Lo miro y observo que comprueba con gesto implacable la pantalla de su portátil. ¿Qué estará pensando? Histérica, me muevo en la silla consciente de que no llevo ropa interior. Media hora después hacemos un alto para tomar un café. Veo a Eric hablar por teléfono y no me acerco a él. Cuandodenuevoentramosenlasaladejuntasynossentamos,deprontomiamorapoyalasmanos sobrelamesaydice: —Losiento,señores,peromiesposayyodebemosabandonarlareuniónpararesolverciertos asuntosfamiliares.—Despuésclavalamiradaenmíyañade—:Judith,¡vamos! Ostrasssssssss,quéfuerte,¡cancelalareuniónpormí! España,2-Alemania,1. Sin querer llevarle la contraria, rápidamente recojo mi tablet y mi móvil y, cuando llego a su lado,meagarraconfuerzadelamanoydicemirandoalosquenosobservan: —Lareuniónseposponehastamañanaalasnueveenpunto.Buenosdías,señores. Sinmás,ambossalimosdelasaladejuntasyveoquevamosderechosalascensor.Unaveznos metemosenél,Ericmeaprisionacontralaparedy,mirándomealosojos,murmura: —Pequeña,acabasdeencenderungranfuegoquetienesqueapagar. Mebesa,yyo¡medejo! España,2-Alemania,2.¡Empate! Cuandollegamosalgaraje,sinsoltarmedelamano,sinrecogerabrigos,sinnada,mellevahasta elcoche.Unavezentramos,voyadeciralgocuandoéltecleaensuteléfonoydice: —Gerta,queunmensajeropaseporeldespachodemimujer,cojasubolsoysuabrigoyluego vayaporelmíopararecogermiscosasyllevarlasamicasa. Dichoesto,cuelga.Yosonrío,élarrancaelcochesinhablar. Noséadóndevamos. Noséadóndenosdirigimosperomedejollevarcuando,pasadasvariascalles,veoqueaparcay bajadelcoche.Tanprontocomoabrelapuertademilado,pregunto: —¿Adóndevamos? Pero no hace falta que me responda. Ante nosotros hay un hotel y, cogiéndome de la mano, murmura: —Venconmigo. Losigo,¡claroquelosigo! Yoaéllosigo¡hastaelfindelmundosihacefalta! Entramos en el hotel y pide una habitación. El empleado de recepción nos mira. Vamos sin abrigos,sinbolso,¡sinnada! ¿Quépensarán? Por suerte, Eric lleva su cartera en el bolsillo de la americana y, tras entregar su Visa, el recepcionistanosdaunatarjetaydice: —Suite776.Séptimaplanta. Ericasiente.Yosonrío,ynosencaminamoshaciaelascensor. Alllegarallí,unhombreloesperay,unavezentramoslostres,Ericpulsaelbotónyvuelvea besarme.Conelrabillodelojoobservoqueelhombrenosmira,ymurmuro: —Eric... Pero él no me escucha. Sigue a lo suyo. Me coge entre sus brazos y, separándome unos milímetros,susurramientrasmesubelafalda: —Nosésimatarteojugarcontigoporloquehashechoymehashechohacer. Azoradaporlamiradaincréduladelhombreperoalmismotiempoexcitada,respondo: —Votoporquejueguesconmigo,suenamejor. Veo que mi respuesta hace sonreír a Eric y, dándome un azote en el trasero desnudo, sisea mirandoalhombrequenosobserva: —Justin,yalohasoído.Vamosajugar.—Sorprendida,veoqueelhombreasientey,cuandomiro a mi marido, él añade—: Señorita Flores, prepárese para satisfacer mis más pecaminosas necesidades. Actoseguido,mecargaalhombrocomosifuerauntrogloditay,cuandoelascensorsepara,los tressalimosdeélynosencaminamoshacialahabitación. Alllegarfrenteaunapuerta,Ericlaabre,entramos,cierra,medejaenelsueloy,apoyándome contralapuerta,exige: —Ábretelablusaysácatelospechossinquitarteelsujetador. Suexigenciameexaltaymecalientamásymás,mientrasJustinnosobservaensilencio. Esapeticióntansalvajemehapuestoamily,acalorada,hagoloquemepide,mientrasmesiento tremendamentesensualalsacarmelospechosparaellos. Ambosmemiran.Ambosmedevoran,yEric,alvermissenosaldescubiertoconmispezones erectos,loscontemplanconlujuriaylediceaJustin: —Disfrutemosdemimujer. Eldesconocido,alquenohevistoenmivida,seacercaamíy,traspellizcarmemisendurecidos pezones,meloschupa.Meagarradeformaposesivaporlacinturay,mientrasobservoaEric,que nosmira,medejotocarymanosearporaquelquedevoramispechossinpudor. Cuando creo que voy a explotar por el calor que siento, sin contemplaciones, Eric me arrastra hastaunasilla,medalavuelta,mesubelafalday,acercandolabocaamioído,murmura: —Inclínatesobreelrespaldodelasillayabrelaspiernasparanosotros. Extasiada,hagoloquemepide.Migritosepierdeentrelamanodemiamor,quemetapalaboca, cuandosuduroytersopeneentrahastaelfondodemí.Actoseguido,Ericliberamiboca,tirademi pelo,melevantalacabezaylooigopreguntar: —¿Quieresjugarfuerte,pequeña? —Sí—respondo. —¿Asídefuerte?—insistehundiéndosedenuevoenmí. —Sí...,sí... Ericretrocedeyvuelveaclavarseenmísacándomemilyungemidos,cuandoveoqueJustinse bajalacremalleradelpantalón,sacasuduropeneyloponefrenteamicara.Sinquenadiemediga nada,abrolabocapararecibirlo,parachuparlo,paradisfrutarlo,mientrasmeagarroasusnalgasy accedoaquemefollelaboca. Éseesnuestrojuego.Esloquehepedido,yEricmeloda. Adiferenciadeotrasveces,miamornosemueve,noretrocede.Sequedaclavadoenmiinterior ysientocómomivaginapalpitaantesudurayprofundaintromisión.Ericaprieta...,aprieta...,aprieta suscaderascontramíyyojadeoenloquecidamientraselmiembrodeJustinentraysaledemiboca. Cuando mi respiración cambia, noto que Eric retrocede para volver a ahondar en mí con ferocidad. Justin se aparta, se pone un preservativo y se sienta en la cama para mirarnos. Eric está durocomounapiedray,acercandolabocaamioído,murmura: —NuncavuelvasaecharmedetuladocomohicisteelotrodíaenelGuantanamera. Asiento...,nopuedonihablarcuandoinsiste: —Y,porsupuesto,nuncavuelvasaandarsinropainteriorporMüller,¿entendido? Norespondo,noquierodarleesegusto.Yél,dándomeunazoteeneltrasero,repite: —¿Entendido? Elplacerquesientoesinigualable,yelaluddeemocionesquemeinvadenomedejaresponder. Ericasolamicuerpodejandoclaroqueessuamoconfuerza,condeterminación,conposesividad,y yosólopuedoabrirmeaélydisfrutarloquemedauna,dosyveinteveces. Lasillasemuevedesitioynopuedosujetarla.Ericysusembestidasatroceslomueventodoy, cuando ya no puede más, después de un gruñido de satisfacción que me hace saber lo que está disfrutandodeesanuevalocura,sehundeunaúltimavezenmíyambosnosdejamosllevarporel momento. Dejocaerlacabezahaciadelanteparatomaraliento.Estoyexhausta.Pero,sindarmeunrespiro, miseñor,miamo,mipatrónsaledemíymellevahastaJustin.Antelaatentamiradademialemány ensilencio,eldesconocidomelavarápidamenteelsexoconunatoallahúmeda,mesientasobreél, mecolocaasuantojoymeempalaconsuduropene.Yovuelvoajadear. Elcaminoyaestáabiertoyhumedecido.Ericlohahecho.PeroJustin,enbuscadesuplacer,me agarraporeltraseroymemuevesobreélconfirmezayprecisión.Ungemidoescapademibocay echolacabezahaciaatrás.Esincreíble.Fantástico.Enloquecedor. Micuerposeamoldaaloqueesehombremehaceymedejomanejar.Moviéndome,buscomi propioplacer,cuandosientoquemiamor,desdeatrás,posasusgrandesycuidadasmanossobremi cintura,terminadedesnudarme,meaprietacontraJustinymurmuraenmioído: —Recuerda.Intentacerrarlaspiernasyelplacerseintensificará. Hagoloquemepideysoyconscientedeque,alhacerlo,elplacerseincrementa,seextiende,y jadeoaltiempoquenotocómoJustintiembla.RepitounayotravezloqueEricmeharecordado, mientraselduropenedeJustinjugueteaenmiinterior,seabrepasotodoloquepuede,yyogritode placerporello. Cuandosientoquemiamormeseparalasnalgas,meacomodosobreJustindispuestaarecibirlo aél.Alnotarmipredisposición,Ericjugueteaconmianounosminutosparadilatarlo. Justinloveyentoncesmemiray,mientrassehundeenmí,pregunta: —¿Nosquieresalosdosdentrodeti? El ardor en el rostro del hombre se extiende a todo su cuerpo, y Eric, al que no le veo la cara perosísientodetrásdemí,dice: —Justin,ademásdesermidueñaymiesclava,mimujerestambiénatrevida,morbosayfogosa. ¿Quémáspuedopedir? El aludido, que está en mi interior, asiente y, cuando jadeo al notar el dedo de Eric en mi ano, susurra: —Tieneslacompañeraquemuchosqueremosperoquepocosconsiguen,amigo. Gustosodeoíreso,Ericmebesaelcuello. —Losé—dice. Unpardesegundosdespués,melevanta,medalavueltay,mirándomealosojos,dicemientras mellevahastaunsillóndecueroblanco: —SepáratelasnalgasparaJustin. Lohago...,hagoloquemepide...,mientrasmirespiraciónseaceleraysientocómolalenguadel desconocido me recorre el trasero con lascivia. Mi cuerpo se estremece involuntariamente, y mi amor,rozandoapenassubocaconlamía,dice:—Siéntatesobreélyentrégate. Oírloquemepidemevuelveloca. Uff...,¡madrecita,quécalor! MirohaciaatrásyveoaJustinyasentadoenelsillón,alaesperadequecumplamiordenconel preservativopuesto.Comolaesclavasexualquesoyenesteinstantedemiamor,meacomodosobre Justinsindejardemiraramidueñoyseñor. Justinmeabrelaspiernasy,sinperderunsegundo,guíasuduropenehaciamiano,quedilatado comoestáhacequesehundarápidamente. Jadeo. Cierro los ojos, y Justin, agarrándome con fuerza las nalgas, me cierra las piernas y, moviendo con premura sus caderas, me da unas buenas embestidas que resuenan por toda la habitaciónparasaciarelapetitosexualquetieneeneseinstantedemí. ¡Dios,quéplacer! Supeneentraysaledemiano,unayotrayotravez,yyolodisfruto.Logozo...,losaboreo. Mis ojos y los de Eric están conectados mientras Justin se hunde en mí, y yo, gustosa, jadeo y permitoquelohaga.Complacidoconloqueve,nonosquitaojohastaquefinalmenteJustinllegaal clímaxy,trasunúltimoempellón,ambosnosdejamosllevar. Sin salirse de mí, Justin pasa las manos por debajo de mis rodillas y, abriéndome los muslos, murmuraconunhilodevoz: —Eric...,tumujer. Miamormemiraacaloradomientrassetocaelpenegustoso.Y,parahacermerabiar,seagacha, mebesaelsexoyjugueteaconél. Grito.Meretuerzo.¡Uf,quécalor! Durante varios minutos, sigo empalada por el ano por Justin, y al mismo tiempo Eric juguetea conmiclítorisyyodisfrutocomounaloca.Comounaverdaderaposesa. Calor, delirio, frenesí..., todo eso me hace sentir mi amor, mientras juguetea conmigo y otro hombremeabreparaél.Segundoasegundo,mirespiraciónseaceleray,cuandoyanopuedomás, cojoconlasmanoselpelodeEric,hagoquememireymurmuro: —Hazloya...Tedeseo. Trasunúltimoydulcemordisquitoamivagina,mialemánponeunarodillasobreelsillón,se acomodabieny,guiandosuduropenehaciamihúmedayardienteentrada,seintroduceenella,se dejacaersobremíymebesamientrassehundeunayotravez;Justinnosemueve. Megustaestarentreaquellosdoshombres.Lodisfruto,yséqueelloslodisfrutantambién.Eso estimulamispensamientos. LasmanosdeJustinmeagarranporlosriñonesysientocómosupeneseendureceycomienzade nuevoaentraryasalirdemiano,mientrasEricsólotienelosojosclavadosenmíymeentregalo quequiero,loquelepidoyloquenecesito. —Másfuerte—exijo. Al oírme, sonríe con fogosidad, se agarra al borde del sillón y me da lo que quiero. Sus acometidas son apasionadas e impetuosas. Siento que me va a partir en dos de placer mientras me entregoaélyaquienélquiera.Soysuya. Una y otra... y otra vez, aquellos dos hombres entran en mí con fogosidad y yo abandono mi cuerpoentresusmanos.Memueven,mecolocanasuantojo,sehundenenmiinterioryyoaccedo..., accedoatodoloqueellosquieran,mientrassientosusdurospenesdentrodemíymehacenjadearde placer.Depuroplacer. Nosécuántotiempodura. Nosécuántotiempoestamosasí. Sóloséque,cuandoelorgasmonosllega,elespasmoestalqueeléxtasisporloqueestábamos haciendo nos hace tener convulsiones uno en brazos del otro durante varios segundos, mientras Justin,debajodenosotros,soportaelpesodenuestroscuerposyvivesuparticularaventura. Durante el resto de la mañana, disfruto del morbo, la posesividad y la lujuria junto a mi amor. Permitoquemanipulenmicuerpocomosiyofueraunamuñecadetrapo,ymegusta.Meexcitaser su esclava sexual en ese instante, me encanta permitírselo, y sé que a Eric le gusta también autorizarlo. Tan pronto estoy a cuatro patas como boca arriba o boca abajo mientras ellos me follan, me separan las nalgas, me ofrecen, me acarician, me chupan, introducen los dedos en mí, y yo lo consiento.Aprueboloqueallíocurreporquelaprimeraenexigirlosoyyo. Alasdosdelatarde,trasvariashorasdesexocaliente,exacerbadoyfebril,Justinsevay,cuando Ericyyonosquedamossolosenlahabitación,digo: —NuncahabíavistoaJustin.¿Dequéloconoces? Ericmemira.Estádepieamilado,yresponde: —Loconozcodesdehaceaños,peroportrabajosetrasladóaviviraBerlín.Lasemanapasada mellamóymedijoquevivíaaquídenuevo. Levantándome,cojoelsujetadorparaponérmeloyafirmo: —Entonces,lovolveremosaverenelSensations,¿verdad? —No.Nuncaloverásporallí. —¿Porqué?—preguntosorprendida. Miamormeayudaaabrocharmeelsujetadory,unavezlohahecho,mebesaenelcuelloydice: —Porque la discreción es fundamental para él. Primero, porque su mujer no participa de sus juegos.Y,segundo,porqueesjuezdelTribunalSuperior.Portanto,loverássóloenocasionescomo ladehoy. Saberqueesjuezmesorprende,peropregunto: —¿Quesumujernoparticipa? —No —dice y, abrochándose el botón del pantalón, añade—: Por eso ha dicho que tú eres la compañeraquemuchoshombresquerríantenerperopocosconsiguen,¿lorecuerdas?—Asiento,y Ericmebesayañade—:Y,porsuerteparamí,eresmimujer.Mía. Esasensacióndepropiedadtandemialemánmehacereír. —Ytú,Iceman,eresmío. Ambos reímos. A cualquiera que se le diga que disfrutamos compartiéndonos en ciertos momentosnonosentendería,peroyoyapasodeeso.Pasodeloquepiensen,deloqueopinen.Yo soyfelizasíconEric,ypuntoyfinal. Estoyatontadamirándolocuandomiamor,milocoamor,dicemientrasmeabraza: —Por eso, pequeña, me pongo tan celoso cuando vas al Guantanamera. Tengo tanto miedo de perderteque,siesoocurriera,yocreoque... —Pero¿quétonteríasestásdiciendo? Ericresopla. —Jud,soyconscientedemislimitaciones,ylosabes. Oíreso,queheoídotantasvecesenlosañosquellevamosjuntos,mehacereír,yafirmo: —Mira, mi amor. Yo no necesito que tú bailes si yo bailo. Yo sólo necesito que seas feliz, que sonrías y te fíes de mí cuando salgo sin ti o voy a divertirme al Guantanamera. El resto... sobra, y sobraporquetequieroyparamínoexistenadiemásquetú. Susonrisaseexpande.Seagranda.Feliz,loabrazo,lobesocontodoelamorquesoycapazde darley,mirándolo,murmuro: —Soytuya,comotúeresmío.Entératedeunasantavez,cabezón. Despuésdevariosbesosypalabrasdeamorquesólomilocoytestarudoalemánsabedecirme, terminamosdevestirnos,abandonamoselhotelyregresamosacasa. ¡Quémañanitadejuevesmásbuenaquehepasado! 30 LabodadeMarta...llega. Esedía,nosponemostodosguapísimos.Peroquienesmenosimportamossomosnosotros.Allíla queimportaesMarta,quevapreciosaconsubonitovestidodenoviaysuincipientebarriguita. Sonia,misuegra,sepasatodalaceremoniaagarradadelamanodeEric.Lonecesita,yentiendo quelohaga.Essuhijoy,pormuchoquehayamadurado,serásuniñotodalavida,comomihermana yyosomoslasniñasdemipadre. Unavezfinalizadalaceremonia,repartosaquitosdearrozentrelosinvitadosparaqueloecheny, cuandomisojosseencuentranconlosdeGinebra,éstamemiraydice: —Pero qué guapa estás, Judith. —Yo asiento, río y entonces ella, dejándome sin palabras, prosigue—:Graciasporpermitirmeveniralaboda. —¡¿Qué?!—murmuroboquiabierta. Ella,quetienemástablasqueunajedrez,sonríeysusurra: —Judith,apesardemisesfuerzosporcaertebien,séquetesigoincomodando.Ydeverdadque losiento. Nocontesto.Oírladeciresomellegaalcorazón,yfinalmente,guiñándoleelojo,respondo: —Estoyfelizporqueestésaquí.Venga,disfrutemosdelapreciosaboda. Ginebra asiente. No dice más, y yo, dándome la vuelta, prosigo mi camino mientras me siento comounabrujapiruja. Alsalirdelaiglesia,Melyyotiramosunbuenarsenaldearroz,mientrasreímosporlacaraque ponenlosnovios.EricyBjörn,quelosaben,sealejandenosotras.Noquierenensuciarsesustrajes conelpolvillo.¡Vayadospijoteros! Elconviteseorganizaenunhotelcercanoalaiglesiaytodosaledemaravilla. SóloconverlacaradeMarta,todossabemoslofelizqueesy,cuandolosnoviosbailanelvals quehanelegido,todosaplaudimos,mientrasyomesientotanfelizcomolanoviaalladodemiamor. En la vida me habría imaginado a Marta bailando un vals el día de su boda, pero sé que ha queridodarleelgustoasumadreyalospadresdelqueyaessumarido.Yseloaplaudo.Soniaselo merece,ylospadresdeélseguroquetambién. Esosí,unahoradespués,llegaungrupodejóvenesquesubenalescenario,ysonríoalverunos timbales, unas guitarras, bongós y maracas. Feliz por ver el rumbo que va a tomar la fiesta, me acercoamicuñada,queestáhablandoconReinaldo,MáximoyalgunosamigosdelGuantanamera,y digo: —Québuenaideahastenido,Marta. Ellamemirayyoseñaloalosjóvenesydigo: —¡Muybuenaidea!Ahorasíquevamosabailar. Veoquemicuñadaclavalamiradaenaquéllos,ysonriendo,cuchichea: —Pues,locreasono,noséquéhacenaquí.—Luego,echandounvistazoalrestodelosamigos, pregunta—:¿Loshabéiscontratadovosotros? Todosnieganconlacabezaapesardelomuchoquelesagradalaidea,hastaqueoímosdecira nuestrasespaldas: —Loshecontratadoyo. Alvolvermeyencontrarmeconmiincreíbleyguapomarido,sonrío...,sonríoysonrío,mientras veocómoMartasetiraasusbrazosylobesuqueaconamor.Reinaldo,Máximoyelresto,trasalabar el detalle, corren hasta los recién llegados y, segundos después, los timbales suenan y la gente comienzaabailar. Sinmovermedemisitio,sigomirandoamisorprendentemarido,ynosésicomérmeloabesos odesnudarlodirectamenteyhacertodoloquesemeantojeconél.Eric,queesmuchoEric,sabelo quepiensoalvermigestoy,acercándoseamí,elmuycanallamurmura: —Recuerda,pequeña:pídemeloquequierasyyotelodaré. Merío,nolopuedoremediar.Y,abrazándomealhombrequemevuelvelocadedeseoydeamor entreotrascosas,respondo: —Túsíquesabes,miamol. Encantado, mi chico me rodea con los brazos, me acerca a él y me besa. Me devora y yo lo disfrutohastaqueoigolavozdeGinebra,quedice: —Vamos,parejita,¡abailar! Oíresomehacesonreír.¿Bailar,Eric? Yéste,quesigueabrazándomecomounoso,diceentoncesconsupreciosasonrisa: —Quieroquebailes,ríasygritesesode«¡Azúcar!»,yquelopasesfenomenalcontusamigos.Y, tranquila,prometonoencelarmenipensartonterías. Contentaporloqueacabodeoír,sueltounarisotadajustocuandolaorquestacomienzaatocar 537C.U.B.A.[21] —¡Diosss!—grito—,¡mevuelvelocaestacanción! Ericsonríe,medalavueltay,dándomeunazotitocómpliceeneltrasero,diceempujándome: —Anda,¡veydisfrutadelamúsica! Trasguiñarleelojo,llegobailoteandohastamisamigosyyanoparodurantehoras.Elgrupoque miamorhatraídoesbuenísimo,ynosdivertimosmientrasgritamosaquellode«¡Azúcarrrrr!».Un pardeveceshagounapausaparabeberalgo.Sinobebo,medeshidrataré.Cadavezquemeve,mi amor,queestácharlandoconunosamigos,meofreceunacoca-colafresquita.¡Cómomeconoceel canalla! Misuegraysusamigassehacencargodelosniños,disfrutanconellos.InclusoFlynsonríe.Eso megusta. Pero una de las veces, cuando dejo de bailar y camino hacia Eric, veo que está hablando por teléfonoapartadodelgrupocongestoserio,ymedamalaespina. Alvermellegar,Björnmepasalacoca-colafresquita,ylepregunto: —¿Conquiénhabla? —Nosé—respondeél. De pronto Eric cuelga el teléfono, se toca el pelo y, por cómo mueve la cabeza, sé que ocurre algo.Esomealerta.Peromásmealertacuandosedalavueltayclavalosojosenmí. Trasunossegundosenlosqueintuyoqueordenasusideas,caminahaciamíy,antesdequeabra laboca,yopregunto: —¿Quéocurre? BjörnyMelyaestánamilado,yEric,cogiéndomelamano,dice: —EraNorbert.EstáconSustoenurgencias. Depronto,paramílafiestaacaba.Susto...¡MiSusto!¿Quéleocurre?Y,comopuedo,conunhilo devozpregunto: —¿Quéhaocurrido? Ericmeaprietalamano. —Alparecer,cuandoNorbertsacólabasura,sedejólapuertadelacancelaabierta,Sustocorrió trasélyunvehículolo...loatropelló. Segúnoigolaúltimapalabra,mesueltodeEricyllevomimanodirectaalcorazónmientrasmis ojosseinundandelágrimas.Sinesperarunsegundo,Melmecogeymurmura: —Tranquila...,Jud...,tranquila. Pero mi tranquilidad ya no existe. Susto, mi Susto, ha tenido un accidente, y yo rompo a llorar mientras siento cómo Eric me acerca a su cuerpo, me abraza y me dice una y mil veces que me tranquilice,quetodovaasalirbien. Alvermeeneseestado,misuegravienerápidamentehaciamí,yyomedoylavueltaparaque nadie más me vea llorar, mientras les pido que no les digan nada a Flyn ni a Marta. No quiero jorobarlelabodaamicuñadaniasustaralniño. EricpasalamanocondulzurapormirostromientrasBjörnyMelmedicenunayotravezqueno meangustie,peroyoyanoveo...Yaestoyhistéricay,mirandoaEric,pregunto: —¿QuémástehadichoNorbert? ElgestodeEricesserio. —Cariño,elveterinarioestáhaciendoloquepuede. Sientoquemefaltaelaire.¡Measfixio! EneseinstanteapareceFlyny,alvermeasí,pregunta: —Papá,¿quéocurre? Ericmemira,entiendequehadesersinceroconFlyn,yresponde. —UncochehaatropelladoaSustoy... —¿Sustoestámuerto?—preguntaelcríoconunhilodevoz,loqueamímehacelloraraúnmás. —No...,no—aclararápidamenteEric—.Elveterinarioestáconél. La angustia me carcome mientras mi marido da explicaciones al niño y éste, a pesar de lo nerviosoqueestá,demuestraqueesunjodidoZimmermanynisedespeina.Quieroirme.Quieroira la clínica, pero no puedo hablar. Y entonces Eric, que me conoce muy bien, clava los ojos en su madre,queestáamilado,ypregunta: —Mamá,¿tepuedesllevaraPipayalosniñosatucasa? —Porsupuesto,hijo...,porsupuesto. Ericasientey,agarrándomeconfuerzadelamano,dice: —Vamos,Jud.Iremosalaclínica. —Voyconvosotros—diceFlyn. Ericasiente. —Nosotrostambiénvamos—afirmaMel. Miamorlamira. —No,Mel,esmejorqueosquedéisconlosniñosmientrasdurelafiestayluegolosllevéiscon mimadreasucasa. Miamiga,mibuenaamiga,memirayyoasiento.Erictienerazón. —Notepreocupes,Eric—diceBjörn—.Nosotrosnosencargamos. —Deacuerdo—convieneMel—.Peroquieroquemetengáisinformada. Asiento y Eric también y, cogidos de la mano, vamos hacia la salida. Pero de pronto Eric se detiene,miraaladerechay,dirigiéndonoshaciaFélixyGinebra,pide: —Félix,necesitotuayuda. —¿Quéteocurre,Judith?—preguntaGinebraalverelestadoenelquemeencuentro. RápidamenteEricexplicaloocurrido,yFélix,aloírlo,dice: —Iremosconvosotros. EneseinstanterecuerdoqueEricmedijoqueFélixteníavariasclínicasveterinariasenEstados Unidosy,apenassinhablar,loscinconosdirigimoshacialacalle.LoúnicoquequieroesveraSusto cuantoantes. ¡NecesitoveraSusto! Veinte minutos después, cuando Eric aparca el coche, literalmente me tiro del vehículo y corro hacialaclínica. Lapuertaestácerrada,sonlasdoceymediadelanoche,peroNorbert,alverme,selevantade dondeestásentadoymeabre. —¿Cómoestá?—preguntopreocupadaviendolasmanchasdesangreensuropa. Elhombrememiraymurmuracongestoapenado: —Judith,losiento.Nomedicuentadequelaverjasequedabaabiertay... —Norbert,¿cómoestá?—insistonerviosa. EneseinstanteentrantodosyNorbert,tanpreocupadocomoyo,respondemirandoaEric: —Nolosé.Elveterinariomedijoqueesperaseaquí. Entonces se abre la puerta de la consulta y el veterinario de urgencias, al ver a tanta gente elegantementevestida,pregunta: —¿VienentodosporSusto? —Sí—afirmaEricconrotundidad. —Soysudueña.Quieroverlo—digoangustiada—.¿Cómoestá? —Esmejorquenoloveaahora—respondeelveterinario—,porque... —Hedichoquequieroverlo—insisto. Eric,quemeconoce,cogemirostroentrelasmanosy,mirándome,dice: —Escucha,cariño.LoimportanteahoraesatenderaSusto,yaloverásmástarde. Séquetienerazón,queyonopuedohacernada.Peroconunhilodevozmurmuro: —Estaráasustado,ysimeveseguroque... —Estásedadoparaquenosientadolor—mecortaelveterinario. Saberdesupadecimientomemachacaelalma,yentonceselveterinarioprosigue: —Elgolpequeharecibidohasidofuerte,peroestáfueradepeligro.Tienediversascontusionesy se ha fracturado la pata delantera izquierda y, la verdad, aunque quiero ser positivo, no veo muy buenasoluciónaeso. Derepente,measusto.Eric,queaúnnomehasoltadolamano,mientrasmesientaenunasilla, murmura: —Tranquila,pequeña...,tranquila. Asiento.Tienerazón.Deboestartranquila.DebocomportarmecomounaadultaestandoFlyncon nosotros. —Doctor—preguntaEricentonces—,¿puedeoperaraSustoahora? —Sí —afirma él—. Estábamos esperando a que llegaran ustedes para que dieran su consentimientoyfirmaranestospapeles.Aquíseexplicanlosriesgosdelaanestesiaylacuantíadela operación.Perohededecirlesquequizá,aunconlaintervención,lapatadelanimalnoquedebien. EriccogelospapelesmientrasFélixcomienzaahablarconeldoctor.Comoveterinarios,ambos seentiendenalaperfección. Mi amor se saca un bolígrafo del bolsillo y, agachándose, se apoya en una silla y firma los papelessinleerlos.AlgoquesiempremedicequeyonohagaloestáhaciendoélporSusto. UnavezEricseincorpora,meguiñaunojoconcariñoyoigoqueFélixdice: —Lomásacertadoesoperarlo.LehepedidoaldoctorFaüterquemepermitaestarpresenteenel quirófanoparaayudar:soyespecialistaenestetipodefracturas.¿Avosotrososparecebien? Ericmemira.Yoasiento,yentoncesélmurmuratendiéndolelamano: —Gracias,Félix. Cuando los dos hombres desaparecen tras la puerta, Ginebra, que hasta el momento se ha mantenidocallada,sesientaamiladoy,cogiéndomelamano,dice: —Todovaasalirbien.Tranquila,Judith.FélixnovaapermitirqueaSustolepasenada.Comoha dicho,esespecialistaenesetipodefracturasyhaoperadoainfinidaddeanimalitosensusclínicas. Medicejustoloquenecesitooír:positividad,eintentosonreír.Eneseinstante,Flynsesientaen laotrasillay,cogiendomiotramanolibre,murmura: —Mamá,tranquila.Sustoesfuerteyserecuperará. Su contacto, sus palabras y, en especial, que me llame ¡«mamá»! y se preocupe por mí me provocan de nuevo el llanto, y lo abrazo. Llevo tanto tiempo sin abrazarlo, sin sentirlo cerca que llorodefelicidad,dentrodemitristeza,portenerlojuntoamí.NecesitoaFlyn.AdoroaFlyn,ysólo quieroquemequiera. Pasadosdiezminutos,enlosquenohepodidoparardellorarcomosimefueralavidaenello,y esquemeva,Flynselevantademilado,yEricseacercaaNorbertydice: —Creoqueesmejorqueregresesacasa. —No,señor.Prefieroquedarmeaquí.—Y,mirándomecongestopesaroso,susurra—:Losiento, Judith.Losientomucho. Suexpresiónmehacesaberquelodicesinceramente.Pobre,eldisgustoquetieneencima.Sihay alguienquesiempremehaqueridoymehademostradosucariñodesdequepuselospiesenMúnich, éseeselbuenazodeNorbert.Melevantoyledoyunabrazo. —Tú no tienes la culpa de nada, Norbert —aseguro—. Por favor, no vuelvas a disculparte. Ya sabemostodosloinquietoqueesylolocoqueestáSustoy,tranquilo,seguroqueserecuperará. Sonreímos,yluegoEricinsiste: —Vamos, Norbert, vete a casa. Simona debe de estar nerviosa. Prometo decirte algo cuando regresemos.—Y,volviéndose,pregunta—:Flyn,¿quieresirteconél? —No—respondemihijo—.Prefieroquedarmeconvosotros. Norbertseresiste,peroalfinalloconvencemosentretodosyseva.Unavezsaleporlapuertade laclínica,Ericlacierradesdedentroysesientaamilado.Sólopodemosesperar. Unahoradespués,Félixyeldoctoraparecenantenosotros,yesteúltimodice: —Hasalidotodocomoesperábamos.Hemostenidoquedarlepuntosenelhocicoytienevarios dientes rotos. En cuanto a la pata, le hemos puesto una placa con tornillos que deberemos cambiar dentrodeunosmesesenunasegundaoperación. —Deacuerdo—consigomurmurar. —Bien—oigoquediceFlynamilado. —De momento —prosigue el veterinario—, Susto tendrá que quedarse aquí algunos días. Pero tranquila,todoestábien. Estoy como en una nube. Susto, mi precioso Susto, parece que se encuentra fuera de peligro y, mientrasEriccontinúahablandoconelveterinario,Félixseacercaamíydice: —Tubichilloesmásfuertedeloquecrees.Serepondrá,aunquequizátengaunacojeradepor vida,peroesotedaigual,¿verdad? Sucomentariomehacesonreír,¡claroquemedaigual!Loabrazoysusurro: —Gracias...,gracias...,gracias. FélixsonríeyoigoqueGinebraríecuandoéldice: —Denada,mujer. Mi felicidad es completa, y abrazo también a Ginebra. La verdad es que la mujer no se ha separado de mi lado y no ha parado de darme ánimos durante las horas en las que yo veía más oscuridadqueluz. ¡Joder,quénegativamevuelvoenalgunosmomentos! Unavezmesueltodeella,abrazofelizamiamoryentoncesoigoqueelveterinariodice: —Judith,¿quiereverloahora? Asiento. Asiento como una niña chica y, mientras Félix se queda con Ginebra, yo entro en una habitacióndelamanodemiamorydeFlyn. Veojaulasconotrosanimalitosquememirancuriosos,hastaqueelveterinariosedetieneante unadelasjaulas,quetieneunaluzrojaeneltecho,ydiceabriendolapuerta: —Estásedadoypermaneceráasíunbuenrato,peroestábien. Me quedo bloqueada mirando a mi Susto. Verlo así me impresiona. Tiene la cabeza vendada y también parte del cuerpo. De pronto parece estar más delgado de lo que por norma está y, acercándome a él, lo beso sobre la venda del hocico y las lágrimas se me escapan. Qué indefenso parece. —Tranquilo,cielo...,mamiestáaquíynotevaadejar—murmuroconelcorazónencogido. Durantevariosminutos,meolvidodelrestodelmundoysólomecentroenSusto,sóloenél.Lo beso. Lo toco con cariño y le dedico las mayores palabras de amor y ternura que soy capaz de articulareneseinstante. EricyFlynsiguenamilado,noseseparandemíy,congestoserio,meobservanhastaquemi hijodaunpasoalfrenteytocaconafectoaSusto.Nosmiramosysonreímos.Estamosfelicespor teneranuestroperroconnosotros.Ericnosobservaensilencioy,conociéndolocomoloconozco, séqueveraSustoasídebedeestardestrozándolo.Sihayalguienquenosoportavereldolorolas enfermedadesenlosdemás,esél. —Sepondrábien,Eric,tranquilo—digo. Aloírme,miamorsonríey,trasacercarsealajaula,ledaalanimalunbesoensuvendadacabeza yresponde: —Sustotodavíatienemuchaguerraquedar. Alsalirdelaclínicasoncercadelastresdelamadrugada,yEricyyonosempeñamosenllevara Ginebrayasumaridoalhotel.Eslomínimoquepodemoshacerporellos. Una vez los hemos dejado, me apoyo en el reposacabezas y cierro los ojos. Estoy contenta ¡dentrodemisustoporSusto!Perotodoparecequeestásaliendobien. Al llegar a casa, Norbert y Simona nos esperan junto al pobre Calamar, que está triste y solo. Rápidamentelesindicamosquetodoestácontroladoy,cuandosemarchanadormiryFlynsesubea Calamarasucuartoparaqueestéacompañado,Ericmeabrazaymurmuramirándomealosojos: —Todovaasalirbien,pequeña...,teloprometo. Asiento.Quieroqueasíseay,simiEricZimmermanmelodice,¡locreeré! 31 Ellunes,cuandoalassietedelamañanasonóeldespertador,Melqueríamorirsepero,alargandola mano,loparóysiguiódurmiendo. Björn, que lo había oído, abrió los ojos y observó divertido cómo ella se arropaba con las mantas. —Cariño...—murmuró—,hayquelevantarse. Mel,sinquererabrirlosojos,musitóconelpeloenmarañado: —Cincominutos...,sólocincominutosmás. Björn asintió y, tras darle un beso en la punta de la nariz, dijo cogiendo el despertador para volveraponerlaalarma: —Te daré una hora. Yo me encargaré de levantar a Sami, ¿vale? Pero luego te levantas y la llevamosjuntosalcolegio. Conunaponzoñosasonrisa,Melasintióy,suspirandocongustito,repuso: —Ereselmejor,cariño...,elmejor. Björnselevantósonriendodelacamay,desperezándose,fuehastalahabitacióndelapequeña, dondereinabalapaz.Concariño,seacercóhastalacamay,sonriendoalverquedormíaconelpelo enmarañadocomosumadre,setumbóasuladoysaludó: —Buenosdías,mipreciosaprincesa.Hayquelevantarse. Aloírlo,laniñaabrióunojitoyprotestó: —Papi,noquiero,tengosueñito. Björn sonrió. Mel y Sami eran el centro de su vida. Las adoraba. Las amaba con locura. Y, besandolacabezarubiadelapequeña,cuchicheó: —¿Sabes,prinsesa?Mamiestádormida;sitelevantasahorapodráselegirlaropaquetúquieras. Losojosdelacríaseabrierondeinmediatoy,sentándoseenlacama,seretiróelpelodelacaray preguntó: —¿Loqueyoquiera? Alversuexpresióndepilluela,Björnrioyafirmó: —Loquequieras,exceptolosdisfracesdeprincesasylascoronas.Yasabesquealcolesólose puedenllevarcuandohayfiestadedisfraces. —Jooooooooooooooooooo. A cada segundo más encantado por las reacciones de la pequeña, Björn le guiñó un ojo y cuchicheóconcomplicidad: —Pero puedes llevar el vestido rosa con la cara de las princesas que te compré y los zapatos nuevos.¿Quéteparece? —Síiii. Como si fuera un cohete a propulsión, Sami se tiró de la cama, abrió el armario y, tras sacar aquelloquesupapihabíadicho,lomiróyafirmócongestopícaro: —Mamisevaaenfadar. —Demamimeencargoyo—dijoBjörnriendoycogiendoalapequeñaenbrazos—.Ven,vamos albaño.Hayquelavarselacaritaylosdientes. Unahoradespués,cuandoBjörnySamiestabandesayunandoyavestidos,élconsuimpolutotraje yellaconsuvestidonuevo,Melselevantóy,alveralapequeña,murmurómientrassellevabauna manoalacabeza: —Cariño,porfavor,queSamivaalcolegio,noalaentregadelosOscar. LapequeñamiróentoncesaBjörn,querespondió: —Losé,peroesqueSamiestanelegantecomosupapi. Melasintióy,sonriendo,sedioporvencida. —Vale,voyavestirme.Esosí,siasusmajestadesnolesimporta,yoiréenvaquerosycamiseta. Cuandodesapareció,BjörnySamichocaronlasmanosconcomplicidad. —Papi,ereselmejor—cuchicheólapequeña. Felizporelcomentariodelapequeña,élsoltóunacarcajadamientrasexclamaba: —Pormiprincesa,¡loquesea! Mediahoradespués,MelyBjörnsalierondelacasa,bajaronalgarajeysemontaronensucoche. AlllegaralcolegiocoincidieronconLouise,Heidiyotrasmujeres,yMel,alverlas,setensóy murmuró: —Esperoqueestonoseaunanuevaencerronaolovasalamentar. Alveralasmujeres,Björnseencogiódehombros. —Yonosénada.Teloprometo. Con Sami en el centro y cogida por ambos de la mano, Heidi y las demás se acercaron y esta últimalossaludó: —Buenosdías,parejita.Quéalegríaencontrarosaquí. —Elplaceresmío,Heidi—saludóencantadoBjörnaltiempoquelabesaba. —Heidiesunazorra—soltódeprontoSami. —¡Sami!—laregañóBjörn. —Yunaperra...,esodijeronmamáylatíaJud. Mel,quesehabíaquedadosinhablaynosabíadóndemeterse,observóasuhijamientrassentíala miradaacusadoradeBjörnydelasmujeresy,comopudo,susurró: —Sami,esonosedice.—Luego,mirandoaHeidi,quesehabíaquedadoacuadros,añadió—:No lodiceporti,Heidi;sientoeldesacertadocomentario. Y,sinmás,cogióasuhijaenbrazosysealejóparadejarlaenelcolegioantesdequelescerraran lapuerta,mientrasBjörnsequedabaconaquéllas.Sinpermitirleabrirlabocaasuhija,labesóyse laentregóalaseñoritamientraspensabaquéexplicacióndarleaBjörnpero,cuandosevolvióyvioa las mujeres sonriendo como tontas alrededor de él con una actitud que no le gustó nada de nada, apretóelpaso. —Sinduda,esetrajetanbiencortadotequedamaravillosamentebien—decíaHeidi. Björn, que era un conquistador nato, sonrió con un gesto que hizo que todas las mujeres se ruborizaran,hastaqueMelllegóe,incapazdenodecirnada,replicósincortarse: —Puesosaseguroquesintrajeestámuchomejor. SucomentariohizoquetodaslaobservaranconlabocaabiertayBjörnlamiraraincómodo.¿Por quéhabríadichoaquello? Entonces,deprontoHeidipreguntó: —Melania,¿tevienesconnosotrasadesayunar? Björn no habló. En su mirada, Mel podía leer lo que él quería que hiciera, y más tras sus dos desafortunadoscomentarios,peroellareplicósindejarseembaucar: —Losiento.Dentrodemediahoratengounacitaalaquenopuedofaltarpornadadelmundo. Heidiasintióy,disimulandosuincomodidadconlamejordesussonrisas,respondió: —Nohayningúnproblema,Melania.Yanosveremosotramañana.Adiós,Björn. Y, dicho aquello, la pandilla de urracas, entre las que estaba Louise, se dieron la vuelta y se marcharon. Tan pronto como aquéllas se alejaron, Björn miró a Mel incrédulo y, cuando se disponía a protestar,ellaseleadelantódiciendo: —OdiocuandomellamanMelaniadeesamanera.¡Medahastarepelús! —¿QuéesesodequeHeidiesunazorrayunaperra? Tratandodenosonreír,Melcuchicheó: —Ay,cariño,losiento.ElotrodíaleestabacontandoaJudith,eldíaque... —PorelamordeDios,Mel.¿SamiacabadellamarzorrayperraalamujerdeGilbertHeineytú teríes?Y,porsiencimaerapoco,noseteocurreotracosaquedecirquesinropaestoymejor. —Laverdad,cariño.Lapuritaverdad. —Mel...—gruñóél. AlverelpocosentidodelhumordeBjörn,ellacambióelgestoymurmuró: —Vale.Losiento,cariño.Tienesrazón.Haestadofueradelugary... —¿QuétalsicomienzasaseralgomásagradableconHeidiyesasmujeres? —Imposible. —Imposible,¿porqué?—protestóél. —Puesporquenomegustanynoquierotenernadaqueverconellas.Comprendoquetuilusión seaentrarenesedichosobufete,peroentiendequeyonoquierosabernadadeellos.Portanto,sitú hasderepresentarunbonitopapelparaqueellasyellostequieran,¡adelante!,peroyonolovoya hacer,porquenolesgustoyteaseguroquenolesvoyagustarnunca,¿entendido? Elabogadoclavólosojosenlamorenadescaradaqueloretabaconlamiradapero,cuandose disponíaaresponder,sonósumóvil.Contestóy,trashablarunossegundos,locerróydijomirandoa Mel: —Eralapolicía. —¿Lapoli?¿Quéhapasado?—preguntóellasorprendida. —Han pillado al hacker que atentaba contra mi web, y el inspector Kleiber quiere que vaya a comisaría. Sorprendidayencantadaaloíreso,Mellocogiódelamanoy,sindudarlo,dijo: —Vamos.Iremosjuntosaveraesedesgraciado. TrascallejearporMúnich,unavezaparcaronelvehículo,entraronenlacomisaríasinsoltarsede lamano.PreguntaronporelinspectorKleiberylesindicaronquesudespachoestabaenlasegunda puertaaladerecha. —Tejuroque,cuandoveaaesedesgraciadodeMarvel—sentencióBjörncaminando—,melas vaapagarestéonolapolicíadelante. —Cariño —murmuró Mel—, tranquilízate. Ya lo han cogido, y dudo que vuelva a piratearte la web. Björnasintióeintentórelajarse,peroenelfondodeseabaecharsealacaraaaqueldestructorde lo ajeno. Al llegar frente a una puerta, de pronto ésta se abrió y apareció ante ellos el inspector Kleiber.Alverlos,seapresuróacerrardenuevoydijo: —Creoqueesmejorqueantespasenamidespacho. Mel asintió, pero Björn, desobedeciendo las indicaciones del policía, abrió la puerta que éste acababadecerrar,dispuestoacomersealmalditohacker,yseencontróaunamujermayoryaun adolescentedelaedaddeFlyn.Congestocontrariado,sumiradapasódelamujeralniñoy,cuando tuvoclaroqueelhackereraaquelcríodepelolargoydescontroladoquenolomiraba,diounpaso atrássindecirnadaycerrólapuerta. —Comolehedicho,esmejorquepasenantesamidespacho—insistióelinspector. PeroBjörnnecesitabaqueleconfirmaraloquecreía,ypreguntósinmoverse: —¡¿Elhackeresuncrío?! —Sí—afirmóelinspector. —¿EsemuchachoesMarvel?—preguntósorprendidaMelaldarsecuentadequeloconocía. —Sí—volvióaasentirelpolicía. —¡Joder!¿Yquéhaceunniñatopirateandomiweb? Elinspectorabrióunapuertay,señalando,insistió: —Porfavor,pasen.Tenemosquehablar. Alucinados, entraron y tomaron asiento. El inspector se sentó a su vez, colocó ante ellos unos papelesydeclaró: —Ese muchacho es un cerebrito en informática, y si le digo esto es porque algunos de sus compañerosasílohandescritoalverlascosasquehace.Sinohubierasidoporquenosllamarondel institutoalquevaparaavisarnosdesufaltadeasistenciadesdelamuertedesuabuelo,difícilmentela unidaddedelitosinformáticospodríahaberlocazadoporloquelehacíaaustedensupáginaweb.El chicoesmuybuenoenloquehace...,créame. MelyBjörnsemiraronsorprendidos.Sinlugaradudas,loshackerserancadavezmásjóvenes. Acontinuación,elinspectorabrióunacarpetaypreguntó: —¿LesuenaelnombredeBastianFogelman? —No—respondióBjörn. —¿Estáustedseguro,señorHoffmann?—insistióelinspector. Björnsedisponíaaprotestarcuandoaquélañadió: —¿RecuerdaelnombredeKatharina?Unamuchachasuiza. Aloíreso,Björnseincorporódelasilla.Claroquelarecordaba. —¿QuéocurreconKatharina? —¿QuiénesKatharina?—preguntóMel. Sinentenderaquéveníatodoaquello,BjörnmiróaMelyseapresuróaresponder: —Era una amiga. Una vecina. —Y, viendo la expresión de ella al mirarlo aclaró—: Llevo sin verlamuchosaños,nomemiresasí. Alvercómosemiraban,elinspectordijo: —KatharinaeralahijadeBastianFogelman,suvecino. Björnlevantólascejasy,clavandosusojosenél,preguntó: —¿Y? —El crío que ha visto y que ha estado pirateando su web es el hijo de Katharina, nieto de Fogelman...—y,entregándoleunpapel,añadió—:yporloqueéldice,essuhijotambién. —¡¿Qué?!—exclamaronincrédulosMelyBjörnalavez. ElinspectorsedisponíaadeciralgocuandoBjörnsepusoenpiedeunbrinco. —¡¿Qué tonterías está diciendo? —soltó—. La única hija que tengo se llama Sami, no mide un palmoyacabodedejarlaenelcolegio. Mel,todavíasinreaccionar,miróaBjörncuandoéstecogiómalhumoradoelpapelqueelpolicía le tendía y comenzó a leer. Efectivamente, aquello era una partida de nacimiento en donde en la casilladepadreponíaclaramente«BjörnHoffmann».Sinentenderabsolutamentenada,sesentóde nuevoenlasillay,dejandoelpapelsobrelamesa,murmurómirandoaMel: —Noséquéesesto.Nitampocoséquiénesesecrío,perodesdeluegonoeshijomío. —SeñorHoffmann... —¡Nodigatonterías,inspector!—locortóBjörn—.Siyotuvieraunhijo,tengaporseguroque losabría,ymuybien. Alversudesconcierto,Mellocogiódelasmanosy,atrapandosumirada,susurró: —Tranquilo,cariño. —SeñorHoffmann,escúcheme—insistióelinspectorKleiber—.Nosllamarondelcolegiopara denunciarque,traselfallecimientodesuabuelo,unmenornoibaaclaseyseguramentevivíasolo. El muchacho nos vio en la puerta de su casa, se asustó, y ha estado toda la noche vagando por las calles.Cuandounosdemisagenteslolocalizarondurmiendoenunparque,locogierony,antesde traerloalacomisaría,elmuchachosuplicóqueteníaqueirasucasaaporsuperro.Mishombreslo acompañarony,allí,trasobservarciertascosasensuhabitación,seencontraronconlasorpresade queeraélquienlepirateabasupáginaweb. Björncadavezentendíamenos.Eracomosilehablaranenchino. —Al principio, el muchacho no soltaba prenda —prosiguió el inspector—. No contestaba a nuestras preguntas, a pesar de que las pruebas lo delataban, pero al final se ha roto cuando hemos queridosepararlodesumascota.¿UstedvivióenelbarriodeHaidhausen? Elabogado,confundido,asintióalrecordarlo. —Sí.Vivíallí. Elinspectormirólospapelesqueteníadelanteeindicó: —Porproblemasconsumadrastra,usted,supadreysuhermanosemarcharondelbarriodela nochealamañana,¿verdad? Conlosojosveladosporlosrecuerdos,Björnasintió. —Sí.MimadrastaseenamoródeunnorteamericanollamadoRichardShepard...,ytuvimosque marcharnos. —Björn—murmuróMel,conscientedeloquelecostabahablardeaquello. Al sentir a su mujer a su lado, el abogado la miró para hacerle saber que estaba bien, y a continuaciónseñaló: —Inspector,noséaquévienerecordarmipasado,perosí,todocuantodiceescierto.Mipadrelo habíapuestotodoanombredeaquellamalamujer,yellanosloquitó.Nosdejóenlacalleytuvimos quemarcharnosdelquehabíasidonuestrobarriodeundíaparaotro. Unincómodosilenciolosrodeó,hastaqueelinspectorafirmó: —Pues he de decirle que, cuando usted se marchó, Katharina regresó a Suiza embarazada de usted. —¡¿Qué?! —exclamó Björn, bloqueado. Durante un par de segundos, su mente se inundó de recuerdospasados,ydeprontosiseó—:Siesofueracierto,¿porquénomebuscóparacontármelo? —Eso,señorHoffmann,nolosé.Yosóloséloqueelniñonoshadicho. Mareadocomonuncaensuvida,Björnseapoyóenelrespaldodelasilla.Melsabíaloquele dolíarecordaraquelloy,alverloenaquelestado,cogióunpapelycomenzóadarleairemientrasle susurraba: —Tranquilo,cariño...,tranquilo. Pero la palabra «tranquilidad» era lo que menos le rondaba por la cabeza a Björn. Sólo podía pensarenloqueaquelpolicíaledecía.Teníaunhijo,¿yseenterabacasiquinceañosdespués? El inspector Kleiber puso una botellita de agua delante de Björn. Mel la cogió, la abrió y, entregándosela,exigió: —Bebeagua.Bebe. Björnbebióybebióybebióy,cuandolabotellaseacabó,ladejósobrelamesay,levantándose, negó: —Nopuedeser.Esimposiblequeseamihijo.Katharinamelohabríadicho.Quierohablarcon ella,¡quieroverla!Yestoysegurodequetodosesolucionará. —SientodecirlequeKatharinamuriódecáncerhaceochoañosenSuiza—informóelinspector —.Entonces,elabuelodelcríosehizocargodeélaquí,enMúnich,hastaquemuriótambiénhace pocomásdeunmes. Acadainstantemásbloqueado,Björnexigió: —Quieroveraesemuchacho.Exijohablarconélyaclarartodoesto. Elinspectorlevantóentonceselauriculardeunteléfonoydijo: —LepediréalaasistentesocialquenosavisecuandoterminedehablarconPeter. Björnsemesóelpelo.Aquelloeraunalocura.¿Cómoibaatenerunhijoynosaberlo? —Cariño..., cariño..., cariño... Es mejor que te tranquilices — insistió Mel levantándose para ponerseasualtura—.Antesdehablarconelniño,creoque... —¿Peter?¡¿HadichoquesellamaPeter?!—preguntódeprontoBjörn. ElinspectorasintióyMel,aloíraquelnombre,murmurósentándose: —Diossanto. Si algo le gustaba a Björn eran sus discos de vinilo y sus cómics de Spiderman. Los cuidaba comooroenpaño,ymuchashabíansidolasvecesquehabíacomentadoconellaque,siteníaunhijo, sellamaríacomosusuperhéroefavorito:Peter. Acadainstantemásconfundido,Björnnosabíaquépensar.Entonces,lapuertadeldespachose abrióylamujerqueestabasegundosantesconelcríodijo: —Puedenpasarahoraparahablarconél. Melnosemovió,sinoquemiróaBjörnalaesperadesudecisión. —Vayamos,pues—dijoélfinalmente. Alsalirdeldespacho,Melseapresuróacogerlelamano.Queríaquesintieraqueestabaconél,y Björn,aldarsecuentadeello,lamiróeintentósonreír.Perolapreciosa,inquietanteymaravillosa sonrisadelabogadonosalióy,delamano,pasaronalasalaconelinspector. Alentrar,elmuchacho,quevestíaunpantalónvaqueroraído,unasudaderaconcapuchaazulonay unaszapatillasque,sinlugaradudas,habíanvistotiemposmejores,nolevantólacabeza.Continuó con la vista fija en el suelo, y entonces Mel reparó en el monopatín rojo y en el perro blanco y marrónqueestabaasuspiesysupoacienciaciertaqueyaloshabíavistoantes. Porsuparte,Björnsesentóalotroladodelamesa,frentealmuchacho,conlaesperanzadeque éste lo mirara. Él era un gran abogado, un hombre acostumbrado a lidiar con todo tipo de situaciones,eibaacontrolartambiénaquello. Entonces,elcríosemovió.Levantóelrostroparaobservar,perosupelolargonolosdejabaver sucaraconclaridad,yMel,conscientedequeyaseconocían,losaludó: —Hola,Peter,soyMel. —Losé. —Túyyoyanoshemosvistoantes,¿verdad?—insistióellaantelasorpresadeBjörn. Élasintió. —Sí. Melteníamuyclaroquiéneraelchaval,ydijo: —TehevistovariasvecesenelparqueadondellevamosaSami,¿verdad? —Sí. —Yenelsupermercado...;túereselchicoquealgunosdíasrecogeloscarritos. —Sí—volvióaafirmarelmuchachoy,mirándola,añadióalverqueellanolocomentaba—:Y tambiénnosvimoshacepocoenlapuertadelcolegio. Al oír eso, Mel simplemente asintió con la cabeza, y Peter entendió que no debía comentar lo ocurridoaqueldíaconaquelhombre. PeroBjörn,queestabahistéricoescuchándolos,preguntó: —¿Yquéhacíasenesoslugares?Porque,sipirateabasmiweb,¿acasotambiénpretendíashacerle algoamifamilia? —Björn—protestóMel. —No...No...,yonuncalesharíadaño.Nunca—murmuróelchaval. Pordebajodelamesa,MelpusounamanosobrelanerviosapiernadeBjörn,quenoparabade moverse,ylepidiótranquilidad.Elchavalestabaasustado.Sólohabíaqueverloencogidoqueestaba paradarsecuenta,yBjörn,trasentenderloquesunoviaqueríadecirle,cambióeltonoypreguntó: —Peter,¿porquédicesqueeresmihijo? —Porquemamásiemprelodecía.Escribiósunombreenunafotoenlaqueestánlosdosydesde pequeñomedijoqueustederamipadre.Miabuelotambiénloafirmaba. Bloqueadoyconfundido,Björnmiróaladolescente.¿Cómopodíatenerélunhijosinsaberlo? —Y si tu madre y tu abuelo lo decían, ¿por qué no te acercaste a mí? —volvió a preguntar—. ¿Porquépiratearmiweb? Elcríonorespondió,sinoquesimplementebajólacabeza.Entonces,elinspectordiounpasoal frenteyloamenazó: —Sinorespondes,tendremosquellevarnosatuperro. —¡No!—gritóelmuchachoagarrándosealchuchoblancoymarrón—.NomeseparendeLeya. Porfavor,esloúnicoquetengo. Aquellasúplicapillóatodosporsorpresa,yaMellerompióelcorazón. Oíralchicodeciraquellolehizorecordaralgoquehacíamucho...muchotiempounbuenamigo lehabíacontadoy,emocionada,pensóenél.Siélestuvieraallí,nopermitiríaqueocurriera. ¿Debíapermitirloella? Björn miró a Peter y, cuando se disponía a decir algo, el crío se retiró el pelo de la cara y explicó: —Undíafuihastalapuertadesutrabajo,peroelporterodeledificiomeechóyentoncespensé que,siaquelhombremehabíaechado,quénoharíausted,ymefui.Noquiseinsistir. Durante un buen rato, el inspector y Björn hicieron preguntas al muchacho y éste fue contestándolas educadamente como pudo. En ningún momento lloró. En ningún momento se desmoronó.Enningúnmomentosemostróchuloodesagradable.PeroMel,queloobservaba,sabía quetrastodaaquellaintegridadhabíaunmuchachitoque,encuantonadieloviera,sevendríaabajo. Bloqueadocomonuncaantesensuvida,Björnselevantódelamesay,sindecirnada,saliódela sala.Mellosiguióy,yaenelpasillo,oyóqueéldecía: —Nopuedeser.¿Cómovaasermihijo? —Björn... —No...,nopuedeser,Mel.Yonotengoningúnhijo. —Escucha,cariño...Mírame,Björn—susurrótanimpactadacomoél. Elinspectorsalióentoncestambiénasuencuentro. —Creo que todos hemos tenido bastante por hoy —dijo—. La asistente social se va a llevar a Peterauncentrodemenoresy... —¡No!—exclamódeprontoMel. Björnyelinspectorlamiraronyellacontinuó: —Nopuedenllevárselo.Él...élnostieneanosotros. ElabogadomiróaMelsorprendido. —Pero¿quéestásdiciendo? —Björn—insistióella—.Esemuchachopodríasertuhijo. —Mel, no saques conclusiones que puedan ser erróneas —siseó enfadado—. Nunca he oído hablardeél,y... —Misextosentidomedicequeesverdad—insistióella. Björnlamirómolesto. —Ojaláutilizarastusextosentidoparaotrascosasqueyonecesito—replicó. Enfadadaporsucontestación,Mellomiróygruñó: —Mira, si lo dices por esa pandilla de imbéciles que hemos visto hace un rato en la puerta del colegio,sólotediréque... —Déjalo,Mel. —No.Novoyadejarlo—respondióella. Luegosehizoelsilencio.Sinduda,aquellocomenzabaahacermellaentreamboscuandoBjörn, desesperadoporloqueacababadedescubrir,siseó: —PorelamordeDios,Mel...¿Acasopretendesquellevemosaunextrañoacasa? —Sí. Aloíreso,elinspectorKleiberdijo: —Creoquetendríanquehablardeesotranquilamenteensucasa.Éstenoeslugar.Mientrastanto, laasistentesocialpuedellevarseaPeteralcentroy... —No,imposible.Losepararándesuperro—volvióarepetirMel. Acadainstantemásdescolocado,Björnclavósusbonitosojosensuchicaymurmuró: —Mel, esta situación se me va de las manos, pero entiendo menos aún tu reacción, y más sabiendoqueesecríoeselputohackerquemehaestadovolviendoloco.¿Deverdadpretendesmeter aesemuchachoyasuperroencasaconSami? Laexmilitarasintiósinsaberporqué. —Sí. —Pero¿porqué? —Porquesí.Porque...porqueesunniñoquenecesitacariño. —Esonomevale,¡joder!—protestóBjörn. —Puestetienequevaler. —Mel... Sincederunápice,ellainsistió: —Sevienenconnosotros.PeteryLeyasevienenconnosotros. —Miraqueerescabezota—gruñóél. —Ytútambién,perosevienenacasa. Sinentendernada,Björnclavólamiradaenellay,suavizandoeltonopidió: —Vamosaver,cariño,¿mepuedesexplicarporquéinsistestantoenello? Conlosojosvidriosos,Melsuspiró. —Mi buen amigo Robert Smith, el teniente que fue abatido en vuelo y al que sabes que quería comoaunhermano,almorirsuspadrescuandoélteníadoceaños,estuvodurantedosenunacasade acogida.Mehablódelatristezadesentirsesolo,delocomplicadoquefueasumircomoniñoqueno leimportabaanadie,yquenoentendióquetambiénlosepararandesuperro,queeraloúnicorealde supasadoquelequedaba.—Y,tomandoaireparanoemocionarse,añadió—:Tambiénrecuerdosu sonrisa cuando contaba que el día que Nancy y Patwin lo llevaron a su casa fue el más feliz de su vida,hastaqueconocióasumujer. —NosabemosquiénesPeterylosproblemasquenospuedeoriginarennuestrasvidas. —NancyyPatwintampocosabíanquiéneraRobert.Vieronenélaunniñonecesitadodecariño, queeslomismoquehevistoyoenPeter.Pero¿esquenotedascuenta? Björnsemesóelpeloofuscado.Queríasalirdelacomisaríacuantoantes,ysentenció: —Losiento,perono.Esemuchachonosevieneacasa. —Björn... Elabogado,quenoqueríadiscutirmáseltema,diomediavueltayseencaminóparahablarconel inspector,quesehabíaapartadodelaconversaciónanteriormente. Con el corazón encogido, Mel observó a través del cristal de la puerta de una sala cómo la asistente social intentaba hablar con el chaval mientras éste le suplicaba una y otra vez que no lo separaran de su perra. Sin saber qué hacer, Mel miró en dirección a Björn y al inspector y, finalmente,entróenlasala,dondeelchicoahorallorabadesconsoladoabrazandoasumascota. —Peter...,Peter...,mírame—murmuróagachándoseparaponerseasualtura.Cuandoéllamiró con los ojos llenos de lágrimas, ella le dijo al ver que la asistente social hablaba por teléfono—: ¿Puedohacerteunaspreguntas?—Elcríoasintió—.¿Porquétehevistoenvarioslugaresantesde hoy,comoporejemploelparquealquesolemosirconSami? Petertragóelnudodeemocionesqueteníaenlagargantayrespondió: —Porquequeríaconoceramihermanaymegustabasentarmeaobservarlos.Nuncalosmolesté. Sólo deseaba ver cómo él jugaba con Sami, para imaginar cómo habría sido conmigo si mamá le hubieradichoqueyoerasuhijo. Larespuestacalóhondoenella.ElchicocreíaqueSamierahijadeBjörny,sinquerersacarlode suerror,Melvolvióapreguntar: —¿Quéhacíaselotrodíaenlapuertadelcolegio? Petermirómásalláy,cuandovioqueBjörnnopodíaoírlos,contestó: —Fui a verlas como muchas mañanas. Me encanta ver a Sami contenta. Pero, tranquila, no le contaré a Björn lo que ocurrió con ese tipo. Sin embargo, debería contárselo usted. No me gustó cómolaagarró. Dolidaporloqueestabaoyendo,Melsuspiró.Aquelmuchacho,sinconocerla,estabadispuestoa guardarleelsecretoy,sinsaberporqué,preguntó: —¿EstássegurodequeereshijodeBjörn? Secándoselaslágrimasconlamano,elchavalrespondió: —Mimadresiemprelodecía.—Entonces,desesperado,viocómolaasistentesocialselevantaba ymurmuró—:Porfavor,señora,nodejequesellevenamiperra.Lameteránenunaperreray,siyo nolareclamoenunosdías,seguramentelasacrificarány...yellaesloúnicoquetengo. Conlapenaenelcuerpo,Melnosabíaquéhacery,alvercómoelchicolamiraba,dijocogiendo lacadenadelanimal: —Yolacuidaréhastaquetodoestosesolucione,¿quieres? Elmuchachodejódellorary,mirándola,susurró: —¿Haríaesoporella?—Melasintióy,conmovida,estuvoapuntodeecharseallorarcuandoel críolaabrazócondesesperaciónymusitó—:Gracias,señora,gracias.Siemprehetenidolaintuición dequeustederaespecial.Leprometoregresaraporellay... —TehedichoquemellamoMel.LlámameMel,porfavor. Elcríosonriócontristeza. —Gracias,Mel. —Escucha,Peter,todoestoseresolverá.Yaloverás. Elmuchachomiróhaciaelpasillo,dondeBjörnhablabaconelinspector,ydijo: —Él no cree que yo sea su hijo, ni quiere que lo sea, y yo... no quiero ser una carga para él. Cuandoconsigasalirdellugaradondemevanallevar,recogeréaLeyayregresaréamicasa. —Sieressuhijo,tequerrá.Deesomeencargoyo—afirmóMel—.Y,sinoloeres,teaseguro queyomismateayudaréaencontrarunsitiodondevivir. Peterseabrazóasuperraymusitó: —Pórtatebienconlaseñoray... —Mel,recuerda,Mel. Elcríosonrióyrepitió: —Leya,pórtatebienconMelhastaqueyoregrese,¿deacuerdo? La perra lo miró y, cuando éste se levantó, ella lo hizo también. En ese instante la asistente se dirigióalchicoydijo: —Vamos. Angustiada,MelmiróaPeter,despuésalamujer,ypreguntó: —¿Adóndelollevan? Ellaconsultólospapelesquellevabaenlamanoyseñaló: —AunacasadeacogidaquetenemosenNeuhauserStrasse.Silesinteresa,elinspectorlesdará másinformación. Peter tocó la cabeza de su perra y, tras darle un abrazo a la mujer que se quedaba con ella, murmuróapenado: —Cuídala,Mel.Regresaréaporella. Enternecida,ellaasintióy,encuantoelmuchachosemarchó,alverquelaperradeestaturamedia tirabayladrabaparairtrasél,seagachóy,abrazándolacomohabíahechoinstantesantessudueño, musitó: —Tranquila,Leya...,tranquila.YotecuidaréhastaquePeterregrese. El animal pareció relajarse y, cuando Mel supo que así era, se levantó del suelo, justo en el momentoenqueBjörnentrabaenlasalay,mirándola,preguntaba: —¿Quéhacesconesechucho? —Noslollevamosacasa. —¡¿Qué?!—preguntósorprendido. Dispuestaacumplirsupromesa,Melsiseó: —Mira,Björn.Leheprometidoaesemuchachoquelacuidaríayloharé. Ofuscado,élgruñó: —¿Acasopretendesllevarmehoylacontrariaentodo? —¡¿SabesporquéPeterestabaenelparque?!—gritómirándolofuriosa—.Esepobrechicocree que Sami es su hermana y sólo quería ver cómo tú jugabas con ella para imaginar que así habrías jugadoconélsisumadretehubieradichoqueeratuhijo.Y,encuantoalaperra,leheprometidoque lavoyacuidarporque,siselallevanynadielareclamaenunosdías,lasacrificarányyome...me niegoaello;¿tehasenteradootelorepito? Boquiabierto,elabogadolamiróyasintiósindecirnada.Estabaclaroque,fueraPeteronosu hijo,laperrasemarchabaacasaconellos. 32 UnavezEricsevaatrabajaralgomásprontodelohabitualyyohabloconelveterinario,queme dice que Susto está bien y que puedo llevármelo a casa al día siguiente, cuelgo el teléfono feliz y regresoalacocina. Allí,Pipaseafanapordardedesayunaramimonstruito,queseempeñaenquelacomidavayaa pararacualquierladodelacocinaexceptoasutripita. CuandoveoentraraFlyn,nosmiramos. Esperounasonrisa.Alfinyalcabo,elotrodíameabrazóymellamó«mamá»,pero,alparecer, elborderíoharegresadoy,comocadamañana,meretaconlamirada,yyo,enelmomentoenque mecanso,laesquivo. Sabequehoyloacompañaréaclasey¡porfin!tendremoslareuniónconsututor. Esoloincomoda.Loquenosabe,niseimagina,escuántomeincomodaamí. Una vez Flyn ha terminado de desayunar, nos dirigimos en silencio hacia el coche y, cuando arranco,clavomisojosenélypregunto: —Si hay algo que tu profesor pueda contarme que aún no sepa, es tu oportunidad para decírmelo... ContodalachuleríadelosZimmerman,mihijomemirayresponde: —Yaquevas,quetelocuenteél. Siento ganas de darle un pescozón. Dos días antes, me abrazaba y me mimaba llamándome «mamá»,perodenuevolafrialdadhavuelto. —¿Puedesdejardesertandesagradable?