Poco antes de comenzar a filmar Y Dios creó a la mujer

Transcripción

Poco antes de comenzar a filmar Y Dios creó a la mujer
LA
BALLERINA
CUMPLE
60 AÑOS
Poco antes de comenzar a filmar Y Dios creó a la mujer, en 1955,
Brigitte Bardot encargó a la célebre maison Repetto unas ballerinas
para usar en la ciudad. De esa manera, la tradicional zapatilla
de ballet se convirtió en el calzado icónico que es hoy día
Por Florencia Sañudo | Fotos ©Mathieu de Martignac
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La actriz fra
n
MUJER, 1 cesa Brigitte Bardot e
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ESPREC escenas de tres pelíc
IO, 1963, y
LA MUÑ ulas: Y DIOS CREO
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rigitte Bardot puede jactarse de muBRUTO, 1 LA
970
chos laureles, pero quizás el más
B
inesperado es el de haber puesto las
ballerinas en los pies de millones
de mujeres. En efecto, poco antes
del comienzo del rodaje de la película Y Dios creó a la mujer, bajo la dirección de
Roger Vadim, su esposo, la joven actriz francesa,
formada en el Conservatorio de Danza de París, le
encargó a su proveedora de zapatillas de puntas,
Rose Repetto, un calzado para la ciudad, cómodo
y flexible para caminar y bailar, 1. Una variedad
liviano y escotado, angosto a los de zapatos en la
lados, que dejara ver la base de los tienda Repetto.
2. En el taller
dedos. En resumen, una zapatilla de de la maison
ballet para la vida diaria.
Repetto.
Lo que resultó de esta idea es 3. Modelo BB
de la colección
parte de la historia del cine y parte primavera-verano
de la historia del calzado: el éxito 2015.
fulgurante del filme, que lanzó a
BB como sex symbol, se
debe tanto al guión, osado
para la época, como al look
increíblemente moderno del
personaje que ella encarnaba (Juliette, de 18 años),
a sus faldas entreabiertas
que dejaban ver sus piernas
longilíneas y a sus sensuales
ballerinas, que subrayaban
el ambiguo perfil del personaje, sexy y, a la vez, aún
niña. Las jóvenes de la época
adoraron el modelo Cendrillon (Cenicienta), como lo
había bautizado Rose Repetto, y se convirtió en un fenómeno
comercial y un fabuloso éxito
para la marca.
Brigitte, por su parte,
nunca más se separó
de las ballerinas.
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1
Y aunque no fue fiel a los
hombres de su vida sí lo fue
a sus zapatillas, que la acompañaron tanto en las calles
de París o de Saint-Tropez
como en el cine, desde Y Dios
creó a la mujer, uno de sus
primeros f ilmes, hasta La
muñeca y el bruto, uno de
los últimos, en 1970.
La ballerina
a travEs de
la historia
Si hoy día las zapatillas de ballet son indisociables de la imagen
de la bailarina clásica,
no siempre fue así. Los
primeros ballets, especialmente aquellos creados
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en la corte del rey Luis XIV (apasionado bailarín),
prestaban tanta importancia al disfraz y a las máscaras como al juego de piernas, pero poco al calzado
que cubría los pies.
La primera bailarina en usar un calzado exclusivamente creado para el ballet fue MarieMadeleine Guimard, en 1785, quien bailaba con
unos escarpines inspirados en los coturnos (calzado de suela de corcho sumamente gruesa, de la
antigüedad grecorromana). Pero fue después de la
Revolución Francesa, cuando se prohibió el uso de
pelucas, sedas y tacones altos, que comenzaron a
aparecer los primeros indicios de las futuras zapatillas de ballet y que tomaron finalmente forma en
1832, cuando la bailarina estrella Marie Taglioni
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4. Retrato de Laure Bro
por Theodore Gericault,
1818. Ella lleva
un calzado similar
a las ballerinas.
5. En el taller, los
colores de cuero para
hacer las ballerinas.
6. El vals, caricatura
publicada en 1801
en la revista Le Bon
Genre (Francia).
7. Trabajando el plisado
del cuero en el taller.
8 y 9. Variaciones de
las ballerinas.
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hizo la primera aparición en zapatillas de punta
en el ballet La sílfide.
