Revista de la Licenciatura en Gestión de Diseño y Comunicación

Transcripción

Revista de la Licenciatura en Gestión de Diseño y Comunicación
Edición 2 año 2
Revista de la Licenciatura en Gestión de Diseño y Comunicación Visual
Universidad Santa María, Campus Guayaquil
Índice
Invertir en diseño
Pág: 04
Anatomía de la interfaz
gráfica de usuario
Pág: 07
1917 El año que el diseño
de convirtió al arte
Pág: 10
Staff
Presidente Lic. Anastasio Gallego Coto //
Directora Arq. Patty Hunter Hurtado //
Consejo de Honor Dr. Roberto Hanze Salem,
Ing. Fernando Maldonado, Dr. Nelson Córdova.
Colaboradores
Pablo Iturralde, DG
Profesor de Taller de Identidad Corporativa
Raúl Jaramillo, DG
Profesor de Taller de Diseño Editorial
Lcda. Patricia Meier de Ferretti
Profesora de Historia del Arte y Diseño y
Teoría del Color
José Daniel Santibáñez, DG
Profesor de Tipografía
Lcdo. Luis Ramírez
Profesor de Gráfica Computacional
Armando Busquets
Profesor de Dibujo Natural I y II
Jorge Gallardo
Profesor de Marketing
Patty Hunter
Coordinación de Carrera
Diseño, diagramación y portada
Ma. Grazia Goya
Christian Chávez
Ricardo Willson
Oliver Rosenthal
Fotografía
Ma. Grazia Goya
Revista Gráfica
de la Licenciatura en Gestión de Diseño y
Comunicación Visual, Universidad Santa María
Campus Guayaquil
Año 2, Edición 2
Comentarios y sugerencias:
[email protected]
Universidad Santa María, Campus Guayaquil
Av. C. Julio Arosemena Km. 4.5
Telf.: 2 202020 - www.usm.edu.ec
Marzo de 2010
Producción de TV:
Ctrl+ y Unízono
Pág: 14
La enseñanza del
diseño gráfico
Pág: 16
La importancia de
los servicios, hoy
Pág: 18
Expodiseño
Pág: 20
Vivir del diseño sin
morir en el intento
Pág: 24
Ver es no creer
Pág: 26
Bye Bye Publicidade
Pág: 28
Diseñando y Comunicando
Lic. Anastasio Gallego Coto //
Para quien no sabe mayor
cosa de Diseño y Comunicación todo
le suena a Publicidad y la publicidad
para esas mismas personas, le suena a
engaño:
¡”Qué bonito te lo pintan para que
compres!”
¡”Qué bien prometen en la publicidad,
pero luego…”!
Son palabras que se oyen
constantemente en la calle, en las conversaciones, a la gente que está mirando en un almacén, supermercado o
tienda de ropa, calzado u otros objetos.
Y es que han pasado muchos
años y siglos desde cuando en el mercado medieval, los campesinos y artesanos salían a la plaza del “mercado”
y ponían sus productos a la vista de los
compradores. Éstos podían tocar, sopesar, admirar los colores de las telas,
las manzanas o las legumbres. También podían verle los dientes al caballo o al burro que querían comprar, o
podían subirse y dar un paseo a lomos
de la yegua o el caballo.
Hoy podemos hacer casi lo
mismo desde la casa. Pero ya no tenemos al “caserito” de siempre que nos
vende lo de siempre.
Además, ya las camisas las
tiene todos; lo mismo los pantalones o
las sillas o los muebles de la sala. Por
esos e impone el diseño.
Las personas no salen ya a
comprar “la” camisa. Salen a comprar
“una” camisa.
Se ha ido imponiendo el DISEÑO. Y como ya no se conoce al casero, porque el fabricante vive a miles
de quilómetros, habla otra lengua y
tiene otra cultura y no sabemos quién
es, por eso se impone la COMUNICACIÓN, y la comunicación VISUAL.
Y en esto nos hallamos enfrascados: en cómo diseñar y en cómo
comunicar a unos seres humanos con
otros seres humanos.
Y comunicamos todo: papas y
ropa; teléfonos y televisores; hospitales y escuelas; candidatos y presidentes; iglesias y clubes. Somos muchos y
es difícil conocernos.
Un nuevo número e la revista
GRÁFICA es siempre bienvenido porque es el esfuerzo de pensar y poner
por escrito lo pensado; porque es un
esfuerzo de comunicar lo que son y
lo que quieren ser los diseñadores y
comunicadores visuales; porque no
quieren ser confundidos con charlatanes del marcador o la computadora.
Bienvenido un nuevo número de
GRÁFICA porque es un nuevo esfuerzo y un nuevo sueño que reúne soñadores en un medio tan pragmático
que, aunque arranque flores no puede
impedir que venga la primavera.
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Por: Raúl Jaramillo
[email protected]
Hace un tiempo atrás, escribí un
artículo que hacía referencia al presente tema.
Y por esos tiempos me enfoqué en un análisis
que se justificaba con argumentos más bien
mercadotécnicos y estéticos y por ende en la
calidad comunicacional del diseño. Anotando
que el diseño de la presentación del producto
y el respectivo material promocional son parte
del buen funcionamiento de la estrategia total,
que acerca la anhelada aceptación del mercado.
Mirando en retrospectiva, y haciendo un poco
de memoria sobre el tema, estoy seguro de que
omití, campantemente, analizar más en detalle,
otro aspecto que considero elemental en el
buen desarrollo de un proyecto de diseño: El
compromiso con la calidad.
Corrían finales de los años ochenta y mi estudio participó en el desarrollo
de un proyecto para posicionar una nueva marca de ropa playera en México y el
Caribe. Era un reto muy particular, no sólo por los alcances de la propuesta, sino,
por el ámbito, el mercado en que se desarrollaba. Estamos hablando de plazas
de turismo a gran escala y con niveles de competencia muy exigentes. Sitios que
son punto de encuentro de todas las franquicias más importantes del mundo,
donde tienes que compartir y competir con las marcas que generan tendencias.
Ni hablar los montos de inversión que estaban en juego.
