Artaaculos sobre UCD.. - Biblioteca Espiritual

Transcripción

Artaaculos sobre UCD.. - Biblioteca Espiritual
www.bibliotecaespiritual.com
Artículos sobre
UN CURSO DE MILAGROS
La Práctica De La Vigilancia Mental
Allen Watson
The Practice of Mental Vigilance
Traducido por Rosa Hernández Mula,
con la autorización de The Circle of Atonement
Un Estudio sobre el Texto de UCDM, Capítulo 4
Sinopsis: UCDM presenta una técnica o práctica espiritual muy clara, a la que me refiero en
este artículo como "vigilancia mental". La vigilancia mental puede ser definida como observar en
nuestras mentes cualquier pensamiento que se oponga a nuestro conocimiento de Dios y elegir
cambiar nuestra mente cuando detectemos dichos pensamientos. El Curso recomienda una
implicación activa, consciente, en nuestro propio proceso mental, en contraste con la casi pasiva
separación de nuestras propias mentes, que la mayoría de nosotros aceptamos como normal.
Nota Personal del Autor
Este es mi cuarto intento de escribir este artículo. En una primera ocasión lo escribí como
notas sueltas para un grupo de estudio. Luego hice una re-escritura rápida para un artículo en
nuestro último boletín, pero no teníamos sitio para él. De modo que lo envié a Tom Gossett por si
él podía utilizarlo en su boletín canadiense, Insight.
Después de leer el artículo, Tom lo rechazó educadamente por sonar demasiado a sermón,
como si yo estuviese amonestando a mis lectores, o regañándoles. Para entonces teníamos casi
listo un nuevo boletín, de manera que le di el artículo a Robert para que lo leyera. Para mi
sorpresa, tuvo la misma reacción que Tom: el artículo se parecía demasiado a un sermón. Con dos
opiniones independientes diciendo lo mismo, ambas de personas cuyos puntos de vista respeto,
pensé que debería mirar las cosas de una nueva forma.
Creo que hay al menos dos razones por las que mis primeros intentos sonaron demasiado
como algo proclamado desde un púlpito. Una de ellas es que el propio Curso es un poco
"sermoneador" en este tema. Jesús insiste en que somos responsables de nuestros pensamientos
y de nuestro miedo; tenemos que lidiar con estos temas nosotros mismos. él dice que somos
demasiado tolerantes con nuestras mentes deambulantes. Una y otra vez él parece estar diciendo:
"Empezad con el programa, chicos. Si no lo hacéis, nadie lo va a hacer por vosotros". Pienso, por lo
tanto, que cualquier artículo que trate de este tema contendrá, necesariamente, algo del tono
"Esto es lo que necesitas hacer".
www.bibliotecaespiritual.com
Otro factor, sin embargo, fue culpable en mayor medida: mi juicio sobre mi propia práctica
imperfecta de la vigilancia mental. Me estaba sermoneando, y regañando, a mí mismo, y esto dio
la impresión de que estaba regañando a mis lectores. ¡Necesitaba practicar exactamente sobre lo
que estaba escribiendo, observando mis propios pensamientos, para conseguir escribir
adecuadamente lo que estaba escribiendo!
He hecho una re-escritura de la mayor parte del artículo, y esta vez espero que salga con un
tono más cálido, gentil y humano. El mensaje del Curso que trato de comunicar puede hacer
aparecer reacciones de culpa, tal y como me ocurrió a mí. De manera que si empiezas a sentir
como si te estuviéramos sermoneando, el Curso o yo, por favor dale una segunda ojeada al
artículo.
La vigilancia mental es un asunto conmovedor porque el Curso te está pidiendo realmente que
hagas algo al respecto (¡Glup!). Y más que eso: está haciendo que nuestro despertar espiritual
dependa de que lo hagamos. Si sientes alguna resistencia a lo que dice este artículo, te sugeriría
que observes tus pensamientos y te preguntes qué es lo que estás pensando que está
desencadenando tu resistencia. Mira si, por ejemplo, hay algunos pensamientos que quieres
cambiar. Y si, aún así, todavía estoy proyectando mi propia culpa sobre tí, sólo puedo pedirte que
me perdones.
Introducción A La Vigilancia Mental
La primera parte del Capítulo 4 trata de la práctica de la vigilancia mental. La Sección IV, "Esto
no tiene por qué ser así", presenta la práctica detalladamente, y este artículo se concentrará en
esa sección. La Introducción y las tres primeras secciones del Capítulo 4 llevan a esta sección; por
lo tanto, me gustaría resumir algunos pensamientos de esta primera parte del capítulo. Para un
máximo entendimiento, mira por favor las referencias y léelas; he tenido que abstenerme de
copiar literalmente todas para poder mantener este artículo de una longitud manejable.
La elección fundamental que nos confronta a todos es : ¿Qué voz escucharemos? ¿La voz del
ego o la voz del Espíritu Santo? (Texto, p. 57; T-4.Int.2:1) La vigilancia mental consiste en
reconocer esta voz como nuestra responsabilidad fundamental. Hasta que no desechemos el ego
de nuestras mentes, mediante la elección consciente, sencillamente nosotros re-elaboramos la
separación en cada momento de nuestras vidas. El ego sólo puede ser expulsado voluntariamente
(Texto, p. 57; T-Int.3:4-6).
Enseñar y aprender nos capacita para cambiar nuestras mentes, lo que las hace enormemente
fuertes. Pero sin la voluntad de cambiar no podemos aprender nada. El sistema de pensamiento
de nuestro ego nos metió en este lío y, a menos que estemos dispuestos a cambiar esta forma de
pensamiento, permaneceremos en él (Texto, pág. 59; T-4.I.4:1,2). Hemos sido llamados a
participar activamente en la transformación de nuestros pensamientos. Jesús nos dice, "Si estás
dispuesto a renunciar al papel de guardián de tu sistema de pensamiento y lo abres a mí, yo lo
corregiré gentilmente y te dirigiré de vuelta a Dios" (ver Texto, p. 51; T-4.I.4:4-7).
Lo que yo he estado descubriendo es que mis primeros pasos en la vigilancia mental han
destapado no algunos profundos y oscuros secretos del ego, sino simplemente cuán
frenéticamente actúo como guardián de mi sistema de pensamiento. ¡Mis primeros esfuerzos en
la vigilancia han puesto al descubierto nada más que mi resistencia a la vigilancia! Si me hubieras
dicho que yo estaba evitando cuidadosamente echar una ojeada a mis pensamientos, te hubiera
www.bibliotecaespiritual.com
contestado que estabas equivocado. Ahora sé que es así, lo cual es, al menos, un comienzo.
Cuántas veces, mientras practicaba el Libro de Ejercicios, he traído la lección a mi mente sólo para
decir "No ahora; pensaré en ello dentro de un minuto". "Dentro de un minuto" nunca llega.
Es desestabilizante comprender cómo hemos tratado de acordonar nuestras propias mentes
del despertar consciente. Escuchando al ego tenemos muchos pensamientos que deseamos
retener en nuestras mentes para apoyar al ego; sin embargo, no nos atrevemos a ser conscientes
de esos pensamientos. Si nos hiciésemos conscientes de ellos, o nos sentiríamos demasiado
culpables o reconoceríamos su locura y los dejaríamos ir. De modo que los pensamos mientras,
simultáneamente, nos negamos a mirarlos.
La lección 136 del Libro de Ejercicios (párrafos 3¹ al 5¹) aclara cómo lo hacemos.
{Las defensas del ego} parecen ser inconscientes pero (o sea, sólo) a causa de la rapidez con la
que eliges utilizarlas. En ese segundo, incluso menos, en el que se hace la elección, reconoces
exactamente qué intentas hacer, y procedes a pensar que ya está hecho (Libro de Ejercicios, p.
274; LE-l.136.3:3,4).
El ego no puede establecer defensas inconscientemente (LE, p. 274; LE-l,136.4:1,2). "Más una
vez que lo has hecho, tu plan requiere que te olvides de que fuiste tú quien lo hizo, de manera que
parezca ser algo ajeno a tu propia intención..." (Libro de Ejercicios, p. 274; LE-l.136.4:3). Yo creo
que lo que llamamos mente inconsciente consiste en nada más que pensamientos que fueron una
vez conscientes pero que hemos olvidado deliberadamente. Programamos la computadora de
nuestro inconsciente y luego olvidamos, convenientemente, que nosotros escribimos el programa.
Según se cuenta en Absence From Felicity, en guía personal a Helen y Bill, Jesús dio las razones
por las que debemos observar nuestras mentes muy claramente. Dijo:
Persistes en creer que cuando no vigilas conscientemente tu mente, es inconsciente. Es hora
de considerar la totalidad del mundo del inconsciente, o de la mente no vigilada. Esto te
atemorizará porque es la fuente del miedo.... La mente no vigilada es responsable de la totalidad
del contenido del inconsciente... (Absence, pp. 256, 257)
El Curso responde a nuestras preguntas acerca de cómo la mente pudo elaborar el ego hace
mucho tiempo diciéndonos que vigilemos nuestras mentes ahora. Nos pide mirar nuestras mentes
en el presente para ver cómo elaboramos el ego en el presente. Si podemos contestar a esa
pregunta, el pasado dejará de tener importancia (ver T-4.II.1:1-3). Estamos "elaborando" el ego
ahora, y es en el momento presente cuando necesitamos dejar al descubierto la elaboración del
ego y elegir dejarlo marchar. Esto es de lo que se trata la vigilancia mental.
Cuando pillamos a nuestra mente "elaborando" el ego en el presente, el paso siguiente es
comprender que "la mente no necesita trabajar de ese modo" (T, p. 51; T-4.II.3:6). Tenemos el
poder de elegir de forma diferente.
Aquí es donde, usualmente, yo me quedo atascado. Muy a menudo parece que soy impotente
para liberarme de las creencias del ego en el miedo, la culpa y el ataque. Aquí es donde el Curso
parece enfurecerte más. El Curso insiste en que mi creencia en la impotencia es sólo otra trampa
del ego para capacitarme para negar mi responsabilidad por mis pensamientos. Todas las defensas
del ego se desencadenan para mantenerme alejado de tomar esa responsabilidad. Quizás,
simplemente, niego que los pensamientos ego están ahí o, incluso, que son molestos. O quizás me
www.bibliotecaespiritual.com
culpo por tenerlos. Hasta que no esté preparado para ser responsable de esos pensamientos, para
perdonarme por tenerlos y para reconocer el poder de mi mente para cambiarlos, parecerá que
esos pensamientos tienen un poder propio más allá de mi control.
La perspectiva de cambiar todos esos pensamientos ego parece tan intimidante que,
sencillamente, consentimos esos pensamientos.
Nunca ha penetrado realmente en tu mente el rechazar cada idea que hayas tenido que se
oponga al conocimiento. Retienes miles de pequeños retazos de miedo que impiden la entrada del
Santo. La luz no puede atravesar las paredes que levantas para bloquearla, y nunca desea destruir
lo que tú has hecho. Nadie puede ver a través de un muro, pero yo puedo rodearlo. Vigila en tu
mente los retazos de miedo, o serás incapaz de pedirme que rodee ese muro (T, p.56; T-4.III.7:15).
Jesús está diciéndonos que no hemos intentado en serio con anterioridad hacer lo que nos está
pidiendo, que es "rechazar cada idea que hayas tenido que se oponga al conocimiento". Nos está
pidiendo que hagamos un intento serio ahora. Dice que hay "miles de pequeños retazos de
miedo" en nuestras mentes, y nos pide que "vigilemos en nuestras mentes esos retazos de
miedo". Vigilar nuestra mente. Esto es de lo que se trata, de vigilar nuestra mente.
Me he encontrado con que mi problema es haberme tomado todo esto de forma demasiado
casual. Dejo que mi mente vague bajo la influencia del ego sin vigilarla ni cuestionarla. El Libro de
Ejercicios nos entrena para desarrollar un hábito de vigilancia activa, consciente. Nos entrena para
volver nuestros pensamientos a Dios cada mañana y noche, cada hora durante el día, cinco o seis
veces entre horas, y en respuesta a cada pensamiento ego que detectemos. He descubierto que
cuando "intento realmente" hacer lo que el Libro de Ejercicios dice, ¡veo cuán adepta es mi mente
a evitar ser vigilada!
Luego, Jesús dice: "si intentas hacerlo realmente, has dado el primer paso en preparar tu
mente para la entrada del Santo" (T, p. 56; T-4.III.8:3). ¡Oh, cómo nos conoce! "Si intentas
realmente hacerlo", dice. Leemos acerca de ello, podemos leerlo cientos de veces en el Curso,
pero ¿intentamos realmente hacerlo?¿O hacemos un esfuerzo simbólico y luego lo olvidamos? Si
"realmente lo intentamos" hemos dado "el primer paso".
Cuando realmente intentamos hacerlo, estamos alerta a cualquier pensamiento ego que llegue
a nuestra mente, y lo captamos al momento con la comprensión de que "ya lo estoy haciendo otra
vez, y no necesito hacerlo.. Puedo elegir una forma diferente de pensar. No tengo que permitir a
estos pensamientos que corran por mi mente". Comprendemos que, parafraseando al anuncio del
V-8, "Guau! Podría haber tenido un milagro!"
La intención de este anuncio es conseguir que la gente abandone viejos hábitos y pense en
algo nuevo. En lugar de limitarse a decir "Tomaré una Coca-cola", se para y piensa: Podría en
cambio tomar V-8. La intención del Curso es la misma. En lugar de dejar que ese pensamiento ego
corra descontrolado, párate y piensa: "Hey!, podría haberme ocurrido un milagro!"
Cómo Practicar La Vigilancia Mental
La Sección IV, "Esto no es necesario", da una muy clara descripción de la vigilancia mental. La
primera frase es lo que no queremos reconocer: "Si no puedes oír la voz de Dios, es porque no
eliges oírla". Esta elección de no oír es lo que estamos intentando descubrir. Y "que tú escuchas la
www.bibliotecaespiritual.com
voz de tu ego queda demostrado por tus actitudes, tus sentimientos y tu comportamiento" (T, p.
57; T-4.IV.1:2). Para ver esto, también, es para lo que estamos observando. Estamos vigilando
nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestro comportamiento para darnos cuenta de
las formas en que escuchamos al ego.
Más adelante, en la misma Sección IV de este capítulo, Jesús dice que ha hablado del ego como
si fuera real porque "era necesario persuadirte de que no puedes desecharlo un poco, y debes
comprender en qué gran medida de tu sistema de pensamiento está dirigido por el ego" (T, p. 61;
T-4.VI.1:3,4). Esto es lo que Jesús nos está pidiendo que observemos: hasta qué punto nuestro
pensamiento está dirigido por el ego. No comprendemos lo que hemos estado haciendo porque el
ego es hábil en ocultarse a sí mismo. "¿Cómo puede mantener la trampa de su existencia excepto
con espejos?" -(T, p.57; T-4.IV.1:7). El ego tiene que engañar, distraer y desenfocar nuestra
atención para mantener su existencia. Esto es exactamente por lo que tenemos que observar
nuestras mentes, vigilarlas cuidadosamente, ser dolorosamente honestos con nosotros mismos, y
hacer un esfuerzo serio para ello. ¡No es fácil!
En el párrafo 2, el Curso especifica qué es lo que se nos está pidiendo, lo que estoy
denominando "vigilancia mental". Comienza recordándonos que no se nos está pidiendo cambiar
nuestra mente. Es nuestra mente la que está escuchando al ego y eligiendo no escuchar al Espíritu
Santo. Podemos cambiar esto, aunque podemos pensar que no podemos. Aquí el Curso traza un
proceso que vamos a seguir, un proceso en el que veo cinco pasos. (Los cinco puntos están
sacados del T-4.IV.2:1-9 o de la página 57 de la primera edición original en inglés; en lo que sigue,
utilizo únicamente los números de frase como referencias).
1. Sé consciente de tu estado de ánimo.
"Cuando tu estado de ánimo te diga que has elegido de forma equivocada, y esto es así
siempre que no estés alegre..." (2).
El Curso nos pide empezar por ser conscientes de nuestro humor y sentimientos. En el
momento en que notemos una falta de alegría, algo falta. Hemos hecho una elección equivocada
en nuestras mentes, y el resultado es un estado de falta de alegría. Nuestros ánimos y
sentimientos nos sirven de "sistemas de alarma inmediata". Son una alarma que se dispara
diciéndonos que hemos hecho una elección equivocada. Un sentimiento de escasa alegría es un
indicador de que necesitamos prestar atención a nuestras mentes y cambiarlas.
2. Sabe que esto no es necesario.
El segundo paso, una vez que nos hemos hecho conscientes de nuestros sentimientos y dado la
alarma, es reconocer o saber que "esto no es necesario" (2). La alegría siempre es posible. Estos
estados de ánimo de depresión, ansiedad, o cualquier otro por el estilo, no son inevitables. No nos
asaltan misteriosamente por accidente. No se imponen a nuestra mente por algún poder externo.
"En cada caso" -fíjate en esto: en cada caso; no hay excepciones- "tú has pensado de forma
errónea acerca de algún hermano que Dios creó y estás percibiendo imágenes que tu ego elabora
en un cristal oscuro" (3).
¿Qué es lo que hemos hecho? Hemos pensado de forma equivocada. Algo falta en nuestra
mente. No es algo fuera de nosotros; es algo que está en nuestra mente. Concretamente, hemos
pensado erróneamente acerca de un hermano que Dios creó. Puede ser que estemos pensando
erróneamente acerca de otra persona; o de nosotros mismos. Pero en cada caso estamos
www.bibliotecaespiritual.com
teniendo pensamientos equivocados acerca de alguna creación de Dios. Estamos viendo esa
creación como algo menos de lo que Dios hizo que fuera. Esto, y sólo esto, es la fuente de nuestra
falta de alegría!
Cuanto más practico el Curso, más encuentro que puedo detenerme antes de que las cosas se
pongan realmente feas. Solía necesitar algo como una importante depresión o el pánico total para
despertar al hecho de que algo iba mal. Ahora, estoy empezando a reconocer pistas mucho menos
elocuentes y a responder a ellas. Cada vez que mi dicha no es completa (como ocurre aún la
mayor parte del tiempo), puedo hacer algo al respecto si lo deseo.
Puesto que son nuestros pensamientos incorrectos los que están causando nuestra falta de
alegría, la buena noticia es que podemos cambiar esos pensamientos. "Esto no es necesario". Si el
problema es reaccionar con una falta de amor, la respuesta es simplemente elegir dar el amor que
falta. Hay algo que podemos hacer acerca de la situación: podemos cambiar nuestros
pensamientos.
3. Piensa acerca de tus pensamientos.
El tercer paso comienza con la acción correctiva:
Piensa honestamente qué has pensado que Dios no hubiera pensado, y qué no has pensado
que Dios hubiera pensado (T, p.57; T-4.IV.2:4)
En otras palabras, pensar acerca de nuestros pensamientos. Pensar erróneamente fue la causa
de nuestra pérdida de alegría, por lo tanto, piensa acerca de qué pensamientos equivocados
pueden haber sido.
Hay dos formas en que nuestros pensamientos pueden desviarse del blanco : positiva y
negativamente. Positivamente, podemos aceptar algunos pensamientos ego como nuestros.
Podríamos estar teniendo un pensamiento de ataque, o meditando sobre un agravio. Podríamos
estar pensando en nosotros mismos como indignos. De alguna manera, nos estamos percibiendo a
nosotros mismos o a un hermano como algo menos que una perfecta creación de Dios.
O nuestro error puede ser negativo, uno de omisión más que de comisión. Podemos estar
reteniendo el amor, fracasando en responder amorosamente a nuestra propia necesidad de un
hermano.
Me estoy encontrando con que tengo una gran resistencia a hacer esto. No es difícil entender
qué nos está pidiendo el Curso, pero a veces parece difícil hacerlo. No quiero admitir que mis
pensamientos pueden ser la causa de mi infelicidad, más que las causas externas a las que les he
estado echando la culpa. No obstante, estoy empezando a aprender que, cuando lo admito,
encuentro más paz.
4. En busca de lo que hemos hecho.
Este paso es, en un sentido, la lógica continuación del paso anterior. Después de pensar acerca
de cuáles han sido nuestros pensamientos equivocados, podemos buscar en nuestra mente qué es
lo que hemos hecho o dejado sin hacer como resultado de esos pensamientos. A mí esto me
parece diseñado para reforzar mi conocimiento de los efectos de mis pensamientos, para hacerme
consciente de cómo han afectado mis pensamientos a la situación.
www.bibliotecaespiritual.com
Este paso, bajo la guía del Espíritu Santo, puede facilitarme algunas pistas acerca de qué puedo
hacer en el siguiente paso cuando he cambiado mi mente.
5. Cambia tu mente para pensar con la Mente de Dios.
El siguiente paso queda establecido de forma muy sencilla: cambia tu mente para pensar con la
Mente de Dios. La idea de cambiar nuestra mente, o elegir de nuevo, es uno de los principales
temas del Curso. La última sección del Texto se titula "Elige de nuevo". Dice: "Siempre eliges entre
tu debilidad y la fuerza de Cristo en ti" (T, p. 620; T-31.VIII.2:3). "En cada dificultad, en toda
angustia, y en cada duda, Cristo te llama y de dice gentilmente, 'Hermano mío, elige de nuevo'" (T,
p.620; T-31.VIII.3:2).
Cuando oye esto, la mayoría de la gente se encuentra preguntándose: "Pero, ¿cómo lo hago?".
La respuesta más común del Curso es que no tenemos que preocuparnos con el cómo, sólo
tenemos que desear hacerlo. Esto nos dice que cuando elegimos cambiar nuestras mentes, con el
mínimo esfuerzo, el Espíritu Santo añade Su fuerza a la nuestra y hace que nos sea posible llevarlo
a cabo.
Para mí, lo que siempre parece funcionar, finalmente, es sencillamente hablarle a Jesús (o al
Espíritu Santo). Le digo exactamente qué me está ocurriendo; qué estoy pensando; cómo me
siento; lo imposible que parece todo el asunto; y que no sé qué hacer al respecto. Para cuando he
terminado de hablar, mi mente, de alguna manera, ha cambiado. No puedo decirte cómo
funciona, pero funciona.
Jesús sabe perfectamente lo difícil que nos parece el cambio de mentalidad. él nos dice
inmediatamente, aquí en el capítulo 4, "Puede parecer duro, pero es mucho más fácil que tratar
de pensar en contra de ello" (T, p.57; T-4.IV.2:6); es decir, más fácil que tratar de pensar en contra
de la Mente de dios. Y lo explica algo más ampliamente:
Tu mente es una con la Mente de Dios. Negar esto y pensar de otra manera ha mantenido tu
ego intacto, pero ha escindido, literalmente, tu mente (7, 8).
Para pensar en contra de Dios tenemos que ir contra nuestra propia naturaleza. El Curso nos
dice, frecuentemente, que seguir la verdad o vivir en el amor es mucho, mucho más fácil que vivir
en el ego porque amor es lo que nosotros somos. No puede ser duro ser lo que somos; ¡lo puede
haber nada más duro que ser lo que no somos!
Jesús, como hermano amoroso nuestro, dice que está profundamente interesado en nuestras
mentes. Quiere que compartamos su interés porque él sabe que únicamente la vigilancia mental
nos liberará de los errores de nuestro ego.
Estos son los pasos del proceso de la Vigilancia Mental:
Sé consciente... Sabe... Piensa... Busca... Cambia...
No Necesitamos La Ausencia De Vigilancia
Guarda tu mente de las tentaciones del ego, y no te dejes engañar por él. No te ofrece nada (T,
p.57f; T-4.IV.6:1, 2)
www.bibliotecaespiritual.com
El Curso nos está pidiendo abandonar la elección activa a favor del ego, elecciones que hemos
pedido esconder a nuestra memoria. Dice que la mente es capaz de centrarse, elevándose por
encima de nuestra fatiga, y sanarse a sí misma y a otros. Dice que lo sabremos con respecto a
nuestras mentes cuando dejemos de prestar atención al ego.
Jesús dice: "no estás lo suficientemente en guardia contra las demandas del ego como para
desapegarte por ti mismo" (T, p.58; T-4.IV.6:4). Y repite de nuevo: "Esto no es necesario". En este
caso, él no está hablando acerca de una manifestación concreta del ego, como tristeza, culpa o
ansiedad. Está hablando acerca de todo el asunto de nuestra falta de vigilancia. Nuestra falta de
vigilancia no es necesaria. Es algo que podemos cambiar, y es algo que se nos va a pedir que
cambiemos.
Si tengo un buen propósito de Año Nuevo es ser más vigilante mentalmente. He decidido
repetir el Libro de Ejercicios de nuevo, utilizando su apoyo para desarrollar este hábito decisivo.
Mientras trabajo en el desarrollo de este hábito, estoy también aprendiendo a no "culparme" por
no tener el hábito aún. Aprender a cooperar en deshacer mi ego es para lo que estoy aquí. Puedo
felicitarme por haberme enrolado en el plan de estudios del Espíritu Santo y él tiene un índice de
éxito garantizado del 100%. ¡Todo el que se inscribe en Su curso aprueba! él es muy hábil en
trabajar con estudiantes atrasados; no necesito el temor de no ser capaz de aprender.
Debemos Inscribirnos En El Curso
T-4.IV.7:1 nos dice que "El hábito de comprometernos con Dios y Sus creaciones se hace
fácilmente". Aunque no nos parece fácil, ciertamente. ¿Por qué no?
El hábito se forja fácilmente, dice Jesús, "... si tú, de forma activa, te niegas a que tu mente se
escabulla". "De forma activa" implica que debemos hacer un esfuerzo consciente; debemos
actuar. Demasiado a menudo somos pasivos en vez de activos; permitimos que nuestra mente "se
escabulla". El desarrollo de un hábito de "compromiso con Dios y con Sus creaciones" es lo que
perseguimos, y desarrollar un hábito requiere práctica regular, consciente. Estamos
acostumbrados a ser pasivos. Para desarrollar un hábito de "compromiso con Dios" debemos
llegar a estar activamente implicados en nuestro proceso mental. Debemos inscribirnos en el
curso.
Puede que pensemos que no podemos concentrarnos, pero Jesús nos dice:
El problema no es de concentración; es la creencia de que nadie, incluido tú, es consecuente
con ese esfuerzo. Acompáñame constantemente contra esta decepción, y no permitas que esa
vieja creencia te eche para atrás. Los descorazonados son inútiles para sí mismos y para mí, pero
únicamente el ego puede estar descorazonado (2, 4).
Cuando permanecemos pasivos, ni siquiera participamos en la carrera; tropezamos en la
puerta de salida. Tropezamos con la idea de que el esfuerzo no vale la pena. Toma nota de que no
requiere esfuerzo. Probablemente tenemos alguna idea del gran esfuerzo que conllevaría
controlar con nuestro sistema de pensamiento de esa manera, y el triste hecho es que no creemos
que valgamos ese esfuerzo. Tenemos tan pobre opinión de nosotros mismos que pensamos que
no seremos capaces de llevarlo a cabo, o que no pensamos que nuestro Ser merezca esa molestia.
¡Qué pensamiento tan "raído"! Si estamos descorazonados al principio somos inútiles para
nosotros mismos. Jesús dice que esto es un "engaño", obviamente un engaño del ego para
www.bibliotecaespiritual.com
impedirnos siquiera intentarlo. Jesús nos urge a que no permitamos que el desánimo nos haga dar
marcha atrás, y a que tomemos partido por él en contra de ese desánimo.
Cuando me sorprendo yendo a la deriva por unas horas o unos días, sin prestar atención o
sintiéndome vagamente desanimado, he llegado a reconocer que en alguna parte, por alguna
razón, he debido decidir que no valgo el esfuerzo. Lo que me devuelve a la práctica es la
comprensión de que ¡realmente sí merezco el esfuerzo! Yo merezco vivir en la alegría, y la
Voluntad de Dios para mí es la perfecta felicidad.
No aceptes nada que sea menos que esto, y rechaza como meta cualquier cosa que no sea
esto. Vigila estrechamente en tu mente cualesquiera creencias que impida su realización, y
apártate de ellas. Juzga lo bien que lo has hecho según tus sentimientos, porque ése es el único
uso correcto del juicio (T, p.58; T-4.IV.8:4-6).
Jesús me dice que controle mis sentimientos. Puedo preguntarme a mí mismo, "¿Soy dichoso?"
Si no lo soy, puedo comprometerme activamente en el proceso que se ofrece aquí. Sé que esto no
es necesario; pienso acerca de mis pensamientos; busco mis acciones; y cambio mi mente. Así es
como yo juzgo en contra del ego; así es como llego a identificarme con mi Ser tal y como Dios me
creó.
En el decimoprimer párrafo, Jesús nos asegura que podemos y que lo haremos. él dice:
No estoy equivocado. Tu mente elegirá unirse a la mía, y juntos somos invencibles (T, p.59; T4.IV.11:4,5)
La vigilancia mental es una lección que podemos aprender. Si Jesús nos pide que la
aprendamos, eso significa que podemos aprenderla. Si Jesús nos pide que la aprendamos, él nos
mostrará cómo hacerlo. ¡Nosotros valemos el esfuerzo! Y las recompensas son tales experiencias
de paz y dicha que nunca querremos volver a ocultarnos tras nuestro ego de nuevo.
Recibir El Instante Santo
por Allen Watson
Receiving the Holy Instant, traducido por Rosa Hernández Mula,
con la autorización de The Circle of Atonement
Qué hacemos para impedir el instante santo, y cómo evitar hacerlo
El instante santo es una experiencia de gracia, un instante en el que dejamos de lado parte o
toda nuestra identificación con el ego y nuestra creencia en la realidad del mundo que el ego ha
proyectado, y permitimos que brille la realidad de nuestra verdadera identidad. Por un instante
suspendemos nuestra fe en la ilusión, permitiéndonos experimentar la eterna realidad. Ya que es
eterno, el instante santo es tanto un anuncio como un recuerdo: es un preludio del Cielo, un sorbo
de eternidad, experimentada aquí en el mundo y en el tiempo (LE, p. 347; LE-l.169.12:3), y
también es un recuerdo de nuestro estado original, tal como Dios nos creó (Texto, p. 388; T16.VII.8:7).
Un Curso de Milagros nos urge a practicar el instante santo y a buscarlo (T-15.II.5:4; T-15.II.6:1;
T-16.VII.11:1). ¿Por qué, para la mayoría de nosotros, el instante santo parece tan esquivo?¿Por
www.bibliotecaespiritual.com
qué esos momentos de gracia parecen tan escasos y distanciados? En la sección titulada La
Pequeña Dosis de Buena Voluntad(1) (Texto, p. 424; T-18.IV), el Curso repasa una lista de al menos
una docena de cosas, en nuestro interior, que bloquean nuestra experiencia del instante santo.
(Todas las referencias, de aquí en adelante, son a ésta sección, a menos que se indique otra cosa).
Obstáculos al Instante Santo y Cómo Evitarlos
Los obstáculos al instante santo entran en una categoría muy amplia: todos ellos consisten en
esfuerzos nuestros por hacer algo por nosotros mismos para conseguir lo que sólo el instante
santo puede darnos. Pensamos que los obstáculos son las cosas negativas acerca de nosotros
mismos, lo que esta sección denomina sombras. Cosas que parecen hacernos indignos del instante
santo, cosas de las que intentamos deshacernos para hacernos más merecedores de él. De hecho,
esto no son obstáculos en absoluto! El único obstáculo real es nuestra creencia de que tenemos
que hacer algo más que desear recibir el instante santo como un regalo.
Pensar Que Necesitamos Hacer Más
El obstáculo que hay en nuestro camino de la experiencia del instante santo es nuestra
creencia de que la simple buena voluntad no es suficiente, y que tenemos que hacer algo más que
estar dispuestos con objeto de experimentarlo. Todo lo que se nos pide para experimentar el
instante santo es que lo deseemos por encima de todo lo demás y estemos dispuestos a recibirlo;
absolutamente nada más que eso (1:1-5). Pero si añadimos algo más, si pensamos que
necesitamos hacer algo más, aparte de desear y estar dispuestos a recibir el instante santo,
estamos en realidad -lo comprendamos o no- anulando nuestra buena voluntad y bloqueando el
instante santo.
Recibir el instante santo es fácil y natural (7:1). El instante santo es un atisbo de nuestro estado
mental natural, tal como Dios nos creó, una vez eliminada toda interferencia. No puede ser difícil
experimental nuestra propia naturaleza! Lo hacemos parecer difícil, sin embargo, porque
insistimos en que debe de haber algo más que tenemos que hacer (7:2). Erróneamente pensamos
que tener que hacer tan poca cosa es personalmente insultante (7:4). Tan sutilmente que ni
siquiera nos percatamos de que lo estamos haciendo, estamos afirmando que no podemos
aceptarnos simplemente a nosotros mismos tal y como Dios nos creó, pero tenemos que tomar
parte en determinar qué somos y cómo convertirnos en nosotros mismos. Estamos insistiendo en
tomar parte en nuestra propia creación.
Estamos tratando de darnos lo que Dios nos ha dado ya, intentando producir por nuestros
propios medios lo que sólo podemos aceptar de las manos de Dios en el instante santo. Este es el
principio general que abarca nuestros bloqueos al instante santo: estamos tratando de darnos a
nosotros mismos lo que sólo puede darnos el instante santo.
El antídoto a nuestro error de querer hacer más es nuestra comprensión de que hacer más ni
siquiera es posible: es necesario que comprendas que no puedes hacer más (1:5). Es tu
comprensión de lo poco que tienes que hacer lo que le permite a él darte tanto (1:10). Nuestra
insistencia en hacer más es la consecuencia de nuestra creencia fundamental de que podemos
cambiarnos a nosotros mismos y que ya lo hemos hecho, lo cual es la base de nuestra creencia en
la separación. A causa de que pensamos que ya hemos hecho algo que alteró la creación de Dios,
creemos que ahora es necesario que hagamos algo para remediar eso. Por lo tanto, reconocer que
no podemos hacer más es la corrección a ambos errores: el error de pensar que hemos cambiado
la creación de Dios, y el error de pensar que tenemos que volver a cambiarla. La creación de Dios
www.bibliotecaespiritual.com
no puede cambiarse. Permanecemos tal como Dios nos creó. Por lo tanto, no necesitamos hacer
nada excepto estar dispuestos a aceptar Su creación de nosotros.
Para aquellos de vosotros que estéis familiarizados con el Nuevo Testamento, la distinción
hecha aquí es muy similar al debate teológico cristiano de fe vs trabajo, o la doctrina de la
salvación por la gracia, a través de la fe exclusivamente. La doctrina bíblica establece:
Pues de gracia habéis sido salvados por la fe, y esto no os viene de vosotros, es don de Dios; no
viene de las obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8,9).
Hablando de los judíos de su época, el Apóstol Pablo dice que, aunque ellos sentían
entusiasmo por Dios, éste estaba mal emplazado; ellos buscaban afirmar su propia justicia
(Romanos 10:3), en lugar de aceptar simplemente el regalo de la justicia proveniente de Dios. Al
igual que nosotros, estudiantes del Curso, ellos intentaban hacerse santos para acceder a la
Presencia de Dios en lugar de aceptar el regalo de santidad que nos otorga el instante santo.
Cualquier creencia de que debemos hacer algo más allá de estar dispuestos a aceptarnos a
nosotros mismos como Dios nos creó, es el error original de separación disfrazado. Es la forma en
que el ego mantiene la ilusión de separación intacta mientras aparenta ayudarnos a corregirla.
Confiar En Nuestras Buenas Intenciones
Una de las maneras en que reforzamos nuestra creencia en hacer más es decirnos a nosotros
mismos que, puesto que nuestras intenciones son buenas, lo que estamos haciendo debe de estar
bien. Nuestras buenas intenciones son lo máximo que estamos tratando de hacer. Tratamos de
hacernos santos a nosotros mismos. La intención es buena; ¿no es también suficiente hacer lo
bueno que estamos haciendo? Nuestras buenas intenciones no bastan porque son bondad
falsificada, nada más que ego intentando elevarse a sí mismo para igualar la magnitud de Dios. Son
un intento de darnos a nosotros mismos la santidad que sólo el instante santo puede brindar.
Pensamos que nuestros esfuerzos de hacer más tienen que funcionar porque estamos
dedicados a ellos por una buena razón: experimentar el instante santo, para conocernos como
hijos de Dios. A menudo subestimamos enormemente el poder de este argumento. Religiones
enteras se han basado en él. En el nombre de Dios, hombres y mujeres han luchado durante siglos,
incluso milenios, esforzándose por ser merecedores de Dios. Plegarias, sacrificios, castigos,
autoflagelación y guerras santas han sido disculpados, e incluso honrados, en base únicamente a
lo que parecían buenas intenciones ¡Luchar por la santidad tiene que ser bueno!¡Sólo tienes que
ver la santa intención que hay detrás de ello!
Las buenas intenciones no son suficientes (2:1-2). Todos nuestros esfuerzos para cambiarnos a
nosotros mismos con objeto de complacer a Dios están construidos sobre una base en
desmoronamiento porque están fundamentados en la creencia de que podemos cambiarnos a
nosotros mismos, lo que es la verdadera raíz de todo el problema. Son un esfuerzo velado para
reemplazar la creación de Dios por la nuestra propia.
El antídoto a nuestra confianza en nuestras buenas intenciones es confiar completamente en
nuestra buena voluntad (2:3). Completamente significa sin dudas o reservas en absoluto. Aquí la
idea es la total confianza en nuestra disposición, sin añadidos. Significa no buscar alrededor algo
con lo que reforzar nuestra confianza. Significa saber que sólo la buena voluntad (disposición) es
suficiente, sin necesidad de nada más para hacerla digna de confianza.
www.bibliotecaespiritual.com
A menudo oímos a la gente amonestándonos por confiar en nuestras buenas intenciones sin
ninguna aclaración sobre en lo que sí podemos confiar. Dicha amonestación nos deja sintiéndonos
muy despistados, ya que nada de lo que podamos hacer es digno de confianza. Nos preguntamos:
Si no puedo confiar en mis buenas intenciones, en mis esfuerzos por ser santo, ¿en qué puedo
entonces confiar? La respuesta es: podemos confiar en nuestra buena voluntad. Nuestra
disposición es completamente digna de confianza, y podemos confiar absolutamente en ella, con
total seguridad. En la búsqueda del instante santo, es esencial comprender ésto.
La buena voluntad es, sencillamente, receptividad. Estamos dispuestos a reconocer y aceptar lo
que Dios nos ha dado en creación. Las buenas intenciones implican algo que debemos hacer; de
alguna manera tenemos que trabajar para ganarnos el instante santo. La buena voluntad,
sencillamente, deja que suceda. Es fácil confiar en nuestra buena voluntad cuando comprendemos
que en lo que estamos confiando es en el regalo de Dios más que en nuestros propios esfuerzos.
La buena voluntad, o disposición, puede llevarnos al instante santo, pero puede hacerlo sólo si
confiamos en ella sola, sin añadidos. Añadamos a la confianza algo más y habremos negado el
poder de la buena voluntad. Cuando abandonamos nuestra fe en nuestras buenas intenciones,
debemos trasladar esa fe en su totalidad a nuestra buena voluntad, y apoyarnos en ella como
nuestra firme base.
Angustiados Por Las Sombras
La otra cara de nuestras buenas intenciones son nuestras intenciones no santas. No importa
cuán puras podamos sentir que son nuestras intenciones, siempre estamos conscientes de una
contracorriente en nuestras mentes, el lado oscuro de la fuerza, tomando prestada la frase de la
serie de películas Star Wars (La Guerra de las Galaxias). Sentimos que, de alguna manera, tenemos
que tratar con todas esas sombras (2:4) en nuestras mentes antes de que podamos recibir el
instante santo, porque son claramente incompatibles con la santidad, pero lo contrario es cierto.
Únicamente el instante santo puede sanar esas intenciones no santas; para sanarlas es por lo que
llegamos a él.
¿Qué significa sombras? Puedo pensar en varios significados guiándome por mi propia
experiencia. En primer lugar, están las sombras de la duda. Miro mi escasa buena voluntad y dudo
de su poder; ¿cómo puede la simple buena voluntad ser suficiente para curar todas las
enfermedades y problemas de mi vida? Creo que de alguna manera necesito llegar a la absoluta
certeza antes de poder experimentar un instante santo. En mi mente, mi duda es lo que me está
reteniendo y, de alguna manera, tengo que contrarrestar esta duda antes de poder recibir la
gracia de Dios. Pero llevarme de la incertidumbre a la certeza es asunto del Espíritu Santo no mío
(T-7.III.5:5; Texto, p. 130). Uno de los propósitos del instante santo es eliminar mis dudas y darme
certeza (MM-15.2:6,7, Manual, p. 43 y T-18.VI.13:6; Texto, p. 431). No necesito certeza para llegar
al instante santo; necesito el instante santo para llegar a la certeza.
Otra sombra es mi temor de que mi buena voluntad sea imperfecta. Cuanto más avanzo en la
comprensión espiritual, más consciente me vuelvo de la resistencia que hay dentro de mí. Quiero
ir a Dios, pero también me siento aterrado de él. Te diriges hacia el amor odiándolo todavía, y
terriblemente atemorizado del juicio que pueda tener de tí (T-18.III.3:5, Texto p. 421).
Cuanto más honrado soy conmigo mismo, más comprendo que no estoy aún completamente
dispuesto a recibir a Dios en mi vida, de que estoy fuertemente volcado en asirme al mundo y al
www.bibliotecaespiritual.com
cuerpo. ¿Cómo puedo confiar implícitamente en mi buena voluntad cuando está plagada de
reservas?
Esta sección responde a mis preocupaciones muy claramente:
No necesitas que la fuerza de la buena voluntad provenga de tí, sino únicamente de Su
Voluntad.
El instante santo no proviene de tu pequeña disposición solamente. Siempre es el resultado de
tu pequeña buena voluntad combinada con el ilimitado poder de la Voluntad de Dios (3:7-4:2)
Es {el Espíritu Santo} Quien añade la grandeza y el poder (1:8)
La fuerza de nuestra buena voluntad n proviene de nosotros; proviene de Dios, a través del
Espíritu Santo. Cuando alineamos nuestra voluntad en el grado más insignificante con la Voluntad
de Dios, penetramos en el poder que creó el universo, exactamente como cuando impulsamos una
piragua; cuando tomamos la dirección de la corriente del río, la fuerza total del río se suma a
nuestro pequeño impulso. Somos transportados por Dios.
¡No tenemos que estar completamente dispuestos! Esta es la buena noticia. Un leve giro en Su
dirección, una disposición minúscula, un ligero asentimiento a Dios, como dice el Texto (T24.VI.12:4; Texto, p. 577) es todo lo que necesita. El Espíritu Santo compensa todo lo que nos falta
de buena voluntad, y nos brinda la Suya propia.
él solo necesita tu disposición a compartir Su perspectiva para dártela completamente. Y tu
buena voluntad no necesita ser completa porque la Suya es perfecta. Su tarea es expiar tu
renuencia mediante Su perfecta fe, y es Su fe lo que tú compartes con él en el instante santo.