En cuanto a la moda de la calle, durante el
breve reinado del estilo imperio (1800-1820),
que evocaba las túnicas de la Antigua Roma, las
fashionistas de la época combinaban sus vestidos
livianos y etéreos cortados bajo el busto, con un
calzado similar a las ballerinas de hoy, aunque con cordones.
En cierta manera, la moda de la calle influía en la
danza y a la inversa. En el filme de Jane Campion Bright Star
(2009), que transcurre en Londres en 1818, puede verse cómo un grupo de
jovencitas se calza sus zapatillas de ballet para tomar una clase con su profesor
de danzas de salón.
Pero tras el intervalo de ligereza y comodidad que fue el estilo imperio, este
tipo de calzado quedó confinado al universo de la danza durante más de 150 años.
Las tradicionales reglas al vestir volvieron a ponerse en marcha y las mujeres
regresaron a corsés y crinolinas, y a los calzados duros y apretados como los
botines, que dominarían el panorama del calzado femenino hasta bien entrado
el siglo XX. Fue recientemente, cuando el concepto de confort comenzó a asentarse en las mentalidades femeninas, que los zapatos comenzaron a hacerse más
blandos y flexibles (los de hombre tardarían mucho más tiempo).
La zapatilla de ballet también sufrió cambios. En 1932, el australiano Jacob
Bloch, inspirado en su pasión por la ópera y su sentido de la observación, estableció un taller en Londres donde fabricaba un calzado de danza más cómodo
para las bailarinas, al que bautizó ballerines.
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Por amor a un hijo
Quince años más tarde, en París, Rose Repetto,
desesperada al ver los pies magullados de su hijo,
el bailarín Roland Petit, cuando volvía de los ensayos, decidió mejorar el calzado y concibió así uno
más cómodo. La técnica que usó fue audaz: coser
la suela al revés y luego darle vuelta. Poco tiempo
después, abrió un taller cerca de la Opera Nacional,
donde su hijo se consagró como uno de los grandes
bailarines del siglo XX. La popularidad de Petit
despertó entre los bailarines y aspirantes un verdadero entusiasmo por de esas zapatillas de ballet
más flexibles y ligeras. Entre ellos, el de una joven
Brigitte Bardot. No es de extrañar entonces que la
actriz, cuyo primer amor fue la danza, recurriera a
Rose Repetto para crear un modelo para usar todos
los días y, al mismo tiempo, sentirse cerca de ese
mundo que abandonó, pero que
nunca dejó de fascinarle.
Más adelante, la ya célebre
maison Repetto creó un modelo
cerrado para hombres —Zizi—,
favorito de Serge Gainsbourg y
de Mick Jagger. Sin embargo,
tras la muerte de Rose, en
1984, la maison Repetto entró
lentamente en decadencia y se
convirtió en los años 1990 en la
marca de los pies sensibles. Su modelo Cendrillon,
modificado aquí y allá, se transformó en un
calzado para señoras de cierta edad.
Luego de pasar por diferentes propietarios, la sociedad fue adquirida
en 1999 por Jean-Marc Gaucher, exdirector de Reebok Francia, quien
tomó las riendas de la misma y la
cambió de una empresa familiar a
una marca internacional. Lo primero que hizo fue volver a editar el célebre modelo en su versión
original. Casi 50 años más tarde, el efecto BB
—apoyado por una inteligente campaña
de marketing— demostró
que todavía funcionaba. Una serie de
colaboraciones con
creadores como Issey Mi-
10. 11 y 12. Diferentes
modelos de la colección
primavera-verano 2015.
13. Trabajando el
lacado en el taller.
14. Detalle de la marca en
el tacón de la ballerina.
15. Modelo BB de la
colección primaveraverano 2015.
16. Una variación de
las ballerinas.
17 y 18. Ballerinas
de la colección
primavera-verano 2015.
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yake, Yohji Yamamoto, Comme des Garçons y Mary Katrantzou contribuyeron a
reposicionar a Repetto en el sector del lujo, y las líneas de carteras, prêt-à-porter,
perfumes y otros modelos de zapatos no tardaron en enriquecer su oferta. Pero
sobre todo, la ballerina se convirtió en un clásico, la combinación perfecta de confort y de un sutil sex-appeal para todas
las horas del día. n
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