ELEGIR EL TIPO DE RESPUESTA

Transcripción

ELEGIR EL TIPO DE RESPUESTA
actitudes
Crecer con
las emociones
L
a gestión emocional es un proceso posterior a la conciencia de las
emociones; si esta última consiste
en reconocer y observar la naturaleza
de una emoción, la gestión emocional
tiene que ver con asumir esa emoción y
abordarla del mejor modo posible.
Cuando se habla sobre la gestión
emocional no suele pensarse en emociones «positivas» como la alegría y el
gozo, sino en emociones «conflictivas». ¿Por qué? Hay estudios que demuestran que el peligro de infarto entre hinchas de un equipo de fútbol es
mayor cuando su equipo gana un partido importante y significativamente
menor cuando lo pierde. Este fenómeno se atribuye a que el exceso de alegría puede provocar una taquicardia
en los hinchas entusiastas, mientras
que la derrota genera una decepción
que les aleja del peligro cardiaco. Curiosamente, no buscamos una solución a esos estados mentales llamados
«positivos», pese a que también que
pueden desequilibrarnos.
Una posible razón sería que existen
reflejos psicocorporales que nos hacen
huir del dolor y buscar el placer. Nadie
introduce su mano en el fuego sabiendo que este quema. Es natural y fisioló-
gico buscar el placer, mientras que perseguir el dolor se considera patológico.
Ahora bien, ese mecanismo, en principio saludable, se puede tornar problemático cuando la persona se aferra
solo al placer y huye de cada enfrentamiento, conflicto, dolor o contracción.
Recordemos que se crece y se madura no solo a partir de experiencias
expansivas sino también cuando recibimos un desengaño. Durante el inter-
valo de una vida se pasa por muchas situaciones que despiertan diferentes reflexiones y emociones. Cuando se usa
cada situación, pensamiento y emoción para crecer y madurar, como volver a casa solo tras una cita fallida, eso
brinda una oportunidad para confrontar las propias limitaciones y convencimientos, cómo concebimos la realidad
y el lugar que ocupamos en ella, y para
liberarse de las ataduras que pueden ir
asociadas a la imagen que nos hemos
formado de nosotros mismos.
ELEGIR EL TIPO
DE RESPUESTA
LAS EMOCIONES son LLAVES
Las emociones son manifestaciones
que pueden servirnos para acceder a
una información, nos proporcionan
acceso a una idea o expectativa que tenemos de una persona, situación o incluso objeto. Si se considera cada emoción como una mera llave para abrir
una parte de nuestro interior que ha
quedado sepultada tras una expectativa intensa o una creencia aprendida,
se reduce el miedo a las emociones, a
su intensidad y a su efecto.
Al disminuir el miedo, entramos en
otro estado, el de la valentía, un estado
mental crucial para afrontar emociones. Así pues, no se trata de huir de la
Al sentir una emoción, desde
alegría a rabia o miedo, ¿qué
podemos hacer? ¿Dejarnos
arrastrar por ella y descargar
la ira sobre el objeto más cercano (por ejemplo pegarle a
un cojín o gritar hasta cansarnos)? ¿Llorar hasta que la ola
de tristeza se nos pase? ¿O
permitirnos aceptar la emoción tal como es, intentando
vivirla y comprender lo que
nos sucede? Esta opción es
altamente fértil.
getty/photononstop
Las emociones ofrecen información crucial sobre uno mismo pero
no siempre son bien recibidas. Reprimirlas, negarlas o dejarse arrastrar
por ellas no suele ser la mejor opción. Este artículo invita a reconocer
las emociones cómo herramientas idóneas para crecer y madurar.
oscuridad, sino de gestionarla de manera que nos libere de las ideologías fijas y poco flexibles que podamos tener
sobre nuestra naturaleza y habilidades.
RESPONSABILIDAD y poder
Si sentimos que las emociones nos llevan por donde quieren, es decir, nos
sentimos prisioneros de nuestros propios patrones de conducta y pensamientos, es tiempo para revisar nuestra responsabilidad emocional.
La conexión de la psique con lo emocional es un proceso dinámico y evolutivo en el que cada pensamiento despierta una emoción y una emoción
despierta otro pensamiento o memoria relacionada, y así una y otra vez.
Reconocer la íntima unión que existe entre pensamientos y emociones
nos revela el poder que tenemos sobre
las emociones. Al cuidar de los pensamientos, se cuida de la salud emocional. Y sabemos que un gran poder
siempre está acompañado de una gran
responsabilidad.
Nuestra responsabilidad consiste, en
este caso, en transformar una actitud
pasiva o incluso inconsciente, como el
momento de formarse una opinión, en
la práctica activa de reconocer primero los pensamientos y verlos como una
invitación a seguir los puntos de vista
que ofrecen; una invitación, por otro
lado, que uno puede elegir aceptar o
no. Porque es posible aprender a dialo-
actitudes
Cualquier emoción que cruza nuestro camino
puede hacernos crecer en nuestra búsqueda vital.
educación
emocional
gar con estas voces y creencias interiores, alentando así una comunicación
abierta para reconocer y desasirse de
aquellos pensamientos repetitivos que
no nos dejan experimentar otros estados mentales más saludables.
Las emociones nos ayudan a tirar adelante pero
también nos frenan y nos
hacen sufrir. Por eso es importante comprenderlas y
aprender a gestionarlas.
•permitirse sentir
Hay que darse permiso para sentir y nombrar cada
emoción. Y, a continuación,
interpretar la información
que nos aporta sobre nosotros mismos.
emociones interesadas
El siguiente paso es indagar no solo las
