consolidada y premiada en cada uno de los terrenos por los que

Transcripción

consolidada y premiada en cada uno de los terrenos por los que
consolidada y premiada en cada uno de
los terrenos por los que discurre. Pero
está en Manzanares ¡ah infortunios del
destino!, y parece ser que todo lo que no
sea “lo previsible” según el entorno
cultural centralista en cuyos extrarradios
nuestro autor se ubica, está condenado
al esfuerzo de remar de forma continua
contracorriente.
Pero a él no le ha importado; y desde
hace un montón de años sigue, erre que
erre, empeñado en regalar nuestra
inteligencia con la suya, que trae
siempre más gratas sorpresas que los
huevos Kinder. Así, pinta, compone
música,
confecciona
arquitecturas
poéticas imposibles (que él convierte en
posibles); se presta a la edición de joyas
bibliográficas (que serían la envidia de
Elena Ochoa si tuviera una sensibilidad
menos british), organiza quermeses,
audiciones e inspirados conciliábulos;
es un virtuoso del theremín, graba para
el otoño de nuestras neuronas los
sonidos del campo que nos han sido luz
y tinieblas, inscribiéndolos en deliciosos
pendraives llenos de emoción, reescribe
la Historia, flirtea con lutieres, coloniza
el espíritu de los grandes hombres
convirtiéndolos en monchitos, articula
maravillas visuales y objetales que lo
sitúan en la cercanía de Joan Brossa y
Chema Madoz y, por supuesto, escribe
en verso y prosa dándole a cada género
su propia particularísima dimensión. Y
todo eso... en Manzanares. Con un par.
larga serie de personajes reales (todos,
aun los ficticios, lo son en el
subconsciente de nuestra experiencia)
cercanos -desde Nosferatu o Leonardo a
su íntima Charo, amoroso y paciente
ángel en las vigilias de sus noches de
hospital-, donde un Phaebus colonizado
por su propia mirada alcanza especial
protagonismo. Y la poesía se muestra
cada vez más firme y depurada,
confiada en decir exactamente lo que el
autor pretende, y hacerlo de la más
concreta pero imaginativa forma. Y es
que somos todos esos yo que nos evitan
y en cuya busca y captura empleamos
las noches de luna llena. Y si no, que se
lo pregunten a Phaebus.
En definitiva, ésta es una cuidada y
hermosa edición de Almud, ediciones de
Castilla-La Mancha, (en la que sólo
fastidia que se nos haya escamoteado un
índice que nos guiara por el laberinto:
sin duda una extravagancia más de Don
Serna el Oneomante, que aceptamos de
buen grado). Libro y trayectoria muy
recomendables. Como diría en sus
tiempos, hablando de Lola Flores, The
New York Times: Teo Serna “no canta
ni baila (sólo faltaría, apostillo), pero...
no se lo pierdan”.
Ahora nos entrega “Phaebus habla”, una
serie de líricos monólogos en los que su
yo poético riguroso, emotivo y, en
ocasiones, sarcástico, hace hablar a una
Biblioteca Virtual de Castilla-La Mancha. Libros y Nombres de Castilla-La Mancha. N.º 274, 16/9/2016.
Federico Gallego Ripoll

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