juan francisco carrión

Transcripción

juan francisco carrión
JUAN FRANCISCO CARRIÓN
(Activo probablemente en Madrid 1626- 1680)
“Vanitas con calavera, libro, clepsidra, filacteria y candelero”
Óleo sobre lienzo.
55 x 77 cm.
Firmado: Juan Fr... Carrio/Feci..
Exposición:
Sevilla. “Miguel de Mañara. Espiritualidad y Arte en el Barroco sevillano. (16271679)”. Hospital de la Santa Caridad. 18 Marzo-30 Mayo 2010. Pags. 198-199 del
catalogo.
Poco se sabe acerca de este pintor y las obras conocidas son muy escasas. Dada a
conocer por D. Diego Angulo (ver: Archivo Español del Arte, tomo XXXII, número
126, 1959), una “Vanitas con libros” (Óleo sobre lienzo, 120 x 85 cm), conservada en
el Museo de Arte de la Universidad de Indiana en Bloomington, que aparece firmada y
fechada en el ángulo inferior izquierdo: CARRIO F. 1672. De la antigua colección
Carvalho, chateau de Villandry, una Naturaleza muerta con cardo (Óleo sobre lienzo,
57 x 79 cm) (fig. 2), Bodegon con cardo, (óleo 30 x 44 cm), firmado en colección
privada de Madrid y Bodegon con cardo y frutas, óleo 43 x 58 cm, museo Beaux-Arts,
Besan篮
También el nombre del pintor se puede ver al final de una poesía escrita en un papel
bajo la calavera: Juan Franco Carrio f.(Fig. 1)
Fig. 1
La presente obra, también firmada, presenta una calavera, aludiendo a la muerte; un
candelabro con una vela encendida, que representa la existencia de la vida humana; la
clepsidra, como símbolo claro del paso del tiempo; el libro, en alusión comúnmente a la
inutilidad de la vida intelectual; y por último destaca una filacteria, que aparece sobre el
libro y la calavera, con la frase “HIC EST LIBER GENERATIONIS ADAM”,
perteneciente al libro del Genesis, capítulo 1 versículo 5, que se traduce como: “He aquí
la lista de los descendientes de Adán”. Todo el conjunto expresa la iconografía típica de
las vanitas, expresando la idea de que la vida es un breve tránsito, que las cosas de este
mundo, en este caso el saber, no tienen valor, por que al final, a todos los hombres, a
todos los descendientes de Adán, nos espera el mismo destino: la muerte, eso sí, como
paso previo a la resurrección, al mundo que verdaderamente importa.
Fig. 2

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