Como resultado de reconocer que no estás dispuesto a ser liberado, se te ofrece la perfecta buena
voluntad de que él goza (T-16.VI.12:2-5; Texto, p. 385).
¡Toma nota de estas últimas líneas!¿Qué es lo que capacita al Espíritu Santo para darnos Su
disposición? Tu reconocimiento de no estar dispuesto. En el momento en el que, honestamente,
admito mi no disposición, Su disposición es liberada hacia mí. cuando me enfrento sin miedo a mi
poca disposición, favorezco mi buena disposición. Esto es todo lo que se requiere.
Una tercera sombra, quizás la más oscura de todas, es la culpa. Cuando pienso en llegar al
instante santo, lo que parece más efectivo para alejarme de él es mi culpa acerca de todo lo que
he hecho o dejado sin hacer. Soy consciente de lo pensamientos odiosos, mezquinos, que hay en
mi mente; ¿cómo puedo esperar el experimentar un instante santo en este momento? Con toda
esta oscuridad en mi mente, ¿cómo puedo experimentar la luz?
La culpa no es algo que pueda o deba alejarme del instante santo. Al contrario, la culpa, como
todas esas sombras, es la auténtica razón de que vuelva al instante santo. En el instante santo, el
Espíritu Santo elimina la culpa; es para lo que está. Tratar de pasar por alto o ignorar mi culpa
antes de experimentar el instante santo es una completa locura, porque eliminar la culpa es la
función del instante santo (Texto, pág. 426; T-18.V.2:3,4). Mantenerme alejado del instante santo
porque me siento culpable es como negarme a ir al médico porque estoy enfermo. Más que una
razón para alejarse del instante santo, la culpa es una razón para embarcarse en él.
El miedo y el odio son otras sombras que pueden aparecer en nuestras mentes, pareciendo
nublar nuestra disposición al instante santo. Creemos, erróneamente, que el miedo y el odio en
nuestra mente pueden bloquear en nosotros el instante santo; no pueden. La función del instante
www.bibliotecaespiritual.com
santo es eliminar nuestro miedo y nuestro odio (T-18.V.2:1,2; Texto, p. 426). Tratar de eliminarlos
por nuestros propios medios no funciona, y es sólo otra manera que el ego utiliza para impedir
que nos acerquemos al instante santo, una forma de mantener vivos el miedo y el odio en vez de
eliminarlos. Podemos llegar al instante santo con el homicidio en nuestros corazones. En realidad,
ésta es exactamente la forma en que debemos traer nuestros pensamientos de asesinato si
queremos que sean sanados. Querer que sean sanados es la clave. Si queremos que nuestros
pensamientos sanen, los conduciremos al instante santo; sólo si queremos mantenerlos
permaneceremos apartados de él.
Duda, buena voluntad imperfecta, culpa, miedo y odio; cada una de estas sombras que
parecen una razón para vacilar son en realidad una razón para llegar a el instante santo. Despejar
esas sombras es para lo que está el instante santo.
No te sientas angustiado por el hecho de que las sombras rodeen {tu buena voluntad}. Esa es la
razón por la que viniste. Si hubieses podido venir sin ellas, no tendrías necesidad del instante
santo.
La condición necesaria para que el instante santo tenga lugar no requiere que no abrigues
pensamientos impuros. Pero sí requiere que no abrigues ninguno que desees conservar (T15.IV.9:1,2; Texto, p. 345).
No nos es necesario desembarazarnos de los pensamientos oscuros antes de llegar al instante
santo. Es necesario que estemos dispuestos a que sean eliminados. No tenemos que cambiar nada
para experimentar el instante santo, pero tenemos que estar deseosos de que todo cambie para
nosotros.
Pensar Que Primero Tenemos Que Ser Santos
Tratar de hacer más, tratar de deshacernos primero de las sombras... ¿qué estamos tratando
de conseguir con ello? Estamos intentando ser santos, antes de llegar al instante santo. El instante
santo, después de todo, es santo. Por lo que pensamos que necesitamos ser santos para
experimentarlo. Antes de que ese trocito de Cielo pueda llegar, pensamos que nos tenemos que
preparar para él. Esto, obviamente, es una negación de que estamos preparados en este
momento, que es lo que el Curso trata de decirnos. Cuando pensamos que primero tenemos que
ser santos, estamos insistiendo en que hemos convertido la santa creación de Dios en no santa, y
que tenemos que arreglar todo el lío antes de atrevernos a presentarnos ante Dios.
Querer hacernos santos a nosotros mismos, ¡suena tan bien! Pero, en realidad, es solamente el
ego tratando de nuevo de usurpar el lugar de Dios. Dios nos creó santos; no hay necesidad de
hacernos nada a nosotros mismos (5:4,5). El antídoto aquí es no trata de hacer algo acerca de
nuestra imaginaria no-santidad, sino aceptarnos simplemente como si lo fuéramos (2:8,9).
Estar Satisfechos Con La Pequeñez
Otra forma que tiene el ego de tratar de convencernos para que nos mantengamos alejados
del instante santo es engañarnos para que convengamos en aceptar una especie de falsa humildad
(3:1,2). A veces la gloria del instante santo parece algo tan elevado que llegamos a convencernos
de que, en total humildad, no deberíamos esperar obtenerlo. Aceptamos nuestra pequeñez.
Pequeñez es un término que utiliza el Curso para la identificación con el ego. Estar satisfecho con
la pequeñez significa, simplemente, que aceptamos nuestras vidas tal y como están. No
esperamos instantes santos; mucho menos esperamos vivir una vida que sea un instante santo
www.bibliotecaespiritual.com
continuo. Nos decimos a nosotros mismos: No soy santo. Este tipo de experiencia no es para mí.
Según el Curso, esto no es humildad, sino arrogancia. Es decirle a Dios que está equivocado con
respecto a nosotros. él dice que somos dignos del instante santo, y nosotros lo negamos. él dice
que estamos preparados para él; nosotros decimos que no lo estamos.
A menudo, nos ocultamos del instante santo porque pensamos que no lo merecemos. Esto no
es un acontecimiento poco común; es una condición arraigada en nuestras mentes (3:3-5).
El Curso anima a una cierta insatisfacción santa. Más que animar a la insatisfacción dice que es
necesaria: {La humildad} requiere que no te sientas satisfecho con algo menor a la grandeza que
no proviene de tí (3:2). Nuestro deseo de experimentar el instante santo es lo que lo precede y
nos prepara para él (1:1-3). Se nos pide que no estemos satisfechos con algo menos que nuestro
total potencial como seres espirituales, como Hijos de Dios.
Si Dios nos creó, debió de crearnos dignos de ser Su morada. Nos creó dignos del instante
santo. Por lo tanto, insistir en que no somos dignos es sólo una expresión del deseo del ego de ser
algo que no somos. Somos dignos no a causa de algo que hayamos hecho; tampoco somos
indignos a causa de algo que hicimos. Lo que hayamos hecho o dejado de hacer no tiene nada que
ver con ello. Somos dignos del instante santo porque Dios nos creó dignos. Y punto. Podemos
olvidarnos de esos sentimientos de indignidad y, sencillamente, ir al instante santo. Porque él nos
invita. Porque él dice que, junto con él, somos del instante santo.
Pensar Que Necesitamos Prepararnos
Aquí está de nuevo la idea de convertirnos en santos, pero en palabras ligeramente diferentes.
Todavía estamos pensando que necesitamos hacer algo más que estar dispuestos, pero en lugar
de pensar que necesitamos primeros hacernos santos, disfrazamos la idea como algo más vago o
más sutil. Nos decimos a nosotros mismos que necesitamos algo para prepararnos para el instante
santo.
Yo a menudo caigo en este tipo de error. A veces mi estado mental parece tan poco santo, tan
apagado, o tan frenético, que pienso que tengo que pasar por algún tipo de preparación para estar
listo para el instante santo. He llegado a alejarme tanto de Dios que seguramente tardaré mucho
tiempo en estar de vuelta. Pienso que estoy demasiado cansado, o demasiado deprimido, o
demasiado agitado, para buscar el instante santo. Estoy presuponiendo algún enfermizo tipo de
preparación o modificación necesario para poder hallar el instante santo. El antídoto a este
pensamiento (¡o falta del mismo!) es que deshacer los estados mentales ilusorios es precisamente
para lo que está el instante santo, y no hay mejor lugar al que pueda ir cuando mi mente está así.
No necesito prepararme (4:3-10).
Invitarme a la necesidad de prepararme a mí mismo es otra trampa del ego. Está basada en la
idea de que conseguir la paz está en mis manos. Esta es otra manera de usurpar la función de Dios.
Dios ha establecido las condiciones para la paz; yo no tengo que hacer nada a excepción de estar
dispuesto a recibirla.
No necesito convertirme en alguien diferente, en ningún sentido, para experimentar la paz de
Dios. No tengo que esperar a nada. No tengo necesidad de calmarme antes. No tengo que
contribuir al proceso en ningún sentido. Esto es lo que el ego no puede aceptar.
www.bibliotecaespiritual.com
Convertirme en algo diferente, prepararme de algún modo, necesitaría de un milagro. Cuando
insisto en que no estoy preparado y en que tengo que cambiar antes, lo que estoy diciendo es que
quiero hacer yo mismo ese milagro. El instante santo es la fuente de los milagros. Cuando necesito
un milagro, el instante santo es el lugar en el que hay que estar. Esperar el milagro antes de ir allí
es realmente una terca resistencia y aferrarse al ego; es rechazar la eliminación del problema
evitando la solución.
Según examinamos estos ejemplos específicos uno por uno, el significado de comprender que
no podemos hacer más que estar dispuestos se convierte en algo obvio. Cualquier intento por
nuestra parte de hacer algo para prepararnos a nosotros mismos para el instante santo es
realmente una forma de evitarlo.
La preparación para el instante santo le corresponde a Aquél que lo da. Entrégate a Aquél Cuya
función es la liberación. No usurpes Su función. Dale sólo lo que él te pide, para que puedas
aprender cuán ínfimo es tu papel, y cuán grande el Suyo (6:5-8).
Pensar Que Debemos Expiar Nuestros Pecados
Esta es sólo otra forma de culpa, o de sentirse indigno, o tratar de prepararnos a nosotros
mismos. Intentamos expiar de muchas maneras: dando cumplida satisfacción a las personas que
hemos agraviado; llorando de remordimiento; meditando durante una hora; castigándonos con
enfermedades o sacrificios; o flagelando nuestras mentes. Nada de esto es necesario para el
instante santo. Dar cumplida satisfacción, enmendarse, quizás puede ser el resultado del instante
santo, pero no es necesario expiar nuestros pecados antes del instante santo, y tratar de hacerlo
sólo nos mantendrá alejados de él (5:6,7).
Creer Que Primero Tenemos Que Entender
Este es un pensamiento muy sutil. Creemos que nuestro entendimiento es una poderosa
contribución a la verdad (7:5-7). Estamos convencidos de que tenemos que entender qué es el
instante santo y cómo funciona antes de poder experimentarlo. Estamos equivocados. ¡No
tenemos que entender nada! El instante santo trae la paz, y entendimiento sin paz es imposible (T14.XI.12:4; Texto, p. 329). No podemos entender verdaderamente antes de haber experimentado
la paz del instante santo. Esperar a entender es, de nuevo, otra forma que el ego tiene de
mantenernos apartados del instante santo, otro intento de darnos a nosotros mismos lo que nos
da el instante santo.
Entramos en el instante santo cuando aceptamos que no entendemos nada, y pedimos que se
nos enseñe. Tratar de entender por nuestra cuenta es tanto arrogante como frustrante. Nos
sentimos cerrados a la paz porque no entendemos cómo conseguirla. Luchamos, rezamos,
agonizamos, tratando de entender de forma que podamos conseguir el instante santo. No
podemos entender sin el Espíritu Santo. Nos estamos pidiendo a nosotros mismos lo imposible.
Pero el instante santo no requiere nada que no puedas dar en este momento (7:7). En este mismo
momento cualquiera de nosotros puede reconocer que no entendemos y pedir el entendimiento.
En este mismo momento cualquiera de nosotros puede decir: Estoy dispuesto a que mis
pensamientos sombríos sean disueltos, aunque no entiendo cómo puede ocurrir ésto. Y esto es
todo lo que se nos pide: deseo y disposición, e incluso éstos no tienen que ser firmes o perfectos.
Pensar Que El Instante Santo Es Difícil
www.bibliotecaespiritual.com
El instante santo es un gran asunto, cierto. No es el territorio de los santos avanzados de Dios.
Es para todo el mundo. Es accesible desde los niveles inferiores; no hay escalones que subir. Todo
lo que se necesita para el instante santo es que dejemos de tratar de alcanzarlo y nos limitemos a
aceptarlo, dejando de intentar hacer algo para que ocurra y, simplemente, abandonarnos en las
manos del Espíritu Santo. El instante santo es así de sencillo y natural (7:1).
Si pensamos que es difícil, eso nos habremos enseñado a nosotros mismos (8:1). Hemos
elegido verlo como algo difícil porque no queremos cederle al Espíritu Santo el control
(imaginario) de nuestras vidas (8:2). s una manifestación de nuestra creencia central en los grados
de dificultad, la primer ley del caos ((T-23.II.2; Texto, p. 547).Ver el instante santo como algo difícil
-ver cualquier cosa como difícil- es un signo de que estamos escuchando al ego. Nos hemos
identificado con el deseo del ego de ser el árbitro de lo que es posible y de lo que no lo es (8:2).
Todo lo que se requiere para el instante santo ya ha ocurrido (8:4). Por lo tanto, no puede ser
difícil. No queda nada más que nuestra aceptación de él, permitir que ocurra, abrirnos a él;
únicamente nuestra disposición para recibirlo. ¡Vemos tantas barreras! Pensamos que han
ocurrido demasiadas cosas en el camino, pero en realidad nunca ocurrieron. Sólo en tu mente,
que pensó que ocurrió, está su necesidad de deshacer (8:7). Y esto es exactamente lo que el
instante santo hace: deshace nuestra creencia en las barreras. Deshace el pasado en el presente.
Nos pone en libertad.
Pensa Que Necesitamos Distinguir La Verdad De La Ilusión
Nuestra mente está llena de preguntas del estilo de: ¿Cómo puedo distinguir el Espíritu Santo
del ego?, ¿Cómo puedo saber si realmente tuve un instante santo?. Pienso que tenemos que saber
cómo distinguir verdad de ilusión antes de poder reconocer el instante santo. De nuevo, una
táctica dilatoria del ego. La respuesta del Curso a este inconveniente es muy clara:
Si ya entendiese la diferencia que existe entre la verdad y las ilusiones, la Expiación no tendría
objeto. El instante santo, la relación santa, las enseñanzas del Espíritu Santo y todos los medios
por los que se alcanza la salvación no tendrían ningún propósito (T-18.V.1:2,3; Texto, p. 426).
En otras palabras, enseñarte la diferencia entre verdad e ilusión es para lo que está el instante
santo. Si ya conocieses la diferencia, no necesitarías el instante santo. Ser incapaz de distinguir
entre verdad e ilusión, por lo tanto, no es algo que pueda mantenerte apartado del instante santo.
Ello sólo muestra tu necesidad de él. Una vez más estamos tratando de hacer por nuestra cuenta
lo que únicamente el instante santo puede hacer por nosotros. Nuestra razón para permanecer
afuera es una razón para llegar adentro.
Tratar De Evaluar Nuestro Progreso
El deseo de saber ¿cómo lo estoy haciendo? es otra forma engañosa del ego para que
entremos en su sistema de pensamiento. Está basada, claramente, en el pensamiento de que
tengo que hacer algo, de que hay una escalera de ascenso hasta el instante santo, que alcanzar el
instante santo depende de mi acumulación de éxitos o créditos en el plan de estudios santo. No
hay grados de dificultad, ni escalones que ascender. Si no hay escala de progreso, ¿cómo puedo
estimar en qué punto de esa escala me encuentro?
No podemos distinguir la diferencia entre progreso y receso. Has considerado algunos de tus
mayores avances como fracasos, y has evaluado algunos de tus peores retrocesos como grandes
www.bibliotecaespiritual.com
triunfos (T-18.V.1:5,6; Texto, p. 426). El mensaje es claro. Paremos de intentar evaluar nuestro
desarrollo. Limitémonos a seguir yendo al instante santo, y dejemos que sea el Espíritu Santo el
juez de nuestro avance o retroceso. Dejemos de querer estar a cargo de nuestra clase y nuestro
nivel; dejemos que el Maestro haga Su trabajo.
El Único Requisito
Las afirmaciones en cursiva en 5:8-13 representan la esencia de esta lección:
Yo que soy anfitrión de Dios, soy digno de él.
Aquel que estableció Su morada en mí la creó como él quiso que fuese.
No es necesario que yo la prepare para él, sino tan sólo que no interfiera en Su plan para
reinstaurar en mí la conciencia de que estoy listo, estado éste que es eterno.
No tengo que añadir nada a Su plan.
Mas para aceptarlo, tengo que estar dispuesto a no substituirlo por el mío.
Reconociendo que nuestra dignidad proviene de Dios, no nos esforzamos en prepararnos para
el instante santo. Aceptamos que Dios nos creó ya preparados para él. Dejamos ir cualquier forma
de hacer nada; aceptamos que no tenemos que hacer ninguna contribución excepto nuestra
disposición a recibir. Le abrimos nuestros corazones y decimos Sí.
Y esto es todo. Añade algo más y habrás echado por la borda lo poco que se te pide (6:1,2).
El instante santo es para todo el mundo. Está disponible en este momento. Todo lo que tengo
que hacer es desearlo, y estar dispuesto a que venga a mí, estar dispuesto para la sanación de mi
mente que traerá consigo. Parar todo lo demás por un momento, aquietar mi interior y decir: Ven.
Puede ser así contigo. Puede ser así conmigo.
Mi salvación procede de mí
Por Allen Watson
Este artículo, basado en la lección 70 del Libro de Ejercicios para estudiantes, está tomado de
las series en difusión de los comentarios diarios que Allen ha escrito para las lecciones del Libro de
Ejercicios.
El mensaje de esta lección es en verdad una de las enseñanzas centrales del Curso. La culpa y la
salvación están en mi propia mente y en ningún otro lado. "...la culpabilidad es sólo una invención
de tu mente..." (1:5).
Es extremadamente tentador trasladar la culpa de mis problemas a algún lugar afuera de mí.
Yo instintivamente rehuyo asumir la responsabilidad por cualquiera de mis problemas, y la idea
que todos ellos están en mi mente y en ningún otro lado, parece devastadora. Sin embargo,
consideremos las consecuencias de la alternativa vista: que la fuente de todos mis problemas y la
fuente de toda culpa se encuentra fuera de mí. Si este fuera el caso, yo soy la víctima sin remedio
www.bibliotecaespiritual.com
de estas fuerzas exteriores. No puedo hacer nada respecto de ellas excepto vociferar y rabiar,
arrojando improperios de culpa y pidiéndoles misericordia a poderes insensibles.
Sin embargo, si el problema se encuentra únicamente en mi propia mente, entonces soy capaz
de hacer algo al respecto. En realidad, solamente yo puedo hacer algo acerca de ellos, y nada
externo a mí puede evitar que lo haga. "No hay nada externo a mí que me pueda detener" (10:7).
Estoy en control total; mi salvación procede de mí y sólo de mí. No dependo de nada externo a mí,
y por lo tanto ya soy libre.
El "costo" de reconocer que mi salvación procede de mí y de ningún otro lado es que yo tengo
que renunciar a cualquier idea acerca de que la "caballería" va a aparecer para rescatarme. Nada
externo a ti puede salvarte ni nada externo a ti puede brindarte paz" (2:1). Nada ni nadie puede
hacerlo por mí. Depende de mí. Mi enamorado no va a hacerlo por mí. Mi riqueza o posición no va
a hacerlo por mí. Mi analista no va a hacerlo por mí, ni tampoco mi gurú. Ni siquiera Jesús lo va a
hacer por mí. El Curso no lo va a hacer por mí. Cualquiera de ellos, o todos, me van a apoyar,
ayudar, estimular; sin embargo, al final, mi salvación procederá de mí mismo, de lo que elija mi
propia mente. "La idea de hoy te pone a cargo del universo, donde te corresponde estar por razón
de lo que eres" (2:3). Impresionante y un poco aterrador. No quiero creer que yo tengo tanto
poder, pero para empezar el no creerlo es lo que me causó este lío. Allí se origina mi enfermedad.
¡Buenas noticias! Dios quiere que estemos sanos y felices; y nosotros también. Por lo tanto,
nuestra voluntad es una con la de Dios. Hemos estado eligiendo esta enfermedad pero en realidad
no la queremos, porque nos hace infelices. Por ende, podemos estar de acuerdo con Dios y volver
a elegir, elegir estar bien en lugar de enfermos.
En este ejercicio, nos imaginamos a nosotros mismos atravesando las nubes nuevamente hacia
la luz. En la lección 69 las nubes representaban nuestros agravios; en la lección 70 ellas
representan las cosas en las que hemos buscado salvación. "No puedes encontrarla (la salvación)
en las nubes que rodean la luz, y es ahí donde la has estado buscando" (8:2). Curiosamente, los
objetos de salvación y los agravios no son en realidad tan diferentes, un agravio contra un
hermano es también una afirmación de que algo en ese hermano me está haciendo infeliz, lo cual
también hace de él una fuente potencial de salvación: si él cambiara, yo sería feliz. Ver la salvación
como externa a mí, o ver un agravio, son ambos medios a través de los cuales cedo mi poder y
niego mi exclusiva responsabilidad por ese universo de mi mente.
En el ejercicio de atravesar las nubes, se nos dice "Si te resulta útil, piensa que te estoy
llevando de la mano, y que te estoy guiando. Y te aseguro que esto no será una vana fantasía"
(9:3). Para algunos de nosotros, será de ayuda imaginarnos que Jesús nos toma de la mano y que
nos guía a través de las nubes. Para otros, la representación será más desconcertante que útil;
quizás, haga falta una sanación en nuestra relación con él antes de que esa imagen nos sea
atractiva . En mi caso encuentro que me es sumamente útil visualizar a alguien que ya ha estado
allí y haya vuelto, y que esté deseoso de guiarme. No puede hacerlo por mí, pero sin duda puede
ayudar.
Algunas veces pienso que Jesús es simplemente la parte de mi mente que ya se ha despertado.
Y que él es parte mía, al igual que lo es de ti, y de todos. Él no es un ser divino impresionante al
cual no puedo esperar parecerme. Él es yo, recordando. Él es yo, despierto. Tomar su mano es
identificarme con el Cristo en mi.
¡Hoy ve en busca de la luz!
www.bibliotecaespiritual.com
Enamorándonos de Todos
por Allen Watson
Cualquiera que haya tenido el placer de enamorarse coincide en que la experiencia es muy
placentera. Sin embargo, desde que soy un estudiante de Un Curso de Milagros, que insiste en que
la relación de amor especial es una de las armas más importantes del ego para excluirnos del
Cielo; me he tornado cauteloso de cualquier cosa que pareciera a enamorarse.
Me quedaba claro que enamorarse no era garantía de una relación exitosa; mi propia experiencia
y la de tantos otros ciertamente dan testimonio de este hecho.
Llegué a ver que enamorarse puede ser una clase de negación. El viejo adagio "el amor es
ciego", explica la habilidad de la persona enamorada para pasar totalmente por alto los defectos
de su amado, en general encegueciéndose tontamente ante defectos obvios en la otra persona
que con el tiempo saldrán a la superficie y contribuirán a la destrucción de la relación.
Cuando estoy enamorado, suelo no estar enamorado de la otra persona tal cual es, sino de la
persona que yo quiero que sea.
Por lo tanto, empecé a sospechar de "ese amoroso sentimiento" en mí mismo y en otros. Era
demasiado propenso a la auto-decepción.
Últimamente, sin embargo, he estado reconsiderando mis opiniones. Al estar trabajando con el
Curso, me encontré experimentado algo muy parecido al enamoramiento que brinda exactamente
la misma experiencia de claridad, apertura de corazón y perfecta confianza en la otra persona,
pero sin la ceguera. Podía ver sus defectos obvios, pero los amaba de todas formas. Los defectos
simplemente no importaban. Lo que es más, estaba experimentando este extraño sentimiento con
más de una persona, de hecho; con muchas personas de ambos sexos. Encontré que estaba
contemplando a alguien y deleitándome nomás en ellos al pensar "Ella es realmente bonita" o "Él
es muy atractivo".
Al experimentar esto con una mujer, mis viejos hábitos mentales me golpeaban diciéndome
"Aja, quizás ella sea la elegida". Luego alguna otra parte racional de mi mente me recordaría
"Allen, es casada", o quizás me diría "Tiene la mitad de tu edad". Luego me encontraba
reflexionando que los sentimientos hacia esta mujer no estaban bien. Y si de un hombre se trataba
tener esos sentimientos, la señal de que “no estaba bien” llegaba mucho más rápido.
Luego, y de algún modo, comencé a darme cuenta de que si lo que yo sentía era amor
genuino, nunca podía ser malo. Empecé a permitir sólo que me sintiera así hacia esa persona sin
agregarle ningún significado particular, como ser "Esto significa que debo convivir con esta
persona" o "Debo pasar más tiempo con esta persona” Daba miedo permanecer en ese estado, y
no "haciendo algo al respecto”. ¡Esto era soberanamente extraño!. ¡Y también era
maravilloso!.
Al continuar estudiando el Curso, llegué a comprender que no hay otro amor excepto el de Dios.
www.bibliotecaespiritual.com
Pude entender cuando nos dice que el Amor de Dios se da a todos por igual. Y comencé a
entender esto, en mis propios términos, de esta manera: se supone que debemos estar
enamorados de todos.
Un día me encontré pensando, "¿Cómo se sentirá ser como Jesús?” Lo más cerca que estuve
de describir esto para mí mismo fue "Si yo fuera Jesús, estaría enamorado de todos todo el
tiempo".
¡Sólo piénsalo! Si alguna vez experimentaste lo que es estar enamorado, imagínate como sería
sentirlo con cada persona que conoces, todos los días.
Ese sentimiento de falta de barreras, de apertura, de ver solamente lo bueno en cada uno, de
tener la sensación de total igualdad, sabiendo que el otro es tan igual a mí, como yo - ese
sentimiento, el cual tratamos tan insanamente de restringir a una sola persona, es el sentimiento
que se supone que debemos tener para cada una de las personas sobre la tierra, cualquiera sea el
grado de relación que tengamos con ellos. No tiene nada que ver con ningún tipo de forma, es una
actitud del corazón. Y esa actitud no puede restringirse a una sola persona; matamos ese
sentimiento al tratar de hacerlo, al tratar de hacerlo especial. Su naturaleza es universal, no
especial, y el especialismo lo mata. Fuimos hemos para relacionarnos con cada persona sobre la
tierra como parte de nosotros mismos, como parte de un Ser muy grande que incluye a todos los
miles de millones que ahora están sobre la tierra, aquellos que ya han venido y aquellos que aun
han de venir.
Imagínate estar enamorado de todos por igual. ¡Wow! Esto sería parecido a vivir en el mundo
real. No se ve nada literalmente nada excepto amor real en todos, ni experimentas ninguna
reacción excepto amor dentro de ti mismo. De esto se trata ser un Maestro de Dios. De esto se
trata saber que tu función es darte a ti mismo, y que todo lo que das lo estás recibiendo.
Piensa cuánto placer te ha dado estar con "esa persona especial" de la que te enamoraste, e
imagínate disfrutando con todos de la misma manera. Estarías constantemente rodeado de amor,
consciente de la belleza interior de la gente todo el tiempo, sintiéndote seguro y totalmente en
paz ante su presencia, sabiendo que no tienes nada que temer de ellos porque son amor al igual
que tú.
Como estudiante de Un Curso de Milagros, ¿no te suena familiar todo esto? ¿No suena
parecido a lo que el Curso llama "viviendo en el mundo real"
He comenzado a percatarme de que el mayor problema que experimentamos con
enamorarnos, es que pensamos inmediatamente que es algo especial. Sólo sucede con esta única
persona, y nos hace singulares; tengo que alejar a esta persona inmediatamente de todos los
demás, vulgarmente copar la parada, para asegurarme que no le da a nadie más su amor, sólo a
mí. Hacerlo especial es lo que causa todos los problemas. El punto central del Curso no es que
"enamorarse" sea malo, sino que no es especial. Así debería ser con todos, todo el tiempo.
A medida que comencé a permitirme enamorarme con más y más gente, mi vida ha
comenzado a sentirse muy rica y plena. En vez de sentirme insatisfecho porque la persona de la
que me he enamorado no está disponible para una relación especial conmigo, sólo estoy
disfrutando de mi relación de amor con esa persona cualquiera sea la forma que tome. Y tengo
más de una relación de amor, sin ningún sentimiento de culpa agregado al hecho de que estoy
compartiendo mi amor con muchas personas.
www.bibliotecaespiritual.com
A veces, es todavía un poco alarmante, debo admitir. Siento que si no voy por ahí buscando
esa persona especial, sino que acepto las relaciones en cualquier nivel que estén sucediendo, con
cualquier grado de compromiso que sea apropiado, que quizás no vaya a encontrar a esa persona
especial. Por otro lado, hay una parte de mí que ya no le importa mucho si encuentro o no a "la
elegida", porque siempre puedo tener a "los elegidos". El Curso sirve como un recordatorio
constante de que mi salvación ya no depende de encontrar al elegido y que en realidad nunca
dependio de ello.
Existe tal libertad en permitirme a mí mismo estar enamorado de cualquiera que yo quiera, sin
ninguna restricción artificial - en realidad, sin ninguna restricción - que yo me pregunto por qué
alguna
vez
pensé
que
tenía
que
controlar mi amor. Estoy descubriendo estas cosas acerca de mi Ser. Estoy descubriendo que
tengo una ilimitada capacidad de amar. Estoy descubriendo que me siento mucho más íntegro,
mucho más parecido a mí mismo, y de alguna manera eso convalida lo que el Curso enseña
cuando dice "Enseña sólo amor, pues eso es lo que eres". Estoy descubriendo que amar es lo
mismo que ser feliz. (El amor no me hace feliz, el amor es la elección de ser feliz con alguien).
Para mí, el camino espiritual se está convirtiendo en la forma en la que aprendo a enamorarme
de todos, de enamorarme de todo el mundo.
Consejos sobre la práctica
Lectura en voz alta y Oraciones ampliadas
Por Allen Watson
Lectura en voz alta
Una técnica de práctica que encuentro muy simple y efectiva de vez en cuando, es leer la
lección en voz alta. Es difícil de explicar qué es lo que hace que sea diferente de la simple lectura
silenciosa, pero definitivamente es distinta. Hace unos pocos días, estaba haciendo el repaso
nocturno de la lección diaria con una amiga, y lo hizo en voz alta; después de esto, ella comentó
que el simple hecho de la lectura en voz alta había hecho que la lección fuera mucho más
significativa que al leerla por la mañana.
Quizás, lo que la hace diferente es que, con el objeto de leer con adecuada expresión; se
requiere que la mente se serene un poco y preste más atención a lo que se está diciendo. Al leer
en voz alta, podemos notar distintos matices de significación y conexiones entre las oraciones que
podrían pasar desapercibidos durante una lectura silenciosa. Dado que he leído las lecciones del
Libro de Ejercicios cientos de veces en voz alta para los grupos de estudio y para los talleres,
puedo asegurar que con frecuencia sucede que mientras leo, comprendo mejor la lección, y
muchas veces me moviliza emocionalmente de una forma que no logra la lectura silenciosa.
Quizás, la lectura en voz alta le da vida a la lección ya que, al darle voz a las palabras de la
lección, tratamos de leer con sentimiento. Para poder leer con sentimiento, en realidad tienes que
www.bibliotecaespiritual.com
comprometerte con tus sentimientos, lo cual es algo muy fácil de pasar por alto al leer
silenciosamente.
Una variación en la lectura en voz alta, es leer la misma oración varias veces con diferentes
énfasis, presentando distintos tintes en el significado cada vez. Por ejemplo, existe una pequeña
diferencia en el significado de la oración “Yo soy tal cual Dios me creó” si la leemos con el énfasis
puesto en diferentes palabras. Tratemos de leer lo siguiente, con énfasis en la palabra escrita en
negritas.
Yo soy tal cual Dios me creó.
Yo soy tal cual Dios me creó.
Yo soy tal cual Dios me creó.
Yo soy tal cual Dios me creó.
Resulta muy beneficioso hacer esto con el pensamiento principal de cada lección, nos ayuda a
fijar el pensamiento del día en nuestra mente, resultando más fácil recordarlo durante el día.
Plegarias Expandidas
Otra variación de la lectura en voz alta es la de transformar lo que estás leyendo en una
plegaria hablada. Esto es particularmente aplicable a las 140 lecciones de la segunda parte del
Libro de Ejercicios, dado que cada lección ya contiene una plegaria. En lugar de leer la plegaria en
voz alta, ora la plegaria. Tómate una par de segundos para recordar que en realidad te estás
dirigiendo a Dios, a través del Espíritu Santo. Estas son plegarias que Dios nos ha entregado para
orar.
Parece muy sutil la diferencia mental entre la simple lectura de la plegaria en voz alta, y leerla
como una plegaria, pero esa pequeña diferencia mental significa una gran diferencia en el
impacto que la lectura tiene en tu mente. Tomemos la plegaria de la lección 252 por ejemplo, la
cual es muy corta. La primera línea es “Padre, Tú conoces mi verdadera Identidad”. Trata de decir
esa línea en voz alta mientras retienes el pensamiento de que le estás hablando a Dios; hay
muchísima diferencia en cómo esa línea te afecta. Cuando lo hago, lo primero que noto es un
sentimiento de profunda gratitud y agradecimiento que crece dentro de mí. Nos da tanta
seguridad, tanta certeza, saber que hay algo que Dios sabe.
www.bibliotecaespiritual.com
La siguiente línea es “Revélamela ahora a mí que soy Tu Hijo” (L-pII.252.2:2). Al rezar esa
frase, me hago consciente de lo que en realidad estoy pidiendo. Me pongo en contacto con un
anhelo en mi interior de conocer mi verdadera Identidad como Hijo de Dios.
Se puede ampliar aún más la lectura de las plegarias como plegarias. Podemos tomar las
palabras escritas como punto de partida, y utilizarlas para desarrollar nuevas palabras de oración
que sean más personales, o más específicas para las propias necesidades y entendimiento,
agregándole pensamientos que recordemos de otras partes del Curso, o simplemente desde la
propia mente, guiada por el Espíritu Santo.
Por ejemplo, esa palabra “Revélamela”. Podríamos usar algunos de los pensamientos del
primer párrafo de la lección para hacer la plegaria más específica, por ejemplo:
“Padre, revélame la santidad del Ser que soy; déjame atisbar una más completa visión de
esa santidad. Ayúdame a ver más allá de las concepciones limitadas de santidad que tengo
ahora. Revélame la brillante y perfecta pureza que mi Ser posee. Revélame el ilimitado amor de
mi Ser; déjame ver ese amor que sostiene todas las cosas en Él. Padre, quiero conocer la calma
que da la serena certeza de este amor. Quiero conocer su fortaleza. Abro mi corazón y mi mente
a Ti, Padre. Revélamela ahora”.
En realidad, no hace falta limitar esta técnica de transformar las palabras del Curso en
plegarias a las plegarias del Libro de Ejercicios. Se puede aplicar a cualquier parte del Curso. Las
palabras del Texto pueden transformarse en plegarias muy fácilmente. Como ejemplo, podríamos
leer la línea: “Si recorres el camino de la bondad, no tendrás miedo del mal ni de las sombras de
la noche” (T-27 I 1:3) y transformarla en una plegaria:
“Padre, deseo caminar con bondad. Espíritu Santo, sé mi Guía; enséñame el camino de la
bondad en esta situación (quizás nombrando una situación específica en la que te encuentras).
Ayúdame a caminar sin temor a la maldad o a las sombras de la noche”
El simplemente leer en voz alta, agregará nuevas capas de significado a lo que lees.
Transformar las palabras en plegarias, las personaliza, y las aplica a los sucesos de tu vida. Sólo al
utilizarla la técnica de transformar las palabras del Curso en plegarias, puedes transformar cada
parte del Curso en una fuente de práctica espiritual. Estas técnicas pueden parecer muy simples,
sin embargo son poderosas. Sólo al utilizarlas te darás cuenta cuán poderosas pueden ser;
entonces, ¿porqué no lo intentas? Además, avísanos cómo funcionan para ti.
www.bibliotecaespiritual.com
¿Cuál es la visión del Curso acerca del sexo?
por Greg Mackie
Respuesta corta: Como toda otra forma en el mundo, el sexo lo fabricó el ego con el propósito
de mantener la separación, pero también puede usarlo el Espíritu Santo con el propósito de
comunicar la unión. Lo que el sexo sea para nosotros depende del propósito que le demos.
•••
El Curso dice muy poco acerca del sexo en sí, pero sí dice mucho acerca del cuerpo y del modo
que lo usamos. El sexo, por supuesto es un fenómeno centrado en el cuerpo. Por lo tanto, en la
siguiente contestación (que expande la respuesta corta más arriba), tomaré lo que el Curso dice en
forma más general acerca del cuerpo, y lo aplicaré al tema específico del sexo. Comenzaré con las
"malas noticias" acerca del sexo (esto se pone bastante pesado, pero no abandonen), y luego
pasaremos a las buenas noticias. Finalmente, compartiré algunos de mis propios pensamientos
acerca de cómo manejar nuestra sexualidad desde la perspectiva del Curso.
Pero antes de entrar en las "malas" noticias, quiero subrayar que ellas son sólo la mitad de la
historia -- la mitad que le corresponde al ego. El Curso no está en contra del sexo, sino en contra
del uso que el ego hace del sexo. El sexo, como el cuerpo, no es ni bueno ni malo; no es nada, es
neutro en sí. En las manos del ego, el sexo es una decepción no santa empecinada en
mantenernos separados: pero en las manos del Espíritu Santo, el sexo es una expresión santa de
unión. Mantengamos esto en mente a medida que descendemos ahora a la oscuridad del uso que
hace el ego del sexo.
El ego fabricó al sexo con el propósito de mantener la separación.
Esta es una idea que sobresalta, ya que tendemos a asociar al sexo con la unión, pero el Curso
nos dice que el cuerpo "es a todas luces un mecanismo de separación" (T-6.V[4]2:3) hecho por el
ego. Si esto es así, entonces todo lo que esté asociado con el cuerpo, incluyendo el sexo, es un
mecanismo de separación, por lo menos mientras continuemos identificándonos con el ego. Las
siguientes son algunas de las formas en que el ego usa el cuerpo (y a las relaciones especiales
enraizadas en el cuerpo) para mantener la separación.
Los deseos físicos, incluyendo el deseo sexual, surgen de la necesidad del ego de confirmar su
realidad. Los impulsos físicos son impulsos milagrosos distorsionados por el ego.
El Curso nos dice que todos los apetitos corporales, incluyendo el deseo sexual, vienen no sólo
del cuerpo, sino más bien del ego:
Los apetitos son mecanismos para "obtener" que representan la necesidad del ego de
ratificarse a sí mismo. Esto es cierto tanto en el caso de los apetitos corporales como en el de las
llamadas "necesidades más elevadas del ego". El origen de los apetitos corporales no es físico. El
ego considera al cuerpo como su hogar, y trata de satisfacerse a sí mismo a través de él. (T4.11.7:5-8)
¡Qué idea endiablada! Es un dato conocido que los apetitos corporales como el deseo sexual
son impulsados por instintos corporales profundos (por ejemplo, el impulso de procreación) y que
www.bibliotecaespiritual.com
nos sucede a pesar de nuestra voluntad. Pero según el Curso, los apetitos corporales son la
expresión de una decisión hecha por la mente, una decisión de identificarse con el ego y reforzar la
realidad del ego. Es cierto que no nos damos cuenta de esta decisión, no obstante es una decisión.
Nuestra decisión de experimentar el deseo sexual es la decisión de creer que somos seres
limitados, carentes, que debemos buscar fuera de nosotros mismos, a través de fantasías sexuales
o encuentros sexuales con otras personas, para completar nuestra carencia. Por lo tanto, esta
decisión refuerza la creencia que estamos separados.
Pero los impulsos físicos son más que simplemente de origen no físico. El Curso también nos
dice que en realidad son impulsos milagrosos encubiertos:
Tus percepciones distorsionadas producen una densa envoltura alrededor de los impulsos
milagrosos, dificultándoles el que lleguen a tu conciencia. La confusión de los impulsos milagrosos
con los impulsos físicos es una de las distorsiones básicas de la percepción Los impulsos físicos son
impulsos milagrosos mal canalizados. Todo placer real procede de hacer la Voluntad de Dios. (T-1VII.1:1-4)
En el dictado original a Helen Schucman, en realidad las palabras "impulsos físicos" aparecen
como "impulsos sexuales" (ver Ausencia de Felicidad, libro no traducido al castellano), y la cita
trata las fantasías personales de Helen. La idea aquí es que todos tenemos impulsos milagrosos en
lo profundo de nuestras mentes, impulsos que vienen del Espíritu Santo (y Jesús). Cuando esos
impulsos surgen a nuestra conciencia son distorsionadas por el ego, que por supuesto no quiere
saber nada de milagros, y entonces se convierten en impulsos físicos. El verdadero placer de hacer
la Voluntad de Dios se convierte en el seudo placer de la estimulación corporal. De esta manera el
ego toma impulsos milagrosos, que pondrían fin al ego si se expresaran en su forma pura, y los
retuerce hasta convertirlo en un medio para reforzarse a sí mismo y mantener la separación.
Un par de párrafos más adelante (T-1.VII.3), Jesús habla del tema de la fantasía, y dado el
contexto original del dictado, yo creo que las fantasías sexuales eran el blanco aquí. Se nos dice
que "las fantasías son una forma distorsionada de visión" ( T-1.VII.3:1) que es otra forma de decir
que los impulsos físicos (como aquellos asociados con la fantasía sexual) son impulsos milagrosos
distorsionados (que surgen de una visión espiritual). "Las fantasías son un intento de controlar la
realidad de acuerdo con necesidades falsas" (T-1.VII.3:4): en el caso de la fantasía sexual, se
refiere a nuestra falsa necesidad de gratificación física. "Las fantasías son un medio para hacer
asociaciones falsas y tratar de derivar placer de ellas." (T-1.VII.3:6) Esto es exactamente lo que
hacemos en la fantasía sexual: elaboramos escenarios intrincados en nuestras mentes que tienen
poca probabilidad de suceder en nuestras vidas (es decir, hacemos "falsas asociaciones") con el
propósito del placer físico. Al hacerlo, disfrutamos de una actividad solitaria en la cual no existe
ninguna unión real. De este modo rechazamos el milagro, que pondría fin a la necesidad de la
fantasía al mostrarnos "la naturaleza completamente satisfactoria de la realidad" (T-1.VII.3:11): es
decir, la realidad de nuestro Ser no físico, sin ego y de nuestra verdadera unión con otros en ese
Ser. De esta manera el ego toma impulsos milagrosos -- impulsos para extender y unirse con otros
en verdadera visión -- y los convierte en fantasías sexuales como manera de reforzar y mantener la
separación.