Para inicios de los noventa, de a poco, nos habíamos ganado un espacio
en el mercado y para mediados, entre el 95 y 97, nos habíamos convertido en
los líderes de nuestro segmento. Éramos algo así como los reyes de la playa;
la franquicia se extendió por todo México y el Caribe, algunos lugares del
Mediterráneo y llegamos hasta Australia. No fue fácil, pero con trabajo, trabajo
más trabajo y una pizca de genialidad y suerte lo logramos.
Pero no voy a prolongarme en detalles y paso relatarles cual fue una
de mis mayores motivaciones. Desde mi estudio, aquí en Guayaquil, tenía una
idea de lo que el proyecto representaba.Pero cuando hice mis primeros viajes a
México, en uno de ellos en particular, se dio la oportunidad de visitar la planta de
producción, los talleres de estampado, bodegas, oficinas. En fin, cuando percibí
en toda su dimensión el tamaño de la estructura y por ello las dimensiones de
la empresa que había emprendido, me percaté de la importancia que tenía el
que mis propuestas de diseño sean válidas y que funcionen. De repente me
sentí un poco responsable de la estabilidad de esos cientos de trabajadores y sus
familias, aunque suene un tanto pueril, me sentí un integrante más del sindicato
de trabajadores.
Es en momentos así cuando realmente te percatas
del real valor que tiene un buen trabajo de diseño, de un
análisis profundo y hallar conclusiones acertadas y valederas.
De unos cuantos “dibujos” dependen un sinnúmero de
felicidades, sin contar a los accionistas y propietarios que
le están apostando el futuro de la empresa a tu talento y
criterio.
En nuestro medio, a cada industria se le ocurren
nuevas ideas, nuevos productos y servicios que desarrollar y
lanzar al mercado. Es cosa de todos los días, y es motivo de
gran responsabilidad. En todo proyecto se están jugando el
bienestar de los gestores de las ideas y de quienes los llevan
a la práctica. Son interminables las historias de grandes
aciertos y fracasos. Tanto las unas como las otras en algún
momento tuvieron su razón en el factor comunicacional, y
el diseño gráfico es parte integral de este ámbito.
Resumiendo, existe un grande y serio compromiso
de nosotros como profesionales con la calidad, desde el
mismo momento en que aceptamos el reto de emprender un
trabajo. Compromiso con el cliente que confía en nuestro
criterio para expresar lo más directa y acertadamente las
características y virtudes de su propuesta; compromiso
por expresarnos de una forma gráficamente clara para
que el mercado capte el mensaje; compromiso, por la
responsabilidad de llevar adelante el proyecto de una
industria que genera empleo; y finalmente, compromiso con
nosotros mismos, en conciencia, seguros de saber aplicar
nuestros conocimientos con sobriedad, trabajo y lucidez
para una feliz realización del proyecto.
Al final de estas líneas concluyo anotando,
que así como se hace una inversión muy importante en
infraestructura, en maquinaria, en suministros y personal
calificado, es menester que quien tiene la visión de llevar
con éxito su empresa, recuerde invertir en el correcto
planteamiento de su propuesta comunicacional, confiando
para ello en profesionales competentes y comprometidos.
Ello tiene su costo, pero esto no es más, que parte de la
inversión.
El Profesor Raúl Jaramillo dicta cátedra de Taller de
Diseño Editorial desde el año 2007.
Por: Luis Ramírez
[email protected]
El vertiginoso avance de la tecnología nos ha
acostumbrado al incremento de artefactos electrónicos,
software o servicios de Internet especializados, que de a
poco se integran a nuestra vida al punto de preguntamos
¿cómo pude vivir sin esto antes? Pero si lo vemos desde otra
perspectiva, quizás debiéramos preguntarnos ¿cómo pude
aprender todo esto antes?
La interacción entre una persona y una máquina se
denomina “interfaz de usuario”. De este modo, el interfaz
de usuario respecto a un televisor de los años 70s consiste
en presionar el botón de encendido y manipular la perilla
de canales y la de volumen. Sencillo ¿no les parece? Pero
al utilizar otro tipo de aparatos, se requiere cierta destreza
en el uso exclusivo de ese equipo o “sistema” (término que
refiere al componente artificial). Un ejemplo es el uso de
computadoras antes de la era electrónica (desde el siglo
XIX), cuando los operadores eran muy especializados,
adaptándose a la máquina y no a la inversa.
Ante casos similares es necesario alcanzar una
mejor interacción, o mejor dicho “comunicación” entre
la persona y la máquina, donde sean los sistemas los que
se adapten al “usuario” (persona que usa un sistema). Si
bien es cierto, esta tarea depende de muchos ingenieros
en mecánica, electrónica e informática, que desarrollan las
posibilidades técnicas para una mejor interacción, pero al
mismo tiempo es igual de importante la participación de
expertos en el componente humano: psicólogos, pedagogos,
comunicadores (incluyendo a comunicadores visuales),
entre otros.
El aporte de la comunicación visual a la mejora
de interfaces centradas en el usuario, se hace presente en el
diseño de una “interfaz gráfica de usuario”. Ésta se centra en
la interacción con máquinas (especialmente computadoras)
a través del uso de iconos, imágenes e incluso texto. De esta
manera se facilita la interacción al utilizar imágenes, más aún
si a éstas se ha acostumbrado el usuario antes de aprovechar
el sistema. Una muestra clara es el uso de carpetas, como
iconos en los sistemas operativos, para representar grupos
de archivos dentro de una computadora; éstas carpetas al ser
activadas mostrarán los archivos que contienen. Suena muy
sencillo, pero de eso se trata el diseño de interfaces gráficas:
hacer sencillo el trabajo de las personas, ya sea a través de
metáforas o de formas de fácil aprendizaje.
Aparentemente esto de las interfaces gráficas sólo
se aplica en el trabajo con computadoras o software. Pero
¿no es verdad que muchos de los aparatos que nos rodean
podrían ser considerados como computadoras? Es decir,
utilizan un sistema operativo o software al que accede
el usuario y además tienen dispositivos para visualizar la
“comunicación”. Por citar algunos casos, tenemos: kioscos
multimedia, cajeros automáticos, teléfonos móviles,
cámaras digitales, reproductores de mp3 con navegación,
reproductores de vídeo digital, consolas de juego, televisores,
refrigeradoras con pantalla, impresoras multifunción con
pantalla, simuladores, entre otros.
