LA DECORACIÓN DE LOS PALACIOS HISPANOMUSULMANES. I

Transcripción

LA DECORACIÓN DE LOS PALACIOS HISPANOMUSULMANES. I
LA DECORACIÓN DE LOS PALACIOS HISPANOMUSULMANES. I. MADINAT
AL-ZAHRA
Basilio Pavón Maldonado.
RESUMEN.
Estudio de la decoración floral y geométrica de la ciudad palatina de Madinat al-Zahra
fundada por Abd al-Rahman III en el año 936. Este trabajo afecta a los palacios
excavados entre los años 1912 y 1985: palacio del “Salón Rico”, Palacio de Occidente
de la terraza más superior, Palacio Oriental de cinco naves y Palacio de Recreo de la
cuatro albercas del jardín del “Salón Rico”. Se incluye la mezquita palatina. La
decoración se estudia en tres apartados: composiciones vegetales y unidades florales
representativas, decoración geométrica, decoración animada e inscripciones.
ABSTRACT
DECORATION OF HISPANIC MUSLIM PALACES. I. MADINAT AL-ZAHRA.
Study of floral and geometric decoration of the palatine city Madinat al-Zahra founded
by Abd al-Rahman III in 936. This study concernes the palaces excavated between 1912
and 1985: Palace ot the “Salón Rico” belonging to Abd al-Rahman III, West Palace of
the uppermost terrace, Oriental Palace whith five galeries and Recess Hall of the four
pools in the garden of the “Salón Rico”. It study includes the mosque palatine. The
decoration is studied in three sectoris: vegetables compositions and the floral units
more representatives, geometric decoration and animated decoration and inscriptions
La historia oficial de las excavaciones realizadas en Madinat al-Zahra ha sido tratada por los siguientes
autores: R. Castejóm, “Las excavaciones de Madinat al-Zahra en Córdoba”, Atti del III Congresso di
Estudi arabi e islamici, Napoli, 1967 (de 1910 a 1967); B. Pavón Maldonado, Tratado de arquitectura
hispanomusulmana, III. Palacios, 2004 (de 1010 a 1985, con 89 figuras que recogen 400 pìezas nuevas y
30 tablas de unidades florales y geométricas nuevas aparecidas en las excavaciones, gran parte de ellas
enumeradas en los libros El arte hispanomusulmán en su decoración Floral (1981) y El arte
hispanomusulmán en su decoración Geométrica (1975). A. Vallejo Triano, La ciudad califal de Madinat
al-Zahra. Arqueología de su arquitectura, 2010 (con 396 ilustraciones básicamente de arqueología,
incluidas 24 de nuevos temas decorativos, y 59 planos de plantas, alzados y secciones arquitectónicas. En
el presente artículo junto a las piezas decorativas figuran los años 1964, 1965, 1966, etc. indicando fecha
de aparición y reproducción de las mismas a cargo de B. Pavón.
INTRODUCCIÓN.
La decoración monumental hispanomusulmana en las primeras décadas del siglo
pasado tuvo ya acogida e impulso en G. Marçais, Gómez-Moreno, Torres Balbás y H.
Terrasse. Fue Marçáis el historiador que en sus dos libros más conocidos
L´architecture musulmane d´Occident (1954) y L´art musulman (1962), la edición
primitiva del primero de 1926, establece amplios apartados siguiendo este orden:
arquitectura religiosa, arquitectura civil, decoración, por áreas geográficas y estilos,
siguiendo el método ya iniciado por el arquitecto K. A. C Creswell en Early Muslim
Architecture (1932-1940), mucho años antes (1923) de E. Herzfeld Der Wanschmuck
der Bauten von Smarra and seine ornamentik, el mismo año en que Gómez-Moreno con
la colaboración de E. Camps Cazorla publica “La ornamentación mudéjar toledana” en
Arquitectura española, (1923, 1924, 1926). F. Hernández Jiménez “Arte musulmán. La
techumbre de la Gran Mezquita de córdoba”, 1941; Camps Cazorla, Módulo,
proporciones y composición en la arquitectura califal de Córdoba,1953. En 1955
Torres Balbás publica “Los precedentes de la decoración mural hispanomusulmana”
(Al-Andalus, XX). En 1964, Hill, Derek y Grabar, Oleg, publican Islamic architectura
and its decoration. Torres Balbás en su “Arte hispanomusulmán hasta la caída del
Califato de Córdoba” (Historia de España de Menéndez Pidal, V, 1965) cuida bastante
bien el tema decorativo dedicándole amplio apartado encabezado por los capiteles
califales, también destacado en este sentido su Ars Hispaniae IV; H. Terrasse, “la
formation de l´art musulman d´Espagne”, Cahiers de Civilisation Médiévale, 1965, y
“Les tendences de l´art hispano-mauresque a la fin du X et au debut du XI siècle,”,
1968. Ernst M. Kühnel, “Lo antiguo y lo oriental como fuente del arte hispanoislámico”, Al-Mulk (1964-65. Por lo que se refiere a la decoración geométrica los
pioneros en el área islámico occidental sin duda fueron Gómez-Moreno y A. Prieto
Vives, ambos autores de El lazo. Decoración geométrica musulmana (1921); el segundo
autor con su El arte de la lacería (1904). Brisch, Klaus, “Las celosías de las fachadas de
la Gran Mezquita de Córdoba” (Al-Andalus, 1961). En los años 70 del pasado siglo
Pavón Maldonado, tras su permanencia de dos años en Madinat al-Zahra (1964-1966),
inicia ciclo de estudios sobre la decoración artística geométrica y floral
hispanomusulmanas a comenzar en la mezquita aljama de Córdoba y palacios y
mezquita de Madinat al- Zahra: “Las analogías entre el arte califal de Córdoba y la
Mezquita Mayor de Qayrawan”, Cuadernos de la Alhambra, 1968; El arte
hispanomusulmán en su decoración geométrica (1975-1989) y Arte hispanomusulmán
en su decoración floral (1981-1990). Trabajos precedidos por la Memoria de la
mezquita aljama de Madinat al-Zahra, (1966), “Influjos occidentales en el arte del
Califato de Córdoba” (1968), “Sobre el origen sirio de las almenas decorativas
hispanomusulmanas” (1969) y “La formación del arte hispanomusulmán. Hacia un
corpus de la ornamentación del Califato de Córdoba” (1973); en el mismo año su Arte
toledano: islámico y mudéjar. H. Sternn, Les mosaïques de la Grende Mosquée de
Cordoue, 1976. M. Lillo Alemany, “Algunas similitudes decorativas entre el arte
omeya oriental y la mezquita de Córdoba”, 1977. La decoración del siglo XI
básicamente de la Marca Superior reflejada en estudios de Chr. Ewert Hallazgos
islámicos en Balaguer y la Aljafería de Zaragoza (1980). Para el arte mudéjar B.
Martínez Caviró, Mudéjar toledano. Palacios y conventos (1980). En 1985 Félix
Hernández Jiménez publica su muy esperado Madinat al-Zahra. Arquitectura y
decoración, aunque es de lamentar la ausencia de documentos históricos cuales son
fotografías, planos y dibujos. Entre los años 1986 y 1995, serie de estudios de
decoración de yeserías de Murcia y el Levante español a cargo de J. Navarro Palazón
(“Arquitectura y artesanía de la cora de Tudmir”) y con P. Jiménez Castillo Casas y
palacios de al-Andalus. Siglos XII y XIII. Grabar, O., L´ornament. Formes et fonctions
dans l´art islamique, 1996.
En 2001 Pavón Maldonado publica “El lazo de 6 de la Alcudia de Elche. El primer
ejemplo conocido de Occidente. Las tramas hexagonales en el arte árabe” (Al-Andalus).
Respecto a los palacios hispanomusulmanes más concretamente en su Tratado de
arquitectura hispanomusulmana, III. Palacios (2004) por capítulos y épocas se
adelantan cuantos decorados de índole geométrica y floral conocidos y desconocidos,
concurren en la arquitectura palacial, palacio a palacio, desde Madinat al-Zahra a los
más postreros palacios y casas señoriales mudéjares. Éstos últimos tratados por T. Pérez
Higuera en Arquitectura mudéjar en Castilla y León (1999) y por P. Lavado, “Yeserías
mudéjares en Castilla la Vieja y León”, (1991) y “El palacio de Astudillo” (1993). En
estos últimos años de la geometría decorativa de las techumbres mudéjares siguiendo la
línea establecida por Prieto Vives viene ocupándose el arquitecto Enrique Nuere con
exhibición de excelente ilustraciones a línea. La decoración geométrica en el “Salón
Rico” de Medinat al-Zahra y la de la sinagoga toledana de Santa María la Blanca
tratadas por Natascha Kubisch (1995). Y respecto a la ornamentación de mocárabes y la
epigráfica en el mencionado Tratado III se ponen las bases para estos dos importante
capítulos. Para consultas entre otros trabajos de autores extranjeros: E. M Kühnel, “Lo
antiguo y lo oriental como fuente de arte hispano-islámico” (Al-Mulk, 1964-65); S.
Flury, “La mosquée de Nayin” (Syria, XI, 1930; R. W. Hamilton, Khirbal al- Mafyar,
1959; O. Grabar y otros, City in the desert. Qasr al-Hayr East, 1978; L. Golvin, Essai
sur l´architecture religieuse musulmane , I-II- III-IV, 1970-1979.
Volviendo a Madinat al-Zahra son obras básicas: R. Castejón, numerosas publicaciones
en la revista Al-Mulk y otras cordobesas, del año 1924 a 1985, por ejemplo “Piezas
califales en Londres”, Al-Mulk 4, 1964-65; R. Valázquez Bosco, Medina Azzahra y
Alamiriya, 1912, y Excavaciones en Medina Azzahra, 1923; R. Jiménez, R. Castejón,
F. Hernández Giménez , E. Ruiz Martínez, J. M. Navascués, Excavaciones en Medina
Azzahra (Córdoba) (Memoria de los trabajos realizados por la Comisión DelegadaDirectora de los mismos), 1924; R. Jiménez, E. Ruiz Martínez, R. Castejón, F.
Hernández Giménez, Excavaciones en Medina Azzahra (Córdoba) (Memoria de los
trabajos realizados por la Comisión Delegada-Directora de los mismos), 1926. M.
Ocaña Jiménez, sobre capiteles epigrafiados de dentro y de fuera de al-Zahra,
renombradas publicaciones de los años 1936, 1939, 1940, 41 y 1976; (muy importante
“obras de al-Hakam II en Madinat al-Zahra”, al-Andalus, VI, 1941). M. Gómez-Moreno,
“Capiteles árabes documentados” Al-Andalus, 1941. Rosario Castejón, “Medina Zahra
en los autores árabes”, Al-Mulk, 1961; L. Golvin, “ Note sur un decor de marbre trouvé
á Madinat al-Zahra”, Al-Andalus, 1960; B. Pavón Maldonado y F. Sastre, “ Capiteles y
cimacios de Madinat al-Zahra tras las últimas excavaciones”, Archivo Español de Arte,
1969; Las almenas decorativas hispanomusulmanas, 1986; “Sobre arte y arqueología
hispanomusulmna. Algunas anotaciones”, en Homenaje al profesor Jacinto Bosch Vilá,
1991 (se dan los letreros árabes aparecidos en la excavación de la mezquita aljama de
Madinat al-Zahra). M. López Cuervo,
Madinat al-Zahra. Ingeniería y formas,
1983; Vallejo Triano, coord. Madinat alZahra
1985-2000.
15
años
de
recuperación,
2000;
Chr.
Ewert,
“Elementos decorativos de los tableros
parietales del Salón Rico de Madinat alZahra”, Cuadernos de Madinat al-Zahra,
1987, y “El arte omeya andalusí en la
última fase: el Cortijo del Alcaide”,
Palencia, 1999; C. Barceló, M. Labarta,
“Las fuentes árabes sobre al-Zahra. Estado
de la cuestión”, 1987 y 2000; A. Vallejo
Triano, “El baño próximo al Salón de Abd
al-Rahman III”, Cuadernos de Madinat alZahra, 1987; Mª A. Martínez Núñez, “La
epigrafía del Salón de Abd al- Rahman
Planta de la mezquita aljama de al-Zahra, según
B. Pavón. Cuadriculado relacionado con la
aparición de las piezas decorativas dispersas por
el suelo del edificio (1966).
III” (1995) y “Epígrafes a nombre de al-Hakam en Madinat al-Zahra (1999); A. Vallejo
Triano, coord. El Salón de Abd al-Rahman III, 1995 (Ewert, Natascha Kubisch,
Cressier, M. Barceló, Acién Almansa), “La vivienda de servicios y la llamada Casa de
Ya´far” (en La casa hispanomusulmana. Aportaciones de la arqueología, 1990; P.
Cressier, “Los capiteles del Salón Rico: un aspecto del discurso arquitectónico califal”,
en Madinat al-Zahra. El Salón de Abd al-Rahman III; A. Almagro Gorbea, “Análisis
tipológico de la arquitectura residencial de Madinat al-Zahra”, en Al-Andalus und
Europa zwischen Orient und Okzident, Petersberg 2004; S. Noack-Haley, “Los capiteles
de la mezquita de Madinat al-Zahra”, Cuadernos de Madinat al-Zahra, 2004; M.
Meonat, “Madinat al-Zahra en las fuentes árabes de Occidente islámico”, Cuadernos de
Madinatb al-Zahra, 2004. M. Fierro, “Madinat al-Zahra, el Paraíso y los fatimíes”, AlQantara, 2004. La última obra sobre al-Zahra, Vallejo Triano: La ciudad califal de
Madinat al-Zahra. Arqueología de su arquitectura), 1910: el más eficiente, correcto y
completo estudio vía arqueológica, básicamente arquitectura, con excelentes
planimetrías general y parciales de todos los palacios del por el autor denominado
Alcázar de Madinat al-Zahra, con la colaboración de autores, vivos y fallecidos, citados
a pie de página y planos tres planos de Félix Hernández Jiménez. Se echa de menos
ilustraciones de otros autores. 24 piezas decorativas nuevas.
La amplia bibliografía de este último libro en buena parte viene a ser un escaparate de
autores y trabajos que nada tienen que ver con al-Zahra o el arte califal de Córdoba;
acepta trabajos de B. Pavón relacionados con la ciudad palatina, pero deja fuera de
contexto“La formación del arte hispanomusulmán. Hacia un corpus de la ornamentación
del califato de Córdoba” (1973) y Tratado III. Palacios y Tratado IV. Mezquitas
(2004 y 2009), el primero primordialmente apegado a la ciudad palatina en su capítulo
primero, siquiera porque el autor fue testigo presencial y colaborador en memorables
jornadas arquitectónicas de al-Zahra, aunque esto no es de extrañar pensando que en la
revista Cuadernos de Madinat al-Zahra que dirige Vallejo el señor Acién Almansa ha
escrito que “hay que olvidar el paso de B. Pavón por Madinat al-Zahra” (este
investigador estuvo en la ruinas auspiciado por la Dirección General de Bellas Artes a
la sazón regida por el arqueólogo Gratiniano Nieto y por el arquitecto Félix Hernández
Jiménez, director de las excavaciones de la ciudad palatina, Diego Angulo Iñiguez, H.
Terrasse, M. Gómez-Moreno y L. Golvin; además desde 1966 rindió cumplidos frutos
en publicaciones por lo que se ve no del gusto de todos). En el texto del libro de
Vallejo Triano de alguna manera, aunque inesperada e injusta, se compara a B. Pavón
con el alemán Chr. Ewert, el primero como autor de las obras generales, dice el autor,
de la decoración floral y geométrica que considera de resultados fallidos en lo que se
refiere a al-Zahra frente a los exitosos trabajos de los tableros del “Salón Rico” del
germano. Para no faltar a la verdad en los libros del primer autor (todo el de la
decoración floral, 1981, y los dos capítulos primeros del de la decoración geométrica,
1975) por primera vez se rescatan del anonimato y se incorporan centenares de
composiciones y unidades florales califales a
la Historia del Arte, a la arqueología y a la
arquitectura mediante estudio selectivo de
seriación, catalogación y numeración de
piezas de al-Zahra, empeño que iniciado en la
mezquita aljama de al-Zahra continúa en el
primer capitulo del Tratado III y en el
presente trabajo de Internet. Respecto a los
tableros del “Salón Rico” se trata de otra fase
Restitución de arquería del oratorio techado de la mezquita aljama de al-Zahra a base de los restos
decorativos aparecidos en el mismo en la excavación de 1964, según B. Pavón. Imposible de aceptar
para esta mezquita la superposición de arcos de la mezquita emiral de Córdoba, tesis reciente de Vallejo
Triano (La ciudad califal…fig. 16) que no fue testigo presencial de la excavación. Sobre la misma
excavación Félix Hernández no vió tampoco entonces indicios de los arcos superpuestos.
investigadora más tardía del autor alemán alentada por Félix Hernández. Esos tableros
del Salón (y de paso los mármoles de su entorno) tan entrañables de Félix Hernández
que inició la restauración y recrecimiento de los simbólicos árboles, me correspondió a
mí reproducirlos todos por primera vez en la Memoria de la excavación… , (1964),
luego los mármoles en 1969 y 1990, los tableros de árboles en Ewert (1987 y 1995), en
2004 el Tratado III, según fotografías tomadas en 1966. La razón principal de B. Pavón
de la publicación prematura de los tableros en la Memoria así como los mármoles no
era otra que la de adelantarse a posibles hurtos de decorados que se venían perpetrando
en al-Zahra desde la más tempana edad de las ruinas. En esta línea de alguna manera
había que dar testimonio de lo más valioso existente en la ciudad califal por entonces
prácticamente a la intemperie, un campo de ruinas sin puertas.
Alminar restituido de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra, según B. Pavón. La restitución la facilitan los siguientes datos: 1)
al-Maqqari da alminar de 10 codos de base y 40 codos de altura, traducido en metros 5 y 20. En la excavación salíó la base de la
torre cuadrada de 5, 5 metros de lado; 2) en derredor del alminar aparecieron almenas decoradas de dos tamaños, las mayores de
0,72 m. de altura, las menores de 0, 60 m. de altura. A tenor de la longitud de las bases de estas piezas su número para el primer
cuerpo era de 6 más las dos mitades de los extremos, 4 almenas y las dos mitades de los extremos para el segundo cuerpo.
Parecidos argumentos fueron válidos para restituir en alzado los arcos, modillones y almenas lisas de las galerías del patio.
Alminar y pórticos fueron imitados en el patio de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, incluido la proporción de la torre de
1/4= la altura cuatro veces la base. Sin duda el alminar de al-Zahra era el edificio más alto de esta ciudad palatina.
Me referiré ahora a algunos aspectos relativos a la
biografía de las ruinas de al-Zahra todavía no
explicados. En primer lugar, Vallejo Triano en su
trabajo “Madinat al-Zahra desde el inicio de su
recuperación” escribe sobre la excavación de esta
mezquita que “quedó a la luz en menos de cuatro
meses, un año después se excavó el pabellón central
del jardín de las albercas con prolongación hacia
poniente del camino de ronda bajo”. Dice que la
memoria de la mezquita de B. Pavón sale en 1965
cuando su publicación es de 1966, primer punto; el
segundo es que la excavación de la mezquita según
obra en el diario de excavaciones llevado por B.
Pavón tuvo una duración de ocho meses (véase
apéndice de este trabajo), de abril de 1964 a octubre
del mismo año. Tercer punto, la excavación de la
zona del camino de ronda bajo no es exactamente
de 1965, según el diario de esta jornada de B.
Pavón se inició en febrero de 1964 simultaneado este trabajo con el de los últimos
meses de la excavación de la mezquita, con prolongación a 1966. No habla Vallejo
Triano de la participación que tuvo B. Pavón en esa excavación del camino de ronda
con su plano de las albercas (ver figura 5, 3). Nuestro interés ahora se centra, siguiendo
la pauta marcada en el primer capítulo del Tratado de arquitectura III, en dar una
imagen arquitectónica y decorativa de conjunto y de detalles de la ciudad palatina de alZahra comprendida entre 1912 y 2010, insistiéndose más en esta ocasión en la imagen
segunda.
Mezquita aljama de Madinat al-Zahra (B. Pavón. Memoria de la excavación…). Sector de maqsura y de los muros de qibla, exactamente
como apareció en la excavación. La doble qibla, que para Félix Hernández se instituyo con posterioridad a 942, con el pasillo del sabat
en medio, en cimientos, al que se ingresaba por una puerta de la derecha. En mi opinión, este esquema de doble muro, el sabat
interrumpido por el cuerpo del mihrab, era junto con el alminar y estructura del patio una novedad de un edificio que a todos los niveles
se confiesa como ensayo precursor de la mezquita aljama califal de Córdoba, como en lo decorativo se anticipa a las excelencias que
veremos en los palacios. El piso de la faja de territorio de maqsura es de losas cuadradas de barro rojo. Pero esta mezquita tuvo maqsura o
vallado de madera de la parte derecha del nicho del mihrab, como en la Gran Mezquita de Qayrawan, rodeando al minbar, según
testimonio de al-Maqqari. A. Almagro (Planimetría, 2011) se atreve a poner en el mihrab el interior poligonal del nicho sagrado de la
mezquita aljama de Córdoba además de cuatro tramos en el sabat, en el primer caso sin argumentos tangibles que lo respalde. Si el
alminar en planta de al-Zahra es completamente diferente del de la aljama de Córdoba, ¿ por qué el mihrab de la aljama palatina ha de ser
exactamente igual que el de Córdoba?