—preguntocansada. Flynmevuelveamirarpero,cuandocreoquevaadeciralgo,secalla.Esaactitudchulescame enfermaenocasionesmásquesimecontestara.Sinembargomecallo.Nodigonada.Novoyaentrar ensusprovocaciones. Conduzco en silencio hasta el instituto. Una vez aparco, Flyn sale del coche y rápidamente se acerca a un grupito de chicos que lo saludan chocándole las manos. Esos amigotes suyos no me gustan,yobservocómoellosmemiranamí. ¿Porquéminiñohatenidoqueconocerlos? Desdeelinteriordelvehículo,veoapareceralafrescaporlaqueséqueFlynestácolgado,bajo y,antesdequeseacerqueamihijo,lollamo: —Flyn,venaquí. Michicoseresiste.Estáentrehacermecasoodemostrarlesasusnuevosamigotesqueélesquien me domina. Pero al final gano yo. Me conoce muy bien y, cuando ve que cierro el coche de un portazo, pierde el culo en regresar a mi lado antes de que saque mi raza española y le cante las cuarentadelantedeellos. Sinrozarnos,nidecirnosnada,vamoshastasecretaría.Allí,trasavisardequetengotutoríaconel señor Alves, mandan a Flyn a clase y me dicen que pase a una salita contigua. Si hace falta, ya avisaránalniño.Entroenlasalita,enlaquehayunamesayunassillas,ymesiento. Mientras espero la llegada del tutor, recuerdo cuando Flyn era pequeño y yo lo defendía de algunasmadresysuschismorreos.Esomehacesonreír,peroalmismotiempomeapeno.Conloque loquiero,almuysinvergüenza,ylomalqueseestáportandoconmigo. Miromimóvil.Notengoningunallamada,ydecidoescribirleunmensajeaEric: Hola,guapo.Estoyenlatutoría.Tequiero. Imagino a mi rubio alemán en su reunión leyendo el mensaje muy serio y sonrío cuando mi móvilpita.Leo: Hola,preciosa.Yamecontarásencasa.Yotambiéntequiero. Estoysonriendocuandolapuertaseabreamisespaldasyoigo: —Buenosdías,señoraZimmerman. Rápidamente guardo el teléfono y, en cuanto voy a responder, me quedo con la boca abierta. Aqueltipocongafasdepastamerecuerdaaalguieny,tanprontocomosoyconscientedequenoes quemerecuerde,¡sinoqueesél!,murmuroenmiperfectoespañol: —Joder... Ante mí está Dennis, el brasileño buenorro del Sensations y el que nos enseñó a Mel y a mí a bailar forró la noche de la detención. Su gesto de sorpresa es tan grande como el mío, y pregunta boquiabierto: —¿EreslamadredeFlynZimmerman? Asientoaturdidayfinalmenteconsigopreguntar: —¿YtúereselseñorAlves? Ahora es él quien asiente y, sentándose frente a mí, se quita las gafas de pasta y después de un instantedesilenciodice: —Tranquila,Jud.Ambossomospersonasmaduras,juiciosasysensatascomoparasaberafrontar esta situación, ¿de acuerdo? —Asiento, y entonces él añade tendiéndome la mano—: Señora Zimmerman,encantadodeconocerla. Comosiestuvieraenunaburbujita,letiendolamanoamivezyselaestrecho.Esecontactotan pudoroso y decente me hace sonreír cuando pienso que lo he tenido como un salvaje entre mis piernasysobremicuerpo. Trasesesaludodelomásfríoeimpersonal,Denniso,mejordicho,elseñorAlves,sevuelvea ponerlasgafas,abreunacarpetaysecentraenhablarmedeFlyn.Lascosasquemedicenosondelo mejor.Sinlugaradudas,mihijo,micoreanoalemán,hapasadodeserunniñoaserungamberrode tomoylomoquenoschoteaasupadreyamícomoledalagana. Observovariospartesdefaltasdeasistenciay,fijándomeenlosqueestánconmifirma,medoy cuentadequeenlavidahevistoyoesosdocumentos.Sinduda,Flynlosfalsificó. Parpadeoalucinada. Pero,vamosaver,¿quiéneseseFlynydóndeestámicoreanoalemán? MecentroenlospapelesdemihijoqueestánantemícuandooigolapuertayentraFlyn.Lomiro congestodeenfadoy,encuantoélsesienta,sututordice: —Flyn,leenseñabaatumadrelosexámenesque... —Ellanoesmimadre,esmimadrastra—replica. Oírlodeciresodelantedesuprofesormeduelemuchísimo.¡¿Madrastra?!¿Porquédiceeso? Pero,sincambiarmigesto,simplementesusurro: —Flyn,porfavor. De mala gana, el crío se repanchinga en la silla, y entonces oigo a su profesor decir en tono tajante: —FlynZimmerman,siéntaterecto.—Mihijonosemueve.Retaasututor,peroalfinal,anteel gesto duro de Dennis, hace caso mientras éste dice—: Ten un respeto por tu madre porque, si ha venido a esta reunión y ahora está aquí soportando estoicamente todo lo que le estoy diciendo es porquetequiere,sepreocupaportiyterespeta,algoquepareceserquetúhasolvidado.Portanto,y, vistotucomportamientovergonzoso,saldelatutoríaahoramismoyregresaaclase.Notengonada másquehablarcontigodelantedeella. Megustalaseriedadylarotundidadconlaquelehablay,cuandoFlynsaleofendidodelasala, miroaDennisymurmuro: —Gracias. Élsonríey,quitándosedenuevolasgafas,lasdejasobrelamesaydice: —Me gusta tan poco como a él utilizar este tono tajante, pero con estos muchachos y a estas edades,unohadeserasíparaqueloescuchenylorespeten. Asiento. Tiene razón. Si Eric y yo hiciéramos lo mismo, seguro que todo cambiaría. Entonces, oigoquepregunta: —¿Encasalasituaciónesigual? Yosuspirodesesperada. —Sí.Supadreyyointentamoshacernosconél,peroalfinalnosécómoselasingeniaysiempre terminamosdiscutiendoentrenosotros. Élasiente. —Esoeslopeorquepodéishacer.Ericytúdebéisestarunidosanteélycaminaralaparconél. Hablacontumarido,osiquieresconvocaremosotrareuniónconelpsicólogo.Sientoloquetevoya decir,peroelotrodíalopilléjuntoaotrostreschicosfumandoporrosenelpatio. —¡¿Qué?! Uf...,uf...,uf...Yaséqueporfumarteunporronoeresundrogadictoniundelincuentepero,joder, ¡quetienecatorceaños!Medoyaireconlamanoyprontosientoquemepicaelcuello.Loqueestoy oyendonomegustanada,peroentoncesDennisañade: —Tuhijonoesmalchaval,perolachicaconlaqueestá,unatalElke,yelgrupitoconelquese juntan son conflictivos y debéis hacer todo lo posible para separarlo de ellos o al final tendréis graves problemas. Varios de esos muchachos que hoy son sus amigos ya ni siquiera están en el instituto. Todos ellos son de buenas familias, como la vuestra, que pueden permitirse este colegio. Pordesgracia,muchosdeesospadresloshandejadoporimposibles,aunquemirecomendaciónes quevosotrosnolopermitáis. Asiento...,asientoyasiento. MepitanlosoídoscuandoDennisclavalosojosenmíy,levantándose,saleaporunvasitode agua. Al entrar de nuevo en la sala, se apoya en la mesa, me lo entrega y yo me lo bebo. A continuación,dice: —Flyn ha acumulado demasiados partes negativos y, con su siguiente parte, siento decirte que será expulsado del instituto una semana. Si, tras esa expulsión, vuelve a tener otro parte, será expulsadounmesenteroy,sireincide,duranteelrestodelcurso. Madremía...,¡madremía! Loquemedicemedejasinhablay,cuandotengaqueexplicárseloamiqueridomarido,noséni cómolovoyahacer. Charlamosduranteveinteminutosmás.Luego,Dennisguardalospapelesquemehaenseñadoy, unavezcierralacarpeta,memiraydice: —¿Algunapreguntamásquequierashacerme? Niegoconlacabezayentoncesélsesacaunatarjetadelbolsilloymelaentrega. —Aquíestánmisteléfonos—dice—.Ericytúpodéisllamarmeparaloquenecesitéis. Asientocomounaimbécil.Sinlugaradudas,ese«loquenecesitéis»esmuyamplio.Salimosal pasilloycaminamoshacialapuertadesalidacuandooigoquedice: —Mehaencantadoencontrarteaquí.Nuncalohabríaesperado. —Yyonuncahabríaesperadoquefueraseltutordemihijo—replico. Ambosreímosyluegopregunto,algomástranquila: —¿CuántollevasviviendoenAlemania? —Dosaños.CuandoterminémisestudiosenBrasil,decidívermundo;vivítresañosenMéxico, otros tres en Suiza, y en Alemania llevo dos. Cuando cumpla tres, mi intención es trasladarme a Londres. Denuevo,losdosvolvemosareír.Entonces,élbajalavozypregunta: —¿Lasllevaspuestasahora? Sinduda,serefiereasillevoonobragas,yrespondoevitandosonreír: —Porsupuesto.Sólomelasquitocuandoestámimarido. Dennisasientey,sinpararse,añade: —Mealegrasaberlo.Ericesunbuentíoyhacéisunaestupendapareja. SuúltimocomentariomehacesaberqueélnuncaintentaríanadasinestarEricpormedio.Esome gusta y, poniéndome las gafas de sol antes de salir por la puerta del instituto, extiendo la mano y digo: —Hasidounplacer,señorAlves. Denniscogemimanoyresponde: —Elplacersiempreesmío,señoraZimmerman. Sonreímosynosdespedimos.Cadaunovuelveasusquehaceres,perocuandollegoamicoche mefijoenunaparejitaqueestásentadaenunbancodelparquecomiéndoseabesos. Abroelcochey,depronto,almirardenuevoalaparejitamedoycuentadequeaquéllaesElke. Mequedoboquiabiertadurantevariossegundoshastaque,alvercómolachicasepropasaaplenaluz deldía,meacercoaellosypregunto: —Disculpa,¿eresElke? —Sí,¿ytúeres...?—preguntaellacondescaro. La rabia puede conmigo. Mi hijo está echando su vida a perder por esa perraka, y ella anda zorreandoconsusamigosapocospasosdelinstituto. —SoylamadredeFlyn,¿sabesdequiéntehablo? Adiferenciadeloquemehabríapasadoamíanteunapilladaasí,Elkesonríey,levantándosede laspiernasdelchico,murmura: —¿Elchino?Puesentoncesdirássu«madrastra». Oíresomeenfurece. Siesachicatuvierasentimientosverdaderosporminiño,sabríalomuchoquelemolestaquelo llamen así; además, llama mi atención que ella diga lo de madrastra. Pero, antes de que yo pueda decirnada,ellaañadecontodoeldescaro: —Mira,madrastritadelchinito,loqueyohagaconmividaesalgoquenoteimporta,y... —Porsupuestoquenomeimporta—lacortofuriosa—.Amísólomeimportamihijo.Nome agrada que estés con él pero, si lo estás, no veo bien que ahora estés aquí con este otro chico haciendoloquehacéis. Elke y el muchacho se miran y sueltan una risotada. ¡Serán descarados! Y, de pronto, ella me empujaconviolenciaygrita: —¡Pero¿túquiéntehascreídoqueeresparahablarmeasí?! Contengolasganasquesientodedarleunempujón.Soyadulta,yrespondo: —¿Ytú,maleducada,quiéntehascreídoqueeresparaempujarmeygritarmedeesemodo? Sinpoderevitarlo,meenzarzoenunaridículadiscusiónconaquellaniñata,queloúnicoquehace escalentarmemásymás.Estávistoqueaéstanolehanenseñadoeducaciónensucasa,ysiseotras untercerempujónalquefinalmenterespondo: —Teprohíboquevuelvasaacercarteamihijoyestaveztelodigodeverdad,¿entendido? Ellasueltaunarisotada. —Nomeprohíbenimimadreymevasaprohibirtú. —Pues quizá ése es tu problema, que no te han prohibido nada y necesitas aprender lo que significalapalabra«educación». —¡Puta! —¡Putaloserástú!—gritofuerademí. Segúndigoeso,séquemeestoyequivocando.Meestoymetiendoenunjardíndelquenovoya salir bien parada y, dando un paso atrás, siseo mientras decido dar por concluida esa absurda discusión. Comonomeapeteceoírlosinsultosquemegritaesaniñatamaleducada,memontoenelcoche, arrancoymevoy.Esmejorquemealejedeallíolaniñatavaamorderelpolvo. Me voy directa al veterinario. Necesito ver a Susto. Por suerte para todos, su recuperación está siendobuenay,cuandoloveo,medeshagoencariñosconél.Mipichurrínselomerece. Unavezsalgodelaclínicaveterinaria,llamoaMely,sindejarquemesalude,cuandocogeel teléfonodigo: —Hola,Mel.Vasafliparcuandotecuenteloqueacabodedescubrir. Oigoquemiamigaresoplay,bajandolavoz,medice: —Túsíquevasaflipar,ymucho,cuandotecuenteloquehedescubiertoyo.Anda,venteparami casa.Teespero. Comonohaqueridosoltarprendalajodía,lacuriosidadmepuedey,comoenlaoficinasaben quenovoyairyconEricnopuedohablarporqueestáenunareunión,meencaminohaciasucasa. Quierosaberquéesesoconloquevoyaflipartanto. 33 —¿QueBjörntieneunhijo? Melasintió. —Sí.Jud...,sí—afirmóconvencida—.Yhastatieneelmismocolordeojosycortedecara. Judithnorecordabaalchicodelsupermercadoquerecogíaloscarritosapesardequesuamiga selodescribióy,agachándoseparatocaralaperrita,quenoseseparabadeMel,murmuró: —Hola,Leya.Porloqueveo,eresunamilrazascomoCalamary,oye...,ahoraquetemiro,creo quetútambiéntieneselmismocortedecaraqueBjörn. Alverelgestoguasóndesuamiga,laextenienteprotestóbajandolavoz: —De acuerdo. No se parecen. Pero, joder, Sami tampoco se parece a mí y es mi hija, y Eric tampocosepareceati,sinoatumarido,yestuhijo. Judmiróhaciasuamigo,quehablabaporteléfonomientrasobservabaporlaventana,ydijo: —Pero,Mel,¿porquéestástanseguradequeessuhijo? Laextenientesonrió.Sinduda,JuditheratanescépticacomoBjörn. —Porquemelodiceelcorazón—contestóconunsuspiro. Judresopló.Ellatambiénhabíasidomuydecorazonadas,porloqueafirmó: —Mira,yotambiénpensabaquelosmorenazoscomoTaylorLautner,KeanuReevesoAntonio Banderaseranmiprototitodehombre,yluego,¡sorpresa!,resultaqueelhombredemissueñoses rubio,ojosclaros,cabezota,alemán,ysellamaEricZimmerman. Ambasrieron.Luego,Meldiountragoasucervezaydijo: —Björn me ha prometido que se va a hacer las pruebas de paternidad. Pero te digo yo que ese muchacho¡essuhijo! Sorprendida por la tranquilidad con que su amiga se estaba tomando todo aquel asunto, Judith preguntó: —Mel,¿estásbien? —¿Porquédiceseso? —Mira, quizá me estoy metiendo donde no debo, pero tan pronto le pides matrimonio, como quieresserescolta,yahora...¿esemuchachoenvuestrasvidas? Laextenientesuspiró,sabíaqueJudteníarazóny,cuandofuearesponder,éstaañadió: —Mel.Noconocéisdenadaaesechico.Podríaserunpsicópata,unladronzueloovetetúasaber. ¿Cómoloquieresmeteraquíconvosotros? Melasintió.Entendíaloqueaquélladecía,perorespondió: —Losé...,losé...DiceslasmismascosasqueBjörn.Quizámeestoyvolviendototalmenteloca, pero en referencia a ese muchacho, la corazonada de que no me equivoco y el hecho de que no quieroqueloseparendesuperroes...¿RecuerdasaRobert? —¿Atuamigo,elquemurióenelaccidentedeavióny...? —Sí, ése —afirmó Mel sin dejarla terminar—. Él me contó lo mal que se sintió cuando fallecieronsuspadresy,aunquesuperroeraloúnicoquelouníaasupasado,losepararondeél.Me explicólocruelquefueversesolosiendouncríoydarsecuentadequenoleimportabaanadiey...y, siyopuedoevitarqueunniñocomoPetersientaeso,creoquetodohabrámerecidolapena. —Disculpa —señaló Judith—. Para mí un niño es la pequeña Sami, pero gansos como Peter o como Flyn ya no son niños. Son miniadultos llenos de granos y conflictos personales que, por norma,decidenjodertelavidaporquesushormonasestánrevolucionadas,pero¿túsabesdóndete estásmetiendo? —No. —Exacto, ¡no lo sabes! —cuchicheó Judith—. Ese crío comenzará a haceros la vida imposible una vez os relajéis. Tiene catorce años, y a esa edad lo único que hacen es contestarte de malos modosydarproblemas.Ytelodigoyo,quetengoencasaunodelamismaedadyyasabescómova eltema. —Losé—suspiróMel—.Quizáquieroabarcarmásdeloquepuedo.Talvezsoyunailusa,pero creoquePeteresdiferente.Losientoasí,ysiencimapuedeserel... —Puede,túlohasdicho,puede;pero¿ysinoessuhijo? Melseencogiódehombrosycuchicheó: —Pues habrá que ayudarlo e intentar que el día de mañana ese hombrecito sea un hombre de provecho.Élnoeselresponsabledeestarenelmundo. Judith se dio por vencida. Sin lugar a dudas, Mel quería darle una oportunidad al muchacho y, claudicando,dijo: —De acuerdo, no insistiré más. Aquí me tienes para todo lo que necesites, como madre y sufridoradeunadolescente.Pero,recuerda,sialfinalterminaenestacasa,nolepermitasquesepase niunpeloporque,comolohagas,¡estásperdida! —Lo recordaré —asintió Mel—. Por cierto, que sepas que hoy Sami, cuando nos hemos encontradoconHeidiysuscompinchesenelcolegio,hasoltadoqueHeidieraunazorra. —¿¡Qué!?—dijoJudithriendoaloíreso. Melasintiósinpoderevitarsonreíryprosiguió: —YdespuéshaañadidoquemamáylatíaJuddecíaneso. —¡Lamadrequelaparió! Duranteunrato,entrerisas,estuvieronhablandodeaquello,hastaqueMelpreguntó: —Oye,¿quéteníasquecontarmetú? Aloíreso,JudithseolvidódelodeSamiy,mirandoasuamiga,murmuró: —¿AquenosabesquiéneseltutordeFlyn? —Puesno. —Dennis. Melparpadeó. —¿Dennis...Dennis...—susurró—,elbuenorrodelSensationsyelpotentorroquebailaesoquese llamaforró? —Elmismo—asintióJud. —¡Joder! —Esodigoyo:¡joder!Nitecuentolacaradetontaquesemehaquedadocuandomelohevuelto aencontrar,estavezcomotutordemihijo. Ambasrieron,perolarisaselescortócuandoJudleexplicótodoloqueaquéllehabíadichodel muchacho. —Vayatela...,vayatelaconFlyn.¿Quévasahacer? —De momento, hablar con Eric y ver qué solución podemos adoptar con respecto a lo que Dennismehacontado.Esobvioque,ohacemosalgo,oestoiráapeor.Yluego,pararemate,salgo delinstitutoymeencuentroconsusupuestanoviadándoseelloteconotro. En ese instante, Björn dejó de hablar por teléfono. Llevaba horas hablando con los servicios socialesyelregistrodeMúnichparaconseguirciertadocumentación.Loocurridoaquellamañanalo habíadejadofueradejuego.Unhijo...¿Podíatenerunhijodecasiquinceaños? Lasolaidealomareaba.Nienelpeoroelmejordesussueñospodríahaberimaginadoalgoasí. Alcolgar,vioaMelyaJudith.Lasobservócuchichearyreír,yluegosusojosfuerondirectosa laperraquedormíaplácidamenteasuspies.Todavíanoentendíaquéhacíaaquelanimalensucasa, perocomonoteníaganasdediscutirconaquellasdos,selesacercóysimplementedijo: —Estaréenmidespacho. —Cariño—lollamóMel—.¿Quierescomeralgo? —No—bufóélsinmirarlas. Entonces el abogado se detuvo dispuesto a decirles algo. Sin duda, lo que había dicho Sami aquella mañana no había estado bien, pero finalmente decidió seguir su camino. No le apetecía enfrentarseaaquellasdos.Seguroquelosacabanmásdesuscasillas. Cuandodesapareció,Judith,queloconocíamuybien,susurró: —Vayamalalechequesegastaelcolega,¿no? Melasintió. —Siyotecontara... Diezminutosdespués,Judithmiróasuamigayafirmó: —LlamaréaEricparaquevenga.CreoqueBjörnnecesitadesahogarseconsuamiguito. Melasintió,yJudithseapresuróallamarlo. Media hora después, sonó la puerta de la casa. Era Eric, que, con gesto serio y tras besar a su mujerysaludaraMel,cogióunpardecervezasfresquitasqueéstaledioyfuedirectoaveraBjörn. Suamigolonecesitaba. —Hola,papaíto—saludóentrandoensudespacho. Aloírlo,éstelomiró,pusolosojosenblancoyprotestó: —Nomejodastútambiénconeso. Apesardelodelicadodeltema,Ericseacercóasuamigoy,traspasarleunadelascervezasy chocarlamano,sesentófrenteaélypreguntó: —¿Aquéesperabasparallamarme? Björnsepasóunamanoporelpeloymurmuró: —Eric... —Entiendoqueestésconfundido,quenoentiendasnadayunsinfíndecosasmás,perosabesque estoy aquí para lo que necesites. Y esto es algo excepcional, ¿no crees? —Luego, bajando la voz, cuchicheó—: Que mi mujer tenga que llamarme para decirme lo que le ocurre a mi mejor amigo, pornodecirmihermano,nomehagustado,tío. —Joder,perdona.Tienesrazón. Ericsonrióy,trasdarambosuntragoalascervezas,añadió: —ConquePeter... —Sí—afirmóBjörn. Conlamirada,ambosseentendieroncuandoelrubioalemánindicó: —Mucha casualidad. —Björn no respondió, y Eric agregó—: Quien le puso ese nombre al muchachosabíalomuchoquetegustabaati,¿nocrees? Suamigoasintió.Volvióadarotrotragoasucervezaylecontóabsolutamentetodolosucedido aquellamañanayloquehabíadescubiertotrashacervariasllamadas.Ericloescuchóconpaciencia y,cuandoésteterminó,preguntó: —¿Quévasahacer? —Nolosé.Yoesperabaencontrarenesacomisaríaaunhackeraquiendarleportodosloslados y,encambio,meencuentroconunmuchachoqueencimadicesermihijo. Ericsuspiró;sindudaaquelloeraparaestardesconcertadoy,sinandarseconrodeos,preguntó: —¿Ypodríasertuhijo? Aloíreso,Björnselevantó.Semovióporeldespachointranquiloy,finalmente,sentándosede nuevoantesuamigo,respondió: —No...Sí...¡Nolosé! —Joder,Björn. Desesperado,elabogadodejósucervezasobrelamesaydeclaró: —Cuando estuve con Katharina era un chaval, un inconsciente, y no tomaba las debidas precauciones;¿otúlastomabassiendouncrío? —No—murmuróEric—.Yotambiéneraalgoinconscienteeneso. LosamigossemiraronunmomentoyluegoBjörnsiseó: —¿Sabes por qué me joroba tanto todo esto? Porque, si es mi hijo, si ese muchacho tiene mi sangre,meheperdidopartedesuvida,yesomejode...,mejodemucho. ElsilencioseapoderódeelloshastaqueEricañadió: —Tienesrazón,yentiendoloquedices.Peroquizánoseatuhijoy... —Melaseguraquesusextosentidoledicequeloes. Eric no supo qué decir. Con el paso de los años, Judith le había enseñado que en ocasiones el sextosentidodelasmujereseraalgotremendamentepoderosoquetenerencuenta. —Escucha,Björn—respondió—,enelcasodequeseahijotuyo,laadolescencianoesunabuena época. Ya sabes la cantidad de problemas que Flyn nos está ocasionando, y eso que todavía no he habladoconJud,quehoyhatenidolatutoríaconsuprofesor. —Losé...,losé,peroMelsehaempeñadoentraerseacasaalaperradelchavalparacuidarla. —¿Yporqué?¿Porquélohahecho? Descolocado,Björnmiróasuamigo. —DijoqueunamigosuyopasóporlasmismascircunstanciasquePeterasuedad,yque,siella podíaevitarqueunniñosufriera,sesintierasoloylosepararandesuperro,loevitaría. Durante un rato estuvieron hablando sobre aquello, hasta que Eric, para hacer sonreír a Björn, preguntó: —¿Unmilrazasentucasa? Alentenderloquesuamigoqueríadecir,Björnsonrió. —Entucasahaydos,aunqueJudithseempeñeendecirqueSustonoloes.Porcierto,heoídoque mañanaledanelalta. —Esodicemipequeña—dijoEricsonriendo. Elabogadoasintióyluego,congestodesesperado,cuchicheóincrédulo: —Papaíto...Pero¿cómovoyaserpadredeunadolescentetanaltocomoyo? Ericsonrióaloíreso.Sinlugaradudas,lacosasecomplicabapero,comonoqueríacontinuar conlonegativo,murmuródebuenhumor: —Lavidatequieresorprender.Tunoviahapuestofechaparavuestrabodaydeprontoteaparece unhijo;¿tepuedepasaralgomássorprendente? Aloíreso,Björnresopló.Últimamentesuvidaeraunalocura,porloquenegóconlacabeza. —¿CómoesPeter?—quisosaberEric. Björnseechóhaciaatrásenelrespaldodesusillayrespondió: —TienelacomplexióndelgadaydesgarbadadeFlyn,elpelolesobrepasaloshombros,suropa esalmenosvariastallasmásgrandedelaquenecesita,esunexcelentepiratainformáticoysépoco más. Unnuevosilencioseadueñódeldespacho,yfinalmenteBjörndijo: —Mañanamevoyahacerlaspruebasdepaternidad. Ericasintió. —Perfecto.Siestuhijo,doyporsentadoqueteocuparásdeél,pero¿ysinoloes? Esapreguntadabavueltasyvueltasenlacabezadelabogadoy,alfinal,sinsaberenrealidadqué responder,dijo: —Nolosé.Peroloquesíséesquenolovoyadejarenlacalle. Esanoche,cuandoJudithllegóasucasa,Flynlededicóunacuriosamiradaalcruzarseconél. EsolehizosaberquesuamiguitaElkelehabíahabladodesuencuentro.PensóencontárseloaEric, peroalfinalcalló.Noqueríamáslíos. Aldíasiguiente,Björnsehizolaspruebasdepaternidad.Cincodíasdespuésfuearecogerlas,yel corazónseleparó:Petererasuhijo. 34 UnadelasmañanasenlasqueEricyyovamosenelcochehaciaMüller,lesuelto: —Digasloquedigas,creoquedeberíamosconcertaresaentrevistaconelpsicólogo. —No. —Su tutor lo recomendó, cariño. Flyn necesita un tipo de ayuda que quizá nosotros no somos capacesdedarle. —He dicho que no. Flyn ya fue a demasiados psicólogos cuando era pequeño y no quiero que tengaquevolverair. —Pero,Eric,¿novesqueelproblemaquetenemosconélsenosescapadelasmanos? Mi amor no contesta. Sé que sabe que tengo razón, pero su cabezonería no lo deja reaccionar. Finalmentesisea: —Hedichoqueno.Yomeocuparédeél. Me callo. Mejor me callo lo que pienso en relación con eso. No sé cómo se va a ocupar de él trabajandotodoloquetrabajapero,comonotengoganasdezanjareltemacomoélpretende,insisto: —Eric,noeresconscientedemuchascosas.Ayer,cuandolleguéacasa... —¿Quépasaahora? Comosiempre,soyportadorademalasnoticias.Elqueélnoestéúltimamentemuchoencasale haceperderseelmodoenqueFlynseestácomportandocontodos. —Ayerporlatarde—digo—,cuandolleguéacasa,FlynestabadiscutiendoconNorbertynome gustóeltonoqueutilizó. —Esuncrío,Jud...,notetomestodolosuyoamal. Sucontestaciónmesorprende. —¡Claroqueesuncrío!Pero¿acasotúyyonoleestamosenseñandoeducación? Mirespuestalohaceresoplary,trasuntensosilencio,pregunta: —Vamosaver,Jud,sitanmallehablóaNorbert,¿porquénomelodijistecuandollegué? Lomiro.Calibromirespuestay,consinceridad,contesto: —Porquequeríatenerlanocheenpaz. Séquemirespuestalehacepensary,trasvolverasuspirar,miamorasiente. —¿Quétalsihablamosconélestatardecuandoregrese? —¿Vendráspronto? Ericsonríe.Ponelamanosobremirodillayafirma: —Teloprometo. Saberquevaallegarprontoacasamehacesonreír. —Perfecto. Duranteunrato,losdosnoscallamos,hastaquedigo: —¿No te apetecería algún día hacer una locura como hacíamos antes y, por ejemplo, coger el aviónymarcharnosaVenecia,aBerlín,aPolonia,aDublínoacualquierladotúyyosolos? Ericsonríe,luegoveocómoniegaconlacabezayresponde: —Noestoyparalocuras.Tengomuchotrabajo. Sucontestaciónnoeslaqueesperaba,yvolvemosaquedarnosensilencio. Algopasaentrenosotrosquenoshacetenerestossilencios.Pero,deseosadequeesodesaparezca cuantoantes,pregunto: —¿NotesorprendióloquetecontédeltutordeFlyn? Ericnoparpadea.Memira...Despuésmiralacarretera...,vuelveamirarmeyfinalmentedice: —No.¿Por? Ahoralaqueparpadeaylomirasoyyo. —PuesporqueeltutordeFlyn...—respondo—,túyyo...,pueseso. Ericsonríe.Dios...,cómomegustaverlosonreír. —Pequeña,imaginoquesudiscreciónserátangrandecomolanuestra.—Y,guiñándomeunojo, añade—:TodoslosquevamosalSensationsnoshemosencontradoenunmomentodadoconalguien deallíy,comotedigo,ladiscreciónesloqueprima.Poralgosomosadultos. Asiento.Laverdadesquetienerazón.¿Porquécomermeelcoco? UnavezllegamosaMüller,encuantosubimosenelascensorquierobesaralhombrequeadoro, peroélyaestácentradomirandounospapelesconelceñofruncido.Cuandoelascensorsedetieneen miplanta,loobservoconlaesperanzadequeéldeseebesarme,perosólomemira,meguiñaunojo ydice: —Quetengasunbuendía,cariño. Sonrío,salgoylaspuertasdelascensorsecierran.Nibeso,niabrazo,¡niná! Pero¿quénosestápasando? Mientrascaminohaciaeldespacho,soyconscientedequeañoroalEricqueestabapendientede míalcienporcien.Añorosusbesosysuscontinuasganasdeestarconmigo.Séquemequiere,eso nolopuedodudar,perocreoquelapasiónquesentíapormíseestáenfriando.¿Porqué? ¿Porquéyosigoqueriendotenernuestrostontosmomentosyélparecepodervivirsinellos? Cuandollegoaldespacho,Mikamedaunascarpetasparaquelasrevise.Lanotoagobiada,pero no tengo ganas de preguntar y, cogiendo lo que me entrega, me meto en mi despacho dispuesta a trabajar. Liadaestoyconellocuandosuenaelteléfono. —¡Hola,cuchuuuuuu! Oírlavozdemihermanaescomounsoplodeairefrescoy,sonriendo,saludo: —Hola,petardilla. Durantevariosminutoshablamosdecosassinimportancia,hastaquedice: —Micucuruchillomehacompradounamaripazynosécómofunciona,ycomoséquetútienes una,pues... —¿Quetehacompradoqué?—preguntosorprendida. —Unamaripazoquizpaz,ocomosedigaeso. Meentralarisa.Mepartoy,cuandoentiendodeloquehabla,murmuro: —UniPad,Raquel,uniPad. Mihermanasuspira,sonríeymurmuracongracia: —Ofú,cuchu...,yasabesquelosidiomasnuncafueronlomío. Sindejardereír,leexplicocomopuedoalgunascosas.Laverdadesque,mientraslohago,me imaginoamihermanaconsumaripazdelantedeella,tocándolotodoybloqueándola.Raquelesun casoy,cuandofinalmentebloqueaeliPadyyoyaestoyquemevoyatirarporlaventanadeMüller, deprontomepregunta: —¿Quétepasa? —Nada. —Cuchu..., soy tu hermana mayor. Te conozco, y ese tonito de voz lo noto excesivamente apagado.Vamos,desembucha.¿Quéteocurre? Sonrío.Sinlugaradudas,comobrujamihermananohabríatenidoprecio. —Si obviamos que me estás sacando de mis casillas por la puñetera maripaz —respondo—, lo quemeocurreesqueenocasionesquerríaquelascosasfuerandiferentes. —Matizayresume:¿cosas?¿Quécosas? Resoplo.¿Enquéjardínmehemetido?Pero,bajandolavoz,cuchicheo: —SetratadeEric.Deprontoescomosinonecesitaraestarconmigo,yechodemenosalEric queconocíhaceaños,queeracapazdehacerlocurasporamor.Essóloeso. Mihermanaríe.Esomehacesuspirar,yentonceslaoigodecir: —Vamos a ver, cariño, en eso creo que te puedo responder, pues he estado casada con dos hombres. Y que conste que no voy de experta, pero la locura pasional de un «aquí te pillo, aquí te mato»quesesientealprincipiodeunarelacióncomienzaaevaporarseapartirdelcuartoaño,oal menosesodicen. —Vaya—murmuropensandoquehacemásdecuatroañosqueconozcoaEric. —Mira,cuchu,justamenteelotrodíaleíunarevistaenlaquesedecíaqueeldeclivedelapasión comienzadependiendodelasparejasalcuartooquintoañoderelación.Segúnesarevista,lalocura deesaprimeraépocasetransformaconelpasodeltiempoenunapasiónmástranquilaconunfuerte componentedecariñoycomplicidad. —¡Nojodas! —¡Nodigaspalabrotas,malhablada!—meregañamihermana. Esomehacereír,yentoncesprosigue: —ConelempanaodeJesússecumplióesaestadística.Aloscuatroañoscomenzónuestrodeclive comoparejay,alosocho,literalmentenonossoportábamos,especialmenteporqueyoibaarañando lostechosdemedioMadridconlacornamentaquellevaba. —Raquel...—murmurosinpoderevitarsonreír. —Aisss, tontusa, no te apures, eso ya lo tengo yo más que superado. Pero precisamente de los erroresseaprendey,ahora,conmicucuruchillo,estoytratandodequetodoseadiferente,eintento quelosratosqueestemosjuntosseanlomejordelomejor. AlpensarenmicuñadoJuanAlberto,sonrío.Sinlugaradudas,elrollitoferozdemihermana estámuchomásenamoradodeloqueloestuvonuncamiexcuñadoJesús. —Tranquila—respondo—.CreoqueJuanAlbertotevaahacerfeliztodatuvida. —YatiEric.Pero¿novescómoteprotege? Oíresomehacereír.Claroquesientocómomeprotege,peroyonecesitoalgomás,ycontesto: —Sí...,siséqueenesotienesrazón.Séquemequiere,nolodudo,perotambiénsoyconscientede quelaempresaloabducedemasiado,yesoesporquenodelegaennadie.Sidelegaraenalguienparte desutrabajo... —Cariño...,puesentoncesnoesquenoquieraestarcontigo.Simplementeesquetieneunexceso detrabajo. —¿Yporquénodelegacomohacíaantes? —Esonolosé,cuchu...,quizátengasquepreguntárseloaél. Mi hermana tiene razón, pero hablar con Eric de su trabajo siempre es complicado. Desde que hemos tenido a los niños, siento que se esfuerza el doble sin darse cuenta de lo mucho que se está perdiendodeellosydemí. —Yotracosa—mesacamihermanademispensamientos—.Séquequizánovengaacuentolo que voy a decir porque ya sabes que soy un poco antigua en algunas cosas, pero esos jueguecitos sexualesqueostraéis,¿nocreesquetambiénpuedenempeorarlarelación? —Andaya,nodigastonterías—respondomolesta—.Esonotienenadaquever. —Vale...,vale...,peroporsiacasofíjatesilegustaestarcontigooconotrasenesosmomentos. Porque,silegustaestarmástiempoconotras,directamente,hermanita,creoquetendrásquedarle unapatadaensublancoculoy... —¡Raquel!—gruño. —Vale...,vale...,cierroelpico. Joderconmihermana.¡Estáempeorandolasituación! —Bueno...,¿cuáleraelmotivodetullamada?—pregunto. —Espapá.Estámuypesaditoconlodelaferia.¿Vaisaveniralfinalono? NohevueltoahablardeesoconEric,bastantetenemosyacondiscutirconFlyn,perocomono estoydispuestaadarleeldisgustoamipadre,afirmo: —Sí.Iremos. Nadamásdecireso,cierrolosojos.Joder...,joder...,¿porquémientosiEricnoquiereir? —Ay,cuchuuuu,¡québien!Puesentoncesvoyallevaraltintetusvestidos,¿vale? Alpensarenmisbonitosvestidosdeflamenca,asientoyafirmosonriendo: —Deacuerdo,Raquel.Llévalos. —Porcierto,encuantoalaPachuca... —Ah, no..., no quiero saber nada al respecto —la corto—. Si papá tiene que contarnos algo en relaciónconella,yanoslocontará.Meniegoacotillear.Portanto,noquierooírniunasolapalabra deellos,¿entendido? Oigoamihermanaresoplar,yfinalmentedice: —Vale. Uy...,uy...,ese«vale»tanescuetomemosqueay,cayendocomounatontaensujuego,pregunto: —¿«Vale»?¿Porquédices«vale»deesamanera? —¿Sabes,bonita?...,ahorasoyyolaquenotienenadaquecontar.Ytedejo,queestápitandola lavadorayquierotenderlaantesdeirarecogeraJuanitoyaLucíaalcole.Adiós,Judith.Tequiero. Y,sinmás,lamuysinvergüenzamecuelgaelteléfono.YaséaquiénseparecemisobrinaLuz. Sin querer pensar en nada más, decido ponerme a trabajar. Es lo mejor. Eso me hará olvidar problemasfamiliaresysentimentales. A la hora de salir, paso por la cafetería para coger una coca-cola y me encuentro allí a Eric tomandoalgoenlabarraconsusecretariayunpardehombresmás.Élnomeve,yyoloobservo condisimulodesdeladistancia. ¡Dios,quémaridotengo! Comosiempre,estáimpresionanteconsutrajegrisysucamisablancapero,porcómomuevelas manos, parece molesto por algo y, aunque parezca increíble, su gesto de enfado me encanta. ¿Qué seríadeEricZimmermansinsugestohoscoydeperdonavidas? Ofú,meencanta...,meencanta...Nolopuedoremediar. Pero,traslacharlaconmihermana,mefijoensusecretaria.LatalGertallevaunvestidoazulón, lamardesimple,peroesjovenysucuerpolozanoysinunápicedegrasamehaceresoplar.¿Por quénotendréyoesecuerpo? Sin apartar los ojos de ella, observo cómo mira a Eric. Sin duda, lo observa con un tipo de admiración que no me hace ninguna gracia. Soy mujer y, como tal, sé de lo que hablo, pero finalmenteysindecirnada,cojomicoca-colaymevoy.Eslomejor.Ericestáeneltrabajoyyohe dedejardepensarentonterías. Porlatarde,cuandoestoyencasa,Flynllegadelcolegioymemira.Sabequetengoquedecirle algoporlosgritosqueledioeldíaanterioraNorbert.Estoyconvencidadequeesperamiataque, perocomonoquierohablarconélhastaqueEricllegue,melimitoasonreírleyaguiñarleelojo. Esolodesconcierta,loveoensucara,yélvaysubedirectoasuhabitación. 35 En los servicios sociales, Björn rellenaba varios papeles mientras Mel, a su lado, le pasaba con cariñolamanoporlaespaldaymurmuraba: —Tranquilo,cariño.Estáshaciendolocorrecto. Björnasintió.Sabíaqueloestabahaciendopero,mirandoaMel,musitó: —Comoelchuchoesesemeeenelcocheporhaberlodejadosolo,tejuroMelque... —Queno,cariño,queLeyaesmuybuena.Nopienseseso. Elinspectorquehabíallevadotodoelcaso,unavezBjörnlehubodadolospapelesfirmadospara entregárselosalamujerdelosserviciossociales,losmiróydijo: —El chico estará aquí dentro de cinco minutos. Una patrulla puede acompañarlos a casa del muchacho para recoger lo que el crío necesite. La casa es de alquiler, y el propietario ya ha reclamado las llaves, que le serán entregadas dentro de dos días. Todo lo que dejen allí irá a la basura,díganseloalniño. —De acuerdo —afirmó Mel tomando nota al ver aparecer a Peter al fondo, sonrió y, sin saber porqué,fuehaciaél. El inspector y Björn se quedaron mirando el abrazo que aquellos dos se daban, y el policía cuchicheó: —Siesemuchacholesrobaolesdaelmásmínimoproblema,nodudeenponerseencontacto conmigo.Noseríanielprimeronielúltimoquecausaestragosunavezentraensunuevacasa. Björnasintióy,conscientedequeaquelmuchachoeraahorasuresponsabilidad,indicó: —Esperonotenerquellamarlo. Björn los observó mientras se acercaban. Él era una persona afectuosa con los demás y, finalmente,tendiéndolelamano,elmuchachoselaestrechóy,trasestrechárselatambiénalinspector, esteúltimodijo: —Pórtatebien,Peter,ynotemetasenlíos,¿entendido? Elcríoasintióconlavistafijaenelsuelo.LamiradadeBjörnloacobardaba. Una vez el inspector se marchó, el abogado miró bloqueado a Mel, que lo observaba, y finalmentefueellalaquedijo: —Venga.Vayámonosdeaquí. Unpardeminutosdespués,cuandosalíandelacomisaríayMelleexplicabaalcríoquetenían queirasucasaasacarloqueélquisiera,éstereplicó: —Peroyotengounacasa,nonecesitoiralavuestra. Björnsedisponíaacontestar,peroMelseleadelantó: —Escucha,Peter,eresmenordeedadylosmenoresnopuedenvivirsolos. —Peroyosécuidarme.Miabuelomeenseñó.Nonecesitoanadie. Conmovida,MelmiróaBjörnalaesperadequedijeraalgopero,alverquenolohacía,añadió: —Estoyconvencidadequetuabueloteenseñómuybien,Peter,perosólotienesdosopciones:o ir a un centro de menores o venir con nosotros, y te aseguro —dijo guiñándole un ojo— que con nosotrosestarásmuybien.TenemosunahabitaciónpreciosaparatiyparaLeya,ylapodrásdecorar comotúquieras. ElcríomiróaBjörnenbuscadeunaseñaldequeestabadeacuerdo,yentoncesél,paraecharle unamanoaMel,dijo: —Peter, el propietario de la casa donde vivías con tu abuelo ya la ha reclamado y hay que devolvérsela.Si,cuandoestésconnosotros,noteencuentrascómodoporlascircunstanciasquesean, podráshablarconserviciossocialeseirte.Teloaseguro. —¿Melopromete? —Teloprometo—leaseguróél. Alllegarfrentealcoche,BjörnledioalmandoyMelexclamóabriendolapuerta: —¡Sorpresa! Leya salió enloquecida del interior del vehículo y se tiró sobre el muchacho. Al verla, Peter la abrazómientrasMelyBjörnerantestigosdecómoaquellosdosseadoraban. Cincominutosdespués,cuandolaperrasetranquilizó,subieronalcoche.Björnmiróelasiento trasero,dondeelanimalhabíaesperado,y,trascomprobarquetodoestabaenorden,dijo: —Muybien,Leya.Tehasportadomuybien. Aloíreso,elmuchachoreplicó: —Señor,yomismoheeducadoaLeya,yleaseguroquesabecomportarse. Elabogadoasintióy,observandoalanimal,depelosdescolocadosyestaturamedia,preguntó: —¿Dequérazaes? —Nolosé.Elabuelolaencontróunanochecuandoeraunacachorritaylatrajoacasa. —¿YcuántosañostieneLeya?—preguntóMelinteresada. —Tres. Pocodespués,mientrascirculabanporMúnich,Meldijopararomperelsilencio: —¿Sabes,Peter?Samiteníaunamascota.EraunhámsterllamadoPeggySue,perosemurióhace unosmeses,yniteimaginaselcariñoquesetienenyaLeyayella. Peterasintiómirandoporlaventanilla.Noteníalamenordudadeello. Cuandollegaronalbarriodelchaval,Björnmiróasualrededor,levantólacabezayobservóla ventanadelsegundopisoquehabíaasuderecha.Allíhabíavividosuinfanciaysuadolescencia.No había regresado a aquella zona tras marcharse con su padre y su hermano. Consciente de lo que pensaba,Mellepreguntó: —¿Estásbien,cariño? Elabogadoasintióy,siguiendoalospolicíasqueyalosesperabanallíyalmuchacho,caminó hasta entrar en el portal. Una vez el niño hubo sacado unas llaves de su bolsillo, abrió la puerta y, mirándolos,dijo: —Puedenpasar. Los agentes entraron y después lo hicieron Mel y Björn. La casa era pequeña, apenas tendría cuarentametroscuadrados,peroselaveíalimpia.Laperracorrióabeberaguaauncazoquehabía enlacocinayMel,mirandoalniño,leindicó: —Meteenunamochilaoenunamaletatodoloquenecesites. Elcríonosemovió. —¿Yquépasaráconloquedejeaquí?—preguntó. Aloírlo,Björnrespondió: —Comotehedicho,elpropietariodelacasalahareclamado,ytodoloquetedejesaquí,unavez leentreguemoslasllavesaldueño,serásuyo. Elniñonegóconlacabeza,miróasualrededorymurmuró: —Elabueloyyonoteníamosmuchascosas,perohayalgunasquemegustaríaconservar. AMelletocóelcorazónoíreso.Aquelmuchachonecesitabasusrecuerdos;entoncesBjörndijo: —Guarda ahora en una mochila lo que necesites. Mañana contrataremos a alguien que venga a recogertodoloquequierasyveremosdóndepodemoscolocarlo,¿deacuerdo? Rápidamenteelcríosemovióy,tendiéndolelamano,comoaquélhabíahechoenlacomisaría, murmuró: —Gracias,señor...,gracias. MelmiróaBjörnemocionada,yéste,trassuspirar,cogiólamanodelchicoy,después,tocándole conlaotralacabeza,musitó: —Denada,Peter. Recuperadosdeaquelcontacto,elmuchachoseseparódeélyentróenuncuartoquehabíaala derechamientrasMelobservabaasualrededor.Siguiendoalcrío,Björnseapoyóenelquiciodela puertaymiróconpesaraquellatristehabitaciónysuminúsculoventanuco. Ellugarerapequeñoy,sobreunaviejamesaqueocupabamásdelamitaddelaestancia,habíaun monitoryvariastorresdeordenadortuneadas.Desdelapuerta,ymientrasPetermetíaalgoderopa enunamochila,preguntó: —¿Desdeaquípirateabasmipáginaweb? Elchicoparódehacerloquehacíay,mirándolo,afirmó: —Sí. Björnasintió.Deprontoviounafotosobrelamesilla.EnellareconocióaKatharinasonriendo conunPetermáspequeñoy,sinquitarleojo,preguntó: —¿Yporquélohacías? Elniñotorcióelgesto,seencogiódehombrosyrespondió: —Porqueestabaenfadadoconusted.Séquemimadrenuncalehablódemíyustednosabíademi existencia,peroyoestabaenfadado. —¿Yyanoloestás? —No.Yano. —¿Porquéyano? ElcríovolvióamiraraBjörnduranteunossegundosyfinalmenterespondió: —Porque,apesardequenolegusto,nilegustamiperra,meestáayudandoynomeestádejando tiradoenlacallecomopenséqueibaahacercuandosupierausteddemí. Surespuestatocódirectamenteelcorazóndelabogado,ysesintiótanmalquenosuporesponder. Si alguien había luchado porque aquello no ocurriese había sido Mel. Si ella no se hubiera empecinadoenllevarsealaperraacasayobligarloahacerselaspruebasdepaternidad,Björnno sabíaquépodríahaberocurrido. Estabaabstraídoensuspensamientoscuandoelcríopreguntó: —Señor,megustaríallevarmemisordenadores. Elabogadomiróloqueleseñalabay,todavíabloqueado,asintió. —Por favor, Peter, llámame Björn —dijo, e intentando ser amable, añadió—: Si no lo haces, tendréquellamarteyoatitambiénseñoryserámuyincómodo,¿nocrees? Elmuchachosonrió.ABjörnlegustóverloshoyuelosqueseleformabanenlasmejillascuando sonreía,tanparecidosalossuyosyalosdesuhermano. —Mañanaregresaremosynoslosllevaremos,¿vale?—contestó. Veinte minutos después, abandonaron la casa, se despidieron de los policías que los habían acompañadoysedirigieronhaciasuhogar.Unavezaparcaronelvehículoenelinteriordelgaraje, albajarse,Petersujetóconlacorreaasumascotayordenó: —Leya,siéntate. LaperraobedecióinmediatamenteyMel,cogiendolamochilaconropadelchaval,dijo: —Vamos,Peter,subamosacasa. Alentrarenlaespaciosacasa,elniño,quenosoltabaalanimal,sesintióintimidado. Allí todo era nuevo y moderno, nada que ver con su hogar, donde todo era viejo y de épocas pasadas.Paraquesefamiliarizaraconellugar,MelleenseñólacasamientrasBjörnsedirigíaala cocina.Estabasediento. CuandoMelllegójuntoaPeteryLeyaalcuartodeinvitados,dijoalentrar: —Yéstaserátuhabitación.¿Quéteparece? Peter la miró sorprendido. Era enorme. Tenía un ventanal por el que entraba el sol, una cama grandeyunarmarioinmenso.Alverqueelmuchachonosemovíanidecíanada,Melleaclaró: —Porsupuesto,podrásdecorarlaatugusto.Compraremosunamesadeordenador,cambiaremos lascortinasy... —¿PorquéerestanamableconmigoyconLeya? Esapreguntalapillóporsorpresa,peroMelrespondió: —Porquemegustas,comomegustaLeya. —Björnnoestácontento,¿verdad? Ellamiróalmuchacho.Seapenóporesecomentariopero,seguradeloquedecía,afirmó: —Teequivocas,Peter.Björnestámuycontentoperonosabecómodemostrarlo.Yoloconozco muybien,yteaseguroqueestádeseosodeconocerte.Sólolehacefaltatiempo.Dáseloyveráscomo todosalebien. —Gracias—dijoélmirándola. Melsonrió. —No me des las gracias y haz que todo esto merezca la pena. No te conozco, pero algo en tu miradamedicequeeresbuenchaval,apesardetuspelosenlacara,turopatrestallasmásgrandey, porsupuesto,losquebraderosdecabezaquelehasocasionadoaBjörnconlodesupáginaweb. PetersonrióyMelañadió: —Colocaturopaenelarmario.Cuandotermines,estaréenlacocinaconBjörn. Unavezellasehubomarchado,Petersesentóenlacama.Aquellugareraelparaíso.Elhogar conelquesiemprehabíasoñadoyquenadateníaqueverconloquehabíavivido.Suabuelo,apesar dehaberledadountecho,nuncahabíapodidoofrecerleesascomodidades. Tocólacolchaconmimo.Erasuave,extremadamentesuavey,mirandoaLeya,preguntó: —¿Quéteparece? LaperrasetumbóenelsuelodemaderaoscurayPetersonrió. —Amítambiénmepareceunlugarincreíble—dijo. CuandoMelllegóalacocina,Björn,queestabaapoyadoenlaencimera,lamiróypreguntó: —¿Quévamosahacerconél? Ellaseleacercó,lequitólacervezaqueteníaenlasmanosydiountrago. —De momento, darle de comer —respondió—. Estoy convencida de que el muchacho tiene hambre. —Mel...—protestóBjörnbajandolavoz—.Noestoydecachondeo.Teestoyhablandoenserio. Esechicoesmihijo,ynoséquévoyahacerconél. Devolviéndolelacerveza,ellalediounbesoenloslabiosyañadió: —Yotambiénestoyhablandoenserio,ycreoqueloprimeroquetenemosquehaceresconseguir queconfíeennosotros... —Mel,¡¿quierescentrarteyverlarealidad?!Joder...,nosabemosquiénesesemuchacho,niqué legusta,nisitienealgúntipodeadicción... —Tranquilízate...,hazmecaso. —Joder,siteníapococonlodenoestarcasadocontigo,encimaahoraesto. Aloírlodecireso,Mellomiróypreguntóarrugandoelentrecejo: —¿Estás hablando del puñetero bufete? —Björn no respondió, pero ella, consciente de que era así,añadió—:Pero,vamosaver,¿desdecuándootrosdirigentuvida? Björn,alentenderloqueellaqueríadecir,replicó: —Odio que lo llames «puñetero bufete», y mi vida la dirijo yo, pero me jode que surjan problemas. —¿Peter,Samiyyosomosunproblema? Aloíreso,elabogadolamiróy,suavizandoelgesto,matizó: —No,cielo.Peroentiendeque... —Entiendomásdeloquequiereshablarconmigoymepermitesdeciramí.Perosabesloque piensodeesebufeteydesusabsurdosrequerimientosparaperteneceraél,ysielhechodequePeter estéennuestrasvidaslesmolesta,¡queselamachaquencondospiedras! —Parker...Podríassermenosdesagradable. Laextenientepusolosojosenblanco.Enocasionesolvidabaquesunovioeraunfinoyafamado abogadodeMúnich. —Vale,007,micomentariohaestadofueradelugarparatusdelicadosoídos—replicó—,pero queconsteenactaquelossédeciraúnpeores. —¡Mel! Ellasonrióalversugesto.Alfinal,Björnsevioobligadoasonreírtambiénypreguntó: —¿NopiensasquequizálallegadadeesechicoseaunamalainfluenciaparaSami? Melsuspiró.Sabíaqueteníapartederazón,perorecordandoelmodoenquePeterhabíatratado siempreaSami,respondió: —¿Por qué eres tan negativo y no intentas ver lo bueno? ¿Por qué no te relajas y tratas de averiguaraquécolegiova,quiénessonsusamigos,quécosaslegustany...? —Porquemiprofesiónmehacesercautoentemasasí. Laextenientesonrió. —Mira,Björn—dijo—,pormitrabajo,cuandoibaaAfganistán,siempreteníaqueestaralertaen relaciónconquiénpudieraacercarseamíconunagranadademano,peroloquenuncaperdífuela humanidad.EsoesloúnicoquetienesqueutilizarahoraconPeter,tuhumanidad,paraqueélveaque leestásdandounaoportunidad.Elmayor,eladultoerestú,yesonunca...nuncadebesolvidarlo. Sorprendidoporsupositividad,elabogadoasintió. —Metienesentremaravilladoyasustado. —¿Por? Y,cogiéndolaporlacinturaparaacercarlaaél,murmuró: —Porque me estás demostrando una faceta tuya que no conocía frente al adolescente melenudo conpintaderaperodelBronx.Vale,estáclaroqueesemuchachoesmihijo,peronopuedesobviar quenoloconocemosyquenospuederobar,atacarporlanocheoincluso... —Pero¿quéestásdiciendo?—dijoMelriendo. —Yonomerío,cariño.Teloestoydiciendomuyenserio.TienelamismaedaddeFlyn,ymira losquebraderosdecabezaqueéstelesestádandoaEricyaJudith. Melasintió.SabíaqueenelfondoBjörnllevabarazón,perosenegabaacreerlo. Deprontooyeronunruido,miraronasuderechayvieronaPetercruzarsigilosamenteelpasillo conlaperra.BjörnseapresuróasoltaraMely,mirándola,murmuró: —Comoseleocurrarobarnosalgo,saledecasainmediatamente,pormuyhijomíoquesea. —Björn...—protestóella. —Pero¿adóndeva?—cuchicheóaquél. —Nolosé,perodejadesermalpensado—replicóMel. En silencio, lo siguieron y, al llegar al salón, vieron que Peter estaba parado mirando unos cómicsdelalibrería.Alpercatarsedesupresencia,elcríosevolvióydijo: —Björn, me gusta tu colección de Spiderman, ¡qué pasada! Mamá siempre me decía que te gustabanmuchoesoscómics.Yotengovariosenmicasa.Yatelosenseñaré. Elabogadoseacercóhastaelchicoy,sinsaberporqué,sacóunejemplaryexplicóorgulloso: —Comencé mi colección en los años ochenta. Mi padre me los compraba, y este ejemplar precisamenteeselnúmerounodelAsombrosoHombreAraña. —Guauuu,¡quéflipe!—exclamóelmuchacho. MelyBjörnsemirarony,sonriendo,esteúltimodijoponiendoelcómicenlasmanosdelcrío: —Puedesleerlossiquieres. PeterretirórápidamentelasmanosyBjörninsistió: —Cógelo. —No. LarotundidaddesutonohizoqueBjörnclavaralamiradaenélypreguntara: —¿Porquénoquierescogerlo? Elmuchacholopensó. —Porquenoquieroqueserompaycargarluegoconlasculpas.Sialgoasíocurriera,notengo dineroparapagártelo. Aloíreso,aBjörnseledescongelóunpoquitoelcorazón. —Escucha, Peter —dijo—, coge los cómics siempre que quieras. La única condición que te pongoesqueloscuidesydespuéslosguardesensusitioyporsuorden. Elmuchachomiróaquellomaravilladocomosideuntesorosetrataray,cogiendoelcómicque elabogadoletendía,cuchicheó: —Gracias. Alversugestodesatisfacción,Björnsonrió,yMelpensóensuamigoRobert.Sindudaestaría sonriendodesdeelcieloydiciéndole:«Mel,notearrepentirás». 36 AburridaestoyviendolatelevisiónjuntoaSustoyCalamarcuandoMelmellamaparadecirmeque PeteryaestáencasayqueélyBjörnllevanhorassentadosenelsalónhablandodecómics. Estoyencantada.Saberqueaquellocomienzaconbuenpieesgenial. Antes de colgar, mi amiga me pide que les guarde el secreto y no vaya a decirle nada a Klaus. Quierenesperarunosdíasantesdedarlelanoticia.Yoseloprometoy,finalmente,Melmepideque losacompañecuandovayanahacerlo.Aceptogustosamente. Nomeloperderíapornadadelmundo. Una vez cuelgo, decido llamar a mi padre. Tengo ganas de hablar con él, y no me sorprende cuandooigolavozdemisobrinaLuz,quemesaluda: —Hola,titaaaaaaaaaaaaa. Sonrío.Ellamehacesonreír. —Hola,miniña.¿Cómovatodo? —Puesmira...,jodidaperocontenta.¡Herotoconelatontadodeminovio! Noesperabaesacontestacióny,sinsaberrealmentequédecir,respondo: —Vaya,losiento,Luz... —Nolosientas,tita.Colorín,colorado,deotroyameheenamorado. Durante un buen rato, mi sobrina me cuenta sus cosas con total tranquilidad mientras yo, ojiplática, asiento, asiento y asiento. Está claro que, si le digo algo que no quiere oír, dejará de comentarmetodasesascosas,porloquemelimitoaescucharyaasentir. —Y¿sabes? —¿Qué? —La semana que viene, Juan Alberto nos va a llevar a Madrid a mí y a mis amigas Chari y la Torrijaaveralos¡OneDirection!¿Cómotequedas? Sécuántolegustaamisobrinaesegrupoquecausafurorentretodaslasadolescentes,ynotan adolescentes,ysonriendoafirmo: —¡Genial!Meparecegenial. —Oye,tita.¿Puedopreguntarteunacosa? —Claro,cielo,dime. —¿EsciertoqueBjörnyMelhanmetidoaunindigenteensucasa? —¡¿Qué?!—preguntosorprendida. Vamosaver.MisobrinaestáenEspañaynosotrosestamosenMúnich.¿Cómohapodidovolar tanrápidalanoticiahastaallí?Y,sobretodo,¿cómohapodidollegaresamentira?Pero,intentando serlomásdiscretaposible,pregunto: —¿Quiéntehadichoeso? —JackieChanZimmerman. —¡¿Flyn?! —Sí,tita.HaceunratomelohacotilleadoporunprivadoenFacebook. Sin respiración, escucho lo que mi sobrina me cuenta. Nunca he dicho nada de ese perfil de FacebookqueFlynseabrió.HemantenidoelsecretoparanodesvelarqueLuz,enciertomodo,me informademuchascosas. —¿Éltehadichoeso?—preguntoentonces. —Sí.Y,oye,¿cómoeseseindigente? Molestayenfadadaporqueelatontadodemihijodigacosasasí,replico: —Loprimerodetodo,Luz,esquePeternoesunindigente.Esunniñodecasiquinceañosque vivíaconsuabueloyque,almoriréste,sequedósolo.Portanto,esode... —Sí, ya sabía yo que Flyn se pasaba —oigo que suspira ella—. Desde que se echó esa novia y esosamigos,noeselmismo. Aloírquemisobrinadiceeso,mepongoenalertay,olvidándomedePeter,pregunto: —¿Quésabesdeesanoviaydesusamigos? —Laverdadesquepoco,tita,empezandoporquenoentiendobienelalemányellosescribenen eseidiomaenFacebook...Peroconverlasfotosquepublicanyciertoscomentariosquetraduzcocon eltraductordeGoogle,séquenosonnadabuenos. Durante un rato hablo con mi sobrina, hasta que mi padre le reclama el teléfono. Vaya dos. Finalmente,ganamipadrelapartidaymurmura: —Hayqueverlaguasayelartequetienelajodíadelaniña. Sonrío.Mipadreymisobrinajuntossonlabomba. —Venga,papá—replico—,sitemueresporquelostenga. Élsueltaunacarcajada. —Meencantaquetodasmisniñastengáisarteyguasa. Lapositividadyelbuenhumordemipadrerápidamentemerecarganlaspilas.Habloconélde Flyny,comosiempre,medabuenosconsejos.SobreEricylomuchoquediscutimosúltimamenteno digonada.Séqueesolovaapreocupar,ynoquiero.Asípues,mehabladeFlynyyoescuchotodolo queéltienequedecirme. Cuando, media hora después, cuelgo el teléfono, siento la necesidad imperativa de hablar con Flyn.Trasasegurarmedequeestáensuhabitación,subo,llamoalapuertayentropasandofrentea sucaradeperdonavidas. —¿Quéquieres?—mepregunta. Mal...,mal...,comenzamosmuymal.Pero,sindejarmellevarporsudesidia,mesientoenlacama ydigomirándolo: —Creo que tenemos que hablar, ¿no te parece? —El crío me mira, no sabe de qué hablo, y entoncesañado—:¿QuéesesodequeBjörnhametidoaunindigenteensucasa? Flynarrugaelentrecejoyfarfulla: —Malditachivatatusobrinita. ¡¿«Tusobrinita»?! Hastahacecuatrodías,Luzeraunadesusmejoresamigas.Sindecirqueyotambiénojeodevez encuandoeseperfil,medispongoaprotestarcuandoélañade: —Meparecefatalquelaniñatatengaque... —Noesunaniñata,estuprima.Alguienaquientúqueríasmucho. Elcríomemira.Enunprimermomentonodicenada,peroluegoprosigue: —Decíaquemeparecefatalquetevayaconelcuentodeloqueledigo,ademásdeque... —Peternoesunindigente—aclaro—.Esunniñoalqueselemuriólamadre,sefueavivircon elabueloy,almorirtambiénéste,sequedósolo,peronoesunindigente. Flynsonríe.Suexpresiónnomegustacuandodice: —Segúnmehadichomipadre,esechavalvivíaenunmalbarrioque... —Noséquétehadichotupadre—locortofuriosa—.Peroesemuchachovivíaenunbarriode Múnich,comoyovivíenunbarriodeJerez.—Y,enfadada,añado—:Notodoshemostenidolasuerte denacerenunafamiliacondinerocomotú. Eldescaradodelniñosiguemirándomeconungestoquenomehacenipizcadegraciay,antes desalirdelahabitación,lomiroydigo: —¿Sabes?Porloquemehancontado,Petertienecosasquetúnotienes,apesardehabertecriado entre algodones y de haber estudiado en los mejores colegios. Y esas cosas se llaman educación y sensatez.Esemuchacho,alqueseguramentelehafaltadotodoloqueatitehasobradoenestavida, es... —Cortaelrolloynomemarees. Oírlodeciresomesublevay,furiosa,siseo: —Medaigualloquedigatupadre.Piensollevartealpsicólogooadondehagafaltaparaque... —No.Noiréalpsicólogo—mereta. Memuerdolalengua,mejormelamuerdo.Luego,añado: —Cuandovengatupadrehablaremosdeltema. Y, así, sin darle la oportunidad de decir nada más, salgo de la habitación o, como esté allí más rato,levoyasoltarunsopapoalcolegaquelovaaflipar.Pero¿dequéva? Unahoradespués,Ericllamaparadecirquellegarátarde. Meenfurezcopero,comonotengoganasdediscutirtambiénconél,asiento,mecalloy,unavez termino de cenar sola en el comedor, puesto que Flyn se ha negado a cenar conmigo, subo a mi habitaciónyrecibounwasapdeLuz: QuesepasqueFlynmeacabadebloquearenFacebook.¡Unmojónparaél! Boquiabierta,miroelmensaje.Estoyporirasuhabitación,perodesisto.Silohagotendremos movida,ynoquierotenerlaaestashoras.Finalmentemetumboenlacamaymeduermoantesdeque Ericllegue.Casiqueeslomejor. Aldíasiguiente,cuandosalgodeltrabajo,voyacasadeMelyBjörn.QuieroconoceraPeter.Al llegar,meimpacta,peromásmeimpactacomprobarlaeducaciónyelsaberestarquetieneelchaval. Melnohaexagerado.Teníarazón. Efectivamente,llevaelpelodemasiadolargoparamigusto,laropaqueusaesenorme,perosus modalessonimpecables.Vamos,queunavezmáslavidamedemuestraqueeldineronolodatodo,y menoslaeducación. Despuésdetrabajar,Ericvienetambién,yterminamoscenandoloscuatroconelmuchachoycon Sami,quenosdemuestraatodosqueella,sinlugaradudas,eslareinadelacasayestáencantadacon PeteryconLeya. CuandoEricyyoregresamosacasaenelcoche,sacoeltemadeFlynyloqueéstelecomentóa misobrina,yélseapresuraaquitarleimportancia.SegúnEric,soncosasdechavales.Segúnyo,es algo con muy mala leche. Hablo del psicólogo y es mencionarlo y comenzar a discutir. Como siempre,siyodigoblanco,éldicenegro,yalfinaltengoquetomarladeterminacióndecallarme. EricseniegatantocomoFlynaqueéstevayaaunpsicólogo. ¡MalditosZimmerman! Unasemanadespués,trasunamañanaenlaqueapenashevistoaEricycuandomehecruzado conélenlaoficinaapenasmehamirado,lemandounmensajeparasabersiloesperoparairacasa deMelyBjörn.EsatardelevanadarlanoticiaaKlaus. Miteléfonosuena.Esunmensajesuyo: Vetú.Tengotrabajo.Yoirédespués. Trabajo...,trabajo,¡siempreeltrabajo! Sin ganas de polemizar, voy a casa de mis amigos y me dedico a tranquilizar a Björn. Está nervioso por la noticia que tiene que darle a su padre, aunque lo veo feliz con Peter. Sin duda, el muchachosabecómometérseloenelbolsillo,yviceversa. Concuriosidad,observocómosehablanyrápidamentemedoycuentadelacomplicidadquese hacreadoentreellos.MesientoencantadacuandoMelseacercaamíycuchicheo: —Porloqueveo,todogenialentreellos,¿verdad? Melmiraaaquellosdos,quehablancontranquilidadsentadosalamesa,yresponde: —Ni en el mejor de mis sueños me imaginé que Björn lo pondría todo de su parte, ni que ese chavalfueratansensato. LasdossonreímosyomitocontarleloqueeltontodemihijopiensadePeter. —Tomaunacoca-cola—diceMel—.BeberemosalgomientrasvieneEric. Consatisfacción,lacojoy,mientraslabebo,mefijoencómoBjörnyelchiquillosecomunican. Estámásqueclaroquetantoelunocomoelotroestánponiendotodoloquepuedendesuparte,yeso megustatantocomoséquelesgustaaellos. ApesardeldisgustoinicialdeBjörnalenterarsedesuexistencia,notolaadmiraciónquesiente haciaelchico.Melodicesumirada,ycómolohablaylocuida.EsunapenaqueBjörnnohubiera conocidoaPeterdepequeño,peromealegrasaberquevaaserungranpadreelrestodesuvida. Mientrasloscuatrohablamosenelsalón,llegaBea,lachicaquecuidadeSamiy,trasescuchar lasindicacionesqueMeltienequedarle,sevaalcolegioaporella. Miromireloj.Ericseestáretrasandopero,depronto,suenaelmóvildeBjörnyéstesesepara unosmetrosdenosotrospararesponder.Cuandoregresa,dice: —EraEric.Selehapresentadounproblemaenlaoficinaydicequeiráderechoalrestaurantede mipadre. Asiento.Nodigonada.Ericysusproblemasenlaoficina.Y,olvidándomedeello,cojoaPeter delbrazocomoantañohacíaconFlynyloscuatrosalimosdelacasa.TenemosqueveraKlaus. Alllegaralbarrestaurante,apesardequeintentahacernosverqueestátranquilo,veoqueBjörn estárealmentenervioso.Porello,mientrasMelyPeterhablanjuntoalcoche,meacercoyledigo: —¿Quétalsientrastúsoloylohablascontupadre?—Miamigolopiensayyoinsisto—:Björn, la noticia puede afectarle. Creo que deberías hablar primero tú con él para darle tiempo a que reaccioneasumaneray,unavezsepadelaexistenciadePeter,sivesqueselotomadebuengrado, hacerentraralchaval. Björnsetocalacabeza,piensaenloquelehedichoyasiente. —Tienesrazón.Esmejorhacerloasí. MelyPeterseacercananosotrosy,alverqueBjörnestácomobloqueado,explico: —Björnvaaentrarprimeroparahablarconsupadreydespuésnosenviaráunmensajeparaque entremosnosotros,¿osparecebien? Melnosmira.Esosuponeuncambiodeplanes,peroentonceselmuchachodice,demostrándonos unavezmássumadurez: —Es una buena idea. Creo que es mejor que se lo cuentes a solas y, si me quiere conocer, yo estaréencantadodeentrar. Björnponeentonceslamanoenelhombrodelchicoydice: —Tardarépocosminutos.Teloprometo. Peterestáconforme,yMel,cogiendolamanodeBjörn,murmura: —Teacompañaré. Yoasiento,cojoaPetery,mirandounbarquehayenfrente,indico: —Vamos.Teinvitoaunacoca-cola. CuandoBjörnyMelsemarchan,elchavallosmiray,sindecirnada,nosdirigimoshaciaaquel bar. Allí, con tranquilidad, hablamos de música y me sorprendo al ver que su gusto musical es el mismo que el de Flyn. Estamos ensimismados en la conversación cuando, a los pocos minutos, mi móvilsuenay,mirándolo,digo: —Muybien,chavalote,¡tenemosqueentrar! Peterselevantay,sindudarlo,cogemimano.Esomegusta.Sientoquesoyimportanteparaély, tras guiñarle el ojo, salimos del local y entramos en el del padre de Björn. Mel nos espera en la puertay,conunasonrisa,dice: —Estáneneldespacho. El gesto de Mel me hace saber que todo ha salido como esperaban. Klaus es un hombre que siempresetomalavidacomolevieney,alabrirlapuertadeldespacho,sientocómoésteclavalos ojosenPetery,abriendolosbrazos,dice: —Muchacho,vencontuabuelo. Me emociono. Soy así de blandita y de tonta y, entre risas y lloros, Mel y yo nos secamos las lágrimas. ¡Quémomentotanbonitoacabamosdevivir,yelmemodeEricselohaperdido! Mirodenuevoelreloj.Deprontosuenamiteléfonoy,alverqueesél,comoestoyfelizporlos acontecimientos,murmuroencantada: —Vaya...,vaya,mirubiopreferido.