de China, el legado pluricultural de la ciudad de Ha`erbin

Transcripción

de China, el legado pluricultural de la ciudad de Ha`erbin
Tras las huellas rusas en el "Dongbei" de China, el legado
pluricultural de la ciudad de Ha'erbin
ÀNGEL LÁZARO
Los territorios del Noreste de China o "Dongbei", en terminología local, son, hoy en
día, un espacio cultural mayoritariamente "han", como resultado de las migraciones
interiores. No obstante, la historia, en lo que antes era conocido como Manchuria
(origen de los Qing, la última dinastía imperial) y el clima, extremadamente frío en
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invierno (hasta -40 en Ha'erbin, durante su famoso festival de hielo), la han dotado
de un carácter singular, a la vista de un observador externo.
Dalian y Lüshun, la antigua Port Arthur (ver artículo precedente en este mismo blog),
Shenyang y Ha'erbin (Harbin) son los puntos urbanos de referencia en una región de
extraordinarios paisajes naturales, entre los que destaca Changbai Shan. Sin embargo,
las modernas ciudades llaman la atención por su legado histórico, muy interesante el
ruso, pero muy controvertido en el caso de la terrible ocupación japonesa (entre
1905 y 1945, en la península de Dalian-Lüshun, y desde 1931 hasta 1945, en el
resto).
El Memorial por las Víctimas de los atroces experimentos de guerra biológica cometidos por la
Unidad 731 del Ejército Imperial Japonés, en Pingfang, afueras de Ha'erbin, entre 1932 y
1945, al que dedique un extenso y documentado "post" en este mismo blog, ver enlace.
Imágenes de mi visita, septiembre de 2015.
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Los experimentos forzados de guerra biológica con seres humanos en la Unidad 731
del Ejército Imperial Japonés en Pingfang (Ha'erbin), al que dediqué un post en
octubre (ver enlace), son un elocuente ejemplo de la crueldad de los militares
japoneses, que ya habían protagonizado una masacre de civiles chinos tras la guerra
de 1894-95, en Lüshun-Port Arthur.
En la actualidad, la situación es muy diferente y no solo por los aproximadamente
6000 japoneses que viven y trabajan perfectamente integrados en Dalian. Las
ciudades, con algunas dosis de propaganda en el caso de los memoriales bélicos, han
convertido su legado histórico en una parte del patrimonio cultural, con resultados
muy vistosos en el caso de la ciudad de Ha'erbin, capital de la provincia de
Heilongjiang.
Fotografías históricas de varios miembros de la colonia rusa de Ha'erbin, tomadas en la sala
de exposiciones de la Iglesia ortodoxa de Santa Sofía, septiembre de 2015.
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Ha'erbin, o Harbin, era una pequeña aldea de pescadores en las orillas del río
Songhua hasta que en el siglo XIX llegaron los colonizadores rusos, que habían
obtenido una concesión del Imperio Qing para construir una extensión del Tren
Transiberiano (el Transmanchú) hasta la ciudad de Dalian (entonces, Dairen). El
objetivo era tener acceso durante el invierno a un puerto libre de hielo, algo que no
garantizaba Vladivostok, la terminal rusa del Tren Transiberiano.
Los rusos iniciaron la construcción de una ciudad siguiendo el modelo de las ciudades
más avanzadas de la Rusia zarista (Moscú y San Petersburgo), con palacios,
mansiones, estaciones amplias avenidas.
Fotografías históricas de Ha'erbin, primer tercio del siglo XX, en la que aparecen calles y
edificios de la ciudad colonial, maquetas y también imágenes de miembros de la comunidad
china. Fotos tomadas en la sala de exposiciones de la Iglesia ortodoxa de Santa Sofía,
septiembre de 2015
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La ciudad fue acumulando patrimonio y costumbres rusas hasta la ocupación
japonesa (1932), pero sobre todo se fue beneficiando de la pluralidad cultural que
aportaron emigrantes y refugiados políticos y étnicos, desde "rusos blancos" que huían
de la Revolución de 1917, hasta judíos, polacos o turcomanos, y, por supuesto,
manchúes y "han".
Esta pluralidad se refleja en la extraordinaria colección de templos, monasterios e
iglesias de la ciudad, que ofrece una de las muestras de arquitectura religiosa más
completas de toda China. Los espacios de culto de las religiones budista, confuciana,
judía, musulmana, evangélica, católica y cristiana ortodoxa tienen en la bellísima
Iglesia de Santa Sofía (1907) y sus características cúpulas en forma de bulbo, su
emblema más característico.
Iglesia ortodoxa de Santa Sofía y de la plaza que la rodea, Ha'erbin, septiembre 2015
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Imágenes nocturnas de la Iglesia ortodoxa de Santa Sofía, Ha'erbin, septiembre 2015
Santa Sofía luce de día y, sobre todo, de noche, por su cuidada restauración exterior,
y la potente iluminación nocturna en una elegante y ornamentada plaza, imán de
turistas y paseantes, pero no está activa como centro de culto. El templo, que
probablemente requeriría una profunda restauración interior (en contraste con la
cuidadísima fachada exterior) alberga una fantástica colección de fotografías antiguas
y maquetas de la ciudad histórica, idóneas para entender la génesis de la ciudad
colonial.
No muy lejos, la nueva sinagoga, todavía activa, y la vieja sinagoga, cuyo espacio
interior, este sí bien restaurado y convertido en sala de conciertos de música clásica es visible, y sobre todo, "audible" la afición de la ciudad por la música occidental,
clásica y moderna, ver este pequeño fragmento de vídeo en YouTube- son vecinas de
la cercana mezquita, que no pudimos visitar por estar cerrada.
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Nueva y antigua sinagoga judía de Ha'erbin, y mezquita turcomana, septiembre 2015
Más alejados del centro histórico, en la Dongdazhi Jie, el visitante puede encontrar
prácticamente juntos tres templos cristianos pioneros, la Catedral del Sagrado
Corazón de Jesus, iglesia católica impulsada por la comunidad polaca en los inicios del
siglo XX; la Iglesia de Nangang, templo luterano promovido por la comunidad
alemana, cuya última remodelación data de 1916, y que, como pudimos comprobar,
sigue en activo con una animada comunidad local; y, finalmente, la iglesia ortodoxa
de Nuestra Señora, patrocinada por la comunidad rusa.
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Catedral católica del Sagrado Corazón (izquierda y centro, abajo), iglesia protestante de
Nangang (centro, arriba, y derecha, abajo) y, finalmente, iglesia ortodoxa de Nuestra Señora
(centro, abajo y derecha, arriba), septiembre 2015
Estos tres templos cristianos sirven de excelente prolegómeno plurirreligioso de
camino hacia el templo budista de Jie Si (o de la Dicha) y la Pagoda de Qiji Futu (de
siete pisos), en el este de la ciudad. Este recinto, de gran tamaño, es sede de otra
activa comunidad que mantiene el armonioso y relajante conjunto de templos, patios
y jardines, en un perfecto estado de conservación.
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Templo budista Sie Ji y Pagoda de Qiji Futu, en Ha'erbin, septiembre 2015
No obstante la brillantez y variedad del patrimonio religioso (uno de los más
completos de China, sino el que más), el lugar más popular y singular de Ha'erbin es
su singular y completamente (e inverosímilmente) peatonal avenida Zhonyang Dajie.
Esta larga avenida adoquinada y arbolada, que podría competir con la Shamian Dajie
de Guangzhou, la Jiefang Lu de Tianjin o la concesión francesa de Shanghai, está
flanqueada
por
un
número
considerable
de
edificios
históricos
de
estilo
occidentalizado, con toques de arquitectura tradicional rusa, edificados durante el
dominio del imperio ruso. Las antiguas sedes de empresas, bancos, comercios y
edificios oficiales se han reconvertido en hoteles, restaurantes y centros comerciales,
pensados principalmente para el turismo chino y ruso (hay abundantes letreros
bilingües), igual que los parques temáticos de las afueras.
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Zhongyang Dajie, Ha'erbin, septiembre 2015. A la izquierda, el arco de entrada principal de
la antigua avenida colonial.
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Sin embargo, hay un lugar, por encima de todos, que conserva el estilo, el mobiliario
y -casi podría decirse- la oferta gastronómica y el ambiente de estilo ruso de
principios de siglo, si no fuera porque entonces los chinos tenían prohibida la entrada
en el local. Se trata del restaurante "Tatoc", situado en su ubicación original de la
avenida Zhongyang Dajie.
Su oferta de platos tradicionales rusos, servida por camareros chinos con uniformes
de época (además de una recepcionista de origen aparentemente ruso) ente mesas de
madera, butacas acolchadas en terciopelo, salones con mobiliario barroco y cubertería
occidental plateada convierten la visita en un original viaje en el tiempo, poco
corriente en otros lugares de China.
Restaurante de comida tradicional rusa "Tatoc", en Zhongyang Dajie, Ha'erbin, septiembre
2015. La fotografía histórica del local, tomada allí mismo, corresponde a 1936.
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Restaurante de comida tradicional rusa "Tatoc", en Zhongyang Dajie, Ha'erbin, septiembre
2015.
El largo y ameno recorrido por la avenida Zhongyang se extiende hasta el río
Songhua, el antiguo muelle y el extensísimo Parque de Stalin (uno de los pocos
espacios públicos en el mundo, incluyendo Rusia, que deben conservar el nombre del
sanguinario dictador comunista ruso), un magnífico espacio arbolado de ¡42
kilómetros!, donde los habitantes de la ciudad demuestran una vez más la inigualable
afición de la población china por hacer cualquier actividad imaginable (e inimaginable)
en sus parques públicos.
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Las vistas del río desde los muelles es espléndida y, además, el visitante puede cruzar
el extenso cauce del río, en teleférico o en barco, hasta la otra orilla y visitar el
Parque de la Isla del Sol, una amena y relajante zona arbolada con museos y antiguas
mansiones.
Vistas del Paseo fluvial del río Songhua y el Parque de Stalin, Ha'erbin, septiembre 2015.
Estas mansiones y otras repartidas por toda la ciudad, junto con el elegante edificio
de la histórica estación del ferrocarril Transmanchú (el principal "motivo fundacional"
de la joven ciudad) completan un fantástico legado histórico, en excelente estado de
conservación.
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Edificios históricos del centro de Ha'erbin, septiembre 2015.
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