Dentro de los equipos mencionados existen
varias posibilidades en interfaces: el sistema operativo del
equipo, sus paneles de control, el software que contiene,
la visualización de sitios web, o el contenido multimedia
en Vd y juegos. Un teléfono móvil tiene un sistema general
para navegar entre sus opciones, hacer llamadas y enviar
mensajes; y al mismo tiempo incluye juegos y el acceso
a Internet. Cada uno, con una interfaz independiente: el
mismo botón servirá para marcar un número o letra, mover
un personaje en pantalla o visualizar parte de un sitio web.
Las interfaces de usuario (en general, no sólo de
los gráficos) utilizan dos modalidades de comunicación, las
cuales dependen de la dirección entre persona y máquina:
el input y output.
El input o entrada de datos, se da cuando el usuario manipula
un sistema a través de:
- Teclados, al escribir texto, indicar direcciones (arriba,
abajo, izquierda, derecha) u opciones (enviar, cancelar);
- Comandos de voz, cuando se da una orden a la
computadora o se busca una persona en la lista de contactos
del teléfono móvil;
- Otros métodos, como el tacto sobre pantallas sensibles,
el movimiento del ratón, palanca de control (el mando del
Wii), controles especiales (la rueda en los iPod), e incluso en
el movimiento de los ojos o de la posición del cuerpo.
El output o salida de datos, en cuando el sistema produce
los efectos de su manipulación, mediante:
- Visualización en una pantalla o proyección, a través de
una impresión (como la papeleta de saldo en un cajero) e
incluso a través de luces.
- Audio y voz, que pueden guiar por completo al usuario
prescindiendo de imagen o pueden complementar una
imagen, como un efecto de sonido en un programa con
contenido multimedia.
- Otros estímulos, como la vibración de una palanca de
juegos o un teléfono móvil en modo de silencio.
Es claro que las posibilidades de interfaces
aumentarán, más aún con el uso de Internet. Tres meses
atrás no hubiera imaginado que debería diseñar el interfaz
gráfico para una impresora multifunción, con pantalla
sensible al tacto y conexión a Internet, para usuarios sin
capacitación en informática. Es en este tipo de situaciones
cuando debemos abordar las nuevas tecnologías y utilizar
los conocimientos de comunicación visual, en busca de
un diseño que permita a la gente preguntarse ¿cómo pude
aprender todo esto antes?
El Profesor Luis Ramírez dicta cátedra en el área
de soportes computacionales: Computación Aplicada al
Diseño, Gráfica Computacional y Cinema 4D.
Por: Armando Busquets
[email protected]
El urinario en cuestión no es otro que un mingitorio
común, un urinario masculino del tipo Bedfordshire Plano,
de porcelana, fabricado por J.L. Mott y adquirido por
Duchamp en Mott Works, un establecimiento comercial de
equipamiento sanitario ubicado en el numero 118 de la
Quinta Avenida de Nueva York. El urinario fue elegido por
el artista firmándolo como suyo y, -titulándolo “ Fuente”- ,
lo presenta a la primera exposición de artes de la Society of
Independent Artists que se inauguró el 9 de abril de 1917
La reflexión que a continuación pongo a disposición
de ustedes viene a sumarse a la controversia, que desde
hace algún tiempo, alimentan diversas publicaciones
especializadas y que al decir de Norberto Chaves “responde
a un fenómeno ideológico muy interesante, observable en el
ambiente del diseño,….esa tenaz tendencia a sobregraduar
a la disciplina, mistificándola, con absoluta desatención a
su realidad concreta y asociándola – o confundiéndola –
con géneros no casualmente considerados superiores “.
El género que refiere Chaves, por supuesto que es el Arte, y
la tendencia, atribuirle al diseño la condición de lo Artístico.
En entrevista reproducida en Alquimistas del
Diseño, Eduardo Sabugal (profesor de Interpretación para
alumnos de diseño en la Universidad de las Américas,
Méjico), a la pregunta sobre qué objetos de diseño estaban
en su preferencia, cuenta entre otros, nada más y nada
menos, que a una obra de arte, la obra “Fuente” del artista
francés Marcel Duchamp.
Dice Sabugal:
“te mencionare los objetos que me vienen a la mente en este
momento. El Urinario de Duchamp, la botella de Coca-cola,
la portada de los Beatles del Sargento Pimienta y el primer
control remoto de TV… “.
Es curioso notar como el profesor Sabugal se
hace presa fácil de la aguda operación conceptual que
en su momento supuso el gesto profundamente subversivo
del artista francés -paradigma del arte moderno-, y se refiere
a aquella obra como, “ el urinario de Duchamp “ .Una
descuidada afirmación que, aunque generalizada, muy
peligrosa porque lleva implícita ella misma el concepto de
“ doble artefacto “ que marca al urinario , un objeto -ya
hecho-, elegido un día por el artista y elevado a la categoría
de obra de arte con el titulo de “Fuente”.
El urinario, es decir, el artefacto utilitario, el utensilio
o la herramienta producida industrial y seriadamente, el
accesorio que se ve a diario en los baños públicos o en los
escaparates de los fontaneros, el objeto adquirido en una
tienda y cuya forma tiene por finalidad el cumplimiento de
una determinada función práctica, fue el fruto del ingenio
creativo y la actividad proyectual del diseñador J.L.Mott,
a él le cabe – no a Duchamp- la autoría del “objeto de
diseño” preferido por el profesor Sabugal.
Ciertamente el flamante urinario contaba entre los
productos industriales, que a juicio de Marcel Duchamp,
destacaban por la belleza de su diseño. “….en cuanto a
la fontanería. Las únicas obras de arte que ha producido
América han sido sus productos de fontanería y sus puentes
“ declaraba el artista en 1917.
Lo que si es creación absoluta del genio de Marcel
Duchamp es la conversión que hace de aquel objeto de
diseño a una obra de arte, y esto ocurre en el momento
mismo en que deliberadamente decide enviarlo a una
galería. El urinario sufre una conversión desde lo utilitario
--condición natural del universo del diseño-- a lo inútil
---carácter de las obras de arte-- es decir, es transformado en
objeto para la contemplación, es despojado de su función
utilitaria, y en un repentino cambio de sentidos es trocado en
artefacto inútil, en objeto dado a la postración, que reclama
la atención sobre si y exhibe una presencia autosuficiente.