Las relaciones especiales, incluyendo las relaciones sexuales, son el sustituto que ofrece el ego
para la verdadera unión, que es la unión de las mentes. Esforzarse por lograr la unión física a
través de las relaciones especiales es el medio que usa el ego para evitar la verdadera unión.
www.bibliotecaespiritual.com
"La relación de amor especial es el regalo más ostentoso del ego" (T-16.V.3:1). Sobre la base de
mi observación del arte del mundo: música, literatura y los medios, yo diría que la forma
romántica de la relación especial de amor es la versión más buscada de ese regalo, es más, el
aspecto sexual de la relación romántica es la joya en la corona de los regalos del ego.
(Extrañamente, el día antes de comenzar este artículo, escuché un aviso por radio de un joyero
local que les exhortaba a los hombres que les den diamantes a sus parejas románticas "para
celebrar el fuego y destello de su relación especial".) La mayoría de nosotros cree que las
relaciones románticas turbulentas con sexo maravilloso nos salvará de las adversidades del
mundo. Ellos son nuestro "refugio en medio de la tormenta de la culpabilidad" (T-16.IV.3.1), "una
unión bendecida en el Cielo" (T-16.V.8:3). Sobre todo vemos a las relaciones románticas y la unión
sexual que las acompaña como la experiencia más profunda de unión con otro ser humano que
ofrece el mundo. Hasta la mayoría de nuestras religiones considera el amor sexual como algo dado
por Dios, cosa santa, o una hermosa expresión de la Naturaleza divina, fortalecedora de la vida:
por lo menos en cuanto lo mantengamos dentro de ciertos parámetros morales.
Pero ¿podemos realmente unirnos unos con otros con la unión de nuestros cuerpos de modo
romántico y sexual? Según el Curso, no podemos. Las relaciones especiales las inventó el ego
como medio de engañarnos para que pensemos que estamos uniéndonos cuando en realidad
estamos cimentando la separación aún más. Son "un tipo de unión en que la unión está excluida,
pues la exclusión es la base de dicho intento de unión" (T-16.V.6:4) Y esto sin duda es aplicable a la
unión sexual, una forma en que intentamos "unir los cuerpos":
Pues [aquellos que tienen miedo de comunicarse verdaderamente] creen que sus mentes son
privadas, o, de lo contrario, las perderían, pero que si son únicamente sus cuerpos los que están
juntos sus mentes siguen siendo suyas. La unión de los cuerpos se convierte, por lo tanto, en la
forma de mantener la separación de las mentes." (T-15.VII.11:5-6)
La verdadera unión ocurre entre mentes, no entre cuerpos. Pero el ego le teme a la verdadera
unión, porque eso significaría el fin de la separación, y por lo tanto el fin del ego. Ya que el ego
necesita nuestra lealtad a fin de sobrevivir, y ya que todos nosotros tenemos un ansia genuina de
unirnos, el ego debe darnos algo que se le parezca, pero que no lo es en realidad. Por lo tanto, nos
ofrece "la unión de cuerpos", que por supuesto es lo que intentamos hacer a través del sexo. El
sexo dirigido por el ego nos hace creer que realmente nos hemos unido con otra persona, pero en
verdad nos mantiene aparte, porque en realidad no incluye la unión de mentes. La unión de
nuestros cuerpos es así la forma del ego de asegurarse que nuestras mentes permanezcan
tranquilamente aparte. Unir nuestros cuerpos mantiene la separación de nuestras mentes.
El sexo promete la unión, pero termina por separar.
Creo que es obvio que la mayoría de nosotros consideramos al sexo como una de las grandes
formas de unión, tal vez la mayor de todas. Prácticamente adoramos el sexo. Se celebra y exalta al
amor romántico, sexual en nuestras canciones, poemas, cuentos, y hasta en nuestra literatura
religiosa (como el Cantar de los Cantares en la Biblia, y el Kama Sutra.) Pero en realidad, los
impulsos sexuales, tal como los fabrica y dirige el ego, son una distorsión del impulso de unión.
Distorsiona los impulsos milagrosos, que son la única forma de verdadera unión. Promete la unión
con otro, pero en realidad termina excluyendo la mente del otro, que es su única realidad.
Resumiendo, mientras el sexo promete la unión, en realidad termina por separar. Confirma que
estamos separados y solos. Y este era el propósito del ego todo el tiempo: mantener la separación.
www.bibliotecaespiritual.com
Estas ideas pueden parecer exageradas, pero creo que podemos ver su verdad en nuestra
propia experiencia, si es que realmente miramos. Hoy la gente es más sexualmente activa que
nunca, y sin embargo también están más solos que nunca. Tal vez estas ideas no sean tan
exageradas después de todo. Tal vez sea cierto que, aunque todos buscamos la unión con Dios y
unos con otros, "la proximidad física no puede proporcionarla." (T-1.11.1:3) Tal vez el sexo, bajo la
dirección del ego, de veras nos hace sentir más separados.
El Espíritu Santo puede usar el sexo con el propósito de comunicar la verdadera
unión.
Es posible que el panorama lúgubre del sexo que se describe arriba nos envíe a todos
disparados hacia el monasterio o al convento. Pero hay una contraparte acerca del sexo: no hay
nada demasiado sucio para el Espíritu Santo. El mismo cuerpo que el ego usa para mantenernos
separados, el Espíritu Santo lo usa como medio de comunicar la verdadera unión:
Recuerda que para el Espíritu Santo el cuerpo es únicamente un medio de comunicación. Al ser
el nexo de comunicación entre Dios y Sus Hijos separados, el Espíritu Santo interpreta todo lo que
has hecho a la luz de lo que Õl es. El ego separa mediante el cuerpo. El Espíritu Santo llega a otros
a través de él. (T-8.VII.2:1-4)
Por lo tanto el sexo y el romance, en manos del Espíritu Santo puede usarse para comunicar
una unión de mentes genuina. Esto es similar a la creencia de muchas religiones que el sexo es
santo cuando se usa en una forma amorosa que está de acuerdo con la Voluntad de Dios, o los
ritmos de la Naturaleza. Pero hay una distorsión: la religión tradicional generalmente ve al sexo
como cosa dada por Dios (o natural) que puede ser corrompido a través de un uso impropio, pero
el Curso ve al sexo como cosa dada por el ego (o antinatural) que puede hacerse santo a través de
un uso correcto.
¿Hay algo en el Curso que específicamente describa el uso que el Espíritu Santo hace del sexo?
Yo no encuentro nada, pero creo que la visión del Curso acerca del uso que hace el Espíritu Santo
del cuerpo puede, por lo general, ser aplicado al sexo. Por ejemplo, he aquí dos citas que se
pueden interpretar como el uso que le da el Espíritu Santo al sexo:
El Amor de Dios, por un breve período de tiempo, todavía tiene que expresarse de un cuerpo a
otro, ya que la visión es aún muy tenue. (T-1.VII.2:3)
Cuando se usa [el cuerpo] con el propósito de unir, se convierte en una hermosa lección de
comunión, que tiene valor hasta que la comunión se consuma. (T-8.VII.3:4)
La idea de que el sexo pueda usarse para comunicar la unión puede parecer una contradicción
a la idea presentada arriba de que el sexo no puede lograr la unión. Yo creo que la resolución está
en el hecho de que el Espíritu Santo usa el cuerpo para comunicar una unión que de verdad ha
sucedido mente-a-mente, mientras que el ego antes que nada usa el cuerpo para evitar que
suceda la unión mente-a-mente. El ego trata de convencernos que podemos usar el sexo para
lograr la unión; el Espíritu Santo usa el sexo para celebrar la unión. El ego considera a los cuerpos
como medios de separar las mentes, pero Jesús nos dice que el Espíritu Santo considera a los
cuerpos "únicamente medios para unir mentes, y para unirlas con la tuya y con la mía" (T8.VII.2:5). Así el sexo puede evitar la unión o facilitar la unión, dependiendo de quién (o Quién) lo
está usando.
www.bibliotecaespiritual.com
¿Cómo, entonces, debemos lidiar con nuestros deseos sexuales?
Esta es la pregunta que todos nosotros queremos que se conteste, ¿no es así? En pocas
palabras, mi respuesta es que no debemos tratar de suprimir deseos sexuales ni sentirnos
culpables de ellos pero sí debemos ser tan honestos como podamos acerca del propósito que
tienen. Debemos tratar (a través de la práctica del Curso) de darle la espalda a los usos que el ego
da a los impulsos sexuales, y en su lugar permitir que el Espíritu Santo los use. Como dice el Curso
"el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas." (T17.IV.2:3) Podemos permitirle redirigir nuestros impulsos sexuales y transformarlos otra vez en
impulsos milagrosos.
Las siguientes son algunas de mis observaciones personales acerca del sexo desde la
perspectiva del Curso:
Dado que el Curso no le parece nada bien el impulso sexual (por lo menos cuando ese impulso
está dirigido por el ego), ¿deberemos practicar el celibato? En sí, el Curso no nos conmina a
comportamientos específicos acerca del sexo, de modo que creo que nuestras elecciones sexuales
conciernen sólo a uno mismo y al Espíritu Santo. Estoy seguro que hay gente (como monjes y
monjas) que han sido verdaderamente llamados a practicar el celibato, y por supuesto deben
honrar su vocación. Pero yo sospecho que el resto, tal vez la mayoría, no ha sido llamado a hacer
esto. Para la mayoría, el camino se compondrá de la transformación de nuestra expresión sexual
en una expresión más amorosa, más que en su eliminación por completo.
Si no optamos por el celibato, ¿por lo menos debemos adoptar normas de comportamiento
acerca del sexo? Nuevamente, el Curso en sí no habla de ellos. Pero no creo que eso signifique que
se nos prohíba adoptar tales normas por nosotros mismos si resultan de ayuda. Personalmente
creo que adoptar normas de comportamiento sexuales, y enseñárselas a nuestros hijos, es sabio y
probablemente necesario, dada la naturaleza volátil e impulsiva de la sexualidad, y las
consecuencias trágicas (embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, etc.) que
son el resultado de comportamientos sexuales irrestrictos. Aprender a escuchar al Espíritu Santo
lleva práctica, disciplina mental, y cierto nivel de madurez; muchos de nosotros, especialmente la
gente más joven, todavía no hemos desarrollado la habilidad de escucharlo claramente y, mientras
esto sea así, la mayoría de nuestras respuestas sexuales provendrán del ego. La adopción de
normas de comportamiento sexuales nos pueden proteger de las consecuencias negativas de la
sexualidad impulsada por el ego a medida que trabajamos en la sanación de nuestras mentes.
Adoptar tales normas estaría en línea con el Curso siempre que no los usemos como sustituto para
la curación de la mente, que según nos dice el Curso es la única manera de lograr la salvación.
Sinceramente, yo mismo soy medianamente tradicional en mi visión de las costumbres
sexuales (aunque ratificar las relaciones homosexuales como lo hago, tal vez no sea demasiado
tradicional). Personalmente creo en la abstinencia para adolescentes, y que los adultos limiten
(voluntariamente, no por ley) sus relaciones sexuales a uniones serias, comprometidas. Hablo sólo
por mí y no para el Curso, pero es mi opinión que la práctica de la autodisciplina sexual es, lejos, lo
más amoroso. Cuanto más nuestro comportamiento sexual sea expresión de verdadero amor por
otra persona en vez de simplemente un ejercicio de gratificación corporal, tanto más reflejará el
propósito que le da el Espíritu Santo al sexo.
Dicho esto, creo que también debiéramos reconocer que el deseo sexual está muy
profundamente enraizado, y que no será transformada por el Espíritu Santo de la noche a la
www.bibliotecaespiritual.com
mañana. La gran mayoría de nosotros probablemente continuará siendo impulsada por nuestros
deseos sexuales del ego durante bastante tiempo; debido a esto, creo que mientras debamos
practicar autodisciplina, también debiéramos tenernos compasión. La mayoría, aunque no seamos
promiscuos, continuaremos dando rienda suelta a fantasías sexuales y buscaremos gratificarnos a
través de ellas en alguna medida. Y si elegimos hacer esto a veces, yo creo que lo peor que
podemos hacer es hacer de ello un gran tema y atormentarnos con la culpa. En esas ocasiones
cuando doy rienda suelta a deseos sexuales del ego, me es de ayuda simplemente recordar que
aquí no está en juego la salvación. Trato de darle al deseo sexual el mismo tratamiento que el
Curso quisiera que le diéramos a la medicina física: recuerdo que la salvación no está en ello, pero
que no es pecado hacer uso de él si no estoy listo para trascenderlo. La liberación sexual ocasional
no necesita ser distinta de tomar una píldora, un útil recurso temporario a medida que trabajamos
en la sanación de nuestra mente. Simplemente reconocer que el sexo no es la salvación es un paso
positivo hacia la sanación de nuestra mente.
Creo que es honesto y sano reconocer que seguramente vamos a estar lidiando con deseos
sexuales basados en el ego por mucho tiempo. Aunque nuestras mentes comiencen a sanar,
nuestra expresión sexual seguramente será una mezcla de Espíritu Santo y ego. Necesitamos que
eso se acepte, aún cuando trabajemos para cambiarlo. Sobre todo, no deberemos permitirnos
sentir culpa, ya que la culpa claro está, sólo refuerza al ego.
Conclusión
Finalmente, creo que siempre deberemos recordar que nuestro único deseo real es Dios.
Nuestros deseos sexuales son sólo un tenue reflejo del ardiente deseo que tenemos por nuestro
Padre. Nuestros deseos sexuales, dirigidos por el ego, nos tironea en dirección contraria de
nuestro verdadero Amor. Hagamos entonces lo que podamos para darle la espalda a los "regalos"
ajados del ego y busquemos nuestro verdadero Amor, Quien es el único que satisfará nuestros
anhelos más profundos:
¿Qué puedo buscar, Padre, sino Tu Amor? Tal vez crea que lo que busco es otra cosa; algo a lo
que le he dado muchos nombres. Mas lo único que busco, o jamás busqué, es Tu Amor. Pues no hay
nada más que jamás quisiera realmente encontrar. Quiero recordarte. ¿Qué otra cosa podría
desear sino la verdad acerca de mí mismo? (L-pII.231.1:1-6)
•••
Transformando nuestros deseos sexuales: Un ejercicio
He aquí un ejercicio específico que uso algunas veces cuando me enfrento con el deseo sexual.
Primero, me pregunto, "'¿Para qué es?'" (T-17.VI.2:1) ¿Cuál es el propósito de este deseo. Qué
voz promueve este sentimiento en mí?" Si siento que es el Espíritu Santo que lo promueve, como
podría ser el caso, especialmente en el contexto de mi matrimonio, sigo adelante y lo expreso de
alguna forma que sea consistente con mi compromiso con mis votos matrimoniales. (Para aquellos
que no estén en relaciones comprometidas, esto se traduce expresándolo en alguna forma que
sea consistente con su propia ética sexual, una forma guiada por el Espíritu Santo.)
Si siento que es del ego, sigo con el segundo paso. Pregunto, "¿Cuál es el impulso milagroso
que se esconde tras este impulso sexual?" Recuerdo que "Todo placer real procede de hacer la
www.bibliotecaespiritual.com
Voluntad de Dios". (T-1.VII.1:4) Trato de encontrar el impulso milagroso y lo expreso en vez del
impulso sexual. En términos de la vida diaria significa que, por ejemplo, si me fijo en una mujer
atractiva, tal vez le envíe una bendición silenciosa o seré cortés con ella de alguna forma, en vez
de jugar mentalmente con fantasías sexuales con ella. Encuentro que esto es poderoso y efectivo,
porque en vez de tratar de suprimir mi deseo, que nunca funciona, lo desvío buscando el deseo
puro inspirado por el Espíritu Santo que lo subyace. Aunque no siempre tengo éxito haciendo esto,
he tenido suficiente éxito como para saber que los deseos sexuales sí pueden transformarse en
milagros, y que cuando eso sucede, me siento mucho más feliz que si le hubiera hecho caso al
deseo sexual.
Yo recomiendo esta práctica. Ha funcionado de maravillas para mí, y otros que lo han probado
han tenido resultados positivos también. ¿Por qué no lo pruebas la próxima vez que estés lidiando
con deseos sexuales?
La Piedra Removida de la Entrada de al Tumba de Jesús
by Greg Mackie
¿Cómo Interpreta El Curso La Imagen Bíblica De La Piedra Removida
De La Entrada De La Tumba De Jesús?
Respuesta
Respuesta corta: En el material del Curso, la imagen bíblica de "quitar la piedra" representa el
deshacimiento de los obstáculos ilusorios que parecen estar entre nosotros y Dios. Deshacemos
estos obstáculos aparentes reconociéndolos como ilusiones. "Quitando" las piedras "ilusorias" que
parecen encerrarnos en la oscura tumba del mundo, revela la vida eterna y el Amor de Dios que
yace más allá de las ilusiones.
El formato de esta Pregunta y Respuesta, va a ser un poco distinto del usual. En lugar de ir línea
a línea analizando mi "respuesta corta", voy a presentar en primer lugar la imagen Bíblica de
"quitando la piedra", luego abordaré los dos pasajes dentro del material del Curso que utilizan
esta imagen, presentaré un ejercicio de visualización con el objeto de darle vida a esta imagen, y
por último reuniré todas estas cosas en una breve conclusión.
La Imagen Bíblica De "Quitar La Piedra"
Esta imagen es familiar para cualquiera que alguna vez haya leído los Evangelios o haya ido a
misa para Pascuas. Sin embargo, no quiero suponer que todos están familiarizados, así es que me
gustaría comenzar dando una breve explicación de su origen. Esta imagen deviene del relato de la
tumba vacía de Jesús, que aparece en los cuatro evangelios (Mateos 28:1-8; Marcos 16:1-8; Lucas
24:1-9; Juan 20:1-10). Aunque los detalles varían según el evangelio, la historia básicamente es la
siguiente:
www.bibliotecaespiritual.com
Después de que Jesús murió en la cruz, su cuerpo fue bajado y entregado a José de Arimatea,
quien lo envolvió en un manto y lo colocó en un sepulcro que había hecho cavar en una roca. Hizo
rodar una piedra grande a la puerta del sepulcro para sellarlo. Pero cuando algunas mujeres fieles
visitaron la tumba el domingo por la mañana, (que ahora llamamos Domingo de Pascua), ellas
descubrieron, para su sorpresa que la piedra grande se había quitado y que la tumba estaba vacía.
Luego supieron a través de mensajeros celestiales que Jesús había resucitado y que pronto
aparecería ante sus discípulos, tal como él lo había prometido.
Los estudiantes modernos de la vida de Jesús, están algo inseguros acerca de la exactitud
histórica de este relato, pero en todo caso, esta es la historia básica de la imagen de "la piedra que
fue movida". Volvamos ahora a la pregunta inicial de cómo Jesús interpreta esas imágenes en el
Curso.
”Hacer mover la piedra” significa deshacer el obstáculo ilusorio del cuerpo, de forma tal que
aquello que se encuentra más allá del cuerpo se revele.
Sé de dos referencias en el Curso que se corresponden con la imagen de "la piedra movida". La
primera sobre la que hablaré es en realidad la segunda en orden cronológico; proviene de la guía
personal que Jesús le entregó a Helen después que el Curso fue publicado. Según Ken Wapnick
relata, él y Helen estaban intercambiando opiniones sobre si Jesús había resucitado físicamente o
no. En un momento dado, Ken le sugirió a Helen que le pidiera a Jesús una respuesta, así que ella
preguntó "¿Existió una resurrección física?" Y ésta es parte de la respuesta que Él le dio:
"Mi cuerpo desapareció porque no tenía ilusiones sobre él. La última ilusión ya se había ido.
Yacía en la tumba, pero no quedaba nada que enterrar. No se desintegró ya que lo irreal no puede
morir. Simplemente se transformó en lo que siempre fue. Y esto es lo que significa "rodar la
piedra". El cuerpo desaparece, y deja de ocultar lo que se extiende más allá de él. Meramente deja
de interferir con la visión. Hacer rodar la piedra significa ver más allá de la tumba, más allá de la
muerte y comprender la nadería del cuerpo. Aquello que se entiende como nada debe
desaparecer" (Ausencia de felicidad, 398-399)
Creo que lo que significa "rodar una piedra" en este contexto es bastante claro. Aquí, la
"piedra" es el cuerpo (y la muerte, simbolizada por el cuerpo; más adelante en este pasaje, la
piedra es llamada la "piedra de la muerte"). Mientras sigamos creyendo en la realidad del cuerpo,
será un obstáculo para la visión espiritual. Pero podemos cambiar esa creencia, al igual que lo hizo
Jesús totalmente en los últimos momentos de su vida.
"Haciendo rodar la piedra" entonces, significa deshacer los obstáculos del cuerpo
reconociendo que es una ilusión absoluta. Una vez que esto se logra, la visión espiritual revela
aquello que se extiende más allá del cuerpo: realidad, espíritu, vida eterna, las puertas del Cielo,
Dios.
(A propósito, Jesús prosiguió hablando más específicamente sobre la pregunta de Helen acerca
de que si él resucitó físicamente o no. Básicamente su repuesta fue sí: Después que dejó ir a su
cuerpo en la manera descripta más arriba, él manifestó otro cuerpo humano para aparecérsele a
sus discípulos)
"Hacer rodar la piedra" significa entonces deshacer el obstáculo ilusorio de la creencia de que
nosotros no podemos llegar a nuestro hogar en Dios, por lo tanto aquello que está más allá de esa
creencia se revela.
www.bibliotecaespiritual.com
La segunda referencia a esta imagen se encuentra en el Curso mismo, en el Epílogo de la
Clarificación de Términos. En este Epílogo, Jesús nos entrega algunas estimulantes palabras finales
al terminar el Curso. En particular, él alude a un tema con el cual luchamos, creo yo, todos
aquellos que nos encontramos en un camino espiritual: nuestras dudas acerca de si alguna vez
encontraremos nuestro camino a casa en Dios, y nuestra desesperanza ante esas dudas. ¿Qué
deberíamos hacer cuando estamos empantanados en la duda y en la desesperanza sobre nuestro
viaje espiritual? Aquí está la respuesta de Jesús:
Cuantas veces estemos convencidos de que nunca lo vamos a lograr, deberíamos recordarnos
a nosotros mismos que el resultado es seguro, porque es la Voluntad de Dios que así sea y Él está
con nosotros en cada paso del camino. Sin embargo, habrá veces en las que nos descorazonemos
con ilusiones de desesperanza, y estas ilusiones son los obstáculos que impedirán nuestro
progreso si no aprendemos cómo hacerlas a un lado. ¿Cómo podemos apartar estas ilusiones de
desesperanza? Para nosotros mismos, sería sumamente difícil si no imposible de hacer, pero
afortunadamente, tenemos ayuda. Dios mismo quiere que nuestras dudas y desesperanzas sean
deshechas, y Jesús, nuestro amoroso hermano mayor nos ayudará a lograrlo: "Sólo con que me
pidas que te ayude a hacer rodar la piedra, ello se hará conforme a Su Voluntad" (C-Ep-2:3)
Al igual que con el pasaje anterior, creo que el significado dado a este pasaje de "hacer rodar la
piedra" es bastante claro. En este pasaje, la "piedra" representa nuestras ilusiones. Creo que se
podría referir a cualquier ilusión que aparentemente nos atrapara en la oscuridad del mundo y
bloqueara nuestro camino a Dios ( al igual que con el cuerpo, como vimos antes), pero en este
pasaje se refiere en particular a la desesperanza ilusoria generada por nuestras dudas sobre si
lograremos volver a Dios por fin. La metáfora de la "piedra" es apropiada, de las dudas y
desesperanzas en el camino, ya que, podrían convertirse en aparentes obstáculos enormes para
encontrar a Dios.
Felizmente, sin embargo, son solamente obstáculos ilusorios, y deshacer los obstáculos
reconociendo su naturaleza ilusoria es lo que "hacer rodar la piedra" significa aquí. Esto es lo que
Jesús, quien dejó ir todas las ilusiones en su vida terrena, puede ayudarnos a ver. De la misma
manera en que él hizo rodar la piedra de la ilusión hace dos mil años, él puede ayudarnos a hacer
lo mismo hoy. Y cuando lo logremos, la realidad del Eterno Amor de Dios se revelará.
Haciendo Rodar La Piedra: Una Visualización
Para conseguir un impacto pleno de esta imagen vívida y estremecedora, sería útil que la
visualizáramos. Vamos a hacerlo ahora.
Imagínate que estás atrapado en una tumba cavada en la roca, completamente sellada, sin
ningún tipo de contacto con nada o nadie. Estás absolutamente solo. Está todo negro, no puedes
ver nada. No puedes oír nada. El aire está frío y enmohecido y un olor a descomposición inunda el
lugar. Te das cuenta de que esta tumba es tu vida: una vida encajonada en un cuerpo separado,
aislado de todos y todo, atormentado con problemas y dolor... (Piensa en algún problema y dolor
específico que estés atravesando ahora) marchando inevitablemente hacia la muerte. Estás
atrapado en la tumba de tu vida, y no parece haber salida. Ahora ves una luz tenue acercándose.
La luz crece al acercarse, hasta que al final puedes reconocer su fuente. Es Jesús, quien trae
consigo un farol. Le preguntas cómo hizo para entrar en esta tumba y porqué vino, pero no te
contesta al principio. Simplemente sonríe y levanta el farol hacia la pared que está enfrente de ti.
A la luz, podes ver la entrada a la tumba de tu vida y que esa entrada esta sellada por una enorme
www.bibliotecaespiritual.com
piedra, de impenetrable granito, la piedra que te ha atrapado en esta tumba oscura y miserable
durante años. Finalmente, Jesús se vuelve a ti y dice: " He venido a ayudarte a hacer rodar la
piedra". Te cuesta creer que sólo ustedes dos puedan mover semejante piedra. Has intentado
escaparte de esta tumba infinidad de veces en el pasado, pero el fracaso fue tan rotundo, que te
rendiste a la desesperanza hace mucho tiempo atrás. Pero ahora lo miras a Jesús a los ojos, notas
su sonrisa y su suave risa y te llenas de nueva esperanza. Lo tomas de la mano, y los dos avanzan
hacia la entrada. Colocan sus manos sobre la piedra y juntos comienzan a empujar. ¡Para sorpresa
tuya, la piedra era tan liviana como una pluma! Los dos hacen rodar la piedra sin ningún esfuerzo,
y lentamente el sello de la tumba se abre. Entra una bocanada de aire fresco, con aroma a flores
de primavera. Hay pájaros cantando, y se escucha una música serenamente hermosa. Un rayo de
luz de sol cálido inunda desde afuera a la tumba, e ilumina todo.
Ahora te paras de la mano de Jesús, en la entrada de la tumba, mirando hacia fuera. Por un
instante te das vuelta y miras hacia atrás, a la tumba, y en la luz te das cuenta que está vacía. La
piedra que la había sellado desapareció. Vuelves a mirar hacia fuera otra vez ni ves nada que no
sea luz, una vasta, ilimitada luz que te envuelve en un cálido resplandor de amor. En esta luz,
sabes que no estás solo; puedes sentir la presencia de amados compañeros que te envuelven con
su esplendor. Te vuelves a Jesús y te dice: "Nuestro Padre y nuestros hermanos y hermanas están
aquí. Es hora de volver a casa". Y así caminan juntos, alejándose de la tumba; Jesús te conduce
hacia la luz del Amor de Dios. Al dar tu primer paso fuera de la tumba, la tumba se desvanece
completamente, y ambos se funden juntos en la amorosa luz del amor de Dios Padre y Su santo
Hijo.
Conclusión
Los dos pasajes que hemos examinado están expresando la misma idea básica, una idea que
encuentro profundamente hermosa y reconfortante. Ambos pasajes entienden que "hacer rodar
la piedra" es deshacer nuestros obstáculos aparentes hacia Dios y que logramos esto
reconociendo su naturaleza ilusoria.
¡Es realmente un alivio que nos digan que esa enorme piedra que parece sellarnos en la oscura
tumba del mundo de la muerte es en realidad nada! Puede ser que no reconozcamos esto ahora,
pero Jesús nos asegura que así lo haremos, y que cuando lo logremos, esa piedra será puesta a
rodar!
Desaparecerá en la nada desde donde provino. Cuando esto suceda, la luz de Dios hará
desaparecer la oscuridad de la tumba, mostrándola vacía, y revelará la vida eterna y el Amor de
Dios que yace más allá. Una vez que esto sea revelado, Jesús nos promete: "Dios mismo vendrá
para llevarnos a casa" (Ausencia De Felicidad, 399)
Comunicación ilimitada
by Greg Mackie
El Curso nos dice que la comunicación debe ser ilimitada. ¿Significa esto que debemos
contarles a todos nuestros pensamientos privados? ¿ Acaso Jesús está hablando aquí de algo
similar a la idea cristiana de la confesión?
www.bibliotecaespiritual.com
Respuesta Corta: No, comunicación ilimitada no significa contarles a todos nuestros
pensamientos privados. “Comunicación ilimitada”, tal como el Curso utiliza esta frase, significa
compartir ilimitadamente mente-a-mente (con Dios y con nuestros hermanos) los pensamientos
inspirados por Dios, los pensamientos que son ilimitados: amor, paz, alegría, etc.
Por lo tanto, el concepto del Curso con respecto a la comunicación ilimitada no tiene nada que
ver con la idea cristiana de confesar nuestros “pecados” entre nosotros o a un sacerdote. Sin
embargo, una confesión, (en el sentido de contar nuestros pensamientos y acciones del ego a otra
persona); puede servir a un propósito sanador provechoso cuando se encuentra verdaderamente
motivado por el amor y guiado por el Espíritu Santo.
¿Qué Es Comunicación?
Toda esta cuestión de comunicación ilimitada y su relación con nuestros pensamientos
privados puede ser terriblemente confusa. Para que quede bien entendida, me gustaría comenzar
con unos pocos principios generales centrados en la idea de “comunicación” del Curso.
En el Cielo, estamos en directa y plena comunicación con Dios y con todos nuestros hermanos.
La verdadera comunicación es un atributo del Cielo. Es compartir el conocimiento mente-amente en forma directa, ilimitada y sin mediación junto con todo aquello inherente a é - amor,
paz, alegría, etc. entre todas las mentes en el Cielo: La Mente de Dios y las mentes que conforman
la Filiación. Las siguientes citas nos dan una semblanza de lo que es la verdadera comunicación en
el Cielo:
El espíritu está en completa y directa comunicación con todos los aspectos de la creación,
debido a que está en completa y directa comunicación con su Creador.
Esta comunicación es la Voluntad de Dios... Dios creó a cada mente comunicándole Su Mente y
estableciéndola así para siempre como un canal para Su Mente y Su Voluntad.
Puesto que sólo los seres que pertenecen a un mismo orden pueden realmente comunicarse,
Sus creaciones se comunican naturalmente con Él y como Él
(T-4 VII 3:4-5,7-8)
La comunicación es perfectamente directa y está perfectamente unificada.
Es completamente libre porque nada discordante puede jamás infiltrarse en ella.
Por eso es por lo que es el Reino de Dios.
Le pertenece a Él y es por lo tanto como Él
(T-7 II 7:7-10)
La separación desbarató esta comunicación. El ego inventó formas terrenas de “comunicación”
con el objeto de mantener la separación.
www.bibliotecaespiritual.com
El Curso nos dice que “la separación no fue una pérdida de perfección, sino una interrupción
de la comunicación” (T-6.IV.12:5). Esta cita nos dice muchísimo acerca de la naturaleza real de la
separación. No fue una separación real de Dios en la cual perdimos nuestra perfección innata. Aún
estamos con Dios y aún somos perfectos, es sólo que esa parte de nuestras mentes dejó de
comunicarse con Él. Esa parte de nuestra mente es, por supuesto, el ego. Desbarató la
comunicación con Dios, y con el objeto de continuar con esa ruptura, inventó sus propias formas
de “comunicación”, formas que en realidad siguen desbaratando la comunicación aunque
aparenten recomponerla: El ego, por lo tanto, está en contra de la comunicación, excepto cuando
se utiliza para establecer separación en vez de para abolirla:
El sistema de comunicación del ego se basa en su propio sistema de pensamiento, al igual que
todo lo demás que él impone.
Su comunicación esta controlada por la necesidad que tiene de protegerse, e interrumpirá la
comunicación siempre que se sienta amenazado.
(T-4.VII.2:2-4)
Entre las formas de “comunicación” que el ego inventó para desbaratar la verdadera
comunicación podemos encontrar al cuerpo y al lenguaje humano:
El cuerpo es un límite que se le impone a la comunicación universal, la cual es un
atributo eterno de la mente (T-18 VI 8:3).
Las palabras fueron hechas por las mentes separadas para mantenerlas en la ilusión
de la separación (M-21 1:7).
Estas formas de “comunicación” entonces, fueron inventadas por el ego para limitar nuestra
comunicación ilimitada con Dios y nuestros hermanos. Cuando son utilizadas por el ego, las formas
terrenas de “comunicación” en realidad conducen a la separación en lugar de la unión.
Dios nos dio al Espíritu Santo como un Vínculo de Comunicación para restaurar una
comunicación parcial entre Él y Sus Hijos. El Espíritu Santo utiliza las cosas que el ego inventó para
desbaratar la comunicación como medio para restaurar la comunicación.
Como respuesta a nuestra ruptura de la comunicación, Dios nos dio al Espíritu Santo, “el
vínculo de comunicación entre Dios el Padre y Sus Hijos separados” (T-6.I.19:1)
El trabajo del Espíritu Santo es mantener abierto el canal de comunicación entre Dios y Sus
Hijos, aún cuando nosotros tratamos de mantenerlo cerrado. Dado que el Espíritu Santo utiliza
todo lo creado por el ego para que le sirva a Su propósito, Él utiliza todos los dispositivos de
separación que el ego inventó para desbaratar la comunicación como un medio para restaurar la
comunicación:
Tú has considerado la separación como un medio de interrumpir la comunicación con tu Padre.
El Espíritu Santo la reinterpreta como un medio para re - establecer lo que nunca se
interrumpió, pero sí se había velado
(T-14 VI 5:1-2)
www.bibliotecaespiritual.com
Por lo tanto, el Espíritu Santo le da al cuerpo y al lenguaje humano el propósito de restaurar la
comunicación:
Recuerda que para el Espíritu Santo el cuerpo es únicamente un medio de
comunicación.
Al ser el nexo de comunicación entre Dios y Sus Hijos separados, el Espíritu Santo
interpreta todo lo que has hecho a la luz delo que Él es.
El ego separa mediante el cuerpo. El Espíritu Santo llega a otros a través de Él. (T8.VII.2:1-3)
Tú que hablas haciendo uso de símbolos turbios y engañosos no entiendes el
lenguaje que has inventado.
No tiene sentido, pues su propósito no es facilitar la comunicación, sino
interrumpirla.
Si el propósito del lenguaje es facilitar la comunicación, ¿cómo puede tener sentido
dicha lengua?
Más incluso este extraño y tergiversado esfuerzo de querer comunicar no
comunicando, contiene suficiente amor como para hacer que tenga sentido si Su
Interprete (el Espíritu Santo) no es su hacedor...
Pon en sus manos lo que quieres comunicar. Él lo interpretará con perfecta claridad
pues Él sabe con Quién estás en perfecta comunicación
(T-14.VI.6:1-4,6-7).
El Espíritu Santo utiliza los dispositivos de la comunicación inventados para la separación para
comunicar los reflejos terrenos del Amor de Dios - perdón, verdadera percepción, sanación, etc para que podamos, un día, ser restaurados en la plena comunicación entre todos y con Dios.
Estrictamente hablando, solamente los pensamientos que vienen de Dios pueden ser
verdaderamente comunicados. Los pensamientos basados en el ego pueden ser “compartidos” en
un sentido, pero esta no es la verdadera comunicación porque conduce a la separación en lugar de
la unión.
Como podemos ver, desde el punto de vista del Curso, la verdadera comunicación es compartir
los pensamientos inspirados en Dios, no la falsa “comunicación” del ego.
Sólo puedes compartir los pensamientos que proceden de Dios, los cuales Él
conserva para ti. (T-5 IV 3:8).
¿Pero acaso no compartimos también nuestros pensamientos basados en el ego? ¡ Somos
expertos, parece, comunicando nuestro temor, ira y ataque a los demás! El Curso se ocupa de esta
objeción directamente en el siguiente pasaje:
www.bibliotecaespiritual.com
Tal vez creas que el miedo - al igual que el amor- se puede comunicar y que, por lo
tanto, se puede compartir.
Sin embargo, esto no es tan real como pueda parecer a primera vista.
Los que comunican miedo están fomentando el ataque, y el ataque siempre
interrumpe la comunicación, haciendo que ésta sea imposible. (T-6.V(A).5:6-8)
Aquí vemos que podemos comunicar pensamientos basados en el ego en un sentido limitado la ultima oración se refiere a “aquellos que comunican temor”. Creo que se refiere a la
comunicación en el sentido ordinario de la palabra: obviamente podemos infundir temor en otra
persona a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones. Pero ésta sería la falsa
“comunicación” del ego, que promueve el ataque y por lo tanto sirve para romper la verdadera
comunicación.
Esta distinción entre comunicación falsa y verdadera, nos permite que tomen sentido citas
como las siguientes:
Incluso la descabellada idea de separación tuvo que compartirse antes de que se
pudiese convertir en la base del mundo que veo (L.pI.54.3:3).
Sí, podemos “compartir” toda clase de pensamientos basados en el ego con otra persona.
Nuestras mentes están unidas:
No existen pensamientos privados.
(L.pI.19.2:3)
Mis pensamientos del ego refuerzan los pensamientos del ego de otras mentes:
Mis pensamientos de separación invocan pensamientos de separación en otros.
(L.pI.54.3:6)
Pero este “compartir” es solamente la falsa “comunicación” del ego, el compartir las ilusiones:
Sin embargo, cuando se compartió esa idea no se compartió nada. (L.pI.54.3:4)
Compartir nada no es el compartir verdadero. El compartir verdadero es compartir nuestros
pensamientos reales, pensamientos inspirados en Dios. Compartir estos pensamientos es
verdadera comunicación, porque conduce a la unión en lugar de la separación.
Comunicación ilimitada no significa contarles a todos nuestros pensamientos privados.
Mantener estos principios generales en mente nos ayuda a que pasajes como éste tomen
sentido:
El cuerpo es el símbolo del ego, tal como el ego es el símbolo de la separación.
Y ambos no son nada más que intentos de entorpecer la comunicación y, por lo
tanto, de imposibilitarla.
www.bibliotecaespiritual.com
Pues la comunicación tiene que ser ilimitada para que tenga significado, ya que si
no tuviese te dejaría insatisfecho.
La comunicación sigue siendo, sin embargo el único medio por el cual puedes
entablar auténticas relaciones, que al haber sido establecidas por Dios, son ilimitadas.
(T-15.IX.2.3-6)
Si no somos conscientes de lo que el Curso quiere decir con “comunicación”, nos resultaría fácil
tomar la declaración “la comunicación debe ser ilimitada” como que debemos decirnos los unos a
los otros todo lo que se nos cruce por la mente. Pero un examen más minucioso revela que éste
no es el caso, especialmente al colocar a éste pasaje en su contexto inmediato. Este pasaje se
encuentra en el contexto de la explicación del instante santo, un instante en el cual, nos dicen, “es
un momento en el que se recibe y da perfecta comunicación” (T-15.IV.6:5); un instante en el cual
dejamos atrás temporalmente nuestro ego y nuestro cuerpo, y entramos en verdadera unión
(“relaciones reales”) con nuestros hermanos y con Dios. Mientras nos identifiquemos con el ego,
nos habremos de resistir fuertemente al instante santo porque el ego (y su instrumento, el
cuerpo) intenta limitar la comunicación. Este intento de limitar la comunicación hace que la
comunicación real sea imposible, y así nos impide experimentar la comunicación ilimitada del
instante santo, que es lo único que puede satisfacernos verdaderamente.
Queda claro entonces que cuando este pasaje habla acerca de la comunicación ilimitada, no
puede estar refiriéndose a la ilimitada divulgación verbal de cada pensamiento que tenemos,
incluyendo todos nuestros pensamientos del ego y del cuerpo. Esto lo sabemos porque nos
acaban de decir que el cuerpo y el ego son intentos para limitar la comunicación y hacerla
imposible. La comunicación ilimitada, es entonces, comunicación que está más allá del cuerpo y
más allá del ego - en otras palabras, comunicación mente a mente de pensamientos inspirados por
Dios, la clase de comunicación dada y recibida en el instante santo, el cual restaura nuestras
relaciones reales entre cada uno de nosotros y con Dios.
Entonces, cuál es la idea del Curso con respecto a que guardar pensamientos privados nos
impide experimentar la comunicación plena, tal cual vemos en el siguiente pasaje:
¿Cómo puedes hacer esto (entrar al instante santo) cuando prefieres abrigar
pensamientos privados y no renunciar a ellos?
La única manera en que podrías hacer esto es negando la perfecta comunicación
que hace que el instante santo sea lo que es.
Crees que puedes abrigar pensamientos que no quieres compartir con nadie, y que
la salvación radica en que te los reserves exclusivamente para ti.
Crees que en los pensamientos privados que únicamente tú conoces puedes
encontrar una manera de quedarte con lo que deseas sólo para ti y de compartir sólo lo
que tú deseas compartir.
Y luego te preguntas cómo es que no estás en completa comunicación con los que
te rodean, o con Dios que os rodea a todos a la vez.
(T-15 IV 7:1-5)
www.bibliotecaespiritual.com
Este pasaje sugiere que el deseo de aferrarnos a los pensamientos privados, nos alejan de
experimentar la “comunicación plena”, lo cual podría conducirnos a pensar que debemos decirle a
todos nuestros pensamientos privados con el objeto de restaurar la comunicación plena. Pero
repito, este no es el caso si lo observamos más detenidamente. En primer lugar, este pasaje, al
igual que el anterior; se encuentra en el contexto de la explicación del instante santo;
específicamente se refiere a los obstáculos que construimos para no permitirnos experimentar el
instante santo. Entonces la “comunicación plena” no se refiere aquí a la apertura verbal, sino a la
“comunicación perfecta” experimentada cuando compartimos el instante santo. En segundo lugar,
el obstáculo apuntado aquí no es la existencia de pensamientos privados per se, sino nuestro
deseo de mantener pensamientos privados nuestra preferencia “ a tener y guardar pensamientos
privados”.
Debido a este deseo, negamos la comunicación real experimentada en el instante santo, y nos
traicionamos a nosotros mismos al creer que podemos tener pensamientos privados. Tratamos de
encontrar la salvación abstrayéndonos dentro de un mundo privado de pensamientos privados, lo
cual es imposible dado que, como ya vimos, “No existen pensamientos privados”. Es este deseo,
en vez de simplemente abstenerse de compartir en forma verbal, lo que nos impide experimentar
la comunicación plena con nuestros hermanos y con Dios.