La decoración de los palacios occidental y oriental de las terrazas superiores se debe a
las excavaciones de Velázquez Bosco de los primeros años del siglo pasado, (19101923) prácticamente toda recogida e inventariada en el improvisado Museo de Madinat
al-Zahra. Y la referente a toda la terraza del “Salón Rico, incluido éste y la vivienda
palatina adjunta, revelada en las excavaciones dirigidas por Félix Hernández Giménez
desde 1944 en que se descubre el salón de Abd al-Rahman III o “Salón Rico” a la
década de los ochenta, entre los años 1964 y 1966 con la colaboración de Basilio Pavón
Maldonado, cuando fue excavada la mezquita palatina y el pabellón de las cuatro
albercas del jardín del “Salón Rico”. Todo ello enriquecido al final de esta fase y en la
posterior con las aportaciones de Vallejo Triano referente a la Casa de Ya´far fundada
a partir de 961 y Vivienda de la Alberca a Occidente y por encima del “Salon Rico”. En
las siguientes páginas se verá que piezas decoradas de mármol y de piedra arenisca
salidas entre los escombros echados desde arriba por descuido al nivel de la terraza del
“Salón Rico” serían del Palacio Occidental o del príncipe Hisam, reconocido como Dar
al-Mulk por Vallejo Triano. Al final del presente estudio se dan algunas páginas a título
de apéndice con aportaciones sacadas del diario no publicado de lasexcavaciones en alZahra de B. Pavón Maldonado correspondientes a los años 1964, 1965 y en parte 1966.
RESUMEN DEL EFECTO PORTADAS MONUMENTALES CLÁSICAS Y
BIZANTINAS EN LA ARQUITECTURA ISLÁMICA DE OCCIDENTE.
Figura 1. Fachadas de palacios
árabes y mezquitas. Los
orígenes.
Torres Balbás puso ya de manifiesto los modelos de nuestras portadas omeyas en
portadas romanas del Anfiteatro de Orange (fig. 1,1) y del palacio de Split (fig. 1, 2)
(“Arte hispanomusulmán hasta la caída del Califato de Córdoba”), básicamente
esquema con arco de entrada remontados por tres o más arcos ciegos o decorativos.
Algunas representaciones ya arabizadas estudiadas por Creswell (Early Muslim
Architecture) y otro autores: 3, 6, los palacios omeyas de Qasr al-Hayr; en la
arquitectura abbasi Qasr Uhaydir, fachada interior y exterior (5) (4, restitución
Creswell); 7, Puerta de Bagdad de Raqqa, según Creswell. Este prototipo de portada
pasa a la mezquitas del Islam Occidental, iniciada al parecer en la puerta de San Esteban
de la mezquita aljama de Córdoba (s. VIII), rehecha en el siglo IX (fig. 2, 2), seguida
del frente de mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan (s. IX) (fig. 1, 9), con
representación miniaturizada en el mimbar de la misma mezquita (8). A continuación
portadas de las mezquitas tunecinas del siglo X: en Susa mezquita Sidi al- ´Ammar (fig.
1, 10), en Túnez fachada de la mezquita aljama (fig. 1, 11); de Mahdiya fachada
tripartita de la mezqu. 2, 7). Quedándonos el tema de este tipo de portada en los palacios
de la Córdoba califal. Se daba ya en las portadas de la mezquita aljama de Madinat al-
Figura 2. Portadas de mezquitas occidentales
Figura 2-1. Cinco novedosas portadas
hispanomusulmanas
A) Arqueta de marfil tenida por visigoda de la Colección Pitcairn del Museo de Pensilvania: tres calles, más ancha la central, arcos
de herradura pareados o bífora sobre el arco principal. B) Portada del Beato de Liébana y del Beato de El Escorial: tres calles
más ancha la central, bífora visigoda en alto y a tres bandas. El tema es si tales portadas de no proceder del referente de puertas
califales de la mezquita mayor de Córdoba son recreaciones de inspiración visigoda del tripartito antiguo y bizantino. Con la
portada A en cierto modo se relaciona la de la mezquita aljama de Mahdiya (Túnez).
Zahra cuyas arquería superior vemos en 5 de la fig. 2, que inicialmente remataba en
friso de almenillas decoradas, tema que nos lleva a la portadita llamada de la Biblioteca
de la Gran Mezquita de Qayrawan (fig. 2, 3) que últimamente A. Lézine piensa que
sería fachada del mihrab de mezquita del siglo VIII, si bien su semejanza con las portadas cordobesas califales (5) y (6), mihrab de al-Hakam II, llevan a pensar que ese
mihrab tunecino sería fruto de influencia tardía cordobesa del principios del siglo XI;
en tal caso portada conmemorativa del mihrab que allí existió en el siglo VIII.
Sobre este tema opinaron Velázquez Bosco, Creswell, Gómez-Moreno, Marçais, H.
Terrasse, L. Torres Balbás, A. Lézine, Golvin y Pavón Maldonado (un resumen de todo
ello en nuestro Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III. Mezquitas, 2009). Por
último, una de las portadas de la mezquita cordobesa de al-Hakam II (fig. 2, 4), llamada
Del “Chocolate”.
Respecto a la portada generalizada en
palacios de al-Zahra cobra validez hoy el
esquema A (reconstrucción) frente al B
(hipotético) de la propuesta de Velázquez
Bosco para el Palacio Oriental de las cinco
naves. Se trata del tribelon bizantino (tres
arcos de igual luz) no cobijados por arco
común, sustituido por alfiz único, tal como
pasó a los palacios entre el siglo XI y el
XII del Alcázar de Sevilla (C) y alcazaba
de Málaga (D). Los tres arcos sevillanos
remontados por tres ventanas centradas
que no acaban de aparecer en al-Zahra,
pese a que en la terraza del “Salón Rico”
salieron celosías caladas. y ciegas (ver
figura 34).
Respecto a los palacios que estudiaremos cabe pensar a la vista de las portadas de
mezquitas, la de Córdoba y sobre todo lade al-Zahra, que el prototipo se diera también
en ellos; como se verá más adelante, aunque en Ifriqiya de esa época se desconoce por
completo palacio con ese modelo de portada, pero queramos o no nos consta presencia
de portadas en los palacios árabes de Oriente. En conclusión, no creo que en el Islam
occidental las portadas de palacios y mezquita (fachada exterior y fachada de mihrab)
fueran de diferente esquema, ello aunque tardíamente, y esto es lo importante, bien
patente en portaditas interiores desde el siglo XIII en al-Andalus, casos de portaditas de
mihrabs y de salas palatinas de dentro y fuera de la Alhambra, tal vez a raíz de las
dominaciones almorávide y almohade que dejamos para más adelante. En todo caso se
constata que el prototipo de fachada clásico y bizantino que venimos estudiando logró
sobrevivir en la dilatada proyección de la arquitectura hispanomusulmana y de seguido
la mudéjar como emblema decorativo básico dentro de cuyas líneas discurrió el
ataurique y la lacería decorativa, incluidas celosías de ventanas ciegas, de los distintos
pasos cronológicos a los que vamos a asistir. Termino haciendo hincapié en algunas
portaditas novedosas un tanto extraviadas del discurso que nos entretiene. La del mihrab
de la mezquita almorávide de Tremecén (fig. 2-1, 1) relacionada con unas de las
ventanas del alminar de la mezquita aljama de Zaragoza, según versión A. Almagro
Gorbea (fig. 2-1, 3); la 4 de puerta de palacio toedano del siglo XIII, casas del convento
de Santa Clara, si bien es cierto que en los dos casos últimos no figura el registro
superior de las ventanas. El interés de tales portaditas reside en la duplicidad de alfices
con modelo único en el arco del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba (1).
La portada 5, de puerta de las murallas del siglo XII de Niebla, con los tres arcos de
encima o falsa galería que pudiera ser reflejo de portadas urbanas o castrenses muy
anteriores; en el número 6, fachadas de ladrillo con esquema tripartito en el muro de
separación de los patios del León y de Montería del Alcázar de Sevilla. Este tema
continuará siendo importante en las distintas fases del arte hispanomusulmán en cadena
a partir del siglo XI.
2. PALACIOS DE MADINAT AL-ZAHRA
De entrada Madinat al-Zahra ha dado escasa luz
sobre el arco de herradura en pie con la proporción
rebase la mitad del radio. Uno, el de la presente
figura (A) correspondiente a la vivienda de los
baños aneja al “Salón Rico”, según publicación de
1968 de B. Pavón, también reproducido por R.
Castejón y Vallejo Triano (La ciudad califal…, lám
316); otro de dovelaje completo al final del pasadizo
anejo al Palacio Occidental y dos arcos del
caldarium de los baños anejos al “Salón Rico” (C)
reproducidos por B. Pavón (1990) y Vallejo Triano
(2010). La obra citada de este último autor da
nuevos arcos de herradura, la mayoría de ellos
condenados (láms.101, 113, 278, 290 y 325), algún
arco inciso, aparte de las bóvedas de sección
ultrapasada del camino de ronda bajo reproducidas
por Gómez-Moreno (1951) y Torres Balbás (1957)
(B). Los arcos de las regias construcciones de la
terraza del “Salón Rico” han sido restituidos en base
a los soportes y decoración salidos a pie de obra
durante las excavaciones. Los arcos ( D) y (E) son
arcos incisos (ciudad-fortaleza de Vascos, Toledo,y
puerta de la mezquita de Santa Clara de Córdoba)
nacidos en en Madinat al-Zahra.
A. Proporción de arco de herradura de la mezquita aljama de Córdoba de la segunda mitad
del siglo X: rebase ½ del radio. B, su aplicación a los arcos de la mezquita aljama de alZhara (registro superior de puerta exterior del patio). C, aplicación a los arcos del “Salón
Rico” (restitución seguida con ayuda de los componentes arquitectónicos y decorativos
aparecidos en el Salón en 1940
Figura 3. Planimetría de Madinat al-Zahra según excavaciones por orden cronológico. 1, de Félix Hernández Jiménez (1926); 2
plano trazado por B. Pavón con motivo de la ubicación de piezas decorativas salidas en todo el sector del camino de ronda bajo y
del pabellón de las cuatro albercas (1968); 3, plano de la mezquita aljama de al-Zahra según B. Pavón (1966); 4, plano de
conjunto de Félix Hernández Giménez (1975); 5, plano de S. López -Cuervo (1985); 6, plano explicativo de monumentos mediante
números publicado en el libro Al-Andalus. Las artes islámicas en España (1992). Planos de los arquitectos A. Almagro Gorbea
(Planimetría, 2011), aunque la mayoría de las imágenes son virtuales, y plano de A. Jiménez Martín referido al jardín del “Salón
Rico”. Planos de conjunto de A. Vallejo Triano del año 2007 (en Artigrama, 22) y los publicados en La ciudad califal de
Madinat al-Zahra. Arqueología de su arquitectura (2010), figura 9. Desconozco si el arquitecto R. Manzano Martos durante su
dirección de las ruinas (1975-1982) publicó plano de al-Zahra.
En atención al lector culto arabista no voy a extenderme en el relato de la historia
general de Madinat al-Zahra iniciada su construcción en 936, reinado Abd al-Rahman
III, su mezquita inaugurada entre 941 y 942 precediendo a los palacios principales,
Palacio Oriental, Palacio del “Salón Rico” y Palacio Occidental y así hasta el año 976,
dentro del reinado de al-Hakam II que en vida de su padre había ejercido como
inspector de las obras palatinas. Relatos hartamente ilustrativos en las obras de R.
Velázquez Bosco, Gómez-Moreno, Torres Balbás, H. Terrasse, R. Castejón, M. Ocaña,
Félix Hernández, B. Pavón (publicación de la excavación de la mezquita palatina) y
Vallejo Triano e interesantes matizaciones de orden arqueológico y epigráfico a cargo
de varios autores según publicaciones de la revista Cuadernos de Madinat al-Zahra
vigente hasta nuestros días bajo la dirección del último autor. A título de breve resumen
trazaré las líneas generales de orden arquitectónico que más suenan en esta ciudad
palatina desde que el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco (1912) excavara la terraza
más superior donde apareció el llamado Palacio Occidental, ahora identificado con el
palacio del Príncipe al-Hisam según iniciativa de Gómez-Moreno (fig. 3, 1, palacio 2
del norte en el plano 6). A la derecha de la cuesta de paso de la parte superior se
encuentra el Palacio Oriental con el número 4, gran sala de cinco naves con pórtico
común, al que se añaden a modo de dos torreones extremos, precedido de patio
cuadrangular de gran extensión. El tercer palacio es el llamado “Salón Rico” por
Gómez-Moreno, con el número 12, planta basilical de tres naves con columnas y sala
adyacente a uno y otro lado precedidas de torreón cuadrado entre los que se encuentra el
pórtico basilical con cinco arcos en el frente exterior (fig. 3, 4) mirando al pabellón de
las cuatro albercas del jardín exterior, aquél dividido en tres naves. A la derecha del
“Salón Rico” viviendas y baños domésticos del califa Abd al-Rahman III señalados con
el número 13. Con el número 14 se indica la ubicación de la mezquita aljama de la
ciudad y encima la mid´a (fig. 3, 3). 17 y 18, zona de jardines, el primero con crucero a
lo oriental formado por dos acequias, el segudo con el pabellón de recreo de las cuatro
albercas. En zona de 8 y 10 casas o viviendas de la clase alta al servicio del califa o
viviendas de Ya´far y de la Alberca, excavadas en 1970 por Félix Hernández, ambas
con novedosos e interesante documentos decorativos a diferencia de la zona
administrativa presidida por el patio cuadrado de los pilares número 11. El plano 6
tomado del libro Al-Andalus. Las artes islámicas en España (1992), el 2 de S. López
Cuervo (1985). Últimamente un plano más diseñado por A, Almagro Gorbea y sobre
todo nueva y extensa planimetría en La ciudad califal de Madinat al-Zahra de Vallejo
Triano (2010). Globalmente considerado y comparado con los conjuntos palatinos de la
Alhambra y del Alcázar de Sevilla se aprecia casi perfecta simetría en el trazado de los
dos ejes principales, el pasillo central de sur a norte y el transversal del camino de ronda
bajo que arranca del “Salón Rico”, esquema simétrico deteriorado por la presencia fuera
de las terrazas de la mezquita aljama, orientada a sureste, a la que accedían los califas y
cortesanos mediante pasillo o sabat terminado en la línea del muro de qibla; si bien de
otra parte el oratorio estaba completamente entregado al pueblo de esta zona. Ahora se
sabe que la ciudad palatina tenía otras mezquitas, una excavada en estos últimos años,
de tres naves, según publicación de Vallejo Triano. De todas formas en los niveles
planimétricos no conviene olvidar a H. Terrasse en su acertada propuesta de que las
construcciones de complejos palatinos como el cordobés se organizan al dictado de
palacio oriental dando un poco la espalda de las armoniosas asociaciones de la
arquitectura clásica y occidental, en lo musulmán reunión de pìezas o salas en torno a un
patio de mayor o menor envergadura, patios que escapan de la aludida simetría clásica.
Palacio del “Salón Rico”
Inscripciones en caracteres cúficos consignan la fecha de 956-57 referida probablemente
a la terminación de la construcción, según Gómez-Moreno; también se evoca el nombre
de Abd al-Rahman III en un a basa (953), otra de las viviendas anejas al salón (fig. 6, 2)
y el nombre de su artífice Saad; un capitel enseña el nombre de otro artífice, Mudafar
(956) y otros más que figuran en las pilastras, cuatro de ellos figuran en 964 en el
mihrab de la mezquita aljama de córdoba. A este respecto Gómez-Moreno dice que “lo
que no consta en el salón es el nombre del director y tracista de la obra, el genio que
desarrolló en Córdoba tal apogeo arquitectónico y decorativo; seguramente un oriental
dotado de inventiva y saber en grado sumo. Sólo alcanzamos noticia de un Moslema
ben Abdala, arquitecto y geómetra al servicio de Annasir como inspector de la obras de
Azzhara y daba cuenta de ellas”. Para mí entender el maestro director se inclina más del
lado de Bizancio llamado por Abd al-Rahman III a la corte cordobesa, autor del
gigantesco eclecticismo con intervenciones de selectos artífices de tradición local o
mozárabe. No se debe olvidar que en la evolución del arte de Bizancio a partir del siglo
IV los esquemas ornamentales geométricos o florales corren a la par que los islámicos,
las interrelaciones de uno y otro desarrollo bien despiertas desde la etapa omeya oriental,
concretamente en Damasco. Torres Balbás admitió que era muy verosímil que Abd alRahman III llamara a algunos bizantinos para colaborar en la construcciones áulicas-de
al-Zahra que en definitiva es la misma línea trazada por H. Terrasse al destacar las
relaciones vía embajadas entre los Basilei y Abd al-Rahman III de 947 -1962, obras
bizantinas trasladadas desde Constantinopla a la corte palatina de al-Zahra y, dice este
autor, “fragmentos de mosaico importado de Bizancio”. En esta misma línea yo ya
propuse en uno de mis escritos que algunas formas florales de los mosaicos importados
de Bizancio de la Qubba de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba de alHakam II están presentes también en Madinat al-Zahra. Añade Terrasse que los
mosaicos aludidos de al-Zahra “no podían ser hechos sin que Bizancio no hubiera
enviado material y obreros”. Ahora han sido reunidos muchos de los fragmentos de
mosaico vítreo por Vallejo Triano (La ciudad califal de Madinat al-Zahra, figura 307).
Ateniéndonos a la planta basilical de tres naves con pórtico, tres arcos iguales a la
entrada de la nave central, el tribelón bizantino, y cinco arcos en la fachada exterior del
jardín (fig. 3-1, 1) el modelo más inmediato sería bizantino, basílica de San Juan de
Studios de Constantinopla o las de Acheiroietos y San Demetrio de Tesalónica con
Figuras 3-1. y 4 El “Salón Rico” de Madinat al-Zahra. Documentos que explican el origen y avances de reconstrucción de este Salón a lo
largo de 1964, 1965 y 1966. La trilogía de (7) especie de nichos planos, simbólicos mihrab-s honoríficos. En un palacio de Córdoba al-Hakam
II se sentaba en un mihrab en las solemnes recepciones (García-Gómez, Anales palatinos). Trilogía de arcos también presente en zona de
maqsura de la mezquita de Córdoba de al-Hakam II, Este tema de una parte sacraliza las tres naves del “Salón Rico”, de otra puesto que
estas se adelantan el trío de arcos de la aljama de Córdoba adquieren un sello profano personificado en las tres Qubbas de delante del mihrab
no se sabe si para gloria de Allah o del propio califa y su corte. Faltaría saber si el trío del testero del “Salón Rico” de al-Zahra llevaba
registro de arquillos ciegos hasta ahora desconocido en los palacios, sí presente en portadas exteriores de la mezquita aljama de la ciudad.
similar juego de arco doble y tripartito, tribelon, en las entradas de las naves y pórtico o
vestíbulo muy cerrado con cinco arcos al frente (fig. 3, 5). Los cinco arcos del pórtico,
según restitución de Félix Hernández (3), también restaurados los arcos de la nave
central y paredes laterales que inicialmente dieron dibujos lineales, el 2 y 4, para los
arcos con altometría sacada de las piezas decorativas sueltas y columnas aparecidas en
el Salón. Respecto a las paredes de las naves colaterales el esquema inicial base es el (6):
arco central, enchapados o tableros decorados y tacas, todo sobre un zocalillo liso de
mármol de 0,60 metros de alto. El dibujo (7) responde a las líneas del trazado de la
restauración en el que se fueron incrustando los distintos decorados geométricos y
florales aparecidos en el salón. Es el juego tripartito para las dos paredes laterales,
mientras el tripartito (5) es del muro del testero, un arco por cada nave, con sus
enchapados y zocalillo marmóreos, los arcos ciegos llegaron incompletos como lo
indican las líneas provisionales de la parte superior de los mismos, pero sin saberse si
las dovelas iban decoradas, a diferencia de los arcos de la nave central, alternativamente
una dovela lisa y otra decorada a partir de la clave decorada. De las enjutas de estos
últimos arcos se pudieron restituir el completo de algunas (fig. 3-1, 9), además constan
algunas completas de la mezquita aljama (11); en ésta el juego de arcos con alternancia
de dovelas mencionada se deja ver en la parte superior de una de las puertas del patio
(10). En 8 el arranque del alfiz y moldura del extradós de los arcos centrales siempre
según restauración de Félix Hernández.
Ejemplo de interior de sala de honor o Qubba
con decoración parietal plena, Salón de
Comares de la Alhambra.
Siguiendo con el “Salón Rico” un aspecto
más en 1 de la figura. 4, incluida la pared del
fondo, que analizada por partes nos da los
siguientes temas decorativos: friso ancho de
piedra arenisca con estrellas entrelazadas de
ochos puntas (2) (3) en que lo geométrico
del trazado se anima con florones de ocho
puntas o vegetales, según esquema de origen
iraní visto en los palacios de Samarra (4),
luego mosaicos de la catedral de Monreale
de Palermo (5) y otros ejemplos que iremos
viendo. El friso más estrecho (6), con lazo
de seis zafates presente aquí por primera vez
en al-Andalus, junto con el trazado de (2) (3)
fue destinados por Félix Hernández para la
calles de los alfices corridos de los arcos del
salón. También aparecieron tabletas de
arenisca con la decoración (7) de interesante y novedoso entrelazado de desconocido
destino, sobresaliendo cadenetas arriba y debajo de aspecto bizantino, cabezas de serie
que iremos viendo en la decoración hispanomusulmana. De todas formas por encima de
los arcos basilicales y sus alfices corridos y hasta el techo adintelado de las naves ahora
queda vacío sin decorar, pero es de presumir que al menos bajo la cubierta fuera un
ancho friso decorativo, al igual que en el pórtico, si se apela a mezquitas y palacios
hispanomusulmanes a partir de los siglos XII y XIII. No parece del todo justo pensar en
que las paredes del salón fueran íntegramente decoradas, al estilo de la decoración plena
Propuesta de restitución de los arcos del fondo
de las tres naves del “Salón Rico” de al-Zahra,
según F. Hernández (1940), reproducida en
publicación de R. Castejón (1957) y en
Vallejo Triano (2010). En la parte superior
bajo el techo friso ancho con lazos de 6. La
estampa de arco con registro epigráfico en
cartela entre el trasdós del arco y su alfiz viene
del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba
del siglo X y de la Puerta del “Chocolate” del
mismo oratorio.
que conocemos sólo a través de las qubbas o salas cuadradas principescas del los
palacios de la Alhambra o del Alcázar de Sevilla.
