jirafas, cebras, perros, ovejas, ñus y leonas

Transcripción

jirafas, cebras, perros, ovejas, ñus y leonas
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Jirafas
y cebras
Dibujo María Valenzuela
A partir de la guía, Bebés y Cachorros. Los humanos también
somos mamíferos, se ha elaborado el texto que se presenta a
continuación para acompañar las diapositivas con explicaciones
de cada grupo de mamíferos.
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JIRAFAS
FOTO TIERBILDER OKAPIA LIBRO CALOR DE HOGAR. VITUS DROSCHER
Pueden elegir el momento del parto
En grupos pequeños de unos seis individuos, las jirafas,
merodean por la sabana africana con la ventaja de vigilar la
llegada de posibles depredadores, gracias a la buena vista y
altura. Sin embargo la altura supone una dificultad cuando
beben agua y durante el parto tiene que permanecer de pie,
para no ser atacadas por un predador.
El período de gestación de las jirafas es de 14 a 16 meses, al
cabo de los cuales nace una cría de cerca de dos metros de
altura y unos 50 ó 60 Kg de peso.
¿Por qué las jirafas pueden elegir el momento del parto?
Están capacitadas para regular momento del nacimiento, de
manera que pueden interrumpirlo o aplazarlo para un
momento más apropiado y sin peligros.
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¿Cómo nace la cría? ¿Cómo tiene los cuernos al nacer?
Desde el momento de inicio del parto, aparecen las patas
delanteras con pezuñas recubiertas de un protector blando
para no dañar a la madre; después aparece la cabeza y los
cuernos aunque están desarrollados están recubiertos de un
tejido suave y plegados hacia atrás en ese momento. La cría
asoma la cabeza sacando el cuello y se detiene cuando llega a la
cadera, para dar la salida final con otro impulso y cae, desde
una altura de dos metros, aterrizando en el suelo.
FOTO SCOTT EARTH PICTURES
ENCICLOPEDIA EL RETO DE LA VIDA SALVAT
Lametones
y
caricias
¿Qué cuidados da la madre a la cría?
Con gran esfuerzo la jirafa recién nacida intenta levantar la
cabeza y ponerse de pie, mientras que la madre le lame con su
lengua de 50 centímetros, para limpiarle su pelaje de los restos
membranosos que lo envuelven y para tranquilizarle de su
experiencia de nacimiento. Poco después el neonato se
incorpora y avanza titubeante hasta su madre e introduce la
cabeza entre sus patas buscando las ubres para mamar.
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Después la madre enseña a su cría a distinguir los vegetales
convenientes, mediante contactos labiales. La lactancia es
exclusiva durante las primeras semanas, y la unión materno
filial perdura durante cerca de un año1.
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http://www.fotosdemamiferos.com/fotos/salvajes_036.jpg
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CEBRAS
Pariendo
FOTO N,MYERS CAMERA PRESS. ENCICLOPEDIA EL RETO DE LA VIDA.SALVAT
¿Cómo tiene el potrillo recién nacido los cascos? ¿Para qué?
¿Cuánto dura la lactancia materna?
La gestación de las cebras dura unos 13 meses y en cada parto
nace un solo potrillo que pesa entre 30 y 40 kilos y es
amamantado durante unos 8 meses mediante las dos mamas
inguinales que posee la cebra madre. Las cebras son muy
vulnerables durante el parto y particularmente durante las
primeras horas del recién nacido. Sin embargo, después de
pasado ese tiempo, el potrillo se pone de pie y en menos de
treinta minutos puede comenzar a trotar.
FOTO N,MYERS CAMERA PRESS. ENCICLOPEDIA EL RETO DE LA VIDA.SALVAT
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FOTO N,MYERS CAMERA PRESS. ENCICLOPEDIA EL RETO DE LA VIDA.SALVAT
Cuando nace el potrillo tiene los cascos envueltos en una funda
protectora para no dañar a la madre durante el parto. Los
potrillos no se despegan de sus madres, las siguen a donde
quiera que vayan y aprenden a identificarla sin equivocación,
mantienen una conexión especial con la madre, es lo que les
permite sobrevivir en sus primeros meses de vida, frente al
ataque de hienas y leones.
