LA COPA - Iglesia de Cristo en Quezaltepeque
Transcripción
LA COPA - Iglesia de Cristo en Quezaltepeque
www.iglesiadecristoenquezaltepeque.com Cultivando el Alma… LA COPA En estos días solo se habla de la copa, o sea del Campeonato Mundial de Futbol en Brasil. No es para menos, la gran mayoría de hombres se vuelven locos por patear la pelota, unos se salen de sus casillas cuando su equipo no va ganando. También, ahora un buen número de mujeres se han unido a este apasionante deporte, a tal grado que ya hay equipos de futbol femeninos a nivel de competidoras mundialistas, a tal grado que los aficionados gritan más de la cuenta. En el juego del futbol no hay límites, nadie puede impedirle que no se emocione, es un deporte sano para la salud, elevando a altos grados de adrenalina al cuerpo humano, tanto para los jugadores como para los espectadores. Tanto impera este juego, al grado que por todas partes alquilan canchas para que después de un arduo trabajo, los hombres vayan a dejar el stress, dándole duro a la pelota, sudando y gritando. ¿Es pecado sentir todo esos frenéticos sentimientos por el futbol? De ninguna manera, es bueno de vez en cuando dar un par de gritos para ejercitar los pulmones. Usted lo sabe, nacemos llorando, quizás dando gritos, por la primera nalgada que recibimos de parte del médico o la partera. Pero qué significa futbol. En inglés Football, Foot = pie; ball = pelota. Es un deporte que se juega entre dos equipos de 11 jugadores cada uno, se juega en un campo entre 90-120 metros de largo, por entre 45-90 metros de ancho, y consiste en que cada equipo, impulsando un balón con todo el cuerpo, excepto los brazos, introduzca aquél en la meta, o sea la portería del contrario. Bueno mis amados, esto lo dice el diccionario, yo no soy aficionada a este juego. Pero qué manía que muchas personas como yo, no podemos ver algo cuando vamos caminando, especialmente si andamos haciendo ejercicios, vemos algo redondo o semi redondo y lo que hacemos es darle con el pie y comenzamos a jugar con ese objeto. Así que mis amados no le veo ningún pecado, y más si el premio es ganarse una copa de oro. Sin embargo para nosotros los cristianos como hijos de Dios, el apóstol Pablo nos aconseja no dejar dominarnos por el deporte quitando a Cristo de su corazón. “Todas las cosas me son lícitas, NOTA: puedes leer y descargar todos los artículos publicados por Silvia de Castellanos aquí: http://goo.gl/941Ydh www.iglesiadecristoenquezaltepeque.com mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.” (1ª Corintios 6:12). Ese es EL TERRIBLE PROBLEMA, especialmente si dejamos de reunirnos el primer día de la semana, poner el deporte en una forma muy, pero muy en alto, a tal grado que ocupe el lugar que solo a Dios le pertenece, eso sí es pecado. No vale la pena por nada del mundo, perder nuestra relación con Dios que sacrificó a su Único hijo por nosotros con el único fin de que vivamos con ÉL en el cielo. “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” (1ª Corintios 10:12). Nosotros también seremos premiados por nuestra fidelidad a Dios al final de nuestras vidas consagradas a ÉL. Salmos 23:5 nos dice que nuestra copa debe estar rebosando, estar tan lleno de las cosas de Dios será nuestro deleite siempre. “Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.” No trato de privarle que se deleite viendo el Mundial, solo anhelo hacerle despertar que la copa, que nosotros como hijos del Altísimo tendremos, no tiene comparación. Recordemos que no tenemos ni día ni hora en que Cristo vendrá. “…despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:1,2). Recordemos que el Cordero de Dios fue el Único que era digno de abrir el libro. Los ancianos que presentaban su adoración a ÉL, estos tenían copas llenas de nuestras oraciones. “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos…” (Apocalipsis 5:8). Silvia de Castellanos Iglesia de Cristo El Salvador, Centro América [email protected] NOTA: puedes leer y descargar todos los artículos publicados por Silvia de Castellanos aquí: http://goo.gl/941Ydh