Las salas o maylis longitudinales de delante de esas qubbas conocidos de palacios
hispanomusulmanes nunca fueron decorados al pleno. Es la tan traída y llevada
dicotomía de paredes lisas y paredes decoradas por mitades. Así creo que debemos
acostumbrarnos a un “Salón Rico” decorado al máximo en su mitad inferior, la otra
mitad lisa hasta un hipotético friso de piedra por debajo del techo. En todo caso no se
debe excluir la presencia en altura de ricos tapices murales en las grandes solemnidades
a que aluden relatos de ceremonias de estos palacios, tapices y ricas telas recubriendo
muros e incluso suelos quien sabe
cómo decorados.
Siguiendo con la decoración
mural, en primer término las
maravillosas pilastras de mármol,
cuatro por cada uno de los dos
arcos centrales de las paredes
laterales (8) (9) y figura 4-1 (1)
(2) (3), con predominio clásico
vía Bizancio sobre cualquiera
otra influencia de índole oriental,
reflejado en cada uno de sus
miembros decorativos: a, b, c, d,
cenefa (A) del palacio occidental,
la (B) de la terraza del “Salón
Rico”, otras (C) (D) de la catedral
de Palermo; la (E) de basa del
“Salón Rico”, de la catedral de
Palermo la (F).
Figura 4-1. Pilastra del “Salón Rico”
Figura 4-2. Basa preárabe de Mahdiya. Los dibujos
inferiores, 1, visigodo de Malpica de Tajo; 2, de alZahra, según B. Pavón.
En Madinat al-Zahra los capiteles de mármol y de piedra arenisca
de facturas clásicas, capiteles de orden corintio y orden compuesto,
enseñan en cada una de sus partes infinidad de esquemas
decorativos inicialmente catalogados en las figuras 19-1, 20, 21.
22, 23, 24, 25 y 26 del Tratado de arquitectura hispanomusulmana,
III. Palacios. En la imagen de la izquierda: 1, 2, la cara del ábaco de
capiteles del “Salón Rico” y de la mezquita aljama; tres cantos de
volutas, acanto evolucionado del cesto de capitel de la segunda
mitad del siglo X, y capitel sin tallar procedente del Palacio
Oriental. (datos del año 1966).
Existen temas decorativos “abizantinados” muy afines en Ifriqiya, una basa de Mahdiya
(fig. 4- 2); clasicismo que alcanza a los capiteles alternativamente compuesto y corintio
de labrado a trépano bizantino (figs. 5, 9 y 5-1, 1, A).
Añadidos del “Salón Rico”: A, el
tribelón de entrada a la nave central y
doble arco para las naves laterales
(1966); B decoración floral y geométrica
del torreón de la derecha del pórtico,
excepcionalmente el estuco sustituyendo
a la piedra arenisca (reproducido por B.
Pavón en publicaciones de 1973, 1975 y
1989), últimamente Vallejo Triano, La
ciudad califal…lám. 377. En años
posteriores las portadas de los arcos han
sido restauradas con añadido de temas
florales aparecidos in situ.
Parte de intradós de salmer de arco de
entrada al “Salón Rico”. Desarrollo
excepcional de ramas de acantos clásicos
(Gómez-Moreno, 1951) de presencia
obligada en todos los edificios palatinos de
al-Zahra, incluida la mezquita
Figura 5. “Salón Rico”, 1, 2, 4, 9; pabellón
de recreo de las cuatro albercas, 3, 5, 6, 7, 8
(1966). El plano 3 trazado en los mismos
meses de su excavación entre febrero de 1964
y 1966, si precisar su delineación, tal como
apareció el pabellón y las cuatro albercas.
Plano del jardín del “Salón Rico” según A. Jiménez
en el que a diferencia de otros planos da por hecho
un pórtico y tres naves exactamente iguales a los
del Salón, aunque sin respaldo de la excavación
(ver fig. 3, planos 2 y 4
El árbol de la vida: 1, de dentro del mihrab de la mezquita aljama
de Córdoba; 2, jamba de la terraza del “Salón Rico”, y tres
enchapados parietales del Salón (1966). La jamba 2 y otra similar
según Vallejo Triano pudo ser de la vivienda de los baños del
“Salón Rico”.
Una de las más apreciadas rarezas del
salón radicada en los enchapados o
tableros rectangulares entre arcos y
tacas en número de 32 más 10 del
pórtico y cuatro en las salas adjuntas a
la planta basilical, todos con el árbol
en el centro de cada paño (fig. 5. 1, 2),
diferentes
cada
una
de
las
representaciones arbóreas, a juicio de
Gómez-Moreno “estas enchapaduras
murales dispuestas simétricamente y
con esquematismo fuera de lo natural.
A primera vista todo parece
repeticiones: tronco del que arrancan a
uno y otro lado ramas onduladas, con
sus hojas, cogollos, piñas y flores, en
campo
apaisado
o
vertical
dependiendo de la amplitud del paño.
Los paños rodeados de orlas con flora
tallada”. Tales exquisiteces debieron
repetirse en el pabellón de reposo o
recreo centrado en el amplio jardín de
la terraza del “Salón Rico” (fig. 5, 3)
cortejado por cuatro albercas que
dibujan esquema cruciforme, de mayor escala la más próxima al pórtico del “Salón
Rico” (4). En la figura 6 (1) una de las albercas menores con escaleras para descender al
fondo, imagen tomada acaba de excavar toda esta parte del jardín. En el plano 3 de la
figura 5 entre el pabellón de tres naves y la alberca mayor figura escrito “zona de frisos
lobulados” por haber aparecido por allí mismo tabletas rectangulares de arenisca
decoradas con medallones de cuatro lóbulos articulados mediante nudos, reconocidos
hasta tres modelos diferentes (5, 6, 7), este decorado reiterado en el llamado hostiario de
Roda de metal (X) así como en marfiles califales dentro de la tradición bizantina que
alcanzó también a los palacios omeyas de Siria (Jirbat al-Mafyar y estucos de la
mezquita de estilo abasi de Balk (fig. 6-1); Nada en cambio en al-Zahra de medallones
de ocho lóbulos trabados con nudos con contenido floral que tanta popularidad alcanza-
Figuras 5-1, 6, 6-1. Capiteles del “Salón Rico”, 1, A (1966); 2, 4, capiteles de la mezquita de al-Zahra labrados con la técnica de bisel,
decoración de espiguilla (1964); 3, capitel de las ruinas de Cartago; el 5, capitel liso de pilastrilla de la mezquita. Figura 6, 1, alberca del
jardín recién acabada de excavar (1964); 2, basa con el nombre de Abd al-Rahman III de la vivienda de los baños anejos al “Salón Rico”
(1965). Figura 6-1, decoración de medallones lobulados: 1, de Jirbat al-Mafyar (Hamilton); 2, mezquita de Balk; 3, de puerta de Samarra
(Creswell): este último tipo de lobulado en Córdoba sólo conocido a través de los marfiles omeyas de los siglos X y XI.
ron en los marfiles omeyas, según modelo oriental de estuco que Creswell registra en
Bab al-Amma de Samarra (fig. 6-1, 3). En el mismo pabellón apareció la enjuta de arcos
8 de la figura 5 excediendo en belleza si cabe a las mismas piezas comentadas del
“Salón Rico” en las que se da el caso del tema de pay pay, así llamado por Félix
Hernández, especie de círculo con largo pedúnculo o tallo aquí inaugurado, reiterado en
la puerta del “Chocolate” de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (fig. 9, 4,7) y en
arco de la Vivienda de Ya´far de la ciudad palatina. El destino de esos frisos con el
simbólico lobulado, siguiendo el ejemplo de aliceres toledanos del siglo XI rescatados
de casas principales y otros de la alcazaba almeriense rescatados por H. Terrasse no
sería otro que la parte superior e inmediata a la techumbre adintelada de madera.
La trama del módulo de cuatro lóbulos anudados
aplicada a cenefas verticales. Palacio Occidental, según
dibujos de G. Marçais (1926) y B. Pavón (1966).
Resta por analizar la presencia de cuatro tacas o nichos cuadrados, más familiarmente
conocidos como alacenas, con marco adornado con decoración geométrica tipo
bizantino (figs. 7, 1, 2, 3 y 7-1) cuyos paralelos se sugieren en la figura 8: 1, 2, de
palacios de abasíes de Samarra, esta vez con carácter más decorativo que utilitario, no
así en casas actuales aunque de muy vieja tradición de la ciudad mauritana de Walata (3)
(4). En esta línea de nichos cabría recordar los de estucos de palacios de Sedrata
(Argelia) estudiados por Van Berchem hacia el año 1954; y aún nicho marmóreo
aparecido en la zona de viviendas y baños anexos al “Salón Rico” de Madinat al-Zahra
(7) de aspecto godo inicialmente y bien emparentado con los iconos también de mármol
que decoran el interior del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan (8) probablemente
añadidos en el siglo X al dictamen de influencia andalusí. El icono 7 inicialmente
publicado por R. Castejón (Al-Mulk, 4, 1964-65) con estudio de B. Pavón (Tratado III,
cap. I, figura 17, 2); reproducido a color por Vallejo Triano (La ciudad califal…, lám.
198).
Figura 7. Tacas o alacenas del “Salón Rico”. 2, 4, 5, 7,
1964-1966).
Figura 8. Hornacinas o tacas: 1, 2, Samarra; 3, 4, de
casas de Walata; 5, 6, Sedrata; 7, al-Zahra, 1966; 8,
Mezquita de Qayrawan; 9, visigodo de Mérida.
Figura 7-1. Arcos del Patio del
Yeso. Sevilla
Volviendo a la figura 7 otros modelos de guarnición de tacas o huecos cuadrangulares
se presentan en placas de mármol de la misma terraza del “Salón Rico” (6), pertenecien
tes a los baños del palacio, que podría llevarnos al dintel oriental de piedra (X) del Qasr
at-Tuba, siglo VIII, publicado por Creswell; e insistiendo en el mismo tema nuevos
decorados de la mezquita aljama de la ciudad de al-Zahra (5) y otras de la terraza del
“Salón Rico” (4) (7) vienen a concurrir en el esquema generalizado de nicho (8),
además de nueva pieza en L invertida que Vallejo Triano adjudica a baños de la
Vivienda de la Alberca. El arco ultrapasado apoyadas sus impostas en dintel de la taca
según restauración de Félix Hernández (4) (7) pasó en el siglo XII esta vez a título de
ventana en el tribelón de puerta del Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla (figura 7-1).
Figura 8-1 Dovelas decoradas del arco de la Puerta de San Esteban, mezquita aljama de Córdoba,
según publicación de Torres Balbás; supuestamente atribuidas al emirato de Abd al-Rahman II.
Nuevo en el Islam, tal vez sin relación con el arte
antiguo, es el recetario decorativo aplicado a los
arcos del “Salón Rico” tipificado en la alternancia
de dovelas lisas y decoradas o esculpidas, las
dovelas claves siempre decoradas, salmeres y
enjutas o albanega, piezas enchapadas que se
sujetaban en obra o entramado arquitectónico
mediante la aplicación de yeso al decir de Torres
Balbás, el mismo procedimiento aplicado a las
enchapaduras parietales del Salón.
Fragmento de albanega de
arcos del “Salón Rico” 1966)
Proceso de acoplamiento de
dovelas, enjutas y salmeres en
los arcos restituidos del “Salón
Rico”. Reconstrucción de Félix
Hernández (1976), según foto
de R. Castejón.
Todo un invento que nosotros no relacionamos con el arco de la Puerta de San Esteban
de la mezquita aljama de Córdoba atribuida a Abd al-Rahman II en que se da dicha
alternancia que consideramos invención sobre modelo califal de restauradores de dicha
portada del siglo XII en adelante (fig. 8-1). Aquel experimento del Salón de al-Zahra,
aplicable a las enjutas y salmeres da una imagen tipificada en la mencionada puerta del
“Chocolate” de la mezquita de Córdoba (fig. 9, 4, 6, 7), modélica estampa sin duda ya
organizada en al-Zahra; del “Salón Rico” es el arco (5) y del palacio occidental o del
príncipe Hisam el arco ciego (3). El salmer (8) procedente de este palacio. Al arco
lobulado con dovelas lisas y decoradas tipo mezquita aljama de Córdoba del siglo X (9)
se adelanta otro del “Salón Rico”. Las dovelas claves con lustrosa decoración de acanto
clásico (1) y (2) son de arcos del palacio occidental y del “Salón Rico” respectivamente.
No han faltado autores que han visto como godo un arco del castillo de Monzón
(Huesca) dando entrada a la Capilla de los Caballeros (A); todas sus dovelas decoradas
con diferentes tipos esculpidos de orden floral y geométrico. En este caso habría que ver
cuál es
exactamente la historia de estas piedras de cuyo arcaísmo no cabe dudar. Del repertorio
ciertamente abundante de dovelas existente, por
Figura 9. Dovelas decoradas de Madinat al-Zahra, 1, 2, 3,
5 (1966); “Puerta del Chocolate” del siglo X, mezquita de
Córdoba, 4, 6, 7, elegido su programa como modelo de la
restauración de arcos del “Salón Rico” y de la Casa de
Ya´far de al-Zahra; salmer del palacio occidental de alZahra (1966), 8; arco lobulado, mezquita de Córdoba del
siglo X, 9; arco del castillo de Monzón, A.
Figura 10. Dovelas de al-Zahra: letra X, del Palacio
Occidental; con la letra M, de la mezquita palatina; el resto
del “Salón Rico” (1964-1966). A, esquemas de decorados del
mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan.
Paños con decoración floral de tallos
entrelazados. Mihrab de la Gran Mezquita
de Qayrawan, s. X)
Exactamente la historia de estas piedras de
cuyo arcaísmo no cabe dudar. Del repertorio
ciertamente abundante de dovelas existente,
por obra de Velásquez Bosco y de Félix
Hernández Jiménez en el Museo de al-Zahra
he seleccionado algunas más señaladas de
ellas (fig. 10): con una X las procedentes del
palacio del príncipe Hisam, las de la letra M
de la mezquita palatina, las restantes del
“Salón Rico”. En ellas el denominador
común es el entrelazado de tallos con organización geométrica y palmetas aparejadas y
otros vegetales intercalados; el tema de las espirales por parejas anudadas casa bien con
el mismo tipo de adorno de tableros del interior del mihrab de la Gran Mezquita de
Qayrawan (A). El arco adovelado y salmeres (M) de la mezquita dejan bien despejado
que fue este oratorio inaugurado por Abd al-Rahman III entre 941 y 942 el hogar en
donde nació la opulenta decoración monumental desarrollada en los palacios de alZahra y de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II, al igual que el tema de los
capiteles decorados y de las almenas denticuladas floreadas. Sin embargo, hay que hacer
distingos en la técnica usada en al-Zahra en la consecución de dovelas, enjutas y
salmeres de arcos poniendo por ejemplo
el “Salón Rico” y la mezquita palatina,
ello reflejado en la figura 10-1: 1, 2,
salmeres del salón de arcos de entrada a
las naves en los que la decoración huye
de la técnica de enchapados del interior
de la sala para volver a labrar el
decorado en el mismo bloque de piedra,
modalidad advertida en la portada del
siglo IX de San Esteban de la mezquita
de Córdoba; en el 3, restos de dovelas
decorados por los cantos vistos,
mezquita palatina, esa misma modalidad
trasladada a los arcos de puertas
exteriores de la fachada este de alHakam II de la mezquita aljama de
Córdoba (4).
Figura 10-1. Decoración tallada en el mismo bloque
de piedra del miembro arquitectónico, salmer o
dovela: arcos de entrada al “Salón Rico” de al-Zahra,
1, 2 (Gómez-Moreno, 1951); dovelas de arcos de
puertas exteriores de la mezquita palatina, 3 (1966);
puerta del costado oriental de al-Hakam II, mezquita
aljama de Córdoba, 4.
Presencia excepcional de arcos lobulados en
al-Zahra. A, dibujo sobre estuco del camino
de ronada bajo (Camps Cazorla); B, de sala
derecha aneja del “Salón Rico” (1966),
reproducida la imagen en foto por Vallejo
Triano, La ciudad califal…, lám. 324.
Respecto a la tesis de probables intervenciones de maestros o tallistas bizantinos en alZahra, Torres Balbás escribió que “La desaparición del legendario palacio imperial de la
gran ciudad impide concretar el origen de bastantes elementos del arte cordobés y que
los escasos fragmentos de decoración marmórea descubiertos en fechas recientes al
excavar sus ruinas, son semejantes a otros del califato andaluz” (cita el autor la obra The
Great Palace of the Byzantine Emperors, 1949). Tal vez en ese y otros desaparecidos
palacios se encuentre la clave del fascinante decorado de arcos, dovelas, salmeres y
albanegas del “Salón Rico” que nosotros damos como la creación decorativa más
sobresaliente del califato cordobés, completamente ausente en Oriente y en Qayrawan.
Palacio Occidental
Este Palacio Occidental pegado a la muralla norte que protege la terraza más superior
debió ser tratado como palacete privado de personaje de la corte esta vez organizado
para la vida no oficial por lo que predominan salas alargadas con atajos cuadrados tal
vez en número de seis o de nueve (fig. 11, 1, 1-1), salas tripartitas presentes en derredor
del gran patio de los pilares (11) del plano 1 de la figura 3, además del palacio próximo
Figura 11. Palacio Occidental, 1, 2, 3, 4, 5, 6; Palacio Oriental, 7, 8, 9, 10
Fragmento de capitel de pilastra. Palacio Occidental, hallado
en los niveles de la terraza del “Salón Rico”.(1964).
a al-Zahra llamado Almunia de Rumaniyya estudiado por Velázquez Bosco, Manuel
Ocaña y Vallejo Triano (A). El palacete de al-Zahra de planta incompleta, según lo
descubrió Velázquez Bosco, tenía riquísimos decorados, muchos de ellos echados por
descuido como escombros a las terrazas inferiores entre los que había cimacios con
decoración visigoda esculpida que encontramos en niveles propios de la terraza del
“Salón Rico” (fig. 11-1, 1, 2, 3, 3-1). De ese palacio eran algunos capitelillos de mármol
de orden corintio, además de basas (fig. 11-1, 4, 5), el ábaco con epígrafe aludiendo al
reinado de al-Hakam II. En la figura 11 se detallan algunas excelencias decorativas del
palacio: 2, arco ciego decorado con dovelaje completo que pudo figurar acompañando a
otros en friso superior, por debajo de la techumbre; exquisitas las solerías imitando la
técnica de la taracea, de piedra y ladrillo con temas decorativos de origen bizantino (4),
técnica que H. Terrasse ve en fachadas de palacios bizantinos. Una rica pilastra de
enchapados de piedra arenisca sobre zócalo pintado de almagra (5), el esquema
geométrico propiamente bizantino o godo casando con los mencionados cimacios, en 52 de piedra del Conventual de Mérida y 5-3, del yacimiento de Segóbriga. De algunas
de las arquerías tal vez serían especie de
medallones en cuadrado con acantos en
estilo compacto (6) que pudieron ir
decorando enjutas o tímpanos de algún arco
principal tal como figura en una de las
puertas de la mezquita aljama de Córdoba de
la segunda mitad del siglo X. El centro de
semejante decorado adornado por interesante
florón de ascendencia bizantina-goda con
representación en la fachada de la mezquita
de las Tres Puertas de Qayrawan que
veremos en la figura 19 (D, 11).
Palacio Oriental de cinco naves
Salón oriental de cinco naves a la derecha de
la terraza inmediatamente superior a la del
“Salón Rico” (fig. 11, 7, 8, 9, 10); le
precede un gran patio en parte porticado. Las
cuatro arquerías de la sala de audiencias
formadas por arco medial y triples arcos a
los flancos, esquema propio de pórticos en
palacios hispanomusulmanes a partir del
siglo XII. Es dudoso si en las entradas de las
Figura 11-1. Cimacios procedentes de la terraza del Palacio Occidental, 1, 2, 3, 3-1 (1964); del mismo
palacio los capiteles 4 y 5 (1966). En los últimos años algunos decorados de este palacio han sido puestos
en el lugar de origen de la construcción. Cenefas A, de techo de la mezquita aljama de Córdoba; B, de
piedra de al-Zahra (1966); C, de la “Martorana” de Palermo, cenefa de puerta.
naves, al menos en la central, iría arco triple, el tribelón bizantino, tal como lo imaginó
Velázquez Bosco en su restitución (9) sin duda influido por arcos de la qubba de la
media naranja del palacio mudéjar de Pedro I en el Alcázar de Sevilla; otro esquema a
mencionar del mismo palacio sevillano es el (12) esta vez con tres ventanas decorativa
encima; en ambos casos el esquema modelo es bizantino (11) que pudiera haberse
aplicado lo mismo en este salón que en la entrada de la nave principal del “Salón Rico”.