La lactancia dura unos 13 meses.
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PERROS, CERDOS, RINOCERONTES, TERNEROS, OVEJAS
Perros,
Cerda,
Rinocerontes
Ternera
Ovejas
Cabra
Dibujo María Valenzuela
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Perro recién
nacido
Parto y nacimiento de perros. Nacen ciegos, cubiertos en la
bolsa del amnios. La madre se come la placenta
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Cerda amamantando a sus crías
Madre rinoceronte, lactando
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Ternero en una explotación ganadera, no mama de su madre.
Web:birth-of-a-lamb.htm
El nacimiento de un cordero. En una granja en Puebla de
Méjico, por iniciativa de una ONG inglesa. La granja es un
recurso para la comunidad local con la finalidad de ayudar a
niños huérfanos y abandonados. Ellos mismos cuidan del
ganado.
Se ven las secuencias del parto, y como el recién nacido está
envuelto por las membranas del amnios, y cómo la madre lame
al recién nacido que poco después se pone a mamar.
Los lazos de los recién nacidos con la madre, se establecen en
los primeros momentos después del parto, cuando la madre
lame a su cría.
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(.....) Texto libro Calor de Hogar, Vitus Droscher
El momento decisivo que determina si una yegua, una vaca o
una cabra, una hembra de turón o una perra, un antílope, una
leona, una elefanta, una foca, una ratona, una ballena, un erizo
hembra o un jabalí verrugoso van a convertirse en una buena
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madre o no, se presenta inmediatamente tras el nacimiento. El
animal madre inspecciona, huele, observa aquel “algo” que
acaba de salir del interior de su cuerpo, y de inmediato se
despierta en ella la incontenible necesidad de limpiar a ese
algo, de amamantarlo y protegerlo, cueste lo que cueste.
Resulta increíble, pero basta que la nariz se impregne del olor
de la criatura recién nacida para que se cree un lazo que ata tan
firmemente a la madre con su hijo que, de momento, no hay
fuerza que le haga separarse de él voluntariamente.
Antes del momento en que se produce ese primer husmear, un
experimentador puede quitarle sus crías a una mamífera recién
parida sin que ella se dé cuenta siquiera de que ha perdido
algo. Si se la aparta de sus propios hijos y se ponen en su lugar
otras criaturitas, tras el control olfativo prolongado cree que se
trata de sus propios hijos. Su instinto maternal está despierto y
elige a aquellas criaturas extrañas como objeto de su atención y
cuidado maternal.
Así es, en realidad, cómo nace el sentimiento de comunidad
entre la madre y el hijo. Todas las demás ideas, como por
ejemplo “la llamada de la sangre” o cualquier tipo de místicos
lazos de unión no hacen otra cosa que oscurecer el contenido
real del fenómeno maternal. Debemos tratar de olvidarlos
cuanto antes.
Cinco minutos de olfatear continuado bastan para que una
cabra que acaba de dar a luz acepte a cualquier otro cabrito
como si fuera el suyo propio, incluso cuando no se trate de un
recién nacido, sino de uno que cuenta ya 28 días de edad. Más
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viejos son rechazados porque la madre se da cuenta del
engaño. Pero si no llegan a esa edad, bastan esos cinco minutos
de contacto olfativo para crear un lazo madre-hijo que seguirá
firme durante muchos meses.
LOS LAZOS DE
LOS RECIÉN
NACIDOS CON
LA MADRE
Texto libro Calor de Hogar, Vitus Droscher
(......) El profesor Sambraus, en una granja experimental, tomó
un pequeño cabrito recién nacido y durante treinta días lo hizo
alimentar exclusivamente por un cuidador. En los siete
primeros meses de su vida no se le dejó ver a cabra alguna. Por
fin, el cabrito fue incorporado a un rebaño de cabras y, si bien
el animal trotó con ellas, contento, hacia los campos de
pastura, jamás mostró el menor interés sexual por alguna de las
hembras en celo. Sin embargo, tan pronto como veía a un ser
humano, aunque fuera de lejos, corría a su encuentro y trataba
de aparearse con él.
