Malformaciones asociadas a la atresia de coanas. Estudio de siete
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Malformaciones asociadas a la atresia de coanas. Estudio de siete
Acta Otorrinolaring. Esp., 45,4 (281-286), 1994 CASO CLÍNICO Malformaciones asociadas a la atresia de coanas. Estudio de siete casos J. CARBONELL CASASUS y D. L. CÁNOVAS LLORENS Servido de ORL. Hospital Son Dureta. Palma de Mallorca. Resumen.—La. atresia de coanas es una malformación que, con más frecuencia de lo que se piensa, se acompaña de otras malformaciones, aisladas o agrupadas en forma de síndromes polimalformativos. Algunas de éstas pueden amenazar seriamente la vida del paciente, lo que hace aconsejable un estudio meticuloso de estos enfermos para detectar precozmente la existencia de estas malformaciones y tratarlas convenientemente. Se estudian siete casos de atresia de coanas, uní y bilateral. Palabras clave: Atresia de coanas. Malformaciones congénitas. Summary.—Choanal atresia frequently is associated with other congenital malformations, alone or as a polymalformation syndrome. Some of these malformations may be life-threatening for the patient, so meticulous study of these patients is advisable, in arder to find and treat possible malformations as soon as possible. We present a study of seven cases of uní and bilateral choanal atresia. Key words: Choanal atresia. Congenital malformations. INTRODUCCIÓN La atresia, uní o bilateral, de coanas es una entidad clínica conocida desde que OTTO, en 1829 (1), hiciera la descripción del cuadro. Durante mucho tiempo ha sido considerada como una rareza que, de no ser diagnosticada, representaba una amenaza para la supervivencia del neonato (la bilateral), hasta el punto de que se ha sugerido que algunas de las muertes neonatales clasificadas como asfixias neonatales o cardiopatías podrían deberse a atresias bilaterales de coanas que no fueron diagnosticadas (2). La atresia unilateral es más frecuente que la bilateral, siendo el lado derecho el más afectado. Las mujeres se ven afectadas con mayor frecuencia (2:1). En el 90 por 100 de los casos la atresia es de tipo óseo y en el 10 por 100 es membranosa (3). Correspondencia: ]. CARBONELL CASASUS. Carmen, 31,5.°, 1.a 07003 Palma de Mallorca. Recibido: Septiembre 1993. La existencia de malformaciones asociadas a la atresia de coanas se cita en la literatura como un hecho relativamente frecuente (75 por 100 en atresias bilaterales y 36 por 100 en unilaterales) (4), pero ha sido en las más recientes revisiones del tema donde se ha planteado la posibilidad de que la atresia de coanas formara parte de un síndrome malformativo multiorgánico (5). En 1979, HALL (6) describió la asociación de una serie de malformaciones (coloboma, defectos cardíacos, retraso del desarrollo, atresia bilateral de coanas, hipoplasia genital y anomalías auriculares y de la audición). PAGON y cois. (7) en 1981 acuñaron el acrónimo CHARGE para describir este síndrome (Coloboma, Heart defect, Choanal Atresia, Retarded growth or development, Genital hypoplasia, Ear defects) y destacaron la importancia de realizar un cariotipo a los neonatos que presentaran múltiples malformaciones. Algunos trabajos mencionan la asociación familiar de la atresia de coanas y del síndrome CHARGE (7,8). La mayoría de las anomalías asociadas encontradas en este estudio ya han sido descritas en la literatura, a excepción de la agenesia de cornete medio. MATERIAL Y MÉTODOS El estudio consta de siete casos de atresia de coanas, tres unilaterales y cuatro bilaterales, diagnosticados en nuestro servicio entre 1982 y 1991. Se estudian la historia clínica, radiología simple o con contraste, el TAC y los tratamientos realizados. De los siete pacientes, tres fueron diagnosticados en la edad adulta (dos con atresia unilateral y uno con atresia bilateral) y cuatro en el período neonatal (tres bilaterales y una unilateral). En todos los casos se realizó corrección quirúrgica y el seguimiento postoperatorio del enfermo varía de ocho meses a diez años, siendo la media de unos veintisiete meses. En los casos de diagnóstico neonatal se estudiaron los antecedentes matemos y gestacionales (figs. 1 y 2). 282 /. CarboneU Casasus y col. FIG. 1.—I -TAC coronal en el que se aprecia la hipoplasia de fosa nasal derecha, :cha, la desviación septal y la agenesia del cornete medio. Asimismo se aprecia una hipoplasia etmoidal derecha. FIG. 2.