Los arcos basilicales de (10) son obra de restauraciones llevadas a cabo por el arquitecto
Manzano Martos.
Figura 11-2. Basa
y capitel de piedra
arenisca del
Palacio Oriental
de Madinat alZahra (1966).
Dibujo de basas
de la mezquita
palatina. 1964.
Respecto a decorados de este maylis oriental las excavaciones de Velázquez Bosco
revelaron capiteles de piedra arenisca de orden compuesto o corintio labrados a trépano
y algunas basas completamente lisas (fig. 11-2); todo lo demás indicando severidad
ornamental, reiterada en las solerías de sencillas baldosas cuadradas de barro cocido,
también empleadas en zona de maqsura de la mezquita palatina, todo en contraste con la
riqueza atesorada en el “Salón Rico” con suelos al completo de mármol, lo mismo en
las viviendas con baños adjuntas. Como quiera que fuera ambos salones dedicados a
recepciones de primer y segundo orden. Mientras el segundo pudiera ser identificado
con el Maylis al-Sarqi- oriental-, tal vez también Dar al-Wuzara, según Vallejo Triano,
el de la cinco naves pudo ser el Dar al-Yund- del ejército. De lo que no cabe duda es
que las salas de recepción omeyas de Occidente eran de planta basilical, algún ejemplo
omeya oriental apuntado por Torres Balbás, del complejo palatino de Jirbat al-Minya
(Siria), el pórtico sencillo o triple bastante cerrado respondiendo a organización
bizantina frente a los ventilados pórticos hispanomusulmanes postcalifales.
Pórticos hispanomusulmanes. 1, 2, del “Salón Rico de alZahra: cinco arcos de herradura de igual luz al exterior,
dentro juego de tres arcos o tribelón bizantino y bífora a
uno y otro lado como entradas del Salón. D. Félix
Hernández se decidió por los cinco arcos del pártico en
1965. A, el esquema de tres arcos de igual luz con bífora a
los costados se da en el pórtico de iglesia bizantina de
Ernez (aunós) Fatih CAPII (s. XI-XII), según Cyril Mango
quien aporta otras plantas basilicales más afines a la del
“Salón Rico” (B), de Constantinopla y Tesalónica. 3, de
las naves del Palacio Oriental de al-Zahra: juego de arco
central con tribelón a cada lado, el primero de mayor luz,
modelo que viene del patio de la mezquita aljama palatina
(4, según restitución de B. Pavón), probablemente con
alfiz individualizado cada arco. El tribelón pasa a entradas
desde el patio de la Casa de Ya´far y la de la Alberca. A
partir del recetario expuesto se pueden explicar pórticos
hispanomusulmanes desde el siglo XI al XV: palacio
almohade de la Casa de Contratación del Alcázar de
Sevilla, pabellón norte del Generalife de Granada (6),
vivienda alta de la Qubba de Abencerrajes del Patio de los
Leones (5) y pórtico del Patio de Comares (7).
Como continuación de la ilustración anterior, los pórticos o
galerías del patio de la aljama de al-Zahra pudieron diferir
de las del patio de la aljama de Córdoba, ahora con tramos de
tres arcos iguales entre pilastrones (foto de la derecha),
reforma cristiana del s. XV-XVI),1 , de la segunda
ilustración; es muy probable como pensaba Félix Hernández
que las primitivas galerías fueran de tres arcos de herradura
agrupados y hasta se podía pensar en arcos con alfices
individualizados, los cimacios 4 y 7, aprovechados en las
actuales galerías, con mensullillas destacada para sostén del
alfiz, otro de la Capilla de San Bartolomé de Córdoba (6) y
los de la Casa de la campana (2) (3). Cimacio con mensulilla
destacada o pieza en forma cruz empleada en el oratorio
cordobés del siglo X (5). En el patio de la Gran Mezquita de
Qayrawan, los arcos del patio (s. XIII) lucen alfices (8)
Antes de pasar a analizar con mayor atención la decoración de al-Zahra no viene mal, a
título de orientación, recordar qué trazados de arquitectura califal de los descritos
pudieron pasar a palacios hispanomusulmanes tras la muerte de Madinat al-Zahra, tema
escurridizo ya que la arquitectura y toda la decoración hispanomusulmana a partir del
siglo XI padeció radicales y sorprendentes cambios y sofisticaciones que
desencadenaron los estilos por etapas: arte taifa, arte de la dominación almorávide y
almohade, arte nazarí de Granada del siglo XIII con paralelos en Sharq al-Andalus y en
Toledo, arte nazarí de los siglos XIV y XV y arte mudéjar del siglo XIII en adelante.
Me refiero a todo ello trayendo a primer plano alzados de portadas palatinas aquéllas
que a través de subterráneos ejemplos pudieran haber contactado con Madinat al-Zahra.
En la fig. 12: 1, 3, qubba del palacio granadino del Cuarto Real de Santo Domingo del
siglo XIII; 2, esta vez con sendas tacas, fachada de maylis principal de la Casa de
los .Gigantes de Ronda, vista por el interior, a la altura de las tres ventanas de medio
punto corre, bajo la techumbre, por todo el salón ancho friso decorado, esquema
reiterado desde temprana edad en Toledo, portadas interiores de tarbeas de la Casa Mesa
(5) y del “Taller del Moro” (8), las plantas de estos salones reflejadas en (9) y (10). La
portada (4) del palacio mudéjar de las Teresas de Écija , esta vez, como en el Cuarto
Real de Santo Domingo, con arcos ciegos en alto cubriendo todo el salón, reiterado este
tema en la qubba del Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla atribuido a Alfonso XI (6).
Nuevamente portaditas clásica colgada de ancho friso decorado, de la casa nazarí de los
Baños de la calle Real Alta de la Alhambra (7). En todos estos esquemas se manejan
alternativamente paredes decoradas y paredes completamente lisas. En la figura 13
aspectos palatinos: 1, del pórtico del pabellón norte del Generalife, de ancho friso en
Figuras 12 y 13. Portadas y frisos altos de palacios hispanomusulmanes y mudéjares actuales, siglos XIII y
XIV. La planta de sala tripartita 10 con modelo en salas del patio de pilares de Madinat al-Zahra, al igual
que las tacas. Fig. 13, pabellón norte del Generalife
alto de las paredes; 2, planta de este palacio, en el pórtico C, completamente abierto o
ventilado, el referido friso en alto, también en la sala B ancho friso de arcos ciegos
decorados al estilo visto en el palacio occidental de Madinat al-Zahra; en 3 sala o qubba
del Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla: juego de arcos decorados, paño
completamente liso y arriba friso de yesería de seguido con remate de ventanas
ricamente decoradas.
Decoración floral de Madinat al-Zahra
En primer lugar serie de cenefas entroncando con el decorado de vigas de la techumbre
adintelada de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II (fig. 11-1): A, cenefas de
vigas de madera del techo de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X; B, de piedra
de al-Zahra; C, de hojas de puerta de la “Martorana” de Palermo, s. XII. En la figura 14
otras cenefas estrechas del “Salón Rico” (A) (B), las restantes de palacios de las
terrazas superiores, anchas cenefas de la terraza del mismo Salón con margaritas de
cuatro o cinco puntas (C) (D) (E), y el plato califal floreado de siete pétalos de la ciudad,
la estrella G es de friso de patio de la mezquita palatina. Un raro simulacro de la lira
clásica se deja ver en una piedra arenisca de la terraza del “Salón Rico” en parte
reiterada en uno de los frutos de las arborizaciones de ese Salón (fig. 14-1, 1, 2).
También en los palacios se dieron algunos frisos de almenas denticuladas lisas o con
decoración esculpida (fig. 15, A, B). Las decoradas de (2) y de (3) de la mezquita
palatina (las señaladas con una X de la fachada del mihrab), todas precedidas del
modelo I, de palacio omeya de Jirbat al-Mafyar estudiado por Hamilton. No se ha
podido probar a qué tipo de programa arquitectónico de los palacios pertenecieron las
almenas reseñadas, en nuestro criterio debieron ser de remate de portadas principescas.
Piénsese por ejemplo en portadita de estuco del pórtico norte del Generalife de Granada
o en la misma ciudad portada de las casas de los baños de la Calle Real Alta de la
Alhambra y puerta adintelada de la madraza de la ciudad (C).
Figura14.Cenefas estrechas
de Madinat al-Zahra, Palacio
Occidental (1966); las anchas
A, B, C, D del “Salón Rico”;
F, plato de al-Zahra; G, de
friso del patio de la mezquita
palatina (1966). Para cenefas
de al-Zahra ver inventario de
El arte hispanomusulmán en
su decoración floral
y
Tratado III.
El tema de la lira clásica, 1; su
repercusión en fruto del “Salón
Rixo”, 2
Registro de arcos y almenas sobre puerta del
patio. Mezquita de al-Zahra.
Almenas de mosaicos de
Cartago (el Bardo)
Figura 15. Almenas decoradas de Madinat al-Zahra: en el apartados 2 y 3,
piezas de la mezquita palatina de remates de portadas exteriores y del
alminar; la X de fachada del mihrab de la mezquita. A y B, de palacios de alZahra (1966); 1, precedente omeya oriental (Hamilton). C, portada de yeso
del siglo XIV de la Alhambra con remate de almenas decoradas. Ver B.
Pavón, Las Almenas decorativas hispanomusulmanas. La almena B mide
0.30 m. de base por 0,40 m de altura. Referente a las almenas de la mezquita
de al-Zahra todas representadas
y clasificadas en la Memoria de
excavación…de ese autor.
Figuras 16 y 17. Unidades florales del arte del Islam en general. Señas de identificación se rige por las letras iniciales de
países o ciudades, la letra M= Madinat al-Zahra, C= Córdoba, Q=Qayrawan, T=Tudela.
Otra cuestión es nuestra analítica de las diferentes unidades vegetales que concurrieron
en los programas decorativos de los palacios de al-Zahra y de la mezquita aljama de
Córdoba que presentamos por vía de síntesis en las figuras 16 y 17, la segunda con
modificaciones añadidas a la primera. La lectura de estilo y procedencia indicada por
letras nos llevará a sacar del anonimato el complejo mundo floral que atesora nuestra
ciudad palatina: letras B (bizantino), C (mezquita aljama de Córdoba); M (Madinat alZahra); Q (Gran Mezquita de Qayrawan); R (Roma) OR (Oriente); S (Samarra); T
(mezquita mayor de Tudela); V (visigodo). Friso inferior de la figura 16: 1, estucos de
Samarra; 2, palacio omeya de Jirbat al-Mafyar; 3,
Gran mezquita de Qayrawan, las restantes de
Madinat al-Zahra. En (8) mosaico de la maqsura de
la mezquita aljama de Córdoba; X, un precedente
clásico. Para la figura 17 el añadido de los registros
inferiores:
cenefas
de
Madinat
al-Zahra
coincidiendo a veces co la mezquita de Qayrawan
(letra C), mezquita decoración de Susa del siglo IX
(letra S). Se observa en ambas tablas un porcentaje
bastante elevado de la letra Q (Gran Mezquita de
Qayrawan) sin duda influencia mutua entre esa
ciudad y Córdoba en los siglos IX y X.
Figura 18. Mosaicos de la mezquita aljama de Córdoba (1, 2) y
sicilianos de la “Martotana” de Palermo (3, 5, 6); el 4 de la
catedral de Monreale. 7, de estuco de la maqsura de la
mezquita aljama de Córdoba; 8, catedral de Palermo. Ver
ilustración siguiente.
Una ultima revisión de las decoración de mosaicos de iglesias del siglo XII de Palermo
da ocasión para aumentar el repertorio de las anteriores dos figuras. Figura 18: 1, 2, de
la cúpula de la qubba central de delante del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba de
al-Hakam II; 3, 5, 6, mosaicos de la “Martorana” de Palermo; 4, mosaicos de la Catedral
de Monreale; El rosetón 7 de la mezquita cordobesa del siglo X, reiterado en el exterior
de la catedral de Palermo (8).
Rosetones. A, B, estucos de la
parte superior de la qubba de
delante del mihrab, mezquita
aljama de Córdoba del siglo X,
inédito en al-Zahra. C, rosetón
de la fachada de la catedral de
Palermo
La figura 19 con nuevas unidades florales como ramificaciones de las de figuras
anteriores: 62, 63, de mosaicos zona de maqsura de la mezquita de Córdoba; 64, de la
mezquita mayor de Tudela del siglo X; los dibujos 1, 2, 3 del apartado A (motivo
clásico, 1, 2; 3, de la maqsura de la mezquita de Córdoba). Aparto B, tipo de florón de
ocho seis y cuatro vegetales dispuestos radialmente y destacados al exterior: 1, persa
sasánida de Ctesifón (Creswell); 2, palacio omeya de Maxatta; 3 de Samarra; 4, de
Madinat al-Zahra; 5, mezquita aljama de Susa (Lézine); 6, mosaicos de la maqsura de la
mezquita de Córdoba y de la Capilla Palatina de Palermo. Apartado C. Unidad de doble
palmeta con apéndice floral invertido dentro de figura acorazonada: 1, cuatro motivos
del arte bizantino; 2, mezquita al-Aqsa de Jerusalén (Creswell); 3, palacio omeya de
Figura 19. Unidades florales básicas de Madinat al-Zahra y la
mezquita aljama de Córdoba. Orígenes y evolución, tabla de B.
Pavón (2009).
Figura 20. A, palmetas digitadas con arillos. B, vegetal
almendrado con semipalmeta de tres puntas.
Jirbat al-Mafyar (Hamilton); 4, de Samarra; 5, de la Gran Mezquita de Qayrawan; 6,
mezquita mayor de Tudela; 7, palacio de la alcazaba de Almería, s. X (Cara
Barrionuevo); 8, 9, zona de maqsura de la mezquita aljama de Córdoba; A, de relieve
bizantino de Nicea. Sin localizar en Madinat al-Zahra. Apartado D. Florón de vegetales
en número de cuatro seis y ocho radialmente dispuestos con carácter introvertido de
tradición bizantina: 1, visigodo de la Alberca (Museo Arqueológico de Murcia); 2,
piedra visigoda de Mérida; 3, visigodo de Saamasas (Schlunk); 4, piedra preislámica del
Museo de la mezquita aljama de Córdoba; 5, 7, de palacio omeya de de Jirbat alMafyar (Hamilton); 6, palacio omeya de Mxatta; 8, 9, fachada de la mezquita de Tres
Puertas de Qayrawan; 10, de pintura de la iglesia mozárabe de de Santiago de Peñalba
(paralelo de mosaico de la catedral de Monreale); 11, piedra de palacio del príncipe
Hisam de Madinat al-Zahra; 12, mosaico de Mansura de la mezquita de Córdoba; 13,
pinturas de la Capilla Palatina de Palermo. El añadido C de mosaico de la catedral de
Monreale.
Nueva perspectiva de orden floral ofrecen dos prototipos de la figura 20: las llamadas
palmetas digitadas arriba y motivo vegetal de forma almendrada o de lágrima que
incluye palmeta de tres puntas. Origen y evolución de la palmeta digitada con arillos
intermedios, el origen según propuesta de G. Marçais en A extraída de Madinat alZahra; B, evolución según piedras de al-Zahra y del Museo Arqueológico Provincial de
Córdoba; C versión nueva de Madinat al-Zahra (“Salón Rico”); D-1, de marfiles
califales: 1, 3, 4, de palacio de la almunia cordobesa del Alcaide; 2, 5, 6, 7, Madinat alZahra. Palmetas digitadas sin arillos: E, G, F, H, de Madinat al-Zahra; D-3, de la
mezquita aljama de Córdoba; D, palmeta clásica de Roma.
Figura 21. Unidad floral en forma de almendra o lágrima con vegetales
pareados en Madinat al-Zahra. Orígenes y evolución.
Figura 21-1. Unidad floral formada por tres o cinco
puntas en Madinat al-Zahra. Origen y evolución.
Detalles de las figuras 21 y 21-1
Logotipo de forma almendrada o lágrima con vegetal o palmeta de tres puntas incluida.
En A, motivo de mosaicos de la Capilla Palatina de Palermo y de la catedral de
Monreale; B, plato abbasi (s. IX-X) (Pope, A survey of Persian); C plato de Samarra; 1,
2, 5, de cerámica de Madinat al-Zahra; 6, plato fatimi (Lane); 6, cerámica de
Samarcanda, s. IX (Lane); 7, estuco de la mezquita de Nayin (Flury); 9, ala de ave de
cerámica de al-Zahra; 10, jarrón de Samarcanda; 11, cerámica de Mesopotamia (Lane);
11, cerámica de Egipto, siglo XI (Lane) 14, plato iraní del siglo X (Charleston).
Sorprendentemente este motivo, adelantándose a Madinat al-Zahra, figura en piedra de
la Gran Mezquita de Qayrawan
Nuevo prototipo de forma almendrada o de lágrima con sendas palmetas digitadas, en
realidad cabría hablar de forma de bulbo o bulbosa de vieja tradición romana- bizantina
(figura 21). Hasta llegar a los vegetales propios de Madinat al-Zahra y de la mezquita
aljama de Córdoba (del número 30 al 62) los precedentes marcados por los número
anteriores (extraídos de El arte hispanomusulmán en su decoración floral). Del 1 al 6,
mosaicos de Timgad, Argelia (Germain, Les mosaïques); 7, 8, capitelillos de libro
miniado bizantino; 9, 10, mosaico de Dejemila; 11, tejido copto (Wessel, L´art copte);
12, sasánida; 13, Gran Mezquita de Qayrawan; 14, mosaico de Timgad; 15, pintura de
techo del siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan; 16, metal sasánida (Sarre, Die
kunst); 17, mosaico de la Qubbat de la Roca (Creswell, Early Muslim, I); 18, bizantino
(A. Grabar, Sculpture); 19, bizantino, trono episcopal de Torcello; 20, tipo Madinat alZahra; 20-1, Qubbat de la Roca (Creswell); 21, mezquita mayor de Susa, s. IX (Lézine,
Deux villes d´Afriqiya); 22, de Jirbat al-Mafyar (Hamilton, Khirbar al- Mafjar); 23,
pretil de San Miguel de Peñalba, mozárabe; 24, pretil de San Miguel de Escalada; 24-1,
tejido sasánida (Fister, Le rôle); 25, Jirbat al-Mafyar; 26, mezquita de Ibn Tulun
(Creswell, Early Muslim, II); 27 capitelillo de Evangeliario bizantino y capiteles de
piedra bizantinos; 28, mosaicos de Timgad; 29, 30, de la maqsura de la mezquita aljama
de Córdoba. Nuevo apartado para la figura 21-1 con unidad vegetal descendiente del
viejo tema del loto de la Antigüedad. Unidad decorativa formada por dos hojas
remontadas por una, dos o tres puntas más, muy diversificada en Madinat al-Zahra
sobre todo en el decorado del “Salón Rico”. Su presencia se afianza en los marfiles
califales y de principios del siglo XI: 0, romano, de terra sigilata; 1 al 6, Madinat alZahra; 6 de capitel califal; 7 al 9, Madinat al-Zahra; 10, jamba del mihrab de la
mezquita aljama de Córdoba; 11 al 16, Madinat al-Zahra; 18, 19, yeserías taifas de
Toledo; 20-1, Madinat al-Zahra; 10-2, mezquita califal de Córdoba; 20-3, Madinat alZahra; 21, capitel de Madinat al-Zahra; 22, marfil califal; 22-2 y 22-3, zona de maqsura
mezquita de Córdoba; 23 al 28, Madinat al-Zahra; 29, zona maqsura mezquita de
Córdoba; 31, 32, Madinat al-Zahra.
En este análisis pormenorizado de la flora de al-Zahra no podía faltar una unidad
decorativa muy prodigada tanto en la ciudad palatina como en la mezquita aljama de
Córdoba del siglo X. Me refiero a logotipo vegetal, palmeta, hoja, a veces fruto, en que
intervienen dos o más disquillos o botones punteados. Figura 22 : 1 al 3, Qubbat de la
Roca (Creswell); 4, Jirbat al-Mafyar (Hamilton); 4-1, iglesia de Monasterio de Chora,
bizantino (Lepage, L´ornamentation); 5, tablero visigodo de Salamanca; 5-2, la Zisa de
Palermo; 5-3, estuco de Qasr al-Hayr (O. Grabar, City); 6 al 11-2 y 11-5, Madinat alZahra; 11-3, canecillo mudéjar; 11-6, de la mitra de San Valero; 11-3-1, modillón de
Qasr al Hayr (O. Grabar, City); 12, copto; 13, 14, bizantino (A. Grabar, Sculpture); 15
capitel cordobés de la casa de la calle Agustín Moreno; 16, capitel califal de Segovia
(Mus. Arq. Nacional); 17, jamba del mihrab, mezquita aljama de Córdoba; 18, “Salón
Rico” de Madinat al-Zahra; 19, jamba del mihrab, mezquita aljama de Córdoba; 20 al
27, Madinat al-Zahra ; 28 Qubbat de la Roca (Creswell); 29, 34, mezquita aljama de
Córdoba; 30 al 32, Madinat al-Zahra; 33, de mosaico Qubba mezquita aljama de
Córdoba; 35, basa granadina; 36 al 40, Madinat al-Zahra; 41, 42,yeserías toledanas,
Alcázar de Sevilla. A, decoración de la almunia del Alcalde, Córdoba.