¿Cómo podemos entonces, resolver este dilema con nuestros deseos de tener pensamientos
privados que nos impiden experimentar la perfecta comunicación del instante santo? El Curso nos
dice cómo hacerlo dos párrafos más adelante y la solución no es la divulgación verbal de nuestros
pensamientos privados:
La condición necesaria para que el Instante Santo tenga lugar no requiere que no
abrigues pensamientos impuros.
Pero sí requiere que no abrigues ninguno que desees conservar.
En tu práctica, por consiguiente, trata solamente de mantenerte alerta contra el
engaño, y no trates de proteger los pensamientos que quieres negarte a compartir.
Deja que la pureza del Espíritu Santo los desvanezca con su fulgor, y concéntrate
sólo en estar listo para la pureza que El te ofrece
(T-15 IV 9:1-2,8-9)
La primera oración nos dice un poco más acerca de la naturaleza de los “pensamientos
privados” a los que se está haciendo referencia en esta sección: ellos son nuestros pensamientos
impuros, nuestros pensamientos del ego. Pero el tener esos pensamientos no son sólo el
problema, sino el deseo de mantenerlos. Por lo tanto, y con el propósito de experimentar el
instante santo, debemos renunciar a nuestros deseos de preservar nuestros propios pensamientos
del ego - debemos dejar de proteger “los pensamientos que quieres negarte a compartir. El resto
del pasaje nos dice cómo, y no es diciendo esos pensamientos a los demás. En lugar de eso,
debemos practicar en la vigilancia de nuestro deseo de proteger nuestros pensamientos impuros,
estar listos para deshacerlos, y dejar que la pureza del Espíritu Santo los desvanezca con su fulgor.
La referencia a la práctica, creo yo, es significativa. Se supone que realmente practiquemos
esto. Y la práctica dada aquí es muy consistente con las prácticas dadas en el Libro de Ejercicios. El
Libro de Ejercicios no nos impulsa a contarles a todos nuestros pensamientos privados. Nunca dice
www.bibliotecaespiritual.com
nada como , “Si estás enojado con tu hermano, comunícale tus sentimientos inmediatamente”. En
lugar de eso, nos dice que hagamos la práctica de permitirle al Espíritu Santo quitar la ira de
nuestras mentes, tal como podemos ver en la instrucción para la práctica de la lección 93:
Si te sientes tentado de enfadarte con alguien, dile silenciosamente: La luz , la dicha
y la paz moran en ti. Tu impecabilidad está garantizada por Dios.
(L.pI.93.11:2-4)
Por lo tanto, yo no creo que el Curso nos esté animando a contarle a la gente todos nuestros
pensamientos privados. Entonces, ¿qué debemos decirle a la gente?
La regla básica del Curso respecto de esto es clara: Deja que el Espíritu Santo te diga qué decir.
“Pon en sus manos lo que quieres comunicar”. Según la cita detallada arriba, Él sabe quién
necesita oír qué. Mientras es cierto que no existen pensamientos privados y así todo lo que
pensamos está siendo recibido por alguien en algún nivel; creo que es igualmente cierto que
existen toda clase de pensamientos que Él no querría que compartiéramos con todos. Existen
muchos casos en que hacer esto simplemente no sería amoroso, y Su único propósito para las
palabras es que comuniquen amor. Por ejemplo, yo no creo que sea probable que Él nos diga que
compartamos con todos los detalle íntimos de nuestra vida sexual. Dudo que Él le diga a un
sacerdote, excepto en las circunstancias más raras, que revele algo que le hayan dicho bajo
secreto de confesión. Él nunca nos diría que ataquemos verbalmente a otros, lo cual simplemente
reforzaría nuestra ira hacia ellos (como dije antes, Él preferiría que hiciéramos práctica basada en
el Curso).
En primera instancia, la insistencia del Curso con los pensamientos privados no es entonces, si
se los contamos o no a alguien o no. El Espíritu Santo nos dirá cuándo es apropiado hacerlo o no.
Sobre lo que sí se preocupa el Curso, es sobre nuestro deseo de aferrarnos a nuestros
pensamientos privados, pensamientos del ego, que nos mantienen encerrados en nuestros
propios mundos separados, pensamientos que desbaratan y limitan la verdadera comunicación.
Debemos renunciar a ese deseo y renunciar a esos pensamientos del ego, de forma tal que la
verdadera comunicación pueda ser restaurada.
¿Y qué hay acerca de la idea cristiana de la confesión? ¿Existe algún propósito positivo en
compartir verbalmente nuestros pensamientos y acciones basadas en el ego con otra persona o un
sacerdote?
Creo que a esta altura está muy claro que cuando Jesús nos habla sobre comunicación
ilimitada, no se está refiriendo a la idea cristiana de la confesión, como vemos ejemplificado en el
consejo del Apóstol Santiago de “confesad los pecados unos a otros para que os curéis” (Santiago
5:16) y el sacramento católico de la confesión a un sacerdote. Comunicación ilimitada significa
compartir el amor ilimitado de Dios, no la confesión de cada pensamiento (“pecaminoso”) basado
en el ego. Como ya he dicho más arriba, el Espíritu Santo te dirá qué decir y a quién. Y del mismo
modo en que Él preferiría que te abstengas de compartir verbalmente ciertas cosas si no son
amorosas, yo creo que Él también te guiará a revelar ciertas otras, incluso pensamientos basados
en el ego, si su propósito es verdaderamente amoroso.
En otras palabras, yo realmente creo que hay veces en que Él quisiera que nos confesáramos
entre nosotros nuestros pensamientos del ego y los actos que deriven de tales pensamientos. Hay
veces en las que hacer esto puede servir a propósitos verdaderamente amorosos. Los siguientes
www.bibliotecaespiritual.com
son ejemplos de situaciones donde yo creo que la confesión de nuestros pensamientos y acciones
del ego pueden ser útiles, si son hechos en armonía con el propósito sanador del Espíritu Santo.
Esta ejemplificación está basada más en mi propia experiencia personal , aunque me baso en el
Curso para apoyar mis comentarios donde pueda:
Confesarle A Una Persona Los Pensamientos Negativos Que Tenemos Sobre Ella
Este hecho debe ser tomado cuidadosamente, porque como he dicho antes; yo no creo que el
Espíritu Santo quisiera que descarguemos nuestra ira entre nosotros. La manera en la cual
nosotros compartimos nuestros pensamientos y sentimientos negativos tiende a reforzarlos.
Generalmente es un ataque que implica culpar al otro por nuestros sentimientos negativos y
demandamos que la otra persona cambie de forma tal que nosotros seamos felices.
Sin embargo, yo creo que existe una forma amorosa de compartir sentimientos de esta clase, y
que el hecho de compartirlos puede, a veces, ser útil. Para dar un ejemplo personal, cuando estoy
enojado con mi esposa, he encontrado que es una buena idea admitirlo ante ella. Ella
generalmente se da cuenta, porque no soy muy bueno ocultando cosas, por lo que no pierdo nada
siendo de lo más honesto sobre esto. Pero pongo lo mejor de mí para compartir mi enojo de una
forma tal que no la culpe a ella por mi ira; trato de dejar en claro que asumo toda la
responsabilidad por mi ira, y que me estoy comprometiendo a practicar con mi ira para poder
deshacerla. Este compromiso de retirar la culpa y dejar que la ira se disuelva, establece una nueva
clase de “compartir” distinto del ataque de arremetida usual; que generalmente denominamos
“comunicación honesta”.
Creo que el valor más grande de esta clase de compartir es su honestidad. Creo que es muy
fácil para nosotros como estudiantes del Curso hacer de cuenta que nuestros sentimientos y
pensamientos negativos no están allí -usando las enseñanzas del Curso que nos dice que el ego es
irreal para negar lo que nuestros egos están haciendo, ante lo cual el Curso nos dice que este es un
uso inapropiado de la negación (ver T-2 VII 5:5-6). Solemos ser tan hábiles para engañarnos.
Podemos esconder el resentimiento que tenemos hacia otra gente bajo una fachada sonriente, lo
cual generalmente nos engaña más a nosotros que a ellos.
Algunas veces, no estoy realmente consciente del alcance de mis sentimientos hasta que no he
hablado de ellos. Confesar mis pensamientos y sentimientos negativos libre de culpa me da la
oportunidad de resolverlos de frente, sin decepción. Le da a la otra persona (mi esposa, por
ejemplo) la oportunidad de hacer lo mismo, si está abierta a ello. Ella puede examinar
honestamente su impacto en mí ( sus pensamientos, palabras y acciones no me causan ira, pero
que pueden influenciar - pueden jugar el papel de reforzarla- y puede confrontar sus reacciones a
mi ira. Y esta forma de auto honestidad-mirando nuestros pensamientos y sentimientos negativos
de forma imparcial, sin ocultar nada está muy valorado por el Curso. Reconocer honestamente
estos pensamientos y sentimientos es el primer paso para deshacerlos a través del perdón.
Confesarle Nuestros Errores A Otra Persona Que Ha Sido Lastimada Por Ellos
Todos hacemos cosas que lastiman a otros, ya sea inadvertidamente o a propósito. En tales
casos, he encontrado que admitir honestamente mi error ante esa persona que he perjudicado y
hacer lo que pueda para corregirlo, es muy poderoso, además de ser simplemente la cosa
honorable y gentil que corresponde hacer. Dos de los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos están
dedicados a este proceso de “remediar”, lo cual ha probado ser una parte vital del proceso de
www.bibliotecaespiritual.com
curación para los alcohólicos y otras gentes cuyas adicciones les ha traído mucho dolor y
sufrimiento a los afectados por ellos. Por supuesto, esto puede ser utilizado en un mal sentido:
podemos convertir nuestros errores en “pecados” y utilizar la “confesión” como una manera de
reforzar la culpa. Pero disculparnos y remediar el error cometido, si lo hacemos en el buen
sentido, es simplemente una de las formas en las que el amor y el perdón se intercambian en este
mundo. Puede sanar heridas y restaurar las relaciones. Admitir errores es honesto, y le da a todos
los involucrados la oportunidad de perdonar.
Confesar Pensamientos, Sentimientos Y Actos Negativos A Un Amigo Honrado, Terapeuta,
Ministro o Sacerdote.
Confesarle a un amigo de confianza las cosas que nosotros pensamos que son nuestros
“pecados” puede abrir la puerta a la sanación. Es una forma de hacernos más honestos, y como
dijimos antes, puede ser también una maravillosa forma de experimentar el perdón. He tenido la
bendición de contar con tales amigos en mi propia vida. Cuando le digo a un amigo íntimo las
cosas que están pasando en mi vida, con cáscara y todo, este amigo me puede extender el perdón
escuchando sin juzgar y dejándome saber que mis “pecados” no afectan su amor por mí de
ninguna manera. Yo puedo, por supuesto, hacer lo mismo por él.
El Curso nos dice que el mismo Jesús puede ser este amigo de confianza, si lo invitamos a serlo:
Es posible leer sus palabras (las de Jesús) y beneficiarse de ellas sin aceptarle en tu
vida.
Mas Él te ayudaría todavía más si compartieses con él tus penas y alegrías y
renunciases a ambas para hallar la paz de Dios.
(C-5.6:6-7)
Jesús nos está invitando a compartir nuestras vidas con él completamente - nuestro dolor,
nuestros secretos culposos y nuestras “alegrías” mundanas “, todas ellas en el camino de la paz de
Dios. Nos está invitando a ser totalmente honestos con él, “pues no debemos ocultarnos nada el
uno al otro” (T-4.III.8:2)
Si estamos dispuestos a compartir todos nuestros “pecados” con él, su perdón infinito puede
desvanecerlos con su fulgor. Podemos también compartir nuestras penas y alegrías, por supuesto,
con un sanador profesional: un terapeuta, un ministro o un sacerdote. De acuerdo al suplemento
de Psicoterapia, el perdón es la función del psicoterapeuta:
El proceso que toma lugar en esta relación (entre terapeuta y paciente) es en
realidad uno en el cual el terapeuta en su corazón le dice al paciente que todos sus
pecados han sido perdonados, junto con los suyos propios.
(P.2.VII.3:1)
Podemos ver cómo esto podría funcionar en una relación terapéutica en la vida real. En
muchas formas de psicoterapia, un paciente se pasa mucho tiempo “confesando” sus problemas,
neurosis, sueños, fantasías oscuras, etc. Al terapeuta. Descubrir estas cosas es una parte
importante de la terapia. Pero el verdadero trabajo del terapeuta, de acuerdo al suplemento de
www.bibliotecaespiritual.com
Psicoterapia, es el de escuchar todo esto sin juzgar y, en su corazón, permitir que el paciente sepa
que nada de esto ha tenido ningún efecto en su Ser verdadero - él ha sido perdonado.
Sospecho que esta experiencia del perdón está en el corazón del sacramento católico de la
confesión. Creo que hay ciertas cosas acerca de este sacramento con el que el Curso discreparía el Curso tiende a desaprobar los rituales, y definitivamente no estaría muy de acuerdo con la idea
de hacer “penitencia”. Pero a mí (un no católico) me parece que en el corazón del sacramento de
la confesión esta la oportunidad de ser honesto con alguien (un sacerdote, un representante de
Dios) acerca de los propios “pecados” y escuchar luego decir a ese alguien “tus pecados están
perdonados”. Entras al confesionario como un pecador pero te vas con la bendición de Dios.
Puedo entender que tal experiencia puede ser muy sanadora.
El Uso Positivo De La Confesión: Honestidad Que Conduce Al Perdón
El sentido que he encontrado luego de examinar estas situaciones variadas es que la confesión
realizada de una manera saludable, tiene dos beneficios mayúsculos.
Primero, nos ayuda a hacernos más honestos con nosotros mismos acerca de los pensamientos
y acciones de nuestro ego, o los tan llamados “pecados”.
Segundo, nos da una oportunidad excelente de experimentar el perdón para esos “pecados”.
Veo estas dos cosas trabajando en conjunto: somos más honestos acerca de nuestros
pensamientos y actos del ego, lo cual nos coloca en una posición donde pueden ser deshechos por
el perdón. Y ambas cosas -honestidad y perdón- son importantes. La honestidad sin el perdón es
mera descarga, lo cual en mi experiencia sirve generalmente para reforzar los pensamientos y
sentimientos negativos que se “ventilan” en vez de disiparlos. Sin el perdón, la confesión termina
reforzando la culpa. Por lo tanto no es verdaderamente sanadora por sí misma, aunque existen
muchos sistemas terapéuticos basados en la idea que solamente con descubrir y expresar
nuestros sentimientos negativos, sanaremos . Pero el perdón sin la honestidad no es suficiente
tampoco, simplemente porque las cosas con las que no somos honestos no pueden ser
perdonadas mientras las ocultemos de nuestra conciencia.
Por lo tanto, la confesión guiada por el Espíritu Santo puede servir a un propósito amoroso.
Nos puede permitir traer honestamente la oscuridad del ego a la superficie, de forma tal que
pueda ser sanada por la luz del perdón. La confesión a otra persona es una forma en la cual
podemos entregar nuestros secretos al Espíritu Santo para que Él los pueda desvanecer con su
fulgor. Y entregarle nuestros secretos a El es todo lo que necesitamos para experimentar Su luz
Sanadora.
El Espíritu Santo tan solo te pide esto: que lleves ante El todos los secretos que le
hayas ocultado.
luz.
Ábrele todas las puertas, y pídele que entre en la oscuridad y la desvanezca con su
Si lo invitas, Él entrará gustosamente.
www.bibliotecaespiritual.com
Y llevará la luz a la oscuridad si le franqueas la entrada a ella.
¿Qué es el Espíritu Santo?
por Robert Perry
Traducido por Rosa Hernández Mula con la autorización del Circle of Atonement
Siendo un jovencito luterano, recuerdo un día en que un conferenciante, que nos visitaba en
nuestra clase de catequesis, nos relataba la ocasión en que le habían pedido que explicase la
naturaleza y la función del Espíritu Santo, durante su entrenamiento pastoral en Japón. En ese
momento, me miró directamente e inquirió. "Bien, ¿qué contestarías tú si alguien te preguntara
qué es el Espíritu Santo?". Me sentía avergonzado y a punto de quedárseme trabada la lengua -ya
que no tenía ni una pista sobre el tema- cuando comprendí que la que me acababan de hacer era
una pregunta retórica. Sin embargo, desde ese día, intenté contestar mentalmente a esa
pregunta, por si en alguna ocasión se me hacía de forma real.
Hoy en día, entre los estudiantes de Un Curso de Milagros, esta cuestión de qué es el Espíritu
Santo y qué lugar ocupa en nuestras vidas es uno de los temas que más controversias provoca.
Difícilmente puedes mencionar al Espíritu Santo sin que las respuestas sean opuestas. Recuerdo
una reunión de un grupo de estudio del Curso en que una mujer compartió que cuando en una
ocasión parecía no poder ponerse los pendientes en sus orejas perforadas, le pidio ayuda al
Espíritu Santo "Y, desde esa primera vez, siempre me funciona", dijo. Otra persona del grupo
respondio que él una vez le pidio al Espíritu Santo que le ayudase con su swing de golf y, como
resultado, realizó un juego absolutamente terrible. "No creo que el Espíritu Santo sepa nada
acerca de golf", concluyó, intentando señalar diplomáticamente que el Curso no tiene nada que
ver con pendientes o golpes de golf.
Estas son las dos formas opuestas de pensamiento de la que, constantemente, soy testigo
entre los estudiantes del Curso. A una de las posturas yo la llamaría el ala liberal (utilizando la
terminología sobre la que escribí en el nº 4 de la Revista Miracles). Este ala liberal, en general,
parece sostener que existe este Ser, llamado Espíritu Santo, a Quien Dios creó como respuesta a la
separación. Este Espíritu es muy consciente (conscious) y activo, y está continuamente trabajando
en nuestro interior para sanar nuestras mentes. Además, este Espíritu se interesa realmente por
cada detalle de nuestras vidas. El tiene un plan para literalmente todo: todo lo que pensamos,
decimos y hacemos. Por lo tanto, según los liberales, ofrecer los acontecimientos de nuestra vida
diaria al Espíritu Santo es un punto fundamental en el estudio y práctica del Curso. Deberíamos
buscar Su guía en todo lo que hacemos y deberíamos tener fe en que El cubrirá todas nuestras
necesidades terrenales.
Al otro polo, yo lo llamaría el ala conservadora. El arquitecto en jefe del ala conservadora es
Ken Wapnick, posiblemente el más respetado intérprete de Un Curso de Milagros. Como él
realmente construyó sin ayuda el punto de vista conservador, trataré directamente con sus
www.bibliotecaespiritual.com
enseñanzas en este tema. Según Wapnick, el Espíritu Santo no trabaja en el mundo. Su función no
tiene que ver con nuestro día a día físico. Su función es ayudarnos a ver las cosas de forma
diferente, no a hacer las cosas de otra forma. El está ahí para sanar nuestras mentes, no nuestras
vidas externas. El, de hecho, ni siquiera es un Ser que Dios creó, ya que Dios no es siguiera
consciente de nuestro sueño (de separación). En cambio, el Espíritu Santo es nuestro propio
recuerdo del Amor de Dios. Por lo tanto, desde este punto de vista, no hay un Espíritu creado que,
de forma activa, se acerque a nosotros para darnos la salvación.
Las diferencias entre estos dos puntos de vista no son meramente superficiales, semánticas o
irrelevantes. Porque estos dos puntos de vista conforman -en diferentes maneras- la forma en que
realmente recorremos el camino del Curso. Dos importantes formas que yo veo así:
1. APLICACIÓN PRACTICA. El ala liberal enfatiza mucho más el hecho de recibir guía en
nuestra vida diaria. El ala conservadora, según expresión Ken Wapnick, admite que el
hecho de recibir guía puede ser una parte valiosa en los primeros estadios del camino. Así,
éste es el "nivel de acceso".
2. SENTIMIENTO. Ambas posiciones comunican muy diferentes opiniones, resultantes
en caminos que conllevan cualidades de sentimiento diferentes en su conjunto.. Y en el
sendero interior, donde los sentimientos pueden llevarnos hacia Dios o apartarnos de El,
éste es un factor importante. El ala liberal tiene el reconfortantes sentimiento de que una
Mano Divina se extiende hacia nosotros, compasivamente y de forma real, para ayudarnos
a hacer lo que no podemos hacer solos. El ala conservadora, sin embargo, es reconfortada
con la idea de que Dios no está intentando ayudarnos en nuestra condición de separación.
Porque si El fuese consciente de nuestro problema, sostienen los conservadores, ésto haría
la separación eternamente real. Para los conservadores, por lo tanto, el lado liberal nos
consolida más firmemente en este mundo, pues tienen un sentimiento que tiende a hacer
real el mundo.
El propósito de este artículo es explorar el asunto del Espíritu Santo en un esfuerzo por
averiguar qué enseña realmente el Curso. En este artículo en particular examinaré sólo la mitad
del asunto, el nivel de la aplicación práctica. Quizás en un futuro abordaré el nivel teórico -lo que
acabo de tratar como el nivel de sentimiento.
En este artículo voy a responder a ambos puntos de vista, el liberal y el conservador, así como
exponer mi propia interpretación. Algunos pueden opinar que dirimir directamente diferentes
interpretaciones del Curso es inútil. Así pues, hablar de diferencias es sólo una forma. Es el
contenido que tú pones en la forma lo que hace que aquél sea útil o inútil. Y, según mi
experiencia, si el contenido es una búsqueda amorosa de la verdad, el examinar las diferencias
puede ser una ayuda inestimable para que sopesemos la evidencia y llegar a nuestra propia
decisión de lo que es cierto.
¿ES LA ESENCIA DEL CURSO GUIAR TU VIDA TERRENAL?
Como ya he dicho, entre los estudiantes más liberales del Curso parece haber una actitud
omnipresente de que entregar tus asuntos terrenales al Espíritu Santo es casi la cumbre de la
práctica del Curso. Esto significa que, a cada paso, preguntamos al Espíritu Santo qué hacer, en vez
de decidir por nosotros mismos. Buscamos su consejo. Y, en vez de pensar que debemos controlar
nuestras vidas nosotros mismos, permitimos que Él las orqueste milagrosamente, al punto incluso
de confiar en que Él nos proveerá en nuestras necesidades concretas, tales como dinero.
www.bibliotecaespiritual.com
La opinión de los conservadores es que el valor de este elemento del Curso se ha exagerado
por los estudiantes de UCDM. Yo estaría de acuerdo en este punto. Recientemente, he tratado de
recopilar todo lo referente a cómo el Espíritu Santo afecta a nuestra vida diaria -decisiones,
posesiones, acontecimientos de nuestra vida y he conseguido reunir 20 páginas y 2 panfletos de
los 3 volúmenes del Curso. De 1.200 páginas en total, eso no es mucho. En consecuencia, pienso
que ser guiado por el Espíritu Santo es relativamente un tema menor en el Curso, exactamente
como pienso que lo es la meditación.
Por qué? Hay una razón muy simple. En lo más profundo de nuestra condición humana, existe
la creencia en el mundo exterior. Esta creencia no es una teoría metafísica abstracta para
nosotros; es un principio conductor más allá de casi todos nuestros pensamientos, sentimientos y
acciones. En nuestras vidas diarias esta creencia metafísica toma la forma de dos creencias
funcionales: 1) el poder está en el mundo, fuera de nosotros. Esto significa que nosotros estamos
bajo el control del mundo. Nuestros sentimientos son dictados por sus formas, sus
acontecimientos, su aprobación, sus vientos de cambio. Esto puede catapultarnos a la felicidad o
lanzarnos a la más abyecta miseria. 2) la realización reside en el mundo, fuera de nosotros. Esta
creencia nos dice que estamos inherentemente vacíos e incompletos. Y, por lo tanto, a nuestro
modo de ver, si la realidad está allá fuera en el mundo, la realización debe estar en el mismo sitio.
Nos realizamos, entonces, consiguiendo que el mundo nos garantice la realización, brille su
aprobación en nosotros, nos diga que somos especiales. Nuestra tarea en la vida es acumular sus
recursos, sus placeres, sus premios y su amor.
Nuestras vidas en el mundo, por lo tanto, son básicamente un intento de manipular y controlar
el mundo de manera que consigamos que nos ocurra "lo correcto", las cosas que nos harán sentir
bien o mal. Esta forma de ser está tan profundamente arraigada que, cuando seguimos el camino
espiritual, es muy fácil retenerla y, solapadamente, organizar nuestra espiritualidad alrededor de
esta forma de ser. Esto significa que nosotros, simplemente, le damos a Dios el trabajo de hacer
que ocurran las cosas "adecuadas" en nuestras vidas -bien guiándonos bien mediante intervención
directa-; esas cosas que nos harán sentir bien y no mal.
Claramente, esto no sana el problema raíz. Lo único que lo hará es renunciar a nuestra
creencia básica en la realidad del mundo. Debemos comprender que lo que ocurre fuera de
nosotros no tiene poder sobre nosotros, ningún poder de hacernos felices, ningún poder de
causarnos dolor. Debemos aceptar esto humildemente, sin importar lo que nos suceda, sin
importar cómo nos trata el mundo. La realización infinita ya reside brillante en nosotros,
esperando ser descubierta.
En esencia, debe dejar de importarnos en qué dirección soplará el viento del mundo. Piensa
durante un momento en la enseñanza central del Curso: el perdón. De cualquier forma que lo
mires, perdonar significa dejar ir mi rabia por las cosas que no van bien, porque el mundo no me
esté tratando bien. ¿Cómo puedo liberarme de esa rabia a menos que no vuelva a estar volcado
en que las cosas vayan bien, a menos que deje de importar cómo me trate el mundo? Al final,
debo de llegar a estar tan desapegado que, no importa qué ocurra fuera de mí, me mantendré
firme, impertérrito, descansando a salvo en la paz de Dios. Este, según el Curso, es el mensaje que
Jesús enseñaba en su crucifixión.
Esto es por lo que, cuando el Manual del Maestro pregunta: "¿Se requieren cambios en las
condiciones de vida de los maestros de Dios?" su primera respuesta es: "Se requieren cambios en
las mentes de los maestros de Dios" (Manual, p.30, M-9.1:1). Y esto es, creo, lo que la posición
www.bibliotecaespiritual.com
conservadora persigue. Esto está tratando de recordarnos que éste es un Curso sobre el cambio
en nuestras mentes, en perdonar, en liberarnos de valores externos, e ver aspectos pasados, en
comprender que no hay mundo. En este recordatorio, yo creo personalmente que los
conservadores están facilitando una corrección vitalmente necesaria, por lo que yo veo un casi
desequilibrio en el lado liberal.
El valor de la ayuda concreta del Espíritu Santo
Si el valor de la ayuda concreta del E.S. ha sido sobrestimada por parte de los liberales, ¿cuál es
su valor?¿Tiene ésto algún valor? Veamos, en primer lugar, qué dice el ala conservadora.
En su serie de cintas "Hacer del Espíritu Santo Algo Especial" Ken Wapnick establece
repetidamente que pedir a Jesús o al E.S. ayuda en nuestras vidas no deja de tener valor espiritual.
Es más, es extremadamente válido e importante en los primeros estadios del camino espiritual. Lo
que sigue es mi actual comprensión de lo que Wapnick está diciendo, basado en la serie de cintas
mencionada.
En la condición de separación, es básica la creencia en un Dios separado de nosotros. A causa
de nuestra culpa proyectada, este Dios parece ser horriblemente cruel, castigador y juzgador.
Sentimos que debemos asegurarnos de no tener nunca un cara a cara con Él o se nos arrebatará la
existencia como castigo por nuestros pecados. Esta creencia en un Dios dualista castigador está
tan profundamente asentada que no podamos ir directamente aquélla hasta el verdadero
conocimiento de un informe (sin forma) Dios de Amor, no-dual. Debe de haber un estadio de
transición. Debemos primero experimentar "un Dios dualista, pero amigable más que un Dios
dualista que es nuestro enemigo". Esta es una lección que aprendemos al pie de la escalera de
nuestro camino espiritual, una lección de jardín de infancia, que pavimenta el camino para las
lecciones, más avanzadas, por llegar.
Éste, se nos dice, es el valor de la ayuda concreta procedente del E.S. Esto nos convence de que
Dios es amigable, no cruel. Este cubrir nuestras necesidades terrenales respalda nuestra creencia
en la realidad de esas necesidades y, por lo tanto, la misma realidad terrenal. Y la idea del E.S.
cubriéndolas para nosotros respalda nuestra creencia de que somos los receptores especiales de
sus favores. Así, al Espíritu Santo le merece la pena entrar en este enredo, convertirse en un
"agente para especiales", porque esto enseña la crucial lección de que no tenemos nada que
temer de Dios. Y, una vez que hemos aprendido esa lección, podemos pasar desde nuestra
preocupación por las formas exteriores al verdadero punto esencial de las cosas: cambiar nuestras
mentes acerca de la realidad del ego, su pecado, su culpa y su universo físico.
Personalmente, siento que hay mucha verdad en ese punto de vista. Aún tan valiosa corrección
para la posición liberal como creo que es, también pienso que es una corrección excesiva. Si yo lo
entiendo correctamente, Wapnick parece estar diciendo que la ayuda del ES en nuestros asuntos
materiales es algo tan reforzador del ego que, básicamente, sólo tiene valor en hacer que nos
desplacemos desde la percepción de un cruel Dios dualista a una percepción de un amigable Dios
dualista. Ahora, pienso que la ayuda del Espíritu Santo tiene ese valor, pero la idea de que éste es
su único valor no me parece que refleje fielmente las palabras del Curso. Porque el Curso no calla
en este asunto. Esboza su filosofía de por qué la ayuda concreta del ES es valiosa y significativa.
Por eso, cualquier discusión sobre este tema en particular por parte de estudiantes del Curso,
tiene necesariamente que estar basada en lo que el propio Curso dice. Puedo encontrar cinco
razones en el Curso por las que debemos buscar la ayuda concreta del ES
www.bibliotecaespiritual.com
1. Él nos proporciona símbolos del Amor de Dios inteligibles para nuestra ilusión. Esta primera
razón es, esencialmente, de la que Wapnick está hablando. En el folleto "The Song of Prayer" se
refiere específicamente a ella. El él se nos dice que cuando el E.S. nos da una respuesta, que la
forma de la respuesta "es meramente un eco de la respuesta de Su Voz. El sonido real es siempre
un canto de agradecimiento y de amor" (Song of Prayer, p.2; S-1.I:8-9). En otras palabras, la forma
de la respuesta -por ejemplo, las palabras que escuchamos, el cheque inesperado en el correo- es
simplemente un símbolo onírico del Amor de Dios, un símbolo comprensible de lo inefable.
En una línea similar, el Curso establece que la vista de los resultados del E.S. trabajando a
través de nosotros ofrece prueba necesaria -prueba en términos que nosotros podamos entenderde que la Divinidad reside dentro de nosotros, de que estamos todavía conectados a Dios:
"El Espíritu Santo es invisible, pero puedes ver los resultados de Su Presencia, y por ellos te
darás cuenta de que Él está ahí. Es claro que lo que Él te capacita para hacer no es de este mundo,
pues los milagros violan todas las leyes de la realidad tal como este mundo la juzga. Las leyes del
tiempo y del espacio, del volumen y de la masa son transcendidas, pues lo que el Espíritu Santo te
capacita para hacer está claramente más allá de todas ellas. Al percibir Sus resultados,
comprenderás dónde debe estar Él, y sabrás, por fin, lo que Él es" (Texto, p. 254; T-12.VII.3).
2. Él nos proporciona símbolos de la mente correcta. Esto está estrechamente relacionado con
el primer punto, pero es sutilmente diferente. El Curso constantemente da a entender que las
formas que el Espíritu Santo nos proporciona no están diseñadas sólo para convencernos de que Él
es un chico amable. Están diseñadas para ser símbolos de Su manera de pensar. Él elige aquellas
palabras, imágenes, objetos, acontecimientos y situaciones que apelan a la mente y refuerzan el
pensamiento superior (tanto directa como indirectamente). Dejados a nuestro propio ingenio
escogeremos símbolos que expresen y refuercen el ego. Dando nuestro consentimiento a las
formas que Él escoge, realmente estamos dando nuestro consentimiento al cometido más allá de
la formas; se lo estamos dando a Su cometido.
Una y otra vez los pasajes del Curso dan a entender que la elección de las formas por parte del
Espíritu Santo conllevan Su cometido, Su propósito. Se nos ha dicho que el E.S. emite juicios de
forma por nosotros, juicios que requieren "conocer todos los hechos, pasados, presentes y por
venir" (Manual, p. 32; M-10.4:8), por lo que deja claro que todos Sus juicios de forma tienen un
único sentido: "El Hijo de Dios es inocente y el pecado no existe" (Manual, p.31; M-10.2:9). El Curso
también dice que "todo acontecimiento, pasado, presente y por venir, es amorosamente planeado
por Aquél cuyo único propósito es tu bien" (Libro de Ejercicios p.271; LE-135.18:1) dando a
entender que los acontecimientos que Él planea son vehículos para su propósito de traernos el
"bien" o (como dice tres frases más adelante) "la vida eterna". El siguiente pasaje lo establece aún
más claramente: "Sus decisiones reflejan lo que Dios sabe acerca de tí" (Texto, p. 308; T14.III.16:2). Y cuando aquí se habla de "decisiones", significan decisiones de forma, el tipo de
decisiones que hace que tú "luches tan frenéticamente por tratar de prever lo que no puedes
saber" (Texto, p. 308; T-14.III.16:3).
A un nivel más específico, el Curso dice que el E.S. sabe qué volúmenes del Curso serán las
mejores ayudas de aprendizaje para nosotros en este punto de nuestro camino (Manual, p.77; M29.2). Las ayudas de aprendizaje, por supuesto, son meramente formas. Pero Él sabe qué formas
representarán para nosotros el significado del aprendizaje que necesitamos en es te preciso
momento. A lo largo de esas misma líneas, el Curso dice que no deberíamos decidir qué
posesiones físicas necesitamos porque escogeremos esas formas que, para nosotros, representen
www.bibliotecaespiritual.com
el ego: "lo que tú crees necesitar servirá simplemente para fortificar tu mundo contra la Luz"
(Texto, p. 283; T-13.VII.11:6). En cambio, debemos comprender que "sólo el Espíritu Santo sabe lo
que necesitas" (Texto, p. 284; T-13.VII.12:1).
En estos pasajes, y en muchos otros, del Curso está estableciendo muy claramente que, en
cualquier momento en particular, ciertos símbolos del sueño van a ser más educativos que otros
para nosotros. El E.S. elige estas formas para nosotros no porque crea que las formas son
importantes en y por sí mismas, sino porque Él quiere utilizar aquellas formas para diseñar y
reforzar un cierto contenido en nosotros. Y el punto es que sólo Él sabe qué lección es mejor que
aprendamos en este estadio de nuestro desarrollo. Y sólo Él sabe qué formas llamarán la atención
de nuestra mente y reforzarán ese contenido (lección) en nuestra mente particular. Por esta
razón, muchos pasajes en el Curso asumen que hay algo importante en dejar al E.S. que elija las
formas. Por ejemplo: "lo que se da en Su Nombre se manifiesta en la forma más útil posible en un
mundo de formas. Esas son las formas que jamás pueden engañar, ya que proceden de la Amorfía
Misma" (Libro de Ejercicios p. 378; LE-186.13:5-14:1).
He oído a algunos estudiantes del Curso decir que ya que las formas no tienen sentido,
cualquier forma es tan buen aula como cualquier otra. Pero, tal y como podemos ver por las
referencias anteriores, el Curso no opina de esa manera. Es cierto que las formas no tiene
significado inherente. Pero el hecho es que, mientras creamos en un mundo de formas, algunas
formas serán símbolos más efectivos que otros para un pensamiento concreto. Por ejemplo,
abrazar a alguien es un mejor símbolo del amor que cortarle la cabeza con una motosierra. La
Monna Lisa es un mejor símbolo de la belleza que un vómito en el suelo. Una sonrisa es un mejor
símbolo de felicidad que un grito de terror... Ciertamente, el E.S. lo sabe. Él, de hecho, escribió un
Curso que es una larga cuerda de formas cuidadosamente elegidas: las palabras. Él no puede creer
que esas palabras sean verdaderamente significativas. Pero Él conoce el efecto que esas palabras
harán en nuestras mentes.
3. Él nos proporciona los perfectos símbolos del sueño para ayudar a los demás. Este punto
está muy relacionado con el anterior. Del mismo modo que no sabemos qué símbolos será las
mejores herramientas de aprendizaje para nosotros mismos, tampoco sabemos cuáles son las
mejores herramientas de aprendizaje para los otros.
Nuestra función en la tierra es facilitar el despertar de otros. Hacemos esto, por supuesto,
mediante el perdón. Pero para que este perdón sea de la máxima efectividad, debe ser
comunicado a la otra persona de la forma más apropiada posible. "Esto quiere decir que, para que
un milagro sea lo más eficaz posible, tiene que ser expresado en un idioma que el que lo ha de
recibir pueda entender sin miedo" (Texto, p. 26; T-2.IV.5:3). Tal y como el Curso repite una y otra
vez, no estamos en condiciones por nosotros mismos de saber qué idioma es ése, ni de saber qué
símbolos del sueño cumunicará amor más efectivamente a la otra persona. Sencillamente,
nosotros no tenemos la omnisciencia requerida para ello. Las referencias a esta idea en el material
del Curso son demasiado numerosas para mencionarlas todas. Aquí hay una:
"<QU&EACUTE; Hijo Santo tu él, por yo hacer debería> debería ser la única pregunta que hagas
cuando la ayuda es necesaria y se busca el perdón. No necesitas juzgar la forma que toma la
búsqueda. Y no te permitas ser tú quien establezca la forma en la que el perdón venga a salvar al
Hijo de Dios... Él (el Cristo) conoce la necesidad; la pregunta y la respuesta. Él te dirá exactamente
qué hacer, con palabras que puedas entender y que también puedas usar. No confundas Su función
con la tuya. Él es la Respuesta. Tú eres el que oye" (Song of Prayer, 14; S-2.III.5).
www.bibliotecaespiritual.com
El uso de los símbolos terrenales es tan crítico (importante) para nuestra función aquí que,
incluso cuando nosotros mismos no creamos ya mucho en los símbolos, todavía necesitaremos
utilizarlos para llegar a los otros:
"Sería en verdad extraño si se te pidiese que fueses más allá de todos los símbolos del mundo y
los olvidaras para siempre y, al mismo tiempo, se te pidiese asumir una función docente. Tadavía
tienes necesidad de utilizar los símbolos del mundo. Mas no te dejes engañar por ellos. No
representan nada en absoluto, y éste será el pensamiento que en tus prácticas te liberará de ellos.
Los símbolos no son sino medios a través de los cuales puedes comunicarte de manera que el
mundo te pueda entender, pero reconoces que no son la unidad en la que puede hallarse la
verdadera comunicación." (Libro de Ejercicios, p. 30; LE-184.9)
4. Solicitar Su ayuda es un abandono de la auto-suficiencia. El ego es, esencialmente, la idea
de la auto-suficiencia, la idea de que existimos por nosotros mismos, auto-creados y automantenidos. Este pensamiento se concreta en nuestra vida diaria cuando tomamos nuestras
propias decisiones y cubrimos nuestras propias necesidades. Estamos actuando como creadores,
haciendo el papel de Dios. Este intento de usurpar Su papel, por supuesto, da como resultado una
enorme culpa y un enorme miedo. Esto es por lo que "la culpa es inevitable en aquellos que
utilizan su juicio en su toma de decisiones" (Psicotherapy, p.14; p-2.VII.4:6). Por lo tanto, para
abandonar el ego debemos desentrañar esa creencia interior de que estamos solos y podemos
hacerlo solos. Debemos devolver a Dios a Su trono. Hacemos esto, en parte, dejando que Él decida
por nosotros y cubra nuestras necesidades. El siguiente pasaje del Manual subraya bellamente el
beneficio sanador de volvernos hacia el Espíritu Santo:
"... seguir las directrices del Espíritu Santo es permitirte a tí mismo quedar absuelto de toda
culpa. Es la esencia de la Expiación. El núcleo central del programa de estudios. La imaginaria
usurpación de funciones que no te corresponde es la causa del miedo. El mundo que ves refleja la
ilusión de que has usurpado una función que no te corresponde, haciendo que el miedo sea algo
inevitable. Devolver dicha función a Quien le corresponde es, por lo tanto, la manera de escapar
del miedo. Y esto es lo que hace posible que el recuerdo del amor retorne a tí. No pienses,
entonces, que necesitas seguir la dirección del Espíritu Santo sólo por razón de tus propias
insuficiencias. Necesitas seguirlas porque es la manera de escapar del infierno" (Manual, p.77; M29.3:3-11).
5. Él se cuidará de las cosas, liberando tiempo y energía para más altas actividades. Un
símbolo terrenal que el Curso contempla como muy importante es el tiempo. El único propósito
del Curso, de hecho, es ahorrarnos tiempo en volver a casa. Obviamente, si tenemos que gastar
todo nuestro tiempo tratando de tomar decisiones y cubriendo nuestras necesidades físicas,
tendremos entonces poco tiempo -y muy poca energía- para Dios. Más concretamente, esto
significa que no tendremos tiempo ni energía para estudiar el Curso y hacer los ejercicios. Por lo
tanto, una de las funciones del Espíritu Santo es cuidarse de esos detalles terrenales, liberando
tanto tiempo como energía.
Jesús le dijo esto personalmente a Helen Schucman en términos inequívocos. Pero Él también
nos lo dice en el Curso. De hecho, este es el sentido de aquel famoso párrafo sobre el Espíritu
Santo "yendo delante de tí despejando el camino y no dejando escollos en los que puedas tropezar
ni obstáculos que puedan obstruir tu camino" (Texto, p. 484;T-20.IV.8:5). Lo que no comprenden la
mayoría de los estudiantes del Curso es que es te inspirador párrafo es dado como una respuesta
a la pregunta que abre el párrafo: "Tal vez te preguntes cómo vas a poder estar en paz si, mientras
www.bibliotecaespiritual.com
estés en el tiempo, aún queda tanto por hacer..." (Texto p.484; T-20.IV.8:1). Como resultado, el
significado del párrafo está contenido en la línea cercana al final: "No tienes que preocuparte por
nada, sino, más bien, desentenderte de todo, salvo del único propósito que quieres alcanzar"
(Texto, p.484; T-20.IV.8:8). En otras palabras, no necesitas preocuparte de asuntos terrenales,
porque el Espíritu Santo se ocupa de todas esas trivialidades por nosotros. Esto te libera para
dedicar tu tiempo y esfuerzo a lo que realmente cuenta.