¿Mehasleídoelpensamiento? —¿Porqué? SonríocomounatontamientrasobservoaKlaushablarconsunietoyaMelyaBjörnbesándose yrespondo: —EstoyconKlaus,yahaconocidoaPeteryhasidoprecioso,porque... —Cariño —me interrumpe—. No puedo entretenerme. Estoy en el aeropuerto y salgo para Edimburgoahoramismo. —¡¿Qué?! ¿CómoquesevaaEdimburgo? Pero,antesdequeyopuedadecirnadamás,Ericprosigue: —Hay un problema en la delegación de Edimburgo y he de viajar allí. Imagino que regresaré dentrodeunpardedías.—Alverquenodigonada,Eric,quemeconocemuybien,insiste—:Cariño, meapeteceesteviajetanpococomoati,perohedeir. Lasonrisahaabandonadomicara.Notengoganasdereír. —¿Haspasadoporcasa?—digo. —No. No he tenido tiempo. Gerta me ha hecho una pequeña maleta con ropa que tengo en la oficina.Untrajeyunpardecamisas.Nonecesitomás. Vale. Que Gerta le haga la maleta a mi marido me toca la moral, por lo que le pregunto a bocajarro: —¿Ellateacompaña? Elresoplidodefrustraciónqueoigoatravésdelteléfonomehacesaberlomuchoquelojoroba quelepregunteeso. —Jud...,porelamordeDios—dice—,estrabajo.Hasurgidounimprevistoytengoqueir. Cierro los ojos y asiento. Tiene razón. No debo ser tan pesadita con el temita de los celos, e intentandorazonar,murmuro: —Losé,Eric.MándameunmensajecuandoaterricesenEdimburgo,¿deacuerdo? —Jud...,tequiero—diceenuntonobajoparaquenadielooiga. —Yotambiéntequiero. Y,sinmás,cortolacomunicación. Alvermigesto,BjörnyMelrápidamentevienenhaciamí. —EricsevaenesteinstanteaEdimburgo—explico. Misamigossabenloquepiensoy,abrazándome,dicen: —Puesentonces,llamaaSimonaydilequevasacenarconnosotros. Asientoysonrío.Eslomejorquepuedohacer. Esanoche,cuandollegoacasa,trassaludaraSustoyaCalamar,suboaveralosniños.Todos duermen,incluidoFlyn. Entroenmihabitaciónyderepentemepareceenorme.CuandoEricnoestá,todoesenormeen esta casa. Pero, como no quiero pensar en nada, me desnudo y me pongo una camiseta. Odio los pijamas. Sin sueño, cojo el libro que tengo en la mesilla y comienzo a leer cuando suena mi móvil. Un mensaje.Eric. ¿Estásdespierta? Rápidamenterespondo: Sí. Unpardesegundosdespués,mimóvilsuena.Locojoyescucho: —Hola,miamor. Conunasonrisitatonta,dejoellibro. —Hola. —¿Siguesenfadadaconmigo? Oírsuvozeselbálsamoquenecesito,yrespondo: —Noestoyenfadada.Essóloquememolestaquetevayasdeviajeasí,depronto. Oigosurisa.Serámaligno... —Eraestoosalirdemadrugada,ymuchasvecestúmismamedicesqueprefieresquemevayay duermaenelhotelaquemalduermaencasaydemadrugadamevayadeviaje. Tienerazón.Lehedichoesoenotrasocasiones.Meacomodoenlosalmohadonessonriendoy digo: —Teechodemenos.Lacamaesenormesinti. —¿Sabes?Yotambiénteechodemenos.Peroteníaquehaceresteviaje,cariño.Venga,cuéntame cómoselotomóKlausaldescubrirquetieneunnieto. Durante un buen rato, le explico con todo lujo de detalles lo ocurrido esa tarde, y me encanta oírlosonreír.AsíestamoshastaquebostezoyEricdice: —Debesdormiromañanaestarásmuertadesueño. —Joooo..., es que no quiero dejar de hablar contigo. Cuando no estás, me cuesta dormir una barbaridad.Necesitoabrazarmeamijefepreferidoparaconciliarelsueño.—Mipropiatonteríame hacesonreíraloírloreíry,conscientedequeestoyhaciendoelcanelo,afirmo—:Perotienesrazón. Tengoquedormir. —Intentaréacelerartodoloquetengoquehaceraquíparaestarmañanaporlanochecontigoen lacama;¿deacuerdo,cariño? —Vale—asientoconcaradetonta. —Unbeso,pequeña,yduerme.Tequiero. —Tequiero—respondoencantadaantesdecolgar. Unavezdejoelteléfonosobrelamesilla,meechosobreelladoenelqueduermeEricyaspiro su olor. No sé cómo explicar la tranquilidad que me proporciona hacer esto, mientras siento que pocoapocomeduermo. Al día siguiente, tras una loca jornada de trabajo en la que recibo varios mensajes de mi amor parahacermesaberqueestábienyseacuerdademí,porlanoche,cuandoestoydandodecenaralos niños,tengoesperanzasdequeEricregreseacasa. MiinquietudestalquevuelvoasentirmecomolaJuddeantesdeteneralosniñosysóloespero queelEricquevaaregresarseaelEriclocoquemeempotrabacontralasparedesmientrasmehacía elamorposesivamente. En cuanto acabo de darles de cenar a los pequeñuelos, tan pronto como Flyn se marcha a su cuartosinhablarme,corroaducharmeparaquitarmelapapillaqueHannahmehatiradoenelpelo. Quieroestarpreciosaparacuandomiamorllegue.Alasdiez,mientrasestoyviendolatelesolaenel salónylospequesestándormidos,recibounmensajequedice: Losiento,miamor.Problemasconelavión. Nooooooooooooooooooo. Leer eso es como recibir un jarro de agua fría. Lo esperaba esta noche. El Eric del que yo me enamoréhabríavoladoparaestarjuntoamísíosí. Durantevariosminutosmiroelpuñeteromensaje,mientrasmeconvenzodeque,sinoviene,es porquenopuede,noporquenoquiera,yfinalmenterespondo: Ok.Nopasanada. Peropasa,¡claroquepasa! Durante todo el día me he sentido como una chiquilla de quince años esperando para ver a su amoryladecepciónestangrandeque,delosnervios,unratodespués¡mebajahastalaregla! Hayquejoderseconeldisgustoquetengo,yahora,encima,muertitadedolores. A las once, tras esperar una llamada de teléfono de Eric y no recibirla, paso del cabreo a la melancolía.¿YsiverdaderamenteelamorqueEricsentíapormísehaapagado? Eldolordeovariospuedeconmigo,porloquevoyalacocinaymetomounpardecalmantes. Sinduda,esloquenecesito,ademásdedejardepensartonterías. Perolatristezamepuedey,entreloapenadaquemesientoylaspuñeterashormonas,semesaltan laslágrimas.¿AcasoEricyanomequiere? Singanasdellorar,caminoporlacasaaoscurascomounfantasmahastallegaramihabitacióny metumboenlaenormecama. Porsuerte,conlaayudadeloscalmantes,eldolorsevaunahoradespués,peronotengosueño. Miroelreloj:lasdoceyveinte. Duranteunpardehorasdoyvueltasenlacama.Deunlado,deotro.Bocaarriba,bocaabajo,yal final,cansada,alasdosycincodelamadrugadamelevantoybajoaoscurashastaeldespachode Eric.Eselugaressusitio,surefugio,yallíesdondemesientomejor. Deprontosientounasirrefrenablesganasdelloraramocotendido. ComodiríamihermanaRaquel,llorar,ademásdedespejarellagrimalydarteundolordecabeza considerable,enocasionesesbueno.Pero,sinduda,éstanoesunabuenaocasiónparallorar,asíque, porecharlelaculpaaalguiendemidesazón,selaechoalaregla.¡Odiotenerlaregla! Pornorma,cuandolatengo,unamalalechesobrenaturaltomamicuerpo,peroenestaocasiónlo quehatomadomicuerpoesunamoñezabsoluta.¡Estoymoñas! Comolamujerdramáticaymoñasoficialquemeheproclamado,buscoelCDquemásmellegue alcorazónyencuentroelquelegrabéhaceañosaEricconcancionesquenosgustabanalosdos. Lopongoy,cuandosuenanuestracanción,Blancoynegro,[22]¡mequieromorir! PorDios,perosimisojosparecenunafuente. MesientoenelsillóndeEricymedesahogomientrasMalúinterpretaesapreciosacanción.Qué tiemposaquellosenlosqueélmebuscabaparaestarsiempreamilado.Quétiempos,enlosqueme perseguía,meacosabaysóloestabapendientedemí. Quétiempos...Quétiempos... Unavezacabalacanción,mientrasmesecolaslágrimasynotolanarizrojacomountomate,me acerco a la chimenea y la enciendo. Me encanta la estancia de Eric, tan personal y tan suya, y con tristezasonrío. Encuantoelfuegoseaviva,mirolasfotosquetienedetodosnosotrosysonríoalverunanuestra enZaharadelosAtunes.¡Quétiemposmásbonitos! Desesperada por lo que mi corazón siente, y como necesito fustigarme más, cojo un álbum de fotosdelalibreríaycomienzoaojearlo.Comounchimpancé,lloromientrasveofotosnuestras.Yo embarazada,EricyyoabrazadosconelpequeñoFlyn.Fotosdenuestraboda.Fotospescandoenun lago.OtrasderisasenunaFeriadeJerez. Fotos...,fotos...yfotos... Recuerdos...Recuerdos...Recuerdos... Hastaquenopuedomás,yconhipoporloemocionadaqueestoy,cierroelálbum. ¿Deverdadelamorcaducacomolosyogures? Agotadayconlacabezacomounbomboporlairritaciónquemeestoydandoyosolita,miroel relojquehayencimadelachimenea.Lastresmenosdiezdelamadrugada. Me siento en el suelo sobre la bonita alfombra que hay frente a la chimenea. Por suerte, al día siguienteessábadoynotengoquemadrugar.Menosmal,porquesino,iríafina. Mirandoestoyelfuegocuandocomienzaunacanciónquemeencanta...,bueno,quenosencanta. SellamaYouandI[23]yesdeMichaelBublé.MiguelitoBurbuja,comoenocasionesdigoyopara hacerreíraEric. Sécuántolegustaamiamoresecantanteyesacanción,ycierrolosojosmientraslaescucho.Su letraespreciosa,románticaytierna;sientoquelaslágrimasdesbordandenuevomisojosylasdejo correrdescontroladamentepormirostromientrasmiroelfuego. La canción dice cosas maravillosas, fantásticas, novelescas, y yo, arrebatada por todo lo que siento al escucharla, cierro los ojos mientras comienzo a darme aire con la mano. ¡Uff..., qué fatiguita! Entreeldisgustoquellevo,laregla,lacancioncitaylaausenciadeEric,mevaadarunpatatús. Labonitacanciónacaba.Meencojo,apoyolacabezasobremisrodillasy,entonces,lacanción comienzadenuevoyoigo: —¿Bailasconmigo,pequeña? Aloíresavoz,lavozquetantodeseabaoír,mevuelvoymisorpresaesmayúsculacuandoveoa Eric,amiguapoEric,mirándomeconesospreciososojazosazules. ¿Estoydespiertaoesunsueño? Mi cara, mi gesto, mis ojos deben de ser tan desastrosos como las pintas que llevo, porque mi amorfrunceelceñoypreguntaacercándoserápidamenteamí: —Pero¿quéteocurre,cariño? Ayudadaporél,melevantoy,abrazándolo,murmuroaltiempoquehundolacaraensupecho: —Hasvenido...,hasvenido... Durante unos segundos permanecemos callados mientras Michael canta eso de «Tú y yo..., tú y yo»,ycuandodesentierromicaradesupecho,mepongodepuntillasysusurro: —Estásaquí. Ericmeobservacomoelquemiraalgoquenoentiende. —Cariño,hubounproblemaconeljety,cuandorecibítuescueto«¡Ok!»,decidícogerunvuelo comercialparallegaracasaaunquefuerademadrugada.Pero¿quétepasa? Sonriendo como una tonta al saber que ha cogido un vuelo comercial para estar conmigo, lo abrazoypregunto: —Eric,¿túmequierestodavía? Su gesto ahora sí que es de no entender nada. Frunce el ceño y, agachándose para estar a mi altura,dice: —Pero¿quétonteríadepreguntaesésa? Unsollozosaledemiboca.Lamoñasoficialhavuelto,yEric,mirándomeboquiabierto,susurra: —¿Cómonovoyaquerertesiereslomáspreciosoquetengoenmivida? Ea...,allorartodavíaconmáspena. Intentopararantelaangustiademipobrechico,peroesimposible.Micuerpo,mislagrimales, todayoestoydescontrolada.YEricmurmuraentoncescongestoconfuso: —Meestásasustando,cariño.¿Quéteocurre? Norespondo.¡Nopuedo! Diezminutosdespués,cuandoconsigodejardellorarcomounchimpancé,lobeso,lodevoroy, encuantomifuerteEricmecogeentresusbrazosymeempotracontralapareddispuestoadarmelo quelepidosinhablar,musitoapenadamientraslaslágrimasamenazandenuevo: —Nopodemos,¡mehavenidolaregla! Ericsonríe.Nomesueltay,besándomelapuntadelanariz,susurracontodosucariño: —Pequeña,contenerteconmigomevale. Alverquemisojossedesbordandenuevo,sinsoltarme,mecogeconmásseguridadentresus brazos y me sube a nuestra habitación, donde, sin desnudarse, se tumba en la cama conmigo y nos quedamosdormidoselunoenbrazosdelotro. 37 ElsábadoalassietedelamañanasonóeltimbredecasadeBjörn. Ding-dong...Ding-dong. Melyél,alarmadosaloírlo,selevantaroncorriendoyfueronaabrir.Enlapuertaseencontraron aEricconlosdospequeños,que,mirándolos,dijo: —Necesitoqueosquedéisconestasdosfierashastamañana,queyoregrese.Hoyeseldíalibre dePipayquierollevarmeaJudith.¿Puedeser? Aúndormidos,ambosloobservaronyMelpreguntó: —¿Ocurrealgo? Ericsonrió,negóconlacabezay,trasverqueBjörnasentíaanteloquehabíapedido,respondió: —Nadagravequenosesolucioneconunpardedíassóloparanosotros. —Excelenteidea—afirmóMel. —¿YFlyn?—preguntóBjörn. —SequedaconSimonayconNorbert.Élyaesmayor,peroestaspequeñasfieras,sinPipa,les daríanmuchotrabajo. BjörncogióenbrazosaHannah,queestabadormida,yentoncesEriccuchicheó: —Sientonohaberestadoelotrodíacuando... —Noimporta—dijoBjörnsonriendo—.Todosalióbien. Los dos amigos se miraron con cariño. Entre ellos sobraban las palabras. Finalmente Eric se dirigióasuhijo,queestabacogidodesumano,seagachóyledijo: —Pórtatebienconlostíos,¿vale? Elcríoasintió,yEric,guiñándoleselojoasusamigos,murmuró: —Gracias,¡osdebouna! Unavezaquélsehubomarchadoatodaprisa,MelcogióalpequeñoEricylepreguntó: —¿Quieresdesayunar,Superman? —Sí.Galletasdechoco. Björnsonrióy,acontinuación,susurró: —Voyallevaralmonstruitoanuestracama.Conunpocodesuerte,dormiráunratomás. Sobre las doce de la mañana, la casa de Björn y de Mel era una auténtica locura. Sami, Eric y Hannah,juntoalaperraLeya,noparabandecorreteardeunladoparaotro.Laalgarabíaeratalque alfinaldecidieronsacarlosatodosalparque.Porsuerte,Peterseofrecióaayudarlosconlosniños. Una vez en el parque, Mel vio a Louise con Pablo, pero ésta, al verlos, cogió a su hijo y se marchó.Alseguirlamiradadesunovia,Björnpreguntó: —ÉsaesLouise,¿verdad? Melasintió,peronoteníaganasdehablardeellaoterminaríandiscutiendo,asíquemiróaSami ygritó: —¡Sami,nocojasaHannahenbrazososetecaerá! Segundosdespués,yconloscríoscontrolados,MelyBjörnsesentaronenunbancoadescansar mientrasPeteranimabaaentraralospequeñosenunpequeñocastillodecoloresyparecíanpasarlo bien.Loscríosestabanrendidosalospiesdelmuchachoyhacíantodoloqueaquélproponía.Hasta Hannahhabíadejadodellorarparairtrasélconlaesperanzadequelacogieraenbrazos. EneseinstantepasarondosjovencitasdelaedaddePetercercadedondeélestabaconlosniñosy lo miraron mientras se acercaban a él haciéndose las interesantes. Mel y Björn lo observaban, y la exteniente,alveralabogadosonreírconpicardía,murmuródivertida: —Niseteocurradecirunapalabradeloquepiensas. Björnsonrióy,cuandoaquéllasllegaronhastaPeterylosniñosycomenzaronasonreírcomo tontuelasmientrassetocabanelpelo,replicó: —Eltíoesunguaperas.Sinduda,esunHoffmann. Sinpoderevitarlo,MelsoltóunarisotadayBjörnañadió: —Esunchicoincreíble,¿verdad? Ellaasintió. —Tanincreíblecomoelguaperasdesupadre. Björnsonrióasuvez.Apenaspodíacreerqueaquelmuchachotanbieneducado,apesardesus circunstancias,fuerasuhijo.Lasdudasdelprimermomentoquedarondisipadas.Díaadía,Peterle demostrabaquiéneray,cuantomásloconocía,máslegustaba. Peter era un buen chico que no daba problemas ni pedía nada. Disfrutaba pasando las tardes sentadoenelsalónleyendocómicsdeSpidermanojugandoantesuordenador. No era un muchacho de salir con amigos, y de momento tampoco con chicas. Era más bien solitarioperocariñosoconlosqueteníaasualrededor.Ensimismadoestabaelabogadopensandoen esocuandoMeldijo: —Björn,tenemosquehablar. Aloíreso,élclavólosojosenellaymurmuró: —SiessobreGilbertHeineysubufete,noeselmomento. Melnegó. —Tranquilo.Noquierohablardeeso. —Puessiessobrelodeltrabajodeescolta,tampocoesmomento. —No.Tampocoeseso. Sorprendido,Björnlamiróycuchicheódivertido: —Cariño,sinoquiereshablardenadadeeso,meacabasdeacojonar.¿Quépasa? Melsonrióy,posandolasmanossobreladeél,dijo: —Quizánotegusteloquetevoyadecir,perohepensadoquetalvezahora,conlallegadade Peteracasa,noseaelmejormomentoparaviajaraLasVegasycasarnos. —¡¿Qué?!Perosiyahemosarregladotodoslospapeles. Alversugesto,ellalevantólasmanosyaclaró: —Nos vamos a casar, por supuesto que sí, cariño, eso te lo prometo. Pero faltan apenas dos semanas y no creo que debamos irnos ahora de viaje. He pensado que quizá podríamos retrasar la bodaparadespuésdelverano,paraseptiembre. —No. —Escúchame, amor —insistió ella—. Sólo serán unos meses, el tiempo suficiente como para ponertodoenordenconPeter. Björn resopló. Lo último que quería era retrasar su boda con ella, pero sabía que tenía razón. Necesitabantiempoconelchico. —Nos casaremos y lo sabes —añadió Mel—. Pero creo que debemos ser juiciosos e integrar primeroaPeterenlafamilia. Elabogadoasintió.Legustaraono,ellateníarazón,yfinalmenteafirmó: —Deacuerdo. —¿Deacuerdo?¡¿Así,sinmás?!¡¿Sindiscutir?! Aloírlayversugestoincrédulo,Björnsonrió. —Sí,deacuerdo. Satisfechaporlobienqueselohabíatomado,ellapreguntóentoncesconsorna: —¿SeenfadarámuchotuamiguitoGilbertHeine? Aloíresoyversugestopícaro,Björnmurmuró: —Miraqueeresretorcida,Parker.—Y,sonriendo,afirmó—:Cariño,noscasaremoscuandotúy yoqueramos,nocuandoquieraGilbertHeine.Retrasaremoslabodaparaseptiembre,peroentonces yanohabrámásexcusasparaposponerlaniunmesmás,¿deacuerdo? Mellobesóenamorada. —Teloprometo,miamor...,nohabrámásretrasos. Durante varios minutos, a pesar de estar en un parque, se prodigaron muestras de cariño, hasta que decidieron darlas por finalizadas y Björn, para enfriarse, dijo al ver que las muchachas que estabanminutosantesconPetersealejaban: —EstoypensandocambiaraPeterdecolegio. —¿Porqué?—preguntóMel. —Megustaríapoderdarletodoloquenohepodidoentodosestosañosy,conociéndolo,veoque esunmuchachoquevaloralosestudios. Melasintió.Sinduda,Peterleshabíarotolosesquemas. —Me ocuparé de los niños mientras tú hablas con él y se lo preguntas, ¿te parece? —dijo levantándosedelbanco. Björnasintióy,trascogersumano,empezóadecir: —Oye... —¿Qué? —Septiembre,¿entendido? Melsonrió. —Entendido,JamesBond...,entendido. Concomplicidadsemiraronhastaqueél,sinsoltarla,dijo: —¿Sabes,morena? —¿Qué? Enamoradocomountontodeaquelladescaradadepelocorto,elabogadoclavósusojosazules enlosdeellaymurmuró: —Atuladosoycapazdecualquiercosa. —¿Ah,sí?¿Yesoaquéviene? Élmiróentoncesaladolescentequereíaconlospequeñosy,sindudarlo,respondió: —Porque, desde que estoy contigo, he aprendido que las cosas que merecen la pena nunca son sencillas,ygraciasatiestoysiendocapazdedarleestaoportunidadaPeter. Melsonrióy,rozandosunarizconladeél,afirmó: —Yesonoshacefelicesatodos.Quédateconeso. —Lohago,amor.Lohago. Laextenientelobesóenloslabiosy,cuandoseseparódeél,replicó: —¡Lodeseptiembrequedapendiente!—Ambossonrieronyellaañadió—:AhorahablaconPeter ypregúntalelodelcolegio.Noesunbebé,ycreoquenodebemoshacernadaqueaélnoleparezca bien. Björnasintióyviocómolamujeralaqueadorabasealejabaendirecciónalosniños.Cuando llegó hasta ellos, tocó con cariño el pelo de Peter, cruzó unas palabras con él, y éste, tras mirar a Björn,sonrióyseacercóaél. El abogado lo recibió también con una sonrisa y, cuando el muchacho se sentó a su lado, preguntó: —¿Quiéneseranesaschicasquetehansaludado? Peterrespondióencogiéndosedehombros: —Unasamigasdelinstituto. BjörnlomiróconpicardíayPetertambiénalversuexpresión.Denuevoseentendíansinhablar. Acontinuación,elabogadopreguntó: —Peter,¿tegustaríacambiardecolegio? —Nolosé.¿Porquéhabríadehacerlo?—respondióelmuchachosorprendidoporlapregunta. Al oír eso, Björn asintió. Poco a poco iba conociendo al muchacho y sus inquietudes y, mirándolo,contestó: —Puedodarteunamejoreducaciónquelaquehasrecibidohastaelmomento,ycreoqueeltema delosestudiosysusoportunidadesesalgoquetúvaloras,¿verdad? —Sí. Deseoso de conocerlo todo de él, Björn le hizo mil preguntas que el muchacho respondió y viceversa,yunavezsucuriosidadcasisesació,clavósusojosenélydijo: —Tienesqueprometermeunacosa. —¿Elqué? Björnseacercóentoncesaélycuchicheó: —Novolverásapiratearabsolutamentenada.Entiendoqueeresuncerebritoparalainformática, peronoquierolíos,¿entendido? Petersonrióy,chocandolamanoconladeélcomoMelhacía,asintió: —Deacuerdo. Encantado por aquella estupenda relación que se estaba fraguando entre los dos, el abogado preguntó: —¿Has pensado qué te gustaría estudiar? O, mejor dicho, ¿sabes ya qué te gustaría ser en un futuro? Peterasintió.Siemprehabíatenidoclaroloquequeríasery,mirándolo,respondió: —Quieroestudiarbioquímicaclínica. Björn parpadeó. Esperaba que le dijera algo que tuviera que ver con la informática y, sorprendido,sedisponíaahablarcuandosuhijoexplicó: —La bioquímica clínica es la rama de la química que se dedica a la investigación de los seres vivos. Sé que aquí, en Alemania, para acceder a esa especialidad tengo que tener la licenciatura de Medicina,ysiempreheestadodispuestoaconseguirla. Boquiabiertoporlaseguridadconlaquehablabaelmuchacho,Björnafirmó: —Cuentaconmigoparaello,chaval. Peterasintiófeliz. —Gracias—dijoysonrió. Emocionadoporlossentimientosyelorgulloqueaquelmuchachoprovocabaenél,elabogado leechóelbrazoporencimadelhombroy,acercándoloaél,declaró: —Quiero que sepas que estoy muy feliz de haberte encontrado, y sólo espero que podamos recuperartodoeltiempoperdido. Peterasintió,teníalasmismasganasqueéldehacerloposible.Y,echandoelbrazoporencima delhombrodesupadre,sonrióydijo,haciéndoloreír: —Serágenialpoderhacerlo,JamesBond. 38 Ellunes,trasunfindesemanadeensueñoenelqueErichaceunadenuestraslocurasdeamoryme programaunviajesorpresaaVeneciaparademostrarmelomuchoquemequiereylotontaquesoy alhacermeesaspajasmentales,cuandollegamosaMüllerynosmetemosenelascensor,lepongo ojitosydigo: —Nosvemosestanocheencasa. Él asiente, sonríe como un malote y, acercándome a él, me besa. Devora mi boca con absoluta devociónolvidándosededóndeestamosycuandonosseparamos,dice: —Nolodudes,pequeña. Enamoradacomomesiento,murmurorecordandonuestrofindesemanaenVenecia: —Arrivederci,amore. —Addio,miavita. Esamiradademalote,esasrománticaspalabrasyesebesodeseadosonloqueañoraba,yestoy sonriendocuandoseabrenlaspuertasdelascensor,leguiñoelojoysalgodeél. Sinmiraratrás,séquemiamormeobservahastaquesecierranlaspuertasyyocaminofelizy seguradetodohastamidespacho. Estoydebuenhumor,elmundoesmaravilloso,peroentoncesMikaentraaceleradaydice: —Tengounproblemón. Oh...,oh...,miburbujitarosadefelicidadsedesvaneceyleprestomitotalatención. Es el primer problemón con el que voy a lidiar desde que comencé a trabajar en Müller e, intentandotranquilizarla,hagoquesesienteypregunto: —¿Quéocurre? Lapobrerápidamentemehablasobrelaferiadefarmaciasqueestamosgestionandoymurmura: —MispadreshandecididocelebrarsusbodasdeoroelpróximosábadoytengoqueiralaFeria deBilbaoenEspaña.Yahoradeboelegirentreeltrabajoylafamilia. Oíresomesorprende,yenseguidarespondo: —Porsupuesto,elegiráslafamilia.Tuspadressecasan,¿cómonovasaasistir? Mikasuspira,ponelosojosenblancoyexplica: —El año pasado hubo un problema en la Feria de Bilbao con uno de nuestros comerciales. Al muyidiotanoseleocurrióotracosaquetirarsealahijadelorganizadorenlosbañosdelaferia.El casoesquealguienavisóalpadreylospillaron,ylasquejasllegaronaEric. Asiento.RecuerdoqueEricmelocomentóensudía.Mikaprosigue: —Alfinal,trasmuchobatallarconlaorganizaciónparaquenoecharanaMüllerdelaferia,Eric yyoquedamosconesehombreenqueesteañoestaríayoenelstandcontrolandoaloscomerciales. Pero, claro, ahora mis padres han decidido anunciar su boda sorpresa y, cuando les diga que no puedoir,selovanatomarmuymal. Suagobiosehaceextensibleamí.QuieroayudarMika,ynosóloporqueseapartedemitrabajo, sinotambiénporquelamujerquetengodesesperadaantemínosehaquejadodequeyosólotrabaje porlasmañanasyencimanoviaje.Esoconllevamásfaenayviajesparaella,yenningúnmomento lohamencionado. Poreso,yaunquesoyconscientedequeEricsevaaenfadar,propongo: —¿Quéteparecesihablamosconesehombre?¿Cómosellama? —Imanol.ImanolOdriozola. Asiento.Piensoconrapidezydigo: —Lollamaremosyleexpondremosquetúnopuedesiryqueentulugariréyo.Alfinyalcabo, soylamujerdeljefazoyesolepuedeagradar. Segúndigoeso,Mikamemira. —Túnopuedesviajar.ÉsafuelaprimeracondiciónqueEricmeimpusocuandocomenzastea trabajar.¡Nadadeviajes! —¡¿Queteloimpuso?! De pronto veo que se da cuenta de la bomba que ha soltado y, al ver mi cara, rápidamente se disponeaaclarar: —Bueno,no.Realmentenofueasí.Élme... —Mika—lacorto—.Nomientas,queconozcoaEric. Saberesomesubleva.¿CómoqueEricseloimpuso? Ea,¡seacabóelbuenrollitoconmimarido! ¡AdiósviajeaVenecia! Unacosaesloqueélyyohablemosypactemosencasayotramuydiferentequeelmuyatontado imponga condiciones a las personas que trabajan conmigo. Observo a Mika y compruebo que la pobreestáasustada.Sabequeselehaescapadoe,intentandotranquilizarla,digo: —Sé que me aprecias tanto como yo a ti, pero también sé que mi trabajo de mañanas no es suficiente para ayudarte. No soy tonta, Mika, y sé que, si yo viajara como tú, el trabajo sería más llevaderoparatiy... —Judith,porfavor,notepreocupes.Estoyacostumbradaaviajary... —Yaséqueestásacostumbrada,porqueformapartedetuempleo,peroloquemejorobaesque mimaridoteimpusieraciertascosasparaqueyotrabajaraaquí.No,nomehacenipizcadegracia quelohiciera. LacaradeMikaesunpoema,cuandosentencio: —VasairalabodadetuspadresporqueyovoyairaBilbaocomomellamoJudithFlores. Ellamemiracondesconciertoyyosonrío,aunqueloquerealmentetengoganasesdeasesinara untiporubiollamadoEricZimmerman. Cuandoterminamijornadalaboral,llamoporteléfonoaEricasudespacho,perosusecretaria me dice que está en una comida. Una vez cuelgo, recojo los papeles que hay sobre mi mesa y me despidodeMika,quemevuelveasuplicarquecambiedeopinión.Yolatranquilizo,hadehacerlo. Salgoalacalley,traspararuntaxi,regresoacasa. Cuandollegoyabrolaverjaparaentrar,milocoparticular,Susto,intentasalircorriendo. Pero¿éstenoaprende? Una vez cierro la verja, Susto y Calamar me dan su gran recibimiento. ¡Festival de aullidos y lametazoscomosilleváramosmesessinvernos! Mientraslosbesuqueoymebesuquean,agradecidaporelcariñoquemedemuestran,piensoen esos desalmados que son capaces de abandonar o maltratar a los animales. Sin duda, no sólo no tienencabeza,sinoquetampocotienencorazónnisentimientos. Acompañadaporellosdos,llegohastalapuertadecasaySimona,cuandoabre,medicequelos pequeñosestánaúnencasademisuegra.FelizporsaberqueSonialosestarámalcriando,mesiento enlacocinaacomerunpoquitodejamónconpanytomateyentoncesoigoqueSimonadice: —¿Aquenosabesquésoñéanoche? Lamiroalaesperadequecontinúeyellasuelta: —¡Conlatelenovela«Locuraesmeralda»!¿Larecuerdas? Ambas soltamos entonces una carcajada. Recordar la época en que estábamos enganchadas al culebrón de Esmeralda y Luis Alfredo nos hace reír, y terminamos rememorando las escenas que másnosimpactaron,comoaquelfinal,enelquelosprotasysuhijomontadosacaballosedifuminan enelhorizonte.Riéndonosestamosporellocuandosuenaelteléfono.Simonalocogeydice: —EsdelinstitutodeFlyn. Larisasemecortadecuajo.¡¿Otroproblema?! Levantándome, cojo el auricular, escucho sin parpadear lo que una mujer me cuenta y, cuando cuelgo,miroaSimonaydigoponiéndomelachaqueta: —VoyalinstitutoarecogeraFlyn. —¿Quéhapasado? —Sehapeleadoconunmuchacho. Simonasacudelacabeza,yomecagoentodoslosantepasadosdeFlyny,trasdirigirmehaciael garaje,memetoenmicocheyvoyaporél. Veinteminutosdespués,entroenelinstitutoyvoyderechaaDirección.Nadamásentrar,veoa Flynyaotrochico.Flyntienelacejayellabiohinchados.Elotromuchacho,ellabioyelpómulo. Miniñomemira,rápidamentevoyhaciaél,meagachoy,preocupada,susurrotocándolelacara: —Cariño...,¿estásbien? Midemostracióndeafectonolegustaymeapartalasmanosconrudeza. —Flyn...—murmuro. —Joder...—siseaél. Entristecidaporsuspalabras,digoacontinuación: —Flyn,estotienequeacabar. Peroelmocoso,aquienestáclaroquenoleimportanmissentimientos,insiste: —Déjameenpaz. Su desplante me duele, y el hecho de que no me llame «mamá» me parte el alma. Sin poder evitarlo,losojossemellenandelágrimas.¿Porquétodasucrueldadlalanzacontramí? Depronto,unavozdehombrequemeesconocidadiceamiespalda: —FlynZimmerman,aunamadreniselehablaniselatratadeesamanera. Elcríonodicenada.MiroaDennis,quemeobservay,alvermiexpresiónymisojosllorosos, dice: —¿Tieneunsegundo,señoraZimmerman? Asiento y, dejándome guiar, entro donde él me indica. Una vez cierra la puerta del pequeño despacho,abrelosbrazosyyoaceptosuabrazomientrasmurmura: —Tranquila...Tranquila... —Noséporquémehablaasí—balbuceo—.Noséquélehehecho. —Tranquila —insiste él—. Los adolescentes en ocasiones son así con las personas a las que quieren.Siloconsultarasconelpsicólogodelcolegio,tediríaesomismo. —Peroyonolehehechonada,Dennis.Noséporquétodaesaagresividadcontramí. —Judith,debéisllevaraFlynalpsicólogo.Élpodríaayudarlo. Metragolaslágrimasyasiento.Loúltimoquequieroesmontarunnumeritodemadrelloronae histérica. Justo entonces se abre la puerta, nos separamos rápidamente y Dennis coge unos papeles queunamujerleentregamientrasmedice: —Siéntate. Como una autómata, lo hago y en ese momento la puerta vuelve a abrirse y entra otro hombre coneldirectordelcolegio.Elhombreeselpadredelotromuchacho,yDennisnosexplicaquese hanpeleadoporunachica.Sindecirelnombre,séquesetratadeElke. Elotropadreyyonosmiramos.Nosabemosquédecir.¡Malditosniños! Almenos,nomehatocadounpadredeesosquesecreenquesuhijolohacetodobien.Segundos después,hacenentraralosmuchachos,ytantosututorcomoeldirectordelcolegiolesechanuna buenabronca.Finalmente,elpadreyelchicosemarchanjuntoconeldirectory,cuandoyohagolo mismo,Dennisnosacompañahastalapuerta. Los tres caminamos en silencio, pero siento el apoyo moral de Dennis, y se lo agradezco. Necesitosaberquealguienestáamiladoyentenderquenoestoyhaciendonadamal. Cuando llegamos a la puerta del instituto, sin pararse, Flyn sigue hasta mi coche, y Dennis, al verlo,murmura: —Sientolodelaexpulsión.Yatedijeenlatutoríaque,sivolvíaatenerotroparte,elinstitutolo expulsaría.Detodasformas,pensadenlodelpsicólogo.Creoquepodríahacerlemásbienquemal. Suspiro. Sé que tiene razón, sólo hay que convencer al cabezota de mi marido. Por ello, intentandosonreír,respondo: —Gracias,Dennis. Unavezdigoeso,medespidoconunaúltimamiradayvoyhaciaelcoche,dondeunlarguirucho adolescente de apellido Zimmerman me espera apoyado con cara de perdonavidas. ¿A quién se parecerá? Doyalmandodelcocheylosfarosseiluminan.Flynabrelapuertadelanteraysesienta. Dos segundos después, me siento yo y, cuando lo veo saludando con guasa a unos chavales mayoresqueél,queestánsentadosenunbancodelparque,lomiroymurmuro: —Penséqueerasmáslisto.¿QuéhacespeleándoteporElke? Flyn clava sus ojos en mí, se retira el flequillo de la cara y comienza a toquetear la radio. Enfadadaconsuactitudchulesca,siseo: —Ahorasíquenovasasalirnialapuertadelacalle.Flyn,¡tehanexpulsado! —Vengaya...,¡cortaelrollo! Lomato,esquelomato.Y,conteniendolasganasquetengodecruzarlelacara,voyaañadiralgo máscuandoéldice: —Llévameamicasa. Misensatezmehacecallar,apesardelasganasquemeentrandepreguntarlequesisucasanoes lamía. EnsilencioconduzcoporMúnichy,cuandollegamosacasayaparcoenelgaraje,veocómoFlyn deunmanotazosequitaaCalamardeencima. —¡Novuelvasatratarloasí!—lechillo. Élnomehacenicaso.Siguesucaminoydesaparece,mientrasyosaludoaSusto, que cada día estámásrepuestodelaccidente,yCalamarvieneamíenbuscadecariño. Unavezdejoamispreciososperros,entroenlacasayveoqueSimonavienecaminandohacia mípreocupada. —Ay,Diosmío,Judith—dice—.¿Hasvistolomagulladoqueviene?Cuandoloveaelseñor,se vaaalarmar. Asiento.ImaginoaEriccuandoloveapero,quitándoleimportanciaaltema,replico: —Tranquila.Estábien.Yasabesqueloschiquillossondehierro. Actoseguido,oigounospasitoscorriendoy,aldarmelavuelta,veoamipequeñoEricqueviene haciamí.Feliz,locojoentremisbrazosy,besándolo,murmuro: —¿CómoestámiSuperman? ElrestodelatardenoveoaFlyn.Seencierraensuhabitaciónynosale.Consigomanteneraraya misganasdellamaraEricycontarleloocurrido.Silohago,lodisgustaré,yesmejorquehablecon élunavezestéencasa. Sinduda,lanochepromete;entreelviajequepiensohaceraBilbaoparaqueMikapuedaestaren labodadesuspadresyloocurridoconFlyn,cuandollegueEric,¡menudofestival! HabloconMel,lecuentoloocurridoconelcríoyéstaintentaconsolarmey,cuandolecomento lodeBilbao,seapresuraadecir: —¿AEricleparecebienqueviajes? Singanasdepolemizar,miento: —Sí.Nohayproblema. —Ostras,Jud,puesmevoycontigoyasíaprovechoyvoyaveramiabuela,queestáapenasa doscientoscincuentakilómetros. —¿Enserio? —Yatedigo. —¿YBjörn? Aloíreso,Melsonríeyañade: —Psicologíafemenina,Jud:leentroamimorenazodiciéndolequelevoyadarlanoticiadela bodaamiabuela,¡yéltanfeliz! —¿YSamiyPeter?—insisto. —Se quedan con su padre, cielo. Peter es mayor, y Sami se encargará de volverlos locos a los dos. Encantada,ambasreímosporaquello.Conlopequeñaquees,sindudaSamiseharálareinadela casaytendráaBjörnyaPeterasuspies,deesonomecabeduda.Y,felizporsucompañía,sonríoy afirmo: —Yotendríaqueestarenlaferiaeljuevesporlatarde,todoelviernesyelsábadosóloporla mañana;despuéslotengolibrehastaeldomingo,queregresaremos. —Puesnosehablemás:sitevasparaBilbao,¡mevoycontigo,queyotambiénnecesitounpoco derelaxdechicas!YeldomingoalquilamosuncocheynosvamosaAsturiasaveramiabuela,¿te parece? —Genial. Tras pasar el resto de la tarde con el pequeño Eric y Hannah en la piscina, cuando Pipa se los acabadellevarparabañarlos,Ericentraencasa.Medaunbesorápido—¡joder,yavolvemosalode siempre!—ycorreescalerasarribaparaveralospequeños.Semuereporverlosy,cuandoveinte minutosdespuésbaja,memiraypreguntacongestohosco: —¿PorquénomehasavisadoporlodeFlyn? Vaya...,yaveoquehapasadoporsuhabitaciónaverlo.Comopuedo,lecuentoloocurridoenel instituto.ElgestodeEricseendureceporsegundos.¿DóndeestáelEricdenuestromaravillosofin de semana? Y, cuando acabo de relatarle todo lo del instituto, murmura descolocándome por completo: —¿MepuedesexplicarporquéeltutordeFlyntehaabrazado? Eso me pilla por sorpresa. No me había percatado de que Flyn nos había visto, ni él me había dichonada.Sinduda,elniñoquiereguerraconmigo. —Eric...—empiezoadecir—,Flynmehablómalcuandolleguéalinstituto,yDennis... —¡¿Dennis?! —gruñe furioso—. ¿Tanta confianza tienes con él? ¡Creo que deberías llamarlo señorAlves,¿no?! Resoploycontranquilidadmurmuro: —Cariño,él... —Meimportaunamierda—mecorta—.¿Porquétienequeabrazarteesetío? Molestaporsutontoreproche,grito: —¡Porque necesitaba un abrazo o me iba a derrumbar por el trato de Flyn! ¡Y, aunque te joda, volveríaaabrazarloenunmomentoasí,porqueesetío,comotúlollamas,nosehapropasadolo másmínimo,sinoquesólointentabaqueyomecalmase! ApartirdeeseinstanteseabrelacajadePandoray,comosiempre,nosóloreñimosporloque noshallevadoaello,sinoquetambiénsalenarelucirotrostemas. Durantemásdeunahora,Ericyyodiscutimos.Élmereprocha,yolereprochoy,cuandoyano puedomás,chillo: —¡Flyn irá al psicólogo lo quieras o no! —Y, sin dejarle responder, prosigo—: Y odio que le impusierasaMikaqueyonoviajaría.Pero¿quiéntecreesqueeres? Eric me mira..., me mira..., me mira. Su mirada de Iceman enfurecido me traspasa, y entonces sisea: —Tumaridoyeldueñodelaempresa,¿teparecepoco? Esa contestación me subleva. ¡Será chulo el jodío alemán! Y, dispuesta a ser tan chula como él, replico: —Pues,aligualqueatitesurgenimprevistos,enestaocasiónmehansurgidoamí,yeljueves meiréalaFeriadeBilbao. —¡¿Qué?!—bramacomiéndomeconlamirada. —Loquehasoído.Mikanopuedeyyoiréensulugar. —Eltratoeraquenoviajarías. Sonríoconmaldad,conesamaldadqueséquelosacadesuscasillas,yluegoafirmo: —Losé,peroaligualqueenocasionestúmeprometesregresarprontoacasaydespuéstienes queirtedeviajeaEdimburgo,yotambiénpuedotenerimprevistos,¿ono? Eric comienza a soltar por su boca sapos y culebras. ¡Qué mal hablado es cuando se enfada, y luegodicequesoyyo!Seniegaaaceptarqueyoviaje,peroyo,sinbajarmedelaburra,reiterounay otravez: —Voyair,ynadadeloquedigasmeharácambiardeparecer. Mialemán,furioso,usaentoncessutácticamássuciaydecidesacarmetotalmentedemiscasillas. Alfinal,elpuñeteroloconsiguey,cuandomerecuerdaladetencióndelapolicíaeldíaquesalícon Mel,incapazdeentenderqueseatanbicho,lomiroygrito: —Pero¡¿aquévieneahoraquemesaquesarelucireso?! —Porque todavía no hemos hablado de ese día. De cómo desapareciste sin permitirme saber dóndeestabasydecómoterminasteisdetenidasporlapolicía. —Mira,Eric—locorto,cansadadeoírlo—.¡Vetealamierda! Mi rabia, mi gesto y mi voz le hacen saber que ya ha conseguido lo que buscaba. No le hablo. Sóloloobservomientrasélselimitaamirarmeconsucaradeperdonavidas.Y,cuandoherespirado ycontadohastadoscientosporquehastacienerapoco,siseo: —¿Sabes,Eric?LopeordetodoesquetúyyodeberíamosestarhablandosobreFlyn—y,antes dequeéldiganada,añado—:Pero,claro,comosiempre,elmocosoyasehaencargadodecambiar ladireccióndeladiscusión,¿verdad? Ericnoresponde.Sabequeenciertomodotengorazóny,trassalirdeldespacho,oigoquellama aSimonaylepidequeaviseaFlynparaquebaje. CuandoEricentraenlaestanciaysesientaensusilla,nonoshablamos.Siemprepasaigual.El niñolapifia,elniñoledalavueltaalatortillay,alfinal,Ericseenfadaconmigo. ¿Cuándovaacambiareso? Cincominutosdespués,Flynentraeneldespacho,Ericselevantadesusillóndesupermegajefazo y,acercándoseaél,lepreguntaexaminándoleelojoylaboca: —¿Teduele? Elcríoniegaconlacabezaymimaridosedirigeamíydice: —¿Porquénolohasllevadoalhospital? Incrédulaporsupregunta,replico: —Porquenoesgrave.Sólosonmagulladuras. —¿Ahoratambiéneresdoctora? Suprovocacióndelantedelcríomesubleva,meirritaotropocomás,yrespondo: —¿Sabes, Eric? Creo que deberías enfadarte con tu hijo, no conmigo. No soy yo quien se ha pegadoconalguienenelinstituto,nitampocoalaquehanexpulsado. Mispalabrasparecendespertarloy,volviendolavistahaciaelelmuchacho,quenosobservaen silencio, por fin comienza a echarle un buen rapapolvo. Se lo merece, y yo, impasible, me siento, observoyescuchosinmoverme.Notengonadaquedecir. EnunmomentoenqueErichaceunsilencio,Flynmemiraymesuelta: —¿Disfrutasconesto? Bueno...,bueno...,bueno...Pero¿dequévaelmocoso? Clavo mis ojos en Eric en busca de alguna palabra de apoyo y, al ver que ni se molesta, me levanto,meacercoalniñatoy,contodamichulería,respondo: —Nitelopuedesimaginar. —Judith,Flyn,¡bastaya!—gruñeEric. El crío me lanza la fría sonrisa de los Zimmerman, y yo, que ya más calentita no puedo estar, murmuro: —¿Sabes,Flyn?Elqueríeelúltimoríedosveces. —¡Judith!—protestaEric. Miniveldeaguanteytoleranciavuelveaestarbajoceroy,comonoquieroarrancarleslacabeza a ninguno de aquellos dos, me doy la vuelta, salgo del despacho y me encamino a mi habitación. NecesitounaduchaquemedespejeymeenfríeoalfinalallívaaarderTroya,aunqueestemosen Alemania. Cuandosalgodeladucha,meencuentroaEricsentadoenlacama.Comosiempre,sugestoyano eseldeminutosantes,perocomonomeapetecehacermigasconelenemigo,nolomiroyéldice: —Jud...,venaquí. Mehagolasorda,¡lasueca!,¡lachina!Yél,alverquenopiensohacerlecaso,selevanta,camina haciamíy,cuandovaatocarme,siseoconfrialdad: —Niseteocurratocarmeporqueesloúltimoquemeapetece.Noséquénaricestepasaonos pasa últimamente a los dos, pero está visto que algo no va bien, y ya estoy harta de que tú digas «¡ven!»yyo,comounaidiota,teobedezca. —Jud... —Estoy enfadada, ¡muy enfadada contigo! —siseo rabiosa—. Creía que, tras el bonito fin de semana que habíamos pasado en Venecia, nuestro a veces complicado mundo podría ser un poco mejor, pero no, ¡todo sigue igual! Continúas comportándote como un energúmeno conmigo ante cualquiercosaquetengaqueverconFlyn,¡joder,quelohanexpulsado!Y,porsupuesto,norespetas queyo,comomujertrabajadora,tomeunadecisióncomolaquehetomadodeiralaFeriadeBilbao. Asíque¡nometoques!Ydéjameenpaz,porqueloúltimoquenecesitoahoramismoesati. Aloírmedeciresocontantadureza,Ericdaunpasoatrás.Leagradezcoeldetalley,unavezme pongo mi vestidito azulón y unos calcetines de andar descalza, ante su atenta, desconcertada y fría mirada,salgodelahabitaciónconpasoraudoysinmiraratrás. Cierrolapuertayrespiroy,agrandeszancadas,bajohastalacocina.Estáoscura.Nohaynadie. SimonayNorbertyaestánensucasita,ymesientoenunasillaparacompadecermedemímismasin encenderlaluz. ¿Cómo veinticuatro horas antes podíamos estar besándonos apasionadamente y ahora podemos estarasí? ¿Porquéelfindesemanaparecíaentendertodoloqueledijeencuantoalniñoyamitrabajoy, ahora,todovuelveaserigualqueantesdenuestracharla? Duranteunbuenratomiro,observomijardíndesdelaventanayrecuerdolobonitoquesepone enprimavera.Piensoenmipadre.Intentoimaginarquémediríaquehicieraenunasituaciónasíy resoplo.Resoplodefrustración. Elrestodelasemana,ambosestamosfríoscomoelhielo.LapobreSimonanosobserva,nodice nada,perosedacuentadetodoy,consusojillosplagadosdeexperiencia,mepidecalma...,mucha calma. Asíestamoshastaeljuevesporlamañana,quesalgodelbañoyEricmeestáesperando. Cruzamosunarápidamirada,hastaqueélsevuelvey,alvermimaletasobrelacama,dice: —HellamadoaMelylehedichoquesepaseporcasa. Lomirosorprendida. —¿Porqué? Congestoserio,Ericmemiray,trascalibrarsuspalabras,indica: —Hecanceladovuestrosvueloscomerciales.IréisdirectamenteaBilbaoennuestrojetprivado. Norbertosllevaráalaeropuerto. Voyareplicarcuandoañade: —EsunatonteríaquevayáisdeaquíaBarcelonaparaqueluegoallítengáisquetomarotrovuelo paraBilbao.Pero,porsupuestopuedesprotestar—diceclavandolamiradaenlamía—.Vamos,eslo mínimoqueesperodeti. Durantevariossegundos,ambosnosobservamos.Nosretamos. Llevamosunosdiítasmalos,muymalos,ydecidomordermelalenguaaunariesgodequeme envenene. EnciertomodomegustaireneljetdirectamenteaBilbao,algoqueyonolehepedidoperoque élhapensadopormí.Segundosdespués,cuandovequenovoyadecirnada,añade: —LlámameoenvíameunmensajecuandohayáisaterrizadoenBilbao. —Vale—afirmo. Y,sinmás,sedalavueltaysaledelahabitaciónconpasorápidoydecididodejándomeconla bocaabiertacomounatonta.Durantevariossegundos,nomemuevo. ¿Sehamarchadosindarmeunsimplebeso? LaindiferenciadeEriccadadíamematamás,perocomonoestoydispuestaahundirme,termino devestirme.CuandooigoaMel,bajoconmimaletay,trasdarunbesoamispequeños,nosvamos. Memarchosinmiraratrás. 39 TrasaterrizarenelaeropuertodeBilbao,MelyJudithnosesorprendieroncuando,alsalirporla puerta,unhombredemedianaedadygestoamablelasmiróy,dirigiéndoseaJud,preguntó —¿SeñoraZimmerman? Ellaasintió,yelhombreleindicóconunaencantadorasonrisaaltiempoqueletendíalamano: —Soy Antxo Sostoa. Su marido, el señor Zimmerman, llamó a las oficinas para indicar que veníanustedesalaferiaynecesitabanuncochequelasrecogieraylasllevaraalhotelCarlton. Las chicas intercambiaron una mirada. Como siempre, Eric estaba en todo y, sin dudarlo, se montaronenelvehículoparairhastaelgranymajestuosohotel. En el camino, Mel llamó por teléfono a Björn y, mientras hablaba y reía con él, Judith simplementeescribióensuteléfono:«YaestoyenBilbao».Pocodespués,recibióunfrío«Ok». Jud suspiró y miró por la ventanilla. Odiaba estar a malas con Eric, pero estaba visto que no podía hacer nada. Sólo necesitaba despejarse un poco y disfrutar con Mel de un fin de semana de chicas.Nopedíamás. Una vez llegaron al precioso hotel y después de que Antxo les indicara que las esperaría en la puertaparallevarlasalaferia,subieronrápidamentealahabitación,dejaronlasmaletasybajaronal coche.Noqueríanperdersenada. Enlaferia,JudithpudoverqueMüllerteníaunestupendostandconsusproductos.Allísaludóa variaspersonasqueconocíadecuandotrabajabaenMadrid,yéstossesorprendieronalverlaallíen representacióndesumarido. Pocodespués,ytrassaludaratodoslosempleadosdeMüller,Melsefueadarunavueltaporla feriayJudithsepreocupódebuscaraldirector,yaquequeríasaludarlo. Mientrasdabaunpaseoporlaferia,Meldeprontoviounacaraconociday,acercándose,dijo: —¡¿Amaia?! Laaludidasevolvióaloírsunombrey,parpadeando,exclamó: —Ahíva,lahostia,Melania.Pero,tía,¿quéhacesaquí? Rápidamentelasdosmujeresseabrazaroncongustoycomenzaronaahablar. Mientrastanto,Judithhabíaencontradoaldirectordelaferia,elseñorImanolOdriozola,alque sepresentócomolamujerdelseñorZimmerman,eldueñodeMüller.Trashablarconélomitiendo el incidente del año anterior, Judith se encargó de dejarle muy claro lo importante que era para su empresa estar en aquel evento. Aquello le gustó al hombre, y ella enseguida supo que se lo había metidoenelbolsillo. A mediodía, Jud comió un simple sándwich como el resto de los empleados; había ido allí a trabajar. Por la noche, cuando cerraron la feria, el director pasó por el stand de Müller y amablemente invitó a Judith y a Mel a cenar a un precioso restaurante del Casco Viejo, donde degustaronunosincreíblesplatos. Unavezacabadalacena,elhombre,queestabaencantadoconelhechodequelapropiaesposa delsuperjefazohubieraidoalaferiaenrepresentacióndesuempresa,lasacompañóalhotel.Cuando élsemarchó,Judithledijoasuamiga: —CreoquelosproblemasdeMüllerconeldirectordelaferiasehansolucionadodeporvida. Melsonrióy,agarradadesubrazo,afirmó: —Eres una excelente relaciones públicas ¿lo sabías? —Jud rio, y ella añadió—: Eric te va a comerabesoscuandoregreses. Judith dibujó una forzada sonrisa en su rostro. No le había contado nada de lo ocurrido a su amigay,guiñándoleelojo,replicó: —Seguroquesí.Notequepalamenorduda. Duranteunrato,ambashablaronsobrelaferia,hastaqueMeldijo: —¿Sabes?Meheencontradoconunaantiguaamiga. —¿Aquí,enBilbao? Melasintióencantada. —Fue novieta de un primo mío de Asturias, hasta que lo dejó por atontado. Al parecer, trabaja paranoséquélaboratorioyestáenlaferiatambién.Mañanatelapresento,¿vale? —Vale—dijosuamigasonriendo. Al día siguiente, Judith madrugó para ir a la feria, mientras Mel se quedaba un rato más en la cama.Ellairíamástarde. Durantetodoeldía,comomujerdeljefazo,Judatendióatodoaquelqueseacercabaalstandde Müllery,cuandoMelllegó,seencargóderepartirpublicidadalosasistentes.Alasocho,cuandola feriayacerraba,unajovenrubiaseacercóaellas. —Judith—dijoMel—,tepresentoaAmaia. —Eeepa,¿quétal?—soltólarubia,ytrasdarleunpardebesosaJud,añadió—:Vaya...,vaya..., conquetumaridoeseltodopoderosodueñodeMüller... EllaasintióyAmaia,cogiéndolasalasdosdelbrazo,dijo: —Vamos...,osllevodepinchosporBilbao. Durante horas rieron, comieron y bebieron. Si algo se hacía bien en Bilbao era comer. Todo estaba exquisito. La cocina vasca era una maravilla, y tanto Judith como Mel lo disfrutaron de lo lindo. Esanoche,cuandollegaronasuhotel,Amaiacomentóantesdemarcharsealsuyo: —Oye, ¿por qué no os venís conmigo mañana a mi pueblo? —Las chicas la miraron y ella insistió—: He quedado con mi cuadrilla y unos amigos para ir al pueblo de al lado, Elciego, a disfrutardeunmaridajeestelar. —¿Maridajeestelar?—dijoMelriendo—.Pero¿esoquées? Amaiasoltóunarisotaday,congestodeintriga,cuchicheó: —Ah,no...,esonooslodigo,asíospicarálacuriosidadyvendréis. MelyJudithintercambiaronunamirada,yAmaiainsistió: —Venga,veníos.OspodéisquedarenmicasadeElvillaradormir.Allíhaysitiodesobra. Judithsonrió.Parecíabuenaidea,yMel,alverelgestodesuamiga,afirmó: —Deacuerdo,¡nosapuntamos! LastresrieronporaquelloyJudith,animada,dijo: —Vale. Entonces lo mejor será que mañana alquiles un coche y, desde allí, el domingo por la mañananospodemosiraAsturiasparaveratuabuela,¿teparece? —¡Perfecto!—asintióMelfeliz. Esanoche,cuandoMelseestabaduchandoenelhotel,Judithllamóasucasa. Simonarápidamentecogióelteléfonoy,trassaludarlaconcariño,leindicóquelosniñosestaban bien y durmiendo. Cuando le preguntó si quería hablar con Eric, que estaba en el despacho, en un principioJuddudó.¿Deberíahablarconél?Sinembargo,lanecesidadquesentíadeoírsuvozera tangrandequealfinalasintió. Pasadosunossegundos,oyólaroncavozdeEric: —Dime,Judith. Volvíaallamarlaporsunombrecompleto.Sutonoerafríoeimpersonale,intentandodarleesa calidezqueellanecesitabayéllenegaba,Judlosaludó: —Hola,cariño.¿Quétaltodoporahí? —Bien,¿ytú? Ellasuspiró.Ericnoseloibaaponerfácil,yrespondió: —Laferiavaestupendamente,elseñorOdriozolatemandasaludos. Ericasintió.ÉlmismohabíahabladoaquellatardeconImanolOdriozolayéstenohabíaparado dedecirleunayotravezloencantadoraqueerasumujeryelbuentrabajoqueestabahaciendoenla feria. Pero Eric no se lo comentó a Judith. No quería que se sintiera vigilada y se lo pudiera reprochar. Elsilencioseapoderóentoncesdelalíneatelefónica.Estabaclaroquelabrechaentreellosera cadavezmayor,porloqueJudithdijo: —Mañana,cuandoacabeenlaferia,Melyyoiremosconunaamigasuyaaunpuebloque... —¿Aquépueblo? Ellalopensó.Norecordabaelnombre,yrespondió: —Laverdadesqueahoramismonomeacuerdodelnombre... —¿Cómopuedesiraunsitiodelquenorecuerdaselnombre?—gruñóEric. Judith cerró los ojos. Hablar con él no había sido buena idea y, perdiendo parte de su fuerza, murmuró: —Bueno,lociertoesque... —Mira,mejornocontinúes—lacortóélsindejarlaterminar. Cansadadesufrialdad,Judithsesentóenlacama. —Eric,nomegustaestarcontigoasí. —Túlohasprovocado. Ellasuspiró.Elalemánnoseloponíafácil. —Eric, cuando tú viajas y llamas a casa, por muy molesta que yo esté, procuro ser amable contigoy... —Sihasllamadoparadiscutir,nomeapetece.¿Quieresalgomás? SuinsensibilidadlerompióelcorazónaJud. ¿Deverdadnoibaaserniunapizquitaamable? ¿Enserioquenolaañorabatantocomoellaloañorabaaél? Y,singanasdeprolongaraquello,sacudiólacabezaymurmuró: —Sólollamabaparasabercómoestabais.Sóloparaeso.Adiós. Y, sin decir nada más, cortó la comunicación y tiró el teléfono sobre la cama. Lo que no sabía Juditheraque,amuchoskilómetrosdedistancia,unhombrellamadoEricZimmermanmaldecíayse arrepentíaporsufaltadetacto,perosumalditoorgulloleimpedíavolverallamaralamujerque amaba. Alsalirdeladuchayverasuamigacongestopreocupado,Melfuehastaellaylepreguntó: —¿Quéteocurre? Judith,necesitadadehablar,leexplicólaverdad. —Pero¿porquénomehascontadoantesloquepasaba?—preguntóMelmirándolafijamente. Judithseretiróelpelodelacaraysuspiró. —Nolosé.Quizápenséque,sievitabahablardeello,loolvidaríaylascosassesuavizaríanhasta regresaracasa.Pero,despuésdehablarconEric,sientoquetodovademalenpeor.Yanoessólo porFlyn,nolepuedoecharlasculpassóloaél,sino... —Jud, mírame —la cortó Mel cogiéndole las manos—. Si hay una relación entre dos personas queyosiempreheconsideradobuenayverdadera,eslatuyayladeEric.Sinduda,estáispasando porunamalaracha.Todaslasparejasenunmomentodadopasanporello,peroestoyconvencidade quelosuperaréis.Yaveráscomosí. Judithsonrióy,meneandolacabeza,respondió: —QuieroaEricyséqueélmequiereamí,peroúltimamentesomosincapacesdecomunicarnos. —Y si encima hay un cabroncete de niño a vuestro lado dando infinidad de problemas que os sobrepasan,sindudalacosanopuedeiramejor. Judsuspiró,yMel,tratandodeanimarasuamiga,añadió: —Vamos...,veadarteunaducha.Yaveráscomoluegotesientesmejor. Con una triste sonrisa, Judith se levantó, cogió una toalla limpia y, guiñándole un ojo, desapareciótraslapuertadelbaño. Melesperóunossegundosy,cuandooyócorrerelagua,cogiósuteléfonoy,trasmarcar,dijo, conscientedequelatenienteParkernuncalaabandonaría: —Hola,Eric,soyMel.¿Cómoerestanrematadamentegilipollas? 40 Al día siguiente, tras pasar Judith la mañana trabajando en la feria, Amaia y Mel la esperaban a la salidaconlasmaletasenuncochedealquiler. Entrerisasybromas,lastressedirigieronhaciaelpueblodeAmaia,ElvillardeÁlava,mientras lajovenreíacontándolesqueallíhabíaundichoquedecía«ConelvinodeElvillar,beberycallar». Riéndoseestabanporaquellocuandoésta,antesdellegar,tomóundesvíoydijo: —Osvoyaenseñarunacosaquemefascinademipueblo. Mel y Judith sonrieron. Estaban charlando cuando de pronto Amaia paró el coche. Bajaron, y JudithyMel,conunosojoscomoplatos,señalaronalfrente. —Ostras,quépasada—murmuróJudith. —Pero¿estoquées?—preguntóMel. Amaiasonrió.Eraunadelascuriosidadesdelpuebloy,observándolas,dijoconorgullo: —Esundolmeno,comodiríanlosexpertosenlamateria,unmonumentomegalíticofunerario, aunqueaquísehallamadodetodalavidala«Chaboladelahechicera». Boquiabiertasalveraquellotanantiguoyfueradelocomún,laschicasseacercaronaél,yJudith preguntó: —¿Yporquéselellamaasí? Amaiaseencogiódehombrosy,tocandounadelaslegendariaspiedras,respondió: —Segúnmecontabamiabuela,sunombreevocaunaleyendaquelorelacionabaconelhogarde unahechiceraalaqueenlamañanadeSanJuanselaoíacantarypregonar. —Uf...,semehanpuestolospeloscomoescarpias—semofóMel,enseñándoleselbrazo. Judithsuspiróe,inconscientemente,pensóenEric.Aéllehabríaencantadoverytocaraquello. Legustabamucholeerlibrossobreesaclasedemonumentosmegalíticos,yseentristecióalsentir quenopodíacompartirlodescubiertoconél. —LaChaboladelaHechicera—prosiguióAmaia—fuedescubierta,sinomeequivoco,en1935 apesardeseralgoprehistórico,yposteriormentefuerestaurada.—Luego,bajandolavoz,cuchicheó —: También tengo que deciros que muchos de los que vivimos por los alrededores hemos venido aquíaecharalgúnpolvetequeotrosobrelaspiedrasdeldolmen. LaschicasrieronyentoncesAmaiaañadió: —Aunque,poniéndonosserias,osdiréqueesunodelosdólmenesmásimportantesdeEuskadiy el mejor conservado de la zona. Pero si hasta se estudia sobre él en algunas universidades norteamericanas. —Quépasada—murmuróJudithtocandolaspiedras. —Venga,tenéisquevenirparalasfiestasenagosto—afirmóAmaia—.Secelebraunaquelarre, con una representación con un macho cabrío, cabalgata de brujas, títeres, hacemos una gran queimada,ytodoesoseacompañaconlamúsicadelatxalapartayotrosinstrumentos. —Quéchulada.CreoqueaBjörnlegustaría—afirmóMel,tocandolaspintorescaspiedras. Aloírla,Amaiasemofó: —Vayanombrecitomásraroquetienetuchurri... Melsonriódivertidayrespondió: —PuesllámaloBlasito,queescomolollamamiabuela. LacarcajadadeAmaiayJudithnosehizoesperar,ylavascareplicó: —Siesquetuabuela¡eslahostia!¡Cuidadoconelmokordo! MelyJudsemiraron.¿Mokordo?¿Quéeraeso? Alvercómolamiraban,Amaiaseñalóunagrancacadevaca. —Enmitierraaesolollamamos¡mojón!—contestóJudith. —Vayaconversacioncitamáschula,¡¿eh?!—dijoMelriendodivertida. Durantevariosminutos,lastreschicashablaronjuntoaldolmendeunsinfíndediferenciasentre lasdistintascomunidadesautónomas,hastaquelavasca,mirándoseelreloj,dijo: —Creoqueesmejorquenosvayamosoalfinalllegaremostarde. Apenada, Judith miró por última vez aquellas piedras y, tras sacar su móvil, les hizo una foto. AlgúndíalegustaríatenerlaoportunidaddeenseñárselaaEric.Sinduda,legustaríaveraquellugar. Veinte minutos después, descargaron las maletas en casa de Amaia. Mientras sacaba su ropa, JudithvioqueMelhablabaconBjörnporteléfono.Leencantóoírlareírybromearconél.Almenos, aalguienleibabienenelamor. Mirándosealespejo,sequitóelvaqueroquellevabaylacamisaysepusounafaldahippynegra hastalospiesyunacamisetarosafuerte.Comonoteníaganasdepeinarse,serecogióelpeloenuna coleta alta y, probándose la cazadora vaquera para ver cómo quedaba, se miró al espejo, sonrió y murmuróalveralaJudithdeantaño: —¡Sí,señor,éstasoyyo! Una vez las tres muchachas terminaron de vestirse, montaron en el coche de alquiler y se dirigieron a Elciego, un precioso pueblecito que estaba a escasos kilómetros de Elvillar. Allí se encontraron con la cuadrilla de Amaia y unos amigos de éstos y, tras ser presentadas, todos se encaminaronhacialasBodegasValdelana. Al entrar en aquel increíble sitio, Judith lo miró con curiosidad. Como diría su padre, el lugar teníasoleraehistoria.¡Quémaravilla! Minutosdespués,unhombrequereunióalgrupoleshablósobrelahistoriadelasbodegasyles hizounavisitaguiada. Cuandoacabólavisita,todosmontaronensusvehículosparticularesyfueronaladirecciónque elguíaleshabíadado.Allílosaguardabanparacontinuarconlaparticularexperiencia. Al llegar al punto indicado los esperaba un amable enólogo, y con él fueron hasta un impresionantelugarllamadoel«BalcóndelasVariedades»,dondecontinuaronconlavisita. Duranteunrato,todosdisfrutaronpaseandoporlosviñedos,hastallegaraunsitiodondehabía preparadasvariasmesasconmantelesinmaculadamenteblancosysillas. —Quélugarmásbonito—murmuróMelalverlo,yJudithasintió. Losasistentessesentaronentoncesparaverelatardecer. La puesta de sol allí era preciosa y, cuando oscureció y aparecieron poco a poco las estrellas, comenzóaquellodeloqueAmaialeshabíahablado.Elenólogolesexplicóentoncesqueelmaridaje estelarconsistíaenconjugarcincocopasluminosas,cincovinosycincoleyendasdeconstelaciones. EscucharonaaquélhablarlesdecómolascincoestrellasllamadasArturo,Vega,Altair,Polarisy las que configuran la Corona Boreal, además de tener sus increíbles leyendas, habían marcado el mundo de la vid. A continuación, cuando pusieron ante ellos unas copas de luz, todos sonrieron al oírlodecir: —Señoras,señores,apartirdeesteinstante,relájenseydéjensemimarporelvino,lanocheylas estrellas. Aloíreso,JudithmiróconpicardíaasuamigaMelycuchicheó: —Sivesquemepasoconelvino,párame,quenoeslomío;¿deacuerdo? Melasintióy,enconfianza,murmuróguiñándoleelojo: —Lomismodigo. Conlaayudadeunprogramainformático,elenólogocapturólaimagendeaquellasestrellasy las proyectó en una gran pantalla estratégicamente colocada. Con cada estrella, aquél narraba su leyenda,yJudith,alterminardeescucharlahistoriadeVegayAltair,miróemocionadaasuamigay susurró: —Quéhistoriatanbonitaytristealavez.—Melasintió—.PobreVegaypobreAltair.