Figura 22. Vegetales convencionales con dos o más arillos o
botones, tabla publicada en 1981 y 2004
La figura 22-1 dedicada a especie de
corona vegetal de dos y tres puntas
que se aplica mayormente a coronas
del cesto de capiteles clásicos y
algunas basas. Mi criterio es que este
prototipo viene de capiteles clásicos
(fig. 22-1, A), si bien Torres Balbás
lo localiza en estucos de Samarra (fig.
22-1, B) con la siguiente lectura: A y
B, detalles de yeserías de Samarra
del siglo IX, C y D de yeserías de la
mezquita aljama de Córdoba y E y F
Figura 22-1. Coronas vegetales. A) versión de
B. Pavón; B) versión de Torres Balbás
de basas de Madinat al-Zahra. La lectura de mis dibujos del apartado A es la siguiente. 1,
de capitel antiguo aprovechado en la mezquita aljama de Córdoba; 2, de capiteles
griegos y romanos; 3, capitel califal de, Córdoba; 4, de la maqsura de la mezquita de
Córdoba; 5, de enchapaduras de Madinat al-Zahra; 6, yeserías de la maqsura de la
mezquita de Córdoba; 7 al 10, Madinat al-Zahra; 11 y 12, maqsura de la mezquita de
Córdoba; 13, capitel del Mus. Arq. Prov. de Córdoba; 14, pilastra de mármol de
Madinat al-Zahra; 15, de Samarra; 16, mezquita de Nayin (Flury); 17, Samarra; 18 y 19,
mezquita de Nayin; 20, capitel árabe toledano; 21, maqsura de la mezquita de Córdoba;
22, Samarra; 23, visigodo portugués (Almeida, Arte visigotica); 24, yesería maqsura de
la mezquita de Córdoba.
Por conclusión, en atención a la decoración no se dan en el Islam edificios tan
cosmopolitas como los de Madinat al-Zahra, concurre en ellos todo el orbe árabe o
cristiano de la cuenca del mediterráneo, bien instaladas la tradiciones bizantina y goda
con participación tardía de oriente islámico, adelantándose a ella la presencia del arte
aglabi de Qayrawan.
El hom o árbol de la vida
Dos tableros del
muro de la nave
izquierda, mitad
sur, del “Salón
Rico” (1966).
En el “Salón Rico” y habitaciones de la Vivienda de Sa´far de al-Zahra, tal vez también en el Palacio Occidental, la estética vigente en
pleno reinado de Abd al-Rahman III era cubrir las paredes en su tercio inferior, a modo de zócalo, con tableros decorados con el árbol de la
vida, cada tablero con desarrollo de tallos y hojas diferentes. Con ello se planificaba una especie de jardín sofisticado y convencional cuyo
significado sacro o profano ningún cronista árabe de la época se encarga de despejar, tradición que pasa a los palacios taifas del siglo XI a
través de tableros y jambas transportables. La densidad de la decoración de primer término, a la manera de Maxata o Samarra, sin fondo
reconocible, resulta tan densa o apretada que se ha hablado del “horror vacui” extensible a todo el Islam. Los poetas nazaríes de la
Alhambra hubieran dicho maravillas de estos engendros paradisíacos, sí las dijeron de los parietales de Sala-Qubba de Dos Hermanas del
Palacio de los Leones: “Yo soy el jardín …”, “ ni hemos visto un jardín que encante más por su belleza…”. Vallejo Triano ha hablado de un
jardín de piedra por continuación del jardín real de las cuatro albercas del exterior de al-Zahra. El despiece en tabletas apaisadas de los
tableros adheridas por yeso a la pared es una técnica que pasó a las yeserías postcalifales. Las unidades florales de estos tableros en parte
estudiadas en El arte hispanomusulmán en su decoración floral, B. Pavón, 1981 (Tabla X, con el título de “vegetal bulboso, cerrado,
abierto o con talle-eje), y sobre todo en Chr. Ewert, 1987, “Los elementos decorativos…”
Figura 23. Orígenes y evolución del árbol de la
vida.
Figura 25. Más ejemplos de árboles de la vida.
Definitivamente establecido en las paredes del “Salón Rico” de Madinat al-Zahra, sin
precedentes cordobeses conocidos, básicamente asentados en paños rectangulares (fig.
5) y jambas de arcos con el añadido de las jambas del arco de mihrab de la mezquita
aljama de Córdoba de al-Hakam II como rúbrica de la principalidad del prototipo de
esquema que nos ocupa, tal vez con algún oculto simbolismo de orden religioso
insinuado por la arabista Isabel Fierro. Este papel protagonista fue difuminándose hasta
perderse tras el siglo XI. Pero no hay que olvidar que el tallo eje queda en el arte árabe
como principio de simetría de toda composición floral, de ahí en parte la elevada
difusión alcanzada por el mismo en todo tipo de obras y materiales: un eje tallo con
ramificaciones organizadas con perfecta simetría a uno y otro lado, a veces sustituidas
por zoomorfos y personas sobre todo en las artes menores y pinturas como veremos en
otro lugar. Pero tal simetría les vino dada a los árabes por tradiciones artísticas
anteriores encabezadas por la misma Roma, por exagerado que esto pudiera parecer. No
hay que olvidar que en un elevado porcentaje la decoración que venimos viendo en
Madinat al-Zahra es francamente clásica, el reiterado acanto en sus más diversas
manifestaciones, el concepto de los soportes, fustes, basas, capiteles y cimacios, pues
realmente estamos como algún autor ha señalado ante una explosión renacentista que
acapara por la vía bizantina formas clásicas de todo género. De ahí que no resulte del
todo temerario traer aquí por cabeza el
decorado axial del Ara Pacis de Roma (fig.
23, 1) seguido del bajorrelieve del Palacio
Mattei (2) o el esquema bizantino oriental (3)
publicado por R. W. Hamilton; del arte
sasánida es el prototipo (4) (Schmidt,
Figura 24. Tablero con árbol de hojas
naturalistas del testero del “Salón Rico”.
El árbol de la vida. 1, del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba; 2 tablero o jamba
relacionado con el “Salón Rico” y sus unidades florales; 3, 4, 5, tableros del mismo Salón
L´éxpedition). En lo omeya oriental lúcida representación del árbol en estuco de Qasr alHayr, Siria (5) muy esquematizado en la Gran Mezquita de Qayrawan (6, G. Marçais),
mezquita de al-Azhar (Creswell) (7) y representación de manuscrito bizantino (8). La
arborización sasánida 8-1 traída a cuento por Kühnel como precedente de la jamba (9)
de la terraza del “Salón Rico” de Madinat al-Zahra. Este desfile de ejemplos encontró
eco en el arte carolingio, ábside de Germigny-des- Pres (10) (Jean Hubert).
Últimamente Bernabé Cabañero trae posibles precedentes de los árboles del “Salón
Rico” extraídos de la Europa de las invasiones, siglo Vy VII, sarcófagos de Museo del
Louvre (A) de Madinat al-Zahra, 4, 1999), otro de San Braulio de Soissons (C) y
bajorrelieves cristianos hispanos utilizados por Kühnel para explicar nuestros primeros
atauriques y zoomorfos (B). Ni que decir tiene que las representaciones del “Salón
Rico” se ciñen a elucubraciones arboreas que tratadas en estilo exageradamente
compacto se alejan bastante del naturalismo un tanto primario de las muestras galas
acabadas de relatar, las hojas de parra e incluso frutos de fácil identificación sólo
presentes en las enchapaduras del arco del fondo de la nave central (fig. 24) y juego de
granadas muy realistas de otro tablero muy fragmentado del Salón. Estos paños de
enchapaduras registrados también según Vallejo Triano en la Casa de Ya´far de
lujosísimo porte decorativo. Obsérvese qué grado de sofisticación alcanzan los árboles
de al-Zahra y de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X (figs 5, 1, 2 y 25, 6, 7, 8),
frente al esquematismo de las siguientes representaciones de esta última figura. Como
principio del arte visigodo el tema (1) (María Cruz Villalón); en la parte alta de la
Qubba de delante del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan el (2), arbolillo
dibujado dentro de arcos, como en el mihrab de la aljama de Córdoba del siglo X (10,
14) que antes vimos en Germigny-des- Pres, la misma acomodación de arbolillo en pila
cordobesa de tiempos de Almanzor (17). Del interior del mihrab cordobés el más
sofisticado (16). De la Puerta de San Esteban del siglo IX de la mezquita de Córdoba el
(4) y del mismo tiempo el capitel cordobés (5). En Madinat al-Zahra estos arbolillo se
dejan ver en distintas piezas arquitectónicas: almenas decoradas de la mezquita aljama
( 9), piezas o tabicas de aleros de la terraza del “Salón Rico” (11) (12), cenefas anchas
dela misma procedencia (15), la 13 de modillón de alero de piedra de la mezquita
mayor de Tudela.
En la figura 26 tableros 1 y 2 del Palacio Occidental y otras cenefas, 4, 5 del “Salón
Rico”; la cenefa A del Museo Copto de El Cairo. Y como cierre de los presentes
apartados una preciosa jamba de la terraza del Salón Rico que hace años publicó L.
Golvin (fig. 26, 6) (en Al-Andalus, XXV, 1960), da dibujo completo de la misma,
restituida la pieza. Tiene cenefa con trenzado clásico exterior arriba y debajo,
composición central de exquisito arte y técnica, árbol de la vida bastante amanerado con
las clásicas cornucopias abajo reiteradas en varias enchapaduras de piedra arenisca (7,
del Mus. Arq. Prov. De Córdoba), insistiéndose en los vegetales intercalados de forma
almendrada o de corazón, piñas y por novedad vegetal de tres puntas y largo pedúnculo
rizado, tema reiterado en la Gran Mezquita de Qayrawan y en la mezquita mayor de
Tudela (ver figura 64). Golvin pensaba si esta pieza se inspiraría en maderas o marfiles
o si sería pieza importada de Damasco o Bizancio, lo cual nos parece improbable dada
la afinidad de la pieza con las arborizaciones de piedra arenisca que estaban surgiendo
en el “Salón Rico”. Mi criterio es que este precioso mármol fue ejecutado junto con los
de la figura 26-1 alguno del reinado de Al-Hakam II, cuando se renovarían los baños
palatinos a los que pertenecían, aunque Vallejo Triano se los atribuye a Abd al-Rahman
III dada la manifiesta afinidad de algunos de ellos con piezas decorativas aparecidasdice este autor- en la almunia de al-Rumaniyya (fig. 26-1). Vallejo Triano reproduce
la pieza de la figura 26 incompleta por la parte inferior (La ciudad califal de Madinat
al-Zahra…, fig. 368). En ese fragmento que falta
Mª Antonia Martínez Núñez ha leído una
cartelilla con la inscripción : ´amal Badr alrajjan ´abdi-hi (obra de Badr el marmolista, su
siervo) (ver apartado de decoración epigráfica de
este estudio).
H. Terrasse, gran conocedor de nuestros
decorados hispanomusulmanes, en sus trabajos
encabezados por síntesis vertida en “La
formation de l´art musulman d´Espagne”
(Cahiers de civilisatiom médiévale), ha escrito
orientadoras y muy precisas líneas al respecto.
Acepta incorporar el repertorio floral de alZahra en el amplísimo de la cristiandad helénica
Figura 26. Cenefas anchas del Palacio Occidental,
1, 2; (1966); de la terraza del “Salón Rico”, 3, 4, 5
(1966); A, cenefa de arte copto; 6, mármol
decorativo de vivienda del baño aneja al “Salón
Rico” (publicado por B. Pavón (1990) y Vallejo
Triano, 2010); 7, piedra con cornucopia del Mus.,
Arq. Prov. de Córdoba. Para el tablero 6 ver figura
64. Este tablero mide 70 cm. por 40, cenefa de
trenzado, 10 cm.
Figura 26-1. Cuatro mármoles aparecidos en
la vivienda de los baños aneja al “Salón
Rico” (1966) con escala. El segundo con
inscripción aludiendo a al-Hakam alMustansir (A. Martínez Núñez), si bien otros
mármoles de este estilo lo dan a Abd alRahman III. Estos mármoles reproducidos
por B. Pavón en 1969, 1981,1990 y 2004; 5,
otros restos de la misma procedencia.
;
y de Bizancio, mediante un proceso de
descomposición y de recomposición
lejos de toda fuente naturalista,
reconociendo que en la escultura
bizantina del siglo IV se encuentra ya
más de una forma de detalle de alZahra. En el mundo artístico de la
línea helenística y de Bizancio como
en el Islam primitivo los ornamentos
florales se componen siguiendo
esquemas cada vez más geométricos,
las formas de detalles siempre son
muy próximas, idénticas algunas veces, línea que pasa por la mezquita de al-Walid de
Damasco y maderas esculpidas de la mezquita de al-Aqsa de Jerusalén. Para Madinat alZahra reconoce un primer estilo dentro del cual estaría la mezquita palatina,
síguiéndole el del “Salón Rico” que pasa a la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam
II. En mi criterio todo el arte del Califato cordobés está organizado y afectado hasta en
los más mínimos detalles por el arte bizantino que desde el siglo VI pasa a las
siguientes centurias con estación obligada en las construcciones sículo-normandas de
Palermo en las que aún se reconocen formas florales de Madinat al-Zahra y de las
mezquitas cordobesas del siglo X.
Pila de mármol de la vivienda de los baños de la terraza
del “Salón Rico”, estudiada y reproducida por R, Castejón
(Al-Mulk, 1964-65) y B. Pavón (influjos occidentales,
1968). La imagen primigenia de pila y saleta acabadas de
excavar en los años 40 del pasado siglo la da Vallejo
Triano (La ciudad califal, lám. 32 y 193). Pila gallonada
por el interior, decoración de aspecto visigodo, tal vez
importada según otras versiones. La especialista en arte
visigodo María Cruz Villalón se fija en el tallo que recorre
la base de la pila que manifiesta que junto a la mas
caracterizada ornamentación de al-Zahra coexistió otra
tendencia más naturalista manifiesta- dice- en la cerámica
de la ciudad palatina y que debió existir con anterioridad.
El tema de los aleros de piedra y techos de Madinat al-Zahra.
Figuras 27 y 28. Sobre los aleros y techos de Madinat al-Zahra
En diversas publicaciones me he ocupado de miembros de piedra y de madera de aleros
y techos hispanomusulmanes, bien entendido que de la madera en la ciudad palatina no
apareció rastro alguno (en la mezquita todo lo aparecido fue pasado por el fuego del
siglo XI) por lo que en este terreno habrá de andar con mucha cautela. Félix Hernández
para cubrir las naves del “Salón Rico” tuvo
que recurrir a los techos adintelados de las
naves de la mezquita aljama de Córdoba de
al-Hakam II (fig. 28, 2) ya empleados en la
Gran Mezquita de Qayrawan del siglo IX
seguida de la del siglo XI (fig. 28, 1), sólo
que aquí las vigas de una y otra techumbre
son soportadas por canes volados, esquema
reflejado en el siglo XII en la techumbre de
San Millán de Segovia, en madera (fig. 28,
3). Volviendo a la figura 27, en la terraza
del “Salón Rico” aparecieron los miembros
de bello alero de piedra, modillones de
perfil de proa con ganchos bajo dibujo de
nacela, la proa avenerada (1) (4), allí mismo
cobijas (2) y tabicas (fig. 25, 11, 12) del
mismo material que permitieron restituir un
alero (fig. 27, 6), con ayuda de otra cobija
Figura 29. Fachada de la puerta de San Esteban,
mezquita de Córdoba; 2, Techitos adintelados.
Galerías del Patios de los Leones. Alhambra.
Figura 27-1. Cobija de alero de piedra. Alcazaba
de Málaga,
encontrada en la alcazaba de Málaga (fig, 271). Sobre los modillones y tabicas corren
cintas estrechas con decoración vegetal de
hojilla de tres puntas y hojilla simple
alternadas (2-1) de inspiración clásica,
también vistas en los techos comentados de la
mezquita aljama de Córdoba y techos del
siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan, de
clara influencia cordobesa. Precisamente en
Ifriqiya, concretamente de la mezquita mayor
de Susa, A. Lézine dibujó un saledizo como el de los modillones de al-Zahra (9),
repetido en miembros de madera del Museo del Ribat de Monastir (11); otro canecillo
sin decorar de esta estirpe de la misma al-Zahra, terraza del palacio occidental (8). Los
modelos 1 y 2 de aleros, a los que se suman las piezas de (12) algo simplificados
pasaron a ser útiles como ménsulas o impostas de arcos tanto de al-Zahra como de la
mezquita aljama de Córdoba del siglo X (10) (12) (13). El perfil de proa generalizado en
modillones y canes de piedra y madera a lo largo del arte hispanomusulmán y mudéjar:
de la Alhambra las piezas 13, 14 16; en una de las puertas de Salé la ménsula 15.
Distinto formato se aplicó a los saledizos de los siglos IX y XI reconocidos en la ciudad
de Qayrawan, según dibujos de G. Marçais (A-1) (17). Acerca del modelo de los
modillones del “Salón Rico” nuestro dibujo A de la figura 27 prueba su ascendencia
romana, añadido de puntos para el perfil aquillado árabe.
Creo que la teoría más acertada acerca de los techos de los maylis de la ciudad palatina
de Córdoba debe venir de modelo de cubiertas registradas en los palacios de los reinos
de taifas, concretamente Toledo donde la corte de al-Mam´un lució galas decorativas
de todo género de cuño cordobés hasta tal punto que se puede decir que la Toledo taifa
era más cordobesa que la decoración cordobesa del siglo XI, sin duda por traspaso de
alarifes o talleres de la metrópoli andaluza a las riberas primero del Tajo y luego del río
Ebro con la Aljafería de Zaragoza por modelo. En este sentido se puede esquematizar
una de las salas principescas de Toledo (fg. 28, 4) en atención a los frisos de madera o
aliceres con decoración de medallones
lobulados en serie copiados de frisos de
piedra aparecidos en la sala reposo o de
las cuatro albercas de la terraza del “Salón
Rico” de al-Zahra. Sobre tales aliceres
irían
las vigas apoyadas en canes
saledizos formando estructura adintelada
muy del estilo de la cubierta segoviana (3)
de San Millán o de los adintelados de
palacio supuestamente del siglo XI del
Temple de Toledo estudiados últimamente
por Bernabé Cabañañero Subiza y Valero
Herrero Ontañón.
Respecto al alero del “Salón Rico” mi
teoría es la siguiente: descartada la lógica
ubicación del entramado de encima de
portada palatina, a imitación del alero del
siglo X de la portada de San Esteban de la
Figura 30. Decoración geométrica
básica de Madinat al-Zahra
mezquita aljama de Córdoba (fig. 29, 1), queda por averiguar si esta estructura de piedra
serviría de apoyo de la cubierta de madera adintelada, un modillón por cada viga, según
referente visto en el dibujo qayrawaní 1 o el 3 de San Millán de la figura 28. Cubiertas
mitad de piedra mitad de madera puede verse ya en algunos templos basilicales
bizantinos cual es el ejemplo publicado por Cyril Mango del templo de Qalb-loze (s. VI)
en nuestra figura el dibujo 6: los soportes en que descansan las vigas de madera
desaparecidas son colgadizos de piedra. Si se aplica esta teoría a Madinat al-Zahra
obtendríamos los esquemas 7 y 8 que vienen a coincidir con la techumbre de una de las
salas de honor de la Aljaferia de Zaragoza (5) (9): pies derechos colgados por soportes
de vigas según teoría de Bernabé Cabañeros que en el siglo XIV tuvo réplica en los
techos de las galerías del Patio de los Leones de la Alhambra (fig. 29, 2). Ya Torres
Balbás introdujo en la teoría de la cubierta aljafereña uno de los aleros de madrazas
marroquíes del siglo XIV (fig, 28, 11).El esquema 10 es de pasadizo de puerta de la
mezquita cairota de Ibn Tulun que Gómez-Moreno y Félix Hernández estudiaron como
obra andaluza exportada.
Decoración geométrica
Figura 30. 1. Series de grecas y svásticas clásicas en cenefas estrechas y anchas (1, 5, 6,
8, 9, 10 11, 12); 2, serie de cruces y rombos de lados escalonados o ajedrezado de
tradición bizantina; 3, temas geométricos pintados sobre estuco de la terraza del “Salón
Rico”. 4. Serie rombos de lados rectilíneos y estrellas de ocho puntas de tradición
sasánida-abasí. Los esquemas (7) y (13) de pintura sobre estuco. Estos esquemas muy
semejantes a relieves tuluníes de origen mesopotámico encontrados en Fustat de El
Cairo) como probó G. Marçais en su Architecture musulmane d`Occident. Los frisos de
ajedrezado y de svásticas, según Torres Balbás, serían de la parte alta de las
habitaciones.
Figura 31. El tema de las svásticas en el arte copto (33) y Olimpia (34), los restantes de
Córdoba y de Madinat al-Zahra; (1), de la mezquita de la ciudad palatina y (2),
tímpanos de arcos de puertas exteriores del mismo oratorio. Figura 32 todavía con el
tema de la svástica de piedras procedentes del palacio occidental siguiendo tradición
antigua (1), si bien Félix Hernández utilizó estas piezas como decoración de alfices de
los arcos de las entradas laterales del “Salón Rico”, el mismo dibujo pero sin svástica lo
vio Gómez-Moreno en obras de la Antigüedad; el (2) de la misma procedencia con
cuadrados y hexágonos formando trama de octógonos con guarniciones florales. Figura
33, sobre la decoración de octógonos en la Antigüedad y palacios árabes ver Tratado de
arquitectura hispanomusulmana, III (p. 99); de esta obra es el esquema 1 de la
presente figura, la parte superior de mosaicos de Itálica y de la casa romana de la
Figura 31. Geométrico de al-Zahra: 35, 36,
37, 38. Los arcos de 30, tímpanos de
puertas de la mezquita palatina (1966). 33,
de arte copto; 34, decoración clásica de
Olimpia.