Tal y como yo lo entiendo, el Curso está diciendo que el valor de la ayuda específica del Espíritu
Santo realmente desciende al valor de las cosas, al valor de los símbolos. Creo que hay dos cosas
básicas a tener en cuenta acerca de los símbolos: 1) Los símbolos no tienen absolutamente ningún
sentido; 2) Los símbolos son efectivas herramientas de comunicación para las mentes que todavía
creen en este sueño terrenal.
Empecemos con el punto 2. El Espíritu Santo sabe que nuestras mentes todavía ven un
significado o contenido en las formas de este mundo. Y así utiliza Él esas formas para diseñar,
ampliar y reforzar ciertos significados en nuestras mentes. Él los utiliza como símbolos del sueño.
De hecho, Él utilizará cualesquiera símbolos terrenales de los que pueda echar mano. Se nos ha
dicho que "El Espíritu Santo se vale de todos ellos" (Libro de Ejercicios, p. 371; LE-l.184.11:3) "todos los nombres y símbolos nimios que caracterizan el mundo de la oscuridad" (Libro de
Ejercicios, p. 371; l.184.11:1).
Los símbolos del sueño que Él envía simbolizan ante nuestra mente la idea de que Dios nos
ama. También simbolizan una forma de pensamiento más elevado, una perspectiva sanada. De
hecho, Él no sólo elegirá los símbolos que estimulen la corrección de la mente en nosotros, Él
también nos hará saber de aquellos símbolos que alienten la corrección de la mente en otros,
permitiéndonos, de ese modo, llegar a aquellos otros de forma más efectiva. Y el mero hecho de
dejar que Él sea Quien elija los símbolos es un abandono de nuestros egos, una liberación del
pensamiento de auto-suficiencia y, de este modo, un alivio de la culpa y el miedo. Es más, este
acto de dejar que Él elija los símbolos del sueño nos libera de la laboriosa tarea de dirigir el sueño dirigir nuestras vidas físicas-, concediéndonos más tiempo y energía para Dios.
Sin embargo, esta utilización de símbolos conlleva un peligro inherente, que nos lleva al punto
1): estos símbolos no tienen significado y son ilusorios en sí mismos. El peligro en la utilización de
símbolos por parte del Espíritu Santo es que ésto reforzará nuestra creencia de que estos símbolos
son reales, de que tienen poder real sobre nosotros y que de ellos depende nuestra compleción.
Por ejemplo, cuando nos llega ese cheque inesperado por correo, el peligro está en que veamos
ese cheque como algo de valor en sí mismo, en vez de ver un mero símbolo del sueño terrenal del
verdadero Amor sin forma de Dios. Sin embargo, el Espíritu Santo es consciente de ese peligro y
nos da esos símbolos de tal manera que nosotros entendamos que sólo son símbolos, no el objeto
real.
"El Espíritu Santo no tiene, por lo tanto, ningún interés en las cosas que te proporciona. Lo
único que le interesa es asegurarse de que no te valgas de ellas para prolongar tu esta día en el
tiempo... Deja, por lo tanto, todas tus necesidades en Sus manos. El las colmará sin darles ninguna
importancia. Lo que Él te provee no conlleva ningún riesgo..." (Texto, p.284; T-13.VII.12:7-13:3).
En otras palabras, si entendemos la intención del Espíritu Santo, permitiendo entonces que Él
nos guíe, cubra nuestras necesidades y orqueste los símbolos del sueño en nuestra vida, no
necesita reforzar nuestra creencia en la realidad del mundo o de nuestra particularidad
www.bibliotecaespiritual.com
(specialness). Por eso, cuando Wapnick dice que hacerle saber al Espíritu Santo nuestras
necesidades es "el máximo de la particularidad (specialness)", yo no estoy totalmente de acuerdo,
pues Su ayuda no tiene esa intención, por lo que no tenemos necesidad de interpretarlo así. Por lo
tanto, Su ayuda no es necesariamente una bendición "mixta".
Al final, sin embargo, un símbolo es sólo un símbolo, una herramienta de comunicación es sólo
una herramienta: "Recuerda, entonces, que ni el signo ni el símbolo se deben confundir con su
fuente, pues deben representar algo distinto de ellos mismos" (Texto, p.467; T-19.IVC.11:2). Esto es
por lo que -tal y como el ala conservadora enfatiza- el foco en la ayuda específica del Espíritu
Santo se aleja según vamos ascendiendo la escalera. Porque el objetivo de los símbolos es
conducir, más allá de ellos mismos, al pensamiento que ellos simbolizan. Una vez que los símbolos
han llevado a cabo ésto, ya no son necesarios. A pesar de todo, todavía, los símbolos tendrán
algún valor para nosotros mientras permanezcamos en este mundo de símbolos. Por lo tanto, creo
que el valor de la ayuda específica del Espíritu Santo no es solamente válido para el tiempo en el
que creamos en un cruel Dios dualista. Es válido para todo el tiempo que dure nuestra estancia
aquí. Sólo cuando partamos se nos quedará pequeño este valor.
Por otra parte, lo que se nos queda pequeño mucho antes de dejar el sueño es el centrarnos
en los símbolos. Esto significa que ya no pediremos guía específica para resultados y posesiones
externas. Eventualmente, comprendemos que no es ahí donde descansa nuestra felicidad, que lo
que realmente queremos es la Fuente del símbolo, el Pensamiento tras él; que nuestro verdadero
deseo es de Amor de Dios. Esto está expresado bellamente en The Song of Prayer:
"No puedes, por lo tanto, pedir el eco {la forma, el símbolo}. El regalo es la canción {del Amor
de Dios}. Con ella vienen los tonos, la armonía, los ecos, ... pero esto es secundario. En la verdadera
oración tú sólo oyes la canción. Todo lo demás son meros añadidos. Tú has buscado en primer
lugar el Reino de Dios, y todo lo demás se te ha dado por añadidura" (The Song of Prayer, p.2: S1.I:3)
Según vamos ascendiendo por la escalera, los símbolos se van volviendo periféricos, incluso
inconsecuentes. Todavía nos llegan (como deja bien claro el pasaje anterior). El Espíritu Santo
todavía nos guía, cubre nuestras necesidades, nos dice cómo responder a las necesidades de
otros, se cuida de las trivialidades por nosotros, va por delante limpiando el camino de obstáculos
para nosotros, etc. De hecho, estas cosas suceden más a menudo que nunca, pues hemos dejado
nuestras vidas más en Sus manos, habiendo abandonado el pensamiento de auto-suficiencia. Y Sus
símbolos todavía tienen algún valor de refuerzo pues, después de todo, todavía vivimos en el
mundo de los símbolos. Pero ya no nos preocupan tanto. No los pedimos, no nos ocupamos en
ellos, y cuando vienen son tan naturales y esperados que casi pasan desapercibidos. Sólo son
símbolos, simples ecos. Mientras tanto, todo en nosotros está centrado en una cosa, y sólo en una
cosa: escuchar la canción, esa "abrumadora canción de honor y amor que Dios derrama sobre tí
eternamente en amorosa alabanza de lo que tú eres" (Texto, p. 467; T-24.II.4:5, 4). Y cuando
nuestra absorción en esa canción es completa, salimos del mundo de los símbolos totalmente, "y
desaparecemos en el Corazón de Dios" (Libro de Ejercicios. LE-pII.15.5:5).
www.bibliotecaespiritual.com
Esta es mi verdadera iglesia
por Robert Perry
La Madre Teresa cosechó el respeto del mundo al tenderles la mano a marginados y a los
miembros de la sociedad menos favorecidos. No importan las creencias formales que uno tenga, o
lo que uno haga con la vida, no podemos menos que admirar tal comportamiento. Innatamente
tenemos la sensación de algo noble y verdadero, algo de Dios.
En esta etapa de la historia de Un Curso de Milagros, los que estudian sus enseñanzas no
parecen tener fama de este tipo de extensión desinteresada. Es más yo diría que nuestra fama
está en la otra punta del espectro. En "A Better Way" (publicación de El Círculo de Expiación,
Sedona, USA) hemos citado más de una vez los comentarios sobre los movimientos religiosos de
California, hechos por un experto no identificado. Este experto le dijo a la revista Time que el
Curso es "la religión desconectada perfecta" que "le permite a la gente impulsiva, ensimismada,
narcisista a continuar con sus costumbres."
Por cierto es un comentario poco caritativo. Pero no totalmente sin razón. En mi experiencia,
nosotros, los estudiantes del Curso, como población no pareciéramos ponerle gran énfasis en el
servicio a otros, especialmente si no son como nosotros - de clase media y cierta cultura. Aún
cuando lo hacemos, las más de las veces no lo vemos como algo que el Curso patrocine, sino como
algo separado del Curso. En vez de hablar de cómo podríamos ayudar más, muchas veces escucho
que tratando de ayudar a otros hacemos el error real. Después de todo, decimos, ¿si el mundo es
sólo una ilusión, porqué tratar de arreglarlo?
En respuesta a nuestros planes de dedicar este año al servicio, acá en el Círculo, hemos
encontrado esta ambivalencia hacia el servicio. Nuestra intención de hacer un esfuerzo para servir
a gente necesitada, gente que tal vez esté por debajo nuestro en la escala social, les ha parecido
forzado, innecesario, y hasta torpe a muchos estudiantes. Su respuesta parece decir que es bueno
ser bondadoso con la gente que encontramos naturalmente, que, por supuesto, siempre va a ser
la gente que ya es parte de nuestra vida. Pero salir a buscar a completos extraños con el solo
propósito de ayudarlos parece antinatural, hasta ajeno al Curso.
Yo, personalmente, creo que nuestra comunidad del Curso tiene frente suyo un tema
mayúsculo que debe afrontar. Henos aquí creyendo que el autor de nuestro camino es un hombre
a quien se le reconoce haber cruzado los límites sociales, asociándose con los marginados,
sanando a los ciegos y a los rengos. Así es como lo describe el estudioso Alemán Gunther
Bornkamm en su obra que hizo época: Jesús de Nazaret:
Por lo tanto la gente que recibe ayuda de Jesús es siempre, como lo demuestran los
Evangelios, gente marginada, hombres que por destino, culpa o prejuicios de esos días, se los
considera marcados, marginados: gente enferma...; endemoniados...; leprosos...; los Gentiles que
no comparten los privilegios de Israel; mujeres y niños que no cuentan para nada en la comunidad
y gente realmente mala, los culpables, a quienes el hombre justo asiduamente mantiene a
distancia.
Esto es una de las cosas más ciertas que sabemos de Jesús históricamente. Sin embargo ahora,
resulta que creemos que él ha cambiado de proceder, rechazando este enfoque compasivo de los
demás a favor de un enfoque ensimismado de nuestras propias mentes.
www.bibliotecaespiritual.com
Estamos estudiando un libro lleno de imágenes de tenderles la mano a los sin techo (L.166 46), de abrir nuestros hogares a extraños que sufren (L.159.7), de ofrecer refugio a los que
deambulan sedientos (T.18.VIII.9), de organizar un banquete donde todos son bienvenidos como
invitados de honor (T-19.IV[A].16), de establecer templos de sanación "para todos los que están
fatigados" (T-19.III.11:3) y ofrecer festines de abundancia para nuestros hermanos hambrientos (T28.III.7-9)! Son imágenes que se parecen mucho a la forma en que Jesús vivió su propia vida. Sin
embargo hemos logrado ignorar estas imágenes, o descartarlos como metáfora pura.
En un artículo anterior ("La Visión Social de Un Curso de Milagros)," examiné pasajes del Curso
que demuestran una forma totalmente distinta de vivir en sociedad. Esta forma consiste en
establecer oasis de amor y perdón en un mundo sediento de amor, y luego invitar a "todos los que
están fatigados" a entrar en estos oasis. No quiero repetir lo que dije en ese artículo, sólo quiero
que quede claro que Jesús quiso que nosotros sirvamos a otros en las formas tan concretas que he
descrito. Cuando el Curso, por ejemplo, habla de ofrecer festines de abundancia para nuestros
hermanos hambrientos (T-28.III.7-9), ¿cómo sería eso? Después de todo, en ese pasaje en
particular, los hermanos no están hambrientos físicamente, sino por dentro, y el festín se
compone de milagros, no de comida.
¿Qué es lo que el autor del Curso verdaderamente quiere decir cuando habla de alimentar a
los hambrientos o darles refugio a los sin techo? ¿Lo dice literalmente? Para ser honesto, es difícil
estar seguro, por lo tanto en este artículo yo quiero consultar un libro donde sí podemos
encontrar la respuesta. Ese libro describe al autor del Curso hablándoles a sus escribas, Helen
Schucman y Bill Thetford, acerca de situaciones concretas en el mundo. Ahí, lo que estaba
tratando de decir es de lo más ambiguo. Ahí es donde quiero ir ahora, a la guía personalizada que
fue para Helen y Bill (que como sabrán, está registrado en Ausencia de Felicidad de Ken Wapnick
[sin traducción al castellano]). Al consultar esta guía, estaré tratando de contestar esta única
pregunta: ¿Recibieron los escribas del autor del Curso, indicaciones de servir a otra gente en
formas concretas, incluyendo servir a extraños y a los socialmente marginados?
Guía personalizada para Helen Schucman
Cada vez que reviso este tema en Ausencia de Felicidad me sorprende cuántas indicaciones le
daba Jesús a Helen para que hiciera cosas para otros. Por ejemplo, Jesús le da instrucciones que
visite a un amigo moribundo en el hospital, y que visitara a su suegra cierta tarde en vez de hacer
lo que ella quería, que era lavarse la cabeza.
Estos actos de servicio contestan la primera parte de mi pregunta de si Jesús les indicaba o no
a sus escribas que sirvieran a otros en formas concretas. Sin embargo, ya que estos actos estaban
dirigidas a personas que ya estaban dentro del círculo social de Helen, no contestan la segunda
parte de mi pregunta: ¿Recibieron Helen y Bill indicaciones de Jesús de tenderles una mano a los
extraños, especialmente aquellos que estaban socialmente por debajo de su propio nivel?
Esta pregunta comienza a contestarse en otra historia de Helen, que se ha hecho famosa entre
los estudiantes del Curso: el cuento de la compra de un tapado de piel. Helen quería tener un
tapado de invierno y Jesús le dijo que fuera a un negocio de descuentos, que ella juzgaba que no
era lo suficientemente respetable para ella. Ahí, no sólo encontró el tapado exacto que ella quería,
sino que también pudo serle extremadamente útil al vendedor, que tenía un hijo retardado (un
área de la especialidad profesional de Helen). Después, Jesús dijo que él la mandó a este negocio
en particular, porque ahí iba encontrar justo el tapado que quería y "porque el peletero te
www.bibliotecaespiritual.com
necesitaba". Entonces, aquí Jesús proclama que envió a Helen a una misión insospechada para
ayudar a un completo extraño con un hijo discapacitado.
La Historia de la Clínica Mayo
Encontramos un tema similar, el de ayudar a un completo extraño, en la intrincada y fascinante
anécdota de la Clínica Mayo. Esto ocurrió en Septiembre de 1965, apenas antes de comenzar el
dictado del Curso. Esa primavera, Helen y Bill se habían unido para buscar "una manera mejor" de
hacer las cosas. Esto, como saben la mayoría de los estudiantes del Curso, disparó una serie de
visiones internas en Helen, además de una serie de experiencias psíquicas. Helen estaba ahora en
medio de la etapa posterior, lo que ella llamaba su "etapa mágica". Los poderes psíquicos que
estaba descubriendo le provocó mucha ansiedad, aunque también le causaban sentimientos de
orgullo y engreimiento. Sin saberlo, estaba aproximándose a una decisión crucial acerca del
propósito que le daría a sus dones recién descubiertas.
En este tiempo, el hospital los mandó a ella y a Bill a una visita de investigación a la Clínica
Mayo. La noche antes de partir, Helen recibió en su mente una imagen clara y detallada de una
iglesia Luterana, que se sentía segura que verían al día siguiente cuando arribaran a Rochester,
Minnesota. Sin embargo no fue así, y luego de una agotadora búsqueda en un taxi que tomaron,
pasando por veinticuatro de las casi treinta iglesias de la ciudad, todavía no la habían encontrado.
Finalmente, al día siguiente en el aeropuerto, listos para regresar a casa, Bill encontró una guía
turística con una foto de la misma iglesia que Helen había "visto." La ironía es que había ocupado
el sitio de la actual Clínica Mayo, pero se había demolido a fin de construir el hospital.
En el viaje de vuelta hicieron escala en Chicago. En el aeropuerto, Helen vio a una joven mujer,
obviamente viajando sola, sentada contra la pared. Helen, aparentemente en virtud de las mismas
habilidades por las que había visto la iglesia, "sentía olas y olas de angustia que la atravesaban".
Aunque Bill no quería que Helen les involucrara con esta persona desconocida, y no vio ninguna
señal de la angustia que Helen presentía, Helen insistió en que tenía que ir a hablar con ella.
La mujer se llamaba Charlotte. Estaba aterrorizada de viajar y entonces, Helen y Bill se
ofrecieron para sentarse de cada lado de ella en el avión, mientras que Helen la tomaba de la
mano. Había sentido como que la vida la estaba "acorralando" y entonces, sin hacer ningún plan,
había dejado a su esposo y tres hijos, y sin más que una pequeña valija y unos pocos billetes de
cien dólares, se iba a Nueva York para empezar una nueva vida, sin planes de alojamiento ni nada.
Era Luterana, y estaba segura que lo único que tenía que hacer era encontrar una iglesia
Luterana en Nueva York y que ellos se ocuparían de ella. Bill y yo cruzamos miradas. El mensaje no
era difícil de entender. "Y esto," me pareció escuchar, "es mi verdadera iglesia ... ayudar al otro;
no el edificio que viste antes." (Viaje sin distancia)
Helen y Bill la ayudaron mucho a Charlotte durante su breve estadía en Nueva York. Hasta le
encontraron una iglesia Luterana para quedarse. Luego de eso regresó a su familia, y Helen se
mantuvo en contacto con ella durante muchos años.
Õsta me parece una historia fascinante, que en el fondo demuestra más de lo que al principio
se sospecha. Veámoslo más de cerca. Helen comienza yendo en busca de una iglesia en particular.
Pero en realidad es una búsqueda para confirmar sus poderes psíquicos. Esta búsqueda se frustra,
y uno tiene la impresión de que debiera frustrarse. Hay algo que no está bien acerca de su afán
excesivo de confirmar sus visiones psíquicas. Por lo tanto, aún cuando encuentra su iglesia,
www.bibliotecaespiritual.com
descubre que es algo muerto del pasado. Ha sido reemplazado por otra cosa, del mismo modo en
que su fascinación con sus poderes tenía que ser reemplazado.
Charlotte también está buscando una iglesia. Ella quiere un lugar que la ayude y que sea un
refugio en esta difícil etapa de su vida. Inesperadamente encuentra ese lugar con Helen y Bill. Su
verdadera iglesia no era un edificio en Nueva York, sino dos personas que encontró en su camino.
E irónicamente, al encontrar Charlotte su iglesia, Helen encontró la propia. Helen había estado
buscando una iglesia en particular en Minnesota, pero, al ayudarla a Charlotte, lo que encontró
era una iglesia muy distinta. Encontró la verdadera naturaleza de la iglesia en sí.
En el proceso también descubrió el verdadero propósito de sus habilidades psíquicas, pues fue
llevada a ambas iglesias a través de esas habilidades. El mismo poder que le reveló la iglesia
Luterana también le reveló la necesidad que tenía Charlotte. ¿Cuál era el mejor uso de este poder,
ver edificios del pasado, o sentir la necesidad de alguien en el presente? ¿Para impresionar a otros
o para ayudar a otros?
Esta experiencia dejó su marca sobre Helen. Le llevó directamente a finalizar su etapa mágica,
y más específicamente la llevó a su visión de la cueva de los rollos manuscritos, en que eligió usar
sus poderes psíquicos como un canal al servicio de Dios, no como una forma ostentosa de leer el
pasado y el futuro. Esta elección significó su plena aceptación de su papel de escriba del Curso,
que comenzó sólo semanas más tarde. Helen comenta:
Estoy muy agradecida a Charlotte. Se me ocurre que si no fuera por ella jamás hubiera
encontrado el manuscrito sin su ayuda. Es muy posible que la magia tenía que finalizar debido al
simple hecho de Charlotte antes de que yo pudiese tomar la decisión final de abandonar la magia
reemplazándola por algo mucho más deseable.
En esta experiencia, entonces, Helen y Charlotte están claramente en paralelo. Ambas son
mujeres viajando a una ciudad distante, esperando encontrar una iglesia Luterana. Detrás de esa
búsqueda, sin embargo, hay otra que es más profunda. Ambas en realidad están procesando un
tema mayúsculo de vida, que no es otro que encontrar su lugar correcto. Charlotte quiere salirse
de su situación asfixiante y está preguntándose si debiera estar con su esposo e hijos. Helen está
procesando qué es lo que debe hacer con sus poderes psíquicos, una cuestión que determinará si
ha de cumplir con su función de ser escriba del Curso.
Ambas encuentran su iglesia, pero resulta que ese no es su verdadero destino. Su búsqueda
sólo concluye verdaderamente cuando sus caminos se cruzan y se encuentran la una con la otra. A
través de su asociación, cada una encuentra la ayuda para resolver el tema que le enfrenta y
también su lugar en la vida. Charlotte regresa a su familia (aunque eventualmente se separa de su
esposo y es más feliz por ello), y Helen abandona la magia y se embarca en su verdadera función
como escriba de Un Curso de Milagros. Ambas, en efecto, descubren que la verdadera iglesia no es
los edificios que estaban buscando, sino la profunda ayuda que reciben la una de la otra.
Ken Wapnick dice que esta "era una de las más significativas experiencias que Helen y Bill
compartieron juntos." Da la impresión de haberse entrelazado muchos elementos de manera
cuidadosamente orquestada, visiones psíquicas, guía interior, circunstancias físicas, y temas de
vida mayúsculas, todas entretejidas para señalar algo. ¿Y qué era ese algo? Se podría decir que era
esto: la verdadera espiritualidad no consiste en ir a la iglesia ni de ejercitar poderes
sobrenaturales, sino de ayudar a un hermano necesitado. El único propósito de la experiencia era
que Helen y Bill le tendieran la mano a esta persona totalmente desconocida; y no a cualquier
www.bibliotecaespiritual.com
desconocida, sino a alguien a quien tal vez preferirían evitar, alguien en el proceso de dejar a su
esposo y tres hijos sin previo aviso.
Bill no es exactamente un héroe en esta historia, pero ciertamente podemos entender su
actitud. Imaginemos que uno está tomando un vuelo a casa a la noche, rendido porque nos
pasamos la noche anterior buscando una iglesia infructuosamente. Todo lo que uno quiere es un
poco de paz regresando a casa. Entonces, soportando una escala de una hora en un aeropuerto
frío, vacío, el acompañante de uno (que lo hizo pasear en busca de esa iglesia) le pone el ojo
encima de una desconocida e insiste, primero, que uno tiene que hablar con ella, y luego, que ella
se siente entre los dos en el avión. ¿Cómo hubiera reaccionado?
Yo admito que hubiere estado fuertemente tentado a reaccionar justo como lo hizo Bill, y
sentir que ayudar a Charlotte era algo que me invadía. ¿Porqué sus problemas se vuelven míos?
¿Porqué he de ser yo el que la ayude? Además me pregunto cuántos de nosotros buscaríamos
justificar esta posición con las municiones del Curso. Todos sabemos cuales son: sus problemas los
fabricó ella; sus circunstancias no son reales; su sufrimiento es sólo una proyección mía; yo tendría
que cambiar de parecer, no cambiar el mundo; mi única responsabilidad es aceptar la Expiación
para mí mismo; etc.
Sin embargo en el Curso no hay justificación para esta actitud. El hecho es que la elección de
Helen de ayudar a Charlotte, como ella misma lo admitió, bien pudo haber sido lo que permitió
que el Curso viniera a través de ella. Piénsenlo: si Helen no hubiese ayudado a Charlotte, el Curso
tal vez nunca hubiera llegado a tu vida. La próxima vez que sientas un tironeo para que le tiendas
la mano a alguien que lo necesita, y estés sopesando si lo vas a ayudar o no, podrías pensar acerca
de qué gran cosa podría salir de este gesto de solidaridad
La conferencia de Princeton
La última anécdota que quiero compartir es el más claro ejemplo de todos los argumentos que
estoy tratando de presentar. En enero de 1966, a Bill se le pidio que asistiera a una conferencia
sobre rehabilitación en Princeton, Nueva Jersey. Jesús tuvo mucho que decir acerca de esta
conferencia. Dijo que había arreglado que Bill fuera. ¿Por qué? Porque Bill necesitaba
rehabilitarse, y sólo lo haría si rehabilitaba a otros. Sin embargo, como vimos en la historia de la
Clínica Mayo, él se resistía a prestar ayuda. De hecho, les tenía miedo a aquellos que necesitaban
rehabilitación. Temía ver los cuerpos tullidos, porque le recordaban lo vulnerable que era su
propio cuerpo. Le temía a los cerebros dañado por la misma razón. Y le temía a aquellos con egos
débiles, que los hacía dependientes de otros, porque le hacía recordar a su propia debilidad. Como
resultado, según Jesús,
Te retraes para permitir que tu ego se recupere y para volver a lograr suficiente fuerza para
volver a ser de ayuda sobre una base lo suficientemente limitada que no amenace a tu ego, pero
también demasiado limitada para darte alegría a ti. (Ausencia de Felicidad)
¿No es verdad que todos nos podemos identificar con esta actitud? El sólo ver esos cuerpos
rotos, cerebros dañados y egos debilitados es algo que casi todos encontramos amenazante. "Ese
podría ser yo," nos damos cuenta. Sentimos cómo se socava nuestra estabilidad interna. Entonces
qué hacemos, nos ponemos a resguardo, para recuperar la fuerza, de modo que podamos volver y
ayudar en la medida que podamos soportarlo. Sin embargo al no ayudar más, no sólo se lo
estamos negando a otro, sino a nosotros también. Nos estamos privando de alegría.
www.bibliotecaespiritual.com
Por eso es que Jesús mandó a Bill a esa conferencia, no para escuchar puntos de vista
iluminados sobre la rehabilitación. Aparentemente, Jesús no esperaba que hubiese puntos de vista
iluminados. Mandó a Bill ahí a enfrentarse con el miedo que le provocaban aquellos que
necesitaban ayuda, de verlos como debilitados y dañados a pasar a verlos como merecedores del
orgullo de Dios.
A los fines de este propósito, lo mandó a Bill armado con una oración "de verdadera ayuda",
tan popular entre los estudiantes del Curso. Muchos de nosotros hemos recitado esta oración
muchas veces, tal vez cientos de veces. De lo que tal vez no nos demos cuenta es que fue dado
para una situación específica, diseñada para ayudar a Bill a sobreponerse de su miedo de ayudar a
todo tipo de personas que, casi seguro, nosotros mismos tendríamos miedo de ayudar. En este
caso, no hubo un remedo positivo en la renuencia de Bill de ayudar a otros. No se vio como santo,
como una profunda extensión de la enseñanza del Curso sobre la irrealidad del mundo. En vez, se
vio de la alegría que debiera ser suya. Ese es el propósito de la última línea de la oración: "Sanaré a
medida que le permita enseñarme a sanar" (T-2.V.18:6). Bill sólo encontraría su propia sanación,
su propia rehabilitación, cuando aprendiera cómo ser verdaderamente de ayuda a los demás,
específicamente, a una población que su ego deseaba evitar.
Conclusión
Comencé preguntando, "¿Recibieron los escribas del autor del Curso, indicaciones de servir a
otra gente en formas concretas, incluyendo servir a extraños y a los socialmente marginados?"
Aquí es donde creo que la respuesta es clara e indiscutible. Jesús les pidio a sus escribas no sólo
que visiten amigos y parientes necesitados, sino que les tendieran la mano a extraños, extraños
que definitivamente caen en la categoría de los socialmente marginados: los discapacitados en su
desarrollo, madres que dejan a sus hijos, inválidos y discapacitados, dependientes, y aquellos con
daños cerebrales. Esto incluye ayudar a extraños que conocemos espontáneamente (como en las
historias del tapado de piel y la Clínica Mayo) e ir a visitar a gente en las instituciones con el
propósito de ayudarlos (uno naturalmente estaría haciendo eso justamente en el trabajo de
rehabilitación, y Bill tenía que perder su temor de hacer este trabajo). Y hacer este servicio
siempre estaba relacionado con recibir bendiciones para uno mismo. Ayudar a otro puede estar
relacionado con encontrar el tapado de invierno que necesitas, o tal vez con bendiciones más
contundentes, como encontrar tu propia rehabilitación, o convertirse en una persona gozosa, o a
asumir el papel que uno tiene en la salvación del mundo.
El mensaje está claro: Cuando Jesús habla en el Curso de abrir nuestra casa a los extraños que
sufren, ofrecer refugio a los que deambulan fatigados, o de organizar un banquete para nuestros
hermanos hambrientos, no está hablando del todo metafóricamente. En vez está ofreciendo
pequeñas fotos del tipo de comportamiento que espera de sus seguidores. Me llama tan
poderosamente la atención que estas imágenes del Curso sean casi indistinguibles del tipo de
servicio que le pidio a sus escribas que llevaran a cabo. Y ambos se parecen casi exactamente al
tipo de servicio que Jesús mismo desarrolló cuando caminó sobre la tierra. ¿De verdad nos
sorprende?
Para mí todo esto se convierte en una idea asombrosa: desinteresadamente extender nuestra
ayuda a extraños y a los socialmente marginados es parte del camino del Curso. Es parte de la
forma de vida a la que el Curso nos está llevando. Como Jesús le dijo a Helen, ayudar a otros es su
verdadera iglesia. Si nuestro estudio y práctica del Curso no resulta en que les tendamos la mano a
www.bibliotecaespiritual.com
nuestros hermanos y hermanas necesitadas, entonces no hemos entrado a su iglesia. No hemos
traspasado la puerta de entrada.
Y me temo que ahí es más o menos donde está actualmente nuestra comunidad del Curso:
parados exactamente como era: el ego de Bill reaccionando con miedo y evitando que Bill
disfrutara afuera de la iglesia, hablando de ideas elevadas, y sin entrar. De alguna manera,
nosotros como comunidad hemos logrado pasar por alto lo que significa entrar. Para ser honesto,
y aquí hablo por mí también, probablemente deberíamos admitir que no sólo lo hemos pasado por
alto, sino que a propósito hemos mirado para otro lado. Sabíamos que el autor del Curso afirmaba
ser Jesús, y la mayoría de nosotros hemos creído esa afirmación. ¿Qué suponíamos que nos iba a
pedir Jesús?
La Visión Social de un Curso de Milagros
por Robert Perry
Si el título de este artículo les parece incongruente, estoy seguro de que no son los únicos con
ese parecer. Quienes están familiarizados con Un Curso de Milagros no suelen pensar en términos
de su visión social. ¿Acaso no nos impulsa el Curso a "no tratar de cambiar el mundo" (T21.In.1:7)? ¿No es nuestra única responsabilidad el aceptar la Expiación para nosotros (T-2.V.5:1)?
¿No trata el Curso estrictamente acerca de cómo percibimos al mundo en nuestras propias
mentes?
Durante años, hemos estado argumentando en el Círculo que el Curso tiene una profunda
relación con nuestro papel en el mejoramiento del mundo, y que hasta nos ve desempeñando esta
función a través del "ajetreo de cualquier actividad" (T-18.VII.8:3). Recientemente le encontré una
nueva dimensión a esto. Existe un número de imágenes en el Curso que uno podría llamar
situaciones sociales ideales. Generalmente son altamente simbólicas: representan templos, cielos,
jardines, y casas con tesoros. Obviamente no deben ser interpretadas al pie de la letra, si bien
describen situaciones colectivas. Nos sitúan en relación con el más amplio espectro de la sociedad.
Y ese elemento - estoy convencido - debe ser tomado literalmente.
Algo que encuentro fascinante sobre estas imágenes es que parecen diferentes tomas de una
misma plantilla. Una imagen particular del Curso, por ejemplo, la imagen del círculo de la
Expiación (T-14.V.6-11) sólo captará ciertos aspectos de esta plantilla. Pero una vez que se
empiezan a colocar estas varias imágenes una al lado de la otra, se identifican temas que se
repiten una y otra vez, y entonces, se ve su sucesión en orden lógico. Y es este grupo de temas en
orden lógico la plantilla a la que me refiero. He aquí los elementos de esa plantilla, en orden:
1. El desierto: El mundo como un lugar falto de amor.
2. El milagro: La mente de alguien cambia y entra el amor verdadero.
3. Se establece el oasis: Este amor establece un lugar diferente.
www.bibliotecaespiritual.com
4. Vienen los Invitados: Dios y Cristo entran con sanación y santidad.
5. Todos están invitados: Todos los que deambulaban solos y sin rumbo son invitados a entrar
para encontrar la sanación.
6. Quienes llegan traen regalos: Quienes son sanados por el oasis le traen bendiciones.
7. El oasis se extiende y abarca el mundo.
Una vez que se reconoce y se entiende esta plantilla, uno se da cuenta que el autor diseñó
cada imagen como una variante de la figura general, que podría describirse justamente como
utópica. Observemos ahora cada aspecto de esta figura más detalladamente:
1. EL DESIERTO
Esta plantilla comienza con una imagen del mundo tal cual es. Una imagen favorita en el Curso
para esto es la de un desierto (ver T-18.VIII.8-10, T-20.III.9:3, T-20.VI.11:3-5, T-26.IX.3, L-pII.13:5);
un sitio falto de vida, en donde individuos aislados deambulan en el suelo polvoriento, perdidos y
solos, extraños entre sí, sin hogar, débiles, hambrientos, vanamente en búsqueda de un agua que
no pueden encontrar, y finalmente mueren totalmente solos. Es una imagen caracterizada por el
vacío: vacío de vida, de vitalidad, de esperanza, de alimento, de dirección y de compañía.
Podemos entender rápidamente esta imagen como literal. De hecho, ocasionalmente
escuchamos acerca de gente que se pierde en el desierto y muere buscando agua y ayuda. Sin
embargo, el Curso pretende que esta sea una imagen simbólica que describe al mundo entero, no
externa sino internamente. A nivel mental/emocional, este mundo es un desierto. Está seco del
amor y la alegría que nos nutren y sostienen internamente. En lo externo, vamos y venimos con
grandes metas, uniéndonos con otros para proyectos conjuntos de hogar y negocios. Sin embargo,
en lo interno somos caminantes perdidos, buscando sin rumbo aquella agua de vida quién sabe
dónde, y sintiéndonos profundamente solos en nuestros corazones. En otras palabras, de la misma
forma en que un desierto es un lugar desolado en el ámbito físico, el mundo entero está desolado
en el ámbito interno e interpersonal.
El siguiente pasaje habla más literalmente acerca de la condición que simboliza la imagen del
desierto. De hecho, contiene la idea a la que me refiero: que, mientras en lo externo tenemos
hogar y compañía, en lo interno nos sentimos solos y sin hogar:
Y así, vagan por un mundo de extraños, distintos de ellos, viviendo tal vez con los cuerpos de
esos extraños bajo un mismo techo que a ninguno de ellos da cobijo; en la misma habitación y, sin
embargo, a todo un mundo de distancia. (T-22.In.2:8)
2. EL MILAGRO
El desierto del mundo se produce por un elemento crucial que aún no he mencionado: el odio.
Esto se hace explícito en la sección "Pues Ellos han llegado" (T-26.IX), que habla de un "viejo odio"
(T-26.IX.2:3, 3:8) que se ha instalado entre tú y tu hermano desde tiempo inmemorial. Este odio
coloca una sombra, un espacio, una brecha (aún "una llameante espada de muerte," T-24.III.4:7)
entre ustedes dos. Hablando en forma figurada, es como un sol inclemente que convierte la tierra
en un desierto; oímos acerca del "terreno yermo que el odio había calcinado y dejado estéril" (T26.IX.3:5).
www.bibliotecaespiritual.com
A este desierto entra algo que lo cambiará todo eventualmente: el milagro. El milagro ocurre
cuando, en medio del odio ancestral, alguien elige perdonar. Si el odio es lo que hace del mundo
un desierto, ¿qué pasa cuando el odio se aparta? El Curso responde esta pregunta con bellas
imágenes de una naturaleza vuelta a nacer:
La sangre del odio desaparece permitiendo así que la hierba vuelva a crecer con fresco verdor,
y que la blancura de todas las flores resplandezca bajo el cálido sol de verano (T-26.IX.3:1)
Los milagros son como gotas de lluvia regeneradora que caen del Cielo sobre un mundo árido y
polvoriento, al cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a morir. Ahora tienen agua. Ahora el
mundo está lleno de verdor. Y brotan por doquier señales de vida. (L-pII.13.5:1-4)
La sección "El lugar que el pecado dejó vacante" (T-26.IV) contiene una poderosa imagen
acerca del reemplazo del odio por parte del milagro y del renacimiento del mundo. La imagen
comienza con dos personas separadas porque cada una de ellas percibe a la otra como pecadora y
maligna. Esta percepción de pecado las separa, como una fuerza invisible que las hace repelerse.
Entonces, una de ellas perdona, y este perdón es retornado por la otra. El espacio entre ellas se
convierte ahora en "el lugar que el pecado ha dejado vacante". Ahora no hay nada que los separe,
nada que detenga su impulso natural a unirse. Y ãSe funden en el espacio que el pecado dejó
vacante" (T-26.IV.2:6).
Con este milagro, renace el mundo. "El perdón convierte el mundo del pecado en un mundo de
gloria, maravilloso de ver. Cada flor brilla en la luz, y en el canto de todos los pájaros se ve
reflejado el júbilo del Cielo" (T-26.IV.2:1-2). Es más, el espacio que el pecado ha dejado vacante se
convierte en santo lugar (T-26.IV.3:1), en el que un altar se erige y se eleva muy por encima del
mundo para alcanzar a Dios.
Este milagro establece los cimientos para lo que llamo la visión social del Curso. El milagro a
veces se representa como teniendo lugar dentro de una sola mente que elige perdonar y ser
sanada. En otras ocasiones, es una sanación, una unión entre dos personas. Hablaré acerca de
ambos casos más adelante. De cualquier forma, alguien ha elegido soltar el odio, el odio enfermizo
que ha calcinado la tierra y la ha convertido en desierto. Esta sola elección pone en movimiento
todo lo que sigue.
3. SE ESTABLECE EL OASIS
El milagro, al ser una reversión del odio que causó el desierto, termina estableciendo un lugar
especial sobre la faz de la tierra, un oasis en el que todas las duras condiciones del desierto han
sido cambiadas. "El desierto se convierte en un jardín lleno de verdor, fértil y plácido" (T18.VIII.9:3). Hay muchos aspectos de este concepto general. En un mundo de gente perdida y
debilitada por una búsqueda sin fin, este oasis es un lugar de descanso (el descanso es, de hecho,
un tema relevante en casi todas las imágenes que exploraremos). En un mundo de extraños, este
es un lugar de unión verdadera, en donde los antiguos enemigos se han convertido en dilectos
amigos. En un mundo en donde nadie parece experimentar una pertenencia real, este es un hogar
tibio y acogedor (ver L-pI.159.7). En un mundo de gente internamente hambrienta, este lugar
brinda una fiesta continua de abundancia, en donde "cuanto más reciba cada uno, más habrá para
ser compartido por todos los demás" (T-28.III.9:2). Y en un mundo profano y sin Dios, este es
ahora santo lugar, hecho santo no por imposiciones, vórtices o viejas iglesias, sino por el triunfo
sobre el miedo: "El más santo de todos los lugares de la tierra es aquel donde un viejo odio se ha
convertido en un amor presente" (T-26.IX.6:1). En este santo lugar el Curso ve que surgen altares
www.bibliotecaespiritual.com
(ver L-pI.183.5:4; T-26.IV.3:4; L-pII.2.3:4) y se edifican templos: "Vuestra relación es ahora un
templo de curación; un lugar donde todos los que están fatigados pueden venir a descansar" (T19.III.11:3).
Esta cita final nos indica a qué se refieren estas imágenes realmente. Obviamente, no debemos
tomarlas literalmente e imaginar que al perdonar a alguien, aparecerán instantáneamente flores
de la tierra a nuestro alrededor y altares de tierra surgirán entre nosotros. La cita de arriba
significa que el templo no es un lugar físico. Es la relación entre dos personas que han perdonado.
Alternativamente, puede ser una sola persona. Otro pasaje dice que aquél que libera su mente de
aquello que se opone a Dios "se convierte en un refugio donde los que están cansados pueden
hallar descanso" (L-pI.137.11:3).
No tenemos que pensar mucho para entender lo que esto significa. Cuando se está en
presencia de una persona verdaderamente amorosa y apacible, es fácil sentir que se ha
encontrado un oasis en el desierto, como si se hubiera llegado a casa y finalmente se pudiese
descansar. El estudioso contemporáneo de Jesús, Marcus Borg, señala acerca de este mismo
fenómeno básico:
La impresión es clara: estar en la presencia de Jesús fue una jubilosa experiencia. Esta
experiencia de alegría en la presencia de una figura religiosa notable tiene paralelos en otros
tiempos y sitios. A la vez dentro y más allá de la tradición cristiana, se habla de una "presencia" o
"zona" alrededor de un santo que es virtualmente palpable, que se puede "sentir". Simplemente
estar en la presencia de tal persona afecta la realidad de la cual él o ella habla....Estar en la
presencia de Jesús fue experimentado como estar en la presencia del Espíritu que fluía a través de
él. (Jesús: Una Nueva Visión. New York: HarperCollins, 1987, p. 129)
Borg añade el siguiente comentario en una nota final:
Dentro de la tradición budista, se habla de un "campo de Buda" que podía ser sentido no sólo
alrededor de Buda, sino también alrededor de otros iluminados que le seguían. Dentro de la
tradición cristiana una "zona" similar se sentía alrededor de San Francisco, al igual que alrededor
de otros. (p.144)
En cuanto a la mención de jardines en el desierto y paraísos de descanso, el Curso, estoy
seguro, habla simbólicamente del mismo fenómeno. La única diferencia es que también enfatiza
este fenómeno en relación con dos personas que se han salido de sus egos para lograr una unión
auténtica. Estar en presencia de tales personas sería entrar en la misma "zona" que se
experimenta alrededor de un santo.
4. LLEGAN LOS INVITADOS
Esta noción de un campo de santidad tiene como eco uno de los rasgos principales de estas
imágenes del Curso. El rasgo podría llamarse la llegada de los Invitados. Los Invitados son Dios y Su
Hijo, el Cristo, el verdadero Yo de todas las personas y de todo lo viviente.
