Las vías abiertas del Uruguay inteligente

Transcripción

Las vías abiertas del Uruguay inteligente
Estado y empresas
Las vías abiertas del
Uruguay inteligente
Las empresas y el Estado uruguayo tienen los instrumentos. Pueden
establecer comunidades de colaboración para alcanzar sus metas
específicas, en beneficio de todos.
C
olaborar, coordinar y competir.
Por esas capacidades sobrevivimos. Aunque a veces lo olvidamos, estas aptitudes impulsaron la evolución del cerebro
y la inteligencia humana. Avanzar hacia
mejores condiciones de vida demanda
persistir en el empleo de tales destrezas.
Y la relación entre las empresas privadas
y el Estado es un escenario óptimo para
actuar asumiendo que colaborar, coordinar y competir, son los mejores recursos
del cuerpo social uruguayo - especialmente adverso al riesgo y dolido en la
región del desarrollo - para sanarse a sí
mismo.
El papel decisivo de las relaciones de
cooperación entre Estado y empresas
quedó evidenciado en el análisis de los
niveles de desarrollo logrados a finales
del siglo XX por los países del este asiático. Autores como Peter Evans1 señalan
que la intervención del Estado constituye un elemento indispensable, operando
en el esquema denominado de “autonomía enraizada”. En este esquema, la empresa y la burocracia de tipo weberiano,
profesional y meritocrático cooperan y
se complementan, aunque expresando
sus intereses de modo autónomo. Esta
colaboración supone un proceso en el
que resulta absolutamente fundamental
que el Estado cumpla adecuadamente
sus roles sustantivos, como “custodio,
demiurgo, partero y administrador”, en
palabras de Evans, aludiendo a su papel
de regulador, gestor y promotor permanente de nueva actividad empresaria.
Los compromisos
del crecimiento
Para generar el proceso de sinergias,
resulta imprescindible construir una vi-
sión compartida, buscar acuerdos negociados y construir la confianza a partir de
experiencias progresivamente más comprometidas.
Más allá del ámbito de las relaciones
público privadas, las grandes corporaciones a nivel mundial adoptan comportamientos que ponen de manifiesto su
reconocimiento del valor de las comunidades de colaboración. Así, IBM otorga
patentes como aporte al movimiento de
open source (código abierto) en la industria del software o Toyota integra redes
de servicio incluso con aquellos de sus
proveedores que también trabajan para
la competencia.
Caminos viables
Ningún Estado o empresa que pretenda lograr y mantener éxitos económicos
puede permanecer ajeno al paradigma
de la colaboración.
Con soluciones institucionales ya
adoptadas, como la que modificó las
atribuciones de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND)2 o como la
reciente iniciativa para sancionar una
ley de Asociación Público Privada (APP),
Uruguay parecería apostar en esa línea,
estableciendo reglas claras bajo las cuales cada parte pueda contar con la otra
para lograr sus objetivos.
A partir de los cambios introducidos
en la competencia de la CND y considerando las previsiones incluidas en el proyecto de APP, se redefinen los cometidos
de esta Persona Pública No Estatal, perfilándola como unidad especializada de
gestión de proyectos de interés público,
de iniciativa pública o privada y de colaboración entre ambos sectores.
Puede actuar como administrador o
fiduciario de proyectos vinculados al de-
Cristina Vázquez
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sarrollo y mantenimiento de infraestructura, analizando y preparando proyectos
de inversión e identificando áreas de
oportunidad. O, también, prestar servicios de administración de fondos, recursos humanos y administración contable.
Tiene atribuciones como vehículo para
la asociación público privada, actuando como concesionaria de proyectos de
infraestructura pública, a cuyos efectos
puede crear o adquirir sociedades comerciales. Puede participar en consorcios o fideicomisos especializados para
explotar las concesiones o proyectos que
se le otorguen, incluso junto a entes autónomos y servicios descentralizados, a
efectos de viabilizar obras de infraestructura o prestación de servicios.
Basta de prejuicios
El sector privado debe alistarse para el
ganar-ganar que resultará de su empuje
y cooperación, arriesgándose, aportando
experiencia, conocimientos e inventiva,
en condiciones que Alice Amsden3 denomina de “reciprocidad”, con vocación de
cumplimiento de compromisos y estándares asumidos.
El nuevo paradigma exige verdaderos
cambios culturales que se generan actuando cotidianamente con resolución
didáctica, especialmente desde las jerarquías del Gobierno. Alcanza con resignarse un día más a las simplificaciones
de los radicales de cualquier signo para
que los empresarios e inversores confirmen al Estado como un costosísimo fabricante de obstáculos y desgano. Si se
le abren brechas a las murallas del prejuicio, todos estamos preparados para
asumir la responsabilidad de progresar.
Somos una especie genéticamente colaborativa. Lo del principio.
1. Evans, P.- “El Estado como problema y como solución”, en Desarrollo económico Nº 140, Enero-Marzo 1996. 2. Ley Nº 18.602 de 21 de setiembre de 2009. 3. Amsden, A. – “Diffusion of
Development”, en American Economic Review Vol. 81, Nº 2.
W W W . F E R R E R E . C O M