¡Ofú,qué penita! Al ver aquello, Mel le quitó de la mano la copa de vino a su amiga y, mirándola divertida, preguntó: —Judith,¿estásbien? Ellaasintióy,recuperandosucopadevino,murmuróparaquenadielaoyera: —Tranquila.Essóloqueañoroamicabezón. Melsonrió.Sinduda,aellatambiénlehabíallegadoalcorazónlatristehistoriadeAltairyVega y,chocandosucopadeluzconladesuamiga,dijo: —Despeja la mente y, como ha dicho el enólogo, déjate mimar por el vino, la noche y las estrellasyolvídatedelresto,incluidoelcabezón. La joven señora Zimmernan asintió. Su amiga tenía razón. Debía disfrutar de aquella increíble experiencia y olvidarse del resto del mundo. Por lo que, prestando atención a la nueva leyenda, se centróenloquesecontabaenreferenciaalaestrellaArturo.Sinduda,ningunadeaquellasestrellas habíatenidounabuenavida.¡Pobrecillas! 41 Conunacopadevinoenlasmanos,miroelcielo. Hafinalizadolaincreíbleexperienciadelmaridajeestelaryestoyrelajada. Hace fresquito, pero la temperatura es tan agradable que da gusto estar sentada al aire libre disfrutandodelatranquilidadenunanochedelunallenaenestesitiotanespecial. Nuncamehagustadoelvino,quienmeconocesabequeprefierounacoca-colaconhielo,peroel caldodeesasbodegasmehaenamoradoyhastalehepilladosupuntitorico. CreoquemellevarévariasbotellasparaEric.Seguroqueélloapreciamuchomásqueyoy,si mepermite,lecontarélaexperienciatanincreíblequehevividoenelmaridaje. Piensoenmishijosysonrío.Pensarenelloshacequemesientafeliz,aunque,cuandomeacuerdo de Flyn, mi sonrisa se desdibuja. Echo de menos pasar horas con él hablando sobre música o cualquierotracosa.Pero,bueno,lasituacióneslaqueesy,anteeso,pocopuedohaceryohastaque elniñodecidaincluirmedenuevoensuvida,siesquelohace. También pienso en Eric. En mi rubio y grandote alemán. ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Se acordarádemí? UnascarcajadasmedevuelvenalarealidadytengoquereírcuandoveoamiamigaMelmuerta derisaadosmetrosdemíescuchandoloqueunachicadelacuadrilladeAmaiacuenta. —Verdaderamente,ellugaryelvinosonmaravillosos,peroséquetemueresporunacoca-cola conmuchohielo. Encuantooigoeso,mirespiraciónsecorta.No,nopuedeser...Y,dándomelavuelta,recibouna delasmayoressorpresasdemividacuandoveoaescasoscentímetrosdemí,depie,vestidoconun jerseyazulónyunosvaqueros,alhombrequemedaomequitalavida. Ericestáamiladoy,bloquedaporlasorpresa,consigomurmurar: —Pero...pero¿quéhacesaquí? Mialemán,ampliandosusonrisaalvermibuenapredisposición,sesientajuntoamíenlasilla librequehayamiderechay,sinresponderamipregunta,acercasuscálidoslabiosalosmíosyme chupa primero el superior, después el inferior, y me da un mordisquito. A continuación, lo oigo susurrar: —Hevenidoaveramipequeñayapedirledisculpasporsertangilipollas. Ay,quemelocomo,¡ay,quemelocomoooooooooooooooooo! Desde luego, cuando quiere sorprenderme, mi gilipollas particular sabe hacerlo muy bien y, cuandomeveocapazdeabrirlabocaparaarticulardospalabrasseguidas,dice: —Cariño,haycosasquemesiguenenfadandodetodoloquehaocurridoyquetendremosque hablarunavezregresesacasa,peroteníasrazónencuantoalhechodeque,siemprequeyoestoyde viaje y te llamo por teléfono, tú eres mil veces más agradable que yo, por lo que he venido a solucionarlo. Encantadaconloqueheoído,sonrío.Esostontosdetallessonlosquesiempremehanenamorado deEric. —¿Ylosniños?—preguntoentonces. —Encasa.—Y,trasecharunvistazoalreloj,afirma—:Eimaginoquedurmiendoaestashoras. Olvidándome de las personas que están a nuestro alrededor, con deseo agarro el cuello de mi rubialesylobeso.Lodegusto,lodisfrutoy,cuandoporfinsientoquetengoquesepararmedeélolo desnudaréallímismo,pregunto: —¿Cómosabíasdóndelocalizarme? Conunaponzoñosasonrisa,miamormiraendirecciónaMel,yella,alverquelamiramos,nos guiñaunojo. —Tenemosunatenienteconmuymalalechequeanochemehizoverloburroeidiotaqueestaba siendo con mi preciosa mujer —explica Eric—, y una vez colgué, decidí resolverlo. Por eso, esta mañanahehabladoconelpilotodenuestrojety,trasquedarconél,mehallevadohastaBilbao.Allí, tirando de contactos, un amigo que tiene una empresa de helicópteros me ha conseguido un piloto privadoquemehatraídohastaaquíyquemellevarádevueltaaBilbaodentrodetreshorasparaque regreseacasaantesdequelosniñossedespiertenysepanquesupadrehahechoestalocuraporsu madre. —Sonrío..., no lo puedo remediar, y entonces murmura—: Por cierto, ¿sabías que cerca de aquíhayunhelipuerto? Estoymásfelizqueunaperdizy,encantadaconloquecuenta,susurro: —No.Peroconquelosupierastú,mevale. Nos comunicamos con la mirada como siempre hemos hecho y, enamorada, paso la mano con delicadezaporeserostroquetantoamo. —Teechabademenos—digo. Mialemán,porqueesmialemán,aunqueavecesquieraarrancarlelacabeza,sonríe,seacercade nuevoamislabiosyreplicamimoso: —Seguroquetantocomoyoati,micorazón. Comodosimanes,nuestroslabiossesellandenuevo. Oh Dios..., qué placerrrrrrrrrrrrrrr... Entonces, una tosecita a nuestro lado hace que nos separemos,yMel,congestodivertido,dice: —Estoyfelizporvosotros,perolaenvidiamecorroe. Ambosreímosaloírla,yEricmurmuramirándola: —Graciasporlallamadayportuspalabras.Melasmerecía.EncuantoaBjörn,habríavenido,ya losabes,peroestatardeteníaplanesconPeteryKlaus. —Losé,guaperas...,yporesoseloperdono—ríeMel. Felizporsuspalabras,dirijomimiradaamibuenaamigay,guiñándoleunojo,digo: —Gracias. Melríemeneandolacabezayreplica: —Quesepasquemehacostadosudorylágrimasocultartequesabíaqueveníaparaacá. De nuevo, ambas sonreímos, y entonces ella, tras sacarse las llaves del coche del bolsillo delanterodelpantalón,dice: —Aver,tortolitos.Sonlasdoceydiezdelanoche.Amaiayyonosquedaremostomandoalgoen estepuebloconsucuadrilla.¿Hastaquéhoraestarás,Eric? Mialemán,quenosueltamimano,dice: —Hequedadosobrelastresymediadelamadrugadaconelpiloto.¿Nosvemosenelhelipuerto? —¡Perfecto! —afirma Mel. Eric coge las llaves que ella tiene en la mano, y mi amiga, sin soltarlas,nosmirayañade—:Disfrutaddeltiempoqueestéisjuntosynodiscutáis. Miamoryyosonreímos.Loúltimoquequeremosesdiscutir. —Asusórdenes,teniente—diceEriclevantándose—,noperdamosmástiempo. —¡Agur!—gritaAmaiaconunasonrisa. Delamanoyconprisa,michicoyyonosdisponemosasalirdelasincreíblesbodegasy,cuando llegamosalapuerta,Ericsepara,meobservaypregunta: —¿Adóndevamos? Me entra la risa. Ninguno de los dos sabe adónde ir en ese lugar, pero de pronto se me ocurre algoy,quitándolelasllavesdelasmanos,leguiñounojoydigo: —Montaenelcoche.Tevoyallevaraunsitioquetevaaencantar. Mediahoradespués,trasperdermeporlacarreteraquevaaElvillar,cuandoparoantelaChabola de la Hechicera, el monumento megalítico, Eric lo contempla sorprendido y susurra al verlo iluminadoporlaluzdelalunaylosfaros: —Quémaravilla. Fascinada,echoelfrenodemano,apagolaslucesdelcocheysalimosdeél.Alhacerlo,observo quealfondohayotrovehículoaparcadoconlaslucesapagadas.Sonrío.Sinduda,loquehaceneslo mismoqueestoydeseandoyo:¡sexo! Denuevovuelvoamiraramialemán,queestáflipadoanteaquellaspiedras. —Sabíaqueteibaagustar—comentosatisfecha. Con felicidad en la mirada, mi chico agarra mi mano, nos acercamos hasta el dolmen y lo tocamos.Ensilencio,nuestrasmanossepaseanporaquellasmágicaspiedrasmientrasleexplicolas curiosidadesqueAmaianoshacontadohorasantesyEricmeescucha,hastaquesudeseonopuede más,meacercaélymebesa. Unaveznuestroslabiosseseparan,Ericmemiraydice: —No sé qué nos está sucediendo últimamente, pero no quiero que siga pasando. Te quiero. Me quieres.¿Quénosocurre?—Norespondo.Meniegoahacerlo,yentoncesoigoquedice—:Apartir deesteinstante,seréyoquienseocupedeFlyn;iráalpsicólogoy... Resoplo.LoquemenosmeapeteceenestemomentoeshablardeFlyn. —Creoqueesmejorquedejemosesetemaparacuandoestemosencasa—replico—,noseaque digamosalgoquenonosgusteyjorobemoselmomento.Túyyosomosespecialistasenello. Miamorasiente.Hundelosdedosenmimelenaoscura,quetantolegusta,yañade: —Tienesrazón,peroteprometoque... Nolodejocontinuar.Letapolabocaconlamanoydigo: —No, Eric. No prometas cosas que luego en el día a día no puedas cumplir. Si lo haces, si me prometesahoraalgoyluegoloincumples,teloecharéencara,yenestemomentonoquieropensar enello.Ahoranoquieropensarenotracosaquenoseamostúyyo.Noquierohablar.Sóloquiero quememimes,quemebesesyquehagamoselamorcomonecesitamosycomonosgusta. Michicoasiente,pasealoslabiospormifrente,pormicuello,pormismejillasy,cuandoyame tienecardíacaperdida,murmurasoltándomelacoleta: —Deseoconcedido,pequeña. Apartirdeeseinstante,séquetantoélcomoyoperderemoslarazón. Nonosimportaquiénnospuedaverenlaoscuridaddelanoche.Deseosademimarido,apoyola espaldaeneldolmenynosbesamoshastaquesientocómosusgrandesmanossemetenpordebajo demicamisetay,unavezmesacalospechosdelsujetador,loscomienzaatocar. Mi ansiedad crece tan rápidamente como la de él, mientras disfruto de cómo me pellizca los pezonesaltiempoquesulenguaexploramibocaenbuscademipropiodeseo.Acabadoelbeso,con ungestoquemevuelveloca,seponederodillasantemí,mesubelacamisetay,sindudarlo,yollevo mispezoneshastasubocaabierta,quelosespera. Jadeo..., el placer es inmenso mientras siento cómo me los aprieta con los labios para después succionarlos y lamerlos. Extasiada, enredo los dedos entre su rubio cabello y gimo. Gimo de tal maneraquemispropiosgemidosmeexcitanmásymásacadasegundo. Así estamos un buen rato hasta que el aire fresco de la noche hace que tiemble, y mi amor, al darsecuenta,selevantadelsueloymurmuramirándome: —Tedesnudaríaparacomerteentera,perohacefríoynoquieroqueenfermes.—Sonríoantesu preocupación, no lo puedo remediar. Entonces, metiéndome la mano por debajo de la falda, comienzaatocarmelosmuslosydice—:Perotevoyahacerelamory... —Hazlo...—exijodescontroladadesabrochándolelacremalleradelvaquero. Divertido por mi urgencia, me mira y sonríe mientras siento que sus manos llegan hasta mis bragas, las toca, me enloquece, y yo, deseosa de enloquecerlo también a él, meto la mano en el interiordesucalzoncillo. —Oh,Dios...—susurroalsentirsupeneduroyerectopreparadoparamí. —¿Loquieres,pequeña? —Sí...,claroquesí... Ericsemueveymimanosemueveconélcuando,deuntirón,mearrancalasbragas.¡Sí!Alver quesonríodichosa,murmura: —Morenita...,agárrateamicuelloyábretepararecibirme. Como si fuera una pluma, Eric me carga entre sus brazos. La verdad, en momentos así, es un gustazotenerunmaridotanaltoyfornido.¡Meencanta!Milocoamorpuedehaceresoymelohace amí,sóloamí. Estoymordiéndomeellabioinferiorcuandoguíosupenehastamihúmedavaginay,mirándonos conintensidad,Ericseintroducelentaypausadamenteenmímientrasdiceconvozronca: —Cuántotenecesito. Ambos jadeamos al sentir que nuestros cuerpos están del todo anclados el uno en el otro y, cuandoveoqueéltiemblayechalacabezahaciaatrás,exijo: —Mírame,Eric...,mírame. Obedientementehaceloquelepidoy,alverlalocurainstaladaensuspupilas,susurroalsentirsu duropeneenmiinterior: —Tequiero. Conlasmanosalrededordemicuerpo,Ericmemaneja,sehundetodoloquepuedeenmípara quelosdostemblemos.Suscaderassemuevendeadelantehaciaatrásenbuscadelplacermutuo,yyo jadeosabiendoquemisgemidosloexcitanmásymás. De pronto, un ruido hace que mi amor se pare. No se sale de mí, pero observo cómo mira a nuestroalrededorenbuscadelmotivoy,pasadosunossegundos,dicesonriendo: —Hay una pareja escondida observándonos tras el tercer árbol de la derecha. Deben de ser los dueñosdelcochequehayaparcadomásallá. Condisimulo,mirohaciadondeéldice,veoaaquellosobservándonosconmorboy,sonriendo, murmuromientrasechomiscaderashaciadelante: —Puesdémoslesloquedeseanver. Eric ríe. A diferencia de otras parejas, a nosotros las miradas indiscretas no nos importan, al revés,nosexcitan,yproseguimosconello.Conunamanobajomitrasero,Ericmesujeta,mientras conlaotrameprotegelaespaldaparaquenomelaarañeconlapiedradeldolmen. Beso su boca, sus dientes se clavan suavemente en mi labio inferior, y entonces él comienza a bombearconmásfuerzaenmiinterior,altiempoqueyojadeocadavezmásaltoypidomásymás. Nuestros ojos, nuestras bocas y todo nuestro ser conectan como siempre. Aquello no es sólo sexo, aquello que nosotros disfrutamos es placer, cariño, respeto, amor, complicidad. Nuestros cuerposchocanunayotravez,mientrasEricmesujetaconfuerzaentresusbrazosyeldolmeny, cuando el clímax nos llega de una manera brutal, ambos gritamos y liberamos toda la tensión acumuladaennuestrointerior. Apoyados en la piedra, respiramos aceleradamente. Lo que acabamos de hacer es vida para nosotrosy,mirándonos,comenzamosareír.Necesitábamosreír. Pasadosunossegundos,Ericmedejaenelsueloydicedivertido: —Sientohaberterotolasbragas. Nopuedoremediarsoltarunacarcajada,yacontinuacióncuchicheo: —Nolosientas.Noesperabamenosdeti. Estamossinpoderdejardesonreírcomodostontos,yentoncesabromibolsoysacounpaquete deKleenex.Noslimpiamosy,después,guardolospañueloshechosungurruñoenelbolsillodela cazadora.Mástardelostiraréalabasura:hayqueserlimpiayrespetuosaconelmedioambiente. Estoyacalorada,ymeestoydandoaireconlamanocuandomedoycuentadequelaparejaqueha estado observando se mete rápidamente en el coche, arranca y se va. Eso me provoca risa, y cuchicheoalverqueEricobservacómoelcochesealeja: —Menosmalquenovivimosaquí,sino,mañanaseríamoslacomidilladelpueblo. Ambosreímosy,encuantocomienzoarecogermidespeinadopeloenunacoletaalta,Ericme paraymirándomedice: —Meencantatumelena. —Losé. —Te quiero, ¿eso lo sabes también? —murmura volviéndome loca—. Por mucho que discutamos,nuncaloolvides. Conunaponzoñosasonrisa,asientoyrespondoguiñándoleunojo: —Yoteadoro,miamor. Alastresydieznosencaminamoshaciaelhelipuerto.EricdeberegresaraBilbao,dondesujetlo llevaráderegresoaMúnich.Unavezllegamosallí,veoqueAmaiayMelnosesperanhablandocon elpilotodelhelicóptero.Ericdetieneelvehículo,sevuelvehaciamíydice: —Tenedcuidadomañanaconelcoche.CuandolleguesaAsturias,envíameunmensajeparasaber quehabéisllegadobien,¿deacuerdo? Al oír eso, sonrío. El instinto protector de Eric aflora de nuevo y, deseosa de que se marche tranquilo,afirmo: —Teloprometo,cariño...,tendremoscuidadoyteenviaréesemensaje. Ericmebesa.Medevoralabocay,enelmomentoenqueseseparademí,cuchicheadivertido: —Notecreasquemehacegraciadejarteaquí,ymenosaúnsinbragas. Sucomentariomearrancaunasonrisamientrasbajamosdelcocheynosencaminamoscogidos delamanohaciaaquellostres,quenosmiran. Cinco minutos después, tras varios besos y abrazos cargados de amor, observo cómo el helicópterosealejaconelamordemividaensuinterior,yentoncesAmaiamurmura: —Niña,québuengustotienes.¡Menudotiarrón!—Yosonrío,yAmaia,queesunacachonda,me mira divertida y pregunta—: ¿Estás segura de que ese pedazo de tío no es vasco? Porque, que yo sepa,sóloenestastierrashayhombrestanimpresionantes. LastresnosechamosareíryluegonosvamosacasadeAmaia.Tenemosquedescansar. 42 Alasdiezdelamañana,MelyJudithsedespidierondeAmaiaprometiendoqueregresaríanconsus familiasoqueellairíaavisitarlasaAlemania. Acontinuación,lasdosjóvenessepusieronenmarcha.Cogieronlacarreteraquelasllevóhasta Bilbaoy,deallí,hastaSantander.EnTorrelavegapararonparaestirarlaspiernasyfinalmenteMel condujohastallegaraLaIsla,elpueblodesuabuelaenAsturias. UnavezllegaronantelacasonadeCovadonga,laabueladeMel,éstaparóelmotordelvehículo y,mirandoasuamiga,dijo: —Comotedije,hemosllegadoentreshorasymedia. Judithmiróencantadaasualrededor,aquellugareraprecioso.Entonces,lapuertadelacasonase abriódeprontoyunaancianaconlosbrazosenjarrasporquenoesperabavisitagritó: —¡¿Quéye...?!¡Oh! Alverasuabuela,Melsebajódelcocheyexclamó: —Abuela,¡sorpresa! Elgestodelamujersesuavizóalreconocerasunietay,abriendolosbrazos,gritó: —Ay,neñademivida...¡Neña! Felizporverlaemocióndeaquélla,Melcorrióaabrazarlay,cuandolamujerdejódehablarala velocidaddelrayo,ellamiróaJudithylaspresentó: —Abuela, ella es mi amiga Judith. Vive en Múnich como yo y es española. Judith, ella es mi abuelaCovadonga. Lamujerguiñóunojoy,mirandoaJud,quelaobservabadivertida,saludó: —Dameunabrazo,hermosa.Quéalegríatenerteenmicasajuntoamineña. Judithnodudóendarleaquelloquelamujerlepedíay,abrazándola,respondió: —Encantadadeconocerla,Covadonga.Mehanhabladosiempremuybiendeusted. —¿Yquiéntehahabladodemí? —Björn—contestóJudith—.Élletienemuchocariño. Lamujersonrióaloíresenombreymusitó: —Aisss,miBlasito,quéricurademuchacho. Aloíreso,laschicasrieron. —Vamos,entradencasaacomeralgo,quesoisdossacosdehuesines—lesindicólamujer. Judithmiróasuamigadivertidayéstadijo: —Prepárate,quemiabuelaesmuuuyexageradaconlacomida. Traspasaralacasa,lamujerseparóy,mirandoasunieta,preguntó: —¿DóndetedejasteaSamiyaBlasito? —EnMúnich,abuela. —Pero,leches,¿yporquénoloshastraídocontigo? Sinmuchasganasdeexplicarse,Melrespondió: —HevenidoconJudithportrabajoyellossehanquedadoencasa.Temandanmuchosbesos. Lamujercabeceó.Lehabríaencantadoverlos. —Erestanpuñeteracomotupadre,elCeci—cuchicheó. —Abuela...,esCedric...,yalosabes—dijoMelsonriendo—.¿Ysepuedesaberporquésoytan puñeteracomoél? Poniéndosedenuevolasmanosenlascaderas,Covadongamiróasunietayalamorenaquela acompañabaydijo: —¿Porquénomehasllamadoparadecirmequevenías? —Porquequeríadarteunasorpresa. —¿Loves?,¡comoelCeci!Siemprequieresorprenderme. Judithrioyentonceslaancianaañadió: —Puesporquerersorprenderme,casinotengocomidaparavosotras.Simehubierasllamado, podríahaberpreparadounasbuenasfabesounricopoteounosgrelosconpatataso... —Abuela...,notepreocupes.Judithyyonosapañamosconcualquiercosa. Covadongaabrióladespensaeindicó: —Tengohechopitudecaleyayunaspocasjudíasverdes.Tambiénhaybollospreñaos,pastelde cabracho,algodecabralesyfruta;¿tendréisbastante? LaschicasintercambiaronunamiradayJudithdijo: —Másquesuficiente. Rápidamente,lamujersepusomanosalaobrayellasfueronalavarselasmanos,momentoque Judithaprovechóparaenviarunmensajequedecía: YaestoyenAsturias.Tequiero. Segundos después, el teléfono le pitó y ella sonrió al ver una foto en la que estaba Eric con HannahySupermanriendofelicesenlapiscinadelacasa.Elmensajedecía: Tequeremosyteañoramos. JudithsonrióalverasuspequeñinesyaEric.Elloseransuvida,peroseapenóalcomprobarque Flynnoestabaenlafoto.Mel,quesaliódelbañoenesemomento,alverloquesuamigaleenseñaba, sacósumóvilysemofó: —MiralaquemehaenviadoBlasito. AlverlafotodeBjörnyPeterjuntoaSamiportandocoronitasdeprincesas,Judithrio. —Tenemossuerte,¿verdad?—dijo. Comprendiendoloquequeríadecirlesuamiga,Melasintió. —Sí,Jud.Muchasuerte. Cuandofuerondenuevoalacocina,lasdoschicassequedaronasombradasalverlamesaque Covadongaleshabíapreparado. —¿Aquiénmáshasinvitadoacomer,abuela?—comentóMeldivertida. Lamujerdijoapremiándolas: —Sentaosycomed,¡queseenfría! Durante la comida, Mel le contó a su abuela la noticia de su boda y la mujer aplaudió entusiasmada.Quesecasarasunietaeraungraneventoy,aunquerefunfuñócuandoaquéllaledijo quetendríaquecogerunaviónparairaMúnichalenlace,alfinallamujersonrióemocionada. ¡Secasabasuneña! La tarde pasó a toda mecha y, cuando quisieron darse cuenta, ya tenían que marcharse hacia el aeropuerto.Agradecidaporlainesperadavisita,Covadongadijoentregándolesunasbolsas: —Aquílleváisbollospreñaosparalafamilia. —Gracias,hasidounplacerconocerla—dijoJudithabrazándola. —Lomismodigo,hermosa...,lomismodigo. Melmetiólasbolsasenelcochey,abrazandoasuvezalamujer,ledijo: —Nollores,abuela. Covadongasesecólaslagrimillasconelpañueloquesesacódelamangaderechay,mirandoa sunieta,replicó: —Venavermemásamenudoyllorarémenos. Emocionada,Melvolvióaabrazarasuabuelay,trascolmarladebesos,hastaqueéstarioyla llamópesada,leguiñóunojoysemetióenelcoche. Unavezarrancó,miróporelespejoretrovisorconlosojosencharcadosenlágrimas,yJudith, cogiéndoladelmofletemurmuró: —Nollores,neña. Aquellolahizoreír,ycontestó: —Vale,marichocho. EntrerisasllegaronhastaelaeropuertodeAsturias.Allíentregaronelcochealacasadealquiler y,después,seencaminaronhaciaelhangardondeelimpresionantejetprivadodeEricZimmerman lasesperabaparallevarlasdevueltaaAlemania. 43 Tras un recibimiento en casa que me hace tremendamente feliz, el lunes, Eric y yo vamos juntos a Müller.Denuevoparecequevolvemosaestarenlamismasintonía. Nadamásentrarenlaoficina,Mikameesperay,conunagratasonrisa,memiraydice: —Quesepasqueeldirectordelaferiamellamóelviernesymedijoqueerasmaravillosa. Sonriendo,afirmóencantada: —Éltambiénlofue. Durante varios días, todo funciona genial en casa, y me alegro al enterarme de que Flyn está viendoalpsicólogodelcolegio.Porsupuesto,aélnolehacegracia,ymelohacesaber. Ericmeenvíatodoslosdíasvariosmensajescariñososamiteléfonooemailscuandoestamosen laoficina,yesomehaceverqueintentadarmeloquenecesito. Eljueves,cuandosalgodetrabajar,mevoydirectaacasa,quieroestarconmisniñosydisfrutar de su compañía antes de que se vayan al cumpleaños de una amiguita. En cuanto Flyn llega del instituto,voyasaludarloyveoqueEricvieneconél.Esomesorprendey,acercándome,pregunto: —¿Quéhaocurrido? Ericmemiray,unavezelniñosesubeasuhabitaciónsinhablar,dice: —Mehanllamadodelcolegio.Alparecer,hoynuestrohijonoteníaganasdevisitaralpsicólogo. Por suerte, tras hablar con el director y también con su tutor, he conseguido que no le hicieran un nuevoparte. «Nuestro»...,¿hadicho«nuestrohijo»? Porprimeravezenmuchotiempo,cuandoeljodidoniñohacealgomal,nodiceaquellode¡«tu hijo»!Esomegusta.Sinduda,Ericcomienzaadespertarse. No sé qué decir. Por norma, me llaman a mí del instituto y, curiosa por saber por qué lo han llamadoaél,voyapreguntarcuandoEric,quedebedeintuirlo,dice: —Tedijequemeocuparíadeély,paraquitarteestosmarronesdeencima,habléconellosyles dijequeapartirdeahoramellamaranamí. Sorprendidaporesadecisiónqueyonohepedido,pregunto: —¿Porqué? Ericladealacabezayrespondeconfrialdad: —Telodije.Quieroevitarteproblemasati. Deprontosetocalosojos,luegolafrente,yséloquelepasa.Leduelelacabeza. Escaneosusojosyveoelderechomásenrojecidodelonormaly,cuandovoyadeciralgo,élme suelta: —Nomeagobies,Judith. Bueno...,bueno...,bueno...Esosignificaqueeldolordecabezaesconsiderable,odelocontrario lequitaríaimportancia. Intentotranquilizarme,peroenelfondomeasusto.SéquelaenfermedaddeEricesdegenerativa y que eso en cierto modo es normal por la tensión a la que está sometido, pero no puedo evitar asustarme.Cadavezmeparezcomásaélconeltemadelasenfermedades. Ensilencio,loacompañoalacocina,yobservoqueestavez,Ericcogedospastillasdedistintos botes.Unavezselastoma,memiray,antesdequeéldiganada,soyyolaquedice: —Échateunrato,cierralosojosyrelájate. Ericasiente. El que no presente batalla me hace saber lo mal que está y, en el momento en que se va de la cocinayseencierraensudespacho,séquevaadescansar.Losé. Al poco rato Pipa se lleva al pequeño Eric y a Hannah al cumpleaños. Cuando Norbert los acompañaenelcocheySimonasalealjardínconSustoyCalamar,laqueestáapuntodelinfartosoy yo.EstoypreocupadaporEricyenfadadaconFlyn. Pero¿esqueesteniñonosedacuentadenada? Furiosa con él, decido subir a su habitación. Después de llamar, entro, lo reto con la mirada y siseoenvozbaja: —Enfádate conmigo todo lo que quieras y no me hables si no te apetece, pero haz el favor de recordar que a tu padre el estrés le ocasiona terribles dolores de cabeza por su enfermedad en los ojos. Joder, Flyn, ha tenido que tomarse dos pastillas, ¡dos! Pero ¿no eres consciente de su enfermedad? Elcríomemira,memiraymemira,yentoncesañadodesesperada: —Flyn,estoquetedigoesserio,muyserio,ytienesquehacerporentenderlo. Finalmenteasiente.Vaya,porfincomprendealgodeloquedigo. —¿Quéhapasadoenelinstituto?—preguntoacontinuación. Nadamásoírme,sugestocambiaydice: —Túyanoteocupasdemíporquelohacemipadre.Saldemihabitación. Vale,¡volviólachulería! Tratandodehacerlesaberqueloquieroyquenosoyelenemigo,intentohablarconél,peromis palabrascaenensacorotoy,depronto,comienzaachillarmedeunamaneratanatrozquealfinal terminochillándoleyotambiénaél. Pero¿adóndequierellegarestemocoso? Discutimosagritopeladoduranteunbuenratohastaquedeprontolapuertadelahabitaciónse abre,Ericentraconcaradepocosamigosy,mirándome,suelta: —¿Sepuedesaberquéhacesaquí? Esapreguntamepillatandesorpresaquenoséquéresponderley,preocupadaporél,digo: —¿Teencuentrasbien?¿Teduelemenoslacabeza? Miamorasiente.Veoquesuojoestáahoramenosenrojecido. —Judith—diceentonces—,sihedeencargarmeyodeFlyn...,¿quétalsimedejas? Lomiroboquiabierta. —Oye..., oye..., oye..., me parece genial que te ocupes de él, pero creo que yo también puedo hablar,¿oacasocuandoerayolaquemeocupabateprohibíaquehablarasconél? Elcríonosmira.Comosiempre,parecedisfrutarconloqueve. —Paraelmodoenquetehasocupadodeél—siseaEricentonces—,mejorquenolohubieras hecho. Bueno...,¡hastaaquíhemosllegado! ¡Serágilipollasydesagradecido! Y,mirándolo,voyasoltarunademisperlascuandomirubio,quecadasegundosealteramásy más,añade: —Mira, Jud, no quiero discutir contigo. Me duele la cabeza y te voy a pedir, por favor, que a partirdeahora,comosoyyoquiensevaaocupardeél,telimitesaver,oírycallar. Buenooooooooooo...,buenoooooooooooo... Pero¿estegilipollasdequéva?¿Acasopretendequeseaunmonosabio? Y,olvidándomedesusojos,desucabezaydesumalestar,gritoenfadada: —¡¿Cómodices?! Segúndigoeso,medoycuentadequeEricacabadepercatarsedesuerror,peroyo,queyaestoy enplenaebullición,lomiroysiseo: —¿Sabesquétedigo,Eric?¡Queosdenatiyaél! Y,sinmás,salgodelahabitacióndandounportazo. Conelcorazónamil,agarrolasllavesdelcoche,salgodecasaymevoyalcumpleañosdela amiguitademishijos.Necesitopositividad,yencasanolavoyaencontrar. Cuandoregresamos,Pipayyobañamosalospequesylesdamosdecenary,tanprontocomose losllevaadormir,meencierroenelbañodemihabitaciónparadepilarme.Noquieroveranadie. Unratodespués,encuantoEricvieneaavisarmedequelacenaestápreparada,poralucinanteque parezcanotengohambrey,trasgritarlequenovoyacenar,semarcha. Unavezterminodedepilarme,memiroalespejoymurmuro: —¿Quierequeseaunmonosabio?...¡Seráimbécil! Maldigo,mecagoentodasuestirpey,volviendoamirarmealespejo,medigo: —Jud,relájate...,relájate.LosZimmermannovanapodercontigo. Cierrolosojosylohago.Cuentohastadoscientosporquehastaciennotengosuficientey,cuando bajoalacocina,Simonamedice: —Hedejadotucenaenelhorno. Asiento. En lo último que pienso ahora es en cenar pero, al ver que me mira preocupada, respondoconvozcariñosa: —Yaestarde,Simona.Vamos,vete.Norbertteespera. Lamujer,queesladiscreciónpersonalizada,medaunabrazoymurmura: —Cenaalgo.Noesbuenoacostarseconelestómagovacío,ynotepreocupesporelseñor,está bien.Nohavueltoatomarseningunapastilla. Saberesomegustay,unavezsemarcha,salgoalsalónyoigoquelatelevisiónestápuesta. Alentrar,veoaFlynyaEriccalladosviendounaseriedepolicíasquelesencantaydecidono sentarmeconellos.CojolascorreasdeSustoyCalamar,mepongounabrigolargoygruesosobre milargacamisetadealgodón,unasbotas,ymevoyadarunpaseoconellos. Cuando salgo de la parcela camino con mis perros por la urbanización iluminada por bonitas farolas,hastaquerecibounmensajeenelmóvil.EsEric. ¿Dóndeestás? Rápidamenterespondo: PaseandoconSusto yCalamar. Mimóvilnovuelveasonar.Bien.Sehadadoporenterado. Continúomipaseoy,cuandoyaestoycansada,regresoacasa.Laslucesestánapagadas,peroal entrarmeencuentroconEricsentadoalpiedelaescalera. —¿Porquénomehasavisadodequesalías?—pregunta. Loquiero,juroqueloquiero.Peroestoytanenfadadaconélporcómomehahabladodelantede Flynque,mirándolo,respondomientrasmequitoelabrigoylasbotas: —Mira,cariño,mealegrasaberqueyanoteduelelacabezayestásmejor,peroestoycalentitay algo retorcidita por lo que ha pasado y, la verdad, no quiero discutir porque hoy prefiero ser un monosabio. Ya sabes, alguien que sólo ve, oye y calla. Por tanto, ¿qué te parece si te vas a la habitaciónadescansarymedejasenpaz? Segúnlodigo,medoycuentadelachuleríajerezanaquehepuesto.Ericmemira...,memirayme miray,finalmente,asienteydicemientrassubeabatidolaescalera: —Deacuerdo,Jud.Soyconscientedequehemetidolapataconmisdesafortunadoscomentarios yahoratúmandas. ¿Queyomando?¡¿Queyomando?! Pero¿nomehadichoquequierequeseaunmonosabio? Joder...,joder...,joder...,quémalalechemeentraeneseinstante. Sin duda, él está ya en plan conciliador, pero yo no. Me van a volver loca entre el puñetero alemányelpuñeterocoreanoalemány,singanasdepensarenello,voyalacocina.Mepreparoun sándwich,cojounacoca-colaymeencaminohaciaelsalón,donderápidamentemeenganchoaver unapelícula. Sobre las doce de la noche me entra sed. Me levanto, voy a la cocina y, al abrir la nevera, mis ojosvenunabotellitaconpegatinasrosaalfondodelenormefrigoríficoamericano.Duranteunos minutos,lamiro—¿laabro?,¿nolaabro?—y,alfinal,cogiéndola,murmuro: —¡Quénarices! Conlabotellaenlamano,mesientoenunasilladelacocina,laabroy,sindudarloyamorro, doyunprimertrago. —Mmm...,quéfresquitoestá—digo. Sinpoderevitarlo,recuerdolaprimeravezqueprobéesabebida,ysemedibujaunasonrisa.Eric mehabíallevadoalMoroccio.Doyunsegundotrago,unterceroy,cuandovoyporelsextotrago, ríoymurmuro: —¡Brindoporlotontoqueeres,EricZimmerman! Sinsoltarlabotella,salgodelacocinayregresodenuevoalsalón.Unavezcierrolaspuertas paranomolestaranadie,aoscurasmetiroenelsillónybuscoentrelostropecientosmilcanalesque tenemosparaquedarmeviendoundocumentalsobreaves. SimihijaHannahloviera,diría«¡Pipis!¡Pipis!». Sigoviendoelprogramamientraslabotelladepegatinasrosallenapocoapocomiestómago. Cuandoeldocumentaldeavestermina,comienzaotrodehipopótamosy,después,unprogramadeun veterinarioyloscasosqueselepresentan. Deprontosaleunaimagendeunamamápatoseguidaporsuspatitos.¡Quémonos! Esomehacesonreír,hastaqueveoqueestáncruzandounacarreterapordondepasaunrallyde coches.Conelcorazónencogido,observocómounvehículoseacercayarrollaalúltimopatitodela fila.Unavezhapasadoelcoche,alguiencorreaauxiliaralpatito.Apartirdeesemomentoentraen acción el veterinario pero, por desgracia, el animal muere y yo, sin poder remediarlo, me echo a llorarcomounamagdalena. ¿Porquéhatenidoqueocurriralgoasí? Elpobrepatitosóloibatrassumadreysushermanos.¿Porquéhatenidoquemorir? Estoysollozandoalvercómolamamápatodavueltasymásvueltas.Noentiendenada,comoyo noentiendoporquéahorasoylamadrastradeFlyn,yentoncesoigoamiespalda: —¿Quéteocurre,Jud? Aunque no mire, sé que es Eric y, sin soltar la botella que tengo en la mano derecha, balbuceo hechaunmardelágrimas: —Elpato... —¡¿Qué?! —Ay,Eric—insistoseñalandoeltelevisorconelpelosobrelacaraylosojoscongestionados—, elpatitocruzabaporunacarreteratrassumadreysushermanosy...ylohanatropellado. Ericseponeencuclillasamilado,veoquemiraeltelevisor,despuésmequitalabotelladelas manosy,alcomprobarquesóloquedaunculín,dice: —Nomeextrañaquelloresporunpato. —Pobrecillo...,pobreanimalito. —Estáshelada,cariño. —¿Porqué?¿Porquéhatenidoqueocurrirleesoalpato?—insisto—.Elpobresólocruzabacon su madre y sus hermanos por la carretera, ¡qué injusticia! —Y, quitándole la botella a Eric de las manos,doyunúltimotragoymurmuro—:Ofú,miarma...,creoqueestoyalgoborracha. SientoqueEricsonríeyentonceslooigodecir: —Anda...,¡algoborracha!Levanta,quetellevoalacama. ¿Cama?¿Mellevaalacama? Ah,no...,esosíqueno.Estoyenfadadaconély,mirándolo,siseo: —Niseteocurratocarmeoseducirme,¡listillo!—y,antesdequeresponda,lerecuerdo—:Quete quede claro que no estoy lo suficientemente borracha como para no recordar lo gilipollas que has sidoestatardeconmigoantetuniñoFlynyquemehasdichoquequieresqueseaunmonosabio.Que sólovea,oigaycalle. Ericnocontesta.Ahorahesidoyolaquehadichoaquellode«tuniño». Memiraysusojosmetransmitenquesabequetengorazóny,sindejarlocontestar,metiroasus brazos. Le doy un coscorrón por mi efusividad y, juntos, caemos sobre la alfombra. Ambos nos tocamoslafrente.Menudomelonazonoshemosdado. Ericprotestaconlamanoenlacabeza: —A ti no hay quien te entienda. Tan pronto me dices que no te toque, ni te seduzca, como te abalanzassobremí. Vale.Tienemásrazónqueunsanto.Amínohayquienmeentienda. Peroesqueahoralodeseoy,sindejarlocontinuarconsusquejas,acercomibocaalasuya,lo beso,lodevoro,melocomo.Labotellitadepegatinasrosa,ademásdehacermellorarporelpato, mehacequererotrascosas,ylasquiero¡ya! Eric responde rápidamente. Se apunta al momento besazo de la noche y, cuando me quito la camisetaymequedosóloconlasbragas,murmura: —Cariño,estamosenelsalón... —Meimportaunpepinodóndeestemos. Veoquemicontestaciónlohacesonreír. —Pequeña...,podríaentrarcualquiera. Peroamíesomedaigual.¡Queentrequienquiera! —¿Teduelelacabeza?—preguntoacontinuación. —No,yano. ¡Bien! Me alegra saberlo, porque lo necesito, lo deseo y lo voy a hacer mío allí mismo. Y, sin dejarlodecirnadamás,vuelvoabesarloparademostrarlemiardor,miapetitoymiimpaciencia. Uf,¡quécalentitaestoy! Rápidamente,pillamimensaje.¡Quélistoescuandoquieremialemán! Susmanosrecorrenconlujuriamiespalda.Surespiraciónseaceleracomolamía.Susdedosse clavanalllegaramicinturay,cuandosientoquebajalamanohastamitrasero,séloquevaahacer. Lomiro.Seloexijoconlamiradaporquelodeseocontodasmisfuerzas. Sinhacersederogar,Eric,esehombreimpetuosoalqueadoroaunqueenocasioneslomataría, agarramisbragasy,deuntirónsecoycontundente,melasrompe. —¡Sí!—jadeoapasionada. —¿Estoeraloquequerías? Asiento...,asiento...yañado: —Sí.Quieroesoymás. Nuestras bocas vuelven a encontrarse mientras yo muy... muy caliente por el morbo que todo aquellomecausa,memuevosobremimarido.Segundoasegundo,soyconscientedequelotengoa mimerced,dequeeneseinstanteharácualquiercosaqueyolepiday,separandosubocadelamía, sonríoconmalicia,introduzcolamanoentrenuestroscuerposy,sacandosuduropenedelinterior delpantalónnegrodepijama,exijo: —Mírame... Eric lo hace. Eric obedece. Eric se somete. Y, mientras clava sus increíbles ojos claros en la oscuridaddelosmíos,comienzoaintroducirsumiembroenmivaginamientrasdigo: —Odiocuandotecomportascomountiranoconmigo,pero... —Cariño... Nolodejohablar.Conmimanolibre,letapolabocayprosigo: —Peroenesteinstante,enestesegundo,enestemomento,mandoyo.Eresmío...,soytudueñay voy a disfrutar de ti, aunque mañana, cuando vuelvas a comportarte como un gilipollas, me arrepienta. Su mirada llena de lujuria y deseo aviva mi creciente locura y, al ver cómo le tiembla el labio inferiorporloqueestáoyendo,porloquelepropongo,sientoquetengorazón.Ericesmío.Esmi gilipollasparticular,yesonadielovaacambiar. Con su pene totalmente en mi interior y sentada a horcajadas sobre él, lo miro. Mi amor está tumbado en el suelo a la espera de mis caprichos y, moviendo las caderas de adelante hacia atrás comoséquelegusta,notoquesearquea. —¿Tevasacorrerparamí,corazón?—preguntoparando—.¿Sóloparamí? —Sí—gruñeembravecidopormilujuria. ContinúomoviendolascaderasyEricenloquece. No me detengo. Sigo de adelante hacia atrás con suaves y medidos movimientos —¡joder, qué gustazo!—y,cuandolosientotemblarypalpitar,murmuro: —Hazmesabercuántodisfrutas.Sedúcemecontusjadeosytalveztedejellegaralclímax. Acadapalabraquedigo,miamorvibrayseexcitamásymás,yyomesientopoderosa,además de un poco pedo, ¡todo hay que decirlo!... Sin embargo, me gusta la sensación que aquello me provoca,ypregunto: —¿Teexcitaloquedigoyhago? Élabrelabocapararesponder,peroeltemblordesucuerponolodeja,einsisto: —¿Verdad? —Sí...Sí,pequeña. Sonríoconlujuriaymimentepiensa:«España,1-Alemania,0». Y,dispuestaameterleunabuenagoleadaquenoolvideenmuchotiempo,musito: —Notecorreráshastaqueyotelopermita. El jadeo de frustración de Eric al oírme me enloquece, me perturba, me chifla, mientras su cuerpotiemblabajoelmíoysumirada,sometidaamiscaprichos,noabandonalamía. —Hoytuplacerquedasupeditadoalmío.Soylamonaegoístayyomando. —Jud... —Sólopodrásllegaralorgasmocuandoyotelopermita.¿Entendido? Su rostro, su precioso rostro, refleja su placer y su frustración mientras se muerde el labio inferior. Eric, mi loco amor, necesita llegar al clímax, ansía derramar su simiente en mi interior, peroloestáretrasandopormí.Loestáretrasandopormí. Dios...,¡cómomegustasaberlo! En un tono plagado de erotismo, hablo de nuestras experiencias. Le recuerdo momentos morbososconotroshombresylesusurroamediavozeldíaqueenMéxicomeatóalacruz.Durante varios minutos lo martirizo, lo vuelvo loco mientras disfruto del placer que su pene me ocasiona, peroelritmodenuestroscuerposinevitablementeseacelera,ymiplacerconél. Susjadeossevuelvenmásruidosos,losmíosmásescandalosos.Vamosadespertaratodalacasa y,cuandosientoquevoyaexplotaryentiendoquenopuedoexigirlequeloretraseniunsegundo más,murmuro: —Y ahora, a pesar de lo enfadada que estoy contigo por lo que ha ocurrido hoy, quiero ese orgasmo,yloquiero¡ya! Endécimasdesegundo,Ericposalasmanosenmitraseroyseclavahastaelfondoenmiinterior parapartirmeendos,mientrasnosestremecemosporeltsunamiqueasolanuestroscalientescuerpos. —Sí...,así—jadeoalsentirlosespasmosdemivagina. Ericsecontraeymeempaladenuevototalmenteenél.Repiteesotresvecesmáshastaquenos arqueamos y, con unos broncos gemidos que contenemos para no despertar a toda la casa, nos dejamosir,mientrasnuestrasmentesvuelanporelplacerynuestroscuerposseencuentranunavez más. Agotada,caigosobreelcuerpodemiamor.DemiEric.Demirubioalemán. Adiferenciademí,queestoycompletamentedesnuda,élestávestido.Sientoquesusbrazosme aprisionancontraél.Meacuna.Mebesaenlafrenteyyocierrolosojosextasiadacuandolooigo murmurar: —¿Noquieresqueabraotrabotellitadepegatinasrosa? Sonrío,¡serápetardo!Y,sinmirarlo,susurroalrecordarloenfadadaqueestoyconél: —Teodio,EricZimmerman. Entoncessientoquemiamorsonríey,besandomifrente,afirma: —Puesyotequieroconlocura,señoritaFlores. 44 Elmiércoles,despuésdedejaralapequeñaSamienelcolegio,Melestabaabriendolapuertadesu cochecuandooyóquealguiendecía: —Buenosdías,Melania. AldarselavueltaseencontródirectamenteconGilbertHeine.Conscientedeque,sielabogado estabaallíeraporquequeríaalgodeella,losaludó: —Hombre,Gilbert,¿cómotúporaquí? Sonriendoporsudescaro,élseacercóycuchicheó: —Querida,creoquetúyyotenemosquehablar. Alversuexpresión,Melsupoquenopodíaesperarnadabuenodeaquelloy,mirándolo,dijo: —Túdirás. Entonces,sinelmenorescrúpulo,elhombrelesoltó: —Tu futuro marido lleva años intentando formar parte de mi bufete. Su sueño siempre ha sido leer en el cartel: «Heine, Dujson, Hoffmann y Asociados». Y, si tú eres inteligente como creo que eres,noloestropearás. Mel,quenopodíacreerloqueestabaoyendo,preguntó: —¿Aquévieneeso? Gilbertsonrióconmaliciayrespondió: —JohanmehacomentadoloocurridoconLouisey,apesardequemimujerte... Incrédulayenfadadaporloentrometidosqueeranaquéllosenrelaciónconaqueltema,queella nohabíavueltoamencionar,gruñó: —Mira,¡hastaaquíhemosllegado!¿Queréisdejartodosdemeterosenmivida?Louisemecontó lo que le ocurría y yo simplemente le di mi opinión. Pero ¿de qué vais? ¿Acaso ella no puede contarmeloqueledélagana? Sinperderlospapeles,elhombrereplicó: —¿Sabes?Björneselperfectocandidatoparamibufete,exceptoporsumalasuerte. —¿Malasuerte? Gilbertlamiróy,asintiendo,cuchicheó: —Entre el hijo que le ha salido de debajo de las piedras y estar con una problemática madre solteraquebebecervezaylepermiteasumaleducadahijaqueinsultea... —¡Parahablardemihijatendrásquelavartelabocaantes!—locortóMelfuriosa. —¿CreesqueBjörnesunhombreconsuerte?—preguntóélsindespeinarse—.Porqueyonolo creo.Sóloloseríasidesaparecierasdesuvida,yaqueestoyconvencidodequenuncavasadarla tallaparaserlamujerdeBjörnHoffmann. Mel estaba furiosa al oír lo que aquel hombre decía. Deseaba decir cosas terribles, pero se contuvopornoperjudicarmásaBjörnyfinalmenterespondió: —Escucha,podéisirosalamierdatúytubufete.Pero¿quiéntehascreídoqueeres?Unacosaes queBjörnquieratrabajarconvosotrosyotramuydiferentequetútengasque... —Porcierto,noteconvieneserdetenidaporprostitución—lacortóél—.Esedetallitotampoco lobeneficia. Al oírlo decir eso, Mel iba a protestar, pero él montó en su vehículo y se marchó dejándola boquiabiertayfuriosa. Durante varios minutos, no supo qué hacer, hasta que cogió su móvil y marcó el número de Björn. —Hola,preciosa—contestóél. Sutonodevoz...Sualegríaledolióenelalma,ydijo: —Björn,esedesgraciadodeGilberthavenidoalapuertadelcolegioy... —Por el amor de Dios, Mel, ¿quieres hacer el favor de dejar de insultar a las personas por el simple hecho de que no te caigan bien? —Y, sin dejarla hablar, siseó—: Mira, Mel, estoy con mi padreyconPeterynotengotiempoparadiscutircontigo. Laextenientetomóairey,singanasdemontarunnumeritoapesardelofuriosaqueestaba,dijo antesdecolgar: —Vetealamierda.Yahablaremos. Luego, encabritada, subió a su coche. Durante un rato pensó en lo ocurrido, en las cosas desagradables que Gilbert Heine le había dicho y, necesitada de hablar con alguien que le diera fuerzasyquelaentendiera,llamóaJudith: —¿Dóndeestás? —Enlaoficina—respondiósuamiga—.¿Ocurrealgo? Melmiróasualrededorypreguntó: —¿Puedoiraverte? —Porsupuesto,ysimetraesunfrapuchinodechocolateblanco,¡tecomoabesos!—Alverque suamiganoreíaaloíreso,añadió—:Oye,¿quépasa? Comonoqueríaangustiarla,Melrespondió: —Tranquila.Sóloquierocomentartealgo. —Ok.Aquíteespero. Cuandocolgó,Melarrancóelmotorysemarchó. Mediahoradespués,trasestacionarsucocheenunparking,pasóporelStarbucksmáscercano, compródosfrapuchinosysubióaldespachodesuamiga.Necesitabahablarconella. CuandoJudlavioaparecer,selevantódesusillay,sonriendo,dijomientrasabríalosbrazos: —Ymetraesdeverdadelfrapuchinodechocolateblanco,¡tequiero...,tequiero! Melsonrióporsuefusividad.Juditherapuravitalidady,trasdarleunbesoaaquélla,quelehabía arrebatadoelvasodelasmanos,sesentóenunasillaydijo: —Tengounproblema. Judith, que sacaba con cuidado un poco de nata con la pajita verde, se la metió en la boca y, omitiendolosproblemasqueellatenía,dijo: —Dios...,asínuncavoyaadelgazar,peroestátanricalanata...—Luegosesentójuntoasuamiga ypreguntó—:Muybien.Dime,¿quépasa? Laextenientediountragoasubebiday,sinesperarunsegundomás,lecontóloocurridoaJud, quepasódelasorpresaalaincredulidady,deahí,alaindignación. —Pero¿esetíoesidiotaoqué?¿Nolohasmandadoalamierda? —Sí,ydespuéshemandadoalamierdaaBjörn. Judithlamirósorprendidayseapresuróaañadir: —TienesquecontarletodoestoaBjörn. —Loheintentado,Jud.Perocadavezquemencionoalgodeesebufete,selíaynomedejahablar. Yonosoportoaesagente,yBjörnnosoportasaberlo. Cogiendoelteléfono,Judithlamiróydijo: —Ahoramismolollamamosyselocuentastodopuntoporpunto.Estonopuedecontinuarasí. Melcerrólosojosuninstante,lequitóasuamigaelteléfonodelasmanosyreplicó: —Ahora no, Jud. Está con Peter y su padre, y no creo que sea el momento. Además, pronto tendremoslafiestadecompromisoy,silecuentoesto,selaestropearé. —Pero,Mel...,esetipoes... —Esundesgraciado—lacortóella—.PeroahoranopuedohablarconBjörny,porsupuesto,ni unapalabraaEric;¿meloprometes? Judsuspiróy,alverlacaraseriadesuamiga,finalmentedijo: —Teloprometo.PerocomoestosevayademadreynoselocuentesaBjörn,tejuroqueselo contaréyo. Aquellamañana,cuandoMelsaliódelasoficinasdeMüller,sefuedirectamenteasucasay,al entraryoírrisas,sedirigióhaciaelsalón,dondeseencontróconBjörnyPeter.Verlafelicidaden susrostroshizoquesesintieramal.Sihablabaahorasobreloqueocurríaconaquéllos,todoibaa cambiar,porloque,suspirando,decidiódejareltemaparaotrodía. Durante varios minutos los observó jugar desde el sofá con unos mandos delante de la tele y, cuandosupoquepodíacontrolarlavoz,dijo: —Perobueno,¿túnotienesquetrabajarytúnotienesqueestudiar? Aloírla,Petersecalló,yBjörnparóeljuegoyselevantó. —Hola,cariño—dijo—.EstamañanaPeteryyohemosidoadesayunarconmipadreydespués lostreshemosidoaunaentrevistaenuninstituto. —¿Y?—preguntóella. Elmuchachoibaaresponder,peroBjörnlepidióunsegundo,llevóaMelaparteypreguntó: —Antesderesponderaeso,¿porquéestabasdetanmalalecheestamañanaydóndehasvistoa Gilbert?Porcierto,teniente,odioquemecuelguescomolohashecho,ymássiencimamemandasa dondemehasmandado. Durante unos segundos, ella calibró su respuesta. Tenía que contarle lo que ocurría. Debía ser sincera con él en relación con el acoso que estaba sufriendo por algo que un día Louise le había comentado.Pero,incapazdehacerlo,respondiócambiandoelgesto: —ViaGilbertenelcolegiodeSami.Porcierto,medieronsaludosparati. —¿Ytumalaleche? —Untipomehizounapirulaconelcoche.Sóloeraeso. Björnlamiróalosojos.Intentóleerloqueéstosqueríandecirle,peronoteníaganasdeponeren dudaloqueellalecontaba,asíqueasintióy,volviendoasonreír,dijomientrasseacercabaconella denuevohastaPeter: —Comotedecía,hemosidoauninstitutoqueaPeterlehagustadobastante,¿verdad,campeón? ConunasonrisaquedescongelaríaelPoloNorte,elmuchachoasintióyafirmóemocionado: —¡Quépasadadeinstituto!Hastatienenunportátilparacadaalumno.Nocomoenelmío,enel quehayunoyviejoparatodalaclase. Melsonrió.Sinduda,loquePeterdecíaeraverdady,tocándoleelpeloconternura,indicó: —Sóloqueremoslomejorparati,cariño,ysiesecolegiotegusta,intentaremosportodoslos mediosquepuedasirallí. PeteryBjörnsemirarony,traschocarselamano,elabogadodijo: —Porcierto,luegohemosidodecomprasytehecompradoeliPhone6quequerías,¡caprichosa! Encantada, Mel aplaudió al ver la cajita de su nuevo iPhone 6 sobre la mesita. Por fin podría aparcarelviejomóvilquehabíatenidoquerescatardesdequeelsuyoacabódentrodeunajarra. —TambiénlehecompradoaPeterunportátilenlatiendademiamigoMichael.Casualmente,allí tenían puesto este juego en uno de sus ordenadores, los dos hemos comenzado a jugar y lo he compradotambién.¡Noveasquépasada! Divertida, y obviando lo ocurrido aquella mañana, Mel lo miró y, como si fuera la madre de aquelgigantedeojosazulesypelonegro,preguntó: —¿Ytúnoteníastrabajo? Conunapícarasonrisa,BjörnvolvióasentarseconPetery,dirigiéndoseaella,respondió: —Teníaunpardevisitasqueatender,peroAidansehaencargadodeellas.Noeranimportantes. Laextenienteasintió.Sinduda,PeterleestabacambiandolavidaaBjörny,felizdequeasífuera, sesentóentreellosdosy,mirándolos,afirmó: —Muybien,listillos.Quierojugar.¿Aquiénmachacoprimero? 45 MelyBjörnestánfelicesporsufiestadecompromiso,yyoloestoytambiénporellos. Esta mañana, tras hablar con Mel por teléfono durante casi una hora, hemos decidido que los niñossequedenenmicasa.Eslomejor.PipayBealoscuidarán. TraslanochedelabotelladelaspegatinasrosanohevueltoadiscutirconEric,peroyanome voyaengañarmás:soylamonasabia.Soyconscientedequeennuestracasasecuecealgoy,eldía queexplote,noséquiénsevaasalvar. Cuando Mel aparece con Bea, que se encargará de cuidar a Sami esa noche en mi casa, y con Peter,Flyn,queyahasidoavisadoporEric,bajaarecibirlo. Sindecirnada,observocómoSami,despuésdedarnosunbesoamimaridoyamí,corretrasel pequeñoEric,ytambiéncómoFlynnosemueveymiraaPeterconcuriosidad. —YésteesFlyn—oigoquelediceMelaPeter—.Ambostenéismásomenoslamismaedad,y seguroquepodéishablardemilcosas. Losdosadolescentesasientenconlacabezaynodicennada. Yonoabrolabocaysóloesperoquemijodidohijosepacomportarseconelmuchacho. Eric,queestájuntoaMel,alverqueFlynnodicenada,miraaSimonaeindica: —Peterpuededormirestanocheenlahabitacióndeinvitados,¿estápreparada? —Sí, señor —dice la mujer sonriendo y, acercándose al chico, murmura—: Bienvenido, Peter, soySimona.Siquierescualquiercosa,sólotienesquepedirla,¿deacuerdo? —Loharé,señora.Gracias—respondeelcrío. LaeducacióndePeteresexquisita. Veraesemuchacho,alquelehafaltadodetodo,mehacedarmecuentaunavezmásdequenoes necesario criarse en una familia con dinero para ser educado. Sin duda, Peter es un gran ejemplo. OjaláFlyntomaranota. —¿YBjörn?—pregunto. Melseretiraelpelodelacarayrespondeconpicardía: —Sehaidoparaelrestaurante.Habíainvitadosquellegabanpronto. ConociendoaBjörn,seguroquelacenaserádelasbuenasy,cuandovoyacontestar,oigoque Ericdice: —Flyn,aPeterlegustanmucholosordenadores,ymeconstaquejuegaalosmismosjuegosque tú. LosdosadolescentesintercambianunamiradayFlynpregunta: —¿Juegasa«LeagueofLegends»? —Sí. —¿Ya«WorldofWarcraft»? Petersacasuportátilnuevodelamochilayafirma: —Enéstesoymuybueno.¿Ytú? Flynsonríe.Comosiempre,versusonrisamehinchaelcorazón.Acontinuación,cuandolosdos subencorriendoporlaescalera,Ericdice: —Noosacostéismuytarde. —Vale,papá—respondeFlyn. Mel, Eric, Simona y yo nos miramos y sonreímos. ¿Qué tendrán esos juegos, que hermanan a desconocidos? Trasbesuquearalospequeños,queestánenlapiscinaconPipayBea,nosmarchamos.Tenemos unagrannochepordelante. Cuandollegamosalrestaurantenosencontramosconvariosamigos,peromisubidónesmáximo enelmomentoenqueoigodeciramiespalda: —¡Sorpresa! AlvolvermemeencuentroconFridayAndrés.Alverlos,gritoenloquecidaycorroaabrazarlos: Decirquelosquiero¡esquedarsecorto!Y,cuandoporfinconsigocalmarme,pregunto: —¿YGlen? Sonriendoysinsoltarmelamano,Fridaresponde: —Sehaquedadoencasademispadres. Losvuelvoaabrazar.Estoyemocionadaportenerlosallíconnosotros.Paramí,ellossondela familia como Mel y Björn. Amigos que conocí de manera extraña y que al principio me escandalizaronconsucomportamiento,peroparamísonespeciales.Muyespeciales. Agarradadesufuturomarido,MelhablaconEricyAndrés,peroentoncesobservoquesugesto cambia.MeapresuroamirarhacialapuertayveoentraraGilbertHeineyasumujerjuntoaotros tipostrajeadosquepresupongoquesonabogados. Rápidamente, camino hacia mi amiga y me pongo a su lado. Sé lo que piensa, pero Björn, sin perdersusonrisa,vaasaludaralosreciénllegados. —¿Quéhaceesapandilladeidiotasaquí?—cuchicheo. —Nolosé.Björnnomedijoquevendrían—respondeMel. Instantesdespués,Björnseacercahastanosotrasconaquéllosy,mirandoaMel,anuncia: —Cariño,Gilbert,Heidiyotrosasociadoshanllegado. Observocómomiamigacambiaelgestoporunafalsasonrisay,trasbesarlosconcordialidad, dice: —Graciasporvenir. —Nonoslopodíamosperder—afirmaGilbertconunasonrisaderata. —Unfuturoenlaceessiempremotivodefelicidad—añadelaperradeHeidi. Gilbert,queveoquetieneelbrazosobreelhombrodeBjörn,diceentonces: —Y nosotros estamos felices de estar invitados a un acontecimiento tan especial como lo es la fiestaporelenlacedelque,¿quiénsabe?,podríasernuestropróximosociomayoritario. —Eso,¿quiénsabe?...—repiteDujson,elotroabogado,entrandoporlapuerta. AMelselecortalarespiracióncuandoGilbertlamiray,guiñándoleelojo,añade: —Björn,eresunodelosmejoresy,laverdad,Gilbert,Dujson,HoffmannyAsociadosesunbuen nombre,¿noteparece? Björnsonríe,agarraaMelporlacinturayafirmamientraséstalomira: —Sinduda,suenamuybien,¿verdad,cariño? Mel,queséquetieneganasdearmarlamarimorena,sonríetambiénycontesta: —Sí,cielo,suenamuybien. Dichoesto,veoqueBjörnlepresentaaaquéllosaEricyaAndrés,yMel,disculpándose,mecoge de la mano y vamos las dos al baño. Una vez entramos y me cercioro de que no hay nadie más, murmuroalverlopálidaqueestámiamiga: —Respiraynodejesqueeseasquerosoteestropeeestemomentotanbonito. Melasiente,seechaaguaenlanucay,conseguridad,dice: —Tienesrazón.Yopuedoconello.Volvamosalacena. Diezminutosdespués,cuandoveoqueMelestádisfrutandodenuevodesufiesta,Fridaseacerca amíycuchichea: —Aún no me lo puedo creer: el guaperas de Björn, ¡padre de un adolescente y una pequeña, y encimaahorasevaacasar! Sucomentariomeprovocarisa,yrespondoobviandoaPeter: —El guaperas ha encontrado a la mujer que necesita a su lado. Y sólo te diré que, si por él hubierasido,yasehabríacasadohacemásdeunaño,peroMellofrenó. Fridaabrelosojossorprendida. —Créetelo—digo—.Esasí. Fridasonríe,miraaMelyésta,alverquelamiramos,seacercaanosotrasymurmura: —Señoras,mepitanlosoídos.¿Quéhabláisdemí? Fridayyosoltamosunacarcajada,yluegoéstaresponde: —SimplementedecíaqueestoysorprendiadequeBjörnfinalmentepaseporlavicaría. Melasientey,sinperdersubuenhumor,cuchichea: —Puesdeberíassorprendertemásdequelaquevayaapasarseayo.Dehecho,cuandollaméami madreparadecírselo,loprimeroquemepreguntófue:«¿Quéhasbebido,Melanie?».—Denuevo, todas reímos, y después Mel añade encantada—: La verdad es que Björn tiene todo lo que siempre busquéenunhombre. En ese instante, el camarero nos indica que el salón está preparado. Björn busca a Mel con la miradayella,trasguiñarnosunojo,seva. —¡Meencanta!—murmuraFrida. Asiento,Melesunamordechica. —Pues,cuantomáslaconozcas,másteencantará—afirmo—.Yaloverás. Fridaasientey,sinmovernosdedondeestamos,pregunta: —¿Melytúalgunavez...? Alentenderaquéserefiere,rápidamenteniegoconlacabeza. —No.Nunca. —¿Porqué?Perosiestábuenísima... Oírladeciresomehacereír,ymurmuro: —Porquelastíasnomevan,enelsentidoenquetevanati... —Peronosotrashemosjugadoytehevistojugarconotras... Asiento.Tienemásrazónqueunsantoyrespondo: —Digamosquemeencantadejarmemimar.Sóloeso. Ambasreímos,yentoncesMelregresadenuevoanuestroladoypregunta: —Vuelvenapitarmelosoídos.¿Dequéhabláis? Fridayyointercambiamosunamiradayellaexplica: —LepreguntabaaJudithsitúyella...,yasabes... Melmemira,yosonríoyellacontesta: —La respuesta es no. El sentimiento que ambas tenemos va más allá de lo sexual y nos impide hacerciertascosas. —Totalmentedeacuerdo—afirmochocandomicopaconladeella—.Melescomomihermana, yconellanopodríahacerciertascosas,comonopodríahacerlasconmihermanaRaquel. Fridaasiente.MedispongoadeciralgocuandoMelafirma: —Paramí,Judesintocableentodoslossentidos. —Guauuu—memofodivertida. —¿SóloJud?—preguntaFridaconpicardía. Alentenderaloqueserefiere,Melsonríeyasegura: —Enelsentidoenelquelopreguntas,sí. Encantadaconlaaclaración,Frida,queesunalobadeagárrateynotemenees,trasunbarridode cuerpoaMelquemecalientahastaamí,levantasucopaydice: —Mealegraservuestraamigaenlugardevuestrahermana.¡Vivalaamistad! Las tres chocamos nuestras copas riendo. Desde luego, como diría mi hermana, ¡nos falta un tornillo! Lacenatranscurredeunmodoagradable.Amigosconocidosynoconocidosbrindamosporlos felicesnovios,yellossebesanantenuestrosaplausos,mientrasobservoaGilbertyasussecuacesy mecagoentodasucasta. Eric,queestáamilado,nomesuelta.Esdelasnochesenlasquesientoquesuposesividades totaly,cuandolacenaacabaytodospasamosalsalónatomarunacopa,memiraymurmura: —BjörnhapropuestoiralSensationscuandosevayanalgunosinvitados;¿teapetece? Asientocomplacida.Loesperaba,ynadameapetecemás. Duranteunpardehoras,charlamosconunosyotroshastaqueBjörn,trasdespediralosúltimos invitados,entrelosqueestánGilbertylosdemásabogadosconsusrespectivasmujeres,nosmiray dicealosnuevequequedamos: —Sigamosconlafiesta. Losquequedamosasentimosy,encantados,nosvamosalSensations.Nadamásllegar,cuandove aBjörn,eljefedellocalsedirigeaél: —Comopediste,tenéisreservadalasaladelfondo. Björnasiente.Luego,estoyhablandoconFridacuandoderepenteoigo: —Quéilusión,¡EricyJudith! Alvolverme,veoaGinebrayasumarido.Voyasaludarloscuando,sorprendentemente,Frida, queestáamilado,dicealtoyclaro: —¿Quéhaceesaasquerosaaquí? —Cariño...—murmuraAndrésaloírla. Yomequedopetrificada,peroGinebra,enlugardeamilanarse,seacerca. —Perobueno,Frida,¿nosaludas?—lesuelta. MiamigaFrida,quetieneunapersonalidadarrolladora,trasmiraraEricyasumarido,quenos observan,clavalosojosenaquélla,queestádespampananteconunvestidoverdeclaro. —Valoromitiempoynolopierdosaludandoazorras—replicaacontinuación. Y,sinmás,seagarradeAndrés,ambossedanlavueltaysemarchandejándomesorprendidaamí ytambiénalresto. Laincomodidadsepalpaenelambiente,peroGinebra,sincambiarelgesto,nosdice: —Vaya,veoquehaypersonajesquenocambian. ¡¿Personajes?! ¿Hallamado«personaje»amiFrida? Aéstaletapoyolabocaconunadelasmías,perocuandovoyahablar,Ericmeagarradelbrazo paraquemecalleylooigodecir: —Ginebra,sinoteimporta,nosesperanenunafiestaprivada. Me encanta que Eric haya dicho esa última palabra: ¡«privada»! Lo siento por Ginebra pero, agarrándomealbrazodemimarido,medoylavueltaycaminoconelrestodemisamigos. Cuandoentramosenlasalaprivada,uncamareronossirveunascopasquetodosaceptamoscon ganas.FridaseacercaentoncesaEricyamíypregunta: —¿Desdecuándoestáesatiparracaaquí? Ericsonríe,daunsorboasubebidaymurmura: —Frida...,noseasasí. Laaludidamiraentoncesamiamorysisea: —Tencuidadoconesazorraynotefíesdeella. Suclaridadmehacereír.EsosiempremehagustadodeFrida. Durantevariosminutos,mientraselladespotricasobreGinebra,observoparaversiEriclehabla delaenfermedaddeellapero,alverquenodicenada,yotampocohablo.SiEricesdiscreto,yolo serétambién.LoqueleocurreaGinebraconsusaludnoesalgoparafrivolizar. Actoseguido,AndrésseacercaanosotrosyEricyélcomienzanahablarconotrotipo,momento enelqueFridamemiraydice: —Tencuidadoconesaperra.Esmalaytelapuedejugarcuandomenosteloesperes. —Tranquila, es encantadora conmigo —respondo sonriendo—. No ha hecho nada por lo que tengaquepreocuparme. —Quéascoletengo...