Paquita sólo es una maruja - Blackblog

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Paquita sólo es una maruja - Blackblog
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REGIÓN
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LA VERDAD • VIERNES
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27 DE MAYO DE 2005
I EL ALTO TRIBUNAL DECIDE LA SUERTE DE LA PARRICIDA DE SANTOMERA I DEFENSA Y ACUSACIÓN
«Paquita sólo es una maruja»
Los términos del recurso planteado en el Supremo por el abogado José Mariano Trillo, que
ha asumido la defensa del doble crimen de Santomera, causan estupor en ámbitos judiciales
RICARDO FERNÁNDEZ MURCIA
Lo cierto es que se le entiende todo.
Pero no lo es menos que las expresiones y el lenguaje empleados por
el abogado José Mariano TrilloFigueroa en el recurso que ha presentado ante el Tribunal Supremo,
reclamando la revisión de la pena
de 40 años de prisión impuesta a la
parricida de Santomera, han causado sorpresa, cuando no franco
estupor, en ámbitos judiciales y de
la abogacía murciana, que no están
acostumbradas a enfrentarse a
escritos tan directos y llanos.
Mucho menos cuando éstos van
dirigidos a los magistrados de la
Excelentísima Sala Segunda del
Tribunal Supremo.
El letrado Trillo-Figueroa no
deja títere con cabeza en su recurso. Tiene para todos: para el tribunal que condenó a Francisca González por haber estrangulado a sus
dos hijos pequeños, para el jurado,
para el anterior abogado de la
defensa y para el de la acusación,
para los medios de comunicación,
para la familia de Paquita... Incluso tiene para su propia clienta, a la
que –llevado, sin duda, por su afán
de defensa– describe literalmente
como «una maruja, madre de tres
hijos, la cual vivía en un recóndito pueblo de la provincia de Murcia, que pasaba sus tardes encerrada en una casa sin parar de
meterse rayas de cocaína, mientras
su marido –a quien acusa de traficante– se dedicaba a cometer continuas infidelidades».
Evaristo Llanos. / LV
Llanos: «El
recurso de la
defensa causa
repulsa»
R. F. MURCIA
MIRADA AL CIELO. Francisca González, al escuchar la condena a 40 años de prisión. / N. GARCÍA/AGM
Herrero: «Sin comentarios»
R. F. MURCIA
PARA EL TRIBUNAL Y PARA
SUS COLEGAS
En los fundamentos jurídicos de
su recurso, el letrado Trillo enumera como primer motivo de casación la «vulneración de derechos
fundamentales y libertades públicas» y, más en concreto, el derecho
a la defensa. Estima el abogado que
se vulneró ese derecho cuando
Paquita le designó para que asumiese su defensa «y el presidente
de la Sala del Tribunal Superior de
Justicia de Murcia se opuso a suspender la vista de apelación y obligó a la acusada a continuar con el
abogado de oficio que tenía».
En su segundo motivo de casación, «por indefensión», afirma lisa
y llanamente que «el abogado de oficio (Cándido Herrero) no sabía Derecho Penal». Y añade: «Se puede constatar que dicho abogado se dedica
al Derecho Laboral», y como prueba presenta una factura «donde viene el anagrama de su despacho
como asesor jurídico laboral fiscal».
No se queda en esa primera descalificación y añade, a continuación,
que «si bien había una persona con
toga de defensor al lado de la acusada, este abogado no estuvo a la
altura mínima que le exigía la situación, pudiendo haber habido (sic)
además una dejación de funciones
o incluso alguna clase de soborno
por parte de la acusación, esto es,
del marido de la indubitada (sic), e
incluso por parte de la propia familia de la interfecta (sic)».
Sobre la participación del Cole-
Afirma el refrán popular que el
mayor desprecio es no hacer
aprecio. A ese principio parece
haberse acogido el abogado Cándido Herrero, que asumió en su
día la defensa de Francisca González y que es uno de los más afectados por los comentarios que el
abogado José Mariano Trillo
vierte en su recurso. «El abogado de oficio no sabía Derecho
Penal», dice textualmente él.
