EL BUEN USO DEL TIEMPO Lectura Bíblica Efesios 5:15

Transcripción

EL BUEN USO DEL TIEMPO Lectura Bíblica Efesios 5:15
EL BUEN USO DEL TIEMPO
Lectura Bíblica Efesios 5:15-17
¿Ama Usted la vida? Entonces no desperdicie el tiempo, porque de eso está hecha la vida.
Esta profunda reflexión se atribuye a Benjamin Franklin. Cuán importante es hacer buen uso del tiempo. Es otra de
las características de la vida auténticamente cristiana.
El tiempo, según el diccionario, es la duración de las cosas sujetas a mudanza.
Interesante definición. El tiempo tiene sentido solamente para las cosas sujetas a mudanza.
La Biblia dice que para el Padre no hay mudanza, ni sombra de variación. El tiempo no tiene ningún efecto en él.
Dios vive en la esfera de lo eterno. El tiempo al lado de la eternidad es como una gota de agua al lado de un
océano. Entonces, el tiempo es de Dios.
Esto parece reconocer David el salmista cuando en Salmo 31:15 dice lo siguiente: "En tu mano están mis
tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores"
Siendo así, el tiempo que tenemos es un regalo que Dios nos hace.
Otro salmista, cuyo nombre era Etan, reconoce que Dios es soberano en el tiempo que nos da para vivir. Salmo
89:47-48 dice: "Recuerda cuán breve es mi tiempo; ¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?
¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del poder del Seol?"
Dios sabe cuánto tiempo asigna a cada ser humano. Este tiempo es breve comparado con lo que es la eternidad.
Nadie puede adelantar su nacimiento ni su muerte. ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? Entonces el ser humano
no es dueño del tiempo sino un mayordomo del tiempo. El tiempo es del Señor.
Como mayordomo del tiempo, el ser humano en general y el creyente en particular debe poner mucha atención en
la manera como usa el tiempo. No olvide que el mayordomo siempre busca sacar el mejor provecho del recurso
que está a su cuidado, para beneficio del dueño de ese recurso.
Para el ser humano, el tiempo comienza cuando nace y termina cuando muere. Ese tiempo es el recurso que Dios le
ha dado para hacer su voluntad.
Eclesiastés 8:5 dice al respecto: "El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón del sabio
discierne el tiempo y el juicio."
El corazón del sabio discierne el tiempo, no sólo en el sentido de apreciar las particularidades de cada época, sino
también en el sentido de aprovechar bien el tiempo. El tiempo es demasiado precioso como para desperdiciarlo
impunemente.
Para aprovechar bien el tiempo es necesario planificar de antemano lo que se pretende hacer durante determinado
período de tiempo. La planificación toma tiempo y esfuerzo y por eso es que muy pocos están dispuestos a
planificar. Un antiguo proverbio dice: Uno tiene que invertir dinero para ganar dinero. De la misma manera, uno
tiene que invertir tiempo para ganar tiempo.
Interesante, invertir tiempo para ganar tiempo. Eso se consigue con la planificación adecuada. Es a esto a lo que en
parte se refiere Efesios 5:15-17 donde dice: "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como
sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos
de cuál sea la voluntad del Señor."
Si Usted no tiene la sana costumbre de planificar con anticipación sus actividades, el tiempo se le irá como la arena
entre los dedos.
¿Cuáles son entonces los elementos más importantes que debería tomar en cuenta en la planificación de las
actividades diarias?
Bueno, cada día tiene 24 horas. Nadie tiene más y nadie tiene menos. Durante esas 24 horas es necesario asignar
tiempo a actividades como: La relación con Dios, la familia, el trabajo, el servicio a otros, el descanso, la
distracción, la alimentación, los estudios, el sueño, y cualquier otra actividad particular de cada uno.
De modo que permítame brevemente comentar acerca de cada uno de estos elementos. La actividad diaria más
importante es la relación con Dios. Como tal, es recomendable asignarle un lugar importante dentro de las
actividades diarias.
David el salmista solía dedicar tiempo a la mañana, antes de cualquier otra actividad. Salmo 5:3 dice: "Oh Jehová,
de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti y esperaré."
Dedicar tiempo a la comunión con Dios a la mañana tiene la ventaja de que la mente está más alerta y que las
interrupciones propias de la vida se reducen al mínimo. Por supuesto que para adoptar esta práctica es necesario
doblegar la resistencia natural del cuerpo a dejar atrás las tibias sábanas.
En uno de nuestros estudios anteriores dentro de esta misma serie, explicamos ya lo que se estila durante este
tiempo, bástenos por ahora saber que es un tiempo a solas con Dios, oyendo su voz por medio de su palabra, la