Esta condición es esencia misma del objeto artístico
Influenciada por las teorías estéticas de Heidegger,
Elena Oliveras ( crítica de arte. Investigadora del Instituto
de Arte Argentino y Latinoamericano UBA ) en un notable
ensayo titulado “ Heidegger y la verdad del arte “, reproduce
buena parte de la teoría estética de éste y vuelve sobre el
“ ser útil “ del objeto como “verdadero hilo de Ariadna
que le permitirá a Heidegger llegar a conocer la verdadera
esencia del arte “ y más adelante cita al filosofo italiano
Gianni Vattimo cuando afirma que “……el hecho de que
el instrumento, por lo menos mientras funciona bien, no
atraiga la atención sobre sí es signo de que se resuelve todo
en su uso, en el contexto del mundo a cual pertenece, pues,
radicalmente. En cambio, la obra de arte se caracteriza
precisamente, aun en la experiencia estética más común,
por el hecho de imponerse digna de atención en cuanto
tal…”. El urinario de J. L. Mott había saltado, el 9 de abril de
1917, por la obra y gracia del espíritu artístico, el escalón del
Útil y catapultado por el gesto de Duchamp, a la categoría
de Obra de Arte.
Al margen de las reales intenciones que motivaron
en Duchamp hacer uso de estas “ bromas objetuales “
dirigidas contra las tradicionales nociones que sobre lo
artístico gravitaban en la órbita de la “Institución Arte“
de principios del siglo XX, bromas que transformaron de
una vez y para siempre las convenciones en torno a las
categorías de arte, obra, y artista. Lo que “Fuente” pone de
manifiesto es que el artista ya no necesita pintar o trabajar
la escultura con sus manos, que la obra de arte no requiere
necesariamente del trabajo manual, puede tenerlo, pero
no es esto esencial al arte. La propuesta manifiesta de
Duchamp es que el objeto artístico a de ser portador de
una “experiencia de Desciframiento intelectual“ de una
idea, una reflexión conceptual. Hasta el 9 de abril , día
en que Duchamp elige el urinario y le atribuye una idea, la
única realidad para aquel urinario fue la de ser un objeto de
diseño, solo a partir de esa fecha comienza a vivir otra vida,
firma su partida de nacimiento como obra de arte.
Es evidente el carácter de doble artefacto que
tiene “Fuente”, como también es muy fácil constatar que
semejantes laberintos interpretativos no forman parte de la
práctica habitual en ningún taller de diseño, tenga el talante
que tenga. En consecuencia, el autor de aquel Objeto de
diseño , de aquel urinario, herramienta utilitaria que sirve
a Duchamp como continente para su idea, sigue siendo J.
L. Mott, el flamante diseñador norteamericano J.L.Mott. El
artista, Duchamp, y su objeto redimensionado , la “Fuente”.
Sirvan estas notas sobre el origen y nacimiento de
la obra de arte más influyente del siglo XX, para acercar al
lector , en especial a los profesionales del mundo del diseño,
a la abundante literatura teórica que, desde W. Benjamín,
M. Heidegger, Elena Oliveras y una lista interminable de
notables pensadores, han contribuido a explicar y perfilar
claramente los ámbitos específicos del Arte y el Diseño,
habida cuenta del actual aparato productivo que rige la
cultura occidental.
El Profesor Armando Busquets dicta cátedra de
Dibujo Artístico, Dibujo Natural 1 y 2
Por: Arturo Torres
[email protected]
Con el afán de preservar la identidad cultural de nuestra
ciudad, el equipo de producción audiovisual de la
Universidad Santa María, Campus Guayaquil, estuvo
rodando la segunda temporada del primer magazine cultural
juvenil del país, “CTRL+”.
15
Leves cambios en el aspecto gráfico, así como cambios
en la dinámica de las tomas, son algunos de los elementos
que identifican la evolución entre la primera y segunda
temporada de este programa de televisión, cuya demanda
por los espectadores se ha incrementado, logrando que
el nuevo convenio entre la Universidad Santa María y
EcuadorTV implique la producción de 24 capítulos, cifra
que dobla el convenio original de la primera temporada.
Paralelo a este proyecto audiovisual, la productora de la
USM produjo otro programa llamado “Unízono la música en
vivo” que está al aire desde el mes de Noviembre de 2009.
Unízono tiene como finalidad la promoción de bandas
musicales locales, a nivel nacional. Grabado en vivo
desde el estudio Fediscos, participan en el rodaje de este
proyecto una selección de las mejores bandas de Guayaquil,
manteniendo un amplio espectro en cuanto a géneros
musicales. Se incorporan algunos exponentes musicales de
la sierra ecuatoriana, para aumentar la diversidad musical
en el programa.
Con iniciativas como ésta se espera que el equipo de
producción audiovisual de la Universidad Santa María
se mantenga en el constante proceso de realización de
programas televisivos para incrementar la calidad audiovisual
de nuestro país.
Arturo Torres es graduado de la Lic. en Gestión de Diseño y
Comunicación Visual en la promoción 2009 - 2010 y forma
parte del equipo de producción de ambos programas.
Por: Patricia Meier de Ferretti
[email protected]
En nuestro país, por ser una carrera tan joven, en
algunas ocasiones, ni siquiera se dominan conceptos sobre
lo que es realmente el diseño gráfico, la comunicación
visual o lo que hace un diseñador y su importancia en una
sociedad multimediática. Pero la culpa la tenemos nosotros,
los maestros y los estudiantes que no valoran su capacidad
profesional. Nosotros, como parte de la cátedra, esperamos
que un alumno de primer año resuelva problemas de diseño
avanzado sólo con la habilidad de manejar un determinado
programa de computación.
El diseño debe enseñarse desde sus bases más
elementales, los estudios teóricos, los diseños elementales,
para llegar a formar en el estudiante una determinada
forma de pensar. Nosotros, como maestros, muchas veces
no respetamos estos procesos; no podemos saltar antes de
caminar y menos en un país donde no existe un antecedente
como lo hubo en Europa, especialmente en países como
Alemania, Suiza e Inglaterra.
Es el momento de sentarnos a reflexionar sobre la
educación de tan importante carrera, de la responsabilidad
que conlleva el enseñar a comunicar de manera eficaz y
responsable. El buen comunicador tiene la habilidad de
cambiar la forma de pensar. Por lo tanto, una de las cosas
más importantes en la enseñanza de esta disciplina, son las
responsabilidades que tiene y debe asumir el profesional.
Hace varios años formé parte del área de
comunicación de la Universidad Santa María, Universidad
en la que también he sido profesora de varias materias de la
Licenciatura en Gestión de Diseño y Comunicación Visual.
Al ser parte del departamento de comunicación
tuve que encargarme junto con Carlos Guevara, quien
era entonces director de Diseño y Comunicación, de
promocionar una carrera que ha sido calificada como una
rama para los que tienen deficiencias en matemáticas, o
que simplemente buscaban una especialización fácil. Fue
arduo tratar de hacer entender al padre de familia sobre la
importancia del diseño gráfico hoy en día y a través de la
historia.
Pero, ¿por qué es una carrera tan respetada en
Europa? ¿Qué hacen los diseñadores europeos para darse
un lugar de élite dentro de las diversas especialidades que
están a disposición de los jóvenes? ¿En qué está obrando
mal el Ecuador?
Para empezar, tenemos cincuenta o más años de
desventaja. El diseño respetó su proceso de desarrollo, la
sociedad asimiló una nueva comunicación visual de manera
paulatina. Es la larga tradición e historia que ha tenido el
diseño en estos países europeos, además de poseer una
cultura de diseño, una tradición sostenida.
El estudio del diseño no es un producto final sino
un proceso sostenido que debe respetarse a la hora de
aprender y a la hora de enseñar y tener claro que el estudio
e investigación constante es lo que hace que un diseñador
pueda estar satisfecho con su profesión treinta años después
de graduarse.
La comunicación visual efectiva, manejada de
manera profesional, nos permite diferenciar, clasificar,
escoger. Nos ofrece la oportunidad de comunicarnos a todo
nivel y hacer llegar nuestro mensaje de manera efectiva.
No existe un negocio que pueda prescindir del diseñador
y del buen diseño. El diseño mal entendido contribuye
de manera importante al fracaso del negocio, y no está
ligado únicamente a la venta de productos. La habilidad
de comunicar también nos obliga a pensar en nuestra
sociedad y como contribuir a su desarrollo de manera
positiva, es decir, a nuestra responsabilidad social, cultural,
profesional y ética.
Patricia Meier dictó clases de Historia del Arte y del Diseño
1 y 2 , Psicología del Color y Taller de Creatividad.
18
Los servicios han adquirido tal importancia hoy
que mucha gente de Marketing cree que bien se le podría
conocer a la economía de hoy como la economía de los
servicios.
En la mayor parte de los países del mundo el
sector servicios contribuye de manera muy significativa al
producto nacional bruto; en los Estados Unidos se decía
que este sector había contribuido con más de 44 millones
de empleos durante la última década.
Y es que cada día aparecen nuevos y más novedosos
servicios en el mercado.
Años atrás los clásicos servicios se ubicaban en la
hotelería, el turismo, el área financiera, la salud y la asesoría,
para contar unos cuantos.
Hoy ya se habla de viajes al espacio, de hoteles
para perros, diplomados a distancia, pizzas a domicilio,
entregas de repuestos en cuestión de horas.
Es que no sólo han aparecido nuevos servicios.
Muchos productos hoy se venden mejor utilizando servicios
como complemento.
Años atrás, para llevar un nuevo refrigerador a casa
se requería buscar un vehículo, preferiblemente camioneta
o pequeño camión cerca del mercado, y un grupo de
tres a cuatro trabajadores para levantar esa carga pesada.
Tanto al chofer del vehículo como a los trabajadores se
les recomendaba extremo cuidado en el transporte y la
entrega del artefacto en el lugar indicado, sobre todo porque
ninguno de ellos era experto en tal función.
Al final siempre resultaba que estos caballeros, por
más cuidado que le pusieran, no se iban sin haber causado
un daño a la puerta de ingreso, a la pared o al aparador o
mesón de cocina, con las respectivas quejas de la ama de
casa.
Hoy, basta con ubicar el almacén y dar la dirección
de la casa, que todo el resto corre a cuenta de la empresa
vendedora del artefacto, que con su departamento
especializado de entregas o a un socio estratégico se lo
colocarán en el lugar preciso, con las conexiones apropiadas
y con las respectivas pruebas; todo eso sin que usted mueva
un dedo y sin que le cueste un centavo más (que es lo mejor
de todo). No es una simple entrega de un producto, es algo
más que eso, es la comodidad y satisfacción del cliente
como valor agregado al producto.
Podríamos estar hablando de un cambio estructural
en la economía de hoy, a tal punto que podríamos decir
que vivimos en una economía de servicios y con un ganador
principal: el cliente. Hoy la gente valora los servicios tanto o
más que los productos manufacturados en sí.
Existen varias razones para el crecimiento de los
servicios. Una de ellas es necesariamente la tecnología que
lo hace todo más sencillo. Otra es la integración cada vez
mayor de la mujer a todas las actividades de la vida. ¿Y
qué decir del mayor tiempo que todos disponemos y que
normalmente nos deja libertad para emprender en nuevas
tareas o simplemente para dedicarnos al entretenimiento
y disipación? La esperanza de vida, en general, se ha
incrementado, gracias al desarrollo de la medicina, pero por
otro lado hay mayor agitación, presión y competencia por
todo, lo que ha dado origen a la enfermedad de la época: el
estrés.
De todas esas razones han nacido negocios
como las guarderías, asesorías para todo, salones spa,
gimnasios para aeróbicos, las ventas sin colas en Wal-Mart
como producto de la utilización del sistema RFID en sus
almacenes, mensajes por teléfono (promociones a través
de la explotación del marketing viral en celulares que ya
empezó a tomar pista), sólo para citar unos cuantos. Y todos
ellos en la rama de servicios.
Pero ningún servicio sería completo sino se
convierte en una experiencia con consecuencias positivas,
que llegue a fomentar la fidelidad en el largo plazo y que
garantice la supervivencia, rentabilidad y crecimiento de las
empresas con el tiempo.
El consumidor de hoy da la bienvenida a estos
cambios que se dan a su favor. Pero también se va tornando
cada vez más exigente y selectivo, optando por productos,
procesos, servicios y experiencias que cada día le otorguen
más valor y al menor precio posible.
El reto empresarial, consistirá pues, no sólo en
saber elaborar productos de calidad, sino también en
hacerlos llegar a los consumidores con alto valor agregado:
un excelente servicio.
Jorge Gallardo es coordinador de la Ing. en Marketing
Gerencial y dicta Administración de Empresas para la
carrera de Diseño
Los estudiantes de tercer año de la Licenciatura en Gestión de Diseño
Gráfico y Comunicación Visual, hicieron de las instalaciones de la universidad un
espacio para que el público en general pueda apreciar, admirar y formar parte del
mundo al que pertenecemos y las propuestas que planteamos.
La feria Expodiseño constituye un evento de integración de toda la
carrera donde cada año bajo la tutela del curso organizador expuso el contenido
de las materias cursadas. Planteamos llevar el evento más allá de una simple casa
abierta: buscamos realizar una muestra de diseño gráfico, donde utilizamos el
espacio como una vitrina para exponer las diferentes facultades que hemos venido
puliendo a lo largo de la carrera. Se trabajó en la creación de un concepto sobre
el cual se desarrolle toda la feria; el mismo surge de la percepción que tenemos
del diseño gráfico, mostrándolo como un ambiguo elemento que nos rodea. Esto
dio origen a Expodiseño 08 “el diseño te envuelve”. El grupo organizador con un
apreciable despliegue de orden planteó una estrategia de comunicación que dio a
conocer el evento de una manera por demás plausible, se presentaron entre otras
las materias de, grafica audiovisual, proyectos, tipografía, fotografía, pre prensa, y
taller editorial.
Dentro del evento se realizan también charlas para los estudiantes , como:
“El rol del diseñador en el mercado ecuatoriano”. En la misma los panelistas
expusieron desde su propia visión las perspectivas que la comunicación visual
abarca actualmente en el medio ecuatoriano.
Estas ferias son un pequeño paso para dar a conocer a la sociedad
guayaquileña estas importantes manifestaciones de diseño contemporáneo. Esta
feria se lleva realizando ya varios años seguidos. A continuación una muestra de
los últimos 3 años.
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En esta página: Stand de Diseño Editorial • “Mundo Mágico” stand de Taller de Ferias y Expos. • Stand de Dibujo Técnico •
Aplicación del concepto a entornos de la feria • Grupo organizador conformado por Sarah Baquerizo, Jaime Torres, Ricardo
Willson, Erika Izurieta y Belén Mendoza. • Stand de Tipografía • Stand de Proyectos de Diseño (foto: Christian Chávez y Ma.
Grazia Goya) • Ma. Fernanda Gómez, Johanna Saltos y Arturo Torres.
En esta página: Sitio web de la feria de ExpoDiseño’09 • Integrantes de la materia (Foto: Daniel García, María Elena Raue,
Andrea Salas y Juan Sebastián González • Expositor en el stand de Preprensa (Foto: Jorge Poveda, Prof. Luis Ramírez) •
Gigantografía promocional del evento en la torre de las banderas, a la entrada de Postgrado • Stand de Tipografía.
En esta página: Expositores del entorno ferial • Stand de tipografía • Stand de Taller de Creatividad • Stand Fotografía •
Entradas del evento.
[vivir del diseño sin morir en el intento]
Por: Jaime Núñez del Arco // www.nunezdelarco.com
El título tiene truco. Si estás intentando, aún no
sabes a ciencia cierta si vas a poder sostener una vida a
punta de esto, ¿no?
Creo que esta dualidad en el título representa
claramente lo que es vivir del diseño gráfico: decidirte
a una carrera en proceso constante, cambiante, difícil y,
justamente por eso, inolvidable y divertida.
Es impresionante el gran porcentaje de diseñadores que
arrancan su trabajo con pie derecho siendo jóvenes,
muchos recién graduados. Poco tiempo después, aflojan
al darse cuenta de las particularidades de una profesión
que pocos aceptan como tal (incluidos nosotros mismos).
Vivir del diseño gráfico demanda conocimientos y una
buena dosis de talento. Sin embargo, no es lo único
ni lo más importante. Tenacidad, actitud positiva y
predisposición para buscar nuevos caminos (¿diseñador
emprendedor?) son ingredientes básicos para mantenerse
dentro de un campo laboral que por ratos puede parecer
campo minado.
No hay compu pa’ tanta gente
El diseño gráfico nos ofrece variadas alternativas para
desarrollar nuestra carrera. La antigua fórmula de
graduarme y soñar con un acolchonado puesto en Agencia
de Publicidad y realizarme como persona diseñando
folletos farmacéuticos y fundas para comida de perro
no es una decisión pensada a futuro.Sin embargo, sigue
siendo la elección más ponderada (y en muchos casos la
única) de la gran parte de graduados.
De los miles (literalmente) que salen de las
Universidades cada año, solo unos pocos conseguirán el
ansiado puesto en una de las pocas agencias o estudios que
existen en el país. Y a una cantidad aún menor le pagarán.
Como suelo decir por ahí: no hay compu pa’ tanta gente.
A mis alumnos, sin excepción, les recomiendo siempre
emanciparse de este gastado proceso. La generación de
proyectos basados en el diseño es fuente de infinitas ideas,
y es lo único que como profesionales va a ofrecernos esa
ansiada independencia económica y creativa.
Propuestas básicas (montar mi propio estudio),
avezadas (crear una colección de ropa con distribución
internacional) y hasta ridículas (lanzar una publicación
acerca de la escena musical en Vilcabamba), tienen
opción a ser exitosas siempre que se generen dentro de
una pensada planificación y el conocimiento de nuestro
público objetivo.
Personalmente, he dedicado varios años de mi
carrera a lanzar empresas y actividades dentro del campo
del diseño y la comunicación. Desde una publicación que
celebra la gráfica Latinoamericana hasta un sello musical
que promociona bandas electrónicas, he desarrollado
todos estos proyectos desde las cuatro paredes de mi
estudio, con gente que ha entrado y salido y con dinero
que también ha entrado y salido. No me permito mentir:
muchas veces he ganado, otras perdido, pero siempre me
he divertido. Y cada proyecto terminado me ha llevado a
uno nuevo. Lo importante, al final, es decir con orgullo
que nos hemos mantenido dentro de nuestro campo,
generando y liderando, dedicados las 24 horas a buscar
alternativas que nos alejen de la máquina, evitando ser
envueltos e, invariablemente, escupidos de sus fauces
una vez que no servimos para más.