—TAC axial en el que se aprecia la lámina ósea que obstruye la coana derecha. RESULTADOS tintas (tabla I), incluyendo una agenesia de cornete medio; dos de ellos con atresia bilateral y uno con atresia unilateral. Uno de los casos presentaba cuatro de las seis anomalías principales que constituyen el síndrome CHARGE (retraso psicomotor, microgenitales externos masculinos, atresia bilateral de coanas, hipoacusia de moderada a severa), así como reflujo vesicoureteral de grado II, sindactilia del segundo y tercer dedos de ambos pies, quinto dedo corto en ambas manos, pie aducto y una hipogammaglobulinemia. La incidencia, por sexos, fue de tres varones y cuatro mujeres. Las tres atresias unilaterales fueron del lado derecho y se acompañaron de estenosis de la coana izquierda. Cuatro de los pacientes fueron diagnosticados en el período postnatal inmediato; los demás lo fueron a los diecisiete, veintidós y veintiocho años. De los diagnosticados en el período postnatal inmediato tres presentaban atresia bilateral y uno unilateral, con estenosis de la coana contralateral. De los diagnosticados en la edad adulta, dos presentaban atresia unilateral, con estenosis de la coana contralateral, y el otro presentaba atresia bilateral. Este último ha sido objeto de comunicación individual (27). Todas las atresias estudiadas fueron de tipo óseo, confirmadas mediante TAC axial de fosas nasales. En una de ellas se había realizado previamente un estudio radiológico con contraste de ambas fosas nasales. En todos los casos de diagnóstico neonatal la comprobación se hizo por la imposibilidad de pasar una sonda de aspiración por fosas nasales. Tres de los cuatro neonatos presentaron distrés respiratorio de moderado a severo, requiriendo uno de ellos intubación orotraqueal y respiración asistida durante unas horas. Uno de los neonatos, al que se le perforó la coana derecha por vía transnasal a los tres días de vida, presentó en el período postoperatorio una sepsis por Klebsiella pneumoniae, cuyo foco no pudo establecerse, que respondió al tratamiento antibiótico. En los tres casos diagnosticados en la edad adulta, el síntoma fundamental fue la obstrucción nasal permanente, unilateral en dos casos y bilateral en el otro, acompañada de rinorrea posicional mucopurulenta. Los tres casos que presentaron al menos una malformación asociada manifestaron 10 malformaciones dis- Otras anomalías halladas fueron las de fosas nasales (3/7). Todos los pacientes con atresia unilateral presentaban estenosis de la fosa nasal contralateral, una dismorfia septal importante y alteraciones palatinas (por ejemplo, paladar ojival). También se presentó un caso de displasia de cadera izquierda, con luxación recidivante, que se detectó en la exploración neonatal, y un caso de reflujo vesicoureteral de grado III. Los neonatos fueron tratados, tras la estabilización de la vía aérea oral con intubación o tetina de McGovern, mediante fractura de la lámina ósea y dilatación coanal por vía transnasal (con sonda de Itard o similar), dejando sondas transnasales de dos a seis semanas (cuatro como término medio) para evitar la reestenosis, seguido de dilataciones periódicas en consultas externas (una/semana durante al menos tres meses). En todos los casos la reestenosis (de tipo óseo) fue la norma, siendo necesario refracturar la lámina atrésica de tres a siete veces, con un promedio de cuatro. De los cuatro neonatos dos fueron sometidos, tras múltiples dilataciones, a resección de la lámina ósea, que obstruía las coanas por vía transpalatina (uno a los ocho meses de edad y el otro a los siete); uno de ellos precisó reintervención por la misma técnica (a los quince meses de edad); en ambos casos se dejaron sondas nasales que se mantuvieron un mes. Malformaciones asociadas a la atresia de coanas 283 TABLA I: CASOS CLÍNICOS Caso I Edad Sexo APGAR Distrés Atresia Tratamiento Reintervenciones .. Malformaciones asociadas Complicaciones .... Caso II Caso III Neonato Varón Neonato Hembra Neonato Hembra 8/10 9/10 5/10 Leve Bilateral ósea Dilataciones endonasales Transpalatina (8 meses) Severo Bilateral ósea Dilataciones endonasales Moderado Unilateral D ósea Dilataciones endonasales Pendiente transpalatina Displasia de cadera I Megauréter reflujo V-U grado III No No Infecciones