—prosigueFrida—.Esosí,yameencarguédedejárselotodobienclarito antesdequesemarcharaconesetalFélix.Aunque,sitesoysincera,creoqueeslomejorquelepudo pasaraEricporque,así,coneltiempoteconocióati. Asiento. No quiero que las palabras de Frida en referencia a Ginebra me hagan cogerle manía, porloqueafirmoconpositividad: —Puesentoncesquedémonosconesoyolvidémonosdeella. Fridayyobrindamosynovolvemosamencionarla. La música suena y, rápidamente, algunas nos lanzamos a bailar. Digo algunas porque Eric no baila ¡ni loco! Él, con mirarme apoyado en la barra improvisada que el dueño del Sensations ha instaladoenaquellasala,tienebastante. Mientras bailo junto a Mel la canción Talk Dirty,[24] de Jason Derulo, observo a mi amor. El lugaresprovocador,élessexiylacanciónescalentita.Y,clavandolamiradaensusojazosazules, muevolascaderasmientrascanturreoaquellode«¿Vasahablarmesucioamí?». Sucio..., la palabra «sucio» nunca me ha gustado, pero allí donde estoy tiene un significado especial,megustaymeexcita. Me provoca tanto que, mientras muevo las caderas ante la atenta mirada de mi impresionante rubio, me quito las horquillas del moño que llevo y, cuando mi oscuro y ondulado pelo cae en cascadasobremirostro,loretiroconcoqueteríayobservoamiamorsonreír. Apocosmetrosdedondebailo,observocómoAndrésdesnudaaFridaenunaenormecamayque BjörnyMel,quehadejadodebailar,hacenlomismo.Sinlugaradudas,eljuegocalienteacabade comenzar. VuelvoamiraraEric,quenomequitaojo.Sabequeesaprovocativacanciónmegusta,ytambién sabe que esa provocación va dirigida única y exclusivamente a él. Acercándome a donde está, sin parardecontonearmeparaseducirlo,mearrimoaélylesusurroaloído: —¿Vasahablarmesucioamí? Esaincitantefraseespartedelacanción.Y,sonriendo,élresponde: —Atitehablocomotúquieras. Ambos reímos y, echándole los brazos al cuello, lo beso, mientras él enreda las manos en mi pelo. Duranteunbuenrato,escuchomúsicaagarradaamiamormientrasobservocómootrosjuegan, ymeexcitoalveraFridaenacción.¡Esunaloba! Lamúsicacambiaentonces,ylavozdeNorahJonesinundaelreservadomientrascantaLoveMe. [25]Ericsuspiray,agarrándome,pregunta: —¿Bailamos? Misonrisalodicetodo. Abrazadaaél,comienzoabailaraquellacanciónquetantasvecesheescuchadoennuestracasay hemosbailadoasolasensudespacho. Compenetrados,miamoryyocantamosaquellabellamelodíamirándonosalosojos. Todoenélmegusta. Séquetodoenmílegusta. Estoyexcitadaysientosucrecienteycalienteerecciónatravésdelateladenuestraropa,quenos separa.Sinpudor,nuestroscuerpossetocandeseososdealgomásmientrasbailamos. Discutimos,nosamamos,volvemosadiscutir,peroestoytanconvencidacomoéldequeestamos hechoselunoparaelotroydequenuestroamorperduraráeneltiempo. Oírlocantaraél,queeraelhombremásherméticodelmundo,meemociona.Enestosaños,Eric hacambiadoysehahechoamí.Yanoesraroverlocanturrearobailarconmigoasolas;esoera impensable cuando lo conocí, pero él por mí hace esas cosas, como yo lo hice en su momento al abandonarEspañaparaseguirloyestarconél. Nosmiramosalosojosymecalloenamoradacuandomiamorcanturreaaquellode«Loúnico quepidoesque,porfavor...,porfavor,mequieras». Pero¿cómonolovoyaquerersiestoycompletaylocamenteenamoradadeél? Abrazadaamiamor,cierrolosojosydisfrutodeesemomentomágicomientrassoyconsciente dequeélnosefijaenotramujer.Sólotieneojosparamí. NosésiEricsabecuántolonecesito.Avecesmehacedudarlocuandoanteponeeltrabajoamí, perocuandotienemomentoscomoéste,enelquebailaconmigo,séquelohacedecorazón.Megusta siemprequemehacesentirespecialy,enesteinstante,enestesegundoloestáhaciendoyyosoyla mujermásfelizdelmundomientrasbailoconélesarománticaymaravillosacanción. Tan pronto como termina, comienza otra, y yo continúo abrazada a mi amor bailando y disfrutando del momento mientras a nuestro alrededor la gente disfruta del sexo con libertad y se oyensusjadeos. ¡Excitante! De pronto, unas manos, además de las de mi marido, me agarran por la cintura y oigo que alguiendiceenmioído: —Suenanuestracanción. Ericyyonosmiramosysonreímos.Sinlugaradudas,CryMeaRiver[26]esunacanciónmuy especialparaBjörn,paraEricyparamí.Entonces,miamormurmura: —AúnrecuerdolobienquelopasamosaquellanocheencasadeBjörn,cuandotú,pequeña,nos poseístealosdosmientrassonabaestacanción. Asiento.Sonríoycierrolosojosmientrasbailamos...,nosdevoramos...,nosexcitamos. Recuerdos.Preciososycalientesrecuerdostomanmimentemientrassientoquelacomplicidad que nos unió años atrás sigue vigente entre nosotros y que, por suerte, a Mel, la futura esposa de Björn,noleimportayrespetadichacomplicidad. Los tres bailamos la sensual canción interpretada por la voz de Michael Bublé, mientras Eric devoramibocayBjörnpasealasmanospormicuerpo. Inconscientemente,miroamialrededorenbuscadeMelyobservoqueellaestádesnudasobre una cama pasándoselo bien con Frida y Andrés. Nuestras miradas se encuentran y mi amiga me sonríe. Su gesto me hace saber que aprueba aquello y, sin dudarlo, cojo las manos de los dos y, mirándolosalosojos,losllevohastalaenormecamadondeMeldisfruta. EricyBjörnsesientanunoacadaladosinhablar.Miamorvuelveatomarmibocamientrasme desabrochalablusayBjörnmeabrelaspiernasymebesalacarainternadelosmuslos. Misjadeosnotardanenllegar,yEric,queestáatentoamí,sonríeymurmura: —Disfrutaydisfrutaremosnosotros. Lo sé. Sé que es así. El placer que esos dos hombres saben proporcionarme no me lo ha proporcionadoningúnotrodúo.EricyBjörn,BjörnyEricestáncompenetradosparamíencuantoal artededarplacer. Comodosexpertoseneltema,medesnudan,metocan,mechupanymehacendisfrutar.Björnya está desnudo. Tras levantarse, hace que me siente sobre él y, pasando los brazos bajo mis muslos, susurramientrasEricsequitalaropa: —Esoes,déjatemanejar. Suvozenmioídoylamiradademiamoresmorbopuroy,cuandoEricseagachaypaseala bocapormihumedad,tiemblo.Björn,queesquienmesujeta,meabrebienlosmuslosparamiamor ydiceenmioído: —Primerotefollaráélydespuéstefollaréyo;¿estáspreparada,preciosa? Asiento.Asientoyasiento.¡Preparadísima! Paraellosdosestoysiemprepreparada.Entonces,Ericselevanta,memiraymebesadejándome elsaborenlabocademipropiosexo.Enloquecidoporelmomento,metesuduropeneenmivagina ylenta,muylentamente,seintroducedeltodoenmímientrasyogimoyBjörnmurmura: —Jadea...,grita...,vuélvenoslocosdeplacer. Al oír mi jadeo, Eric mueve las caderas y se clava de nuevo en mi interior. Yo grito. Con movimientossecosycontundentes,mimaridoentraysaleunayotrayotravezdemí,mientrasyolo acepto. Mis jadeos los vuelven locos. Mis resuellos los excitan, cuando siento cómo las manos de aquellosdosmetienentotalmenteinmovilizadayséqueestoyasumerced. Misperversosycalientesgritosavivansudeseo,yentoncesEric,agarrándomedelacinturacon fuerza,selevantadelacamaconmigoenbrazos.Björnseincorporatambiény,mientrasmiamorme maneja para encajarme una y otra vez en él, soy consciente de que nuestro amigo se pone un preservativo. Comounamuñecamemuevoentresusbrazos,hastaqueEricdaunalaridogustosoyséqueha llegadoalclímax.Memiraagotadoy,sinsalirsedemí,susurra: —¿Todobien,cariño? Asiento.Todomejorquebien. Concuidado,saledemí,sesientaenlacamay,haciéndomesentarsobreél,vuelveaabrirmelos musloscomoinstantesanteshahechoBjörn.Despuésmebesaenelcuelloy,mientrasobservocómo Björn le devora los labios a Mel, que está a nuestro lado disfrutando con Frida y Andrés, Eric me dicealoído: —Eresmía. Extasiadaporsuspalabras,porsuvozyporelmomento,veocómoBjörnabandonalabocadesu mujer, se acerca a nosotros y, tras echarme agua en el sexo para lavarme, me coge por la cintura, acercasuduropeneamiempapadavaginaymeempalaporcompleto. MientrasEricmeabrelosmuslosparaBjörn,noparadedecirmelopreciosaquesoy,cuántome amaylomuchoqueloexcitavermeasí. Uf...,quéplacer...,quécalor. Björn, que está tan excitado como yo, no me suelta las caderas y, con movimientos certeros y precisos,meempalaunayotravez,mientrasyodisfrutoymedejollevarporelmomento. LasacometidasnoparanhastaqueEriclopide.Entonces,sinsalirse,Björnmelevantaysiento cómoEricguíatambiénsupenehaciamivaginaymurmuraenmioído: —¿Puedo?... Asiento...,claroquepuedey,excitadaalnotaraquello,afirmo: —Soytuya.Hazlo. LalenguadeEricsepaseapormicuellocuandolooigodecirconvoztrémula: —Despacio,Björn... Elabogadomesujetaconcontrolmientrasmiamorfuerzalaentradadesuvergaenmiyarepleta vagina y, al final, lo consigue. Ambos penes se funden en uno solo, y el placer que siento es indescriptible,increíble,yjadeo. Loquemisdosadonismehacenmevuelvelocay,cuandoestoyempaladavaginalmenteporsus enormesydurosmiembros,comienzanamoverseymisgemidossevuelvengritosdepuroplacer mientrasveoqueMelseacercaaBjörny,trasabrazarlo,lobesa. Loca. Loca me vuelven Eric y Björn con su completa posesión, y eso me hace echar la cabeza paraatrás.Notomivaginallena,repletaarebosar,peroelplacerestanintenso,taninmensoqueno quieroqueesasensaciónacabe. SientolarespiracióndeEricenmiespaldamientrassusmanosexigentesmemuevenenbuscade nuestro placer. Eric y Björn. Björn y Eric. No paran. Son insaciables. Sus respiraciones y sus movimientos me enloquecen, y yo me dejo manejar como si fuera una muñeca. Me gusta ser su jugueteylosoymientrasjueganconmigoymemimananuestraparticularmanera. Querríamiraramimaridoybesarlocomohacenmisamigosy,comosimeleyeralamente,mi amorsusurraenmioído: —Después,micorazón...,después. Calor...,tengomuchísimocalormientraslasangrecorredescontroladapormicuerpoytodasmis terminacionesnerviosasmehacensaberquemevoyacorrer. Cuatro manos me sujetan, dos cuerpos me poseen, y mi vagina está totalmente dilatada y empapadapormisfluidos. Placer...,placer...,elplacermetomay,cuandoyanopuedomás,medejoirmientrasmicuerpoes movidoporaquéllos,queinstantesdespuéssecorrenporyparamí. Pasadosunossegundos,cuandoBjörnsesale,meguiñaunojoysemarchaconMelaunadelas duchas.EncuantoEricsaledemítambién,medoylavueltaymiamormurmuramirándomealos ojos: —Vamos...,bésame,morenita. 46 El martes, el grupo de amigos quedaron para cenar en casa de Judith y Eric, pero antes de la cena decidieronmeterseenlapiscinainteriorparajugarconlosniños. Flyn y Peter se escaparon al cuarto del primero para ponerse los bañadores, ya que eran demasiadorecatadosparahacerloenlosvestuariosdelapiscina. Mientras Eric, Björn y Andrés se ocupaban de los pequeños, Frida, Mel y Judith fueron a cambiarse de ropa en los vestuarios. Una vez tuvieron los biquinis puestos, mientras se quitaban anillos,relojesypendientesylosdejabansobreunahamaca,Fridacuchicheó: —EnSuizahayunoslocalesquesondelomáschulos;¡tenéisquevenir! —Iremos—afirmóJudith,yMelsonrió. Minutos después, los tres matrimonios estaban sumergidos con los pequeños en el agua de la piscina cuando aparecieron Flyn y Peter y se tiraron en bomba. Entre risas, todos comenzaron a jugar, y Mel, al ver a Björn divirtiéndose con Sami y con Peter, se acercó a su amiga Judith y susurró: —¿Noteparecesexi? Judith miró en su dirección y pensó que sí, que Björn le parecía sexi, aunque, mirando a su marido,quellevabaalpequeñoEricsobreloshombros,respondió: —Soymásderubios,perdóname. La diversión duró un buen rato, hasta que decidieron salir de la piscina y secarse. Sin duda, Simonanotardaríaenanunciarlesquelacenayaestabapreparada. Una vez se vistieron, después de que las chicas recogieran sus alhajas de la hamaca, Judith murmuró: —Noencuentromianillo. —Seguroquesehabrácaído—replicóMelmirandoasualrededor. Todos comenzaron a mirar por la piscina en busca del anillo perdido, y Eric, acercándose, preguntó: —¿Québuscas? Judithleenseñóeldedovacíoyarrugóelentrecejo. —Mianillopreferido. Élasintió.Sabíaqueaquelanilloquelehabíaregaladohacíaaños,enelqueponía«Pídemeloque quierasahoraysiempre»,eraespecialparaellay,mirandoalsuelo,murmuró: —Tranquila,cielo.Aparecerá. Duranteunbuenratotodosestuvieronbuscandoelanillo,peroéstenoaparecióporningúnlado, yEric,mirandolapiscina,finalmentedijo: —Quizásehayacaídodentro.Mañanalocomprobaremos. Judithasintió.Pero,alvercómolamirabaFlyn,susextosentidolapusoenalertay,acercándose aél,lepreguntócontotaldiscreción: —¿Hasvistoaalgunodelosniñosacercarsealahamaca? Elcríoserascóelcuelloyrespondióconunasonrisita: —No. Judith comprendió entonces por su sonrisa que mentía; lo conocía demasiado bien. A continuación,bajandounpocolavoz,musitó: —Túnotendrásnadaquever,¿verdad? Aloírla,elcríodiounpasoatrásygritó: —¡¿Creesqueyotengotuanillo?! —Flyn...—siseóellaalverqueEriclosobservaba. —¿Yyoparaquéquierotuanillo? —Flyn...,bajalavoz. —¿Porquéhedebajarlavozsimeestásacusando?—insistióaquélconscientedequeEriclos estabamirando. Alertado,Ericlosobservóperoentonceselmuchachogritóenfadado: —¿PorquénolepreguntasaPeter? —¿APeter,porqué? Entonces,todoslosmiraron,yFlynindicócuandoMelseacercabaaellos: —Porqueéltambiénestabaaquíconmigoy,silopiensasmejor,élpuedenecesitareseanillomás queyo. —¡¿Qué?!—protestóMelaloíreso. —Dejadedecirtonterías,Flyn—gruñóJudith. Confundido,Björnclavólamiradaensuhijo,yelmuchacho,quellevabaaSamienlosbrazos, replicó: —Yonohetocadoeseanillo.Siqueréispodéisregistrarmiscosas. —Claroquenolohastocado—afirmóMelcolocándosejuntoalcrío. Aloíreso,Ericseacercóhastaellosparaponerpaz.PeroJudith,molestaporelcomentariode Flyn,losoltó: —¿Acasoesnecesarioacusaraotroscuandoyosólotehepreguntadoati? —Bastaya—seentrometióEric—.Seacabóestaconversación. PeroFlyn,deseosocomosiempredejaleíto,miróasupadreygruñó: —Papá,¿porquémetienequeacusardeteneryoelanillo? —Quizáporquehevistocómomeobservabasylasonrisitaqueponías. —¡Hedichoqueyabasta!—insistióErice,intentandosuavizareltono,sedirigióaunaenfadada Judithyafirmó—:Seguroqueelanillosehacaídodentrodelapiscina.Vayamosacenarymañana pediréquelobusquen.Venga,¡todosacenar! FridayAndréssemiraron.Sinlugaradudas,larelacióndeJudithconelcríonoestabapasando porunbuenmomento. Sinmás,todossalierondeallíysedirigieronhaciaelcomedor,dondesesentaronalrededorde la mesa. Tratando de disimular su malestar con Flyn, Judith cambió el gesto para hacerles saber a todos que lo ocurrido no había tenido importancia, pero Mel, que la conocía muy bien, una de las vecesenqueambasselevantaronparairalacocina,ledijo: —Jud, siento lo ocurrido, pero creo que si pusiera las manos en el fuego por Peter no me quemaría. Judithasintióconunasonrisa.Ella,encambio,nopondríalasmanosporFlyn. —No pienses más en eso —contestó mirando a su amiga—. Seguro que el anillo está en la piscina. Aldíasiguiente,Judithselevantóantesquenadie,bajóalapiscinay,trasponerseunasgafasde buceo,larecorriódosvecesdepuntaapuntayelanillonoapareció. 47 LosdíasqueFridayAndrésestuvieronenMúnichlospasaronconlafamiliaylosamigos.Estarcon elloseradivertido,ylanocheenquetuvieronquemarcharse,lohicieronconpesar. TraselepisodiodelanillodeJudith,BjörnhablóconPeteralrespecto,yésteledejómuyclaro queélnohabíatenidonadaquever.Björnlocreyó. Unanoche,despuésdequeMelacostaraaSamiyPeteryasehubieraidotambiénalacama,entró en su habitación y miró al hombre moreno que tantos buenos momentos le daba. Björn estaba leyendounospapelesqueteníasobrelacama. —Niñosacostadosyperradormida. Elabogadosonrióaloíresoy,trasrecibirelbesodeMel,murmuró: —Sólofaltastúdesnudaamilado¡ylanocheserácolosal! Mel,dispuestaadarleaquelloqueélsolicitaba,dijo: —Damecincominutosparaunaduchaytendrásloquepides. —Guauuu,¡quéinteresante!—semofóelabogadoviéndolamarchar. Alentrarenladuchaysacarseelmóvildelbolsillotraserodelvaquero,vioqueteníaunmensaje. Dimesiaceptaselpuestodeescolta.Mepresionanynecesitouncandidato. Al leerlo, Mel supo que era del comandante Lodwud. Pensar en hablarlo con Björn era complicadoy,dejandoelmóvil,decidiómeterseenladucha.Necesitabarefrescarlasideas. Cuandosaliódelbaño,sesorprendióalnoveraBjörnenlacama,dondelohabíadejado,porlo que,trassecarseelpeloconunatoallayvestidatansóloconelalbornoz,lobuscóportodalacasa. Alnoencontrarlo,decidióiramiraraldespacho. —¿Quéhacesaquí? Björnsonrióalverla. —El expediente de este caso estaba incompleto y decidí ver si estaban aquí los papeles que me faltaban. —¿Yestaban?—preguntóellaapoyándoseenlamesa. Alverladeaquellaguisa,Björnasintióy,retirándoleunpocoelalbornozparaverlelapierna, afirmóconvozronca: —Tentadora. Actoseguido,cogióalajovenenbrazosy,trassentarlaahorcajadassobreél,labesó.Cuandose separódeella,dijo: —Nosésivoyapoderesperaraseptiembre... Melrio. —Podrás...,claroquepodrás. Depronto,Björnrecordóalgo. —Mel,tengoquedecirtealgoyesperoquenotemoleste.—Aloíreso,ellafruncióelceño,yél prosiguió—: Esta tarde, Sami me ha dicho emocionada que en la tele tenía canales de dibujos animadosnuevosy... —Vale..., vale..., sé lo que vas a decir —lo cortó ella—. Pero, cariño, Peter sólo ha tenido que meterunaclavedesdesuordenadory... —Mel,noquieroquepirateenada.¿Dequésirvequeyoseloprohíbaytúselopermitas? Melsuspiró.Sabíaqueteníarazóny,singanasdediscutir,asintió. —Deacuerdo.MañanalediréaPeterquequiteesoscanalesytambiénlosdedeportes. —¿Deportes?—preguntóél. Melsonrió. —Sí,cielo...,unmontóndecanalesdedeportes—dijo. Alversugestotravieso,Björnasintióy,trascogerelmandodelequipodemúsica,loaccionóy comenzóasonarlacanciónAChangeIsGonnaCome.[27] —¿Seal? —Contigonuncafalla—respondióélbesándola. La exteniente se olvidó de lo que estaban hablando mientras la increíble canción sonaba y caldeabasegundoasegundosuscuerposysusalmas.Seadoraban,senecesitaban,perosiantescon Samisutiempojuntosseveíareducido,ahoraconPetersereducíamásaún. Mel pensó en el mensaje que acababa de recibir de Lodwud. Tenía que hablar con Björn de aquelloy,aunquesabíaqueésenoeraelmejormomento,separándosedeélcomentó: —Cariño,tengoquehablarcontigodealgo. Björn,queyaestabatotalmentelanzadoaloquesehabíapropuesto,asintió. —Después...,preciosa...,después. —Björn... —Luego...,ahoraestoymuyocupado. Melsonriópero,parándolodenuevo,explicó: —He recibido un mensaje de Lodwud en el móvil. He de dar una respuesta en relación con el trabajodeescolta.Elpuestoesmíosiloquiero. Aloíreso,elabogadoapartóincómodolasmanosdeellaypreguntó: —¿Yquévasadecir? Melsuspiró.Sabíaqueelbuenrolloseacababadeterminar,porloquerespondió: —Escucha,cielo,estoyintentandohablarlocontigo. —Pues si lo estás hablando conmigo, la respuesta es no. No quiero que mi mujer sea la puta escoltadenadie. Sutono,suformadedecirloylarabiaquedetectóensuspalabrashicieronqueMellomiraray gruñera: —Oye,¿túquétecrees?¿Queyosoyunapánfilacomoesasmujeres?¿Acasopiensasquevasa dirigirmividaenloreferentealoquequierohacer? —¿Quieresdejardemalmetercontraelbufetedeunavez?Estoyhartodeque,alamínima,sólo salgandetuboquitacosasdesagradablescontraellos.Mira,Mel,llevoañosintentandoconseguirese sueñoyestavezrozamisdedos,portanto,¡nolojorobes! Ellasuspiró.Pornadadelmundoqueríajorobarsusueñoe,intentandonovolveradecirnadade aquéllos,insistióeneltemaqueleinteresaba: —Cariño,hicimosuntrato.Yomecasabacontigoytúaceptabasque... —¿Tehascasadoconmigo? Laextenientelomiróy,echandochispasporlosojos,respondió: —Björn...,esonoesjusto. Elalemánnosemovió.Sabíaqueloqueacababadedecirnoeracorrecto. —Escucha,cariño—insistióella—,tenemosquehablar.Haycosasquenosabesenrelacióncon... Björnlasoltóofuscadoy,apartándolaaunladoparalevantarse,siseómientraslacortaba: —Mira,enesteinstantesemehanquitadolasganasdecualquiercosacontigo.Buenasnoches. Actoseguido,seencaminóhacialapuertaysaliódeldespacho.Mel,boquiabierta,nosemovió mientrasseguíasonandoaquellamaravillosacanción. 48 MirelaciónconFlynsigueigual.Ericseencargaahoradeél,peroelcríocontinúasindirigirmela palabra. Eso sí, ahora soy como los tres monos sabios: no oigo, no veo, no hablo. Sin embargo, añoronuestrasconversacionesynuestrasrisas. ¿Élnolasechademenoscomoyo? Mi anillo no aparece y estoy apenada. Ese anillo significaba mucho para mí, y Eric se ha empeñadoenencargarmeotroigualyséquecualquierdíalotraerá. El jueves, tras llegar de trabajar de Müller, me tomo un café en la cocina mientras charlo con Simona. Flyn entra seguido por el pequeño Eric. Rápidamente, al ver a mi chiquitín, que viene a mis brazos,medeshagoenhalagosconélyluegosalgodelacocinadesumanoparairaveralgoque quiereenseñarme. Encuantoregresoalacocina,nohaynadie,niFlyn,niSimonay,trasabrirunarmario,sacounas galletitasymelascomoconelcafé. ¡Quéricas! Un par de horas después, comienzo a sentirme mal. Mi estómago se descompone y tengo que correralbañoenvariasocasiones. CuandoEricllegadetrabajar,noceno.Meencuentrofatal. Miamor,alvermeeneseestado,sepreocupaysedesvivepormí.Sinlugaradudas,siunaquiere latotalatencióndeEricZimmerman,sólotienequeencontrarsemal.¡Vayatela! Demadrugadamedespiertoy,sindecirlenadaamichicarrón,voycorriendoalbaño. Asqueada,piensoenquéhepodidocomerparaquemiestómagoestétanenfadadoconmigo. Tengomuchased,porloquebajoalacocina.Sacounabotellitaconaguafríadelfrigoríficoy, como no tengo sueño, me siento a oscuras y, al ver sobre la encimera la maripaz, como llama mi hermanaaliPad,locojoymepongoacotillearporFacebook. Cuando he cotilleado todo lo posible, me meto en el perfil de Jackie Chan Zimmerman y leo: «Carrerasencasa.Sinduda,lasgotasfuncionan.¡Quérisas!». ¡Lamadrequeloparió! Yaséporquémeencuentromal.Pero¿deverdadhasidocapazdehacermealgoasí? Enfadada,hagounacapturadepantalla,melevanto,salgodelacocina,subolaescalera,entroen la habitación de Flyn y, cuando doy un manotazo sobre la cama y éste se incorpora asustado, le suelto: —¿Quémehasechado? Flynparpadea.Estabadormidoy,furiosaporloquehahechocontramí,pegomifrentealasuya ysiseodispuestaapartirlelacaracomomedigaalgofueradelugar: —Estoesloúltimoqueesperabadeti.¿Cómopuedessertanretorcidoconmigo? —¿Dequéhablas?—pregunta. —Tehasreídoagustocontusamiguitosporlodelasgotitas,¿eh? Noresponde.Sabequelohepilladoy,furiosa,lesueltoantesdesalirdesuhabitación: —Escúchame,JackieChanZimmerman,medueleenelalmatenerquedecirteesto,peroahorala quenoquieresabernadadetisoyyo. RegresoalacamaymemetoenellasindespertaraEric. Alamañanasiguiente,cuandomelevanto,nodigonada.SipuedoevitarledisgustosaEric,selos evitaré.Mepreocupaqueleduelalacabezayesohagaquesuvistapuedaempeorarpero,conmigo, elniñatohadadoconunhuesoduroderoer. El domingo, tres días después, tras haber visto un partido de basket de Eric y Björn, donde los pobrecitosmíospierden,cuandosalimosdelpolideportivoobservosorprendidacómoFlynyPeter hablan de sus cosas. Sin lugar a dudas, Peter tiene una gran capacidad para perdonar comentarios malignos y olvidar, y un magnetismo que hace que nos esté ganando día a día a todos, incluido a Flyn. Con curiosidad, mientras estoy con Mel y los pequeños, observo cómo Eric y Björn, acompañadosdelosdosadolescentes,ríenyhablanapocosmetrosdenosotras.Alpercatarsedeque losobservo,miamigadice: —Megustaverlacamaraderíaquehayentreellos,¿atino? Asiento —¡por supuesto que me gusta!—, y respondo omitiendo la acción vergonzosa que mi hijohahechocontramí: —Claroquesí. Dichoesto,Hannahletiendelosbrazosasupadreyéstelacogeencantado. Luego decidimos ir a tomar algo al restaurante de Klaus. Nos encaminamos hacia los coches cuando,depronto,alguienmeagarradelcodo.Aldarmelavuelta,pestañeo.¡Flyn! Sinhablar,esperoaverquéesloquequiere,yalfinaldiceenuntonodevozbajo: —Sientolodelotrodía.Nodeberíahaberteechadonadaenelcafé. Bueno...,bueno...,bueno...¡Flyndisculpándoseporalgo! Mequedotanbloqueadaquenoséquéhacer.Abrazarlono.Besarlotampoco.Séquerechazará ambascosas,porloquedigosimplemente: —Aceptotusdisculpas. Flynasiente,memiraalosojosdeunmododiferenteydespuéssealejademí. Yomeemocionocomounatonta. Esanoche,cuandollegamosacasayaparcamoselcoche,SustoyCalamarvienenasaludarnos,y Simona, que está con Norbert esperándonos, me dice que ha ido a una tienda que está abierta los domingos a comprar y nos ha dejado hecho un pastel de carne en el horno. Yo asiento y se lo agradezco mientras toco la cabeza de Susto. Luego el matrimonio se encamina hacia su casa de la mano. Alentrar,EricsemetedirectamenteensudespachoconFlynymedesmarcandesuconversación. CuandoPipavaasubirconlospequesparaducharlos,despuésdebesuquearlos,medirijohacia el despacho. Con la mano en el pomo, estoy a punto de abrir pero sé que, si lo hago, las chispas volverán a saltar, y finalmente doy un paso atrás. Pienso en Eric y decido dejar las cosas en sus manos.Eslomejor. Necesitada de hacer algo, voy a la cocina y, obviando el rico pastel de carne de Simona, me pongo a pelar patatas. Voy a hacer una de mis maravillosas tortillas de patata. Esas que tanto nos gustan a todos, incluido a Flyn. El hecho de que me haya pedido disculpas me ha causado tanta impresiónquequierohaceralgoquepuedagustarleaély,sinduda,esolevaagustar. Duranteunbuenrato,meafano.Hagounaensaladadetomatesfrescoscondaditosdemozzarella, dosexquisitastortillasquehuelenagloriayabrounodelospaquetitosdejamóndeJabugoquemi padrenosenvíacadames.Sabequeadoroesejamóny,comosuniñaquesoy,aunenladistanciame siguedandoelcapricho. Unavezcolocoeljamónsobreunplatito,ylopongoenlamesajuntoalaensaladadetomatey las tortillas, me encamino de nuevo hacia el despacho. Pego la oreja a la puerta y compruebo que siguen allí. Después, abro con la mejor de mis sonrisas y Eric y Flyn dejan de hablar y me miran comosinotuvieraqueestarallí,porloquepregunto: —¿Quépasa?¿Nopuedoentrar? FlyndirigelavistahaciaotroladoyEricresponde: —Claroquepuedesentrar,cariño. Su contestación me gusta, me tranquiliza y me demuestra que mi marido quiere que siga participandodeesasreuniones.Sentándomeenunasilla,mededicoaescucharloqueErichablacon Flyny,cuandofinalmenteacaba,miamormepregunta: —Jud,¿quieresañadiralgo? Pormicabezapasanmilcosasqueañadirpero,comonecesitoquehayapaz,enespecialporEric, quenoganaparadisgustos,ydespuésdeladisculpaqueesedíaherecibidodeFlyn,niegoconla cabezay,levantándome,musito: —No. Al oír eso, el chico me mira. Veo que lo sorprende que no le chivatee a su padre su última fechoría,quemehavaciadolastripas.Y,deseosadeveraEricfeliz,digo: —Venidconmigoalacocina,hepreparadoalgomuyricodecena. Ericsonríealpercibirmialegría. —Pero¿nohadichoSimonaquehabíadejadopasteldecarne? Asientopero,sinquererrevelarlesmisorpresa,insisto: —Venga.Vayamosalacocinayluegomedicessiprefiereselpasteloloqueyohepreparado. EricyFlyncaminandelantedemíy,cuandoentramosenlacocina,miamordiceencantado: —Tortilla de patata, tomates con mozzarella y jamón de ese tan rico que envía tu padre. ¿Qué celebramos? Depronto,suenasumóvil.Losacadelbolsillodesupantalóny,almirarlo,indicalevantandola mano: —Dadmeunsegundo.Enseguidaregreso. Unavezélsaledelacocina,elsilencioseapoderadellugar.Flyncaminahacialanevera,laabre ycogeunacoca-cola.Cuandoregresaalamesa,lomiroydigo: —Yotambiénquierouna. Sin gesticular en exceso pero haciéndome saber que lo joroba mi comentario, deja su bebida sobrelamesa,abrelanevera,cogeotralatay,dejándolaantemí,dice: —Aquílatienes. Unavezsesienta,abresulataydauntrago.Consumismachulería,cojolamíay,alabrirla,la coca-colasaleapresiónymesalpicalacara,lacamiseta,elpeloytodoamialrededor. —¡Joder!—protesto. Flynsueltaunarisotada,yyo,furiosaaloírlo,metolamanoenlaensaladadetomatesy,nicorta niperezosa,selaextiendocontodamimalalecheporlacara. Aljodidocríoselecortalarisaalinstante. —¿Porquélohashecho?—gruñe. Empapadadecoca-cola,lomiro. —Dondelasdan,lastoman.O,mejordicho,elqueríeelúltimoríedosveces,JackieChan. Enfadado, se levanta. De pronto la puerta se abre, y Eric, al ver nuestras pintas, exclama sorprendido: —Pero¿quéoshapasado? Conunaservilleta,terminodesecarmelacarayelpeloyrespondo: —Pregúntaseloaél. —¿Amí?¿Porquéamí,siyonohehechonada?—protestaelcrío. —Sí, claro —me mofo—. Y por eso la coca-cola que ¡tú! me has traído de la nevera me ha explotadoenlacaraalabrirla,¿verdad? Ericnosmira...,nosmira,yFlyninsiste: —Papá,tejuroqueyosólohesacadolacoca-coladelaneveraylahedejadosobrelamesa.Lo queelladaaentenderesmentira.¡Telojuro! —¿Selojurascomoamímejurasteenotromomentootrascosas?—lereprochoyo. —Noestoyhablandocontigo,estoyhablandoconmipadre—siseaélenfadado. —¿Hablascontupadre?—digolevantandolavoz—.¿Yyoquésoy?,¿unmueble?—Elniñono contesta, y prosigo—: Porque, que yo recuerde, hasta hace poco yo era tu madre y tu segundo apellidoes¡Flores!¿Mepuedesdecirquéhehechoparaqueyanomequieras? —Yonohedichoquenotequiera—vuelveasisearelmuchacho. Surespuestamesorprende.¡Ay,quemequiere!Pero,calentitaqueestoy,digo: —Puesentonceshablamosidiomasmuydiferentes,Flyn,porqueelqueyanomellames«mamá» yquecontinuamentemeestéshaciendoputaditasparasacarmedequiciodamuchoquepensar,¿note parece? —Jud,¡bastaya!—gritaEric. Oíresomeenerva.¿Porquénuncaseponeenmilugar?¿Porqué?Y,cuandoFlynsedalavuelta ysaledelacocinaenfadado,añade: —Muybien,Jud.Cadadíalohacesmejor. Dichoesto,éltambiénsaledelacocina.Acontinuación,mesientoenlasilla,miroelestropicio quehayamialrededor,conlostomatesylacoca-cola,ymurmuroenfadadaconelmundo: —Ytútambién,Eric.Tútambiénlohacesmejorcadadía. 49 Ellunes,Ericsevaantesqueyoalaoficina.Harecibidounallamadadenoséquiénysemarcha rápidamente.Yonilepregunto.Traslasemanitaincómodaquehemospasado,prefieroquesevaya sinmí. Por ello, cojo mi coche y con tranquilidad conduzco hasta Müller. Entro en mi despacho y me encuentrounaplanta.Alverlapiensoque,siesdemimarido,subiréasudespachoyselaestamparé enlacabeza.Elmuycabritonomehadirigidocasilapalabradesdeayery,comoselehayaocurrido enviarmeeso,mevaacabreartodavíamás. Durante un buen rato omito la tarjetita que veo en un lateral, pero cuando ya no puedo más, la cojoyleo: Esperoquetodosehayasolucionado.SeguroqueaEricyaFlynyaseleshapasadoelenfado. Concariño, GinebrayFélix ¡¿GinebrayFélix?! ¿CómoqueGinebrayFélix? ¿PorquésabenellosqueFlynyErichandiscutidoconmigo? Acadainstantemásenfadada,cojolanotitaymedirijoalascensor.Ericmevaaoír.Conpaso firmeyseguro,llegohastasuplantay,antesdequesusecretariamevea,abrolapuertadeldespacho ymequedoparalizadaalverjuntoaEricalaspersonasquemehanenviadolamaceta. —Aquíestá—aplaudeGinebra—.Ibaabajaryoahoramismoaverte.Queríasabercómoestabas ysitehallegadonuestraplantita. Mecagoensupadre,ensumadrey,comodiríamipadre,¡entóssusmuertos! El gesto de Eric me indica que, además de mi lengua, contenga lo que pienso y, fabricando rápidamenteunasonrisa,respondo: —Muchísimasgraciasporlaplanta.Hasidotodoundetalle. Félixsonríeyacercándoseamí,murmuramientrasyotocomidedosinanillo: —Mealegraquetegustaraeldetalle.SeleocurrióaGinebra,despuésdequeEricnoscontaraen eldesayunoquehabíaistenidounfindesemanamovidito. Esa información sobre nuestros días moviditos..., ¿por qué tienen que saber nada ellos? Pero, intentandonodejarmalamiestúpidomarido,cuandoloquesemereceesquelopisotee,respondo: —¡Undetalleprecioso! Estoyparadaallíenmedio,sinsaberquéhacer,yentoncesmiencantadormaridopregunta: —¿Queríasalgo,Jud? Lo miro. Claro que quería algo, pero ahora quiero arrancarle los ojos y, reaccionando rápidamenteasupregunta,digo: —No.Erasóloparasaberquehabíasllegadobien. Sabeperfectamentequeesmentiraloquedigo. —Bueno, pues en vista de que estás estupendamente, me voy a trabajar —añado, y mirando a aquellosdos,digo—:Hasidounplacervolveraveros,ygraciasporlaplanta. Sindecirnadamás,doymediavueltaycaminohacialapuerta.Unavezsalgodeldespacho,como siflotaraenunaburbujita,voyhaciaelascensorperoalguienmecogedelcodoy,alvolvermepara mirar,meencuentroconEric. —Jud... —Teodio—susurrosinquenadienosoiga. Eric sabe muy bien por qué lo digo y, cogiéndome de la mano, tira de mí con elegancia y me llevahastaunasalapequeña.Unavezcierralapuerta,dice: —Escucha,cariño.Fueunsimplecomentario.Nohedichoque... —Me da igual —insisto furiosa—. Les has contado que habíamos discutido y, además, no me dijistequeteníasquedesayunarconellos;¿porqué? Mipreguntaloincomoda,seloveoenlamirada,peroresponde: —Porquenoeraimportante,Jud.Poresonotelocomenté. Nolocreo.Porprimeravezenmuchotiempo,nocreoloquemecuenta,ysiseopensandoenlas advertenciasdeFrida: —¿Quéhacenellosdosentudespacho? Ericnodicenada.Daunpasoalfrenteparaacercarseamí,peroyo,quenoestoydispuestaacaer ensuinflujo,doyunoatrásalverquenovaacontestaramipregunta. —Hederegresar—digo—.Tengomuchotrabajo. Y,sinmás,caminohacialapuertaymevoy. Ericnovienedetrásdemí. TrasunamañanacaóticadondelaleydeMurphyjuegaenmicontraymepreguntoaquellode «¿Qué más puede salir mal hoy?», al abandonar Müller siento un gran alivio cuando suena mi teléfono.EsMarta,micuñada. Quiere que nos veamos y quedo con ella. Estar con Marta siempre es un soplo de aire fresco. ParecementiraqueseahermanadeEric.Ellaestodopositividad,yélestodolocontrario. Hablamosdesuembarazo,delofelizqueessuvidaahora,hastaque,mirándomeconesacara quetantomehacereír,dice: —PorDios...,porDiossss,¡memeootravez! Suelto una carcajada al ver cómo se va corriendo al baño. Aún recuerdo cuando yo estaba embarazadalomeonaquemevolví,yriendoestoyporesocuandooigo: —Nomedigasquehoytambiénmeveréobligadoadetenerte... Aldarmelavuelta,veoqueesOlaf. —Señoragente,deténgameporpedirdobleracióndefrankfurt—respondo. Élsonríe,seacomodaamiladoy,traspedirunacervezaalcamarero,dice: —Oye,sientomucholodetuanilloylodeFlyn. Oh...,oh...,creoquemevoyaenterardealgoquenoséy,sincambiarelgestoparaqueOlafnose percatedequenosénada,murmuro: —Yaves...,cosasdemuchachos.¡Vayaocurrencias! Olafasiente.Elcamarerolesirvelacerveza,éldauntragoy,cuandoestoylocaporquedigaalgo másomevaadaruninfarto,añade: —CuandoEricmecontóloocurrido,rápidamenteenviélafotodetuanilloalasdistintascasasde empeñosdeMúnichy,encuantomeenviaronlaconfirmacióndequeestabaenunadeellas,sólotuve queverlacintagrabadadellocalparacomprobarquehabíasidoFlynquienlohabíallevado,aunque laventalafirmóunamigotesuyomayordeedad. Ay,madre...Ay,madre...¿Flynmerobóelanilloylollevóaunacasadeempeños? Uf...,uf...,¡quécalormeentra!¡Quéfatiguita! Asientocomosifueramediotonta,yfinalmenteconsigomurmurar: —Porsuerte,hemospodidorecuperarlo. —Sí—afirmaOlaf—.PeronoveasquédisgustosellevóEriccuandoviolagrabación. Comosiyoestuvieraaldíadetodo,asientodenuevocomounaidiota,ydeprontolesuenael móvil y tras contestar, él se vuelve, yo miro y, al ver a dos chicas sonriéndole, dice dejando unas monedassobrelamesa: —Tedejo.Midoblecitahallegado.SaludosaEric. Sonríotratandodedisimular,yluegomecagoenelpuñeteroJackieChanZimmermanyenmi marido.¡Seránmentirosos! TraspasarunratoconMartaynocontarleloquehedescubierto,mevoydirectamenteacasa. ¡Vayadíadedisgustosquellevo! Allí,intentoolvidarladesagradablenoticiaqueOlafmehadadoypasounaestupendatardecon mispequeñinesenlapiscina,hastaqueFlynentraypreguntamirándome: —¿Puedevenirunamigoacasa? Pormí,desdeluegoqueno.Sucomportamientoesparaqueestécastigadohastaquecumplacien años. —Llamaatupadreypregúntaseloaél—respondomuyseria. —Yalohellamadoymehadichoqueloquedigastú. Joder...,joder...,joder...CómomejorobacuandoErichaceeso. Pero¿noseestáocupandoéldesupuñeterohijo? Noobstante,comonotengoganasdegrescaso,comosalgadelapiscinalearrancolacabezapor lofuriosaqueestoyconél,respondo: —Hazloquequieras.Alfinyalcabo,esloquesiemprehaces. Esanoche,cuandoEricllegaacasa,nodigonada.Mecalloenreferenciaaloquesédelanilloy esperoavercómosedesarrollanlosacontecimientos.Mimaridonodicenimu. Aldíasiguiente,trasunliosodíadetrabajoydespuésdepasardenuevolatardeconlosniños, cuandoPipaselosllevaalacama,mevoyadarunpaseoconSustoyCalamar.Amisbichillosles encantanesospaseos. En cuanto regreso, Calamar se tumba agotado en el garaje, pero Susto, que nunca quiere separarsedemí,mesigueyentraconmigoenlacasa.Divertida,continúojugandoconélcuando,al iralacocina,observoqueSimonaestápelandounaspatatasparahacerunaensaladaalemana. Veo los ingredientes que le va a echar sobre la mesa: salchichas de Frankfurt, pepinillos, cebolleta, mayonesa, perejil, sal y mostaza antigua de Dijon y, sabiendo lo buena que le va a salir, murmuro: —¡Quéganitasdecomerla,Simona! Lamujersonríeymenealacabeza.SindudaleestoyenseñandomuchascosasdeEspaña,yunade ellasesquealosespañoles¡nosencantacomer!Sonriendo,caminohaciaelfrigorífico,loabro,cojo unalatadecoca-colay,cuandolavoyaabrir,lamujermedice: —¡Cuidado! Aloírla,meparo,lamiroypregunto: —¿Cuidadoporqué? Quitándomelalatadelasmanos,Simonaleponeuntrapoporencimaparaabrirlaydice: —El otro día, cuando regresamos del supermercado, a Norbert se le cayeron algunas latas al sueloantesdemeterlasenlanevera,ynoquieroquealabrirlateexploteenlacara. ¡Joderrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr! ¡Joderrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr! ¡Yjoderrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr! DeprontocomprendoqueacusésinfundamentoaFlyn. Deprontomesientolapeorbrujadelmundomundial. Deprontocomprendoquelacagué,cuandoélnohabíahechonada. Acalorada y llena de remordimientos por el berenjenal que le monté al crío, cojo la coca-cola que Simona me ofrece ya abierta. Sin embargo, ya no paro de mirar el reloj hasta que llega Flyn. Necesitodecirlequemeequivoqué.Soyasídeidiotaconél,aunquenoselomerece. Mirandoestoyangustiadaporlaterrazadelsalóncuandoveoqueelchicoentraporlacancela. Decidoolvidarlodelanillo.Esoloresolveremosenotroinstante,perosoyconscientedequetengo quepedirledisculpasporlaquelelie. Sindudarlo,mepongounabrigoyvoyensubusca.CalamarySustoyaestánconelmuchacho,y éste,cuandomeve,memiraconmalacara.Antesdequeéldiganada,meadelanto: —Perdona,Flyn.Perdonaporhaberteacusadoporlodelacoca-cola.Simonamehacomentado queaNorbertselecayeronalgunasantesdemeterlasenlaneveray... —Tedijequenohabíasidoyo—respondecongestoserio,sinmirarme. Asiento.Tienerazón,einsistocontodoelcariñoquepuedo: —Losé,cielo,losé,yporesotepidoperdón.Puedoestarmolestaoenfadadacontigoporotras cosas,peronodeboestarloporéstaynecesitabaquelosupierasyquemeperdonaras. Susojosseclavanenlosmíosysientounasganasterriblesdeabrazarlo.Meabalanzaríasobreél y lo besuquearía, pero sé que no debo. No puedo: él no quiere. Así pues, simplemente me limito a escucharlocuandodice: —Mealegrasaberquesabesquenofuiyo. Dichoesto,sedalavuelta.Lomirodesconsoladay,cuandocreoquenomevaavolverahablar, sueltalamochilay,mirándome,sisea: —¿Porqué?¿PorquétuvistequehablarconElke? Lomiroalucinada. ¿Aquévieneahoraesosiyohabléconellasólounavezhacetiempo? —¿Porquétuvistequemeterteenmivida? —¿Dequéhablas?—consigomurmurar. Flynsemuevenervioso.Miraalosladosy,acercándoseamí,sisea: —Jud,notehagaslatonta.Sabesmuybiendeloquehablo. Noqueadaporloquedice,locojodelcodo. —Pero¿dequéhablas?Siterefieresaldíaquelaencontréalasalidadelinstitutobesándosecon otrochico,sóloledijequetúerasunbuenchicoyquenosabíaaquéestabajugandoella.Flyn,soytu madrey... Élaprietalosdientes.Sumandíbulasecontraey,acercandoelrostroalmío,meinterrumpe: —Tú no eres mi madre. Mi madre murió cuando yo era pequeño. Tú sólo eres la mujer de mi padrey,entodocaso,mimadrastra;¡entératedeunavez! Ay,Dios...¡Elcorazónsemevaasalirdelpecho! ¿Quélehehechoyoparaqueestétanagresivoconmigo? Sinquerercontinuar,ycongestofurioso,Flynmemiray,señalándomeconeldedo,musita: —Por tu culpa, Elke me dejó. ¿En qué más me vas a jorobar? Porque, si sigues jorobándome, prepárate,porqueyopiensohacerlomismo. Parpadeo.Medueleenelalmaquenomeconsideresumadreconloqueyoloquieropero,una vezasumotodoeso,lomiroymurmuro: —De acuerdo, Flyn. No soy tu madre. Pero ¿me estás diciendo que estás enfadado conmigo porque Elke no quiere estar contigo? —Él no responde. Entonces, el corazón se me encoge y pregunto—:¿PoresoestáshaciendoqueEricyyodiscutamostanto? Sin responderme, coge la mochila del suelo, da media vuelta y se va, dejándome sin saber qué pensar. Horasdespués,cuandoveollegarelcochedeEric,loesperoenelgarajey,encuantobajadel vehículo,voyasuencuentro. Nadamásverme,élanunciaconunaesplendorosanoticia: —Miraloquetetraigo. Concuriosidad,observosumanoy,alvermianillo,locojoypreguntohaciéndomelatonta: —¿Dóndeestaba? Ericsonríe,meguiñaunojoydice: —Loencontréenelmaleterodelcochecuandofuiameterunospapeles. Lo miro boquiabierta. ¿En el maletero del coche? Pero ¿éste se cree que me he caído de un guindo?Y,antesdequeyodiganada,añade: —Quizásetecayóallíynotedistecuenta. Asiento. Mejor cierro el piquito, que no quiero liarla más. Aun así, no comprendo por qué me estámintiendoenalgotanimportantecomoeso. Sinduda,losdossomosunosgrandespringadosconelcrío,loestamoshaciendomuymalcon él,yélnosestátoreandocomoquiere. Cuentohastadiez.Después,hastaveinte.Hededejaresetemaparaotromomento.Y,poniéndome elanilloeneldedo,lecuentoaErictodoloquerealmenteocurrióconlacoca-colayporquécreo queFlynmetienetantoodio.Omitoloquemehadichoenreferenciaaseronosersumadre.Esole doleríaaEric. Elgestodemimaridosecontraealoírmispalabrasy,cuandoacabo,pregunta: —¿FlynestáasícontigoporqueElkelodejó? —Esomehadadoaentender—murmurofastidiada. Mirubiomaldice,semueveporelgarajecomounleónfuriosoy,clavandosuazuladamiradaen mí,sisea: —Jud,¿porquénuncamehablastedeeseencuentroconesamuchacha? ¡Lamadrequeloparió! Élmeestámintiendoenreferenciaalanilloytienelapocavergüenzadedecirmequenolehe contadoaquello. Sinoselocomentéensumomentofuepornoecharmásleñaalfuegoy,acercándomeaélcon todalamalalechedelmundo,siseo: —Oye,Eric,dejandodeladoquenotecontéquepilléalaamiguitadeFlyndándoseellotecon otroyledijecuatropalabras,creoquedebemoshablarconél. Desconcertado,memira.Llegaracasayrecibirloconproblemasnodebederesultarleagradable, perodispuestaasolucionardeunasantavezaquelloquemartirizaaFlyn,letiendolamanoydigo: —Vamos. Ericcogemimano,laaprietay,deuntirón,meacercaaélparabesarme.Unavezlohahecho, memirayconseguridadasiente: —Vamos. Cogidosdelamano,subimoshastalahabitacióndeFlyn. Ericllamaalapuertaantesdeentrary,cuandooímoslavozdelcrío,entramos.Comosiempre, estáanteelordenadory,alvernos,cierralaventanadelchatporlaquehablabaconalguien;nohe sidocapazdeverconquién.Ericcomienzaahablar...,hablayhabla. Comentatodoloqueyolehecontado,yFlynrespondealadefensiva.¡Faltaríamás! Unbuenratodespués,cuandoveoqueEricyaestáperdiendosupocapaciencia,sentencia: —Flyn,quizátumadrenodeberíahaberledichonadaaesachica,peroteaseguroque,siyola hubieravisto,habríareaccionadocomoella. —Túeresmásdiscretoqueella. —Vaya,¡graciasFlyn!—exclamodolidaporsufaltadetacto,mientrascompruebounavezmás que,delantedeEric,nodicequenosoysumadresinosumadrastra. El crío no responde. Eric me mira con cara de «¡Cállate!» y yo decido hacerle caso. Entonces Flyndice: —Papá,yo... —No,papá,no—locortaEricfurioso—.Estoycabreado,¡muycabreadocontigo!Yahorasólo tevoyapedirunacosa.Dameunpocodetranquilidadycomienzaacomportartecomoelmuchacho alquehecriadoyhedadounaeducaciónporque,sinolohaces,tejuro,Flyn,quelolamentaráse irásderechoauncolegiomilitar. Elchavalnoabrelaboca.Lodelcolegiomilitarsonpalabrasmayores,yEricprosiguemientras yomemantengocalladitatodoelrato: —Detodasformas,túyyotenemosunaconversaciónpendienteenloreferenteaJud.Estoyharto demuchascosas,ycreoqueyanotevoyapasarniunamás. Flynnodicenada,deprontoveoquesefijaenquellevoelanillopuestoy,condisimulo,dejade mirar.Sinañadirnadamás,Ericcogemimanoysalimosdelahabitación.Nosdirigimoshaciala nuestray,cuandocierralapuerta,mesueltaysemetedirectamenteenelbaño. No lo sigo, sino que le doy unos minutos. Entiendo que llegar a casa y que yo le vaya con la serenatadecontrariedadestodoslosdíasesagobiante.Flynysusproblemasnosestánmatandocomo pareja. Dispuestaahacerleolvidar,meacercoalequipodemúsicaquetengoenlahabitación,buscoun CD y, cuando comienza a sonar nuestra canción, me planto frente al baño. Al cabo de pocos segundos, cuando Eric sale, con la mejor de mis sonrisas paseo las manos por sus hombros y murmuro: —Ahoratevasarelajar. Como siempre decía mi madre, la música amansa a las fieras y, dispuesta a amansar a la fiera rubiaquetengoantemí,sonrío.Peroentonces,él,sinimportarlemissentimientos,quitamismanos desushombros,mientrassuenaaquellode«Teregalomiamor,teregalomivida»,[28]ydice: —Séquehagomilcosasmal,Judith,quemetomucholapatacontigo,pero,porfavor,déjame respirar,dameespacioporquemeestáisvolviendolocoentrelosdos. ¡Anda,mimadre!¿Aquelomandoalamierdaporgilipollas? Oír eso me duele, me rompe el corazón y, alejándome de él, apago la música y murmuro sin ganasdediscutir: —Deacuerdo,Eric,tedaréespacio. Sinunápicedehumanidad,elamordemividaabrelapuertaysaledelahabitación.Nolosigo. Noselomerece.Metumboenlacama,apagolaluzymepasohorasmirandoaltechomientrastoco mianillorecuperado. Entrada la madrugada, la puerta se abre, Eric entra, se desnuda, se tumba a mi lado y se queda dormido. Sinduda,herecuperadomianillo,peroestoyperdiendoamiamor. 50 Dosdíasdespués,cuandoJudithsaliódetrabajar,fueaverasuamigaMel.Necesitabahablarconella oseibaavolverliteralmenteloca.Lasituaciónencasaerainsoportable.Ericestabataciturno.Flynse escondíaporlasesquinasynadiehablabaconella. —Tranquila,Judith.Todopasará. —Lo sé. Sé que todo pasará. Pero la extraña sensación de soledad que siento en la boca del estómagocuandoestamosencasanomedejavivir. —Teentiendo—murmuróMel. EllayBjörnhabíanestadosinhablarsesóloundíatrasloocurridolaúltimanoche,peroBjörn noteníalacabezoneríadeEric,yencuantopudolosolucionó.Nosoportabasentirlaindiferenciade Mel. Sinquererhablardeello,Melmiróasuamigaysusurró: —Todosearreglará,yaconocesaEric.Porcierto,enhorabuenaporhaberrecuperadoelanillo. Judithsemiróeldedo.AMeltampocolehabíacontadoloquesabíay,encogiéndosedehombros, murmuró: —Gracias. En ese instante se abrió la puerta y Leya, la perra, se levantó y corrió. Instantes después entró BjörnconSamisobreloshombros,ytantoMelcomoJudithsedeshicieronenbesosconella. Al ver a Jud, Björn la saludó encantado, pero la conocía muy bien, y la tristeza que veía en su miradalehacíapresuponerquealgopasaba. —¿Vatodobien?—preguntó. Judithsonrióaloírloy,guiñándoleunojo,musitó: —Sí,tranquilo.Simplesdiscusionesentretuamiguitoyyo. Björnsuspiró.EricyJudysusdiscusiones...Luego,mirandoasualrededor,preguntó: —¿NohallegadoPeterdelcolegio? Melmiróelreloj. —Cariño,todavíaquedaunratoparaquellegue. El abogado asintió pero, cuando iba a decir algo, su teléfono sonó y, separándose de ellas, lo atendió.Hablóconalguieny,aldespedirse,dijo: —Deacuerdo,Gilbert,intentarépasarmeavertemañana. Lasdosamigassemirarony,encuantoBjörnsemarchóhaciasudespacho,Judithpreguntó: —¿Lehascontadoyaloqueteníasquecontarledeeseimpresentable? —No. —¿Yaquéesperas? Melsonrióyreplicó: —¿TepreguntoyoatiporquénolecontasteaEricladiscusiónquetuvisteconElkeoporqué permitesqueelniñodigaquenoeressumadrecuandoélnoestá? Judparpadeó. —Tocadayhundida. Melrio. —Mira,lohedecidido—añadió—.Novoyadecirnada,yquesealoqueDiosquiera.Élyasabe loqueyopiensodeesagentuzayconesomevale. Depronto,Samipreguntó: —TíaJud,¿quieresverelponirosaquemehacompradopapi? Ellaasintióencantadayrespondió: —Claroquequieroverlo.Enséñameeseponirosa,miamor. Peterllegódelcolegiounratodespués.ComosiemprequeveíaaJudith,laabrazabaconcariño. Eraunniñoafectuoso,yJudithseemocionaba.¿PorquéFlynnolaabrazayaasí? Trasestarunratoconellas,elchicoseretiróasuhabitaciónparahacerlosdeberes. Una hora después, cuando Mel y Jud estaban compartiendo una coca-cola en la cocina, Björn abriólapuertayanunció: —Miradquiénhavenido. Judithysumaridosemiraronysesaludaronsinmuchaefusividadporpartedeella. —Björnqueríahablarconmigodeciertostemaslegales—explicóEric. Sinmoversedelsitioyconsubebidaenlamano,Judasintió: —¡Genial! Cuandoloschicossemarcharonaldespacho,Melcuchicheóboquiabierta: —Guauuu...,nienelPoloNortesontanfríos. Aloírla,Judseencogiódehombrosy,comonoqueríaseguirhablandodelmonotema,quenose quitabadelacabeza,dijo: —Vamos,enséñameloscanalesquePeteroshapirateadoeneltelevisor.Quieroversilostengo ono. Una hora después, Eric y Björn salieron del despacho, donde no sólo habían hablado de temas legales,ysesentaronconlaschicasparatomarsealgo. Elbuenhumorreinabaenelambiente,peroanadielepasóporaltoqueJudithestabamáscallada delonormal.Conscientesdelatirantezquehabíaentresusamigos,BjörnyMelsemirabansinsaber quéhacer,hastaqueella,levantándose,dijo: —Osquedáisacenar,¡decidido!Llamaréparaquenostraiganunaspizzas. Durante la cena, la presencia de Peter y de Sami hizo que todo fuera más ameno, pero Eric se sentíamal.VeraJudtandesganadaporloqueestabaocurriendoencasaconFlynyconélmismole partíaelcorazón. El tema del chaval ya pasaba de castaño oscuro. Enterarse de que había sido capaz de robar el anillo que tanto adoraba Judith hizo que Eric abriera los ojos como platos y se diera cuenta de lo equivocadoqueestaba.Sinduda,éleraelgranculpableencuantoalmuchacho.Sitodaladurezaque enocasionesvertíacontraJudithlahubieravertidocontraaquél,ahoranoestaríanasí. PensóencontarlelafechoríadeFlynenrelaciónconlodelroboalamujerqueadoraba,perofue incapaz. Lo avergonzaba que ella supiera la verdad de todo y, aun siendo consciente de que estaba malloquehacía,decidiócallar.Esosí,trashablarconelchavalcomonohabíahabladoensuvida, decidió que todo tenía que acabar y, a la siguiente fechoría que hiciera, se iba derecho al colegio militar. Cuandoterminarondecenar,llególahorademarcharsey,ensilencio,EricyJudentraronensu coche.Élarrancóelvehículoy,mirándola,preguntó: —¿Quieresescucharmúsica? —Medaigual. Deseosodequeaquelloacabara,elalemánbuscóentrelosCDquellevabaenelcocheypusouno. CuandocomenzóasonarlavozdeRicardoMontanercantandoConvénceme,[29]preguntó: —Estacancióntegusta,¿verdad? Judithresopló.Biensabíaélcuántolegustaba. —Sí. Nolomiraba.Ericnecesitabaquelohicieraparaconectarconsusojos,porloquemurmuró: —Escucha,Jud... —Noquieroescucharte. Enfadado por haber sido él quien había creado aquel malestar, sin poder aguantar un segundo más,insistió: —¿Hastacuándovaaduraresto? Peroella,sinmirarlo,replicó: —Simplementeteestoydandoelespacioquemepediste. Eric asintió. Arrancó el vehículo y condujo en silencio hasta su casa. Era un bocazas, un gran bocazasconella,ysemerecíaquelehablaraasí. Al llegar al garaje, Eric apagó el motor y, cuando Jud iba a salir del coche, la agarró de la muñecay,atrayéndolahaciasí,laabrazóyleprometióqueapartirdeeseinstantetodoibaacambiar. Estavez,Judnosealejó.Sinduda,lonecesitabatantocomoélaella,yloescuchó. 51 Elviernes,trasdejaranuestrosniñosyaSamiyaPeterconSimona,Norbert,BeayPipa,sinmirar atrásononosiremos,nosdisponemosapasarungranfindesemanaplagadodesexoymorbo. Alllegaralhoteldondenosvamosaalojarlospróximosdosdías,traspasarporrecepciónydar nuestrosnombres,BjörnyMel,Ericyyonosdirigimoshacianuestrasrespectivashabitaciones. El hotel es bonito y, cuando Eric y yo cerramos la puerta de la nuestra, nos miramos, nos comunicamosconlosojoscomosiemprehemoshecho,ysabemosquetodoestábien. Tengoganasdedivertirmeconél.Entoncesveounabotellitaconpegatinasrosametidaenhielo juntoadoscopasysonrío,seguradeloquequiero,yséqueéltambiénquiere. —Desnúdate—mepide. Esanoche,alejadosdelosniñosydelosproblemas,mimaridoyyonoshacemosmutuamenteel amorsinreservas. Nosnecesitamos... Nosqueremos... Nosamamos... Ycuando,demadrugada,caemosagotadosenlacama,Ericmurmura: —Creoquetúyyonecesitamosmásfinesdesemanacomoéste. Encantada,sonrío.Nomecabelamenorduday,poniéndomeahorcajadassobreél,afirmo: —Tendremostodoslosquetúquieras. Alamañanasiguiente,trasllamaracasaysaberquetodoestábajocontrolporallí,loscuatro nosdirigimoshacialacasadeAlfredyMaggie.AlverqueBjörnyEricconversan,Melseacercaa míycuchichea: —Tengoquehablarcontigo. —¿Quépasa? Miamigamehaceseñasparaquecalleymurmura: —Luegohablamos. Asiento.Melsonríey,mirandoelenormecasoplónquesecierneantenosotros,pregunta: —¿Tantodinerotienenlosanfitriones? Ericyyointercambiamosunamiradaymiamorresponde: —Son dueños de medio Múnich, y tienen acciones en distintas productoras de cine estadounidense. Melsesorprendealoíreso,peromássorprendidasequedacuandoselospresentamosyellosla recibenensucasaconairecampechano. La gran fiesta es por la noche. Maggie nos enseña por encima los preparativos y, mientras caminamosporlasdistintassalasambientadas,Melmurmura: —Madremía.Eldineralquedebendehabersegastadoentodoesto. Sonrío. Sin lugar a dudas, los anfitriones pueden gastarse eso y más. Sólo hay que mirar alrededor para darse cuenta del coste de todo. No quiero ni imaginarme lo bonito que va a ser aquelloiluminadoporlanoche. Alfred ha ordenado traer columnas labradas y pedestales para ambientar las impresionantes habitaciones, junto a bustos y estatuas de hombres y mujeres, y la mesa principal del comedor es enorme. Tras salir del gigantesco salón, entramos en otro espacio lleno de mesitas bajas rodeadas por grandes y mullidos almohadones de colores. Con picardía, Maggie se ríe y nos dice que es para quienesquieranseguircomiendoenpúblicotraslacena. Deallípasamosaotroenormesalón,enelqueunostrabajadoresultimandetalles.Loshombres nos observan curiosos, pero siguen con su trabajo. Nosotras paseamos entre columpios de cuero sujetosaltechoy,alvervariosjacuzziscubiertosporenredaderasparadarefecto,nosmiramosy Maggiemurmuraqueerauncaprichodesumarido.Lastresnosreímoscuandopasamosaotrasala dondevemosvariascrucesacolchadas,ceposdemaderacongrilletes,jaulasyotrosartefactos. Melclavasusojosenmí,yyo,sabiendoloquepiensa,meríoymurmuro: —Aquínoentroyoniloca. Unavezsalimosdeesaestancia,Maggienosmuestravariashabitacionespequeñassinpuertaen lasquehayunacamaensuinterior,yunadeellasconcortinasamododepuerta,uncolumpiode cueroenelcentroyungranespejo.Setratadelasalanegra.Noshabladequehaygentealaqueno legustaestarrodeadaalahoradehacerelintercambio,yfinalmentevamosaotrasalagrandellena decamasconsábanasdoradasyplateadas. Acabadalavisita,salimosalexteriordelaenormecasonayvamoshastaunjardínalairelibre, dondenosesperanloschicosjuntoaotrosinvitados.Pasamosgranpartedelamañanaallíy,trasuna improvisada comida en uno de los restaurantes del pueblo, nos despedimos y regresamos al hotel. Debemosprepararnosparalafiestadelanoche. Entrerisas,mearregloconMely,cuandomemiroalespejo,meacuerdodeFridaydeAndrés. Conañoranza,recuerdomiprimerafiestaconellosvestidosdelosañosveinte.Pordesgracia,esos buenosamigosnohanpodidodesplazarseparaestafiestaacausadeltrabajodeAndrésy,aunquelos añoro,sonrío.Séqueestánbienyfelices.Esoesloúnicoqueimporta. UnavezMelhaacabadoderecogermipeloenunmoño,sedaaireconlamanoylepregunto: —¿Quétepasa? Acalorada,ellamurmurarápidamente: —Tengomuchocalor.¿Notienescalor? Asiento. La verdad es que en ese hotel hace muchísimo calor. Me miro al espejo y me gusta el aspecto juvenil y lozano que ese peinado me otorga cuando oigo a Mel decir tras terminar de ponermeenlacabezaunacoronadelaureles: —Estásmonísima. Encantadaaloíreso,mefijoensucortoyengominadopelooscuroyafirmo: —Túsíqueestásguapa,conesoslaurelesalrededordelacabezayloscoloretesquetienesporel calor. Lasdosreímos,yacontinuaciónnosponemosnuestrassandaliasromanasdetacónblanco. Cuando nos miramos al espejo, ambas silbamos. Estamos sexis y tentadoras vestidas con esos cortosvestidosderomanasenblancoyoro.Sinduda,fueronunabuenaelección. —Miraquenomeponesnada,peroreconozcoqueasívestidaestásimpresionante. Miamigasueltaunacarcajaday,dándomeunbesoenlamejilla,cuchichea: —Meencantanoponertenada—y,mirándome,añade—:Escucha,yoquierocont... Eneseinstantellamanalapuertadelahabitación.Lasdossabemosquiénessony,conunapícara sonrisa,noscolocamosenplandiosasdelOlimpoydecimos: —Adelante. Lapuertaseabreyaparecennuestrosguaposgladiadores.Björnestáimpresionante,peroyono puedoapartarlamiradademirubioalemán.Vestidodegladiadorconesetrajeconfalditadecuero marrón,lacapaylassandaliasromanas...,uf...,uf...,porelamordeDios,¡quésexiestá! Al ver nuestros disfraces, los chicos sonríen, les gustan tanto como a nosotras los suyos. Entonces, con picardía, me levanto la corta falda de mi vestido y, enseñándole a Eric mi recién depiladomontedeVenusparalaocasión,murmuro: —Sinnadadebajo,comoatitegusta. Miamorasiente,yveocómolanuezdesugargantasemuevecuandotraga.Estoyensimismada ensusojoscuandooigoqueMeldiceantelamiradadeBjörn: —Puesyosíllevo.Noséirsinbragas. Miamigosueltaunacarcajada,Ericsonríe,yyo,dispuestaademostrarlequemesientocomouna diosavestidaasí,memuevoconpremeditación,nocturnidadyalevosíaypregunto: —¿Tegustamivestiditoderomana,Iceman? Lanuezdelagargantademiamorvuelveamoversemientrasloveoasentir,yentoncesséloque va a pasar cuando mi rubio camina hacia mí y, desabrochándose el cinturón que reposa sobre sus caderas,veoquelaespadacaealsueloydice: —Pequeña...,quítateelvestidosinoquieresqueteloarrugue. —¿Ahora? Miamorasiente,yyosonríosatisfechaporloqueheprovocado,peroentoncesveoqueBjörn murmuramirandoaMel: —Estástardandoendesnudarte,preciosa. Sinunápicedevergüenza,yexcitadasporloqueaquellosdostitanesnosordenan,nosmiramos y,conunapícarasonrisa,desabrochamoslospasadoresquellevamosalhombroynuestrosvestidos caenalsueloendécimasdesegundo. Ericmecomeconlamirada. ¡Uf...,québrutoteseestáponiendo! Susojosmehacensaberlomuchoquemedeseay,acercándoseamí,susurraantesdebesarme condelirio: —Seréelprimeroyelúltimoenhacertemíaestanoche. Actoseguido,metumbaenlacama,observocómosequitaelbóxer,mecubreconsucuerpoy, separándomelaspiernasconlassuyasysinmimo,mehacesuya.Meaprietacontrasíyyomedejo llevardisfrutandoalmáximodelafogosidaddemiamor. Con Eric sobre mí y con mi voluntad anulada por nuestra locura, no sé cuánto tiempo pasa cuando soy consciente de que Mel está tumbada a mi lado mientras Björn la besa y se mueven al unísonoentrejadeosysusurros. Como digo, nuestra amistad es especial, diferente. Compartimos intimidades y momentos pasionalesqueotrosamigosnocomparten,peroanosotrosnosgusta,nosencantapoderhacerlo,y loscuatrodisfrutamossobrelacamahaciendoelamorcondelirio. Unavezacabadoeselocoprimerataquequenosotrashemosprovocado,losdosgladiadoresse levantan de la cama y nos levantan a nosotras. Entre risas, pasamos al baño para asearnos y, en el momentoenquememiroalespejo,gruño: —Joder...,mipeloestáhechoundesastre. Eric,queadoramimorenamelena,seponedetrásdemí,labesayresponde: —Déjatelosuelto. Feliz por aquello, le hago caso y, cuando salimos del baño, mientras esperamos a que Björn y Melregresen,Ericdicemientrasseacomodaelcinturónconlaespada: —Noteseparesdemíenlafiesta,¿deacuerdo,cariño? Asiento.Nilocameseparodeél.