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Llamaban principalmente su atención los hombres vestidos con
bata blanca-como el cuidador que había sustituido a su madre y
lo había cuidado durante el primer mes de su existencia-.
Incluso si se colocaba delante de él una percha de madera con
una bata blanca y al lado de ésta una cabra en celo, el macho
iba hacia la percha como si la cabra en celo ni siquiera existiera.
Con posterioridad se excitaba sexualmente ante la simple
visión de una toalla blanca, como “abstracción más externa de
los hombres que visten con tejidos” como escribió el
investigador.
La descripción de estas modalidades de degeneración es
importante porque en esta evolución psíquica errada puede
encontrarse, tal vez, la raíz del fetichismo.
Naturalmente, el investigador trató de librar al macho cabrío de
su degeneración y convertirlo en un animal sexualmente
normal. Pero todos los métodos humanos resultaron fallidos.
Finalmente empleó uno de los recursos típicos de la psiquiatría,
el electroshock. Cada vez que el animal intentaba “montar” a
un ser humano recibía una sacudida eléctrica. Pero las
consecuencias no fueron las esperadas, es decir que se apartara
de los seres humanos porque le causaban dolor y se volviera a
las hembras de su propia especie. Simplemente ocurrió que su
animadversión se volvió hacia los hombres que le habían hecho
sufrir la descarga eléctrica, pero siguió haciendo los mismos
ataques sexuales a los demás seres humanos.
Tanto se trata de la impronta de un instinto o no, de todos
modos puede afirmarse que la fijación sexual en un macho
cabrío es tan duradera y tan firme que ni siquiera un castigo tan
doloroso como son los electroshocks puede hacer que se aparte
de su tendencia sexual, aunque sea falsa y degenerada.
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Ñus y leonas
LOS LAZOS DE LOS RECIÉN NACIDOS CON LA MADRE
ÑUS Y LEONAS
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En la estepa del este de África había llegado la época de
parto de los ñus de cola blanca.
Como es corriente en esos animales, las cuatrocientas
hembras se habían reunido para formar una “asociación
de próximas madres”. A la salida del sol quedó algo en
claro: dentro de las próximas horas de la mañana, antes
del mediodía, todas las hembras traerían sus hijos al
mundo aproximadamente a la misma hora.
Otra especie de ÑU
(Connochaetes taurinus)
Se trata de una forma de conducta notable y tendiente a
la protección de la vida de los recién nacidos. Sus peores
enemigos, las hienas, están todavía hartas, en esas horas
mañaneras, del último festín de la noche. Además, cuando
existe una manada de hienas en una zona, aleja de ella a
todos los demás congéneres, de modo que el número de
hienas en una zona limitada suele ser pequeño. Los
nacimientos de los ñus en masa y en un territorio
pequeño es la fórmula ideal para limitar al máximo el
peligro de los recién nacidos.
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Otra especie de ÑU
(Connochaetes taurinus)
Pero en esa mañana pareció como si el diablo anduviera
suelto. Precisamente en el momento en que los pequeños
ñus acaban de venir al mundo por todas partes, atacó un
grupo de seis leonas. Con rugidos espantosos se lanzaron
por varios lados sobre el rebaño. Se desató el pánico el
mismo momento del parto muchas hembras fueron
arrastradas por la estampida y separadas de los hijos que
acaban de traer al mundo.
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Al cabo de pocos minutos las seis leonas habían dado caza
al suficiente número de presas
y comenzaron a
devorarlas .La escena se tranquilizó. Pero después ocurrió
algo indescriptible: por todas partes mugían pequeños
ñus que buscaban desesperadamente a sus madres.
Muchos de ellos casi no podían mantenerse sobre sus
débiles patitas, algunos ni siquiera habían logrado
ponerse de pie pese a sus intentos, pues el tiempo que
estos ñus recién nacidos precisan para aprender a ponerse
en pie y andar es de entre trece y veinte minutos.