Figura 32. Dos frisos del Palacio
Occidental (1966).
Figura 33. El origen cordobés de la
trama del techo plano de la Capilla
Palatina de Palermo, 2, 3; 1, mosaico de
Itálica y de la casa de las Cascadas de
Túnez y piedra omeya de Córdoba
(parte inferior); A, piedra cordobesa; B,
de friso de la mezquita de al-.Zahra
(1966).
Cascada de Túnez, la parte inferior de piedra califal cordobesa, prácticamente dos partes
de un mismo esquema geométrico, los animales de la pieza romana sustituidos por
rosetas y estrellas de ocho puntas en la parte árabe; A, piedra árabe cordobesa con el
referido esquema. Este sin duda por vía hispana se utilizó en la trama del techo plano
del siglo XII de la Capilla Palatina de Palermo (2) (3). En (B) otros elementos de trama
de octógonos exhumados en la mezquita aljama de Madinat al-Zahra.
Figura 34. Celosías de piedra arenisca, ciegas o caladas, encontradas en la terraza del
“Salón Rico”, zona del pórtico (1, 3, 4, 19); la 2 del palacio occidental. Pudieron
pertenecer a celosías de ventanas sobre arcos. La 3, restituida con precedentes
bizantinos y paleocristianos que anuncian celosías de la mezquita aljama de Córdoba del
siglo X, en ella se da por primera vez en Córdoba el lazo de 8 que aparece muy
cambiado a título de celosía en la parte alta de la Qubba de delante del mihrab de la
mezquita de Córdoba (fig. 34-2, 3); la (4) formada por cintas adornadas de disquillos
que dibujan esquema de estrellas de ocho puntas y crucetas también como preludio de
celosías de la mezquita de Córdoba. La celosía 19 con medallones de cuatro lóbulos
entrelazados en paralelo con esquema del minbar del siglo IX de la Gran Mezquita de
Qayrawan (20) (21) con libre versión en pinturas del techo del siglo XI de esta mezquita
(22, según G. Marçais). La trama (B) del pórtico del “Salón Rico” copiada con variante
en maderas de la techumbre del siglo XI-XII de San Millán de Segovia, según Bernabé
Cabañeros. Exquisita por su trabajada elaboración y selecta trama geométrica es la
celosía (1), medallón de cuatro puntas trilobuladas dentro de círculos anudados.
Novedoso es el medallón con cuatro puntas
y cuatro lóbulos, en parte insinuado en la
celosía (3) que vino a significarse
mayormente en los tableros de los techos
adintelados de las naves de la aljama de
Córdoba de al-Hakam II (5) (6) (7),
estudiada por Félix Hernández. Lo habitual
es que esta figura, procedente de Samarra y
de Bichapur y reconocida en tejidos
bizantinos, alterne con cartelas cuyos
extremos acusan el mismo decorado (7) (13),
con réplica en las pinturas de los techos del
Figurs 34. Esquemas geométricos de celosías de al-Zahra y
techos de madera de la mezquita aljama de Córdoba (1, 2, 3, 4,
15, 15-1 del año 1966). El medallón 12, de origen godo y abasi.
Figura 34-1. 1, celosía de la mezquita aljama de alZahra; 2, 3, de la mezquita aljama de Córdoba; 4, del
sector del “Salón Rico” (1966).
Celosía de la mezquita
aljama de al-Zahra
siglo XI de la Gran Mezquita de Qayrawan (17) y en friso de madera de
palacio cairota de época fatimí (18, según Creswell). El medallón
descrito figuró en Madinat al-Zahra antes que en la mezquita cordobesa
(14) (15) y 15-1) esta última pieza del palacio occidental seleccionado
su esquema para el techo de la mezquita cordobesa con versión muy
original en la cobijas corridas dibujadas por Bernabé Cabañero y Herrera Ontañón en
“Nuevos datos para el estudio de la techumbre de la ampliación de al-Hakam II” (23),
también representado en los pseudo cupulines de las cúpulas de la mezquita cordobesa
de al-Hakam II. En el repertorio de frisos y cartelas de la figura 34 he introducido dos
temas lobulados de procedencia oriental: 8, de la mezquita o masyid i- Tarih del Balk,
friso de estuco (Flury); 9, de estucos de Samarra con medallones de seis lóbulos,
presentes ya en Ain as-Sira, según Creswell, inéditos en al-Zahra; tampoco en esta
ciudad han aparecido cartelillas de extremos lobulados.
En la figura 34-1 celosía de la mezquita de al-Zahra (1) anunciando otra de la mezquita
del siglo X de Córdoba (2); la 3, celosía de la mezquita de Córdoba en el lucernario de
delante del mihrab.
Figura 35. Yeserías de Samarra y de la mezquita Ibn Tulún
de El Cairo (7, 8, 9, 10, 11, 12).
La ascendencia oriental de los
decorados descritos de techos de la
mezquita de Córdoba y de piedra
de Madinat al-Zahra tiene como
respaldo la figura 35, del 1 al 6 de
los palacios de Samarra, con el
añadido de intradoses de arcos de
estuco de la mezquita cariota de
Ibn Tulun, según documentación
de Creswell (7) (8) (9) (10) (11)
(12). Acerca de la procedencia
mesopotámica de estos decorados
hispanos se pronunciaron Félix
Hernández, Gómez-Moreno, G.
Marçais, H. Terrasse y Torres
Balbás. De entre estos autores
subrayo comentarios de Terrasse:
“los artistas cordobeses acogieron
con inteligente eclecticismo y
modificaron con feliz equilibrio las
formas importadas de Oriente”,
eclecticismo que en propiedad
empieza a gestarse en los palacios
de Madinat al-Zahra donde los
medallones de cuatro lóbulos y
cuatro puntas, de sello abasí, muy
propio de los estucos de Samarra,
que vemos en maderas cordobesas, tuvieron plena aceptación. Este comentario se refleja
bien en nuestra figura 35-1: 1, 2, de Madinat al-Zahra; 3, de Samarra; 4 persa sasánida
de Ctesifon; 5, de manuscrito persa del siglo XIV (Briggs, Timurid). Torres Balbás
añade que “esas formas decorativas pudieron haber llegado directamente a al-Andalus
desde Iraq con otras formas, entre ellas el arco lobulado”. Lo que a todas luces parece
evidente es que el tema del lobulado como firma decorativa exenta en Córdoba no es
anterior al siglo X. La figura 36 muestra diversos temas orientales instalados en la
Córdoba califal; 1, techo de la mezquita cordobesa según Félix Hernández; 2, 3, de
vigas de la misma procedencia sobresaliendo en el (2) y (5) la forma en ángulo con
corona lobulada, que se deja notar ya en algunas dovelas de Madinat al-Zahra (4) (9),
cartelilla de capiteles de “Salón Rico” (8), también arqueta de marfil (6) (10) (Museo
del Institut du Monde Árabe, París). Modelos de esta interesante figura en piedra en el
alminar de la mezquita cairota de al-Hakam del siglo X (A) y placas de madera copta
publicadas por Creswell y G. Marçais respectivamente (7).
Figura 37. Junto a orientalismos comentados hemos asistido a la presencia de tradición
bizantina en las ruinas de Madinat al-Zahra: cadeneta de tablero de piedra areniscas de
la terraza del “Salón Rico” (1) y figura 4, 7, seguida de otra de estucos del siglo XI de
Córdoba (2), cabezas de serie de cadenetas de numerosas yeserías hispanomusulmanas
(3) (4). En (X) cenefas bizantinas y del arte copto, también en estucos de Samarra
estudiados por Herzfeld. Otra figura geométrica presente en Madinat al-Zahra es la de
tablerillo, a modo de celosía ciega (A), repetido en mármol de la alcazaba de Málaga (B)
y en basa de la terraza del “Salón Rico” (C), tema sin duda bizantino (Reallexikon zur
Bizantunischen Kunst, 1969, y The Quaerterly, V, 1935). Pieza de piedra de la terraza
del “Salón Rico” (D) de traza geométrica incompleta con flor en el centro de los
cuadrados.
Figura 35-1. Terraza del “Salón Rico”, 1, 2
(1966); Samarra, 3; sasánida de Ctesifont, 4;
tema de manuscrito persa del s. XIV (Briggs,
Timurid) y tejidos de seda de Asia Menor
(Koechlin, Arte musulmana).
Figura 36. Dedicada básicamente a la
forma de ángulo remontado por lóbulo
apuntado de tradición copta y fatimí
de El Cairo. Registrada en salmer de
entrada al “Salón Rico” y señalada
por Vallejo Triano en la Casa de
Ya´far (ver figura de la página
siguiente).
Figura 37. Esquemas de tradición
bizantina en Madinat al-Zahra (1966).
Esquemas, 1, 2, 3, 4, X, A, B, C
publicados en 1973. El motivo D, de
terrazas superiores, publicado en 1966
(Memoria de la excavación)
Mezquita
mayor de
Tudela
(Navarra)
A. Tablero de jamba de la Casa de Ya´far con la figura en
ángulo de remate lobulado, según reproducción de Vallejo
Triano (2010). B. Reconstrucción de fachada de la Vivienda
de la Alberca, según publicación de Vallejo Triano (2010).
Las fajas anchas del alfiz cubiertas con decoración de
trenzado semejante a la de una jamba islámica de la mezquita
mayor de Tudela y de falso arco de arquería decorativa de la
Puerta del Chocolate de la mezquita aljama de Córdoba
(Gómez-Moreno, M. La mezquita mayor de Tudela, 1945, y
B. Pavón, Tudela, ciudad medieval. Arte islámico y mudéjar,
1978). El pay pay de la albanega a imitación de los arcos del
“Salón Rico” y de portadas de la mezquita aljama de
Córdoba del siglo X.
3. DECORACION ANIMADA. CON LOS OJOS PUESTOLS EN BIZANCIO Y EN
ORIENTE
Figuras de personas y animales estaban prohibidas en los
oratorios del Islam e incluso en salas principescas de honor
y de recepciones de la vida oficial, no así en palacios
Figura A. Restos de mármol
correspondientes al Palacio
Occidental (1964)
privados y casas de los notables como parece confirmarse en el maylis occidental del
príncipe Hisam de al-Zahra, algunos mármoles tipo sarcófagos romanos reutilizados
(fig.
A, un fragmento con letrero árabe añadido) echados de allí o de sus inmediaciones a las
terrazas inferiores junto con fragmento de piedra arenisca árabe con dos siluetas de
ciervos dándose la espalda (fig. B, 4) y mármol de tres personaje con mucetas en
mármol (fig. B, 3) que estudie como obra entre bizantina y árabe. Oto mármol tal vez de
pila con representación de un pez (fig. C, 2). Súmese preciosa plaqueta de piedra
arenisca publicada por Félix Hernández y A. M. Vicens procedente de los aledaños del
palacio oriental (fig. B, 6) adornada con estampillas de ciervos y pavos por parejas, los
primeros con arbolillo central, anudados los pescuezos de los pavos que como muy
ajustada réplica pasa a marfiles califales que veremos en otro lugar. Y un fragmento de
piedra arenisca con pareja de cervatillo a uno y otro lado del árbol de la vida publicado
por Félix Hernández (fig. B, 5). De las piezas 4 y 6 de la figura B se desprende que las
paredes de algunas habitaciones palatinas de al-Zahra eran decoradas con figuras
animadas, tal vez referidas a frisos en alto. Tal corolario confirmado por un cimacio de
mármol publicado por Arjona Castro de alguna almunia cordobesa (fig. B, 2); por
decoración de sus frentes ataurique de palmetas digitadas con arillo evolucionadas con
parejas de grifos enfrentados en el centro, y a tenor de ello el precioso capitel de orden
corintio del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba (fig. B, 1) con cuatro músicos
tocando el laud apoyados sobre las pencas inferiores del cesto, las cabezas sobrepuestas
a las cartelas; a juzgar por la decoración de acanto bastante evolucionado esta pieza
podría fecharse dentro de la segunda mitad del siglo X. Sobre el ropaje de estos músicos
de técnica bastante arcaica de matiz visigodo María Jesús Villalón ha escrito:
“procedimiento de delineaciones paralelas en el interior de las figuras como recurso
para aludir al detalle, encontradas convenciones semejantes a los dibujos de procedencia
islámica desde el siglo IX (Schlunk); tales figuras se pueden alinear con el capitel de los
Evangelistas del Museo Arqueológico de Córdoba de parecida técnica. Dentro de esta
técnica encajan los romajes de personajes de la pila de Játiva y quizá el mármol 3 de la
figura B, con mucetas y hebillas muy de la época de al-Zahra en los cordones.
Los músicos emparentados con otros de arquetas de marfil califales, como el llamado
bote de al-Muguira y la arqueta de la catedral de Pamplona (1004.1005), además de la
pila de Játiva. En la descripción de los palacio aludimos incluíamos la almunia de
Rumaniyya próxima a Madinat al-Zahra en donde Velázquez Bosco encontró otros
miembros arquitectónicos con temas animados, volutas de capitel y dos cabezas de
cuadrúpedos probablemente de una pila (fig. C, 3, 4). Para Ocaña Jiménez este palacio
debe fecharse en el año 965. Esta moda de estampar decoración animada en miembros
arquitectónicos refleja vieja tradición romana y bizantina, según se constata en capiteles
de Cartago y otros incomprensiblemente aprovechados en la sala de oración de la Gran
Mezquita de Qayrawan (capitel con pájaro sustituyendo a la cartela del ábaco). De esta
manera en mi criterio se iba “bizantinizando” la corte de
los califas cordobeses con representaciones animadas
sacadas de anteriores galaxias culturales, incluido
Oriente, animales y alimañas de ascendencia sasánida
tan propagados por todo el orbe mediterráneo gracias a
Bizancio.
Zoomorfos islámicos de Oriente y de
Occidente
Figura C. Mármol de al-Zahra, 1, del
Palacio Occidental (1964); de la almunia
de Rumaniyya, 3, 4, 5 (Velázquez Bosco,
Gómez-Moreno y Torres Balbás).
Figura B. Mármoles con decoración
animada de Córdoba y de Madinat alZahra, 3, 4 (1964); 6 (1973) según F.
Hernández y A. Mª Vicent; 2, de
publicación de Arjona Castro. 3, 4; 3, 4,
publicados en 1973
Llegados a este extremo damos por hecho que las residencias de la Córdoba del siglo X
y principios del XI se jactaban de lucir en paredes, fuentes, pilas, capiteles y cimacios
todo tipo de representaciones zoomórficas e incluso de personas, lo que viene a poner
en primer plano la decoración animada de la ingente cantidad de piezas árabes
occidentales reflejada en tejidos, maderas, estucos, marfiles, pinturas, pilas y cerámica,
figuras que pudieron hacerse notar en los palacios una vez que hemos abierto la puerta
con las piezas arriba descritas, personas y animales que de otra parte animaban las
paredes del palacio toledano del taifa al-Mam´un, según textos árabes de la época; véase
la jamba y otras piedras sin duda procedentes de ese palacio con aves o palomas
enfrentadas de decoración de ataurique denso (Museo Arqueológico Provincial de
Toledo) (fig. 57, 2). En yesería de palacio árabe de Balaguer una arpía (Ewert), otra ave
y especie de grifo en la de la Aljafería y cabeza de grifo en yesería del siglo XI de
Córdoba., sin olvidar el mensaje de Ibn Hayyan transmitido por Ibn Bassam referente a
palacio de al-Mam´un: “sala gloriosa decorada con friso de mármol con figuras de
árboles y animales e inscripciones dedicadas al
soberano”. No habrá duda de que muchas de las
imágenes del inventario que a continuación se
expone de las llamadas artes menores pudieron
haber ilustrado palacios de la prestigiosa Madinat
al-Zahra y otras almunias principescas cordobesas.
El repertorio en parte lo he extraído de mi libro
Arquitectura y decoración en el Islam Occidental.
España y Palermo publicado en esta página
personal mía de Internet.
Cabeza de grifo de yeserías
cordobesas, a jugar por el ataurique
del siglo XI (1967).
Respecto al eco que pudo haber tenido ese hábito de arte animado en lo arquitectónico
del arte mudéjar, las primeras manifestaciones se encuentran en Sala de Concilio del
Palacio Episcopal de Cuenca con friso a baja altura de siluetas sacras entre frases árabes
de caracteres cúficos, más tarde o en los mismo años las siluetas de la bóveda del
claustro de las Huelgas de Burgos (fig.
D, A) (s. XII-XIII) con bestiario muy
variado pero seleccionado derivado de
los marfiles omeyas, también columnas
de templete del claustro de la catedral de
Monreale con el anterior bestiario de
sello islámico (fig. D, B), las águilas
plagiadas en las pinturas de la iglesia de
San Román de Toledo; Sala Capitular
del Monasterio de Sigena, palacio
mudéjar de Tordesillas, yesería de
palacio de Suero Téllez (Seminario
Menor ) de Toledo, palacio Ayala en el
Convento de Santa Isabel la Real de
Toledo, palacio mudéjar de Pedro I del
Alcázar de Sevilla y palacio de los
Córdoba de la Teresas de Écija.; en los
dos palacios sevillanos las siluetas de
figuras animadas dentro de friso alto por
debajo de los techos.
Figura D. Yeserías mudéjares del claustro de las Huelgas
de Burgos, A; siluetas animadas del claustro de la catedral
de Monreale, B.
Como premisa primera recordamos a Migeon, gran conocedor de la decoración de los
monumentos y artes menores del Islam en general, “Todas las fórmulas decorativas que
se encontraron los árabes en lo sasánida, su orfebrería y sus tejidos constituyen el
repertorio que alimentó durante mucho tiempo no sólo la Persia y Mesopotamia
musulmanas, sino también el mundo islámico de las orillas del Mediterráneo, Sicilia,
Egipto, Siria y España sin contar el mundo bizantino. La difusión del arte sasánida es lo
que hace tan difícil la distinción entre el arte persa y el de los países que en él se
inspiraron” (Migeon, Manuel d´art musulman, 1927). Para mí no cabe duda que la
síntesis del arte figurativo occidental se encuentra en el techo de la nave central de la
Capilla Palatina de Palermo, cosa que de momento no podemos decir de Córdoba,
Toledo, Sevilla o Granada, aquélla del siglo XII, muy emparentada con las ilustraciones
del manuscrito vaticano de Bayad wa Riyad. En la Palermo de esa centuria se dio un
hermanamiento entre las pinturas de la Capilla Palatina y las arquetas pintadas o artes
menores en que los temas estaban completamente arabizados, siendo su orientalismo el
sello común de las mismas (Ferrandis, Marfiles árabes de Occidente, II). Creo que esto
mismo es lo que se ocurriría en la Córdoba musulmana.
El orientalismo se manifestó en tempranas fechas en al-Andalus antes de Abd alRahman III y al-Hakam II. Uno de los introductores en la España de Abd al-Rahman II
del gusto por lo oriental fue el liberto Ziryab que estuvo en la corte abasí pasando luego
a ser personaje favorecido por ese emir andalusí. Introdujo tradiciones musicales, el
arte de la vida y del vestir elegante de la corte de Bagdad. Con él se abrieron las puertas
de las mercancías procedentes de Oriente, finas telas de Egipto, Irán y Bizancio preludio
todo ello de la producción andalusí de tejidos en Córdoba y Almería (Renata Holod,
“Las artes suntuarias del periodo califal en al-Andalus”, Las artes islámicas). Emulando
las fábricas reales de Iraq, Egipto y Constantinopla, Abd al-Rahman II creó un Dar altiraz para producir finas telas, incluidas banderas y estandartes de los ejércitos con todo
tipo de representaciones de temas animados, animales de pose oriental e inscripciones.
Con Abd al-Rahman III los objetos de marfil de la corte se plagaron de iconos
animados de todo tipo que fueron llegando de las cortes omeya y abasí de Oriente a
través de tejidos y libros miniados, por ello no es de extrañar que en al-Andalus cuencos
y platos de lujo de lustre dorado fueran decorados ya con la estampa milenaria de
personajes con vaso de libaciones en un mano y un vegetal en la otra a título de cetro. El
escenario en que se manifestaron por primera vez las artes suntuarias, bacanales, danzas,
música y poesía de moda oriental fue primero la corte de Córdoba trasladada pocos años
después a la ciudad palatina de Madinat al-Zahra. Dice Renata Holod que “los logros de
esta época, la califal cordobesa, sirvieron de base al posterior florecimiento de todas las
artes en al-Andalus” entre los que en mi criterio contamos los reflejos que llegaron a la
corte de Ruggero II y Guillermo I de Palermo.
El camello (fig. 38).
Figura 38. El camello. A, plato de Madinat alZahra, A (1966).
De Madinat al-Zahra es el fragmento
de plato con lustre dorado de técnica
abasi (A), destacados como atributos
orientales el ojo, collar con arillos y
la bandera o banderín con creciente
en la cumbre de la vara.
Ettinghausen al estudiar esta pieza
trae un marfil de El Cairo en el que
figura camello con sillín o mahmal
encima y cabeza femenina dentro.