¡Andaquenohabrálagartas! Arropadosconunascapasgruesasquenoshemoscompradoparalaocasión,nosmontamoslos cuatro en el coche de Björn. Hace frío, y éste se apresura a poner la calefacción. Divertidos, nos dirigimos a la fiesta, pero al coger la carretera que nos llevará hasta la mansión, unos hombres a caballovestidosderomanosnosparanynosindicanquedebemosdejarelcocheallí. Cuandonosbajamos,nosfijamosenquealosladoshayvariascuadrigastiradasporcaballos,y vamosenellashastalacasa.Esonosencanta.Ambientacióndesdeelminutouno.Sinduda,Alfredy Maggiesabendarfiestas. Unavezlascuadrigasnosdejanenlaentrada,nosapresuramosaaccederalaenormemansióny de inmediato nos quedamos boquiabiertos. Realmente aquello parece la antigua Roma. Por todas parteshayhombresymujeresvestidosdeaquellaépoca,ylacaracterizacióndellugaresfantástica. Más tarde, me entero de que ha ayudado en la decoración uno de los equipos que trabajó en la películaGladiator.Sinduda,todoaquelloesincreíble. De la mano de mi amor, camino por la casona convertida en la antigua Roma y me fijo en los cuencosrústicosllenosdeuvas,lasjarrasfinasparaelvinoylashermosascopas.Enaquellafiesta nohaycerveza,nohaycoca-cola,nohaychampán. Lasparedesestándecoradasconfinascenefas,antorchasylámparasdeaceite. —Increíble. Maggie y Alfred cada día se superan más —afirma Björn echando un vistazo a su alrededor. Lostresasentimosasombradosmientrasaceptamosunascopasdevino,quemástardesabemos queesaromático,ybebemosmientrassaludamosamuchosconocidos. Todoslospresentesloqueremospasarbien.Lagranmayoríanosconocemosdeotrasfiestaso deencontrarnosenciertoslocalesswingers.Nadieestáallíporequivocación. —Pero¡quéalegríavolveraverosaquí!—oigodepronto. Rápidamente me doy la vuelta y me encuentro con Ginebra y su marido. ¿Qué están haciendo ellosallí? Ericseapresuraaagarrarmedelamano,yentoncesAlfredseacercaanosotrosydice: —Eric,nosésiconocesamibuenamigoFélix. Vaya...,vaya...¿AlfredesamigodeFélix? Sinceramente, no me extraña. El tipo de sexo que he visto que les gusta a aquéllos y a los anfitrionesesmuyparecido. Entonces,Ericsonríeyafirma: —Sí.Loconozcoaélytambiénasumujer,Ginebra. Laaludidasonríeyyoledevuelvolasonrisa. Mientrastodoshablamos,mepercatodequeGinebranoseacercaaEricnilomirademanera queyomepuedamolestar.Laverdadesquesiempreguardamuybienlasdistanciaspero,cuandose alejandenosotros,mealegro. Deprontosuenanunastrompetasyuncañóndeluzenfocahacialoaltodelaescalera.Allíestán Alfred y Maggie con sus caros disfraces. Como anfitriones, dan la bienvenida a sus invitados. Nos hacen saber que somos ciento treinta personas escogidas selectivamente para la fiesta, y a continuaciónunosguapossirvientesromanosnosentreganunospapeles.Enellosvieneunplanode lacasaexplicandolassalasysustemáticas. Una vez acaban la explicación, con una grata sonrisa, Alfred nos invita a todos los asistentes a pasaralcomedory,encantados,todosnosdirigimoshaciaallí.Cadaunodenosotrostieneasignado unlugarenlamesa,ymealegraverqueMaggienoshapuestojuntoaBjörnyMel. Cuandonosacomodamos,unoscriadosnossirvenmásvinoydespuéscomenzamosadegustar manjaresquesupuestamentesecomíanenlaantiguaRoma. Deentradanossirvenunexquisitopurédelentejasconcastañas.Alprincipiopiensoquenomelo voyacomer,pero¡estábuenísimo!AMel,encambio,lehorrorizaelolor. Llenanmicopaconalgoquenoconozcoy,alpreguntar,elcamareromedicequeesmulsum.Yo vuelvoamirarlo.Noséquéeseso,yésteconcorreccióndice: —ElmulsumesunvinotípicodelaépocadelImperioromano.Estáhechodeunamezcladevino o mosto con miel. Después se remueve hasta que la miel se disuelve y se sirve templado con los entrantes. DoyuntraguitoyMel,mirándome,afirma: —Memueroporunabirra,¿nohay? —Yyoporunacoca-cola. Loscuatrollegamosalconvencimientodequeaquellonoesloquemásnosapetece,yentonces nostraenvinoderosasyvinodedátiles.¡Repitovariasveces!Estánincreíbles. Ericsonríe. —No bebas mucho que, cuando regresemos al hotel, tengo encargada para ti una botellita con pegatinasrosa. Yo me río con complicidad al oírlo. Sabe que por su culpa me encanta el champán Moët & ChandonRoséImpérial.MelohizobeberennuestraprimeracitaenelMoroccioysehaconvertido enuncompañerohabitualennuestrosmomentos. —Tranquilo,amor—susurro—,queparamibotellitadepegatinasrosasiempretengohueco. Los camareros traen paté de olivas, moretum, distintos quesos frescos de hierbas, sésamo y piñonesy,comoplatofuerte,unincreíblelechónasadoyrellenoconhojaldreymiel. Melyyonoschupamoslosdedos,todoestábuenísimoy,cuandotraenlasmanzanasasadascon frutossecos,creoquevoyareventar. ¿Por qué mi padre me habrá enseñado que hay que terminarse siempre todo lo que hay en el plato? Acabada la cena, mientras todos charlamos tranquilamente y estoy tomando algo que llaman hidromiel,veoqueAlfredselevanta,llevanhastaélcuatrocarritosdeservicioconruedasvacíosy él,trascogerunmicrófonoparaquetodoelmundopuedaoír,dice: —Amigos,enlaantiguaRoma,despuésdecomerenbanquetesconcurridoscomoéste,siempre seorganizabaalgúntipodeespectáculo.Habíavariosytodoseransangrientos,como,porejemplo, atar a un pobre hombre a una estaca para que una fiera hambrienta lo despedazara mientras los comensalesobservaban. Todoslospresentesarrugamoselentrecejo;¡quéasco! ¿Deverdadhacíanesolosromanosynoechabanluegolapota? Alvernuestrogesto,Alfredsonríeycontinúa: —Ennuestrocaso,hepensadocrearunespectáculollamado«elpostrecomún».Consistiráenque tresmujeresytreshombres,losqueseofrezcan,seránatadosaestoscarritosyseránofrecidoscomo postreatodoelmundoduranteunahora.Después,seránliberados,todossaldremosdelcomedory podremosdirigirnosalasdistintassalasparacontinuarconlafiesta. Las risas de muchos de los asistentes se oyen junto a algunos aplausos. Mel me mira y, acercándoseamí,murmura: —Nilocameprestoaeso. Yosonríoyafirmo: —Yasomosdos. Nuestroschicarrones,queestánanuestroladoynoshanoído,asienten.Piensancomonosotras. Encantadaalcomprobarqueestamosdeacuerdo,besoamirubioy,cuandooigolasrisasdelos asistentes, no me sorprendo al ver a Ginebra levantarse. Félix, su marido, le da un beso y, tras un azoteeneltraseroquehacereíraloshombresqueestánasualrededor,Ginebrasealejadeelloscon unagransonrisa. Detrásdeellasalendosmujeresytreshombrese,instantesdespués,semarchanconloscriados, que se llevan los carritos, y los demás seguimos sentados a la mesa. Un momento más tarde, las trompetas suenan, las puertas se abren y entran de nuevo los criados con aquéllos desnudos y maniatadossobreloscarritosdeservicio. Boquiabierta,observolaescena. Miraqueyahevistocosasrarasenmivida,peroveresomeparecesurrealista. Losvoluntariosestánatados,unosbocaarribayotrosbocaabajo. MefijoenGinebra,queestábocaabajo.Supechoestápegadoalabandeja,tienelasmuñecasy los tobillos atados al carrito de servicio y está por completo expuesta para todos. Los camareros dejan cada carrito en distintos puntos de la mesa y, a partir de entonces, los invitados comienzan a moverloscarritosasuantojo. Losofrecidosríenanteloqueaquelloshombresymujereshacen,peroyosólopuedofijarmeen Ginebra.Ledancachetitoseneltrasero,hastaqueunhombre,queestájuntoaFélix,seponeenpiey, levantándoselafalditaderomanoquelleva,seechahidromielalrededordelpeneyselointroducea Ginebraenlavagina.Félixloanimay,finalmente,levantándosetambién,metesuvergaenlabocade sumujer.Lagenteaplaudeanteloqueve,mientrasyoobservoojiplática. Ginebragrita,jadea,mientrasFélix,conlosojoscerrados,continúasupropiobaileparticularen labocadesumujer. Melmemira.Yomeencojodehombrosy,acercándomeaEric,murmuro: —SiGinebraestátanenferma,¿porquéhaceesto? Eric,quehadejadodeobservarelespectáculo,clavalosojosenmíyresponde: —Porqueesloquelegusta,cariño,yFélixnoledicequenoanada. La gente se levanta y se arremolina alrededor de Ginebra y las otras personas que están en los carritosdeservicioparajalear,tocaryhacertodoloqueselesvengaengana,peronosotros,aligual queotraspersonas,nonoslevantamos.Nonosinteresaesetipodejuego. Olvidándonosdeloqueocurreaescasosmetrosdenosotros,comenzamosahablarentoncescon otrosinvitados,hastaquesuenanlastrompetas.Eneseinstantetodoelmundosesientay,cuandolos camarerosentranaporlosvoluntariosparallevárselos,yomequedosinhabla:vansucios,cubiertos decomidaydeloquenoescomidapero,porextrañoquemeparezca,selesvefelices.Sinduda,han disfrutadoconalgoqueamíparticularmentemehorroriza. Losinvitadoscontinuamossentadosalamesacuando,diezminutosdespués,laspuertasvuelvena abrirseylosseisvoluntariosentrandenuevoduchadosyconsusimpolutostrajesderomanos.La genteaplaudeylosvitorea,yellossonríen. PocodespuésesMaggielaqueselevanta,cogeelmicrófonoydice: —Amigos, la cena ha acabado. Ahora os invito a que vayáis a los distintos salones acondicionadosquehayenlacasaparaquegocéisdevuestromorbo,devuestrasexualidadydeesta granfiesta.Recordadlasnormasy¡adisfrutar! Todosnoslevantamosysalimosdelcomedor.Laprimerasalaquenosencontramoseslaqueestá plagada de mesitas bajas y almohadones. Allí nos sentamos. Hablamos durante un buen rato con conocidos,hastaquemirubiomurmuraenmioído: —¿Quéteparecesitúyyonosvamosaunodeesoscolumpiosdecuero?Creoquelasúltimas vecesqueloprobamosnosgustó. —Ymucho—afirmo. Delamano,caminamoshacialassalasdondeséqueestánloscolumpios,mientrasMelyBjörnse quedanhablandoconotrossobreloscojines. Alllegar,vemosquenohayningúncolumpiolibrey,alrecordarunoenlahabitaciónnegradel espejo,comolallamóMaggie,medirijohaciaallí.Porsuerte,estávacía.Nosbesamosy,cuandoel besoacaba,veoqueunhombrequenoconozcoestámirándonos.Ericmepreguntaconlamiraday yosonrío,yentoncesmiamordice: —Cariño,tepresentoaJosef. Encantada,sonríoaltalJosefyéstehacelomismo.Eric,queestádetrásdemí,leordenaaJosef quecierrelascortinasparaquenadienosmolestey,trasello,murmuraenmioído: —Tevoyaquitarelvestido,¿puedo? Lo miro con una sonrisa guasona y con un pestañeo sabe que le digo que sí. Acto seguido, mi amorabreelpasadorquesujetamivestido,éstecaehastamispiesyyoquedodesnudaexceptopor lassandaliasromanasdetacónquellevo.Josefsonríe.Nometoca.Nosobserva,yEric,cogiéndome entresusbrazos,mesubealcolumpio,pasalascorreaspormistobillosymismuslosy,unavezque notaqueestoysujeta,mesueltaysusurrabalanceándome,mientrasmispechossemueven: —¿Quéleapeteceamipreciosamorenita? Excitadaporaquello,sonrío.Quierodisfrutardemirubitodemilmaneras,demilposiciones,de mil jadeos. Observo que Josef nos mira, espera instrucciones y, finalmente, sin quitarle la vista de encimaamibuenorroesposo,respondo: —Quierodisfrutardetodo. Miamorasiente.Sonríe,sesacaeldisfrazdegladiador,quecaealsuelojuntoalmío,seacercaa míy,aproximándoseamiboca,murmura: —Entonces,disfrutemos. Con su boca, busca la mía y, con una sensualidad que me deja sin palabras, me chupa el labio superior, después el inferior, yo abro los ojos y él finaliza su increíble ritual dándome un mordisquitoeintroduciendosuincreíblelenguaenmiboca. Nosbesamos... Nosdevoramos... Nosexcitamos... Y,cuandonuestroslabiosapenasseseparanunosmilímetros,Ericmusita: —Abrelosojosymírame,cariño...,mírame. Gustosa,hagoloquemepide.Nadamegustamásquemirarlomientras,colgadadelcolumpio delplacer,apenaspuedomovermey,casisinsepararnuestrasbocas,miamorintroducelapuntade supeneenmihúmedaaberturaysientocómopocoapocosehundeenmí. UnjadeosaledemibocaaltiempoquesaleotrodeladeélcuandoEricseagarraalascintasde cueroquehaysobremicabezay,sinpermitirquesemuevan,susurraamioídomientrassientosu poderenmiinterior: —Esoes,pequeña...,sujétatealascintasyábreteparamí. Actoseguido,lascaderasdemialemáncomienzanarotar.¡Oh,Dios,quéplacer! Susmovimientossonasombrosos,inesperados,chocantes,perturbadores. Ericmehaceelamory,comosiempre,mesorprende,mevuelveloca,mehacequerermásymás. Suspenetracionessoncerteras,profundas,sagaceseinteligentes.Paramínohaynadiecomoél enelsexo.NadieescomomiEricZimmerman. Mis jadeos suben de decibelios mientras me dejo manejar por el hombre que amo como una muñecaysigosuspendidaenelairesobreaquelincreíblecolumpio.Josefcontinúamirándonos,pero adiferenciadehaceunosminutos,medoycuentadequeyanollevasudisfrazderomano.Miamor meabrazamientrassigueconsusperturbadorasypasionalespenetraciones.Enloquecida,lemuerdo elhombro,yalmismotiempomecomplacecomprobarcómoJosefnosobserva.Susojosylosmíos seencuentranymehablaconlamiradamientrasseponeunpreservativo.Mehacesabercuántodesea estarentremispiernasylomuchoqueleapetecefollarme. Yanomeasustadecirlapalabra«follar»comomeasustabaalprincipio.Cuandojugamos,nos excitaqueEricmeladigaoyoseladigaaél,noscalienta.Ellenguajequeenocasionesutilizamos enesosardientesmomentosesfogoso,acaloradoytórrido.Muy...muytórrido. Alsentircómoleclavolosdientesenelhombroylasuñasenlaespalda,Ericjadea,aceleralas acometidasy,trasacercarsubocaamioído,looigomurmurar: —Todamía.Míaysolomía,inclusocuandoJoseftefolleparamí. Suvozyloquedicemeenloquece.Ericlosabe,meconoce,yprosiguearrebatadoporlapasión: —Me voy a correr, pequeña. Voy a echar mi simiente en ti y después me saldré y te ofreceré a Josef.Teabriréparaélyteencajaréensucuerpocomoahoratetengoencajadaenelmío. —Sí...,sí...—consigobalbucear. Aquellonosexcita... Aquellonosvuelvelocosy,cuandosientoquemiamorsecontraeyyogritodeplacer,trasun últimoempellónsehundetotalmenteenmíy,unavezacabansusconvulsiones,saledemiinterior. Conlasrespiracionessofocadas,ambosnosmiramosy,acontinuación,éldice: —Josef... Elaludidoyatieneenlamanounabotellitadeaguayunatoallalimpia.Sinperdertiempo,me lava,metoca,meprovoca,cuandoEric,poniéndosedetrásdemí,mueveelcolumpioparaquenos veamosreflejadosenelgranespejo,meagarraporlosmuslosy,separándomelosmásaún,dice: —Estáhúmeda,preparadayabierta. Observo en el espejo mi descaro y mi desvergüenza y sonrío cuando Josef deja la botella y la toallaaunladoypreguntaseñalandomitatuaje,queestáenespañol: —¿Quépone? Ericyyointercambiamosunamiradaysonreímos. —Pone:«Pídemeloquequieras»—dicemiamor. Josefasiente.Sinduda,lehacegraciamitatuajey,arrodillándoseantemí,dice: —Pidoquesepareslosmuslosparamíytemetasenmiboca. Supeticiónesexcitantey,abriéndomemásparaél,loprovocomientrasleenseñoelnéctarque desea degustar. Eric, que tiene los ojos conectados con los míos a través del espejo, empuja el columpiohastaposarmivaginasobrelabocadeaquél.Ledaloquepideyloqueélyyogustosos estamosdispuestosacompartir. Durantevariosminutos,aquelextrañomechupa,melame,memordisqueaelcentrodemideseo, yyosimplementememuevosobresubocaydisfrutodeaquellosinapartarlosojosdelespejodonde estoyenganchadaalosojosdemiamor.Ericsonríe.Legustaloqueve.Leexcitamiacaloramiento y,conlasmanosenmisnalgas,memuevesobrelabocadeaquél. Adoroquehagaeso.Mevuelvelocaquedirijanuestrojuego.Meexcitasentirqueéltienepoder sobremí,comoenotrosmomentosmegustasentirqueyotengopodersobreél. MisjadeossubendedecibeliosmientrasEricmebesaparatragarsecadagemidomío.Susojosy losmíosestántotalmenteconectadosy,cadavezquemesusurraaquellode«bienabierta,miamor, permitequedisfrutedeloquesóloesmío»,meencojodeplacer. Pierdolanocióndeltiempo.Nosécuántoratodisfrutamosasí.Sóloséquemeentregoamiamor y éste a su vez me entrega a otro hombre lleno de placer. Tras un último orgasmo que me hace convulsionar, Josef se levanta, se coloca entre mis muslos abiertos, guía su duro pene hasta mi tremenda humedad y me penetra. Yo jadeo y cierro los ojos. Eric, que está detrás de mí, murmura entoncesenmioído: —Así,pequeña,noteretraigasydisfrutadenuestroplacer. Echolacabezahaciaatrásymiamormebesamientraslasensacióndeingravidezporestarsobre elcolumpiomevuelveloca.EricmehaceelamorconlalenguamientrassientoqueJosefagarracon lasmanoslacuerdaquepasapormitraseroparaintroducirsemásymásenmí. Estoy tremendamente excitada por el momento; entonces Eric abandona mi boca y murmura buscandomimiradaatravésdelespejo: —Dimeloquesientes. LosgolpessecosqueJosefmeda,unidosalmodoenqueEricmeabreparaélyasuspalabras, mehacensentirmilcosasy,cuandopuedo,respondo: —Calor...,placer...,morbo...,entrega... Nopuedocontinuar.Josefhacogidolaposturacorrectaycomienzaabombearenmiinteriorcon unatremendaintensidad.Jadeo...,grito...,intentomoverme,peroEricnomedeja.Observolaescenaa travésdelespejoyenloquezco.Yosuspendidaenelaire,desnudayentregada,conmiamortrasde míabriéndomelosmuslosyJosefdelantefollándome.Megustaverenelespejocómosutraserose contraecadavezqueentraenmí,megustatantocomoaEric. Josefsevuelveunamáquinaentrandoysaliendodemisexo,yyoapenaspuedorespirarperono quieroquepare.Noquieroqueseacabe.NoquieroqueEricdejedeabrirmelaspiernas.Noquiero que mi amor deje de besarme, pero de pronto Josef tiembla, da un lastimero quejido y, tras unas últimasypotentesembestidas,sedejairyyoloacompaño. UnavezJosefsaledemí,Ericacercalabotellitadeaguaylatoalla,melavaydespuésmeseca. —Ahoraquieroquetesientestúenelcolumpio—digo. —¿Yo? Asiento.Sémuybienloquequierohacery,unavezmichicomeayudaaquitarmelascintas,soy yoquienloinvitaasentarse.Ericsonríe.Leresultacómicoestarélallí. Unavezsesientayvaadeciralgo,apoyolospiessobresusmuslos,mesuboy,mirándolodesde misitiomásarriba,flexionolaspiernasparaofrecermeaél. Encantado,comienzaaregalarmemilesdebesos,unbonitoreguerodebesosquevandesdemis rodillas hasta mis muslos. Eso me vuelve loca. Después mordisquea mi monte de Venus, y eso me vuelve tarumba. Finalmente introduce la nariz entre mis piernas y, sujetándome con fuerza por la cinturaparaquenomematenicaigahaciaatrás,sucaliente,inquietanteyjuguetonabocallegahasta elcentrodemiplacer,yyo,alsentirlo,tiembloymeabroparaél. Memuerde... Mechupa... Mesucciona... Y,cuandocreoquevoyaexplotardecalor,loagarrodelpelo,hagoquememirey,comouna diosadelporno,medejoresbalarporsucuerpohastaquedarsentadasobreél.Mistalonescuelgan tras su trasero y, hechizada por cómo me hace sentir, agarro su duro y terso pene con la mano y, separandolaspiernas,lointroduzcoenmí.Ericjadeaymurmuraalsentirmientrega: —Tequiero,señoritaFlores. Losé.Séquemequiereaunquenuestrasdiscusionesúltimamenteseanundíasíytrestambién. Nos besamos mientras el columpio se mueve. Adoro sus sabrosos besos cargados de amor, erotismo,complicidad.Adoroesabocaqueesexclusivamentemía. Sin embargo, cuando abro los ojos y miro al espejo que hay frente al columpio, me encuentro con la mirada de Ginebra, que nos observa desde la parte derecha de la cortina. ¿Cuánto tiempo llevaráahí? Sin querer pensar en ella y romper mi momento con mi amor, decido olvidarme de esa mujer, sacomipartemalota,hagorotarlascaderasparaencajarmemásenmimaridoy,cuandolosiento temblarporelmovimiento,susurroconsensualidad: —Tequiero,señorZimmerman. Al oír eso, Eric echa la cabeza hacia atrás. En esta ocasión soy yo la que tiene el poder, y sé cuánto lo excita que lo llame así. Ambos lo sabemos, pero más me gusta saber que él lo sabe. Sus manosestánenmicintura,peroselascojoylohagoagarrarsealcolumpio. La respiración de Eric se acelera. Lo vuelve loco que saque esa parte mía tan de malota, y murmuro: —Ahoramandoyoytemblarásdeplacer. Élsonríe.Meencantaverlosonreírdeesamaneray,dispuestaacumplirloquehedicho,hagoun rápidomovimientoconlapelvisymiamortiembla.Tiemblapormí. Orgullosa de haber sacado la Judith malota que llevo en mi interior, prosigo con mis movimientos, primero dulces y acompasados para luego convertirse en duros y arrítmicos. Eric disfrutadejándosellevarmientrasyomirodenuevoalespejoyveoqueGinebrayanoestá. Conscientedelpoderquetengosobremigrandullónmarido,ondeolascaderasenbuscadesus gemidos.Éstosnotardanenllegar,yaumentancuandopasolalengualentamenteporsucuelloyal final,mirándoloalosojos,leexijo: —Córreteparamí. Mivoz.Mimirada.Loquelepido.TodoellounidohacequeErictiembleyseestremezca,yyo denuevovuelvoachuparsucuello. Adorosusabor.Adorosuolor.Perorealmente¿quénoadorodeél? Loobservoconlosojoscerrados.Elhombrequemeenamoróhacecasicincoañossiguesiendo unhombresexi,guapo,varonilycomplacienteenlaintimidad.NadieescomoEric.Nadieescomo Zimmerman. Suboca,susdulceslabiosmellaman,megritanquelobese,quelodevore,peroenlugardeeso, me acerco a su barbilla y la chupo con delicadeza al tiempo que oprimo la pelvis contra la suya y sientosupenepresionandoenmiinterior.Surespiraciónmeindicaquedisfrutaconaquelloyvuelvo aapretarlapelvis.Ericvibra,jadea,ymientraslorepitomilvecesmás,laquecomienzaavibrarya jadearsoyyo. TodoelmundosabequeenelinteriordenuestrocuerpohayunpuntollamadoG,peroconmi rudoalemán,ademásdeése,sientoquetambiéntengoelpuntoH,elK,elM...¡Dios,creoquetengo todoelabecedario! Unruidobroncosaleentoncesdelagargantademimaridoyséqueesdegocetotaly,sinque puedaremediarlo,meagarradelacinturay,trasunsecomovimiento,amboschillamosalunísono. ¡Uf...,quéplacer! Mispiesnotocanelsuelo;megustaríarepetiresesecomovimientoperonotengofuerza.Nosoy tancorpulentacomomialemán,porloquebuscoayuda. Rápidamente la encuentro cuando observo que Josef sigue a nuestro lado mirándonos. Sin dudarlo,mecomunicoconélatravésdelamirada.Sinnecesidaddehablar,sabeloquequiero,lo quelepido,loqueleexijoy,poniéndosedetrásdemí,posaunadesusmanosenmitraseroyotraen micinturaymemueveconfuerza. Ericabrelosojosalsentirlarotundidaddeesemovimientoy,trasunnuevogemidodelosdos, preguntoamiamor: —¿Tegustaasí? MicariñoasientemientraslasmanosdeJosef,quesonlasquememuevenparaencajarmedemil manerasenél,nosllevanalséptimocielo.Entregemidoygemido,Josefintroduceundedoenmi ano.Esopotenciamiplacer.YanosóloquieroquemeaprietesobreelpenedeEric,sinoqueahora quieroquemeaprietetambiénsobresudedo. EljuegocontinúayEricbuscamiboca,aunquenomebesa.Sólolacolocasobrelamíaparaque ambosnosahoguemosenlosgemidosdelotro,hastaquedeprontoungruñidobroncoyvaronilsale desugarganta,meagarraporlacinturaposesivamenteymeempalaporcompletoenélhaciéndome gritar. ElclímaxnosllegaycaigoderrotadaencimadelcuerpodemiamorcuandosientoqueEric,que estárecostadosobreelcolumpio,separalaspiernas,abrelasnalgasdemitraseroconsusgrandes manos y, segundos después, Josef unta lubricante en mi ano y termina con el pene lo que ha comenzadoconeldedo. SusmovimientoshacenqueyotambiénmemuevaencimadeEricmientrasélmeabrelasnalgas paraelhombrequeestádetrásdemí.Misgemidosvuelvenallenarlaestancia,yalmismotiempo Ericmurmurasinsoltarmisnalgas: —Disfrútalo...,así...,así...,gritaparamí. Calor...,elcalorquemesubeporlospiesymellegaalacabezaesinmensoy,cuandoJosefal finalsecorreysaledemí,caigosobreEricagotada.Muyagotada. Instantes después, Josef me ayuda a bajar del columpio y, tras de mí, lo hace Eric, que rápidamentemeabrazaypregunta: —¿Todobien? Yosonríoyasiento.Todomejorquebien. Acalorados,lostresnosdirigimosalasduchas,dondeelfrescordelaguaalrecorrernuestros cuerposhacequeelsudornosabandone.Unaveznoshemossecado,nosponemosdenuevonuestros disfraces,nosdespedimosdeJosefydecidimosbuscaralgodebeber.Estamossedientos. Cogidos de la mano, caminamos por los salones donde los invitados practican sexo con total libertad.Admiroeljuegodelagenteysonríoalsentirquelodisfrutanasumanera. ¡Oléporellos! Alpasarporlasaladondeestánlascrucesylasjaulas,nosdetenemos.Vale,entiendoyrespeto queesotraformadesexo,peroamíno,no,no,nomellamalaatención.Observoqueenunadelas jaulashayunhombreencerradoyqueotropracticasexoanalconél.Ambosparecendisfrutardesu experienciay,oye,silesgusta,¿dóndeestáelproblema? Luegomefijoenunadelascruces.Enellatienenaunamujeratadadepiesymanos,peroaun mismo palo. Con curiosidad, contemplo cómo una pareja le ponen unas pinzas de la ropa en los pezonesyenlavaginaylasmueven.Lamujerdelacruzgrita.¡Uf,quédolor! Paramíesoesunatortura,peroEricmehacesaberqueparaellaesunplacertanrespetablecomo elquenosotrosacabamosdeexperimentarsobreelcolumpioconJosef. Losacompañantesdeaquéllasonríen,leponenmáspinzas,peropasadosunospocosminutosse lasquitan.Instantesdespués,antemisojosladesatanylavuelvenaatar,peroestavezlesujetanlas manosylaspiernasapalosdiferentes.Luegopasanunacuerdaalrededordelcuerpodelamujere introducenunapartedeesacuerdaentresuspiernas,latensan,vuelvenatensarla,ylacuerdaqueda encajadaentresuslabiosvaginales. —Pero¿esonolehacedaño?—cuchicheoaEric. Miamor,quenomehasoltadodelamano,sonríeymurmuraacercándomeaél: —Cuandoestáahíesporqueesolegustayleproporcionaplacer,cariño.Aquínadiehacenada quenoquieraonoleguste. Asiento, sé que Eric tiene razón. Entonces, unas risas hacen que mire hacia atrás y veo a Félix juntoaungrupodegente.Concuriosidad,tirodemimaridoparairamirary,cuandollegohastael lugarenelqueestán,meencuentroconGinebratotalmentedesnudayatadaaunasilladeginecólogo. Suspechos,quesevenrojosyamoratados,estánrodeadosporunacuerda,peroellaparecepasarlo bienapesardesusgritosmientrasespenetradaporunodeloshombres. Alrededor de Ginebra hay tres personas además del que la penetra: una mujer que la coge del cuelloylabesa,unhombrequeledatoquecitosconunavaraenlospechosyotroquesemasturba esperandosumomento. Félix,queestájuntoaellos,animaaotrosaqueseacerquenylatoquen.Variosdelospresentes se aproximan, y entonces dejo de ver a Ginebra. Miro a Eric y observo que a él lo incomoda esa escenatantocomoamí,peroentoncesFélix,quenoshavisto,seacercaanosotrosynosdice: —¿Osapetecejugarconmicomplacientemujer? TantoEriccomoyonegamosconlacabezayélinsiste: —Eric,yasabesqueGinebralopermitetodo,ymástratándosedeti. Boquiabierta,voyaprotestarcuandomiamorrespondepormí: —Félix,creoqueesoúltimohasobrado. Oh,sí.Yotambiéncreoquehasobrado. Alentenderquenoshaincomodado,Félixrápidamentecogedeunamesitaauxiliarunajarrade vinoyunascopaslimpiasy,trasllenarlas,noslasofrece. —Disculpadme—dice—.Micomentariohaestadofueradelugar. Con seriedad, Eric coge una copa, lo mira con un gesto que haría temblar al más valiente del universo,melaentregay,trascogerélotra,replicaconvozneutra: —Tranquilo,nopasanada. Félixmemira,buscamiperdón,yyofinalmentedigo: —Disculpasaceptadas. —Gracias por vuestra comprensión —murmura y, mirando hacia el grupo que ríe mientras se oyen los gritos placenteros de Ginebra, añade—: Sé que pensaréis que mi mujer no debería estar aquí,pero...ellaquieredisfrutardetodomientraspueda. Oíresomeapena,yentoncesEricdice: —Aunasí,creoquetúpodríashacerladisfrutardeotramanera. Félixsemueve.Sinlugaradudas,laduramiradadeEricloincomoda,yresponde: —Eric,yo... —Déjalo,Félix.Vosotrossabréislasnormasdevuestrapareja.Peroteaseguroque,sifuerami mujerquienestuvieraenferma,noestaríaaquí.Esotelopuedoasegurar. —PorGinebrasoycapazdecualquiercosa,Eric.Ysiellaquiereestooquierelaluna,lotendrá. Miamor,quenomehasoltadoentodoeserato,clavalamiradaenélyfinalmenteresponde: —Para todo hay límites en esta vida, pero en una cosa estoy de acuerdo contigo: si mi mujer quierelaluna,tambiénlatendrá. Semiran.Misextosentidocomomujermegritaqueseestáncomunicandoconlamirada,ytomo notadeque,encuantotengaoportunidad,lepediréamiamorexplicaciones. En ese instante veo a Björn y a Mel salir de las duchas, caminan hacia nosotros. Al llegar a nuestrolado,FélixregresaconelgrupoyEricdice: —Vayamosabeberalgoquenoseavinodedátilesycosasasí. —¡Nosapuntamos!—exclamaBjörnriendo. Cuando comenzamos a andar los cuatro hacia un lado de la casa donde sabemos que podemos tomaralgoquenotengaqueverconelImperioromano,Melpregunta: —¿Lafiestecitabien? Encantadaporloocurrido,asientoyellacuchichea: —Amímehasentadoalgomal. Aloírla,meparo.Lamiroyella,bajandolavoz,murmura: —Pero,tranquila,yacomienzoasentirmemejor. Esomepreocupa.Björn,quesabecómoseencuentraMel,pregunta: —Cariño,¿quieresquenosvayamosalhotel? —No,cielo,estoybien.Peromesabemalporti.Noestásdisfrutandolanochequeesperabas. Björnmemira.Yosonríoylooigodecir: —Conestarcontigo,mevale. Ambasreímos.JamesBondesmuygalante. Continuamoscaminandoporlacasaypiensoenmihermana.Siellaestuvieraaquíviendoloque yoveo,pensaríamuchascosas,ademásdequenosfaltanmásdetrescientostornillos. Doshorasdespués,estamostiradosenunosalmohadonesquehayenunagransala.Divertidos, charlamosconmásgenteyMelsusurra: —Tengoqueiralbaño;¿vienes? Asiento.Yotambiéntengoqueiry,trasdarleunbesoamiguapomarido,mealejoconella.Al pasar por varias salas, algunos hombres nos piropean y nos invitan a sus juegos, pero nosotras sonreímosynegamosconlacabeza:tenemosclaroque,sinEricyBjörn,nojugamosconnadie. Alllegaralbaño,comosiempre,haycola.¿Porquéelbañodemujeressiempreestáatope? Acostumbradasaesperar,nosapoyamosenlaparedyMelcuchichea: —Jud...,cuandolleguemosalhotel,tengoque... —¿Quétallanoche,chicas? LavozdeGinebranosinterrumpe.Estáanuestrolado,recuerdoloquehevistodeellayloque ellahavistodemí,yrespondo: —Sindudaalguna,muybien.Latuyatambién,¿verdad? Ginebrasonríe,saludaconlamanoaunamujerquepasapornuestroladoysusurra: —Demomento,estupenda,aunquelanocheesjoven. Melsonríeyyohagolomismo.Durantemásdediezminutos,esperamospacientementenuestra colay,cuandoMelentraenelbaño,Ginebradicemirándome: —Osvienelcuartonegrodelespejo. —Losé—afirmosabiendodeloquehabla. Ginebraasienteymurmura: —Mevasaodiar,peronecesitodecirteque,cuandoosvisobreelcolumpio,mimenterecordó muchascosasdelpasadoyquiseseryolaqueestuvierasobreélybesarasucálidaboca.Veraquella escenatandulceyeróticameexcitócomollevabatiemposinhacerlo...,yhepensadopedirtequeme ofrezcasatumarido. Sorprendida,lamiro.¿Dequéva,lacolega?Pero,comonoquieroenfadarme,respondo: —Ginebra,yasabesqueélnoquierenadacontigo. —Oblígalo. ¡¿Qué?!¿Hadichoqueloobligue?Y,atónita,declaro: —No. —¿Ysiloobligoyo? Ojú...,ojú...,loquemeentraporelcuerpocuandolaoigodecireso...Y,sincontenerlamalaleche queensegundoshacrecidoenmiinterior,ledirijolapeordemismiraditasysiseotajantemente: —Temato. Ginebrasonríey,conungestoquenomegustanada,responde: —Tengopocoqueperderyungranplacerqueganar,¿nocrees? Bueno...,bueno...,bueno...,¡salióelgordodelalotería! Mi parte racional de madre, mujer casada y adulta me dice: «Jud..., respira..., respira», pero mi parteirracionaldeespañola,jerezanaycatalanamegrita:«Jud...,arrástraladelospelos». Metocolacara—omelatocoyooselatocoaellaconelpuño—y,cuandoconsigodigerirlo queacabadedecirme,lamiroyreplicollenademaldad: —Paraestarapuntodemorirte,eresmuyzorra,¿no? —¡Quédesagradableesesoquehasdicho!—mecorta. Sí,tienerazón.Loqueacabodedecirnoesalgodeloquedebasentirmeorgullosa,yrespondo sacandomipartemacarra: —Sientomucholodetuenfermedad,peroaléjatedeEricsinoquierestenerungraveproblema conmigo.Y,cuandodigograve,esgravísimoporqueyo,cuandomeenfado,pierdolospapelesyme daigualquiénseas,loquetepaseoloquetepuedapasar,¿entendido? Alvermireacción,Ginebraabrelabocay,porprimeravez,veoenellaunacaraquenoconozco. PorfinhasalidolaGinebradelaqueFridamehabló. —Ericfuemíoantesquetuyo—siseaellafuriosa. Conlarapidezdelrayo,memuevo.Laagarrodelcuelloy,antelamiradadesorpresadealgunas mujeres,aclaro: —TencuidaditoconloquedicesynoteacerquesaEricoteaseguroquelovasalamentar. Eneseinstante,seabrelapuertadelbañodeMely,alvernosenesatesitura,miamigagrita: —¡Eh...Eh...¿Quéocurreaquí?! RápidamentesueltoaGinebra,yésta,reponiéndoseendécimasdesegundo,secuelaenelbaño, cierralapuerta,yyo,boquiabierta,murmuroenespañolparaquenomeentienda: —Ylamuycerdaencimasecuela;¡serádesgraciada! Mel,queeslaúnicaquemehaentendido,sonríeeinsiste: —¿Quéhapasado? Sinpelosenlalengua,lecuentoloocurrido.Lasonrisaseleborradelacarayporsubocasalen gusarapospeoresquelosmíos.EstáclaroqueMelyyoestábamospredestinadasaconocernosya hacernosamigas.Somoslasdosigualdebrutas,malhabladaseimpulsivas. CuandoGinebrasaledelbaño,Melleponecaradepocosamigosy,alverqueellamemira,siseo condesagrado: —Aléjatedemimarido. Diezminutosdespués,regresamosjuntoanuestroschicosyalgrupoconelqueestábamosyno cuentonadadeloocurrido.CuantomenossepaEricdemiencontronazoconaquellatontadelculo, mejor. Concuriosidad,veoqueFélixapareceunpardevecesysetomaalgoconnosotros.Loobservo paraversiGinebralehaexplicadoloocurridoenelbaño,peroélparecetranquiloysosegado,es más,memiraymesonríeconcomplicidad.Esometranquiliza.Significaquesumujernohahablado denuestrodesafortunadoencuentroysusmenosafortunadoscomentarios. AlfredyMaggie,convencidosporvariosdelosinvitados,alfinalhanclaudicadoyhanpuesto algodemúsicaquenoseanarpas,ytodosseloagradecemos. ¡Estamoshastaelmoñodelasarpitas! Lagentetambiénquierebailarypasarlobien. Entrerisas,bailamos.Bueno,mejordicho,bailo,porqueEricesdelosquesujetaelvasojuntoa labarra,aunquelopasabien;¡menosmal! El grupo crece y crece y nos divertimos mucho. Yo hablo con Linda, la mujer de un amigo de Eric, y estamos charlando cuando oigo que la música cambia y comienzan a sonar los primeros acordesdeThinkingOutLoud,[30]deEdSheeran.Sonrío.AEricyamínosencantaesacanción. Deprontosientoqueunamanoseposaenmicinturay,alvolverme,miguapoyrubiomaridome dice: —¿Bailamos? Aceptoencantada. Esostontosdetalles,cuandoséqueélodiabailarenpúblico,sonlosquemedemuestranlomucho quemequieremiamor. Agarradaasumano,caminohacialaimprovisadapistaymedejoabrazarporél.Conmicabeza cerca de su hombro, cierro los ojos mientras aspiro su perfume, el perfume personal de Eric Zimmerman. Bailamosensilencioescuchandocadamaravillosafrase,cuandoseñala: —Como dice la canción, te seguiré amando hasta los setenta. ¿Y sabes por qué, pequeña? — Emocionada, niego con la cabeza y él añade—: Porque, a pesar de nuestras broncas y nuestros desencuentros,meenamorodetitodoslosdías. Ay,¡quemeda! Ay,¡quemedaunjamacuco! Oír decir eso tan increíblemente romántico al frío y duro Eric Zimmerman me hace sonreír comounatonta,comounaimbécil,comounañoñay,enamoradahastaelinfinitoymásalládeél, murmuro: —Tequiero...,gilipollas. Eric sonríe, me aprieta contra su cuerpo y, en silencio, continuamos bailando aquella bonita canción,hastaqueacabamosyregresamosconelgrupo. Minutosdespués,veoaFélixhablarconBjörn,Ericyotroshombres.Condisimulo,losobservo yparecenpasarlobienmientrasbebenjuntoalabarra.Porsuerte,noapareceGinebra.Siveoaesa zorrasca,yocreoquemetiraréasuyugular. Denuevo,lamúsicavuelveacambiar,oigolacanciónUptownFunk[31]deMarkRonsonysalgo alapistaabailarconMel,queyaestámejor,yotrasmujeres. Meencantalamarchitafunkyquetieneelcolegay,disfrutando,bailoalritmodesuvozcuando meagarranporlacinturay,alvolverme,veoquesetratadeEric. Lo miro y, al observar que mueve las caderas al compás de la música, me río y, sorprendida comonuncaenmivida,bailoconélmientrasledigo: —Cariño,tejuroquelafechadehoymelatatúoenlapiel. —¿Porqué?—preguntadivertido. Acadainstantemásalucinadadeverquebaila,respondo: —Porqueestásbailandoenlapista. Ericseríe,mecogeentresusbrazosaloOficialycaballeroymebesa.Sinduda,miamorquiere pasarlobien. Cuandoterminalacanción,EricsemarchayyocontinúobailandoconMelyLinda,hastaquela sed nos puede y regresamos con el grupo. Al llegar, me doy cuenta de que Eric no está y, acercándomeaBjörn,lepregunto: —¿YEric? —Nolosé.Habráidobaño—dicemibuenamigo. AsientoyvuelvojuntoaLindaparaseguircharlando.Comenzamosahablardeniñosy,cuando quierodarmecuenta,hapasadounbuenratoymimaridoaúnnoharegresado.Esomeextraña.En unafiesta,Ericnuncamedejasolamásdedosminutos;entoncesbuscoconlamiradaaBjörnyMel yveoqueestánbailandoenlapistadivertidos. Concuriosidad,observoamialrededorporsiestáhablandoconalguienynomehedadocuenta, pero nada, no lo veo, y al final decido ir a buscarlo. Me acerco a la barra por si está allí, pero tampocoestá.Pasoporlasaladelosalmohadones,lobuscoduranteunbuenrato,yesohacequeme intranquilicemásymásacadasegundoquepasa.Pero,entonces,medetengodeprontoyelcorazón comienzaalatirmeconfuerza. Algopasa.Lointuyo.Ericnuncamedejaríasolaallí. Sientoqueelcorazónsemevaasalirdelpechoymedirijohacialasotrassalas,dondelagente siguejugandoydisfrutando.Perono.Noquierocreerquepuedaserverdadloquepienso.Ericno meharíaalgoasí. Alentrarenunadelassalasveoadistintosgrupos.Unosobservancómoaunhombrequeestá atadoaunamesaselobeneficiatodoelquequiere.Otrogrupoaplaudeyjaleaalrededordeunajaula dondeunachicayunchicosonposeídosporvarioshombres,yeltercergruposeconcentraanteuna mujeratadaaunasilladeunamaneraque,sóloconverla,séqueyonopodríahacerlo. Esos juegos duros no me gustan. Sus gestos y sus modos mientras lo hacen tampoco, pero los respeto,comoséqueellosrespetanloqueamímegustaencuantoalsexoserefiere. PiensoenGinebra,perorápidamentemesacudolaideadelacabeza.Ericnolatocaríaniconun palo. Prosigo mi camino y entro en la segunda sala. Allí, varias parejas hacen el amor sobre unas camasyotrassobreloscolumpiosdecuero.MetranquilizanoencontrarmeaEricallí,ysonrío. Pero,quétontasoy,¿cómopuedodesconfiardeél? Sin lugar a dudas estará hablando con alguien, pienso, cuando de pronto, al pasar ante la sala negradelespejo,observoqueestácorridalacortina,yungemidohacequemedetenga. Mirolacortinanegra.Queestéechadasignificaquenoquierenquenadieentre.Micorazónse desbocadenuevocuandooigounnuevogemido,ycierrolosojos.No.No.No.Nopuedeser. Sin embargo, incapaz de marcharme de allí sin ver lo que está ocurriendo al otro lado de esa maldita cortina, la descorro con cuidado y me quedo sin respiración al ver y encontrarme lo que nunca...nunca...nuncaenmividahabríaqueridover. Enelinteriordelahabitación,sobreelcolumpio,estáEric,miEric,sentadoconGinebraencima deél.Mellevolamanoalcuello.Laimpresiónmeahoga. ¡Mevaadaruninfarto! Elhombreenelqueyoconfíoyporelquehabríapuestolasmanosenelfuegoclavaentonceslos dedosenlaespaldadeaquéllamientrasjadeanybuscansuplacer. Voyavomitar,¡tengoganasdevomitar! Boquiabierta,nopuedoapartarlavista,yveoqueellaacercalabocaalademiamorylobesa.Se devoranconavidez,conurgencia,conpasión,mientrasyo,comounagilipollas,observocómoella ondulalascaderassobreEricyéltiemblaenloquecido. Cierrolospuñosymirespiraciónseacelera.Creoquenovoyavomitar,¡losvoyamatar! Instintosasesinosaflorandemiinteriormientrasmisojossetorturanviendoaquello. Quieromovermeparairhaciaellos,peromispiernasestánclavadasalsueloysólosoycapazde mirar,mirarymirar,ydeprontosientoquemisojossellenandelágrimasporlagrandecepciónque estoysufriendo. ¿Cómopuedehacermeesomiamor? Ericnomeve.Ginebratampoco.Estántancentradosendarseplacerqueelalmasemecaealos pies.Lasganasdematarlo,demontarleunpollo,dearrancarlelacabezaaEricsemultiplicany,de pronto, lo odio. Lo odio con todas mis fuerzas por haberse saltado nuestra primera norma de siemprejuntosenelsexoyporestarconGinebra. Soyconscientedequelaslágrimascorrenpormirostroydequenopuedomatarlo.Loquiero demasiado. Todamifuerza,micarácter,mibravurasehandisipadoparadejarmehechauntrapo.Mesiento mal,terriblementemaly,cuandomispiernasporfinsedesbloquean,sueltolacortinay,aldarmela vueltaparamarcharme,meencuentroaFélixdetrásdemí. —Perdóname,Judith—murmura—.Perdóname,peroella... —Ella,¿qué?—consigosisearfuriosa. —Ellalodeseaba. Ni quiero ni puedo escucharlo. Lo empujo, me alejo de allí antes de que mis instintos asesinos regresenamíyorganicelamatanzadeTexasenMúnich. Dios...Dios...Dios...¡Necesitosalirdeaquí! Mientrascaminoenbuscadeunasalida,nopuedocreerloquehapasado.Nopuedocreerloque hevisto.Nopuedocreerquemiamormehayatraicionado. ¿Cómohapodidopasar? ¿PorquéEricmehacealgoasí? Bloqueadapormissentimientosyporlafrustración,observocómolagenteríeamialrededor, lopasabien,hastaqueMelyBjörn,alvermigesto,preguntan: —¿Quéteocurre? Sinpoderresponder,medoylavueltaycomienzoacaminarhacialapuerta.Necesitosalirdeallí. Entonces,depronto,sientounamanoquemedetiene.EsBjörn. —¿Quéocurre,Judith?—pregunta. Enfadadaconelmundo,medeshagodesumanoygrito: —¡Túlosabías! BjörnyMelintercambianunamirada.Noentiendenquémepasa,yelpobremepregunta: —¿Elqué?¿Quéesloquesé? Ungemidosaledemibocay,actoseguido,melatapoconlasmanos.Noquierollorar.Nopuedo llorar.Ericnosemerecequelloreporél.Pero,conlamayorpenademivida,murmuro: —Dilequenolevoyaperdonarloquemehahecho.¡Nunca! Denuevo,veoquesemiran. Enunprimermomento,ningunoentiendedequéhabloy,comounaollaapresión,exploto: —Ese...esegilipollasestáconGinebra. —¡¿Qué?!—exclamanlosdosalunísono. Desesperada,meretiroelpelodelacaraygritosinimportarmequiénpuedaoírme: —Loshevistoenelreservadonegrodelespejoy...y...¡Oh,Dios!Quieroirmedeaquí.Quiero desaparecer.No...noquierovolveraverloenmivida. VeoqueBjörnfrunceelceñoalucinadoy,dirigiéndoseaMel,sentencia: —Quédateconella. Sinmás,sedalavueltaysemarchaconpasoacelerado.Melintentaconsolarme,mellevahasta unlateraldelsalón,yyo,hechaunmardelágrimas,consigodecir: —EricyGinebra...,loshevisto,Mel...,loshevisto. Miamigameabraza.Necesitoeseabrazo,ydejoquelohaga. Me acuna. Me da aliento, intenta consolarme cuando, pasados unos minutos, veo que Björn aparececongestofuriosoy,acercándoseanosotras,dice: —Vámonos. Ensusojosveoladecepciónporloquehavisto,comolohevistoyoy,abrazándome,murmura: —Estotienequetenerunaexplicación,Judith,yaloverás. Nohablo.Nopuedo. ¿Quéexplicaciónvaatenerloquehevisto? ¿Quéexplicaciónvaatenerqueelhombrealqueamolocamenteestéconesaperra? Unavezhemosrecogidolascapasdelguardarropa,noslasponemosysalimosdelafiesta. Elairegélidodelanochemedaenlacarayconsigorespirar.Yanohaycuadrigas.Menosmal. Sinhablar,lostresnosmontamosenelcoche.Melsubeatrásconmigo. —Quieroirmeamicasa—consigodecir. Björn,queestátansorprendidocomoyo,memiraydice: —Escucha,cariño,vayamosalhotel. —¡No!—gritofuerademí—.Noquieroiralhotel. MelyBjörnsemiranymibuenaamigamevuelveaabrazar. —Judith,estarde,ycreoquelomejoreshacerloquediceBjörn. Mesientocomosiestuvieraenunanubey,comosoyincapazdereaccionar,finalmenteasientoy mecallo.Nopuedoolvidarloquehevisto.Todavíanomelocreo. Eric,miEric,elhombreporelqueyodoymivida,mehaengañadoenmicara.Enmiputacara, conaquellaasquerosa,yyonohepodidohacernadasalvohuir. Alllegaralhotel,pidootrahabitación,meniegoacompartirhabitaciónconEric,peroparami desgraciaelhotelestácompleto.Entonces,consultoelrelojyledigoalrecepcionista: —Pídameuntaxi.RegresoaMúnich. Aloírme,Björnprotesta.Yacontinuaciónnosenzarzamosenunadiscusiónenlaqueyogrito descontroladayélintentatranquilizarme.Alfinal,Meltomacartasenelasuntoydicemirándome: —Ahoranovasairaningunaparte.DormirásconnosotrosymañanaregresaremosaMúnich, ¿entendido,Judith? —NoquieroveraEric—suplico. —Noloverás,¿verdad,Björn?—afirmaella. Elpobreasientey,tanconfundidocomoyo,murmura: —Teloprometo. Creoquemevoyadesmayarporlatensiónquesiento,ymedejoguiarporellos.Unavezenla habitación,sinpudorantemisamigos,mequitoelcortodisfrazdediosaromanay,trasponermeuna camisetayunasbragasqueMelmepresta,memetoenlacama. Conlacabezabajolaalmohada,vuelvoallorar.MisojossoncomolascataratasdelNiágaraymi corazónestátotalmentepartido. Mis buenos amigos intentan consolarme, me hacen sacar la cabeza de debajo de la almohada y dicendetodo.Yolosescuchoy,cuandonopuedomás,replico: —Noquieroverlo.Björn,cuandovenga,noquieroverloojuroquelomato. Élasientey,mirandoaMel,murmuraantesdesalirdelcuarto: —AcuéstateconJudith.EncuantosedécuentadequeJudnoestáenlafiesta,Ericmellamará.Y, conociéndolo,loraroesquenosehayadadocuentaya.Nocreoquetardemuchoenllamarovenir alhotel. Recostadaenlacama,observoaMelamilado.Enlaoscuridaddelahabitación,nosmiramosy murmuro: —Cuántarazónteníamihermana. —¿Aquéterefieres? Secándomelasdescontroladaslágrimasquenoparandemanardemisojos,susurro: —Raqueldijoquequienjuegaconfuegotardeotempranosequema,yyo...yomehequemado. —No,Jud...,no.Esonoesasí. Suspiro,resoployapunto: —Y,sinoesasí,¿porquélohahecho? Melnoresponde.Estátandesconcertadacomoyo,yfinalmentedice: —Nolosé,peroErictequierey... —Nomequiere—lacortoconrotundidad—.Simequisiera,nuncahabríahechoeso,ymenos conella.Su...subocayanoessólomía,comotampocoloessucuerpoysucorazón. Noscallamos.Esmejorquelohagamosy,sindarmecuenta,mequedodormida. Nosécuántotiempohapasado,peromedespiertosobresaltada. Melestádormidaamilado.Concuidado,meincorporodelacama,cojomimóvilyveoqueson casilascincodelamadrugada.¿LascincoyEricnomehallamado? Sin lugar a dudas, lo está pasando tan bien con aquella asquerosa que le da igual dónde esté y cómoesté.Hedejadodeimportarley,furiosa,apagoelteléfono. Tengosed.Melevantoaporaguay,alsaliralsalóncontiguoalasuite,meencuentroaBjörn sentadoenelsillóncongestohosco.Yanollevaeldisfrazdegladiadorromano.¡Seacabólafiesta! Ahoravavestidoconnormalidad.Camisayvaqueros. Nosmiramosy,sinpoderevitarlo,pregunto: —¿Erichallegado? Élniegaconlacabezayesomesorprendemásaún.¿Deverdadqueloestápasandotanbiencon esazorraquenosehadadocuentaaúndequeyonoestoyenlafiesta? Voyalminibar,cojounabotelladeaguay,trasdarleuntrago,mesientojuntoamibuenamigoy pregunto: —¿Por qué, Björn? ¿Por qué? —Él no responde, y añado—: Creía que me quería, que era especialparaél.Yocreíaque... —Tequiereyeresespecial,esonuncalodudes.Noséqué... —Björn—locortoretirándomeelenmarañadopelodelacara—,dejadedefenderloporqueno selomerece.Yocreíqueledabatodoloquenecesitabatantoanivelafectivocomosexual,peroestá vistoquenoeraasí.EstávistoqueEricZimmerman,elpoderosoyfolladorEricZimmerman,nunca cambiará. Björnsepasalamanoporsumorenopelo.Nosabequédecirme.Estátandesconcertadocomoyo y,cuandolovaahacer,deprontosumóvilsuena.Losdosmiramoslapantallayleemos:¡«Eric»! MicorazónseacelerayentoncesBjörnlocogey,trasescucharunosinstantes,dice: —Está... Sí..., está aquí. Y..., no..., no..., escúchame, Eric. Es mejor que esta..., ¡joder, escúchame! Ellaestáconnosotros,yesmejorqueestanochenolamolestes.—Denuevovuelveaescuchar,su gestosecrispay,levantandolavoz,dice—:¿Cómoqueporquéestáconmigo? Angustiadaporoírsuvoz,lequitoelteléfonoaBjörnysusurro: —Confiéenti,malditohijodeputa.Confiéenloqueteníamos,peroestávistoquetúnoeresla personaqueyocreíqueeras. —Jud...,cariño...,escúchame... Su voz parece desesperada a pesar de estar gangosa por haber bebido más de la cuenta. Atormentadaporloquesoyincapazdequitarmedelacabeza,siseo: —No.Novoyaescucharteporquenotelomereces.Teodio. Y,sinmás,lepasoelteléfonoaBjörnyregresojuntoaMelalacama.Tengoquedescansar. 52 Björn,conscientedeldolorqueveíaenlosojosdesuamiga,cuandoelladesapareciótraslapuerta, selevantóypreguntó: —¿Quécoñohashecho,gilipollas? Alotroladodelteléfono,Ericgritódesesperadomirandoasualrededor. —Nolosé,Björn.¡¿Quiereshacerelfavordecontarmequéhaocurrido?!¿YporquéJudnoestá aquíconmigo,sinocontigo? Convencidodelamorincondicionalquesuamigosentíaporsumujerydequetodoaquellotenía unaexplicación,Björnpreguntó: —¿Dóndeestás,Eric? —Enlafiesta.¿Dóndevoyaestar? Elabogadoasintióy,conscientedequelavozdeaquélnoeradenohaberbebido,dijoantesde colgar: —Notemuevasdeahí.Voyabuscarte. Acontinuación,entródondelaschicasdormíany,alveraJudithconlosojoscerrados,cogiólas llavesdelcocheysemarchó. Contodalaserenidadquepudo,condujodevueltahastalafiesta.Alllegarallí,seencontróenla escalinatadeentradaaunajadogladiadorllamadoEricZimmerman.Sugestolodecíatodoy,tras aparcar,saliódelcochey,acercándoseaél,antesdequepudieradecirnada,lesoltóunderechazo quehizoqueEriccayeracontralapared. ElrubioalemánlomirófuriosoyBjörnsiseó: —¿Cómohaspodidohacerlo?¿CómohaspodidohacerleesoaJud? Eric, consciente de que había metido la pata hasta el fondo, aunque no lo recordara, sin dar importanciaallabioquelesangraba,clavólamiradaensuamigoyvoceó: —¡NoséquélehehechoaJud,peroestáclaroquealgohapasado,ymuygrave!—Y,mirando fijamenteaBjörn,afirmó—:Mecreasono,mehedespertadohaceunratosentadoenelcolumpiode lahabitaciónnegra. —¡¿Cómo?! —Alguien debió de echarme algo en la bebida —afirmó Eric—. No recuerdo nada. —Y, desesperado,insistiótocándoselafrente—:¿Túsabesquéhaocurrido? Björnsesacóentoncesunpañuelodelbolsillo,seloentregóparaqueselimpiaralasangredela bocayrespondió: —JudtehavistoconGinebraenlasalaenlaquetehasdespertado.Ynosólotehavistoella,sino queyotambiény,sinotehedichonadahasidoporqueestabasmuyanimadoynoqueríamontarun escándaloenlafiesta. Aloíreso,Ericsequedóparalizadoy,trassoltarunbramidodefrustración,tiróelpañuelocon furiaalsuelo,diomediavueltayentródenuevoenlamansión.Björnfuetrassuamigoy,cuando Ericlosintióasulado,siseó: —GinebrayFélix...,¡losmataré!¡Losmataré! —Eric... —Melahanjugado,¡joder!Yyohecaídocomounimbécil. Sinllegaraentenderloquesuamigodecía,comopudoBjörnloparóypreguntó: —¿Aquéterefieres? Con la mirada vidriosa por la rabia que bullía en su interior, Eric miró a su alrededor buscándolosymurmuró: —Ginebrasemuere... —¡¿Qué?! —Se muere y me pidió tener una última vez conmigo. Le dije que no, pero entonces Félix comenzóaacosarmesuplicándomequenopodíanegarleaquelloasumujer.Intentéhablarconellos montonesdevecesparahacerlesentenderquenopodíaserpero,porloqueveo,eseviejozorroyla zorra de su mujer han jugado sucio para conseguir su propósito. Frida tenía razón, ¡joder! —Y, tocándoselacabeza,añadió—:LacopadewhiskyalaquemeinvitóFélix...,debiódeecharmealgo enlabebida. —¡¿Qué?! Horrorizado,aunquenoporloquelehubierandado,Ericselamentó: —Dios,nomeperdonaréenlavidaeldañoqueestoleestáhaciendoaJud. —Deberías hacerte unos análisis —dijo entonces Björn—. Necesitamos saber con qué te han drogadopara... —Meimportaunamierdaloquemehayandado. —Siqueremosdemandarlosesnecesarioque... —SólomeimportaJud,Björn...,sóloella—replicóEric. Y, tras darle un puñetazo a la pared que hizo que le sangraran los nudillos, se disponía a decir algomáscuandoAlfredyMaggiepasaronporsulado. —¿Todobienporaquí? Ericlosmiróypreguntó: —¿DóndeestánGinebrayFélix? —Sehanidohaceunrato—respondióMaggie. —¡Joder!—maldijoéldesesperado. Asustados,losanfitrionesdelafiestainsistieron: —¿Ocurrealgo? —Ocurrequeesosdossehansaltadolaprincipalregladelafiesta:elrespeto,yteaseguroque melasvanapagar. Y, sin decir nada más porque en su mente sólo veía la palabra «venganza», dio media vuelta y caminó en dirección a la salida. Tras despedirse de la pareja, Björn corrió hacia su amigo y se apresuróadecir: —Judnoquiereverte. —Medaigualloquequiera. AunqueeraconscientedequeibaaserimposiblepararaEric,Björninsistió: —Necesitaríamos hacerte esos análisis antes de que los efectos de lo que te hayan echado desaparezcandetuorganismo.Piensaque... —Björn,llévamealhotel.SóloquieroveraJud.Esloúnicoquemeinteresa. Unavezllegaronalcoche,Björninsistió: —Eric... Disgustado,furiosoyalterado,aquélmiróasuamigo.Loocurridohabíasidounterribleerror. Habíasidoengañado,peroconocíaaJudysabíaqueseloharíapagar. —Necesitoverla,Björn—siseó—.Judtienequeescucharme. LosdosmontaronenelcocheyBjörnarrancó. —Estámuyenfadada—insistióéste—,yleheprometidoquenotepermitiríaacercarteaella. Aloíreso,Ericafirmó: —Quieroamimujerporencimadetodaslascosasy,sitengoquepasarporencimadetipara quemeescucheloharé,¿entendido? Elabogadoesbozóunasonrisaypisóelacelerador. —Eslomínimoqueesperabadeti—murmuró. Cuando,veinteminutosdespués,llegaronalhotelydejaronelcoche,subieronalahabitaciónen silencio.AlentrarenelsalónseencontraronaMelsentada.EllavioaEric,luegomiróaBjörncon gestohoscoysiseó: —SabesqueJudnoloquiereaquí. —Esmimujer—insistióEric. MelibaadetenerlocuandoBjörn,cogiéndoladelbrazo,seloimpidió. —Tienenquehablar. —Pero¿túestástonto?...—lereprochóellaalveraEricentrarenlahabitación—.¿Quétienen quehablar?¿Acasotienequeexplicarleloplacenterosquehansidolospolvosquehaechadoconesa guarra? Björnnegóconlacabeza. —EricafirmaqueGinebrayFélixlodrogaron. —¡¿Qué?! Elabogadoasintió. —Debieron de echarle algo en la bebida y no recuerda nada de lo ocurrido. Sólo recuerda habersedespertadosentadoenelcolumpioypocomás. Mel se tapó la boca horrorizada. Por desgracia, ese tipo de cosas ocurrían hoy en día. Sin embargo,lomiróeinsistió: —Síesasí,losiento.PerotúleprometisteaJudquenopermitiríasque... —Séloqueleprometí—lacortóél—.PerotambiénséqueEricdicelaverdad.Yloséporqueél laquieredemasiadocomoparahacerloquehahecho.Sidealguienmefíoalcienporcien,además deti,esdeEric,ymásenlotocanteaJud. Melresopló.Allíseibaaarmarunabuena. 53 Sientoquealguienmetocaelpelo. ¡Oh,Dios,quégustito! El placer que me proporciona ese suave masaje me hace suspirar, y me coloco mejor sobre la almohadaparafacilitarlatarea.Noobstante,deprontoabrolosojos,vuelvolacabezay,alverquién meestátocando,mimentesereactiva,doyunsaltoenlacamaymurmuromirándolofijamente: —Eresundesgraciado. Ericmemira.Siguevestidodegladiadoryveosulabiopartido.¡Esperoqueleduela! Duranteunossegundos,nuestrasmiradaschocanyél,levantándosedelacama,susurra: —Cariño... —Ah,no,gilipollas...—locortocontodalachuleríadequesoycapaz—.Yoyanosoytucariño. Sugestoesconciliador,aunqueledueleloqueacabodedecirle. —Cariño...,nodigastonterías.Tienesqueescucharme. Oíresomerevuelvelastripas. ¿Escucharloyo?¿Queyotengoqueescucharlo? Ah,no...,elquemevaaescucharesélamí. Pero¿esteimbécilquésehacreído? Y,bloqueandolossentimientosquepugnandentrodemí,siseo: —Mehasdecepcionado,humillado,avergonzado,ofendido,insultado,despreciadoypisoteado; ¿creesquetevoyaescuchar? —Jud... —Teodio...,teodiocontodomiser. —Nomedigaseso,amor—susurratembloroso. ¿Amor?¿Ahoravuelvearecordarquesoysuamor? Y,conelpoderquesientosobrelasituación,afirmo: —Tedirétodoloquemevengaengana,gilipollas...,¡todo! Ericsemueve,seacercaamí,peroyosoyrápidaymecolocodetrásdelsillóndondeestátirado mivestidoderomana. —Escúchame—insisteél—.Loocurridotieneunaexplicación. Niego con la cabeza. No quiero escuchar. No quiero que me humille más, por lo que susurro cogiendounzapatodetacón: —Claro que tiene una explicación. Ginebra te buscó y tú, como buen machote, no te negaste, ¿verdad? —Su gesto se contrae, y siseo—: Eres un desgraciado. ¿Cómo has podido? ¿Cómo has podido engañarme? ¿Cómo has podido hacerlo donde horas antes lo habíamos hecho tú y yo? ¿Acasoesoteprovocamorbo?¿Osprovocamorboalosdos? —No,cariño...,no... —Entonces¿porqué?¿Porquéhastenidoquehacerlo? Ericmemira...,memira...,memira.Loconozcoeintentadarmeunaexplicaciónlógicaaloque pregunto.Pero,entonces,cuandonopuedomás,gritosindejarlohablar: —¡En este instante te odio, Eric! ¡Te odio como creo que nunca te he odiado! ¡Te juro que te retorcería el pescuezo sin piedad! ¡Pero creo que ni eso me quitaría la rabia y la frustración que sientoahoramismo!—Metocolasien.Meduelelacabeza—.Saldeestahabitaciónydesaparecede mivistaantesdequemisinstintosasesinosquieranabrirtelacabeza. —Pequeña... —¡Nomellamespequeña!—chillosinimportarmequenosoigan. Ericlevantalasmanos.Meenseñalaspalmasparaquemerelajeyrepite: —Jud,cariño,porfavor,escúchame.Déjameexplicarteloocurrido. Incapazdetenerunsegundomáselzapatoenlamano,selolanzofuriosayseloestampoentoda lacara.Ledaenlafrente,peroEricnosepreocupaporelgolperecibidoeinsiste: —Loquevistenolohiceporgusto... Rabiosaporrecordarloquevi,cojoelotrozapatoyselotirotambién.Éstelepasarozandola orejaperonoleda. —Jud,debierondeecharmealgoenlabebida.Norecuerdonada,cariño.Tejuroquenorecuerdo nada,exceptodespertarmesolosobreelcolumpioenlahabitaciónnegradelespejo.Yonuncaharía algoquepudierahacertedaño,ylosabes.¡Séquelosabes! Eso me detiene. Recuerdo la conversación que mantuve con Ginebra anoche y al Eric bailón. Luego, las palabras de Frida cruzan mi mente advirtiéndome sobre aquella zorra y grito de frustración. Enajenada y sin ganas de escucharlo, cojo de una mesita el mando del televisor y se lo lanzo. Después,learrojotodoloquepillosobrelamesitaquehayamiladoyélsemueveparaesquivarlos objetosmientrasmegritaquepare.Peroyonoparo.Nopuedoy,cuandosóloquedaunalámparade cerámicasobrelamesa,laagarrotambiénylooigodecir: —Noseráscapaz. Oíresoenciertomodomehacegraciay,trasarrancarelcabledelaparedcomounaposesa,le lanzolalámpara,quecaealsueloysehacepedazoscuandoéllaesquiva. Elruidoesatroz.EntoncesseabrelapuertadelahabitaciónyaparecenMelyBjörn.Losmiroy, antesdequeyodiganada,Melgritaendirecciónasunovio: —Tedijequeellanoqueríaverlo,¡telodije! MimiradayladeBjörnseencuentranysiseofuriosa: —Prometistequenolodejaríasentrar.Tampocopuedofiarmeyadeti.