creencias y expectativas que apoyan
cada una de nuestras emociones, sino
también las razones sutiles que hay tras
ellas: ¿qué gano con sentirme así ante
esta persona y en esta situación?
Lo que interesa es investigar con curiosidad de qué nos sirve exactamente
sentirnos de una manera y no de otra.
En otras palabras, ¿qué trato espero obtener del otro a través de mi emoción?
¿De qué responsabilidades me libera el
sentirme así? ¿Qué obtengo a cambio?
¿Recibo más atención, promesas de seguridad, disculpas...?
Puede ser recomendable repetir esta
pregunta con cada emoción. Reconociendo que las emociones nos indican
algo no solo sobre nuestro sistema de
creencias sino también sobre las esperanzas más escondidas que tenemos de
cómo resolver un conflicto, nos liberamos de las ideas falsas o irreales que
podemos tener sobre una situación.
•desprenderse
Las emociones nos atraviesan. Lo ideal es sentirlas y
dejarlas fluir sin retenerlas.
•autogestión
rba
No conviene reprimir las
emociones, pero tampoco dar­les rienda suelta. La
gestión emocional implica
vivirlas con creatividad,
buscando el marco, el momento y la compañía adecuados para abordarlas.
LA BUSQUEDA VITAL
¿Cuál es tu búsqueda vital? ¿Qué es lo
que verdaderamente estás persiguiendo a través de la interacción con los demás? ¿Cómo te gustaría ser?
Recomiendo dejar esta revista a un
lado y tomarse el tiempo para reflexionar sobre lo que realmente uno quiere
experimentar y vivir en esta vida.
La mayoría de nosotros buscamos
paz, amor y liberación de nuestra identificación permanente con las ideas y
pensamientos pasajeros. Pero este objetivo nos parece poco realista cuando
vemos nuestros miedos y la confusión
en la que estamos sumidos. La paz y el
amor son un estado mental que surgen
de una actitud existencial y requieren,
como cualquier otro estado mental,
una práctica.
Cualquier estado mental que vivimos se presenta ante nosotros como
consecuencia de un cultivo de creencias, ideas y pensamientos. De manera consciente o no, hemos invertido
tiempo, atención y dedicación para
que un solo pensamiento crezca hasta
ser una ideología o una actitud, y en última instancia una realidad subjetiva.
El amor y la paz no son ninguna excepción. También estos estados mentales
crecen bajo nuestra atención. Aquello
que se riega crece, y si regamos las semillas de la rabia y el miedo eso será lo
que crezca en nosotros. Poner la atención y la conciencia en algo es regarlo.
Así pues, la práctica regular de la gestión emocional en los casos de personas sin psicopatologías serias puede ser
sencilla, aunque requiere tenacidad y
esfuerzo constante. No siempre es fácil, pero sí sencilla. De todos modos,
puede resultar más factible si ante cada
situación y cada persona optamos por
una sola regla: la decisión de cultivar
las semillas de las frutas que vamos a
querer comer.
un programa en 5 pasos
Como resumen, ante cualquier decepción, frustración, inseguridad o cualquier otro color de la gama emocional
pueden seguirse los siguientes pasos:
1. Adquirir consciencia emocional.
Se trata de que cada emoción que surja sea reconocida, nombrada, definida,
localizada (en la boca del estómago,
agefotostock
el corazón, la cabeza, los hombros, la
mandíbula, etc.) y observada en su naturaleza. Es decir, notar su transformación continua (su intensidad, localización, etc.) y el efecto que tiene sobre la
respiración, el cuerpo y la memoria.
2. Preguntarse: ¿De qué dolor huyo y
a qué placer me aferro? ¿Está esto dañando a los demás?
3. Preguntarse: ¿Qué idea, valores o
creencias se esconden detrás de esta
emoción? Si siento desconfianza, ¿qué
dice esta desconfianza sobre mi carácter? ¿Quiero controlar algo o a alguien?
4. Averiguar la emoción verdadera y
principal que se siente. Se suelen sentir
varias emociones a la vez, pero acostumbra a haber una que «grita» más.
Es efectivo identificar cuál es y explorar para qué sirve sentirse así. ¿Qué se
obtiene con ello, de qué responsabilidades nos evade?
5. Tener la búsqueda vital bien definida y evocarla ante cada situación y
cada persona.
Por tanto, delante de cualquier emoción, especialmente las «gritonas»,
conviene inhibir la palabra y la acción,
alejarse momentáneamente de otros
seres humanos y recordar que cualquier situación puede acercarnos a
nuestra búsqueda vital si se enfoca en
actuar, hablar y pensar desde el amor,
la paz y la liberación de ideas fijas que
nos impiden jugar con estados mentales diferentes o, peor aún, que nos
hacen olvidar nuestra búsqueda vital.
amor y compasión
La gestión emocional requiere una
práctica de consciencia emocional,
corporal, respiratoria y mental. Es importante tener presente que cualquier
emoción que cruza nuestro camino
puede hacernos crecer en nuestra búsqueda vital.
Es conveniente dar la bienvenida a toda la diversidad emocional, no aferrarse a un solo estado emocional sino indagar con curiosidad en las emociones
y sus efectos; explorar de cerca, como
un científico, nuestra dimensión emocional con la mayor objetividad posible.
Una gestión emocional consciente
nos hace reflexionar, tener en cuenta a
los otros y disfrutar de la compasión y
el amor hacia uno mismo y los demás.
En otras palabras: nos hace madurar.
or haleluiya (postureandgravity.com)
emociones:
las razones que
la razón ignora
Mercè Conangla,
Jaume Soler
y Laia Soler.
Ed. Obelisco.

Documentos relacionados