Hubiera sido muy fácil para Coínta pasar del colegio al noviciado
Transcripción
Hubiera sido muy fácil para Coínta pasar del colegio al noviciado
vacaciones, ni en invierno ni en verano. Antes de salir del colegio, manifestó a sus padres, al tiempo de una visita que le hicieron, sus deseos de ser religiosa de la Compañía de María y de ingresar inmediatamente. Los padres no se lo permitieron y le hicieron pasar un año de prueba en su casa de Falces » (P.O., T. 12, ad 7. Summ., p. 88). « Me contaba también mi madre que mi tía Melchora prohibía a su hija Coínta hablar del proyecto de ir religiosa hasta que muriera su abuela Juliana » (P.O., T. 15, ad 8. Summ., p. 127). 42 43 Cfr. G. de T., p. 36. Los detalles del viaje están descritos en G. de T., p. 36. 127 ASÍ NOS TRABAJA DIOS Hubiera sido muy fácil para Coínta pasar del colegio al noviciado porque ya había experimentado la separación de sus padres, había visto de cerca la vida de las religiosas, había gustado la experiencia de una vida espiritual de unión con Dios, de sacrificio, de ansias de apostolado. Pero el «¡ven y sígueme! » de Jesús le exigía una ruptura más radical, una purificación más intensa. Regresó Coínta a su casa de Falces con sus padres y se integró en su familia, en el pueblo, en su parroquia. Encontró a las amigas que había dejado al ir al colegio42, con ellas salía los domingos después del rezo de las vísperas en la parroquia o se reunía en la casa de alguna. Realizó también una excursión a Mendavia, en coche de caballos, en compañía de sus dos más íntimas amigas, Encarnación Inda y Concha Díaz de Tejada; desde allí fue con su tía Juana a Logroño, donde visitó a las religiosas de la Compañía de María43. Coínta era consciente de que tenía que empezar una nueva vida, vida de prueba, antes de abrazar la vida que había elegido. Era una preparación para ella, porque su madre le había dicho que no hablara de su vocación; es más, le prohibió hablar de su deseo de entrar en la vida religiosa mientras viviera su abuela: