Entrevista Dr. Pau Pérez Sales - Fundación de los Colegios
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Entrevista Dr. Pau Pérez Sales - Fundación de los Colegios
Cooperación El Dr. Pau Perez Sales, psiquiatra y consultor de la Organización Mundial de la Salud en temas de violencia y catástrofes, afirma que recuperar la dimensión ética y lograr la profesionalización, son los dos grandes retos de la cooperación, en una entrevista para Médicos Y Pacientes con motivo de la Conferencia Salud mental en emergencias y catástrofes: Planificar acciones, intervenciones y servicios partiendo de la mirada de la gente, que ofrece mañana en la sede de la OMC, a las 11:00 horas Madrid, 18 de junio de 2013 El doctor Pérez Sales, miembro de la Task Force del Inter Agency Standing Comitee (IASC) de Naciones Unidas sobre Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Catástrofes y Emergencias, entre otros, participa en esta Jornada organizada por la Fundación para la Cooperación de la OMC, que previamente presentará el Anuario 2012 de actividades de cooperación para el desarrollo, salud en emergencias y ayuda humanitaria. En la entrevista ofrece una visión de la realidad actual de la cooperación para el desarrollo en el campo de la salud mental, de su trabajo en los diferentes organismos internacionales de los que forma parte y pone en valor el trabajo de la Fundación para la Cooperación de la OMC de la que dice "está yendo en la dirección correcta, dando los pasos oportunos". ¿Cuál es su percepción de la realidad actual?, ¿En qué medida, considera, se trabaja adecuadamente en intervenciones en salud mental desde el desarrollo y/o la emergencia o ayuda humanitaria? La realidad actual ha cambiado muchísimo de lo que era hace 10 años, ha habido diferentes momentos en la atención a la salud mental o atención psicosocial en emergencias. Pero lo que marca el inicio de una nueva época, en la que estamos, es la aparición en el año 2007 de la guía de consenso del sistema de Naciones Unidas y de los grandes consorcios de ONGs sobre cómo debe hacerse el trabajo psicosocial y de salud Foto: Dr. Pau Pérez Sales Dr. Pau Pérez Sales: recuperar el sentido humanitario y lograr la profesionalización, son los dos grandes retos de la cooperación mental en catástrofes. Es la Guía del IASC que apuesta por un modelo de base comunitaria y que tiene que ver con trabajar desde la propia población afectada. Desde su publicación ha tenido un desarrollo extraordinario. Le han seguido multitud de otras guías especificas sectoriales y de documentos derivados sobre los que se van acumulando investigaciones. Hemos avanzado muchísimo y podemos decir que hay un enfoque adecuado, estamos aprendiendo todavía y hay mucho por caminar pero estamos trabajando desde un rigor y desde un trabajo basado en la evidencia. ¿Cuál cree que es la importancia que se le da actualmente a la intervención en salud mental? A medida que el campo psicosocial está ganando prestigio por la solidez de los argumentos que maneja, las agencias de cooperación y las grandes agencias internacionales están muy interesadas. ACNUR, por ejemplo, hasta ahora no había tenido personal técnico especializado en temas psicosociales y actualmente no solo los tiene sino que están dando mucha importancia a este aspecto como transversal en todas sus acciones. Lo que se está percibiendo es que lo psicosocial atraviesa el conjunto de intervenciones, es un motor para el resto de acciones que se dan en emergencias. ¿Qué opina sobre la realidad de la atención en salud mental a la población de los países con emergencias en los que ha intervenido? Hay una confusión, que es la distinción entre catástrofes o emergencias de causa natural o derivadas de violencia política. Esta distinción es falsa, ya que siempre hay un trasfondo político en todas las situaciones de cooperación ?sea emergencia o desarrollo- en las que uno trabaja. Hay decisiones políticas tanto en las causas como en las consecuencias, En muchos contextos en los que tenemos que intervenir hay claramente situaciones políticas que impiden a la población organizarse. También es importante desmontar el mito del trauma, mucha gente cree que trabajar en salud mental o en psicosocial es trabajar con personas traumatizadas, y eso es parcialmente cierto. No hay ninguna duda que cualquier situación de estas provoca un impacto en la gente y eso no quiere decir que hay que diagnosticar a la gente enfermedades mentales y ponerlos en tratamiento. Hay que trabajar desde una visión de la persona y la comunidad activa, resiliente, que progresivamente integra el impacto de lo traumático si se crean lo que llamamos contextos resilientes. Es la persona con recursos... ¿Qué le llevó a trabajar en el ámbito del desarrollo, los derechos humanos y la emergencia? Los derechos humanos son indisociables, son las primeras víctimas en situaciones de emergencia. Trabajar en catástrofes es trabajar en derechos humanos si uno tiene esa perspectiva, esa lectura social, económica y política, de cómo se desarrollan las cosas y que rol desempeñamos nosotros en ese tipo de contextos. ¿Qué condiciones considera que debe tener un médico psiquiatra para trabajar en este ámbito? Varios elementos. El primero, tener una visión que no sea etnocéntrica, entender que hay un contexto cultural que puede implicar ser incluso iatrogénicos como clínicos desde perspectivas occidentales. Uno aporta desde su mirada pero con una actitud constante de escuchar, de aprender, de compartir y de respeto hacia el otro. En segundo lugar, entender que no se puede actuar desde una mirada esencialmente clínica, que es más propia del contexto en el que trabajamos aquí, sino que tiene que trabajar desde perspectivas mucho más comunitarias. Saber manejarse en grupo y desarrollar funciones que algunas podrían considerar atípicas. A veces manejar la ansiedad tiene mas que ver con resolver conflictos, con negociar mayores cuotas de autonomía, mas acceso a la Foto: Dr Pau Pérez .Líbano .Edificio tiroteado en Beirut. Impactos de bala y mortero de 1986, 1995 y 2006. información que los refugiados necesitan, y no tanto con dar benzodiacepinas, con terapias de grupo o con hacer programas de relajación, que a veces también. Hay que tener voluntad de médico humanista e integral. Y no nos han preparado para esto sino para "derivar" estos temas. No se puede tener la mentalidad de que se va a pasar consulta y que te traigan a los pacientes. Los trabajadores de la acción humanitaria están expuestos a múltiples fuentes de estrés. Desde su experiencia ¿con qué herramientas contamos para trabajar con nuestros profesionales en este aspecto? Este es un tema fundamental. Antes de salir hay que trabajar las expectativas, hay gente que tiene expectativas muy irreales, piensan que van a salvar el mundo o justamente lo contrario, arrancan ya desde la impotencia y mirando en exceso el suelo que pisan. Por eso hay que intentar dotar a la persona de técnicas que le permitan prevenir el desgaste, que le dé una cierta capacidad de regulación emocional. Es necesario tener apoyo durante el tiempo de trabajo fuera, momentos en el que a veces siente uno mucho la soledad por tener que tomar decisiones sin poder hablarlas adecuadamente con nadie y luego a la vuelta se necesita un espacio para discutir, para recolocar la experiencia y todo lo que se ha vivido desde una perspectiva no patológica sino de percepción de lo humano. En este sentido existen protocolos, hay organizaciones que se dedican específicamente a esto y que han desarrollado metodologías. Es necesario formarse y debería ser una prioridad para las organizaciones ¿Cómo superan las situaciones? El trabajo del psiquiatra en general es un trabajo de convivencia con lo más duro de la experiencia humana. La gente va a contar lo peor de lo que ocurre en cada casa, por ello un psiquiatra ya está bastante entrenado para soportar la cara oscura de la vida. Pero es cierto que, a veces, la realidad puede superar nuestras peores expectativas y se necesita reacomodar los esquemas que se tiene del mundo y sobre todo reacomodar esas diferencias brutales que hay entre el mundo en el que vivimos nosotros y en el que vive la mayoría de la gente fuera de aquí. Como consultor de Naciones Unidas en diversos documentos y guías sobre salud mental ¿Cuáles considera que son los retos del trabajador humanitario al intervenir con la población?, ¿Hay suficiente formación en este sentido? No hay suficiente formación, a mi me da la impresión de que hay una serie de principios que no se pueden olvidar. Hoy en día la mayoría de emergencias tienen estructuras de coordinación de acciones psicosociales y organizaciones que trabajan de punto focal. No se puede ir por libre, cuando llega al lugar tiene que ponerse en contacto con las estructuras de coordinación que hay, e integrarse en ellas, no se puede estar duplicando acciones, no se puede pensar que uno tiene sus propios protocolos. Los recursos son pocos y lo primero es ver qué es lo que se puede aportar, que aportan otros y cuáles son los huecos a cubrir. En segundo lugar, no se puede trabajar en función solo de las necesidades de la gente porque si lo hacemos así, con mirada asistencialista, no va a quedar nada cuando nos vayamos. Necesitamos dejar algo más, y las emergencias son oportunidades para, por ejemplo, transformar los sistemas de salud pública. En tercer lugar hay que trabajar desde lo local, reforzando las estructuras existentes y potenciando los recursos. Si creamos estructuras paralelas lo que hacemos es cubrir una necesidad durante unos meses, pero a medio término debilitamos gravemente el sistema que había e introducimos factores de ruptura, Hay que rehabilitar, hay que ayudar a repensar y no hay que sustituir. Un cuarto aspecto es la sostenibilidad, por ejemplo, yo he visto muchas veces en campos de refugiados como psiquiatras y psicólogos dan atención a pacientes con esquizofrenia, ven que tiene el trastorno, le dan el fármaco que consideran más efectivo y punto, el paciente se va con una bolsita con 30 pastillas, eso no arregla nada. A mi me preocupa, por ejemplo, que en el Postgrado que tenemos sobre salud mental en violencia política y catástrofes en la Universidad Complutense, que es el único actualmente en España sobre la materia, haya todos los años una abrumadora mayoría de psicólogos, médicos, educadores sociales y muy pocos psiquiatras. En un contexto cada vez más complejo hay que formarse. Foto: Dr Pau Pérez Visita de monitoreo de condiciones de detención en la carcel de Mujeres La Esperanza (Managua) Ese mismo día la Fundación para la Cooperación de la OMC presenta la labor de los Colegios de Médicos en el ámbito de la cooperación para el desarrollo. ¿Qué le parece la actividad que realizan los Colegios de Médicos en materia de cooperación? La cooperación es un campo en el que hay que crecer, que está empezando, hay que irse adaptando a un contexto que como decía cambia muy rápidamente. En este momento vemos que, debido a la crisis, las fuentes de financiación más importantes han desaparecido, la Agencia Española de Cooperación Internacional es prácticamente una sombra de lo que era y las financiaciones que venían de comunidades autónomas o ayuntamientos prácticamente han desaparecido. Esto provoca la puesta en valor de la micro financiación, y yo creo que ahí los colegios de médicos tienen mucho que hacer, en el sentido de ser posibles financiadores o intermediarios o puentes para conseguir apoyos para programas de salud. Además, en este campo es muy importante compartir y estar en contacto con otros profesionales, y yo creo que ahí lo que están haciendo los Colegios de Médicos y la Fundación para la Cooperación de la OMC es interesantísimo, con herramientas como la creación de una base de datos, su actualización etc... La formación también es muy importante y yo creo que también hay una vocación en este sentido para crear una plataforma que capacite a la gente y la tecnifique. También es importante el apoyo humano en contextos de crisis del trabajador humanitario. En cuestiones de seguridad, vemos cada vez más temas de amenazas, secuestros etc. y en este sentido yo creo que es muy importante todo el apoyo que puedan dar los Colegios de Médicos a sus asociados cuando están fuera de España. Otro campo muy importante en el que los Colegios pueden desempeñar un gran papel es en facilitar acuerdos institucionales que simplifiquen los permisos laborales para realizar acciones de cooperación fuera del centro de salud., Más aún en el actual contexto de privatización de la sanidad, que es una circunstancia inmoral e incalificable que nos está tocando vivir., Están desmantelando lo que es una de las joyas del Estado y de lo que estamos más orgullosos los profesionales y quebrando los principios de equidad y solidaridad entre personas que son los fundamentos de la sociedad humana contemporánea. Nos llevan de nuevo al feudalismo. No quiero ni pensar que sucederá cuando los médicos dependamos totalmente de la gestión privada, en el que sólo prime el negocio y la rentabilidad. Para estos gerentes será impensable permitir a un médico trabajar un tiempo en temas de cooperación. Aquí los Colegios de Médicos deberían desempeñar un papel negociador para facilitar acuerdos marco con la administración que comprometan también al sector privado. A través del Registro de Médicos Cooperantes y Voluntarios, la Fundación trabaja en prestaciones que favorezcan el desarrollo de la labor de nuestros profesionales, entre ellas, lograr que su incorporación laboral y personal, después de una intervención se dé en las mejores condiciones. ¿Cuáles son los síntomas a los que se enfrenta un médico cooperante cuando regresa? No hablaría de síntomas, nosotros tenemos muy claro que cuando un inmigrante viene, hay un cierto estrés aculturativo, un reajuste cultural, pues yo diría que al cooperante le pasa lo mismo un estrés aculturativo inverso, es decir, se han vivido otras realidades, duras, vuelve y de pronto hay cosas aquí que no entiende y no encuentra quién pueda entender esto. A veces lograr integrar visiones tan disonantes es complejo y desearíamos que pudiera ser en un sentido positivo, como experiencias de crecimiento personal. No es fácil a veces. ¿Qué nuevas líneas de trabajo puede poner en marcha la Fundación? Los pasos que se están dando son muy buenos y creo que se está yendo en la dirección correcta. Hay un problema muy importante en estos últimos años en cómo se están reconceptualizando las cosas en el campo de la solidaridad. Hace muchos años se estaba peleando por el 0,7% para cooperación, eso ahora suena a prehistoria y estamos en cifras ridículamente más bajas, hoy en día la simple idea de que un Gobierno pueda dedicar un tanto por ciento a cifras de cooperación suena trasnochado y se ha abandonado la idea de la solidaridad. En estos momentos lo que se podría llamar cooperación es la promoción de la marca España y lo que hacemos es intercambios comerciales más o menos disimulados como cooperación. Yo creo que la profesión médica debe ser una voz crítica con esto y debe recuperar la dignidad y el sentido ético y humanitario que tiene el trabajo internacional. Nosotros somos médicos que creemos en la defensa de la idea de solidaridad en estado puro, en ayudar a la gente que está en situación crítica porque nuestro deber de personas así nos lo demanda. No pretendemos ser la marca de nada, ni embajadores de nada, solo gente que ayuda a gente y creo que ese es un mensaje que hay que difundir y trabajar por una cooperación basada en las necesidades y en la voluntad de ser un motor de cambio en los pueblos oprimidos o en la gente que está en condiciones adversas. También hay que estimular una cooperación que sea profesional y que sea responsable, que no sea turismo solidario bien intencionado, si no una auténtica apuesta por la profesionalidad. Hay que profesionalizarse, hay que aprender y recuperar la dimensión ética de la cooperación, esos son para mí los dos grandes retos que hay que afrontar en el ámbito de la cooperación para el desarrollo. Entrevista: Médicos y Pacientes /Fundación Red de Colegios Médicos Solidarios