Un último tema
Originalmente, este artículo trataba sobre Indigo,
feria de diseño independiente que se sucedió en la ciudad
de Cuenca durante el mes de marzo de 2008.
Fue un interesante proyecto. Varios diseñadores del país
(desde gráfica hasta muebles, joyas e indumentaria)
ofertando sus productos dentro de una increíble casa
colonial, en un ambiente relajado y acogedor.
Me pidieron escribir sobre Indigo porque fui
invitado a dictar, junto a mi socio Esteban Salgado,
una conferencia y un taller. Tanto lo uno como lo
otro se sucedió perfectamente, los asistentes salieron
entusiasmados, incentivados y creo que aprendiendo.
De hecho, hemos sido invitados desde ya a repetir la
experiencia. El taller trató sobre el diseño de fanzines,
publicaciones independientes realizadas con economía
de recursos (léase a mano y con fotocopiadora). Los
asistentes aprendieron a conceptualizar una publicación
y, más importante aún, a editar los contenidos para generar
un discurso coherente y atractivo para los lectores.
Se imprimieron 6 fanzines (cada una más
interesante que la otra) diseñadas por los diversos grupos.
El proyecto fue tan enriquecedor que se generaron
propuestas para dictar 5 talleres adicionales sobre
fanzines a lo largo dicho año, proyecto que culminó con
una gran exhibición a finales de 2008 con los resultados
de todos los talleres.
Por si acaso, la visita a Cuenca se dio como
parte de mi proyecto Gráfitat, el cual genera ciclos de
conferencias y talleres de diseño en Ecuador. Lleva
rodando ya diez años y, hasta el momento, funciona a la
perfección. ¡Ah! y la conferencia se llamaba Cómo vivir
del diseño sin morir en el intento. Me imagino que a estas
alturas tienen una idea bastante clara de lo que hablé.
Jaime Núñez dictó la materia de Design Management y ha
organizado diversos talleres y seminarios en el área de la
Comunicación Visual.
[25]
Por: José Daniel Santibáñez
[email protected]
Cuando mi amigo, el profesor Eduardo Villacís,
Director de la Subespecialización de Ilustración y Arte
Secuencial de la Universidad San Francisco de Quito, me
invitó a participar en el taller Ver es No Creer, que daría
un famoso ilustrador estadounidense, tuve mis reservas
bien fundadas. Ya había participado en algunos congresos
y seminarios de creatividad, diseño y publicidad, y todos
habían sido tomaduras de pelo, con “profesionales” que
venían solamente a mostrar lo que habían hecho y a un
coloquio de preguntas y respuestas.
Nada más.
Desde el primer día, Barron
Storey demostró que sabía muchísimo.
Y que estaba dispuesto a compartir
sus conocimientos y experiencias con
los treinta y tantos asistentes del taller.
Con carisma y humildad me hizo ver la
ilustración de una manera refrescante
y entusiasta, con un enfoque más
humano y profundo. Durante las
veinte horas que duró el seminario,
Barron nos dio críticas sinceras de
nuestros trabajos, nos confió técnicas
nuevas, el uso de materiales que no
conocíamos, y nos inspiró a trabajar
con entusiasmo. Además, tuve la
oportunidad de conocerlo fuera de
clase, ya que Eduardo era su guía y
traductor permanente. Aprendí mucho
más con él en una semana, que en una
maestría de dos años.
Pero confié en mi amigo —
conocía el maravilloso trabajo de
Eduardo tanto como pintor, ilustrador
y profesor— cuando me dijo que
Barron Storey era uno de los máximos
representantes de la ilustración en
EEUU, y un profesor por cuarenta
años.
Esa fue la palabra mágica.
Si alguien llevaba cuarenta
años enseñando, quería decir que
podía dirigir un taller como debía ser.
Y no me equivoqué.
El ilustrador, según Barron
Storey, es más que una persona capaz
de lograr realismo o hiperrealismo en
sus imágenes. Es un observador de
la vida cotidiana. Es el depositario
de las cosas simples, de los paisajes
extraordinarios, de los reflejos de las
ventanas, de la caída de las hojas, de
lo que la “gente común” no presta
atención, pero que reconoce cuando lo
observa en el trabajo del ilustrador. O
sea, como ilustradores, debemos abrir
los ojos mucho más que el ser humano
normal. Debemos encontrar historias
no contadas en imágenes aleatorias
que rodean nuestras experiencias
diarias, para contarlas después en la
portada de una revista, de un libro,
en algún artículo de periódico u otra
pieza estética y comunicativa.
Después de muchos años
de estar rodeado de publicistas,
diseñadores
gráficos,
fotógrafos,
mercadotecnistas,
estudiantes
y
profesores que solo pensaban en
el ilustrador como “un dibujante,”
fue altamente alentador escuchar a
alguien de la talla de Barron Storey,
darle la importancia que la ilustración
merece. La importancia que muchas
veces se ve diluida por los deseos de
supervivencia de aquellos que alguna
vez tuvieron que ilustrar.
Y Barron va mucho más allá.
Es detallista, obsesivo, temático y
exigente. Como todo buen profesor de
una Escuela Superior de Arte. Posee
una bitácora visual, un libro de papel
blanco en el que registra —ilustra—
todo, absolutamente todo lo que
observa en su día a día. Se obliga a
sí mismo a ilustrar, por lo menos, una
página diaria, y lo hace con extrema
exquisitez. Cada una de las páginas
de los diarios de Barron Storey son
pequeñas obras de arte que merecen
ser exhibidas en las mejores galerías.
Tal es así, que uno de sus diarios —
tiene 150 hasta ahora— ha sido
reproducido en su totalidad a manera
de libro coleccionable (bajo el nombre
de Life After Black), y se ha convertido
en un éxito de ventas.
Pero, ¿puede haber algún
futuro para la ilustración en el Ecuador?.
Con el tiempo, por supuesto que sí,
Con talento, trabajo duro y creatividad.