Este rasgo, por lógica, debería tal vez ser anterior; puesto que el milagro que transforma el
desierto y establece el templo es la llegada misma de los Invitados. El milagro es atraído por
nuestra elección de renunciar al odio, pero esta elección no es el milagro. Es simplemente una
invitación a los Invitados a venir y a morar con nosotros. Su venida es lo que convierte la tierra que
pisamos en santo lugar. Su llegada es lo que convierte al desierto en un jardín. Son Quienes
www.bibliotecaespiritual.com
proveen la abundancia infinita del festín magnífico. Y llegan tan pronto como se Les da la
bienvenida, que es siempre cuando elegimos perdonar a nuestro hermano en vez de odiarlo. Para
entender la importancia atribuida a Su llegada, se podría leer "Pues Ellos han llegado" (T-26.IX),
que presenta este tema y es una de las secciones más poéticas y conmovedoras de todo el Curso.
Su Presencia, en otras palabras, es la "zona" que el Curso describe como un jardín, un templo,
un refugio, un hogar, en el que agotados viajeros pueden descansar finalmente y ser sanados de
todos aquellos años deambulando bajo el reflejo calcinante del odio.
5. TODOS ESTÁN INVITADOS
Todos queremos encontrar un lugar diferente al resto del mundo, un sitio de donde estén
ausentes la locura, la crueldad y la escasez habituales. Todos buscamos cobijo de la tormenta. Sin
embargo, cuando encontramos el oasis que buscamos, ¿qué hacemos de inmediato? Una lista de
quienes son y una de quienes no son bienvenidos. Estas dos listas son varias, realmente. Primero,
están quienes viven allí. Luego, quienes no viven allí pero son tan bienvenidos que no tienen que
tocar a la puerta. Luego están aquellos que pueden aparecer cuando quieran, pero deben sin
embargo tocar. Luego quienes deben hacer una cita previa; y luego los que ni siquiera deberían
intentar pedir cita sin una razón extraordinaria - hasta aquellos que nos harían llamar a la policía si
pisan nuestro patio.
Esto es básico en cuanto a la naturaleza de nuestros hogares, clubes, sociedades y
asociaciones. Nos congregamos con quienes se nos parecen y quienes sirven a nuestros intereses,
y excluimos al resto. Las agrupaciones humanas se definen por quienes excluyen. Después de
todo, si dejamos que cualquiera y todos entren, entonces el propósito esencial de nuestro enclave
se destruirá. ¿Cómo puede ser un refugio de la tormenta si dejamos que entre la tormenta? La
naturaleza misma de un enclave seguro es que mantiene fuera al mundo peligroso.
Si bien el excluir a nuestros hermanos es un acto de odio, al excluirlos, en vez de aislarnos de la
tormenta, traemos su esencia a nuestras mentes. Las mismas murallas que edificamos para
mantener fuera a la tormenta están hechas de sus oscuras nubes. El oasis que creemos haber
creado es simplemente una ilusión, que nos permite retraernos hacia fantasías y en sueños olvidar
que aún estamos perdidos en el desierto, muriendo lentamente bajo su sol inclemente.
El oasis a que se refiere el Curso es un sitio completamente diferente, puesto que una vez que
se establece este lugar, invita a todos literalmente. No hay jerarquía de bienvenida. No hay
sistema de castas de la elite y los intocables. Una y otra vez se nos dice que todos son bienvenidos,
puesto que tal es la naturaleza del amor, y es de amor que está hecho este oasis.
5a. Imágenes específicas
"Todos son bienvenidos" se dice fácil, pero es realmente muy difícil de asimilar. Está tan
completamente fuera de nuestra programación cultural que, cuando lo escuchamos, casi no es
computable. Puede sonar demasiado fácil a palabras vacías. Para ayudarnos a apreciar este rasgo,
permítanme recorrer las diversas imágenes de "visión social" del Curso y resumirlas, a la vez que
resalto este aspecto de bienvenida general.
El pequeño jardín
www.bibliotecaespiritual.com
"El Pequeño Jardín" (T-18.VIII) es una de las imágenes más queridas del Curso (y de hecho la
única de las que exploraré que contiene la plantilla completa). Comienza por pintarnos como el
amargado gobernante de un pequeño reinado, un trozo de desierto carente de valor. Al ver cuán
poco tenemos, el Curso dice, ¿no deberíamos apelar al amor para entrar y transformar a nuestro
pequeño reino (T-18.VIII.8:4-5)? Apenas entra el amor, "El desierto se convierte en un jardín lleno
de verdor, fértil y plácido, ofreciendo descanso a todos los que se han extraviado y vagan en el
polvo" (T-18.VIII.9:3). No nos contentamos con abrir simplemente nuestro jardín a estos perdidos;
salimos y peinamos el desierto buscándolos y, una vez que los encontramos, los guiamos
amorosamente de regreso a nuestro jardín (T-18.VIII.10:1-2).
El círculo de la Expiación
"El Círculo de la Expiación" (T-14.V) presenta una imagen similar. El círculo es un lugar en
donde todos se unen en la meta de liberar al mundo de culpabilidad, y unidos en la vivencia del
poder de Dios, que abarca a todos en "la seguridad que ofrece su regazo de amor y unión" (T14.V.8:5). Este círculo no es un lugar físico sino mental, habitado por gente que, físicamente, está
esparcida en el mundo. Los miembros de este círculo son todos los que se han reconciliado con
Dios, todos los mensajeros de Dios en este mundo. Ya que este círculo incluye a los gigantes
espirituales de este mundo, uno debería esperar que fuera un círculo selecto que negara el acceso
a gente normal como nosotros. Aún así, de hecho, todos están ya dentro del círculo; todos están
reconciliados con Dios. Quienes se sienten fuera, creenerróneamente no ser dignos de entrar. Es
entonces la tarea de quienes se saben dentro, el alcanzar a todos aquellos que creen haber sido
"no deja a nadie afuera solo, sufriendo el dolor de la culpabilidad" (T-14.V.8:4), y atraerlos. Es el
trabajo de los mensajeros de Dios el llamar a todos, sin importar cuán pecadora parezca la
persona, y darle el mensaje: "Eres libre de culpa. Ven al círculo, a donde perteneces."
La fiesta de la comunión
En "Los Obstáculos para la Paz" existe una bella imagen de un festín (T-19.IV(A).16). El amor ha
preparado esta fiesta para nosotros para honrar nuestra relación santa con otra persona. Tiene
lugar "en un plácido jardín donde sólo se oye un cántico angelical y un suave y feliz murmullo." (T19.IV(A).16:1). Se presenta en una mesa que es a la vez un altar - "la mesa de comunión" (T19.IV(A).16:3). Este festín es en un lugar tan sagrado, en una mesa tan santa, que se podría
imaginar que sólo los más especiales serían invitados. Nos sorprendemos, entonces, al leer que
"todo el mundo es un invitado de honor" (T-19.IV(A).16:2) - no sólo bienvenido, sino como
invitado de honor. Todo el mundo. Finalmente, siguiendo con el tema de la llegada de los
Invitados, Jesús dice, " Yo me uniré a vosotros ahí, tal como lo prometí hace mucho tiempo y como
todavía lo sigo prometiendo" (T-19.IV(A)16.4). ¿Por qué se nos unirá? Porque ha cesado la
exclusión en nuestra nueva relación (T-19.IV(A).16:5). Al dejar de excluir a un hermano,
extendemos una invitación a Jesús, que él ha estado esperando recibir por dos mil años.
El centro de redención
La lección 159 contiene una notable imagen de una nueva clase de hogar. "Lo que estaba
destinado a ser la morada del pecado se convierte ahora en el centro de la redención y en el hogar
de la misericordia, donde se cura a todos los que sufren y donde se les da la bienvenida" (LpI.159.7:3). A todos los que sufren se les pide que vengan porque es aquí en donde encontrarán la
salvación (L-pI.159.7:4). Al llegar, encuentran que nadie es un extraño (L-pI.159.7:5), y que el único
regalo que se les pide es que acepten su bienvenida (L-pI.159.7:6). Esto atenta de tal forma contra
www.bibliotecaespiritual.com
nuestro concepto de un hogar (cuya noción misma es que cierta gente pertenece allí y otra no)
que quiero dedicarle algún tiempo a describir esto.
Imagínate avanzando hacia la puerta de la mansión más hermosa y espaciosa que jamás hayan
visto. Al tocar a la puerta, el propio dueño de casa responde y te pregunta: "¿Estás sufriendo?" Si
contestas "sí", te dice "Entonces entre por favor, puesto que aquí encontrarás lo que buscas.
Probablemente jamás hayas conocido a quienes están dentro, pero pronto te darás cuenta de que
no hay extraños aquí. Para entrar, sólo te pedimos un regalo: Que nos hagas el honor de
aceptarnos tu bienvenida."
El templo de la sanación
Una profunda relación entre dos personas es generalmente algo muy privado. Al igual que un
hogar, es algo que los dos comparten, algo a lo que los otros realmente no son invitados. En la
visión del Curso, sin embargo, si ha de ser genuina la unión de dos personas, sus cimientos deben
ser el principio de la unión en sí. Y si alguien se excluye, ese basamento no puede ser la unión. Una
relación santa totalmente realizada, entonces, se convertiría necesariamente en "un templo de
curación; un lugar donde todos los que están fatigados pueden venir a descansar" (T-19.III.11:3).
Nota que son "todos los que están fatigados". Ustedes dos han encontrado tal alegría en la noexclusión de cada uno, que quieren incrementarla incluyendo a todos. Su único deseo es atraer a
todos a la "zona" de su unión, para que puedan también vivir por sí mismos la deleitable plenitud y
el sentido de hogar que ustedes dos han sentido. Y al igual que con el pequeño jardín, ustedes dos
no sólo abren de par en par las puertas a todo hermano que necesite curación; en vez de esperar a
que llegue a su templo, salen y lo llaman (T-19.IV.1:8). "Y vosotros lo albergaréis y le daréis
descanso tal como se os dio a vosotros" (T-19.IV.1:9).
De forma interesante, hay una imagen similar de templo en otro sitio del Curso. Esta dice.
"Abre las puertas del templo y deja que tus hermanos distantes y tus amigos más íntimos vengan
desde los más remotos lugares del mundo, así como desde los más cercanos; invítalos a todos a
entrar y a descansar contigo" (L-pI.109.8:3). Esta imagen capta lo que el Curso dice acerca de
nuestras vidas: Nuestras vidas deben ser templos, cuyas puertas están abiertas de par en par tanto
a nuestros más " hermanos distantes " como a nuestros "amigos más íntimos".
El festín de la abundancia
Una de las más complejas de estas imágenes es la que llamo "el festín de la abundancia" (T28.III.8-7). Esta imagen se basa en la noción de una casa del tesoro o almacén, que el diccionario
Merriam-Webster define simplemente como "un edificio en donde se guarda un tesoro." Una casa
del tesoro, por supuesto, es un lugar en donde colocas tus objetos más valiosos y en donde
quieres una puerta sólida con una fuerte cerradura. La finalidad es guardar tus tesoros en donde
no te los puedan robar.
Pero ¿qué deberíamos guardar? El Curso nos describe como tontos que hemos guardado el
tesoro equivocado: "quienes confundieron el brillo de una piedrecilla con oro y almacenaron un
puñado de nieve reluciente creyendo que era plata" (T-28.III.7:2). Pensamos que somos hombres
ricos con montones de oro y plata en nuestro depósito, y en realidad lo único que tenemos son
algunas piedrecillas mojadas. Esta es una metáfora para todos los tesoros del mundo (incluyendo
el oro y la plata), que parecen tan valiosos pero terminan careciendo de valor puesto que no dan
verdadera felicidad.
www.bibliotecaespiritual.com
¿Qué deberíamos valorar entonces? "Considera, entonces, los plateados milagros y los dorados
sueños de felicidad como los únicos tesoros que quieres conservar dentro del almacén del mundo"
(T-28.III.7:1). Esta es la única clase de plata y oro que merece ser valorada, estos cambios de
percepción en los que un viejo odio se convierte en un amor presente. Cuando soltamos el odio, el
espacio que nos separó es reemplazado por la unión. "Y allí donde la diminuta brecha parecía
interponerse entre tú y tu hermano, únete a él" (T-28.III.8:2). Este milagro de unión invita
entonces a Dios y a Cristo a venir a nuestra casa del tesoro como Invitados nuestros, y a traer con
ellos ilimitados dones.
Cuando sabemos que somos los únicos que tenemos un verdadero tesoro en nuestro almacén
(el tesoro de los milagros), ¿qué hacemos? Algo que desafía todo pensamiento normal acerca de
casas del tesoro: Abrimos la puerta de par en par e invitamos a todos nuestros hermanos
hambrientos (los que están desvalidos porque guardaron las piedrecillas y la nieve) a un
inolvidable festín (ver T-28.III.7:2 y 8:7). Una vez que entran, encuentran que "El Amor ha
desplegado su mesa en el espacio" (T-28.III.9:8) que antes ocupaba nuestro odio. En esta mesa,
nuestros hermanos comparten con nosotros y con nuestros Invitados un milagroso festín en el que
(como cité anteriormente) "cuanto más reciba cada uno, más habrá para ser compartido por todos
los demás" (T-28.III.9:2). En vez de terminarse, la abundancia de este festín simplemente crece
más y más a medida que el festín continúa, año tras año. " Aquí los años de escasez no se
presentarán, ya que el tiempo no forma parte de este festín, pues es eterno" (T-28.III.9:7).
Esta es, por supuesto, una imagen altamente estilizada, pero a un nivel más literal su
significado probablemente esté claro ahora: Algo extraordinario sucede alrededor de una persona
que ha reconocido el poder milagroso del amor (o alrededor de dos personas así). La gente es
atraída a tal persona, como los hambrientos a un festín. Pero aquí, el quot;alimento" es
simplemente su amor, que no se agota, sino que crece en abundancia a medida que se comparte.
En presencia de esta persona, cosas no convencionales pueden suceder. La gente se sentirá curada
del vacío que los ha consumido toda su vida. Será amorosamente bienvenida la gente que en otros
círculos sociales habría sido excluida. Y el anfitrión de este festín se comportará de forma
radicalmente inconvencional, desafiando las reglas normales que gobiernan la riqueza y las
posesiones, a medida que su amor se expresa generosamente en forma tangible.
5b. Puertas abiertas y sin extraños
Ahora que hemos revisado estas diversas imágenes de bienvenida todo-abarcadora, quisiera
extenderme sólo un poco más en este aspecto. El Curso dice que en este oasis nadie es
considerado como un extraño. Esto refleja el tema que recorre el Curso de que debemos ver más
allá de la apariencia de que alguien es un extraño, pues verdaderamente no existe tal cosa. Intenta
no tratar a nadie que llegue a tu puerta como a un extraño, sino en vez de ello dale la bienvenida a
todo el mundo como si fuera tu más querido y antiguo amigo (ver T-20.II.5:5). Es más, imagina que
quienes llegan y reciben tu bienvenida no sólo son carteros bien presentados y niñas scouts, sino
indeseables sociales en seria necesidad. Después de todo, ¿de qué sirve un oasis si sólo está
disponible para aquellos que placen a nuestros egos? ¿No debería ser todo su propósito el
alcanzar a aquellos que están necesitados? Cuando el Curso menciona a aquellos a quienes
deberíamos alcanzar, los que están en la lista son siempre los necesitados. He aquí algunas de
tales listas:
Los desesperados(CIR 1)...los tristes y los compungidos, los solitarios y amedrentados...los
moribundos y los muertos. (L-pI.124.5:2-3)
www.bibliotecaespiritual.com
Los desolados, solitarios y con miedo...los que sufren dolor, o pena por pérdida, o se sienten
privados de esperanza y felicidad. (L-pII.245.1:4-5)
Los enfermos, los débiles, los necesitados y temerosos, y aquellos en duelo por lo que parece
una pérdida o sienten un aparente dolor, los que sufren de frío o hambre, o los que caminan por el
camino del odio y la senda de la muerte. (L-pI.195.5:2)
Esta es la gente que se supone debemos invitar a nuestro santuario de sanación. Si tomamos
aquellas características mencionadas dos veces o más en los pasajes anteriores, tenemos: los
solitarios, los temerosos, los que sufren dolor y los que están en duelo (o lloran) una pérdida. Si
decantamos más aún, tenemos simplemente: los necesitados. Para apreciar esta idea, imagínate
trabajando durante años para construir un santuario bellísimo, para cultivar un jardín exquisito en
el desierto o para guardar un tesoro en una caja fuerte inviolable, y entonces, una vez que has
terminado finalmente, colocas este letrero: "Bienvenidos todos los que se sienten solos,
temerosos, tristes y con dolor. Entren aquí y encuentren descanso."
Otro aspecto de esta bienvenida todo-abarcadora es la imagen de puertas abiertas. Este
símbolo se repite a través del Curso (36 veces en mi cuenta). Lo hemos visto, por ejemplo, en el
festín de la abundancia (T-28.III.7-9), que describía nuestra casa del tesoro con sus puertas
abiertas de par en par para dar la bienvenida a nuestros hambrientos hermanos. De forma
interesante, la imagen de la casa del tesoro se repite muchas veces en el Curso, y se describe a
menudo cono el tener las puertas abiertas. Por ejemplo, "Aquí las puertas no se cierran nunca, y a
nadie se le niega la más mínima petición ni su necesidad más apremiante" (L-pI.159.6:4). ¡Sólo
piensa en cuán incongruente es tener una casa del tesoro con puertas siempre abiertas! Esto es
más extraño aún si aquellas puertas se abren con el propósito expreso de llenar "el menor pedido
o la más urgente necesidad" de todos. Pero bien sea en relación con un almacén, un hogar o un
templo, la imagen de puertas abiertas es una afirmación poderosa cuyo significado se comprende
universalmente.
Aún otro aspecto de esta bienvenida imparcial se capta en la Lección 155, que dice que en lo
externo deberíamos tratar de vernos como todos los demás (L-pI.155.5:3). En otras palabras, no
deberíamos ser renunciantes (L-pI.155.4:2-3) con vestimenta especial y estilos de vida que nos
separan del resto de la cultura. ¿Por qué? Porque mientras más sienten los demás que somos
como ellos, más verán la relevancia para ellos de lo que hemos aprendido (L-pI.155.5:4-6:1). Si nos
vemos exactamente como ellos y hemos encontrado la paz en el perdón, entonces ellos
probablemente sospechen que también ellos pueden hacerlo.
Esta es, en mi mente, otra forma del concepto de puertas abiertas que acabamos de tratar.
Para decirlo más llanamente, ¿a qué templo te sentirías más bienvenido: a uno lleno de un grupo
gente especial con vestimenta diferente y estilo de vida de extrema pureza ritual, o uno lleno de
gente que, por toda apariencia exterior, es tal como tú? En este sentido, las reglas que gobiernan
un estilo de vida estrictamente religioso construyen una cerca que no sólo mantiene fuera
diversos "pecados", sino que también mantiene fuera a la propia gente que podría ser ayudada. La
fuerte barrera entre "nosotros" y "ellos" en muchas comunidades religiosas se supone que "nos"
debe proteger de la influencia diluyente y corruptora de "ellos". Pero, ¿qué pasaría si el hecho
mismo de invitarlos a entrar es la forma de hacer real nuestra pureza, de protegernos contra la
corrupción? Ese es el tópico de nuestra próxima categoría.
6. LOS QUE LLEGAN TRAEN REGALOS
www.bibliotecaespiritual.com
Se puede tener fácilmente la impresión de una sutil desigualdad entre quienes establecen el
oasis y los invitados a este. Si, por ejemplo, fueras tú quien estableciera el oasis, es posible que
estuvieras tentado a mirar a tus invitados y pensar "No los necesito a ustedes pero ustedes
definitivamente me necesitan a mí." El Curso se esfuerza en corregir esta suposición. Veamos
cómo trabaja esta corrección en tres de las imágenes.
La Lección 344 contiene aún otro retrato de la casa del tesoro. Comienza diciendo que, si estoy
guardando tesoros sólo para mí, cuando vaya a revisar mi almacén encontraré un cuarto vacío (LpII.344.1:2-3). Luego dice esto:
Aún aquél a quien perdone, me dará regalos más allá del valor de cualquier cosa sobre la
tierra. Que los hermanos a quienes he perdonado llenan mi almacén con los tesoros del Cielo, que
son los únicos reales. (L-pII.344.1:6-7)
Entonces, los hermanos hambrientos que invito a mi almacén son descritos como trayendo
tesoros con ellos. Pero ¿cuán exactamente traen tesoros mis hermanos atacados por la pobreza?
¿Cómo pueden traer regalos quienes no tienen nada? La imagen siguiente ayudará a aclarar esto.
El círculo de la Expiación (T-14.V), si recuerdas, era el círculo mental habitado por todos
aquellos que se unían en la meta de la salvación, en cualquier tradición espiritual. Todos en el
círculo están unidos en el sentirse puros e inocentes. Libres de toda culpa, se yerguen en la
Presencia del Santo mismo. Desde este lugar llaman a todos los que parecen estar fuera del círculo
con el mensaje "Eres libre de culpa. Ven al círculo." Lo hacen tanto por sí mismos como por
quienes son bienvenidos por ellos. Pues es sólo a través del acto de traer a otros, que quienes
están en el círculo se convencen verdaderamente de que ellos mismos están dentro (T-14.V.2-7).
¿Por qué? El darte cuenta de que estás dentro del círculo quiere decir que te das cuenta de tu
inocencia innata. Y, ¿cómo puedes sentirte verdaderamente inocente mientras señalas con tu
dedo a otros, condenándolos? ¿Cómo puedes sentirte libre de culpa mientras te niegas a ayudar a
tus hermanos necesitados? ¿Cómo puedes sentirte santo si, apenas entras, les cierras las puertas
del Cielo a los que han quedado fuera? Por otro lado, ¿cómo puedes fracasar en sentirte inocente
cuando estiras tu mano para alcanzar a todos tus hermanos en una bienvenida sin restricciones?
Tus hermanos perdonados se convierten, entonces, en símbolos vivientes de tu inocencia. Se
convierten en la afirmación de que perteneces al círculo. Esto, de hecho, es el tesoro que llevan a
tu almacén. Pues ellos ven tu santidad más clara y agradecidamente que tú. Cuando atraes a
alguien al círculo, rescatándolo de una lenta muerte afuera, él es quien sabe el verdadero valor de
tu asistencia, el verdadero poder de tu santidad, mucho más que tú. La mirada en su rostro te dice
que ve en ti mucho más de lo que ves tú. Entonces, se convierte en tu salvador en la misma forma
en que tú lo fuiste para él: Õl te convence de tu santidad al creer en ella más plenamente que tú.
En un sentido muy real, entonces, necesitas de él tanto como él te necesita.
7. EL OASIS SE EXTIENDE Y ABARCA AL MUNDO
No se supone que el jardín permanezca como un oasis. Un oasis, por definición, es un área
fértil dentro de una región mayor, árida. Este jardín se supone debe expandirse hasta que
reemplace al desierto enteramente:
Entran uno por uno a este lugar santo, pero no saldrán como entraron, solos. El amor que
trajeron permanecerá con ellos, tal como permanecerá contigo. Y bajo su benéfica influencia tu
pequeño jardín se expandirá y alcanzará a todo aquel sediento de agua viva, pero demasiado débil
www.bibliotecaespiritual.com
para continuar solo... Así crecerá y se extenderá a través del desierto, sin dejar pequeños reinos
aislados del amor, y dejándote en ellos. Y te reconocerás a ti mismo, y verás tu pequeño jardín
suavemente transformado en el Reino de los Cielos, con todo el amor del Creador brillando sobre
él. (T-18.VIII.9:6-8, 10:3-4)
El pasaje anterior completa el proceso empezado por el milagro inicial, que transformó a un
trozo de desierto en un jardín y te llevó a invitar a todos a él. Cuando los caminantes solitarios
llegan al jardín, dejan de estar solos. Se conocen y unen con otros que se refugian allí. Y cuando
estos nuevos amigos dejen el jardín, salen juntos, de la mano. Hasta tenemos la impresión de que
dejan el jardín como sus emisarios, llevando sus semillas a nuevos lugares.
Con cada nueva persona que entra al jardín para encontrar rejuvenecimiento, el amor de allí
crece. Y puesto que el amor es lo que produjo el jardín para comenzar, cuanto más amor absorbe,
tanto más este crece y se expande. Al extenderse, convierte a cada ínfimo reino que encuentra en
el desierto en un verde jardín, hasta liberar finalmente a todos los reinos solitarios, rescatar a
todos los caminantes sedientos, y cubierto al desierto entero con fresco verdor. El mundo que
solía ser un árido desierto, ahora es un reflejo puro del Amor de Dios y se "transforma en el Reino
de los Cielos". Por tanto, lo que comenzó como un milagro en la mente de una o dos personas, ha
elevado al mundo entero y lo ha llevado hasta las mismas puertas del Cielo.
RESUMEN
Espero que puedas ver ahora por qué llamo a esto una visión social. Describe una vía ideal para
quienes viven juntos en el mundo, una vía que reversa las dolencias de este mundo, y que, el
Curso afirma, transformará al fin a la sociedad humana. Es verdad, no es un programa que pueda
ser instituido a escala masiva por el gobierno, por ejemplo. Jamás podría ser legislado, puesto que
descansa enteramente en un profundo cambio interno. Tiene que comenzar con una o dos
personas que han tenido este cambio interno y luego lo han extendido a partir de allí. ¿De qué
otra forma podría funcionar? La sociedad convencional se produce por un estado mental masivo
de odio. (Pocos de nosotros harían uso de la palabra "odio" para describir nuestra actitud mental,
pero ¿cómo podríamos llamar a algo que nos lleva a cerrarle la puerta a la mayoría de nuestros
hermanos?) ¿Qué podría introducir cambio genuino en una sociedad basada en el odio, más que la
llegada del amor verdadero? Y ¿cómo podría legislarse esa llegada?
Hemos visto muchas imágenes simbólicas de esta visión social, pero permíteme resumirla en
términos cotidianos para que podamos tener una mejor idea de ella.
Comienza en un mundo lleno de odio en donde la gente se siente privada del amor que les
sostiene, y en donde vagan sin cesar, sin saber dónde saciar su sed interna. Nosotros mismos
comenzamos como todos los demás, pero un día, tomamos una decisión crucial de renunciar a
nuestro odio. Elegimos perdonar a alguien contra quien habíamos alimentado un rencor por
muchos años.
Esta sola elección inicia un proceso que no podíamos haber anticipado. Nuestro antiguo
enemigo nos devuelve nuestro perdón y ahora el odio que nos separaba desaparece, y así nada se
interpone a nuestro deseo innato de unirnos. La relación se desarrolla a lo largo del tiempo. El
viejo odio se convierte en un recuerdo lejano y nos adentramos más y más en la experiencia de
unicidad. Nuestra relación se convierte lentamente en algo como un lugar diferente, en el que el
duro clima del mundo externo ha dejado de existir. Se convierte en una especie de santo lugar en
la que reinan diferentes principios, en la cual lo milagroso se convierte en posible y hasta natural.
www.bibliotecaespiritual.com
En este punto podríamos permanecer aislados en nuestro pequeño refugio, gozando
privadamente uno de otro. Sin embargo nos damos cuenta de que la alegría de nuestra relación es
la alegría de la unión, y que limitar nuestra unión a esta sola persona también limita nuestra
alegría. Y entonces, hacemos lo no convencional: Abrimos de par en par las puertas de nuestras
vidas e invitamos a otros a compartir nuestra unicidad. No damos la bienvenida únicamente a
quienes pueden llenar nuestras necesidades o realzar nuestro status. Invitamos a todos los
necesitados y ¿quien en este mundo no está necesitado? Invitamos a los solitarios y temerosos, a
los que lloran y sienten dolor. Invitamos hasta a aquellos "que caminan por el camino del odio y la
senda de la muerte" (L-pI.195.5:2). Luego, no hay jerarquía en la bienvenida, no hay círculo
interno y círculo externo. En nuestro hogar, "todo el mundo es un invitado de honor" (T19.IV(A).16:2).
Cuando la gente llega a nuestro hogar, el interior parece bastante común, al igual que los que
ellos ven. Sin embargo, se sienten como si hubieran entrado en un templo, o si se hubieran
arrastrado fuera del desierto hacia un oasis. En estos ámbitos comunes sienten la presencia de
algo extraordinario. Sienten la presencia del amor. Sienten una plenitud interna en donde antes
había solamente vacío. Sienten como si, luego de años de hambre, se hubieran encontrado con un
continuo festín. Sienten que, luego de décadas de arañar por cada pequeña sobra, han entrado a
un campo de gracia divina en donde pueden descansar. Sienten que han llegado finalmente a casa.
Esto realmente no tiene nada que ver con las trampas físicas que ven y tiene todo que ver con la
"zona" de amor generoso alrededor de nosotros dos.
Con cada persona que trae gratitud, nosotros mismos nos sentimos más completos, más
convencidos de nuestra propia inocencia. Con cada persona que se va, el elixir de nuestro hogar es
llevado a un mundo sediento. Nuestro hogar crece con el tiempo. Construimos alas adicionales.
Algunos de los visitantes se quedan permanentemente como anfitriones del creciente número de
invitados de honor. La ciudad en la que vivimos se ve afectada por nuestro amor. Muchos de los
vecinos experimentan nuestra bienvenida y como resultado se vuelven más amables, más abiertos
ellos mismos a dar la bienvenida a la gente. Sólo con saber lo que hacemos a lo largo de nuestra
calle afecta el día a día de la gente y su relación con sus semejantes. A medida que sus valores
cambian en forma invisible, sin darse cuenta comienzan a tratar a sus familias de modo diferente,
a llevar sus negocios de manera distinta y aún votan diferente. La región entera es influenciada
sutilmente; se convierte en algo más como nuestra casa.
Quienes se han quedado con nosotros se motivan a comenzar hogares similares en otros sitios.
Y estos, también, elevan sutilmente el mundo que les rodea. Con el tiempo, lo que comenzó con
un gesto de perdón entre dos personas termina teniendo un efecto permanente en el mundo
entero. Por nuestro perdón, el clima global de odio se suaviza. Cuando todo se haya dicho y hecho,
nuestros esfuerzos, los esfuerzos de aquellos a quienes inspiramos y esfuerzos parecidos por parte
de otros, terminan cubriendo al mundo entero con amor, haciendo de él un reflejo puro del Cielo,
tan puro que finalmente "se funde con lo que allí se ve reflejado" (L-pI.167.12:3).
Este patrón general, por supuesto, puede asumir innumerables formas. Simplemente he
esbozado una de ellas. La he descrito como teniendo lugar sobre los cimientos de la unión de dos
personas. Pero, como vimos, también puede fundarse en una sola persona. En vez de ser un
hogar, podría tener la forma de un templo, un jardín, un comedor para indigentes, un centro
espiritual, o una comunidad expresamente constituida, siempre y cuando estén en armonía con
los principios que he delineado. El patrón ni siquiera tiene que ser estacionario. Puede consistir de
www.bibliotecaespiritual.com
una o más personas que viajan y afectan a la gente por doquiera que van. De hecho, existen
imágenes de esto específicamente en el Curso (ver, por ejemplo, T-22.IV.4-7).
CONCLUSIÓN
Ahora que he colocado esta visión en lenguaje más sencillo, podrás ver probablemente que no
es un patrón enteramente desconocido. Uno piensa en el trabajo de la Madre Teresa, o en el de
Jesús cenando con los descastados de su sociedad. Aún me recuerda de las cosas que Marianne
Williamson ha hecho en sus Centros para Vivir. Lo que el Curso dice aquí ha sido demostrado en el
mundo. Pero está en tal forma en contra de la esencia misma de nuestra sociedad que, cuando
sucede, todos nos sentamos y nos damos cuenta. Se abren nuestros ojos y nos encontramos
inspirados, perturbados, retados, aliviados y motivados, todo a la vez.
Esta, de hecho, es exactamente mi reacción a la visión que acabo de delinear. El concepto me
inspira enormemente y sé que hay algo de profundamente cierto en él. Por esa razón me ha
alegrado inmensamente escribir este artículo. Sin embargo, cuando pienso en demostrarlo en mi
propia vida me parece una idea desestabilizante, si no temible. ¿Una forma de vida en la que
invite a todos a mi puerta, especialmente a los más necesitados? Aún no he llegado allí. Aún valoro
mi privacidad (lo poco que me queda). Aún valoro tener algo de habilidad para escoger a aquellos
con quienes comparto mi vida. Aún quiero invitar a algunos y mantener la mayor parte de la
humanidad fuera. Simplemente no siento que estoy listo para una vida sin murallas.
Mi siguiente reacción, sin embargo, es que sé que esta es la forma de vida a la que he sido
llamado. Si el Curso dice que mi llamado aquí es a salvar el mundo, y dice que salve al mundo
siendo este oasis en el desierto, entonces el convertirme en ese oasis debe ser mi llamado. ¿Cómo
podría ser un estudiante del Curso y pensar de otra forma? ¿Cómo podría ser un seguidor de Jesús
y pensar diferente? He creído por mucho tiempo que el Espíritu Santo estaba dirigiendo mi vida de
acuerdo a un plan del que sólo veo pequeñas partes. Ahora parece que la visión que he
presentado aquí es, en un sentido, el gran cuadro. Revisando mi vida, tengo claro que Õl ha estado
dirigiéndome a lo largo de los primeros pasos de esta visión. Sólo puedo imaginarme qué pasos
siguientes me esperan a lo largo del camino.
Eso me plantea tres preguntas: Primero, ¿puedo aceptar que este es mi llamado y hacer que
mi meta sea alcanzar este lugar? Me ayuda el responder "sí" cuando confío que el Espíritu Santo
diseñe una forma para que esta meta se adapte a mis habilidades individuales y a mi
temperamento. También me ayuda si confío en que Õl será paciente (y me perdone!) al
prepararme, y que no me obligue a nada antes de que esté listo.
Segundo, ¿cuál es mi próximo paso? Esta visión describe una secuencia que se desarrolla
comenzando más bien en forma humilde y avanzando gradualmente hacia su conclusión radical.
Viendo la secuencia general, puedo localizar fácilmente dónde me encuentro. La pregunta es
entonces: ¿Cuál es mi próximo paso? Una vez que lo identifique, la tercera es obvia: ¿Estoy
dispuesto a darlo?
Quisiera dejarles estas mismas preguntas básicas para reflexionar. ¿Es posible que el Espíritu
Santo haya estado tratando de dirigirte por mucho tiempo a través de la misma progresión que he
descrito aquí, hasta su final? Si es así, ¿puedes hacer de ese fin tu meta? ¿Puedes fijar la meta de
convertirte en un jardín en el desierto, un jardín sin murallas? Si es así, ¿puedes distinguir cuál es
tu próximo paso en este proceso? Y ¿estás dispuesto a darlo?
www.bibliotecaespiritual.com
•••
Un Retrato Conjunto de Jesús
Paralelos entre el Jesús histórico y el autor de Un Curso de Milagros®
por Robert Perry
Se afirma que, a través de un escriba humano, Jesús es el autor de Un Curso de Milagros. Si
esto es realmente cierto, sería natural que esperásemos encontrar paralelos entre el Jesús de la
historia y el autor del Curso. Si no encontramos esos paralelos, ¿cuán creíble puede ser la
afirmación del Curso? En caso que sí los encontrásemos, nos daría una ventana hacia la visión
esencial de una figura que ha dado forma a nuestro mundo como tal vez nadie más lo haya hecho.
Sin embargo, el Jesús del Curso difiere del Jesús de los evangelios de muchas maneras. Él no
resalta constantemente su condición elevada ni nos pide que creamos en él, como en el Evangelio
de Juan. Esta falta de similitud cambia, sin embargo, cuando los historiadores profesionales
examinan los evangelios, tratando de separar lo que es históricamente exacto de lo que no lo es.
Muchas de sus conclusiones terminan retratándolo a Jesús con un extraño parecido al autor del
Curso. Para demostrarlo, he compuesto el siguiente retrato conjunto (abreviando el artículo
“¿Quién fue el Jesús histórico: escribió Un Curso de Milagros?” que se encuentra en el sitio del
Círculo: http://www.circleofa.com/articles/Jesús_history_ACIM.html). Este retrato está basado en
mi entendimiento del Curso y en la obra sobre Jesús de Marcus Borg, un especialista en estudios
Bíblicos particularmente prominente, autor de “Conociendo a Jesús de nuevo por primera vez” y
“Jesús: una nueva visión”. Cada aseveración en los párrafos que siguen pretenden ser verdad tanto
del Jesús histórico como del Jesús del Curso. Lo que surge, en mi opinión, es un retrato de una
figura cautivante con una visión única e incitante.
Jesús no es el Hijo único de Dios enviado a la tierra para morir por nuestros pecados. En vez, él
es uno de nosotros, quien, como hombre, sencillamente tenía un contacto con Dios de un nivel
inusual. Dice notablemente poco acerca de sí mismo. Habiendo encontrado la libertad para sí, su
única meta fue ayudarnos a que nosotros también la lográramos. Con ese fin, es primordialmente
un maestro, uno que es maestro de la palabra. Lo que enseña no es la corrección de creencias ni lo
que es moral, sino una forma de transformación. Esta forma es una alternativa radical frente a la
sabiduría convencional del mundo. Por lo tanto, sus enseñanzas continuamente invierten nuestra
manera normal de ver la vida. Buscan transformar nuestra percepción para que veamos al mundo
a través de nuevos ojos.
Sus enseñanzas se pueden agrupar en tres grandes temas:
I)
una visión fundamental de la realidad,
II)
un diagnóstico de la condición humana,
III)
y una presentación del camino a la liberación.
www.bibliotecaespiritual.com
I) VISIÓN FUNDAMENTAL DE LA REALIDAD. La visión de Jesús es fundamentalmente, que el
espíritu, no la materia, es la realidad, en la cima del cual está Dios. El carácter de Dios es un tema
crucial para Jesús. Él critica nuestras religiones tradicionales por su énfasis en un Dios que castiga.
En vez, él ve a Dios como un padre bondadoso, atento, comprensivo, accesible. Totalmente
contraria a nuestra idea de cómo tratar a la gente, Dios no hace ninguna relación entre lo que
pareciéramos merecer y cómo Él realmente responde a nosotros. Como resultado, Dios derrama
Su bendición sobre justos y corruptos por igual. Les da la bienvenida a todos, sin dejar a nadie
fuera del círculo de Su amor. Él responde a todos con el mismo amor sin medida, aunque parezcan
merecer lo contrario. Incluso cuando creemos que nos hemos ganado Su ira, Él nos abraza y nos
trata como su hijo bienamado.
II) DIAGNÓSTICO DEL PROBLEMA. El diagnóstico que hace Jesús de la condición humana
desafía nuestras presunciones más atesoradas, pues dice que el problema no es lo que llamamos
la maldad, el pecado y el crimen, sino lo que llamamos la buena vida. Él censura nuestras
relaciones amorosas primarias, considerándolas fundamentalmente interesadas. Él apunta a
nuestra preocupación con las cosas materiales, calificándolas de una idolatría que Lo excluye a
Dios. Él denuncia nuestro afán de lograr un prestigio mayor que los demás. Y critica el enfoque
que tenemos de la religión que enseña que debemos estar a la altura de un Dios exigente. En
todas estas cosas, Jesús ve la influencia de un profundo egoísmo. Él ve a un ser ansioso, temeroso,
un ser que se preocupa de usar a la gente y a las cosas a su alrededor para construir su propia
identidad segura y eminente. Todo este esfuerzo se hace simplemente para recibir la sensación de
seguridad,
valía
y
amor,
como
sustituto
del
que
Dios
da
libremente.
III) CAMINO DE LIBERACIÓN. La cura, según Jesús, no está en una sencilla mejoría de la
conducta externa. Debe haber una transformación en los niveles más profundos. Nuestra lealtad
fundamental, la fuente de nuestros pensamientos, sentimientos, y conducta, deben sufrir una
profunda revolución. Actualmente, estamos centrados en lo que pensamos que nuestro ser es. A
ese ser hay que soltarlo, de modo que podamos concentrarnos verdaderamente en Dios. Con esta
aparente muerte, sentimos que hemos renacido. Nuestra reacción natural será de celebración y
regocijo. Ya no trataremos de arrebatarle al mundo nuestra seguridad e identidad, ya no
estaremos pendientes de cómo van las cosas externas, pues estaremos llenos del amor de Dios
desde adentro.
Esto nos liberará para relacionarnos con otros de una forma enteramente nueva – de la misma
manera en que Dios se relaciona con nosotros. Al igual que con Dios, para nosotros no habrá
relación entre lo que los demás parecen merecer y cómo respondemos a ellos. Incluso cuando
parecen merecer nuestro odio o indiferencia, nos sentiremos libres para darles todo nuestro
amor. Cuando nos atacan sin motivo, responderemos, no de igual modo, sino con perdón,
indefensión y generosidad. Cuando son marginados que parecen no tener merecimiento, nosotros
les daremos la bienvenida y los integraremos, haciéndoles sentir que han llegado a casa. Esto
tendrá en ellos un efecto dramático. Nuestro amor puede hacer milagros. Nosotros, de hecho,
podemos ser el comienzo de una nueva clase de patrón social. El espacio que nos circunda puede
convertirse en un lugar de dicha y celebración, una especie de festejo continuo al que todos están
invitados. Este espacio contiene los comienzos de un nuevo mundo, un mundo que refleja a Dios.
Nuestra función es darle paso a este mundo, pues, como nos enseñó nuestro maestro, somos la
luz del mundo.
www.bibliotecaespiritual.com
El Curso y La Madre Naturaleza
by Robert Perry
¿Qué hacemos nosotros, como estudiantes del Curso, con la naturaleza? Para aquellos de
nosotros que hemos sido verdaderos amantes de la naturaleza, posiblemente ecologistas, quizás
miembros del Sierra Club o Greenpeace; el Curso puede ser algo perturbador. No mucho después
de penetrar el libro, descubrís que nuestro hermoso planeta verde, nuestra gema azul flotando en
el mar cósmico, es una ilusión, conjuntamente con el resto de las luces centelleantes en ese mar,
como así también el mismísimo mar. De acuerdo al Curso, todo es un sueño. Y no es un sueño muy
agradable. Mejor dicho, es una pesadilla, una película de cine del ataque de nuestra mente hacia
el Amor de Dios.
A medida que nos damos cuenta, esto significa que los lirios del campo, los bebes focas, los
Himalayas, las secuoyas californianas y sí, hasta las torres de piedra de Sedosa, son todas
imágenes del sueño; nuestras mentes pueden comenzar a luchar en contra. Esto plantea, por
supuesto, preguntas muy importantes, como por ejemplo “¿Qué impacto deberían tener los
puntos de vista del Curso con respecto a nuestras actitudes hacia la naturaleza?” y “¿Cuál debería
ser nuestra nueva actitud hacia la naturaleza?” . Muchos de nosotros hemos pasado años
luchando con estas preguntas.