Las madres comenzaron a regresar vacilantes. Sabían
perfectamente que cuando los leones están comiendo no
se lanzan tan fácilmente al ataque. Así que decidieron
aprovechar esos momentos para buscar a sus hijitos
perdidos en la confusión del ataque.
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LOS LAZOS
DE LOS
RECIÉN
NACIDOS
CON LA
MADRE
ÑU DE COLA BLANCA
Ya he descrito cómo se forma el lazo de unión entre la
madre y el hijo en los ungulados: por el contacto olfativo
cuando la madre lame al hijo para limpiarlo de la bolsa de
aguas en los primeros momentos que siguen al parto. Las
madres, tal y como iban llegando, comenzaron a olfatear a
todas las crías que encontraban en su camino para
descubrir si era la suya. En la situación reinante eso tenía
que motivar algunas tragedias, pues los mamíferos recién
nacidos no reconocen a sus madres de inmediato. La
naturaleza los ha dotado de un esquema maternal poco
preciso que los lleva a seguir a cualquier cosa grande que
se mueva para pedirle la leche y amor,
independientemente de cuál sea su aspecto.
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Si se acercaba una ñu a uno de los recién nacidos, éste
creía inmediatamente que se trataba de su madre e
intentaba tercamente acercarse a sus ubres. La ñu madre
se daba cuenta de inmediato de que aquella no era su
cría, sino una extraña, y la alejaba.
Foto Selous GR.
http://www.flickr.com/photos/26518996@N00/13093595
/
Había sucedido, además, que un gran número de madres
no habían tenido tiempo de establecer contacto olfativo
debido al ataque de las leonas, de modo que “adoptaban”
la primera de las criaturas recién nacidas que se
aproximaban a ellas, al mismo tiempo que la cría
aceptaba de inmediato la extraña como madre y se
quedaba con ella durante todo el tiempo de su niñez.
Jeff Winter, uno de los guardas de protección a los
animales salvajes, que había observado esas
circunstancias, informó además que se producían
confusiones grotescas.
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Alguno de los ñus nacidos se acercó con aire esperanzado
a uno de los coches todo terreno que marchaba
lentamente, olisqueó el tubo de escape y a partir de ese
momento no se apartó ni un minuto de aquel lugar
maloliente. Pensaba que el coche era su madre. Y lo peor
de todo era que buscaba las ubres entre las ruedas.
Dibujado por Alba Tierra
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Mientras las pequeñas ñus no tienen ni idea de cuál es la
forma de sus madres, poseen, al menos, un cierto sentido
sobre el lugar en el que deben buscar su leche. El
esquema que pone en marcha ese instinto los lleva a
encontrar las ubres entre las patas y el cuerpo de la
madre. Con frecuencia buscan la leche entre las patas
delanteras, pues tienen que aprender que sólo es entre
las patas traseras donde se encuentra la fuente
alimentaria. Cuando se trata de un automóvil, como en
este caso, buscan entre las ruedas aunque, naturalmente,
lo único que encuentran es el aceite de engrase en los
ejes. Con sus gemelos de campaña, Jeff Winter pudo
observar, igualmente, como una cría hembra que había
perdido a su madre, en su búsqueda desesperada, se
acercaba a una leona que acababa de levantarse de junto
a su presa y la sequía trotando. ¡Tomaba al gran felino por
su madre, que, tal vez, la leona acababa de devorar!
Al final todos los pequeños ñus que fueron separados de
sus madres como consecuencia del furioso ataque de las
leonas, tan pronto como la madre auténtica se aproximó a
ellas, la reconocieron y se fueron en su seguimiento.
¿Cómo pueden saber los animales recién nacidos cuál es
el aspecto de sus madres? Ciertamente que existe en ellos
un instinto innato que los lleva a buscar a otro ser que les
ofrezca protección, calor de hogar y alimento, pero tienen
que aprender por sí mismos el aspecto externo de este ser
único al que deben la vida.
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En principio debe existir el germen del amor de la madre
hacia el hijo; sólo después se presenta el nacimiento del
lazo de unión del hijo hacia la madre.