Pero esto debe darse en las aulas. Hay
que crear subespecializaciones como
la de la USFQ.
No hay que esperar a que
el mercado lo demande, sino crear
mercado con las generaciones
de ilustradores que nazcan en las
universidades guayaquileñas, como la
USM.
Ojalá pudiera ver esto en un
futuro cercano.
A Barron le encantaría.
El Profesor José Daniel Santibáñez
dicta cátedra de Tipografía y ha
colaborado en diversas áreas
de la carrera.
Por Pablo Iturralde
[email protected]
Bye, bye publicidade. La hemorragia incontenible
de vallas y gigantografías, de celulares y mujeres
semidesnudas terminó con la paciencia del alcalde paulista
Gilberto Kassab. En un acto con ribetes históricos, la
administración municipal de la ciudad de Sao Paulo le
dijo adios a la publicidad callejera. La tercera urbe
más grande del mundo ahora despierta diariamente con el
sosiego de estar libre de contaminación visual.
Resulta casi sospechoso como en plena era de la
sociedad de la información muy poco esfuerzo se le ha
puesto a la discusión y al analisís de los daños y efectos que
produce el aluvión publicitario en los espacios públicos,
como la calle y la television abierta.
Deshonestidad de la publicidad >>
El primer síntoma de éste fenómeno es ese sentido
desproporcionado por consumir casi cualquier cosa. Ahora
mismo muy pocos artículos son promocionados por su valor
de uso. El sólo hecho de promover dicho valor debería generar
en el consumidor una confianza y lealtad en el producto
o servicio. La decisión de repetir el consumo dependerá
de su calidad, precio, o funcionalidad. Por el contrario, la
publicidad contemporánea recurre a la tradicional historieta
creativa, que no tiene otra misión sino la de camuflar las
debilidades del producto o el ego del «creativo». En el
caso de una omnipresente marca de gaseosas, el tema de
la familia, la amistad y hasta las creencias religiosas son
diariamente utilizadas para su promoción. Frases bonitas
que a nadie pueden disgustar acompañan siempre a la
botellita llena de cafeína, azúcar y agua carbonatada.
El verdadero valor de un producto como el atún,
para tomar otro caso reciente, no es su valor nutricional, ni
su respeto al medio ambiente. En fin, valores o cualidades
positivas del producto en cuestión. La historieta creativa del
astronauta cholo, es chistosa y seguro mejorará en cierto
modo las ventas a corto plazo, pero no son consecuentes
con la identidad del producto y no logran estrechar el
vínculo entre producto y consumidor a largo plazo. Estas
campañas se conforman con el corto plazo, porque es
conocido que muy pocas empresas se casan con alguna
agencia de publicidad. El director del proyecto también
queda camuflado con el nombre de la agencia.
Una campaña que no sea capaz de promocionar a
un producto por sus propios contenidos debería simplemente
desaparecer. La comunicación honesta es el mejor filtro
para proteger al consumidor de los productos nocivos o
negativos.
Apenas un par de productos —como los cigarrillos o
el alcohol— son objeto de normas que ponen en entredicho
su proceso de comunicación.
en estímulos a la mejor historieta creativa. Muy poco crédito
se da a los beneficios sociales que promueve una campaña
publicitaria. Peor aún, esa misma falta de ética ha perforado
ámbitos tan sensibles como el propio funcionamiento de
la democracia. El proceso electoral se ha convertido en
una suerte de premios «Cóndor de Oro», pero a una fatal
escala nacional. La publicidad y el marketing político son
cómplices directos de la crisis democrática ecuatoriana. Al
electorado local se le han vendido presidentes, congresistas
y alcaldes, con las mismas mañas con las que se vende el
celular que proporciona la libertad, o el desodorante con el
que se conquista a las mujeres.
No hay que el olvidar que el espacio público —del
que la publicidad se ha apropiado y ha secuestrado— le
pertenece a la sociedad, y ésta apenas lo ha concesionado
al Mercado. ¿Qué beneficios, le ha dado la publicidad
por television a la sociedad ecuatoriana en sus cuarenta
años de vida? La respuesta de las agencias es imaginable:
muchos empleos y una buena cantidad de impuestos. Más
allá de esos resultados obligatorios en cualquier actividad
económica, lo cierto es que a cambio de tener la vitrina más
privilegiada de la era del consumo, la publicidad ha hecho
casi nada por los ecuatorianos. No los ha hecho ni más
críticos, ni más humanos, ni más orgullosos de sí mismos.
La publicidad se ha limitado a su papel evangelizador: ha
llevado el Nuevo de Testamento del Dios Dinero a lugares
donde no llega ni la policía, ni la justicia terrenal. Y en su
cruzada local ha promovido valores como el plagio creativo
—las campañas y los logotipos extranjeros se clonan
inmisericordemente—, la exclusion y discriminación. Para
la publicidad local la vida está en otra parte: en Miami, en
Buenos Aires, o en Wall Street, el Vaticano de ésta nueva fe.
Las universidades, que son las responsables de la
formación de los profesionales del futuro, deben reforzar
en los estudiantes el conocimiento de los perjuicios que
puede ocasionar la mala aplicación de las herramientas de
comunicación. Debería haber claras diferencias de las áreas
de la comunicación visual. Por ejemplo, el diseño gráfico no
debería estar subordinado académicamente a carreras como
el marketing, o peor aún a la publicidad.
Las sociedades que han prestado atención a los
alcances de sus procesos de comunicación, hoy relucen por
tener un lenguaje visual propio, al servicio de su gente y en
continuo respeto a su patrimonio histórico y cultural. Todo
esto, sin duda, les permite una fuerte presencia en el ámbito
internacional.
Es momento de evaluar si la publicidad les ha
convenido a los ecuatorianos, si es posible rescatar de ella
algún inesperado beneficio de inventario. De lo contrario es
mejor liquidarla y decirle: bye, bye publicidade.
El Profesor Pablo Iturralde ha dictado cátedras de
Fundamentos del Diseño y Taller de Diseño Corporativo.
Revista de la Licenciatura en Gestión de Diseño y Comunicación Visual
Universidad Santa María, Campus Guayaquil
www.usm.edu.ec
> Av. C. J. Arosemena Km 4.5 > Telf.: (593-4) 2-202020
> e-mail: [email protected]

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