Veamos algunas de las posturas comunes que están implícitas acerca de la naturaleza y la
tierra: La tierra es nuestro hogar. La tierra es nuestra madre, nos produjo a nosotros como
especie, no dio la vida como individuos y suministra y sustenta esa vida. Como hijos en este hogar,
debemos hacer buen uso de la tierra, la vara que mide nuestras acciones es la que determina cuán
positiva a negativamente estas acciones afectan al planeta. La vida y la subsistencia física son la
suprema fuente a ser preservada. Dado que la tierra es nuestra fuente, debemos obedecer su
forma; debemos modelarnos según la sabiduría de la naturaleza. La naturaleza es lo que Dios hizo
y por lo tanto revela Sus formas. La naturaleza, como opuesto a la civilización humana, es lo que es
natural. La naturaleza, como opuesto al género humano, es inocente. La naturaleza es belleza y
debe ser disfrutada y apreciada. Inversamente, la naturaleza es un recurso que debe ser explotado
con el objeto de abastecer nuestras necesidades, con el objeto de proporcionarnos una buena
vida sobre esta tierra, la cual es nuestro hogar.
Estoy seguro que la lista podría proseguir. Pero mi pregunta nuevamente es, ¿qué hacemos
con esta lista a la luz de las enseñanzas del Curso? El siguiente artículo es el resultado de mi
reflexión, durante muchos años, hacia esta pregunta. En principio, tiene dos partes. La primera de
ellas, en la que miraremos las cosas negativas que dice o implica el Curso acerca de la naturaleza.
En la segunda, veremos el lado positivo. Como siempre, no puedo afirmar que hablo fielmente por
el Curso. Pero donde aquello que yo haya dicho resulte polémico, he intentado sustentarlo con
pasajes del Curso.
Una Mirada Honesta A La Naturaleza
La forma en la que percibes a la naturaleza depende en gran parte de tu patrón de medida. Si
evalúas lo que llamamos naturaleza de acuerdo a las condiciones de la superficie de la luna o de
Saturno, o digamos, las condiciones del séptimo nivel del infierno, la naturaleza se perfila como
www.bibliotecaespiritual.com
bastante buena. Existe una asombrosa exhuberancia de vida. Hay verdor en casi todas partes. La
vida se acrecienta entre cada brecha. Animales e insectos vuelan o se desplazan donde sea que el
ojo se pose. La multitud de cosas vivientes están generalmente abastecidas de la comida, agua y
aire que necesitan para sobrevivir. En general, los diversos individuos y sistemas están encerrados
en un ordenado y armonioso conjunto, casi instrumentado, en donde cada una de las partes
termina, inconscientemente, cooperando con toda otra parte hacia la continuación y evolución del
conjunto. En cada nivel, existe gran belleza y una complejidad fenomenal de diseño inteligente.
Las cosas ciertamente podrían ser mucho peor. Y por supuesto, lo son en lugares como la luna,
Saturno y el infierno.
Por otro lado, sin embargo, las cosas podrían ser mucho mejor. Lo que nos lleva a
preguntarnos, ¿qué tal si elegimos un sistema de medida diferente? ¿Qué pasa si medimos la
naturaleza no en función de cuán mal las cosas podrían ponerse, sino cuán mejor las cosas podrían
estar? Esto es precisamente lo que hace el Curso. Nos dice que lo que es verdaderamente natural
es el Cielo. Cualquier cosa menor que el Cielo es antinatural. Contemplemos pues la naturaleza a la
luz del Cielo.
¿Cómo es el Cielo? El cielo, de acuerdo al Curso, está más allá de las palabras, pero existen
algunas que se acercan a la definición más que otras. Quizás el vocablo más descriptivo sea
“ilimitado”. El cielo está representado por amor ilimitado, alegría ilimitada, paz ilimitada y
perfección ilimitada. No tiene fronteras, ya que las fronteras son límites. No tiene formas, ya que
las formas son límites. No existes individuos separados, ya que un individuo es un ser limitado.
Existe únicamente una expansión de conciencia ilimitada en un estado de éxtasis sin forma: Dios.
Todos nosotros y todas las cosas vivientes son simplemente partes o aspectos de este único Ser. Y
sólo existe un momento ilimitado e inmutable, que es la eternidad.
En comparación con esto, la naturaleza demuestra su grave deficiencia; pues todo en la
naturaleza es limitado. En realidad, la naturaleza en sí misma no es nada más que una gran
colección de diferentes patrones de limitación. Es cierto que muchas de sus formas son hermosas,
pero ¿acaso puede la belleza de unas formas pequeñas y limitadas compararse con la belleza de lo
amorfo, lo infinito? Es cierto que existe felicidad en la naturaleza, pero ¿cómo podría esta
diminuta y fugaz felicidad acercarse a la felicidad de Dios? Sí, la naturaleza contiene vida, pero
todas esas vidas son limitadas. Son pequeños individuos, meros pedacitos, cuyas vidas destellan
durante un microscópico instante del reloj cósmico.
Y la naturaleza es más que lo limitado. Es guerra. Para mantenerse con vida, cada cosa viviente
debe librar una guerra en su ambiente. Debe comer otras cosas vivientes sólo para sobrevivir.
Debe alimentarse de la muerte. Pero sólo puede hacerlo por un tiempo antes que también deba
morir, para convertirse a su vez en alimento para las hienas, buitres, gusanos, bacterias,
condenado así mismo a morir. La muerte, en verdad, es la “realidad” central, de este mundo. La
vida debe terminar en muerte, y mientras viva; su mismísima vida emana de la muerte de otras
cosas.
Y así, mientras nos recostamos para apreciar la belleza de la naturaleza, más que nada lo que
estamos haciendo es mirar a una guerra en acción, un bullicio universal en el cual cada árbol,
arbusto, insecto, pez, lagarto, pájaro y mamífero sólo está tratando de mantenerse con vida
comiendo lo que puede. Estamos contemplando un desesperado juego de subsistencia, en el cual
mantenerse vivo es el objetivo que impulsa a todo el sistema hacia adelante, en el cual la misma
forma física de una cosa, la total organización de su cuerpo, dentro y fuera; está constituida para
www.bibliotecaespiritual.com
hacerla experta en comer y no ser comida, a mantenerse con vida el tiempo suficiente para
reproducirse y mantener el juego activo. El Curso está intensamente consciente de esta visión más
realística de la naturaleza, como opuesto a la imagen romántica e idílica que la mayoría de
nosotros tiene. Nos hace saber que la naturaleza puede ser hermosa para recostarse y
contemplar, pero que en realidad puede resultar bastante espantoso para vivir.
Por ejemplo, ... todas las leyes que parecen regirlo (al mundo) creencia fija e inalterable del
mundo es que todas las cosas nacen para morir. Del pasaje citado, podemos derivar dos
conclusiones. La primera de ellas, la naturaleza es antinatural. La vida, sin límites y sin opuestos es
lo que es natural. Y la naturaleza está caracterizada por la vida limitada, rodeada, subrayada y
sostenida por la muerte. Segundo, Dios no creó la naturaleza, ni el universo físico en la cual existe.
Esto es lo que el Curso dice una y otra vez. Si Dios creó la naturaleza, Él habría sido cruel. En la
creación del universo y sus sistemas “naturales”, Él hubiera creado limitación, temporalidad, dolor,
guerra y por sobre todo, muerte. ¿Porqué habría de hacer esto, si Él podría crear lo ilimitado?
¿Porqué habría Él de hacer este mundo, a menos que Él tuviera una seria veta mezquina?
Este, por supuesto, no es un argumento original. La difícil naturaleza de la vida en este mundo
es quizás, la razón más grande para la falta de fe religiosa. Los teólogos - comenzando con Job han discutido tratando de reconciliar a Dios con los males de este mundo, bajo el título de “El
problema del Mal”. La teoría de Darwin sobre la supervivencia del más apto dañó la fe religiosa, tal
vez en igual medida al revelar el mundo que supuestamente Dios había hecho funcionar con la ley
de uñas y dientes, como al revelar que el hombre evolucionó de los simios. Teniendo todo esto en
cuenta, personas inteligentes han estado rechazando a Dios por siglos basados en el dolor, maldad
e injusticia inherentes a la vida sobre la tierra.
Pero Dios no creó la vida sobre la tierra. Así reza el Curso. Si Él no lo hizo, entonces ¿Quién fue?
De acuerdo al Curso, fuimos nosotros. La naturaleza, la tierra y el universo físico son en conjunto
un gran sueño colectivo. Tomemos las dos palabras de esta frase, “sueño colectivo,” y
estudiémoslos por separado.
Un Sueño
Comenzaremos con la palabra “sueño”. El hecho de que el mundo es un sueño implica muchas
cosas. La primera y más importante, por supuesto, significa que el mundo no es real. Es una
ilusión, un espejismo.
Otra cosa que trae consigo es que el mundo no es siquiera un lugar. Es sólo un montón de
imágenes en nuestras mentes. Pensemos sobre nuestras pesadillas nocturnas. Al despertar, te das
cuenta que el lugar que estabas soñando no era real, sino simplemente una colección de imágenes
dentro de tu mente. De esta manera, no estabas dentro del sueño. El sueño estaba dentro de tu
mente. Todas las imágenes eran simplemente muebles en tu mente. Y así es con el sueño de este
mundo. Tú no estás dentro de él. Está dentro de ti.
Otra consecuencia de la palabra “sueño” es que todas las imágenes, sucesos y tramas
delineadas en el sueño son símbolos del sueño. Fueron producidos por pensamientos,
sentimientos y actitudes en la mente y por lo tanto reflejan o simbolizan esos pensamientos,
sentimientos y actitudes. De esta manera, todos sabemos que lo que soñamos a la noche es
producido por cosas en nuestro inconsciente. Por ejemplo, si tenemos una pesadilla, imaginamos
que debe haber algunos temores muy fuertes agitándose en nuestro inconsciente.
www.bibliotecaespiritual.com
Entonces, ¿cómo interpretamos el sueño del mundo? Si las imágenes, sucesos y tramas
delineadas del mundo “natural” son símbolos, ¿qué creencias inconscientes simbolizan? ¿Qué
creencias debemos estar abrigando? En primer lugar, debemos creer en la separación, dado que
todos los símbolos del sueño de la naturaleza están separados. En segundo lugar, debemos creer
en la limitación, por la misma razón. Tercero, debemos creer en la escasez. Miremos a los símbolos
del sueño de nuestros cuerpos. Constantemente necesitan ser atestados con comida. Su escasez
es tan primordial que en realidad nunca están saciados, ya que una vez que los hemos alimentado,
estarán de nuevo carentes en unas pocas horas. Ellos deben ser símbolos del sueño de la creencia
en la escasez. Cuarto, debemos creer en la vulnerabilidad, ya que todos los símbolos del sueño del
mundo son fácilmente lastimados y necesitan de protección constante. Quinto, debemos creer en
el ataque ya que todas las cosas deben atacar para sobrevivir, para satisfacer las necesidades de
su cuerpo. Sexto, debemos creer en la culpa. La culpa dice que nosotros merecemos castigo y
muerte, y que el mundo que soñamos jamás cesa de castigarnos desde el momento en que
nacemos hasta que el momento que finalmente nos morimos. Por eso el Curso dice: Dentro de
todo, debemos creer que la vida puede ser contrarrestada y derrotada por un opuesto, que
”existen fuerzas que deben ser derrotadas para estar con vida” (Psicoterapia, Pág.10). Debemos
creer que la vida puede ser fragmentada en piezas separadas, que puede ser limitada, insuficiente
y vacía, puede ser atacada, lastimada y vaciada, y que puede finalmente ser aniquilada. Debemos
creer en la muerte.
No solamente debemos creer en esto, debemos tener la intención de probárnoslo a nosotros
mismos. Esto, dice el Curso, es el oscuro motivo encubierto que produce este sueño. Si nuestras
creencias en la separación, limitación, escasez, etc. siguen siendo nada más que creencias en
nuestras mentes, son de hecho muy precarias. Pues todos sabemos, las creencias pueden estar
equivocadas y pueden cambiar. Aunque, si producimos un sueño que las simboliza y luego nos
olvidamos que es un sueño, la situación cambia completamente. Ya que al olvidarnos que es un
sueño, pareciera ser realidad, independiente de nuestras mentes. Y así, la separación, la
limitación, la escasez y la muerte que caracterizan al sueño ya no son sólo creencias. Parecen ser
parte de la mismísima trama de la realidad. El sueño del mundo, por lo tanto, es un mecanismo
para “probar” la realidad de nuestras creencias equivocadas.
Un Sueño Colectivo
Ahora ocupémonos de la palabra “colectivo”. Una de las razones por las cuales es tan difícil
darnos cuenta que el mundo es un sueño es que, a diferencia de los sueños nocturnos, este es
increíblemente inmenso, complicado, consistente, lógico y persistente. Esto, yo creo, es el
resultado del hecho de que éste no es ni un sueño superficial ni individual. Está siendo soñado por
una parte extremadamente profunda de nuestras mentes, la cual es continua con las mentes de
todas las cosas vivientes. El sueño, por ende, viene de un nivel mucho más profundo de nuestras
mentes que los sueños nocturnos, un nivel de la mente que está muy cerca de la inteligencia
infinita de nuestro Ser Crístico.
La suma de todo esto es que el sueño del universo físico está siendo soñado por un vasto
océano de inteligencia. Este océano está compuesto de capas profundas de todos los trillones de
mentes que se encuentran perdidas en el sueño de la ilusión. Todas las leyes de este mundo, las
leyes de la física, de la química, de la biología, etc. son simplemente acuerdos colectivos entre los
miembros de este océano de mentes. Si te has asombrado ante la vitalidad y detalle de tus sueños
nocturnos, habrás quedado asombrado ante la complejidad de aquello que tu inconsciente puede
www.bibliotecaespiritual.com
producir espontáneamente, imagina el sueño que un reino más profundo y vasto de mentes
podría producir. En realidad, no tienes que imaginarlo. Sólo hace falta mirar a tu alrededor.
Por lo tanto, las imágenes de nuestra vida mientras estamos despiertos no son ni un poquito
más reales que las imágenes de nuestros sueños nocturnos. Son sólo más estables, intrincadas y
consistentes porque están siendo soñadas en un nivel mucho más profundo y amplio de la mente.
Sin embargo, es todavía un sueño, puro y simple. Es un conjunto de imágenes sostenidas en la
mente, imágenes que desaparecerán tan pronto como la mente deje de soñarlas.
La Tierra No Es Nuestro Hogar
Ahora podemos regresar a la lista de actitudes hacia la naturaleza con las que comenzamos
este artículo. Aunque algunas de ellas estuvieran en conflicto con otras, todas compartían una
creencia fundamental. Todas asumen que la tierra es nuestro hogar; que nos produjo, que nos
mantiene, que es donde nacemos y donde morimos. Pensemos sobre la palabra “hogar” y lo que
implica. Tu hogar es donde perteneces, donde te adaptas. Si algo es tu hogar, entonces lo que eres
queda definido a la luz de lo que tu hogar es. Si la tierra es nuestro hogar, entonces debemos ser
la clase de cosa que se adecua a ese hogar: criaturas físicas diminutas y vulnerables que deben
devorar a otras criaturas para sobrevivir antes de que nosotros mismos seamos inevitablemente
devorados. ¿Es esto todo lo que somos? ¿ Es esto lo mejor que un Creador ilimitado pudo hacer?
Afortunadamente, la tierra no es nuestro hogar. No es nuestra madre. Dios es nuestra Madre.
Dios es nuestro hogar. Dios es lo que nos ha producido. Dios es lo que nos sustenta, vivimos en
Dios y nunca moriremos. Aunque parezca que vivimos en la tierra, en realidad estamos en Dios
justo ahora, meramente soñando la tierra. Como el Curso dice,
”En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio” (T-10.I 2:1)
3)
”Dios te creó como parte de Él. Eso es al mismo tiempo donde estás y lo que eres” (T-6 II 6:2-
En otras palabras, la tierra no es el hogar. Dios es el hogar. No somos parte de la tierra. Somos
parte de Dios.
¿Qué sería entonces el sueño de la tierra sino un intento de construir un hogar sustituto, un
reemplazo de nuestro verdadero hogar? La tierra es una película de nuestro intento para explicar
quiénes somos, nuestro origen, nuestra vida, nuestras necesidades y nuestro destino sin Dios. ¿No
es curioso que podamos buscar en el cielo con un telescopio y buscar en la tierra con un
microscopio y nunca ver a Dios? Él no está visible. Ese hecho básico no es un descuido de diseño.
Es una pista del propósito conductor del diseño. El universo físico es un sueño diseñado para
probarnos que no somos parte de Dios, que Él no es nuestro hogar.
El Lado Bueno De La Naturaleza
Habiendo dicho todo esto, existen algunas cosas positivas que yo creo que dice el Curso acerca
de la naturaleza. Por todo lo mencionado, es fácil tener la impresión que la tierra es un sueño
puramente oscuro, y por lo tanto no hay nada real o lindo sobre las plantas, animales, montañas y
arroyos. Sin embargo, pienso una interpretación tan radical es una verdadera lectura fallida del
Curso. Por ejemplo, ¿qué hacemos con el siguiente pasaje:
www.bibliotecaespiritual.com
”No creas que fuiste tú quien hizo el mundo. ¡Las ilusiones, sí! Más lo que es cierto en la
tierra y en el Cielo está más allá de tu capacidad de nombrar” (Ejercicio 184 8:1-3)
Por lo que puedo ver, existen dos razones para amar y apreciar la naturaleza. Estas dos razones
corresponden a las dos formas en las cuales en Curso habla sobre lo que denomina al mundo real.
A mi mejor entender, ver el mundo real significa 1) percibir la luz eterna detrás de cada forma en
este mundo y 2) percibir los pensamientos amorosos que contribuyeron la creación de este
mundo. Veámoslas una por vez.
1. Detrás De Cada Forma Está Una Parte De Dios.
Desde el punto de vista del Curso, cada cuerpo humano tiene parte de la Filiación asociada a él.
Lo que esto significa es que por cada cuerpo humano, existe una mente dormida en el Cielo, una
parte de la Mente Crística, soñando que vive dentro de ese cuerpo. Existe una mente que piensa
que más o menos es ese cuerpo, que nace con el nacimiento y que muere con la muerte. Como
estudiantes del Curso, nuestro trabajo es el de separar el soñador del sueño, para mirar más allá
del cuerpo a la mente que sueña. Pues esta mente, siendo parte de Dios, es eterna; es algo a lo
que podemos amar sin reserva.
Ahora bien, el Curso asimismo alude a que esto es verdad también en animales, a través del
uso repetido de la frase “todas las cosas vivientes”. Esta frase implica que por cada cuerpo animal
existe una mente dormida en el Cielo que piensa que está viviendo en ese cuerpo. Por lo tanto, los
animales se merecen el mismo amor incondicional y santo respeto que los humanos. Pero, ¿qué
pasa con las plantas? ¿Qué pasa con los objetos inanimados como rocas o muebles? Yo creo que el
Curso es inequívocamente claro que estas dos cosas son también cuerpos que se corresponden a
mentes que sueñan el Cielo. Por ejemplo, veamos el siguiente pasaje:
Esto seguramente parece decir que un granito de arena es uno de los “fragmentos separados”
de la Filiación. ¿Cómo puede ser? Tal vez es sólo una metáfora, una licencia poética. Sin embargo,
como si nos leyeran la mente, las siguientes oraciones responden esta pegunta directamente,
quitando toda duda:
Las formas que los diferentes fragmentos parecen adoptar no significan nada, pues el todo
reside en cada uno de ellos. Y cada aspecto del Hijo de Dios es exactamente igual a todos los
demás (T-28 IV 9:5-7)
En otras palabras, si piensas que un granito de arena no puede, como tú, ser un fragmento del
Hijo de Dios, entonces, recuerda “las formas que los fragmentos separados parecen adoptar no
significan nada”. El Curso está diciendo claramente que no importa cuál sea la forma - puede ser
un cuerpo humano, un cuerpo animal, una planta o un granito de arena - detrás de cada una hay
una “parte”, un “fragmento”, un “aspecto” de la Mente del Hijo de Dios.
Las lecciones 28 y 29 del Libro de Ejercicios elaboran este misma tema acerca de una mesa.
Esto puede ser tan difícil de creer que, para asegurarme, me gustaría que miráramos a las
declaraciones sobre la mesa una por una:
1. Nos dicen que cuando miramos bajo la visión de Cristo, una mesa tiene “infinito valor” (Libro
de Ejercicios 28 5:2) Solamente lo que Dios crea tiene infinito valor. La mesa debió haber sido
creada por Dios.
www.bibliotecaespiritual.com
2. Nos dicen que una mesa no está “separada, por sí mismo o en sí mismo (Libro de Ejercicios
29 2-2). Esto significa que la realidad de una mesa no es una forma física, pues todas las formas
están separadas. De tal manera, existe algo más allá de su forma física, algo sin forma, que es la
realidad de la mesa.
3. Se nos dice que una mesa comparte su verdadero propósito con el propósito de “todo el
universo” (Libro de Ejercicios 28 5:3). Esto significa que una mesa es parte del universo. En el
Curso, “universo” no significa el universo físico. Se refiere al universo que Dios creó: la Filiación. En
otras palabras, una mesa es parte de la Filiación.
4. En forma similar, se nos dice que una mesa comparte el propósito del universo y que por lo
tanto, “comparte el propósito de su Creador” (Libro de Ejercicios 29.2:5). Nuevamente, la mesa es
parte del universo que Dios creó. La mesa fue creada por Dios; no la forma de la mesa, por
supuesto, sino la realidad más allá de la forma.
Resumiendo, lo que nosotros consideramos mesa -su forma física- no es lo que es. Más allá de
la forma existe un algo sin forma que Dios creó y en el cual Él mora. En otras palabras, en algún
lugar del Cielo, existe una mente, que es una con la nuestra y que es igual a la nuestra que está
soñando que es esa mesa. Esta mente (de la cual estoy seguro que en su estado actual está mucho
más inconsciente que la nuestra) piensa que nació cuando se hizo la mesa. Se queja en sordo dolor
cuando la mesa es dañada y vagamente teme la destrucción de la mesa. Y así, la forma de la mesa
puede ser una ilusión, pero la mente que piensa que es esa mesa es en realidad parte de Dios.
Nuestra forma (nuestros cuerpos), la forma de la mesa y todas las formas de la naturaleza son
sueños que inventamos. Pero detrás de cada uno está la realidad creada por Dios.
Esto, yo creo, es lo que la lección 29 del Libro de Ejercicios significa al decir “Dios está en todo
lo que veo”. De hecho, prosigue diciendo que en verdad es “el pilar de la visión” (Libro de
Ejercicios, 29 1:5). En otras palabras, la visión de Cristo, por la cual somos salvados, consiste en ver
a Dios en cada forma.
Entonces, ¿cómo se vería la naturaleza a través de la visión de Cristo? Basado en lo antedicho,
supongo que la visión de Cristo nos permitiría automáticamente pasar por alto todas las formas de
la naturaleza. Nos daríamos cuenta que no importa cual pareciera ser la forma que tome, porque
detrás de ellas se encuentras los radiantes rayos de Dios. Y así, ya sea que veamos una ardilla, un
pájaro, una serpiente, un escarabajo, un arbusto, un árbol, un arroyo o una roca, sabremos que
todos ellos son lo mismo, todos fragmentos del único Hijo de Dios; que las “formas que los
diferentes fragmentos parecen adoptar no significan nada”. Veríamos toda la apariencia exterior
de la naturaleza como una débil niebla, apenas oscureciendo las fulgurantes galaxias de la Filiación
astillada que se encuentran detrás de la niebla, apenas disimulando la infinita belleza, pureza y
valor de cada uno de los billones de los esplendorosos fragmentos. Seríamos capaces de amar
cada cosa, grande o pequeña, animada o aparentemente inanimada, totalmente sin reservas. Y
veríamos toda esta miríada de aspectos de Dios quejándose bajo la carga de la limitación.
Podremos verlos también buscando incesantemente el hogar, la felicidad, la seguridad y perfecta
paz que piensan que pueden encontrar en comer, aparearse y sobrevivir, pero que sólo podrán
encontrar en Dios.
Yo creo que el hecho que toda la naturaleza esté viva con Filiación separada puede servir como
el fundamento para una ecología iluminada. Esta ecología sería, solo a escala secundaria, acerca
de la preservación, protección y cuidado de las formas. Primariamente tendría que ver con
www.bibliotecaespiritual.com
relaciones amorosas con nuestros otros hermanos. Tomaríamos los mismos principios que el
Curso aplica a las relaciones humanas y las utilizaríamos en nuestras relaciones con “todas las
cosas vivientes”. Esto significa, primero y principal, ver más allá de las formas a la luz interior de
Cristo dentro de cada cosa. Pero, una vez que hemos hecho esto, también significaría expresar esa
visión de amor en la forma de un comportamiento concreto. Y, si parte de la Filiación, piensa que
vive dentro del cuerpo de una planta, no le estarías expresando amor si descuidadamente
dañamos y destruimos ese cuerpo de la planta, de la misma forma en que no estaría expresando
amor a otro humano si le atropellaras el cuerpo con el auto. Por lo tanto creo que mucho de la
ecología convencional es apropiado, pero sólo si la preservación, protección y cuidado de las
formas son percibidos, no como un fin en sí mismo, sino como un medio de expresar amor a las
mentes dentro de esas formas. Todo esto es muy similar, por supuesto, a la visión que guió los
primeros años de la comunidad espiritual de Findhorn en Escocia. Y yo pienso que esa visión es
básicamente correcta.
2.El Espíritu Santo Tuvo Una Mano En La Creación Del Mundo
Este tema requiere un tratamiento cuidadoso, ya que el Curso es muy preciso en decir que el
mundo es nuestro sueño, que fue nuestra idea en primer lugar y que lo hemos inventado. Sin
embargo, yo pienso que es igualmente claro en decir que el Espíritu Santo puso Su mano. En otras
palabras, Él influenció hasta cierto punto el diseño del universo físico.
El primer indicio que tenemos de esto está al principio del Texto, donde se nos dice que:
”La Expiación se instituyó dentro de la creencia en el tiempo y en el espacio...” (T 2 II 5:1)
Dado que la creencia en el tiempo y en el espacio es la fuente del universo físico, el hecho de
que el Espíritu Santo instituyera la Expiación dentro de tal creencia es muy significativo. Significa
que el universo físico debe ser la representación tanto de nuestra creencia en el tiempo y en el
espacio como la de la Expiación que fue instituida dentro de tal creencia.
Donde esto se hace realmente claro, es en las descripciones del Curso sobre el mundo real.
Mientras que el mundo es el conjunto de todas las formas que hemos creado, el mundo real es la
suma de todos los pensamientos amorosos que entraron en la creación de dichas formas.
Yo pienso que queda claro por el tono del Curso que la mayoría de los pensamientos que
hicieron este mundo no fueron amorosos. Y esto está reflejado en los patrones de ataque,
destrucción y muerte que son universales en este mundo. Sin embargo el Curso está diciendo
claramente que también hubo pensamientos amorosos detrás de la construcción de este mundo.
Y esto, asimismo, debe estar reflejado de alguna manera en las formas de la naturaleza.
¿Cómo refleja o simboliza la naturaleza los pensamientos amorosos que contribuyeron en esta
creación? Esta es una pregunta fácil, ya que en todo el Curso se encuentra la implicancia que
vibrantes y saludables formas son los símbolos de los pensamientos sanados o amorosos. Por
ejemplo, el Curso supone constantemente que un cuerpo humano saludable es un símbolo del
sueño de una mente saludable. Siguiendo estos lineamientos, frecuentemente sugiere que una
naturaleza saludable, abundante y vibrante es también el símbolo del sueño de un pensamiento
sanado. Nos dice, por ejemplo, que la mente sanada que proviene de hacer el Libro de Ejercicios
puede
www.bibliotecaespiritual.com
”sanar el ala rota de un pájaro o provocar que un arroyo por largo tiempo seco manará
nuevamente” (Ejercicio 109 6-7).
Y como mínimo tres veces (en “El pequeño jardín” y “ Pues ellos han llegado” del Texto y en
“¿Qué es un milagro?” del Libro de Ejercicios), el Curso sugiere que condiciones áridas y desérticas
son símbolos del ego y que la vida floreciente es un símbolo de un pensamiento sanado.
De todo esto, podemos deducir que el Curso ve aquellos elementos de la naturaleza que
reflejan salud, belleza, vida, abundancia, armonía, orden y cooperación como productos de
pensamientos amorosos que entraron al mundo. Estos aspectos de la naturaleza son símbolos del
sueño del amor. Por lo tanto, el Curso no está totalmente en contra de ver la belleza en la
naturaleza, ya que las formas hermosas pueden conducirnos a los pensamientos hermosos detrás
de ellos. Y ver esos pensamientos es ver el mundo real. La idea de que pensamientos sanos y
amorosos producen la belleza en la naturaleza está muy claramente expresada en la sección
denomina “El Mundo Perdonado”. Allí se nos dice:
En otras palabras, el Espíritu Santo revelará tus motivos detrás de la creación de este mundo y
te mostrará que fue tu insania la que lo hizo. Sin embargo, existe un importante calificador
agregado a esto:
Ni siquiera lo que el Hijo de Dios inventó en su demencia podría no tener oculto dentro de sí
una chispa de belleza que la dulzura no pudiese liberar (T-17 II 5:5)
Esto dice que dentro de la insania que creó el mundo, existía un poquito de sanidad, existían
pensamientos amorosos. Aunque estos pensamientos amorosos fueran la influencia minoritaria
en la creación del mundo, aún están allí. Y están visiblemente expresados en las formas de la
naturaleza. El Curso lo expresa claramente en el siguiente párrafo:
Esta belleza (la chispa oculta que contribuyó a la fabricación del mundo)En otras palabras, la
hoja y la brizna de hierba son “signos” o símbolos de los pensamientos que los hicieron. Y dado
que algunos pensamientos amorosos contribuyeron en su fabricación, existen aspectos de la hoja
y de la brizna de hierba que son emblemáticos del amor ( incluso de la “perfección de Dios”). Para
generalizar esto, existen elementos en la naturaleza que testifican al pensamiento amoroso y sano
que fue parte del sueño de este mundo. De hecho, a través de los ojos del perdón (como esta
sección afirma) podemos ver símbolos de amor por todas partes, incluso en lo que nosotros
normalmente consideraríamos como cosas ordinarias, como hojas y briznas de hierbas. El perdón
puede revelar una belleza en la naturaleza cuya existencia nunca sospechamos. Y, por supuesto, es
imposible tener pensamientos amorosos que no hubieran sido inspirados por el Espíritu Santo. Si
el amor está presente, entonces Él está allí en ese amor. Por lo tanto, el mundo real - la suma total
de todos los pensamientos amorosos detrás de este mundo - puede decirse que han sido
inspirados por el Espíritu Santo “ya que el mundo real es el regalo del Espíritu Santo ... “ (T-12 VI
3:6).
Por eso, en la sección denominada “Percepción y Elección” al Espíritu Santo se lo llama en
repetidas ocasiones el Hacedor del mundo real. Veamos, por ejemplo, el siguiente pasaje:
Mi interpretación de esto es que una vez que comenzamos a soñar el mundo del odio,
limitación y muerte, el Espíritu Santo simultáneamente introdujo dentro del proceso de nuestro
sueño Su corrección para ese mundo (en otras palabras, Él instituyó la Expiación dentro de la
creencia en el tiempo y en el espacio). Esta corrección se hizo parte del mundo en sí ( dándole el
www.bibliotecaespiritual.com
derecho a ser denominado como “otro Hacedor de este mundo”, una voz minoritaria de amor,
belleza, orden y armonía en un mundo dominado por el odio, la fealdad, el caos y la muerte. En
otras palabras, se entretejieron leyes dentro del sueño del universo físico que reflejaron las leyes
amorosas del universo de Dios (la Filiación). Y de esta manera, se estableció un vínculo que
mantuvo al mundo “dentro de las leyes de Dios”.
Por consiguiente, el mundo tiene dos pilares. Los cimientos mentales sostenidos por vigas
principalmente el ego, pero mezclada dentro del cemento de esos cimientos hay una clase de
agente disolvente, una corrección para el ego - el Espíritu Santo. Y ambos pilares están
visualizados en las formas de la naturaleza y representadas en sus dramas.
Añadiendo a esto nuestra charla sobre pensamientos amorosos, podemos decir que el Espíritu
Santo fue capaz de ingresar en nuestro proceso de sueño debido al permiso que Le dimos a través
de nuestros pensamientos amorosos. Él actuó a través de estos pensamientos amorosos para
contrarrestar los pensamientos odiosos que dominaban el proceso del sueño, para asegurarse que
en este mundo cruel y difícil hubiera suficientes recordatorios - símbolos del sueño- del hogar. Él
nos dejó Sus tarjetas de visita por todos lados: la belleza de las flores, la gracia de los animales, la
gloria de los atardeceres y la majestuosidad de las galaxias.}
Estas hermosas formas pueden ser útiles en nuestro crecimiento espiritual. No vemos el
mundo real con nuestros ojos, ya que es un mundo de pensamiento que vemos con nuestras
mentes. Verlo significa sentir mentalmente el pensamiento amoroso y sanador que está presente
en este mundo. Sin embargo, podemos ponernos en contacto con ese pensamiento al contemplar
las formas que produce. Pues esas formas tienen la habilidad de transportar nuestras mentes al
amor detrás de ellas. El símbolo puede transportarnos a aquello que simboliza.
Así, al salir a dar un paseo en la naturaleza y observar la belleza de un arroyo, árbol o montaña,
la intrincada belleza revelada por un microscopio o la grandeza revelada por un telescopio,
podemos decirnos a nosotros mismos: “¡Qué hermoso símbolo del sueño de nuestro hogar!
Síntesis
El cuadro de la naturaleza del Curso, como yo lo entiendo, es fascinante. El Curso mira a la
naturaleza sobriamente, desapasionadamente, sin ninguna bruma romántica en sus ojos. Ve que
la naturaleza es un cuadro de vida limitada, combatida y dominada por la muerte. Y dado que la
realidad o Cielo es vida ilimitada, sin ningún opuesto, la naturaleza debe ser una ilusión. No debe
ser una creación de Dios, sino un sueño nuestro, un sueño flotando en un océano vasto e
intranquilo de mentes que duermen en el Cielo. Este sueño es la representación de nuestra
creencia de que estamos separados, limitados, carentes, vulnerables, atacados y culpables;
nuestra creencia que la ilimitada vida del Cielo puede ser reducida, fragmentada en pedazos,
herida y finalmente aniquilada. Este es el cuadro de nuestra creencia de que podemos tachar a
Dios de nuestras vidas, de que podemos hacer un lugar en donde no Lo incluyamos e incluso
llamarlo hogar.
Sin embargo, dentro de este sueño oscuro existen chispas de luz. Detrás de cada forma
limitada de la naturaleza está una de las hermosas mentes que han soñado toda esta cuestión.
Esta mente está dormida a lo que es la realidad, una mente engañada y confundida. Pero aún
sigue siendo tan inocente y hermosa como en el primer momento de su creación, ya que existe un
solo momento en el Cielo.
www.bibliotecaespiritual.com
Y aún dentro del mar de oscuros pensamientos que soñaron este mundo, fueron inyectados
pensamientos amorosos, pensamientos inspirados en el Espíritu. Estos pensamientos amorosos se
ven reflejados en las hermosas formas y patrones de la naturaleza. Y una mente verdaderamente
sintonizada con estos pensamientos verá belleza en la naturaleza mucho más allá de lo que
normalmente puede ser visto.
La naturaleza no es nuestro hogar. No es una morada adecuada al Hijo de Dios. Es una guerra
en acción. Pero hay lugar para amar y apreciarlo. Es nuestra tarea amar y cuidar de nuestros otros
hermanos, los trillones de fragmentos esparcidos del Hijo de Dios que se encuentran detrás de las
innumerables formas de la naturaleza. Y es nuestra tarea contemplar las hermosas formas de la
naturaleza como símbolos del sueño de la belleza trascendental que nuestros ojos físicos jamás
verán.
Viendo El Significado De La Lección Del Día
by Robert Perry
El Libro de Ejercicios consiste, en gran medida, en repetir la idea del día, la declaración que
está al principio de cada lección. Por lo tanto, si esta idea cae de plano en nuestra mente, no
estaremos aprovechando del todo la práctica del día. Sería lo mismo que estar repitiendo una
frase en Latín. Así es al menos, como uno lo siente a veces. La solución para esto es comprender el
significado inherente a esa breve declaración. Este significado es lo que hace que la práctica tome
vida. Cuanto más significado veamos en esas palabras, más poderosa será la practica de ellas.
Este significado está provisto en gran media por el Texto de estudio, pero también por una
lectura cuidadosa de la lección. Después de todo, la mayor parte de las palabras de la lección nos
enseñan lo que la idea del día significa. Por lo tanto, idealmente deberíamos estudiar cada línea de
la lección con un solo ojo leyendo lo que dice acerca de la idea del día. Yo elijo una clase de
postura mental en la cual tengo un ojo en la idea del día mientras el otro ojo lee las enseñanzas de
la lección. Leo una oración o párrafo de la lección y luego regreso y me pregunto cómo se
relaciona con la idea del día. Esto generalmente le dará a la idea un significado diferente de la que
yo le hubiera dado de no haberlo hecho así, además de una connotación más profunda y
completa. En resumen, hará de la práctica algo más poderoso y efectivo.
Veamos esto en acción en el caso de la lección 264 y su plegaria complementaria, la cual
provee la enseñanza de esa lección:
El Amor De Dios Me Rodea
La primera vez que leemos esta idea, probablemente asumiríamos que significa que existe una
presencia de Dios que nos rodea, algo parecido a un aura, y que nos sigue a donde quiera que
vayamos. En sí mismo, este pensamiento es reconfortante, pero veamos el significado de lo que la
enseñanza de la lección pone es esta idea.
www.bibliotecaespiritual.com
1. Padre, estás delante y detrás de mí, a mi lado, allí donde me veo a mí mismo y
dondequiera que voy.
Esta primera oración no dice nada muy diferente de lo que deberíamos haber entendido sobre
la idea del día. Sin embargo, la idea resulta más concreta mencionando específicamente las
palabras “delante”, “detrás” y “al lado”. También la idea se vuelve más absoluta. Dios no está
solamente a mi alrededor, Él está donde quiera que voy, incluso en el lugar en que puedo verme.
Esto nos da una pista de lo que se viene.
2. Estás en todo lo que contemplo, en los sonidos que oigo y en cada mano que busca la mía.
Esta declaración expande y profundiza la idea considerablemente. Dios no es solamente una
clase de presencia invisible que flota a mi alrededor, digamos en un radio de un metro. Él está en
todo lo que contemplo. Él no es una cosa invisible entre una gran cantidad de cosas visibles. Él es
omnipresente. Lo que es más, Él incluso está en los sonidos que percibo. De alguna manera es
mucho más fácil imaginar que Él está en los objetos físicos que en los sonidos. Los sonidos no son
cosas. Son sólo vibraciones en el aire, sólo movimiento. Esto significa que Dios no solamente está
en las cosas, sino también en las transformaciones, en los movimientos. Por supuesto, Él también
está dentro de aquellos que caminan conmigo. Incluso Él está en aquellas manos que se extienden
hacia las mías, y en el movimiento de esas manos al extenderse, y en el sonido de sus pasos.
Literalmente estoy rodeado por Dios, ya que Él mora en cada mirada, sonido, persona, objeto y
movimiento - en todo. Hemos llegado ahora un poco más allá del concepto de Dios como aura.
3. En Ti el tiempo desaparece, y la idea del espacio se vuelve una creencia absurda
Esta declaración parece remontarse en una nueva dirección, aunque es la consecuencia lógica
de las declaraciones anteriores. Si Dios está en todo, entonces cada lugar contiene la misma cosa:
Dios. Y si cada lugar contiene la misma cosa, si todos los lugares son iguales, entonces no existe tal
cosa llamada lugar. El mismísimo concepto de lugar implica que un lugar es distinto de otro, lejano
de otro. Sucede lo mismo con el tiempo. Si Dios está en cada momento, aparentemente
momentos diferentes son en realidad lo mismo, lo cual significa que no existen momentos
diferentes. Sin momentos diferentes no puede haber tiempo. Sin lugares diferentes no puede
haber espacio. Por lo tanto, “el tiempo desaparece, y la idea del espacio se vuelve una creencia
absurda”.
Este pensamiento es algo diferente de lo que he encontrado en algunas enseñanzas
espirituales. He escuchado muchas veces que Dios está en todo, pero la impresión que
generalmente tengo, por lo tanto, es que esas cosas son reales. A través del acto de Dios de morar
en una roca, por ejemplo, Él está decretando la realidad de la roca. Esa roca debe ser real, o Dios
no se hubiera molestado en estar dentro de ella. En realidad, en estos sistemas de pensamientos,
Dios mismo da nacimiento a la roca, a la vida y mora dentro de la casa que Él creó.
El Curso hace algo muy diferente con la idea. Implica que Dios es la única cosa real en esa roca.
La forma de la roca, su sustancia física, no es real. La forma no es una manifestación de Dios. Es
solamente una representación ilusoria del pensamiento demente de que Dios está ausente. Por lo
tanto, la roca no está allí en realidad. Sólo Dios está.
4. Pues lo que rodea a Tu Hijo y lo mantiene a salvo es el Amor Mismo.
www.bibliotecaespiritual.com
Esta declaración lleva las cosas un poco más allá. Parece que estamos rodeados por el tiempo y
el espacio: lo que nos envuelve es el espacio, detrás nuestro está el pasado y delante el futuro.
Esto es lo que significa estar en este mundo - estar rodeado del tiempo y del espacio. Sin embargo
la lección nos dice que lo que está delante y detrás nuestro es Dios, no el pasado y el futuro, no el
espacio físico. Si esto es realmente cierto, entonces nosotros no estamos en este mundo. En
realidad estamos en el Amor de Dios, en el Cielo. Si tan solo pudiéramos ver, si las dimensiones
pudieran desprenderse de nuestros ojos, nos daríamos cuenta que justo ahora no estamos en este
mundo, sino en el Cielo, rodeados por Su Amor. Hemos llegado ahora mucho más allá de la idea de
que el Amor de Dios es como un aura de un metro.
5. No hay otra Fuente que esa, y no hay nada que no comparta Su santidad; nada que se
encuentre aparte de Tu única creación, o que carezca del Amor que envuelve a todas las cosas
dentro de sí.
El alcance del Amor de Dios continúa extendiéndose. No solamente estamos rodeados por el
Amor de Dios, sino que venimos de ese Amor. Es nuestra Fuente; lo que le da vida a nuestro ser.
Más aún, esta total relación con el Amor de Dios está ahora expandida hasta envolver a todo y a
todos. No solamente a nosotros, sino que todo proviene de ese Amor y está hecho de ese Amor,
compartiendo Su santidad. Y nada ha sido excluido de Su abrazo eterno. Todo está sostenido en
ese Amor, no en el tiempo y el espacio. ¿Cómo puede existir un mundo de tiempo y espacio
cuando solamente existe un Amor que crea más de sí mismo?
6. Padre, Tu Hijo es como Tú
La oración 5 fue una larga declaración, más filosófica respecto de la relación de la Fuente con
todo lo demás. Ahora tomamos esas ideas, en esta oración 6, la condensamos dentro de una
declaración breve, directa e íntima de un Hijo a su Padre. “Esta es la única Fuente y todo comparte
Sus atributos” se transforma en “Padre, todos nosotros somos igual a Ti, porque todos somos Tu
Hijo”. Individualmente, este Hijo somos nosotros, pero (dado el contexto de la declaración
anterior) es también todos y todo.