—Séquemispalabrasle dueleny,cuandoveoquevaaresponder,insisto—:¿Quéhaceélaquí? Convencidodequetengorazón,Björnsólosusurra: —Losiento,Jud,pero... —Pero¡¿qué?!—gritocomounaposesamientrasEricsiguemirándome. —ConozcoaEric—prosigue—.Somosamigosdesdehacemuchoycreoenloquedice.Tedije que todo esto tenía que tener una explicación y no dudo de su palabra. Eric te adora, Jud, y sé que nuncatetraicionaríahaciendoalgoasí. Comounagacela,meacercoalamesillayarrancoelteléfonodelaparedmientrasgrito: —¡¿Yporquetúlocreashedecreerloyotambién?! Melcaminahaciamí.Nometoca.Séqueseponecercademíparahacermeentenderqueestáde mipartecuandoBjörnpregunta: —¿Pretendesdestrozarlahabitación? Enrabietada,lelanzoelteléfono.Éstechocacontralaparedcuandoloesquiva,yEricasegura: —Estávistoquesí. Miroamialrededor.Meimportaunamierdaesahabitación.Miqueridomaridotienedineropara pagarlosdesperfectosdetodoelhotelsihacefalta.Y,acadainstantemásfuriosa,siseomirándolo: —Destrozolahabitaciónpornodestrozarteati,¡gilipollas! Mi amor, el hombre que acaba de romperme el corazón, da un paso al frente y yo exijo extendiendolasmanos: —Vete.Ahoramismoloúltimoquequieroesverteohablarcontigo. PeroEric,miEric,nosedaporvencidoy,agarrandoelteléfonomóvilconlamano,insisto: —Juroqueteromperélanarizcomonodesaparezcasdemivista. Mialemánsepara.Memira...,memiraymemira.Meconoceysabeque,cuandomepongoasí, esimposiblerazonarconmigo,porloquefinalmentedice: —Saldrédelahabitaciónparaquetetranquilices,perotenemosquehablar. Norespondo.Séquetenemosquehablar.Losé. Ericvaadarselavueltaperoantes,mirándome,dice: —Te quiero más que a mi vida, Jud, y antes que hacerte daño a ti, cariño, me mataría o me arrancaríaelcorazón. Dichoesto,damediavueltaysemarcha.Ericysusfrasecitaslapidarias. Conelteléfonoenlamano,estoytentadadelanzárseloalacoronilla,peromecontengo.Silo hago,puedohacerlemuchodañoy,además,atacarporlaespaldaesdecobardes,yovoydefrente. UnavezErichasalidodelahabitación,Björnmemira.Loconozcoyséquevaadeciralgo,pero éltambiénmeconocey,alvermicarademalaleche,finalmentesedalavueltayseva. Cuando los dos hombres salen de la suite, las piernas me tiemblan. Pierdo toda la fuerza, la chuleríayelpoderíoquesegundosantestenía,yMelrápidamentemeabrazaymesientaenlacama. Denuevo,laslágrimasmedesbordan.Larabiameconsumeylapenaportodoloocurridome desespera. Lloro, me aprieto contra Mel y cuando, pasado un rato, mi llanto cesa, ésta murmura retirándomeelpelodelacara: —Sélodolidaquedebesdeestar. —Mucho—afirmo. —SiyovieraaBjörnenlaactitudenlaquetúhasvistoaEric,estoyseguradequeestaríatan enfadadacomotú,perocreoque,cuandoestésmástranquila,deberíashablarconEric.Sirealmente esciertoloquedice,creoque... —Hablaréconél.Loharé—aseguro—.Peronosésivoyasercapazdeolvidarloquehevisto. Melasiente.Entiendedeloquehabloymeabraza.Sabequenecesitocariño,ymeloda. 54 LavueltaaMúnichenelcochedeBjörnlahacemosensilencio. Tras pagar los desperfectos del hotel, cuando Eric me ve intenta sentarse a mi lado, pero lo rechazo.Noquierosucontacto,yfinalmentesesientadelantejuntoaBjörn. Parapetadatrasmisgafasdesol,elviajesemehaceeternomientrassoyconscientedecómoEric mirahaciaatrásparaconectarconmigo.Quierehablarme,losé.Peroyonoquierosabernadadeél. Al llegar a nuestra casa, mi perro Susto acude a saludarnos. Por suerte, ya está totalmente recuperadodeloquelepasó,apesardequecojea. Elcariñoquemetieneeseanimalnoesnormaly,comosituvieraunradarparasabermiestado deánimo,secentraendarmelametonessinpararparademostrarmequeestáamiladoalcienpor cien.Emocionada,mesientoenelsueloypermitoqueSustomeentreguetodosucariño.Lonecesito. Ericnosobservaynodicenada.Enotrascircunstancias,mehabríadichoquenomesienteenel suelonimedejechuperretearporlalenguadelperro,peroenestaocasióncallayobserva.Eslomás inteligentequepuedehacer,elmuygilipollas. Calamarnotardaenllegartambiénysaludaatodosconcariño,mientrasSusto sigue conmigo. Enunmomentodado,elanimalsepara,memiraynoscomunicamosconlamirada.ConSusto no mehacefaltahablar.Eselperromásinteligenteeintuitivodelmundo.Megustamiconexiónconél. Instantes después, la puerta de la casa se abre y aparecen Simona y Pipa con el pequeño Eric, HannahySami.Estaúltima,alverasuspapis,correhaciaellos,mientrasmisniñosvienenatoda prisahacianosotros. Sentadaenelsuelo,sientosuscuerpecitossobreelmío,ysonrío.Sinlugaradudas,mispequeños mellenanelalma,aunquesupadremehadestrozadoelcorazón. UnavezmelevantodelsueloconHannahentremisbrazos,Ericseacercaamíconelniñoentre lossuyosymurmura: —Cariño...,tenemosquehablar. Y, como no tengo ganas de montarle un numerito delante de todos y consciente de que tiene razón,susurro: —Estanoche,cuandolosniñosesténdormidos. Eric asiente y sonríe. Yo no lo hago. No quiero sonreír, y sé que eso a mi amor le parte el corazón.Peromedaigualsucorazón.Bastantetengoyoconhacerqueelmíosigalatiendoapesar delapenataninmensaquesiento. Con la felicidad que los pequeños nos dan a todos, entramos en la casa. Instantes después, aparecenFlynyPeter.Petervienehastamíymedaunabrazo.Yoloaceptoencantaday,cuandodirijo mimiradaaFlyn,éstememiraasuvezybajalavistaalsuelo. Vale...,nomequiereabrazar. Segundos después, los chicos suben de nuevo a la habitación para seguir jugando con sus ordenadores. Sonia,misuegra,quesehaquedadoalmandodetodoelfindesemana,meobservaypregunta: —Judith,¿estásbien? Prefabricando una bonita sonrisa para ella, asiento. No quiero que los niños ni nadie más se percatendelgranproblemaquetenemosEricyyo.Asípues,laabrazoyaseguro: —Cansada,peroperfectamente.—Y,sonriendo,pregunto—:¿Cómosehaportadolapandillael findesemana? SoniaySimonasonríeny,mirandoalosniños,lasegundaresponde: —Todoshansidomuybuenos,incluidoslosmásmayores. Megustasabereso.Entonces,oigoaSoniadecir: —Eric, hijo, qué mala cara tienes. ¿Te encuentras bien? Parece que tienes el labio un poco inflamado. Meapresuroamirarlo:efectivamente,notienebuenacara.Peromeimportabienpoco,hastaque Melcuchicheaacercándoseamí: —Björn acaba de decirme que Eric se ha tomado dos pastillas. Al parecer, le duele la cabeza a rabiar. Vale.Losientoporél,peronoestoydispuestaacompadecerme. Eric se acerca a nosotras tras hablar con su madre y, de pronto, noto su mano rodeando mi cintura.Lomirocondesagradoyél,bajandolavoz,dice: —Discúlpame,perosinoteabrazomimadresospechará,ybastantetengoconloquetengocomo paraescucharlaaellatambién. —Deacuerdo. Sientoquemidocilidadlegustaymeaprietamáscontraél.Suolor,eseolorquemevuelveloca, inundarápidamentemisfosasnasalesy,dirigiéndomeaél,leadvierto: —Notepases,gilipollas. Ericmemiray,antesdequelopuedaparar,meplantaunbesoenloslabios.Sutacto,sucontacto, susabormedalavida.Sinembargo,furiosaporloquehanbesadoesoslabioshorasantes,cuando veoquenadienosobservasiseo: —Vuelveahacerloytepateoloshuevosaunqueestétumadredelante. Vale.Meacabodepasartropecientosmilpueblos,peroesloquemehasalido. Ericclavasusojosenmí,yolevantolascejasy,aflojandosuabrazo,hacequetodospasemosal salónatomaralgocuandoSoniasemarcha. Alentrar,medeshagoconbrusquedaddelabrazodeEricymealejodeél.Minutosdespuésentra Simonaconunosrefrescosyunascervezas.Rápidamente,todoscogemosunayella,antesdeirse,se vuelvehaciamíydice: —Estaréenlacocinaporsinecesitáisalgo. Asientoy,cuandosemarcha,mesientojuntoaMelyloscríosyduranteunratointentocentrarme en mis pequeñines. Ellos son los únicos que se merecen ser tratados como reyes. Mientras tanto, observocondisimiloaBjörnyaEric,quehablanjuntoalaventana. Alvercómolosmiro,Melseacercaamíymurmura: —¿HablarásconEric? —Sí.Estanoche,cuandolosniñosduerman. —Jud... —Estoy bien, Mel. Jodida pero bien —digo y, cogiéndole las manos, añado—: Sabes que te quiero,pero¿porquénoosvaisyaacasa? Melmemira,semuerdeellabioinferiorymurmura: —Ay,Judith,estoytanagobiadapordejarteaquí... —Tranquila—afirmoconseguridad—.Novoyamataranadie. —Losé,perodameotramediahoraydespuésteprometoquenosiremos. —Vale—respondosinmuchaconvicción.YderepenterecuerdoqueMelqueríacontarmealgo quecontodoestelíohabíaolvidado—.Mel,¿quéqueríascontarme? Mibuenaamiganiegaconlacabeza.Estápreocupadapormí,seloveoenlacara. —Nadaquenopuedaesperar,tranquila. Depronto,ambasvemosqueBjörnsujetaaEric.Rápidamente,sinquenadiemelodiga,séloque quierehacer.QuiereirenbuscadeFélixyGinebra,ylarabiameinvadedenuevocuandodigo: —Voyalbaño. Es mentira. No voy al baño, pero necesito desaparecer o mi parte malvada va a explotar de tal maneraqueallínosevaasalvar¡niDios! Sientoquemidestrozadocorazónlateademasiadavelocidad.Mimentenopuededejardepensar en la zorra de Ginebra y su marido y, cuando entro en mi habitación, llamo al hotel donde sé que están hospedados. Quiero matarlos antes de que Eric los localice. Esto no puede quedar así. Sin embargo,justocuandollamo,elrecepcionistamedicequeacabandemarcharsehaciaelaeropuerto. Denuevo,micorazónsedesboca. ¿Aquellasratasimpresentablessevanairasí,sinmás? Pienso. Pienso..., pienso. No sé en qué vuelo saldrán y, de pronto, ¡se me enciende la bombilla! Corroalsalóny,trashacerleunaseñaaMelparaqueseacerqueamí,murmuro: —Necesitoayuda. Ellamemira. —Loquequieras. Conscientedequeloquevoyapedirlenoestábien,digo: —NecesitoquePeterentreenlosordenadoresdelaeropuertodeMúnichymedigaquévuelovan acogerGinebrayFélix. Mel me contempla boquiabierta. Sin duda, estará pensando que he perdido el norte y el sur y, cuandocreoquemevaadecirquemetienenqueingresar,susurra: —SiseenteraBjörndequelepedimosesoalchico,¡nosasesina!Selotienemásqueprohibido. Pero¿sabes?¡QueledenaBjörn! Con disimulo, Mel y yo salimos entonces del salón y subimos a la habitación de los chicos. Rápidamente,ellasacaaPetery,cuandoleestoyexplicandoloquenecesito,Flynsaletambiénynos mira. Comonomeapetececompartirnadaconél,lomiroydigo: —Porfavor,¿podríasdejarnosasolas? El desconcierto en su gesto es total, y de inmediato desaparece dentro de su habitación. Luego, Petersevuelvehaciamíy,sinpreguntar,dice: —Encincominutoslosabrás. Su eficiencia me supera. Mel regresa al salón mientras yo meto a Peter en mi dormitorio, le entrego mi portátil y el muchacho, de una manera que yo nunca sabré, hace su magia ante el ordenadory,trasdarlelosnombresdeaquellosdesgraciados,mediceapuntandoenunpapel: —SuvueloaChicagosaledentrodedoshoras. Miroelreloj.Simedoyprisa,lospillo.Acontinuación,leentregomitarjetadecréditoydigo: —Sácameunbilleteparaesevuelo. Denuevo,elchicohaceloquelepidoy,cuandomellegalatarjetadeembarqueamimóvil,le doyunbesoyañado: —Gracias,Peter.AhoraregresaconFlyneinvéntateloqueseacuandotepregunte,¿deacuerdo? Éltambiénmedaunbesoy,sinpreguntarnada,desaparecedemihabitación. Comounaloca,salgodelacasay,paraquenooiganelmotordelcoche,decidocogeruntaxi. Por suerte para mí, no tardo en encontrar uno, y me dirijo hacia el aeropuerto cuando recibo una llamada.EsMel. —¿Estáschalada?¿CómotevasairaChicago? —Tranquila..., tranquila. No cogeré ese avión. Sólo he comprado un billete para poder pasar y encontrarlos. —Jud...,Ericyasehadadocuentadequenoestásyestácomounlocobuscándote... Deprontooigojaleoy,segundosdespués,lavozdeEricdice: —Jud,malditasea,¿dóndeestás? Sin ganas de hablar con él, corto la comunicación y apago el teléfono. No me apetece dar explicaciones. El tráfico en Múnich ese día es garrafal. El tiempo pasa rápidamente y miro el reloj nerviosa. ¡Tengoquellegar! Cuandoeltaximedejaenelaeropuerto,corrocomounaloca.¡Nollego...,nollego!Y,encuanto dejoatráselarcodeseguridad,buscoenlospaneleselvueloenelquevanaquellosdosyvuelvoa correrporelaeropuerto.Estarde.Novoyallegar. Aprietoelpaso.Malditoatascoelquehepillado.Elcorazónsemecaealospiescuandollegoa lapuertadeembarqueyveoqueestácerrada.Elvueloestácerrado. Furiosa,aescasosmetrosdemíveoqueelavióndondevanaquéllosdamarchaatrás.Lacólera me puede, y doy un puñetazo al cristal blindado. La gente me mira y soy consciente de que, por mucharabiaquetenga,pormuyfrustradaquemeencuentre,novoyamontarunnumerito,porloque finalmente me limito a sentarme para ver cómo el avión se encamina hacia la pista, despega y se aleja. Duranteunahoramequedoallísentadasumidaenmispensamientosymeconvenzoamímisma deque,silascosashansalidoasí,esporqueGinebrayatienesuverdaderocastigo. Cuandomedespiertodemispensamientos,decidoregresaracasa.Salgodelaeropuerto,cojoun taxi y enciendo el móvil. Como es de esperar, tengo mil llamadas desde el teléfono de Eric, pero llamoaMel. —¿Estásbien?¿Dóndeestás?—preguntaella. Suvozsuenaangustiaday,paratranquilizarla,murmuro: —Estoybienyvoyparacasa. —¿Quéhapasado? —Nada—reconozcoconrabia—.Cuandollegué,yahabíanembarcado. OigoelsuspirodeMely,convencidadequesabequeestoybien,dice: —Quieresquenoestéaquícuandoregreses,¿verdad? —Sí,porfavor—respondosinganasdementir. —Deacuerdo—afirmaella—.Björn,losniñosyyonosmarchamosahoramismoparacasa,y Eric... —NoquierosabernadadeEric.Ahorano. —Jud... —Vetetranquila—leaseguroconunatristesonrisa—.Mañanatellamoynosvemos. Unavezcuelgo,merecuestoenelasientodeltaxiymelimitoamirarporlaventanilla.Necesito recobrarfuerzasparaenfrentarmeaEricZimmerman. Cuandoeltaxillegaacasa,pagoymebajo.Sacolasllavesdelbolsoy,alabrirlacancela,oigoel trotardeSustoyCalamar.Lossaludoconcariñoy,lentamente,llegohastalapuertadeentradademi casa.Demipreciosacasa. Estardey,alentrar,senotaquelospequeñosestándurmiendo.Loagradezco.Losadoro,pero estoytanmalqueloúltimoquequieroesveramisniños.Caminohacialacocina,meabrounacocacolay,enelmomentoenqueleestoydandountrago,oigoamiespalda: —Jud,¿quéhashecho? Sinvolverme,terminodebebery,cuandoacabo,mevuelvoy,mirandoalhombrequeconsigue queyosealamujermásfelizoinfelizdelplaneta,respondo: —Nadadeloquepensabahacer. Ericasientey,moviéndomeconrapidez,digo: —Voyaducharme. Al pasar junto a él, veo la tristeza que siente por lo ocurrido. Pienso en preguntarle si se encuentramejordesudolordecabeza,perono,nolovoyahacer.Asípues,sinquererclaudicarpor lo dolorida que estoy, me encamino a la planta superior. Allí, paso al cuarto de mis niños, que ya estándormiditos,ylesdoyunbeso. AFlynnovoyaverlo.Aél,quevayaaverlosupapaíto. Trassalirdelahabitación,medirijoalamíaymiromimaletacerrada.Sinpararmeapensar,la abro y lo primero que veo es mi disfraz de romana. Me siento en la cama y, con la maleta abierta sobreella,resoploeinconscientementerecuerdoaEricyaGinebrabesándoseytocándosemientras sedabanplacer.Nopuedoolvidarlo. Enfadadaconmigomismaporpensarenello,melevanto,entroenmipreciosocuartodebañoy decidodarmeunaducha.Lanecesito. Una vez desnuda, cojo mi iPad y pongo música. Miro las carpetas que hay y, aunque mi mente dicequepongamúsicamarchosa,micorazónpidealgoromántico. Dudo. Me debato sobre qué hacer y, al final, gana mi parte morbosa. Necesito fustigarme, flagelarme,azotarmeymaltratarmeescuchandoesamúsica.Ydigoyo:¿porquélohago?¿Porqué enmomentosasínecesitoescucharloquemevaahacersufrir? Memiroenelespejo.Lamujerqueobservoreflejadasoyyo,ymurmuro: —Judith,erestonta...,muymuytonta. Cuandocomienzanasonarlosprimerosacordesdenuestracanción,tengoqueapoyarmeenla encimera. El dolor, la pena y el tormento me doblan en dos mientras la bonita voz de Malú canta Blancoynegro.[32] Incapazdecontenerlaslágrimas,mesientosobrelatazadelinodoroylloro.Llorodeimpotencia en soledad como no he podido hacerlo antes y, mientras escucho la letra de esa preciosa canción, sientoquenovoyapoderpararnuncadellorar. LeheregaladomividaaEricyélsiempremehadichoquemeregalabalasuya. ¿Cómovoyapodersuperareso? CuandolacanciónacabaylavozdeLuisMiguelcomienzaacantarSinosdejan,[33]melevanto y,hechaunmardelágrimas,recuerdonuestralunademielenMéxico. —Quépena,Eric...,quépena—murmuromirándomedenuevoalespejo. Acongojada,entroenlacabinadeladucha. Abro el grifo y dejo que el agua comience a chorrear por mi cuerpo. Agotada, agobiada y abatida,meapoyoenlaparedycierrolosojosmientras,inconscientemente,tarareolamúsicaque suena. Y, tan pronto como comienza a sonar Ed Sheeran interpretando Thinking Out Loud,[34] me sientoenelsuelodeladucha,meencojoyrecuerdoqueésafuelaúltimacanciónquebailéconmi amor anoche mientras me decía mirándome a los ojos aquello de «te seguiré amando hasta los setentaporquemeenamorodetitodoslosdías». ¡Mentiroso! Micabezadavueltasyvueltas. Ericnohaparadodedecirmequelohanengañado.Quedebierondeecharlealgoenlabebida, peroestoytanenfadadaconélquesoyincapazderazonaryponermeensulugar.Nopuedo.Sólo puedopensarunayotravezenGinebrasobreélenelcolumpioyenlosdedosdeEricclavándoseen su espalda mientras la besaba, mientras le devoraba la boca como hace conmigo. Esa imagen me tienetotalmentecegada. Cuandoporfinconsigovolveraseryo,trasregodearmeenmidesesperación,melevantoyme doycuentadequeestoytemblandodefrío.Nosécuántotiempoheestadosentadaenelplatodela duchallorandoeintentandorecomponerme. Alsalir,comienzaasonarRibbonintheSky,[35]delmaravillosoStevieWonder.Quécancióntan bonita.SinpoderevitarpensarenlasvecesqueEricyyolahemosbailadoenlaoscuridaddenuestra habitación,mepongomialbornozymesientodenuevoenelinodoro.Piensoencómoaquéllosse besaban.Piensoquelabocademiamoryanoessólomía,ymaldigocuandolapuertadelbañose abreyEricmepreguntacongestopreocupado: —¿Estásbien? Lomiroconodio,yrespondo: —No. Él cierra los ojos. Sabe de lo que hablo y, tras levantarme como una furia, apago la música y siseo: —Fuerademivista. Miestadodeánimoesunaveleta.Tanprontollorocondesconsuelocomosientounashorribles ganasdeasesinarlo,yEriclosabe,meconocemuybien.Finalmente,dice: —Cuandoquieras,podemoshablarenmidespacho. Asiento.Nodigonada. Alverquenovoyadirigirlelapalabra,cierradenuevoyseva.Yomequedomirandoalfrente. Luegomesecoconbrío,medoyaceiteenelcuerpoymepeino. Ataviadaconunvestidodealgodónrosapaloymisbotasdeandarporcasa,bajolentamentesin secarmeelpelo.CuandoestoyfrentealdespachodeEric,meparo. Quierohuirdeloquevaaocurrirallí,peroséquedeboenfrentarmeaello.Asípues,cogiendo fuerzas,sacoalaJudithchulitaquesacadequicioaaquelalemány,sindudarlo,entro. Ericestájuntoalachimeneacontemplandoelfuego.Esaestampasuyasiempremehaencantado, perohoyladetesto.Mifuriamehacedetestarlotodo,hastaelairequerespiro. Cuandoélmeve,memiray,trasunosinstantesenlosqueambosestamosensilencio,murmura: —Losiento,Jud.Losiento,cariño,perotejuroque... —Nomejures.Séloquevi. Ericasiente.Sabequeloquevimehadestrozadoy,caminandohaciamí,susurra: —Simeconoces,comprenderásqueyonuncaharíanadaasí. —Losé—locortoconlavozrotaporeldolor—.Perotevi.Vicómolabesabas,cómo...cómo... Desesperado,vaaagarrarmeyledoyunmanotazo.Élmemira. —Noeraconscientedeloquehacía.Norecuerdonada,peroséque... —Túnosabesnada—digoalzandolavoz—.Túniporasomopuedesimaginarteloqueyohe sentidoconloquehevisto.Niporuninstantetelopuedesimaginar. Sugestoatormentadomehacesaberquepuedopisotearlo,matarlo,maltratarlo.Estádispuestoa todopormí,peroinsisto: —Apenasunashorasantes,túyyoestábamosenesasalanegradelespejodisfrutandoy...y... —Pequeña,escúchame. Enfadadalomiro,luegosonríoconmaliciaysiseo: —Noquieroescucharte.Ahorano. —Jud,nodigaseso. Miaclaraciónloenfada,loenvenena,melodicensusojos.Pero,sindejarsellevarporlarabia, suplica: —Perdóname,Jud,nosabíaloquehacía. ¿Perdonar?¿Voyasercapazdeperdonaryolvidarloquevi?Y,mirándoloconfuria,vuelvoa sisear: —¿Quétalsihacemosusodeloquehabitualmentesellamaojoporojoyahorasoyyolaque...? —¡Niseteocurra!—bramaperdiendolosnervios. Vuelvoareírconmalicia.Enloúltimoquepiensoahoraesenestarconunhombre,perocomo tengoganasdehacerledaño,insisto: —Lojustoseríaeso.Queyobuscaraalhombrequemásrabiatedéytúloveas,¿no? —No...—murmuraapretandolosdientes. Quieroherirlo.Quieroquesemartiricecomoyomeestoymartirizandoporél,ygrito: —¡Gilipollas! ¿Cómo no te diste cuenta? ¿Cómo, con lo listo que eres para otras cosas, fuiste incapazdepercatartedeloqueibaaocurrirconesagentuza? Ericmemira.Nosabequédecir. Sedacuentadequetengorazónentodoloquedigoynologradarmeunaexplicación. Elsilencioinvadelaestancia.Ericnosemueve.Nosmiramosalosojosymurmuro: —Estoyenfadada,muyenfadada,yquieroquetevayas. —¿Quemevayaadónde? —¡Quetevayasdeestacasa!—chillofuerademí. ElgestodeEricseacaloray,sinmoverse,cuchicheadespacio: —Estoyenmicasa. Suaclaraciónconmalababamehacerverquecomienzaaperderlosnervios. —Puesmevoyyo—replicoentonces. Sin más, me doy la vuelta, pero antes de llegar a la puerta, Eric ya me ha agarrado entre sus brazos,medalavueltay,apretándomecontrasí,protesta: —Jud,novasairaningúnlado. —¡Suéltame!—grito. —No.Hastaqueentresenrazón. Larabiameconsumey,sinpensarenloquehago,levantolarodillaylogolpeoconfuerzaen esapartetannoblequemeencantayqueenotrosmomentosmedaplacer.Eric,quenoesperabaese ataque tan brutal, cae de rodillas al suelo. Se encoge de dolor ante mí y yo, fuera de mis casillas, siseo: —Nuncamásentuputavidavuelvasatocarmesiyonotelopermito. Élnocontesta.Sigueretorciéndoseenelsuelodedolormientrasyoloobservoimpasible. ¡Joder...,joder,québestiasoy! Pasan unos minutos y, cuando veo que su respiración se normaliza, abro la puerta y salgo del despacho.Meencaminohacialaescalera,peroentoncesmelevantaenvolandasy,rojodefuria,me sueltaenmicara: —Entuputavidavuelvasahacerloquehashecho. Grito. Intento soltarme, lo llamo de todo y volvemos a entrar en el despacho, donde, una vez cierralapuertaconelpie,mesueltayyobramo: —¡Teodio!¡Teodiocontodasmisfuerzas! —Ódiamecuantoquieras—replicafurioso—.Perotenemosquehablar. Apartirdeesemomento,nohablamos,sinoque¡chillamos! Le echo en cara todo lo que quiero y más, y él hace lo mismo. Sin escucharnos, ambos levantamoslavoz,ambosgritamos,amboschillamos.Ladesesperaciónestalqueningunodelosdos está dispuesto a escuchar al otro cuando, de pronto, la puerta del despacho se abre y aparece Flyn. Debemosdehaberlodespertadoconnuestrosgritos.ElcríomiraaEricypregunta: —Papá,¿quéocurre? Alverlo,Ericdice: —Flyn,regresaatucuarto. Peroyo,queyaestoycomolaslocas,sonríoymurmuro: —No,hombre,no,dejaquesequedeaquí.Tambiéntengoreprochesparaély,así,aprovechoyse loshago.Alfinyalcabo,estuniñitoysólosepreocupaporti. —Jud...,cariño. En mi interior se ha formado un tsunami y siento que no voy a ser capaz de frenarlo, especialmenteporquenoquiero.Tengoantemíamisdosgrandesfuentesdeproblemasyconflictos y necesito gritar y protestar. Necesito que esos dos imbéciles me escuchen y, sin importarme las formasninada,digo: —¿Os habéis puesto de acuerdo los dos para sacar lo peor de mí? Porque, si es así, lo habéis conseguido. Y,comoyatodomeimportatrespepinos,prosigo: —Me he dejado la piel por vosotros dos y tengo que deciros que sois unos jodidos desagradecidos.Túcomomaridoytúcomohijo.Y¿sabes,Eric?,¡claudico!Hetomadoladecisión deque,siFlynnomequierecomomadre,yonoloquierocomohijo.Bastayadedesplantes,malas caras y malos modos. Estoy harta, ¡harta!, de tener que andar siempre con pies de plomo con vosotros. Estoy tan enfadada con los dos que no quiero ser racional, simplemente quiero que me dejéisenpazparapodervivir.Sinlugaradudas,éstaestucasa,EricZimmerman,perolosniñosque estándurmiendoenlaplantadearribason¡mishijos!,nosólolostuyos,ynovoyapermitirque... —Jud—mecortaEric—.¿Quéestásdiciendo? Comounremolinoimparable,lomiroysentencio: —Digo que quiero el divorcio. Digo que quiero irme de aquí. Digo que mis hijos se vendrán conmigo,ydigoque... —Jud...,¡para! Su corte me hace dar cuenta de que Flyn está llorando. Y, aunque sus lágrimas deberían atormentarme, estoy tan dolida que no siento nada. A continuación, cuando me dispongo a añadir algo,oigoqueEricdicemirandoalniño: —Flyn,vetealacama. —No... —Flyn—insisteél. Elcríosesecalaslágrimasypregunta: —¿Osvaisaseparar? —No—respondeEric. —Sí.¿Noesloquequerías?—respondoyo. Eric me mira. Su mirada de Iceman echa chispas, pero no me importa, ya que la mía es puro fuego;entoncesFlyn,llorando,dice: —No...nopodéishacerlo.Nopodéisestarasípormiculpa.Yo...yo... Reconozcoqueverlotandesesperadomepellizcaunpocoelcorazóny,mirándolo,respondo: —¿Sabes,guapito?,tuactitudhaayudadobastante.¡Gracias,Flyn! —¡Jud!—gritaEric. —¿Jud,qué?¿Acasoesmentira?—replicodesafiante. Fuera de sus casillas por lo que estoy soltando por mi boquita, Eric me mira con furia. Yo lo miroconrabiaychuleríacuandoélcogealniñodelbrazoymurmuraparaintentarcalmarlo: —Flyn,notepreocupespornada.Mamáypapáestándiscutiendoporalgoque... —¡¿Mamá?!—memofodolida—.Disculpa,peroélmismomehadejadomuyclaroinfinidadde vecesquenosoysumadre,quesólosoylamujerdesupadreo,entodocaso,sumadrastra,¿verdad, Flyn?—Elcríonoresponde,yyoprosigo—:Vamos,sévalienteydileatupapaítoloquemehas dichomilvecescuandoélnoestaba. —¡¿Qué?!—preguntaEricsorprendido. —Ah, y ahora que no hay nada que ocultar... —prosigo abriendo mi propia caja de Pandora—. ¿Quétalsiledicesatupadrelodivertidoqueteresultóprovocarmediarreasconlasgotitasquetus amiguitosterecomendaron? —¡¿Cómo?!—insisteEricdesencajadoy,echándoleunvistazoalcrío,pregunta—:¿Dequéhabla Jud? Pero,sindejarlocontestar,respondoyoporél: —Secretos...,secretos.Entrenosotroshaydemasiadosecretos.—Y,quitándomeelanilloquetanto adoro,lodejodemalosmodossobrelamesadeldespachoygrito—:¡Y,hablandodesecretos...,me pareciómuymalquemeocultarasquefuetuniñoquiensellevóelanilloparavenderloenunacasa deempeñosyluegomemintierasdiciendoquelohabíasencontradoenelmaleterodetucoche!Pero ¿acaso te crees que yo soy tonta? ¿Acaso crees que no iba a enterarme de la verdad? Pues sí, me enteréymecalléparaserbuenaconélycontigo.Soistalparacual.¡LosputosZimmerman! Eric palidece. Sé que no lo hace por mis palabrotas, sino porque nunca imaginó que yo me enteraríadeaquello. —Jud...,cariño...,yo...—murmura. —Ahoranoquieroexplicaciones.Yanomevalen. ElniñosiguellorandocuandoEric,conscientedequelascosasseestányendodemadre,insiste: —Porfavor,Flyn.Veteatuhabitación. Elcríomemiraconelrostrodesencajado.Nuncamehavistoperderelcontroldeesamanera.A continuación,acercándoseamí,susurra: —Mamá...,losiento...,perdóname. ¡¿Mamá?!Congestoagrio,lomiroyreplicofuerademí: —Déjameenpaz.Yonosoytumadre. Ericlosacadeldespacho,mequedosolaysientoganasdegritar.Estoyfuriosa.Tremendamente furiosa. Luego,Ericvuelveaentrareneldespachoy,trascerrarlapuerta,caminahaciamíydice: —EstáspagandoconFlynnuestroproblemay... —Eric—locorto—.Losiento,peroestoydesbordada.Desbordadaportodoslados.Y...yloque ha ocurrido, nos guste o no, ha hecho que haya un antes y un después en nuestra relación. Intento asumirqueesoshijosdesumadretedrogaronparaconseguirsupropósito,peronopuedoobviarlo quevi.¿Acasotúloobviaríassilasituaciónhubierasidoalrevés?¿Deverdadmeestásdiciendoque siEricZimmermanmevierasobreuncolumpiodesnuda,entregándolemibocaymicuerpoaotro hombre, no se enfadaría conmigo? ¿No me chillaría? ¿No se volvería loco de rabia? —Él no contesta, y añado—: El Eric Zimmerman que yo conozco estaría tan enfadado como yo, y el Eric Zimmerman que yo conozco necesitaría su tiempo para digerir lo ocurrido por mucho que me quisiera. Porfinparecequemispalabraslecalanhondo. En lugar de acercarse a mí, asiente, se apoya en su mesa y, tras unos segundos en silencio, murmura: —Siyohubieravistoloquetú,sindudameestaríacomportandopeor. —Losé,Eric—afirmo—.Losé. Mi alemán asiente. Sabe que lo que digo es cierto. La situación en caso contrario habría sido devastadora.Clavandosusojazoscansadosenmí,acontinuaciónmusita: —Jud,nomedejes.Yonohepropiciadoloquehaocurrido. Sus palabras me paralizan. Por mi cabeza ha pasado de todo, pero ¿realmente soy capaz de dejarlo?¿Realmentesoycapazdevivirsinél? Al ver que no digo nada y que no me muevo, Eric camina hacia mí y, derrotado por mi indiferencia,aquelgrandullónalquetodostemencaeamispiesyrepitecondesesperación: —Nomedejes,miamor.Porfavor,pequeña,escúchame,yonoeradueñodemisactos.Nosabía loquehacíaenesemomento. Susúplica... Sumirada... Sumiedo... Todopuedeconmigo,yentoncesinsiste: —Castígame, enfádate conmigo, fustígame con tu desprecio, pero no hables de divorcio. No hablesdeseparartedemíporquemividasintinotendrásentido.Sintiysinlosniños,yo... Almirarmeyversusojoscargadosdelágrimas,comosoyunablandengue,memuerdoellabio inferiorymurmuro: —Levántate,porfavor,levántate.Noquieroverteasí. Mialemánselevantaconpesary,cuandodoyunpasoatrásparaquenometoque,seencamina hundidohaciasusillay,mirándome,susurra: —Estoydispuestoaloquetúquieras,Jud.Atodo. Asiento.Séqueahorayotengoelpoder.Estoyconvencidadeque,silepidieraquesecortaraun brazoenesemomento,loharía. —DentrodeunosdíasmeiréalaFeriadeJerez—digo—.Irésinti,peromellevaréaEricya Hannah. —¿Sinmí? Al oírlo decir eso, siento unas irrefrenables ganas de asesinarlo. Pero ¿no decía que no tenía tiempoparaesastonterías?Sinembargo,conteniéndome,contesto: —MeiréaJerezconlosniños,ynitúniFlynvendréis. —Cariño...,porfavor... Sonríoconchuleríayreplico: —Nohaycariñoquevalga.Notequieroconmigo.Quieroirsolaconmishijosydisfrutardela alegríademitierray,contigoamilado,nolovoyadisfrutar. Susojos... Suvoz... Sumirada... ConozcoaEricZimmermanyséqueloqueestáocurriendoseráalgoqueloatormentaráelresto desuvida.Seacercaamí,mecogeentresusbrazosy,espachurrándomecontralalibrería,sisea: —Jud,nojueguesconfuegootequemarás. Nosseparanapenasunosmilímetros.Misojosmiransuboca.Quierobesarlo.Necesitobesarlo como sé que él necesita besarme a mí. Pero la imagen de Ginebra tomando lo que yo consideraba mío pasa entonces por mi cabeza y, tras empujarlo con todas mis fuerzas para separarlo de mí, respondomientrasmeencaminohacialapuerta: —QueridoEric,yamehequemado;ahoratencuidado,notequemestú. 55 Aldíasiguiente,JudithllamóaMelylepidiótiempo. Necesitaba unos días para ella sola para pensar, recapacitar y saber que estaba haciendo bien quedándose junto al hombre que amaba pero que le había roto el corazón en miles de pedacitos. Conscientedetodoloqueestabapasando,suamigaleconcedióesosdías. Una semana después, Judith se apagaba por momentos. Físicamente estaba bien, pero psicológicamenteestabatocadayhundida,algoqueEricnopodíaevitarverysufríacadasegundo deldía. Jud habló con su padre. No le contó nada de lo ocurrido, pero le confirmó que el 9 de mayo llegaría a Jerez con los niños. Como es lógico, Manuel le preguntó por Eric y por Flyn, y ella se apresuróaexplicarlequeEricteníamuchotrabajoyqueFlynestabacastigadoporlomalqueibaen losestudios.Elhombrenopreguntómásysealegróporlavisitadesumorenita. Duranteesosdías,Erichacíatodoloposibleporacercarseasumujer.Llegabaprontodeltrabajo, pasaba las tardes enteras con ella y con los niños, pero Jud no reaccionaba. Se limitaba a sonreír delante de los pequeñines pero, cuando éstos se marchaban a la cama, se sumergía en su propia burbujaytodoloquepasabaasualrededordejabadeexistir. EricconvocóunareuniónenMüllery,sindudarlo,reorganizósutrabajo.Necesitabatiempopara reconquistar como fuera a su mujer, y delegó, como antaño, en varios de sus directivos, algo que Judithsiemprelehabíapedido,peroélnohabíahecho. Recordar aquello lo martirizaba. Debería haber hecho más caso a lo que ella le pedía y, en especial, a la problemática que tenían con Flyn en casa. ¿Por qué había sido tan gilipollas y tan cabezota? Por su parte, Flyn, asustado por el color que habían tomado los acontecimientos, intentaba acercarseaJudith.Lallamaba«mamá»,lepedíaperdón,leproponíasalirconlamoto,sesentabacon ellaaverlatelevisión,peroellaparecíanodarsecuentadelosesfuerzosqueelmuchachohacíapara queloescuchara. Sinembargo,Judithlooía,looíaperfectamenteensusilencio,peroestabatandolidaportodolo ocurridoquehabíadecididoignorarlo,comoéllahabíaignoradoaellaenlosúltimosmeses.Ese castigoeralaúnicamaneradehacerleveraFlynqueyanoeraunniño,yque,comosiemprelehabía dicho,todoactoteníaunaconsecuencia.Lasuyaeralaindiferencia. SimonayNorbert,conscientesdelasituaciónenlacasa,intentabanayudarentodoloquepodían, peroJudithseguíasinreaccionarycastigabaalosdosZimmermanconsudesapego. Pasadosunosdías,JuddecidióiracasadesuamigaMel.Nadamásverla,ellalaabrazóy,cuando lasoltó,susurró: —Vayamalacaraquetienes,amiga. Judithasintió.Eraconscientedequeestabahechaundesastre,yhastahabíaadelgazadoesoskilos quenoconseguíaquitarseantes. —Pues,pordentro,teaseguroqueestoypeor—replicóconunasonrisa. Melpusolosojosenblancoy,cogiéndoladelamano,ledijo: —Ven.Tenemosquehablar. Juntaspasaronalcomedor.Allí,durantemásdedoshoras,Judithhabló,sedesahogó,dijotodolo quenecesitabadeciry,cuandoporfinsecalló,Melmurmuró: —Entiendoloquedices,peroloqueocurriófuealgoqueEricnoprovocó. —Lo sé —admitió Jud—. Pero si él sabía que aquellos dos le estaban pidiendo ese encuentro sexualporqueGinebraasíloquería,¿porquénosealejódeellos?¿Porquépermitióqueestuvieran tancercadenosotros?¿Porquénocortóporlosano? Melasintió.Sinduda,Judithteníasupartederazón.Sinembargo,comoanteshabíahabladocon Björn,respondió: —PorqueEricnoesunamalapersonaynuncapensóqueellosseserviríandealgotansuciopara conseguirsupropósito.Apesardenoquerersabernadadeellos,sesintióapenadoporesamujer. Judith,Ginebrasemuere,yesofueloqueaEriclehizobajarlaguardia. Su amiga resopló. Conocía a Eric mejor que nadie y, si una enfermedad lo descuadraba, una muertelodescolocabatotalmente.Así,siguieronhablandodurantevariashorashastaquealfinalMel dijo: —Ahoraqueestásmástranquila,tengoquecontartealgo. —¿Quéocurre? Mel se levantó, cogió a Judith de la mano y la llevó hasta su habitación. Una vez allí, abrió un cajóny,enseñándoleunostestdeembarazo,cuchicheó: —Hacetressemanasqueestoyesperandoparahacérmelos,ynomeatrevo. LasorpresadespertóaJudithdesuletargo,yMel,haciéndoleunpuchero,añadió: —Herechazadoelpuestodeescoltaycreo...creoqueestoyembarazada. Rápidamente,Judithsepusoasulado,leagarrólabarbillaconlamanoydijo: —Mel,pero¿cómonomelohabíascontadoantes? Suamigasederrumbócomouncastillodenaipesy,sentándoseenlacama,replicó: —Pero¿cuándoteloibaadecir?Últimamentenohacíanmásquepasarcosasy...y...Perosime llevélospuñeterostestelfindesemanaque...que...,bueno,quepasólodeEric,peroluegotodose lio y yo no quería preocuparte con más cosas de las que tienes. Pero... el caso es que me estoy volviendo tarumba. Llevo más de un mes de retraso y estoy tan acojonada que soy incapaz de hacermelapuñeterapruebecita.Yluego...luegoestáqueyaheestadoembarazadaysientoquetengo todoslossíntomas,y... —¿Björnsabealgo? —Noooooooooo —susurró Mel—. Si estoy embarazada es por su puñetera culpa, y lo voy a matar. —Diosmío,Mel—dijoJudsonriendo—.¡Sevaavolverlococuandoseentere! —¡Cierraelpico! —¿Estáencasa?—añadióemocionada. —No.Estáeneldespachopero,joder,Jud,¿cómovoyaestarembarazada? Conunacandorosasonrisa,suamigalamiróygesticuló: —Puesporqueunaabejitaplantóunasemillitay... —Juuuuuud... Divertida, ella le retiró el flequillo del rostro a la teniente más valiente que había conocido en todasuvida. —¡Otravez!¿Otravezmetienequevolverapasar?—protestóMelalejándose—.ConSamifui madre soltera; en esta ocasión querría haberlo hecho todo correctamente para no tener que oír los reprochesdemipadreodemiabuela.Mehabríagustadocasarmeantesdetenerotrohijo,pero... —PeroaparecióunniñollamadoPeterydecidisteposponertuboda,paraintegrarloenlafamilia antesdecasarteconsupadre,yesotehacemuygrande,Mel.Esonolohacecualquieray... —Diosmío...Tendremostres...,¡treshijos! —Obvio. Alverelgestodesuamiga,Judithsonrióy,dispuestaaayudarlaentodoloquepudiera,insistió: —Mira,cariño,sitienesatuladoalhombrequetequiere,quetehacefelizyalquetúquieres,un bebé en común es algo precioso. Simplemente es el resultado de un bonito amor. Piénsalo así y sé positiva. —Ay,Dios...,siquieroserpositiva,¡peronopuedo! AJudithleentrólarisa.Nolopodíaremediar,yMelalverlagruñó: —Sinoquitasesasonrisitatandetuamiguitodelacara,tejuroquealaprimeraquematoesati. Judithborrólasonrisa,cogióelarsenaldetestdeembarazoquesuamigateníaenlasmanosy dijo: —Vamos.Tenemosalgoquehacer. Unavezentraronenelbaño,Melcerrólapuertaconpestilloy,señalandoloscincotestquehabía dejadosobrelaencimera,explicó: —Loshecompradodigitales.Deesosqueanunciandelassemanasqueestás. —¡Genial!—respondióJud,peroalverquesuamiganosemovía,laanimó—:Vamos,venga, hazteuntest. Mellamiró,acontinuaciónmirólaspruebasdeembarazoysusurró: —Nopuedo,Jud...,nopuedo. SuhisterismolerecordóaJudithelsuyopropiolaprimeravezquesequedóembarazada.Aún recordabaelmogollóndetestquecompróyseveíaencerradaensubaño,solayconlospiesenalto delomareadaqueestaba.Porello,yconscientedequeteníaquehacerloquefueraparaquesuamiga setranquilizara,cogióuntest,lodestapó,sebajóelpantalón,lasbragasy,trashacerpisencima,lo cerróylodejósobrelaencimera. —Sólotienesquehaceresto—dijo—.Vamos,noestandifícil. Actoseguido,sesentóenelsueloyapoyólaespaldaenlapuertaalaesperadequesuamigase animaraahacerloqueirremediablementeteníaquehacer. Remolona, Mel cogió un test y se desabrochó el vaquero. Judith la miró y, finalmente, cuando aquéllasebajólasbragas,hizopissobreeltest,locerróylodejósobrelaencimera,murmuró: —Muybien.Lohashechomuybien. Laextenientesonrió,abrióelgrifodelagua,diountragoy,trassecarseloslabios,afirmó: —MataréaBjörnsiestoyembarazada. —Abesos,¿verdad? Melsonrió.Enestaocasión,fueellalaquenopudoremediarloy,sentándoseenelsuelojuntoa suamiga,apoyólaespaldaenlapuertaymusitó: —Sevolverálocosiloestoy. —Muyloco—añadióJudithconunatristesonrisaalrecordarcuandoEricsehabíaenterado. —PeroyanopodremosllamarloPeter.YatenemosunPeterenlafamiliay... —Tranquila, hay millones de nombres. Te aseguro que, sin nombre, el bebé no se va a quedar. SeguroqueaSamiseleocurrealguno. Melresopló,luegopermanecieronensilenciounosinstanteshastaqueJudithdijo: —Creoquehallegadoelmomentodelaverdad,¿noteparece? La exteniente cerró los ojos y, levantando la mano, cogió los test de embarazo que habían utilizado.Losmiróy,alverqueeranidénticos,preguntó: —¿Cuáleselquemehehechoyo? Divertida,Judithseencogiódehombrosy,quitándoleuno,respondió: —Sinlugaradudas,elquedépositivo. Lasdosamigasretiraronelcapuchónalostestdeembarazoalmismotiempo,yMelmusitó: —Lomato. Judithsonrióy,mirandoeltestqueellateníaenlamano,afirmó: —Tremendamentepositivo. Sonriendo estaba por aquello cuando Mel puso el Predictor que ella sostenía ante la cara de su amigaydijo: —Jud... Al ver lo que Mel le enseñaba, de pronto Jud tiró el test que tenía entre las manos como si le quemaraydijo: —¡Joder!—Y,levantándose,repitió—:¡Joder! Melselevantóasuvezy,trascogereltestqueJudithhabíatirado,lomiróycuchicheó: —Joder,Jud...,¿estásembarazada? —Noooooooooooo. Tanbloqueadacomoella,Melleenseñóeltestyafirmó: —Yohehechopisenunoytúenelotro,ylosdosdanpositivo. Judithsedioaireconlamano.Pero¿quéocurríaallí?Y,horrorizada,siseó: —Nopuedeser.¿Cómovoyaestarembarazada? Sinsabersireírollorar,Melmiróasuamigayrespondió: —Unaabejitaplantóunasemillitay... —Esimposible.Yo...yonopuedo...Ericyyonoqueremosmáshijos.Queno,hombre,queno... Conambostestenlasmanos,Mellosmiródenuevoyafirmó: —Puesnoespormetereldeditoenlaherida,peroenunoponede2a3semanas,yenelotro,de 4a6semanas. JudithlosmirababoquiabiertacuandoMel,entregándoleunnuevotest,indicó: —Repítelo.Sirealmentelapruebahasalidomal,ésteloconfirmará. Judithnorespiraba.Nopestañeaba.Pero¿cómoibaaestarellaembarazada?Alverlobloqueada queestaba,Melleagarrólabarbillaconlamanoymurmuródivertida: —Cariño,piensaquesiunbebéestácreciendoentuinterioreselresultadodeunbonitoamor.Sé queEricytúnoestáispasandoporelmejormomento,pero...piénsaloysépositiva. —Cierralabocaza—resoplóJudith,quecogióeltest,sebajódenuevoelpantalón,lasbragas, volvióahacerpissobreelaparatito,locerróyaseguróaldejarlo—:Estoloresolverátodo.Yono estoyembarazada. Melsehizorápidamentetambiénotrotest,peroestavez,enlugardedejarlojuntoaldesuamiga, seloquedóenlasmanosy,mirándola,dijo: —Jud..., hace poco Björn me dijo que las cosas que merecen la pena en la vida nunca son sencillas,y... —No digas nada más. Ahora no, por favor —la cortó ella mientras se tocaba la frente con preocupación. En silencio y en tensión, esperaron a que pasaran los minutos que indicaba el prospecto y, a continuación,Judithabrióelcapuchóndelaparatoymurmuró: —Estodebedeserunfalsopositivo.Ahorano,ahoranopuedeocurriresto. Trasabrazarasuamiga,cuandoéstadejódetemblar,Melcogiófuerzasparaabrirsutesty,al leerlapantalla,afirmó: —Estoyde4a6semanas...MataréaBjörnHoffmann. Aldecireso,ambassemiraronsinsabersilloraroreíry,depronto,oyeronlavozdelabogado, quedecíamientrasgolpeabalapuerta: —Mel,¿conquiéntehasencerradoenelbaño? Rápidamente,lasdosamigasrecogieronlosenvasesdelostest.Judseguardóelsuyoenelbolso, mientras que Mel lo hizo en el bolsillo delantero del vaquero. Una vez comprobaron que ya no quedabaningunapruebadeldelitoalavista,Judmurmuró: —NiunapalabrasobrelomíoaEricniaBjörn,¡niunapalabra! —Pero,Judith...,unembarazonosepuedeocultar. —¡Prométemelo! Alverelgestodesuamiga,Melfinalmenteasintió. —Teloprometo,siempreycuandotúprometaslomismo. Judithsuspiró,sucasonoeraeldeella,peroasintió. Cuando, segundos después, Mel abrió la puerta del baño, Björn las observó sorprendido y protestó: —Vaya,perosiestáaquílamujerqueincitóamihijo,menordeedad;porcierto,pirateélalista depasajerosdelaeropuertodeMúnich.Pero¿cómopudistepedirleesoaPeter?¿Acasotevolviste loca? Judithresopló.Sinduda,Björnestabadeseosodeverlaparaecharleaquelloencara.Duranteun pardeminutos,MelyJudescucharonensilenciotodoloqueaquélquisodecirlesenrelaciónconlo malquesesentíaporquehubieranutilizadoalchicoparahacerlodelaeropuerto,hastaqueMel,sin ganasdequecontinuaramachacandoaJud,seplantóanteélydijo: —Tengoalgoquedecirte. Al ser consciente de la mala cara de Judith, Björn se arrepintió de todo lo que había dicho en décimasdesegundoy,mirandoalamorenadepelocortoqueanteélllamabasuatención,resoplóy dijo: —Sorpréndeme. Melcogióaire,miróaJudithy,sinquelavozletemblara,dijoaltoyclaro: —¡Estoyembarazadaynovoyatrabajarcomoescolta! Suamigalamiró.Pero¿nohabíadichoqueleguardaraelsecreto? Aloíreso,elabogadoparpadeóy,torciendoelcuello,murmuró: —¿Quéhasdicho? Trassacarsedelpantalóneltestquesehabíahechominutosantes,seloenseñóyafirmóconcara decircunstancias: —¡Sorpresa! Björn clavó la mirada en la prueba de embarazo. Requeteparpadeó. Miró a Jud y ella asintió. LuegomiróaMely,cuandoéstaasintiótambiénconcaradeapuro,sellevólamanoalacabezay susurró: —Creo...creoquemeestoymareando. Condiligencia,MelyJudcogieronentrerisasaBjörncadaunadeunbrazoy,sentándoloenla cama,Judithdijoarrodillándoseanteél,mientrasMelledabaaireconlamano: —Vamosaver,JamesBond,respira...respira,queteestásponiendoverde. Duranteunossegundos,Björnhizoloqueselepedíahastaqueconsiguióreaccionary,mirandoa Mel,preguntósorprendido: —¿Vamosatenerunbebé? Melasintió,sonrióy,encogiéndosedehombros,replicó: —Tevoyamatar.Unbebénosvaadescabalarlavidaalosdos,perosí,vamosatenerunbebé. Tembloroso, Björn la abrazó, la besó, la acunó, mientras Judith observaba emocionada aquella maravillosademostracióndeamorysentíaqueelcorazónseleibaasalirdelpecho.Björnamaba sinningúntipodereservaaMel,adorabaaSami,queríaaPetery,orgullosadesersuamiga,Jud sólopudodecir: —Felicidades,papaíto.Alaterceravalavencida. Su amigo, al entender lo que aquello quería decir, sonrió como un tonto y, levantándose de la cama,cogióaMelentresusbrazosycomenzóadarsaltosdealegría. ¡Ibaaserpadre! Judithdisfrutódesulocaalegríaycuando,minutosdespués,élseempeñóencelebrarlo,decidió escabullirsedelacasaparadejarlosbrindarporlabuenanoticia.Sinembargo,antesmiróaMely murmuró: —Niunapalabradelomío. Conlamitaddelcorazónapenadoporsuamiga,ellaasintió.Suslabiosestabansellados. 56 Lasemanaesparamíunatortura. Embarazada...¿Cómopuedoestarembarazada? Noconsigodejardepensarenello,peromeconvenzodequenoloestoy.Nopuedeser. Encasa,veoaEricpasarpordelantedemíysaberloqueséynocompartirloconélmeduele,a pesardequesoyyolaquenolocomparte.Nosécómovaareaccionary,sobretodo,sirealmente estoyembarazada,¿debotenerestebebéestandocomoestamos? Pienso...,pienso...,piensoy,cuandoveoaEricyaHannah,elcorazónsemeencoge.Pensarque enmivientre,quizá,estécreciendounanuevavida,comoesasdosquedelantedemísonríenyme hacensonreír,meparteelcorazón. Elmiércoles,sinpoderaguantarunsegundomás,mevoyaunaclínica.Necesitosabersiloestoy onoparadecidirquéhacer.Mehagounanálisisdesangreyotrodeorinaycuando,horasdespués, voyarecogerlosresultadosyveoesepositivo¡tanpositivo!,creoquemevoyamorir. ¿Cómomepuedeestarpasandoesto? Esedía,Ericllegaprontodeltrabajo,intentaestarcercademíydelosniños,peroyo,encuanto puedo,meescabulloymesumerjoenmiburbujitadedudasconrespectoaquéhacer.¿Deboono seguirconeseembarazo? En silencio, mientras paseo con Susto y Calamar por la noche en la urbanización, pienso..., pienso...pienso...YmedoycuentadequeyanosólomeencuentromalporloquehapasadoconEric, sinoqueahoratambiénmesientomalporlodelbebéypormifrialdadhaciaél. Por increíble que parezca, durante la cena, Flyn intenta darnos conversación. Como es lógico, Ericleresponde,peroyomemantengocallada.Ahorasíquesoyunmonosabio.Simplementeceno y,cuandoacabo,melevantoydesaparezcodeescena. SilosZimmermantienenmalaleche,losFlores¡nonosquedamoscojos! El jueves, tras un caótico día de trabajo, cuando estoy tirada por la noche en el sofá del salón totalmente apática con Susto y Calamar repanchingados a mi lado, de pronto Eric entra con una sonrisa,meenseñaunaspizzascongeladasyanuncia,sinquejarseporquelosanimalitosesténallí,a pesardequenolegustaporquedicequedejanpelos: —Estanochehagoyolacena. Vale...,meterunaspizzascongeladasenelhornonoeshacerlacena,perocomonoquierodecir algoinapropiado,asientoyrespondosinmuchoentusiasmo: —¡Quéilusión! Trasdecireso,continúoviendolatelevisiónmientras,conelrabillodelojo,observocómoEric me mira parado donde está, me observa, busca una conexión, pero finalmente se da la vuelta y se marcha. Veinteminutosdespués,entradenuevoenelsalónydicealverqueestoyviendolaserie«The WalkingDead»: —Jud,lapizzayaestálista.¿Quieresquecenemosaquíoenlacocina? Estoypordecirlequecenemosaquí.SéqueaélyaFlynleshorrorizalaseriequeveo,yséque cenaríansinrechistar,peronoquieroquelacenalessientemal,porloqueparolaserieydigo: —Enlacocina. —Puesentonces,¡vamos!Flynyaestáallíesperando. Medesperezoenelsofámientrassoyconscientedecómoélmemiraalaesperadeunasonrisa, perono.Novoyasonreír.Lovoyaprivardemisonrisacomoélmeprivamilvecesdelasuya;¡que sejorobeysufra! Con cariño, beso la cabeza de mis animalillos y les ordeno que me esperen allí; no tardaré mucho. Cuandoentroenlacocinaveosobrelamesitatresplatos,doscoca-colasyunacerveza.Flynya está sentado. Me guste o no reconocerlo, en los últimos días la actitud del chaval ha cambiado, inclusoSimonamedijoquevuelveahablarseconJosh,elvecino. ¿Lehabrávistolasorejitasallobo? Sin muchas ganas de cenar, me acerco a la mesa y entonces el mocoso con la nariz llena de granosmepregunta: —¿Quiereshieloparalacoca-cola? Tomayaaaaaaaa...¿Flynsiendoamableconmigo?Y,conrecochineo,lomiroypregunto: —¿Cuántotehapagadotupadre? —¿Paraqué?—Memiradesconcertado. Amímeentralarisa.MesientocomoCruelladeVilobservandoaundulcecachorritoindefenso y,conchulería,respondo: —Paraquemehables. Veo que el crío busca la mirada de su querido padre y, sin un ápice de humanidad hacia ellos, murmuro: —Soistalparacual. Eric no dice nada. Raro en él, pero ni me reprende, por lo que cojo mi vaso, lo acerco a mi nevera americana y, cuando se llena de hielo, me siento en la silla y abro mi coca-cola. No los necesito. Porprimeravezenmuchotiempolesestoydemostrandoqueyotambiénsépensarporyparamí. Porprimeravezlesestoyenseñandoqueyotambiénpuedoseregoístaenloqueamíserefierey, oye,¡megusta! A través de mis pestañas veo cómo Eric y Flyn se miran incómodos ante mi silencio y siento ganasdesonreír,aunquenolohago. ¿Dóndequedaronesascenasnuestrasenlasqueyohacíatonteríasyellosreían? Después de dar un trago a mi coca-cola, cojo una porción de pizza y me la como en silencio mientras ellos intentan mantener una animada conversación sobre fútbol. Con curiosidad, los oigo hablardelequipodemisamores,elAtléticodeMadrid,peroyonoentroeneljuego.Noquieroser amableconellos. Tras mi segunda porción de pizza y sin mucho apetito, me levanto como una maleducada y, mirándolos,digo: —Seguidcomiendo.Mevoyaveramismuertosvivientes.Sonmásinteresantesquevosotros. Y,sinmás,salgodelacocinaconmivasodecoca-colaenlamano.Ellosnodicennada.Nosé quépensarán,perodecir,loquesedicedecir,nodicennada. Unratodespués,oigoqueEricentraenelsalón,seacercaamíypregunta: —¿Vienesalacama? Meencantaríadecirlequesí.Nadamegustaríamásqueabrazarlo,besarloyhacerleelamorpero, manteniendomifuerzadevoluntadintacta,respondosinmirarlo: —Notengosueño.Vetú. Cuandosaledelsalón,mesientofatal,perodaigual.Hagoesoporquequiero.Nadiemeobliga, continúoviendolaserie,yreconozcoquecadavezquesaleMichonneconsukatanaycortacabezasa losmuertoslodisfruto.EsloqueyoquerríahacercondosquevivenenChicago. Esanoche,encuantomedespiertoenelsofá,sonlascuatrodelamadrugaday,conelcuelloroto porlapostura,unavezsacoalosanimalitosalgaraje,mevoyalacama.Necesitodescansar. Elviernes,enMüller,meencuentroconEricvariasvecesporlaoficinay,siemprequepuedo,me hagoladistraídaparanosaludarlo,apesardequeséquemeobserva.Sentircómomesigueconla miradameexcitaymehacerecordaraquellosmomentosenMüllerEspaña,cuandoélmebuscaba continuamenteycuandomeconquistó. ¡Quétiempos! Es mi último día. Hoy finaliza mi contrato y estoy apenada, aunque en cierto modo quiero alejarmetantodeMüllercomodesudueño.Creoquemevendrábien,ymásporquemevoyaJerez. Necesitolosmimosdemipadre. Alasocho,cuandoPipasellevaalospequeñosalacamaparadormir,estoyaburridaymevoyal garaje para mirar mi moto. Al día siguiente quiero salir con ella. Sé que, en mi estado, no es recomendable,peroestoytannubladaporlaindecisiónyportodo,quemedaigual.Noséquévoya hacerconelbebé. Mientrasescuchomúsicaenelgarajedesdemimóvil,piensoentodoloquemeestáocurriendo y, cuando comienza la canción Aprendiz,[36] de mi adorado Alejandro, los ojos se me llenan de lágrimasypiensoque,simeestoycomportandoconesadureza,esporqueEricmehaenseñadoque laindiferenciaduele.Élhasidomimaestroenmuchascosasy,ahora,soyyolaquenoquierehablar deamor. Tanprontocomoeltemaacaba,vuelvoaponerlootravezmás.Necesitoescucharcancionesque terminen de marchitarme. Siempre he sido así de masoquista y, cuando ya la he escuchado varias veces,apagolamúsicayrumioensilenciomispenas.¡Quédesgraciadasoy! DeprontoveoquellegaelcochedeEric.Concuriosidad,miroelrelojquehayenelgarajeyme sorprendoalverlo.Cadadíallegamáspronto. Susto,queeselrelacionespúblicasdelacasa,vaasaludarloencuantoabrelapuertadelcoche. DuranteunossegundosescuchocómoEriclehablayesomeagrada. —Hola,cariño—oigoquediceacercándoseamí. —Hola—respondo. Elsilenciotomaelgarajedenuevo,yEric,alverquenovoyaañadirnadamás,damediavuelta y se dispone a entrar en la casa. Sin embargo, en vez de eso, se mete en el coche y de pronto comienzaasonarunacanción. No...,no...,¡quenomehagaeso! Yosigoagachada,fingiendoquecompruebolapresióndelasruedasdelamoto,cuandosiento queEricseacercadenuevoamíypregunta: —Tegustaestacanción,¿verdad? Noesquemeguste,¡meapasiona!EdSheeranysuThinkingOutLoud.[37] —Sabesquesí—digo. Eric,mirubio,cogiéndomedelcodo,hacequemeincorpore. —¿Bailasconmigo,pequeña? Ay...,ay...,ay...,¡quecaigoensuinflujo!Y,negandoconlacabeza,digo: —No. Peroél,queyahaconseguidoquemisojosylossuyosconecten,nomesueltaeinsiste: —Porfavor. Ay...,madre...,ay,madreeeeeeeeeeeeee,¡quemepierdo! Y, antes de que pueda decir nada más, mi rubio y grandote alemán me acerca a su cuerpo y, rodeándomeconlosbrazosparahacermesentirchiquitilla,murmura: —Vamos,cariño,abrázame. Sucercanía,suoloryellatidodesucorazónhacenquecierrelosojosy,cuandosientosuboca enmifrente,yaséqueestoytotalycompletamenteperdidaantemimaestro. Ensilenciobailamoslacanción,mientrasSustoyCalamarsesientanacontemplarnosenmedio delgaraje. —Teechodemenos,Jud—susurraEricdepronto—.Teechotantodemenosquecreoqueme estoyvolviendoloco. Suvoz... Su tierna voz tan cerca de mi oído hace que todas mis terminaciones nerviosas se pongan en alertae,incapazdenomimaralhombrealqueadoro,subomisuciamanodegrasahastasunucayse latoco. Alvermetanreceptiva,miamormeaprietacontrasucuerpo. —Losiento,pequeña. Lomiro...,lomiroylomiro.Cadavezmeparezcomásaélencuantoamiraditasserefiere. —Pídemeloquequieras—diceentonces—y... Nopuededecirmás.LapuertadelgarajeseabrederepenteyentraNorbert. Elpobre,alvernoseneseplan,sequedacomopegadoalsueloconcaradecircunstancias.Ericse apresuraasoltarmey,alverelapurodeambos,preguntoconnormalidad: —¿Yatevasacasa? —Sí.Simonasehaidohacerato—respondeNorbertsinsaberadóndemirar. Asientoy,comosinopasaranada,pasojuntoaélydigosaliendodelgaraje: —Entonces,buenasnoches,Norbert. Cuando,cincominutosdespués,Ericentraenlahabitación,cruzamosunamirada.Lafrialdadha regresadodenuevoamí.Vuelvoacontrolarmimenteymicuerpo.LaJudmalotahavueltoy,tras mirarelanilloqueEricdejósobremimesillaconlaesperanzadequemelovolvieraaponer,siseo: —Novuelvasahacerloquehashechoomeirédeestacasa. 57 Esanoche,Melveíaunapelículadeaccióntiradaenelsofávestidatansóloconunacamisetayunas bragas. LapequeñaSamiyPeterdormían,yLeyaestabatumbadaasuspies. Aburrida, cogió el móvil y vio la hora. Las diez y veinte. Björn había salido de cena con los idiotasdelbufete.Semiróelanillodecompromisoqueéllehabíaregaladoyresopló.Todavíanole habíacontadolascosasqueaquellosestúpidoslehabíandicho.Cadavezquelointentaba,terminaban discutiendoy,aunquesupersonalidaderafuerteycombativa,decidiócallar. Se mantendría alejada de ellos y de Louise para que Björn pudiera cumplir su sueño y asunto concluido. Una hora después, justo en el momento en que la película acababa, la puerta de la casa sonó e, instantesdespués,Björnaparecióylasaludóguiñándoleunojo. —Hola,preciosa. Ella sonrió,y el abogado, arrodillándose frente a ella, la besó en los labios, después le besó la tripay,divertido,murmuró: —Hola,pequeñín.Papáyaestáaquí. Alveraquello,Melvolvióasonreír.DesdequeBjörnsabíaqueestabaembarazadanopodíaestar máscariñoso.Alverqueteníaunamanotraslaespalda,preguntó: —¿Quéescondes? Élseencogiódehombrosy,trassacarlamano,dijoenseñándoleunacestaconfresas: —Parati,miamor. Melsoltóunarisotadaalveraquelloy,cuandofueacogerlasincreíblesfresas,éllasretiróy, mirándolaconguasa,murmuró: —Parker,tenemosquehablar. —Buenoooooooooooo—semofóella. —Cariño, el embarazo lo ha cambiado todo —prosiguió él—, y no podemos esperar a septiembre,porloquequierounafecha. Melsuspiróyprotestó: —Yatehandadolatabarraenlacenita... Aloíreso,Björnrioyrespondió: —No,amor.Estásequivocada.Estoessóloalgoentretúyyo. —Perovamosaver—protestóella—,¿pretendesquemecasecontigosiendounabola? Dispuestoaconseguirloquepretendía,elabogadoafirmó: —Tequiero,ysimplementepretendoquetecasesconmigo. Melnocontestó. Durantevariossegundossemiraronensilencio,hastaqueellafinalmenteresoplóymurmuró: —Novasapararhastaquetedéunafecha,¿verdad? —Verdad —asintió Björn—. Creo que esperar a septiembre ahora ya no es una buena idea. Tenemosladocumentaciónpertinentepreparadadesdehacemeses,unamigoenlosjuzgadosquenos reservaeldíaquequeramos,yyopuedoorganizarunapreciosalunademielparalosdosenParís. ¿Te imaginas tú y yo caminando por los Campos Elíseos cogidos de la mano? —Mel sonrió y, a continuación, él musitó—: Ya he asumido que nunca vas a querer un bodorrio, por lo que estoy dispuestoacasarmecontigoporeljuzgadoyenpantalonesvaqueros;¡hagámoslo! Laextenienterio.Sinduda,élnoibaapararhastaconseguirsupropósitoy,dándoseporvencida, ymuertadeamorporelhombrequelaadorabaylehacíasusdíasmaravillosos,claudicó: —El2demayoeneljuzgado,perosóloconlafamiliaylosamigosmásíntimos. —Deacuerdo—afirmóBjörnconunhilodevoz. —Íntimos...,íntimos...—aclaróMel. Aloíreso,elabogadolaentendióalaperfecciónysonrió. Apenasfaltabandiezdíasparalafecha;entregándolelasfresasalamujeralaqueadoraba,Björn sesacódelbolsillodelachaquetadeltrajeunsobredechocolatealatazaydeclaró: —Vale,el2demayoysóloíntimos,¡acepto!