urinarias Sepsis por K. pneumonías No No De los adultos dos fueron intervenidos por vía transnasal, con microscopio quirúrgico (uno con atresia unilateral y otro con atresia bilateral). Uno de ellos presentó reestenosis mucosocicatricial al año, siendo sometido a resección mucosa y de tejido cicatricial por vía transnasal endoscópica. El tercero, con atresia unilateral con estenosis de la otra coana, fue sometido a permeabilización quirúrgica por vía transpalatina, presentando reestenosis mucosa al año, siendo reintervenido por vía transnasal endoscópica. En todos los casos, tras la cirugía, se dejaron tubos de Ruth, o similares, durante un mes. La única complicación quirúrgica fue en un caso una lesión del paladar blando en un intento de permeabilización a ciegas por vía transnasal, que se reparó sin secuelas. El neonato intervenido por vía transpalatina en dos ocasiones presentó posteriormente una ligera deformación palatina de tipo cicatricial. El reflujo vesicoureteral fue diagnosticado en los dos casos mediante cistografía y en uno de ellos se realizó gammagrafía renal con Tc99-DMSA para descartar malformaciones renales o de vías altas. En el caso del neonato con múltiples malformaciones se realizó estudio genético, con cariotipaje, que resultó normal, así como un estudio auditivo con potenciales evocados (a los cinco días de vida), que evidenciaron una hipoacusia izquierda moderada. Los dos casos de reflujo vesicoureteral presentaron episodios de infecciones urinarias que fueron tratadas con antibioterapia, continuándose con la misma de forma profiláctica, y ambos siguen controles por nefrología. Los casos de displasia de cadera izquierda (con verticalización del acetábulo izquierdo) y pie aducto fue- Caso IV CasoV 28a 22a Hembra Hembra Caso VII Caso VI Neonato Varón 17a Varón 6/10 Unilateral D ósea Unilateral D ósea Traspalatina Transnasal con microscopio Transnasal en- No doscópica Agenesia cornete medio D No Hipoplasia maxiloetmoidal D Intubación Bilateral ósea Dilataciones endonasales Transpalatina (9 meses) Síndrome CHARGE (sin coloboma) Sindactilia bilat. 2. °-3.° dedos pies Meñique corto bilat. Retrognatia Reflujo V-U grado I Hiperreactividad bronquial Retraso pondoestaíural Bilateral ósea Transnasal con mimicroscopio Transnasal endoscópica No No ron estudiados mediante radiología simple. Ambos fueron tratados satisfactoriamente mediante tratamiento ortopédico conservador. En ninguno de los casos estudiados hubo antecedentes familiares de esta malformación ni incidencias gestacionales de interés. DISCUSIÓN El origen de esta malformación todavía no está claro. Algunos autores la atribuyen a una imperforación de la membrana buconasal o de la bucofaríngea (9, 10). Otros lo atribuyen a un crecimiento excesivo del marco óseo de las coanas o de la parte posterior del vómer (11). Frente a estas teorías clásicas han surgido teorías embriopatogénicas que sugieren que la asociación de la atresia de coanas con malformaciones craneofaciales y cardiovasculares (como ocurre en el CHARGE, síndrome de Di George, etc.) se debe a alteraciones en la formación, proliferación y migración de células de la cresta cefálica neural (12), que empiezan a migrar alrededor de la cuarta semana de gestación hacia las regiones faciales y conotruncales, donde se diferencian a células mesenquimales que contribuyen a la génesis facial y cardíaca. A excepción de la agenesia de cornete medio, presente en uno de los casos de atresia unilateral derecha, todas las malformaciones que presentaban los pacientes ya han sido descritas previamente en la literatura. La incidencia total de malformaciones asociadas fue del 43 por 100 (3/7); el 50 por 100 (2/4) de los pacientes con atresia bilateral y el 33 (1 /3) con atresia unilateral presentaron malformaciones asociadas, destacando 284 /. Carbonell Casasus y col. que en uno de ellos se presentaban varias de las que constituyen el síndrome CHARGE, lo cual viene a coincidir con las incidencias halladas en la literatura (4,13,14). En nuestro estudio la incidencia de malformaciones asociadas fue mayor en los casos de atresia bilateral y en dos de los tres pacientes (ambos con atresia bilateral) las malformaciones fueron múltiples. Hallazgos como la estenosis de la fosa nasal contralateral a la atrésica o la dismorfia septal, ambos constantes en los casos de atresia