Con esta declaración directa e íntima, la plegaria está comenzando a completarse y nos
conduce hacia el lugar del que ha estado hablando. El “nosotros” implicado en la oración 6 se
continúa en la línea final de la plegaria.
7. Hoy apelamos a Ti en Tu Propio Nombre, para estar en paz en Tu eterno Amor.
Las ideas que la plegaria ha descrito son una especie de alfombra roja que ha sido extendida
ante nosotros. Ahora, en esta línea final, estamos destinados a caminar sobre esta alfombra hacia
la realidad de la que se ha estado hablando, la realidad del Amor de Dios. Sabemos que al hacer
esto, no estamos actuando por nuestra cuenta. No estamos irrumpiendo. Estamos caminando
hacia la puerta de entrada de Dios sosteniendo en nuestras manos una invitación de parte del
mismísimo Señor de la casa. Apelamos a Él en Su Propio Nombre. Él mismo ha extendido la
alfombra roja. ¿Cómo sabemos esto? Como dice el resto de la plegaria, Él ya nos ha colocado para
siempre dentro de Él. Si su Amor es lo que nos ha creado y lo que nos rodea, y en realidad es lo
único que existe, ¿dónde más podríamos ir?
El contexto que inicialmente habíamos leído dentro de la idea del día se encuentra ahora
totalmente transformado. El Amor de Dios no es meramente un aura que nos rodea, un fantasma
silencioso que llevamos con nosotros en nuestro agitado viaje por este mundo de cosas separadas.
www.bibliotecaespiritual.com
El mundo es el fantasma; el Amor de Dios es la única realidad que existe. Es el reino omnipresente
que nos encamina más allá de este mundo de sombras hacia dentro de Sí Mismo. Y no sólo a
nosotros - encauza a todos y a todo; a todas las mentes incontables que comprenden el único Hijo
de Dios.
Así, en vez de decir “Qué gentil de tu parte, Dios, al venir conmigo en mis tareas diarias”
terminamos diciendo “Nosotros (el mundo entero y todas las cosas vivientes) apelamos a Ti”.
Apelamos a Él, para descansar de nuestros quehaceres atareados y ansiosos planes, para
liberarnos del desfile sin fin de pequeños objetos que se escurren a través de los días intranquilos.
Apelamos a Él, para dejar detrás las miles de sombras que hechizaron este lugar irreal y transitar
para siempre hacia la luz del Cielo. Como un Hijo, apelamos a Él para olvidarnos de todas nuestras
identidades separadas y juntos encontrar quietud eterna en Sus Brazos sin límites. Apelamos a Él
para descansar en Su Amor eterno.
“El amor de Dios me rodea” significa mucho más de lo que podríamos haber pensado al
principio. Teniendo en mente este significado expandido, más profundo y más amplio, ¿te parece
que practicar esta lección sería algo diferente?
Pero El no puede ver lo que mantienes oculto.
Llévale por lo tanto, todos tus pensamientos tenebrosos y secretos y contémplalos
con El .
Él abriga la luz, y tú la oscuridad.
Ambas cosas no pueden coexistir cuando las contempláis juntos.
Su juicio prevalecerá, y El te lo ofrecerá cuando unas tu percepción a la Suya
(T-14.VII 6:1-5,8-11)
The Earlier Versions and the Editing of A Course in Miracles
www.bibliotecaespiritual.com
by Robert Perry
Life for students of A Course in Miracles used to be simpler than it is today. We had one version
of our revered book, and we knew that this version was almost exactly as its scribe, Helen
Schucman, heard it, straight from Jesus. She herself gave this impression in the Course’s preface:
Only a few minor changes have been made. Chapter titles and subheadings have been inserted
in the Text, and some of the more personal references that occurred at the beginning have been
omitted. Otherwise the material is substantially unchanged.
Then everything changed. In January of 2000, an earlier version of the Course, called the Hugh
Lynn Cayce Version, was disseminated on the Internet. Later in that same year, an even earlier
version, called the Urtext, also became available on the Internet. Both versions showed that the
Course as we knew it had gone through a far more extensive editing process than anyone had
suspected.
While before we felt the comfort of knowing that our scripture, unlike so many others, was
free of human influence, we now began to wonder how much of the Course was altered by human
editors. We also wondered which was the “true” version. Indeed, the Hugh Lynn Cayce Version
was quickly published under the rather in-your-face title Jesus’ Course in Miracles (and just as
quickly became unavailable due to a court injunction).
This article attempts to answer, to the best of available knowledge, the following questions:
What are the earlier versions? How do they differ from the standard Course? What was the editing
process by which they became the standard Course? Finally, I will draw conclusions about the
quality of the editing and offer recommendations about where to go from here.
THE VERSIONS
The shorthand notebooks
The very first version, you could say, of A Course in Miracles was Helen’s shorthand notebooks.
This was where she took down her inner dictation in the form of her own style of shorthand.
Virtually everything Helen heard was taken down in these notebooks, though a few pieces of
dictation (six by my count) she dictated directly to Bill without writing them down.
Helen would then dictate the notes to Bill Thetford, who would type them up. This is actually
where the first editing took place, because Helen would not read to Bill everything she had taken
down. She felt that some of the material was meant for her alone. According to Ken Wapnick,
“When Helen dictated this to Bill, she basically dictated everything she had taken down with some
very, very personal exceptions—material that was personal.”1
The shorthand notebooks are still under lock and key. Therefore, we don’t really know what is
in them that Helen chose not to dictate. However, some of this material is included in Ken
Wapnick’s Absence from Felicity. There, we have approximately 6,000 words from Jesus (about 15
pages worth) which do not appear in any of the later versions of the Course. What is this material
like?
Much of it, as Ken Wapnick says, is indeed personal to Helen. For example, “Yes, indeed, the
way the course is given you is quite unusual, but as Bill says you are not the average American
www.bibliotecaespiritual.com
woman.”2 However, a surprising amount of the material seems suitable for the Course, and
perhaps even meant for the Course. Note the following, for instance:
Remember a miracle is a spark of Life. It shines through the darkness and brings in the light.
You must begin to forget and remember.
This is a private point, just for you. It is not part of the course. A miracle is love—you always
wanted presents, and a closed package was intolerable. Please open this one.3
Notice how the tone of this material shifts from the first paragraph—which sounds as if it could
have come straight from the Course—to the second, which is obviously meant for Helen.
Moreover, the second paragraph openly states that it is not meant for the Course, seemingly
implying that the first paragraph is. There are several other discussions buried in the shorthand
notebooks that appear suitable for the Course, including the following:
Instruction in turning over our daily minutiae to Jesus so that he can save us
time for more important things
• A definition of Atonement
• Two beautiful prayers given to Bill but suitable for all Course students
• A discussion of how reincarnation relates to the Course’s thought system
(which strikingly parallels the later discussion of reincarnation in the Manual for
Teachers)
•
I believe that Helen’s choices of what not to dictate to Bill cannot be considered infallible.
Hence, there may well be material that never made it out of her shorthand notebooks that should
have made it into the published Course.
The Urtext
What Bill typed from Helen’s shorthand notebooks eventually became referred to by Helen
and Bill as the Urtext. The word urtext means original text, and is often used to refer to the
original manuscript of a musical score or literary work. The Urtext differs from the standard Course
in several important ways:
It is continuous, without section or chapter breaks in the Text (although the
Workbook and Manual have the same breaks as they do in the standard version).
• Its capitalization, punctuation, and paragraphing are rough.
• The flow of thought in the early portions is very choppy. The material is
much more of a dialogue between Helen and Jesus than the monologue of the later
Course. Jesus will often speak very personally to Helen and Bill. Helen will often
interject and Jesus will respond. Jesus will sometimes step in and correct something
Helen wrote down, saying she heard him wrong.
• The early portions are far more concrete and down-to-earth than the later
Course. This concreteness falls mostly into two categories. First, the personal
material: Jesus speaks to Helen and Bill’s personal lives, relationships, interactions,
and developmental issues. Second, the professional material: Jesus speaks to Helen
and Bill’s background in psychology, explaining how the Course relates to Freud,
Jung, Rank, and others. Most of the personal and professional material has been
removed from the standard Course.
•
www.bibliotecaespiritual.com
• The language in the early portions is more informal and less elegant than in
the standard Course. These early portions have been edited on an almost line-byline basis, to make the language more formal.
The major differences between the Urtext and the standard Course are found almost
exclusively in the first four to nine chapters of the Text. I say “four to nine” because the amount of
editing tapers off gradually. In the first four chapters, about 30,000 words have been deleted (the
equivalent of 75 pages). The amount of deleted material decreases until, in Chapter 9, only about
200 words are removed. In Chapter 10, only 37 words are removed.
Helen then retyped the Urtext and, according to Ken Wapnick, “edited as she went along.”4
This, then, effectively produced a new version, which I will call simply, “the second draft.” Some
suspect that the Urtext currently available on the Internet is actually a combination of portions of
the Urtext and portions of the second draft.
The Hugh Lynn Cayce Version
The Hugh Lynn Cayce Version is Helen’s retyping of the second draft. It was an attempt by her
and Bill to turn the very rough original dictation into a clean and readable manuscript.
This version is named after Hugh Lynn Cayce, son of the famous psychic Edgar Cayce. Hugh
Lynn had been very supportive of Helen throughout her scribing of the Course, and so she and Bill
sent him a copy of the completed manuscript in 1972. They called this the Hugh Lynn Version and
it has become popularly known as the Hugh Lynn Cayce or HLC. The HLC occupies a middle ground
between the Urtext and the standard Course:
• Chapter and section breaks have been inserted in the Text (though not
always the same ones that we find in the standard Course).
• Capitalization, punctuation, and paragraphing have been cleaned up
somewhat. The amount of emphasized words has been reduced, for stylistic
reasons.
• Most of the personal and professional material has been removed, about
two-thirds as much as is removed in the standard Course. References to Helen and
Bill have been deleted, so that the material reads as if addressed to the reader.
• The flow of thought in the early portions has been considerably smoothed
out, though not entirely. For this purpose, a fair amount of material (about a
thousand words) has been moved from its original context and placed elsewhere.
• There is significant line-by-line editing in the early parts (about half as much
as in the standard Course). This editing consists of minor wording changes which
rarely affect the meaning. For example:
Urtext
The reason why a solid foundation
is necessary at this point
is because of the highly likely confusion
of “fearful” and “awesome,”
which most people do make.5
Hugh Lynn Cayce
The reason a solid foundation
is necessary
is because of the confusion
between fear and awe
to which we have already referred,
and which so many people hold.6
www.bibliotecaespiritual.com
Almost half of the words in the original sentence have been changed, yet, at the same time,
the meaning has not been altered. However, the editors have themselves inserted the phrase “to
which we have already referred,” and this is a problem, because there has not been a recognizable
reference to the confusion of fear and awe.
Early on in the dictation, Bill was placed in charge of what material was included in the Course.
In speaking of a piece of personal dictation, Jesus said:
Ask him [Bill] later if this should be included in the written part of the course at all or whether
you should keep these notes separately. He is in charge of these decisions.7
This has led many to believe that Bill was in charge of the editing of the HLC. Ken Wapnick,
however, says that this instruction pertained only to that early time, and was not intended to
place Bill in the subsequent role of editor. Instead, he says, Helen was the one in charge of the
editing process: “You can perhaps think of Bill as her consultant.”8 Helen later wrote about the
process of editing the Urtext into the HLC:
I assumed the attitude of an editor whose role is to consider only form and disregard content
as much as possible....Bill was adamant in opposing any changes at all, except for deleting the too
personal early references and correcting actual typing errors….I wanted to change just about
everything, but I knew that Bill was right. Any changes I made were always wrong in the long run,
and had to be put back….[The material] had a way of knowing what it was doing, and was much
better left exactly as it was.9
Two observations come to mind from this paragraph. First, Bill was probably placed in charge
of decisions about what to include because Helen “wanted to change just about everything.”
Second, Helen understated the actual level of change, which, as you can see, was much greater
than simply “deleting the too personal early references and correcting actual typing errors.”
The standard Course (First and Second Edition)
In 1973, Ken Wapnick was shown the Course by Helen. During his second reading of the Text,
he says:
I commented to Helen and Bill that I thought the manuscript needed some additional editing.
Some of the personal and professional material still remained, and seemed inappropriate for a
published edition. The first four chapters did not read well at all, in large part because the deleted
personal material left gaps in the remaining text, and thus required minor word additions to
smooth the transition. Also, some of the divisions in the material appeared arbitrary to me, and
many of the section and chapter titles did not really coincide with the material….Finally, the
paragraphing, punctuation, and capitalization were not only idiosyncratic, but notoriously
inconsistent.
Helen and Bill agreed that it did need a final run-through. As Bill lacked the patience and
attention to detail that was needed for such a task, we decided that Helen and I should go through
it together….I earlier quoted Helen’s statement that she had come to think of A Course in Miracles
as her life’s work, and she approached the editing project with a real dedication. She and I
meticulously went over every word to be sure that the final manuscript was right.10
www.bibliotecaespiritual.com
When Helen and Ken finished the process, they had gone as far beyond the HLC as the HLC had
gone beyond the Urtext:
Chapter and section breaks have sometimes been changed, along with
chapter and section titles.
• Paragraphing, punctuation, and capitalization have been polished. The
number of emphasized words has again been reduced.
• More personal and professional material has been removed (half as much
again as was removed in the HLC), resulting in a total of about 35,000 words
removed from the Urtext. This is the equivalent of the current first five chapters of
the Text.
• There has been far more reordering of material. Over 6,000 words have
been moved from their original context (compared to 1,000 in the HLC).
• More line-by-line editing has been done, as much as or more than was done
in the HLC.
•
This edit resulted in the standard Course. It was first printed in 1975 as what is now called the
Criswell Edition (this is the version that was recently released from copyright), and was then
published in 1976 as the First Edition. In between these two printings, the Clarification of Terms,
scribed in the fall of 1975, had been added in.
The Second Edition
In 1992, the Foundation for Inner Peace published the Second Edition. In the introduction to a
pamphlet entitled Errata for the Second Edition of ‘A Course in Miracles,’ Ken Wapnick summarizes
the process leading to the Second Edition. He explains that the evolving Course manuscript had
gone through several retypings before it was finally printed. Helen herself had retyped the Text
twice (the second retyping being the HLC) and “none of these retypings was ever proofread.” Then
Helen and Ken’s edit of the Text was retyped twice before printing, and these retypings were “also
not adequately proofread.” He then continues:
As a result of this long process of retypings, some material was inadvertently omitted.
Furthermore, a fair amount of typographical errors went unnoticed. Thus, when the Second
Edition of A Course in Miracles was undertaken…it seemed to be an appropriate time to insert the
deleted material and correct all prior mistakes. To ensure that this Second Edition be as free as
possible from errors, the three books of the First Edition of A Course in Miracles were proofread
against the urtext that Bill had originally typed from Helen’s notes. All retypings, as well as Helen’s
original shorthand notebooks, were consulted to trace the errors and omissions that were found.
The Second Edition, therefore, contains 97 sentences and six complete paragraphs that had
inadvertently fallen out along the way. The Second Edition also contains a numbering system for
sections, paragraphs, and sentences, which was not in the First Edition.
The Second Edition also contains about 175 changes designed to remove the plural “you,” so
that “you” often becomes “you and your brother.” This was meant to complete the process of
having the Course address the individual reader instead of Helen and Bill. However, these 175
changes occur almost entirely in the Text’s discussions of the holy relationship, which speak of two
people mutually joining and helping each other. Unfortunately, many of these changes (years ago,
I counted about 30) strip out that sense of mutuality and thus alter the meaning. For instance:
www.bibliotecaespiritual.com
First Edition
And you will help each other overcome
mistakes by joyously releasing one
another
from the belief in sin.11
But first, lift up your eyes and look on
one another in innocence born of
complete
forgiveness of each other’s illusions.13
Second Edition
And you will help him overcome
mistakes by joyously releasing him
from the belief in sin.12
But first, lift up your eyes and look on
your brother in innocence born of
complete
forgiveness of his illusions.14
THE EDITING
The editing instructions Helen and Bill were given
Helen and Bill were given instructions by Jesus for the editing of the Course. A close study of
these instructions reveals two kinds of changes he told them to make:
1. Remove material intended for you (Helen and Bill) alone
Earlier, we saw Jesus saying to Helen, “This is a private point, just for you. It is not part of the
course.” We also saw that he placed Bill in charge of what “should be included in the written part
of the course”—implying there were gray areas that required a judgment call. In another place,
Jesus said, “Nothing that relates to a specific relationship belongs in the notes.”15 But why remove
these private points from the Course? The answer is simple: because they were of value only to
Helen and Bill, not to the general reader. This important principle is mentioned in a couple of
places. One time, Jesus told Helen that she was taking “much more personal than usual notes” and
that these did not have “the more generalizable quality which this course is aimed at”16—meaning,
generalizable to others. At another time, she wrote down a very personal experience, but in this
case, he said, “What you wrote can be useful to miracle workers other than yourself.”17 So the
principle was very simple: If what you write is so personal that it cannot benefit others, take it out.
2. Correct scribal errors
In the early weeks of the dictation, Jesus would often tell Helen that she had heard him wrong,
and then correct what she had written, sometimes more than once, as we see here:
20. Miracles are an industrial necessity. Industry depends on cooperation, and cooperation
depends on miracles.18
Correction: And don’t lose sight of the emphasis on cooperation, or the not singular. That
point about “industrial necessity” should read “corporate,” referring to the body of Christ which is
a way of referring to the Church. But the Church of God is only the sum of the souls he created,
which is the corporate body of Christ. Correct to read: “A Miracle makes souls one in God,” and
leave in the next part about cooperation.
Further Correction: “God” should read “Christ.” The Father and the Son are not identical, but
you can say “Like Father, like Son.”19
This principle quite naturally extends to things Helen took down early on which are clearly in
conflict with the message of the later Course. For instance, the Urtext says, “The Holy Spirit is the
Bringer of Revelations, not miracles.”20 In contrast, the later Course consistently characterizes the
www.bibliotecaespiritual.com
Holy Spirit as “the Bringer of all miracles.”21 For this reason, the statement that the Holy Spirit is
not the Bringer of miracles was quite rightfully deleted in the HLC. Several chapters into the
process, Jesus told Helen that her hearing had dramatically improved,22 and after that, these kinds
of inconsistencies gradually disappeared.
Having seen the instructions for editing, let’s look now at what the editors actually did.
The removal of material
A huge amount of material has been removed from the notes that Helen originally took down.
We know at least 6,000 words never made it out of her notebooks, and there may have been
many more. And there are an additional 35,000 words that never made it from the Urtext into the
standard Course. What was removed?
Personal material
As mentioned, personal material that commented on Helen and Bill’s personal lives, situations,
relationships, and developmental issues was removed from the Urtext. This is fascinating material
and deserves study in its own right. Much of it is only indirectly relevant to the reader—but not all
of it. Some of it has been lightly edited and included in the standard Course. For instance, the
section “Right Teaching and Right Learning” (T-4.I) was originally addressed to Bill, to help him
with a class on abnormal psychology he was scheduled to teach. In my opinion, there is a large
amount of additional personal material that could have been edited in the same way for inclusion
in the Course.
Psychological material
There is also a great deal of psychological material that was removed. Ken Wapnick speaks of
this:
This personal material also included many references to psychologists and various
psychological issues and subjects, which were also not meant for the public, but rather were to
help Helen and Bill make the bridge between their psychological understanding and that of the
Course.23
This psychological material is fascinating. It discusses various psychologists, such as Freud,
Jung, Rank, and the neo-Freudians. It discusses therapy, statistics, behaviorism, the hierarchy of
needs, defenses, psychic energy, mental retardation, the Oedipal complex, and fixation. Two
running topics are notable. First, there are several lengthy discussions of Freud, pointing out the
strengths and weaknesses of his system and, at times, of his character. Second, there is an ongoing
presentation (running through the first four chapters) of the levels of the mind. In this model, the
conscious mind is sandwiched between the superconscious (heavenly knowledge) and a two-layer
subconscious, with an upper level dominated by fear, and a lower level filled with pure miracleworking ability. Impulses from all three nonconscious levels try to stream into the conscious mind,
but are often blocked by the “censor” or distorted by the fear-filled upper subconscious. Some
impulses make it in, though, and the conscious mind must choose between them.
Miracles come from the subconscious (below conscious) level. Revelations come from the
above conscious level. The conscious level is in between and reacts to either sub- or superconscious impulses in varying ratios.24
www.bibliotecaespiritual.com
If the rule is to remove material that is so personal that it cannot benefit others, then much of
the psychological material should probably have stayed in. True, one lengthy discussion (on the
pathology around possession—of people, things, and knowledge) was actually labeled as “less
constructive for most people” and primarily constructive for psychologists.25 However, much of the
psychological material seems useful for students in general. My experience, for instance, is that
students find the material on the levels of the mind absolutely captivating. Indeed, some of that
material remains in the Course, only with the words “superconscious” and “subconscious”
removed. So why not include more of it?
Life issues
Under “life issues,” I am classing material on sex, homosexuality, selection of partners, the role
of the teacher, and parents and children (one of the original miracle principles began with,
“Miracles are a blessing from parents to children”26). Some of this material spoke to personal
situations, but much of it discusses these issues in the abstract. So why was it taken out?
The most notable of these life issues is sex, which is discussed repeatedly. By the HLC,
however, all such discussions had been removed or reworded so as not to mention sex. Yet this is
not personal material; it is abstract teaching. Indeed, Jesus says that this material is crucial for all
miracle workers: “I want to finish the instructions about sex, because this is an area the miracle
worker must understand.”27
What does Jesus say about sex? In essence, he says the sex drive itself must finally be
uprooted, for our attraction to bodies essentially turns people into objects. Once the drive has
been uprooted (which I consider a very advanced state), we see the only purpose of sex as to bring
children into the world for learning opportunities. This may appear to be saying, “Control your
behavior so that you only have sex for procreation.” However, Jesus says the answer is not simply
controlling yourself.28 Instead, “the underlying mechanism must be uprooted.”29 We must reach a
place where we just don’t find bodies attractive anymore. I personally see this as consistent with
the later Course, which talks about “when the body ceases to attract you.”30 What happens to sex
when you have zero attraction to someone’s body?
Religious and theological material
Material has been removed that discusses angels, fallen angels, Lucifer, reincarnation, karma,
spirit possession, speaking in tongues, witchcraft, auras, and Christian Science. A number of clear
theological statements have also been deleted, including two mentions of the soul’s three
functions (knowing, loving, and creating) and theological statements about the Father and the Son
(for example, “In the Divine psyche, the Father and the Holy Spirit are not incomplete at all. The
Sonship has the unique faculty of believing in error, or incompleteness”31). All references to
meditation and most of the references to prayer have been removed. Also removed are a number
of pages of commentary on the teachings of Edgar Cayce, which came because Bill and Helen were
reading the Cayce material at the time.
Miscellaneous specifics
There are a whole host of other things that have been deleted, which I will simply class under
“miscellaneous specifics.” These include intellectual and literary references, including some brief
discussions of mathematics and a bold interpretation of the real meaning of Don Quixote. There
are many references to common expressions, such as “think big,” and “live and let live.” There are
references to several individuals. I’ve mentioned most of these, but we can add Descartes and
Jean Dixon (the astrologer) to the list. And finally, there is the following list of miscellaneous
www.bibliotecaespiritual.com
specifics: the Holocaust, daylight saving time, the CIA, sex crimes, kleptomania, bankruptcy,
gambling, alcoholism, eyesight problems, alchemy, cryogenics, wars, money, voting, educational
exams, ESP, and the psychological significance of names.
As you can see, far more than personal material was taken out. The real target was specifics.
Virtually anything that was specific, concrete, or down-to-earth was removed.
The reordering of material
As I said, over 6,000 words in the standard Course have been moved from their original
location. This is largely because the miracle principles originally came interspersed with a great
deal of related and unrelated discussion, and this interspersed material has all been deleted or
moved elsewhere, reducing the section containing the miracle principles from 15,000 words to
1,400. Some of this reordering is definitely necessary, simply because the early dictation jumped
around so much. However, I question the amount of it. Did so much material have to be moved?
Line-by-line editing
There is, as mentioned, copious line-by-line editing. The sheer volume of it takes one aback, as
we are accustomed to thinking of the words of the Course as straight from Jesus. The following
example will give you a sense of the line-by-line editing. I suggest you read it in two ways. First,
read down each column. Then, read across—reading each line as it evolves through the different
versions.
Urtext
Hugh Lynn Cayce
You now share my inability
As you share my inability
to tolerate the lack of love
to tolerate lack of love
in yourself and in everyone else,
in yourself and others,
and must join
you must join
the Great Crusade to correct it.
the Great Crusade to correct it.
The slogan for this Crusade is
The slogan for the Crusade is
“Listen, Learn, and Do.”
“Listen, learn, and do;”–
This means Listen to My Voice,
Listen to my voice,
Learn to undo the error,
learn to undo error,
and do something to correct it.
and do something to correct
The first two are not enough. it.33
The real members of my party
are active workers.32
Standard Course
As you share my unwillingness
to accept error
in yourself and others,
you must join
the great crusade to correct it;
listen to my voice,
learn to undo error
and act to correct it.34
This brief example contains almost all of the important characteristics of the line-by-line
editing:
Lots of editing. The sheer volume of changes is striking. Out of 68 words, 45 words have been
changed (removed, replaced, added, or unemphasized).
Faithful. The editors have clearly tried very hard to be faithful to the meaning of the original. It
is difficult to detect a significant change in meaning.
Slight alterations in meaning. While there are no significant changes in the meaning of our
passage, there are some slight alterations. In the standard version, you join the great crusade
because you have become unwilling to accept error (or lack of love). In the original version,
however, both your joining the Great Crusade and your unwillingness to accept lack of love come
www.bibliotecaespiritual.com
from the fact that you have “been restored to your original state” (from the line preceding our
passage). That’s a very minor alteration. Slightly more significant is the downplaying of behavior in
the editing of the final lines. This is a consistent pattern in the editing which I will discuss below.
Less lively, more tame. After editing, the material is generally less lively and spirited. In the
original, you become unable to tolerate lack of love. In the standard version, however, you
become merely unwilling to accept error. There is an insistent, emphatic note in the original that is
consistently softened by the editing. This makes the Course sound more remote, more tame. Set
next to the original, it feels sanitized.
Less specific. The removal of specifics takes place on a line-by-line basis. You can see that here.
The Crusade no longer has a “slogan,” and there is no longer a “party” with “workers.” The familiar
cultural image of a political party on a crusade, with busy workers chanting their slogan, has been
taken out.
More vague. Although the meaning of our passage has not been changed, it is somewhat less
apparent. For instance, we now may wonder what “act to correct” error means. Does this mean
physical action? The original, however, leaves no doubt: “do something to correct it….The real
members of my party are active workers.” Yes, he is talking about physical action. Another reason
for loss of clarity is the removal of emphasis. As our passage evolves, the emphasized words go
from eight to zero. While the lessening of emphasized words (a trend throughout the editing) is
stylistically practical, the emphasis definitely enhances clarity. I have found many passages where
knowing a particular word was originally emphasized unlocks the whole meaning of the passage.
Compressed. The editing results in fewer and fewer words. We go from 68 words (Urtext) to
47 (HLC) to 34 (standard Course). The same ideas get compressed into a smaller and smaller space.
One unfortunate result of this is that, quite often, ideas which you originally had time to digest,
now come too fast for you to adequately take in.
More formal, less conversational and plainspoken. Overall, the editing seems designed to
make the early Course sound less informal and conversational. If you read the first and last
versions of our passage above, you can feel the difference. For another example, a line that
originally read, “You and Bill have been afraid of God, of me, of yourselves, and of practically
everyone you know at one time or another”35 becomes simply, “You have been fearful of everyone
and everything.”36 The early Course now reads less like someone talking and more, in fact, like the
loftiness of the later Course. The question is, which is better? There are times when I prefer the
edited passages, but most of the time I prefer the plainspoken original. I like being spoken to in a
clear, down-to-earth way in the early chapters, before the Course lifts off into the stratospheric
tone of the later material.
Mostly unnecessary. If you will, go back and read the first version of our passage. Then ask
yourself, what is wrong with it? How much editing does it really need? Does it need any? I
personally don’t think it needs much editing, if any. In fact, I prefer it to either of the edited
versions. Now this is not true of all the Urtext passages. Many of them are very rough and
obviously need cleaning up. However, my opinion is that most of the line-by-line editing was
unnecessary. Think about Jesus’ instructions. He said remove personal material and correct scribal
errors. Does the editing in our passage fit either of those rules?
Editing to make content Course-consistent (in the opinion of the editors)
www.bibliotecaespiritual.com
There are three other aspects of the line-by-line editing which I’ll discuss. The first is editing to
harmonize the meaning of passages with the later Course—part of the process of correcting
scribal errors. The chief examples of this are the following:
All (six) references to the celestial speedup have been removed.
All (seven) references to the Record, which seems similar to the Akashic
records, have been removed.
• As mentioned above, behavior has been systematically downplayed. In the
first five chapters, references to “behavior” and “behave” drop from 68 in the
Urtext to 20 in the standard Course. All (five) references to the “doer” have been
removed. In Chapter 9, the line “This course is a guide to behavior” has been
removed. I assume all this was done to fit with the Course’s emphasis on thought
rather than behavior. However, I think these changes are inappropriate, since
behavior remains important throughout the Course, despite the word being rarely
used.
• Some of the very first references to the Holy Spirit (in Chapter 5) speak of
Him as an “it” that is simply “your own right mind,” rather than as a “He” Who
“abides in…your mind.”37 These references have been changed to read like the later
Course.
• In the early Urtext, the world is sometimes characterized as being made by
the Divine in response to the separation, as a teaching device to lead us out of the
separation. In the later Course, the world is the direct manifestation of the
separation, although the Holy Spirit uses it as a teaching device. Because of this
discrepancy (which may have come from the influence of the Edgar Cayce material,
which Helen was reading at the time of the early dictation), four of these early
references have been softened. For example:
•
•
Urtext
God created time so that
man could use it creatively….
Time is a teaching device,
and a means to an end.38
Standard Course
The purpose of time is to enable
you to learn how to use time
constructively. It is thus a teaching device
and a means to an end.39
Terminology
There have been a number of changes in the early terminology. References to “soul” have
been changed to “spirit” or “mind.” The words “create,” “will,” and “know” have been changed in
deference to their later, more technical meaning (though not entirely consistently). “The spiritual
eye” has been changed to “spiritual sight” or “spiritual vision” (the Urtext defines the spiritual eye
as “true vision”). However, in five places the spiritual eye has been changed to “the Holy Spirit”
(e.g., see miracle principles 38 and 39); these changes are incorrect, in my opinion. The ego was
sometimes referred to as “he” early on; those instances have been changed to the customary “it.”
“Projection” was originally an umbrella term covering false projection and “true projection.” The
references to true projection have been changed to “extension.” All occurrences of “foolish
journey” have been replaced with “useless journey.” The word “human,” prevalent in the early
chapters, has been removed. References to “the self” (lowercase “s”) have mostly been removed.
“Man” has mostly been replaced with “you.”
Editing errors
www.bibliotecaespiritual.com
It would be hard to do so much line-by-line editing and not make an occasional mistake.
Indeed, a number of unambiguous errors—changes in the meaning of the original—have crept
into the material (I count 27 in the first two chapters). Here are a few examples:
Urtext
Standard Course
“Lead us not into
“Lead us not into
temptation” means “guide us temptation” means
out of our own
“Recognize your errors and
errors”….”Take up thy cross choose to abandon them by
and follow me” should be
following my guidance.”41
interpreted to read
“Recognize your errors and
choose to abandon them by
following My guidance.”40
Denial of the error results
Denial of Self results in
in projection. Correction of illusions, while correction of
the error brings release. [“The the error brings release from
error” is the error responsible it.43
for sexual pleasure.]42
All material means which
man accepts as remedies for
bodily ills are simply
restatements of magic
principles. It was the first
level of error to believe that
the body created its own
illness. Thereafter, it is a
second misstep to attempt to
heal it through non-creative
agents.44
Nature of error
“Lead us not into
temptation” has been
assigned the interpretation
originally given for “Take up
thy cross and follow me.”
In the original, you refuse
to face within yourself the
error behind sexual pleasure,
and so you project this error
outward. In the edited
version, however, you refuse
to acknowledge your true Self
and thereby fall into illusions.
All material means that
In the original, there are
you accept as remedies for two missteps. First, you
bodily ills are restatements of believe the body created its
magic principles. This is the own illness. Second, you
first step in believing that the attempt to heal it through
body makes its own illness. It non-creative agents. In the
is a second misstep to
edited version, however, both
steps are now the same. First
attempt to heal it through
step: trying to remedy bodily
non-creative agents.45
ills by using “material means.”
Second step: trying to heal
the body through “noncreative agents.”
EVALUATION
Now that we have looked at the editing, what do we make of it? Was it an ideal editing job? Or
has it perhaps altered the Course’s message? Such questions seem inappropriate if you believe
that Jesus specifically guided all the editing. However, the editors never really claimed that. In
Absence from Felicity, Ken Wapnick claims simply, “We both felt [Jesus’] presence guiding us in
this work.”46 He has clarified this further, saying, “Helen’s experience was that she was guided all
the way through the editing. When she felt she was not clear about the guidance, she would ask
specifically, and this specific asking was relatively infrequent.”47
The guiding rule behind the editing
We saw earlier that the instructions that Jesus gave for the editing were as follows:
www.bibliotecaespiritual.com
•
•
If what you write is so personal that it cannot benefit others, take it out.
If you take down scribal errors, correct them.
The problem is not that the editors didn’t carry out these instructions—I think they did. The
problem is that they went way beyond these instructions. Jesus said the teachings on sex were
something that “the miracle worker must understand,”48 but they were taken out. There was a
prayer that he called “the door that leads out of the desert forever,” and which he specifically said
“can be useful to miracle workers other than yourself,”49 but it was not included. A close review of
the various kinds of changes reveals that there was a single guiding rule behind the editing:
Make the early Course read as much as possible like the later Course.
The later Course is notoriously abstract, and so, under this guiding rule, almost everything
specific and concrete in the early Course was removed. The language of the later Course is more
formal and lofty, and so, under this rule, the informal, down-to-earth tone of the early Course was
stripped out.
Now, there is nothing sinister about this guiding rule. When I review the changes made by the
editors, I am left with the impression that the editing was a very sincere effort. It was tackled with
a real dedication to doing it right and with a real honoring of the material on its own terms. It has
not changed the message of the Course.
The problem with this guiding rule is that it is not the instruction that Jesus gave them. And it
led to way more editing than his instructions alone ever would have. There is simply too much
editing in the early Course. Did they really need to take out the equivalent of the first five
chapters?
What difference does it make, you may ask? To be honest, it doesn’t make that much
difference. The Course’s message, as I said, has remained intact. However, here is the difference it
does make: When you encounter material that is very abstract, you immediately say, “Can you
give me an example? Can you be more specific?” Well, the early dictation is full of specific
examples. When you encounter unfamiliar ideas, you want someone to relate them to what is
familiar. The early dictation relates the Course to the ideas of other thinkers and to ordinary life
issues. When you encounter the different writing style of A Course in Miracles, you say, “Can you
give me that in plain English?” The early dictation’s English is far more plain.
This early material, then, contains an excellent bridge into the strange and unfamiliar world of
the Course. And for good reason—because that is exactly what it was intended to be for Helen and
Bill. They needed the Course’s lofty principles brought down to earth and related to their lives,
their learning, and their world. They needed a bridge. Indeed, we saw Ken Wapnick above saying
that the psychological material was just such a “bridge”50 for them.
If Helen and Bill needed a bridge, surely the rest of us do, too. Yet for readers of the standard
Course, this bridge has been burnt. The early chapters of the Course have been transformed from
very specific and plainspoken into the cryptic material we find there now. And it is those cryptic
early chapters that students face when they begin the Course. The bridge they could have walked
across has been turned into a river they have to swim. And I’ve talked to a great many of them
who never made it to the other side.
www.bibliotecaespiritual.com
How did the over-editing happen?
Many have accused Ken Wapnick of the over-editing of the early Course. However, all of the
evidence that I can see points to someone else as being primarily responsible: Helen Schucman. I
don’t at all mean to malign Helen; she has given all of us an incalculable gift. I’m merely trying to
solve a historical puzzle.
The over-editing was present from beginning to end, in the decisions about what not to type
into the Urtext from the shorthand notebooks (Helen), in the editing of the HLC (Helen and Bill),
and in the editing of the standard Course (Helen and Ken). And Helen was the only one involved in
all three processes. Indeed, as we saw earlier, Ken Wapnick maintains that she was in charge of all
the editing.51 And it is true that the same editing tendencies can be seen in all the versions.
“Helen was a compulsive editor,”52 says Ken. In regard to editing the Course, she herself said, “I
wanted to change just about everything.”53 This compulsive editing got worse under certain
conditions. Ken reports that, when telling her story with the Course in her autobiography, “her
discomfort directly led to an almost fierce over-editing.”54 He says that, for this reason, the new
edit of her autobiography that they attempted “proved in many [ways] to be even worse than the
original.”55
Ken Wapnick says that Helen was “very ashamed of” the early chapters of the Course and
immensely preferred the later chapters:
As the text moves on, the writing becomes more and more beautiful, and the last half of the
text is filled with passage upon passage in wonderful blank verse. This is not the case in the first
four chapters, however. And Helen was always very ashamed of them. In fact, when anyone in the
early days would want to see the Course—and she would show the Course to very, very, very few
people (and she wouldn’t show them the whole Course)—she would just show the really beautiful,
rhapsodic, ecstatic passages. And she was always rather ashamed of this early part.56
Part of what grated against Helen in the early material was probably its specificity. Twice in the
Urtext Jesus tells Helen that her “thinking is too abstract.”57
Given that Helen’s compulsive editing could become “fierce over-editing” when she was
uncomfortable, how would we expect her to respond to her extreme discomfort over the early
chapters? How could she completely resist the temptation to make them read like the later
chapters that she so vastly preferred? And isn’t it odd that the very thing we would expect from
her—the attempt to make the early Course read like the later Course—is the guiding rule that can
be observed in all the editing? Ken Wapnick claims that Helen “was able to resist [her]
compulsivity during the editing of the Course,”58 but, based on the evidence, I don’t think she was
able to resist it completely.
What now?
Is there an ideal version of A Course in Miracles? I think the simple answer is: yes, any version
that you actually use. In the end, of course, the important thing is actually doing the Course, not
discussing its editing. For now, I myself will continue to teach from the standard Course, though
supplemented by material from the Urtext.
Ideally, though, I think there should be a new edit of the Course, one that does not overstep
Jesus’ editing instructions, one whose editing is more minimal. This way, students could enter the
www.bibliotecaespiritual.com
unfamiliar world of the Course by walking across a more polished version of the same bridge that
Helen and Bill crossed. My reasons for thinking a new edit is called for should be obvious by now,
but there is one major reason I have not mentioned.
Part of the need for the Second Edition, as we saw earlier, was that a kind of telephone game
had occurred with the retypings of the Text. There were four retypings, two of which were not
proofread and two of which were not adequately proofread. This meant that errors (typographical
errors and inadvertent omissions of material), rather than being corrected, simply accumulated
with each new retyping. Hence, for the Second Edition, proofreaders went back to the beginning
to catch all the errors: “The three books of the First Edition of A Course in Miracles were proofread
against the urtext that Bill had originally typed from Helen’s notes.”59
What I have not yet mentioned is that a similar telephone game occurred with the editing of
the Course. A close comparison of the different versions reveals that each version was edited only
by consulting the most recent version, a fact that Ken Wapnick has confirmed.60 This means that
the second draft was edited only by consulting the Urtext, not the shorthand notebooks. The HLC
was edited only by consulting the second draft, not the Urtext or the shorthand notebooks. The
standard Course was edited only by consulting the HLC, not the second draft, the Urtext, or the
shorthand notebooks. If you look at the “Great Crusade” passage above, you can see this. Notice
how, once material drops out, it stays out; it is not put back in. Notice how, once even the most
minor changes are made, they are not undone; they either remain or are changed further. And
what you see in this one passage is true all the way through.
So there was a kind of telephone game, which in this case means that imperfect editing
decisions, rather than being corrected, simply compounded as the chain grew longer. Therefore,
just as someone went back to the beginning to catch all the typos for the Second Edition, so
someone needs to go back to the beginning (in this case, to the shorthand notebooks) and reexamine all the editing decisions. This new edit should receive the care befitting the scriptural
status the Course has acquired for so many thousands of seekers, the kind of care you would
associate with a new translation of the Bible.
At the very least, there should be an authorized version of the shorthand notebooks, the
Urtext, and the HLC. This would guarantee that we have complete and accurate versions of the
Urtext and HLC, and would also make the shorthand notebooks publicly available.
Given that the earlier versions are still under copyright (although the HLC’s copyright is
uncertain), I have difficulty imagining that a new edit will be undertaken. Where does that leave
us? Here, as with so many other places, we can turn to Jesus’ own words. Once, when Helen
feared that she was hearing Jesus incorrectly, he said:
Contradictions in my words mean lack of understanding, or scribal failures, which I make every
effort to correct. But they are still not crucial. The Bible has the same problem, I assure you, and
it’s still being edited. Consider the power of my Word, in that it has withstood all the attacks of
error, and is the Source of Truth.61
Correcting the errors in the Course is important but “not crucial.” Because of the power of his
Word, the truth will get through anyway. After all, his Word in the Bible is still “the Source of
Truth,” despite its scribal errors, which are still being edited out.
www.bibliotecaespiritual.com
Jesus also discussed the editing of the Edgar Cayce readings. He claimed that “Cayce was a
somewhat erratic listener,”62 and that therefore his readings needed to be edited and “purged of
their essential errors.”63 Jesus concluded, “When the time comes that this can be corrected to the
point of real safety, I assure you it will be accomplished”64—even though Cayce had by this point
been dead for twenty years. Jesus later compared the editing of the Cayce readings to the editing
of the Course:
I told you I would edit the notes with you when it was helpful to do so….I have already told you
in connection with Cayce that out of respect for his great efforts on My behalf I would not let his
life-work lead to anything but truth in the end. These notes are part of your life-work, and I will
treat them with equal respect.65
Jesus, therefore, likened the editing of two sets of teachings—the Bible and the Cayce
readings—to the editing of A Course in Miracles. And with both, he spoke of them being edited
long after their authors were gone. Clearly, he carries a very long-term perspective on such
matters. If a few decades or even a few centuries pass before an ideal edit can be done, so be it.
For now, then, the Course’s editing imperfections are not crucial, but at some point, Jesus will
make sure the Course is placed in its ideal form. For we have his promise that he would not let
Helen’s “life-work lead to anything but truth in the end.”

Documentos relacionados