Niño Becerra afirma que "seguimos en crisis" y las medidas
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Niño Becerra afirma que "seguimos en crisis" y las medidas
elcorreo.com 16/09/2015 Niño Becerra afirma que "seguimos en crisis" y las medidas tomadas "solo son anfetaminas" Para ver la noticia online clique aquí El popular economista ofreció ayer una conferencia en la UR y defendió que la actual mejoría "es solo un rebrote que ya está acabando". Figura muy reconocida y a la vez no menos criticada. Santiago Niño Becerra es una de esas figuras públicas y conocidas por su activa presencia en los medios de comunicación y sus predicciones sobre la evolución de la economía española y mundial. Catedrático de Estructura Económica en la IQS de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, este economista avanzó en su día la intuición de un crash económico para los años 2007-2008 y demostró tener razón con sus críticas a la recuperación artificial que pareció darse en 2009 con la inyección de dinero. Ahora, en plena época de brotes verdes, luz al final del túnel, España crece, y la crisis queda atrás, él vuelve a ser rotundo: «Seguimos en crisis y la verdad es que no estamos saliendo». Con la primera frase daba ayer respuesta de alguna forma a la conferencia que ofreció en la Universidad de La Rioja, bajo el título ‘¿Está España en una senda de crecimiento consolidada?’. En medio de una gran expectación y con la Sala de Grados llena, comenzó a desgranar su argumento: «Esto que hemos visto este último año ha sido simplemente un rebrote ocasionado por básicamente dos cosas: que la gente quería soñar y mucha ciudadanía ha consumido a base de desahorro; y porque se ha inyectado un dinero caliente a través del BCE, la Reserva Federal, el Banco de Japón… pero esto se ha agotado y estamos volviendo a la normalidad». Para entenderlo, una ilustración: él compara soluciones como estas inyecciones de dinero con las anfetaminas. «Ninguna anfetamina sirve para curar enfermedades, sí para dar un empuje... pero que solo dura unas horas, y esto es lo mismo. Estas inyecciones de dinero o las bajadas del interés al 0%», siguió, «sirven para mantener una situación o impulsarla un poco, pero luego evidentemente vendrá o ya está viniendo el momento en que se pasan los efectos». «La deuda es impagable» La cuestión para él, por tanto, es mucho más profunda: «Hay que contemplar una deuda que es impagable, y no me refiero solo a España, el planeta se debe a sí mismo 200 billones de dólares, eso es absurdo». A eso se suman otros factores: «Tenemos un exceso de oferta a nivel mundial, una productividad que no está creciendo como elcorreo.com 16/09/2015 debería y todo ello no se está abordando o se está haciendo muy lentamente». En contraposición, sin embargo, no cree que falle el sistema, sino que, de hecho, «queda capitalismo para rato». Pero ocurre que «el modelo de crecimiento desde finales de la Segunda Guerra Mundial se ha agotado». Según desgranó, ha sido un crecimiento basado en dos cosas: «En un desaprovechamiento de recursos, por un lado, y en dar medios de pago a gente, familias, empresas... para que consumieran, compraran, invirtieran, etc.; esta es una vía», sentencia, «que ya sabíamos que se iba a agotar desde los años 70, otra cosa es que a base de cosas raras la hemos logrado prorrogar 40 años, lo cual no está mal, pero hemos llegado al final». ¿Cosas raras? «Me refiero a fomentar la deuda. Por ejemplo España en esto es paradigmática: si analizamos la evolución de su PIB desde 2002, se ha financiado a base de deuda, nuestro crecimiento se ha financiado a base de deuda privada. Esto no se aguanta». «Cambio radical» Con este planteamiento, la visión de Niño Becerra es crítica y sin complejos y, por ello, plantea «la necesidad de un cambio radical». En su diagnóstico, censura el modo de vida llevado en los últimos años: «Es absolutamente absurdo que una persona tenga un automóvil y solamente lo use dos horas al día, una sola persona, es absurdo», ejemplificó. Para él, todo eso «ha sido muy bonito porque nos ha servido para crecer, fabricar muchos coches, que haya crédito y el dinero ruede… todo eso está muy bien pero llega un punto en que esa inconsistencia salta a la luz». En ese sentido, incidió en que el problema está en que cómo el crecimiento durante años ha sido «totalmente sesgado, parcial, está afectando a unas zonas solamente, a unas actividades muy volátiles como el turismo, mientras que no está basado en el valor añadido, la productividad… esto es muy peligroso». En sus reclamaciones figuran la mejora de la eficiencia (en España tiramos el 25% de la comida que producimos, dice), reestructurar la deuda y, en efecto, apunta a una necesidad de nuevos recortes y ajustes. «Van a tener que tomarse medidas que implicarán un paro estructural alto», dice. Quedó en el aire, al término de la conferencia en la UR, la gran pregunta: ¿Acertará el economista en esta ocasión con sus previsiones? El tiempo lo dirá.