¿Quétalsilovamoscelebrandotúyyo? Divertida,Melsemordióellabioconsensualidadyluego,recuperandolasfresas,afirmó: —ÉsteesmiJamesBond. Éllabesóencantado.Losbesoscomenzaronacalentarsemásymásacadainstante,porloque Mel dejó las fresas sobre la mesita, se levantó y corrió hacia el baño de su habitación seguida de Björn.NoqueríadespertaraPeteroaSami,ysabíaqueallínolosoirían. Unavezhubieroncerradolapuertadelbaño,Björn,excitadoporlaentregadeaquellamujer,le dio la vuelta colocándola de cara a la puerta y murmuró mientras paseaba las manos por la cara internadesusmuslos: —Voyacastigarteportraviesa. AMelleentrólarisa. Adoraba sus calientes castigos. Si por ella fuera, estaría castigada día sí, día también por su maravillosoabogado. Björn cogió entonces el cinturón de su albornoz y, tras pasarlo por sus muñecas, las unió para despuésatarlasalcolgadordelapuertadondeestabanlasbatas. Una vez el abogado sintió que la tenía sujeta y sin posibilidad de escapar, le besó la nuca, la coronillaylaespaldamientrasellasusurrabagozosa: —Sí...,nopares. —Cariño...,noleharemosdañoalbebé,¿verdad? Aloíreso,Melsoltóunarisotada. —Ningúndaño—replicó—.Vamos...,nopares. Losbesossubierondeintensidadyél,acercandolabocaaloídodeella,musitó: —Estásembarazada.Hedetenercuidado. Acaloradayexcitada,Melcontestó: —Noparesyolvídateahoradelembarazo. Björn sonrió. Con complacencia, su boca siguió bajando, hasta que Mel la sintió sobre sus glúteosyél,divertido,lediounmordisco.Laextenientechilló,seretiróy,volviendoelrostroala derecha,lomiróatravésdelespejoygruñó: —¡Seráscaníbal! Björnsonrióy,sacandosuhúmedalengua,lapaseóporlacarainternadelosmuslosdeMelpara hacerlavibrarmientrasellacerrabalosojosextasiadaymurmuraba: —Nopares,caníbal...,sigue...,sigue. Jadeante,lajovenabandonósucuerpoalplacer.Elcaloryalahabíatomadoy,cuandovioqueél sesentabaenelsuelo,apoyabalaespaldaenlapuertadelbañoysemetíaentresuspiernas,creyóque ibaamorirdegusto,ymáscuandolooyódecir: —Veamosquétenemosporaquí. Extasiada por no poder mirarlo a los ojos por la postura de él, Mel jadeó acalorada mientras ondulabalascaderas. —Björn... Sindarleunrespiro,aquélposólasdosmanosenlasnalgasdeellayexigióbajándolelasbragas: —Esoes...,sí...,sí...,quépreciosidad. Mel tembló. Toda ella temblaba ante lo que escuchaba mientras él le sacaba las bragas por los pies. LasgrandesmanosdeBjörnleagarraronconfuerzaeltraseroy,cuandosintiócómosucálido alientollegabaasuvagina,tiritó.Sualiento,suroce,sumorbosaintenciónlaestabanvolviendoloca y,enelmomentoenquesuhúmedalengualatocó,vibrósincontrol. Sin descanso, el abogado comenzó a chuparla con deleite y sus jugos no tardaron en aparecer mientrasélproseguíacondesesperaciónylascivia. LarespiracióndeMelseacelerócomounalocomotoray,hundiendolacaraentrelosalbornoces colgados de la puerta, jadeó, gritó y vibró mientras su amor continuaba su asolamiento y ella se entregabatotalmenteaél. El placer que Björn le ocasionaba era increíble, y el estar atada para él lo incentivaba. Cuando Mel creyó que ya no podía más y que iba a explotar, aquel experto amante salió de debajo de sus piernasymurmuróensuoído: —Míranosenelespejo. Melmiróhacialaderechaysusojoschocaronmientrasellaobservabacómoél,conunmorboy unasensualidadquedejaríaacualquierafueradeórbita,sequitabalacamisayéstaterminabaenel suelo. A continuación se abrió lenta y pausadamente el botón del pantalón para después bajarse la cremalleray,trassacardelinteriordelbóxersuimpresionanteerección,selamostrócondescaroy, congestoserioymorboso,lepreguntó: —¿Estáspreparada,traviesa? Laextenientesemovióagitada.Noestabapreparada,¡estabapreparadísima! Tancalientecomoella,ysinapartarsusojosazulesdelespejodondesemiraban,Björncomenzó apasearsuduropeneporlasnalgas,losmuslosylavaginadeMelparahacerlesentirsufuerzaysu poderío.Ellavibró.Loqueaquélhacíayloquequeríalaenloquecían. Durantevariosminutos,eljueguecitodelabogadocontinuó,hastaque,sinhablar,colocósupene en la más que humedecida abertura de ella y, lentamente, para no dañarla ni a ella ni al bebé, se hundióensuinterior. El bronco gemido de Björn ante el electrizante contacto no tardó en llegar, mientras ella se acoplabaasuamor.Permanecieroninmóvilesunossegundos,hastaqueBjörncomenzóamoverlas caderasmuydespacioyluegosusmovimientossefueronacelerando.Melapenassipodíamoverse, élnoselopermitía.Sólopodíaabrirseparaélydejarquesehundieraenellaunayotravez,hasta queungritodeplacerpugnóporsalirdesubocay,paranoseroídaentodalacasa,enterrólacara enlosalbornocescolgados. Comoeldueñoyseñorqueeradelasituación,Björnsonrióaloírlaymurmuró: —Sí...,asímegustasentirte. Mel, sujeta con el cinturón del albornoz al colgador de la puerta, cogió aire. No quería que aquello acabara. Le gustaba sentirse poseída por Björn y, deseosa de mucho más, durante un buen rato accedió a todos y cada uno de los deseos del alemán mientras lo oía decir con la voz agitada contrasucuello: —Sí...,córreteparamí. Ellasonrió.Girólacabezadenuevohaciasuderechay,rápidamente,labocadeBjörnlaatrapóy sus lenguas se hicieron el amor, mientras sus cuerpos no paraban de acoplarse una y otra vez con gustoydesesperación. Ningunoqueríaacabar.Ningunoqueríaterminar. Estabansegurosdeque,siestuvieransolosenunaisladesierta,viviríancontinuamentebajoaquel influjodeplacerysatisfacción.Elcalorinundabasuscuerpos,ambossabíanquenopodíanretrasar máselmomento,yentonceselclímaxlostomó. Cuando acabaron, ambos jadeaban. Sus ruidosas respiraciones se oían con fuerza en el baño. Luego,Björnlabesóenelcuelloymurmuró: —Mevuelvesloco,traviesa. Mel asintió. Como pudo, se secó el sudor de la frente en los albornoces que tenía delante y musitó: —Eresincreíble,cariño.Increíble. Felizporesecomentario,quesubíasuautoestimacomohombre,Björnterminódedesnudarse. Abrióelcestodelaropasucia,tiróallísusprendasy,cuandoMelvioqueibaameterseenladucha, preguntó: —¿Aquéesperasparadesatarme? Congestodivertido,elabogadoabrióelgrifodeladuchaydijo: —Estáscastigada. —¡Björn! Elalemánsemetióbajoelchorrodeagua. —Tevoyadejaratadaunashoritasporloquehastardadoendarmeunafechadeboda. Boquiabierta,ellalomiróatravésdelespejo,achinólosojosysiseó: —Niseteocurra.¡Estoyembarazada! Sin contestar, Björn se dio la vuelta y comenzó a enjabonarse mientras silbaba. Mel miró incrédulasusmanosatadasalcolgadordelosalbornocesygruñó: —¡Suéltameahoramismo! Pero,portodarespuesta,élcerrólapuertacorrederadeladuchaycontinuósilbando. Acadasegundomásalucinada,laextenientetratódedesatarse,peronada.Björnhabíahechoel nudoaconciencia. Lamalalechecomenzóentoncesatomarsucuerpo. ¿AquéestabajugandoBjörn? Instantes después, Mel oyó cómo el agua de la ducha se cortaba, miró la puerta corredera y, cuandoéstaseabrióyélsalióempapadoyfresquito,ynosudorosocomoestabaella,siseó: —Tejuropormiabuelaque,cuandomesueltes,tevasatragarlasfresasconelchocolateyel2 demayosevaacasarcontigo¡tupadre! —Guauuu,¡quéinteresante!—semofóél. Laextenientediounpardetironesalcinturónquelamanteníasujeta,conlamalasuertedeque apretóaúnmáselnudo.Alverlo,Björnsonrióy,poniéndoseasulado,cogiólamanijadelapuertay dijo: —Mevoyalacama.Estoyagotado. —Björn,¡suéltame!—chillóella. Sinatenderarazones,éllediounrápidobesoenloslabiosy,abriendolapuerta,añadiócuando ellatuvoquemoverseaunlado: —Buenasnoches,miamor.Estotepasaporsertancombativa. Y,sinmás,saliódelbaño,cerrólapuertayladejóallíatadacomoaunjamón. Gritar era inútil. Si lo hacía, despertaría a los niños, y eso era lo último que quería. Pensando estabaenaquellocuandolapuertaseabriódenuevoyMeltuvoquemoverse.Björnaparecióyella pataleófuriosa. —Mehascabreadoymehascabreadomucho;¡suéltame! Björnsonrió.Lamirócongestoguasóny,tanprontocomofinalmentelasoltó,alverqueéstaiba adarleunderechazo,laparóy,convozcargadadeerotismo,murmuró: —Bien...,aquíestálafierademiniña. —¡¿Qué?! El abogado sonrió, la cogió entre sus brazos, la metió con él en la ducha y, sin darle opción a decirnada,susurróabriendoelgrifodelagua: —Vamos,fierecilla,hazmetragarlasfresasconelchocolate,peroel2demayo,porfavor,cásate conmigo. Sinpoderenfadarseconél,Mellobesó,loempujó,hastaquesucuerpodiocontralapareddela duchayleenseñóquéclasedefieraera.¡Faltaríamás! 58 EnlabodadeMelyBjörnenlosjuzgadosdeMúnichhaceundíaprecioso. Ver a mis buenos amigos tan felices, junto a Sami, que está monísima con su vestidito rosa, y Peter,tanguapoconsutrajegris,mehaceemocionarmásdeloquepensaba. DeEstadosUnidosvienenlospadresylahermanadeMel;deAsturias,suabuelaCovadonga,y de Londres, el hermano de Björn. Como amigos íntimos estamos nosotros, Fraser y Neill con su familia.TambiéninvitanamisuegraSoniayamiembarazadísimacuñadaMartaconDrew. Frida, Andrés, Dexter y Graciela no han podido venir ante la premura de la boda, pero han prometido que la próxima vez que nos juntemos todos lo celebraremos. Pobres. No saben mi situaciónconEric,yyomeapenoalpensarquequizáenesacelebraciónfalteyo. Melestápreciosaconunbonitovestidoblanco.NosehacasadoporlaIglesia,esonovaconella, perohaqueridodarlelasorpresaaBjörnalaparecerconunpreciosovestidoblancoylargo,yel gestodeélalverlamehaenternecidocomoaunatonta. Björnestámuyguapoconsutrajeazuloscuro,decirlocontrarioseríamentir.Mientrasobservo aesosamigosalosquetantoquiero,sólodeseoqueseanterriblementefeliceselrestodesusvidas. Durantelaíntimacelebración,Ericestáamilado.Comosiempreestáimpresionanteconsutraje oscuro,peroensusojosveolatristezaquesienteporelmalmomentoqueestamospasando.Nonos rozamos.Nonostocamos,perodisimulamosantetodos.Eseldíadenuestrosmejoresamigos,ypor nadadelmundoqueremosechárseloaperder. Traslaíntimacelebraciónenlosjuzgados,todosnosdirigimosalrestaurantedeKlaus,queloha cerradoparalaocasión.Allísecelebraráelbanquete. BjörnestáradianteyencantadoynoparadebrindarydebesaraMel.Estáfeliz,muyfeliz,yno puedeocultarlo. Eric,porsuparte,intentahacermeagradablelacelebraciónhaciéndosecargodelospequeñinesy deFlynparaqueyonomesientaagobiada,peroesoescomplicado. Cuando Klaus pone música y tenemos que bailar por petición de Sonia una romántica canción, sientoqueelalmasemecaealospies. Flyn,porsuparte,mebuscaconlamiradaymellama«mamá»delantedetodos.Sientocómome miraalaesperadequeyoleguiñeunojoolesonría,perosólomelimitoasercordial,ainterpretar unpapely,cuandonadienosve,elpapelseacabó. Comodigo,todoesdifícil.Tremendamentedifícil. Cadadosportrestocomidedodesnudo.NollevarelanilloqueEricmeregalóenelpasadocon tantoamormeresultadoloroso,peroloconsideronecesarioparaamoldarmeaminuevasituación. Estoy bebiéndome una coca-cola cuando Sonia, mi suegra, y Marta, mi embarazada cuñada, se acercanamíylaprimeracuchichea: —Québien,hija.VeoqueFlynhavueltoalredil. Con una candorosa sonrisa, la miro. ¡Si ella supiera...! Y, disimulando, asiento, pero vuelve a preguntar: —¿AcabasteyaenMüller? —Sí—afirmoviendoqueEricsecolocaamilado.Sinduda,sehadadocuentadequenecesito refuerzos—.Vuelvoaestarsintrabajo. Sonia,queesunamor,sonríeysusurra: —Tranquila.Mihijotedatodoloquenecesitas,¿verdad? Ericyyonosmiramosy,sincambiarelgesto,sigosonriendoyasiento: —Sí.Élmelodatodo. —¿CuándotevasaJerez?—preguntamicuñadaMarta. —Dentrodesietedías. Misuegraasiente,memirayfinalmentedice: —Dalemuchosrecuerdosatupadredemiparte.SinofueraporqueMartaestáembarazadísima, meibacontigoalaFeriadeJerez. —Mamá,peroveteypásalobien.Todavíaquedaunmesymedio. —No,cariño,losbebéssonimpredecibles,ytúloeresaúnmás—murmuraSonia. —Mamá...—protestaMartaconcariño. Soniayyonosmiramos,yafirmo: —Ledarérecuerdosamipadredetuparte.Leharáilusión. —Ytú—lereprochamisuegraasurubioyaltohijo—deberíasirteconJudith.Unasvacaciones juntossiemprevienenmuybienalasparejas.¿Porquénovas? Ericmemira.Semueveincómodoantesupreguntayfinalmenteresponde: —Mamá,nopuedo.MequedoconFlyn.Tienequeestudiar. —¿Yporquénosequedaconmigocomoenotrasocasiones? —Mamá—insisteEric—,esmejorqueyomequede.Créeme. MisuegrasevuelvehaciaFlyn,queestáriendoalfondodelasalaconPetermientrasmiransus móviles,ycuchichea: —FlynZimmerman,quémalloestáshaciendoesteaño,hijodemivida,¡quémal! SentirmerodeadaporlosZimmermanmeponenerviosay,cadavezquesientolamanodeEric agarrándomelacintura,larespiraciónsemeparalizaymepongonerviosa,no,¡losiguiente! Enloscincoañosquehacequenosconocemoseslaprimeravezque,estandotancerca,estamos tanalejadoselunodelotro.Quémomentomásextrañoytristeestoyviviendo.Estoyasfixiadapor todoynoveoelinstantedellegaraJerez.Séqueallípodrérespirar.PonertierraentreEricyyolo aclararátodo. Enestetiempo,hepensadoenloquepasó,yhellegadoalaconclusióndequeEricnotuvonada que ver en lo que ocurrió; fue engañado por aquellos crápulas. Pero, a pesar de saber eso, soy incapazdeolvidar.Cadavezquecierrolosojos,mimenteseinundaconloqueviynosésivoyaser capazderemontaryolvidar. Deloquenomepuedoolvidaresdequeestoyembarazada.Nopuedodejardepensarenelloen todoeldía.UnnuevoZimmermansegestaenmiinterior,ysoytodavíaincapazdedigerirloypensar conclaridadloquehedehacer. No tengo ningún síntoma. Ni mareos, ni vómitos. Si mis dos embarazos anteriores no se parecieronennada,sindudaéstetampocosevaapareceralosotrosdos.¡Mieditomeda! Yonoqueríamáshijos,conlosquetengosoyfeliz,yestoycasiseguradequeErictampoco. Yo, por no querer, no quería ni el primero, pero ahora no podría vivir sin ellos y, sin duda, volveríaavivirtodoloquepasésegundoasegundoparaqueEricyHannahestuvieranconmigoy consupadre. Porextrañoqueparezca,pensarenminuevobebémehacesonreíraltiempoquemehaceinfeliz. Sinduda,mishormonasyaestáncomenzandoarevolucionarse,ymisojossehumedecenmásdelo que yo querría. Pero, bueno, no me voy a a agobiar. Todo lo que me está pasando es mucho para digerirlosola,peroséqueloharé.Yopuedocontodo. MiúnicoapoyoesMel.Sinembargo,paraellanoestásiendofácilvercómotodoslafelicitan por su embarazo y a mí no me dicen nada. Su mirada me hace saber que sufre por mí, pero yo, guiñándoleelojo,lemuestroqueestoybien. Enunadelasocasionesenlasqueambascoincidimosenelbaño,miamiga,queestásensiblona con el embarazo y la boda, se mira emocionada el anillo de su dedo y lloriquea. Como puedo, la consuelo.Lloradefelicidad,yyo,querápidamentemeunoacualquierlloro,lohagoconella. ¡Loquemegustaundrama! Cuandofinalmentelasdosconseguimosquenuestrosojosdejendedesbordarse,mirándomeal espejopreguntomientrasmeretocoelmaquillaje: —¿CuándoosvaisaParís? —El viernes. Nos vamos de viernes a viernes. El lunes 18 tenemos que estar de vuelta, ya que Björntieneunpardejuicios. —Lovaisapasargenial.YaveráslobonitoqueesParís—digo,ysonríocontristezaalrecordar unviajesorpresaqueEricprogramó. Melasiente,seretiraelflequillodelrostroy,dice: —EsperoqueSamiyPeterseportenbienconmispadreslosdíasquenosotrosestemosfuera. —Seguroquesí—replicoy,suspirando,murmuro—:Sientoquejustamentemepillenesosdías enJerez,pero... —Nosientasnadaydisfrutadelaferia,quetelomereces—contestaella.Luego,mirándome, pregunta—:Jud,¿nolovasaechardemenos? Sinquedigaelnombre,ambassabemosdequiénhablayafirmo: —Muchísimo,peroahoranecesitoalejarmedeél. Miamigaasiente.Sabelodolidaqueestoy,ymeabraza. Diezminutosdespués,trassalirdelbaño,Klaus,elpadredeBjörn,queestáencantadodelavida conaquellacelebración,descorchabotellasdechampány,trasllenarlascopas,diceorgulloso: —BrindoporqueelmatrimoniodemihijoBjörnyMelseamuyfeliz,porminietaSami,pormi nietoPeteryporelnuevoHoffmannqueestáencamino. Todoslevantamoslascopasy,cuandoMelvaabeber,Björnselaquitaymurmura: —Amor...,brindaconzumo. Ellamemira.Sabequeyotampocodeberíabeberaquelloy,sonriendoporversugesto,sueltola copaydigo: —Comobuenaamigatuya,mesolidarizoybrindoyotambiénconzumo. —¿Porqué?—protestaBjörn. —Tranquila,Jud,yaestoybebiendozumoyotambién—dicemicuñadasonriendoabrazadaasu marido. —Venga,Jud,¡bebechampán!—insisteelhermanodeBjörn,queesunguasón. Ericmemira.Hundelosdedosenmicinturay,sonriendoasuvez,aclaraparatodos: —AJudithnolegustamuchoelchampán. Aloíreso,yotambiénsonríoy,sindarmecuenta,apoyolacabezaensupecho.Sinembargo,al serconscientedeloqueestoyhaciendo,meseparolentamentedeélydigo: —Exacto.Nomeva.—Y,llenandomicopalimpiadezumodepiña,digolevantándolaconhumor —:Venga...,brindemosporelbebédeMelyBjörn. —Yporelmío—exclamamicuñadaMartariendoytocándosesuprominentetripita. De nuevo todos levantan sus copas, y Mel, que está frente a mí, añade mientras se le llenan los ojosdelágrimas: —Yportodoslosbebésquevayananacerenelmundo. —Pero,cariño,¿quétepasa?—preguntaBjörnalverlatanblandita. Yolamiro.Conlamiradavuelvoainsistirleenqueestoybien,cuandoEric,conmovidoporeso, dice: —Puesqueestáembarazadayconlashormonasrevolucionadas. 59 Dosdíasdespuésdelaboda,lospadresdeMelylahermanadeéstasemarcharonaAsturiaspara llevar a la abuela. Covadonga quería regresar a su hogar. Mel los acompañó al aeropuerto y, tras recibirmilbesosdesuabuela,quedóconsuspadresenqueregresaríanalcabodeunosdíasparaque ellayBjörnsefuerandeviajedenoviosaParís. Aquella tarde, cuando Mel volvió del aeropuerto, recogió a Sami del colegio y se la llevó directamentealparqueparaquejugara. Ensimismada estaba mirando a su hija, mientras pensaba en su luna de miel, que comenzaría dentrodeunosdías,cuandodeprontoLouiseaparecióasuladoyledijo: —Enhorabuenaporlaboda. Melintentósonreíryrespondió: —Gracias. Louiserápidamentesesentóalladodeellay,trasunossegundosensilencio,declaró: —Sientotodoslosproblemasqueteheocasionado. Mellamiróyseencogiódehombros. —Tranquila—respondió—.Paramisuerte,parecequeyaporfinmehandejadoenpaz. Desesperada,Louisesetocólacabezaeinsistió: —Lo...lohicesinquerer.DiscutíconJohany,sindarmecuenta,lecomentéloquetúmehabías sugeridoylehicecreerquetehabíacontadomáscosasdelasqueenrealidadteconté. —Louise,deverdad,olvídalo—repitióMely,mirándola,aseguró—:Nopasanada. Durante unos segundos, ambas intercambiaron una mirada a los ojos, y luego Louise afirmó llorosa: —Lovoyahacer. —¿Quévasahacer? —MevoyaseparardeJohan. Melparpadeó.¿Lohabíaoídobien?Pero,antesdequepudieraabrirlaboca,aquéllainsistió: —Seacabó.Nopuedoseguirviviendoasí.Johanyanoeselqueera.Yanomequiereyyonolo quiero y, si tengo que luchar por Pablo con uñas y dientes, lo haré. —Luego, tras coger fuerzas, insistió—:Yno...novoyaseguirpermitiendoqueHeidimedominecomohaceconelrestodelas mujeres. Sé que puedo perder muchas cosas, sé que esa pandilla de buitres va a ir contra mí, pero estoydecididaapresentarlesbatallaseacomosea.Siquierenjugarsucio,yotambiénloharé.Sivan ahacermedaño,quesepreparen,porqueyotambiénpuedohacerlespupa.—Y,clavandosusojosen Mel,queestababoquiabiertaporloqueoía,preguntó—:¿CreesqueBjörnquerráasesorarmesobre quétengoquehacer? La recién estrenada señora Hoffmann, alucinada por la fuerza que de pronto veía en Louise y convencidadequeBjörnlapodríaasesorarsobreloquenecesitaba,afirmó: —Porsupuesto,Louise.Porsupuesto. Laaludida,alsentirsuapoyo,setapólacaraconlasmanosycomenzóalloraraliviada. Esatarde,trasdejaralosniñosencasaconBea,cuandoMelentróeneldespachodeBjörncon Louise,elabogadolasmiró.¿Quéhacíaaquéllaallí?Pero,instantesdespués,empatizóconellayla escuchó. Aldíasiguiente,traspasarlamañanaconJudithparaintentarlevantarleelánimo,alahoradela salidadelcolegio,MelesperabaaSamijuntoaBea.Teníanuncumpleañosenunparquedebolas,y Mellasibaallevar,cuandorecibióunmensajeenelmóvildeBjörn,quedecía: Venacasa¡ya! Sorprendidaporlaurgencia,MelleindicóaBeadóndeeraelcumpleañosy,trasdarleunbesoa supequeña,seencaminóhaciasucasa. Alentrarenlacocina,Leya,laperra,corrióhaciaellayéstalasaludóencantada.Eneseinstante, Björnentróporlapuerta,lamiróydijo: —Oficialmentehedejadodeserelcandidatoidóneoparaelbufete,y¿sabesporqué?—Cuando Mel no respondió, él prosiguió—: Por la sencilla razón de que tu amiguita Louise vino ayer al despachoy,alparecer,esohallegadoaoídosdeGilbertHeine. Retirándose el flequillo de la cara, Mel quiso preguntar si aquel mafioso de la abogacía los vigilabapero,omitiéndolo,secentróenelhombrealqueamabaymurmuró: —Losiento.Losiento,cariño. Sinmuchaefusividad,élasintió,yMel,alverqueolíaaalcohol,dijo: —Cariño,ellosselopierden.Eresunfantásticoabogadoy... —Ynoloheconseguido.Ésaeslarealidad. Mel fue a abrazarlo. Sentía en el alma que su sueño se hubiera evaporado, y al ver que él se apartabadesulado,fruncióelceño. —¿Quépasa,Parker?—preguntóBjörnalversuexpresión—.¿Porquéponesesacara?¿Acaso hasayudadoparaqueloconsiguierao,porelcontrario,tehasesforzadoporecharlotodoaperder? —Björn...,no... —¿No qué? ¿De verdad no sabías lo importante que era eso para mí? Pero, claro, la novia de Thor es incapaz de entender que unos nos esforzamos por conseguir las cosas, mientras otras con llamarapapaítoconsiguenloqueselesantoja. SuspalabrasnosóloletocaronelcorazónaMel,que,anclandolospiesenelsuelo,siseó: —Björn...,teestáspasando.Entiendotudecepciónylascopasquetehastomadodemás,pero... —¡Cállate!—gritóéldescolocándola. —¡Cállatetú! Pero¿quéleocurría?,pensóMel. Y,enfadadaporsuterriblecomportamiento,lesoltó: —Mira,pedazodeburro,antesdequesigasdiciendocosasabsurdasporquehasbebidodemás, déjame decirte que yo no tengo la culpa de que esos frikis casposos sean unos mierdas y te rechazaran.—Y,omitiendoloqueGilbertHeinelehabíadichoparanoliarlamás,gritó—:¡Yquete quede muy claro que pienso que lo mejor que te ha podido pasar es que no te aceptaran! Eres un abogadoincreíble,elmejorqueheconocidoenmivida,ynonecesitasdeotrosparaquetubufete seamaravilloso.Túeresmilvecesmejorprofesionalqueesosmafiososdelaabogacía,yahoralo que tienes que hacer es enseñárselo, no emborracharte para lamentarte porque ellos te hayan rechazado. —No me ensalces. No necesito que digas cosas buenas de mí después de la poca ayuda que he tenidoportuparte.Ahorano,malditasea. Melresoplóy,acontinuación,siseódenuevo: —Midetuspalabrasovasatenermuchosproblemasconmigo. AloíresoyveraMelconlospuñoscerrados,BjörnsedisponíaarespondercuandoPeterentró enlacocinaypreguntó: —¿Quéospasa? Elabogadomiróalmuchachoygritó: —Estoyhablandoconmimujer;¡fueradeaquí! —¡Björn!—exclamóMelaloírlo. Peter,posicionándosejuntoaella,siseóenfadado: —Nohablas,chillas. PorprimeravezdesdequePeterhabíallegadoaaquellacasa,latensiónsepalpóenelambiente. Melseacercóentoncesasumaridoe,intentandoentenderlo,murmuró: —Cariño,hasbebidodemásyesmejorquehablemosdeestoenotromomento. De pronto Leya entró en la cocina con unos papeles de colorines rotos en la boca, y Björn, al verla,advirtiómirandoalchaval: —Portubien,esperoqueesonosealoquecreo. Sin mirar atrás, el abogado caminó hacia el salón, seguido por Mel y Peter y, al entrar y ver variosdesuscómicshechosañicosasualrededor,vociferó: —¡Nomelopuedocreer! El muchacho, que acababa de dejar los cómics para ir a ver qué pasaba en la cocina, se quedó blancocuandoBjörn,furiosoyfueradesí,gritómirándolo: —¡Tedijequeloscuidaras!¡Fueelúnicorequisitoquetepuse! Parpadeandoalverloscómicsdestrozados,Petermiróalaperra,despuésclavósusojosenMel, queloobservabacongestoapenado,y,cuandoclavósusojosenBjörn,sólopudodecir: —Losiento...Yo...yo...losiento... Furioso,elabogadosiseótocándosesucabellooscuro: —Claroquelosientes,¿cómonovasasentirlo?Malditocríoymalditaperra. Recogiendoloscómicsdestrozadosconvoztemblorosa,Petermurmuró: —Yo...yo...losbuscaréytelosreemplazaré.Losiento...,yo...yo... —Oh,¡cállate!—bufóBjörn. —Tranquilo,cielo...,tranquilo—susurróMelalvercómolosojosdelmuchachosellenabande lágrimasendécimasdesegundo. Pero¿quéestabahaciendoBjörn? —¡Quieroqueesamalditaperrasevayaahoramismodeestacasa!—bramóelabogado. —¡Björn!—gritóMel—.Pero¿quédices? Elmuchachorápidamentesecolocójuntoasuperracuandoélvolvióagritar: —¡Hedichoquequieroaesechuchofuerademicasa! Bloqueado,PetermiróaMelenbuscadeayuda.Ella,conlamirada,lepidióquenosemoviera mientrassevolvíahaciasumaridoydecía: —Elanimalitonosabíaloquehacía.Hazelfavordecomportartecomoeladultoqueeresyno comounidiotaalqueseleharotounpuñeterojuguetito. Furiosocontodo,élmiróaMelydijo: —¿Idiota?¿Friki?¿Borracho?¿Quémásmevasallamarhoy? Mel,ofuscada,seacercóaélysiseóalverqueelcríosalíadelsalónconlaperra: —Mira,Björn,porllamartetepuedollamarmilcosas,yteaseguroqueningunatevaagustar. Conelrostroensombrecidoporlafrustraciónquesentía,élmaldijo: —Meestáscabreando,Mel.Meestáscabreandomuchoynovoyaconsentirque... —Laquenovaaconsentirquetepasesniunsegundomássoyyo.Pero,vamosaver,¿mepuedes decirqueesospuñeteroscómicssonmásimportantesqueeldisgustoqueleacabasdedaraPeter?— Elalemánnorespondió,yellaañadió—:Mira,soyadultayséresponderteanteunproblema,peroél esuncrío,pormuymayorquequierahacerseenocasiones. —Puessiesmayor,sabeque... —¡Björn! —gritó ella mientras sentía ganas de vomitar—. ¡Reacciona! Te acabas de casar conmigoyestoyembarazada.¿Quéhacescomportándoteasí?PorelamordeDios,¡reacciona!Nos estásdecepcionandoatodos. Y,sinmás,laextenientesaliódelsalón,fuealbañoyvomitó.EncuantoBjörnapareciótrasella, loempujóconmalaleche,losacódelbañoycerrólapuerta.Necesitabaperderlodevista. Cuandosalió,alnoveraBjörn,sedirigióalacocina.Necesitababeberaguayrelajarse,pero unavezhubodejadoelvasoenlaencimera,llamósuatenciónlaquietudquehabíaenlacasa.Nose oíanlaspisadasrápidasdeLeya,yMelfueabuscaraPeterasuhabitación.Noloencontróallíy,tras echarunarápidaojeadaporlacasa,sacósumóvilylollamó.Elcríonolocogió,porloquefue corriendoalsalón,dondeBjörnmirabaloscómicsrotos. —Amínomehablessinoquieres—lesoltó—,peroquesepasquetuhijoseacabademarchar. LanochellegóyPeternoapareció.LlamaronaJudithyaEric,quienesrápidamenteacudierona su lado para ayudarlos a buscarlo, pero Peter sabía muy bien dónde esconderse para que no lo encontraran. A Björn se le había pasado la borrachera mientras daba vueltas con Eric por Múnich y, desesperado,noparabadepreguntarsequéhabíahecho. Alasdosdelamañana,Ericyélregresaronacasaparaversielchavalhabíaaparecido,perono se sabía nada de él. Poco después, al ver llegar a Olaf, Mel se le acercó y, mirándolo a los ojos, preguntó: —¿Sesabealgo? Aquélnegóconlacabeza,yMel,desesperada,seangustió.¿DóndeestabaPeter? Björn fue a abrazar a Mel, pero ella se apartó; seguía enfadada con él. Finalmente fue Judith quien,trasintercambiarunamiradaconEricparaquelofrenara,consolóasuamiga.Concariño,la llevóalahabitaciónylahizoacostarse. —Escúchame...,necesitasdescansar. —Ytú—sollozóMel—.Tútambiénnecesitasdescansar. Judith asintió. Sin duda, aquélla llevaba razón pero, mimándola como ésta la había mimado en otrasocasiones,letocóelpeloydijo: —Mira,demomentotevoyaprepararotratilaytelavasatomar.Y,mientraslahago,mevasa esperarenlacama,¿vale? Agotada y con mal cuerpo, Mel asintió y, tras darle un beso en la cabeza, Judith salió de la habitaciónysedirigióhaciaelsalón,dondeloshombreshablaban. —Enelmomentoenqueencomisaríasepanqueelmuchachohadesaparecido,intervendránlos serviciossocialesy... —Esonopuedepasar—cortóJudithaOlaf—.Nopuedenenterarse. —Pues para eso estoy yo aquí —explicó éste—. Björn me ha pedido ayuda para encontrar al chicoantesdequetengamosquecontarloocurridoaserviciossociales.Porque,siseenterandeque elchavalsehaescapado,habráproblemas.Portanto,relajaosydejadmehacermitrabajo. Cuando Olaf se marchó, Eric le ordenó a Björn que se sentara en uno de los sillones y Judith, enfadadaporloocurrido,seacercóalabogadoydijo: —Mira,nodeberíaseryoquientecontaraesto,perollegadosaestepuntoyenvistadecómote hascomportadohoyconPeteryconMel,hayalgunascosasquetienesquesaber. Por la expresión de sus caras, Jud entendió que tenía toda la atención tanto de Eric como de Björn,yprosiguió: —EsetalGilberttuvolaindecenciadedecirleaMelquetúteníasmalasuerteporhabertesalido unhijodedebajodelaspiedrasyporhaberconocidoaunaproblemáticamadresoltera. —¡¿Qué?!—exclamóBjörn. —Inclusolerecomendóquedesaparecieradetuvidaporqueteiríamejor.¿Teparecebonitolo queeseimbécil,pornodecirotracosa,leaconsejó? —¿Cómodices?—bramóBjörnconfuso. —Loqueoyes,Björn,loqueoyes. Elabogadosealterómásaúny,trassoltarporlabocasaposyculebras,preguntó: —¿YporquéMelnomedijonada? —Lointentó,peronoquisisteescucharlayalfinaloptóporcallar. —Joder...,joder...—murmuróéldesesperadomientrasEriclepedíacalma. —Hablardeesebufetesiempreoshacíadiscutir—continuóJud—.Teobcecasteenconseguirtu maldito sueño sin darte cuenta de las cosas que pasaban a tu alrededor. Ese tal Gilbert es un desgraciado, y su mujer Heidi una zorra. Pero ¿tú ves normal que el día que se llevó a Mel a desayunarconesasimbécilessemetieranconsumaneradevestir,consupeloyhastalepropusieran que debía hacerse un tratamiento láser para quitarse el tatuaje? ¡Pero bueno! ¿Es que esa bruja pretendíaqueMelutilizarahastalamismamarcadetámpaxqueellas?Ah...y,yaquetelocuento,te lo voy a contar todo. Peter, antes de que tú lo conocieras, salió en defensa de Mel en la puerta del colegiocuandoJohanfueaamedrentarla. —¿QueJohanhizoqué?—jadeóBjörnfurioso. —Y ya para finalizar —prosiguió Jud sin querer mirar a su marido, que la observaba tan alucinado como Björn—, la noche que nos detuvieron por prostitución, Johan tuvo algo que ver porque, curiosamente, el tipo apareció en los calabozos para decirle a Mel que no le volvería a repetirquesealejaradesumujercita. EncuantoJudterminódedecireso,Björnexplotó.Queríairenbuscadeaquellosmalnacidosy arrancarleslacabeza.¿PorquéMelnolehabíadichonada?Y,sobretodo,¿cómopodíahaberestado éltanciego? Veinteminutosdespués,cuandoconsiguierontranquilizaralgigantemoreno,Judithdijonerviosa porlacercaníadeEric: —Escucha,Björn,ahoranoesmomentodearrancarlelacabezaanadie,sinodeencontraraPeter y,después,contranquilidad,hablarconMelyentrelosdossolucionarloquetehecontado. —Iréahablarconellaahora. —No.Ahorano—replicóJudith—.Estádescansando. Björnhizoademándeirpesealaadvertenciadeella,peroEriclosujetódelbrazo. —Como ha dicho Jud, siéntate. Mel no se va a mover de donde está y tiene que descansar. Recuerdaqueestáembarazadaynecesitamimosytranquilidad. Aloíreso,Judithsuspiró.¡Siélsupiera!Pero,alsentirsuapoyoenesemomento,sevolvióycon unatristesonrisadijo: —Voyaprepararunajarradetila.Creoquetodoslanecesitamos. Luegodiomediavueltaydesaparecióenlacocina. Acalorada por todo lo que había contado y por la cercanía de Eric, Jud estaba cogiendo los sobrecitosdetilacuandooyó: —¿Porquénomedijisteamíloquepasaba?Yopodríahaberhechoalgo. Judithcerrólosojos.Ericestabaaescasospasosdeella,perorespondiósinmirarlo: —Melmeloprohibió. Ensilencio,continuóconloquehacía,perodeprontonotócómoaquelgiganteseacercabaasu espalday,alsentirloaunosmilímetrosdeella,sepusotensa,ymáscuandooyó: —Jud,tenecesito. Cerró los ojos. Ella también lo necesitaba, pero rápidamente las imágenes de Ginebra y de él sobreelcolumpio,besándose,tocándose,inundaronsumente;sediolavueltaysinmirarlo,replicó: —Apártateparaquepuedasalir. Elalemánnosemovió.Clavólosojosenellaymurmuró: —Jud... —Hedichoqueteapartes—insistió. Convencido de que había perdido la batalla, Eric hizo lo que ella le pedía y ésta, sin querer conectarconsusojos,semarchó. Desesperado,élseapoyóenlaencimeradelacocinadeBjörn.Lanecesitabatantocomorespirar pero, consciente de que su situación era la que era y de que estaba allí para ayudar a su amigo, regresóasuladoy,sentándosejuntoaél,murmuró: —Tranquilo,Björn.Todosesolucionará. LashoraspasabanyPeternoaparecía;¿dóndesehabríametido? Björn y Eric estaban en el salón, y Mel y Jud en la habitación. Se hallaban divididos en dos grupos:ellosyellas.Adiferenciadeotrasocasiones,noestabanjuntosanteungranproblema,yno lepasóporaltoaningunodeellos. ¿Quélesocurría? JudithestabatumbadaenlacamajuntoaMel,tocándosesudedodesnudo,cuandoéstadijo: —Noquieronipensarenlalunademiel.Peterparamíesmásimportantequeesafrivolidad.¿Y sinoaparece?¿Ysiyanoquierevivirconnosotros? —Tranquila—insistióJudith—.NopiensesenelloysépositivaenrelaciónconPeter.Recuerda quelapositividadllamaalapositividad. Desesperada,Melselimpiólaslágrimasquelecorríanporlasmejillas. —Tendríasquehabervistosumirada.PeterestabahorrorizadoporcómoBjörngritaba.Elpobre lepidióperdón,peroBjörnestabafueradesíynoloescuchabay... —Habíabebido,Mel.Noquierojustificarlo,peroBjörnhabitualmentenobebey... —Losé.Eslaprimeravezquelohevistoasí,yesperoquesealaúltimaoestematrimonioestá abocadoalfracaso. Elsilencioseinstalódenuevoentreellas,hastaqueMelpreguntó: —¿Quédíaeshoy? —Martes—susurróJudith. Melcerrólosojosypensó.RecordabahaberhabladoconPetersobrelugaresadondeélsolíair cuandovivíaconsuabueloy,mirandoaJud,dijo: —Hehabladomilvecesconél,peroahoranoconsigorecordarlossitiosadondemedijoque... Estoytotalmentebloqueada. —Tranquila,Mel...Tranquila. Depronto,eliPhonedeMelvibró.Habíarecibidounmensaje.Judyellasemiraronalverlafoto dePeterenlapantalla.Laextenienteseapresuróacogerelmóvilyleyó: Mel,estoyenlapuertadelacalleconLeya;¿podemossubirlosdosacasaoBjörnsigueenfadado? Ambassemiraronylosojosselesllenarondelágrimas.Apesardetodo,elmuchacholosquería ylosnecesitabay,abrazándose,sonrieronyselevantaronpresurosasdelacama. Al verlas aparecer, Björn y Eric las observaron, y Mel, caminando hacia el abogado, dijo mientrasleenseñabaelmensaje: —Peterhavuelto.Ahoratododependedeti. Björnloleyóy,emocionado,selevantórápidamente,laabrazóymurmuró: —Cariño,perdóname.Soyunbocazasy... Tapándolelaboca,Melasintió.Sinduda,ellayalohabíaperdonadoy,conunasonrisa,dijo: —Vamos.Veabuscarlo. Sin perder un segundo, el guapo abogado Björn Hoffmann corrió hacia la puerta en busca del muchacho.Alverasuamigosaliryalasdosemocionadasmujeres,Ericlasabrazóymusitó: —Tranquilas,Björnlosolucionará. Elabogadocogióelascensoratodamechay,cuandosalióalacalle,elcorazónleibaamil. Al ver a Peter parado en la acera con la perra, una extraña paz se apoderó de él. Ambos se miraron,yBjörn,sinperderunsegundo,caminóhaciaelcríoque,alverloacercarse,dijo: —Losiento.Prometoqueteconseguiréesoscómicsy... Peronopudodecirmás.Trasllegarhastaél,Björnloabrazóy,contodosuamor,murmuró: —Nomepidasmásdisculpasyperdónametúamí.ÉstaestucasayladeLeya,ynuncamáslo vuelvasadudar,¿entendido,hijo? Elmuchacho,conunacálidasonrisa,asintióysiseóporprimeravezensuvida: —Deacuerdo,papá. Aloíreso,elcorazóndeBjörnseinflamóy,trasunosminutosenlosqueambosseprometieron cientosycientosdecosas,subieronjuntosacasa,dondefueronrecibidosportodosconabrazosy palabrasemocionadas. Ya amanecía cuando Jud y Eric se marcharon y Peter se metió en la cama. Bea, que se había quedadoapasarlanocheparaatenderaSami,lesdijoqueseacostaran,queellallevaríaalaniñaal colegio. Agotados,MelyBjörnasintierony,cuandocerraronlapuertadesucuarto,Melcaminóhaciasu ladodelacamay,allevantarlamiradayencontrarseconladeél,declaró: —Sientomuchoquetusueñono... —Cariño —la cortó Björn—, te aseguro que voy a hundir a esos tipos, no por no haberme aceptado a mí en su maldito bufete, sino por el mal que hayan podido hacerte a ti, a mis hijos o inclusoaLouise. Aloíreso,Melsonrió.Sinduda,Judithhabíadichotodoloqueellallevabamesesguardándose parasíy,recordandoalgoqueLouiselehabíacontado,murmuró: —Johan siempre creyó que yo sabía más de lo que sé. Hace tiempo Louise me dijo que Johan guarda en su ordenador documentos comprometedores para ese bufete y unas fotos de unas fiestecitasprivadasenlasqueestánGilberty... —¿Estásseguradeloquedices? Melseencogiódehombrosyafirmó: —EsomedijoLouise.Yonolohevisto.Yayer,cuandohablasteconella,dijoqueteníaunasen lamanga,¿lorecuerdas? Björnasintió.Recordabamuybienlaspalabrasdeaquéllay,aunquehabíanllamadosuatención, nohabíaqueridoahondareneltema.Traspensarduranteunossegundosenaquello,afirmó: —PorsuerteparaLouiseyparamí,tengoalmejorhackerdelmundoencasa. —¡Björn!—exclamóellasonriendoaloírlo. —Creoquevoyatenerquepedirleayudaamihijoparahundiraesosbastardos. Ambosrieronhastaqueél,sinpoderesperarunsegundomás,murmuróabatido: —Oye,Mel...,yo... —Eh..., eh..., eh... —lo cortó ella y, cuando vio que la miraba, indicó—: Lo de hoy no puede volverarepetirseoteaseguroque,igualquemecasécontigo,medescasoperoya,¿entendido?—Él asintióyMelaprovechóparadecir—:EncuantoalodelviajeaParís,quedaanulado.Noquieroir porque creo que no es el momento. Con lo que acaba de ocurrir, me parece que lo que menos conviene ahora es que tú y yo nos marchemos y dejemos a Peter con mis padres, que son dos extrañosparaél.¿Nocrees? El abogado sonrió. Él también lo había pensado pero, como no estaba dispuesto a renunciar a aquelviaje,propuso: —¿YsinosllevamosaPeteryaSamiconnosotros?—Aloíreso,Mellomiróyélañadió—: PodríamoscambiarParísporunviajeaEurodisney.Podríaserdivertido,¿nocrees? Melparpadeósonriendo,yél,alsentirquetodoestababienconlamujerqueadoraba,insistió: —Pospondremosnuestrorománticoviajedelunademielparamásadelante.¿Quéteparece? —Mepareceunaideaexcelente—dijoella. Durante unos segundos ambos se miraron a los ojos, y el abogado, pesaroso por lo ocurrido, susurró: —Losiento,amor.Sientotodoloquedijey... —Olvídalo.Nomerecelapena. AtormentadoporloqueJudithlehabíacontadoperodispuestoasolucionarlo,bordeólacama,se pusoasuladoy,cogiéndoleelrostroentrelasmanos,murmuró: —Misueñoerestú.Nada,absolutamentenada,estanimportantecomotúylosniños,yteaseguro quemañanaGilbertHeinevaatenerqueescucharcuatrocositasquenolevanagustarydespuéslos voyahundir.Pero,porfavor,prométemequenuncanuncanuncavasavolveraocultarmealgocomo loocurrido. Melasintióy,conunacandorosasonrisa,susurró: —Teloprometo,peroahorabésameycállate,idiota. Björn,aloíreso,supoquetodoestababieny,cogiendoentresusbrazosalamujerqueamaba, hizo lo que ella le pedía, sabiendo que al día siguiente, cuando se levantara, Gilbert Heine y su malditobufeteseibanaenterardequiéneraBjörnHoffmann. 60 Tras un extraño día en el que duermo a ratos, cuando me levanto Simona me dice que Eric se ha marchadomuypronto. Tanrápidocomomedespejo,habloconMely,entrerisas,medicequeBjörnyEric,juntocon ella, han ido al bufete Heine, Dujson y Asociados y que la que han liado allí entre los dos ha sido comopoco¡impresionante! Imaginar a Björn y a Eric juntos en un momento así irremediablemente me llena de orgullo porque sé que esos dos titanes, el rubio y el moreno, son indestructibles y peligrosos. Muy peligrosos. ¡Quérabiahabérmeloperdido! Mel también me dice que, antes de ir al maldito bufete, tras hablar con Louise y ésta facilitarle cierta información, Peter ha pirateado sin problema alguno el ordenador de Johan y lo que han encontrado allí, sin duda, le va a hacer mucha pupa a esa pandilla. Eso vuelve a hacerme reír, es evidentequeesosfrikisdelaabogacíanosabenconquiénsehanmetido,ynodudodequeBjörnlos vaamachacar. Durante el resto de la mañana, disfruto de mis niños. Son tan maravillosos que todo, absolutamentetodomerecelapenaporverlossonreír,ycuandoestoyconErichaciendounpuzle, suenamimóvily,alverquesetratademisuegra,locojoyescucho. —¿Quéhaces,hija? Miroamipequeñorubiotanparecidoasupadrey,trasresponderle,medice: —¿PorquénotevienesacasadeMarta?Estamosmontandounadichosacuna,yunadedos,o nosotrassomosmuytorpes,oalacunalefaltanpiezas. Divertida,despuésdecolgarlepidoaPipaquesesienteconelpequeño,suboamihabitación,me pongounosvaquerosyunacamisetay,cuandollegoalgaraje,mequedomirandolabonitaBMWde Ericy,sinquererpensarenmiembarazo,susurro: —Vámonosdepaseo,preciosa. Sindudarlo,cojoelcascogris,lasllavesy,trasarrancarelmotorysalirdelaparcela,doygasy mevoyatodamecha. Lasensaciónquetengoesmaravillosa.Miraquemegustaconducirunamotoy,sonriendo,me dirijoalacasadeMarta.Unavezaparco,laporteradeledificiodemicuñadasaledelaporteríaal verme,caminahaciamíydice: —Noseasuste,Judith,perounaambulanciaseacabadellevaraMartayasumadrealhospital. —Pero¿quéhapasado?—preguntoangustiada. Lamujer,congestoconfuso,murmura: —Alparecer,Martaharotoaguas. Conmocionada, me preocupo. Marta sólo está de siete meses y medio. Después de darle las graciasalamujerporlainformación,doymediavuelta,corrohacialamotoymedirijoalhospitala milporhora. Cuandollego,entroatodaprisayconelprimeroquemeencuentroesconEric.Asuladoestásu madre.Paranovariar,mialemánestádescompuesto.Conloqueloasustanloshospitales...Alverme, caminahaciamíydice: —Martaestáteniendoelbebé.Leestánpracticandounacesáreadeurgencia. Elagobioestálatenteensurostro.Megustaríaabrazarlopero,conteniendomisimpulsos,pongo unamanosobresubrazoymurmuro: —Tranquilo.Todovaasalirbien. —Perosóloestádesietemesesymedio—insiste. Asiento,sémuybiendecuántotiempoestá.Intentandoquedejedepensarenlopeor,exijo: —Eric, mírame. —Una vez clava los ojos en mí y a mí me entran unas cagalandras de muerte, comopuedodigo—:Martaestáenelmejorsitiodelmundoytodovaasalirbien,¿entendido? Mialemánasiente,enelmomentoenelquemisuegraseaproximacomounamotoymurmura: —Ay,Dios,quéangustia...,quéangustia. Abrazo a Sonia y, tras tranquilizarla como instantes antes he hecho con su grandote hijo, los animoairalasaladeespera.Sinduda,nopodemoshacerotracosa. Duranteelratoqueestamosallíjuntoaotrosfamiliares,cadavezquesaleunpadreconcarade orgulloporhabervistoasubebé,misuegramurmuraemocionada: —Nohaynadacomolallegadadeunbebéaunhogar,¿verdad? Yo asiento. Eric me mira y, cuando las puertas se abren de nuevo, sale mi cuñado con cara de felicidady,dirigiéndosehacianosotros,dice: —Martaestábienylapequeñinatambién,aunquesólohapesadodoskilosdoscientosgramos. Sonialoabraza,yosonríoy,sinsaberporqué,abrazoaEric.Sentirsuaroma,sucercanía,me subelamoraly,cuandomeseparodeél,memirahastaqueyodejodehacerlo. Trasfelicitaralpadredichoso,esperamosunratitoyfinalmentenosavisandequepodemospasar porelnidoparaveralapequeñita,queestáenunaincubadora. Con la felicidad en nuestros rostros, cuando nos dicen quién es la pequeña Ainhoa, todos sonreímoscomoidiotasy,comosilaniñanosoyera,comenzamosahablarenballeno. ¡Vayamaniítaquetenemoslosadultosdehacereso! A través de los cristales, con mi móvil grabo un vídeo de la pequeña para que Eric y Hannah conozcan a su prima. Es muy chiquitita, pero la tía no para de moverse y, por lo que oigo, parece tenerunosbuenospulmones.¡OtraHannah! Eric,queestáamilado,emocionadoporconocerasusobrina,seagachaydice: —Espreciosa,¿verdad? Asiento,sonríoy,debuenhumor,murmuro: —EsunaZimmerman,corazón. ¿Corazón?¿Porquéhedichoesotaníntimo? Ambosreímosporaquello,yentoncesnosavisandequeMartayaestáenlahabitación.Alentrar, micuñadalloriquea,quiereverasupequeña,peronoladejanlevantarse.Lehanhechounacesáreay está muy débil. Entonces, me acerco a ella y le enseño la grabación que he hecho de la niña. Ella, emocionada,lamiraunayotravez. Traspasarvariashorasenelhospital,Ericyyodecidimosirnos.Martaestáagotadaynecesita descansar,yallísequedanconellamisuegrayelreciénestrenadopadre. Ensilencio,Ericyyosalimosdelahabitaciónynosencaminamoshaciaelascensor.Unavezallí, rodeadospormásgente,nuestroscuerposchocany,antelamiradadeEric,memuevoydejoqueuna señoramayorseinterpongaentrelosdos. Sucercanía,comosiempre,medesconcierta.Sigotremendamentebloqueadaporloocurridoy, aunqueyalogroentenderqueélnisiquieralorecuerdaniseentregódeformavoluntariaaello,soy incapazdeolvidar. Unavezllegamosalaplantabaja,caminamosjuntoshacialasaliday,enlapuerta,Ericseparay dice: —Tengoelcocheaparcadoallí. Yoasientoy,mirándolo,elcorazónmedaunvuelcoyafirmo: —Yotengolamotoalfondo. —¿Hasvenidoenmoto? Asientodenuevoy,conpicardía,meencojodehombrosymurmuro: —HecogidotuBMW. Ericsonríe.Nuncalehaimportadoquecojaesamotoy,clavandosusespectacularesojosenmí, musita: —Conduceconcuidado. Asiento...,sonríey,cuandomedoylavuelta,mellama: —Jud... Mevuelvo.Nuestrosojosvuelvenaconectar,ydice: —¿Cenasconmigo? Oíresohacequeelvellodetodomicuerposeerice.Enelpasado,nuncahabríarechazadouna proposiciónasíviniendodeél,peroniegoconlacabezayrespondo: —No. —Porfavor...—insiste—.Iremosadondetúquieras. —No,Eric,no.Noesbuenaidea. Su gesto de decepción lo dice todo, pero no insiste más y, asintiendo, se da la vuelta abatido y caminahaciasucocheconlasmanosmetidasenlosbolsillos. Acalorada,caminohacialamoto.Sinpararmeapensar,abroelbaúltraseroysacoelcasco,me lopongoy,cuandoarrancoelmotor,salgodelparkingsinmiraratrás. Tengolacabezaembotada.AdoroaEric,perotambiénloodio.Mimenteesincapazdeolvidar cómosebesaban,cómoseposeían,yesomeestámartirizandoyvolviéndomeloca. Cuandoparoenunsemáforo,deprontounpitidollamamiatención.Almirarhacialaderecha, veo que Eric me observa desde el coche y me sonríe. Yo sonrío también. El semáforo se pone en verdeyacelerolamotomientrassoyconscientedequeelcochequevadetrásdemíesconducido porelhombrequeadoroyconseguridadestáobservandotodosycadaunodemismovimientos. Unnuevosemáforomehaceparar.Miroamiderechaparaencontrarmedenuevoconlacarade Eric,peroensulugarmeencuentroconladeunmuchachoquenotendrámásdeveinticincoaños.Al verquesoyunamujer,diceagritosdesdesucoche: —¡Hola,guapa! —Hola—respondoyo. Elchicoadelantaunpocomáselcocheparavermemejor.PorelretrovisorobservoqueEricestá paradoconsucochedetrásdemíy,alversugesto,sonrío.Yaseestácabreandoconeltipo. —¿Sabesunacosa?—diceelchico.Yolomiroy,conunapícarasonrisa,élmurmura—:Quién fueramotoparaestarentretuspiernas. Merío.¡Menudodescarado! Menos mal que Eric no lo ha oído o le arranca la cabeza y, mirándolo, le guiño un ojo y respondoconelmismodescarodeél: —¿Sabes?Demasiadamáquinaparatanpocomotor. El chico suelta una risotada. Sin duda, tiene sentido del humor. Cuando el semáforo se pone en verde,doygasy,acelerando,mealejodeél.PorelretrovisorobservoaEricy,encuantoveoque, trashacerunquiebroconelcocheadelantaalchicoparaponerseamiderecha,sonrío.Noesperaba menosdeél. Denuevo,unsemáforonospara.EstavezesEricquienestáamiderechay,porsugestoserio,ya séloquepiensa,ymáscuandoelmuchachoahoraestádetrásdemíypitaparallamarmiatención. MisojosylosdeEricseencuentran.Noshablamosconellosy,sincontrolarmilocura,lehago sabercuántoloechodemenos.Lomirocomolohemiradocientosdevecescuandolevoyahacerel amory,alverlarespuestaensumirada,measusto.Deprontomeasustoy,cuandoelsemáforose abre,aceleroregañándomeamímismaporloqueacabodehacer. Pero¿porquéloprovocoasí? Esamiradaymisonrisalehandadoesperanzasy,alverquesiguetrasdemíporlacalle,séque tengoquedesaparecer.Nopodemosllegarjuntosacasauocurriráloquedeseocontodamialma peronoquieroqueocurra. Dios,¡nohayquiénmeentienda! Aminoro la marcha y me pongo en el carril de la derecha. Eric se coloca detrás de mí y, unos metros más adelante,cuando él ya no tiene capacidad de reacción con el coche, hago una pirula bastantearriesgadaconlamoto,mesalgodelcarrilporelquevoyydesaparezcoatodavelocidad, impidiéndoleseguirme. Nolehevistolacara.Nohesidocapazdemirarlopero,sinduda,elcabreoquedebedeteneren estosmomentoshadesercolosal. Sinsaberadóndeir,salgoalaautopistayduranteunbuenratomedejollevarpormilocuray corrocomollevabatiemposincorrer,sinpensarennadamás.Noquieropensar. Asíestoyhastaque,enunacarretera,doymediavueltahaciendouncambiodesentido.Porsuerte, nomehaparadolapolicía,perosoyconscientedequealgunamultaporexcesodevelocidadllegará. Menudossonlosalemanesparaeso.Pero,mira,¡nomepreocupa!EricZimmermantienepastapara pagarmultasymuchascosasmás. CuandodenuevoentroenMúnich,enunsemáforomiroelreloj.Espronto.Sólosonlasseisde latarde.Callejeandoporesaciudad,alaqueadoro,llegocercadelcolegiodeFlyn,paroy,sinmeter elcascoenelbaúl,decidoiraunbaratomarmealgo. Pidounacoca-cola.Estoysedienta.Entonces,depronto,mefijoenelhombrequehaysentadoa unadelasmesasysonrío.EsDennis,elprofesordeFlyn,ytrasacercarmeaél,quenomehavisto, pregunto: —¿Puedosentarmecontigo? Dennis, que está corrigiendo unos exámenes, sonríe al verme; quita su cartera de una silla y murmura: —Porsupuesto. Unavezmesiento,nosmiramosypreguntaalvermicasco: —¿Motorista? Asientoorgullosay,señalandolaimpresionanteBMW1200RTnegraygrisqueestáaparcadaen lapuerta,respondo: —Sí. Porsugesto,Dennisparecesorprendido. —¿Ytúpuedessolitaconesamáquina?—pregunta. Aloíreso,frunzoelceñoyrespondo: —Lo de los tíos es genético; ¿te puedes creer que acabas de preguntarme lo mismo que me preguntóEriclaprimeravezquelepedídarunavuelta?—Dennissonríeyyoaclaro—:Tengoun padrequemeenseñómuybienamontarenmoto,ysoypequeñitaperotengofuerza. Dennisasiente,vuelveasonreíry,alverquemecalloymequedomirandolamoto,pregunta: —¿TodobienconFlynencasa? Asiento.Noquierohablardelmuchacho,peroélinsiste: —Mealegrasaberlo.Laverdadesqueúltimamentehadadouncambioparabienyloveomás integrado con sus compañeros y alejado de esas malas compañías. Creo que lo habéis logrado, Judith.Sinduda,launióndecolegio,psicólogoypadreshaconseguidoqueFlynreaccioneysedé cuentadesuerror. Saberaquellodemicoreanoalemánmegusta.Meencantasaberquesuactitudhacambiadoenel colegio,aunqueintuyoqueelbruscocambiopuedaestaroriginadoporotracosa. —¿Quéteocurre,Judith?—preguntaentoncesDennis. —Nada —digo y, dando un trago a mi coca-cola para cambiar luego de tema, pregunto—: ¿Tienesnovia? Segúndigoeso,merecuerdoamihermanaRaquel.Pero¿cómoesquesoytancotilla? Entonces,veoqueDennissonríey,guiñándomeunojoconcomplicidad,responde: —Tengo amigas. De hecho, he quedado aquí con una de ellas para ir a tomar algo. Si te soy sincero,soyuntipodemasiadocomplicadoparaqueunamujerseenamoredemí. Esomeprovocarisa.¿Complicado,él?Y,sinpararmeapensar,respondo: —Puesquesepasquelostiposcomplicadossonlosquenosvuelvenlocasalasmujeres. —Vaya...,esbuenosaberlo—semofa.Acontinuación,trasrecogerlospapelesquetienesobrela mesa,dice—:HacetiempoquenoosveoaEricyatiporelSensationsy... —Vale—locorto—.Noestamospasandoporelmejormomentodenuestrarelación. Dennismemira.Noesperabaloquehedichoy,clavandosusojazosnegrosenmí,murmura: —Ericytúhacéisunafantásticapareja,ylasfantásticasparejashandehablarparaentenderse.— Yoresoployélañade—:Cuandoencuentrasatuparejaideal,noquieresdejarlaescaparymásenel mundilloenelquenosotrosnosmovemos.Y... —Hola,Dennis,¿llegotarde? Allevantarlavista,meencuentroconunamujerrubiaquenosmira.Debedeserlaamiguitacon laquehaquedado.Dennisseponeenpie,ledaunbesoenloslabiosyresponde: —Tranquila,Stella.Hasllegadoalahora. Lamujermemira.Noentiendequéhagoyosentadaallí,yentoncesDennisdice: —Stella,tepresentoaJudith.Judith,ellaesStella,miamiga. Lasdosnossaludamosconcordialidad,peroveoensusojoslomismoqueotrasdebendeveren losmíoscuandoseacercanamiEric.Entonces,Denniscogesucarterayseñala: —Hedeirme,Judith.Perohasidounplacerhabertevisto. —Lomismodigo—respondomientrassonríoylomiro. Cuando se van, sigo tomando mi coca-cola. A través de las cristaleras, veo a aquellos que han salido del local dirigirse hacia un coche rojo. Dennis lo abre, la chica sube y él, tras decirle algo, caminadevueltahaciaelbar,entraymedice: —Heconocidoapocoshombresenamoradosdeunamujer,perocréemecuandotedigoqueEric esunodeesospocos.Habladyarregladloqueospase,porqueestoyconvencidodequeunahistoria comolavuestranoseencuentratodoslosdías. Dichoesto,meguiñaelojoysemarchadejándomeconcaradetonta. ¿TantomequiereEricquelagentelove? Y,depronto,sinsaberporquéllevolasmanoshastamibarriga. Porsupuestoquemihistoriaconelamordemividaesalgoespecial,tanespecialcomoelbebé que crece en mi interior y al que tengo que comenzar a cuidar. Y, sin poder remediarlo, sonrío y murmuromirándomemiinexistentetripa: —Tranquilo,gamusino.Mamátequiere. Variosminutosdespués,encuantoacabomibebidavuelvoalamoto.Lamiro.Laadmiro,pero me arrepiento de haberla cogido en mi estado; ¿en qué estaba pensando? Sin embargo, como no estoydispuestaadejarlaallí,memontoconcuidadoyregresoacasasincorrernihacerlocuras. Trasllegarymeterlamotoenelgaraje,estoyquitándomeelcascocuandoEricsaleenmibusca y,sinquitarmelavistadeencima,medice: —Estabapreocupadoporti. Lomiro,quieroabrazarlo.Élesmibonitahistoriadeamor,peroalgomefrena,ydoyunpaso atrásparaalejarmedeél.Porincreíblequeparezca,nomeregañaporlapirulaquelehehechoenla carreteraconlamotoparadespistarloy,encogiéndomedehombros,respondounescueto: —Yaestoyaquí. Ericnohabla,ensusojosveoqueledueleladistanciaquepongoentrelosdos.Sinagobiarme, dejaqueentreencasaymedirijoalacocina.Élcontinúasucaminoyoigoqueentraensudespacho ycierralapuerta.Aquellonoestásiendofácilparaningunodelosdos. Simona,queeneseinstanteentraenlacocina,memira;nodiceloquepiensademimiradanide Eric,perocomenta: —Lospequeñinesyaestándormidos. Sonríoencantada.Laabrazoymurmuro: —Gracias,Simona.Graciasporestarsiempreamilado. La mujer me abraza emocionada. Me aprieta contra su cuerpo y yo sonrío. Todavía recuerdo cuandoyolleguéaaquellacasayunabrazoeracomopocotabú. CuandosalgodelacocinaypasopordelantedeldespachodeEric,meacercoalapuertay,aloír queestáescuchandoaNorahJonescantarLoveMe,[38]elcorazónmedaunpellizquito. Apoyo la frente en la puerta oscura mientras escucho esa dulce canción y mi mente vuela a la últimavezquelabailéconmiamor.Losojossemellenandelágrimas,losrecuerdosinundanmi mente y las lágrimas me desbordan. Eric, mi Eric, está tras esa puerta sufriendo como estoy sufriendoyo,peroyosoyincapazdeabrirlapuertayolvidar. ¿Quémepasa?¿Porquéestoytanbloqueada? Estoysumidaenmidesgraciacuando,depronto,oigoamiespalda: —Mamá. Rápidamentemedoylavueltay,alveraFlynmirándome,mesecolaslágrimasquecorrenpor mismejillasy,cuandovoyadecirunodemisborderíos,elcríomurmura: —Vale.Séquenomerezcollamarteasí,pero... Separándome de la puerta del despacho, me acerco a él y, cuchicheando para que Eric no nos oiga,afirmo: —Exacto,nolomereces;yahora,sinoteimporta,noquierohablarcontigo. DolidaporloquemicorazónsienteporaquellosdosZimmerman,meencaminoalsalónycierro lapuerta.Quieroestarsola.Mesientoenelsillónquehayjuntoalachimenea,peroentoncesoigo quelapuertaseabrey,segundosdespués,Flyn,sindarmeopción,sesientaamilado. ComomehanenseñadolosZimmerman,lomiro...,lomiroylomiro,yfinalmentepregunto: —¿Quéquieres,Flyn? Elcríoseretuercelasmanosnervioso. —Perdóname. Ahora que no me quieres, me doy cuenta de lo mal que me he portado contigo, cuandotúsólointentabasprotegermeyayudarme. Boquiabierta lo observo. ¿Cómo que no lo quiero? Lo quiero más que a mi vida, pero estoy enfadadaconély,cuandovoyaresponder,prosigue: —Fuiuntonto.Medejéllevarpormisnuevasamistadesylacagué...,lacaguécontigo,conpapá, contodo.Elkemegustabamucho,medejéllevarporellay,queriendoimpresionarla,mevolvíun chulo.Ellaodiaasumadrastra,nuncahatenidobuenarelaciónconella,yyo...yo...quiseodiarteati paraqueellavieraqueestábamosenlamismasintonía. Saberlaverdaddetodoloocurridohacequepuedarespirar.Porfinentiendoelporquédetodo aquello,peronopuedohablarcuandoFlynprosigue: —Terobé,hicecosashorriblescontratiytegritéquenoerasmimadrecuandosíloeres.Tú ereslaúnicamadrequetengoporquesiempremehasqueridoincondicionalmenteapesardelomal que me he portado contigo. Hablé con papá, le conté toda la verdad, y él me aconsejó que te lo contaraati.Dijoque,aunquenomeperdonaras,teníaquehablarcontigoy...y...Porfavor,mamá,si noquieresperdonarme,nolohagaspero,porfavor,arreglalascosasconpapá.Pormiculpaestáis mal, y eso me... me... Por favor —suplica—. No os podéis separar, vosotros os queréis, os queréis muchoy,silohacéispormiculpa,EricyHannahnuncamelovanaperdonar. Conlaspulsacionesadosmilporhora,escucholoqueaqueladolescentealquetantoquierodice mientras el cuello comienza a picarme. La súplica en sus ojos me atormenta, me atormenta tanto comoaél,yrespondo: —Loquenospasaatupadreyamínoesculpatuya. —Loes—afirmamientraslaslágrimascomienzanacorrerleporlasmejillas—.Todoesculpa mía.Intentédesesperaros,llevarosallímite,ytodoporqueelpadredeElkeseseparódesumadrastra yyopenséque,siconseguíalomismo,ellame... —Diosmío,Flyn—murmuroaloírlo. Elcríollora.Lloradesconsoladamentemientrasmesuplicaquesolucionelosproblemasconmi amor.Lomiro.Ojaláfueranlascosastanfácilescomoélpareceverlas. Diezminutosdespués,incapazdepermitirqueelsigapensandoquetodoesculpasuya,comoen sumomentolehicecreerconmifuria,suspiroymurmuro: —Flyn,escúchame... —No,mamá,porfavor,escúchametúamí.Yo...yonopuedopermitirquepapáytúosvayáisa separarpormiculpay... Nolodejocontinuar.Necesitoabrazarlo.QuieroaFlyncontodamialma,apesardeloqueme hacontado.Esminiño,soysumadre,ytodoesperdonablecuandosetratadeél.Veoquemiabrazo losorprendetantocomomesorprendeamíy,cuandosientoquemeaprietacontrasícondemasiada fuerza,murmuro: —Flyn...,meahogas. Elcríocedeensufuerza,perosinsoltarmesusurra: —Tequiero,mamá...Perdóname,porfavor...Iréauncolegiomilitarsitúypapáqueréis,pero perdóname. Sus palabras y cómo lo siento temblar pueden conmigo. Creo que la vida, con lo que nos ha pasadoaEricyamí,lehadadounrevésalmuchachoquelehaabiertolosojos.Y,comosoyuna blandengue,finalmenteasiento. —Estásperdonado,cariño.Esonuncalodudes. Mispalabrasnosemocionan,ymishormonas,quenoestánmuyserenas,serevolucionan.Para relajarelmomento,cuchicheoseñalándomeelcuello: —Yahorapara...omellenaréderonchones. Flynmemirayveoensusojoslatranquilidad.Yomerascoelcuello,mepicaunabarbaridad. Entoncesél,apartándomelamanodelosronchones,dice: —Noterasquesosepondrápeor. Esomehacesonreíry,cogiéndolelabarbillaaminiño,murmuro: —Flyn,yaeresmayor,ycreoquehassidocapazdedartecuentadelosquebraderosdecabeza quenoshaspodidoocasionar.—Élasienteyyosentencio—:Estonopuedevolverapasarnuncamás. Simañanateenamorasdeotrachica,tienesquetenertupropiapersonalidad,porquequientequiera tienequequererteporti,noporloquevearefle