Al conocer esas y otras valoraciones, Herrero se limitó a
señalar que «no hay comentarios.
Me quedo con lo que dijo el tribunal sobre mi labor».
El Tribunal Superior de Justicia llegó a afirmar en su reso-
José Mariano Trillo. / LV
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«En los colegios de
abogados de
provincias suele
haber chalaneo»
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gio de Abogados de Murcia en este
asunto, Trillo se limita a señalar
que «suele ocurrir en los colegios
de abogados, y más en los de provincias, que en este tipo de casos
existe chalaneo, por la fama que
puede dar al prestigio de un determinado bufete jurídico».
PARA FRANCISCA GONZÁLEZ
Con todo, las frases más llamativas
van dedicadas a su cliente, Francisco González, a la que llevado sin
duda por su deseo de defenderla
tacha, entre otras cosas, de pobre
mujer, maruja y cocainómana.
En concreto, al referirse a la
supuesta coartada inventada por
Paquita tras cometer el crimen, el
letrado niega que la mujer tenga
capacidad para concebir esa trama.
«Debe tener en cuenta el Alto Tribunal que estamos hablando de la
tristemente bautizada por los insidiosos medios de comunicación
como la parricida de Santomera. No
estamos hablando de la espía que
surgió del frío, ni de una agente de
la KGB o de la CIA. Hablamos de
Paquita, una pobre mujer a la que
su marido le partió dos dientes del
último puñetazo que le metió . Paquita era una maruja, que pasaba las
tardes encerrada en su casa sin
parar de meterse rayas de cocaína».
Cándido Herrero. / LV
lución que Herrero «había realizado una encomiable labor de
defensa» y que había estado «a
la altura de los más exigentes
estándares que la lex artis de la
abogacía requiere».
PARA LOS PERITOS
De los peritos y forenses dice que
sus informes «más parecen propios
de ejecutores o verdugos que de profesionales de la psiquiatría».
La última perla del recurso la
dedica al jurado que condenó a
Paquita, de cuyos miembros dice
que «su nivel de alfabetización no
parece que esté ni siquiera en la
media de una persona normal, a
juzgar por sus firmas».
La vista de este recurso se celebrará en el Tribunal Supremo el 8
de junio. Al margen de cuál sea el
resultado –José Mariano Trillo reclama la anulación de la condena de 40
años–, de lo que no cabe duda es de
que resultará entretenida.
Evaristo Llanos Sola ejerció
como letrado de la acusación
particular en el juicio contra
Francisca González. Fruto de
su labor, así como de la realizada por el fiscal Manuel
López Bernal, es la condena
de 40 años de prisión que se le
impuso a Paquita por el asesinato de sus dos hijos menores, a los que estranguló.
Ahora, Llanos sostiene ante
el Tribunal Supremo que la
pena de 40 años debe mantenerse en su integridad y con
ese fin trata en su escrito de
desmontar, uno por uno, todos
los argumentos apuntados por
el letrado Trillo en su recurso.
El abogado de la acusación
niega así que durante el juicio
se incurriese en vulneración
de derechos fundamentales de
la condenada y asegura, respecto a la labor del jurado, que
«valoró de forma correcta, suficiente y motivada la prueba
practicada».
Insiste de esa forma en que
Paquita había planificado la
muerte de sus hijos con días de
antelación, había preparado
todo para cometer el crimen y
diseñó una trabajada coartada.
Respecto a las consideraciones de otro tipo que Trillo incluye en su recurso, Llanos Sola
afirma que «no va a entrar esta
parte en discutir las calificaciones tanto referidas al letrado de oficio como a esta parte
y a la familia de la acusada,
aunque sí desea dejar constancia de que son impropias de un
jurista, así como de la repulsa
que produce su simple lectura».
Por lo que se refiere al relato del letrado de la defensa, Llanos sostiene que «es una continua e incoherente descripción
de supuestas confabulaciones
contra la acusada».

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