unilateral, no los hemos incluido como malformaciones asociadas, ya que consideramos más bien que son consecuencia de los trastornos que la atresia produce en el crecimiento de las estructuras que constituyen el marco coanal y el macizo facial en general. Se han descrito gran variedad de malformaciones que pueden asociarse a la atresia de coanas, las cuales resumimos en la tabla II. La relativa frecuencia de estas malformaciones asociadas hace que ante un caso de atresia de coanas sea aconsejable realizar una exploración física exhaustiva, en estrecha colaboración con el pediatra (15), para detectar su presencia y corregirlas lo antes posible (16). Uno de los puntos cruciales en el manejo de estos enfermos, en ausencia de malformaciones que amenacen directamente su supervivencia (malformaciones cardíacas, anencefalia, fístula traqueoesofágica, etc.) es la obtención y mantenimiento de una vía aérea segura, no sólo mediante la perforación quirúrgica de las coanas, sino también mediante una adecuada higiene de esa vía respiratoria, ya que se ha comprobado una propensión a presentar problemas respiratorios, muchas veces relacionados con aspiraciones repetidas por incoordinación en la deglución y favorecidas por posibles anomalías de las vías aerodigestivas superiores (17). Estos pacientes presentan frecuentemente una incoordinación faringolaríngea y la aspiración en el postoperatorio es la causa más frecuente de muerte (18). En nuestro estudio uno de los pacientes presentaba reflujo gástrico y una hiperreactividad bronquial, cuyo origen podría estar en microaspiraciones repetidas del ácido gástrico. Ambos cuadros respondieron satisfactoriamente con tratamiento médico (antiácidos, betabloqueantes y corticoides inhalados), lo cual permitió la recuperación del ritmo de crecimiento pondoestatural. En lo que respecta a los problemas urológicos, en todos los casos se presentaron como cuadros febriles debidos a la infección del tracto urinario, respondiendo satisfactoriamente al tratamiento antibiótico; posteriormente se estableció tratamiento profiláctico, no habiéndose presentado nuevas infecciones. Ambos pacientes permanecen en estudio por nefrología. Como hemos mencionado anteriormente, en una de las pacientes adultas con atresia unilateral derecha se apreció la existencia de una agenesia de cornete medio de la fosa nasal derecha junto con una hipoplasia etmoidal anterior y maxilar del mismo lado. Estos hallazgos indican que la atresia de coanas no corregida antes del final del período de crecimiento podría provocar alteraciones en el crecimiento del macizo cráneofacial, como ya ha sido señalado por otros autores (13); TABLA II: MALFORMACIONES ASOCIADAS A LA ATRESIA DE COANAS Cráneo. Platibasia, microcefalia, hipertelorismo, craneosinostosis. SNC. Agenesia cerebral, meningocele, retraso mental, agenesia de bulbo olfatorio, parálisis facial, descoordinación velofaríngea. Oftal. Coloboma, micorftalmia, embriotoxón posterior, malformaciones palpebrales. Óticas. Malformaciones de pabellón, tubérculos preauriculares, malformaciones de cadera y/o cocleovestibulares, anotia. Facía. Micrognatía, hendiduras branquiales persistentes, disóstosis mandibulofacial, hipoplasia de órbita y/o malar, hendiduras labiales, philtrum corto o largo. Nasal. Agenesia septal, defectos nasolacrimales, hendiduras. Orofar. Malformaciones linguales, macroglosia, hendidura palatina. Laringe. Membranas faringolaríngeas, parálisis vocales, laringomalacia. Cardio. Defectos del septo atrial, persistencia del ductus arteriosus, tetralogía de Fallot. Traq. Fístulas traqueoesofágicas. G-í. Atresia de esófago, atresia ileal, atresia anal, hipertrofia pilórica. G-lí. Hidronefrosis, microgenitales externos, duplicación ureteral. Oseas. Escoliosis, luxación congénita de cadera, pies aductos, costillas supranumerarias, clinodactilia, sindactilia, cuello corto, dedos accesorios, focomelia torácica, malformaciones de los huesos largos. Síndromes. Síndromes de Di George, de Pierre-Robin, de Kallman, de Vater y de Apert. sin embargo, las repercusiones estéticas en la paciente eran nulas. El tratamiento de la atresia de coanas, una vez superada la etapa inicial en la que se presenta la emergencia respiratoria (si la atresia es bilateral), consiste en obtener una vía respiratoria nasal patente mediante la resección de la lámina (ósea, osteocartílaginosa o mucosa) que obstruye la coana. Para ello se han descrito multitud de técnicas quirúrgicas, lo cual indica que la solución quirúrgica de la atresia de coanas es un problema que aún no se ha solucionado. El principal problema con el que se encuentran todas las técnicas es la marcada tendencia a la reestenosis, lo que obliga a realizar múltiples reintervenciones. La perforación transnasal, a ciegas, de la lámina ósea, dejando sondas nasales para evitar la reestenosis, fue la técnica usada en los casos diagnosticados en neonatos, pero en nuestro estudio la reestenosis ocurrió en prácticamente el 100 por 100 de los casos, siendo necesarias las dilataciones semanales. Estos resultados Malformaciones asociadas a la atresia de coanas nos hacen pensar que si bien es un procedimiento fácil y con pocas complicaciones, no soluciona el problema en la mayoría de los casos. Recientemente la introducción de las ópticas y del láser quirúrgico ha ampliado las posibilidades de esta vía, mejorando los resultados (19,20, 21, 22). Sin embargo, hemos encontrado que la cirugía endoscópica en menores de tres años plantea un importante problema de espacio anatómico, ya que las fosas nasales son muy pequeñas. El abordaje transpalaíino fue la técnica que se utilizó en los casos en los que las dilataciones no tuvieron éxito. Esta técnica es la que menor índice de reestenosis presenta (23), aunque algunos autores le atribuyen complicaciones como alteraciones del crecimiento maxilar (24), del arco dental superior (25) o perforaciones palatinas (26). Sin embargo, nosotros hemos utilizado rutinariamente esta técnica en niños menores de tres años y ocasionalmente en adultos, sin que se hayan presentado complicaciones de importancia. En todos los casos tras la cirugía se dejaron algún tipo de sondas nasales para evitar la reestenosis, al menos durante un mes. CONCLUSIONES La incidencia de malformaciones asociadas a la atresia de coanas fue del 43 por 100 (3/7); el 50 por 100 (2/4) de pacientes con atresia bilateral y el 33 por 100 (1 /3) con atresia unilateral. El diagnóstico de una atresia de coanas debe hacernos descartar sistemáticamente, en colaboración con los pediatras y genetistas, la existencia de malformaciones asociadas, en especial de las vías aerodigestivas altas y genitourinarias. De la misma manera es conveniente extender el estudio a los padres por la posibilidad de que la atresia de coanas forme parte de un síndrome polimalformativo de origen genético. Destacar la inestabilidad respiratoria, debida a malformaciones asociadas (por ejemplo, hendiduras laríngeas posteriores) o a trastornos funcionales (por ejemplo, hiperreactividad bronquial, microaspiraciones, disfagia por descoordinación velofaríngea). En la mayoría de los casos la detección precoz de las malformaciones asociadas permite establecer unas medidas profilácticas e higiénicas que contribuyen a normalizar la situación clínica del paciente y a una recuperación del desarrollo pondoestatural. Hemos constatado que con cierta frecuencia (66 por 100 en nuestro estudio) las malformaciones asociadas son múltiples, lo cual nos reafirma en la necesidad de un abordaje meticuloso y multidisciplinario de estos enfermos. Señalar la marcada tendencia a la reestenosis que presentan estos enfermos. Hemos observado que en los -neonatos la reestenosis suele ser de tipo óseo, proba.blemente por el crecimiento del marco coanal, mientras que los adultos que presentan una reestenosis ésta suele ser de tipo membranoso-cicatricial. 285 El tipo de abordaje quirúrgico dependerá de la edad de diagnóstico y de la edad a la que se intervenga al paciente. En un tiempo precoz (infancia) realizamos la intervención por vía transpalatina. En adolescentes y adultos pensamos que la vía transnasal es la más idónea. En ambos casos dejamos sondas nasales durante cuatro a seis semanas. Remarcar por último que la agenesia de cornete medio homolateral es una malformación asociada que no hemos encontrado descrita con anterioridad. BIBLIOGRAFÍA 1. OTTO, A. W.: Lehrbuch der pathologie, anatomy des menschen una der thiere. A Rucker. Berlín, 1830. 2. BEINFIELD: «Surgery for bilateral bony atresia of the posterior nares in the newborn». Ardí, of Otolaryng., 70:1-11,1959. 3. WRIGHT, W. K.; SHAMBAUGH, G. 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