Interpreta este autor que el mahmal
desde la Antigüedad daba cobijo al
ídolo betilos, símbolo de poder
religioso y político que era
transportado en camello; los árabes sustituyen el betilos por palanquín bajo el nombre
de Qubbad de color rojo como símbolo de autoridad. Una arqueta de marfil del museo
de Victoria y Alberto publicada por J. Ferrandis tiene en la tapa silueta de camello con
palanquín y cabeza femenina dentro, estampa reiterada en pinturas cristianas de la Sala
Capitular del Monasterio de Sigena (2) y en la Capilla Palatina (1), además el (3) de la
casa árabe del Partal de la Alhambra, y de El Cairo madera (s. XI) con otro camello con
palanquín y conductor del animal señalado por Monneret de Villard. Pero por lo que se
refiere más directamente al fragmento dorado de al-Zahra, traemos aquí dos
representaciones del animal, uno de Detroit (B), cuenco vidriado, con especie de
palanquín simbolizado encima con bandera sobre su lomo, bandera que se ve en el plato
de al-Zahra, semejanzas advertidas por Ettinghausen en “Notes on the Lustreware of
Spain”. Sobre el fragmento de al-Zahra Torres Balbás dice que “es evidente que éste y
otras piezas más de las mismas ruinas son piezas de vasijas importada de Iraq”. Otro
camello con banderín en la parte trasera de vasija dorada de Bichapur, del Louvre (C),
y dibujo incompleto del mismo tema de David Nicolle (City Art Museum St. Louis).
En la pìeza (D) plato de lustre dorado oriental con bandera con letrero al-mulk escrito,
esta vez el camello sustituido por personaje sentado.
Águila real mayestática o cazando
Figura 39. Águilas de alas explayadas
Prototipo bizantino y oriental con las
alas explayadas con cabeza o
bicéfala vista de perfil simbolizando
el poder, como el león, se cree que
era uno de los atributos de soberanía
y se asociadaza a los poderes de la
guerra. De origen caldeo, empleado
en la Antigüedad como escudo o
emblema de ciudad, a veces según
Migeon utilizada en monedas.
Kühnel ve águila con la presa entre
las garras en el vaso de Entenema
del Museo del Louvre de remota
antigüedad (1) (Kühnel, “Lo antiguo
y lo oriental”), Esta representación muy empleada en la Capilla Palatina, un solo
ejemplo con las dos cabeza según Monneret de Villard, que figura estampada en tejido
de Kunstgewerbe Museum de Berlin (s. XI-XII) (2), hispanomusulmán según Migeon y
Kühnel. El águila cortejado por cuatro animales de pequeña escala, dos sobre las alas y
otros dos capturados por las garras, figura ampliamente divulgada a través de lo
bizantino y lo islámico. Luego salta esta especie de “Tetramorfo” oriental a las pilas
marmóreas hispanomusulmanas, entre el siglo X y el XI, pilas de Madinat al-Zahira,
Sevilla, Marrakech (3) (4), en la primera águila como apoteosis del poder o la soberanía
tal vez reflejada en la peana sostenida por dos grifos, modalidad vista en algunos
marfiles cordobeses con figuras humanas. Otro ejemplo de la arqueta de marfil de la
catedral de Pamplona (5).
La segunda versión de águila reteniendo a la presa cuenta con numerosos ejemplos (fig.
40), tal vez iniciados con figura de marfil bizantino (1, A. Grabar), ejemplo del siglo X
en el Beato de Gerona ( A), recordado muy de cerca en estampilla de madera fatimí de
El Cairo (B); de este siglo y procedencia son los estampillados (3) (4) (5) (7) (9) (14);
de la arqueta de Pamplona (2) (C); de la Capilla Palatina el (6); (8) del techo de madera
del Palacio Real de Palermo de Ruggero II; (10) (12), yeserías de las Huelgas de Burgos;
(15) de arqueta siciliana pintada, siglos XII-XIII; de la pila de Játiva (16) y de marfil
atribuido a Egipto la estampa (17) del Louvre.
Pila de Játiva
Figura 40. La caza del águila
Ciervos (fig. 41)
Con los cuellos entrelazados marfiles hispanomusulmanes (1, bote de la Condesa de
Behague) y (2) con precedente en sello elamita de 2.500 a. d. J. señalado por Kühnel
(“lo antiguo y lo oriental”) (3). El mismo tema lo señalamos en plaqueta de piedra
arenisca de palacio de Madinat al-Zahra. Otras representaciones de ciervos, el (5) de
piedra cordobesa (Félix Hernández), en la cerámica de al- Zahra rescaté los fragmentos
(6) (7) y (8). El tema de los cuellos anudados se aplicó a veces a pavos enfrentados y
algunas alimañas (4), en piedras, marfiles y madera del siglo X y posteriores centurias.
Palacio
Occidental de
Madinat alZahra (1966).
Figura 41. Ciervos. De Madinat al-Zahra, platos, 6,
7, 8 (1966).
El pavo real (figs. 42, 42-1, 43, 44)
Este animal se asocia a la justicia y a la verdad y pasaba como símbolo de la verdad
eterna, también guardián del Paraíso. Como portada en la figura 42 cuatro modelos: a,
ave iraní de tejido del Vaticano muy próximo a la figura de pavo; b, de placa bizantina
de San Marcos de Venecia; el c de tejido hispanomusulmán de British Museum; d. de
plato de Madinat al-Zahra. Y gran pavo de mosaico romano del Museo del Bardo (fg.
42-1. Entre los precedentes de cara a los pavos hispanos, de una parte en la figura 42-2
el plato sasánida del Museo del Ermitage (Pope), el (3) de estuco de Ctesifon; de otra
parte el (2) y (4) de la iglesia visigoda de Quintanilla de las Viñas publicados por
Maria Cruz Villalón (“El paso de la Antigüedad a la Edad Media. La incierta identidad
del arte visigodo”, 2009). La estampilla (6) del bote de marfil hispanomusulmán de la
Seo de Braga.
Figuras 42, 42-1, 42-2. Pavos de perfil y haciendo la rueda. Precedentes ( el d
de la primera figura de plato de Madinat al-Zahra (1966).
El repertorio de pavos reales vistos de perfil o de frente haciendo la rueda es realmente
increíble, seleccionados los que van en las figuras 43 y 44 y 45. 1, Bote de Zamora
(Mus. Arq. Nacional de Madrid); 2, arqueta de la catedral de Pamplona; 2-1, caja de
marfil de Silos (Burgos); 3, Palio de las Brujas, Museo Episcopal de Vich; 4, 4-1, 12,
cerámica de Madinat al-Zahra; 5, plato de Alcalá la Vieja (Alcalá de Henares) (Pavón,
Zozaya); 6, estampillado tardío de vasija de la Alhambra (Pavón); 7, de la pila de Játiva;
8, plaqueta de piedra arenisca ya estudiada de Madinat al-Zahra; 9, plato de la alcazaba
de Málaga; 11, vasija andaluza del siglo XI (Torres Balbás); 13, pieza tardía (s. XIII),
azulejo del palacio Kuvadabad, Turquía, Katay Museum Konia. A, B, C, D, registros de
algunos penachos de pavos: cerámica irani, cerámica de Madinat al-Zahra, cerámica
irani (s. X-XI), tejido musulmán de la India.
Figura 44. Otros ejemplos de pavos más tardíos a partir del siglo XII:1, 1-1 del los
palacios de Zisa y Real de Palermo (mosaicos); 2, arqueta pintada del Museo de Cluny
(colas izadas a la manera española) (J. Ferrandis, Marfiles árabes de Occidente, II); 3,
de bote del Instituto de Valencia de Don Juan de Madrid (Ferrandis, II); 4, 5, 6, techo
plano del palacio Real de Palermo; 5-1, mosaico del Palacio Real de Palermo; 5-2, 6-1,
pinturas de la Capilla Palatina de Palermo; 7, 8, yesos de las Huelgas de Burgos; 9,
estampillado de vasija de la Alhambra; 10, otro ejemplo de la Alhambra; 11, del Palacio
Figura 43 y 44. Pavos de perfil. 4, 4-1, 8, 12, de cerámica de Madinat al-Zara, 1966) (el 8 de piedra arenisca).
Real de Palermo; 12, placa bizantina de Nicea, pavos bebiendo de la fuente de la vida;
13, supuesto pavo de cerámica de “cuerda seca” de Denia (Azuar Ruiz). En la figura 45,
como continuación de la anterior, tejido de Andalucía o Sicilia del siglo XII, ejemplo
de la iglesia de San Sernin de Toulouse.
Figura 45. Pavos de perfil de tejidos. Iglesia de San
Sernin de Toulouse y Museo de Cluny.
El león cazador (figs. 46 y 47)
Figura 46. Precedentes: 1, yeso romano de Villajoyosa (Torres Balbás); 2, de candil
romano de Elche; 3, mosaico romano toledano; 4, relieve oriental preislámico de piedra;
el A, icono de mosaico del palacio omeya de Jirbat al-Mafyar. Figura 47. 1, 2, de la
arqueta de marfil de la catedral de Pamplona; 3, bote de al-Muguira del Louvre; 4,
arqueta de marfil hispanomusulmana, Museum Islamic Art de Doha (Qatar); 5,
fragmento de pila, Museo Arqueológico de Sevilla; 6, relieve de piedra del Bardo,
precedente islámico; 7, pila de la Alhambra; A, fragmento de relieve persa, s. VI, de
Damghan, según Kühnel (“Lo antiguo y lo oriental”); 8, caja hispanomusulmana del
Louvre; 9, de la pila de Játiva.
Figura 46. León cazador. Los
precedentes.
Figura 47. Leones cazadores.
Figura 47-1. Capa de Ruggero II,
del Jennsthistorisches Museum de
Viena
El árbol de la vida con figuras animadas (figs. 48, 49)
1, 4, arqueta de la catedral de Pamplona; 2, tejido de seda persa (s. X-XI), Musée Lorain
de Nancy; 3, marfil hispanomusulmán, bote del Louvre, antes Colección Riaño; 4,
arqueta de la catedral de Pamplona; 5, bote de la Seo de Braga; 6, piedra arenisca de
Córdoba; 7, arranque de jamba con árbol de Madinat al-Zahra, con la forma de corazón
invertido centrado en el nacimiento del tallo; 8, 9, 10, arranques del tallo del árbol de la
vida cordobés (s. X-XI); 8-1 de árboles animados de la Capilla Palatina de Palermo.
Figura 49. 1, pila de mármol de la Chella de Rabat (ver su paralelo en ciervos de alZahra, fig. B, 4); 2 , broche de Villaverde de Hito, Santander (s. X-XI); 3, marfil de alMuguira; 3-1, placa de marfil del Metropolitano, New York; 3-2, de tejido
hispanomusulmán; 4, 10, pinturas de la capilla Palatina de Palermo; 5, bote de la Seo
de Braga; 6, bote de Zamora; 7, almohade de Berenguela, seda del siglo XII, Las
Huelgas de Burgos; 8, plaqueta de jamba toledana (s. X-XI); 9, pintura mudéjar
toledana (s. XII-XIII). Figura 49-1, tejido de manto de Ruggero II (s. XII), del
Jennsthistorisches Museum de Viena.
Figura 48. Árbol de la vida con figuras animadas; 7, de
mármol de Madinat al-Zahra
Figura 49. Árbol de la vida con figuras animadas
Cazadores a caballo o a pie de leones o monstruos (fig. 50)
1, 2, 3, arqueta de marfil de la catedral de Pamplona. En la escena 2 el brazo
empuñando la lanza es el mismo de marfiles bizantinos de los siglos IV y V (díptico del
cónsul Flavius Anastasius del Museo Nacional de Francia, París y en A, díptico
representando al arcángel San Miguel del British Museum, Londres); 3-1, arqueta de
marfil de Palencia; 4, tejido copto lanceando serpiente o monstruo; 5, pintura de la
Capilla Palatina de Palermo; 6, fragmento de plano relacionado con la caza encontrado
en Madinat al-Zahra; 8, azulejo de la Alhambra, jinete musulmán (s. XIII-XIV). La
cabalgadura con herrajes y pinjantes colgantes con creciente, las colas anudadas, del
jinete 1 de la catedral de
Pamplona relacionados con
sendos caballo de tradición
romana-bizantina del Bardo
(7), cabalgadura del Beato de
Gerona (975), núm. 12 del
friso de la figura 9 y en el
mismo caballo de plato de
Medina Elvira, 18. Con la
letra B cabalgaduras de la
arqueta de marfil de la
catedral de Pamplona (fig.502) y letra A para atavíos de
caballos romanos, bizantinos
y sasánidas. La lucha de
jinete con lanza castigando a
un monstruo se extiende hasta
las yeserías mudéjares del
palacio de Pedro I en el
Alcázar de Sevilla (fig. 50-1).
En marfiles atribuibles
a
España, del año 1003,
además de jinete halconero,
representación de hombres
con lanza atacando a león y
otros animales (Museo de
Arte Islámico de Doha
(Qatar).
Figura 50. Cazadores a caballo. 6, fragmento de
plato de Madinat al-Zahra (1966).
Figura 50-1. Yesería del palacio mudéjar de Pedro I, Alcázar de
Sevilla
La caza con arco (fig.51)
Kühnel dice que el arquero a caballo es de procedencia persa, con variante bizantina en
el tejido de seda de San Kuniberto de Colonia. Inédito por anecdótico es el arquero
disparando la flecha sobre un elefante de la arqueta de la catedral de Pamplona (A).
Cerámica. 1, de plato de al-Zahra, el 2 de palacio de Ifriqiya publicado por S. M. Zbiss;
(“Mahdiya et Sabra-Mansouriya”); 3, 4, 5 de la arqueta del Museo Arqueológico de
Burgos; 6, arqueta de Palencia. El icono muy representado en los mosaicos y Capilla
Palatina del Palacio Real de Ruggero II de Palermo.
Figura 51. Caza con arco. 1, plato de Madinat al-Zahra
(1966).
La caza con halcón (fig. 52)
Roman Ghirshman dice que la
cacería con halcón no consta en
ejemplo sasánida conocido, tema
tan querido de los primeros siglos
del Islam. 1, bote de Ziyad del
South Kensington de Londres; 2,
bote de Louvre, antes de Davilier; 3,
arqueta de la catedral de Pamplona;
4, 5, , marfiles fatimíes de El Cairo
(E. Diez); A, tejido copto; 6,
pinturas de la Capilla Palatina de
Palermo; 7, arqueta pintada de
Sicilia (Ferrandis, II); 8, de yesería
toledana (s. XII-XIII) del antiguo
Convento de Santo Domingo de
Toledo, según F. Monzón Maya y
C. Martín Morales. Figura en
cerámica árabe del siglo X de
Nishapur (Iran) y en tejidos, tela
descubierta en San Salvador de
Figura 52. Caza con halcón
Oña (F. Marcos Marín) y capa de la catedral de Fermo (Laura Ciampini). También
pinturas de San Baudelio de Berlanga (Soria) en el Cincinati Art Museum.
Música, libaciones y danza (fig. 53).
En la vida de corte de los distintos reinos preislámicos e islámicos el placer o el bien
vivir tomó molde en dos temas de larga pervivencia, el músico o tocador de laud y
especie de bacanales arabizadas reflejadas en personajes entregados a libaciones con
vasos o redomas en la mano, casi siempre personajes sentados a la moda oriental o persa
sasánida, cruzadas las piernas, imágenes incansablemente representadas a lo largo de la
Edad Media islámica, con un hito particular en la Capilla Palatina de Palermo hasta
donde llegan los reflejos figurativos de la corte omeya de Córdoba de los mejores
tiempos. Estos fastos se dejan ver ya en estampas preislámicas pintadas sogdianas (s.
VI-VII) de Pyiandzhikant (Tadjjidistan) publicadas por D. S. Rice (“Studies in islamic
metal Work”, 1958) que vemos en (2) de la presente figura. Otra representación muy de
tipo oriental en marfil bizantino (s. IX-X) del Hessischen Museum de Londres; en
España, 1, del bote del Louvre y el (5) de la caja de marfil de la catedral de Pamplona,
en ambos casos el trío de personajes sobre especie de tarima o trono sostenido por
cuadrúpedos encabritados. La representación del segundo marfil con personajes de
distinta escala obedeciendo a moda oriental bien reflejado en medallones de bronce de
la segunda mitad del siglo X en que se ve el príncipe Izz ad-Daula Bakhiar, éste
coronado y con vaso en la mano y dos servidores diminutos a los lados, escena que a
final de cuentas deriva de la “Majestad” de los reyes sasánidas. Sobre la durabilidad de
Figura 53. . Música, libaciones, danza
este representativo icono hablan diversas escenas cortesanas de la Capilla Palatina de
Palermo (A); A-1, músico en pìedra de Mahdiya; 3, personaje de marfil
hispanomusulmán del Louvre; 4, 6, 7, 9, 13, marfiles y maderas de El Cairo (s. XI); 8,
marfil del Museo Nacional de Florencia; el 10, del Manuscrito de Bayad y Riyad de la
Biblioteca Vaticana; 11, pinturas de la Capilla Palatina de Palermo; 12, de plato
murciano del siglo XII-XIII (J. Navarro Palazón) (para las obras egipcias relatadas, E.
Pauty Catalogue General du Musée arabe du Caire, 1931, G. Marçais, “Les figures
d´homes et de bestes dans les bois sculptes d´époque fatimi conservés en Musée arabe
du Caire », 1935.1940 ; E. Diez, Arte islámico, Barceloan, 1968)
Elefante. (fig. 54)
Figura 54. El elefante
Figura de tradición religiosa o de
carácter cortesano o de ceremonias, junto
con el camello, en países islámicos.
Representaciones de la India a la cabeza
de este icono con palanquín o baldaquino
con figura humana dentro. Sobre
repertorio de este animal en el arte,
Monneret de Villard, Le pitture
musulmane (notas 2008 y 2009). 1, 5,
dos representaciones en marfiles omeyas
cordobeses, el segundo elefante con
palanquín y figura humana sentada
dentro asistido por dos servidores, del
bote de Ziyad, Museo Victoria y Alberto
(South Kensington, Londres, 969-70 (M. Lillo Alemany, “ Las representaciones
figurativas humanas del bote de marfil de Ziyad, Cuadernos de arte e iconografía, IV);
2, cuenco del Museo del Louvre publicado por Migeon con personaje sentado en
especie de trono; 3, representación de las pinturas de la Capilla Palatina de Palermo; 4,
de larguero de madera toledano (s. XII-XIII). El elefante o tema con este animal
difundido en el arte bizantino, tejido de seda del Museo Industrial de Berlín. También
en la capa de Fermo atribuida a talleres de Almería ( Laura Ciampini, “Los dibujos del
tejido de la capa de Fermo”) se ve un rey entronizado cortejado por dos servidores
sentados sobre cojines de uso oriental, aquél de mayor tamaño que los acompañantes,
uno con perfume en la mano la otra con abanico. Así las estampas de Fermo entroncan
de una parte con los marfiles hispanomusulmanes, de otra con las pinturas de la Capilla
Palatina.
Grifo y simurgh (fig. 55)
Combinación de dos animales solares, león y águila, a veces pude confundirse con el
león alado de ascendencia greco-romana y sasánida. En lo visigodo se da en pilar de la
Casa de Bicos, Lisboa. Lo vimos en cimacio de piedra de Córdoba (fig. B, 2),
metamorfoseado en piedra del palacio omeya de Maxatta, emparejados grifo y simurgh
(C); en (B) representación del simurgh irani de ilustración hispánica del siglo X, Beato
de Gerona; 1 , caja de marfil de Burgos; el 2, de estuco, fragmentos de grifo cordobeses
(s. X-XI); A, arqueta de la catedral de Pamplona; 3, de la capa de Fermo (s. XII); 4,
yeserías de las Huelgas de Burgos; 5, del claustro de Monreale; 6, mosaico de
habitación del Palacio real de Palermo; 7, 8, de techo plano hipanomusulmán del
Palacio Real de Palermo.
Figura 55. Grifos y sirmurgh
Escena de torneo (fig. 56)
1, pila de los Museos Nacionales
de Berlín, española o siciliana, en
uno de los costados dos ciervos
enfrentados con tallo eje en
medio, tema que hemos visto en
la Córdoba califal (fig. B, 5 y 6),
el 2 torneo entre dos jinetes con
lanza de la pila de Játiva que
Kühnel ya relacionó con relieve
en piedra de Naqsh-i- Rustan,
cerca de Persépolis, de fines del
siglo III (2-1) (“Lo antiguo y lo
oriental); 3, torneo de musulman
y cristiano de la Capilla Palatina
de Palermo; 4, de plato vidriado
hallado en Madinat al-Zahra
(1966); 4-1, larguero de madera
fatimí de El Cairo, lucha a pie
con espadas y escudos.
Figura 56. Luchas o torneos. 4, de
plato de Madinat al-Zahra (1966).
Palomas (fig. 57)
Muy repetidas en platos vidriados de Madinat al-Zahra (1, según Pavón Maldonado),
habitualmente con ramita en el pico, imitando al pavo; 2, de jamba del siglo XI de
mármol toledano; el A y B del sarcófago de Oviedo y marfil hispanomusulmán de
1026, tapa arqueta del museo de Burgos. Este parentesco puesto de manifiesto por
Kühnel (“Lo antiguo y lo oriental”).
Figura 57. Palomas.1, de platos de Madinat alZahra (1966)
Figura 58. Arpías y otras alimañas
Arpias (fig. 58)
1, de estucos de Balaguer (Ewert); 2, de yesería de Murcia (s. XII) (Navarro Palazón); 3,
de cerámica en relieve encontrada en Tudela (Pavón); 4, 4-1, largueros toledanos con
relieves de animales y bestias (s. XII al XIII).
Lucha cuerpo a cuerpo entre dos personajes (fig. 59)
Podría tratarse de dos personas
abrazándose o el tema de los
“Dióscuros” derivados de la
Antigüedad y del arte copto. Nuestra
representación 1 es del bote de
marfil de al- Muguira (968) del
Louvre, el 2 de marfil copto del
siglo V del Museo de Trieste, según
Kühnel (“Lo antiguo y lo oriental).