Biblia, y hablando con él por medio de la oración. ¿Cuánto tiempo se necesita para esto?, yo diría que no menos de
unos treinta minutos. Si es posible más tiempo, mejor. Así que al planificar su día de actividades ponga en primer
lugar al menos treinta minutos de comunión a solas con Dios.
Después es necesario pensar en la familia, máxime si Usted es casado o casada. Para los casados, después de
Dios, lo más importante es la familia. Alguien que no cumple a cabalidad con sus responsabilidades familiares no
está calificado para ser obispo o anciano o pastor. Su familia necesita de Usted, de modo que es necesario que
planifique un tiempo diario para dedicar a su familia. Será un tiempo para dialogar con su esposa y con sus hijos.
Un tiempo para animar y exhortar si es necesario.
Esta actividad puede estar distribuida durante el día en la medida de las circunstancias de cada caso. Una de sus
metas como padre o madre, también como un hijo o hija, debería ser invertir algo de tiempo durante el día para
compartir con su familia. Es la manera de edificar fuertes vínculos de amistad y compañerismo. Incluya en su plan
de actividades un tiempo para compartir con su familia.
Otro de los elementos que demanda tiempo diario es el trabajo, o el negocio, o el estudio para el caso de
aquellos que todavía están estudiando. Esto se llevará gran parte del tiempo del día, al menos ocho horas diarias,
sin contar con el tiempo que toma el ir y venir del lugar donde se lleva a cabo esta actividad.
El trabajo no debería ser visto como una maldición sino como una bendición y es necesario formar buenas
actitudes hacia el mismo. La actividad que se realiza en el trabajo demandará una planificación apropiada por su
lado.
Otro elemento que necesita ser incluido en la planificación diaria es la alimentación. El cuerpo humano
necesita alimentarse para subsistir. Trate de fijar tiempos específicos para comer. No es recomendable comer
cualquier cosa en cualquier momento. Haga del tiempo de comer una ocasión para compartir con los suyos.
Un elemento más en las actividades diarias es el descanso. El cuerpo humano necesita tiempos de descanso para
funcionar adecuadamente. Durante este tiempo se recupera la energía necesaria para atender a cabalidad todas las
actividades diarias. El descanso no necesariamente denota inactividad. A veces, el cambio de actividad es el mejor
descanso.
Durante el descanso se puede orar al Señor, o se puede leer la Biblia, o se puede leer un buen libro, o se puede
caminar o tomar algún refresco, o mirar televisión o escuchar la radio. El descanso también debe ser parte de las
actividades de cada día.
Un elemento más en la actividad diaria es dormir. El sueño es el método de Dios para dar descanso al cuerpo
humano. Algunos necesitan muchas horas de sueño para recuperar energías, otros necesitan pocas horas de sueño
para recuperar energías. En promedio, unas ocho horas de sueño parecen ser más que suficientes. Planifique para
disponer de al menos esas ocho horas. Su cuerpo se lo agradecerá y Usted estará de mejor ánimo durante el día. No
sacrifique horas de sueño por diversión o trabajo. Algún día su cuerpo sufrirá algún deterioro por ese motivo.
Otro elemento que debe considerar en la planificación diaria de sus actividades es el servicio a otros. La
palabra del Señor dice que debemos servirnos por amor los unos a los otros. Planifique un tiempo en el cual Usted
hará algo para beneficiar a alguien, preferiblemente a alguien fuera de su círculo familiar. Quizá podría llamar a
alguien por teléfono para animarle, o tal vez podría visitar a algún enfermo, o quizá podría llevar algo de comer a
alguna anciana en un asilo, o a lo mejor podría repartir tratados evangélisticos en algún parque. Cualquier cosa que
ocupe su tiempo y que beneficie a otros. Esto debe ser parte de nuestras actividades diarias.
Por último, un elemento más que debería incluir en la planificación de sus actividades diarias es la auto
capacitación. Nunca es tarde para aprender. Adopte la sana costumbre de tener siempre a la mano un libro para leer
o algún curso por correspondencia. Procure aprender algo nuevo cada día, no solo de cosas bíblicas, sino también
de cosas extra bíblicas pero útiles para la vida.
Usted tiene 24 horas al día para hacer todas estas cosas. Tome papel y lápiz para asignar tiempo a cada uno de
estos elementos, luego comprométase a cumplir con lo que planificó. Notará que el tiempo comenzará a rendirle y
se irá de su mente esa sensación inconfundible de estar desperdiciando el tiempo. La Biblia nos exhorta a ser
buenos administradores del tiempo que nos ha dado el Señor.

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