El tema puede localizarse lo mismo
Figura 59. “Dioscuros”.
en la techumbre de la catedral de Teruel que en la Capilla Palatina de Palermo aquí los
dos imberbes de los marfiles sustituidos por sirenas u otros seres míticos.
Conclusión
Partimos de la base de que en la intimidad de la vida doméstica del palacio o complejo
palatino hispanomusulmán serían habituales temas animados con personas y sobre todo
animales. Dentro de la Alhambra las grandes qubbas o sede del monarca sin arte
figurativo, sólo en la penumbra y en lo alto de los nichos de la Sala de la Justicia del
Palacio de los Leones, en esta ocasión por cesión de arte cristiano al islámico, pero las
pinturas de anónima habitación alta del Partal son auténticamente árabes. A la corte de
Madinat al.Zahra no la debió ser fácil en los niveles arquitectónicos renunciar a las
imágenes animadas que constantemente llegaban de otros países próximos y lejanos,
siempre un Bizancio orientalizado en primer término predicando con el ejemplo, en el
Gran palacio de Constantinopla del siglo X paredes de salas principales con
representaciones de las victorias del emperador patrocinador y las de sus antepasados
(.descripción de Constantino Porfirogeneta). De la misma manera que en la corte de la
Alhambra había pilas, animales y otros muebles de siglos muy atrás en Madina al-Zahra
se convivía con sarcófagos o bajorrelieves antiguos, Antigüedad consentida en los
soportes y pilastras de nuevo cuño de las áulicas salas de ceremonia. Hemos recalado
en la corte omeya de Córdoba de un lado y la cristiana de Ruggero II de Palermo (s. XII)
de otro, dos polos opuestos distantes pero con igual significado oriental o bizantino de
cara a las representaciones animadas de sus respectivas artes. Sicilia era puerta de
Bizancio. En el siglo IX avasallada por los fatimíes de Túnez y luego Egipto, gobernada
por emires entre 969 y 1171. Al unísono España y Sicilia predicaban con el ejemplo que
ambos territorios no acabaron nunca de romper la ligadura o dependencia con Oriente,
que éste fue absorbido por Occidente en grandes proporciones con licencias bien a la
vista de un manifiesto naturalismo rayano en lo anecdótico en todos los niveles
decorativos, las estampas iluminadas o tocadas de cualquier naturaleza eran como los
moldes que se transmitían de generación en generación encerrando un atractivo atávico
o simbología de difícil traducción, animales y personas pasan de un siglo a otro sin que
la moda artística del momento rezara con ellos, a lo sumo se le podía añadir algo de
vegetal o geométrico nuevo, casi siempre de acento convencional. Son imágenes fijas
que cual “Pantocrator” del románico se repiten sin cesar sin cambiar un solo gesto en el
tiempo quieto del Islam. En este sentido el tallo eje de la vida o del Paraíso se eterniza,
ideas fijas difíciles de erradicar hasta de los más rudimentarios cacharros de la cerámica
popular. En vano buscar en el pensamiento musulmán un significado concreto de la
imagen de este mítico árbol. Se podría acariciar la idea de que el omnipresente tallo es
encarnación de la Divinidad única, Allah, pero en esta idea sobran los animales a los
que el tallo parece atraer en comparecencia ceremoniosa, casi religiosa, pero el
zoomorfo no consta como ser sagrado del agrado del Corán. Así se trata de un traslado
de temas antiguos al mundo islámico que en arte acepta todo venga de donde venga
tras una selección meticulosa. Esa traslación se realizó con máximo respeto con un
valor meramente decorativo o si se quiere una distracción figurativa en el concepto
global del arte musulmán.
Por muchas vueltas que se le de a este tema de representaciones de personas y animales
vistos por los árabes siempre tendremos que admitir que de Córdoba omeya a la
Alhambra de finales del siglo XV tales iconos estaban ausentes de las salas
asamblearias u oficiales de la corte lo que no desdice su presencia en lo más intimo de
discurrir doméstico. En la Córdoba del siglo X ¿pudo darse una “Capilla Palatina” del
estilo de la de Palermo: toda, una procesión de figuras árabes llegadas de todos los
rincones del mundo árabe, básicamente de al-Andalus, para el deleite de un monarca
“pagano”. Madinat al-Zahra es ciudad sin terminar de excavar, tal vez la Qubba de
techo de oro de Abd al-Rahman III de la que hablan las crónicas árabes fuera más
realidad que mito.
4. DECORACIÓN EPIGRÁFICA
Figura 60. Letreros de la mezquita de Madinat alZahra en frisos de piedra arenisca (1966), 1, 2, 3.
Basmala, “en el nombre de
Dios”, del Palacio Occidental
y de la mezquita aljama de alZahra; el B de la mezquita de
Tres Puertas de Qayrawan (s.
IX)
Figura 61. A, del Palacio Occidental, según
Velázquez Bosco (1912); B, de la mezquita aljama
de al-Zahra.(1966)
Los palacios de Madinat al-Zahra aparte de epígrafes de los mármoles de lujo, capiteles,
basas y pilastras del “Salón Rico”, estudiados por los epigrafistas, no fueron muy dados
a prodigar cartelas de inscripciones árabe de caracteres cúficos estampadas en la piedra
arenisca parietal cual ocurría a partir del siglo XII en las yeserías de los palacios
hispanomusulmanas, siendo excepcional a este respecto tablerillo del Palacio Occidental
con letrero remontando una greca clásica (fig. 60, 4) y otras inscripciones del mismo
palacio publicadas por Velázquez Bosco en su libro (reproducida por Vallejo Triano en
La ciudad califal…(lám. 13), en nuestra figura 61 apartado A, y una pila de mármol
del mismo palacio con breve epígrafe debajo de una concha (fig. 60, 5). Los epigrafistas
que se han ocupado del “Salón Rico” de al-Zahra se extrañan de que entre tantos
artesanos nombrados supuestamente para los epígrafes de capiteles, basas y pilastras, no
se consignaran los nombres de aquellos que realizaron los elementos ornamentales más
relevantes y de un predominio casi absoluto en el “Salón Rico” (Mª Antonia Martínez
Núñez). Casi soledad epigráfica a niveles parietales comparándola con la densidad
decorativa floral y geométrica, con ausencia de contenido coránico, en los edificios más
representativos de la terraza del “Salón Rico”, alusión a Abd al-Rahman III en el caso
del Salón y en el pabellón de recreo de las albercas de hacia 956; significados epígrafes
de algunos mármoles de arcos o tacas cobijados en la vivienda de los baños aneja al
“Salón Rico” (fig. 26-1) a los que añadimos un fragmento ya comentado de la rica
jamba de la figura 26 (5) con cartelilla leída por la citada epigrafista (fig. 62). Los
epígrafes se estamparon básicamente en los ábacos y cartelillas de los capiteles,
escocias de las basas (fig. 6, 2), cenefas de las pilastras del “Salón Rico” cuyas portadas
del fondo de las tres naves lucirían según Félix Hernández epígrafes sobre el alfiz del
arco de herradura, siguiendo el ejemplo del mihrab y la puerta de “Chocolate” de la
mezquita aljama de Córdoba. Un capitel corinto del Palacio Occidental se fecha en el
reinado de al-Hakam II (fig. 11-1, 5). Para el “Salón Rico” capiteles fechados a partir
del año 954-955. Las pilastras del Salón dejan ver el nombre de varios tallistas del
mármol: Utman, Muzaffar, Badr, Tarif, Sunayf como director de las piezas talladas. El
tratamiento usual que se da a Abd al-Rahman III es “El siervo de Dios Abd al-Rahman,
Príncipe de los creyentes, prolongue Dios su duración”; en uno de los mármoles de la
vivienda de los baños adjunta al Salón, “al-Hakam Mustansir bi-llah, Príncipe de los
creyentes”.
Sin embargo, la mezquita aljama de al-Zahra, muy probablemente a imitación de la
metropolitana de Córdoba desde el siglo IX, acaparó frisos de piedra arenisca con
inscripciones de caracteres cúficos, a veces las letras largas floreadas (figs. 60 y 61) que
pude rescatar de toda la zona del patio lo que incita a pensar siguiendo el ejemplo del
patio de la mezquita aljama de Susa (fig. 60, A) que esos letreros irían en friso altos
sobre los alfices de arcos. Excepcionalmente apareció en el sector del alminar del
mismo patio la inscripción fundacional de la
mezquita que estaría sobre la puerta del primer
cuerpo de la torre (fig. 60,1), leída por Ocaña
Jiménez con el año 944, dos años después de
su supuesta fundación en 936, según las
crónicas árabes; de entre los letreros restantes
del patio, con alusiones coránicas, dicho
epigrafista leyó el nombre de Abd al-Rahman
y el del maestro de las obras, un tal “… Sa´id
ibn”.
Figura 62. Fragmento de mármol de la zona de la
vivienda de los baños de la terraza del “Salón Rico”
con breve inscripción en la cinta sobre el trenzado (ver
el tablero más completo en las figuras 26, 6 y 64).
Inscripción con
letras largas
floreadas.
Mezquita de
Nayin (Flury), s.
X.
Vallejo Triano ha resumido la parte de epigrafía que me correspondió atender en la
excavación de la aljama de al-Zahra: “sólo sabemos por B. Pavón que la mayoría
aparecieron en torno a la torre, algunas letras de dudosa identificación cerca de la puerta
norte del patio y en el oratorio, siendo estas últimas las más grandes de la mezquita, y
enigmática letra en mármol verde, hoy desaparecida en la zona de Mansura”. Vallejo
Triano agrega que es evidente, sin embargo, que tal concentración de epígrafes en ese
sector próximo al alminar debe obedecer a otras razones postdeposicionales no
relacionadas con su ubicación original. Pero mi propia experiencia de la excavación, en
que las piezas o miembros arquitectónicos decorados rotos salían en los aledaños de su
lugar de origen, me dice que los epígrafes serían casi todos en el patio, no
necesariamente del alminar.
Figura 63. Capitel, basa y pilastra
con epígrafes cúficos referidos al
“Salón Rico”. 1, publicado por
Torres Balbás; 2, 3, publicados por
Gómez-Moreno (la inscripción de la
pilastra 3 figura en la fajilla por
debajo de los acantos). Las
cartelillas de capiteles, 4, 5, 6, 7
aparecieron en los aledaños
del
Salón, publicadas por B. Pavón
(1969).
Figura de la derecha. Al igual que capiteles, basas y pilastras de facturas y ornamentos
clásicos vistos en el “Salón Rico”, en la mezquita aljama de Córdoba del siglo X el alerillo
del interior del mihrab (B), imitación de cornisas romanas del Museo Arqueológico
Provincial de Córdoba (a), enseña epígrafes en cúfico. Es la mejor prueba de la arabización
en el escenario de Córdoba de la tradición artística del Bajo Imperio y de Bizancio.
De los palacios hispanomusulmanes inmediatamente posteriores a Madinat al-Zahra se
tienen breves mensajes respecto a inscripciones parietales: el pasaje de Ibn Hayyan ya
mencionado referido a palacio toledano de al-Ma´mun hablando de árboles, animales e
inscripciones glorificando al monarca patrocinador, en palacio de la alcazaba de
Almería de al-Mutasim, via al-Udri, zócalos con fecha y nombre del soberano
constructor (Seco de Lucena), un equino de capitel de la Aljafería con la escritura cúfica
“ estos es lo que mandó hacer al-Moqtadir” (Gómez-Moreno). Todo ello viene a
propósito de interesante información de John D. Hoag (Arquitectura islámica, 1976). Se
refiere al palacio de Masud III de Gazni (1112) con abundantes inscripciones árabes de
los paneles parietales de piedra dedicadas a elogiar a la dinastía gaznávida patrocinadora
y al propio edificio, algo semejante en Mesina y Palermo, tal vez como adelanto de esta
moda radicada en la Alhambtra del siglo XIV. Faltaría saber qué papel tuvo en este
aspecto Madinat al-Zahra., si se adelantó su epigrafía laudatoria de las paredes a los
palacios de siglos venideros. Hoy el principal palacio de al-Zahra, el “Salón Rico”,
parece adelantarse a ese proceso secular, epígrafes de glorificación de su patrocinador
Abd al-Rahman III con todos sus títulos protocolarios (Mª Antonia. Martínez), aunque
con ausencia en esta ocasión de alusión a la magnificencia del edificio (un resumen
completo de inscripciones árabes en Madinat al-Zahra a través de diversos autores en
Vallejo Triano, La ciudad califal, pp. 450-458).
Figura 64. (A), fotocomposición del tablero de mármol original de la vivienda aneja al “Salón Rico”, el
original en (B) ya existente en 1964 (reproducido B. Pavón, 1990 y 2004, por Vallejo Triano en 2010).
Esquema (C), restituido parcialmente. (D), motivos florales más novedosos del tablero. Descripción del éste:
pieza rectangular de 70 centímetros de alto por 40,50 de ancho, cenefas de trenzado 10 cm. o sogueado de
tradición bizantina en la cumbre y en la base de la pieza. Se trata de un árbol de la vida con palmetas, piñas y
racimos y otros sofisticados frutos de forma almendrada que simétricamente se reparten a uno y otro lado del
tallo eje que nace de cornucopias clásicas. En las bifurcaciones se prenden flores de seis pétalos y motivo
vegetal de seis botones o disquillos además de hebillas. Simétricamente dispuestos en la mitad superior junto
a los márgenes del tablero se dibujan forma vegetal de tres puntas con largo pedúnculo rizado que figura
también en la decoración floral de la Gran Mezquita de Qayrawan y en la mezquita mayor de Tudela. Sobre la
cinta de la faja inferior de trenzado se perfila el epígrafe aludido del trozo de la figura 62 leído por Mª
Antonia Martínez Nuñez: obra de Badr el marmolista su siervo”; es uno de los artistas que figura en una de las
pilastras del “Salón Rico”. Efectivamente, las facturas preciosistas de los tallos y vegetales concuerdan con
los árboles de ese Salón y ciertos marfiles califales. El fragmento de la figura 62 que no figura en el tablero
publicado por Vallejo Triano (2010) no se sabe si hoy dado por perdido. La majestuosidad de la pieza y alta
calidad técnica llevaría a confundirla con selectas obras bizantinas, no mucho que envidiar a los relieves de
Santa Sofía de Constantinopla, y omeyas orientales, Qasr al- Hayr de Siria y palacio de Jirbat al-Mafyar.
APÉNDICE
Del diario de Basilio Pavón Maldonado de la excavación de la mezquita de Madinat
al-Zahra
Páginas 1 y 136 del diario de la excavación de la mezquita de Madinat al-Zahra a cargo
de B. Pavón Maldonado donde se relatan las piezas decorativas de piedra arenica
aparecidas en número de 13.000 con la contraseña 64-Mz.-núm. por aparición por día,
referidas al plano general cuadriculado del monumento que se incluye en la Memoria de
la excavación. A ellas se suman 130 fragmentos de mámol, incluidos los de la pila
cuadrangular del patio.
De la excavación de la zona occidental del pasadizo militar que arraca del “Salón
Rico”. Diario de la excavación de B. Pavón Maldonado (plano 3 de la figura 5)
.
Hallazgos de piedra arenisca y mármoles que desde la terraza del Palacio Occidental
fueron echados en tiempos de Ricardo Velázquez Bosco entre los escombros a los
niveles de la terraza del “Salón Rico”. Todos los fragmentos que aquí se enseñan y
bastantes más serían por lo tanto de ese palacio. Esta excavación se inició en febrero de
1964 poco antes de la excavación de la Mezquita aljama de al-Zahra continuándose en
los dos años siguientes. Un complemento de este diario se encuentra en el articulo
“Capiteles y cimacios de Madinat al-Zahra tras las últimas excavaciones” (1969) del
que se ha sacado la fotografía de este apartado con cimacios de mármol de tradición
visigoda. A las piezas de esta procedencia se les puso un punto rojo y otro negro,
mientras que las piezas salidas junto al pabellón de las cuatro albercas llevan punto
negro y punto amarillo.
Plano publicado por B. Pavón en el artículo “Influjos occidentales en el arte del
Califato de Córdoba”, Al-Andalus,XXXIII, 1968, donde se aprecian en el sector de la
izquierda sobre y debajo del camino de ronda los lugares donde aparecieron las piezas
decorativas relatadas de la jornada arqueológica entre 1964 y 1966. Este plano aún sin
la perfección de línea habitual en la jerga arqueológica de hoy, aunque con escala,
sigue conservando el interés histórico científico con que nació en los años 60 del
pasado siglo. Ha sido asimilado en otros planos de la ciudad de mayor difusión, sobre
todo el camino de ronda completo de la izquierda del “Salón Rico”, cuyas medidas
tomamos Félix Hernández y por entonces este su colaborador. En el plano se lee arriba
“andén alto con aleros” (aquí aparecieron las piezas de piedra arenisca de aleros
relatadas en este artículo). Respectos a los pasadizos de ronda se reseñan los que
estuvieron macizos o colmatados. Los paramentos exteriores de éstos adornados con
dibujos geométricos pintados con almagra. Los baños por entonces acabados de excavar.
El pabellón de recreo de tres naves del jardín salió en cimiento de tres supuestas naves,
algo emergentes los muretes de las tres albercas pequeñas. En la cabecera de este salón
figura escrito “zona de frisos lobulados” por los tableros ornamentados que salieron
aquí, además de una enjuta semejante a las del “Salón Rico”. A la izquierda de este
complejo salió un pasadizo antiguo con posterioridad cegado, se volvió a cegar en 1965.
En el plano figuran sin excavar la zona residencial de visires a la izquierda del “Salón
Rico”, por encima del camino de ronda y la parte derecha por encima de la vivienda de
los baños. Aún sin excavar el patio de crucero del nivel 2º. Se apreció desde entonces
junto a los andenes el canalillo periférico pintado de almagra que rebordeaba todo este
complejo ajardinado con tierra negra
Axonometría de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra. Descripción de su
arquitectura.
Reproducción de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra
acabada de excavar en octubre de 1964, según B. Pavón
Maldonado (de la Memoria de la excavación…). En más de su
mitad el edificio salió en cimientos principalmente el oratorio
techado. De arriba abajo: anden enlosado con piedra continuado
por los costados de la construcción con escaleras niveladoras;
de la mezquita
aljama
alminar ligeramenteAxonometría
descentrado respecto
al eje central
del
edificio, inmerso endela galería norte y ligeramente destacado
hacía afuera; delantedde él pórtico de entrada de tres arcos en el
mismo andén. Dos pilares de ángulo en la galería norte del patio
Madinat al-Zahra
.
cuadrangular, en las tres galerías agrupación de siete arcos, de
mayor luz el central con sus correspondientes columnas, pisos de
terrizo, excepto los de mármol vinoso de las entradas costales y
del cuadrilátero descubierto. En toda la zona del patio salieron
almenillas decoradas y frisos de inscripciones en caracteres
cúficos. Pila de mármol lisa cuadrangular hacia el centro del patio
con su correspondiente atarjea de entrada y salida. Oratorio
techado de cinco naves, del centro a los costados progresivamente
más estrechas. Sus arcos eran de herradura con dovelas, salmeres
y albanegas decoradas por el procedimiento del enchapado, sin
los dos pisos de arcos de la aljama de Córdoba. Las columnas
tienen cimentación corrida, suelo de terrizo excepto la faja norte
correspondiente a la maqsura que iba enlosada, losas de arcilla
roja cuadradas. En las columnas de mármol rosa y gris, de toscas
basas, los capiteles labrados a bisel con decoración de espiguilla
tipo godo o del Bajo Imperio. La qibla doble, casi arrasada, tenía
un pasadizo o sabat, la qibla exterior con cinco torrecillas
apaisadas destacadas en el andén exterior, dos angulares, la
honorífica del mihrab cortejada por otras dos menores. Todo el
perímetro exterior del edificio reforzado por dieciséis torrecillas,
incluidas las del patio, inexistentes en el costado de la entrada del
mismo. El lugar de la mezquita era una rampa que hubo que
aterrazar con terrizo y piedra o canto; para subir a los andenes se
añadieron escaletilla adjuntas de doble vertiente. Las calles
inmediatas semienlosadas. Al exterior los muros iban coronados
con almenas de dientes agudos de diversos tipos; almenas
decoradas en la cumbre de las portadas de entrada, en portada de
mihrab y en los dos cuerpos del alminar de planta cuadrada
exterior y octogonal al interior. Esta mezquita es anuncio en
muchos aspectos constructivos y decorativos de la aljama de
Sobre la mezquita aljama de la
Córdoba reformada y aumentada por Abd al-Rahman III y alde Tudela
Hakam II entre 952 ciudad
y 965. Este
modelo de mezquita aljama con
ligeras variantes fue aplicado a la mezquita mayor de Tudela,
excavada en 1993. El aparejo de sillares es de soga y tizón,
sillares almohadillados en la zona del sabat de qibla, como en la
mezquita de Santa Clara de Córdoba. Vallejo Triano en su libro
2010 dice que B. Pavón se preocupó más de la decoración de la
mezquita que de su arquitectura. Sin duda este arqueólogo no ha
dado importancia a esta anoxometría casi fotográfica de la ruinas.
1) Restitución hipotética de la mezquita de al-Zahra en base a los datos facilitados por la excavación. 2) falso almohadillados de
sillares aparecidos en el exterior de zona de qibla. 3) de zona de la mezquita donde se ubica el pasillo o sabat que relacionaba el
oratorio con la terraza del “Salón Rico (según Vallejo Triano, 2010).

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